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H. Baker et al. (eds.), Your Praise is Sweet. A Memorial Volume for Jeremy Black from Students,
Colleagues and Friends. London: British Institute for the Study of Iraq, pp. 401-412.
Durante el siglo pasado se ha vuelto cada vez más claro que la Teogonía de Hesíodo estaba muy
influenciada por las ideas del Cercano Oriente antiguo. Similitudes notables relacionadas al mito de
sucesión fueron descubiertas tan pronto como el contenido de las tablillas hititas del mito de Kumarbi se
publicó (Forrer 1935: 398-9; 1936: 687-713). Durante los años siguientes se han señalado más motivos en
común en ambos textos (Güterbock 1946; 1948; Lesky 1950: 137-60; Steiner 1958; Burkert 1986), y,
junto con los temas comunes en la épica babilónica Enuma eliš, han sido sintetizados por V. Haas (1994:
85-152) y M. L. West (1997: 276-333). Como una extensión de esos paralelos ya establecidos, examino
aquí el himno a Estigia en la Teogonía de Hesíodo dentro del contexto de la épica babilónica Enuma eliš
y el ciclo épico hitita La Realeza en el Cielo. No sólo muestro que el camino de Zeus a la soberanía está
conectado con la institucionalización del gran juramento de los dioses, sino también que el tema del
juramento y la soberanía tienen paralelos en la ceremonia de coronación de Marduk en la épica babilónica
y en la invocación de dioses del juramento en el proemio del ciclo épico hitita.
EL HIMNO A ESTIGIA
La narrativa de Estigia recibiendo el honor de ser el gran juramento de los dioses es una de las piezas
centrales de la Teogonía de Hesíodo (vv. 383-403) y al mismo tiempo uno de los pasajes más
desconcertantes. A primera vista, el contenido de la narrativa parece ser muy simple. Es la de Estigia
creando a Celo (la Rivalidad Ansiosa), Nike (la Victoria), Cratos (la Fuerza o el Dominio), y Bía (la
Violencia), y su rival en el Monte Olimpo. Antes de la batalla contra los Titanes, Zeus prometió que todos
los dioses que pelearan con él en contra de los Titanes recibirían los debidos honores. Tras la promesa de
Zeus, fue Estigia quien llegó primero al Monte Olimpo y le aconsejó a Zeus que tomara sus hijos como
sus compañeros. Por eso, Zeus le concedió el honor de ser el gran juramento de los dioses. El pasaje
concluye enfatizando que Zeus está gobernando con fuerza. De manera que el relato sobre la creación de
Celo, Nike, Cratos y Bía se transforma en una narrativa que se ocupa de la soberanía de Zeus in status
nascendi:
1
Según Hesíodo, Teogonía v.376, Palas es el hijo de Críos y Euribia.
2
392 Dijo que aquellos de entre los dioses que lucharan con él en contra de los Titanes
393 no serán privados de honores y que cada uno
394 conservará la estima que había tenido anteriormente entre los inmortales dioses.
395 También dijo que el que fue deshonrado e ignorado por Cronos
396 será elevado al honor y la estima, como está establecido.
397 Quien primero llegó al Olimpo fue la inmortal Estigia
398 junto con sus hijos, de acuerdo con el consejo de su amado padre.
399 Zeus la honró y le dio innumerables regalos.
400 Luego decretó que ella fuera el gran juramento de los dioses,
401 y que sus hijos vivieran con él por siempre.
402 Como lo prometió, lo cumplió en
403 cada detalle. Y gobierna con gran fuerza.
Claramente aquí, Estigia juega un papel clave en la llegada de Zeus al poder. Lo que no está claro, sin
embargo, es cuál es exactamente su rol o función. Aunque Titán, ella también está relacionada a los
olímpicos cuyo ascenso al poder vendrá a expensas de los Titanes. 2 Esto da origen a las siguientes
preguntas: ¿Cuál es exactamente la conexión entre Estigia y el ascenso de Zeus al poder? y ¿Por qué
recibe Estigia el honor de ser el gran juramento de los dioses?
