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FACULTAD DE DERECHO
ESCUELA DE DERECHO
__________________________________
ASIGNATURA
DERECHO PROCESAL PENAL
ESTUDIANTE
- RIVAS ROJAS, WIILIAMS
- MATSUOKA OBISPO, YURIKO
- SIME CASTRO, ALEXANDER
- LLENQUE PAIVA, MARÌA
- FLORES DÍAS, PILAR
TEMA
¿Es inconstitucionalidad el fundamento de la pena como
restricciòn ilegal en la tutela de derechos tomando como baremo
la categoría jurídica de la culpabilidad?
ASESOR
ELIÙ ARISMENDIZ AMAYA
SEMESTRE ACADÉMICO
2017-II
Índice
1. Introducción
2. Problemática
3. Objetivos
3.1. Objetivo general
3.2. Objetivos especìficos
4. Justificación e importancia
5. El garantismo procesal
6. Garantías constitucionales en el proceso penal
7. La tutela de derechos como institución exclusiva del imputado
8. Derecho a no sufrir restricciones ilegales
9. La audiencia de tutela de derechos
9.1. Oportunidad de ejercicio
9.2. Finalidad de la tutela de derechos
10. El Acuerdo Plenario Nª 4-2010/CJ-116 sobre la Tutela de derechos
2
1. INTRODUCCIÒN
Como siempre nos han enseñado en las aulas de Derecho, la pena privativa de
la libertad de un imputado recae en la categoría jurídica de la culpabilidad,
ideas de consenso académico mayoritario ratificadas por el Acuerdo Plenario
Nº 4-2016/CIJ-116 del doce de junio de dos mil diecisiete, esto debido a que se
considera que un sujeto de derecho capaz de culpa es susceptible de
responder por ella con una pena impuesta por un juez imparcial y de acuerdo a
los lineamientos del derecho y sin vulnerar las garantías que la constitución y la
ley les otorga y que se ofrecen en el iter del proceso; sin embargo, en este
trabajo, vamos a dar a conocer una postura en opinión y respecto de dònde
realmente debe recaer el fundamento de la pena privativa de la libertad,
considerando que èsta realmente debe recaer en el tipo penal, siendo así las
cosas – las restricciones ilegales que sufre el imputado y respecto de la tutela
de derechos según el artículo 71 del CPP serian inconstitucionales, en estas
líneas fundamentamos nuestras ideas conforme a derecho.
Para el fin sub infra, hemos considerado realizar tres capítulos, sic. En el primer
capìtulo, trabajamos las ideas respecto a la tutela de derechos, esto con el fin
de enmarcar el tema de las restricciones ilegales en la tutela. Seguidamente,
en el segundo capìtulo, llevamos a cabo el desarrollo en estudio de la categoría
jurídica de la culpabilidad, esto con el fin de tomar las consideraciones
necesarias para determinar si existe un baremo donde se pueda considerar
legalmente el sustento de una pena privativa de la libertad. Finalmente, en el
tercer capìtulo, tomando en cuenta lo anteriormente expuesto, vamos a opinar
y a determinar la inconstitucionalidad de las restricciones ilegales en la tutela
de derechos tomando como baremo la categoría de la Culpabilidad.
3
2. PROBLEMÁTICA:
- Nuestra problemática, que será desarrollada a lo largo de nuestra
investigación y en especial en el tercer capìtulo, versa sobre la siguiente
interrogante: ¿Es inconstitucionalidad el fundamento de la pena como
restricciòn ilegal en la tutela de derechos tomando como baremo la
categoría jurídica de la culpabilidad?
3. OBJETIVOS:
a. Objetivo general
i. Analizar la constitucionalidad de la categoría jurídica de la
culpabilidad y determinar dònde realmente recae el
fundamento de la pena tomando en consideraciòn la
legalidad de las restricciones ilegales en la tutela de
derechos.
b. Objetivos específicos
i. Analizar la constitucionalidad de la categoría jurídica de la
culpabilidad.
ii. Determinar donde realmente debe fundamentarse la pena
tomando en cuenta la categoría jurídica de la culpabilidad
en consideración de las restricciones ilegales en la tutela
de derechos.
4
4. JUSTIFICACIÓN E IMPORTANCIA:
5
Capítulo I:
Sobre la tutela de derechos
5. El garantismo procesal
Una de las características del nuevo modelo procesal penal es la afirmación de
las garantías de los ciudadanos, tanto desde la perspectiva del imputado como
del nuevo rol y estatus de la víctima. En este sentido, consolida y fortalece la
calidad de sujeto de derecho del imputado, reglando las limitaciones que
puedan efectuar los órganos de persecución penal en cuanto a la búsqueda de
la verdad formal, pues el proceso penal no puede llegar a la verdad a cualquier
precio. El procedimiento en un orden democrático de Derecho debe estar
dispuesto a la realización de sacrificios; es preferible absolver a unos cuantos
culpables que condenar a muchos inocentes.
