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Orden Rosa-Cruz

Kabalista de Colombia

LA GRANDEZA
DE LA PSICOTERAPIA
(La llave de una vida larga y feliz)

DR. MAXIMUS NEUMAYER


1

A la humanidad sufriente y a aquellos


que desean evitar los sufrimientos.

Dr. MAXIMUS NEUMAYER

Veritas super omnia.


Supere longe prima. fellcitatls para est.
Felix qui potuit rerum cognoscere causas
Sapientissime fiunt onmia, que pro republica fiunt.
2

AL LECTOR,

Cariñosamente ponemos en vuestras manos la


transcripción de este libro maravilloso, con el anhelo único de
que este esfuerzo redunde en beneficio de toda la colectividad.
Lopekán

AGRADECIMIENTOS…

Damos de todo corazón nuestros agradecimientos sinceros


a los hermanos SM., JAL., y AVO., ya que con su nobleza
hicieron posible la verificación de esta labor.
Lopekán.
3

PÓRTICO

PALABRAS DEL INGENIERO SEÑOR AMERICO


VERNECK, DISTINGUIDO PSICÓLOGO Y
REPUTADO ESCRITOR BRASILEÑO.

"LA GRANDEZA DE LA PSICOTERAPIA", es una


obra cuya trascendencia reclama para su prefacio, otro más
profundo, más minucioso, más calmo que este, resumido y
rápido, que el imperio de las circunstancias me permite es-
cribir.
Nos hallamos frente a un libro y al mismo tiempo frente a
un alma abierta, sin repliegues, cristalina. Sea cual fuera el
asunto tratado, en sus páginas se reflejan luminosamente los
trazos psíquicos de la inteligencia con que fueron plasmadas y
que se difunde en ellas, dándoles un molde fácil, impregnado
de un verdadero sentimiento científico.
En esta obra encontré, en primer lugar, la competencia del
profesional seguro de su doctrina y de su misión y la profunda
envergadura de un espíritu selecto amoldado a las más rígidas
disciplinas cerebrales y a los más elevados dominios del
pensamiento.
De ahí la claridad absoluta de sus exposiciones,
fácilmente comprendidas por las persona. No menos
familiarizadas con las Ciencias Ocultas, que ven en él,
inmediatamente, al apóstol al servicio del Bien, exento de
pedanterías doctorales y de exhibicionismos científicos.
En su obra, el amor a la humanidad es el elementó
dinámico que anima sus concepciones idealistas y conduce,
con firmeza, al campo de las realizaciones victoriosas.
Encontré en ella, la fe inquebrantable de los fuertes, el
valor de los convencidos, la voluntad elevada por efecto de la
educación y del atemperamiento a su más alta potencialidad.
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Encontré, en fin, como resultado de esa manifestación de


sus notables fuerzas constructoras, la gran alma del Profesor
Neumayer. Ella surge nítida, fijando la figura de este abnegado
que prosigue sereno en su postulado de piedad, aceptando con
placer todos los sacrificios, porque esos sacrificios logran dar a
los afligidos un poco de felicidad.
He ahí, en ligeros trazos, la magnífica impresión que me
dejara la lectura de "La Grandeza de la Psicoterapia", libro de
un valor inapreciable para los dolores humanos.
Su divulgación entre los hombres que buscan In-
conscientemente las propias enfermedades apegados a ab-
surdos dogmas terapéuticos, equivale a la siembra de
beneficios sin igual, para la conservación de la salud del
cuerpo y del espíritu, único bien de la vida.

AMERICO WERNECK
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PROLOGO

Desde hace algún tiempo, en conferencias y en


conversaciones, mis amigos vienen instándome a que escriba
un libro.
Pero, ante el amplio mar de obras escritas desde la más
remota antigüedad hasta hoy, sobre psicología, filosofía,
religión, arte y ciencia, en las cuales se ha dicho casi todo, he
respondido que no valla la pena repetir lo que otros tantos han
dicho.
Sin embargo, ante la insistencia de un gran número de
personas, muchas de las cuales asisten habitualmente a mis
conferencias, he debido resolverme a satisfacer ese deseo,
afirmado en el propósito y en la esperanza de poder contribuir,
con un grano de arena, a la construcción del majestuoso
edificio de la regeneración y el bienestar de la humanidad.
Y, para mejor éxito de este fin, he plasmado este libro en
forma diferente a cuantos se han publicado, procurando
enseñar por medio de la práctica, dejando de lado la teoría. Sin
embargo, a fin de fundamentar mis afirmaciones, no dejaré de
citar algunas teorías de sabios Maestros.
Trataré de imprimir tal carácter a mi libro para ver si en
efecto puedo contribuir, aunque pálidamente, a la regeneración
moral y material de la humanidad, haciéndola reintegrarse a la
vida natural, sembrando un poco el sentimiento de fraternidad.
Indicaré el verdadero Arte de curarse unos a otros; el
medio más eficaz de evitar las enfermedades, y, prin-
cipalmente, señalaré la Divina Fuente en donde todos se
podrán saciar con el precioso Elixir de Larga Vida, llena de
paz y real felicidad.
En virtud de no pretender escribir este libro
exclusivamente para la clase instruida, y si para todos y en
beneficio de todos, emplearé el lenguaje más llano en cuanto
me sea posible.
6

En efecto. El siglo XX parece que entrara con nubes


cargadas de malos fluidos astrales, larvas maléficas (parásitos
psíquicos) que, penetrando en el cuerpo astral, desvían cada
vez más a la humanidad del recto camino de vida.
Es verdad que la ciencia material ha dado pasos
gigantescos; es indudable que la civilización material
progresa; pero también es una verdad, y bien dura por cierto,
que, a medida que esa civilización progresa, la humanidad va
dejándose arrastrar a través de un camino tortuoso y repleto de
espinas, hacia un abismo inconmensurable y tormentoso.
¿Qué efecto produjo el inmenso acervo de libros, folletos,
conferencias, discursos, sermones, sobre religión, higiene,
moral, etc.?
¡Ninguno!
Al contrario antiguamente, en la Edad Media, y en la
misma Edad Moderna, en que la civilización material no
marchaba a pasos tan largos como hoy, habla mucha más
moral, mucha más dignidad; la humanidad llevaba una vida
más correcta. La ciencia, la filosofía y la literatura misma, eran
mucho más adelantadas y profundas, porque en aquellos
tiempos había hombres que sinceramente se interesaban por el
progreso y el bienestar general, lo cual no ocurre con los
hombres del presente.
Los hombres tienen un inmenso terror al infierno y sus
dependencias -tan magistralmente pintadas por Dante- y de lo
cual pretenden escapar por medio de misas, confesiones y
otros actos análogos. Mientras tanto, con su sistema de vida en
la civilización "moderna" crean en su ambiente un infierno
infinitamente más terrible que el forjado en la "Divina
Comedia" del errante gibelino. Las orgías romanas fueron
destruidas por las Santas Cruzadas, y las de hoy, de
funestísima repercusión, quién las destruirá?
Las doctrinas religiosas, que debían de influir
considerablemente en la vida tanto moral como material -de la
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humanidad, nada han hecho hasta el presente, porque los


hombres no las han comprendido aún. Apenas si se ocupan de
sus ritos, de sus exterioridades, y nada más.
Es esto lo que ocurre desgraciadamente con el
cristianismo que hasta hoy día no ha sido comprendido aún, y
cuyas divinas, santas y bellas enseñanzas no son practicadas
todavía. Los hombres en general procuran saciarse con las
letras, o mejor todavía, con el sentimiento exterior y
superficial de las Sagradas Escrituras y Doctrinas ignorando, o
fingiendo ignorar, su verdadero sentido profundo y
encontrando placer en discusiones fútiles, en lo que al texto se
refiere, y en definiciones absurdas e interpretaciones
caprichosas.
Y no es solamente esto. Reverendos ministros de Dios,
propagandistas y defensores de las diferentes doctrinas, ritos y
cultos, se atacan, se calumnian, se hostilizan, se matan; y en
lugar de mantener firmemente entre los hombres la santa
comunión predicada por el Divino Maestro, siembran la
desarmonía y el odio venenoso entre la humanidad, cuando en
efecto, así como hay un Dios Único, un universo solo y una
sola Vida, no puede haber muchas religiones y sí una sola, que
es la Verdad.
La Kábalah nos enseña que, así cono existe un Dios
Único, sólo existe una verdad, a la cual débenos nuestra
existencia.
Ya la Cruz, en su misterioso dialogo entre la Esfinge y
Ashaverus, dice:
"Yo soy la llave de la sabiduría futura; soy el signo
glorioso del stauros que Dios fijara en los cuatro puntos
cardinales del cielo para servir de doble eje al universo.
Extiendo mis brazos tanto a la derecha como a la izquierda, y
esparciré igualmente las bendiciones de Dios sobre Magdalena
y María (símbolo); ofrezco la salvación a los pecadores y a los
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justos, la gracia nueva; espero a Caín y a Abel para


reconciliarlos y unirlos; debo servir de lazo de unión entre los
puebles; soy el resumen de la Ley porque llevó escrito en mis
brazos: Fe, Esperanza, Caridad; soy el resumen de la Ciencia,
porque explico la vida humana y el pensamiento de Dios‖.
Y luego exclama:
"No temas Ashaverus, no temas mi sombra; el crimen de
tu pueblo tornóse el del universo, perqué también los cristianos
crucificaron a su Salvador. Ellos le crucificaron lanzándole a
los pies su doctrina de comunión. Ellos le crucificaron en la
persona de los pobres; ellos le crucificaron maldiciéndole y
prescribiendo su exilio; ellos le crucificaron y le siguen
crucificando de muchas maneras….. pero el crimen de todos
los hombres los envuelve en el mismo perdón,..."
Y esto es tanto más verdad cuanto más cierto es que la
moral de todas las religiones, desde las más remotas, hasta las
más próximas, es una y la misma.
Y la base fundamental de todas ellas la encontramos
justamente en la moral cristiana que los hombres deberían de
seguir y practicar, tornándose más cristianos en toda la
extensión del vocablo y también menos exhibicionistas en todo
el sentido de la palabra. No hay nada más profundo y más
bello que los símbolos y la moral cristiana, pero
desgraciadamente no han sido comprendidos por quienes
debieran comprenderlos.
La mayor parte de los seres humanos son cristianos de
nombre únicamente. Piensan que basta ser bautizados, ir a
misa, confesarse, encomendar funerales y otras ceremonias,
para ser cristianos.
Pienso que si el Maestro de Nazaret apareciese de nuevo
hoy y predicase otra vez el Cristianismo tal como en aquellos
tiempos, si no fuese crucificado otra vez, porque hoy no existe
ese castigo romano, sería expulsado y perseguido como
"Indeseable" y peligroso.
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El Divino Maestro dijo:


"Hay, y habrá siempre gritos y rechinar de dientes contra
la Luz Espiritual que sólo existe para las inteligencias que son
capaces de verla, que es la luz interior y fuera de la cual nada
existe, a no ser las tinieblas exteriores.
Los enemigos de la Verdad parecen niños testarudos que
derribasen y apagasen las luces para gritar y llorar mejor en las
tinieblas".
La humanidad, desgraciadamente, no lo comprende. En
vez de vivir de acuerdo con las leyes de la naturaleza, se deja
llevar en todos sus actos por sus sentidos ineducados. Se deja
arrastrar por pasiones; se entrega a placeres y goces que son
generadores de discordias y padecimientos. El hombre es un
animal imitador: todo lo hace por imitación. Aprende todos los
vicios mucho más de prisa y más fácilmente que las virtudes,
por imitación.
Los animales saben vivir mejor que el hombre: viven
guiados por sus instintos, por si mismos y sin esfuerzos. El
hombre, desviado de su instinto, tiene que aprender a vivir de
acuerdo con las leyes de la naturaleza.
"La ciencia de la vida es la ciencia del equilibrio moral".
A consecuencia de su vida Irracional, antinatural y
antimoral, es muy raro hoy día encontrar un hombre que posea
dignidad y moral absolutas, y así mismo una salud perfecta.
Por todas partes he encontrado padecimientos, dolores,
quejas y gemidos, y todos gritan; "Este mundo es un infierno"
sin recordar que los causantes de ese infierno fueron, son y
serán siempre ellos mismos, mientras no vuelvan al régimen
de vida natural, tal coreo dice Pitágoras: "Vuelve a lo que
eres".
El sufrimiento de todos los enfermos, no es la enfermedad
propiamente dicha; porque en rigor, no hay enfermedad y sí la
repercusión de los actos equivocados; las consecuencias de un
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medio moral pésimo, que dilacera las naturales condiciones de


la vida. Si en vez de emplear drogas, modificasen el sistema de
vida y procurasen desarrollar la íntima energía, creando un
ambiente, alegre formando la idea de una salud floreciente,
despertando energías latentes en su naturaleza, se sustituirían,
con enormes beneficios, los bromuros, los yoduros, las
antipirinas y energéticos venenosos que no hacen otra cosa que
embriagar y adormecer los nervios para luego despertar
condiciones patológicas más complicadas.
Y bien: si la humanidad viviese y se nutriese con una
alimentación natural, sin carnes que entorpecen la marcha
ascendente de la moral, y se liberase además de la corriente
colectiva de los vicios, viviría una vida perfecta, larga, en paz
y en plena felicidad.
Así como en los tiempos de los romanos, es hoy muy
común en todas las capas sociales manifestar simpatías o
solidaridades políticas a los amigos por medio de banquetes,
grandes almuerzos, cenas o "picnic".
Nada hay más pernicioso que esta clase de fiestas.
Generalmente, ¿qué es lo que se ve en un banquete? Muchos
ricos y lujosos platos obras del más refinado arte culinario
todos compuestos de carnes y más carnes. Estos manjares -
porque el hombre no es de índole carnívora- son compuestos
con condimentos excitantes para engañar al paladar. Todo esto
es de efecto pernicioso.
Pues bien. Como el hombre generalmente cuando come y
bebe, no lo hace por el instinto natural del hambre y de la sed,
sino guiado por el invertido sentido del hábito, comienza a
despertar un apetito ficticio para poder consumir toda aquella
cantidad de manjares que sus inconmensurables y egotistas
ojos ven; pero como su organismo no puede asimilar todo
aquel hacinamiento de cosas antinaturales, continúa bebiendo
durante la comida (otro hábito pésimo) cervezas, vinos,
champagne, etc.
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Y, como después se siente indispuesto a consecuencia de


haber cargado excesivamente su organismo, bebe café
acompañado de finos licores (otro hábito perjudicial, porque
dificulta la digestión) porque así lo exige el protocolo de la
"alta" civilización. Y, como complemento de la obra, fuma un
"fino cigarro", tanto más fino cuanto más caro... viene luego el
sensualismo, etc., para quitar el gusto de la boca.
Finalmente, al día siguiente, como el organismo se rebela
por no poder soportar y asimilar todo aquel arsenal de
excitantes y venenos, empieza a protestar produciendo
trastornos, congestiones, etc. Vienen entonces los calmantes,
los purgantes e inyecciones, que a su turno continúan
destruyendo al organismo, completando de esta manera la
obra.
Y así Va el hombre, envenenando lentamente su ser
psicofisiológico y moral; edificando como ya dije, un infierno,
tanto para su vida presente como para sus futuras existencias.
El apetito es un hábito pervertido, adquirido de comer o
beber, y solamente tiene una exigua relación con el hambre y
la sed reales.
El hombre adquiere un apetito por al tabaco, o por el
licor, o por mascar goma, o por el opio, la morfina, la
cocaína….. El hombre adquiere generalmente un apetito
depravado, por las auto-sugestiones de sus propios vicios,
según los hábitos que adquiere en el enviciamiento de su
naturaleza.
Dice el teósofo Leadbeater: "El que come carne no
solamente adquiere una complexión física grosera, sino que
también retarda su evolución, integrando substancias psíquicas
y mentales groseras e impuras. Tal alimento, tal quilo; tal
quilo, tal sangre; tal sangre, tal espíritu".
Una moral sana difícilmente puede encontrarse en un
cuerpo impuro.
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Efectivamente, el hombre que se alimenta


irracionalmente, eso es. El hombre que se alimenta de
animales, solo puede concurrir a la metamorfosis de la
procedencia de su alimento. Así por ejemplo: si el hombre
come carne de ganado, de ave o de pez o de cualquier otro
animal, convierte esos animales en integrantes de su propia
naturaleza humana.
El niño es guiado por su instinto natural hasta que es
pervertido del modo anteriormente dicho, y más aún, por la
voluntad de sus padres que, enviciados ya, procuran reflejar en
sus dominados los errores de sus principios.
No puedo, por lo tanto, dejar de intercalar aquí
apreciaciones profundísimas sobre la materia ya definida
exponiéndola claramente con los datos positivos que a
continuación presento.
"Las costumbres cambiarán siempre; pero la moral, que es
el más elevado de los principios humanos, tiene que ser una
sola, inmutable, y no puede ser sometida a los caprichosos
cambios de los hábitos del hombre".
La superioridad real del hombre radica en el desarrollo de
la consciencia moral. El hombre sin moral es inferior a los
animales.
Por moral se entiende el conocimiento del Bien y del Mal.
Desgraciadamente, la división de la humanidad en sectas y
partidos frecuentemente antagónicos, hace que prácticamente
no haya un criterio uniforme sobre lo que es el Bien y lo que
es el Mal.
La humanidad sin embargo, evoluciona hacia la Verdad,
pero solamente la reconocerá cuando comprenda que el
fundamento de la moral es el mismo para todos, y que la
definición del Bien y del Mal debe ser una sola. Esta
definición es la cosa más sencilla del mundo.
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Bien, es todo cuanto está de acuerdo con la ley de


conservación y perfeccionamiento del individuo y de la
especie. Mal, es todo cuanto perjudica al individuo, física o
moralmente, contrariando su evolución y la armonía de la
colectividad.
La felicidad es la aspiración suprema de todo ser viviente.
La salud física y mental, y la independencia moral, son las
condiciones fundamentales de la felicidad.
Hoy, sin embargo, hallar un hombre feliz es algo difícil.
Casi no hay civilizado que en mayor o menor grado, no sea un
enfermo o un desgraciado, esclavo de vicios, preconceptos,
costumbres o leyes absolutas y absurdas.
La creencia de que el vicioso solamente se perjudica a sí
mismo, constituye un error de muchos. El hombre enfermo,
física o moralmente, daña siempre en algún modo a sus
semejantes.
No es posible hacer un gesto, pronunciar una palabra o
tener un pensamiento, sin que se influya, bien o mal, sobre
aquellos que nos rodean.
Si poseemos influencia sobre el ambiente, somos también
influidos por él. Nadie está completamente sano ni
completamente libre, mientras existan enfermos y esclavos.
Un determinismo relativo, pero ineludible, encadena a
todos los hombres,
Nuestra vida es una chispa de la Vida universal; nuestra
inteligencia, una partícula de la Suprema Inteligencia, y
nuestro cuerpo constantemente adquiere en el medio físico los
materiales de que ha de menester.
Somos, así, todos hermanos. Somos hijos del mismo
Padre: el Logos, el Gran Arquitecto, el Divino Creador, o
como quiera llamárselo, que es la misma mano operadora: la
Naturaleza. La fraternidad universal debe ser pues, la aspira-
ción constante y suprema de la humanidad.
14

Todos nuestros actos, palabras o pensamientos, deben


tener una finalidad prácticamente fraternal. Desechemos pues,
el egotismo estrecho, el individualismo mal entendido y feroz,
los malos pensamientos y, en particular, los sentimientos de
odio y de envidia. Volvámonos amigos de nuestros propios
enemigos. Sea nuestro lema: Todo por el Amor y para el
Amor. No el amor grosero que aguarda retribución o
gratificación, sino el amor sincero, puro, inmaculado y santo.
He ahí las bases científicas y religiosas de la verdadera
moral, la moral única, la moral de la Naturaleza.
He ahí también, la entrada en la senda que conduce a la
sabiduría.
Así como hemos perfeccionado las ciencias, debemos
perfeccionar también tal como lo expreso Newton, "La moral,
sin la cual el saber no es sino una palabra vana".
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EL ÚNICO MEDICO

"Mens sana in corpore sano. El hombre de buen Juicio


solo pide a los cielos la salud del alma con la salud del
cuerpo." JUVENAL.
Predicamos la salud del ser. El alma es inmortal; ella,
empero, solamente se manifiesta y evoluciona por medio de su
vehículo; el cuerpo físico. La salud física no puede subsistir
sin una moral elevada. No es, sin embargo, menos absurdo
pretender conservar la salud moral y espiritual perfectas, en un
cuerpo impuro y desequilibrado. El equilibrio moral deriva
naturalmente, del conocimiento del Bien y de un amplio
ejercicio de la fraternidad.
El conocimiento de la Verdad y la purificación he ahí los
elementos de la evolución moral.
La salud es el más valioso de los bienes terrenales Sin
ella, toda riqueza, por grande que sea, pierde su importancia.
Es más fácil gozar de salud que caer enfermo. Quien vive
en armonía perfecta con las leyes naturales de la higiene, de la
respiración, del ejercicio y de la instrucción, tiene todas las
posibilidades de no enfermar. La enfermedad, en todas sus
formas y con sus variadísimos síntomas, es consecuencia
lógica de nuestros atentados contra las leyes divinas y
naturales.
Recogemos inevitablemente en el presente» lo que -
hemos sembrado en el pasado,
No hay, ni podrá haber, remedio alguno que pueda -
permitirnos olvidar el respeto a las leyes naturales.
Solo el acatamiento a las leyes que otrora hemos violado,
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y la educación sistemática de las funciones, pueden llegar a


eliminar las causas de cualquier enfermedad y curarla radical y
definitivamente.
Todos los remedios químicos son venenosos. El hombre
no debe Ingerir droga da ninguna especie.
Loa únicos remedios son: el sol, el aire, el agua y los
frutos de la tierra. Toda enfermedad se cura por el naturismo.
•••••••••••••••••••

HIGIENE Y CURA NATURAL

"Si no fuese por carnivorismo -dice el sabio doctor


Allinson-, los médicos poco tendrían que hacer".
''El hombre es lo que come", dice Kant.
El hombre que come carne se cría con carácter irritable e
inquieto; dejad que la coman los tigres y las hienas. No
manchéis vuestras manos con la sangre de vuestros hermanos
inferiores.
En el cadáver del animal se forman terribles toxinas, las
cuales producen enfermedades.
No. comáis carne; ella es siempre innecesaria y peligrosa.
No matarás: La Ley Divina debe extenderse a los
animales inofensivos.
La superioridad del hombre es, ante todo, moral. El no
precisa matar para comer. Evitar sufrimientos y vivir sin
matar; he ahí al ideal de la verdadera civilización.
No bebáis alcohol, pues ello embrutece y provoca
innumerables males. El alcohol nunca es útil al cuerpo
humano.
Es tanto más peligroso, cuanto más ataca especialmente a
los centros nerviosos, órganos del pensamiento y de la
conciencia.
17

Todo hombre honrado deba declarar guerra a muerte a ase


"demonio de la humanidad" como lo llama Belisario Penna.
No fuméis -pues tal como afirma Tolstoy-, además de
envenenaros con la nicotina, el tabaco esclaviza y amortigua la
sensibilidad y la consciencia moral.
"Hacerse vegetariano es el mejor antídoto del tabaco.
"Cada uno de nosotros labra su propio destino y recoge lo
que siembra, porque el presente determina el porvenir.
"La casualidad no existe; nada acontece sin causa; nada se
produce que no sea merecido,
"Las costumbres de matar y de alimentarse de carne son
incompatibles con las esperanzas de felicidad universal y de
sabiduría integral‖
"Mientras los hombres masacren animales, se mataran
entre sí"
Así se expresa el doctor Raúl Carton.

LA CUESTIÓN ECONÓMICA

El mundo actual se debate en una crisis económica


espantosa. Poblaciones enteras mueren de hambre.
Parece hasta un sarcasmo. Así mismo, en el ubérrimo
Amazonas, la reducidísima población se queja de la falta de
alimentos.
La especulación, las falsas necesidades de las finanzas y
de las guerras, absorben las más preciosas energías de la
humanidad actual.
Para producir joyas, tabacos, drogas diversas, alcohol,
carnes y otros elementos degeneradores de la salud física y
moral de los pueblos, es que el hombre civilizado sufre y se
esclaviza. Todo hombre consciente se resiste a ser cómplice de
18

tantos horrores. Si todos dejasen de tener falsas necesidades y


se negasen a hacer gastos antisociales (evitando de tal suerte
alimentar errores ajenos) la cuestión económica y el problema
social , estarían definitivamente resueltos.
Hacerse naturista y vegetariano significa no solamente
eso, sino aún más: un cambio de criterio estético en el sentido
de amor a la naturaleza y de una vida al aire libre.
La generalización de estas ideas implicarla una
dedicación mayor a la agricultura y a la fruticultura.
Se respetarían los bosques, cuya destrucción
desconsiderada acentúa las sequías, turba las condiciones
atmosféricas y dificulta aún más los cultivos; la simplificación
de la vida disminuye sus dificultades, dando al hombre mayor
facilidad de estudio y concentración, y de elevación de su
pensamiento.
Con el ejemplo y propagación de estas ideas, se prepara
un porvenir más venturoso y una mayor prosperidad colectiva.

LA CUESTION SOCIAL

"Resulta absurda la pretensión de reformar la sociedad,


sin que cada individuo comience a reformarse a si -mismo."
La vida contraria a la naturaleza, como hemos visto,
provoca en los individuos crisis más o menos violentas , cuyas
manifestaciones -dolores, fiebres, erupciones- son como un
vendaval purificador, una violenta eliminación que hace el
organismo.
Algo semejante ocurre en las aglomeraciones de in-
dividuos.
La civilización, que en vez de facilitar, dificulta la vida
normal de los individuos (células de la sociedad), no
desempeña bien su papel y provoca la formación de
morbosidades sociales, tiranía, parasitismo burocrático,
miseria y dificultades de la vida en todos los sentidos.
19

La condición esencial de la conservación de la vida, es el


orden.
El desorden es un mal que conduce, fatalmente, a males
mayores, trayendo como resultado los grandes cataclismos
sociales: la guerra y la revolución.
Estos cataclismos, como las enfermedades Individuales,
deben prevenirse. Pero, si no se suprimen las causas, los
efectos no pueden ser evitados.
Adoptad, pues, el naturismo, y no habrá ni enfermedades
ni revoluciones. Creemos así misino, que tal como la fiebre en
los organismos morbosos, las revoluciones son el fuego
purificador de las morbosidades sociales.
Ambas desgracias pueden ser evitadas. Solamente existe
un medio: volver a la Naturaleza; estudiar y, adoptar el
naturismo integral.
Le cuestión social sólo podrá resolverse pacíficamente
por la descentralización sistemática de las grandes ciudades.
Búsquense los medios de dar a quien lo desee la
posibilidad de trabajar la tierra por cuenta propia.
Plántense más árboles y cómanse más frutas.
El derecho de la tierra es el primero de todos. Respétese
ese derecho y no habrá ya "cuestión económica" ni "cuestión
social‖.
Recordemos que somos una parte del Todo, y que la
evolución de las partes sólo puede proseguir normalmente
adaptándose a las leyes Divinas y Naturales que rigen el Todo,
Convenzámonos, sobre todo, de los peligros de la
separatividad y de los odios, y dirijamos todos nuestros
esfuerzos hacia la implantación de la ley del Amor y la
realización efectiva de la fraternidad universal.

