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Conforme a la sentencia de fondo del 16 de agosto del 2000 la Corte IDH declaró responsable al
Estado Peruano por la violación del derecho a la vida de los señores Nolberto Durand Ugarte y
Gabriel Pablo Ugarte Rivera, quienes estaban detenidos en el establecimiento penitenciario de
la Isla “El Frontón”, cuando en Junio de 1986 el Estado develó el motín, resultando un gran
número de muertos o cuyos restos no fueron encontrados.
Durand y Ugarte fueron detenidos sin mediar orden judicial ni haber sido encontrados en
flagrante delito, y tampoco fueron puestos sin demora a disposición del órgano jurisdiccional
competente, por ello la Corte IDH declaró que el Estado violó el derecho a la libertad personal
de las víctimas.
Así las cosas, la Corte IDH dispuso- tanto en las sentencia de fondo, como de reparaciones- que
el Estado peruano debía cumplir con su obligación de investigar, juzgar y sancionar.
Conforme al artículo 27.3 del reglamento de la Corte IDH en los casos contenciosos las víctimas
o sus representantes pueden presentar directamente una solicitud de medidas provisionales.
Para el Derecho internacional, éstas tienen un carácter no sólo en el sentido de preservar una
situación jurídica (cautelar) sino que buscan evitar daños irreparables a las personas (tutelar).
Para lo cual, estas medidas deben cumplir con los requisitos básicos de: extrema gravedad y
urgencia y de la prevención de daños irreparables a las personas1. Aunado a ello, se deben
cumplir con las obligaciones convencionales de buena fe- pacta sunt servanda- tal como lo ha
venido expresando la corte en su jurisprudencia2
Fue el 11 de diciembre de 2017 que los representantes de las víctimas interponen una medida
provisional en tutela de la estabilidad de los puestos de los Magistrados del Tribunal
Constitucional peruano- Manuel Miranda Canales, Marianella Ledesma Narváez, Carlos Ramos
Núñez y Eloy Espinosa-Saldaña Barrera.
En sede nacional, los procesados habían ejercido la vía del hábeas corpus con la finalidad de
cuestionar la existencia del proceso penal, pretendiendo la anulación del mismo. Han
transcurrido 17 años desde que la Corte IDH emitió sentencia y no se ha logrado sancionar a los
responsables. Puesto que, si bien en sede nacional, el Poder Judicial y la Fiscalía han emitido
pronunciamientos respecto a los hechos suscitados en “El Frontón” calificándolos como
crímenes de lesa humanidad, la existencia de la Sentencia del Tribunal Constitucional- emitida
en el año 2013- afecta en las investigaciones, pues esta última califica que los hechos no tienen
la condición de lesa humanidad, por lo que se convierte en un óbice para seguir un proceso
regular y nuevas investigaciones.
1
Cfr. Caso Herrera Ulloa respecto de Costa Rica. Medidas Provisionales. Resolución de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos de 7 de septiembre de 2001, Considerando 4, y Asunto Milagro
Sala respecto de Argentina. Medidas Provisionales. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de 23 de noviembre de 2017, Considerando 3.
2
Cfr. Asunto James y otros respecto Trinidad y Tobago. Medidas Provisionales. Resolución de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos de 14 de junio de 1998, Considerando 6, y Asunto Milagro Sala
respecto de Argentina. Medidas Provisionales. Resolución de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos de 23 de noviembre de 2017, Considerando 4.
c) Los argumentos de los agentes del Estado: