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Cuadernos de MARCHA es una publicación uruguaya


mensual. editada por MARCHA en Tall. Grát. 33 S . A .
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Administrador: Hugo R. Altaro
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(

Cuadernos
deMARCH
NUMERO 41 SETIEMBRE 1970
(

Cuadernos
de .MARC A
NUMERO 41 SETIEMBRE 1970

··,
FRUGONi, fL DESCONOCIDO
por EDUARDO JAURENA "••ottoo•"4'l>"O!:'coe'"'• .5

FICHA BIOGRÁFICA •• _._••••• ·-·-·~· .•-• .... _,_...... ., ., ., ., .. JJ

GUÍA BIBLIOGRÁFICA •••• • º •••••••• º º. º-º-º-"-') º "· 13


JUSTIFICAClóN Y COMPLEMENTO
por ROBERTO IBA«'IEZ ••• º º. º º º •• º ••. º º .. º º º. i5
fRUGONI POETA o • • • o • • • • o e • • • • • • e ..... & .. o o o • 25
COMO ME ENCONTRI! CON FRUGONU
por ARTURO J. DUBRA • • •• •••• º ••• º º º º º º º· 29

DOS DEFINICIONES Y UN MENSAJE º º ...... º º ., º º 33

FRUGONI PARLAMENTARIO • º º .. º º º • º eo º º .. º º º º 35

ARTfCULOS POUTICOS •• º º • º º •• º º •• º • " º ..... , .. 45

SEMBIANZAS o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o_o....,o....Q_~0-9
C?....o...... 51
CRÓNICAS DE VIAJE
(del libro "De Montevideo a Moscú") • º .. M "'"-ª 69

EN FAVOR DE LA AMNISTfA POUTICA º • º-º~·-·-·-~ 71


CARTA SIN NOMBRE A
LOS SOCIALISTAS o •-•~o.Io:-e:o:o'o.n:o:o.:_o_.:o_o..;.<?.!.<>.:.•~:oJclo~o~o 79
EDUAROO .JAURENA

FRUGONI,
EL DESCONOCIDO en el Uruguay, de entre algunos 'insólitos
U NOS cuantos jóvenes, lutgo de leer en el
Cuaderno anterior, páginas de Frugoni
por ellos ignoradas, estudiando en equipo, se
aplausos de quienes a justo título' debieron
considerarse sus adversarios, pero también, y
tomat·on ttabajo de reflexionar ·sobre esas paradojalmente, de los que pucliendo y de-
páginas, de subrayarlas, de comentarlas; y al biendo ser sus compañeros y sus discípulos,
cabo de la tarea nos han hecho conocer sus todavía hoy, ¡to~ empeño de roer la roca!
conclusiones, que valen por toda una cose· prefieren erigirse en sus enemigos, u-atando
cha. A unos les habían hecho a·eer que Fru- de sepultarlo entre la hojarasca de interpre-
goni no había pasado de ser "un futurista", taciones infundadas cuando no abiertamente
una especie de fugitivo del presente, el que malintencionadas. N.o han aprendido, estos
le tocó vivir, a fuer de refugiar sus sueños t'tltimos, que con los monumentos no ~e dis-
de justicia en un mañana declamatorio y re- cute.
moto. Otros les habían dicho de la "ajenidad" Quede a otros, o también a nosotros, pero
del socialismo frugoniano. Otros, de su anti- en otra oportunidad, el análisis y valoraoó»
marxismo. Otros, acaso no los menos genero- de aquel trayecto de Frugoni, que en un iti·
sos, que eta apenas "un demócrata", un pre- nerario de casi sesenta años, quedó registra-
dicador más o menos evangélico de conceptos do en las actas parlamentarias, en la cátedra,
abstractos Gusticia, progreso), un reformista en el libro, en revistas, en asambleas popu·
tibio, a lo sumo un buen ciudadano, perti- lares o en la plaza pública. Nuestra tatea de
naz moralizador, cuya principal diversión ha- hoy es hacer conocer algunos aspectos del
bría consistido en ser grato a la burguesía, pensamiento del insigne socialista en sus años
de cuyo tinglado habría sido una simple fi· postreros. Lo que para todos, menos para
gura ornamental. quienes fuimos sus más íntimos colaborado-
Ahora, leyéndolo en el CUADERNO DE res, es la biografía de su silencio.
MARCHA, los jóvenes de la referencia, han Octogenario ya, en 1962, consideró que
descUbierto sencillamente que Frugoni, en la una tesolución adoptada por un congreso de
real significación socialista de su pensamiento su partido lo colocaba en conflicto con su
y de su obra, les fue estafado a su conoci- propia definición esencial. Entendió que de-
miento. Nos lo decian con asombro e indigna· bía optar entre no pocos amigos y compañe-
dón. I'ós de buena parte de s.u vida, y los princi-
Tal vez algún día setá necesatio rescatar pios de toda su vida. No sin un gran des-
al fundador del socialismo y de la izquierda. garramiento «ntimo, como cuarenta años an-

NUMERO 4t /SETIEMBRE !Q7Q


m. en circunstancia parecida aunque par mo- ble tt las vibraciones de un pafs, de un con-
tivos disdntos, se inclinó po1 los principios tinente y de un mundo sacudidos en sus
Una etapa había finalizado; otra debla co- entrañas más recóndita~, y expresar todo eso
menzar. Siempre en él cada final fue al mis- en la arquitecturación de un movimiento po-
mo tiempo un comienzo Dándose una con- lítico que lo proyectara más allá de su propia
lligna, en una 1ennión no muy numerosa a existencia. Era necesario superar juicios y
que nos convocó en sti domicilio de la calle prejuicios, avPnt:n recuerdos, 'renova1 cami·
Ejido, nos la clió a todos nosotrns, · Empeza1 nos y construir pensando en el futuro, ménto
de nuevo, acumulando piedra sobre piedra" mayor cuando quien debe hacer todo eso esta
La empresa no era fácil y los colaborado- tocando ya con Ja mano el horizonte.
res no abundaban. t.J tenía plena conciencia Un episodio conmueve a la América toda,
de que debla actuar en los límites de un la revolución cubana, proceso vertiginoso que
tiempo que se le extinguía. Trataba de ex- va desde su origen liberal hasta Ja final
primir cada minuto, y de continuo nos re- definioón marx-leninista de Fidel Castro. No
cordaba que quería morir en las trinchera' pocos vacifan en el campo de l<t izquierda.
de Ja izquierd.1 desde donde habí.t librado , Algún compañero de su m:\s entrañable amis-
a partir de 190!1 Lodas las batallas de su vida tad, discrepa. Aunque duela, debe quedar en
1Cómo Je pesaban los años en aquellos el camino. La definición de Frugoni es ta·
días! Por momentos los sentía desplomarse jante: la discrepancia con la Revolución Cuba.
•obre él LC•ll"1 t.n:i tropa de redomones. Su na debe considerarse incompatible con h afi-
salud estaba eriamente quebrantada y sus mé- liación a la nueva agrupación socialista. "Yo
dicos no Jo alentaban ... pcro él quería oua no era marx leninista antes de Fidel Casero
vt:i. trepar a las trib11na5 rallejera5. H'rorrer y no tengo motivos para serlo después de él
el paít; -dijo-- pero una revolución, con sm acier.
tos y sus errores. es un todo, y esta revolución
No pocas veces había c:xpresarlo qlle si
hay que aceptarla incluso con el paredón,
.. uiste es morir joven, en la alboro1.:id¡i ple-
romo se acepta por sus panidatios, la re\'O·
nitud de la vida' triste e5 t:imbién (' :ira~o
lución frnnces:t a pernr de b guillotina" Para
más) ofrecer " el espectáculo de una exis ('n
que no quedara duda alguna, dio público tes-
cia agotada qu e se sohrev~ve Tnl vez, para
timonio de ~u opinión en carta publicada en
iu propia resignación, llrgó a1 concluir que
la prensa.
e'n el apag;imiento lento de Ja vejc1. prolon-
Fue éste, un ro-Hivo de discrepancia con
gada, la nat11rale1a tiene su lógica sabia: Ja
la Internaciona 1 Socia lista que adoptó 11 na
de harer "de la propia muerte - ran tremen-
pomJTa de acciva y furihunda beligencia con·
da cum1do la iluminan el pen<amiento, la
tra Ja Revolución Cubana: un motivo aunqut'
previsión deJ hombre, la ra1ón que se abis-
no el t'inico ni el más grave.
ma y se aferra en la profundidad del misterio.
... FI 28 de mavo de 196.l'í, Frugoni rer1bio
l:l memoria que arroja su mirada hacia atrá~.
una extem.i rana de la f nternacionai abo-
el sentimiento que sufre Ja tortura de l;:i
gando porque renunciara a organi1ar un par
partida- un desprendimiento gradual de la
tido sodalisra, \' exhortándolo a incorpornrse
cierra, que se neja cuando ya nsi no ofrere
ron rns compañeros. al paitido batll ista F J
lHracti\'os para retenerno,".
~eñor Albert Carthv, secretario de la Lnter
El destino que lo habla condenado a so nacional, firmante de la misiva, hasta le pro-
brevivi1~e. le ntgaba ahora el derecho a mo-
rir de viejo, " a . apagarse r~mo una lámpara 1 ponía interponer sm buenos oficios para in
rluir algún socialista f'n la lista de candicla
falta de aceJte, a hundirse en la sombra casi C05 del "batllismo 15" Pocas veces he \ isto
sin advertirlo o al menos sin tene1 motivo a Frugoni tan indignado como en aquella
para aferrarse a la vida como cuando su~ ocasión. El señor Carthy, burócrata coITom-
sentidos estaban alertas, su inteligencia esta- pido, tenía un atenuante: la mala costumbre
ba clara y su organismo todo. inclusive el es- de embriagarse. ¡pero la famosa In ternacio-
pfritu, se erguía en la pujanza y el esplendor nal!. ..
de Ja salud·. Ante tal despropósito Frugom remitió do~
En estas palabras suyas está resumida su cartas, documentos hasta ahora inéditos, de
mayor tragedia de aquellos días. Sobrevivien- los que damos a a conocer algunos pasajes.
te de sí mismo, debía sobreponerse a las ]im1- A la Internacional le dice:
taciones de su declive, para ser antena sensi· ••Montevideo, junio 18 de 196!\.

PAQ. e CUAOE~NOS OE MARCHA


[1

Ciudaqano Albert Carthy. laTga nota del secretario de la Internactonal.


secretario de la Internacional Socialista. fechada en Londres. En esa nota, ante nuestro
88a. St. Jo~n's Wood High St. estupor, nos anuncian que la Internacional So-
LONDRES, N. W. 8, INGLATERRA. cialista aspira, y, por lo que surge del contexto,
Señor Secretario: realizará gestiones, para incluir en su seno al
,, · Debo indicarle que el propósito de ad- PaTtido Batllista. ¡Parece cosa de no creer! Yo
mitir al Partido Batllista como observador todavía no he podido ~alir del asombro y la
1
en la Internacional es un grueso error que indignación.
se inscribe en la visión equivocada que la Durante muchos años, nosotros en el Uru-
Internacional tiene de América Latina. La guay, como ustedes en la Argentina, hemos
tendencia a f incularse a partidos poderosos, cargado con e.1 desprestigio derivado de nues-
que , ocupan el poder o que tienen la posibi- tia calidad de integrantes de una lnternacío
bilidad de ejercerlo, lo ha llevado a relacio- nal que albergaba en su seno a hombres y pa1 -
narse con fuerzas políticas en acelerado des- tidos maculados como integrantes de gobier
crédito por su notoria inconducta: el APRA, nos incursos en serias claudicaciones. Por culpa
de Perú, es un ejemplo ilustrativo. La con- de esa Internacional, portaestandarte, al fin, de
secuencia es lamentable: en esta América La- la proverbial incomprensión de Europa hacia
tina, donde se procesa una profunda revolu- nuestra América, no pocas veces Juan B. Ju ~
ción, el socialismo s.e identifica con Jos secto- tQ fue acusado de "europe1 ta" o de incurrir
res que irremisiblemente serán derroLados. en "ajenidad". No me refiero a las corrienres
Deja el campo libre cuando el socialismo reaccionarias y ultramontanas que, por nue~·
-por sus antecedentes, su doctrina y sus so- tro internacionalismo, nos califican de forá-
luciones- n6 podría estar ausente, sino que neos. Aludo al resquemor sentido y sincero de
tendría --cabalmente interprerada esta reali- cierta gen te de izquierda que no podía ver r.o11
dad- muy favorables perspectivas. buenos ojos nuestra participación, casi 11iem-
En lo que concierte al Uruguay, la insi- pre más teórica que práctica, en la famo~a ln-
nuación que surge del texto de su nota, de- ternacional Socalista desacr!"ditada por claudi-
muestra amencia de información en todo> can te y conservatista.En un libro que ar.:iba
Jos planos: de aparecer en Montevideo, "Antología del tn·
a) No existe un Partido Batllista 1. 5. Hay ~ayo en el Uruguay", su autor, profesor uni-
un Partido Colorado, dentro del cual el gTu- vCTsi tario, me dedica unas cuarenta páginas,
po que utiliza el número "15" es el m;\, pO· Ja mayor parte de eUas, de~tinadas a demos-
deroso. Pero, ese panirlo acrúa inorgáoicamen- trar que yo, siguiendo las huellas de Justo, tia-
te. Hace veinte afios que no tiene autoridades. té de organizar un socialismo "impor tado' (al
La dirección la ejercen núcleos que ~e federan igual que él en la Argentina, se recalca), ua
de facto a través de sus caudillos. "socialismo europeísta", "ajeno" a los senn-
b) La Ley Electoral no permite la incor- mientos y Jos inteTeses de nuestros pueblos.
poración del Partido Socialista a esa fuerza. Ni En ser miembros de la Internacional 110 lid ·
posibilitJ. pactos ni acuerdos al estilo euTOpeo. bfa ninguna ventaja inmediata, y, en cambio
Ni como se puede hacer en Chile. Sólo serla grandes inconvenientes que dificultaban nues-
viable la entrega total con la comecuencia de tro desenvolvimiento partidario. Pensábamns
que ni podremos usar la palabra "socialismo", que esto último era el peaje que debíamo' pa·
Hasta aquí el pasaje que importa de la no- gar por integrar un vasto movimiento que nn
ta, pero como la Internacional había encomen- día haría posible que el mundo entero se or·
dado a su secretario para la América Latina la gan izara de acuerdo a los ideales en que yo
tarea de convencer al Partido Socialista AT- sigo creyendo hoy como hace sesenta años.
gentino, el último afiliado que le quedaba en Pero he aquí que hoy, cuando afrontamm
América, que la mejor solución para Jos so- la hma más d ifícil de nuestra existencia po-
cialistas uruguayos era hacerse batllistas, Fru· lítica y corremos el riesgo incluso de desapa·
goni dirigió la siguiente carta al secretario ge- r ecer, en vez de la asistencia que teníamot
neral de ese partido: derecho a requerir y esperar, la Internacional
Montevideo, junio 24 de 1965 nos da la espalda, pisa los escombros para ha-
Doctor Ramón S. Muñiz. cer imposible la reconstrucción, y tiende fra-
Mi muy estimado compañero y amigo: ternalmente Jos brazos hacia nuestros enemi-
Ha ocurrido un hecho que me obliga a es· gos. No puede haber mayor felonía. Muchos
cribirle esta carta. Hace unos días recibí una años hemos combatido al batllismo por bur·

NUMERO 41 /SETIEMBRE 1970 ,.AG. 7

1
guea ) se Léñ del r t,imen c:i.puahsta. Y aha. el socialismo sólo puede tea/1wrsl t11Nf1ame
ra, cuando ese panido ha alcanzado el ro~mo partidos rmlt.IOcia/lstas".
de Ja conupción inrerna ) exteriormente ~" El Partido Socialista Argentino e~ miembro
hunde en la abye1c.ión del entreguismo más de la Internacional y sabrá lo que tiene que
servil al pode ·oso :....,,perio nor1r.1rnericano que hacer en relación con lo expuesto eR est~ h1·
asfixia a nuu.tr 1 contifünte, la Inte1n.1cional ga misiva.
nos acouseja que nos hagamos batllistas! ... De mí sé decrr q ue, con 85 años a Ja es-
¡Qué arrojemos a la hoguera ~esent'l años <le paldi no estoy dispuesto a dej;u cie Se'J' socia-
vida y de hiqoria; <¡ue, hund1i'nrlonos en el Jista. 'ioy hoy má~ socialista que nunca. En
ludibrio. nos pasemo" al enri: 1go wn arma5 oportumdaci de cumplir 'mis pr, añn~. MAR
-v bagajes! CH.\, ~1 periórfico de Qui ja no me pidió un
Hombres de gobierno ca~i 10Jo<., Jo.~ cli11 arrículo. Allí, elije lo que aquí qniern ratifi
gentes de Ja InternaC1onal, son dt>nusiado i111 car: "Fui soriaJi5ta, my sociali~t;i v •eguire
portantes y polcrones p;:ira perder el tielll po en ~iendo socialista. Desde Ja., trincheras .de la i1-
bagatelas. Ellos no se clan r.uenra qu<" un viejo qunda libre tod¡¡~ la' hatallas de ro; nda: dec;.
que ha vivido 8!l aiios, sesenta de lo~ Lllale,, de l"sa-; rri orheri~ pelean' h¡¡~ta rpremfl1 mis
l uchando por el socialismo. cuyas ideas ha dr· i'.thirnas energías"
sarrollado a Jo largo de muchos libros, no pue- ~o desro morir 5in n•r al Partirlo nri;tliqa
cte pasarse al enemigo, sin exponerse a Ja con- del l rug11ay luchando ne nuevn.
miseración de sus c.onciudadanos. ¡A la conmi- Reciba un fuerte abrazo de su vie jo amigo
seración, el más detest... ble de los seuumiento.,
que un hombre pueda provocar en los demá~t Emilio Frugoni"
•·Pobre viejo, didan incluso mic; tm1go5, est::'
1ilingo." ,\sf rompía p:ira siempre c.on la i nterna·
Nuc~tro idioma, con ser Lan rirn , no tiene cinnal '>ncialisrn
palabras para calificar el aime.n ele esta In· 1
ternacional que no se ha limitado a enviarno., --'(--
esta carta, cuya ropia les harr llegar. Se ha
puesto en romano ya con los ba t JI is tas (y se· Frngoni siempre tovo el privilegio de vc1
gún datos, esco;; contacto., viern n cle~de tiem- m{1<;, 1 m;',~ le¡os que muchm de sn' rontempo
po). ¿Se da cuenta, doctor Murnz. Jo c¡oe ~t;i.· ráneos. Por tso tue m11estro. l1der. conductor,
nifica que mientras nosncnh nos estonamo., aunnuP el no se haya c0nsiderarl_0 nnnr;i na
p•Jr poner de nuevo en pie al viejo v glono~o da rn;1s que nn compañero
P.ucido Socialista del Urugua}- qu.ents t• n F.l, ya en~ 1en11 1oncit·nci;.l cab:il rlr•
drian que estar ayudándonos en l:i t:l.Te:i. ,t! fJlle el Uruguay )' :1. ron t111ente ainPfl\~1110 •e
h,dlen en trato" y componcnd:i' con lo~ erw-
mwos?
Par la calta que he rerib1do ele b Intern:i ·
rional, me encero, :irlemás. que h;i n admitirlo
corno miembros ohserv;idore• <il APRA , a Ar-
l
. hund1an en una cr 1515 ele h que no l e~ '>U i;1
pn~ible s;.il-ir sino pm n\minno; revnlucion·uíos
fn 921 el ref01 mismo p:irbmem 1110 l1;i
hh sido uno dr los rnutÍ\'OS {ll incipciJt... e¡ 1f'
prntl11jeron el desgarrarnienro del r11ovm íeT1 10
cl•n Democrática, al partido de Figuere~. etr,
:Es decir, que, sin perjuicio de ~eg11ir u•anclo
.,J.i, 'ro, dando 011ge11 al P.nticlo Com 1nlist .
rontra1 io en absoluto a lo que tlenunciaba co-
por hábito verbal, cierta~ expre.,iones n•v0lu
mo un::i "erdaclera traición al destino final de
cionaTias, en los hPchm, están 1ecogiendo en la clase of)ll"ra. Fru!!,oni se alist6, ento nct's,
t>l carro de la Internacional, il todn~ los par- encre los que comiclerah:m como tarea alt:t-
tidos mis contrarrcvoluciona1 i05 d1~ ni1estTO mente. pnsitiva la rle promover mejo1as sociales
ronrinenre desrie. las h:rncas parlamem1rias. No ~in razón
Le c:opio un párr:tfo tle fa e ·na; "Dbpurs podt frÍ tenfrsele por el padre df' la legislación
d1 la separación del sorialhmo uruguayo, a sotial urngnaya. No obstante. a l final de su
n· ,utro. '10~ queda sólo, en América Latina, el vida, en una tarea de re-examen y revisión rle
Partido Socialista Argentino". Dr> :itenuons al s11 propin pens::imiento como sólo era capaz de
co ·texto, e~1r párrafo puede interpretarse así: realizar, tuvo muy claro qne, ahora sí, los ho--
•·El Partido Sociali.fta Argenti110 es el iltmw rizontes del. Tefor"llismo parlamentario e~tahau
ln re que nos queda en Améric11 Latina, po • cenado y por el camino del engaño y la ca5·
que en ese coniirzenle hemos desculiier o q1;e trac.ión del espíritu de lucha de Ja clase obrera,

.J"AO. • CUAD E RNOS OE MARCHA


podía ser un modo de traición. Más de una 1idario fue seguramente para los que ~e dlspu-.
,·ez se preguntó si muchas leyes sociales más sieron a luchar desde la clandestinidad. Recla-
que batallas ganadas al capitalismo, no eran maba que se reabrieran los clausurados canales
meras conquistas de un grupo de obreros a de la legalidad por donde p:.ieden circular la!
costa de otros. Tal el caso de las bolsas de tra· corrientes sociales y humanas con sus energías
bajo, que aunque reserven las oportunidades desplegadas; y al mismo tiempo amnistía para
ocupacionales para un sector obrero, espe- los presos políticos, como única vía de pacih-
cialmente vinculado a una determinada indus c;_aoón nacional. Ambos reclamos son hoy para
•na, no dismtnu}en el número de desocupados, nbsotros un mandato. También una convic-
el ubérrimo ejército de reserva de que los ca- ción.
pitalistas se valen para abaratar la mano de ~nte la incautación de la Casa del Pueblo,
obra, única propiedad del trabajador. Refle- por Ja policía. resul tó claro. por expresione~
xionaba Frugoni sobre si el espejismo de las 'periodística~ de la prensa adicta, que el Poder
conquistas parlamentarías no podría terminar no hubiera tenido inconveniente en entregar.
siendo la coyunda que vinculando a los traba- la a Frugoni para que la adminístrara. Hu·
jadores al régimen social que los victima, ter hiera sido un modo de rescatar la sede parti-
minara transformándolos. sin quererlo, en sus daria para la lucha por el Socialismo. Pero
~ns tenes. en materia de conducta a Frugoni le gustaban
No dejó de justipreciar nunca las energía~ las actitudes cristalinas. Su definición fue con-
que era capaz de desarrollar en su propio be cluyente· "No aceptaremos ni una migaja dP/
neficio la clase trabajadora, mediante sus or- dcspoj(), ni admitiremos que nuestras d1scre-
gamzacione~. Pero no menospreció la potenoa- pancins en el campo de la izquierda, el gobier-
'idad de las clases dominantes para mantener 11() o alguna de rns drpendencias se tmrzs-

sus privilegios. en el cuadro de "las imtítu- f()rtne en drbifro". Pensó, en cambio. en or-
iones" o fuer> de rl. ganizar una columna y encabez:u la para !esra-
Prefería que el enemigo crgara con el e~­ tar por la fuerza la Ca~a del Pueblo, pero hu-
tigma de iniciar el uso de la \'Íolcncia pero ho de renunciar a Ja empresa, porque aunque
no concibió nunca el desarrollo del progreso ,u coraz6n y su c.:erebro cont 1nuaban soñandr.
histórico como un proceso idílico. Por eso siem- ron el futuro "~us manos esoibiendo con rigor
pre, desde el primer programa del socialismo cte ládg() y su voz seguía ~iendo mensaje", <Jque·
uruguayo, dejó a salvo el derecho a responder llas <los piernas que siempre caminaron con
con la violencia de abajo a la violencia rlt> seguridad <le pueblo ya no le respondían. ;Ah
:lITiba. la carga de los años!
Producida la escisión de 1962 y al consti· Estrujada el alma por tanlO) dolores vio
tuirse, en Salto, la nueva agrupación por él PXtinguirse leOLamente su vida, convencido de
mspirada, al formularse la Declaración de Prín- que los d.errotados de hoy serán los triunfado-
ripios, luego ele expresada la aspiración de res de mañana. De un mañana que el no ve·
promo"er la revolución socialista por vías pa- da pero que sabría próximo.
cíficas, Frugoni propuso una salvedad: "sin Había cumplido cabalmente su consigna:
,,.enunriar, si las circunstancias históricas lo " '\er un gran derrotado, antes que un pequeño
exigen, a ningún tipo de acción". ¡Tenía 83 ·vencedor". Para él había llegado la hora. Su
.1ños y seguía reivindicando el derecho a la memoria espera otra en que su siembra y Sll
1evoludón! lucha fructificarán.
Producida Ja ilegal disolución del Partido 0
Sonalista, su pensamiento más dolorido y so- > EDUARDO JAURENA

NUMERO 41 I i:.ETIEMQRlil: iQ'70


FICHA BIOGRAFICA
MILIO Frugoni, líder, maestro y fundador del socialismo uruguayo, poeta,
E periodista, escritor y orador de relevante jerarquía, nació en Montev1
Jto de una familia burguesa y católica, el 30 de marzo de 1880. En l 90í
luzo su "profesión de fe socialista" en conferencia realizada en el teatro
Stella D'Italia. En esa conferencia planteó el problema del latifundio al que
definió como barrera horizontal opuesta al progreso, con la inicua explota-
óón de las peonadas miserables, "adscriptas a la gleba" al igual que los
,¡iervos de la Edad Media. En 1910 fundó el Partido Socialista dando forma
prog1amática y organizativa a un movimiento políuco y social virtualmente
existente desde 1895) Al fundar el PaTtido Socialista, Frugoni fundó la U·
quierda en el Uruguay.
Auxiliar sustituto de literatura en la Facultad de Enseñanza Secundaria,
fue profesor de la misma materia desde abril de 1908 a diciembre de 1910.
Abogado desde el 12 de mayo de 1910, entre marzo de 1926 y marzo de 1933
{ue en Ja Facultad de Derecho, Catedrático de Legislación del Trabajo y
Previsión Social, cátedrn que Je tocó inaugurar. Decano de la Facultad de
Di?recho el 18 de marzo de 1932, en el desempeño de su cargo lo sorprendió
el golpe de estado del 31 de marzo de 1933, oportunidad en que "Frugoni en-
sayó, acompañado de universitarios y obreros, en la Casa que simboliza el culto
de la ley (dice Roberto Ibáñez uno de sus biógrafos mejor documen.tados),
una resistencia ejemplar, pero inútil". De la Facultad de Derecho fue llevado
por la fuerza al cuaTtel de Blandengues y de allí al destierro, en Buenos
Aii es. el 3 de abril de 1933. Durante el destierro, oficialmente invitado, dictó
un curso sobre marxismo, en la Universidad de La Plata. Y en su ausencia
del país, los estudiantes uruguayos dispusieron que presidiera el memorable
banquete dél Hotel Pocitos, desde una silla vacía. Electo diputado en 1934.
regr<>só a la patria, renunciando al decanato y donando a la Facultad de
Derecho los sueldos correspondientes a sus trece meses de destierro.
Fue diputado de 1910 a 1913, constituyente de 1916 a 1917; diputado
de 1919 a 1921 (en que hubo de renunciar a raíz de la escisión que dio
origen el Partido Comunista); reelecto diputado en 1928 lo fue hasta 1931;
electo diputado nuevamente en 1931. renunció el 14 de marzo de 1932 para
~sumir el Decanato de la Facultad de Derecho. Diputado nuevamente de 1934
a 1938 y de 1938 a 1942, luego de esta última oportunidad, el Partido
Sociatista lo proclamó sin éxito para ocupar un escaño en la Cámara de
Senadores. El país perdió así, a partir de entonces, el concurso de una de
las figuras más relevantes de su historia parlamentaria.
Siiµultáneamente con su actividad docente o parlamentaria, desempeñó
ur.a tarea infatigable de siembra y militancia, en la tribuna callejera, en
El libro, en diarios y periódicos Entre 1944 y 1946 fue miniHro plenipoLen·
ciario de Uruguay en Rusia.
Casi octogenario ya, sin abandonar del todo su milici<l socialista, quiso
refugiarse en un retiro relativo "donde pudiera dedicarse a tareas que lo
venían reclamando, no con las voces agrias <le la contienda, sino con las de
una vocación de ensueño, de belleza, de arte" (son sus propias palabras). Allí
lo •orprenden Jos sucesos partidarios de 1962, en que a raíz de un acuerdo
ciectoral con un grupo tradicionali~ta, su partido pierde la totalidad de su
[epresentación en el senado y en la Cámara de Diputados. Contrario a aquel
Jcuerdo, transcurrido el acto electoral, en cuyos resultados no quiso gravitar.
presentó renuncia al partido de que era fundador e invitó a sus compañeros
de ideales que coincidían con él, a comenzar de nuevo "como cinrnePta
afio> atrás, acumulando piedra sobre piedra, desde los cimientos". "i\ ti n ron-
servo mi capacidad de esperama", di jo v echó las bases del "l\1ovimil'nto
Socialista".
Con 86 años a la espalda y seriamente resentida ya su salud, volvió d
U.s tribuna' callejeras y recorrió de nuevo el país.
Vivió siempre en la más absoluta austeridad. Jamá~ manejó dine-ro. ni
W'H más sentido de la prnpiedad que el de la pluma con que escribía, el
de sus papeles y el de sus libros. A esto5 últimos ("sus amigos sin fallas"),
los donó para financiar con su venta la t'.iltima cam.paña electoral en que
participó
Disuelto su pare ido poi ilega 1 decreto del gobierno, transformó su pro-
pio hogar en sede clande~tina de sm compañeros.
Falleció el 28 de agosto de 1969, en calidad de ciudadano proscnpto .

.E. J.

CUADERNOS OE MARCHA
n PROSA
GUIA BIBLIOGRAFICA lista de la historia", conferencias dfo-
tadas en la Universidad de La Plata,
a) Libros. de La Plata, en 1933; "La máquina
es un formidable factor directo de la
1915: "Los impuestos desde el punto de vis· evolución histórica", contestación a
ia sociológico", (Biblioteca del Cen- una encuesta periodística en Buenos
tro "Puentearesano''.) Montevideo. Aires. Editores Maximino García y
Talleres gráficos Renacimiento. Cía Montevideo.
1919: "Los Nuevos Fundamentos". Discur- 1940: "La Mujer ante el Derecho". Defen.
sos !llás importante pronunciados er. sa d<" la igualdad jurídica de los se-
la A~amblea Constituyente (1916-17). xos· páginas sueltas. un proyecto par-
Maxjmino García, editor. lamentario del año 1939, un informe
1929. "La Sensibilidad Americana", Dos legislativo y varios discursos.
partts: una integrada por trabajos l !141 : "El Laborismo Británico... Smops11
dirigidos "a la formación de una con- histórica e interpretativa. Editorial
ciencia estética continental,,; la otra, "Afirmación". Montevideo.
por ensayos breves sobre autores na- ... 944: "Las Tres Dimensiones de la Demo.
cionn les y dos artículos sobre Barret cracia". Recopilación de artículos di-
y France. Editor Maximino Garc1a. versos. Editorial Claridad. Bueno•
Montevideo. Aire·~.
1~M: "La Revolue'ión del Machete". Pro- 1945: "De Montevideo a Moscú", Cromcas
ceso de la dictadura de Terra y el de viaje, editado por Editorial Cla-
régimen de Marzo. Editorial Claridad. ridad. Montevideo.
Buenos Aires.
1946: "Génesis, esencia y fundamentos del
19~b: "Ensayos sobre el marxismo", Cua-
socialismo", Dos tomos. Editorial Amé·
tro. en total: "El determinismo del ricalee. Buenos Aires.
hambre", publicado en la revista
"Humanidades de la Universidad de 1948: "La Esfinge Roja"'. Editado por Edi-
La Plata, a raíz de la muerte del bjó- torial Claridad S. A Buenos Aires.
logo Turró; "El :factor espiritual en í953 "El libro de los elogios". Discursos,
el materialismo histórico" y "Los fi- conferencias y ensayos. Editado en
nes ideales en la concepción materia· C.I.S A. Montevideo.
PAG. l.S
b) Folleto~. 1902: "De lo más hondo". (Prólogo de Ro-
dó). Montevideo. Talleres Barreiro y
..El trabajo nocturno en las panaderías... Ramos.
Versión taquigráfica de una conferencia
pronunciada en el Ateneo. Editada por 1907: ..El eterno cantar". Mont.evideo. Edi-
el Centro Socialista de la 2c:i y ac:x. Mon- tor, O M. Bertani.
tevideo, 1916. 1916: ..Los himnos". Montevideo. Imp. y ca-
'"El Socialismo". Conferencia dictada en sa ~ditorial "Renacimiento".
el Ateneo en acto organizado por el Cen- 1923: "Poemas montevideanos". lera. edi-
tro Cultural "Liceo Nocturno". Edicio- ción Montevideo (El Siglo Ilustrado).
nes de "El Sol". . 2da edición: Vol 57 de "Los poetas''•
..Qué es y qué quiere el Partido Socialista'·~ Biblioteca de la editorial Claridad,
Edición partidaria. Sin fecha. Buenos Aires.
..Lucha cocira el alcoholismo". Versión ta- 1925: "Bichilos de luz". Montevideo. Edito-
quigráfica de una conferencia radiotele- rial Apolo.
fónica patrocinada por el club "Juven- 1927: "La epopeya de la ciudad". (Nuevos
tud" de la Liga Nacional contra el al- poemas montevidean·os.) Maximino
coholismo. 1927. García editor.
"Socialismo. Batllismo y Nacionalismo"'. 1936: "La Canción Humana". Ediciones de la
Recopilé!ción de artículos periodísticos. Sociedad del Libro Rioplatense. Mon-
Montevideo. 1928. tevideo. Buenos Aires.
,.Jubilaciones obreras''. Conferencia de ex-
tensión universitaria. Editorial Apolo. 1942: ..La Elegía Unánime". Introducción
Montevideo. 1928. por Roberto Ibáñez. Editorial Losada,
S. A. Buenos Aires. Impreso en El Si-
"La lección de Mélico". Versión taquigráfi- glo Ilustrado. Montevideo.
C'a de dos conferencias dictadas en el Pa-
r aninf? de la Universidad. Montevideo. 1944: "Poemas civiles··. Editores: Claudio
1928. Garcja y Cía. Montevideo.
..El viaje de Terra ante la Asamblea Gene· 1957: "Sonetos Míos". Editado en C.I.S.A.
ral". Discurso parlamentario. 1935. Montevideo.
..El revalúo del oro". Discurso parlamenta- 1960: "Loa caballos". Editado en C.I.S.A.
rio. 1935. Montevideo.
"En defensa de la libertad de prensa". Dis- Con el título de "Cantf di fede", el señor
cursos de Frugoni y Troitiño. 1935. Falco Testena tradujo al italiano veinticin-
"El nazi-fascismo en la enseñanza". Dos dis- co poemas de Frugoni, entre ellos un sone-
cursos parlamentarios. 1938. "Mensaje a to vertido por Filíppo Turati. El libro se abre
ta Juventud". Discurso pronunciado en con l,lll saluto de Turati. (Atlantide. Casa
1940. editrice in Verni, Génova 1925.)
m POESIA Al fallecer Frugoni, entre sus papeles
quedaron los manuscritos. correspondien~
1900: ''lJaJo :!\.l. Vm!.!a.n"'"• lPoesia.) Montevi- tes a dos libros en preparación: "El Cam~
deo. panario sumergido" y '" Los viejos".
ROBERTO IBANEZ

LA POESIA DE EMILIO FRUGONI JUSTIFICACIÓN Y COMPLEMENTO


• Frugoru, oa. llfl. paso de 1u a.Do climatérico apenas, quiso que yo, en plena
mocedad, le escribiese un prólogo para La Elegía Unánime. Lo hice, ec>o
ta ambición -inclUBO- de valorar toda su precedente obra lírica.
Reproduzco hoy, con algunos cortes y cambios, aquel estudio. l\Ic hubtel'i. .
gustado reescribirlo para atender a mis act.ualm exigencias y apaciguar obscu•
ras sediciones -autocríticas. Pero no tuve tiempo ni alegría para intentarlo. De
ahi que ahora me decida a remover tales ·págin:is, a.catando (más que respetan•
do) su lejana estructura.
El ensayo abarcaba Ja poebía de Frugoni eu un lap&o que excedía ya en-
tonces 135 cuatro décadas: pues arrancaba del opúsculo inicial, obviamente pre-
maturo, Bajo tu ventana (1900), y se extendía hasta el invocado volumen de la
dilatada madurez, La Elegía Unánime (1942). Pero como el poeta, nacido en
1880, murió en 1969, cuando tocaba el umbral de los no~-enta años, corres-
ponde anotar que en los últimos veinti1>iete de su existencia, es decir, despué.s
del tomo recién consignado (cuya tercera parte constituiría el mismo año, des-
glosada, El libro de María Rosa), añadió a las diez obras en vexso precditadas'
rolo tres más.
Ante todo, los Poemas Civiles (19«), que \•icron la luz cuando Frugoni
estaba en Rusia como representante del país y me tocó asimismo prologar.
Tomó a su cargo la edición el benemérito Claudio García. Hube de organiza!'
el texto y acompañarlo de p.iginas que, ~¡ orienté a la debida apreciación en•
itica, estrené con una biografía de Frugoni, fa primera del líder hasta aquelloi
momentos. (Signé lo mío con una sigla, R; y le agregué una "Estampa" escrita 1

¡por mi esposa, quien la distinguió con otra sigla, S}.