CONTRA EL ALCOHOLISMO
20

La pasión por las bebidas alcohólicas se encuentra entre


los hombres de todas las profesiones, pudiendo clasificarse en
voluntarias y abúlicas.
tos primeros, entre los cuales se cuentan hombres de
cierta superioridad social, son impulsados por la pasión
alcohólica en la persuasión de encontrar un estímulo; pero
luego, advierten y sienten que su organismo necesita de más
alcohol, como si tuviesen hambre y sed. El cerebro, por los
hilos de los nervios del sistema gran simpático, obedece a las
exigencias del cuerpo. El hombre no es más dueño de sí.
Si el hombre fuese siempre el animal razonable que dice
ser, fácil sería corregir el hábito vicioso. El determinismo lleva
al hombre a calcular la serie de desgracias a que su pasión le
arrastra: los dolores causados a sus padres, a sus hijos, a la
sociedad, y llama entonces al médico. Sin embargo, la
intoxicación gana terreno. Los actos de los ebrios son
impulsivos y así mimo el miedo a la muerte no les intimida,
sino que más bien la provocan.
El abismo abierto delante del ebrio, es el que conduce al
crinen y a la locura.
En realidad, como veneno narcótico, el alcohol es el más
terrible en sus consecuencias. Y por el hábito que desde Noé
se ha venido arraigando en las poblaciones estas reciben
favores de los gobiernos y de este modo la tiranía del alcohol
se ejerce a la sombra de la ley.
Es a la sociedad a quien compete evitar la causa de los
males, en vez de proteger y hasta premiar con exención de
impuestos a las fábricas de licores, ya que en los parques
públicos creados por ella, no dan agua para beber ni a los
niños.
El Código Brasileño define así el veneno:
"Veneno es toda substancia mineral y orgánica que,
aplicado exteriormente, o siendo absorbido, determina la
21

muerte, pone en peligro la vida o altera profundamente la


salud."
Nos limitamos a dar la redacción de la ley, dejando de
formular comentarlos, ya que por ahora es otro nuestro
propósito. Queda al alcance de los lectores, ponderar si el
alcohol produce o no la sintomatología descrita en el artículo
de la ley.
Los vicios de un pueblo se encuentran ocultos en el fondo
de la legislación. A la sombra de las leyes, como a la de la
hiedra, se oculta el veneno de la serpiente humana.
Pretender acabar con el alcoholismo, sin modificar
radicalmente la ley que lo protege, equivale a un esfuerzo
inútil.
La moral será ciencia frívola si ella no se funde con las
leyes que rigen a los pueblos.
Levantar el espíritu del pueblo, es crear un alma nacional;
sustituir ese espíritu por el alcohol, es enervar, aniquilar, matar
el verdadero etnicismo.
Cuando una gran parte de la población destaca sus
intereses egotistas de los intereses del público, puede
garantizarse que en tal lugar no hay moral verdadera.
La política puede encubrir los defectos; pero en ese caso,
la corrupción queda en evidencia.
Es, el caso de Diógenes ocultándose dentro de un tonel de
bebidas para que no le viese un filósofo que pasaba. Díjole el
sabio: "Cuanto más te ocultes, más entrarás en las bebidas".
Si la virtud en sí, es el deseo altruista de que "todos los
Integrantes de la colectividad sean felices, debe ser emulada la
bondad de aquellos que se esfuerzan en practicarla. La
disfrazada virtud de aquellos que con la capa del alcohol
ocultan sus deseos y sus intenciones, degenera en hipocresía,
quedando por lo tanto esos defectos en la mayor evidencia.
22

Por la ironía de las cosas humanas, se llama espíritu al


alcohol que destruye al verdadero espíritu, eslabón entre el Ser
y la Divinidad.
Ahora bien. Las ideas son una fuerza activa del espíritu, y
están destinadas a proceder en los seres y en la sociedad, como
las aguas de las lluvias que se unen para formar los grandes
ríos y cataratas que se aprovechan como potencia motriz de las
grandes fábricas y plantas eléctricas del mundo.
La consciencia y el progreso son resultantes de aquella
potencia espiritual. Así cono las aguas que accionan los
ingenios nacen en lugares ignorados, el espíritu también, por
más humilde que sea el hombre, engrandece los pueblos. Si la
fuerza física es evidente, no es menos real la fuerza espiritual;
porque la perfección que resulta de los cuerpos simples y
compuestos, nada significa comparada con la perfección
moral, base de toda virtud. Si se substituye ese don soberano
de la especie humana, por el esplritu-alcohol fabricado para su
propia perdición, se verá el cuadro vivo del hombre rebelado
contra la Divinidad.
Los materialistas explican la existencia del alma como
una consecuencia de la vida del cuerpo; pero no admiten que
los espiritualistas lleguen a la conclusión da la existencia del
cuerpo a causa del espíritu que le precede. Sin espíritu, no se
comprende la fe, que es el telescopio de la razón.
La ciencia es para el mundo material, como la consciencia
es para el fuero íntimo.
La materia solo se convierte en una fuerza organizada,
cuando el espíritu la vivifica. Sin espíritu, las sociedades se
desorganizan como cuerpos animados en putrefacción; como
un fierro con orín. El paso de la substancia inmaterial a la
corporificación, es un eslabón que une lo visible a lo invisible,
y esa unión se conoce mediante las reacciones químicas que lo
tornan evidente. Qué es la electricidad sino esa ligación
23

homogénea de las fuerzas capaces de producirla, pudiendo ser


transmitida a través de la distancia y revelar por su energía el
espíritu creador que es para el cuerpo, -materialmente
hablando- lo que ella es para los agentes que la reciben y la
producen?
Si el amor a la patria es el más fecundo de todos los
sentimientos, debemos conservar y guardar las tradiciones de
nuestra historia, que recuerdan la sangre vertida por nuestros
mayores en defensa de la integridad del Brasil.
Pues bien; cuando los holandeses invadieron y tomaron la
ciudad de Recife, nuestros abuelos portugueses, sin recursos y
sin armas, sabiendo que ellos preferían -alcohol a toda otra
cosa, dejaron en los ingenios adredemente abandonadas
centenares de cuarterolas de aguardiente. Viéndolos ebrios,
efectuaron el asalto, llegando de ésta manera un puñado de
héroes a vencer y expulsar a los invasores de nuestra patria.
Que este recuerdo se conserve indeleble en el espíritu del
pueblo brasileño, permaneciendo el individuo fuerte y
abstinente, haciendo guerra al alcohol, para que sirva tan sólo
de "arma'' de combate.
Declámese contra la corrupción de las costumbres. Se
pretende hombres virtuosos, pero se consiente que el veneno
permanezca al alcance del pobre desapercibido para la
defensa.
"La enseñanza experimental es lo único que da al
raciocinio la fuerza de su propia fuerza. El alcohol es el moho
de la razón‖.
"Quien aprende por sí mismo a conocer un peligro , lo
evita, Y nadie ignora que el alcohol crea los delincuentes y los
hipócritas, principalmente en nuestra raza latina, considerada
como la más apta para la imitación por el ejemplo".
Los poderes legislativos del Brasil, se ocupan de La
reforma educacional.
24

El especialista tiene la obligación de mostrar los peligros


de la educación en los niños que viven en contacto con las
bebidas alcohólicas.
La educación que no se fundamenta en la experiencia, es
defectuosa: perjudica al educador y al educando porque es de
esencia moral, que los métodos a que obedece sean
invariables.
La experiencia personal sirve de norma a la conducta de
los niños; por ello, es totalmente inútil que los padres y
profesores que gastan su dinero en vinos y licores, digan a sus
hijos y educandos que no deben consumir tales bebidas porque
ellas solo sirven para los hombres. Esto, es originar la
desconfianza en el espíritu que desea fortalecerse.
En ese caso, la psicología sería un arma contra los
principios de la moral.
Gustavo Le Bon, en su "Psychologie de I'education"
afirma, que "la grandeza de un carácter puede medirse por la
fuerza inconsciente de su moralidad."
Quien practica la virtud y adopta hábitos de abstemio,
adquiere fácilmente la educación moral, que tiene por base el
hábito de ejercer el Bien y de evitar el mal, de modo que lo
consciente pasa a ser una vivencia ininterrumpida, No debe ser
por el temor a Dios, y sí por el temor a los males que el veneno
produce, que se debe creer en la Independencia de nuestra
voluntad para educarse a sí misma. Querer es poder, y quien
puede practicar el bien, debe preferir esto al mal, su
antagonista.
Intentaremos demostrar que, siendo el espíritu una fuerza
-la más poderosa del hombre- y el alcohol, el veneno más
deletéreo para el sistema nervioso, solamente por la cura de la
voluntad se puede conseguir la victoria en el tratamiento.
Sabido es, cuanto ha hecho en Europa la "Societé de la
Croix Blue". Mme María Hunt, tornóse célebre en los Estados
unidos, mediante la enseñanza científica de La templanza.
25

Infinidad de Escuelas se han fundado para ese fin, mediante su


acción inteligente.
La "Asociación Médica Americana" en 1882, solicitó el
concurso de la unión para legislar sobre la materia, El estado
de Vemont apresuróse a tornar obligatoria la enseñanza de la
templanza.
Tan rápida fue la acción del poder moral, que ganó las
consciencia, de manera que exceden de 50 los Estados y
Territorios que inscribieron en sus leyes la educación de la
templanza en todas las escuelas. Hay 28 Estados de la gran
república, en donde tres veces a la semana se dictan
conferencias públicas, y en donde es un hecho la prohibición
de la venta de alcohol como bebida.
Canadá, las colonias australianas, las Islas Británicas.
Holanda, Bélgica, Francia, Suiza y Suecia, reconociendo los
peligros del uso del alcohol, han estimulado la propaganda
anti-alcohólica por diversos medios.
Sólo nosotros, los americanos del sur, permaneceremos
inactivos mientras el mal hace estragos?
La opinión de Lanei Reaux (Lecciones de Clínica médica
-pág. 72) es de gran valor, porque el sabio maestro considera
que los licores, más que los vinos, conducen a la tuberculosis.
Sus observaciones, en 344 bacilos, son terminantes. Todos,
debidos al alcoholismo: siendo 180 de tuberculosis
pulmonares; 20 de tuberculosis de las meninges; 54 de los
intestinos; 24 del peritoneo; 60 de tuberculosis y cirrosis
hepática.
No está de más insistir en la necesidad de que
modifiquemos las viejas y perniciosas prácticas sociales que
encuentran un símbolo en el alcohol.
Sería más venturoso, más noble y más bello preferible y
benéfico, que, en lugar de tales fiestas, tales banquetes
irracionales y antinaturales que deprimen y corrompen a la
26

humanidad acicateando los bajos instintos; que convierten a


los hombres en fieras salvajes (Kama Rupa de los hindúes), se
realizasen fiestas espirituales: arte, poesía sin palabras
(música), literatura, ciencia y otras coses análogas que
regeneran y elevan al hombre a una vida superior (Alma,
Buddhi, Manas de los hindúes) en donde los hombres
aprendieran lecciones de moral, de vida recta, de pensamiento
recto y noble; en donde aprendieran a elevarse espiritualmente
y a distinguir lo real de lo ilusorio, la vida infinita de la vida
finita; lo verdadero de lo falso; el yo real del yo personal.
Aprenderían e ejercer dominio absoluto sobre el yo físico y
sobre el cuerpo astral, despertando en sí sentimientos nobles,
dignos, humanitarios y fraternales….. se Instruirían en el sabio
principio estampado en el frontispicio de un templo que la
antigüedad consagró al dios de la luz; "Conócete a ti mismo y
conocerás al universo y a los dioses". Reconocerían que los
hombres y los seres no son sino moléculas de un solo cuerpo.
Así como hay solo un Universo, hay también un sólo hombre.
El hombre re conocería que él no es sino un átomo del Alma
Universal, y, por lo tanto, de su semejante; reconocería, en el
feliz y en el desventurado, en el rico y en el pobre, en el
anquilosado y en el perfecto, que él es lo mismo.
En la vida humana -dice Despine-, la distancia entre los
seres es igual al espacio existente entre los átomos de un
cristal. En éste, cada átomo está constituido por infinidad de
electrones con directa influencia sobre sus vecinos. Así
también, en la vida, cada ser es un átomo de la humanidad, y
parte integrante de la personalidad colectiva. A cada momento,
nuestra mente recibe invisibles mensajes telepsíquicos, los
cuales transforman por completo, e insensiblemente, las
características de nuestra personalidad.
Estamos siempre aclimatados en el medio que vivimos,
porque la vanidad humana sobrepuja, y el hombre está siempre
gobernado por sus semejantes.
27

El profundo estudio de las pasiones, deseos y emociones,


ha servido para demostrar que el destino de cada ser, depende
únicamente de las múltiples condiciones referentes al mismo
individuo,
Descubrió la ciencia además, que existe una exacta
correspondencia entre el procedimiento humano, sus
pensamientos, deseos y actos de la vida; y que el hombre es el
sembrador inconsciente de su felicidad, o el causante
inconsciente de sus amarguras. El don de la palabra y el
pensamiento -dice Desosses-, es, a pesar de las apariencias, la
única verdad existente.
También está plenamente probado que el sistema nervioso
emite ondas y desempeña el verdadero papel de un aparato
receptor. El fenómeno telepsíquico (mal llamado telepatía) es
La vibración de una neurona, transmitiendo impresiones a otra
neurona a distancia. No es lenta, como se cree, la materia, pues
la ciencia física moderna nos explica como nuestros órganos
están constituidos por infinidad de fuerzas. Luys parangona la
inteligencia con la fosforescencia.
Somos aparatos telepsíquicos, ya en el sueño, ya en la
vigilia, no tan solo para nuestros amigos, sino también para
nuestros enemigos. Y, cuántas veces tenemos sueños que son
verdaderamente fenómenos telepsíquicos!
Sentimos, además, algo sobrenatural cuando nos ocurre
un hecho anormal; tenemos emociones, bien sea por el peligro
a que nos exponemos, o por nuestros dolores, sin que mientras
tanto nuestra voluntad tenga influencia en el fenómeno.
Por consiguiente, se torna menester que seamos buenos
agentes de estas energías, pues el valor de los mensajes
recibidos es el mismo que el de los emitidos.
De este modo, vendría a formarse una fraternidad
perfecta, con bases sólidas, porque lo "mío" y lo "tuyo" no
existiría más.
28

Este es el ideal mil veces preferible; seguro estoy de que


la mayoría o quizá todos, me responderán afirmativamente,
Sin embargo de ello, muchas personas aseverarán que es
difícil, y tal vez imposible, llegar a la " realización de ese
ideal; aseverarán también que la fuerza de la voluntad y la
energía del carácter son dones de la Naturaleza, etc. etc. Muy
de acuerdo; pero estoy convencido también, de que con un
poco de voluntad y con el ejercicio y el hábito de hacerlo,
podrán alcanzarse tales dones de la Naturaleza; la voluntad,
por medio de la educación, puede perfeccionarse. La voluntad
es, como dice Van Helmont, "La primera de todas las
potencias", Y como observa Lahr: "La facultad de proceder
según la " luz de la razón".
Paracelso se expresaba así: "La convicción fortalece la
imaginación, porque la convicción engendra la voluntad, Una
voluntad firme y resuelta, es como el comienzo de todas las
operaciones mágicas".
Algunos de los admiradores de Le Dantec y de otros de la
misma escuela materialista, me replicaran tal vez que esto es
una utopía; que la vida y la lucha humana, la envidia, la
hipocresía, el egotismo, el interés individual, son leyes
biológicas y que en una familia, aun entre hermanos, ocurren
las mismas luchas.
Yo les replicaría que están en un grande y gravísimo
error. Desconocen por completo la Ley Divina, la Ley del
Karma, la Ley del Universo, la Ley de la Madre Natura.
"Karma", es un término sánscrito que significa "acción".
Admitiendo que toda acción deriva como efecto de causas
anteriores, tendremos que cada efecto futuro tiene su causa en
el presente; esta noción de causa y efecto es un elemento
esencial en la idea de la acción.
He ahí porqué el término acción o Karma, se emplea en el
sentido de "causalidad", y designa la serie ininterrumpida, el
encadenamiento de las causas y efectos de que se compone
29

toda actividad humana. De ahí la frase que comúnmente


empleamos al referirnos a un suceso: "Es mi Karma; esto es:
"este acontecimiento es el efecto de una causa generada por mí
en el pasado".
Ninguna existencia está aislada; cada vida es el fruto de
todas las que le precedieron; el germen de las que van a
seguirse en el conjunto de las vidas de que se compone la
existencia continua de la individualidad humana.
No existe ni el "acaso" ni el "accidente"; cada
acontecimiento está ligado a las causas antecesoras y a los
efectos subsiguientes, pensamientos, acciones, circunstancias,
proceden del pasado e influyen en el futuro, Envueltos en un
velo de espesa ignorancia que, simultáneamente nos oculta el
pasado y el futuro, los acontecimientos nos parecen salir de
repente de nada, y ser "accidentales"; pero esta apariencia es
ilusoria, y procede exclusivamente de nuestro limitado
conocimiento. Así como el salvaje, que ignora las leyes del
universo físico considera los acontecimientos naturales como
desprovista de causas, y admite como "milagros‖ las
operaciones de las leyes físicas desconocidas, así también la
gran mayoría de los hombres, ignorando las leyes naturales,
consideran los acontecimientos mentales y morales como
desprovistos de causas y admiten la acción de las leyes desco-
nocidas por ellos, como siendo buena o mala fortuna.
"El ignorante camina tropezando, impotente, chocando
con las leyes naturales inmutables, y viendo fracasar todos sus
esfuerzos; mientras el hombre de saber, va metódicamente
hacia adelante, previsor, despertando ciertos efectos,
impidiendo otros, ajustando todas las cosas; realizando en fin,
sus designios, no porque tenga "suerte‖, sino porque lo
comprende todo.
"El uno es el juguete, el esclavo de la Naturaleza
arrastrado por las fuerzas inmutables por acción de sus propios
30

caprichos; el otro, es el señor de ellas, utilizando las energías


cósmicas para conducirlas hacia donde su voluntad determine.
"Lo que es verdad para el dominio de la lay física, es
igualmente verdad en el mundo moral y el mundo mental,
mundos éstos regidos también por leyes.
"Aquí, todavía, el ignorante es esclavo y el sabio es rey.
Aquí, todavía, la inviolabilidad e inmutabilidad son
reconocidas enseguida como condiciones indispensables de un
progreso cierto y de una organización esclarecida en el futuro.
"Si el hombre se puede tornar dueño de su destino, es
únicamente porque la generación de este destino se opera en
un campo de leyes naturales, las cuales colocan en las manos
del hombre la posibilidad de regir su futuro, donde la
inteligencia pueda edificar la ciencia del alma, determinando
igualmente su futuro carácter y sus circunstancias futuras. El
conocimiento de la Ley del -Karma (que parece conducir a una
parálisis de esfuerzos) se vuelve una fuerza inspiradora, un
sustentáculo; una palanca, con auxilio de la cual el hombre es
para sí mismo la ley de causalidad, la ley de causa y efecto.
Ella, ha sido formalmente enunciada por el Iniciado Cristiano
San Pablo: "No os engañéis. Dios no puede ser burlado; lo que
el hombre sembrare, eso recogerá".
El iluminado Paracelso, en su "Oculta Filosofía", al
referirse al "Ens Dei" (principio Divino, que corresponde a la
Ley del Karma) dice. "No hay ni buena ni mala suerte; sin
embargo, todo efecto es debido a una causa Cada uno recibe su
recompensa conforme su conducta y su obra‖.
"Dios plasma todos los hombres de una misma substancia
y a todos comunica el mismo poder para vivir, por lo que
todos los seres humanos son iguales ante Dios.
"El sol y la lluvia, el invierno y el verano, son los mismos
para todos. Sin embargo, no todos ven el sol con los mismos
31

ojos. Dios ama a todo el género humano de la misma manera;


mientras tanto, no todos aman a Dios con el mismo amor.
"Cada uno de los hijos de Dios tiene el mismo pa-
trimonio; sin embargo, uno desperdicia mientras el otro
conserva. Lo que Dios hace igual, las acciones dé los hombres
lo vuelven desigual.
"Cada hombre que lleva su cruz, encuentra en ello su
recompensa. Cada infortunado es una fortuna, porque la
bondad divina da a cada cual lo que más necesita para su
desarrollo futuro, El sufrimiento sólo comienza cuando
aparece el descontento, el cual proviene de la ignorancia de la
Ley Eterna. Cuanto mayor fuere el obstáculo para el combate,
tanto mayor será la victoria".
Es que la humanidad, desde su cuna, desde Adán y Eva
(símbolos de la raza humana), fue falsamente educada por sus
Jefes.
Es verdad que las doctrinas religiosas y filosóficas de
Brahma, Zarathustra o Zoroastro, Budha, Lao-Tsé, Moisés,
Jesús, Confucio, Sócrates, Platón, Pitágoras y otros grandes
Hierofantes; y todo cuanto encontramos en el Código del
Manú, en Manava-Dharma-Sastra, en los Upanishads, en los
Vedas, en el Antiguo y el Nuevo Testamento, en las obras
platónicas y pitagóricas, etc., son doctrinas religiosas,
filosóficas y divinas, y profundamente instructivas.
Pero, también es una gran verdad, que los representantes
pastores continuadores de doctrinas y enseñanzas, atacados por
la larva astral de las pasiones, de la envidia, del egotismo, de
la hipocresía, del interés personal o del sectarismo, condujeron
-y aún conducen- , el rebaño humano por caminos errados,
falsos, escabrosos y dilacerantes.
Si estos pastores y los que gobiernan a la humanidad, por
un esfuerzo de la voluntad se liberasen de tal larva; si trocasen
aquellos "vestuarios viejos" de interés individual o sectario por
otros de interés verdaderamente colectivo, humanitario,
32

fraternal; si se decidiesen a guiar ese inmenso rebaño de


animales racionales por la verdadera senda de aquellas santas
y profundas enseñanzas y a reconducirlo hacia la vivienda de
la excelsa Madre Naturaleza para saborear el fruto de la vida
más humana y menos animal, y beber el delicioso licor de la
fuente espiritual y menos material, veríamos que en un lapso
relativamente breve, ese rebabo se transformaría, de fieras
humanas, en verdaderos hombres.
En una humanidad, perfecta en toda la extensión de la
palabra, la condición humana será tal, que en vez de ser el año
3.000 -como dice Mantegazza- la fecha en la cual no existan
ya médicos, bastaran dos siglos para alcanzar el ideal deseado
por todos. Y no solamente no habrán más médicos, sino que
también no existirán más ejércitos, ni guerras, ni revoluciones,
ni huelgas, etc., pues las naciones, los pueblos, los hombres,
aprenderían a acatar el derecho de cada uno, guiándose por la
ley de la Equidad. En fin, se guiarán por el camino recto del
vivir, por la Ley Universal, y se reconocerán como hermanos,
o como uno en todos. Uno trabajan por todos; todos trabajarán
por uno. De esta suerte, cambiarían su Karma1 funesto,
tormento de muchas personas y de muchos pueblos, pudiendo
penetrar poco a poco en el Nirvana2.
A esto sí podríamos llamar "verdadera civilización"
porque las ventajas de la "civilización" moderna, el pueblo las
paga a subido precio. Le da su energía, y recibe en cambio
males, sufrimientos y un infierno tormentoso.

1
Karma, es la Ley de Causas y Efectos, por la -cual se recoge lo que se ha
sembrado y es el destino que cada uno se prepara a sí mismo.
2
La palabra "Nirvana" no significa la "nada", como muchos la interpretan,
sino que designa la desaparición de tocas las ilusiones. Es el dominio
completo del espíritu sobre la materia f el poder absoluto del Yo real sobre
el Yo personal.
33

El hombre se queja continuamente de los elementos


adversos de la Naturaleza; de sus adversarios y enemigos; en
fin, de todos los obstáculos y estorbos en todos los actos de su
vida. Ignora, mientras tanto, que no existe peor elemento
adverso, peor enemigo y mayor obstáculo -que él mismo,
debido a su continua transgresión de las Leyes Naturales. Y
nadie, impunemente, viola las Leyes de la Naturaleza, sin
escapar a las consecuencias de sus actos.
No se desafían impunemente las Leyes Naturales; se
puede estar seguro de que se recogerán fracasos, disgustos y
pesares.
Libertándose a sí mismo de la esclavitud de sus instintos
y sentidos pervertidos y de sus pasiones, que son los mayores
enemigos de su propio dominio; y procurando dominar su
cuerpo astral, o mejor, desarrollar su autodominio, el hombre
se vería completamente a salvo de los males que le afligen, y
del infierno que él mismo se creó en su vida.
Por último, haciendo al prójimo lo que se desea que se le
haga a sí mismo, y no haciendo a otros lo que no quisiera que
se le haga, no tendrá ya enemigos, y sí solo amigos, porque él
será amigo de todos, y, principalmente, de sí mismo.
Respétese cada uno a sí mismo; ame al prójimo y re-
conozca a Dios en todo y a través de todo.
Entonces sí, podremos exclamar con Shakespeare:
"Qué maravilla es el hombre
Cuánta nobleza hay en su razón
Cuan infinitas son sus facultades
Cuan apto y admirable en su acción
Cómo es semejante a Dios.
Felizmente, los tiempos van llegando. Y no está lejos el
día bendito de la próxima venida del Maestro instructor, que
exclamará entonces:
34

"Desciendo a mi mundo en forma de hombre, cuando así


es preciso. Restableceré la justicia y sentaré en su trono a la
Verdad!".
35

II

EL RESURGIMIENTO DE LAS CIENCIAS ANTIGUAS

"Nada debo ignorar o desconocer en lo que respecta a la


humanidad"
Para llegar al sanctum regnun, esto es, a la ciencia y al
poder de los Magos, son indispensables cuatro cosas: una
inteligencia esclarecida por el estudio. Una audacia que nada
detenga, una voluntad inquebrantable y una discreción
incorruptible.
Este libro -ya lo he dicho- me propongo escribirlo en una
forma que este fuera de lo común, es decir, pretendo sintetizar
en esta obra, todo cuanto se haya dicho hasta hoy con
referencia al hombre bajo el prisma social psicológico,
filosófico, etc.
El Mago (me refiero al mago blanco teurgo), es
sencillamente un investigador que procura demostrar que la
Magia es una ciencia natural, y que si las fuerzas de que trata
esta ciencia no son conocidas por el común de la humanidad,
no por eso dejan de existir y de ser fuerzas de la Naturaleza.
El prueba además, experimentalmente, que nada escapa ni
escapar puede a la acción de las Leyes Naturales, ya sea en el
campo de la materia o en el campo de las fuerzas
desconocidas.
La magia combate las supersticiones en general y de
manera absoluta, pues uno de sus principios fundamentales es
que lo sobrenatural no existe.
Conviene no confundir la Magia superior, la Magia
teúrgica, la Magia Blanca que, -tal como lo afirma el -gran F.
Ch. Barley- requiere el auxilio de la inteligencia y el
conocimiento de las fuerzas invisibles, con la magia inferior,
la magia torpe, la magia de las supersticiones, la magia negra,
la magia de las hechicerías.
36

Desde la época de los hombres de ciencia como Eliphas


Levi (Abad Alfonso Luis Constant, uno de los mayores
ocultistas -1810 a 1875); el marqués de Saint Ivés; Stanilas de
Guaita; Papus (DR. Gerardo Encausse); Fabre d´olivet, Barley,
Max Huller, Baradue, Coronel Rochas, Paracelso, Berthelot,
Cagliostro y otros, los cuales se dedicaron a la restauración de
los estudios mágicos, se confunde la Magia con la
prestidigitación de los charlatanes, con las alucinaciones de los
enfermos (que algunos llaman "obsesiones") y con los
crímenes de ciertos delincuentes excepcionales.
Según afirma Maury, la Magia fue la madre y el origen de
todas nuestras ciencias. Ella es, la "vera-ciencia".
Es un lamentable error creer que la Magia tenga pa-
rentesco con la doctrina teológica de Dios, del demonio, de los
ángeles y arcángeles.
El poder mágico está confiado solamente por los Poderes
Ocultos e Invisibles al hombre de moral absoluta y natural, y
que solo se sirve de él desinteresadamente en beneficio de la
humanidad y de todos los seres.
En el mundo profano se reconoce todo Hermano
iluminado de la Rosa Cruz, por el secreto poder que Ella le
concede.
Eliphas Levi dice: "Para adquirir el poder mágico o
psíquico, son necesarias dos cosas: desembarazar la voluntad
de todo servilismo, y ejercerla con dominio.
La definición de la Magia, es la aplicación de la voluntad
humana dinamizada, en la evolución rápida de las fuerzas
vivientes de la Naturaleza.
"La voluntad soberana está representada en nuestros
símbolos por la mujer que aplasta la cabeza de la serpiente, y
por el ángel radiante que reprime y subyuga al dragón bajo el
pié de la lanza.
37

"La Magia descansa sobre el principio,


experimentalmente demostrado por ella, de que existen en la
Naturaleza fuerzas ocultas que se denominan fluidos.
"Estos fluidos son de tres especies: 1.) Magnéticos; 2.)
Astrales; 3.) Esenciales.
"El fluido magnético comprende la luz, el calor, la
electricidad, el magnetismo, los rayos X, y otros. Los fluidos
astrales son aquellos a los cuales deben ser atribuidos en
general los hechos del psiquismo, esto es: las manifestaciones
misteriosas e hiperfísicas del enfermo".
Baradue, refiriéndose a la fuerza vital, se expresa de la
siguiente manera:
"Fuera de las substancias químicas, sólidas, líquidas o
gaseosas; fuera de los modos conocidos de la energía que
penetra en los cuerpos y elabora su armazón material, el
hombre es compenetrado por una fuerza de vida, superior a las
fuerzas conocidas, superior por su actividad y su inteligencia;
ella está en armonioso intercambio con nuestra propia fuerza
vital que conserva e interviene en la constitución de nuestro
cuerpo vital fluidico, alma humana, el espíritus vide de
Paracelso.
"Por su íntimo contacto con el espíritu y la materia, por
las predominancias psíquicas o físicas que de ahí resultan, ella
forma el temperamento vital, o personalidad de cada uno.
En el conjunto de las fuerzas que nos rodean, existen unas
que son absolutamente inferiores, brutales, definidas en el
estado libre; otras ávidas de adaptación; otras más o menos
adaptadas, esto es, poseedoras de más o menos inteligencia
superior, que forman entes realmente aparte.
"Los fluidos esenciales son de naturaleza aún más
elevada, y sólo la Magia oso ocuparse de ellas; cooperan en la
dirección general del mundo.
"Las Ciencias Ocultas demuestran que el hombre es un
38

ente inteligente y corporal, hecho a la imagen de Dios y del


mundo; uno en esencia, triple en substancia, Inmortal y mortal;
hay en él un alma espiritual, un cuerpo material y un mediador
plástico.
El hombre, es pues, "triuno". Por su espíritu vive en el
plano divino y está en comunión con el Alma del Universo, de
lo cual tiene consciencia en ciertos estados -(prez, éxtasis,
etc.). Por su cuerpo astral, vive en el plano intermedio; tiene
consciencia de él por ciertos fenómenos (videncia,
presentimientos, sueños, etc.). En fin, por su cuerpo físico,
vive en el plano material.
"Cuando se disgregan, todo vuelve a su plano natural: el
cuerpo físico, a la materia; el cuerpo astral, al plano astral,
llevando consigo el espíritu que debe volver, más tarde o más
temprano, al plano divino.
"La Magia es también considerada como la ciencia del
Verbo, Este, a pesar de ser casi desconocido, es una fuerza
misteriosa de gran alcance, especialmente para los terapeutas".
Baradue, observando y verificando su poder mágico, dice:
"El Verbo llega hasta modificar la vitalidad visceral y
psíquica del paciente que, alternativamente, se torna enfermo o
sano".
Felizmente, existen en todas partes del universo hombres
de coraje, grandes inteligencias liberadas de todos los
prejuicios absurdos, que se han dedicado a estas ciencias
trascendentales, afrontando altivamente todas las prevenciones
de la ciencia oficial, críticas, ridiculizaciones, y en fin, todas
las furias provenientes de la ignorancia, del fanatismo y de las
supersticiones humanas, Gracias a estos grandes espíritus
evolucionados, es que el Ocultismo va, con pasos seguros,
entrando en el círculo de la ciencia oficial, y viene siendo
estudiado por los sabios actuales, quienes se consagran con
sincero interés al examen de sus fuerzas desconocidas.
39

