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“Los seres humanos aborrecen ser mal tratados. Ansían ser tratados como
personas, poseer autodeterminación, tener control sobre su destino,......, triunfar,
asumir responsabilidad, tomar sus propias decisiones con autonomía e iniciativa, y
que los demás reconozcan sus capacidades.” (Abraham Maslow)
Para poder enfrentar y facilitar los nuevos desafíos a los que se ve enfrentada la
Dirección, tiene que convencer y motivar a las personas, como respuesta a las
necesidades para superar las dificultades, la incertidumbre laboral y para el logro
de los objetivos que el centro demanda o requiere.
Debe ganarse el respeto con esfuerzo y tiempo. La sinceridad en la comunicación y
el respeto por los demás es fundamental; aprender a escuchar y entender a quien
se escucha permite crear un diálogo que finalmente puede llegar a transformarse
en un compromiso entre todos los que interactúan y están bajo su mando en la
escuela.
Ramon agramonte
Mensajes : 6
Fecha de inscripción : 28/04/2012
Indudablemente, corresponde al docente ser el facilitador de cambios en el contexto educativo,
por ser el papel importante que se relaciona directa (enseñanza presencial) e indirectamente
(enseñanza virtual) con el alumno; es el moderador en los espacios de discusión en el aula, es
el guía, el orientador, es uno de los elementos que complementan el currículo, mismo que
ejecuta junto con el currículo oculto y, es también, quien evalúa los aprendizajes.
De cara a la globalización, el “educador de la sociedad del riesgo no está hecho; se tiene que ir
haciendo ante la consecuencia de las necesidades y las interpelaciones que recibe el maestro
responsable en esta situación” (Mardones, 1999:95). Al igual que Mardones, pensamos que el
docente se debe construir a partir del contexto globalizado, pero siendo consciente de la
situación real, lo que significa no enajenarse con el cambio, saber hacia dónde se dirige éste,
ya que el docente es arquitecto y ejecutor de este proceso social e individual de cambio. Lo
anterior es expresado por Zemelman de la siguiente manera: “Estimular a ejercer como sujeto
en nuevos espacios que no se circunscriben a contenidos de verdad, sino que encaminan la
necesidad renovada para ser sujeto” (Zemelman, 2002:14).
4. Promotor de valores éticos y morales (congruente con el ser y creer). Por otro lado, nuestra
sociedad exige la presencia de un docente que salvaguarde los valores éticos y morales, y se
comprometa con sólidos valores (no neutro), lo que permite rescatar al hombre íntegro dentro
de una cultura globalizada.
5. Creativo y de fácil adaptación al medio. El docente deberá ser capaz de crear opciones que
permitan solucionar situaciones nuevas e innovadoras que se presenten; por lo que es
necesario adaptarse a las circunstancias cambiantes del contexto.
El camino del docente está en construcción, por lo que es válido mencionar que los retos en la
actuación profesional del docente universitario deberán estar en constante conexión con el
perfil profesional, relacionado con el conocimiento y el contexto institucional de intervención.
Este tipo de gestión está relacionado con las acciones que protagonizan el equipo
directivo de la escuela, aunque no deja de ser vinculante para toda la comunidad
educativa. La misma se deprende de las diferentes planificaciones que se realizan con
el fin de lograr objetivos establecidos y emanados de los diversos planes y proyectos
que la escuela elabora.
La gestión escolar tiene una diferencia clara frente a la gestión educativa, ya que la
primera es propiamente vinculada a los procesos que en el centro se realizan y se
planifican con el propósito de lograr los objetivos emanados de la estructura interna de
la escuela. En cambio la segunda está muy ligada a la política creada desde las altas
instancias del sistema social político y de las instituciones educativas vinculadas al
mismo.
Para que la gestión escolar se realice con éxito deben llevarse a cabo diversas
acciones o momentos, los cuales son los siguientes:
La evaluación de los eventos realizados por el equipo de gestión, tiene que ser de
forma continua, y a la vez deben servir para valorar los aspectos que indiquen lo
tanto que se ha logrado en el centro educativo.
Este aspecto de la gestión debe realizarse de la manera más consciente posible, ya que
no conviene que se realice de forma medalaganaria, debido a que implicaría para la
institución educativa acabar con el adecuado funcionamiento de la misma.
