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3.

La Mente Corporeizada
¿Qué significa decir que los conceptos y la razón están corporeizados? Este capítulo da un primer paso hacia el
responder a esa pregunta. Considera el rol que juega el sistema perceptual y motor en la formación de tipos particulares
de conceptos: conceptos de colores, conceptos de nivel básico, conceptos de relaciones espaciales y conceptos
aspectuales2 (de estructuración de eventos).

Cualquier razonamiento que se realice usando conceptos, requiere que las estructuras neurales del cerebro lleven a
cabo dicho razonamiento. Acorde a esto, la arquitectura de las redes neurales de tu cerebro determina que conceptos
tienes y por ende el tipo de razonamiento que puedes hacer. El modelamiento neuronal es el campo que estudia que
configuraciones de neuronas llevan a cabo las computaciones neurales que experienciamos como una forma particular de
pensamiento racional. Estudia también como estas configuraciones neurales son aprendidas.

El modelamiento neuronal puede mostrar en detalle un aspecto de lo que significa para la mente el estar
corporeizada: Como configuraciones particulares de neuronas, operando acorde a principios de computación neuronal,
computa lo que experienciamos como inferencias racionales. En este punto la vaga pregunta “¿Puede la razón hacer uso
del sistema sensorio-motor?” se convierte en la pregunta factible de ser respondida técnicamente “¿Pueden las inferencias
racionales ser computadas por la misma arquitectura neuronal usada en percepción o movimiento corporal?” Sabemos
que, en algunos casos, la respuesta a esta pregunta es sí. Esos casos serán discutidos en este capitulo.

I. Cómo el cuerpo y el cerebro forman la razón

Hemos heredado de la tradición filosófica occidental una teoría de la facultad psicológica, en la cual poseemos una
“facultad” de la razón que está separada de y es independiente de lo que hacemos con nuestros cuerpos. En particular, la
razón es vista como independiente de la percepción y el movimiento corporal. En la tradición occidental, esta capacidad
autónoma de la razón es considerada como lo que nos hace esencialmente humanos, nos distingue de todo el resto de los
animales. Si la razón no fuera autónoma, esto es, no fuera independiente de la percepción, el movimiento, la emoción y
otras capacidades corporales, entonces la demarcación filosófica entre nosotros y el resto de los animales estaría trazada
de forma menos clara. Esta visión fue formulada previa al surgimiento de la teoría evolucionaría, que nos muestra que las
capacidades humanas crecen desde las capacidades animales.

La evidencia de las ciencias cognitivas nos muestra que la clásica facultad psicológica está equivocada. No hay tal
facultad de la razón totalmente autónoma separada e independiente de nuestras capacidades corporales tales como la
percepción y el movimiento. La evidencia apoya, en cambio, una visión evolucionaria, en la cual la razón usa tales
capacidades corporales y crece a partir de ellas. . El resultado es una radicalmente distinta forma de ver lo que la razón es
y por ende lo que es ser un humano. Este capítulo revisa algunas de las evidencias para una visión de la razón como
fundamentalmente corporeizada.

Estos descubrimientos de la ciencia cognitiva son profundamente inquietantes en dos aspectos. Primero, nos dicen
que la razón humana es una forma de razón animal, una razón atada inseparablemente a nuestros cuerpos y a las
particularidades de nuestro cerebro. Segundo, estos resultados nos dicen que nuestros cuerpos, cerebros e interacciones
con nuestro ambiente proveen la mayor parte de las bases inconscientes para nuestra metafísica cotidiana, que es nuestro
sentido de lo que es real.

La ciencia cognitiva da un nuevo e importante enfoque en un antiquísimo problema filosófico, el problema de lo


que es real y como podemos conocerlo, si es que podemos conocerlo. Nuestro sentido de lo que es real comienza con y

11 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


depende de forma crucial de nuestro cuerpos, especialmente nuestro aparato sensorio-motor, que nos permite percibir,
movernos y manipular, y en las detalladas estructuras de nuestro cerebro, que han sido formadas tanto por la evolución
como por la experiencia.

II. Los seres neurales deben categorizar

Cada ser viviente categoriza. Incluso la ameba categoriza las cosas que encuentra en comida y no comida, en lo que
se acerca y lo que se aleja. La ameba no puede elegir que categorizar, sólo lo hace. Lo mismo es cierto en cada nivel del
mundo animal. Los animales categorizan la comida, los depredadores, posibles parejas, miembros de su propia especie y
así sucesivamente. El como los animales categorizan depende de sus aparatos sensoriales y su habilidad de moverse y
manipular objetos.

La categorización es por ende una consecuencia de cómo estamos corporeizados. Nosotros hemos evolucionados
para categorizar; si no lo hubiéramos hecho, no hubiéramos sobrevivido. La categorización, en su mayor parte, no es un
producto del razonamiento consciente. Nosotros categorizamos como lo hacemos porque tenemos el cerebro y el cuerpo
que tenemos y porque interactuamos con el mundo de la forma en que lo hacemos.

Lo primero y más importante que debe ser notado respecto de la categorización es que es una consecuencia
inevitable de nuestra construcción biológica. Somos seres neuronales. Nuestros cerebros tienen cada uno 100 billones de
neuronas y 100 trillones de conexiones sinápticas. Es común para la información en el cerebro el ser pasada de un denso
ensamblaje neuronal a otro por vía de un relativamente escaso conjunto de conexiones. Cada vez que esto ocurre el
patrón de activación distribuido en el primer conjunto de neuronas es demasiado grande para ser representado en una
forma uno a uno en el escaso conjunto de conexiones. De esta forma, el escaso conjunto de conexiones necesariamente
agrupa ciertos patrones de entrada a través de su mapeo hasta el ensamblaje de la salida. Cada vez que un ensamblaje
neuronal provee la misma salida con diferentes entradas existe categorización neuronal.

Para tomar un ejemplo concreto, cada ojo humano tiene 100 millones de células sensibles a la luz, pero sólo 1
millón de fibras que van hacia el cerebro. Cada imagen entrante debe ser reducida por ende en un factor de 100. Esto es,
la información en cada fibra, constituye una “categorización” de información de alrededor de 100 células. Categorización
neuronal de este tipo existe a través del cerebro, hasta llegar hasta los más altos niveles de categorización que podemos
notar. Cuando vemos árboles, los vemos como árboles, no como objetos individuales distintos entre ellos. Lo mismo con
las piedras, casas, ventanas, puertas y así sucesivamente.

Un pequeño porcentaje de nuestras categorías han sido formadas por actos concientes de categorización, pero la
mayoría están formadas automática e inconscientemente como un resultado de funcionar en el mundo. Si bien podemos
aprender nuevas categorías regularmente, no podemos hacer cambios masivos en nuestro sistema de categorización a
través de actos consientes de recategorización (a pesar de esto, a través de la experiencia en el mundo, nuestras categorías
están sujetas a una reformación inconsciente y un cambio parcial). Nosotros no hacemos, ni podemos, tener completo
control conciente sobre como categorizamos. Incluso cuando pensamos que estamos deliberadamente formando nuevas
categorías, nuestras categorías inconscientes entran en nuestra elección de posibles categorías conscientes.

Aún más importante, no es solo que nuestro cuerpos y cerebros determinen qué vamos a categorizar; también
determinan que tipo de categorías vamos a tener y como será su estructura. Piensa en las propiedades del cuerpo humano
que contribuyen a las peculiaridades de nuestro sistema conceptual. Tenemos ojos y oídos, brazos y piernas que
funcionan de una cierta y bien definida forma y no de otra. Tenemos un sistema visual, con mapas topográficos y células
sensibles a la orientación que nos proveen de estructura para conceptuar relaciones espaciales. Nuestras habilidades para

2 ‘Aspecto’ y ‘aspectual’ refieren a u concepto técnico en lingüística, el que será explicado más adelante [Nota del traductor].

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movernos en la forma que lo hacemos y para seguir el movimiento de otras cosas le da al movimiento un rol mayor en
nuestro sistema conceptual. El hecho de que tengamos músculos y los usemos para aplicar fuerza en ciertas formas lleva
a la estructura de nuestro sistema de conceptos de causalidad. Lo que es importante no es solo que tenemos cuerpos y
que el pensamiento está de alguna forma corporeizado. Lo que es importante es que la peculiar naturaleza de nuestros
cuerpos da forma a nuestras mismísimas posibilidades para conceptualizar y categorizar.

III. La indivisibilidad de las categorías, los conceptos y la experiencia

Los sistemas vivos deben categorizar. Como somos seres neurales, nuestras categorías son formadas a través de
nuestra corporeidad. Lo que eso significa es que las categorías que formamos son ¡parte de nuestra experiencia! Estas son
estructuras que diferencian aspectos de nuestra experiencia en tipos discernibles. La categorización es de esta forma no
una materia puramente intelectual, ocurriendo después del hecho de la experiencia. Sino más bien, la formación y uso de
las categorías es la sustancia de la experiencia. Es en parte en lo que nuestros cuerpos y cerebros están constantemente
envueltos. No podemos, como una tradición meditativa sugiere, “ir más allá” de nuestras categorías y tener una
experiencia pura, de-categorizada y de-conceptualizda. Los seres neurales no pueden hacer eso.

