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Resumen

Magee, B., & Taylor, C. (1978). La filosofía marxista, diálogo con

Charles Taylor. In Los hombres detrás de la ideas (1993rd ed., pp. 47–

64). México: Fondo de Cultura Económica.

INTRODUCCIÓN

B.M.: El marxismo debe ser la doctrina filosófica más influyente que haya aparecido en

los últimos 150 años. La mayoría de nosotros tenemos una idea aproximada de sus tesis

básicas: "Todo lo que importa de una sociedad debe estar determinado por la manera

como ella misma conserva su existencia. Así, el factor decisivo en cualquier tiempo, en

cualquier sociedad, es cuáles son los medios de producción. Cuando éstos cambian,

tiene que cambiar la forma de vida, cambiando, así, la organización de las clases

sociales. Mientras los medios de producción se encuentren en manos de una sección de

la sociedad, y no en su totalidad, es inevitable el conflicto de clases, hasta que la

sociedad en su conjunto, se apodere de los medios de producción, aboliendo por

completo, las clases sociales, en el sentido de Marx, instaurando la propiedad común de

tales medios, y haciéndolos que funcionen para el interés común. Pero puesto que no

puede esperarse que ninguna clase gobernante abandone voluntariamente su posesión de

los medios de producción, probablemente la única forma como el comunismo pueda

establecerse sea mediante el derrocamiento violento del sistema existente y, por lo tanto,

aun cuando no sea sino por esa razón, se encuentra justificado."

Discutiéndolo conmigo se encuentra el canadiense Charles Taylor. Hace más de veinte

años, Chuck Taylor, fue fundador de la Nueva Izquierda inglesa. Desde entonces, ha

sido profesor de Filosofía y Ciencias Políticas en la Universidad de McGill, en Canadá;

en varias ocasiones ha sido candidato al Parlamento Federal Canadiense, y ha publicado


un libro sobre Hegel. Ahora, se encuentra como profesor de Teoría Política y Social, en

la Universidad de Oxford.

DISCUSIÓN

C. T.: Su esbozo de la doctrina de Marx da una buena idea del marxismo como teoría

explicativa. Pero hay otro aspecto del marxismo como filosofía de la liberación, que

creo da razón de la inmensa importancia de la teoría. Marx sostiene que lo que distingue

a los seres humanos es que tienen la capacidad de reflexionar acerca de la forma en que

trabajan sobre la naturaleza para producir los medios de vida, y modificarla.

B.M.: Y, entonces, todo el proceso histórico se ve como un proceso de autoliberación de

ese esclavizamiento ante la naturaleza. Dicho al revés, el mismo proceso puede

denominarse la conquista de la naturaleza; cada vez estamos dominando más nuestro

entorno material.

C.T.: El marxismo también incorpora otra noción de liberación: la liberación que el

hombre logra no sólo al controlar la naturaleza, sino al dominar este mismo poder

controlador. Una sociedad dividida en clases no puede ejercer control consciente sobre

el creciente poder de dominar a la naturaleza. Cada clase está condicionada por su

posición en la totalidad, y ni entiende ni controla todo el proceso.

C.T.: Cuando tenemos una revolución en la que recuperamos el control común,

entonces, se supera la división del trabajo. Podríamos considerar los cambios de las

primeras etapas de la historia motivados por la necesidad de producir los medios de

vida; por la terrible necesidad de seguir vivos. Pero, al final del proceso, las capacidades

que se han desarrollado en este proceso de enfrentarse a la necesidad, se convierten en

capacidades que los hombres desean ejercer por sí mismas. Y esta es la segunda y más

fuerte noción de liberación en Marx: no sólo liberarnos del yugo de la naturaleza, sino,
también, llegar a expresar nuestra propia humanidad en el proceso. El poder humano de

controlar la naturaleza tiene una dimensión expresiva, y no sólo instrumental.

C. T.: La teoría explicativa se ha convertido, en parte de nuestra forma común de

pensar. Nos ha dado una interpretación de la historia en términos de formas y de

relaciones de producción. Al mismo tiempo, la teoría de la liberación ha sido la fuente

de uno de los mayores problemas en el interior del marxismo, porque éste, y la teoría

explicativa, no siempre encajan adecuadamente.

C.T.: Si desea usted considerar el marxismo simplemente como una teoría científica, en

el sentido newtoniano, que hace por el desarrollo de la historia lo que Newton hizo por

los planetas, entonces obtiene una visión de la inexorable ley que en todo tiempo

gobierna a los seres humanos. Pero entonces, lo que desaparece es la teoría de la

liberación del marxismo, que requiere que en tanto hacemos la revolución recuperemos

el control sobre ciertas facetas de nuestras vidas que, previamente, bajo el capitalismo,

estaban, sin duda, bajo el control inexorable de la ley. Aquí la idea básica es que en un

punto de la historia algunas cosas están controladas por la ley, y que se recuperan, en un

momento posterior, para la libertad. Ésta es una idea que difícilmente se adecúa a

cualquier modelo de la ciencia newtoniana.

