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La epidemiología ocupacional en países en desarrollo

Caristina Robaina Aguirre1 y Fermín J. Robaina Aguirre2

Resumen

En el presente artículo se analiza de forma crítica la situación epidemiológica


ocupacional existente en la mayoría de los países en vías de desarrollo. Se valoran
además las enfermedades que con más frecuencia afectan a nuestras poblaciones, en
particular a la población trabajadora, incluyendo grupos vulnerables como mujeres y
niños que se ven obligados, por razones económicas y sociales, a trabajar en
condiciones anormales e inseguras. También se pone de manifiesto el papel que juegan
algunos países industrializados en el aumento de la contaminación ambiental en nuestro
tercer mundo, con la consiguiente repercusión para la salud de sus poblaciones.

Palabras clave: Salud ocupacional, legislación y jurisprudencia, países en desarrollo,


factores de riesgo, industrias, contaminación ambiental, estudios epidemiológicos.

Las poblaciones de muchos países en desarrollo tienen el riesgo de morir por


malnutrición, períodos de inanición, inundaciones, guerras y enfermedades
transmisibles. Por tal motivo no es extraño que se le preste poca atención a los
problemas ocupacionales, y sobre todo, al cáncer, que es el principal problema en los
países industrializados. Sin embargo, la importación de manufactura se encuentra con
una estructura institucional diferente para la cual fueron diseñados, y una fuerza laboral
que puede ser particularmente vulnerable a la exposición a factores de riesgo
carcinógenos debido a la pobreza general y la malnutrición.

Existe un aumento de la necesidad de información con respecto al cáncer ocupacional


en los países en desarrollo, pues la situación se recrudece por la inefectividad de las
legislaciones para la salud y la seguridad ocupacional. No existen buenas regulaciones,
hay una supervisión inadecuada, existen muchos lugares de trabajo peligrosos,
tecnología insegura, así como lagunas en el uso de equipos de protección personal, en el
contexto de una rápida globalización industrial y cambios demográficos.1

Los países en desarrollo cuentan con más del 70 % de la población mundial, más del 70
% de la masa terrestre global y alrededor del 70 % de la fuerza de trabajo mundial. Sin
embargo, muy pocos estudios de exposición ocupacional a carcinógenos han sido
realizados en estos países, ni tampoco se han examinado las consecuencias para la salud
de diferentes exposiciones. Se plantea, por lo tanto, que el impacto para la salud de
muchas sustancias químicas usadas en el mundo en vías de desarrollo ha sido
subestimado.

Desarrollo
Introducción de nuevas tecnologías y sustancias

La Revolución Industrial en Europa fue un proceso gradual en el cual la mecanización


se extendió como resultado de las nuevas invenciones y descubrimientos. Como los
cambios resultantes en los procesos de producción toman un tiempo largo en
desarrollarse e introducirse, existen algunas oportunidades para la adaptación.2 En los
países en desarrollo, aunque el método de industrialización ha variado mucho y aún está
cambiando, esto ha sido generalmente un proceso rápido. Los países industrializados
tienen cerca de 200 años de experiencia con los procesos industriales y químicos,
mientras los países en desarrollo muchas veces solo pocas décadas.3

La rapidez en la industrialización ha tenido poco tiempo para la adaptación y el


entrenamiento a la fuerza laboral para la nueva tecnología y los procesos productivos.
Industrias de altas tecnologías (como la química) muestran significativos riesgos,
relativamente nuevos, para la fuerza laboral desentrenada.3 En muchos países en
desarrollo, estos cambios rápidos han ocurrido desigualmente y en yuxtaposición entre
la vieja y la nueva tecnología, lo cual ha traído aparejado una considerable más alta tasa
de accidentes industriales y enfermedades ocupacionales en los países en desarrollo, que
en similares industrias y procesos en los países industrializados.2

