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Cuadernos
deMARCH
NUMERO 41 SETIEMBRE 1970
(
Cuadernos
de .MARC A
NUMERO 41 SETIEMBRE 1970
··,
FRUGONi, fL DESCONOCIDO
por EDUARDO JAURENA "••ottoo•"4'l>"O!:'coe'"'• .5
FRUGONI PARLAMENTARIO • º º .. º º º • º eo º º .. º º º º 35
SEMBIANZAS o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o_o....,o....Q_~0-9
C?....o...... 51
CRÓNICAS DE VIAJE
(del libro "De Montevideo a Moscú") • º .. M "'"-ª 69
FRUGONI,
EL DESCONOCIDO en el Uruguay, de entre algunos 'insólitos
U NOS cuantos jóvenes, lutgo de leer en el
Cuaderno anterior, páginas de Frugoni
por ellos ignoradas, estudiando en equipo, se
aplausos de quienes a justo título' debieron
considerarse sus adversarios, pero también, y
tomat·on ttabajo de reflexionar ·sobre esas paradojalmente, de los que pucliendo y de-
páginas, de subrayarlas, de comentarlas; y al biendo ser sus compañeros y sus discípulos,
cabo de la tarea nos han hecho conocer sus todavía hoy, ¡to~ empeño de roer la roca!
conclusiones, que valen por toda una cose· prefieren erigirse en sus enemigos, u-atando
cha. A unos les habían hecho a·eer que Fru- de sepultarlo entre la hojarasca de interpre-
goni no había pasado de ser "un futurista", taciones infundadas cuando no abiertamente
una especie de fugitivo del presente, el que malintencionadas. N.o han aprendido, estos
le tocó vivir, a fuer de refugiar sus sueños t'tltimos, que con los monumentos no ~e dis-
de justicia en un mañana declamatorio y re- cute.
moto. Otros les habían dicho de la "ajenidad" Quede a otros, o también a nosotros, pero
del socialismo frugoniano. Otros, de su anti- en otra oportunidad, el análisis y valoraoó»
marxismo. Otros, acaso no los menos genero- de aquel trayecto de Frugoni, que en un iti·
sos, que eta apenas "un demócrata", un pre- nerario de casi sesenta años, quedó registra-
dicador más o menos evangélico de conceptos do en las actas parlamentarias, en la cátedra,
abstractos Gusticia, progreso), un reformista en el libro, en revistas, en asambleas popu·
tibio, a lo sumo un buen ciudadano, perti- lares o en la plaza pública. Nuestra tatea de
naz moralizador, cuya principal diversión ha- hoy es hacer conocer algunos aspectos del
bría consistido en ser grato a la burguesía, pensamiento del insigne socialista en sus años
de cuyo tinglado habría sido una simple fi· postreros. Lo que para todos, menos para
gura ornamental. quienes fuimos sus más íntimos colaborado-
Ahora, leyéndolo en el CUADERNO DE res, es la biografía de su silencio.
MARCHA, los jóvenes de la referencia, han Octogenario ya, en 1962, consideró que
descUbierto sencillamente que Frugoni, en la una tesolución adoptada por un congreso de
real significación socialista de su pensamiento su partido lo colocaba en conflicto con su
y de su obra, les fue estafado a su conoci- propia definición esencial. Entendió que de-
miento. Nos lo decian con asombro e indigna· bía optar entre no pocos amigos y compañe-
dón. I'ós de buena parte de s.u vida, y los princi-
Tal vez algún día setá necesatio rescatar pios de toda su vida. No sin un gran des-
al fundador del socialismo y de la izquierda. garramiento «ntimo, como cuarenta años an-
1
guea ) se Léñ del r t,imen c:i.puahsta. Y aha. el socialismo sólo puede tea/1wrsl t11Nf1ame
ra, cuando ese panido ha alcanzado el ro~mo partidos rmlt.IOcia/lstas".
de Ja conupción inrerna ) exteriormente ~" El Partido Socialista Argentino e~ miembro
hunde en la abye1c.ión del entreguismo más de la Internacional y sabrá lo que tiene que
servil al pode ·oso :....,,perio nor1r.1rnericano que hacer en relación con lo expuesto eR est~ h1·
asfixia a nuu.tr 1 contifünte, la Inte1n.1cional ga misiva.
nos acouseja que nos hagamos batllistas! ... De mí sé decrr q ue, con 85 años a Ja es-
¡Qué arrojemos a la hoguera ~esent'l años <le paldi no estoy dispuesto a dej;u cie Se'J' socia-
vida y de hiqoria; <¡ue, hund1i'nrlonos en el Jista. 'ioy hoy má~ socialista que nunca. En
ludibrio. nos pasemo" al enri: 1go wn arma5 oportumdaci de cumplir 'mis pr, añn~. MAR
-v bagajes! CH.\, ~1 periórfico de Qui ja no me pidió un
Hombres de gobierno ca~i 10Jo<., Jo.~ cli11 arrículo. Allí, elije lo que aquí qniern ratifi
gentes de Ja InternaC1onal, son dt>nusiado i111 car: "Fui soriaJi5ta, my sociali~t;i v •eguire
portantes y polcrones p;:ira perder el tielll po en ~iendo socialista. Desde Ja., trincheras .de la i1-
bagatelas. Ellos no se clan r.uenra qu<" un viejo qunda libre tod¡¡~ la' hatallas de ro; nda: dec;.
que ha vivido 8!l aiios, sesenta de lo~ Lllale,, de l"sa-; rri orheri~ pelean' h¡¡~ta rpremfl1 mis
l uchando por el socialismo. cuyas ideas ha dr· i'.thirnas energías"
sarrollado a Jo largo de muchos libros, no pue- ~o desro morir 5in n•r al Partirlo nri;tliqa
cte pasarse al enemigo, sin exponerse a Ja con- del l rug11ay luchando ne nuevn.
miseración de sus c.onciudadanos. ¡A la conmi- Reciba un fuerte abrazo de su vie jo amigo
seración, el más detest... ble de los seuumiento.,
que un hombre pueda provocar en los demá~t Emilio Frugoni"
•·Pobre viejo, didan incluso mic; tm1go5, est::'
1ilingo." ,\sf rompía p:ira siempre c.on la i nterna·
Nuc~tro idioma, con ser Lan rirn , no tiene cinnal '>ncialisrn
palabras para calificar el aime.n ele esta In· 1
ternacional que no se ha limitado a enviarno., --'(--
esta carta, cuya ropia les harr llegar. Se ha
puesto en romano ya con los ba t JI is tas (y se· Frngoni siempre tovo el privilegio de vc1
gún datos, esco;; contacto., viern n cle~de tiem- m{1<;, 1 m;',~ le¡os que muchm de sn' rontempo
po). ¿Se da cuenta, doctor Murnz. Jo c¡oe ~t;i.· ráneos. Por tso tue m11estro. l1der. conductor,
nifica que mientras nosncnh nos estonamo., aunnuP el no se haya c0nsiderarl_0 nnnr;i na
p•Jr poner de nuevo en pie al viejo v glono~o da rn;1s que nn compañero
P.ucido Socialista del Urugua}- qu.ents t• n F.l, ya en~ 1en11 1oncit·nci;.l cab:il rlr•
drian que estar ayudándonos en l:i t:l.Te:i. ,t! fJlle el Uruguay )' :1. ron t111ente ainPfl\~1110 •e
h,dlen en trato" y componcnd:i' con lo~ erw-
mwos?
Par la calta que he rerib1do ele b Intern:i ·
rional, me encero, :irlemás. que h;i n admitirlo
corno miembros ohserv;idore• <il APRA , a Ar-
l
. hund1an en una cr 1515 ele h que no l e~ '>U i;1
pn~ible s;.il-ir sino pm n\minno; revnlucion·uíos
fn 921 el ref01 mismo p:irbmem 1110 l1;i
hh sido uno dr los rnutÍ\'OS {ll incipciJt... e¡ 1f'
prntl11jeron el desgarrarnienro del r11ovm íeT1 10
cl•n Democrática, al partido de Figuere~. etr,
:Es decir, que, sin perjuicio de ~eg11ir u•anclo
.,J.i, 'ro, dando 011ge11 al P.nticlo Com 1nlist .
rontra1 io en absoluto a lo que tlenunciaba co-
por hábito verbal, cierta~ expre.,iones n•v0lu
mo un::i "erdaclera traición al destino final de
cionaTias, en los hPchm, están 1ecogiendo en la clase of)ll"ra. Fru!!,oni se alist6, ento nct's,
t>l carro de la Internacional, il todn~ los par- encre los que comiclerah:m como tarea alt:t-
tidos mis contrarrcvoluciona1 i05 d1~ ni1estTO mente. pnsitiva la rle promover mejo1as sociales
ronrinenre desrie. las h:rncas parlamem1rias. No ~in razón
Le c:opio un párr:tfo tle fa e ·na; "Dbpurs podt frÍ tenfrsele por el padre df' la legislación
d1 la separación del sorialhmo uruguayo, a sotial urngnaya. No obstante. a l final de su
n· ,utro. '10~ queda sólo, en América Latina, el vida, en una tarea de re-examen y revisión rle
Partido Socialista Argentino". Dr> :itenuons al s11 propin pens::imiento como sólo era capaz de
co ·texto, e~1r párrafo puede interpretarse así: realizar, tuvo muy claro qne, ahora sí, los ho--
•·El Partido Sociali.fta Argenti110 es el iltmw rizontes del. Tefor"llismo parlamentario e~tahau
ln re que nos queda en Améric11 Latina, po • cenado y por el camino del engaño y la ca5·
que en ese coniirzenle hemos desculiier o q1;e trac.ión del espíritu de lucha de Ja clase obrera,
sus privilegios. en el cuadro de "las imtítu- f()rtne en drbifro". Pensó, en cambio. en or-
iones" o fuer> de rl. ganizar una columna y encabez:u la para !esra-
Prefería que el enemigo crgara con el e~ tar por la fuerza la Ca~a del Pueblo, pero hu-
tigma de iniciar el uso de la \'Íolcncia pero ho de renunciar a Ja empresa, porque aunque
no concibió nunca el desarrollo del progreso ,u coraz6n y su c.:erebro cont 1nuaban soñandr.
histórico como un proceso idílico. Por eso siem- ron el futuro "~us manos esoibiendo con rigor
pre, desde el primer programa del socialismo cte ládg() y su voz seguía ~iendo mensaje", <Jque·
uruguayo, dejó a salvo el derecho a responder llas <los piernas que siempre caminaron con
con la violencia de abajo a la violencia rlt> seguridad <le pueblo ya no le respondían. ;Ah
:lITiba. la carga de los años!
Producida la escisión de 1962 y al consti· Estrujada el alma por tanlO) dolores vio
tuirse, en Salto, la nueva agrupación por él PXtinguirse leOLamente su vida, convencido de
mspirada, al formularse la Declaración de Prín- que los d.errotados de hoy serán los triunfado-
ripios, luego ele expresada la aspiración de res de mañana. De un mañana que el no ve·
promo"er la revolución socialista por vías pa- da pero que sabría próximo.
cíficas, Frugoni propuso una salvedad: "sin Había cumplido cabalmente su consigna:
,,.enunriar, si las circunstancias históricas lo " '\er un gran derrotado, antes que un pequeño
exigen, a ningún tipo de acción". ¡Tenía 83 ·vencedor". Para él había llegado la hora. Su
.1ños y seguía reivindicando el derecho a la memoria espera otra en que su siembra y Sll
1evoludón! lucha fructificarán.
Producida Ja ilegal disolución del Partido 0
Sonalista, su pensamiento más dolorido y so- > EDUARDO JAURENA
.E. J.
CUADERNOS OE MARCHA
n PROSA
GUIA BIBLIOGRAFICA lista de la historia", conferencias dfo-
tadas en la Universidad de La Plata,
a) Libros. de La Plata, en 1933; "La máquina
es un formidable factor directo de la
1915: "Los impuestos desde el punto de vis· evolución histórica", contestación a
ia sociológico", (Biblioteca del Cen- una encuesta periodística en Buenos
tro "Puentearesano''.) Montevideo. Aires. Editores Maximino García y
Talleres gráficos Renacimiento. Cía Montevideo.
1919: "Los Nuevos Fundamentos". Discur- 1940: "La Mujer ante el Derecho". Defen.
sos !llás importante pronunciados er. sa d<" la igualdad jurídica de los se-
la A~amblea Constituyente (1916-17). xos· páginas sueltas. un proyecto par-
Maxjmino García, editor. lamentario del año 1939, un informe
1929. "La Sensibilidad Americana", Dos legislativo y varios discursos.
partts: una integrada por trabajos l !141 : "El Laborismo Británico... Smops11
dirigidos "a la formación de una con- histórica e interpretativa. Editorial
ciencia estética continental,,; la otra, "Afirmación". Montevideo.
por ensayos breves sobre autores na- ... 944: "Las Tres Dimensiones de la Demo.
cionn les y dos artículos sobre Barret cracia". Recopilación de artículos di-
y France. Editor Maximino Garc1a. versos. Editorial Claridad. Bueno•
Montevideo. Aire·~.
1~M: "La Revolue'ión del Machete". Pro- 1945: "De Montevideo a Moscú", Cromcas
ceso de la dictadura de Terra y el de viaje, editado por Editorial Cla-
régimen de Marzo. Editorial Claridad. ridad. Montevideo.
Buenos Aires.
1946: "Génesis, esencia y fundamentos del
19~b: "Ensayos sobre el marxismo", Cua-
socialismo", Dos tomos. Editorial Amé·
tro. en total: "El determinismo del ricalee. Buenos Aires.
hambre", publicado en la revista
"Humanidades de la Universidad de 1948: "La Esfinge Roja"'. Editado por Edi-
La Plata, a raíz de la muerte del bjó- torial Claridad S. A Buenos Aires.
logo Turró; "El :factor espiritual en í953 "El libro de los elogios". Discursos,
el materialismo histórico" y "Los fi- conferencias y ensayos. Editado en
nes ideales en la concepción materia· C.I.S A. Montevideo.
PAG. l.S
b) Folleto~. 1902: "De lo más hondo". (Prólogo de Ro-
dó). Montevideo. Talleres Barreiro y
..El trabajo nocturno en las panaderías... Ramos.
Versión taquigráfica de una conferencia
pronunciada en el Ateneo. Editada por 1907: ..El eterno cantar". Mont.evideo. Edi-
el Centro Socialista de la 2c:i y ac:x. Mon- tor, O M. Bertani.
tevideo, 1916. 1916: ..Los himnos". Montevideo. Imp. y ca-
'"El Socialismo". Conferencia dictada en sa ~ditorial "Renacimiento".
el Ateneo en acto organizado por el Cen- 1923: "Poemas montevideanos". lera. edi-
tro Cultural "Liceo Nocturno". Edicio- ción Montevideo (El Siglo Ilustrado).
nes de "El Sol". . 2da edición: Vol 57 de "Los poetas''•
..Qué es y qué quiere el Partido Socialista'·~ Biblioteca de la editorial Claridad,
Edición partidaria. Sin fecha. Buenos Aires.
..Lucha cocira el alcoholismo". Versión ta- 1925: "Bichilos de luz". Montevideo. Edito-
quigráfica de una conferencia radiotele- rial Apolo.
fónica patrocinada por el club "Juven- 1927: "La epopeya de la ciudad". (Nuevos
tud" de la Liga Nacional contra el al- poemas montevidean·os.) Maximino
coholismo. 1927. García editor.
"Socialismo. Batllismo y Nacionalismo"'. 1936: "La Canción Humana". Ediciones de la
Recopilé!ción de artículos periodísticos. Sociedad del Libro Rioplatense. Mon-
Montevideo. 1928. tevideo. Buenos Aires.
,.Jubilaciones obreras''. Conferencia de ex-
tensión universitaria. Editorial Apolo. 1942: ..La Elegía Unánime". Introducción
Montevideo. 1928. por Roberto Ibáñez. Editorial Losada,
S. A. Buenos Aires. Impreso en El Si-
"La lección de Mélico". Versión taquigráfi- glo Ilustrado. Montevideo.
C'a de dos conferencias dictadas en el Pa-
r aninf? de la Universidad. Montevideo. 1944: "Poemas civiles··. Editores: Claudio
1928. Garcja y Cía. Montevideo.
..El viaje de Terra ante la Asamblea Gene· 1957: "Sonetos Míos". Editado en C.I.S.A.
ral". Discurso parlamentario. 1935. Montevideo.
..El revalúo del oro". Discurso parlamenta- 1960: "Loa caballos". Editado en C.I.S.A.
rio. 1935. Montevideo.
"En defensa de la libertad de prensa". Dis- Con el título de "Cantf di fede", el señor
cursos de Frugoni y Troitiño. 1935. Falco Testena tradujo al italiano veinticin-
"El nazi-fascismo en la enseñanza". Dos dis- co poemas de Frugoni, entre ellos un sone-
cursos parlamentarios. 1938. "Mensaje a to vertido por Filíppo Turati. El libro se abre
ta Juventud". Discurso pronunciado en con l,lll saluto de Turati. (Atlantide. Casa
1940. editrice in Verni, Génova 1925.)
m POESIA Al fallecer Frugoni, entre sus papeles
quedaron los manuscritos. correspondien~
1900: ''lJaJo :!\.l. Vm!.!a.n"'"• lPoesia.) Montevi- tes a dos libros en preparación: "El Cam~
deo. panario sumergido" y '" Los viejos".
