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Libro tercero del Código de procedimiento Civil, aquí están regulado los recursos, no obstante que este
libro se llama de los juicios especiales, es decir, están erróneamente aquí regulados el recurso de
casación y revisión.
Recurso de Casación
El legislador al igual que en los demás recursos, no define o no contempla un concepto del recurso de
casación (al igual que en la apelación y en la revisión), sino que caracterizan al recurso por la finalidad
que estos persiguen. El código regula conjuntamente las dos especies de recurso de casación que hay, es
decir, el recurso de casación en la forma y en el fondo, artículos 764 y siguientes, lo que trae como
consecuencia que existen reglas comunes a ambos tipos de casación y otras particulares a cada tipo.
Artículo 764, El recurso de casación se concede para invalidar una sentencia en los casos expresamente
señalados en la ley, resultado o finalidad completamente opuesta a la finalidad que tiene el recurso de
apelación, invalidar significa anular o dejar sin efecto una sentencia. En el recurso de apelación este
nunca fue el objetivo, por mucho que pueda ésta ser revocada, puesto que en ese recurso la finalidad es
la enmienda.
Que se anule una resolución significa que ésta desaparece jurídicamente y queda sin ningún efecto. La
casación es un recurso propio de sentencias, es decir éste no es un recurso procedente contra autos y
decretos, nunca, no así la apelación que en determinados casos sí es procedente.
Artículo 765, el recurso de casación es de dos especies (copiar). El artículo 765 establece las causales que
hacen precedentes los recursos de casación y en su inciso final señala que la casación en la forma se da
en los casos del artículo 768, y son estos los motivos por los cuales se concede la casación en la forma. Y
aquí encontramos otra diferencia con la apelación que no tiene motivos legales específicos para
proceder.
Casación en la forma
Es un recurso, es decir un medio de impugnación, extraordinario que la ley concede a la parte agraviada
con determinadas resoluciones judiciales (aquí se trata siempre de sentencias), con la finalidad de
obtener del tribunal superior jerárquico respectivo su invalidación cuando han sido dictadas con omisión
de sus requisitos legales formales o cuando se ha incurrido en vicios en su dictación o cuando esas
resoluciones inciden en un procedimiento que adolece de ciertos vicios o irregularidades.
Las causales o motivos legales de casación en la forma (que están señalados taxativamente en el 768),
podemos dividirlas en dos grupos.
Uno sería el de aquellas causales que permiten anular una sentencia por infracción de las normas legales
que rigen la ritualidad esencial del proceso, en este caso estamos hablando de defectos que se producen
durante la tramitación del juicio en que se dicta la sentencia objeto de la impugnación, es decir el vicio
no está contenido en la sentencia, sino que en la tramitación del juicio. Ejemplo: juicio ordinario
tramitado, y dictada la sentencia definitiva de primera instancia con todos sus requisitos formales, no
obstante se omitió en el proceso el llamado obligatorio a conciliación (diligencia esencial).
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Un segundo grupo seria, el de aquellas que permiten anular una sentencia cuando se infringen las
normas relativas a los requisitos formales que debe cumplir la sentencias, o sea, cuando se trata de
vicios que se producen con motivo de la dictación de la sentencia. Ejemplo: sentencia que se dicta sin
cumplir los requisitos de forma del artículo 170.
En el primer caso hay nulidad en la tramitación del juicio, es decir todo el juicio es nulo al igual que la
sentencia, dependiendo el momento en que haya obrado el vicio, la tramitación se retrotraerá a ese
momento, es decir, se tramitarán nuevamente las diligencias viciadas. En el segundo caso se anula solo la
sentencia, aquí con la sentencia invalidada, el juicio se queda sin sentencia, de manera que la
consecuencia es la dictación de una sentencia de reemplazo ajustada a derecho.
El fundamento del requisito de casación en la forma está dado por el resguardo de la garantía
constitucional del debido proceso, es decir la tramitación debida de éste. Dentro de la estructura de un
proceso hay diligencias o trámites que la ley considera que son esenciales, esto cuando está establecido
en resguardo del interés público y no solo en resguardo de los litigantes, es un interés que trasciende a la
sociedad entera. A través del recuro de casación en la forma se protege el respeto a la tramitación del
juicio, resguardando al menos el cumplimiento de todos los trámites esenciales. La falta de trámites no
esenciales no trae aparejada la nulidad de todo lo obrado, puesto que están establecidas solo en el
interés de las partes, y habrá que alegarlas y no podrán ser declaradas de oficio por el juez.
Asociada a la finalidad anterior podemos encontrar una segunda finalidad, y ésta es que el recurso
pretende velar que los tribunales cumplan con las normas legales que regulan la forma de la sentencia.
b) Recurso devolutivo o por vía de reforma (y no por vía de retractación, puesto aquí intervienen
necesariamente dos tribunales).
c) Es de aquellos recursos que se denominan de derecho estricto, puesto que se debe observar en su
interposición y tramitación ciertas formalidades imprescindibles por el recurrente, las cuales de no
observarse éste resulta inadmisible.
d) En cuanto a la competencia del tribunal ad quem, es restringida o limitada a la o las causales que se
invocan, solo a esta causal queda circunscrita la competencia de la Corte.
e) Este recurso no da lugar a una instancia judicial, sino que se examinan únicamente la o las causales, en
las instancias, en cambio, se examinan los asuntos en su integridad, tanto en el hecho como en el
derecho.
Sin perjuicio de las causales del artículo 768 que deben ser alegadas por el recurrente, hay que señalar
que de no ser así y cumpliéndose con otros requisitos, los tribunales superiores tienen facultad para
invalidar de oficio de una sentencia, lo que no es propiamente casación, sino que el ejercicio de una
facultad de oficio.
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La ley señala en el artículo 766 del CPC que, en general, sólo se concede el recurso de casación contra las
sentencias definitivas, contra las interlocutorias cuando ponen termino al juicio o hacen imposible su
continuación y, excepcionalmente, contra las sentencias interlocutorias dictadas en segunda instancia sin
previo emplazamiento de la parte agraviada, o sin señalar día para la vista de la causa. Procederá,
asimismo, respecto de las sentencias que se dicten en los juicios o reclamaciones regidos por leyes
especiales, con excepción de aquellos que se refieran a la constitución de las juntas electorales y a las
reclamaciones de los avalúos que se practiquen en conformidad a la Ley N°17.235, sobre Impuestos
Territoriales y de los demás que prescriban las leyes.
La ley no distingue entre sentencias definitivas, por lo que puede ser de única, primera o segunda
instancia. Esta sentencia definitiva puede haber sido dictada en cualquier tipo de juicio, salvo la
excepción del inciso final de la norma que se refiere a algunos juicios de reclamación.
a) Sentencia Interlocutoria que ponen término al juicio o hacen imposible su continuación. Dentro de la
clasificación de las sentencias interlocutorias encontramos aquellas que resuelven incidentes
estableciendo derechos permanentes a favor de las partes y aquellas que no resuelven incidentes ya que
se pronuncian sobre algún trámite que debe servir de base en el pronunciamiento de una sentencia
definitiva o interlocutoria.
Cuando la ley señala que el recurso de casación procede contra las sentencias interlocutorias que ponen
termino al juicio o hacen imposible su continuación, se refiere más bien a aquéllas que establecen
derechos permanentes a favor de las partes.
Determinar cuándo una Sentencia Interlocutoria pone término al juicio o hace imposible su continuación
es una cuestión que debe revisarse caso a caso.
Ejemplo: La sentencia que declara el abandono de procedimiento, la cual hace concluir el proceso. Esta
sentencia resuelve un incidente estableciendo derechos permanentes en favor de la partes. Ídem la que
declara el desistimiento de la demanda, la incompetencia del tribunal o la deserción del Recurso de
Apelación.
Ésta constituye una situación bien particular, ya que el código se refiere a sentencias interlocutorias que
se dicten en segunda instancia, es decir, durante la tramitación del Recurso de Apelación. La sentencia en
este caso debe ser dictada en condiciones anormales, ya que la ley señala que tiene que haber sido
dictada sin previo emplazamiento de la parte agraviada (emplazamiento en segunda instancia) o sin que
se haya señalado día para la vista de la causa.
El emplazamiento está referido a que la sentencia interlocutoria se dictó sin que éste haya existido en el
Recurso de Apelación. El emplazamiento en el Recurso de Apelación es un trámite que se compone por
dos elementos: 1º la notificación de la resolución que dicta el tribunal inferior concediendo el recurso y;
2º el transcurso del plazo legal ante el tribunal superior para comparecer en segunda instancia.
3º Procede respecto de sentencias que se dicten en los juicios o reclamaciones regidas por leyes
especiales, salvo los casos señalados en el artículo 766 inciso final.
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Si una ley especial establece que en el procedimiento regulado en ella no es aplicable el recurso de
casación, debe estarse a lo dispuesto en esa norma. A eso se refiere el inciso final cuando dispone “y las
demás que prescriben las leyes”.
En resumen, el Recurso de Casación procede siempre en contra de sentencias; los autos y decretos
quedan fuera de la posibilidad de este Recurso.
La causal se configura por algún hecho o circunstancia que haya ocurrido en el proceso y que en
concepto del legislador autoriza interponer este recurso. No existe aplicación analógica de estas
causales, ya que la disposición es taxativa.
b) Causales que se refieren a vicios que se cometen durante la tramitación del proceso. Causal 9º del
artículo 768 del CPC.
La incompetencia es la falta de atribución de un tribunal para conocer y fallar un asunto de acuerdo a los
factores materia, cuantía, fuero y territorio. La incompetencia puede ser absoluta o relativa, la ley no
distingue. En el caso de la incompetencia relativa debe tenerse cuidado en determinar si se produjo o no
la prórroga de competencia.
ii) Haber sido la sentencia pronunciada por un tribunal integrado en contravención a lo dispuesto por
la ley.
En este caso no hay incompetencia, si no que se trata de un tribunal que está mal integrado. La
integración es una institución que procede en los tribunales colegiados y se encuentra regulado en las
normas del COT. Cuando el artículo señala que el tribunal ha quedado integrado en contravención a la
ley, es porque no se ha respetado la regulación antes dicha. En esta causal debe tenerse cuidado, ya que
dentro del proceso existe una oportunidad para reclamar la mala integración en una Corte y que es antes
de la vista de la causa, por lo tanto, si la parte no reclama y asiste a la vista de la causa, no puede
después interponer el Recurso de Casación fundado en este motivo.
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Estos dos motivos no deben confundirse, en el segundo caso el tribunal es competente mientras que en
el primero no.
¿Cómo las partes pueden llegar a reclamar de la integración inadecuada de una Corte?
· El Presidente de la Corte diariamente hace la instalación del tribunal, de la cual se levanta un acta. El
acta, que contiene la instalación de todas las salas, es publicada, de manera que las partes toman
conocimiento de la integración a través del “Acta de instalación”.
· Las partes, además, conocen la integración de la corte a través de la información proporcionada por el
secretario o el relator del tribunal, artículo 166 CPC.
Interesa conocer la integración de una sala ya que alguno de sus miembros puede estar afecto a alguna
inhabilidad legal. A los abogados integrantes se los recusa sin expresión de causa.
2º En haber sido pronunciada por un juez, o con la concurrencia de un juez legalmente implicado, o cuya
recusación esté pendiente o haya sido declarada por tribunal competente.
Esta causal está referida a las inhabilidades a que están afectos los integrantes de la sala o salas de una
Corte. Las inhabilidades son motivos que establece la ley en virtud de los cuales un Ministro no debería
conocer un asunto, sea por implicancia o recusación, por haber perdido la imparcialidad que debe tener
todo juez.
i) Que la sentencia haya sido pronunciada por un juez (tribunal unipersonal) o con la concurrencia de
un juez (tribunal colegiado) legalmente implicado.
Para que un juez esté legalmente implicado debe estar afecto a alguna de las causales de implicancia del
artículo 195 del COT.
En este caso basta que el juez esté afecto a alguna de las causales de implicancia del artículo 195 COT, no
interesa que esa implicancia esté declarada en el proceso, es decir, basta que concurra el motivo.
ii) Que la sentencia haya sido pronunciada por un juez o con la concurrencia de un juez cuya
recusación esté pendiente.
A diferencia del caso anterior, no basta la concurrencia de la causal de inhabilidad, ya que el Código
señala que la recusación debe estar pendiente, por lo tanto debe haber sido alegada por la parte
correspondiente mediante un incidente cuya resolución no ha sido pronunciada aún. Las causales de
recusación se encuentran en el artículo 196 del COT.
iii) Que la sentencia haya sido pronunciada por un juez o con la concurrencia de un juez cuya
recusación haya sido declarada por un tribunal competente.
Estas causales de inhabilidad le restan imparcialidad al juez, ese el motivo de que sean causa del Recurso
de Casación.
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3º En haber sido acordada en los tribunales colegiados por menor número de votos o pronunciada por
menor número de jueces que el requerido por la ley o con la concurrencia de jueces que no asistieron a la
vista de la causa y viceversa.
En esta causal hay cuatro motivos que justificarían fundar un recurso de casación en la forma (que la
sentencia haya sido acordada por menor número de votos; que la sentencia haya sido pronunciada por
menor número de jueces que el requerido por la ley; que la sentencia haya sido pronunciada con la
concurrencia de jueces que no asistieron a la vista de la causa; que la sentencia haya sido pronunciada
sin la concurrencia de todos los jueces que asistieron a la vista de la causa).
Los cuatro casos están referidos a la situación que se produce en relación a los acuerdos de los
tribunales colegiados (reglas que establece el Código Orgánico), después de que termina la vista de la
causa debe producirse acuerdo por parte de los tribunales colegiados, y esto en la práctica sucede.
Que la sentencia haya sido acordada con menor número de votos, la regla general es la mayoría absoluta
de votos conformes en un determinado sentido.
Recordar que en una corte depende de la naturaleza de la resolución recurrida la cantidad de Ministros o
firmas que esta requiere. Ahora, que sean tres Ministros en quórum de sala no significa que todas las
resoluciones las deben firmar los tres ministros, puesto que las resoluciones de mero trámite basta solo
una firma, pero aquellas que requieren de la concurrencia de todos obligatoriamente se debe producir el
quórum de la mayoría. Esta causal contempla el caso en que se haya infringido cualquiera de las reglas
de los acuerdos considerando la naturaleza de la resolución.
La sentencia tiene que aparecer pronunciada y consecuencialmente por los integrantes que estuvieron el
día que se vio el asunto cualquiera sea el tiempo que transcurra entre la vista y el pronunciamiento. En la
práctica cuando termina la vista de la causa, el relator siempre certifica, salvo que se falle de inmediato,
en el expediente de los Ministros que asisten a la vista y ante quienes esa causa queda en acuerdo, por
lo que la constatación se hace comparando el acta de instalación de la corte con el fallo. Puede ocurrir
que haya más de un acta de instalación.
Esto de que la sentencia aparezca pronunciada sin la concurrencia de los jueces que asistieron a la vista
es algo que se produce rara vez, pero puede ocurrir por el fenómeno de que las causas muchas veces no
salen inmediatamente.
4º En haber sido dada ultrapetita, esto es, otorgando más de lo pedido por las partes, o extendiéndola a
puntos no sometidos a la decisión del tribunal, sin perjuicio de la facultad que éste tenga para fallar de
oficio en los casos determinados por la ley.
Para el Código de Procedimiento Civil existe Ultrapetita en dos situaciones: cuando la sentencia otorga
más de lo pedido por las partes y; cuando se extiende a asuntos no sometidos a la decisión del tribunal,
esto sin perjuicio de la facultad del tribunal para hacer pronunciamientos de oficios en los fallos,
cuestión que habrá que analizar caso a caso.
Las situaciones de ultrapetita aquí indicadas, dicen relación con la necesaria congruencia que debe tener
el fallo, con lo que se falla y el asunto que fue sometido a juicio (porque los tribunales están para
resolver conflictos que promueven las partes, objeto que fija el demandante en su demanda, quien
formula la pretensión). Para resolverlo habría que contrastar el fallo con lo solicitado en la demanda.
Cuando la sentencia otorga más de lo pedido por las partes, es vicio porque se incurre en un exceso
cuantitativo, como también puede haber diferencia cuando el juez altera, por ejemplo, el fundamento o
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causa de pedir (caso en el que no habría identidad), de manera que el análisis del fallo debe ser
completo.
La ultrapetita es un vicio que afecta la congruencia, conclusión que obtenemos del artículo 160 del
Código, que señala que las sentencias se pronunciarán conforme al mérito del proceso, y esto es
únicamente lo que existe dentro del proceso, los escritos y la prueba puntualmente, y no podrán las
sentencias extenderse a puntos que no hayan sido expresamente sometidos a discusión por las partes.
Todo lo anterior es, sin perjuicio, de las facultades que confiere la ley para proceder de oficio en ciertas
circunstancias.
5º En haber sido pronunciada con omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 170.
Una sentencia definitiva de primera instancia formalmente puede que contenga, por ejemplo,
considerandos, pero hay que analizar, además, la calidad de estos, y que contenga fundamento para
cada una de las decisiones.
Hay que tener presente también que la sentencia definitiva debe cumplir, además, con los requisitos que
contempla el auto acordado de la Corte Suprema. Pero la causal dice relación exclusivamente con lo
dispuesto con el artículo 170 del código.
6º En haber sido dada contra otra pasada en autoridad de cosa juzgada, siempre que ésta se haya
alegado oportunamente en el juicio.
Lo que ocurre aquí es que en un segundo juicio se dicta una sentencia (la cual se recurre) en
circunstancias que anteriormente existía una sentencia ejecutoriada, respecto de la cual y en relación
con la segunda sentencia concurren los requisitos de la triple identidad legal.
Aquí, para que concurra la causal, tiene que tratarse de una sentencia que tenga varias decisiones en su
parte resolutiva, de manera que si la decisión es una sola es imposible que esta causal se configure, es
necesario, además, que se produzca contradicción. Lo que en la práctica significa que existe una
oposición entre las decisiones que contiene el fallo, de manera que no sería posible llevar a efecto, las
varias decisiones simultáneamente. No interesa para este efecto una eventual contradicción en los
considerandos de la sentencia.
Esta causal se refiere a los casos en que el Recurso de Apelación termina en forma anormal, debido a
que no se dicta resolución respecto del fondo del recurso. Para que se configure esta causal en el
proceso tiene que existir una resolución que declare la deserción, prescripción o desistimiento del
Recurso, y no obstante producirse alguna de esas situaciones, el Recurso de Apelación de que se trata es
fallado por el tribunal.
Esta situación es muy difícil que pueda producirse en la práctica, quizás pueda ocurrir si se presentan
varios Recursos de Apelación y alguna de ellas sea declarara desierta, prescrita o desistida. En esas
condiciones, la resolución que falla la apelación es susceptible del Recurso de Casación en la forma,
obviamente en la medida de que se trate de una sentencia definitiva o interlocutoria.
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Como en este caso el Recurso de Apelación ha terminado anormalmente por alguno de los tres motivos
mencionados, el tribunal que conoce de este recurso carece de competencia para fallarlo, ya que éste ha
terminado.
9º En haberse faltado a algún trámite o diligencia declarados esenciales por la ley o a cualquier otro
requisito por cuyo defecto las leyes prevengan que hay nulidad.
En este caso encontramos dos motivos bastante similares que producen el mismo efecto:
i) Que en la tramitación del juicio se haya omitido algún trámite o diligencia que la ley declare
esencial.
Luego, si una diligencia que es declara esencial por la Ley y ésta es omitida o se ejecuta mal sin cumplir
los requisitos, procede el Recurso de Casación para anular la sentencia dictada en esas condiciones.
ii) Que en la tramitación del juicio no se cumpla cualquier otro requisito para cuyo efecto la Ley
declare expresamente que hay nulidad.
Este requisito no es esencial, pero la ley dice que su omisión o ejecución imperfecta conlleva la nulidad.
En este caso se requiere de texto legal expreso que señale que se produce la nulidad o que claramente
dé a entender lo mismo.
Ejemplo: artículo 398 del CPC, que se refiere a la confesión extrajudicial verbal utiliza la expresión “no se
tomará en cuenta”.
a) Trámites o diligencias esenciales en los Juicios de Mínima Cuantía, artículo 789 del CPC.
b) Tramites o diligencias esenciales en los Juicios de Mayor Cuantía, Menor Cuantía y Juicios especiales,
artículo 795 del CPC. También son los trámites esenciales de primera o única instancia.
c) Trámites o diligencias esenciales en los Juicios de Mayor Cuantía seguidos ante Árbitros Arbitradores:
artículo 796 del CPC.
d) Trámites o diligencias esenciales en los Juicios de Segunda Instancia, artículo 800 del CPC.
Por su importancia, solo nos referiremos a los artículos 795 y 800 CPC.
Este emplazamiento cobra especial importancia respecto del demandado, sin embargo, la ley utiliza la
expresión “partes”, por lo que afecta también al demandante o a terceros. Al demandante si es
reconvenido por ejemplo, ya que hay emplazamiento en la reconvención.
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El emplazamiento, respecto de la demanda, se configura por la notificación legal del escrito de demanda
al demandado, más el transcurso completo del plazo legal que se establece para que el demandado se
defienda.
2º El llamado de las partes a conciliación en los casos que corresponda conforme a la ley.
El llamado a conciliación es un trámite obligatorio en un Juicio Civil, pero concurriendo ciertos requisitos.
Por ejemplo, no podemos estar en ninguna de las situaciones del artículo 313 del CPC.
Debe entenderse también que no basta que el juez ordene este trámite para que se entienda cumplido.
La conciliación está compuesta primeramente por la resolución judicial que dispone el trámite y ordena
que se cite a las partes a la audiencia correspondiente fijando día y hora al efecto, luego por la
notificación legal de esa resolución judicial y, finalmente, por la realización de la audiencia de
conciliación. Si se omite algún acto de este trámite, es lo mismo que se hubiera omitido el trámite
mismo.
La causa se recibe a prueba cuando el juez estima que hay o puede haber hechos controvertidos. Puede
haber hechos controvertidos cuando el demandado está en situación de rebeldía, ya que en ese caso no
se sabe si hay controversia debido a que éste no ha ejercido su derecho de defensa.
Además, tiene que haber terminado el periodo de discusión y haberse cumplido el trámite de
Conciliación obligatorio sin que ésta se haya producido.
Este trámite se cumple dictando el juez una sentencia interlocutoria que ordena recibir la causa a prueba
y fija los hechos controvertidos, sustanciales y pertinentes. Eventualmente esta resolución puede fijar
fechas para la prueba testimonial. Esta resolución tiene que notificarse legalmente.
En los aspectos generales de la prueba, dentro del sistema del CPC las partes tienen la carga de aportar
los medios de prueba. La parte debe cumplir todas las diligencias de la prueba de que se trate.
La diligencia probatoria puede ser cualquiera, pero tiene que tratarse de pruebas que tienen que aportar
las partes y cuya omisión podría producir indefensión. Que la diligencia de prueba produzca indefensión
es una cuestión que hay que ver caso a caso.
Ejemplo: Que una parte solo pueda probar un hecho a través del informe pericial y que éste sea negado.
Esa negativa produce indefensión.
Si la parte puede probar el hecho por otro medio de prueba, no queda indefenso ante la negativa del
informe pericial.
Para estimar que se ha omitido una diligencia de prueba, ésta debe haber sido solicitada y, además,
debe estar ordenada o rechazada en su caso por el tribunal. Para evaluar bien esta situación basta
recalcar lo ya expuesto en torno a que son las partes las encargadas de realizar las diligencias
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probatorias, por lo tanto, si la parte no cumple con aportar la prueba, aunque se produzca indefensión,
no puede alegar que se ha omitido la prueba.
5º La agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes, con citación o bajo el
apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella contra la cual se presentan.
El cuidado que debe tenerse es en la forma en que procesalmente se acompaña el instrumento, ya que
los tribunales no suplen las deficiencias de las partes. Por lo tanto, la parte debe preocuparse de
acompañar el instrumento solicitando citación si es público o bajo el apercibimiento legal del artículo
346 Nº 3º a la parte contraria si es privado (ésta es la forma procesal de acompañar el instrumento).
Un instrumento mal acompañado no puede ser considerado por el juez en la sentencia y la parte
afectada no podría recurrir de casación, ya que no se configura la causal debido a que la parte misma lo
acompaño mal y, por lo tanto, el juez no puede reconocerle mérito probatorio. Ahora, si el juez lo
considera, estaría actuando mal.
Este numeral debe concordarse con lo que establece el artículo 324 del CPC. Esta última disposición
señala que toda diligencia probatoria debe practicarse previo decreto del tribunal que conoce de la
causa, notificado a las partes.
El artículo 795 Nº 6º agrega “la citación”. De manera que se requiere que la diligencia de prueba esté
ordenada por el juez a través de una resolución judicial, y esta resolución tiene que estar legalmente
notificada a las partes. Dicha diligencia tiene que disponerse con citación a la parte contraria, ya que ésta
tiene el derecho a oponerse si es que la diligencia resulta improcedente.
7º La citación para oír sentencia definitiva, salvo que la ley no establezca este trámite.
Este numeral debe relacionarse con el artículo 432 del CPC. Vencido el periodo de observaciones a la
prueba, el tribunal tiene que ordenar, mediante una resolución judicial, que es una sentencia
interlocutoria, que se cite a las partes a oír sentencia. La causa en ese momento queda en estado de fallo
y se admitirán más escritos y pruebas, salvo las excepciones que el mismo artículo señala. Lo anterior se
relaciona con que el juez debe, en esta etapa, avocarse al estudio del proceso para dictar el fallo, por lo
tanto, no puede dictar sentencia definitiva vencido el periodo de observaciones a la prueba, si omite
esta diligencia, la sentencia es nula.
Puede omitirse esta diligencia si en un procedimiento el legislador no se contempla este trámite, pues en
ese caso no dicta la resolución en cuestión.
Salvo que en algún procedimiento el legislador no contemple este trámite pues, en ese caso, no se
cumple.
Todo lo anteriormente dicho está referido a los trámites o diligencias esenciales en primera o única
instancia.
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1º El emplazamiento a las partes, hecho antes de que el superior conozca del recurso.
2º La agregación de los instrumentos presentados oportunamente por las partes, con citación o bajo el
apercibimiento legal que corresponda respecto de aquella contra la cual se presentan.
Este numeral está en relación con el siguiente que se refiere a la fijación de la causa en tabla, ya que al
legislador le interesa que ésta se haga de acuerdo al artículo 163 del CPC, en el sentido de que la causa
está correctamente individualizada en la tabla.
4º La fijación de la causa en tabla para su vista en los tribunales colegiados, en la forma establecida en
el artículo 163.
5º Los indicados en los números 3º 4º y 6º del artículo 795, en caso de haberse aplicado lo dispuesto en
el artículo 207.
Esto en la medida que sea pertinente rendir prueba en segunda instancia, puesto que en segunda
instancia no es posible rendir prueba, salvo excepciones.
1º Falta de preparación del recurso (es condición para que el recurrente pueda interponer el recurso
que este lo haya preparado previamente): de no prepararse, se limita al tribunal y éste deberá
desestimarlo.
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La falta de preparación (a pesar de que la ley no lo dice) lleva a la inadmisibilidad del recurso, porque es
una condición que debe cumplirse para su interposición, esto está señalado en el artículo 769 del Código
de Procedimiento Civil. El reclamo a que se refiere el precepto es previo a la interposición del recurso. En
materia de nulidad al legislador lo que le interesa es que la parte afectada por un vicio reclame de
inmediato de la existencia del vicio (tan pronto como se produce, en la oportunidad que establece la ley)
y, si el vicio se comete durante la tramitación del proceso, hay que reclamarlo cuando se conoce del
vicio.
En el 769 inciso primero la ley explica en qué consiste la preparación, o cuando se entiende que el
recurso queda legalmente preparado. De acuerdo a lo aquí dicho podemos definir a la preparación como
la reclamación previa de la falta o vicio procesal por parte del recurrente ejerciendo oportunamente y, en
todos sus grados, los recursos establecidos por la ley.
El recurrente, en consecuencia, tiene que haber alegado de la falta antes de interponer la casación,
deduciendo todos los recursos que sean procedentes en relación a la falta que se comete en la
tramitación. Ejemplo: si el tribunal fuere incompetente, como demandado debería reclamar cuando la
demanda es notificada, por lo que se debería interponer una excepción dilatoria de incompetencia del
tribunal, rechazada ésta, se podría apelar en conformidad al artículo 307, y luego, denegada la apelación,
se podrá casar.
La expresión que utiliza el 769 al hablar de los recursos, está tomado aquí en un sentido amplio, referida
a cualquier medio, o toda impugnación que resulte procedente.
Para que quede preparado es necesario, entonces, que el recurrente, dentro del mismo juicio (y por la
misma parte) en que se produce la anomalía procesal, haya reclamado de ésta, y, en segundo término,
que se hayan deducido oportunamente y, en todos sus grados, los recursos permitidos por la ley.
Excepciones a la preparación, 769, 1º cuando la propia ley no admite posibilidad de reclamo; 2º cuando
la falta o vicio procesal haya tenido lugar en el pronunciamiento mismo de la sentencia que se trata de
casar; 3º cuando la falta haya llegado a conocimiento de la parte después de pronunciada la sentencia
(llega a conocimiento de la parte cuando esta ya ha sido pronunciada); además, la ley, en el mismo
precepto, señala que no es necesaria la preparación cuando se interpone contra sentencia de segunda
instancia y por ciertas causales, que son la 4º, 6º y 7º del 768.
2º Cuando el recurrente (existiendo la causal) ha sufrido un perjuicio que no solo es reparable con la
invalidación del fallo, o cuando el vicio de que se trate no influye en lo dispositivo del fallo.
Artículo 768 inciso 3º “No obstante lo dispuesto en este artículo, el tribunal podrá desestimar el recurso
de casación en la forma, si de los antecedentes aparece de manifiesto que el recurrente no ha sufrido un
perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en lo dispositivo del
mismo.”. Significa que, no obstante concurrir una causal de casación, si en los antecedentes aparece de
manifiesto que el recurrente ha sufrido perjuicio que no es reparable sólo por la invalidación de la
sentencia, el tribunal podrá desestimar el recurso.
El vicio procesal siempre tiene que producir una situación de indefensión a la parte, porque en eso se
traduce el perjuicio, y la casación tiene que ser la vía que queda para subsanarlo.
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Cuando una sentencia adolece de un vicio por la falta de pronunciamiento se está infringiendo el artículo
170 del C.P.C, concretamente el numeral 6 de dicha disposición, porque adolece de falta de decisión del
asunto controvertido. Agrega, además, que esta decisión debe comprender todas las acciones y
excepciones que se hayan hecho valer en el juicio; pero podrá omitirse la resolución de aquellas que
sean incompatibles con las aceptadas.
Esta anomalía constituye una limitación, ya que el tribunal que va a conocer del recurso de casación
tiene la facultad de no anular la sentencia, o sea, de no acoger el recurso. Esta facultad del tribunal
superior consiste en ordenarle al tribunal inferior que pronunció la sentencia recurrida, que complete el
fallo, es decir, que realice los pronunciamientos que no hizo.
Cualquiera de estas tres limitaciones antes analizadas conducen a que en definitiva el recurso de
casación deducido, no sea acogido.
En cuanto a la falta de preparación, aunque la ley no lo dice, traería como consecuencia que el recurso
sea inadmisible. El tribunal que debe controlar si está o no preparado el recurso, es el tribunal superior.
En cuanto a la segunda limitación, también lo controla el tribunal superior. Esto no es una condición de
admisibilidad, sino para desestimar el recurso.
Finalmente, la falta de pronunciamiento sobre alguna acción o excepción impide que el tribunal superior
emita pronunciamiento sobre el fondo del recurso. Aquí no es que el recurso sea inadmisible o se
rechace, sino que simplemente se ordena completar el fallo.
El interponer un recurso ante un tribunal significa determinar en qué tribunal se deduce el recurso, es
decir, frente a qué tribunal se debe hacer valer el escrito correspondiente.
Artículo 771
El recurso debe interponerse por la parte agraviada ante el tribunal que haya pronunciado la sentencia
que se trata de invalidar y para ante aquel a quien corresponde conocer de él conforme a la ley.
El mecanismo entonces es el mismo que se utiliza para los efectos del recurso de apelación.
Es tribunal competente para conocer de una casación en la forma, una determinada Corte de
Apelaciones (superior jerárquico del tribunal que pronuncio la sentencia) o bien la Corte Suprema
cuando la sentencia fue pronunciada por una de las cortes de apelaciones.
Aquí hablamos de quien cuenta con la legitimación para recurrir. En general, la legitimación, para los
efectos de recurrir, le corresponde a las partes agraviadas.
Las partes en el juicio son tanto las partes directas como indirectas, por lo que puede tratarse tanto de
demandante, demandado o tercero.
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En cuanto al agravio, tratándose del recurso de casación en la forma, como dice la doctrina, debe ser
doble:
1º Debe ser agraviada por la decisión desfavorable de la sentencia que se impugna, es decir, que el fallo
debe haber desestimado total o parcialmente sus pretensiones.
En la práctica esto es demostrable objetivamente haciendo una comparación entre lo que la sentencia
resuelve con aquello que fue solicitado por la parte interesada.
2º El agravio también tiene que ser causado -a la parte- por el vicio específico que alega, o sea, debe
producirse por la causal invocada.
c) Forma de interposición:
En este recurso y en el de casación en el fondo, la formalidad que establece la ley es presentar un escrito
de interposición. Este escrito es fundamental en un recurso que es de derecho estricto, por lo que, la ley
le hace exigencias especiales.
Éste debe ser presentado, dentro del plazo legal, directamente al tribunal inferior que ha pronunciado la
sentencia recurrida.
El recurso de casación en la forma, como todo recurso, debe ser interpuesto dentro la oportunidad que
la ley establece y para cuyo efecto se fijan plazos (fatales). Este plazo es individual, es decir, se cuenta
para cada parte desde que es notificada.
Recordar: el plazo sea fatal significa que el derecho para interponerlo precluye al momento de su
vencimiento.
Algunos dicen que la regla general es que el plazo sea de 15 días contados desde que se notifica la
sentencia contra la cual se recurre.
Artículo 770
El recurso de casación deberá interponerse dentro de los quince días siguientes a la fecha de notificación
de la sentencia contra la cual se recurre, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 791. En caso que se
deduzca recurso de casación de forma y de fondo en contra de una misma resolución, ambos recursos
deberán interponerse simultáneamente y en un mismo escrito.
El recurso de casación en la forma contra sentencia de primera instancia deberá interponerse dentro del
plazo concedido para deducir el recurso de apelación, y si también se deduce este último recurso,
conjuntamente con él.
En base a lo dispuesto en este artículo, el profesor señala que el plazo para interponer el recurso de
casación en la forma es variable porque se deben hacer algunas distinciones en cuanto a la resolución
recurrida, así:
a) En cuanto al grado jurisdiccional en que se pronuncia la sentencia recurrida (única, primera o segunda
instancia):
i) En primera instancia el recurso de casación en la forma debe interponerse dentro del plazo para
deducir el recurso de apelación, esto es, 5 días si se trata de una sentencia interlocutoria y 10 días si se
trata de una sentencia definitiva.
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ii) En única o segunda instancia el recurso de casación en la forma debe interponerse dentro de 15 días
desde que se notifica a la parte la sentencia que será recurrida.
Estos requisitos se encuentran señalados en el artículo 772 del Código de Procedimiento Civil:
Artículo 772
1) Expresar en qué consiste el o los errores de derecho de que adolece la sentencia recurrida, y
El escrito de interposición del recurso de casación en la forma debe señalar o mencionar expresamente
cuál es el vicio o defecto en que se funda el recurso
2) Señalar de qué modo ese o esos errores de derecho influyen sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Debe contener mención expresa y determinada de la ley que concede el recurso, es decir, por la causal
que se invoca. La ley es la norma legal que establece la causal.
Aquí se debe tener mucho cuidado porque el artículo 778 del C.P.C no se basta por sí solo, sino que se
debe relacionar, además, con otras normas, como, por ejemplo, el artículo 795 donde se establecen los
trámites esenciales. (Explicar en qué consiste el vicio y después citar la o las normas legales que
establecen la causal).
En uno y otro caso, el recurso deberá ser patrocinado por abogado habilitado, que no sea procurador del
número.
Debe contener patrocinio del abogado habilitado que no sea procurador del número. Esto ha dado
origen a problemas en la práctica, ya que ley no entiende el patrocinio del recurso al abogado
patrocinante de la parte.
En este escrito siempre se debe solicitar que se anule la sentencia impugnada y las actuaciones viciadas
por la o las causales invocadas. Dicha petición lleva a que el proceso se retrotraiga hasta el momento en
que se cometió el vicio.
Este escrito, en un recurso de derecho estricto, tiene la importancia para determinar en concreto cuál es
la competencia que va a tener el tribunal superior en el recurso.
Recordar: la casación no es instancia, por lo que la competencia del tribunal superior queda limitada a la
o las causales que el recurrente invoque en el escrito.
Este escrito es invariable, inmodificable e inalterable, es decir, una vez presentado el escrito, se consuma
el derecho del litigante. Esto porque el tribunal superior no tiene atribuciones para conocer de todas las
cuestiones de hecho o de derecho promovidas, ya que se restringe a las causales alegadas.
Artículo 774
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Interpuesto el recurso, no puede hacerse en él variación de ningún género.
Por consiguiente, aun cuando en el progreso del recurso se descubra alguna nueva causa en que haya
podido fundarse, la sentencia recaerá únicamente sobre las alegadas en ítems y forma.
Entonces, la interposición del recurso limita la actividad del recurrente, no pudiendo modificarse el
escrito de interposición. Por su parte, el tribunal superior, no puede modificar su competencia, la cual se
fija por la o las causales invocadas en el escrito de interposición.
La tarea del tribunal que conoce de la casación es únicamente determinar si concurren o no las causales
alegadas oportunamente en el escrito y no otras materias.
Este es un recurso devolutivo, por lo que siempre le corresponde conocer al tribunal superior jerárquico.
En la casación la competencia se circunscribe a la o las causales que invoque el recurrente en el escrito.
La competencia en la casación es mucho más restringida que la que tiene el tribunal superior, por
ejemplo, en una apelación.
¿Qué ocurre ante el inferior respecto a la ejecución del fallo? ¿Se puede ejecutar la sentencia estando
pendiente de casación la sentencia?
En cuanto al efecto devolutivo, siempre está presente en la casación, es decir es de la esencia del
recurso.
En cuanto al efecto suspensivo, la regla general, de acuerdo con el artículo 773, es que no hay efecto
suspensivo, es decir, el recurso de casación no suspende la ejecución de la sentencia, salvas las
excepciones ahí mismo indicadas, que ocurre cuando el cumplimiento de la sentencia recurrida haga
imposible llevar a efecto la sentencia que se dicte si se acoge el recurso.
El recurrente de casación tiene, de acuerdo a la ley, una exención, a través de cuyo ejercicio, sus
derechos quedan resguardados frente a una posible ejecución de la sentencia. No existe aquí la orden de
no innovar, pero el recurrente tiene derecho a solicitar, o exigir, que no se lleve a efecto la sentencia
mientras la parte contraria no brinda fianza de resultas, esto significa que se solicita al juez que fije una
fianza de resultado al vencedor, para el posible caso de que el recurso de casación pueda ser acogido y,
en el intertanto, se haya exigido el cumplimiento del fallo. Este es un derecho del recurrente, es decir, no
es facultativo del tribunal fijarlo.
Este derecho se ejerce por escrito ante el tribunal a quo (ante el inferior que pronuncio la sentencia
recurrida), mediante un escrito separado del recurso que se presenta conjuntamente con deducir el
recurso (esta es la oportunidad). El tribunal a quo se pronuncia de plano y en única instancia sobre este
escrito y debe fijar el monto de la caución, el escrito se agrega al cuaderno de fotocopias (o compulsas),
porque aquí siempre o casi siempre hay que sacar fotocopias, porque el recurso de casación no
suspende la ejecución de la sentencia.
Mientras esta fianza, cuyo monto lo fija el tribunal a quo, no se rinda, no se puede exigir el cumplimiento
de la sentencia.
Hay casos excepcionales en que el recurrente de casación no tiene derecho a pedir fianza de resultas, lo
indica el mismo 773, esto cuando se cumple con los requisitos de que el recurrente sea demandado en el
juicio; segunda condición es que esta excepción se aplica solo a ciertos procedimientos o juicios que son
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el juicio ejecutivo, los juicios posesorios de desahucio y de alimentos. La excepción encuentra su
fundamento en la naturaleza misma de estos procedimientos.
En la práctica, hay que ser muy prudente cuando se pide la ejecución de una sentencia estando
pendiente un recurso.
Presentado el escrito correspondiente ante el mismo tribunal que pronunció la sentencia objeto del
recurso, la tramitación comienza con un estudio de admisibilidad por parte de este tribunal, estudio que,
de acuerdo con lo que establece el artículo 776 inciso primero, está circunscrito a dos aspectos del
recurso: primero hay que determinar si éste es oportuno y, en segundo lugar, o como segundo aspecto a
analizar, hay que verificar si éste ha sido patrocinado por abogado habilitado (dos aspectos netamente
formales). No analiza el tribunal inferior ningún otro aspecto relativo a la admisibilidad.
Si el escrito del recurso de casación en la forma se presenta ante un tribunal colegiado (por ejemplo:
ante la Corte de Apelaciones, estamos deduciendo recurso contra sentencia de Corte de Apelaciones y
corresponde que de este conozca la Corte Suprema), de acuerdo a la ley, el examen de admisibilidad
deberá efectuarlo en cuenta, lo que quiere que decir que en este caso es el relator el que informa a la
sala correspondiente de estos dos aspectos de la admisibilidad.
A continuación de lo anterior entonces, el tribunal debe dictar una resolución judicial y, en este caso,
sino cumple con cualquiera de estos dos requisitos, se debe declarar inadmisible sin más trámite el
recurso, 778 inciso primero, contra esta sentencia sólo podrá interponerse el recurso de reposición, que
deberá fundarse en error de hecho y deducirse en plazo de tres días. La resolución que resuelva esta
reposición será inapelable. ¿En que se podría fundar esta reposición? Por ejemplo, se podría fundar en
que el tribunal contabilizó mal el plazo.
Ahora si el recurso cumple con ambas condiciones, artículo 776, el tribunal dará cumplimiento a lo
establecido en el inciso primero del artículo 197 para los efectos del cumplimiento de la sentencia y
ordenará elevar los autos originales al tribunal superior para que conozca del recurso y devolver las
fotocopias o compulsas respectivas al tribunal que deba conocer del cumplimiento del fallo. Aquí el
Código señala expresamente que el recurso se concede (en caso de concurrir ambos requisitos) y que se
elevan los autos al superior, y, en la misma resolución, determinar cuáles son los antecedentes que hay
que fotocopiar para los efectos del cumplimiento de la sentencia, porque hay que recordar que el
recurso de casación no suspende la ejecución del fallo, por lo que, la regla general será que haya que
realizar las copias (este es un caso de remisión directa en casación a las normas de la apelación).
Podría ocurrir que el recurrente (o parte afectada por la resolución) deduzca recurso de casación en la
forma y apelación conjuntamente, y todo lo anteriormente dicho, en relación a la no suspensión de la
ejecución del fallo, es sólo respecto a si se concede el recurso de casación en la forma. Ahora el tribunal
deberá pronunciarse sobre el escrito en su totalidad, que contiene ambos recursos (la ley no establece
un orden de prelación para la interposición de ellos). Y si se concede en ambos efectos (devolutivo y
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suspensivo) no se va a poder cumplir la sentencia, es decir, en este caso, sí se suspendería la ejecución
del fallo y no correspondería que el tribunal determine (para la casación) las piezas del proceso
necesarias para el cumplimiento de la sentencia, porque no es posible cumplirla, artículo 776 inciso final.
El recurrente tiene además otra carga que cumplir, la de franquear la remisión del proceso al tribunal
superior (significa esto pagar el franqueo que corresponda), artículo 777. Se ha entendido que éste se
debe pagar en los casos en que el tribunal funcione o tenga su sede en una comuna distinta al del
tribunal superior que va a conocer del recurso. Si habiéndose ordenado por el tribunal inferior remitir el
proceso al tribunal superior y ha pasado un tiempo sin que se haya cumplido, y tampoco hay constancia
de que se ha producido el franqueo, la parte contraria, haciendo uso de esta norma, debe solicitar que
se tenga por no presentado el recurso; ese es el apercibimiento del 777, esta norma no contempla un
plazo, por lo que siempre se debe solicitar. Esta sería una segunda causal de deserción.
Las fotocopias del proceso junto con el escrito de solicitud de fianza de resultas, tienen dos
posibilidades, o se mantienen en el mismo tribunal o son remitidas al tribunal competente para conocer
de la sentencia (que podría no ser el mismo que pronuncie la sentencia recurrida).
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revisa este aspecto, aunque la ley no lo señale expresamente, estimamos que ésta sería la oportunidad
para verificar la preparación del recurso.
En una Corte de Apelaciones este examen le corresponde a la sala tramitadora (en el entendido de que
haya más de una sala).
Los resultados del segundo estudio de admisibilidad que hace la corte pueden ser tres.
Como primera posibilidad, artículo 781, tenemos que el tribunal puede tenerlo por inadmisible por
incumplir algún requisito o formalidad, esto mediante resolución fundada, decir por ejemplo, que es
extemporáneo, o que no contempla patrocinio, etc.
Como segunda posibilidad, esto si se estima que el recurso es admisible, se ordenará que se traigan los
autos en relación sin más trámite. Autos en relación para que se proceda al conocimiento posterior del
recurso; éstos no se conocen nunca en cuenta, sino que siempre previa vista, de manera que en todos
los casos se piden autos en relación.
Hay una tercera posibilidad, en el caso de que la Corte, no obstante haber declarado su inadmisibilidad,
si se estima posible una casación de oficio, podrá ordenar igualmente autos en relación con la finalidad
de oír a las partes sobre el eventual vicio. Tratándose de la casación de oficio, excede de los márgenes de
acción del recurrente, y si ésta estima que hay algún vicio susceptible de casar ordenará escuchar a las
partes.
Dentro de la tramitación del recurso, hay que también señalar que las partes pueden formular
observaciones por escrito, aquellas que estimen pertinentes para el fallo de las partes, esto es facultativo
para las partes.
La ley aquí dice que la duración de los alegatos de cada abogado, se limitará a una hora en los recursos
de casación en el fondo, contra la media hora que es la regla general en las Cortes para las apelaciones.
Se pueden deducir conjuntamente los recursos de apelación y casación, y aquí un abogado se anuncia
por cada recurso por separado. Este tiempo es prorrogable por unanimidad para los alegatos
anteriormente referidos. En la casación es importante nunca olvidar que los alegatos deben estar
referidos a las causales. En una apelación puede ocurrir que se pida alegar vicios de casación.
En el recurso de casación en la forma hay posibilidad de rendir prueba, esto no es lo habitual, pero
puede ocurrir. En los casos en que la causal del recurso puede constar fehacientemente en el proceso y
en este entendido aquella causal no admite prueba; pero hay otros casos que pueden ocurrir que en la
causal sea controvertida, y que esto no conste en el proceso, por ejemplo, el 768 numero 2º: juez
legalmente implicado, va a ser una causal que requiera acreditación. En estos casos, si la causal necesita
de prueba, a petición de parte, el tribunal superior debe abrir un término prudencial para acreditarla, el
cual no puede exceder de 30 días, artículo 799 fundamentalmente y 807. Este es un término especial de
prueba que se abre exclusivamente a hechos controversiales de la causal discutida.
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Existe una forma normal de poner término a este recurso, y hay otras formas que son anormales. La
forma normal sería a raves del fallo del recurso, cuando la Corte resuelve la materia objeto del recurso; y
todas las demás formas son anormales, puesto que lo que las caracteriza es que, en ellas, el juez no se
pronuncia sobre la causal que se dedujo. Esta resolución que falla un recurso de casación, el Código la
denomina sentencia de casación o sentencia que declara la casación. Esta sentencia no es una sentencia
definitiva (a juicio del profesor), porque no pone término a ninguna instancia. Desde el punto de vista
formal, este fallo siempre acostumbra cumplir con requisitos propios de una sentencia definitiva. Las tres
partes que contemplan las sentencias definitivas son importantes (enunciativa, considerativa y
resolutiva); en la parte resolutiva es donde se señala expresamente que se acoge o desecha el recurso, y,
si se acoge, señala expresamente que se anula la sentencia recurrida.
Lo más relevante es determinar cuáles serían los pronunciamientos que debería tener una sentencia que
acoge los recursos de casación en la forma: una mención en cuanto a que el recurso se acoge, segundo y
como consecuencia de ello, que se anula o invalida la sentencia recurrida y, tercero (dependiendo de la
causal), la sentencia tiene que determinar en qué estado queda la tramitación del proceso, porque si la
sentencia se funda en un vicio en la tramitación del juicio, habrá que dictar el estado en que queda éste.
Y, además, se ordena remitir el proceso al tribunal inferior correspondiente a fin de que se continúe con
la tramitación del juicio en el estado que determina la corte. Esa tramitación del proceso debe
continuarla un juez no inhabilitado, puesto que el juez que dictó la sentencia que se recurre queda
inhabilitado.
(*)Desde el punto de vista material, siempre habrá un fallo de casación y puede o no haber una
sentencia de reemplazo, lo que dependerá de la causal por la cual se acoja el recurso.
El contenido de la sentencia de reemplazo está dado por el de la sentencia anulada; si se trata de una
sentencia definitiva, en principio, ésta deberá contener la resolución del asunto controvertido.
Si se rechaza el recurso, éste debe mencionarlo expresamente y debe contener los fundamentos que
justifiquen el rechazo.
La deserción, es otra forma anómala de poner término al recurso, siempre opera como una especie de
sanción legal al incumplimiento de cargas procesales que la ley impone. Con lo que el legislador estima
que no tiene mayor interés en la causa que se está tramitando.
Estas cargas son las que ya hemos dicho: 1º depositar el dinero en la secretaria del tribunal inferior para
la confección de las fotocopias cuando corresponda (por regla general corresponde, hay excepciones que
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contempla el artículo 733) y dentro del plazo que la ley establece (para el efecto de ejecutar la
sentencia); 2º cuando el recurrente no franquea la rendición del proceso al tribunal superior habiendo
sido requerido para ello, situación que también opera ante el tribunal inferior; 3º cuando el recurrente
no comparece oportunamente, ante el tribunal superior a proseguir el recurso.
Tenemos también, como formas anómalas de poner término al recurso a la prescripción, los acuerdos,
o un avenimiento, o incluso una conciliación, pero no vamos a entrar en esos temas con mayor detalle.
El alcance que debemos hacer es que el código limita las causales de procedencia del recurso en estas
situaciones (768 inciso segundo). Aquí es importante, siempre que se trata de un procedimiento regido
por leyes especiales, que es lo que establecen estos mismos, puesto que, por ejemplo, la ley especial
puede contener aún más limitaciones o derechamente negar la posibilidad de interposición del recurso,
por esto, lo primero que hay que analizar es el texto de la propia ley especial. Si ésta nada dice (no tiene
ninguna norma referente al recurso de casación) aplicamos las reglas del código, 766 inciso segundo y
768 inciso segundo.
Al respecto de una resolución para la que procede la casación y la apelación, lo importante es que, en la
medida que una resolución sea susceptible de los dos recursos, la parte afectada puede interponer
ambos, partiendo del supuesto que la resolución hace procedente los dos recursos. Para esto no existe
un orden legal de interposición en relación a la redacción del escrito; ambos tienen una sola vista y se
contiene su resolución en un solo fallo, artículo 798.
Los tribunales, sin perjuicio de lo dispuesto en esta norma en materia de facultades oficiosas, pueden
también anular actuaciones conforme lo dispone el artículo 84 inciso final del CPC; pero, a este respecto,
hay una diferencia entre ambas normas: la primera se refiere a la casación de oficio de la sentencia y el
artículo 84 inciso final se refiere únicamente a las actuaciones, por lo que ambos se encuentran en
relación pero no dan la misma facultad. Por consiguiente, no va a ser lo mismo anular por una u otra
norma.
La casación de oficio es una facultad que tienen únicamente los jueces de los tribunales superiores y no
para el mismo tribunal que dicta una sentencia.
La casación de forma de oficio la podríamos definir diciendo que se trata de una atribución o facultad
que la ley confiere a los tribunales superiores de justicia para que en ciertos casos puedan, de propia
iniciativa, anular o invalidar sentencias dictadas por tribunales inferiores en los casos en que existan
vicios o defectos que constituyen causales del vicio de casación en la forma.
De manera que, esta situación de artículo 775, constituye una excepción importante al principio de
pasividad de los tribunales que contempla nuestro sistema de Código de Procedimiento Civil (excepción
al artículo 10 del COT).
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Por una parte, hablamos de una intervención de oficio (de propia iniciativa, sin que esto se solicite) y, por
otra parte, decimos que ésta es una intervención esencialmente facultativa, atendiendo a la redacción
de la norma.
¿Por qué existe la casación de oficio? Ocurre que el recurso de casación está establecido en favor de los
litigantes (como todo recurso) para que cuando se sientan perjudicados utilicen esta herramienta
procesal, pero como buena parte de las leyes de procedimiento son de orden público (principalmente las
que se refieren a las diligencias esenciales), quien debe velar porque el proceso cumpla su finalidad y se
tramite adecuadamente es el tribunal, y es esto lo que justificaría la existencia de la casación oficiosa.
Esto está establecido para los casos en que el recurso no se ha deducido o en que se ha deducido por
otra causal que no concurre, existiendo otras que el tribunal estima que dan lugar al recurso.
Procedencia
En la tramitación del proceso lo indispensable es que el tribunal superior se encuentre conociendo del
proceso en el que se han cometido las anomalías que justifican el recurso, y el Código dice que existen
varias vías mediante las cuales el tribunal puede encontrarse conociendo de la causa.
Apelación, consulta (es un trámite que consiste en una revisión por parte del tribunal superior en los
casos que la ley lo ordena, no es un recurso), casación, o por vía de una incidencia. Da lo mismo por cuál
de estas vías la Corte esté conociendo, lo concreto es que el tribunal superior tome conocimiento de la
existencia de un vicio constitutivo de casación en la forma que conste fehacientemente en el proceso
(debe aparecer de manifiesto en los antecedentes) y que el tribunal debe advertir.
Artículo 775
No obstante lo dispuesto en los artículos 769 y 774, pueden los tribunales, conociendo por vía de
apelación, consulta o casación o en alguna incidencia, invalidar de oficio las sentencias cuando los
antecedentes del recurso manifiesten que ellas adolecen de vicios que dan lugar a la casación en la
forma, debiendo oír sobre este punto a los abogados que concurran a alegar en la vista de la causa e
indicar a los mismos los posibles vicios sobre los cuales deberán alegar.
Si el defecto que advierte es la omisión del fallo sobre alguna acción o excepción que se haya hecho valer
en el juicio, el tribunal superior podrá limitarse a ordenar al de la causa que complete la sentencia,
dictando resolución sobre el punto omitido, y entre tanto suspenderá el fallo del recurso.
El tribunal superior, al hacer uso de esta facultad, no está afecto a las limitaciones que tienen las partes
para su interposición, y no interesa tampoco si la parte que resulta agraviada reclamó o no; tampoco
(suponiendo que la parte dedujo casación por otras causales) es impedimento que se hayan desechado
las causales que invocó el recurrente para que la Corte utilice otras.
Por último, dentro de las reglas de la casación oficiosa, la ley le establece una exigencia al tribunal y es
que, a fin de guardar los intereses de las partes, la Corte deberá oír a cerca de los vicios a los abogados
de las partes. Para lo cual el Presidente de la sala debe informar al abogado de qué se trata el vicio en la
medida que los abogados concurran a la vista de la causa, y así la Corte podrá anular en la forma que le
parezca.
Ocurre también que el vicio se detecta en el estado de acuerdo y, en este caso, no se puede oír a los
abogados
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Concluye en lo mismo que sucedería si se va a fallar un recurso de casación en la forma, en el sentido
que si el tribunal respectivo superior estima que hay que anular de oficio, debe dictar una resolución en
que así lo disponga, y aquí hay que hacer la misma distinción que hicimos respecto del recurso de
casación formal, en cuanto a determinar la causal del artículo 778 por la cual la Corte decide invalidar la
sentencia.
Esto en el sentido de que invalidándose de oficio, hay que determinar igualmente cuál es el estado en
que queda el proceso (lo que sigue dependiendo de si el vicio se ha cometido durante la tramitación del
juicio o en la sentencia) y ordenar devolver el proceso al tribunal inferior para la continuación de la
tramitación dependiendo del estado en que debe quedar el juicio; o, la otra posibilidad es que,
anulándose la sentencia, la Corte, separadamente y sin nueva vista, dicte la sentencia que corresponde,
786 inciso final: “Lo dispuesto en el inciso precedente regirá también, en los casos del inciso primero del
artículo 776, si el tribunal respectivo invalida de oficio la sentencia por alguna de las causales antes
señaladas.”.
Ahora, si la Corte, después de oír a los abogados o sin oírlos, puede determinar que no hay que invalidar
de oficio (porque a veces el vicio es bastante dudoso). Sin perjuicio de que la casación sea oficiosa, el
tribunal igualmente puede solicitar que se alegue sobre el recurso.
Agreguemos que es posible que en esta etapa el tribunal detecte de oficio que el defecto de que adolece
la sentencia es la falta de pronunciamiento sobre alguna acción o excepción (que en el recurso de
casación en la forma constituía una limitación, porque el tribunal superior puede limitarse a ordenar al
inferior que complete la sentencia), la Corte puede limitarse a devolver el expediente para que el juez
complete el fallo (aquí no hay inhabilidad porque no hay pronunciamiento sobre el punto omitido) o
proceder a casación de oficio.
Artículo 764
El recurso de casación se concede para invalidar una sentencia en los casos expresamente señalados por
la ley.
El artículo 765 dice que es de dos especies, y que es de casación en el fondo en el caso del artículo 767.
Entonces, conforme al artículo 764, 765 y 767 del C.P.C, podemos definir al recurso de casación en el
fondo como un "recurso de carácter extraordinario, que la ley concede a la parte agraviada con
determinadas sentencias, con la finalidad de obtener su invalidación en los casos en que han sido
dictadas o pronunciadas con infracción de ley y esta infracción haya influido sustancialmente en los
dispositivo de la sentencia".
Del artículo 767 del C.P.C desprendemos que la única causal del recurso de casación en el fondo es la
infracción de ley con influencia sustancial en lo dispositivo de la sentencia.
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Como este recurso es de competencia exclusiva y excluyente de la Corte Suprema, debemos recordar
que justamente una de las funciones de ésta es uniformar la jurisprudencia, aun cuando en Chile ésta
sea meramente orientadora.
Que uno de sus fundamentos sea defender el principio de igualdad ante la ley significa que el recurso de
casación en la forma se refiere a las personas, en el sentido de que se trata de procurar, a través de este
recurso, que los tribunales tengan el mismo criterio para interpretar o aplicar la ley al caso concreto, sin
importar las personas que intervienen, o bien, su calidad. En otras palabras, tiene por objeto que se
aplique la ley a todos en un mismo sentido. Se supone que esto nos lleva a uniformar la jurisprudencia.
Características
a) Es un recurso extraordinario, porque procede únicamente por la concurrencia de la causal antes
indicada (causal única pero muy amplia)
b) Es un recurso devolutivo, porque es conocido y fallado por un tribunal superior distinto del que
pronuncio la sentencia recurrida. En este caso este tribunal es únicamente la Corte Suprema.
c) Es un recurso de derecho estricto, porque no basta con la mera interposición del recurso, sino que el
recurrente debe cumplir con requisitos de admisibilidad, ciertas formalidades, etc.
Este es un recurso esencialmente de derecho, en el sentido de que, a través de este recurso, la labor de
la Corte Suprema es determinar si la ley fue o no correctamente aplicada al caso concreto.
La casación en el fondo implica admitir que los hechos acreditados en el juicio fueron indicados en la
sentencia.
El recurso de casación en el fondo tiene lugar contra sentencias definitivas inapelables y contra
sentencias interlocutorias inapelables cuando ponen término al juicio o hacen imposible su continuación,
dictadas por Cortes de Apelaciones o r un tribunal arbitral de segunda instancia constituido por árbitros
de derecho en los casos en que estos árbitros hayan conocido de negocios de competencia de dichas
Cortes, siempre que se hayan pronunciado con infracción de ley y esta infracción haya influido
substancialmente en lo dispositivo de la sentencia.
Conforme a esta norma entonces, el recurso de casación en el fondo tiene lugar contra las sentencias
definitivas e interlocutorias y siempre que estas últimas pongan término al juicio o bien hagan imposible
su continuación.
A su vez, tanto las sentencias definitivas como las interlocutorias, deben ser inapelables.
Otro requisito es que estas resoluciones deben haber sido dictadas por una Corte de Apelaciones, o bien
por un tribunal arbitral de segunda instancia constituido por árbitros de derecho cuando estos hayan
conocido negocios de la competencia de dichas cortes.
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Este recurso, atendido a lo que dice el artículo 767 del C.P.C, es más restrictivo, en el sentido de que nos
limita notablemente las resoluciones dependiendo del tribunal que las pronuncia.
Dicho esto, para que proceda esta causal, se deben cumplir dos requisitos:
Estos requisitos se deben analizar, puesto que surgen las siguientes interrogantes:
¿Qué se entiende con que una sentencia se haya pronunciado con infracción de ley?
¿Qué debe entenderse por infracción que influye sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia?
Respecto a estas interrogantes el Código no dice nada, por lo que adquiere gran importancia lo señalado
tanto para la doctrina como para la jurisprudencia.
Con respecto a cuándo se entiende infringida la ley, la doctrina señala que fundamentalmente se
entiende así en tres situaciones:
1º Cuando la sentencia contraviene formalmente lo que la ley dice: Esto ocurriría en una determinada
situación de hecho que se da cuando al aplicarse la ley en la sentencia, el juez o tribunal prescinde
abiertamente del tenor literal de la norma, es decir, de lo que la ley dice. En otras palabras, se desconoce
por el tribunal lo que dice la norma.
3º Cuando la sentencia hace una falsa aplicación de la ley: Esto tiene lugar cuando el tribunal utiliza la
norma legal en casos para los cuales no fue prevista, es decir, en casos en que dicha norma no debe
aplicarse, o bien, no la aplica a los casos específicos en que el legislador estima que sí debe ser aplicada.
También interesa determinar el significado de la expresión "ley" que utiliza el Código. De acuerdo con la
historia fidedigna del establecimiento de esta norma, queda más o menos claro que el legislador emplea
la palabra en un sentido amplio, pudiendo asimilarse, según el profesor, a "norma jurídica".
Ahora, considerando la ley propiamente tal, ¿a qué ley se referirá el código? ¿A la ley sustantiva o a la ley
procesal? La ley no distingue, por lo que, en términos generales, tendríamos que considerar todas las
leyes, con la única precisión de que, en materia procesal, la doctrina suele distinguir entre las leyes
ordenatorias de la Litis y las decisorias de la Litis.
Dentro de las normas procesales hay leyes que dicen relación con la tramitación (ordenatorias, todas las
leyes que establecen los tramites del juicio), pero hay otras que sirven para la decisión, como lo son
concretamente las leyes de la prueba (las normas que fijan el valor probatorio por ejemplo). La única
exigencia es que la ley sea determinante en la decisión jurisdiccional de la sentencia.
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Limitaciones para la interposición del recurso de casación en la forma
En cuanto a las limitaciones del recurso (casación en el fondo), la doctrina estima que este recurso tiene
o presenta ciertas limitaciones, que son dos fundamentalmente.
La primera gran limitación de este recurso está constituida por las causales que son propias de la
casación en la forma (las del 768), porque cuando se incurre en alguna de aquellas causales también hay
infracción de ley, pero estas infracciones legales están previstas como los agravios específicos del recurso
de casación en la forma, y, entonces, en virtud del principio de especialidad, para la infracción de
aquellas normas habrá que utilizar el recurso de casación en la forma y no el de fondo. De manera que,
por mucho que estimemos que alguna de las causales del 768 reposta una infracción de ley que influye
en lo dispositivo del proceso, no es este recurso el que tenemos que utilizar.
La segunda limitación está dada por los hechos del pleito. Como se trata de un recurso de derecho, se
excluyen los hechos del juicio, la Corte Suprema no puede entrar a modificar los hechos del pelito que
han sido dados por establecidos por los jueces de la instancia respectiva, ellos son inamovibles (o
intangibles, algunos autores hablan de la incensurabilidad de los hechos). El artículo 785, en su parte
pertinente, dice que si la Corte Suprema acoge un recurso de casación en el fondo e invalida la
sentencia, debe dictar una nueva (obligatoriamente).
