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Digresión histórica drez.

Para dar al lector una me-


jor idea de lo que quiero decir, le
La práctica ha demostrado hablaré de lo que yo mismo he
que sólo algunos jugadores han trabajado a este respecto, trabajo
dominado la técnica del análisis; que me dio un resultado mucho
incluso jugadores de muy alto mejor de lo que esperaba.
nivel tienen lagunas en este as- En el período de 1935-36,
pecto. yo había conseguido alcanzar el
En los círculos de ajedrez, primer premio en un torneo de
donde se oye hablar a muchos primera categoría. Había jugado
fuertes jugadores, existe la co- con éxito en dos campeonatos
mún creencia graciosa de que de Moscú, pero no obstante no
ningún tipo de ejercicio puede estaba satisfecho con mi juego.
cambiar la fuerza de un jugador. Cuando hice un estudio crítico
A los chistosos les gusta citar las de mis partidas, llegué a la con-
palabras de Ostap Bender (1), clusión de que había serios de-
que en su famosa disertación so- fectos en mi juego. Estoy viendo,
bre el ajedrez dijo: “El rubio jue- mientras escribo esto, los mu-
ga bien y el moreno juega mal, chos cuadernos de ejercicios que
¡y ninguna enseñanza podrá llené en esos días con anotacio-
cambiar este estado de cosas!” nes a mis partidas. Créame, están
Sin embargo, la experiencia de llenos de muchos comentarios
muchos jugadores de muy dife- críticos de mí mismo. Ningún
rente fuerza de juego demuestra irascible comentarista ha valo-
que lo contrario es verdad. rado tan poco mis jugadas como
Mencionaremos otra vez la yo. Al final le dije al público: “De
necesidad de regular examen de todo esto saqué la conclusión de
uno mismo, de la necesidad de que mi principal inconveniente
resumir las lecciones de los tor- no era el conocimiento superfi-
neos en los que hayamos jugado. cial de las aperturas o la pobre
Por medio de esta crítica pode- técnica del final, sino mi pobre
mos clarificar mejor los defectos comprensión del medio juego.
de nuestro pensamiento en aje- Mi peor defecto era la incapaci-

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dad de analizar variantes. Pasaba Panov (negras), quien después
demasiado tiempo examinando de una aguda apertura llegó a la
posiciones simples que me lleva- posición del diagrama.
ban a un apuro de reloj. Además, Diagrama Nº 2
a menudo cometía serios erro-
res. Finalmente, después de la
partida, siempre descubría que
mi oponente había visto mucho
más en el tablero que yo. Llegó a
estar claro para mí que tenía que
trabajar muy duro para dominar
la técnica del análisis.”
Así fue cómo lo expresé ante
el público, pero en mis cuader-
nos de ejercicios lo hacía mucho El ataque de las blancas so-
más enérgico: “Preparo las va- bre el flanco de Dama, así me
riantes que se presentan al azar, parecía a mí, se estaba desarro-
y son debidamente castigadas llando por un camino lógico y
por mi oponente. Estos análisis sistemático. Creía que la “horro-
poco profundos son la principal rosa” disposición de las piezas
desventaja de mi juego, y debo negras era una prueba de sus
di* hacer un gran esfuerzo para serias dificultades posicionales.
superarlo.” Esto fue lo que escri- En la partida se hizo ahora 22.c5
bí en las notas sobre mi partida ¤g5!, después de lo cual, ines-
con A. Yeltsov. “Una falta de au- peradamente, se vio claro que
téntico deseo de profundizar en las negras tenían amenazas muy
las variantes concretas, de pen- peligrosas. El quid estaba en que
sar poco sobre ello, estos son los las piezas de su flanco de Rey,
errores característicos de mi jue- de las que yo había pensado que
go en el Campeonato de Moscú daban la impresión de torpeza
de 1936”, fue otro triste resumen. y falta de cooperación, estaban
En particular estaba des- trabajando muy bien, mientras
alentado por mi partida con que las mías “escrupulosamen-

