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Revista Cubana de Psicología Rev. cuba. psicol. v.1 n.

2 La Habana 1984
versão impressa ISSN 0257-4322

La categoría personalidad y su significación en el


sistema categorial de la psicología
C.Dr. Fernando González Rey Vicedecano

Facultad de Psicología y Presidente de la Sociedad de Psicólogos de Cuba

En la historia de la Psicología se han realizado múltiples intentos de


abordar al hombre en su integridad, la mayoría de los cuales se han
expresado en diferentes sistemas psicológicos sobre la personalidad,
entre los cuales tenemos el personalismo de Spranguer, el psicoanálisis,
neopsicoanálisis, teóricos de la tercera fuerza, la teoría de los
constructos personales de Kelly y otros.

Todos estos intentos de aproximarse a explicar los mecanismos que definen


la expresión integral del hombre en el comportamiento, han sido
analizados en multitud de ocasiones en relación con sus semejanzas y
diferencias, sin embargo, no conocemos trabajos orientados a presentar
las diferentes lógicas utilizadas en estos enfoques, que de hecho
determinan que unos sean excluyentes con relación a los otros, no
garantizando un crecimiento cualitativo en dirección a una teoría
integral de la personalidad.

Una de las contradicciones que se presenta con particular fuerza en la


lógica que se sigue en la utilización de la categoría personalidad, viene
dada por el énfasis en el aspecto procesal o funcional de la misma, en
contraposición a quienes enfatizan el aspecto estructural, concebido a
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partir de un conjunto de categorías relativamente estrechos, cada una de
las cuales expresa un conjunto de funciones bien definidas.

Entre los representantes de esta última posición tenemos el psicoanálisis


y las diferentes teorías factorialistas sobre la personalidad, que a
pesar de sus grandes diferencias, coinciden en identificar elementos más
o menos complejos, como responsables de un conjunto de manifestaciones
comportamentales.

Los psicólogos de la tercera fuerza conservan la tendencia a definir


unidades estructurales, aunque presentan con una fuerza mucho mayor los
procesos y operaciones que caracterizan a la personalidad como nivel
superior de regulación psicológica.

A pesar de las diferencias entre estas concepciones (psicoanálisis y


tercera fuerza), se presentan entre ellas las siguientes similitudes:

1. Concebir la personalidad como una sustancialización abstracta que se


concreta en unas pocas categorías o tendencias como instinto, intención,
tendencia a la seguridad, etc., a partir de las cuales se explica todo el
universo psicológico del hombre y, en ocasiones, la sociedad.

2. Ausencia de una posición metodológica que garantice el crecimiento


progresivo y cualitativo de estos sistemas teóricos, y respalde sus
conclusiones sobre bases científicas.

3. Existencia de la personalidad como una realidad psíquica per ser,


fuera de una determinación histórico social.

El polo opuesto al de esta lógica de análisis, orientada en última


instancia a definir un cuerpo de categorías centrales que expresen la
personalidad, independientemente que por sus diferentes contenidos estas
posiciones resultan excluyentes entre si, está representado por la teoría
de los constructos personales de George Kelly.

Este autor enfatiza como vía para el conocimiento de la personalidad la


forma en que esta construye la realidad para si, lo cual se lleva a cabo
a través de la elaboración de una serie de constructos que constituyen el
modo en que el sujeto categoriza los distintos eventos de la realidad
como vía de construcción e interpretación del mundo.

En un sentido totalmente opuesto al psicoanálisis, a los psicólogos de la


tercera fuerza y a todos aquellos enfoques empeñados en desentrañar las
formaciones o unidades psicológicas que integradas en un determinado
sistema permiten explicar todas las manifestaciones psicológicas del
hombre, Kelly enfatiza que la esencia del funcionamiento psicológico de
la personalidad está en su capacidad constante para operar un universo
dado de información a través de los constructor personales.

George Kelly escribe: "El hombre contempla su mundo a través de


configuraciones que él crea y después intenta ajustarse a las realidades
que componen este mundo... Llamemos constructos a estas configuraciones o
pautas, las cuales son probadas tentativamente para ver si se amoldan a

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la realidad. Ellas son maneras de construir el mundo" (páginas 8-9,
1955).

