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Preguntas

Importancia de su Labor Como Gestor.


El gestor es clave para promover en los docentes el deseo de la mejora, y para ello
es indispensable fomentar gestores que sean líderes pedagógicos y a la vez que
estos transmitan tales energías y capacidades a los docentes.

Radica en que el gestor como líder ha de convencer y conmover, ha de ser capaz


de actuar, debe tener la visión y capacidad de conseguir lo adecuado.
Para enfrentar el futuro el gestor requiere: confianza, compromiso, motivación,
conocimiento de los procesos existentes, conocimiento de las personas con que se
cuenta, conocimiento de mejores prácticas del proceso, definir el parámetro o meta
a alcanzar, participación, convencimiento reflexivo y ganas de crecer en el
conocimiento.

“Los seres humanos aborrecen ser mal tratados. Ansían ser tratados como
personas, poseer autodeterminación, tener control sobre su destino,......, triunfar,
asumir responsabilidad, tomar sus propias decisiones con autonomía e iniciativa, y
que los demás reconozcan sus capacidades.” (Abraham Maslow)

Para poder enfrentar y facilitar los nuevos desafíos a los que se ve enfrentada la
Dirección, tiene que convencer y motivar a las personas, como respuesta a las
necesidades para superar las dificultades, la incertidumbre laboral y para el logro
de los objetivos que el centro demanda o requiere.
Debe ganarse el respeto con esfuerzo y tiempo. La sinceridad en la comunicación y
el respeto por los demás es fundamental; aprender a escuchar y entender a quien
se escucha permite crear un diálogo que finalmente puede llegar a transformarse
en un compromiso entre todos los que interactúan y están bajo su mando en la
escuela.

Ramon agramonte

Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 28/04/2012
Indudablemente, corresponde al docente ser el facilitador de cambios en el contexto educativo,
por ser el papel importante que se relaciona directa (enseñanza presencial) e indirectamente
(enseñanza virtual) con el alumno; es el moderador en los espacios de discusión en el aula, es
el guía, el orientador, es uno de los elementos que complementan el currículo, mismo que
ejecuta junto con el currículo oculto y, es también, quien evalúa los aprendizajes.

De cara a la globalización, el “educador de la sociedad del riesgo no está hecho; se tiene que ir
haciendo ante la consecuencia de las necesidades y las interpelaciones que recibe el maestro
responsable en esta situación” (Mardones, 1999:95). Al igual que Mardones, pensamos que el
docente se debe construir a partir del contexto globalizado, pero siendo consciente de la
situación real, lo que significa no enajenarse con el cambio, saber hacia dónde se dirige éste,
ya que el docente es arquitecto y ejecutor de este proceso social e individual de cambio. Lo
anterior es expresado por Zemelman de la siguiente manera: “Estimular a ejercer como sujeto
en nuevos espacios que no se circunscriben a contenidos de verdad, sino que encaminan la
necesidad renovada para ser sujeto” (Zemelman, 2002:14).

En este orden de pensamientos, hemos de considerar al profesor como:

1. Gestor de procesos de aprendizaje conmedios interactivos. La finalidad radica en la


construcción del conocimiento a través de la tecnología educativa vanguardista, permitiendo al
alumno organizar su trabajo.

2. Guía y orientador. El docente deberá incluir en su nuevo rol la capacidad de ampliar la


información, poder contextualizarla con la tecnología adecuada, así como ejecutar, vincular y
aplicar lo aprendido a la realidad o el entorno social, económico, político, cultural y actitudinal
en el que se desarrolla el futuro profesionista.

3. En constante actualización. Corresponde al profesor ser el responsable del alumno hacia la


búsqueda del conocimiento, orientando a los alumnos, impulsándolos y estimulándolos hacia la
investigación o acercamiento de la verdad, a formular propuestas que resuelvan o mejoren las
problemáticas de su realidad, productos de los espacios de análisis o reflexión que él mismo
genere. En palabras de Zemelman: “Somos sujetos producentes”.
Con relación al punto anterior, el docente tendrá la importante y ardua labor de promover el
autoaprendizaje del grupo educativo, creando líneas para lograr tal efecto.

4. Promotor de valores éticos y morales (congruente con el ser y creer). Por otro lado, nuestra
sociedad exige la presencia de un docente que salvaguarde los valores éticos y morales, y se
comprometa con sólidos valores (no neutro), lo que permite rescatar al hombre íntegro dentro
de una cultura globalizada.

