EL USO DE LOS CELULARES EN EL AULA DE CLASES, Y LA ADAPTACION

RESPONSABLE A LOS MEDIOS TECNOLOGICOS.

La tecnología es destructiva sólo en las manos de las personas que no se dan

cuenta de que son uno y que están en el mismo proceso que el universo.
-Alan Watts.

La globalización, y los avances tecnológicos actualmente han tenido cobertura en

más de medio mundo y ha impulsado cada día al uso constante de nuevos

dispositivos y aparatos electrónicos que si bien a algunos revolucionan nuestras

vidas de una forma positiva, para otros suele tener un tinte distractor y perjudicial.

Actualmente en las instituciones educativas se discute sobre el uso de los

dispositivos celulares en los salones de clase y su impacto en el rendimiento de los

estudiantes, cuando pensamos en esta hipótesis lo primero que nos imaginamos es

un celular timbrando en mitad de una clase, un estudiante navegando por redes

sociales o hablando por chat mientras el docente dicta su catedra o incluso un

estudiante haciendo fraude durante una prueba escrita, por este y otros motivos se

ha creado un estigma que los hace etiquetar como objetos dañinos que truncan el

aprendizaje que deberían tener los estudiantes y han prohibido su uso en los

salones de clase.

Por otra parte, vemos el lado positivo de estos cuando su uso se hace acorde con

las necesidades de aprendizaje, se puede emplear como elemento de búsqueda de

temas e incluso bibliografías en tiempo real mientras el docente dicta su clase para

lo cual el estudiante tendría una participación activa y critica que complementaria

las enseñanzas del docente, si el alumnos desea puede grabar las clases tomar

notas en el celular escanear documentos y un sin número de aplicaciones que

podrían ayudar a mejorar la calidad estudiantil, de acuerdo a lo anterior podríamos

cuestionarnos sobre qué tan perjudicial y que tan favorable pueden ser estas, en

qué casos resulta perjudicial y que deberían hacer los colegios para controlar las

conductas que le sean perjudiciales al estudiantado en el ambiente escolar.

Es de anotar que el ocio y el mal uso de las tecnologías durante el tiempo que el

estudiante no está en el campus estudiantil hace que éste vuelva tales conductas

irresponsables en hábitos y que estas sean trasladadas al aula de clases, y como

consecuencia tengan un déficit de atención sobre lo que realmente importa que es

su formación académica.

Cuando se ve a un estudiante jugando en clase con el teléfono celular o chateando

o compartiendo archivos en el transcurso de esta con otros compañeros que no

tengan que ver con el desarrollo de la misma, entre otras conductas, preocupa a los

planteles educativos porque repercute negativamente en su aprendizaje, motivo por

el cual, algunos han establecido reglas estrictas sobre el uso de estos en clases. En

algunas instituciones no es permitido el utilizar del teléfono celular y el correctivo es

decomisarlo para entregarlo al final de la clase con la condición de que no reincida

en su uso dentro de la institución o entregarlo solo cuando el acudiente pueda ir por

él. tales reglamentos se han establecido porque el uso de la tecnología educativa la

cual se asocia con equipos, celulares y máquinas para la enseñanza, equipos

audiovisuales, computadoras, no garantiza que la educación mejorará por sí sola,

por lo que es menester poner coto a este tipo de situaciones y estimular otras que
sean preventivas en vez de correctivas (no debe ser necesario que el estudiante

haya reprobado para delimitar políticas para el manejo de las tecnologías dentro de

las instituciones de aprendizaje).

Muy a pesar de todos estos inconvenientes hay que resaltar que a medida que la

tecnología avanza se hace muy necesarias particularmente mediante el uso de los

teléfonos móviles, el profesor podría, por ejemplo, enviar a través de SMS la lista

de contenidos a trabajar y las diferentes tareas de la semana; los resultados de una

tarea; notas de clase; pequeños resúmenes sobre la temática que luego puedan ser

ampliados accediendo desde un computador al sitio web del profesor, mensajes de

texto o imágenes para apoyar trabajo colaborativo; enviar mensajes para acordar

citas y reuniones, entre otros.

Por lo anterior es necesario que primero que los padres enseñen a sus hijos el buen

uso de los teléfonos celulares, recibiendo pedagogía de los plateles educativos con

respecto a estos temas, y se dé el ejemplo y desde el hogar se implementen reglas

para el uso controlado del teléfono. Además, es imperioso que desde las

instituciones se implementes reglamentos y sean los docentes los orientadores y

quienes pongan en marcha de este tipo de políticas mediante la instrucción sobre

estos y el ejemplo en el salón de clases sobre el uso responsable de estos.

Mientras algunos docentes propenden por la prohibición y otros por el uso

controlado de estos aparatos electrónicos, lo más razonable sería mejor controlar

que prohibir de tal forma que se permitiría a los estudiantes hacer uso de estos solo

en momentos en los que el docente así lo decida para hacer alguna consulta o algún

otro tipo de cosas ligada al desarrollo de la clase.

No es necesario satanizar el empleo de teléfonos inteligentes dentro de las aulas

de clases y para esto es necesario aplicar el valor de la responsabilidad para el uso

del internet, implementar o reformar la seguridad acerca de la norma de no utilizar

celulares dentro de la Unidad Académica(solo cuando lo requiera el docente), Se

sugiere a los alumnos que utilicen su teléfono celular fuera de las aulas para que

así puedan poner atención en sus clases y por ende mejorar su rendimiento

académico, a los alumnos pedirles que obedezcan y cumplan con el reglamento

impuesto por la Unidad Académica y así no obtener mala conducta académica,

Implementar reglas en los hogares acerca del tiempo que los hijos utilizaran el

teléfono celular y asegurarse que lo que allí se hace sea de manera adecuada, por

lo tanto de ceñirse al uso responsable de los teléfonos móviles en el uso de clase

evitaría resultados negativos en los estudiantes y ayudaría en el desarrollo armónico

de la clase a un rendimiento óptimo de estos de cara a las necesidades escolares y

a las nuevas tecnologías.