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L. 330537 - "APONTE, EDELIRA c/MAYO S.A.

DE TRANSPORTE AUTOMOTOR Y
OTROS s/DAÑOS Y PERJUICIOS (ACC. TRAN. c/LES. O MUERTE) - SUMARIO" -
CNCIV - SALA F - 19/02/2002
En Buenos Aires, Capital de la República Argentina, a los 19 días del mes de febrero de
dos mil dos, reunidos en Acuerdo los Señores Jueces de la Excma. Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Civil, Sala "F", para conocer en los autos del epígrafe, respecto de las
cuestiones sometidas a su decisión, a fin de determinar si es arreglada a derecho la
sentencia apelada.//-
Practicado el sorteo correspondiente resultó el siguiente orden de votación, Sres. Jueces
de Cámara, Dres. HIGHTON DE NOLASCO, BURNICHON y POSSE SAGUIER.-
A las cuestiones propuestas la Sra. Juez de Cámara Dra. ELENA I. HIGHTON DE
NOLASCO dijo:
I.- La Juez de Primera Instancia en sentencia dictada a fs. 648/660, resolvió respecto de
los daños y perjuicios originados en dos accidentes de tránsito ocurridos sucesivamente
el 5 de julio de 1991:
En primer lugar acaeció un accidente entre Cayetano Aponte que intentaba cruzar a
pie la Avenida del Trabajo en la intersección con la calle Pola de esta Capital
Federal y un vehículo colectivo de la línea 141 -interno 29- conducido por el
demandado José Alberto Castro y de pertenencia de Mayo S.A de Transporte
Automotor, resultando con lesiones. El vehículo colectivo estaba asegurado ante la
citada en garantía Garantía Compañía Argentina de Seguros S.A.-
En segundo lugar y mientras el indicado Cayetano Aponte era trasladado hacia el
Hospital Santojani en una ambulancia del servicio CIPEC dependiente de la
demandada Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (hoy Gobierno Autónomo
de la Ciudad de Buenos Aires) que circulaba por la calle Martiniano Leguizamón y
Ulrico Schmidl conducida por el demandado Walter Humberto Bernal (hoy sus
sucesores) y acompañado por su hija -la actora Edelira Aponte-, la ambulancia
colisionó con un camión Ford F-6000 de propiedad del demandado Jorge Norberto
Andoro, guiado por el demandado Pedro Carlos Pestrín, dependiente de la
demandada Recograss S.A. Tras este accidente falleció Cayetano Aponte y Edelira
Aponte resultó con lesiones. Se citó en garantía a la Caja Nacional de Ahorro y Seguro
por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires.-
La sentencia:
Admitió parcialmente la acción contra Mayo S.A de Transporte Automotor, José Alberto
Castro, Pedro Carlos Pestrín, Jorge Norberto Andoro y Recograss S.A., a quienes
condenó solidariamente a abonar una suma de dinero.-
Hizo extensiva la condena a la aseguradora Garantía Compañía Argentina de Seguros
S.A.-
Rechazó la demanda contra la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (hoy
Gobierno Autónomo de la Ciudad de Buenos Aires), sucesores de Walter Humberto
Bernal y la aseguradora Caja Nacional de Ahorro y Seguro.-
Impuso las costas en su integridad a los vencidos.-
Diversas partes apelaron esa decisión. La actora expresó agravios a fs. 686/687, que no
() fueron contestados. La demandada Mayo S.A de Transporte Automotor, el demandado
José Alberto Castro y la aseguradora Garantía Compañía Argentina de Seguros S.A.
