Los pórfidos de Cu (Mo-Au) son relativamente raros pero productos reproducibles del
magmatismo relacionado a la subducción. No parece que se requiera un proceso único para su
formación, aunque las combinaciones aditivas de procesos tectono-magmáticos comunes, u optimización de estos procesos, pueden afectar el grado y el tamaño, así como la ubicación de los depósitos resultantes. Estos diversos procesos contribuyentes son revisados, desde la fusión parcial en la porción del manto que cubre la placa de subducción, a través de los procesos de interacción del magma con la litosfera, hasta los mecanismos para el emplazamiento del magma y la exsolución volátil en la corteza superior. Los procesos específicos de la formación de minerales, tales como la evolución del fluido magmático-hidrotermal, no se discuten. Los magmas máficos calientes, hidratados, relativamente oxidados y ricos en azufre (predominantemente basaltos) generados en la porción del manto metasomatizado sobre una losa oceánica subductora se elevan de manera boyante a la base de la corteza suprayacente donde se estancan debido a los contrastes de densidad. Debido a que estos magmas están oxidados, el azufre está presente predominantemente como sulfato, y los elementos calcófilos tales como Cu y Au son incompatibles (es decir, se retienen en la masa fundida). A medida que estos magmas comienzan a cristalizar, liberan calor, lo que provoca la fusión parcial de las rocas de la corteza. La mezcla entre los magmas derivados de la corteza y del manto produce un magma híbrido evolucionado (andesítico a dacítico), rico en volátiles, metalífero, que tiene una densidad suficientemente baja para elevarse a través de la corteza. El ascenso del Magma es impulsado principalmente por fuerzas de flotación y es predominantemente un fenómeno controlado por fractura. Como tal, el estrés cortical y los patrones de tensión juegan un papel importante en guiar el ascenso del magma desde la corteza inferior. En particular, las estructuras translitosféricas, orogénicas paralelas y de deslizamiento sirven como control primario del emplazamiento del magma en muchos arcos volcánicos de todo el mundo. Opera un mecanismo de retroalimentación, mediante el cual las fallas preexistentes facilitan el ascenso del magma, el calor debilita aún más la corteza y enfoca la tensión. Ciertas geometrías estructurales, tales como quiebras de fallas, escalones e intersecciones de fallas, ofrecen volúmenes extensivos de bajo esfuerzo durante la deformación transpresional. Dichos sitios representan conductos verticales de permeabilidad relativamente alta, a través de los cuales el magma preferentemente ascenderá. Los grandes complejos plutónicos corticales superiores pueden por lo tanto estar localizados dentro de estos entornos estructurales. Habiendo entregado un volumen suficiente de magma de arco evolucionado y fértil a una posición enfocada en la corteza superior, el fraccionamiento magmático, la recarga y la solución volátil conducen al desarrollo de sistemas magmático-hidrotermales formadores de mineral. En una primera aproximación, el tamaño del depósito resultante estará limitado por el volumen de magma entregado a la cámara de magma de la corteza superior. Los detalles específicos del sistema, como la evolución magmático-hidrotermal, la naturaleza de las rocas del país y el posterior historial de erosión y meteorización controlarán en última instancia el valor del depósito, pero estos factores quedan fuera del alcance de este documento.