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Programa Académico Preparatorio

PAP

Escuela de Formación de Profesores de


Enseñanza Media
Curso de Biología
“Características Física y Químicas de la
materia”

Licenciada Carmen Galich


CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y QUÍMICAS
DE LA MATERIA

¿CÓMO SE PRESENTA LA MATERIA EN LA TIERRA?


Materia es lo que ocupa un lugar en el espacio y tiene masa. Todo lo que
constituye el universo es materia que se presenta en estado sólido, líquido o
gaseoso según la intensidad de las fuerzas que mantienen unidas sus
partículas, y la temperatura a que están expuestas.
Existen diferentes niveles de organización de la materia, y estos constituyen la
base para explicar algunos procesos biológicos.
Todos los constituyentes de la materia, están formados por átomos. Los
átomos tienden a unirse para dar lugar a moléculas, que pueden estar
constituidas por dos o más átomos iguales o diferentes.

EL ÁTOMO

El átomo es la partícula más pequeña que conserva


las propiedades de la materia y representa las
características de un elemento.
El término átomo significa indivisible, aunque
ahora sabemos que los átomos están constituidos
por unidades más pequeñas, llamadas partículas
subatómicas, de las cuáles las más importantes
son: los protones, los neutrones y los electrones.
El átomo está integrado por dos partes: un núcleo
central y una nube o envoltura electrónica. El
núcleo está compuesto por protones y neutrones, y
la envoltura es una nube de electrones.
Cada partícula subatómica se distingue por su carga, localización y masa,
datos que se muestran en el cuadro siguiente:

Partículas Carga Masa Ubicación


Protón Positiva 1 uma Núcleo

Neutrón Neutra 1 uma núcleo


Electrón Negativa Despreciable Alrededor del núcleo

En la naturaleza hay aproximadamente 92 tipos de átomos, cada uno de los


cuales forma la unidad estructural de un elemento diferente. Un elementos es
una sustancia que no puede descomponerse ni convertirse en otras sustancias
mediante procesos químicos ordinarios, el número de protones que hay en el
núcleo, es llamado número atómico y es característica para cada elemento.
Por ejemplo, un átomo de hidrogeno tiene 1 protón en su núcleo, un átomo de
carbono seis y un átomo de oxigeno ocho. Un átomo tiene el mismo número
de electrones y protones por lo tanto es eléctricamente neutro.
En ocasiones, los átomos pueden tener distintos números de neutrones; cuando
esto sucede se denominan isotopos de ese elemento. Algunos isótopos son
radiactivos, es decir, se desintegran espontáneamente para formar diferentes
átomos y liberan energía en el proceso.
Por su carga eléctrica negativa los electrones se repelen mutuamente y son
atraídos hacia los protones; debido a esta repulsión mutua, solo cantidades
limitadas de electrones pueden ocupar el espacio más cercano al núcleo. Un
átomo grande puede dar cabida a muchos electrones, porque estos se
encuentran en órbitas cada vez más alejadas del núcleo. Los electrones de un
átomo viajan en regiones específicas de la nube o envoltura electrónica,
llamadas capas de electrones que corresponden a mayores niveles de energía
conforme se aleja del núcleo.
La capa de electrones más cercana al núcleo atómico es la más pequeña y
sólo puede contener dos electrones. Los electrones en dicha capa están en el
menor nivel de energía. Esta primera capa es la única en los átomos de
hidrógeno y de helio por ser átomos pequeños.
La segunda capa, que corresponde a un nivel de energía superior, puede
contener hasta ocho electrones. Los electrones de un átomo llenan primero la
capa más cercana al núcleo y luego empiezan a ocupar las de mayor nivel.
Por ejemplo, un átomo de carbono con numero atómico seis, tendrá seis
electrones, de los cuales dos estarán en la primera capa y cuatro en la segunda
capa.

Aunque los átomos grandes pueden tener capas de energía complejas, todos
los átomos que son importantes para la vida (con excepción del hidrogeno)
necesitan ocho electrones para completar sus capas más externas, lo cual se
conoce como regla del octeto.
Los núcleos y las capas de electrones desempeñan papeles complementarios
en los átomos. Los núcleos ofrecen estabilidad, en tanto que las capas de
electrones permiten interacciones, o enlaces, con otros átomos.

MOLÉCULAS Y COMPUESTOS
Una molécula consta de dos o más átomos del mismo elemento, o de
elementos distintos, los cuales s e mantienen unidos gracias a las interacciones
en sus capas de electrones más externas. Una sustancia cuyas moléculas
están formadas por diferentes tipos de átomos se llama compuesto. Los
átomos interactúan entre sí de acuerdo con dos principios básicos:
Un átomo no reaccionará con otros átomos si su capa de electrones
externa está totalmente llena. Decimos que tal átomo es inerte.

Un átomo reaccionará con otros átomos si su capa de electrones más


externa está parcialmente llena. Decimos entonces que el átomo es
reactivo.

Un átomo con su capa de electrones externa parcialmente llena puede adquirir


estabilidad al perder electrones (hasta que la capa quede totalmente vacía), al
ganar (hasta llenar la capa), o al compartirlos con otro átomo (en cuyo caso
ambos átomos se comportarán como si su capa externa estuviera llena). Los
resultados de perder, ganar y compartir electrones son los enlaces químicos;
fuerzas de atracción que mantienen unidos a los átomos de las moléculas.
Hay tres tipos de enlaces químicos: enlaces iónicos, enlaces covalentes y
puentes de hidrogeno.
ENLACES QUÍMICOS

ENLACE IÓNICO:
En este enlace uno de los átomos toma un electrón de la capa de valencia del
otro, quedando el primero con carga negativa por el electrón adicional y el
segundo con carga positiva al perderlo; el enlace se debe a una ley de la física
ampliamente conocida: los polos opuestos se atraen. Cuando un átomo o
molécula tiene carga eléctrica se le conoce como ión, de aquí el nombre.

Por ejemplo un átomo de Cloro al aceptar 1 e- (electrón) del Sodio queda


cargado negativamente, forma el ión Cloruro Cl-, (anión) mientras que el
Sodio queda con un electrón menos y forma el catión Na+ (cargado
positivamente). Los iones cargados de manera opuesta se atraen entre ellos a
través de fuerzas electroestáticas que son la base del enlace iónico, en el
ejemplo anterior la sustancia resultante es el Cloruro de Sodio ClNa (sal
común).

Por ejemplo, durante la reacción del sodio con


el cloro:

sodio (en la izquierda) pierde su única


valencia de electrones al cloro (a la derecha),

resultando en un ión de sodio cargado


positivamente (izquierda) y un ión de cloro
cargado negativamente (derecha).

Imágenes de Visionlearning
Características del enlace iónico.

Se rompe con facilidad obteniéndose los iones que lo forman, generalmente


basta disolver la substancia.
Las substancias con enlaces iónicos son solubles en solventes polares.

Cloruro de sodio disuelto en H2O


Imagen de Visionlearning

ENLACE COVALENTE:

El segundo tipo de enlace atómico ocurre cuando los átomos comparten


electrones. Al contrario de los enlaces iónicos en los cuales ocurre una
transferencia completa de electrones, el enlace covalente ocurre cuando dos (o
más) elementos comparten electrones. Esto ocurre comúnmente cuando dos
no metales se enlazan. Ya que ninguno de los elementos que participan en el
enlace querrá ganar electrones, estos elementos compartirán electrones para
poder llenar sus envolturas de valencia.

La distribución de e- (electrones) compartidos y no compartidos es lo que


determina la estructura tridimensional de las moléculas
Un buen ejemplo de un enlace covalente es el que ocurre entre dos átomos de
hidrógeno. Los átomos de hidrógeno (H) tienen un electrón de valencia en su
primera capa. Puesto que la capacidad máxima de esta capa es de dos
electrones, cada átomo de hidrógeno "querrá" tomar un segundo electrón. En
un esfuerzo por conseguir un segundo electrón, el átomo de hidrógeno
reaccionará con átomos H vecinos para formar el compuesto H 2. De esta
manera, ambos átomos comparten la estabilidad de una envoltura de valencia.
Lo mismo ocurre con el oxígeno, solo que tiene un enlace doble, con 2 enlaces
covalentes.

TIPOS DE ENLACES COVALENTE: NO POLAR Y POLAR


En realidad, hay dos sub-tipos de enlaces covalentes. La molécula H2 es un
buen ejemplo del primer tipo de enlace covalente: el enlace no polar. Ya que
ambos átomos en la molécula H2 tienen una igual atracción (o afinidad) hacia
los electrones, los electrones que se enlazan son igualmente compartidos por
los dos átomos, y se forma un enlace covalente no polar. Siempre que dos
átomos del mismo elemento se enlazan, se forma un enlace no polar. Los
enlaces O-O y C-H son no polares.