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te- situadas” eran incapaces de mí al final de la partida. Yo no
evitar sus peligrosas amenazas. había examinado ni una sola de
Ahora siguió 23.¦fd1 f3 las operaciones tácticas dadas
24.h4 ¤xe4 25.¥xf3 ¦xa2 arriba. Esto es lo que escribí en
26.£xa2 ¤c3 27.£d2 £f6 y las mi sumario del torneo sobre
negras tienen la partida ganada. las malas interpretaciones que
El final fue un castigo a mi in- di a esta partida: “No fui capaz
fundado optimismo: 28.¥g2 e4 de encontrar una sola de las va-
29.¦bc1 ¤xd1 30.¦xd1 £c3; riantes y combinaciones ante el
31.£e3 ¥f5 32.¢g1 £xe3 y las tablero. Ni siquiera sospechaba
negras ganaron fácilmente el fi- que había una combinación cer-
nal. cana a la jugada 24, y me quedé
Después de la partida, ana- sorprendido cuando Panov me
lizamos todas las variantes posi- la enseñó. Por eso mi manera de
bles. Panov me dijo que una vez pensar está basada en planes y
hecho 22. ... ¤g5! pensaba que principios generales completa-
las blancas no tenían buena de- mente ridículos.”
fensa. Si 23.¦fe1 entonces 23. ... De paso hice el siguiente
f3 24.¥f1 (24.h4 ¤xe4 25.¦xe4 sumario del tiempo gastado en
fxg2 con las terribles amena- pensar en las partidas del Cam-
zas de 26. ... £xd5; 26...£d7, y peonato de Moscú de 1935: “De
26...¥f5), 24...¥xh3! 25.¥xh3 las 17 partidas, estuve seria-
¤xh3 26.¢xh3 £g5 27.g4 ¥e7 mente apurado de tiempo en
28.¢g3 £f4+ 29.¢h3 £h6+ 7, con un apuro de reloj más o
30.¢g3 ¥h4+ 31.¢xf3 ¦f8+ menos normal (5 minutos para
32.¢g2 ¦xf2+ ganando la 8 o 10 jugadas) en 5, sin apuro
Dama. de reloj en 5 (en 3 de las cuales
Toda la maniobra de las ne- la partida no duró lo bastante
gras - su original plan y el ines- para apurar el control de tiem-
perado sacrificio - es atractiva. po). En lugar de preocuparme
Estas posibilidades, que estaban por lo que hacía, yo jugaba mal,
ocultas en la posición, conti- pasando la mayoría del tiempo
nuaban siendo un misterio para en consideraciones generales y

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mezclando variantes.” Bien, eso don natural, sino también el re-
está muy claro. Tan severa crí- sultado de serios y prolongados
tica de mí mismo presuponía esfuerzos, así como de entrena-
que el siguiente paso era trabajar miento.
fuerte para eliminar las faltas, y ¿Cómo se podría llevar a
comencé a hacerlo. cabo este entrenamiento? ¿Dón-
Habiendo examinado las de hay una descripción de cómo
partidas de otros jugadores, so- entrenar y disciplinar el pensa-
bre todo maestros, y de leer los miento de uno? No había libros
comentarios ocasionales a este al respecto, y no parecía posible
respecto que aparecían en anota- conseguir cualquier otra ayuda,
ciones de partidas, me convencí así que tuve que valerme por mí
finalmente de que la habilidad mismo. Elegí un método que me
de analizar con claridad un su- pareció el más racional, y afor-
ficiente número de variantes, así tunadamente estaba en lo cierto.
como de esclarecer la posición, Desde entonces le he considera-
era la condición esencial para do el método más efectivo para
el éxito. Sin embargo, también conseguir buenos resultados.
llegué a la conclusión de que en Seleccioné de libros de tor-
sus análisis algunos jugadores neos las partidas en las que ha-
cometen varias faltas. Algunos bían tenido lugar grandes com-
examinan profundamente unas plicaciones. Luego las veía sobre
pocas líneas, otros analizan un el tablero, pero cuando llegaba
gran número de variantes, aun- al punto crucial donde se encon-
que sólo dos o tres jugadas. La traban dichas combinaciones y
solución correcta es encontrar el el mayor número de variantes
término medio, especialmente posibles, dejaba de leer los co-
cuando se está jugando contra mentarios. Colocaba a un lado el
un tiempo limitado. libro o cubría la página con una
También llegó a quedar cla- hoja de papel y me ponía la tarea
ro para mí que la habilidad de de pensar larga y profundamen-
orientarse en el laberinto de las te, con el fin de analizar todas
posibles variantes no es sólo un las posibles variantes. Al mismo

