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EL CÁNCER

EL CÁNCER
El cáncer es un término muy conocido dentro de toda la sociedad hoy en día, siendo usualmente asociada
con una enfermedad letal, cuya probabilidad para los pacientes de poder recuperarse de ella puede llegar
a ser casi nula. Sin embargo, las ideas que se tienen sobre esta afección llegan a estar limitadas por la falta
de información verídica y profunda sobre esta enfermedad.

Por este motivo, en el siguiente ensayo, se busca explicar los conceptos básicos para entender en qué
consiste este grupo de enfermedades y explicar, de manera resumida, los factores que influyen para el
desarrollo de esta enfermedad, al igual que la forma de identificarla y tratarla.

¿QUÉ ES EL CÁNCER?

Nivel Celular
Para poder describir el cáncer, es necesario conocer la forma en la que se desarrolla a nivel celular dentro
del cuerpo humano. Mediante un proceso determinado cancerogénesis, el cual puede variar en su
duración desde un par de meses hasta varios años, células normales se transforman en células cancerosas
pasando por distintas fases:

 Iniciación

La primera etapa en este proceso es denominada “Iniciación”. En ella, agentes externos denominados
“iniciadores” (los cuales pueden ser físicos, químicos o virales) actúan sobre la célula alterando el genoma
de la misma, ya sea el metabolismo, el proceso de reparación del ADN o la proliferación celular.

Algunas de las características morfológicas y biológicas de este proceso son su identidad irreversible, que
no permite recuperar a la célula un vez que fue dañada; otro aspecto es que la célula afectada no llega a
distinguirse de la célula normal; de igual manera, para que sea “fijo” el daño, es necesario que se produzca
al menos un ciclo celular completo con división celular.

Cabe aclarar que, si bien es poco probable que ocurriendo esta primera fase se desarrolle la enfermedad,
esta primera etapa sigue siendo la base para que continúe el proceso.

 Promoción

Una vez que las células han sido mutadas por un iniciador, éstas son susceptibles a los efectos de los
promotores. Los promotores son compuestos los cuales promueven la propagación de la célula, dando
origen a un gran número de células hija que contienen la mutación creada por el ini ciador. Existen dos
categorías generales de promotores: promotores específicos, los cuales interactúan con receptores sobre
las células, blanco de tejidos definidos, y promotores no específicos, que alteran la expresión genética sin
la presencia de un receptor.

 Progresión

En esta última etapa, las células iniciadas y promocionadas sufren nuevas mutaciones, provocando que
se vuelvan más anómalas en su crecimiento y comportamiento. Asimismo, adquieren la capacidad de
invasión, tanto a nivel local infiltrando los tejidos de alrededor, como a distancia, originando las
metástasis.

Este estado no sólo puede desarrollarse a partir de células en estado de promoción, sino que también
directamente a partir de células normales como resultado de la administración de dosis relativamente
altas (dosis citotóxicas) de agentes carcinógenos completos.

Nivel enfermedad
El término cáncer engloba un grupo numeroso de enfermedades que se caracterizan por el desarrollo de
células anormales, que se dividen y crecen sin control en cualquier parte del cuerpo. Entre sus
manifestaciones más importantes se encuentran la aparición de un tumor maligno que tiende a invadir y
destruir los tejidos orgánicos circundantes, sin embargo se pueden presentar muchos más síntomas.

La enfermedad generalmente causa afectaciones como fiebre, astenia, anorexia, pérdida de peso. En el
sistema digestivo pérdida de apetito, disfagia, vómitos, alteración del ritmo intestinal, hemorragias
además de hipo. Igualmente afecta el sistema respiratorio provocando tos, hemoptisis, disnea, dolor
torácico, el sistema cardiovascular con edemas, dolor precordial y palpitaciones, el sistema nervioso
causando cefalea, déficit neurológico, crisis convulsivas y alteraciones de la conciencia, además del
sistema cutáneo provocando alteraciones de la coloración (palidez, ictericia), picor, presencia de lesi ones,
tumoraciones y adenopatías.