Los enlaces covalentes son muy fuertes y su estabilidad poco se afecta por la
presencia de solventes. Un ejemplo típico de enlace covalente es el enlace
Carbono-Carbono que se presenta en gran número de compuestos orgánicos.

En la práctica, los orbitales compartidos no se encuentran repartidos de


manera equivalente, ya que los átomos más electronegativos tienden a
mantener a los electrones en su cercanía y, por lo tanto, el orbital molecular de
enlace presenta mayor volumen en la vecindad del átomo electronegativo. Los
enlaces covalentes en los que ambos átomos participantes poseen una
electronegatividad semejante (como en los enlaces C-C), no presentan
diferencias en la carga electrónica a lo largo de la molécula, por tanto su carga
eléctrica es también uniforme y se dice que no poseen polaridad.
Un enlace polar se forma cuando los electrones son
desigualmente compartidos entre dos átomos, o difieren
en su electronegatividad (poder del átomo en una
molécula para atraer electrones). Los enlaces covalentes
polares ocurren porque un átomo tiene una mayor
afinidad hacia los electrones que el otro (sin embargo,
no tanta como para empujar completamente los
electrones y formar un ión). En un enlace polar los
electrones que se enlazan pasarán un mayor tiempo
alrededor del átomo que tiene la mayor afinidad hacia H2O: una molécula de
los electrones. Un buen ejemplo del enlace polar agua
covalente es el enlace H-O en la molécula de agua.

Sin embargo, en muchos casos el enlace covalente se forma entre átomos de


distinta electronegatividad y en consecuencia los electrones se agrupan más
cerca de aquel átomo electronegativo, como consecuencia un lado de la
molécula es electrodeficiente (posee carga parcial positiva) y el otro es
electrodenso (posee carga parcial negativa). Este tipo de enlaces se designan
como enlaces covalentes polares y las moléculas con este desbalance de
cargas se designan como dipolares.

Las moléculas de agua contienen dos átomos de hidrógeno (dibujados en azul)


enlazados a un átomo de oxígeno (en rojo). El oxígeno, con seis electrones de
valencia, necesita dos electrones adicionales para completar su envoltura de
valencia. Cada hidrógeno contiene un electrón. Por consiguiente el oxígeno
comparte los electrones de dos átomos de hidrógeno para completar su propia
envoltura de valencia, y en cambio, comparte dos de sus propios electrones
con cada hidrógeno, completando la envoltura de valencia H.

Características del enlace covalente.

Es muy fuerte y se rompe con dificultad.


Si la diferencia de electronegatividades entre los 2 átomos es marcada,
tenemos un enlace polar y se favorecerá la solubilidad de la sustancia en
solventes polares. Ejemplo: un enlace O-H
Si la diferencia de electronegatividad es poca, tenemos un enlace no polar y
se favorecerá la solubilidad de la sustancia en solventes no polares. Ejemplo:
un enlace C-H o C-C.
PUENTES DE HIDROGENO:
La presencia de cargas parciales sobre los átomos de oxígeno e hidrógeno
de la molécula del agua hace posible que entre ellas mismas se formen
enlaces débiles debido a la atracción electrostática, llamados puentes de
hidrógeno. Dada la estructura de la molécula de agua, se pueden formar
hasta 4 puentes de H, dos a través del átomo de Oxígeno y uno por cada
átomo de Hidrógeno.

Son interacciones polares y su intensidad es cerca de 5-10% de enlace


covalente. En el enlace por puente de hidrógeno los tipos más importantes
de fuerzas de atracción son débiles y estos enlaces son los causantes de que
el agua sea un líquido a temperatura ambiente en lugar de un gas. Donde
existe un hidrógeno unido a un elemento fuertemente electronegativo se
establece una unión intermolecular, precisamente entre el H de una
molécula y el elemento fuertemente negativo de la otra.