En el recurso de casación en el fondo, no se podrán admitir ni decretar de oficio para mejor proveer
pruebas de ninguna clase que tiendan a establecer o esclarecer los hechos controvertidos en el juicio en
que haya recaído la sentencia recurrida.
Esta regla tan categórica del artículo 807 tiene una excepción, que no la establece el Código, pero la
Corte Suprema ha sostenido esta tesis invariablemente, en que hay un caso que, a través del recurso de
casación en la forma, sí se podrían modificar los hechos del juicio. Ocurre cuando, para establecer los
hechos del pleito, el tribunal ha infringido las reglas reguladoras de la prueba, peso de la prueba, medios
de prueba, cuando se altera el valor probatorio.
Infringiéndose estas normas resulta evidente que los hechos van a quedar mal establecidos . Por lo que,
la Corte Suprema ha dicho que, en estos casos, existe infracción de ley y esa infracción es decisiva en la
sentencia (tiene influencia sustancial en la parte dispositiva), y que no tiene sentido acoger el recurso sin
poder modificar los hechos, por lo que, en esta situación concreta, la Corte Suprema modifica los hechos
y, posteriormente, aplica correctamente el derecho.
Por consiguiente, en cualquier otra infracción de ley, rige en plenitud el principio de incensurabilidad de
los hechos.
El recurso debe interponerse. La parte agraviada ante el tribunal que haya pronunciado la sentencia que
se trata de invalidar y para ante aquel a quien corresponde conocer de él conforme a la ley.
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El recurso debe interponerse por la parte agraviada, es decir, primero, hay que ser parte y, segundo, hay
que resultar personalmente agraviado por la infracción de ley que se está denunciando.
El recurso se interpone ante el tribunal que pronuncia la resolución y para ante el superior jerárquico
que, en este caso, será siempre la Corte Suprema.
El recurso de casación en el fondo se debe interponer por escrito dentro del plazo de los 15 días
siguientes a la notificación de la sentencia.
Artículo 770
El recurso de casación deberá interponerse dentro de los 15 días siguientes a la fecha de notificación de
la sentencia contra la cual se recurre, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 791. En caso que se
deduzca recurso de casación de forma y de fondo en contra de una misma resolución, ambos recursos
deberán interponerse simultáneamente y en un mismo escrito.
El recurso de casación en la forma contra sentencia de primera instancia deberá interponerse dentro del
plazo concedido para deducir el recurso de apelación, y si también se deduce este último recurso,
conjuntamente con él.
Conforme a este artículo entendemos que no hay posibilidad de interponer conjuntamente un recurso
de apelación y de casación en el fondo, esto porque, recordemos que para que proceda el recurso de
casación en el fondo, las resoluciones recurribles deben ser inapelables.
Ahora bien, existe la posibilidad de interponer conjuntamente ambos recursos de casación (en la forma y
en el fondo) contra una misma resolución, siempre que se cumplan los requisitos de procedencia de
cada uno de estos recursos.
El plazo de interposición del recurso de casación en el fondo, presenta las mismas características de los
plazos de todos los recursos (fatal, individual, de días, improrrogable, no se puede suspender, etcétera).
b) Se debe señalar de qué modo ese o esos errores de derecho, influyen sustancialmente en los
dispositivo del fallo: esto reafirma el hecho de que interponer un recurso de casación en la forma no se
trata sólo de denunciar una simple infracción de ley, sino que además se debe explicar, por el recurrente,
la infracción en que incurrió el tribunal y que llevó a los jueces a dictar una sentencia en un sentido
contrario a la que se hubiese pronunciado si se hubiere aplicado correctamente la ley.
c) El recurso deberá ser patrocinado habilitado que no sea procurador del número.
En cuanto a este escrito rige también, plenamente, el artículo 774 del C.P.C, en el sentido de que el
escrito, una vez presentado, o bien interpuesto el recurso, no se pueden hacer variaciones de ningún
género. Esto es obligatorio para el recurrente y también para el tribunal que, en este caso, es la Corte
Suprema.
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La ley, en el artículo 773, regula los efectos para los dos recursos, así es que la regla es exactamente lo
mismo, por lo que la interposición del recurso no suspende la ejecución de la sentencia, salvo que el
cumplimiento de la sentencia haga imposible llevar a efecto la que posteriormente se dicta si se acoge el
recurso o, cuando el recurrente haga uso de su derecho a exigir que se rinda fianza de resultas y ésta
efectivamente no sea rendida.
Por el contrario, si el escrito cumple con ambas exigencias, el tribunal debe concederlo, lo que implica la
admisibilidad solo en estos dos aspectos, caso en el cual se ordenará elevar los autos originales al
tribunal superior para que conozca del recurso, y se ordena la confección de las fotocopias de las piezas
correspondientes que deberá el tribunal precisar, fotocopias para los efectos del cumplimiento de la
sentencia. Rige la carga de dejar el dinero al efecto, con la misma sanción que para la casación formal, y
también la de franquear la remisión del proceso al tribunal superior (para lo que no hay plazo
establecido en la ley, por lo que habría que apercibir a la parte que no ha cumplido con esto).
La resolución que declare inadmisible el recurso de casación por no cumplir con alguno de estos dos
requisitos es susceptible del recurso de reposición, 778 inciso segundo, y, al igual que para la casación
formal, debe fundarse en un error de hecho. Esta resolución que resuelve la reposición es inapelable.
La regla es que la comparecencia sea por escrito mediante abogado habilitado para el ejercicio de la
profesión o procurador del número (artículo 398 del C.O.T.).
Ante la Corte Suprema sólo se podrá comparecer por abogado habilitado o por procurador del número y
ante las Cortes de Apelaciones las partes podrán comparecer personalmente o representadas por
abogado o por procurador del número.
El litigante rebelde sólo podrá comparecer ante estos últimos tribunales representado por abogado
habilitado o por procurador del número.
Recomendación: cuando se está haciendo la práctica profesional, se debe comparecer ante la Corte de
Apelaciones siempre patrocinados, lo más común es que sea por un abogado de la corporación.
Para el recurrente, esto es esencial, con el fin de evitar que se ponga término extraordinario a su recurso.
Dentro del plazo de comparecencia (cinco días más el aumento que establece el artículo 200 -que se
refiere únicamente a la tabla de emplazamiento-) es posible que, cualquiera de las partes, le solicite al
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tribunal superior (a la Corte Suprema), que el recurso de casación en el fondo sea conocido y resuelto
por el pleno de la corte suprema, conforme al derecho que establece el artículo 780.
Artículo 780
Interpuesto el recurso de casación en el fondo, cualquiera de las partes podrá solicitar, dentro del plazo
para hacerse parte en el tribunal Ad quem, que el recurso sea conocido y resuelto por el pleno del
tribunal. La petición solo podrá fundarse en el hecho que la Corte Suprema, en fallos diversos, ha
sostenido distintas interpretaciones sobre la materia de derecho objeto del recurso.
Esta petición solamente se puede fundar en el hecho de que la Corte Suprema, en fallos diversos, ha
sostenido distintas interpretaciones sobre la materia de derecho objeto del recurso.
Seguidamente, el tribunal superior tiene que examinar la admisibilidad del recurso, el cual se hace en
cuenta y, este examen, le compete a la sala especializada que corresponda según la materia del proceso
que antecede al recurso (recordar que en la Corte Suprema no existe sala de tramitadora, y que ésta le
corresponde al Presidente o a las salas especializadas).
Este es un examen completo (en comparación al que hizo el tribunal inferior), ya que se revisan todos los
aspectos de la admisibilidad, es decir, si la sentencia es o no recurrible, si se interpuso el recurso dentro
del plazo y si se cumple con los requisitos formales establecidos por la ley.
La segunda posibilidad que tiene la Corte Suprema es estimarlo admisible y ordenar traer los autos en
relación para proceder a la vista del recurso.
Como tercera posibilidad, si en opinión unánime de los miembros integrantes de la sala el recurso
adolece de manifiesta falta de fundamento, lo puede rechazar de inmediato, artículo 782 inciso
segundo. Esto no obstante ser la sentencia recurrible y cumplirse los requisitos. Con lo cual no hay un
pronunciamiento de fondo. Es susceptible de reposición.
Como cuarta posibilidad la Corte podría declarar inadmisible el recurso y, no obstante, ordenar autos
en relación, cuando advierta que es posible una casación de oficio, por lo que, se hacen aplicables en la
materia, los artículos estudiados para la casación en la forma.
Artículo 783 inciso final: “Las partes podrán, hasta el momento de verse el recurso, consignar en escrito
firmado por un abogado, que no sea procurador del número, las observaciones que estimen
convenientes para el fallo del recurso”.
Sin perjuicio de esto, las partes tiene otro derecho, que es el de presentar por escrito un informe en
derecho hasta el momento de la vista de la causa, artículo 805. Estos informes son meramente
ilustrativos para la Corte, su función es apoyar los argumentos de las partes.
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Conocimiento y fallo del recurso
El conocimiento es previa vista de la causa, 783, en el cual se observarán las reglas establecidas para las
apelaciones, lo que significa que existen los mismo tramites. La única particularidad es que la duración
de las alegaciones de cada abogado se limitara a dos horas en los recursos de casación en el fondo.
En la vista de la causa no se podrá hacer alegación alguna extraña a las cuestiones que sean objeto del
recurso (805).
En este recurso no se admite prueba, puesto que es únicamente de derecho. Si al tribunal superior le
está prohibido modificar los hechos del pleito, no se puede aceptar la prueba, artículo 807, ni aun en el
caso en que el tribunal inferior haya infringido las leyes reguladoras de la prueba.
En materia de término del recurso, este se produce mediante el fallo (terminación normal del recurso),
sin perjuicio de que pueden operar las mismas posibilidades que para la casación en la forma de la
casación anormal.
En cuanto a la sentencia de casación, que es la resolución judicial que falla sobre el fondo del recurso, al
igual que en la sentencia de casación formal, la ley no establece requisitos que deba cumplir esta
resolución judicial, puesto que es difícil encasillarla dentro de las que señala el artículo 158 del C.P.C, no
obstante que en la práctica los tribunales que pronuncian esta resolución siguen las mismas normas que
para el fallo de una sentencia definitiva.
En la parte expositiva de esta sentencia, el tribunal deja constancia de los antecedentes objetivos del
recurso (quién recurre, contra quién, por qué motivos), de manera que con solo verla se puede
identificar quién es la parte recurrente. En la parte expositiva el tribunal debe señalar todos los
razonamientos tendientes a demostrar si existió o no, en el caso concreto, infracción de ley, en otras
palabras, deberá expresar si concurre o no la causal que se alegó y, también, deberá señalar la influencia
de la infracción en lo dispositivo de la sentencia recurrida.
En la parte dispositiva o resolutiva, se hará expresa resolución concordante con los fundamentos
anteriores en orden a determinar si el recurso es admitido o rechazado y, consecuencialmente, señalar si
la sentencia impugnada es nula o es válida. Esta declaración, en cuanto a si el recurso se acoge o se
rechaza, es de vital importancia.
Si el recurso se rechaza significa que no ha existido infracción de la denunciada en el recurso y que, por
lo mismo, la sentencia impugnada es plenamente válida, en cuyo caso, el tribunal procede a devolver el
proceso al tribunal inferior para que se dicte el cúmplase respectivo.
Si se acoge el recurso de casación en el fondo, el fallo debe señalar que anula la sentencia recurrida y,
debiendo señalarse que, acto continuo, sin nueva vista y separadamente, se procede a dictar sentencia
de reemplazo, artículo 785.
Artículo 785
Cuando la Corte Suprema invalide una sentencia por casación en el fondo, dictara acto continuo y sin
nueva vista, pero separadamente, sobre la cuestión materia del juicio que haya sido objeto del recurso,
la sentencia que crea conforme a la ley y al mérito de los hechos tales como se han dado por establecidos
en el fallo recurrido, reproduciendo los fundamentos de derecho de la resolución casada que no se
refieran a los puntos que hayan sido materia del recurso y la parte del fallo no afectada por este.
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En los casos en que desechare el recurso de casación en el fondo por defectos en su formalización, podrá
invalidar de oficio la sentencia recurrida, si se hubiere dictado con infracción de ley y esta infracción haya
influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia. La corte deberá hacer constar en el fallo de
casación esta circunstancia y lo motivos que la determinan, y dictara sentencia de reemplazo con arreglo
a lo que dispone el inciso precedente.
De manera que se dictan dos resoluciones. La sentencia de reemplazo debe hacerse ajustada a la ley con
la correcta aplicación de las normas que se dicen infringidas. Esta sentencia de reemplazo pasa a ocupar
el lugar de la sentencia anulada y participa de la misma naturaleza jurídica que tenía la resolución
anulada, de manera que, puede ser una sentencia definitiva o una interlocutoria.
El Código agrega que, esta sentencia de reemplazo, no obstante, deberá ajustarse a los requisitos propios
de la sentencia reemplazada, reproduciendo los fundamentos de derecho que se mantienen de la
resolución casada, así como la parte del fallo que no resulta afectada. El fallo se dicta de acuerdo a la ley
y al mérito de los hechos, tales como se han dado por establecidos por el fallo recurrido, y con respeto
absoluto a los hechos, con la sola excepción del caso en que se anula una sentencia por haberse
infringido las reglas reguladoras de la prueba, puesto que, al infringirse estas, el tribunal dejó mal
establecidos los hechos, por consiguiente, en la sentencia de reemplazo, se debe hacer una correcta
interpretación de aquellas normas.
Aquí hay que decir que, de darse esta posibilidad en la práctica, los recursos se interponen
conjuntamente en un mismo escrito y tienen tramitación y vista conjunta, resolviéndose ambos en un
mismo fallo, artículo 808 Código de Procedimiento Civil
Artículo 808
Si contra una misma sentencia se interponen recursos de casación en la forma y en el fondo, estos se
tramitarán y verán conjuntamente y se resolverán en un mismo fallo.
También existen diferencias en cuanto al tribunal competente para conocer y fallar cada uno de los
recursos: en la casación en el fondo, la competencia es exclusiva de la Corte Suprema; en la casación en
la forma, puede ser la misma Corte Suprema o una Corte de Apelaciones.
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En tercer lugar, se plantea una diferencia en cuanto a las resoluciones recurribles, las cuales siempre van
a ser sentencias (definitivas o interlocutorias), pero, en la casación en la forma, esas resoluciones pueden
o no ser apelables, en cambio, en el caso de la casación en el fondo, las sentencias deben ser siempre
inapelables.
Existen diferencias en cuanto a las causales o motivos que hacen procedente los recursos: en el caso de
la casación en la forma, la ley contempla nueve causales, en cambio, en el recurso de casación en el
fondo, es sólo una, aunque ésta es genérica y cuenta con la particularidad de que las infracciones
legales, por mucho que influyan en lo dispositivo del fallo, si son constitutivas de casación en la forma, es
improcedente la interposición de este recurso por este mismo motivo (aquí es procedente la casación en
la forma).
Existen otras diferencias, en relación a la duración de los alegatos en la vista: por un lado, en la casación
en la forma, se limita a una hora por cada abogado máximo (en principio), por otro lado, en la casación
en el fondo, es de dos horas; en ambos casos, no obstante, la prorroga que puede otorgar el tribunal.
El recurso de casación en la forma es un medio legal que permite anular actuaciones del proceso (en
ciertos casos, dependiendo la causal), además de la sentencia, cuando el vicio ocurre en la tramitación
del juicio, de manera que es una forma de hacer valer la nulidad procesal por las actuaciones; en
cambio, el de casación en el fondo, solo permite anular la sentencia, pero no así las actuaciones del
proceso.
En los casos en que desechare el recurso de casación en el fondo por defectos en su formalización, podrá
invalidar de oficio la sentencia recurrida, si se hubiere dictado con infracción de ley y esta infracción haya
influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia. La corte deberá hacer constar en el fallo de
casación esta circunstancia y lo motivos que la determinan, y dictara sentencia de reemplazo con arreglo
a lo que dispone el inciso precedente.
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1º Recurso de casación en la forma: artículo 806, 20 días contados desde el término de la vista de la
causa. Pero esto tiene un alcance al respecto de la ubicación de la norma en el Código (título del
respectivo párrafo: Disposiciones especiales de los recursos de casación contra sentencias pronunciadas
en segunda instancia en juicios de mayor o de menor cuantía y en juicios especiales), por lo que, los 20
días parecieran ser únicamente para el caso en que el fallo se pronuncie por la Corte Suprema. De
manera que, el plazo tratándose de una Corte de Apelaciones, debiéramos aplicar la regla general, que
sería de 30 días (artículo 90 Nº 10 del COT).
2º Plazo para fallar la casación en el fondo: artículo 805, no hay duda respecto de este plazo (ya que
siempre falla la Corte Suprema en este caso), son 40 días de plazo contados desde el día en que haya
terminado la vista.
Nulidad Procesal
Ya hemos señalado que el proceso es el medio idóneo para solucionar conflictos de relevancia jurídica,
cuando nos referimos a medio idóneo significa que no basta para la composición de un litigio la mera
utilización de un proceso cualquiera, sino que éste debe cumplir con ciertas condiciones básicas para
que sea un proceso eficaz o apto. Y, particularmente, que se respeten aquellos trámites o diligencias que
son esenciales, todo esto con la finalidad de garantizar a las partes el debido proceso a que se refiere la
Constitución en el artículo 19 Nº 3 en orden a que toda sentencia que dicte un órgano que ejerza
jurisdicción debe fundarse en un proceso previo y legalmente tramitado. De manera que, si este no está
legalmente tramitado, podríamos decir, a priori, que no cumple con la finalidad de ser un instrumento
apto o idóneo para resolver el conflicto jurídico sometido al tribunal.
La nulidad procesal está relacionada directamente con los actos procesales, es decir, con las actuaciones
que se practican en el proceso (ya que el proceso está compuesto por una serie de actos que se
desarrollan en manera continua en la forma que indica la ley y que, por lo mismo, están todos
relacionados entre sí, por lo que podríamos decir que la ley establece un orden armónico para el
desarrollo de esto).
La ley se encarga también de señalar, por una parte, cuál es la oportunidad para realizar los actos
procesales, y por otro, cuáles son las formas a que deben ceñirse los actos. El incumplimiento de las
normas de procedimiento, respecto de un determinado acto del proceso, trae como consecuencia que,
ese acto imperfectamente realizado, no cumpla las finalidades propias que la ley establece para aquel
acto.
Entonces, aquí aparece el concepto de nulidad procesal, cuando el acto no se ajusta a lo que establece la
ley de procedimiento. En este caso, corresponde que ese acto sea privado de los efectos normales, y la
forma de privar al acto de los efectos normales que debe producir, es la nulidad procesal, que opera
como una verdadera sanción para quien no cumpla con un acto como deba hacerlo.
La nulidad no está regulada específicamente en el Código y, por lo mismo, no hay un concepto legal,
pero podemos decir que es una verdadera sanción de ineficacia jurídica en virtud de la cual se priva a un
acto o a varios actos, e incluso a todos los actos del proceso, de los efectos normales previstos por la ley,
en los casos en que, en su realización o ejecución, no se han observado las formas que la ley establece.
En el recurso de casación en la forma son los mismos principios que están en juego, con la diferencia de
que el recurso de casación en la forma se extiende a los vicios en que se incurre en la dictación de la
sentencia.
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Características más relevantes de la nulidad procesal en el sistema
Chileno
Cabe precisar que no son los mismos en todos los ordenamientos jurídicos.
a) La nulidad procesal debe siempre ser declarada judicialmente (se requiere de expresa declaración
judicial para que opere).
Hay que decir que, en virtud del principio de la buena fe, tenemos que partir del supuesto de que todos
los actos del proceso se ejecutan correctamente, de manera que en este entendido, todos los actos del
proceso gozan, a priori, de una presunción de corrección en su ejecución, entonces, si se alega que se
apartan de la ley de procedimiento, no basta únicamente con sostenerlo, sino que corresponde al juez
declararlo, de manera que mientras éste no lo declare, goza de plena validez.
Ahora, por el contrario, de producirse esta declaración judicial, se hace efectiva la ineficacia del acto y
ahí va a dejar de producir efectos.
b) Por regla general, la nulidad procesal debe ser alegada por las partes y, sólo excepcionalmente,
puede ser declarada de oficio.
Esto lo dice expresamente el código en el artículo 83 inciso primero: “La nulidad procesal podrá ser
declarada de oficio o a petición de parte, en los casos que la ley expresamente lo disponga y en todos
aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable solo con la
declaración de nulidad.” parece en el precepto estar ambos medios al mismo nivel pero la regla es que
sea a petición de parte.
En esta materia, impera el principio de la pasividad de los tribunales, aquella parte que se ve perjudicada
con un acto y, concurriendo los demás requisitos legales, debe reclamar la nulidad. Se ha entendido
siempre (por la doctrina y no por la ley) que al tribunal le correspondería declarar la nulidad procesal en
su obligación de velar por la correcta ejecución de los tramites o diligencias esenciales, sin necesidad de
petición de las partes (aunque nada impide que éstas lo aleguen), pero basta con la constatación de la
existencia del vicio para que se pueda declarar la nulidad de oficio. Respecto de los no esenciales, son
las partes quienes deben fiscalizar la correcta ejecución de esos actos y no el juez.
El artículo 84 inciso final dice que, el juez podrá corregir de oficio lo errores que observe en la
tramitación del proceso y asimismo tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de
procedimiento. No podrá, sin embargo, subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado
éstas fuera del plazo fatal indicado por la ley.
¿Qué condiciones tienen que reunir las partes (que van a reclamar) para estar legitimada a solicitar la
nulidad del acto?
i) Ser parte en el acto (directa o indirecta, aunque con la precisión de que los terceros lo pueden hacer
únicamente desde que intervienen).
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ii) Ser agraviado. La parte deberá ser perjudicada con el vicio que reclama. Y el perjuicio dice relación
con la indefensión de la parte (por este vicio la parte se queda sin poder ejercer un derecho que
legítimamente le correspondía)
iii) la parte que reclama no puede haber sido la causante del vicio, ni tampoco puede haber concurrido
a la materialización de aquel acto que adolece de nulidad; artículo 83 inciso segundo parte final: “La
parte que ha originado el vicio o concurrido a su materialización o que ha convalidado tácita o
expresamente el acto nulo, no podrá demandar la nulidad.”, puesto que atentaría contra la buena fe y el
principio de moralidad procesal.
c) En ciertos casos, la nulidad procesal produce efectos extensivos a otros actos del proceso, distintos del
acto anulado.
Esto es lo que la doctrina denomina como principio de la extensión de la nulidad procesal, se puede
producir en ciertos casos y no necesariamente en todos. Esto quiere decir que, declarada que sea la
nulidad procesal respecto de un acto determinado y concreto, el efecto se puede hacer extensivo a otros
actos del proceso que son consecuencia directa de ese acto nulo o que se sustentan en el acto concreto
que se está anulando.
Esto se debe a la relación de causalidad que hay en todos los actos del proceso o, como señalan algunos
autores, por la conexión que debe existir en todos los actos del proceso. Por ejemplo: estamos en un
juicio ordinario, vence el término probatorio, se han rendido pruebas dentro de este término y, siendo
posible, una de las partes solicita la nulidad de la resolución que recibió la causa a prueba; si se llega a
anular, consecuencialmente, va a ser nula la prueba ya rendida, aquí se produce un efecto extensivo.
Esto se determina en cada caso por el juez.
La ley dice que, la declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad de todo lo obrado, es decir,
no necesariamente; artículo 83 inciso final: “La declaración de nulidad de un acto no importa la nulidad
de todo lo obrado. El tribunal al declarar la nulidad, deberá establecer precisamente cuales actos quedan
nulos en razón de su conexión con el acto anulado”.
Evidentemente que si el acto anulado no tiene conexión directa con otros actos del proceso, es lógico
que únicamente se vaya a anular el acto viciado, y no se va a extender el efecto a las demás actuaciones
de proceso.
Los efectos de la nulidad procesal pueden extenderse o producir consecuencias en materia sustantiva,
en cuanto a que, si se anula un acto procesal, además pueden producirse efectos civiles (o ciertos
efectos o consecuencias de índole civil). Por ejemplo: si se anula la notificación de la demanda, se puede
producir el efecto de no interrumpirse la prescripción.
d) En nuestro sistema, por regla general, se trata de una sanción legal genérica y, excepcionalmente, es
una sanción específica.
Esto quiere decir que, la regla general, es que se admite una nulidad procesal de carácter amplio, en el
sentido de que, basta que un acto del proceso esté irregularmente ejecutado, para que sea procedente
alegar la nulidad, y no es necesario que, en estos casos, exista una norma legal especifica que lo
establezca. De manera que, si no hay norma específica para cada caso, la regla es el principio contrario,
que se trata de una causal genérica.
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regulan algunas nulidades especiales, como lo hacen los artículos 79 (nulidad por fuerza mayor) y 80
(situación del litigante rebelde respecto del cual no se ha producido el emplazamiento).
Distinto es que esa nulidad alegada, por cualquier vicio, vaya a prosperar, puesto que se deben reunir
otras condiciones.
e) El vicio que afecta al acto procesal, en que se funda la nulidad, tiene que ser trascendente.
Esto significa que no cualquier vicio es suficiente, puesto que para que prospere una alegación de
nulidad procesal el vicio debe ser de cierta importancia, lo que significa que, en la práctica, deja a la
parte -que alega la nulidad- en la imposibilidad de ejercer los derechos que la ley le otorgó. Al decir de la
jurisprudencia, no hay nulidad sin daño para la parte.
El artículo 83 inciso primero se refiere en otras palabra a esto, cuando dice que la nulidad procesal
podrá ser declarada cuando la ley lo establece expresamente y segundo en todos aquellos casos en que
existe un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo con la declaración de
nulidad.
f) Los actos que adolecen de nulidad procesal pueden convalidarse (en ciertos casos).
No está definida la convalidación en la ley, pero podemos decir que es una especie de saneamiento de
un acto que adolece de un vicio de nulidad procesal, es decir, no obstante adolecer el acto de algún vicio,
va a producir sus efectos como si el vicio no existiese en la medida de que concurran ciertas
circunstancias.
Se distingue, en esta materia, dos clases de convalidación, cualquiera que sea sanea el acto que adolece
de nulidad.
En primer lugar, tenemos una convalidación definitiva: la doctrina sostiene que es aquella en que se
produce el efecto por motivo de existir una sentencia definitiva firme o ejecutoriada, y que, por lo
mismo, esta convalidación es consecuencia del efecto de la cosa juzgada (puesto que ésta impide volver
a discutir aquello que ya está resuelto, y con mayor razón impide cuestionar las actuaciones del
proceso). El efecto de cosa juzgada convalida cualquier defecto que pueda haberse producido en el
proceso.
Mención aparte merece la situación que se produce en un proceso aparente cuando el vicio de que se
trata es la falta de emplazamiento legal al demandado. Esto no es una excepción, puesto que aquí no ha
habido cosa juzgada, y estamos solo en presencia de un juicio aparente.
Tenemos también la convalidación anticipada (al igual que la definitiva, es una denominación
doctrinaria), aquí el saneamiento se va a producir mediante la tramitación del juicio (mientras este esté
pendiente); el artículo 83 en el inciso segundo parte final dice que, esta convalidación puede ser de dos
tipos: expresa y tácita, pero en relación a sus efectos da igual de cual se trate, puesto que son idénticos.
La convalidación tácita o convalidación por conformidad, es un efecto que se produce cuando, la parte
interesada en alegar la nulidad, no lo hace, y deja pasar las oportunidades que la ley establece, de
manera que aquí opera la preclusión del derecho. Por ejemplo: transcurre el término de emplazamiento
y el demandado no opone excepciones dilatorias.
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En el caso de la convalidación expresa, la parte afectada por el vicio hace una verdadera confirmación de
su existencia, pero con las actuaciones que hace deja en claro que el vicio no le produce mayor perjuicio,
en otras palabras, esta parte efectúa actuaciones posteriores con pleno conocimiento de la existencia del
vicio. Por ejemplo: la parte que queda mal notificada y, no obstante lo cual, actúa.
Es importante el principio de la convalidación porque el juez no puede anular actuaciones de las partes
cuando se ha producido esta convalidación, siempre y cuando no existan en esas actuaciones anómalas
un interés público comprometido. Hay que tener presente que esta convalidación ocurre en la medida
de lo posible, porque hay vicios que no son convalidables.
Varias de estas características dan origen a los principios en que descansa la institución de la nulidad
procesal.
La doctrina señala que hay medios directos e indirectos. La finalidad precisa de los medios directos es
obtener la nulidad de un acto o de varios. En el caso de los medios indirectos es a través de otros
sistemas de impugnación que se podría lograr la nulidad de un acto, pero en que la finalidad del medio
no es obtener la nulidad (por ejemplo: a través del recurso de apelación).
De manera que nos vamos a referir a los medios directos, que son los que nos interesan. Primero,
tenemos medios que se disponen para las partes y otros de los cuales dispone el tribunal, aunque, a
través de impugnaciones de las partes, podemos llegar a que el tribunal utilice estos medios.
Las partes tienen, en primer lugar, el incidente de nulidad procesal, que, en la práctica, es el más
utilizado, puesto que se puede interponer en toda la tramitación del juicio. En segundo lugar, las partes
disponen del recurso de casación en la forma, el cual pueden utilizar únicamente cuando se ha dictado
sentencia. Disponen igualmente de las excepciones dilatorias, las cuales también están acotadas a una
oportunidad precisa. Cada uno de estos medios se utiliza en la oportunidad legal que corresponde.
El tribunal dispone de los medios de oficios: en primer lugar, la declaración de casación en la forma de
oficio y, en segundo lugar, la declaración de nulidad de oficio. Hay que recalcar la utilización del medio
adecuado, puesto que no son de libre elección, y la utilización del medio inadecuado llega a que no
prospere la alegación.
Estos incidentes de nulidad pueden estar referidos a uno o más actos determinados del proceso, o bien,
a todo el proceso, dependiendo de la naturaleza del vicio, o sea, el incidente de nulidad procesal puede
acarrear la nulidad de todo lo obrado o únicamente de un acto en concreto, lo que depende de la
conexión que tenga el acto que se va a anular con otros actos del proceso (concretamente está referido
o no a defectos en diligencia esenciales).
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En cuanto a la oportunidad para deducir el incidente, podemos decir que la regla general en la materia
es que tienen un plazo de cinco días contados desde que aparezca o se acredite que la parte legitimada
tuvo conocimiento del vicio, cuestión de hecho que deberá acreditarse en cada caso, de manera que un
acto puede perfectamente haberse ejecutado hace un mes y alegarse hoy la nulidad si la parte no
hubiese tenido conocimiento de esto, a menos que se trate de la competencia absoluta del tribunal,
artículo 83 inciso segundo. La incompetencia absoluta del tribunal es un vicio que no se sanea nunca
por ser una norma de orden público, de manera que, respecto a ese defecto, no corre el plazo.
En cuanto a los incidentes, hay dos que están especialmente reglamentados en los artículos 79 y 80
dentro del título de las rebeldías, y ambos están referidos a las situaciones en que podría encontrarse un
litigante rebelde.
Incidente de nulidad en el caso de que un litigante se encuentre rebelde y no haya podido actuar en el
proceso por una situación de fuerza mayor o caso fortuito, artículo 79.
Se trata de una nulidad que va a alegar a través de un incidente, un litigante que no ha podido
comparecer a todo el juicio o a determinados actos de procedimiento. Por ejemplo, el litigante que no
asiste al comparendo de prueba. Las diligencias practicadas en estas condiciones puede que sean
completamente válidas, el problema es que no fue una de las partes y no pudo ejercer sus derechos, en
estas condiciones puede pedir la rescisión de lo que se haya obrado por rebeldía suya ofreciendo
acreditar que ha estado impedido por razón de fuerza mayor. El fundamento del incidente no dice
relación con los vicios o anomalías que presenta el proceso, sino con la imposibilidad de asistir del
litigante a ejercer sus derechos.
Este derecho solo se puede declarar dentro de tres días contados desde que cesó el impedimento y pudo
hacerse valer ante el tribunal que conoce del negocio. Se tramita de acuerdo a las reglas generales.
Incidente de nulidad en el caso de que el demandado no ha tomado conocimiento del juicio por existir
falta de emplazamiento en relación con la notificación, artículo 80.
El código se refiere, en otros términos, al incidente, habla del litigante rebelde al que no se le ha hecho
saber en persona ninguna de las providencias libradas en el juicio, está referido al demandado
específicamente. Aquí se trata de un rebelde que no ha comparecido en ningún momento al juicio, que
no tiene noticia de éste, puede pedir la nulidad de lo obrado y tiene que acreditar los hechos que alega
como fundamento de la nulidad.
Está referido al demandado que queda mal notificado y la doctrina lo ha ampliado a cualquier defecto
del emplazamiento que impida al demandado enterarse del juicio que se sigue en su contra. Este
derecho no podrá reclamarse sino dentro de cinco días desde que aparezca o se acredite que el litigante
tuvo conocimiento personal del juicio. Para evitar el problema el referido litigante debería acreditar, en
el proceso, cuándo efectivamente tomó conocimiento personal del juicio.
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Este incidente se puede hacer valer en cualquier estado de la tramitación del juicio, incluso dictada la
sentencia o en la etapa de ejecución del fallo. Respetándose el plazo de los cinco días.
El profesor Salas Vivaldi estima que aquí no se atenta contra la cosa juzgada, puesto que aquí no se ha
producido la cosa juzgada respecto del litigante que no fue emplazado, de manera que es un juicio
aparente y hay que anularlo todo.
Resolución que debe dictar el tribunal pronunciándose de la nulidad procesal, o resolución que dicta el
tribunal para fallar un incidente de nulidad procesal, específicamente en su contenido. Hemos llegado a
la conclusión de que se trata de una interlocutoria, porque se establecen derechos permanentes en
favor de las partes, que es conocer fehacientemente si las actuaciones del proceso son válidas o son
nulas.
Ahora, esta resolución, como toda resolución que declara la nulidad procesal, debe hacer expresa
mención de ello en cuanto a que se declara la nulidad de uno o más actos del proceso o de todas las
actuaciones en su caso. Sin perjuicio de esto, la resolución, además, debe indicar específicamente, en
virtud del efecto extensivo de la nulidad, cuáles actos subsisten y cuáles quedan nulos en relación con la
conexión que tengan con el acto anulado. Además, debe contener el pronunciamiento sobre costas del
incidente, a menos que estime que hubo motivo plausible para deducir el incidente, artículo 144.
Nulidad de oficio
En materia de declaración de nulidad de oficio, respecto de actos de procedimiento, se fundamenta en
los artículos 83 inciso primero y, particularmente, en la parte final del artículo 84. No pueden los
tribunales anular su sentencia, puesto que opera el principio del desasimiento notificada a cualquiera de
las partes la resolución.
Artículo 83 inciso 1º
La nulidad procesal podrá ser declarara, de oficio a petición de parte, en los casos que la ley
expresamente lo disponga y en todos aquellos en que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes
un perjuicio reparable solo con la declaración de nulidad.
El juez podrá corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso. Podrá asimismo
tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de procedimiento. No podrá, sin embargo,
subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse realizado estas fuera del plazo fatal indicado por
la ley.
La nulidad, basada en las normas anteriores, es procedente en la medida de que concurran algunos
requisitos generales: en primer lugar, el vicio o anomalía procesal que va a servir de fundamento para
anular debe constar fehacientemente en el proceso (el juez no puede anular por suposiciones), no hay
norma particular al respecto, pero se acoge al artículo 160; en segundo lugar, no es posible que el juez
anule actuaciones del proceso si ya se ha dictado sentencia definitiva y ésta ya se ha notificado a
cualquiera de las partes, puesto que opera el principio de desasimiento; y, el último requisito, es que no
haya operado la convalidación, puesto que aquí el acto ya se ha saneado.
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No nos vamos a referir a los otros medios porque ya han sido estudiados.
Como precisión final podemos decir que la nulidad procesal solamente se puede ejercitar o hacer valer
dentro del proceso correspondiente -que no es otro que aquel en que se ha producido el defecto o vicio
procesal- utilizando alguno de los medios legales que resulten aptos para este fin, y que no se puede, en
consecuencia, impetrar en un juicio declarativo aparte, esto a diferencia de lo que ocurre en la nulidad
civil en que existe una acción ordinaria de nulidad civil.
Otra diferencia con la nulidad civil es que la nulidad procesal no admite clasificaciones en absoluta y
relativa, sino que es únicamente nulidad, podrá haber actuaciones más o menos relevantes que sean
anuladas pero no existe esta clasificación.
Podemos decir que ya sabemos que hay algunos actos que se llevan a efecto en el proceso que la
doctrina denomina actos de doble carácter (procesal y civil), lo que ocurre principalmente en el juicio
ejecutivo con la venta de los bienes embargados, entonces, resulta que la dificultad es determinar si la
nulidad de dichos actos es civil o procesal, la doctrina lo soluciona diciendo que hay que ver cuál es el
origen del vicio.
Recurso de Queja
El artículo 1º del COT se refiere a las atribuciones jurisdiccionales de los tribunales.
La facultad de conocer las causas civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado
pertenece exclusivamente a los tribunales que establece la ley.
Por su parte, el artículo 2º del mismo cuerpo legal, se refiere a la intervención de los tribunales de
justicia en otro tipo de asuntos, que no son jurisdiccionales, es decir, la intervención en actos no
contenciosos.
También corresponde a los tribunales intervenir en todos aquellos actos no contenciosos en que una ley
expresa requiera su intervención.
El más importante en esta materia relativa al recurso de queja es el artículo 3º del C.O.T.
Los tribunales tienen, además, las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno
de ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código.
Del artículo 3º del C.O.T nos interesa lo relativo a las facultades disciplinarias, reguladas en los artículos
530 y siguientes del C.O.T.
A través de estas facultades disciplinarias se trata de hacer respetar la disciplina judicial, en el sentido de
que los tribunales son órganos integrados por jueces, los cuales están afectos a ciertos estatutos en el
ejercicio de sus funciones.
La ley, para el cumplimiento del ejercicio propio de los jueces, les ha impuesto ciertas obligaciones,
deberes, prohibiciones, etcétera, de acuerdo a lo que se establece en los artículos 511 y siguientes. La
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ley establece la conducta ministerial de los jueces, es decir, el comportamiento que tienen que tener
como tal cuando cumple sus funciones.
Si estas obligaciones, deberes, prohibiciones, etcétera, no se cumplen como la ley manda, el propio
C.O.T. establece sanciones y los hace incurrir en faltas, sin perjuicio de que pueden cometer hasta
delitos.
Los artículos 324 y siguientes del C.O.T. se refieren a la responsabilidad de los jueces, la cual puede ser
penal, civil, disciplinaria e, incluso, algunos pueden incurrir en responsabilidad política.
La responsabilidad penal está referida a la comisión de delitos, delitos comunes o delitos ministeriales,
que son aquellos que cometen los jueces.
La responsabilidad política se aplica respecto de los magistrados de los tribunales superiores, es decir, a
los Ministros de Corte, por notable abandono de deberes.
Finalmente, la responsabilidad disciplinaria dice relación con la comisión de faltas, pero no de faltas
penales, sino de faltas disciplinarias, las cuales no constituyen delitos. Estas faltas siempre se tienen que
cometer en el ejercicio de las funciones del juez, y se entienden en el sentido de que el juez infringe sus
deberes. Estas faltas tienen sanciones muy diversas, las cuales pueden ir desde amonestaciones hasta la
destitución del juez.
Cabe señalar aquí que los tribunales superiores de justicia, que velan por la conducta de los tribunales
inferiores, especialmente la Corte Suprema, en estas materias, pueden actuar de oficio o a petición de
parte.
1º La Queja
La queja disciplinaria es un medio que la ley establece para hacer efectiva la responsabilidad disciplinaria
de los jueces, a petición de parte.
Opera por faltas o abusos que puedan cometer los jueces en el ejercicio de sus funciones ministeriales,
siempre y cuando esta conducta abusiva del juez no diga relación con resoluciones judiciales, ya que aquí
se trata de un mal comportamiento funcionario del juez. Ejemplo: juez que falla fuera de plazo, juez que
ejerce la abogacía, etcétera.
En esta queja, los interesados, la pueden ejercer, ya sea en forma verbal, o bien, por escrito, y el derecho
se ejerce directamente ante el tribunal superior jerárquico de aquel a quién se imputa esta falta o abuso
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No existe plazo en la ley para estos efectos. Tampoco existe un procedimiento específico establecido en
el Código, de manera que, la propia Corte o tribunal superior dispone las medidas correspondientes para
averiguar sobre el abuso o infracción, siendo obligatorio oír al juez afectado.
2º Recurso de queja
Este recurso está reglamentado en los artículos 545 y siguientes del C.O.T.
Tomando en cuenta estas normas podemos decir que se trata de un "medio de impugnación que tiene
por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en la dictación de resoluciones de
carácter jurisdiccional, haciéndose de este modo efectiva la responsabilidad disciplinaria del juez o,
incluso, de otros funcionarios, y determinando las medidas conducentes para remediar estas faltas o
abusos".
Esta última frase de la definición antes dada ha producido más de un problema de interpretación, ya que
algunos sostienen que el recurso es sólo disciplinario, es decir, para sancionar al juez y, otros, estiman
que tiene doble finalidad: sancionar al juez por una falta disciplinaria y, además, remediar las faltas, lo
que significa modificar o anular la resolución judicial, porque si no, no tendría sentido el recurso. Esto
último es lo que se sigue en la práctica, y se explica por la posibilidad que hay en este recurso de solicitar
la orden de no innovar, la cual sólo tiene sentido respecto de resoluciones recurridas.
Todo lo antes dicho surge porque el C.O.T. dice que el recurso de queja tiene por finalidad corregir las
faltas o abusos graves cometidos en la dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional.
b) Recurso de derecho estricto (mucho más que el de casación): Se entiende así porque deben cumplirse
una serie de requisitos de carácter formal para los efectos de interponer el recurso, incluso, se deben
acompañar ciertos instrumentos. Si no se cumplen los requisitos, el recurso no prospera.
c) Recurso especial: Esto atendida la regulación normativa que tiene, ya que este recurso se consagra en
el C.O.T y, los demás recursos, están todos en el C.P.C, sin perjuicio de lo que establece la C.P.R. Además,
también es especial porque es una forma directa de ejercer la jurisdicción disciplinaria.
d) Se interpone ante y para ante el tribunal superior jerárquico respectivo: En este recurso no
intervienen dos tribunales. Esto no es común en los recursos que hemos estudiado.
e) Recurso disciplinario: Este recurso apunta a la imposición de sanciones. Al ser disciplinario, este
recurso, es a la vez personal, ya que va dirigido nominativamente contra la persona del juez, o bien, de
los Ministros.
f) Recurso renunciable: Esto porque está establecido en el interés particular de los litigantes.
Resoluciones impugnables
Son resoluciones impugnables las señaladas en el artículo 545 del C.O.T
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El recurso de queja tiene por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en la
dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional. Sólo procederá cuando la falta o abuso se cometa en
sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su continuación o definitiva, y que no
sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o extraordinario, sin perjuicio de la atribución de la Corte
Suprema para actuar de oficio en ejercicio de sus facultades disciplinarias. Se exceptúan las sentencias
definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores, en cuyo caso procederá el
recurso de queja, además del recurso de casación en la forma.
Conforme a esta disposición el recurso de queja sólo procederá (restrictivo) cuando la falta o abuso se
cometa en:
1º Una sentencia interlocutoria que ponga fin o término al juicio o haga imposible su continuación.
En ambos casos, la resolución no debe ser susceptible de recurso alguno, ya sea éste es ordinario o
extraordinario.
Son excepciones a esta regla las sentencias definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros
arbitradores, en cuyo caso procederá el recurso de queja, además del recurso de casación en la forma.
Esto tiene aplicación porque el arbitrador, por muy abogado que pueda ser, no falla de acuerdo a
derecho. Por tanto, la única manera de poder fiscalizar la justicia de ese fallo es justamente a través del
recurso de queja.
Nota: hay personas que confunden el no estar de acuerdo con la sentencia con el estimar que hay
arbitrariedad o que se han infringido las normas legales, lo cual es sustancialmente distinto.
1º En única instancia:
c) De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de letras, jueces de policía local, jueces
árbitros y órganos que ejerzan jurisdicción, dentro de su territorio jurisdiccional.
Dentro de la expresión "jueces de letras" se debe considerar a todos los jueces letrados.
La frase "Órganos que ejerzan su jurisdicción dentro de su territorio jurisdiccional" está referida a
cualquier órgano administrativo que forme parte de la administración del Estado y que ejerza funciones
jurisdiccionales por excepción. Estos, entonces, se transforman en tribunales si es que ejercen funciones
jurisdiccionales.
Todo esto, sin perjuicio del artículo 98 número 7º del C.O.T., referido a la competencia de la Corte
Suprema.
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Causal del recurso de queja
Aquí no existen diversas causales, sino que existe una sola causal genérica que es la existencia de faltas o
abusos graves que se cometan en la dictación de resoluciones judiciales. Dentro de esto cabe cualquier
falta o abuso grave.
Lo antes dicho es sinónimo de que la actuación del juez debe ser tan grosera que se estima que resolvió
de forma arbitraria.
No existe un catálogo legal que establezca en qué casos se incurre en esta causa, sino que esto lo
determinan los tribunales superiores encargados de conocer este recurso en cada caso concreto.
El agraviado deberá interponer el recurso en el plazo fatal de cinco días hábiles, contado desde la fecha
en que se le notifique la resolución que motiva el recurso. Este plazo se aumentará según la tabla de
emplazamiento a que se refiere el artículo 259 del Código de Procedimiento Civil cuando el tribunal que
haya pronunciado la resolución tenga su asiento en una comuna o agrupación de comunas diversa de
aquélla en que lo tenga el tribunal de deba conocer el recurso.
Con todo, el plazo total para interponer el recurso no podrá exceder de quince días hábiles, contado
desde igual fecha.
Asimismo, se deberá acompañar un certificado, emitido por el secretario del tribunal, en el que conste el
número de rol del expediente y su carátula; el nombre de los jueces que dictaron la resolución que
motiva el recurso; la fecha de su dictación y la de su notificación al recurrente, y el nombre del
mandatario judicial y del abogado patrocinante de cada parte. El secretario del tribunal deberá extender
este certificado sin necesidad de decreto judicial y a sola petición, verbal o escrita, del interesado.
El recurrente podrá solicitar orden de no innovar en cualquier estado del recurso. Formulada esta
petición, el Presidente del Tribunal designará la Sala que deba decidir sobre este punto y a esta misma le
corresponderá dictar el fallo sobre el fondo del recurso.
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Este artículo se refiere siempre al escrito, el cual debe cumplir varios requisitos:
b) Debe individualizarse el proceso en el cual se dictó la resolución que motiva el recurso. Aquí se debe
indicar el rol de la causa y cómo está caratulado el expediente (nombre del demandado y del
demandante).
d) Se consignará el día de la dictación del fallo de la resolución recurrida, la foja en que rola el
expediente y la fecha de su notificación al recurrente.
e) Se señalará, clara y específicamente, las faltas o abusos que se imputan a los jueces o funcionarios
recurridos.
f) Debe acompañarse al escrito un certificado enviado por el secretario del tribunal en que consten las
menciones del artículo 548 del C.O.T. Este certificado podría no acompañarse por causa justificada, en
cuyo caso el tribunal superior debe otorgar un plazo de 6 días al recurrente, el cual debe ser solicitado
por el mismo, para que lo acompañe.
En cuanto a petición del escrito, la verdad es que la ley en este punto nada dice. Todo escrito para
considerarlo como tal tiene que considerar una parte petitoria puesto que en términos generales es una
solicitud de parte, y hay algunos en que la ley lo contempla expresamente pero a este respecto nada se
dice de la petición. Si nada se dice de la petición cualquier defecto en la materia que estimara el
tribunal, no trae aparejada la inadmisibilidad. Lo que no significa que el escrito no contenga ninguna
petición, puesto que es menester que todo escrito contenga una solicitud que se realiza al tribunal o este
carecería de sentido.
En consecuencia al concepto de este recurso, lo lógico es que en esta parte se solicite concretamente
que se acoja el recurso de queja y se apliquen las medidas disciplinarias correspondientes al juez o
funcionario recurrido (al modo de ver del profesor se debe pedir una sanción de tipo genérico) y
pareciera que también hay que solicitar de qué forma se va a corregir esa falta o abuso en relación con la
resolución judicial, puesto que, desde un punto de vista práctico, al recurrente esto es lo que más le
interesa. El recurrente tendrá que pedir cuáles son las medidas concretas necesarias para reparar el
agravio.
Desde el momento que dice que “podrá” solicitar, lo convierte en meramente facultativo para el
recurrente, al igual que en la apelación. El recurrente, en cuanto a oportunidad, tiene dos posibilidades:
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la primera es que lo solicite en el mismo escrito en que interpone el recurso, o bien, que lo solicite
posteriormente en cualquier estado de la tramitación.
Normalmente lo que ocurre en esta materia es que se interponga a la brevedad posible (para darle
seriedad a la petición); lo lógico es solicitar la orden materialmente en el mismo escrito en que se
interpone el recurso. Al respecto, el Código Orgánico señala que, formulada la petición, el Presidente del
tribunal debe designar sala para que resuelva sobre esto, y esta misma sala es la que debe dictar el fallo
sobre el fondo del recurso, o sea, en otras palabras, designada la sala que debe conocer y pronunciarse
sobre una petición de orden de no innovar, se produce la radicación del conocimiento en cuanto al fondo
del recurso en esa misma sala. Hay una diferencia con la apelación, puesto que en la apelación sólo se
radica si ésta se concede, en cambio, aquí, por el solo hecho de la designación, se radica.
La Corte puede limitar los efectos de la orden. Los efectos de esta orden son transitorios dentro del
proceso, y están subordinados, siempre, a lo que se resuelva respecto del recuso en que la orden incide.
Existe un autoacordado de la Corte Suprema sobre la tramitación y fallo del recurso de queja del año
1972, que es complementario de lo que establece el Código Orgánico; en este autoacordado hay varias
disposiciones referidas a la orden de no innovar. En el numeral octavo del autoacordado se dice que, si
se ha concedido orden de no innovar y el recurso paraliza su tramitación durante quince días, este
recurso se declarará desistido y se dejará sin efecto la orden de no innovar. Es importante que la parte
inste por la continuación de la tramitación que corresponde a este recurso.
El plazo de interposición del recurso de queja también se encuentra señalado en los incisos 1º y 2º del
artículo 548 del C.O.T.
El agraviado deberá interponer el recurso en el plazo fatal de cinco días hábiles, contado desde la fecha
en que se le notifique la resolución que motiva el recurso. Este plazo se aumentará según la tabla de
emplazamiento a que se refiere el artículo 259 del Código de Procedimiento Civil cuando el tribunal que
haya pronunciado la resolución tenga su asiento en una comuna o agrupación de comunas diversa de
aquélla en que lo tenga el tribunal de deba conocer el recurso.
Con todo, el plazo total para interponer el recurso no podrá exceder de quince días hábiles, contado
desde igual fecha.
El Código, a este plazo, le da el carácter de fatal. Este plazo se aumenta según la tabla de emplazamiento
del artículo 259 C.O.T. (no hay que olvidar que en este caso no se aumentan los 3 días señalados en el
artículo 258 del C.O.T). Con todo, el plazo total para interponer el recurso, no puede exceder los 15 días
hábiles.
La persona legitimada para interponer el recurso es alguna de las partes que resulte agraviada
concretamente por la falta y, desde luego, por la resolución.
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Primero, el escrito se interpone directamente, ante el tribunal superior jerárquico de aquel que
pronunció la resolución materia de la impugnación, específicamente, en la sala de cuenta.
Cuando hablamos de sala de cuenta, primero, debemos distinguir ante qué Corte se interpone el
recurso: si es una Corte de Apelaciones, la sala de cuenta es la primera sala; si es en la Corte Suprema,
como no hay sala tramitadora, la sala de cuenta será la especializada que corresponda.
Para el profesor, esta norma (artículo 549 letra a)) podría no referirse a la sala de cuenta en la Corte de
Apelaciones cuando se haya pedido orden de no innovar en el mismo escrito de interposición del
recurso.
Admitido a tramitación el recurso, la Corte debe pedir de inmediato informe al juez o jueces recurridos.
El informe solo podrá recaer sobre los hechos que, según el recurrente, constituyen las faltas o abusos.
En el fondo, en este informe los recurridos tienen que justificar que han actuado con apego a la ley en la
dictación de la sentencia, y que la falta alegada no se configura por tal y cual motivo, es decir, indicar por
qué se dictó la resolución en dicho sentido.
El plazo para evacuar este informe es de 8 días hábiles siguientes a la recepción del oficio.
Vencido el plazo para informar, con o sin el informe, se procederá a la vista del recurso.
Para la vista del recurso se agregará preferentemente a la tabla y no procederá la suspensión de ésta. El
tribunal podrá dictar medidas para mejor resolver al terminar la vista.
Que se agregue preferentemente en la tabla significa que se pone en la tabla complementaria a la tabla
semanal, ya que recordemos que esta última no se modifica para estos efectos.
Fallo
Como todos los fallos, en éste se puede acoger o, bien, rechazar el recurso de queja. Ahora bien, no
existe plazo para fallar este recurso.
a) Que no se acoja el recurso de queja: Esto ocurre cuando el tribunal superior estima que no ha
existido abuso o falta grave al momento de dictarse la sentencia. Que sea desechado el recurso trae
como consecuencia que la resolución judicial se mantenga tal cual como fue dictada.
b) Que se acoja el recurso (Artículo 545 inciso 2 C.O.T): La ley dice que este fallo que acoge el recurso de
queja debe contener las consideraciones precisas que demuestren la falta o abusos. También debe
contener e indicar los errores u omisiones manifiestos graves que constituyen estas faltas y que existan
en la resolución que motiva el recurso. Además, el fallo debe determinar las medidas conducentes a
remediar tales faltas o abusos.
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La sala respectiva que emite este fallo, en los casos en que el recurso es acogido, debe ordenar, en la
resolución, que se dé cuenta al pleno de la Corte respectiva, para los efectos de que se apliquen las
sanciones disciplinarias que correspondan (artículo 545 inciso final C.O.T).
El recurso de queja tiene por exclusiva finalidad corregir las faltas o abusos graves cometidos en la
dictación de resoluciones de carácter jurisdiccional. Sólo procederá cuando la falta o abuso se cometa en
sentencia interlocutoria que ponga fin al juicio o haga imposible su continuación o definitiva, y que no
sean susceptibles de recurso alguno, ordinario o extraordinario, sin perjuicio de la atribución de la Corte
Suprema para actuar de oficio en ejercicio de sus facultades disciplinarias. Se exceptúan las sentencias
definitivas de primera o única instancia dictadas por árbitros arbitradores, en cuyo caso procederá el
recurso de queja, además del recurso de casación en la forma.
El fallo que acoge el recurso de queja contendrá las consideraciones precisas que demuestren la falta o
abuso así como los errores u omisiones manifiestos y graves que los constituyan y que existan en la
resolución que motiva el recurso, y determinará las medidas conducentes a remediar tal falta o abuso.
En ningún caso podrá modificar, enmendar o invalidar resoluciones judiciales respecto de las cuales la ley
contempla recursos jurisdiccionales ordinarios o extraordinarios, salvo que se trate de un recurso de
queja interpuesto contra sentencia definitiva de primera o única instancia dictada por árbitros
arbitradores.
En caso que un tribunal superior de justicia, haciendo uso de sus facultades disciplinarias, invalide una
resolución jurisdiccional, deberá aplicar la o las medidas disciplinarias que estime pertinentes. En tal
caso, la sala dispondrá que se dé cuenta al tribunal pleno de los antecedentes para los efectos de aplicar
las medidas disciplinarias que procedan, atendida la naturaleza de las faltas o abusos, la que no podrá
ser inferior a amonestación privada."
Conforme a nuestros estudios de derecho orgánico, entendemos que el ejercicio de las facultades
disciplinarias les corresponde a las Cortes en pleno.
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A través del proceso declarativo el actor pretende que el tribunal declare un derecho o una determinada
situación jurídica, en el amplio sentido de la expresión, reconociéndole un determinado derecho o
dándole certeza a este (dependiendo de qué tipo de proceso declarativo se trate); a través de la
sentencia en un proceso declarativo el juez lo que hace es reconocer o declarar un derecho en favor de
las partes.
Ejecutoriada que sea esa sentencia, en la medida que la parte condenada- por ese fallo- a cumplir con
una determinada prestación, no la satisfaga, es decir en la medida que el obligado no cumpla
voluntariamente la obligación que impone la sentencia, la parte contraria no queda satisfecha en su
derecho reclamado. A la parte le interesa el cumplimiento efectivo de ese derecho que está reconocido
en el fallo declarativo.
Cuando hay una sentencia de condena que impone una obligación, habrá un deudor obligado a cumplir y
un acreedor que puede exigir el cumplimiento.
Al respecto de la finalidad del proceso de ejecución, dicen los autores que se trata de restablecer la
situación que existía antes del incumplimiento, o restablecer de un modo efectivo el desequilibrio
patrimonial que produce el incumplimiento del deudor.
La sentencia judicial firme o ejecutoriada es el título ejecutivo por excelencia, y tanto es así que al
enumerarlos la ley lo establece en primer lugar. Y existen otros títulos que la ley equipara a la sentencia
en cuanto a su fuerza ejecutiva o eficacia jurisdiccional, que viene a ser el resto de los títulos
enumerados, y que para los efectos de la ejecución tienen la misma eficacia. Lo que queremos decir es
que no hay títulos mejores que otros, lo relevante es que siempre son el antecedente de la ejecución.
Ahora si la sentencia es de aquellas que se llaman constitutivas, por ejemplo las que modifican el estado
civil (la que declara el divorcio, por ejemplo), tampoco requieren ejecución, se está simplemente
declarando un estado, sin perjuicio de que con posterioridad al fallo haya que cumplir otro tipo de actos
administrativos.
Entonces, la única sentencia declarativa que puede dar origen a un proceso de ejecución posterior es
la sentencia declarativa de condena, aquella que impone una obligación o hacer una prestación de dar
hacer o no hacer, esta es la sentencia a que se refiere la ley en el artículo 434 numeral 1º, aunque no lo
diga expresamente.
Hay otros casos en que puede existir un proceso de ejecución, en los cuales aún no existe un proceso
declarativo terminado, en otras palabras, titulo ejecutivo sin un previo proceso declarativo. Esto ocurre
fundamentalmente en dos casos:
a) El primero se trata de la ejecución provisional de sentencias, que está constituida por todos aquellos
casos en que la ley permite hacer cumplir una sentencia no obstante no estar ejecutoriada, halamos de
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las “sentencias que causan ejecutoria”. Esta ejecución va a ser provisional por haber recursos pendientes
deducidos en contra de ellas que pueden modificar completamente la decisión de esos fallos.
Es lo que ocurre en el caso por ejemplo de la apelación concedida en el solo efecto devolutivo, y la
casación (salvas las excepciones estudiadas).
b) Una segunda situación está referida a los títulos ejecutivos extrajudiciales en que se puede seguir un
proceso de ejecución sin que exista proceso declarativo previo, porque la obligación va a constar en un
instrumento distinto a una sentencia.
La garantía constitucional del debido proceso o derecho a la tutela judicial efectiva (en doctrina
Española) está establecida de manera muy genérica en Chile, pero comprende muchos aspectos. En
España el tratamiento en la materia es más conciso y comprende, en primer lugar el derecho a obtener
la tutela judicial efectiva parte garantizando el acceso a los tribunales para las personas, en el sentido de
eliminar las trabas para haber jurisdicción; en segundo lugar comprende el derecho a obtener de los
tribunales un fallo fundado en derecho y congruente; incorpora el derecho a los recursos y el derecho a
la ejecución, puesto que si no la tutela se vuelve puramente teórica.
Estas normas son de aplicación especial, de manera que a ellas debemos recurrir en primer término
tratándose de este procedimiento, y estas deben ser complementadas por las normas del libro primero
del código pro tratarse de disposiciones comunes a todo procedimiento y supletoriamente corresponde
aplicar a la tramitación, las normas que resulten pertinentes del libro segundo (Juicio Ordinario de
Mayor Cuantía), de acuerdo al artículo 3º del Código.
Un procedimiento ejecutivo, podríamos decir que consiste en la tramitación o substanciación que debe
darse a un juicio de carácter civil y contencioso para tramitar aquellas pretensiones cuya finalidad es
obtener el cumplimiento forzado de una obligación, siempre que esa obligación conste en un título
ejecutivo, esta es la finalidad perseguida por el demandante. De manera que el titulo ejecutivo es el
fundamento de todo proceso de ejecución y como es lógico sin título ejecutivo es imposible que exista
procedimiento de ejecución (por más que el acreedor así lo quiera).
El título ejecutivo goza de una presunción de veracidad y tanto es así que después vamos a ver que en
este procedimiento ejecutivo se da una situación muy especial, que consiste en que si el juez que está
conociendo de la demanda ejecutiva examinado el título (que hay que acompañar necesariamente y
siempre en la demanda) y estando todo en orden, el juez en la primera resolución que dicta en el
proceso y sin oír al demandado accede a lo pedido en la demanda inmediatamente (provisionalmente,
pero accede).
Esto por la importancia que la ley le atribuye al título ejecutivo, partiendo de la base que el principal es
una sentencia judicial ejecutoria, y gozan de una presunción de veracidad en relación a que lo que indica
el título es efectivo y está incumplido. Lo que no significa que el ejecutado no tenga ninguna posibilidad
de defenderse, porque si puede defenderse, oponiéndose a la ejecución y oponiendo excepciones. Lo
primero es únicamente una constatación a priori.
b) Las normas del procedimiento ejecutivo pueden ser de aplicación general o especial según sea la
obligación. De aplicación general son cuando resultan aplicables a cualquier tipo de obligación. Y de
aplicación especial cuando el procedimiento ejecutivo rige para cierto tipo de obligaciones.
El del libro tercero es de aplicación general, pero, por ejemplo el que establece la ley de bancos es para
cierto tipo de obligaciones y no se rige por estas normas (depende de la naturaleza de la obligación).
c) Dentro de las posibilidades que ofrece su tramitación, está la de utilizar medios de apremio o fuerza
(medios compulsivos) a través de los tribunales, cuando hay resistencia del ejecutado a cumplir. La
utilización va a depender de la actitud del ejecutado.
Acreedor será el ejecutante y el deudor que es el ejecutado que no ha cumplido con la obligación
contenida en el titulo ejecutivo. En la mayoría de los casos las partes del juicio son las que expresa el
título ejecutivo, que sirve de base a la ejecución, pero en otros casos podría ocurrir que esas partes no
sean necesariamente las que están expresadas en el título, como ocurre por ejemplo con la situación de
los herederos del deudor lo mismo podría ocurrir en el caso de las transformaciones societarias,
etcétera.
Esto tiene importancia principalmente para determinar cuáles son las reglas de procedimiento por las
cuales se va a regir el juicio, porque el código las reglamenta separadamente.
En los artículos 434 a 529 se contienen las obligaciones de dar (mayor aplicación) y desde el 530 al 544
obligaciones de hacer y no hacer. Sin perjuicio de que en el procedimiento haya obligaciones de hacer y
no hacer hay remisión al procedimiento en las obligaciones de dar.
El juicio ejecutivo en obligaciones de dar es aquel que debe seguirse cuando lo que el acreedor pretende
es la entrega de una cosa.
El juicio ejecutivo en las obligaciones de hacer es el que se aplica cuando la pretensión está referida a la
ejecución de un hecho u obra.
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b) Según la cuantía de la obligación o prestación, distinguimos entre ejecutivo de mayor cuantía, y juicio
ejecutivo de mínima cuantía. De mayor cuantía se aplica cuando el valor de la obligación es superior a 10
UTM, y el de mínima cuantía cuando el valor de la prestación es hasta 10 UTM, artículo 703 y 738.
c) considerando la naturaleza de las normas que lo regulan distinguimos entre juicio ejecutivo común o
de aplicación general (por ejemplo el de obligaciones de dar regulado en el libro tercero), y tenemos
juicio ejecutivo de procedimiento especial que se rigen por normas distintas a las del libro tercero,
establecidas particularmente en la ley dependiendo la naturaleza de la obligación de que se trate
(procedimiento ejecutivo de la ley de bancos, por ejemplo).