B.M.: Por tanto, lo que Marx está sugiriendo es que hasta cierto momento de la historia,

a saber, hasta la Revolución comunista, todos los sucesos históricos están sujetos a las

leyes que tienen el carácter de leyes científicas, pero luego, súbitamente, hay un

rompimiento, tras el cual el hombre se hace libre, y no se encuentra ya gobernado por

leyes científicas.

C. T.: Excepto que la teoría de la liberación no sería tan burda. Hay que recordar cómo

fue considerado el marxismo en la época de Darwin, la época del cientificismo. Se

entendió que el marxismo ofrecía un conjunto inexorable de leyes. Ahora bien, dentro
del mismo marxismo, estos dos aspectos de la teoría han seguido en pugna. Como

movimiento político no puede abandonar ninguno, porque su fibra política depende de

conservar ambos aspectos. Debe sostener la teoría de la liberación, pues ésta es la base

del futuro que se abre al hombre; y tiene que seguir postulando la pretensión de que es

una ciencia, porque esto lo señala como algo moderno, que ha superado la superstición,

y que tiene un fundamento sólido.

B.M.: Al gobierno marxista se le asocia exclusivamente con el totalitarismo. Aunque

ciertos movimientos que se autodenominan marxistas han llegado al poder en muchos

países, y, todos ellos, sin excepción, han terminado siendo dictaduras burocráticas.

¿Cómo puede seriamente considerarse la ideología de estas sociedades como una teoría

de la liberación?

B.M.: Lancemos una mirada serena a los defectos de la teoría. Uno de ellos es que

postula, con la consecución del comunismo, una sociedad dentro de la cual no habrá

ningún conflicto importante. Ahora bien, me parece que, incluso teóricamente, esto es

inalcanzable. "¿Cómo se resuelven tales conflictos, si no es mediante la fuerza bruta;

mediante la ley de la selva?". Además, ahora nos damos cuenta, más de lo que la gente

lo advirtió en el siglo XIX, de que los recursos materiales del mundo son cruelmente

finitos; de tal manera que en cualquier clase de sociedad, las disputas acerca de cómo

han de usarse serán, necesariamente, enconadas. El marxismo no tiene nada que decir

sobre qué hacer cuando el individuo entre en conflicto con el resto de la sociedad, o

cuando las minorías entren en conflicto con las mayorías.

C. T.: los marxistas piensan que los conflictos realmente profundos; los que hacen que

las personas luchen unas en contra de otras, se fundan en la explotación económica, y

desaparecerán.
C.T.: la teoría de Marx postulaba, precisamente, que el comunismo debía surgir en las

sociedades industriales más avanzadas. Por una parte, esto significa que puede

sostenerse que lo que está sucediendo en la Unión Soviética no está poniendo a prueba

al marxismo; pero, por otra parte, también quiere decir que la más importante objeción

intelectual que se formula al marxismo, es: ¿Por qué no sucedió en Inglaterra, o en

Alemania? Esto indica una de las mayores fallas de la teoría y, también, una de las

mayores áreas de discusión continua entre los marxistas.

B.M.: Las grandes filosofías del mundo, las mayores ideologías y las mayores religiones

son, simultáneamente, explicativas en tres niveles diferentes: el individual, el social y el

cósmico. Y, en cada uno de estos niveles, hay que tratar con problemas filosóficos

clásicos y fundamentales. Por ejemplo: en el nivel del individuo humano, tenemos el

problema del yo; la dicotomía mente-cuerpo; todos los problemas epistemológicos de la

cognición; preguntas acerca del sentido moral , de la conciencia, de la existencia o

inexistencia del alma; preguntas acerca de la muerte y de la posibilidad de sobrevivir

después de la muerte. En el nivel social, tenemos los problemas filosóficos que surgen

de las relaciones personales y sociales, lo que quiere decir que se refieren a la mayoría

de las cuestiones morales, y a todas las cuestiones políticas, económicas, culturales e

históricas; todas las preguntas filosóficas que tienen que ver con el lenguaje, con las

leyes y con todas las demás instituciones humanas. Y, en el nivel cósmico, tenemos las

preguntas filosóficas que se refieren al mundo natural; 'no sólo las básicas acerca del

tiempo, el espacio, la causalidad y la existencia de objetos materiales, sino,

virtualmente, todas las que plantean la física, la química y la biología. Ahora bien, los