Lo que llamamos conceptos son estructuras neurales que nos permiten caracterizar mentalmente nuestras categorías y
razonar respecto a ellas. Las categorías humanas están típicamente conceptualizadas en más de una forma, en términos de
los llamados prototipos. Cada prototipo es una estructura neuronal que nos permite hacer algunos tipos de tareas
inferenciales o imaginativas relativas a una categoría. Los prototipos de casos típicos son usados para trazar inferencias
respecto de miembros de la categoría en ausencia de alguna información contextual especial . Los prototipos de casos
ideales nos permiten evaluar miembros de una categoría respecto de algún estándar conceptual. (Para ver la diferencia,
compare los prototipos del marido ideal con el de marido típico.) Los estereotipos sociales son utilizados para hacer
juicios instantáneos, usualmente respecto de personas. Los ejemplares salientes (ejemplares bien conocidos) son usados
para hacer juicios de probabilidad. (Para un estudio de los tipos de prototipos conceptuales, ver A4, Lakoff 1987.) En
resumen, el razonamiento basado en prototipos constituye una vasta proporción del razonamiento que efectivamente
llevamos a cabo. Razonar con prototipos es, por cierto, tan común que es inconcebible que pudiéramos funcionar por
mucho tiempo sin él.

Ya que la mayoría de las categorías son materia de grados (ejemplo, gente alta), nosotros también tenemos
conceptos graduados caracterizando los grados en una escala con normas de varios tipos para casos extremos, casos
normales y casos no tan normales, y así sucesivamente. Tales normas graduadas están descritas por los llamados
marcadores lingüísticos[(A4, Lakoff 1972), por ejemplo, muy, bastante, algo, apenas, etc. Con el fin de imponer distinciones
precisas, nosotros desarrollamos lo que puede ser llamado prototipos de esencia, que conceptualizan categorías como si
éstas estuvieran exactamente definidas y mínimamente distinguidas de otras.

Cuando conceptualizamos categorías de esta forma, a menudo las visualizamos usando una metáfora espacial, como
si fueran contenedores, con un interior, un exterior y un borde. Cuando conceptualizamos categorías como
contenedores, también imponemos complejos sistemas jerárquicos en ellas, con algunas categorías-contenedores dentro
de otra categoría-contenedor. Conceptualizar categorías como contenedores esconde un gran compromiso con una
estructura de la categoría. Esconde prototipos conceptuales, la estructura graduada de las categorías y lo borroso de los
límites de las categorías.

En resumen, nosotros formamos extraordinariamente ricas estructuras conceptuales para nuestras categorías y
razonamos sobre ellas en muchas formas que son cruciales para nuestro funcionamiento diario. Todas estas estructuras
conceptuales son, por supuesto, estructuras neurales en nuestros cerebros. Esto las hace corporeizadas en el sentido
trivial que cualquier constructo mental es producido neuralmente. Pero hay un sentido más profundo e importante en el

13 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


que nuestros conceptos están corporeizados. Lo que hace conceptos a los conceptos es su capacidad inferencial, su
habilidad para ser unidos en formas que producen inferencias. Un concepto corporeizado es una estructura neuronal que es de hecho
una parte de, o hace uso de, el sistema sensorio-motor de nuestro cerebro. Muchas de nuestras inferencias conceptuales son, por ende, inferencias
sensorio-motoras.

Si los conceptos están, como creemos, corporeizados en este fuerte sentido, las consecuencias filosóficas son
enormes. El locus de la razón (la inferencia conceptual) sería el mismo que el locus de la percepción y del control motor,
que son funciones corporales. Si esto parece una afirmación radical, es radical solo desde la perspectiva de la facultad
psicológica, una filosofía que establece una radical separación entre las habilidades racionales y el sistema sensorio-motor.
No es para nada radical desde el punto de vista del cerebro, que es en conjunto el locus de la razón, la percepción y el
movimiento. La pregunta por el punto de vista del cerebro es si las inferencias conceptuales hacen uso de las mismas
estructuras que las inferencias preceptúales y motoras. En otras palabras, ¿se apoya la razón en la percepción y el control
motor? ¿va la razón a cuestas de la percepción y el control motor? Desde la perspectiva del cerebro, el locus de estas tres
funciones, sería bastante natural si así fuera.

IV. Realismo, inferencia y corporeización

La pregunta de que asumimos por real y la pregunta de cómo razonamos están inseparablemente vinculadas.
Nuestras categorías de cosas en el mundo determinan lo que asumimos como real: árboles, rocas, animales, gente,
edificios y así sucesivamente. Nuestros conceptos determinan como razonamos respecto de esas categorías. Para poder
funcionar realistamente en el mundo, nuestras categorías y nuestras formas de razonar deben “trabajar” muy bien juntas;
nuestros conceptos deben caracterizar la estructura de nuestras categorías lo suficientemente bien como para que
nosotros funcionemos.

La vertiente principal de la filosofía occidental agrega a este panorama ciertas afirmaciones que discutiremos como
falsas. No trivialmente falsas, sino tan falsas que llegan a dramáticamente distorsionar nuestra comprensión de lo que los
seres humanos son, que son la mente y la razón, que son la causalidad y la moral y cual es nuestro lugar en el universo.
Aquí están dichas afirmaciones:

1. La realidad viene dividida en categorías que existen independientemente de las propiedades de la


mente humana, del cerebro y del cuerpo.
2. El mundo tiene una estructura racional: La relación entre categorías en el mundo esta
caracterizada por una razón trascendente y universal, que es independiente de cualquier peculiaridad
de la mente humana, cerebro y cuerpo.
3. Los conceptos usados por la razón libre de mente, de cerebro y de cuerpo caracterizan
correctamente las categorías de la realidad libres de mente, de cerebro y de cuerpo.
4. La razón humana es la capacidad de la mente humana de usar la razón trascendente, o al menos
una porción de ella. La razón humana puede ser ejecutada por el cerebro humano independiente
de los cuerpos humanos o cerebros, pero la estructura de la razón humana está definida por la
razón trascendente, independiente del cuerpo humano o cerebro. Así, la estructura de la razón
humana es decorporeizada.
5. Los conceptos humanos son los conceptos de la razón trascendente. Ellos son por ende
definidos independiente del cuerpo humano o cerebro, y así ellos también son decorporeizados.
6. Los conceptos humanos por ende caracterizan las categorías objetivas de la realidad libre de
mente, cerebro y cuerpo. Esto es, el mundo tiene una estructura única y fija de las categorías que
todos conocemos y usamos cuando estamos razonando correctamente.

14 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


7. Lo que nos hace esencialmente humanos es nuestra capacidad para razonar
decorporeizadamente.
8. Como la razón trascendente es libre de cultura, lo que nos hace esencialmente humanos no es
nuestra capacidad para la cultura o las relaciones interpersonales.
9. Como la razón es decorporeizada, los que nos hace esencialmente humanos no es nuestra
relación con el mundo material. Nuestra humanidad esencial no tiene nada que ver como nuestra
conexión con la naturaleza o el arte o la música o cualquier de estas cosas.

Mucha de la historia de la vertiente principal de la filosofía occidental consiste en explorar variaciones de estos
temas y trazar las consecuencias de estas afirmaciones. Un filósofo dado puede no sostener todas estas afirmaciones en la
forma fuerte en que las hemos planteado; sin embargo, estas afirmaciones juntas forman una imagen de los conceptos, la
razón y el mundo con la que cualquier estudiante de filosofía estará familiarizado. Si son falsas, entonces partes
importantes de la tradición filosófica occidental y muchas de nuestras más comunes creencias tendrán que ser repensadas.

Estas afirmaciones no fueron adoptadas en base a evidencia empírica. En vez de eso se elevaron a partir de una
filosofía a priori. La ciencia cognitiva contemporánea, partiendo de una base empírica, pone en un serio cuestionamiento
a la totalidad de esta visión filosófica del mundo. Aquí está la razón de por qué la ciencia cognitiva guarda una relación
crucial con estos temas.

En el corazón de esta forma de ver el mundo se encuentran las afirmaciones 4, 5 y 6 – que la razón humana y
los conceptos humanos están libres de la mente, el cerebro y el cuerpo y que caracterizan una realidad objetiva y externa.
Si estas afirmaciones son falsas, la totalidad de esta visión de mundo colapsa. Supón que los conceptos humanos y la
razón humana son dependientes del cuerpo y el cerebro. Supón que ellos son formados tanto por el cuerpo y el cerebro
como por la realidad. Entonces el cuerpo y el cerebro son esenciales a nuestra humanidad. Entonces nuestro cuerpo y
nuestro cerebro son esenciales para nuestra humanidad. Más aún, nuestra noción de lo que es la realidad cambia. No
existe razón alguna para creer que existe una razón decorporeizada o que el mundo viene nítidamente tallado en
categorías o que las categorías de la mente son las categorías del mundo. Si las afirmaciones 4, 5 y 6 son empíricamente
incorrectas, entonces tenemos mucho que repensar respecto a quiénes somos y cuál es nuestro lugar en el universo.

V. Conceptos corporeizados

En este capitulo y el siguiente, revisaremos algunos de los resultados de la ciencia cognitiva que guardan relación
con estos temas. Sugeriremos, primero, que los conceptos humanos no son sólo una reflexión de una realidad externa,
sino que están formados de manera crucial por nuestro cuerpo y cerebro, especialmente por nuestro sistema sensorio-
motor. Esto lo haremos mirando tres tipos de conceptos: conceptos de color, conceptos de nivel básico y conceptos de
relaciones espaciales. Después de eso usaremos estudios de modelamiento neuronal para argumentar que ciertos
conceptos humanos y formas de razonamiento conceptual hacen uso del sistema sensorio-motor.