Enfatizar que la forma en que opera la personalidad a través de sus


conceptualizaciones es una vía esencial de su estudio, pensamos que es un
aspecto esencial para el desarrollo de una teoría sólida y actual de la
personalidad, sin embargo, el novedoso e interesante intento de Kelly,
que no ha encontrado una sólida continuidad en los marcos de la
Psicología no marxista, presenta las siguientes limitaciones, que deben
tenerse en cuenta para integrar sus aportes al proceso actual de
desarrollo de teoría de la personalidad en la Psicología Marxista, estos
son:

1. Al asumir como base filosófica el alternativismo constructivo, según


el cual no hay ninguna realidad objetiva o verdad absoluta que deba ser
descubierta, el autor cae de lleno en las posiciones del idealismo
subjetivo, no pudiendo solucionar la cuestión de la relación existente
entre la forma en que el hombre se apropia de la realidad a través de sus
constructos y los aspectos de la realidad que determinan este proceso.

Este hecho expresa las limitaciones que implica la adopción de una base
filosófica errónea, para el alcance teórico y metodológico de determinada
posición en una ciencia particular, lo cual en el caso de Kelly lleva a
las siguientes consecuencias:

a) Individualizar de forma absoluta el proceso de conformación del


sistema de constructos.

b) Concebir el desarrollo del sistema de constructos de forma totalmente


aislada, no reconociendo regularidades mas complejas de la personalidad,
que son en definitiva las que determinan una u otra forma de operar con
la información. Esta posición lo lleva a un reduccionismo cognitivo, que
de hecho lo obliga a aceptar categorías a priori, con las que
explícitamente está en desacuerdo, punto esencial de su crítica a Freud y
a Rogers.

Con relación a Freud señala este autor: "El pensamiento psicoanalítico


esta lleno de antropomorfismo, vitalismos y energicismos, los cuales se
hallan muy próximos a las nociones primitivas de la posesión diabólica y
el exorcismo" (página 776, 1955).

Sin embargo, para solucionar la cuestión del aspecto de la


direccionalidad y la movilización de la personalidad humana, al negar
esta categoría de la motivación, Kelly parte de un organismo activo per
se, afirma que el organismo viene al mundo psicológico lleno de vida y
lucha" (pág. 37, 1955), o sea, que existe una tendencia en el propio
organismo a ir hacia adelante, determinando su direccionalidad a través
de la validación de los sistemas de constructos que va desarrollando en
su experiencia personal.

Con este concepto el autor cae en los marcos del energicismo que critica
en Freud, presentando una energía de fuente biológica, que no guarda
ninguna relación con el determinismo dinámico de su concepción, aunque
con una dirección teleológica orientada al crecimiento y al desarrollo,
se mantiene en los marcos biologizantes del instinto freudiano, o la
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tendencia a la actualización de Rogers, expresiones todas de una
concepción del hombre, que no alcanza a comprender su esencia social.

2. A pesar de negar los conceptos clásicos que desarrolló el otro polo


que hemos analizado de esta contradicción, sobre la lógica de abordar la
personalidad, es decir, negar la existencia de formaciones o categorías
representativas de una determinada estructura, los seguidores de Kelly se
vieron obligados a introducir elementos estructurales relacionados con la
mayor o menor complejidad del sistema de constructos identificado por
Kelly con el concepto de personalidad.

Así Bieri (1955) realizó un estudio sobre la complejidad cognoscitiva que


constituyó uno de los primeros intentos de considerar los aspectos
estructurales del sistema de constructos. En este estudio Bieri consideró
el grado de diferenciación de un sistema de constructos como reflejo de
la simplicidad-complejidad cognocitiva del sistema.

Como producto de su investigación se arribó a datos sumamente


interesantes, pero que al no poder ser estructurados en síntesis
explicativas más complejas, a partir de otros aspectos de la
personalidad, sólo constituyeron hechos en sí mismos, sin mayor
trascendencia en el desarrollo cualitativo del sistema teórico de Kelly.