La segunda de las obras aludidas -esto es, la duodécima en la bihliogra..
fía pertinente-, Sonetos mios, es de 1957. Clausuraba el mayor interregno ve•
rificable entre los títulos de Frugoni. Tras un exordio formad.o por una corta.
silva, se encadenan veintiocho composiciones, pertenecientes a. épocas diversas,
que fundan el rótulo de la serie y más de una vu figuran entre las mejorct
del autor. .
1) Bajo tu ventana. 0900); De lo md& hondo (1902); Et etef'no cantar (190'1)¡
Los Himnos (1916); Poema.8 Montecideanos (1923); Bichitos de luz: (1925)1
._,a Lpopeya de la Ciudad (1927); L4 Canción Humana (1936); Lla .Elegíel Vnlinim•
<1942); El Ubro d.e Maria Rosa (1942).
Ya octogenario, Frugoni editó su última colección poética: Los Caballo~
( 1960). El Iibto, pese a manifiestas desigualdades, aún acredita solventes ener-
gías creadoras. Así en el hermoso y original poema que le da fin con mágicas
lontananzas. Debe añadirse aún que Frugoni proyectaba otros dos libros de
\Tersos: El campanario sumergido y Los Viejos, amb<>s representados por uni·
dadcs dispersas en sus papeles póstumos.
-·-
Algo dije hace poco junto 2 su tumba aparente.
Si la muerte lo borró del todo, completando la obra fatal que empezó la
wejez en los últimos años del gran hombre, hoy la muerte nos lo restituye para-
dojalmente en la plenitud de su ~er. El escritor, el poeta, el tribuno, el parla-
tnentario, el estadista, el conductor recobran en la <>hra viva y en la historia
de un pueblo presencia inamovible. Porque no es un muerto, es un inmortal
el que cvocam~. R. l.

110ESfA (NTIMA Y POESIA SOCIAL mento del romanticismo hist6rico, lo antecede


VALIDEZ Y CADUCIDAD DEL y lo sobrevive.
Así Frugoni. Tributario de un caduco ro~
ROMANTISISMC manticismo de superficie, al cabo se halló a
ODó que prologó el segundo Lbro de Fru- sí propio en el romanticismo esencial. Aunque
goni, De lo más hondo, escribió la5 si- su personalidad compleja no acepte la inse~ción
guien'.cs pal;illras que hoy sorprenden, en un rótulo único.
corridos los años y dibujado el destino del hom-
bre: "Tengo ••. ante mí ..• un libro de poesía .. , LA INICIACIÓN
dulcemente egoistu .•• Libro de intimidad: poe-
o;1a de recogimiento y 1.;onfidencia. No se si habrá Frugoni se inicia cuando el Uruguay al·
quien... a~ün5eje a! autor que atienda a lo canzaba, por primera vez, literatura propia..
que pasa en torno suyo; que confunda su pe1- :Bajo signo modernista, pese a u romanticis-
sonalidad de poeta con 1..i. personalidad colec- mo de segunda o tercera mano.
tiva de su pueblo o con la de una cornunióD El crepitante Consistorio del Gay Saber se
ideal a la que muevan hondos intereses hu- extingue con una detonación. Luego se empi-
manos". - na· la Torre de los Panornmas.
Nadie, en nuest.o ambiente, ha identifi- Junto a los dos veteranos magnuicos, Zorri-
cado, como Frugoni, su personalidad de poeta lla . y Acevedo Díaz, surgen los grandes valores
con la de una comunión ideal, movida y con- nuevos: en el ensayo, una tetrarquía pensante,
movida por hondos intereses humanos. la que forman Rodó, Vaz Ferrcira, Carlos Rey-.
Profec1a de soslayo, la del autor de Aricl, les, el tardío Figari; en el teatro, Sánchez. es-
formulada como uua comprobación } con el coltado por Herrerita; en la. narración, con
implícito deseo de una directiva que por fide- Viana y el mismo Reyles, Quiroga, que pasa de
lidad a sus ideas sobre el papel del crítico no dandy a salvaje y de adicto de la Decadencia
se atrevía a estatuir, se ha cumplido frontal- a t6nico revelador de I..s Misiones; en la líri~
mente en una de la11 mas hermosas existencias ca, por último, Herrera, María Eugenia, Del·
con que se pu.!den enriquecer fas memoria::. mira, Vasseur. Junto a estos últimos, sin olvida•·
de un pueblo. a Roberto de las Carreras, están los dicípulos
La evoluci6n del poeta parece presidida por (Minelli, Miranda), o los benjamines (Frugoª
un numen iluminativo: iniciado en la vida de ni, Sierra) .
las letras a los veinte años ( 1900) con Bajo No tiene Frugoni sino pres1:;ncia marginal,
tu ventan.., se manifie5ta aúD como tribu· pues, en la constelación que se manifiesta cabal-
tario del romanticismo verbalista que arrastraba mente con el siglo. Pero tendrá. presencia nu-
en América -ya extin~do en Europa- su clear apenas el modernismo novecentista deje
flonpondio senil, entre las pautas extremas del paso a otras Connas: hasta ser, no s61o poeta de
imspiro y del trueno. un suave mundo intimo sino cantor social: el
Hay ¿cuántas veces se ha dicho? un ro- de la urbe nueva y el de las multitudes pro~
manticismo eterno, de legítimo rigor estético e ]etarias.
imponderable verdad humana. Sagrado narci- Frisaba su edad con los enardecidos veinte
sismo del corazon .que se redime en las fuentes años, cuando publico Bajo tu '7cntana ( 1900),
de su propia sangre, coincide con el mejor mo- poema en i::ilvas, primicia! y primerizo, cuyo
rorulo, ma~ tarde, no mcor pu1 o l rugom a la ¡.1nme1a, ei aliento profético circul;,. --oca!.io·
lista de sus obras _en verso, desautorizando b nal, siu embargo, rodavía- entre el jadeo de
fluencia romántica, eltgíaca y amatoria de un las bauderas populares.
canto t::n que la artiÍJ.c1aJ po~tura ti ovadoresca Pero el poct.1 íntimo i;eñore:i. Y aunque
<e resuelve <'n una &uces1ón de quejas nias li- F1ugoni, pur ~u modalidad espontánea, no 1lem·
tcr,\rias que vívidas y vividas. pie mantic11e la tensión creadora, hay en este
Dos aüos de~pués ( 1902 ), diu a la e~tam­ librn poemas . de lograda estructura.
pa con prólogo. como dijimos, dt:: Rodo, Sil Con ~u habitual acierto,. Barrett ( 1), elo·
~egundo libro, "De lo mas hondo'', que, por giando "El ELerno Cantar", señaló entre otros
tacita rnluntad del poeta, asumió en la tota poemas de su predilección "El Reloj'', "El Mís-
lídad ele su !abur la pnmogenitura lírit.a, de ti1.;o'', ·-Et Je1 eito~u mal" y "Sembl::mza".
ni 11gun modo el mayorazgo. que en aite es .C.n 'r,l idoj", d metro, t:scogido sabiamen-
el privilegio de las obias maduras, general- te, reproduce con la isócrona lentitud del
mente la~ que surgen demediada la vida li- :deJat1drino, el Lumpas que el latido mecánico
teraria. precisa, y la emoción del tiempo nos lkgl.
Revela, en un plano de intimidad apasi0- convertida en 1mage11es, grave y comunicaiiva
11ada { ~uave, la persistencia del tono ele2ía- tt:o1110 un ritmo cordial. ·'El Místico'', fina y
co y un acend1am1en10 visible de los medios p11moro~a composic1on, a~o111a cumo un &igno
expresivos; aunque todavía los temas y mo:lo~ inquietante de rumbos poéticos que !Frugoni
de la época (retór;ca del amor para el que la prtfirió sustituir. "Semolanza" es un soneto
bellf'za femenina es. por su propia esencia y delicado, en que 'el aterciopelado claro-oscu-
conciencia, desdeñosa e inaccesible: modulación rn' que llarn.. tt de5cub1Ía en el idioma de este
coral en 1111e las \.oces uniforman su virtud prt- libio, ah.ama enlunado cenit. "E. hortación"
' at1va, acollaradas por el gusto común) desba- tiene calidas resonancias de ''El Cantar de lo.1
ratan la plerntud del hallazgo sin impPd1r que C ... nt:.ues., ··'A1m', la melodía del pasado que
umi fina urdimbre sentimental comunique al gene1a 11 emoiia~ para dudir la muertl!:
conjunto g1acia, belleza y simpatía. Pese a la "¿Odiaite! ... ", la fatalidad del amor, itre-
solidaria contumacia dt la inter.ie1.:ci611 abun- . \.Ocable frente a Ja belltza; Camafeo'' \S P-
dosa y el vocativo enternecido, al desborde to- gunda pane), georg1ca sensualidad y luz e¡¡..
lla! de la imploración y el lamento y a uua ióuca, en \'ersos plást!cD'I y sobrio~.
danza de rimas que en parejas indisolubles an-
cicipan alternativamente su fácil convivencia, "LOS HIMNOS"
hay paernas en que la imagen novedosa b
autenticidad de la emoción y el brío Je la Nur>\e años, despuf.,s, t-n 1916, Frugoni
forma confirman el ad\ enimiento de un pi..!· cumple con "Los Himnos" la asunci6n Jír:ca
destinado. Así entre otras 'La fe me <tCOnl· d,. su magisterio social. El verso fluye, pode-
p4ña" (salvo algunos versos ); o ''La choza", 10~0 y profético, tributario --muchas veces-
que placía especialmente a Herrera y Rci;;sig; por su preclar::i función apostólica, de la e)o..
o "Cantar" (recogido en "Bichitos de luz"), ruencia en que la poesía desiste.
de sunplicidad encantadora - y tierna; o "R•!·
Cabe, aquí, una interesante comprobación
i1urrección" de poeniana procedencia rrf'inte·
estilísti•:.a: el lenguaje de "Los Himnos" <la.
graci6n de una belle1a muerta en otra \iva):
mate1ia i.·erbal, como diría Thieny Maulniér),
o el segundo de los ~onetos que lle\ an d 1ít ulo
consecuente con la actitud que tradt1ce y ex·
(!P "Fénix".
presa, se resuelve en formas conceptuales o
intuitivas de carácter dináDtco dotadas de
"EL ETERNO CANTAR" elementos activos que se deslíen con únpetu
oratorio o se concentran con transparentes
. En 1907, tras un lustro de germinales si~ músicas en que la poesía !le resan-:e.
lencios, Frugoni ieaparece con. 'El Eterno Esta poética dinámica, con su versi6n ds
Cantar", libro que cierra definitivamente la imágenes directas y mediatas, literaria• y ale..
primera etapa de su acontecer literario, la ex- góricas, está organizada en torno a dos tipos
clusiva sístole sentimental con que compensa- de acción: la -acción natural, espontánea, quo
ba el denuedo de su •ida dvica, diástole de se expande (realizándola) en los estadios pri•
amor y de sacrificio que cundía y cunde en marios de la vida universal y difusa (radia-
una apasionada creación de justicia. ción, perfume, sonido -música, grito, canto--
Poesía adulta, la de "El Eterno Cantar",
¡e abre con una composición en que, por vez 1> "Al Margen''• pá¡. ':J 7 sl:Wentea.

•UME:RO 4t I &F. TIEMeRE: 1970


palpitw=i6n, marcha, vuelo: destmo inclusivo nica naturaleza poética ya hemos hablado,
de la lm y los ojos; la flor y la carne; el agua, se singulariza, aun en la poesía civil de "Los
el viento, el luego, la garganta; la entraña, la Himnos", por un efusivo y sorprendante poder
hoja, la ola; el pie y la raíz; el ala). En se- de evocación que -según sea la materia que
gundo ténnino, la acción inteligente y volun- obtenga predominio: intuición de tiempo o de
taria, que se expande, con la promoción de la espacio-- remanece con la primera principal-
conciencia, en los estadios superiores de Ja vi- mente en vena elegíaca y, .con la segunda, en
da: exaltación del heroísmo unánime, vigilia aptitud plástica y descriptiva: geórgica, prime-
profética de la lucha, mitin de corazones, pu- ro, y urbana, además, años después.
ños y banderas: destino exclusivo del hombr'!, Por ejemplo, en "El aedo canta", Frugoni
de sus manos que crean y aniquilan, de su sitúa la celebración revolucionaria de la Oo·
pecho y su frente en pugna con tenaces fan- muna en un ambiente geórgico, deliciosamente
tasmas. logrado, que subsiste por su hechizo propio
Hemos intentado establecer los límites prin- desprendido, con centrífugo impulso, del tema
dpales del universo vocal inserto en este libro, a que sirve de marco y que le sirve de lastre.
cuyos poemas a menudo se aridecen porque la Retenemos en la memoria algunos de esos
elocuencia es un sucedáneo, no una manera de versos plenarios (los de las tres primeras par-
poesía; la poesía, además, no puede abstraer, tes). Así, los labradores, con la frente imantada
generalizar o definir: el concepto es la sombra por el surco tras la tenaz faena, retornan. Y
lógica de la intuición: su epitafio. dice el poeta:
El conocimiento poético es intuitivo. Se "El cielo no les vio más que la espalda"
abalanza a la imagen, a la experiencia viva, Por otro lado, la nota elegíaca, fundida en
como halcón amoroso que aprehende par.l ocasiones con la geórgica, asigna a los poemas
salvar. sociales interés perdurable e insólito, como al
Pero Frugoni -que es, casi siempre, un citado "Primero de Mayo'', aunque en la vo:i:
intuitivo, es decir, un poeta- indemniza en del orador, edificando un rumor divergente, la
" Los himnos" las declinaciones frecuen~es que música del verso equivoque sus rumbos.
su noble profetismo apareja, con un temblor
de entrañas convertido en mensaje. "POEMAS MONTEVIDEANOS"
Dos composiciones, sobre todo, nos agradan
aunque sean antípodas de su mundo poético; En 1923, tras un período de silencio que
"El Iluminado", poema de áulica estirpe, y duró siete años, Frugoni dio a la ,publicidad sus
''La fea canci6n del carpintero", de popular "Poemas Montevideanos", libro en que culmi-
estofa. Aquélla, por su ejecución ceñida y flui- na su personalidad creadora, destinada a reno·
da, a la vez; po.r las originales "variaciones" varse todavía, con obras ulteriores, en *un aire
metaf6riciu que corroboran la musical estruc- de indeficiente plenitud.
tura del retrato mesiánico -inconsciente auto- El poeta militante de "Los Himnos" no
rretrato-- y la delicadeza mental y emocional desaparece; pero, por feliz sustitución, cede ~I
de sus adivinaciones creadoras. primer plano al artista intuitivo, al que ,.e,
La otra ("La fea canción del carpintero", dentro y fuera, al que organiza la totalidad
que María Eugenia distinguía con su preferen- poemática con sustancias legítimas, no obstante
<ia;, por su ágil desenvoltura, su ritmo rápido, el nivel menor de algunos cantos.
sus graciosas repeticiones y el feliz desembaraz-:> Es, ahora, el poeta de la urbe, de su Mon-
de su intención revolucionaria. tevideo natal, cuya dinámica imagen hunde un
ala en la historia y otra en el porvenir. En el
"Los Himnos de Mayo" (el más antiguo mágico centro de su fluida zona existencial, el
está fechado en 1905, un bieitio antes de "El poeta evoca: la realidad de ayer y la realidad
Eterno Cantar") son las memorias líricas del del inquieto presente.
luchador que, cada año, al celebrar la fiesta Poesía de sensaciones y de sentimientos en
de los trabajadores, renueva su oración en Ja la que sentimientos y sensaciones son el sím~
Acrópolis del porvenir bolo, estéticamente irreprochable, de la inten·
"Mayo" (en nuestro hemisferio la fecha ción profética o social -que obtiene de ese
proletaria cambia su prestigio primaveral en modo su adecuada jerarquía en el poema- se
<>toüal promesa) sin duda es el más valioso. difunde y condensa en composiciones que po-
"'Primero de Mayo" también 11os gusta, au11- seerán un día, por adjetiva pero no superflua
41ue se resienta, !>alvo el hermosísimo final, por agregación, valor de estampas históricas enri·
»u. tono elocuente. quecidas simultáneamente con el testimonio
Pero obsérvese que r r ugoni, de cuya orfeó- 1.fectivo del ciudadano y del poeta.

CUAO~RNOS OE MARCHA
El Montevideo del autor no es solamente el sencillez circulan precisas y preciosas imáge•
nuestro. Es el de su infancia y el de su moce- nes); el de las familiares clausuras ("El Patio"),
dad, un Montevideo que late con apacible ritmo el de las vivaces faenas domésticas y los frcs•
de siesta solariega. Es, también, el Montevideo cos desperezamientos matinales ("La mucama
tumultuoso y despierto que coincide con la ini- y el sol"). Aguardemos. Es la noche. Montevi-
ciada madurez de Frugoni; un Montevideo anfi- deo es ahora la ciudad de! amor feliz: puertas
bio, entre urbe y aldea, que un día se le empina y umbrales improvisan nocturnos paraísos {"La
en la voz y ordena el canto. hora del amor"); hierve la vida céntrica ("El
No hay poesía sin amor. Y s6lo hay amor Retorno") ; pero en la gran aldea la noche se
3Uperior al instinto cuando hay conciencia de desnuda, hasta volverse hostil y solitaria ("Su·
lo que, amando, se defiende o ampara. Lo coti- gestiones de la calle", con su recordable ráfaga
diano, a pesar del "hélas!" con que lo amorta- final).
jaba Laforgue, alcanza categoría poética por Y aún, entre el Montevideo de la vida uná·
obra del tiempo que decreta su tránsito. Y aun- nime ("El alma de la ciudad") y el de la
que todavía ese tránsito no haya ocurrido, el unánime muerte ("El Buceo", una de las me•
poeta enfrenta lo cotidiano, trémulo, porque jores elegías de Frugoni ), el Montevideo de la
tiene la cer~idumbre de su fugacidad irremedia- miseria y del hambre ("El Conventillo", que
ble. "La poesía es ·palabra en el tiempo'', dice -es curioso establecerlo- constituye el ger·
Antonio Machado en página famosa. La poe- men del proyecto de "viviendas obreras" arti·
sía del presente no siempre descubre, cuando culado por el representante popular).
nace. su integridad emocional; pero -<>bser- En estos poemas, la materia objetiva alcan-
vemos- recatada en un principio esa inte- za preeminencia, no obstante la lírica levadura
gridad de la emoción emerge luego con desen- que la informa siempre. Hay otros, en cambio.
vuelta latitud. Los cantos montevideanos de que se apoyan apenas en el dato externo o M
Frugoni, sin embargo de su materia cotidiana, valen de éste -con urgencia afectiva- para
o en virtud de ella misma, adquieren -cada la moción de un símbolo, para el vertimiento
día- por su autenticidad humana y poética. de una idea, o para el curso de un ensueño.
emoción nueva. Ilustra el primer caso: "El Mótorman" (" ••. un
Refrendemos, a través de los poemas fun- hombre amarrado a un camino")., Ejemplifican
damentales -que, como se ha dicho, explotan el segundo, tres poemas: "Radiotelefonía", el
ternas sin precedentes en la historia de nuestra himno moderno de la voz ubicua; "Las Chime--
lírica- la contemplación ciudadana. AUí está neas", composición en que las imágenes epóni•
¡qué cerca todavía! el Montevideo sumergido mas aparecen inquietantes y graves en la mi·
en el tiempo ("El Tranvía del Norte". "Paso tología de la infancia; ávidas y colosales en las
del Molino", "La Villa de la Unión'~, de son- usinas donde se consuma el cotidiano sacrifi·
riente y conmovido realismo el primero; sau- cío del hombre: menudas y tutelares sobre d
dosos y románticos, los últimos ). hogar modesto donde el fuego defiende la espe·
Aquí surge el Montevideo popular, con sus ranza acosada; y "La quinta en la ciudad" (el
calles alegres y soleadas (públicas y casi ínti- poeta intuye la fantástica socialización de lot
mas: "La calle en la mañana"); con sus ho~a­ jardines que publicarán .por la urbe su belleza
res (íntimos y casi públicos: "El barrio pobre" ) . ) su amor cautelado).
con su rutina trajinante ("La hora del descan- Por fin, sirven de pauta al tercer caso, dos
so", "Villa Muñoz" ). Más allá, el Montevideo cantos, de contraria entidad cinética: "El bar•
hospitalario, con sus remansos terrestres ("L:t co emigrante", moroso poema en que la marcha
Plaza Constitución", "Un alto en el camino" J de la nave parece desistir, como s1 degradasen
<> con la blancura eufórica y marinera de sm su ritmo, con romántico imperio, los adiose~
playas ("El baño"). Y ahora, entre paréntesis que conmueven la orilla; y "El Monumento"•
de contrarios crepúsculos, la ciudad ferial, pin- rápida y admirable composición, en que la quie.
toresca y abigarrada: el Montevideo de la tud del impulso, conminada por el poeta, pare·
abundancia huraña ("El Mercado", cuya efi- ce próxima a desatarse, obediente a un amago
cacia debilitan momentáneos eclipses del gusto) perpetuo.
y del amor mercenario, del abasto sexual ("El Hemos incidido en la critica refleja con el
barrio infame", cuya ejecución poemática, sin deliberado propósito de mostrar una de la.~ ma•
~mbargo, adolece de laxitud y explayamiento) yores virtudes de Frugoni: la riqueza y la no•
Pero aca nos aguarda otro Montevideo pin- vedad de sus concepciones poemáticas Aunque
toresco: el de las hunúldes alegrías ("Villa Do- espontánea, la ejecución alcanza consecuente
lores". "El Domingo", cantos en cuva agraciada dignidad.

NUMERO 41 / SETIEMBRE 1979


ºBICHITOS DE LUZ" y reproaucen la ~implicidad mhteriosa del airo"
popular ("Lloro sobre mi cadáver - y el cadá-
Er 1925, Frugoni torna a sorprender con ver de mis hijos - que murieron en mi alma •
otro avatar de su voz; en Bichitos de luz. sin haberlos concebido"; "Hay quienes hablan a
Este delicioso libro (de poesía menor -con gritos - y quienes a media voz - y quienes lo
frecuencia auténtica 'poesía- por su naturale- dicen - con el silencio de Dios").
za elíptica y la brevedad lapidaria de sus com-
posiciones) es uno de los más bellos y acaso uLA EPOPEYA 'DE LA CIUDAD"
f'l de más permanente rigor expresivo entre
todos los suyos. En 1927 vio la luz La Epopeya de la Ciu-
El canto inicial -que da humilde título dad, secuencia expansiva y mediata de los
al volumen- no obstante su carácter directa- Poemas Montevidcan,os. Hay un paralelismo
mente metafórico, anticipa y sugiere con reca- consciente y expreso, entre ambas obras. Pero
tado simbolismo la trémula y concisa entidad F:rugoni no se repite, ni siquiera al insistir C{l
de los suce~ivos poemas, bichitos de luz ( cocu- los mismos temas o cantarlos de nuevo. Mon-
yos, luciérnagas) en ingenuo aquelarre: "Pare- tevideo es, también, el protagonista. Pero tiene
ceis tan sólo vuelo y resplandor. / .Nadie ve otra alma: ahora, sin olvido de su pasado leja-
que acaso brilláis con dolor." no o próximo, cuya sugestión melancólica per•
En la estructura de las composiciones -que dura y reaparece, es la urbe moderna y cosmo·
tienen el movimiento desembarazado y corto polita, no la gran aldea de los "Poemas". Es
del cantar andaluz o del hai-kai japonés o de el Montevideo actual, de esqueleto ciclópeo
los "Proverbios y cantares" de Antonio Macha- (piedra, hierro, cemento); el Montevideo mo·
do, solo el roovimumto, repetimos-, hay una torizado y adulto en su atlética expansión edi-
poétn. a implícita: la del relámpago verbal (la- licia; el que se extiende, a nivel, absorbiendo
tido de una imagen, ondulación de un senti- hqrizontes campesinos; el que crece, vertical,
miento, papirotazo de un sueño, exhalación de para merecer su corona de nubes. Por eso, la
una idea). poesía de Fmgoni ahora adquiere, sin empa-
Hailamos, en ''Bichitos de luz'', con inte- que y por sus valores representativos, la proce-
rrupciones momentáneas, impresiones regiona- ridad de la epopeya; cobra carácter cíclico: se
les o autóctonas (en las cuatro primeras par- disciplina en cantos homogéneos; amplía el en-
tes), aforismos líricos (en la quinta parte) y foque prístino con sencillez verbal en que un
cantares (en las dos últimas). premeditado prosaíiimo contrabalancea, a veces,
Las impresiones autóctonas o regionales con morosa fluencia, la arrebatadora dispersión
--de nuestro campo, nuestro mar y nuestro del espíritu contemporáneo; y, acorde con su
cielo- equilibran, con pinceladas tónicas, el nuevo y más rigurosq módulo estético, aleja el
déficit de los días urbanos y dibujan la esce- objeto, sin renunciar a él, para verlo, si no
:nogr3.fía dichosa del asueto en que se reincor- con tanta precisión, con mayor amplitud en la
poran las próvidas energías dilapidadas. perspectiva mágica del poema. 1
La nota geórgica resurge, localizada y en Para la nueva urbe, una poes1a nueva.
consecuencia enriquecida; tiene, además, ancho Montevideo y su poeta, como diría Rodó:
margen el tono popular, que suele diversificarse "cambian sin descaracterizarse". Tal ha sido
con áulicas presencias (La luna, vista como ve- '
rónica del sol, por ejemplo).
Los aforismos líricos -o poesía epigráfi- 1) El crítico español Federico de Onís, en su
· "Amologia de la poesía española e hispano·
ca- ("Meditaciones") se encadenan sin super- americana". incluye a Frugoni en el grupo posL
fluidad que percuda la voz del poeta en sus rnodernista, "entre los poetas de la ciudad y los
suburbios" que esbozan una "reacción hacia el pro~
fluctuaciones de humor, ternura o melancolía. saísmo sentiµientál". ''Pertenece de lleno a esta ~po­
(En este grupo -y no en el anterior- .d ebería ca ·-insiste- por ~u afención a la wida cotidiana
figurar: "Oh sueño, aprendizaje de la muerte".) y' por l~ expre$fón deliber~danlente pro$aica". El
juicio peca ·de fragmentarfo y exclusivo con ,rela~
Los cantares ("Madrigales", título inade- ción' a personalidad tan compleja. Podríamos .;e·
cuado, y "Confidencias"), a veces de una sen- ñalar, atlemá.s, 1á venial inconsecuencia cronológi•
ca en que el· c;rítico incurre al cerrar la etapa post•
cillez indecible ("¡Cuántas estrellas brotaron modernista "en "el año 1914. por un lado, y abstraer,
-desde que viniste al mundo¡ -;-Ojqs abriq el J?Or otro, un aSP\!Cto 9~ Frugonl que :-:-eomo lo~
res~11~¡vo~ I?':'eµi~ escogido~ para ilustrarlo- re~
firmamento- para contemplar los tt,1.y?s1'; "N::i; 'l;i¡¡~'-' ca~i ·en dos lustros esa t~c;h¡¡. Y ya aue la
~e hay de mejor memoria - que ia madre q~e .ÓJ?ortüjll<il:id' se ' p:i:e~enta. salvemos otros dos errores,
yo tengo: - ¡cuando yo olvido mis penas, • e1Ia U119 d~ ello~; 'c1Vfoso: Frú¡Jóp.l l)acij) ~n 1?'80--(el 30
de J!lª.rszo)LJ c1;1r:só ~\19 ~~~1,1d1os en el Uru~uay,
las está sufriendo!"), se suceden como sorbof. 110 ~n al......anca.
en rigor ia consigna a que su;et6 Frugoni sm. c1on lustonca, IZa la imagen de su propio pa·
proponérselo el devenir orfe6nico -insistimos- sado) se u~en las dos ciudades: la de ayer y la
de su mundo vocal, pluralidad simultánea mo- de hoy.
dificada en pluralidades sucesivas. Paralela :i esta dimensión temporal, se d&-
Esta poesía, menos íntima que la de "Poe- fine la dimensión e~pacial de Montevideo, que
mas Montevideanos", se acredita con hercúlea_ es ya la urbe sobe1 bia, donde se ufana el lujo.
prosapia: Whitman, Verhaeren, Romains, cuyo flanqueado de miseria ("El canto de la noche
árbol genealógico tiene raíces dinámicas y fo- urbana"); ya la ciudad humilde, popular, pro-
'laje de vértigo. "Par unanimisroe'', decía Ro- letaria. Sin oposiciones ingenuas, ésta se levan-
mains -sin duda el menor y el más volunta- ta en cantos musculosos, de plástica y dramá·
rio- "entendez simplement l'expression de tica virtud, en que la protesta soe:ial, subrepti~
la v1e. . . unanime: collective. Nous éprouvons cia o desnuda, sin mengua de su vibración demo-
un sentiment religieux devant le monde qui ledora, es la periferia y no el centro del actó
nous entoure et nous dépasse." creador. Son particularmente notables: ''El canª
Este parentesco no entraña, en Frugoni, de· to de los barrios pobres", de los suburbios don-
pendencia ni inflexible postura escolástica. \' de el campo hace a regañadientes su aprendi~
la disolución de la individualidad en lo colec- zaje civil; "El canto de la vida sencilla'', de
tivo, no es incondicional, ni deliberada ni com manso prosaismo, como el de los corazones que
tante. convoca con abr:uo beato; "El canto del foot·
Entre "El Canto de fa multitud" y "El ball" ' ".El canto del entierro", que también
Canto del saludo y del destino", alfa y omega lind,rn con la pro5a en su divergente y aguern •
del volumen, difunde Montevideo su incoerci- <lo hwnor; ''El canto del circo" cuyo ritmo
ble imagen. En aquél, es la ciudad aparente e4uililmsta, e>..-plosivo y cromático se c-0ron
en su viva expresión demográfica: ubicua mul- .::on el prodigio de la reviviscencia emotiva. Y
titud indivisible, segunda conciencia del poeta todavía "El canto de la Villa <lel Cerro" (sala
que la integra y la elude para contemplarla, - dero~ y frigoríficos; huelgas, hambre; inquietud
en el poema final, es la ciudad aparente en -;•1 de puños crispados: )' "la montañita epónima")
móvil topografía, la Cosmópolis (con la historié, el de la Tablada, el del conventillo, el del ca-
de pie entre sus murallas remotas) que desdt. nillita, el de las escuelas y, sobre todo, el del
el Plata adelanta hacia d agro su renovada dique flotante.
cosecha trasmarina. Por ultimo (libertad del pulmón, alas d~
Y entre esos cantos extremos, se ~uceden y oxígeno, fraternidad del ~ol, de la piel, de lo
alt.eman -por lo común en versos de ritmo sal) d Monte\ideo marinero ("El canto J~
\•oluble y rima discrecional, regularidad di~­ lo> uadadores", uno de lo~ más felices instantes
continua que no es, precisamente, la continua del libro'
irregularidad del verso libre- poemas en que Una obst:r• .:i.cion, aún . .Frugoní no es nun·
obtiene múltiple carta .lírica la ciudadam.,1 e~­ ~a un co:.twnbrista; no aquieta las lineas, en
piritual y física de Montevideo. .:i.lico1 lo afan de fidelidad al objeto. El cuadrr
"El canto de los rascacielos" es el de la poeruatico no finiquita exhausto en los límit~
ciudad de hoy, aérea ' profunda, que "c1ecc- que la observación le concede. No s61o por la
hacia arriba y hacia abajo" y hace su entrada sugestión natural del sentimiento y de la meta·
en e) cielo, aunque parece perder, a medida que fora, que crea nue-..-os e inacabables ~pacios en
sube, perspectivas y entusiasmo cordial para. cada lector; sino también por la actitud del
mirarlo. poeta, que en vez de contentarse con la repro-
Pero junto a la Jadeante urbe moderna, ducción exclu~iva de la materia visible, va más
mbsiste la ciudad de ayer, que custodia sus lejos y llega, por fundamental añadidura, a l•
memorias con flores. "El Canto del Prado'' ~ugere11cia solidaria de la materia invisible - rea•
(cuyo curso emotivo y lento culmina en un lidad de segundo grado, todavía- a la quG
brusco y emotivo final) y "El Canto de las se accede únicamente por el contorno que tiem-
Quintas" (dulce aliteración tal vez involunta- bla sin fijarse jamás. Esa vibración -sustan•
ria) en que la voz del poeta reasume, con gra- cia de sueños- es a veces activa: el puerto n()
ciosa transparencia, sus antiguas inflexiones ro- es sólo el con junto de barcos anclados; es, ade·
mánticas: adormecidas -como su juventud- más, el desfile de las secretas imigenes ingra•
en las frondas soleadas de Atahualpa y el Pa10 vidas que traen los buques en sus bodegas mis. 4

del Molino. teriosas y que nadie desembarcará nunca. Et


Y en "El canto de las evocaciones,. (que buque, aun inmóvil, es además el viaje. Y '°]
robresal~ cuando el poeta,_ tras la rememora· puerto, un infinito punto de partida ("El tantC'li
l' .