CAUSAS
Esta es una de las preguntas que todo doctor, paciente o estudiante del área desearía poder responder.
Ciertos factores son capaces de provocar un cáncer en una proporción de los individuos expuestos a ellos.
Es difícil el conocer el por qué algunas personas expuestas a carcinógenos desarrollan cáncer y otras no.
Se cree que la duración y la magnitud de la exposición afectan a la probabilidad de una persona de
desarrollar una enfermedad, como ocurre con el consumo de cigarrillos y el cáncer de pulmón. La genética
también desempeña un papel importante para determinar si una persona desarrolla cáncer.

Los factores hereditarios son los causantes de un poco menos del 20% de los casos registrados de cáncer.
En ocasiones, ciertos tipos de cáncer parecen darse en algunas familias. Esto se debe a que miembros de
una familia pueden poseer ciertos factores de riesgo en común causantes de muchos tipos de cáncer.
También puede deberse en parte a otros factores, como la obesidad, que tiende a darse en familias e
influenciar el riesgo de cáncer.

La causa de muchos cánceres en distintos animales son los virus. Todos los virus asociados a tumores
humanos son del tipo ADN, por ejemplo, el virus de Epstein-Barr se asocia con el linfoma de Burkitt y los
linfoepiteliomas, el virus de la hepatitis con el hepatocarcinoma, y el virus herpes tipo II o virus del herpes
genital con el carcinoma de cérvix. En cambio, los virus de tipo ARN provocan leucemia humana. Estos
virus tipo ARN contienen un gen denominado oncogen viral capaz de transformar las células normales en
células malignas.

Se calcula que los factores ambientales son la causa de alrededor de un 80% de los cánceres. La relación
causa-efecto que mayor ejemplifica este caso es el humo de tabaco, independientemente de su forma de
inhalación (activo o pasiva). Los factores alimentarios pueden también ser de influencia para el desarrollo
de esta enfermedad. Ejemplo de ello es la obesidad, factor de riesgo para algunos cánceres como el cáncer
de mama, colon, útero y próstata. El alto contenido en grasas y el pobre contenido en fibra de la dieta se
asocian con una alta incidencia de cáncer de colon. Al igual que ocurre con el alcohol, las grasas y la
obesidad parecen actuar como promotores.

¿CÓMO DETECTAR EL CÁNCER?


El primer paso para poder detectar esta enfermedad es hacer un análisis al historial clínico de cada
paciente. La historia clínica, junto con la exploración física, permite obtener una serie de datos que
pueden hacer sospechar la existencia de un cáncer o de cualquier otro problema de salud. Existe una
gran variedad de procedimientos o exámenes médicos que logran identificar anormalidades en distintas
partes del cuerpo, las cuales pudieran llegar desembocar en el desarrollo del cáncer.

Una de ellas es el recuento sanguíneo completo (CBC), que consiste en la medición del tamaño, la cantidad
y la madurez de diferentes glóbulos que se encuentran dentro una muestra de sangre. Cuando se
presentan glóbulos con características anormales, es un indicador de algún problema. Similar a éste es el
análisis de sangre, donde se evaluar los electrolitos, la función hepática y la función renal. También sirven
para detectar la presencia de infecciones, marcadores de tumores (sustancias químicas liberadas por un
tumor) y para llevar a cabo exámenes genéticos.

La biopsia por aspiración y por punción de la médula ósea es otro procedimiento, que se basa en la
extracción de una pequeña cantidad de líquido de la médula ósea (aspiración) y, o de tejido sólido de la
médula ósea (biopsia core o por punción) para estudiar la cantidad, tamaño y madurez de los glóbulos y,
o de las células anormales.

La ecografía es una técnica de diagnóstico por imágenes que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia y
una computadora para crear imágenes de vasos sanguíneos, tejidos y órganos. A menudo, las ecografías
permiten ver los tumores en el abdomen, en el hígado y en los riñones. Otra forma de detectar esta
enfermedad de una forma similar, es a través de radiografías, exámenes de diagnóstico que utilizan rayos
de energía electromagnética invisible para obtener imágenes de tejidos internos, huesos y órganos en
una placa con el fin de detectar células tumorales o cancerosas.

