Una escuela para todos.

integración a la inclusión

Muchas veces la escuela, se convierte en un reproductor que acentúa los

ambientes de desventaja y vulnerables con lo que ingresan los alumnos a ella, en
lugar de ser un potenciador de competencias de los estudiantes. Pues la
alineación que tiene el sistema educativo y la verticalidad en sus programas son
agentes fuertes de segregación y exclusión.

Muchos intentos de diferentes organismos han evidenciado esta problemática,

como la Organización de las naciones Unidas para la Educación y la Cultura
(UNESCO) que entabla estrategias entre naciones y sociedades para transformar
sistemas educativos y convertirlos en verdaderos instrumentos que permitan la
participación plena de los ciudadanos independientemente de sus condiciones
personales, culturales o sociales. De esta manera se fomenta la solidaridad entre
los alumnos, maestros y cuerpo directivo logrando la igualdad de oportunidades y
un completa participación de todos.

Es importante dejar claro que no solo debe privilegiarse la integración, pues éste
es apenas el primer paso para lograr la inclusión, meta importante para arribar.
Pues mientras la primera, el objetivo está encaminado en adaptar en función de
las necesidades específicas de los alumnos integrados. La inclusión implica una
visión heterogénea, que transforma la organización escolar para ser empáticos
con los problemas y necesidades que presentan los alumnos y transformar la
práctica educativa y de respuesta a los requerimientos de los niños y niñas en una
propuesta pedagógica integral y armónicamente construida por el docente para
lograr aprendizajes exitosos.
Escolaridad y rupturas cotidianas

Resulta sumamente importante considerar que el maestro debe responder a con

profesionalismo, ética y responsabilidad en atender la biografía de los alumnos:
entender la diversidad de cada uno, apreciar su modo de vida, sus costumbres, su
historia, su cultura, sus gustos, sus miedos y sus desafíos. Esto permitirá
estrechar lazos de confianza y construir ambientes agradables, además que en los
estudiantes se produce un andamiaje con conocimientos previos sobre los nuevos
a adquirir y ello es importante que el maestro o maestra lo considere al momento
de planear sus estrategias didácticas. De lo contrario se producirán rupturas
cotidianas que son la separación y des-vinculamiento entre la identidad nacional y
la escolaridad previa que poseen los alumnos. Es decir, son alumnos que no se
sienten mexicanos, pero tampoco logran adaptar la identidad estadounidense.

La bienvenida escolar.

La bienvenida escolar está relacionada con el conocimiento a priori que debemos

tener de nuestros alumnos, pues el conocer su bibliografía nos permitirá valorar su
pasado y enriquecer su formación. Recordemos que ellos no son una página en
blanco y es necesario que conozcamos su historia, personal, social y familiar.
Nuestros alumnos llegan a nuestras aulas con gran riqueza que debemos pulir en
la puesta en práctica acciones con significado que les resulte desde el primer día
de clase de bienvenida en un lugar donde siempre quieran estar.

Los fondos del conocimiento.

Los fondos de conocimiento son tan amplios que integran la personalidad íntegra

de nuestros alumnos, que nos ayuda a ser empáticos con ellos y a verlos en sus

diferentes áreas y facetas para poder dimensionar la totalidad de su carácter, su

temperamento, su modo de ser, su naturaleza, sus habilidades, sus capacidades,

sus saberes, que nos permitan potenciar sus competencias.

Recursos:
Zúñiga, Víctor; Compilación de textos, traducción y comentarios (2011). La escuela incluyente
y justa. Antología comentada al servicio de los maestros. México: Fondo editorial Nuevo León
y Universidad de Monterrey. Pp. 69-90