5. Creativo y de fácil adaptación al medio. El docente deberá ser capaz de crear opciones que
permitan solucionar situaciones nuevas e innovadoras que se presenten; por lo que es
necesario adaptarse a las circunstancias cambiantes del contexto.

El camino del docente está en construcción, por lo que es válido mencionar que los retos en la
actuación profesional del docente universitario deberán estar en constante conexión con el
perfil profesional, relacionado con el conocimiento y el contexto institucional de intervención.

La gestión escolar es un proceso sistemático que procura fortalecer el funcionamiento


adecuado de la escuela mediante la realización de un conjunto de acciones, las cuales
buscan el avance del centro educativo en los diferentes aspectos fundamentales en el
que este se desarrolla.

Este tipo de gestión está relacionado con las acciones que protagonizan el equipo
directivo de la escuela, aunque no deja de ser vinculante para toda la comunidad
educativa. La misma se deprende de las diferentes planificaciones que se realizan con
el fin de lograr objetivos establecidos y emanados de los diversos planes y proyectos
que la escuela elabora.

La gestión escolar tiene una diferencia clara frente a la gestión educativa, ya que la
primera es propiamente vinculada a los procesos que en el centro se realizan y se
planifican con el propósito de lograr los objetivos emanados de la estructura interna de
la escuela. En cambio la segunda está muy ligada a la política creada desde las altas
instancias del sistema social político y de las instituciones educativas vinculadas al
mismo.

Para que la gestión escolar se realice con éxito deben llevarse a cabo diversas
acciones o momentos, los cuales son los siguientes:

Debe estar presente en el centro, el espíritu colaborativo y participativo, en todos


los planes y proyectos que se emprendan.

El equipo vinculado a tal acción debe tener conciencia, responsabilidad,


creatividad, y la vocación de trabajar en unidad o de forma monolítica.

Se tienen que crear instrumentos y herramientas que provoquen la organización y


el seguimiento de todos los procesos que se realicen en el centro educativo.

En cuanto al manejo de informaciones, estas deben servir para la toma de


decisiones, por lo que se han de realizar planes de mejoras y de acción, tendentes a
corregir las debilidades y mantener los aspectos que indiquen fortalezas.

La evaluación de los eventos realizados por el equipo de gestión, tiene que ser de
forma continua, y a la vez deben servir para valorar los aspectos que indiquen lo
tanto que se ha logrado en el centro educativo.

Los problemas que se enfrenten deben servir para la búsqueda de aprendizajes


nuevos, y para la consolidación de planes que fortalezcan el proyecto
institucional.

La gestión escolar debe ir encaminada a la realización de buenas actividades educativas,


a la búsqueda y puesta en acción de un modelo de enseñanza y aprendizaje acorde con
las mejores prácticas docentes que requiera el momento actual. Esa gestión debe
procurar el desarrollo de un eficiente método de evaluación y supervisión, que permita
que dichas acciones pedagógicas se realicen dando seguridad de la obtención de
excelentes resultados.

Ella debe servir como forma de incorporar a toda la comunidad educativa en la


búsqueda de soluciones a todas las problemáticas educativas que el centro educativo
deba enfrentar.

El centro educativo se enfrenta a múltiples situaciones a la que los docentes no pueden


enfrentar solos. De ahí que surja la gran necesidad de incluir a los demás actores en el
proceso de búsqueda de soluciones a los constantes obstáculos, problemas y exigencias,
que solo la escuela vinculada a la comunidad puede resolver.

La gestión escolar colabora permitiendo analizar y obtener estrategias que ayuden a la


búsqueda y manejo de los diferentes recursos económicos, financieros, materiales, y
humanos con los que dispones la escuela para hacer realidad las políticas provenientes
de otras dependencias y del Proyecto Educativo de Centro.

Este aspecto de la gestión debe realizarse de la manera más consciente posible, ya que
no conviene que se realice de forma medalaganaria, debido a que implicaría para la
institución educativa acabar con el adecuado funcionamiento de la misma.