1SOMOCURCIO, Vladimir. “Tutela de Derechos en el Código Procesal Penal de 2004. ¿Sismógrafo del
derecho de defensa?”. Gaceta Penal & Procesal Penal, 6 (2009), p. 290.
6
jurisdiccional efectiva y debido proceso que son inherentes e indispensables en
todo juicio.
7
Y si nos situamos, de nuevo, en la estela de la práctica judicial -lo que en
realidad se hace en los tribunales- volvemos a toparnos con lo mismo: que el
proceso es funcionalmente autónomo en su sustantividad. Por eso,
precisamente no ignoro que sus criterios funcionales de actuación son
ordinarios en la medida en que asume el compromiso constitucional de III
Encuentro Latinoamericano de Postgrados. En caso contrario (de no existir tal
compromiso de actuación), ese carácter ordinario o común sería
inconstitucional u opuesto a una Constitución democrática.
Nuestra legislación reconoce que el debido proceso legal, “es la institución del
derecho constitucional procesal que identifica a los principios y presupuestos
procesales mínimos que deben reunir todo proceso jurisdiccional para asegurar
al justificable la certeza, justicia y legitimidad de su resultado”4. Es decir, se
entiende por debido proceso aquel que se realiza en observancia estricta de los
principios y garantismo constitucionales como el inicio del proceso, actos de
investigación, actividad probatoria, las distintas diligencias judiciales, los
mecanismos de impugnación, el respeto a los términos procesales, entre otros.
8
El proceso penal existe porque el Estado tiene un poder por el cual puede
coaccionar e imponer una pena estatal. Sin embargo, la imposición de una
pena no puede ser de modo irracional, en un Estado de Derecho. Es necesario
el establecimiento de medios que canalicen la vigencia del poder punitivo. Así
se requiere que para la imposición de una pena, se cuide observar pasos y
garantías establecidas a fin de que, si se decide a imponer una pena, esta
corresponda realmente al imputado.
6RAMOS, Francisco. “El proceso penal. Tercera lectura constitucional”, tercera edición , José María
Bosch Editor, Barcelona, 1993, p. 9.
9
específicas como la garantía del Juez natural, de la Publicidad, la pluralidad de
instancias, de cosa juzgada, etc.
Por tanto, la presunción de inocencia significa, “primero, que nadie tiene que
construir su inocencia; segundo, que solo una sentencia declarará esa
culpabilidad jurídicamente construida que implica la adquisición de un grado de
certeza; tercero, que nadie puede ser tratado como culpable, mientras no exista
esa declaración judicial; y cuarto, que no puede haber ficciones de
culpabilidad”7. Es la máxima garantía del imputado y uno de los pilares del
proceso penal acusatorio.
Este derecho también esta relación con el derecho a ser odio. También se
puede considerar como vulnerado el derecho de defensa en los siguientes
supuestos: se niega la existencia de un abogado; se impide al abogado
comunicarse con su defendido; se niega el acceso al expediente o a las
7 BINDER, Alberto. “Introducción al Derecho procesal penal, Ad Hoc”, Buenos Aires, 1993. p.120
10
diligencias vinculadas al proceso; se obstaculizan los esfuerzos de la defensa
para identificar, ubicar y obtener la comparecencia de testigos.
“Se exige que el juez este en una posición alejada del conflicto que debe
decidir; no hay jurisdicción sin esa lejanía. Para evitar estas situaciones la ley
prevé las causales de abstención y de recusación; si el juez no se aparta del
proceso motu proprio, la parte tienen derecho de proponer su apartamiento”8.
8 SAN MARTIN CASTRO, Cesar. “Derecho procesal Penal”, vol.1, Grijley, Lima, 1999. p. 96.
9 CODIGO PROCESAL PENAL DE 2004.
11
En consecuencia, el control de tutela de derechos procede cuando el imputado
considere no se ha dado cumplimiento a los derechos previstos en el artículo
71° del Nuevo Código Procesal Penal, o que sus derechos no son respetados,
o que es objeto de medidas limitativas de derechos indebidas o de
requerimientos ilegales.
