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ASPECTOS JURIDICOS,
ECONOMICOS Y DEL TRANSPORTE”.
Autor: GUILLERMO GIMENEZ
Edición: 1º Edición - Barcelona, 1997
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cambio con otros documentos, como un conocimiento de embarque y una factura
comercial).
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2. Gestión del crédito y seguro de crédito a la exportación.
Las empresas dirigidas con profesionalidad han desarrollado sistemas de gestión nacional
del riesgo de crédito. Para las empresas que trabajan con el extranjero, no basta con trasladar
estos procedimientos al comercio internacional.
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b. Evaluación de los riesgos asociados a clientes potenciales – En un gran número de
países se dispone de mucha información crediticia, especialmente de las empresas
importantes. Las agencias calificadoras, como Dun & Bradstreet, proporcionan análisis
pormenorizados y el banco del cliente puede facilitar, como mínimo, una mera referencia o un
historial crediticio. Estos servicios pueden resultar caros, por lo que debe calibrarse su
necesidad en relación con la importancia de la operación y el sistema de pago que el cliente
esté dispuesto a aceptar. Si acepta pagar en metálico y por adelantado o mediante carta de
crédito confirmado, tal vez no valga la pena efectuar estas comprobaciones (excepto si la
mercancía se fabrica por encargo especial o necesita una preparación específica).
1) Pago por adelanto – Obviamente, es el sistema más seguro para el exportador, pero en
los mercados competitivos su uso no es factible. El importador puede acceder a pagar por
adelantado si se le concede un descuento: para calcularlo hay que sumar los intereses del
periodo de crédito solicitado por el importador (es decir, 30, 60, 90 días) más el coste del
seguro de crédito o los gastos de gestión de crédito ahorrados. Un pago parcial por
adelantado (del veinte o el treinta por ciento, por ejemplo) puede ser una condición más
aceptable y realista para el importador, pero deja al exportador expuesto al riesgo.
El pago en condiciones de cuenta abierta, respaldado por un crédito de apoyo (standby) o
una garantía a primer requerimiento, puede ser un método tan seguro como el pago por
adelantado (e incluso más que el pago parcial por adelantado). Aunque el exportador
concede crédito o la garantía son su mejor garantía de pago. Si el importador no paga la
factura, el exportador puede exigir el importe del crédito o la garantía. El peligro en este
caso, por supuesto, se traslada al importador, ya que un exportador sin escrúpulos podría
reclamar el pago del crédito de forma injustificada o fraudulenta.
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preparación de documentos para evitar el riesgo de impago por disconformidad cuando los
presente al banco.
d. Gestión del riesgo de cambio – La manera más sencilla que tiene el exportador para evitar
el riesgo de cambio es aceptar únicamente el pago en su propia moneda. En mercados
competitivos, sin embargo, las empresas exportadoras muchas veces tienen que aceptar el
pago en una moneda extranjera, con lo que se exponen a las fluctuaciones en las
cotizaciones. En la última sección de este capítulo se resumen los diversos sistemas para
gestionar el riesgo de cambio de divisas.
f. Obtención de seguros de exportación – Se trata de una garantía básica que, por supuesto,
no cubre todos los riesgos ni lo hace ilimitadamente. Además, esta protección tiene un precio.
Se explica en la sección siguiente.
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g. Cobro de cuentas vencidas – Las sanciones por demora en el pago pueden disuadir a los
importadores de la tardanza en liquidar las cuentas. Si el exportador no ha dispuesto un
mecanismo de garantía de pago, puede ser necesario que ponga en marcha un sistema de
cobro. Por descontado, todo recurso jurídico debe ir precedido de intentos de persuasión
informales, como llamadas telefónicas y cartas que contengan cada vez un tono más rígido.
El exportador puede optar finalmente por entregar esta cuenta a un recaudador internacional
o a una sociedad de factoring. En operaciones importantes, acaso deba iniciarse una acción
procesal. Este último asunto se describe en la sección de resolución de disputas
internacionales.
Cuenta abierta
Pago por adelantado
Cobranza
Cobranza documentaria
Cobranza simple
Carta de crédito (apartado .5)
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3.2. Pago por adelantado
Como hemos visto, el pago en condiciones de cuenta abierta se utiliza cuando existe una
gran confianza entre las empresas. En el polo opuesto, si el exportador duda de la credibilidad del
importador (o de la estabilidad de su país), puede exigir el pago por adelantado. De esta manera
no asume ningún riesgo. El importador, sin embargo, está sometido a un gran riesgo, por lo que no
debe aceptar jamás estas condiciones de pago sin disponer de información completa sobre la
buena reputación del vendedor. Los pagos por adelantado, si se efectúan, suelen ser parciales.