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tiempo intentaba ponerme en el alcanzado su punto culminante
estado de ánimo que tenía cuan- y el desenlace lo puede decidir el
do estaba sentado ante el tablero más pequeño error.
en la sala del torneo. Diagrama Nº 3
Cuando había pasado entre
media y una hora en este traba-
jo, algunas veces (especialmente
en posiciones muy complejas)
escribía las variantes que había
examinado, y entonces las com-
paraba con las del comentarista.
Al principio había una gran
discrepancia a favor de este úl-
timo, pero luego aprendí cómo
ampliar mi campo y a describir El gran maestro Flohr co-
cada variante con considerable metió, en efecto, tal error jugan-
exactitud. Naturalmente, anali- do la evidente 24.¤d8?, que fue
zaba sin mover las piezas para refutado convincentemente por
hacerlo igual que en una partida Fine. Él retiró su Dama a c7,
de torneo. después de lo cual ganó senci-
De esta manera examiné un llamente el Caballo, y todos los
gran número de posiciones muy intentos del blanco de atacar g7
difíciles y complicadas. Recuer- quedaron en nada.
do una de ellas en particular. Los comentaristas de todo el
Creo que el lector estará inte- mundo analizaron esta posición.
resado en estudiar las muchas Una victoria, que era encontrada
variantes que son el producto de por un país, para el blanco era
los mismos jugadores y de mu- refutada rápidamente por artí-
chos comentaristas culos publicados en otro. Una
Esta posición se presentó estrategia prácticamente invisi-
después de la jugada 23 de las ble descubierta por un analista
negras en la partida Flohr-Fine, pronto se demostraba que era
Hasting, 1935-36. La tensión ha un error en un examen poste-

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rior. Finalmente, el maestro in- amenazas además de la de un ja-
glés Winter encontró la única que sobre e7. Las negras tienen
manera de ganar. Yo he trabaja- varias tentativas de defensa, pero
do mucho en la misma línea en ninguna de ellas es satisfactoria:
mis propios análisis. 1.ª 26. ... £c7; 27.¦g4+
Examine las variantes que ¢h8 28.¦e8+.
se presentan después del avance 2.ª 26...¢h8 27.¦xc4 segui-
del Peón 24.b5! La idea después do de ¦e8+.
de esta jugada no se ve clara in- 3.ª 26...¦c7 27.¦g4+ ¢h8
mediatamente. Hay que abrir 28.¦xc4 y 29.¦e8+.
la diagonal a3- f8 para que la 4.ª 26...£a4 (para preve-
Dama de las blancas ataque al nir un jaque de Dama sobre la
Rey enemigo. La victoria des- diagonal a3-f8); 27.¦e8+ ¦xe8
pués de la respuesta forzada 24. 28.¦g4+ ¢f8 29.£xf6, y des-
... ¥xb5 25.¤xg7 está probada pués de que a las negras se les
por las siguientes variantes: hayan acabado los jaques no tie-
A) 25. ... ¢xg7 26.¦g4+, nen defensa contra ¦g8+.
aunque ninguna de las diver- Entrenándome en ejercicios
sas respuestas salva a las ne- de esta clase, llegué gradualmente
gras, l. 26. ... ¢f8; 27.£b4+; 2. a un perfeccionamiento en
26...¢h6 27.¦eg5!, y el negro la precisión de mis análisis,
no puede hacer frente a las dos y fui capaz de penetrar más
amenazas de 28.£e5 y 28.£e1; profundamente en los secretos
3. 26...¢h8 27.¦xb5 ¦g8 de posiciones muy complicadas.
28.¦xg8+ ¢xg8 29.¦g5+ ¢h8! Finalmente, establecí un récord
30.¦f5 ¢g7 31.g4, y el blanco personal, analizando una posible
debe ganar, aunque no sin difi- variante de la cuarta partida del
cultades técnicas; 4. 26...¤xg4 match Tschigorin-Tarrasch, de
27.¦g5+ ¢f8 28.£g7+ ¢e7 24 profundas jugadas. Confieso
29.£xf7+ ¢d6 30.£f4+, con un que estaba muy orgulloso de
ataque decisivo. esto, aunque ahora me doy
B) 25. ... ¥xc4 26.¤f5. Esta cuenta que fui ayudado por
fuerte jugada crea complicadas la “línea recta” natural de la