Entre estos sabios no podemos dejar de citar a Mesmer,


Lancelin, Lavoisier, Reinchebach, Wllliam Crookes ,
Bernhain, Charcot, Puisegur, Blavatsky, Coronel Olcot,
Charles Richet, Camilo Flanmarion, Hippolyte Rivall, Allan
Kardec, César Lembroso, Wronsky, Ochorowichz, H.
Durville, Lavater, Oliver Lodge, profesor W, Barret ó -
astrónomo Chalis o naturalista Russ Wallece, Fichte
Hellenbach, Zoelner, Perty, Esland, Aksakoff, Savage
Bernheim, Durad de Gross, Sinnet, Rudolf Steiner, Mizaud,
Leonardo Vair, Bonjour, Zbideu, Ch. Laht Bonaid, Dr.
Grasset, Dr. Dubois de Berna, Berthelot, P. Parias, Lapponi,
Maspero, F, Myers, Schopenhauer, Mainduc, Deleuze,
Gauthier, Dusart, Dr. Liebeulty Dupotet, Dr. Deslon, Henry
Khunrath, Martínez Pasoualis, Cagliostro, Maury, Jules
Lermina, Van Helmont, etc.
Es a muchos de estos grandes espíritus que se debe el
renacimiento de las ciencias antiguas y trascendentes como la
Astrología, La Alquimia, la Metapsíquica, los cuales
comenzaron principalmente a dedicarse a los estudios
positivos v profundos de la magia verdadera.
La ciencia oficial, como así mismo la medicina oficial,
nada de nuevo han hecho hasta nuestros días.
Eso de arrobarse el derecho de considerar que las ciencias
modernas son creaciones recientes, no pasa de ser una
pretensión infundada que puede ser ventajosamente
combatida. Todas las ciencias modernas no son más que una
pequeña resurrección de las antiguas ciencias trascendentales,
Esto lo han afirmado ya los célebres hombres da ciencia
Lancelin, Dutens, Fabre d'olivet, Saint Yves Alvendré y otros.
Pitagoras, Aristarco, Seleuco y los egipcios faraónicos,
conocían ya el movimiento de la tierra alrededor del sol.
Demócrito conocía la Vía Láctea, del mismo nodo que
Aristóteles y Plotino veían en las estrellas centros de sistemas
40

planetarios. Y Plutarco, Plinio y Macrobio, se ocuparon de 2a


ley del cuadrado de las distancias.
El telescopio y el microscopio eran conocidos por
Aristóteles y Arquímedes, respectivamente, demostrando los
profundos conocimientos de óptica en los espejos ustorios.
De la misma manera, sabemos que Antemio de Troteo ya
empleaba la fuerza motriz del vapor en la importante
construcción de Santa Sofía.
En las tintas de los fenicios, en las telas y en las momias
egipcias, se encuentra la química altamente empleada. Los
chinos conocían ya, desde remotas épocas, la brújula, la
pólvora y la imprenta.
Los sabios de la antigüedad, que eran verdaderos magos,
no solamente conocían la electricidad, sino que conocían
también los medios de dominarla y dirigirla, me dios estos que
no conocemos en nuestros días. Del mismo modo, Numa
Pompilio conocía el arte de dominar y dirigir el rayo, arte cuya
aplicación, hecha equivocadamente por Tulio Hostilio, le hizo
caer fulminado.
La ingeniería a su vez, nada nos trae de nuevo, y de la
misma manera todas las ciencias que se pretenden modernas.
Todas las obras en que se encuentran consubstanciados
los principios de estas ciencias, así como sus laboratorios,
fueron destruidos por las persecuciones del fanatismo de
Diocleciano y más tarde por Teodosio que dispuso la
destrucción de todo lo que restaba del Egipto esotérico.
Los laboratorios del templo de Serapis, la Escuela y la
Biblioteca de Alejandría, todo desapareció bajo el fanatismo
de Teodosio. Pero como nada perece en la Naturaleza (según
la luminosa frase de Lavoisier) todo lo que vivió continúa
viviendo siempre bajo nuevas formas de acuerdo con la ley de
reencarnación, y por el mismo hecho, con la del progreso
espiritual, todas esas cosas habrían de resurgir en el seno del
41

universo bajo nuevos aspectos, que la ciencia oficial


vanidosamente presenta como nuevas ciencias aparecidas en el
mundo, cuando en realidad, todo no pasa de ser sino el re-
encendimiento de una luz inmortal que en todos los tiempos
iluminó a las generaciones y que, transitoriamente, fuera
apagada por el fanatismo religioso.
Aparece, de vez en cuando, el descubrimiento de un
nuevo invento científico", produciendo asombro y dando qué
decir al mundo, que por lo general, queda embelesado ante la
indescriptible sorpresa de un descubrimiento trascendente,
descubridores extraordinarios se tornan divinizados por la
super-excitada admiración de los pueblos cuando, en realidad,
nada se ha descubierto, sino que ha reaparecido lo que ya
existía. Ya lo dijo el legendario sabio Salomón: "Nihil novum
sub solé". Esos inventores o descubridores no son sino
instrumentos intermediarios de las fuerzas ocultas de la
n
aturaleza, que se aprovechan del hombre para hacer sus
manifestaciones en las múltiples modalidades del progreso.
Así tenemos la electricidad, desdoblada en una gran
navegación aérea, los rayos de la muerte, la radiotelefonía, el
telégrafo inalámbrico y, finalmente, todo cuanto nos ha sido
proporcionado por las ciencias. Así mismo las ciencias
trascendentes como el magnetismo, la magia superior, el
hermetismo, etc.
De acuerdo con lo que prescribe la filosofía yoga y las
ciencias esotéricas, las naciones cesan de existir como
naciones; pero las almas de los individuos que las componen
continúan viviendo y hacen sentir su influencia en las nuevas
generaciones, nuevas escenas y nuevas circunstancias de vida.
Los antiguos egipcios, los persas, los medas, los caldeos, los
romanos, los griegos, han desaparecido; pero sus almas,
reencarnadas, están hoy entre nosotros.
Es debido a su inspiración que las Ciencias Ocultas
empiezan a ser restauradas; profusamente despertadas en el
42

mundo occidental en nuestros tiempos. No debo dejar de citar


la profunda explicación que sobre el tema formula la excelsa
teósofa Mme. Blavatsky en su luminosa, Obra la Doctrina
Secreta:
"Los caminos del Karma no serían inescrutables si los
hombres trabajasen en unión y armonía en vez da desunión y
lucha.
"Porque es inmensa nuestra ignorancia de estos caminos,
a que una parte de la humanidad ha dado en llamar "Los
caninos de la providencia", obscuros e inextricables, el paso
que Otros ven en ellos la acción de un ciego fatalismo, y otros
un simple Acaso, sin dioses ni demonios que lo dirijan.
Nuestra ignorancia ciertamente desaparecería si lo
atribuyésemos todo a su verdadera causa. Con un recto saber,
o por lo menos, con una consciente convicción de que nuestros
prójimos no querrán hacernos más mal del que nosotros
queremos hacerle, dos tercios del mal desaparecerían del
mundo. Si nadie quisiese hacer mal a su hermano, el Karma (o
Némesis) no tendría fuerzas contra él, ni armas para castigarlo
por medio de ellas….
Diariamente, con nuestras propias manos, estamos
llenando de numerosas vueltas el sendero de nuestras vidas, é
imaginamos que estamos recorriendo el recto camino de la
respetabilidad y el deber; luego, nos quejamos que aquellos
senderos son intrincados y obscuros.
Admirados, nos detenemos ante el misterio de nuestras
propias acciones, ante los enigmas de la vida que no queremos
resolver, y después acusamos a la gran Esfinge que nos
devora,
Realmente, no hay accidente en nuestras vidas, ni día
malo, ni infelicidad que no pueda relacionarse con nuestras
mismas acciones, en esta o en pasadas encarnaciones.
43

El conocimiento de la Ley del Karma da la convicción


que, "si la virtud en la miseria y el vicio en el triunfo hacen a
la humanidad atea", es solamente porque esa humanidad nunca
abrió sus ojos a la gran verdad de que el hombre mismo es su
propio salvador y destructor; que no necesita atribuir al cielo, a
dioses, al hado o a la providencia, la causa de la aparente
injusticia que reina en el seno de la humanidad. Antes, deberla
recordarse aquella sabia máxima griega que dice que no
debemos acusar a aquello que es "justo‖. Esto, aunque
misterioso, nos conduce sin errar por los caminos ocultos, ―del
crimen al castigo", y las grandes naciones europeas vagan
ahora por esos caminos.
Los Arios de Occidente tienen en todas sus naciones y
tribus -al igual que sus hermanos de Oriente de la quinta raza-,
su edad de oro y su edad de fierro; su periodo de relativa
responsabilidad, o edad de la pureza, -Satya-; al paso que
algunas de ellas están ahora en su edad de fierro, la Kali Yuga ,
un período negro saturado de horrores. Este estado no acabará
sino cuando comencemos a obrar desde el interior, de dentro
hacia afuera, y no por impulsos recibidos del exterior. Recién
entonces habrá una verdadera unión y armonía, una
hermandad de hecho, altruismo real, y no solamente de
nombre.
La Yoga es una ciencia; esta palabra significa "unión", no
sólo en el sentido de doctrina filosófica, sino también de
práctica y de saber teórico. Sin realización práctica, carece de
valor.
44

REENCARNACIÓN

La reencarnación o metempsicosis, es una ley universal


en toda la Naturaleza. El espíritu del hombre desencarnado
vuelve después de un tiempo a ocupar un nuevo cuerpo,
formando así una nueva persona.
La humanidad ha sido sugestionada con la idea de la
muerte.
"La muerte es un fantasma de la ignorancia; ella no existe.
Todo vive, puesto que todo se mueve y cambia incesantemente
de forma".
Para aquellos que niegan la Ley de Reencarnación, basta
citar el último artículo del símbolo de los cristianos, que por si
coló es una completa profesión de fe "Creo en la vida eterna".
En el Evangelio mismo San Juan capítulo VIIX, versículo
57 y 58, se nos habla de la reencarnación;
"Dijéronle los judíos: "-No tienes aún cincuenta -años» y
ya has visto a Abraham?
"Díjoles Jesús: "En verdad os digo que antes de que
Abraham fuese hecho, yo soy".
Lo que prueba evidentemente, que Jesús ya había estado
en el mundo bajo otra encarnación.
La vejez es el comienzo de la regeneración; el misterio
que se llama "muerte", es figurado entre los antiguos por
aquella fuente de Juventud, en donde, al sumergirse el
decrépito, quedaba convertido en niño.
De acuerdo con la alta filosofía yoga, desde las más
elevadas formas de vida hacia abajo, en los reinos animal,
vegetal y mineral, vernos la Vida omnipresente. La muerte es
una ilusión. Detrás de todas las formas visibles de la vida
material, hay aún principios de vida manifestada que se
esfuerzan en presentarse y manifestarse. Y, oculto en todo,
está el espíritu de la Vida, deseando, luchando, sintiendo,
obrando.
45

En la montaña y en el océano, en la flor y en el árbol; en


el ocaso y en la aurora; en los soles y en las estrellas, todo es
Vida, manifestaciones de la Vida Una. Todo está vivo, dotado
de fuerza, de poder y de acción. En todo late la vitalidad. Todo
procede de la Vida Una, y todo lo que deriva de la Vida Una,
está vivo.
No hay substancia muerta en el universo. No puede
haberla, porque la Vida no puede morir. Todo vive. La vida
está en todo.
No solamente las más altas enseñanzas ocultistas nos
demuestran que todo vive; también la ciencia moderna nos
prueba que la vida es omnipresente, que la vida está en aquello
que otrora se consideraba como materia muerta. La ciencia ve
ahora que hasta el átomo, y lo que está más allá del átomo,
está dotado de vida, de energía y de acción.
Las formas de los seres y de las cosas pueden
modificarse; sin embargo, la Vida permanece eterna e infinita.
No puede morir, porque es la vida.
En la Kábalah, en el Talmud Antiguo, en los Vedas, etc.,
encontramos las enseñanzas de los antiguos Iniciados, de que
"el universo es vida, que en todo hay vida; que nada en la
Naturaleza está muerto; que la muerte significa simplemente
un cambio de forma en el material de los cuerpos". Ellos
enseñaban que la vida, en varios grados de manifestación y
expresión, está presente en todo; en cada objeto; en la más
recia forma mineral y en los átomos que componen esa forma.
Esta teoría ha empezado a ser aceptada y absorbida
rápidamente por la ciencia oficial cuyas investigaciones y
descubrimientos verificados periódicamente, vienen a
robustecer la afirmación de las sabias enseñanzas" arriba
expresadas.
El célebre sabio Burbank, conviene con el mismo
pensamiento cuando dice:
46

"Todas mis investigaciones me obligan a abandonar la


idea de un universo material muerto, producido por varias
fuerzas, y me convencieron de que el universo todo es
absolutamente fuerza, vida, alma, pensamiento o cualquiera
que sea el nombre con que quiere llamársele, cada átomo, cada
molécula, cada planta, animal o planeta, es solo un conjunto de
fuerzas organizadas y unidas, sostenidas en su lugar por otras
fuerzas mayores que se mantienen latentes durante un cierto
tiempo, pero que están dotadas de un poder inconcebible. Toda
la vida de nuestro planeta está, por así decirlo, precisamente en
la orla exterior de este infinito océano de fuerza. El universo
no es medio-muerto, y sí todo-vivo.
Por tanto, las palabras "creación de vida" o " nacimiento
de vida" pronunciadas por los hombres de ciencia, son un
absurdo, porque solo existe transformación de una forma de
vida en otras formas; de la forma inferior, a la forma superior.
El grano de trigo, que muchos consideran un cuerpo muerto,
está vivo y se transforma en diversas formas de vida.
Sembrado, se descompone para transformarse en una bella y
productiva planta viva; cuando es triturado en los cilindros del
molino y convertido en harina y después cocido en hornos, se
transforma en millares de vidas, vitalizando. ASÍ también, las
demás materias llamadas inorgánicas cuyas señales de vida
son la reacción y demostración o estímulo exterior, se truecan
en nuevas formas vivas.
Cosa análoga ocurre con los átomos del cuerpo humano
de cuya habitación el alma emigra. El cuerpo continúa
viviendo después de la desencarnación o la llamada ―muerte‖,
con la única diferencia que la actividad de las partes, en vez de
estar ocupada en construcción, está en disolución, la cual,
debido a la descomposición, se resuelve en elementos
químicos, empezando así de nuevo la cadena.
Estos o sea la presencia de la Vida en todo, y en el todo o
47

mundo inorgánico, los observamos (esto es, quien no quiera


ser ciego) en los múltiples ejemplos de la Madre Naturaleza.
La verdad es como el sol; ciego quien no la quiere ver.
Si no existiesen las vidas sucesivas, no habría progreso
alguno.
El botánico Buttler, hablando de la evolución progresiva,
dice entre otras cosas:
"Todo el mundo natural, y su gobierno, es un plano un
sistema; no un sistema fijo, sino progresivo; un plan en el cual
ocurre el ensayo de diversos medios, antes que los fines
propuestos puedan ser alcanzados. El cambio de las estaciones,
el cultivo de los frutos de la tierra, el desarrollo de la flor, es
prueba de ello. Y lo mismo ocurre con la vida humana. Así,
los vegetales y los animales, a pesar de nacer formados, crecen
gradualmente hasta llegar a la madurez. Y así, las conciencias
que animan los cuerpos, son naturalmente conducidas hacia el
carácter que les es propio, por la adquisición gradual de
conocimientos y de experiencias, por una larga continuidad de
acciones.
"Nuestra existencia no es solamente sucesiva, como debe
ser necesariamente; sino también un estado de nuestro ente
designado por la Divinidad para servir de preparación a otro
estado y la transición a aquel que le sucede.
Así, la adolescencia sucede a la infancia la juventud a la
adolescencia; la edad madura a la juventud. Los hombres en su
impaciencia quieren precipitarlo todo. Pero el Autor de la
Naturaleza no parece sino obrar de acuerdo con una larga
deliberación, y llega a sus fines por progresos sucesivos y
lentamente realizados. Dios procede de la misma manera en el
curso de su providencia natural y en la manifestación religiosa,
haciendo suceder una cosa a otra, luego otra a ésta, y
continuando siempre por una serle progresiva de medios que
se extienden allende y aquende nuestra limitada visión.
48

Caso interesante. Todo lo que mis profesores me


enseñaban, yo lo conocía ya y hallaba imperfecto, replicando
sus teorías. Todas las obras sobre ciencias antiguas,
trascendentales, herméticas, esotéricas, psicológicas y
religiosas que encuentro, después de hojearlas y estudiarlas,
creo que no me son desconocidas. Paréceme que ya había
leído y estudiado esos asuntos en otras ocasiones; acaso en
vidas precedentes y en diversas partes. Nada de nuevo
encuentro; ningún asunto científico, filosófico, religioso,
psicológico, hermético, esotérico y ocultista; nada.
Esto me lleva a pensar, y estoy casi seguro de ello, que
algunas de mis encarnaciones anteriores se han sucedido en
diversas partes de África y de Oriente, Es verdad que conozco
a fondo, en su original, la Kábalah, el Talmud, el Sepher
Yetzirah, el Zohar, etc.; que mi modo de vivir, así como el de
otros, es una de las fuentes principales de toda la humana
sabiduría.
La célebre teósofa Mme. Besant, en su magistral obra "La
Sabiduría Antigua", hablando de la reencarnación dice entre
otras cosas:
"La reencarnación del alma humana no constituye por lo
tanto un principio nuevo introducido en el sistema universal de
evolución. Es apenas la adaptación del principio general, las
condiciones nuevas, resultantes de la individualización de la
vida en continua evolución"
M. Lafcedis Hearn3, tratando de la influencia ejercida por
la idea de la preexistencia sobre el pensamiento científico de
Occidente, destaca claramente este punto:

3
Lafcadis Hearn dejo escapar errores de expresión en una parte de su
exposición acerca de esta doctrina, bajo el punto de vista budista. En un
artículo muy interesante, consagrado a esta cuestión, el empleo que hace
del término "ego" podrá conducir a error, sino tuviésemos tan presente la
distinción del "ego" real y el ilusorio.
Véase "Hints and Echos of Japanese ínter Life" páginas 237-39.
49

"La aceptación de la doctrina de la evolución hizo


desaparecer muchas opiniones admitidas hasta entonces. De
todas partes surgieron nuevas ideas para ocupar el sitio de los
dogmas usados y venos ahora el espectáculo de un
movimiento intelectual general, admirablemente paralelo en
dirección a la filosofía oriental. La rapidez sin precedentes y la
diversidad del progreso científico durante los últimos
cincuenta años, no podían dejar de producir, fuera del mismo
dominio científico, una fermentación intelectual, igualmente
sin precedentes.
"Que los organismos más elevados y complejos
evolucionaron de los más elementales y más simples; que un
substrato único de la vida psíquica provee la substancia de
todo el mundo vivo; que ninguna línea de demarcación puede
establecerse entre el animal y el vegetal; que entre la vida y la
no-vida hay tan solo una diferencia de grado y no una
diferencia específica; que la materia, finalmente, no es menos
incompatible que el pensamiento, siendo ambos
manifestaciones de una realidad única desconocida. Todas
estas nociones se volvieron lugares comunes de la nueva
filosofía."
Una vez admitida por la misma teología la evolución
física, no podría ser por largo tiempo retardada, porque la
barrera levantada por el dogma de otrora estaba desde
entonces iluminada. Y hoy, para quien estudia la psicología
científica, la idea de la preexistencia paso, del dominio de la
teoría, al de los hechos, mostrando que la explicación budista
del misterio universal es tan plausible como cualquiera otra.
Dice el profesor Huxley: "Solo un espíritu superficial
rechazaría esta teoría por absurda. Como la doctrina de la
misma evolución, la de la transmigración, tiene raíces en el
mundo de la realidad, y ella tiene el derecho de reclamar para
sí, el apoyo que el gran argumento de la analogía es
50

susceptible de proveer". (Evolutión and Ethies"- Ed. 1,894,


página 61.)
Ya en los tiempos antiguos fue enseñada la pluralidad de
las existencias por Platón, Plotino, Porfirio y otros grandes
Hierofantes; y en los tiempos modernos, tenemos grandes
sabios que por el experimentalismo lo demuestran, están entre
ellos: Charles Bonnet, Henry Martín, Wiliam Crookes, Gabriel
Deleuze y Flanmarion.
SI no existe -como algunos pretenden no admitir- , la ley
universal de la reencarnación o de las vidas sucesivas, como se
explica el caso de los niños prodigio que demuestran aptitudes,
facultades tan superiores y ultra normales en tal arte o en tal
ciencia; tan superiores a hombres muy instruidos, que nos
dejan asombrados? Más tarde aparecen como grandes genios
en los diversos ramos de las artes y las ciencias.
Citaremos algunos de ellos: Miguel Ángel, Salvator Rosa,
Sebastián Bach, Pico della Mirándola, Baratier que muere a
los 19 años de edad dejando un acervo de obras que anuncia
conocimientos enciclopédicos.
El Doctor Young, que según Información de Mme.
Besant, a la edad de dos años leía con admirable facilidad y a
los tres y medio se había leído dos veces la biblia de principio
a fin; a los siete años, comenzó a estudiar aritmética, y algunos
años más tarde aprendió con extraordinario éxito el latín, el
griego, el hebreo, las matemáticas, el francés, el italiano, el
oficio de tornero, la construcción de telescopios,
especializándose sobre todo en la literatura oriental. A los
catorce artos fue puesto a estudiar bajo la dirección de un
preceptor y en compañía de un niño un año y medio menor que
él; pero, como el preceptor contratado no se presentara, fue
Young quien instruyó al otro.
William Rowan Hamilton, empezó aprendiendo el hebreo
cuando apenas contaba tres años de edad; a los siete, demostró
un conocimiento más profundo de la lengua que el de muchos
51

viejos profesores. A la edad de trece años, conocía idiomas


clásicos y las lenguas europeas modernas, el persa, el árabe, el
sánscrito, el Indostán y hasta el malayo. A los catorce, escribió
una carta de bienvenida al embajador de Persia instándole a
que fuera a visitar Dublín, y éste declaró que nunca había
imaginado encontrar en el Reino Unido un hombre capaz de
trazar un documento semejante en lengua persa.
Pascal, muy niño aún, reconstruyó, él solo, una gran parte
de la Geometría.
Mozart, contando solamente cuatro años de edad, era un
prodigio en la composición y ejecución musical. Beethoven,
en una visita que hiciera al padre del autor de la estupenda
Misa de Réquiem, oyéndole ejecutar sus propias
composiciones, tuvo explosiones de admiración.
La ciencia, las religiones, las filosofías materialistas, no
pueden facilitarnos explicaciones reales acerca de estos
hechos. De consiguiente, nadie puede ya negar la Ley de la
reencarnación, pues contra los hechos no hay argumentos.
Hoy día no se ignora que la Tierra es apenas un asteroide
pequeño entre los grandes mundos planetarios del universo.
Los espíritus desencarnados y evolucionados vagan de un
planeta a otro, desencarnándose muchas voces en un planeta
para encarnarse en otro.
Para mejor efecto, basta citar la frase de Jesús:
"Hay muchas moradas en la casa de mi Padre".
A medida que los grandes "sabios" de la medicina oficial
proclaman a la rosa de los vientos sus progresos y nuevas
conquistas en las ciencias médicas, no es de admirar que la
humanidad vaya a pasos gigantescos adquiriendo nuevas y
complicadas enfermedades y epidemias que la medicina, sin
ninguna vacilación, considera incurables.
En tanto, se ha comprobado en no pocos casos según las
mismas estadísticas médicas, que los errores de recetario
52

medico han producido más mortandad que las mismas


epidemias, como aconteció en 1.918 con ocasión de la "gripe"
Injustificablemente llamada "española".
En mi excursión por diversas partes del país, en
propaganda de mi sistema de curar, he tenido oportunidad de
verificar que la frase popular "No todo lo que brilla es oro‖, es
rigurosamente exacta. En cada localidad, encontré tanta gente
enferma que, rara vez, por mucho que buscara, encontré una
persona sana. En los lugares pequeños me respondían que la
superabundancia de enfermedades se debía a la ausencia de
médicos y de farmacias. En las poblaciones mayores, como es
natural, se debía al exceso de farmacias y de médicos. Eso lo
traduzco yo de la siguiente manera:
En los lugares pequeños, tal estado se debe a la falta de
instrucción y de higiene para una perfecta orientación en
cuanto a la manera de vivir. En los lugares grandes, a la falta
de instrucción en el mismo sentido, y a la abundancia de
lugares hacia donde los hombres pueden ser arrastrados por
sus sentidos a una vida antinatural y criminal (aunque con el
sello de la "civilización") cuyos preceptores son proscriptos
por la alta sociedad.
Los ágapes, los picnic, los cafés, los bares, los cabarets,
los clubs y otros "establecimientos" congéneres, constituyen
centros viciosos hacia los cuales la juventud converge y a
donde va a corromper sus posibilidades de vivir en el goce de
una felicidad perfecta.
El baile, con su rotulo de "arte coreográfico-, podía ser
considerado como tal en la Edad Media y en la antigüedad.
Tanto es así que, aún hoy, cuando se nos aparece una Pawlova
y otros artistas reproduciendo aunque imperfectamente
aquellas danzas antiguas de los templos y palacios egipcios e
hindúes, saben captarse la verdadera consagración de parte de
los admiradores del arte. Pero este moderno "arte
coreográfico", con el cual se ejecutan "maxixes", "fox trots',
53

"charleston", es un arte condenable, y no es otra cosa que una


imitación inconsciente de las danzas ejecutadas por los negros
de África, los Pieles Rojas y los indios de las selvas.
Así como las mujeres procuran amoldar su cuerpo al
corsé y los pies al zapato moderno de tacón alto, sufriendo por
ello las peores consecuencias, así la humanidad entera, llena
de vanidades y arrastrada por la tiranía de los sentidos y por
las orgías de la carne, pretende invertir las leyes de la
Naturaleza y amoldarlas a sus egotistas deseos y antinatural
manera de vivir, dimanando de allí las funestas repercusiones
que hoy día atormentan a la humanidad.
Como arriba hemos dicho, no todo lo que brilla es oro.
La humanidad, efectivamente, es por instinto vanidosa,
tanto, que los hombres por medio de sonrisas y de otras falsas
apariencias; y las mujeres por medio de afeites, polvos,
coloretes y perfumes, procuran encubrir sus padecimientos
morales o físicos, aparentando una salud que están muy lejos
de disfrutar.
Esto es lo que he podido constatar en todas las localidades
por donde pase, pues buscado y solicitado para atender
enfermos, encontré a menudo personas de la mejor clase
social, dispuestas y acicaladas ya para asistir a un baile o a un
banquete. De todas tuve la confesión de sufrimientos
intolerables, y de haber sido tratadas desde hacía tiempo por
médicos, muchos de ellos de renombre, sin obtener ningún
resultado a no ser el de haber gastado mucho dinero y
paciencia, y sin el menor provecho para su restablecimiento o
mejoría.
La misma prensa y la clase médica, en las localidades en
donde con mi presencia surgieron tantos enfermos e inválidos
que casi abarcaban la población toda, no vacilaban en emplear
la frase: "la ciudad es un vasto hospital". A esto añado yo que,
el mundo entero, es un vasto hospital, porque aún nadie vive
54

sano porque nadie obra en armonía con las leyes de la


Naturaleza.
Todos viven, no guiados por las leyes Naturales, y sí
arrastrados por los preconceptos sociales.
A mi manera de ver , en lugar de preparar tantos médicos
para "curar" enfermedades por el sistema de la medicina
oficial -que evidentemente no cura nada y que, por el
contrario, con su sistema de recetas y más recetas no hacen
sino complicar las enfermedades, pues si consiguen aplacar un
dolor, despiertan en otro lugar del organismo, otra enfermedad
que surge con más vigor-, deberían preparar una clase de
médicos, maestros y curas que, en lugares apropiados, en las
escuelas y en los templos, por medio de la palabra objetiva y la
demostración práctica, enseñaran a la humanidad el verdadero
modo de atender la vida, de acuerdo con las leyes naturales.
Porque, más vale prevenir que tener que remediar, como ya
fundamentalmente dijera un sabio inglés.
De esta manera, se prepararía una humanidad perfecta, sin
enfermedades morales ni materiales, buenos jefes de familia,
buenos hijos, buenos ciudadanos y buenos patriotas. Se
evitarían, así mismo, las muertes entre hermanos; en fin, se
evitarían todas las calamidades que son las consecuencias de
éste, nuestro actual modo artificial de vivir,
Las leyes prohíben, persiguen y punen la venta de
estupefacientes por considerarlos tóxicos para el organismo,
Sin embargo, no condenan por el contrario permiten y
protegen con otras leyes la fabricación y tráfico de otros
productos como el alcohol, las drogas llamadas "fortificantes"
y las bebidas "estimulantes" que, en la mayoría de los casos,
pueden considerarse tan tóxicos como aquellos, y, acaso, más
que aquellos. Porque ellos perjudican, aniquilan y matan tan
solamente a las personas que hacen uso de ellos; mientras que
éstos, no solo perjudican a quienes los consumen, sino que
también degeneran a las colectividades y a las sociedades.
55

Frecuentemente, conversando con industriales y


traficantes (es de rigor este vocablo y no el de comerciantes)
de bebidas alcohólicas y de otros tósigos de caracteres
venenosos -personas éstas que aparentemente parecen serias,
de porte austero, religiosas, a quienes siempre se les ve en las
iglesias y que no dejan de confesarse una vez al mes, y hasta
con blasones otorgados -por el Vaticano", les interrogo ¿por
qué no emplean su actividad en otros menesteres más dignos y
más humanitarios? Me responden arrogantemente, que ellos
son comerciantes y no moralistas.
56

III

COMO REJUVENECER

Quiero esforzarme en ofrecer una exposicl6n práctica de


las diversas formas de cura psíquica: pranica, mental,
magnética (directa y a distancia), radio pranica, sugestiva, etc.
No haré sino la necesaria teoría. Daré sin embargo, una
explicación concisa de las teorías fundamentales, para que
sirvan de guía a aquellos que se interesan en la materia.
Antes que nada, quiero recomendarles que procedan como
yo he procedido. Al entrar en el templo del saber y de la luz,
hube de guiarme por el sabio consejo griego, grabado en el
frontispicio del templo de Delfos: "Conócete a ti mismo".
Estudié los métodos de todas las obras que tratan de las
diversas formas de la psicoterapia, tanto orientales como
occidentales.
Profundicé todas ellas, analizando, experimentando y
practicando, y cuando me consideré conocedor de todas ellas,
escogí la que más me agradaba, guiándome por la práctica, y
por la intuición, de acuerdo con las circunstancias del
momento.
Fue así como llegué a formar un sistema propio.
Me convencí pues, de que no era necesario apegarme a
una formula o método de una escuela determinada.
Nunca dejé de procurar ser yo mismo.
Toda la cura psíquica resulta de una explicación de las
leyes naturales; la fuerza empicada, también es una ley natural,
como la electricidad.
Sabido es, que hay muchas fuerzas y formas sutiles de
energía en la naturaleza, que son aprovechables en beneficio
57

de la humanidad. Toda energía y fuerza es manifestación del


prana (así denominado por los hindúes el principio de la
energía vital) y detrás de éste, está la mente que emergió del
principio mental del universo.
La práctica me enseñó -y esto, pienso yo, ninguno lo
ignora- que nadie puede desafiar o violar impunemente las
leyes de la Madre Naturaleza.
Las experiencias me convencieron que la cura psíquica es
el mejor y el más elevado sistema terapéutico conocido.
La cura psíquica no producirá, ni podrá producir, un
restablecimiento permanente de la salud, mientras el enfermo
no trate de mudar sus hábitos irracionales y antinaturales, y de
volver a vivir de acuerdo con las leyes naturales.
En este libro, no tengo la intención de detenerme sobre las
enfermedades. De ellas me ocuparé someramente, cuando me
fuere posible. Mi propósito es ser explícito acerca de la llave
de la vida perfecta, larga y feliz, y sobre el elíxir de la moral y
los principales medios para lograrla.
Este será el motivo de que encuentren tan pocas
referencias en lo que atañe a los síntomas. Estos, no son más
que las manifestaciones varias de una causa única que los
motivan. Y, seguro estoy, que todas las enfermedades tienen
un solo origen.
Y esta, es la función imperfecta de las células del
organismo.
Estoy seguro, en fin, que toda y cualquier enfermedad no
es más que una enfermedad de les células.
Por lo demás, alguien dijo que la mayoría de nuestras
dolencias físicas son originadas por nuestras enfermedades
morales, conforme el dogma mágico único y universal, en
razón de la ley de las analogías.
Una gran pasión, por la cual el hombre se deja arrastrar,
58

es una enfermedad irremediable que él se prepara a sí mismo.