del Puerto""). La es.t;;,aór_ lerroviana no es só,o diana compensac1on Cle una vioa, con que '""'ª -
el andén historiado por el ir y venir de los pasa· ma el regreso. Y en la sexta jornada, el sexto
jeros; es, además, el tren, la marcha siempre leñador, unigénito ahora de la !.oledad, lucha
reinicºada, la ciudad, en fuga interminable ha- con el bosque. Y cuando la sexta noche dispara
cia el campo; el campo mismo que llega con el con !IUS tensas tinieblas las estrellas, nadie re-
viajero a Ja ciudad f"El canto di" la F..stación torna, muerto el camino con el último cami-
del F.C.C ''). nante. Pero " •.. al clarear del siguiente día, los
labradores - que trabajan los campos por alh
sin asombro - vieron pasar tranquilos otro~
PJ.A CANCIÓN HUMANAH seis leñadores • uno tras otro, mudos, con sus
hachas al hombro".
Transcurren nueve años: el mayor interreg- Aquí se dan la mano la exactitud de lo'
no que había mediado ' hasta entonces entre cóntomos; precisos mas no enjutos; la dignidad .
dos libros de Frugoni: enéada de ejemplar ac- expresiva; la simetría de] movimiento dramáti-
ción cívica. En 1933, la dictadura -que solo co; la castidad del símbolo que el poeta no des·
persiguiendo puede honrar- le deparó el des· flora ni enfría con el recurso de la superflua
tierro como un arduo laurel. Y en 1936, dos explicación lógica.
años después de su retorno impuesto por la
"Lo~ seis leñadores", himno y elegía a la
explícita voluntad de su pueblo, publicó "La
par, de amarga y radiante belleza, es el poema
Canci6n Humana", Pi más representativo y po•
de la lucha infinita con que la humanidad enal-
lí!6nico de sus L.oros. tece sus destinos: ¡Leñadores, al bosque, a roo~
Aquel poder evocador, a que nos refería- rir cada día, abatiendo colosos! Una generación
mos (y que es la poesía misma, como entraña. no alcanza la victoria: sus héroes caen, uno
expresión y conciencia cósmica), se manifiesta tras otro; pero vendrán los tenaces epígonos a
(dentro de la obra de Frugoni, según dijimos) continuar, en la selva hostil, la faena titánica.
en dos corrientes principales. que ahora se rei-
"Elegía filial", sin esas virtudes que relevan
teran con má$ ancho y vario aliento.
la. concepción y ejecución del anterior poema,
Desde el canto social (himno o elegía) en no es menos notable: se estrecha en verso~ irre-
que el poeta torna a ser el aedo, e. intérprete gulares y nerviosos. Cántico de contrición, ad-
del alma colectiva, unimismada en la heroica quiere dramática latitud universal: el hijo enca 4

mancomunidad del esfuerzo fecundo, humilde necido invoca al padre muerto; no son sus
y silencioso, hasta el canto íntimo en que la remordimientos los que equilibran con lágrimas
confidencia &e demuda; desde la composición el peso de la culpa;· sino los que el amor con~
que se adensa con áuhcas luces, basta aquella voca para reparar, en las profundas perspecti-
que se aligera con el delgado resplandor o la vas de la muerte, las involuntarias omisiones de
desnudez resplandeciente del tono popular; des- la vida, las ternuras que aplazamos y reclmmos
de el poema urbano (en que la ciudad es ahora en el alma, creyendo siemprt> -con pudor vi-
la indeterminada co:;mópolis moderna) hasta el ril- que habría tiempo para verterlas; y que
poema ge6rgico (que tiene la escenografía pre· ahora se vengan, porque se revuelven sin objeto,
cisa de la naturaleza vernácula), acontece, una fatalmente perdidas. Al fin la esperanza del
y múltiple, "La Canción Humana", con luenga perdón apacigua la angustia del poeta· Ja suya,
belleza y cortos de!fallccitniento~. la de tantos:
Hay en el libro dos compo~iciones magní· "Pero tú me estrecharás - dulcemente con·
ficas, de seguro destino antol6gico: "Los seis tra tu corazón - y me dirás: descansa."
leñadores" y "Elegía filial". Hay otros poemas dignos de los anteriores.
"Lo seis leñadores" es un poema en lentos En "Llamamient.o", el liminar, Ia naturaleza
alejandrinos que apuntalan, con su música gra· lírica expansiva que William James consignaba
"'e la fluente arquitectura del símbolo. Ama- como un privilegio de Whitman, reaparece, lo
nece. Parten hacia el bosque seis leñadores. Al mismo que en "El canto heroico" y "Hércules
anochecer, sólo vuelven cinco. Los cinco de canta". "Esqueletos de rascacielos'' es el poema
nuevo salen con d alba siguiente; sólo cuatro del hombre devorado por su misma potencia:
regresan del bosque inagotable en que el hacha, amo y transformador de la materia, levanta en
empuñado relámpago abate los árboles giga:'l- la embriaguez del orgullo el monumento de su
tescos. propia esclavitud. "El nuevo Fíat-Lux" es una
Y asf, entre el flujo' de! amanecer, siempre resurrección del Frugoni profético que, señorea
ir.is rico que el silc:ncioso reflujo nocturno, la en Loo Himnos; y, a pesar del título, dema·
WVa, que arrodilla IUS colosos, exige la COt͕ siado literario, y de sus precedentes a menudo
uratuno>, con~t1tuye una p1eza de poderosa mo· abdicación de su~ esencias personales. Ahora, en
Julac1ón línea. e:.tc libro, i.e cumple la más dramática y viva
Los poemas campesmos, en los que la nota concordancia del poeta y del aedo; del que da
geórgica y eclógica -cobrando caracter autoc- cue1 po delit-ado y mdódico a su propia con-
tono- suele presentarse asociada a la vibración ciencia y del intérprete amoroso y profético de
elegíaca o erótica o a la inquietud social, for- la conciencia colectiva, pero en la hora formi-
man un grupo de calidad preeminente, en el dable de la prueba: cuando el hombre no se
que descuellan: "Los caminos", cauda y cauce acuesta a morir; cuando muere de pie, cuando
del caminante ("Me crucé con los carreros habla el idioma ardiente del martirio con len-
que arrojan ante su paso - el maneador de un gua de fuego que le quema los labios y le
silbido - para que desle los aires - ponga cuarta enceniza las palabras. Hora de la elegía por
a su fastidio); "Manga de langosta" ("diluvio lo que se pierde. El himno volverá. Hay que
que inunda de hambre las praderas"); "Cam- fundar con sangre el nuevo día, para restituir
paña dormida" t con el apocalipsis de la patria el cielo a la sonri~a de los niños, para que la
futura ) y, en particular, tres romances: "Los m uerte pertenezca al hombre y no el hombre
troperos" ("las tardas reses que garabatean - a la muerte. Hora de la elegía que reivindica
en el aire con sus guampa; - como queriendo el derecho del corazón a tutelar sus muertos y
enredarse - en los cuernos, la mañana"); "Ro- a padecer por ellos; nunca a desesperar ni a
mance de invierno" ("al trote de mi caballo - eludir eJ combate.
una mañana de junio''), agria y enérgica con- La Elegía Unamme, pues. El título es her-
junción de la naturaleza y el espíritu; y su moso y exacto. Porque al dolor de todos, ~n
antípoda y complemento: "Romance de la cul- que participa apasionadamente el poeta, se su-
pa .. ", igualmente admirable, sin embargo de ma el dolor de otras pérdidas que la esperanza
unos pocos versos frustraneo>. , no puede disimular. Dijimos que la poesía de
La nota popular y folklórica de '"Bi chito~ Frugoni es temblor y mensaje: completemos,
de luz" resurge, con enceladas T11Úsicas, en "Cha- con este libro ante los ojos: temblor confiden·
carera" ("El arroyo va llorando - pues te tuvo CJai y mensaje profético frente a la muerte
y te perdió - y el perlume de tu carne - va en unánime. Porque es la misma muerte la que
sus aguas con el sol .. . "; " ... está floreciendo atierra sus puntuales y sigilosos halcones sobre
en llamas - el ceibo porque ce vio"). la compañera en que sobrevivía su juventud
Como puede inferirse de este rápido ana- y sonreía la prisa del tiempo; la ,misma muerte,
lisis, La Canción Humana es obra proteica. aún, la que desata en la guerra, su demencia
Otros poemas todavía imparten, con adecuado homicida, su pánico oleaje irresistible.
desarrollo, noyedade~ temáticas al coniunto. No hay, entre las de Frugoni. obra de más
"Fémina actual" y "Tragedia sin sangre", poi pungentes valores confesionales. Consta de cua-
ejemplo. ("El terna", decía Paúl Valéry, "e>, trn partes: la primera da título al conjunto.
con respecto al poema, tan extraño y tan im- En el limen, con versos lapidarios y ondulant~s
portante, como para un hombre su nombre" a la vez en su magistral simplicidad, el poeta
Sí. Y no lo hace, como no hace el hábito al nos adelanta su saludo: " .. éste es mi corazón
que lo viste. Pero no es nada más ni nada me- deshecho en cantos" ... Y pensamos, recordan-
nos). do versos de Antonio Machado: ¿Se puede juz·
gar un corazón ?
Porque ésta es poes1a vivida, sin bucos 11i
"LA ELEGÍA UN.ANIME·· ~'oluptuo5idade~, dran~ática y desgarrada: el
músculo asoma y el hueso blanquea.
Y ahora, en la pnmavera de 19+2, Frugom ~ ...
concluye 6U noveno libro de p0emas: La Ele· Si hubiera que escoger una dlvisa epónima,
gía Unánime. Cuarenta y dos años han corri-
un símbolo cent:" 1 para cada poeta, ninguna
do, pues, desde su iniciación. ¿Qué aptitud~s
dejó, voluntaria o involuntariamente, en el um- imagen representaría, como la de un camino,
bral - que sólo la memoria repasa - de. los días la militancia carminal y humana de Emilio
vividos? ¿Cuáles vinieron a sustituirlas? ¿Qué Frngoni.
inflexiones hoy asume su voz, historiada de "La Elegía Unánime" 1Jega a su término
sueños y agonías, fatal como su sangre? con esa imagen. ¿Por devenir fortuito?
Ya asistimos al proceso generativo de 'iU Camino irreversible del retorno: las ener.-
poesía, íntima en un comienzo, luego social sin gías del viajero jo llevan y dilatan; ji más p~

j
sado a medida que se re<¡orre, más glorioso a alas délficas a la orilla del éxtasis, previene 1.1 na
medida que se vence. Y con cruceros arbolados guirnalda ) otra guirnalda: la del libertador y
y rumorosos donde aguarda el amor que no la del poeta. Para la misma frente.
sabe morir r en su diverso oficio de laurele), (1942j

C UADERNOS OE MARCHA
~- - -

FRUGONJ POETA
a luchar con el dragón de la suerte
ELEGtA FILIAL v a desafiar al genio del Monle Encant :ido
·A tu espalda quedaron más allá de -
rr. .~~,.. .)
PADRE: Por encima del tiempo y de la vida,
ueso tus manos fértiles
dos brazos de madre tendidos hacia n.
Tu corazón se trajo para todo
que levantaron nuestra casa el resto de tu vida la tristeza
y encendieron en ella c!e aquella despedida.
fJobre la mesa convivial 'l\tviste tu heroísmo
--eje de la familia- callado y 'sin alardes.
Ja. lámpara de los recogimiento3. J~oy que los años me doblegan
Beso tu frente devastada ~r·br e el misterio de la vida,
oue se cubrió de surcos t e compr,mdo y te amo
c'.e tanto pensar en nosotros como nunca te amé ..
y por nosotros. Y me quemo hasta consumirme
D§jame reclinar en tu pecho t·n el remordimiento
Ja cabeza afiebrada e.e no haber sido una alegrfa
:· pedirte perdón. ni un consuelo para ti,
Perdón mil veces romo lo fue mi madre
en silencio, :1 lo fueron tus hijos, menos yo,
E'n muda congoja, No está lejano el día
í'Ue tú sin duda oyes en que ·yo me tienda
rlesde la eternidad. para siempre a tu lado.
J-orqu~ los muertos oyen Y yo sé que ese día
las palabras qu~ no decimos lus brazos se abrirán para a cogerm~
y:·· las voces que parten de n:iestro corazón sobre tu pecho.
s1n llegar hasta la garganta. Y yo 'te diré:
Déjame pedirte perdón -Aquí estoy,
por todo el mal castígame!
que sólo pude darte PE:ro tú me estrecharás
en cambio de tanto bien. dulcemente contra tu corazón
La vida te había tallado j' me dirás:
a golpes de adversidad - Descansa!
Joven saliste por los caminos del mundo, <Del libro ·'La Canción Humana".)

NUMERO 4f / SETIEiMiilRE ISl70


LOS SEIS ENADORES
os árboles se alzaban con ansiedad al cielo_
L Sus ramas sostenidas por troncos colosales
tendían una alfombra de sombra en el suelo,
mientras el sol doraba los líquicfos trigales.
Con hachas que en sus hombros al sol resplandecían,
cruzaban los rastrojos seis recios leñadores
que hacia los gigantescos árboles dirigían
;us pasos, con un aire como de vencedores.
Al arribar, las hachas tranquilos depusieron,
midiendo con la vista los inermes gigantes.
De pronto seis relámpagos en '>eis troncos mordieron
y seis golpes sonaron como tiros distantes.
Todo el día se oyeron en dilatado espacie.
los golpes de las hachas en los tenaces troncos
Ya el cielo había perdido su fúlgido topacio,
y aún resonaban lúgubres y extrañamente broncos
Cayó sobre los campos un silencio de as'ombrc
Y luego del crepúsculo a los vagos fulgores
tornar vieron los campos con sus hachas al hombro,
uno tras otro, finco de fos seis leñadores.
En la aurora del día siguiente retornabah
los cinco leñadores a librar su contienda.
Uno tras otro, impávidos y en silencio marchaban
con sus hachas al hombro por la ondulante senda.
Todo el día estuvieron en el anfiteatro
del bosque, fulminandCJ los colosos mayores.
Al fin de la jornada tornaron, y eran cuatro
uno tras otro, siempre mudos, los leña~ores
Cuatro fueron de nuevo a librar su combate
con la selva, que iba quedándose en escombro~.
En procura marchaban del penoso rescate
Sin hablar, en hilera, las hachas en los hombros
Volvieron tres, :; al otro día cuando tornaron /
eran dos solamente, y sin decirse nada
uno detrás del otro por la senda marcharon
con una indüerencia de muerte en la mirada.
Después fue uno tan sclo, que tCJrnó a la tarea
de mañana temprano, con adusta porfía.
1 Fue más feroz y larga que nunca la pelee..
pero no volvió nadie de la selv~ ese día.
Y al clarear del sigui.ente día los labradores
que trabajan los campos por allí, sin asombro
vieron pasar tranquilos otros seis leñadores
uno tras otro> mudos, con sus hachas al hombro.
(Del libro "Lll Canci6n Humana".l

CUAO~RNOS DE MARCHA
PALIDA }IORS
CUANDO a buscarm& vengas te llevarás mis huesos
mi carne marchita mi sangre hecha hiel.
y y
más no podrás llevarte la emoción de mis besos
ni el ritmo de mis cantos ni el verde laurel.
Tú no podrás llevarte la vida que he vivido,
el placer qu~ he gozado, el sueño que soñé.
Cenizas de una leña que a los vientos ha ardido,
eso es lo que en tus manos tan sólo dejaré.
Cuando a buscarme vengas s6lo hallarás mis rastros
La vida ya hará tiempo que se te adelantó
La vida, la que enciende y desgasta los astros,
poco a poco en sus rudas manos me trituró.
En sus brazos quedaron mi juventud zahareña,
la embriaguez de mis horas de lucha y frenesí,
todo lo que en el alma florece, vibra y sueña.
¡Qué poco has de llevarte cuando vengas por mí!
<Del libro "La Canción Humana".>

FUGA EL VANO REPROCHE


C ON su proa de fuego y de diamante
al puerto lentró de mi melancolía,
Nºquemeson,
quejo -oh dolor- de mis dolores
al fin, el precio de mi vida.
velas al viento, el impetuoso día Me quejo de que acerques mi partida
llevándose las nieblas por delante. hurtando espacio y tiempo a mis labores.
Dispuesto a ser un ágil tripulante Me quejo de que lleguen tus rigores
de esa nave que el cielo me traía a arrebatarme de la mano herida
y la ensen&da d~ mi pecho hendía el arpa y el cincel, la hoz, la brida,
y el corazón hurtábame al instante, y hasta el tímido aliento de mis flores.

salté del lecho y me arrojé a las olas Me quejo, sí, de que implacable vengas
de luz ,que en mis cristales se estrellaban n borrarme los pies, y me detengas
y me alcanzaban del jardín profundo sin dejarme arribar al puerto amigo
trinos en flor. Y por las sendas solas, donde, sin los azares de mi viaje,
que al paso del bajel se despertaban, pueda lanzar al mundo este mensaje
me fui con él a inaugurar el mundo. que cual secreto halcón, traigo conmigo.
(SONETOS MIOS. año 1957..) <SONETOS MIOS, e.fío 1957.>

NUMlO:RQ 41 / &E>:TIEMEIR@: U~79


SARA IBANEZ
(Acusando recibo de "Canto")

N lágrimas se afina el cristal de tu Todo el mar de la vida se hizo espuma en


E facento.
y en tu canto disuelve sal y sol la ola ruda.
ftu verso
y perla en el lirismo de tu emoción
En tu flauta se vuelve perfume de aire el [humana.
[viento. En tu mundo de símbolos se exprimió el
Un alma brota de elJ.a como una flor [Universo.
[desnuda.
Cuando cantas el cielo se deslíe en
Es divina la gracia con que tu ardor se [jazmines,
[escuda. y nos penetra mística la vibración lejana
El ángel de tus manos al impulso violento de una angustia en el trémolo de celestes
pone bridas de seda y lo torna lamento [violines.
o ~usical ~uspiro que el corazón anuda. (SONETOS MIOS, año 1957.>

EL RELINCHO'
INO rodando en el silencio oscuro -
V de la noche invernal desde muy lejos.
De restregarse en la distancia ardía
hasta trocarse en ráfaga de fuego.
Lo vio venir el bosque entre las sombras
y se puso .ª temblar de rabia y miedo.
Mas él siguió su viaje de centella
y se perdió en la infinitud del cielo,
c4onde encontrar el sol de la mañana
para colgarse de su ardiente cuello
y retornar con él hacia los campos
que en la alta noche resonar lo vieron
El relincho volvía a su caballo
que lo eshba aguardando en su potrero.
<LO:) CABALLOS, libro de poemas, 1960.)

''
¡;>AG. i!8 eUADERNOS DE MARCHA
ARTURO .J_ DUBRA

COMO ME ENCONTRE
CON FRUGONI
Montevideo, 19 de octubre de 1970
Doctor Carlos Qui;ano
Presente
Querido amigo:
El esfuerzo editorial de MARCHA y eL prorimao conocimiento que posee Eduardo
Jaurena deL ideario del maestro, un'ido a st. a.jecto y su admiració11 por é l. nos ofTe•
cen una síntesis b1·i!lante del pensamiento vivo de Frugoni.
En ella se aprec·ian /.as características más salientes de su personalidad: su am·
ptia información .•ociológica; S'U acabado conocimiento del marxismo, de lot ante·
cedentes históricos del socialismo 11 de su devenir; su paso trascendente por ta Uni•
versidad; su. infatigable actuación como ·oeriodista; su dominio de la realidad nacio•
nal y, sobre todo, su condición de grande 11 elocuente tribu.no, de u.n nivel no igua·
lado ni e'l1 el Parlamento nacional ni en las tribunas partidarias. '
Hemos dicho síntesis, pero ha sido tat el acierto de Jaurena en la elección de
los textos, que qui é11 no conozca e11 detalle la obra de Frugoni encontrará en este
Cuaderno una gu.ía para vonerse en contactn con e1la 11 u.n estímulo para estudiarla
en toda su dimensión.
Este "muestreo" de la obra de quién fue maestro de l.a ju.ventu.d uruguaya - so•
cialista o n6- es de una oportunidad indiscutible. En momentos en qu.e el paf.a estd
luchando por romper las viejas ettructuras qu.e traicionan su destino 11 por arran-
car el quehacer público de manos de políticos corrompidos 11 mediocres al 1ervicio
del imperialismo, esa voz de nuestro pasad? reciente -que tiene asombrosos acen•,
tos de futuro- trae un mensaje de esperanza a todos zo.. hombres de buena voluntad
Como decía Fru.goni, no era necesario e;;tar con él ni compartir íntegramente liu
.to luciones socialistas qu.e propiciaba. Le ba.~taba con despertar en los espíritus ió •
venes esa apetencia de futuro que fue el ~ino de toda su vida.
Generosamente nos ofreció su inmensa panoplia de armas morales e intelectua•
les, para que escogiéramos las que creyéramos más aptas - incluso para combatir•
!o. Y fue un contendiente amplio y respetuoso que siempre nos comprendió 11 noi
estimuló en !.a búsaueda de los buenos 1~aminos.
Por esto y mucho más, bien venido ese pensamiento vivo de Frugoni que 1era
siempre un punto de partida seguro para enfrentar e interpretar Za realidad que
nos oprime y para continuar esa lucha a In ·ciuzl don Emilio dedicó toda su obra 11
toda su vida.
':on un fuerte abrazo, 111 amigo de 1iempr1
'1.RTVRO J. DUBRA

o iba caminando a lo largo de 18 de 'cgio de curas. ¡Y tenia que escribir a mi


YJulio con un andar distraído, casi pen- madre explicándole el porqué de esa ex-
pulsión del modo más favarable para
sativo, tratando de resolver uri problema
vital: acababa de ser expulsado de un co- mí. . , y verosímil! Mi mayor dificultad es-

NUMERO 41 / SETIEMBRE 1~70


tribaba en que mis an tecedentes como alum intereses Hasta tuve que 01r que blanco¡
no del Seminario -¡qué mi madre bien y colorados son el mismo perro con collar
conocía!- no me permitían pintarme co- de distintv color . . y a veces rosado.
mo víctima inocente de una injusticia frai- Yo me había criado en Nico Pérez, un
luna. Ensayaba una y otra explicación pa- pueblo que por su posición de encrucija-
ra descubrir enseguida que ninguna resis- da geográfica fue también encrucijada po-
tiría su desconfiado análisis. lítica. A la mesa de mi abuela se sentaban
Caminaba tan ajeno a lo 4ue no fuera los caudillos blancos que habían tomado
mi inm~iato y tremeñdo problema, que el pueblo, lo habían perdido, lo habían vuel-
prácticamente tropecé con un grupo de va- to a tomar. . En las largas sobremesas
rias docenas de personas. Rodeaban una - siempre cortas para mi apetencia de oir-
tribuna desde la cual un hombre fornido, contaban una y otra vez sus andanzas de
de baja o;?Statura, ademán severo, voz troni- revolucionarios impenitentes. Yo había hur··
tosa y castizo decir, les d irigía la palabra. gado con mis dedos infantiles en los agu-
Iba a retomar mi andar y mi problema, jeros qu~ las balas de los blancos dejaron
cuando una de sus frases azotó mis senti- en los panteones del cementerio donde se
nlientos de blanco po tradición famiUar y otrinchera1on lo.<; colorados del coronel Po-
e~píritu de rebeldía Decía mas o menos llero. Habío. 01do -o creía haber oído- el
así: blancos y colorados son los mismos estruendo de las balas cambiadas en
mercachifles que cambian sus abalorios por 1910. . > allí estaba yo, blanco como
los votos de un pueblo al que tratan como "güeso" de bagual. pegado a una tribuna
ét una tribu de indios. escuchando a un desconocido que afirma-
Me paré en seco y me puse a escuchar. ba ¡y demostraba! que el antagonismo de
los partidos tradicionales es un artilugio
El orador era Emilio F:rugoni y aque- creado por el ajetreo político para obtener
lla una tribuna socialista. buenos dividendos en las urnas.
Nunca lo había visto ni ojdo hablar ll1 Para mi alivio, el orador dio el punto
leído nada escrito por él. Conocía su nom- pó.r suficientemente tratado y pude conti·
bre y su fama de orador, pero nada mas. l'luar escuchándolo sin remordimientos.
Que no lu conociera personalmente era muy
comprensible; que nunca lo hubiera oído Yo vení& del campo. Desde niño cono-
ni leído, también, porque yo era apenas un cia la reladón casi familiar entre la tran-
adolescente criado en el campo y pupil..i uuila humildad del peón que obedece y la
de un colegio de curas. Nada sabia hmpo- tranquila autoridad del patrón que man-
co de la existencia de un ideario socialista da. Y esa realidad humana, tan acorde con
y en ese momento no se me importaba ni el manso trajinar de los hombres y de los
poco ni mucho porque toda mi indignada aías, se me había impuesto como un he-
~tención estaba centrada en aquella~ blas-
cho armónico, sólido, natural y tan inmu-
femias que se me antojaban dirigidas es· table como el cerro pedregoso que vigila
pecialment~ a mí. • • o contra m1.
mi Nico Pérez.
Tuve que oir que blancos y colorados Pero allí estaba aquel hombre diciendo
son las dos caras de una falsa moneda que que d régimen de tenencia de la tierra es
se libra a la circulación diciéndoh de orn aún semifeudal · que la relación -¡mi re-
de ley y noble cuño; que colorados y blan- lación armónica, sólida, etc.!- entre el
cos exacerban las pi:isiones elE'mentales del ¡::roletariado rural y los grandes propieta-
pueblo -enraizadas en nuestra vieJa y do- rios del suelo. lo es entre explotados y ex-
lorosa historia- pnra, obnubilando su ra- rlotadol'es; qu,e mientras haya hombres sin
ciocinio, impedirle que SP eríja en dueñ \l t ierras para trabajar y tierras sin hombres,
y señor de su destino, que las divisas blan- el Partido Socialista agitará la bandera de
<'as y las divisas coloradas encubren el jue- la reforma agraria, única solución para el
f,O diversH,nista inventado por la burgue-
problema del agro.
sía nacional para perpetuar la explotación Luego habló sobre el imperialismo, es
úe los trabaJadores y frustrar su auténtica Jecir, cvntra eJ imperia,lismo. Precisó el
misión histórica; que ellas son enarbola- sentido de este término nuevo para mi y
das para entropil1ar a las masas y arriar- dio numerosos ejemplos de la penetración
las a las urnas a. votar contra sus legítimos imperialisia en nuestro país y en todo el

,.AG. :!10 CUADE~N09 OE MARCHA


continente. Con granne y penosa sorpr~a i:a lógica y tanta pas10n su punto de vis-
me enteré que estábamos quedando sin ta, que me mantuvo allí, pegado a la tri-
,t.;aís; que el trabajo y el esfuerzo de las buna, pendiente de sus razones demoledo-
masas trabajadoras iban a llenar las arcas ras como golpes de mazo.
de los capitalistas ingleses. Pero el impe- Recogí un nombre que pronunció va-
T1alismo inglés -continuó- que nos ex- rias veces: Carlos Marx. Al día siguiente
plota desde nuestra independencia, se en- comencé a leer el Manifiesto Comunista.
cuentra en franca retirada. Pero salimos
de guatemala para caer en guatepeor, por- Entre aplausos, mi orador descendió de
que va siendo reemplazado por otro joven, la tribuna. Su pú~lico se apretujó para pal-
en plena eclosión y por ello más voraz: el mearlo, estrecharle la mano, abrazarlo. Yo
yanqui Aprovechando la experiencia lde no me atreví a tanto -¡quién era yo!-
aquél, se constituirá en un obstáculo aún pero me acerqué lo más posible para con-
mayor para nuestro desarrollo económico tinuar viéndolo y oyendolo. Ya no era el
y en una amenaza para nuestra libertad tribuno de 2demán severo y voz sonora co-
política. Se apoderará de nuestras fuentes mo campanas, sino un hombre llano, cor-
j de producción más importantes, distorsio-
nará nuestra economía y nos reducirá a la
dial, con una palabra casi cariñosa para
c&da uno de sus modestos compañeros. Si?
pobre condición de país monocultor cuya alejó entre los que yo supuse serían su.>
productividad será regida por las necesi- más allegados.
ciades de su compleja economía mundial. Permanecí en iaquel rincón de la plaza
Muchos años después tuve que sufrir Libertad hasta que los "compañeros" más
a algunos compañeros de filas que acababan jóvenes desarmaron la tribuna y descolga-
de "descubrir" el fenómeno imperialista y ron y arrollaron cuidadosamente el largo
encaraban su estudio como un aporte nue- letrero que decía Partido Socialista.
vo y personal al ideario socialista, callan- Después, oír a Frugoni fue casi un vi-
do todo el trabajo inicial de Frugoni y de cio para mí y se me encontraba acto a ac·
sus colaboradores de la primera época. to al pie de las tribunas socialistas. Un día
Su discurso, como todos los suyos de había de subir a ellas, pero aún tenían que
aquella época, fue extenso y didáctico. füt pasar muchos años y muchas cosas.
profundo y elaborado pensamiento emer- Una jugarreta de mi columna vertebral
gía en conceptos simples y claros porque encadenó mis dieciocho años a una dw·a
estaba destinado a una masa que necesita- cama de la que me levanté no curado pe·
ba aprender y que, desgraciadamente, to- ro si atiborrado de literatura socialista
davía no ha aprendido. Su propósito con- hasta había leído El Capital. Casi todo.
feso era convertir a cada oyente en un mi·· Vuelto, a la actividad ciudadana, me
litante de la gran causa en que estaba ;..filié al Partido Socialista. A él entregué
empeñado. Años después le oí estas pala-
más de cuarenta años de mi vida. Los me-
bras sentidas y orgullosas: Si mis confe- jores.
rencias contribuyeran a formar aunque más
no fuera tres militantes socialistas, me Discrepé con Frugoni frontal y duta·
sentiría ss.tisfecho. El tradicionalismo fe- mente. Enfrentar al maestro era un lui 1
roz que nos rodea no nos permite aspirar para este menudo político, sobre todo por-
li mucho más. Lo tiene todo: poder políti- que ya sabía que a una borrascosa ses!ón
co, propaganda, dinero. A nosotros sólo nos del Comité Ejecutivo seguía una iruvitCJ·
dej·a la verdad gritada por un semanario dón para almorzar juntos.
pobre y algunos modestos murales que pe- Terminaré estas líneas, homenaje agra-
gamos en las calles y que alguien -sos- decido de quién fue un discípulo, con una:;
pecho que la policía- se encarga de arran- palabras que le oí en aquel atardecer le-
car. jano de mi lejana adolescencia y que ex·
Todo en aquel discurso era nuevo para presaban cabalmente su sentido humanís·
mí y no se conjugaba con la plétora de li- ta del socialismo: Una revolución trascen•
teratura francesa que devoraba, a razón dente sólo puede hacerse con dos coorde.
de casi un libro por día, sin más método nada~ indeclinables: el socialismo y la U..
que el azar de su colocación en la biblioteca bertad.
de mi tío. Pero Frugo~ explicaba con tan- Arturo J. Dubra

NUME!:RCl , , I sr¡¡:TIEMaRfi: 187(>


DOS DEFINICIONES
YUN MENSAJE como la de la Argentina, como la de
1.
Una definición la América toda, tiene una misión muy
alta que cumplir. La espera y la reclama
de la democracia un amplio campo de acción. todavía vir·
8 Aspiramos a que la democracia sea gen en gran parte. Jóvenes de un mundo
mtegral y que tenga, como tantas ve- joven, los jóvene~ de América viven una
ces lo hemoi. dicho, al igual que todas las doble juventud: la de sí mismos y la del
realidades físicas, tres dimensiones: una medio donde actúan e irradian sus ener-
dimensión política, como campo de acción gías y entusiasmos. Pero si, además son
y garantfa de las libertades del ciudada- socialistas -como alguna vez lo he di-
no en la vida cívica; una ::limensión social cho y me place repetirlo- entonces son
donde se baga presente el espíritu de las más jóvenes todavía. Porque si juventud
conveniencias sociales y de las necesida- CJUiere decir no sólo el verdor orgánico
des colectivas, por encima de las relacio- por escasez de años vividos, si juventud
nes jurídicas del individuo en el campo quiere decir comienzo consciente <le la vi-
de la vida y del derecho privado; y una da (y todo comienzo es esperanza); si la
dimensión económica, donde el hombre en juventud es germen y no residuo, si es
la persona del obrero urbano, del traba- compromiso con el orvenir no alianza
jador del campo, del blanco, del negro, del con e a · si es impulso de superaci6n
indio, del amarillo, en todos los ámbitos del presente y no retrocesv, retirada ante
de la pr0ducción y del trabajo, en las cam- las solicitaciones del futuro, vo sólo ~e
piñas, en los talleres, en las usinas, en las 1,¿na manera de ser cabal y verdaderamen-
fábricas, en las minas, en las plantaciones te joven·· ser joven y ser socialistª-'. - -
de América, en los establecimientos fabri-
les de Europa, en las factorías coloniales, Por no serlo, muchos jóvenes han vuel·
en los ingenios de azúcar, en los gomena- to la espalda al destino de su generación
les del Perú, en los yerbales del Paraguay, y se han perdido por atajos de incertidum-
en los arrozales, en las estancias, en las bre, de escepticismo, de error o de ceguew
chacras del Uruguay, el hombre allí se ra, que los han conducido ·a dees!U!ñarsa
encuentre con €1 amparo de una ley de hacia abismos de regresión o de estéril in-
justicia que lo libre de la explotación y le sensatez.
restituya, le devuelva íntegra, perfeccio- Asistimos a una terrible crisis mundial
nada, su personalidad de productor y su en que la juventud padece un drama pro-
sagrada condición humana. (¡Muy bien! pio, inquietante y a menudo pavoroso: el
Grandes aplausos.) de su ubicación en la vida dentro de un
<Párraio de, una conferencia dictada por Frugoni el
26 de agosto de 1943 en el colegio José Pedro Varela.) mundo convulsionado que se agita en los
estremecimientos del trance formidable de
Mensaje a la ju'Ventud alumbrar una nueva er:. entre ríos de san-
gre y estertores de muerte
V La Juventt,1d socialista del Uruguay, ...-.-...
Entretanto, seamos optimistas. El soc1a- hace falta que descienda hasta vuestras
fü1mo surgirá como el sol después de la manos para que podáis clavarlo como un es-
tormenta. Los pueblos no se conformarán tandarte, o como un árbol, en la tierra con-
con otras luminarias menos fecundas y quistada je las realidades tangibles de una
menos firmes. A través de la tormenta mis- vida social y política, sin explotadores, sin
ma va ganaz1do posiciones. tiranos y sin dictaduras.
l~~•te.:o •.o •..:•~..•-•: •:••• • o o o:•:•r.o·e_:~~~·:.• • m- o;o o;o •l:• • • ~ 8 Q>l'CI •
(Del discurso pronunciado en el primer con··
·:- Queremos para n uestra América y pa- grt!SO rle la Juventud Socialista del Uruguay
la noche del 26 de enero de 1940, en el teatro
ra nuestro país, como para el mundo todo, Mitre.\
la realización de una empresa histórica
que no podrá llevarse a cabo sino por ei
esfuerzo tesonero de las nu_e vas generacio"'
Un juicio sobre
:nes, conscientes de que deben legar a lás ve- istados Unidos de
nideras, lo que no han podido o no han
sabido legarles las que como la nuestra
- '
Norte América
se van acercando ya a la terminación de
sus días O Es un espectáculo semejante al de
En la hora del desastre, es sobre loa esos paisajes en que se ve, al mismo
jóvenes que recae el mayor peso del ho- tiempo, ~n oriente brillar el sol, y en oc-
rror de la guerra; y es su sangre la que cidente perdurar aún la luna, como una
se vierte en las trincheras, en los campos anacrónica supervivencia de la noche re-
cie batalla, en las tétricas acechanzás de la calcitrante.
guerra marítima. En la hora de la recons- Por un lado, las cumbres de civiliza-
trucción serán los jóvenes de hoy, los so- ci6n, que son sus ciudades, los ríos de pr'o·
breviviente-F, los que tendrán a su cargo greso vertiginoso que son sus ferrocarriles
la tarea de orientar la vida de los pue- y sus caminos hormigueantes de máquinas
blos, para que se cumpla mejor el destino diabólicamente veloces, por otro lado la
glorioso de la humanidad. vida semisalvaje de sus indios en los re.;.
Si queremos que la paz reine en el fu. servatorios y la semibarbarie de sus cow-
turo; si queremos que desaparezca de la boys en el misterio novelesco y bravío de
historia de la humanidad esta abominación las praderas del Oeste . . . Asombrosos y
monstruosa y anacrónica de la guerra re- tlesorientadores contrastes, sólo compara-
t:abio obstinado de la barbarie primitiva, bles a las contradicciones que presenta la
luchemos por el triunfo del socialismo, y psicología de este pueblo simple y compli~
esperemus que estos jóvenes de hoy que cado, niño en algunas cosas y viejo en
se: entregan con entusiasmo a la causa so- otras, positivo y pueril, con astucias y ga-
cialista, se hayan apoderado a favor de la rras de animal de presa e ingenuidades de
conciencia pública conquistada, de los re- adolescente, progresivo y cultor de 1a tra~
sortes directivos de la sociedad, para .que dición -cultor hasta el punto de dar por
reúnan a las multitudes obreras y popu- momentos la impresión de que las cosas
lares de América toda en una grart comu- clel mundo material lo arrastran a su pesar
nión de ideales de fraternidad y con las de en la corriente de una evolución que se le
América, las multitudes obreras y popu- impone y lo domina-, generoso y egoísta,
lares del mundo éntero, como hóy se reúu utilitario, idealista y traficante, materia y
~en ellos para sentirse hermanos y encen~ E>spiritu, prosa y poesía, poesía ruda, estJ
derse en la Ua_ma sagrada de sus bellos sue- si, róbl.tsta y alada, cuya encarnación di«;
ños de solidaridad y justicia, que como !Os de ríase el águila rampante dibujada en su
los sabios, al decir de Anatole France, la escudo: ave carnicera de fuerte pico y ga.-
humanidad rras terribles, semejantes a raíces aptas
. va realizando a pesar de todo>, para adherirse a la materia, pero con alas
por encimo o por debajo de sus luchas, de
SUS choqU€S, de SUS ·catálitrofes, de SUS ex;. a cuyo impulso podría campear como el ge-
terminios, de sus desesperanzas y de süs ñio de la \rida terrestre, con serenidad olim- ·
desesperadones. pica, en la azul inmensidad del espacio.
Jóvenes socialistas: El por\renfr - un (Centenldo en un airtículó qué publicara en l:ii
porvenir de justicia, de libertad y de fra. revista bonaerense · "Nosotros" al retorno de
un viaj~ que Frugoni realizara a aquel paú
ternidad~ está en nuestros espíritus¡ solo el año 1915.)

