You are on page 1of 5

Crítica a la calidad de la educación chilena

Actualmente, el concepto de “calidad” en Chile es resultado de un hecho poco habitual en las


democracias mayoritarias. La calidad de la educación invade en la agenda pública empujada por
demandas estudiantiles durante el año 2006, que exigían una rectificación importante en los
productos del sistema, al exigir una mayor equidad en educación. Aunque no se necesita ser un
experto para percibir estas arbitrariedades y vivirlas, durante 1999 un estudio demostró que, incluso
manipulando variables socio-económicas, existe una grieta significativa en los resultados de
aprendizaje de un mismo currículum, que benefician a los centros que han escogido y educan a los
estudiantes con mayores recursos.
De este modo, en el ámbito académico se probó que quienes disponían de más recursos podían
ingresar a mejores instituciones. Por otro lado, los más vulnerables, se ven obligados a recibir la
mediocre educación estatal, considerada de bajísima calidad en cuanto a resultados de aprendizaje.
En 2006 los estudiantes se movilizaron. Demandaron una reforma a la educación, ya que culpaban
al sistema educativo, diseñado como un servicio de libre mercado, como parte de las causas de las
profundas agitaciones. A pesar de largos periodos de manifestaciones y de interminables
discusiones en televisión y medios de comunicación, las propuestas de fondo no se incorporaron a
la nueva ley que se promulgó.
Sin embargo, obtuvieron dos elementos importantes y que determinarían, de algún modo, el
mejoramiento de la política educativa del país: consiguieron que la “calidad” y la “equidad” se
valoraran como un eje central la discusión educativa y como resultado comenzó un proceso
nacional de reflexión, llevado a cabo por el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la
Educación. Este proceso plasmó los acuerdos, desacuerdos y propuestas en un Informe Final, que
sería el punto de partida de la SNACE (Sistema nacional de aseguramiento de la calidad de la
educación parvularia, básica y media y su fiscalización). Tras el análisis de estos dos documentos
se medita y critica la concepción hegemónica de calidad en la educación chilena.

La primera crítica a efectuar señala a que la clase política ha precisado el concepto de calidad, que
en sí es vacío en educación, estratégicamente y con una ambigua intención en la esfera legal y se
han otorgado facultades para que la idea se haga operativa lejos del ámbito público, a nivel de
Ministerio y comisiones técnicas, sin un debate de actores diferentes y en una postura en la cual
los ciudadanos no tienen mayor acceso informativo que los medios de comunicación y las
relaciones públicas. La ley evade precisar calidad, pero concibe un Sistema de Aseguramiento de
Calidad, en el cual El Estado se limita a garantizar, controlar, reconocer y sancionar bajo ciertos
estándares y a través de multas económicas cuando se detectan diferencias.

Primeramente, crear un sistema de rendición de cuentas no era lo que los demandantes pedían,
pero fue la posibilidad que la clase política ofreció para no perturbar a esa otra parte de la
ciudadanía que sí le satisface la segregación y la profunda brecha entre ricos y pobres y que reposa
en que el sistema ofrece la misma oportunidad a todos de desarrollarse. Además, el ofrecimiento
gubernamental no resuelve una de las principales demandas, luchar contra la segregación, aunque
sí apunta a apoyar temporalmente a quienes resulten mal evaluados a través de apoyo técnico
pedagógico de discriminación positiva.
La ley al no definir explícitamente lo que es calidad, la pregunta que emerge seria: ¿cuándo se
define y quién lo define? primero, el concepto de calidad es la unión entre el centro educativo y el
responsable de su mantenimiento, el sostenedor, o dueño.

Se trata de un concepto de calidad jerárquico, que compromete al dueño del establecimiento de su


cumplimiento quien, a su vez debe realizar las exigencias a quien tiene bajo su mando. Este
concepto jerárquico evoca las estructuras organizativas empresariales, las que se conoce no
funcionan en educación ya que es un fenómeno más dinámico, dialógico y participativo, que está
en constante construcción en el cual los actores cuentan con amplios espacios para
interpretaciones divergentes, y cuyo alcance se asienta en contextos socio-culturales no
homogéneos.

asimismo, la noción de calidad es de obligación limitada al eximir a los actores políticos, debido que
se limita al espacio de acción de las instituciones educativas y se responsabiliza simplemente a los
actores directos (sostenedores, directivos y docentes) y con ello se evita apreciar una
responsabilidad global de la calidad del sistema educativo chileno al no incluir responsabilidades
de tipo político o administrativo.

Pero, ¿Quién es el encargado de definir los que es calidad? La ley confiere un mínimo espacio al
centro educativo, considerando sus autoevaluaciones y el proyecto educativo, pero se instala como
juez legitimador a la Agencia de Calidad. Por lo tanto, no se da autoridad de participación relevante
a los establecimientos educativos, ni a los docentes, ni a los estudiantes ni a los padres para
analizar y aportar una explicación de calidad autónoma y coherente con los objetivos locales del
centro educacional. No se otorga una independencia efectiva ni facultades a las instituciones
educacionales o a las administraciones locales para plantear sus propias definiciones de calidad y
llevarlas a cabo.

En conclusión, calidad en la educación en Chile surge como un requerimiento ciudadano contra la


segregación y la desigualdad presentes en el sistema educativo, adjudicado a los principios
neoliberales en los que se sustenta. Estas demandas se conceden y se comparten en el discurso
político, pero premeditadamente no son llevadas al plano legislativo.

Por esto, el grupo gobernante promulga leyes de calidad para mantener la situación actual del
modelo educativo, y se restringe a asegurar el papel fiador del estado a través de un sistema de
rendición de cuentas y de discriminación hacia los estudiantes y centros educativos menos
favorecidos.

Se considera como unidad de calidad al centro educativo y responsabiliza a los actores locales de
su cumplimiento, liberando de responsabilidades políticas o administrativas a instancias superiores.

La calidad en educación es una noción vacía, condición que la clase gobernante utiliza para definirla
sectorialmente de arriba hacia abajo. En Chile no se dan espacios significantes y de autoridad real
a los actores ciudadanos para añadir ideales alternativas y amplias, lo que trae como resultado un
concepto de calidad impuesto, no consensuado y restringido.
Referencias

 Consejo Asesor. (2006). Informe final Consejo para la Calidad de la Educación. MINEDUC.
(2011). LEY-20529.

 Revisión del Concepto Calidad a Partir de dos Instancias de Movilización Estudiantil (2006
y 2011). Revista “Cisma” (2011), 1(2° Semestre), 1–25.
Facultad de Educación y
Ciencias Sociales

Ensayo: Crítica a la
calidad de la
Educación chilena.

 Alumno: Sebastián Salgado Valdés.


 Asignatura: Teoría del Aprendizaje.
 Docente: Sra. Lilian Fuentes Molsaves.
 Jornada: Diurna.
 Fecha de entrega: 04-10-2017.

You might also like