Debemos amparar, con toda la fuerza posible, a la
cariñosa Madre Naturaleza.
Sus leyes son de conservación y recuperación de la salud,
cuyas condiciones normales serán mantenidas por ella si no
son contrariadas.
Es en verdad lamentable que la civilización moderna aleje
a la humanidad de su verdadero lugar natural; lugar lleno de
vida, de paz y de felicidad real.
Esforcémonos en llevar una vida lo más natural posible, y
seremos recompensados con grandes beneficios.
El pueblo paga caro las ventajas de la civilización. Le
entrega, su energía y recibe en cambio, enfermedades y un
infierno de tormentos.
Debo advertir, como ya lo hicieron otros, que el terapeuta
(que es más que un médico por su misión altamente divina y
sagrada, que no es tan solo el remendar cuerpos), tiene el
deber de instruir y educar al pueblo en la perfecta
comprensión del ideal de la vida recta y del pensamiento recto.
Mi misión fraternal no consiste en efectuar curas y aliviar
sufrimientos, sino -y es lo principal- , en enseñar a los
hombres a curarse por sí mismos por medio de reacción sobre
sí, dominando sus pensamientos, sensaciones, voliciones
mórbidas, substituyéndolos por otros pensamientos, otras
sensaciones, otras voliciones sanas. El interés principal es
afirmar el dominio del ser psíquico en su dirección y
preservación del ser físico.
De esta suerte, además de neutralizar los padecimientos y
evitar los males en general, se prolonga la vida y se asegura la
paz y felicidad reales; y, consecuentemente, se forma un
paraíso no solamente para la vida terrena y presente, sino
también para la vida de más allá del sepulcro.
59

"Cada esfuerzo realizado en pro de nuestro perfec-


cionamiento, contribuye a la evolución de toda la familia
humana".
"Quien pretende regenerar a otros, debe brindar las
pruebas de su propia regeneración mediante el ejemplo de una
vida concorde con las ideas que predica".
Es justamente esto lo que yo hice; y quiero narrar en este
capítulo cómo, mediante la propia experiencia, me he curado
de graves enfermedades en las cuales la medicina oficial agotó
sus recursos sin resultado; como adquirí salud y vida perfecta,
armónica y feliz, y como adquirí las fuerzas psíquicas.
Antes de entrar en el terreno de los hechos, observé en
seguida de ahondarme en los sistemas occidentales de cura
psíquica, la vida natural más perfecta, y hallé el sistema hindú
(el Yoga, uno de los mejores) y lo -practiqué tanto en mí
mismo como en los demás, con admirables resultados.
Cuando en viaje de estudios etnográficos a través de los
desiertos y selvas de Matto Grosso, entre las tribus de indios
Pareéis, Bororós y Coreados (de esto hace ya algún tiempo) la
situación y las circunstancias me obligaron a abandonar por
completo la hospitalaria vivienda de la divina Madre Natura,
tuve más tarde que cargar con la cruz de las funestas
consecuencias que me sobrevinieron como castigo por las
violaciones contra su santa ley natural.
Es verdad que desde hacía mucho tiempo, desde mi
infancia, por los constantes desvelos e inconscientes cariños de
mi amantísima genitora que deseaba criar un hijo robusto y
gordo, por influencia de los hábitos que ella a su vez
adquiriera de sus antepasados, iba yo poco a poco
distanciándome del seno de la Madre Natura.
Mi querida genitora (empleo el término "genitora‖,
porque nuestra verdadera madres es la Madre Divina, la
Naturaleza) quería, con todos sus cuidados y consagraciones
60

anti-naturales, criar un niño regordete y ver un muchacho


fuerte, sano, un Hércules si fuera posible.
Cuando yo, guiado por los instintos naturales no
desviados aun de su recto camino, quería llevar una vida libre
y suelta andando descalzo, al amor del aire, de la luz,
comiendo frutas y más frutas, bebiendo tan solamente agua;
cuando yo, naturalmente, tendía a vivir así, mi genitora se
apresuraba a regañarme y a desviarme de esos hábitos
racionales y saludables.
Y sus frases de represión se multiplicaban todos los
momentos: me exigía que me retrayese del sol porque podía
atrapar una insolación; no me permitía comer muchas frutas,
ni beber mucha agua, diciéndome que ese sistema de
alimentación producía desarreglos de los órganos internos, y
además no contenía el alimento suficiente para el organismo.
Y, en substitución de esos deliciosos manjares naturales,
me brindaba ella las golosinas más variadas; los platos más
apetitosos y condimentados, como siendo ellos los donadores
del vigor y de la fuerza. Esto sobre todo: me hacía Ingerir un
poco de buen vino o cerveza u otra bebida fermentada,
desviándome así poco a poco de la vida natural.
Habiendo caído enfermo con fiebre, desarreglo intestinal
y dolor de cabeza, comenzaron Inmediatamente las
indagaciones acerca de la causa de mi malestar.
Mi solicito padre formulaba una serle de interrogaciones:
-¿Qué fue lo que comió? ¿No habrá comido alguna fruta
que le hiciera mal?
Vemos así, que habla en mi hogar como en la pluralidad
de ellos, una profunda ignorancia en relación al valor de los
alimentos naturales prodigados por la Naturaleza.
Las indagaciones proseguían. Mi querida genitora
interrogaba a la criada:
¿Qué fue lo que el niño comió fuera de horas? ¿Le diste
61

alguna fruta?
-No señora. Sólo le di los alimentos de costumbre. No
habla fruta alguna.
Mi padre interfería entonces:
-¿Qué será lo que le ha hecho daño? ¿Acaso ha atrapado
demasiado sol, o alguna corriente de aire?
-No -respondía la criada- el niño estuvo todo el día dentro
de la casa, y las ventanas estaban cerradas:
De esta manera, se sucedían las suposiciones más ab
surdas sobre el origen de mi enfermedad, todas ellas contrarias
a la vida natural, obedeciendo a la tradición errónea de
nuestros antepasados.
-A fin de evitar complicaciones -agregaba mi padre-,
conviene llamar un médico.
Este vino, y tras ligero examen declaró:
-Esto no tiene importancia. Con un ligero laxante se
repondrá inmediatamente.
El laxante es el más común de los errores que diariamente
se observa en el tratamiento de una enfermedad. Mientras
tanto, yo lo ingerí. A poco, empecé a sentir cólicos en los
intestinos. Mi madre, afligida, preguntaba al médico:
-¿Qué es esto, doctor?
-Es el efecto natural del remedio, señora. Es un buen
síntoma. Voy a recetar también al niño unos ―cachets‖ y un
jarabe, para que se le suministre cada dos horas. Esto será
bastante.
Mi sentido natural, en aquellos momentos, secreteábame
que todo aquello sólo podría hacerme mal. Eran las células
vivas de mi organismo; eran las obreras maravillosamente
constituidas, que trabajaban segura pero silenciosamente; eran
estas obreras que comenzaban a revelarse y a protestar contra
al mal trato que se les infligía. Querían obligarlas a asimilar
substancias irracionales e inasimilables y, peor que eso aún,
62

querían forzarlas a ingerir drogas venenosas, verdaderos


peligros para el organismo humano.
En las horas de comida, mis padres, más "instruidos‖ y
más "civilizados" que yo, me enseñaban la manera de comer; y
añadían:
-Come esta costillita de cerdo. Bebe un poco de vino. Esto
da salud, da fuerza. Come muchacho; come bien si quieres ser
fuerte.
Y así, paso a paso, me distanciaba cada vez más de los
prodigios de la excelsa Madre Naturaleza hasta que, por las
circunstancias, me vi obligado a alejarme de ella por completo.
Juzgo conveniente intercalar aquí un breve resumen de
acuerdo con la ciencia Yoga, sobre las células de nuestro
cuerpo y sobre la vida de las mismas.
Sabido es que el cuerpo físico está constituido por células,
cada una de ellas conteniendo una "vida" en miniatura que rige
su acción.
Estas "vidas" son fragmentos de la mente, de la
inteligencia, de un cierto grado de crecimiento que da ca-
pacidad a las células para la ejecución concreta de su obra.
Estos fragmentos de inteligencia quedan subordinados a
la dirección de la mente central del hombre, obedeciendo con
facilidad a las órdenes de mando, consciente o
inconscientemente.
Esas células -inteligencias- tienden a la perfecta
adaptación de su obra particular. La acción seleccionadora de
las células, extrayendo de la sangre la nutrición deseada y
rehusando lo que no es preciso, es un ejemplo de inteligencia.
El medio por el cual se efectúa la digestión y asimilación,
prueba la inteligencia de las células, ya sea separada o
colectivamente.
Las células del cuerpo tienen tres principios: primero,
materia, que extraen de los alimentos; segundo, prana o fuerza
63

vital: lo que comemos, el agua que bebemos y el aire que


respiramos; tercero, inteligencia o mentalidad, que se obtiene
de la mente universal.
La vida celular del cuerpo puede compararse a una gran
fábrica constituida sobre un plan cooperativo, en donde cada
célula realiza su trabajo propio para el bien común; cada una
trabaja para todos, y todos trabajan para el bien colectivo.
Las células permiten al cuerpo continuar su obra de
constante renovación. Millones de ésos pequeños obreros se
transforman y operan en una posición fija, en todas las partes
de nuestro cuerpo; renovando o destruyendo tejidos,
substituyéndolos por material nuevo, y eliminando del sistema
las partículas de materias gastadas y perjudiciales. Todo ello
por obra de la célula.
La célula mental se obtiene del mundo universal -el gran
depósito de la "mentalidad"- y es conservada en contacto y
dirigida por la mente de los centros celulares, los cuales a su
vez, están dirigidos por centros más elevados, hasta alcanzar la
mente instintiva central. Siendo esa la más importante, es de la
que nos vamos a ocupar con el mayor interés.
No sólo tiene la mente central un cierto número de planos
de manifestación, sino que hasta cada órgano posee algo que
podría llamarse una "mente orgánica", constituida por un
"grupo mental" de un número de células, de las cuales cada
una, a su vez, tiene su mente celular propia.
No creemos necesario ahondar en este asunto, y lo
mencionamos apenas para que el lector comprenda que esas
células son "entes vivos" dotados de acción mental. Es un
hecho importante, que el terapeuta psíquico no debe ignorar,
porque todo el principio de la cura psíquica depende del hecho
que los órganos, por intermedio de sus mentes, están bajo el
dominio de la dirección mental.
El organismo mental entero de las células es una cosa
admirable y asombrosa. Controlar, esto es: vigilar, dirigir y
64

dominar estas comunidades de células, es uno de los deberes


de la mente instintiva; y ella acostumbra a desempeñarlo
correctamente, mientras no se produce la colisión con el
intelecto.
El intelecto tiende a mudar el orden establecido del
cuerpo, e introduce extraños hábitos, desmoralizando así a las
comunidades celulares, en donde provoca desórdenes. A veces
surge algo semejante a las huelgas. Son algo así como una
mina en donde sus trabajadores, fatigados por el exceso de la
faena que se les impone, no pueden soportar más y se ven
obligados al paro general. Así acontece en el seno de estas
comunidades celulares, y ellas se insurreccionan cuando deben
trabajar más del tiempo habitual, por inútiles motivos.
Algunas veces, perece que uno de los grupos menores (y
hasta algunos de los mayores) se declara en huelga,
rebelándose contra la imposición de un trabajo impropio y no
acostumbrado; un trabajo fuera de hora y cosas semejantes,
tales como la falta de nutrición apropiada. Estas pequeñas
células proceden justamente como harían los hombres en las
mismas circunstancias. Es a veces sorprendente esto para el
observador e investigador. Esas huelgas parecen continuar y
aumentar, si el fin anhelado no se resuelve satisfactoriamente;
y así mismo, después de resuelto, parece que las células
vuelven a su tarea de un modo descontento, y en vez de
hacerlo de la mejor manera que saben, hacen tan poco como
les es posible y solamente cuándo sienten placer en hacerlo.
Una restauración de las condiciones normales, resultante de la
nutrición aumentada, la atención debida, etc., producirá gra-
dualmente un regreso a las condiciones normales; pero el
asunto puede ser activado dándose a los grupos celulares
órdenes directas de la voluntad.
Es en verdad admirable como el orden y la disciplina
pueden ser restablecidos rápidamente de este modo.
65

La ciencia nos ha demostrado positivamente, que toda


enfermedad es enfermedad de las células, y de todo eso se
deduce que, una vez que podamos dominar y sanar la
perturbación celular, dominaremos y curaremos el sistema
todo.
••••••••••••••
Reanudemos el hilo conductor y volvamos al relato.
Fue por el alejamiento de nuestra cariñosa Madre
Naturaleza que mi salud empezó a recibir rudos ataques de
enfermedades, quedando mi organismo tan resentido, que era
fácilmente accesible a cualquier dolencia.
Lo que más perjudicaba y complicaba mi estado de salud,
era la gran cantidad de medicinas. Primeramente comencé a
sentir una dispepsia rebelde. Tomé purgantes de cuando en
cuando; ingerí sellos de magnesia y otras drogas para el
auxilio de mis digestiones. Todo fue inútil; sufrí
estreñimientos y cólicos intestinales. Estos males generaron
otros de mayor o menor gravedad. A tal punto llegué, que más
de una vez mi estado llegó a ser considerado delicado y
peligroso. Luego comencé a sufrir horriblemente de ácido
úrico, sobreviniendo luego un artritismo articular, reumatismo,
cuyos dolores me atormentaron indeciblemente, día y noche; y
como complemento, fui presa de un fuerte ataque de una
enfermedad a los ojos que, a más de horribles dolores, no me
permitía ver Los oculistas dijeron que era conjuntivitis; otros,
considerados como más sabios, afirmaban que se trataba de
―eritos" (proveniente de sífilis) en estado bastante adelantado.
Estos últimos, después de un largo tratamiento con diversas
medicinas y otras aplicaciones, declararon que era
indispensable una operación.
Continué consultando médicos y más médicos. Las
recetas menudeaban. Todos los días eran diferentes, cada una
más cara, sin contar las consultas que también eran pagadas a
buen precio. Ingerí purgantes compuestos de calomel,
66

salicilatos y otros; tomé ioduros en jarabes y en otras formas.


Y después, para atenuar los efectos de aquellas terribles drogas
-dolores de cabeza y otros dolores-, tuve que tomar aspirina,
cafeína y fenacelina, cuyos efectos no son menos temibles que
los de aquellos, pues atacan el organismo en otras partes,
produciendo sudores, debilitamientos, etc.
Después, por consejo de los médicos, soporté inyecciones
de mercurio, cuyo efecto era peor aún que el de todos les
anteriores. A la primera inyección que tomé, experimenté un
gran sacudimiento; mi cuerpo todo temblaba. El médico decía
que eso no era nada; que pasaría enseguida. Desgraciadamente
no pasó. Mi cuerpo estaba transformado en un gran depósito
de drogas. Mi estado se complicaba cada vez más; iba de mal
en peor; intercalado de sufrimientos atroces; sin ninguna
esperanza por lo menos de mejorar.
Seguramente las obreras-células que trabajaban en las
fábricas de mi "organismo, desde que empecé a sobrecargarlas
con trabajos excesivos (el de los alimentos, antinaturales y
otros sistemas de vida incorrectos, consecuencia de los tales
alimentos ingeridos) e insoportables, comenzaron a protestar
por medio de dolencias, queriendo así expulsar las substancias
enemigas, provenientes de aquellos alimentos.
Después, cuando empecé a ingerir drogas, protestaron
enérgicamente, porque estos productos venenosos les eran
completamente insoportables. Por fin, corno por ignorancia
continué con los medicamentos, se sublevaron, declarándose
en huelga. No querían trabajar más. Y, de esta suerte, yo
estaba condenado a sufrir el terrible infierno generado por mí
mismo y aumentado considerablemente por la obesa matrona
de la medicina oficial, porque yo, cada vez más, estaba
sugestionado y dominado por ella.
Y así el tiempo iba pasando, y yo padeciendo cada vez
más.
¡Hosanna! ¡Hosanna! ¡Hosanna!
67

Un bello día de octubre, encontrándome solo en mi


cuarto, en medio de atroces dolores, aparecióseme una alta y
majestuosa figura humana, vestida de blanco, con un turbante
en la cabeza, y una bella barba blanca que le cala sobre el
pecho. Me estremecí y quise gritar.
Pero, me serené enseguida. La inesperada visita, con una
mirada serena y dulce, me hizo un gesto con la mano derecha
para tranquilizarme. Me sentí invadido de una absoluta
confianza, simpatía, fe, alegría y otras emociones agradables.
La aparición, con un timbre de voz sonora, sugestionadora,
hablo.
-Vuelve a lo que eres. Vuelve al seno bienhechor y
bendito de la Divina Madre Naturaleza, Ella es tu verdadera
amiga. Sé su amigo. Ella te perdonará el haberla abandonado y
despreciado sus leyes. Ella te curará de todos los males que te
afligen. Abandona esa droga de base venenosa. Cambia tu
sistema de vida por otro más racional, más natural, más
humana, más espiritual......
Luego añadió:
-Estás incumbido de una misión humanitaria y sagrada;
cuando llegue el momento de cumplirlo, te avisaré. Soy tu
protector y tu guía.
No oí más, porque sus últimas palabras se perdieron con
la súbita desaparición del extraño visitante.
Quedé como aturdido.
Adormecí luego profundamente, en un sueño tranquilo y
reparador que duró diez y ocho horas. Cuando desperté me
sentí completamente transformado, repleto de confianza, do fe
y esperanza.....
Resolví regresar al hogar de la bella Naturaleza, y
reconciliarme con ella, abrazarla y no abandonarla nunca más.
Así lo hice inmediatamente. Destruí los remedios; no permití
que realizasen la operación en mis ojos como estaba
convenido. Me despedí de la medicina oficial, y alentado de
68

una gran fuerza de voluntad que sentí despertarse en mí,


abandoné el viejo hábito de la vida irracional y me entregué a
la vida natural, humana, superior; sin carnes, cuyos efectos no
se hicieron esperar y excedieron a toda expectativa.
Al cabo de dos meses, estaba completamente curado y
rejuvenecido. Para ello influyó, ciertamente, la imaginación,
instrumento de un valor y de una fuerza incalculable. La
imaginación es creadora no solamente en nosotros, sino
también fuera de nosotros, por nuestras proyecciones
fluídicas.
Una de las cosas principales para el progreso psíquico
intelectual, es saber educar el pensamiento, para lo cual es
imprescindible escoger pensamientos perfectos concentrando
la mentalidad en un solo pensamiento por vez.
Ya el gran Prentice Mulford dijo: "Los pensamientos son
causas". "Pensar es una acción divina", dice Aristóteles.
"Pensar es crear condiciones atractivas de pensamientos
idénticos", afirma la psicología racional. Lo que se hace
necesario es saber pensar, dominar el pensamiento, amoldarlo
a la voluntad, sometiendo todos los elementos somáticos del
organismo, al dominio superior del Yo pensante y agente.
"La concentración pues, acompañada al conocimiento de
la ley, es condición de tal modo imperiosa para la volición de
la voluntad.
"La voluntad humana realizada por la acción, es
semejante a la bala del cañón que no retrocede ante el
obstáculo. Ella lo daña o se incrusta en él, y allí se pierde
cuando es lanzada con violencia. Pero si se camina con
paciencia y perseverancia, entonces es como la ola que
siempre vuelve, hasta que acaba por gastar el fierro".
Los milagros y los prodigios son productos de la
voluntad. Las inyecciones de fluidos vitales que como
recompensa recibí de la Divina Madre Naturaleza, fueron tan
prodigiosas, que en poco tiempo me sentí completamente
69

rejuvenecido, tanto que en mis recientes viajes ,


encontrándome con amigos con los cuales hacía cerca de
quince años no me encontraba, no me reconocieron, pues
afirmaban que parecía más joven que en aquella época.
Estas inyecciones son superiores a las de Voronof porque
aquellas son naturales y divinas, y éstas, en cambio, son
artificiales y animales.
Más adelante he de detenerme a considerar el sistema
hindú yoga a cuya práctica debo los beneficios que vengo
disfrutando y que me permiten no sufrir la menor
incomodidad. Mi regreso a la vida natural y perfecta, ha
despertado en mí, el Yo psíquico superior, dominando al Yo
psíquico inferior, sede de las pasiones, sensaciones y
emociones. He pasado a experimentar una vida calmada,
satisfecha, feliz, sin padecer rencor ni odio hacia nadie, ni
hacia mis más recalcitrantes enemigos. Es tos para mí no
existen; son apenas hijos de los elementos adversos de la
Naturaleza, o del psíquico inferior. Empecé a sentir amor a la
humanidad, y a todos los seres. En mi hogar, ninguno de los
míos, inclusive mis solícitos hijitos, nunca ofenden al más
insignificante insecto. Luego pasé a experimentar en mi
organismo energías físicas y psíquicas tan fuertes, que me
sentí con bastante poder para suprimir los sufrimientos de mis
semejantes que padecen como padecí yo; lo que en efecto,
practiqué y continuaré practicando de acuerdo con la misión
que me fuera encomendada por Ocultos Poderes.
En efecto: el poder de la voluntad, auxiliado por la
imaginación, ha concurrido frecuentemente para el resultado
prodigioso que obtuve con mi actual modo de vivir.
Ninguno de los psicólogos modernos sería capaz de hacer
una descripción tan perfecta del poder de la imaginación,
como la que hace Paracelso en su inmortal obra "De virtude
imaginativa":
70

El hombre visible tiene su laboratorio (cuerpo físico) y


allí trabaja el hombre invisible. El sol tiene sus rayos, los
cuales no es posible reunir con las manos y no obstante, son
bastante fuertes, si son reunidos por medio de una lente, para
incendiar un edificio. La imaginación en el hombre es como
un sol: obra dentro de su mundo donde quiera que brille. El
hombre es lo que piensa. Si piensa en fuego, está ardiendo; si
piensa en guerra, está guerreando. Por el poder del
pensamiento, la imaginación se convierta en un sol".
Y en su monumental obra. Oculta Philosophia, refi-
riéndose también a la imaginación, dice:
"Muchos ignoran lo que puede la imaginación y como
puede ella conducir a honores y a riquezas. Podrían objetarme
que algunos llegaron a las riquezas gracias al acaso y a su
industria; que muchos no pudieron ser heridos ni vencidos
gracias a las virtudes de las hierbas, de las raíces o de las
piedras, y que hay muchos medios para defendernos de
nuestros enemigos. Responderé que la imaginación gobierna
todas las cosas, la fe exalta todo, y sin ella todo es ineficaz."
Sabido es que la ciencia externa y superficial, ignorando
en absoluto las leyes fundamentales de la Naturaleza, toma
equivalentemente las causas por efectos y a éstos por aquellas.
Producto de la manifestación del principio del Bien, el
hombre, sólo puede encontrar la felicidad en el bien, pues la
condición que todo ser necesita para ser feliz, es la de vivir en
el elemento a que pertenezca su naturaleza. El hombre,
procediendo de la Luz, no será feliz mientras en su
naturaleza halla un rayo de tiniebla. Nadie nació para el
mal; todos nacieron para el bien, siendo el mal, sencillamente,
un accidente en el inmenso camino hacia el bien.
No cabe duda de que el hombre, no sentirá paz mientras
exista en su interior la menor mancha de mal. Su alma es una
especie de campo en donde se esparció una porción variada de
semillas que podrán fecundar plantas buenas o plantas nocivas,
71

creciendo al calor de la voluntad. Así, la voluntad, si es buena,


dará plantas bellas; pero si es mala, las plantas serán dañinas.
Vése de ahí que el principal objeto de la existencia del
hombre en la tierra, es exactamente la purificación de la
voluntad y el cultivo de la misma hasta su conversión en
una fuerza espiritual intensa, enérgica.
Pouvouville, analizando el poder de la voluntad dice:
"La fuerza de la voluntad, tal como la experimentamos
sobre la tierra, es un resto ínfimo de la soberanía del hombre
edénico realizada en el submúltiplo humano por el consciente
y por los dos inconscientes".
"La facultad plástica es la matriz psíquica del cuerpo
astral: el cuerpo astral difiere del cuerpo glorioso y es tejido
conforme la voluntad colectiva de la especie y según la
voluntad particular del individuo."
Guaita enumera los efectos de la voluntad sobre la
materia desde los estados de los habitantes del astral inferior
hasta el árbol de los diez mil caracteres, entrevisto por el
misionero Huc, en los pantanos de Kembura. Tales son las
maravillas de la voluntad, de la fe y del deseo.
La voluntad es la palanca indirecta de la magia. Guaita
elucida una de las más curiosas alegorías de Saint Martín el
ministerio de Atalante.
"Es de la voluntad; de su educación, de su aplicación, que
proceden los fenómenos recientemente estudiados bajo los
nombres de sugestión, fascinación, telepatía (telepsiquia) y
telegrafía psíquica".
"La expresión tangible de la voluntad reside en las señales
de apoyo, que son dinamizaciones sintéticas; en el verbo
escrito, en los "pautados", amuletos y talismanes. Es de la
voluntad que depende la mayor parte de los fenómenos
secundarios, objetivaciones, eterizaciones, rapports,
levitaciones.
72