En este sentido Bieri llegó a la conclusión de que un sistema


cognoscitivamente simple contiene pocos constructos y hace que la
percepción de los fenómenos sea muy poco diferenciada, mientras que la
persona cognoscitivamente compleja percibe a las personas de un modo muy
diferenciado -es decir, como dotada de muchas cualidades, la persona
cognoscitivamente simple puede llegar a valorar a los demás sólo a través
de un constructo único (bueno-malo).

La mayor o menor complejidad del sistema de constructos no es asociada a


otras funciones de la personalidad, sin embargo, la conclusión general a
que se arribó fue que la simplicidad-complejidad cognoscitiva era una
dimensión de la personalidad y la definió como variable del procesamiento
de información, con este paso, paradójicamente, se invirtió completamente
la lógica de trabajo de Kelly, reduciendo un complejo e interesante
proceso a la categoría de dimensión, cuya poca utilidad se manifiesta en
su simple expresión descriptiva del fenómeno analizado.

En este hecho se expresan las limitaciones teóricas y metodológicas más


generales del enfoque de Kelly, al ignorar el determinismo tanto social,
como psicológico, sobre las formas en que el sujeto opera con sus
constructos. El sistema de constructos y su mayor o menor complejidad no
es la personalidad, como considera Kelly, sino una expresión de ella.

En el presente articulo sólo presentaremos esta dirección en la lógica


del estudio de la personalidad, que se resume en enfoque estructural -
(representado por un conjunto de categorías o formaciones psicológicas
que determinan la unicidad de la personalidad)-enfoque funcional
(orientado a descubrir sólo el aspecto procesal o funcional de la
personalidad).

Otras muchas lógicas aplicadas a través del énfasis unilateral en


elementos contradictorios extremos se han presentado en esta área, como
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son la contraposición consciente-inconsciente, unidades psicológicas
simples, unidades complejas, biologismo-absolutización de lo social,
etcétera.

Nuestra decisión de presentar sólo una de las lógicas que subyace en los
enfoques diversos sobre la personalidad, se relaciona estrechamente con
nuestro propósito en el presente artículo, que es presentar la
significación de la categoría personalidad en el momento actual de la
Psicología, superando todo tipo de asociación mecánica de ella, a
cualesquiera de los enfoques que han absolutizado uno u otro de sus
contenidos y funciones.

No obstante, el planteamiento de los problemas más actuales relacionados


con esta categoría, no puede pasar por alto los elementos teóricos y
metodológicos que se han expresado en las diferentes aproximaciones a
este objeto de estudio en la Psicología anterior, los cuales, sin lugar a
dudas, tienen un valor epistemológico para las consideraciones actuales
en este campo.

Los factores que inciden en la fragmentación del conocimiento en esta


esfera son muy diversos, y entre ellos destacaremos los que a nuestro
juicio son más importantes. En primer lugar, consideramos que la
multiplicidad de enfoques filosóficos existentes de forma paralela en la
filosofía burguesa, es uno de los factores que inciden con particular
fuerza, aunque son precisamente los puntos coincidentes de todos ellos,
tras su aparente diversidad, los que determinan las coincidencias
generales subyacentes a los distintos enfoques de la personalidad en la
Psicología no marxista.

En segundo lugar, pensamos que el propio ahistoricismo implícito en las


diferentes filosofías burguesas que han servido de base a los distintos
enfoques sobre la personalidad, ha dado lugar a que se absoluticen como
criterios distintivos de esta categoría atributos de ciertas clases, en
determinado momento histórico que responden al período y país donde el
autor desarrolló su obra, de ahí que las diferencias en los propios
contenidos expresados como definitorios de la personalidad sean tan
radicales.

Como tercer factor tenemos el hecho de que los sistemas teóricos sobre la
personalidad que han resultado más relevantes en la historia de la
Psicología, han encontrado su base en la práctica clínica, expresando,
con raras excepciones un divorcio entre la teoría y una expresión
metodológica coherente, que derivada e implícita en ella, condujera a la
investigación empírica.

