You are on page 1of 3

SÓFOCLES, 2010, Antígona. Traducción de Assela Alamillo. Madrid: Gredos.

PERSONAJES:

1) Antígona – Hija de Edipo y Yocasta. Sobrina de Creonte. Hermana de Ismene,


Polinices y Eteocles. Prometida con Hemeo.
a. Representa: resistencia contra el poder abusivo del Estado.
Desobediencia civil.
b. Representa: falta de prudencia. Decisión unilateral definitiva.
2) Creonte – Hermano de Yocasta. Tío de Antígona. Padre de Hemeo. Esposo de
Eurídice.
a. Representa: dogmatismo de Estado. Decide por su cuenta sin prestar
atención a otros. Falta de prudencia. Insensatez.
3) Ismene – Hermana de Antígona.
a. Representa: llamado a la prudencia.
4) Coro de Ancianos Tebanos, consejeros de Creonte.
a. Representan: flexibilidad no comprometida. Reflexión general.
5) Guardián
a. Representa: cautela, miedo al poder.
6) Hemón. Hijo de Creonte y Eurídice. Prometido de Antígona.
a. Representa: prudencia.
7) Tiresias. Adivino ciego anciano.
a. Representa: llamado a la prudencia
8) Eurídice. Esposa de Creonte, madre de Hemón.
a. Representa: sufrimiento

 Ismene a Antígona: “¿Qué ventaja podría sacar yo, oh desdichada, haga lo que
haga, si las cosas están así?” (p. 61, v. 40)
o Ismene: “Es preciso que consideremos, primero, que somos mujeres, no
hechas para luchar contra los hombres, y, después, que nos mandan los
que tienen más poder, de suerte que tenemos que obedecer en esto y en
cosas aú más dolorosas que estas”. “Yo por mi parte, pidiendo a los de
abajo que tengan indulgencia, obedeceré porque me siento coaccionada a
ello. Pues el obrar por encima de nuestras posibilidades no tienen ningún
sentido”. (p. 62, v. 60-70) Ismene: cautela, no ir más allá de nuestras
posibilidades, no forzar la situación. No cuestionar ni salir del lugar
de mujeres
o Ismene: “deseas cosas imposibles”.

 Antígona a Ismene: “Yo le enterraré. Hermoso será morir haciéndolo. Yaceré con
él, al que amo y me ama, tras cometer un piadoso crimen, ya que es mayor el
tiempo que debo agradar a los de abajo que a los de aquí. Allí reposaré para
siempre. Tú, si te parece bien, desdeña los honores a los dioses”. (p. 62) Antígona:
moriré sin dudas. No hay vacilaciones. Actuar de agrado a dioses

 Creonte: “al que tiene en mayor estima a un amigo que a su propia patria no lo
considero digno de nada. Pues yo -¡sépalo Zeus que todo lo ve siempre!- no podría
silenciar la desgracia que viera acercarse a los ciudadanos en vez del bienestar, ni
nunca mantendría como amigo mío a una persona que fuera hostil al país,
sabiendo que es este el que nos salva y que, navegando sobre él, es como
felizmente haremos los amigos. Con estas normas pretendo yo engrandecer la
ciudad”. (p. 67) Creonte: más importante es la patria y la ciudad, y más amor
a ella que a los amigos.

 Guardián: “Señor, no puedo decir que por el apresuramiento en mover rápido el


pie llego jadeante, pues hice muchos altos a causa de mis cavilaciones, dándome
la vuelta en medio de camino”. (p. 69) Guardián: delibera, duda, muestra lo
que no hacen Antígona ni Creonte.

 Antígona: “No fue Zeus el que los ha mandado publicar, ni la Justicia que vive
con los dioses de abajo la que fijó tales leyes para los hombres. No pensaba que
tus proclamas tuvieran tanto poder como para que un mortal pudiera transgredir
las leyes no escritas e inquebrantables de los dioses. Estas no son de hoy ni de
ayer, sino de siempre, y nadie sabe de dónde surgieron. No iba yo a obtener castigo
por ellas de parte de los dioses por miedo a la intención de hombre alguno”. (p.
78) Antígona: las leyes de los dioses son mucho más poderosas que las de los
hombres. Es a ellas a las que hay que obedecer

