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La pedagogía de Pestalozzi

El canto del cisne

La infancia de Juan Enrique Pestalozzi fue fundamental para que este tomara el camino de la
pedagogía. Al ser un niño huérfano de padre, toda su educación primaria es llevada a cabo por su
madre. Para el autor la mujer es la fundadora de la moral en el niño, por lo tanto juega un papel
muy importante en el proceso educativo. Es importante notar que, al momento de leer el título de
esta obra, uno puede darse cuenta del tinte idealista y hasta melancólico de su contenido. Pestalozzi
escribió este tratado de pedagogía un año antes de su fallecimiento, este es su legado.

El desenvolvimiento de la fuerza común se da desde el medio interno mediante el amor y en el


medio externo desde el conjunto del poder de acción humano. La inteligencia y el arte sirven a la
movilización que hace el amor de todas nuestras capacidades. El lenguaje cumple una función
mediadora importante: une la capacidad de intuición y el poder de pensamiento (combinar,
diferenciar y comparar). Sin esta unión (resultados en la educación total del individuo) el
desenvolvimiento de lo propiamente humano (la finalidad de la educación) sería imposible de
alcanzar.

En el fundamento divino de lo humano (el amor) se manifiesta el despertar de la capacidad común,


el cual no necesita de ningún arte para su desarrollo. Este se disfruta por ofrecimiento divino en el
interior de cada hombre que lo busca y dependerá de la gracia y conciencia divina de cada hombre.
La educación exterior del fundamento divino (el amor, las capacidades internas, la conciencia y la
gracia) requiere de la intervención del arte humano. La psicología entra en juego para proporcionar
los medios y llegar al desenvolvimiento tanto de las capacidades como de las aptitudes.

Los objetivos se ven amenazados por la aparición de tendencias egoístas y sensuales de nuestra
naturaleza animal, enfrentándose a las inclinaciones morales-espirituales de los principios de
vuestra propia humanidad. Es necesario vencer estas dificultades mediante la educación natural
exterior que ayudan a desenvolver las capacidades y aptitudes.

Los intereses reales de la existencia del individuo deben predominar sobre los intereses de la
existencia colectivos, los cuales son artificiosos y perjudiciales para el mismo. Estos afectan
directamente la educación y el desarrollo del ser humano, sin tener en cuenta la clase social
despierta los estímulos sensoriales y animales que llevan a lo inhumano.

Para reducir esa influencia perniciosa, es necesario que la idea de la educación elemental se oponga.
Al hablar de la fuerza de la rutina, el autor claramente se refiere a ese dominio que está ejerciendo
en el hombre la revolución industrial.

El desenvolvimiento de nuestras capacidades y la educación elemental requieren ser renovados


para que se lleve a cabo el desarrollo vigoroso de los principios generales de lo humano (amor y
religiosidad). Es necesario el cuidado de la vida familiar y prestar gran atención a su debida
formación, es decir, que en está deben encontrarse el padre y la madre. La familia es la fuerza
esencial de la naturaleza humana. Es necesario estimular los fundamentos instintivos del amor a
temprana edad, pues no solo desde la capacidad intelectual puede llevarse a la búsqueda de la
verdad porque para esta es necesario el amor y la religiosidad. La capacidad de juicio se une al
desarrollo adecuado del amor.

Desde el hogar empieza el desenvolvimiento y la educación de nuestras capacidades intelectuales


en armonía con las capacidades morales. La formación intelectual está fundamentada en el
desenvolvimiento del amor y las creencias, poniendo ambos en armonía. Es elemental el amor
materno hacia el niño en este proceso.

Cuanto más puro, verdadero y educado es el amor y la religiosidad, así mismo será la capacidad
común que con ellos se fortifica, resultando la fidelidad junto con la laboriosidad, la constancia, la
tenacidad y el espíritu de sacrificio. Y si se da de manera contraria, es decir, impuro, sensual e
inadecuado, resultará ambigua, engañosa, débil y simplemente aparente la capacidad común que
de ello brota. Es importante que la educación elemental combata el engaño y la degradación del
amor sensual y las debilidades sensuales de las creencias. El arte deberá servir, con todo el alcance
de sus medios de formación, a la naturaleza que es la gran guía en te proceso.

La educación elemental será un sueño, un medio de alucinación del pueblo si no se hace salir del
único e insubstituible fundamento de la educación naturalmente adecuada para lo humano, el
amor, las creencias y la capacidad de acción.

El desarrollo elemental de la intuición junto con el del lenguaje y del pensamiento, no pueden ser
considerados aisladamente sin tener en cuenta su influencia mutua, actuando de una manera sólida
en la realización de muestras capacidades intelectuales. Religiosidad y amor son el principio y el fin
de la natural y adecuada formación para lo humano, de la cual son medios subordinados la
educación elemental y la artística, estas verifican la armonía y el equilibro de nuestras capacidades.

Es necesario para llevar a cabo la “educación de las habilidades” que se desenvuelvan antes
nuestras capacidades. Esta es la diferencia entre el “desenvolvimiento de las capacidades” y la
“preparación de la habilidades”. En el conocimiento de esta diferencia hay que encontrar los
medios por los cuales se pueda combatir con éxito la degradación de las desviaciones de nuestro
tiempo (artificiosidad) además de aumentar las capacidades educadoras e instructoras de la vida
doméstica (elevación del sentido paterno y materno de la naturaleza humana).