Cabe mencionar que los centros gozan de su forma estructural, la cual tiene que ver con
la manera de como se organizan, y de que cada integrante de esa estructura tiene un rol
que debe desempeñar. En este aspecto la gestión escolar procura de manera táctica de
ubicar a cada actor como parte de una red organizada, la cual señala el rango, el papel a
desempeñar, la labor a ejecutar, el tiempo a disponer, y los espacios en los que el trabajo
se realizará . Es en este aspecto en donde por medio de la gestión se determinan las
capacidades individuales y colectivas, con el propósito de utilizar tales talentos en
procura de mejores resultados en la calidad de la educación.
Sin la práctica de la misma, el centro educativo deja de ser autónomo y la parte social y
dinámica de la escuela podría desaparecer, pues la gestión convierte a los actores en
verdaderos protagonistas de su desarrollo sustentable.
La gestión escolar no es una práctica única del equipo directivo de la escuela. En ella se
deben involucrar todos los que se sientan comprometidos con obtener resultados
confiables a nivel educativo, y con poseer una educación de verdadera calidad que
permita la transformación de la sociedad en la que vivimos, y de los seres que todos los
días buscan cambiar sus vidas por medio de una educación que los haga competentes en
todos los espacios sociales en los que ellos estén presentes.
Así que tanto los directivos como los administrativos, docentes, los alumnos, personal
de apoyo comunitarios, y grupos colaboradores debemos asumir el compromiso de ser
verdaderos gestores en beneficio de la escuela que deseamos, ya que con nuestras
capacidades y vocación de servicio podemos juntos lograr la descentralización y
planificación de los procesos que provoquen mejoras educativas, y la consolidación de
la escuela que aspiramos todos tener.
Imagen: emaze.com
Dificultades y retos relacionados con el área de
Gestión. La gestión educativa es un proceso orientado al fortalecimiento de los Proyectos
Educativos de las Instituciones, que ayuda a mantener la autonomía institucional, en el marco de las
políticas públicas, y que enriquece los procesos pedagógicos con el fin de responder a las necesidades
educativas locales, regionales.
Desde lo pedagógico, promueve el aprendizaje de los estudiantes, los docentes y la comunidad educativa
en su conjunto, por medio de la creación de una comunidad de aprendizaje donde se reconozca los
establecimientos educativos como un conjunto de personas en interacción continua que tienen la
responsabilidad del mejoramiento permanente de los aprendizajes de los estudiantes, con el fin de
formarlos integralmente para ser miembros de una sociedad. Todo esto ayuda a favorecer su calidad de
vida y prepararlos para su vida en el mundo laboral.
El desarrollo del proceso es responsabilidad del director (pero no es el que realiza todas las tareas), debe:
1. Planificar
2. Controlar
3. Definir de objetivos
4. Decisiones para solucionar problemas
5. La comunicación
6. Capacitación del personal
7. La influencia del poder.
El rol directivo implica la gestión de los procesos formales de la institución, aquellos formulados y
planificados, pero a su vez acciones sobre situaciones no planificadas como son las relacionadas con las
actitudes de los actores institucionales.
El rol del director en una escuela con necesidad de cambio, en transformación educativa, pensando este
proceso como una necesidad de reflexión, análisis, y cuestionamientos de sus propuestas, que orientan y
reorientan la marcha institucional, con objeto de acomodarse a las necesidades de las demandas sociales
de su territorio, y como también de tomar una perspectiva critica para poder modificar en función del
desarrollo positivo de la sociedad que la sostiene. Lo que implica cambios tales que se modifiquen
radicalmente las configuraciones institucionales.
Pueden estar en el orden de lo manifiesto o lo implícitos. Por ejemplo con las recompensas,
gratificaciones sanciones, devoluciones, señalamientos de los docentes, implicando una modificación en
su conducta, llevándolas a la satisfacción, la frustración o el desaliento posterior.
Un error muy común en los directivos es de no mantener relaciones con sus subordinados, con el miedo
de perder autoridad. Con esa distancia van perdiendo noción de la realidad cotidiana de los docentes y
empleados, con la posible consecuencia de hacer lecturas erróneas para la toma de decisiones.
Los equipos de trabajo pueden perder operatividad, ya que los manejos o conducciones a distancias son
cubiertos comúnmente por la burocracia de los papeles, informes y memorándums, sin obviar los
registros en la organización que son de suma importancia porque permiten el seguimiento "objetivo" de
historicidad de las gestiones y que se transforman en herramientas que entorpezcan las instituciones.
