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© Grupo de Trabajo Ecoflor nion El declive de las abejas: cinco conceptos mal entendidos La creciente preocupacién social por las abejas se centra en una especie, Apis mellifera, domesticada por el hombre para producir miel. Sin embargo, solo en Espafia se estima que viven mas de mil especies de abejas silvestres. Llamar la atencién sobre esta gran diversidad ignorada y desmontar unos cuantos tpicos es el objetivo de los 35 cientificos que firman el siguiente escrito, ‘a5 abejas son un grupo animal muy di- verso que desempefia importantes fun- iones en los ecosistemas. Entre ellas po- linizar las flores es de las mas importan- tes. Los polinizadores son esenciales para la ma- yoria de las 300.000 especies de plantas con flor del planeta y entre ellos destacan por su diversidad y ‘abundancia las abejas. La abeja de la miel (Apis me- llifera) es sin duda la especie mas conocida, pero hay mas de 20.000 especies de abejas descritas en el mundo (mas de mil solo en Espafia) ‘Actualmente asistimos a una creciente amenaza a las poblaciones de abejas por diversos factores de origen humano, que ha desencadenado gran pre- ‘ocupacién tanto en la comunidad cientifica como en. la sociedad en general. Sin embargo, reducir el problema a titulares catastrofistas y acotarlo al declive de la abeja de la miel no ayuda a su solu- ién, sino que acaba desalentando tanto a gesto- res como al puiblico en general. En este articulo reclamamos mayor rigor en la in- formacién sobre este asunto complejo y preten- demos aclarar conceptos que pueden ayudar a en- 88-quereus361 yacopacantobrt es una especie eabejade frantamae Eni ote ‘raf hecha en Dota 1, sta robando eae fare una flor, peroes sa buena potniadora demas planta ote (scar aguade) focar el declive de las abejas en toda su exten- sién, estableciendo un punto de partida para tomar decisiones mas informadas en el futuro, 1. No es (solo) sobre las abejas de la miel La abeja de la mie! no es representativa de la ma- yoria de las especies de abejas silvestres, ya que es de las pocas que forma grandes colonias so- Ciales y ha sido domesticada y manejada por el ser humano desde hace milenios para la apicultu- ra, que es en esencia una forma de ganaderia, En cambio, las restantes especies de abejas son silvestres y tienen una enorme diversidad de formas de vida. Por ejemplo, hay especies socia- les que forman colonias mas pequefias, aunque la mayoria son solitarias, algunas nidifican bajo el suelo, otras en agujeros en la madera, las hay que se especializan en visitar solo ciertas plantas e incluso parasitan a otras especies de abejas. Espajfa, y toda la cuenca del Mediterraneo, es tna de las reas de mayor diversidad de especies de abejas silvestres, muchas de ellas endémicas, El problema del declive de las abejas no afecta solo a la abeja de la miel y necesita ser abordado en un contexto mas amplio. Centrarnos en esta ‘especie implica aceptar como normal que la acti vidad humana haya mermado directa o indirecta- mente una gran diversidad de abejas silvestres, 2. No todas las abejas moriran Pese a que la mortalidad de las abejas de la miel hha aumentado de forma preocupante, su numero a escala mundial es estable o esta creciendo, so- bre todo por el aumento de la actividad apicola Su desaparicin es, por Io tanto, improbable por ahora y sus nuimeros actuales responden mas @ factores socioeconémicos que ecolégicos. Sin embargo, las poblaciones de algunas abe- jas silvestres tienen un futuro mas incierto, aun- que es importante destacar que, entre las mas de 20.000 especies, hay una gran variedad de respuestas frente 2 los cambios inducidos por el, hombre. En general hay muchas que serdn las, “perdedoras” ante estas cambios y quedaran re- ducidas a pequefias poblaciones o incluso se ex- tinguirdn. Sin embargo, otras pocas especies, las “ganadoras", pueden afrontar estos cambios y adaptarse a vivir en ambientes antropizados. Parece que los abejorros del género Bombus son especialmente sensibles a los cambios am- bientales, pero hay que destacar que desconoce- ‘mos no solo las tendencias poblacionales, sino la biologia y la taxonomia de gran parte de las es- pecies de abejas. Ademds, los datos disponibles actualmente no son representativos de todo el, planeta, sino que estan sesgados hacia el norte de Europa y Estados Unidos. incluso en Espaiia, la mayoria de las abejas no ha podido ser eva- luada por la IUCN debido a la falta de datos. 3. No es (solo) sobre los servicios que nos brindan Dos tercios de los cultivos dependen de que los polinicen y se ha demostrado que los beneficios que brindan los polinizadores silvestres a la pro- duccién agricola son complementarios a los de la abeja de la miel. Por lo tanto, necesitamos cierta diversidad de especies para optimizar la produc- cin de frutos. Depender solo de la abeja de la miel es un negocio arriesgado, dado sus proble- mas no solo de salud sino también de ineficien- cla, ya que no son buenos polinizadores de mu- cchos cultivos, como por ejemplo el tomate. ‘Sin embargo las frutas no desapareceran de nuestros supermercados. Primero, porque las abejas -u otros polinizadores como dipteros, le- pidépteros 0 coledpteros- no desapareceran completamente, Segundo, porque muchos culti- vos pueden praducir frutos sin polinizacién por insectos, aunque esta produccién sera de peor Tresespeciesde abyss