"El verbo voluntario virtualiza su afecto, material o


psíquico, cuando es proferido según los ritos; por eso los
rituales son tan precisos, tan complicados, que la
pronunciación se vuelve mágica y eficiente; tales son los
anatemas y lo maléfico por excelencia, el "envouteroent".
Siendo la acción el único medio para purificar la
voluntad, para conseguirla, todas nuestras acciones tienen
que ser buenas, hasta que esa conducta se torne un simple
hábito, no teniéndose el menor deseo de producir el mal.
Frecuentemente, se ha dicho que la tendencia del hombre hacia
el mal es más fuerte que hacia el bien. Tal juicio,
indudablemente, tiene visos de verdad, toda vez que en el
estado presente de su evolución, sus actividades e
inclinaciones animales son fortísimas. No tiene la consciencia
de sí mismo, pues sus elementos espirituales no se
desarrollaron convenientemente. Sin embargo, cuando sus
tendencias animales son superiores a sus propias fuerzas
espirituales, hay una luz más poderosa, eterna y divina, que
inconscientemente lo atrae, aunque él le resista, hacia el centro
del amor.
Verdad es, que a pesar de ser el hombre hasta cierto punto
víctima indefensa de poderes invisibles, es también un agente
libre, desde que haga perfecto uso de su razón. Por tanto, el
hombre sólo puede ser libre si obedece la ley.
No se puede admitir más de una razón Suprema, o una
Sabiduría Suprema, que es justamente lo que llamamos Dios,
el Pastor cultivante de todas las fuerzas universales; el centro
único del cual todas las cosas, atributos, facultades, funciones
y principios proceden, y al cual se elevarán finalmente.
Sólo estando en contacto armónico con la Ley Universal,
puede esperar el hombre la efectivación de su objetivo. La
teoría de la super-ciencia de los más aptos como la afirmación
categórica de que el fuerte triunfará sobre el débil, son
probadas en el mundo espiritual como en el de la mecánica, es
73

inútil que una gota de agua se oponga a la marcha de la


corriente.
Sirva eso de ejemplo para el hombre que pretende
contrariar al universo. No es posible, seriamente, obedecer una
ley cuando esa ley no se conoce; pero para tener la certeza de
que ella es pura o adulterada, preciso es estudiar la naturaleza
espiritual en sus aspectos externos o internos.
Apenas puede ser conocido por el hombre lo que existe
dentro de sí mismo, frente a la existencia exterior él
experimenta simplemente la sensación. Siendo el hombre el
microcosmos de la Naturaleza, en él está contenido, en
germen, o en estado más o menos desarrollado, todo lo que es
común a la Naturaleza. Reside en él, Dios, Cristo y Espíritu
Santo. Contiene el cielo, el infierno y el purgatorio. Porque en
él, la imagen de Dios, es la causa de todas las cosas existentes.
Los hombres serían, en verdad, más inteligentes y más
espirituales, si no fuese por la grosería y densidad de las
partículas materiales que componen su cuerpo, impidiendo la
libre acción del elemento espiritual.
Viendo los seres que transitan por las calles llenos de
carnes, llenos de infectos animales, llenos de intemperancias y
sensualismos, puede formularse una pregunta interior: si están
o no adaptados para las manifestaciones divinas.
Realmente, se puede estudiar el aspecto exterior de la
constitución humana valiéndose de métodos externos; pero, el
conocimiento de su organismo invisible sólo podrá obtenerse
por la introspección y por el estudio íntimo de sí mismo.
74

IV

COMO ADQUIRIR EL PODER PSÍQUICO


MAGNÉTICO Y EL IMPERIO SOBRE LOS
ELEMENTOS DE LA NATURALEZA

Quien no aprenda a dominarse no podrá adquirir poderes


ocultos, ni progresar tampoco en la vida real.
De la misma manera, nadie podrá disfrutar de una
completa salud, sino aprende a contener sus emociones, toda
vez que de la calma y la moderación, depende sobre todo, el
goce permanente de la salud. Nada más necesario por lo tanto
que enseñar al cuerpo a obedecer. Desde que se ponga en
práctica ciertos procedimientos, como por ejemplo; pensar con
madurez antes de hablar; verificar previamente si los
sentimientos que se han de expresar están de acuerdo con la
razón y no obrar antes de tener la convicción de que sus actos
están conformes con la razón; se verán los sorprendentes
resultados que podrán obtenerse en relación con las propias
emociones.
Para auxiliar y poner en ejecución estas reglas, conozco
por experiencia propia algunos medios prácticos.
Se sabe que las emociones son dominadas o alejadas de
nosotros, por los simples esclarecimientos.
Así los hábitos, desde que sean advertidos, son más
fácilmente destruibles.
Otro poderoso auxiliar para la adquisición, es por ejemplo
la sugestión. La humanidad recibe muchas sugestiones del yo
inferior, determinando la mayor parte de sus sugestiones que
fueron aceptadas por el Yo superior. Aclaremos; un hombre al
abrir la ventana recibe una fuerte corriente de aire;
inmediatamente el yo inferior se sugestiona de que va a sufrir
un serio resfrío, lo cual es aceptado por el yo superior,
naciendo de allí la idea de que en efecto se encuentra
75

constipado. Da el hombre a su mente inferior de esta manera,


la necesaria fuerza para que ella se materialice.
Al contrario, el hombre que como yo puede Dominar las
emociones y destruir sus hábitos, aprovecha esa fuerza para
rechazar las sugestiones del yo inferior, amortiguando los
sentidos, deseos y apetitos. Al hablar con él, el hombre debe
tener la severidad y la energía con que se debe hablar a un
inferior o a un niño. Así también, para abandonar los hábitos
nocivos a la salud, tales como beber, fumar, jugar, etc., no se
necesita otra cosa sino decir al Yo superior que no hay necesi-
dad de sustentar semejantes vicios.
Debiendo estar el Yo superior del hombre separado del yo
inferior, éste último queda identificado como cuerpo, pero
debiendo absoluta obediencia al primero, que está considerado
divino. Por lo común y el hombre está orientado y dominado
por el organismo psíquico, permaneciendo la razón y la
voluntad completamente obscurecidas por el poder de los
instintos y de las emociones. Además, para que pueda existir
progreso real y verdadero, bajo la condición sine qua non del
progreso, se hace necesario que la razón predomine sobre los
demás elementos de la organización humana. Hallándose en su
desenvolvimiento natural y normal, la razón es la única
conciencia perfecta y completa. Para el hombre; para su
conciencia, (esto es, para su razón pervertida y adulterada) es
de gran utilidad liberarse del medio; distraer el raciocinio de
los obstáculos físicos y psíquicos que le perturban. Está
demostrado que el mejor procedimiento para este fin, es el de
la auto-educación psíquica, que podrá equilibrar en absoluto la
organización humana en todos los elementos que la componen.
Este proceso, por lo demás, debe ser a un mismo tiempo físico,
mental y moral, para que pueda influir sobre las tres partes más
importantes del ente.
El ejercicio físico, que debe ser el primero, coloca al
cuerpo en condiciones favorables para el desarrollo de las
76

fuerzas psíquicas. El desarrollo moral, que es el segundo,


tratándose de la educación, es el del sentimiento, teniendo gran
influencia en la misma vida. El ejercicio mental es el último y
al mismo tiempo el más importante, puesto que procura
dominar el pensamiento; el pensamiento todo lo domina, y
dirige por completo el organismo humano.
Es necesaria una vida racional rigurosa, para conseguir el
éxito completo de esta autosugestión; esto es, el predominio y
el imperio de sí mismo.
Dejando de lado los comentarios sobre la educación de los
tres elementos que constituyen verdaderamente nuestro Yo,
paso a explicar, aun cuando ligeramente, el proceso que hube
de emplear para conseguir la autosugestión.

•••••••••••

Acción física

Por la mañana, al levantarme, desembarazóme por


completo de mis ropas; enseguida, con las ventanas del cuarto
completamente abiertas, empiezo a practicar los siguientes
movimientos.

Movimiento de los miembros superiores.

1.- Levantar los brazos perpendicularmente, haciendo una


aspiración profunda.
2.- Bajar los brazos lentamente, expeliendo el aire de los
pulmones.
3.- Extender los brazos horizontalmente, inhalan do aire.
4.- Bajar lentamente los brazos hasta llegar a los muslos,
expeliendo, al mismo tiempo, el aire de los pulmones.

Movimiento de los miembros inferiores


77

1.- Practicar diversas flexiones de los muslos sobre las


piernas.
2.- Levantar horizontalmente las piernas.

Movimiento del tronco

1.- Extender el tronco, aspirando profundamente el aire.


2.- Encogerlo lentamente, exhalando el aire de los
pulmones.
Esta serie de movimientos debe ser hecha durante cinco
minutos, todos los días, por la mañana y por la noche.
De esta manera el organismo expele los detritos orgánicos
y todo cuanto le es perjudicial, renovándose poco a poco.

Acción psíquica

―La acción psíquica consiste, principalmente, en el


dominio de las emociones".
"La emoción es el fruto de una inclinación, de un hábito y
de una idea".

Relajamiento muscular

Me he habituado a practicarlo todos los días, a fin de


poder hacerlo en todo tiempo y lugar.
Sentábame en una silla o sofá? aflojaba los brazos, las
piernas y todo el cuerpo.
Concentrábame durante quince minutos, fija la idea en el
deseo de quedar con el cuerpo flojo.
Cuando tenía que dominar una emoción en la calle, en
lugar donde no pudiese estar sentado, el relajamiento lo
practicaba incompletamente, circunscribiéndolo a los músculos
de las piernas y del vientre.
Armonización de los movimientos respiratorios
78

Primer tiempo. -Aspirar lentamente el aire hasta llenar el


abdomen y los pulmones;
Segundo tiempo. -Expeler el aire con lentitud, hasta vaciar
completamente los pulmones y el abdomen.
El primero y segundo tiempo deben armonizarse de modo
que tengan Igual tiempo de duración.
Practicar este ejercicio de veinte a treinta veces.
No debe pararse entre uno y otro tiempo.
Por medio de este ejercicio he conseguido aumentar
considerablemente la capacidad respiratoria de los pulmones,
obteniendo, por consiguiente una admirable reacción contra las
emociones.

Educación del pensamiento

Entre todos los factores de la auto-educación psíquica, el


dominio del pensamiento es incuestionablemente el más
importante.
Después de preparar el organismo por medio de los
ejercicios físicos y del dominio de las emociones, quede
habilitado para emprender la reforma de mis condiciones
mentales con mayor éxito y más rápidos resultados.
Para ello fue necesario incrustar en el mecanismo
cerebral, hábitos derivados de un ideal superior, expeliendo de
él todo cuanto proviene de las ideas falsa.
Reconozco que este es el verdadero fin de la actividad
mental.
Para que nuestras creaciones mentales, destinadas a obrar
sobre nuestro físico, sean perfectas, es necesario que
procuremos formar una perfecta imagen de ellas,
reconcentrando el pensamiento en su realización, pues
debemos tener en cuenta que el pensamiento es una forma
creadora emanada de nuestro cerebro.
79

Existen dos únicos ejercicios mentales indispensables para


la completa regeneración y auto-educación psíquica, que son:
la concentración y la meditación.
Me ejercite constantemente en ambas.
La concentración se hace reuniendo todas las ideas y
pensamientos en un solo asunto. Es fijar el pensamiento en un
solo punto, desviándose por completo de cualquier otro
pensamiento diferente.
La meditación y la reflexión sobre un punto escogido,
para penetrar en todos sus secretos.
Sin haber previamente obtenido una buena concentración
mental, no es posible alcanzar la meditación, que es la más
elevada facultad mental que poseemos en el plano físico.
Obedecí, pues, a la norma de habituar el pensamiento a
permanecer siempre concentrado en lo que estaba haciendo,
consiguiendo obtener por este medio la educación mental
necesaria a mi completo desarrollo.
Para el mejor efecto de mi decisión de reintegrarme a la
vida natural y perfecta, empecé a hacer ejercicios de auto-
sugestión, para el desarrollo del poder de mi voluntad.
Recogíme en un lugar solitario, en donde podía gozar de
tranquilidad sin ser molestado; evité todo cuanto podía desviar
la atención, prohibiendo a mis pensamientos acudir a mi
cerebro, dejándolo completamente pasivo.
Formulé esta idea simple, clara y precisa, que fácilmente
grabé en el cerebro impresionándole profundamente en mi
imaginación: mi voluntad es enérgica y realizadora.
Esta fórmula la repetí mentalmente con consciencia, y
penetrando en su sentido cada vez que quería emprender
cualquier acto.
Siempre he dicho: Tengo voluntad firme; sé dominar
mi yo superior y soy dueño absoluto de mi interior.
Hago, no lo que puedo y sí lo que quiero.
80

"Mi voluntad debe ser perseverante; debe marchar con


pasos seguros en el camino de la realización previamente
examinada".
"Mi voluntad enérgica nunca será subyugada por otra".
"Cualquier determinación de mi voluntad será in-
conteniblemente obedecida por la acción de mis órganos".
Mientras practiqué esos ejercicios, procuré evitar la
interrupción de mi pensamiento con cualquier otro asunto o
distracción.
Siempre me preocuparon los tres esenciales y ab-
solutamente indispensables elementos recomendados para
estos ejercicios por el doctor Geraud Bonnet: "la voluntad de
triunfar, la confianza en el éxito, y la reconcentración del
pensamiento sobre la idea que constituye la autosugestión".
Y para desarrollar la acción de mi voluntad, empecé a
practicar un acto determinado, todos los días, a la misma hora.
Ese acto lo practiqué con resolución y firmeza, no dejándome
dominar por ningún obstáculo o dificultad, siempre con
imperio sobre mí mismo.
Y así, habiendo construido un sólido cimiento para mi
nueva vivienda, entré a ocuparla, y en ella estoy viviendo
actualmente.
"El hombre puede realizar lo que cree, en la medida de lo
que sabe y en razón de lo que ignora, y hace todo lo que quiere
en la medida de lo que cree y en razón de lo que sabe"
Después de haber conseguido el desarrollo de mi voluntad
y experimentado la fuerza de su acción, comencé a practicar
los actos de mi actual vida, cuyos beneficios son tan grandes,
tan maravillosos, tan mágicos, que en señal de gratitud a la
Divina Madre Naturaleza, paso, en beneficio de la humanidad
sufridora, a relatar el sistema que empleé, para alcanzar tan
extraordinarios resultados. A más de la perfecta salud que
disfruto; a más de rejuvenecer, como en efecto he rejuvenecido
81

espiritual y físicamente, treinta años, sintiéndome siempre


joven y progresando en el camino de la suprema profesión
(invia virtuti nulla est via) fui agraciado no tan solo con el
poder psíquico, sino también, principalmente, con el dominio
sobre los elementos de la Naturaleza.

VENTAJAS DEL AMOR RECIPROCO

Como ya se ha dicho, una de las cosas que inme-


diatamente hice desaparecer de mi íntimo, fue los sentimientos
de odio y de malquerencia, por la percepción perfecta que tuve
de la necesidad de amor de todo ser viviente.
El precepto de Jesús, que recomienda el amor, inclusive
hacia los enemigos, tiene una doble razón de ser: religioso y
psíquico.
El hombre no puede exteriorizar odios sin a-traer sobre sí
mismo el mismo odio y activar las vibraciones rencorosas de
aquellos que se hallan dominados por este sentimiento inferior.
Compenetrado de este invulnerable principio de caridad y
de benevolencia, procuré, antes de todo, ejercitarme en la
práctica del amor y del perdón, barriendo por lo tanto todo
sentimiento de odiosidad.
Pienso que en ello encontré uno de los mejores elementos
que me auxiliaron en el desarrollo de mis facultades psíquicas.
Indudablemente, la sabiduría conserva y prolonga la vida.
El Divino Maestro dijo:
"Mi cuerpo es un alimento y mi sangre una bebida.
Comed de mi cuerpo y bebed de mi sangre, y tendréis la
vida".
Y, como el vulgo murmuraba, añadió:
"La carne es nada aquí; las palabras que os digo son
espíritu y vida‖.
Quería, pues, decir: saciaos en mi espíritu y vivid de mi
vida. Y cuando iba a morir, dejó un recuerdo de su vida en el
82

signo del pan; y de su espíritu en el signo del vino, e instituyó


así la comunión de la fe, de la esperanza y da la caridad.
Es en el mismo sentido que los Maestros Hermetistas
dijeron: "Haced potable el oro, y tendréis la medicina
universal‖; esto es, apropiad la verdad a vuestros hábitos; que
ella se torne la fuente en que os saciéis todos los días, y
tendréis en vosotros mismos la inmortalidad de los sabios. La
templanza, la tranquilidad del alma, la sencillez del carácter, la
calma y la razón de la voluntad, no sólo hacen feliz al hombre
sino también sano y fuerte. Es tornándose razonable y bueno,
que el hombre se hace inmortal. Somos los autores de nuestros
destinos, y Dios no nos salva sin nuestro concurso. "La muerte
no existe para el sabio, la muerte es un fantasma hecho
horrible por la ignorancia y la cobardía del vulgo".
El vizconde de Figaniére, en su célebre obra "Sub-mundo,
Mundo, Supramundo", hablando sobre la evolución humana y
el poder metapsíquico de los mahatmas -asunto sobre el cual
ya se han ocupado diversos Yogas y también Mine. Blavatsky
y Sinnet-, dice entre otras cosas: "Prolongaron la propia
existencia física). Es que los químicos no podrían preparar
nunca la receta que les diera un mahatma".
"Aquí la tienen: el elíxir de la vida; asunto de tantos y tan
meticulosos estudios por parte de alquimistas de media-
ciencia; y todo en vano; nada más fue y nada más es, que un
símbolo expresando los frutos de la sapiencia. El vil metal de
los alquimistas, simbolizaba la energía animal en el hombre; el
oro la sapiencia; el elixir de la vida, la inmortalidad. Quien
alcanzare la mayor de las victorias, triunfar sobre sí mismo,
habrá absorbido el elixir de la vida, en la seguridad de que,
sofocado el egotismo cual una serpiente; hecha la carne
esclava de la voluntad y gobernada por el principio súper-
eminente que casi nadie conoce, podrá mantener así la energía
vital durante un tiempo relativamente inmenso.
83

Filosóficamente hablando, la constitución de la carne se


altera un tanto en virtud de cierta traslación de la potencia vital
en beneficio del sthula zarira, que de latente se vuelve activo.
De ahí viene el que se diga que los efectos del elíxir son
reducir las propiedades del cuerpo (físico), hecho que se
realiza literal mente, mientras aumenta la persistencia vital;
pero no indefinidamente, porque la conservación del
organismo que se reduce tiene límite que ningún poder es
capaz de ultrapasar. De estas posibilidades, no acostumbran los
adeptos de buen grado aprovecharse, y solamente lo hacen
cuando obedecen a incentivos de orden elevado. Los hubo, sin
embargo, de vida multi-secular.
¿Qué tiene eso de increíble?
Sin hablar de los conocidos microbios, se conoció no hace
mucho tiempo el caso de un anciano que falleció teniendo 250
años de edad, en una de las provincias del Brasil.
Resalta también el caso del viejo Pero Carvalho, que
decía;
"Nieta, tráeme aquí a tu nieta que es viuda". (Crónica de
D* Juan III Vol. 3, -pág. 196).
Francisco de Andrada, afirma que existía entonces en Diu,
en la India, un hombre con 335 años de edad; -los dientes se le
habían salido cinco veces; el cabello de blanco, tornábasele
negro; tenía un hijo de 90 años y otro de 12, etc.; y aún,
aceptando tal información, este anciano no era, ni podía ser un
Adepto.
"Cuando los hombres aprendieren a vivir, nunca más
morirán. Se transformarían, como la crisálida en una bella
mariposa".
Metchnikoff dice que el hombre puede alcanzar los 120
años de edad; y yo agrego que, en el camino de la vida racional
y perfecta, alcanzará, por lo menos 150 primaveras y sin
contrariedades, disgustos, enfermedades, padecimientos
morales y materiales, tranquilos, en paz y feliz.
84

Sapientíssima viunt omnia, quoe pro república fiunt.

Es precisamente lo que voy a hacer: indicar el camino a


seguir hacia la perfección y felicidad de todos.
Antes de empezar mi nuevo régimen de vida, el régimen
de la ley natural, desembaracé y libré mi organismo de las
substancias mórbidas del régimen irracional; no con purgantes
como muchos imaginarían y harían, sino aplicando un sistema
de acuerdo con la ley natural, a ejemplo de ciertas aves de pico
largo que tuve ocasión de observar en las márgenes de los ríos
en mis excursiones a través de Matto Grosso. Los jefes y
sacerdotes de las tribus de la India, habían ya hecho idénticas
observaciones en las aves de la familia de los ibis que habitan
aquellos países orientales. Esos pájaros, al regresar de sus
largos viajes al interior, se encuentran a veces en condiciones
lastimosas; gravemente enfermos ciertamente, a consecuencias
de haber comido alguna cosa indigesta y no encontrar dónde
beber agua. Llegan a la margen de un rio cualquiera, muchas
veces tan débiles y en un estado de postración tan completo,
que se sienten imposibilitados para volar.
Llenan de agua su largo pico introduciéndolo luego en el
recto, e inyectando el agua en los intestinos. Al cabo de
algunos momentos, comienzan a experimentar alivio.
Esta operación la repiten varias veces, hasta que sienten
completamente vacíos sus intestinos, descansando después
algunos minutos y acabando por recobrar su vitalidad.
Ya Plinio se ocupó de éste hábito de las aves, y los
primeros imitadores fueron los antiguos doctores del Egipto.
Muchas personas, notando este hecho y sus admirables efectos,
hicieron y hacen experiencias en enfermos, con excelentes
resultados, substituyendo y suprimiendo así con grandes
beneficios los purgantes venenosos y perniciosos.
Fue así como empecé la tarea, que muchos llaman baño
interno o lavado del colon. Medio litro de agua bien caliente,
85

es decir, a un grado de temperatura que soportaba la mano,


puesto en un irrigador apropiado suspendido en la pared, me
sirvió para el primer lavado. Yo mantenía el agua en el colon
durante algunos minutos dejándola salir en seguida. Para este
ejercicio escogí siempre las noches. Al día siguiente, aumenté
a un litro la dosis de agua caliente, usándola de la misma ma-
nera. Descansé una noche, y a la siguiente, hice la tercera
aplicación con un litro y medio. Dejé pasar dos noches, y en la
tercera practiqué la cuarta curación con dos litros de agua a la
cual incorporé una cucharada de vaselina para favorecer el
ablandamiento de la materia y lubricar las paredes del colon.
La experiencia me enseñó a retener gradualmente aquella
cantidad de agua en el colon; siendo las cantidades mayores,
excelentes para expulsar la vieja materia. Las menores sirven
para arrastrar los fragmentos desprendidos y desalojar la masa
endurecida. Para facilitar la tarea, apliqué un masaje, de
derecha a izquierda en el abdomen, antes y después de cada
lavaje. De este modo, al cabo de pocos días, me sentí
completamente liberado de las materias que me estaban
envenenando el sistema, cuyo efecto, para el comienzo de mi
restablecimiento, fue maravilloso.
No soy un apologista de los lavajes; y si hubiese llevado
una vida natural, seguramente no hubiese necesitado emplear
semejante proceso, sin embargo, lo recomiendo a aquellos que
quisieren remover de si, y verse libre de acumulaciones
pasadas, provenientes de la vida irracional y antinatural.
Mi organismo quedó en condiciones de comenzar mi
actual método de vida.
A partir de entonces, empecé a beber un vaso de agua
caliente todas las mañanas en ayunas, y uno de agua fría a la
noche antes de acostarme; siendo mis comidas compuestas
exclusivamente de toda clase de frutas, verduras, cereales,
tubérculos, lacticinios, y huevos muy raras veces. He
procurado siempre huir del azúcar, evitando en lo posible la
86

sal, así como también evito siempre las comidas cocidas, para
alimentarme tan solo de frutas y de verduras crudas. Uso
solamente el pan integral, sin levadura, hecho de trigo
completo; y a falta de éste, el de centeno.
Expulsé todo el sistema de carne, vinagre, pimienta,
mostaza y demás excitantes. Abolí por completo el tabaco, el
alcohol y el café. Eliminé también, la pastelería y las masas
calientes. Como bebida uso únicamente la fabricada, destilada
y filtrada por nuestra excelsa Madre Natura: el agua; té de
hojas de naranjo, de aguacate, o mate.
Todo lo que excluí de mis alimentos, fue porque lo
considero según la práctica, nocivo para la salud. La mayoría
de las personas, o casi todas, consideran el té, negro o verde; el
café; la sal y el azúcar, como productos alimenticios; mientras
tanto, probado está por sabios médicos, entre ellos el doctor
Cartón, que además de no ser alimenticios, son altamente
perjudiciales.
Siempre he sido sobrio en mis comidas, sirviéndome de lo
necesario; al contrario del pésimo hábito del común de las
gentes, que come tres veces más de lo que debieran comer. De
ahí las enfermedades y los sufrimientos.
Así como la planta para crecer y desarrollarse, necesita ser
regada, también nosotros, para ayudar a la debida estimulación
y circulación de la sangre; a la eliminación de los productos
gastados del organismo; y a la asimilación normal de los
alimentos, necesitamos de una cantidad suficiente de agua.
Esta cantidad, que es de dos litros, es la que yo absorbo en
cantidades pequeñas durante el día. Está demostrado que
nuestro cuerpo se compone de un 80% de agua, dependiendo
ampliamente de ello el trabajo del sistema.
Quien no bebe agua en cantidad suficiente, por lo general
tiene deficiencia en la provisión de la sangre; los riñones y el
hígado, no funcionan con regularidad, visto que sienten
dificultades en la expulsión de la urea, etc. El cuerpo humano,
87

para poder realizar la digestión de los alimentos que


diariamente recibe, necesita de bilis, saliva, jugos gástricos,
jugo pancreático, y en fin, de todos los otros valiosos jugos del
sistema que sólo pueden adquirirse por intermedio del agua.
Los grandes autores opinan que se debe ingerir diariamente, de
dos a tres litros de agua, como cantidad normal necesaria para
reponer el gasto de los hombres y mujeres normales. Las
personas que en general, beben apenas medio litro de agua o
menos aún por día, generalmente viven incómodas por toda
clase de enfermedades corporales tales como constipaciones,
nerviosidades y en fin, toda clase de males cuyo origen es
única y exclusivamente motivado por la escases de la necesaria
irrigación del organismo, por lo cual resulta el cuerpo lleno de
toda clase de substancias venenosas que la Naturaleza no
consigue eliminar o expulsar a través de la piel y los riñones.
Es sobradamente conocido, y hoy día forma parte de la
terapéutica, el efecto del agua en los casos de fiebre.
La actividad del corazón con el uso científico del agua
fría, queda reducida considerablemente, al paso que aumenta
con el empleo de agua caliente. Las secreciones de los riñones
se aumentan con el agua, que también auxilia al órgano a
expeler, librándolo de la materia descompuesta que encuentra
en su camino, obrando además, de esta manera, sobre los
demás órganos de expulsión.
Recordad que todo aquel que no se separa de la Madre
Naturaleza, goza de los beneficios de los métodos formulados
por las leyes universales que conservan las obras maravillosas
del Kosmos, tanto orgánicas como inorgánicas. La Naturaleza
es la Madre Universal -la Medicina Universal-, el Alma
Universal.
En todos los actos, todo lo que hago, desde la cosa más
importante hasta la más diminuta, concentro mi pensamiento
88

firme en el objetivo; así como también durante mis comidas y


bebidas concentro mi pensamiento cargado de Prana4.
El pensamiento, que representa un papel importantísimo
en nuestras creaciones mentales, es el que da forma a la
imagen que deseamos crear, y colige en torno de ella la forma
precisa para su formación.
En todos los países y en todas las épocas, los iniciados en
las ciencias ocultas transmitieron a sus discípulos,
discretamente, que en el aire, en el agua, en el alimento, en la
luz del sol, en fin, en todas partes, se encuentra una substancia
o principio del cual deriva toda actividad, energía, poder y
vitalidad, y a la cual los iniciados hindús dieron la
denominación de prana.
En primer lugar, procuré pensar y conversar sobre cosas
agradables y alegres, para evitar la menor contrariedad durante
la absorción de cualquier alimento, pues, de esa manera, las
comidas, por más insignificantes que sean, se tornan ricas en
prana y mucho más asimilables, nutritivas y digestivas.
Es perjudicial y hasta peligroso, en las horas de las
comidas, mantener pensamientos y charlas tristes y
desagradables; discusiones que generen discordias y disgustos,
formando de este modo malos fluidos que, además de excluir
el prana, transforma en veneno los alimentos que son
absorbidos. Es un hábito no menos pernicioso el de comer
apresuradamente y no masticar bien los alimentos. Nunca, en
mis comidas, me descuido de masticar lentamente cada bocado
de alimento mientras siento placer en ello, experimentando de
esta suerte cierta sensación mientras permanece algún alimento
en la boca, pues el proceso involuntario, natural, concurre a la
disolución gradual del alimento, produciendo su deglución.

4
Prana, palabra sánscrita que significa: fuerza vital del universo infinito;
energía absoluta, inagotable, y savia oculta de la Naturaleza.
89

De esta manera, además de experimentar aquella


satisfacción, quedo convencido de que estoy preparando el
alimento en forma apropiada para el proceso digestivo del
estómago, proveyendo así óptimo elemento imprescindible a la
sólida constitución del cuerpo físico. Con este método de
comer alcancé una cantidad superior de nutrición de mis
alimentos que cualquier otra persona de hábitos diferentes,
puesto que cada onza de alimento tiene la obligación de
proveer la mayor cantidad posible de nutrición. Ocurre
precisamente lo contrario con las personas que tragan los
alimentos apenas masticados, y de consiguiente mal
ensalivados, los cuales, de tal forma, son desperdiciados,
tornando a salir del sistema en forma de masa podrida o
fermentada Adoptando el sistema que uso, nada es descuidado
por el sistema, a no ser el verdadero desperdicio. El alimento
provee las partículas de nutrición, absorbiendo de sus átomos
la mayor suma de alimento-prana.
Empleo también el mismo sistema de masticación en los
alimentos líquidos como la leche, el té, el -agua, etc.
Dirán algunos que estos líquidos no necesitan del proceso
de trituración empleado en los alimentos sólidos. Están en un
gran error, porque está comprobado ya experimentalmente, que
el líquido tomado rápidamente no provee la mitad de la
nutrición o alimento-prana que la misma cantidad de líquido
ingerido moderadamente, es decir, después de permanecer en
la boca el tiempo necesario hasta que se disipe por el
movimiento constante de la lengua.