Sin embargo, dada la realidad se podría dar situaciones en las cuales la tutela
de derechos podría ser aplicada no solamente por el imputado, sino también
por el agraviado o por un tercero que no le hayan respetados sus derechos
como los mencionados en el artículo 71, y accesorios a estos. En este sentido
se han dado dos posiciones contrarias respecto a la legitimidad de la víctima
para solicitar tutela de derechos ante la afectación, por parte de otro sujeto
procesal, de alguno de sus derechos.
12
fundamental y determina la necesidad de que ambas partes, acusación y
defensa, tenga las mismas posibilidades de actuación dentro del proceso.
Este derecho tiene por objeto evitar una situación de privilegio o supremacía de
una de las partes, garantizando así la igualdad efectiva de la posibilidades y
cargas del actor y del demandado en la alegación y prueba de los hechos
controvertidos para lograrla plenitud del estado probatorio
Es por eso, que si es posible que la víctima recurra a través de una tutela y
tiene fundamento jurídico y dogmático, a partir de una interpretación
sistemática y con los principios constitucionales. Pues tal como lo señala el
numeral 3 del art. I del Título Preliminar del NCPP, “las partes intervendrán en
el proceso con iguales posibilidades de ejercer las facultades y derechos
previstos en la Constitución y en este Código, y los jueces preservarán el
principio de igualdad procesal, debiendo allanar todos los obstáculos que
impidan o dificulten su vigencia”.
13
8. Derecho a no sufrir restricciones ilegales:
12 PEÑA, Alonso. Manual de Derecho Procesal Penal. Lima, Perú: Editorial Rodhas, 2008. p. 189.
13Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Gangaram Panday, sentencia del 21 de enero de
1994, parágrafo 47, y Caso Cesti, sentencia del 29 de setiembre de 1999, parágrafo 140.
14
En 2003 el Tribunal Constitucional declaró como inconstitucional el
denominado delito de traición a la patria regulado mediante el decreto ley
25659, por considerar entre otras razones que esta norma afectaba el
principio de legalidad, ya que su contenido implicaba una reiteración de lo
previsto en el tipo penal de terrorismo. Al respecto, señaló: “Si la totalidad
de los supuestos de hecho descritos en el tipo penal de traición a la patria
se asimilan a las modalidades de terrorismo preexistentes; hay, pues,
duplicación del mismo contenido. En esencia, el legislador sólo ha reiterado
el contenido del delito de terrorismo en el tipo relativo al de traición a la
patria, posibilitando con ello que un mismo hecho pueda indistintamente ser
subsumido en cualquiera de los tipos penales y que, en su caso, con la
elección del tipo penal aplicable, su juzgamiento pueda ser realizado,
alternativamente, por los tribunales militares o por la jurisdicción ordinaria. A
juicio del Tribunal Constitucional, ello afecta el principio de legalidad penal,
ya que da lugar a un inaceptable grado de discrecionalidad del Ministerio
Público y las autoridades judiciales, quienes podrían subsumir la comisión
de un mismo delito en distintos tipos penales. En este sentido, una sanción
impuesta por la comisión del delito de traición a la patria bien podría haber
sido considerada mientras estuvo vigente como una privación de la libertad
efectuada conforme a lo dispuesto en una norma legal (el decreto ley
25659), pero que resultaba arbitraria, por las razones expuestas por el
tribunal, en tanto afectaba el principio de legalidad”14.
15
conjunta con la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, permite una cabal
comprensión de esta garantía del derecho fundamental a la libertad física.
a. Oportunidad de ejercicio:
16BAZÁN, Fernando. “Audiencia de tutela: fundamentos jurídicos”. Revista Oficial del Poder Judicial, 6, 7,
año 4-5 (2010-2011).
16
10. El Acuerdo Plenario Nª 4-2010/CJ-116 sobre la Tutela de derechos:
17 SALAZAR, Rodolfo. “La tutela de derechos y sus modalidades en el nuevo sistema procesal penal
peruano”. Recuperado desde
http://www.lozavalos.com.pe/alertainformativa/modulos/documentos/descargar.php?id=3747
17
no se le permitió ser examinado por un médico legista o por un profesional de
la salud, cuando su estado de salud así lo requirió. Cualquiera de aquellos
supuestos que sean tratados con ocasión de la audiencia de tutela, de ser
amparada, motivará que el juez de garantías ponga fin al agravio (tutela
correctiva), que subsane la omisión (tutela reparadora) o proteja directamente
al investigado (tutela protectora), todo en atención a que la tutela de derechos
es un instrumento idóneo para salvaguardar las garantías del imputado y a su
vez regular las posibles desigualdades entre perseguidor y perseguido. En esa
línea de pensamiento se dice que la Constitución Política del Estado en su
artículo 139° reconoce un conjunto de derechos y principios del que se derivan
un conjunto de consecuencias en orden tanto a los derechos y garantías de los
justiciables cuanto a los límites de los poderes públicos. La Constitución
contiene un cúmulo de garantías tanto genéricas como específicas, siendo las
primeras aquellas normas generales que guían el desenvolvimiento de la
actividad procesal y en ciertas ocasiones sirven para reforzar el contenido de
las garantías específicas y adquieren mayor valor cuando se amparan en ellas
garantías concretas que específicamente no quedaron incluidas en el texto
constitucional. En líneas generales puede precisarse que la Constitución
reconoce en su artículo 139° las siguientes garantías genéricas: el debido
proceso (inc. 3), el derecho a la tutela jurisdiccional (inc. 3) y el derecho de
defensa (inc. 14), y a todo ello debe agregarse también el derecho a la
presunción de inocencia reconocido en el artículo 2° inc. 24, parágrafo e).
