Universidad Nacional Mayor de San Marcos

From the SelectedWorks of Marco Andrei Torres Maldonado

October, 2015

¿Puede un infiel «agraviado» demandar por

violencia familiar psicológica porque su mujer le
gritó y lo echó del hogar conyugal al encontrarlo
in fraganti con su amante?
Marco Andrei Torres Maldonado, Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Available at: https://works.bepress.com/marcoandreitorresmaldonado/23/

 [ ENTRE CORCHETES ] Comentarios y anotaciones
Jurisprudencia Civil

JUEZ CONSIDERA QUE NO ES VIOLENCIA FAMILIAR

LA REACCIÓN DE CÓNYUGE AL ENCONTRAR
A SU PAREJA EN ACTO DE INFIDELIDAD

COMENTARIO DEL TRIBUNAL

El hecho que una persona encuentre en su hogar a su esposo con otra mujer manteniendo
relaciones sexuales, originando reclamos verbales por parte de esta y obligando al esposo
al retiro de la casa por el acto de infidelidad manifiesta, constituye reacciones razonables
en una situación como la descrita, por tanto, la expulsión en sí misma no constituye un acto
de violencia psicológica como alega el esposo.

ŠŠ
BASE LEGAL: CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA LIBERTAD
Constitución: art. 55. JUZGADO MIXTO PERMANENTE-LA ESPERANZA
Código Procesal Civil: art. 197.
Ley que modifica el texto único ordenado de la ley Expediente : Nº 00152-2015-0-1618-JM-FC-01
de protección frente a la violencia familiar, Ley
Nº 27306: arts. 2 y 29.
Demandante : Ministerio Público

Demandado : Juana Rivera de Sánchez

//
FALLO DE REFERENCIA:
“Constituyen actos de violencia familiar cual-
quier acción u omisión que cause daño físico
o psicológico, maltrato sin lesión; estos deben
encontrarse acreditados ya sea con medios pro-
batorios fehacientes o con indicios que hagan
concluir en forma contundente la existencia de la
violencia denunciada. En ese sentido, si bien la
presunta agraviada señaló que había sido objeto
de maltrato psicológico (que reiteró al efectuarse
la pericia psicológica), este no ha sido corro-
borado con medio probatorio adicional alguno.
Además, como las lesiones físicas descritas en
el certificado médico no fueron denunciadas por
la presunta agraviada en la instancia policial, ni
al efectuarse el reconocimiento psicológico, no
resulta lógico colegir, que estas pudieran ser
omitidas en dichas oportunidades y dado que no
existe medio probatorio que acredite la autoría de
estas por parte del demandado, la demanda debe
ser desestimada en todos sus extremos (Exp.
Agraviado : Faustino Sánchez Cruz
Materia :
Violencia familiar
Juez : Félix Enrique Ramírez Sánchez
Especialista : Carolina Errivares Alvarado
SENTENCIA Nº 2015
RESOLUCIÓN NÚMERO CUATRO
La Esperanza, 17 de agosto de 2015.
I. ASUNTO
Determinar la fundabilidad o no de la pretensión
requerida por el MINISTERIO PÚBLICO, quien
ha formulado demanda de declaración de violen-
cia familiar en la forma de maltrato psicológico,
acción que la dirige contra JUANA RIVERA DE
SÁNCHEZ en agravio de su cónyuge, FAUSTINO
SÁNCHEZ CRUZ, así como solicita se dicten las
CIVIL

Nº 369-2007-Arequipa)”. medidas de protección correspondientes a favor del

citado agraviado.

DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA Nº 205 123

 J URISPRUDENCIA CIVIL
II. ANTECEDENTES
a) Demanda
Con fecha 26 de febrero del 2015,
el Dr. Manuel Humberto Utano
Zevallos, representante del Ministe-
rio Público, interpone demanda de
violencia familiar contra JUANA
RIVERA DE SÁNCHEZ en agra-
vio de su cónyuge, FAUSTINO
SÁNCHEZ CRUZ, requiriendo que
se tomen medidas de protección en
favor del agraviado.
Fundamenta su pretensión el Minis-
terio Público, indicando que, con-
forme al Informe Policial Nº 01-15-
111 DIRTEPOL-C.PNP-LE/J-SVF,
elaborado por la comisaría PNP de
Jerusalén - La Esperanza, que adjunta
a su demanda, se evidencia que don
FAUSTINO SÁNCHEZ CRUZ inter-
puso una denuncia verbal realizada
con fecha 2 de diciembre del 2014,
indicando que es víctima de agre-
siones psicológicas por parte de su
esposa, JUANA RIVERA DE SÁN-
CHEZ; para ello relata que el día 25
de noviembre del 2014 al prome-
diar las 09:00 a.m., momentos en
que se encontraba en su casa, llegó
su esposa, quien se enteró de que
estaba teniendo amoríos con otra per-
sona, al encontrar a él con otra mujer
acostados en su cuarto ubicado en el
segundo piso; reaccionando indebida-
mente, ya que procedió a botarlo de
su casa, sin permitirle sacar prenda de
vestir alguna entre insultos humillan-
tes, como la frase: “anda vete con tu
mujer desgraciado que no te quiero
ver”, empujándolo para que se retire
de la casa conyugal, procediendo a
retirarse con su pareja; situación que
ha originado que viva solo en una casa
de su amigo y que el impedimento de
volver a su casa viene originando una
situación de inestabilidad emocional.
También señala el Ministerio
Público que recabó la declaración
de la denunciada, JUANA RIVERA
DE SÁNCHEZ, la que manifiesta
que no es verdad todo lo que dice
su esposo, por el contrario, es él
124
quien viene maltratando psicológi-
camente desde que su hija tenía dos
años de edad. Finalmente, afirma la
fiscalía que la agresión psicológica-
mente plasmada en el Protocolo de
Pericia Psicológica Nº 001564-2014
PSC-VF, practicada al agraviado, en
el que se concluye que su malestar
emocional está asociado a las con-
diciones de vida que viene mante-
niendo, ya que su esposa lo botó de
su casa al encontrarlo con otra mujer.
b) Decurso procesal
Es de verse del proceso en su conjunto
que la tramitación del presente proceso
se ha llevado de la siguiente manera:
mediante Resolución número uno de
fecha 5 de marzo del 2015 (folios 24
a 25) se admite la demanda, la que es
notificada a la demandada conforme
consta en la constancias de notifica-
ción, sin embargo, la demandada,
JUANA RIVERA DE SÁNCHEZ,
no absolvió la demanda en el plazo
establecido por ley, por lo que se emitió
la Resolución dos de fecha 10 de abril
del 2015, donde se declaró rebelde a
la citada demandada y se procedió a
señalar fecha para la realización de la
audiencia única, la que se realizó con-
forme es de verse del acta obrante a
folios 42 a 43, desarrollándose de la
siguiente manera: saneamiento proce-
sal, fijación de puntos controvertidos,
la admisión y actuación de los medios
probatorios; siendo el estado del pro-
ceso el de emitir sentencia.
III. FUNDAMENTO
a) Determinación de la controver-
sia judicial
Primero.- A efectos de resolver las
pretensiones de tutela jurisdiccional
efectiva solicitada por el Ministerio
Público a través de la fiscal provin-
cial mixta corporativa de La Espe-
ranza y dentro del marco de respeto
al principio de congruencia que rige
1 Publicada en el diario oficial El Peruano el 4 de agosto de 1990.
2 El Tribunal Constitucional ha sido claro, tal como lo vierte la STC Exp. Nº 04058-2012-AA/TC en el funda-
mento 16.- “Teniendo en cuenta que el artículo 55 de la Constitución establece que ‘Los Tratados celebrados por
todo proceso de familia, procedemos
a determinar el thema decidendum
a resolver por este juzgado, el cual
detallamos a continuación:
a) Determinar si se configuran o no actos
de violencia familiar psicológica,
los actos realizados por JUANA
RIVERA DE SÁNCHEZ en agra-
vio de su cónyuge FAUSTINO
SÁNCHEZ CRUZ, como es la
expulsión de su casa y no permitirle
su ingreso, debido a que lo encon-
tró con otra mujer manteniendo
relaciones.
b) Determinar, de ser el caso, las
medidas de protección para la
víctima de violencia familiar.
c) Determinar de ser el caso la repa-
ración del daño.
Para resolver estos puntos resulta
necesario precisar algunos concep-
tos relacionados a la controversia
planteada.
b) Sobre la violencia familiar
Segundo.- El tema de violencia fami-
liar ha sido abordado en el artículo 19
de la Convención sobre los Derechos
del Niño, aprobado por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 20
noviembre de 1989 y ratificada por el
tratado peruano mediante Resolución
Legislativa Nº 25278 del 3 de agosto
de 19901, que define a la violen-
cia como toda forma de perjuicio o
abuso físico o mental, descuido o trato
negligente, malos tratos o explotación,
incluido el abuso sexual, mientras el
niño se encuentre bajo la custodia de
los padres, de un representante legal o
de cualquier otra persona que lo tenga
a su cargo; norma que tiene carácter
vinculante y rango constitucional en
aplicación del artículo 55 de la Consti-
tución [] y cuarta disposición final y
transitoria de la Constitución2.
 [ENTRE CORCHETES]: COMENTARIOS Y ANOTACIONES