Tradicionalmente, la discusión del himno a Estigia se enfocó en el problema de cómo interpretar
las primeras líneas con respecto a la relación genealógica entre Estigia y sus hijos. Esto ha llevado la
interpretación en dos direcciones posibles: ya sea considerar a los hijos de Estigia como ayudantes de
Zeus en la batalla contra los Titanes, o a considerar a los hijos como instrumentos ejecutores de Estigia, es
decir, como poderes que hagan cumplir los procedimientos de prestar juramento entre los dioses. El
último punto de vista fue adoptado por Fränkel (1931: 9-17) y Schwenn (1934: 98-100), quienes
argumentaron que los hijos de Estigia se parecen a su madre a tal punto que representaban una
constelación de poderes que igualaba la realidad de los juicios de la corte. Por consiguiente, Fränkel y
Schwenn tratan la relación entre Estigia y sus hijos en términos de una lógica genealógica (cf. Philppson
1936: 3), que subyace en muchas otras relaciones genealógicas en la Teogonía de Hesíodo, tales como los
hijos de la Noche o los hijos de Eris (vv. 211-32). Los hijos de la noche tales como Destino y Muerte o
Sueño y los Sueños, también los hijos de Eris como Esfuerzo y Dolor, o Mentiras y Acracia, o Juramento
se parecen a sus madres en tanto heredan algo de la esencia de su madre o expanden y explican su
carácter. De igual manera, los hijos de Estigia están para explicar su esencia, carácter o campo de acción.
De acuerdo con Fränkel y Schwenn estos hijos expanden la esencia de Estigia en tanto hacen cumplir la
ley por medio de prestar juramento por el agua de Estigia.
A diferencia de Fränkel y Schwenn, Solmsen (1949) negó cualquier parecido genealógico entre
madre e hijos, en tanto consideró que los hijos de Estigia eran ayudantes a los que Zeus necesitó durante
la batalla contra los Titanes.3 Rivalidad Ansiosa, Victoria, Fuerza y Violencia no son los (p. 402) poderes
más coloridos, aun así, según Solmsen, parece importante para Zeus tenerlos a mano, o importante para
Hesíodo asignárselos a Zeus. El hecho de que Zeus vaya delante de ellos y les muestre el camino
significaría, según Solmsen, que son personificaciones de cualidades que no son independientes o
autónomas ni están relacionadas a Zeus por naturaleza, sino que se han vuelto inseparablemente asociadas
a Zeus a medida que asciende al poder y se asegura su soberanía. La razón por la que los dioses juran por
2
Estigia es la hija de Océano y Tetis, por consiguiente nieta del Cielo y la Tierra (Hesíodo, Teogonía, v. 361 y v
776).
3
“La idea primaria del poeta no era que la madre de Nike y los otros tres debe ser Estigia sino que lo que Zeus
necesita para asegurar su gobierno son estos cuatro poderes. Esta idea lo llegó a asignarle a Estigia hijos que se
parecen muy poco a ella” (Solmsen 1949:33).
3
Estigia, según Solmsen, es porque Estigia le posibilitó a Zeus que derrotara a los Titanes trayéndole sus
hijos al Monte Olimpo. Como consecuencia, ella recibió el honor de ser el gran juramento de los dioses.4
Siguiendo los pasos de Solmsen, aunque con menor énfasis, West (1966) también mantuvo que
Estigia le había proporcionado sus hijos a Zeus como ayudantes contra los Titanes, ya que esos hijos
parecen representar cualidades de las que Zeus carecía pero necesitaba para derrotar a los Titanes.
Además, West señala que la genealogía de Estigia y sus hijos no explica la siguiente narrativa sino que es
explicada por ésta.5 Por consiguiente, según West, esta narrativa es un mito etiológico que presenta un
relato de por qué los hijos de Estigia son compañeros de Zeus y por qué Estigia recibió el honor de ser el
gran juramento de los dioses. Para sostener su punto de vista West trató de reconstruir la digresión
narrativa imaginando cómo pudo haber sido creado el mito:
¿Por qué juran por Estigia los dioses? Porque Zeus lo ordenó. ¿Por qué lo hizo? En recompensa por algún
servicio que le prestó Estigia. ¿En relación a qué? Muy posiblemente en relación a la Titanomaquia, ya que
eso fue cuando Zeus necesitaba ayuda. Entonces ¿peleó ella por él? Difícilmente en persona: pero pudo
haber enviado a sus hijos a pelear por él. Entonces ¿quiénes pudieron haber sido, que él necesitó de su
ayuda? Victoria y Fuerza; esos eran los dioses que necesitaba. Por consiguiente se hace que aquellos dioses
sean hijos de Estigia. (West 1966: 272; cf. Walcot: 1958: 9-14).
La respuesta de West a por qué los dioses juran por Estigia tiene una base textual: porque Zeus decretó
que ella sea el gran juramento de los dioses ([cita griega omitida], v. 400). Pero su respuesta a por qué
Zeus decretó eso está menos fundada en el texto de Hesíodo. El hecho de que los hijos de Estigia le
brindaran ayuda física durante la batalla contra los Titanes es un argumento implícito y por consiguiente
hace que la respuesta de West sea algo vacilante. Excepto por una breve nota en un autor tan tardío como
Apolodoro,6 no hay evidencia positiva en Hesíodo o en Homero de que Estigia o sus hijos realizaran
algún servicio para Zeus durante la Titanomaquia. Ya Fränkel (1931) señaló que esta conexión permanece
oscura.7 De manera que no es seguro reconstruir su participación calculando cómo pudo haber sido creado
el mito. El texto y el contexto apuntan en una dirección diferente y pueden incluso dictar una
interpretación diferente.