Aquí las apuestas filosóficas son altas. Como veremos en capítulos más adelante, estos argumentos tienen
implicancias de largo alcance respecto de quiénes somos y cuél es nuestro rol en el mundo.

a) Conceptos de color

¿Qué podría ser más simple y obvio que los colores? El cielo es azul. El pasto fresco es verde. La sangre es roja.
El sol y la luna son amarillos. Vemos los colores como inherentes a las cosas. El azul está en el cielo, el verde en el pasto,
el rojo en la sangre, el amarillo en el sol. Nosotros vemos los colores, y aún así es falso, tan falso como otra cosa que
vemos, el movimiento del sol surgiendo al pasar el borde de la tierra detenida. Así como la astronomía nos dice que la

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tierra se mueve en torno al sol, no el sol en torno a la tierra detenida, así la ciencia cognitiva nos dice que los colores no
existen en el mundo externo. Dado el mundo, nuestros cuerpos han evolucionado para crear color.

Nuestra experiencia de color es creada por una combinación de cuatro factores: ondas de luz reflejada,
condiciones de iluminación y dos aspectos de nuestros cuerpos: (1) los tres tipos de conos de color en nuestras retinas,
que absorben luz de larga, mediana y corta amplitud de onda, y (2) el complejo circuito neuronal conectado a esos conos.

Aquí hay algunas cosas cruciales para tener en mente. Una propiedad física de la superficie de los objetos es
importante para el color: su reflectancia, esto es, el porcentaje relativo de frecuencias de luz altas, medias o bajas que
reflecta. Esa es una constante. Pero la amplitud de onda efectiva de la luz reflejada por un objeto no es una constante.
Tómese por ejemplo una banana. La amplitud de onda que viene de la banana depende de la naturaleza de luz que la está
iluminando: si es de tungsteno o fluorescente, luz de día en un día soleado o un día nublado, la luz del amanecer o del
crepúsculo. Bajo distintas condiciones la amplitud de onda de la luz que viene de la banana variará considerablemente, a
pesar de que el color de la banana será relativamente constante; se verá de forma bastante similar. El color entonces no es
sólo la percepción de una amplitud de onda; la constancia de color depende de la habilidad del cerebro para las
variaciones en la fuente de luz. Mas aún, no existe una correspondencia uno a uno entre la reflectancia y el color; dos
reflectancias distintas pueden ser percibidas como el mismo rojo.

Otro punto crucial a tener en cuenta es que la luz no tiene color. La luz visible es radiación electromagnética,
como las ondas de radio, vibrando dentro de cierto rango de frecuencia. No es del tipo de cosa que podría tener color.
Solo cuando esta radiación electromagnética impacta en nuestras retinas somos capaces de ver. Vemos un color particular
cuando las condiciones de luz alrededor están bien, cuando la radiación dentro de un cierto rango impacta en nuestras
retinas y cuando nuestros conos de color absorben la radiación, produciendo una señal eléctrica que es apropiadamente
procesada por el circuito neuronal de nuestro cerebro. La experiencia cualitativa que esto produce es lo que llamamos
“color”.

Uno podría suponer que el color es la representación interna de la realidad externa de la propiedad de
reflectancia de la superficie de los objetos. Si esto fuera cierto, entonces las propiedades de los colores y la categorías de
los colores serían las representaciones de la reflectancia y de las categorías de reflectancia. Pero no es cierto. Los
conceptos de color tienen estructura interna, con ciertos colores siendo “focales”. La categoría rojo, por ejemplo, contiene
el rojo central, así como el no central, tonalidades periféricas tales como rojo púrpura, rojo rosado y rojo anaranjado. La
estructura centro-periferia de las categorías es el resultado de las curvas de respuesta neuronal para el color en el cerebro.
Tonalidades focales corresponden a frecuencias de máxima respuesta neuronal. La estructura interna de las categorías de
color no está allá fuera en la reflectancia de las superficies. Lo mismo es cierto respecto de la relación entre colores. La
oposición entre rojo y verde o azul y amarillo es un hecho de nuestros circuitos neurales, no de la propiedad de
reflectancia de las superficies. El color no es solo la representación interna de la reflectancia externa. Y no es una cosa o
sustancia allá afuera en el mundo.

Para resumir, nuestro concepto de color, su estructura interna y la relación entre ellos está indivisiblemente
atada a nuestra corporeidad. Son la consecuencia de cuatro factores interactuantes: condiciones de luz, amplitud de onda
de la radiación electromagnética, los conos de color y el procesamiento neuronal. Los colores como los vemos, a saber,
rojo de la sangre o el azul del cielo, no están allá afuera en la sangre o en el cielo. De hecho, el cielo no es ni siquiera un
objeto. No tiene superficie para que el color esté en ella. Y sin una superficie física, el cielo ni siquiera tiene una
reflectancia de superficie que pueda ser detectada como color. El cielo es azul porque la atmósfera transmite solo un
cierto rango de amplitudes de onda de la luz que viene desde el sol, y de las amplitudes de onda que si transmite esparce
unas más que otras. El efecto es como una ampolleta coloreada que solo deja pasar ciertas amplitudes de onda de luz a
través del vidrio. Así, el cielo es azul por una razón muy distinta a la que una pintura del cielo es azul. Lo que percibimos

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como azul no caracteriza a una sola “cosa” en el mundo, así como la “azulidad” tampoco corresponde a una amplitud de
onda reflectada.

Los conceptos de color son “interaccionales”; ellos surgen desde la interacción de nuestros cuerpos, nuestros
cerebros, la propiedad de reflejar de los objetos y la radiación electromagnética. Los colores no son objetivos; no hay en
el pasto o en el cielo ninguna azulidad o verdocidad independiente de nuestras retinas, conos de color, circuitos neurales
y cerebros.

Tampoco son los colores puramente subjetivos; no son ni una invención de nuestra imaginación ni una creación
espontánea de nuestro cerebro.

Las consecuencias filosóficas son inmediatas. Ya que los colores no son cosas o sustancias en el mundo, el
realismo metafísico falla. El significado de la palabra rojo no puede solo ser la relación entre la palabra y algo en el mundo
(por ser, una colección de amplitudes de onda de luz o la reflectancia de una superficie). Una teoría adecuada de la
estructura conceptual del rojo, incluyendo una revisión de por qué tiene la estructura que tiene (con rojo focal, rojo
púrpura, rojo anaranjado y así sucesivamente) no puede ser construida solamente por las propiedades espectrales de las
superficies. Debe hacer referencia a los conos de color y a los circuitos neurales. Ya que conos y circuitos neurales están
corporeizados, las propiedades conceptuales internas de rojo están correspondientemente corporeizadas.

El subjetivismo en sus variadas formas – relativismo radical y construccionismo social- también fallan al explicar
el color, ya que el color es creado conjuntamente por nuestra biología y el mundo, no por nuestra cultura. Esto no es
decir que el color no difiera en su significación de una cultura a otra. Claramente lo hace. Sino más bien, el color es una
función del mundo y nuestra biología interactuando.
Filosóficamente, el color y los conceptos de color tienen sentido solo en algo parecido a un realismo
corporeizado, una forma de interaccionismo que no es ni puramente objetivo ni puramente subjetivo.

El color es también importante para el “realismo” del realismo corporeizado. La evolución ha trabajado con
limitaciones físicas: solo ciertos químicos reaccionan a amplitudes de onda cortas, medias y largas y así sucesivamente.
Nosotros hemos evolucionado dentro de estas limitaciones para tener los sistemas de colores que tenemos, y ellos nos
permiten funcionar bien en el mundo. La vida vegetal ha sido importante en nuestra evolución, y así la habilidad de poner
en una categoría las cosas que son verdes tiene un valor evidente para la supervivencia y prosperidad. Lo mismo vale para
la sangre y el color rojo, el agua y el cielo con el color azul, y el sol y la luna con el color amarillo. Tenemos los conceptos
de colores que tenemos porque las limitaciones físicas impuestas por la evolución dieron ventajas evolucionarias a los
seres con un sistema de colores que les permitía funcionar bien en aspectos cruciales.

El color, por supuesto, hace más que ayudarnos a reconocer cosas en el mundo. Es un aspecto evolucionado del
cerebro que juega muchos roles en nuestras vidas, culturales, estéticas y emocionales. Pensar el color como la mera
representación de la realidad externa de la reflectancia de la superficie no sólo es impreciso; sino que pierde las mayoría
de las funciones de los colores en nuestras vidas.

Al menos desde John Locke, los filósofos han sabido que el color es una propiedad interaccional de los objetos,
lo que Locke llamó una “cualidad secundaria” que no existe en el objeto en sí mismo. Locke contrastó las cualidades
secundarias con “cualidades primarias”, que eran asumidas como existentes objetivamente en las cosas
independientemente de cualquier observador. Las cualidades primarias eran vistas como poseedoras de una carga
metafísica, como determinantes de lo que es real, mientras que las cualidades secundarias eran vistas como dependientes
del observador y por ende como no constitutivas de la realidad objetiva.

17 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


Pero el abandonar el color como una “cualidad primaria” metafísicamente real tiene profundas consecuencias
filosóficas. Significa el abandonar la teoría que ve la verdad como una correspondencia; la idea de que la verdad, para
cualquier observador, yace en la relación entre las palabras y el metafísico y objetivo mundo externo. Ya que existe el
color en el mundo en sí, una oración como “la sangre es roja”, que todos tomamos como cierta, no sería verdad acorde a
la teoría que ve a la verdad como una correspondencia.