Ciertos instrumentos de pago documentarios, como las cartas de crédito con “cláusula roja”
constituyen variantes de pagos por adelantado.
Mientas que el pago por adelantado representa la opción ideal para el exportador y la
cuenta abierta es la ideal para el importador, los sistemas de pago que consideremos a
continuación –la cobranza documentaria y el crédito documentario- son compromisos que ofrecen
beneficios a ambas partes.
2) D/A – “Documentos contra aceptación” – El importador acepta el efecto para recibir los
documentos de título de la mercancía. Con la aceptación, el importador se obliga
incondicionalmente a pagar según las condiciones del efecto.
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a. Ventajas y desventajas – Para el exportador, las ventajas de las cobranzas son la
sencillez, el bajo coste y el control sobre los documentos de transporte, que se mantiene
hasta que recibe garantías de cobro. La ventaja para el importador reside en que no tiene
ninguna obligación de pagar antes de haber podido examinar los documentos y, en algunos
casos incluso la mercancía (mediante la inspección en un almacén de depósito aduanero).
Las desventajas para el exportador se concretan en los riesgos que corre: riesgo de que el
importador no acepte la mercancía, riesgo de crédito del importador, riesgo político del país al
que exporta y riesgo de que la mercancía no pueda despacharse en la aduana. Las
empresas exportadoras prudentes han de conseguir informes del importador y analizar el
riesgo-país. Otra desventaja es que el mecanismo de la cobranza puede resultar
relativamente lento. Sin embargo, el banco del exportador puede estar dispuesto a conceder
financiación hasta la fecha del cobro. En la cobranza contra pago (D/P) el único riesgo que
corre el importador es el de recibir mercancía que no se corresponde con la especificada en
la factura o en el conocimiento de embarque, pero este factor es inevitable a menos que se
exija un certificado de inspección como parte de la documentación. Los bancos no asumen
ningún riesgo en las cobranzas documentarias (aparte del que se derive de su negligencia en
el cumplimiento de las instrucciones recibidas). Por esta razón las cobranzas son
significativamente más económicas –en cuanto a tarifas bancarias- que los créditos
documentarios.
4.1. Introducción
Los créditos documentarios (conocidos también como cartas de crédito o “L/C”, del inglés
Letter of credit) reducen los riesgos del importador y el exportador de manera sustancial. Por tanto,
no resulta sorprendente que constituyan el mecanismo de pago por antonomasia en el comercio
internacional, especialmente en las operaciones entre empresas distantes. En síntesis, la carta de
crédito es un documento emitido por el banco del importador, por el que se compromete a pagar al
exportador si cumple correctamente con los requisitos documentales. De aquí el término “crédito
documentario”: el pago, aceptación o negociación del crédito se realizan cuando el vendedor
presenta todos los documentos especificados. Estos documentos (el conocimiento de embarque,
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la factura, el certificado de inspección...) sirven como prueba, hasta cierto punto, de que la
mercancía estipulada ha sido enviada correctamente al importador. Por supuesto, siempre existe la
posibilidad de que los documentos sean incorrectos o fraudulentos.
En el siguiente paso, el importador solicita a su banco que abra la carta de crédito. El banco
la emite (de aquí el nombre de “banco emisor”) y acuerda pagar según las instrucciones del
importador. A continuación al crédito se envía al exportador o a un banco de su país (dependiendo
del tipo de crédito). Por lo común, de acuerdo con el contrato de compra-venta y/o la solicitud de
apertura de crédito, se solicita al banco del exportador (u otro banco en el país del exportador) que
confirme el crédito documentario, con lo que se compromete a pagar, por lo tanto, de conformidad
con lo dispuesto en el crédito. A veces los exportadores insisten en recibir créditos confirmados
para tener un agente pagador cercano y de confianza.
Si el exportador acepta los términos del crédito, embarca la mercancía. Tras el envío, se
presenta en el banco designado pagador y presenta los documentos que la empresa importadora
solicitó. Normalmente también presenta una letra de cambio o un efecto bancario, documento que
representa la obligación de pago del banco (los documentos se han definido más arriba).