Sin embargo de lo dicho, si bien es cierto el artículo 71° del Código Procesal
Penal precisa que el imputado puede hacer valer por sí mismo o a través de su
abogado los derechos que la Constitución o las leyes le conceden desde el
inicio de las primeras diligencias de investigación hasta la culminación del
proceso, también lo es que las puertas de la audiencia de tutela deberán
abrirse solo cuando al caso en particular haya concurrido cualquiera de las
causales mencionadas en los dos ítems anteriores (art. 71.2), esto es, cuando
al imputado no se le puso en conocimiento de los cargos incriminados, no se le
comunicó las causas de su detención, no se le entregó la orden de detención
girada, no se le permitió designar a la persona o institución a quien se
comunique su detención, no se le permitió efectuar una llamada telefónica al
18
haber sido detenido, no se le permitió contar con un abogado defensor en
forma permanente y entrevistarse con aquel en forma privada, no se le permitió
abstenerse de declarar o solo hacerlo de manera voluntaria, no se permitió al
abogado defensor estar presente en su declaración y en todas las diligencias
que requiriesen su concurso, haber sido objeto de medios coactivos,
intimidatorios o contrarios a la dignidad, haber sido sometido a técnicas o
métodos que hayan inducido o alterado su libre voluntad, haber sufrido
restricciones ilegales y no habérsele permitido ser examinado por un médico
legista o por un profesional de la salud cuando su estado de salud así lo
requirió. Por lo visto queda claro que se solicitará la intervención del juez de
investigación preparatoria vía tutela solo cuando la causal haya quedado
consumada, esto es, que no puede ser invocada en abstracto18.
Ahora bien, puede ocurrir que durante la primera etapa del proceso el
representante del Ministerio Público en sus actuaciones, requerimientos o
disposiciones vulnere otros derechos fundamentales distintos a los analizados
pero que tienen vía propia para la denuncia o control respectivo. En estos
supuestos no podrá recurrirse a la tutela de derechos ya que esta institución
tiene carácter residual, y lo que corresponderá es poner de manifiesto el trámite
particular reconocido en el Código Procesal Penal.
18 ALVA, César. “Cuestiones referidas a la tutela de derechos”. Lima: Editorial Gaceta Jurídica, 2013, p.
15.
19 CONSTANTE. “La tutela judicial de derechos: luces y sombras en el acuerdo plenario 4-2010/CJ-116”.
19
disponer llevar adelante la audiencia y, luego de escuchar a los sujetos
procesales, resolver inmediatamente; de igual manera puede rechazar
liminalmente el pedido, cuando tenga por objeto obstruir la labor del fiscal e
inclusive cuando advierta que lo reclamado por el imputado merece urgente
atención, y si convocar a audiencia importa retraso, puede acceder a lo
solicitado sin convocar a la respectiva audiencia. Sobre el particular debe
mencionarse que si bien la intención que persigue el acuerdo analizado es la
primacía de los derechos fundamentales del imputado, no debe perderse de
vista que la investigación se lleva adelante en el despacho fiscal y es ahí donde
se produce el disloque, de tal suerte que al postularse la tutela de derechos por
el imputado, el juez de investigación preparatoria carece de los “antecedentes
necesarios” que le permitan resolver de plano, por lo que considero que en este
caso se debe preferir convocar en el día a la respectiva audiencia, ya que quien
alega el disloque conoce plenamente de los fundamentos en que lo sustenta, y
el fiscal sabe perfectamente de su proceder en el marco de la investigación, de
tal suerte que si sobre la marcha se convoca a la audiencia y se recurre al
efecto a la notificación por teléfono o correo electrónico, la audiencia se llevará
adelante inmediatamente, lo que permite que los principios de oralidad,
publicidad y contradictoriedad regulados en el artículo I.2 del Título Preliminar
del Código Procesal Penal se pongan de manifiesto.
