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Capítulo I: Ondas y partículas.

Introducción a las ideas fundamentales de la


Mecánica Cuántica.
En el estado actual de conocimiento científico, la mecánica cuántica desempeña un papel
fundamental en la descripción y entendimiento de los fenómenos naturales. De hecho, fenómenos
que ocurren a muy pequeña escala (atómica o subatómica) no pueden ser explicados fuera de la
estructura de la física cuántica. Por ejemplo, la existencia del átomo y sus propiedades, los enlaces
químicos y la propagación del electrón en un cristal no pueden ser entendidos en términos de la
mecánica clásica. Aun cuando estemos tratando sólo con objetos físicos macroscópicos, es necesario
en principio, hacer un estudio del comportamiento de sus constituyentes (átomos, iones,
electrones) para alcanzar una completa descripción científica.
La Mecánica Cuántica se ocupa del comportamiento de la materia y la radiación en las escalas
atómica y subatómica. De esta forma procura describir y explicar las propiedades de las moléculas,
los átomos y sus constituyentes: electrones, protones, neutrones, y otras partículas más esotéricas
como los quarks y los gluones. Esas propiedades incluyen las interacciones de las partículas entre sí
y con la radiación electromagnética. El comportamiento de la materia y la radiación en la escala
atómica presenta aspectos peculiares y las consecuencias de la Mecánica Cuántica no siempre son
intuitivas ni fáciles de entender. Sus conceptos chocan con las nociones que nos resultan familiares
porque estas se derivan de las observaciones cotidianas de la naturaleza en la escala macroscópica.
Sin embargo, no hay razones en virtud de las cuales el comportamiento del mundo atómico y
subatómico deba seguir las mismas pautas que los objetos de nuestra experiencia diaria.
El desarrollo de las ideas básicas de la Mecánica Cuántica comenzó a principios del siglo pasado,
como consecuencia de una serie de descubrimientos y observaciones que pusieron en evidencia las
graves dificultades de la Física Clásica para interpretar las propiedades del átomo y sus partes
constituyentes, así como las propiedades de la radiación electromagnética y su interacción con la
materia. Esos descubrimientos revolucionaron las nociones hasta entonces sustentadas por los
físicos y plantearon una asombrosa cantidad de enigmas, cuya solución obligó a realizar un
profundo replanteo de los fundamentos y conceptos básicos de la Física.
Desde un punto de vista histórico, las ideas cuánticas contribuyeron de manera notable a unificar
los conceptos de la física fundamental, tratando las partículas materiales y la radiación al mismo
nivel. Al final del siglo XIX, se distinguía entre las dos ideas: materia y radiación, siendo usadas leyes
completamente diferentes para cada una. Para predecir el movimiento de cuerpos materiales,
fueron usadas con mucho suceso las leyes de la mecánica newtoniana. Con respecto a la radiación,
la teoría del electromagnetismo, gracias a la introducción de las ecuaciones de Maxwell, produjo
una interpretación unificada de un grupo de fenómenos que antes de ello habían sido considerados
como de dominios diferentes: electricidad, magnetismo y óptica. En particular, la teoría
electromagnética de la radiación fue espectacularmente confirmada experimentalmente por el
descubrimiento de las ondas hertzianas. Finalmente, las interacciones entre radiación y materia
fueron bien explicadas por la fuerza de Lorentz1. Este grupo de leyes llevaron a la física a un punto
considerado como satisfactorio, basados en los datos experimentales con que se contaba en la
época.