ROBERTO IBANEZ
CUAO~RNOS OE MARCHA
El Montevideo del autor no es solamente el sencillez circulan precisas y preciosas imáge•
nuestro. Es el de su infancia y el de su moce- nes); el de las familiares clausuras ("El Patio"),
dad, un Montevideo que late con apacible ritmo el de las vivaces faenas domésticas y los frcs•
de siesta solariega. Es, también, el Montevideo cos desperezamientos matinales ("La mucama
tumultuoso y despierto que coincide con la ini- y el sol"). Aguardemos. Es la noche. Montevi-
ciada madurez de Frugoni; un Montevideo anfi- deo es ahora la ciudad de! amor feliz: puertas
bio, entre urbe y aldea, que un día se le empina y umbrales improvisan nocturnos paraísos {"La
en la voz y ordena el canto. hora del amor"); hierve la vida céntrica ("El
No hay poesía sin amor. Y s6lo hay amor Retorno") ; pero en la gran aldea la noche se
3Uperior al instinto cuando hay conciencia de desnuda, hasta volverse hostil y solitaria ("Su·
lo que, amando, se defiende o ampara. Lo coti- gestiones de la calle", con su recordable ráfaga
diano, a pesar del "hélas!" con que lo amorta- final).
jaba Laforgue, alcanza categoría poética por Y aún, entre el Montevideo de la vida uná·
obra del tiempo que decreta su tránsito. Y aun- nime ("El alma de la ciudad") y el de la
que todavía ese tránsito no haya ocurrido, el unánime muerte ("El Buceo", una de las me•
poeta enfrenta lo cotidiano, trémulo, porque jores elegías de Frugoni ), el Montevideo de la
tiene la cer~idumbre de su fugacidad irremedia- miseria y del hambre ("El Conventillo", que
ble. "La poesía es ·palabra en el tiempo'', dice -es curioso establecerlo- constituye el ger·
Antonio Machado en página famosa. La poe- men del proyecto de "viviendas obreras" arti·
sía del presente no siempre descubre, cuando culado por el representante popular).
nace. su integridad emocional; pero -<>bser- En estos poemas, la materia objetiva alcan-
vemos- recatada en un principio esa inte- za preeminencia, no obstante la lírica levadura
gridad de la emoción emerge luego con desen- que la informa siempre. Hay otros, en cambio.
vuelta latitud. Los cantos montevideanos de que se apoyan apenas en el dato externo o M
Frugoni, sin embargo de su materia cotidiana, valen de éste -con urgencia afectiva- para
o en virtud de ella misma, adquieren -cada la moción de un símbolo, para el vertimiento
día- por su autenticidad humana y poética. de una idea, o para el curso de un ensueño.
emoción nueva. Ilustra el primer caso: "El Mótorman" (" ••. un
Refrendemos, a través de los poemas fun- hombre amarrado a un camino")., Ejemplifican
damentales -que, como se ha dicho, explotan el segundo, tres poemas: "Radiotelefonía", el
ternas sin precedentes en la historia de nuestra himno moderno de la voz ubicua; "Las Chime--
lírica- la contemplación ciudadana. AUí está neas", composición en que las imágenes epóni•
¡qué cerca todavía! el Montevideo sumergido mas aparecen inquietantes y graves en la mi·
en el tiempo ("El Tranvía del Norte". "Paso tología de la infancia; ávidas y colosales en las
del Molino", "La Villa de la Unión'~, de son- usinas donde se consuma el cotidiano sacrifi·
riente y conmovido realismo el primero; sau- cío del hombre: menudas y tutelares sobre d
dosos y románticos, los últimos ). hogar modesto donde el fuego defiende la espe·
Aquí surge el Montevideo popular, con sus ranza acosada; y "La quinta en la ciudad" (el
calles alegres y soleadas (públicas y casi ínti- poeta intuye la fantástica socialización de lot
mas: "La calle en la mañana"); con sus ho~a jardines que publicarán .por la urbe su belleza
res (íntimos y casi públicos: "El barrio pobre" ) . ) su amor cautelado).
con su rutina trajinante ("La hora del descan- Por fin, sirven de pauta al tercer caso, dos
so", "Villa Muñoz" ). Más allá, el Montevideo cantos, de contraria entidad cinética: "El bar•
hospitalario, con sus remansos terrestres ("L:t co emigrante", moroso poema en que la marcha
Plaza Constitución", "Un alto en el camino" J de la nave parece desistir, como s1 degradasen
<> con la blancura eufórica y marinera de sm su ritmo, con romántico imperio, los adiose~
playas ("El baño"). Y ahora, entre paréntesis que conmueven la orilla; y "El Monumento"•
de contrarios crepúsculos, la ciudad ferial, pin- rápida y admirable composición, en que la quie.
toresca y abigarrada: el Montevideo de la tud del impulso, conminada por el poeta, pare·
abundancia huraña ("El Mercado", cuya efi- ce próxima a desatarse, obediente a un amago
cacia debilitan momentáneos eclipses del gusto) perpetuo.
y del amor mercenario, del abasto sexual ("El Hemos incidido en la critica refleja con el
barrio infame", cuya ejecución poemática, sin deliberado propósito de mostrar una de la.~ ma•
~mbargo, adolece de laxitud y explayamiento) yores virtudes de Frugoni: la riqueza y la no•
Pero aca nos aguarda otro Montevideo pin- vedad de sus concepciones poemáticas Aunque
toresco: el de las hunúldes alegrías ("Villa Do- espontánea, la ejecución alcanza consecuente
lores". "El Domingo", cantos en cuva agraciada dignidad.
del Puerto""). La es.t;;,aór_ lerroviana no es só,o diana compensac1on Cle una vioa, con que '""'ª -
el andén historiado por el ir y venir de los pasa· ma el regreso. Y en la sexta jornada, el sexto
jeros; es, además, el tren, la marcha siempre leñador, unigénito ahora de la !.oledad, lucha
reinicºada, la ciudad, en fuga interminable ha- con el bosque. Y cuando la sexta noche dispara
cia el campo; el campo mismo que llega con el con !IUS tensas tinieblas las estrellas, nadie re-
viajero a Ja ciudad f"El canto di" la F..stación torna, muerto el camino con el último cami-
del F.C.C ''). nante. Pero " •.. al clarear del siguiente día, los
labradores - que trabajan los campos por alh
sin asombro - vieron pasar tranquilos otro~
PJ.A CANCIÓN HUMANAH seis leñadores • uno tras otro, mudos, con sus
hachas al hombro".
Transcurren nueve años: el mayor interreg- Aquí se dan la mano la exactitud de lo'
no que había mediado ' hasta entonces entre cóntomos; precisos mas no enjutos; la dignidad .
dos libros de Frugoni: enéada de ejemplar ac- expresiva; la simetría de] movimiento dramáti-
ción cívica. En 1933, la dictadura -que solo co; la castidad del símbolo que el poeta no des·
persiguiendo puede honrar- le deparó el des· flora ni enfría con el recurso de la superflua
tierro como un arduo laurel. Y en 1936, dos explicación lógica.
años después de su retorno impuesto por la
"Lo~ seis leñadores", himno y elegía a la
explícita voluntad de su pueblo, publicó "La
par, de amarga y radiante belleza, es el poema
Canci6n Humana", Pi más representativo y po•
de la lucha infinita con que la humanidad enal-
lí!6nico de sus L.oros. tece sus destinos: ¡Leñadores, al bosque, a roo~
Aquel poder evocador, a que nos refería- rir cada día, abatiendo colosos! Una generación
mos (y que es la poesía misma, como entraña. no alcanza la victoria: sus héroes caen, uno
expresión y conciencia cósmica), se manifiesta tras otro; pero vendrán los tenaces epígonos a
(dentro de la obra de Frugoni, según dijimos) continuar, en la selva hostil, la faena titánica.
en dos corrientes principales. que ahora se rei-
"Elegía filial", sin esas virtudes que relevan
teran con má$ ancho y vario aliento.
la. concepción y ejecución del anterior poema,
Desde el canto social (himno o elegía) en no es menos notable: se estrecha en verso~ irre-
que el poeta torna a ser el aedo, e. intérprete gulares y nerviosos. Cántico de contrición, ad-
del alma colectiva, unimismada en la heroica quiere dramática latitud universal: el hijo enca 4
mancomunidad del esfuerzo fecundo, humilde necido invoca al padre muerto; no son sus
y silencioso, hasta el canto íntimo en que la remordimientos los que equilibran con lágrimas
confidencia &e demuda; desde la composición el peso de la culpa;· sino los que el amor con~
que se adensa con áuhcas luces, basta aquella voca para reparar, en las profundas perspecti-
que se aligera con el delgado resplandor o la vas de la muerte, las involuntarias omisiones de
desnudez resplandeciente del tono popular; des- la vida, las ternuras que aplazamos y reclmmos
de el poema urbano (en que la ciudad es ahora en el alma, creyendo siemprt> -con pudor vi-
la indeterminada co:;mópolis moderna) hasta el ril- que habría tiempo para verterlas; y que
poema ge6rgico (que tiene la escenografía pre· ahora se vengan, porque se revuelven sin objeto,
cisa de la naturaleza vernácula), acontece, una fatalmente perdidas. Al fin la esperanza del
y múltiple, "La Canción Humana", con luenga perdón apacigua la angustia del poeta· Ja suya,
belleza y cortos de!fallccitniento~. la de tantos:
Hay en el libro dos compo~iciones magní· "Pero tú me estrecharás - dulcemente con·
ficas, de seguro destino antol6gico: "Los seis tra tu corazón - y me dirás: descansa."
leñadores" y "Elegía filial". Hay otros poemas dignos de los anteriores.
"Lo seis leñadores" es un poema en lentos En "Llamamient.o", el liminar, Ia naturaleza
alejandrinos que apuntalan, con su música gra· lírica expansiva que William James consignaba
"'e la fluente arquitectura del símbolo. Ama- como un privilegio de Whitman, reaparece, lo
nece. Parten hacia el bosque seis leñadores. Al mismo que en "El canto heroico" y "Hércules
anochecer, sólo vuelven cinco. Los cinco de canta". "Esqueletos de rascacielos'' es el poema
nuevo salen con d alba siguiente; sólo cuatro del hombre devorado por su misma potencia:
regresan del bosque inagotable en que el hacha, amo y transformador de la materia, levanta en
empuñado relámpago abate los árboles giga:'l- la embriaguez del orgullo el monumento de su
tescos. propia esclavitud. "El nuevo Fíat-Lux" es una
Y asf, entre el flujo' de! amanecer, siempre resurrección del Frugoni profético que, señorea
ir.is rico que el silc:ncioso reflujo nocturno, la en Loo Himnos; y, a pesar del título, dema·
WVa, que arrodilla IUS colosos, exige la COt͕ siado literario, y de sus precedentes a menudo
uratuno>, con~t1tuye una p1eza de poderosa mo· abdicación de su~ esencias personales. Ahora, en
Julac1ón línea. e:.tc libro, i.e cumple la más dramática y viva
Los poemas campesmos, en los que la nota concordancia del poeta y del aedo; del que da
geórgica y eclógica -cobrando caracter autoc- cue1 po delit-ado y mdódico a su propia con-
tono- suele presentarse asociada a la vibración ciencia y del intérprete amoroso y profético de
elegíaca o erótica o a la inquietud social, for- la conciencia colectiva, pero en la hora formi-
man un grupo de calidad preeminente, en el dable de la prueba: cuando el hombre no se
que descuellan: "Los caminos", cauda y cauce acuesta a morir; cuando muere de pie, cuando
del caminante ("Me crucé con los carreros habla el idioma ardiente del martirio con len-
que arrojan ante su paso - el maneador de un gua de fuego que le quema los labios y le
silbido - para que desle los aires - ponga cuarta enceniza las palabras. Hora de la elegía por
a su fastidio); "Manga de langosta" ("diluvio lo que se pierde. El himno volverá. Hay que
que inunda de hambre las praderas"); "Cam- fundar con sangre el nuevo día, para restituir
paña dormida" t con el apocalipsis de la patria el cielo a la sonri~a de los niños, para que la
futura ) y, en particular, tres romances: "Los m uerte pertenezca al hombre y no el hombre
troperos" ("las tardas reses que garabatean - a la muerte. Hora de la elegía que reivindica
en el aire con sus guampa; - como queriendo el derecho del corazón a tutelar sus muertos y
enredarse - en los cuernos, la mañana"); "Ro- a padecer por ellos; nunca a desesperar ni a
mance de invierno" ("al trote de mi caballo - eludir eJ combate.
una mañana de junio''), agria y enérgica con- La Elegía Unamme, pues. El título es her-
junción de la naturaleza y el espíritu; y su moso y exacto. Porque al dolor de todos, ~n
antípoda y complemento: "Romance de la cul- que participa apasionadamente el poeta, se su-
pa .. ", igualmente admirable, sin embargo de ma el dolor de otras pérdidas que la esperanza
unos pocos versos frustraneo>. , no puede disimular. Dijimos que la poesía de
La nota popular y folklórica de '"Bi chito~ Frugoni es temblor y mensaje: completemos,
de luz" resurge, con enceladas T11Úsicas, en "Cha- con este libro ante los ojos: temblor confiden·
carera" ("El arroyo va llorando - pues te tuvo CJai y mensaje profético frente a la muerte
y te perdió - y el perlume de tu carne - va en unánime. Porque es la misma muerte la que
sus aguas con el sol .. . "; " ... está floreciendo atierra sus puntuales y sigilosos halcones sobre
en llamas - el ceibo porque ce vio"). la compañera en que sobrevivía su juventud
Como puede inferirse de este rápido ana- y sonreía la prisa del tiempo; la ,misma muerte,
lisis, La Canción Humana es obra proteica. aún, la que desata en la guerra, su demencia
Otros poemas todavía imparten, con adecuado homicida, su pánico oleaje irresistible.
desarrollo, noyedade~ temáticas al coniunto. No hay, entre las de Frugoni. obra de más
"Fémina actual" y "Tragedia sin sangre", poi pungentes valores confesionales. Consta de cua-
ejemplo. ("El terna", decía Paúl Valéry, "e>, trn partes: la primera da título al conjunto.
con respecto al poema, tan extraño y tan im- En el limen, con versos lapidarios y ondulant~s
portante, como para un hombre su nombre" a la vez en su magistral simplicidad, el poeta
Sí. Y no lo hace, como no hace el hábito al nos adelanta su saludo: " .. éste es mi corazón
que lo viste. Pero no es nada más ni nada me- deshecho en cantos" ... Y pensamos, recordan-
nos). do versos de Antonio Machado: ¿Se puede juz·
gar un corazón ?
Porque ésta es poes1a vivida, sin bucos 11i
"LA ELEGÍA UN.ANIME·· ~'oluptuo5idade~, dran~ática y desgarrada: el
músculo asoma y el hueso blanquea.
Y ahora, en la pnmavera de 19+2, Frugom ~ ...
concluye 6U noveno libro de p0emas: La Ele· Si hubiera que escoger una dlvisa epónima,
gía Unánime. Cuarenta y dos años han corri-
un símbolo cent:" 1 para cada poeta, ninguna
do, pues, desde su iniciación. ¿Qué aptitud~s
dejó, voluntaria o involuntariamente, en el um- imagen representaría, como la de un camino,
bral - que sólo la memoria repasa - de. los días la militancia carminal y humana de Emilio
vividos? ¿Cuáles vinieron a sustituirlas? ¿Qué Frngoni.
inflexiones hoy asume su voz, historiada de "La Elegía Unánime" 1Jega a su término
sueños y agonías, fatal como su sangre? con esa imagen. ¿Por devenir fortuito?
Ya asistimos al proceso generativo de 'iU Camino irreversible del retorno: las ener.-
poesía, íntima en un comienzo, luego social sin gías del viajero jo llevan y dilatan; ji más p~
j
sado a medida que se re<¡orre, más glorioso a alas délficas a la orilla del éxtasis, previene 1.1 na
medida que se vence. Y con cruceros arbolados guirnalda ) otra guirnalda: la del libertador y
y rumorosos donde aguarda el amor que no la del poeta. Para la misma frente.
sabe morir r en su diverso oficio de laurele), (1942j
C UADERNOS OE MARCHA
~- - -
FRUGONJ POETA
a luchar con el dragón de la suerte
ELEGtA FILIAL v a desafiar al genio del Monle Encant :ido
·A tu espalda quedaron más allá de -
rr. .~~,.. .)
PADRE: Por encima del tiempo y de la vida,
ueso tus manos fértiles
dos brazos de madre tendidos hacia n.
Tu corazón se trajo para todo
que levantaron nuestra casa el resto de tu vida la tristeza
y encendieron en ella c!e aquella despedida.
fJobre la mesa convivial 'l\tviste tu heroísmo
--eje de la familia- callado y 'sin alardes.
Ja. lámpara de los recogimiento3. J~oy que los años me doblegan
Beso tu frente devastada ~r·br e el misterio de la vida,
oue se cubrió de surcos t e compr,mdo y te amo
c'.e tanto pensar en nosotros como nunca te amé ..
y por nosotros. Y me quemo hasta consumirme
D§jame reclinar en tu pecho t·n el remordimiento
Ja cabeza afiebrada e.e no haber sido una alegrfa
:· pedirte perdón. ni un consuelo para ti,
Perdón mil veces romo lo fue mi madre
en silencio, :1 lo fueron tus hijos, menos yo,
E'n muda congoja, No está lejano el día
í'Ue tú sin duda oyes en que ·yo me tienda
rlesde la eternidad. para siempre a tu lado.
J-orqu~ los muertos oyen Y yo sé que ese día
las palabras qu~ no decimos lus brazos se abrirán para a cogerm~
y:·· las voces que parten de n:iestro corazón sobre tu pecho.
s1n llegar hasta la garganta. Y yo 'te diré:
Déjame pedirte perdón -Aquí estoy,
por todo el mal castígame!
que sólo pude darte PE:ro tú me estrecharás
en cambio de tanto bien. dulcemente contra tu corazón
La vida te había tallado j' me dirás:
a golpes de adversidad - Descansa!
Joven saliste por los caminos del mundo, <Del libro ·'La Canción Humana".)
CUAO~RNOS DE MARCHA
PALIDA }IORS
CUANDO a buscarm& vengas te llevarás mis huesos
mi carne marchita mi sangre hecha hiel.
y y
más no podrás llevarte la emoción de mis besos
ni el ritmo de mis cantos ni el verde laurel.