Hasta ahora parece que ni las posiciones de Solmsen y West ni las posiciones de Fränkel y
Schwenn son completamente convincentes. Además Fränkel y Schwenn, que sostenían que la ley se hace
cumplir (p. 403) a través de Estigia como el gran juramento de los dioses, fueron fácilmente desestimados
por Solmsen (1949: 33 n. 102): “No puedo encontrar ningún trazo de este pensamiento en Hesíodo.” Por
consiguiente, reconsideraré la posición de ellos en más detalle, señalaré las grandes dificultades de esa
posición, y conduciré la discusión en una dirección diferente.
4
“¿Por qué debería una vertient del Inframundo tener el honor excepcional de servir como ‘el gran juramento de los
dioses’? […] Fue Estigia la que le proporcionó ayudantes invaluables a Zeus en el momento de urgencia extrema”
(Solmsen 1949: 33).
5
“La razón por la que Estigia se convierte en madre de Celo, Nike, Cratos y Bía debe buscarse en la digresión
narrativa que sigue. Este es un mito etiológico que explica (a) por qué Victoria y Poder están eternamente del lado
de Zeus, (b) por qué los dioses juran por Estigia” (West 1966: 272).
6
Apolodoro, Bibliotheka I.II.4-5: [cita en griego omitida]. Y de Palas y Estigia … nacieron … Victoria, Dominio,
Emulación y Violencia. Pero Zeus hizo que se prestaran juramentos por el agua de Estigia, que fluye de una roca en
el Hades, concediéndole este honor a ella porque ella y sus hijos habían luchado a su lado contra los Titanes.
7
“Er hat sie für sich gewonnen, als er mit den Titanen um die Weltherrschaft zu kämpfen sich anschickte. Wie nötig
brauchte er da Sieg und Gewalt! Aber diese Sache bleibt im Dunkel” (Fränkel 1931: 15).
4
su hermano (Erga vv. 10ff; 213ff). Como en Erga de Hesíodo (vv. 190-210), donde conflicto y disputa se
resuelven en procedimientos judiciales si una parte presta juramento, la descripción de Tártaro en la
Teogonía (vv. 782-6) presenta la administración de justicia entre los dioses:
Al transferir los asuntos humanos a la esfera divina, Hesíodo describe un posible procedimiento judicial
entre los dioses (Solmsen 1949: 32-3). El agua de la Estigia, que mana de un acantilado escarpado, es
descripta más tarde como [texto griego omitido], una gran desgracia para los dioses (v. 792), ya que la
consecuencia para aquellos dioses, que son condenados por perjuicios, se cree que era demasiado severa
(vv. 793-804):
La enumeración de las posibles consecuencias para el dios falso no deberían considerarse como el
clímax de las retribuciones, sino como lo señaló Hirzel (1902: 181) correctamente, como la diferencia
entre (p. 404) condena y castigo (cf. Latte 1920: 6; Marót 1924: 10). La exclusión de la sociedad olímpica
es un castigo apropiado, mientras que yacer sin aliento y caer en coma por un año debería considerarse
como indicación de la culpa del dios. En otras palabras, el efecto del agua de Estigia conduce a una
consecuencia física que designa los medios de la evidencia para condenar al dios falso. La exclusión del
dios falso de la comunidad olímpica es la consecuencia legal de designar un castigo civil que no está
prescripto por Estigia sino por Zeus y los olímpicos.
En contra de este fondo de procedimiento judicial divino o solución de controversia, no sólo
Estigia, quien recibe el honor de ser el gran juramento de los dioses, sino también el Juramento deificado,
el último vástago de Eris, en consecuencia se determinó que fueran juramentos asertivos.8 Al considerar a
Estigia o el agua de Estigia como un juramento asertivo, Hirzel (1902) estuvo seguido por Fränkel (1931),
quien argumentó que la narrativa de Estigia recibiendo el honor de gran juramento de los dioses debe ser
entendido en referencia a una escena de juicio. Según Fränkel, los hijos de Estigia representan el poder
8
“Als assertorischen betrachtete den Eid Hesiod, da er ihn ein Kind der Eris nennt” (Hirzel 1902: 2 cf. Latte 1920:
6). Hirzel 1902: 171-82 incluso llega tan lejos como para creer que el agua de Estigia representa una ordalía
primigenia.