Por último, debemos destacar que esta tendencia a la fragmentación del


conocimiento no es privativa del área de la personalidad y constituye un
momento cualitativo en el desarrollo de la ciencia psicológica. En este
sentido, la psicóloga soviética K.A.Abuljanova escribe: ... las distintas
características de lo psíquico se habían ido elaborando, atendiéndose a
una secuencia histórica en la marcha del desenvolvimiento de la ciencia y
aparecían como definiciones de lo psíquico, sustitutivas unas de otras.
Hacia falta demostrar la posibilidad de una definición simultánea de lo
psíquico desde "ángulos" distintos, o sea, convertir la secuencia

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histórica de la definición de la materia de estudio en simultaneidad"
(página 55, 1973).

Este llamado de K.A.Abuljanova expresa gran actualidad en el estudio de


la personalidad, pero la conversión de la secuencia histórica de
resultados alcanzados en este desarrollo, en simultaneidad, es decir, en
lineas de trabajo que lejos de excluyentes representan prismas diferentes
que permiten una respuesta integral de la ciencia psicológica, a un
objeto que es integral por su propia esencia, implica reconsiderar a la
luz de una nueva concepción filosófica estos resultados, y que su
simultaneidad no constituya una superposición ecléctica, sino la
expresión de una línea de trabajo en una concepción teórica integral,
cualitativamente diferente a los sistemas teóricos en que los mismos
tuvieron origen.

Para nuestro enfoque sobre la personalidad, actualmente en pleno


desarrollo dentro de la Psicología Marxista, las diferentes lógicas
empleadas para absolutizar uno u obro criterio en su definición, no
representan direcciones excluyentes, pues como demostramos en la
comparación entre los enfoques orientados a definir elementos
estructurales y los orientados de forma absoluta al proceso, ambos se
interpenetran realmente al implicarse en el objeto de estudio, al margen
de la intencionalidad de los investigadores.

Sin embargo, el proceso de asunción de una lógica integrativa de los


aportes brindados por las diferentes escuelas que han estudiado la
personalidad, presupone un marco teórico con cierta solidez y con
determinada expresión en la investigación concreta, que posibilite, sobre
una nueva base filosófica, la asimilación en un nuevo contexto de
hallazgos anteriores.

En el plano filosófico la categoría de reflejo tiene un valor teórico y


metodológico esencial en el estudio de la personalidad, en tanto dicha
categoría expresa una relación necesaria entre el mundo interno,
psicológico de la personalidad y las regularidades objetivas del medio
social en que el sujeto vive.

La categoría reflejo encuentra diferentes formas de expresión en el


conocimiento psicológico, alcanzando precisamente en la personalidad su
nivel mas complejo y mediato. En este sentido, las reflexiones sobre esta
categoría filosófica se han promovido aceleradamente en los últimos años,
precisamente en aquellas esferas de la Filosofía más profundamente
comprometidas con el comportamiento de la personalidad, como la ética.

La destacada filósofa soviética, L.V.Konovalova, dedicada a las


cuestiones de la ética marxista escribe en relación al papel del reflejo
en la vida moral del hombre: "La moral es una forma específica de
reflejo, por cuanto en ella, como en el arte, por ejemplo, la realidad no
es sólo reflejada, sino también modelada, transformada, vivenciada,
revalorada. Por otra parte, lo específico de la moral no viene impuesto
por la presencia de cierto objeto especial de reflejo" (página 79, 1981).

La amplitud de las cuestiones que abarca la compleja relación realidad-


personalidad, implica que el reflejo se da en planos diversos, desde el
representado por la reproducción a un nivel subjetivo del objeto, con una
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plena correspondencia entre los atributos sensoriales de este y su
expresión psicológica, hasta aquella forma de reflejo dada por una
relación necesaria de la personalidad con un sistema de regularidades
objetivas en que ella se implica.

Este plano de reflejo expresa una relación mucho más mediatizada con la
realidad, sobre cuya base se van formando en un proceso histórico los
principales mecanismos y formaciones reguladoras de la personalidad, cuyo
determinismo se ejerce tanto sobre el plano comportamental, como sobre el
sistema de operaciones intelectuales del sujeto. De ahí que los elementos
estructurales de la personalidad, sus formaciones psicológicas deben ser
descubiertos tanto por su contenido, como los atributos esenciales de su
expresión funcional, lo cual permite superar el plano de lo puramente
descriptivo que ha caracterizado durante mucho tiempo esta esfera de
trabajo.