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Para una partícula sometida a un campo eléctrico combinado con un campo magnético, la fuerza electromagnética
total o fuerza de Lorentz sobre esa partícula viene dada por: F = q(E+vxB)

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No obstante, en el inicio del siglo XX, la física sufrió una profunda sacudida que llevó a la
introducción de la mecánica relativista y de la mecánica cuántica. La “revolución relativística” y la
“revolución cuántica” fueron en gran medida independientes, ya que cuestionaron la mecánica
clásica en diferentes puntos. Las leyes clásicas pararon de tener validez para cuerpos materiales
viajando a muy altas velocidades, comparables a la de la luz (lo que se conoce como dominio
relativístico), sumado a ello, se encontró su no validez a una escala atómica o subatómica (dominio
cuántico). Sin embargo es importante tener en cuenta en ambos casos que la física clásica puede ser
vista como una aproximación de las nuevas teorías, una aproximación que es válida para muchos
fenómenos a escala macro.
El estudio de la Mecánica Cuántica es importante por varias razones. En primer lugar porque pone
de manifiesto la metodología esencial de la Física. En segundo lugar porque ha tenido un éxito
formidable dando respuestas válidas a casi todos los problemas en los cuales se la ha aplicado. En
tercer lugar porque es la herramienta teórica básica para numerosas disciplinas de gran
importancia, como la Fisicoquímica, la Física Molecular, Atómica y Nuclear, la Física de la Materia
Condensada y la Física de Partículas. Subsiste, sin embargo, una curiosa paradoja alrededor de la
Mecánica Cuántica: A pesar de su notable éxito en todas las cuestiones de interés práctico en las
que se la ha aplicado, sus fundamentos contienen aspectos aún no aclarados en forma
completamente satisfactoria. En particular, cuestiones relacionadas con el proceso de medición:
Una característica esencial de la Mecánica Cuántica, que la diferencia de la Mecánica Clásica, es que
en general es imposible por razones de principio, efectuar una medición sobre un sistema sin
perturbarlo. Pero los detalles de la naturaleza de esta perturbación, y el punto exacto en que ella
ocurre son asuntos aún oscuros y controvertidos. Por estos motivos la Mecánica Cuántica atrajo
algunos de los más brillantes científicos del siglo XX, que han erigido con ella un majestuoso y
elegante edificio intelectual.
La mecánica cuántica es la única teoría que permite entender la existencia de un cuerpo sólido y los
valores de los parámetros macroscópicos asociados con el (densidad, calor específico, elasticidad,
etc). En la actualidad no contamos con una teoría totalmente satisfactoria que unifique las
mecánicas cuántica y relativística, sin embargo, muchos fenómenos atómicos y moleculares son
bien explicados por la mecánica cuántica no relativística.
1.1. Ondas Electromagnéticas y Fotones
 Cuanto de luz y relación Planck-Einstein
Newton consideró la luz como un haz de partículas. Durante la primera mitad del siglo XIX se
demostró la naturaleza tipo onda de la luz (interferencia, difracción), lo que permitió
posteriormente integrar la óptica a la teoría electromagnética. En este contexto, la velocidad de la
luz, c, está relacionada con constantes eléctricas y magnéticas,2 y los fenómenos de polarización de
la luz pueden ser interpretados como manifestaciones del carácter vectorial del campo eléctrico.
Sin embargo, el estudio de la radiación de cuerpo negro no pudo ser explicado con la teoría
electromagnética, llevando a Planck a sugerir la hipótesis de los cuantos de energía (1900): para
una onda electromagnética de frecuencia , las únicas energías posibles son múltiples enteros del
cuanto h, siendo h una nueva constante fundamental. Generalizando esta hipótesis, Einstein

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La velocidad de la luz, c, está dada por la permitividad eléctrica del vacío (0=8.85x10-12 F/m) y la permeabilidad
magnética del vacío (0=4x 10-7 N/A2):