Es bajo esta premisa constitucional, convencional) en el artículo 2 de la

que se acoge claramente en nues-
tro orden legal un concepto amplio
y general de violencia familiar, ya
que la norma citada hace referencia
a la violencia como “toda forma”
otorgando un abanico de supuestos
que pueden ir introduciéndose en el
terreno de los hechos, así lo ha enten-
dido el Comité de los Derechos del
Niño de las Naciones Unidas en
Observación General Nº 13 (2011):
Derecho del niño a no ser objetivo de
ninguna forma de violencia al indicar:
Ley Nº 26260, Ley de Protección
frente a la Violencia Familiar, modi-
ficado por el artículo 2 de la Ley
N° 27306[], que a la letra señala:
“A los efectos de la presente Ley,
se entenderá por violencia fami-
liar, cualquier acción u omisión
que cause daño físico o psicoló-
gico, maltrato sin lesión, inclusive
la amenaza o coacción graves y/o
reiteradas, así como la violencia
sexual, que se produzcan entre:
La Convención
sobre los Derechos
del Niño:
Define a la violencia como toda
forma de perjuicio o abuso físico
o mental, descuido o trato negli-
gente, malos tratos o explotación,
incluido el abuso sexual, mientras
el niño se encuentre bajo la cus-
todia de los padres, de un repre-
sentante legal o de cualquier otra
persona que lo tenga a su cargo.

“En el lenguaje corriente se suele a) Cónyuges.

entender por violencia únicamente
el daño físico y/o el daño intencio-
nal. Sin embargo, el Comité desea
dejar sentado inequívocamente que
la elección del término ‘violencia’
en la, presente observación gene-
ral no debe verse en modo alguno
como un intento de minimizar los
efectos de las formas no físicas y/o
no intencionales del daño (como el
descuido y los malos tratos psico-
lógicos, entre otras), ni la necesi-
dad de hacerles frente”.
La doctrina tiene igual criterio amplio
al referirse a la violencia familiar
como “todo tipo de conducta abusiva
del poder, que obstaculizan o niegan
un normal y pleno desarrollo perso-
nal del que está sujeto a violencia, asu-
miendo esta varias formas comprensi-
vas de la fuerza física y emocional, el
abuso sexual, el abandono y la negli-
gencia”3. Ello sin duda implica que
los actos de violencia familiar pueden
darse a través de acciones u omisiones,
físicas o psicológicas dentro del con-
cepto amplio de familiar, en cuanto no
solo está referido a las personas que se
encuentran unidas por un vínculo con-
sanguíneo o por afinidad, sino también
a la convivencial y la afectiva (perso-
nas que conviven y hacen vida familiar
sin tener lazo alguno).
Tercero.- Que a nivel infraconstitu-
cional, tenemos la norma de desa-
rrollo constitucional (entiéndase
b) Excónyuges.
activa, a través del uso de la fuerza
c) Convivientes. física, sexual y/o psicológica que por
d) Exconvivientes. su intensidad y frecuencia provocan
e) Ascendientes. daños; o en forma pasiva mediante
la omisión de proveer lo necesario
f) Descendientes.
tanto el ámbito afectivo como eco-
g) Parientes colaterales hasta el nómico, etc. Así también debemos
cuarto grado de consanguini- precisar que la norma citada indica
dad y segundo de afinidad. “daño físico o psicológico” como
h) Quienes habitan en el mismo forma de violencia familiar, concep-
hogar, siempre que no medien tos jurídicos que son indetermina-
relaciones contractuales o dos, lo que significa que el legisla-
laborales. dor ha pretendido otorgar al juez un
i) Quienes hayan procreado hijos amplio margen de discrecionalidad
en común, independientemente para enfrentar la cuestión conceptual
que convivan o no, al momento cuando el conflicto se presenta para
de producirse la violencia. definir qué hecho u omisiones deben
ser catalogados como daño físico o
j) Uno de los convivientes y psicológico, lo cual resulta acertado,
los parientes del otro hasta el ya que en la realidad se pueden dar
cuarto grado de consanguini- nuevas formas de violencia fami-
dad y segundo de afinidad, en liar que la judicatura tiene que resol-
las uniones de hecho”4. ver dentro del marco del respeto a la
La citada norma también es clara al dignidad de toda persona que forme
acoger la tesis amplia de violencia, parte de un grupo familiar, hacién-
en cuanto hace referencia a que los dolo una norma proyectista de nue-
maltratos pueden operar de manera vas formas de violencia.
el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional’ y que la Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Cons-
titución prevé que ‘Las normas relativas a los derechos y a las libertades que la Constitución reconoce se inter-
pretan de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y con los tratados y acuerdos inter-
nacionales sobre las mismas materias ratificadas por el Perú’, no queda sino convertir en que los contenidos de
tal Convención sobre los Derechos del Niño resultan vinculantes en el ordenamiento jurídico peruano, conclusión
resultante de la aplicación del control de convencionalidad al que estamos sujetos”.
3 Cit. Por CINTIA ELISA GRAMARI Y NORBERTO EDUARDO GODOY en análisis del artículo 1 de la Ley 24.417, en
AAVV. Protección contra la Violencia Familiar. Ley 24.417. (Directora Aida Kemelmajer de Carlucci). Rubinzal Cul-
zon Editores; Buenos Aires, p. 21.
4 Literal incorporado por el artículo 1 de la Ley N° 29282, publicada el 27 de noviembre de 2008.

DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA Nº 205 125

 J URISPRUDENCIA CIVIL
Cuarto.- A nivel jurisprudencial
tenemos lo vertido por la Sala Civil
Transitoria de la Corte Suprema en
la Casación Nº 1006-2012-Cusco, de
fecha 8 de mayo del 2013, en donde
también clarifica el concepto amplio
que se tiene de violencia familiar, así
reproducimos dicho extracto:
“Sexto.- Bajo ese contexto, los
actos que entrañan violencia
familiar no solo deben entenderse
como aquellos daños físicos infe-
ridos a la víctima, sino también
comprende cualquier acción u
omisión que cause daño físico o
psicológico, maltrato sin lesión,
inclusive la amenaza o coacción
graves; por tanto, la violencia
familiar o doméstica es una mate-
ria done están en juego relacio-
nes, valores y fines trascenden-
tales del entorno familiar, que su
deterioro pueda traer vastas con-
secuencias si es que no se presta
tutela oportuna y eficaz a efectos
de mitigar el fenómeno”.
c) En cuanto a la violencia psicoló-
gica y el problema de probanza
Quinto.- Que habiendo indicado
que el maltrato psicológico es una
forma de expresión de la violencia
familiar, también es cierto que este
es un concepto indeterminado, por
tanto, es necesario vía interpretación
establecer su contenido. Así enten-
demos a la violencia familiar como
todo acto u omisión que afecta a la
persona psicológica o emocional-
mente, que le causa perturbacio-
nes en el ámbito de su personali-
dad, de tal naturaleza que lesiona
su salud psíquica o hiere grave-
mente su bienestar, lo que trae
como consecuencia la violación de
los derechos fundamentales de la
víctima, como son a la integridad
moral, psíquica y física que ostenta
toda persona, al libre desarrollo de
la personalidad, a la dignidad de
la persona y el derecho a gozar de
una vida en paz.
126
En suma, tenemos que la casuística constituyendo dicha prueba relevante
ha venido generando algunos supues- al momento de sentenciar, así lo ha
tos de hecho que configuran este tipo establecido de manera clara el artículo
de violencia psicológica, como son las 29 [] de la Ley de Protección frente
burlas, ridiculización, la indiferencia y a la violencia familiar7.
poca afectividad, insulto repetidamente
en privado y en público, amenazas de d) Violencia psicólogica en las
agresión física y abandono, generar un relaciones de pareja
ambiente de terror constante, llegar de Sétimo.- Sin duda, uno de los índi-
improviso al lugar de trabajo como una ces más altos, en cuanto a la violen-
manera de control, amenaza con qui- cia familiar, es la que se origina en
tarle a los hijos e hijas, la falta de cui- el seno del hogar y en las relaciones
dado, maltrato económico, entre otros, de pareja, las que se dan en el ámbito
dejando establecido que pueden gene- de la intimidad del hogar, siendo la
rarse más supuestos dentro de este con- mayoría de los casos contra la mujer,
cepto amplio5. pero ello no enerva que puedan darse
en agravio de los hombres. La vio-
Sexto.- Es claro que todos estos actos lencia de pajera puede ser física, psí-
de violencia psicológica, por lo gene- quica o sexual, pero en referencia a
ral, se realizan en el ámbito privado la psíquica, que es la que nos inte-
en las relaciones intrafamiliares, por lo resa para el caso concreto, tenemos
que dicho maltrato suele ser difícil de que esta se caracteriza por la presen-
probar en un proceso judicial; además, cia continuada de intimidación o de
en la mayoría de los casos se desarrolla amenazas, por el recurso de humilla-
de una manera continua, pero tan sutil ciones graves y reiteradas a través de
que, a veces, hasta la propia víctima frases hirientes, conductas destruc-
se encuentra en dificultades para reco- tivas de cosas de valor económico o
nocerlo. Por lo demás, dada la inexis- sentimental para la pareja, intentos
tencia de signos físicos que permitan de restricciones (control de amista-
visualizar con claridad los actos vio- des, limitación de dinero, restricción
lentos, es que los órganos jurisdiccio- de salidas de la casa, etc.) e incluso
nales afrontan grandes dificultades al de actos como el botar a la pareja del
momento de resolver un caso concreto hogar conyugal y no permitirle su
de violencia familiar, por lo que frente ingreso, los celos enfermizos, entre
a este tipo de situaciones, no queda otra otros, los mismos que contribuyen a
vía que someter a la víctima a pericias socavar la autoestima de la víctima.
psicológicas6; y de este modo, por vía Todo ello es incompatible con una
indirecta, podrá determinarse la exis- relación de pareja basada en el res-
tencia o no de los hechos denunciados, peto mutuo.
5 En referencia a los supuestos de violencia psicológica, debemos tener en cuenta el catálogo de expresiones que
ha realizado al respecto y que obra en el Manual de Violencia familiar y sexual, editado por el Movimiento Manuela
Ramos y el Centro de Mujer Peruana Flora Tristán, el cual abarca todas las formas de agresión que pueden darse
a nivel de la familia. Ver: RAMOS RÍOS, Miguel Ángel. Violencia familiar: protección de la víctima frente a las agre-
siones intrafamiliares. 2a edición, Edit. Lex & Iuris. Lima, 2013, p. 97.
6 Ver: ELISA GRAMARI, Cintia y otro. Ob. cit. p. 29.
7 El artículo 29 de la Ley de Protección de Violencia Familiar (modificada por la Ley Nº 29282) señala que los cer-
tificados de salud física y mental que expidan los médicos de los establecimientos de salud del Estado, como el
Ministerio de Salud, el Seguro Social de Salud (EsSalud), el Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público y las
dependencias especializadas de las Municipalidades Provinciales y Distritales los certificados expedidos por los
médicos de los centros parroquiales cuyo funcionamiento se encuentre autorizado por el Ministerio de Salud y se
encuentren registrados en el Ministerio Público, así como los certificados que expidan los médicos de las institu-
ciones privadas con las cuales el Ministerio Público y el Poder Judicial celebren convenios para la realización de
determinadas pericias tienen valor probatorio del estado de salud física y mental en los procesos sobre violencia
familiar.