expresaron agravios a fs. 693/697 que fueron contestados por la actora a fs. 701/703.-
Las críticas formuladas por los accionados contra la sentencia se refieren tanto a la
responsabilidad por la muerte de Cayetano Aponte como a los montos indemnizatorios;;
las de la actora exclusivamente a la indemnización concedida que considera exigua; todo
ello por las consideraciones que vierten.-
II.- Por razones metodológicas, corresponde en primer lugar analizar la responsabilidad
asignada a la demandada apelante, para reconsiderar la eventual revisión. En tanto esta
parte se agravia de tal adjudicación en lo tocante al fallecimiento de Cayetano
Aponte luego del segundo accidente, no así en cuanto a su primer embestimiento
por el colectivo con la consecuencia de lesiones, el tema es más bien referido a la
relación de causalidad de su conducta con ciertos daños endilgados.-
Se queja argumentando que en el escrito inicial la propia actora adjudicó la muerte de su
padre al segundo hecho. Afirma que es correcto precisar que hay dos eventos diferentes;
que es correcto determinar dos responsabilidades diferentes; que luego la a quo equivoca
su decisión al obviar extremos aportados por la misma actora; que la muerte fue causada
en el segundo accidente en que no intervino el colectivo; que la actora afirma que el
cuerpo fue impactado por el pasamanos; que la médica de la ambulancia que declara en
causa penal dijo que el paciente estaba compensado hemodinámicamente, es decir tenía
buen pulso, con heridas cortantes en cara y en las manos; que la actora expresó que el
impacto de la ambulancia con el camión se tradujo en un vuelco; que como consecuencia
del accidente la actora y su padre resultaron despedidos por la puerta trasera cayendo al
pavimento; que dijo que este triste relato culminó con serias lesiones para Edelira Aponte
y la muerte de Cayetano Aponte; que no cabe duda que la muerte fue producto del
segundo accidente.-
Agrega que la magistrada indicó que no resulta de la prueba obrante en autos ni de la
causa penal qué heridas fueron las que determinaron la muerte. Se queja porque en la
partida de defunción obra la causa: fractura de cráneo, hemorragia cerebral y edema
agudo de pulmón. Dice que ninguna de esas causales fue ocasionada por el primer
accidente; que contrariamente a lo sustentado, es dable determinar qué incidencia
concreta tuvo cada accidente en la salud de la víctima; que aun considerando la
avanzada edad de Cayetano Aponte en modo alguno pudo haber provocado la muerte su
secuela de cortes en la cara y manos; que por contraposición, la violencia de la colisión
entre el camión y la ambulancia, las velocidades de contacto, las vueltas dada por la
ambulancia y posterior vuelco, la apertura de la puerta posterior, la salida de la víctima y
el impacto contra el pavimento, no sólo pudo provocar su muerte sino que en rigor, la
produjo.-
Aduce que aun de entender que media vinculación entre la participación de su vehículo y
la muerte de Cayetano Aponte, nunca puede establecerse una condena solidaria y
generarse acciones de regreso cuando de la litis surgen precisos elementos para la
determinación de responsabilidades, en el peor de los supuestos, de características
mínimas a su cargo.-
III.- Efectivamente, hay en la litis dos hechos diversos y no un hecho único al que
contribuyen varios causantes, por lo cual no hay solidaridad sino, a lo sumo,
concausalidad respecto de algunos daños.-
Destaco a los fines del análisis que de la misma sentencia se desprende que el primer
accidente ocurrido en Avenida del Trabajo y Pola en que participó el colectivo, tuvo por
exclusiva víctima a Cayetano Aponte y del mismo es que se responsabiliza a la parte
apelante. El segundo accidente que tuvo lugar en Martiniano Leguizamón y Ulrico
Schmidl en que participaron la ambulancia y el camión tuvo por víctimas a la actora
Edelira Aponte y a Cayetano Aponte y del mismo no se responsabiliza a los apelantes
sino a los restantes condenados que no han recurrido el decisorio.-