Tú no podrás llevarte la vida que he vivido,
el placer qu~ he gozado, el sueño que soñé.
Cenizas de una leña que a los vientos ha ardido,
eso es lo que en tus manos tan sólo dejaré.
Cuando a buscarme vengas s6lo hallarás mis rastros
La vida ya hará tiempo que se te adelantó
La vida, la que enciende y desgasta los astros,
poco a poco en sus rudas manos me trituró.
En sus brazos quedaron mi juventud zahareña,
la embriaguez de mis horas de lucha y frenesí,
todo lo que en el alma florece, vibra y sueña.
¡Qué poco has de llevarte cuando vengas por mí!
<Del libro "La Canción Humana".>
salté del lecho y me arrojé a las olas Me quejo, sí, de que implacable vengas
de luz ,que en mis cristales se estrellaban n borrarme los pies, y me detengas
y me alcanzaban del jardín profundo sin dejarme arribar al puerto amigo
trinos en flor. Y por las sendas solas, donde, sin los azares de mi viaje,
que al paso del bajel se despertaban, pueda lanzar al mundo este mensaje
me fui con él a inaugurar el mundo. que cual secreto halcón, traigo conmigo.
(SONETOS MIOS. año 1957..) <SONETOS MIOS, e.fío 1957.>
EL RELINCHO'
INO rodando en el silencio oscuro -
V de la noche invernal desde muy lejos.
De restregarse en la distancia ardía
hasta trocarse en ráfaga de fuego.
Lo vio venir el bosque entre las sombras
y se puso .ª temblar de rabia y miedo.
Mas él siguió su viaje de centella
y se perdió en la infinitud del cielo,
c4onde encontrar el sol de la mañana
para colgarse de su ardiente cuello
y retornar con él hacia los campos
que en la alta noche resonar lo vieron
El relincho volvía a su caballo
que lo eshba aguardando en su potrero.
<LO:) CABALLOS, libro de poemas, 1960.)
''
¡;>AG. i!8 eUADERNOS DE MARCHA
ARTURO .J_ DUBRA
COMO ME ENCONTRE
CON FRUGONI
Montevideo, 19 de octubre de 1970
Doctor Carlos Qui;ano
Presente
Querido amigo:
El esfuerzo editorial de MARCHA y eL prorimao conocimiento que posee Eduardo
Jaurena deL ideario del maestro, un'ido a st. a.jecto y su admiració11 por é l. nos ofTe•
cen una síntesis b1·i!lante del pensamiento vivo de Frugoni.
En ella se aprec·ian /.as características más salientes de su personalidad: su am·
ptia información .•ociológica; S'U acabado conocimiento del marxismo, de lot ante·
cedentes históricos del socialismo 11 de su devenir; su paso trascendente por ta Uni•
versidad; su. infatigable actuación como ·oeriodista; su dominio de la realidad nacio•
nal y, sobre todo, su condición de grande 11 elocuente tribu.no, de u.n nivel no igua·
lado ni e'l1 el Parlamento nacional ni en las tribunas partidarias. '
Hemos dicho síntesis, pero ha sido tat el acierto de Jaurena en la elección de
los textos, que qui é11 no conozca e11 detalle la obra de Frugoni encontrará en este
Cuaderno una gu.ía para vonerse en contactn con e1la 11 u.n estímulo para estudiarla
en toda su dimensión.
Este "muestreo" de la obra de quién fue maestro de l.a ju.ventu.d uruguaya - so•
cialista o n6- es de una oportunidad indiscutible. En momentos en qu.e el paf.a estd
luchando por romper las viejas ettructuras qu.e traicionan su destino 11 por arran-
car el quehacer público de manos de políticos corrompidos 11 mediocres al 1ervicio
del imperialismo, esa voz de nuestro pasad? reciente -que tiene asombrosos acen•,
tos de futuro- trae un mensaje de esperanza a todos zo.. hombres de buena voluntad
Como decía Fru.goni, no era necesario e;;tar con él ni compartir íntegramente liu
.to luciones socialistas qu.e propiciaba. Le ba.~taba con despertar en los espíritus ió •
venes esa apetencia de futuro que fue el ~ino de toda su vida.
Generosamente nos ofreció su inmensa panoplia de armas morales e intelectua•
les, para que escogiéramos las que creyéramos más aptas - incluso para combatir•
!o. Y fue un contendiente amplio y respetuoso que siempre nos comprendió 11 noi
estimuló en !.a búsaueda de los buenos 1~aminos.
Por esto y mucho más, bien venido ese pensamiento vivo de Frugoni que 1era
siempre un punto de partida seguro para enfrentar e interpretar Za realidad que
nos oprime y para continuar esa lucha a In ·ciuzl don Emilio dedicó toda su obra 11
toda su vida.
':on un fuerte abrazo, 111 amigo de 1iempr1
'1.RTVRO J. DUBRA
...
FRUGONI PARLAMENT RIO mos las asperezas del pensamiento, sino quie hio
Febrero 18 de 1911
venido a decir la verdad desnuda con el acen-
Primer discurso parlamentario to sincero y algunas veces agresivo que ha de-
jado en mis labios la costumbre de hablar lla-
"El partido a que pertenezco allega al namente en las tumultuosas asambleas popu-
debate ardiente de la política nacional, una lares."
palabra serena y franca, ruda a veces, con esa
honrada y sana rudeza de los puños que for- Mayo 25 de 1911
jan el hierro y elaboran en la fecunda sombra
de los !acrificios anónimos los materiales de lnterpelaci6n al ministro éfel 1nterlor a
que se alimenta el progreso social o amasan, raíz de una huelga obrera
heroicamente, el pan nuestro de cada día.
Con esa palabra aporta u na conciencia de Señor Frugom. - "Los soldados, ~eñor mi·
clase que se cierne sobre el conjunto de la nistro tienen una misión determinada, que no
colectividad, vela por los derechos de todos y es la de ocupar el puesto de Jos trabajadores:
ejerce a todas horas esa facultad de critica los trabajadores pagan y ~ostíenen sobre sus
que esgrime como un arma formidable contra espaldas al ejército, no para que el ejército 101
las injusticias y los errores de la sociedad bur- traicmne, y les haga perder las huelgas, de~
guesa, permaneciendo en incesante vigilancia jándolos en la calle, arrojándolos " la miseria
frente a los actos de los hombres y de las y a la desesperación."
agrupaciones, para dar a tiempo su grito de
alarma contra los abusos del poder, contra las Agosto 22 de 1911
incorrecciones políticas o administrativas, con~
tra. las maniobras fraudulentas o sucias o sim- Oposición a I~ inscripción y votos de
plemente sospechosas de los que tienen en sus los guardia civiles
manos los intereses colectivos.
.. . .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. .. o "Nadie aspira más que yo en esta Cáma-
No ignoro, señor presidente, que acaso mil ra a la extensión del sufragio, que nuestr<l
palabt·as suenen un poco rudamente en Jos oídos constitución limita injustamente cuando prohl·
de los señores diputados, pero lejos de Jamen• be a los sirvientes a sueldo o a los ptones jor·
tarlo, me congratulo, porque yo no he venido nalero$ y acaso también excesivamente cuan-
Aquí a hacer escuela de decir agradable, en- do lo p1ohibe a los que no saben leer y c<-
volviendo en más o menos delicados eufemis· cribir, pero nadie más celo~o que yo, tampoco,
de la verdad de las urnas, y es por esto que Yo tengo la persuasión de que s1 el progre-
en tanto el soldado y el guardia civil carez· ao humano no va a pasos más aceleradois es
can de la necesaria libertad de opinión, de porque toda una parte de la humanidad per-
voluntad, de conciencia, yo combatiré ardien- manece rezagada mientras la otra intenta
temente el voto de los soldados y de los guar- avanzar.
dia civiles, no solamente con la convicción de La mujer a quien los sabios y los filósofos
que presto así un servicio a los verdaderos in· tratan con tanto desprecio; queda relegada a
tereses del pueblo, sino también con la espe- un perfecto estado de minoría de edad.
ranza de que de este modo contribuyo a apre- Los prejuicios y supersticiones que el hom•
surar la evolución que nos conduzca a susti· bre no se cuida de desarraigar de' su cerebro,
tuir el lamentable soldado de hoy, máquina van a transmitirse a las generaciones futuras,
tle obediencia y de pasividad, por el hombre a nuestros hijos, transustanciados esos prejui·
libre, consciente y pensante de mañana, que, cios y esas superstici<;mes en instintos o en sen~
sin dejar de ser ciudadano, sea tan apto, o más timientos.
que aquél, para defender en el caso preciso Y he ahí que la luz de la ciencia en lot
la integridad nacional." (Aplausos en la barra). espíritus choca siempre con un fondo de som c
bra ancestral que se adhiere a nuestro ser, que
Noviembre 4 de 191í se resiste a abandonarnos, y es de ese fondo,
ie ese rincón de sombras, de donde nos vienen
ºDelitos de rebelión y sediciór." esas supersticiones absurdas contra las cuales
tan poco pueden muchas veces las ideas cuan-
• "Es irritante porque es injusto, señor pre· do sr entabla entre nosotros ese combate ínti-
sidente, que mientras un pobre obrero deba mo, tan común, entre lo que pensamos y lo
sufrir doce o quince meses de prisión -y los que sen timos . . . ( ¡ Muy l3ien !)
sufre inevitablemente cada vez que se produce
el caso-- por atentar contra Ja libertad de Y nosotros contribuimos a destruir ese con-
trabajo en momentos de agitación gremial, en cepto monstruoso, facilitando a las mujeres el
que están excitados los ánimos proletarios, y camino de ocupaciones remunerativas que es·
en que defiende de la miseria y del hambre a tán de acuerdo con su naturaleza, que se con-
sus hijos -y hay además que tener en cuen- cilian perfectamente con las condiciones esen·
ta que para algunos jueces cualquier gesto de dales, con las verdaderas de su sexo, y que
un huelguista constituye un atentado contra tienen además la ventaja -como ya lo he
la libertad de trabajo- los políticos y caudi- hecho notar- de requerir de ellas una prepa-
llejos que atentan contra la libertad de trabajo ración intelectual, que permita confiarle, cuan·
de la nación entera, contra el progreso y la re· do llegue el momento, el ejercicio de derechos
putación del país y contra la tranquilidad so- que no es justo ni serfa. posible en adelante ne·
cial, puedan volver a sus casas inestorbados y garles." (¡Muy bien!J
satisfechos cuando la tormenta de sangre de-
i:atada por ellos, · ha pasado, si han tenido la Agosto 17 de 191~
suerte de no quedar muertos en la refriega, ,l
estúpidamente, sin provecho alguno para sm
semejantes, después de haber sembrado desde
un confín al otro de la república, la desolación
y la ruina!"
Interpelación al P. E. por vna huelga
de enfermeros
• ''Por eso es que, si me inspiran desprecio
¡
y repulsión los zánganos que ofician ante
Febrero 22 de 1912 '°" los altares de la Iglesia Católica o que espar-
cen desde las sombras del confesionario el vi·
En defensa del feminismo, al crearse rus de la impostura y la superstición, estas po·
la sección femenina de la universidad bres mujeres 1, no es aversión lo que me ins-
piran, sino lástima, lástima profunda, porque
sabiéndolas inmoladas a un torpe fanatismo,
• "Es necesario completar esta instrucción
con la instrucción secundaria para hacer las siento respetables por su abnegación, no
tan sublime como se pretende, pero conmove·
de la mujer una buena madre de familia y una
dora, como quiera que sea, cuando se piensi\
perfecta compañera del hombre.
que no tienen como las obreras, más miserable$
La humanidad, alguien lo ha dicho, no re-
cuerdo cuándo ni dónde, camina cojeando. Es 1) Se refiere a las Hermanas de Caridad,
'l1lla. profunda verdad. señor presidente. cuyas actitudes habían provocado la huelga .
... ...
~ más infelices que ellas, por otros conceptos, que aquí no se trata de hombre~ que se so-
el consuelo de ir a recoger en la ancha copa meten y que obedecen a Ja disciplina de su
de ' la vida los bálsamos que la vida suele ofre- propio partido sino de hombres, que en virtud
cer para curar las heridas que ella misma hace del puesto que como presidente o como mi·
y continuamente renueva. ( ¡ Muy bien! ) nistros ocupan, que por el hecho de ser mi·
Cuando se razona así, es precisamente rustro o ser presidentes se erigen, se constituyen
cuando aparece más inicua la conducta de la en directores supremos, y casi en amos de su 1
aconseja" No va, pues, contra ellas mi protesta, país, desde que ese partido es el que gobierna,
mi protesta va contra el infame sistema que sino que lo lleva al poder para que ese hom-
las ha hecho como son, que hace de sus sacri- brea sea el delegado de su partido en el go.
ficios un arma traidora, y que ~e vale del pres- bierno de la república." {¡Muy bien!)
tigio o del respeto que puedan inspirar, para
prolongar su reinado en sus conciencias in· Marzo 18 de 1913
cautas.
En defensa de la jornada de
~cho horas
Noviembre 2S de 191Z '
democracia, es no adherirse a esa forma de esa mejora, es necesario que ta ley intervenga,
desinterés que consiste en no defender con y que intervenga para imponer algo que todot
mucho mayor tesón, con mucho más ahínco, los gremios y todos los trabajadores reclaman, 1
con mucha más escrupulosidad que a los di- y que, si no han podido conseguir, no es por·
neros propios, los dineros pt'1blicos, y es por que repugne al espíritu nacional o esté en
eso, señor presidente. que yo llego a la conclu- abierta contraposición con el ambiente indus·
sión de que si la generosidad o la liberalidad,
¡' tratándose de lo primero, es indiscutiblemente
una hermosa virtud, la liberalidad, tratándose
tria! del país, sino' sencillamente porque los
gremios no han tenido fuerza bastante para
J imponerse al capricho y a la tiranía patronal,
de lo · segundo es un grave, un feo defecto
que, por desgracia, está excesivamente arrai- ,(;Muy bien!).
gado en la tradición económica y administra- • • I• • I• • • • I• • 1• •1 • • re • (• • ' '• • • • • • • •1
tiva de nuestros gobierno:."
Y bien: ya que las i~ustrias nacionales
están protegidas, ya que las in¿ustrias nacio-
Enero 16 de 1913 náles han conseguido de los poderes públicos
-con gran disgusto de mi parte-- esa protec-
Debate político sobre · ción arancelaria, que se traduce siempre eo
irregularidades electorales encarecimiento de los artículos, en el encare·
cimiento de la vida, ya que se proteje así a lot
• "Admito, pues, que los ministros y los señores industriales, que se proteja también un
presidentes ejerzan actos de ciudadanos. poco al menos a los trabajadores ... (Aplausos
de partidistas y dP correligionarios; pero e~ en la barra ¡Muy bien!}
..
Setiembre 4 de 1913 demos decir que creeriamos faltar a nuestros
deberes de representantes de un partido de los
En tav,or del . dhrorcio trabajadores si no dejáramos constancia ahora,
aquí, en pleno Parlamento Nacional, de nues~
• "Soy partidario -decía el msigue novelis tra protesta por hechos que pertenecen toda-
ta Emilio Zola- de la pareja cuya unión vía a la actualidad, y a la actualidad palpi-
1e hace indisoluble por el amor, soy partidario tante, y que caen bajo la jurisdicción de nuestro
del hombre y de la mujer que aman y tienen juicio, como miembros de un pode1 del estado
hijos y se amarán siempre el uno y el otro que tiene, entre otras, la alta mísión de tutelar
hasta la muerte. Er eso consiste laverdad, en los derechos del pueblo y de vigilar constante·
eso consiste la belleza, en eso consiste la feli- mente la actuación de los otros poderes de la
cidad. Estoy, por consiguiente, por la absoluta república. ·
libertad en el amor, y si el divorcio es necl"- • • • • • • .. •i • •: o ., • • J • • • .• • • o • • • • • ~
para el cual viene a pedirnos ahora la corres- Mientras n~ •e haga eso, nuestra nación
pondiente autorización. continuará siendo un vasto potrero, donde no
Yo tuve la paciencia de escuchat" el discur- será posible el progreso demográfiro, donde no
~ del doctor Terra pronunciado ahte el mi- podrá abrirse camino el progre~o economico,
crófono a grito pelado, como si el hombre se donde la civilización no podrá echar raíces ni
e~tuvi~se batiendo a brazo partido con sus ene- propagarse, donde no podrá extenderse suficien-
migos invisibles. temente la cultura, y hasta donde la misma edu-
Yo advertí que el doctor Terra se daba cación política resultará siempre una planta ma-
e ue11ta del contraste enorme, desagradable, climatable. Sólo provocando, estimulando esa
chocante, que representó este viaje proyectado transfonnación, se abrirán nuevos horizontes
por él casi en forma principesca, digna de un para el panorama de la realidad nacional, y
monarca africano .. . veremos tenderse un camino seguro hacia el ílo·
(Hilaridad. Murmullos.) recimiento de todas las energías creadoras, que
. con la situación de nuestro pueblo, su- hoy están latentes, como reservas inútiles en lac
mido en la miseria, que vive bajo el azote de entraña~ de nuestro suelo inculto y en el muscu·
una crisis intensa, inquietado por el mismo pro- lo o el espíritu de millares de hombres, fuerte~,
blema poütico que esta actual situación anor- sanos, útiles, inteligentes y activos, a qmene1
mal e insegura, ha venido a agudizar, parali- no les ofrecemos ni· siquiera una oportunidad
,
zadas sus energías de producción y de trabajo (Suena el timbre indicador del tiempo da·
por la carencia de recursos, y hasta por la~ ponible para el orador.)
propias dificultades financieras, que colocan al
-Dos minutos má' y tenn.no
\ erario público casi al borde de la bancarr'ota.