 Coro: “Para lo que sucede ahora y lo que suceda en el futuro, lo mismo que para
lo que sucedió anteriormente, esta ley prevalecerá: nada extraordinario llega a la
vida de los mortales separado de la desgracia”. (p. 86) Coro: mortales siempre
son vulnerables a la desgracia

 Creonte: “Al que la ciudad designa se le debe obedecer en lo pequeño, en lo justo


y en lo contrario. Yo tendría confianza en que este hombre gobernara rectamente
en tanto en cuanto quisiera ser justamente gobernado y permanecer en el fragor
de la batalla en su puesto, como un leal y valiente soldado. No existe un mal mayor
que la anarquía. Ella destruye las ciudades, deja los hogares desolados. Ella es la
que rompe las líneas y provoca la fuga de la lanza aliada. La obediencia, en
cambio, salva gran número de vidas entre los que triunfan”. (p. 88) Creonte:
obediencia al gobernante, incluso en lo injusto. Lealtad de soldado a la
ciudad. No hay peor mal que la anarquía. Valor de la obediencia.

 Hemón: “Padre, los dioses han hecho engendrar la razón en los hombres como el
mayor de todos los bienes que existen. Que no hablas tú estas palabras con razón
ni sería yo capaz de decirlo ni sabría. Sin embargo, podría suceder que también
en [/] otro aspecto tuviera yo razón”. (pp. 88-89)
o “No mantengas en ti mismo solo un punto de vista: el de que lo que tú
dices y nada más es lo que está bien. Pues lo que creen que únicamente
ellos son sensatos o que poseen una lengua o una inteligencia cual ningún
otro, estos, cuando quedan al descubierto, se muestran vacíos”. (p. 89)
o “nada tiene de vergonzoso que un hombre, aunque sea sabio, aprenda
mucho y no se obstine en demasía. Puedes ver a lo largo del lecho de las
torrenteras que, cuantos árboles ceden, conservan sus ramas, mientras que
los que ofrecen resistencia son destrozados desde las raíces”. (p. 89) “es
preferible con mucho que el hombre esté por naturaleza completamente
lleno de sabiduría. Pero, si no lo está -pues no suele inclinarse la balanza
a este lado-, es bueno también que aprenda de los que hablan con
moderación”. (p. 90) Hemón: no hay mayor bien que la razón.
Propone, no impone / Hay que considerar muchos puntos de vista / No
hay nada de malo en aprender y cambiar de opinión, ser moderado

 Hemón a Creonte: “Tú gobernarías bien, en solitario, un país desierto”. (p. 91)
“¿Pretendes decir algo y, diciéndolo, no escuchar nada?” (p. 93) Hemón: el tirano
solo se escucha a sí mismo

 Tiresias a Creonte: “Recapacita, pues, hijo, ya que el equivocarse es común para


todos los hombres, pero, después que hay sucedido, no es hombre irreflexivo ni
desdichado aquel que, caído en el mal, pone remedio y no se muestra inflexible.
La obstinación, ciertamente, incurre en insensatez. Así que haz una concesión al
muerto y no fustigues a quien nada es ya. ¿Qué prueba de fuerza es matar de nuevo
al que está muerto? Por tenerte consideración te doy buenos consejos. Muy grato
es aprender de quien habla con razón, si ha de reportar provecho”. (p. 104)
Tiresias: recapacita, es normal equivocarse para los humanos, pero hay que
saber corregir el error y no ser obstinado. Es bueno aprender de la razón

 Tiresias: “la mejor de las posesiones es la prudencia”. (p. 105) Prudencia

 Creonte se arrepiente: “¡Ay de mí! ¡Con trabajo desisto de mi orden, pero no se


debe luchar en vano contra el destino!” Creonte se arrepiente y acepta que no
se puede luchar contra el destino: hay que ser más prudente, no obstinado

 Mensajero: Creonte comprobó que “entre los hombres la irreflexión es, con
mucho, el mayor de los males humanos”. (p. 113) Mensajero: mayor mal es la
irreflexión

 Termina el Corifeo: “La cordura es con mucho el primer paso de la felicidad. No


hay que cometer impiedades en las relaciones con los dioses. Las palabras
arrogantes de los que se jactan en exceso, tras devolverles en pago grandes golpes,
les enseñan en la vejez la cordura”. (p. 117) Coro concluye: no a la arrogancia,
a la obstinación. El valor de la cordura, que lleva a la felicidad

You might also like