HIGIENE

Como higiene, uso los baños comunes por la mañana,


muy temprano, tomando una vez por semana un baño caliente
o de vapor durante cinco minutos. En seguida, tomo la ducha
de agua fría por un minuto.
90

BAÑOS DE SOL

También hago frecuentemente uso del baño de sol, que es


uno de los mayores vigorizadores del organismo humano.
Es sabido que los baños solares están formados por el
conjunto de tres agentes; luz, calor y aire.
Todos los seres vivientes se nutren y sostienen mediante
la luz y el aire pues estos dos agentes forman una combinación
que hace despertar a la vida el germen adormecido. Pues la luz
y el sol son muy necesarios a toda naturaleza. El cuerpo
desnudo, bajo la acción del sol, recibe de éste una especie de
fiebre curativa, lo que se verifica por la reacción de la sangre y
de la orina.
Por medio del baño de sol, la alcalescencia5 de la sangre
aumenta, y la producción de los ácidos disminuye.
Sabemos que un grado elevado de alcalescencia de la
sangre es una oportunidad química para la célula humana. Ella
se mantiene por el calor elevado que recibe habilitando la
célula con mayor energía vital para su trabajo.
Para vencer cualquier enfermedad, es muy necesario
poseer una gran alcalescencia en la sangre. Los microbios, en
general, emplean preferentemente su acción en las personas
cuyos humores se encuentran aproximados al grado de
acidificación.
El mejor procedimiento para evitar este peligro de
infección, es un baño de sol.
Los rayos solares tienen también la misión de inmunizar
toda la naturaleza.
También favorece mucho la absorción y la expulsión por
el cuerpo de las materias. Además de eso, aumenta el consumo
de oxígeno y el desprendimiento de ácido carbónico, lo que

5
Alcalinidad. (Nota del digitalizador).
91

queda probado por el gran aumento que obtiene de todas las


materias que entran en la combustión.
Por el calor, quedan disueltas las materias abandonadas en
el cuerpo y, por lo tanto, favorecida su excreción por la piel,
riñones e intestinos.
Esto puede observarse en el ácido úrico, que es nuestra
principal materia mórbida.
En veinticuatro horas, la cantidad de ácido úrico contenida
en la orina, generalmente es de 0.70 gr, al paso que, después de
un baño de sol, ella puede elevarse a un gramo.
Por la acción absorbente y aliviadora del calor, quedan
consumidos los líquidos, y amortiguados los dolores.
La acción absorbente puede verificarse en los casos de
reciente derrame de sangre, a consecuencia de heridas,
inflamaciones y tumores.
Por medio de la respiración, la piel mantiene mucho los
pulmones, pues ella, estando desnuda, absorbe la centésima
parte de oxígeno, o sea cerca de 500 gramos por día.
Este hecho es muy advertido en los casos de las
enfermedades del pecho.
El doctor Ziegeiroth, en su importante tratado "El baño de
aire y de sol", dice:
"Conozco muchas personas enfermas del pecho que, con
baños de aire convenientemente tomados, fueron curadas por
completo, y que después de una grave enfermedad se tomaron
sanas y robustas".
Según lo observa el profesor H. Durville, el espectro solar
presenta cuatro colores magnéticamente positivos, dos
negativos y uno mixto,
En el orden de su energía, los colores positivos son:
índigo, azul, violeta y rojo; los negativos son: amarillo y
anaranjado. Por lo tanto, tres colores positivos se encuentran
sobre el verde que es mixto, y uno, el rojo, debajo de los
colores negativos.
92

El profesor Durville, en las experiencias que practicara


con los colores del espectro solar, obtuvo resultados iguales al
magnetismo humano, con el imán, la electricidad, etc.
La base de la cromoterapia, que ha sido empleada con
grandes resultados por médicos eminentes, es la física
magnética de la luz.
El vapor de los baños de sol queda aumentado con el
empleo del magnetismo humano, visto que el hombre, para
tornarse magnético, necesita adquirir un exceso de vitalidad y
calor, que puede ser proveído por el sol.
Para poder efectuar la irradiación del cuerpo humano, es
necesario tener mucha energía vital y mental que, por lo
demás, son las bases de le radiopsiquia humana.
Existen varios fenómenos solares, que son ignorados aún
por la ciencia moderna. Mientras tanto, está probado que la
luz, la vida, el calor y el magnetismo, tienen estrechas
relaciones con el sol.
Según la Kábalah, la fuente espiritual central de todas las
cosas, es el Sol. Él es el Divino Ego del Gran Hombre, y es
justamente por eso, que indica las potencialidades del poder
creador. El color anaranjado, producido por el sol, posee en sí
una gran vitalidad y magnetismo; y quien posee un aura de este
color, puede fácilmente comunicar a otros sus grandes fuerzas
vitales y magnéticas, y de esta manera curarlos.
La energía del sol terrestre se comunica a todas las cosas;
así también el hombre de tipo solar, por la transmisión de su
fuerza magnética, puede curar todos los males.
Empecé metódicamente a tomar baños de sol, durante
cinco minutos de frente, e igual tiempo de espaldas.
Siempre preferí practicar este ejercicio al aire libre a por
ser más provechoso, y cuando las circunstancias no me lo
permitan lo tomo en el cuarto, proceso éste que hago luego de
haber abierto las ventanas.
93

Me acuesto sobre una alfombra extendida en un sitio


donde pueda ser alcanzado por el sol, y allí empleo el mismo
procedimiento del baño de aire libre. De tal manera estoy
habituado a este baño, que suelo prolongar lo durante diez,
treinta, sesenta o más minutos. Practico siempre este ejercicio
antes de las nueve de la mañana, porque después de esa hora
los baños en vez de ser benéficos, perjudican la salud.
El baño de sol, produce sudores abundantes que no
enjugo.
Por mucho que sea el calor, no hay peligro de insolación.
Después de las comidas, el baño de sol es maravilloso por
ser un poderoso estimulante de la digestión y de la nutrición.
Cuando me expongo al sol, cambio de posición cada diez
minutos más o menos, pues de esta manera me resguardo del
peligro de inflamar la piel.
Después de cada baño de sol, muy caliente, me someto a
una aplicación hidroterápica: baño de lluvia, ducha, o a falta de
ésta, un baño frió.
En seguida, practico ejercicios a fin de calentar
nuevamente el cuerpo.
En otra parte de este libro hablaré acerca del poder mental
para atraer al organismo una gran cantidad adicional de prana,
de aire, de alimento, de agua, etc., pues cierto es que, mediante
el prana o fuerza vital de los rayos del sol, podemos aumentar
beneficios, por la actitud mental apropiada. Por eso me he
habituado a que los rayos solares brillen sobre mí,
formándome entonces la imagen mental sugerida por la
palabra, y repito el siguiente Mantram u otro Semejante: -Me
estoy bañando en la hermosa luz del sol de la Naturaleza; estoy
extrayendo de ella vida, salud, fuerza y vitalidad. Ella está
haciéndome fuerte y me llena de energía. Siento el influjo del
prana, de la cabeza a los pies, robusteciendo mi cuerpo entero.
Amo la luz del sol y obtengo todos sus beneficios: nunca
traté de alejarme de la Faz del sol. Siempre permití su entrada
94

en mi casa. Soy contrario al uso de cortinas y "stores" que


conservan sombríos los mejores aposentos.
Abro las ventanas de mi residencia por la mañana y dejo
que los rayos solares bañen los aposentos. De esta manera, la
casa se puebla de una atmosfera de salud, de fuerza y de
vitalidad, que substituye a la primitiva atmósfera de
enfermedad, debilidad y ausencia de vida.
Acostumbro además a caminar mucho con la cabeza
descubierta, huyendo de las sombras; procurando siempre el
sol, la luz, porque la marcha, sin cansancio, es uno de los
mejores ejercicios.
Para cuarto de dormir, escogí uno bien ventilado,
espacioso, alegre, con mucha luz, en al cual penetra el sol
naciente. Infaliblemente, salvo fuerza mayor, a las ocho de la
noche me recojo.
DOS horas antes de recogerme, ordeno que todos los
pensamientos se retiren, quedando mi mente completamente
deshabitada, no permitiendo que la ocupe cualquier otro
pensamiento.
De esta suerte tengo siempre sueños tranquilos y
reparadores. Matemáticamente despierto a las cuatro de la
mañana. Duermo con la cabeza hacia el Norte y los pies hacia
el sur.
Siempre tuve cuidado con el uso de la energía genésica,
siendo continente, sin evitar con todo la unión periódica, pues
soy casado.
Mantengo constantemente, un equilibrio sabio y estoico.
Además de gimnasia sueca, y algunas veces también
dinamarquesa y otras japonesas, uso los ejercicios de
respiración del sistema oriental.
Estos ejercicios de respiración como es mi costumbre en
todos los actos, son acompañados de concentraciones
mentales, mirando al vacío, para así absorber y asimilar el
prana con mayor beneficio.
95

La concentración absoluta es de un valor inapreciable, y


cuanto mayor poder de concentración haya en la mente, tanto
mayor serán los beneficios.
Dice el ocultista Atkinson: ―Todo hombre que desarrolle
su facultad de concentración, tiene que triunfar."
En efecto, la concentración es un poder extraordinario;
ella es capaz de conducimos a adquirir dominio sobre los
elementos de la Naturaleza.
Los sabios psicólogos la consideran de mucha importancia
para el desarrollo de la atención, porque produce bellas ideas y
buena percepción.
Toda idea, bien concentrada y conscientemente aplicada,
opera prodigios y da a la mentalidad humana un gran
desenvolvimiento. Para los buenos resultados que procuré
alcanzar, tuve que adueñarme de mi mente y dominarla en
absoluto.
Para llegar al grado de concentración necesario al dominio
de todos los elementos, he tenido que habituarme a pensar
focalizando la mente en un solo punto, no permitiéndole
divagar.
Para llegar a este resultado, tropecé al principio con
algunas dificultades que la perseverancia fácilmente venció; y
como ejercicio práctico, escogí un punto cualquiera, porque no
hay reglas sacramentales que puedan ser dogmáticamente
establecidas.
Aprender a pensar en una sola cosa, todas las veces que
fuera necesario, es todo. Para llegar a este resultado, no hay
caminos exclusivos, porque cualquier estudiante puede ad
libitium, realizar sus ejercicios prácticos.

TATTVAS

Para el buen éxito de los diferentes métodos de ejercicios


de respiración que practico procuré beber, en la inagotable
96

fuente del endoterismo, el precioso licor del conocimiento de


los Tattvas, porque aquel que conoce los Tattvas, conoce
todo.
El ocultista, para ser perfecto, no puede prescindir del
precioso conocimiento de los Tattvas, es decir: las fuerzas
sutiles de la Naturaleza; electricidad, magnetismo, aura, fluido
astral, éter, en una palabra: fluidos.
Todo vibra y obra por los Tattvas, y a la influencia de
éstos se debe la existencia de vida, y solamente por medio de
los Tattvas puede el hombre -y al decir hombre digo
generación-, ascender a la perfección suprema.

EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN

Sabido es, que de la educación perfecta de la respiración


depende la robustez del hombre y la previsión contra los
males.
Es verdad que la vida del hombre no depende tan sólo de
la respiración; pero, en gran parte, de la manera perfecta de
respirar.
Una forma correcta, aplicada al poder de respirar aumenta
nuestra permanencia sobre la tierra, proveyendo al hombre una
vitalidad perfecta; ocurriendo lo contrario con la respiración
imperfecta, que además de disminuir nuestros días, reducen
nuestro vigor colocándonos en situación favorable para ser
perseguidos por los males.
El hombre en su forma natural, nunca necesitó que le
enseñaran a respirar, y de la misma manera que los niños y los
animales inferiores, respiraba naturalmente de acuerdo con los
designios de la Naturaleza. Aquello sufrió también la acción
modificadora de la civilización.
Adquirió hábitos perjudiciales en el andar, en el pararse y
en el sentarse, que lo excluyen del primitivo derecho de una
respiración natural y correcta.
97

Es muy reducido el número de personas civilizadas que


respiran correctamente. Quienes lo hacen de manera incorrecta
-como generalmente se observa-, quedan con el pecho
contraído, con los hombros caídos y por lo tanto,
transformados en verdaderas presas para las enfermedades de
los órganos respiratorios y también para el terrible monstruo de
la consunción, el flagelo blanco.
Eminentes autoridades notaron que una generación de
respiradores correctos regeneraría la raza, y que la enfermedad
sería tan rara, que al manifestarse, la considerarían como un
objeto de curiosidad.

RESPIRACIÓN COMPLETA

Comencé a practicar los ejercicios de respiración


completa, que contiene todo cuanto hay de benéfico en todos
los sistemas de ejercicios de espiración.
Ellos activan todo el sistema respiratorio; todas las partes
de los pulmones, todas las células de aire y todos los músculos
respiratorios.
Esta manera de respirar es obedecida por los órganos
respiratorios, y de su empleo resulta la adquisición de una gran
cantidad de beneficios sin la menor pérdida de energía.
La capacidad del tórax llega a su límite normal y el
organismo funciona naturalmente.
Doy a continuación, una perfecta y clara idea de los
ejercicios que hice, y que hago, para conseguir y conservar la
respiración completa:
1.- A las cuatro de la mañana me despierto; salgo al
corredor extremo de mi casa, y allí, al aire libre,
constantemente sentado, permanezco con el tronco en posición
vertical, respirando por la nariz.
2.- Retengo la respiración por espacio de diez segundos,
contados mentalmente.
98

3.- Hago exhalación muy despacio, manteniendo el pecho


firme, contrayendo el abdomen y elevándolo lentamente, a
medida que el aire se retira de los pulmones.
Cuando el aire ha sido completamente exhalado, aflojo el
pecho y el abdomen. Mediante una pequeña práctica, he
conseguido fácilmente ejecutar casi automáticamente este
ejercicio.
Debo hacer notar, que por este sistema de respiración
entran en actividad, así como las partes de los pulmones, las
más lejanas células de aire.
La cavidad del pecho se expande en toda dirección.

RESPIRACIÓN PURIFICADORA

Adopto un sistema de respiración comúnmente empleado


por los yogas, para ventilar, airear y limpiar los pulmones.
Este sistema de "respiración purificadera" que, -como ya
lo dije, ventila y limpia los pulmones, estimula las células,
tonifica los órganos respiratorios y contribuye a la
conservación de la salud perfecta, refrescando además, todo el
organismo, me ha dado excelentes resultados, por ser de un
valor incalculable para -la rehabilitación de los órganos
respiratorios fatigados.
1.- inhalo una respiración completa
2.- retengo el aire durante un segundo
3.- Pongo los labios en disposición de silbar (sin hinchar
los carrillos) y exhalo con fuerza, conservando un poco de aire
a través de la abertura formada por aquellos. Retengo durante
algunos momentos el aire en depósito que, en seguida, voy
desprendiendo en pequeñas porciones, hasta su completa
exhalación.

RESPIRACIÓN VITALIZADORA DE LOS


NERVIOS
99

He practicado también, y practico aún, este ejercicio


preferido por los hindúes que lo consideran como uno de los
más fuertes estimulantes y vigorizantes de los nervios. Con él
he conseguido obtener energía y vitalidad, así como también
tonificar los nervios, desarrollando sus fuerzas.
Su fin consiste en desempeñar una acción estimuladora
sobre Importantes centros nerviosos que a su vez, transmiten y
dan fuerza a todo el sistema nervioso, y consignan una mayor
cantidad de flujo nervioso a todo el cuerpo humano.
1.- permanezco de pies con todo el cuerpo erguido.
2.- inhalo una 'respiración completa que retengo.
3.- Extiendo los brazos hacia adelante, un tanto flojos,
empleando apenas la fuerza necesaria para mantenerlos en tal
posición.
4.- Contraigo las manos lentamente hacia los hombros,
contrayendo también gradualmente los músculos y
comunicándoles fuerza, de manera que cuando las manos
llegan a los hombros, se encuentran tan reciamente cerradas
como si estuviesen a punto de producir un movimiento de
trepidación.
5.- conservo los músculos rígidos; vuelvo las manos
lentamente a la posición primitiva, y manteniendo el estado de
tensión, se atraen rápidamente.
Repito los movimientos varias veces.
6.- exhalo lentamente por la boca.
7.- practico la respiración purificadora.

EXPANSIÓN DEL PECHO

El pecho, en virtud de la posición inclinada del trabajo,


está sujeto a deprimirse; y fue para evitar esta consecuencia,
que me dediqué al ejercicio de la expansión del pecho, que es
100

esencial y excelente para la rehabilitación de las condiciones


naturales.
1.- permanezco de pies con el cuerpo elevado.
2.- inhalo una respiración completa.
3.- retengo el aire.
4.- Extiendo los brazos hacia adelante, con las manos
cerradas y a nivel de los hombros.
5.- llevo las manos cerradas, lentamente, hacia afuera
hasta formar una línea recta con los hombros.
6.- luego, vuelvo a la 4.- posición, y de ésta a la 5.-,
repitiendo el movimiento varias veces.
7.- exhalo lentamente por la boca abierta.
8.- practico la respiración purificadera.
Hago este ejercicio metódicamente, evitando cualquier
exageración.

EJERCICIOS DE INYECCIONES PRANICAS

Los cuerpos humanos están sujetos a las leyes rítmicas,


como el planeta en revolución alrededor del sol. La mayor
parte de la ciencia esotérica de respirar tiene por base este
conocimiento del principio de la Naturaleza.
Fue utilizando con inteligencia al ritmo del cuerpo, que
conseguí absorber una gran cantidad de prana, que me habilitó
para hacer lo que deseaba.
Así preparado, no tropiezo con ningún obstáculo para dar
incremento a la circulación en cualquier parte del cuerpo; una
orden de la voluntad, o una corriente mayor de fuerza nerviosa,
basta para estimular y fortificar cualquier parte u órgano.
Por la respiración rítmica me pongo en unísono, y de este
modo me habilito para absorber una enorme cantidad de prana
que queda a disposición de mi voluntad.
La respiración rítmica aumentó en un ciento por ciento, o
más aun, la eficiencia de mi respiración mental, magnética, etc.
101

Ella fue para mí, una verdadera fuente de conocimientos


de la idea mental del ritmo.
Los orientales comparan su tiempo rítmico a una unidad
equivalente al latido de su corazón.
El latido del corazón es diferente en cada persona; sin
embargo, la unidad del latido de cada una, es la que se presta
de modelo rítmico, adaptado a la propia persona en su
respiración rítmica.
Empecé a observar la pulsación normal del corazón,
aplicando el dedo en el pulso y contando mentalmente:
1,2,3,4,5,6; 1,2,3,4,5,6, etc., hasta que conseguí hacer que el
ritmo quedara bien fijo en la mente. En poco tiempo había
fijado el ritmo de tal manera que lo reproducía con facilidad.
Al principio, practicaba la inhalación en seis unidades del
pulso; con el transcurso del tiempo, sin embargo, conseguí
elevar considerablemente esta cifra.
Según la regla de los orientales para la respiración rítmica,
por la cual me guio, las unidades de inhalación y exhalación
deben ser iguales, al paso que entre la respiración y la
retención, se debe usar la mitad del número empleado en la
inhalación y exhalación.
También practiqué los siguientes ejercicios de respiración
rítmica, que reputo muy provechosos, visto que sirven de base
a otros innumerables ejercicios:
1.- Me siento con el busto elevado, en una posición
cómoda y las manos descansando sobre las rodillas.
2.- Inhalo con lentitud una respiración completa, contando
tres unidades del pulso.
3.- Exhalo lentamente por la nariz, contando seis unidades
del pulso.
4.- Cuento tres pulsaciones entre respiración y respiración.
5.- Repito un número de veces, evitando la fatiga en el
comienzo.
102

6.- antes de dar por terminado el ejercicio, practico la


respiración purificadera, que descansa y limpia los pulmones.

PRODUCCIÓN DE PRANA

Me acuesto extendido en el suelo o sobre la cama, sin la


menor tensión muscular; descanso ligeramente las manos sobre
el plexo solar (boca del estómago, donde las costillas
comienzan a separarse) respirando rítmica mente. Luego que el
ritmo queda perfectamente establecido, ordeno mentalmente:
Quiero que cada inhalación introduzca una cantidad mayor de
prana (energía vital en el depósito universal) que será recibida
por el sistema nervioso y almacenada en el plexo solar. En
cada inhalación, ordeno que el prana o energía vital se
distribuya por todo el cuerpo; a cada órgano y parte; en cada
músculo, célula y átomo; en los nervios, arterias y venas; de la
cabeza a los pies, vigorizando, fortaleciendo y estimulando
cada nervio; sobrecargando cada centro nervioso y enviando
energía, fuerza y vigor a todo el sistema.
Mientras ejerzo la voluntad, procuro idealizar la figura
mental de la corriente precipitada de prana internándose en los
pulmones. Inmediatamente, a continuación, tomada por el
plexo solar para ser enviada por la expiración a todas las partes
del organismo, desde la punta de los dedos de las manos hasta
los dedos de los pies.
Siempre consideré innecesario forzar la voluntad. La
simple orden de lo que deseaba producir y la imagen forjada de
ello, es todo cuanto se necesita. La orden tranquila y la imagen
del hecho, es mejor que el deseo violento, con el cual sólo se
disipan las fuerzas inútilmente. El ejercicio a que acabo de
referirme, es de gran utilidad; gracias a su empleo, he
conseguido restaurar y vigorizar considerablemente mi sistema
nervioso, produciendo tranquila y agradable sensación en todo
103

el cuerpo. Él tiene, así mismo, la especialidad de restaurar la


energía en las personas fatigadas.

PARA ESTIMULAR EL CEREBRO

Deseoso de estimular el cerebro a fin de producir buenos


pensamientos y raciocinios; aclarar las ideas y tonificar el
sistema nervioso; y aún para despejar y refrescar las ideas
después de prolongados trabajos intelectuales, practico los
siguientes ejercicios:
Me siento en una posición elevada, manteniendo la
columna vertebral recta, con la vista bien al frente y las manos
apoyadas en la parte superior de las piernas.
Respiro rítmicamente; pero en vez de hacerlo por ambas
fosas nasales como en los ejercicios ordinarios, lo realizo
oprimiendo con el dedo pulgar el conducto izquierdo de la
nariz e inhalo por el conducto derecho. Retiro el pulgar, a fin
de cerrar el conducto derecho con un dedo y exhalo por la fosa
nasal izquierda. Después, sin cambiar los dedos, inhalo por el
conducto izquierdo, y cambiando los dedos, exhalo por el
derecho. En seguida inhalo por el derecho y exhalo por el
izquierdo, y así sucesivamente, alternando las fosas nasales
que acabo de mencionar, cerrando el conducto, sin usar ya el
pulgar o el índice.
Esta es una de las fórmulas más antiguas de respiración
yoga que considero importantísima y digna de ser adquirida
por los magníficos efectos que he obtenido de su empleo.

EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN PSÍQUICA

Por último, después de considerarme práctico en la


respiración rítmica y en la formación de las imágenes
mentales, me he dedicado a los importantes ejercicios de la
respiración psíquica, cuyos principios generales se basan en el
104

antiguo proverbio hindú; El Bendito el yoga que puede respirar


a través de sus huesos.
Con la aplicación de este ejercicio conseguí llenar de
prana todo mi sistema, y al salir de él tuve la satisfacción de
constatar que cada hueso, músculo, nervio, célula, tejido,
órgano y partes, se hallaban armonizados por el prana y el
ritmo de la respiración.
El purifica el sistema de una manera completa y general.
Después de haberlo practicado metódicamente sentí en mí
mismo una verdadera transformación .Tuve la impresión de
que me hablan obsequiado un cuerpo joven, recientemente
creado, desde la cabeza a los pies.
Dejo de lado los comentarios para dar una demostración
del modo según el cual practico el ejercicio en cuestión:
1-. Me acuesto en una posición perfectamente cómoda y
sin tensión muscular.
2.- Respiro rítmicamente hasta que el ritmo se haya
restablecido perfectamente.
3.- Entonces inhalo y exhalo, la imagen mental de que la
respiración es absorbida a través de los huesos de mis piernas y
expelida a través de los mismos; luego a través de los huesos
de los brazos; después a través de la superficie del cráneo;
enseguida a través del estómago; después a través de los
órganos de la reproducción; después como si estuviera
viajando, hacia arriba y hacia abajo a lo largo de la columna
vertebral; y finalmente, como si la respiración se inhalase y
exhalase a través de cada poro de la piel, llenando todo el
cuerpo de prana y de vida.
4.- En seguida respiro rítmicamente; envío la corriente de
prana a los siete centros vitales, por turno, de la siguiente
manera, usando la imagen como en los ejercicios anteriores : a)
en la frente; b) en la parte posterior de la cabeza; c) a la base
del cerebro; d) al plexo solar; e) a la región sacra (parte
105

inferior de la espina dorsal); f) a la región del ombligo; g) a la


región de los órganos de la reproducción.
Termino haciendo circular una corriente de prana aquí,
allí, y allá, de la cabeza a los pies, varias veces.
5.- concluyo con la respiración purificadera.

PRANAYAMA

Dedicóme también, de cuando en cuando, al ejercicio del


pranayama (suspensión de los movimientos respiratorios), uno
de los ejercicios de respiración preferidos por los yogas.
1.) Puruka, que consiste en llenar de aire el cuerpo por
medio de la respiración, lo más fuerte posible.
2.) Tumbkaka, que consiste en respirar la mayor porción
de aire y retener la respiración lo más que se pueda.
3.) Retchaka, que es expeler lentamente el aire, sacándolo
de los pulmones.
El pranayama fortalece al hombre y restablece -sus dhatus
del cuerpo, esto es: la sangre, la grasa, la simiente (principio
seminal ens seminis, o esperma masculino).
Kumbkaka multiplica la actividad de la vida.
Retchaka, regula el alma, mata el deseo de todos los
vicios y da poder de imperio sobre sí mismo.
Durante este ejercicio me siento en padmasana
(padmasana significa posición de loto) que consiste en sentarse
sobre el suelo con la pierna izquierda doblada debajo del
cuerpo, y la derecha estirada. Con el rostro vuelto hacia el
norte y las manos descansando sobre las piernas.
En fin, con la mirada entre ambas cejas, permaneciendo
con los ojos cerrados a la luz, porque es con la vista interna
que se proyecta la mirada.
Practico este ejercicio del modo siguiente:
Me siento con el dorso derecho y las piernas cruzadas de
manera que un pié descanse sobre el talón del otro, con la
106

planta vuelta hacia arriba, del modo como se cruzan los brazos.
Al principio, esta posición no me agrado, pero con el hábito
tórneseme hasta un excelente y saludable ejercicio.
En seguida aspiro el aire por la fosa nasal derecha, y vacío
los pulmones por la fosa nasal izquierda.
En kumbhaka, retengo el aliento y permanezco quieto, de
manera que mi interior no sufra agitación.
Todos los días concentraba mi pensamiento en el fuerte
deseo de ser curado de mis terribles males. Y para el mejor
efecto de la concentración, fijaba mi mirada en un objeto
situado en un círculo negro que practiqué en la pared.
Representaba fielmente una especie de auto-sugestión, que es
el vehículo de la auto-sugestión, o de la dinamogenia psíquica.
Así, con el espíritu completamente aislado de todas las
cosas, de todas las sensaciones, en una calma absoluta, sin
tensión, sin esfuerzo, sin cansancio, formé, crié y vivifiqué una
idea fija: destruir, eliminar el mal expulsándolo para siempre
de mi cuerpo. Imagíneme lo que soy, después lo que debo ser,
esforzándome, en efecto, para serlo.
De este modo, esbocé en mi espíritu un hombre perfecto,
moral y físicamente, lo que me sirvió para un buen modelo.
En mi imaginación, que como la de todos, tiene la
facultad de construir o destruir, me presenté libre de todo el
mal que me afligía y de las impurezas morales y materiales;
completamente satisfecho, contento y feliz.
Me imaginé joven; repleto de salud; con una fisonomía de
expresión alegre y risueña. Víme en la imaginación caminando
por una vasta e infinita carretera, marginada con bellas y
perfumadas flores, camino de la perfección, en donde se
desarrolla el germen de divinidad que en todos nosotros existe,
y que conduce al Nirvana, en cuya luz imaginé bañarme.
Y para lograr los resultados de mi deseo ardiente, como en
efecto lo logré, desplegué la perseverancia; una perseverancia
107

intensa, porque ella como todos saben, es una poderosa


palanca del buen éxito en el fin que se anhela.
Conseguí adueñarme de los elementos adversos y destruir
sus maléficos efectos.
Antes de dos meses, me sentí radicalmente curado con los
ejercicios de respiración; solidifiqué mi existencia con
elementos llenos de vida enérgica y vigorosa tranquilidad,
calma, satisfacción, paz, alegría y siempre excelente
disposición; en una palabra, encontré el elíxir de la larga,
perfecta y feliz vida. Además de eso, construí un sólido
edificio para el desenvolvimiento de mis fuerzas latentes.
Durante mis recogimientos de concentraciones y
meditaciones que practico todas las mañanas, entre otras
preces mentales, pronuncio con una fe fervorosa los sagrados
Mantram6 AUM ó SHADDAI, que kabalísticamente se
compone también de tres letras solamente. De este modo hago
la más sublime invocación a Dios, a la creación, a los tesoros
maravillosos de la Naturaleza, y la inmortalidad de la obra
Divina.
El trigrama AUM, está considerado por los yogas como
muy sagrado; lo supremo de los hierogramas y el más sublime
de todos los Mantram. El sagrado nombre de Shaddai puede
ser considerado del mismo modo que AUM.
Las letras que componen AUM, simbolizan el alma y la
materia.
Igualmente, para tener buen éxito en todas mis empresas,
formo en torno mío una cadena mágica, que siempre me
protegió y me protege valiosamente. De acuerdo con el
consejo de un hierofante, efectúo alrededor mío un campo de
atracción fluídica, bastante poderoso en el mundo visible y en
el invisible, empezando por el último.