...
FRUGONI PARLAMENT RIO mos las asperezas del pensamiento, sino quie hio
Febrero 18 de 1911
venido a decir la verdad desnuda con el acen-
Primer discurso parlamentario to sincero y algunas veces agresivo que ha de-
jado en mis labios la costumbre de hablar lla-
"El partido a que pertenezco allega al namente en las tumultuosas asambleas popu-
debate ardiente de la política nacional, una lares."
palabra serena y franca, ruda a veces, con esa
honrada y sana rudeza de los puños que for- Mayo 25 de 1911
jan el hierro y elaboran en la fecunda sombra
de los !acrificios anónimos los materiales de lnterpelaci6n al ministro éfel 1nterlor a
que se alimenta el progreso social o amasan, raíz de una huelga obrera
heroicamente, el pan nuestro de cada día.
Con esa palabra aporta u na conciencia de Señor Frugom. - "Los soldados, ~eñor mi·
clase que se cierne sobre el conjunto de la nistro tienen una misión determinada, que no
colectividad, vela por los derechos de todos y es la de ocupar el puesto de Jos trabajadores:
ejerce a todas horas esa facultad de critica los trabajadores pagan y ~ostíenen sobre sus
que esgrime como un arma formidable contra espaldas al ejército, no para que el ejército 101
las injusticias y los errores de la sociedad bur- traicmne, y les haga perder las huelgas, de~
guesa, permaneciendo en incesante vigilancia jándolos en la calle, arrojándolos " la miseria
frente a los actos de los hombres y de las y a la desesperación."
agrupaciones, para dar a tiempo su grito de
alarma contra los abusos del poder, contra las Agosto 22 de 1911
incorrecciones políticas o administrativas, con~
tra. las maniobras fraudulentas o sucias o sim- Oposición a I~ inscripción y votos de
plemente sospechosas de los que tienen en sus los guardia civiles
manos los intereses colectivos.
.. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. o "Nadie aspira más que yo en esta Cáma-
No ignoro, señor presidente, que acaso mil ra a la extensión del sufragio, que nuestr<l
palabt·as suenen un poco rudamente en Jos oídos constitución limita injustamente cuando prohl·
de los señores diputados, pero lejos de Jamen• be a los sirvientes a sueldo o a los ptones jor·
tarlo, me congratulo, porque yo no he venido nalero$ y acaso también excesivamente cuan-
Aquí a hacer escuela de decir agradable, en- do lo p1ohibe a los que no saben leer y c<-
volviendo en más o menos delicados eufemis· cribir, pero nadie más celo~o que yo, tampoco,
de la verdad de las urnas, y es por esto que Yo tengo la persuasión de que s1 el progre-
en tanto el soldado y el guardia civil carez· ao humano no va a pasos más aceleradois es
can de la necesaria libertad de opinión, de porque toda una parte de la humanidad per-
voluntad, de conciencia, yo combatiré ardien- manece rezagada mientras la otra intenta
temente el voto de los soldados y de los guar- avanzar.
dia civiles, no solamente con la convicción de La mujer a quien los sabios y los filósofos
que presto así un servicio a los verdaderos in· tratan con tanto desprecio; queda relegada a
tereses del pueblo, sino también con la espe- un perfecto estado de minoría de edad.
ranza de que de este modo contribuyo a apre- Los prejuicios y supersticiones que el hom•
surar la evolución que nos conduzca a susti· bre no se cuida de desarraigar de' su cerebro,
tuir el lamentable soldado de hoy, máquina van a transmitirse a las generaciones futuras,
tle obediencia y de pasividad, por el hombre a nuestros hijos, transustanciados esos prejui·
libre, consciente y pensante de mañana, que, cios y esas superstici<;mes en instintos o en sen~
sin dejar de ser ciudadano, sea tan apto, o más timientos.
que aquél, para defender en el caso preciso Y he ahí que la luz de la ciencia en lot
la integridad nacional." (Aplausos en la barra). espíritus choca siempre con un fondo de som c
bra ancestral que se adhiere a nuestro ser, que
Noviembre 4 de 191í se resiste a abandonarnos, y es de ese fondo,
ie ese rincón de sombras, de donde nos vienen
ºDelitos de rebelión y sediciór." esas supersticiones absurdas contra las cuales
tan poco pueden muchas veces las ideas cuan-
• "Es irritante porque es injusto, señor pre· do sr entabla entre nosotros ese combate ínti-
sidente, que mientras un pobre obrero deba mo, tan común, entre lo que pensamos y lo
sufrir doce o quince meses de prisión -y los que sen timos . . . ( ¡ Muy l3ien !)
sufre inevitablemente cada vez que se produce
el caso-- por atentar contra Ja libertad de Y nosotros contribuimos a destruir ese con-
trabajo en momentos de agitación gremial, en cepto monstruoso, facilitando a las mujeres el
que están excitados los ánimos proletarios, y camino de ocupaciones remunerativas que es·
en que defiende de la miseria y del hambre a tán de acuerdo con su naturaleza, que se con-
sus hijos -y hay además que tener en cuen- cilian perfectamente con las condiciones esen·
ta que para algunos jueces cualquier gesto de dales, con las verdaderas de su sexo, y que
un huelguista constituye un atentado contra tienen además la ventaja -como ya lo he
la libertad de trabajo- los políticos y caudi- hecho notar- de requerir de ellas una prepa-
llejos que atentan contra la libertad de trabajo ración intelectual, que permita confiarle, cuan·
de la nación entera, contra el progreso y la re· do llegue el momento, el ejercicio de derechos
putación del país y contra la tranquilidad so- que no es justo ni serfa. posible en adelante ne·
cial, puedan volver a sus casas inestorbados y garles." (¡Muy bien!J
satisfechos cuando la tormenta de sangre de-
i:atada por ellos, · ha pasado, si han tenido la Agosto 17 de 191~
suerte de no quedar muertos en la refriega, ,l
estúpidamente, sin provecho alguno para sm
semejantes, después de haber sembrado desde
un confín al otro de la república, la desolación
y la ruina!"
Interpelación al P. E. por vna huelga
de enfermeros
• ''Por eso es que, si me inspiran desprecio
¡
y repulsión los zánganos que ofician ante
Febrero 22 de 1912 '°" los altares de la Iglesia Católica o que espar-
cen desde las sombras del confesionario el vi·
En defensa del feminismo, al crearse rus de la impostura y la superstición, estas po·
la sección femenina de la universidad bres mujeres 1, no es aversión lo que me ins-
piran, sino lástima, lástima profunda, porque
sabiéndolas inmoladas a un torpe fanatismo,
• "Es necesario completar esta instrucción
con la instrucción secundaria para hacer las siento respetables por su abnegación, no
tan sublime como se pretende, pero conmove·
de la mujer una buena madre de familia y una
dora, como quiera que sea, cuando se piensi\
perfecta compañera del hombre.
que no tienen como las obreras, más miserable$
La humanidad, alguien lo ha dicho, no re-
cuerdo cuándo ni dónde, camina cojeando. Es 1) Se refiere a las Hermanas de Caridad,
'l1lla. profunda verdad. señor presidente. cuyas actitudes habían provocado la huelga .
... ...
~ más infelices que ellas, por otros conceptos, que aquí no se trata de hombre~ que se so-
el consuelo de ir a recoger en la ancha copa meten y que obedecen a Ja disciplina de su
de ' la vida los bálsamos que la vida suele ofre- propio partido sino de hombres, que en virtud
cer para curar las heridas que ella misma hace del puesto que como presidente o como mi·
y continuamente renueva. ( ¡ Muy bien! ) nistros ocupan, que por el hecho de ser mi·
Cuando se razona así, es precisamente rustro o ser presidentes se erigen, se constituyen
cuando aparece más inicua la conducta de la en directores supremos, y casi en amos de su 1

iglesia para con esas mujeres, al transformar- partido.


las en ciegos instrumentos del fanatismo reli- Yo creo --es en mi una profunda convic•
gioso, al condenarlas a una "ida de renuncia- ción, señor presidente-- que los partidos de-
miento y al corromperlas en la práctica de una mocráticos no se rigen por la voluntad de un
hipocresía constante, para tener en torno al solo hombre. Los partidos democráticos se ri·
Jecho de los dolientes y de los moribundos, gen por la voluntad de sus Asambleas. Y cuan•
quienes envuelven el espíritu atribulado en un;i do uno de estos partidos conduce a un homº
red sutil que concluya por atraerlo a la causa bre al poder, no es para que este hombre s•
de la secular impostura. erija y se constituya en director único v en
Víctima~, rnás que otra cosa, hacen lo que amo de ese partido, y, por consiguiente ta.tn•
I· 11us confesores les ordenan o su fanatismo les bién en director supremo de la política del ;

aconseja" No va, pues, contra ellas mi protesta, país, desde que ese partido es el que gobierna,
mi protesta va contra el infame sistema que sino que lo lleva al poder para que ese hom-
las ha hecho como son, que hace de sus sacri- brea sea el delegado de su partido en el go.
ficios un arma traidora, y que ~e vale del pres- bierno de la república." {¡Muy bien!)
tigio o del respeto que puedan inspirar, para
prolongar su reinado en sus conciencias in· Marzo 18 de 1913
cautas.
En defensa de la jornada de
~cho horas
Noviembre 2S de 191Z '

Contención y responsabilidade$ e11 • ;e • y el ejemplo que el señor diputado


los gastos públicos nos ponía de las colonias de Australasia 1

yo lo recojo, señor presidente; lo recojo para


• 'El más elemental y más indiscutible decir que no existiendo entre nosotros esas cir·
de los deberes de un legislador de una cunstancias que garantizan allí la estabilidad de 1

democracia, es no adherirse a esa forma de esa mejora, es necesario que ta ley intervenga,
desinterés que consiste en no defender con y que intervenga para imponer algo que todot
mucho mayor tesón, con mucho más ahínco, los gremios y todos los trabajadores reclaman, 1
con mucha más escrupulosidad que a los di- y que, si no han podido conseguir, no es por·
neros propios, los dineros pt'1blicos, y es por que repugne al espíritu nacional o esté en
eso, señor presidente. que yo llego a la conclu- abierta contraposición con el ambiente indus·
sión de que si la generosidad o la liberalidad,
¡' tratándose de lo primero, es indiscutiblemente
una hermosa virtud, la liberalidad, tratándose
tria! del país, sino' sencillamente porque los
gremios no han tenido fuerza bastante para
J imponerse al capricho y a la tiranía patronal,
de lo · segundo es un grave, un feo defecto
que, por desgracia, está excesivamente arrai- ,(;Muy bien!).
gado en la tradición económica y administra- • • I• • I• • • • I• • 1• •1 • • re • (• • ' '• • • • • • • •1
tiva de nuestros gobierno:."
Y bien: ya que las i~ustrias nacionales
están protegidas, ya que las in¿ustrias nacio-
Enero 16 de 1913 náles han conseguido de los poderes públicos
-con gran disgusto de mi parte-- esa protec-
Debate político sobre · ción arancelaria, que se traduce siempre eo
irregularidades electorales encarecimiento de los artículos, en el encare·
cimiento de la vida, ya que se proteje así a lot
• "Admito, pues, que los ministros y los señores industriales, que se proteja también un
presidentes ejerzan actos de ciudadanos. poco al menos a los trabajadores ... (Aplausos
de partidistas y dP correligionarios; pero e~ en la barra ¡Muy bien!}

NUMERO 4t /SETIEMBRE 1970

..
Setiembre 4 de 1913 demos decir que creeriamos faltar a nuestros
deberes de representantes de un partido de los
En tav,or del . dhrorcio trabajadores si no dejáramos constancia ahora,
aquí, en pleno Parlamento Nacional, de nues~
• "Soy partidario -decía el msigue novelis tra protesta por hechos que pertenecen toda-
ta Emilio Zola- de la pareja cuya unión vía a la actualidad, y a la actualidad palpi-
1e hace indisoluble por el amor, soy partidario tante, y que caen bajo la jurisdicción de nuestro
del hombre y de la mujer que aman y tienen juicio, como miembros de un pode1 del estado
hijos y se amarán siempre el uno y el otro que tiene, entre otras, la alta mísión de tutelar
hasta la muerte. Er eso consiste laverdad, en los derechos del pueblo y de vigilar constante·
eso consiste la belleza, en eso consiste la feli- mente la actuación de los otros poderes de la
cidad. Estoy, por consiguiente, por la absoluta república. ·
libertad en el amor, y si el divorcio es necl"- • • • • • • .. •i • •: o ., • • J • • • .• • • o • • • • • ~

sario, debe ser concedido libremente por mu-


tuo consentinuento, y más aún• por la volun Las ideas no se coml:iaten por e;stos medios
tad de una sola de las partes. de arbitrariedad y de injusticia. Las dernocra· )
Amor y libertad, en resumen, señor pre· cias modernas deben ser palenques abiertos <!<
sidente. todas las opirüones, que, después de todo, no
se eliminan ni se excluyen con los hombres
He ahi el lema luminoso que resplandece que la sustentan, porque el espíritu humano se
en la cumbie de nuestros anhelos. Hacia él nos pone en contacto con todas las ideas, por en·
encaminamos; hacia el se encamina, sin duda cima de las distancias, de los límites geográ-
la sociedad entera. Hacia él nos encaminamos ficos y de las murallas de la ley. Hacer eso es
vislumbrando, a la caricia de sus resplandores, contrariar el destino histórico de esta nación,
la pareja futura, que cerrando el ciclo de las llamada a ser refugio de los perseguidos de Ja
peregrinaciones humanas a través del dolor, dr. miseria y de la tiranía, Uegados en caravanas
error y de la sombra de los siglos, reintegrará de esperanzas, de ensueños, y de energías fe.
a la raza en el ansiado paraíso terrenal de don- cundas a estas llamadas tierras de libertad,
de, según la leyenda bíblica, un Dios absurdo desde todas las regiones del universo¡ y es tam•
arrojara a los primeros amantes, por el dulce bién en cierto modo, desoír, desobedecer el de-
pecado de haber conocido el amor que es la signio de nuestros antepasados, porque si bien
ciencia suprema de la vida." (¡Muy bien! ellos no tuvieron la visión y el concepto de los
Aplausos en la Cámara y en Ja Barra.} grandes conflictos económicos de actualidad,
de las grandes luchas actuales, me parece indis-
Ff'brcro 18 de 1920 cutible que cuando nos dieron la independen-
Interpelación al ministro del Interior cia politica y la autonomía territorial, no lo
hicieron para que nosotros levantásemos sobre
sobre medidas restrictivas a la esa base un estrecho edificio cerrado a piedra
inmigración y lodo a la influencia de los ideales renovad~
res, sino que lo hicieron para que levantáse-
• ..Hace nueve años iniciaba yo mi a.ctuaci6n mos un amplio edificio, donde encontraran
en este recinto como representante del pue- hospitalidad y cabida los desheredados de la
blo, haciendo el proceso de un gobierno cul- tierra y por cuyas puertas y ventanas, siempre
pable de graves transgresiones legales y hasta abiertas al sol de la libertad, pudieran entra1
c::onstitucionales, en perjuicio de la clase obrera tambié.Ji los vientos cargados de ~e_'llillas fe..
organizada, Hoy me toca reanudar mis ~cti· cundais que nos traen desde los euatro punto~
vidades parlamentarias, entrando a censurar :\ carqinales las palpitaciones fecundas e inco~­
otro gobierno que también ha vulnerado esos fundibles del alma universal contemporánea."'
derec..lios, y que parece, ad~ás, dispuest~ a
poner trabas a la libre circulación de les hom~ Agosto 2 de 192S
bres, por miedo a las ideas, sin duda, con el
pretexto de una mal llamada defensa social. IEn favor de
la creación d& 150
Esta circunstancia acaso me pennitiria co- ayudantías escolare..
menzar con la conocida frase del famoso clá·
1ico español; al reatar, después de largos años • "Esa parte relativa a la orientaci6n de
de forzada interrupción, el hilo de sus diser- nuestra enseñanza para que ella produzca
taciones de cátedra: "como decíamos ayer". SI, todos sus frutos, para que se traduzca en una
aeñor presidente, como dcdamos aver. hoy po· educaci6n fuzw;lamenta1 y deseable, del c::arácª
sin. ienuo In urnaad áel cradic1ona1i&JM co·
ter, dei 1:sp1ntu, át la rue111.ahdaa de bs nue\ as
generaciones, todo e~o puede quedar para des- lora<lo •..
µués. Lo que es ahora urgente e inmediato es
combatir d mal del o.nalfabetismo, emeño.r a
( lmeu upciom:s.)
. . . . .. . . . . . -
.. Cuando .. .. ..
se ace1can }¡u lecuoues o en los
leer y es1.:ribir y dar nodoncs elemeutale~ im- 111omcntos 1nismu5 de la vropa¡;anda comicial,
prescindibles para la lucha por b •·ida, a eso' el Latllisum réaliza en la capital asambleas
miles de criaturas, hasta de homh e-1, que en
Jo11de lus 01:i.do1e~ se expreaan de tal modo que
1Uestra república carecen tocbna de 1 0~ cono ,, ct:e~ 1111 eq1añ1J o .aieno a nutstras cosas
cimientos más indis1w11~ahle~ n3ra el dese11vol· ¡.1udna 11ee1 que ~e encue;1t1a escuchando a ora-
yimiento del espíri tu bumauo." dute5 de 1ma .tsarnhlea socialista sobre todo si
lo$ PSt.u<. h a durante brevt: tiempo y no lleg:\ a
.\go~to '! 1 aJ1Pitir de tanto en tanto al!!Ull:.l' alu~·one>,
'lue nunca desaparecen del tod~, a las ~lonas
Prosi~11e el debate trau1rionales o ,¡ tiene la 'uerte de no trope-
2a r con la de:<rri¡i• · ón de al~una pat te de e~e
• Por \o demas, cuando reiac:nn.amos las t1e· p1o~r:1111 .. batlfüta que no coincide, por cierto,
ficiencias de la enseüanza prim::u •a cun el con los postulado& del sociali 1a, esp,..cialmente ..
e~tado social de la república, tocamos un;i de (Interrnpcione ' murmullo~.)
las gra\eS responsabilidades en que se km - ... e,pecialmentP. en lo quP. se rPfiere a
conmlicado los representantes de los pa1tidos ...la lam•~nt•!Jle, funesta y rorrnptora política del
de la política criolla, y cuando "1. veo que en proteccionismo aduanero."
la bancada nacionalista se pu11tL1<1liza mudH el (lntetrupc͕Jnes.:
hecho que si los chicos no van a la escuela es
porque los padres no los mandan y si los pad1 t~ Nuvtél!lbre 6 <le l YLY
no los mandan e~ µorque se encue:itr:m en
situación económica poco favonible p na ¡.io· Del discurso en favor d et
derlos enviar, yo quiero recordarles que si en solQrio mínimo
nuestra campañ~ predomina esa situacióu eto-
nómica personal que impidf' a muchos padres • "Ahordewos, pues. s111 te1 1ore~ -¡ qu~ di·
ele familia cumplir con las obligaciones impues- go olll temo1es !- , con e11tus1as1110, esta re·
tas por la ley de la enseñanza obligatoria. es fo11na, que eu cuanto s1gn1f1que un poco mtt-
en virtud de que no se ha querido solucionar <le p~n en la mesa del p101etaiiado o un poc.•
por lo~ medios prácticos y eficaces el grari pro- in.ís de luz para su espíritu, ha de s1gmf .
blema agrario de nuestra republic;¡, lo ;'.11al por eso ·mis~o un gran impulso hacia 101 rn· >
condena a la campaña nacional al atraso, ' la altos ~ lumino~os destinos humanos de la na-
miseria y a la ignoram:ia." c10nalidad, que nunca se engrandece ni se ele-
va tanto, ni se honra tan p rofundamente, co-
f¡ Muy bien!) mo cu ando honra al trabajo, ele" 1udolo y el;,,._
mficándolo en la persona de los trAbajadores "
O crnbre 7 de 1929 (¡ Muy bien!)
Oebate político: Critico al 1S de julio de 1930
tradicionalismo
Ante e' centenoriQ de I~
ti Lo mdi$cutible es que el Partido Badfü- independencia nocio,,ol
ta continúa manteniéndose fiel a la tra~
tlición colorada y a los deberes de unidad ·par- $ "Se~or .presidente: los :socia!ista!; ne_ 11omo~ @
tidaria que esa tradición le impone; lo indis• patrioteros, pero tampoco somos ant1patrio-
cutible es que el Partido Batllista tiene en lo!! tas. No concebunos el antipatriotismo como una
momentos culminantes de la política nacional posición doctrinaria, sino como una negación
que actuar de acuerdo con las otras fraccio- estéril y absurda. Porque así como al patriota
nes del Partido Colorado, que ~ la orgaruza• romántico el amor a su patria no le impide
ción primaria y fundamental, _y, todas esal amar a su ciudad o a su villa, así también <?l
fracciones, cuando llega ese momento, olvidan amor a toda. las naciones de Ja tierra no ha
1us diferencias de programa, sus djsidencia1 de ºmpedimos amar profundameuto a nuestr.tl
ideológicas, si las hay, y aetúan todas conjun- propia nación. ·
(JMuy bienn
tamente en nombro de la unidad colorada \f
,.
-Nos debemos a la humanidad, ante todo ; Señor Gabriel Terra, presidente electo. -
y nuestro internacionalismo de clase, que ex- Yo, Gabriel Terra, me comprometo por mi
tiende por encima de todas las fronteras la so- hoJlor a desempeñar lealmente el cargo que se
lidaridad permanente de los trabajadores con me ha confiado y a guardar y defender fa
l>US intereses y sus ideales comunes, pone sobre constitución de la república. ·
<. ~cla patria una luz de futw·o que la guía por (Aplausos en la Sala ~' en las galerías. Vi·
el carmno de Jos destinos nacionales más glo- ' as al doctor Terra.)
riosos, precisamente por ser los mas humano~.
Señor Frugoni. - Ese 1urarnento no t1eni>
Para nosotros la patria como abstracción, 'alor ...
no puede estar por encima de la razón y de la
(Voces de protesta. Murmullos. Campana
Justicia, y como concreción viviente y tangí·
de orden. Vivas al presidente Tena. ) 1
ble no debe ser sino el pueblo mismo, el in-
terés del pueblo productor que le da vida, que (Interrupción al 5eñor representante Fru-
Ja sustenta y constituye su fecunda e impere- gon.i.)
cera substancia biológica. Donde están los in- (Se produce un tumulto .., se obliga al ~ e­
te1eses de ese pueblo, ahí estará la nación para ñor representante Frugonj a retirarse de
nosotros, tal como en la formidable enseñanza Sal<\.) 2
histórica del Exodo.
Artigas nos muestra a la patria desarraiga- Juni~ S d~ 1934
da del suelo, pero encarnada todavía y tan
sólo en el pueblo trashumante que se aleja Debate político en la primero
con él. sesión ordinaria
(¡ Muy bien! Aplausos en la Sala.)
-En síntesis: queremos una patria consubs- • ..Se han complicado haciendo amhiente de
tanciada con el pueblo obrero, que es una rea- golpe de Estado, prestándole el conc1.. ~o
lidad internacional dentro de la nación; y con penonal a todas las maniobras que se han \e·
la justicia, que es un concepto universal. Co- nido sucediendo para conspirar contra las crm -
mo Sócrates, nós sent imos ciudadanos del mun- quistas liberales y democrática5 de la república.
do¡ proclamamos que el mundo todo es nuestra (Interrupciones.)
patria, y declaramos estar más cerca, mucho -Y de ese golpe de Es tado, \erdadero asal -
más cerca de los hombres de países remotos y to incalificable a la democracia de este paÍ5,
desconocidos cuando son explotados, que de los ha surgido esta situación
hombres de nuestro propio país cuando son
e:;!Jlotadores." · Esta Cámara es el resultado directo de e:;s
golpe de fuerza, y es, por lo tanto, completa-
¡Muy bien l Aplausos en la Sala ) en la
mente vano 1 que se nos diga ahora que tal o
Barra.)
cual representante de la mayoría está aquí con
Yotos más o menos auténticos
Mayo 18 de 1934
(Interrupciones.)
Apostrofando al dictador - ... reclutados entre su~ amigos de su ve·
:indario departamental, porque, en el fondo,
• !::>eiior presidente. - "Habiendo s1do desig- no afecta para nada la seriedad del argumen-
nados presidente y vicepresidente de la to que formulo y dejo establecido: todos lo~
república, los ciudadanos doctores Gabriel Te- representantes de la mayoría integran grupo~
na y Alfredo Navarro, se les invitará a for- políticos que han sido c6mplices de esa gran
mular el compromiso constitucional. jniquidad, de ese gran atentado del que ten-
(Entran a la Sala de Sesiones los doctores drán que dar cuenta alguna vez ante el tribu ·
Gabriel Terra y Alfr~do Navarro.) nal de Ja historia."
(Grandes aplausos en Ja sala y galerías.
1) De la versión !ueron si.primidas las ;1
Vivas a Terra.)
guientes palabras pronunciadas por el líder so
Señor Frugoni: ¡ Viva la democracia' cialista: ... "porque el doctor Terra ha demos·
(Murmullos. Interrupciones. Campana de trado que no cumple lo que jura. " ¡Perjuro!"
orden.) 2) El texto de este paréntesi.>, transcripto
textualmente, configura el eufemismo con que
Señor presidente. - Invito al señor presi- se indica que Frugoni, luego de ser brutalme1~
dente electo doctor Gabriel Terra., a formular te golpeado, fue sacado por la fuerza de la
iel rompromiso constitucional. Asamblea General
Agosto 13 de 1934 Agosto 14 de 1935
Enjuiciando el desastre financiero Frente al revalúo del ora
del cuartelazo
• ..Nuestra mdustna ganadera no es'tá ya eu
• .. El doctor Terra ha sido, siempre, muv condiciones de hacer frente a las posibili·
dado a abrirles la boca a los número~, pero dades y contingencias del futuro Habría que
nunca ha conseguido hacerles decir m á s que buscar el modo, lo mas pronto posible, de qut'
~isparate s.
esa mdustria latifundista v pastoril deje el
campo libre a otras actividades, a otra!I formas
• r ' • • ' • • • • • • • • • • • •
de producción, a otras mdustnas, a otras roa·
Según Goethe, señor presidente, los núme- nera~ de aprovechamiento de nuestro ~uelc.
ros no gobiernan al mundo; pero nos hacen para que la producción rural nuestra se haga en
saber cómo está gobemadt condiciones de mayor abaratamiento, de ma·
• •, • •i • • • • • • • • yor econonúa, sin tanto despilfarro de la tie-
rra y, además, permitiendo la formación de un
Y bien, señor presidente, la otra noche d considerable mercado interno por el c1ecirn1en·
doctor Terra volvió a hablar por radio y esta to de la población y una mejor distribución d&
vez para justificar su viaje al Brasil, ese viaj'! la riqueza. 1

para el cual viene a pedirnos ahora la corres- Mientras n~ •e haga eso, nuestra nación
pondiente autorización. continuará siendo un vasto potrero, donde no
Yo tuve la paciencia de escuchat" el discur- será posible el progreso demográfiro, donde no
~ del doctor Terra pronunciado ahte el mi- podrá abrirse camino el progre~o economico,
crófono a grito pelado, como si el hombre se donde la civilización no podrá echar raíces ni
e~tuvi~se batiendo a brazo partido con sus ene- propagarse, donde no podrá extenderse suficien-
migos invisibles. temente la cultura, y hasta donde la misma edu-
Yo advertí que el doctor Terra se daba cación política resultará siempre una planta ma-
e ue11ta del contraste enorme, desagradable, climatable. Sólo provocando, estimulando esa
chocante, que representó este viaje proyectado transfonnación, se abrirán nuevos horizontes
por él casi en forma principesca, digna de un para el panorama de la realidad nacional, y
monarca africano .. . veremos tenderse un camino seguro hacia el ílo·
(Hilaridad. Murmullos.) recimiento de todas las energías creadoras, que
. con la situación de nuestro pueblo, su- hoy están latentes, como reservas inútiles en lac
mido en la miseria, que vive bajo el azote de entraña~ de nuestro suelo inculto y en el muscu·
una crisis intensa, inquietado por el mismo pro- lo o el espíritu de millares de hombres, fuerte~,
blema poütico que esta actual situación anor- sanos, útiles, inteligentes y activos, a qmene1
mal e insegura, ha venido a agudizar, parali- no les ofrecemos ni· siquiera una oportunidad

,
zadas sus energías de producción y de trabajo (Suena el timbre indicador del tiempo da·
por la carencia de recursos, y hasta por la~ ponible para el orador.)
propias dificultades financieras, que colocan al
-Dos minutos má' y tenn.no
\ erario público casi al borde de la bancarr'ota.
Y entonces hizo grandes esfuerzos numéricos Este es el plan que la república espera, que
-naturalmente- para convencernos a todos el país necesita y que nosotro! reclamamos. Pe.
que la república' navegaba a velas desplegada~ ro este p:an no podrá ser realizado por un ré·
hacia el inmediato restablecimiento económico, gimen político como el actual, al que le \~ a
hacia la regeneración administrativa, hacia la corresponder la triste gloria de haber sentado
más satisfactoria prosperidad financiera. en la historia financiera de la república el fu.
(Interrupciones.) nesto precedente de los revalúas como medio
para sacar!~ al Banco de la República su di-
nero sin pagar interés ni indemnización, como
Y frente a aquel cuadro del doctor Terra medio de requisar una parte de la riqueza pú-
) a este cuadro verídico, exacto, de la realidad blica monetana sin afrontar la responsabilidad
11acional, se levanta ahora esa estampa ilumi- política del empréstito e:-ctnno, que ya no es
nada del viaje presidencial al Brasil, con algo posible, porque nuestro país vive en el descré-
de danza de tamboriles en torno del asador dito internacional, desde que no paga su& deu-
donde se están dorando a fuego lento, para ser das. y sin afrontar tampoco la responsabilidad
devoradas ea el festín, las achuras sangrienta~ política de un emprestito interno, porque con
de la nación sacrificada.·· ello aumentaría nuestra enorme deuda pública,
que este regimen prometió dJ.sromuir, r que, ~in mento consJ.Ste en deJai moneada 1a ma.qwna
embargo, en dos años y medio no ha hecho i- destinada a compulsar por su camino de re3-
no aumentarla en más de 70.000.000 de peso~ " lizacione~ progresivas la evolución agraria di'
la república en un sentido de prácticas )' efi-
Junio 5 de 1935 cientes transformaciones de nuestro medio mral.
No es por cieno con treinta o ses'enta mi·
Desenmascarando a la dictadura Uones de pesos para expropiaciones y con un
leve esbozo de unpuesto progresivo a la renta
• "Señor pre~idente· la democracia 1mpo1n: del suelo, que vamos a terminar con el latifun-
obligaciones y comporta responsabilidades dio ni a modificar radicalmente la vida social
'{ un régimen que pretende denominarse de- v econ6mica de nuestra campaña. Hemos tra-
mocrático tiene que consentir a las oposicmnes tado de hacer viable el plan_ en nuestro aru·
en el seno de su Parlamento; si no las consien· biente legislativo y hemos debido eludir las me·
te, si no las tolera, si no las escucha, que :-;e didas radicales. Pero el pr<;>yecto tiende a de·
quite la careta y que diga que no es democra jar armada la organización permanente de lo\
da, que declare que es una dictadura, que instrumento,, legales que conducirían a la trans-
clausure a los partidos de oposición, que nos formaci6n profunda de la estructura agrari •
echen a la calle: ¡estamos pronto para irnos! .•. ·1acional, ~¡ no de golpe. en un plazo que h
Pero que no se venga con esos procedimiento" misma gravitación del inevitable des~nvoh-i -
hip6critas en que, a pretexto de observar lo• 111iento mecánico del plan ideado "' ·" ,. uo::ir.,.
preceptos constitucionales, se qmere amordaza1 dt' ir acortimdo con ritmo crecieut•·
a Jos que no piensan como el gobierno, o a los El clamor de una campaña que ~"' ..sfo¡_1:s
que no piensan como la mayoría de la Cámara ~n la pobreza cr6nica y se despuebla vor rl
(Interrupciones. No apoyados. Suena la cam exodo del campo hacia la metrópoli, llega día
pana de orden.) a día al Parlamento y a los poderc:s público~
-No me exn.lto, señor presidente, estoy per· en forrna de iniciativas tendientes a dar tierra'
fectamente sereno; desearía que mi serenidad st " los agriculto1·es desalojados, fomenta1 1•>
extendiese a todos los que me escuchan y, sobre plantaciones, conceder créditos a los lab1 a<lo-
todo, a los representantes oficialistas que se ha- res, librar a la ciudad de la cintura estrangu-
llan animados ahora de una nerviosidad extra- ladora de los latifundios pastoriles, etc.
ordinaria y anormal, a tono -despues de todo- El pais entero sufre de esta parálisis de la
con la nerviosidad que reina en las altas esferas," l'.'conomía campe:sina y de ese enrarecimiento
del aire social en las poblaciones de una ca111•
Año 1940 pafia en que la tierra inculta sobra, pero falta
el trabajo ~ la existencia se arrastra en una
Instituto de Colonización y yegetativa indigencia de recursos, de estímulo~
Reforma Agraria 'l de oportunidades, con el exponente <lescora.•
7onador de los ranchos miserables, de 101 agri•
• Traemos con ilSte proyecto a. las carpeta~ cultores abatidos por la pobreza, de l~ J.l"O•
legislativas la estructuración articulada de nadas n6mada~ de ias estancias, de lo• niiiri'
alguna11 de las ideas que han venido maduran- descalzos y famélicos, de los ancianos mendi-
do en nuestro e~píritu a través de largos aiios cantes, de las mujer~ cargadas de gurises rine
de vida e intensa preocupación suscitada por ar rastran sus harapo~ en los "pueblo~ de ra•
nuestra cuestión agraria, el gran problema na· tas·• de los hombre~ irremediablement~ •umi·
cional, a todas horas presente en las vici~itu· dos ' en la abyección de la pereza.
d~ econ6micas, socíalell y políticas del país. He aquí un poro de sombras en e! cual S'f
No pretendemos, claro está, solucionarlo con hunde el destino del país. Urge trocar éste cua-
este plan modesto, aunque pueda parecer te· dro de miseria y de atraso por uno de prome-
merario a quienes desearían dejar las cosas se- r1dad y adelanto. El mismo elemento ~ue P' ~­
guir su curso li.nto, o si fuera posible, detener '\.ecta toda esta tristeza sobre los confines - a
·et curso de las cosas sin comprender que en tierra sin hombres, celosamente reservada p.Ha
esta materia la inmovilidad no hace sino acu· el pastoreo despilfarrador o para la especula-
mular día tras día complicaciones bajo cuyo ción ociosa- es el que no5 dará la luz para .lc:a•
peso concluyen por producirse derrumhes que 1ar el paisaje y ampliar J~s horizontes. Esa _tie·
Jos arrastran bajo los escombros. na rescatada al monopolio y al acapararo1en•
Este es un plan que sólo apo1 ta sohtc11111t~ to. para entregarla al tr~bajo y a la produr-
parciales; pero marca un rumbo Su p1im·ipal dón, convenientemente dtStnbuida. guarda en
sua entrafias el secreto de' una transformación bastado en algunos paises esos impaestos. Eso
social que s6lo espera el conjuro de una nue· sí, implantados con una tasa mucho más ele-
va estructura económica del agro para reali- vada que la de este proyecto de ley. En Aua·
zarse. tralia y en Nueva Zelandia el impuesto pro-
gresivo sobre la renta del suelo, es decir sobre
Distribuir racionalmente la tiena para que eí nudo valor de la tierra, ha conducido al frac·
caiga en manos de quien la trabaja. Combatir cionamiento de los grandes dominios fundia-
el latifundio. Dar asiento como ya hemos dicho, rios en espacio de pocos años. Su eficacia en es~
en el suelo agrícola del país al mayor número sentido depende del porcenta;e de la tributa·
posible de familias trabajadoras, asegurándoles ción. Con una escala mucho más leve (eri N ue-
una existencia próspera. Vincular el colono a va Zelandia, algunos municipios cobran has-
la tierra, no por las cadenas de la servidum· ta el 21 por mil) tal vez no pueda esperane
bre de la gleba, ni por la tiranía del colonato que el impuesto territorial aquí proyectado sea
romano, sino por la libre disposici6n de buscar por sí sólo un medio bastante compulsivo para
en ella el sustento y la holgura económica en constreñir a los propietarios de grandes exten·
la tranquilidad del trabajo, mediante una ac- siones a subdividirlas y a entregarlas al traba·
ción inteligente y previsora del estado. Poner~ JO intensivo. Algo influirá con todo. La sobre-
la al alcance del brazo productor sacándola de tasa progresiva que proyectamos y el impues·
las manos estériles de la especulación o de la to al mayor valor, no dejarán de obrar con
inercia improductiva. Hacer de ella refugio y cierta eficacia. Pero, sea como fuere, ellos son
fuente de riqueza para defender del hambre y dos impuestos de que no debe prescindirse cuan-
de la inanición a los hombres útiles y desocu- do el estado se entrega a adquirir tierras. Por·
pados. A todo eso tiende esta ley cuya eficacia que al hacerlo contribuye a valorizarlas, a ele•
y extensión depende sobre todo de los medios var la renta agraria y entonces se vuelve indis·
pecuniarios con que se la sirva. La hemos hecho pensable que él recupere parte, al menos, do
descansar, finalmente, en un sistema de recur- esa valoración automática para fines sociales y;
sos fiscales que actúan sobre cifras que hemos especialmente para facilitar el acceso del trabajo
mantenido en términos de excesiva modestia a la tierra, contrarrestando a,;;í el efecto más o
para no levantar demasiadas resistencias, que menos inhibitorio de su encarecimiento provo·
surgirán sin duda, pese a tratarse de una clase cado por las compras oficiales. Ningún fin so-
de gravámenes cuya índole científica y econ6- cial más indicado que el de servir con esa
mica es inobjetable. Son precisamente los im· fuente de valores un fondo destinado precisa-
puestos que por sí solos contribuyen a promo- mente a rescatar el suelo de manos de quiene!I
ver las finalidades que la ley persigue. En efec- no lo emplean como a la colect1vidad conviene,
to, para combatir el latifundio, para suscitar o a ¡i.plicarlo como elemento de solución para
una transformación de la estructura ae:raria. han oroblemas fundamentales de la vida nacional.

