Testificando con Denuedo

Pastor Carlos J. Téllez

www.palabrabiblica.org

¿Cómo ser revestidos de Su poder?

Efesios 3:14-21

“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda
familia en los cielos y en la tierra, para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos
con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a
fin de que, arraigados y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los
santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo, que
excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios. Y a Aquel que es
poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades,
por los siglos de los siglos. Amén” Efesios 3:14-21

I. Dios nos da un poder especial para testificar.

Dios nos ha dado un poder extraordinario para cumplir un reto igualmente extraordinario:
Esparcir Su testimonio; el evangelio glorioso de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

“Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre
vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder
desde lo alto” Lucas 24:48-49

El poder que hemos recibido es un “poder desde lo alto” el cual es esencial para expandir nuestro
plan misionero: alcanzar a los perdidos para Jesucristo desde Monroe, Carolina del Norte hasta el
mundo entero.

“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” Hechos 1:8

¿Cómo Dios nos hace testigos?

Primero Dios nos hace testigos…

A. Llenándonos con el Espíritu Santo. “Creí, por lo cual hablé” 2 Corintios 4:13

Esto en la vida personal de cada creyente involucra el ser controlado por Dios una y otra vez. En
el momento de la salvación el creyente recibe al Espíritu Santo al poner su fe en Cristo y es esta
misma fe la que produce en el que se vuelva un testigo, como lo dijo Pablo “Creí, por lo cual
hablé.” Uno de los propósitos principales de creer en Cristo es que seamos testigos.

 Un testigo es aquel que habla de Jesucristo. “…porque me es impuesta necesidad; y ¡ay

de mí si no anunciare el evangelio!” 1 Corintios 9:16

 Un testigo es aquel que se identifica con Jesucristo. “Porque para mí el vivir es Cristo, y
el morir es ganancia” Filipenses 1:21

 Un testigo es aquel que da su vida por Cristo. “Pero tú sé sobrio en todo, soporta las
aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser
sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado
la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual

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me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman
su venida. 2 Timoteo 4:5-8

 La palabra aquí “sacrificado” de la que habla Pablo tiene que ver con que el estaba listo o
preparado para ser martirizado por causa del evangelio. Y es interesante ver que el
significado de la palabra “testigo” o “testificar” viene de la raíz griega μαρτυρία [marturia]
que significa “mártir” o “martirizado.”

¿Quiénes se convierten en testigos?

Toda persona que recibe a Jesucristo como Salvador personal se convierte entonces en un
testigo. Veamos lo que paso el día de Pentecostés con los primeros creyentes de la primera
iglesia. “Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según
el Espíritu les daba que hablasen” Hechos 2:4

¿Pero que hablaban siendo llenos del Espíritu Santo?

El evangelio de Jesucristo en diferentes idiomas: “Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada
uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos
en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y
en las regiones de Africa más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como
prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.
Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?” Hechos
2:8-12

Veamos en acción el poder de la llenura del Espíritu Santo en el libro de Hechos…

“Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Gobernantes del pueblo, y ancianos de Israel”
Hechos 4:8

“Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del
Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios” Hechos 4:31

“Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu
Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía…
Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba” Hechos 6:5,10

“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a
Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del
Hombre que está a la diestra de Dios” Hechos 7:55-56

Cuando Bernabé fue enviado a las Iglesias de Antioquia se nos dice de el que “era varón bueno,
y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor” Hechos 11:24

Cuando Pablo le testifico de la fe a un procónsul Sergio Paulo se nos dice que el apóstol estaba
“lleno del Espíritu Santo.” Hechos 13:9

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Pero hay un problema en el creyente…

Un problema en el creyente:

Si el testimonio es el resultado de la salvación de un cristiano. La pregunta a estudiar entonces

seria: ¿Por qué muchos de nosotros hemos dejado de hacerlo? Mire que mi pregunta no es ¿Por
qué hemos dejado de serlo? Pues sea para bien o para mal un cristiano nunca deja de ser
testimonio para el mundo inconverso.