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4.2. Reglas para las cartas de crédito: las RUU 500
Las normas de la CCI, conocidas como Reglas y Usos Uniformes relativos a los Créditos
Documentarios (“RUU 500”, o “UCP 500” del inglés Uniform Customs and Practice) han
estandarizado los usos y prácticas de las cartas de crédito internacionales. Se citan a veces para
ilustrar cómo la autorregulación del comercio internacional puede resultar más eficaz que los
tratados, las normas gubernamentales o el derecho jurisprudencial. De hecho, los comentaristas
jurídicos han considerado que las RUU son el acto de armonización mercantil de más éxito en la
historia del comercio internacional.
Aunque entrar en detalles relativos al refinamiento y las mejoras incluidos en las RUU 500
escapa del propósito de este libro, los aspectos más importantes merecen una breve mención:
Si no se establece si el crédito es revocable o irrevocable, se considera que es irrevocable
(es la postura opuesta a las RUU 400).
El banco que examina los documentos dispone de un plazo razonable, que no puede
exceder de los siete días laborables siguientes a la recepción de los documentos, para
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decidir si los acepta o si los rechaza y para informar al beneficiario en consecuencia (con
las RUU 400 no se establecía un plazo máximo preciso). Sin embargo, cabe destacar que
los tribunales pueden decretar que en determinados casos el plazo “razonable” es
bastante inferior a siete días.
Documentos de transporte – Artículos 23 a 30 – Estas disposiciones han sido redactadas
de nuevo, meticulosamente, de manera que cada tipo de documento de transporte tiene un
artículo independiente, con lo que los requisitos para cada uno se presentan de manera
más clara. Desde el mundo del transporte se ha criticado que las RUU 500 han ido
demasiado lejos en la especificación de los requisitos que deben satisfacer estos
documentos.
Prácticas bancarias internacionales – El artículo 13(a) establece la norma de que el
cumplimiento de los documentos con los términos y condiciones del crédito se determinará
basándose en las prácticas bancarias internacionales.
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irrevocablemente a pagar al beneficiario el valor del efecto y/o otros documentos, con la
condición de que cumpla con los términos y condiciones del crédito.
5) Banco pagador (o “agente pagador”) – Es el banco que examina los documentos que
presenta la empresa exportadora y, si resultan de conformidad con lo dispuesto en el
crédito, dispone el pago a su favor. El riesgo principal que asume es el de pagar por
documentos con discrepancias, en cuyo caso quizá no pueda recuperar más tarde el
dinero del banco emisor. Sin embargo, el banco que actúa como agente pagador puede
rechazar el pago al exportador si la cuenta del banco emisor no puede cubrir el importe
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del efecto (esta norma sólo es aplicable si el banco no ha añadido su confirmación a la
carta de crédito).
6) Banco negociador – Es el banco que revisa los documentos que presenta el exportador
y “negocia” el crédito (es decir, en el caso de tener un efecto a plazo, lo compra al
exportador al descuento). Esta negociación, o compra, se efectúa normalmente “con
recurso”, lo que significa que si el banco emisor no paga al banco negociador, éste último
puede obligar al exportador a devolver los fondos. Esta característica distingue al banco
negociador del banco confirmador. Cuando el banco confirmador paga al exportador, es
“sin recurso”, lo que significa que si el banco confirmador no recibe el reembolso del
banco emisor no puede obligar al exportador a devolver los fondos.
c. Tipos de cartas de crédito. Tipos de cartas de crédito (hasta cierto punto, descritas
también en las definiciones de los bancos):
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3) Cartas de crédito a la vista / a plazo – Los créditos pueden disponer el pago a la vista
(inmediato) o el pago en una fecha venidera (crédito mediante letras a plazo).
5) Cartas de crédito con cláusula roja – El crédito con cláusula roja permite que el
exportador obtenga cobros anticipados a cuenta y riesgo del ordenante. En este tipo de
créditos, el banco pagará los efectos a la vista presentados por el exportador hasta un
límite porcentual del importe total del crédito, contra la presentación de ciertos
documentos preliminares. En sus orígenes, las cláusulas que estipulaban un crédito con
cláusula roja se imprimían o escribían con tinta roja (de aquí el nombre). Obviamente,
estos créditos deben utilizarse únicamente cuando el importador confía plenamente en el
exportador.