sistemas teóricos realmente admirables tienen explicaciones ricas en cada uno de estos

tres niveles. El marxismo, no. El marxismo pasa por alto casi totalmente dos de ellos;

no tiene casi nada que decir acerca del cosmos, y casi nada acerca del individuo.
·Funciona , casi exclusivamente, en el nivel intermedio de la existencia social y de las

preguntas sociales. Lo cual significa que, aun si fuese plenamente correcto todo lo que

tiene que decir, y claramente no es así, sería un sistema de pensamiento empobrecido

conforme a las más elevadas pautas, y quienquiera que fuese marxista tendría aún que

suplementar masivamente su perspectiva de fuentes no marxistas, o bien dejar de

plantearse la mayoría de las preguntas filosóficas interesantes.

C.T. Realmente sería mejor que el marxismo nada tuviese que decir acerca del cosmos

natural. Creo que una crítica suya mucho más profunda sería que nada tiene que decir

acerca del nivel personal, y me pregunto si esto es totalmente verdadero. Es verdad,

hasta el registro histórico actual; los marxistas no han dicho mucho al respecto. Pero no

sé hasta dónde esto sea un accidente histórico. Al marxismo lo han tomado

movimientos polí ticos importantes que tenían otras preocupaciones, y que han deseado,

ci ertamente, suprimir algunas tesis acerca del individuo. Pero cuando usted ve los

amplios recursos del marxismo como teoría de la liberación, ve el tipo de teoría del arte

que podría surgir de él. Sería muy interesante y estimulante si hubiese un giro tal, en

nuestra vida cultural, que los pensadores marxistas, en vez de estar exclusivamente

dedicados a ver teorías de por qué la revolución no se llevó a cabo, o de por qué se

llevará a cabo mañana, o teorías acerca del Estado y demás (en las que parece, en

ocasiones, que se está introduciendo una curva descendente), pudiesen enfocar su

atención en la teoría del arte, de la exp eriencia estética humana, y la experiencia moral,

marxistas.

C. T. la teoría no se puede rechazar porque apoye la violencia en cuanto tal, pues hay

muy pocas teorías, con excepción de las claramente pacifistas, que no apoyen la

violencia, en algunas circunstancias. Aun los grandes teóricos del liberalismo, como

Locke, apoyan la revolución en ci ertas circunstancias. Pero creo que hay algo en lo que
usted sugiere de que la creencia misma de que se puede alcanzar un tipo de sociedad sin

conflictos, después de la revolución, le da a uno licencia para destruir y socavar lo que

ahora existe, y hacerlo incluso violentamente, en tanto que lo que va a surgir de esto es

un reino de armonía sin conflictos.

B.M.: Pero, ¿cuál es exactamente el status de esta teoría, y ahora me refiero a la teoría,

en su totalidad? Claro está que sostiene ser científica. En los propios escritos de Marx

esta pretensión se reitera una y otra yez. Supongo que lo que realmente quería decir con

esto es que, mientras que otros socialistas habían estado, o bien mendigando visiones de

una sociedad ideal, o emitiendo demandas morales, él no haáa ninguna de estas cosas; lo

que estaba haciendo, o intentando hacer, era examinar el proceso que realmente

funcionaba en la sociedad, y ver adónde podía conducir. Pero aun cuando de manera tan

constante sostuvo tener un enfoque científico, asombra la cantidad casi temeraria de

profeáa contenida en esta teoría. Todas esas afirmaciones y aseveraciones acerca del

futuro no parecen muy científicas, cuando se les examina de cerca.

C.T.: Sí; Marx fue muy cuidadoso acerca de lo que sostuvo sobre el futuro, con algún

detalle. A medida que Marx evolucionó, llegó a ver que la firmeza y el rigor de su

"ciencia del Capital" cuadraban absolutamente con las de la física. Y simplemente esta

tesis no puede sostenerse. En principio, no creo que pueda sostenerse para ninguna

teoría que pretenda tratar con seres humanos, con sus motivaciones, su manera de

desarrollo, su sociedad. No puede haber esas clases de rigor, de exactitud, de

verificación.

B.M.: debemos añadir, para ser justos con Marx, que en los cien años que han pasado

desde que él escribió , la noción de lo que constituye una ciencia ha cambiado

radicalmente. Un hombre bien informado, a mediados del siglo XIX, daba por supuesto

que el conocimiento científico era un tipo de conocimiento especialmente seguro, cierto


e infalible y, por tanto, inmutable, en tanto que, ahora, se ha abandonado esta posición,

y nos damos cuenta de que la ciencia es falible y, por tanto, transformable. Estoy seguro

de que Marx mismo habría adoptado una posición muy diferente sobre este aspecto de

la cuestión y, por tanto, acerca del status de su propia teoría, si aún viviese.