La respuesta esta en la carencia del control diario del Espíritu Santo en nuestras vidas. Nos
hemos dejado embriagar o controlar por el engaño de este mundo y no por el Dios vivo de
nuestra salvación. Nos olvidamos que nuestro Dios es un Dios de relación personal [de
comunión diaria], un Dios de perdón, un Dios de vida, un Dios de poder, un Dios proveedor, un
Dios de reconciliación, un Dios de esperanza. Y de esta manera caemos en la insensatez y aun
hasta en la ignorancia de cual sea la voluntad de Dios para nuestras vidas. Por esta razón Pablo
escribió a los creyentes Efesios:

“Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os
embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando
entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en
vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro
Señor Jesucristo” Efesios 5:17-20

La pregunta no es entonces cuanto de Dios yo tengo como creyente en mi corazón, “pues Dios
no da el Espíritu por medida” Juan 3:34; sino mas bien cuanto de mi vida yo le he dado a Dios
para que me la controle.

Vimos entonces primero que Dios nos hace testigos cuando somos llenos del control del Espíritu
Santo “Creí, por lo cual hablé” 2 Corintios 4:13; pero ahora veamos que también nos hace testigos
cuando somos llenos de la plenitud de Su conocimiento.

B. Llenándonos con la plenitud de Su conocimiento.

“Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre
interior por su Espíritu…y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que
seáis llenos de toda la plenitud de Dios… a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las
edades, por los siglos de los siglos. Amén” Efesios 3:16,19,21

En otras palabras, hay un poder extraordinario disponible para los creyentes, un poder que puede
lograr más de lo que nosotros ordinariamente pensamos o imaginamos. Este poder viene por el
Espíritu; el cual nos puede ensenar las riquezas de Su gloria, lo profundo de la sabiduría de Dios. Y
con ella quiere Dios que Su misma presencia se haga evidente en nuestras vidas.

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” 2 Timoteo 2:15

¿Qué pudo lograr el Señor hacer de dos de sus discípulos iletrados? El pudo lograr que por el
testimonio de dos de ellos la gente glorificara a Dios.

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“Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del
vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús” Hechos 4:13

¿Reconocen los incrédulos por nuestro testimonio de que hemos pasado tiempo con Jesús?

Ya sabemos que Dios nos da el poder para testificar ¿Y como? Siendo llenos del Espíritu y llenándonos
con la plenitud de su conocimiento. Pero la pregunta crucial es ¿Cómo podemos buscar ser revestidos
de Su poder?

II. ¿Cómo podemos ser revestidos de Su Poder?

A. Sumergiéndonos en la Palabra de Dios, la Biblia.

Es imposible estar llenos del control del Espíritu Santo sin antes estar llenos primero de la
Palabra de Dios.

¿Por qué pienso esto? Por 5 razones:

1. La Biblia nos dice que este poder es dado para testificar con efectividad y nosotros
testificamos con el poder de la Palabra de Dios.

Recibiréis “poder desde lo alto”… cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos” Lucas 24:49 y Hechos 1:8

“Así que la fe es por el oir, y el oir, por la palabra de Dios” Romanos 10:17

2. Con ella el Señor Jesucristo retorno del desierto lleno del Espíritu Santo. ¿Y como peleo con
el diablo cuando fue tentado? Usando la Palabra de Dios. Cada vez que Satanás le tentaba le
respondía “Escrito esta.” Lucas 4:14

3. Las palabras de Jesucristo son las que vivifican nuestra vida. Si no las escuchamos no
tendremos Su poder.

“El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he
hablado son espíritu y son vida” Juan 6:63

4. El apóstol Pablo nos dice que nosotros nos debemos poner toda la armadura de Dios y ella
incluye, “la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” Efesios 6:17.

5. Dios promete que si nosotros permanecemos en la Palabra de Dios seremos fuertes y

tendremos poder. Poder aun para derrotar a nuestro enemigo mas poderoso, Satanás. ¿Y
como nuevamente? Permaneciendo en Su Palabra.

“Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he
escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros,
y habéis vencido al maligno” 1 Juan 2:14. (ver también Hebreos 4:14; Jeremías 23:29

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“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y
os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis
discípulos” Juan 15:7-8
.
B. Creyendo la Palabra de Dios.

Déjeme decirle más específicamente. El confiar que Dios quiere hacer cosas maravillosas para
su gloria a través de nosotros es lo que la Biblia enseña. Debemos de esperar que el Espíritu
Santo dentro de nosotros nos dará poder de acuerdo a la Palabra de Dios.

¿Porque pienso que la fe es la manera de buscar el poder del Espíritu Santo? Porque asi nos lo
confirma Gálatas 3:5 y Romanos 15:3.

“Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, ¿lo hace por las
obras de la ley, o por el oír con fe?”

“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en
esperanza por el poder del Espíritu Santo.”

C. Orando seriamente para ello, Ayunando.

La tercera forma de buscar el poder del Espíritu Santo es orando por ello, y algunas veces
ayunando.

“Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre
de Jesús, y con sus hermanos” Hechos 1:14

Esto era lo que estaban haciendo los discípulos en Hechos 4:24-31 cuando en el verso 31 fueron
llenos del Espíritu Santo y hablaron con denuedo [o valor], la Palabra de Dios. Ellos estaban
orando y estuvieron saturando sus oraciones con las Escrituras del Antiguo Testamento, y ellos
estaban confiados del Poder Soberano de Dios.

“Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el
Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu
siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se
reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su
Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu
mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus
amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes
tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo
Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron
llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios” Hechos 4:24-31

El Espíritu Santo se les fue dado a los discípulos cuando se lo pidieron al Señor el día de
Pentecostés. Se nos fue dado a nosotros cuando también creímos en Cristo por la fe. Pero
también creo yo que una de nuestras peticiones diarias a Dios debe ser para que seamos llenos
de Su presencia, llenos de su control para que caminemos con El en todo momento.

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“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más
vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” Lucas 11:13

En nuestro texto de Efesios 3:14-21 Pablo ora por los Efesios y lo que el ora es para que ellos
sean fortalecidos con el poder del Espíritu y para que ellos sean llenos con toda la llenura o el
control de Dios. Nosotros debemos de creer, entonces, que los cristianos pueden recibir este
poder y esta llenura si el oro para que ellos la recibirían.

Nosotros deberíamos de pedirle a Dios por el poder del Espíritu. Y algunas veces nosotros
deberíamos de hacerlo con el ayuno. En Lucas 4:14 se nos dice que Jesús había venido de 40
días de ayuno y lleno del Espíritu Santo. Puede ser que algunas veces el Señor reserva Su
poder extraordinario para aquellos que lo anhelan de una manera extraordinaria y lo demuestra
así cuando ayunamos por un periodo extenso dedicándonos exclusivamente al ayuno y oración.

D. Obedeciendo con prontitud al Espíritu Santo

Nosotros debemos de obedecer al Espíritu Santo aun antes de que nos sintamos llenos del
poder de Dios. Porque es muy claro que el evangelizar es nuestra deber. Miremos lo que nos
dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 9:16-19 y 2 Timoteo 4:1-2:

“Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y
¡ay de mí si no anunciare el evangelio! Por lo cual, si lo hago de buena voluntad, recompensa
tendré; pero si de mala voluntad, la comisión me ha sido encomendada. Cuál, pues, es mi
galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no
abusar de mi derecho en el evangelio. Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de
todos para ganar a mayor número” 1 Corintios 9:16-19

“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en
su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” 2 Timoteo 4:1-2

Vimos entonces 4 principios por los cuales podemos ser revestidos de su poder: Primero
sumergiéndonos en la Palabra de Dios, la Biblia, segundo creyendo la Palabra de Dios, tercero
orando seriamente para ello, si es posible ayunando, y cuarto y último obedeciendo con prontitud
al Espíritu Santo para evangelizar. Ahora quiero hacerles la siguiente invitación.

Invitación:

Es sorprendente ver como Pablo exhortó a la iglesia en Efeso para que fueran llenos del control
del Espíritu Santo y para que fueran llenos del conocimiento de Dios. Pero vemos mas tarde con
Juan apóstol como ellos pronto se habían olvidado de ese primer amor con que fueron salvos. Lo
mismo pasa con la iglesia de hoy en la vida personal de muchos creyentes, nos hemos olvidado
o hemos dejado nuestro primer amor con Dios. Ya no hacemos las primeras obras de fe que
hacíamos una vez fuimos salvos. Nuestra pasión por Dios ya no es la misma. Ya casi ni
compartimos nuestra fe. Espero pues que con esta exhortación cada uno de nosotros
reflexionemos y nos arrepintamos para que seamos nuevamente llenos de Su presencia y
revestidos de Su poder.

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“Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda
en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y
paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles,
y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado
arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has
dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las
primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te
hubieres arrepentido” Apocalipsis 2:1-5

Que Dios le bendiga,

Carlos Téllez

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