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propuso un regreso a la teoría de partículas (1905): la luz consiste de un haz de fotones de energía
h. Einstein mostró cómo la introducción del fotón hace posible entender, de una forma muy
simple, ciertas características no explicadas del efecto fotoeléctrico. Pasaron 20 años antes de que
fuera realmente mostrada la existencia del fotón como entidad distinguible, gracias al efecto
Compton (1924)3.
Estos resultados llevaron a la siguiente conclusión: la interacción de una onda electromagnética con
la materia se da por medio de procesos elementales indivisibles en los que la radiación parece ser
compuesta por partículas, los fotones. Los parámetros de partícula (la energía E y el momento p del
fotón) y parámetros ondulatorios (la frecuencia =2 y el vector de onda k, con k=2/) quedan
vinculados por las relaciones fundamentales:

(Relaciones Planck-Einstein) (1.1)


Donde se define en términos de la constante de Planck h:
Joule * segundo
La energía y el momento total se deben conservar durante cada proceso elemental.
Con lo anterior regresamos a la concepción corpuscular de la luz. ¿Significa esto que debe ser
abandonada la teoría ondulatoria? Ciertamente no. Sabemos que desde un formalismo puramente
corpuscular no pueden ser explicados fenómenos ondulatorios típicos, tales como interferencia y
difracción. El análisis del experimento de la doble rendija de Young puede llevar a la siguiente
conclusión: una interpretación completa del fenómeno puede ser obtenida sólo si se consideran
ambos aspectos de la luz, ondulatorio y corpuscular. Esta paradoja puede ser resuelta por la
introducción de conceptos cuánticos fundamentales.
 Análisis del experimento de la doble rendija de Young
El dispositivo usado en el experimento se muestra esquemáticamente en la figura 1.1. La luz
monocromática emitida por la fuente L llega a una pantalla opaca perforada con dos rendijas
estrechas F1 y F2, que iluminan la pantalla de observación E (por ejemplo, una placa fotográfica). Si
se bloquea F2 se obtiene en E una distribución de intensidad de luz I1(x) que es el patrón de
difracción de F1. De la misma forma, cuando se bloquea F1 el patrón de difracción está descrito por
I2(x). Cuando las dos rendijas F1 y F2 se abren al mismo tiempo, se observa en la pantalla un sistema
de franjas de interferencia. En particular, se resalta el hecho de que I(x) no es la suma de las
intensidades producidas por F1 y F2 separadamente:
(1.2)
¿Cómo se podría explicar, en términos de una teoría de partículas el resultado experimental
descrito? La existencia de un patrón de difracción cuando sólo una de las dos rendijas está abierta
puede explicarse como el resultado de colisiones de fotones con los bordes de la rendija. Vamos a
concentrarnos en el fenómeno de interferencia. Podemos explicarlo como resultado de la
interacción entre los fotones que pasan a través de la rendija F1 y los que pasan a través de la
rendija F2. Tal explicación puede llevar a la siguiente predicción: si la intensidad de la fuente L (el
número de fotones emitidos por segundo) se disminuye hasta que los fotones golpeen la pantalla

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El efecto Compton (o dispersión Compton) consiste en el aumento de la longitud de onda de un fotón cuando choca
con un electrón libre y pierde parte de su energía. La frecuencia o la longitud de onda de la radiación dispersada
depende únicamente del ángulo de dispersión:
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prácticamente uno a uno, la interacción entre ellos debe disminuir y, eventualmente, desparecer.
Por tanto, las franjas de interferencia deben desaparecer.