Nuestro código no define el título ejecutivo, sino que los enumera. El artículo 434 es una disposición
legal que contiene una enumeración, de manera que hay que ver que dice la doctrina para obtener una
definición. Título ejecutivo es aquel documento que da cuenta de un derecho indubitable, al cual la ley
atribuye la suficiencia necesaria para exigir el cumplimiento forzado de la obligación en el contenida
(Manual de Procedimiento Civil del juicio ejecutivo, Raul Espinoza Fuentes, Editorial Jurídica). Esta es una
definición antigua y no es cierta (desde nuestro punto de vista) la categoricidad con que afirma la
indubitabilidad del derecho, porque eso significa que no se puede derribar, puesto que es de tal
magnitud que es imposible su destrucción lo que sabemos no es así. Y es por esto que no nos parece
acertada la definición especialmente tomando en consideración todas las excepciones que puede
oponer el ejecutado. Lo que en realidad ocurre es que se presume que la obligación que consta en el
título es verídica.
El profesor Juan Colombo lo define como el “instrumento que autoriza el empleo del procedimiento
ejecutivo, para la tramitación de un proceso en que deba resolverse su exigibilidad jurisdiccional”.
Lo concreto es que el titulo ejecutivo es un instrumento que da cuenta de una obligación (sin
calificativos) y al cual la ley le otorga la suficiencia necesaria para iniciar un proceso de ejecución. En
otras palabras es el instrumento que permite iniciar un juicio ejecutivo, y eso es lo único claro, y la in
discusión de la obligación está por verse, pese a gozar de una presunción de legitimidad, lo que en
principio va en beneficio del acreedor, pero a medida de la tramitación puede variar puesto que el
ejecutado tiene derecho a defensa (un poco más restringida que en un juicio declarativa), pero a través
de estas defensas se puede destruir el título.
Con todo lo único claro es que el titulo ejecutivo es un instrumento que cumplida las condiciones que el
juez debe verificar permite encontrar un procedimiento de ejecución contra el deudor.
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a) Deben estar establecidos en la ley. No pueden crearlos los particulares ni darle fuerza ejecutiva a
instrumentos a que la ley no otorga esa suficiencia. Los particulares pueden crear títulos ejecutivos en la
medida que la ley lo permita. Se ha estimado que está en juego el interés público.
b) Son solemnes, naturalmente la solemnidad varía dependiendo del título, pero en términos generales
deben constar por escrito.
c) Siempre tiene que dar cuenta de una obligación, cualquiera sea el título. Porque es la obligación
incumplida la que permite iniciar la ejecución, aparejado el título que da cuenta de la existencia de la
misma.
d) El título ejecutivo – como instrumento- tiene que ser autónomo o autosuficiente, debe bastarse por sí
mismo para determinar las condiciones de procedencia de la acción ejecutiva. En relación al examen del
título que debe realizar el juez (artículo 441), lo único que se examina es el título propiamente tal y nada
ajeno a este, de manera que todos los requisitos de procedencia de la acción ejecutiva deben emanar de
este instrumento puesto que es la única manera en que el juez puede dar trámite a la ejecución.
e) Goza de una presunción de veracidad en favor del ejecutante. En el sentido de presumirse cierto lo
que el titulo expresa. Cuando se ejerce la acción ejecutiva se genera una situación particular en su inicio,
y que no ocurre en otra clase de procedimiento (especialmente en los declarativos), que es que el juez al
examinar el titulo ejecutivo y en la medida que constate que se reúnen todos los requisitos de
procedencia de la acción, debe acceder de inmediato a la demanda, artículo 441. O se despacha o se
deniega la ejecución no hay términos medios.
Se accede provisionalmente a lo pedido en la demandad sin siquiera oír al ejecutado, esto por la
presunción de veracidad del título.
Volvemos a hacer hincapié que esto es sin perjuicio del derecho de defensa del demandado.
a) Titulo perfecto o completo: es aquel que desde su otorgamiento tiene eficacia como tal (en la medida
de que se incumple la obligación), en otras palabras es aquel que de inmediato autoriza el inicio de un
juicio ejecutivo (para el profesor es el verdadero).
b) El imperfecto o incompleto: es aquel que da cuenta de una obligación pero que no permite iniciar de
inmediato un juicio ejecutivo, no se basta a sí mismo para iniciar una ejecución, y requiere de ciertas
gestiones preparatorias de la vía ejecutiva. Por ejemplo un cheque protestado.
c) Judiciales: aquellos que en su otorgamiento intervienen los tribunales de justicia, el caso típico es la
sentencia judicial.
Títulos Ejecutivos
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Análisis del artículo 434 del C.P.C. Esta disposición establece los títulos ejecutivos, los cuales sirven de
base a cualquier juicio ejecutivo. Sin un título de estos no es posible iniciar un juicio ejecutivo.
Artículo 434
El juicio ejecutivo tiene lugar en las obligaciones de dar cuando para reclamar su cumplimiento se hace
valer alguno de los siguientes títulos:
Es absolutamente lógico que la ley señale a la sentencia definitiva o interlocutoria firme en primer lugar,
ya que esta sentencia emana del ejercicio de la jurisdicción de los tribunales.
El C.P.C establece en este numeral que la sentencia debe estar firme, de manera que de este número
quedan excluida cualquier otra sentencia que no esté firme o ejecutoriada, es decir respecto de las
cuales todavía se pueden interponer recursos. Esta es una primera característica que tiene que tener la
sentencia.
En segundo lugar, debe tratarse de una sentencia definitiva o interlocutoria y para lo cual debemos
estarnos a la definición legal de estas.
En tercer lugar, se requiere que esta sentencia sea de aquellas que se denominan "condenatorias". Esto
es importante porque no toda sentencia declarativa lleva posteriormente aparejado un proceso de
ejecución, sino que sólo las condenatorias. Ahora bien, esto no quiere decir que estas otras sentencias
no se cumplan, sino que no hay ejecución, es decir, no hay cumplimiento forzado.
Otra cosa importante es que esta sentencia firme produce efectos, en virtud del efecto relativo de los
contratos y en relación a la ejecución, respecto de quienes fueron parte en el juicio. Para determinar a
quienes alcanzan los efectos de la sentencia, se debe analizar nada más que la demanda.
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año desde que la obligación se hizo exigible y siempre que la ley no haya dispuesto otra forma de
ejecución.
En el caso de la copias, estas deben ser copias autorizada otorgadas por el funcionario competente
previo decreto del juez. Por lo general, estas copias las autoriza el secretario del tribunal.
El concepto de escritura pública está en el C.O.T. Este concepto es importante porque en virtud de él se
explica porque la ley habla de "copia autorizada". Dicho esto, podemos desprender del concepto de
escritura pública, que ésta está siempre incorporada al protocolo del notario, no pudiendo retirarse
jamás, por lo que lo que uno puede obtener son sólo las copias autorizadas de ella.
La copia autorizada de la escritura pública correspondiente, la otorga el mismo notario que autorizo la
escritura. Ésta también puede ser otorgada por quien supla al notario en el cargo.
Entonces aquí la novedad es que la matriz (escritura pública incorporada al protocolo) no es título
ejecutivo, ya que este lo constituye la copia autorizada de la misma.
Esta escritura pública no sólo debe cumplir con los requisitos propios de esta, sino que además debe dar
cuenta claramente de una obligación para así poder exigir el cumplimiento forzado.
3º Acta de avenimiento pasada ante tribunal competente y autorizada por un ministro de fe o por dos
testigos de actuación;
Esta es una de las pocas normas que se refieren al avenimiento, ya que este no tiene reglamentación.
Para qué haya avenimiento siempre debe existir un juicio pendiente. Ahora, el avenimiento debe ser
presentado al juez que conoce de la causa, quien debe darle su aprobación.
Entendemos por avenimiento a un "acuerdo en que no interviene el juez, sino que se produce
directamente entre las partes de un juicio, el cual debe estar pendiente".
Por su parte, el acta de avenimiento debe ser autorizada por un ministro de fe, que será el tribunal, o
bien dos testigos de actuación.
Naturalmente, en esta acta de avenimiento tiene que haberse pactado una obligación, ya que no basta
con que se le ponga término al juicio, puesto que sino no habría nada que ejecutar.
Si se trata de un contrato de transacción, entendemos que no puede considerarse en este numeral por lo
que deberíamos reducirlo a escritura pública para que así se pueda considerar dentro del numeral 2º del
artículo 434.
Por su parte el acta de conciliación tampoco se incluye en este numeral, por lo que la podríamos
comprender en el número 7 del artículo 434 para que así se pueda constituir un título ejecutivo.
4º Instrumento privado reconocido judicialmente o mandado a tener por reconocido. Sin embargo, no
será necesario este reconocimiento respecto del aceptante de una letra de cambio o suscriptor de un
pagaré que no hayan puesto tacha de falsedad a su firma al tiempo de protestarse el documento por
falta de pago, siempre que el protesto haya sido personal, ni respecto de cualquiera de los obligados
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al pago de una letra de cambio, pagare o cheque, cuando, puesto el protesto en su conocimiento por
notificación judicial, no alegué tampoco en ese mismo acto o dentro de tercero día tacha de falsedad
Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagare o cheque,
respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el oficial del registro civil
en las comunas donde no tenga su asiento un notario.
Este numeral, primero se refiere a los instrumentos privados propiamente tales y después se refiere a los
instrumentos privados mercantiles, ya que el régimen de ambos es distinto.
El instrumento privado propiamente tal puede ser considerado como título ejecutivo si está reconocido
judicialmente o mandado a tener por reconocido. Reconocido judicialmente significa que el deudor lo
reconoce ante el juez, y mandado a tener por reconocido es cuando el reconocimiento se lo da el
tribunal. En tanto, conforme a lo antes dicho, el reconocimiento de un instrumento privado, podría
originarse por una manifestación de voluntad del propio obligado, o bien porque el juez así lo declara a
través de una resolución judicial.
Este reconocimiento judicial se obtiene únicamente a través de una gestión preparatoria de la vía
ejecutiva, ya que como dijimos en un principio el instrumento privado propiamente tal mientras no sea
reconocido o mandado a tener por reconocido no es título ejecutivo. La gestión preparatoria en este
caso, conforme al artículo 435 del C.P.C, consiste en el reconocimiento de firma estampada en el
instrumento privado, por lo que entonces esta tiene lugar únicamente cuando el instrumento fue
firmado.
Artículo 435
Si, en caso de no tener el acreedor título ejecutivo, quiere preparar la ejecución por reconocimiento de
firma o por la confesión de la deuda, podrá pedir que se cite al deudor a la presencia judicial, a fin de que
practique la que corresponda de estas diligencias.
Y, si el citado no comparece, o sólo da respuestas evasivas, se dará por reconocida la firma o por
confesada la deuda.
a) Comparece a la audiencia fijada y reconoce la firma: como se trata de una audiencia, se debe
levantar un acta y dejar constancia de lo que ocurre. Aquí se dejará constancia que el deudor reconoció
la firma. Con esto queda preparada la vía ejecutiva, por lo que desde el punto de vista del acreedor, esto
es lo ideal.
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Artículo 436
Conforme a esta disposición entonces, es suficiente el reconocimiento expreso que hace el deudor ante
el juez.
El título ejecutivo, en consecuencia, queda constituido por el instrumento privado propiamente tal,
acompañado del acta donde consta el reconocimiento de la firma. No es necesaria ninguna otra
formalidad, es decir, no es necesario que el juez dicte resolución alguna.
La jurisprudencia ha estimado que el deudor que está citado en estas condiciones a reconocer su firma,
cuenta con diversas oportunidades para comparecer al tribunal, e incluso puede hacerlo de distintas
formas. Lo habitual es que comparezca a la audiencia, pero la jurisprudencia estima válida la
comparecencia que el deudor pueda hacer incluso antes de la audiencia, por cuanto se sostiene que es
un plazo establecido en favor del deudor, por lo que puede renunciar a él. Incluso, algunos sostienen que
el deudor podría comparecer después de la fecha de la audiencia, pero antes de que se haya acusado
rebeldía, ya que se sostiene que este plazo es un plazo judicial. Igualmente se sostiene que el deudor
puede comparecer mediante mandatario judicial, ya que aquí no se exige juramento en la
comparecencia, por lo que no habría impedimento de que reconozca o niegue la firma a través de un
escrito
En este caso debe existir una resolución judicial donde se dé por reconocida la firma.
c) Comparecer a la audiencia y negar la firma: ésta es la peor situación para el acreedor, porque si se
niega la firma, la gestión preparatoria de la vía ejecutiva habría fracasado, ya que no habría título
ejecutivo por lo que entonces no se puede demandar ejecutivamente.
La única vía que le quedaría a este acreedor en estas situaciones es deducir una acción ordinaria.
Estos títulos en principio no tienen mérito ejecutivo porque en su otorgamiento, por regla general, no es
necesario que intervenga ningún ministro de fe.
Se deba analizar cada una de las situaciones para determinar el mérito ejecutivo
a) Letras de cambio o pagare protestados personalmente por falta de pago: el protesto en este caso le
corresponde efectuarlo a un notario público.
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Son requisitos para que la letra de cambio o pagare adquiera mérito ejecutivo que el protesto sea
personal y además que al momento de este, no se haya alegado tacha de falsedad a su firma. En tanto,
en este caso no se debe hacer ninguna gestión preparatoria ante los tribunales.
El título ejecutivo aquí queda constituido por la letra de cambio o pagare, más la correspondiente acta
de protesto notarial donde consta todo lo antes señalado.
b) Letras de cambio o pagare protestados notarialmente por falta de pago: aquí la ley se refiere a
cualquiera de los obligados al pago de una letra de cambio o pagare, de manera que esto excede del
aceptante o suscriptor.
En este caso, protestada notarialmente la letra de cambio o el pagaré por falta de pago, es necesario
realizar ante los tribunales una gestión preparatoria de la vía ejecutiva que consiste en solicitar la
notificación judicial del protesto de la letra o del pagaré.
En este caso, el acreedor por medio de una solicitud le pide al juez que notifique judicialmente a
cualquiera de los obligados al pago (se debe indicar a quien). El tribunal accede a esto bajo el
apercibimiento legal del artículo 435 del C.P.C. El obligado al pago puede alegar tacha de falsedad en el
acto de la notificación judicial o dentro de 3 días. La notificación judicial la hace el receptor judicial. Si el
notificado judicialmente no alega tacha de falsedad dentro del plazo antes señalado, el instrumento pasa
a tener mérito ejecutivo, de manera que aquí queda preparada la vía ejecutiva.
Si el notificado alega tacha de falsedad a la firma se genera un incidente dentro de la gestión, el cual se
tramita conforme a la tramitación de los incidentes ordinarios. El objetivo de esta incidencia es acreditar
si la firma es verdadera o falsa, para lo cual se deben usar cualquier medio de prueba.
Si en esta incidencia, en definitiva, el juez resuelve que, la firma es auténtica, es decir que era verdadera,
queda configurado el título ejecutivo. Ahora bien, el deudor (notificado) que tachó de falsa la firma
declarada como auténtica por el juez, se entiende que comete un delito. En caso contrario, si como
resultado de esta incidencia se resuelve que la firma efectivamente era falsa, no queda configurado el
título ejecutivo, y el acreedor deberá concurrir por la vía ordinaria para demandar.
Si dentro de los plazos (3 días) el deudor no dice nada, queda preparada la vía ejecutiva.
c) Cheques: los cheques tienen un sistema especial de protesto, ya que aquí no interviene un juez, sino
que lo hace el banco al cual pertenece la cuenta corriente del girador. Para estos efectos se aplican las
normas correspondientes de la Ley de Cuentas Bancarias y de Cheques.
Tratándose de los cheques, una vez protestado, también se debe hacer una gestión preparatoria de la vía
ejecutiva, la cual consiste en solicitarle al juez correspondiente que ordene la notificación judicial de ese
cheque. También aquí el girados u obligado al pago del cheque, tiene el plazo de 3 días desde la
notificación judicial, para alegar tacha de falsedad. Sin perjuicio de esto, si transcurrido este plazo, no
consigna el dinero para cubrir el monto del cheque, se configura el giro doloso de cheque.
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Tendrá mérito ejecutivo, sin necesidad de reconocimiento previo, la letra de cambio, pagare o cheque,
respecto del obligado cuya firma aparezca autorizada por un notario o por el oficial del registro civil en
las comunas donde no tenga su asiento un notario.
Nota: es muy raro que un notario autorice la firma del girador de un cheque.
Esta autorización es requisito para darle mérito ejecutivo al documento, pero no es un requisito de
validez de estos. Para saber si éste está o no autorizado, se debe examinar el título, donde debe constar
esta autorización.
5º Confesión judicial;
Primero que todo debemos aclarar a que confesión judicial se refiere la ley, ya que la confesión judicial
se puede presentar ante un tribunal de diversas formas; como medida prejudicial, como medida
preparatoria, como medio de prueba y como gestión preparatoria de la vía ejecutiva.
La jurisprudencia es muy clara al señalar que no cualquier confesión que se presta ante un tribunal
configura un título ejecutivo. La única confesión judicial que sirve para estos efectos es la que se obtiene
por medio de la gestión preparatoria correspondiente del artículo 435. Por tanto, en este caso, excluimos
la confesión como medio de prueba.
Esta confesión se puede obtener a través de la declaración expresa que haga el deudor, o bien, se puede
obtener a través de una resolución judicial a petición del acreedor, haciendo efectivo el apercibimiento
legal del artículo 435.
En este caso se dan las mismas alternativas de comparecencia y actitudes del citado, señaladas en el
numeral 4º respecto de los instrumentos privados.
b) La confesión como medio de prueba puede ser delegada por el tribunal, en cambio en la confesión
como gestión preparatoria de la vía ejecutiva el juez, en virtud de la ley, no puede delegarla.
c) En relación a la inasistencia del confesante, cabe señalar que en el caso de la confesión como gestión
preparatoria de la vía ejecutiva, si el citado no comparece a la audiencia citada por el juez, trae como
consecuencia que se le dé por confesada la deuda a petición a parte. En cambio la inasistencia del
absolvente, en el caso de la confesión como medio de prueba, no lo da por confeso, por lo que se debe
volver a citar y si en este caso segundo caso este no asiste, se le dará entonces por confeso.
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6º Cualesquiera títulos al portador, o nominativos, legítimamente emitidos, que representen
obligaciones vencidas, y los cupones también vencidos de dichos títulos, siempre que los cupones
confronten con los títulos, y estos, en todo caso, con los libros talonarios.
Esta norma a diferencia de las anteriores es una disposición de carácter general, se refiere a cualquier
otro título genérico, siempre que con el requisito o las leyes correspondientes le den fuerza ejecutiva. De
manera que en este caso se requiere de un texto legal expreso en que se le reconozca merito ejecutivo a
algún determinado instrumento, para lo cual puede la ley valerse de esas expresiones o de otras
análogas o similares. Por ejemplo:
· Artículo 211 inciso 2º del Código de Comercio (éste artículo se refiere a la carta de porte).
· Artículo 169 Código Tributario (ésta disposición se refiere a la lista de deudores moroso confeccionada
por la tesorería).
· Artículo 231 del Código de Procedimiento Civil (en esta disposición se le otorga mérito ejecutivo a las
resoluciones que causan ejecutoria en conformidad a la ley).
Todos estos casos tienen de común que una norma legal les da eficacia como título ejecutivo del
instrumento correspondiente.
El código en relación con este requisito señala en el artículo 438, en que puede consistir el objeto de la
obligación, y eso determina la liquidez del mismo, no hay una norma que lo diga expresamente pero
enumera tres objetos:
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Artículo 438 inciso primero
1º Sobre la especie o cuerpo cierto que se deba y que exista en poder del deudor;
2º Sobre el valor de la especie debida y que no exista en poder del deudor, haciéndose su avaluación por
un perito que nombrará el tribunal; y
3º Sobre cantidad líquida de dinero o de un género determinado cuya avaluación pueda hacerse en la
forma que establece el número anterior.
El código agrega que se entenderá cantidad liquida no solamente la que actualmente tenga esa calidad
sino la que se puede determinar mediante el uso de operaciones aritméticas, con solo los datos que el
mismo título ejecutivo suministre.
En el caso de las deudas en moneda extranjera o en alguna otra unidad de medida monetaria (uf, por
ejemplo), aquí no es necesaria la avaluación, sino que basta con acompañar un certificado bancario en
que consta el valor de la moneda.
De manera que el transcurso del tiempo indudablemente extingue la acción ejecutiva. Aquí hay una
novedad en materia de prescripción que es en relación a una de las reglas comunes a toda prescripción,
puesto que aquí el tribunal tiene facultad para declarar de oficio la prescripción y no debe ser
necesariamente alegada por las partes, salva una excepción, artículo 442 . En el evento que el tribunal
no se dé cuenta, tendrá que alegarla el ejecutado puesto que es una de las excepciones que puede este
oponer, mediante la correspondiente excepción.
Vencidos los tres años, la acción subsiste dos años más como acción ordinaria, y se deberá demandar en
juicio sumario conforme al artículo 680 numeral 7º.
Los cuadernos hacen referencia a la calidad o especialidad de las materias y los tomos a la cantidad de
diligencias o actuaciones.
En el cuaderno ejecutivo inicia con la demanda ejecutiva (la demanda ejecutiva siempre se incorpora
aquí). Algunos dicen que en este cuaderno se agrupa la parte contenciosa del proceso. En el cuaderno
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ejecutivo el ejecutado puede formular su oposición a la ejecución a través de escritos de excepciones. La
defensa del ejecuta se hace valer jurídicamente a través de la oposición y el contenido de estas son las
excepciones que este formula, artículo 464. De esta defensa que tiene derecho a formular el ejecutado
nace el derecho a rendir prueba, para acreditar las excepciones. Aquí existe derecho a prueba y aquí se
formula la sentencia definitiva.
En el cuaderno ejecutivo se puede abrir una fase declarativa -dentro del procedimiento ejecutivo- puesto
que aquí se va a determinar la exigibilidad jurisdiccional de la obligación (al decir de Colombo). Aquí es
donde se plantea la controversia principal.
Si el deudor no opone excepciones en el juicio ejecutivo no habrá sentencia definitiva, puesto que la
ejecución está despachada (sin perjuicio de poder quedar sin efecto en el caso del acogimiento de
alguna de las excepciones deducidas).
En el cuaderno de apremio van todas las diligencias que son propias o que representan el aspecto
compulsivo del juicio ejecutivo, todas las medidas de apremio posibles de disponer, de así disponerse se
incluyen en este cuaderno, este cuaderno se inicia con el requerimiento de ejecución y embargo. Aquí va
todo el procedimiento de realización de los bienes embargados y todas las diligencias referidas al pago
del acreedor.
Puede haber además otros cuadernos, como los de tercerías por ejemplo, en el caso en que un tercero
decide intervenir en el juicio ejecutivo invocando ciertos derechos respecto de los bienes embargados.
Las tercerías para este juicio están especialmente reguladas en el código (dominio, prelación, posesión y
pago).
La demanda ejecutiva es insustituible como acto procesal, aunque el asunto se haya iniciado a través de
la gestión preparatoria de la vía ejecutiva. La gestión preparatoria de la vía ejecutiva tiene doble
finalidad, por una parte, completar un título ejecutivo, y por otra, crear uno, en caso de no tener
ninguno. Todas estas gestiones no reemplazan a la demanda ejecutiva. La pretensión se formula en la
demanda ejecutiva.
La petición será que se ordene despachar el mandamiento de ejecución y embargo y que se ordene
seguir adelante la ejecución.
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Si el asunto se inició por una gestión preparatoria de la vía ejecutiva, el patrocinio y poder conferido para
tal gestión, habilita para poder deducir la correspondiente demanda ejecutiva.
Interesa destacar, dentro de los requisitos de la demanda, el referente a la petición, del artículo 254 Nº
5º, en el sentido de determinar qué es lo que hay que pedir en el juicio ejecutivo. A pesar de que no hay
fórmulas sacramentales, en una buena demanda deberíamos pedir que se ordene despachar el
mandamiento de ejecución y embargo, en contra del deudor fulano de tal, por la suma x, más interesa y
costas y, en definitiva, que se ordene seguir adelante la ejecución hasta el completo pago de la deuda,
capital, intereses y costas. Aquí hay dos peticiones, que se ordene el mandamiento de ejecución y
embargo y que se siga adelante la ejecución. La expresión “en definitiva se ordene seguir adelante la
ejecución” es aplicable para el evento en que el tribunal dicte sentencia definitiva, pues ella precisará si
la ejecución continúa o no continua.
Uno de los efectos que produce la interposición de excepciones es que el cuaderno de apremios se
suspende, con la interposición de excepciones, hasta el momento del embargo, no más allá de él (no se
pueden realizar los bienes habiendo excepciones pendientes). En el fondo el actor está solicitando que
se desestimen las excepciones deducidas por el ejecutado.
La demanda ejecutiva siempre tiene que ir acompañada del título ejecutivo, esto es indispensable,
porque constituye el fundamento de la acción. El hecho de acompañar un instrumento a la demanda
hace excepción a la regla que existe para los procedimientos declarativos en virtud de la cual el
demandante no tiene por qué acompañar documentos fundantes a su demanda. En el juicio ejecutivo, el
acompañamiento del título es obligatorio y no facultativo.
1º Que se despache la ejecución: va a despachar la ejecución cuando se cumplan todos los requisitos de
la acción ejecutiva. Despachar la ejecución significa que se ordene el mandamiento pedido en la
demanda, esto es, que ordene despachar el mandamiento de ejecución y embargo (el tribunal dice
“despáchese), con lo cual está accediendo provisionalmente a lo pedido en la demanda, sin oír al
ejecutado (esto es excepcional, no ocurre en los otros juicios declarativos). Esta novedad se da porque
existe un título ejecutivo, esta es su eficacia, cumplidos los requisitos, autoriza el procedimiento
ejecutivo, porque el título goza de una presunción de veracidad en cuanto a la obligación contenida en
él. Esta presunción podrá quedar destruida después, deduciéndose excepciones y siendo ellas acogidas,
pero hasta este momento se tienen por verdaderas.
2º Que se deniegue la ejecución: va a denegar la ejecución cuando no concurra alguno de los requisitos
de la acción ejecutiva, incluyendo la prescripción, que en este caso declara de oficio.
Ya sea que la resolución deniegue la ejecución u ordene despachar, ella es apelable. En cuanto a su
naturaleza, esta es una sentencia interlocutoria que sirve de base para el pronunciamiento de otra
sentencia.
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3) Notificación (si no hay excepciones el cuaderno ejecutivo aquí).
llega hasta aquí). 4) Retiro de las especies embargadas.
4) Oposición del ejecutado: hacer valer excepciones del artículo 5) Procedimiento de realización de los bienes embargados.
464 (no existe la contestación de la demanda).
- Traslado.
- Prueba.
5) Sentencia definitiva: (solo cuando se hayan opuesto
excepciones). Puede ser:
- Absolutoria (se desestima la demanda ejecutiva y se acogen las
excepciones, se absuelve al ejecutado).
- Condenatoria: Si la sentencia es condenatoria, ella va a
declarar expresamente que las excepciones quedan rechazadas y
se ordenará seguir adelante la ejecución (esto porque el
cuaderno de apremio se suspende, puede llegar hasta el
embargo mientras hayan excepciones). A su vez, la condenatoria
puede ser:
- De pago
- De remate.
El mandamiento de ejecución y embargo contiene una orden de requerir de pago, es por esto que está
como diligencia en el cuaderno de apremio. El ministro de fe debe hacer esta intimación al deudor para
que pague en el acto. Normalmente hay coincidencia, en cuanto a la fecha, entre la notificación de la
demanda ejecutiva y el requerimiento de pago, en el entendido de que esto sea personal (lo notifica y lo
requiere de pago personalmente en un mismo acto).
Puede ocurrir que tengamos que notificar la demanda ejecutiva por el artículo 44, de manera que no
habrá contacto directo entre el receptor y el demandado, caso en el cual no podremos requerirlo de
pago. En este caso, el receptor, junto con dejar las copias correspondientes, tendrá que dejarlo citado,
para un día distinto y lugar determinado para hacerle el requerimiento de pago. Si luego de ello el
demandado no concurre, se entiende que ha sido requerido de pago. A este punto se configura el primer
elemento del emplazamiento (1º notificación + requerimiento de pago; 2º transcurso del plazo). El plazo
para oponer las excepciones empieza a correr desde la fecha del requerimiento de pago.
El artículo 443 Nº1 explica cómo se hace el requerimiento de pago, según este precepto se aplican las
reglas de las notificaciones. De esta manera, deberá hacerse personalmente, si fuere la primera, y si no
fuere habido, se hará en conformidad al artículo 44.
Cuando el deudor ya haya sido notificado, previamente al requerimiento de pago, por existir gestiones
preparatorias de la vía ejecutiva, la notificación de la demanda y requerimiento de pago no será
necesario hacerlo personalmente, sino que podrá procederse de acuerdo a los artículos 48 al 53 C.P.C.
La ley dice que el ministro de fe que requiere de pago, debe hacerle saber al deudor, en el mismo acto, el
plazo que la ley le concede para deducir la oposición. La omisión de esta obligación no invalida la
notificación ni el requerimiento.
El artículo 41 dice que en los juicios ejecutivos no podrá efectuarse el requerimiento de pago en público,
de haberse notificado dicha demanda deberá estarse a lo dispuesto en el artículo 443 Nº1, o sea, deberá
dejarlo citado, fijando día y hora, para hacerle el requerimiento.
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Cuando un deudor es notificado y requerido de pago, está la posibilidad de que de hecho pague en el
acto. El pago obviamente debe ser completo. Esto es raro. Si no paga en el acto, veremos que, de
acuerdo a las menciones del mandamiento, puede trabarse el embargo sobre determinados bienes.
Decimos “puede” porque el deudor tiene derecho a oponerse al embargo.
Materialmente, esta oposición se ejerce en el cuaderno ejecutivo después del requerimiento de pago.
Si bien es cierto que el título ejecutivo goza de una presunción de veracidad, no se impide que el deudor
haga valer sus derechos.
Aquí no existen trámites de la contestación de la demanda, sino que existe sólo la oposición. Esta
oposición solo se puede fundar en algunas de las excepciones del artículo 464 del C.P.C
El plazo fatal para deducir la oposición, conforme al artículo 462 inciso 1 del C.P.C. comienza a correr
desde el día del requerimiento de pago.
El término para deducir la oposición comienza a correr desde el día del requerimiento de pago.
Segundo Certamen
Recordemos que por lo general la notificación y el requerimiento se hacen el mismo día, pero bien nada
impide que se realicen en fechas distintas.
El plazo, como ocurre también normalmente en el juicio ordinario, es variable. Decimos que es variable
puesto que el plazo que tiene el ejecutado para oponer sus excepciones va a depender del lugar en que
haya sido requerido de pago. Existe una situación excepcional cuando el deudor es requerido de pago en
una comuna que corresponde a un territorio jurisdiccional diverso al del tribunal que conoce del juicio.
1º Regla: Si el ejecutado es requerido de pago en la misma comuna asiento del tribunal el plazo será de
4 días hábiles.
Si el deudor es requerido de pago en el lugar del asiento del tribunal, tendrá el término de cuatro días
útiles para oponerse a la ejecución.
Ejemplo: juicio ejecutivo lo conoce un juzgado civil de concepción y el deudor es requerido de pago en la
misma comuna.
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2º Regla: Si el ejecutado es requerido de pago dentro del mismo territorio jurisdiccional del tribunal
que conoce de la causa, pero en una comuna distinta que sirve de asiento del tribunal tiene un plazo de
8 días.
Este término se ampliará con cuatro días, si el requerimiento se hace dentro del territorio jurisdiccional
en que se ha promovido el juicio, pero fuera de la comuna del asiento del tribunal.
3º Regla: Si el requerimiento de pago al ejecutado se hace en una comuna que corresponda a otro
territorio jurisdiccional, o sea, se le requiere de pago al ejecutado fuera del territorio jurisdiccional del
tribunal que conoce del juicio, se presenta la particularidad respecto del tribunal ante el cual puede
presentar su oposición.
Cuando el requerimiento de pago se haga en un territorio jurisdiccional diverso al del tribunal que
conoce del juicio ejecutivo, se requiere exhortar al juez competente del otro territorio.
La particularidad es que el ejecutado tiene un derecho que le da la ley en el artículo 460 del C.P.C, en
cuanto a que puede presentar su oposición ante el tribunal exhortado o bien directamente ante el
tribunal exhortante, que es el que conoce el juicio ejecutivo.
Artículo 460
El tribunal exhortado se limitará a remitir la solicitud de oposición al exhortante para que éste provea
sobre ella lo que sea de derecho.
Ejemplo: El tribunal que conoce del juicio ejecutivo es de Concepción y el ejecutado es requerido de
pago en Temuco habiendo sido este tribunal exhortado por el de Concepción. En este caso puede
oponer su oposición ante el tribunal de Temuco, o bien ante el tribunal de concepción.
- Si la oposición se presenta ante el tribunal exhortante, tiene un plazo de 8 días más el aumento del
término de emplazamiento en conformidad a la tabla referida en el artículo 259 del C.P.C.
Esto es muy novedoso, porque en ningún otro juicio el demandado tiene derecho a defenderse ante el
tribunal exhortado.
Debemos señalar además cual es la competencia que tiene el tribunal exhortado en este caso. La
competencia está dada por el exhorto, pero en general podemos decir que será la de disponer todas las
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medidas necesarias para requerir de pago al deudor, es decir notificarle la demanda ejecutiva y
requerirlo de pago y, eventualmente, para embargarlo.
Ahora bien, el tribunal exhortado no tiene nunca competencia para tramitar la oposición, en el caso de
que esta se le formulara a este. En la situación antes señalada entonces, el tribunal exhortado se limitará
a remitir la solicitud de oposición al tribunal exhortante, de manera que la tramitación continúa ante el
juez que conoce de la causa.
4º Regla: Esta regla es excepcional puesto que se refiere al caso en que el requerimiento de pago se
verifica fuera del territorio de la república. En este caso, el plazo para deducir la oposición es el que
corresponda conforme a la tabla de emplazamiento, de manera que aquí tendrá los 8 días más el
aumento correspondiente.
Todos estos plazos son fatales, de manera que al vencimiento del plazo, precluye el derecho a oponerse.
Además debemos señalar que son plazos de días hábiles.
Recordemos que el receptor judicial cuando efectúa el requerimiento de pago tiene la obligación de
indicarle al ejecutado cual es el plazo que tiene para oponer las excepciones. De esto se deja testimonió
en la diligencia. Si el receptor omite esto, se le hará responsable de los perjuicios pero no se invalida el
procedimiento.
Artículo 462
El término para deducir la oposición comienza a correr desde el día del requerimiento de pago.
Por ejemplo: la excepción del número 2º del artículo 464 que se refiere a la falta de capacidad del
demandante, a la falta de personería o a la falta de representación.
Otra cosa importante es que dentro de estas excepciones del artículo 464 nos encontramos con
excepciones tanto dilatorias como perentorias, por lo que entendemos que el código en materia de
oposición tiene un solo régimen de excepciones, tanto para las dilatorias como para las perentorias. La
tramitación para estas excepciones será la misma y se fallarán, cualquiera sea el carácter de la excepción,
en la sentencia definitiva.
El código agrega en el inciso final del artículo 464 que las excepciones pueden referirse a toda la deuda o
bien a una parte de ellas.
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1º La primera regla importante es que todas las excepciones deben oponerse en un mismo escrito. Esto
demuestra que existe un solo régimen procedimental respecto de este trámite.
2º Una segunda regla que podemos señalar es que en este escrito el ejecutado debe expresar con
claridad y precisión los hechos en que se fundan las excepciones correspondientes.
3º La tercera regla consiste en que el mismo escrito debe expresar los medios de prueba de que el
deudor quiere valerse para acreditar las excepciones, o sea en este escrito el ejecutado debe ofrecer la
prueba que va a utilizar para acreditar las excepciones que está legando. Este es un ofrecimiento de
prueba genérico, es decir -por ejemplo- basta que diga que se va a valer de la prueba testimonial. Esto es
novedoso.
Artículo 465
Todas las excepciones deberán oponerse en un mismo escrito, expresándose con claridad y precisión los
hechos y los medios de prueba de que el deudor intente valerse para acreditarlas. No obstará para que
se deduzca la excepción de incompetencia, el hecho de haber intervenido el demandado en las gestiones
del demandante para preparar la acción ejecutiva.
Deducida esta excepción, podrá el tribunal pronunciarse sobre ella desde luego, o reservarla para la
sentencia definitiva.
1º Sobre la especie o cuerpo cierto que se deba y que exista en poder del deudor;
2º Sobre el valor de la especie debida y que no exista en poder del deudor, haciéndose su avaluación por
un perito que nombrará el tribunal.
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La ejecución puede recaer sobre la misma especie o cuerpo cierto que se debe, o bien sobre el precio de
la cosa debida que no está en poder del deudor. Para saber el valor de la cosa debida que no está en
poder del deudor, debe hacerse una avaluación por medio de peritos. Esta avaluación puede ser excesiva
de manera entonces es que existe esta excepción del número 8º.
Artículo 466
Del escrito de oposición se comunicará traslado al ejecutante, dándosele copia de él, para que dentro de
cuatro días exponga lo que juzgue oportuno.
Vencido este plazo, haya o no hecho observaciones el demandante, se pronunciará el tribunal sobre la
admisibilidad o inadmisibilidad de las excepciones alegadas.
Si las estima inadmisibles, o si no considera necesario que se rinda prueba para resolver, dictará desde
luego sentencia definitiva. En caso contrario, recibirá a prueba la causa.
De manera que esta es la resolución que debe recaer en el escrito de excepciones. Esta resolución se
notifica por el estado diario ya que no hay otra regla en el código.
El plazo para evacuar el traslado es de 4 días hábiles. Dentro de este plazo, el acreedor puede o no
presentar su escrito correspondiente exponiendo lo que estime oportuno.
La ley dice que vencido el plazo de 4 días, haya o no hecho observaciones el demandante, el tribunal se
pronunciará sobre la admisibilidad o inadmisibilidad de las excepciones alegadas.
Que el tribunal se pronuncie sobre la admisibilidad o in admisibilidad significa que debe analizar dos
cosas en relación a la oposición:
b) Si las excepciones son las que contempla el artículo 464, ya que sólo se puede fundar en esta norma.
Si las excepciones no fueren las del artículo 464, o bien hubiesen sido opuestas fuera de plazo, el tribunal
estimándolas inadmisibles debe dictar sentencia definitiva. Esta sentencia definitiva será condenatoria
para el deudor.
En caso contrario, si estima que las excepciones son admisibles, para lo cual debe cumplir los dos
requisitos, existen dos opciones:
· El tribunal junto con estimarlas admisibles, podría también fallarlas sin recibirlas a prueba.
Si las estima inadmisibles, o si no considera necesario que se rinda prueba para resolver, dictará desde
luego sentencia definitiva. En caso contrario, recibirá a prueba la causa.
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Debemos señalar que si el ejecutado no dedujera excepciones en el juicio ejecutivo, no se va a dictar
sentencia definitiva, es decir, esta se omitirá, ya que no sería necesaria. En este caso el juicio ejecutivo,
se sigue tramitando en el cuaderno de apremio.
Artículo 468
Cuando haya de recibirse a prueba la causa, el término para rendirla será de diez días.
Podrá ampliarse este término hasta diez días más, a petición del acreedor. La prórroga deberá solicitarse
antes de vencido el término legal, y correrá sin interrupción después de éste.
Por acuerdo de ambas partes, podrán concederse los términos extraordinarios que ellas designen.
En el caso de que el juez estime admisibles las excepciones y considere que no existen hechos
controvertidos, no la recibirá a prueba y las fallara de inmediato.
La ley agrega que el término probatorio de 10 días puede ampliarse en 10 días más, para cuyo efecto se
debe solicitar la prórroga del plazo antes del vencimiento del término oficial. Esta prórroga es a petición
del acreedor.
En cuanto al término probatorio extraordinario la ley dice que por acuerdo de ambas partes podrán
conceder se los términos extraordinarios que estas designen, es decir, podría fijarse de común acuerdo
el plazo del término extraordinario. Esto es una novedad.
Nada dice la ley respecto del término especial de prueba, de manera que habría que entender, aplicando
supletoriamente las normas del juicio ordinario, que se rige por estas reglas. Por tanto, cuando ocurra
algún motivo imprevisto y no atribuible a las partes se podría solicitar términos especiales.
En cuanto a la forma de rendir la prueba, debemos señalar que esta se rinde en la misma forma que en
el juicio ordinario, de manera que las partes tendrán que cumplir con las mismas formalidades que exige
la ley en el juicio ordinario, dependiendo la prueba de que se trate.
No nos olvidemos que si bien es cierto que la prueba se rinde del mismo modo que en el juicio ordinario,
esto es en cuanto al cumplimiento de las formalidades en general, puesto existe una particularidad en
este juicio que consiste en que en el escrito de oposición es necesario anunciar previamente los medios
probatorios, es decir, el ejecutado tiene la carga procesal de hacer esta enunciación juntó con deducir las
excepciones.
Finalizado el término probatorio, los autos quedarán en la secretaria del tribunal por el plazo de 6 días a
disposición de las partes antes de pronunciarse la sentencia. Esto con la finalidad de que puedan hacer
por escrito las observaciones que el examen de la prueba les sugiera.
Artículo 469
La prueba se rendirá del mismo modo que en el juicio ordinario, y el fallo que dé lugar a ella expresará
los puntos sobre que deba recaer. Vencido el término probatorio, quedarán los autos en la secretaría por
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espacio de seis días a disposición de las partes, antes de pronunciar sentencia. Durante este plazo podrán
hacerse por escrito las observaciones que el examen de la prueba sugiera, y una vez vencido, háyanse o
no presentado escritos, y sin nuevo trámite, el tribunal citará a las partes para oír sentencia.
Vencido este plazo, el tribunal citara a las partes para oír sentencia, para lo cual se debe dictar una
resolución que así lo disponga. Esta resolución que cita a las partes a oír sentencia, se notificará por el
estado diario. Recordemos que este es un trámite esencial. Con esto se producen los efectos del artículo
433 del C.P.C.
Artículo 433
Citadas las partes para oír sentencia, no se admitirán escritos ni pruebas de ningún género.
Lo cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto por los artículos 83, 84, 159 y 290. Los plazos
establecidos en los artículos 342 Nº 3, 346 Nº 3 y 347 que hubieren comenzado a correr al tiempo de la
citación para oír sentencia, continuarán corriendo sin interrupción y la parte podrá dentro de ellos,
ejercer su derecho de impugnación. De producirse ésta, se tramitará en cuaderno separado y se fallará
en la sentencia definitiva, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 431.
Esta resolución que cita a las partes a oír sentencia, implica que la causa queda en estado de fallo.
Artículo 470
La sentencia definitiva deberá pronunciarse dentro del término de diez días, contados desde que el pleito
quede concluso.
Entendemos que el pleito queda concluso desde que la resolución que cita a las partes a oír sentencia
queda firme y ejecutoriada, o bien, desde que se cumpla alguna medida para mejor resolver. El
problema es que aquí no existe una regulación tan clara, ya que en el juicio ordinario no existe este
problema. Por tanto, estas cosas son interpretables.
Esta sentencia definitiva recaerá sobre las excepciones, ya que si estas no se oponen, se omite la
sentencia definitiva
b) Sentencia definitiva condenatoria: es aquella que desestima todas las excepciones opuestas por el
ejecutado y, por lo mismo, entendemos que acoge la demanda ejecutiva y ordena seguir adelante la
ejecución hasta el completo pago de la deuda. Esta sentencia condenatoria a su vez se puede sub
clasificar en;
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i) Sentencia condenatoria de pago: aquella que se dicta cuando el embargo ha recaído sobre la misma
especie o cuerpo cierto que se adeuda, o bien, sobre dinero. En este caso, hay coincidencia con lo
embargado y con lo que se paga el acreedor.
ii) Sentencia condenatoria de remate: aquella que se dicta cuando el embargo ha recaído sobre bienes,
de cualquier naturaleza, pero que es necesario realizar para poder hacer pago al acreedor. En otras
palabras, el acreedor no se paga con los bienes embargados, sino que estos deben ser reducidos a
dinero por medio de un sistema de realización de bienes.
Si leemos materialmente una sentencia no nos podremos dar cuenta si se trata de una sentencia
condenatoria de pago o de remate, ya que en ambos casos esta señalara lo mismo. Por ende, si se trata
de una u otra sentencia condenatoria se determina conforme al embargo y al objeto de la obligación
demandada en el juicio.
¿Porque la sentencia ordena seguir adelante la ejecución en el evento que se rechacen las excepciones?
Esto porque el cuaderno de apremio, en el caso de que el deudor oponga excepciones, se suspende en
su tramitación una vez que se practique el embargo.
Desde el punto de vista formal, en cuanto a los requisitos de esta sentencia definitiva, cabe señalar que
esta tiene que cumplir los requisitos especiales del artículo 170 del C.P.C y los del auto acordado de la
Corte Suprema, relativos a la forma de la sentencia.
Dentro de los requisitos formales está el pronunciamiento sobre las costas del juicio. En el juicio
ejecutivo se puede decir que hay una particularidad en relación al pago de las costas, ya que conforme al
artículo 471 del C.P.C aquí el que pierde paga, es decir no hay eximición de costas, en otras palabras no
se puede estimar que existía un motivo plausible para deducir el recurso.
Artículo 471
Si se admiten sólo en parte una o más excepciones, se distribuirán las costas proporcionalmente; pero
podrán imponerse todas ellas al ejecutado cuando en concepto del tribunal haya motivo fundado.
Por tanto, conforme a esta norma cuando se trata de una sentencia condenatoria se impondrán las
costas al ejecutado. Por el contrario, si se absuelve al ejecutado, se condenará en las costas al
ejecutante. Aquí no existe motivo plausible para deducir el recurso. Ahora bien, la ley se pone en el caso
de que alguna excepción se admita sólo en parte.
Esta sentencia definitiva para que produzca efectos tiene que ser notificada legalmente por cédula al
mandatario judicial de la partes.
Respecto del recurso de apelación, en este caso, se debe distinguir quien es el apelante (agraviado). Aquí
en esta materia aplicamos el artículo 194 número 1º del C.P.C.
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Artículo 194 número 1º
Sin perjuicio de las excepciones expresamente establecidas en la ley, se concederá apelación sólo en el
efecto devolutivo:
Si el que recurre de apelación es el ejecutante, se requiere que haya habido sentencia definitiva
absolutoria, es decir favorable al ejecutado. Aquí, se aplica la regla general del recurso de apelación
contenida en el artículo 195. Conforme a esta regla entonces, la apelación se concede en ambos efectos.
Ahora, conforme al artículo 475 del C.P.C. si la sentencia definitiva ahora fuere condenatoria, es decir
desfavorable para el ejecutado, la apelación se concede en el solo efecto devolutivo.
Artículo 475
En cuanto a la tramitación del recurso de apelación no hay otras normas que las antes indicadas, de
manera entonces que se aplican las reglas generales, atendiendo a la naturaleza de la resolución contra
la cual se recurre.
i) Embargo recaído en dinero: en este caso, el ejecutante tiene que solicitarle al tribunal que ordene
liquidar la deuda para así actualizarla al momento de realizarse el pago. Aquí, al menos se tendrán que
liquidar los intereses que correspondan y siempre van a existir costas, tanto procesales como personales.
En la práctica, los tribunales disponen que la deuda en cuanto al capital, intereses y eventuales reajustes,
lo líquida el secretario del propio tribunal. Esto es igual respecto de las costas procesal. Las costas
personales por su parte, las regula el juez.
Esta liquidación, una vez presentada por el secretario, hay un plazo de 3 días para objetarla. Una vez que
todo esto quede ejecutoriado tenemos las cantidades que en definitiva corresponde recibir al acreedor.
Este pago al acreedor se hace a través del giro de un cheque de la cuenta corriente del tribunal, lo cual
se debe solicitar.
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ii) Embargo recaído sobre la misma especie o cuerpo cierto que se debe: en este caso, la sentencia se
cumplirá solicitándose al juez la entrega de dicha especie o cuerpo cierto, lo cual debe ser ordenado por
el mismo.
Aquí, debemos señalar que esta entrega es sin perjuicio de que el deudor además deba pagar las costas,
ya que recordemos que aquí existe una condena en costas y para los efectos esto se debe también
liquidar las costas procesales y regular las personales (honorarios).
Si el deudor no paga las costas, se le podrían embargar otros bienes a través de este mismo
procedimiento.
b) Sentencia condenatoria de remate: aquí para los efectos del cumplimiento, necesariamente, hay que
continuar adelante con el procedimiento de apremio en el mismo cuaderno de apremio del juicio
ejecutivo. En este caso, es necesario rematar los bienes embargados, ya que el acreedor no se puede
pagar con los bienes embargados, sino que debe hacerlo con dinero, por lo que entonces igual se debe
liquidar.
Acá es necesario analizar el procedimiento de realización de bienes que establece la ley, el cual se lleva a
efecto dentro del cuaderno de apremio.
Esta resolución del mandamiento de ejecución y embargo es interlocutoria, ya que sirve de base para el
pronunciamiento de otras sentencias.
I. Requisitos esenciales
a) Debe contener esta resolución, la orden de requerir de pago al deudor por la suma de dinero que se
expresa en la demanda ejecutiva, más los intereses y las costas.
En esta materia se ha planteado el siguiente problema en los tribunales ¿Los tribunales pueden o no
modificar la cantidad por la cual se pide la ejecución en la demanda? Algunos tribunales entienden que
ellos examinando el título ejecutivo pueden, eventualmente, modificar la cifra o la cantidad específica
por la cual se ha demandado ejecutivamente, y por tanto algunos jueces ordenan despachar el
mandamiento pero por una cantidad menor. Esto se ha cuestionado.
Por su parte, la Corte de Apelación de Concepción ha revocado estas resoluciones porque se entiende
que se estaría alterando la pretensión de la demanda ejecutiva.
Se supone que esta orden de requerir de pago es por la cantidad expresada en la demanda y conforme a
la resolución del cuaderno principal que ordena despachar el mandamiento. Ahora si el juez estima que
la cifra que señala la demanda no se aviene con lo señalado en el título, no deberá despachar entonces
la ejecución.
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Esta orden se cumple a través de una diligencia que practica el receptor judicial en el domicilio del
ejecutado, el cual se indica en la demanda ejecutiva. Aquí, normalmente se tiende a confundir la
notificación con el requerimiento, pero bien en la práctica el receptor va a notificar al demandado de la
demanda ejecutiva y además lo requerirá de pago, ya que la notificación en principio no constituye
requerimiento de pago.
Ahora, conforme al artículo 443 número 1º podría ocurrir en la práctica que la notificación de la
demanda ejecutiva se practique conforme al artículo 44 del C.P.C. ya que el deudor no es habido. En este
caso el receptor debe dejar citado al deudor para hacerle el requerimiento. Esta citación materialmente
se encuentra en las copias que se le entregan al notificado. Lo mismo ocurre cuando la notificación se
practica en un lugar de libre acceso al público.
El deudor, una vez requerido de pago, conforme a lo dicho por la Corte Suprema, se entiende que tiene 8
días para oponer las excepciones. Esto no lo dice el código, pero bien es una cuestión práctica que se
debe interpretar.
b) Orden de embargarle bienes al deudor en cantidad suficiente para cubrir la deuda con sus intereses
y costas si no paga en el acto del requerimiento. De todo esto debe dejar constancia el receptor.
Este embargo de bienes debe ser practicado por el ministro de fe que es el receptor judicial, el cual
práctica el requerimiento de pago como consecuencia de no haberse pagado en ese acto la deuda.
El ejecutado tiene derecho a oponerse al embargo, en cuyo caso quedara legalmente requerido de pago
pero por el momento no se le practicara el embargo.
c) La designación de un depositario provisional que es la persona a cuyo cargo quedan los bienes
embargados.
Puede esta resolución tener además otras menciones, dependiendo el caso, como por ejemplo, la
mención relativa a la mención de bienes específicos sobre los cuales ha de trabarse el embargo.
Conforme a esto, si en la demanda ejecutiva se señalan bienes específicos, el mandamiento debe
indicarlo.
Ahora, si lo que se demanda es una obligación que consiste en la entrega de una especie o cuerpo cierto
adeudado, habrá que señalar, para el embargo, esta misma especie o cuerpo cierto que se adeuda. Esto
es en la medida de que la especie o cuerpo cierto se encuentre en poder del deudor, ya que en caso
contrario se paga con el valor de la especie debida.
Si la ejecución recae sobre cuerpo cierto, o si el acreedor en la demanda ha señalado, para que se haga
el embargo, bienes que la ley permita embargar, el mandamiento contendrá también la designación de
ellos.
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También esta resolución podría tener otra mención que es la orden de requerir el auxilio de la fuerza
pública si se estimaré necesario. Esto siempre debe ser solicitado, nunca se ordena de oficio. En la
práctica esto casi nunca ocurre.
Siempre que en concepto del tribunal haya fundado temor de que el mandamiento sea desobedecido,
podrá solicitar, a petición de parte, el auxilio de la fuerza pública para proceder a su ejecución.
Embargo
Existen muchas definiciones, ninguna legal, pero en doctrina hay distintas definiciones que varían su
contenido de acuerdo a qué aspectos se consideran para hacer la definición, porque algunos distinguen
por una parte lo que es la “traba del embargo” del “embargo” (aunque ambos conceptos están
relacionados).
La traba del embargo vendría a ser la diligencia judicial que practica el ministro de fe; y el embargo
vendría a ser la consecuencia inmediata de la realización de esa diligencia en virtud de la cual se realiza
la afectación del bien sujeto al sistema de embargo. Entonces algunos lo definen como “medida de
afectación” y otros hablan de que es una “diligencia judicial”.
· Traba del embargo: diligencia judicial que se practica en el cuaderno de apremio, por un receptor
judicial y que consiste en la entrega real o simbólica de ciertos bienes a un depositario que se designa
para este efecto, con el objeto de asegurar con ellos el cumplimiento de la obligación objeto del juicio
ejecutivo.
· Embargo: vendría a ser una medida de afectación de uno o más bienes a una ejecución y que produce
ciertas consecuencias respecto de los bienes que quedan afectados. En este caso podríamos decir que es
una verdadera medida precautoria desde el punto de vista procesal -puesto que es asegurativa- y que no
excluye otras medidas precautorias (no hay inconveniente legal para interponer otras medidas respecto
de ciertos bienes).
Para los efectos de la práctica del embargo lo fundamental a considerar es que los bienes, objeto del
embargo deben ser necesariamente de propiedad del ejecutado, porque se trata de que el ejecutado
responda con sus bienes al pago de la deuda y no con bienes ajenos. En la práctica sucede que el
ministro de fe (involuntariamente o circunstanciado) puede trabar embargo sobre bienes que
aparentemente son de propiedad del deudor, pero que en realidad no lo son y son de terceros.
Estos terceros tienen derecho a intervenir en el juicio ejecutivo mediante la correspondiente tercería en
relación con bienes que no serían propiedad del ejecutado, sino que de los terceros que invocan alguno
de los derechos que la ley establece (en general dominio y posesión, que son las tercerías fundamentales
en materia de propiedad).
El ministro debe dejar constancia de cualquier reclamación que haga un tercero en el acto del embargo,
esta constancia no es suficiente para efecto de excluir los bienes de terceros respecto del embargo.
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En la ley existen bienes que el legislador establece como inembargables, tanto en el Código de
Procedimiento Civil como en leyes especiales.
La inembargabilidad es un derecho que la ley le reconoce al ejecutado para evitar que estas personas se
vean privadas de algunos elementos indispensables para su subsistencia –al decir de la doctrina-. Como
es un derecho establecido en favor del deudor, es renunciable, por lo que perfectamente un ministro de
fe podría trabar embargo sobre algún bien que la ley declara inembargables y ese embargo no es nulo,
puesto que si el propio ejecutado que es el interesado no reclama el bien va a ser realizado, esta es una
cuestión incidental que se produce dentro del juicio ejecutivo, 519 inciso segundo, para lo cual debería
abrirse un cuaderno de incidentes.
Como se designan los bienes que pueden ser embargados, o bien, como
sabemos, qué bienes pueden ser objeto del embargo en un caso
concreto
En primer lugar, el propio ejecutante (demandante) tiene derecho a designar bienes para el embargo.
Esto lo puede hacer en distintas oportunidades:
a) En la propia demanda ejecutiva: en este caso el mandamiento de ejecución y embargo, dentro de las
exigencias que tiene que cumplir, es precisamente la de señalar estos bienes.
Si la ejecución recae sobre cuerpo cierto, o si el acreedor en la demanda ha señalado, para que se haga
el embargo, bienes que la ley permita embargar, el mandamiento contendrá también la designación de
ellos.
Artículo 447
Puede el acreedor concurrir al embargo y designar, si el mandamiento no lo hace, los bienes del deudor
que hayan de embargarse, con tal que no excedan de los necesarios para responder a la demanda,
haciéndose esta apreciación por el ministro de fe encargado de la diligencia, sin perjuicio de lo que
resuelva el tribunal a solicitud de parte interesada.
También podría señalar bienes para el embargo el propio ejecutado. Este derecho lo puede ejercer
cuando se le practique el embargo.
Artículo 448
No designando el acreedor bienes para el embargo, se verificará éste en los que el deudor presente, si,
en concepto del ministro de fe encargado de la diligencia, son suficientes o si, no siéndolo, tampoco hay
otros conocidos.
Artículo 449
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1º Dinero;
3º Bienes raíces; y
4º Salarios y pensiones.
Otra cosa importante de la diligencia es la constancia de la misma en el proceso o como dice el código, el
acta de la diligencia. Esta acta de diligencia debe contar con las menciones que señala el artículo 450
inciso 2º del C.P.C.
El ministro de fe que practique el embargo deberá levantar un acta de la diligencia, la que señalará el
lugar y hora en que éste se trabó, contendrá la expresión individual y detallada de los bienes
embargados e indicará si fue necesario o no el auxilio de la fuerza pública para efectuarlo y de haberlo
sido, la identificación del o de los funcionarios que intervinieron en la diligencia. Asimismo, dejará
constancia de toda alegación que haga un tercero invocando la calidad de dueño o poseedor del bien
embargado.
Importante también indicar que en esta constancia se deben individualizar los bienes embargados. Estos
bienes se individualizaran de maneras distintas dependiendo si se trata de bienes muebles o inmuebles.
La forma de individualización de cada uno de estos se indica en el inciso 3º del artículo 450 del C.P.C.
Tratándose del embargo de bienes muebles, el acta deberá indicar su especie, calidad y estado de
conservación y todo otro antecedente o especificación necesarios para su debida singularización, tales
como, marca, número de fábrica y de serie, colores y dimensiones aproximadas, según ello sea posible.
En el embargo de bienes inmuebles, éstos se individualizarán por su ubicación y los datos de la respectiva
inscripción de dominio.
Por tanto, dicho esto, cabe señalar que el receptor que práctico la diligencia debe enviarle carta
certificada al ejecutado comunicándole el hecho del embargo e individualizando los bienes embargados.
Esto, es sin perjuicio de que el ejecutado pueda estar presente en la diligencia. La omisión o el envío de
la carta fuera de los plazos legales, no afecta la diligencia, quedando responsable el ministro de fe por los
daños o perjuicios que pueda causar.
Esta constancia se deja en el cuaderno de apremio y, sin perjuicio de esto también se debe dejar
constancia del embargo en el cuaderno principal.
Por su parte en los artículos 459 y siguientes del C.P.C. se dan algunas reglas de administración de los
bienes embargados a cargo del depositario. Esto en la práctica poco se aplica. Esto va a depender de la
naturaleza de los bienes embargados. Por ejemplo, si los bienes son muebles, el depositario puede
trasladarlo al lugar que sea más conveniente para su conservación. También, en el caso de que el bien
este sujeto a deterioro el depositario deberá tomar medidas para que esto no ocurra.
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1º Se puede pedir ampliación del embargo: este es un derecho que asiste al ejecutante (acreedor), en
este caso se solicita al tribunal que el embargo se extienda a otros bienes, no comprendidos en la
diligencia inicial. Este derecho tiene como fundamento, no es otro que la insuficiencia del embargo (para
cubrir la deuda en capital intereses y costas), porque como ya hemos dicho el mandamiento de
ejecución ordena embargar bienes del deudor en cantidad suficiente (artículo 443 Nº2).
Artículo 456
Puede el acreedor pedir ampliación del embargo en cualquier estado del juicio, siempre que haya justo
motivo para temer que los bienes embargados no basten para cubrir la deuda y las costas.
El haber recaído el embargo sobre bienes difíciles de realizar, será siempre justo motivo para la
ampliación. Lo será también la introducción de cualquier tercería sobre los bienes embargados.
El justo motivo deberá expresarlo el peticionario, en esta parte la ley establece dos casos en que el
legislador considera que existe este justo motivo:
a) Cuando el embargo es recaído sobre bienes difíciles de realizar, 456 inciso 2º. Esto no queda a
criterio del acreedor, sino que se determina conforme al mérito del proceso.
Por ejemplo un bien podrá ser difícil de realizar cuando no haya interesados en adjudicarse el bien
embargado.
b) Lo son también la introducción (basta el hecho de que se alegue) de cualquiera tercería sobre los
bienes embargados, 456 inciso 2º.
Estas tercerías pueden ser de exclusión cuando el receptor a trabado embargo sobre bienes de terceros
que se fundan en el derecho de dominio del tercero o en la simple posesión de los mismos, existen
también las tercerías de prelación y de pago en que los terceros intervienen para pagarse con el
producto de la realización de los bienes.
Esto es una legación incidental, que se tramita de acuerdo a las reglas del procedimiento incidental
ordinario, con derecho a rendir prueba y todo lo procedente, y en definitiva el juez determinara en el
fallo de la incidencia que ocurre con los bienes.
Pedida la ampliación después de la sentencia definitiva del juicio ejecutivo, la ley dice que no será
necesario el pronunciamiento de una nueva sentencia para comprender en la resolución respectiva los
bienes agregados al embargo. De no haber sentencia bastara con el mandamiento.
2º Reducción del embargo: en este caso se trata de quitar ciertos bienes del embargo a solicitud del
ejecutado, el fundamento de esta alegación es que no existe proporcionalidad entre el monto de la
obligación con el valor de los bienes embargados.
Aquí existe un embargo excesivo de bienes. El código se refiere a esta materia en el artículo 447 (caso en
que el acreedor decide concurrir a la diligencia del embargo y designa en esa diligencia bienes),
complementado con el artículo 448 (que se refiere también a la suficiencia).
Esta alegación igualmente se tramita en forma incidental, y se abre el respectivo cuaderno de incidentes
que se tramitará en forma separada. Y se fallara en la misma forma que en el caso anterior. De ser así
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habrá ciertos bienes que habiéndose encontrado inicialmente embargados van a quedar libres del
embargo con lo que ejecutoriada la resolución el deudor va a poner disponer de ellos y el embargo va a
subsistir con los bienes que sigan comprendidos.
3º Sustitución del embargo: este es un derecho que le asiste al deudor (artículo 457), en virtud del cual
este debe proceder a consignar una suma de dinero que sea suficiente para pagar la deuda y que
reemplaza al o los bienes embargados. Lo que se hace en la práctica es reemplazar a los bienes
embargados por dinero, el derecho no implica el derecho a reemplazo por otros bienes, sino que solo
por dinero, dinero que se deberá consignar en la cuenta corriente del tribunal y en virtud de esta
consignación de dinero suficiente el o los bines quedan liberados del embargo.
La ley señala una limitación al respecto de este derecho, que es que se puede producir siempre que no
recaiga sobre la misma especie o cuerpo cierto que se debe y sobre la cual se trabo el embargo puesto
que es eso justamente lo que se debe.
4º Alzamiento del embargo o cesación del embargo: consiste en la petición de que se termine el
embargo respecto de los bienes que han sido afectados y por lo mismo que pueda nuevamente disponer
de ellos el deudor.
El fundamento para liberar un bien del embargo, puede ser por pago completo (en capital intereses y
costas) de la deuda o por la existencia de alguna causal de inembargabilidad.
Es importante señalar en esta materia que el ministro de fe que practicó el embargo de bienes de bienes
que están sujetos a sistema registral, es decir, bienes inmuebles, tiene que requerir la inscripción del
embargo de estos bienes raíces en el conservador del territorio en donde se encuentre inscrito el
inmueble, como medida de publicidad para terceros (no afecta por ende la validez del embargo) dejando
constancia materialmente en el expediente de esta inscripción. Ahora como las cosas se deshacen del
mismo modo que se hacen, a través del ministro de fe se debe requerir el alzamiento del embargo, para
lo cual se debe hacer una anotación al margen de la inscripción respectiva.
En esta materia se requiere de esta diligencia de retiro de las especies, porque la regla general es que los
bienes muebles que están en el domicilio del deudor normalmente es necesario retirarlos para proceder
a la venta forzada y para entregarlos concretamente al martillero público que se designe porque ese es el
sistema normal de vender bienes muebles. En orden cronológico primero se embarga y posteriormente
se solicita el retiro de las especies que han sido embargadas para ser entregadas al martillero público.
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El C.P.C. en el artículo 464 inciso final establece que este retiro no se puede ordenar si no una vez que
hayan transcurrido 10 días desde la fecha de la traba del embargo, a menos que el juez por resolución
fundada ordene otra cosa.
