Blanco y Pantoja Curso 2014-2015 Facultad de Educación de Toledo- UCLM
MENDOZA FILLOLA, A. (Coord.) (2003). Didáctica de la Lengua y la Literatura. Madrid:
Prentice Hall, pp. 12-13.
Aunque la Didáctica de la Lengua y la Literatura es un área de conocimiento reciente,
su consolidación se ha ido llevando a cabo con notoria eficacia y rigurosidad desde hace ya más de dos décadas. A partir de la década de los setenta, los estudios y orientaciones sobre la 5 enseñanza o el aprendizaje de lenguas han conferido entidad propia a la disciplina; posiblemente la base de nuestra área estriba en el hecho de que conocer el sistema de lengua, estudiarlo y usarlo son aspectos diferenciados. El objeto de la DLL se define a partir de la diferenciada valoración de la funcionalidad de cada una de estas acciones. El conocimiento teórico no basta para saber servirse del sistema de la lengua en las 10 muy diversas situaciones de interacción. […] Los estudios actuales de DLL han puesto de relieve que la eficaz comunicación depende del adecuado uso de la lengua, poniendo en conexión las referencias sobre el sistema y sus códigos con los determinantes pragmáticos que organizan y adecuan los mensajes y, en suma, la interacción en la comunicación. […] El incremento de estudios y el rigor de las investigaciones sobre temas específicos del 15 área han confirmado el estatus científico de la DLL, porque con ellos se han establecido con rigor sus fundamentos teóricos, sus relaciones con otras disciplinas ya consolidadas y sus modelos de trabajo científico. Siendo optimistas, podríamos pensar que la formación lingüístico-comunicativa ya ha dejado de ser la exposición de una extensa relación de conceptos, definiciones y datos a memorizar, que los contenidos gramaticales ocupan el justo 20 y específico espacio en el currículum y en las secuenciaciones de aula, que la formación literaria atiende más a la formación receptora del aprendiz que a la memorización de catálogos historicistas, y que, en suma, los enfoques y la metodologías que ya se emplean resultan realmente eficaces para el buen uso de la comunicación, en todas sus facetas. Sin embargo, la realidad indica que aún sigue siendo aportar obras que ayuden al profesor, que le 25 orienten y le expliciten conceptos y orientaciones metodológicas. […] La formación lingüístico-comunicativa y estético-literaria pretende el efectivo intercambio (obtención, aportación, transmisión) de significados, contenidos e informaciones, lo que constituye el eje esencial del interés comunicativo de los interlocutores. Por ello, desde esa amplia perspectiva, puede comprenderse que el objeto central de la DLL no es el de 30 presentar directa y escuetamente los “recursos eficaces” dispuestos ya para su aplicación inmediata en el aula. Si nos limitáramos a esto, sin duda correríamos el riesgo de convertir la disciplina en una mera técnica para producir materiales y generar actividades, que marginaría los interesantes apartados de valoración didáctica de los supuestos teóricos que, precisamente, son las fases que confieren propiedad a nuestra área y que la consolidan como 35 espacio científico. Los estudios y las propuestas son abundantes y los estudios de DLL hace ya años que preconizan orientaciones encaminadas a formar buenos usuarios de la lengua, a dotar a los escolares de amplias y funcionales competencias que les hagan autónomos para las actividades de comunicación. Sin embargo, el contraste entre algunas creencias que mantiene 40 parte del profesorado frente a los nuevos enfoques y reorientaciones conceptuales y metodológicas que se han difundido en los últimos años justifica la necesidad de una mayor difusión de los logros de la DLL.