6
Mantram, en sánscrito, significa: encantamiento mágico.
108

Construido este campo de atracción en los tres planos —


material, astral, espiritual—, forma él la cadena mágica contra
la cual se chocan y se quiebran todos los esfuerzos de los
elementos adversos, maléficos y perniciosos. La prez que
hago, tiene como fin principal, mantener siempre la misma
tensión de la cadena mágica, o mejor, re-imantar
constantemente el centro de acción. Empiezo por el mundo
invisible, escogiendo para ello entre los Maestros
desencarnados un guía, que me sea predilecto por su sabiduría
y perfección.
Este guía dinamizado por mi deseo y admiración,
constituye el fundamento de mi cadena mágica.
109

LA MISIÓN MÍA -EL MEJOR SISTEMA DE CURAR-

En una hermosa aurora del mes de octubre de 1924


hallándome recogido en concentración en mi cadena mágica
en ejercicio de meditación, precisamente cuando enunciaba
mentalmente los Mantram sagrados AUM y SHADDAI, fui
despertado de súbito de mi yo superior por la inesperada y
sorprendente visita trascendental, la misma que, hace
justamente un año se me apareciera en aquel bello día de
octubre. Era mi Guía y Protector.
Recordé inmediatamente la promesa que me hiciera
entonces, de comunicarme cuando llegase el momento de
comenzar a dar cumplimiento a la misión humanitaria y
sagrada de la que él mismo he hablara. Y hablo:
"Maximus, el momento ha llegado, prepárate y sigue
inmediatamente rumbo al sur, para que cumplas la misión
humanitaria y sagrada de que estás incumbido. Vé, hermano
mío. No vaciles ni pierdas un solo instante. No te inquieten tus
asuntos, ni tu mujer, ni tus pequeños hijos. Nosotros
velaremos por tu hogar. No retrocedas ante ningún obstáculo o
dificultad por grande que sea, que por ventura hallares en el
camino de la sagrada misión de que estás incumbido por los
Poderes Ocultos. Ten confianza y fe, y sé dueño de ti mismo.
Nunca te turbes; sé siempre calmo ante las mayores
tempestades en el horizonte de tu misión, estaré siempre a tu
lado, hermano mío, guiándote en el buen éxito de tu misión.
Vé, no demores ni vaciles; siempre hacia adelante!"
Quise preguntar hacia donde debía seguir, o cual el rumbo
que debía tomar; pero mi intención fue vana: mi Protector y
Guía había desaparecido de pronto.
En la preocupación de aquel enigma indescifrable
hundíme en una profunda meditación, Caí en un sueño es-
piritual que duró cuatro horas, durante este sueño, claramente
110

se extendió delante de mi vista el trayecto que debía recorrer,


era por agua.
Las pequeñas nanos acariciadoras de mi hijito Waldemar,
me arrancaron de aquel sueño espiritual, meditativo.
-Papá: ¿te vas entonces? inquirió.
-¿Por qué me lo preguntas, hijito?
-Porque tú lo dijiste....
-¿Cuándo?
-¡Hace un momento, cuando dormías.... hablaste mucho1
Dijiste, cuando un hombre viejo, alto y blanco salió de aquí,
que ibas a embarcar para Bahía.
-¿Y dónde está ese hombre?
-No sé. Me acarició la cabeza, y se fue.
El enigma estaba descifrado.
Resolví embarcarme en el primer vapor que saliese para
Bahía, comuniqué esta decisión a mi mujer.
Grande fue mi estupor cuando ella, un tanto agitada,
pálida, turbada, me respondió que "ya lo sabía".
-¿Cómo y por quién?
-Cuando estabas recogido en tu cuarto -me respondió mi
compañera- un señor ya de edad, alto, vestido de blanco, se me
apareció y me dijo que ibas a viajar hacia Bahía y después
hacia otras partes, para cumplir una gran misión de que estabas
incumbido por poderes invisibles. Me aconsejó que no me
afligiera y que no entorpeciera tu partida; que no me
preocupase y que nosotros estaríamos bien atendidos. Y sin
decir nada más, desapareció.
El primer vapor que encontré era el "Flandria". A falta de
comodidades, acepté pasaje en clase "intermediaria".
A bordo del vapor, observé a un infeliz que gemía.
Indagué a los otros porqué aquel hombre gemía de esa manera.
Un pariente suyo me respondió que había ido a Europa
para curarse de un reumatismo articular; pero que a pesar de
haber gastado tanto dinero no consiguió nada, sino que, por el
111

contrario, regresaba peor, con mayores sufrimientos y sin


poder casi andar.
-¿Dónde reside él? -inquirí.
- En Buenos Aires -respondieron.
Me acerqué al enfermo, preguntándole si quería curarse.
No sé por qué hice esta pregunta. Paréceme que hasta fue
un aviso. El paciente me miro con desconfianza,
preguntándome:
-¿Es usted médico?
- No: -le respondí- pero se curar.
Tampoco sé porque le respondí de esa manera. En todo
caso habría que atribuirla a un aviso telepsíquico.
El hombre, al fin, aceptó mi intervención.
Lentamente, en medio de horribles dolores, arrastróse
hasta el ángulo de un saloncito.
Empecé primero a sintonizarme con el paciente;
inmediata-mente procedí a practicarle imposiciones en las
partes afectadas, y a continuación una serie de insuflaciones.
Los dolores iban desapareciendo gradualmente.
Acto seguido, continué con los pases. Al cabo de unos
veinte minutos de ejecución magnética, irradiando sobre el
enfermo una gran cantidad de prana, el hombre, que se
llamaba P.Z., de 41 años de edad, estaba curado.
-¡Cómo! indagó el pobre hombre, atónito.
- Por la irradiación pranica, por el magnetismo.
Salló corriendo y saltando, como un chicuelo. Y para
certificarse y mostrar a otros la realidad de su cura, comenzó a
golpear reciamente con los pies la cubierta del vapor. No
atinaba a hacer nada en medio de su alegría. Saltaba, bailaba,
hacía gimnasia.
Transcurridas un par de horas, vino a disculparse, pues a
causa de su inmensa alegría, olvidóse de pagarme.
-¿Cuánto le debo por tan grande servicio?
112

-Nada. La medicina oculta, la medicina universal y


divina, el amor al prójimo, la caridad, no se profanan con el vil
dinero.
Quiso convidarme a beber en compañía de otros viajeros.
No acepté.
-Nada, amigo; nada acepto.
La caridad no se profana con recompensa material alguna
ni con agradecimientos. El amor a los semejantes y la caridad
están por encima de todo.
"Ante la caridad -dice E. Levi- la fe se inclina y la
ciencia, vencida, se postra,... Caridad: Palabra divina, única
que hace comprender a Dios; que contiene una revelación
entera. ¿Qué es Dios para nosotros sino el espíritu de la
caridad?"
El hombre, que se consideró radicalmente curado,
después de escucharme con religioso silencio, comenzó a
llorar. Atendiendo a mis exhortaciones, prometióme, bajo
juramento, que abandonaría inmediatamente su sistema de
vida irracional, volviendo a la vida natural.
No pasó mucho tiempo, cuando recibí noticias suyas,
comunicándome continuar sano y feliz, y haber cumplido su
promesa.
Creo oportuno hacer aquí una pequeña advertencia.
Antes de la última aparición o visita de mi Guía y
Protector, ya había yo realizado, en Macelo, curas en enfermos
de parálisis, de reumatismo, do mudez, etc., que fueron
considerados por la ciencia oficial como incurables. De estas
curas que practiqué en junio de 1.924, se han ocupado algunos
médicos y diarios locales que más adelante transcribiré.
En Pernambuco también, realicé algunas en enfermos de
reumatismo articular, de neuralgias rebeldes, etc. De estas
curas, la prensa no ha podido comentar, pues hube de
practicarlas bajo la mayor reserva, temiendo persecuciones
113

oficiales, tenido en cuenta que en aquel Estado brasileño


resido con mi familia y poseo grandes cultivos de eucaliptus.
Entre esas curas es interesante citar dos.
Fui un día invitado por el doctor Walfredo Pessoa de
Mello para hacer una visita a su "Uzina Allianza" en el
mencionado Estado, pues deseaba el gran industrial hacer allí
algunas plantaciones de eucaliptus, debiendo para ello
requerirme en mi calidad de perito en tales asuntos, algunos
consejos e informaciones al respecto.
En efecto; un domingo del mes de marzo de 1924, tomé
un tren a Estación Allianza, llegando a la "usina" al cabo de
seis horas de viaje.
Al día siguiente, muy de mañana, antes de regresar a
Recife, convidóme el propietario de la usina a dar un paseo a
pié.
En el camino, nos encontramos a un hombre que
aparentaba tener unos cincuenta años de edad. Traía la cabeza
toda vendada.
-Qué le pasa, amigo? -indagó el doctor Mello.
-Sufro, desde hace mucho tiempo, un terrible dolor de
cabeza que se extiende a toda la cara, y el médico dice que es
neuralgia. Ya gasté una porción de dinero en remedios, y hasta
hoy nada he conseguido. Ahora; hace unos tres días, me atacó
más fuerte y no me larga patrón. Son dolores horribles que no
puedo aguantar. Voy a comprar algún remedio…
-¿Quiere que le cure enseguida amigo? -interrumpí al
paciente, que tenía lágrimas en los ojos.
-¿Que si quiero? .
A unos veinte pasos había un cobertizo de paja de
coquero. El enfermo nos siguió hasta allí. Le hice sentar sobre
un tronco; le quité la venda y comencé a practicarle, con las
dos manos, las insuflaciones. A la tercera insuflación, el
paciente cesó de sufrir, el hombre, radiante, exclamó:
114

-¡Virgen Santísima, estoy curado! ¡Que Dios se lo pague


señor!
Pidióme después que fuese a ver a la esposa de uno de los
empleados de la usina, llamado Ramiro López.
En una casita pequeña, en un canto un tanto obscuro,
encontré una mujer tendida sobre una cama, gimiendo
penosamente. Junto a la cama, había una mesita atestada de
frascos y cajas de remedios, muchos de ellos vacíos ya, y otros
a medio consumir.
—Cúreme señor! Se lo pido por el amor de Dios! Imploró
la pobre sufridora- Ya no puedo soportar estos dolores! Estos
remedios, estas inyecciones que hace tanto tiempo vengo
tomando, no me dan el menor alivio siquiera. Al contrario; me
siento cada vez peor. -Los dolores en las rodillas, que ya están
hinchadas; en los pies, en los brazos, en la cintura, en la
cabeza, son tan fuertes que no puedo ni moverme; ni siquiera
soporto que alguien me toque. Hace muchas noches que no
puedo dormir. No aguanto más. Por el amor de Dios, señor,
cúreme y ordené que la trasladaran a la salita del frente. Su
marido me respondió que era imposible; que los dolores eran
tan violentos que no podía movérsele.
Tratábase de un reumatismo articular agudo.
Hube de proceder allí mismo. Primero, me sintonicé con
la paciente. Procedí luego a hacerle, a distancia, imposiciones
y después insuflaciones. Los dolores comenzaron a ceder.
Continué con pases lentos, desde la cabeza hasta los pies. Los
dolores continuaban retirándose. Media hora después, la
enferma podía ya erguirse, y sentarse en el borde de la cama.
Proseguí mi obra. Las rodillas empezaron a deshincharse. Los
dolores se batieron en completa retirada.
El doctor Mello me llamó para almorzar. En medio del
almuerzo, vino a sorprendernos el marido de la enferma,
llorando de alegría. Venía a agradecerme el "milagro", pues su
115

esposa "acababa de abandonar la cama, -sin el auxilio de


nadie, de vestirse y de ir a la sala y luego al patio".
-¡Un milagro, señor! ¡Dios se lo pague!
Después de almorzar, regresé a Recife. Pasamos por la
casita de la paciente para despedirnos de ella. Un grupo de
personas se apiñaba allí admirándola como a una resucitada
que, peinada, empolvada, risueña y alegre junto a su marido,
estaba en la salita. Al verme corrió hacia mí para abrazarme,
llorando de emoción.
-¡Que Dios le pague este gran favor, este milagro que
parece un sueño! ¡Usted me sacó de un infierno en el cual sufrí
tanto tiempo!
Subí al automóvil y partimos. Dos meses y medio
después, recibí la siguiente carta:
Nazaret, 22 de mayo de 1924

Ilustrísimo. Señor Doctor Neumayer:


Cordiales saludos. Sin ninguna suya que tenga el placer de
responder, quiero informarle que mi familia y yo continuamos
con salud, desde su partida. Usted hizo que mi señora se
pusiese buena del todo, y hasta el presente continúa con salud.
Ahora bien. En Allianza vive un pobre hombre que desde
hace un año sufre agudos dolores en una pierna. Sabiendo que
usted hizo un gran milagro en la persona de mi mujer, me veo
obligado por la pobre familia a pedirle que haga la caridad a
este pobre hombre que se encuentra hasta con la pierna muerta.
Confío en que usted me atenderá. Disponga de su servidor
agradecidísimo.
RAMIRO LÓPEZ.

A pesar de la discreción que guardé y recomendé que


guardasen acerca de las curaciones realizadas, las cartas de
pedidos llovían diariamente en gran cantidad.
Transcribo una a continuación;
116

Ilustrísimo Sr, Dr. Maximus Neumayer:


Respetuosos saludos. Teniendo conocimiento de las
curas maravillosas realizadas por usted, en personas
dominadas por el alcoholismo, yo, lo mismo que otras
personas interesadas, hemos averiguado insistentemente su
dirección, que por suerte conseguimos.
Tengo, ilustre señor, un sobrino, víctima desde hace
algunos años del terrible y detestable vició de la
embriaguez, que ha hecho pasar a toda la familia por
grandes sinsabores; pues, cuando se emborracha, queda
como loco; no escucha a nadie por más querida que le sea
la persona que le habla. Si sale a la calle, quedamos todos
sobresaltados y tristes, en la expectativa de una desgracia.
Y así vive la familia desde hace algunos años intranquila,
desasosegada.
Se han procurado todos los medios para salvarlo; todo
hasta hoy se ha hecho estérilmente. La persona de quien se
trata es un joven de 22 a 23 años.
Todos apelamos hoy a usted, en cuya ciencia
confiamos para que haga la caridad de restituir rehabilitado
a la sociedad un joven, y a la familia un hijo digno,
transformando un hogar desolado en un hogar alegre y feliz
como fuera antes. La felicidad de ese joven y de su familia
depende hoy de usted, que acaso pueda ponderar su sufri-
miento.
Si necesita de informes y de cuanto fuese necesario, la
dirección es: Escuela 15 de marzo-calle primero de marzo,
número 62 – Maceió.
Amigo y admirador, A. Marques Barbosa.

P.S, Ud. Dará las indicaciones del caso para la


aplicación del remedio que enviare, así como lo que hubiere
que pagar.
117

A esta carta respondí el 7 de marzo de 1924, de la


siguiente manera:
Mi sistema de curar, que es psíquico, está exento de
cualquier medicina, así como también de toda retribución o
recompensa. Empezaré a tratar a su sobrino, a distancia, hoy
mismo, de noche, y mentalmente.
Empecé el tratamiento a las once de la noche. Cuando lo
imaginé tranquilo, durmiendo, me recogí por completo en mi
habitación, con una concentración de voluntad intensa. Pocos
minutos después, estaba sintonizado con el paciente distante.
Mi mente, por el poder de concentración de la voluntad,
produjo fielmente, primero, una perfecta imagen actual del
enfermo, imaginando los deplorables consecuencias del vicio
en su cuerpo físico y psíquico, en la familia, en la sociedad.
Después, convertido en un hombre perfecto, volviendo por el
camino recto a su ascensión moral. Por último, le imaginé
definitivamente curado, en el seno de su familia, en medio del
contento de todos.
De este modo, con un pensamiento bien educado, las
formas-pensamientos dieron en pleno blanco, entrando en el
mental del receptivo paciente.
Según la carta que recibí pocos días después, este método
de cura mental, o teleterápico, tuvo el mejor éxito.

He aquí la carta:
Macelo, 16 de marzo de 1924
Ilustrísimo Sr. Dr. Maximus Neumayer:
Respetuosos saludos. Acaso haya recibido usted ya mi
carta del 11 del corriente, en respuesta a la suya del 7 del
mismo mes, en la cual le remitía los datos que me solicitó,
relativos a mi sobrino Hernani, su paciente.
El padre se muestra muy satisfecho, diciendo que el hijo
no ha tomado bebida alguna.... Todos estamos muy contentos
118

con el tratamiento y con el estado lisonjero que, gracias a la


ciencia de usted, se ha manifestado hasta hoy.
Rogamos a Dios por la preciosa existencia de usted, tan
provechosa como útil a la suavización de los dolores de los
que sufren.
Sin más, de usted amigo y admirador,
A. Marques Barbosa.
B.
Poco tiempo después de haber realizado otras curas a
través de la distancia, recibí diversas e insistentes invitaciones
para visitar la capital del Estado de Alagoas. Accedí al fin, y
hacia allá partí en junio de 1924, He hospedé en la casa de mis
inolvidables amigos, el profesor A. Márquez Barbosa y su
gentilísima esposa, de cuyo trato conservaré un inmarcesible
recuerdo.
El "Diario de Pernanbuco", de 21 y 27 de junio, insertó
estos telegramas:
"Macelo 21- Encuéntrase en esta capital el señor
Maximus Neumayer, conocido ocultista, que viene a realizar
aquí conferencias de propaganda".
Así fue: ante numerosos públicos realicé, en Maceió,
cuatro conferencias.
"Macelo 27- El profesor Neumayer continúa realizando
curas maravillosas, gratuitas, siendo enorme la afluencia de
enfermos a su consultorio."
Allá, no pude ocultarme como deseaba; los reporteros
acabaron por descubrirme. He aquí un ejemplo:
"EL PROFESOR NEUMAYER- A bordo del vapor
"Itaquera" llego ayer a esta ciudad el notable hombre de
ciencia Doctor Maximus Neumayer, que viene a realizar aquí
diversas conferencias filosóficas. El ilustre viajero está
hospedado en la residencia particular de nuestro amigo el
profesor Agnello Barbosa." ("Gacete de Noticias" -Maceió 21
de junio de 1924).
119

"PROFESOR MAXIMUS NEUMAYER- Con el objeto


de agradecer las referencias que con motivo de SU llegada a
esta capital formulamos, nos visitó ayer, en compañía de
nuestro talentoso amigo el doctor Virgilio Guedes, el
distinguido hombre de ciencias, profesor Maximus Neumayer.
"El conocido ocultista, desde antes de ayer hasta el
momento presente, ha tenido ocasión de realizar diversas curas
de enfermos que le solicitaron, quienes hubieron de retirarse
de su presencia con el bálsamo salvador para los males que los
atormentaban.
"No se trata, por consiguiente, de un hombre vulgar, y sí
de un notable hombre de ciencias, que ejerce poderes sobre sus
semejantes." (Gaceta de Noticias, Maceio 22 de junio de 1924)
"MEDICINA OCULTA -IMPORTANTE CURA- El
Celebre -ocultista, Prof. Máximus Neumayer, realizará esta
noche en "Perseveranca e Auxilio", una nueva conferencia.
Concurrirá a ella, el doctor Januario de Carvalho, que enfermo
desde hacía tres años de parálisis, acaba de ser curado por el
profesor Neumayer.
"Sabemos que el eminente conferencista explicará a la
concurrencia la causa de esa cura que ha sido muy comentada.
"Varias experiencias psíquicas y terapéuticas han sido
realizadas por el Profesor Neumayer, obteniendo en ellas
magníficos resultados.
"La cura del Dr. Carvalho, por ejemplo, está en el número
de estos magníficos resultados, pues es sabido que el enfermo,
después de haber ido hasta Bahía para tratarse, y de haber
gastado una considerable suma de dinero, regresó al fin, a
curarse mediante el poder magnético del ilustre ocultista que
ahora nos visita." (Domingo, 29 de junio de 1924)
"OMNIPRESENCIA DIVINA"- "Bajo este sugestivo
tema, realizará el día 2 de julio próximo, una nueva
conferencia filosófica el ocultista Dr. Máximus Neumayer,
quien actualmente se encuentra entre nosotros.
120

"El valor del doctor Neumayer, en la ciencia ocultista,


está muy por encima de cuanto pensábamos, y esto pueden
atestiguarlo todos aquellos que recibieron, durante estos días
de su estadía en esta capital, el bálsamo tranquilizador para sus
padecimientos y para sus dolores.
"Hay en la ciudad una corriente adversa a lo que
afirmamos; empero, sin la autoridad del ilustre huésped,
podemos afirmar que sus gratuitos enemigos son incapaces de
poner en práctica, dentro de cinco años, lo que el profesor
Neumayer realizara en dos minutos.
"Pero así es: el despecho es un mal incurable. Y como
suele ocurrir, la cólera de cierta gente acaso responda al hecho
de que el profesor Neumayer no cobra un solo real por sus
trabajos, que sólo expresan el sentimiento de la filantropía.
"Otra cualidad que hemos observado en el doctor
Neumayer, es que cuando atiende un enfermo completamente
pobre, se siente más confortado que cuando habla con una
persona de nuestra mejor sociedad, si bien su amabilidad se
extiende a todos sin excepción. (Domingo, 29 de junio de
1924)
"CONFERENCIA OCULTISTA- Se realizará esta noche
en el Teatro Deodoro, una nueva conferencia del ilustre
ocultista Dr. Maximus Neumayer.
"El tema de la mencionada conferencia es "El misterio de
la omnipresencia divina" y es como una continuación de la que
él mismo realizara en "Perseveranca e Auxilio".
"El notable ocultista curó a cinco jóvenes que le buscaron,
siendo todas esas curas un testimonio más del poder latente del
profesor Neumayer" (Miércoles, 2 de julio de 1924).
"CONFERENCIA FILOSÓFICA - Como estaba
anunciada, el notable ocultista, Dr. Maximus Neumayer,
realizó antes de ayer en el Teatro Teodoro, su cuarta
conferencia filosófica sobre "El misterio de la omnipresencia
divina", ante un auditorio que llenó totalmente la sala.
121

"La selecta y numerosa concurrencia, escuchó, con


religioso silencio, la palabra autorizada del conferencista que,
discurriendo con la mayor competencia, demostró poseer
profundos conocimientos en filosofía y ciencias
trascendentales y ocultas. El distinguido disertar te, profesor
Maximus Neumayer, al terminar, fue calurosamente aplaudido
y felicitado. (Viernes, 4 de julio de 1924).
…………………………
Al contrario de los ataques de un periódico ultra montano
de la localidad, fui muy bien acogido y tratado en la capital
alagoana, tanto por las autoridades como hasta por loa médicos
mejor caracterizados. En diferentes oportunidades, recibí la
visita de ilustres esculapios, que me solicitaron les atendiera a
algunos amigos y entre estos, al Director de Higiene y
Salubridad Pública.
Voy a terminar este asunto, porque el "Flandria" ha
fondeado ya en el puerto de San Salvador Era la una de la
madrugada del 18 de octubre.
A las seis, tomé una habitación en el Grande Hotel. A las
ocho -¡caso curioso! me anunciaban la visita da una comisión.
A excepción de mi familia, no comuniqué a nadie mi
embarque en el "Flandria".
Eran miembros de la Sociedad Teosófica Estrella de
Oriente y del Círculo Esotérico de la Comunión del
Pensamiento. Venían a traerme sus saludos de bienvenida. Les
pregunté cómo sabían de mi presencia allí. Me respondieron
que, en la víspera, uno de ellos que pertenece a la Estrella de
Oriente, fue avisado de mi llegada a bordo del "Flandria" por
un señor -que aunque desconocido- era de apariencia
respetable y digno de consideración, aconsejándole que fuese
yo recibido por miembros de los centros espiritualistas y
auxiliado por ellos en la misión de que estoy incumbido.
Fueron a recibirme a bordo, en donde les comunicaron
122

que había ya desembarcado y que me habla dirigido a este


hotel.
A Las dos y media de la tarde, un amigo, el Miembro de
la estrella de Oriente, vino a buscarme para dar un paseo por la
ciudad. Nos dirigimos al "elevador Lacerda", para descender a
la ciudad baja. La capital de Bahía se compone de la ciudad
baja, donde están situados el puerto, los bancos y el comercio
mayorista; y la ciudad alta, en donde están localizados los
hoteles, las residencias particulares y el comercio minorista.
En el ascensor encontramos a un joven de unos 23 años
de edad, con la cara inflamada, roja, envuelta en algodones y
un pañuelo; con lágrimas en los ojos, gimiendo de dolor.
-¿De qué sufres? -le pregunté.
-¿Por qué me pregunta, señor?
-Porque quiero curarlo.
-Hace cuatro días que sufro horriblemente de este dolor
en los dientes, en la cara, y en la cabeza. No puedo comer ni
dormir. Son dolores insoportables. He tomado remedios, pero
sin ningún resultado hasta ahora.
El lugar más apropiado que encontramos en el corredor
del ascensor, era un pequeño negocio de flores y de frutas
denominado "Casa Flora". Previamente autorizados por su
propietario, pasamos al patio del negocio.
Después de quitarle la venda, me sintonicé con él; le
practiqué algunas imposiciones con ambas manos. En seguida
saqué el pañuelo de mi bolsillo y lo apliqué doblado en cuatro,
en el rostro y en la cabeza del paciente, haciendo insuflaciones
calientes, pranicas; finalmente, magnéticas de gran corriente y
pases transversales. La operación duró quince minutos. El
joven estaba completamente libre de sus padecimientos; no
sintió ya ningún dolor. La inflamación había desaparecido
también. Estaba curado. Alegre y risueño, metió la mano en el
bolsillo.
-¿Cuánto le debo señor?
123

-Nada -le respondí- No me debe nada. El amor a los


semejantes y la caridad no se venden. ¡Adiós, amigo!
Cuando salimos, encontramos varias personas que
comentaban la cura. Y con el índice señalando hacia mí, decía
una de ellas:
¡Fue aquel que lo curó en un momento!
Con la rapidez del relámpago, la noticia de mi presencia y
de la cura realizada corrió por la ciudad. No pasó media hora y
ya corrían en busca mía.
Es verdad que mis curas en Macelo eran conocidas en
Bahía, a través del noticiario de la prensa.
Los pedidos comenzaron a llover en todas partes. A partir
de ahí, ya no fui dueño de mi persona.
Las visitas y los pedidos eran tan numerosos, que no
dispuse de tiempo ya para el cuidado de mí mismo. A la una
de la mañana, por mucho favor, podía retirarme a descansar. A
las cuatro de la madrugada, los corredores del hotel ya estaban
apiñados de visitas, y a los insistentes llamados a mi puerta,
tenía que despertar.
No me concedían tiempo para nada, ni para tomar un
baño, ni para vestirme cómodamente, ni para tomar una ligera
merienda. Muchas veces, hube de hacer mis comidas de frutas
en el automóvil, mientras viajábamos de un lugar a otro a
visitar los enfermos imposibilitados para moverse. Otras
veces, porque no siempre podía de madrugada ir a tomar un
baño, iban a esperarme en la puerta del bañero, para no
perderme de vista y aprovechar la oportunidad de formularme
sus pedidos.
En fin; por mi popularidad, mi misión tornábase para mí
un fardo pesadísimo, recargado con los formidables ataques
que empezaban a llover sobre mi persona, procedentes de un
diario clerical cuyo redactor principal era médico.
A pesar de todo, no estaba dispuesto a desmayar ni a
ceder una pulgada de terreno. Al contrario; con la cabeza alta y
124

el pié firme, me resolví a llevar adelante el cumplimiento de la


misión de que fui incumbido. Cuan do más los elementos
adversos pretendían agrandarse por medio de ataques y
persecuciones, obstáculos y dificultades en el camino de mi
Cruzada, con tanta mayor fuerza y vigor espiritual avanzaba.
Nunca perdí la calma. Cuando mayores fueron las envestidas y
persecuciones, tanto más sereno y tranquilo me conservaba.
Esta actitud que tanto admiraba a mis amigos, desorientaba a
mis adversarios. Jamás olvidé la recomendación de mi
protector y Guía, así como también, nunca dejé de concordar
con el precepto latino: "Tu ne cede malis, sed contra audentio
ite."
Ni en veinte gruesos volúmenes podría condensar el relato
de mis curas y episodios ocurridos durante mi Cruzada, desde
octubre de 1924 hasta hoy (marzo de 1927 ¡Mientras tanto, en
bien de la verdad y de la humanidad, voy a narrar aquí algunas
de las más importantes curas realizadas, magnética o
pranicamente, mental, astral y espiritualmente; así como ya
transcribí algunas de las numerosas cartas de agradecimiento
que recibiera, y algunos comentarios de los periódicos de las
localidades que crucé; porque para publicarlo todo, menester
serían muchos gruesos volúmenes.
Para mayor beneficio de mis queridos hermanos lectores,
daré aquí sintéticamente algunas explicaciones sobre los
diversos procesos de magnetología, de psicoterapia en general,
que apliqué, de acuerdo con los métodos de diversos maestros
en la materia, del Oriente y del Occidente, desde los más
antiguos hasta los más modernos, prefiriendo siempre el
sistema de los maestros orientales.
Atendiendo a un primer pedido, llegamos a las tres y
quince de la tarde, a la casa del doctor A.C. Este señor, que
aparentaba unos cincuenta años de edad, se hallaba acostado
en una red, presa de una fuerte congestión. Sufría desde hacía
más de dos años de parálisis general que le dificultaba el uso
125

de la palabra, y de agudos dolores en todo el costado derecho


y en el estómago.
A pedido mío, el paciente fue colocado en una cama que
estaba cerca de la red, siendo necesario dos personas y yo para
transportarlo, porque él no podía moverse por sí mismo,
gimiendo de dolor a la más leve presión de nuestras manos.
Concéntreme en un estado, de acuerdo con las con-
diciones necesarias, para dar comienzo a la acción magnético-
pranica.
……………………..
Las condiciones necesarias para una buena emisión
magnetico-pránica, son las siguientes:
Un buen magnetizador pranico es aquel que sea poseedor
de buena salud, de calma absoluta, de voluntad fuerte, de
benevolencia ejemplar, de fe inquebrantable y de profundo
saber.
El naturalista Deleuze, que por sus sabios trabajos sobre
magnetología es considerado como el Hipócrates de las
ciencias magnéticas, dice:
"El mejor magnetizador es aquel que posee un buen
temperamento; un carácter al mismo tiempo firme y tranquilo;
el germen de las pasiones vivas, sin ser subyugado por ellas;
una voluntad fuerte sin emociones; activa dad; la paciencia
reunida a la facultad de concentrar su atención y sus esfuerzos;
y, que magnetizando, se ocupa únicamente de lo que hace".
El régimen favorece considerablemente esta facultad
radiante.
Es siempre sobrio; se habitúa a restringir sus necesidades
y a comer poco. Cuanto más se desarrollen las funciones
digestivas y más trabajo se les dé, tanto mayor será la
restricción de la potencia néurica condensante y radiante,
estando ésta en proporción inversa a las funciones vegetativas.
Así también, es preciso abandonar por completo el tabaco
y el alcohol.
126

Si la calma es la cualidad cotidiana más útil a aquella


persona que se quiere magnetizar, esta cualidad se torna
enteramente indispensable en los casos en que la naturaleza,
produciendo crisis, exige del operador toda la sangre fría de
que sea susceptible, para auxiliar al enfermo y salir victorioso
de esas situaciones difíciles.
Según el célebre magnetizador Lafontaine, nuestra
voluntad actúa más sobre nosotros mismos que fuera de
nosotros; produce una actividad mayor en el cerebro y en
todos los plexos, y de ahí resulta una emisión mayor y más
intensa.
Ante todo, le recomendé que cerrase los ojos y tuviese la
confianza, la fe y la paciencia indispensables al buen éxito de
mi acción, requisitos además necesarios a la recepción
magnético-pránica.
A fin de aprovechar bien los efectos saludables del
magnetismo-pránico, es menester colocarse en condiciones de
receptividad, mediante la simpatía, la confianza, y la
paciencia.
Es preciso que haya entre el paciente y el psico-terapeuta,
sino un poco de esa simpatía, por lo menos ausencia completa
de antipatía. Cualquier sentimiento de indisposición, de
contrariedad o de repulsión, es absolutamente contrario al
estado de receptividad magnética.
Si no tiene fe en el magnetismo, por lo menos debe
tenerla en el operador.
En estas condiciones, las manos de los menos hábiles
pueden producir prodigios.