Figura 1.1. Diagrama del experimento de la doble rendija de Young de interferencia de la luz (figura a). Cada
una de las rendijas F1 y F2 produce un patrón de difracción en la pantalla E. Las correspondientes intensidades
son I1(x) y I2(x) (líneas sólidas en la figura b). Cuando las dos rendijas están abiertas simultáneamente, la
intensidad I(x) observada en la pantalla no es la suma I1 + I2 (líneas punteadas en las figuras b y c), mostrando
oscilaciones debidas a la interferencia entre los campos eléctricos radiados por F1 y F2 (línea sólida en la figura
c).
Antes de precisar la respuesta dada por el experimento, hay que recordar que la teoría de ondas da
una interpretación completamente natural de las franjas. La intensidad de la luz en un punto de la
pantalla E es proporcional al cuadrado de la amplitud del campo eléctrico en ese punto. Si E1(x) y
E2(x) representan, en notación compleja, el campo eléctrico producido en x por las rendijas F1 y F2
respectivamente (las rendijas se comportan como fuentes secundarias), el campo total resultante
en el punto cuando F1 y F2 están abiertas, es:
(1.3)
Usando notación compleja, tenemos:
(1.4)
Ya que las intensidades I1(x) y I2(x) son proporcionales a y respectivamente, la ecuación (1.4)
muestra que I(x) difiere de por un término de interferencia que depende de la diferencia de fases
entre E1 y E2 y cuya presencia explica las franjas. Así, la teoría ondulatoria predice que la
disminución de la intensidad de la fuente L debe causar simplemente que la intensidad de las
franjas disminuya, pero sin desaparecer.
¿Qué pasa realmente cuando la fuente emite fotones prácticamente de uno en uno? No se verifican
las predicciones ni de la teoría ondulatoria ni de la corpuscular. De hecho:
(i) Si se cubre la pantalla con una placa fotográfica y se incrementa el tiempo de exposición
para capturar un número grande de fotones en cada fotografía, se observará que las
franjas no desaparecen. Por tanto, la interpretación corpuscular pura debe ser
rechazada.
(ii) Por otro lado, la placa puede ser expuesta durante un tiempo tan corto que reciba sólo
algunos fotones. Se observa entonces que cada fotón produce un impacto localizado en E
y no un patrón de difracción muy débil. Por tanto, la interpretación ondulatoria pura
debe ser rechazada.