Cabe mencionar que los centros gozan de su forma estructural, la cual tiene que ver con
la manera de como se organizan, y de que cada integrante de esa estructura tiene un rol
que debe desempeñar. En este aspecto la gestión escolar procura de manera táctica de
ubicar a cada actor como parte de una red organizada, la cual señala el rango, el papel a
desempeñar, la labor a ejecutar, el tiempo a disponer, y los espacios en los que el trabajo
se realizará . Es en este aspecto en donde por medio de la gestión se determinan las
capacidades individuales y colectivas, con el propósito de utilizar tales talentos en
procura de mejores resultados en la calidad de la educación.

La gestión escolar es un aspecto de vital importancia para lograr el éxito esperado en el


centro educativo. Sin ella, sería imposible lograr tener la calidad en los procesos
vinculados a la calidad de la educación.

Sin la práctica de la misma, el centro educativo deja de ser autónomo y la parte social y
dinámica de la escuela podría desaparecer, pues la gestión convierte a los actores en
verdaderos protagonistas de su desarrollo sustentable.

La gestión escolar no es una práctica única del equipo directivo de la escuela. En ella se
deben involucrar todos los que se sientan comprometidos con obtener resultados
confiables a nivel educativo, y con poseer una educación de verdadera calidad que
permita la transformación de la sociedad en la que vivimos, y de los seres que todos los
días buscan cambiar sus vidas por medio de una educación que los haga competentes en
todos los espacios sociales en los que ellos estén presentes.

Así que tanto los directivos como los administrativos, docentes, los alumnos, personal
de apoyo comunitarios, y grupos colaboradores debemos asumir el compromiso de ser
verdaderos gestores en beneficio de la escuela que deseamos, ya que con nuestras
capacidades y vocación de servicio podemos juntos lograr la descentralización y
planificación de los procesos que provoquen mejoras educativas, y la consolidación de
la escuela que aspiramos todos tener.

Imagen: emaze.com
Dificultades y retos relacionados con el área de
Gestión. La gestión educativa es un proceso orientado al fortalecimiento de los Proyectos
Educativos de las Instituciones, que ayuda a mantener la autonomía institucional, en el marco de las
políticas públicas, y que enriquece los procesos pedagógicos con el fin de responder a las necesidades
educativas locales, regionales.

Desde lo pedagógico, promueve el aprendizaje de los estudiantes, los docentes y la comunidad educativa
en su conjunto, por medio de la creación de una comunidad de aprendizaje donde se reconozca los
establecimientos educativos como un conjunto de personas en interacción continua que tienen la
responsabilidad del mejoramiento permanente de los aprendizajes de los estudiantes, con el fin de
formarlos integralmente para ser miembros de una sociedad. Todo esto ayuda a favorecer su calidad de
vida y prepararlos para su vida en el mundo laboral.

La gestión educativa consiste en:

 Presentar un perfil integral, coherente y unificado de decisiones.


 Definir los objetivos institucionales, las propuestas de acción y las prioridades en la administración de
recursos.
 Definir acciones para extraer ventajas a futuro; se consideran tanto las oportunidades y amenazas del
medio en el que está inserta, como los logros y problemas de la misma organización.
 Comprometer a todos los actores institucionales.
 Definir el tipo de servicio educativo que se ofrece.

El desarrollo del proceso es responsabilidad del director (pero no es el que realiza todas las tareas), debe:

1. Planificar
2. Controlar
3. Definir de objetivos
4. Decisiones para solucionar problemas
5. La comunicación
6. Capacitación del personal
7. La influencia del poder.

Podemos observar dos dimensiones, Las establecidas en el contrato de trabajo y normativas


institucionales, y las de su función en una dimensión no-tradicionista (dimensiones no formalizadas) lo
que va más allá de las normas escritas, las que circulan en los pasillos de la escuela o fuera de la misma.

La noción de autoridad es un concepto necesario comprender en la relación directivo-institución. Este


liderazgo puede tener base en el saber y sus habilidades, en la continencia de situaciones afectivas, etc.

El rol directivo implica la gestión de los procesos formales de la institución, aquellos formulados y
planificados, pero a su vez acciones sobre situaciones no planificadas como son las relacionadas con las
actitudes de los actores institucionales.

El rol del director en una escuela con necesidad de cambio, en transformación educativa, pensando este
proceso como una necesidad de reflexión, análisis, y cuestionamientos de sus propuestas, que orientan y
reorientan la marcha institucional, con objeto de acomodarse a las necesidades de las demandas sociales
de su territorio, y como también de tomar una perspectiva critica para poder modificar en función del
desarrollo positivo de la sociedad que la sostiene. Lo que implica cambios tales que se modifiquen
radicalmente las configuraciones institucionales.