5
del juramento por el cual uno de los litigantes resulta victorioso en los procedimientos judiciales.9 Debido
a su carácter representan la disputa y el acuerdo entre dos partes por la aplicación del gran juramento de
los dioses: de esta manera, haciendo cumplir la ley (Recht).10 Las observaciones de Schwenn de que el
juramento hace cumplir la ley es ambivalente, ya que permanece poco claro si él entendía “Recht” como
ley positiva o como ley o derecho natural. Lo menos que uno podría decir es que dentro de la lógica de la
Teogonía de Hesíodo el himno a Estigia no proporciona evidencia inmediata de que el gran juramento de
los dioses tiene que ser determinado como un juramento asertivo. Esto se puede demostrar a través de
ejemplos en Homero.
En los poemas homéricos, el agua de Estigia se usa para los procedimientos de prestar juramento
entre los dioses olímpicos. Después de que Hera haya seducido a Zeus y luego lo haga dormir para asistir
a Poseidón en su apoyo a los aqueos en contra de los troyanos (Ilíada XIV, vv. 153ss), Zeus despierta y se
da cuenta de que los troyanos habían tenido que experimentar las desventajas. Se enoja y acusa a Hera de
haberlo traicionado. A cambio, Hera declara que no traicionó a Zeus (Ilíada XV, vv. 36-40):
Porque Hera afirma la verdad de las cosas que ocurrieron en el pasado, su juramento por el agua de
Estigia es un juramento asertivo. Por tanto, conferirle a Estigia el honor de ser el gran juramento de los
dioses significaría que Zeus ha introducido la institución del juramento asertivo o jurídico. Esto apoyaría
la posición de Fänkel y Schwenn. Sin embargo, la sugerencia que un juramento por el agua de Estigia
representa necesariamente un juramento asertivo o jurídico puede rechazarse en al menos dos ejemplos.
En la Odisea (V, vv. 184-7) Odiseo le pide a Calipso que jure un gran juramento, μέγαν ὅρκον,
que ella no le agregará ningún otro mal a su sufrimiento:
9
‘Die Mutter der vier Gewalten ist Styx. Ebenso war auch unter den streitbaren Eriskindern eines der Eid gewesen.
Aber hier, in dem himmlischen Gegenbild zu der menschlich nächtigen Erisfamilie, ist Styx kein Menscheneid,
sondern ein Sondereid der Olympier. Die nahe Verwandtschaft zwischen den Vier und der Eideskraft können wir
dahingehend verstehn, daß im Streit, nach altem Recht, der Eid den Prozeß zugunsten des Schwörenden entscheidet.
Der Eid wendet sich nicht an den Richter, sondern an die andere Partei: sie wird durch den Eid besiegt und
niedergezwungen’ (Fränkel 1931: 12).
10
‘Aber Styx? Sie erhält die Aufgabe, „Eidbindung, ὅρκος, der Götter zu sein“ […], und wird dadurch unter allen
Okeaninen hervorgehoben. Was befähigt sie dazu? Freier Wille des Zeus, gewiß, aber man erwartet nach dem
sonstigen symbolisch-gnomischen Sinn der Stelle einen inneren Zusammenhang zwischen der Eidesgarantin und
ihren „Kraft- und Erfolg“ kindern. Also wird man verstehen: unter den Göttern wenigstens steht der Erfolg im
Zusammenhang mit dem Recht, wie es durch einen Eid erhärtet werden kann; so ist es eingerichtet, seitdem Zeus die
Macht gewonnen hat’ (Schwenn 1934: 99).
11
Las líneas 36-8 también ocurren en el juramento de Calipso en Odisea V, vv. 184-6 y en el juramento de Leto en
el Himno a Apolo, vv. 84-6.
6
Las tres primeras líneas de la invocación de Calipso son exactamente iguales a las primeras tres de Hera.
Sin embargo, el juramento de Calipso no es una aseveración relacionada a la verdad de eventos pasados
sino una promesa concerniente a su acción en el futuro. Ella promete que no agregará más mal ([cita en
griego omitida]) al sufrimiento ([cita en griego omitida]) de Odiseo, haciendo, en consecuencia, un
juramento promisorio (cf. Karavites 1992: 17).