Este plazo o tiempo que media entre que se produce la diligencia del embargo y el retiro material de las
especies, está establecido por la ley para resguardar eventuales derechos de terceros en relación con los
bienes embargados, específicamente para que los tercero afectados puedan plantear la tercería que
corresponda dentro del juicio ejecutivo. En efecto, el embargo de bienes, para surtir efecto, tiene que
practicarse sobre bienes que son de propiedad del ejecutado, ya que éste debe responder frente a la
obligación que contrajo con sus bienes y no con bienes de terceros. Con mayor razón se justifica ese
plazo si en la diligencia de embargo algún tercero le manifiesta al ministro de fe tener derechos sobre los
bienes que se están embargados, de lo cual, como ya se señaló, debe dejarse constancia en la diligencia.
Sin embargo, no basta este reclamo, por lo que el tercero tiene que formular la alegación en forma que
es deducir la tercería correspondiente.
Realización de bienes
Los trámites de realización de bienes son todas aquellas diligencias que hay que practicar cuando se ha
dictado sentencia condenatoria de remate o bien si no hay sentencia definitiva, porque no se opusieron
excepciones cuando el embargo ha recaído sobre bienes que son distintos al dinero o a la misma especie
o cuerpo cierto que se debe.
En estos casos la ley establece varios sistemas de realización dependiendo de dos cosas, a saber:
El artículo 481 del C.P.C. da la regla general en esta materia cuando dice que notificada la sentencia
condenatoria de remate, se procederá a la venta de los bienes embargados en conformidad a los
artículos siguientes.
Artículo 481
Notificada que sea la sentencia de remate, se procederá a la venta de los bienes embargados, de
conformidad a los artículos siguientes.
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El sistema que se utiliza en estos casos es una venta a través del martillero público que se designe. En
efecto, el tribunal tiene que designar para estos efectos, a petición de parte en el juicio ejecutivo, al
martillero público que va a cumplir esta función. Una vez practicado el retiro, con o sin el auxilio de la
fuerza pública, las especies retiradas se entregan materialmente al martillero designado para que
proceda a la venta.
El martillero se encarga de informar al tribunal cual será el día y la hora en que se hará el remate o
subasta y de publicitarla. Lo anterior, porque la ley no establece formalidades para llevar a efecto este
remate.
Una vez que el remate se realiza, el martillero tiene dar cuenta de su gestión al tribunal y consignar los
dineros a la cuenta corriente dl tribunal, deduciendo los gastos y comisiones que le correspondan.
Asimismo acompañara toda la documentación justificante de lo obrado por él.
b) Bienes muebles que en principio no es posible vender a través de martillero (artículo 483).
Por el estado propio en que se encuentran estos bienes, no es posible venderlos a través de martillero.
En efecto, estamos ante bienes muebles sujetos a corrupción o susceptibles de próximo deterioro o
cuya conservación sea difícil o muy dispendiosa.
En este caso la venta la puede hacer el depositario en la forma más conveniente, sin previa tasación y
autorizado por el juez. En este caso habrá que tener cuidado que el depositario sea una persona distinta
del propio deudor, porque este depositario podría ser perfectamente el deudor, sin perjuicio de que el
C.P.C. no hace esta distinción.
Este sistema tiene que ser autorizado por el juez, por lo que se concluye que debe ser solicitado (artículo
483).
Artículo 483
Venderá el depositario en la forma más conveniente, sin previa tasación, pero con autorización judicial,
los bienes muebles sujetos a corrupción, o susceptibles de próximo deterioro, o cuya conservación sea
difícil o muy dispendiosa.
También en este caso, una vez efectuada la venta en esta forma, el depositario tiene que rendir cuenta y
consignar los dineros en la cuenta corriente del tribunal, deduciendo los gastos y comisiones que le
correspondan.
c) Bienes muebles que consisten en efectos de comercio realizables en el acto (por ejemplo acciones en
una sociedad anónima, valores mobiliarios, patentes, etcétera):
Artículo 484
Los efectos de comercio realizables en el acto, se venderán sin previa tasación, por un corredor
nombrado en la forma que establece el artículo 414.
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Estos se venderán, sin previa tasación, por un corredor de comercio o de bolsa nombrado en la forma
que establece el artículo 414 del C.P.C. es decir, de acuerdo al nombramiento de peritos, de manera que
en este sistema interviene el juez.
En los tres casos ya señalados, el CPC se refiere a “venta de los bienes muebles”, ya sea por martillo,
depositario o corredor. ¿Ese acto en el cual se rematan los bienes es un acto civil o procesal? Este
problema será resuelto más adelante. Sin embargo puede adelantarse que se trata de un acto de doble
carácter.
El artículo 485 del C.P.C. señala que los bienes que requieren de tasación previa son todos los demás
bienes no comprendidos en los artículos anteriores. En otras palabras, requieren de tasación previa los
inmuebles y algunos bienes muebles no comprendidos en los artículos anteriores.
Ejemplo: Un crédito.
En este caso el C.P.C. establece como sistema que estos bienes se venden en remate público, es decir, en
pública subasta ante el tribunal que conoce de la ejecución. En otras palabras, el que vende es el juez
que conoce de la ejecución o bien, el juez dentro de cuya jurisdicción estén situados los bienes cuando
así se haya resuelto a petición de parte y con motivo fundado.
En esta materia hay que distinguir según se trate de bienes raíces o de otros bienes.
a) Tasación de bienes raíces: artículo 486, la tasación será la que figure en el rol de avalúo que esté
vigente para los efectos de la contribución de haberes.
Lo anterior significa que el valor, en principio, es el del avalúo fiscal. Este avalúo lo determina el S.I.I. con
independencia de si el bien esta afecto o no al pago del impuesto territorial, ya que todo inmueble tiene
un valor fiscal.
Para cumplir con lo anterior, el interesado que es el ejecutante tiene que acompañar al proceso un
certificado de avalúo vigente en el semestre (ya que el avalúo es semestral) en que haya de verificarse el
remate del inmueble. El valor de tasación del avalúo se tendrá por aprobado si no se impugna dentro
del plazo legal. Es decir, si el ejecutado no hizo uso de su derecho de pedir nueva tasación (derecho que
se analizará en las líneas siguientes) el valor del avalúo quedará como tal, pasando a ser el valor mínimo
para el remate.
Este avalúo no siempre es el fiel reflejo del valor comercial del inmueble, de tal manera que
normalmente el valor comercial será mayor del que figura en el avalúo fiscal. En este caso el ejecutado
tiene que derecho a solicitar que se haga una nueva tasación, es decir, una tasación distinta de la que
figura en el avalúo fiscal. Esta nueva tasación se debe practicar por peritos, nombrados en la forma que
dispone el artículo 414, quienes tienen que ponerla en conocimiento de las partes para efectos de que
pueda ser impugnada dentro de 3 días.
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Si no se impugna dentro de este plazo, se tendrá por aprobada, si se impugna se origina un incidente y el
juez decide con el mérito de la tasación y del incidente (artículo 486).
Lo importante es que la tasación, cualquiera que sea, tiene que quedar aprobada por el juez para
continuar con el procedimiento. En la práctica es bueno pedirle al juez que la tenga por aprobada, ya que
debe quedar claro en el proceso tal aprobación para poder seguir con los trámites siguientes.
b) Tasación de bienes que no son bienes raíces: si se trata de otro tipo de bienes distintos de los
inmuebles y que requieren de tasación, esta tasación se hará directamente a través del sistema de
peritos.
Una vez aprobada la tasación, es necesario fijar las bases de remate que son, en definitiva, las
condiciones para efectuar la subasta de los bienes embargados, condiciones que se fijan de acuerdo a lo
que señala el artículo 491.
Estas bases de remate pueden ser propuestas al tribunal de común acuerdo por las partes (cuestión que
en la práctica no ocurre) o bien a petición del ejecutante. El ejecutante desde el punto de vista procesal
propone estas bases a través de un escrito con citación de la parte contraria, de manera que esta parte
tendrá un plazo de 3 días contados desde la notificación por el estado diario de la resolución recaída en
ese escrito, para hacer valer sus derechos y objetar aquello con lo que no está de acuerdo. Esta objeción
se resuelve de plano.
Ejemplo de la notificación: “téngase por acompañadas las bases de remate, con citación”.
ii) Debe figurar además la forma en que se va a pagar ese precio: si lo propone el ejecutándote, el
precio se deberá pagar de contado, salvo que las partes acuerden o que el tribunal por motivos fundados
resuelva otra cosa, artículo 491.
iii) Debe hacerse referencia a las cauciones que hay que rendir previamente para tomar parte en el
remate y la forma en que deben ser otorgadas (artículo 494): todo postor para tomar parte en el
remate deberá rendir caución suficiente de manera previa, la que será equivalente al 10 % de la
valoración de los bienes. Esta caución se establece para responder de que se llevará a efecto la compra
de los bienes rematados y además para garantizar, en su caso, el otorgamiento de la escritura pública
respectiva, ya que el remate es una verdadera compraventa, de manera que, sin perjuicio del acta de
remate, debe suscribirse una escritura pública en que conste la adjudicación del bien.
vi) Señalará si el inmueble se remata como especie o cuerpo cierto o en relación a la cabida o
superficie.
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En el caso en que el deudor se oponga dentro del plazo de los 3 días, en el sentido de no estar de
acuerdo con alguna de las condiciones, la oposición será resuelta de plano por el tribunal, consultando la
mayor facilidad y el mejor resultado en la enajenación.
Esto ocurre cuando el bien inmueble que se embarga está hipotecado y los acreedores hipotecarios son
terceros distintos al ejecutante.
¿Cómo sabemos que el inmueble embargado está hipotecado? Para ello el acreedor debe recurrir al
conservador a pedir el respectivo certificado de dominio vigente y el de gravámenes y prohibiciones.
Este certificado que otorga el conservador tiene que ser acompañado al proceso, para posteriormente
proceder a la citación del o de los acreedores hipotecarios.
Esta citación significa que hay que notificar personalmente a los acreedores hipotecarios de la existencia
del juicio ejecutivo, para que ellos hagan valer sus derechos. El término de emplazamiento se cuenta
desde la fecha de la última notificación hasta la fecha de la subasta, artículo 2428 del Código Civil.
Esta es una petición que se hace por escrito, una vez que las bases de remate se encuentran firmes y
cuando se ha cumplido con la citación de los acreedores hipotecarios, si es que lo hay.
Hay que tener en cuenta que si bien el juez que conoce del juicio ejecutivo es quien fija el día y hora, la
fecha tiene que ser fijada con anticipación necesaria habida consideración de que la ley exige, para los
efectos de la validez del remate, que se publiquen avisos en los diarios. En la práctica muchas veces
ocurre que el propio solicitante propone al juez una fecha determinada, teniendo en cuenta la citación
de los acreedores hipotecarios con el correspondiente transcurso del término de emplazamiento, entre
otras cosas, sin perjuicio de que el juez no tiene ninguna obligación de aceptar esta proposición.
Este es un trámite importante en la práctica, porque se trata de una formalidad que beneficia a las dos
partes del juicio ejecutivo, ya que su objetivo es que se atraiga al mayor número de interesados a la
subasta y consecuencialmente si hay más postores y participantes en el remate, el precio sube.
El artículo 489 señala que el remate, con el señalamiento de día y hora en que debe tener lugar, se
anunciara por medio de avisos publicados en los diarios. Estos avisos deben ser a lo menos 4 (el código
habla de cuatro veces) y en días diferentes, avisos que deben efectuarse en un diario de la comuna en
que tenga su asiento el tribunal o en uno de la capital de la provincia o de la región, si en la capital no lo
hubiere, pudiendo publicarse los avisos también en días inhábiles.
El primero de estos avisos deberá ser publicado con 15 días de anticipación como mínimo a la fecha de la
subasta. Estos 15 días son corridos, ya que el código señala “sin descontar los inhábiles”.
Si los bienes están situados en otra comuna, el remate también se anunciara en esa comuna o en la
capital de la respectiva región en su caso, de la misma forma y en el mismo tiempo, es decir en 4 avisos,
teniendo el primero 15 días de anticipación como mínimo a la fecha de la subasta.
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Los avisos serán redactados por el secretario. En la práctica quien redacta el aviso es el propio ejecutante
y el secretario simplemente lo firma.
c) Debe contener los datos necesarios para identificar los bienes que van a rematarse. El Código de
Procedimiento Civil no especifica que datos son los necesarios, pero a lo menos se tendrá que señalar
donde está ubicado el inmueble, entre otros datos. Resulta importante recordar que los inmuebles se
identifican por su inscripción de dominio.
Estos avisos, una vez firmados por el secretario, deben ser llevados al diario que corresponda y que
serán determinados por el juez.
Ejemplo: Podría ocurrir que el bien no esté correctamente individualizado. Podría haberse cometido un
error en la hora del remate contenida en el aviso, etc.
El remate es una actuación judicial que se va a verificar ante el juez que conoce de la ejecución o bien
podría llevarse efecto ante el juez de donde estén situados los inmuebles en el caso que esto se hubiere
solicitado por el ejecutante y el juez de la causa lo hubiere autorizado. En este caso se debe solicitar un
exhorto, con todas las facultades habidas y por haber para efectuar el remate.
Ejemplo: Puede ocurrir que el juicio ejecutivo se siga ante el juez de Concepción y que se embargue un
inmueble ubicado en Talca. En este caso el acreedor puede pedir que el remate se siga ante el juez de
Talca.
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Posteriormente se procede al remate propiamente tal, con la participación directa del juez y partiendo
del mínimo que está determinado en las bases de remate. En este momento los interesados harán las
posturas correspondientes.
Es posible que en este remate pueda participar o tener intervención el propio ejecutante, si es que tiene
interés en quedarse con el inmueble, por ejemplo, lo cual tiene que estar especificado en las bases de
remate. En este caso, al ejecutante no se le exige caución. Si se llegara a adjudicar el ejecutante, opera
una compensación entre el valor de la adjudicación con el monto de la deuda liquidada.
En este remate se va a adjudicar el bien embargado aquel interesado presente que haga la postura más
alta, de manera que es al mejor postor. En este momento termina el remate.
El remate de un inmueble dentro del juicio ejecutivo es un acto de aquellos que la doctrina califica como
de doble carácter. En efecto, por una parte estamos en presencia de una actuación judicial, ya que se
trata de un trámite que hay que cumplir dentro del juicio ejecutivo, establecido en el C.P.C. y por otro
lado el propio Código de Procedimiento Civil lo califica además de compraventa, al hablar de escritura
pública de compraventa, la que da cuenta de lo que ocurrió en el remate. En este sentido, por una parte
es un acto procesal y por otro lado podría además ser calificado como acto civil.
Lo anterior puede tener importancia para los efectos de determinar cuáles son las normas aplicables en
su caso, si se solicita la nulidad. En efecto, la nulidad podría fundarse en dos tipos de defectos, a saber:
Ejemplo: Se pide la nulidad del remate, porque no se publicaron los 4 avisos o porque el contenido del
aviso no guarda relación con lo que dice la ley.
En este caso la nulidad se regirá por esa normativa civil de nulidad, por lo que no se cabe hablar de
nulidad procesal, sino que de una nulidad civil de ese acto.
Ejemplo: Se alega vicio del consentimiento, porque al adjudicatario lo estaban amenazando para que se
adjudicara un bien.
La nulidad civil no puede ser invocada en el juicio ejecutivo. En este caso se debe ejercer una acción
ordinaria de nulidad, demandándose en un juico declarativo aparte necesariamente. Ante el mismo juez
que conoce de la ejecución, solamente se pueden impetrar nulidades procesales, es decir, fundadas en
vicios de procedimiento.
Acta de remate
Una vez realizado el remate, debe extenderse el “acta de remate” a que alude el artículo 495 del C.P.C.
en la que se dejará constancia de todo lo obrado.
Esta acta se extenderá en un registro que lleva el secretario del tribunal que intervenga en la subasta y
debe ser firmada por el juez, por el rematante y por el secretario. Este es un registro especial de remate
que se lleva a la secretaria del tribunal. Sin perjuicio de que debe extenderse el acta de remate, la ley
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señala que en todo caso en el proceso debe dejarse un extracto del acta de remate, es decir, una
constancia, independientemente del registro al se hace mención anteriormente, artículo 498 del C.P.C.
En esta acta se deja constancia particularmente del hecho de haberse adjudicado el bien embargado al
rematante, el que tendrá que identificarse. El rematante puede adquirir para él o para un tercero, lo cual
deberá indicar al momento de la adjudicación.
Esta acta, con independencia de que da cuenta de una actuación judicial (remate), debe cumplir con los
requisitos que indica el artículo 61 del C.P.C. para todas las actuaciones.
Lo importante es que el artículo 495 inciso 2º del C.P.C. indica que esta acta valdrá como escritura
pública para los efectos del artículo 1801 del Código Civil.
La venta de bienes raíces se reputa perfecta desde que se otorga la escritura pública correspondiente.
Sin embargo, la norma agrega que sin perjuicio del acta de remate, se otorgará dentro de 3° día la
escritura definitiva de la adjudicación, con inserción de los antecedentes necesarios y de los demás
requisitos legales. Este plazo de tres días se cuenta desde que queda ejecutoriada la resolución que
ordena extender la escritura.
¿Si el acta de remate vale como escritura pública, a título de que el legislador exige que además se
otorgue esta escritura pública?
De acuerdo al artículo 497 del C.P.C. la escritura pública se requiere para efecto de inscribir el dominio en
el conservador de bienes raíces, porque éste no admitirá ningún otro documento que no sea la escritura
definitiva de compraventa. Dicha escritura será suscrita por el rematante (adjudicatario, comprador) y
por el juez como representante legal del vendedor (ejecutado).
La escritura pública definitiva tiene que otorgarse, como ya se adelantó, con inserción de los
antecedentes necesarios, artículo 495 inciso 2º del C.P.C.
En las escrituras públicas muchas veces es necesario insertar antecedentes como planos, autorizaciones
de organismos públicos, etcétera. En el caso en análisis “insertar los antecedentes necesarios” significa
que hay que insertar materialmente copias de las partes pertinentes del expediente, con el fin de
determinar que la escritura pública a la que se hace mención se ha ajustado a derecho. En otras
palabras, deberá haber constancia dentro de las copias que se insertan, por ejemplo, del mandamiento
de ejecución, de que el deudor ha sido requerido de pago, de que se dictó, en los casos en que proceda,
sentencia condenatoria, constancia del embargo, constancia de las bases de remate, etc. de manera que
cuando se haga posteriormente el correspondiente estudio de títulos, ya que el adjudicatario podría
enajenar el bien, por ejemplo, se pueda determinar que la adjudicación se ajusta a derecho.
En la práctica el subastador le pide al juez que conoce del juicio ejecutivo, que ordene extender la
escritura pública dentro del plazo legal, con la inserción de los antecedentes y en su caso, que se ordene
el alzamiento de los embargos o en su caso, la cancelación de las hipotecas. Esta petición se puede hacer
tan pronto termine el remate, a lo que el dictará la correspondiente resolución, comenzando a correr el
plazo de 3 días para efectuar el pago y hacer la suscripción de la escritura pública definitiva.
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que ese plazo establece la ley para otorgar la escritura. Este precio debe ser consignado por el
comprador en la cuenta corriente del tribunal (artículo 507 del C.O.T.), imputándose a ese precio el
monto de la caución previamente rendida en la forma que establecieron las bases, artículo 509 del C.P.C.
En síntesis, el adjudicatario tiene dos obligaciones que cumplir una vez adjudicado el bien, a saber:
a) Pagar el precio de la adjudicación. Esto porque hasta ahora lo único que tiene pagado es una caución.
Se debe pagar el precio menos el 10% por motivo de la caución que ya rindió.
La oportunidad para pagar este precio la indican las bases. La ley dice que si no se paga el precio o no
suscribe la escritura pública a la que se hace mención a continuación, dentro de los 3 días siguientes, el
remate queda sin efecto y pierde la caución.
b) Suscribir la escritura pública definitiva de compraventa. El plazo será de tres días para suscribir la
escritura pública, contados desde que se notifica la resolución en que el juez ordene extender la
escritura pública de adjudicación.
La escritura cumple con los requisitos legales establecidos en el C.O.T. con inserción de los antecedentes
necesarios relativos a las piezas del proceso que demuestren que el remate se ajustó a derecho.
Hacer efectiva la caución significa, desde el punto de vista del adjudicatario, que el pierde ese dinero
(que es equivalente al 10 % del valor de la tasación) y el valor de ésta, deducidos los gastos del remate,
se abonan en un 50 % al crédito que se cobra y el otro 50 % quedará en beneficio de la Junta de Servicios
Judiciales, junta que hoy en día no existe, de manera que la referencia debe entenderse hecha a la
Corporación Administrativa del Poder Judicial.
a) Que se le adjudique el bien por los 2/3 de la tasación del bien embargado.
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En este caso el precio de esa adjudicación se paga compensándolo con el crédito. Esto sería lo mismo
que podría ocurrir si es que el acreedor hubiese participado directamente en el remate por tener interés
en él, participación que en cuyo caso en las bases de remate deberá quedar establecida.
b) Que se reduzca prudencialmente el avalúo aprobado. El profesor estima que más que el avalúo, se
trataría de la tasación. Esta reducción no puede exceder de una tercera parte del avalúo.
a) Que se le adjudiquen los bienes por los 2/3 del avalúo reducido, es decir, de acuerdo al nuevo valor
que ya se fijó.
b) Podría pedir que se saque nuevamente a remate por el precio que el juez determine.
c) Que los bienes se le entreguen en prenda pretoria, aplicándose lo dispuesto en los artículos 503 y
siguientes del C.P.C.
En este caso los bienes embargados a través del tribunal se le van a entregar al acreedor para que éste
se pague de su crédito con los frutos de esos bienes y en la medida en que esos frutos se vayan
percibiendo en el tiempo.
Estos bienes deben ser entregados bajo inventario solemne y el acreedor debe llevar cuenta exacta, en
cuanto sea dable documentada, de los productos de esos bienes.
Las utilidades se aplicarán al pago del crédito a medida que se perciban. Sin perjuicio de que de acuerdo
al artículo 501 del C.P.C. el acreedor en estas circunstancias puede igualmente pedir que se pongan
nuevamente a remate los bienes, sin valor mínimo.
Cumplidas todas las actuaciones analizadas, va a ser necesario proceder al siguiente trámite.
El juez ordenará que se liquide la deuda: capital, intereses, costas y reajustes si es que los hay. Los
tribunales siempre ordenan que la liquidación la practique el secretario en cuanto a los intereses y las
costas procesales, fijando el juez en definitiva las costas personales, artículo 510 del C.P.C.
Existe derecho a impugnar la liquidación. En efecto, la liquidación que presenta el secretario se ordena
poner en conocimiento de las partes y se tiene por aprobada si no se objeta dentro de tercero día, de
manera que si no se dice nada y hay errores, queda inamovible la liquidación. Una vez que queda firme
la liquidación, el juez regula mediante resolución judicial las costas personales. En este momento
entonces se cuenta con la deuda actualizada de manera completa en cuanto a capital, intereses y costas.
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Ese valor completo corresponde al pago que hay que realizar al acreedor, de manera que el acreedor
seguidamente tendrá que pedir que se le gire cheque. En este caso quien recibe el cheque es el
mandatario judicial a quien se le han conferido facultades de percibir, en cuyo caso se gira cheque a
nombre del mandatario. En el caso en que el mandatario no tenga esta facultad, el acreedor recibirá
personalmente el cheque o le otorgará las facultades para percibirlo, sin perjuicio de que puede firmar
con él el escrito.
Reembargo
Esta es una situación particular que no siempre ocurre pero que podría darse cuando un mismo bien es
objeto de diversos embargos, es decir, de más de uno en juicios distintos.
¿Se puede embargar un bien embargado? Esto ha sido muy discutido, porque el C.P.C. no es claro en
establecerlo, es decir, no hay norma que diga derechamente que el reembargo es posible, por lo que hay
posturas en ambos sentidos.
Según Raúl Espinoza Fuentes, en su manual del juicio ejecutivo, señala que la teoría que pareciere tener
mayor cabida es la teoría que impide que sobre un mismo bien se traben varios embargos. Según este
autor, dentro del espíritu del legislador, éste no quiere que sobre un mismo bien se traben varios
embargos, de manera que si un bien ya se encuentra embargado en un juicio determinado, ya no sería
posible volver a embargarlo en una ejecución posterior. En este caso la solución sería la siguiente:
a) Interponer ante el mismo juez que está conociendo de la primera ejecución, es decir, ante el que
ordenó el embargo que tiene vigente el bien, la correspondiente tercería que en este caso sería de pago
o de prelación, dependiendo de la naturaleza o preferencia que tenga el segundo crédito y de si el
deudor tiene otros bienes.
b) Cuando interpone su demanda ejecutiva el acreedor puede utilizar el derecho que le otorga el
artículo 528 del C.P.C. En este caso es suficiente que el acreedor del segundo juicio pida que se dirija
oficio al que está conociendo de la primera ejecución para que retenga de los bienes realizados la cuota
que proporcionalmente le corresponda. Este derecho se hace valer una vez iniciada la segunda
ejecución, una vez requerido de pago el deudor.
Nulidades
Presenta particularidades en cuanto a determinar que nulidad procede en los actos de doble carácter,
para determinar sus efectos y procedencia habrá que ver de qué tipo es el fundamento de la nulidad que
se alega (procesal o sustantiva). La nulidad civil no se puede hacer valer en el juicio ejecutivo.
Tercerías
(*) Ver definición y precisiones de procesal orgánico. En el juicio ordinario los terceros pueden hacer
valer cualquier pretensión.
En el juicio ejecutivo las tercerías están especialmente reguladas, artículos 518 al 529.
Los terceros siempre intervienen en el juicio haciendo valer pretensiones (son partes indirectas) que
nacen del interés personal que ellos tienen en el resultado del juicio. Desde el momento que el código
regula en el juicio ejecutivo la intervención de los terceros, son normas de aplicación preferente con
respecto a las reglas generales, esto es importante porque en el juicio ejecutivo el tercero puede
91
intervenir por ciertos y determinados motivos (haciendo valer ciertos fundamentos) y no formulando
cualquier tipo de pretensión (como si se admite en la reglamentación general).
En el juicio ejecutivo no existen los terceros coadyuvantes, los terceros pueden únicamente hacer valer
la tercería por los fundamentos que la ley establece, estas pretensiones son:
1º Puede pretender dominio de los bienes embargado (artículo 518 Nº 1). Tercería de dominio.
4º Puede pretender derecho para concurrir en el pago a falta de otros bienes. Tercería de pago.
Sin perjuicio de lo anterior, se pueden hacer valer otros derechos en el juicio ejecutivo, que conforme a
lo que dispone el artículo 519 y 520 del C.P.C. se sustanciaran en la forma establecida para las tercerías.
Espinoza dice en su texto que la tercería es un procedimiento accesorio en el cual una tercera persona,
distinta del ejecutante y del ejecutado hace valer un derecho que obsta al pago total o parcial del
ejecutante con los bienes embargados. Siempre estas tercerías dicen relación con los bienes
embargados.
Esa definición cuando señala que las tercerías son un procedimiento accesorio, produce una discusión en
cuanto a la naturaleza jurídica de las tercerías. Por una parte si se toma en consideración el carácter de
accesorio, se podría decir que cualquier tercería en el juicio ejecutivo constituye una incidencia, sin
embargo, como ya se anticipó es una situación que se encuentra discutida y que será analizada a
continuación.
a) Una posición sostiene que las tercerías constituyen incidentes del juicio ejecutivo, por lo que serían
cuestiones accesorias, como señala la definición. Por ende a estas tercerías se le aplicarían todas las
reglas de los incidentes.
b) Otra posición, que es la que ha ido sustentando la Corte Suprema en el último tiempo, señala que la
tercería no es un incidente, sino que un juicio independiente del juicio ejecutivo, pero relacionado con
él. Esto porque como cuestión planteada, la tercería pasa a ser independiente, ya que las pretensiones
son distintas a las que invoca el ejecutante en el juicio ejecutivo.
El profesor estima, en concordancia con la corriente jurisprudencia de la Corte Suprema, que cuando se
dice que la tercería es accesoria, se estaría tomando tal expresión para referirse al inicio o planteamiento
de la tercería, ya que sin un juicio ejecutivo, no se podría hacer valer ninguna de las tercerías a que se
refiere el artículo 118 del C.P.C.
En el juicio ejecutivo las tercerías aludidas anteriormente son alegaciones que plantean terceros que no
son parte directa del juicio y que impiden que el ejecutante pueda pagarse total o parcialmente con los
bienes embargados, de manera que sin que exista embargo en el juicio ejecutivo, la tercería no tendría
razón de ser planteada, porque siempre las tercerías dicen relación con los bienes embargados.
Clases de tercerías
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Tercería de dominio sobre los bienes embargados
Es la intervención dentro del juicio ejecutivo de un tercero distinto del ejecutante y ejecutado que hace
valer una pretensión a fin de que se le reconozca su derecho de propiedad respecto de los bienes
embargados y consecuencialmente para que esos bienes sean excluidos del embargo.
La finalidad o el interés que tiene este tercero es que se reconozca su derecho de dominio por el tribunal
sobre los bienes para que sean excluidos del embargo con el fin de que vuelvan al patrimonio del
tercerista. Si el tercero no invoca esta tercería en la oportunidad legal, los bienes serán realizados,
produciéndose la tradición a favor del adjudicatario, no pudiendo invocar este tercero en este estado del
juicio ejecutivo su derecho de dominio, por lo menos dentro de este juicio. En este último caso el tercero
tendrá que ejercer acciones ordinarias como la reivindicación.
La oportunidad para hacer valer esta tercería (misma oportunidad en todas las tercerías) es una vez que
se ha producido la traba del embargo sobre bienes determinados y hasta antes que se haya efectuado la
tradición de los bienes subastados o vendidos forzadamente, en otras palabras, una vez que se ha
producido la entrega al adjudicatario o rematante.
Esta se hace valer por escrito, a través de una “demanda” de tercería en que se formula la pretensión,
demanda que se presenta o tercería que se hace valer dentro del juicio ejecutivo. En este caso el
demandante es el tercerista y demandados el ejecutante y el ejecutado.
Esta demanda debe contener las indicaciones del artículo 254 del C.P.C. de acuerdo al artículo 523 del
C.P.C. Además deberá presentarse con patrocinio y poder por ser la primera intervención del tercer, por
lo que se debe cumplir con todas las cargas de comparecencia.
Previo reconocimiento del derecho de dominio por el tribunal la consecuencia o finalidad lograda será
que los bienes sean excluidos del embargo y vuelvan al patrimonio del tercerista.
En cuanto a su tramitación, las tercerías dan lugar a la apertura de cuaderno separado de los cuadernos
de ejecución y apremio. Así el artículo 521 establece que la tercera de dominio se tramitará en ramo
separado con el ejecutante y el ejecutado, de manera que queda claro que ellos son los demandados,
sustanciándose de acuerdo a las reglas del procedimiento ordinario, pero sin escrito de réplica y de
dúplica. A continuación señala la ley que las demás tercerías se tramitarán como incidente, sin embargo,
no porque el C.P.C. diga que algo se tramita de acuerdo a las reglas de los incidentes se va a pensar de
inmediato que se trata de incidentes, porque, como ya dijimos la naturaleza de las tercerías esta
discutida, con independencia del procedimiento que se aplica para su tramitación.
· Presentada la demanda o solicitud de la tercería una primera cuestión que surge de inmediato es:
¿Cómo se notifica la resolución que recae sobre esa solicitud y a quién?
Si se considera que las tercerías son incidentes, la demanda incidental se notificaría por el estado diario
a los apoderados judiciales, porque no hay una regla distinta dentro de la regulación del procedimiento
incidental para notificar la demanda. Si se considera que es un juicio independiente no se puede
notificar por el estado diario, sino que personalmente porque es la primera notificación dentro del
procedimiento de tercería y no se les notifica al mandatario judicial, sino que a las partes directamente.
· ¿Qué ocurre con el mandato judicial que hubiese constituido, en el juicio ejecutivo, el ejecutante y el
ejecutado? ¿Se mantiene este mandado para el procedimiento de la tercería?
93
Si se considera que la tercería es incidente, se mantiene, ya que en virtud de las facultades ordinarias del
mandato judicial, éste puede tomar parte en todas las incidencias del juicio. Si se considerada que es un
juicio a parte, este mandato no tendría motivo para estar vigente en este nuevo juicio.
· ¿Qué naturaleza jurídica tendría que la resolución que recibe a prueba la tercería? ¿Y la que falla las
tercerías? ¿Cómo se notificarían esas resoluciones?
Si se considera que es un incidente la resolución que recibe a prueba la tercería se notificaría por el
estado diario, ya que así lo señala el CPC. Si consideramos que es un juicio la resolución que recibe la
causa a prueba se notificaría por cédula.
En cuanto a la resolución que falla la tercería, si se considera que es un incidente esta tercería, esta
resolución no será jamás una sentencia definitiva, pero si considera que es un juicio independiente, esta
resolución sería una sentencia definitiva, notificándose por cédula.
· ¿Cómo se conoce la Apelación si se apela del fallo de la tercería? ¿En cuenta o previa vista de la causa?
a) En el cuaderno principal: en este cuaderno la tercería no produce ningún efectos, porque en realidad
no puede producir ningún efecto, ya que la pretensión del tercerista es diferente y no guarda relación
con la del ejecutante, no teniendo interés en ella. En efecto, la pretensión del ejecutante es que se
cumpla forzadamente una obligación, en cambio el tercerista pretende que se reconozca su derecho de
dominio. En otras palabras, este cuaderno no se suspende por la tercería, de manera que se siguen
tramitando normalmente.
Se ha entendido por la jurisprudencia que este instrumento público debe ser justamente uno de los
medios que sirve para acreditar el dominio que se invoca y por lo mismo este instrumento tendrá que
acompañarse con la demanda, para evitar que este cuaderno siga avanzando. En los demás casos el
remate se llevará a cabo, entendiéndose que la subasta recaerá sobre los derechos que el deudor tenga
o pretenda tener sobre la cosa embargada, artículo 523 inciso 2º del C.P.C.
El tercerista también tiene derecho a sustituir el embargo, consignado el monto de la deuda y las costas,
artículo 521 inciso final.
En cuanto al fallo
a) Si acoge la tercería: significa que el tribunal le reconoce el derecho de dominio al tercerista y
consecuencialmente, el o los bienes embargado afectos a la tercería quedarán excluidos del embargo,
debiendo restituirse al tercero.
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Lo anterior está perfecto en el evento en que la interposición de la tercería haya logrado suspender el
procedimiento de apremio, ya que si no se suspendió, y se hubiesen rematado los bienes embargados ,
haciéndose posteriormente la tradición, en el juicio ejecutivo ya no cabe hacer reclamo.
b) Si se rechaza la tercería: significa que ese tercero no logró acreditar su derecho, luego el embargo
esta correctamente trabado, continuando adelante el juicio ejecutivo. Si se hubiese paralizado, se
reanudara desde el estado en que quedó, continuando normalmente.
Es la intervención de un tercero en el juicio ejecutivo quien solicita que se le respete la posesión que tiene
sobre los bienes embargados, con la finalidad de que los bienes sean excluidos del embargo.
En este caso no puede pedir que se le reconozca ningún derecho, ya que no está alegando ningún,
porque la posesión es un hecho.
Se puede interponer desde el momento mismo en que se traba el embargo y hasta que no se haya
hecho la tradición de los mismos.
Esta tercería conforme al artículo 521 inciso primero, tiene –a diferencia de la anterior- una tramitación
incidental. En este caso se está refiriendo a las reglas de los incidentes ordinarios, de manera que se
aplica el procedimiento ordinario, artículo 82 y siguientes del C.P.C.
Esta tramitación, al igual que todas las tercerías, se sigue en cuaderno separado.
Esta tercería se hace valer formalmente a través de una demanda escrita dirigida contra el ejecutante y
el ejecutado, al igual que en el caso anterior.
En este caso la regla sería que una tercería de posesión suspenda el procedimiento de apremio.
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Tercería de prelación sobre los bienes embargados
El reclamante (tercerista) interviene en el juicio ejecutivo pretendiendo que se reconozca su derecho
para ser pagado preferentemente. Preferentemente significa antes que el ejecutante con el producto de
la realización de los bienes embargados, aquí el fundamento de la alegación de este tercero lo
encontramos necesariamente en las causales legales de preferencia, establecidas en las leyes sustantivas
(privilegios, hipotecas, etcétera) de manera que siempre tiene que estar fundamentada en una causal
legar que establezca la preferencia. Esta es la única razón que justifica la intervención del tercero.
En cuanto a la oportunidad, es desde que se haya trabado embargo sobre los bienes. Las dos últimas
tercerías, sostiene que el tercero tan pronto se inicia la ejecución pueden deducir la tercería lo que no
tiene mucho sentido, puesto que estas siempre están en relación a los bienes que se embargan, por lo
que mientras que no haya embargo no tiene una razón de ser la tercería. La introducción de la tercería
obsta al pago total del ejecutante con el producto de los bienes embargados.
Las condiciones de procedencia de la tercería, no ser parte directa del juicio, tener interés, y lo más
importante es que este tercero tiene que hacer valer un título ejecutivo, porque estamos alegando la
existencia de un crédito preferente, pero no cualquier crédito, sino uno que conste en un título
ejecutivo, de lo contrario no es procedente. Respecto del tercerista deberán reunirse todos los requisitos
legales de procedencia.
En este caso la pretensión que hace valer el tercerista la podemos analizar desde dos puntos de vista,
desde el del ejecutante y del ejecutado. En relación al ejecutado la pretensión que hace valer el
tercerista es una pretensión ejecutiva, el ejecutado debe ser deudor del tercerista con crédito
preferente. y segundo hay una pretensión de la prelación dele ejecutante y esta es contra el ejecutante,
a quien lo va a desplazar la preferencia en el evento de que se acoja y se va a pagar primero al tercerista.
En el cuaderno de apremio la ley dice que si la tercería es de prelación seguirá la tramitación del
cuaderno de apremio hasta terminada la realización de los bienes, por lo que no se suspende el
cuaderno de apremio, artículo 525.
El único interés del tercerista es ser pagado preferentemente por lo que no le interesa dilatar o postergar
el procedimiento de realización de los bienes. Verificado el remate el tribunal mandará consignar su
producto hasta que recaiga sentencia firme en la tercería.
Si la tercería se acoge significa que se le reconoce este motivo de preferencia y se pagará primeramente
el tercerista con el producto de la realización de los bienes embargados, y si algo queda de ese producto
ese será para el ejecutante.
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Hay una parte de la doctrina que llama a esta tercería, tercería de mejor derecho (en que el derecho del
tercero es mejor que el del ejecutante).
Tercería de pago
Artículo 518 numeral 4º, aquí el reclamante pretende que en el juicio ejecutivo se reconozca su derecho
a concurrir en el pago a falta de otros bienes del deudor.
Esta tercería se fundamenta por una parte en la existencia de un título ejecutivo que debe tener el
tercero y conjuntamente en el derecho de prenda general que establece el Código Civil en virtud del cual
cualquier acreedor tiene el mismo derecho de pagarse de su respectivo crédito con todos los bienes que
sean de propiedad del deudor respectivo. Porque aquí no hay preferencia. No por el hecho de trabar
embargo en el juicio queda como preferido el ejecutante en el caso de que existan otros bienes. Ahora si
el deudor tiene más bienes no ocurre, puesto que falta una de las condiciones legales.
A este tercero la ley le da dos derechos para hacer valer su crédito, una de las posibilidades es
deduciendo la tercería de pago en un juicio que inicia otro ejecutante, y la otra posibilidad es que el
tercerista deduzca un juicio ejecutivo propio (puesto que se dan todos los requisitos para que proceda), y
dentro de ese procedimiento la ley le brinda un derecho que analizaremos después.
La oportunidad y tramitación es igual que en las dos tercerías anteriores, artículo 521.
Los efectos son los mismos que la tercería de prelación y no se suspende ninguno de los dos cuadernos,
pero el dinero queda consignado hasta que se pague al tercerista, al igual que en el caso anterior (en el
caso anterior se debe acreditar la preferencia y en este caso que no hay otros bienes).
En el caso de que se acoja la tercería, artículo 527, si no teniendo el deudor otros bienes de los
embargados no alcanza a cubrirse con ellos el crédito del ejecutante y del tercerista, ni se justifica
derecho preferente para el pago, se distribuirá el producto de los bienes entre ambos acreedores
proporcionalmente al monto de los créditos ejecutivos que hagan valer. Solo en el evento en que no
alcancen a pagarse íntegramente ambos.
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En este caso la ley le da el derecho a este ejecutante del segundo juicio para pedir que se dirija oficio al
tribunal que está conociendo de la primera ejecución con el fin de que se retenga de los bienes
realizados la cuota que proporcionalmente corresponda a dicho acreedor.
Este autoacordadoregula la tramitación electrónica en los tribunales con competencia civil. Lo que hizo
la Corte Suprema con este autoacordado fue modificar el C.P.C. ya que modificó las reglas comunes a
todo procedimiento.
En efecto, en este autoacordado se establecen una serie de reglas de entre las cuales se desprende que
en algunos procedimientos no habrá materialmente expediente.
En este AA se señala que “Las causas que se tramiten mediante procedimiento ejecutivo y gestiones
preparatorias, serán registradas exclusivamente en sistema informático de tramitación... solo se
conformará expediente físico (el soporte de papel) al deducirse oposición por el ejecutado, por medio de
una o más excepciones a la ejecución, al interponerse tercerías y al recurrirse de Apelación y Casación en
la forma en contra de la resoluciones y sentencias de primera instancia. En los demás procedimientos
ante los tribunales con competencia civil se continuará confeccionando el expediente físico, integrando
los escritos, resoluciones y demás actuaciones conforme a su fecha, etc.”
Este autoacordado se dictó con un voto disidente, que lo consideró improcedente en virtud de que la
materia tratada es de reserva legal.
Diferencia entre las tercerías de prelación y pago en relación con las dos
tercerías de dominio y posesión
En las tercerías de posesión y dominio los bienes embargados son de propiedad del tercerista o están en
su posesión, de manera que con las tercerías se persigue que tales bienes sean excluidos del embargo,
ya que en definitiva no son bienes del ejecutado. En las tercerías de prelación y pago, lo que pretenden
los terceristas es que los bienes embargados se realicen, porque el derecho que ellos están alegando es
un derecho a concurrir en el pago.
Esta regulación es bastante menos extensa que en el caso del procedimiento anterior.
En estas normas el legislador se remite a las reglas del Párrafo I del Título I del CPC, es decir, a las reglas
del procedimiento ejecutivo en obligaciones de dar, artículo 531 del C.P.C. De manera que en todo lo que
no esté regulado en el Título II se aplican las normas pertinentes del Título I del Libro III del C.P.C.
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Este hecho que constituye la obligación puede consistir en lo siguiente:
c) Suscripción de un documento.
a) Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se apremie al deudor para que ejecute el hecho
convenido. La ley en este caso contempla la posibilidad de imponer arrestos y multas a este deudor por
vía judicial.
b) Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se le autorice por el juez para hacer ejecutar la
obra (materia de la obligación del deudor) por un tercero y a expensas del deudor.
De estas tres posibilidades que la ley confiere al acreedor, solamente las dos primeras se pueden
perseguir por la vía ejecutiva, de manera que el tercer derecho no se puede perseguir por vía ejecutiva,
porque si se pretende que se indemnicen perjuicios, éstos deben determinarse en cuanto a su monto, lo
cual corresponde lograr por vía declarativa.
Si en este procedimiento declarativo el acreedor obtiene sentencia favorable, y siempre que esté
ejecutoriada, se podrá dar lugar a un procedimiento ejecutivo para obtener el cumplimiento, ya que
desde ese momento hay obligación líquida al estar cuantificados los daños.
Ejemplo: La sentencia declarativa establece que se deben pagar diez millones por indemnización de
perjuicios. Una vez ejecutoriada, sino se acata esa sentencia voluntariamente, se puede demandar
ejecutivamente utilizando esa sentencia como título ejecutivo, en cuyo caso el procedimiento ejecutivo a
aplicar es el de las obligaciones de dar.
En este caso los requisitos de procedencia de la acción ejecutiva en estas dos situaciones son:
1º Que la obligación conste en un título ejecutivo, artículo 530 del C.P.C. que a su vez se remite al
artículo 434 del C.P.C.
En este título ejecutivo tiene que estar establecida una obligación de hacer.
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2º La obligación debe ser actualmente exigible al momento en que se presenta la demanda ejecutiva,
artículo 530 del C.P.C.
3º La obligación tiene que ser determinada. En el caso de la obligación de dar, ésta tenía que ser líquida.
Obligación “determinada” significa que la prestación del deudor tiene que estar claramente especificada
en el título ejecutivo. En otras palabras, en ese título tiene que estar indicado que es lo que ha debido
hacer el deudor y en qué términos.
4º Que la acción ejecutiva no se encuentra prescrita. Artículo 531 del C.P.C. que remite a la normativa
del párrafo I del C.P.C. artículo 442.
Esta demanda debe cumplir con todos los requisitos legales ya analizados, de manera que nos
detendremos solo en la parte petitoria que resulta interesante.
En su parte petitoria: el ejecutante pedirá que el tribunal ordene despachar mandamiento de ejecución
en contra del deudor a fin de que éste suscriba el documento de que se trate o constituya la obligación
convenida, bajo apercibimiento de que si no lo hace, procederá el juez en su nombre. Deberá pedir
además las costas del juicio, como es lógico.
En este caso no se pide que se despache Mandamiento de Ejecución y Embargo, sino solo Mandamiento
de Ejecución, porque la institución del embargo no se condice con la finalidad de este procedimiento,
hasta ahora.
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que señalar y que es fijado por el juez. Lo anterior bajo apercibimiento de que si no lo hace le
corresponderá al juez proceder a nombre del deudor como ya se adelantó, es decir, el juez suscribirá el
documento correspondiente o constituirá la obligación que debió constituir el deudor.
Para practicar la notificación y requerir al deudor se aplican las mismas reglas, en general, que para el
procedimiento anterior, con la diferencia de que no procede el embargo, sino que hay que esperar el
plazo que determine el juez para que el deudor cumpla.
En este caso y aplicando las reglas general del juicio ejecutivo de las obligaciones de dar como ya se
señaló, el deudor ejecutado tiene derecho a oponer excepciones.
· Si opone excepciones: estas a falta de norma en este procedimiento, deben ser tramitadas de acuerdo
con el procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar. En este caso la tramitación de estas
excepciones termina con la sentencia definitiva, la que podrá ser absolutoria o condenatoria, de acuerdo
a las reglas generales ya analizadas. Una vez que esa sentencia se encuentre ejecutoriada, se deberá
pasar al procedimiento de apremio propiamente tal establecido en el artículo 532 del C.P.C. En este caso,
si el deudor no cumple, procederá a nombre del deudor el juez que está conocimiento de la demanda
ejecutiva, suscribiendo el documento o constituyendo la obligación, de acuerdo con la prestación que
indica el título ejecutivo a la que se obligó el ejecutado.
El juez tendrá en este caso que respetar el plazo que le mismo estableció para estos efectos. Debemos
recordar que en el requerimiento debía establecerse un plazo.
· Si no se oponen excepciones: artículo 535, en este caso se omitirá la sentencia definitiva y será
suficiente el mandamiento de ejecución para proseguir con el apremio en los mismos términos indicados
anteriormente, es decir, el juez tendrá que actuar a nombre del deudor.
Esta demanda debe cumplir con todos los requisitos legales ya analizados, de manera que nos
detendremos solo en la parte petitoria que resulta interesante.
En su parte petitoria: el ejecutante debe pedir que se requiera al deudor para que dé inicio a los
trabajos correspondientes a que se obligó, de acuerdo a lo expresado en el título ejecutivo que debe
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acompañarse a la demanda ejecutiva, como en todos los casos. Se pedirá además concretamente que se
despache el mandamiento de ejecución, de acuerdo al Art 533 del CPC.
Este mandamiento tiene que cumplir con los requisitos señalados en el artículo 533 del CPC, es decir:
La notificación de las resoluciones y requerimiento de pago, al igual que en el caso anterior, el deudor
tendrá que ser notificado y requerido por el ministro de fe correspondiente. Una vez practicado este
requerimiento nace el derecho del deudor de oponer las excepciones correspondientes, de acuerdo a las
reglas generales.
En este caso, al igual que en el caso anterior el deudor puede o no hacer uso de las excepciones, no
obstante lo cual el deudor podría cumplir o no cumplir (entiéndase dar inicio a los trabajos).
En este procedimiento hay una norma especial establecida en el artículo 534, en el sentido de que el
deudor tiene derecho a hacer valer -además de las excepciones que establece para el procedimiento
ejecutivo de las obligaciones de dar en el artículo 464 del C.P.C. ya analizado- la de imposibilidad
absoluta para la ejecución actual de la obra debida. Sobre esta excepción la jurisprudencia ha dicho que
esta imposibilidad debe ser absoluta, pero por causas que no sean imputables a la culpa del propio
deudor, ya que si eso ocurre, esta situación sería ilegitima. En todo lo demás relativo a las excepciones se
siguen las reglas generales.
El ejecutante puede ejercer cualquiera de los dos derechos que otorga el artículo 1553 del Código Civil,
es decir:
· Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se le autorice por el juez para hacer ejecutar la
obra (materia de la obligación del deudor) por un tercero y a expensas del deudor. En el fondo es el
ejecutante, por medio de un tercero, el que va a realizar la obra y a expensas del deudor.
Esta misma solicitud se puede hacer cuando ordenada la obra, ésta fuere abandonada por el deudor, sin
razón justificada. Lo anterior es posible, porque una vez que ha sido requerido el deudor, éste puede
comenzar perfectamente la obra, abandonándola más adelante, en cuyo caso se entiende que no ha
cumplido la obligación, por lo que el acreedor podría continuarla a través de un tercero.
En este caso el ejecutante, junto con presentar la solicitud, tiene que acompañar un presupuesto de lo
que importe la ejecución de las obligaciones que reclame, es decir, el costo que significa la realización de
la obra material. Artículo 537 inciso 1º del CPC. Este presupuesto tiene que ser notificado al demandado,
102
el que tendrá un plazo de 3 días para examinarlo y formular observaciones. En el fondo es un plazo de
tres días para que el demandado pueda oponer las objeciones que estime del presupuesto. Si nada se
observa dentro de dicho plazo, se considerará aceptado el presupuesto. Si se deducen objeciones debe
procederse a la realización de un presupuesto por medio de peritos, procediéndose en la forma que
establecen los artículos 486 y 487 del C.P.C. para la estimación de los bienes en caso de remate. En este
caso los peritos serán nombrados en la forma que establece el artículo 414 de este mismo Código, es
decir, se debe citar a una audiencia a las partes para proceder a este nombramiento de acuerdo a la
disposición últimamente citada. Una vez que quede determinado el valor a través de los peritos, valor
que también deberá quedar ejecutoriado por el tribunal, el deudor quedará obligado a consignarlo en la
cuenta corriente del tribunal dentro de tercero día a la orden del tribunal, con la finalidad de que se
entreguen esos valores al ejecutante, a medida que el trabajo lo requiera. Artículo 538 del CPC. Con esos
dineros se procederá a ejecutar la obra convenida.
Se supone que con esos fondos debería alcanzar perfectamente para ejecutar la obra. El C.P.C. se pone
en el caso de que los fondos consignados de acuerdo al monto del presupuesto o del valor que fijaron los
peritos en su caso, no sean suficientes. En este caso, de acuerdo al artículo 539 del C.P.C. agotados los
fondos consignados, podrá el acreedor solicitar aumento de ellos, justificando que ha habido error en el
presupuesto o que han sobrevenido circunstancias imprevistas que aumentan el costo de la obra.
Concluida la obra, el acreedor deberá rendir cuenta de la inversión. Esta circunstancia es muy similar a la
administración de cosas ajenas, ya que en este caso la responsabilidad de la obra que debía cumplir el
deudor es de cargo del acreedor, y es por ello que debe rendir cuenta de la inversión de los fondos
suministrados por el deudor.
¿Qué ocurre si dentro de este procedimiento el deudor no consigna los fondos correspondientes al valor
del presupuesto de la obra o en su caso al valor que fijaron los peritos?
Esto es importante, porque todo el sistema funciona en la medida que el deudor consigne. Es por ello
que la ley señala en este caso que si el deudor no consigna a la orden del tribunal los fondos decretados,
se procederá a embargarle, a petición de parte, y enajenarle bienes suficientes para hacer la
consignación, con arreglo a lo establecido en el procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar, pero
sin admitir excepciones para oponerse a la ejecución. El acreedor en este, al igual que en el
procedimiento ejecutivo de las obligaciones de dar, no se paga con los bienes embargados, de manera
que éstos deben ser realizados de acuerdo a las reglas que ya se analizaron, consignándose los dineros
obtenidos de esa realización para ejecutar la obra posteriormente. Esto que guarda relación con la
consignación inicial que tenía que hacer el deudor para realizar la obra (porque la obligación se cumple
en la medida que se ejecute la obra), la cual era también en dinero y no en bienes.
· Se puede solicitar judicialmente por el acreedor que se apremie al deudor para que ejecute el hecho
convenido. La ley en este caso contempla la posibilidad de imponer arrestos y multas a este deudor por
vía judicial. Esto en el evento que el ejecutado no consigne dineros que se le exijan para la realización de
la obra, de manera que si no consigna tales dineros, se pueden solicitar estos apremios, conforme al
artículo 543 del CPC.
La particularidad que tiene esta regulación es que la ley establece normas de procedimiento según sea la
nacionalidad de la resolución de cuyo cumplimiento se trata.
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El código distingue en el párrafo primero que habla de las resoluciones pronunciadas por tribunales
chilenos, y en el párrafo segundo resoluciones pronunciadas por tribunales extranjeros.
La diferencia está en que cuando se trata de pedir la ejecución de una sentencia pronunciada por algún
tribunal chileno, el interesado, es decir el titular de la acción debe presentar su solicitud o demanda ante
el tribunal competente.
En cambio, cuando se trata de hacer cumplir en Chile una resolución dictada por un tribunal extranjero
el interesado no puede dirigirse directamente ante el tribunal competente, puesto que se debe realizar
una gestión previa.
Artículo 247
En todos los casos a que se refieren los artículos precedentes, la resolución que se trate de ejecutar se
presentará a la Corte Suprema en copia legalizada.
Aquí se debe pedir una autorización previa a la Corte Suprema, lo cual es una verdadera gestión
preparatoria.
Cuando se trata de hacer ejecutar una sentencia, nos estamos refiriendo al ejercicio de la acción de cosa
juzgada. La acción de cosa juzgada emana de lo dispuesto en el artículo 175 del C.P.C. Por su parte el
artículo 176 del C.P.C. agrega que la acción de cosa juzgada corresponde a aquel en cuyo favor se ha
declarado un derecho en el juicio, para el cumplimiento de lo resuelto o para la ejecución del fallo. La
norma se refiere al cumplimiento y ejecución, ya que estas situaciones no significan los mismos, en
efecto:
Ejemplo: Si la sentencia impone una obligación y el deudor o vencido cumple voluntariamente, por muy
condenatoria que sea la sentencia no procede la ejecución.
Además existen sentencias meramente declarativas o incluso las sentencias las constitutivas de derecho
que tampoco admiten ejecución, pero si obviamente cumplimiento.
La ejecución de una sentencia, por su parte, es la ejecución forzada. En otras palabras, cuando hay
resistencia a cumplir la prestación que está imponiendo el fallo. Si la sentencia es condenatoria, va a
existir un acreedor y un deudor, porque la sentencia impone una prestación, la que puede ser de dar,
hacer o no hacer. En este caso si el deudor no acata la sentencia y por ello no la cumple, debe
procederse a esta etapa de ejecución.
Los tribunales de justicia tienen las facultades de conocer las causas, de juzgarlas y hacer ejecutar lo
juzgado. Esto último se refiere a la utilización de un procedimiento forzado de ejecución, pudiendo ser el
juicio ejecutivo u otro para obtener este cumplimiento practico de la obligación que el fallo indica.
Sin esta posibilidad de ejecución, el ejercicio de la función jurisdiccional seria meramente ilusorio, ya que
el cumplimiento de la sentencia quedaría entregado a la mera voluntad de los deudores.
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Requisitos para la ejecución de las sentencias
Para la procedencia de la acción de cosa juzgada y en consecuencia para que proceda la ejecución de
una sentencia dentro de este sistema contemplado en nuestra legislación, deben concurrir algunos
requisitos, que básicamente son los mismos que proceden respecto de la acción ejecutiva y que son los
siguientes:
a) El título ejecutivo en este caso es siempre la sentencia, la que puede ser definitiva o interlocutoria,
firme o ejecutoriada y excepcionalmente aquella que causa ejecutoria, artículo 231 inciso primero
segunda parte del C.P.C.
Tratándose de la sentencia firme, el título ejecutivo es ella misma, de acuerdo al art 434 Nº1 del C.P.C.
Tratándose de las sentencias que causan ejecutoria, esta constituirá título ejecutivo en virtud del Nº7º
del artículo 434 del CPC.
En este caso la fuerza ejecutiva de esta sentencia está dada en el artículo 231 del C.P.C. cuando indica
que se procederá a la ejecución una vez que las resoluciones causen ejecutoria.
Debe recordarse que existe una gran diferencia entre pedir la ejecución de una sentencia firme a pedir la
ejecución de una sentencia que causa ejecutoria, ya que tratándose de la segunda, no obstante que se
puede exigir su cumplimiento, al no estar firme podría verse modificada o incluso dejada sin efecto, de
manera que la ejecución de la sentencia queda supeditada a lo que resuelva en los respectivos recursos
pendientes que se hubieren interpuesto en contra de la sentencia, de manera que esta ejecución es
provisional, sin perjuicio de que podría llegar a ser definitiva si los recursos no son acogidos. En cambio
la ejecución de una sentencia que está firme, no trae ninguno de los problemas anteriores, ya que la
decisión contenida en la resolución judicial ya tiene el carácter de inamovible e inmodificable, no
habiendo riesgo si se lleva a cabo la ejecución.
Esto quiere decir que la sentencia tiene que imponer una prestación. El resto de las sentencias, por muy
definitiva o interlocutorias que sean y estando firmes o causando ejecutoria, no son ejecutables si no
establecen una obligación, lo que no quiere decir que no se cumplan, como ya se analizó.
Cuando se señala “actualmente se exigible” se está refiriendo al momento de solicitarse la ejecución del
fallo. Art 233 del CPC.
La parte interesada en este caso es el titular de la acción de cosa juzgada, es decir, aquel en cuyo favor se
declaró un derecho en el juicio, artículo 176 del C.P.C.
Nunca los tribunales van a disponer la ejecución de una sentencia de oficio. En efecto, el mismo artículo
233 del C.P.C señala “Cuando se solicite la ejecución…” quedando en claro la idea anterior.
En relación al tribunal competente para conocer de la ejecución de una sentencia, las reglas están
contenidas en los artículos 113 y 114 del C.O.T.
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Estas disposiciones están prácticamente reproducidas en los artículos 231 y 232 del C.P.C.
Artículo 231
La ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las hayan pronunciado en primera o en
única instancia. Se procederá a ella una vez que las resoluciones queden ejecutoriadas o causen
ejecutoria en conformidad a la ley.
No obstante, los tribunales que conozcan de los recursos de apelación, casación o revisión, ejecutarán los
fallos que dicten para la substanciación de dichos recursos. Podrán también decretar el pago de las
costas adeudadas a los funcionarios que hayan intervenido en ellos, reservando el de las demás costas
para que sea decretado por el tribunal de primera instancia.
Artículo 232
Siempre que la ejecución de una sentencia definitiva haga necesaria la iniciación de un nuevo juicio,
podrá éste deducirse ante el tribunal que menciona el inciso 1° del artículo 231, o ante el que sea
competente en conformidad a los principios generales establecidos por la ley, a elección de la parte que
haya obtenido en el pleito.
El tribunal competente para conocer de la ejecución es el mismo tribunal que pronunció la resolución en
primera o en única instancia, de manera que queda excluido el tribunal de segunda instancia y el tribunal
de casación para conocer de esta ejecución.
Existe una regla especial en el entendido de que la ejecución de una sentencia definitiva haga necesario
iniciar un nuevo juicio, entendiéndose por tal un juicio ejecutivo, ya que en este caso habrá dos
tribunales competentes para conocer de este juicio, a saber:
b) Aquel tribunal que sea competente de acuerdo a los principios generales establecidos en la ley.
Cuando la ley establece dos o más tribunales competentes para conocer de la ejecución de una
sentencia, elegido uno de ellos, será competente este tribunal por ser el que previene, es decir, aquel
ante el cual se interpone la demanda, de acuerdo a la regla de prevención, quedando el otro tribunal
automáticamente incompetente.
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b) Procedimiento de los artículos 233 y siguientes del C.P.C.
i) Procedimiento que existe para hacer ejecutar ciertas resoluciones dictadas en los juicios de
arrendamiento de inmuebles, cuando la sentencia ordena restituir el inmueble arrendado, artículo 595
del C.P.C.
ii) Dentro de las normas que regulan el procedimiento en los tribunales de familia, en materia de
alimentos, se consagra la posibilidad de pedir apremios o arrestos.
Cuando se solicite la ejecución de una sentencia ante el tribunal que la dictó, dentro del plazo de un año
contado desde que la ejecución se hizo exigible, si la ley no ha dispuesto otra forma especial de
cumplirla, se ordenará su cumplimiento con citación de la persona en contra de quien se pide.
Esta resolución se notificará por cédula al apoderado de la parte. El ministro de fe que practique la
notificación deberá enviar la carta certificada que establece el artículo 46 tanto al apoderado como a la
parte. A esta última, la carta deberá remitírsele al domicilio en que se le haya notificado la demanda. En
caso que el cumplimiento del fallo se pida contra un tercero, éste deberá ser notificado personalmente.
El plazo de un año se contará, en las sentencias que ordenen prestaciones periódicas, desde que se haga
exigible cada prestación o la última de las que se cobren.
Procedimiento de ejecución de una sentencia cuando dicha ejecución se pide dentro del plazo de un año
contado desde que la obligación se ha hecho exigible y ante el mismo tribunal que la dictó en primera o
única instancia. Estas son las condiciones en que se van a poder aplicar estas reglas de ejecución
regulada en los artículo 233 y siguientes del código de procedimiento civil. Aquí en consecuencia no
estamos aplicando el procedimiento ejecutivo del libro tercero del código, sino que estas reglas de
ejecución propias del libro primero.
1º Que la ejecución de la sentencia condenatoria se le vaya a pedir el mismo tribunal que la pronuncio
en primera o en única instancia, aplicando las reglas generales de competencia sobre ejecución.
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2º Que el cumplimiento se solicite dentro del plazo de un año, contado desde que la obligación se hizo
exigible. El código señala que es dentro del plazo de un año (plazo de días corridos, y fatal) -233 inciso
final- en las sentencias que ordenen prestaciones periódicas, desde que se haga exigible cada prestación
o la última de las que se cobren
3º Que la ley no haya dispuesto otra forma especial de cumplimiento para esa sentencia.
Reglas de procedimiento:
1º El procedimiento siempre deberá iniciarse a petición de parte, puesto que los tribunales nunca
pueden disponer de oficio la ejecución de una sentencia, porque rige en materia civil el principio de
pasividad de los tribunales, y porque este no está en condiciones de determinar fehacientemente si ésta
está o no cumplida, puesto que esto no consta siempre en el expediente (por ejemplo en el caso de un
cumplimiento extrajudicial). La solicitud está exenta de formalidades especiales, puesto que la ley no
establece.
Esta solicitud se presenta (por el mandatario) ante el mismo juez que dictó la sentencia en primera o en
única instancia y materialmente esta solicitud se agrega al mismo expediente en que dicho fallo fue
dictado.
La solicitud debe ser hecha por el titular de la acción de cosa juzgada, este es aquel en cuyo favor se
declaró un derecho en juicio.
En relación a la comparecencia lo hace por la parte su mandatario judicial, puesto que se encuentra
dentro de sus facultades ordinarias conforme al artículo 7º inciso 1º del C.P.C. “ hasta la ejecución
completa de la sentencia”. En virtud de estas facultades es suficiente que comparezca el mandatario
judicial no se requiere nuevo mandato.
En esta solicitud se debe pedir al tribunal que ordene el cumplimiento de la sentencia con citación de la
persona en contra de quien se pide, 233 inciso 1º (no se podrá ordenar en el caso en que quede
pendiente la rendición de fianza de resultas).
Si la sentencia cuyo cumplimiento se solicita es de aquellas que causan ejecutoria, esta solicitud de
ejecución se va a incorporar en el cuaderno de fotocopias o compulsas.