Y entonces hizo grandes esfuerzos numéricos Este es el plan que la república espera, que
-naturalmente- para convencernos a todos el país necesita y que nosotro! reclamamos. Pe.
que la república' navegaba a velas desplegada~ ro este p:an no podrá ser realizado por un ré·
hacia el inmediato restablecimiento económico, gimen político como el actual, al que le \~ a
hacia la regeneración administrativa, hacia la corresponder la triste gloria de haber sentado
más satisfactoria prosperidad financiera. en la historia financiera de la república el fu.
(Interrupciones.) nesto precedente de los revalúas como medio
para sacar!~ al Banco de la República su di-
nero sin pagar interés ni indemnización, como
Y frente a aquel cuadro del doctor Terra medio de requisar una parte de la riqueza pú-
) a este cuadro verídico, exacto, de la realidad blica monetana sin afrontar la responsabilidad
11acional, se levanta ahora esa estampa ilumi- política del empréstito e:-ctnno, que ya no es
nada del viaje presidencial al Brasil, con algo posible, porque nuestro país vive en el descré-
de danza de tamboriles en torno del asador dito internacional, desde que no paga su& deu-
donde se están dorando a fuego lento, para ser das. y sin afrontar tampoco la responsabilidad
devoradas ea el festín, las achuras sangrienta~ política de un emprestito interno, porque con
de la nación sacrificada.·· ello aumentaría nuestra enorme deuda pública,
que este regimen prometió dJ.sromuir, r que, ~in mento consJ.Ste en deJai moneada 1a ma.qwna
embargo, en dos años y medio no ha hecho i- destinada a compulsar por su camino de re3-
no aumentarla en más de 70.000.000 de peso~ " lizacione~ progresivas la evolución agraria di'
la república en un sentido de prácticas )' efi-
Junio 5 de 1935 cientes transformaciones de nuestro medio mral.
No es por cieno con treinta o ses'enta mi·
Desenmascarando a la dictadura Uones de pesos para expropiaciones y con un
leve esbozo de unpuesto progresivo a la renta
• "Señor pre~idente· la democracia 1mpo1n: del suelo, que vamos a terminar con el latifun-
obligaciones y comporta responsabilidades dio ni a modificar radicalmente la vida social
'{ un régimen que pretende denominarse de- v econ6mica de nuestra campaña. Hemos tra-
mocrático tiene que consentir a las oposicmnes tado de hacer viable el plan_ en nuestro aru·
en el seno de su Parlamento; si no las consien· biente legislativo y hemos debido eludir las me·
te, si no las tolera, si no las escucha, que :-;e didas radicales. Pero el pr<;>yecto tiende a de·
quite la careta y que diga que no es democra jar armada la organización permanente de lo\
da, que declare que es una dictadura, que instrumento,, legales que conducirían a la trans-
clausure a los partidos de oposición, que nos formaci6n profunda de la estructura agrari •
echen a la calle: ¡estamos pronto para irnos! .•. ·1acional, ~¡ no de golpe. en un plazo que h
Pero que no se venga con esos procedimiento" misma gravitación del inevitable des~nvoh-i -
hip6critas en que, a pretexto de observar lo• 111iento mecánico del plan ideado "' ·" ,. uo::ir.,.
preceptos constitucionales, se qmere amordaza1 dt' ir acortimdo con ritmo crecieut•·
a Jos que no piensan como el gobierno, o a los El clamor de una campaña que ~"' ..sfo¡_1:s
que no piensan como la mayoría de la Cámara ~n la pobreza cr6nica y se despuebla vor rl
(Interrupciones. No apoyados. Suena la cam exodo del campo hacia la metrópoli, llega día
pana de orden.) a día al Parlamento y a los poderc:s público~
-No me exn.lto, señor presidente, estoy per· en forrna de iniciativas tendientes a dar tierra'
fectamente sereno; desearía que mi serenidad st " los agriculto1·es desalojados, fomenta1 1•>
extendiese a todos los que me escuchan y, sobre plantaciones, conceder créditos a los lab1 a<lo-
todo, a los representantes oficialistas que se ha- res, librar a la ciudad de la cintura estrangu-
llan animados ahora de una nerviosidad extra- ladora de los latifundios pastoriles, etc.
ordinaria y anormal, a tono -despues de todo- El pais entero sufre de esta parálisis de la
con la nerviosidad que reina en las altas esferas," l'.'conomía campe:sina y de ese enrarecimiento
del aire social en las poblaciones de una ca111•
Año 1940 pafia en que la tierra inculta sobra, pero falta
el trabajo ~ la existencia se arrastra en una
Instituto de Colonización y yegetativa indigencia de recursos, de estímulo~
Reforma Agraria 'l de oportunidades, con el exponente <lescora.•
7onador de los ranchos miserables, de 101 agri•
• Traemos con ilSte proyecto a. las carpeta~ cultores abatidos por la pobreza, de l~ J.l"O•
legislativas la estructuración articulada de nadas n6mada~ de ias estancias, de lo• niiiri'
alguna11 de las ideas que han venido maduran- descalzos y famélicos, de los ancianos mendi-
do en nuestro e~píritu a través de largos aiios cantes, de las mujer~ cargadas de gurises rine
de vida e intensa preocupación suscitada por ar rastran sus harapo~ en los "pueblo~ de ra•
nuestra cuestión agraria, el gran problema na· tas·• de los hombre~ irremediablement~ •umi·
cional, a todas horas presente en las vici~itu· dos ' en la abyección de la pereza.
d~ econ6micas, socíalell y políticas del país. He aquí un poro de sombras en e! cual S'f
No pretendemos, claro está, solucionarlo con hunde el destino del país. Urge trocar éste cua-
este plan modesto, aunque pueda parecer te· dro de miseria y de atraso por uno de prome-
merario a quienes desearían dejar las cosas se- r1dad y adelanto. El mismo elemento ~ue P' ~
guir su curso li.nto, o si fuera posible, detener '\.ecta toda esta tristeza sobre los confines - a
·et curso de las cosas sin comprender que en tierra sin hombres, celosamente reservada p.Ha
esta materia la inmovilidad no hace sino acu· el pastoreo despilfarrador o para la especula-
mular día tras día complicaciones bajo cuyo ción ociosa- es el que no5 dará la luz para .lc:a•
peso concluyen por producirse derrumhes que 1ar el paisaje y ampliar J~s horizontes. Esa _tie·
Jos arrastran bajo los escombros. na rescatada al monopolio y al acapararo1en•
Este es un plan que sólo apo1 ta sohtc11111t~ to. para entregarla al tr~bajo y a la produr-
parciales; pero marca un rumbo Su p1im·ipal dón, convenientemente dtStnbuida. guarda en
sua entrafias el secreto de' una transformación bastado en algunos paises esos impaestos. Eso
social que s6lo espera el conjuro de una nue· sí, implantados con una tasa mucho más ele-
va estructura económica del agro para reali- vada que la de este proyecto de ley. En Aua·
zarse. tralia y en Nueva Zelandia el impuesto pro-
gresivo sobre la renta del suelo, es decir sobre
Distribuir racionalmente la tiena para que eí nudo valor de la tierra, ha conducido al frac·
caiga en manos de quien la trabaja. Combatir cionamiento de los grandes dominios fundia-
el latifundio. Dar asiento como ya hemos dicho, rios en espacio de pocos años. Su eficacia en es~
en el suelo agrícola del país al mayor número sentido depende del porcenta;e de la tributa·
posible de familias trabajadoras, asegurándoles ción. Con una escala mucho más leve (eri N ue-
una existencia próspera. Vincular el colono a va Zelandia, algunos municipios cobran has-
la tierra, no por las cadenas de la servidum· ta el 21 por mil) tal vez no pueda esperane
bre de la gleba, ni por la tiranía del colonato que el impuesto territorial aquí proyectado sea
romano, sino por la libre disposici6n de buscar por sí sólo un medio bastante compulsivo para
en ella el sustento y la holgura económica en constreñir a los propietarios de grandes exten·
la tranquilidad del trabajo, mediante una ac- siones a subdividirlas y a entregarlas al traba·
ción inteligente y previsora del estado. Poner~ JO intensivo. Algo influirá con todo. La sobre-
la al alcance del brazo productor sacándola de tasa progresiva que proyectamos y el impues·
las manos estériles de la especulación o de la to al mayor valor, no dejarán de obrar con
inercia improductiva. Hacer de ella refugio y cierta eficacia. Pero, sea como fuere, ellos son
fuente de riqueza para defender del hambre y dos impuestos de que no debe prescindirse cuan-
de la inanición a los hombres útiles y desocu- do el estado se entrega a adquirir tierras. Por·
pados. A todo eso tiende esta ley cuya eficacia que al hacerlo contribuye a valorizarlas, a ele•
y extensión depende sobre todo de los medios var la renta agraria y entonces se vuelve indis·
pecuniarios con que se la sirva. La hemos hecho pensable que él recupere parte, al menos, do
descansar, finalmente, en un sistema de recur- esa valoración automática para fines sociales y;
sos fiscales que actúan sobre cifras que hemos especialmente para facilitar el acceso del trabajo
mantenido en términos de excesiva modestia a la tierra, contrarrestando a,;;í el efecto más o
para no levantar demasiadas resistencias, que menos inhibitorio de su encarecimiento provo·
surgirán sin duda, pese a tratarse de una clase cado por las compras oficiales. Ningún fin so-
de gravámenes cuya índole científica y econ6- cial más indicado que el de servir con esa
mica es inobjetable. Son precisamente los im· fuente de valores un fondo destinado precisa-
puestos que por sí solos contribuyen a promo- mente a rescatar el suelo de manos de quiene!I
ver las finalidades que la ley persigue. En efec- no lo emplean como a la colect1vidad conviene,
to, para combatir el latifundio, para suscitar o a ¡i.plicarlo como elemento de solución para
una transformación de la estructura ae:raria. han oroblemas fundamentales de la vida nacional.
ARTICULOS POLITICOS
Una construcción ralmente su suerte a una cosecha de trigo
y a una cosecha de maíz, que se alternan
en la arenv como los dos tumos únicos del cultivo,
cuando no se reduce éste a una sola siein-
EL LATIFUNDIO Y SUS EFECTOS: bra anual. Cualquiera de las dos cosechas
que se pierda o no alcance precios remu- '
E S el Uruguay un país con apenas un
millón novecientos mil habitantes, según
neradores, sume al labrador en la miseria
absoluta. Exceptuadas algunas regiones
las más generosas estadísticas, sobre un 1>róximas al departamento de Montevideo,
territorio de doscientos mil kilómetros en Canelones, San José, Maldonado, Colo-
cuadrados Más de la tercera parte de su nia, Soriano, el país, fuera de la metrópo-
población !>e aglomera en la metrópoli, que li y las cabezas de los departamentos, no
sólo cubre unos pocos kilómetros, aunque es otra cosa que un vasto potrero, una
exageradamente extendida en relación al enorme stancia de la que los pueblos y
0
número dt sus habitantes. Esto quiere de- aún las ciudades pueden considerarse los
cir que para el resto del país, o sea para puestos más o menos ampliados y moder-
casi todo el territorio (el departamento de nizados El latifundió ganadero predomi-
la capital es mucho más pequeño que cual. na en el ~istema de producción de la cam-
quiera de los dieciocho restantes) no que- paña uruguaya. Es la nuestra una econo-
dan sino un millón y trescientos mil po· mía rural "especialmente pastoril, sobre la
bladores perdidos en extensiones dedica· base de unidades agrarias relativamente di·
das casi exclusivamente a la ganadería y latadas, con todos los inconvenientes de la
en pequeñas ciudades anémicas y pueblos gran propiedad rural, en medios donde 101
s!n porvenir ni destino estancados en una capitales de explotación son escasos y la
melancólica inmovilidad de charcos. De los rutiI;i.a de los propietarios o de los empre-
J8. 000. 000 de hectáreas que mide el terri- sarios agrícolas es por punto general casi
torio nacional, sólo 900 . 000 están entrega. inconmovible. En muchas partes, sobre to-
das a la agricultura, por lo general en las do desde el río Negro para el norte, exís-
formas primitivas de la monocultura ce· tE todavía la vieja, la tradicional estancia
realista, trigo, lino, maíz ... El agricultor, criolla, con sus típicas instalaciones rudi-
salvo el pequeño chacarero de los ejidos o mentarias, sus procedimientos primitivos y
de las cercanías de la capital, confía gene- sus hábitos de vida silvestre en que la rus-
¡ • j
ttca sencmez gaucha peraura como una es- ese medio histórJCO vegetativo, están a
pontánea obstinación del pasado. En esos merced de influjos oscuros reñidos en el
potreros junto al trébol, la gramilla y el 1ondo con la seguridad de toda conquista
cardo, bNta la flor del tradicionalismo po- del derecho público y de la ideología ciu-
lítico. La estancia criolla es la cuna de esa dadana. No ha de negarse que hay en esas
superstición partidaria que ha dividido a r-iultitudes un instinto democrático y Wl
los orientales, desde los primeros albores amor profundo a la libertad, que parecen
de la nacionalidad, en "blancos" y "colo- venirles impuestos pasta por el contagio
rados''. cósmico de los abiertos horizontes y de
El latlfundio es el gran incubador de ese los ilimitl1dos espacios. Aman la libertad
tradiciondlismo gaucho, de ese partidismo c0mo el beduino del desierto, con el misd
de divisa en que se tradujeron, hechos idio- ro.o sentimiento anárquico de indisciplina
ma de una sola palabra cromática en las y desorganización, que cultivaban en el vo-
golillas y en los cintillos de las montone- luntario beligerante de las montoneras le-
ras, las ambiciones rivales del caudillismo vantiscas. Ese instinto democrático lo han
belicoso. De allí voló, se esparció, a ma- venido ejerciendc, desde los tiempos en que
nera de la flor del cardo o de la flechilla, Artigas .::onducía su pueblo a las batallas
y entró en las casas de la ciudad, y en to- por la ind1:pendencia y a la rebelión contra
das partes penetró por los poros de la epi- poderes opresores de tendencia centraliza-
dermis y de la mente, como un polvillo c1ora, ante los cuales agitaba el ideal de su
sutil e insidioso, hasta el corazón, hasta la federalisrr.o republicano. Pero no es más
masa de la sangre de los hombres para l:{Ue un instinto. No llega a ser w1 claro
transmitirse en herencia casi fisiológica de sentido una verdadera aptitud de compren-
generación a generación. La ignoramcía, el sión. Y eso no bastaba para asentar for·
1malfabetismo, tienen en el latifundio ga~ mas orgánicas y positivas de democracia
1,aderil un formidable aliado Dicho queda política. Su ignorancia. su fanatismo tra-
que él es incompatible con la estabilidad de eiicionalista, su indigencia cultural ponen a
los progresos políticos decretados desde el (;Sas muchE::dumbres a merced de peligrosos
c:-.píritu de la ciudad. contra los cuales ~scendientes Ellas solo saben confiarse
conspira y a los cuales amenaza constante- ciegamente a la idolatría persona.lista y a
mente, porque en sus confines se detiene los llamamientos y ataduras de su compro-
la civilización y en sus soledades incultas tniso de "sangre" con el tradicionalismo.
se apaga sin eco, en el "silencio verde", la Esos son los únicos resortes de su acci6n
voz áe las ideas Separa a los hombres, los cívica, y ellos se tornan un instrumento
aisla, los rodea de un piélago de verdura <ie conducción en manos de los caudillos
en que los ganados vagan libres y calmo- para arrastrarlas fácilmente hacia donde
sos, tenie~do a su entera disposición cam- los caudillos quieran sin que ellas sepan
pos sin roturar donde cabrían el trabajo a donde, semejantes en la inconsciencia de
y la prosperidad de millares de familias su destino a las majadas entre las cuales
rroductoras '\!!ven, que el tropero reúne en la disper-
sión de las cuchillas al revoleo de su lazo
SOSTENES VACILANTES: y arrea con gritos insistentes a través de
los campos. La edüicación de una demo
Una mentalidad popular en retraso es cracia requiere, para ser durable, otros ci-
la que corresponde a ese medio económico tr.ientos er la sustancia viva ele una nación
y social de semi-feudalismo. Allf los hacen-
dados ejercen sobre sus peo11es una espe- En el Uruguay la suerte de la democra-
cie de paternalismo autoritario y los cau- c1a quedaba librada por un lado e esas
áillos imperan en la zona psíquica de las multitudes incapaces de comprenderla y
simpatías partidarias por la ley del prestigio de consustanciarse con su verdadero espí-
personal :Y del amor ciego y atávico a la ritu, y por otro lado, a un ejército mer-
clivísa comun, asi como del odio a la ad- cenario, numeroso y gravoso, mantenido y
versaria. La vida que allí se desenvuelve acrecido para oficiar de defensor de las
pertenece al pasado en sus manifestacio- instituciones frente a los alzamientos de
nes internas y en sus menguado!' impulsos· r>quellas masas campesinas. Eran dos apo-
cspiri tuales. I ,as rnt1ltit1 trl e... cinnpesi.nas, yos que 2n cualquier momento podían fal·
todavía "'eml-nómarles que cle:itnbulan en tr.rlc y volverse contra lo que sustentaban..
A favor d~ una relativa pror.peridad econó- delincuentes, y la mtervenctón de las Ull·
mica ella podía descansar sobre esos bra- nas eléctricas del estado, pasando por ea·
zos pasivos sin que la sacudiese el sobre- cima de la facultades del Consejo Nacional
salto de verse abandonada de pronto y has- La clausura de los organos periodfsU.
ta golpeadó por ellos, que le daban la ilu- cos se fui.daba en una razón estupenda.
s;ón de st:rvirla prestándole amparo con Ellos habían cometido la falta monstruosa
'ldhesión inconmovible. Pero en cuanto so- ae calum.ni&r al doctor Terra atribuyéndo-
brevinieron las grandes düicultades econó- lP intenciones de proclamarse dictador. ¡No
micas, las penurias de un estado de inmen- era posible tolerar tanta infamia! ¡Era for.
so malestar general, los pronunciados de- zoso castigarlos para que no siguiesen arro-
sequilibrios del presupuesto público, los jAndo sombras, con venenosa malignidad,
graves problemas financieros con su re- sobre la buena fe democrática de ese sal-
percusión sobre el torniquete impositivo. \tador de la democracia! Esa buena fe la
la agudización de la carestía y la para- ¡:onía de manifiesto sometiendo las medl..
lización de1 comeréio por el derrumbe de oas extraordinarias a la Asamblea General
la moneda, con 111ás la creciente falta ¡Hasta el último instante el hombre qu..