A estos efectos es importante señalar que el art. 901 define que "Las consecuencias de
un hecho que acostumbra suceder, según el curso natural y ordinario de las cosas, se
llaman en este Código consecuencias inmediatas. Las consecuencias que resultan
solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento distinto, se llaman
consecuencias mediatas. Las consecuencias mediatas que pueden preverse, se llaman
consecuencias casuales"; y de acuerdo a los arts. 904, 905 y 906 C. Civil, "Las
consecuencias mediatas son también imputables al autor del hecho cuando las hubiera
previsto, y cuando empleando la debida atención y conocimiento de las cosas, haya
podido preverlas"; "Las consecuencias puramente casuales no son imputables al autor
del hecho, sino cuando debieron resultar, según las miras que tuvo al ejecutar el acto"; y
"En ningún caso son imputables las consecuencias remotas, que no tienen con el hecho
ilícito nexo adecuado de causalidad" .-
Tanto las circunstancias anteriores y las concomitantes, como las sobrevinientes al
acto que hayan debido ser previstas "empleando la debida atención y conocimiento
de las cosas" son imputables al autor. Se tiene en cuenta aquí el grado de
previsibilidad de un hombre normal. En el juicio de probabilidad efectuado en
abstracto y a posteriori de un hecho, se atiende a la producción de los efectos
corrientes, que siguen el orden natural y ordinario de las cosas y que provienen de la
conexión del acto con otro hecho. Ello porque también la consecuencia inmediata es
adecuada o normal, y regularmente sucede siguiendo el curso de las cosas,
diferenciándose de las mediatas, las que en lugar de provenir directamente del suceso
sólo provienen por la interposición de un acontecimiento distinto (Cifuentes, Santos, en
Belluscio, C.Civil anotado, Bs. As., 1982, t. 4, p. 75/6).-
Cuando el resultado es imprevisible, la consecuencia no es mediata sino casual.
Por ende, la mediata requiere que se haya previsto o que fuera previsible, pues si no
sería casual. De esto se sigue que las casuales son consecuencias mediatas
imprevisibles, tal como expresamente se estatuyó en el art. 901 C.Civil. Puede, pues,
sostenerse que para esta tercera clase de consecuencias prepondera como elemento
diferenciado uno de carácter subjetivo: la imprevisibilidad o falta de posibilidad de poder
prever (Cifuentes en Belluscio, ob. cit., t. 4, p. 63; Raffo Benegas en Llambías, C.Civil
anotado, Bs. As., 1979, t. II-B, p. 29).-
En el orden de la naturaleza existe un proceso de sucesivas causaciones, ya que la
realidad no es simple sino compleja, es decir que los hechos no aparecen perfectamente
dibujados, sino que, de ordinario, integran un conjunto o masa de acontecimientos que
actúan como factores determinantes, condicionantes o coadyuvantes de sucesivos
fenómenos y que se interfieren recíprocamente en sus respectivas derivaciones, de
manera de presentar un panorama borroso que dificulta la apreciación del nexo de
causalidad existente entre los hechos (Raffo Benegas en Llambías, ob. cit., t. II-B, p. 23).-
Dentro de este orden natural, el derecho aprehende los hechos de manera tal que
pone límites a la resarcibilidad de los daños que debe soportar el sujeto
responsable. Así, toma en cuenta la aptitud del sujeto de conocer y aceptar las
consecuencias de sus actos, de apreciar el efecto derivado de su actividad.-
La primera regla consiste en que la base de la responsabilidad radica en la efectiva
posibilidad que tenga el sujeto de prever las consecuencias de sus actividad (Raffo
Benegas en Llambías, ob. cit., t. II-B, p. 24).-
Por ello, no es suficiente comprobar que un hecho ha sido antecedente de uno
consecuente para que sea imputable; es necesario que tenga, por sí la virtualidad de
producir semejante resultado (L.L. 1975-C-168; L.L. 143-260; L.L. 139-210; E.D. 48-572
con cita de la Corte Suprema, Fallos 233-385).-
En normas tomadas del derecho prusiano (notas del codificador a los arts. 900, 902 y
906; Goldemberg, Isidoro N., La relación de causalidad en la responsabilidad civil, Bs.
