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Título XI: Plan Especial de

Descongestión, Régimen de
Transición, Vigencia Y
Derogatorias
ARTÍCULO 304. PLAN ESPECIAL DE DESCONGESTIÓN. <ver Notas
del Editor> Dentro del año siguiente contado a partir de la promulgación de
la ley, el Consejo Superior de la Judicatura con la participación del Consejo de
Estado, preparará y adoptará, entre otras medidas transitorias, un Plan
Especial de Descongestión de la Jurisdicción de lo Contencioso
Administrativo*, cuyo objetivo es el de llevar hasta su terminación todos los
procesos judiciales promovidos antes de la entrada en vigencia de la presente
ley y que se encuentren acumulados en los juzgados y tribunales
administrativos y en el Consejo de Estado.

Las Medidas de
Descongestión Judicial
I. Presupuestos en lo Laboral
–A Proposito de La Ley 1395 del 12 de Julio De 2010 –

Germán G. Valdés Sánchez∗

La prevención de los conflictos, asícomo la celeridad en la definición delos


mismos cuando no ha sido posibleevitarlos, son elementos fundamentalesde la
armonía y la convivenciasocial. Por eso, las medidas que seadopten en uno y
otro sentido debenconstituir prioridades para los regentesde la organización
social, quienesdeben, por tanto, orientar sus mejoresideas y sus más
encomiables esfuerzosen dirección a tales propósitos.
Una de las vías diseñadas para definirlas controversias está constituidapor la
administración de justicia y esa ella a la que procede ahora referirse,con
motivo de la reciente expediciónde la ley 1395 de 2010 “por la cual seadoptan
medidas en materia de descongestiónjudicial”, ley construidacon la ilusión de
procurar un alivioa la desbordada aglomeración deconflictos que mantiene en
estado deasfixia a los funcionarios y empleadosjudiciales y que impide
materializarel postulado de “pronta y cumplidajusticia” que se pregona como
el único con cuya materialización se puede aceptar que existe verdadera
justiciay que en nuestro medio parece cada vez más distante.

Pero, sin desconocer las buenas intenciones de la ley señalada y aceptandoque


algunas medidas inmediatas pueden brindar cierto sosiego a lainconformidad
popular con la administración de justicia, resulta pertinentereflexionar sobre
las razones de esa copiosa solicitud de justicia por lasvías de la definición por
medio de los jueces, pues no deja de ser irónicoque uno de los mecanismos de
solución de conflictos más vituperadossea al que más se acude para definir las
diferencias que puedan existirentre los ciudadanos.

Surge entonces la pregunta: Por qué tanto conflicto? No todo puede


seratribuido a las confusiones que puedan surgir de la Ley, por su oscura
redaccióno por la obsolescencia de su concepción originada en el
prolongadotranscurso del tiempo desde su expedición. Parecería que
complementariao principalmente hay un elemento de formación o de
estructura de pensamientoque se expresa en la dificultad de reconocer
espontáneamente larazón que puede tener el otro ante una discrepancia de
criterios o que seescuda en que la misma tardanza en obtener la decisión de un
juez puededesestimular al que con fundamento alega tener derecho o se
respalda enque esa misma tardanza le va a brindar un tiempo amplio que
mitigue lasconsecuencias económicas que puedan derivarse de su
incumplimientofrente a su contraparte.

Posiblemente el principal escollo en este campo es de orden social yformativo,


por lo que bien debiera pensarse en reorientar los esfuerzos,cuando menos en
una parte, para que en forma paralela con las medidasque se adopten para
descongestionar los despachos judiciales, se procurenmedidas educativas que
recuerden que si bien los conflictos siemprepueden surgir, la forma más
civilizada de resolverlos es por medio de laexposición directa de las razones
que cada quien tiene, en procura de lasolución menos traumática construida
entre los mismos trabados en ladiferencia que haya surgido.

Naturalmente no se ignora ni desconoce que se han implementado medidasen


procura de promover la prevención de los conflictos y de brindarmedidas para
la solución de ellos sin tener que acudir a los conductosjudiciales, pero hay
que aceptar que no han sido suficientes o no hanalcanzado la eficacia
deseable, por lo que no han tenido mayor importanciaen el tema que ahora nos
ocupa relacionado con la aglomeraciónde causas judiciales y la consecuente
tardanza en obtener su solución.