Sentencias que causan ejecutoria: sentencia apelada y cuya apelación ha sido concedida en el solo
efecto devolutivo, y aquella en que se ha recurrido de casación (salvo casos excepcionales).
El tribunal –frente a esta solicitud- tendrá que verificar la concurrencia de los requisitos que hacen
procedente la ejecución de conformidad a estas reglas. Si se cumplen se debe ordenar el cumplimiento
con citación (como se pide con citación, o cúmplase con citación).
Significado y notificación de esta resolución. La ley dice que esta resolución se notificará por cédula al
apoderado de la parte contraria, el ministro de fe que practique la notificación deberá enviar la carta
certificada que establece el artículo 46 tanto al apoderado como a la parte. A esta última, la carta deberá
remitírsele al domicilio en que se le haya notificado la demanda.
En caso que el cumplimiento del fallo se pida contra un tercero, éste deberá ser notificado
personalmente de la resolución.
Esta resolución significa por una parte que el tribunal accede a la petición –ordena la ejecución del fallo-
pero esta no se puede llevar a efecto de inmediato, sino que transcurridos tres días contados desde la
notificación a la parte contraria, lo que hace que vaya a depender de la actitud que tome la parte
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contraria, puesto que al disponerse con citación nos remite al artículo 69 del Código de Procedimiento
Civil.
Artículo 69
Siempre que se ordene o autorice una diligencia con citación, se entenderá que no puede llevarse a
efecto sino pasados tres días después de la notificación de la parte contraria, la cual tendrá el derecho de
oponerse o deducir observaciones dentro de dicho plazo, suspendiéndose en tal caso la diligencia hasta
que se resuelva el incidente.
Cuando se mande proceder con conocimiento o valiéndose de otras expresiones análogas, se podrá
llevar a efecto la diligencia desde que se ponga en noticia del contendor lo resuelto.
Dentro de este plazo de citación la parte contra la cual se pide la ejecución del fallo o el tercero, tiene
derecho a formular oposición, conforme a lo que establece el artículo 234 del código.
Artículo 234
En el caso del artículo anterior la parte vencida sólo podrá oponerse alegando algunas de las siguientes
excepciones: pago de la deuda, remisión de la misma, concesión de esperas o prórrogas del plazo,
novación, compensación, transacción, la de haber perdido su carácter de ejecutoria, sea absolutamente
o con relación a lo dispuesto en el artículo anterior, la sentencia que se trate de cumplir, la del artículo
464 número 15 y la del artículo 534, siempre que ellas, salvo las dos últimas, se funden en antecedentes
escritos, pero todas en hechos acaecidos con posterioridad a la sentencia de cuyo cumplimiento se trata.
También podrá alegarse la falta de oportunidad en la ejecución. Esta excepción y las del artículo 464 N°
15 y del artículo 534 necesitarán, además, para ser admitidas a tramitación, que aparezcan revestidas
de fundamento plausible. La oposición sólo podrá deducirse dentro de la citación a que se refiere el
artículo precedente.
El tercero en contra de quien se pida el cumplimiento del fallo podrá deducir, además, la excepción de no
empecerle la sentencia y deberá formular su oposición dentro del plazo de diez días.
La oposición se tramitará en forma incidental, pero si las excepciones no reúnen los requisitos exigidos
por el inciso 1° se rechazará de plano.
Esto significa hacer valer las excepciones que la ley establece conforme a las reglas que dispone esa
norma. La parte notificada aquí, podría tomar las siguientes actitudes:
2º Oponer excepciones. La resolución que se notifica con cedula es concordante con lo dicho antes, en
el sentido de que el mandatario de la parte ejecutado en virtud de las facultades ordinarias de su
mandato judicial conserva todas sus facultades, por lo que estaría mal hecha la notificación a la parte.
Estas deben ser formuladas dentro del plazo de citación (3 días, plazo único, en virtud del artículo 69).
El escrito de oposición basta con que lo firme el apoderado de la parte ejecuta (mismo apoderado que
tenía constituido en el juicio).
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Estas excepciones, si las comparamos con las del juicio ejecutivo, son restrictivas, la ley es más exigente
en este caso. Solamente se pueden hacer valer las excepciones que contempla el artículo 234.
La norma es taxativa (primera limitante); y se deben fundar todas, salvo dos de ellas, en antecedentes
escritos (segunda limitante); todas las excepciones deben además fundarse en hechos que hayan
ocurrido con posterioridad a la sentencia de cuyo cumplimiento se trata (tercera limitante), con esto se
evita que se vuelvan a plantear argumentos que se plantearon o debieron plantearse en el juico
declarativo; algunas de estas excepciones deben además estar revestidas de fundamento plausible
(cuarta limitación).
Si la ejecución se pide –en forma excepcional- contra un tercero, este tercero puede además deducir la
excepción de no empecerle la sentencia. Y formular su oposición dentro del plazo de diez días (plazo
únicamente para el tercero).
Este procedimiento del 233 es denominado malamente como procedimiento incidental, lo que es
erróneo porque la ley lo único que dice es que si se formulan excepciones estas se tramitan en forma
incidental, pero es una cuestión distinta, y no significa que la naturaleza jurídica de este procedimiento
sea un incidente. La mayoría doctrinaria sostiene que este procedimiento del 233 es un procedimiento
de ejecución especial, pero no constituye un incidente del juicio que en la mayoría de los casos está
terminado y tampoco es una cuestión accesoria.
Desde el momento en que la ley está diciendo que se tramita en forma incidental la oposición, se dan
por reproducidas todas las reglas estudiadas en materia de incidentes (podrán recibirse a prueba –por
ejemplo- y tendrán que fallarse).
Fallar las oposiciones significa resolverlas acogiéndolas o rechazándolas. Esta sentencia que falla las
excepciones es apelable en el solo efecto devolutivo.
Artículo 235
1º Si la sentencia ordena entregar una especie o cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, se llevará a
afecto la entrega, haciéndose uso de la fuerza pública si es necesario;
2º Si la especie o cuerpo cierto mueble no es habido, se procederá a tasarlo con arreglo al Título XII del
Libro IV y se observarán en seguida las reglas del número siguiente;
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3º Si la sentencia manda pagar una suma de dinero se ordenará, sin más trámite, hacer pago al
acreedor con los fondos retenidos, hecha la liquidación del crédito y de las costas causadas o se
dispondrá previamente la realización de los bienes que estén garantizando el resultado de la acción de
conformidad al Título V del Libro II.
Si no hay bienes que aseguren el resultado de la acción se procederá a embargar y a enajenar bienes
suficientes de la parte vencida de acuerdo con las reglas del procedimiento de apremio, sin necesidad de
requerimiento y deberá notificarse por cédula el embargo mismo y la resolución que lo ordena;
En todo lo que no esté previsto en este artículo se aplicarán las reglas que se establecen en el juicio
ejecutivo para el embargo y el procedimiento de apremio; pero la sentencia se cumplirá hasta hacer
entero pago a la parte vencedora sin necesidad de fianza de resultas, salvo lo dispuesto en el artículo 774
y en otras disposiciones especiales.
a) Si hubo oposición y esta fue desestimada en la sentencia (se le rechazaron las excepciones al
ejecutado).
b) Caso en que no haya existido oposición, pero que tampoco haya cumplido el condenado.
c) También habría que aplicarlo en el evento en que habiendo opuesto excepciones estas fueron
rechazadas de plano (por inadmisibles).
Este procedimiento de apremio del 235 consiste en que si la sentencia ordena entregar una especie o
cuerpo cierto, sea mueble o inmueble, se llevará a afecto la entrega, haciéndose uso de la fuerza pública
si es necesario.
Agrega el código, si la especie o cuerpo cierto mueble no es habida se precederá a tasarlo con arreglo a
las reglas del C.P.C. Por tanto, primero que todo se debe dar valor a la especie y ahí aplicar la regla 3º
que es la misma que si la sentencia ordenara pagar una suma de dinero.
El juez debe ordenarlo y si hay oposición la entrega se hará con auxilio de la fuerza pública.
Si la especie o cuerpo cierto mueble no es habido se procederá a tasarlo con arreglo a las normas
legales, y se observaran las disposiciones de la regla tercera, que está en el caso en que la sentencia
ordena pagar una suma de dinero, en este caso se ordenara hacer pago al acreedor sin más trámites con
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los fondos retenidos hecha la liquidación del crédito y las costas o se dispondrá previamente la
realización de los bienes que estén garantizando el resultado de la acción de conformidad al Título V del
Libro II.
Estos fondos retenidos pueden ser producto de una medida precautoria que se haya hecho valer con la
finalidad de asegurar el resultado de la sentencia en el caso de que ésta haya sido favorable al actor.
3º No hacer nada;
4º Ejercer el derecho que le otorga el 234 inciso final “lo dispuesto en este artículo es sin perjuicio de lo
provenido en el artículo 80”, sin perjuicio del derecho a oponer excepciones está también el derecho del
artículo 80 (nulidad por falta de emplazamiento) que establece la posibilidad de que el demandado
rebelde alegue nulidad por falta de emplazamiento en el juicio declarativo en que se dictó la
sentencia; esto significa primero que el litigante a quien se solicita la ejecución del fallo estuvo rebelde
durante todo el juicio, y segundo que este nunca fue emplazado en el juicio declarativo (es decir no
actúo y no fue emplazado). Es decir, aquí hubo error o defecto en la notificación de la demanda y resulta
que la ley le da la posibilidad en la etapa de ejecución para alegar la nulidad de todo lo obrado, puesto
que nunca se enteró del juicio en que se dictó el fallo.
Esta situación no constituye ninguna excepción al principio de cosa juzgada, puesto que la sentencia esta
aparentemente ejecutoriada, puesto que si no ha habido emplazamiento nunca ha existido válidamente
el juicio, y por ende todos sus efectos son aparentes.
Naturaleza jurídica de estos trámites, aquí la discusión cabe en cuanto a determinar si este
procedimiento de los artículo 233 y siguientes constituye un incidente en el juicio o es un procedimiento
ejecutivo. Al decir de Cassarino se trata de un procedimiento ejecutivo especial, salvo en caso de
remisión.
Artículo 237
Las sentencias que ordenen prestaciones de dar, hacer o no hacer, y cuyo cumplimiento se solicite
después de vencido el plazo de un año, concedido en el artículo 233, se sujetarán a los trámites del juicio
ejecutivo.
Se aplicará también este procedimiento cuando se solicite el cumplimiento del fallo ante otro tribunal
distinto del indicado en el artículo 233.
En los juicios a que dé lugar la ejecución de las resoluciones a que se refiere este artículo, no se admitirá
ninguna excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior.
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En estos juicios no se admitirá ninguna excepción que haya podido oponerse en el juicio anterior (aquel
en que se dictó la sentencia cuyo cumplimiento se pretende). Habría que agregar que se aplica el artículo
464 con la limitación de que no se admitirá ninguna excepción que se haya podido oponer en el juicio
anterior.
Conforme al artículo 237 inciso 2º corresponde en este caso aplicar las reglas del juicio ejecutivo
reglamentado en el libro tercero, dependiendo la naturaleza de la obligación que impone la sentencia
cuyo cumplimiento se pretende.
En cuanto a la tramitación del juicio ejecutivo, se aplican las mismas reglas que en el anterior, con la
salvedad de las excepciones. Esto ya que ambos procedimiento se encuentran regulados en la misma
norma.
Todos estos caso que hemos analizado hasta aquí tienen de común que para aplicar el procedimiento del
artículo 233 o el del juicio ejecutivo, es requisito que la ley no haya dispuesto alguna forma especial de
cumplir la sentencia.
· En el caso de sentencias que ordenen la restitución de inmuebles en los juicios de arrendamiento. Este
procedimiento consiste en la petición y orden del lanzamiento con auxilio de la fuerza pública.
Artículo 595
Si, ratificado el desahucio, llega el día señalado para la restitución sin que el arrendatario haya
desalojado la finca arrendada, éste será lanzado de ella a su costa, previa orden del tribunal notificada
en la forma establecida por el artículo 48.
Artículo 751
Toda sentencia definitiva pronunciada en primera instancia en juicios de hacienda y de que no se apele,
se elevará en consulta a la Corte de Apelaciones respectiva, previa notificación de las partes, siempre
que sea desfavorable al interés fiscal. Se entenderá que lo es, tanto la que no acoja totalmente la
113
demanda del Fisco o su reconvención, como la que no deseche en todas sus partes la demanda deducida
contra el Fisco o la reconvención promovida por el demandado.
Recibidos los autos, el tribunal revisará la sentencia en cuenta para el solo efecto de ponderar si ésta se
encuentra ajustada a derecho. Si no mereciere reparos de esta índole, la aprobará sin más trámites. De
lo contrario, retendrá el conocimiento del negocio y, en su resolución, deberá señalar los puntos que le
merecen duda, ordenando traer los autos en relación. La vista de la causa se hará en la misma sala y se
limitará estrictamente a los puntos de derecho indicados en la resolución.
Las consultas serán distribuidas por el Presidente de la Corte, mediante sorteo, entre las salas en que
ésta esté dividida.
En relación con las reglas especiales de ejecución, evidentemente dejamos de aplicar los artículos 231 y
siguientes ya que la regla especial prevalece por sobre la general. Esto no queda entregado al criterio de
las partes, ya que la ley otorga estas reglas. Esto no es otra cosa que aplicación del artículo 13 del Código
Civil.
Aquí existe una sola norma que es el artículo 238 y que es de carácter general.
Artículo 238
En este caso corresponde al tribunal disponer las medidas conducentes a dicho cumplimiento. El tribunal
determinara aquí entonces cual es la medida más adecuada para obtener el cumplimiento efectivo de la
sentencia, pudiendo al efecto imponer multas o arrestos. La multa y arresto son meros ejemplos.
¿Qué ocurre cuando se quebranta una resolución judicial? ¿Cuándo después de ordenado el
cumplimiento y cumplido, viene un quebrantamiento?
Aquí hay una sentencia dictada por el tribunal competente, la sentencia queda firme y se cumple
inicialmente, pero después se quebranta en el sentido de que se deja de cumplir.
Artículo 240
Cumplida una resolución, el tribunal tendrá facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin
efecto todo lo que se haga en contravención a lo ejecutado.
El que quebrante lo ordenado cumplir será sancionado con reclusión menor en su grado medio a
máximo.
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Aquí se busca deshacer todo aquello que se realizó, contraviniendo la sentencia.
Todas las facultades que tiene el tribunal para decretar las medidas del artículo 240 son sin perjuicio de
su responsabilidad penal, ya que en este caso hay desacato.
Procedimientos Arbitrales
En cuanto al procedimiento que aplican los árbitros la ley hace la distinción según la calidad del o los
árbitros. Dependiendo si es arbitro de derecho, arbitrador; amigable componedor o mixto.
Esta materia se regula en el libro tercero del código, artículo 628 y siguientes 1664.
Hay que decir que en la actualidad los juicios arbitrales son de gran aplicación práctica, se está utilizando
con mucha frecuencia, sobre todo en asuntos en que la materia discutida es de carácter técnico (por
ejemplo conflictos en materia de construcción. Y principalmente porque la justicia en los tribunales
ordinarios es lenta.
Para los efectos de recurrir al arbitraje, pueden acordarlo las partes o señalarlo la ley en materias de
arbitraje forzoso u obligatorio (caso en el cual la justicia ordinaria carece de competencia). El tribunal
natural por excelencia es el tribunal ordinario, y la excepción es el conocimiento de determinados
asuntos a tribunales especiales, y muy especialmente a arbitraje.
El tribunal arbitral nunca está constituido anticipadamente, podrá estar designado el árbitro, pero esto
no significa que esté constituido.
El primer paso en la constitución del tribunal, lo primero es el nombramiento del árbitro. Esto puede
hacerse por acuerdo de las partes (debe constar por escrito) o por la autoridad judicial en subsidio
cuando no hay acuerdo, para la resolución de un asunto contencioso (para tramitar un juicio o contienda
entre partes).
Si las partes no están de acuerdo en el nombramiento, este lo hace el juez letrado competente. Para lo
que se celebra una audiencia en que se cita a todos los interesados (al que puedan o no concurrir todas),
en esta audiencia puede haber o no acuerdo. Cuando no hay acuerdo lo determinará el juez, esto
cuando no concurren todos, o cuando concurriendo no todos prestan conformidad. El nombramiento
que hace el juez es mediante el procedimiento para nombramiento de peritos del 414.
Artículo 414
Para proceder al nombramiento de peritos, el tribunal citará a las partes a una audiencia, que tendrá
lugar con sólo las que asistan y en la cual se fijará primeramente por acuerdo de las partes, o en su
defecto por el tribunal, el número de peritos que deban nombrarse, la calidad, aptitudes o títulos que
deban tener y el punto o puntos materia del informe.
Si las partes no se ponen de acuerdo sobre la designación de las personas, hará el nombramiento el
tribunal, no pudiendo recaer en tal caso en ninguna de las dos primeras personas que hayan sido
propuestas por cada parte.
La apelación que se deduzca en los casos del inciso 1° de este artículo no impedirá que se proceda a la
designación de los peritos de conformidad al inciso 2°.
115
Calidad de los árbitros
Es importante determinar si los árbitros son de derecho, amigable componedor o mixto ya que
dependiendo de cuál se trate son distintas las reglas que debe cumplir.
Árbitros de derecho
Para calificar a un árbitro como de derecho hay tres condiciones que analizar:
a) Lo que dice relación con la tramitación del juicio ante este árbitro:
Esta tramitación debe ajustarse a las mismas reglas establecidas para los jueces ordinarios según la
naturaleza de la acción deducida. Esto significa que el árbitro de derecho puede aplicar los mismos
procedimientos que aplican los jueces ordinarios dependiendo la pretensión que se hace valer.
Por ejemplo, el árbitro de derecho podría aplicar el procedimiento ordinario de mayor, menor, mínima
cuantía; el procedimiento sumario, etcétera.
Artículo 628
Sin embargo, en los casos en que la ley lo permita, podrán concederse al árbitro de derecho las
facultades de arbitrador, en cuanto al procedimiento, y limitarse al pronunciamiento de la sentencia
definitiva la aplicación estricta de la ley. La tramitación se ajustará en tal caso a las reglas del párrafo
siguiente.
Por motivos de manifiesta conveniencia podrán los tribunales autorizar la concesión al árbitro de
derecho de las facultades de que trata el inciso anterior, aun cuando uno o más de los interesados en el
juicio sean incapaces.
Esto se refiere al cumplimiento de los requisitos formales de la sentencia, o sea la ley señala que la
sentencia que dicta un árbitro de derecho debe cumplir con los requisitos del artículo 170 del C.P.C.
La resolución sobre el fondo del asunto planteado ante el árbitro, debe fundarse en la ley y no en la
equidad.
Este juicio como hemos dicho, se tramitará dependiendo la naturaleza de la acción que se ha deducido lo
que a su vez se determina por la pretensión y por las normas de procedimiento legal que resulten
116
aplicables. Esto es sin perjuicios de que el C.P.C. establece algunas reglas particulares aplicables a
cualquiera que sea el procedimiento por el que se va a tramitar el juicio ante el árbitro de derecho
(artículos 628 a 635).
Artículo 629
En los juicios arbitrales se harán las notificaciones personalmente o por cédula, salvo que las partes
unánimemente acuerden otra forma de notificación.
En lo referente al ministro de fe debemos aplicar el artículo 632, que señala que toda la substanciación
del procedimiento arbitral debe hacerla un ministro de fe nombrado por el propio árbitro.
Ministro de fe, son los ministros de fe legales, por ejemplo un notario. Aquí no queda entregado a
criterio del árbitro el nombramiento del ministro de fe. Si por cualquier razón en el lugar donde se sigue
el juicio no hay ministro de fe, el árbitro tiene que designar otra persona en calidad de actuario y este
será quien le autoricé las resoluciones. Por tanto, al ministro de fe se le requiere para todas las
actuaciones.
Artículo 632
Toda la substanciación de un juicio arbitral se hará ante un ministro de fe designado por el árbitro, sin
perjuicio de las implicancias o recusaciones que puedan las partes reclamar; y si está inhabilitado o no
hay ministro de fe en el lugar del juicio, ante una persona que, en calidad de actuario, designe el árbitro.
Cuando el árbitro deba practicar diligencia fuera del lugar en que se siga el compromiso, podrá
intervenir otro ministro de fe o un actuario designado en la forma que expresa el inciso anterior y que
resida en el lugar donde dichas diligencias han de practicarse.
En lo relativo a los testigos, la ley señala que el árbitro no podrá compeler, es decir, obligar a ningún
testigo a que concurra a declarar ante el.
No podrá el árbitro compeler a ningún testigo a que concurra a declarar ante él.
Señala el código que si algún testigo se niega a prestar la declaración se pedirá por conducto del árbitro
al tribunal ordinario correspondiente que practique la diligencia. Aquí es importante recordar que
cuando las partes se valen de la prueba testimonial se deben cumplir con algunas cargas procesales y
además que se debe pedir la citación judicial de los testigos, ya que estos pueden comparecer
voluntariamente a declarar con o sin citación, y no es lo mismo lo uno que lo otro, ya que el testigo que
ha sido citado judicialmente y no comparece, puede ser compelido. A contrario censu, si no es citado
judicialmente, no podrá ser compelido.
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Si se hace necesario que presenten declaraciones testigos en otro territorio jurisdiccional, la diligencia se
puede cumplir mediante exhorto al tribunal ordinario correspondiente a ese lugar.
Artículo 634
Para el examen de testigos y para cualquiera otra diligencia fuera del lugar del juicio, se procederá en la
forma dispuesta por el inciso 2° del artículo precedente, dirigiéndose por el árbitro la comunicación que
corresponda al tribunal que deba entender en dichas diligencias.
a) Si los árbitros son dos o más, la ley dice claramente que todos ellos deben concurrir al
pronunciamiento de la sentencia y a cualquier acto de substanciación del juicio. Esto quiere decir que
todos los árbitros deben firmar las resoluciones judiciales que dicten y practicar las actuaciones, a menos
que las partes acuerden otra cosa. Por tanto, no obstante existir pluralidad de árbitros, las partes podrían
acordar una forma distinta de actuación. Esto trae como consecuencia que los árbitros, en estas
condiciones, podrían no ponerse de acuerdo.
Por tanto, el problema está en determinar, si existe o no acuerdo ente los árbitros. Si estos están de
acuerdo, no se genera ningún problema de manera que se dicta la resolución. El problema se produce
cuando el acuerdo no se produce, es decir cuando hay discordia. En el este último caso lo primero que se
debe determinar es si existe o no existe un tercer árbitro designado, ya que las partes podrían haber
designado a un tercer árbitro justamente para la solución de este problema. Si esta designado este
tercer árbitro, este es justamente el que en conjunto con los otros debe pronunciar la resolución, por
mayoría.
No poniéndose de acuerdo los árbitros, se reunirá con ellos el tercero, si lo hay, y la mayoría pronunciará
resolución.
No poniéndose de acuerdo los árbitros, se reunirá con ellos el tercero, si lo hay, y la mayoría pronunciará
resolución conforme a las normas relativas a los acuerdos de las Cortes de Apelaciones.
Ahora, si no existe este tercer árbitro designado, es decir no hay mayoría para dictar la resolución, se
debe determinar si la resolución que motiva la discordia es o no apelable. Si esta resolución, no fuere
apelable y se trata de un arbitraje voluntario, el compromiso queda sin efecto, ya que no se puede seguir
el juicio.
118
En caso de no resultar mayoría en el pronunciamiento de la sentencia definitiva o de otra clase de
resoluciones, siempre que ellas no sean apelables, quedará sin efecto el compromiso, si éste es
voluntario. Si es forzoso, se procederá a nombrar nuevos árbitros.
En el caso de que se trate de un arbitraje forzoso debe procederse a dictar nuevos árbitros, ya que al ser
forzoso recordemos que el asunto obviamente debe ser resuelto por árbitros por ende necesariamente
se deben nombrar otros.
Por su parte, si la resolución que motiva la discordia de los árbitros es apelable, cada opinión de estos
debe ser estimada como una resolución aparte y la causa del proceso debe ser elevada al tribunal
superior correspondiente para que resuelva este desacuerdo, como sea, de derecho.
Cuando pueda deducirse el recurso, cada opinión se estimará como resolución distinta, y se elevarán los
antecedentes al tribunal de alzada, para que resuelva como sea de derecho sobre el punto que haya
motivado el desacuerdo de los árbitros.
Sabemos si una resolución es apelable, principalmente por la naturaleza de la resolución y por lo que
diga la ley.
Aquí podemos decir que proceden todos los recursos ya estudiados, particularmente, los más
importantes que son el de apelación, casación en la forma, si el tribunal es arbitral de segunda instancia
procederá la casación en el fondo, el de aclaración, el de rectificación, el de reposición durante la
tramitación del juicio, etcétera.
El artículo 239 del C.O.T. señala que contra una sentencia arbitral se puede interponer el recurso de
apelación y de casación, a menos que las partes siendo mayores de edad y libre administradoras de sus
bienes hayan renunciado a estos recursos, sometiéndolos también a arbitraje en el documento de
compromiso o en un acto posterior. Por tanto, el conocimiento de los recursos en contra de la sentencia
puede ser sometido ante el conocimiento de un tribunal arbitral superior.
Contra una sentencia arbitral se pueden interponer los recursos de apelación y casación para ante el
tribunal que habría conocido de ellos si se hubieran interpuesto en juicio ordinario; a menos que las
partes, siendo mayores de edad y libres administradoras de sus bienes, hayan renunciado dichos
recursos, o sometiéndolos también a arbitraje en el instrumento del compromiso o en un acto posterior.
Sin embargo, el recurso de casación en el fondo no procederá en caso alguno contra las sentencias de los
arbitradores, y el de apelación sólo procederá contra dichas sentencias cuando las partes, en el
instrumento en que constituyen el compromiso, expresaren que se reservan dicho recurso para ante
otros árbitros del mismo carácter y designaren las personas que han de desempeñar este cargo.
119
En materia de recursos entonces, la novedad estaría dada por el tribunal superior que resulte
competente para conocer estos recursos. Ahora bien, recordemos que el recurso de casación en el
fondo, siempre va a ser de la exclusiva competencia de la corte suprema
Artículo 635
Para la ejecución de la sentencia definitiva se podrá ocurrir al árbitro que la dictó, si no está vencido el
plazo porque fue nombrado, o al tribunal ordinario correspondiente, a elección del que pida su
cumplimiento.
El plazo por el cual son nombrados los árbitros, es el que establezcan las partes. Este puede ser máximo
de dos años contados desde que acepta su designación y jura.
Para saber si el plazo por el cual fue nombrado el árbitro está o no vencido, se debe tomar en cuenta si
este fue o no suspendido.
Si las partes no expresaren con qué calidad es nombrado el árbitro, se entiende que lo es con la de
árbitro de derecho.
Si faltare la expresión del lugar en que deba seguirse el juicio, se entenderá que lo es aquel en que se ha
celebrado el compromiso.
Si faltare la designación del tiempo, se entenderá que el árbitro debe evacuar su encargo en el término
de dos años contados desde su aceptación.
No obstante, si se hubiere pronunciado sentencia dentro de plazo, podrá ésta notificarse válidamente
aunque él se encontrare vencido, como asimismo, el árbitro estará facultado para dictar las providencias
pertinentes a los recursos que se interpusieren.
Si durante el arbitraje el árbitro debiere elevar los autos a un tribunal superior, o paralizar el
procedimiento por resolución de esos mismos tribunales, el plazo se entenderá suspendido mientras dure
el impedimento.
Según el artículo 635 hay dos tribunales competentes; el propio árbitro que dicta la resolución y el
tribunal ordinario correspondiente a elección de que pida su cumplimiento.
El artículo 635 tiene una excepción bastante importante en su inciso final, cuando establece que cuando
el cumplimiento de la resolución arbitral exija procedimientos de apremio o el empleo de otras medidas
120
compulsivas, o cuando haya de afectar a terceros que no sean partes del compromiso, deberá acudirse a
la justicia ordinaria.
Este inciso es interpretable, ya que se debe ver en cada caso si el incumplimiento de la resolución exige o
no medidas de apremio. Ahora, para evitar problemas lo más sano -cuando se pide la ejecución de una
sentencia arbitral- es recurrir a la justicia ordinaria a pedir el cumplimiento.
El árbitro puede ser nombrado, o con la calidad de árbitro de derecho, o con la de árbitro arbitrador o
amigable componedor.
El árbitro de derecho fallará con arreglo a la ley y se someterá, tanto en la tramitación como en el
pronunciamiento de la sentencia definitiva, a las reglas establecidas para los jueces ordinarios, según la
naturaleza de la acción deducida.
Sin embargo, en los casos en que la ley lo permita, podrán concederse al árbitro de derecho facultades
de arbitrador, en cuanto al procedimiento, y limitarse al pronunciamiento de la sentencia definitiva la
aplicación estricta de la ley.
a) En cuanto al fondo del fallo, los árbitros arbitradores no fallan conforme a derecho sino conforme a lo
que su prudencia y equidad le dictaren.
b) En el aspecto formal del fallo, este también se rige por las reglas que las partes hayan señalado y, en
su defecto por las reglas que da el código en el artículo 640 del C.P.C. En consecuencia no se aplica el
artículo 170 del C.P.C. que establece los requisitos formales de la sentencia definitiva.
Artículo 640
La sentencia expresará, además, la fecha y el lugar en que se expide; llevará al pie la firma del arbitrador,
y será autorizada por un ministro de fe o por dos testigos en su defecto.
121
c) En cuanto al procedimiento de tramitación del juicio se aplican las reglas que hayan convenido las
partes y si nada dijeron se rige por las reglas de los artículos 636 y siguientes del C.P.C.
Artículo 636
El arbitrador no está obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las que las
partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso.
Si las partes nada han dicho a este respecto, se observarán las reglas establecidas en los artículos que
siguen.
Este es de los pocos casos en que las partes, autorizadas por la ley, pueden otorgar reglas de
procedimiento a un tribunal.
Las reglas del artículo 636 y siguientes solo se aplican si las partes nada han convenido sobre la forma en
que se va a substanciar el juicio arbitral.
Este es el mismo procedimiento que podría aplicar un árbitro mixto, ya que recordemos que este es
mixto por que el fallo se ajusta a derecho pero no así la tramitación.
La particularidad de las reglas de los artículos 636 y siguientes es que la doctrina señala que estamos en
presencia de ciertas reglas de carácter general para estos árbitros, es decir, reglas en que el legislador le
da al árbitro las directrices por las cuales debe regirse en la tramitación del juicio. Por tanto, no hay un
procedimiento propiamente tal establecido, sino que ciertas ideas básicas generales para que puedan
desempeñarse mínimamente estos árbitros que no necesariamente son abogados.
Estas reglas, genéricamente, vienen a determinar los trámites básicos que debe tener un juicio que se
tramité ante árbitros arbitradores.
En cuanto a la existencia del ministro de fe del tribunal hay una diferencia con el árbitro de derecho
porque aquí la ley señala que el arbitrador practicara sólo o con asistencia de un ministro de fe, según lo
estime conveniente, los actos de substanciación del juicio. Esto va a depender entonces de lo que el
propio árbitro estime conveniente. En consecuencia aquí no hay obligación legal de designar un ministro
de fe que autorice las diligencias, lo cual si era obligatorio respecto de los árbitros de derecho.
La única excepción a esta regla está en el caso de la dictación de la sentencia definitiva puesto que esta
resolución judicial siempre debe ser autorizada por un ministro de fe o en su defecto por dos testigos de
actuación.
La sentencia expresará, además, la fecha y el lugar en que se expide; llevará al pie la firma del arbitrador,
y será autorizada por un ministro de fe o por dos testigos en su defecto.
Ahora, estas reglas básicas del procedimiento reguladas en los artículos 636 y siguientes son:
1º Primera regla: La primera regla básica de este procedimiento es que el arbitrador debe oír a los
interesados, ya sea en conjunto o por separado.
122
Artículo 637 inciso 1º primera parte
Esto significa que ambas partes tienen este derecho a hacer valer sus solicitudes o peticiones ante el
juez. Ahora, como los oye es problema del árbitro, ya que la ley solo da la regla.
2º Segunda regla: El árbitro arbitrador debe recibir y agregar al proceso los instrumentos que se le
presenten.
3º Tercera regla: El árbitro debe practicar todas las diligencias que estime necesarias para el
conocimiento de los hechos. Esto queda entregado a su criterio ya que dice "estime necesarias". Con
esta frase se demuestra que este no es un procedimiento preestablecido.
Practicará las diligencias que estime necesarias para el conocimiento de los hechos, y dará su fallo en el
sentido que la prudencia y la equidad le dicten.
4º Cuarta regla: En el artículo 638 se establece, en cuanto a la recepción de la causa a prueba, que esto
también queda entregado al criterio del árbitro.
En el caso que se disponga este trámite o diligencia, rige la misma regla indicada respecto de los árbitros
de derecho en cuanto a la comparecencia de los testigos. En definitiva un árbitro no puede compeler a
un testigo a comparecer.
5º Quinta regla: En virtud de esta regla el árbitro debe consignar por escrito todos los hechos que
ocurran ante él y cuyo testimonio le exijan los interesados si son necesarios para el fallo.
Artículo 640
La sentencia expresará, además, la fecha y el lugar en que se expide; llevará al pie la firma del arbitrador,
y será autorizada por un ministro de fe o por dos testigos en su defecto.
123
Artículo 637 inciso 1º parte final
El arbitrador oirá a los interesados; recibirá y agregará al proceso los instrumentos que le presenten;
practicará las diligencias que estime necesarias para el conocimiento de los hechos, y dará su fallo en el
sentido que la prudencia y la equidad le dicten.
I. Parte considerativa
a) Designación de las partes litigantes.
En esta parte de la sentencia a se hace una enunciación de quienes son las partes y que alegaciones
hicieron. De manera entonces que si leemos esta parte, sabríamos de qué se trata el asunto.
Aquí hay una diferencia con el 170 del C.P.C ya que este exige consideraciones tanto de hechos como de
derechos y enunciación de leyes, y en su defecto los principios de equidad.
Conviene señalar que en estos juicios arbitrales ante árbitros arbitradores las partes, en virtud del
principio que las faculta para fijar el procedimiento, tienen la facultad de determinar cuáles son los
trámites esenciales.
Artículo 796
En los juicios de mayor cuantía seguidos ante arbitradores son trámites esenciales los que las partes
expresen en el acto constitutivo del compromiso, y, si nada han expresado acerca de esto, sólo los
comprendidos en los números 1° y 5° del artículo precedente.
Si nada han expresado las partes acerca de los trámites esenciales, estos solo serán los comprendidos en
los número 1º y 5º del artículo 795, es decir el emplazamiento de las partes y la agregación de los
instrumentos presentados oportunamente por las mismas.
Artículo 642
124
Solo habrá lugar a la apelación de la sentencia del arbitrador cuando las partes, en el instrumento en
que constituyen el compromiso, expresen que se reservan dicho recurso para ante otros árbitros del
mismo carácter y designen las personas que han de desempeñar este cargo.
Debido al hecho de que esta disposición dice "solo” entendemos que el recurso de apelación en este
caso es restrictivo.
Este recurso de apelación exige un pacto de los propios interesados ya que la ley dice que " las partes
tienen que expresar que se reservan el recurso". A falta de acuerdo, no es competente la corte de
apelación, ya que la ley señala que sólo habrá lugar a la apelación cuando hay acuerdo.
Cabe indicar además que esta norma constituye una carga para los litigantes en materia de este recurso,
ya que indica que se debe determinar nominativamente los árbitros arbitradores que van a conocer del
recurso de apelación.
Respecto del recurso de casación en la forma, de acuerdo con las normas pertinentes del C.O.T.
específicamente el artículo 239 inciso 2º, entendemos que es procedente ante el tribunal ordinario que
corresponda si se hubiese interpuesto este recurso de casación en juicio ordinario. En otras palabras,
aquí si es competente la Corte de Apelaciones respectiva, sin perjuicios de que las partes también
podrían someter el conocimiento de recurso ante árbitros.
En cuanto a la casación en el fondo entendemos que contra un árbitro de primera instancia no procede
debido a la instancia. Ahora, pese a esto cabe señalar que este no procede jamás contra una sentencia
de árbitros, ya que este recurso es un recurso de derecho por lo que escapa del ámbito jurisdiccional del
arbitrador, es decir, el recurso de casación en el fondo no se aviene con los fundamentos de la sentencia
del arbitrador ya que esta nunca se fundará en derecho, por lo que entonces el arbitrador nunca podría
infringir la ley.
Esto queda muy claro por lo establecido en el artículo 777, el cual es categórico.
Artículo 777
Si el recurrente no franquea la remisión del proceso, podrá pedirse al tribunal que se le requiera para
ello, bajo apercibimiento de declararse no interpuesto el recurso.
Artículo 635
Para la ejecución de la sentencia definitiva se podrá ocurrir al árbitro que la dictó, si no está vencido el
plazo porque fue nombrado, o al tribunal ordinario correspondiente, a elección del que pida su
cumplimiento.
125
Sin embargo, cuando el cumplimiento de la resolución arbitral exija procedimientos de apremio o el
empleo de otras medidas compulsivas, o cuando haya de afectar a terceros que no sean parte en el
compromiso, deberá ocurrirse a la justicia ordinaria para la ejecución de lo resuelto.
Por tanto, si hay pluralidad de árbitros todos deben concurrir al pronunciamiento de la sentencia y a la
dictación de cualquier otra resolución relativa a la substanciación del juicio, salvo que las partes
acuerden otra cosa.
Si no se produce acuerdo hay que analizar si en el caso concreto hay o no un tercer árbitro designado. Si
este tercer arbitro existe, este concurre conjuntamente con los demás y se dicta la resolución por
mayoría. Ahora, si no hay tercero y hay discordia, hay que distinguir si la resolución es o no apelable. Si
es apelable se elevan los autos al superior para que resuelva y las opiniones de los árbitros se estiman
como separadas.
Árbitros mixtos
En cuanto a procedimiento se aplica lo establecido para los árbitros arbitradores y en cuanto al fallo se
rigen por las reglas de los árbitros de derecho. Por tanto, en materia de procedimiento las partes pueden
establecer los trámites de procedimiento en el acto constitutivo de compromiso, y en su defecto se
aplican las reglas del artículo 636 del C.P.C.
Juicios de hacienda
Esta materia se encuentra reglamentada en el libro III del Código de Procedimiento Civil, desde el
artículo 148 al 152. Esta regulación es muy escueta, debido a que el legislador –como ya hemos dicho- al
regular procedimientos especiales sólo establece las diferencias de estos en relación con el juicio
ordinario.
Además de esta reglamentación, tenemos la Ley Orgánica del Consejo de Defensa del Estado, cuyo
texto refundido, coordinado y sistematizado se fijó por el D.F.L. número 1º del año 1993 del Ministerio
de Hacienda.
Antes de entrar a analizar este procedimiento, debemos tener claros ciertos conceptos e ideas
preliminares.
Debemos tener claro que se entiende por un juicio especial. Esto lo debemos extraer del artículo 748 del
C.P.C.
Artículo 748
126
Los juicios en que tenga interés el Fisco y cuyo conocimiento corresponda a los tribunales ordinarios, se
substanciarán siempre por escrito, con arreglo a los trámites establecidos para los juicios del fuero
ordinario de mayor cuantía, salvo las modificaciones que en los siguientes artículos se expresan.
Conforme a este artículo cabe señalar que los juicios de hacienda son aquellas contiendas entre partes
en que tenga interés el fisco y cuyo conocimiento corresponde a los tribunales ordinarios de justicia.
De manera entonces según esta norma legal hay dos exigencias o condiciones copulativas para que
podamos considerar o determinar que estamos ante un juicio de hacienda:
Cualquiera de estos elementos que fallé, evidentemente, significara que no estamos en presencia de un
juicio de hacienda.
El fisco podemos decir que es sinónimo del Estado de Chile cuando este estado actúa desde el punto de
vista patrimonial, pecuniario. De manera entonces, que cuando hablamos de un juicio de hacienda,
hablamos de un juicio donde interviene como parte el estado de Chile, ya sea como demandante o
demandado. Esto a su vez significa que el fisco interviene como parte en un plano de igualdad, o bien, en
un plano similar al que actúan los particulares. En otras palabras, aquí el fisco no interviene como
autoridad, por lo que en estos juicios se aplica la legislación de fondo común.
La competencia para conocer del asunto tiene que corresponderle a los tribunales ordinarios de primera
instancia que son los juzgados de letras. A contrario censu, si el conocimiento del asunto le corresponde
a tribunales especiales o a tribunales arbitrales, no estaríamos ante un juicio de hacienda, ya que no se
daría este segundo requisito.
Los jueces de letras de comunas asiento de Corte conocerán en primera instancia de las causas de
hacienda, cualquiera que sea su cuantía.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, en los juicios en que el Fisco obre como demandante,
podrá éste ocurrir a los tribunales allí indicados o al del domicilio del demandado, cualquiera que sea la
naturaleza de la acción deducida.
Las mismas reglas se aplicarán a los asuntos no contenciosos en que el Fisco tenga interés.
a) Cuando el fisco actúa como demandado: En este caso el tribunal competente será el juzgado de letras
que corresponda a una comuna asiento de Corte de Apelaciones. Para saber cuándo una comuna es
asiento de una Corte de Apelaciones, debemos atenernos al C.O.T. ya que este determina en que
127
comunas existen Cortes de Apelaciones. La razón para demandar en los juzgados de letras de las
comunas que son asientos de Cortes de Apelaciones es que en estas existen oficinas del consejo de
defensa del estado.
b) Cuando el fisco actúa como demandante: En este caso, el fisco tiene un derecho de opción, en cuanto
a elegir el tribunal competente sobre la base de lo que la ley establece, pudiendo este presentar su
demanda al tribunal letrado de la comuna asiento de corte correspondiente o bien ante el juzgado de
letras que corresponda al domicilio del demandado.
La segunda instancia le corresponderá a la corte de apelaciones respectiva, es decir, a la que sea superior
jerárquico de aquel tribunal que conoció del pleito en primera instancia.
El Consejo de Defensa del Estado es un servicio público descentralizado, dotado de personalidad jurídica,
bajo la supervigilancia directa del Presidente de la República e independiente de los diversos Ministerios.
Los decretos supremos que se refieran al Consejo de Defensa del Estado y en que no aparezca una
vinculación con un Ministerio determinado, serán expedidos a través del Ministerio de Hacienda.
El Consejo de Defensa del Estado tiene por objeto, principalmente la defensa judicial de los intereses del
Estado.
Esta representación amplía la establece el artículo 18 número 1º de la Ley Orgánica del Consejo de
Defensa del Estado.
Artículo 18 número 1º Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado
El Presidente del Consejo tendrá los siguientes deberes y atribuciones, sin perjuicio de los inherentes a su
calidad de Jefe de Servicio, y de los otros que le señalen las leyes:
1º La representación judicial del Fisco en todos los procesos y asuntos que se ventilan ante los Tribunales,
cualquiera sea su naturaleza, salvo que la ley haya otorgado esa representación a otro funcionario, pero
aún en este caso y cuando lo estime conveniente el Presidente podrá asumir por sí o por medio de
apoderados la representación del Fisco, cesando entonces la que corresponda a aquel funcionario.
Ahora, si existe una norma especial distinta a esta disposición, obviamente aplicaremos la norma
especial por sobre la general.
Entonces, en primer lugar, en cualquier juicio de hacienda la representación amplia del fisco le
corresponde al presidente del consejo de defensa del estado.
128
En segundo lugar, esta misma representación amplia le corresponde a los abogados procuradores
fiscales.
Los abogados procuradores fiscales serán designados por el Presidente del Consejo y durarán en el cargo
mientras cuenten con la confianza del Consejo.
El artículo 24 número 1º Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado, por su parte
señala que los abogados procuradores fiscales dentro de sus respectivos territorios tendrán, entre otras
funciones, que representar judicialmente al fisco con las mismas atribuciones que el presidente del
consejo. Esto siempre y cuando la ley no establezca una representación especial distinta.
Artículo 24 número 1º Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado
Los abogados procuradores fiscales, dentro de sus respectivos territorios, tendrán las siguientes
funciones:
1º Representar judicialmente al Fisco con las mismas atribuciones del Presidente, con excepción de la
señalada en la parte final del n° 1 del artículo 18°.
Esta representación que le corresponde al presidente del consejo de defensa del estado o a los abogados
procuradores fiscales respectivos, la ejerce cada uno de estos personalmente, sin perjuicio de la
actuación procesal de acuerdo con las normas de comparecencia en juicio.
Conforme al artículo 2º de la Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado, la defensa
del fisco corresponde al Consejo de Defensa del Estado, ya que este es el objeto que tiene este consejo.
Artículo 42 inciso 2º Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado
El patrocinio y poder que confiera el Presidente del Consejo de Defensa del Estado y los abogados
procuradores fiscales, no requerirá la concurrencia personal de los mismos, bastando, para la
correspondiente autorización, la exhibición de la respectiva credencial que acredite la calidad e identidad
de la persona a quien se le confiere.
El fisco, como parte del juicio tiene que actuar conforme a las reglas que establece la ley de
comparecencia en juicio, es decir requiere de patrocinio y mandato judicial.
129
La ley dice que el patrocinio y poder que confiere el Consejo de Defensa del Estado y los abogados
procuradores fiscales no requerirá la concurrencia personal de los mismos al tribunal, bastando para la
autorización la exhibición de la respectiva credencial que acredite la calidad e identidad de la persona a
la que se le confiere.
Hay una limitación en la misma ley en cuanto a la facultad de absolver posiciones, la cual recordemos
que está referida a la confesión judicial provocada en el juicio. Esta limitación consiste en que tanto el
presidente del consejo de defensa del estado como los abogados procuradores fiscales, y los apoderados
judiciales que puedan haberse designado para el juicio, no tendrán la facultad de absolver posiciones en
representación del fisco, salvo que sean llamados a absolver posiciones por hechos propios. Esto último,
es discutido por algunos en cuanto a si constituye o no confesión propia, ya que la confesión es de parte
y el abogado no es parte.
Otro derecho que tiene el fisco en estos juicios es que el presidente del Consejo de Defensa del Estado
de acuerdo a las atribuciones que la misma ley le otorga, puede designar a funcionarios del servicio
como receptores.
Artículo 18 número 4º Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado
El Presidente del Consejo tendrá los siguientes deberes y atribuciones, sin perjuicio de los inherentes a su
calidad de Jefe de Servicio, y de los otros que le señalen las leyes:
Esta designación puede ser en forma permanente o en casos determinados. Si fuere permanente, se
debe informar a la respectiva corte de apelaciones.
Las designaciones de receptores judiciales que el Presidente del Consejo haga, en conformidad al n° 4 del
artículo 18°, serán comunicadas a la Corte de Apelaciones de la jurisdicción respectiva, si tuvieran el
carácter de permanentes.
Estos receptores tendrán los mismos deberes y funciones que el párrafo 5 del Título XI del Código
Orgánico de Tribunales y otras leyes señalan para los receptores judiciales.
Finalmente, la ley establece el consejo de defensa del estado tiene derecho a obtener la fotocopia o
compulsas de las piezas del proceso cuando deben ser elaboradas, de acuerdo a la ley. De manera
entonces que al fisco no se le pueden cobrar derechos por la confección de las fotocopias o compulsas.
El Consejo de Defensa del Estado podrá obtener las fotocopias o las compulsas a que se refiere el artículo
197° del Código de Procedimiento Civil, a su propia costa y sin cargo adicional alguno, dentro de los
plazos establecidos en dicha disposición.
130
El secretario del tribunal deberá certificar la autenticidad de las compulsas o fotocopias respectivas.
Podríamos decir también que en general, para la adecuada defensa de los derechos del fisco todos los
organismos del estado deben cooperarle al consejo de defensa del estado, cuando este requiera
antecedentes, informes, etcétera. También se consideran aquí a todos los funcionarios públicos.
Los notarios, conservadores, archiveros, oficiales civiles y todos los empleados públicos, municipales y de
los servicios de la administración descentralizada del Estado o de las entidades privadas en que el Estado
tenga aporte o participación mayoritarios, deberán proporcionar al Consejo de Defensa del Estado,
gratuitamente y libre de toda clase de impuesto y en la forma más expedita y rápida, los informes, copias
de instrumentos y datos que se les solicite.
Deberán también, gratuitamente y libre de toda clase de impuestos, otorgar los documentos y practicar
las inscripciones que el Consejo les solicite.
Los documentos e informes a que se refiere el inciso primero deberán ser requeridos por el Consejo a
través de oficio firmado por el Presidente o por el Secretario-Abogado o por el respectivo Abogado
Procurador Fiscal.
Los juicios en que tenga interés el Fisco y cuyo conocimiento corresponda a los tribunales ordinarios, se
substanciarán siempre por escrito, con arreglo a los trámites establecidos para los juicios del fuero
ordinario de mayor cuantía, salvo las modificaciones que en los siguientes artículos se expresan.
Los juicios de hacienda se substanciaran siempre por escrito, con arreglo a los trámites establecidos para
los juicios del fuero ordinario de mayor cuantía. De manera entonces que nuevamente tenemos dos
exigencias para la tramitación del juicio de hacienda:
b) Que son aplicables los trámites establecidos para el fuero ordinario de mayor cuantía.
El fuero ordinario de mayor cuantía no es lo mismo que un juicio ordinario de mayor cuantía.
La doctrina y la jurisprudencia han señalado que este último requisito no significa que todos los juicios
de hacienda se tramiten conforme a las reglas del juicio ordinario, sino que esta frase " son aplicables los
trámites establecidos para el fuero ordinario de mayor cuantía" es amplia, en el sentido de que todos los
juicios se tienen que tramitar de acuerdo a las reglas generales, atendiendo a la naturaleza de la acción o
de la pretensión formulada en la demanda.
De manera entonces, que un juicio de hacienda podría tramitarse conforme a las reglas de un juicio
ordinario de mayor cuantía.
Importante señalar que nunca podría tramitarse conforme a las reglas del juicio ordinario de menor o
mínima cuantía.
131
Ahora, el juicio de hacienda también podría tramitarse conforme a las normas del juicio sumario en la
medida en que se formulen las peticiones y alegaciones por escrito. También se puede tramitar de
acuerdo a las normas establecidas para juicios especiales, en la medida que sea por escrito. Por ende
quedan fuera las reglas de los procedimientos de menor y mínima cuantía.
En definitiva, entendemos que en los juicios de hacienda no tiene importancia la cuantía, ya que este
siempre se tramitará conforme al procedimiento ordinario de mayor cuantía.
Ahora bien, el código en esta materia contiene una excepción al señalar el artículo 748 "salvo las
excepciones que en los artículos siguientes se expresan". Estas reglas excepcionales que hacen variar la
tramitación del juicio son:
1º Si el procedimiento aplicable fuese el ordinario de mayor cuantía la ley dice que se omiten los
escritos de réplica y de duplica, siempre que la cuantía del negocio no exceda las 500 UTM.
2º En estos juicios no corresponde como tramité el llamado obligatorio a conciliación. Esta regla no
está en las normas del juicio de hacienda ya que la conciliación se regula en el libro II a propósito del
juicio ordinario, de manera que es el artículo 262 del C.P.C. la norma que excluye a los procedimientos
del juicio de hacienda de este trámite.
Artículo 262
En todo juicio civil, en que legalmente sea admisible la transacción, con excepción de los juicios o
procedimientos especiales de que tratan los Títulos I, II, III, V y XVI del Libro III, una vez agotados los
trámites de discusión y siempre que no se trate de los casos mencionados en el artículo 313, el juez
llamará a las partes a conciliación y les propondrá personalmente bases de arreglo.
Para tales efectos, las citará a una audiencia para un día no anterior al quinto ni posterior al
decimoquinto contado desde la fecha de notificación de la resolución. Con todo, en los procedimientos
que contemplan una audiencia para recibir la contestación de la demanda, se efectuará también en ella
la diligencia de conciliación, evacuado que sea dicho trámite.
El precedente llamado a conciliación no obsta a que el juez pueda, en cualquier estado de la causa,
efectuar la misma convocatoria, una vez evacuado el trámite de contestación de la demanda.
3º Otra regla que también es una situación de excepción para cualquier juicio de hacienda, dice relación
con la procedencia de la transacción, y más ampliamente, con acuerdos o avenimientos tendientes a
ponerle término al litigio. Recordemos que en cualquier juicio civil existe la posibilidad de ponerle
término al juicio por acuerdo mutuo de las partes, es decir, no porque se inicie un proceso significa que
necesariamente la controversia planteada tiene que solucionarse por una sentencia definitiva ya que es
posible que las partes lleguen a acuerdos durante la tramitación del juicio.
El artículo 7º de la Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado no imposibilita que en
un juicio de hacienda pueda llegarse a una transacción, sino que establece que en los procesos en que
intervenga el consejo de defensa del estado (fisco) se puedan lograr transacciones previo acuerdo del
consejo de defensa del estado. Este acuerdo debe constar en un acta.
El Consejo de Defensa del Estado, con el voto de las tres cuartas partes de sus miembros en ejercicio y en
sesión especialmente convocada con tal objeto, podrá acordar transacciones en los procesos en que
132
intervenga. En el acta de la sesión en que se adopte el acuerdo de transigir deberá dejarse constancia de
los fundamentos que se tuvieron para ello.
Del mismo modo, podrá aprobar la celebración de acuerdos reparatorios en los procedimientos penales
en que intervenga como querellante.
Podrá también, con el voto de la mayoría de los miembros en ejercicio, aceptar el pago en cuotas de las
deudas que le corresponda cobrar, aun en los casos que éstas consten en sentencias ejecutoriadas. El
Consejo fijará el número de cuotas en que se dividirá la deuda y las épocas de pago y determinará, en el
mismo acto, el reajuste y el interés con que aquélla deberá solucionarse, pudiendo eximir de intereses,
sean éstos futuros o ya devengados, al obligado, si sus facultades económicas lo justificaren.
Tratándose de asuntos que afecten a los gobiernos regionales, a las municipalidades, a los servicios
descentralizados de la Administración del Estado o a los organismos privados en que el Estado o sus
instituciones tengan aporte o participación mayoritarios o igualitarios, se requerirá además el
consentimiento de la entidad respectiva.
Los acuerdos a que se refieren los incisos anteriores, deberán ser aprobados por resolución del Ministerio
de Hacienda cuando se trate de sumas superiores a tres mil unidades tributarias mensuales.
En otras palabras en el juicio de hacienda el representante del fisco, en principio, no tiene facultades
para acordar transacciones salvo que lo sean en las condiciones que establece el artículo 7 de la Ley
Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado. Esto se diferencia con el llamado obligatorio
a conciliación, ya que este es improcedente, en cambio la transacción es procedente pero siempre y
cuando cumpla con las condiciones del artículo 7º.
4º Hay una novedad en este juicio en relación a la sentencia definitiva de primera instancia,
concretamente en cuanto a lo que se denomina la "consulta de la sentencia definitiva de primera
instancia".
Recordemos que la consulta determina una competencia distinta de la corte de apelaciones, ya que
normalmente la competencia de estas es por vía de los recursos.
Cassarino define la consulta como un “trámite procesal mediante el cual la sentencia definitiva de
primera instancia, dictada en el juicio de hacienda, debe ser revisada por la corte de apelaciones
respectiva cuando no lo ha sido por la vía de apelación". La última frase de esta definición se explica
porque la sentencia que se dicta en el juicio de hacienda es siempre apelable ya que no olvidemos que el
procedimiento se tramita conforme a las reglas del fuero ordinario de mayor cuantía.
Por tanto, lo normal en un juicio de hacienda es que la sentencia definitiva de primera instancia se debe
revisar mediante la interposición de un recurso de apelación, sea por el fisco o bien por la parte
contraria.
La ley a este respecto establece en el artículo 751 del C.P.C que toda sentencia definitiva pronunciada en
primera instancia en juicios de hacienda y en que no se apele, se elevará en consulta a la corte de
apelaciones respectiva, o sea, toda sentencia que no se apele tiene que ser consultada.
Artículo 751
Toda sentencia definitiva pronunciada en primera instancia en juicios de hacienda y de que no se apele,
se elevará en consulta a la Corte de Apelaciones respectiva, previa notificación de las partes, siempre
que sea desfavorable al interés fiscal. Se entenderá que lo es, tanto la que no acoja totalmente la
133
demanda del Fisco o su reconvención, como la que no deseche en todas sus partes la demanda deducida
contra el Fisco o la reconvención promovida por el demandado.
Recibidos los autos, el tribunal revisará la sentencia en cuenta para el solo efecto de ponderar si ésta se
encuentra ajustada a derecho. Si no mereciere reparos de esta índole, la aprobará sin más trámites. De
lo contrario, retendrá el conocimiento del negocio y, en su resolución, deberá señalar los puntos que le
merecen duda, ordenando traer los autos en relación. La vista de la causa se hará en la misma sala y se
limitará estrictamente a los puntos de derecho indicados en la resolución.
Las consultas serán distribuidas por el Presidente de la Corte, mediante sorteo, entre las salas en que
ésta esté dividida.
Esto procede siempre y cuando la sentencia sea desfavorable al interés fiscal. A contrato, censu si la
sentencia definitiva que se dicta en el juicio es favorable al interés fiscal y la parte contraria no apela, no
se consulta.
1º ¿Qué significa la frase de que la sentencia no se apele? Entendemos que una sentencia no apelada
es aquella que en la práctica no ha sido recurrida de apelación. Ahora bien, esta frase debemos
entenderla no sólo en este sentido sino que en una forma bastante más amplia, porque aquí con la
consulta o la apelación se trata de que un tribunal superior revise la legalidad del fallo que ha sido
dictado en un juicio de hacienda, justamente, para proteger los intereses del fisco, ya que este no es
cualquier juicio puesto que se encuentran comprometido los intereses del Estado.
La doctrina y la jurisprudencia entienden que la frase hay que tomarla en un sentido amplio; por una
parte cuando el recurso de apelación efectivamente no se ha interpuesto, o bien cuando habiéndose
apelado el recurso de apelación termina por alguna de las formas anormales. En estos casos
mencionados anteriormente, procede la consulta.
Que la sentencia definitiva de primera instancia de un juicio de hacienda no sea apelada por el fisco, es
muy poco probable ya que este tiene sumo cuidado en este aspecto.
2º ¿Qué significa que la sentencia sea desfavorable al interés fiscal? Esto lo explica el mismo artículo
751 del C.P.C. Esta disposición contempla 4 situaciones:
c) Cuando la sentencia que se dicta en el juicio de hacienda, no deshecha o no desestima en todas sus
partes la demanda interpuesta en contra del fisco.
d) Cuando la sentencia que se dicta en el juicio de hacienda no desecha en todas sus partes la
reconvención promovida por el demandado (fisco).
Esto se determina objetivamente y para ello, desde el punto de vista del fisco, basta hacer la
comparación entre lo que este pidió y el pronunciamiento de la sentencia. Lo mismo habría que hacer
desde el punto de vista del demandado cuando este no sea el fisco.
134
Como se procede a este trámite de la consulta
Desde luego, como primera cuestión, debemos señalar que en la propia sentencia definitiva el juez
tendrá que ordenar la consulta si no se apelare.
Artículo 751 Ley Orgánica Constitucional del Consejo de Defensa del Estado
Toda sentencia definitiva pronunciada en primera instancia en juicios de hacienda y de que no se apele,
se elevará en consulta a la Corte de Apelaciones respectiva, previa notificación de las partes, siempre
que sea desfavorable al interés fiscal. Se entenderá que lo es, tanto la que no acoja totalmente la
demanda del Fisco o su reconvención, como la que no deseche en todas sus partes la demanda deducida
contra el Fisco o la reconvención promovida por el demandado.
Recibidos los autos, el tribunal revisará la sentencia en cuenta para el solo efecto de ponderar si ésta se
encuentra ajustada a derecho. Si no mereciere reparos de esta índole, la aprobará sin más trámites. De
lo contrario, retendrá el conocimiento del negocio y, en su resolución, deberá señalar los puntos que le
merecen duda, ordenando traer los autos en relación. La vista de la causa se hará en la misma sala y se
limitará estrictamente a los puntos de derecho indicados en la resolución.
Las consultas serán distribuidas por el Presidente de la Corte, mediante sorteo, entre las salas en que
ésta esté dividida.
1º Debe elevarse el expediente a la corte de apelaciones respectiva previa notificación a las partes
cuando desfavorable al interés fiscal.
2º Los autos se reciben en la secretaria de la corte de manera que hay un ingreso del proceso.
3º La corte de apelaciones tiene que revisar en cuenta para determinar si la sentencia se encuentra o no
ajustada a derecho. Aquí hay que tener presente que no porque una sentencia sea desfavorable al fisco,
significa que no se ajusta a derecho.
Entendemos que la sentencia se encuentra ajustada a derecho, en la medida que el fallo haya sido
dictado de acuerdo a las normas que regulan la cuestión de fondo.
Si la sentencia no mereciere reparos la corte aprobara sin más trámite la sentencia. O sea, cuando la
corte de apelaciones está de acuerdo con el fallo de primera instancia, esta no lo confirma sino que lo
aprueba.
Ahora, si el fallo sujeto a consulta a la corte le merece dudas sobre su legalidad, esta retendrá el
conocimiento del negocio y ordenara traer autos en relación. Aquí la corte de apelaciones, en su
resolución deberá señalar los puntos que le merecen duda.
La ley señala que la vista de la causa se hará en la misma sala y se limitará estrictamente a los puntos de
derecho (puntos dudosos) indicados en la resolución.
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Las consultas serán distribuidas por el presidente de la corte mediante sorteo.
Respecto de la consulta las partes tienen derecho a alegar y la corte una vez terminada la vista resolverá
y fallará en el sentido de aprobar o revocar el fallo, según proceda y, seguidamente el expediente se
devuelve al tribunal de primera instancia.
Importante señalar que mientras esté pendiente el trámite de la consulta, obviamente la sentencia
definitiva de primera instancia no queda firma. Si bien es cierto que la consulta no es recurso,
entendemos que el legislador la estableció en reemplazo de la apelación, de manera entonces que esta
cumple la misma finalidad que la apelación.
La sentencia definitiva de primera instancia de un juez de letras queda firma cuando se notifica el
cúmplase.
a) Si la sentencia que se trata de hacer cumplir es favorable al interés fiscal (el fisco gano el juicio),
habrá que aplicar, para la ejecución de esta sentencia, las reglas generales que rigen en esta materia. Por
tanto, en este caso entonces aplicaremos las reglas de los artículos 231 y siguientes del C.P.C.
b) Si la sentencia que se trata de hacer cumplir es desfavorable al interés fiscal, es decir, se trata de una
sentencia condenatoria para el fisco, se aplicara la norma especial contenida en el artículo 752 del C.P.C.
Artículo 752
Toda sentencia que condene al Fisco a cualquiera prestación, deberá cumplirse dentro de los sesenta días
siguientes a la fecha de recepción del oficio a que se refiere el inciso segundo, mediante decreto expedido
a través del Ministerio respectivo.
Ejecutoriada la sentencia, el tribunal remitirá oficio al ministerio que corresponda, adjuntando fotocopia
o copia autorizada de la sentencia de primera y de segunda instancia, con certificado de estar
ejecutoriada.
En caso que la sentencia condene al Fisco a prestaciones de carácter pecuniario, el decreto de pago
deberá disponer que la Tesorería incluya en el pago el reajuste e intereses que haya determinado la
sentencia y que se devenguen hasta la fecha de pago efectivo. En aquellos casos en que la sentencia no
hubiese dispuesto el pago de reajuste y siempre que la cantidad ordenada pagar no se solucione dentro
de los sesenta días establecidos en el inciso primero, dicha cantidad se reajustará en conformidad con la
variación que haya experimentado el Índice de Precios al Consumidor entre el mes anterior a aquel en
que quedó ejecutoriada la sentencia y el mes anterior al del pago efectivo.
136
Entonces, conforme a esta norma en este caso, debe dictarse por parte del ministerio correspondiente
un Decreto Supremo, el cual ordenara hacer pago al acreedor de acuerdo a lo que establece la sentencia
definitiva. Para que el ministerio correspondiente dicte este Decreto Supremo, debe darse cumplimiento
a una tramitación que se establece para este efecto, la cual tendrá lugar una vez que quede ejecutoriado
el fallo. Esta tramitación consiste en lo siguiente;
3º La fecha de recepción del oficio se certificará por certificado de ministro de fe que lo hubiese
entregado en la Oficina de Partes del Ministerio. Esto siempre y cuando el juicio se lleve por mano a
través de un ministro de fe.
Ahora bien, el oficio también puede enviarse por carta certificada, es decir por correo dejándose
constancia de la fecha de envío de esta carta. En este caso la fecha de recepción del oficio en el
ministerio, se entiende que ha ocurrido transcurrido 3 días desde su recepción por el correo.