La categoría reflejo fundamenta el valor epistemológico de la categoría


personalidad en un plano filosófico y psicológico, a partir de lo
siguiente:

1. La categoría personalidad en el aparato categorial de la Psicología


expresa la integridad a nivel psicológico del reflejo del mundo, el cual
es integral en su realidad objetiva.

2. La categoría reflejo implica, de hecho, una realidad distinta a la


reflejada, que en un plano superior esta dada por la personalidad, nivel
psicológico donde se expresa la relación con el medio al nivel reflejo de
regularidades necesarias, expresión última y más compleja de este, que
trasciende la relación objetal mas inmediata propia de los procesos
psicológicos menos complejos.

3. En la categoría personalidad se expresa la integración activa por


parte del hombre de reflejos parciales en su relación con la realidad,
por lo cual su desarrollo pleno en el aparato conceptual de la psicología
se convierte en un factor de integración esencial de la teoría
psicológica, así como de esta y la investigación aplicada.

El papel de la categoría personalidad en la ciencia psicológica actual ha


sido acertadamente expresado por K.A.Abuljanova, quien escribe con
relación a esto: "La etapa actual de la ciencia psicológica se
caracteriza por el crecimiento constante del sistema de desarrollo del
conocimiento psicológico. La categoría personalidad se convierte en la
base de la integración sistemática del objeto de la Psicología. El
problema de la personalidad se convierte en el corazón del conocimiento
psicológico" (página 15, 1983).

¿Cómo se expresa actualmente la categoría personalidad en la ciencia


psicológica de base marxista?

La personalidad dentro de la Psicología Marxista, en el momento actual,


representa además de una categoría teórica, un principio de la
investigación psicológica, que orienta a esto hacia el desenvolvimiento
de aquellas regularidades y contenidos psicológicos que con un nivel
elevado de integridad, constituyen subsistemas de explicación para un
conjunto de conductas y manifestaciones del hombre.
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Orientarnos por el principio de la personalidad implica tener en cuenta
el carácter integral e interno, específicamente psicológico, que tienen
los determinantes de las distintas expresiones del hombre, los cuales,
más que elementos aislados, constituyen verdaderos subsistemas de
regulación psicológica, susceptibles de ser objeto de investigación y
diagnóstico mediante la investigación psicológica.

El momento actual de la investigación en esta esfera, no nos permite


explicar con exactitud cómo se integran los distintos subsistemas
psicológicos de regulación en el sistema integral que conforma la
personalidad, pero si conocer un conjunto de subsistemas reguladores en
las distintas esferas de comportamiento de la personalidad, que conducen
a nuevas hipótesis sobre su estructura y funcionamiento integral, mucho
más efectivas para orientar su investigación que los esquemas estáticos
predominantes en la literatura psicológica hasta tiempos muy recientes.

Los esfuerzos de los investigadores de la personalidad, se dirigen


actualmente, no a la descripción de un conjunto de contenidos
psicológicos como definitorios de la categoría personalidad, sino al
descubrimiento de las funciones psicológicas esenciales que cumplen las
distintas formaciones y elementos de la personalidad y la forma en que
estas se organizan para regular integralmente el comportamiento del
sujeto.

Como categoría psicológica, su definición expresa las limitaciones del


desarrollo actual de sus categorías teóricas y de su investigación,
constituyendo más bien una hipótesis teórica que permite la integración
de los diferentes resultados de la investigación psicológica concreta, en
nuevas direcciones sobre su elaboración conceptual, las cuales nos
aproximan cada vez más a su conocimiento, así como a elaborar con mayor
precisión los postulados teóricos y metodológicos de su investigación
concreta.

Hasta hace algunos años, la expresión de la categoría personalidad en los


manuales de Psicología representaban más una toma de posición hacia la
cuestión de aceptar o no su existencia, que un intento real de presentar
sus características y regularidades psicológicas, ni suposición en el
sistema de categorías de la Psicología.

