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ESPECTROMETRÍA DE ADSORCIÓN ATÓMICA Y FLUORESCENCIA.

DEFINICIÓN E HISTORIA.

En química analítica, la espectrometría de absorción atómica es una técnica para determinar la


concentración de un elemento metálico determinado en una muestra. Puede utilizarse para analizar
la concentración de más de 62 (70 según algunos autores) metales diferentes en una solución, o
directamente en muestras sólidas utilizadas en farmacología, biofísica o investigación toxicológica.

Aunque la espectrometría de absorción atómica fue utilizada por vez primera como una técnica
analítica, y los principios subyacentes fueron establecidos en la segunda mitad del siglo XIX
por Robert Wilhelm Bunsen y Gustav Robert Kirchhoff, ambos profesores de la Universidad de
Heidelberg, Alemania, la forma moderna fue desarrollada en gran medida durante la década de los
50 por un equipo de químicos de Australia, dirigidos por Alan Walsh.

PRINCIPIOS EN LOS QUE SE BASA.

La técnica hace uso de la espectrometría de absorción para evaluar la concentración de un analito


en una muestra. Se basa en gran medida en la ley de Beer-Lambert.

¿Qué es espectrometría de absorción? ¿Qué es un analito? ¿Qué relaciona la ley de Beer-Lambert?

La espectrometría de absorción se refiere a una variedad de técnicas que emplean la interacción de


la radiación electromagnética con la materia. En la espectrometría de absorción, se compara la
intensidad de un haz de luz medida antes y después de la interacción con una muestra. Las palabras
transmisión y remisión se refieren a la dirección de viaje de los haces de luz medidos antes y después
de la absorción.

El analito es una especie química que puede ser identificado y cuantificado, es decir, determinar su
cantidad y concentración en un proceso de medición química.

En óptica, la ley de Beer-Lambert, también conocida como ley de Beer o ley de Beer-Lambert-
Bouguer es una relación empírica que relaciona la absorción de luz con las propiedades del material
atravesado.

La ley de Beer-Lambert relaciona la intensidad de luz entrante en un medio con la intensidad saliente
después de que en dicho medio se produzca absorción. La relación entre ambas intensidades puede
expresarse a través de las siguientes relaciones:

Para líquidos:

𝑰𝟏
= 𝟏𝟎−𝑨
𝑰𝟎
Para gases:
Donde:

, son las intensidades saliente y entrante respectivamente.

, es la absorbancia, que puede calcularse también como:

es la longitud atravesada por la luz en el medio,

es la concentración del absorbente en el medio.

es el coeficiente de absorción,

es el coeficiente de absorción:

es la longitud de onda de la luz absorbida.

es el coeficiente de extinción.

¿Por qué es útil ésta ley?

Como la trayectoria de la radiación permanece constante y el coeficiente de absorción es


característico para cada elemento, la absorbancia es directamente proporcional a la concentración
de las especies absorbentes.

En resumen, los electrones de los átomos en el atomizador pueden ser promovidos a orbitales más
altos por un instante mediante la absorción de una cantidad de energía (es decir, luz de una
determinada longitud de onda). Esta cantidad de energía (o longitud de onda) se refiere
específicamente a una transición de electrones en un elemento particular, y en general, cada
longitud de onda corresponde a un solo elemento.

Como la cantidad de energía que se pone en la llama es conocida, y la cantidad restante en el otro
lado (el detector) se puede medir, es posible, a partir de la ley de Beer-Lambert, calcular cuántas de
estas transiciones tienen lugar, y así obtener una señal que es proporcional a la concentración del
elemento que se mide.

Los instrumentos de absorción atómica básicos son:

La fuente radiante más común para las mediciones de absorción atómica es la lámpara de cátodo
hueco, que consiste en un cilindro relleno con un gas inerte dentro del cual se encuentra un cátodo
(construido del metal a analizar) y un ánodo. Al aplicar un cierto potencial a través de los electrodos
esta fuente emite el espectro atómico del metal del cual está construido el cátodo. Llevar el átomo
a su estado basal (cero).

En la EAA se utilizan atomizadores con y sin llama para producir átomos libres del metal en el haz
de la radiación. El atomizador con llama está compuesto de un nebulizador y un quemador. La
solución de la muestra es convertida primero a un fino aerosol, y luego llevada a la llama que entrega
la energía suficiente para evaporar el solvente y descomponer los compuestos químicos resultantes
en átomos libres en su estado fundamental. Las mezclas de gases más usados para producir la llama
adecuada son: aire/propano, aire/acetileno y óxido nitroso/acetileno. Generalmente, la elección
dependerá de la temperatura requerida para la disociación de los compuestos y de las
características químicas del elemento a determinar.

En los atomizadores sin llama-atomización electrotérmica con horno de grafito el vapor atómico se
genera en un tubo de grafito calentado eléctricamente, en cuyo interior se ubica la muestra. Estos
atomizadores presentan diversas ventajas, como una alta eficiencia en generar vapor atómico,
permite el empleo de pequeños volúmenes de muestra y análisis directo de muestras sólidas.

Los espectrofotómetros de absorción atómica poseen generalmente monocromadores de red con


montaje de Littrow o de Czerny-Turner. Estos monocromadores permiten aislar una línea de
resonancia del espectro emitido por la lámpara de cátodo hueco.