As., 1984, p. 62/3) Vélez Sársfield sistematiza las consecuencias conforme a una
clasificación, a la que luego otorga distintos efectos en relación a su imputabilidad. La
distinta categorización va asociada a un régimen legal de imputaciones.-
Y en este régimen legal positivo están marginadas, por su carácter accidental, las
consecuencias mediatas imprevisibles, o sea las casuales.-
El caso de la ambulancia que transporta al herido y choca, es de libro, es decir, es
uno de los ejemplos clásicos de consecuencia remota que dan los autores (Brebbia,
Hechos y actos jurídicos, Bs. As., 1979, t. I, p. 111; Cifuentes en Belluscio, ob. cit., t. 4, p.
64; Cifuentes, Santos, Negocio jurídico, Bs. As.,, 1986, p. 280).-
IV.- El problema es entonces dilucidar si la muerte fue producida por el primer o el
segundo accidente.-
La ambulancia sufrió una colisión muy importante, a punto tal que hizo trompo, dio varias
vueltas, volcó quedando con el techo en el pavimento y sus ocupantes que viajaban en la
parte trasera salieron despedidos hacia distintos lados. Todos quienes iban en ella
resultaron heridos. El fallecido Cayetano Aponte quedó tirado en la calle a unos tres
metros aproximadamente, sin conocimiento y con manchas de sangre en la cara y en la
cabeza (fs. 1/2, 5 vta., 12 vta., 34 vta., 80/81, 89 causa penal).-
Al llegar al hospital Cayetano Aponte presentaba diagnóstico de fractura de cráneo y
heridas múltiples cortantes en cuero cabelludo. Su historia clínica indica que se
encontraba en coma grado II, que ingresó al nosocomio con traumatismo de cráneo con
hundimiento frontal, fracturas de base de cráneo múltiples y macizo facial, fracturas de
huesos propios de la nariz, hematoma bipalpebral, contusión frontotemporal derecha y
hemorragia subaracnoidea.. Sin apertura ocular a estímulos ni respuesta verbal (fs. 39,
42/62 causa penal).-
Es relevante el testimonio de la médica de la ambulancia (fs. 104 causa penal)
referida al estado previo del paciente que llevaban, es decir del susodicho Aponte.
Declara ésta que estaba compensado hemodinámicamente, es decir tenía buen
pulso y respiraba bien con heridas cortantes en cara y manos.-
Por último y de conformidad al dictamen del Cuerpo Médico Forense, la muerte de
Cayetano Aponte fue producida por politraumatismo, fractura de cráneo, hemorragia
cerebromeningea, congestión y edema agudo de pulmón, bronconeumonía (fs. 70/74
causa penal).-
De ahí se deriva claramente que la causa de muerte no fueron las heridas cortantes
que padeció Cayetano Aponte como víctima del primer accidente ocurrido en
Avenida del Trabajo y Pola en que participó el colectivo de Mayo S.A de Transporte
Automotor guiado por José Alberto Castro y asegurado por Garantía Compañía
Argentina de Seguros S.A., sino por las fracturas múltiples de cráneo y restantes
gravísimas lesiones que padeció en el segundo accidente que tuvo lugar en
Martiniano Leguizamón y Ulrico Schmidl cuando era transportado en la ambulancia
que fuera embestida por el camión.-
Ciertamente entonces deben prosperar estos agravios.-
V.- De ahí que quepa considerar abstracto el tratamiento del resto de su memorial en lo
tocante a los conceptos resarcitorios admitidos.-
No obstante, de la pieza de agravios cabe rescatar la queja referida al error en el
decisorio de integrar en la condena los daños que tienen origen en el accidente de la
propia actora pues para la misma nada tiene que ver su parte.-
En realidad si, de acuerdo a lo expuesto, no compete a los apelantes responder por los
daños irrogados a la actora Edelira Aponte provenientes de la muerte de su progenitor
Cayetano Aponte, es palmario que tampoco y menos que menos debe responder por
aquéllos en los que fue víctima directa Edelira Aponte ajena al primer accidente.-
En consecuencia, cabe rechazar totalmente la acción contra Mayo S.A de Transporte
Automotor, José Alberto Castro y su aseguradora Garantía Compañía Argentina de
Seguros S.A.-
VI.- La actora apela respecto de la desestimación del concepto incapacidad psíquica.