20J. CAFFERATA y M. HAIRABEDIÁN. “La prueba en el proceso penal”. Lima: Editorial. Jurídica, 2011, p.
46.
20
cuestionen actos de investigación obtenidos mediante procedimientos ilegales
o viciosos, comprobada su ilicitud en audiencia, determine su exclusión como
medida correctiva o de protección.
21SÁNCHEZ, Javier. “La tutela de derechos en la investigación preparatoria”. Lima: Ediciones Legales,
2013, p.23.
21
Capítulo II:
Por otra parte, resulta cierto que los mandatos y prohibiciones que ampara el
derecho penal coinciden ampliamente con las normas de la moral, pues sin la
vinculación del derecho con la moral, éste se empobrecería sustancialmente.
No obstante, la independencia de dichos órdenes, resulta el derecho
complementado por la moral.
México, 2015.
22
contra del sujeto activo de un delito, en virtud de haber ocasionado la lesión o
puesta en peligro de un bien jurídico, no obstante, que tenía otras
posibilidades de actuación menos lesivas o dañinas del bien jurídico 24.
24 PEÑA, Oscar y ALMANZA, Frank. “Teoría del delito: Manual Práctico para su Aplicación en la Teoría de
Caso”. Editorial Asociación Peruana de Ciencias Jurídicas y Conciliación, Perú, 2010.
25 PLASCENCIA, Raúl. “Teoría del Delito”. 3ra reimpresión, editorial Universidad Nacional Autónoma de
23
maliotiose, así como, cuando afirma “ nosotros en la vida no debemos mirar
la pena que está señalada a cada pecado, sino cuanto es lícito a cada uno:
debemos pensar que todo lo que no conviene hacer es delito, y que todo lo
que no es lícito es impiedad” .
26 Ibídem
24
consecuencia de la crisis por la que atravesó la teoría de la libertad de
voluntad. En su lugar apareció la concepción sicológica de la culpabilidad
característica de la actitud del positivismo sobre una orientación hacia lo
fáctico.
Para 1859 Carrara concibió al delito como un ente jurídico y creó la teoría de las
fuerzas del delito, con lo cual estableció una separación absoluta entre la
responsabilidad por las conductas procedentes de una voluntad libre e
inteligente.
En la época del positivismo, Enrico Ferri negó en forma drástica la libertad del
hombre, en todas sus acepciones, al considerar absurdo que pueda
responsabilizársele por aquello que no le estaba precisamente determinado,
como todo hecho natural, en función y como fruto de la pura necesidad.
27 Ibídem
25
A. Teoría sicologista
La concepción del delito propuesta por Beling y Liszt, inició la concepción
sicologista de la culpabilidad, en este sentido se le concibió como la relación
sicológica entre el hecho y el autor.
26
Esta postura resultó insuficiente en virtud de que no lograba resolver
cuestiones como las relaciones síquicas que eran penalmente relevantes y el
porqué del fundamento de culpabilidad al estar presentes, así como la
exclusión ante su ausencia. Tampoco resultaba factible de fundamentar el
porqué de la inculpabilidad tratándose de enfermos mentales, o bien, en el
estado de necesidad28.
B. La teoría normativista
28 JIMENEZ, Luis. “Tratado de Derecho Penal”. 4ta edición, editorial losada, Buenos Aires, 1964.
27
imputabilidad ni la presencia del dolo o la culpa, como, por ejemplo, en el
estado de necesidad exculpante; b) que se afirme allí donde en el momento
de realizarse la acción no existe una relación síquica entre el sujeto y el
resultado de su actividad, por ejemplo, en la culpa inconsciente.
Para Frank, autor que por primera vez califica a la culpabilidad como
reprochabilidad y la considera como su presupuesto, además de la
imputabilidad, del dolo o de la culpa, es de especial relevancia el estado de
normalidad de las circunstancias bajo las que obra el autor.
29 Ibídem
30GOLDSCHMIDT, James. “La Concepción Normativa de la Culpabilidad”, editorial Depalma, Buenos
Aires, 1943.
28
La teoría final de la acción propuesta por Welzel, provocó entre otros efectos
el redimensionar la idea del delito, así como la ubicación del dolo a nivel tipo y
la infracción del deber de cuidado, sustrayéndolas de la culpabilidad, lugar
que hasta entonces se les había asignado.
En tal virtud, el reproche vertido en contra del autor del delito se encuentra a
nivel de su comportamiento típico y antijurídico, quedando en la culpabilidad
sólo las condiciones que permiten atribuir dicho reproche a su autor.