En el Himno a Apolo de Homero (vv. 84-8), Leto jura un gran juramento que Apolo tendrá un
templo:
De nuevo, las tres primeras líneas de la invocación de Leto son exactamente idénticas a los juramentos de
Hera y Calipso. Al invocar a la Tierra y al Cielo, y a las aguas de Estigia que fluye debajo, Leto le
promete un altar a Apolo. El juramento de Leto tampoco puede ser considerado un juramento asertivo o
jurídico sino promisorio, ya que ella no está declarando la verdad de eventos pasados sino que hace una
promesa relacionada a sus acciones futuras. Con la única excepción del de Hera, todos los juramentos
divinos prestados por Estigia tienen que ser considerados como promisorios.12 (p. 406)
Los intentos de vincular Estigia o el agua de Estigia sólo con los juramentos asertivos, que se
prestaban en procedimientos judiciales, no son necesariamente convincentes en términos de evidencia
dentro o fuera del texto de Hesíodo. El hecho de que los juramentos prestados por el agua de Estigia no
pueden necesariamente ser considerados como asertivos nos deja con la oportunidad de identificar el gran
juramento de los dioses en la narrativa de Hesíodo con respecto a los juramentos promisorios. Las ideas
de Fränkel y Schwenn de que la ley positiva podría hacerse cumplir prestando juramento no eran malas,
ya que se aplican al contexto de la realidad social del texto, pero el texto de Hesíodo parece hablar de una
realidad diferente. Es por esta razón, probablemente, que Solmsen (1949: 33 n. 102) no podía encontrar
ningún trazo de este pensamiento en Hesíodo. Además, estos trazos son más visibles si uno mira más allá
de los juramentos asertivos o judiciales como están representados en Erga de Hesíodo y en la descripción
de Tártaro en la Teogonía, y trata de reconstruir el ascenso al poder de Zeus en relación a los juramentos
promisorios.
Sin ser completamente convincente, Cornford (1952: 222) tomó el camino de interpretar al himno
a Estigia dentro del dominio de los juramentos promisorios:
La alegoría del Juramento de los dioses, que trae a Victoria, Dominio y Fuerza al recientemente coronado
Rey es lo suficientemente transparente. Zeus presta un juramente, en su coronación, para confirmar los
derechos y privilegios de sus cortesanos, y su propio gobierno durará hasta tanto mantenga su compromiso.
12
Ver también Ilíada XIV 270ff., donde Hera presta un juramento promisorio por el agua de Estigia. Lo mismo se
aplica para los juramentos humanos que se toman por el arcadio río Estigia en Nonacris. Ver Heródoto VI, 74: [cita
griega omitida]. “De allí (Tesalia) él (Cleómenes) fue a Arcadia y creó nuevos hechos al unir a los arcadios en
contra de Esparta. Impuso otros juramentos sobre ellos de que ellos lo seguirían de verdad dondequiera que él los
lleve. Y estaba especialmente ansioso de traer a los líderes de los arcadios a la ciudad de Nonacris, donde les había
hecho prestar un juramento por el río Estigia.”
7
La interpretación de Cornford de estas líneas es muy interesante, ya que combina el prestar juramento con
la soberanía de Zeus.13 Zeus, sin embargo, no es coronado o elegido rey hasta que el derrota a los Titanes
(Hesíodo, Teogonía, vv. 881-5). Además, ¿dice Hesíodo realmente que Zeus prestó un juramento?
En su comentario West (1966: 276) señaló correctamente que “Ὅρκος no es aquí un juramento en
sí mismo, i.e. el acto de jurar, sino aquel por el cual se presta un juramento.” Su observación de que
ninguna palabra de juramento está mencionada es ciertamente correcto, como lo es su conclusión de que
la referencia al juramento en estas líneas no designa necesariamente un acto de juramento sino el objeto
por el cual se toma el juramento: “Un dios presta un juramento por Estigia, no simplemente al mencionar
su nombre, sino al hacer una libación con su agua” (West 1966: 275). La conclusión de West está
corroborada por ejemplos de Homero y también por medio del contexto del pasaje cosmográfico en la
Teogonía de Hesíodo (vv 720-819). Pero, ¿agotan la comprensión de esas líneas las conclusiones de
West? ¿Puede el tratamiento de los juramentos reducirse a citas de fórmulas de juramento, una evocación
a los dioses, un ritual, o un objeto ceremonial? ¿O deberían también considerase los aspectos legales,
socio-legales e incluso políticos de prestar un juramento? Sin embargo, al seguir a West, también se debe
interpretar el hecho de que Estigia recibe el honor de ser el gran juramento de los dioses en el contexto de
la batalla contra los Titanes. Pero, ¿cuál es exactamente el contexto? ¿Y cómo explica la conexión con la
Titanomaquia el hecho de que los dioses presten un juramento por Estigia?
13
La idea de combinar el prestar juramento con el ascenso de Zeus al poder ha recibido algún apoyo en los últimos
años: “Incluso Zeus debe jurar y está comprometido a sostener θέμις’ (Blickman 1987: 353).