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En realidad, cuantos más y más fotones golpeen la placa fotográfica ocurre el siguiente fenómeno:
Sus impactos individuales se distribuyen aleatoriamente y sólo cuando un gran número de ellos
alcanza a E la distribución del impacto tiene un aspecto continuo. La densidad de impactos en cada
punto de E corresponde a las franjas de interferencia: el máximo en una franja brillante y cero en
una franja oscura. Puede entonces decirse que los fotones, tal como llegaron, construyeron el
patrón de interferencia.
Por tanto, el resultado de este experimento lleva aparentemente a una paradoja. Por ejemplo, con el
marco de la teoría de partículas puede ser expresado de la siguiente manera: Ya que la interacción
fotón-fotón está excluida, cada fotón debe ser considerado separadamente. Pero entonces no es
claro porqué el fenómeno debe cambiar drásticamente en función de si sólo una rendija o ambas
rendijas están abiertas. Para un fotón que pase a través de una rendija, ¿por qué el hecho de que la
otra esté abierta o cerrada debe tener tal importancia crítica?
Antes de discutir el problema, notemos que en el experimento no se busca determinar a través de
cuál rendija pasó cada electrón antes de golpear la pantalla. Para obtener esta información
podemos imaginar colocar detectores (fotomultiplicadores) detrás de F1 y de F2. Podría entonces
observarse que, si los fotones llegan uno a uno, cada uno pasa a través de una rendija bien
determinada (se registra una señal en el detector que está atrás de F1 o por el que está atrás de F2,
pero no por ambos al mismo tiempo). Pero, obviamente, los fotones detectados de esta forma son
absorbidos y no alcanzan la pantalla. Quitemos ahora el fotomultiplicador que bloquea F1, por
ejemplo. El que permanece detrás de F2 nos dice que de un número grande de fotones, alrededor de
la mitad pasan a través de F2. Concluimos que los otros (que pueden continuar hasta la pantalla)
pasan a través de F1. Pero el patrón de difracción que construyen gradualmente en la pantalla no es
un patrón de interferencia, ya que F2 está bloqueado. Tenemos entonces sólo el patrón de difracción
de F1.
 Unificación cuántica de los dos aspectos de la luz.
El anterior análisis muestra que es imposible explicar todos los fenómenos observados si se
considera sólo uno de los dos aspectos de la luz. Ahora estos dos aspectos se ven como mutuamente
excluyentes. Para superar esta dificultad se hace indispensable reconsiderar de una forma crítica
los conceptos de la física clásica. Debemos aceptar la posibilidad de que, aunque nuestra
experiencia del día a día los encuentre bien fundamentados, estos conceptos pueden no ser válidos
en el nuevo dominio en el que nos adentramos. Por ejemplo, una característica esencial de este
nuevo dominio aparece cuando colocamos contadores atrás de las rendijas de Young: cuando se
hace una medida sobre un sistema microscópico se le perturba de manera fundamental. Esta es una
nueva propiedad, ya que en el dominio macroscópico se tiene siempre la posibilidad de concebir
dispositivos de medida cuya influencia sobre el sistema es casi nula. Esta revisión crítica de la física
clásica se impone por la experimentación y por tanto debe ser guiada por el experimento.
Dijimos que si tratamos de detectar los fotones cuando atraviesan las rendijas, evitamos que
alcancen la pantalla. Para mayor generalidad, un análisis experimental detallado muestra que es
imposible observar patrones de interferencia y saber al mismo tiempo a través de cuál rendija pasó
cada fotón. Por tanto es necesario, para resolver la paradoja, renunciar a la idea de que un fotón
inevitablemente pasa a través de una rendija particular. Esto nos lleva a cuestionar el concepto
(fundamental en física clásica) de la trayectoria de una partícula.
Por otra parte, como los fotones llegan uno a uno, impactan la pantalla gradualmente construyendo
el patrón de interferencia, lo que implica que para un fotón particular no sepamos de antemano
dónde pueda golpear a la pantalla. Estos fotones son emitidos todos en las mismas condiciones. Así
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otra idea clásica ha sido destruida: “la condición inicial determina completamente el siguiente
movimiento de una partícula”. Sólo podemos decir, cuando un fotón es emitido, que la probabilidad
de su choque contra la pantalla en x es proporcional a la intensidad I(x), calculada usando la teoría
ondulatoria, es decir, .
Después de muchos esfuerzos tentativos, fue formulado el concepto de dualidad onda-partícula, que
puede ser resumido esquemáticamente así:
(i) Los aspectos corpusculares y ondulatorios de la luz son inseparables. La luz se comporta
simultáneamente como una onda y como un flujo de partículas, permitiendo la onda
calcular la probabilidad de manifestación de la partícula.
(ii) Las predicciones acerca del comportamiento de un fotón sólo pueden ser probabilísticas.
(iii) La información acerca de un fotón en el tiempo t está dada por la onda E(r,t), que es
solución de las ecuaciones de Maxwell. Se dice que esta onda caracteriza el estado del
fotón en el tiempo t. Se interpreta E(r,t) como la amplitud de probabilidad de que un
fotón aparezca, en el tiempo t, en la posición r. Esto significa que la correspondiente
probabilidad es proporcional a .
Comentarios:
(i) Ya que las ecuaciones de Maxwell son lineales y homogéneas, se puede usar el principio
de superposición: si E1 y E2 son soluciones de estas ecuaciones, entonces , donde 1 y 2
son constantes, también es solución. Es este principio de superposición el que explica el
fenómeno ondulatorio en óptica clásica (interferencia, difracción). En física cuántica es
esencial la interpretación de E(r,t) como una amplitud de probabilidad.
(ii) La teoría simplemente permite calcular la probabilidad de la ocurrencia de un evento
dado. Se deben encontrar verificaciones experimentales con la repetición de un gran
número de experimentos idénticos. En el experimento analizado, son emitidos
sucesivamente un gran número de fotones, producidos todos de la misma forma, y se
construye el patrón de interferencia, que es la manifestación de las probabilidades
calculadas.

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