En vista de que la teoría de la verdad como una correspondencia es la única cosa que muchos filósofos no están
dispuestos a abandonar, recorren extraordinarias distancias para salvarla. Algunos intentan ver al color como la
representación interna de la reflectancia externa de las superficies. Como hemos visto, el mismo razonamiento no puede
funcionar para “el cielo es azul”, ya que el cielo no puede tener una reflectancia de superficie. En estos terrenos, algunos
filósofos han estado dispuestos a afirmar que “el cielo es azul” es falso, dando por sentado que el cielo no tiene
reflectancia de superficie pero tratando de mantener, a pesar de todo, la teoría de la verdad como una correspondencia.
Ellos claman que aquellos de nosotros que pensamos que es cierto que el cielo es azul, ¡estamos simplemente siendo
engañados por una ilusión óptica! El hacer que los filósofos dejen de lado la teoría de la verdad como una
correspondencia no será fácil. (Para una discusión detallada sobre el debate del color en filosofía, ver a Thompson [A5,
1995]. Para una revisión e las implicancias filosóficas de la investigación del color, ver Varela, Thompson y Rosh [C2,
1991], quienes plantean, al igual que nosotros, que el color es de naturaleza interaccional y por ende no es ni objetivo ni
subjetivo. Defensas del objetivismo y del subjetivismo pueden ser encontradas en Hilbert [A5, 1987, 1992] y en Hardin
[A5, 1988].)

Como estamos a punto de ver, el color es la punta del iceberg. Lo que Locke reconoció como la dependencia
del sujeto que percibe es un fenómeno completamente general. La ciencia cognitiva y la neurociencia sugieren que el
mundo cono lo conocemos no contiene ninguna cualidad primaria en el sentido de Locke, porque las cualidades de las cosas
como las experimentamos y las comprendemos depende de forma crucial de nuestra construcción neuronal, nuestra
interacción corpórea con ésta, y nuestros propósitos e intereses. Para los seres humanos reales, el único realismo es un
realismo corporeizado.

b) Categorías de nivel básico

¿Por qué el realismo metafísico ha sido tan popular a lo largo de los siglos? ¿Por qué es tan común el sentir que
nuestros conceptos reflejan el mundo como tal como es–que nuestras categorías mentales calzan con las categorías del
mundo? Una razón, es que hemos evolucionado hasta formar al menos una clase importante de categorías que se ajustan
óptimamente a nuestras experiencias corporales, respecto de entidades y ciertas diferencias extremadamente importantes
en el ambiente natural – que son llamadas categorías de nivel básico.

Nuestro sistema perceptual no tiene problemas distinguiendo vacas de caballos, cabras de gatos, o elefantes de
jirafas. En el mundo natural, las categorías entre las cuales distinguimos más fácilmente son las versiones coloquiales de
los géneros biológicos, a saber, aquellos que han desarrollado formas significativamente distintas como para obtener
ventajas de diferentes características de sus ambientes. Si se baja un nivel en la jerarquía biológica se hace mucho más
difícil el distinguir entre una especie de elefante de otra (A4, Berlin et al. 1974). Lo mismo corre para los objetos físicos.
Es fácil distinguir autos de botes o trenes, pero mucho menos fácil es el distinguir un tipo de auto de otro.

Considere las categorías silla y auto, que están “en la mitad” de las jerarquías de categorías muebles – sillas – silla
mecedora y vehículo – auto – auto deportivo. A mediados de los ’70 , Brent Berlin, Eleanor Rosch, Carolyn Mervis y sus
colaboradores descubrieron que dichas categorías de nivel medio son cognitivamente “básicas” – esto es, ellas tienen un
tipo de prioridad cognitiva, en contraste con categorías superordenadas como muebles y vehículos y con categorías
subordinadas como silla mecedora y auto deportivo (A4, Berlin et al. 1974; Mervis y Rosh 1981).

18 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


• Las propiedades basadas en el cuerpo de las categorías de nivel básico

Las categorías de nivel básico se distinguen de las categorías superordinadas por aspectos de nuestros cuerpos,
cerebros y mentes: imágenes mentales, percepción gestaáltica, programas motores y estructura del conocimiento. El nivel
básico, como encontraron Berlin y Rosh, está caracterizado por a lo menos cuatro condiciones.

Condición 1: Es el nivel más alto en el cual una sola imagen mental puede representar a la categoría entera. Por ejemplo, se puede
tener la imagen mental de una silla. Se pueden tener imágenes mentales de otras categorías en el nivel básico como mesas
y camas. Pero no se puede tener una imagen mental de un mueble en general – una cosa que no es ni una silla, mesa o
cama, sino algo más general. De esta misma forma, se puede tener la imagen mental de un auto. Se pueden tener
imágenes mentales de otras categorías a este nivel, tales como trenes, botes y aviones. Pero no se puede formar una
imagen mental de un vehículo general. – una cosa que no es un auto, ni un tren, ni bote o avión, sino un vehículo en
general. El nivel básico es el nivel más alto en el que tenemos imágenes mentales para representar una categoría entera.

Condición 2: Es el nivel más alto en el cual los miembros de una categoría tienen formas percibidas como similares en general. Se puede
reconocer una silla o un auto por su forma completa. No existe una forma completa que se le pueda asignar a un mueble
o vehículo generalizado de forma que se pudiera reconocer esa categoría a partir de esa forma. El nivel básico es el nivel
más alto en el cual los miembros de una categoría son reconocidos por percepción gestaltica (percepción de su forma
completa).

Condición 3: Es el nivel más alto en el que una persona usa acciones motoras similares para interactuar con miembros de la categoría. Se
tiene programas motores para interactuar con objetos en el nivel básico – para interactuar con sillas, mesas y camas. Pero
no se tienen programas motores para interactuar con muebles generalizados.

Condición 4: Es el nivel en que la mayoría de nuestro conocimiento está organizado. Se puede tener una gran cantidad de
conocimiento en el nivel básico. Piensa por un momento en todo lo que sabes sobre auto versus todo lo que sabes de
vehículos. Sabes un grupo de cosas respecto de los vehículos en general, pero muchas cosas más respecto de los autos.
Sabes mucho menos respecto de las categorías subordinadas a no ser que seas un experto.

Como resultado de estas características, el nivel básico tiene otras prioridades sobre el nivel superordinado y el
subordinado: es nombrado y entendido antes por los niños, ingresa temprano en la historia de un lenguaje, tiene los
lexemas primarios más cortos y es identificado más rápido por los sujetos. El nivel básico también tiende a ser usado en
contextos neutros, esto es, contextos en los cuales no hay indicación explicita de qué nivel es el más apropiado. Desde la
perspectiva de una teoría global de la mente humana, éstas son propiedades importantes de los conceptos que no pueden
ser ignoradas.

• La significación filosófica del nivel básico

La significación filosófica de estos resultados se sigue directamente. Primero, la división entre categorías de nivel
básico y el nivel no básico está basada en el cuerpo, esto es, basada en una percepción gestaltica, en programas motores y
en imágenes mentales. Por lo anterior, el clásico realismo metafísico no puede estar en lo correcto, ya que las propiedades
de los objetos son mediadas por el cuerpo más que determinadas directamente por una realidad independiente de la
mente.

Segundo, el nivel básico es el nivel en que la gente interactúa de forma óptima con su ambiente, dados el tipo de
cuerpos y cerebros que tienen y el tipo de ambiente en el que habitan. ¿Cómo esto posible? La mejor respuesta que
tenemos, sugerida por Tversky y Hemenway (A4, 1984), es que las propiedades que constituyen las categorías de nivel

19 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


básico son respuestas a la estructura parte-todo de los objetos y seres físicos. La percepción gestaltica es sobre la
estructura global parte-todo, al igual que la imaginería mental. El uso de esquemas motores para interactuar con objetos
depende significativamente en su estructura global parte-todo. Mas aún, las funciones que algo puede realizar, y por ende
lo que sabemos al respecto, dependen también en un grado significativo en la estructura global parte-todo. Es por esto
que existe una estructura de categoría de nivel básico respecto de la cual podemos funcionar óptimamente.

Tercero, la categorización de nivel básico nos dice por qué el realismo metafísico hace sentido a tanta gente, donde
parece funcionar y donde empieza a fallar. El realismo metafísico parece funcionar de forma primaria en el nivel básico.
Si se miran solo ejemplos en las categorías de nivel básico, al nivel de las categorías en donde interactuamos óptimamente
con el mundo, entonces parece como si nuestras categorías conceptuales calzaran con las categorías del mundo. Si se
miran categorías en otros niveles, no es así (A4, Berlin et al. 1974). No es sorprendente, por ende, que la discusión
filosófica respecto de la relación entre nuestras categorías y las cosas en el mundo tienda a usar ejemplos del nivel básico.
Ejemplos filosóficos como “el gato está sobre la estera” o “el niño golpeó la pelota” típicamente usan categorías de nivel
básico como gato, estera, niño y pelota o sustancias de nivel básico como agua u oro. No es accidente el que los filósofos no
traten de hacer sus argumentos con elementos mas abajo en la taxonomía biológica: flamenco nortino, ardilla europea,
basset hound, loro argentino, etc.

El nivel básico, por supuesto, no es sólo sobre objetos. Hay acciones de nivel básico, acciones para las que tenemos
acciones mentales convencionales y programas motores, como nadar, caminar y tomar cosas. También tenemos
conceptos sociales de nivel básico, como familias, clubes, y equipos de fútbol, así como también tenemos acciones
sociales de nivel basico, como discutir. Y hay también emociones básicas, como la felicidad, el enojo y la tristeza.