Cuantas veces nos encontramos con situaciones en las cuales hay grandes brechas entre lo que se pensó,
lo que se transmitió, y lo que fue comprendido.
Solo un seguimiento explicitado en los informes y las evaluaciones escritas, nos permiten tener un punto
de anclaje un tanto más objetivo.
Un director debe tener un grado importante de estabilidad emocional, ya que en un mundo de cambios
permanente, que exige una reestructuración permanente de la institución, para que esta no quede caduca
en su estructura, esta evolución cultural genera grandes ansiedades en sus actores, dando cuadros de
presunciones que pueden desembocar en conflictos internos, con el consecuente deterioro de la tarea
institucional.
El rol del director es el de calmar las ansiedades o dar un marco contenedor de cambio, que permita
restablecer los equilibrios correspondientes, quizás una solución es la de ir pensando, anticipando en
equipo las posibles variables de cambio que implican cada reestructuración.
Una herramienta muy eficaz es el utilizar racionalmente las agendas de trabajo, no como una suma de
citas, compromisos, de ayuda memoria, de registros personales mezclados con los del trabajo, sino como
un lugar de organización funcional. Una forma es la de darle prioridad a unas tareas sobre otras, previa
evaluación de los requerimientos de las mismas.
- Los organigramas.
- La distribución de la tarea
- El manejo de la información
3) La dimensión pedagógica - didáctica (actividad diferencial de otras organizaciones sociales):
- Los vínculos que los actores construyen con los modelos didácticos
El rol del director se debe apoyar en los pilares del entusiasmo, el esfuerzo, el conocimiento, la escucha,
el compromiso con el equipo de trabajo, sintetizando en una tarea jerarquizada de la profesión en un
"querer hacer y saber hacer"...
Bibliografía:
" Las instituciones educativas, Cara y ceca. G. Frigerio, M. Poggi, y otras. Ed. Troquel. Bs.As. Argentina.
1992
" Técnicas de reuniones de trabajo. Ezequiel Ander-Egg. Ed. Humnaitas. Bs. As. Argentina. 1989.
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¿Cuáles son las competencias que debe incorporar un buen gestor de centro? ¿Han
evolucionado debido a la crisis? Para dar respuesta a estas cuestiones hemos recopilado
interesantes artículos en el monográfico sobre gestión de centros 2013.
Estas funciones son solo una aproximación a todo el proceso de gestión de los centros
educativos, que resulta cada vez más complejo. Un gestor debe ser capaz de planificar,
organizar, ejecutar y evaluar las respuestas a las necesidades educativas. En este
contexto, las competencias de los gestores abarcan aspectos técnicos, jurídicos y de
recursos humanos que tradicionalmente no están incorporados en la formación inicial del
docente. ¿Es precisa una formación específica complementaria? No hay duda.
pensables para la formulación de una política educacional coherente que promueva la calidad
con equidad; es decir, una escuela de calidad para todos, independientemente de la condición
socio-económica de sus alumnos. La política educacional debe sustentarse sobre bases sólidas
reales, ser definida a partir de los datos e informaciones actualizadas a fin de que sea
adecuada. Los indicadores, datos e informaciones son también necesarios para el monitoreo y
el ajuste de la política educacional y sus metas. Es del caso mencionar , también, la
importancia del rol de los gestores de sistemas educativos en el incentivo de la investigación y
de los estudios aplicados, estudios e investigaciones que puedan ayudar en el proceso de
aprendizaje de los alumnos. De allí se desprende la importancia de la interacción con las
universidades y los institutos de investigación. Otra tarea de los gestores del sistema educativo
es la de promover la capacitación de los directores de las escuelas. En un contexto de
autonomía, se hace cada vez más necesario que el director tenga competencias y se capacite
específicamente para esa función. No es suficiente que sea un buen profesor; es necesario que
disponga de herramientas para llevar a cabo su tarea y con ese fin debe someterse a una
formación específica que le posibilite optimizar el uso de los recursos humanos, materiales,
tecnológicos y financieros disponibles y que le permita realizar un 8 trabajo articulado con la
comunidad escolar y, de ese modo, generar un clima de trabajo propicio para el trabajo
colectivo. Finalmente, otro rol de los gestores del sistema educativo es el de incentivar la
participación social en educación, logrando que otros sectores del gobierno- los que no están
dedicados a la educación- que la sociedad civil en general y la comunidad educativa