4º Esta fecha de recepción del oficio es importante porque la ley dice que la sentencia condenatoria del
fisco tiene que cumplirse dentro del plazo de 60 días siguientes a la fecha de recepción el oficio.
1º El ministerio debe enviar esta sentencia y pedir informe escrito al consejo de defensa del estado, el
cual dará las explicaciones relativas a la sentencia y a la forma de proceder al pago.
Las sentencias que, en copia autorizada, remitan los tribunales de justicia a los diversos ministerios, en
conformidad a lo dispuesto en el artículo 752° del Código de Procedimiento Civil, serán enviadas al
Consejo de Defensa del Estado para su informe. En su informe el Consejo deberá indicar el nombre de la
persona o personas a cuyo favor deba hacerse el pago. El informe respectivo será firmado únicamente
por el Presidente del Consejo y deberá ser despachado al Ministerio que corresponda, dentro de los
treinta días siguientes a la recepción del oficio con que se hayan remitido las copias de la sentencia.
El procedimiento establecido en el presente artículo será aplicable a todos los juicios civiles en que el
Consejo intervenga, en representación de los gobiernos regionales, de las municipalidades, de las
instituciones o servicios descentralizados territorial o funcionalmente.
2º Con este informe, se procede a dictar el Decreto Supremo por parte del ministerio. Todo esto dentro
del plazo de 60 días contados desde la fecha de recepción del oficio.
En caso de que la sentencia condene al fisco a prestaciones de carácter pecuniario, el decreto de pago
deberá disponer que la tesorería incluya en el pago los reajustes e intereses que determine la sentencia
y que se devengan hasta la fecha del pago efectivo.
En los casos en que la sentencia no disponga el pago del reajuste y siempre que la cantidad ordenada a
pagar no se solucione dentro de los 60 días, esta cantidad se reajustara conforme a las variaciones del
I.P.C. entre el mes anterior a aquel en que quedó ejecutoriada la sentencia y el mes anterior al del pago
efectivo.
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Queda claro entonces conforme al artículo 752 del C.P.C. que el pago propiamente tal, al acreedor que
obtuvo en el juicio, lo efectúa la Tesorería General de la República mediante cheque.
La ley no se pone en el caso de qué es lo que podría ocurrir si el poder ejecutivo (mediante el ministerio
correspondiente) se negase a dictar el decreto supremo, de manera que habría que aplicar las normas
jurídicas generales vigentes y atingentes a la materia. Aunque no se ha planteado esta situación en la
práctica, pero pudiese ocurrir.
Esta forma especial de cumplir una sentencia condenatoria para el fisco, a juicio de los entendidos,
impide demandar ejecutivamente al fisco para el cobro. Justamente porque hay que ajustarse a lo
dispuesto en la normativa.
_____________________________________________________________________________________
Tercer Certamen
1º Que la cuantía del asunto se encuadre dentro de los rangos dispuestos en el artículo 698, y
2º Que el legislador no haya establecido someter la tramitación del asunto a reglas especiales de
procedimiento.
Cumpliéndose estas exigencias, estos se someten al procedimiento ordinario de que trata el libro
segundo del código con las modificaciones que indica el artículo 698.
Una vez más queda demostrado aquí que cuando el legislador crea normas o juicios especiales,
únicamente se refiere a las diferencias en relación al procedimiento general del libro segundo.
Nota: la cuantía en materia civil no es un factor que incida en la determinación del tribunal, ya que los
únicos tribunales inferiores son los juzgados de letras. Por tanto, la cuantía sirve únicamente para
determinar el procedimiento aplicable.
Artículo 698
Los juicios de más de diez unidades tributarias mensuales y que no pasen de quinientas unidades
tributarias mensuales, y que no tengan señalado en la ley un procedimiento especial, se someterán al
procedimiento ordinario de que trata el Libro II con las modificaciones siguientes:
Si se deduce reconvención, se dará traslado de ella al demandante por seis días, y con lo que éste
exponga o en su rebeldía, se recibirá la causa a prueba;
138
2º El término para contestar la demanda será de ocho días, que se aumentará de conformidad a la tabla
de emplazamiento. Este aumento no podrá exceder de veinte días, y no regirá para estos juicios la
disposición del inciso 2° del artículo 258.
En el caso del artículo 308, el plazo para contestar la demanda será de seis días;
6º La sentencia se dictará dentro de los quince días siguientes al de la última notificación de la resolución
que cita a las partes para oírla; y
En los casos de excepción a que se refiere el inciso anterior de este número, como también en los
incidentes sobre medidas prejudiciales o precautorias, el recurso se concederá al tiempo de su
interposición.
En primer lugar el legislador señala que este juicio, en general, se va a someter al procedimiento
ordinario de que trata el libro II del Código de Procedimiento Civil (Juicio Ordinario de Mayor Cuantía),
pero con ciertas modificaciones.
La ley a este respecto dice que el término para contestar la demanda (término de emplazamiento) será
de 8 días. Este plazo es fatal (artículo 64 C.P.C), de días hábiles (artículo 66, C.P.C), legal e improrrogable.
Además se señala que se aumentará conforme a la tabla de emplazamiento del artículo 258 del C.P.C. no
pudiendo exceder el aumento de 20 días. Cabe tener presente que en este caso no regirá el inciso
segundo del artículo 258 del C.P.C.
Por tanto, dicho esto entendemos que aquí las reglas son:
i) El demandado tiene 8 días para contestar la demanda si es notificado en la comuna donde funciona el
tribunal.
139
b) Que el demandado haciendo uso de los derechos que la ley le otorga deduzca reconvención
Debemos recordar que para reconvenir se requiere que la materia de la reconvención sea de
competencia del tribunal y que el procedimiento sea el mismo. Además se exige que la reconvención se
realice al momento de contestar la demanda.
En este procedimiento ordinario de menor cuantía, también se requiere cumplir con las exigencias antes
señaladas. Ahora bien, aquí se debe tener presente que en este procedimiento de menor cuantía, la ley
señala que se omitirán los escritos de réplica y duplica. Es por este hecho que el legislador tuvo que
regular específicamente lo relativo a la reconvención en este procedimiento. Por tanto, en este caso si se
deduce reconvención, el tribunal dará traslado de ella al demandante por 6 días. Aquí el traslado es para
evacuar la reconvención y no para replicar, ya que este trámite aquí no existe.
c) Conforme al artículo 698 número 2º inciso segundo, en el caso del artículo 308 el plazo para
contesta la demanda será de 6 días
Artículo 308
Desechadas las excepciones dilatorias o subsanados por el demandante los defectos de que adolezca la
demanda, tendrá diez días el demandado para contestarla, cualquiera que sea el lugar en donde le haya
sido notificada.
Para aplicar el artículo 308 del C.P.C el supuesto es que se hayan opuesto excepciones dilatorias. Otro
supuesto que se debe dar es que estas excepciones hayan sido desechadas o habiéndose acogido estas
se permiten subsanar los defectos. En los casos señalados anteriormente, el artículo 308 señala que el
demandado tiene un plazo de 10 días para contestar la demanda. Por tanto la novedad en este
procedimiento ordinario de menor cuantía, es que este plazo único es de 6 días.
Aquí la ley no establece plazo para subsanar los defectos, de manera que entendemos que en
conveniente que el juez lo fije, o bien precise esto.
En el juicio ordinario de mayor cuantía, se hace el llamado obligatorio a conciliación una vez terminado
el periodo de discusión, el cual se entiende terminado -conforme al artículo 311 del C.P.C- una vez
evacuada la duplica o bien transcurrido los 6 días del traslado para ella.
Aquí el código respecto del procedimiento ordinario de menor cuantía, señala que el juez debe citar a
una audiencia de conciliación que no puede ser anterior al tercero ni posterior al décimo día contado
desde la notificación de la resolución, la cual es por cédula, ya que dispone la comparecencia de las
partes.
Las partes aquí concurren por sí o por medio de su apoderado. No obstante, el juez puede exigir la
comparecencia personal.
En este procedimiento no hay ningún impedimento de que aparte de este llamado obligatorio a
conciliación, puedan hacerse llamados facultativos.
El supuesto es que se haya recibido la causa a prueba, ya que si esta no se recibe, no hay término
probatorio. Además esta resolución que recibe a prueba, debe notificarse por cédula a las partes.
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La novedad está en que conforme al artículo 698 número 4º en este procedimiento de menor cuantía el
término de prueba será de 15 días y podrá aumentarse extraordinariamente conforme a la tabla de
emplazamiento no pudiendo exceder este aumento de los 20 días. Esto procede cuando la prueba debe
rendirse en un territorio jurisdiccional diverso, para lo cual se requiere exhorto.
Este es el término a que se refiere el artículo 430 o sea que el plazo para formular las observaciones a la
prueba será de 6 días en este procedimiento, en lugar de los 10 establecidos para el juicio ordinario de
mayor cuantía.
Recordemos que este es un trámite no esencial, que se cumple justamente presentando escritos de
observación a la prueba. Estas observaciones pueden ser en cuanto a la prueba propia, o referida a las
de la parte contraria. Estos escritos además no vinculan al tribunal, es decir, este no debe hacerse cargo
de las observaciones de las partes, puesto que estas son meramente ilustrativas.
Esto se notifica por el estado diario. Por tanto, aquí lo importante es que el plazo para dictar sentencia
definitiva, queda reducido.
i) En lo formal
No hay ninguna novedad en cuanto a los requisitos que tiene que cumplir la sentencia , de manera que
debe cumplir con las exigencias del artículo 170 del C.P.C y del auto acordado de la Corte Suprema.
Por supuesto, que aquí se aplican todas las condiciones generales de la apelación, es decir, la resolución
debe ser recurrible, causar agravio, oponerse dentro de plazo, etcétera.
I) Apelación de resoluciones dictadas durante la tramitación del juicio pero que no sea sentencia
definitiva
En este caso se debe hacer una subdistinción en el sentido que el código primero reglamenta la
apelación de las siguientes resoluciones:
Recordemos que la incompetencia no es lo mismo que la inhabilidad, ya que los factores de competencia
están referidos al órgano jurisdiccional, en cambio, las inhabilidades son de tipo personal. Por tanto, el
141
tribunal desde el punto de vista orgánico puede ser competente, pero el juez puede estar inhabilitado.
En el caso de que un juez sea inhábil debe ser reemplazado, es decir procede la integración.
iii) Resoluciones que recaigan en incidentes sobre algún vicio que anule el proceso.
En este caso debe haberse producido un incidente de nulidad procesal que se funde en un vicio que
anule el proceso, es decir, aquí se refiere a los trámites esenciales.
Con esto queda claro entonces el inciso final del artículo 698 del Código de Procedimiento Civil.
En los casos de excepción a que se refiere el inciso anterior de este número, como también en los
incidentes sobre medidas prejudiciales o precautorias, el recurso se concederá al tiempo de su
interposición.
Ahora, todas las demás resoluciones apelables que no sean las anteriores, en el caso que el recurso de
apelación sea interpuesto por el agraviado, el tribunal a quo lo entenderá interpuesto para después de la
sentencia que ponga término al juicio. Aquí debemos entender que es la sentencia definitiva de primera
instancia la que pone término al juicio.
Este tipo de apelaciones, la doctrina las denomina "apelaciones diferidas o retardadas", ya que el
recurso no será conocido de inmediato por el tribunal superior. Por tanto, aquí el recurso se interpone en
la oportunidad que corresponde, pero el tribunal lo entenderá interpuesto para después de dictada la
sentencia que pone término al juicio, de manera que es requisito que esta se dicte. Esto se establece con
la finalidad de darle agilidad al procedimiento.
En este caso, la ley le impone una carga procesal adicional al apelante, en el sentido de que este deberá
reproducir mediante nuevo escrito el recurso dentro de los 5 días subsiguientes a la notificación de la
sentencia definitiva. Esto es una carga procesal, porque la ley señalar que en virtud de esta reiteración, el
tribunal lo concederá. Por tanto, si este segundo escrito no se presenta, el recurso no va a ser concedido.
Esto es sin perjuicio, de que el tribunal podría desestimar el recurso si no se cumplen las exigencias de
admisibilidad.
Artículo 699
La apelación de la sentencia definitiva se tramitará como en los incidentes y se verá conjuntamente con
las apelaciones que se hayan concedido en conformidad al inciso 1º del Nº 5º del artículo anterior.
Los alegatos no podrán exceder de 15 minutos, salvo que el tribunal acuerde prorrogar este tiempo hasta
el doble.
142
Esta apelación se rige por las reglas generales en cuanto a la procedencia y exigencias que debe cumplir
el apelante, pero con la particularidad de que tendrá que verse conjuntamente con las otras apelaciones
que se pudiesen haber interpuesto en la tramitación del juicio (apelaciones diferidas que no sean las
exceptuadas). Recordemos que en una corte de apelaciones cuando sobre una misma causa inciden
diversas apelaciones se procede a la vista conjunta de todas estas, y además se dictara un solo fallo.
La ley aquí dice que la apelación de la sentencia definitiva se tramitará como los incidentes. Esto no
significa que las apelaciones deban conocerse en cuenta, de manera que se siguen las reglas generales
del conocimiento de la apelación, es decir, se conoce previa vista de la causa. En este caso la corte
ordenara la vista conjunta de las además apelaciones deducidas.
En la ley tenemos también una norma especial en la tramitación del recurso de la apelación, en cuanto a
la duración de los alegatos. En estos procedimientos, los alegatos no podrán exceder de quince minutos,
salvo que los tribunales estimen prorrogar este tiempo al doble. Aquí habría que entender que estos
alegatos están referidos a todas las apelaciones que pudiesen ser vistas (se refiere a la apelación de la
sentencia definitiva más la apelación diferida). Para que haya prorroga esta debe ser solicitada en la
misma audiencia de la vista, pudiendo extenderse este tiempo a treinta minutos.
La duración de los alegatos de cada abogado se limitará a media hora. El tribunal, a petición del
interesado, podrá prorrogar el plazo por el tiempo que estime conveniente.
Existe otra regla que establece que el tribunal superior (Corte) destinara por lo menos un día de cada
semana a la vista preferente de estas causas.
También existe una regla en cuanto al plazo para fallar la apelación ¿En general cuándo se falla un
recurso de apelación? Una vez terminados los alegatos la apelación se falla de inmediato, o bien, con
posterioridad cuando queda en acuerdo. Cabe tener presente que además podría ocurrir que
terminados los alegatos el tribunal disponga medidas para mejor resolver, de manera que en ese caso se
entiende que comienza a correr el plazo para fallar la apelación una vez transcurrido el plazo para
cumplir las medidas.
Dicho esto, cabe señalar que en el procedimiento ordinario de menor cuantía la apelación se falla en un
plazo de 15 días contados desde el término de la vista de la causa. Esto es diferente a lo que ocurre en la
apelación en el juicio ordinario de mayor cuantía, ya que en ese procedimiento el C.P.C. no establece
plazo para fallar la apelación, de manera que se debe acudir al Código Orgánico para determinar dicho
plazo, artículo 90 C.O.T.
Por último, en cuanto a notificaciones de la sentencia definitiva, de primera como de segunda instancia,
no hay novedad ni tampoco hay novedad en lo que dice relación con la ejecución o cumplimiento de las
sentencias.
La importancia de esta ley es que es la ley orgánica de estos tribunales, ya que con anterioridad no
existían los tribunales de familia, puesto que estaban los tribunales de menores. De manera entonces
que esta es la normativa especial que regula los tribunales de familia.
143
En esta ley existen normas orgánicas y procedimentales. Decimos "normas orgánicas" porque aquí se
contempla toda la organización de los tribunales de familia, es decir, en qué lugares existen, cómo se
conforman, la cantidad de jueces que los componen, la organización del tribunal, su competencia,
etcétera.
Si bien la Ley 19.968 es la que se aplica a estos tribunales de familia, en su artículo 27 señala que lo no
regulado en dicho cuerpo legal se aplicará las normas comunes a todo procedimiento establecidas en el
libro I del C.P.C. Esto se establece de una manera inusual, ya que la ley 19.968 también contiene normas
que son comunes al procedimiento de familia, así por ejemplo existen reglas generales para el
procedimiento de familia en materia de notificaciones, nulidad procesal incidente, abandono de
procedimiento, abandono de procedimiento, etcétera.
Normas supletorias. En todo lo no regulado por esta ley, serán aplicables las disposiciones comunes a
todo procedimiento establecidas en el Código de Procedimiento Civil, a menos que ellas resulten
incompatibles con la naturaleza de los procedimientos que esta ley establece, particularmente en lo
relativo a la exigencia de oralidad. En dicho caso, el juez dispondrá la forma en que se practicará la
actuación.
a) Esta ley crea una judicatura especializada, ya que así lo señala expresamente en el artículo 1º.
Judicatura especializada. Créanse los juzgados de familia, encargados de conocer los asuntos de que
trata esta ley y los que les encomienden otras leyes generales y especiales, de juzgarlos y hacer ejecutar
lo juzgado.
Estos juzgados formarán parte del Poder Judicial y tendrán la estructura, organización y competencia
que la presente ley establece.
En lo no previsto en ella se regirán por las disposiciones del Código Orgánico de Tribunales y las leyes que
lo complementan.
Esta judicatura es especializada porque está creada exclusivamente para conocer y juzgar los asuntos o
conflictos de índole familiar, o bien, que se suscitan con motivo de las relaciones de familia. Debido a
esto es que estos tribunales están revestidos de competencia integral para conocer de todas las
materias que puedan afectar a los integrantes de un grupo familiar. Lo antes dicho queda en evidencia
en el artículo 8 de esta ley (referido a la competencia de estos).
Con la existencia de estos tribunales se persigue el objetivo de que sea un solo órgano jurisdiccional el
que conozca y resuelva el conjunto de las materias de familia que tienen un origen común.
Estos tribunales de familia, son órganos que forman parte del poder judicial como tribunales especiales,
lo cual señala el artículo 1º de esta ley y el artículo 5º del C.O.T. Además se establece en esta ley la
estructura y organización de estos tribunales. De manera entonces que primeramente se rigen por esta
ley y en lo no previsto se rigen por las disposiciones del C.O.T y las leyes que complementen a este.
144
b) Esta ley otorga a las partes en conflicto, posibilidades concretas de llegar a soluciones consensuadas.
Es decir soluciones alternativas de los conflictos, acordadas por las partes. Nuestro legislador por lo
general privilegia este tipo de soluciones, dejando el proceso como última posibilidad. Esto último con el
objetivo de que sean las mismas partes las que busquen una solución, sea con ayuda de un tribunal o de
terceros.
Aquí hay un sistema especial que es la mediación familiar regulada en los artículos 103 y siguientes de
esta ley.
Respecto de algunas materias concretas y conforme al artículo 106 de esta ley, no es posible demandar
directamente ante este tribunal, puesto que primero se debe buscar la mediación.
Mediación previa, voluntaria y prohibida. Las causas relativas al derecho de alimentos, cuidado personal
y al derecho de los padres e hijos e hijas que vivan separados a mantener una relación directa y regular,
aun cuando se deban tratar en el marco de una acción de divorcio o separación judicial, deberán
someterse a un procedimiento de mediación previo a la interposición de la demanda, el que se regirá por
las normas de esta ley y su reglamento.
Lo dispuesto en el inciso anterior no se aplicará a los casos del artículo 54 de la ley N° 19.947.
Las partes quedarán exentas del cumplimiento de este requisito, si acreditaren que antes del inicio de la
causa, sometieron el mismo conflicto a mediación ante mediadores inscritos en el registro a que se
refiere el artículo 112 o si hubieren alcanzado un acuerdo privado sobre estas materias.
Las restantes materias de competencia de los juzgados de familia, exceptuadas las señaladas en el inciso
siguiente, podrán ser sometidas a mediación si así lo acuerdan o lo aceptan las partes.
No se someterán a mediación los asuntos relativos al estado civil de las personas, salvo en los casos
contemplados por la Ley de Matrimonio Civil; la declaración de interdicción; las causas sobre maltrato de
niños, niñas o adolescentes, y los procedimientos regulados en la ley N° 19.620, sobre adopción.
En los asuntos a que dé lugar la aplicación de la ley N°20.066, sobre Violencia Intrafamiliar, la mediación
procederá en los términos y condiciones establecidos en los artículos 96 y 97 de esta ley.
En el sentido de que estos tribunales tienen la posibilidad de tratar el conflicto familiar en su integridad,
es decir, considerando todos los aspectos que puedan estar involucrados y que afecten al grupo familiar
de que se trata. Esto justamente para dar una solución total e integral.
El procedimiento que aplican los tribunales de familia está regido por ciertos principios. En este caso la
ley establece de manera clara estos principios.
Los principios son las ideas inspiradoras del procedimiento y de toda la regulación normativa. Estos
principios están acordes con la modernización que ha experimentado en Chile la justicia en cuanto a
hacerla más expedita y accesible a las personas.
145
Estos principios dicen relación con tres características que presenta este procedimiento, ya que el
artículo 9º de la ley señala que el procedimiento que aplicarán los tribunales de familia será oral,
concentrado y desformalizado.
1º Principio de la oralidad
Artículo 10 Ley 19.968
Oralidad. Todas las actuaciones procesales serán orales, salvo las excepciones expresamente contenidas
en esta ley.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, el juzgado deberá llevar un sistema de registro de las
actuaciones orales. Dicho registro se efectuará por cualquier medio apto para producir fe, que permita
garantizar la conservación y reproducción de su contenido.
Asimismo, la conciliación que pudiere producirse en las audiencias orales deberá consignarse en
extracto, manteniendo fielmente los términos del acuerdo que contengan.
Este principio consiste en que todas las actuaciones procesales serán orales salvo las excepciones
contenidas expresamente en esta ley.
Aquí hay que entender que todas estas actuaciones procesales en su conjunto componen el proceso.
Que las actuaciones sean orales significa que se deben verificar de palabra y no por escrito, sin perjuicio
de que el tribunal debe llevar un sistema de registro de estas actuaciones. Esto no significa que en este
tipo de procedimiento no se puedan presentar escritos.
Como dice el profesor Cortez la oralidad no es algo tan simple como que todo es verbal, es decir, no se
limita al método de la realización de las actuaciones, ya que supone la inmediación, o sea, la actuación
debe verificarse con la presencia efectiva del juez quien debe estar en contacto directo con las partes.
Por tanto, sería inútil separar la idea de oralidad e inmediación ya que la oralidad supone esta última y es
ahí cuando la oralidad tiene sentido, puesto que si no sería letra muerta. La oralidad tiene sentido
también en cuanto a que el juez que tiene que fallar sea el mismo que asistió a las audiencias
probatorias, es decir, en el desarrollo de la prueba producida en el juicio. Ahora bien, la oralidad pierde
sentido cuando los actos procesales se realicen ante jueces diferentes.
2º Principio de concentración
Artículo 11 Ley 19.968
Asimismo, el tribunal podrá suspender una audiencia durante su desarrollo, hasta por dos veces
solamente y por el tiempo mínimo necesario de acuerdo con la causa invocada, por motivos fundados
diversos del señalado en el inciso precedente, lo que se hará constar en la resolución respectiva.
La reprogramación se notificará conforme a lo dispuesto en el inciso final del artículo 23, cuando
corresponda, con a lo menos tres días hábiles de anticipación. La resolución que suspenda una audiencia
146
fijará la fecha y hora de su continuación, la que deberá verificarse dentro de los treinta días siguientes, y
su comunicación por el juez en la audiencia que se suspende se tendrá como citación y notificación
suficientes.
Según autores este principio va implícito en el principio de la oralidad. Incluso hay autores como Alcalá
Zamora que hablan de “proceso concentrado” el cual supone la oralidad.
En cuanto a este procedimiento, la ley señala que se desarrollará en audiencias continuas y podrá
prolongarse en sesiones sucesivas hasta su conclusión.
Pese a que no está definido en la ley, entendemos por “audiencia continúa” aquella que se desarrolla sin
ninguna interrupción. Por su parte, habría “sesiones sucesivas” cuando hay otras audiencias que siguen
después de una que fue primera. En este último caso no importa el tiempo que medie ente una
audiencia y otra. O sea, el término sucesivo se emplea en el sentido de que se trata de continuar una
audiencia que fue iniciada.
La idea de la concentración es que la actividad procesal dentro de este procedimiento ante los tribunales
de familia, se desarrolle en el menor número de audiencias posibles y que estas sean lo más próximas en
el tiempo.
Hay otro aspecto en relación a la concentración que dice relación con los incidentes. Como sabemos si
hay algo que pueda atentar contra la celeridad en un procedimiento es justamente que las partes
promuevan incidentes en la tramitación. Dicho esto, en materia de incidentes el artículo 26 de la ley
señala que las cuestiones previas e incidentales deben concentrarse también en una sola audiencia y
como regla general se podría decir que el hecho de que se promuevan incidentes no impide que el
tribunal entre a conocer el fondo de lo discutido en el juicio.
Acerca de los incidentes. Los incidentes serán promovidos durante el transcurso de las audiencias en que
se originen y se resolverán inmediatamente por el tribunal, previo debate. Con todo, cuando para la
resolución del incidente resulte indispensable producir prueba que no hubiere sido posible prever con
anterioridad, el juez determinará la forma y oportunidad de su rendición, antes de resolver. Las
decisiones que recayeren sobre estos incidentes no serán susceptibles de recurso alguno.
Excepcionalmente, y por motivos fundados, se podrán interponer incidentes fuera de audiencia, los que
deberán ser presentados por escrito y resueltos por el juez de plano, a menos que considere necesario oír
a los demás interesados. En este último caso, citará, a más tardar dentro de tercero día, a una audiencia
especial, a la que concurrirán los interesados con todos sus medios de prueba, a fin de resolver en ella la
incidencia planteada. Con todo, si se hubiere fijado la audiencia preparatoria o de juicio para una fecha
no posterior al quinto día de interpuesto el incidente, se resolverá en ésta.
Si el incidente se origina en un hecho anterior a una audiencia sólo podrá interponerse hasta la
conclusión de la misma.
La regla conforme a esta disposición entonces es que los incidentes se conocerán dentro de las
audiencias en que se originan y se resolverán inmediatamente por el juez previo debate. Esto en ningún
caso significa que no se puedan promover incidentes fuera de las audiencias.
3º Principio de inmediación
Artículo 12 Ley 19.968
147
Inmediación. Las audiencias y las diligencias de prueba se realizarán siempre con la presencia del juez,
quedando prohibida, bajo sanción de nulidad, la delegación de funciones. El juez formará su convicción
sobre la base de las alegaciones y pruebas que personalmente haya recibido y con las que se reciban
conforme a lo dispuesto en el numeral 9) del artículo 61.
Como decíamos este principio va de la mano con el principio de la oralidad, pero bien nosotros los
separaremos para efectos prácticos.
Este principio se refiere a la presencia del juez y es un principio clave en los procedimientos orales.
El principio de la inmediación significa que el juez de familia debe estar siempre presente en todas las
audiencias de procedimiento que se realicen y esto como requisito y condición de validez de estas
audiencias. A este respecto la ley prohíbe bajo sanción de nulidad la delegación de funciones.
A este principio se le da mucha importancia ya que es esencial para la formación de la convicción del
tribunal a la hora de decidir.
Con este principio lo que se pretende es que el mismo juez que va a decidir un asunto de familia sea el
que el que estuvo presente, o sea el que asistió a las audiencias en que se desarrolló la prueba rendida
por las partes. Dicho esto entendemos que aquí existe un contacto directo entre el juez, las partes y
cualquier otra persona que intervenga en el juicio.
Actuación de oficio. Promovido el proceso y en cualquier estado del mismo, el juez deberá adoptar de
oficio todas las medidas necesarias para llevarlo a término con la mayor celeridad. Este principio deberá
observarse especialmente respecto de medidas destinadas a otorgar protección a los niños, niñas y
adolescentes y a las víctimas de violencia intrafamiliar.
Asimismo, el juez deberá dar curso progresivo al procedimiento, salvando los errores formales y
omisiones susceptibles de ser subsanados, pudiendo también solicitar a las partes los antecedentes
necesarios para la debida tramitación y fallo de la causa.
La ley 19.968 a diferencia del C.P.C le da al juez de familia atribuciones oficiosas, o sea para que actúe de
propia iniciativa, a fin de darle celeridad al proceso.
Este principio significa, primero, que el juez deja de ser pasivo, es decir, no puede estar esperando que
las partes sean las que activen las diligencias. Ahora, este principio está referido a dos aspectos
principales:
a) Promovido el proceso y en cualquier estado de este, el juez debe optar las medias necesarias para
llevarlo a término con la mayor celeridad. Esto debe observarse especialmente en cuanto de las medidas
de protección respecto de las niñas, niños y adolescentes, y las víctimas de violencia intrafamiliar.
b) En segundo lugar, este principio se refiere a que el juez debe velar por darle curso progresivo al
proceso, es decir, ir disponiendo todas las medidas necesarias para darle curso al proceso hasta que este
termine. Particularmente, este segundo aspecto se refiere a que el juez tiene atribuciones para salvar
defectos formales y omisiones susceptibles de ser subsanados.
La ley también señala que el tribunal le puede solicitar a las partes los antecedentes necesarios para la
debida tramitación y fallo de la causa. Aquí entonces la iniciativa corre por parte del juez.
148
Esto en el proceso civil no es así.
Hay que aclarar aquí otra cosa y es que la ley dice que esta actuación de oficio puede ejercerse
promovido el proceso y en cualquier estado del mismo. La expresión "promovido el proceso" significa
que estas actuaciones el juez las puede ejercer tan pronto como se inicie el proceso, es decir, cuando el
juez resuelve darle curso al procedimiento respectivo (demanda o solicitud presentada).
5º Principio de colaboración
Artículo 14 Ley 19.968
El nombre de este principio no dice nada, ya que el sentido del legislador al establecerlo es tratar de que
se logre en lo posible una auto composición de las partes para darle solución al litigio que se ha
planteado ante el tribunal.
El juez además de lo antes dicho debe privilegiar los acuerdos que se logren, lo cual se orienta a mitigar
-durante la tramitación del juicio- la confrontación entre las partes.
6º Principio de publicidad
Artículo 15 Ley 19.968
Publicidad. Todas las actuaciones jurisdiccionales y procedimientos administrativos del tribunal son
públicos. Excepcionalmente y a petición de parte, cuando exista un peligro grave de afectación del
derecho a la privacidad de las partes, especialmente niños, niñas y adolescentes, el juez podrá disponer
una o más de las siguientes medidas:
b) Impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para la práctica de diligencias específicas.
Como sabemos la publicidad consiste en conocer de las actuaciones del proceso. Ahora, la ley entiende
la publicidad referida no sólo a las actuaciones jurisdiccionales sino que también a los procedimientos
administrativos del tribunal.
Esta publicidad es válida, en términos generales, para todos. Ahora bien, el artículo 15 establece que
cuando exista un periodo grave de afectación al derecho de la privacidad de las partes, especialmente
respecto de las niñas, niños y adolescentes, el juez debe adoptar alguna de las medidas que establece la
misma disposición.
a) Cuando existe el derecho a imponerse de la actuación una vez practicada (propio de los
procedimientos escritos pero también se puede dar en los procedimientos orales).
b) Las audiencias son públicas, de manera que las partes toman conocimiento inmediato de las
actuaciones, al igual que el público presente.
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7º Principio del interés superior del niño, niña y adolescente y el derecho
a ser oído
Artículo 16 Ley 19.968
Interés superior del niño, niña o adolescente y derecho a ser oído. Esta ley tiene por objetivo garantizar a
todos los niños, niñas y adolescentes que se encuentren en el territorio nacional, el ejercicio y goce pleno
y efectivo de sus derechos y garantías.
El interés superior del niño, niña o adolescente, y su derecho a ser oído, son principios rectores que el juez
de familia debe tener siempre como consideración principal en la resolución del asunto sometido a su
conocimiento.
Para los efectos de esta ley, se considera niño o niña a todo ser humano que no ha cumplido los catorce
años y, adolescente, desde los catorce años hasta que cumpla los dieciocho años de edad.
Lo que el legislador quiso decir con esto es que los jueces tienen que brindarles a los niños, niñas y
adolescentes la posibilidad de ejercer todos sus derechos dentro del proceso, y ahí que se le establezca
el derecho a ser oído. Esto velando siempre por las garantías que a estas personas le otorgan las leyes
nacionales y el derecho comparado.
Por tanto, en la resolución de las causas por los jueces de familia, siempre se debe tener presente el
interés superior del niño, niña y adolescente y su derecho a ser oído.
Esto no se trata de darles privilegios a los niños, niñas y adolescentes, pero como estos son los más
débiles en la relación familiar, el juez debe velar por que sus derechos y garantías se respeten.
Normas supletorias. En todo lo no regulado por esta ley, serán aplicables las disposiciones comunes a
todo procedimiento establecidas en el Código de Procedimiento Civil, a menos que ellas resulten
incompatibles con la naturaleza de los procedimientos que esta ley establece, particularmente en lo
relativo a la exigencia de oralidad. En dicho caso, el juez dispondrá la forma en que se practicará la
actuación.
1º Acumulación necesaria
Cuando nos referimos a la jurisdicción de familia dijimos que esta era de carácter interdisciplinario
fundamentalmente, porque estos veían los problemas de familia de manera general y no separadamente
cada problema que lo compone, esto queda reflejado en el artículo 17 de la ley.
Artículo 17
150
Acumulación necesaria. Los jueces de familia conocerán conjuntamente, en un solo proceso, los distintos
asuntos que una o ambas partes sometan a su consideración, siempre que se sustancien conforme al
mismo procedimiento. La acumulación y desacumulación procederán sólo hasta el inicio de la audiencia
preparatoria y serán resueltas por el juez que corresponda, teniendo especialmente en cuenta el interés
superior del niño, niña o adolescente. La acumulación procederá incluso entre asuntos no sometidos al
mismo procedimiento, si se trata de la situación regulada por el inciso final del artículo 9º de la ley Nº
20.066, sobre Violencia Intrafamiliar, y de las materias previstas en los números 1), 2) y 7) del artículo 8º.
Estos distintos asuntos dicen relación con un mismo conflicto familiar, y bajo la condición de que todos
estos asuntos se substancien conforme a un mismo procedimiento (porque además destaquemos que en
estos tribunales no existe un solo procedimiento, lo que limita la acumulación de autos).
En este caso, para llevar a la práctica el tratamiento integral del conflicto procede la acumulación.
La ley establece en todo caso, que esto es procedente hasta el inicio de la audiencia preparatoria, y
además reitera la ley que se debe tener en cuenta el interés superior del niño, niña o adolescente.
Hay una excepción, en que podrían acumularse procesos no sometidos al mismo procedimiento. Norma
que busca evitar que estas materias relacionadas, sean conocidas separadamente (por ejemplo se verá
conjuntamente, divorcio, alimentos, relación directa regular, etcétera).
Comparecencia en juicio. En los procedimientos que se sigan ante los juzgados de familia, las partes
deberán comparecer patrocinadas por abogado habilitado para el ejercicio de la profesión y
representadas por persona legalmente habilitada para actuar en juicio, a menos que el juez en caso
necesario las exceptúe expresamente, por motivos fundados en resolución que deberá dictar de
inmediato.
Ambas partes podrán ser patrocinadas y representadas en juicio por las Corporaciones de Asistencia
Judicial. La modalidad con que los abogados de las Corporaciones de Asistencia Judicial asuman la
representación en dichas causas será regulada por el reglamento que dictará para estos efectos el
Ministerio de Justicia.
La renuncia formal del abogado patrocinante o del apoderado no los liberará de su deber de realizar
todos los actos inmediatos y urgentes que sean necesarios para impedir la indefensión de su
representado.
En caso de renuncia del abogado patrocinante o de abandono de hecho de la defensa, el tribunal deberá
designar de oficio a otro que la asuma, a menos que el representado se procure antes un abogado de su
confianza. Tan pronto éste acepte el cargo, cesará en sus funciones el designado por el tribunal.
La ley establece dos cargas para esto, deben las partes en consecuencia ser patrocinadas por abogado
habilitado para el ejercicio de la profesión y deben además ser representadas por persona legalmente
habilitada para actuar en juicio, artículo 18.
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Nota: saber que es estar habilitado para el ejercicio de la profesión. Se inhabilita por medio de sentencia
ejecutoriada que imponga la inhabilidad como pena.
Todo lo anterior, a menos que el juez en caso necesario las exceptúe expresamente por motivo fundado,
resolución que tendrá que dictar de inmediato.
Hay una modalidad en cuanto, al patrocinio de la Corporación de Asistencia Judicial, en que ambas
partes pueden ser patrocinadas y representadas por la Corporación. No es normal que una misma
institución represente simultáneamente a ambas partes (desde luego un mismo mandatario no puede
representar ambas partes ni patrocinar las causas el mismo abogado, esto es la regla general, puesto que
atenta contra la ética). Pero acá considerando la naturaleza de la contienda la ley lo permite en la
medida que se dé cumplimiento al reglamente que dictará para los efectos el reglamento del Ministerio
de Justicia.
La ley se refiere también a la renuncia del abogado patrocinante o del apoderado, esta renuncia es sin
perjuicio de que estos deben realizar todos los actos inmediatos y urgentes necesarios para impedir la
indefensión de su representado. O del abandono de hecho de la defensa, el tribunal deberá designar
-con el objeto de la celeridad del procedimiento- de oficio a otro que asuma el patrocinio o la defensa a
menos que el representado haya designado un nuevo representante.
Hay procedimientos que son aplicables a los procedimientos de familia en que se permite la
comparecencia personal de las partes, inciso final del artículo 18 que se remite al título IV en que se
regulan los procedimientos especiales, como por ejemplo aquellos utilices para solicitar una medida de
protección, los alusivos a violencia intrafamiliar, procedimientos no contenciosos, etcétera.
Representación. En todos los asuntos de competencia de los juzgados de familia en que aparezcan
involucrados intereses de niños, niñas, adolescentes, o incapaces, el juez deberá velar porque éstos se
encuentren debidamente representados.
La persona así designada será el curador ad litem del niño, niña, adolescente o incapaz, por el solo
ministerio de la ley, y su representación se extenderá a todas las actuaciones judiciales, incluyendo el
ejercicio de la acción penal prevista como un derecho de la víctima en el artículo 109 letra b) del Código
Procesal Penal.
De la falta de designación del representante de que trata este artículo, podrán reclamar las instituciones
mencionadas en el inciso segundo o cualquier persona que tenga interés en ello.
En los casos del inciso segundo del artículo 332 del Código Civil, aquél de los padres en cuyo hogar vive el
alimentario mayor de edad se entenderá legitimado, por el solo ministerio de la ley, para demandar,
cobrar y percibir alimentos de quien corresponda, en interés del alimentario, sin perjuicio del derecho de
éste para actuar personalmente, si lo estima conveniente. Si el alimentario no actúa personalmente se
entenderá que acepta la legitimación activa del padre o madre junto a quien vive.
152
Esta es una norma complementaria de la anterior regla, en el sentido de que el juez de familia debe
siempre velar –cuando corresponda- de que los niños, niñas o adolescentes se encuentren debidamente
representados en estos procesos.
Esto fundamentalmente cuando los intereses de los menores de alguna manera, es un interés propio del
menos o un interés contradictorio con el de aquellas personas que legalmente lo representan. Para estos
efectos el juez designara a un abogado de la corporación o a cualquier institución pública o privada que
se dedique a su defensa, protección o promoción de sus derechos, en los casos en que carezcan de
representantes, o en que el interés de estos sea independiente o contradictorio con los de aquellos a
quienes le corresponde legalmente la representación.
La designación es de un curador ad litem, cuya actuación se extienda a todas las actuaciones judiciales
por el solo ministerio de la ley.
Suspensión de la audiencia. Las partes, de común acuerdo y previa autorización del juez, podrán
suspender hasta por dos veces la audiencia que haya sido citada.
5º Abandono de procedimiento
Artículo 21 Ley 19.968
Abandono del procedimiento. Si llegado el día de la celebración de las audiencias fijadas, no concurriere
ninguna de las partes que figuren en el proceso, y el demandante o solicitante no pidiere una nueva
citación dentro de quinto día, el juez de familia procederá a declarar el abandono del procedimiento y
ordenará el archivo de los antecedentes.
No obstante, en los asuntos a que se refieren los números 7), 8), 9), 11) y 12) del artículo 8º, el juez citará
a las partes, en forma inmediata, a una nueva audiencia bajo apercibimiento de continuar el
procedimiento y resolver de oficio.
En las causas sobre violencia intrafamiliar, de verificarse las circunstancias previstas en el inciso primero,
el juez ordenará el archivo provisional de los antecedentes, pudiendo el denunciante o demandante
solicitar, en cualquier momento, la reapertura del procedimiento. Transcurridos un año desde que se
decrete el archivo provisional sin haberse requerido la reanudación del procedimiento, se declarará, de
oficio o a petición de parte, el abandono del procedimiento, debiendo el juez dejar sin efecto las medidas
cautelares que haya fijado.
Esto es una especie de sanción por la inactividad procesal de las partes que demuestra un interés en la
activación del proceso, cuando esta dice relación con acciones propias de las partes. Estas normas
primas por sobre las establecidas para la materia en el código.
Aquí se establece la posibilidad (en relación a que deben cumplirse los requisitos para su procedencia) y
deber del tribunal de declarar el abandono de procedimiento.
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Primer supuesto: tiene que ocurrir que se haya ordenado por el tribunal la celebración de una audiencia
debidamente notificada, y llegado el día las partes no comparecen.
Segundo supuesto: que el solicitante no pudiere pedir una nueva citación – para realizar una nueva
audiencia- dentro de quinto día computado desde la fecha en que debía verificarse. En cuyo caso el
tribunal procederá a declarar el abandono y ordenará los antecedentes, esto sin perjuicio del
tratamiento en materia de violencia intrafamiliar y otras materias particulares (por ejemplo filiación
maltrato de niñas, niños y adolescentes; adopción; etcétera).
En caso de abandono de procedimiento, no existe una resolución del asunto, ya que en el estado que
este queda el proceso y no se pierde la acción.
Potestad cautelar. Sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, en cualquier etapa del procedimiento,
o antes de su inicio, el juez, de oficio o a petición de parte, teniendo en cuenta la verosimilitud del
derecho invocado y el peligro en la demora que implica la tramitación, podrá decretar las medidas
cautelares conservativas o innovativas que estime procedentes. Estas últimas sólo podrán disponerse en
situaciones urgentes y cuando lo exija el interés superior del niño, niña o adolescente, o cuando lo
aconseje la inminencia del daño que se trata de evitar.
Las medidas cautelares podrán llevarse a efecto aun antes de notificarse a la persona contra quien se
dicten, siempre que existan razones graves para ello y el tribunal así lo ordene expresamente.
Transcurridos cinco días sin que la notificación se efectúe, quedarán sin valor las diligencias practicadas.
El juez de familia podrá ampliar este plazo por motivos fundados.
En todo lo demás, resultarán aplicables las normas contenidas en los Títulos IV y V del Libro II del Código
de Procedimiento Civil.
Sin perjuicio de lo anterior, tratándose del procedimiento previsto en el Párrafo primero del Título IV de
esta ley, sólo podrán adoptarse las medidas señaladas en el artículo 71.
La potestad cautelar no está definida en la ley pero bien podemos decir que se refiere a la adopción de
los tribunales de justicia de determinadas medidas que sirven para asegurar el resultado de la acción.
Ahora, en realidad –como ya hemos dicho anteriormente- este concepto no da a entender claramente a
que se refiere esto puesto que no existe ninguna medida que pueda asegurar el resultado de la acción.
Por tanto, lo que mejor gráfica lo de las medidas cautelares se refiere a que a través de estas
providencias -que adoptan los tribunales de justicia- lo que se pretende asegurar es el resultado práctico
de la pretensión del demandante para el caso de que obtenga una sentencia estimatoria de dicha
pretensión, es decir, para el caso que gane el juicio y el juez le acoja lo pedido en la demanda.
A través de estas medidas precautorias o cautelares se trata de prevenir ciertas actuaciones perjudiciales
o dolosas en algunos casos, tendientes a frustrar en la práctica la protección judicial que ha sido
solicitada por el demandante con el objeto obtener una sentencia favorable a sus intereses.
Dentro del procedimiento de los tribunales de familia, es posible que el juez actuando de oficio o a
petición de parte ordene estas medidas cautelares en cualquier etapa de la tramitación, o bien, antes de
su inicio (o sea prejudiciales precautorias o precautorias propiamente tales).
154
Para ordenar estas medidas tienen que concurrir los presupuestos que hacen procedentes decretar
medidas precautorias:
La ley señala que el juez puede dictar las medidas cautelas conservativas o innovativas que estime
procedentes. Esto es amplísimo, de manera que no existe un listado taxativo.
Una medida conservativa es aquella que dispone el tribunal y que mantiene una determinada situación
de hecho existente al momento en que se solicita, o bien se ordenan, de manera que tiendan a impedir
que se produzcan cambios a esta situación que está vigente, que puedan frustrar el resultado práctico de
la sentencia.
Como señalan algunos autores estas medidas cautelares detienen el tiempo porque mantienen la
situación vigente. Estas medidas son todas las que establece el artículo 290 de la ley.
Las medidas cautelares innovativas son aquellas que modifican o que alteran una situación de hecho
existente al momento en que la medida se solicita o se ordena. Al hacer esta modificación, se vuelve a
un estado jurídico preexistente. La doctrina señala que estas medidas retroceden el tiempo. Por ejemplo,
la suspensión del derecho de una persona determinada a mantener una relación directa y regular con el
menor.
Estas medidas innovativas están restringidas en su aplicación de acuerdo con el artículo 22 ya que este
señala que sólo podrán disponerse en situaciones urgentes, cuando lo exija el interés superior del niño,
niña o adolescente o cuando lo aconseje la inminencia del daño que se trata de evitar.
En términos generales, en esta materia, se aplican las normas ya conocidas del C.P.C, y la novedad se da
con las medidas innovativas que no se contemplan en dicho cuerpo legal.
El artículo 22 de la ley agrega que las medidas cautelares se podrán llevar a efecto aún antes de
notificarse a la persona contra quién se dicten, siempre que existan razones graves para ello y el tribunal
así lo ordene expresamente. Por tanto, se decretan y se llevan a efecto sin previa notificación. Ahora
bien, la ley da un plazo de 5 días, para que esta notificación se practique, contados desde que se decreta
la medida. Transcurridos estos 5 días sin que se efectúe la notificación la medida queda sin efecto. Este
plazo se puede ampliar por motivo fundado.
En los casos en que no resulte posible practicar la primera notificación personalmente, por no ser habida
la persona a quien se debe notificar, y siempre que el ministro de fe encargado de la diligencia establezca
cual es su habitación o el lugar donde habitualmente ejerce su industria, profesión o empleo y que se
encuentra en el lugar del juicio, de lo que dejará constancia, se procederá a su notificación en el mismo
155
acto y sin necesidad de nueva orden del tribunal, en la forma señalada en los incisos segundo y tercero
del artículo 44 del Código de Procedimiento Civil.
El ministro de fe dará aviso de esta notificación a ambas partes el mismo día en que se efectúe o a más
tardar el día hábil siguiente, dirigiéndoles carta certificada. La omisión en el envío de la carta no
invalidará la notificación, pero hará responsable al infractor de los daños y perjuicios que se originen y el
tribunal, previa audiencia del afectado, deberá imponerle alguna de las medidas que se señalan en los
números 2, 3 y 4 del inciso tercero del artículo 532 del Código Orgánico de Tribunales.
Cuando la demanda deba notificarse a persona cuya individualización o domicilio sean difíciles de
determinar, el juez dispondrá que se practique por cualquier medio idóneo que garantice la debida
información del notificado, para el adecuado ejercicio de sus derechos.
Las restantes notificaciones se practicarán por el estado diario, salvo que se trate de las sentencias
definitivas y de las resoluciones en que se ordene la comparecencia personal de las partes que no hayan
sido expedidas en el curso de alguna de las audiencias, las que serán notificadas por carta certificada.
Las notificaciones por carta certificada se entenderán practicadas desde el tercer día siguiente a aquél en
que fueron expedidas.
Excepcionalmente, y por resolución fundada, el juez podrá ordenar que la notificación se practique por
personal de Carabineros o de la Policía de Investigaciones.
Los patrocinantes de las partes, en la primera actuación que realicen en el proceso, deberán indicar otra
forma de notificación que elijan para sí, que el juez califique como expedita y eficaz, bajo apercibimiento
de serles notificadas por el estado diario todas las resoluciones que se dicten en lo sucesivo en el proceso.
Aquí la ley regula especialmente cuales son las formas de practicar notificaciones en los procedimientos
de los tribunales de familia, y la ley también se refiere a los funcionarios habilitados para practicarlas.
Esta notificación la puede efectuar un funcionario que haya sido designado para cumplir esta función por
el juez presidente del comité de jueces a propuesta del administrador. Este funcionario para estos
efectos tendrá el carácter de ministro de fe. Esto sin perjuicio de que a petición de parte la notificación
personal podrá realizarla un receptor judicial.
Artículo 44
Si buscada en dos días distintos en su habitación, o en el lugar donde habitualmente ejerce su industria,
profesión o empleo, no es habida la persona a quien debe notificarse, se acreditará que ella se encuentra
en el lugar del juicio y cuál es su morada o lugar donde ejerce su industria, profesión o empleo, bastando
para comprobar estas circunstancias la debida certificación del ministro de fe.
156
Establecidos ambos hechos, el tribunal ordenará que la notificación se haga entregando las copias a que
se refiere el artículo 40 a cualquiera persona adulta que se encuentre en la morada o en el lugar donde
la persona que se va a notificar ejerce su industria, profesión o empleo. Si nadie hay allí, o si por
cualquiera otra causa no es posible entregar dichas copias a las personas que se encuentren en esos
lugares, se fijará en la puerta un aviso que dé noticia de la demanda, con especificación exacta de las
partes, materia de la causa, juez que conoce en ella y de las resoluciones que se notifican.
En caso que la morada o el lugar donde pernocta o el lugar donde habitualmente ejerce su industria,
profesión o empleo, se encuentre en un edificio o recinto al que no se permite libre acceso, el aviso y las
copias se entregarán al portero o encargado del edificio o recinto, dejándose testimonio expreso de esta
circunstancia.
En este caso se notifica en el mismo acto y sin necesidad de orden del tribunal
Los requisitos para que en un procedimiento de familia podamos practicar esta notificación del artículo
44 del C.P.C son:
ii) Que el ministro de fe encargado de notificar personalmente establezca cual es la habitación donde la
persona notificada habitualmente ejerce su profesión, industria o empleo
Esto se debe dejar establecido en el acta que se eleva al efecto y no en el expediente ya que aquí este no
existe.
Establecido todo esto, se procede a la notificación en el mismo acto y sin necesidad de nueva orden del
tribunal, de manea que la novedad a este respecto está en lo antes dicho.
El ministro de fe debe dar aviso a ambas partes el día que se efectúe la notificación, o bien a más tardar
el día siguiente hábil, mediante una carta certificada.
Puede ocurrir que la demanda se deba notificar a personas que su domicilio sea difícil de determinar. En
este caso, a diferencia del juicio en materia civil, el juez tiene atribución para disponer la forma en que
va a practicar la notificación que debe ser por cualquier medio idóneo que garantice la debida
información al notificado para el adecuado ejercicio de sus derechos.
c) Notificación por el estado diario: esto se encuentra ampliamente reglamentado, de manera que
entendemos que esta es una notificación de aplicación general. Esto se entiende así, ya que la propia ley
señala expresamente que las "restantes notificaciones", o sea todas las que no se incluyen en lo antes
señalado, se practicaran por el estado diario, salvo aquellas que deben ser notificadas por carta
certificada.
d) Notificación por carta certificada: esta notificación no se contempla en las disposiciones comunes a
todo procedimiento en el C.P.C. Es importante señalar que no debemos confundir esta notificación con el
envío de carta certificada.
ii) Respecto de resoluciones en que se ordene la comparecencia personal de las partes siempre que estas
no hayan sido expedida en el curso de las audiencias. Esto se entiende así porque dentro de estos
157
procedimientos orales toda resolución que se dicte en ellos, se entiende notificada a las partes por el
hecho de estar estas presentes en la audiencia, de manera entonces que sería redundante volverle a
notificar.
La notificación por carta certificada para los efectos legales se entiende practicada desde el tercer día
hábil siguiente a aquel en que fue expedida la carta.
e) Otras formas de notificación, sea que estas sean dispuestas por el juez que conoce de la causa o
bien que las soliciten los patrocinantes de las partes: esta notificación debe ser elegida por los
patrocinantes de las partes para sí, de manera que el abogado patrocinante de cada parte puede elegir
una forma distinta de notificación, lo cual debe ser señalado en la primera actuación que realicen en el
proceso. Caso típico de esto es la notificación por correo electrónico. Este tipo de notificación el juez
debe calificarla como expedita y eficaz.
Respecto de los procedimientos de los tribunales de familia no se contempla la notificación por cédula,
de manera que podríamos decir que esta fue reemplazada por la notificación por carta certificada.
A su vez, cabe señalar que excepcionalmente el juez de familia puede ordenar a través de una resolución
fundada que la notificación se practique por personal de carabineros o de la policía de investigaciones.
Aquí a diferencia de los dos casos anteriores se requiere siempre de una resolución judicial fundada.
Extensión de la competencia territorial. Los juzgados de familia que dependan de una misma Corte de
Apelaciones podrán decretar diligencias para cumplirse directamente en cualquier comuna ubicada
dentro del territorio jurisdiccional de dicha Corte.
Debemos recordar que los tribunales funcionan dentro de sus respectivos territorios jurisdiccionales que
señala la señala la ley, principalmente referidos a una comuna o agrupación de comunas. Cuando estos
tribunales quieren practicar diligencias en otro territorio jurisdiccional, deben delegar competencia al
tribunal del otro territorio dentro del cual la diligencia se debe practicar. Esta delegación se lleva a efecto
mediante los exhortos.
Ahora, en los tribunales de familia de acuerdo al artículo 24 de la ley entendemos que la competencia de
los tribunales de familia se puede extender. Esto es aplicable a los tribunales de familia que dependan de
158
una misma corte de apelaciones, es decir, en otras palabras, a los tribunales de familia que estén
comprendidos dentro del territorio jurisdiccional de una determinada corte de apelaciones.
Estos tribunales pueden disponer la práctica de diligencias para ser cumplidas directamente en cualquier
comuna que se ubique dentro de este territorio jurisdiccional de la respectiva corte, sin necesidad de
delegar competencia ni de recurrir al sistema de los exhortos. Esto se establece con el objetivo de darle
celeridad a estos procesos de familia, evitando comunicaciones que puedan retardar el cumplimiento de
las diligencias.
Nulidad procesal. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 12, sólo podrá declararse la nulidad procesal
cuando se invocare un vicio que hubiere ocasionado efectivo perjuicio a quien solicitare la declaración.
En la solicitud correspondiente el interesado deberá señalar con precisión los derechos que no pudo
ejercer como consecuencia de la infracción que denuncia.
Se entenderá que existe perjuicio cuando el vicio hubiere impedido el ejercicio de derechos por el
litigante que reclama.
Toda nulidad queda subsanada si la parte perjudicada no reclama del vicio oportunamente; si ella ha
aceptado tácitamente los efectos del acto y si, no obstante el vicio de que adolezca, el acto ha
conseguido su fin respecto de todos los interesados.
Recordemos que la nulidad procesal es una sanción de ineficacia de actos procesales por no haberse
realizado con la observancia de los requisitos establecidos por la ley ¿Cuándo procede esta sanción de
ineficacia de actos procesales respecto de procedimientos ante los tribunales de familia?:
a) En la situación que puede ocurrir tratándose de audiencias y diligencias de prueba que se realicen o
que se lleven a efecto sin la presencia personal del juez que conoce de la causa.
En otras palabras, para que se declare la nulidad no debe existir otra forma de reparar los perjuicios sino
que sólo se puede a través de la anulación de las actuaciones.
159
c) Que la parte perjudicada con el vicio haya aceptado tácitamente los efectos del acto que se dice estar
viciado. No obstante existir el vicio este acto ha producido todos sus efectos respecto de los interesados.
Acerca de los incidentes. Los incidentes serán promovidos durante el transcurso de las audiencias en que
se originen y se resolverán inmediatamente por el tribunal, previo debate. Con todo, cuando para la
resolución del incidente resulte indispensable producir prueba que no hubiere sido posible prever con
anterioridad, el juez determinará la forma y oportunidad de su rendición, antes de resolver. Las
decisiones que recayeren sobre estos incidentes no serán susceptibles de recurso alguno.
Excepcionalmente, y por motivos fundados, se podrán interponer incidentes fuera de audiencia, los que
deberán ser presentados por escrito y resueltos por el juez de plano, a menos que considere necesario oír
a los demás interesados. En este último caso, citará, a más tardar dentro de tercero día, a una audiencia
especial, a la que concurrirán los interesados con todos sus medios de prueba, a fin de resolver en ella la
incidencia planteada. Con todo, si se hubiere fijado la audiencia preparatoria o de juicio para una fecha
no posterior al quinto día de interpuesto el incidente, se resolverá en ésta.
Si el incidente se origina en un hecho anterior a una audiencia sólo podrá interponerse hasta la
conclusión de la misma.
Cabe señalar que en un juicio de familia, se pueden deducir incidentes. Las reglas relativas a esta materia
en la ley están referidas primeramente a la oportunidad para promover los incidentes, y luego a su
tramitación.
Si se promueven dentro de la audiencia deben ser en forma verbal y estos son aquellos que tienen su
origen en la audiencia de que se trate, por lo que deben ser objeto de debate en la misma audiencia en
que se promueven. Y en virtud del principio de la celeridad deben ser resueltos en la misma audiencia,
salvo que sea necesario rendir prueba (caso en que el juez determinara la forma y oportunidad de
rendirle).
La segunda oportunidad excepcionalmente y por motivo fundado es fuera de audiencia, incidentes que
deberán ser presentados por escrito (por la parte que lo promueve), y en este caso la ley da la
posibilidad de que el tribunal los pueda resolver de plano o bien que no se resuelvan de plano cuando el
juez considere necesario oír a los demás interesados. Pero como el procedimiento es fundamentalmente
oral en este caso –para efecto de oír a los demás- deberá citar a una audiencia especial con esta finalidad
a la que concurrirán todos los interesados con sus respectivos medios de prueba a fin de resolver la
incidencia planteada. La ley agrega aquí que si el tribunal ya hubiese fijado la audiencia preparatoria o la
de juicio en su caso (estructura general del procedimiento), para una fecha no posterior del quinto día
interpuesto el incidente, en este caso en esta audiencia se resolverá la incidencia (sin necesidad de la
audiencia especial anteriormente referida). Si el incidente se origina en un hecho anterior de una
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audiencia solo podrá oponerse hasta la conclusión dela audiencia (que tiene lugar posteriormente a la
ocurrencia del mismo).
Nota: si es en la misma audiencia se hace valer oralmente, si la hago valer fuera de audiencia debe
hacerse por escrito.
Aquí existen interesantes novedades. En materia de prueba los temas relevantes son la iniciativa, el valor
probatorio y los medios de prueba; en todo eje de regulación, y esto está tratado particularmente en
esta ley.
1º En general es tarea de las partes. Son estas las que pueden ofrecer los medios de prueba de que
dispongan, sin perjuicio de que las mismas partes le pueden solicitar al tribunal que ordene o genere
otros medios (aquellos de los cuales ellos no disponen), en la medida en que estas tengan conocimiento
de la existencia de estos medios, artículo 29 “La partes podrán, en consecuencia, ofrecer todos los
medios de prueba de que dispongan (…)”
2º El juez de oficio puede ordenar que se acompañen todos los medios de prueba de que tome
conocimiento (o que resulten necesario de producirse en el juicio considerando la naturaleza del
conflicto planteado), artículo 29 inciso final.
Ofrecimiento de prueba. Las partes podrán, en consecuencia, ofrecer todos los medios de prueba de que
dispongan, pudiendo solicitar al juez de familia que ordene, además, la generación de otros de que
tengan conocimiento y que no dependan de ellas, sino de un órgano o servicio público o de terceras
personas, tales como pericias, documentos, certificaciones u otros medios aptos para producir fe sobre
un hecho determinado.
Las partes tendrán plenas facultades para solicitar a los órganos, servicios públicos, o terceras personas,
la respuesta a los oficios solicitados en la audiencia preparatoria y que hayan sido admitidos por el
tribunal, a fin de que puedan ser presentados como medios de prueba en la audiencia del juicio.
El juez, de oficio, podrá asimismo ordenar que se acompañen todos aquellos medios de prueba de que
tome conocimiento o que, a su juicio, resulte necesario producir en atención al conflicto familiar de que
se trate.
Esta facultad del juez es completamente distinta a las que tiene el juez en el procedimiento ordinario
ordenado por el código. Por eso es que no porque una parte no aporte una prueba va a quedar en la
imposibilidad de probar el hecho, puesto que el juez puede suplir la deficiencia. Esta es la primera gran
diferencia con el procedimiento civil que regula el código. En el juicio ordinario el juez no tiene
161
atribuciones para solicitar el aporte de determinados medios, salvo las facultades restrictivas que le
ofrecen las medidas para mejor resolver (que no obstante dispone el juez, es tarea de las partes).
Libertad de prueba. Todos los hechos que resulten pertinentes para la adecuada resolución del conflicto
familiar sometido al conocimiento del juez podrán ser probados por cualquier medio producido en
conformidad a la ley.
Aquí es importante destacar otra diferencia en el sentido de que dentro del procedimiento de los
tribunales de familia podemos clasificarlos en dos grupos:
i) Medios probatorios reglados y respecto de los cuales para efectos de agregarlos al proceso hay que
cumplir con las exigencias legales que contempla la ley.
ii) medios probatorios no reglados (no regulados expresamente en la ley), aunque si citados
genéricamente conforme a lo que establece el artículo 54.
Todo lo anterior se traduce en una amplia admisibilidad de los medios probatorios dentro de este
sistema. Pero con una importante limitación, estos medios de prueba deben haber sido obtenidos
lícitamente. Esto no está en el artículo 28, pero si analizamos el artículo 31 – en su parte pertinente- de
la ley no cabe duda de que es de este modo, puesto que esta norma permite excluir la prueba que haya
sido obtenida con infracción de garantías fundamentales (esto es prueba lícita al decir de la doctrina). El
análisis de la infracción de garantías es casuístico y lo determinará el juez en la audiencia preparatoria.
162
donde se valora y no antes-. La trascendencia de la valoración influye directamente en la resolución
judicial, puesto que con esta se dan por establecidos los hechos.
La novedad está en el artículo 32, dice la ley que los jueces apreciaran la prueba de acuerdo a las reglas
de la “sana crítica” y no valoración legal o tasada (donde el juez es solo un autómata de la ley).
Valoración de la prueba. Los jueces apreciarán la prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica. En
consecuencia, no podrán contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados. La sentencia deberá hacerse cargo en su fundamentación de
toda la prueba rendida, incluso de aquella que hubiere desestimado, indicando en tal caso las razones
tenidas en cuenta para hacerlo.
La sana crítica es un sistema de libre valoración probatoria, porque se oponen, justamente al sistema de
la prueba legal donde es el legislador quien establece el valor de los medios probatorios, aquí se
establece por el razonamiento del juez sin tener que recurrir a valoraciones legales sobre valoración de
los medios. El juez debe hacer un razonamiento normal –exigible a cualquier persona- sobre la base de
parámetros legales que le son exigibles, esto es que deben ser lógicos (que pueda entenderse
fácilmente), no pueden contradecir las máximas de la experiencia, ni los conocimiento científicamente
afianzados. Si el juez infringe en su razonamiento estas orientaciones del artículo 32, pasa a ser arbitrario
y queda fuera de la sana crítica. Lo arbitrario es aquello que es producto de la sinrazón (“por capricho”).
El tribunal tiene que fundamentar en su sentencia definitiva las razones que lo han llevado a la
valoración probatoria y tiene que hacerse cargo de toda la prueba rendida. Puesto que esta es la única
forma que tienen las partes para saber cuál ha sido el razonamiento del juez para llegar a su convicción.
4º El análisis de la prueba rendida, los hechos que estime probados y el razonamiento que conduce a esa
conclusión.
Convecciones probatorias
“Convenciones probatorias” es la denominación que le da la ley a los acuerdos que se producen entre
las partes en relación a tener por acreditados ciertos hechos del proceso, con la finalidad concreta que
respecto de esos hechos no va a haber posteriormente discusión. Es decir, en la audiencia de juicio que
se celebre estos hechos no podrán ser discutidos.
Por ejemplo: en un juicio de alimentos, puede ser un hecho no discutido, la circunstancia de haber
existido matrimonio entre los cónyuges del cual nacieron tres hijos.
Estas convenciones probatorias se deben verificar en la audiencia preparatoria en que las partes tienen
que solicitarle al tribunal (juez de familia) que de por acreditado estos hechos, al decir del artículo 30.