Este enlace se puede establecer además entre el agua y cualquier otra


molécula. Si el puente se establece entre dos moléculas diferentes ya sea
de la misma o de diferente especie se le denomina enlace intermolecular,
por ejemplo la molécula de agua, el ácido fluorhídrico etc.
COMPUESTOS QUE FORMAN PARTE DE LOS SERES
VIVOS

Los seres vivos están formados por una enorme variedad de compuestos
inorgánicos y orgánicos, como agua, sales, carbohidratos, lípidos, proteínas y
ácidos nucleicos, y la mayoría de ellas tiene los componentes físicos y
químicos para su mantenimiento, crecimiento y reproducción.
Previo al estudio de los compuestos inorgánicos y orgánicos de importancia
biológica, nos detendremos en conocer los elementos que constituyen gran
parte de estos compuestos.

ELEMENTOS QUE COMPONEN


ORGANISMOS REPRESENTATIVOS

Recordemos que el termino elemento se aplica a


sustancias que no pueden descomponerse en otras
más simples mediante reacciones químicas. Se
conocen aproximadamente 111 elementos
distribuidos en la tabla periódica de los elementos
químicos; de éstos 92 se encuentran en la
naturaleza y los otros se han obtenido
artificialmente. Sólo algunos de ellos forman parte
de los seres vivos. Cuatro elementos constituyen
más del 96% de la masa de la mayor parte de los
organismos -oxígeno, carbono, hidrógeno, y
nitrógeno- estos se conocen también como
bioelementos.
La tabla siguiente muestra la distribución y función de los principales
elementos químicos en el ser humano.

PORCENTAJE
ELEMENTO APROXIMADO DE
Y SÍMBOLO LA MASA TOTAL IMPORTANCIA O FUNCIONES
QUÍMICO DEL CUERPO
HUMANO
Oxígeno 65% Necesario para la respiración celular, presente
en la mayor parte de los compuestos orgánicos,
componente del agua.
Carbono 18% Forma el esqueleto de las moléculas orgánicas;
puede formar cuatro enlaces con otros átomos.
Hidrógeno 10% Presente en la mayor parte de los compuestos
orgánicos; componente del agua.
Nitrógeno 3% Componente de las proteínas, ácidos nucleicos y
clorofila.

Otros elementos se presentan en una mínima proporción del 4%; sin


embargo también son indispensables para la vida, estos son el azufre (S),
fósforo (P), magnesio (Mg), calcio (Ca), sodio (Na), potasio (K), cloro (Cl),
hierro (Fe).
EL ÁTOMO DE CARBONO
Nos centraremos en el estudio del carbono, debido a que este es un elemento
químico componente fundamental de la materia viva que forma un número
inmenso de compuestos. Su número atómico es 6 y su número másico es 12.
El carbono tiene propiedades únicas que permiten la formación de los
esqueletos de las moléculas grandes y complejas esenciales para la vida.
Dado que un átomo de carbono tiene cuatro electrones de valencia, puede
completar su capa de valencia formando un total de cuatro enlaces
covalentes. Cada enlace puede unirlo a otro átomo de carbono o a un átomo
de un elemento distinto. El carbono es particularmente adecuado para
funcionar como el “esqueleto” de moléculas grandes, en virtud de que los
enlaces carbono-carbono son fuertes y no se rompen con facilidad: Los
enlaces carbono no son sólo del tipo sencillo, en algunos compuestos se
pueden formar enlaces dobles y en otros triples.
c-c c=c c≡c
Se conocen más de 16 millones de compuestos que contienen carbono y
alrededor del 90 % de los compuestos nuevos que se sintetizan cada año
contienen carbono. El estudio de los compuestos de carbono constituye una
rama de la química que se conoce como Química Orgánica. La molécula
orgánica más simple dentro de la Química Orgánica, es el Metano, que está
formada por un átomo de carbono y cuatro hidrógenos enlazados.
La noción de que las sustancias químicas orgánicas y los organismos vivos
están ligados es indudablemente cierta en un sentido: la vida como la
conocemos no podría existir sin un enorme conjunto de moléculas orgánicas
complejas de importancia biológica.
Las moléculas orgánicas contienen principalmente carbono e hidrogeno,
algunos contienen otros elementos como el oxígeno, nitrógeno, azufre y
fosforo. Así como hay millones de diferentes tipos de organismos vivos en
este planeta, hay millones de moléculas orgánicas diferentes, cada una con
propiedades químicas y físicas diferentes. Esta diversidad de compuestos
químicos orgánicos tiene su origen en la versatilidad del átomo de carbono.
Algunas características que diferencian a los compuestos orgánicos de los
inorgánicos, se enlistan en el cuadro anterior:

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