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ABSTRACT

Los Andes conforman el sistema orogénico más grande desarrollado por la subducción de la corteza
oceánica a lo largo de un margen continental. La subducción comenzó poco después de la ruptura de
Rodinia en los tiempos del Proterozoico Tardío, y desde ese momento, ha estado intermitentemente
activa hasta el presente. La evolución del margen pacífico de América del Sur durante el Paleozoico
ocurrió en las siguientes etapas:

(1)La ruptura Proterozoica inicial seguida de subducción y re-amalgamación final del margen en los
tiempos del Cámbrico Temprano, como se describe en las Cuencas Puncoviscana y Tucavaca y
granitoides relacionados en el sur de Bolivia y el norte de Argentina;

(2) una fase posterior de rifting en el Cámbrico Medio y posteriores colisiones en el Ordovícico Medio de
terrenos Parautóctonos derivados de Gondwana, como Paracas, Arequipa y Antofalla, y terrenos
exóticos originados en Laurentia, como Cuyania, Chilenia y Chibcha ;

(3) colisión final de Pérmico entre América del Sur y América del Norte para formar Pangea durante la
orogenia de Alleghanides, dejando restos de Laurentia como los terranes de Tahami y Tahuin en los
Andes septentrionales y otros ortogneises poco conocidos en la Cordillera Real de Ecuador en el
Pérmico tardío-Triásico temprano; y

(4) amalgamación de los terrenos de Mejillonia y Patagonia en los tiempos del Pérmico temprano,
representando los últimos episodios de convergencia registrados en el margen durante la orogenia de
Gondwanides.

Estos episodios de rifting y colisiones posteriores a lo largo del margen continental fueron el resultado
de cambios en el movimiento absoluto de Gondwana relacionados con las reorganizaciones de la placa
global durante el Proterozoico al Paleozoico.

El rifting se generalizó durante la ruptura de Pangea en la extensión concentrada del Triásico en el techo
de las suturas que amalgamaban los terrenos del Paleozoico.

La apertura del Océano Índico en los comienzos del Jurásico se asoció con una nueva fase de subducción
a lo largo del margen continental.

El movimiento absoluto hacia el noreste del oeste de Gondwana produjo una velocidad de retroceso de
la trinchera negativa que controlaba la subducción bajo un régimen de extensión hasta finales del
Cretácico Inferior.

Los Andes del norte de Venezuela, Colombia y Ecuador registran una serie de colisiones de arcos isleños
y mesetas oceánicas desde el Cretácico Inferior hasta el Mioceno medio como resultado de la
interacción con la placa del Caribe.

Los restantes Andes centrales y meridionales registran períodos de orogénesis y construcción de


montañas que se alternan con períodos de quietud y ausencia de deformación tal como se registra en
partes del Oligoceno.

Con base en la ocurrencia generalizada de episodios de subducción de losa plana a través del tiempo,
como se registró en la mayoría de los segmentos andinos en el Cenozoico y en épocas más antiguas,
este trabajo presenta un ciclo orogénico que explica la secuencia de quiescencia, magmatismo de arco
menor, expansión y migración de los frentes volcánicos, deformación, subsiguiente litosférica y
delaminación cortical, y desarrollo de pliegues y empuje final de antepaís.

Estos episodios están relacionados con la disminución de la profundidad y el empinado de las zonas de
subducción a través del tiempo.

Este ciclo conceptual, similar a la orogenia Laramide en América del Norte, puede ser reconocido
dondequiera que un sistema de subducción sea o estuvo activo en un margen continental.
INTRODUCCIÓN

Los Andes son el sistema orogénico activo más grande desarrollado por subducción de la corteza
oceánica debajo de un margen continental. Este cinturón de montaña continuo y complejo es la
expresión de una serie de procesos asociados con la subducción que llevó a la formación de la Cordillera
de los Andes Los Andes se desarrollaron a lo largo más de 8000 km del margen pacífico de Sudamérica,
desde el Mar Caribe en el norte al norte de Scotia Ridge al este de la isla de Tierra del Fuego en el sur.
Aunque los Andes son la localidad tipo de orógenos de tipo andino como defiende Dewey y Bird (1970),
la historia geológica involucra un registro complejo de acreciones, colisiones y subducción de diferentes
tipos de océanos corteza. Estos crearon una complicada segmentación donde tectónica, magmáticos, y
los procesos de sedimentación cambiados a través de tiempo y espacio y formó las características de los
principales morfoestructural provincias vistas en los Andes actuales (ver Fig. 1).