Como detector, se emplea un fotomultiplicador que produce una corriente eléctrica, la cual es
proporcional a la intensidad de la línea aislada por el monocromador. Un amplificador selectivo
amplifica la señal pasando luego a un dispositivo de lectura que puede ser un voltímetro digital o un
registrador u otros.

La espectroscopia de absorción atómica con llama es el método más empleado para la


determinación de metales en una amplia variedad de matrices. Su popularidad se debe a su
especificidad, sensibilidad y facilidad de operación. En este método la solución muestra es
directamente aspirada a una llama de flujo laminar. La llama tiene como función generar átomos en
su estado fundamental, de los elementos presentes en la solución muestra. Temperaturas cercanas
a los 1,500–3,000°C son suficientes para producir la atomización de un gran número de elementos,
los que absorberán parte de la radiación proveniente de la fuente luminosa.

El número de átomos generados en su estado fundamental en la etapa de atomización determinará


la cantidad de radiación absorbida.

El quemador del premezclado, que consiste en la combinación de un nebulizador con un


quemador. En este sistema continuo la solución muestra es aspirada por arrastre con el gas
comburente a través de un nebulizador para generar un aerosol fino dentro de una cámara donde
se mezcla con los gases combustible y comburente auxiliar. Un deflector de flujo, ubicado en la
cámara de premezclado, permite que las gotitas más grandes impacten contra él, caigan al fondo
de la cámara y se escurran por el tubo de drenaje. El aerosol compuesto por las gotitas más finas es
transportado hacia el cabezal del quemador, donde ocurre la combustión y la atomización de la
muestra. Una entrada de gas oxidante auxiliar directa a la cámara de premezclado permite que los
ajustes del flujo del oxidante sean efectuados por medio de la línea auxiliar, mientras que el flujo a
través del nebulizador permanece constante. De esta forma la velocidad de aspiración de la muestra
es independiente de las condiciones de la llama.

Los nebulizadores pueden ser regulados para variar la velocidad de aspiración de la solución
muestra (1–4 ml/min). Estos están hechos de un material resistente a la corrosión.

Diferentes tipos de cabezales son utilizados dependiendo del tipo de llama a emplear. Estos se
construyen de titanio para darle una resistencia al calor y a la corrosión, siendo los más empleados
de 10 cm de ranura simple (llama acetileno/aire), 10 cm de ranura triple para soluciones con alto
contenido de sólidos y cabezal de 5 cm (llama acetileno/óxido nitroso).

El detector es el dispositivo encargado de captar la señal óptica proveniente del monocromador


y transformarlo en una señal electrónica capaz de ser convertida en un valor legible. El más común
es el fotomultiplicador, tubo de vacío provisto de placas fotosensibles que recibe los fotones, los
convierte en impulsos electrónicos y multiplica hasta obtener la suficiente intensidad eléctrica.
En años reciente se están utilizando también los detectores de estado sólido CCD, de alta
sensibilidad asociados a los monocromadores Echelle.

El tiempo necesario para la atomización de una muestra dependerá de la velocidad de entrada de


los gases en la llama y se expresa con altura de la llama, de modo que la medición de la
absorbancia se debe realizar en una zona en que la atomización sea completa.

La llama debe ser en lo posible transparente, es decir, no debe absorber parte de la radiación
proveniente de la lámpara. En general, la llama debe poseer una lata eficiencia en la producción
de átomos libres y ésta debe evitar que ocurran reacciones del elemento a determinar con
productos de la combustión de los gases empleados o con otros componentes de la muestra. Al
respecto, la temperatura de la llama tiene un cierto grado de importancia, siendo a veces más
valiosas las propiedades reductoras u oxidantes (según relación entre gases
combustible/comburente) de ella. La razón óptima combustible/comburente dependerá:

 del tipo de quemador;

 de los gases (combustible/comburente);

 del elemento a determinar.

La llama aire/acetileno es la más empleada, debido a que ofrece para muchos elementos un medio
ambiente y temperatura suficientes para la atomización. La llama es completamente transparente
y solamente muestra autoabsorción bajo los 230 nm.

La introducción de la llama óxido nitroso/acetileno (2,900 – 3,000°C) permite la determinación de


aquellos elementos que nos dejan determinar con llama aire/acetileno como Al, Si, Ti, etc… Como
producto de su baja velocidad de combustión, esta llama energética ofrece un medio ambiente
químico, térmico y óptimo favorable, pero posee dos desventajas: numerosos elementos son
ionizados y muestran una emisión relativamente fuerte.
La llama hidrógeno/argón es utilizada en la determinación de As, Se, Cd y Zn. Su gran ventaja es su
alta transparencia en el ultravioleta ideal para la determinación de As y Se. Sin embargo, se debe
contar con grandes interferencias, debido a la menor temperatura de llama.

En espectroscopia de absorción atómica la concentración de un elemento en una muestra se


determina por comparación de la absorbancia de la solución muestra con la absorbancia de
soluciones estándar de concentración conocida. Si cualquier constituyente de la muestra altera uno
o más pasos en el proceso de formación de átomos en su estado fundamental en la llama, llevará a
un error en la medición de la concentración. Las interferencias que se pueden producir en
espectroscopia de absorción atómica se clasifican en: físicas químicas, de ionización y espectrales.

Diagrama del proceso de atomización en una llama.

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