Sin embargo, esencialmente, a partir de la década del 60, comenzaron a


desarrollarse intentos por integrar los resultados de diversas esferas
parciales de la investigación psicológica, a partir de sus regularidades
generales, en explicaciones mas integrales, orientadas a desentrañar las
formas esenciales que asumía la personalidad en la regulación de la
conducta. En estos intentos, un papel muy destacado lo tuvo
L.I.Bozhovich, quien a partir de un abundante aval de investigaciones
concretas realizadas, trascendió las categorías parciales de su
explicación, presentando algunos subsistemas reguladores típicos de la
personalidad.

Un claro ejemplo de lo señalado, es la forma en que Z.I.Bozhovich y sus


colaboradores, ante la investigación de la reacción emocional frente al
fracaso, conocida como afecto de inadecuación, la cual es un hecho muy
concreto determinado a través de la investigación empírica, fue
desarrollando distintas aproximaciones de interpretación teórica, que a

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su vez, dieron lugar a nuevas investigaciones del fenómeno desde
diferentes prismas, llegando a la conclusión final de explicar el mismo
por un complejo subsistema de la personalidad, que integraba de forma
necesaria la orientación de la personalidad, la autovaloración, así como
la inseguridad y el nivel de aspiraciones, aspectos esenciales sobre los
cuales se pretendió explicar completamente esta reacción en una primera
aproximación teórica.

Investigaciones de este tipo, realizadas en distintas esferas de la


Psicología Aplicada, constituyen hoy una fuente permanente de resultados
que nutren la elaboración teórica sobre la personalidad.

Una característica distintiva de las investigaciones sobre la


personalidad en el momento actual, es la orientación consciente de los
investigadores de esta esfera, a trabajar en distintas direcciones de la
psicología Aplicada, que permiten ir descubriendo regularidades generales
de la personalidad a través de su expresión concreta en las distintas
esferas de la vida, lo que hasta el presente había sido un monopolio
absoluto de la Psicología Aplicada, que se desarrollaba al margen de una
Psicología General de la Personalidad.

Por la importancia que tiene la unidad de la Psicología General y


Aplicada con vistas al desarrollo de una teoría de la personalidad,
consideramos la misma como un principio metodológico de su investigación
actual, que posibilita romper con la absurda separación que hasta el
presente se ha manifestado entre ambas esferas del saber psicológico, la
cual, según nuestro criterio, ha tenido en su base los siguientes
factores:

1. Inexistencia de una teoría de la personalidad en la Psicología


General.

2. Divorcio entre las categorías esenciales desarrolladas por la


Psicología General y las necesidades teóricas y metodológicas de la
Psicología Aplicada.

Como resultado de esto, cada una de las ramas de la Psicología Aplicada


desarrollaba su propio sistema de categorías, en cuya expresión no se
indentificaban las regularidades de la personalidad comprometidas con
estas formas particulares de manifestación, encerradas en las categorías
de la Psicología Aplicada. Por ello, estas categorías no se utilizaban
con vistas al desarrollo de una teoría de la personalidad, y a su vez,
las mismas mantenían una cierta desarticulación entre si, por no partir
de una concepción general de la personalidad, que posibilitara llegar a
la explicación de ciertos niveles de integridad del comportamiento
psicológico del hombre.

A partir de la investigación de la personalidad no sólo por sus


contenidos, sino por la integración funcional de los mismos, y de
comprender la personalidad no como una estructura última de propiedades
asociadas a ciertas formas de regulación psicológica, sino como todo el
comportamiento y la expresión activa del sujeto, tras la cual subyacen
distintas regularidades y contenidos psicológicos, en los que se integran
distintas facetas de su mundo cognitivo y afectivo, integradas en la
personalidad como sujeto de la actividad y, a su vez, reguladas por ella.
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Esta transformación en la comprensión general de la personalidad
determina que adquieran un enorme sentido psicológico para su
investigación, los distintos resultados de la Psicología Aplicada, los
cuales, en si mismos, no son mas que manifestaciones parciales de la
personalidad.