La culpabilidad quedó reducida en el finalismo a los siguientes elementos:
29
de conocimiento de la antijuricidad; 3) la exigibilidad de una conducta conforme
a la norma31.
a. La imputabilidad
“Se dice que un individuo considerado como capaz ante la ley es imputable
siempre que pueda probarse que obro como plena compresión del alcance del
acto, así como de las consecuencias de este. La penalidad que corresponde al
delito es, en principio un ente abstracto, que se concreta considerando en
primer término la imputabilidad o responsabilidad del agente”32.
30
capacidad refleja un modo de ser para un modo de actuar, y depende de
madurez sicologica, de normalidad psicosomática y de factores
psicosocioculturales.
La imputabilidad puede ser excluidos por la fase negativa del delito es este
nivel como la minoría de edad. La expresión imputable es utilizada con un
significado distinto a la de un sujeto a quien se atribuye un determinado
comportamiento, para aludir a una persona con capacidad de motivación, o con
capacidad de culpabilidad.
33 RODRIGUEZ, José María, “Derecho penal español”, S.L. – DYKINSON, España, 2002. Pg. 387.
31
c. La no exigibilidad de otra conducta
“La pena requiere de la responsabilidad penal del autor. Queda proscripta todo
forma de responsabilidad objetiva” (artículo 7, título preliminar, código penal).
Recuérdese que algunos prefieren usar el término “responsabilidad “al de
“culpabilidad” para evitar cualquier vinculación con el criterio retributivo, aun
cuando otras consideran necesario estas, pues la culpabilidad se puede fundar
en criterios preventivos. De cualquier manera el legislador peruano abandona
la redacción de proyectos de agosto 1984 (artículo IV) y de abril 1986 (art. IV):
“no hay hecho punible sin culpabilidad la ley penal prescribe toda forma de
responsabilidad objetiva), acogiendo la actual. El anteproyecto del código penal
del 2004 en el artículo VII del título preliminar vuelve a usar el término
“culpabilidad “. En esta definición normativa se destacan dos aspectos de
principio de culpabilidad: un referido a la necesidad de establecer la
32
responsabilidad penal para posibilitar la imposición de la pena, y el otro que
implica la explosión de la responsabilidad por el resultado34.
El hecho no sólo debe ser ilícito, sino también culpable, en el sentido de que ha
de poderse dirigir un juicio de reproche personal al autor. Este juicio de
reprochabilidad puede fundarse en la comisión dolosa (con dolo) o culposa
(con culpa), en su clásica obra sobre la culpa, señala que al elemento objetivo,
que es el acto injustamente cometido, va unido el subjetivo, esto es, el estado
particular de su ánimo con relación a una determinada injuria: "pero respecto al
acto ilícito, la conducta del agente puede cambiar de carácter al efecto de
originar, según sus varias manifestaciones, diversas instituciones jurídicas. O
se ha dado vida al hecho con la directa intención de dañar, o bien esta
intención no existe; en la primera hipótesis se tiene lo que se llama dolo; en la
34 VILLAVICENCIO, Felipe. “Derecho Penal. Parte general”. Grijley. 2012. Pg. 110-111.
33
segunda se tendrá la culpa".Como veremos, la culpa se aprecia objetivamente
por referencia a un modelo abstracto de comportamiento pero ello no
desconoce la relevancia subjetiva del juicio de reproche que se dirige al autor:
él debió haberse comportado de otro modo y es su conducta displicente o
descuidada la que funda la obligación de reparar35.
Cuando el hecho ilícito es cometido con dolo, estaremos frente a un delito civil.
Si no hay dolo pero sí negligencia o culpa, habrá un cuasidelito civil.
35 Encontrado en:
https://app.vlex.com/#WW/search/*/la+exigencia+de+la+culpabilidad/WW/vid/352776014
36 JIMENEZ DE ASUA, Luis. “Teoría del delito”. MÉXICO. Ediciones jurídicas universitarias. 2003, p.23.
34
vida o por el carácter o por el ánimo. Por ello, la doctrina moderna insiste en
identificar un aspecto formal y material del concepto de culpabilidad.