Hay varias clasificaciones de la Cordillera de los Andes, pero los estudios pioneros de Gansser (1973)
fueron los primeros en correlacionarse las características geológicas observadas con placas tectónicas.
Basado en presencia de rocas metamórficas y cinturones ofiolíticos de la edad andina, Gansser dividió el
sistema en el norte, centro y sur Andes. Los segmentos norte y sur se caracterizan por rocas
metamórficas Jurásico y Cretácico, así como diversas ocurrencias de corteza oceánica obuctó en el
margen continental durante los tiempos andinos. Por otro lado, los Andes Centrales carecen Las rocas
mesozoicas y cenozoicas metamórficas y ophiolíticas, fueron formado por la subducción de la corteza
oceánica, y son la localidad tipo de un orógeno de tipo andino (Ramos, 1999). Esta triple clasificación -
catión es de hecho más complejo debido a otros procesos geológicos superpuesto a las principales
configuraciones de placa-tectónica.

Barazangi y Isacks (1976, 1979) identifi caron los dos primeros segmentos bien documentados a lo largo
de los Andes sin Cenozoico tardío arco magmatismo y los atribuyó a la subducción de losa plana (Fig. 1).
Esta subducción fría se asoció con un Benioff subhorizontal zona observada en el área retroarc y
caracterizada por grandes y frecuentes terremotos intracrusitales impulsados por un sótano significativo
acortamiento. Como resultado, eventos importantes de elevación del sótano del antepaís tuvo lugar a
finales del Cenozoico, dando lugar a un antepaís roto con elevaciones de sótanos y cuencas (Jordan et
al., 1983a, 1983b). Otros estudios sismotectónicos detallados en los Andes del Norte reconocieron un
segmento de losa plana en el norte de los Andes colombianos con características similares (Pennington,
1981; Gutscher et al., 2000).

Las montañas de los Andes tienen una tendencia al norte casi continua huelga, sin embargo, tanto en el
extremo norte y sur, se truncan por la transformación continental de este a oeste y fallas de
deslizamiento. Estas características tectónicas vinculan a América del Sur con las placas del Caribe y
Scotia, que, independientemente del primer orden similitudes, comparten historias geológicas
complejas pero tienen una diferente evolución tectónica.

Para resumir las principales características de los Andes, el inicio de procesos orogénicos del margen
occidental actual de América del Sur debe combinarse con la creación de la Pacifi c Ocean, que inició el
orógeno de acreción de Terra Australis (Cawood, 2005). Este orógeno formó los paleo-Andes durante
Tiempo paleozoico, que condujo a la formación de Pangea. La subsecuente subducción formó el sistema
andino tal como lo conocemos hoy.
OBSERVACIONES FINALES

El presente resumen de la anatomía de los Andes descrito en diferentes momentos ilustra información
significativa que puede ser extrapolado a otros sistemas. Los Andes actuales pueden estar segmentados
en varias áreas discretas que experimentaron una evolución única y tenía una historia geológica
compleja, pero eso tiene en común una serie de procesos que modelaron sus características tectónicas
con diferentes intensidades Uno de los principales controles es la confi guración actual de subducción de
losa, que no solo es responsable de la presencia o ausencia de magmatismo, pero también la evolución
estructural del área. Algunos otros factores, como las colisiones de crestas sísmicas, tienen papeles
importantes en la deformación, actividad magmática y formación de cuencas. Su análisis está más allá
de la descripción actual (para más detalles, ver Ramos, 2005; Michaud et al., Este volumen). El control
climático sobre el levantamiento, la ubicación y el índice de exhumación, y geometrías estructurales es
otro factor de primer orden en la evolución tectónica de los Andes (ver, por ejemplo, Montgomery et
al., 2001; DeCelles y Horton, 2003; Strecker et al., 2007; Blisniuk et al., 2006; Ramos y Ghiglione, 2008).
El analisis del control climático en la formación de los Andes también está más allá el alcance de este
manuscrito Las observaciones finales se pueden agrupar en las siguientes aspectos:

1. El comienzo del sistema de subducción andino fue relacionado con la ruptura de Rodinia, que
imprimió un fuerte Firma de Grenville en todos los terrenos continentales acrecidos al margen, y al
protomargin de Gondwana en sí. Esta ruptura marcó el nacimiento de los Andes Paleozoicos. El
Neoproterozoico se caracterizó por la apertura y el cierre a lo largo de la mayor parte del margen, pero
todavía es poco conocido en las áreas tropicales porque de una densa cubierta vegetal y la mala calidad
de los afloramientos.