El problema se agudiza con la excesiva transferencia de industrias peligrosas y


productos químicos a los países en desarrollo, frecuentemente, sin ninguna información
previa del riesgo que representa su uso en estos países.4-6 Por ejemplo, más de 50
millones de libras (2 268 toneladas) de pesticidas, que están por cierto prohibidas,
restringidas o no registradas en los Estados Unidos, como el chlordane, mixex, dicofol y
dibromochloropropane, fueron transportadas en 1990 de ese país a los países en vías de
desarrollo, y en particular, a aquellos de América Latina.7,8

Un problema en este sentido es la incompatibilidad de las industrias importadoras con


una infraestructura local. El desarrollo tecnológico ha sido acompañado por cambios
sociales masivos, y los países en desarrollo y los que están en transición, están ahora
encarando las enfermedades que caracterizan las sociedades industrializadas (como las
enfermedades cardiovasculares, las respiratorias y el cáncer), pero al mismo tiempo,
muchas de ellas están todavía ligadas con la malnutrición y otras enfermedades como el
cólera, la tuberculosis, la malaria y las diarreas. Entonces, el establecimiento de una
superestructura nacional no permite responder adecuadamente a los efectos de la salud
de las tecnologías importadas que afectan a la sección más vulnerable de la población
(quienes además están afectados por la pobreza y malnutrición). Pocos recursos
directivos están disponibles para la valoración y el manejo de riesgo, las bases de datos
son inadecuadas, y la experiencia para el análisis de las consecuencias de los procesos
industriales en seres humanos y ecosistemas es insuficiente.9

Particularmente, una industrialización rápida no ha ido acompañada por un proceso


paralelo en el establecimiento de los servicios de la salud ocupacional.10 Estos están
generalmente ausentes o son inadecuados, particularmente en las áreas rurales, donde
los pesticidas pueden ser esparcidos en cantidades considerables. La laguna en cada
servicio es debido, en parte, al inevitable retardo en las instrucciones y el entrenamiento
profesional, ya que los recursos para el entrenamiento son escasos y los profesionales
son atraídos por los altos salarios de los países desarrollados. Estos problemas también
ocurren, sin embargo, porque el rápido desarrollo de nuevas formas de propiedad y
dirección han superado el desarrollo de procesos para regular las nuevas condiciones de
trabajo.

El actual crecimiento de las ventas de tabaco, por ejemplo, en países en desarrollo


demuestra que las sustancias peligrosas pueden ser introducidas y promovidas, aun
cuando sus efectos nocivos para la salud sean bien conocidos.11 En el contexto
ocupacional, en particular, la salud y la seguridad, no parecen haber sido una prioridad
para integrar el desarrollo económico a este nivel con productividad y eficiencia.12

Los problemas específicos que muestran los servicios de salud ocupacional en los países
en desarrollo2 incluyen escasez de profesionales, pocas facilidades y recursos, y la
mayoría de las empresas incluyen la agricultura, la pequeña industria y el trabajo a
destajo; hay además limitaciones técnicas y administrativas, lagunas de comunicación y
de información pública, así como una inadecuada legislación.

Todos estos problemas están dados por el hecho de que la mayoría de los trabajadores
productivos en los países no industrializados están empleados en el sector informal de la
economía, el cual opera mayormente fuera del sistema de beneficios gubernamentales y
regulaciones.3 Mientras los servicios de salud ocupacional y las estructuras reguladoras
pueden existir en el sector formal, ellas están raramente presentes en el sector
informal,13 en el cual coexisten una mezcla de viejos y nuevos tipos de producción,
diversos procesos en pequeñas unidades y una débil organización del trabajo. Otro
factor presente es que una proporción relativamente alta de trabajadores vienen de la
parte más vulnerable de la población, incluyendo los más jóvenes, los más viejos, y las
mujeres y los niños.
Efectos sociales y ambientales de la industrialización

Los efectos adversos de la industrialización en el ambiente pueden producirse por:14

 La contaminación ambiental.
 La creación de productos que sustituyen en el ambiente a productos tradicionales
y seguros o saludables.
 La destrucción y la transformación de recursos naturales en la obtención de
materias primas.

