You are on page 1of 4

Planteamiento del problema:

La doctrina más importante de la Reforma la Sola Scriptura está en crisis. Especialmente


cuando cada vez surgen más y más grupos que basándose en dicha doctrina se
autodenominan cristianos y a su vez rechazan o deforman verdades que históricamente la
Iglesia mantiene por años. El fenomeno

Solo basta observar lo siguiente para dar cuenta de esto:

Normalmente, muy por la mañana, escuchamos sonar el timbre de nuestras casas


y al abrir la puerta encontramos a un grupo de personas vestidas con ropa elegante y que
con agradable tono de voz nos explican que son estudiosos de la Biblia y nos invita a
poder leerla juntos. No es difícil de adivinar: se trata de los Testigos de Jehová. Nos hace
entrega una revista: el Atalaya y nos explican buenas nuevas que tiene el texto sagrado
para nosotros. Hasta aquí, no hay nada extraño, sin embargo, al profundizar en sus
estudios es que surgen algunas diferencias que por tanto tiempo hemos creído: no existe
la “trinidad de Dios”, “El verbo [Jesús] no es Dios” y “niegan la personalidad y divinidad
del Espíritu Santo” (Pérez Guadalupe, 2002) son algunos ejemplos. Para dar una muestra
de los anterior observemos lo siguiente en su página web https://www.jw.org/es/testigos-
de-jehov%C3%A1/preguntas-frecuentes/creencias-testigos-jehova/ respecto a sus
creencias:

Seguimos las enseñanzas y el ejemplo de Jesucristo, y le damos honra porque es


nuestro Salvador y el Hijo de Dios(Mateo 20:28; Hechos 5:31). Eso demuestra
que somos cristianos(Hechos 11:26). Sin embargo, la Biblia no enseña que Jesús
sea el Dios todopoderoso ni apoya la doctrina de la Trinidad (Juan 14:28).

Pero, ¿cómo es posible esto, si a partir de lo que conocemos como cristianismo


histórico aquellas cuestiones como la Trinidad y la divinidad de Jesús fueron resueltas en
el Concilio de Nicea (325 a.C.) y la personalidad y divinidad del Espíritu Santo en el
concilio de Constantinopla (381 a. C)?

Adicionalmente, aunque no tan visibles como pueda parecernos, existe otro grupo
que se los conoce porque “no reconocen el día Domingo como día del Señor, como todas
las Iglesias cristianas […] siendo su día religioso central el sábado” (Pérez Guadalupe,
2002, p. 228). Estos, son conocidos como los Adventistas del Séptimo Día. Ahora,
observemos lo anterior, por ejemplo, en su siguiente dirección web
http://www.adventistas.org/es/institucional/creencias/:

El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el


séptimo día, e instituyó el sábado para todos los hombres, como un monumento
conmemorativo de la creación. El cuarto mandamiento de la inmutable Ley de
Dios requiere la observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo,
adoración y ministerio, en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el
Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con
nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de
nuestra santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de
nuestro futuro eterno en el Reino de Dios. El sábado es la señal perpetua del
pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado
de una tarde a la otra tarde, de la puesta del sol a la puesta del sol, es una
celebración de la obra creadora y redentora de Dios. Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11;
31:13-17; Lev. 23:32; Deut. 5:12-15; Isa. 56:5, 6; 58:13, 14; Eze. 20:12, 20; Mat.
12:1-12; Mar. 1:32; Luc. 4:16; Heb. 4:1-11

Pero, nuevamente, ¿cómo es posible esto si por miles de siglos los cristianos han
celebrado el domingo como día central del Señor y no el sábado?

Asimismo, podemos también encontrar en algún lugar de nuestra gran ciudad


personas que con gran barba y túnicas caminan por nuestras calles. Más conocidos como
los “israelitas” pertenecientes a la Asociación Evangélica de la Misión Israelita del Nuevo
Pacto (AEMINPU) tienen como algunas características como “la circuncisión”,
“holocaustos”, “presentación de niños al templo”, etc., al mejor estilo de Antiguo
Testamento (Marzal, 2002). Como es posible observar junto con dos anteriores casos, al
igual que en el caso de los Testigos de Jehová y los Adventistas del Séptimo Día las
diferencias respecto al cristianismo histórico son evidentes. No obstante, todas se basan
en el texto bíblico para fundamentar sus propias doctrinas así éstas estén en contradicción
con la tradición.

Por otro lado, también existe otro grupo religioso que podemos apreciarlos en
nuestras cercanías. Lo que más salta a la vista por encima de sus trajes de terno, sus biblias
en mano y sus breves encuestas, son los ciudadanos coreanos que están cerca a este grupo.
Más conocidos como la Iglesia de Dios Sociedad Misionera Mundial directamente desde
Corea del Sur en su página web http://peru.watv.org/truth/truth_life/content_elohim.asp
podemos encontrar lo siguiente:

La palabra “Elohim” se traduce directamente como “Dioses”. La Biblia testifica


que Dios existe tanto en imagen femenina (Dios Madre) como en imagen
masculina (Dios Padre).

La Iglesia de Dios, Sociedad Misionera Mundial, ha recibido al segundo Cristo


Ahnsahnghong, Dios Padre, y a la Jerusalén celestial, Dios Madre.

Cuando las personas oyen la palabra “Dios”, la mayoría piensan inmediatamente


en “Dios Padre”, con la idea fija de que existe solo Dios Padre. Sin embargo, la
Biblia testifica claramente que existe Dios Madre además de Dios Padre.
Esperamos sinceramente que usted rompa los preconceptos que el hombre ha
hecho, y reciba a los verdaderos Salvadores: Cristo Ahnsahnghong y la Madre
Jerusalén.

Pero, ¿no es que lo que conocemos como la Santísima Trinidad lo que han creído
a lo largo de la historia los cristianos? ¿cómo es posible que pueda creerse todo lo
contrario el día de hoy?

Esto, por supuesto, o es un problema nuevo, ya que desde el inicio de la Iglesia cristiana
siempre ha habido grupos que hasta

Sin embargo, en la actualidad, la cuestión no es d


Puesto que cada protestante tiene el derecho de interpretar la Biblia, no se puede
evitar una amplia gama de interpretaciones. Y puesto que no hay autoridad
centralizada dentro del protestantismo, esta proliferación de opciones no puede
ser controlada. ¿Quién tiene derecho a decidir qué es ortodoxo y qué es herético?
Para muchos de los primeros protestantes esta era una idea peligrosa que abría las
compuertas a un torrente de distorsión, mal entendido y confusión (McGrath,
2007, p. 19).

You might also like