You are on page 1of 4

La entrada del niño/a en la escuela infantil va a suponer un gran cambio.

Implicará la salida del mundo familiar, en el


que cada niño/a ocupa un rol definido y la entrada en un mundo de relaciones desconocido y más amplio. Esto
supone una dificultad para el niño que tiene que aceptar la separación de las personas más queridas y adaptarse a
un mundo desconocido.

¿Qué objetivo se plantean?

Pretendemos conseguir un conocimiento mutuo entre las partes implicadas: Padres-Niños-Escuela, en el que se
establezca una relación de confianza que favorezca y facilite la incorporación del niño al centro.

¿Influye en la adaptación de los niños el cómo lo vive su familia?

Los padres tendrán una influencia en este momento que viene determinada por como ellos vivan la separación: sus
temores, sus expectativas, su ansiedad, su angustia, su seguridad o inseguridad, su grado de confianza en la institución
y en las posibilidades de su hijo/a. Todo esto es transmitido y captado por el niño. Así, si la madre vive con dificultad
este momento el niño va a reclamarla con ansiedad y va a vivir la adaptación con inseguridad y miedos. Por ello es
muy importante la relación de la familia con el centro.

¿Todos los niños lloran durante el periodo de adaptación?

Cada niño/a lo exterioriza y expresa de diversas formas, pero todos ellos necesitan ayuda por parte de sus padres y
educadores.

En un primer grupo nos encontramos con los niños que lloran, patalean, intentan escaparse, pegan al adulto e incluso
a los niños o niñas, no quieren comer, se niegan a dormir e incluso pueden aparecer de nuevo enuresis (hacerse pis).
Todo esto va encaminado a mostrar su rechazo llamando constantemente la atención de los adultos. Algunos niños
parecen expresar conformidad en su conducta externa, son niños que no lloran (Por vivirlo con culpabilidad en
algunos casos…), esta falta de manifestación externa no significa que sus sentimientos internos sean como los de los
niños que lloran. Tenemos que tener presente este tipo de reacciones para no caer en el error de considerar que el
niño se ha adaptado porque no llora, ni reclama la atención del medio, es evidente que este tipo de reacción
requiere por parte del adulto una gran atención, cuidado, apoyo y afecto para que supere esta situación y no caiga
en una actitud apática que detenga su capacidad de relación si esta experiencia se prolonga. En definitiva todos
pasarán por un periodo de adaptación más o menos largo hasta que recobre la seguridad en sí mismo y la confianza.

¿Cuáles son las pautas de actuación para que el periodo de adaptación se resuelva de manera satisfactoria?

Los profesionales del centro establecerán las pautas a seguir en relación a los tiempos, en relación al número de niños
y en relación a los recursos personales. En relación a los tiempos, los niños nuevos se incorporarán una vez que se
hayan incorporado todos los de cursos anteriores, de esta manera encontrarán un ambiente relajado y la educadora
podrá proporcionarles una atención más individualizada. En relación al número de niños, dependerá de la edad,
cuanto más pequeños sean los niños menos se deben incorporar por día. No más de dos. Y en relación a los recursos
personales, la asignación de recursos personales debe ser muy flexible y específica para el periodo de adaptación,
contemplando las necesidades que puedan ir surgiendo.

¿Qué reuniones se realizan con las familias de nueva incorporación?

Reunión con el equipo directivo para presentar las líneas generales del centro, exponiendo los recursos existentes para
atender de forma adecuada a todos los alumnos. Se les informará de lo importante que es respetar el periodo de
adaptación, dándoles un documento informativo sobre cómo se debe llevar a cabo. A las familias se les indicará que
la entrada será progresiva. Además, se realizará una entrevista con el educador tutor que tendrá lugar a principio de
curso y a través de la cual se intentará transmitir confianza y seguridad, recoger información de interés sobre el niño/a
a través de una entrevista inicial, se les informará que no es conveniente realizar cambios significativos durante este
periodo, en la alimentación, el control de esfínteres, quitar el chupete… También se establecerán pactos de
temporalizarían con los padres hasta llegar a la total permanencia del niño en el centro, atendiendo ala individualidad
del mismo, a las necesidades de la familia y sus circunstancias personales y por último se les enseñarán todos los
espacios específicos del centro.