La industrialización no solo afecta directamente a los trabajadores empleados en las


nuevas industrias, sino además tiene un considerable impacto en el ambiente, la
economía, la cultura y la salud de la región, en la cual están establecidos,15,16 por
incurrir en el balance ecológico, la diseminación de enfermedades infecciosas que
socavan y empobrecen la sociedad tradicional.3 La industrialización tiene, por lo tanto,
particularmente afectado el ambiente y la salud de los pueblos indígenas, incluyendo
algunos en varios países occidentales.17,18 Numerosos estudios han sugerido que el
riego en la agricultura puede ocasionar altas exposiciones a riesgo de parasitosis y
vectores.

Las enfermedades parasitarias son conocidas como agravantes de la toxicidad de


diversos productos químicos, incluso a bajos niveles de exposición.19,20 Por ejemplo,
una revisión en mineros surafricanos entre 1953 y 1970 reveló que el 32 % de los
negros con evidencias de fibrosis pulmonar crónica relacionada con altas exposiciones
de silica (silicosis), también tuvieron evidencias de tuberculosis activa.21 Las industrias
mineras pueden además contribuir a la diseminación de enfermedades infecciosas,
debido a la atracción de fuerza de trabajo de diversas regiones, provocando condiciones
de vida que incrementan la susceptibilidad a enfermar, y repatriando luego a aquellos
que resultan enfermos.22 De la misma manera, las industrias que utilizan fuerza de
trabajo migratoria, también contribuyen a diseminar enfermedades
transmisibles.15,23,24

Las instalaciones de nuevas industrias implica un número de costos directos a la salud


ambiental en las comunidades donde están enclavadas. La experiencia de Bhopal, India,
en la cual un escape de gas metil-isocianato dejó miles de muertos o incapacitados
permanentes, es una buena ilustración del costo de salud potencial de la
industrialización.25
Desechos peligrosos

El traslado de desechos peligrosos de los países industrializados a los países en


desarrollo es también algo muy preocupante. Los países de Europa del Este producen
entre 30 y 40 millones de toneladas, de desechos peligrosos anualmente, EE .UU. más
de 200 millones, y Japón 700 000 toneladas. La Agencia de Protección Ambiental de
EE.UU. ha estimado que el envío ilegal sobrepasa al legal en una relación de 8:1.26

El traslado de pesticidas censurados ha existido por muchas décadas. Los llamados


pesticidas leptophos no pueden ser vendidos en los EE.UU., y como no son registrados
por la Agencia de Protección Ambiental, fueron manufacturados en EE.UU.
exclusivamente para el mercado extranjero. Una sola compañía exportó este pesticida a
más de 30 naciones, incluido Egipto, donde fue reportado que su uso provocó muertes y
enfermedades en muchos campesinos y la mortalidad de más de 100 búfalos de agua.27
Características de la fuerza de trabajo en la agricultura

Generalmente, el hombre y la mujer trabajan en la agricultura en los países en


desarrollo. El papel del sexo está determinado ampliamente por normas culturales; sin
embargo, la mujer rural tiene un doble trabajo, porque ellas tienen que trabajar en la
agricultura y en la casa, preparar la comida para la familia, además parir y cuidar
después de los hijos.

En el caso de plantaciones agrícolas, especialmente en África, los hombres están en


gran parte empleados. En este caso la esposa puede esperar en la casa de campo,
preparando la comida para la familia, o si ella viene hacia la plantación, se mantiene en
los campos de trabajo cuidando de los niños; no obstante, en algunas plantaciones
ambos, mujer y hombre, pueden ser empleados.