:NUMIJ;Rd <Ct I UETUEMB"S te'70


t

ARTICULOS POLITICOS
Una construcción ralmente su suerte a una cosecha de trigo
y a una cosecha de maíz, que se alternan
en la arenv como los dos tumos únicos del cultivo,
cuando no se reduce éste a una sola siein-
EL LATIFUNDIO Y SUS EFECTOS: bra anual. Cualquiera de las dos cosechas
que se pierda o no alcance precios remu- '
E S el Uruguay un país con apenas un
millón novecientos mil habitantes, según
neradores, sume al labrador en la miseria
absoluta. Exceptuadas algunas regiones
las más generosas estadísticas, sobre un 1>róximas al departamento de Montevideo,
territorio de doscientos mil kilómetros en Canelones, San José, Maldonado, Colo-
cuadrados Más de la tercera parte de su nia, Soriano, el país, fuera de la metrópo-
población !>e aglomera en la metrópoli, que li y las cabezas de los departamentos, no
sólo cubre unos pocos kilómetros, aunque es otra cosa que un vasto potrero, una
exageradamente extendida en relación al enorme stancia de la que los pueblos y
0

número dt sus habitantes. Esto quiere de- aún las ciudades pueden considerarse los
cir que para el resto del país, o sea para puestos más o menos ampliados y moder-
casi todo el territorio (el departamento de nizados El latifundió ganadero predomi-
la capital es mucho más pequeño que cual. na en el ~istema de producción de la cam-
quiera de los dieciocho restantes) no que- paña uruguaya. Es la nuestra una econo-
dan sino un millón y trescientos mil po· mía rural "especialmente pastoril, sobre la
bladores perdidos en extensiones dedica· base de unidades agrarias relativamente di·
das casi exclusivamente a la ganadería y latadas, con todos los inconvenientes de la
en pequeñas ciudades anémicas y pueblos gran propiedad rural, en medios donde 101
s!n porvenir ni destino estancados en una capitales de explotación son escasos y la
melancólica inmovilidad de charcos. De los rutiI;i.a de los propietarios o de los empre-
J8. 000. 000 de hectáreas que mide el terri- sarios agrícolas es por punto general casi
torio nacional, sólo 900 . 000 están entrega. inconmovible. En muchas partes, sobre to-
das a la agricultura, por lo general en las do desde el río Negro para el norte, exís-
formas primitivas de la monocultura ce· tE todavía la vieja, la tradicional estancia
realista, trigo, lino, maíz ... El agricultor, criolla, con sus típicas instalaciones rudi-
salvo el pequeño chacarero de los ejidos o mentarias, sus procedimientos primitivos y
de las cercanías de la capital, confía gene- sus hábitos de vida silvestre en que la rus-

¡ • j
ttca sencmez gaucha peraura como una es- ese medio histórJCO vegetativo, están a
pontánea obstinación del pasado. En esos merced de influjos oscuros reñidos en el
potreros junto al trébol, la gramilla y el 1ondo con la seguridad de toda conquista
cardo, bNta la flor del tradicionalismo po- del derecho público y de la ideología ciu-
lítico. La estancia criolla es la cuna de esa dadana. No ha de negarse que hay en esas
superstición partidaria que ha dividido a r-iultitudes un instinto democrático y Wl
los orientales, desde los primeros albores amor profundo a la libertad, que parecen
de la nacionalidad, en "blancos" y "colo- venirles impuestos pasta por el contagio
rados''. cósmico de los abiertos horizontes y de
El latlfundio es el gran incubador de ese los ilimitl1dos espacios. Aman la libertad
tradiciondlismo gaucho, de ese partidismo c0mo el beduino del desierto, con el misd
de divisa en que se tradujeron, hechos idio- ro.o sentimiento anárquico de indisciplina
ma de una sola palabra cromática en las y desorganización, que cultivaban en el vo-
golillas y en los cintillos de las montone- luntario beligerante de las montoneras le-
ras, las ambiciones rivales del caudillismo vantiscas. Ese instinto democrático lo han
belicoso. De allí voló, se esparció, a ma- venido ejerciendc, desde los tiempos en que
nera de la flor del cardo o de la flechilla, Artigas .::onducía su pueblo a las batallas
y entró en las casas de la ciudad, y en to- por la ind1:pendencia y a la rebelión contra
das partes penetró por los poros de la epi- poderes opresores de tendencia centraliza-
dermis y de la mente, como un polvillo c1ora, ante los cuales agitaba el ideal de su
sutil e insidioso, hasta el corazón, hasta la federalisrr.o republicano. Pero no es más
masa de la sangre de los hombres para l:{Ue un instinto. No llega a ser w1 claro
transmitirse en herencia casi fisiológica de sentido una verdadera aptitud de compren-
generación a generación. La ignoramcía, el sión. Y eso no bastaba para asentar for·
1malfabetismo, tienen en el latifundio ga~ mas orgánicas y positivas de democracia
1,aderil un formidable aliado Dicho queda política. Su ignorancia. su fanatismo tra-
que él es incompatible con la estabilidad de eiicionalista, su indigencia cultural ponen a
los progresos políticos decretados desde el (;Sas muchE::dumbres a merced de peligrosos
c:-.píritu de la ciudad. contra los cuales ~scendientes Ellas solo saben confiarse
conspira y a los cuales amenaza constante- ciegamente a la idolatría persona.lista y a
mente, porque en sus confines se detiene los llamamientos y ataduras de su compro-
la civilización y en sus soledades incultas tniso de "sangre" con el tradicionalismo.
se apaga sin eco, en el "silencio verde", la Esos son los únicos resortes de su acci6n
voz áe las ideas Separa a los hombres, los cívica, y ellos se tornan un instrumento
aisla, los rodea de un piélago de verdura <ie conducción en manos de los caudillos
en que los ganados vagan libres y calmo- para arrastrarlas fácilmente hacia donde
sos, tenie~do a su entera disposición cam- los caudillos quieran sin que ellas sepan
pos sin roturar donde cabrían el trabajo a donde, semejantes en la inconsciencia de
y la prosperidad de millares de familias su destino a las majadas entre las cuales
rroductoras '\!!ven, que el tropero reúne en la disper-
sión de las cuchillas al revoleo de su lazo
SOSTENES VACILANTES: y arrea con gritos insistentes a través de
los campos. La edüicación de una demo
Una mentalidad popular en retraso es cracia requiere, para ser durable, otros ci-
la que corresponde a ese medio económico tr.ientos er la sustancia viva ele una nación
y social de semi-feudalismo. Allf los hacen-
dados ejercen sobre sus peo11es una espe- En el Uruguay la suerte de la democra-
cie de paternalismo autoritario y los cau- c1a quedaba librada por un lado e esas
áillos imperan en la zona psíquica de las multitudes incapaces de comprenderla y
simpatías partidarias por la ley del prestigio de consustanciarse con su verdadero espí-
personal :Y del amor ciego y atávico a la ritu, y por otro lado, a un ejército mer-
clivísa comun, asi como del odio a la ad- cenario, numeroso y gravoso, mantenido y
versaria. La vida que allí se desenvuelve acrecido para oficiar de defensor de las
pertenece al pasado en sus manifestacio- instituciones frente a los alzamientos de
nes internas y en sus menguado!' impulsos· r>quellas masas campesinas. Eran dos apo-
cspiri tuales. I ,as rnt1ltit1 trl e... cinnpesi.nas, yos que 2n cualquier momento podían fal·
todavía "'eml-nómarles que cle:itnbulan en tr.rlc y volverse contra lo que sustentaban..
A favor d~ una relativa pror.peridad econó- delincuentes, y la mtervenctón de las Ull·
mica ella podía descansar sobre esos bra- nas eléctricas del estado, pasando por ea·
zos pasivos sin que la sacudiese el sobre- cima de la facultades del Consejo Nacional
salto de verse abandonada de pronto y has- La clausura de los organos periodfsU.
ta golpeadó por ellos, que le daban la ilu- cos se fui.daba en una razón estupenda.
s;ón de st:rvirla prestándole amparo con Ellos habían cometido la falta monstruosa
'ldhesión inconmovible. Pero en cuanto so- ae calum.ni&r al doctor Terra atribuyéndo-
brevinieron las grandes düicultades econó- lP intenciones de proclamarse dictador. ¡No
micas, las penurias de un estado de inmen- era posible tolerar tanta infamia! ¡Era for.
so malestar general, los pronunciados de- zoso castigarlos para que no siguiesen arro-
sequilibrios del presupuesto público, los jAndo sombras, con venenosa malignidad,
graves problemas financieros con su re- sobre la buena fe democrática de ese sal-
percusión sobre el torniquete impositivo. \tador de la democracia! Esa buena fe la
la agudización de la carestía y la para- ¡:onía de manifiesto sometiendo las medl..
lización de1 comeréio por el derrumbe de oas extraordinarias a la Asamblea General
la moneda, con 111ás la creciente falta ¡Hasta el último instante el hombre qu..
<ie trabajo esos brazos se volvieron sos- r1a ser respetuoso de los . fueros legislatl•
ten poco seguro Habría de bastar que vos! La 'lsamblea se reunió esa misma no-
removiesen el terreno ciertas especulacio- che. La :>esión se celebró con una barra
nes políticas para que apareciese el peh- ii1estada de elementos policiales, que ha·
gro inminente de una caída vertical. Ha• cía objeto de demostraciones ofensivas a
r-ría de oastar que ciertos intereses capi- los legisladores de la oposición. Fue uno
talistas pusiesen en el banquillo a las for- de los má~ dramáticos episodios de la vida
mas dem.,cráticas acusandolas de todos los ¡..arlamentaria del Uruguay.
padecimientos del pueblo; habría de bastar
que algun::is caudillos blancos o colorados, El cuerpo legislativo se jugaba su suer-
t~ y su honra. Un sector numeroso, el h•
obedeciendo a aquellos intereses levanta-
sen la bandera de la sedición reaccionaria, nerista, con los pocos diputados presiden-
para que no tardasen en reaparecer Jos te· ciales y algunas de las fracciones colora·
nómenos d1:: regresión política que han ve• clas menores votaron por la aceptación de
v.ido entrecortando con crónica intermiten- las medidas; pero los socialistas, los bat-
cia la regularidad republicana en la vida llistas "netos", los nacionalistas indepen-
del país. dientes, los católicos y los comunistas vo-
taron por el rechazo, lo que signüicaba que
("La R~volución del Machete", año 1933, debían ser .levantadas inmediatamente Hu-
págs. 143 a 147.) be mayurfa de muchos votos para este
temperamento Se notó que de la bancada
Có1no se produjo riverista sólo asistían tres o cuatro dipu-
tddos, dos de los cuales se retiraron antes de
el golpe del 31 ¡11·ocederse a la votación Los católicos, que
al fin votaron contra las medidas, habían
de lUarzo intentado arrojarle un cable al Poder Eje-
cutivo, mejor dicho, presidencial, propo·
LA SORPRES.l. niendo que previa.mente a todo pronuncia·
!Y?iento, se llamase al ministro del interio!'
F ALTABAN ocho chas llegar a
para la feM
cha destinada a realización del mitin
la
hístqrico, ;:;uando en las primeras noras de
para que diese explicaciones. Lo que hu..
biese ocurrido en caso de triunfar la mo.-
ción católica es que el ministro no hubiera
la tarde eJ pueblo se enteró de un decre- concurrid1.J. y el presidente, ya enterado de
to por el cual se aplicaba la censura a la cuaJ sería el resultado de la votación en
prensa "Prohibíase expresam~nte la apari- la asamblea, clausuraría el parlamento sin
ción de algunos órganos, entre éstos "El que se hubiese podido conocer la opinión
Sel'', semanario del Partido Socialista, al de la mayoría. Así la dictadura diría, des.;
pnr que se ordenaban algunas medidas de l'Ués, que la mayoría parlament~ ía, estll·
seguridad tan extraordinarias como la des· ba con ella y consentía la disolución de un
Utución del jefe de la penitenciaría, sin c'.lerpo d.mde una minoría empecinada ma•
previa consulta al consejo del patronato de lograba todo sano propósito de enmfendaf

NUlilSAd " / aKTlllMaRl!!I 18'FO


EL MARCO DE LOS SUCESOS cisputarse los premios de los tablados car·
navalescus -¡y estábamo!) en las postrime-
Debe hacerse notar que algunas extE":- rías de .narzo!~ entonando sus cantos de
tioridades muy significativas rodeaban to- comparsas con una desepreocupacíón de
dos estos acontecimiento de un marco im- ic.iotas
presionante Apenas lanzados sus sensacio-
nales decretos, el presidente se trasladó al
cuartel del cuerpo de bomberos, donde ins- EL GOLPE DE FUERZA
taló su despacho en medio de un aparato- La asdmblea cumplió con su deber. Sa~
so despliegue de precauciones. Ese cuar- biendo que decretaba su disolución, se' ne·
tel se constituyó desde ese instante en cen- gó a complacer aJ presidente dictatorial.
tro· de actividades que el público, mante- Fs una resolución que la honra ante la his-
nido a cierta distancia por numerosa guar- toria. Fue una bella muerte. Lo contrario
dia, observaba con estupor un tanto risue- hubiera sido vivir en la ignominia, para
ño. Uno tras otro iban llegando autos, de no vivir tampoco largamente. La sesión
los que descendían militares de uniforme tl:-rminó cerca de las 3 de la mañana . Y
y funcionarios policiales, que no tardaban pecas horas después la dictadura era un
en salir en cumplimiento de misteriosas hecho. El doctor Terra no acataba a la
diligenciai. El escuadrón policial y pique- asamblea L<; declaraba en un breve men-
tes del regimiento de blandengues custo- saje dondf hacía constar que no pocos le·
diaban el edificio. Todo aquello daba la im- gisladores habían aprobado los actos del
t>resión de que volvíamos a las épocas en ejecµtivo unipersonal. Oficiales de policía
que se gobernaba al país desde el interior concurrieron al dom~cilio de los miembros
ce los cuarteles. Y era sin duda sintomá- del Consejo Nacional de Administración,
tico que el presidente, mientras sometía e:on orden de arresto. Había que impedir-
sus resoluciones al dictamen de la Asam- les reunirse. para que no intentaran levan-
ble General en un gesto de acatamiento de- tar su autvridad constitucional frente a la
mocrático a los dictados de la constitución, del presidente alzado contra la constitución.
se refugiase en aquella casa para. estar más Unos pudieton escapar otros fueron ence-
terca de la policía y del ejército, como si irados en un cuartel. Igual suerte corrie-
se amparase en su regazo. ren alguno~ políticos de significación de los
Algo había, sin embargo, en el ambien- partidos opuestos al golpe de estado.
te que no dejaba trascender con bastante
sensación de alarma y disgusto, el carác- EL GESTO DE BRUM
ter sombrío de esas modalidades sintomá-
ticas. Diríase que el pueblo, si bien no mi- Al doctor Brum, consejero nacional fue·
raba con simpatía a ese gobernante tilingo, ron a prenderlo a las nueve de la mañana.
que se lanzaba al golpe de estado, con, el Recibió a balazos a la policía en la escalera
espíritu mercantil de quien emprende un cie su casa y luego se apostó en la puer-
negocio, no se indignaba mucho por sus ta con un revólver en cada mano dispues-
desmanes. Sin duda era debido a los desa- to a jugar cara su vida. Había herido gra-
ciertos de la democracia criolla y a las vemente a un comisario, y su actitud no
ilusiones que muchos cifraban en un cam- dejaba abrigar la más mínima duda sobre
bio, cualquiera que fuese, como puerta de la seried~d de sus intenciones. La policía
escape a una situación económica desas- se limitó. pues, a formarle un cordón a la
trosa. Pero más alJil contribuía a esa im- distancia, 1bligando a los transeúntes a dar
pasibilidad atónita, la inconsciencia de capas Lin rodeo El público se aglomeraba en las
enteras de la población, más interes·adas ésquinas y en la vereda de enfrente, 'pre-
por un partido de fútbol o una jugada de senciando con curiosidad explicable aquel
lotería, que por un problem~ político fun- espectáculo insólito. Cuatro horas estuvo
camental. La misma noche, en momentos el doctor Brum en esta actitud de resis-
en que se hallaba sesionando la Asamblea tt:!ncia ante la vigilancia de una policía
General y ya la dictadura desenvainaba su que esperaba rendirlo por el cansancio.
sable para traspasar de parte a parte la Algunos parientes estaban a su lado, acom-
constitución de la república, se veían cir- pañándole en aquella guardia montada por
cular por la Av. 18 de Julio camiones car- si mismo ante su libertad personal. Y cuan-
s;ados de mocetones alegres que volvían de do ya se creía haberlo convencido de que

CUACERNO& ca MARCHA
w meJor era connarse "' un mm1siro ex. exitlstas! (La .nevolucion del .Machete, pá-
tranjero, el de España. que había venido a ginas 119 a 123.)
ofrecerle el refugio de su legaC'10n, se dispa-
1 o un balazo en el pecho, ante el conster-
La sombra proscrita <1l
nado asombro de los numerosos espectado.
res. Y cay6 exánime, transformado por la
1~1uerte en un símbolo de la democracia uru-
guaya y clel sentimiento y la idea de la li-
Sfl!;tBOLO ensangrentado del trágico des-
tino de Italia, la sombra de Matteotti sur·
ge ante nuestros ojos en una angustiante ac-
Lertad. titud de espera .. . Es una sombra exiliada
¡Cuatro horas había estado aguardando que aguarda e}, momento de entrar a la pa-
que el puebl o viniese a rompe1 el cerco de tria de donde la arrojaron la barbarie y el
~oldados quí: lo rodeaba quebrando así el tobarde terror. Porque es la sombra de
poder ilt:gal que acababa de desalojarlo del un mártir que habiendo caído por el amor
gobierno y le hada sentir el peso de su ar· de su pueblo, por la dignidad de su pueblo,
bitrariedad prepotente! ¿Dónde estaban sus no halla todavía en el hogar solariego el
m iles de correligionarios, ese poderoso par- rincón donde se le acoja como un numen
tido batllista del cual era abanderado y so- y se le rinda la visible y edificante vene-
bre cuyos hombros llegara a los más altos ración a que tiene derecho. Cierto es que
aes tinos de la vida política nacional? ¿Es- su patria, su verdadera patria, es el cora-
thba acaso con el dictador, que también go- zón de todos los hombres libres del mundo.
bernaba y procedía en nombre del bat- e1 alma dt quienes fuera de Italia agitan
!lismo? ¡Una amarga desilusión, una profun- esa sombra como una bandera de redención
na desesperan za debieron haber ganado su en torno de la cual se agrupan cuantos
ánimo en esa hora de prueba! Al orgullo de sueñan con el derrumbe de la tiranía ig-
r:o entregarse y a la tristeza del derrumbe nominiosa.
cte su posición política, debió añadirse el Cierto es también que la verdadera Ita-
desencanto de que aquella gran fuerza cí- lia alienta hoy en el pecho de los que se
vica no se mostrase en estos momentos y lo alejaron dt ella abominando del déspota y
dejase solo sin reaccionar con un gran sa- su jauría: pero la sombra de Matteotti quie-
r:udimiento de ira popular contra el oprobio re reposa1 en el corazón de los italianos
de la dict<i.dura y ante el espectáculo de su también er Italia. De allí ha sido expulsada
gesto de resistencia viril, en plena calle. Pe- por los asesinos de su cuerpo. Recordarla
1 o es también indudable que al no producir· allí es delito que acaso se paga con la vida.
se el levantamiento que esperaba, quiso en- Y para para que las nuevas generaciones
tregar su cadáver , como una bandera, a la no la recuerden, todo un tremendo sistema
causa de la libertad. Quiso que su sangre oe deformación · de las mentalidades y de
cayera sobre la cabeza de la tiranía. Se in- atrofia de los corazones coge al niño desde
moló para que la democracia reviviese con Jos bancos de la escuela en su férreo engra-
la sangre "ertida por sus venas. Y se agran- naje, y la conciencia pública se va forjan-
dó hasta la inmortalidad en la historia de do en una fábrica de degeneración espiri-
1 n pueblo. tual bajo el martilleo de la violencia y la
Pero este gesto heroico y sublime, cuyas impostura.
consecuencias futuras pueden ser incalcu- Los niños de Italia ignoran a Matteotti
lables, tal vez produjo de inmediato, un o le creen un vulgar bandido con el que los
sicarios de Mussolini hicieron un saludable
efecto skológico que no era, por cierto, el
escarmiento. Es así como, después de ha-
deseado por el mártir. Hizo creer que el 1:.érsele arrojado por el crimen alevoso, al
nuevo régimen venía montado con una for- mundo de las sombras, se le condena al
taleza invencible, como una máquina ava- oprobio para que su sombra no retorne a
salladora ante la cual era ya inútil inten- brillar, como una llama, erl la conciencia
tar resistencias activas. El que no quisiese ce su pueblo.
quedar sometido a su poderío, no tenía más Pero siempre es en vano, a la larga, de-
remedio que pegarse un balazo, como toda cretar el destierro de las sombras. • • Éstas
protesta . ¡Piénsese cómo y cuánto una
suposición semejante debía influir sobre el
1) Montevideo, junio de 1931 C"Acci6o Socia·
espíritu de muchos indecisos en un país d~ lista").

NUMERO 41 I SETIEMBRE ISl70


tagan poi encimi. de tocio. Trasponen 1tn ~umbre ma:ii altii de los Alpes escudrmando
aer vistas, todas las fronteras. Atraviesan el horizonte con el oído atento a todos los
Inadvertidas y silenciosas, las más duras 1umores qut: los vientos le traen. Ya escu-
murallas Se filtran por los muros como la <'ha sin duda una lejana vibración de mar-
luz por los cristales. Sin embargo la sombra cha. Millares, millones de pasos resuenan,
de este gran mártir del socialismo no se muy a lo lejo~. aún. . Es un ejército que
conforma con penetrar en el alma de los avanza des<lt- remotos confines Acaso des-
italianos y retornar a Italia sin ser vista cubre que ese ejército entona, como himno
por los ojos de sus verdugos. de guerra y dt: esperanza, un nombre inmor-
Ella quiere que se le abran de par en tal: "Matteutti!" Cuando llegue, ella se pon-
par las puertas por donde entran no sólo crá a su frente. Junto a ella se alzarán por
las almas sin cuerpo, sino los ~uerpos con miles otras sombras: la de todos los que
alma. rayeron por su idea y por su fe civil bajo
,,.¡ golpe de la ferocidad reaccionaria Y asi,
Ella las quiere bien abiertas para que en legiói. irresistible, Pntrarán en Italia,
·con ella entren todos los que salieron y to- ~1biertos a su paso todos los caminos. La
do lo que salió detrás de ella, desde que el sombra proscrita recuperará sus derechos
terror fascista impuso su noche de muerte de ciudadanía en la nación reconquistada.
1 de atraso en el destino de Italia. y Mussolini podrá zxclamar entonces como
Y he aqui que aguarda En lo$ umbra- César Borgia, aquel predeceso1 suyo en las
les mismos de su nación, permanece expec artes de 12 tiranía y del crimen; "Los muer-
tNlte. Nos parece veda erguida sobre la tos vuelven" .••

'

CUADKRN09 DE ~ARCHA
., ua11 B. J11sto
SEMBLANZAS
(I; en a4url uunenso cementerio bonaerense; la
impre~ión que me causaba esa enorme necró·
poli~ con suq innumerables ,epulcros alineado~,
TODO consp11a _en una ocas1on como é5ta como casita~. sobrr 1·eredas de ralle~ 11rbana,
para emprqnenecer al orador. pequeño <le que a trrrho~ desembocaban en pla.ms y por
por ~í: el grandioso marco cuva 5untuosidad la~ cuall"• cirrulan los vehículos dánrlolc~ a~­
deslumbra; el auditorio t:m nu~eroso, qur im- pecto5 de simples prolongaciones dt' la~ arteria\
pone y sobrecoge; la solemne significación de de e~ta ciudad de los vivos: la extrañe1a c¡ue
f"stos funerales cívico~. y más que ninguna otra m<> a~altaha al irm!" internando rn esa va ~ ta
cosa. la grandeza moral e int<>lectual del hom- metrópoli de la muer te. contribuía a grabar
hrr a quien rendimos e~te homenaje r óstumo más hondo en mi corazón el recuerdo de e'a
tarde invernal en pleno estío. A un montevi-
Hace pocas semanas acompañábamos ~w.
deano el espectáculo de aquel cementerio no
restos con el corazón acongojado, traspasado
de estupor doloroso, con ese estado de ánimo puede menos de resultarle impresionante. Nurq.
qur sigue a las tremendas desgracias imp1evis- tras necrópolis son menos adustas y no ~e
arrojan como ésa, con todo rl peso de fü frí.~
las, en el cual se mezcla una obstinada sensa-
~nmensida<l sepulcral, sobre el alma del pa~a
ción de pesadilla a la amarga certe1a de lo
irreparable. Nuestros espíritus se abatí:rn como Jero. Pe~e al empeño con que la tradición y
el culto católico a la~ cosas de la muerte siem·
si la muerte, que acababa de arrebatar al m~­
bran de fúnebres atributos Jos sitios del último
ior de entre todos nosotros, ~oplase sobre ello'
reposo; pese a las proporciones ) formas que
a manera de un viento de tempestad para des·
la vamdad humana, estimulada por ciertos pre·
pojarlos de flores y doblarlos un instante ~obre
JU1c1os religiosos, da allá como aquí a las mo
las tumbas. Llegamos a la ciudad de los muer~ radas postreras, nuestros cementerios no con-
tos al caer la noche, bajo la lluvia, mientras el
sis<:en despojarse de la fisonomía risueña qu~
viento tironeaba las altas ramas de los árboles
les unpone su naturaleza de parques o jardines.
)' gemía lúgubremente asociándose al duelo.
~ uno de ellos .el mar azul cierra la perspec·
Perdonadme qut> evoque aquí aquella tarde y
t1va de los amplios caminos y parece pronto a
aquella escena para mí inolvidables. El mismo
ofrecerles a los que allí llegan embarcados ~n
asombro con que penetraba por primera vez
su ataúd, la oporturudad fantá~ti~ de un nuevo
viaje, también sin retorno. .
1) En el funeral cívico realizado en/el Tea Era ya entrada la noche cuando, acompa•
tro Colón de Buenos Aires la noche del 15 de
lebrero de 1928. (Versión taquigrafice) ñadoi por la poderoo;a ainfonía de la ijuvia y

NUMl;;RC1 •1 I SETIE:MBRK Ui170


PAG. !5.11
del -..iento que pulsaba lM arpas de los copudo~ gún ellos, nacer espontáneamente en estas tieµ-M.
Ai'boles y entonaba así el más formidable } de América. Porque el socialismo en cuanto mo-
penetrante de los misereres, dábamos nuestro vimiento y acción de la clase trabajadora hacia
61tlmo saludo al querido maestro, en tanto que la conquista de condiciones sociales que respoµ -
el fuego reducla a wi puñado de cenizas sus dan a las necesidades materiales y morales d~l
despojos. proletariado, si bien no fue por cierto invenci6n
ru había querido que su cuerpo no pesase argentina ni americana, es efecto y producto
inútil sobre Ja tierra cuando la vida huyese de natural, inevitable, de condiciones históricas que
6, aino que \olatilizado por el fuego se incor- aquí existían y existen como en las sociedade~
porase a la atmósfera y sólo dejase en el regazo del viejo mundo. El movimiento socialista es un
de la vida transitoria y cambiante un poco de fenómeno correlativo al desarrollo histórico dr.
polvo perenne depositado -¡sagrado depósi- las sociedades capitalistas. Y cuando decimo~
to!- en el fondo de una urna de hierro. AIH que el doctor Justo es el padre del movimiento
vimos esa urna, no mucho más grande que una socialista en la Argentina no decimos con ello
copa. Pero por encima de la urna, en torno de que el socialismo de aquí ha salido armado di'!
ella, cubriéndola, ocultándola, seguía viviendo todas las armas, de su cabeza, como Minerva de
la imagen del maestro y amigo que todos lle- la cabeza de Júpiter; no negamos ni desconoce-
vábamos grabada en la retina de nuestro co- mos que aun sin él hubiese surgido ese movi-
razón y alentando en el aire íntimo de nuestras miento, aunque más tarde y sin duda con rp,enq!I
almas. De esa urna parecía surgir y levantar;e fuerza de expansi6n y un sentido menos profun-
una aurora. De esas cenizas brotaba para nues- do de las realidades ambientes. Recordemos, por
tros ojos la intensa llama de un espíritu : el de pronto, que había un germen de organización
mismo que preside este acto, llena este coliseo, en aquel grupo de trabajadores en su mayoría
palpita en nuestros corazones, · nos acompaña o en su totalidad extranjeros, al cual se acercó
en nuestras luchas, vive en el pensamiento de Justo para transformarlo en plantel y punto de
la masa obrera consciente del Río de la Plata, arranque del Partido Socialista. Había, pues,
anima el pensamiento socialista de estos países, nacido el embrión del movimiento en el país
1e expande por la conciencia del pueblo argen- antes que Tusto se lanzase a la lucha por el
tino y se remonta como un astro sobre el hori- socialismo. El germen ideológico había venido
zonte de la historia para iluminar un trecho de Europa en los libros y en el espíritu de los
cada vez más grande de la mentalidad pública obreros alemanes e italianos que integraban ese
del continente. De él llegaba y llega hasta no· grupo; pero ese germen pudo desarrollarse por-
sotros, penetrándonos como un soplo de inmor- que aquí existían los elementos y las modalida-
talidad, la imperativa exhortación de Goethe: des sociales que, como factor de realizaciones
.. , Adelante, sobre las tumbas!" necesarias a la suerte del pueblo obrero, daban
raz6n de ser a su materialización en actos y la
reclamaban y a los destinos de la nación. El
Juan B. Justo es todo un trayecto de la his- doctor Justo, que conocía a fondo el ideario y
toria argentina. el método socialistas, encontró en esos asalaria-
Organiz6, dio vida en esta república a la fuer- dos los primeros auxiliares para una obra que
za renovadora del socialismo internacional, lo él tuvo la gloria de llevar a cabo y que sin él
que significa haber dado a una parte de la clasr. no hubiese podido realizarse entonces, obra que
trabajadora de su país, la conciencia de su consiste en dotar al pueblo productor de una
núsión hist6rica, al par que enseñarla a eri- doctrina y un método para esclarecerlo y guiar-
girse en factor vivo de la historia social y po- lo en sus luchas con el capital, pero que tam-
lítica de la naci6n al amparo de ideas generales bién consiste en dotarlo de fuerza p-ara esa lu-
que guían su pensamiento hacia el norte de la cha mediante la organizaci6n en el terreno polí-
solidaridad humana. tico y en el terreno económico.
Levantar en estas regiones la fábrica de una
organización de los trabajadores para la lucha
. . . . .. .. . . .. . . .. .. .. . . .. .. .. ..
por. el socialismo, no es, como se ha pretendido En cuanto a la doctrina y al ideario, sus
tantas veces, trasplantar una ideología europea elementos fundamentales el socialismo argentino
para que aliente con su exotismo de invernáculo no los halló, seguramente, en los libros nacio-
entre los elementos naturales de la vida criolla. nales ni pudo pretender haberlos creado, y de
Desde luego, siempre me ha parecido pueril esto se ha querido hacer un argumento para
el ieparo opuesto por ciertos adversarios chau- desprestigiarJo . tildándolo de fenómeno artificial
vinistas del socialismo a su calidad de cosa ex- y manifestación de reflejo. ¡Cómo si los princi-
tranjera, importada, que no habría pqdido, se- pio~ esenciales de la filosofía política en que ie

CUADERNOS OE MARCHA

' 1
nutriernn los autores de la nacionalidad no hu· para emprender la tucna de clases con sentido
bieran sido cosa aprendida en lo~ textos y en
los ejemplos de afuera! ¡Cómo si la Revolución
v finalidad socialistas, halla aquí su razón de
ser no sólo en los problemas propios de lat
i
de Mayo no fuese hija de la Revolución Ame- sociedades de tipo capitalista, sino en proble·
ricana del Norte y de la Revolución Francesa! mas locales --<:<>mo el del latifundio, por ejem-
¡Cómo si las instituciones republicanas, los có- plo-- que no serán resueltos mientras la polí- 1
di~os políticos y civiles, las reformas educacio- tica nacional no se forje en la fragua de las
nales, las normas administrativas en estas na- aspiraciones populares con el martillo de la
ciones de América no fuesen copia -a veces conciencia proletaria capacitada para la clara
mala copia- de lo que en otras partes se ha comprensión de los verdaderos y supremos in·
hecho o se ha legislado! ¡Cómo ~i la organi- tereses del pueblo.
zación económica y social de estos países no
fuese una prolongación de la europea, con sus l
in justicias, sus inquietudes y sus defectos, ante De suerte que vemos ampliarse la signifi·
los cuales la faz crítica del socialismo como idea cación teórica y el alcance práctico de la
v la faz positiva del socialismo corno acción, doctrina al naturalizarse en este medio con e1
hallan la misma razón de ser que en !os países sello de americanicidad -digámoslo así- que
donde por primera vez una y otra se unieron le imponen los aportes científicos de la pode-
en la síntesis fecunda de pensamiento y acción, rosa intelectualidad de Justo y la contribución
de movimiento e ideal. que constituye v ca- experimental del movimiento social y político,
racteriza este gran impulso univer~al del pro- del movimiento de muchedumbres, que salió de
sus manos.
letariado consciente!
El doctor Justo no se limitó; por cierto, a
recoger en los libros una teoría elaborada en
Por otra parte, si la doctrina y la teoría Europa para hacer de. ella el armazón d~ un
al principio vineron de afuera. como de afue- edificio que habría de levantarse en suelo ame-
ra, después de todo. nos vino la civilización y ricano. Su disciplina científica le proporcio-
nos vino la cultura, e!lo no basta a viciarlas de naba un concepto vital y práctico de la teoría.
exotismo. porque no es exótico lo que ~guí que no permite adopciones artificiales, adapta-
encuentra atmósfera apropiada, lo que aquí vie- ciones no sometidas al contralor permanente
ne a satisfacer necesidades naturales, lo que de 'la realidad. "No creo conducente y genuina
aqw se naturaliza aclimatándose e incorporán- -escribió en «Teoría y práctica de la histo-
dose como elemento indispensable a la existen- ria»- sino la teoría que surge espontánea dP.
cia nacional. Nada es más argentino, má!: rio- los hechos". Con otras palabras es lo que mfa
platense, más amencano, que el caballo ese tarde habría de decir Ortega y Gasset cuando
atributo vivo de la personalidad del gaucho. dijo: "No hay más teoría que una teoría de
ese complemento esencial del centauro de vues- una práctica, y una teoría que no es esto, ~s
tras llanuras y de nuestras cuchillas, ese cola- simplemente una inepcia". Con la fuerza posi-
borador imprescindible del criollo en las cam- tiva de ese su criterio da a la acción socialista
pañas de la independencia y en las lides pací- guías mentales seguras que corresponden a la~
ficas del trabajo rural. Y el caballo no es hijo peculiaridades del medio; soluciones concretas.
de América. Es extranjero. Fue importado por prácticas y eficaces para los problemas del "hoy
los españoles; lo que no impidió que haya te- y aquí'', una de sus felices fórmulas verbale~ .
nido y tenga en los destinos de nuestras nacio- Pero tuvo asimismo la visión de las solucione~
nalidades y en todos los azares de nuestra vid:i llamadas a proporcionar al pensamiento y a
colectiva, tanto en la paz como en la guerra, los programas de acción del socialismo inter-
una misión importantísima de factor de patria nacional, virtudes realizadoras que significan
y de riqueza, un papel histórico de símbolo de encarnar prácticamente en hechos los postu·
la libertad y herramienta viva en las mano~ lados ideales. Conocedor profundo de la obra
del paisanaje. de Carlos Marx, tomó de ella para la direc·
ción de su pensamiento, la parte viva y univer·
"Comprendemos el Socialismo -dijo pre- sal, que combinó admirablemente con las su·
cisamente el doctor Justo en cierta oportuni- gestiones de Henry George para los problemas
dad- como un método de acción histórica pa- de la propiedad del suelo y de la política ím-
ra elevar al pueblo trabajador, sobre todo por posi tiva, sin desdeñar las inspiraciones aprove·
el esfuerzo del pueblo trabajador mismo, mé- chables de los grandes economistas ortodoxos,
todo de acción adaptable a cualesquiera con- que también estudió concienzudamente. Y he
diciones". Y la organización de los trabajadores ahí que 1us ideas propias, su concepción orie;i~