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crédito independiente emitido a favor del proveedor último. Mientras que en el crédito
transferible el importador debe solicitar que el crédito sea transferible, en el crédito de
respaldo tal vez ignore la existencia del acuerdo de respaldo. Aunque el intermediario, por
tanto, querrá emplear este tipo de créditos para no revelar que recurre a un proveedor
final, incurre en un riesgo adicional al actuar así. En el crédito de respaldo, el
intermediario debe pagar al banco todo pago correcto efectuado al beneficiario del
segundo crédito, independientemente de que reciba o no el pago del primer crédito. Este
es un terreno arriesgado para los bancos, que son muy precavidos por lo que respecta a
este tipo de créditos.
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no pueden impedir el pago de conformidad con lo dispuesto en el crédito. Sin embargo, el
crédito debe abrirse de conformidad con las condiciones especificadas en el contrato de
compra-venta.
El contrato de compraventa puede disponer detalles o condiciones adicionales relativas al
crédito documentario (como, por ejemplo, la fecha de pago, los documentos que deben
presentarse...). Normalmente, el exportador vendedor insistirá en obtener un crédito
confirmado si no confía en el riesgo de crédito del banco emisor o si teme que existan
riesgos políticos o riesgos de cambio asociados con el país del comprador.
- Fecha y lugar de vencimiento del crédito – Al fijar estas fechas debe darse
suficiente tiempo al beneficiario para que prepare y envíe la mercancía.
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- Beneficiario – El nombre y la dirección del beneficiario deben transcribirse con
exactitud y por completo.
- Detalles del embarque – Entre otros, debe indicarse si se permiten los embarques
parciales y los transbordos. A menos que el ordenante tenga razones de peso para
prohibir los embarques parciales, es mejor permitirlos, ya que proporcionan
flexibilidad al beneficiario. Si la mercancía, por u peligrosidad o volumen, ha de ser
cargada sobre cubierta, el crédito debe especificar que se permiten los
conocimientos de embarque que indiquen que la mercancía se ha cargado o puede
cargarse sobre cubierta.
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originales basta con un único ejemplar o fotocopia. El beneficiario prudente sabe
que a medida que crecen los requisitos documentales se incrementan las
posibilidades de que un documento contenga discrepancias y, por tanto, se bloquee
el pago del crédito.
c. Emisión del crédito - Tras analizar la solvencia del importador, el emisor decidirá si emite
o no el crédito. Desde el punto de vista bancario, el crédito documentario equivale a una
solicitud de préstamo del importador por un periodo que va desde la emisión del crédito
hasta el vencimiento.
La decisión del banco confirmador implica un análisis del riesgo de crédito del banco
emisor, el riesgo de cambio y de los riesgos políticos. Si confirma el crédito, debe pagar al
beneficiario contra la presentación de documentos conformes, con independencia de la
capacidad del banco emisor de reembolsarle el importe posteriormente.
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permitirá detectar a tiempo las incoherencias relativas al contrato de compraventa o a la
preparación y envío de la mercancía.
Si el exportador, al revisar del crédito, se da cuenta de que no podrá cumplir con las
condiciones establecidas (o le es poco práctico), debe notificarlo inmediatamente al
importador y solicitar que el crédito se modifique. El exportador debe verificar que se
modifica realmente y que este hecho se le notifica - por desgracia, es frecuente que las
empresas decidan modificar el crédito sin haber informado al banco emisor, con lo que se
corre el riesgo de que más tarde aparezca una discrepancia.
Según las RUU, el banco debe examinar los documentos en un plazo razonable que
no puede exceder los siete días laborables posteriores a la recepción de los documentos,
debería notificarlo al beneficiario, no más tarde de este plazo, mediante un método de
telecomunicación u otro sistema urgente.
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Si los documentos contienen discrepancias, el exportador puede corregirlas -
siempre que sean subsanables y se disponga de tiempo - antes del vencimiento de crédito.