Muchos países en desarrollo tienen una baja tasa de alfabetización, aunque algunos
países la han aumentado considerablemente en las últimas décadas, no así en la mayoría
de los países de África, donde los trabajadores de la agricultura son aún analfabetos o
semianalfabetos.28

A diferencia del trabajo en la industria, donde el ambiente de trabajo es creado por el


hombre, en la agricultura la mayoría de los trabajadores están en contacto con la
naturaleza y muchas veces a merced de ella. La mecanización y la introducción de los
productos químicos tienden a reducir el papel de la naturaleza, pero solo a un grado
limitado. Tanto para los animales como para la cosecha, la estación determina el tipo, el
momento y la velocidad de la operación. Los trabajadores de la agricultura en ocasiones
sufren efectos negativos para su salud por la fatiga, debido al apuro por plantar las
cosechas antes de las lluvias; además, ellos están expuestos a muchas enfermedades
infecciosas como la equistosomiasis, y la oncosercosis, entre otras. Obviamente la
agricultura expone al trabajador a 2 tipos de riesgos: el natural o biológico y el
químico.28
Repercusión de productos e industrias peligrosas en los países en desarrollo

No solo en la agricultura los trabajadores en los países en desarrollo se ven sometidos a


esta exposición de factores de riesgo ocupacionales en detrimento de la salud, pues hay
innumerables ejemplos también en la industria, ya sea por la exportación de industrias
peligrosas hacia estos países, como por la existencia de estas industrias debido a las
propias condiciones de desarrollo de cada país, y la necesidad de mantenerlas por los
problemas socioeconómicos que presentan. Un ejemplo lo constituye la exportación de
países industrializados como Canadá de grandes cantidades de asbestos hacia
numerosos países en desarrollo, entre los que se encuentra Cuba, a pesar de los
planteamientos de " un uso seguro del asbesto". A la luz de los conocimientos actuales
no se puede estar tranquilo conociendo el peligro de esta sustancia para la salud
humana, y sobre todo, la repercusión sobre la mortalidad por cáncer que trae aparejado.
Existen, sin embargo, en los países en desarrollo condiciones socioeconómicas limitadas
que hacen que aún se sigan importando estos productos, ampliamente conocidos como
peligrosos para la salud. Otro aspecto que incide en esta importación, considero, es el
hecho de deficientes estudios epidemiológicos de causa-efecto: (longitudinales, cohorte)
en estas poblaciones expuestas que sirven de base de discusión a las autoridades de
salud con las autoridades estatales para lograr un mayor control en este aspecto.

Por otra parte, en muchos países es evidente la exportación de pesticidas que se usan
indiscriminadamente en las plantaciones de la agricultura y en la lucha antivectorial,
con su consiguiente efecto negativo para la salud de las poblaciones expuestas. En 1996
se editó un material fílmico por parte de un grupo ecologista de un país industrializado
que mostraba muy claramente esta problemática. Trataba de una empresa de productos
químicos que producía pesticidas para la exportación a países en desarrollo, entre ellos,
Nicaragua, y reflejaba cómo era uso en las plantaciones de Chinandega, donde no solo
se exponían los trabajadores a altas concentraciones del producto, sino que también se
veían sometidos a esta terrible exposición mujeres (amas de casa, gestantes) y niños de
cualquier edad, que veían en la maniobra de fumigación por avionetas una diversión, en
medio de la triste realidad que vivían en áreas rurales privadas sin la más mínima
diversión infantil, que además en muchas ocasiones, hasta carecen de una escuela donde
aprender lo peligroso que es ese tipo de diversión. Unido a todo esto se suma el
desconocimiento general por el bajo nivel cultural de estas poblaciones y el
analfabetismo, que provoca que estas personas no conozcan el peligro de estos
productos para la salud.

No se puede olvidar tampoco la pobre cobertura sanitaria de estas poblaciones, tanto


para la prevención, como para el control y la atención de las enfermedades, lo que hace
que cuando se presente la intoxicación por algunos de estos productos, la evolución de
los casos se vea entorpecida por las dificultades en los servicios de salud en caso de que
existan. Otro aspecto a señalar es el uso doméstico de este veneno por los pequeños
agricultores, y el empleo de los recipientes de estos productos para la recolección de
agua de beber. Realmente en esta triste realidad aún se encuentran involucrados muchos
países en desarrollo.