El escáner de los huesos consiste en fotografías o radiografías de los huesos tomadas tras haber inyectado
un líquido de contraste que es absorbido por el tejido de los huesos. Estos escáneres se utilizan para
detectar tumores y anomalías en los huesos. Bajo el mismo sistema se puede realizar un linfagiograma
(LAG) en el cual se detecta presencia de células cancerosas o anormalidades en el sistema y en las
estructuras linfáticas, con la diferencia de que, en lugar de inyectar en el tejido de los huesos, se hace en
el sistema linfático.

Los dos métodos de detección más avanzados son las tomografías computarizadas (escáner CT o CAT) y
las imágenes por resonancia magnética (MRI). En el primero se utiliza una combinación de radiografías y
tecnología computarizada para obtener imágenes de cortes transversales cuerpo, tanto horizontales
como verticales. Un escáner CT muestra imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, incluyendo
los huesos, los músculos, la grasa y los órganos. La tomografía computarizada muestra más detalles que
las radiografías comunes. El segundo procedimiento de diagnóstico utiliza una combinación de imanes
grandes, radiofrecuencias y una computadora para producir imágenes detalladas de los órganos y las
estructuras que se encuentran dentro del cuerpo.

TIPOS DE CÁNCER
El hecho de que el cáncer se origine a partir de un tejido en particular, nos permite clasificarlo de acuerdo
al lugar donde se inició, independientemente de que luego de su aparición, las células del tumor
adquieran la capacidad de invadir otras partes del cuerpo. Ante esto, la clasificación se extiende en 5
grupos:

 Carcinomas

Los carcinomas corresponden a las células epiteliales, tejido que recubre todas las superficies del
organismo y constituye el revestimiento interno de las cavidades, de los órganos huecos, de los conductos
del cuerpo, la piel, las mucosas y las glándulas.

Debido a la gran extensión que tienen los epitelios en el cuerpo, y a que este tejido está constantemente
en contacto con agente carcinogénicos, los carcinomas son el tipo de cáncer más común de la población
mundial, siendo, aproximadamente un 85% de todos los tipos de cáncer. Ejemplos de los carcinomas más
comunes en la actualidad son: cáncer de mama, cáncer de próstata, cáncer de colon y recto, y el cáncer
de pulmón.
 Sarcomas

Los sarcomas son tumores malignos que aparecen en los huesos o en tejidos blandos del organismo, es
decir, los tejidos que componen el sistema musculoesquelético o encargados del sostenimiento de los
distintos órganos músculos, cartílagos, huesos y tejido adiposo). Este tipo de canceres son relativamente
poco frecuentes, ya que sólo el 1% de la población afectada por esta enfermedad presenta sarcomas.

 Leucemias

Este es un grupo de enfermedades malignas de la médula ósea (cáncer hematológico) que provoca un
aumento descontrolado de leucocitos en la misma. Sin embargo, en algunos tipos de leucemias también
pueden afectarse cualquiera de los precursores de las diferentes líneas celulares de la médula ósea, como
los precursores mieloides, monocíticos, eritroides o megacariocíticos.

La leucemia es el cáncer más frecuente en la niñez, con 3 a 5 casos cada año por cada 100 000 niños
menores de 15 años. Con respecto a los adultos, estos presentan el doble de casos por año, siento las
más comunes la LMA (leucemia mieloide aguda), seguida por la LLC (leucemia linfocítica crónica), LMC
(leucemia mieloide crónica) y la LLA (leucemia linfocítica aguda).

 Linfomas

Los linfomas son un tipo de enfermedades neoplásicas (tumorales) que afectan a los linfocitos, células
que forman parte de nuestro sistema inmune. En general, el linfoma es un tipo de cáncer que se desarrolla
cuando se produce un fallo en la forma de actuar de los linfocitos (células blancas de la sangre que ayudan
a luchar contra las infecciones).

Este fallo provoca la creación de una célula anormal que se convierte en cancerosa. Al igual que el resto
de linfocitos, los linfocitos cancerígenos pueden crecer en muchas partes del cuerpo, incluyendo los
nódulos linfáticos, la médula ósea, la sangre, órganos diversos, etc.