contribuyan al mejoramiento del sector. Estimular la participación requiere de una apertura
que permita cumplir con el rol de animador, a fin de que la sociedad como un todo y cada
persona en especial, puedan sentirse comprometidas con los desafíos educativos. Se trata de
hacer de la educación no sólo un derecho, sino que también un deber de cada uno. En este
sentido, es relevante que los gestores del sistema educativo estén, permanentemente, dando
cuenta pública e informando acerca de lo que está sucediendo en ese sector. Es un hecho que
con el cambio de rol, los gestores del sistema de enseñanza necesitan desarrollar nuevas
competencias. Para que puedan cumplirlas de manera exitosa, deberán incorporarse a
capacitaciones especializadas que les posibiliten adecuarse a esta nueva manera de
desempeñar sus funciones. EL ROL DE LOS DIRECTORES DE ESCUELA ¿Cuál será, por tanto, el
rol del director de escuela en el contexto de la descentralización? Este rol necesita disponer de
mucha más libertad para conducir a la escuela por su propio camino en la búsqueda de la
calidad de la enseñanza. Sabemos que es difícil que existan buenas escuelas con malos
directores, por tanto la inversión en ellos está más que justificada. Un rol destacado que
cumple el director es el de estar siempre preocupado por la capacitación de sus docentes, con
el fin de mejorar su desempeño y el trabajo en equipo. Para ello, busca formas de capacitación
en servicio, identifica a quienes necesitan de algún tipo de actualización y, persistentemente,
procura perfeccionamiento para la totalidad de su cuerpo docente en temas como el uso de
nuevas tecnologías y de nuevos métodos pedagógicos, o en la aplicación de los temas
transversales en relación con el desarrollo de habilidades para la vida. Otro rol es el de
intercambiar informaciones y comunicarse con el nivel central gubernamental, para recibir las
orientaciones relativas a la política educativa, así como con directores de otras escuelas para
compartir experiencias e iniciativas que puedan mejorar el trabajo pedagógico y de gestión de
esas mismas escuelas. Con los profesores y funcionarios de su escuela, su rol se concretiza
creando las condiciones para que el trabajo en equipo sea una realidad a través de la instancia
de elaboración y ejecución de su planificación y realiza esfuerzos para que el trabajo colectivo
sirva como un factor sinérgico en los resultados de las instituciones educativas. En relación con
los padres de los alumnos y el resto de los miembros de la comunidad, el director crea las
condiciones para que participen de la vida escolar y contribuyan a su efectivo mejoramiento. El
director de escuela se convierte, de este modo, en un permanente comunicador, tanto hacia el
gobierno como hacia sus pares, sus colaboradores y hacia la comunidad en la cual la escuela
está ubicada. 9 Así como el gestor del sistema educativo necesita elaborar un proyecto sobre
la base del consenso con la sociedad con amplia divulgación para que todos lo conozcan, al
nivel de la escuela es necesario establecer políticas bien definidas , con metas claras a ser
alcanzadas. Esas metas deberán ser elaboradas por el cuerpo docente en su conjunto, con
participación de la comunidad escolar: deben ser compartidas con todos, lo que significa que
todos persiguen las mismas metas, construidas colectivamente. Es importante no sólo elaborar
un plan colectivo, sino que es fundamental impulsarlo, es decir, lograr que las metas que se
proponen se hagan realidad. Un rol muy importante es el de interactuar con la comunidad
escolar y la comunidad local, abriendo la escuela a la participación, creando una escuela de
puertas abiertas. Los directores de escuelas necesitan avanzar hacia mayores grados de
sensibilidad respecto de la importancia de interactuar con la comunidad escolar y local, no sólo
en el ámbito estrictamente educativo, sino que también a nivel social y cultural. Deben
constituirse en agentes de cambio para promover una gestión democrática, basada en el
trabajo participativo en la búsqueda de la calidad y la equidad. Administrar los recursos
humanos, materiales y financieros es otro rol del director de escuela, motivo por el cual
necesita tener dominio sobre la dimensión técnica de este rol. Además del conocimiento
pedagógico, es indispensable que disponga de herramientas de planificación y administración
que posibilten una gestión eficaz de todos los recursos disponibles. Por último -y tal vez lo más
importante- el director de escuela es responsable por hacer efectiva la entrega del currículo
básico nacional, a la vez que definir y desarrollar el currículo que responda a los intereses
