El enfoque al cliente es el primer principio en el que se basa el sistema de gestión
de calidad en ISO 9001. La política de calidad, los objetivos de calidad, están
definidos y fijados siguiendo el principio básico del enfoque al cliente, teniendo en cuenta que el cliente no siempre tiene la razón. Una de las metas principales del sistema de calidad es la satisfacción de los clientes, cubrir sus expectativas, sus necesidades. Las empresas diseñan y elaboran un producto, prestan servicios, todo ello dirigido a sus clientes, actuales y futuros, y la venta de ese producto o servicio le reporta un margen de beneficio.
La calidad es una ventaja competitiva que de alguna manera asegura la
permanencia en el mercado y mejora las utilidades. La importancia de implementar un sistema de calidad o de gestión de la calidad, ya sea para los productos o servicios de la organización, reside en el hecho de que sirve de plataforma para desarrollar desde el interior de la organización, un conjunto de actividades, procesos y procedimientos, encaminados a lograr que las características presentes tanto en el producto como en el servicio cumplan con los requisitos exigidos por el cliente, es decir, sea de calidad, para así ofrecer mayor posibilidad de que sea adquirido por este, logrando y/o aumentando el porcentaje de ventas planificado por la empresa.