Octavo.- Al respecto, resulta de
importancia precisar que es una exi-
gencia en toda relación de convi-
vencia o de matrimonio, el deber
recíproco de fidelidad y de res-
peto mutuo, por tanto no toda
discusión que pueda darse entre
la pareja, así como el reclamo, el
grito, los actos de mala relación de
pareja que se dan por lo general
previa a separaciones o divorcios,
entro otros no necesariamente
constituyan actos de violencia psi-
cológica, ya que ello debe anali-
zarse en el marco del contexto de
los hechos acaecidos y los efec-
tos en la esfera psicológica de las
parejas, bajo el marco del princi-
pio de razonabilidad, de sentido
común. No olvidemos que la razo-
nabilidad es un criterio íntimamente
vinculado a la justicia y está en la
esencia misma del Estado cons-
titucional de derecho y se expresa
como un mecanismo de control o
interdicción de la arbitrariedad en
el uso de las facultades discrecio-
nales, exigiendo que las decisiones
que se tomen en ese contexto res-
pondan a criterios de racionalidad y
que no sean arbitrarias tanto en una
relación de poder o privado como
puede ser el de pareja 8. En suma,
este principio implica encontrar jus-
tificación lógica en los hechos, con-
ductas y circunstancias que motivan
todo acto discrecional que se de en
una relación privada incluso de con-
vivencia o matrimonio.
e) Análisis del caso
Noveno.- Teniendo en cuenta el
marco legal y doctrinario desarro-
llado precedentemente, pasamos a
resolver la controversia judicial plan-
teada en el presente proceso, para lo
cual procedemos a valorar las prue-
bas aportadas en el mismo de manera
conjunta y razonada; dejando esta-
blecido que en la presente senten-
cia sólo serán expresadas las valo-
raciones esenciales y determinantes
que sustentan su decisión, ello de
conformidad a lo establecido por el
DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA Nº 205
[ENTRE CORCHETES]: COMENTARIOS Y ANOTACIONES
artículo 197 del Código Procesal
Civil [], de aplicación supletoria al
presente proceso.
Décimo.- Que fluye de la demanda
que obra a folios 21 al 23 de autos
que el petitorio gira en torno a la
denuncia presentada por don FAUS-
TINO SÁNCHEZ CRUZ, quien
alega que el día 25 de noviembre del
2014, al promediar las 09:00 a.m.,
estaba teniendo amoríos con otra per-
sona, al encontrarlo con otra mujer
acostados en su cuarto ubicado en el
segundo piso; procediendo a botarlo
de la casa, sin permitirle sacar prenda
de vestir alguna, entre insultos humi-
llantes, como la frase: “anda vete
con tu mujer, desgraciado que no
te quiero ver”, empujándolo para
que se retire de la casa conyugal, pro-
cediendo. a retirarse con su pareja;
situación, según refiere, que ha origi-
nado que viva solo en una casa de su
amigo y que el impedimento de vol-
ver a su casa viene originando en él
una situación de inestabilidad emo-
cional. En suma, dichos sucesos des-
critos deben ser analizados a efectos
de determinar si configura o no un
hecho de violencia familiar para lo
cual deberá, en primer orden, veri-
ficar si los sujetos que intervienen
en ella se encuentran enmarcados en
la legitimidad activa y pasiva que ha
establecido el artículo 2 de la Ley
N° 26260 - “Ley de Protección frente
a la Violencia Familiar”.
Décimo primero.- Que está probado
en autos con la declaración asimi-
lada9 de ambas partes que efectiva-
mente existe un vínculo matrimo-
nial entre ambas partes, FAUSTINO
SÁNCHEZ CRUZ y JUANA
RIVERA DE SÁNCHEZ, ello se
infiere claramente de la aceptación
de dicha condición legal por parte
8 Ver STC Exp. 537-2009-26A7C.
9 Artículo 221 del Código Procesal Civil.- “Las afirmaciones contenidas en actuaciones judiciales o escritos de las
partes, se tiene como declaración de éstas, aunque el proceso sea declarado nulo, siempre que la razón del vicio
no las afecta de manera directa”.
El juez dice:
Los índices más altos, en cuanto
a la violencia familiar, es la que
se origina en el seno del hogar y
en las relaciones de pareja, las
que se dan en el ámbito de la inti-
midad del hogar, siendo la mayo-
ría de los casos contra la mujer,
pero ello no enerva que puedan
darse en agravio de los hombres.
de ambos, tal como se indica en las
siguientes pruebas:
- En la declaración del agraviado
FAUSTINO SÁNCHEZ CRUZ,
obrante a folios 07 y 08, mani-
fiesta al contestar la segunda pre-
gunta que doña JUANA RIVERA
VEREAU es su esposa.
- En la declaración de doña JUANA
RIVERA DE SÁNCHEZ,
obrante a folios 9, manifiesta al
contestar la tercera pregunta que
el agraviado es su esposo.
Ello acredita el grado de fami-
liaridad entre ambos (cónyuge),
lo que hace concluir que las par-
tes que intervienen en este pro-
ceso sí son pasibles de violencia
familiar a tenor de lo establecido
en el artículo 2 inciso a) de la Ley
Nº 26260 - Ley de Protección
frente a la Violencia Familiar.
Décimo segundo.- Que en referencia
a los hechos concretos que se imputan
en el escrito de demanda y que han
sido detallados en el considerando
octavo de la presente sentencia, tene-
mos que efectivamente ambas partes
reconocen en sus manifestaciones,
127
 J URISPRUDENCIA CIVIL