Pueden estar en el orden de lo manifiesto o lo implícitos. Por ejemplo con las recompensas,
gratificaciones sanciones, devoluciones, señalamientos de los docentes, implicando una modificación en
su conducta, llevándolas a la satisfacción, la frustración o el desaliento posterior.
Un error muy común en los directivos es de no mantener relaciones con sus subordinados, con el miedo
de perder autoridad. Con esa distancia van perdiendo noción de la realidad cotidiana de los docentes y
empleados, con la posible consecuencia de hacer lecturas erróneas para la toma de decisiones.

Los equipos de trabajo pueden perder operatividad, ya que los manejos o conducciones a distancias son
cubiertos comúnmente por la burocracia de los papeles, informes y memorándums, sin obviar los
registros en la organización que son de suma importancia porque permiten el seguimiento "objetivo" de
historicidad de las gestiones y que se transforman en herramientas que entorpezcan las instituciones.

Cuantas veces nos encontramos con situaciones en las cuales hay grandes brechas entre lo que se pensó,
lo que se transmitió, y lo que fue comprendido.

Solo un seguimiento explicitado en los informes y las evaluaciones escritas, nos permiten tener un punto
de anclaje un tanto más objetivo.

Un director debe tener un grado importante de estabilidad emocional, ya que en un mundo de cambios
permanente, que exige una reestructuración permanente de la institución, para que esta no quede caduca
en su estructura, esta evolución cultural genera grandes ansiedades en sus actores, dando cuadros de
presunciones que pueden desembocar en conflictos internos, con el consecuente deterioro de la tarea
institucional.

El rol del director es el de calmar las ansiedades o dar un marco contenedor de cambio, que permita
restablecer los equilibrios correspondientes, quizás una solución es la de ir pensando, anticipando en
equipo las posibles variables de cambio que implican cada reestructuración.

Es de suma importancia que el director organice su tiempo y esfuerzo dosificando la direccionalidad de su


hacer cotidiano.

Una herramienta muy eficaz es el utilizar racionalmente las agendas de trabajo, no como una suma de
citas, compromisos, de ayuda memoria, de registros personales mezclados con los del trabajo, sino como
un lugar de organización funcional. Una forma es la de darle prioridad a unas tareas sobre otras, previa
evaluación de los requerimientos de las mismas.

Podríamos organizar esa mirada en cuatro dimensiones:

1) la dimensión organizacional (estilo de funcionamiento):

- Los organigramas.

- La distribución de la tarea

- La división del trabajo

- Los canales de comunicación formal

- El uso del tiempo y de los espacios

2) La dimensión administrativa (las cuestiones de gobierno):

- La planificación de las estrategias

- Consideración de los recursos humanos y financieros

- El control de las acciones propiciadas

- El manejo de la información
3) La dimensión pedagógica - didáctica (actividad diferencial de otras organizaciones sociales):

- Los vínculos que los actores construyen con los modelos didácticos

- Las modalidades de enseñanza

- El valor otorgado a los saberes

- Los criterios de evaluación

- Las teorías de la enseñanza

4) La dimensión comunitaria (actividades sociales entre los actores institucionales):

- Las demandas, exigencias y problemas con relación al entorno institucional

El rol del director se debe apoyar en los pilares del entusiasmo, el esfuerzo, el conocimiento, la escucha,
el compromiso con el equipo de trabajo, sintetizando en una tarea jerarquizada de la profesión en un
"querer hacer y saber hacer"...

Bibliografía:

" Las instituciones educativas, Cara y ceca. G. Frigerio, M. Poggi, y otras. Ed. Troquel. Bs.As. Argentina.
1992

" Técnicas de reuniones de trabajo. Ezequiel Ander-Egg. Ed. Humnaitas. Bs. As. Argentina. 1989.