específicos de la comunidad local. El director necesita liderar el proceso colectivo de definición
del currículo correspondiente al interés específico de la escuela, es decir el enriquecimiento
curricular a partir de las necesidades locales definidas en forma participativa. En este contexto,
el director estimulará a su cuerpo docente a fin de que el currículo sea entregado al alumno de
la forma más dinámica y productiva posible, favoreciendo un adecuado desempeño de lo que
sucede dentro de la sala de clases en la interacción profesor- alumno, para que ocurra un
aprendizaje efectivo. CONSIDERACIONES FINALES El gran desafío que implica promover una
escuela flexible, autónoma y democrática consiste en romper con la cultura centralista. En un
proceso de descentralización de las escuelas, se ha detectado un problema preocupante que
se concretiza en el miedo a la pérdida de poder evidenciado por los organismos
gubernamentales y el miedo de recibir ese poder manifestado por las escuelas. Las escuelas
temen al aumento del volumen de su trabajo, así como a la presión de los padres por una
enseñanza de mejor calidad. En un primer momento, existe temor de ambas partes: en una,
por entregar el poder de decisión y en la otra, por tener que recibirlo, situación que dificulta el
proceso. A lo anterior, se puede agregar el poco interés por cambiar estos comportamientos
debido al acostumbramiento a una rutina ya instalada. Es necesario que lo organismos
gubernamentales perciben con la mayor claridad que a propósito de la descentralización, no
ocurre una real pérdida de poder. Por el 10 contrario, se trata sólo de un cambio del tipo de
trabajo que realizan: dejan de hacer un trabajo que es administrativo y “politiquero” para
hacer un trabajo que es técnico y "Político", con "P" mayúscula, es decir, un trabajo mucho
más noble y gratificante en términos de resultados. Es más: se gana un nuevo "Poder",
también con "P" mayúscula, que es el poder de cambiar la sociedad, puesto que es sólo
compartiendo responsabilidades, dándole a cada uno la oportunidad de sugerir y ejecutar que
surge la sinergia, que se posibilita el cambio de la calidad de la enseñanza, que se hace real el
compromiso de cada uno con ese cambio en la calidad de la enseñanza. Los resultados
positivos, sin duda, compensarán el esfuerzo. Con la descentralización hay, efectivamente, un
aumento de la carga de trabajo en las escuelas. Se necesitan más reuniones internas para
planificar de manera colectiva y compartir experiencias, surgen nuevas responsabilidades
relativas a la administración del presupuesto, a las rendiciones de cuentas, a la interacción con
la comunidad, a la administración de los recursos humanos. Por otra parte, es del caso relevar
que los seres humanos trabajan mucho mejor cuando participan de la planificación de las
tareas que van a ejecutar; en la medida que se sienten comprometidos con los resultados,
realizan las tareas con mayor satisfacción. Otro desafío ineludible es desarrollar en los sectores
gubernamentales la capacidad de ejercer las nuevas formas de ejecutar las tareas que les
corresponde en el proceso de descentralización. Sin lo anterior, es imposible tanto el cambio
de rol, como el éxito de la autonomía de la escuela. Esta no es una tarea extremadamente
compleja en la medida en que ya existe personal de muy buen nivel trabajando en los sistemas
educativos de los distintos países y que están, de manera muy general, insatisfechos con el
resultados de los trabajos que realizan. No está demás mencionar que el Gobierno debe
proveer a la escuela de los recursos humanos y materiales en cantidad y calidad suficientes
para que pueda cumplir sus nuevas actividades, sin perjuicio de las cuestiones relativas a la
enseñanza, finalidad última de la educación. El esfuerzo debiera encaminarse hacia la
institución educativa, de modo que pueda dedicarse al aprendizaje de los alumnos de manera
eficaz y comprometida con sus resultados. Lo anterior refuerza la idea de que la
descentralización sólo tiene sentido si conduce a un cambio en la sala de clases y en el proceso
de aprendizaje. Aunque la gestión sea exitosa y se disponga de suficiente información,
capacitación y participación, sólo adquiere valor si es capaz de cambiar lo que sucede en la
interacción del profesor con el alumno, si provoca un cambio en el proceso de aprendizaje. A
pesar de que cambie quien hace las cosas, así como la forma de hacerlas, la educación
continuará con deficiencias y los alumnos con bajos rendimientos si ese cambio no alcanza al
proceso de aprendizaje. La descentralización para la escuela sólo adq