obrantes a folios 7 a 9, que tienen un
vínculo familiar matrimonial y que
conviven en la misma casa y, si bien
es cierto también reconocen que están
separados de cuerpo, ello no enerva
que dicha relación se entable dentro
de los marcos de los principios míni-
mos de respeto mutuo e incluso de
fidelidad por estar aún casados legal-
mente y por la convivencia de hecho
que ostentan ambos bajo una mismo
inmueble; por tanto, el hecho de que
la demandada, Juana Rivera de Sán-
chez, haya acudido al segundo piso
de su inmueble y haber encontrado
a su esposo, Faustino Sánchez Cruz
con otra mujer en su dormitorio, el
día 25 de noviembre del 2014, es evi-
dente y razonable que esta situación
origine en ella un estado de ira, que
puede darse desde la suave irritación
o rabia hasta el deseo de hacer daño,
sin embargo, la citada esposa proce-
dió a realizar un reclamo verbal al
demandado por dicha situación incó-
moda, gritándole que se vaya, que
no lo quiere ver y el acto mismo de
exigirle su retiro del hogar constitu-
yen actos razonables y ponderados
en la medida en que no ha existido
exceso alguno en su reacción como
podría haber sido un maltrato físico.
Por tanto, la reacción que tuvo doña
Juana Rivera de Sánchez tiene una
justificación lógica en proporción al
acto que lo motivó (infidelidad), en la
medida en que se ha afectado el prin-
cipio de convivencia implícita en un
matrimonio como es la fidelidad y
respeto mutuo que se deben ambos
cónyuges; siendo ello así, el acto de
haber botado al demandado de su
casa y no permitir su ingreso no cons-
tituye en sí mismo un acto de violen-
cia psicológica, como alega el esposo
en su denuncia policial; situación que
más bien constituye actos de mala
relación de pareja, deviniendo en
infundada la demanda interpuesta por
el Ministerio Público.
Décimo tercero.- En suma, podemos
concluir claramente en el hecho de
que una persona encuentre en su
hogar a su esposo con otra mujer
manteniendo relaciones sexuales,
originando reclamos verbales por
parte de esta y obligando al esposo
al retiro de la casa por el acto de
infidelidad manifiesta, constituye
reacciones razonables en una situa-
ción como la descrita, por tanto, la
expulsión en sí misma no constituye
un acto de violencia psicológica.
Décimo cuarto.- Estando a lo seña-
lado, es innecesario pronunciarse
sobre las pretensiones accesorias,
como son las medidas de protec-
ción y la indemnización por daños
y perjuicios, ya que por su natura-
leza siguen la suerte del principal,
por tanto, también deben declararse
infundadas.
Por estos fundamentos y dispositivos
legales glosados, de conformidad
con la Constitución, Ley de Protec-
ción Frente a la Violencia Familiar y
Ley Orgánica del Poder Judicial.
SE RESUELVE
1. Declarar INFUNDADA la
demanda sobre VIOLENCIA
FAMILIAR, imposición de
medidas de protección e indem-
nización por daños y perjuicios,
en la modalidad de VIOLENCIA
PSICOLÓGICA interpuesta por
el representante del Ministerio
Público contra JUANA VERA
DE SÁNCHEZ en agravio de su
cónyuge, FAUSTINO SÁNCHEZ
CRUZ: por lo que consentida que
sea la presente deberá proceder al
archivo del modo y forma de ley.