8
en honor y estima ([cita en griego omitida], v. 395s.). En consecuencia, la promesa de Zeus ocurrió antes
de la batalla contra los Titanes.
El hecho de que a la promesa de Zeus, Estigia fuera la primera en llegar al Monte Olimpo ([cita
en griego omitida], v. 397) junto con sus hijos ([cita en griego omitida], v. 398) también debe hacer
referencia a eventos anteriores a la batalla; de lo contrario ni ella ni sus hijos podrían haber realizado
ningún servicio para Zeus durante la batalla. A su arribo al Monte Olimpo, Zeus le confirió ser el gran
juramento de los dioses [cita en griego omitida], v. 400). Por consiguiente, uno debe asumir que el gran
juramento de los dioses se estableció antes de la batalla contra los Titanes. Si esta fuera la función
primaria del gran juramento de los dioses para asegurar la ley, la ley positiva que prescribe ciertos
procedimientos dentro de la sociedad olímpica establecida, entonces habría sido establecida después de la
batalla. En aquel caso Hesíodo probablemente habría hecho a Estigia la mujer de Zeus o la hija de Temis.
Esto lleva a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la importancia de conferir a Estigia el honor de ser el gran
juramento de los dioses antes de la batalla contra los Titanes?
Al borde de la guerra contra los Titanes, Zeus dice o promete (εἶπε, v. 392) que aquellos dioses
que tenían honores bajo Cronos los mantendrían, pero aquellos dioses que no tenían honor recibirían
alguno. Las palabras de Zeus no están en estilo directo sino como oratio obliqua (Fränkel 1931: 15 n. 1).
Sin embargo, sus palabras se refieren a eventos que pueden o no concretarse en el futuro. Por
consiguiente se puede concluir que sus palabras implican una promesa a los otros dioses. Entonces sus
palabras representan palabras promisorias o un acto de habla promisorio. Sin embargo, no se puede
concluir que Zeus preste un juramento, como lo sugirió Cornford (1952: 222).
El himno a Estigia no representa una ceremonia de coronación ni una escena de juicio sino las
preparaciones de Zeus para derrotar en combate a la previa generación de dioses. Esta batalla es un
conflicto entre diferentes generaciones de dioses, entre los Titanes y los Olímpicos. El resultado de este
conflicto decide qué partido ganará la soberanía. Como un conflicto relacionado con la soberanía, la
batalla es un conflicto entre enemigos, por consiguiente es un conflicto político. Al intentar ganar aliados,
Zeus promete conferir honores a aquellos que peleen junto a él. Ya que las palabras de Zeus no pueden
considerarse como un juramento de coronación ni como medios de evidencia en procedimientos legales,
tienen que ser entendidas como compromiso o promesa, un compromiso con consecuencias legales. (p.
408)
El problema de las consecuencias legales de una promesa es de menor interés para el derecho
positivo, y de gran interés para la filosofía del derecho natural. De cara al problema de qué clase de
mentiras y decepciones hacia el enemigo son permitidas en la guerra, Hugo Grotius (1646 [1625]) afirmó
que sobre la base del derecho es lícito mentir a los enemigos en un discurso asertivo pero no en un
discurso promisorio. 14 Grotius (1646 [1625]): III 19, 1) entonces argumentó que una promesa
necesariamente confiere un nuevo derecho sobre alguien a quien se le hace la promesa: promissio per se
jus novum confert. Aplicar la argumentación de Grotius (1646 [1625]: III 19, 1) al himno a Estigia en la
Teodicea de Hesíodo significaría lo siguiente: al prometer honores a aquellos dioses que pelearán con él
en contra de los titanes ([cita en griego omitida], v. 392), Zeus no establece la ley (Gesetz) sino que
confiere un derecho legal (ius, Recht) sobre los otros dioses. Al recibir la promesa de Zeus, Estigia fue la
primera en aceptarla al arribar primera al Monte Olimpo. Ya que Estigia fue la primera de todos los
dioses en llegar al Monte Olimpo, se decreta que sea [cita en griego omitida], el gran juramento de los
dioses. Estigia estaba acompañada de sus hijos, Rivalidad ansiosa o Emulación (Ζῆλος), Victoria (Νίκη),
Fuerza o Dominio (Κράτος), y Violencia (Βίη), que se hicieron compañeros de Zeus. Al conferirle a
Estigia el honor de ser el gran juramento de los dioses y a sus hijos el honor de vivir con él para siempre,
Zeus cumplió todo lo que había prometido, [cita en griego omitida] (v. 402).