El uso de pesticidas ha aumentado dramáticamente en los países industrializados y en


desarrollo durante las últimas décadas, predominantemente para el uso de la agricultura,
la horticultura y el control de vectores. Un monto significativo es también el uso en la
selvicultura y en la ganadería. En salud pública, los pesticidas son usados
principalmente para el control de 5 vectores fundamentales que provocan la malaria, la
filariasis, la oncosercosis, la esquistosomiasis y la tripanosomiasis.29 Un estimado de
50 000 toneladas de pesticidas fueron usadas por los problemas de salud pública en
países en desarrollo en 1980, alrededor del 10 % de los pesticidas en todo el mundo. La
ausencia de medidas para el largo tiempo de exposición al uso de pesticidas en los
países en desarrollo es, sin embargo, sorprendente.

Estos se han convertido en una importante comodidad de exportación. El valor mundial


de exportación de estos productos se triplicó durante el período de 1970-87, alcanzando
casi $ 6 000 millones de dólares. Una considerable proporción de los pesticidas que son
exportados de los países industrializados a los países en desarrollo son productos que
están censurados o severamente restringidos en los países industrializados. Cerca de 228
millones de Kg de pesticidas exportados de EE.UU. en 1991 (58,3 %) fueron
identificados solo por un término general o por un nombre comercial que no puede ser
encontrado en las normas de referencias en la producción de pesticidas,30 además, el
16,2 % fueron identificados solo por un nombre químico familiar o por un nombre
químico incompleto. No existe una información útil en alrededor del 75 % de los
productos químicos exportados desde EE.UU. Ha sido estimado, sin embargo, que en
1991 como mínimo 1,9 millones de Kg de pesticidas que están censurados, cancelados o
voluntariamente suspendidos en los EE.UU. fueron exportados; incluso, 97,5 toneladas
de DDT. Otra amplia cantidad de ellos que no están registrados (y por lo tanto no se
usan) en los EE.UU. fueron también exportados; entre ellos, butachlor ( 4 572 000
toneladas exportadas a Argentina, Bélgica, China, Colombia, India, Japón, Filipinas y
Tailandia), y ethylene dibromide ( 855 000 toneladas exportadas principalmente a
Suráfrica ). Alrededor de 3 millones de Kg de chlordane, heptachlor y carbofuran,
pesticidas severamente restringidos en los EU., fueron exportados a los países del Tercer
Mundo en 1991.30

Numerosos reportes han sido realizados sobre la intoxicación aguda por pesticidas, y
varios de ellos han sido reportes de mortalidad. Aunque pequeñas exposiciones (como
las que provocan las intoxicaciones agudas) no pueden ser usadas para estimar las
exposiciones ocupacionales a largo tiempo, esto demuestra las lagunas existentes en las
medidas higiénicas en su manejo. Se ha estimado que el 99 % de todas las muertes
debidas a intoxicación aguda por pesticida ocurre en los países en desarrollo, donde, sin
embargo, solo el 20 % de los agroquímicos mundiales son usados.31
La industria a pequeña escala (la pequeña industria)

Ha sido estimado que la pequeña industria emplea alrededor de la mitad de la fuerza de


trabajo en la manufactura y otras industrias en países en desarrollo.32 Generalmente la
pequeña industria tiene una alta incidencia en los accidentes del trabajo y en las
enfermedades. Las condiciones de trabajo, la higiene y la seguridad en estas empresas
son frecuentemente pobres, y los puestos de trabajo se caracterizan por tener
maquinarias obsoletas, edificaciones inseguras y otras estructuras, así como trabajadores
con una limitada educación, conocimiento y entrenamiento, además de administradores
con pocos recursos financieros. Las ropas de protección, los filtros respiradores, los
guantes, la protección auditiva y los espejuelos de seguridad raramente están
disponibles.33 El número de trabajadores en cada unidad es usualmente pequeño, y su
status de salud es frecuentemente un reflejo directo del nivel de salud de la población
general.2

