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AÑO LITÚRGICO

Se llama Año Litúrgico o año cristiano al tiempo que media entre las primeras
vísperas de Adviento y la hora nona de la última semana del tiempo ordinario,
durante el cual la Iglesia celebra el entero misterio de Cristo, desde su nacimiento
hasta su última y definitiva venida, llamada la
Parusía. Por tanto, el año litúrgico es una realidad
salvífica, es decir, recorriéndolo con fe y amor, Dios
sale a nuestro paso ofreciéndonos la salvación a través
de su Hijo Jesucristo, único Mediador entre Dios y los
hombres.

En la carta apostólica del papa Juan Pablo II con motivo


del cuadragésimo aniversario de la constitución
conciliar sobre la Sagrada Liturgia, del 4 de diciembre
de 2003, nos dice que el año litúrgico es “camino a
través del cual la Iglesia hace memoria del misterio
pascual de Cristo y lo revive” (n.3)

Cada celebración litúrgica tiene un triple significado:

1. Recuerdo: Todo acontecimiento importante debe ser recordado. Por


ejemplo, el aniversario del nacimiento de Cristo, su pasión y muerte, etc.

2. Presencia: Es Cristo quien se hace presente en las celebraciones litúrgicas


concediendo gracias espirituales a todos aquellos que participan en ellas, de
acuerdo a la finalidad última de la Iglesia que es salvar a todos los hombres
de todos los tiempos.

3. Espera: Toda celebración litúrgica es un anuncio profético de la esperanza


del establecimiento del Reino de Cristo en la tierra y de llegar un día a la
patria celestial.

El Año litúrgico es el desarrollo de los misterios de la vida, muerte y


resurrección de Cristo y las celebraciones de los santos que nos propone la
Iglesia a lo largo del año. Es vivir y no sólo recordar la historia de la salvación.
Esto se hace a través de fiestas y celebraciones. Se celebran y actualizan las
etapas más importantes del plan de salvación. Es un camino de fe que nos
adentra y nos invita a profundizar en el misterio de la salvación. Un camino
de fe para recorrer y vivir el amor divino que nos lleva a la salvación.

En cada tiempo litúrgico, el sacerdote se reviste con casulla de diferentes colores:

 Blanco significa alegría y pureza. Se utiliza en el tiempo de Navidad y de Pascua


 Verde significa esperanza. Se utiliza en el tiempo ordinario
 Morado significa luto y penitencia. Se usa en Adviento, Cuaresma y Semana
Santa
 Rojo significa el fuego del Espíritu Santo y el martirio. Se utiliza en las fiestas de
los santos mártires y en Pentecostés.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS

En el Antiguo Testamento Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés en el Sinaí


para ayudar a su pueblo escogidos a cumplir la ley divina.

Jesucristo, en la ley evangélica, confirmó los Diez Mandamientos y los perfeccionó con
su palabra y con su ejemplo.

Nuestro amor a Dios se manifiesta en el cumplimiento de los Diez Mandamientos y de


los preceptos de la Iglesia.

En definitiva, todos los Mandamientos se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las
cosas y amar al prójimo como a uno mismo, y más aún, como Cristo nos amó.

1º Amarás a Dios sobre todas las cosas.


2º No tomarás el Nombre de Dios en vano.
3º Santificarás las fiestas.
4º Honrarás a tu padre y a tu madre.
5º No matarás.
6º No cometerás actos impuros.
7º No robarás.
8º No dirás falso testimonio ni mentirás.
9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
10º No codiciarás los bienes ajenos.

¿Basta creer para salvarse?

No basta creer para salvarse, pues dice Jesucristo: Si quieres salvarte, cumple los
mandamientos.

¿Quién dio los Diez Mandamientos?

Dios mismo dio los Diez Mandamientos a Moisés, y Jesucristo los confirmó y perfeccionó
con su palabra y con su ejemplo.
Los sacramentos
En Los 7 sacramentos definen las etapas en la vida del hombre:
Los sacramentos de la iniciación:
Conforman la base de la vida cristiana y se celebran mediante el bautismo, la confirmación
y la eucaristía.
Los sacramentos de la sanación:
Constituyen la curación del alma y del cuerpo, y se conmemoran con la confesión y la
unción de los enfermos.
Los sacramentos de servicios:
Representan el compromiso con Dios a través de la comunidad eclesiástica que se festejan
con el matrimonio y la orden sacerdotal.

1. Bautismo: Por el Bautismo somos liberados del


pecado y regenerados como hijos de Dios,
llegamos a ser miembros de Cristo y somos
incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su
misión.
2. Confirmación: Este sacramento une a los
bautizados más íntimamente a la Iglesia y los
enriquece con una fortaleza especial del Espíritu
Santo. De esta manera se comprometen mucho
más, a extender y a defender la fe con sus palabras
y sus obras.
3. Eucaristía: “La perfección de la vida espiritual y el fin al que tienden todos los
sacramentos” (S. Tomás de A., s. th. 3, 73, 3). En este sacramento encontraremos de
manera substancial a Cristo, Dios y hombre, es por esto que este se hace totalmente
presente. Por medio de la comunión recibimos la presencia de Cristo. Por ello Cristo nos
une a todos los fieles en un solo cuerpo: la Iglesia porque Cristo es el cuerpo de la Iglesia.
4. Penitencia: Los que se acercan a este sacramento obtienen la misericordia de Dios el
perdón de los pecados cometidos contra Él y, al mismo tiempo se reconcilian con la
Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados. Ella les mueve a conversión con su amor, su
ejemplo y sus oraciones.
5. Unción de los enfermos: Toda la Iglesia encomienda a los enfermos al Señor sufriente
y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la
pasión y muerte Cristo; contribuir, así, al bien del pueblo de Dios.
6. Sacramento del orden: "El Orden es el Sacramento gracias al cual la misión confiada
por Cristo a sus apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos, es
pues el Sacramento del ministerio apostólico". Comprende tres grados: el episcopado, el
presbiterado y el diaconado".
7. Matrimonio: Los cristianos que se unen en matrimonio lo hacen a través del
sacramento, que es símbolo del amor de Cristo a su Iglesia. La Iglesia acoge con cariño a
estos creyentes y, a través de la lectura de la palabra de Dios, les recuerda cómo deben
vivir su vocación.

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