" Material teórico producido por el Dr. Gustavo Gerardo Mangisch

Psm. Luis Bidegain

Fuentes consultadas: Organización del Convenio Andrés Bello


Educacionincial.com

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Isabel De la nuez· hace 5 semanas

Muchas gracias esta información me ha sido de mucha utilidad en mis estudios


¿Cómo ser un Gestor Exitoso? Las funciones de los directores y gestores
de centros se han ampliado en los últimos años. Actualmente, es difícil definirlas en un
decálogo, especialmente si tenemos en cuenta las cuestiones "transversales" en un centro
u organización educativa: la aplicación de las nuevas tecnologías, la atención a la
diversidad, la gestión administrativa y del personal, etc y las nuevas necesidades de los
centros educativos, como la comunicación y el marketing educativo.

En el monográfico 261, Josep Serentill, Presidente del Fórum Europeo de Administradores


de la Educación (FEAE), reconocía que el modelo de dirección de los centros debe
evolucionar teniendo en cuenta las exigencias sociales, incorporando nuevos roles, nuevas
habilidades y nuevas competencias, entre las que podemos considerar el liderazgo
pedagógico, la evaluación del centro y de la docencia, entre otros. La crisis económica
exigirá a los centros educativos nuevas adaptaciones.

¿Cuáles son las competencias que debe incorporar un buen gestor de centro? ¿Han
evolucionado debido a la crisis? Para dar respuesta a estas cuestiones hemos recopilado
interesantes artículos en el monográfico sobre gestión de centros 2013.

Las funciones de los gestores de centros educativos

Los responsables de la gestión de un centro educativo, universitario o de formación deben


ser profesionales de doble vertiente. Por un lado, buenos profesores y, por otra parte,
buenos gestores. Los expertos consultados coinciden en afirmar que, cada vez más, los
directores o gestores deben hacer hacer frente a una mayor variedad y cantidad de
situaciones, que además, muchos de ellos requieren formación y conocimientos
específicos:

 Gestión de equipos. El director debe asumir el liderazgo y coordinación del


equipo de profesores, el personal de administración y servicios.

 La relación con el entorno. La relación con las familias y el alumnado se ha


hecho más compleja con los años. El diálogo para dar respuesta (o no) a las
demandas, la exigencia de que esas respuestas se den con calidad, la diversidad
de esas demandas, etc. exigen que el equipo directivo tenga un bagaje formativo
específico que no tiene por qué haber adquirido en su labor como docente.

 Las relaciones con la administración. El desarrollo de una amplia normativa


escolar, la exigencia de supervisión de determinadas áreas de la gestión, la
realización y divulgación de numerosos documentos de organización… exigen que
el equipo directivo tenga unos determinados conocimientos, actitudes y domine los
procedimientos.

 Funciones propias de la docencia y la administración de recursos. El equipo


directivo, a pesar de todo lo anteriormente mencionado, no debe olvidar que lo que
justifica la existencia del centro es el proceso de enseñanza y aprendizaje.

 La comunicación y el marketing educativo. Muchos centros educativos están


incorporando técnicas de captación de alumnado, comunicación en redes sociales
y acciones de marketing educativo a su realidad. En este contexto, se requiere una
estrategia planificada y sin improvisación.

Estas funciones son solo una aproximación a todo el proceso de gestión de los centros
educativos, que resulta cada vez más complejo. Un gestor debe ser capaz de planificar,
organizar, ejecutar y evaluar las respuestas a las necesidades educativas. En este
contexto, las competencias de los gestores abarcan aspectos técnicos, jurídicos y de
recursos humanos que tradicionalmente no están incorporados en la formación inicial del
docente. ¿Es precisa una formación específica complementaria? No hay duda.

Competencias del gestor de centros educativos

Para Silvia Gabriela Vázquez, directora de la Diplomatura en Responsabilidad Social y


Resiliencia en la Universidad de la Marina Mercante (UDEMM) (Argentina), las
organizaciones educativas -del mismo modo que cualquier otro tipo de organización- sólo
consiguen progresar cuando logran detectar sus errores, investigar cuáles son sus causas
y tomar decisiones en consecuencia. Precisamente, ser competente en el campo
profesional consiste en saber resolver problemas y situaciones del trabajo de forma
autónoma. No basta con los conocimientos aprendidos en las etapas de formación, es
necesario contar con habilidades, conocimientos y aptitudes que permitan desempeñar las
tareas propias del gestor o director de centro. ¿Cuáles son estas competencias? A
continuación te citamos las 5 principales:

 Capacidad de adaptación al cambio. Esta es la competencia fundamental para


hacer frente al nuevo modelo de dirección y gestión que ha propiciado la crisis.
Para Carlos Díaz, director de Campus Training, lo que ha acontecido es que todos
hemos aprendido a sacar más partido al esfuerzo y sobre todo nos ha enseñado
que debemos reinventarnos continuamente. Esta capacidad resulta útil tanto para
los gestores de centros públicos como privados, universidades, institutos, centros
de formación continua…

 Eficiencia en el uso de los recursos. Relacionado con el punto anterior cobra


fuerza la gestión eficaz de los recursos, tanto materiales como humanos y tanto si
se han visto mermados como incrementados. Para Carles Armengol, Secretario
General Adjunto de la Fundació Escola Cristiana de Catalunya, además, resulta
necesario contemplar la búsqueda de nuevos recursos, por decir de algún modo,
atípicos. Especialmente en la escuela concertada, esto supone buscar la forma de
rentabilizar las instalaciones del centro u ofrecer otras actividades o servicios
complementarios que permitan márgenes económicos para el sostenimiento
general del centro.

 Liderazgo. Los directores y directoras deben ejercer liderazgo para mejorar la


calidad de la enseñanza. Por eso, es fundamental compartir la visión hacia la que
se encamina el centro a la comunidad educativa, orientarse hacia unos objetivos
concretos y dar sentido a las funciones y actividades de cada miembro del equipo
directivo.

 Resolución de conflictos. Para Juanjo Fernández, Consultor Pedagógico de la


Fundación Escuela Cristiana de Catalunya,un buen gestor inspira respeto; un mal
gestor, temor. Y muchas veces el temor lo genera un mal gestor que se
"encasquilla" en discusiones absurdas sobre pequeñeces, trabas burocráticas,
generalizaciones injustas y ofensivas... En el contexto educativo, resulta
fundamental ser capaz de solucionar los conflictos o por los menos, ofrecer las
herramientas que facilitan su resolución. Un buen gestor debe ser firme en sus
decisiones, justo y tener la capacidad de mediar.

 Formación de formadores. Teresa Vallès y Enric Vidal, decanos de la Universitat


Internacional de Catalunya (UIC)consideran que un buen gestor debe tener la
competencia para formar a las personas. Desde su punto de vista, es tarea del
gestor de centro crear el entorno laboral y humano adecuado para el desarrollo de
los talentos de cada uno mediante su implicación con su entorno, es decir, a través
de su relación con otras personas que también necesitan el clima adecuado para
su crecimiento personal y profesional. El verdadero logro del proyecto educativo se
da con el de las personas, porque el crecimiento individual y el del bien común son
dos caras de la misma moneda.