La pequeña empresa puede estar ubicada cerca de las casas, y las medidas de protección
que no solo deben ser para los trabajadores, sino para los residentes de la vecindad que
también se encuentran expuestos a los factores de riesgo, frecuentemente son
desconocidas. Los trabajadores en estas empresas son una población altamente
vulnerable (niños, jóvenes, mujeres y adultos mayores), quienes generalmente ganan
menos del salario mínimo y provienen de un estrato social bajo. En general estos
obreros no tienen un adecuado acceso a los beneficios de salud y, al igual que los
desempleados y trabajadores del sector informal, no están cubiertos por esos servicios
de salud. Estos grupos han sido identificados en América Latina como necesitados de
una urgente atención en salud ocupacional.34

Los trabajadores en la pequeña empresa se exponen a una serie de riesgos, como son por
ejemplo, los físicos (el ruido, el calor, el polvo, la electricidad); químicos (inhalación o
contacto con pesticidas, solventes, ácidos, resinas); mecánicos (cortaduras, moleduras y
golpes con herramientas y vehículos); ergonómicos (pobres plataformas y tener que
mantener posiciones inadecuadas); y biológicos (contacto con animales que provocan
enfermedades y el sufrimiento de accidentes en trabajadores del campo). También
existen los problemas relacionados con la organización del trabajo, pues los trabajadores
del sector informal frecuentemente tienen un pobre acceso a un ambiente laboral limpio,
un baño y agua adecuados.35
Los accidentes de trabajo en países en desarrollo

Los accidentes laborales son el resultado de unas condiciones de trabajo adversas, en las
que los factores de riesgos mecánicos, en la mayoría de los casos, no son controlados, y
a pesar del subregistro que existe en los países en desarrollo, las tasas de mortalidad por
accidentes de trabajo de algunos de estos países son superiores a las que informan los
países industrializados.

Uno de los problemas fundamentales de los países en desarrollo es la dificultad para


obtener una fiable información de accidentes. Frecuentemente, en países donde existe la
legislación vigente de compensación al trabajador, solo son reportados aquellos
accidentes graves que llevan fondos de compensación, pero la información de los
accidentes no fatales es necesaria también para el análisis de las causas de accidentes y
su prevención. Además, cuando se analiza el subregistro es frecuente observar la
cantidad de información necesaria que no se ha recolectado.

En la tabla 1 se exponen las tasas de accidentes en Zimbabwe. La situación de los


accidentes en este país es algo similar a la de otros países en el continente africano,36-
38 y su experiencia es usada para reflejar la situación de África y otros países
subdesarrollados.

El total de la frecuencia de los accidentes en Zimbabwe es bajo, pero la frecuencia de


los accidentes fatales es 5 veces mayor que el menor de los países europeos. Esto indica
el gran subregistro de lesiones menores ocurridos en este país, donde la organización de
seguridad está relativamente bien desarrollada. Se observa que las actividades
económicas más riesgosas (frecuencia y severidad) resultaron ser los trabajos forestales,
la minería y el transporte. La construcción aparece como un sector más seguro; sin
embargo, esto puede estar justificado por el subregistro existente en la mayoría de los
países subdesarrollados. Un estudio realizado por expertos muestra cómo los riesgos de
accidentes fatales en la construcción son 5 veces mayores en algunos países de África,
que en los países industrializados.39

TABLA 1. Tasa de accidentes según actividad económica en Zimbabwe.

Fuerza
Actividad Accidentes Accidentes Índice de Índice de
de
economica no fatales fatales frecuencia severidad
trabajo
238
Agricultura 2 425 53 5,2 0,87
533
Forestal 5 782 428 6 37,2 4,02
Minería 45 036 2 056 43 23,3 3,8
177
Manufactura 4 439 24 12,7 1,04
581
Electricidad 4 141 152 2 18,6 1,5
Construcción 33 840 886 12 13,3 1,80
Transporte 19 174 1 330 29 19 6,45
Servicios 96 199 382 15 1,9 0,53

Fuente: Ministerio del Trabajo (1986).