Obviamente, dejando de lado el vencimiento, no todas las discrepancias pueden ser
modificadas (no pueden corregirse, por ejemplo, los documentos de transporte que no se
corresponden con los especificados en el crédito, el certificado de inspección que indique
que la mercancía es defectuosa...). Si el beneficiario, por cualquier razón, no pudiera
enmendar los documentos, debe ponerse en contacto con el ordenante para levantar
(directamente o mediante el banco avisador o confirmador). El ordenante puede estar
dispuesto a conceder el levantamiento de la discrepancia, especialmente si es insignificante
y si existen razones comerciales para llevar cabo la operación. Desgraciadamente, a veces
los ordenantes utilizan las discrepancias como una oportunidad de conseguir descuentos
de los exportadores, razón de más para que los beneficiarios preparen la documentación
con gran cuidado.
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Es imprescindible confiar en que tanto el banco emisor como el confirmador
respetarán sus compromisos de pago. El compromiso de pago del primero es
independiente y autónomo respecto al contrato comercial subyacente. De este modo, el
hecho de que el exportador incumpla una de las condiciones del contrato (por ejemplo,
respecto a la cantidad o calidad de la mercancía, fecha de entrega...) no da pie a que la
empresa importadora prohíba pagar a su banco al amparo de crédito. La excepción
principal a esta norma tiene que ver con la estafa. Si el banco recibe una notificación o una
prueba clara de que el beneficiario ha cometido un fraude, no solo está autorizado, sino que
está obligado a retener el pago. Sin embargo, no se exige que investigue las meras
sospechas de fraude.
Los tribunales son reacios a emitir mandatos judiciales para ordenar aun naco que
retenga un pago, por lo que se requieren indicios claros de fraude. Puesto que el uso de las
cartas de crédito tiene su origen - hasta cierto punto - en la necesidad de evitar riesgos por
falta de conocimiento o de confianza entre comprador y vendedor, es imprescindible que
ambos se fíen de los bancos. Estos han de cumplir con sus obligaciones con
independencia de los argumentos en contra que puedan presentar las empresas. Los
jueces se han referido a las cartas de crédito como "la sangre vital" del comercio
internacional. Si los bancos tuvieran la potestad de rechazar el pago de las cartas de
créditos cuando surgen desacuerdos entre las empresas, la corriente vital del comercio
internacional se bloquearía en un corto espacio de tiempo.
#No hay lugar para los documentos que son casi iguales, o que valdrán también."
Equitable Trust Co. De Nueva York contra Dawson Parthers Ltd. (1927) LI L Rep 49.
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La gran mayoría de las disputas en cartas de crédito se refieren a las discrepancias
en los documentos. Las decisiones de los bancos relacionadas con las discrepancias
deben basarse en la doctrina del cumplimiento estricto.
En la carta de crédito, el banco emisor actúa como agente del importador. Como tal,
debe seguir las instrucciones que éste le encomienda.
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documentario a su contexto comercial mediante la estipulación precisa, en el contrato de
compraventa, del tipo de crédito que necesitan.
Evalúen el crédito cuidadosamente tan pronto como lo reciban. Soliciten al comprador que
lo modifique si creen que tendrán dificultades para cumplir con los términos especificados.
Verifiquen que los documentos son los exigidos en el crédito. Por ejemplo, ¿se solicita un
certificado de seguro marítimo, o una póliza de seguro marítimo?
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proporcionar este tipo de certificados, representan la mejor garantía de que la mercancía
embarcada cumple con los requisitos de calidad establecidos en el contrato. Pueden
comprometerse, como empresa compradora, a pagar la inspección.
Los bancos
Informen a los compradores con poca experiencia sobre la importancia de los certificados
de expedición.
No empleen más tiempo del razonable en revisar los documentos, incluso si se solícita al
ordenante que levante las discrepancias. Si bien las RUU establecen un plazo máximo
razonable de siete días, los tribunales de algunos países pueden imponer periodos
sustancialmente inferiores.
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sentido contrario. De este modo, las fluctuaciones de cambio pueden proporcionar tanto
beneficios como pérdidas.
El riesgo económico es el riesgo de fluctuación de las divisas a largo plazo, por lo que
también pertenece a la política de riesgos. Surge debido a los compromisos de la empresa,
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en el tiempo, con un conjunto de clientes y sus divisas. Este riesgo no puede evitarse con
técnicas de coberturas sencillas. Por ejemplo, la empresa exportadora tal vez querrá
transferir el riesgo de la operación a la empresa importadora, por lo que solicitará que el
pago se efectúe en su propia divisa. Sin embargo, si depende en gran medida de ese
mercado en particular, estará afectada inevitablemente por las fluctuaciones sustanciales
que se produzcan entre las dos divisas.
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