Dice que está probado el nexo causal y la existencia del trauma psíquico, pero como el
perito sostiene "con posibilidades de ser revertido" decide no hace lugar al rubro
deduciendo que es transitorio. Afirma que al tiempo de la pericia habían transcurrido 7
años desde el hecho con lo cual la incapacidad está consolidada; que el perito no está en
condiciones de suponer una curación; que esta apreciación subjetiva está lejos de la
certeza; que lo que sí es certero el la incapacidad del 10%; que la terapia es efectiva a fin
de evitar el agravamiento del cuadro y no para lograr su curación.-
De acuerdo a la ponderación del dictamen por la a quo, la actora presenta una
personalidad de base depresiva acentuada por la doble situación traumática que le
ocasionó la muerte del padre y el propio accidente acaecidos en el mismo día,
susceptible de ser revertido por tratamiento. Sin embargo, el experto aclara su evaluación
de fs. 487/491 a fs. 559 explicando que si bien ello es posible, resulta hipotética aventurar
el resultado final del tratamiento que se considera indicado. De ahí que, considerando
que no mejore total sino parcialmente, pueda admitirse en mi opinión una indemnización
de $ 1.000 por la incapacidad permanente subsistente luego del tratamiento bianual para
el que ya se reconoció el monto que insumirá.-

Si mi voto es compartido, propongo en consecuencia la revocatoria de la sentencia


respecto de la responsabilidad de los demandados Mayo S.A de Transporte Automotor y
José Alberto Castro a quienes se excluye de la condena con la consecuente repercusión
sobre su aseguradora Garantía Compañía Argentina de Seguros S.A., contra todos
quienes se rechaza la acción; y la confirmatoria en el resto de lo que decide y fuera
materia de agravios; salvo en lo tocante a la incapacidad psicológica subsistente de la
actora Edelira Aponte por la cual se reconocen $ 1.000. Las costas de la Alzada respecto
de la acción rechazada se imponen a la actora perdidosa y las referidas al concepto daño
psicológico admitido a los demandados Pedro Carlos Pestrín, Jorge Norberto Andoro y
Recograss S.A., contra quienes se mantiene la sentencia (art. 68 Código procesal).-
Por análogas razones a las aducidas por la vocal preopinante, los Dres. BURNICHON y
POSSE SAGUIER votaron en el mismo sentido a la cuestión propuesta. Con lo que
terminó el acto.-
FDO.: ELENA I. HIGHTON DE NOLASCO - RICARDO L. BURNICHON- FERNANDO
POSSE SAGUIER
///nos Aires, febrero de 2002.-
AUTOS Y VISTOS:
Por lo que resulta de la votación que instruye el Acuerdo que antecede, se revoca la
sentencia respecto de la responsabilidad de los demandados Mayo S.A de Transporte
Automotor y José Alberto Castro a quienes se excluye de la condena con la consecuente
repercusión sobre su aseguradora Garantía Compañía Argentina de Seguros S.A., contra
todos quienes se rechaza la acción; y se la confirma en el resto de lo que decide y fuera
materia de agravios;; salvo en lo tocante a la incapacidad psicológica subsistente de la
actora Edelira Aponte por la cual se reconocen $ 1.000.-
Notifíquese y oportunamente devuélvase.//-
FDO.: ELENA I. HIGHTON DE NOLASCO - RICARDO L. BURNICHON- FERNANDO
POSSE SAGUIER
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Citar: elDial.com AAEDF

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