vesires presente en Espa: ‘roa, Lasioglossum locn- tun, de pequeho tama pe romuy importante parla foralocal iia en else. lo Debj,dsmachos de acre collrisesperan alas hembras en ana flor de Chysanthomum coronaria, En pga suerte, smo cometoespecesoltaria que idiics en puere cela ms era est atv enpima- era, coiniinda con o- ‘acide marzanoryslmen- Aros ots: Juan. Gos lervara, cur Haina yOs- carkqudo) calidad. Lo que si puede ocurrir -si no cambia- mos algunas practicas actuales- es que la pro- duccién agricola por unidad de area sea menor, los agricultores pierdan beneficios y los precios de los alimentos suban. Pero la valoracién del declive de las abejas no debe estar basada Gnicamente en los servicios ‘econémicos que nos ofrecen. Tan solo unas po- ‘cas especies son capaces de prosperar en zonas agricolas y, por lo tanto, polinizar nuestros culti- vos: suelen ser las mds resistentes a los cambios actuales. Sin embargo, |a mayoria de abejas “perdedoras” no contribuyen a polinizar cultivos,, pero si son necesarias para el funcionamiento y la conservacién de los ecosistemas. Frenar el declive de las abejas no ha de hacer- se por razones utilitarias inmediatas, sino con la vista puesta en la conservacién de la biodiversi- fae | dad y los ecosistemas. Si no es asi, estaremos dejando de lado a las especies que precisamente mas ayuda necesitan. 4. No hay una sola causa El declive de las abejas afecta a muchisimas es: pecies en todo el planeta y no podemos atribuir- loa una nica causa. Pero si hay un problema mas evidente que los otros, ese es la destruccién del habitat. Mas del 40% de la superficie terres- tre se encuentra modificada directamente por la accién del ser humano y muchas especies de abejas silvestres no pueden obtener recursos pa- ra nidificar y alimentarse en estos ambientes. ‘Ademis, las especies que si pueden adaptarse a ambientes modificados -y las que nos brindan. los servicios polinizando los cultivos- también, sufren el grado de modificacién de los habitats 0 la lejania o fragmentacién de estos. Otra amenaza de las abejas son los insectici- das, como por ejemplo los famosos neonicotinoi des, as{ como fungicidas (que afectan a su mi- crobiota) y herbicidas (que reducen el alimento disponible en forma de “malas” hierbas). La introduccién de especies no nativas conile- va la introduccién de patégenos exéticos. Los mas estudiados atacan a la abeja de la miel, co- mo el caro varroa (Varroa destructor), el hongo microsporidio nosema (Nosema ceranae) o los, virus de paralisis crénica (CBPV) y parélisis agu- da (ABPV). Sin embargo, conocemos mucho me- nos qué patégenos afectan a abejorros y otras abejas silvestres. Ademés, el cambio climatico ya ha alterado los ritmos de actividad anual de plantas y abejas y algunas especies han empe- zado a migrar en altura o en latitud cuando la temperatura no es adecuada para su desarrollo. Un peligro més sutil para las abejas silvestres es la expansién de la propia apicultura. Esta acti vidad antrépica puede llegar a sobreexplotar re- cursos naturales (néctar y polen} e incidir negati- vamente en la biodiversidad, especialmente de 90 Quercus 361- 2020 ‘otros grupos de insectos. Asumir que una activi- dad ganadera como la apicultura carece de efec- tos en los ambientes naturales, donde muy a menudo se desarrolla, acarrea decisiones de gestién equivocadas. 5. No hay una Unica solucién Dado que no hay un solo problema, no podemos esperar una sola solucién. Para conservar espe- cies de abejas silvestres raras y amenazadas ne- cesitaremos conservar sus habitats y las plantas de las que dependen. Si lo que queremos recu- perar es la salud de las abejas de la miel necesi- tamos mejores practicas apicolas, como regular su transporte y alimentacién, y necesitamos co- nocer la epidemioiogia de sus enfermedades y la interaccién con los plaguicidas a los que estén expuestas. Pero para incrementar los servicios como poll- nizadores de nuestros cultivos no basta con po- ner més abejas de la miel, sino que hemos de propiciar que las especies silvestres prosperen. De hecho, aumentar el nuimero de las primeras puede perjudicar a las segundas y contribuir a su. declive. Por lo tanto, necesitamos entender las, condiciones en que la apicultura deriva hacia la sobreexplotacién de recursos y precisa ser regu- lada, especialmente en los espacios naturales protegidos, Usar menos plaguicidas y crear paisajes mas heterogéneos, con campos de cultivo mas pe- quefios y mas elementos seminaturales entre medio, como setos, bandas florales y “malas” hhierbas (que en nuestra flora no suelen ser inva: soras, sino especies ruderales cada vez mas ra~ ras), incrementa la riqueza y abundancia de abe- jas silvestres y favorece la polinizacién de los cultivos, ‘Ademés, muchas especies de abejas silvestres requieren dreas relativamente pequefas para vi vir. Por ejemplo, zonas urbanas o periurbanas pueden convertirse en paraisos para ellas si mantenemos jardines biodiversos con flores nati- vvas que florezcan durante todo el aio. = Caniato Bibiogata unde Mari, Fees Castel Vas Sndo Cuaderno 361 - Marzo 2016 /3'95 € Revista decanade |a prensa ambiental pant eet tor uercus Oar AU eRe EO err) —_ = AGUILA Ve PESGADORA\ 9 ENTRE ESPANA y MARRUECOS FAUNA’ A AMBOS LADOS DEL ESTRECHO . Ww Yi eS ‘ yw - a NORTE DE AFRIGA tN IMPERIALES Y PERDICERAS BOF VIVOS SIMETRI.

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