 Mielomas

Tipo de cáncer que comienza en las células plasmáticas (glóbulos blancos que producen anticuerpos). En
el mieloma, se produce de forma continua y en cantidad mayor a la habitual, un anticuerpo o componente
monoclonal (proteína M) que se puede detectar en el suero y/o en la orina del paciente. Este es el segundo
cáncer sanguíneo más común en los Estados Unidos y representa el 1% de casos de cáncer en el mismo
país.

TRATAMIENTO
El tratamiento del cáncer varía dependiendo muchos factores: tipo de cáncer, avance que presenta,
estado físico de la persona que lo padece, entre otros. En la actualidad, el tratamiento más conocido es
la quimioterapia. Este proceso consiste en la destrucción de las células cancerosas al evitar que éstas
continúen multiplicándose, mediante la administración de antineoplásicos vía inyecciones
intramusculares o subcutáneas, en arterias, vía intravenosa o IV, el consumo de píldoras por vía oral o
mediante inyecciones en el líquido que rodea la médula espinal o el cerebro.
Debido a que los antineoplásicos viajan a través de la sangre por todo el cuerpo, la quimioterapia se
describe como un tratamiento sistémico (que abarca todo el cuerpo), y corre el riesgo de dañar o destruir
algunas células normales, como las que se encuentran en la médula ósea, en el cabello y en el
revestimiento del tubo digestivo. Cada paciente reacciona de manera diferente a estos medicamentos,
pero la mayoría de ellos presenta efectos secundarios generalizados:

 Inapetencia  Hemorragias
 Propensos a infecciones  Boca seca, úlceras bucales o hinchazón
 Dolor constante en todo el cuerpo en la boca
 Agotamiento  Malestar estomacal, vómitos y diarrea
 Alopecia

En el tratamiento hormonal, las hormonas estimulan el crecimiento de tejidos sensibles a las hormonas,
como la mama o la glándula prostática. Cuando surge un cáncer en tejido mamario o prostático, su
crecimiento y extensión pueden estar causados por las hormonas del propio cuerpo. Por tanto, los
fármacos que bloquean la producción de hormonas o cambian la forma en que actúan las hormonas y/o
la extirpación de órganos que secretan hormonas, como los ovarios o los testículos, son formas de luchar
contra el cáncer.

Este tratamiento, al ser sistemático, al igual que la quimioterapia, llega a afectar a todo el cuerpo humano.
De igual manera, los pacientes pueden llegar a presentar en gran parte los mismos efectos secundarios
que los mostrados por los pacientes sometidos a la quimioterapia.

Un tercer tratamiento es el conocido como radioterapia. La radiación suele administrarse en forma de


haces de alta energía, que depositan dosis de radiación en la zona del cuerpo donde se encuentran las
células cancerosas. La radioterapia funciona dañando el ADN en la célula cancerosa, impidiendo así a estas
células el reproducirse y crecer. Ante esta radiación, las células cancerosas mueren y el cáncer se reduce.

El objetivo de la radioterapia es matar suficientes células cancerosas como para aumentar al máximo la
probabilidad de curación y reducir al mínimo los efectos secundarios. Aunado a esto, la radioterapia, a
diferencia de la quimioterapia, se considera un tratamiento local. Es decir, las células cancerosas sólo
mueren en la parte del cuerpo donde se administra la radiación, denominada campo de irradiación,
evitando así gran parte de los efectos secundarios presentados en los dos tratamientos anteriores.

Tras haber analizado toda esta información, es importante reconocer la importancia que tiene el cáncer
como una enfermedad actual que afecta a millones de personas en el mundo, y es la causa de un gran
porcentaje de las muertes registradas por año. A pesar de los distintos tratamiento efectivos que pueden
existir para acabar con esta enfermedad es importante reconocer que la mejor forma de luchar contra
ese es detectándolo a tiempo, y evitando estar en contacto con agentes externos que puedan incrementar
las posibilidades de que presentemos futuramente esta enfermedad.
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