163
Convenciones probatorias. Durante la audiencia preparatoria, las partes podrán solicitar, en conjunto, al
juez de familia que dé por acreditados ciertos hechos, que no podrán ser discutidos en la audiencia de
juicio. El juez de familia podrá formular proposiciones a las partes sobre la materia, teniendo para ello a
la vista las argumentaciones de hecho contenidas en la demanda y en la contestación.
El juez aprobará sólo aquellas convenciones probatorias que no sean contrarias a derecho, teniendo
particularmente en vista los intereses de los niños, niñas o adolescentes involucrados en el conflicto.
Asimismo, el juez verificará que el consentimiento ha sido prestado en forma libre y voluntaria, con pleno
conocimiento de los efectos de la convención.
Esto tiene a facilitar la terea del juez y la actividad procesal que deben rendir las partes (puesto que no
se va a requerir prueba posterior). Estas convenciones deben ser aprobadas por el juez, y lo hará solo
con aquellas que no sean contrarias a derechos y teniendo en vista los intereses de los niñas niños y
adolescentes involucrados en el proceso.
Exclusión de prueba
La exclusión de prueba se materializa en la dictación de una resolución judicial fundada, en la que se
excluyan de ser ciertas pruebas, artículo 31.
Exclusión de prueba. El juez de familia, luego de estudiar la admisibilidad de las pruebas ofrecidas, de
resolver las convenciones probatorias y de escuchar a las partes que hubieren comparecido a la
audiencia preparatoria, ordenará fundadamente que se excluyan de ser rendidas en el juicio aquellas
que fueren manifiestamente impertinentes, tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios,
resulten sobreabundantes o hayan sido obtenidas con infracción de garantías fundamentales. Las demás
serán admitidas y se ordenará su rendición en la audiencia de juicio respectiva.
En estos procedimientos no es cuestión de ofrecer cualquier prueba, puesto que no todas estas van a ser
aceptadas en su integridad, por lo menos no necesariamente. En definitiva mediante esta atribución del
tribunal se va a negar a las partes la posibilidad de rendir ciertas pruebas en razón de los motivos que la
ley establece.
Esto no queda entregado al criterio del juez, sino que es la ley la que señala las exigencias, los motivos
que justifican la exclusión de prueba son los siguientes:
2º En el caso en que la prueba tenga por objeto acreditar hechos públicos y notorios.
Nota: El Código de Procedimiento Civil no excluye de prueba al hecho notorio, salvo en la regulación de
los incidentes.
En este caso para evitar discusiones la ley lo dice expresamente, aunque si el juez decide excluir por este
motivo debe fundarlo.
164
3º En el caso en que las pruebas resulten sobreabundantes. Las pruebas sobreabundantes son aquellas
excesivamente numerosas (por ejemplo: el ofrecimiento de una gran cantidad de testigos), el juez
deberá determinarlo.
4º Cuando las pruebas hayan sido obtenidas con infracción de garantías fundamentales. En definitiva
aquí estamos hablando de pruebas cuyo origen es ilícito. Estas son las que en su origen se han infringido
los derechos que regula la constitución en favor de las personas.
Las demás serán admitidas y se ordenará su rendición en la audiencia de juicio respectiva, artículo 31
parte final.
1º Prueba testimonial
Uno de los aspectos más importantes en relación en esta prueba radica en que en el procedimiento
frente a los tribunales de familia no existen testigos inhábiles a diferencia de lo que ocurre en los
procedimientos civiles que se rigen por el cpc.
Aquí no hay testigos inhábiles de manera que no se aplica el sistema de tachas, artículo 40 Ley 19.968.
Todo testigo dará razón circunstanciada de los hechos sobre los cuales declarare, expresando si los
hubiere presenciado, si los dedujere de antecedentes que le fueren conocidos o si los hubiere oído referir
a otras personas.
Sin perjuicio de lo anterior, el mismo artículo 40 establece que las partes podrán dirigir al testigo
preguntas tendientes a demostrar su credibilidad (o en realidad la falta de esta), puesto que este es el
problema acá, por lo que se le pueden hacer preguntas para este efecto. O bien para demostrar algún
vínculo que pueda existir entre las partes que pueda presentarse como un defecto de idoneidad. Esto en
definitiva, estas preguntas, si pueden tener algún tipo de relevancia a la hora de la valoración probatoria
(línea de acreditación).
Existe un riesgo en relación con la sobreabundancia, la ley establece las obligaciones clásica de los
testigos, esto es la de comparecer al llamamiento judicial (artículo 33), prestar la declaración y la de
declarar la verdad sobre lo que se le preguntare.
Deber de comparecer y declarar. Toda persona que no se encontrare legalmente exceptuada tendrá la
obligación de concurrir al llamamiento judicial practicado, con el fin de prestar declaración testimonial,
165
de declarar la verdad sobre lo que se le preguntare y de no ocultar hechos, circunstancias o elementos
acerca del contenido de su declaración.
En casos urgentes, los testigos podrán ser citados por cualquier medio, haciéndose constar el motivo de
la urgencia.
2º Prueba pericial
Artículo 45 al 49 de la Ley 19.968.
La ley se refiere a la procedencia de esta prueba, al contenido del informe de los peritos, la
admisibilidad, la improcedencia de inhabilitar a los peritos y a las declaraciones de los peritos.
Esta prueba tiene diferencias también, aquí resulta procedente en los casos determinados por la ley y
siempre que fueren necesarios o convenientes conocimientos especiales de una determinada, ciencia,
arte u oficio.
Procedencia de la prueba pericial. Las partes podrán recabar informes elaborados por peritos de su
confianza y solicitar que éstos sean citados a declarar a la audiencia de juicio, acompañando los
antecedentes que acreditaren la idoneidad profesional del perito.
Procederá la prueba pericial en los casos determinados por la ley y siempre que, para apreciar algún
hecho o circunstancia relevante para la causa, fueren necesarios o convenientes conocimientos
especiales de una ciencia, arte u oficio.
Los informes deberán emitirse con objetividad, ateniéndose a los principios de la ciencia o a las reglas del
arte u oficio que profesare el perito. Asimismo, el juez, de oficio o a petición de parte, podrá solicitar la
elaboración de un informe de peritos a algún órgano público u organismo acreditado ante el Servicio
Nacional de Menores que reciba aportes del Estado y que desarrolle la línea de acción a que se refiere el
artículo 4°, N° 3.4, de la ley N° 20.032, cuando lo estime indispensable para la adecuada resolución del
conflicto.
La ley dice que las partes podrán recabar informes de peritos que sean de su confianza. Por lo que se
excluyen las reglas del nombramiento de peritos estudiado para el juicio ordinario.
El juez para admitir esta prueba de peritos, debe tener presente o considerar que estos peritos
propuestos por las partes otorgan ciertas garantías de seriedad y profesionalismo. El juez también tiene
una facultad para limitar el número, en caso de proponerse muchos. Esto se debe a que las partes son
los que los proponen, por lo que el juez para admitir la prueba debe considerar la garantía que estos
otorgan.
Admisibilidad de la prueba pericial y remuneración de los peritos. El juez admitirá la prueba pericial
cuando, además de los requisitos generales para la admisibilidad de las solicitudes de prueba,
considerare que los peritos otorgan suficientes garantías de seriedad y profesionalismo. Con todo, el
tribunal podrá limitar el número de peritos, cuando resultaren excesivos o pudieren entorpecer la
realización del juicio.
166
El perito debe evacuar el informe por escrito, en forma objetiva ateniéndose a las reglas de la ciencia,
arte u oficio que profesare el perito. Tiene que ser acompañado con tantas copias como sean las partes
en el proceso. El informe tiene que ser presentado con cinco días de anticipación (a lo menos) al día que
se fije para la celebración de la audiencia de juicio. Con el objeto de que las partes tomen debido
conocimiento de la conmoción del peritaje y los hechos que en este se incluyan.
Contenido del informe de peritos. A petición de parte, los peritos deberán concurrir a declarar ante el
juez acerca de su informe. Sin perjuicio de lo anterior, deberán entregarlo por escrito, con tantas copias
como partes figuren en el proceso, con la finalidad de ponerlo en conocimiento de aquéllas, con cinco
días de anticipación a la audiencia de juicio, a lo menos.
Será aplicable a los informes periciales lo dispuesto en el artículo 315 del Código Procesal Penal.
Tampoco procede respecto de los peritos la inhabilitación (al igual que con los testigos).
Improcedencia de inhabilitación de los peritos. Los peritos no podrán ser inhabilitados. No obstante,
durante la audiencia podrán dirigírseles preguntas orientadas a determinar su objetividad e idoneidad,
así como el rigor técnico o científico de sus conclusiones. Las partes o el juez podrán requerir al perito
información acerca de su remuneración y la adecuación de ésta a los montos usuales para el tipo de
trabajo realizado.
Ahora, si el perito no presta declaración –en relación al informe- en principio esa prueba no podría ser
valorada, salvo que el juez, excepcionalmente y con acuerdo de las partes, exima al perito de la
obligación de prestar la declaración conforme a lo dispuesto en el artículo 49.
Declaración de peritos. La declaración de los peritos en la audiencia se regirá por las normas
establecidas para los testigos, con las modificaciones que expresamente se señalan en el acápite
siguiente.
Si el perito se negare a prestar declaración, se le aplicará lo dispuesto para los testigos en el artículo 34.
Excepcionalmente, el juez podrá, con acuerdo de las partes, eximir al perito de la obligación de concurrir
a prestar declaración, admitiendo en dicho caso el informe pericial como prueba.
Este medio probatorio consiste en que alguna de las partes (o ambas en su caso) van a prestar
declaración dando respuesta –en la audiencia de juicio- a las preguntas que le formule la parte contraria,
sobre hechos y circunstancias propios del juicio (con el objeto del juicio).
167
Procedencia de la declaración de las partes. Cada parte podrá solicitar del juez la declaración de las
demás sobre hechos y circunstancias de los que tengan noticia y que guarden relación con el objeto del
juicio.
Siempre debe estar referida a hechos y circunstancias que guarden relación con el objeto del juicio. En el
procedimiento de familia el objeto del juicio queda determinado en la audiencia preparatoria.
Esto presupone que una de las partes lo solicite respecto de la parte contraria. Y como se dijo
anteriormente en la confesión, se cumple personalmente, y las preguntas que se le hagan a la parte son
verbales (no existe ni pliego ni escrito donde estén estas formuladas), pueden ser formuladas en forma
afirmativa o interrogativa, deben serlo en forma clara, etcétera. La formulación de las preguntas
presenta relevancia similar a la de la confesión en el juicio ordinario.
El juez resolverá las objeciones que se formulen, previo debate, referidas a la debida claridad y precisión
de las preguntas y a la pertinencia de los hechos por los cuales la parte haya sido requerida para
declarar.
Facultades del tribunal. Una vez concluida la declaración de las partes, el tribunal podrá dirigir todas
aquellas preguntas destinadas a obtener aclaraciones o adiciones a sus dichos.
Asimismo, cuando no sea obligatoria la intervención de abogados, las partes, con la autorización del
juez, podrán efectuarse recíprocamente preguntas y observaciones que sean pertinentes para la
determinación de los hechos relevantes del proceso.
El juez podrá rechazar, de oficio, las preguntas que considere impertinentes o inútiles.
(*) Pausa en el estudio del procedimiento de familia, para revisar la cosa juzgada en el Juicio Ejecutivo,
materia que habíamos dejado pendiente.
Artículo 175
Las sentencias definitivas o interlocutorias firmes producen la acción o la excepción de cosa juzgada.
Esta norma del artículo 175 habría que concordarla con las disposición del 478 del código.
Artículo 478
La sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del
ejecutante como del ejecutado.
Con todo, si antes de dictarse sentencia en el juicio ejecutivo, el actor o el reo piden que se les reserven
para el ordinario sus acciones o excepciones, podrá el tribunal declararlo así, existiendo motivos
calificados. Siempre se concederá la reserva respecto de las acciones y excepciones que no se refieran a
la existencia de la obligación misma que ha sido objeto de la ejecución.
En los casos del inciso precedente, la demanda ordinaria deberá interponerse dentro del plazo que
señala el artículo 474, bajo pena de no ser admitida después.
¿Qué significa –en este caso concreto- que la sentencia dictada en el juicio ejecutivo produzca cosa
juzgada?
Esto significa que lo discutido en el juicio ejecutivo no puede volver a planteare posteriormente –
reuniéndose la triple identidad legal- en un nuevo juicio, ya sea que se trate de un nuevo juicio ejecutivo
u ordinario.
169
La cosa juzgada interesa siempre estudiarla como excepción esto es como institución idónea para evitar
la duplicidad de juicios, es decir, volver a discutir el mismo asunto posteriormente.
Dentro del juicio ejecutivo hay dos situaciones de excepción a esta regla de que una sentencia definitiva
firme produce excepción de cosa juzgada. Se trata de casos en que la sentencia dictada en el juicio
ejecutivo no va a producir coa juzgada posterior. Y la cuestión se puede volver a discutir.
Artículo 477
La acción ejecutiva rechazada por incompetencia del tribunal, incapacidad, ineptitud del libelo o falta de
oportunidad en la ejecución, podrá renovarse con arreglo a los preceptos de este título.
Esto ocurre en los casos especiales que contempla el artículo 477 del código de procedimiento civil. Se
requiere para que se pueda renovar la acción ejecutiva:
1º Que la sentencia definitiva dictada en el juicio ejecutivo (en tramitación) rechace la demanda
ejecutiva (estamos hablando de una sentencia absolutoria).
2º El rechazo debe obedecer a los motivos o causales taxativos que la ley indica (no se justifica por
cualquier rechazo de la demanda):
a) Incompetencia del tribunal ante el cual se presentó la demanda. El rechazo por este motivo es con
posterioridad a la alegación de la excepción del 464 Nº 1.
b) Incapacidad, 464 Nº 2.
d) Falta de oportunidad en la ejecución. Este motivo, no calza con ninguna excepción, de manera que
aquí la jurisprudencia se ha encargado a que se refiere la “falta de oportunidad de la ejecución” y se
entiende que una ejecución no es oportuna cuando existe Litis pendencia; o tratándose del beneficio de
excusión; cuando al título le faltan requisitos o condiciones para que tenga fuerza ejecutiva; cuando se
han concedido esperas o prorrogas en el plazo.
En todas estas situaciones que enumera el artículo 477, la demanda ejecutiva rechazada lo ha sido por
cuestiones formales, en directa relación con la imposibilidad de corregir errores por la naturaleza de la
acción.
Por los motivos anteriores el legislador permite renovar la acción en un nuevo juico. No existe plazo para
esto, sino que serán únicamente importantes los plazos de prescripción de la acción.
170
ordinario posterior. De ocurrir así en el nuevo juicio no se puede alegar la excepción de cosa juzgada,
artículo 467 y 478.
a) Reserva de acciones
Es la solicitada por el ejecutante.
El ejecutante de acuerdo a la ley tiene dos oportunidades para hacer valer este derecho, esto
evidentemente es un derecho. Esto evidentemente es un derecho y no una obligación del ejecutante.
Una primera oportunidad la establece el 467 y la segunda es la que indica el artículo 478.
La primera oportunidad del ejecutante, dentro del plazo de cuatro días, que concede el inciso primero
del artículo 466, que es el plazo para evacuar el traslado de la oposición del ejecutado.
Recordemos que cuando existe oposición en el juicio ejecutivo ésta debe tramitarse conforme a las
reglas que indica el código, entre estas encontramos la del artículo 466 que se refiere al plazo para
evacuar traslado.
En este plazo único y mediante un mismo acto el ejecutante puede desistirse de la demanda ejecutiva
con reserva de su derecho. Es decir en un mismo acto se desiste y pide reserva, para entablar acción
ordinaria sobre los mismos puntos que han sido materia de aquélla (de la ejecutiva).
Artículo 467
El ejecutante podrá sólo dentro del plazo de cuatro días que concede el inciso 1° del artículo anterior,
desistirse de la demanda ejecutiva, con reserva de su derecho para entablar acción ordinaria sobre los
mismos puntos que han sido materia de aquélla.
Por el desistimiento perderá el derecho para deducir nueva acción ejecutiva, y quedarán ipso facto sin
valor el embargo y demás resoluciones dictadas.
Responderá el ejecutante de los perjuicios que se hayan causado con la demanda ejecutiva, salvo lo que
se resuelva en el juicio ordinario.
Lo que ocurre aquí es que el ejecutante se da cuenta que no tiene como destruir o desvirtuar las
excepciones del ejecutado, y que de no hacer uso de este derecho el resultado –negativo para el- se va a
manifestar en la sentencia definitiva del juez. En cambio, si hace uso de este derecho (desistimiento con
reserva) el tribunal tiene que acceder a esta petición. Desde luego que esta solicitud se hace por escrito
y no necesita mayor fundamentación puesto que la ley no lo exige.
Que el tribunal tenga que aceptarlo significa que tiene que tenerlo por desistido de la demanda ejecutiva
y que le debe conceder la reserva de derechos solicitada.
La resolución que recae sobre esta solicitud, es –sin serlo realmente- una verdadera sentencia definitiva,
en relación a los efectos que va a producir en el juicio ejecutivo (no va a continuar este su tramitación).
Dice el inciso segundo del artículo 467 que por el desistimiento perderá el derecho para deducir nueva
acción ejecutiva, y quedarán ipso facto sin valor el embargo y demás resoluciones dictadas. Habiéndose
desistido de su demanda ejecutiva pierde el derecho a entablarla posteriormente, por lo que tendrá que
trabar ahora una acción ordinaria.
171
Al terminarse el juicio ejecutivo, queda sin valor el embargo. Y por otra parte queda responsable de los
perjuicios que pudiere haber causado.
Hay que hacer presente, que este desistimiento, que es un desistimiento que podríamos decir es
“especial” (con reserva), puesto que es distinto –de ahí lo especial- al desistimiento de la demanda que
se refieren los artículos 148 y siguientes, el cual constituye un incidente en el juicio, de manera que el
tribunal debe darle la tramitación que la ley establece y deberá desde luego resolverlo y el demandado
aquí puede oponerse incluso, además dice que la ley que la sentencia que acepte el desistimiento (de los
artículos 148 y siguientes) y haya o no habido oposición extingue la acción. En otras palabras, cuando un
demandante se desiste de su demanda y el tribunal le da la tramitación y decide aceptarlo, la acción se
extingue y extinta la acción no puede volverse a demandar en ningún procedimiento.
Hay que tener cuidado aquí, porque si me desisto en el juicio ejecutivo de la demanda, y se me olvida
solicitar la reserva, no va a ser un procedimiento del artículo 467, sino que uno general del artículo 148.
Desde luego que nada impide que un ejecutante voluntariamente se desista pura y simplemente de su
demanda ejecutiva.
Entonces, en el juicio ejecutivo puede haber dos tipos de desistimiento, uno de acuerdo a las reglas
generales (el cual debe tramitarse como un incidente), acogido el cual produce cosa juzgada sin reserva
de derechos; y el otro es el desistimiento con reserva de derechos del ejecutante, el cual deja
subsistente la posibilidad de demandar en acción ordinaria y no se va a poder oponer la excepción de
cosa juzgada.
Cabe destacar que en el caso de que el tribunal acceda al desistimiento con reserva, la ley no establece
plazo para presentar la futura demanda.
La segunda oportunidad que tiene el ejecutante para solicitar la reserva (sin desistimiento), ocurre o
puede ocurrir durante la tramitación del juicio ejecutivo, esta es una oportunidad común que tiene
tanto el ejecutante como el ejecutante, artículo 478.
Artículo 478
La sentencia recaída en el juicio ejecutivo produce cosa juzgada en el juicio ordinario, tanto respecto del
ejecutante como del ejecutado.
Con todo, si antes de dictarse sentencia en el juicio ejecutivo, el actor o el procesado piden que se les
reserven para el ordinario sus acciones o excepciones, podrá el tribunal declararlo así, existiendo motivos
calificados. Siempre se concederá la reserva respecto de las acciones y excepciones que no se refieran a
la existencia de la obligación misma que ha sido objeto de la ejecución.
En los casos del inciso precedente, la demanda ordinaria deberá interponerse dentro del plazo que
señala el artículo 474, bajo pena de no ser admitida después.
La oportunidad es en cualquier momento de la tramitación del juicio hasta antes que se dicte la
sentencia definitiva.
La diferencia es que el tribunal podrá declararlo así (acceder a la reserva) en el caso en que haya motivos
calificados (en el caso anterior no era necesario esgrimir motivos). Esto se resuelve en la sentencia
definitiva que se dicta en el juicio ejecutivo. En este caso si el tribunal accede a la reserva, el ejecutante
tiene un plazo de quince días para deducir su nueva demanda ordinaria.
En esta sentencia el tribunal se pronuncia –naturalmente- sobre las excepciones y allí se pronuncia de la
reserva, lo cual depende de lo resuelto respecto de las excepciones, puesto que si se tratare de una
172
sentencia condenatoria el tribunal no debe emitir pronunciamiento a cerca de la reserva (porque de
pronunciarse quedaría una sentencia contradictoria). Al ser reserva de la acción esta no admite división.
b) Reserva de excepciones
Reserva de derechos que puede solicitar el ejecutado durante la tramitación del juicio ejecutivo.
El objetivo que tienen es impedir que la sentencia definitiva dictada en juicio ejecutiva produzca cosa
juzgada respecto de un juicio posterior.
El ejecutado tiene al igual que el ejecutante dos oportunidades para hacer valer este derecho, una es la
del artículo 473 y la otra es la del 478 en las mismas condiciones que estudiamos respecto del ejecutante
(en cualquier estado del juicio).
Artículo 473
Si, deduciendo el ejecutado oposición legal, expone en el mismo acto que no tiene medios de justificarla
en el término de prueba, y pide que se le reserve su derecho para el juicio ordinario y que no se haga
pago al acreedor sin que caucione previamente las resultas de este juicio, el tribunal dictará sentencia de
pago o remate y accederá a la reserva y caución pedidas.
Esto es en la oportunidad en que el ejecutado deduce oposición legal (acto en que opone excepciones)
y que señale (por escrito, naturalmente) que no tiene medios para justificar la oposición en el término
de prueba y en consecuencia solicita que se le reserve su derecho para discutirlo en un juicio ordinario
posterior; también pedirá que no se le haga pago al acreedor, sin que previamente caucione las resultas
del juicio.
Aquí tenemos a un ejecutado que -frente a la demanda ejecutiva- opone excepciones, pero que en el
momento no dispone de los medios probatorios. En el escrito de oposición el ejecutado no señala los
hechos y menos los medios de prueba necesarios para justificar las excepciones. En este caso el tribunal
tiene que dictar sentencia definitiva, la cual debe ser condenatoria (de pago o remate). En esta misma
sentencia el tribunal accede a la reserva solicitada y ordenara rendir esta caución de cara al artículo 473,
aquí el tribunal no puede fallar las excepciones, por la especial situación en que se encuentran.
El ejecutado tiene un plazo de quince días para entablar un nuevo juicio que va a decir relación con las
excepciones, si no lo hace pierde su derecho a ejercer posteriormente su acción ordinaria y el juicio
ejecutivo continua adelante (puesto que tiene sentencia condenatoria).
En el segundo caso se hace aplicable la regla del artículo 478 inciso segundo, este derecho lo puede
ejercer en cualquier estado de la tramitación del juicio ejecutivo antes de dictarse la sentencia (la ley
dice antes de dictarse la sentencia y no especifica a que sentencia se refiere, pero la corte suprema ha
estimado que debe ser una de primera instancia), es menester además que existan motivos calificados.
(*) Hasta aquí la materia pendiente de Juicio Ejecutivo en relación a la cosa juzgada. Retomamos el
estudio de los procedimientos antes los tribunales de familia.
173
Corresponde la aplicación de este procedimiento ordinario en primer lugar cuando se trata de
procedimientos contenciosos, y tratándose de estos asuntos contenciosos la ley dice que debe aplicarse
a todos estos asunto contenciosos que no tengan señalado un procedimiento distintito en esta ley o en
otras.
Recordar: que siempre para la aplicación práctica de un determinado procedimiento es ver si la acción o
pretensión que se deduce está especialmente regulada en alguna ley.
Hay que señalar también que en el evento de que exista un procedimiento especial que sea aplicable al
juicio que se da inicio, también podría dentro de ese procedimiento especial aplicarse esta normativa
general con el carácter de supletoria. En ese caso, si la acción está regulada por normas especiales, en
todo aquello no contemplado vamos a aplicar las disposiciones pertinentes de este procedimiento
ordinario, artículo 55.
Procedimiento ordinario. El procedimiento de que trata este Párrafo será aplicable a todos los asuntos
contenciosos cuyo conocimiento corresponda a los juzgados de familia y que no tengan señalado otro
distinto en ésta u otras leyes. Respecto de estos últimos, las reglas del presente Párrafo tendrán carácter
supletorio.
Inicio
Artículo 56 Ley 19.968
En casos calificados, el juez, por resolución fundada, podrá autorizar al demandante a interponer su
demanda oralmente, de todo lo cual se levantará acta de inmediato.
El artículo 56 señala que el procedimiento comenzará por demanda escrita, sin perjuicio de que en casos
calificados el juez de familia puede autorizar al demandante a interponer oralmente su demanda, para lo
cual debe dictar una resolución fundada en el sentido, y de darse el caso de esta demanda verbal debe
extenderse un acta.
Recordar: si las actuaciones son orales deben ser debidamente documentadas, a través de alguno de los
sistemas que establece la ley. Si el acto procesal es escrito, ese acto, materialmente debe ser
incorporado al proceso.
Esta demanda tiene que cumplir ciertos requisitos, especialmente los del artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil.
Esta demanda presentada al tribunal tiene que ser sometida a un control de admisibilidad, conforme a la
norma del artículo 54-1 de la Ley 19.968.
174
Control de admisibilidad. Uno o más jueces de los que componen el juzgado, realizarán un control de
admisibilidad de las demandas, denuncias y requerimientos que se presenten al tribunal.
Si en dicho control se advirtiese que la demanda presentada no cumple con los requisitos formales
previstos en el artículo 57, el tribunal ordenará se subsanen sus defectos en el plazo que el mismo fije,
bajo sanción de tenerla por no presentada.
Con excepción de los numerales 8) y 16) del artículo 8°, si se estimare que la presentación es
manifiestamente improcedente, la rechazará de plano, expresando los fundamentos de su decisión. La
resolución que la rechace será apelable en conformidad a las reglas generales.
Uno o más jueces que componen el tribunal de familia deben realizar este control para determinar si la
demanda cumple con los requisitos formales del artículo 254 del C.P.C. No hay distinción en este examen
de admisibilidad en cuanto a los numerales del artículo 254 a que se refiere, por lo que deben ser todos
correctamente satisfechos.
Artículo 254
2º El nombre, domicilio y profesión u oficio del demandante y de las personas que lo representen, y la
naturaleza de la representación;
5º La enunciación precisa y clara, consignada en la conclusión de las peticiones que se sometan al fallo
del tribunal.
De este estudio acerca de la admisibilidad de la demanda que hace el tribunal, puede resultar que:
i) Que se constate que la demanda presenta defectos de forma en cuyo caso el tribunal ordenara, por
resolución, que se subsanen dichos defectos, dentro del plazo que fije el juez (artículo 54-1 inciso
segundo). Esto bajo sanción de tenerla por no presentada.
ii) De este estudio el tribunal puede concluir que la demanda es manifiestamente improcedente, en
cuyo caso la va a rechazar de plano, mediante resolución fundada. Salvo que estemos en alguno de los
casos contemplados en los números 8º y 16º del artículo 8 (precepto que fija la competencia de estos
tribunales). Esto es los casos de acciones de filiación o que dice relación con la modificación del estado
civil de las personas, y en los asuntos relativos a violencia intrafamiliar.
iii) Que el tribunal declare de oficio su incompetencia (artículo 54-1 inciso final), absoluta o relativa.
(*) Prórroga
iv) Que la demanda se admita a tramitación, para lo cual el tribunal deberá dictar la resolución
correspondiente para darle curso al proceso.
175
Resolución recaída sobre la demanda que el tribunal decide
admitir a tramitación
En esta resolución el juez de familia debe citar a las partes a la audiencia preparatoria. La ley dice que
esta audiencia debe realizarse en el plazo más breve posible, cuestión que determinará el tribunal de
acuerdo a las circunstancias. Esta audiencia se celebrará con las partes que asistan, artículo 59 Ley
19.968.
Citación a audiencia preparatoria. Admitida la demanda, el tribunal citará a las partes a una audiencia
preparatoria, la que deberá realizarse en el más breve plazo posible.
En esta resolución además, es posible que el juez decrete de oficio medidas cautelares, artículo 54-2,
incluyendo la fijación de alimentos provisorios cuando corresponda.
Facultades del juez en la etapa de recepción. Una vez admitida la demanda, denuncia o requerimiento a
tramitación, el juez procederá de oficio o a petición de parte, a decretar las medidas cautelares que
procedan, incluyendo la fijación de alimentos provisorios cuando corresponda. Luego de ello, citará a las
partes a la audiencia correspondiente.
El tribunal conocerá también en esta etapa de los avenimientos y transacciones celebrados directamente
por las partes y los aprobará en cuanto no sean contrarios a derecho.
Recordar: la potestad cautelar ante estos tribunales se ejerce de oficio o a petición de parte.
La resolución aludida debe ser notificada legalmente (conforme a la regla general, personalmente al
demandado) para que produzca sus efectos. Esta notificación de acuerdo al artículo 59 inciso segundo,
debe ser practicada siempre con una anticipación mínima de 15 días corridos a la fecha de celebración
de la audiencia, de lo contrario esta será nula.
En todo caso, la notificación de la resolución que cita a la audiencia preparatoria deberá practicarse
siempre con una antelación mínima de quince días.
176
En casos calificados, el juez, por resolución fundada, podrá autorizar al demandado a contestar y
reconvenir oralmente, de todo lo cual se levantará acta de inmediato, asegurando que la actuación se
cumpla dentro del plazo legal y llegue oportunamente a conocimiento de la otra parte.
Hay dos posibilidades en esta materia. Que se haga por escrito o bien, oralmente. La regla general es que
se hagan por escrito, ambas (contestación y reconvención). Exige aquí la ley una anticipación de al
menos 5 días de anticipación a la fecha de la audiencia preparatoria. Cabe destacar que la demanda
reconvencional deberá cumplir los requisitos respectivos a toda demanda, puesto que contestación y
reconvención tienen finalidades diametralmente distintas.
Aquí hay que hablar de un plazo legal que se otorga al demandado para defenderse, sin perjuicio de que
se realice la audiencia preparatoria.
Es posible también que el demandado -cuando tenga este un territorio jurisdiccional distinto- pueda
eventualmente contestarla ante el juez de su domicilio, artículo 60 inciso segundo. Sin perjuicio de la
designación de un representante que deberá hacer para que comparezca en su nombre en las audiencias
respectivas, artículo 60 inciso tercero.
Audiencia preparatoria
Artículo 61 Ley 18.968
1) Oír la relación breve y sintética, que harán las partes ante el juez, del contenido de la demanda, de la
contestación y de la reconvención que se haya deducido, y de la contestación a la reconvención, si ha
sido hecha por escrito.
3) Decretar las medidas cautelares que procedan, de oficio o a petición de parte, a menos que se
hubieren decretado con anterioridad, evento en el cual el tribunal resolverá si las mantiene.
177
4) Promover, a iniciativa del tribunal o a petición de parte, la sujeción del conflicto a la mediación
familiar a que se refiere el Título V, suspendiéndose el procedimiento judicial en caso de que se dé lugar a
ésta.
5) Promover, por parte del tribunal, la conciliación total o parcial, conforme a las bases que éste
proponga a las partes.
7) Fijar los hechos que deben ser probados, así como las convenciones probatorias que las partes hayan
acordado.
8) Determinar las pruebas que deberán rendirse al tenor de la propuesta de las partes y disponer la
práctica de las otras que estime necesarias.
9) Excepcionalmente, y por motivos justificados, recibir la prueba que deba rendirse en ese momento. La
documental que se rinda en esta oportunidad no radicará la causa en la persona del juez que la reciba.
10) Fijar la fecha de la audiencia de juicio, la que deberá llevarse a efecto en un plazo no superior a
treinta días de realizada la preparatoria. Sin perjuicio de ello, el juez podrá, previo acuerdo de las partes,
desarrollar la audiencia de juicio inmediatamente de finalizada la preparatoria.
Las partes se entenderán citadas a la audiencia de juicio por el solo ministerio de la ley y les será
aplicable lo dispuesto en el artículo 59, inciso tercero.
Para el desarrollo de la audiencia regirán, en cuanto resulten aplicables, las reglas establecidas para la
audiencia de juicio.
En caso de advertir la existencia de hechos comprendidos en el número 7) del artículo 8º, el juez, de
oficio o a petición de parte, podrá decretar la apertura del procedimiento especial previsto en el artículo
68 y citar a la audiencia respectiva, o incluir estos hechos para los efectos de los números 5), 6), 7) y 8)
de este artículo, procediendo a la acumulación necesaria del artículo 17 y pudiendo decretar medidas
cautelares de las previstas en el artículo 71.
Esta audiencia –dentro de la estructura de este juicio- es importante ya que tiene varias finalidades.
Deberá verificarse en el momento indicado por el juez en la resolución que recae sobre la demanda,
verificándose con las partes que asistan, afectándole a la que no comparece todo lo obrado y todas las
resoluciones que se dicten dentro de ella.
En principio podrían comparecer las pares, sus abogados patrocinantes y sus mandatarios judiciales,
conforme al artículo 60 de la ley. Ya que la norma comienza diciendo que las partes deberán concurrir
personalmente a las audiencias centrales del juicio, a menos que el juez en caso necesario las exceptúe
expresamente por motivo fundado. Para eximir a la parte, al patrocinante o los mandatarios el juez tiene
que decirlo expresamente y por resolución fundada.
Comparecencia a las audiencias. Las partes deberán concurrir personalmente a la audiencia preparatoria
y a la audiencia de juicio, patrocinadas por abogado habilitado para el ejercicio de la profesión y
representadas por persona legalmente habilitada para actuar en juicio, a menos que el juez en caso
178
necesario las exceptúe expresamente, por motivos fundados, en resolución que deberá dictar de
inmediato.
El juez podrá eximir a la parte de comparecer personalmente, lo que deberá hacer por resolución
fundada.
Del mismo modo, el demandado que tuviere su domicilio en un territorio jurisdiccional distinto de aquél
en que se presentó la demanda, podrá contestarla y demandar reconvencionalmente, por escrito, ante el
juez con competencia en materias de familia de su domicilio, sin perjuicio de la designación de un
representante para que comparezca en su nombre en las audiencias respectivas.
El artículo 61 detalla las finalidades de esta audiencia, la mayoría son finalidades muy útiles.
1º La primer finalidad, es oír la relación breve y sintética, que a través de sus mandatarios, harán las
partes ante el juez del contenido de la demanda de la contestación y de la reconvención.
3º Aquí también se pueden decretar medidas cautelas, de oficio o a petición de parte. En el evento que
estas medidas cautelares se hubiesen dispuesto al inicio, es decir junto con admitir la demanda, el
tribunal debe resolver si las mantiene o no en estas mismas condiciones.
En esta materia el tribunal tiene amplias atribuciones lo que marca una diferencia con el tratamiento de
las medidas cautelares en el C.P.C.
4º Otra finalidad es promover la sujeción del conflicto a mediación familiar de acuerdo a las reglas que
establece la Ley 19.968. Esto puede ser a iniciativa del tribunal como de las propias partes. Si esto se
acorta el procedimiento judicial se suspende.
La mediación familiar está tratada en el título V de la Ley 19.968 y es un sistema que se lleva a efecto
fuera del tribunal y en caso de prosperar se somete a conocimiento y aprobación del juez.
5º Una quinta finalidad es promover la conciliación total o parcial conforme a las bases que el tribunal
debe proponer a las partes. Para que una conciliación sea realmente efectiva el juez debe proponer
bases para un posible entendimiento entre las partes, lo cual supone que el juez tiene conocimiento del
litigio.
6º En esta audiencia preparatoria debe quedar determinado cual es el objeto del proceso. La ley no
define que debe entenderse por objeto del proceso.
Se puede decir que el objeto del juicio es aquella materia sobre lo que se debate principalmente, y esto
se configura con las alegaciones o excepciones que en su caso formulen las partes, tanto el demandante
como el demandado y considerando las peticiones formuladas al tribunal por cada uno de los litigantes
con sus fundamentos.
7º En esta audiencia deben fijarse los hechos que deben ser probados, así como las convenciones
probatorias que las partes hayan acordado.
Convenciones probatorias: a través de estas las partes acuerdan en dar por probados determinados
hechos, de manera que estos hechos después no podrán ser discutidos en el juicio.
179
8º Determinar las pruebas que deberán rendirse al tenor de las propuestas por las partes. Esto sin
perjuicios de que el tribunal disponga la práctica de otras pruebas que estime necesarias.
Aquí es donde puede tener aplicación lo dispuesto en el artículo 31 de esta ley en cuanto a la exclusión
de prueba.
Exclusión de prueba. El juez de familia, luego de estudiar la admisibilidad de las pruebas ofrecidas, de
resolver las convenciones probatorias y de escuchar a las partes que hubieren comparecido a la
audiencia preparatoria, ordenará fundadamente que se excluyan de ser rendidas en el juicio aquellas
que fueren manifiestamente impertinentes, tuvieren por objeto acreditar hechos públicos y notorios,
resulten sobreabundantes o hayan sido obtenidas con infracción de garantías fundamentales. Las demás
serán admitidas y se ordenará su rendición en la audiencia de juicio respectiva.
9º En relación a la prueba, podría excepcionalmente, por motivos justificados, recibirse cierta prueba en
la audiencia preparatoria. Esto está referido a la prueba documental.
10º Debe fijarse la fecha en que se va a realizar la audiencia de juicio. Esta audiencia de juicio debe
llevarse a efecto en un plazo no superior a 30 días de realizada la audiencia preparatoria.
Las partes se entenderán citadas a la audiencia de juicio por el solo ministerio de la ley.
a) La o las demandas que deban ser conocidas en el juicio, así como las contestaciones que hubieren sido
presentadas, fijando el objeto del juicio.
b) Los hechos que se dieren por acreditados, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 30.
c) Las pruebas que deberán rendirse en el juicio, sin perjuicio de lo establecido en el artículo 63 bis.
Con todo, en los procedimientos de que trata esta ley tendrá lugar lo dispuesto en el artículo 336 del
Código Procesal Penal.
a) La o las demandas que deben ser conocidas en el juicio, así como las contestaciones que hubiesen
sido presentadas, fijando el objeto del juicio.
b) Debe contener los hechos que se dieron por acreditados conforme al artículo 30 de la ley.
180
c) Se establecen también las pruebas que se deben rendir en el juicio.
d) Se individualiza a todos quienes deben ser citados a la audiencia del juicio (testigos, peritos, etcétera).
La ley dice que esta audiencia debe llevarse a efecto en un solo acto, pudiendo prolongarse en sesiones
sucesivas si fuese necesario.
El objeto de esta audiencia es recibir la prueba admitida por el tribunal y decretada por el.
Audiencia de juicio. La audiencia se llevará a efecto en un solo acto, pudiendo prolongarse en sesiones
sucesivas si fuere necesario, y tendrá por objetivo recibir la prueba admitida por el tribunal y la
decretada por éste.
El día y hora fijados, el juez de familia se constituirá, con la asistencia del demandante y el demandado,
asistidos por letrados cuando corresponda.
1) Verificar la presencia de las personas que hubieren sido citadas a la audiencia y declarar iniciado el
juicio.
2) Señalar el objetivo de la audiencia, advirtiendo a las partes que deben estar atentas a todo lo que se
expondrá en el juicio.
3) Disponer que los testigos y peritos que hubieren comparecido hagan abandono de la sala de
audiencia.
4) Adoptar las medidas necesarias para garantizar su adecuado desarrollo, pudiendo disponer la
presencia en ellas de uno o más miembros del consejo técnico.
Podrá asimismo ordenar, en interés superior del niño, niña o adolescente, que éste u otro miembro del
grupo familiar se ausente durante determinadas actuaciones.
En cuanto a la producción de la prueba, que es lo más importante de esta audiencia, existen reglas en el
artículo 64 de la ley 19.968.
181
Producción de la prueba. La prueba se rendirá de acuerdo al orden que fijen las partes, comenzando por
la del demandante. Al final, se rendirá la prueba ordenada por el juez.
Durante la audiencia, los testigos y peritos serán identificados por el juez, quien les tomará el juramento
o promesa de decir verdad. A continuación, serán interrogados por las partes, comenzando por la que los
presenta. Los peritos deberán exponer brevemente el contenido y las conclusiones de su informe y luego
se autorizará su interrogatorio por las partes.
El juez podrá efectuar preguntas al testigo o perito, así como a las partes que declaren, una vez que
fueren interrogadas por los litigantes, con la finalidad de pedir aclaraciones o adiciones a sus
testimonios.
Los documentos, así como el informe de peritos en su caso, serán exhibidos y leídos en el debate, con
indicación de su origen.
Las grabaciones, los elementos de prueba audiovisuales, computacionales o cualquier otro de carácter
electrónico apto para producir fe, se reproducirán en la audiencia por cualquier medio idóneo para su
percepción por los asistentes. El juez podrá autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura o reproducción
parcial o resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello pareciere conveniente y se
asegurare el conocimiento de su contenido. Todos estos medios podrán ser exhibidos a los declarantes
durante sus testimonios, para que los reconozcan o se refieran a su conocimiento.
Practicada la prueba, el juez podrá solicitar a un miembro del consejo técnico que emita su opinión
respecto de la prueba rendida, en el ámbito de su especialidad.
Finalmente, las partes formularán, oralmente y en forma breve, las observaciones que les merezca la
prueba y la opinión del miembro del consejo técnico, así como sus conclusiones, de un modo preciso y
concreto, con derecho a replicar respecto de las conclusiones argumentadas por las demás.
La producción de la prueba comienza con la prueba del demandante, sigue con la del demandado y
finaliza con la prueba que pudiese haber dispuesto el juez.
En lo referente a la prueba de cada una de las partes la ley dice que esta se rendirá conforme al orden
que fijen las mismas partes.
Ahora cabe señalar que existen algunas novedades respecto de esta materia:
a) Respecto de la prueba de testigos y la pericial en esta audiencia de juicio debe verificarse tanto la
declaración de los testigos como de los peritos. Estos serán interrogados por las partes que los
presentan, sin perjuicio de que el juez les puede efectuar preguntas.
Por tanto, aquí la novedad está en que las partes son las que interrogan, ya que en el juicio ordinario la
interrogación es dirigida por el juez. Otra novedad es que los peritos deben declarar en juicio además de
evacuar el informe. Respecto de los peritos la novedad también está en que no existen causales de
inhabilidad.
b) En cuanto a la prueba documental, los informes de peritos serán leídos y exhibidos en el debate con
indicación de su origen. Por su parte respecto de las grabaciones, los elementos de prueba
audiovisuales, computacionales o cualquier otro de carácter electrónico apto para producir fe, la ley
señala que se reproducirán en la audiencia por cualquier medio idóneo para su percepción por los
asistentes. Además el juez podrá autorizar, con acuerdo de las partes, la lectura o reproducción parcial o
resumida de los medios de prueba mencionados, cuando ello pareciere conveniente y se asegurare el
182
conocimiento de su contenido. Todos estos medios podrán ser exhibidos a los declarantes durante sus
testimonios, para que los reconozcan o se refieran a su conocimiento.
Una vez que la prueba se rinde completamente de acuerdo a lo que las partes hayan ofrecido o el juez
haya ordenado oficiosamente, es posible que el juez solicite a un miembro del consejo técnico, en el
ámbito de su especialidad, su opinión respecto de la prueba rendida. Aquí no se trata que el consejero
técnico diga si la prueba vale o no vale, sino que es una opinión con el fin de ayudar al juez a resolver de
mejor forma, de manera que el juez no está obligado a hacerle caso al consejero técnico sino que este
solo tiene una función asesora del juez.
Si se cumple con este trámite, posteriormente, las partes deben formular oralmente las observaciones
que les merezca la prueba rendida, propia y del contrario, y también la opinión del miembro del consejo
técnico y las conclusiones.
Concluido el debate y formuladas todas estas observaciones, la ley dice que el juez debe comunicar de
inmediato su resolución indicando los fundamentos principales tomados en consideración para dictarla.
Esto a veces es muy fácil y otras muy complicado.
Una vez concluido el debate, el juez comunicará de inmediato su resolución, indicando los fundamentos
principales tomados en consideración para dictarla. Excepcionalmente, cuando la audiencia de juicio se
hubiere prolongado por más de dos días, podrá postergar la decisión del caso hasta el día siguiente
hábil, lo que se indicará a las partes al término de la audiencia, fijándose de inmediato la oportunidad en
que la decisión será comunicada.
El juez podrá diferir la redacción del fallo hasta por un plazo de cinco días, ampliables por otros cinco por
razones fundadas, fijando la fecha en que tendrá lugar la lectura de la sentencia, la que podrá efectuarse
de manera resumida.
Por excepción, si la audiencia de juicio se hubiese prolongado por más de dos días la ley faculta a
postergar la decisión hasta el día siguiente hábil. Esto debe ser indicado a las partes en la misma
audiencia.
El juez podrá diferir la redacción del fallo hasta por un plazo de cinco días, ampliables por otros cinco por
razones fundadas, fijando la fecha en que tendrá lugar la lectura de la sentencia, la que podrá efectuarse
de manera resumida.
183
Contenido de la sentencia. La sentencia definitiva deberá contener:
4) El análisis de la prueba rendida, los hechos que estime probados y el razonamiento que conduce a esa
conclusión;
7) El pronunciamiento sobre pago de costas y, en su caso, los motivos que tuviere el juzgado para
absolver de su pago a la parte vencida"
Recursos
En términos generales el artículo 67 es la normativa aplicable. Esta distinción señala que en general las
resoluciones se harán impugnables mediante los recursos y de acuerdo al procedimiento que establece
el C.P.C, con algunas modificaciones indicadas en el mismo artículo
Recursos. Las resoluciones serán impugnables a través de los recursos y en las formas que establece el
Código de Procedimiento Civil, siempre que ello no resulte incompatible con los principios del
procedimiento que establece la presente ley, y sin perjuicio de las siguientes modificaciones:
2) Sólo serán apelables la sentencia definitiva de primera instancia, las resoluciones que ponen término
al procedimiento o hacen imposible su continuación, y las que se pronuncien sobre medidas cautelares.
3) La apelación, que deberá entablarse por escrito, se concederá en el solo efecto devolutivo, con
excepción de las sentencias definitivas referidas a los asuntos comprendidos en los numerales 8), 10), 13)
y 15) del artículo 8º.
4) El tribunal de alzada conocerá y fallará la apelación sin esperar la comparecencia de las partes, las
que se entenderán citadas por el ministerio de la ley a la audiencia en que se conozca y falle el recurso.
5) Efectuada la relación, los abogados de las partes podrán dividir el tiempo de sus alegatos para replicar
al de la otra parte.
6) Procederá el recurso de casación en la forma, establecido en los artículos 766 y siguientes del Código
de Procedimiento Civil, con las siguientes modificaciones:
a) Procederá sólo en contra de las sentencias definitivas de primera instancia y de las interlocutorias de
primera instancia que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación.
184
b) Sólo podrá fundarse en alguna de las causales expresadas en los números 1º, 2º, 4º, 6º, 7º, y 9º del
artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, o en haber sido pronunciada la sentencia definitiva con
omisión de cualquiera de los requisitos enumerados en el artículo 66 de la presente ley.
7) Se entenderá cumplida la exigencia de patrocinio de los recursos de casación, prevista en el inciso final
del artículo 772 del Código de Procedimiento Civil, por la sola circunstancia de interponerlos el abogado
que patrocine la causa.
Recurso de reposición
Este procede contra autos y decretos y excepcionalmente contra ciertas interlocutorias.
Ahora, la solicitud de reposición debe presentarse dentro de 3 días de notificada la resolución, a menos
que dentro de dicho plazo tenga lugar una audiencia, en cuyo caso debe interponerse y resolverse en esa
audiencia. Esto se diferencia de la reposición ordinaria, donde el plazo general de interposición es de 5
días.
Recurso de apelación
En este procedimiento sólo serán apelables las sentencias definitivas de primera instancia, las
resoluciones que ponen término al procedimiento o hacen imposible su continuación y las que se
pronuncien sobre medidas cautelares. En otros términos, no son apelables todas las interlocutorias, sino
que sólo algunas.
La apelación se deduce por escrito y se concede en el solo efecto devolutivo salvo algunas excepciones
en algunas materias
Una vez efectuada la relación en la corte, las partes pueden dividir en tiempos sus alegatos para replicar
a la parte contraria.
Casación en la forma
En este procedimiento la casación en la forma procede con las siguientes modificaciones:
b) Procede por las causales que indica el artículo 67 número 6º de la ley 19.968 . Por tanto hay causales
del artículo 768 del C.P.C que aquí no proceden.
Importante señalar que en el recurso de casación ordinario decíamos que el recurso debía ser
patrocinado independientemente del patrocinio de la causa.
Aquí la ley en su número 7º señala que se entiende cumplida la exigencia de patrocinio por la sola
circunstancia de interponerlo el abogado que patrocine la causa.
185
Estos tres recursos son los únicos que tienen ciertas modificaciones en lo que dice relación con este
procedimiento. En todo lo demás se aplican las normas del C.P.C. Por tanto aquí hay dos recursos que
nada se dice en esta ley de manera que debemos señalarlo nosotros:
· Recurso de hecho: en este procedimiento también procede, ya que recordemos que este está en
directa relación con el recurso de apelación.
· Recurso de aclaración, agregación y rectificación: este igual es procedente con las finalidades precisas
de este recurso.
· Reglas establecidas en el libro III título IX, específicamente de los artículos 646 al 666.
· Se aplica a los partidores de bienes, conforme al artículo 648 del C.P.C, las reglas que se aplican a los
árbitros es decir las reglas contenidas en los artículos 628 al 644 del C.P.C. Esto depende de si el juicio se
sigue ante árbitros de derecho, arbitradores o mixtos. Lo antes dicho procede siempre y cuando no
aparezcan modificadas estas reglas por las del procedimiento de partición.
· Complementariamente se aplican las reglas del libro I ya que estas son normas comunes a todo
procedimiento. Incluso, podríamos aplicar supletoriamente las normas del libro II.
Según esto, es un presupuesto básico para poder hablar del juicio de partición que exista una comunidad
la cual deba liquidarse, ya que en caso contrario el juicio carecería de objeto.
Además para poder substanciar un juicio de partición de bienes debe estar absolutamente claro y
determinado quienes son los componentes de la comunidad y cuáles son las cuotas que a cada uno de
ellos les corresponde. En esto no puede haber duda y si la existiera esto debe ser previamente aclarado
por la justicia ordinaria mediante el procedimiento que corresponda. Esta materia escapa de la
competencia del juez partidor.
186
c) Este procedimiento no tiene en la ley una tramitación preestablecida, es decir, ordenada por etapas.
Aquí el juicio se va desarrollando en audiencias sucesivas, tantas como sean necesarias.
d) La doctrina dice que esta tramitación, como consecuencia de lo antes dicho, es compleja ya que se
pueden ir planteando tantas cuestiones como sean necesarias para hacer la partición.
En este tipo de procedimientos el tribunal está conformado por el juez partidor que tiene la calidad de
árbitro, y además por un ministro de fe o actuario que, en este caso, cualquiera sea la calidad que tenga
el árbitro, tiene que ser siempre designado.
Los actos de los partidores serán en todo caso autorizados por un secretario de los Tribunales Superiores
de Justicia, o por un notario o secretario de un juzgado de letras.
Pueden ser ministros de fe un secretario de los tribunales superiores (Cortes de Apelaciones y Corte
Suprema), un secretario de un juzgado de letras, o bien un notario público.
Por ejemplo un receptor judicial que es ministro de fe no se puede desempeñar como actuario de una
partición.
En lo referente al nombramiento del juez, puede hacerse el nombramiento por el causante o por
testador, en la medida que se trate de una comunidad hereditaria que se debe liquidar.
Si el daño causado por la ruina de un edificio proviniere de un vicio de construcción, tendrá lugar la
responsabilidad prescrita en la regla 3.a del artículo 2003.
En este caso concreto se ha discutido si esta designación por el causante es o no obligatoria para los
herederos. Se ha entendido, que este nombramiento no sería obligatorio para los herederos, ya que
estos perfectamente pueden reubicar este nombramiento, siempre que estén todos de acuerdo.
El compromiso concluye por revocación hecha por las partes de común acuerdo de la jurisdicción
otorgada al compromisario.
Otra posibilidad de nombramiento sería que lo hagan los propios interesados de común acuerdo. Esto
bajo la condición de que todos manifiesten su voluntad. Además cabe señalar que este nombramiento
debe ser por escrito.
El nombramiento de árbitros deberá hacerse con el consentimiento unánime de todas las partes
interesadas en el litigio sometido a su decisión.
187
En los casos en que no hubiere avenimiento entre las partes respecto de la persona en quien haya de
recaer el encargo, el nombramiento se hará por la justicia ordinaria, debiendo en tal caso recaer dicho
nombramiento en un solo individuo y diverso de los dos primeros indicados por cada parte; se procederá,
en lo demás, en la forma establecida en el Código de Procedimiento Civil para el nombramiento de
peritos.
Una tercera posibilidad es que no habiendo acuerdo entre los interesados, o bien si existe acuerdo pero
este no es unánime, tendrá aplicación el artículo 646 del C.P.C.
Artículo 646
Cuando haya de nombrarse partidor, cualquiera de los comuneros ocurrirá al tribunal que corresponda,
pidiéndole que cite a todos los interesados a fin de hacer la designación, y se procederá a ella en la
forma establecida para el nombramiento de peritos.
Si hay partidor nombrado por los interesados o por el difunto en el caso del artículo 1324 del Código
Civil, y es necesaria la aprobación judicial del nombramiento en conformidad a la ley, bastará el fallo que
la conceda para que el partidor pueda ejercer sus funciones, previa su aceptación y el juramento legal.
La resolución judicial que nombra al partidor, debe ser notificada, para que produzca sus efectos, a los
comuneros y al partidor designado.
Sólo pueden ser partidores los abogados habilitados para ejercer la profesión y que tengan la libre
disposición de sus bienes.
Son aplicables a los partidores las causales de implicancia y recusación que el Código Orgánico de
Tribunales establece para los jueces.
El partidor que acepta el encargo, deberá declararlo así, y jurará desempeñarlo con la debida fidelidad, y
en el menor tiempo posible.
188
Articulo 236 Código Orgánico de Tribunales
El árbitro que acepta el encargo deberá declararlo así, y jurará desempeñarlo con la debida fidelidad y
en el menor tiempo posible.
Esta aceptación del partidor debe ser expresa y el juramento debe hacerse ante un ministro de fe. Sin el
cumplimiento de estos dos requisitos, copulativos, el tribunal no queda legalmente constituido, de
manera que no podría ejercer jurisdicción válidamente, incluso más, el partidor en esas condiciones no
contrae obligación alguna.
Ahora, cabe señalar que el partidor no está obligado a aceptar. Si no acepta no está obligado a dar
razones.
El término que la ley, el testador o las partes concedan al partidor para el desempeño de su cargo se
contará desde que éste sea aceptado, deduciendo el tiempo durante el cual, por la interposición de
recursos o por otra causa, haya estado totalmente interrumpida la jurisdicción del partidor.
La ley señala al partidor, para efectuar la partición, el término de dos años contados desde la aceptación
de su cargo.
Los co-asignatarios podrán ampliarlo o restringirlo, como mejor les parezca, aun contra la voluntad del
testador.
El plazo en este caso es de dos años contados desde la aceptación. En el evento que el partidor haya sido
nombrado por el causante, este no puede aumentar el plazo. Lo antes dicho es sin perjuicio a que las
partes pueden restringir o ampliar el plazo, incluso contra la voluntad del testador.
El plazo que tiene un partidor es un plazo efectivo en el sentido de que es un tiempo en el cual el árbitro
está en condiciones de ejercer la jurisdicción. En otras palabras, esto no es que los dos años sean años
calendarios, ya que a este tiempo se le pueden descontar periodos.
La determinación de los honorarios puede ocurrir en cualquier momento de la tramitación del juicio.
189
Si por cualquier motivo no hubiese acuerdo entre el partidor y los comuneros en cuanto al monto de los
honorarios, según el artículo 665 del C.P.C el partidor los debe fijar en la sentencia definitiva.
Artículo 665
En el laudo podrá hacer el partidor la fijación de su honorario, y cualquiera que sea su cuantía, habrá
derecho para reclamar de ella. La reclamación se interpondrá en la misma forma y en el mismo plazo
que la apelación, y será resuelta por el tribunal de alzada en única instancia.
Esto sería una proposición y además habría derecho a reclamación, la cual se interpondrá en la misma
forma y en el mismo plazo que la apelación y será resuelta por el tribunal de alzada en única instancia.
Ministros de fe
El ministro de fe es designado por el árbitro quien además fija sus honorarios. En la práctica, por lo
general, estos honorarios equivalen a un 5% de los honorarios del árbitro.
Sobre esta materia la doctrina basada en la normativa del código, clasifica las materias o bien las
cuestiones que se pueden plantear en relación a la partición en tres grandes grupos:
Segundo grupo: cuestiones sobre las cuales nunca puede conocer el juez
partidor
Estos asuntos son o van a ser de competencia de la justicia ordinaria, y en general son todas aquellas
cuestiones preliminares a juicio mismo, es decir que deben establecerse antes de que el juez partidor
inicie su tarea. Por ejemplo, todas aquellas cuestiones destinadas a determinar en definitiva quienes
conforman la comunidad.
Aquí debemos estarnos a lo que señalan los artículos 1330 y 1331 del Código Civil.
Antes de proceder a la partición, se decidirán por la justicia ordinaria las controversias sobre derechos a
la sucesión por testamento o abintestato, desheredamiento, incapacidad o indignidad de los
asignatarios.
190
Artículo 1331 Código Civil
Antes de proceder a la partición, se decidirán por la justicia ordinaria las controversias sobre derechos a
la sucesión por testamento o abintestato, desheredamiento, incapacidad o indignidad de los
asignatarios.
Dicho esto, cabe señalar en primer lugar que este procedimiento se inicia con la dictación de una
primera resolución por el juez partidor en que se disponen ciertas medidas.
El juez partidor va a dictar esta resolución una vez que este verdaderamente constituido como tribunal.
En esta resolución se debe ordenar la citación de todos los interesados a una primera audiencia o
comparendo fijando el día y la hora. En esta misma resolución se procederá además a designar al
ministro de fe o actuario del juez partidor. Este ministro de fe autoriza esta primera resolución que dicta
el juez partidor.
Esta resolución debe ser notificada personalmente a los interesados, ya que es la primera resolución en
el juicio.
Audiencias o comparendo
En general, estas audiencias constituye las instancias para que las partes configuren sus cuestiones y
adopten los acuerdos sobre materia relativas a la partición.
Estos comparendos, de acuerdo a lo que la ley establece, pueden ser ordinarios o extraordinarios:
a) Comparendos ordinarios: estos son todas aquellas audiencias que se van a verificar en las
oportunidades previamente determinadas en este procedimiento y que hayan sido fijadas en el primer
comparendo. Normalmente estas oportunidades se fijan a proposición de las propias partes. Por
ejemplo podrían celebrarse compre dos ordinarios la segunda y cuarta semana del mes, o bien la
primera y tercera semana del mes a las 5 de la tarde.
Debido a lo antes dicho es que no es necesario que para celebrar los comparendos ordinarios se esté
notificado. Ahora bien, esto procede salvo que se llegara a modificar la oportunidad, lo cual si puede
ocurrir. Modificada la oportunidad se entiende a todos notificados.
Articulo 650
191
Cuando se designen días determinados para las audiencias ordinarias, se entenderá que en ellas pueden
celebrarse válidamente acuerdos sobre cualquiera de los asuntos comprendidos en el juicio, aun cuando
no estén presentes todos los interesados, a menos que se trate de revocar acuerdos ya celebrados, o que
sea necesario el consentimiento unánime en conformidad a la ley o a los acuerdos anteriores de las
partes.
Modificada la designación de día para las audiencias ordinarias, no producirá efecto mientras no se
notifique a todos los que tengan derecho de concurrir.
En estas audiencias interesa lo de los acuerdos, de manera que ¿Que acuerdos se pueden adoptar en
estas audiencias o comparendos ordinarios? La ley dice que se pueden celebrar acuerdos sobre
cualquiera de los asuntos comprendidos en el juicio de partición siempre que sean de competencia del
juez y aun cuando no estén presentes todos los interesados. Existe una excepción a esta regla y es que
no pueden adoptarse acuerdos cuando se trate de revocar acuerdos ya celebrados o cuando sea
necesario el consentimiento unánime de acuerdo a la ley o a los acuerdos anteriores. En otras palabras
cuando un acuerdo ya se adoptó en la partición, no es cosa de llegar y borrarlo o echarlo a bajo por un
acuerdo donde no hay mayoría de los comuneros o bien cuando no hay consentimiento unánime y así lo
exige la ley.
Los demás acuerdos son todos válidos con la mayoría que se logre en la por audiencia.
b) Comparendos extraordinarios: estos son todas aquellas audiencias que se celebran en oportunidades
distintas de las que han sido fijadas para las audiencias ordinarias y a petición de los interesados. El
hecho de que se realicen audiencias en oportunidades distintas a las señaladas en la ley, puede ocurrir
por múltiples motivos pero el fundamental es que en el transcurso del juicio surjan cuestiones
planteadas por las partes que requieran de un comparendo distinto.
La finalidad de estas audiencias debe ser tratar aquellas materias específicas que motivaron la
realización de esta audiencia.
En estos casos siempre será necesario notificar la fecha que el tribunal fije para dicha audiencia.
De todo lo obrado en una audiencia o comparendo es necesario extender un acta, ya que es la forma de
documentar esta actuación. En el acta deben consignarse los resultados o acuerdos logrados.
Las materias sometidas al conocimiento del partidor se ventilarán en audiencias verbales, consignándose
en las respectivas actas sus resultados.
Primer comparendo
Este primer comparendo es importante ya que en este juicio la finalidad es que se cumplan distintos
objetivos los cuales deben quedar definidos en este comparendo. De manera entonces que en este
primer comparendo el juez partidor, siempre deja fijados cual es el objeto de la partición, es decir
precisa quienes son las partes, cual es la comunidad, cuales son los derechos, cuales son los bienes, etc.
Si hay controversia sobre los puntos antes señalados, el juez partidor no puede empezar su tarea.
En segundo lugar deben quedar fijadas las oportunidades en que se van a realizar los comparendos
ordinarios. Una vez fijadas las oportunidades con acuerdo de las partes, estas quedan citadas a
192
comparecer a todas aquellas audiencias futuras. Si se modifican estas oportunidades debemos aplicar el
artículo 650 inciso segundo del C.P.C.
Modificada la designación de día para las audiencias ordinarias, no producirá efecto mientras no se
notifique a todos los que tengan derecho de concurrir.
En virtud de esta disposición entendemos que para esta modificación produzca efectos se debe notificar
a todos los interesados de estas nuevas oportunidades.
Otro objetivo de este primer comprendo es que el partidor, haciendo uso de la facultad que la ley le
establece, le fije un plazo a los interesados para que le formulen peticiones relativas a la partición.
Artículo 652
Podrá el partidor fijar plazo a las partes para que formulen sus peticiones sobre las cuestiones que deban
servir de base a la partición.
Cada cuestión que se promueva será tramitada separadamente, con audiencia de todos los que en ella
tengan intereses, sin entorpecer el curso de las demás y sin que se paralice en unas la jurisdicción del
partidor por los recursos que en otras se deduzcan. Podrán, sin embargo, acumularse dos o más de
dichas cuestiones cuando sea procedente la acumulación en conformidad a las reglas generales.
Las cuestiones parciales podrán fallarse durante el juicio divisorio o reservarse para la sentencia final.
También en este primer comparendo se determinará la forma de practicar las notificaciones de las
distintas resoluciones que se dicten en el juicio.
Cada cuestión que se promueva será tramitada separadamente, con audiencia de todos los que en ella
tengan intereses, sin entorpecer el curso de las demás y sin que se paralice en unas la jurisdicción del
partidor por los recursos que en otras se deduzcan. Podrán, sin embargo, acumularse dos o más de
dichas cuestiones cuando sea procedente la acumulación en conformidad a las reglas generales.
Las cuestiones se tramitan en cuadernos separados.Lo antes dicho es sin perjuicio de que sea pertinente
acumular dos o más de estas cuestiones de acuerdo a las reglas generales de la acumulación de autos.