pensables para la formulación de una política educacional coherente que promueva la calidad
con equidad; es decir, una escuela de calidad para todos, independientemente de la condición
socio-económica de sus alumnos. La política educacional debe sustentarse sobre bases sólidas
reales, ser definida a partir de los datos e informaciones actualizadas a fin de que sea
adecuada. Los indicadores, datos e informaciones son también necesarios para el monitoreo y
el ajuste de la política educacional y sus metas. Es del caso mencionar , también, la
importancia del rol de los gestores de sistemas educativos en el incentivo de la investigación y
de los estudios aplicados, estudios e investigaciones que puedan ayudar en el proceso de
aprendizaje de los alumnos. De allí se desprende la importancia de la interacción con las
universidades y los institutos de investigación. Otra tarea de los gestores del sistema educativo
es la de promover la capacitación de los directores de las escuelas. En un contexto de
autonomía, se hace cada vez más necesario que el director tenga competencias y se capacite
específicamente para esa función. No es suficiente que sea un buen profesor; es necesario que
disponga de herramientas para llevar a cabo su tarea y con ese fin debe someterse a una
formación específica que le posibilite optimizar el uso de los recursos humanos, materiales,
tecnológicos y financieros disponibles y que le permita realizar un 8 trabajo articulado con la
comunidad escolar y, de ese modo, generar un clima de trabajo propicio para el trabajo
colectivo. Finalmente, otro rol de los gestores del sistema educativo es el de incentivar la
participación social en educación, logrando que otros sectores del gobierno- los que no están
dedicados a la educación- que la sociedad civil en general y la comunidad educativa
contribuyan al mejoramiento del sector. Estimular la participación requiere de una apertura
que permita cumplir con el rol de animador, a fin de que la sociedad como un todo y cada
persona en especial, puedan sentirse comprometidas con los desafíos educativos. Se trata de
hacer de la educación no sólo un derecho, sino que también un deber de cada uno. En este
sentido, es relevante que los gestores del sistema educativo estén, permanentemente, dando
cuenta pública e informando acerca de lo que está sucediendo en ese sector. Es un hecho que
con el cambio de rol, los gestores del sistema de enseñanza necesitan desarrollar nuevas
competencias. Para que puedan cumplirlas de manera exitosa, deberán incorporarse a
capacitaciones especializadas que les posibiliten adecuarse a esta nueva manera de
desempeñar sus funciones. EL ROL DE LOS DIRECTORES DE ESCUELA ¿Cuál será, por tanto, el
rol del director de escuela en el contexto de la descentralización? Este rol necesita disponer de
mucha más libertad para conducir a la escuela por su propio camino en la búsqueda de la
calidad de la enseñanza. Sabemos que es difícil que existan buenas escuelas con malos
directores, por tanto la inversión en ellos está más que justificada. Un rol destacado que
cumple el director es el de estar siempre preocupado por la capacitación de sus docentes, con
el fin de mejorar su desempeño y el trabajo en equipo. Para ello, busca formas de capacitación
en servicio, identifica a quienes necesitan de algún tipo de actualización y, persistentemente,
procura perfeccionamiento para la totalidad de su cuerpo docente en temas como el uso de
nuevas tecnologías y de nuevos métodos pedagógicos, o en la aplicación de los temas
transversales en relación con el desarrollo de habilidades para la vida. Otro rol es el de
intercambiar informaciones y comunicarse con el nivel central gubernamental, para recibir las
orientaciones relativas a la política educativa, así como con directores de otras escuelas para
compartir experiencias e iniciativas que puedan mejorar el trabajo pedagógico y de gestión de
esas mismas escuelas. Con los profesores y funcionarios de su escuela, su rol se concretiza
creando las condiciones para que el trabajo en equipo sea una realidad a través de la instancia
de elaboración y ejecución de su planificación y realiza esfuerzos para que el trabajo colectivo
sirva como un factor sinérgico en los resultados de las instituciones educativas. En relación con
los padres de los alumnos y el resto de los miembros de la comunidad, el director crea las
condiciones para que participen de la vida escolar y contribuyan a su efectivo mejoramiento. El
director de escuela se convierte, de este modo, en un permanente comunicador, tanto hacia el
gobierno como hacia sus pares, sus colaboradores y hacia la comunidad en la cual la escuela
está ubicada. 9 Así como el gestor del sistema educativo necesita elaborar un proyecto sobre
la base del consenso con la sociedad con amplia divulgación para que todos lo conozcan, al
nivel de la escuela es necesario establecer políticas bien definidas , con metas claras a ser
alcanzadas. Esas metas deberán ser elaboradas por el cuerpo docente en su conjunto, con
participación de la comunidad escolar: deben ser compartidas con todos, lo que significa que
todos persiguen las mismas metas, construidas colectivamente. Es importante no sólo elaborar
un plan colectivo, sino que es fundamental impulsarlo, es decir, lograr que las metas que se
proponen se hagan realidad. Un rol muy importante es el de interactuar con la comunidad
escolar y la comunidad local, abriendo la escuela a la participación, creando una escuela de
puertas abiertas. Los directores de escuelas necesitan avanzar hacia mayores grados de