Las estadísticas disponibles refieren que en la región de América Latina se producen 5


millones de accidentes cada año; 17 500 accidentes diarios, 38 por minuto y fallecen
300 trabajadores diariamente por accidentes de trabajo. Estos datos corresponden, en su
mayoría, a los notificados por las instituciones de la Seguridad Social concernientes a su
población de trabajadores afiliados, y se refiere por lo general a los accidentes que
provocan la muerte, incapacidad o indemnización, calculándose un subregistro de por lo
menos el 50 % de la información a actividades económicas como son la agricultura, la
construcción, la minería y el sector informal.40 Sin embargo, en las tasas de frecuencia
de accidentes de trabajo mortales, según sector de la actividad económica en países
seleccionados, se detectan valores porcentuales más altos cuando la comparación se
hace entre algunos grupos de actividad económica similar.

Entre los años desde 1980 a 1988 en la agricultura, la selvicultura, la caza y la pesca,
algunos de los países con más alta tasa de mortalidad por 100 000 trabajadores son
Barbados, El Salvador, Guatemala y Perú. En minas y canteras las tasas de mortalidad
por accidentes laborales más elevados corresponden a Bolivia, Guatemala y Perú; y en
el sector de la construcción con más alta tasa de mortalidad se encuentran Cuba,
Argentina, Canadá, Panamá y Suriname.41,42

En muchos países los números absolutos de accidentes mortales, o con pérdidas


laborales declaradas, se han mantenido constante o han aumentado. En Brasil, por
ejemplo, han bajado de más de un millón en 1982 a poco menos de 600 000 en 1991.
Los aumentos más importantes se han observado en Chile y Costa Rica.43

Al reflexionar sobre la problemática de la accidentabilidad laboral en los países en


desarrollo, debemos tener presente las condiciones adversas en que los trabajadores en
ocasiones realizan su labor diaria, tanto desde el punto de vista ambiental, con por la
tecnología anticuada de que disponen, y cuando se introducen nuevas tecnologías el
hombre no está entrenado en su funcionamiento, por lo que puede ser este otro factor de
riesgo, más el factor humano que viene dado por las tensiones laborales y extralaborales
unidas al desempleo. En ocasiones, por ejemplo, las mujeres son víctimas de violencia
extralaboral, y esto disminuye su concentración en el trabajo. También las situaciones
de malnutrición y enfermedades comunes ejercen un efecto negativo sobre el trabajador.

Hay que tener en cuenta que existe una gran población trabajadora del sector informal,
que al no estar contemplada dentro de la seguridad social, sus accidentes no se reportan
ni tampoco se toman medidas ante situaciones peligrosas. Resulta una tarea del sector
salubrista insistir en la necesidad de una buena notificación de esos siniestros en estos
países, así como una vigilancia constante sobre este problema de salud tan
importante.44

Como se observa desde la tabla 2 a la 6, la accidentalidad laboral en Cuba continúa


siendo un problema de salud entre la población trabajadora, y entre ellos, los más
afectados son los obreros pertenecientes al sector de la construcción, la industria, el
transporte y la agricultura fundamentalmente. Un aspecto importante a señalar es que la
morbilidad en el país, según los indicadores de protección del trabajo de la Oficina
Nacional de Estadística de Cuba de los años 1998-2001, se ha mantenido de una forma
decreciente en los últimos 15 años, no ocurriendo así con la mortalidad, que a pesar de
que tuvo una disminución lógica en la década de los 90, esta ha tenido una tendencia al
ascenso en los últimos 5 años, sobre todo, en aquellos sectores como la construcción y
el transporte.44

TABLA 2. Accidentes de trabajo en Cuba. Sectores más afectados

Nº de accidentes No. de fallecidos


Tasa x 1 000 Tasa x 100 000
Sectores trabajadores trabajadores
Año 1996 Año 1997 Año 1996 Año 1997
21 901 18 011 132 149
Cuba (total)
8,1 6,6 4,9 5,5
2 029 1 676 17 28
Construcción
9,4 7,8 7,9 13,0
9 090 7 562 64 54
Industria
13,4 11,2 9,4 8,0
3 024 2 341 12 13
Agricultura
10,3 8,1 4,1 4,5
963 844 12 17
Transporte
9,1 8,3 11,3 16,7

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas.

