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SEMINARIO TEOLÓGICO CENTROAMERICANO

LA ADORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO

Lectura #3
presentada en cumplimiento parcial de los requisitos de la materia
Teología de la Adoración

Manaen Eliacim Ayala Orantes

30 de octubre del 2015

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LA ADORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO

La palabra adoración es muy importante en el Nuevo Testamento, ya que refleja

cierta actitud como implicaciones. Ante esto, es necesario rescatar ciertos principios que

se obtienen de estos pasajes. Además, el significado de la palabra adoración dentro de

los dos eventos diferentes donde se genera un concepto diferente de adoración al

manejado por los judíos y los samaritanos.

Antecedentes

Antes que todo, la palabra proskune,w aparece en el Nuevo Testamento 60

veces (Mt. 2:2; Mr. 5:6; Lc. 4:7; Jn. 4:23; entre otros más). Y todas las veces lo

traducen como adoración. En la clasificación de palabras en el griego, es un verbo

contracto. Probablemente, sea también un verbo compuesto por la preposición pros.

Esta palabra significa literalmente traducida besar, como el perro lame la mano de su

dueño. Por tanto, significa postrarse en homenaje, postrarse, reverenciar o suplicar.

Hay dos pasajes interesantes donde hay un enfoque o énfasis en este término. El

primero es cuando los magos buscan al Mesías nacido (Mt. 2:2). Y el segundo, en la

conversación entablada de Jesús con la Samaritana (Jn. 4:23-24). Es evidente que tal

término suele estar en muchos más pasajes del Nuevo Testamento. No obstante, estos

dos son suficientes para mostrar la importancia de la adoración y la enseñanza que

transmiten.

Los reyes magos

A pesar de lo poco que se conoce sobre estos magos, de algo se puede estar

seguro y es su propósito. Este propósito consistía en la adoración al rey de los judíos.

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Este pasaje revela que la adoración a Dios no se limitaba solo a los judíos sino que tenía

un alcance más universal que es evidente a lo largo de los Evangelios como en todo el

Nuevo Testamento. Estos magos tenían un concepto del Rey, a pesar de que no se

conozca su procedencia, pero está claro que conociendo al rey le adoraron postrándose.

Con respecto a esto, ellos tenían un concepto de Mesías que no les importó la distancia

de su viaje. Su prioridad era adorar al Rey de había nacido. Ellos totalmente contrastan

a las autoridades de Israel, que no indagaron diligentemente cuando supieron que los

magos buscaban al Mesías, excepto Herodes que refleja otras intenciones.

Además, los magos transmiten la enseñanza que la adoración debe ir dirigida a

una persona y no a un lugar. Ellos preguntaron dónde estaba el Mesías, en qué lugar

había de nacer debido a que les apremiaba estar en la presencia del Mesías. Y cuando

llegaron, no les importó el lugar donde había nacido, sino contemplar algo que

anhelaban e instantáneamente postrarse ante el niño. También, dieron ofrendas al

Mesías. Pero al postrarse, ellos reconocían la superioridad del Mesías. Por tanto, la

adoración es un acto voluntario que refleja un fuerte deseo de estar ante la presencia de

Dios siendo sumiso a su voluntad.

La mujer Samaritana

Por otro lado, existía un contexto donde un samaritano con un judío no se

llevaban muy bien, debido a cuestiones históricas raciales. Esta es la historia de la

mujer Samaritana. No obstante, cada grupo de estos tenía un lugar donde adorar a

Yahweh. Los judíos lo hacían en el templo de Jerusalén, donde creían que moraba la

presencia de Dios y había que ir a adorarle. En cambio, los samaritanos adoraban en el

monte Gerizim donde tenían un altar a Dios. Estos eran su centro de adoración. El
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pasaje relata que la samaritana expone esta problemática a Jesús. Pero Jesús expone que

estos lugares perderán su significado y él está estableciendo una nueva forma de

adoración. Además, el está definiendo la nueva forma de los adoradores de Dios (v. 23).

Él más que pedir un culto externo, está estableciendo un culto interno en el espíritu del

hombre.

En este caso, Jesús estaba diciendo que la adoración iba a ser por medio del

Nuevo pacto y no limitado a un lugar o espacio. La frase espíritu y verdad hace

referencia a algo interno. El espíritu, es el espíritu humano, donde Cristo quiere que sea

algo interno y no a través de una liturgia. Y en verdad, es que Él también desea que la

adoración sea algo genuino o auténtico. Lastimosamente, los judíos en su concepción

de adoración, no habían entendido que la adoración no se limita a un lugar y que Dios

desea algo más interno que externo.

Conclusión

En ningún momento, la adoración debe estar limitada a un espacio o lugar, sino

enfocada a Dios. La adoración abarca la contemplación, tal y como los magos lo

hicieron con el niño nacido. La adoración debe reflejar una actitud voluntaria y genuina.

La adoración refleja la superioridad de Dios sobre el hombre, ya que se le reconoce su

Señorío y poder.
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BIBLIOGRAFÍA

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