¿Qué actividades favorecerán la adaptación de los niños en este periodo?

Con la expresión musical conocemos las necesidades, características y peculiaridades de cada niño, respetamos los
distintos ritmos, los integramos en el grupo-clase desarrollando su autonomía, establecemos una relación de confianza
– seguridad entre familia y escuela… Las canciones, los juegos, las actividades, los cuentos musicales… que
desarrollamos en nuestro aula les ayuda a aprenderse el nombre del educador y el de sus compañeros, reconocerse
como parte integrante del grupo-clase, conocer nuestro aula, moverse libremente por ella utilizando objetos y
materiales, familiarizándose con ellos, conocer a los demás alumnos, y trabajadores del centro y expresar sus propios
sentimientos hacia la escuela.

¿Cuándo podemos dar por finalizado el periodo de adaptación?

Este periodo de adaptación se puede dar por terminado cuando se ha conseguido una cierta estabilidad emocional
en el grupo, y son capaces de asumir con más tranquilidad los momentos de separación y reencuentro con las
familias, así como la totalidad del tiempo de estancia al centro. Pueden darse situaciones de regresión, pero no serán
muy importantes si los adultos que convivimos con ellos (padres y educadores) somos capaces de admitirlas y
comprenderlas, asociándolas a procesos normales del desarrollo evolutivo que permiten reelaborar y reforzar
situaciones aparentemente asimiladas o interioridades.

En este ciclo de 0-3, se pretende esencialmente que el pequeño se “adapte progresivamente a la vida en común”,
tanto en Familia como en el Centro, que sea capaz de situarse en ella y que aproveche al máximo los objetos,
estímulos y situaciones que, con intencionalidad educativa, padres y educadores ponen a su disposición. Resulta claro
que este aprendizaje se realiza en inseparable relación con otros contenidos, por ejemplo, los referidos a su propia
autonomía y posibilidades de expresión y comprensión; ello determina la necesidad de insistir en que los contenidos en
el aula no pueden organizarse por áreas, ya que esta división es un instrumento, exclusivamente para la planificación
de los maestros y maestras. La intervención educativa procurará que el niño y niña aprenda a “desplazarse
autónomamente” por las dependencias de la casa y la escuela. Asimismo, se pretende que el Nilo y niña se sientan
miembros de su familia y del centro, y para ello es importante que vaya conociendo a las diversas personas con las
que convive en la escuela (profesores, auxiliares, niños y niñas del propio grupo y de otros, etc.) En el comienzo de este
ciclo es importante que el niño y niña vayan “desarrollando vínculos con el Maestro o Maestra”; sin embargo, tiene
que dar paso, posteriormente, a su participación en la vida de grupo en el centro. Para el establecimiento de vínculos
fluidos con los demás será necesario que el pequeño comience a actuar “colaborando con los otros” en actividades
donde esté presente el adulto, ayudando a éste y a otros niños y niñas en tareas muy sencillas. La capacidad de
“tomar en consideración el punto de vista de los otros” en este ciclo implica que el niño y niña empiece a demostrar
los propios deseos, sabiendo esperar cuando el maestro está atendiendo a otros niños y niñas, así como que manifieste
interés por lo que hacen éstos, y por sus actividades. Identificar la diversidad de relaciones, en este primer ciclo,
implica que el niño y niña, con la ayuda educativa ajustada, “descubra y conozca algunas características de los
primeros grupos sociales” a los que pertenece y las de sus miembros más destacados. Pero, además, este
descubrimiento facilitará la adquisición de una autonomía creciente en sus relaciones. A medida que avanza el ciclo,
el pequeño “se irá adaptando a las normas y pautas básicas” que rigen la convivencia en el seno del grupo familiar y
escolar (conseguir los juguetes que tiene un compañero hablando con él, pedir los objetos y expresar los deseos sin
rabietas, etcétera), de forma que pueda mostrar una conducta paulatinamente más ajustada a los roles que le
corresponden en cada uno de ellos.