<ie trabajo esos brazos se volvieron sos- r1a ser respetuoso de los . fueros legislatl•
ten poco seguro Habría de bastar que vos! La 'lsamblea se reunió esa misma no-
removiesen el terreno ciertas especulacio- che. La :>esión se celebró con una barra
nes políticas para que apareciese el peh- ii1estada de elementos policiales, que ha·
gro inminente de una caída vertical. Ha• cía objeto de demostraciones ofensivas a
r-ría de oastar que ciertos intereses capi- los legisladores de la oposición. Fue uno
talistas pusiesen en el banquillo a las for- de los má~ dramáticos episodios de la vida
mas dem.,cráticas acusandolas de todos los ¡..arlamentaria del Uruguay.
padecimientos del pueblo; habría de bastar
que algun::is caudillos blancos o colorados, El cuerpo legislativo se jugaba su suer-
t~ y su honra. Un sector numeroso, el h•
obedeciendo a aquellos intereses levanta-
sen la bandera de la sedición reaccionaria, nerista, con los pocos diputados presiden-
para que no tardasen en reaparecer Jos te· ciales y algunas de las fracciones colora·
nómenos d1:: regresión política que han ve• clas menores votaron por la aceptación de
v.ido entrecortando con crónica intermiten- las medidas; pero los socialistas, los bat-
cia la regularidad republicana en la vida llistas "netos", los nacionalistas indepen-
del país. dientes, los católicos y los comunistas vo-
taron por el rechazo, lo que signüicaba que
("La R~volución del Machete", año 1933, debían ser .levantadas inmediatamente Hu-
págs. 143 a 147.) be mayurfa de muchos votos para este
temperamento Se notó que de la bancada
Có1no se produjo riverista sólo asistían tres o cuatro dipu-
tddos, dos de los cuales se retiraron antes de
el golpe del 31 ¡11·ocederse a la votación Los católicos, que
al fin votaron contra las medidas, habían
de lUarzo intentado arrojarle un cable al Poder Eje-
cutivo, mejor dicho, presidencial, propo·
LA SORPRES.l. niendo que previa.mente a todo pronuncia·
!Y?iento, se llamase al ministro del interio!'
F ALTABAN ocho chas llegar a
para la feM
cha destinada a realización del mitin
la
hístqrico, ;:;uando en las primeras noras de
para que diese explicaciones. Lo que hu..
biese ocurrido en caso de triunfar la mo.-
ción católica es que el ministro no hubiera
la tarde eJ pueblo se enteró de un decre- concurrid1.J. y el presidente, ya enterado de
to por el cual se aplicaba la censura a la cuaJ sería el resultado de la votación en
prensa "Prohibíase expresam~nte la apari- la asamblea, clausuraría el parlamento sin
ción de algunos órganos, entre éstos "El que se hubiese podido conocer la opinión
Sel'', semanario del Partido Socialista, al de la mayoría. Así la dictadura diría, des.;
pnr que se ordenaban algunas medidas de l'Ués, que la mayoría parlament~ ía, estll·
seguridad tan extraordinarias como la des· ba con ella y consentía la disolución de un
Utución del jefe de la penitenciaría, sin c'.lerpo d.mde una minoría empecinada ma•
previa consulta al consejo del patronato de lograba todo sano propósito de enmfendaf
CUACERNO& ca MARCHA
w meJor era connarse "' un mm1siro ex. exitlstas! (La .nevolucion del .Machete, pá-
tranjero, el de España. que había venido a ginas 119 a 123.)
ofrecerle el refugio de su legaC'10n, se dispa-
1 o un balazo en el pecho, ante el conster-
La sombra proscrita <1l
nado asombro de los numerosos espectado.
res. Y cay6 exánime, transformado por la
1~1uerte en un símbolo de la democracia uru-
guaya y clel sentimiento y la idea de la li-
Sfl!;tBOLO ensangrentado del trágico des-
tino de Italia, la sombra de Matteotti sur·
ge ante nuestros ojos en una angustiante ac-
Lertad. titud de espera .. . Es una sombra exiliada
¡Cuatro horas había estado aguardando que aguarda e}, momento de entrar a la pa-
que el puebl o viniese a rompe1 el cerco de tria de donde la arrojaron la barbarie y el
~oldados quí: lo rodeaba quebrando así el tobarde terror. Porque es la sombra de
poder ilt:gal que acababa de desalojarlo del un mártir que habiendo caído por el amor
gobierno y le hada sentir el peso de su ar· de su pueblo, por la dignidad de su pueblo,
bitrariedad prepotente! ¿Dónde estaban sus no halla todavía en el hogar solariego el
m iles de correligionarios, ese poderoso par- rincón donde se le acoja como un numen
tido batllista del cual era abanderado y so- y se le rinda la visible y edificante vene-
bre cuyos hombros llegara a los más altos ración a que tiene derecho. Cierto es que
aes tinos de la vida política nacional? ¿Es- su patria, su verdadera patria, es el cora-
thba acaso con el dictador, que también go- zón de todos los hombres libres del mundo.
bernaba y procedía en nombre del bat- e1 alma dt quienes fuera de Italia agitan
!lismo? ¡Una amarga desilusión, una profun- esa sombra como una bandera de redención
na desesperan za debieron haber ganado su en torno de la cual se agrupan cuantos
ánimo en esa hora de prueba! Al orgullo de sueñan con el derrumbe de la tiranía ig-
r:o entregarse y a la tristeza del derrumbe nominiosa.
cte su posición política, debió añadirse el Cierto es también que la verdadera Ita-
desencanto de que aquella gran fuerza cí- lia alienta hoy en el pecho de los que se
vica no se mostrase en estos momentos y lo alejaron dt ella abominando del déspota y
dejase solo sin reaccionar con un gran sa- su jauría: pero la sombra de Matteotti quie-
r:udimiento de ira popular contra el oprobio re reposa1 en el corazón de los italianos
de la dict<i.dura y ante el espectáculo de su también er Italia. De allí ha sido expulsada
gesto de resistencia viril, en plena calle. Pe- por los asesinos de su cuerpo. Recordarla
1 o es también indudable que al no producir· allí es delito que acaso se paga con la vida.
se el levantamiento que esperaba, quiso en- Y para para que las nuevas generaciones
tregar su cadáver , como una bandera, a la no la recuerden, todo un tremendo sistema
causa de la libertad. Quiso que su sangre oe deformación · de las mentalidades y de
cayera sobre la cabeza de la tiranía. Se in- atrofia de los corazones coge al niño desde
moló para que la democracia reviviese con Jos bancos de la escuela en su férreo engra-
la sangre "ertida por sus venas. Y se agran- naje, y la conciencia pública se va forjan-
dó hasta la inmortalidad en la historia de do en una fábrica de degeneración espiri-
1 n pueblo. tual bajo el martilleo de la violencia y la
Pero este gesto heroico y sublime, cuyas impostura.
consecuencias futuras pueden ser incalcu- Los niños de Italia ignoran a Matteotti
lables, tal vez produjo de inmediato, un o le creen un vulgar bandido con el que los
sicarios de Mussolini hicieron un saludable
efecto skológico que no era, por cierto, el
escarmiento. Es así como, después de ha-
deseado por el mártir. Hizo creer que el 1:.érsele arrojado por el crimen alevoso, al
nuevo régimen venía montado con una for- mundo de las sombras, se le condena al
taleza invencible, como una máquina ava- oprobio para que su sombra no retorne a
salladora ante la cual era ya inútil inten- brillar, como una llama, erl la conciencia
tar resistencias activas. El que no quisiese ce su pueblo.
quedar sometido a su poderío, no tenía más Pero siempre es en vano, a la larga, de-
remedio que pegarse un balazo, como toda cretar el destierro de las sombras. • • Éstas
protesta . ¡Piénsese cómo y cuánto una
suposición semejante debía influir sobre el
1) Montevideo, junio de 1931 C"Acci6o Socia·
espíritu de muchos indecisos en un país d~ lista").
'
CUADKRN09 DE ~ARCHA
., ua11 B. J11sto
SEMBLANZAS
(I; en a4url uunenso cementerio bonaerense; la
impre~ión que me causaba esa enorme necró·
poli~ con suq innumerables ,epulcros alineado~,
TODO consp11a _en una ocas1on como é5ta como casita~. sobrr 1·eredas de ralle~ 11rbana,
para emprqnenecer al orador. pequeño <le que a trrrho~ desembocaban en pla.ms y por
por ~í: el grandioso marco cuva 5untuosidad la~ cuall"• cirrulan los vehículos dánrlolc~ a~
deslumbra; el auditorio t:m nu~eroso, qur im- pecto5 de simples prolongaciones dt' la~ arteria\
pone y sobrecoge; la solemne significación de de e~ta ciudad de los vivos: la extrañe1a c¡ue
f"stos funerales cívico~. y más que ninguna otra m<> a~altaha al irm!" internando rn esa va ~ ta
cosa. la grandeza moral e int<>lectual del hom- metrópoli de la muer te. contribuía a grabar
hrr a quien rendimos e~te homenaje r óstumo más hondo en mi corazón el recuerdo de e'a
tarde invernal en pleno estío. A un montevi-
Hace pocas semanas acompañábamos ~w.
deano el espectáculo de aquel cementerio no
restos con el corazón acongojado, traspasado
de estupor doloroso, con ese estado de ánimo puede menos de resultarle impresionante. Nurq.
qur sigue a las tremendas desgracias imp1evis- tras necrópolis son menos adustas y no ~e
arrojan como ésa, con todo rl peso de fü frí.~
las, en el cual se mezcla una obstinada sensa-
~nmensida<l sepulcral, sobre el alma del pa~a
ción de pesadilla a la amarga certe1a de lo
irreparable. Nuestros espíritus se abatí:rn como Jero. Pe~e al empeño con que la tradición y
el culto católico a la~ cosas de la muerte siem·
si la muerte, que acababa de arrebatar al m~
bran de fúnebres atributos Jos sitios del último
ior de entre todos nosotros, ~oplase sobre ello'
reposo; pese a las proporciones ) formas que
a manera de un viento de tempestad para des·
la vamdad humana, estimulada por ciertos pre·
pojarlos de flores y doblarlos un instante ~obre
JU1c1os religiosos, da allá como aquí a las mo
las tumbas. Llegamos a la ciudad de los muer~ radas postreras, nuestros cementerios no con-
tos al caer la noche, bajo la lluvia, mientras el
sis<:en despojarse de la fisonomía risueña qu~
viento tironeaba las altas ramas de los árboles
les unpone su naturaleza de parques o jardines.
)' gemía lúgubremente asociándose al duelo.
~ uno de ellos .el mar azul cierra la perspec·
Perdonadme qut> evoque aquí aquella tarde y
t1va de los amplios caminos y parece pronto a
aquella escena para mí inolvidables. El mismo
ofrecerles a los que allí llegan embarcados ~n
asombro con que penetraba por primera vez
su ataúd, la oporturudad fantá~ti~ de un nuevo
viaje, también sin retorno. .
1) En el funeral cívico realizado en/el Tea Era ya entrada la noche cuando, acompa•
tro Colón de Buenos Aires la noche del 15 de
lebrero de 1928. (Versión taquigrafice) ñadoi por la poderoo;a ainfonía de la ijuvia y
CUADERNOS OE MARCHA
' 1
nutriernn los autores de la nacionalidad no hu· para emprender la tucna de clases con sentido
bieran sido cosa aprendida en lo~ textos y en
los ejemplos de afuera! ¡Cómo si la Revolución
v finalidad socialistas, halla aquí su razón de
ser no sólo en los problemas propios de lat
i
de Mayo no fuese hija de la Revolución Ame- sociedades de tipo capitalista, sino en proble·
ricana del Norte y de la Revolución Francesa! mas locales --<:<>mo el del latifundio, por ejem-
¡Cómo si las instituciones republicanas, los có- plo-- que no serán resueltos mientras la polí- 1
di~os políticos y civiles, las reformas educacio- tica nacional no se forje en la fragua de las
nales, las normas administrativas en estas na- aspiraciones populares con el martillo de la
ciones de América no fuesen copia -a veces conciencia proletaria capacitada para la clara
mala copia- de lo que en otras partes se ha comprensión de los verdaderos y supremos in·
hecho o se ha legislado! ¡Cómo ~i la organi- tereses del pueblo.
zación económica y social de estos países no
fuese una prolongación de la europea, con sus l
in justicias, sus inquietudes y sus defectos, ante De suerte que vemos ampliarse la signifi·
los cuales la faz crítica del socialismo como idea cación teórica y el alcance práctico de la
v la faz positiva del socialismo corno acción, doctrina al naturalizarse en este medio con e1
hallan la misma razón de ser que en !os países sello de americanicidad -digámoslo así- que
donde por primera vez una y otra se unieron le imponen los aportes científicos de la pode-
en la síntesis fecunda de pensamiento y acción, rosa intelectualidad de Justo y la contribución
de movimiento e ideal. que constituye v ca- experimental del movimiento social y político,
racteriza este gran impulso univer~al del pro- del movimiento de muchedumbres, que salió de
sus manos.
letariado consciente!
El doctor Justo no se limitó; por cierto, a
recoger en los libros una teoría elaborada en
Por otra parte, si la doctrina y la teoría Europa para hacer de. ella el armazón d~ un
al principio vineron de afuera. como de afue- edificio que habría de levantarse en suelo ame-
ra, después de todo. nos vino la civilización y ricano. Su disciplina científica le proporcio-
nos vino la cultura, e!lo no basta a viciarlas de naba un concepto vital y práctico de la teoría.
exotismo. porque no es exótico lo que ~guí que no permite adopciones artificiales, adapta-
encuentra atmósfera apropiada, lo que aquí vie- ciones no sometidas al contralor permanente
ne a satisfacer necesidades naturales, lo que de 'la realidad. "No creo conducente y genuina
aqw se naturaliza aclimatándose e incorporán- -escribió en «Teoría y práctica de la histo-
dose como elemento indispensable a la existen- ria»- sino la teoría que surge espontánea dP.
cia nacional. Nada es más argentino, má!: rio- los hechos". Con otras palabras es lo que mfa
platense, más amencano, que el caballo ese tarde habría de decir Ortega y Gasset cuando
atributo vivo de la personalidad del gaucho. dijo: "No hay más teoría que una teoría de
ese complemento esencial del centauro de vues- una práctica, y una teoría que no es esto, ~s
tras llanuras y de nuestras cuchillas, ese cola- simplemente una inepcia". Con la fuerza posi-
borador imprescindible del criollo en las cam- tiva de ese su criterio da a la acción socialista
pañas de la independencia y en las lides pací- guías mentales seguras que corresponden a la~
ficas del trabajo rural. Y el caballo no es hijo peculiaridades del medio; soluciones concretas.
de América. Es extranjero. Fue importado por prácticas y eficaces para los problemas del "hoy
los españoles; lo que no impidió que haya te- y aquí'', una de sus felices fórmulas verbale~ .
nido y tenga en los destinos de nuestras nacio- Pero tuvo asimismo la visión de las solucione~
nalidades y en todos los azares de nuestra vid:i llamadas a proporcionar al pensamiento y a
colectiva, tanto en la paz como en la guerra, los programas de acción del socialismo inter-
una misión importantísima de factor de patria nacional, virtudes realizadoras que significan
y de riqueza, un papel histórico de símbolo de encarnar prácticamente en hechos los postu·
la libertad y herramienta viva en las mano~ lados ideales. Conocedor profundo de la obra
del paisanaje. de Carlos Marx, tomó de ella para la direc·
ción de su pensamiento, la parte viva y univer·
"Comprendemos el Socialismo -dijo pre- sal, que combinó admirablemente con las su·
cisamente el doctor Justo en cierta oportuni- gestiones de Henry George para los problemas
dad- como un método de acción histórica pa- de la propiedad del suelo y de la política ím-
ra elevar al pueblo trabajador, sobre todo por posi tiva, sin desdeñar las inspiraciones aprove·
el esfuerzo del pueblo trabajador mismo, mé- chables de los grandes economistas ortodoxos,
todo de acción adaptable a cualesquiera con- que también estudió concienzudamente. Y he
diciones". Y la organización de los trabajadores ahí que 1us ideas propias, su concepción orie;i~
CUADERNOS DE MARCHA
maestros, que convenía hablar siempre de ella, determinismo histórico hace de la acción en
teniéndola presente en la observación de Jos sí una senda por la cual marcha la historia ha-
hechos y en la exposición de las ideas, como cia fines que el hombre no puede decretar
una guía luminosa del pensamiento sin la cual abstracta e idealmente, con el sólo imperativo
se anda a tientas en el cateo de las causas y en previo de su voluntad y de su concepto moral
la apreciación de los efectos. No aceptaba la o jurídico del progreso humano, que no son
máxima de Berstein, recogida por Sorel, de¡ fuerzas autónomas.
que el "objetivo final es nada y el movimiento Por eso Sorel, que pretende ser un penetra·
es todo". Sin negar la capitalísima importan- dor y vivificador del marxismo, coincide con
cia, aún más, la necesidad imperiosa del movi- Berstein en ése y otros puntos.
miento y de Ja acción, no los concebía con re- Del Valle Iberlucea aceptaba a Marx 1n·
lación tan sólo a inmediatos fines inconexos. tegralmente. No creía que hubiese en su sit-
No dejaba, por otra parte, de reconocer que tema ramas secas que debiesen ser apartada&
la acción misma vale como gimnasia para vi· para conservar solamente las vivas y lozanas.
gorizar organismos físicos o morales, músculos No sé que se haya nunca expresado tex-
o espíritus, fisiologías e ideologías. Pero creía tualmente en la misma fonna que yo lo hago
que el hombre no debía limitarse a elevar sus aquí. Quizás no se haya detenido en ningún
condiciones de vida y a hacerse más apto sin momento a puntualizar tan escuetamente esta.
preguntarse para qué. Un movimiento que sólo ideas. Yo las hallaba en toda la contextura de
tiende a la realización de objetivos cercanos y su pensamiento, a través de sus discursos, de
desarticulados, o por lo menos, no vinculados sus artículos y de sus libros, que desgraciada·
a una finalidad suprema, no vale como derro- mente no tengo a mano al trazar estas líneaa.
tero para conducir y orientar a los hombres: Ellas surgían de su manera de encarar la pro•
y los hombres sin derrotero son siempre jugue- paganda y de enseñar la doctrina o el método
te del destino. La humanidad necesita un nor- socialistas.
te y una brújula. El socialismo científico era Su ortodoxia marxista frente a la pos1cion
para su concepto una y otra cosa a la vezl Com- revisionista o semirevisionista en que otros se
prendía, sin duda, la fecunda incitación a obrar colocaban, con no menor dominio te6rico y
que encierra el conocido aforismo de Lessing, vigor intelectual que él, sólo marcaba entre unos
quien decía: "Si un dios tomase en una mano y otros una diferencia de matiz metltal que
todas las verdades y en otra todas las virtudes no podía reflejarse profundamente en la acción.