37 VILLAVICENCIO, Felipe. “Derecho Penal. Parte general”. Grijley. 2012. Pg. 564.
38 Encontrado NOCIONES FUNDAMENTALES DE LA TEORIA DEL DELITO PG. 254-259:
https://ficheros-
2011.s3.amazonaws.com/05/10/Im_1_3_275273655_in1_253_323.pdf?AWSAccessKeyId=ASIAIOBMMD
7H4XIYBVNQ&Expires=1512964759&Signature=QJzJv%2FPCwvT2quT5KJAD%2BHbuNp4%3D&x-amz-
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35
posibilidades de comportamiento, de manera que responde por su acto, por lo
que ha hecho, no por su modo de ser. Los que adhieren a la culpabilidad de
autor, que la identifican con el modo de vida del sujeto, parten de criterios
deterministas; el acto delictivo aparece como consecuencia de su personalidad
y de sus circunstancias. El individuo adopta posiciones o comportamientos que
repercuten en su subconsciente, que con posterioridad lo harán reaccionar, en
situaciones determinadas, con comportamientos típicos; se le reprocha el acto
realizado por ser consecuencia de su personalidad defectuosa, por haber
llegado a ser lo que es, por su inclinación adquirida a rebelarse, circunstancial
o permanentemente, en contra de los mandatos o prohibiciones (por ello se
sanciona al reincidente, o delitos que requieren habitualidad, etc.).
36
Capìtulo III: Sobre la inconstitucionalidad de las restricciones ilegales en
la tutela de derechos tomando como baremo la categoría de la
Culpabilidad
39 JAÈN, Manuel. “Derechos fundamentales del Proceso Penal”. 2da edición. Bogotà-Colombia.
2006.19p.
37
Seguidamente, habida cuenta de haber sido tratada sub infra el tema de las
restricciones ilegales, es menester mencionar y motivar aùn aquí la importancia
que constituye en la materia del desarrollo de esta figura jurídica para
determinar su inconstitucionalidad de cara a la culpabilidad en aras de
contribuir a la sana crìtica respecto del tema sub examine, sic, las restricciones
ilegales, se basan en cualquier restricción no autorizada ni permitida por ley
según el artículo 71 inciso e del Còdigo Procesal Penal, asì al presunto
inocente y en diversas materias, por ejemplo, ser privado de su libertad
arbitrariamente, ser penado con pena privativa de la libertad arbitrariamente,
ser incriminado respecto de un delito arbitrariamente, no permitirle el derecho
de defensa arbitrariamente y sic, ser vulnerado cualquiera de sus derechos
fundamentales de forma arbitraria, sed tamen, lo que aquí nos importa
apelando a la especialidad del tema es analizar la inconstitucionalidad de las
restricciones ilegales en general con un ejemplo de restricción ilegal, tal
ejemplo será el ser privado con pena privativa de la libertad arbitrariamente,
esto constituye una restricción ilegal de los derechos constitucionales a la
libertad y al desarrollo de la vida, derechos fundamentales consagrados en los
artículos 24º y 22º de la Carta Magna, quod, como inferimos, restringir
arbitrariamente un derecho constitucional no es válido en un estado de derecho
camino a ser constitucionalizado, sic ”todo derecho fundamental tiene un
contenido jurídicamente determinado, el cual es inmodificable, en caso sea
necesario llevar a cabo una regulación infraconstitucional para posibilitar su
goce y ejercicio en la vida comunitaria. En este orden de ideas, el contenido
escencial se convierte en parte indispensable e indisponible que permite al
titular del derecho gozar de los atributos, facultades o beneficios que esta
declara. Su afectación conlleva a la transformaciòn del derecho contenido en
un precepto en otra categoría jurídica distinta, amèn de generar la imposibilidad
o dificultad extrema para hacer efectivo el goce de un derecho”40, sic, no
podemos amparar la ilegalidad, en este caso las restricciones ilegales a los
derechos constitucionales mencionados supra, porque van en contra de la
libertad del der humano, y siendo estos violados, merecen una salvaguarda por
parte del Tribunal Constitucional o cualquier otro ente judicial encargado del
40 GARCÌA, Vìctor. “Los Derechos Fundamentales en el Perù”. Jurista Editores. Lima-Perù. 2008.33p.
38
tema sub Litis, recordemos que “el proceso penal existe porque existe el poder
coercitivo del Estado para imponer una pena estatal. Sin embargo, la
imposición de una pena no puede ser de modo alguno irracional, en un Estado
de Derecho. Es necesario el establecimiento de medios que canalicen la
vigencia del poder punitivo. Asì se requiere que para la imposición de una
pena, se cuide observar pasos y garantías preestablecidas a fin de que, si se
decide imponer una pena, èsta corresponda al imputado”41, seguidamente “El
principal derecho fundamental que tutelan las garantías procesales es la
libertad. Se construye asì todo un mecanismo para que la limitación o
prohibición de la libertad de una persona en un Estado de Derecho sea con el
mínimo margen de error”42. Por lo tanto, apelamos a la racionalidad del análisis
de la culpabilidad como fundamento de la pena para su imposición en garantía
tutelar de la libertad.