Cuarto, las propiedades de nivel básico explican importantes aspectos de la estabilidad del conocimiento científico.
Para los objetos físicos de nivel básico y las acciones o relaciones de nivel básico, la relación entre las categorías humanas
y la división de las cosas en el mundo es sumamente precisa. Podemos pensar en los instrumentos científicos como si
estuvieran extendiendo estas habilidades de nivel básico para percibir, imaginar e intervenir. Los telescopios,
microscopios, cámaras y delicados instrumentos de prueba de todo tipo extienden nuestra capacidad para la percepción,
imaginación e intervención de nivel básico. Tales instrumentos nos permiten incrementar en gran medida el alcance de
nuestras categorías mentales para calzar con importantes distinciones en el mundo.

Para las categorías de nivel básico, la idea de que nuestras categorías mentales calcen con las categorías del mundo no
es tan lejana. Cuando nuestras capacidades de nivel básico son extendidas por la instrumentación científica, mejora
nuestra habilidad para seleccionar divisiones útiles del mundo real. Las categorías de nivel básico son la fuente de nuestro
conocimiento más estable, y la capacidad tecnológica de extenderlas nos permite extender nuestro conocimiento estable.

En resumen, nuestras categorías surgen del hecho de que somos seres neurales, de la naturaleza de nuestras
capacidades corporales, de nuestra experiencia interactuando en el mundo y por nuestra evolucionada capacidad para la
categorización de nivel básico – un nivel en el que interactuamos con el mundo de forma óptima. La evolución no nos ha
requerido el ser tan precisos por sobre y bajo el nivel básico como lo somos en éste, por ende, no lo somos.

Hay una razón por la que nuestra categorización de nivel básico y la evolución van a la par. En el mundo natural, las
categorías de nivel básico de organismos son géneros biológicos. Eso significa que están en su mayor parte determinadas
por su estructura global parte-todo. La estructura parte-todo de una clase de organismos es, significativamente, lo que
determinara si es que sobrevivirá y funcionará bien en un determinado ambiente. De esta forma, la estructura parte-todo
determina las categorías naturales de [éneros existentes. Y es lo que nuestros sistemas perceptual y motor han
evolucionado para reconocer en el nivel básico. Es por esto que hemos tendido a lo largo de nuestra historia
evolucionaria a funcionar de forma óptima en nuestras interacciones de nivel básico.

20 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


A pesar de que los hechos sobre la categorización de nivel básico no se ajustan al realismo metafísico, estos si nos
proveen de una base para un realismo corporeizado, que es una mejora sobre el realismo metafísico en tanto que
proporciona un vínculo entre nuestras ideas y el mundo, al menos al nivel que es más importante para nuestra
supervivencia. Los hechos referentes a la categorización de nivel básico también nos recuerdan que nuestros cuerpos
contribuyen a nuestro sentido de lo que es real.

A continuación volteamos hacia los conceptos de relación espacial. Estos son también corporeizados. Tienen que
serlo, porque ellos nos permiten desplazarnos por el espacio, funcionando en éste tan bien como cuando lo
conceptualizamos y hablamos de él.

c) Conceptos de relación espacial

Los conceptos de relación espacial están en el corazón de nuestro sistema conceptual. Ellos son los que hacen
sentido del especio para nosotros. Ellos caracterizan qué es una forma espacial y definen las inferencias espaciales. Pero
no existen como entidades en el mundo exterior. No vemos las relaciones espaciales en la forma que vemos objetos
físicos.

No vemos la cercanía o lejanía. Vemos los objetos donde están y les atribuimos cercanía o lejanía respecto de algún
punto de referencia. Las relaciones delante de y atrás de son impuestas por nosotros en el espacio de una forma compleja.
Cuando vas delante de una iglesia, te encuentras atrás de ella. O tomemos el concepto de a través. Supón que tienes que
remar a través de un estanque redondo. Si remas “atravesándolo directamente” (en un ángulo de 90 grados de la costa),
ciertamente has remado a través del estanque. Si remas en un ángulo de 45 grados, no es tan claro. Si remas con un
ángulo de 15°, ciertamente no. Aquí, lo que cuenta como a través varía con la forma del área cruzada y el ángulo de cruce
siendo también un tema de grados. Los conceptos de relaciones espaciales no son simples o directos, y varían
considerablemente de un lenguaje a otro lenguaje

Utilizamos conceptos de relaciones espaciales inconscientemente, y los imponemos por via de nuestros sistemas
perceptual y motor. Solo “percibimos” automática e inconscientemente una entidad como en, sobre, o a través de otra
entidad. Sin embargo, tal percepción depende de un enorme monto de actividad mental inconsciente y automática de
nuestra parte. Por ejemplo, para ver una mariposa en el jardín, tenemos que proyectar un monto no trivial de estructura
imaginaria en la escena. Tenemos que conceptuar los limites del jardín como un contenedor tridimensional con un
interior que se extiende en el aire. También necesitamos localizar la mariposa como una figura (o móvil) relativa a ese
contenedor conceptual, que sirve como terreno (o punto de referencia). Realizamos tan complejos, pero aún asi
mundanos, , actos de percepción imaginativa durante cada momento de nuestras vidas despiertas.

La mayoria de las relaciones espaciales son complejos hechos de relaciones espaciales elementales. El termino ingles
“into” es un compuesto del la relación espacial en ingles “in” y “to”. El termino español “en” en su sentido central esta
compuesto por sobre, en contacto con y soportado por. Cada uno de estos es una relación espacial elemental. Las relaciones
espaciales elementales tienen una estructura interna adicional consistente en una imagen esquematica, un perfil, y una
estructura móvil-punto de referencia.

Para ver que significan estos términos, tomemos un pequeño ejemplo.

• El esquema del contenedor

El termino español “en” esta hecho de un esquema de contenedor (una región limitada del espacio), un perfil que
resalta el interior del esquema y una estructura que identifica el límite del interior como punto de referencia (PR) y al

21 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


objeto que se sobrepone con el interior como móvil (MV). “José esta en la casa”, la casa es el punto de referencia (PR)
relativo al cual José, el móvil (MV) esta ubicado.

Las relaciones espaciales tienen también de forma constitutiva una “lógica” espacial en virtud de sus estructuras
esquemático-visuales. La figura 3.1 ilustra la lógica espacial constitutiva del esquema de contenedor:

• Dados de contenedores, A y B, y un objeto, X, si A esta en B y X esta en A, entonces X esta en B.

No necesitamos realizar una operación deductiva para computar esto. Es en si mismo evidente simplemente por la
imagen de la figura 3.1

Un esquema de contenedor tiene la siguiente estructura: un


interior, un límite y un exterior. Es una estructura gestaltica en
el sentido de que las partes no hacen sentido sin el todo. No hay
un interior sin un límite y en exterior, no hay exterior sin un
límite y un interior y no hay límite sin lados. La estructura es
topológica en el sentido de que el límite puede ser hecho más
largo o más corto, o distorsionado y permanecer como el limite
del esquema de contenedor.

Un esquema de contenedor, como cualquier otro esquema de imagen, es conceptual. Dicho esquema de contenedor
puede, sin embargo, ser físicamente ejemplificado, ya sea en un objeto concreto, como un jarro o una taza, o en una
región limitada del espacio, como una cancha de basketball o de fútbol.

Supóngase que el límite de un contenedor es físicamente ejemplificado en un objeto concreto, por ejemplo, una caja.
Un límite físico puede imponer restricciones poderosas y visuales: puede proteger los contenidos del contenedor,
restringir su movimiento o colocarlo inaccesible a la visión. Es importante distinguir un esquema puramente conceptual
de uno físicamente ejemplificado; ya que tienen distintas propiedades.

Los esquemas de contenedor, como otros esquemas de imagen, sin Inter.-modales. Podemos imponer un
contenedor conceptual en un esquema visual. Podemos imponer un esquema de contenedor en algo que oímos, como
cuando separamos conceptualmente una parte de una pieza de música de otra. Podemos también imponer esquemas de
contenedor en nuestros movimientos motores, como cuando un entrenador de fútbol analiza el disparo de un delantero
en partes que lo componen y discute sobre los que va dentro de cada parte.

22 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


• El esquema de Origen-Camino-Destino

Al igual que el esquema de contenedor, existe una lógica espacial constitutiva en el esquema de origen-camino-
destino (figura 3.2). El esquema de origen-camino-destino tiene los siguientes elementos (o “roles”):

• Un móvil que se desplaza


• Una localización de origen (el punto de partida)
• Un destino, esto es, la destinación buscada por el móvil
• Una ruta desde el origen hasta el destino
• La trayectoria real de movimiento
• La posición del móvil en un momento dado
• La dirección del móvil en un momento dado
• La localización final real del móvil, que puede o no ser la destinación buscada

Extensiones de este esquema son posibles: un vehículo, la velocidad de movimiento, obstáculos para el movimiento,
fuerzas que lo mueven a lo largo de la trayectoria, moviles adicionales y asi sucesivamente.

Este esquema es topológico en el sentido de que el camino puede ser extendido, achicado o deformado y se
mantiene como un camino. Las trayectorias son imaginativas en la medida que no son entidades en el mundo; son
conceptualizadas como un trazo parecido a una línea dejado por un objeto mientras se mueve y se proyecta hacia
adelante en la dirección en que se mueve.

Como en el esquema de contenedor, podemos formar relaciones espaciales a partir de este esquema por la adición
del perfilar (también llamado destacar) y la relación entre un móvil y un punto referencia. El concepto expresado por
hacia perfila el destino y lo identifica como el punto de referencia relativo al cual el movimiento tiene lugar. El concepto
expresado por desde perfila el origen, tomando la partida como el punto de referencia relativo al cual el movimiento
ocurre.