Este nuevo momento en la comprensión de la personalidad da lugar, a su


vez, a un nuevo momento del desarrollo de la Psicología, que posibilite
su desarrollo integral y armonioso a través de las relaciones entre un
cuerpo de conceptualizaciones coherentes sobre el funcionamiento
psicológico integral del hombre, representado por una teoría psicológica
de la personalidad, y el desarrollo de las diferentes ramas aplicadas de
la Psicología, las cuales se apoyan en la teoría de la personalidad, y a
su vez, posibilitan su enriquecimiento a través de los nuevos hallazgos
de su investigación concreta.

Sólo alcanzando esta integridad podremos hablar de un desarrollo


cualitativo y creciente de la Psicología hacia niveles cada vez más
completos y complejos de los diferentes aspectos y regularidades
psicológicas comprometidos en sus formas mas complejas de expresión,
desarrollo que permitirá, a su vez, superar la actual fragmentación que
reina en el conocimiento psicológico por la especificidad irreconciliable
entre las categorías y técnicas existentes en las diferentes ramas del
saber psicológico.

Esta nueva posición desarrollada ante el estudio de la personalidad,


implica que la misma no sea vista como una supra-categoría de todo el
saber psicológico, tal y como se había intentado desarrollar por las
diferentes concepciones no marxistas, sino como una esfera concreta de la
regulación psicológica, cuyo nivel de complejidad e integridad es
superior a la de los procesos psíquicos, y que su estudio presupone el
establecimiento de diferentes categorías, así como el descubrimiento de
sus manifestaciones funcionales en la regulación psicológica.

Por ello en el momento actual, mucho más útil que dar una definición
teórica más de la categoría personalidad, es delimitar aquellos aspectos
generales, en cuyo marco podemos desarrollar los siguientes pasos de la
investigación y la elaboración conceptual sobre tan complejo objeto de
estudio. Estos aspectos generales son:

1. La personalidad se manifiesta en un conjunto de complejos subsistemas


de regulación, a través de los cuales adquieren un carácter explicativo
las diferentes formas de expresión de la personalidad.

2. La personalidad expresa la integración de numerosos subsistemas, en


cuya forma de organización y jerarquía se expresan sus regularidades
generales. De ahí que su investigación actual apunta hacia el
descubrimiento de síntesis explicativas cada vez más complejas.

3. La personalidad se manifiesta como un sujeto consciente, capaz de


autodeterminarse y regular su actividad. Este sujeto asume la expresión
integral de la personalidad, constituyendo la expresión más elevada del
carácter activo del hombre, postulada por el Marxismo.

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En nuestro país hemos logrado aproximaciones conceptuales en esta
dirección, que orienten a partir de nuestras condiciones actuales
distintas líneas de investigación en esferas como la regulación moral, la
motivación profesional y los aspectos de la personalidad implicados en
determinadas enfermedades circulatorias, las cuales han permitido un
crecimiento cada vez más preciso de nuestra concepción general de la
personalidad, lo que será objeto de un próximo articulo.

BIBLIOGRAFÍA
1. Abuljanova, K.A. La herencia filosófica de C. Marx en la ciencia
psicológica contemporánea. Journal de Psicología, No. 4, 1983, Moscú.

2. Abuljanova, K.A. Actividad y Psicología de la personalidad. Editorial


"Nauka", Moscú, 1980.

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"Nauka", Moscú, 1973.

4. Bieri, J. Cognitive complexity-simplicity and predictive behavior.


Journal of Abnormal and Social Psychology, 1955.

5. González, F. El problema de la autodeterminación moral de la


personalidad a partir de una concepción marxista del hombre. Ponencia
presentada en la Academia de Ciencias en el Evento por el 100 Aniversario
del natalicio de Carlos Marx, 1983.

6. González, F. Motivación moral en adolescentes y jóvenes. Editorial


Científico-Técnica. La Habana. 1983.

7. Kelly, G. The psychology of personal constructs. New York, 1955.

8. Konovalova, L.V. Problemas gnoseológicos de la moral. En el libro "La


ética soviética hoy", Editorial Progreso, Moscú, 1981.

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