Existe una preocupación por unir el conjunto de medios de educación a la vida doméstica,
poniéndolos en armonía con la situación, la condición y circunstancias propias de cada clase.
Indistintamente a clase social a la que pertenezca el niño, aprenderá a amar, a pensar
preferentemente sobre lo que en su situación y circunstancias le estimulen. Desde bebé aprende a
hacer, desear, esperar, creer y pretender lo que se le aparece como deseable necesario o provechoso.
Crece y se forma en las contrariedades, esto es, desde la primera edad se ha habituado a la
limitación de sus posibilidades. No se encuentra oprimido en ella.

Una educación elemental bien dirigida puede elevar la inteligencia, el corazón y el arte de un joven
al grado de capacidad que se pueda alcanzar para la feliz inteligencia y comprensión en su
situación social, para tener un corazón suficientemente elevado dentro de su condición, para una
máxima capacidad artística en su vida particular. Es necesario que el niño, desde su entorno, tenga
claro de dónde viene para así poder trazar un camino que lo lleve hacia sus mentas.

Como anteriormente se dijo, la artificiosidad afecta directamente la educación y el desarrollo del ser
humano, así mismo la vida familiar de cualquier clase. Tanto los ricos como los pobres están en la
necesidad de volver a elevar los impulsos individuales hacia la lealtad, la nobleza y la
independencia personal. El trabajo productor, el bienestar ciudadano y la independencia del
artesano son los fundamentos para Estado sólido.

La educación de la burguesía ha de estar encaminada a las actividades de dicha clase social, para
ejemplificar: la precisión matemática, combinación, comparación y diferenciación en lo que se
refiere a la forma. También para el campesino, su educación se encaminara a todo lo que tiene que
ver con su oficio.

Las diferencias de los desenvolvimientos de las clases sociales están primero, en el grado superior
de educación de las capacidades del poder hacer (clase campesina y artesano-burgués) segundo, en
la necesidad de extensión del saber fundado en la intuición y del conocer (clases elevadas) tercero,
en la satisfacción de la necesidad de una preparación superior (clase intelectual).

El niño de clase privilegiada tiene un buen terreno preparado para la elevación de los medios
educativos que exige su situación y circunstancias cuando posee a la perfección la formación
elemental suficiente para un niño de escasos recursos. En los principios y ejercicios indicados (por
igual) a la formación de niños de clases inferiores se funda el grado superior de los medios
educativos que necesita el niño de clase privilegiada. En esta sencillez, este último halla los medios
para la elevación de las capacidades artísticas necesarias para las clases elevadas.

El desenvolvimiento de las capacidades de intuición, de lenguaje y de pensamiento puede


considerarse suficiente y adecuada para los niños de las clases inferiores. Así, la formación sólida y
el conocer extenso que necesitan las clases elevadas debe ser considerado como un complemento
adicional a lo que deben poseer realmente las clases inferiores, si fueran bien formadas éstas
últimas. Dicho complemento debe tener como base los conocimientos comunes, siendo necesario
también un amplio conjunto de conocimientos y habilidades (que en sus condiciones se presenta
favorablemente), fundamentales para la adecuada aplicación de todas sus capacidades.

La formación científica para elevarse a la sólida capacidad de abstracción, tiene como complemento
una continuación psicológicamente ordenada de la capacidad de intuición, del lenguaje y de
pensamiento al ser adecuadas para fundamentarla.

Los objetos de aplicación de las capacidades son muy diversos para cada individuo según la
condición y circunstancias en que este ha de ser educado; así también el grado de desarrollo de las
capacidades elementales (intelectuales y artísticas).

La educación intelectual y artística que conviene al labrador no basta al hombre de oficio o al


artesano de la ciudad, ni la de estos últimos es adecuada para el hombre de negocios y las clases
cultivadas científicamente.

Tanto los hijos de las clases privilegiadas como los de las inferiores deben ser educados de una
manera completamente satisfactoria para sus circunstancias, preparando y elevando su inteligencia
y su corazón con la intensidad que es de desear para las exigencias de su situación y de sus deberes.
Cada conocimiento adquirido sólidamente por el niño tiene que ser considerado como una base y
preparación solida de ejercicio adecuando con los amplios conocimientos de intuición, que necesita
educación para la visión científica y la utilización de los objetos de observación.

Es fundamental que los medios de educación elemental sean puestos, en todo su alcance y en
armonía con las situaciones de cada uno de los educandos, para que puedan ser utilizados de forma
distinta dependiendo de la circunstancia social.

En las clases inferiores el aprender a hablar debe valerse muy poco de la lectura y la escritura,
menos de lo que se practica en las clases cultivadas. El niño de esta clase debe aprender a hablar
mediante la lectura y la escritura, aunque esto sea antinatural, pues este las pondrá en práctica más
veces en su vida que el niño de clase baja. Lo antinatural debe ser variado para que el niño no sienta
esa antinaturalidad como un mal. Si la situación de un hombre es sencilla y limitada, su educación
debe ser más sencilla y más limitada.

Todas estas diferenciaciones en cuanto a la educación elemental en las distintas clases tienen su
fundamento en la esencia de las necesidades y exigencias de la naturaleza humana misma. Estos
medios se manifiestan tanto como espíritu y vida que se extiende a todo su alcance, como
adecuados para influir con energía sensorial y física, en la carne y en la sangre del educando.

Encontrar un buen educador para cualquiera que no sepa lo que es un buen educador es una
lotería, pues puede pagar mucho dinero a alguno que no lo sea y no darse cuenta de esto.

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