El esquema origen-camino-destino tiene también una lógica espacial interna con inferencias constitutivas de este:

• Si has atravesado una ruta hasta una posición actual, has estado en todos las localizaciones previas en esa
ruta.
• Si viajas de A hasta B y de B a C, entonces has viajado de A hasta C.
• Si hay una ruta directa de A hacia B y te estás moviendo por esa ruta hacia B, entonces te mantendrás
acercándote a B.
• Si X e Y están viajando a través de una ruta directa de A hasta B y X pasa a Y, entonces X está más lejos
que A y más cerca de B que Y.
• Si X e Y parten por A al mismo tiempo moviéndose a través de la misma ruta hacia B y si X se mueve más
rápido que Y, entonces X arribara a B antes que Y.

23 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


Nuestro conocimiento más fundamental del movimiento es caracterizado por el esquema origen-camino-
destino, y esta lógica está implícita en su estructura. Muchos conceptos de relaciones espaciales están definidos usando
este esquema y dependen para su significado en su lógica espacial inherente, por ejemplo, hacia, lejos, a través y entre.

• Proyecciones corporales

Las proyecciones corporales son instancias especialmente claras de la forma en que nuestros cuerpos forman la
estructura conceptual. Considérense ejemplos tales como en frente de y a espaldas de3. Los sentidos más centrales de estos
términos tienen que ver con el cuerpo. Tenemos “frentes” y “atrases” inherentes. Vemos de frente, normalmente nos
movemos en la dirección que tenemos en frente, e interactuamos con objetos y otras personas frente a nosotros.
Nuestros atrás son opuestos a nuestros en frente; no percibimos directamente nuestras propias espaldas, normalmente no
caminamos de espaldas y típicamente no interactuamos con objetos y personas que estén detrás de nosotros.

Proyectamos frentes y atrases en los objetos. Lo que nosotros entendemos por el frente de un artefacto estático,
como una TV o un computador o una cocina, es el lado con el que normalmente interactuamos usando nuestro frente.
Lo que tomamos como el frente de un objeto en movimiento como un auto es la parte que “encara” la dirección en que
normalmente se mueve. Proyectamos frentes a objetos estáticos carentes de frentes inherentes, como los árboles o las
rocas. Los hablantes del inglés proyectan frentes en dichos objetos de forma que el frente del objeto mire hacia el
hablante. En otros lenguajes (por ejemplo el Hausa), los hablantes proyectan el frente en estos objetos en la dirección
opuesta, encarando en la dirección contraria al observador.

Los conceptos de en frente de y a espaldas de son basados en el cuerpo. Sólo hacen sentido para seres con un
frente y una espalda. Si todos los seres en este planeta fueran esferas estáticas y uniformes flotando en algún medio y
percibiendo igual en todas direcciones, no tendrían los conceptos de en frente de y a espaldas de. Pero de forma alguna
somos así. Nuestros cuerpos son simétricos en algunas formas y no en otras. Tenemos caras y nos movemos en la
dirección que vemos. Nuestros cuerpos definen un conjunto de orientaciones espaciales que usamos no sólo al
orientarnos, sino también al percibir la relación de un objeto con otro.

Cuando percibimos un gato como estando frente de un auto o tras un árbol, la relación espacial en frente de y de
tras de, entre el gato y el auto o entre el árbol, no están objetivamente en el mundo. La relación espacial no es una entidad
en nuestro campo visual. El gato está detrás del árbol o enfrente del auto sólo en relación con nuestra capacidad de
proyectar “frentes” y “atrases” en autos y árboles y de imponer relaciones en las escenas visuales en relación con dichas
proyecciones. De esta forma, el percibir al gato como detrás del árbol requiere una proyección imaginativa basada en
nuestra naturaleza corporeizada.

Comparado con otros lenguajes, el Inglés es relativamente empobrecido en el uso de proyecciones corporales
para conceptuar relaciones corporales. En contraste, lenguajes de la familia Otomongueana, como el Mixtec, usa
proyecciones corporales como su medio primario para caracterizar las relaciones espaciales. (A1, Brugman 1985).

Por ejemplo, en Mixtec, no hay un concepto unitario o palabra correspondiente al inglés on. El rango de casos
cubiertos por el inglés on es más bien descrito utilizando proyecciones de partes del cuerpo. Suponga que quiere decir “él
está en la cima de la colina”. Ello se dice el equivalente a “él esta localizado en cabeza colina”. Si desea decir “yo estuve
en el techo de la casa”, se dice el equivalente en Mixtec de “yo estuve localizado en la espalda de un animal casa” en la

3 Los términos usados originalmente por los autores son “in front of” y “in back of”, que fueron en esta ocasión traducidos como “en

frente de” y “a espaldas de” (y sus respectivas generalizaciones como “frentes” y “atrases”). Respecto a la segunda de estas expresiones
cabe hacer notar que en lo sucesivo se entenderán como sinónimos el uso de “a espaldas de”, “atrás de”, “tras de”, “detrás de” para
equiparar la polisemia del termino “back” en inglés.[Nota del Traductor]

24 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


que la espalda de un animal, que está canónicamente orientada horizontalmente, es proyectada en la casa. Si desea decir
“estoy sentado en la rama del árbol”, se dice el equivalente a “estoy sentado en brazo árbol”.

Una forma en que los lenguajes difieren es que, mientras algunos tienen algunas de las principales relaciones
centradas en el cuerpo del tipo en frente de, otros tiene principalmente relaciones externamente basadas, del tipo al norte
de, existiendo otros que tienen sistemas mixtos. (A8, Levinson 1992-present)

• Otros esquemas-imágenes y elementos de las relaciones espaciales

El estudio de los conceptos de relaciones espaciales dentro de la lingüística cognitiva ha revelado que hay una
relativamente pequeña colección de esquemas-imágenes primitivos que estructuran los sistemas de relaciones espaciales
en los lenguajes del mundo. Aquí hay algunos ejemplos, sin todos los detalles como los dados más arriba: parte-todo,
centro-periferia, vínculo, ciclo, iteración, contacto, adyacencia, movimiento forzado (por ejemplo empujar, tirar,
propusar), soportar, balancear, derecho-curvo y cerca-lejos. Las orientaciones usadas también en los sistemas de
relaciones espaciales en los lenguajes del mundo incluyen orientación vertical, orientación horizontal, y orientaciones
frente-atrás. (Para una completa discusión ver A4, Lakoff 1987, estudio de caso 2; A1, Jonson 1987; A8, Talmy 1983; y
B2, Regier 1996)

Uno de los descubrimientos importantes de la ciencia cognitiva es que el sistema conceptual usado en los
lenguajes del mundo hace uso de un número relativamente pequeño de esquemas-imágenes básicos, sin embargo, el
rango de relaciones espaciales complejas que puede ser construido a partir de estos esquemas es muy grande. Como
veremos cuando lleguemos a la discusión sobre metáfora conceptual, la lógica espacial de estos esquemas-imágenes
basados en el cuerpo están entre las bases de las formas lógicas utilizada en el razonamiento abstracto.

• La naturaleza corporeizada de los conceptos de relación espacial

Los conceptos de relación espacial están corporeizados de varias maneras. Las proyecciones corporales están
obviamente basadas en el cuerpo humano. Conceptos como en frente de y a espaldas de y aquellos del Mixtec surgen del
cuerpo, dependen del cuerpo y no existirían si no tuviéramos el tipo de cuerpo que tenemos. Lo mismo es cierto para los
esquemas fundamentales de dinámicas de fuerza: tirar, empujar, propulsar, soportar y balancear. Nosotros
comprendemos estos a través del uso de nuestras partes del cuerpo y nuestra habilidad de moverlas, especialmente
nuestros brazos, manos y piernas.

Otros esquemas-imágenes son también comprendidos a través del cuerpo. Nuestros cuerpos son contenedores
que toman aire y nutrientes y emiten desechos. Nosotros constantemente orientamos nuestros cuerpos respecto a otros
contenedores, -piezas, camas, edificios. Pasamos una inmoderada cantidad de tiempo poniendo cosas y sacando cosas
desde contenedores. También proyectamos contenedores en áreas del espacio, como cuando entendemos que un
enjambre de abejas está en el patio. De forma similar, cada vez que vemos algo moverse, o cuando nos movemos
nosotros, comprendemos ese movimiento en términos del esquema origen-camino-destino y razonamos acorde a este.

Esta forma de corporización surge de la forma en que esquematizamos nuestro propio cuerpo y las cosas con
las que interactuamos diariamente (C2, Gallagher 1995). Nos referiremos a esto como la corporización fenomenologica. Pero
también hay una corporizacion neuronal, como vimos en el caso del color. La corporizacion neuronal caracteriza los
mecanismos neuronales que dan origen a los conceptos –por ejemplo, el circuito neuronal conectado a los conos de color
que trae el color a la existencia y caracteriza la estructura de las categorías de color. Estos mecanismos neuronales
explican por qué las categorías de color tienen muchas de las propiedades fenomenológicas que tienen.

25 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


No sabemos aún los mecanismos neuronales exactos que dan origen a los conceptos de relaciones espaciales,
pero un inicio ha sido ya hecho. Se ha construido un modelo computacional neuronal que caracteriza ciertos esquemas-
imágenes neuronalmente, explica por qué debieran existir y da cuenta de sus propiedades topológicas y de orientación.
Veamos ahora esta investigación.