1
necesarias para descubrirlas, y preguntase al Porque ésta se realizaba sobre planes comu•
hombre cuál de ambas quería que abriese, éste nes en cuya concertación el amor a la causa
debería escoger Ja segunda, pues los esfuerzos de los trabajadores se traducía en una perfecta
para alcanzar la verdad son más fecundos y unanimidad de puntos de vista. Con su marxis·
bienhechores que la verdad misma". No ne- mo de una sola pieza fue al Senado, donde con·
gaba la función histórica del "élan" bergsonia- siguió, entre otras cosas, hacer aprobar una
no. Esta función Sorel Ja veía bien interpreta- de las leyes más benéficas y sabias de la legis.
da en la máxima del " revisionista" Berstein. ladón social argentina: la del trabajo a domi·
Porque ella sintetiza una .filosofía de la acci6n cilio. No se debatía, pues, en abstraccionet
1
política y social que como la filosofía de Berg- doctrinarias que lo apartasen del laboreo co·
son, tan cara al fundador doctrinario del sin - tidiano para Ja cosecha del progreso incesante,
dicalismo francés, "no se ocupa ni del punto reteniéndolo en las concepciones revoluciona-
de partida ni del punto de llegada de las cosa~ rias de largo ademán y a largo plazo.
cambiantes, sino de las fuerzas que a cada ins- Siguiendo a Marx daba a las conqwstaa
tante hacen inclinar el movimiento en el sen- de la legislación obrera y social toda la impor·
tido que se comprueba". Pero Del Valle lbet- tancia que tienen como elemento de la "evo.
lucea juzgaba funesta Ja despreocupación de los lución revolucionaria" en cuanto traducen •
Cines (1ltimos o el descuido sistemático de la impulsan el proceso histórico y contribuyen a
precisi6n y clarificación de los postulados fi- la capacitaci6n revolucionaria de las masas pro-
nales. ductoras.
Es curioso advertir cómo está más de acuer- Su obra fue una comprobac16n de aquel
do ·con el sentido íntimo de la teoría de Marx concepto de Kautsky, según el cual Marx con•
esa idea de que "el movimiento es todo", lema cilia en una unidad más alta y perfecta, aque-
del revisionismo, que esa otra de no perder de llas dos corrientes que para Berstein pugnan
vista los objetivos supremos, esgrimida por los por preponderar y sobreponerse en el c::omple
doctrinarios marxistas ortodoxo~. Porque ~1 jo hist6rico del socialismo moderno: la cons~
llj
truct1va ele emanc1pac1ón por la urga111Zduu11 la comidi:r.. Lió11 debida a qu1eues, ey uiHJca<lu~
económica, y la destructiva, de eiua11{,1¡.Mci0n o nu, }Ju11t11 junto a la i.inLeiidad de su~ µala-
por Ja expropiación política b1 ..~ una doblt:: re~pomab1lidad 111emal )' rnu-
l"al que es por ~í -sola tuda una fuc1 t.a Je!
c,píritu.
El llamado ..problema de las mter'laciona-
les.., le sorprendió en esa crisis espmtual de iuigg·i F obb,-i llJ
que, poco o mucho, participaron todos los so-
Yo
cialistas sinceros ante el acontecimiento de la debi,•1 a, si íue~c c:ip. t:z de ello, 1eqmtar
revolución rusa -gesta del proletariado que en e~ta 1euuión tri~tt: y ~i lenciosa una pa·
se levantaba en el oriente europeo como una labrd tan ]Jura y transparente como un rayo
esperanza para la clase trabajadora del. mun
do-- y ante el fracaso de una Segunda In ler-
de ~ol, pald qut: htt".>f' digna de este ..:,y.ii1 '.tu
iudo pureza, todo Luz, que acahri <le extm-
nacional que la guerra había arrollado de u11 ·~11i rse de piunw rc.mo u11 asir.o 4ue se ap;iga
soplo enrolando sus diversas secciones en las inc:speradamentP t:n d cenit de su caire1 ¡¡ . LC\
filas de todos los ejércitos combatientes. extraordinaiia mode5tia de este homb1 e tan
El problema que vino en una hora tuntst<i bueno y tan sencillo, no toleraba en :vida f'l
ae la historia del socialismo )' del movimiento .!nfa~is de lo~ ditirambos, } por f'~u se1ía ju~to
obrero, a dividir la fuerza de los partidos so- c¡ue ante su lllUe1 te el elodo s.1picsc: c11co11t'. ~1
ciahsta'S y de las organizaciones gremiales, hizo Id.· fonu:ts m.'is t1<.1b~c- y más altas de expres1011
vacilar su fe en el método de la conquista di: en J 1 rná~ perfecta ~encillez, para aconsunan-
la democracia sodal por la slinple democracia ld.1 se con la sdección espi1 itual que era la ca-
política. Pero el sentido de la unidad p~rtida racte1ística de este amigo inohidable
ria era en él tan profundo como su sentimien- Y he ahí que lu c¡ue debe decirse ante Lodo
to del deber. Además, comprendió, sin duda, ..:ua11do ~e h.,bla de Lui3'gi F:1bb1i es que pt "~
que siendo las actuales posibilidades de acción , ~1i mode~ti a, a su senollez, a su i11genu1tl, d.
dentro de la demociacia política i.nnegablemen· :i. su timidez de niiío grande, 1,;fa poi 'u ' Jda
te útile~ a los fines últimos del socialismo, i.e- y µor su ob1 a un e>tandar e f narb_ol· ~o yu1•
ria mcida, ha~ta desde ese punto de \·Ísta. 1rernolaba sob1 t' nue>tra, '-abezas ~'"nalanJu 10~
1acrificar dichas pos1b11idades para ent1 egarse el rumbo ele la supernci611 espiritual v <lt' los
a un impacientismo revolucionario con vistas sact ificioi; lionrnso~ .
al dogma soreliano de la violencia. Y o expci !Illemo Ja .. marga emoci<'.111 de l) ue
Y he 'lquí que habiéndose celebrado en m1e~tra ciudad 110 haya sabido v:llorar todo lo
~stos días un congreso inte1 nacional socialista yue representa Luicrgi Fabbri co1110 v,1)or es-
en París para tratar los medios de combatir piritual e intelect11al; qu.~ lo lia)'-a dnj:ido ir~t::,
al fascismo y de prevt:nir la monstruosidad pro- esc<1.pársele de emre la~ manos si11 ~4uilatarlo.
bable de una nueva fSUeH.l mundial, yo pienso Que ni siquiera haya tenido una nurada ~a1a
cuál seria la posición táctica de este amante ·~te ~ortejo. c>k u>rtejo fúnebre de lu. amigos
iervoroso de la paz <le: los putblos, que cifrab.:i yue traíam;>s sus 1 e.tos 1001 tales a .esta. última
en el triunfo del sociali~mo todas sus vivas es- morada para· gue dt.>carue en la 111fii1Ha pa7.
peran:zas de redención humana. Yo lo veo in- de Ja naturalt:za, de tar1tos dolores, de tanta~
flamarse en la idea de una gr-an alianza de amargu1 .~s, ele tanta~ luch ••, de t.rntos contra-
todas las fuerzas revolucionarias del proletaria- tiempos corno ,oportó ei1 la infjnita i,:111•rr:< de
do para; atajar la conflagrac1ón, para contene1 l..1. socied.. d ' de los lwn1l• i e~.
1a ofensiva fa~cista en Europa y en Arnerica, f .!t"'Ó ha~ta TIO~OlrOS Ull buen día Ct>!I 1.1113
v para U' preparando las masas obreras a hacer •urcola' intelectual cnv1cliab!e, con una aureola
sonar, a ~u hora, la ho1a de ia sociedad socia- de mae~tro en ciencias ,ocia'.e~, de reputación
lista, en cuanto la ola de la reacción retroceda mundial; con la aut'eo'a de maestro reconocido
~enciela, y el annazón de hierro de los fascis- y consagrado de l4 doctrina ana1qu:sta,. que
rnos triunfantes se derrumbe. t.'Xplic'lh.1. que Ínierpret;;J,a, •lllt! profund17: ba
Me parece volver a verle ame una asan,. con la claridad de su talento, con su vast1 1lus-
blea, haciendo flamear con su verbo cálido y iración }' con su pluma de un estilo impecable.
abundante y su gest0 tnbun:cío, esa exhort::i- ................... ....... . ................. .. ~
/.
~craci.6n fervotO';ta& • la celebraci6n <le ..u mag· de espaldas !lacta el c1e10, en el corazun <.1·;;
affico arribo a lOI 80 años. selvas hospitalarias, y que el viajero descubre
Úna vida tan fecunda y noble como la de de pronto con a~ombro.
rruestro grande amigo es siempre un soberbio La austera fisonomía del luchador inflexi
..,pectácuJo. Con los ojos del espíritu lo con- ble en la tensión permanente de su carácter
~emplamos en un día como éste, conmovidos y y de su personalidad "de una pieza" frente a
reconfortados, dejándonos penetrar por la be- la corrupci6n, a la impostura, a la cobardía
Ueza moral que despliega y la enseñanza pro- moral, a la ambici6n mezquina, al cinismo di-
funda con que nos alecciona y nos levanta a Jolvente, y en su batalla de todos los días con·
1'9 alturu desde donde se abarcan los más tra los políticos sin escrúpulos y los gobernar
.uiplios horizontes y se respira el aire puro tes que deshonran su nación esclavizando y
de los ~b generosos ideales humanos. humillando a su pueblo, queda presente pero
Llegar a viejo y vivir muchos afios no e~. como retirada en un plano de reserva, cuando
por sí solo, un mérito ni signüica otro triunfo nos acercamos a él confidencialmente, sobre
que el relativo y precario del organismo con- todo cuando podemos penetrar en Ia sencilla
rra el tiempo. Mérito y grande es, en cambio, mtimidad de su vida, tan pura, en la que en-
llegar a viejo con la antorcl.ia de la juventud tre infinitas preocupaciones y cotidianos traba
"'9piritual encendida, después de haberla man- jos de la mente, entre las actividades porten
r.enido siempre alta en el puño indoblegable tosas de su militancia pública, halla sitio hol
y vivir ochenta años densos, preñados de tra- gado para las solicitaciones de su ternura fa.:
bajos y obras, en el cuno fluvial de una exis- miliar, cultivando conmovedoramente su 'oca
lencia que ha sido una ininterrumpida labran- ci6n de abuelo y su inagotable cariño fraternal
'1& y giembra, toda una incesante y esforzada
1unto al hcnnano enfermo.
prodigalidad de esfuerzos renovadores y cons-
1·ructivos, creadores de civilización y de cul- Artesanfa del afma
rura, en campos ganados por el golpe metódico Ese modo de ser, ~a capacidad para labrar
y tesonero de las nuevas ideas, de las verdade~ 3u persona con cuidados de artesanía del alm..
tecundas, de la razón esclarecedora, al ma1 en el perfecto equilibtfo de todas sus faculta
de la barbarie, del atraso, del engaño, del pre des y de todos sus sentimiento~, es acaso lo quP
juicio, del s6rdido interéA de- clase y del ínju.. le ha deparado esta gloria de llegar a los ochen
to privilegio pc~nal ta años en plena juventud.
Doble juventud, sin duda, porque se exp1 e-
Como las montañas sa en el entero vigor simultáneamente físico ~
espiritual, con el cual se mueve, a sm año~
Suele decirse que los grandes hornbre:s ~on por la vida, con gallard1a y arrestos de joven,
1·.omo las montañas, que sólo mirándolas des- tanto más efidente en el ejercicio de sus ener·
de lejos nos entregan la percepción cabal de: gías cuanto que éstas son, ahora alas de un~
~us dimensienes topográficas y la impresión po insuperable madurez de la int.eligencia, dotada
derosa de su verdadera magnitud. Pero tra- así de un sexto sentido que reúne los otros cin
1 ándose de un hombw: como nuestro recio, fo1- co y les agrega la virtud de regirse certera-
midable y al mismo tiempo bondadoso y afee· mente a través de lo que todavía no es, y hacia
tivo don Nicolás, uno recuerda esas montañas un fin que está más allá y por encima de ~u
tan sabiamente descritas por Eliseo Reclus en propia persona.
un libro clásico, cubiertas de espléndida vege~ Y es que su recalcitrante juventud es do-
tación, cargadas de bellos paisajes imprevistos, ble, precisamente, porque ~e af)nca v enraíza
L<>n grutas recoletas, con torrentes bullicios~ en el ideal; porque su confianza en el idea! )
y fuentes murmurantes que corren alegres ha· en el porvenir, lejos de haberse desgastado con
da el plácido valle, con sorpresas de maravilla, el andar del tiempo y con los contratiempos
con escondidos lagos transparentes v tendid~ de la historia en esta última década, más que
mantenerse incólume, se ha robustecido.
La misma lucha que sostiene en torno de
.Los originales habian lido hallados en un bol la llama del socialismo en su pais para que se
:aillo del sobretodo que la policía revisó al alla-
nar la pieza del hotel, y como se le preguntara conserve y crezca en medio de las voluntade!
qué dedan esos originales, el autor e.provechó y fuerzas que se proponen apagarla, fortalece
·oara leerlos ante la atención silenciosa de tan en su corazón la adhesión impertérrita a Ja,
éxtraño auditorio. El hecho fue muy comenta- ideas socialistas y al partido glorioso que la•
do en su oportunidad en amba.!! márgenes dei
Plata. "':nearna y propugna.
Y nuentras el tervor de su contienda 1o no pens6 jamás en quejarse. La dnlca noticia
adhiere con el tribuw de sus manos ) de sus que dio de cómo lo pasara en la cárcel fue la
palabras, que son hechos, al mástil de ese ideal, de que el silencio y la tranquilidad de la celda
también intensifica en su cerebro la claridad le curaron de su gripe y de su constipado •••
de la razón en que se basa, y le hace ver hasta Con hombres así no pueden los dictadores.
el fondo de la convulsionada realidad histórica tsa es la más reciente lección que don Ni-
donde navega insumergible, como el arca de colás nos ha dado a todos, pero especialmente
la leyenda bíblica. Porque .ese ideal es hijo de a los jóvenes, en quienes confía y a quienes es-
los diluvios y ha nacido para superar todos los pera a su lado, compartiendo sus afanea de
oleajes y conducir la humanidad, aunque sur- porvenir.
Jª la tormenta y fulgure el rayo, a los montes Porque si los paganos creían que el porve-
donde florece el árbol de la paz bajo el arco nir descansaba en las roddlas de los dioses, no-
iris de la eternamente renovada esperanza. !Sotros sabemos que descansa en las rodillas, en
las manos y en el espíritu esclarecido de loa
El mensa(e de estos hombres jóvenes dignos y conscientes de su misión en el
curso histórico de las generaciones.
Por eso hombres como él deben vivir y tie-
nen que vivir muchos años. No sólo los nece· Un saludo a los muertos y a los vivos
sita el Partido Socialista de su país; los nece~
.sitan los de todos los países del mundo, rnbre Compañeros y ciudadanos:
todo de América. Los necesita la juventud de Para un hombre de mi sensibilidad venir
la Argentina y la del Río de la Plata y b de· en estos momentos a Buenos Aires es toda un&
todo el continente americano y la del mundo ritualidad religiosa. Los peregrinos que van a
entero. Porque si las juventudes de estos tiem- la Meca no experimentan mayor ef!1oci6n que
pos traen en algunos mensajes que no siempre la mía. Porque vengo a ponerme bajo el techo
son, al menos por sus proyecciones inmediatas, de la Casa del Pueblo, templo laico del Socia-
de justicia y de libertad, estos altos maestros lismo, donde el recuerdo y la imagen de Juan
de sano realismo y de idealismo auténtico B. Justo, de Del Valle Iberlucea, de Mario
--que no son incompatibles- renuevan todos :Bravo, de Ángel V. Giménez, de Alejandro
los días con su palabra vigorosa un roensajt. Castiñeira, de Francisco Cúneo y de muchos
de libertad y de justicia. otros constructores d e esta patria espiritual
que es para nosotros el Partido Socialista, pre•
Una anécdota siden como númenes las fervorosas asambleas
y los abnegados trabajos. Y porque vengo a
Y d , cuya ' vida y cuya obra es una ense- ponerme en contacto con el cuerpo y el alma
ñanza palpitante a quienes están en edad de de este grande y glorioso partido de los tra•
recogerla, para dar ejemplo a los Jóvenes bajadores argentinos, y a dar mi abrazo fra·
actuó incansablemente, sin desmayo; recorrió el ternal a ilustres maestros de la democracia y
país, subió muchas veces a la tribuna pública, del socialismo que sostienen una brega heroic¡a
dictó medulares conferencias haciendo el análi- en defensa de nuestros ideales comunes. Por•
sis documentado e implacable de la situación que vengo a echar de meno~ en el ámbito de
política y de la marcha del gobierno. Por no sus actividades a compañeros eminentes que
haber cejado en su campaña admirable, fue re- andan prófugos, y vengo a ver si puedo acer•
ducido a prisión, lo mismo que otros destaca· carme a estrechar la mano, a través de la1
dos compañeros de ideas y de luchas. Se les rejas, a Jacinto Oddone, elevado con toda una
mantuvo seis dias incomunicados y se les en- vida de trabajo, de.lucha y de estudio, en que
carceló sin darles ninguna explicación. El ilus- el obrero manual había des@lffibocado en el inw
tre anciano fue enfermo a la penitenciaría, ata- telectual de fuste, autor de notables libros de
cado de gripe y con un molesto resfrío. So- investigación y exégesis histórica y sociológica,
portó con emocionante estoicismo el duro ré· elevado por la dictadura a la categoría de sím·
gimen carcelario de la penitenciaría, y míen· bolo y paradigma del trabajador ciudadano
tras pudo creerse que esa desconsideración po· que defiende en el sindicato obrero los fueros
licia! le resultaba una penosa· contr~riedad, nos de la independencia contra las ingerencias· del
enteramos de que él, que, por oµ:a parte, n<? poder. Y porque vengo a estre~har asimismo
era novicio en tales azares, ¡:iue5 hab.ia sufrido las manos de "¡::uantos camaradas comparten IU
prisión de muchos meses bajo Ja dictadu.r a de ,.uerte de procesados por una misma causa.