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variante, que tenía relativamente material, la victoria de las blan-
pocas subvariantes. Esta es la cas no es sencilla. La obtienen
posición. por la siguiente sutil manio-
Diagrama Nº 4 bra: 63.£c8+ ¢e7 (63...¢d6
64.¤f5++); 64.¤f5+ ¢f7
65.£d7+ ¢g6 66.£g7+ ¢h5
67.£h6+ ¢g4 68.£h4+ ¢f3
69.£g3+ ¢e2 70.£g2+ ¢xd3
71.£xb2.
Después de un posterior
examen de la posición, encontré
una victoria más rápida para el
blanco, pero esto no es impor-
tante. Estos ejercicios, analizan-
Tschigorin se equivocó con do y cubriendo la página donde
48.gxf6, y después de 48. ... se encuentran las anotaciones de
¥xf6 49.£h3 a3 50.¤xf6 £xf6 un gran maestro, son muy be-
51.¦g6 a2 52.¦xf6+ gxf6, perdió neficiosos para perfeccionar la
en seguida. Después de mirar la técnica del análisis. Si el lector
posición muchas veces, encontré hiciera la prueba por sí mismo,
una victoria con 48.£h3! Yo di vería en seguida cómo efectiva-
la variante principal y omití las mente eso le ayuda a mejorar.
subvariantes: 48. ... a3 49.£h8 Sin embargo, uno no debe limi-
fxg5 50.f6 ¥xf6 51.¤xg5 a2 tarse a este método, ya que hay
52.¤h7+ ¢f7 53.¤hxf6 ¤xf6 otros. Puede ser de una gran
54.¤h6+ ¢e6 55.¦xf6+ gxf6 ayuda estudiar los diagramas sin
56.£g8+ ¢d7 57.¦g7+ £e7 colocar la posición en el tablero.
(57...¢c6 58.£a8+ y mate en Se pueden leer libros de Ajedrez
dos); 58.£d5+ ¢c8! (58...¢e8 “ciegos” sin usar un tablero. Hay
59.¦g8+ £f8 60.£f7+); posiciones para analizar donde
59.£a8+ ¢d7 60.£b7+ ¦c7 se plantea la cuestión “las blan-
61.¦xe7+ ¢xe7 62.£xc7+ ¢e6. cas juegan y ganan”, etc. Todos
Ahora, a pesar de su ventaja de los jugadores que empleen tiem-

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po en tales métodos pronto no- encontrar todos los puntos cla-
tarán que su fuerza de juego au- ves de una posición, pero que-
menta. rer analizar un gran número de
De este modo conseguí posibles variantes puede tener
descubrir por mí mismo un ex- malas consecuencias. Conozco
celente método para entrenar- jugadores que consideran un in-
me en análisis. Posteriormente, menso número de posibilidades.
compartí este descubrimiento Luego, generalmente, se apuran
con algunos candidatos a maes- de tiempo, y de esta manera
tros y jugadores de primera ca- pierden todos los frutos de su
tegoría, que estudiaron conmigo labor.
durante varios años en el Club Con el fin de evitar esto, in-
de Ajedrez de Moscú. Esto les tentaba analizar el mayor núme-
gustó, y yo lo advertí en parte al ro de variantes, anotarlas y luego
mejorar su habilidad en el jue- decidir cuál de ellas era digna
go. Posteriormente, lo estructu- de consideración dentro de las
ré por mí mismo, y también me condiciones que exige un juego
apropié de otras fuentes de leyes de Torneo, y las que podían ser
fijas y recomendaciones que uno omitidas a fin de ahorrar tiem-
debe conocer al analizar, parti- po. Normalmente, un maestro
cularmente el concepto del “ár- decide esto por intuición, pero
bol de análisis”, del cual hablaré usted tiene que desarrollar la
un poco más tarde. suya. Yo trataba de desarrollar la
En seguida comprendí que mía por el método descrito an-
no era suficiente para un maes- tes, y luego ensayaba con éxito
tro analizar variantes escrupulo- el mismo método en grupos de
samente igual que un perito. Él estudio de jugadores de segunda
debe aprender a entresacar las y tercera categoría.
jugadas exactas que va a consi- (Más tarde entraré con deta-
derar y luego examinar tantas lle en la cuestión de elegir juga-
variantes como sea necesario das y variantes. Aquí describo el
-ni más ni menos —. Con aná- único ejemplo con el que empe-
lisis superficiales no se pueden cé toda mi investigación.)