TABLA 3. Accidentes del trabajo en Cuba. Sectores más afectados


Nº de accidentes Tasa x 1 No. de fallecidos Tasa x
Sectores 000 trabajadores 100 000 trabajadores
Año 1998 Año 1999 Año 1998 Año 1999
16 465 13 936 130 143
Cuba(total)
6,2 5,2 4,9 5,2
1 448 1 170 25 20
Construcción
6,9 5,7 11,9 9,7
7 002 5 692 49 54
Industria
10,8 8,8 7,5 8,3
1 851 1549 9 22
Agricultura
6,7 5,6 3,2 7,9
824 777 13 13
Transporte
8,4 6,8 13,2 11,3

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas.

TABLA 4. Accidentes del trabajo en Cuba. Sectores más afectados

No de accidentes / Tasa x No de fallecidos /Tasa x


Sectores 1000 trabajadores 100 000 trabajadores
Año 2000 Año 2000
10 942 103
Cuba (total)
4,1 9,4
894 14
Construcción
4,7 15,7
4 236 41
Industria
6,7 9,7
1 101 15
Agricultura
4,4 13,6
642 10
Transporte
6,5 15,6

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas.

TABLA 5. Accidentes del trabajo en Cuba. Provincias más afectadas

No. de accidentes Tasa x No. de fallecidos Tasa x


Provincias
1 000 trabajadores 100 000 trabajadores
Cuba (total) 5,6 8,9
Cienfuegos 6,2 16,8
Sancti
4,5 15,9
Spíritus
Matanzas 5,7 12,6
Pinar del Río 4,5 10,9
La Habana 5,4 10,2
Ciego de
6,2 10,2
Ávila

Fuente: Oficina Nacional de Estadísticas.

TABLA 6. Accidentes del trabajo según provincias en Cuba

Año 1997 Año 1998 Año 1999 Año 2000 Media


Provincias
Tasa / C.M. Tasa / C.M Tasa / C.M. Tasa / C.M. Tasa / C.M.
Cuba (Total) 6,7 8,3 6,2 7,9 5,2 10,3 4,1 9,4 5,6 8,9
Pinar del Río 5,3 4,6 5,2 10,2 4,2 11,0 3,3 18,1 4,5 10,9
La Habana 6,6 7,5 6,4 9,7 4,7 13,2 3,9 10,5 5,4 10,2
Ciudad de La
6,3 9,1 5,9 7,2 4,8 8,3 3,9 1,8 5,2 6,6
Habana
Matanzas 6,9 12,1 6,1 7,7 5,3 12,8 4,6 17,9 5,7 12,6
Villa Clara 8,5 3,0 7,7 4,7 6,0 5,0 4,8 4,2 6,7 4,2
Cienfuegos 8,0 20,7 7,1 16,3 5,7 12,1 4,3 18,2 6,2 16,8
Sancti Spíritus 5,9 6,3 5,4 7,0 4,2 21,7 2,6 28,9 4,5 15,9
Ciego de Ávila 8,0 7,5 6,5 1,6 6,1 24,8 4,1 7,2 6,2 10,2
Camagüey 7,0 11,1 6,5 7,3 5,5 10,3 4,4 8,6 5,8 9,3
Las Tunas 7,7 8,4 7,7 13,3 7,0 8,2 5,0 5,7 6,9 8,9
Holguín 6,1 2,5 5,6 7,1 5,4 8,4 4,7 7,4 5,4 5,8
Granma 7,9 7,8 7,3 8,5 5,8 11,8 4,5 8,3 6,3 9,1
Santiago de Cuba 4,9 7,9 4,9 9,0 4,8 5,1 4,1 3,6 4,7 6,4
Guantánamo 6,2 11,2 5,0 4,0 4,7 6,4 3,9 7,6 4,9 7,3
Isla de la
8,4 4,7 7,9 5,1 6,7 17,5 5,5 7,3 7,1 8,6
Juventud

Fuente : Oficina Nacional de Estadísticas.

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