Seguimos acudiendo mucho a los juzgados antes de procurar algunamedida


que permita encontrar una adecuada respuesta al diferendo y apesar de ello,
seguimos cuestionando la eficacia del aparato judicial desolución de
conflictos.

La solución no está en la expedición de leyes de descongestión sinoen


procurar medidas que hagan que ellas no sean necesarias, porque seha logrado
que la comunidad haga un razonable uso de las herramientasque la ley le
brinda para dirimir sus conflictos por la vía judicial. El accesoa la justicia se
puede lograr por diversas vías y no únicamente por laproposición del conflicto
ante los jueces y adicionalmente debe tenerse encuenta que en ese acceso
también pueden existir abusos y ellos se materializanen daños a la comunidad
que ve retardado el funcionamiento delos despachos judiciales por causa,
entre otras razones, de tener estos queatender planteamientos de los
ciudadanos que no cuentan con suficienteo con algún fundamento.

Cabe aquí una somera y respetuosa reflexión sobre la incidencia queen este
problema tienen las acciones sociales que se crearon con la
NuevaConstitución, no porque proceda desconocer sus positivas razones
yproyecciones, sino porque el uso excesivo que se ha hecho de ellas
vieneconstituyendo, sin duda, uno de los motivos de atosigamiento que
padecenlos despachos judiciales. Es importante pensar en medidas que
racionalicenel uso de esas acciones para que, sin perder su contenido social,
nose utilicen en detrimento del fluido administrar de los conflictos puestosa
consideración de los estrados judiciales

El alcance de los principios de la administración


de justicia frente a la descongestión judicial en
Colombia
Omar Antonio Herrán Pinzón

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RESUMEN

En Colombia, el Estado garantiza el derecho que los ciudadanos tienen para acceder a la
justicia en el momento en que lo deseen y lo consideren pertinente, pues este servicio es
gratuito, autónomo y eficiente, como lo establece la Ley 270 de 1996 (Ley de
Administración de Justicia); en consecuencia, la Constitución Política de 1991, en su
artículo 29, garantiza el derecho al debido proceso y, a su vez, el acceso a la
administración de justicia al señalar: «Quien sea sindicado tiene derecho a la defensa y a
la asistencia de un abogado escogido por él, o de oficio». Así, el presente artículo
propone hacer un estudio de cada uno de los principios que orientan la función pública
de administración de justicia, con el fin de determinar, de manera sistemática, en qué
puntos los señalados principios se articulan con los consultorios jurídicos en procura de
una nueva forma de interpretar la labor que estos cumplen; de allí que se articule la
normatividad, como es el caso del Decreto 196 de 1971, Decreto 0765 de 1977, Ley 270
de 1996, Ley 583 de 2000 y Ley 941 de 2005, normativa esta que señala la ruta de los
consultorios jurídicos del país. La Investigación se desarrollará en aplicación a los
métodos histórico–lógico, en razón a que el trabajo tiene un contenido histórico de
carácter jurídico-social que da cuenta de los usos y costumbres que sustenten el
indispensable e impostergable cambio que necesita el sistema judicial, en lo que
respecta a la formulación y consagración legislativa de un rol social más amplio por parte
de los consultorios jurídicos de Colombia que no solo se circunscriba a garantizar el
acceso a la administración de justicia.

PALABRAS CLAVE
Consultorios jurídicos; Administración de justicia; Constitución Política; Descongestión
judicial; Defensoría pública; Responsabilidad social
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RELACIONADOS:

POLÍTICA

FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN

JUZGADOS
DESCONGESTIÓN JUDICIAL

Por: Redacción EL TIEMPO

20 de septiembre 2016 , 12:26 a.m.