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Diagrama Nº 5 También tomó nota de la hábil
réplica 1...¦g1+, que fracasa por
2.¢h3 £f5+ 3.¢h4. Sin embar-
go, falló al encontrar la excelente
respuesta 1...¦d2+, y las negras
hacen tablas. Tomar la Torre
es malo: 2.£xd2, ¦xe8 3.¦xe8
£c6+ 4.¢g1 £xe8. 2.¢f3 o ¢f1
pierde por 2. ... £f5+, mientras
que después de 2.¢h1 viene 2.
... ¦d1+ con jaque perpetuo.
Una vez analicé con detalle Las negras consiguen una bo-
la aparentemente simple, pero, nita victoria después de 2.¢h3,
en realidad, muy difícil posición a saber: 2. ... £f5+ 3.g4 £f1+
del diagrama. Luego le pedí a la 4.¢h4 ¦xh2+ 5.¢g5 ¦c5+
gente del grupo que la estudia- 6.£ee5 £f6 + +.
ra en el plazo de media hora, y Ese es el modo de trabajar
anotara todas las variantes que para desarrollar el más impor-
pensaban serían examinadas. tante factor de la capacidad ana-
No se les había permitido mover lítica el factor de encontrar las
las piezas. Luego examinamos líneas realmente interesantes.
la posición juntos y agotamos Un tercer factor que ha de
todas las posibilidades allí con- ser considerado a este respec-
tenidas. Resultó que estaba lejos to es la rapidez de analizar, tan
de ser sencillo el descubrir to- importante en el juego práctico.
das las características esencia- Cualquiera que haya estado apu-
les de la posición. Esto se puede rado de tiempo no necesitará
demostrar por el hecho de que convencerse de esto él conocerá
un fuerte maestro, en sus notas, el valor de un solo minuto aho-
escribió que las blancas gana- rrado aquí y allá.
rían con 1.e8=£, y dio la bonita Yo practicaba el siguien-
variante 1. ... ¦xe8; 2.£xg7+ te método: me presentaba una
¥xg7 3.¦xe8+ £f8 4.¦xf8 + +. complicada posición y me im-

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ponía la tarea de trabajar todas De este modo hay tres factores
las posibles variantes en el espa- que garantizan encontrar la ju-
cio de veinte o treinta minutos. gada correcta. Son: 1) Un aná-
Luego las anotaba y repasaba lisis exacto de todas las varian-
todos los secretos ocultos que tes que pueden ser lógicamente
había descubierto. Gradualmen- consideradas, 2) confianza en
te reducía el tiempo, y cada vez que usted ha tomado en cuenta
repasaba lo que había hecho. todas las jugadas mejores, y 3)
Pronto conseguí librarme de lo una estricta economía de tiem-
superficial y se aceleró mi capa- po.
cidad de pensar. Trataremos de los tres para
Si el lector descubre que a sonsacar y estudiar los más com-
menudo se apura de tiempo y plejos e incomprensibles capri-
que falla en las variantes clave chos que ocurren en la mente
cuando intenta economizar re- de un jugador. Procuraremos así
loj, entonces hay algo equivoca- dar una descripción tan exacta
do en su manera de pensar. Las como sea posible del complica-
bases de los torneos normales do proceso que tiene lugar cuan-
dan un tiempo para meditar las do un jugador intenta encontrar
jugadas, más bien favorable, por el mejor movimiento.
término medio cuatro minu-
tos por jugada. Esto es bastante (1) Uno de los principales
adecuado cuando usted tiene personajes de las bien conocidas
la intención de incrementarlo noveles satíricas de Ilf y Petrov.
jugando rápido en la apertura, Las doce sillas y el becerro de oro
ya que conoce bien las series de Uno de los chistes del libro era
movidas jugadas normalmente. que Bender, que no sabía jugar al
Si este tiempo no es suficiente, y ajedrez, ¡daba conferencias y ex-
sus partidas se deciden por apu- hibiciones sobre el juego!
ro de reloj con sus inevitables
errores, entonces usted debe
dedicar mucha de su atención a
dominar la técnica del análisis.

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