2. Se produjo un cambio signifi cativo de fragmentos continentales como consecuencia de la tectónica


de acreción que dominó el Paleozoico temprano. Fragmentos exóticos derivados de Laurentia alternó
con el acoplamiento de terrenos parautochtonianos previamente separado del protomargin de
Gondwana. Estas extensiones y etapas de compresión en la evolución del margen fueron controladas
por el movimiento absoluto de Gondwana vinculado a global reorganizaciones de placas, como se
propone en el orógeno de Terra Australis por Cawood (2005).

3. Restos Laurentian en el margen de Gondwana son un testimonio en el sótano de los Andes del Norte
a la Laurentia-Gondwana colisión durante el Pérmico Temprano. Alto grado Terrenos metamórficos
como Tahami en Colombia y Tahuin en el sur de Ecuador y el norte del Perú fueron separados de
Laurentia y dejado atrás después de la colisión. Otras exposiciones, como los granitoides foliados de
Tres Lagunas, también podrían haber sido parte de este conjunto de terrenos, pero más datos
petrológicos y geoquímicos todavía son necesarios para confirmar esta afirmación.

4. Otros terrenos tardíos del Paleozoico son conocidos en la Central y Los Andes del sur, como los
terrenos de Mejillonia y Patagonia, pero sus orígenes no están relacionados con una colisión de
continente a continente. Tienen afinidades de Gondwana y son interpretados como parautópicos
terranes.

5. Triásico a principios del Jurásico se asoció con el ruptura de Pangea. La extensión se concentró a lo
largo del Pacífico margen y se centró en la pared colgante de la anterior suturas. Interfaces entre áreas
cratónicas y terranes acrecidos favoreció el magmatismo y la extensión dentro de la placa, como en la
Cordillera Real de Bolivia y su continuación al norte y al sur en Perú y Argentina, respectivamente.

6. Inicio de la subducción en el Jurásico temprano a lo largo del margen fue controlado por la ruptura de
occidental y oriental Gondwana y la apertura del Océano Índico. Subducción con una velocidad de
retroceso de la zanja negativa dominado Mesozoico temprano subducción, magmatismo y régimen
extensional. Esta régimen extensional fue controlado por el movimiento absoluto de Gondwana
occidental hacia el noreste, en la misma dirección que la placa de Farallon adyacente.
7. Un cambio importante en la geodinámica andina ocurrió en el final del Cretácico Inferior cuando
América del Sur se separó de África. El comienzo del movimiento absoluto hacia el oeste y el noroeste
dio lugar a la actual configuración tectónica de compresión que controla el engrosamiento de la corteza
y el levantamiento andino. El cambio también modificó sustancialmente la naturaleza y distribución del
magmatismo a lo largo del arco volcánico.

8. La evidencia generalizada de la losa presente y pasada subducción apoya un ciclo orogénico andino
conceptual que comienza después de un período de reposo con deformación incipiente y magmatismo;
migración y expansión del arco magmático; cambiando del frente orogénico y la formación posterior de
la cuenca de antepaís durante la reducción de la zona de subducción; acortamiento de la corteza y
cuencas de antepaís rotas en la etapa de losas planas; empinamiento subsecuente y colapso
extensional; delaminación cortical y litosférica; elevación térmica; y, finalmente, menor contracción
dúctil cortical y formación de cinturón de plegado y empuje de piel fina en el adyacente áreas de
antepaís.

Este ciclo orogénico conceptual podría verse afectado en cualquier etapa por los cambios en la dinámica
de subducción y, por lo tanto, en el orden y la intensidad de los procesos geológicos. De vez en cuando,
después de un corto período de disminución de la zona de subducción, una la inclinación puede inhibir
la formación de placa plana, pero una serie de y procesos similares aún pueden ser detectados. Por otro
lado, el las condiciones iniciales de la placa superior dan lugar a diferentes magmáticos y
comportamientos tectónicos. Las consecuencias de los procesos son diferentes en la corteza
inicialmente gruesa o delgada. Una costra gruesa puede conducir a la delaminación cortical significativa
y al magmatismo silícico generalizado, y una corteza delgada puede conducir a basalto retroarco
generalizado magmatismo con o sin delaminación cortical a lo largo del eje de la cordillera Si se
interrumpe el shallowing, menor localizado extensión y escaso magmatismo pueden ser las únicas
características que dar testimonio del ligero cambio en la geometría de la subducción. La importancia de
este modelo orogénico andino es que puede ser probado y se puede aplicar a los Andes Paleozoicos, y
otros lugares donde un sistema de subducción estaba o está activo.

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