sensibilidad respecto de la importancia de interactuar con la comunidad escolar y local, no sólo
en el ámbito estrictamente educativo, sino que también a nivel social y cultural. Deben
constituirse en agentes de cambio para promover una gestión democrática, basada en el
trabajo participativo en la búsqueda de la calidad y la equidad. Administrar los recursos
humanos, materiales y financieros es otro rol del director de escuela, motivo por el cual
necesita tener dominio sobre la dimensión técnica de este rol. Además del conocimiento
pedagógico, es indispensable que disponga de herramientas de planificación y administración
que posibilten una gestión eficaz de todos los recursos disponibles. Por último -y tal vez lo más
importante- el director de escuela es responsable por hacer efectiva la entrega del currículo
básico nacional, a la vez que definir y desarrollar el currículo que responda a los intereses
específicos de la comunidad local. El director necesita liderar el proceso colectivo de definición
del currículo correspondiente al interés específico de la escuela, es decir el enriquecimiento
curricular a partir de las necesidades locales definidas en forma participativa. En este contexto,
el director estimulará a su cuerpo docente a fin de que el currículo sea entregado al alumno de
la forma más dinámica y productiva posible, favoreciendo un adecuado desempeño de lo que
sucede dentro de la sala de clases en la interacción profesor- alumno, para que ocurra un
aprendizaje efectivo. CONSIDERACIONES FINALES El gran desafío que implica promover una
escuela flexible, autónoma y democrática consiste en romper con la cultura centralista. En un
proceso de descentralización de las escuelas, se ha detectado un problema preocupante que
se concretiza en el miedo a la pérdida de poder evidenciado por los organismos
gubernamentales y el miedo de recibir ese poder manifestado por las escuelas. Las escuelas
temen al aumento del volumen de su trabajo, así como a la presión de los padres por una
enseñanza de mejor calidad. En un primer momento, existe temor de ambas partes: en una,
por entregar el poder de decisión y en la otra, por tener que recibirlo, situación que dificulta el
proceso. A lo anterior, se puede agregar el poco interés por cambiar estos comportamientos
debido al acostumbramiento a una rutina ya instalada. Es necesario que lo organismos
gubernamentales perciben con la mayor claridad que a propósito de la descentralización, no
ocurre una real pérdida de poder. Por el 10 contrario, se trata sólo de un cambio del tipo de
trabajo que realizan: dejan de hacer un trabajo que es administrativo y “politiquero” para
hacer un trabajo que es técnico y "Político", con "P" mayúscula, es decir, un trabajo mucho
más noble y gratificante en términos de resultados. Es más: se gana un nuevo "Poder",
también con "P" mayúscula, que es el poder de cambiar la sociedad, puesto que es sólo
compartiendo responsabilidades, dándole a cada uno la oportunidad de sugerir y ejecutar que
surge la sinergia, que se posibilita el cambio de la calidad de la enseñanza, que se hace real el
compromiso de cada uno con ese cambio en la calidad de la enseñanza. Los resultados
positivos, sin duda, compensarán el esfuerzo. Con la descentralización hay, efectivamente, un
aumento de la carga de trabajo en las escuelas. Se necesitan más reuniones internas para
planificar de manera colectiva y compartir experiencias, surgen nuevas responsabilidades
relativas a la administración del presupuesto, a las rendiciones de cuentas, a la interacción con
la comunidad, a la administración de los recursos humanos. Por otra parte, es del caso relevar
que los seres humanos trabajan mucho mejor cuando participan de la planificación de las
tareas que van a ejecutar; en la medida que se sienten comprometidos con los resultados,
realizan las tareas con mayor satisfacción. Otro desafío ineludible es desarrollar en los sectores
gubernamentales la capacidad de ejercer las nuevas formas de ejecutar las tareas que les
corresponde en el proceso de descentralización. Sin lo anterior, es imposible tanto el cambio
de rol, como el éxito de la autonomía de la escuela. Esta no es una tarea extremadamente
compleja en la medida en que ya existe personal de muy buen nivel trabajando en los sistemas
educativos de los distintos países y que están, de manera muy general, insatisfechos con el
resultados de los trabajos que realizan. No está demás mencionar que el Gobierno debe
proveer a la escuela de los recursos humanos y materiales en cantidad y calidad suficientes
para que pueda cumplir sus nuevas actividades, sin perjuicio de las cuestiones relativas a la
enseñanza, finalidad última de la educación. El esfuerzo debiera encaminarse hacia la
institución educativa, de modo que pueda dedicarse al aprendizaje de los alumnos de manera
eficaz y comprometida con sus resultados. Lo anterior refuerza la idea de que la
descentralización sólo tiene sentido si conduce a un cambio en la sala de clases y en el proceso
de aprendizaje. Aunque la gestión sea exitosa y se disponga de suficiente información,
capacitación y participación, sólo adquiere valor si es capaz de cambiar lo que sucede en la
interacción del profesor con el alumno, si provoca un cambio en el proceso de aprendizaje. A
pesar de que cambie quien hace las cosas, así como la forma de hacerlas, la educación
continuará con deficiencias y los alumnos con bajos rendimientos si ese cambio no alcanza al
proceso de aprendizaje. La descentralización para la escuela sólo adq

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