VI. El modelamiento neuronal de conceptos espaciales y motores

Como se mencionó maás arriba, gran parte de la tradición filosófica occidental asume una psicología de las
facultades, acorde a la cual tenemos una facultad de la razón separada de nuestras facultades de la percepción y el
movimiento corporal. Se asume que los conceptos y las formas de la razón basadas en ellos son solamente parte de la
facultad de la razón. La percepción puede informar a la razón y el movimiento puede ser consecuencia de la razón, pero
en la tradición ningún aspecto de la percepción o movimiento es parte de la razón.

En consecuencia, se asume que existe una absoluta dicotomía entre percepción y concepción. Mientras la
percepción ha sido siempre aceptada como corporal por naturaleza, tal como el movimiento, la concepción –la formación
y uso de conceptos- ha sido vista tradicionalmente como solamente mental y totalmente separada e independiente de
nuestras habilidades para percibir y movernos.

Ya hemos empezado a tener indicios de que esta postura es falsa. Hemos visto que los conceptos de nivel básico
dependen de nuestro movimiento motor, las percepción gestaltica y la imaginería mental, la que es llevada a cabo por el
sistema visual en el cerebro. Hemos visto que el color es cualquier cosa menos algo puramente mental, que nuestros
conceptos de color están íntimamente formados no solo por la percepción como una facultad de la mente sino por partes
de nuestro cuerpo tales como los conos de color y el circuito neuronal. Y hemos visto que los conceptos de relaciones
espaciales como en frente de y a espaldas de no están caracterizados por alguna abstracta y descorporeizada capacidad mental
sino más bien en términos de orientación corporal. En estos casos, el cuerpo no está meramente envuelto en alguna
forma menor en la conceptualización, sino que está dando forma a su mismísima naturaleza.

a) La corporeización no como realización sino como un dar forma

¿Cuál es la visión de que la mente es descorporeizada? Es la visión en la que los contenidos de la mente, los
verdaderos conceptos, no son crucialmente formados o no reciben ningún contenido inferencial significativo del cuerpo.
Es la visión de que los conceptos son de naturaleza formal y surgen de la capacidad de la mente de generar estructuras
formales de tal forma que le permitan derivar mas allá, inferir, estructuras formales. Abogados de la mente
descorporeizada afirmarán, por supuesto, que la estructura conceptual debe tener una realización neuronal en el cerebro,
que solo sucede que reside en un cuerpo. Pero ellos niegan que algo del cuerpo sea esencial para caracterizar lo que los
conceptos son.

La afirmación de que la mente es corporeizada es, por ende, mucho más que la simple afirmación de que se
necesita al cuerpo para poder pensar. Los abogados de la visión descorporeizada de la mente están de acuerdo con eso.
Nuestra afirmación es, más bien, que las mismísimas propiedades de los conceptos son creadas como resultados de la
forma en que el cerebro y el cuerpo están estructurados y la forma en que ambos funcionan en las relaciones
interpersonales y el mundo físico.

Por ende la hipótesis de la mente corporeizada radicalmente socava la distinción percepción/concepción. En una
mente corporeizada, es concebible que el mismo sistema neuronal que esté involucrado en la percepción (o en los
movimientos corporales) juega un rol central en la concepción. Esto es, los mismísimos mecanismos responsables de la

26 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


percepción, los movimientos y la manipulación de objetos, podrían ser responsables de la conceptualización y el
razonamiento. De hecho, en investigación reciente en modelamiento neuronal, los modelos de mecanismos preceptúales
y esquemas motores pueden en efecto hacer trabajo conceptual en aprendizaje de lenguaje y razonamiento. Este es un
resultado deslumbrante. Salta a la cara de las por tanto tiempo honorables teorías filosóficas de las facultades psicológicas
y su reciente reencarnación en teorías duras de la modularidad de la mente y el lenguaje, cada una de las cuales insiste en
una separación de los mecanismos de percepción y la concepción.

b) Modelamiento neuronal como una prueba de existencia para la


corporeidad de la mente

Hasta ahora, no tenemos ninguna evidencia neurofisiologica, a saber, resultados de estudios PET o bien MRI
funcionales, de que los mismos mecanismo neuronales usados en la percepción y el movimiento sean utilizados en el
razonamiento abstracto. Lo que sí tenemos es una prueba de existencia de que es posible y buenas razones para pensar
que es plausible. La prueba de existencia viene del campo del modelamiento neuronal, y viene de la siguiente forma. Un
modelo neuronal de mecanismo perceptual o motor es construido, y el mismo sistema es utilizado para tareas
conceptuales también. Las tareas conceptuales son de dos tipos: (1) aprender la estructura de un campo semántico de
itemes lexicales hasta obtener las correctamente las relaciones entre los itemes lexicales, y (2) ejecutar inferencias
abstractas.

Estos modelos son pruebas de existencia en el sentido que muestran que estructuras neuronales que pueden
llevar a cabo funciones sensorio-motoras pueden, en principio, hacer ambos trabajos –el trabajo de la percepción o
control motor por un lado, y el trabajo de conceptuar, categorizar y razonar en el otro.

Lo particularmente impresionante sobre estos modelos es que son computacionales. El campo de neurociencia
computacional no está sólo preocupado de donde se realizan las computaciones neuronales sino del como, esto es, con
precisos mecanismos de computación neuronal que ejecutan operaciones sensorio motoras y llevan a cabo
conceptualización, categorización, razonamiento y aprendizaje del lenguaje. Cada uno de los modelos que discutiremos
realiza esos trabajos en detalle.
Se han construido modelos para tres clases de conceptos:

1. Conceptos de relaciones espaciales, por ejemplo, aquellas llamadas por palabras españolas como en, sobre, a través
y bajo.
2. Conceptos de movimientos corporales, representados por verbos como agarrar, tirar, levntar, voltear y golpear.
3. Conceptos que indican las estructura de acciones o eventos (lo que los lingüistas llaman conceptos aspectuales)
como partir, proseguir, continuar, finalizar, incluyendo aquellos indicados gramaticalmente como en proceso (en
español está/están más la raíz del verbo más –endo: está corriendo) o completados (ha/han más la raíz del verbo más
-ado: ha levantado).

Ya que estos conceptos versan sobre lo que el cuerpo hace, a saber, percibir y moverse, uno debiera esperar que
lo que el cuerpo en realidad hace diera forma a estos conceptos. En particular:

• Ya que los conceptos de relaciones espaciales son respecto del espacio, no debiera ser sorprendente si nuestras
capacidades para la visión y negociación de espacio son usadas en la constitución de las conceptos de relaciones
espaciales y su lógica.
• Ya que los conceptos de movimiento corporal son respecto de acciones motoras, no debiera ser sorprendente si
nuestros esquemas y parámetros motores de movimiento corporal estructuran dichos conceptos y su lógica.

27 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


• Ya que el mover nuestro cuerpo es nuestra acción mas común, no debiera ser sorprendente si en general la
estructura de los esquemas de control para movimientos corporales debieran ser utilizadas para caracterizar la
estructura aspectual, la estructura que encontramos en las acciones y eventos en general.

Estos modelos sugieren algunas cosas que hacen eminentemente un buen sentido: los sistemas visuales de
nuestros cerebros son usados en la caracterización de los conceptos de relaciones espaciales. Nuestros actuales esquemas
motores y sinergias motoras están involucradas en lo que los verbos de movimiento motor significan. Y la forma general
de control motor da forma general a todas nuestras acciones y eventos que percibimos. El punto es este: en tales
modelos, no hay una distinción absoluta perceptual/conceptual, esto es, el sistema conceptual hace usa de partes
importantes del sistema sensorio-motor que impone la estructura conceptual crucial.

c) Los tres modelos

Los tres modelos que estamos por discutir son altamente complejos, y podemos dar solo una muy breve
revisión a cada uno de ellos. Una discusión más detallada se encuentra en el apéndice. (Para una discusión completa para
todos los detalles tecnicos, ver B2, _Regie 1996, Bailey 1997; y Narayanan 1997a, b.)

• El modelos de Regier para el aprendizaje de términos sobre relaciones espaciales

Ferry Regier (B2, 1996) construyó un modelo neuronal para aprender términos de relaciones espaciales en los
lenguajes del mundo. Dado un modelo de input retinal con figuras geométricas en varias configuraciones espaciales junto
con una descripción lingüística que describe correctamente la configuración en un lenguaje dado, el modelo neuronal
debía aprender el sistema de conceptos de relaciones espaciales y términos de forma que pudiera categorizar
correctamente nuevas configuraciones. Debía hacer esto tanto en casos de configuraciones espaciales estáticas (por
ejemplo, sobre) y en casos que involucraban movimiento (por ejemplo, hacia). El modelo aprendió sin evidencia negativa,
esto es, sin casos incorrectamente etiquetados, solo correctamente etiquetados.
Esta es la idea tras el modelo: Si bien los términos de relaciones espaciales difieren ampliamente a través de los
lenguajes del mundo, ellos tienen que categorizar utilizando estructuras que se encuentran en el sistema visual del
cerebro. Los conceptos de relaciones espaciales debieran por ende depender de estructuras neuronales ubicadas en el
sistema visual del cerebro. En consecuencia el modelo de Regier esta diseñado para hacer el máximo uso de los tipos de
estructuras de las que se conoce su existencia en el sistema visual humano. Los principales descubrimientos de Regier
fueron, primero, que los mapas topográficos del campo visual debieran ser usados en la computación de esquemas-
imagen que tiene propiedades topológicas (por ejemplo, el esquema de contenedor); segundo, que las células sensibles a
la orientación debieran ser capaces de computar los aspectos direccionales de los conceptos espaciales que se basan en la
orientación corporal. (por ejemplo, arriba); tercero, que los campos receptivos de centro-entorno debieran ser cruciales
para caracterizar conceptos como contacto ; y finalmente, que la arquitectura de “llenado” descubierta por Ramachandran y
Gregory (B1, 1991) debiera jugar un rol central en la caracterización de la noción de contención.