NUMERO 41 'SETIEMBRE 1970


auu C1ti ill teona y práctica. del .,c. 'ililmo ~ it:- tro~ si;:s uutituc1onb culturales, su.\ oopera
tran en la mentalidad socialista del mundo y tivas, todos ellos talleres en que se forja el es-
la enriquecen con conceptos fecundos de •Ita píritu de las muchedumbres para la formación
rirtualidad renovadora. de un alma colectiva y el genio de una nacio-
• e • • •
• C (• • 1• et !• e •e e• • • ·• • . •'. ~· •I e e • • • • n1lidad. Tratándose de una nación que crece
ti lleva con sus libros, con sus artículos, con en el cosmopolitismo, su genio ha de ser univcr·
sus discursos, a los 6rganos de relación de la ,.alista, y el sentimiento nacional por excelen-
acci0 i del proletariado militante, esas ideas cia ha de ser en ella el internacionalismo. El
que marcan rumbos precisos al movimiento, destino de toda América es abrirse a las co-
esas suge.tiones de hacer que ponen en manos rrientes del mundo y albergar en su corazón,
del ideal la herramienta eficiente o lo hacen como en su territorio, a todas las razas y a
descender de las nubes de la especulación filo- todos los pueblos de la tierra. Las ideas inter-
sófica al terreno de los hechos en las solicita- nacionalistas deben, pues, informar, en estas I
ciones urgentes de la vida colectiva. regiones más que en parte alguna, un nacio·
El informe presentado al Comité del Par- nalismo sano. A ese nacionalismo sano corua·
tido Socialista como delegado a las Conferen- gr6 su vida de pensador y luchador, para que
cias de Berna y Amsterdarn es todo él una mag- esta vasta región donde, según sus palabras,
nífica afirmación del criterio sólido y clarivi- va a realizarse un buen pedazo del porvenir,
dente con que encaraba la labor del socialismo llegue a ser cuanto antes una patria para la
para el cumplimiento de sus fines. Leyéndolo justicia social. y un abrazo de fraternidad para
se ve cómo ese criterio señala direcciones nue- todos los hombres que a ella lleguen con la
vas en los postulados activos de ,la doctrina y virtud del trabajo en las mano~ y la estrella de
del programa. En Berna y en Amsterdam sos- la buena voluntad en el alma.
tuvo y ganó batallas en pro del librecambio,
que él, sin duda, con su ciencia y su tesón im- ¡Figura erguida y recia la de este sabio
puso como norma de política econórnica en activo que pensaba, estudiaba y luchaba! Na·
Ja política de las secciones de la Internacional, die ha ejercido en estos últimos años, en nues·
después de haberlo hecho agitar como bande- tro continente, "la profesión de hombre" que
ra de combate por el partido argentino. Y al dijera Guyau, con tan alto y profundo sentido
ver ahora en la Conferencia Panamericana que de sus responsabilidades. Sirvió un ideal con
se celebra en Cuba, al delegado del gobierno abnegación, y lo que es todavía más impor-
argentino quebrar lanzas por que se dé a la tante, con eficacia. Y si lo sirvió con espíritu
política de confraternidad una expresión con- eminentemente práctico y positivo, fue para
creta y real en declaraciones o actos de polí- acercarlo lo más posible al trance fecundo de
tica antiproteccionista, no puedo menos de Ja realización; que esa es la mejor manera de
. .. .. .. .. .. .. .. ..
pensar que las ideas de Justo no s6lo han pe- tener ideales y de ser idealista.
Jletrado en la mente y el espíritu del socialismo . . . .. -.
internacional, sino que también han influído en Su fórmula "Somos el partido del ideal;
cierta medida en la mentalidad de los gober- pero no somos el partido de la ilusión", es toda
nantes de su país. una máxima de salud para la conducta huma-
Felicitémonos dr ello, y hagamos votos fer- na, pues ella nos enseña que debemos evitar
vientf's por quf' las ideas d<' Justo ganen terre- que la ilusión nos extravíe con sus mirajes en
no en las filas de nuestros propios adversarios. el camino del ideal y nos aleje de su ruta; que
debemos ponernos en guardia contra la ilusión
en beneficio del ideal.
Dio vida a h organizaci6n política de los
trabajadores para que trajese a las luchas de ... .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. ..
la democracia argentina un soplo de idealidad, Su vida fue una parte de su obra. En lo que
un cont1,;nido de ideas e ideales, una aspiración escribió y dijo para enseñanza de los estudios
de elevar progres1vamen .e la situación material, y de las multitudes; en lo que levantó con 1U
moral e intelectual de las masas, un sentido de trabajo de organizador incansable, está vivo ..1
rectitud cívica y de moralidad pública; en una ejemplo de su existencia pura y austera, que
palabra: un espíritu de cºvilizaci6n y de cultu- es toda ella una sucesión ininterrumpida de
ra po!itica. Y esa organización llegó a ser por verdades valientes, de afirmaciones de carácter,
su iniciativa, su consejo y su propia actividad '! manifestaciones de conciencia viril. Cada
personal, una gran escuela del pueblo para d palabra suya fue un acto de entereza, de hon-
pueblo. con sus bibliotecas, sus tribunas de radez y de sihceridad, tanto en la tribuna pe-
propaganda, 11u periodismo de ideas, &\U cen- ' riodística, como en la callejera, como en la

pAG. 04 CUAC~RNO~ CE MARCHA


parlamentaria. .En todo momento surgia, pro
digando enseñanzas, el maestro de rectitud "
Carlos Zum Felde <1>
de honestidad. Por 1o que fu~ y por lo que hizo,
por el ejemplo que ofrec1a a las generaciones
y por las potencias populares de renovación y N UNCA en la \ida me ha costado tanto
esfuerzo coordinar algunas palabras. De-
~aneanuento moral que creó o vivificó con su bo coordinarlas, ~in l"mbargo, aunque sólo el
aliento, tuvo el significado de una llamar:id:i verbo marticulado de los dolores laceranteJ
<ir purificación nacional podría traduciI" en su lacónico patetismo la Ín·
dole y el grado del ~entimiento que me agobi;a
ante esta muerte que mr pon!' la muerte en
Baja a 1a tumba cuando en su país se dl"· el alma.
satan, al influjo de la proximidad electoral, las Debo coordinarlas y pronunciarlas, sacan•
fuerzas caóticas de la que él denominara con do fuerzas de flaqueza, mordiéndome el cora•
otra de sus frases insustituibles, " política crio- zón con el · dentelleo vacilante de las frasea
lla''. y en el hervor de la enconada lucha <lr premiosas, porque Carlos Zum Felde esper•
apetitos frenétiros, se presencia el desenfren:> ba de mí sin duda el cariñoso tributo de una
de logrerismos a que se entregan tantos jóve- df'spedida oral, que él a su vez no hubiese
nes que renirgan de la misión gloriosa de 1'l <lejado de tributarme s1 yo lo hubierll aventa•
juventud y venden ~u alma al diablo del ca11- Jada en el viaje silencioso hacia las riberas do
dillismo dadivoso. la sombra sin fin.
Perder un amigo, un verdadero amigo ca.
Alguien ha dic.ho que todo rspañol llrva mo él, es sufrir la más irreparable de las de•·
dentro de sí un hombre muerto, un hombre (\'racias: sobre todo para quienes ya no tene•
que pudo nacer y no nació, y que vendrá un mo~ padres } no tenemos hijos. Porque un
día en que todos esos hombres muertos esco- buen amu~o es para nosotros un padre y un
gerán 11na hora para levantarse. Eso ocurre, hijo a la vez. ~farcha a nuestro lado, y tan
~in duda, no solamente a los españoles, sino a pronto está más alto que nosotros para prote-
todos los hombres del mundo. La misión de gernos, como más bajo para que lo protejamos;
Justo en la Argentina, en el Río de la Plata, prro siempre junto a nosotro~, su mano en
fué precisamente la de un gran despertador nuestra mano.
de ese hombre muerto, y más toda vía, la de un Desdr muy jóvenes, Carlos Zum Felde y
animador de ese hombre que en muchos no yo trabamos amistad. Más de cuarenta año'
ha nacido aún. A su influjo, millares de ciu- nos unieron en la trama de sus días y de sus
dadanos han sentido brotar de sí e~e otro hom- horas, que nos. aproximaban bajo el arco df!
hre, despertarse en su conciencia esa nueva d"stinos cercanos y nos arrojaban al uno en
<'onciencia. ¡Auguremos que siga aumentando brazos del otro, a cada golpe de emoci6n, de
i>n proQ"resión Yertigmosa, el número de lo~ alegría o de tristeza, de alborozo o de amar-
ho·mbr~s nuevos, llamados a enterrar para siem- gura, como las olas de un mismo mar juntan
pre el cadáver de Ja tradición o a desalojar y emparejan dos barcos vecinos enfilados hacia
<lrl espíritu individual y colectivo a aquel otro un mismo horizonte por timones fraternos ~o­
hombre que, a semejanza del ~anado en el pa~­ bre el impulso de mquietudes comunes,
t0reo, no levanta la frente por no perde1 dP Yo st>ntía por él una admiración que 11ólo
\~ta el alimento! ahora -y este es m1 remordimiento-- se Ja.
declaro rotundamente; porque en vida, su mo-
destia, que sabía valerse de las m ~s sutiles ar-
¡Cuánta falta hace en medio de tanta co- tes de la chanza y de la Jovialidad, no dejaba
rrupción y atraso como se manifiestan en esta sitio· a ciertas explicaciones con palabras, ~1
hora, la palabra severa, sarcástica, quemante bien cabían siempre -eso sí- las explicacio-
con10 un cauterio, cortante como et bisturí de nes inefables que suelen ser el medio frecuen•
sus proezas de eximio cirujano -~uyo elogio te de comunicación y de entendimiento petfec•
acaba de hacernos magistralmente con toda la to entre los corazones que se quieren.
autoridad de su ciencia, el doctor Gutiérrez-- Yo admiraba en él el sencillo heroísmo det
la palabra aleccionadora y sabia que nunca es~ una existencia consagrada al trabajo y al cum·
catimó en las grandes crisis de la vida pública plimiento de las más puras obligaciones mora·
de su país, el inolvidable maestro a quien tri· les con un sentido del deber que llegaba a la
butamos este homenaje al cual yo he traído la
adhesión conmovida del Partido Socialista del l) En la inhumación de .sus restoa. Novlem-
Uruguay: br. de 1936.
NUMERO 41 I SS:TJS:MBRli: 1!.l70
abnegación, una abnegación sin desmayos, pt:· ¡Y ahora todo acab61 Dísminuldos -porque
ro sin alardes ; y admiraba la frescura de su es- con él se nos va una parte de nosotros mismos,
píritu alado, que sabía coronar de rosas la dra- va que Jos amigos como él nos complementan
mática contradicción de sentirse vocado para porque apoyan en la suya, para sostenerla,
las letras y tener que cultivarlas tan sólo ~n nuestra personalidad- disminuídos y conster-
la~ treguas de Ja oficina absorbente. nados lo vemos partir para siempre. ¡ Para
Fue un poeta que pudo haber g_ozado ~e ~iempre!, sin poder acostumbrarnos a la idea
renombre con poco más que se hubiese ded1- de que real y definitivamente se ha ido, por-
cado a labrárselo. Conoció, pese a su despreo- que no sé de nadie cuya compañía fuese má~
cupación por los laureles, la satisfacción envi- agradable ni más codiciada.
diable de que alguna composición suya, comú Sin él, a sus viejos amigos, Ja vida se no!I
•·Insurrexit" alcanzase no poca boga en los torna de golpe más adusta, con serlo ya bas.
círculos inteÍectuales revolucionarios en los años tante.
de su 1uventud, cuando su musa romántica
("¿Quién que es no es romántico ?", gustábale Enrique del Vol/,~
r.xclamar repitiendo a Ruben Darío) entona-
ba cantos de tan excelente factura y de tan Iberlucea (l)
noble inspiración como ese y como aquel bello
diálogo entre "Jesús y un labriego" que de7-
taca en las páginas de u n "Al~.anaque ~t1-
clerical" que yo tuve la ocurrencia de publicar
C UANDO recuerdo a uno de estos desapa-
recidos ilustres que fueron cumbre en la
allá por el año 1906 topografía moral del socialismo, dentro y fue-
ra de su país, no puedo menos de evocarlo en
Escribió sonetos amatorios que son, '<ª su
medio a los acontecimientos actuales. Y me
género, verdaderos modelos de galano decir y
place imaginar --entregándome a un inofensivo
de intensa emoción ürica. Escribió conferen-
juego de la mente- cuál sería su posición es-
cias literarias, como una sobre Amado Nervo
piritual y cuáles sus actitudes ante problema~
leída con memorable éxito en el paraninfo de
la Universidad. que le consagraron . maestro de planteados por hechos sobrevenidos después de
su muerte. Tal me ocurre con Enrique Del Valle
Ja prosa. Iberlucea, de quien fui muy amigo y a quien
Abordó con fortuna el teatro, logrando es-
admiraba por la pujanza de su cerebro y poi
trenar en Buenos Aires una comedia muy bien
recibida por la crítica. Y fué además, durante su inmarcesible entusiasmo para la acción. Fué.
de las grandes figuras del socialismo argentino,
algunos años, profesor de literatura, para me-
jor evid,.nciar su vasta cultura literaria y ~u una de las que más frecuente contacto tuvieron
justificad~ amor por las letras. con los socialistas uruguayos, a quient"S a me-
nudo iba a prestarles el concurso de su robm-
Y todo ello mientras atendía las exigencia• ta elocuencia. Estuvo con nosotros cuándo la
de su cargo bancario sin deponer ni un sólo campaña electoral que nos permitió llevar por
mstante la irreprochable elegancia de su espíritu. primera \'ez un diputado socialista al parlamen -
-"Yo no tengo" -me decía una vez, cuan- to urll!mayo .....:allá por fines del año 1910- v
do le insLaba a que compilase en un libro sus fueron °memorables los discursos que prommció
versos y en otro •u~ mejores prosa~- "la pasión en ese entonces. Presidió uno de nuestros mo-
de la gloria". destos congresos, como Justo en otra ocasión,
Pero tuvo, en todo caso, tan alta como e; y era para los socialistas montevideanos tsn
que más, la pasión de la libertad y de la jus- familiar como uno de la casa, el más respeta-
ticia do y admirado de todos, naturalmente, pe1 o
La lla,ma que encendió la an torcha de su querido con ese afecto casi fraternal que sólo
"Insurrexit", en los años mozos del rojo ideal inspiran quienes se entregan sin reservas, quie·
hbertano, no se apa-:;ó nunca en su corazón nes se dan abiertamente como una mano en
de ciudadano; y ardió con renovada intensidad el gesto ritual del apretón simbólico.
de combate frent,. a los enemigos de Ja liber· En el Partido Socialista de la Argentina su
tad y de la democracia ,·11 los días que corren. ubicación fué siempre la de un marxista orto-
Los discursos políticos que escribiera en es- doxo. Conocía a fondo la doctrina de Marx,
ta nueva etapa, la última y más breve de su y entendía, al contrario de otro! dirigentes v
Yida, quedan como páginas de candente elo-
cuencia donde restalla el látigo de la cólera CÍ·
l) Agosto 29 de 1933 en "La Van~uardi~"
vica manejado por la mano firme y certera oe de Buenos Aires, con motivo de un anivers~no
un :>eñor del idioma. de 'u muerte.

CUADERNOS DE MARCHA
maestros, que convenía hablar siempre de ella, determinismo histórico hace de la acción en
teniéndola presente en la observación de Jos sí una senda por la cual marcha la historia ha-
hechos y en la exposición de las ideas, como cia fines que el hombre no puede decretar
una guía luminosa del pensamiento sin la cual abstracta e idealmente, con el sólo imperativo
se anda a tientas en el cateo de las causas y en previo de su voluntad y de su concepto moral
la apreciación de los efectos. No aceptaba la o jurídico del progreso humano, que no son
máxima de Berstein, recogida por Sorel, de¡ fuerzas autónomas.
que el "objetivo final es nada y el movimiento Por eso Sorel, que pretende ser un penetra·
es todo". Sin negar la capitalísima importan- dor y vivificador del marxismo, coincide con
cia, aún más, la necesidad imperiosa del movi- Berstein en ése y otros puntos.
miento y de Ja acción, no los concebía con re- Del Valle Iberlucea aceptaba a Marx 1n·
lación tan sólo a inmediatos fines inconexos. tegralmente. No creía que hubiese en su sit-
No dejaba, por otra parte, de reconocer que tema ramas secas que debiesen ser apartada&
la acción misma vale como gimnasia para vi· para conservar solamente las vivas y lozanas.
gorizar organismos físicos o morales, músculos No sé que se haya nunca expresado tex-
o espíritus, fisiologías e ideologías. Pero creía tualmente en la misma fonna que yo lo hago
que el hombre no debía limitarse a elevar sus aquí. Quizás no se haya detenido en ningún
condiciones de vida y a hacerse más apto sin momento a puntualizar tan escuetamente esta.
preguntarse para qué. Un movimiento que sólo ideas. Yo las hallaba en toda la contextura de
tiende a la realización de objetivos cercanos y su pensamiento, a través de sus discursos, de
desarticulados, o por lo menos, no vinculados sus artículos y de sus libros, que desgraciada·
a una finalidad suprema, no vale como derro- mente no tengo a mano al trazar estas líneaa.
tero para conducir y orientar a los hombres: Ellas surgían de su manera de encarar la pro•
y los hombres sin derrotero son siempre jugue- paganda y de enseñar la doctrina o el método
te del destino. La humanidad necesita un nor- socialistas.
te y una brújula. El socialismo científico era Su ortodoxia marxista frente a la pos1cion
para su concepto una y otra cosa a la vezl Com- revisionista o semirevisionista en que otros se
prendía, sin duda, la fecunda incitación a obrar colocaban, con no menor dominio te6rico y
que encierra el conocido aforismo de Lessing, vigor intelectual que él, sólo marcaba entre unos
quien decía: "Si un dios tomase en una mano y otros una diferencia de matiz metltal que
todas las verdades y en otra todas las virtudes no podía reflejarse profundamente en la acción.
1
necesarias para descubrirlas, y preguntase al Porque ésta se realizaba sobre planes comu•
hombre cuál de ambas quería que abriese, éste nes en cuya concertación el amor a la causa
debería escoger Ja segunda, pues los esfuerzos de los trabajadores se traducía en una perfecta
para alcanzar la verdad son más fecundos y unanimidad de puntos de vista. Con su marxis·
bienhechores que la verdad misma". No ne- mo de una sola pieza fue al Senado, donde con·
gaba la función histórica del "élan" bergsonia- siguió, entre otras cosas, hacer aprobar una
no. Esta función Sorel Ja veía bien interpreta- de las leyes más benéficas y sabias de la legis.
da en la máxima del " revisionista" Berstein. ladón social argentina: la del trabajo a domi·
Porque ella sintetiza una .filosofía de la acci6n cilio. No se debatía, pues, en abstraccionet
1
política y social que como la filosofía de Berg- doctrinarias que lo apartasen del laboreo co·
son, tan cara al fundador doctrinario del sin - tidiano para Ja cosecha del progreso incesante,
dicalismo francés, "no se ocupa ni del punto reteniéndolo en las concepciones revoluciona-
de partida ni del punto de llegada de las cosa~ rias de largo ademán y a largo plazo.
cambiantes, sino de las fuerzas que a cada ins- Siguiendo a Marx daba a las conqwstaa
tante hacen inclinar el movimiento en el sen- de la legislación obrera y social toda la impor·
tido que se comprueba". Pero Del Valle lbet- tancia que tienen como elemento de la "evo.
lucea juzgaba funesta Ja despreocupación de los lución revolucionaria" en cuanto traducen •
Cines (1ltimos o el descuido sistemático de la impulsan el proceso histórico y contribuyen a
precisi6n y clarificación de los postulados fi- la capacitaci6n revolucionaria de las masas pro-
nales. ductoras.
Es curioso advertir cómo está más de acuer- Su obra fue una comprobac16n de aquel
do ·con el sentido íntimo de la teoría de Marx concepto de Kautsky, según el cual Marx con•
esa idea de que "el movimiento es todo", lema cilia en una unidad más alta y perfecta, aque-
del revisionismo, que esa otra de no perder de llas dos corrientes que para Berstein pugnan
vista los objetivos supremos, esgrimida por los por preponderar y sobreponerse en el c::omple
doctrinarios marxistas ortodoxo~. Porque ~1 jo hist6rico del socialismo moderno: la cons~

~U~ERO "411.SETfEMSR&: t970

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truct1va ele emanc1pac1ón por la urga111Zduu11 la comidi:r.. Lió11 debida a qu1eues, ey uiHJca<lu~
económica, y la destructiva, de eiua11{,1¡.Mci0n o nu, }Ju11t11 junto a la i.inLeiidad de su~ µala-
por Ja expropiación política b1 ..~ una doblt:: re~pomab1lidad 111emal )' rnu-
l"al que es por ~í -sola tuda una fuc1 t.a Je!
c,píritu.
El llamado ..problema de las mter'laciona-
les.., le sorprendió en esa crisis espmtual de iuigg·i F obb,-i llJ
que, poco o mucho, participaron todos los so-

Yo
cialistas sinceros ante el acontecimiento de la debi,•1 a, si íue~c c:ip. t:z de ello, 1eqmtar
revolución rusa -gesta del proletariado que en e~ta 1euuión tri~tt: y ~i lenciosa una pa·
se levantaba en el oriente europeo como una labrd tan ]Jura y transparente como un rayo
esperanza para la clase trabajadora del. mun
do-- y ante el fracaso de una Segunda In ler-
de ~ol, pald qut: htt".>f' digna de este ..:,y.ii1 '.tu
iudo pureza, todo Luz, que acahri <le extm-
nacional que la guerra había arrollado de u11 ·~11i rse de piunw rc.mo u11 asir.o 4ue se ap;iga
soplo enrolando sus diversas secciones en las inc:speradamentP t:n d cenit de su caire1 ¡¡ . LC\
filas de todos los ejércitos combatientes. extraordinaiia mode5tia de este homb1 e tan
El problema que vino en una hora tuntst<i bueno y tan sencillo, no toleraba en :vida f'l
ae la historia del socialismo )' del movimiento .!nfa~is de lo~ ditirambos, } por f'~u se1ía ju~to
obrero, a dividir la fuerza de los partidos so- c¡ue ante su lllUe1 te el elodo s.1picsc: c11co11t'. ~1
ciahsta'S y de las organizaciones gremiales, hizo Id.· fonu:ts m.'is t1<.1b~c- y más altas de expres1011
vacilar su fe en el método de la conquista di: en J 1 rná~ perfecta ~encillez, para aconsunan-
la democracia sodal por la slinple democracia ld.1 se con la sdección espi1 itual que era la ca-
política. Pero el sentido de la unidad p~rtida­ racte1ística de este amigo inohidable
ria era en él tan profundo como su sentimien- Y he ahí que lu c¡ue debe decirse ante Lodo
to del deber. Además, comprendió, sin duda, ..:ua11do ~e h.,bla de Lui3'gi F:1bb1i es que pt "~
que siendo las actuales posibilidades de acción , ~1i mode~ti a, a su senollez, a su i11genu1tl, d.
dentro de la demociacia política i.nnegablemen· :i. su timidez de niiío grande, 1,;fa poi 'u ' Jda
te útile~ a los fines últimos del socialismo, i.e- y µor su ob1 a un e>tandar e f narb_ol· ~o yu1•
ria mcida, ha~ta desde ese punto de \·Ísta. 1rernolaba sob1 t' nue>tra, '-abezas ~'"nalanJu 10~
1acrificar dichas pos1b11idades para ent1 egarse el rumbo ele la supernci611 espiritual v <lt' los
a un impacientismo revolucionario con vistas sact ificioi; lionrnso~ .
al dogma soreliano de la violencia. Y o expci !Illemo Ja .. marga emoci<'.111 de l) ue
Y he 'lquí que habiéndose celebrado en m1e~tra ciudad 110 haya sabido v:llorar todo lo
~stos días un congreso inte1 nacional socialista yue representa Luicrgi Fabbri co1110 v,1)or es-
en París para tratar los medios de combatir piritual e intelect11al; qu.~ lo lia)'-a dnj:ido ir~t::,
al fascismo y de prevt:nir la monstruosidad pro- esc<1.pársele de emre la~ manos si11 ~4uilatarlo.
bable de una nueva fSUeH.l mundial, yo pienso Que ni siquiera haya tenido una nurada ~a1a
cuál seria la posición táctica de este amante ·~te ~ortejo. c>k u>rtejo fúnebre de lu. amigos
iervoroso de la paz <le: los putblos, que cifrab.:i yue traíam;>s sus 1 e.tos 1001 tales a .esta. última
en el triunfo del sociali~mo todas sus vivas es- morada para· gue dt.>carue en la 111fii1Ha pa7.
peran:zas de redención humana. Yo lo veo in- de Ja naturalt:za, de tar1tos dolores, de tanta~
flamarse en la idea de una gr-an alianza de amargu1 .~s, ele tanta~ luch ••, de t.rntos contra-
todas las fuerzas revolucionarias del proletaria- tiempos corno ,oportó ei1 la infjnita i,:111•rr:< de
do para; atajar la conflagrac1ón, para contene1 l..1. socied.. d ' de los lwn1l• i e~.
1a ofensiva fa~cista en Europa y en Arnerica, f .!t"'Ó ha~ta TIO~OlrOS Ull buen día Ct>!I 1.1113
v para U' preparando las masas obreras a hacer •urcola' intelectual cnv1cliab!e, con una aureola
sonar, a ~u hora, la ho1a de ia sociedad socia- de mae~tro en ciencias ,ocia'.e~, de reputación
lista, en cuanto la ola de la reacción retroceda mundial; con la aut'eo'a de maestro reconocido
~enciela, y el annazón de hierro de los fascis- y consagrado de l4 doctrina ana1qu:sta,. que
rnos triunfantes se derrumbe. t.'Xplic'lh.1. que Ínierpret;;J,a, •lllt! profund17: ba
Me parece volver a verle ame una asan,. con la claridad de su talento, con su vast1 1lus-
blea, haciendo flamear con su verbo cálido y iración }' con su pluma de un estilo impecable.
abundante y su gest0 tnbun:cío, esa exhort::i- ................... ....... . ................. .. ~

ci.Sn, como le veÍámos hace mas de diez años


1) Oraci¿n pronunciada €1 25 de junio de
expresar sus ídeas sobre táctica v orít:ntación 1935 en el c2mc-~1terio ~el B;.;~co ~- tom::ida ta·
~ocialistas. Sus ideas que no a todos com·endan, quigráficamente por Avenir Ro~c:ll, y publirud:i
por cierto, p1•ro q11e tr.dl)• e~·:rn.háhamns. c011 en Ja c1·ónica d~ ''El Auto Uruguayo''.
Sereno, smuendo una especie de piedad y y-aoñegada; Uñ apüstolado permañente rul ge.o
de sincera conn1iserac1on por todas las debili· ticulaciones. Y era conmovedor, y al mismo
dades humanas; con una ~plia tolerancia pa- tiempo edificante, ver con qué sinceridad, con
ra todos los errores ajenos, con el cerebro siem- qué modestia, con qué simplicidad, con qu~
pre abierto a la comprensión de todas las ver· bonhomía, con qué bondad imperturbable man-
dades ocultas, aun de las mas pequeñas, él tenía él heroicamente, fieramente su actitud de
marchaba por la vida rectamente, siguiendo su desafío contra todas las potestades de la tie-
camino sin desviaciones, sin vacilaciones ni des- rra y contra todos los poderosos del mundo.
mayos, sin apartarse un ápice, con la mirada Por eso sufrió miseria, sufrió destierros, sulri6
siempre clavada en las claridades remotas del persecuciones.
idea: Pe_o no como el fanático absorbido por Sentía un amor grande y ardiente por h.!
la abstracción, que sigue un camino teórico libertad. A nada combatía eón tanta fiere~,
• trazado hasta el ideal pasando por encima de con tanta tension de espíritu y de condencil.
las cosas reales y humanas, batiéndose a menu· como a la opresión, tanto la opresión econ6-
do como Don Quijote, contra molmos que con~ miu como la opresión política. Era et gran
funde con gigantes, sino viéndolo y compren- enemigo de todas las tiranías y de todos ICll
rliéndolo todo; con los ojos abiertos al espec- despotismos. ti entendía que la libertad -mát
táculo del mundo v los oídos abiertos también de una vez me lo había dichcr- era una cues•
a la; voces múltipl~s de la vida; comprendién- tión de dignidad humana; y entendía que cuan•
dolo y sintiéndolo todo, de ta1 manera que su do a lo.i homb. Cll o a los pueblos se les arre-
rectitud no era un castigo, sino un e1emplo para bata la libe tad, se hace con ellos más que
los demás, y su supenoridad no recaía sobre mutilarlos y aun matarlos: se les denigra, por--
nosotros como una piedra o como una sombra que se les desi.;onoce en la dignidad esencial
sino que la sentíamos vibrar sobre nuestras ca- ' y e.>pedfica que caracteriza y distingue al hom·
bezas con la armoniosa palpitación de unas bre como ser pensante y consciente.
alas casi divinas. Con este pensamiento, con esta idea cla-
Si ÍUér.:-. permitido en esta reunión de hom- vada en su corazón como una espina de acero,
bres, creo yo, c;.s! todos ateos: en esta reunión ante el espectáculo del mundo, -en estos mo-
de a1u1quistas, de socialistas. de librepensado· mentos en que vemos resurgir tanl·"\.i despotis-
res, de materialista~, de descreídos, emplear mos históricos, y ante Eo! propio (;1Jadro som-
té.minos de la superstición religiosa, yo diría brío de esta república, a la que viniera bus
que Luiggi Fabbri murió en olor de santidad. cando un refugio en la liberalidad de sus le·
Pero r.o de esa santidad de que hablan los ca- yes, para encontrarse de pronto con una nue~
tólicos; po_que no se traia de uno de esos san~ va tiranía, con esa idea clavada, como una
tos que la religión hace sentar al lado deJ to· espina de acero en el corazón, cerró sus ojos,
dopoderoU> o po:.Iar los e.;pacios del paraíso el bueno, el noble, el grande Luiggi Fabbri,
cristiano: se trata. de una saL.idad distinta Se el más puro de los hombres que yo he cono-
trata de un santo cuya sant1dad consi~tía en cido, el más recto y tierno de los amigos, her-
luchar consfanteme_1te de un modo sencillo, mano en el espíritu, que no reclamó, que no
·sereno, sin desplante::>, sin alardes, sin "poses", pidió nunca nada para sí, y, en cambio, lo dio
contra Ias injmtic!as. contra fas de,igualdades, todo para los demás. '
contra el prejukio, contra la metiiira, contra
la superstición; cuya SJ.r.tidau, por otra parte, Nicolás Repetto C1>
consistía también en la austeridad de una \ida
de trabajo y de ret1ur;l1 ....,'lie.. to, casi } sin casi,
ce pobreza. De renunciamiento rea! a todos los
bienes terrenales, a todas las riquezas con qu~
CONvotounay deintensa emoción de discípulo de-
amigo fiel he venido a darle
hubier ..1. podido llen:.'lr sus manos ~¡ en vez de un abrazo muy. hondo, con toda el alma, al
haber puesto !U cerebro privilegiado y su va.ta doctor Repetto, por mi cuenta y razón desde
ilustraci6n a! ervic:o de su,, ideales de reden- luego, pero también en representación de loa
ción humana, hubiese puesto :t la sordina sus socialistas del Uruguay, que se asocian con ve·
ideas más intimas y sus más audaces pensa-
mientos. 1) Este discurso fue escrito para ser leído
en Buenos Aires, en un acto público que no
Hizo de su pa!abra. con esa sencillez y con se celebró, pero su autor tuvo el gusto dé leer-
esa sinceridad ~nsuperadas un ariete formida· lo ante los funcionarios policiales de la ''Direc.
ble contra la injusticia y contra. el mal. ci6n de Orden Político de aquella ciudad, la
noche de su detención, previa a su expulsión
Su vida toda fue, pues, una milicia heroica del país por niandato del presidente Perón.