Uriburu, y algunas otras en diversas ocasiones, Ante ese panorama c.J.e tristezas y amargu•
ras don Nicolás llega a sus ochenta años fuer- piritu, fecundo y fuJgurante, y esa desaparición
te y confiado en el desenlace de "la lucha fi- significa una desgracia muy grande para todos
nal". . nosotros, porque empobrece nuestra vida v
Alienta a todos y a todos nos da ejemplo. apaga un astro en nuestro firmamento.
Con mirada avizora aguarda el porvenir
que todos los días contribuye a engendrar sem- En la historia literaria del Uruguay, Ma-
brando, infatigable sembrador, semillas de re- ria Eugenia Vaz Ferreira ocupa un sitio que
denci6n y de luz en el alma de su pueblo. no puede serle disputado por nadie. Es crono-
lógicamente nuestra primera poetisa. Es la pri-
mera voz femenina que se alza en nuestro me-
dio con un claro timbre de lirismo noble y
María Eugenia <1i puro, tan distinto del acento balbuciente y opa·
co de quienes hacen versos sin poesía. Antes
que ella, otras mujeres hubo, muy pocas, que
M rm a
E sobrecoge la responsabilidad de poner
este acto en el que acabamos de
escuchar voces tan elocuentes y conmovedoras.
cantaron, pero sin conseguir poner en el coro
de poetas de su tiempo, una nota saliente e
¿Qué podría decir yo ahora que fuese digno inconfundible. Ella hizo oír por prir,1era vez en
de esas voces y de la inteligente atención dy la lírica nacional un hondo y desnudo grito de
este auditorio? Sólo me queda dejar hablar sen- mujer, abriendo la senda por donde habrían
cilJamente a mi corazón. de lanzarse con más audacia y más avasalla-
dor impulso instintivo, aunque no con más con-
María Eugenia Vaz Ferreira se tue de la ciencia artística, otras jóvenes musas naciona-
vida inesperadamente, sin que muchos de sus les. Surgió cuando tras Zorrilla de San Martín
anúgos pudiésemos acompañar sus restos hasta y Roxlo, cuyo estro romántico, reaccionando
la tumba. ¡Triste destino el suyo! Siempre es sobre la chatura anterior, marca una época
gran desgracia morir joven cuando se ha na- brillante de Ja poesía uruguaya, una nueva ge-
cido con dones de excepción que podrían aún neración de poetas venía a renovar formas y
deparar -el tiempo mediante- los mejores ritmos. Hubo· en esª generación quienes, ro-
frutos de oro para las cosechas del espíritu. Y deando la destacada figura de Herrera y Reis-
ése es el caso de María Eugenia. Murió en ple- ~ig, el mayor de todos en edad y potencia crea-
na juventud; su barco encalló en las sombrías dora, hicieron flamear en son de guerra lo~
costas de la muerte cuando aún llevaba las estandartes suntuosos del modernismo, adop-
velas ampliamente desplegadas, abiertas como tando la paternidad de Rubén Darío, de Ver-
alas al viento de la tarde, antes de la hora cre- laine, de Samain, de Laforgue y siguiendo las
puscular en que los barqueros buscan el refu- huellas del argentino Lugones. altos númenes
gio de las ensenadas tranquilas y dejan caer que en el cerebro de Herrera y Reissig se trans-
lacias las lonas de los mástiles como brazos fa- figuraban como metales preciosos en un crisol
tigados a lo largo del cuerpo ... Antes de mo- de alquimia .y salían transformados en sustan-
rir del todo, unos meses antes, la había apar- cia de nuestro poeta, en un nuevo metal para
tado de nosotros esa ola siniestra que bate a la impresión de su propio sello característico
intervalos el cerebro de ciertos elegidos procu- Otros, acaso los más jóvenes, hacían su obra
rando el instante de abandono o de cansancio sin enrolarse en capilla alguna, pero renornndo
que le permita arrebatar traidoramente un es- también de verdad el espíritu y los modos de
píritu hacia los · abismos de la inconsciencia, nuestra poesía. Entre éstos, María Eugenia Vaz
donde- se disuelve y extingue la personalidad. Ferreira, diestra amazona de Pegaso, Walkyría
Y eso es, sin duda, más triste todavía. si h~ cíe delicada y soberbia, hacía oír su canto de ju-
aer irremediable y definitivo, que la misma ventud ; v casi en seguida, otra gran poetisa,
muerte total. Pero no pensemos que ésta ha dP. una adolescente genial. Delmira Agustini, se
ser saludada como una liberación o tolerada lanzaba tras ella en un vuelo magnífico que
como una terminación prevista y hasta desea- fue asombro y maravilla de las almas especta-
ble, cuando lo que consideramos es la desapa- doras
rición, en una u otra forma, de un bello es·
Delm1ra Agusnru en una como embnaguez
de sinceridad femenina, desnudó por completo
(1) Version taquigranca. Discurso pronunciado su alma amorosa y produjo en los ojos atóni-
en el acto conmemorativo celebrado en la tos el deslumbramiento de Friné, sagrada e in-
Universidad de Montevideo. Este discurso fue
transcrito en "Repertorio Americano", de Costa tangible en la sublime impudicia de su belleza
Rica (8 de marzo de 1926) sin velos. Ella se atrevió ~ decir con estupenda
exaltación lo que las poetisas habían callado valor de su obra. Hoy ya no tienen 1tnportan-
hasta entonces. Realizó en el campo de la poe- cia sus dudas y vacilaciones. Allí están SUI
sía una revolución política, una afirmación versos. Sus dudas no alteran el ritmo firme de
enérgica de feminismo literario por la cual esas estrofas que por encima de ella, abatida
quedó proclamado el derecho de Ja mujer a por la muerte en mitad de la vida, siguen R
expresar, como el hombre, las más recónditas vuelo seguro a través de las almas con ~a ..
inquietudes de su vida sentimental, los estre- ardiente carga de afanes espirituales que M
mecimientos reales de su sensibilidad y de su agitan como llamas al viento en la atmósfera
carne, la confesión de sus vitales ansías de de la inspiración creadora del poeta.
amor y de la turbación alucinante de sus sen- En esas estrofas vive la esencia inmortal,
tidos. Ella gritó todo eso con una exultante contradictoria y única de esa extraña muj•
osadía y una fuerza inesperada. Pero injusto que al lado del culto pagano de la belleza en-
sería desconocer que, precediéndola, María cendía en su coraz6n la lámpara votiva de lCll
Eugenia Vaz Ferreira había dicho su palabra fervorosos cristianos, y cuyo espíritu record&·
de mujer iniciando esa tendencia a la s,inceri- ba, por lo mismo, a una de esas epopeyas del
dad de la emoción femenina, que la otra habría renacimiento en que la fantasia del poeta me>
de llevar a las más intensas expresiones con ciaba los dioses gentiles del olimpo con las
el arrebato erótico de su estro. Además, ¿quién figuras de la leyenda cristiana, haciendo al-
podía aventajada en hondura reflexiva de pen- ternar a Venus o Minerva con la Virgen M ...
samiento poético y en trascendencia espiritual, ría y a Apolo con Jesús.
a ella que había sabido aliar, en alguna de
sus composiciones más características, cierta Ya han hecho notar aqui la! oradores que
gravedad sentimental de estirpe germana -con me precedieron, que hay en sus últimos tiem-
algo de Heine y de Goethe- a las líneas seve- po~ un leit-motif wagneriano, una invocaci6n
ras de una forma casi parnasiana? predominante al silencio eterno, al sueño sin
Cantó gallarda y serena su admiración de fin. Clama por su "hermana" la Noche y pide
mujer al varón fuerte que supiese clavarle en el regazo de la tierra para echarse en él a
el pecho su oriflama de conquistador. Ya ha- descansar para siempre. Ese sentido y ese afán
béis oído el vigoroso soneto que tan magistral- de eternidad que puso en todos sus versos, te
mente recitó hace un instante el doctor Pando. vuelve casi obsesionante en su~ últimas compoe
Nadie, tampoco, ha dejado como ella la siciones.
imptesión atormentada de una inquietud pro- Ya está en ese regazo. La "hermana No-
funda bajo la serena majestad de los contor- che" le ha dado "la eternidad de su silencioH,
nos estatuarios. El doctor Schinca nos ha re- que ella le pedía con el canto más puro lan-
cordado aquí, muy oportunamente, que había zado a los aires por ru maravilloso "árbol noc-
pensado titular Fuego y mármol su libro, este
turno", como ella llam6 a su propia alma so-
libro cuyos originales no dejó caer de sus ma-
nos celosas hasta que las aflojó la muerte; y ñadora e insomne. Y ahora sólo nos queda in-
ese título expresa bien la característica indivi- clinar con pesadumbre la frente porque ella
dual de su noble poesía. Noble poesía -eso pasa ya ante nosotros, tendida de espaldas, mi-
es- por la elevación de los temas -el Amor. rando al' cielo, sobre el silencioso carro de la
la Belleza, el Verbo, la Noche, la Vida y la Noche, que está hecho de sombra, pero se des-
Muerte- y por el tono austero, la dignidad liza incensantemente por los caminos del espa·
clásica de las imágenes y la magistral aplica- cio y del tiempo sobre las ruedas luminosas de
ción del léxico, que sus manos pulsaban como las constelaciones.
un arpa, arrancándole sones graves y podero-
sos cuya vibración envuelve los sentidos y la
Y de hoy más, al levantar nuestros ojos a
mente en una onda de sugestiones infinitas. Su la bóveda nocturna, nuestro pensamiento no
voz, algo sombría, traduce angustias hondas, - podrá menos de volar hacia la po_tttisa muerta
mientras los versos se alzan con cierta fuerza que pegó sus labios febriles a la anCha copa de
masculina, imponentes, augustos y terriblemen- la Noche para embriagarse de silencio y apu-
te castos como las estatuas pensativas que ve- rar hasta las heces el vino quimérico de la•
lan con su sombra de eternidad el misterio in- estrellas sonámbulas.
finito y el sueño inviolado de los mausoleos. Entretanto, apretemos sobre nuestro cora-
. .. . . .. . . . . ' . . . . .. . . . . . . . . . . . .. .. . . . . .. . . zón su recuerdo y que él nos sirva de amule-
La indiferencia de que se creyó objeto, la
to en nuestras andanzas por la belleza y por
desconcertó un instante y la hizo dudar del
el ideal.
CU~DERNO~ O~ MARC~A
lic1ale:> desconcertadas, mal db-pues~as a inten- prueba moral cab3 aJ puebTo una lección heral-
tar una débil defensa. ca de entereza y pureza de conducta.
El levanta..'!liento, acaso tardío, y al mismo Y cuando empeñado en llevar al pueblo a
uempo precipitado, del mes de enero de 1935, una acción armada chocaba con el esceptl•
demostr6 que no se equivocaba en cuanto con- cismo de gentes entregadas y sanchescas que
fiaba mucho en la !ncapacidad del oficiahsmo acaso sospechaban en los políticos desalojadOI
para defenderse, pues luego se supo que en lm el móvil pequeño de recuperar para sí 12.!l poco
nrimeros días había. reinado en las esferas ofi- siciones perdidas -sin querer advertir que a
ciales, en las jefatura:; de campana, en el pro- cualquiera de e!!os ks -b.astaba sifonciai' tom.
pio ejército, un desorden y una nerviosidad sólo sus protestas para verse colmados de f m~
capaces de haber dado por sí solos tiempo al vores- hubiera podido evocar el recuerdo de
enemigo, si éste hubiera obedecido a un plan aoue! episodio de
Ia política francesa narrad~
· de ataque bien estudiado y mejor dispuesto pa- p¿r Ví~tor J,Iugo: Era en momentos en QUfl
ra obtener auxilio bélico y ayuda efectiva por un golpe de estado, el de Napoleón "el peqÜG<>
parte de la población del país. ño" acababa de disolver el Parlamento, pro-
Aquel puñado de valientes no encontró e! vocando una sublevación de los partidarios de
clima de fervor cívico y de espíritu de sacriw éste, que habían levantado barricadas en algu,
ficio que pudo creerse existía para sostenerlos nas de las calles de París.
en su demanda. Esos parlamentarios recibía..tt una indemfli..
0
•• 44' •• •• ........... "'" ..... e.e ..... o>o "" ""' •• :zación diaria de 25 francos.
Por eso Cortinas, en el desrierro y después Un d iputado, que con un puñado de aml-
del destieno, conspiiaba. , gos defiende una barricada, al ver pasar un
Su pai tido había proclamado una y otra vez ciudadano a cierta distancia lo exhorta a ocu-
Ja abstención ante las urnas. y él no podía par un puesto a su lado, pero el ciudadano le
ndmitir que abstenció1~ significc1.se inactividad. responde cor> sarcasmo: Defiende tú tus 25
francos.
Se hallaba en Porto Aleere cuando se pro-
dujo el alzamiento de Enero y como se apagó Y el diputado entonces le contesta: -Puel
p1 on to el futgo de la i!isurreccíór, no llegó a :ven a ver como se muere po. 25 franco~.
tiempo para incorporar.;c a las breves fila~ Y tomando un fusil se encarama 50bre
revolucionarias. la barricada y hace fuego, paia caer de inm..,
Su participación e!l e5os sucesos le valió un diato acribillado por las balas del enemigo.
nuevo dcstie1ro. Un gesto parecido, salvada la diferencia d
Y así pagaba su ciburo a la inquietud cí- escenarios y de accíón, era el de este hombre
vica esforzada, que buscaba para su pueblo que soñaba con levantar barricadas del pue•
las más prontas sa!idas del impasse de arbitra- blo frente a los soldados del régimen, sacrifi•
riedad y opresión en que había caído. cando su comodidad, su salud y hubiera sa.
A mi me tocó saludar y tstimular desde e ificado su vida (alguno& la l'acrificaron, ett
la Cámara -en plena Asamblea General- el efecto) en el ans~a de no dejar sin castigo la
gesco t.lc los valerosos ciudadanos que se arro- usurpación arbitraria y de ver abiertas cuant~
j,iron a los campos a desafiar JJ,, armas dt un antes las .,ía, salvadoras de la Jegalid~d d
gobierno ilegítimo, para que un senador, ya mocrlitica
1allecido, me interrumpiese diciéndome que .. • .. o • • o ... • • • • • • • ..
(
'
meditación y de ensueño que dura por encuna ttado por una enfermedad implacable. A no~
de las ondas de un instante y continúa todavía meses de llegar cayó en cama, golpeado por
su viaje hacia el ideal aunque las ondas de sus terrible hemoptisis. Le hablé al doctor Narancio,
días se deshicieran cada tarde en los sangrientos entonces mi amigo, para que lo viese en el hotel
brazos del crepúsculo. El más banal de los he- Piaza Bianchi donde se alojaba. l?.l estaba muy
chos le daba motivo para plantear los mas in- agradecido a las atenciones desinteresadas qu~
quietantes problemas y abordarlos cou es~ su el doctor Narancio le prodigó. Allí íbamos a
filosofía tan personal que es una desconcertan· verle sus pocos amigos y entre éstos, el má~ asi·
te mezcla de escepticismo y de fe. En torno del duo. José Peyrot, uno de los más bellos coraw-
hecho, por insignificante que fuera en aparien- nes que he conocido jamás y que sentía ado•
cia, acumulaba las más agudas reflexiones, rt· ración por Barrett, que éste le retribuía con afee.-.
montándose del guijarro a la estrella, del 'áto~ to de verdadero hermano. Yo los había aproxl•
mo al universo, de la exclamación de un miío mado y me estremecía viendo como esos dot
al porvenir de la humanidad, del ademán de un hombres, ambos muy enfermos, se aprestaba.n
anciano al misterio de la vida y la muerte, a a marchar juntos por la vida mirando o;ifl pea·
través de sentencias inéditas, impregnadas C.e tañear a la muerte, que se les acercaba. A me-
un humorismo sutil de amargo y triste dejo. El nudo departían sobre temas filosóficos. Peyrot
sarcasmo ríe a menudo en el fondo de sus fra. era un teósofo ardiente. No trataban de r.on-
ses, siempre concisas y certeras, semejantes a vencerse; pero discutían con entusiasmo y no
piedras que dan alegremente en el blanco v de- siempre estaban en desacuerdo.
jan al golpear una resonancia de sugf'~t1ones Del hotel hubo de salir, porque al saberse
en la mente y el corazón. Porque fue sobre to· que era tuberculoso le pidieron la pieza .. . T\I·
do un humorista. Su ironía no es la de Anat0le vo que ir a asilarse a la Casa de Aislamiento,
France. Tiene una an!!'ustiosa actitud; pero U!e y no dejaba de escribir. Continuaba remitiendo
hacía siempre el efecto de una herida abierta. con intermitencia sus notas a "La Razó'l" y 11
a través de la cual se descubriese una santa ],¡z escribió unos cuentos que vieron por primera
de bondad, de esperanza y de amor. Su ronri~a vez la luz en "El espíritu nuevo", una revista
es terriblemente demoledora y corrosiva ; pero dirigida por mí. De allí salió mejorado y ooco
tan solo de las !=Osas malas y feas, porque hay después volvió al Paraguay, a ver a su e~pora
debajo de ella un corazón rebosante de ~enero· e hijo, para retornar y emprender su viaje a
sidad y de recalcitrante idealismo. Europa, que fue su último viaje .. , Al embar•
Pero mi objeto de este artículo no es dP. e~· carse acaso presentía la proximidad del fin Me
tudiar a Barrett sino relatar cómo, en qué cir- abrazó muy triste, y respondió a las palal:>raa
cunstancias trabé con él conocimiento personal. con que yo trataba de infundirle optimiRmo.