B.M.: Un paralelo que una gran cantidad de personas ha trazado es entre el marxismo y

religión. Me gustaría oír sus comentarios al respecto. De manera muy obvia, el

marxismo ha tenido sus libros y sus profetas sagrados; sus sectas, cismas y

excomuniones; sus persecuciones e inquisiciones, sus mártires; y, lo más importante de

todo, en términos morales, sus millones de herejes destrozados. Incluso la forma en que

se ha extendido, se asemeja a la de una religión. Hace cien años, Marx era un intelectual

relativamente oscuro, refugiado en Londres, y viviendo de la caridad de sus amigos; sin

embargo, a menos de setenta años de su muerte, un tercio de toda la raza humana se

encontraba viviendo bajo regímenes que de hecho se denominaban con su nombre; se

autodenominaban "marxistas".

C.T.: Sin duda, el marxismo ortodoxo establecido, en la Unión Sovié tica o en China ,

se asemeja a una religión establecida, en los aspectos que usted ha mencionado,

particularmente en su ortodoxia impuesta y, realmente, en la peor dimensión de una

ortodoxia impuesta.

B.M.: ¿Cuál es la relación de la teoría marxista con las sociedades comunistas actuales?

Parece que acerca de esta relación hay dos escuelas básicas de pensamiento. Una dice

que las sociedades como la Unión Soviética son una perversión de la teoría marxista,

donde la teoría se ha distorsionado. Pero hay otra escuela que dice: no; este resultado

estuvo siempre implícito en la teoría. Proudhon y Bakunin, siempre profetizaron,

firmemente, que si las teorías de Marx se ponían en práctica, éstas conducirían a un

despotismo. Posteriormente, tenemos a Rosa Luxemburgo, la guía revolucionaria de los


socialistas alemanes durante la primera Guerra Mundial, que afirmaba que si las tesis de

Lenin se aplicaban, éstas tendrían como resultado un Estado policiaco.

C.T.: no hay duda de la tesis de Marx, de que lo que debe seguirse de una revolución, se

refiere a una sociedad democrática, que se dirija a sí misma. Esto se ve por sus

observaciones de asentimiento hacia la Comuna de París de 1 871, que, con su

revocación de delegados y demás, tenía en el papel una democracia más básica, más

radical que la que existe hoy en cualquier sociedad occidentaL El tipo de sociedad de

mando que vemos en la Unión Soviética, surge del leninismo; de la tesis de Lenin, de

que el Partido es una estructura de mando y surge de la situación en la que se encontró

Lenin. Hay mucha sabiduría tardía al achacarle todo eso al marxismo.

B.M.: Como dije anteriormente, dado que todos los movimientos marxistas que han

llegado al poder han instituido dictaduras burocráticas , ¿cree usted que tengan alguna

posibilidad de hacer éstas a un lado, y aún sigan siendo marxistas? O bien, ¿tendrán q

ue abandonar el marxismo, para convertirse en sociedades no dictatoriales?

C.T.: Es muy poco probable, pero posible, que la Unión Soviética haga esto con base en

un marxismo reconstruido. Desde que surgió la sacudida intelectual de que un

movimiento marxista llegase al poder y produjese un régimen tan horripilante, ha

habido intentos , por los denominados revisionistas -otros marxistas , principalmente en

Occidente, pero también en otros lugares; en Yugoslavia, por ejemplo-, pero redescubrir

la base de un marxismo humanista. Ideas interesantísimas y fructíferas se han

desarrollado siguiendo esta línea de pensamiento. Creo que en 1 968, en

Checoslovaquia, se comenzó a ver el principio de una sociedad libre de la que algunas

de sus fuentes intelectuales habrían configurad o un marxismo revisado. Pero esto se

cortó en flor.
C. T. : el grupo Praxis, en Yugoslavia , al que anteriormente nos estábamos refiriendo;

en él , varios pensadores han intentado volver a la base humanista del marxismo, y

lÍevar a cabo la teoría de una sociedad libertaria basada en el marxismo. En la otra de

nuestras dos áreas, el rnarxismo ha sido muy fructífero, al desarrollar una teoría

económica de la economía mundial. La fuerza del marxismo siempre ha radicado en ver

un sistema económico como un todo por así decirlo, que determina los papeles de sus

partes. Esto ha dado como fruto una teoría contemporánea del subdesarrollo; de la

forma en que la economía mundial , en alguna medida, fuerza el subdesarrollo, esto es,

de hecho, produce el subdesarrollo en algunas sociedades, e impide que éstas se

desarrollen. Creo que aquí tenemos, quizá, los dos procesos de desarrollo más

interesantes del marxismo no oficial.

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