A pesar de que entre el 2010 y el 2015 el Consejo Superior de la Judicatura invirtió 2,3
billones de pesos (el 17 por ciento del presupuesto de la Rama Judicial) en la
descongestión de procesos en los juzgados, no se cumplieron las metas para lograr
mayor agilidad en el sistema judicial.
(Lea: Corte Suprema pide crear cargos de descongestión para Sala Laboral)

Esa es una de las principales conclusiones de una auditoría de la Contraloría


General sobre la gestión de la Sala Administrativa de la Judicatura en el
2015,organismo que se mantuvo vivo a pesar de los cuestionamientos sobre su
ineficiencia, luego de que la Corte Constitucional tumbó al Consejo de Gobierno
Judicial, institución creada por la reforma del equilibrio de poderes.

Entre las 179 irregularidades que detectó la Contraloría, se evidenció que el avance de
los proyectos es tan lento que no alcanza a tener un impacto en la construcción de
juzgados, el mejoramiento de la tecnología y la velocidad de los procesos judiciales. De
hecho, el fiscal general, Néstor Humberto Martínez, afirmó que el órgano acusador tiene
15.000 audiencias listas para realizar ante la justicia ordinaria.
(Lea también: Detalles sobre la prórroga de los juzgados de descongestión)

Esto, pese a que de los 2,3 billones invertidos en los últimos cinco años, al menos 1,6
se usaron en contratar personal para los despachos judiciales, y 185.873 millones
en gastos generales para adquirir equipos, o adecuar sedes y pagar arrendamientos. Solo
205.207 millones se usaron para inversión en el sector en materia de descongestión.
(Lea también: Fiscalía tiene en fila más de 15.000 audiencias)

Tomando solo las gestiones del año pasado, la Contraloría evidenció que la Sala
Administrativa suscribió 15 acuerdos por 472.834 millones de pesos de los cuales el 95
por ciento se usaron para financiar 6.890 cargos de descongestión. Esos puestos fueron
eliminados en diciembre del año pasado, luego de que la Judicatura decidió
transformarlos en cargos permanentes, sin que hasta ahora haya resultados concretos.

(Además: Judicatura tenía la plata para evitar crisis de jueces: Minjusticia)


Aunque la Judicatura aseguró en el informe de rendición de cuentas que le entregó al
Congreso en enero que las medidas implementadas en los últimos seis años sirvieron
para disminuir el inventario de procesos en un 48 por ciento (el inventario final pasó de
3,1 millones de casos represados en el 2008 a 1,6 millones en el 2015), la Contraloría
choca con esas cifras.

El organismo asegura que en las metas de descongestión del 2015 “se evidenció que la
mayoría de despachos no cumplieron con el 100 por ciento de objetivos, situación
que muestra ineficacia e ineficiencia en el proceso de descongestión de la justicia al
día”.

Judicatura afirma que medidas de descongestión bajaron el inventario de casos en un 48


por ciento.
Foto:

Por ejemplo, de 1.598 despachos, 555 juzgados cumplieron entre el 0 y el 70 por ciento
con el número de fallos pactados. Solo 6 juzgados tuvieron un cumplimiento del 90 por
ciento en el número de fallos emitidos. Hubo 905 despachos que no reportaron
información.
En los reportes de las regiones, en Caldas se encontró que de 7 despachos de
descongestión en promedio, solo cumplieron con el 81 por ciento de fallos. A esos
juzgados entraron 2.740 expedientes entre tutelas y sentencias en el 2015, pero no
evacuaron 506.

Y en los despachos de Santander se evacuaron el año pasado 45.969 procesos, un 11,2


por ciento menos que en el 2014.

Además de la baja eficiencia de los juzgados de descongestión, la Contraloría encontró


que en esa materia solo se cumplieron el 49 por ciento de metas en proyectos de
tecnología, infraestructura, democratización de la justicia y calidad de la justicia.

En abril del año pasado la Judicatura aprobó 22 actividades para mejorar las
herramientas tecnológicas para la descongestión en la Rama, para las cuales estableció
un presupuesto de 108.385 millones de pesos. Sin embargo, de las 22 actividades
apenas se cumplieron 13.

En cuanto a los planes de infraestructura, la Judicatura aprobó 20 proyectos por 126.725


millones de pesos, de los cuales solo se cumplieron 12.