Dicho queda. Llegó un día a mi casa, m~ dijo con frases de despedida que me cayeron romo
quién era, le abrí los brazos y desde ese mt.. lágrimas candentes en el corazón. Me sonr!cS
mento nuestros corazones no se separaron ya. por última vez en su camarote con aquella .111
No tardó en confiarme el fondo de su alm:i. sonrisa abierta, bañada en suave luz de hon·
Me habló muchas veces de sus grandes amo- dad, de tolerancia, de perdón y de afecto. Vol•
res -su hijo era el más grande- y poco de ví a ver al Jesús de las estampas. Y no volvl
sus dolores y tristezas, porque no le 15lllltaba a vede más.
ofrecer el espectáculo de sus llagas, ni siquiera ("La sensibilidad americana..,
de sus cicatrices ••• Pero le vi sufrir. Venía mi· páginas 203 a 209.);
·:·.
, J j
CRONICAS DE VIAJE
(DEL LIBRO "DE MONTEVIDEO A MOSCU"l
t
0ueden evolucionar, probablemente. toda~
f,,n plriyas afri.rann.~ 1
as grandes escuadras actuales.
En uno de nuestros botes a motor nos
Entretanto nuestro barco segu ía su mar- trasladamos a la ciudad, construida en 1o
cha y Lres quilómetros más adentro de la ~lLo del Lerraplén. Para llegar hasta ella
bahía arrojaba el ancla. Numerosas embar- oesde el embarcadero y las instalaciones del
cuc iones no::; rodeaban. Casi todas ellas tan Resguardo y la Aduana es preciso ascender
bie11 defeltdirlas como la nuestra, y alguna., por unas anchas escaleras labradas en el
irás todav1a Había allí barcos de toctas las suelo rojizo, con no menos de cien escalo-
formas y todas las edades. Ingleses, nor- nes. Las casas en algunos sitios cercanos a
f Pamerlcanos daneses, franceses, uno de los la costa, están construidas sobre gruesos pi-
cuales hacía antes de la gunra servicio <le lares rectangulares, para ponerse a cubier·
ptsajeros como vapor de gran lujo. Destro- lC; de las crecientes del océano. Suelen ser
) trs, torpederos y avisos andaban de Lln cie material en las calles principales, pero
bdo para citro, mientras iban llegando al- po faltan las de madera y no es raro ver
gunas nave~ más. entre edificios de buena construcción, casi
Quedamos fondeados a unos cuatro qui - todos de techo de paja o de zinc, chozas de
lómetros de los embarcaderos del pue1to A i·egros que diría permanecen allí como de-
habor divis~bamos la ciudad -Freetown- . jadas por la selva cercana en su renuente
capital de Sierra Leona, protectorado bri- tt-tirada ante la pepetración del progreso.
tánico que pertenece al A.frica Occidental. •••• 111 .. .. .. ......... . .................... .
Freetow11 quiere decir "ciudad libre", y Nos llamó la atención la similitud de ese
su nombre alude a la liberación de los ne- raisaje con alguno del Brasil, especialmente
gros esclavos y al régimen de autonomía áe Río Grande y de Río de Janeirq. La flo-
que bajo el protectorado se les dio cuando ra, con sus bananos, sus palmeras, sus man-
se abolió la esclavitud, para que se gober- gos, ofrece grandes analogías con la brasi·
r.asen por sí mismos, régimen poco después leña. También aquí la tierra es roja, aunque
~ustituido por el actual sistema de admi- no tanto como . allá; pero el verde de las
nistración colon ial. plantas, acaso porque no llueve a menudo,
La bahía es una de las más amplias del no me parece adquirir nunca esa tonalidad
mundo. Un marino me aseguró que es, por luminosa ''rabiosa", de barniz fresco, que
su extensión, la tercera. En ella caben y suele admirarse en las vegetaciones de al-
que instintivamente nos invade, como un mundo, en sus más ricas ciudades, el cáncer
mandato de la historia, por haber sido ellos de la miseria roe las entrañas del pueblo y
l~s que la piedad cristiana de los reyes es- cubre de sombras la vida de capas entera~
pañoles eligió un día -que duró cuatro si- y profunda~ de la sociedad. De esta genera-
r.los-, para salvar a los indios de América lidad del mal puede deducirse una justifi-
de los más crudos rigores de la colonización. cación aparente de la políti~a colonizadora,
que lleva el progreso a los países atrasados
Cazados como fieras por negreros bruta- sin sacar ante todo del atraso a sus pohla-
les en el C'orazón de sus bosques y de sus cores, y sin someterlos a una disimulada o
aldeas de chozas de caña; o atraídos a la indisimulada servidumbre. Pero cuando se
costa por infames engaños, fueron arrojados va a perturbar la existencia de esos pue-
ll l fondo dt las bodegas de las naves rapaces, blos indígenas que son felices a su modo en
y cónStituyeron la mercancía humana de la su barbarie más o menos primitiva, para
tunu.~ colosales y lu gente derro<'ha el di- ' I, esp,..cul;ición; lo-= industriales, rodP.a-
nero con fausto verdaderamente' oriental, ooi;: de rtefensas proteccionistas, realiza11
padecen .hambre !l medio de la abund:incia 1ambién negocios extraordinarios; los pro-
de todos y sobrellevan una existencia tal pietarios han vísto aumentar el valor de
de miseria, dE l'h:'t" "'ÍÓn y de atn c;;o que las tierras y ·de las casas; los negocios c;e
cuesta imaginarla. han intPnsificado en forma nunca igualada;
Los húP'"• bies que cosechan el algodón, la los bancus despliegan un:i actividad fructí-
gran riqueza del Egipto. con cuyo cultiv(I fera de ~xrepción. Este p~is. en menio de
·1e amas:m fortunas fabulosas, gauán 7 piacs la guerra mundial, se ha constituido en una
•ras por cii<1 (70 centésimos de nuestr::i mJ, JªUJa de Ja espPcnlaciAn mer<'antil, banca
necia). El Mims1erio de Asuntos Soriales ria } hursitiJ.
en un reeiei.te informe, se ticupaba dt la 'ius mnyorei:: ne~ocios descansan en la
sttuac on de1 fel'ah, como aqui S"' llama al continuación de la ·atastrofe, hasta el pun-
proletari .. dv clase que representa en Egip to de qu•: euando llegan noticias de la gue-
to. segun ese intorm~. los dos tercos de> la na muy favorablec; a las armas aliadas, per-
población Hay. pues casi 14 millones de mitiendo prever un notable acortamiento
1ellahs urb:mos } t urales, obre:ros y brace- de la tempestad bélica, algunos títulos ba-
l"OS de la ciudad o del campo, trabajadoret> jan vano!" puntos en la Bolsa
c.grícolas asalariados, pequeño~ productores Solo los ubreras han continuado ganan-
de la tierra, etcétera. Una legislación pro~ do i:;us \Tiejos salarios, y especialmente le.
visoria, de guerra, ha Lratatlu de amparar- mano de obra nativa ha quedado sometida
los. Ha fijado un jornal mínimo .de 7 pias· a sus remuneracionec:: mode~tíc;1mas de to-
tras para los asalarfaclos <le las tareas agrí- dos los tiempos
c·o1as. "Pero no basta -dice el informe--, Alguien decía:
dar 7 piastras PtJ" día al fellah; es necesario -Esta pobre gente proletaria del pais
rnunirlo de productos de base correspon- no pl'otesta ni se rebela ante ese estado de
dientes a eSL sa_auo. La Administración del ~osas, no 3a.be hallar para su desastrosa si-
Fellah (equivalente a nuestra Oficina Na- tuación ningún remedio. Carece de instin- 1
cional del Trnbajo). estudia por eso otro~ tos de clase ) de hábjtos de organización
proyectos "eminentemente constructivos''. gremial Si le subeo los p1 ecio~ no acierta
E:lla va a procede1 a la confección de un pan a reclama1 mas altas remuneraciones. En-
ropular L ico en vitaminas; ella va a proveer, tonces .;e limitan a toma1, con su propia
poi la organización de cooperativas, ;1 las mano. algc, de lo que le hace falta ... Sn
necesidades de tejidos popularei:: para lai:: vuelve de meno;: confianza pa-a el patrón ,
familias campesinas, etcéter.i.'' Ahora bien, Eso es tudo
eon la care:;tia actual de la vida, esas 7 pias- Es, como se ve, una version de la " leyen-
tras repre~entarian en el Uruguay un sala. da negra' del arabe de Egipto, que 1n'vita
ria real de 30 centésimos: ¡Cor, 30 centési- a la meditaoon a los estadistas legislado
mos de .1uestra moneda deben vivir hom- re» v sociólogos de este pa1s.
hres, muchos de ellos con hijo;:; pequeños .
., en momentos en que el dinero circula <'On
inusitada abundancia y la e::c,.enda de la" Abril l l <le 1944.
dases ricas se vuelve más rumbosa y cli-
tipada que nunca: L(I. Pales tina.
Porque lo trágico de la slluacion actuai
oel proletariadn ctel Egipto -especialmen- que no he visto
w de los jornaleros y braceros-, es que
por su ignorancia y su carencia de mstmtos Estuve a pnnlo <le ir a Palestina. Dispo-
C1e organización gremi;d, n1 han logrado aía de pocos drns para ir, porque no quer1a
1ti)'lgunl'I rr.ej0ra de sus salarios, mientras alejarme mucho tiempo <le El Cairo en la
todo el mund" l" eioraba su situarión y ga- incierta esperanza de que nuestro equipaje
naba dinero. Los funcionarios públicos -que llego.ria de un momento a otro y en el de-
padecían los efectos de la carestía-, vie- seo de partir para Teherán apenas llegase.
ron sus sueldos aumentados por el rec1en- Pero cuando me decidí a hacerlo no había
1e presupuesto. los intermediarios haccm su sitio en los aviones hasta después dt> una
agosto entl egándose al desenfreno del agi;-' semana, y el viaje en tren me llevaba de·
NUMERO 41 I SETIEMBRE 19 7 0
----, r
1'
EN FAVOR DE
LA AMNISTIA POLITICA
Montevideo, junio 9 de 1966. Sendic, en este país de la tierra acaparada.
OMPARERO Secretario General de la de las peonadas miserables y de los niñn~ con
C
.
FEUU. De mi mayor consideración:
Ignoro dónde se halla a estas horas Raúl
hambTe por obra del latifundio.
No se trata ahora de señalar las cu;;cre-
pancias que cada uno de nosotros pueda te-
Sendic. Sé, eso si, que allí donde se encuen-
tre, está sufriendo las mayores privaciones; ner con la forma como Sendic ha encarado
la lucha. Yo, en su oportunidad, dejé cons
que ha debido interrumpir la lucha por los
trabajadores en cuya defensa ha ennoblecido tancia de mi opinión.
¡su vida; que se ha visto forzazdo a separarse Es hora de organizar la defensa del per-
seguido hasta restituirlo a la vida normal <te
de su familia (esposa e hijos); que entre los
hijos hay uno de corta edad que no conoce relación.
En esta tarea ninguno de nosotros tiene
p.¿ su padre.
Sé, además, que Sendic no es un delincuen-
derecho a sentirse inhibido por discrepa,ncia
alguna. En las vísperas de la Comuna de Pa-
te, sino un luchador social, abnegado aun en
rís, Carlos Marx combatió a los obreros fran·
el error, que trata de evitaT la acción repre-
cese~ que se proponían llevar a cabo la "l .o-
:siva que en su caso sería tan implacable como
cura heroica"; pero frente a la represión v
tolerante y benigna es con los verdaderos de-
lincuentes sociales, no pocos de los cuales has- la calumnia, asumió la defensa y libró por
ta se dan el lujo de erigirse en sus entigre-
ellos una de las más entrañables batallas de
solidaridad humana. No creo que nadie ten-
cidos fiscales.
Pienso que no puede estaT lejano el d1a ga más derecho que Marx a ser intransigente.
Ha llegado el momento de organizar una
en que un concepto más humano de la jus-
vasta acción popular tendiente a exigir, si
ticia v de la sociedad termine por ver los
fuera necesario, una ley de amnistía, o a re·
delincuentes allí donde realmente están: entre
correr el camino de lucha que se considere-
los que se apoderan del esfuerzo ajeno, entre
más adecuado para lograr para Raúl Sendk
los que acaparan la tierra, desalojan seres hu-
la plenitud de sus derechos.
manos y destruyen familias. ·
l.s que si ese día ' no llega, vendrá inevi-
TaJ la proposición concreta que dirijo ll
{ tablemente otro en que los hombres castiga- la Federación de Estudiantes UniversitariOI r~
por su intermedio y el de la C.T.U., a tocbAi
dos en el hambre de sus hijos, se apoderen
de la tierra, hoy ajena, aunque tengan que las organizaciones y corrientes populares.
Tegarltt con su sagre. Las revoluciones no se Si continuamos en silencio y auzadOI ~
pueden e\-itar por decreto ni se hacen con el bx azos, terminaremos por transformarnos P .
pcrmi~o de la polida o del juez letrado. Ka
verdugos inconfesos de un luchador IOdal.
u'n ele hs entrañas de la injusticia. Ése es ei Reciban el fr;atemal saludo dci WILJ!O
unir.o "delitl') • ñe que puede ser acusado Raúl FRUG0'1T
í
I
llegar a los 86 años, desde el nuevo nes que yo. 110 habéis sentido senciitC'ion S4"-
AL rerndo de la cronología personal, sien·
to necesidad de hablar en voz alta con
me1ante?
Nuestrc; compromiso con el socialismo
los .,;ocialistas. oo era por un tiempo, era por vida
Refeda Unamm o que andando por .ri:s· Por eso hoy os quiero hablar de aquell~
paña, en una aldea allá perdida, había co- ruinas
nocido un cu1a de t.,1 modo identificado con RPsguardado por una capa de polvo y
su religión que al oficiar en su capilla "]€' cte ceruzas, yace el esfuerzo de varias ge-
parecía estar muy lejos del mundo; en una neraciones en espera, como el Lazara d~
cueva del desierto, sólo con Dios". Y Una- la leyenda bíblica, de las manos que lo ven-
muno agrPgaba este comen1ar10: aquel cu- g;in a reanimar. Alll esta el panorama de
ra sentía su iglesia y había hecho de olla nuestro espíritu; la geograf1a de nuestra al-
como un segundo cuerpo para su alma, ma; sus hondonadas, sus cumbres, sus lla-
Séamf> permitida una reflexión person3l: nuras. Allí estan nuestros sueños, nuestras
,desgraciado del que, después deo haber con- decepciones nuestras esperanzas, nuestros
tribuido a levantar, piedra sobre piedra, sinsabores, nuestras pasiones Y allí tam·
L.na morada para cumplir su oficio y a la vez bién nu<!stros errores, incluido el de los
para que fuera otro cuerpo para su espí- "teoncos" de laboratorio que olvidaron el
ritu, un día ya exhaustas por los años !::tts consejo del filósofo español de que ''quie-
energías, la ve caer desh ~cha en escom. nes no beben smo ideas destiladas, mate·
bros' mátícas, sin sales ni iodos de la tierra im·
No hay i>spectáculo más triste ni más pura, acaban por padecer bocio y cretinismO'
repleto de ~entido trágico, que el de las rui- ir.telectuales".
nas abandonadas; ni desgracia mayor que, Allí está soterrada, aquella :fraternidad
de 'l,'olpe. no sentir sobre el espinazo el pe- que nos llegaba por recónditos caminos y
so de responsabilidades que se· llevaban a que nos hacía sentirnos de la misma fami·
cuestas por espontánea resolución. lia (más allá del tiempo y de la sangre) a
De mí sé decir que en estos años me he los que nos emparentábamos por una mis-
sentido como un inválido y me he vi~to ca· ma manera de entender las cosas y de vivir
da día decaer mucho más. la vida.
¿Es que, vosotros, socialistas más jóve- Allí está., sepulto (o acaso hasta insepul-
(·
CUAO~RNOS D~ MARCHA
-
BIBLIOTECA DE MARCHA
•
TESTAMENTO DE VARGA
por EUGEN VARGA
•
EL AMERICANISMO DE RODO
por ARTURO ARDAO
•
LOS RESTOS DE LA NOCHE
por JUAN JOSÉ LACOSTE
•
IMPERIALISMO V UNIVERSIDADES EN AMERICA LATINA
por MARIO WSCHEBOR
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..
¿PARA QUE FUTURO EDUCAMOS?
por REINA REYES
•
PAGINAS DESCONOCIDAS DE RUBEN DARIO (11)
por ROBERTO IBÁ ÑEZ