14
‘Sciendum vero quae de falsiloquio diximus ad asserentem sermonem, et quidem talem qui nulli nisi publico hosti
noceat, non ad promittem referenda. Nam ex promissione, ut jam modo dicere coepimus, jus speciale ac novum
confertur ei cui fit promissio’ (Grotius 21646 [1625]: III 1, 18). Ver también libro III 19, 1: ‘Nam vero eloquendi
obligatio est ex causa, quae bello fuit anterior, et bello tolli forte aliquatenus potest: at promissio per se jus novum
confert.’
9
Al crear la institución del gran juramento de los dioses, Zeus hace que su promesa sea más
vinculante. No sólo sirve como ejemplo para aquellos a quienes seguirán a Zeus en el futuro sino que
también proporciona garantías y confianza en sus acciones futuras. Por consiguiente, Zeus gana soberanía
a través de una promesa que les hace a los otros dioses al crear la institución del gran juramento de los
dioses. Como consecuencia es investido rey después de la batalla victoriosa (Hesíodo, Teogonía, vv. 881-
5).
Aunque Zeus no presta un juramento para validar su promesa, su promesa se acerca a la promesa
bajo juramento en tanto establece a Estigia como el gran juramento de los dioses como testigo de su
promesa. Quizás uno pueda sostener que el establecer la institución del gran juramento de los dioses
define la promesa de Zeus como una promesa bajo juramento. En ese caso la promesa de Zeus podría ser
considerada como un juramento promisorio. Entonces sería un recurso mnemotécnico que supuestamente
le agrega más credibilidad al acto del habla. Hasta ese punto, la promesa de Zeus no difiere de las
promesas bajo juramento que dan los reyes y las reinas sobre su investidura. Con o sin juramento, el
punto es que el discurso promisorio tiene consecuencias legales y no necesita corroboración por medio de
un juramento adicional.
Que Estigia reciba el honor de ser el gran juramento de los dioses representa el primer paso en la
creación de un nuevo orden, el primer paso en el establecimiento de un contrato social de la comunidad
olímpica. Una vez que Zeus ha establecido su reinado, la designación de Estigia como el gran juramento
de los dioses puede muy bien representar la institución del juramento jurídico que establecían los
procedimientos judiciales. Cuando quiera que un dios tome el gran juramento, implícitamente se le
recuerda la promesa de Zeus. Un dios que perjure al tomar el gran juramento de los dioses amenaza el
contrato social de los olímpicos. Por consiguiente será castigado como un Titán, que tiene que vivir en el
Tártaro. A diferencia de un Titán, que tiene que vivir en el Tártaro para siempre, el dios que perjura podrá
regresar a la comunidad olímpica después de nueve años. El enorme castigo por un juramento falso
parece estar justificado por la simple razón que Estigia en conexión con un juramento deificado se ha
vuelto un principio fundamental de la comunidad olímpica. Violar el gran juramento de los dioses es
cuestionar los fundamentos de la comunidad olímpica. Por consiguiente, Estigia vigila su función.
Bajo el reinado de Zeus, el gran juramento de los dioses puede ser considerado como un
juramento asertivo y promisorio. Su origen, sin embargo, no es la aseveración de la verdad, como lo
concibió Hirzel, afirmando que el juramento asertivo es la forma original o primordial de prestar
juramento, en tanto el juramento promisorio deriva e él (Hirzel 1902: 171-5). El origen de prestar
juramento, sin embargo, tiene que verse (p. 409) en la prestación de garantías: la promesa.
Así como Thomas Hobbes algunos siglos más tarde afirmó que el juramento asertivo debe
reducirse al juramento promisorio,15 la narrativa de Estigia al recibir el honor de ser el gran juramento de
los dioses debe concebirse como un acto primordial de hacer una promesa.
Interpretar la Teogonía de Hesíodo en términos de la filosofía del derecho natural no sólo elucida
la narrativa del himno a Estigia, sino que abre un área para otras investigaciones en la relación de sus
antepasados del Cercano Oriente. La conexión se indicará brevemente aquí.
15
‘Neque obstat, quod jusjurandum non solum promissorium, sed aliquando affirmatorium dici posit: nam qui
affirmationem juramento confirmat, permittet se vera respondere.’ Thomas Hobbes, De cive II 20 (= Op. Lat. II Sp.
179).
10
Al arrodillarse los dioses elevaron a Marduk. Su juramento es la parte final de la investidura de Marduk,
que concluye con un juramento de lealtad durante la ceremonia de coronación. El camino de Marduk para
llegar a ser el nuevo rey de los dioses tiene dos partes. Comenzó cuando se presentó para luchar contra
Tiamat y finalizó después de haberla derrotado. La asamblea de los dioses eligió a Marduk como su (p.