Còdigo Penal, sin embargo, esto no nos interesa, porque solo estamos analizando dònde realmente se
fundamenta la pena y no estamos analizando la responsabilidad restringida de la que prescribe el artículo
22º.
39
penal, sino en la evolución vital del ser humano y viendo que la evolución del
ser humano no tiene baremo constitucional para disminuir la pena, lo
declararon inconstitucional.
40
que esto proceda, el real y verdadero fundamento recae en el tipo penal que
contiene la pena a imponer, si no fuese asì, el juez tendría que inventar una
pena, lo cual carece de todo sentido y sería inconstitucional, sic, lo resuelto por
los supremos en el Acuerdo Plenario sus examine, a nuestro juicio es
inconstitucional, pues la culpabilidad, no tiene baremo de determinación, la
única que a contrario sensu, determina a èsta – que ya es otra cosa totalmente
diferente, es el tipo penal que contiene la pena concreta o en todo caso el
baremo de determinación de la pena cuando, por ejemplo, se menciona, “podrá
imponérsele una pena entre 15 a 25 años” ¿acaso esto no es realmente un
baremo de determinación? Claro que sì, siendo asì entonces, corresponde
afirmar que la culpabilidad no tiene baremo de determinación.
44 Cft: JAUCHEN, Eduardo. “Derechos del imputado”. Rubinzal-Culzoni Editores. Buenos Aires-Argentina.
2005.34-35p.
41
Luego, en el segundo fundamento, no se confunden los supremos y viendo
claras las cosas mencionan que la edad del agente està referida a su
capacidad penal, y claro, porque dudarlo, a contrario sensu, esta es la
afirmación de nuestra párrafo sustentado antecedentemente aquí, pues
menciona nada menos la categoría de la culpabilidad, es decir, del sujeto que
es capaz de culpa y menciona que èsta està en referencia a su edad, lo cual es
acertado, y no tiende a confundir las cosas como lo hacìa en el fundamento
13º, no señalando que la capacidad de culpabilidad es el fundamento de la
pena.
42
categoría de la culpabilidad actual para imponer una pena, sic “las nulidades
especìficas que las leyes procesales prevén con relación a las declaraciones
del imputado – a partir de la concepción de la indagación – se refieren a
distintas circunstancias: autoridades que pueden interrogarlo, conocimientos
previos que tiene que adquirir mediante comunicaciones que preceden a su
exposición, presencia e intervención del defensor, comunicación de la versión
documental de las actas, prohibiciones de procedimientos que pueden
menoscabar su libertad para actuar”45. Sin embargo, a todo esto, le falta algo
importante, y es el derecho del imputado de la nulidad de todo lo actuado
cuando en la sentencia condenatoria se fije su pena tomando como baremo de
determinación la categoría jurídica de la culpabilidad tal como lo es ahora.
45 CREUS, Carlos. “Invalidez de los actos procesales penales”. 2da Edición. Editorial Astrea. Buenos
Aires. 2004.157p.
46CÀCERES, Roberto. “Las nulidades en el proceso penal”. 1ra Ediciòn. Jurista Editores. Lima –Perù
2007.38p.
43
jueces supremos mencionan estar de acuerdo en que la culpabilidad es el
fundamento de la pena, lo cual, no compartimos porque la misma no tiene
baremos de determinación, por lo que a nuestro juicio es inconstitucional una
pena basada en la categoría jurídica alegada por los jueces supremos.
44
Conclusiones
45
el imperativo de establecer la responsabilidad penal del autor para
facilitar la imposición de la pena, proscribiendo por consiguiente toda
forma de responsabilidad por el resultado, esto es, responsabilidad
objetiva.
Recomendaciones
46
BIBLIOGRAFÍA:
47
- JIMENEZ, Luis. “Tratado de Derecho Penal”. 4ta edición, editorial losada,
Buenos Aires, 1964.
- JIMENEZ DE ASUA, Luis. Teoría del delito. MÉXICO. Ediciones jurídicas
universitarias. 2003.
- MIR PUIG, Santiago. “Derecho Penal, Parte General”. 10ª edición, editorial
Reppetor, España, 1995.
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Heliasta, España, 2010.
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Recuperado desde http://catedrajudicial.blogspot. com/2011/01/acuerdo-
plenario-n-04-audiencia-de.html.
48
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2004. ¿Sismógrafo del derecho de defensa?”. Gaceta Penal & Procesal Penal,
6 (2009).
- VILLAVICENCIO T, Felipe. Derecho Penal. Parte general. Grijley. 2012.
49