Debemos recordar que la acumulación de autos es un incidente especial.
Articulo 92
La acumulación de autos tendrá lugar siempre que se tramiten separadamente dos o más procesos que
deban constituir un solo juicio y terminar por una sola sentencia, para mantener la continencia, o unidad
de la causa. Habrá, por tanto, lugar a ella:
193
1º Cuando la acción o acciones entabladas en un juicio sean iguales a las que se hayan deducido en otro,
o cuando unas y otras emanen directa e inmediatamente de unos mismos hechos;
2º Cuando las personas y el objeto o materia de los juicios sean idénticos, aunque las acciones sean
distintas; y
3º En general, siempre que la sentencia que haya de pronunciarse en un juicio deba producir la excepción
de cosa juzgada en otro.
Ahora ¿Cómo se tramitan estas cuestiones separadamente? ¿Qué reglas les aplicamos? Se tramitan
conforme a las reglas que procedan, atendida la naturaleza de la cuestión que se promueve. Esto tan
general se debe a que el código dice que se tramitarán separadamente pero no señala como.
Fallo
Las cuestiones parciales se pueden fallar durante el juicio divisorio, es decir, durante la tramitación de la
partición o bien reservarse para la sentencia definitiva. A juicio del profesor esto también va a depender
de la naturaleza de la cuestión planteada en el juicio.
Como dijimos anteriormente, uno de los objetivos de este procedimiento es hacer adjudicación.
El artículo 657 del C.P.C se refiere a esto y habla de adjudicar o licitar los bienes comunes.
Artículo 657
Para adjudicarse o licitar los bienes comunes, se apreciarán por peritos nombrados en la forma
ordinaria.
Conforme a esta disposición entendemos que para adjudicar o licitar los bienes comunes estos se
apreciaran por peritos nombrados en la forma ordinaria.
Durante el procedimiento de la partición, sin que sea estrictamente necesario, para este efecto llegar a la
sentencia, es posible que se adjudique o entreguen especies o cosas a los comuneros, cosas de las que
se poseían en comunidad hasta ese momento. En definitiva, con este procedimiento el adjudicatario
pasa a ser dueño exclusivo.
Durante el juicio de partición las adjudicaciones, aun cuando el código no lo dice expresamente, tienen
que hacerse de común acuerdo, o en otras palabras por acuerdo unánime de los interesados. Lo antes
dicho se puede deducir de disposiciones tanto del Código Civil como del de C.P.C.
Ahora, si no hay acuerdo para adjudicar, es decir, para asignarle bienes de forma determinada a alguno
de los comuneros, la otra posibilidad que existe durante el juicio es hacer la licitación. El artículo 657
habla de adjudicar, que supone acuerdo, o bien la licitación. En el fondo la licitación es para que se venda
al mejor postor en pública subasta ante el juez partidor.
Todas estas adjudicaciones que se vayan haciendo durante el juicio son a cuenta de la cuota de los
derechos que en la partición le corresponde a cada comunero, y se hace como anticipo de lo que en
definitiva se determine en la sentencia. Así se desprende claramente del artículo 661 del C.P.C.
Articulo 661
194
Los valores que reciban los comuneros durante la partición a cuenta de sus derechos devengarán el
interés que las partes fijen, o el legal cuando tal fijación no se haya hecho, sin perjuicio de lo que en
casos especiales dispongan las leyes.
El cálculo definitivo tendrá que hacerlo el juez partidor en su sentencia. En el juicio, incluso, el partidor
determina el haber probable de cada comunero para estos efectos de las adjudicaciones. También debe
tenerse presente que si se trata de bienes raíces, las adjudicaciones tienen que reducirse a escritura
pública para efectos de la inscripción en el registro conservatorio de bienes raíces.
La otra posibilidad es la licitación, procedimiento que es aplicable tanto a los bienes muebles como a los
inmuebles, pues la ley no distingue. En definitiva, es similar a la venta en pública subasta.
La ley dice que los bienes tienen que ser apreciados por peritos nombrados en la forma ordinaria.
Articulo 414
Para proceder al nombramiento de peritos, el tribunal citará a las partes a una audiencia, que tendrá
lugar con sólo las que asistan y en la cual se fijará primeramente por acuerdo de las partes, o en su
defecto por el tribunal, el número de peritos que deban nombrarse, la calidad, aptitudes o títulos que
deban tener y el punto o puntos materia del informe.
Si las partes no se ponen de acuerdo sobre la designación de las personas, hará el nombramiento el
tribunal, no pudiendo recaer en tal caso en ninguna de las dos primeras personas que hayan sido
propuestas por cada parte.
La apelación que se deduzca en los casos del inciso 1° de este artículo no impedirá que se proceda a la
designación de los peritos de conformidad al inciso 2°.
Por su parte el artículo 657 inciso segundo, establece la posibilidad de que se omita esta tasación pericial
si el valor de los bienes se fija por acuerdo unánime de las partes siempre que existan bienes que
justifiquen la tasación hecha por las partes o que se trate de bienes muebles.
Podrá, sin embargo, omitirse la tasación, si el valor de los bienes se fija por acuerdo unánime de las
partes, o de sus representantes, aun cuando haya entre aquéllas incapaces, con tal que existan en los
autos antecedentes que justifiquen la apreciación hecha por las partes, o que se trate de bienes muebles,
o de fijar un mínimum para licitar bienes raíces con admisión de postores extraños.
La licitación en realidad es como la última posibilidad que hay cuando no es posible llegar a acuerdo y no
hay otra alternativa, así por ejemplo cuando el bien es uno solo que no admite división y varios
comuneros. Ahora bien, esto se debe analizar caso a caso, pues puede haber particiones en las que no
sea necesario recurrir a este sistema.
La ley, en este procedimiento de la licitación, es bastante escueta respecto de las formalidades que se
deben que cumplir. Por ejemplo la norma nada dice del remate, ni de actas, ni de publicidad. Siempre se
ha entendido que es necesario cumplir con las formalidades del remate, de las actas y de la publicidad
para los efectos de tener claro cuáles van a ser las condiciones, por lo menos en cuanto a las bases de la
licitación. La única excepción a esto es cuando los comuneros se ponen de acuerdo respecto de dichos
aspecto, pero de lo contrario, aun cuando el código no lo señala, se tienen que cumplir con las
195
mencionadas formalidades. Ahora, si se trata de un bien inmueble, se debe otorgar escritura pública
para efectos de que el conservador inscriba.
Artículo 663
Los resultados de la partición se consignarán en un Laudo o sentencia final, que resuelva o establezca
todos los puntos de hecho y de derecho que deben servir de base para la distribución de los bienes
comunes, y en una Ordenata o liquidación, en que se hagan los cálculos numéricos necesarios para dicha
distribución.
Conforme a esta disposición entendemos que esta sentencia definitiva es una resolución judicial que
tiene dos partes: el laudo y la ordenata.
El código dice que en el laudo se tienen que resolver o establecer, todos los puntos de hecho y de
derecho que deben servir de base para la distribución de los bienes comunes, de manera que esta viene
a ser la sentencia definitiva que tendrá que cumplir, a falta de otra norma, con los requisitos propios de
la sentencia, específicamente con la fundamentación necesaria o consideraciones necesarias que deberá
hacer el partidor en cuanto a la forma de solucionar las distintas cuestiones que se fueron planteando y
lo relativo a la distribución de los bienes.
La segunda parte es la ordenata o liquidación, que es la parte de los cálculos numéricos necesarios para
dicha distribución. En la ordenata hay que explicar cómo se hace la distribución y por qué se hace y
luego hay que reducirlo a números según los bienes. Debe concordar la liquidación con lo que dice el
laudo, es decir debe guardar armonía, de lo contrario la sentencia quedaría contradictoria. Algunos
incluso dicen, que la ordenata es el laudo reducido a números por la correspondencia que debe haber
entre una y otra parte.
Notificación de la sentencia
En el artículo 664 del C.P.C hay una regla especial en relación a las regla generales en materia de
notificación de esta sentencia.
Artículo 664
Se entenderá practicada la notificación del Laudo y Ordenata desde que se notifique a las partes el hecho
de su pronunciamiento, salvo el caso previsto en el artículo 666. Los interesados podrán imponerse de
sus resoluciones en la oficina del actuario y deducir los recursos a que haya lugar dentro del plazo de
quince días.
Podríamos decir que la ley establece aquí una ficción legal en cuanto a la notificación del laudo y
ordenata porque el encabezado de la norma dice que “se entenderá” practicada la notificación del laudo
y ordenata desde que se notifica a las partes “el hecho de su pronunciamiento”. O sea, aquí la
particularidad consiste en que lo que se notifica no es una resolución judicial, sino que se notifica a las
partes un hecho, el hecho de que se pronunció la sentencia en el procedimiento, de manera que la ley
entiende que por eso la sentencia queda notificada. Lo antes dicho ocurre, salvo en el caso del artículo
666, que se refiere a los casos en que la sentencia debe ser aprobada por la justicia ordinaria.
196
Artículo 666
Cuando la partición deba ser aprobada por la justicia ordinaria, el término para apelar será también de
quince días, y se contará desde que se notifique la resolución del juez que apruebe o modifique el fallo
del partidor.
Como se debe tomar conocimiento material del contenido de la sentencia, tendrán las partes que
concurrir a la oficina del actuario a imponerse de ese contenido.
Esta sentencia definitiva podríamos calificarla de sui generis ya que se notifica de una manera muy
especial, puesto que no es normal que una resolución se tenga notificada por la ocurrencia de un hecho.
Hay algunos casos señalados en el Código Civil en el artículo 1342 en que la sentencia laudo y ordenata
deben ser aprobadas judicialmente por la justicia ordinaria. Esto es con el objeto de proteger los
derechos de determinadas personas y para este efecto la sentencia debe ser remitida al juzgado civil
competente y ese juez puede aprobarla o modificarla conforme a la ley.
Siempre que en la partición de la masa de bienes, o de una porción de la masa, tengan interés personas
ausentes que no hayan nombrado apoderados, o personas bajo tutela o curaduría, será necesario
someterla, terminada que sea, a la aprobación judicial.
La situación regulada en el artículo 666 del C.P.C tiene importancia para determinar la oportunidad en
que se pueden deducir los recursos en contra la sentencia. El código dice, en su parte pertinente del
artículo 664, que los interesados pueden imponerse de la resolución en la oficina del actuario y agrega
“y deducir los recursos a que haya lugar dentro del plazo de 15 días”.
El recurso de casación en la forma contra sentencia de primera instancia deberá interponerse dentro del
plazo concedido para deducir el recurso de apelación, y si también se deduce este último recurso,
conjuntamente con él.
Por tanto, tratándose del laudo y la ordenata el plazo para deducir los recursos será siempre de 15 días,
para ambos, pues la ley no distingue. De manera que se trata de un plazo especial para la apelación y
para la casación.
a) Si la partición es de aquellas que no debe ser aprobada judicialmente (regla general): aquí el plazo se
cuenta desde la notificación del laudo y ordenata, o sea desde que se notifica el hecho de la dictación de
la sentencia.
197
b) Si la partición es de aquellas que debe ser aprobada por la justicia ordinaria: aquí el término para
aprobar será de 15 días y por tanto el plazo para deducir los recursos se contará desde que se notifique
la resolución del juez que apruebe o modifique el fallo del partidor, según el artículo 666 del C.P.C. O sea,
en este caso y a diferencia del anterior, las partes tienen que esperar que se dicte esta segunda
resolución, puesto que no podría llegar y deducirse recurso sobre la sentencia original del partidor si es
que esta ha sido sometida al trámite de la aprobación, en la que también puede ser modificado el fallo.
No obstante que el artículo 666 habla de la apelación debe entenderse que también se refiere al recurso
de casación en la forma.
Es necesario destacar que este trámite de la aprobación judicial también es importante para determinar,
en cada caso, en qué momento quedará ejecutoriada la sentencia. Pues puede ocurrir que las partes no
deduzcan recursos y debe cumplirse igual con el trámite de la aprobación, de manera que en eso la
sentencia no puede quedar ejecutoriada.
Juicio de Arrendamiento
La normativa aplicable a los predios urbanos es la Ley 18.101, del 29 de enero de 1982. Esta ley tiene
normas sustantivas y procesales.
También se aplicará a los contratos de arrendamiento de viviendas situadas fuera del radio urbano,
aunque incluyan terreno, y siempre que su superficie no exceda de una hectárea.
El contrato de arrendamiento de bienes raíces urbanos, entendiéndose por tales los ubicados dentro del
radio urbano respectivo, se regirá por las disposiciones especiales de esta ley y, en lo no previsto en ella,
por el Código Civil.
La misma norma se aplicará a los arrendamientos de viviendas situadas fuera del radio urbano, aunque
incluyan terreno, siempre que su superficie no exceda de una hectárea.
198
1.- Predios de cabida superior a una hectárea y que tengan aptitud agrícola, ganadera o forestal, o estén
destinados a ese tipo de explotación;
2.-Inmuebles fiscales;
3.- Viviendas que se arrienden por temporadas no superiores a tres meses, por períodos continuos o
discontinuos, siempre que lo sean amobladas y para fines de descanso o turismo;
4.- Hoteles, residenciales y establecimientos similares, en las relaciones derivadas del hospedaje, y
No obstante, los juicios que se originen en relación con los contratos a que se refieren los Nos. 3 y 5 de
este artículo, se sustanciarán con arreglo al procedimiento establecido en el Título III de la presente ley.
Esta ley rige aspectos sustantivos y procesales, no es netamente procesal, decimos esto porque en
relación a los números 3º y 5º (viviendas que se arriendan por temporadas y estacionamientos), si bien
la parte sustantiva se rigen por el Código Civil a los juicios que de ellos derivan se aplica la normativa
contenida en esta ley.
Las normas de que trata este Título se aplicarán a los juicios relativos a los contratos de arrendamientos
de inmuebles a que se refiere el artículo 1° de esta ley.
1º Desahucio;
3º Restitución de la propiedad por expiración del tiempo estipulado para la duración del arriendo;
6º Otros que versen sobre las demás cuestiones derivadas de estos contratos.
199
La enumeración contempla el desahucio, la terminación, la restitución, la indemnización de perjuicios
por daños derivados de un contrato de arrendamiento, y otros que versen sobre las demás cuestiones a
que da lugar este contrato.
En los contratos en que el plazo del arrendamiento se haya pactado mes a mes y en los de duración
indefinida, el desahucio dado por el arrendador solo podrá efectuarse judicialmente o mediante
notificación personal efectuada por un notario.
En los casos mencionados en el inciso anterior, el plazo de desahucio será de dos meses, contado desde
su notificación, y se aumentará en un mes por cada año completo que el arrendatario hubiera ocupado
el inmueble. Dicho plazo más el aumento no podrá exceder, en total, de seis meses.
El arrendatario desahuciado podrá restituir el bien raíz antes de expirar el plazo establecido en este
artículo y, en tal caso, estará obligado a pagar la renta de arrendamiento sólo hasta el día de la
restitución.
De acuerdo al artículo 3º de la ley 18.110, en los contrato de arrendamiento en que el plazo se haya
pactado mes a mes, o que tengan duración indefinida, este desahucio (que es el aviso que da el
arrendador) se puede efectuar solo: judicialmente (a través del tribunal competente mediante
demanda); o bien mediante notificación personal efectuada mediante notario. Se puede utilizar
cualquiera de estas dos formas. Y se establece en estos casos un plazo de desahucio de dos meses que
se cuenta desde la notificación respectiva que hace el tribunal o el notario en su caso, este plazo se
aumenta en un mes por año completo de ocupación del inmueble por el arrendatario, sin que el plazo
total pueda exceder de seis meses.
Esto no significa necesariamente que el arrendatario tenga siempre que esperar este plazo, la ley se
pone en el caso de que pueda hacerlo antes, pero en ese caso queda obligado a pagar las rentas hasta el
momento en que haga entrega de la propiedad.
Cuando el arrendamiento termine por la expiración del tiempo estipulado para su duración, por la
extinción del derecho del arrendador o por cualquier otra causa, el arrendatario continuará obligado a
pagar la renta de arrendamiento y los gastos por servicios comunes que sean de su cargo, hasta que
efectúe la restitución del inmueble.
Si el arrendatario abandonare el inmueble sin restituirlo al arrendador, éste podrá solicitar al juez de
letras competente que se lo entregue, sin forma de juicio, con la sola certificación del abandono por un
200
ministro de fe. Dicho funcionario levantará acta del estado en que se encuentre el bien raíz al momento
de su entrega al arrendador y remitirá copia de ella al tribunal.
En este caso la ley para solucionar el problema y evitar el juicio (puesto que si no existiera esta norma se
tendría que proceder mediante juicio) -que se ocasionaría en el caso en que exista abandono sin
restitución formal- le da al arrendador el derecho de solicitar al juez competente que entregue el
inmueble sin forma de juicio, con la sola certificación de abandono por un ministro de fe. En este caso
este funcionario (ministro de fe, que podrá ser –por ejemplo- un receptor judicial) tendrá que
constituirse en el inmueble y certificar el estado en que se encuentre el inmueble y de ello se remitirá
copia al tribunal, hecho esto se procede a la entrega. Con esto se evita un juicio (que es la regla general
que debería ocurrir).
Esto naturalmente es sin perjuicio del cobro de las rentas adeudadas y otros derechos que pueda tener
el arrendador, pero queda solucionado el problema de la entrega material del inmueble.
Cuando la terminación del arrendamiento se pida por falta de pago de la renta, de conformidad con lo
dispuesto en el artículo 1.977 del Código Civil, la segunda de las reconvenciones a que dicho precepto se
refiere se practicará en la audiencia de contestación de la demanda.
Demandadas esas prestaciones, se entenderán comprendidas en la acción las de igual naturaleza a las
reclamadas que se devenguen durante la tramitación del juicio y hasta que la restitución o el pago se
efectúe.
En estos casos y por aplicación del artículo 1977 del Código Civil es necesario hacer don reconvenciones.
La mora de un período entero en el pago de la renta, dará derecho al arrendador, después de dos
reconvenciones, entre las cuales medien a lo menos cuatro días, para hacer cesar inmediatamente el
arriendo, si no se presta seguridad competente de que se verificará el pago dentro de un plazo
razonable, que no bajará de treinta días.
Sin perjuicio de lo anteriormente dicho, es común que en esta misma demanda se hagan valer otras
pretensiones, referidas al cobro de otro tipo de prestaciones derivadas del arrendamiento (como –por el
201
ejemplo- el cobro de gastos comunes, suministros, y en general otras prestaciones análogas que se
adeuden en virtud del contrato de arrendamiento).
Cabe destacar que con rentas impagas se hace alusión no solo a las que se adeuden a la fecha de
interposición de la demanda, sino que todas aquellas que se devenguen hasta la restitución del
inmueble.
Los juicios a que se refiere el artículo anterior se regirán por las reglas siguientes:
1) El procedimiento será verbal; pero las partes podrán, si quieren, presentar minutas escritas en que se
establezcan los hechos invocados y las peticiones que se formulen. Deducida la demanda, citará el
tribunal a la audiencia del quinto día hábil después de la última notificación;
2) La notificación de la demanda se efectuará conforme a la norma del inciso primero del artículo 553 del
Código de Procedimiento Civil. Para los efectos de lo dispuesto en el artículo 44 del mismo Código, se
presumirá de pleno derecho como domicilio del demandado el que corresponda al inmueble
arrendado;
3) En la demanda deberán indicarse los medios de prueba de que pretende valerse la demandante. Sólo
podrán declarar hasta cuatro testigos por cada parte y la nómina, con la individualización de los que el
actor se proponga hacer declarar, se presentará en el escrito de demanda. La nómina con los testigos del
demandado, hasta antes de las 12:00 horas del día que preceda al de la audiencia;
4) La audiencia tendrá lugar con sólo la parte que asista, se iniciará con la relación verbal de la demanda
y continuará con la contestación verbal del demandado. Acto seguido se procederá obligatoriamente al
llamado a conciliación;
5) En la contestación el demandado podrá reconvenir al actor, debiendo en el mismo acto dar cuenta de
los medios de prueba que sustentan su pretensión. De la reconvención se dará traslado a la demandante,
la que podrá contestar de inmediato o reservar dicha gestión para la audiencia a que se refiere el inciso
final del número 6) del presente artículo. En ambos casos, la reconvención será tramitada y resuelta
conjuntamente con la cuestión principal;
6) En caso de no producirse avenimiento total, el juez establecerá los puntos sustanciales, pertinentes y
controvertidos que deban ser acreditados, procediendo de inmediato a la recepción de la prueba
ofrecida en la demanda y la contestación.
Si el tribunal no estimare que existan puntos sustanciales, pertinentes y controvertidos que deban ser
acreditados, citará de inmediato a las partes para oír sentencia.
Si se hubiere deducido demanda reconvencional, la demandante podrá solicitar se cite a las partes a una
nueva audiencia a realizarse dentro de los 5 días siguientes, a objeto de proceder a la contestación de la
misma y a la recepción de la prueba que ofrezca. Las partes se entenderán citadas de pleno derecho a
dicha audiencia y se procederá en ella en conformidad a lo establecido en el presente artículo. En este
caso, cualquiera de las partes podrá solicitar se reserve para dicha audiencia el examen de la prueba que
no pudiere ser rendida en el acto;
202
7) La prueba será apreciada conforme a las reglas de la sana crítica. La prueba testimonial no se podrá
rendir ante un tribunal diverso de aquél que conoce de la causa. Concluida la recepción de la prueba, las
partes serán citadas a oír sentencia;
9) Sólo serán apelables la sentencia definitiva de primera instancia y las resoluciones que pongan
término al juicio o hagan imposible su continuación.
Todas las apelaciones se concederán en el solo efecto devolutivo; tendrán preferencia para su vista y fallo
y durante su tramitación, no se podrá conceder orden de no innovar.
En segunda instancia, podrá el tribunal de alzada, a solicitud de parte, pronunciarse por vía de apelación
sobre todas las cuestiones que se hayan debatido en primera para ser falladas en definitiva, aun cuando
no hayan sido resueltas en el fallo apelado, y
10) Las partes podrán comparecer y defenderse personalmente, en primera instancia, en los juicios cuya
renta vigente al tiempo de interponerse la demanda no sea superior a cuatro unidades tributarias
mensuales.
Generalidades y observaciones
Lo primero a destacar es que antiguamente y hasta el año 2003, estos juicios se tramitaban con arreglo
a las reglas del juicio sumario, y con la implementación de la ley 18.101 el juicio quedó configurado de la
forma en que ahora lo vamos a estudiar.
Se genera en la ley 18.101 la problemática de determinar si se trata o no de un juicio oral, puesto que la
ley dice que el procedimiento será verbal y lo concentra dentro de una audiencia, y tiene algunos atisbos
de los juicios orales, pera la verdad de las cosas es que esto está lejos de ser un juicio oral, no obstante
que la ley dice que es un procedimiento verbal, puesto que agrega la frase “el procedimiento será verbal;
pero las partes podrán, si quieren, presentar minutas escritas”, y además no se cumple con las
condiciones propias de la oralidad, particularmente con la inmediación, además se mantiene la
procedencia de los medios de prueba tradicionales con las dificultades que esto conlleva – en algunos
casos- en el procedimiento regulado en el artículo 8º. Entonces vamos a dejar claro que derechamente
no es un juicio oral.
Partimos de la base de que la prueba debe ser rendida en la audiencia, pero esto puede no se posible
tratándose –por ejemplo- de la absolución de posiciones, puesto que conforme al Código de
Procedimiento Civil la parte citada puede no ir, caso en que abría que citarlo por segunda vez, de
manera que no podría rendirse esta prueba en la audiencia que este juicio pretende, no obstante lo cual
–la Ley 18.101 no regula esta situación.
Entonces, se trata de hacer un procedimiento oral ocupando las reglas que la ley contempla para los
procedimientos escritos. A nuestro juicio es un procedimiento calificable de especial, pero en ningún
caso de oral, entiendo estos en su sentido más moderno puesto que no respeta los principios rectores de
este tipo de procedimientos.
203
Primero –y como característica- la ley dice que el procedimiento será verbal, sin perjuicio de que las
partes- si quieren- tienen derecho para presentar minutas escritas en que se establezcan los derechos
invocados y las peticiones que se formulen (que por lo demás es lo que ocurre en la práctica).
En segundo lugar, existe posibilidad de comparecer personalmente en primera instancia, siempre que la
renta sea inferior a 4 UTM al tiempo de interposición de la demanda, numeral 10º artículo 8. Cuestión
que no se aplica en la práctica, puesto que no presenta mayores ventajas concurrir sin representación, y
puede incluso producir un desequilibrio.
Como tercer tópico en análisis debemos referirnos a lo que dice relación con la demanda. Ésta debe
cumplir con los requisitos especiales de toda demanda del artículo del 254. Y con el agregado de que en
el escrito de la demanda, el demandante debe indicar los medios probatorios de que pretende valerse, y
en este mismo sentido debe incluir la nómina de testigos que va a utilizar, artículo 8º numeral 3º. Este no
es un requisito formal de admisibilidad de la demanda, sino que uno formal para efectos de rendir la
prueba posteriormente.
En cuarto término, y en relación con la providencia que recae en la demanda. La ley dice que deducida
la demanda el juez citará a una audiencia al quinto día hábil después de la última notificación.
Resolución que deberá –por supuesto- fijar la hora de este comparendo. No se contemplan aumentos en
relación con este plazo, por lo que es esta la única oportunidad para celebrar esta audiencia.
En quinto lugar y en relación con la notificación de la demanda, dice el artículo 8 numeral 2º que “se
efectuará conforme a la norma del inciso primero del artículo 553 del Código de Procedimiento Civil”, el
artículo 553 del Código de Procedimiento Civil está ubicado dentro de las “Querellas Posesorias”, título XI
del libro I y hace aplicable las reglas generales de notificación.
La notificación de la querella se practicará en conformidad a lo que dispone el Título VI del Libro I; pero
en el caso del artículo 44 se hará la notificación en la forma indicada en el inciso 2º de dicho artículo,
aunque el querellado no se encuentre en el lugar del juicio.
Es decir se hace conforme a las reglas generales de notificación, salvo en lo relativo a la notificación del
artículo 44, puesto que aquí se presume de pleno derecho como domicilio del demandado el que
corresponda al inmueble arrendado. Como ya sabemos la notificación del artículo 44 es una forma
especial de practicar la notificación personal, que procede cuando el demandado no es habido (buscado
en la forma descrita en el artículo 44) y se encuentra en el lugar del juicio (cuestión que debe certificarse
conforme a lo establecido en el precepto).
Artículo 44
Si buscada en dos días distintos en su habitación, o en el lugar donde habitualmente ejerce su industria,
profesión o empleo, no es habida la persona a quien debe notificarse, se acreditará que ella se encuentra
en el lugar del juicio y cuál es su morada o lugar donde ejerce su industria, profesión o empleo, bastando
para comprobar estas circunstancias la debida certificación del ministro de fe.
Establecidos ambos hechos, el tribunal ordenará que la notificación se haga entregando las copias a que
se refiere el artículo 40 a cualquiera persona adulta que se encuentre en la morada o en el lugar donde
la persona que se va a notificar ejerce su industria, profesión o empleo. Si nadie hay allí, o si por
cualquiera otra causa no es posible entregar dichas copias a las personas que se encuentren en esos
lugares, se fijará en la puerta un aviso que dé noticia de la demanda, con especificación exacta de las
partes, materia de la causa, juez que conoce en ella y de las resoluciones que se notifican.
204
En caso que la morada o el lugar donde pernocta o el lugar donde habitualmente ejerce su industria,
profesión o empleo, se encuentre en un edificio o recinto al que no se permite libre acceso, el aviso y las
copias se entregarán al portero o encargado del edificio o recinto, dejándose testimonio expreso de esta
circunstancia.
La diferencia es que en el artículo 8º numeral 2º dice que para los efectos de lo dispuesto en el artículo
44 se presumirá de pleno derecho como domicilio del demandado el que corresponda al inmueble
arrendado, esto es una modificación a lo que establece el artículo 44 en su forma general de aplicarse.
Por lo que la novedad es que no es necesario acreditar las situaciones descritas en el artículo 44. De
manera que el demandado no podría alegar en este caso la nulidad de la notificación de la demanda
sosteniendo que tiene un domicilio distinto. Esta es la única novedad que se presenta en materia de
notificación.
En estos juicios la demanda puede ser notificada -a petición del arrendador- (sobre todo cuando se
solicita la entrega del inmueble) a las empresas de suministros domésticos, para los efectos de
determinar la responsabilidad en los pagos de ellos, de acuerdo al artículo 14º de la Ley 18.101.
En los juicios a que se refiere este Título en que se solicite la entrega del inmueble, el arrendador podrá
hacer notificar la demanda a las empresas que suministren gas, energía eléctrica o agua potable, y en tal
caso el demandado será el único responsable de los consumos mientras dure la ocupación del inmueble
por él mismo o por las personas a su cargo. Las empresas no podrán excepcionarse alegando ignorancia
del domicilio del deudor.
Audiencia
La ley dice que esta tendrá lugar con la sola parte que asista. Y la finalidad de esta audiencia es múltiple,
artículo 8º. Entre otras finalidades, esta tiene las de: recibir la contestación de la demanda; formular
reconvención (si es que la hubiere) y tramitarla; hacer el llamado obligatorio a conciliación; fijar los
puntos de prueba; recibir las pruebas; promover y tramitar incidentes.
Esta audiencia se va a celebrar al quinto día hábil posteriormente a la última notificación, en la hora
que el juez habrá indicado en la resolución que dicte.
Se iniciara la audiencia con la relación verbal de la demanda (trámite inútil a criterio del profesor) y
continuara con la contestación verbal del demandado.
Si bien es cierto que la ley habla de contestación verbal, no hay que olvidar que el numeral uno del
mismo precepto permite presentar minutas escritas si las partes lo estiman del caso.
Esta contestación puede ser con o sin reconvención, la ley da la posibilidad de reconvenir, cuestión que
depende del demandado y en relación a si tiene o no nuevas pretensiones que hacer valer contra el
demandante, y debe ser de aquellas que sean compatibles con el procedimiento.
Si la contestación fuere sin reconvención, seguidamente el tribunal tiene que hacer el llamado
obligatorio a conciliación en la misma audiencia.
205
Si hay reconvención (la cual debe incluirse en el mismo acto de contestación de la demanda), el tribunal
conferirá traslado de la reconvención en la misma audiencia y tendrá el demandado reconvenido la
posibilidad de contestar en esa misma audiencia, o puede pedir al juez que se le reserve su derecho para
contestar con posterioridad, en una nueva audiencia fijada al efecto. La que tendrá lugar dentro de los
cinco días siguientes, artículo 8 numeral 5º.
En ambos casos será tramitada y resuelta conjuntamente con la cuestión principal. Es decir, la
reconvención se tramita paralelamente a la cuestión principal y se deciden ambas en una misma
sentencia definitiva.
En el caso de que se celebre esta segunda audiencia (a petición de parte) esta tendrá como finalidad
fundamental contestar la demanda reconvencional y además que el tribunal reciba la prueba ofrecida en
relación a la demanda reconvencional. Y eventualmente recibir la prueba obre la acción principal que
haya sido reservada para esta segunda audiencia, en el evento de que esta no haya sido posible de
rendir en la primera audiencia podrá quedar reservada.
En la primera audiencia el tribunal deberá hacer –como trámite esencial- el llamado obligatorio a
conciliación (8 numeral 4º, norma en armonía perfecta con lo establecido por el C.P.C. en el artículo
262).
En esta audiencia, debe además el juez, establecer los puntos sustanciales pertinentes y controvertidos
que deban ser acreditados, artículo 8 numeral 6, no dice propiamente que se reciba la causa a prueba.
No existe termino probatorio porque la aprueba se rinde en la audiencia. Y a continuación señala que se
procede de inmediato a la recepción de la prueba ofrecida en la demanda y en la contestación. La única
excepción a esto podría ser en el evento en que exista audiencia reconvencional, puesto que en esta
segunda audiencia sería donde se rinda la prueba de la reconvención y eventualmente aquella que haya
quedado reservada para esta oportunidad en la primera audiencia.
En relación con este punto es donde se presenta la mayor cantidad de problemas prácticos de la ley
18.101, porque el legislador pretendió innovar y establecer un procedimiento verbal, pero la prueba que
se va a rendir aquí es de acuerdo a las normas del C.P.C. y no a las normas modernas de recepción de la
prueba que se establece hoy para los procedimientos orales (como vimos en familia por ejemplo.
Aquí no se establece ningún medio de prueba novedoso. No se regulan los medios probatorios, de
manera que ante el silencio debemos remitirnos a las normas del código y se generan problemas.
En materia de prueba testimonial queda regulado expresamente que, no pueden declarar más de cuatro
testigos por cada parte y no procede la delegación de competencia en esta materia (no se puede rendir
ante un tribunal diverso al que conoce en el juicio 8 numeral 7º), ahora, para que los testigos declaren es
condición previa que cada parte haya acompañado la correspondiente nomina en la oportunidad
procesal correspondiente (demandante en su demanda y el demandado hasta antes de las 00:00 horas
del día anterior al de la audiencia, en la reconvención será en los respectivos escritos a que da lugar, a
pesar de que la ley no es clara en este punto).
Absolución de posiciones, que pasa si el absolvente no se presenta a la audiencia donde se debe rendir
la prueba, el código dice que habrá que citarlo por segunda vez y bajo los apercibimientos legales que
correspondan.
206
Que pasa por ejemplo con la prueba pericial, que es de tramitación compleja.
En definitiva, no hay regulación probatoria que se avenga con la estructura de este procedimiento y en la
práctica quedarían numerosas diligencias probatorias fuera de la audiencia.
Esto la jurisprudencia lo ha solucionado de diferentes formas, puesto que no tiene regulación legal. Por
lo que los jueces resguardando el debido proceso han optado por velar que las pruebas se rindan en la
forma que la ley lo establece.
Otra finalidad de la audiencia es promover y tramitar las cuestiones incidentales que puedan promover
las partes ¿Es esta la única oportunidad para promover incidentes? Dado a que la regla en el juicio
sumario es idéntica y que en él se llega a la conclusión de que los incidentes no solo pueden
promoverse, sino que también después de ella, cuando el hecho que los origina es posterior, y como la
ley no puntualiza lo estimamos aplicables.
Dentro de estos incidentes y a pesar de que la ley no dice nada, habría que estimar que quedan en ellos
comprendidas las excepciones dilatorias, aunque no son verdaderamente incidentes.
En esta audiencia además se debe citar a las partes a oír sentencia. Esto en el evento que toda la prueba
se haya podido rendir en esta audiencia, solo así tendría aplicación la norma del artículo 8 numeral 7º
parte final. Cabe destacar que de acuerdo a la redacción del artículo 8 numeral 7º no queda claro si debe
o no este trámite en la misma audiencia.
En cuanto a la citación para oír sentencia se producen los mismos efectos que se establecen el artículo
433, en cuanto a que no se admiten escritos ni pruebas posteriormente, aunque los haya pendiente.
Aunque son procedentes las medidas para mejor resolver (las cuales son diligencias probatorias), puesto
que no está prohibido, para esto nos puede servir de base legal el artículo 15 de la ley en tratamiento.
El tribunal, de oficio o a petición de parte, podrá decretar los medios probatorios que estime pertinentes.
Lo más importante o curioso de esta ley es que no obstante la concentración del procedimiento y la
celeridad que el legislador ha querido emplear, se omitió el plazo para dictar la sentencia definitiva. De
manera que si nada dice aplicamos las reglas del juicio ordinario, 60 días hábiles, en virtud del artículo 3º
del C.P.C. y el artículo 162, con lo cual la celeridad se esfumó.
En cuanto al contenido de la sentencia y formalidad de ésta, dice el artículo 8 numeral 8º parte final,
que la sentencia definitiva se pronunciará sobre la acción deducida, entiéndase la acción principal y la
reconvencional en su caso, y además sobre los incidentes. O la segunda posibilidad es que solo se
pronuncie sobre los incidentes cuando estos sean previos o incompatibles con la cuestión principal.
Cuestión que el tribunal tendrá que especificar en el fallo.
En cuanto a los requisitos formales, nada dice la ley, por lo que aplicamos los generales del artículo 170 y
los del auto acordado de la Corte Suprema sobre la forma de la sentencia.
Artículo 170
Las sentencias definitivas de primera o de única instancia y las de segunda que modifiquen o revoquen
en su parte dispositiva las de otros tribunales, contendrán:
207
2º La enunciación breve de las peticiones o acciones deducidas por el demandante y de sus
fundamentos;
5º La enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con arreglo a los cuales se
pronuncia el fallo; y
6º La decisión del asunto controvertido. Esta decisión deberá comprender todas las acciones y
excepciones que se hayan hecho valer en el juicio; pero podrá omitirse la resolución de aquellas que sean
incompatibles con las aceptadas.
En igual forma deberán dictarse las sentencias definitivas de segunda instancia que confirmen sin
modificación las de primera cuando éstas no reúnen todos o algunos de los requisitos indicados en la
enunciación precedente.
Si la sentencia de primera instancia reúne estos requisitos, la de segunda que modifique o revoque no
necesita consignar la exposición de las circunstancias mencionadas en los números 1°, 2° y 3° del
presente artículo y bastará referirse a ella.
La sentencia definitiva en la parte que falla un incidente no es sentencia definitiva no obstante estar
conjuntas materialmente. Debe la sentencia además contener un pronunciamiento sobre las costas del
juicio y de los incidentes que resuelva, artículo 144.
Esta sentencia en cuanto a la valoración de la prueba, de acuerdo con el artículo 8 numeral 7º -que
dispone la apreciación de la prueba conforme a las reglas de la sana crítica (valoración libre)- debe
relacionarse a esta valoración.
Todas las apelaciones se concederán en el solo efecto devolutivo, no hay excepciones en la materia. Es
decir, se podrá siempre ejecutar la resolución.
La competencia que tiene el tribunal de alzada (que va a conocer del recurso de apelación) en este caso
es especial, puesto que aquí la ley establece que este podrá a solicitud de parte pronunciarse sobre
todas las cuestiones que se hayan debatido en primera instancia, para que sean contempladas en la
sentencia definitiva aun cuando no hayan sido contempladas en el fallo apelado.
Entonces lo que podría suceder en este caso es que la sentencia de primera instancia no se haya
pronunciado sobre todas las cuestiones planteadas por las partes (artículo 170 número 6º), caso en que
208
adolece de un vicio de casación en la forma (artículo 170 número 6º puesto que falta decisión del
asunto controvertido).
Las posibilidades para enmendar es que el tribunal de alzada ordene que se complete el fallo en el caso
de que la parte interesada lo pida (procede solo a solicitud de parte); y de no haber solicitud de parte el
tribunal podrá usar sus facultades para casar oficiosamente.
No hay reglamentación en esta ley respecto de los otros recursos, de manera que en ellos se aplican las
reglas generales.
Ejecución de la sentencia
Recordemos que vamos a entrar en este campo cuando el cumplimiento no es voluntario.
De requerirse la ejecución el artículo 13 de la ley 18.101 hace aplicable las reglas generales de ejecución.
El cumplimiento de las resoluciones que se dicten en los juicios a que se refiere este Título se regirá por
las reglas generales. Sin embargo, cuando ellas ordenaren la entrega de un inmueble, se aplicará lo
prescrito en el artículo 595 del Código de Procedimiento Civil.
En estos juicios y en los de comodato precario, el juez de la causa, decretado el lanzamiento, podrá
suspenderlo en casos graves y calificados, por un plazo no superior a treinta días.
Sin perjuicio de estas reglas generales, que son las de los artículos 231 y siguientes (Juicio Ejecutivo o la
mal llamada Ejecución Incidental del artículo 233), hay aquí una situación especial y muy importante,
referida al caso de que la sentencia -que se ordene hacer cumplir o ejecutar - ordene la entrega de un
inmueble; aquí se excluye la aplicación de las reglas generales (artículo 233), ya que se establece una
forma especial de cumplirla. Cuando la sentencia ordenare la entrega de un inmueble se aplicará lo
dispuesto en el artículo 595 del Código de Procedimiento Civil.
Si, ratificado el desahucio, llega el día señalado para la restitución sin que el arrendatario haya
desalojado la finca arrendada, éste será lanzado de ella a su costa, previa orden del tribunal notificada
en la forma establecida por el artículo 48.
Para obtener el cumplimiento de una sentencia que ordena entregar un inmueble hay que solicitar el
lanzamiento. El juez deberá ordenarlo y esa resolución debe ser notificada en la forma que establece el
artículo 48 (cédula), al mandatario (ya que por aplicación del artículo 7º del C.P.C. tiene facultades hasta
la ejecución completa del fallo), sin perjuicio de que el juez podría disponer si lo estima del caso que se
notifique también a la parte.
Este lanzamiento una vez ordenado por el tribunal se puede suspender en casos graves y calificados por
un plazo no superior a treinta días, cuestión que procedería a petición del interesado.
209
Lo más importante a destacar es que para que al subarrendatario le pueda ser oponible la sentencia,
dice el artículo 11 que la demanda de este juicio debe serle igualmente notificada o en su caso se debe
haber apersonado en juicio.
Para dar cumpliendo a esta del artículo 11, el ministro de fe que notifica debe requerir de juramento al
demandado acerca de la existencia o no de subarrendatarios y, en caso afirmativo, de sus nombres.
Para que a los subarrendatarios les sean oponibles lo obrado y la sentencia recaída en los juicios de
desahucio, de restitución o de terminación de arrendamiento por falta de pago de la renta seguidos
contra el arrendatario, les deberá ser notificada la demanda o deberán haberse apersonado a la causa.
Con tal fin, en dichos juicios el ministro de fe, en el acto de notificación personal de la demanda,
requerirá de juramento al demandado acerca de la existencia o no de subarrendatarios y, en caso
afirmativo, de sus nombres. El ministro de fe deberá dejar constancia escrita de la notificación a una
persona adulta ocupante del inmueble.
El mismo requerimiento el tribunal puede hacerlo en la audiencia del quinto día y de manifestarlo la
audiencia se suspende hasta que se notifique a estas personas y ahí el tribunal deberá citar a una nueva
audiencia.
Otra cosa importante es que tratándose de juicio de terminación del contrato de arrendamiento por no
pago de rentas, la ley también establece un resguardo a los derechos de estos subarrendatarios y estos
pueden enervar la acción pagando antes de la dictación de la sentencia y tiene posteriormente derecho
a ser reembolsados.
Los tribunales en este tipo de asuntos intervienen porque la ley así lo dispone en el artículo 2º del C.O.T,
sin perjuicio de que la facultad de los tribunales es ejercer jurisdicción la cual solo se ejerce en actos
donde existe contienda.
Estos actos judiciales no contenciosos en doctrina reciben distintas denominaciones, incluso se habla de
jurisdicción voluntaria. Esta denominación por mucho que se utilice no es aceptada en el sentido de que
aquí por una parte estos actos no son jurisdiccionales, ya que no se promueve contienda entre las partes
(817 C.OT) o, en otras palabras, aquí no hay conflicto jurídico que resolver. Por otro lado, esto de
voluntario no tiene nada puesto que la ley es la que establece que los tribunales deben intervenir una
vez que son requeridos por los interesados.
Respecto de estos actos jurídicos no contenciosos cabe señalar que es posible que los terceros afectado
por ellos deduzcan oposición, transformándose en este caso el negocio en contencioso.
210
El concepto legal de actos judiciales no contenciosos se encuentra señalado en el artículo 817 del C.P.C
Artículo 817
Son actos judiciales no contenciosos aquellos que según la ley requieren la intervención del juez y en
que no se promueve contienda alguna entre partes.
Conforme a esta disposición desprendemos que deben concurrir dos requisitos copulativos para que nos
encontremos frente a un acto judicial no contencioso;
Tratándose de los actos judiciales no contenciosos entonces los tribunales intervienen a solicitud del
interesado, ya que la ley requiere que el juez intervenga. A contrario censu, si no hay ley que exija la
intervención del tribunal en un acto no contencioso, el juez no puede intervenir.
En los asuntos contenciosos los tribunales deben intervenir para conocer y resolver un asunto, exista o
no exista ley (principio de la inexcusabilidad).
Esto significa que en estos asuntos no existe contradicción, es decir, no existe el principio de dualidad de
partes que es común a todo juicio.
En la medida que estas dos condiciones se cumplan, estaríamos en presencia de un acto judicial no
contencioso.
Cuando se dice que la ley es la que exige la intervención del juez, tiene que existir una norma legal
expresa que así lo disponga, con independencia de que esta normativa legal regule o no el
procedimiento del acto judicial no contencioso de que se trata.
Reglamentación
Estos actos judiciales no contenciosos se regulan en el libro IV del C.P.C, específicamente, en los artículos
817 y siguientes, sin perjuicio de la reglamentación que puedan tener otros actos judiciales no
contenciosos en otras normas legales distintas al C.P.C (códigos o leyes especiales)
Este libro IV se divide en varios títulos. El título primero de este libro se denomina "Disposiciones
generales de los actos judiciales no contenciosos". Por su parte todos los otros títulos se dedican a
reglamentar ciertos actos judiciales no contenciosos, de manera que en este libro IV hay normas
generales y particulares.
Saber sobre la reglamentación de estos actos es importante justamente para la aplicación del
procedimiento, ya que en cuanto a normas procedimentales, estas son las que se deben aplicar en virtud
del principio de la especialidad y supletoriamente se aplicarán entonces las del C.P.C.
211
Desde el punto de vista de la actividad de los tribunales de justicia, conforme a lo que la ley dispone, las
características más relevantes de los actos judiciales no contenciosos son:
Esto sin perjuicio de que existe la posibilidad de que los terceros afectados se puedan oponer oposición y
si esta se acoge, el asunto se transforma en un asunto contencioso.
b) Ausencia de partes.
Respecto de los actos judiciales no contenciosos nosotros hablamos de interesados, solicitantes, entre
otros, pero no de partes, ya que aquí no hay confrontación o intereses opuestos.
c) En los actos judiciales no contenciosos no se produce el efecto de cosa juzgada a diferencia de lo que
ocurre en la jurisdicción. No se produce el efecto de cosa juzgada segun el profesor Romero porque no
existe la dualidad de partes y esta se debe analizar en base a 2 partes.
d) Las resoluciones, particularmente las sentencias que se dicten en estos procedimientos a que da
origen un acto judicial no contencioso, son esencialmente revocables por el mismo tribunal en la medida
que varíen las circunstancias y a solicitud del interesado.
e) En estos casos no existe un verdadero proceso, ya que el proceso es el medio idóneo para el ejercicio
de la jurisdicción.
Competencia
I) En primera instancia en cuanto a los factores de la competencia absoluta
a) Materia (más importante para atribuir competencia): son competentes para conocer de los actos
judiciales no contenciosos los juzgados de letras civiles y los juzgados de familia.
b) Cuantía: no se considera
c) Fuero: no se considera.
Artículo 827
En los asuntos no contenciosos no se tomará en consideración el fuero personal de los interesados para
establecer la competencia del tribunal.
De acuerdo a las reglas generales del C.O.T es juez competente el del domicilio del interesado. Ahora
bien existen tantas reglas excepcionales que al final esta regla general pasa a ser excepcional.
Si aplicando las reglas de competencia hay varios jueces en la comuna, le corresponde conocer del
asunto al juez de turno.
Es competente la corte de apelaciones respectiva, es decir, aquella que sea superior jerárquico del
tribunal que tiene competencia en primera instancia. Esto en virtud de la regla del grado.
212
Procedimiento
Aquí podemos señalar algunas reglas considerando las distintas disposiciones del C.P.C, ya que
recordemos que el código en esta materia tiene disposiciones generales y particulares.
Lo primero que se debe analizar caso a caso es si para la tramitación existen o no en la ley, ya sea en el
C.P.C o en otra ley, normas especiales. En el caso de que existan reglas especiales respecto de la
tramitación se deben aplicar estas. Por el contrario, si no existe una regulación especial respecto de la
tramitación aplicaremos las disposiciones comunes del título primero del libro IV del C.P.C.
Las normas especiales relativas a los actos judiciales no contenciosos se deben complementar con las
reglas del título I del libro IV. Esto sin perjuicio de que además corresponde complementar con las
disposiciones del libro I del C.P.C.
No se inician de oficio sino que a solicitud de él o los interesados. Esta solicitud tiene que ser escrita la
cual debe cumplir con:
- Los requisitos especiales o específicos de cada caso en particular, de acuerdo a lo que las normas
especiales exijan.
- Los requisitos de la ley 18.120 relativa a la comparecencia, ya que las cargas que establece esta ley
(patrocinio y mandato judicial) se aplican tanto a los asuntos contenciosos y no contenciosos, y que se
lleven adelante ante cualquier tribunal de la República.
Para estudiar la tramitación de la solicitud que se presenta al tribunal competente se deben analizar las
reglas antes señaladas:
i) Si existen reglas especiales, se deben aplicar la tramitación conforme a esa normativa especial.
ii) Si no existe normativa especial, para determinar la tramitación se debe ver en cada caso si la ley exige
que el tribunal proceda con o sin conocimiento de causa. Si la ley no exige conocimiento de causa, el
tribunal tiene que resolver de plano, es decir, con el solo mérito de la solicitud que se le presenta.
En los negocios no contenciosos que no tengan señalada una tramitación especial en el presente Código,
procederá el tribunal de plano, si la ley no le ordena obrar con conocimiento de causa.
Por su parte, si la ley exige que el tribunal proceda con conocimiento de causa, para determinar la
tramitación hay que ver si el interesado acompaña o no antecedentes a su solicitud que suministre al
juez ese conocimiento de causa. Si no los acompaña o si los acompañados y estos son insuficientes para
proporcionar al juez el conocimiento de causa, la ley ordena que se deba rendir información sumaría, sin
perjuicio que la ley exija oír al respectivo defensor público.
213
Si la ley exige este conocimiento, y los antecedentes acompañados no lo suministran, mandará rendir
previamente información sumaria acerca de los hechos que legitimen la petición, y oirá después al
respectivo defensor público.
Ahora, si los antecedentes que hace valer el solicitante, proporcionan el conocimiento de causa al juez,
este queda en condiciones de resolver inmediatamente, sin perjuicio que la ley exija oír al respectivo
defensor público.
i) Informaciones sumarias
Artículo 818
Aunque los tribunales hayan de proceder en algunos de estos actos con conocimiento de causa, no es
necesario que se les suministre este conocimiento con las solemnidades ordinarias de las pruebas
judiciales.
Así, pueden acreditarse los hechos pertinentes por medio de informaciones sumarias.
Se entiende por información sumaria la prueba de cualquiera especie, rendida sin notificación ni
intervención de contradictor y sin previo señalamiento de término probatorio.
Las informaciones sumarias en definitiva constituyen el sistema que establece nuestro legislador para
suministrarle al juez el conocimiento necesario para poder resolver la petición.
La ley señala que no es necesario que se le suministre este conocimiento con las solemnidades
ordinarias de las pruebas judiciales.
Por tanto, los hechos pertinentes se pueden acreditar por medio de estas informaciones sumarias las
cuales, conforme al artículo 818 inciso final del C.P.C, son la prueba de cualquier especie rendida sin
notificación e intervención de contradictor, y sin previo señalamiento de término probatorio.
a) Son actos procesales de prueba, ya que su finalidad es acreditar hechos. Además es un acto procesal
de prueba unilateral.
b) Es una prueba que no tiene señalada en la ley una oportunidad específica concreta para rendirla. Por
tanto, la información sumaria se puede rendir en cualquier etapa de esta tramitación voluntaria.
214
ii) Facultades oficiosas del tribunal
Sin perjuicio de la información sumaria que es de cargo del solicitante, el tribunal tiene facultades
oficiosas de acuerdo al artículo 820 para decretar las diligencias informativas que estime convenientes,
es decir, cuando al tribunal le parezcan necesarias.
Artículo 820
Articulo 819
Los tribunales en estos negocios apreciarán prudencialmente el mérito de las justificaciones y pruebas de
cualquiera clase que se produzcan.
La prueba conforme a esta disposición se debe apreciar prudencialmente. La doctrina entiende que se
aprecie prudencialmente se refiere a que se valorará conforme a la sana crítica.
Hoy día la doctrina procesal sostiene que hay dos formas de valorar la prueba; el sistema legal o tasado y
el sistema libre. El sistema de la sana crítica es un sistema de valoración libre.
El artículo 826 del C.P.C se refiere a la sentencia definitiva en estos negocios, pero la doctrina aquí
también tiene sus discrepancias con el texto de este artículo, porque si nos vamos a la definición de la
sentencia definitiva esta no es acorde, ya que esta habla de juicio y en este caso no hay juicio porque no
existen partes.
Articulo 826
Las sentencias definitivas en los negocios no contenciosos expresarán el nombre, profesión u oficio y
domicilio de los solicitantes, las peticiones deducidas y la resolución del tribunal. Cuando éste deba
proceder con conocimiento de causa, se establecerán además las razones que motiven la resolución.
Estas sentencias, como las que se expiden en las causas entre partes, se copiarán en el libro respectivo
que llevará el secretario del tribunal.
En todo caso, utilizando la nomenclatura del código, la resolución que se pronuncia sobre un acto judicial
no contencioso debe cumplir con los requisitos señalados en el artículo 826. Estos requisitos no siempre
son los mismos, ya que van a depender de si el tribunal ha debido proceder con o sin conocimiento de
causa de acuerdo al inciso primero de este artículo.
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c) Resolución del tribunal (o se acoge o se rechaza)
Estos son los requisitos que tiene cumplir la sentencia en todo aquellos casos en que la ley no ordene
proceder con conocimiento de causa, ya que como hemos dicho en estos casos basta la petición para que
el juez resuelva.
Ahora si la ley dice que el tribunal tiene que proceder con conocimiento de causa hay un cuarto requisito,
que va antes de la decisión y que consiste en señalar las razones que motiven la resolución. En otras
palabras, en este caso el tribunal debe fundamentar su decisión.
Esta "sentencia definitiva", debe notificarse legalmente. Su forma de notificación es discutida, ya que no
estamos en un juicio pero bien lo que ocurre en la práctica es que esta siempre se notificará
personalmente al mandatario judicial del solicitante o interesado en la secretaría del tribunal.
El artículo 822 del C.P.C por una parte establece que contra las resoluciones dictadas en estas gestiones
podrán entablarse los recursos de apelación y casación conforme a las reglas generales. Agregando que
los trámites para la apelación son los establecidos para los incidentes. Importante destacar que esto
último no significa que la apelación sea un incidente.
Artículo 822
Contra las resoluciones dictadas podrán entablarse los recursos de apelación y de casación, según las
reglas generales. Los trámites de la apelación serán los establecidos para los incidentes.
El articulo 821 por su parte contempla la posibilidad de utilizar otro sistema de impugnación a través de
un recurso que la doctrina dice que es típico y propio de los actos judiciales no contenciosos y que es el
“recurso de revocación o de modificación”.
Artículo 821
Pueden los tribunales, variando las circunstancias, y a solicitud del interesado, revocar o modificar las
resoluciones negativas que hayan dictado, sin sujeción a los términos y formas establecidos para los
asuntos contenciosos.
Podrán también en igual caso revocar o modificar las resoluciones afirmativas, con tal que esté aún
pendiente su ejecución.
La finalidad de este recurso de revocación o de modificación es obtener del mismo tribunal que dicta la
resolución, que la revoque o bien modifique. El único fundamento que tiene que tener este recurso es la
circunstancia de que hayan variado las circunstancias que motivaron la dictación de la resolución que se
va a impugnar.
Ahora, la ley en el artículo 821 hace una distinción entre las dos clases de resoluciones que se pueden
dictar en los asuntos no contenciosos que son por una parte las resoluciones negativas y por otro lado
las resoluciones afirmativas. Esto es importante determinarlo previamente para determinar la
procedencia del recurso:
a) Si se trata de las resoluciones negativas: resolución negativa es aquella que no da lugar o bien
desestima la solicitud del interesado. Esta resolución puede ser perfectamente revocada cuando varíen
las circunstancias. Por tanto, en este caso el recurso de revocación o modificación procede siempre y no
tiene plazo.
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b) Si se trata de resoluciones afirmativas o positivas: estas resoluciones son aquellas que acceden a lo
solicitado por el interesado en esta gestión. También aquí es procedente el recurso de revocación o
modificación, de acuerdo al inciso segundo del artículo 821, cuando varían las circunstancias pero con la
diferencia de que aquí el recurso procede solamente en la medida de que la ejecución de la resolución
afirmativa se encuentre pendiente. Aquí tampoco hay plazo.
Respecto de este último caso, la doctrina entiende que el hecho de que este pendiente la ejecución
significa, desde un punto de vista práctico, que el solicitante aún no tiene la finalidad perseguida con la
gestión.
Respecto del titular de este recurso, es decir quién es la persona legitimada para deducir el recurso de
revocación o modificación, cabe señalar que solo puede ser el interesado en la gestión no contenciosa.
Por tanto, quedan fuera los terceros que incluso puedan verse perjudicados por dicha resolución judicial.
Estos terceros tienen otro sistema para hacer valer su derecho, puesto que la ley les concede la
oposición, sin perjuicio de que puedan deducir las acciones ordinarias a que haya lugar.
a) Por que únicamente se puede interponer en la medida que varíen las circunstancias que se tuvieron
en consideración inicialmente para dictar la resolución. Esto trae como consecuencia, aunque la ley no lo
dice, que el recurso debe ser fundado
d) Procede contra las resoluciones negativas y contra las afirmativas en la medida que la ejecución de
estas últimas este pendiente.
La doctrina sostiene que en la actualidad en este tipo de asuntos no se produce el efecto de cosa
juzgada, ya que la cosa juzgada es un atributo propio de las sentencias jurisdiccionales o dictadas en
asuntos que son jurisdiccionales. Por cuanto, tratándose de un juicio existen dos partes y la cosa juzgada
siempre tiene sentido utilizarla en la medida que existan estas dos partes, ya que es justamente una de
las partes que la alega respecto de la otra. En los actos judiciales no contenciosos no hay partes de
manera que las resoluciones acá se pronuncian sin intervención de contradictor, por lo que no es posible
verificar posteriormente a la conclusión del procedimiento no contencioso, la triple identidad legal.
Además importante destacar que lo resuelto en sede no contenciosa es esencialmente revocable por el
mismo tribunal cuando varían las circunstancias.
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a) Intervenir en la gestión no contenciosa y formular oposición;
Si a la solicitud presentada se hace oposición por legítimo contradictor, se hará contencioso el negocio y
se sujetará a los trámites del juicio que corresponda.
Si la oposición se hace por quien no tiene derecho, el tribunal, desestimándola de plano, dictará
resolución sobre el negocio principal.
Al tercero en este caso la ley le exige una determinada calidad para que su oposición pueda tener éxito y
es que debe tener la calidad de legitimo contradictor. Ahora, el C.P.C en estas reglas generales del título I
del libro IV no define que debe entenderse por legitimo contradictor de manera que esto ha sido
precisado por la doctrina y la jurisprudencia. Para poder determinar que una persona tiene la calidad de
legítimo contradictor, esta persona debe contar con una determinada calidad, condición o título que de
acuerdo con la ley sustantiva excluye en todo o parte los derechos invocados por el interesado. Lo antes
dicho significa además que este derecho tiene que ser un derecho sustantivo y no una mera expectativa.
El artículo 823 en su inciso segundo establece muy genéricamente que si la oposición se hace por quien
no tiene derecho, el tribunal debe desestimarla de plano.
En definitiva, el tercero debe tener un interés legítimo (reconocido por el ordenamiento jurídico) y actual
(que no se trate de una mera expectativa).
· Una parte de la doctrina sostiene que solo podría oponerse atendido el tener literal del inciso segundo
del artículo 823 hasta antes de que se resulta el acto judicial no contencioso (“hasta antes de que se
dicte la sentencia definitiva en la gestión”).
· Otros por su parte señalan que se puede presentar la oposición en cualquier momento de la
tramitación e incluso después de dictada la sentencia definitiva, en la medida de que la ejecución de esta
última este pendiente. Dicho esto entonces, entendemos que el derecho precluye una vez que la
sentencia de encuentre firme y ejecutoriada.
El fundamento de esta última posición es que la finalidad que se persigue con la oposición es evitar de
perjuicios al tercero y estos perjuicios se le causan una vez que la resolución está cumplida
efectivamente. Esta última posición es la que ha sostenido mayoritariamente los tribunales.
218
Tramitación de la oposición
A este respecto nada dice el código. La jurisprudencia ha entendido que la oposición constituye un
incidente, de manera que es una cuestión accesoria de la cuestión principal que requiere de un
pronunciamiento especial del tribunal, por lo que se le deben aplicar las reglas de tramitación de los
incidentes ordinarios. Que se tramite incidentalmente significa frente a la oposición el tribunal conferirá
traslado al solicitante por un plazo de tres días para que este responda; dependiendo lo que responda el
solicitante, se podrá o no recibir a prueba a prueba la incidencia; y luego se fallara.
El escrito de oposición, pese a que la ley nada dice tiene que cumplir con los requisitos comunes a todo
escrito y más que nada en este debe quedar claro que el tercero se está oponiendo. Además se debe
establecer el patrocinio y mandato judicial (cargas de comparecencia).
Fallo de la oposición
Como en todo fallo el tribunal, en relación a la oposición, puede acogerla o rechazarla. Si se rechaza la
oposición significa que el tercero no tenía la calidad de legítimo contradictor. Una vez que queda
ejecutoriada esta resolución que rechaza la oposición, si la oposición se formuló durante la tramitación
de este asunto no contencioso, la tramitación debe seguir adelante, según el estado en que quedó
suspendida. Ahora si la oposición se formuló después de dictada la resolución que resuelve la gestión no
contenciosa, se debe proceder al cumplimiento de lo resuelto.
Por su parte, si el tribunal acepta la oposición de un tercero, significa que se está reconociendo que este
era efectivamente un legítimo contradictor del interesado. En este caso tiene aplicación entonces lo
dispuesto en el inciso primero del artículo 823 del C.P.C.
Articulo 823
Si a la solicitud presentada se hace oposición por legítimo contradictor, se hará contencioso el negocio y
se sujetará a los trámites del juicio que corresponda.
Si la oposición se hace por quien no tiene derecho, el tribunal, desestimándola de plano, dictará
resolución sobre el negocio principal.
La ley señala que en este caso "se hará contencioso el negocio y se sujetará a los trámites del juicio que
corresponda". Aquí entonces debemos determinar cuál es el significado de esta frase legal.
Antes de determinar el sentido de dicha frase debemos señalar que en el fallo que dicta el tribunal
acogiendo la oposición haciéndose el negocio contencioso, este no debe hacer otras calificaciones
respecto al conflicto que se genera, ya que la ley no le confiere competencia para eso. Tampoco
corresponde que el tribunal determine o se refiera al futuro procedimiento por el cual se va a regir el
juicio correspondiente.
Análisis frase "se hará contencioso el negocio y que este se sujetara a los
trámites del juicio que corresponda" del artículo 823 inciso primero
En esta materia hay distintas opiniones de la doctrina y de la jurisprudencia, ya que aquí el problema era
determinar cómo se inicia este nuevo juicio, ya que existe una transformación de un asunto no
contencioso a otro contencioso.
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· Primera opinión: Una parte de la doctrina sostenía que debía considerarse como demanda de este
nuevo juicio la solicitud inicial del interesado en la gestión no contenciosa, y debía tenerse como
contestación de esta la oposición formulada por el tercero.
· Segunda opinión: Para otros debería ser considerada como demanda la oposición del tercero y ahí el
juicio continúa con los trámites que corresponda debiendo contestar la otra parte.
· Tercera opinión (La que sigue la jurisprudencia): Otros señalan que no se debe aplicar ninguna de las
reglas antes señaladas, ya que el código nada dice y porque lo jurídico es que si el negocio se hace
contencioso se debe iniciar un juicio y todo juicio se inicia por demanda nueva que se debe presentar al
tribunal competente. Por tanto no se puede equiparar una solicitud presentada en un acto judicial no
contencioso con un escrito de demanda, ya que no tienen nada que ver en cuanto a lo formal y a las
peticiones.
La nueva demanda la puede presentar cualquiera de las dos partes, es decir, tanto el tercero que se
opuso a la gestión como el solicitante inicial de la gestión. La demanda entonces la presentará el primero
que deduzca la acción y, deduce primero la acción quien tiene interés en que su derecho se le conozca lo
antes posible.
Como conclusión entonces entendemos que la intervención en la gestión no contenciosa, tanto del
solicitante como del tercero, no determinan una condición procesal para el juicio futuro, en cuanto ser
necesariamente demandante y demandado.
En lo que dice relación al procedimiento la ley es clara, en el sentido de que no hay un procedimiento
único preestablecido para este nuevo juicio por lo que este se tramita conforme a las reglas generales
que correspondan atendiendo a la naturaleza de la pretensión deducida (juicio ordinario, sumario o
especial).
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