El modelo de Regier es simultáneamente tanto perceptual como conceptual. En virtud de la forma en que el
mecanismo perceptual trabaja, logra realizar la tarea conceptual de categorizar configuraciones espaciales adecuadamente
para calzar las distinciones conceptuales y contrasta entre los términos de relaciones espaciales en lenguajes naturales.
Nos da entonces una idea de cómo las estructuras neuronales en el cerebro que hacen el trabajo perceptual también
pueden ser reclutadas para hacer trabajo conceptual.

• El modelos de Bailey para el aprendizaje de verbos del movimiento de la mano

28 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


El modelo de David Bailey (B2, 1997) aprende no solo como categorizar y nombrar movimientos de la mano en
los lenguajes del mundo sino también como usar esos verbos correctamente para dar ordenes para producir el
correspondiente movimiento de la mano en un modelo computacional de cuerpo. En el corazón del modelo de Bailey
hay modelos de esquemas de control motor de alto nivel que operan dinámicamente en el tiempo para controlar la
sinergia motora –circuitos neuronales subcorticales que actúan automáticamente para producir pequeños movimientos de
bajo nivel. Estas sinergias proveen los parámetros usados por los esquemas de control, llamados esquemas-X (por
executing schemas).

La idea tras el modelo es eésta: los verbos de acción de la mano difieren considerablemente alrededor del
mundo, categorizando acciones reales de la mano de formas marcadamente diferentes de un lenguaje a otro. Aún así la
categorización debiera depender en los esquemas motores reales usados al mover cosas con la mano y en los parámetros
dados por las reales sinergias motoras. Así, los reales mecanismo motores debieran también estar realizando el trabajo
conceptual de categorización de acciones con el propósito de nombrarlas. El éxito del modelo de Bailey sugiere cómo los
circuitos neuronales usados para el control motor pueden ser reclutado con propósitos conceptuales.

• El modelo de Narayanan de esquemas motores, Aspecto Lingüístico y Metáforas

Srini Narayanan (B2, 1997ª, b) trabajando con Bailey en modelamiento de esquemas motores, descubrió que
todos los esquemas motores tienen la misma estructura de control de alto nivel:

• Colocarse en un estado de preparación


• El estado inicial
• El proceso de inicio
• El proceso principal (ya sea instantáneo o prolongado)
• Una opción de detenerse
• Una opción de proseguir
• Una opción de iterar o continuar el proceso
• Una revisión para ver se el objetivo ha sido alcanzado
• El proceso de finalización
• El estado final

Esto no debiera ser ninguna sorpresa. Cualquier actividad motora de alto nivel que se inicie, desde rascarse la cabeza
pasando por el encender un interruptor de luz hasta el beber de una taza de teé, tendrá esta estructura. (Es de hecho más
compleja; pero en pro de una presentación breve, la hemos simplificado un poco.) Narayanan construyo entonces de esta
estructura de control de forma que pudiera ser estructurado de forma separada de los casos especiales individuales (por
ejemplo, levantar una taza). Esto permitió una gran simplificación en la caracterización de las estructuras de control
neuronal.

Los lingüistas debieran reconocer el modelo inmediatamente. Caracteriza la estructura semántica de los eventos en
general, los que los lingüistas llaman aspecto. Cada acción que se lleva a cabo, ya sea un movimiento corporal o una tarea
más abstracta como el planear que cenar, tiene esa estructura. Y cada lengua tiene un medio lingüístico de destacar el
aspecto de dicha estructura. En inglés, por ejemplo, la forma presente imperfecto del verbo (es/están más la raíz del verbo
en presente más –ando, como en está caminando) se centra en el proceso principal mientras está ocurriendo.

El aspecto –la estructura general de los eventos- tiene una estructura conceptual y una lógica. Lo que Narayanan
descubrió fue que exactamente la misma estructura neuronal que puede ejecutar el control motor también caracteriza las

29 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


estructura conceptual de el aspecto lingüístico, y los mismos mecanismos que pueden controlar los movimientos
corporales pueden ejecutar inferencias lógicas sobre la estructura de las acciones en general.

Narayanan desarrolló una ingeniosa manera de probar si su modelo general de control motor de alto nivel podía
manejar inferencias puramente abstractas, inferencias que no tenían nada que ver con el movimiento del cuerpo.
Construyo un modelo neuronal de metáfora conceptual y entonces encontró casos en que las metáforas basadas en el
cuerpo eran usadas en dominios abstractos, en este caso, economía internacional. Prominentes diarios y revistas usaban
tales metáforas cada día en reportes de noticias económicas; por ejemplo, “India se soltó la soga del cuello en los
negocios”, “Francia cayó en una recesión y Alemania la levantó” Narayanan mostró entonces que modelos de esquemas
motores para acciones físicas podían –desde proyecciones metafóricas- realizar las inferencias abstractas apropiadas sobre
economía internacional.

VII. El cuerpo en la mente

Cada uno de estos modelamientos neuronales constituye una prueba de existencia. Conceptos de relaciones
espaciales pueden ser representados y términos de relaciones espaciales pueden ser aprendidos en base al aparato perceptual
neuronal en el sistema visual del cerebro (mapas topográficos del campo visual, células sensibles a la orientación y así
sucesivamente). Los conceptos para el movimiento de la mano pueden ser representados y los términos de los
movimientos de la mano pueden ser aprendidos en base a detallados modelos de control motor de alto nivel y sinergias
motoras. Los conceptos aspectuales que caracterizan la estructura de los eventos pueden ser adecuadamente representados
en términos esquemas generales de control motor, y el razonamiento abstracto puede ser llevado a cabo usando
simulaciones neuronales de control motor. Nada de esto prueba que las personas efectivamente usen esas partes del
cerebro envueltas en la percepción y el control motro para hacer tales razonamientos, pero es en principio posible. En el
presente, estos sistemas que usan modelos neuronales de esquemas de control motor son los únicos capaces de llevar a
cabo las tareas dadas.

Ahora que sabemos que puede haber tan directa corporización de la razón, la pregunta se convierte en una
pregunta empírica, a ser zanjada en la neurociencia experimental, no en la arena de la argumentación filosófica. La
evidencia hasta ahora favorece a la cognición encarnada, y hay razones generales para creer que algo parecido a la teoría
de la cognición encarnada resultara ser cierta.

Los cerebros tienden a optimizarse en base a lo que ya tienen, para adherir solo lo que es necesario. En el curso
de la evolución, nuevas partes del cerebro se han construido, tomando input desde, y usando partes más antiguas del
cerebro. ¿Es realmente plausible que, si el sistema sensorio motor puede ser puesto a trabajar al servicio de la razón, el
cerebro hubiera construido un sistema totalmente nuevo para duplicar lo que ya podía hacer?

Regier ha demostrado que las propiedades topológicas de las relaciones espaciales pueden ser explicadas en base
las propiedades topológicas que surgen de la aplicación campos receptivos de centro-periferia y el proceso de
Ramachandran de “llenado” para mapas topográficos en el campo visual. ¿Es realmente plausible que el cerebro
desarrollara otro sistema no visual con las mismas propiedades topológicas para razonar respecto al espacio, cuando
obviamente ya usamos la visión para desenvolvernos en el espacio?

Narayanan ha demostrado que la estructura neuronal de control motor de ya tener todas las capacidades
necesarias para caracterizar el aspecto (la estructura de los eventos) y su lógica. Si el cerebro puede razonar sobre acciones
usando las ya presentes para realizar acciones, ¿es plausible que el cerebro construyera otro sistema para hacer la misma
cosa? Y si así fuera, ¿es plausible que tomara una forma neuronal significativamente diferente?

30 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson


Desde una perspectiva biológica, es eminentemente plausible que la razón ha crecido desde los sistemas
sensoriales y motores y que aún usa estos sistemas o estructuras desarrolladas a partir de ellos. Esto explica por qué
tenemos los tipos de conceptos que tenemos y porque nuestros conceptos tienen las propiedades que tienen. Esto
explica porque nuestros conceptos de relaciones espaciales debieran ser topológicos y orientacionales. Y esto explica
porque nuestro sistema para estructurar y razonar respecto a eventos de todo tipo debieran tener la estructura de un
sistema de control motor.

Es solo desde una postura filosófica conservadora que uno quisiera creer en la antigua psicología de las
facultades –en la idea de que la mente humana no tiene nada que los anímales compartan, que la razón nada tiene que
remita al cuerpo.

Filosóficamente, la corporeización de la razón por vía del sistema sensorio-motor es de gran importancia. Es
una parte crucial de la explicación de por qué es posible para nuestros conceptos el calzar tan bien con la forma en que
funcionamos en el mundo. Ellos calzan bien porque ellos han evolucionado desde nuestro sistema sensorio-motor, el que
a su vez ha evolucionado para permitirnos funcionar bien en nuestro entono físico. La corporeización de la mente nos
lleva entonces a una filosofía de realismo corporeizado. Nuestros conceptos no pueden ser un directo reflejo de la
realidad externa, objetiva e independiente de la mente, debido a que nuestro sistema sensorio-motor juega un rol crucial
dándoles forma. Por otra parte, está el envolvimiento del sistema sensorio-motor en el sistema conceptual que mantiene
en gran medida al sistema conceptual en contacto con la realidad.

31 Philosophy in the Flesh – George Lakoff & Mark Johnson

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