Los profesionales de la educación y las familias colaborarán en la educación y crianza de los niños y niñas, por lo que
su relación ha de basarse en la “corresponsabilidad”. Por ello, la educación infantil debe fundarse en el conocimiento
del contexto familiar y generar los cauces de una mutua colaboración que contemplen el respeto a la diversidad de
familias en la sociedad contemporánea. 2. Los profesionales que ejerzan la tutoría mantendrán una relación
permanente con las familias de los niños y niñas, facilitando situaciones y cauces de comunicación y colaboración, y
promoverán su presencia y participación en la vida de los centros. 3. Desde los centros educativos se promoverán
acciones formativas orientadas al apoyo y la formación de las familias en materia educativa, entre las que se podrían
llevar a cabo cursos monográficos, talleres, grupos de reflexión y sesiones de intercambios de experiencias, a fin de
que la familia y la escuela se conviertan en comunidades de prácticas compartidas. 4. La familia colaborará
estrechamente con los profesionales que ejerzan la tutoría para una mejor adaptación de los niños y niñas en su
primera incorporación al centro

El Área de Niños de Esteco Psicólogos colabora con los Centros Escolares ofreciendo nuestro servicio de GABINETE
PSICOPEDAGÓGICO.

Los objetivos del Gabinete Psicopedagógico son:

Favorecer el desarrollo evolutivo adecuado estimulando las principales áreas.

Prevenir posibles dificultades y utilizar recursos individuales y grupales para poder solucionarlas.
Crear un ambiente agradable, estable y divertido para que los niños se encuentren como en su hogar. Todo está
diseñado por y para ellos.

Dar importancia tanto al aprendizaje académico como al aprendizaje de vida, esencial para adquirir buenas
habilidades de autonomía, sociales y emocionales futuras.

Las funciones del Gabinete Psicopedagógico son:

COLABORACIÓN CON LAS EDUCADORAS.

Es esencial el trabajo con las educadoras que son las profesionales que más conocen a los niños dentro del Centro.
Con ellas se comentan los aspectos relevantes de todos los niños del aula, para poner en marcha los recursos y
técnicas necesarias que hagan del aula un entorno diario adaptado a los niños.

ASESORAMIENTO A PADRES.

El objetivo es tener una buena comunicación entre todos los profesionales del Centro escolar y los padres, ya que es
fundamental que se proporcione una educación coherente y consistente por parte de las personas significativas hacia
el niño.

Es muy adecuado para intercambiar información de la conducta del niño en el entorno escolar y en el familiar.

Los padres plantean las dudas que surgen a lo largo del crecimiento del niño para poder comprender los diferentes
estadios evolutivos por los que van pasando sus hijos y se asesora mediante unas pautas de actuación concretas y
realistas que todos los papás pueden aplicar en su hogar y con sus hijos.

Suele ser habitual las dudas sobre la actuación ante las rabietas del niño, cómo y cuándo cambiar al niño a la cama,
cómo cambiar del triturado al entero o cuándo o cómo quitar el chupete a un niño.

el Gabinete psicopedagógico de la institución trabaja en el Nivel Inicial con un abordaje de carácter eminentemente
preventivo, abocado a observar y orientar sobre los niños de 2 a 5 años, en la etapa de crecimiento y socialización
más importante de la niñez

La primera infancia se caracteriza por el desapego de las figuras familiares, mamá y papá, y la entrada a un mundo
de juegos, de compartir, de curiosidad y aprendizajes que acompañan el crecimiento del cuerpo, el despliegue lúdico
y el desarrollo de la inteligencia. Asimismo, el Jardin de Infantes posibilita, a través de sus rutinas y del logro de los
hábitos de autonomía, la constitución de un niño que aprende la organización, el respeto, y los valores de una
sociedad donde no va a vivir solo, sino con otros semejantes.