Atrasos en la oralidad
Los recursos invertidos en descongestión judicial no son los únicos cuestionados. En el
2015 la Judicatura destinó 249.892 millones para invertir en la Rama Judicial en
general, pero uno de los proyectos con los que no se cumplió cabalmente fue con el que
debía servir para la implementación del sistema oral en los juzgados, reforma que
comenzó a regir desde este año y que pretendía agilizar los casos civiles, agrarios y de
familia.

En uno de esos proyectos se invirtieron el año pasado 12.500 millones de pesos para
construir 81 salas de audiencia para juzgados civiles municipales y promiscuos. En
estos casos los contratos de obra tuvieron que ser prorrogados hasta junio de este año
por demoras en el proceso.
Otro contrato se hizo con la finalidad de ampliar y remodelar el edificio ubicado en el
Centro Administrativo Nacional (CAN) de Bogotá, que costó más de 49.000 millones
de pesos. Se inició en junio del 2012 y debía estar terminado en enero de este año, pero
en medio del proyecto hubo demoras para la instalación del aire acondicionado, la
planta eléctrica y los ascensores.

También hay atrasos con el proyecto de mejoramiento para la administración de la


carrera judicial, para el que se destinaron 4.831 millones, y el fortalecimiento de los
sistemas de información, comunicaciones y documentación de la Rama, que tuvo un
costo de 6.772 millones de pesos, planes que según la Contraloría no reportan avances.

Foto:

Una de las fallas, según la contraloría, es la falta de planeación en la contratación. En


total, la Judicatura firmó el año pasado 1.724 contratos por 293.154 millones de pesos,
pero 88 de ese total –que sumaron más de 176.995 millones de pesos– se suscribieron
solo hasta el final del año.

“En el último trimestre se ejecutó el grueso de los recursos por debilidades de la


planeación contractual, especialmente en la aprobación de los proyectos de
inversión por parte de la Sala Administrativa”, asegura el informe.

También se detectaron casos de presuntos dobles pagos de nómina e irregularidades en


los recobros de incapacidades ante las EPS en las seccionales de Bucaramanga y
Barranquilla, hechos que habrían generado detrimentos por 1.340 millones de pesos. Lo
mismo habría ocurrido con excesos en los pagos de nómina a funcionarios de Cali,
Medellín y Barranquilla por otros 1.716 millones.
No pagan las multas
Otro de los reproches de la Contraloría tiene que ver con el cobro de las multas a los
condenados que, a la fecha, le deben 20,5 billones de pesos por multas e intereses a la
Judicatura. Mientras el año pasado ese organismo logró recaudar dineros por 5.616
millones, se prescribieron cobros por 5.5 billones de pesos porque superaron los 5 años
desde que quedó ejecutoriada la sentencia.

“La carencia de proporcionalidad y racionabilidad en el monto impuesto como


pena por la mayoría de los jueces sobrepasa cualquier posibilidad de pago de los
condenados, convirtiendo la posibilidad de que esos dineros ingresen al peculio del
Estado en meras expectativas”, dice la Contraloría.
‘Gobierno trabaja para agilizar la justicia’

El ministro de Justicia, Jorge Londoño, aseguró que el Gobierno trabaja en una serie de
medidas para bajar la congestión judicial. Una de ellas es la ley de racionalización de
penas, que ya se aprobó en el Congreso, y la ley del procedimiento abreviado. Aseguró
que en materia civil, “una vez los funcionarios aprehendan el Código General del
Proceso, este surtirá muy buenos efectos”.

El viceministro de Justicia, Carlos Medina, afirmó que los planes de descongestión “sí
han tenido resultados” y dijo que la Rama “hizo un esfuerzo grande para pasar de un
modelo provisional a uno permanente”.

La Sala Administrativa de la Judicatura dijo que estudiará el informe de la Contraloría


antes de referirse sobre el tema.

Por su parte, la directora de la Corporación Excelencia en la Justicia, Gloria María


Borrero, afirmó que “las medidas de descongestión son inadecuadas porque resultan
muy costosas y no traen el mejor rendimiento. Los jueces de descongestión, así tengan
metas, no tienen ningún afán en sacar los procesos, porque si se acaban rápido se
quedan sin el puesto”. Aseguró que es necesario crear jueces permanentes.

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