410) comandante supremo al darle la tablilla de los destinos. Después de la derrota de Tiamat, la
ceremonia de juramento de los dioses reconoce tanto la soberanía de Marduk como el estatus legal de su
reinado (šarrūtu). Aunque Marduk no tenga que prestar juramento, la realeza como el señorío (bēlūtu)
sobre el cielo y el inframundo (ša šamê u erṣetim) se le confiere por medio del juramento de los otros
dioses.
Hay más motivos y temas comunes en la Teogonía de Hesíodo y La Realeza en el Cielo con
respecto al mito de sucesión. Tanto a Anu como a Urano se le cortan los genitales. Cronos le corta los
genitales a Urano con una hoz, Kumarbi le arranca de un mordisco los genitales a Anu (el motivo de la
separación de cielo y tierra). De los genitales aparecen otros dioses. De la sangre de los genitales de
Urano aparece el principio de la venganza divina, las Erinias, y de la espuma donde los genitales habían
caído en el mar, emerge la diosa Afrodita. Al tragarse los genitales de Anu Kumarbi se embaraza de
Tessub, Tasmisu, y Kanzura. Después de haberles dado nacimiento parece habérselos tragado. Como
Cronos, que recibe una piedra en lugar de Zeus, Kumarbi parece recibir una piedra en lugar de Tessub. En
cada caso la piedra se relacionará con un ritual (Haas 2002: 234-7).
16
Estas líneas no están incluidas en la edición de Labat (1935). Fueron descubiertas en Sultantepe (Gurney 1952:
25-35; 1954-6: 353-6).
11
La Canción de Kumarbi comienza con una invocación a los karuileš šiuneš “los dioses primeros y
viejos”. Esos dioses primeros y viejos, sin embargo, no son necesariamente considerados dioses
primigenios, ya que la Canción de Kumarbi no se refiere a los orígenes de los dioses sino a la historia de
la realeza divina. Los karuileš šiuneš son los equivalentes de los ammati-na ema hurritas. Un texto
bilingüe hurrita-hitita tiene la siguiente ecuación: a-ma-at-te-na e-en-na = ka-ru-ú-li-uš DINGIR.MEŠ-uš
(KBo 32, 1 ff). Los karuileš šiuneš son también equivalentes a los kattereš šiuneš “los dioses inferiores”,
o los dioses del inframundo. Además, kattereš šiuneš es también una traducción del hurrita enna turi-na
(du-ú-ri-e-na), “dioses inferiores”, que viven en el inframundo que pertenecen a la primera generación de
dioses. La distancia de tiempo se ha transformado en una distancia de espacio: se piensa que los dioses
del pasado son los dioses del inframundo.
Estas viejas deidades del juramento Nara y Napšara, Minki y Ammunki, Ammezadu, Išhara, Enlil
y Ninlil son conocidas como divinidades testigos de los tratados estatales hititas (Korošec 1931). Aquí, en
la Canción de Kumarbi, se les pide a estos dioses del juramento que escuchen: ištamaškandu “ellos
escucharán” (l. 7). En la carta-Tavagalava hay una relación cercana entre el imperativo ištamaškandu
“ellos escucharán” y las palabras que se juran (Sommer 1932: 4-5). De esta manera, se invoca a esas
viejas deidades como testigos para asegurar la soberanía de cada gobernante divino dentro de la sucesión
de reyes divinos. (p. 411)
Para finalizar, ya en el Cercano Oriente antiguo la soberanía de los dioses más altos estaba
conectada con la institución del juramento: ya sea en forma de la atestiguación divina o en la forma del
juramento de lealtad divino. Esto puede muy bien ser reflejo de la investidura de la ceremonia de
coronación de los verdaderos reyes babilónicos e hititas. Desafortunadamente, no se menciona ningún
juramento en una de las muy pocas ceremonias de coronación documentada para la Mesopotamia, la
coronación de Nabopolasar, un punto que ya había sido hecho en el contexto de Enuma eliš.18
17
KUB 33 120. El texto sigue la edición de Laroche 1968; para la Realeza en el Cielo, ver 37ff.
18
“La coronación de Nabopolasar […] es la única narrativa preservada en cuneiforme del ritual de la asunción del
rey mesopotámico. El único relato comparable es la coronación de Marduk como rey de los dioses en Enuma Eliš
(Tablilla IV)” Grayson (1975: 78). “La imagen de una coronación terrenal se refleja en el mito babilónico Enuma
eliš […], donde los dioses hacen rey a Marduk. En la asamblea de los dioses, Marduk es elegido rey; lo aclaman con
alegría y bendiciones (Marduk-ma šarru) ‘Marduk es en verdad rey’. Le otorgan la insignia de la realeza, cetro,
trono y el símbolo de gobierno (palû)” (Ben-Barak 1980: 59).
12
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