ENTRE CORCHETES:
ANOTACIONES

[] Constitución Política del Perú

Artículo 55.- Tratados
Los tratados celebrados por el Estado y en vigor forman parte del derecho nacional.

[] Ley que modifica el texto único ordenado de la ley de protección frente a la violencia familiar, Ley N° 27306
Artículo 2.- A los efectos de la presente Ley, se entenderá por violencia familiar, cualquier acción u omisión que cause daño físico o psicológico,
maltrato sin lesión, inclusive la amenaza o coacción graves y/o reiteradas, así como la violencia sexual, que se produzcan entre:
a) Cónyuges.
b) Ex cónyuges.
c) Convivientes.
d) Ex convivientes.
e) Ascendientes.
f) Descendientes.
g) Parientes colaterales hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad.
h) Quienes habitan en el mismo hogar, siempre que no medien relaciones contractuales o laborales.
i) Quienes hayan procreado hijos en común, independientemente que convivan o no, al momento de producirse la violencia.

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 [ENTRE CORCHETES]: COMENTARIOS Y ANOTACIONES

[] Ley que modifica el texto único ordenado de la ley de protección frente a la violencia familiar, Ley N° 27306
Artículo 29.- Los certificados de salud física y mental que expidan los médicos de los establecimientos de salud del Estado, como el Ministerio
de Salud, el Seguro Social de Salud (ESSALUD), el Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público y las dependencias especializadas de las
municipalidades provinciales y distritales, tienen valor probatorio del estado de salud física y mental en los procesos sobre violencia familiar. Los
certificados médicos contendrán información detallada de los resultados de las evaluaciones físicas y psicológicas a las que se haya sometido a
la víctima. La expedición de los certificados y la consulta médica que los origina son gratuitos. Los exámenes o pruebas complementarias para
emitir diagnósticos serán gratuitos siempre que lo justifique la situación económica de la víctima.
Igual valor tienen los certificados expedidos por los médicos de los centros parroquiales, cuyo funcionamiento se encuentre autorizado por el
Ministerio de Salud y se encuentren registrados en el Ministerio Público.
Asimismo, tendrán valor probatorio del estado de salud física y mental en los procesos por violencia familiar, los certificados que expidan los
médicos de las instituciones privadas con las cuales el Ministerio Público y el Poder Judicial celebren convenios para la realización de determi-
nadas pericias.

[] Código Procesal Civil

Artículo 197.- Valoración de la prueba
Todos los medios probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta, utilizando su apreciación razonada. Sin embargo, en la resolución
solo serán expresadas las valoraciones esenciales y determinantes que sustentan su decisión.

COMENTARIO

¿Puede un infiel “agraviado” demandar

por violencia familiar psicológica porque su mujer
le gritó y lo echó del hogar conyugal al encontrarlo
in fraganti con su amante?

Marco Andrei TORRES MALDONADO(*)(**)

La sentencia in comento –expedida por la Corte Supe-
rior de Justicia de La Libertad y contenida en el Expe-
diente Nº 00152-2015– resulta singular por el aná-
lisis de la judicatura al momento de resolver y, más
aún, por los fundamentos de hecho que la sustentan.
En efecto, con fecha 26 de febrero de 2015, el Minis-
terio Público interpuso demanda de violencia fami-
liar contra la señora X, en agravio de su cónyuge, el
señor Y, requiriendo que se ordene medidas de pro-
tección en favor del agraviado y una reparación por
los daños (perjuicios por violencia familiar psicoló-
gica). Según se aprecia, con fecha 25 de noviembre
de 2014, al promediar las 09:00 am, cuando el señor
Y se encontraba en el hogar conyugal, llegó su esposa,
quien se enteró de que estaba teniendo amoríos con
otra persona, por lo que la señora X, al encontrar a
su cónyuge junto a otra mujer acostados en su cuarto,
procedió a lanzar insultos humillantes (como la frase:
“Anda vete con tu mujer desgraciado que no te quiero
ver”) y a botarlo de su casa. Todo ello, según alega
el agraviado, ha originado que viva en la casa de un

(*) Miembro del Estudio Fernández, Heraud & Sánchez Abogados. Coordinador general del Taller de Derecho Civil “José León
Barandiarán” de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Jefe de prácticas de Derecho Civil, en los cursos de Derecho de
las Personas, Acto Jurídico y Derecho de las Obligaciones en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Universidad San
Ignacio de Loyola. Colaborador de la revista Persona de la Universidad de Buenos Aires.
(**) A Nina, por su –quijotesca– personalidad como subjetum iuris.