El acompañamiento de la tarea docente, que conjuga la mirada grupal con el abordaje individual de cada uno de
los niños, es el centro del trabajo del Gabinete, que desde su perfil profesional observa y orienta sobre las posibles
formas de estimular los aprendizajes, de implementar estrategias a nivel grupal y las intervenciones a nivel individual
más acordes a las particularidades del aprendizaje de cada niño.

Se detecta en forma temprana aquellas áreas con mayores dificultades en los niños, ya sea a nivel de la constitución
del lenguaje, de la coordinación viso-motora, del despliegue motriz, del desarrollo del juego desde la instancia de
juego solitario hacia la socialización y el juego compartido y reglado. En base a esta visión temprana se realiza
asesoramiento a las familias sobre las posibles formas de estimular el crecimiento del niño, e incluso, recurrir a la
atención de profesionales externos en los casos que sea necesario. A partir de ello, se realiza un seguimiento con cada
familia y con diálogo permanente con los especialistas a cargo.

Se trabaja en forma conjunta con las escuelas que integran niños con necesidades educativas especiales, desde una
perspectiva de inclusión y respeto por las diferencias y los tiempos de cada niño.

El Gabinete interviene en forma más directa sobre los niños que ya cursan la IIIº sección, para evaluar su preparación
para su futuro ingreso a la escolaridad primaria; favoreciendo las acciones de articulación que la institución organiza
cada año entre ambos niveles.

También el Gabinete es convocado por problemáticas típicas en la infancia, a partir de las cuales se realizan talleres o
charlas a padres en base a la demanda y a los emergentes que surjan cada año.

La tarea es permanente y sistemática, conformando un equipo de trabajo que apoya la labor docente y directiva.
Nuestra tarea es eminentemente preventiva a través de un trabajo de diagnóstico y detección precoz de dificultades,
siendo la escuela un espacio de aprendizaje privilegiado a tal efecto, proponiéndonos como objetivo una
intervención contenedora, tanto para los alumnos como para los padres, que permita dar una estrategia de solución a
las problemáticas presentadas hoy en día en la población escolar de todas las escuelas.

La intervención del Gabinete dentro de la institución escolar no se limita a los chicos con problemas de aprendizaje y
de conducta, sino que requiere un abordaje global e integrador que se extiende al asesoramiento al equipo directivo,
docente y padres. Por ello, la tarea es preventiva y no terapéutica, sin realizarse tratamiento psicopedagógico dentro
de la escuela sino que frente a un niño que presenta dificultades, se procede a derivarlo a la especialidad que
corresponda y a realizar un seguimiento desde el ámbito escolar, previo acuerdo con la familia y en un trabajo
conjunto con la misma.

La tarea se centra en 4 áreas básicas:

• Diagnóstico y seguimiento de alumnos con dificultades de aprendizaje y/o de conducta, luego de la intervención previa del docente o
directivo, para el desarrollo de estrategias apropiadas a cada caso y/o derivación a profesionales externos, en caso de que sea necesario.

• Orientación a equipo docente y directivo en relación a alumnos con dificultades en sus trayectorias escolares, con aporte de material
teórico/práctico específico y sugerencias de intervención.

• Elaboración de legajos y seguimiento de proyectos de integración con escuelas de educación especial, en un trabajo conjunto con los
equipos de dichas instituciones.

• Encuentros con padres y grupos de alumnos en relación a temáticas que surjan como necesarias desde el criterio del equipo directivo.

You might also like