toiUMERct 41 I SSTJ;s:MS~it !§7'Q

/.
~craci.6n fervotO';ta& • la celebraci6n <le ..u mag· de espaldas !lacta el c1e10, en el corazun <.1·;;
affico arribo a lOI 80 años. selvas hospitalarias, y que el viajero descubre
Úna vida tan fecunda y noble como la de de pronto con a~ombro.
rruestro grande amigo es siempre un soberbio La austera fisonomía del luchador inflexi
..,pectácuJo. Con los ojos del espíritu lo con- ble en la tensión permanente de su carácter
~emplamos en un día como éste, conmovidos y y de su personalidad "de una pieza" frente a
reconfortados, dejándonos penetrar por la be- la corrupci6n, a la impostura, a la cobardía
Ueza moral que despliega y la enseñanza pro- moral, a la ambici6n mezquina, al cinismo di-
funda con que nos alecciona y nos levanta a Jolvente, y en su batalla de todos los días con·
1'9 alturu desde donde se abarcan los más tra los políticos sin escrúpulos y los gobernar
.uiplios horizontes y se respira el aire puro tes que deshonran su nación esclavizando y
de los ~b generosos ideales humanos. humillando a su pueblo, queda presente pero
Llegar a viejo y vivir muchos afios no e~. como retirada en un plano de reserva, cuando
por sí solo, un mérito ni signüica otro triunfo nos acercamos a él confidencialmente, sobre
que el relativo y precario del organismo con- todo cuando podemos penetrar en Ia sencilla
rra el tiempo. Mérito y grande es, en cambio, mtimidad de su vida, tan pura, en la que en-
llegar a viejo con la antorcl.ia de la juventud tre infinitas preocupaciones y cotidianos traba
"'9piritual encendida, después de haberla man- jos de la mente, entre las actividades porten
r.enido siempre alta en el puño indoblegable tosas de su militancia pública, halla sitio hol
y vivir ochenta años densos, preñados de tra- gado para las solicitaciones de su ternura fa.:
bajos y obras, en el cuno fluvial de una exis- miliar, cultivando conmovedoramente su 'oca
lencia que ha sido una ininterrumpida labran- ci6n de abuelo y su inagotable cariño fraternal
'1& y giembra, toda una incesante y esforzada
1unto al hcnnano enfermo.
prodigalidad de esfuerzos renovadores y cons-
1·ructivos, creadores de civilización y de cul- Artesanfa del afma
rura, en campos ganados por el golpe metódico Ese modo de ser, ~a capacidad para labrar
y tesonero de las nuevas ideas, de las verdade~ 3u persona con cuidados de artesanía del alm..
tecundas, de la razón esclarecedora, al ma1 en el perfecto equilibtfo de todas sus faculta
de la barbarie, del atraso, del engaño, del pre des y de todos sus sentimiento~, es acaso lo quP
juicio, del s6rdido interéA de- clase y del ínju.. le ha deparado esta gloria de llegar a los ochen
to privilegio pc~nal ta años en plena juventud.
Doble juventud, sin duda, porque se exp1 e-
Como las montañas sa en el entero vigor simultáneamente físico ~
espiritual, con el cual se mueve, a sm año~
Suele decirse que los grandes hornbre:s ~on por la vida, con gallard1a y arrestos de joven,
1·.omo las montañas, que sólo mirándolas des- tanto más efidente en el ejercicio de sus ener·
de lejos nos entregan la percepción cabal de: gías cuanto que éstas son, ahora alas de un~
~us dimensienes topográficas y la impresión po insuperable madurez de la int.eligencia, dotada
derosa de su verdadera magnitud. Pero tra- así de un sexto sentido que reúne los otros cin
1 ándose de un hombw: como nuestro recio, fo1- co y les agrega la virtud de regirse certera-
midable y al mismo tiempo bondadoso y afee· mente a través de lo que todavía no es, y hacia
tivo don Nicolás, uno recuerda esas montañas un fin que está más allá y por encima de ~u
tan sabiamente descritas por Eliseo Reclus en propia persona.
un libro clásico, cubiertas de espléndida vege~ Y es que su recalcitrante juventud es do-
tación, cargadas de bellos paisajes imprevistos, ble, precisamente, porque ~e af)nca v enraíza
L<>n grutas recoletas, con torrentes bullicios~ en el ideal; porque su confianza en el idea! )
y fuentes murmurantes que corren alegres ha· en el porvenir, lejos de haberse desgastado con
da el plácido valle, con sorpresas de maravilla, el andar del tiempo y con los contratiempos
con escondidos lagos transparentes v tendid~ de la historia en esta última década, más que
mantenerse incólume, se ha robustecido.
La misma lucha que sostiene en torno de
.Los originales habian lido hallados en un bol la llama del socialismo en su pais para que se
:aillo del sobretodo que la policía revisó al alla-
nar la pieza del hotel, y como se le preguntara conserve y crezca en medio de las voluntade!
qué dedan esos originales, el autor e.provechó y fuerzas que se proponen apagarla, fortalece
·oara leerlos ante la atención silenciosa de tan en su corazón la adhesión impertérrita a Ja,
éxtraño auditorio. El hecho fue muy comenta- ideas socialistas y al partido glorioso que la•
do en su oportunidad en amba.!! márgenes dei
Plata. "':nearna y propugna.
Y nuentras el tervor de su contienda 1o no pens6 jamás en quejarse. La dnlca noticia
adhiere con el tribuw de sus manos ) de sus que dio de cómo lo pasara en la cárcel fue la
palabras, que son hechos, al mástil de ese ideal, de que el silencio y la tranquilidad de la celda
también intensifica en su cerebro la claridad le curaron de su gripe y de su constipado •••
de la razón en que se basa, y le hace ver hasta Con hombres así no pueden los dictadores.
el fondo de la convulsionada realidad histórica tsa es la más reciente lección que don Ni-
donde navega insumergible, como el arca de colás nos ha dado a todos, pero especialmente
la leyenda bíblica. Porque .ese ideal es hijo de a los jóvenes, en quienes confía y a quienes es-
los diluvios y ha nacido para superar todos los pera a su lado, compartiendo sus afanea de
oleajes y conducir la humanidad, aunque sur- porvenir.
Jª la tormenta y fulgure el rayo, a los montes Porque si los paganos creían que el porve-
donde florece el árbol de la paz bajo el arco nir descansaba en las roddlas de los dioses, no-
iris de la eternamente renovada esperanza. !Sotros sabemos que descansa en las rodillas, en
las manos y en el espíritu esclarecido de loa
El mensa(e de estos hombres jóvenes dignos y conscientes de su misión en el
curso histórico de las generaciones.
Por eso hombres como él deben vivir y tie-
nen que vivir muchos años. No sólo los nece· Un saludo a los muertos y a los vivos
sita el Partido Socialista de su país; los nece~
.sitan los de todos los países del mundo, rnbre Compañeros y ciudadanos:
todo de América. Los necesita la juventud de Para un hombre de mi sensibilidad venir
la Argentina y la del Río de la Plata y b de· en estos momentos a Buenos Aires es toda un&
todo el continente americano y la del mundo ritualidad religiosa. Los peregrinos que van a
entero. Porque si las juventudes de estos tiem- la Meca no experimentan mayor ef!1oci6n que
pos traen en algunos mensajes que no siempre la mía. Porque vengo a ponerme bajo el techo
son, al menos por sus proyecciones inmediatas, de la Casa del Pueblo, templo laico del Socia-
de justicia y de libertad, estos altos maestros lismo, donde el recuerdo y la imagen de Juan
de sano realismo y de idealismo auténtico B. Justo, de Del Valle Iberlucea, de Mario
--que no son incompatibles- renuevan todos :Bravo, de Ángel V. Giménez, de Alejandro
los días con su palabra vigorosa un roensajt. Castiñeira, de Francisco Cúneo y de muchos
de libertad y de justicia. otros constructores d e esta patria espiritual
que es para nosotros el Partido Socialista, pre•
Una anécdota siden como númenes las fervorosas asambleas
y los abnegados trabajos. Y porque vengo a
Y d , cuya ' vida y cuya obra es una ense- ponerme en contacto con el cuerpo y el alma
ñanza palpitante a quienes están en edad de de este grande y glorioso partido de los tra•
recogerla, para dar ejemplo a los Jóvenes bajadores argentinos, y a dar mi abrazo fra·
actuó incansablemente, sin desmayo; recorrió el ternal a ilustres maestros de la democracia y
país, subió muchas veces a la tribuna pública, del socialismo que sostienen una brega heroic¡a
dictó medulares conferencias haciendo el análi- en defensa de nuestros ideales comunes. Por•
sis documentado e implacable de la situación que vengo a echar de meno~ en el ámbito de
política y de la marcha del gobierno. Por no sus actividades a compañeros eminentes que
haber cejado en su campaña admirable, fue re- andan prófugos, y vengo a ver si puedo acer•
ducido a prisión, lo mismo que otros destaca· carme a estrechar la mano, a través de la1
dos compañeros de ideas y de luchas. Se les rejas, a Jacinto Oddone, elevado con toda una
mantuvo seis dias incomunicados y se les en- vida de trabajo, de.lucha y de estudio, en que
carceló sin darles ninguna explicación. El ilus- el obrero manual había des@lffibocado en el inw
tre anciano fue enfermo a la penitenciaría, ata- telectual de fuste, autor de notables libros de
cado de gripe y con un molesto resfrío. So- investigación y exégesis histórica y sociológica,
portó con emocionante estoicismo el duro ré· elevado por la dictadura a la categoría de sím·
gimen carcelario de la penitenciaría, y míen· bolo y paradigma del trabajador ciudadano
tras pudo creerse que esa desconsideración po· que defiende en el sindicato obrero los fueros
licia! le resultaba una penosa· contr~riedad, nos de la independencia contra las ingerencias· del
enteramos de que él, que, por oµ:a parte, n<? poder. Y porque vengo a estre~har asimismo
era novicio en tales azares, ¡:iue5 hab.ia sufrido las manos de "¡::uantos camaradas comparten IU
prisión de muchos meses bajo Ja dictadu.r a de ,.uerte de procesados por una misma causa.
Uriburu, y algunas otras en diversas ocasiones, Ante ese panorama c.J.e tristezas y amargu•
ras don Nicolás llega a sus ochenta años fuer- piritu, fecundo y fuJgurante, y esa desaparición
te y confiado en el desenlace de "la lucha fi- significa una desgracia muy grande para todos
nal". . nosotros, porque empobrece nuestra vida v
Alienta a todos y a todos nos da ejemplo. apaga un astro en nuestro firmamento.
Con mirada avizora aguarda el porvenir
que todos los días contribuye a engendrar sem- En la historia literaria del Uruguay, Ma-
brando, infatigable sembrador, semillas de re- ria Eugenia Vaz Ferreira ocupa un sitio que
denci6n y de luz en el alma de su pueblo. no puede serle disputado por nadie. Es crono-
lógicamente nuestra primera poetisa. Es la pri-
mera voz femenina que se alza en nuestro me-
dio con un claro timbre de lirismo noble y
María Eugenia <1i puro, tan distinto del acento balbuciente y opa·
co de quienes hacen versos sin poesía. Antes
que ella, otras mujeres hubo, muy pocas, que
M rm a
E sobrecoge la responsabilidad de poner
este acto en el que acabamos de
escuchar voces tan elocuentes y conmovedoras.
cantaron, pero sin conseguir poner en el coro
de poetas de su tiempo, una nota saliente e
¿Qué podría decir yo ahora que fuese digno inconfundible. Ella hizo oír por prir,1era vez en
de esas voces y de la inteligente atención dy la lírica nacional un hondo y desnudo grito de
este auditorio? Sólo me queda dejar hablar sen- mujer, abriendo la senda por donde habrían
cilJamente a mi corazón. de lanzarse con más audacia y más avasalla-
dor impulso instintivo, aunque no con más con-
María Eugenia Vaz Ferreira se tue de la ciencia artística, otras jóvenes musas naciona-
vida inesperadamente, sin que muchos de sus les. Surgió cuando tras Zorrilla de San Martín
anúgos pudiésemos acompañar sus restos hasta y Roxlo, cuyo estro romántico, reaccionando
la tumba. ¡Triste destino el suyo! Siempre es sobre la chatura anterior, marca una época
gran desgracia morir joven cuando se ha na- brillante de Ja poesía uruguaya, una nueva ge-
cido con dones de excepción que podrían aún neración de poetas venía a renovar formas y
deparar -el tiempo mediante- los mejores ritmos. Hubo· en esª generación quienes, ro-
frutos de oro para las cosechas del espíritu. Y deando la destacada figura de Herrera y Reis-
ése es el caso de María Eugenia. Murió en ple- ~ig, el mayor de todos en edad y potencia crea-
na juventud; su barco encalló en las sombrías dora, hicieron flamear en son de guerra lo~
costas de la muerte cuando aún llevaba las estandartes suntuosos del modernismo, adop-
velas ampliamente desplegadas, abiertas como tando la paternidad de Rubén Darío, de Ver-
alas al viento de la tarde, antes de la hora cre- laine, de Samain, de Laforgue y siguiendo las
puscular en que los barqueros buscan el refu- huellas del argentino Lugones. altos númenes
gio de las ensenadas tranquilas y dejan caer que en el cerebro de Herrera y Reissig se trans-
lacias las lonas de los mástiles como brazos fa- figuraban como metales preciosos en un crisol
tigados a lo largo del cuerpo ... Antes de mo- de alquimia .y salían transformados en sustan-
rir del todo, unos meses antes, la había apar- cia de nuestro poeta, en un nuevo metal para
tado de nosotros esa ola siniestra que bate a la impresión de su propio sello característico
intervalos el cerebro de ciertos elegidos procu- Otros, acaso los más jóvenes, hacían su obra
rando el instante de abandono o de cansancio sin enrolarse en capilla alguna, pero renornndo
que le permita arrebatar traidoramente un es- también de verdad el espíritu y los modos de
píritu hacia los · abismos de la inconsciencia, nuestra poesía. Entre éstos, María Eugenia Vaz
donde- se disuelve y extingue la personalidad. Ferreira, diestra amazona de Pegaso, Walkyría
Y eso es, sin duda, más triste todavía. si h~ cíe delicada y soberbia, hacía oír su canto de ju-
aer irremediable y definitivo, que la misma ventud ; v casi en seguida, otra gran poetisa,
muerte total. Pero no pensemos que ésta ha dP. una adolescente genial. Delmira Agustini, se
ser saludada como una liberación o tolerada lanzaba tras ella en un vuelo magnífico que
como una terminación prevista y hasta desea- fue asombro y maravilla de las almas especta-
ble, cuando lo que consideramos es la desapa- doras
rición, en una u otra forma, de un bello es·
Delm1ra Agusnru en una como embnaguez
de sinceridad femenina, desnudó por completo
(1) Version taquigranca. Discurso pronunciado su alma amorosa y produjo en los ojos atóni-
en el acto conmemorativo celebrado en la tos el deslumbramiento de Friné, sagrada e in-
Universidad de Montevideo. Este discurso fue
transcrito en "Repertorio Americano", de Costa tangible en la sublime impudicia de su belleza
Rica (8 de marzo de 1926) sin velos. Ella se atrevió ~ decir con estupenda

PA.O ea CUADERNOS OE MARCHA


1

exaltación lo que las poetisas habían callado valor de su obra. Hoy ya no tienen 1tnportan-
hasta entonces. Realizó en el campo de la poe- cia sus dudas y vacilaciones. Allí están SUI
sía una revolución política, una afirmación versos. Sus dudas no alteran el ritmo firme de
enérgica de feminismo literario por la cual esas estrofas que por encima de ella, abatida
quedó proclamado el derecho de Ja mujer a por la muerte en mitad de la vida, siguen R
expresar, como el hombre, las más recónditas vuelo seguro a través de las almas con ~a ..
inquietudes de su vida sentimental, los estre- ardiente carga de afanes espirituales que M
mecimientos reales de su sensibilidad y de su agitan como llamas al viento en la atmósfera
carne, la confesión de sus vitales ansías de de la inspiración creadora del poeta.
amor y de la turbación alucinante de sus sen- En esas estrofas vive la esencia inmortal,
tidos. Ella gritó todo eso con una exultante contradictoria y única de esa extraña muj•
osadía y una fuerza inesperada. Pero injusto que al lado del culto pagano de la belleza en-
sería desconocer que, precediéndola, María cendía en su coraz6n la lámpara votiva de lCll
Eugenia Vaz Ferreira había dicho su palabra fervorosos cristianos, y cuyo espíritu record&·
de mujer iniciando esa tendencia a la s,inceri- ba, por lo mismo, a una de esas epopeyas del
dad de la emoción femenina, que la otra habría renacimiento en que la fantasia del poeta me>
de llevar a las más intensas expresiones con ciaba los dioses gentiles del olimpo con las
el arrebato erótico de su estro. Además, ¿quién figuras de la leyenda cristiana, haciendo al-
podía aventajada en hondura reflexiva de pen- ternar a Venus o Minerva con la Virgen M ...
samiento poético y en trascendencia espiritual, ría y a Apolo con Jesús.
a ella que había sabido aliar, en alguna de
sus composiciones más características, cierta Ya han hecho notar aqui la! oradores que
gravedad sentimental de estirpe germana -con me precedieron, que hay en sus últimos tiem-
algo de Heine y de Goethe- a las líneas seve- po~ un leit-motif wagneriano, una invocaci6n
ras de una forma casi parnasiana? predominante al silencio eterno, al sueño sin
Cantó gallarda y serena su admiración de fin. Clama por su "hermana" la Noche y pide
mujer al varón fuerte que supiese clavarle en el regazo de la tierra para echarse en él a
el pecho su oriflama de conquistador. Ya ha- descansar para siempre. Ese sentido y ese afán
béis oído el vigoroso soneto que tan magistral- de eternidad que puso en todos sus versos, te
mente recitó hace un instante el doctor Pando. vuelve casi obsesionante en su~ últimas compoe
Nadie, tampoco, ha dejado como ella la siciones.
imptesión atormentada de una inquietud pro- Ya está en ese regazo. La "hermana No-
funda bajo la serena majestad de los contor- che" le ha dado "la eternidad de su silencioH,
nos estatuarios. El doctor Schinca nos ha re- que ella le pedía con el canto más puro lan-
cordado aquí, muy oportunamente, que había zado a los aires por ru maravilloso "árbol noc-
pensado titular Fuego y mármol su libro, este
turno", como ella llam6 a su propia alma so-
libro cuyos originales no dejó caer de sus ma-
nos celosas hasta que las aflojó la muerte; y ñadora e insomne. Y ahora sólo nos queda in-
ese título expresa bien la característica indivi- clinar con pesadumbre la frente porque ella
dual de su noble poesía. Noble poesía -eso pasa ya ante nosotros, tendida de espaldas, mi-
es- por la elevación de los temas -el Amor. rando al' cielo, sobre el silencioso carro de la
la Belleza, el Verbo, la Noche, la Vida y la Noche, que está hecho de sombra, pero se des-
Muerte- y por el tono austero, la dignidad liza incensantemente por los caminos del espa·
clásica de las imágenes y la magistral aplica- cio y del tiempo sobre las ruedas luminosas de
ción del léxico, que sus manos pulsaban como las constelaciones.
un arpa, arrancándole sones graves y podero-
sos cuya vibración envuelve los sentidos y la
Y de hoy más, al levantar nuestros ojos a
mente en una onda de sugestiones infinitas. Su la bóveda nocturna, nuestro pensamiento no
voz, algo sombría, traduce angustias hondas, - podrá menos de volar hacia la po_tttisa muerta
mientras los versos se alzan con cierta fuerza que pegó sus labios febriles a la anCha copa de
masculina, imponentes, augustos y terriblemen- la Noche para embriagarse de silencio y apu-
te castos como las estatuas pensativas que ve- rar hasta las heces el vino quimérico de la•
lan con su sombra de eternidad el misterio in- estrellas sonámbulas.
finito y el sueño inviolado de los mausoleos. Entretanto, apretemos sobre nuestro cora-
. .. . . .. . . . . ' . . . . .. . . . . . . . . . . . .. .. . . . . .. . . zón su recuerdo y que él nos sirva de amule-
La indiferencia de que se creyó objeto, la
to en nuestras andanzas por la belleza y por
desconcertó un instante y la hizo dudar del
el ideal.

NUME~O 41 / SETIEMBRE: 1970


para Ja suc1 te ue 10!. ucrer.11u:. " hl.>en.id.c::~ de
lsniael Cortinas l 1) •-.uestro pueblo
(Aplausos.)
UANDO hace un auo uuc::>tll.. w-
C gol)Jea1J4
razón, como lúgub1t aldabonazo, la
presa dolorosa de la muerte de lsmael Cort1-
~or­
\yer tuve ocas1ó11 de le~1 ¡.11•·t.1s<11ll• rile, un
elato en que el doctor Lu1• l>onavita, notaiJle
cronista de nuestro pasado, v de nue~tro pre-
¡11as, los que como amigos suyo~ hablamo!> ;rnte sente histórico. narra los ult1mos momentos de
su tumba llevábamos al acto de la mhumac1ón Baltasar Brum, ese mártir vene1ado que supo
de sus resto, una palabia que era ~obre todo ab1irse de un halazo las puenas de la inmor-
la expresió1 de un entiJ1JienttJ fra.tern;il des- talidad.
garrado. ( Gra ndc~ aplau,os. )
...•..•.•...••....•.•...• .En ese relato se twnscr1hen las líneas dl~­
j..ida:; de puño y letra ele B111m, en unos apu11-
A un año de su muerte es ya la luz de Ja tes donde di<:e que el 8 de abril montana guar-
historia, más que la voz de nuestro ~entim1en­ dia ante la Constitución en la sede del Consejo
tos personales la que se neja 01r en las apolo- Nacional de Adrnini.tración, que era el Cabil-
gías. do "cuna de nuestras libertades". Añade: de
No porque r1uestros :;entimiento' ha~an
ese relato i;e desprende que se hab1an cu111
cambiado, sino po1que a través de sus ondas prometido a hacer guardia poi ser los do~
aquietadas por la di~tancia, se :~lm paso ho- unicos con~ejero~ que 110 tenían hijos. Rrum y
ra con mayor serenidad y firmeza , la ve1dad Cortinas.
definitiva. esµíntu mmo1 lal que flota ,obre las
aguas. Se con prenfJ que e tratab,1 Je ~spera1 y
cont<'ner revóhe1 en rnan1J> vendi,..nd0 cara l:J
Fue de los jóvenes de ~u "euerac1ón c¡ue \ida a la h ~ ·d de forajido> yue ese día h:ibían
no rehuían dcrramai- su sang1 e en ara!' dP sus de Pchar ·p a !a calle en 111anífP~tal.ion de la~
convicciones política:;. "ranas p1d1endo rey" o ~ea pidiéridol,. ,1 Tena
Era casi un adoles1.:c::nte cuando lo hi1ieron
~ue se dccbrar.i dictador.
de gravedad en las cuchillas del terruño, alla Los sucesos no ocurrieron t.:01r10 Hrurn lo
por el 1904. había previsto.
¡Gallarda juventud sw duda oa .JUe .Ese mitin que se habí., -.:enido auunda11do
equivocada o no, se jugaba la vida por una para el 8 de abril. no Ee efectuó, porque loi.
pasién civ;I!
autores del golpe resolvieron adelantar lo> acon·
Vinieron a1i.o" tk paz, y en dios la ph..1m~ tecimiento~ y abatieron la instituciones el 31
del pt:riodista se agilitaba en el campo esgri- cfo marzo.
místico de 1as polémicas cotiJianas desde la;, A eso se debió qµe el de,tino de Cortiuas,
column;u de "Diaiio del Ph1 ta" o de la "De- h ente a ese vergonzoso episodio de nuestra
mocracia"; mientras •11 vena de au~or reatral historia. no lia)a sido el mismo dP · Rlltasar
·nriquecía el tea l1 o rioplaten~I' con obras en Rrum. ·
que las aptitudes rcvebdas en ",El credo" se E•' · ~ situación creada por ese <lei tumbe,
afirmaban y ~e de·envolví:ln.
su e~pí.titu de luchaJor vibra como un acero
Pero poco a poco los compromisos crecien- esgrimido por colérica mano en la tensión dd
te~ de Ja VJda pública lo obligaron a desplegar
ataque frente a un Lnt:migo ccelo\o que \ ·o:(i-
gu nervioso dinamismo en la actividad pohltca
la todos los movinnentos y penetra hac;ta !:is
ejercida desde puestos de responsabilidad intenciones ocultas ele sus adversarios. Corh
siempre mayor. nas es de los que no descansan. Es de los que
En uno de ellos -nada menos que en el quiLren derrocar el gobierno de fuerza con un
de miembro del Consejo Nacional de Admi- ievantamienlo en armas ¡ sueña con poder
nistraci6n- lo sorprendió el golpe de Mauo. lanzarse a las cuchilla como guiando una gran
Le tocaba, pues, directamente el atraco ale- columna de conciencia~ c.'wdadanas eo mar-
voso, pero no era por eso que te llegaba al cha a la conquista de la librrición del país
alma y se la encendía de •anta indignación, Creía que en cuanto un puñado de hombres
sino por lo que aquello significaba de afren- decididos lograra asentar sus phntas victorio-
tas~ para la dignida<i nacional y de sombrío sas en el más apartado, villorio de Ja Repú-
blica haciendo flamear la bandera de la Revo-
luc16n, el pueblo se levantaria en m:isa, en
ti) Discurso pronunciado en el Salón de Actos todo~ lados y el gobi1:rno :ipena hallaría de
de la Universidad el 2 de abril de 19.U.
(Versión taquigyáfica.) su parte unas cuantas unidades militares o po·

CU~DERNO~ O~ MARC~A
lic1ale:> desconcertadas, mal db-pues~as a inten- prueba moral cab3 aJ puebTo una lección heral-
tar una débil defensa. ca de entereza y pureza de conducta.
El levanta..'!liento, acaso tardío, y al mismo Y cuando empeñado en llevar al pueblo a
uempo precipitado, del mes de enero de 1935, una acción armada chocaba con el esceptl•
demostr6 que no se equivocaba en cuanto con- cismo de gentes entregadas y sanchescas que
fiaba mucho en la !ncapacidad del oficiahsmo acaso sospechaban en los políticos desalojadOI
para defenderse, pues luego se supo que en lm el móvil pequeño de recuperar para sí 12.!l poco
nrimeros días había. reinado en las esferas ofi- siciones perdidas -sin querer advertir que a
ciales, en las jefatura:; de campana, en el pro- cualquiera de e!!os ks -b.astaba sifonciai' tom.
pio ejército, un desorden y una nerviosidad sólo sus protestas para verse colmados de f m~
capaces de haber dado por sí solos tiempo al vores- hubiera podido evocar el recuerdo de
enemigo, si éste hubiera obedecido a un plan aoue! episodio de
Ia política francesa narrad~
· de ataque bien estudiado y mejor dispuesto pa- p¿r Ví~tor J,Iugo: Era en momentos en QUfl
ra obtener auxilio bélico y ayuda efectiva por un golpe de estado, el de Napoleón "el peqÜG<>
parte de la población del país. ño" acababa de disolver el Parlamento, pro-
Aquel puñado de valientes no encontró e! vocando una sublevación de los partidarios de
clima de fervor cívico y de espíritu de sacriw éste, que habían levantado barricadas en algu,
ficio que pudo creerse existía para sostenerlos nas de las calles de París.
en su demanda. Esos parlamentarios recibía..tt una indemfli..
0

•• 44' •• •• ........... "'" ..... e.e ..... o>o "" ""' •• :zación diaria de 25 francos.
Por eso Cortinas, en el desrierro y después Un d iputado, que con un puñado de aml-
del destieno, conspiiaba. , gos defiende una barricada, al ver pasar un
Su pai tido había proclamado una y otra vez ciudadano a cierta distancia lo exhorta a ocu-
Ja abstención ante las urnas. y él no podía par un puesto a su lado, pero el ciudadano le
ndmitir que abstenció1~ significc1.se inactividad. responde cor> sarcasmo: Defiende tú tus 25
francos.
Se hallaba en Porto Aleere cuando se pro-
dujo el alzamiento de Enero y como se apagó Y el diputado entonces le contesta: -Puel
p1 on to el futgo de la i!isurreccíór, no llegó a :ven a ver como se muere po. 25 franco~.
tiempo para incorporar.;c a las breves fila~ Y tomando un fusil se encarama 50bre
revolucionarias. la barricada y hace fuego, paia caer de inm..,
Su participación e!l e5os sucesos le valió un diato acribillado por las balas del enemigo.
nuevo dcstie1ro. Un gesto parecido, salvada la diferencia d
Y así pagaba su ciburo a la inquietud cí- escenarios y de accíón, era el de este hombre
vica esforzada, que buscaba para su pueblo que soñaba con levantar barricadas del pue•
las más prontas sa!idas del impasse de arbitra- blo frente a los soldados del régimen, sacrifi•
riedad y opresión en que había caído. cando su comodidad, su salud y hubiera sa.
A mi me tocó saludar y tstimular desde e ificado su vida (alguno& la l'acrificaron, ett
la Cámara -en plena Asamblea General- el efecto) en el ans~a de no dejar sin castigo la
gesco t.lc los valerosos ciudadanos que se arro- usurpación arbitraria y de ver abiertas cuant~
j,iron a los campos a desafiar JJ,, armas dt un antes las .,ía, salvadoras de la Jegalid~d d
gobierno ilegítimo, para que un senador, ya mocrlitica
1allecido, me interrumpiese diciéndome que .. • .. o • • o ... • • • • • • • ..

"esperaba entonces verme ensillar mi caballito


Que las nuevas generaciones uruguaya•
para incorporarme a la revolución", a lo cual
-senoras y señores- sepan inspirarse en el
c.,ntest~ que por el momento mi obligaci6n
ejemplo de Cortinas y conservar en sus almas
consistía en hacer ec¡uicación en esas Cima-
un sitio para el recuerdo de su noble figura
ras de l.L "3' República" donde tamb1en e1-.1
de luchador que fué siempre joven, porque no
neces.:ti io jinetear en pelo. (Risas).
lo alcanzó la ancianidad en el camino de su
(Graudes aplausos.) vida fecunda, y porque su espíritu era dP los
En esas ansiedades, en ese dinamismo, en que se mantienen enhiestos, aunque pasen los
e~e noble afán po1· apresurar ia .melta a la años y recogen para la incesante renovación
normalidad institucional estat:>a todo Cortina~. de sus días, por un milagro de su capacidad de
con su corazón impetuow y su mente serena. idealismo y de fo, la claridad jugosa de toda.
Nadie encarnaba más y meJor que él, et las mañanas y el florecimiento magnífico d~
flpo de político idealista que en esas horas de todas las primaveras. (Prolongados aplau~. ),
nculos breves, Jugosos, admirables de concmór.
Cómo conocí '' y belleza formal, · que abrían en la espesura de
Rafael Barret mevitable vulgaridad y chatura de la efímera
prosa del diario, un claro de idealidad dur~­
tran~currido
HANtarde me anunciaron
como dieciséis L ai10s.
en casa que alguien
,1..- dera. Por ese claro descendía a trazar su ra!·
go inconfundible y perenne, entre las deleznable1
me aguardaba en el escritorio. Era un hombl'f' flores de trapo de la retórica periodística o c1;.
delgado, de pálida tez y nariz afilada, de rostro tre la trivialidad aplastante de las fugaces ~a­
anguloso con una barba corta, algo nazaren;~. c.etillas noticiobas, un rayo del arte imperecedero
tirando a rubia, y unos cabellos alisados. y cít · y del pensamiento inmortal. La eternidad 'e
!atando más que ocultando los estragos irreme- .-isomaba por ese hueco de luz para poner r.u
diables de una calvicie incipiente. Se pusf> clcr 3ello indeleble en la hoja volandera destinad.'t
pie al verme llegar y vi que era de regular C$· al olvido. Porque él fue entre nosotros el ma:,
tatura, más bien alto. Sus ojos eran claros, ne alto representante de ese género literario qu~
un mirar confiado y dulce que inspiraba anm- es periodismo en cuanto se nutre del acootec1·
tad. Su1 labios finos trazaban una línea r~cta. miento de actualidad y vive sobre la pá~ina et<'
.-:ntre el bigote lacio y la barba en punta. Son- los periódicos, pero que es sobre todo arte. ra-
reía con una sonrisa agradable, llena de blan- ma perdurable de pensamiento, de belleza ' d~
co!! dientes. Sus ojos se le iluminaban intel'- emoción. Las páginas del cotidiano se deshacen
'arneme al reír y esparcían su honda dulzurll. en el viento; caen mustias de las mano'.> que !,o .1
por todos los rasgos de la cara en qui" la!: estrujan ansiosas y pasan con el día que las ...fo
mejillas hundidas y los p6mulos salientes ccn nacer y les infundió su aliento afiebrado. Pero
1 1erta transparencia de cera acusab:u1 inqnif"- cuando en esas páginas brilla, como un raro
1 antes claudicaciones de la salud decoro, el toque espiritual de aquel género ar·
-Soy Barrett, me dijo tístico, hay siempre en ellas algo que se ~ah a,
Nos dimOJ un apret6n de manos tuwc. , un trozo que se desprende, separado por el m-
recio. teligente homenaje de las tierras, y que pa~¡;.
a perpetuarse en el ambiente vivificador de ia~
-Acabo de llegar, -añadi6, después de etu- almas incorporándose a las palpitacione~ idea·
•1vo saludo. Vengo deportado del Paraguay les del mundo, mientras el resto del diario vue>·
Yo lo vi entonces iluminado por una luz Ja a dispersarse y perderse en los oscuros tor-
111terior de bondad evangélica, que acentuó a bellinos de la materia inanimada. La posteri-
mis ojos su parecido físico con el Jesfu di vu•· dad coge un día a brazadas los montone~ Je
gado por las estampas. diarios viejos y los aventa como paja inservibie
Después habría de verlo 111empre asi para recoger tan sólo los granos de oro .Jli
Me narr6 su encarcelamiento por orden d~ depositados por el escritor insigne. Eso3 gT3no1
lara, el tiranuelo brutal; su prisi6n en un cuar- de oro a veces llenan libros, como ocurre cor.
tel, y su deportación finalmente. Venía a ga· los que Barret arroj6 en una siembra pródiga
narse la vida con la pluma. Me pidi6 que le de casi todos los días durante dos o tres añor
1 en "La Raz6n,,. Y hoy, al releer sus comenta
orientase en la búsqueda de trabajo como peric-
dista. Yo era cronista teatral de " El Día" y pN.' nos de la vida diaria, de sucesos pequeño~ ,,
mi intermedio esperaba · obtener una plaza en grandes que han pasado estremeciendo el alma
la redacci6n de ese diario o colaborar con éJ colectiva o apenas desflorando su i.uperficie.
mediante un tueldo que le peruutiese vivir. cerca o lejos de nosotros, -un terremoto, L.n
11 Mis gestiones fracasaron. Le aconsejé en- naufragio, un crimen, una guerra, una revol1.1·
tonces viese a Samuel Blixen, que dirigía ..La ción, una fiesta, un gesto, una frase, un acci·
.Raz6n'1 • Se entendieron. Blixen, gran conoce<ior dente cualquiera noticiado por el telégrafo o
de valores literarios y periodísticos, aupo apre- por las crónicas locales vemos que la actualidad
ciar de inmediato el mérito excepcional de e:ie de su hora le servía de simple punto de ª!'.JOYO
escritor nervioso, hondo e intenso, que sabía m - para lanzarse a esos magníficos vuelos de la idea
cerrar en la asombrosa sfntesis de las narracio- conque su talento robusto se ensoñereaba del
nes ootidianas, las inquietudes de su espíritu espacio. La actualidad transtoria era en sus m'l•
.timpliamente humano y la:s . reflexiones de una nos una fruta jugosa de la que sabía extraer un
mente penetrante y profunda, armada por la licor de espíritus que como el vino no teme al
virtud del propio pensam,iento y el variado n•t· tiempo, sino que con el tiempo adquiere mayor
:illic de un11 compleja erudición. fuerza y virtud. Sobre la fugacidad de la co·
F~ @lOD 11.18 dos iniciales, R.B.P loe ar- rriente humana eehaba a navegar lU canoa d0.

(
'
meditación y de ensueño que dura por encuna ttado por una enfermedad implacable. A no~
de las ondas de un instante y continúa todavía meses de llegar cayó en cama, golpeado por
su viaje hacia el ideal aunque las ondas de sus terrible hemoptisis. Le hablé al doctor Narancio,
días se deshicieran cada tarde en los sangrientos entonces mi amigo, para que lo viese en el hotel
brazos del crepúsculo. El más banal de los he- Piaza Bianchi donde se alojaba. l?.l estaba muy
chos le daba motivo para plantear los mas in- agradecido a las atenciones desinteresadas qu~
quietantes problemas y abordarlos cou es~ su el doctor Narancio le prodigó. Allí íbamos a
filosofía tan personal que es una desconcertan· verle sus pocos amigos y entre éstos, el má~ asi·
te mezcla de escepticismo y de fe. En torno del duo. José Peyrot, uno de los más bellos coraw-
hecho, por insignificante que fuera en aparien- nes que he conocido jamás y que sentía ado•
cia, acumulaba las más agudas reflexiones, rt· ración por Barrett, que éste le retribuía con afee.-.
montándose del guijarro a la estrella, del 'áto~ to de verdadero hermano. Yo los había aproxl•
mo al universo, de la exclamación de un miío mado y me estremecía viendo como esos dot
al porvenir de la humanidad, del ademán de un hombres, ambos muy enfermos, se aprestaba.n
anciano al misterio de la vida y la muerte, a a marchar juntos por la vida mirando o;ifl pea·
través de sentencias inéditas, impregnadas C.e tañear a la muerte, que se les acercaba. A me-
un humorismo sutil de amargo y triste dejo. El nudo departían sobre temas filosóficos. Peyrot
sarcasmo ríe a menudo en el fondo de sus fra. era un teósofo ardiente. No trataban de r.on-
ses, siempre concisas y certeras, semejantes a vencerse; pero discutían con entusiasmo y no
piedras que dan alegremente en el blanco v de- siempre estaban en desacuerdo.
jan al golpear una resonancia de sugf'~t1ones Del hotel hubo de salir, porque al saberse
en la mente y el corazón. Porque fue sobre to· que era tuberculoso le pidieron la pieza .. . T\I·
do un humorista. Su ironía no es la de Anat0le vo que ir a asilarse a la Casa de Aislamiento,
France. Tiene una an!!'ustiosa actitud; pero U!e y no dejaba de escribir. Continuaba remitiendo
hacía siempre el efecto de una herida abierta. con intermitencia sus notas a "La Razó'l" y 11

a través de la cual se descubriese una santa ],¡z escribió unos cuentos que vieron por primera
de bondad, de esperanza y de amor. Su ronri~a vez la luz en "El espíritu nuevo", una revista
es terriblemente demoledora y corrosiva ; pero dirigida por mí. De allí salió mejorado y ooco
tan solo de las !=Osas malas y feas, porque hay después volvió al Paraguay, a ver a su e~pora
debajo de ella un corazón rebosante de ~enero· e hijo, para retornar y emprender su viaje a
sidad y de recalcitrante idealismo. Europa, que fue su último viaje .. , Al embar•
Pero mi objeto de este artículo no es dP. e~· carse acaso presentía la proximidad del fin Me
tudiar a Barrett sino relatar cómo, en qué cir- abrazó muy triste, y respondió a las palal:>raa
cunstancias trabé con él conocimiento personal. con que yo trataba de infundirle optimiRmo.
Dicho queda. Llegó un día a mi casa, m~ dijo con frases de despedida que me cayeron romo
quién era, le abrí los brazos y desde ese mt.. lágrimas candentes en el corazón. Me sonr!cS
mento nuestros corazones no se separaron ya. por última vez en su camarote con aquella .111
No tardó en confiarme el fondo de su alm:i. sonrisa abierta, bañada en suave luz de hon·
Me habló muchas veces de sus grandes amo- dad, de tolerancia, de perdón y de afecto. Vol•
res -su hijo era el más grande- y poco de ví a ver al Jesús de las estampas. Y no volvl
sus dolores y tristezas, porque no le 15lllltaba a vede más.
ofrecer el espectáculo de sus llagas, ni siquiera ("La sensibilidad americana..,
de sus cicatrices ••• Pero le vi sufrir. Venía mi· páginas 203 a 209.);

·:·.

, J j
CRONICAS DE VIAJE
(DEL LIBRO "DE MONTEVIDEO A MOSCU"l
t
0ueden evolucionar, probablemente. toda~
f,,n plriyas afri.rann.~ 1
as grandes escuadras actuales.
En uno de nuestros botes a motor nos
Entretanto nuestro barco segu ía su mar- trasladamos a la ciudad, construida en 1o
cha y Lres quilómetros más adentro de la ~lLo del Lerraplén. Para llegar hasta ella
bahía arrojaba el ancla. Numerosas embar- oesde el embarcadero y las instalaciones del
cuc iones no::; rodeaban. Casi todas ellas tan Resguardo y la Aduana es preciso ascender
bie11 defeltdirlas como la nuestra, y alguna., por unas anchas escaleras labradas en el
irás todav1a Había allí barcos de toctas las suelo rojizo, con no menos de cien escalo-
formas y todas las edades. Ingleses, nor- nes. Las casas en algunos sitios cercanos a
f Pamerlcanos daneses, franceses, uno de los la costa, están construidas sobre gruesos pi-
cuales hacía antes de la gunra servicio <le lares rectangulares, para ponerse a cubier·
ptsajeros como vapor de gran lujo. Destro- lC; de las crecientes del océano. Suelen ser
) trs, torpederos y avisos andaban de Lln cie material en las calles principales, pero
bdo para citro, mientras iban llegando al- po faltan las de madera y no es raro ver
gunas nave~ más. entre edificios de buena construcción, casi
Quedamos fondeados a unos cuatro qui - todos de techo de paja o de zinc, chozas de
lómetros de los embarcaderos del pue1to A i·egros que diría permanecen allí como de-
habor divis~bamos la ciudad -Freetown- . jadas por la selva cercana en su renuente
capital de Sierra Leona, protectorado bri- tt-tirada ante la pepetración del progreso.
tánico que pertenece al A.frica Occidental. •••• 111 .. .. .. ......... . .................... .