DIÁLOGO CON LA JURISPRUDENCIA Nº 205 129

 J URISPRUDENCIA CIVIL

amigo y que el impedimento de regresar a su domi-
cilio viene generando una situación de inestabilidad
emocional.
Al momento de resolver, la Corte Superior indica,
conforme al décimo segundo considerando que “(…)
la reacción que tuvo la señora X tiene una justifi-
cación lógica en proporción al acto que lo motivó
(infidelidad), en la medida en que se ha afectado
un principio de convivencia implícita en un matri-
En tal sentido, una persona no podrá invocar la situa-
ción que él mismo generó para obtener una ventaja o
beneficio, o pretender una sanción para el otro, y ello
en virtud de la doctrina de los actos propios, pues se
estaría otorgando un provecho derivado del accionar
ilícito del propio ofensor. Debemos recordar que un
hecho antijurídico (ilícito civil) no crea ningún tipo
de derecho para la persona que lo realiza, salvo cir-
cunstancias que resulten justificables, bajo un jui-

“
cio de ponderación; por lo contrario, genera el deber
monio, como es la fidelidad y respeto mutuo que se de responder por los daños y perjuicios ocasionados
deben ambos cónyuges (…)”; y en el décimo ter- (alterum non laedere).
cero considerando señala que dicha
reacción resulta “(…) razonable Lo señalado no significa que una
en una situación como la descrita, Una persona no podrá invo-
car la situación que él mismo persona pueda realizar un compor-
por tanto, la expulsión en sí misma tamiento opuesto a uno efectuado
generó para obtener una ven-
no constituye un acto de violencia anteriormente, solo que este último
taja o beneficio, o pretender
psicológica”. una sanción para el otro, y ello debe encontrarse justificado por
en virtud de la doctrina de los necesidades objetivas y razonables,
Si bien es cierto, el razonamiento de la
actos propios, pues se estaría lo cual no ocurrió en el presente
Corte Superior resulta prudente, nos
otorgando un provecho deri- caso. Es decir, podríamos pregun-
parece incompleto. Y la razón, nue- vado del accionar ilícito del tarnos qué hubiese sucedido si la
vamente, la encontramos en la apli- propio ofensor. reacción de la señora X, frente a
cación de la doctrina de los actos pro-
aquel hecho, la llevaba a cercenar
pios en el Derecho de las Familias . 1
una mano de su cónyuge; evidente-
Como es sabido, nadie puede ir contra sus propios mente, podríamos suponer que ya no resulta razona-
actos; o sea, nadie puede alegar su propia torpeza ble tal conducta que conlleva la quiebra de la doctrina
para acogerse a derecho u obtener un beneficio. No de los actos propios, por lo que, excepcionalmente,
es factible –jurídicamente hablando– escudarse en un el marido podría incluso denunciar por lesiones gra-
acto realizado con culpa o dolo para salir beneficiado ves o leves.
de una situación controversial2.
En definitiva, más allá de que la motivación de la sen-
Entonces, en nuestro caso, queda claro que el señor Y tencia resultó incompleta y, en parte, bastante escueta;
indirectamente, al pretender que se declare fundada es positivo que nuestros jueces civiles recurran a
la demanda de violencia familiar, la cual se originó mecanismos de ponderación –ponderar es, según
en una circunstancia que él mismo ocasionó, resulta Prieto Sanchís4, buscar la mejor decisión (la mejor
contrario a la doctrina de los actos propios, cuyo sus- sentencia, por ejemplo)– y razonabilidad al momento
tento es, según Pescio3, evitar que alguien abuse de de resolver el fondo de una litis, a la luz de las cir-
su propia inmoralidad (vid. Infidelidad). cunstancias del caso concreto.

1 Sobre el particular: TORRES MALDONADO, Marco Andrei. “La doctrina de los actos propios en la variación de la tenencia”.
En: Diálogo con la Jurisprudencia. Nº 202, Gaceta Jurídica, Lima, julio de 2015.
2 TANTALEÁN ODAR, Reynaldo Mario. “La invocación de la propia torpeza, la buena fe, los actos propios y la nulidad nego-
cial”. En: RAE Jurisprudencia. Ediciones Caballero Bustamante, Lima, 2008, pp. 86-87. Por citar, solo de manera referencial, el
artículo 335 del Código Civil prescribe: “Ninguno de los cónyuges puede fundar la demanda en hecho propio”.
3 PESCIO VARGAS, Victorio. Manual de Derecho Civil. Teoría general de los actos jurídicos y teoría general de la prueba. Volu-
men II. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1948, p. 217.
4 PRIETO SANCHÍS, Luis. “Neoconstitucionalismo y ponderación judicial”. En: Anuario de la Facultad de Derecho. Nº 5, Facul-
tad de Derecho de la Universidad Autónoma de Madrid, Madrid, 2001, p. 212.

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