Freetow11 quiere decir "ciudad libre", y Nos llamó la atención la similitud de ese
su nombre alude a la liberación de los ne- raisaje con alguno del Brasil, especialmente
gros esclavos y al régimen de autonomía áe Río Grande y de Río de Janeirq. La flo-
que bajo el protectorado se les dio cuando ra, con sus bananos, sus palmeras, sus man-
se abolió la esclavitud, para que se gober- gos, ofrece grandes analogías con la brasi·
r.asen por sí mismos, régimen poco después leña. También aquí la tierra es roja, aunque
~ustituido por el actual sistema de admi- no tanto como . allá; pero el verde de las
nistración colon ial. plantas, acaso porque no llueve a menudo,
La bahía es una de las más amplias del no me parece adquirir nunca esa tonalidad
mundo. Un marino me aseguró que es, por luminosa ''rabiosa", de barniz fresco, que
su extensión, la tercera. En ella caben y suele admirarse en las vegetaciones de al-

NUMER O 41 t Se:TIEMBRE 1970 PAQJ. cssa


¡unas regiones del Brasil. No se puede me. ~sclavitud, tratada a latigazos, engrillada.
nos de recordar que los mapas de América alimentada con inmundas bazofias.
7 Africa dan la impresión de coincidir por Precisamente Freetown es toda elfo una
a;us bordes, adaptándose la saliente de una invocación viva de aquella ignominia. En
a la entrante de la otra, y viceversa, como el centro de la ciudad se le muestra al
1i alguna vez hubiesen formado un solo con- viajero un árbol colosal, de una especie au-
tinente en la insondable noche de los tiem· tóctona, con una gran copa redonda y con
pos. Alguna teoría científica se ha elaborado un troncu que no pueden abrazar cuatro
a ese pNpósito. Sea como fuere, no puede hombres dándose las manos, de una altura
menos de advertirse que Africa se nos que lo destaca a muchos metros, sobre to~
muestra aquí con una presencia muy. suda- cias las techumbres cercanas, a cuya sombr:a
mericana . •• se instalaba hasta hace poco más de veinte
años el mercado público de esclavos.
Diseminadas por entre ese pa1sa1e, in- Porque Sierra Leona fue la última re-
ternadas en ese parque espontáneo que cru- gión del mundo de donde desapareció la es-
zan carreteras circulares muy bien trazadas clavitud. Uno de los primeros actos de la
y perfectamente conservadas, se ven las re- Eiociedad de las Naciones, si no recuerdo
1idencias de muchos funcionarios británicos mal, consistió en abolir en esa zona ese trá·
y de las personas más acomodadas de la fico anacrónico que aún se conservaba co-
población blanca. mo una bárbara costumbre; circunscrita fe-
El contra1te típico de estas regiones en lizmente a pocas localidades.
que el progreso de Europa sienta sus rea- Es gran adelanto, sin duda, haber con-
les para las necesidades .. • de Europa apa· cluido con esa vergüenza. Pero aquí están
rece al desnudo. Se diría un juego de pala- los negros con su miseria y su hambre, mi-
bras, porque aparece sobre todo en el des- rando con sus grandes ojos redondos ]as
11udo de los negros, que no es solamente un maravillas del progreso mclierno, que lle-
¡::roducto del clima ni una imposición de la na su babia de fortalezas flotantes, y su
'ley de la comodidad bajo el imperio de la dudad, de campamentos provistos de la.s
temperatura. No se trata, por lo demás, so- armas más mortíferas, y puebla su cielo de
lamente del desnudo del cuerpo; sino de infatigables máquinas voladoras; mientras
esa desnudez de la mente en que viven mi- para ellos &penas hay ]as migajas de esta
les de seres humanos en contacto perma- tiqueza abrumadora, en forma de diez dó-
riente con la civilización y el progreso. lares por mes, si quieren ser útiles echando
El pobre negro africano es este pintores- Jos bofes cargando y descargando las gran-
co personaje que aquí se halla entre noso- des chatas de carbón. Y lo más .frecuente e;;
tros evocándonos en el más humilde de que ni siquiera esas migajas les alcancen.
sus ejemplares tolla una historia de terri- Es un problema que se produce en in-
bles e inexorables injusticias humanas f:nidad de puntos del globo. No es por cier-
Algo queda en el fondo de nu1::stro corazón to menos grave sino mucho más agudo, el
de americanos que nos hace acercarnos con problema en la Tndia y se le halla asimismo
üiterés y con amor especiales a estos indíge- en casi toda el Africa y en casi toda la Amé-
1 as de negra piel; y eso nos viene acaso del r ica del Sur. . En la misma Europa y en
sentimiento de gratitud que les debemos y t-í seno d las más adelantadas naciones del
0

que instintivamente nos invade, como un mundo, en sus más ricas ciudades, el cáncer
mandato de la historia, por haber sido ellos de la miseria roe las entrañas del pueblo y
l~s que la piedad cristiana de los reyes es- cubre de sombras la vida de capas entera~
pañoles eligió un día -que duró cuatro si- y profunda~ de la sociedad. De esta genera-
r.los-, para salvar a los indios de América lidad del mal puede deducirse una justifi-
de los más crudos rigores de la colonización. cación aparente de la políti~a colonizadora,
que lleva el progreso a los países atrasados
Cazados como fieras por negreros bruta- sin sacar ante todo del atraso a sus pohla-
les en el C'orazón de sus bosques y de sus cores, y sin someterlos a una disimulada o
aldeas de chozas de caña; o atraídos a la indisimulada servidumbre. Pero cuando se
costa por infames engaños, fueron arrojados va a perturbar la existencia de esos pue-
ll l fondo dt las bodegas de las naves rapaces, blos indígenas que son felices a su modo en
y cónStituyeron la mercancía humana de la su barbarie más o menos primitiva, para

"AG. '70 CUAOERNOS OE MARCH4


.ar "eba arles J.o suyo e unponerles nuevas mentanas más dispares, espec1a1mente ahu-
<'Ostumbres. es elementalísimo deber de hu- ra que la conjunción de los ejércitos arroja
"llanidad hacerles ganar y no perder en el sobre las vías públicas oleadas de unifor-
cambio Esta preocupación ha de predomi- mes que hacen alternar en la multitud
nar en el espíritu de las naciones que se trashumante el rojo fez de los nativos con
han erigido en líderes y administradores el poli del soldado inglés y americano; el
de la civilización universal, y quieren lle- pollerón volandero y sucio de los !ella~
varla a todas partes, si ella ha de ser una de la calle, con el pollerín variopinto y pri-
bendición verdadera y no una estafa. moroso de los higdlanders; el blanco tm-
La existenda de un solo negro hambrien- bante de los beduinos con la gorra kaki o
to y desvalido en una de estas colonias o azul de los oficiales de tierra y mar de 10::1
•'protectorados" que tan importante servi- ejércitos aliados. Porque lo primero que :::e
cio prestan al poderío de quienes lo ejerci- advierte al llegar, después de haber admi-
tan, acus'.i el fracaso de una política coloni- rado desde el auto la belleza de las vieja~
zadora que será necesario rectificar. mezquitas esparcidas por todo el trayecto
desde el aeródromo al hotel; la anchura de
• • • • • • • • • o o • • • • • • • •· • - •u e ~-,. r ,. "' • .. "' .., • ,. • ., ., • • .. ·•
algunas avenidas modernas y la riqueza de
Marzo 2 de 1944 su edificación de muchos pisos en los ba 4

trios centrales es que se halla ocupada mili-


¡Estamos en Egipto! t&rmente, pues cruzan innumerables los ca-
miones y los jeeps militares de Gran Bre-
taña y los Estados Unidos, y se ven los ho-
El hecho es que nos hallamos en El teles y posadas repletos de militares; y por.
Cairo. las aceras de cada diez personas que pa-
La cinta del film que venimos viviendo san siete llevan unüorme. Hombres y mu-
refleja ahora las aguas y las palmeras del jeres con unüorme militar van y vien:m.
Nilo; las cúpulas y los mi.naretes de las en proporción más elevada aun quP en
mezquitas de la Citadel y de Almet Ibn Argel.
Tulum; las Pirámides y la Esfinge ... Abril 4 de 1!HA
Hasta aquí hemos llegado un poco atur- • • • • • . • ti • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

didos, comt' si la cabina del avión hubiese


sido un fumadero de opio, y nosotros hu- Sanear una ciudad como ésta, vo]verla
biéramos soñado andar extraviados por zo- salubre al abrigo de toda infecdón y epi-
nas de la fantasía y del delirio para desper· demia es obra ¡verdaderamente faraónica'
tarnos, de pronto, en medio de estas iluso- Si se ha logrado extirpar la malaria. c1u'.!
rias regiones del misterioso oriente, que nos castiga al reste. del país, y no cunde má<>
parecen, bey más que nunca, en nuestras el tifus ni hace estragos visibles la virue-
circunstancias, el verdadero "regno delle la, es sin duda porque la purificación de
las aguas corirentes que alimentan a esta
fáv.ole" población es perfecta y porque el esfuerzo
Aquella lucha entre el Oriente y el Oc- sanitario de las autoridades en algunos as-
cidente, que en Argel veíamos decidida en pectos debe ser colosal. Acaso sea ello tam·
favor del Occidente, aquí presenta al Orien- bién un milagro del Nilo -el padre de
te dominador e irreductible, sin que ello Egipto-, que ofrece un agua abundante y
c¡uiera decir que el progreso se haya esta- de fácil adaptación a las exigencias cientí-
cionado, sino que se realiza, más que por ficas para volverla absolutamente potable.
cauces occidentales, bajo moldes orienta- El agua de El Cairo es buena. Se la bebe
les. Aquí se respira el alma de los siglos y se la puede beber con confianza. Si así
pretéritos. no fuera, ¿qué sería de esta población, con
El Cairo es indescriptible. Así como no ésa su desaprensión tradicional horrorosa en
creo posible contar el número de sus habi- materia de higiene?
tantes, tampoco me parece adaptable a las Lo malo es que, sin duda por aer tan
limitaciones gráficas de una descripción. Es buena, no se hace de ella el uso necesario.
d Africa, la Europa y el Asia reunidas en Se la emplea muy poco. Debería encontrar-
una síntesis de edades, de razas, de cultu- se la manera de que cayese a chorros por
ras, de pueblos, de costumbres y de reli- todos lados; de que bañase permanentemen-
giones. En sus calles se mezclan las mdv.- te la urbe, "'!! oon preferencia ®SW t:onu
NUMERd '41 /1 &&Tll!i:MBRI!: un•(:!!
,.
populares y ¡wbres; de que hrotase i>n co- Radiografía de.
lumnas vivas, alegres y rumorosas en infini-
dad de fuentes, como de verdaderos alfa- un mundo
guaras, de innumerables grifos y llegase a
todas las casas, a las más humildes, a los de leyenda
tugurios, en una nueva forma de la bendi-
ción salvadora del río-dios del Egipto . . En la calle. los vendedores de diario"
No es empresa fácil, por cierto, poner a todos ellos árabes, cada vez que les he da-
El Cairo en mejores condiciones de salu- do por eq•\ivocación una moneda de do"
bridad. Los siglos pesan como una monta- ria!'tras eri v.ez de una (se confunden muy
ña de granito sobre esta realidad presente. Jácilmente¡ me han atajado p¡¡ra devolver·
y es forzoso remover toda esa pesadumbre me Pl vuelto En los tranvías. los guardas
para reformar un poco casas, barrios y generalmente árabes, me h.."ln dado siem-
hombres. pre el cambio justo, a pesar cie compren-
\ Sería una profunda revolución pacífica. der que podían engañarmP impunemente
~ltamente beneficiosa para estos pobres po-
por mi ignorancia del precio de los pRsajes
bladores de las zonas agarenas y para toda y mi poco conocimiento del wilor de las nu-
la ciudad )' el país, la que socializase y po- merosas monedas de veHon. escritas e
pularizase e1 agua. Habría, tal vez, que ex- árabe.
tender las funciones civilizadoras del Nilo Esos 1iob.1 .s rabes se mostr. ron conmi.
cagrado. Habría que dedicar nuevos y gran- go, hasta ahora perfectamente honrados. Y
des reservatorios de su agua preciosa para puedo añadir ai1e PTI los numerosos viajes
la fecundación de los campos, a este ser- que he hecho en tran.Yia (si no se viaja e1
,·icio de higienización que habría de co- tranvía o en ómnibus no se puede penetrar
menzar por la multiplicación de las fuentes en las capas profundas de su población m
públicas para las necesidades del pueblo, verla vivir en el afán de sus habitante
de los baños gratuitos, para concluir con la más activos) soportando apretones tremen-
implantación en todas las casas de serv1- dos, nun.:a noté que nadie haya intentado
cios de higiene a base de muchísima agua. entre esos millares de "peligrosos árabes·•
No soy yo, seguramente, el primero que con los cuales debía ponenne a la fuerza
ha pensado aquí en esa revolución. Muchos en contamu aprovechar de los apretujone<
han de ser los que se hallan empeñados en para meterme las manos en los bolsillos
modificar este estado de cosas. Las auto- Puedo asegur¡¡r que t>n los trandas de Mon-
ridades, el gobierno, estudian sin duda e:! tevideo y de Buenos Aires se corre muchí-
problema, ql;le por cierto no ignoran. Cuan- simo más riesgo de ser víctima de los ras
do logren resolverlo, veremos tesµlandecer pabolsas y de los desc:uiclistas que aqu_í. en
en El Cairo, libre de las nubes y somlm1t" las aglomeracione:> de e~tos árabes de ta1
de estos aspectos dolorosos de sus condicio mala rept..1tación.
nes sociales. la maravillosa cultura arábig»' EJ caso es tanto más demostrativo que
y el prestigio del árabe del pueblo bajo h2 se exagern mucho cuando S(' envuelve a
brá acrecido a los ojos del mundo hasta sectores enteros de una poblac16n en ese
igualar c?1 de aquellos antepasados suyos de mal conc¿pto, generalizando Jos vicios per-
los fabulosos tiempos de Scherazada, q..ie sonales. que no son propios de ningún pue
esparcieron por todo el orbe las maravmas blo deterf!linaao sino que son las taras d
de su genio artístico' y de su fino cspíutu los individuos de mal vivi.r, que se encuen-
creador. tran en todas las latitudes y son ciudadano
La cuestión social de Oriente y del mun- oe todas !as ciudades, de oriente y de ocd-
dQ se halla en el fondo de ese problema. uente, del sur y del norte ...
que sin duda aguarda, como tantos otros, Y conste que estos árabes tendrían más
tm impulso de transformación histórica só- razón que .muchos otros plebeyos del mun·
lo posible con el concurso const'iente de los do para :ledicarse a obtener con violación
roás diredamente afect~dos poi· el mal de las leyes lo que no se les concede legal-
•.J' ,.. o .. • • ,. "" f\o.O • • • o" " "S • e o o,. n-• • • ., • • • ,. ,. ,. • • • • • o ~·
mente. Porque hay aquí muchos millares
cientos de r i ile:? de personas, «in duda mi-
Abril 8 de J944 llones, que "'n un pa~ donc.J,e existen for·

'°AQ. 78 &UAC~RNOS OE MAACH~


....
.. il

tunu.~ colosales y lu gente derro<'ha el di- ' I, esp,..cul;ición; lo-= industriales, rodP.a-
nero con fausto verdaderamente' oriental, ooi;: de rtefensas proteccionistas, realiza11
padecen .hambre !l medio de la abund:incia 1ambién negocios extraordinarios; los pro-
de todos y sobrellevan una existencia tal pietarios han vísto aumentar el valor de
de miseria, dE l'h:'t" "'ÍÓn y de atn c;;o que las tierras y ·de las casas; los negocios c;e
cuesta imaginarla. han intPnsificado en forma nunca igualada;
Los húP'"• bies que cosechan el algodón, la los bancus despliegan un:i actividad fructí-
gran riqueza del Egipto. con cuyo cultiv(I fera de ~xrepción. Este p~is. en menio de
·1e amas:m fortunas fabulosas, gauán 7 piacs la guerra mundial, se ha constituido en una
•ras por cii<1 (70 centésimos de nuestr::i mJ, JªUJa de Ja espPcnlaciAn mer<'antil, banca
necia). El Mims1erio de Asuntos Soriales ria } hursitiJ.
en un reeiei.te informe, se ticupaba dt la 'ius mnyorei:: ne~ocios descansan en la
sttuac on de1 fel'ah, como aqui S"' llama al continuación de la ·atastrofe, hasta el pun-
proletari .. dv clase que representa en Egip to de qu•: euando llegan noticias de la gue-
to. segun ese intorm~. los dos tercos de> la na muy favorablec; a las armas aliadas, per-
población Hay. pues casi 14 millones de mitiendo prever un notable acortamiento
1ellahs urb:mos } t urales, obre:ros y brace- de la tempestad bélica, algunos títulos ba-
l"OS de la ciudad o del campo, trabajadoret> jan vano!" puntos en la Bolsa
c.grícolas asalariados, pequeño~ productores Solo los ubreras han continuado ganan-
de la tierra, etcétera. Una legislación pro~ do i:;us \Tiejos salarios, y especialmente le.
visoria, de guerra, ha Lratatlu de amparar- mano de obra nativa ha quedado sometida
los. Ha fijado un jornal mínimo .de 7 pias· a sus remuneracionec:: mode~tíc;1mas de to-
tras para los asalarfaclos <le las tareas agrí- dos los tiempos
c·o1as. "Pero no basta -dice el informe--, Alguien decía:
dar 7 piastras PtJ" día al fellah; es necesario -Esta pobre gente proletaria del pais
rnunirlo de productos de base correspon- no pl'otesta ni se rebela ante ese estado de
dientes a eSL sa_auo. La Administración del ~osas, no 3a.be hallar para su desastrosa si-
Fellah (equivalente a nuestra Oficina Na- tuación ningún remedio. Carece de instin- 1

cional del Trnbajo). estudia por eso otro~ tos de clase ) de hábjtos de organización
proyectos "eminentemente constructivos''. gremial Si le subeo los p1 ecio~ no acierta
E:lla va a procede1 a la confección de un pan a reclama1 mas altas remuneraciones. En-
ropular L ico en vitaminas; ella va a proveer, tonces .;e limitan a toma1, con su propia
poi la organización de cooperativas, ;1 las mano. algc, de lo que le hace falta ... Sn
necesidades de tejidos popularei:: para lai:: vuelve de meno;: confianza pa-a el patrón ,
familias campesinas, etcéter.i.'' Ahora bien, Eso es tudo
eon la care:;tia actual de la vida, esas 7 pias- Es, como se ve, una version de la " leyen-
tras repre~entarian en el Uruguay un sala. da negra' del arabe de Egipto, que 1n'vita
ria real de 30 centésimos: ¡Cor, 30 centési- a la meditaoon a los estadistas legislado
mos de .1uestra moneda deben vivir hom- re» v sociólogos de este pa1s.
hres, muchos de ellos con hijo;:; pequeños .
., en momentos en que el dinero circula <'On
inusitada abundancia y la e::c,.enda de la" Abril l l <le 1944.
dases ricas se vuelve más rumbosa y cli-
tipada que nunca: L(I. Pales tina.
Porque lo trágico de la slluacion actuai
oel proletariadn ctel Egipto -especialmen- que no he visto
w de los jornaleros y braceros-, es que
por su ignorancia y su carencia de mstmtos Estuve a pnnlo <le ir a Palestina. Dispo-
C1e organización gremi;d, n1 han logrado aía de pocos drns para ir, porque no quer1a
1ti)'lgunl'I rr.ej0ra de sus salarios, mientras alejarme mucho tiempo <le El Cairo en la
todo el mund" l" eioraba su situarión y ga- incierta esperanza de que nuestro equipaje
naba dinero. Los funcionarios públicos -que llego.ria de un momento a otro y en el de-
padecían los efectos de la carestía-, vie- seo de partir para Teherán apenas llegase.
ron sus sueldos aumentados por el rec1en- Pero cuando me decidí a hacerlo no había
1e presupuesto. los intermediarios haccm su sitio en los aviones hasta después dt> una
agosto entl egándose al desenfreno del agi;-' semana, y el viaje en tren me llevaba de·

NUMERO ""! / SETIEMBRE H 'a 70 P.AG. 731


mastaao tiempo para el que yo podía in- Je servicios en las ciudades y en los cam-
vertir en mi recorrida a vuelo de pájaro. pos de la Palestina, obraron como fuerza
Tampoco estaba disponible un auto que sue- centrípeta entre la población árabe cir-
le contratarse para cubrir el trayecto de El cundante. ·
Cairo a Gafa. Las relaciones entre los musulmanes y
Debí, pues, renunciar a ese proyecto, los · judíus pueden ser excelentes si se las
pese a las instancias y empeños de varios dejoa libradas a la tendencia natural y es-
amigos de Palestina que me facilitaban pontánea de unos y otros, pues los israeli-
dentro de lo posible, el trasl,ado. No pierdo tas no rechazan a los árabes ni les niegan
las esperanzas de ver más adelante la inte- las ventajas del medio social organizado por
resante experiencia social que allí se reali- ellos, sino que comprenden la conveniencia
za en nombre de la rest·auración de la pa- de hacerlos participar de los progresos y
tria judía, que fue teatro en estos días como las mejoras generales; y los árabes proleta-
lo dijera en otra crónica, de algunos dis- . rios no tienen motivo para hostilizar a los
turbios felizmente sin ·consecuencia. judíos, que han traído el adelanto a la re-
Pero si no pude ir pude en cambio con· gión y el mejoramiento a sus condiciones
versar largamente con personalidades que de vida. Pero es fácil inducir a esos pobres
aquí desempeñan cargos ofici-ales en repre- árabes ignorantes y supersticiosos a adoptar
sentación de la administración hebrea de actitudes agresivas contra los hombres de
Palestina, y con algunos jóvenes enrolados pueblos distintos que no juran por Mahoma.
en el ejército judío que lucha junto con No faltan intereses oscuros que se encar-
los de las potencias aliadas, y de los cuales guen de azuzarlos y son sabidos los inciden-
tes y ch0ques que se han producido entre
............. ............................ .
hay varios miles en la capital de Egipto.
la población árabe y la población judía de
Palestina. El panislamismo que quie.re re-
De lo que se ha hecho en materia de serV'ar para los musulmanes la Pakstina
eprovechamiento del suelo algo pude apre- puede servir, en algunos casos, de pantalla
ciar por mis propios ojos en nuestro viaje para el interés de los terratenientes y capi-
de El Cairo a Teherán. El avión desciende talistas de esas zonas, que no ven con bue-
en Lydda, que queda a pocos quilómetros nos ojos la presencia de una administración
de Jerusalén. Allí se ven ya en torno al y de una gente que han venido a traer "el
aeródromo los agricultores hebreos traba- mal ejemplo" de un standard de vida más·
jando una tierra "fabricada", elaboraáa por elevado y de salarios menos bajos de los
ellos sobre el pedregullo y la arena del de- que el árabe estaba acostumbrado a ganar.
sierto. Se me ha narrado cómo trayendo des- Los campos y las villas de los alrededores
de los valles lejanos la tierra fértil, en ca· se despoblaban de árabes que acudían a la
nastos y bolsas, a lomo de burritos o a hom- Palestina, y eso constituía un perjuicio pa-
bros de hombre, se han recubierto los ce- ra los terratenientes de esos sitios. Ésa es,
rros de piedra, en toda Palestina, de una sin duda, la causa profunda de muchos de
capa de humus en la que los judíos culti- esos choques y de toda esa política que tien-
van sus naranjos -que ptoducen para la de a detener la inmigración judía amena-
exportación- sus árboles maderables y sus zando con revueltas y sublevaciones de los
legumbres. Un instituto científico estudia árabes, para conseguir que Gran l3retaña;
las condiciones del suelo, de la atmósfera y ante el temor de las dificultades que crea-
de la luz solar en cada zona e indica cuáles ría a 1~ causa .aliada en todo Oriente el des-
deben ser allí las plantaciones preferidas. contento de millones de fanáticos del Is-
Surge así una nación de un millón y me- lam, ponga límite a esa inmigración por
dio de habitantes, de los cuales un ,millón tiempo indeterminado.
son árabes y medio millón judíos. Debe ad-
vertirse que la población aumentó conside- X X X
rablemente desde que Gran Bretaña, a raíz Entretanto los problemas que esa si~
de la guerra anterior, empezó a ejercer su tuación plantea a los israelitas son de
mandato de acuerdo con el Protocolo Bal- tal índole que mueven a pensar si no sería
four, más que por la afluencia de judíos, el caso de buscar otro camino para la re-
por la afluencia de árabes. Las mejores construcción de una patria territorial y po-
condiciones de vida, los más altos salarios lítica hebrea Sé que toco un punto muy
que se empezaron a pagar por toda clase <lelicadu. Tocarlo es como poner el ded~ en
PAG. 74 CUADERNOS DE MARCHA
-------·

un botón eléctrico que desencadenase la dición que no conciben la solución de la


movilización de muchas fuerzas contrarias cuestión judía sino a base de un restable-
en el campo de las discusiones de una cues- cimiento del pueblo hebreo en la tiena d&
tión compleja, que promueve controver- Israel. Hubiera sido dividir las fuerzas del
sias apasionadas. Porque cuando se agitó movimiento por la reconquista de una pa-
al fin de la guerra anterior la idea -aca- tria territorial si se dejaba al margen del
riciada desde siglos- de hacer resurgir en mismo a los que, por sentimiento religioso,,
Palestina el país judío y se obtuvo que In- quieren que Palestina, con toda su his-
glaterra amparase ese propósito, ya se ha- toria y su::, recuerdos del pasado judío,
bían tenido ·en cuenta todas las objecio- vuelva a ser el hogar del pueblo hebreo.
nes posibles y se había discutido mucho so- Por eso predominó la aspiración de insta-
bre la mejor solución del problema de do- lar, en el viejo solar histórico, la patria
tar a la nadona'liclad judía de un territo- nueva, a cl!ya construcción se vienen de-
rio nacional Ya había habido una tentati- dicando desde hace 23 años, hombres de
va simpática -la del barón Hirsch en la todas las tendencias, pero entre los cua-
Argentina-, para reunir a los elementos les se ha vuelto preponderante la acción
de es·a nacionalidad en un paí~ determina- del partido sionista socialista y obrero, cu-
do, baJO garant ías especiales. También en ya influencia se traduce en formas socia-
Rusia el gobierno soviético fundó una ad- les de trabajo y de vida que pueden ser-
ministración autónoma par a los judíos, re- yir de modelo a todos los países del mundo.
servándoles una ex tensión de su inmenso Pero esa obra admirable y penosa de
territorio. construcción de un nuevo hogar siotústa
No habían prosperado esas iniciativas. debe llevarse a cabo entre las contrarie-
Las c.:olunia ~ del b.u ón Hirsch sólo sirvie- dades creadas por la hostilidad de los in-
ron para demostrar que los judíos también dígenas musulnÍanes puestos, de buena o
podían ser chacareros, pero si permitieron de mala fe, al servicio de una constante
a Cerchunoff escribir sobre los gauchos- campaña de ataques a los judíos y entre
judíos, no pasaron de ser un factor de m- las mismas condiciones naturales de un
migración JUdia (bien encaminada desde el medio geológico cuya pobreza impone, pa-
punto de vista de su ocupación) a la Re- ra su cultivo y aprovechamiento, sacrifi-
pública Argentina. Tampoco atrajo la re- rios ingentes. El suelo agrícola tiene que
gión autónoma soviéticoisraelita de Biro- ser casi creado por la mano del hombre,
y cuando é¡:te ha logrado mediante esfuer-
bidján a los judíos que no estaban en Ru-
sia; y aún a los de Rusia .nisma los atra- zos formidables y estudios pacientes ha-
jo en pequeña proporción. Parecia, pues, cerle rendir una compensación a tantos afa-
remover una cuestión superada, venir a nes, la aversión islámica viene a disputar
hablarles a los pioneros de la nueva Pa- a esos creadores el derecho de formarse
lestina de buscar otra salida al atolladero allí el ambiente social que necesitan para
creado por la existencia permanente de ese vivir de acuerdo con sus exigencias mate-
obstáculo, visible o latente, de la hostili- riales y sus aspiraciones espirituales.
¿No sería mejor -les decía yo a algu-
oad musulmana.
nos de esos apóstoles prácticos del Paul-
La idea de ubicar en Palestina la pa- sionismo-, dejar a la Palestina como una
tria de los judíos tiene en su favor que esa simple patria espiritual?
tierra es la que posee, para el espíritu de ,• • •• • •••••••• •••• • 111 • • • • • • • • • • •• f • • • •• ••

los creyentes, la virtud mística de un llama-


miento sagrado, y hay fanáticos de la tra- Abril 30 de 19~

NUMERO 41 I SETIEMBRE 19 7 0
----, r
1'

EN FAVOR DE
LA AMNISTIA POLITICA
Montevideo, junio 9 de 1966. Sendic, en este país de la tierra acaparada.
OMPARERO Secretario General de la de las peonadas miserables y de los niñn~ con
C
.
FEUU. De mi mayor consideración:
Ignoro dónde se halla a estas horas Raúl
hambTe por obra del latifundio.
No se trata ahora de señalar las cu;;cre-
pancias que cada uno de nosotros pueda te-
Sendic. Sé, eso si, que allí donde se encuen-
tre, está sufriendo las mayores privaciones; ner con la forma como Sendic ha encarado
la lucha. Yo, en su oportunidad, dejé cons
que ha debido interrumpir la lucha por los
trabajadores en cuya defensa ha ennoblecido tancia de mi opinión.
¡su vida; que se ha visto forzazdo a separarse Es hora de organizar la defensa del per-
seguido hasta restituirlo a la vida normal <te
de su familia (esposa e hijos); que entre los
hijos hay uno de corta edad que no conoce relación.
En esta tarea ninguno de nosotros tiene
p.¿ su padre.
Sé, además, que Sendic no es un delincuen-
derecho a sentirse inhibido por discrepa,ncia
alguna. En las vísperas de la Comuna de Pa-
te, sino un luchador social, abnegado aun en
rís, Carlos Marx combatió a los obreros fran·
el error, que trata de evitaT la acción repre-
cese~ que se proponían llevar a cabo la "l .o-
:siva que en su caso sería tan implacable como
cura heroica"; pero frente a la represión v
tolerante y benigna es con los verdaderos de-
lincuentes sociales, no pocos de los cuales has- la calumnia, asumió la defensa y libró por
ta se dan el lujo de erigirse en sus entigre-
ellos una de las más entrañables batallas de
solidaridad humana. No creo que nadie ten-
cidos fiscales.
Pienso que no puede estaT lejano el d1a ga más derecho que Marx a ser intransigente.
Ha llegado el momento de organizar una
en que un concepto más humano de la jus-
vasta acción popular tendiente a exigir, si
ticia v de la sociedad termine por ver los
fuera necesario, una ley de amnistía, o a re·
delincuentes allí donde realmente están: entre
correr el camino de lucha que se considere-
los que se apoderan del esfuerzo ajeno, entre
más adecuado para lograr para Raúl Sendk
los que acaparan la tierra, desalojan seres hu-
la plenitud de sus derechos.
manos y destruyen familias. ·
l.s que si ese día ' no llega, vendrá inevi-
TaJ la proposición concreta que dirijo ll
{ tablemente otro en que los hombres castiga- la Federación de Estudiantes UniversitariOI r~
por su intermedio y el de la C.T.U., a tocbAi
dos en el hambre de sus hijos, se apoderen
de la tierra, hoy ajena, aunque tengan que las organizaciones y corrientes populares.
Tegarltt con su sagre. Las revoluciones no se Si continuamos en silencio y auzadOI ~
pueden e\-itar por decreto ni se hacen con el bx azos, terminaremos por transformarnos P .
pcrmi~o de la polida o del juez letrado. Ka
verdugos inconfesos de un luchador IOdal.
u'n ele hs entrañas de la injusticia. Ése es ei Reciban el fr;atemal saludo dci WILJ!O
unir.o "delitl') • ñe que puede ser acusado Raúl FRUG0'1T
í
I

llegar a los 86 años, desde el nuevo nes que yo. 110 habéis sentido senciitC'ion S4"-
AL rerndo de la cronología personal, sien·
to necesidad de hablar en voz alta con
me1ante?
Nuestrc; compromiso con el socialismo
los .,;ocialistas. oo era por un tiempo, era por vida

Refeda Unamm o que andando por .ri:s· Por eso hoy os quiero hablar de aquell~
paña, en una aldea allá perdida, había co- ruinas
nocido un cu1a de t.,1 modo identificado con RPsguardado por una capa de polvo y
su religión que al oficiar en su capilla "]€' cte ceruzas, yace el esfuerzo de varias ge-
parecía estar muy lejos del mundo; en una neraciones en espera, como el Lazara d~
cueva del desierto, sólo con Dios". Y Una- la leyenda bíblica, de las manos que lo ven-
muno agrPgaba este comen1ar10: aquel cu- g;in a reanimar. Alll esta el panorama de
ra sentía su iglesia y había hecho de olla nuestro espíritu; la geograf1a de nuestra al-
como un segundo cuerpo para su alma, ma; sus hondonadas, sus cumbres, sus lla-
Séamf> permitida una reflexión person3l: nuras. Allí estan nuestros sueños, nuestras
,desgraciado del que, después deo haber con- decepciones nuestras esperanzas, nuestros
tribuido a levantar, piedra sobre piedra, sinsabores, nuestras pasiones Y allí tam·
L.na morada para cumplir su oficio y a la vez bién nu<!stros errores, incluido el de los
para que fuera otro cuerpo para su espí- "teoncos" de laboratorio que olvidaron el
ritu, un día ya exhaustas por los años !::tts consejo del filósofo español de que ''quie-
energías, la ve caer desh ~cha en escom. nes no beben smo ideas destiladas, mate·
bros' mátícas, sin sales ni iodos de la tierra im·
No hay i>spectáculo más triste ni más pura, acaban por padecer bocio y cretinismO'
repleto de ~entido trágico, que el de las rui- ir.telectuales".
nas abandonadas; ni desgracia mayor que, Allí está soterrada, aquella :fraternidad
de 'l,'olpe. no sentir sobre el espinazo el pe- que nos llegaba por recónditos caminos y
so de responsabilidades que se· llevaban a que nos hacía sentirnos de la misma fami·
cuestas por espontánea resolución. lia (más allá del tiempo y de la sangre) a
De mí sé decir que en estos años me he los que nos emparentábamos por una mis-
sentido como un inválido y me he vi~to ca· ma manera de entender las cosas y de vivir
da día decaer mucho más. la vida.
¿Es que, vosotros, socialistas más jóve- Allí está., sepulto (o acaso hasta insepul-

'NUMERct 4t I F.H:.:TIEMeR 1': lR70


ío, lo que es más trágico todavía), un ·tiem- como propia, consumando un despotismo
po muert" para los demás pero vivo par:; peor auu a aquel que hoy pueden ejercer
nosotros, sus protagonistas. Allí está el ca- los propietarios del capitalismo, sino para
mino que recorrimos de un modo y que ya hacer posible la libertad al nivel del pro-
110 podremos andar de otro. ductor La explotación de un hombre por
No miro hacia esas ruinas con nostalgia. otro y de una clase por otra, no puede ser
porque la nostalgia es una manera de regre- reemplazad2 por la explotación de todos los
i;o espiritual y una forma pasiva de la pro- trabajadores por un solo patrón, el estado
testa, y nosotros tenemos que andar cara omnipotente, conculcador de los derechos
adelante, tratando de participar en la cons- esenciales El ser humano, para cumplfrse
trucción del futuro. en plenitud requiere decorosas condiciones
Es hora de quitar polvo y cenizas y en materiales de vida y también libertad. Hay
un quehacer de constructon¡s, no de ar- que avanzar, no retroceder.
queólogos, reordenar todo lo que haya po-
dido traspasar el cernidor del tiempo y las Un Partido Socialista ai modo como ac-
circunstancias, para exponerlo a campo . tuó en el Uruguay durante más de medio
abierto, al aire libre, a la luz del sol. Para siglo es necesario a este Uruguay como ja- 11'
un improrrogable trabajo de recreación más lo fue antes. ¿Será posible la reorga-
ideológica que plasme en plan capaz de res- !lización de ese partido?
ponder con eficacia a los requerimientos de En la vida política nunoa me paralizó el
nuestro país y de sus nuevas generaciones. temor de ':lndar sólo "'$' si me fuera permi- 1 1

tido expresarme en frase ajena, diría que


Sin propósito disminuyente para los de- yo también "aprendí a llevar como trofeos,
n1ás partidos políticos, y sólo en razón de más que las simpatías que haya podido des-
ó!screpandas ardorosamente expuestas a lo pertar, las antipatías que en otros he provo- 1
largo de sesenta años de batallar continuo cado... Pero la tarea de reconstruir un par-
¿podremos, los socialistas votar, sin trai- tido supera lo que puede hacer un hombre
cionarnos, a otro partido que no sea el nues- solo y más si ese hombre se halla en el um-
t1·0, ahora que aquellas discrepandas de bral de los ~ - años. Ofrezco mi concurso y
ideas y de conducta, en vez de disminuir, reclamo el de los demás para hacer la em-
se han acentuado? presa realizable.
Vivimos en un país en crisis, en un con-
tjnente en crisis, en un mundo en crisis. Nos Me doy cuenta que afrontar una campa-
estamos acercando a una remoción de todo ña electora] es, además, una aventura eco-
Ir~ existente
nómica. Para contribuir a los gastos, entre-
La sociedad nueva destinada de seguro garé el único bien de que puedo disponer,
a perdurar por siglos, debe ser obra del es- mi bibli0teca, a fin de que sea vendida en
fuerzo inteligente de los hombres, no el re- la forma que se considere más conveniente:
L m es necesario, en subasta pública.
sultado del acertijo o del azar, camino de
1esignación que sólo conducirá a "los mol- No os invito. socialistas, a conquistar
des que la ciega fatalidad nos de", acertada puestos, sino a algo más importante: os
expresión de Juan B. Justo. exhorto a librar otra batalla por aquellas
Los socialistas tenemos ideas definidas ideas que apagaban nuestra sed de justi-
que nunca hemos ocultado. Frente al caos cia. Si somos .::apaces de realizarlo, nuestro
del mundo capitalista, aspiramos a una so- esfuerzo será apenas una gota de agua arro-
ciedad planificada; planificación democrá- jada al torrente sin orillas de la perennidad
tica, no totalitarismo planificador. En cam- de l,
a vida; pero no nos habremos cruzado
bio de la llamada "libre empresa" de la de brazos en la hora del combate, para re-
:sociedad actual, proponemos la propiedad · fugiarnos después en la quejumbrosidad tar-
colectivizada, pero no para que una nueva día y sin objeto.
elase de "gerentes" o "jerarcas" la manejfl Marzo 30 de 1966

CUAO~RNOS D~ MARCHA
-
BIBLIOTECA DE MARCHA

LOS PROXIMOS LIBROS DEL 70

U. S. A., ESTA NACION. CORROMPIDA


por FREO J. COOK


TESTAMENTO DE VARGA
por EUGEN VARGA


EL AMERICANISMO DE RODO
por ARTURO ARDAO


LOS RESTOS DE LA NOCHE
por JUAN JOSÉ LACOSTE


IMPERIALISMO V UNIVERSIDADES EN AMERICA LATINA
por MARIO WSCHEBOR


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¿PARA QUE FUTURO EDUCAMOS?
por REINA REYES


PAGINAS DESCONOCIDAS DE RUBEN DARIO (11)
por ROBERTO IBÁ ÑEZ

D I S T R r r . uYE: A MERICA LATINA


J\ vela. 13 DE JULl O 2089 TELÉFO N O 41 51 27

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