PACIENCIA

Después de la confianza, la mejor garantía del buen éxito


es la paciencia; y, desgraciadamente, la paciencia es la virtud
que más frecuentemente falta a los enfermos.
127

No es posible admitir que una enfermedad inveterada


desaparezca como por encanto. Es preciso dar al tratamiento el
tiempo necesario.
Las alternativas de duda y esperanza; esas impaciencias,
esos temores, esa gran movilidad de sentimientos, tienen
generalmente deplorables consecuencias; enervan al enfermo,
desmoralizan al terapeuta: uno se coloca por su propia culpa
en mal estado de receptividad; el otro ve, con gran pesar,
substraerse su fuerza irradiante y el buen éxito de la operación
se halla de este modo retardado o comprometido.
No hay motivos para perder la esperanza cuando nada se
siente en el comienzo, porque los efectos magnéticos se
manifiestan a veces tardíamente, y la cura muchas veces
sobreviene hasta sin ninguna señal precursora aparente.
Si las perturbaciones se agravan y aparecen dolores, no
hay razón para atemorizarse, pues todo tratamiento ofrece
alternativas inesperadas y los padecimientos son, en la
mayoría de las veces, prueba de una reacción saludable.
Importa mucho abstenerse de todo cuanto pueda tender a
destruir o aminorar la sensibilidad nerviosa, como los
perfumes narcóticos y las bebidas espirituosas; bajo la
influencia depresiva de los anestésicos y de los tósigos, la
tensión vital acaba por alterarse de tal manera que se torne
imposible al magnetismo despertar en el cuerpo una reacción
cualquiera. Las personas que hacen o hicieron uso inmoderado
de la morfina, de la antipirina, del éter, del opio, del coral, del
cloroformo y del sulfonal, de las inyecciones de mercurio, etc.;
o que fueron tratadas durante mucho tiempo con tósigos
violentos, tales como la acetanilida, la estricnina, el salicilato
de sodio y las variedades del bromuro y del ioduro, pierden
toda la receptividad magnética y se tornan inmunes a la acción
terapéutica del magnetismo.
128

La quinina en altas dosis, la atropina, el cólchico, el abuso


del alcohol y del tabaco, tienen los mismos efectos sobre el
organismo.
Antes de empezar cualquier operación de cura, como
buen mágico, hago siempre tres inspiraciones profundas,
concentrando mi pensamiento en la acción que voy a dar
comienzo.
Inmediatamente me pongo en relación con el paciente
durante cinco minutos para establecer entre nosotros un
acuerdo de simpatía, especialmente para sintonizarnos, cuyo
objeto es hacer generar la corriente de transmisión.
Empleo diversos modos para ponerme en relación, según
las circunstancias. Algunas veces, para el establecimiento de la
corriente, recibo el contacto, tocando mis dedos pulgares con
los del enfermo; otras veces, coloco mis manos sobre las
espaldas; otras estoy al lado del paciente, colocando las manos
a la izquierda, sobre los riñones, y a la derecha sobre el
epigastrio (plexo solar, esto es, en la boca del estómago). En
muchas ocasiones también, sentado al frente del enfermo,
extiendo los brazos hacia adelante con las manos abiertas y las
palmas hacia arriba, y hago que él coloque sus manos de lleno
sobre las mías.

PONERSE EN RELACIÓN

Es necesario ponerse en relación antes de empezar a


magnetizar, para establecer con la persona que se ha de tratar,
una especie de acuerdo previo, simpático, teniendo por objeto
establecer de un organismo a otro, la corriente de transmisión.
Este preliminar no debe dispensarse.
Aquel que magnetiza debe considerarse como una
máquina psíquica -recomienda Du Potet- que produce en sí
mismo el agente de los fenómenos. La voluntad debe ser
activa; debe querer obrar sobre el magnetizado, induciendo en
129

él el principio que su organización encierra. Los brazos y las


manos no deben considerarse sino como conductores de ese
agente.
Hacer sentar al paciente en un lugar donde quede cómodo.
Colocarse frente a él, teniendo las rodillas y los pies opuestos,
sin tocarlos, sentado un poco más alto en una silla leve, que
pueda manejarse fácilmente.
Extiéndanse los brazos y colóquense las manos en las del
paciente como arriba hemos descrito, conservando esta
posición durante cinco minutos. Si el enfermo estuviese
acostado, aproxímese lo más que sea posible al bordo de la
cama procediendo del mismo modo que si estuviese sentado,
para ponerse en relación con el paciente.
También puede imponerse de lleno una de las manos
sobre la frente o el pecho del enfermo.
Conservar esta posición durante algunos minutos.
Después, por un movimiento muy lento, frente al epigastrio, y
terminar la operación colocando la mano en dirección del
epigastrio.
Las radiaciones magnético-pránicas, impulsando el
despertar de la naturaleza y la realización de sus funciones,
incitan al enfermo a recuperar las fuerzas a medida que
expulsa los principios mórbidos del mal, y es así que éste
termina en el mismo día en que se completa el equilibrio
integral.
Con el mismo paciente, basta ponerse en relación en la
primera sesión magnético-pránica.
Para el mejor efecto de la actuación, es necesario aislarse
lo más posible del ruido en una de las habitaciones de la casa,
en donde no se tenga que temer ningún contratiempo en este
sentido; alejar a los extraños y curiosos que, con sus
conversaciones o su presencia, puedan acarrear perturbaciones
o distracción; y colocarse, finalmente, en el más completo
130

aislamiento, calma y atención, condiciones principales de


cualquier buen psico-terapeuta.
Si el paciente fuera una mujer, es prudente y conveniente
admitir en su presencia un testigo; pero uno solo, y siempre el
mismo, si ello fuera posible.
Es de desear que este testigo, sin ser precisamente un
partidario entusiasta del método de cura, no sea tampoco
escéptico de ello. Es por eso que la presencia de una persona
ostensiblemente hostil o escéptica puede, sino perjudicar la
acción, por lo menos atenuarla, actuando sobre las facultades
irradiantes del operador y sobre les facultades receptivas del
paciente.
Enseguida continúo con las imposiciones sobre las partes
más afectadas, acompañadas por una mirada fija, concentrada
mentalmente en aquellas partes.

IMPOSICIÓN PRANICA POR CONTACTO

El operador, colocando las manos sobre los órganos


afectados del enfermo, ejecuta imposición. Este es un proceso
curativo enérgico, cuando es practicado por individuos que
dispongan de bastante poder emisivo.
En general, la imposición es calmante y sedativa,
actuando sobre las corrientes nerviosas, y consecutivamente
sobre la circulación de la sangre y de los humores. Ella
distiende y relaja las fibras musculares; hace cesar las
contracciones; disipa las obstrucciones, favorece las
secreciones, las excreciones y los flujos periódicos.
Las imposiciones son simples cuando son hechas con una
sola mano; dobles, cuando son practicadas con ambas.
En este último caso, se colocan las manos en puntos
diametralmente opuestos.
Tanto las imposiciones simples como las dobles, se
practican asentando la palma de la mano sobre la región
131

afectada, quedando los dedos ligeramente separados,


descansando sin esfuerzo ni contracción sobre las regiones
vecinas.
Se hace corrientemente por encima de las ropas; pero son
más eficaces cuando son hechas sobre la piel.
Para que las imposiciones sean verdaderamente curativas,
es conveniente que el enfermo, durante todo el tratamiento,
conserve los ojos cerrados y esté convencido de que el
magnetizador ha de curarlo, Y el magnetizador, a su vez, debe
concentrarse; mirar fijamente las partes en tratamiento, y no
pensar en nada, sino en lo que está ejecutando; tener la
voluntad firme de curar y estar convencido de que es capaz de
curar.
Pasemos ahora a describir algunos contactos dobles, que
merecen atención especial.
SOBRE LOS OJOS- Se colocan las palmas de las manos
sobre los hombros y los dedos sobre las espaldas.
SOBRE EL EPIGASTRIO.- Se tienen los pulgares en la
cavidad del estómago tocándose por las uñas. Las palmas y los
dedos, ligeramente separados, se asientan sin contracción
sobre el esternón y las primeras costillas. Esta imposición
actúa directamente sobro el plexo solar, centro nervioso de la
vida orgánica.
SOBRE EL VIENTRE.- Se colocan las palmas de las
manos sobre el ombligo; los dedos sin contracción se asientan
sobre el vientre. Esta imposición se ejecuta estando el paciente
sentado frente al magnetizador.
SOBRE LOS RÍÑONES.- Estando el enfermo sentado
delante del terapeuta, este extiende los brazos y pasa las manos
por detrás de la espalda, como si quisiera abrazarlo, y coloca
ambas manos sobre los riñones, tocándose los dedos mayores
de las mismas.
132

De la misma manera pueden efectuarse imposiciones


sobre las rodillas, los codos, los pulsos, las piernas, y sobre la
cabeza.
Esta última se ejecuta, poniendo una de las manos sobre
la frente y la otra sobre la nuca. O también, colocando ambas
manos en las sienes del enfermo.
En general, siempre que haya dolor en una región
cualquiera, puede ejecutarse allí una imposición simple o
doble.
También puede variarse los contactos dobles, colocando
una de las manos sobre uno de los centros nerviosos, cerebro o
epigastrio y la otra sobre la parte enferma.
Los contactos hechos de la cintura para arriba, actúan
directamente sobre los centros nerviosos y deben ser poco
prolongados, por tener una acción de concentración activa. Los
ejecutados de la cintura para abajo, pueden prolongarse,
porque su acción es calmante y dispersiva.

CURA MAGNETICA-PRANICA

Este sistema consiste en la emisión de prana o fuerza vital


a las partes afectadas, con lo cual se estimulan las células y el
tejido a la actividad normal, y cuyo resultado es que las
materias gastadas son eliminadas del cuerpo y las condiciones
normales restablecidas.
El prana es de naturaleza mental, siendo la energía de la
mente universal.
Los yogas enseñan que el prana es un principio universal;
un algo que compenetra todo el espacio, y junto con la mente y
la materia, compone la triple manifestación de lo absoluto.
Los principios más importantes de la cura magnético-
pranica se basan en los hechos que el prana o fluido vital,
puede ser transferido o transmitido de una a otra persona de
diversas maneras. El método ordinario y más efectivo, consiste
133

en el empleo de insuflaciones de manos, con las cuales se


hacen fricciones, imposiciones, y pases sobre la persona
enferma, y al mismo tiempo se envía una corriente de prana a
la parte afectada, estimulando así e instigando a la actividad a
los grupos de células inertes o vigorosas.

IMPOSICIÓN PRANICA A DISTANCIA

Hay también imposición de manos a distancia (cinco a


diez centímetros) y estas pueden ser palmares, cuando se
presenta al enfermo la palma de la mano; digitales, cuando se
presentan los dedos levemente separados; y rotatoria, cuando
el movimiento rotatorio se efectúa sin previo contacto.
Estas son de cuatro especies: imposición palmar, digital,
rotatoria y perforante.
Estas, generalmente, comienzan por un contacto en la
región enferma y se continua a la distancia en la forma que
paso a describir.
IMPOSICIÓN PALMAR.- Se presenta la palma de la
mano a una distancia de cinco a diez centímetros de la parte
afectada, conservándola en esta posición de dos a cinco
minutos. Efectúase generalmente, con una sola mano. Esta
imposición está considerada como estimulante.
IMPOSICIÓN DIGITAL.- Por la enérgica concentra-
ción que determina sobre la parte tratada, tiene una gran
potencia activa, comunicativa y excitante.
Cuando se quiere determinar una acción muy viva sobre
un punto cualquiera del organismo, se dirige sobre este punto
los cinco dedos reunidos, de manera que sus extremos casi se
toquen y formen has, a una distancia de diez centímetros.
En esta posición se fija la corriente por una inmovilidad
absoluta del brazo.
IMPOSICION ROTATORIA.- Cuando se quiere producir
y una acción más enérgica, se emplea esta imposición, que se
134

practica teniendo el brazo y la mano en la posición de la


imposición digital; pero describiendo con ella, lentamente, de
izquierda a derecha* círculos delante de la región enferma.
Estas dos últimas imposiciones producen calor; aumentan
la circulación y las secreciones; disuelven los
ingurgitamientos, inflamaciones y tumores.

AFLORAMIENTOS

Este sistema lo empleo a veces cuando termino la sesión.


Afloramiento es el contacto superficial, muchas veces
repetido, hecho sin presión y por sobre las ropas, sobre la
parte enferma.
Se practica de arriba para abajo, sirve para regularizar la
acción magnética; despeja la cabeza; facilita la respiración y
tiende a calentar las extremidades.
Dice Deleuze: "Es por los extremos de los dedos, y
principalmente por los pulgares," que la corriente escapa con
mayor actividad."
Acto continuo, aplico insuflaciones calientes sobre las
mismas partes afectadas, comenzando los dolores a batirse en
retirada.

INSUFLACIONES PRANICAS

Con grandes ventajas se aplica el tratamiento por


insuflaciones, el cual es conocido desde los tiempos
prehistóricos. Arnobio nos informa que los egipcios aplicaban
este tratamiento con gran éxito.
Markiin, en su "Tratatus Medico Psicus", narra el caso de
una niña que, pareciendo estar muerta, recuperó la vida y la
fuerza, debido al soplo de una mujer vieja. Borel, que vivió en
el siglo XVII, cuenta de una secta de cierta parte de la India,
que curaba enfermos por éste método; e inclusive existen hoy
135

en la India sacerdotes que soplando en los enfermos, parecen


comunicarles nueva vida, vigorizándolos. El mismo Borel, na-
rra un caso de un criado que por medio de una insuflación,
restituyó la vida al cuerpo aparentemente muerto de su amo.
Los animales magnéticos nos proporcionan numerosos
ejemplos de resurrecciones de esta naturaleza. Yo obtuve
muchas veces resultados mágicos; por ejemplo, el caso de la
cura practicada en Itaparica que en capítulo aparte narraré.
La insuflación es de aliento divino, que aún hoy puede
restituir la salud a los enfermos.
Llámanse insuflaciones a la proyección en la parte
afectada, o sobre la cabeza del paciente, de una cierta cantidad
de aire vitalizado por el terapeuta. Puede ser caliente o fría.
La insuflación caliente es excitante o estimulante de los
tejidos mórbidos o debilitados, y disuelve y dispersa la causa
que los produce.
Se aplica por eso, para combatir la atonía de las vísceras,
las parálisis, los tumores, las obstrucciones los dolores, y los
diversos ingurgitamientos. En caso de síncope o pérdida de los
sentidos, aplicase proficuamente sobre el corazón. No debe sin
embargo, aplicarse en el tórax de personas que se presuma que
sufren lesiones profundas, o afecciones del corazón o de los
pulmones.
Se dobla en cuatro un pañuelo limpio, siendo preferible
colocarlo sobre la parte enferma que se propone accionar. Se
llenan entonces los pulmones con la mayor cantidad de aire
que una franela blanca del tamaño del pañuelo pueda contener,
manteniendo siempre fija la intención y firme la voluntad de
curar. Se aplican los labios entreabiertos sobre el pañuelo, y se
suelta la respiración, lentamente, poco a poco, haciéndola
penetrar en la carne a través del pañuelo.
Agotada la provisión de aire, se levanta la cabeza y
aspirando el aire del ambiente, por la nariz, con la boca
cerrada, se adquiere una nueva provisión de aire fresco y
136

aplicando nuevamente los labios sobre el pañuelo se efectúa


otra insuflación.
La expiración debe hacerse lentamente, pero con energía.
Aplicadas cinco o seis insuflaciones sucesivas se puede
descansar un poco, después de lo cual se puede aplicar una
nueva dosis si fuera necesario.
Cuando la insuflación desarrolla un calor suave en la
parte insuflada, y cuando el calor se esparce gradualmente por
las regiones vecinas, es un buen signo porque nos afirma que
la circulación sanguínea se produce libre y normalmente. En
caso contrario, debe repetirse las insuflaciones para despertar
los músculos, desobstruyéndole de cualquier
congestionamiento.
Las insuflaciones calientes son extremadamente eficaces
cuando son aplicadas sobre las articulaciones; sobre la
columna vertebral; sobre los riñones, epigastrio, bazo e
hígado; sobre la corona de la cabeza, sienes, ojos, oídos, y
sobre el corazón.
Es por eso que sus aplicaciones son aconsejables para
combatir las jaquecas, los cólicos, males del estómago,
síncopes, asfixia, ingurgitamientos y afecciones glandulares,
sordera, enfermedades de los oídos, catalepsia, y letargia.
La insuflación fría es calmante y refrigerante; aplicada
sobre la frente y los ojos, despierta al paciente
magnéticamente adormecido.
Se practica la insuflación fría soplando con rapidez sobre
la piel, pero a una distancia de 40 a 50 centímetros, tal como
quien, de lejos, pretende apagar una vela.
Se aplica también esta insuflación para combatir los
dolores de cabeza, convulsiones, ataques nerviosos, y accesos
febriles.
En seguida continúo con pases longitudinales, dobles,
magnético-pránicos, lentamente, terminando con pases
transversales, o pases de dispersión.
137

PASES MAGNETICO-PRANICOS

Se da el nombre de pases al movimiento de las manos del


terapeuta a lo largo de la cabeza y cuerpo del magnetizado, a
una distancia de diez centímetros de la piel o de las ropas. Se
ejecutan por lo general con ambas manos; pero, si el
magnetizador está fatigado, puede hacerlo con una sola,
alternadamente.
Son longitudinales los magnetizantes, y transversales los
desmagnetizantes.
Los primeros acumulan fluidos; los segundos los retiran.
Cuando tienen por fin curar un dolor, o una enfermedad,
se hacen sobre la región afectada, comenzando un poco más
arriba de la parte enferma y terminando un poco más abajo de
ella.
Los pases longitudinales tienen efectos soporíferos, y se
ejecutan siempre de arriba abajo; muy lentamente, lo más lento
que fuera posible.
Practicados en forma menos lenta, a una distancia de 30
centímetros, se tornan estimulantes y refrescantes.
Ejecutados rápidamente a una distancia de 40 centímetros,
se llaman pases de grandes corrientes. Son también
estimulantes, y libran la cabeza y el pecho; calientan las
extremidades; arrastran hacia abajo los humores y realizan la
circulación.
Si el paciente es muy sensitivo, y el magnetizador dispone
de mucho fluido, puede el primero experimentar opresión o
dificultad de respirar, lo que cesa cuando se ejecutan algunos
pases de grandes corrientes, de la cabeza a los pies.
Para su tratamiento se hace sentar al paciente en una silla
o sillón bien recostado, con la mayor comodidad, y con el
cuerpo flojo.
El magnetizador se coloca frente a él, de pies o sentado
(es indiferente) siendo la silla más alta para no dificultar sus
138

movimientos. Luego extiende los brazos sobre la cabeza del


paciente sin emplear la menor fuerza muscular ni contraer
ningún músculo, presentando al paciente las palmas de la
mano con los dedos levemente encorvados y ligeramente
separados unos de otros. Se dejan bajar las manos, muy
lentamente, a lo largo del rostro y del cuerpo, hasta donde el
pase debe terminar. Se cierran entonces las manos y se elevan
de nuevo (pero cerradas) con el dorso de las manos vuelto
hacia el paciente hasta un poco arriba de la cabeza. Llegadas
allí se vuelven las manos y se abren de nuevo continuando así
la sesión.
Según Gauthier, un pase ejecutado lentamente, de la
cabeza a los pies, lleva cerca de treinta segundos; se demora
más, o menos, según nuestras propias sensaciones o las del
paciente.

PASES ROTATORIOS

Cuando se desea disipar una ingurgitación cualquiera, se


empieza por tomar un contacto sobre el punto afectado, y
después de algunos segundos, se levanta ligeramente la mano,
y con los dedos reunidos en punta, se describe con ellos sobre
la ingurgitación una espiral, que se va ensanchando más y más.
Esto es lo que se llama pase rotatorio.
Téngase siempre el cuidado, en los pases curativos o en
las imposiciones, de cerrar la mano al terminar cada una,
sacudiendo enseguida enérgicamente los dedos hacia un lado.
Se cierra nuevamente la mano y se la desvía distanciándola un
poco del paciente. Con ella cerrada, con presteza, se vuelve
hacia el sitio en que, Abriéndose, ha de comenzarse el nuevo
pase o imposición.
En general, cualquier obstrucción interna o externa, aun
cuando sea de naturaleza quística, cede fácilmente a la acción
139

de los pases rotatorios, muchas veces repetidos. Estos pases


favorecen la disgregación y el aplastamiento.
Son, por lo general, precedidos de una imposición simple
o doble.
La imposición acumula los fluidos en la parte en que se
realizan los pases, arrastrándolos y dividiéndolos.
Dice el doctor Gahthier: "La mano del magnetizador
derrama fluidos sobre el cuerpo, del mismo modo que una
regadera distribuye agua sobre una huerta.
"Esta imagen se aplica a los pases, y principalmente a los
pases a distancia.
"Los pases de grandes corrientes tienen una acción
completamente opuesta a la de las imposiciones a distancia;
cuanto éstas tienen de activas y excitantes por su efecto de
concentración, lo tienen aquellas por su notable efecto
dispersivo de calma y de frescura que prodigan al enfermo una
indefinible sensación de bienestar.
Los pases de grandes corrientes, ejecutados muy
lentamente, a distancias que pueden variar de diez centímetros
a un metro y algunas veces más, son extraordinarios para
calmar la agitación, extinguir el fuego de la fiebre, y atraer un
sueño reparador.
El doctor Deleuze, recomienda:
"Los pases de grandes corrientes, de la cabeza a los pies,
son fatigosos y nunca pueden continuarse por mucho tiempo;
en vez de conducir la acción de una extremidad a otra del
cuerpo, de un solo chorro, se puede entonces hacer pases
parando en las rodillas y después de un cierto número de ellos,
hacer un número igual, de las rodillas a los pies.
"Los pases rotatorios, se emplean preferentemente en los
casos de ingurgitación, de obstrucción o limitación de las
principales vísceras: estómago, hígado, bazo, y vientre".
140

Los pases rotatorios se ejecutan igualmente con la


extremidad de los dedos, levantando levemente la palma de la
mano, como se practicó con los longitudinales.
Estos pases poseen una acción más excitante y activa que
la de la rotación palmar. La experiencia ha demostrado que la
acción magnética, es mucho más viva cuando se hace uso de la
punta de los dedos, que cuando se emplea la mano entera
colocada en pleno.
Estos pases rotatorios se ejecutan, como los pases
longitudinales, a distancias más o menos variables según el
caso.
Dice Gauthier:
"Las irritaciones intestinales, en los cólicos, en las
supresiones y demás afecciones del bajo vientre, se emplean
los pases rotatorios sobre los intestinos, en derredor del
ombligo, y se conduce después, por medio de pases
longitudinales, a los miembros inferiores hasta los pies.
"Es indispensable que durante la sesión, el enfermo
conserve los ojos cerrados.
"En el curso de la operación, debe existir un sentimiento
reciproco de los más completos entre el operador y el paciente;
de un lado, dedicación, voluntad firme y perseverante; del
otro, paciencia y confianza absolutas.
"El terapeuta sólo debe tener un objetivo; aliviar o curar.
Debe considerar su misión como un verdadero sacerdocio que
le crea nuevas obligaciones, sacrificándolo todo al deseo de
practicar el bien; su única preocupación debe ser ayudar a la
Naturaleza, sin contrariarla nunca.
"Por su parte, el paciente debe realizar todos los esfuerzos
para conservar y animar el ardor de aquel que se propone
restituirle la salud.
"No debe pues, demostrar prevención, desconfianza o
impaciencia.
141

"El comienzo de un tratamiento es generalmente ingrato.


Por el hecho de que el magnetismo pranico no produzca
inmediatamente efectos aparentes y sensibles, no se debe,
desde luego, deducir que él es impotente, puede citarse un gran
número de casos de curas obtenidas sin que ningún efecto
magnético se haya manifestado.
"En las enfermedades agudas de marcha rápida, es raro
que el magnetismo no actúe de manera que muestre todo el
bien que de él es posible obtener. Sin embargo, en las
enfermedades crónicas, de marcha lenta, los signos son menos
rápidos, menos sensibles, y se necesita esperar veinte y hasta
treinta días para obtener cualquier indicio.
"Fuera del asentimiento moral recíproco que debe existir
entre magnetizador y magnetizado, cualquier tratamiento
exige, de una y otra parte, mucha regularidad, uniformidad,
orden y, especialmente, exactitud"
Según la gravedad del mal, o la naturaleza de la
enfermedad, se debe decidir si las sesiones se deben realizar
diariamente, o de dos en dos días. Si las sesiones ocurrieran
todos los días, es necesario que haga de ambas partes una gran
exactitud cotidiana, a fin de evitar lagunas en el tratamiento. Si
fueren de dos en dos días, es necesario, tanto como sea
posible, que haya periodicidad constante observada.
La duración de las sesiones debe ser siempre la misma.
Puede fijarse un término medio de veinte minutos. Veinte
minutos bien empleados; bastan en la opinión de Deleuze,
para ese fin. A veces, asimismo, se puede reducir este tiempo
a diez minutos.

ESTADO SONAMBULICO

Nunca debe buscarse el estado sonambúlico.


142

Pero puede ocurrir que al tocar un enfermo, con la


intención de aliviarlo y curarlo, advertaís que él, por su
extrema sensibilidad, tenga una gran tendencia natural a
sentir profundamente vuestra acción.
Si veis que la respiración se acelera; que las manos se
vuelven húmedas; los párpados titilan; los ojos se
convulsionan levemente; el cuello se baja o dobla hacia atrás,
podéis sin peligro favorecer este movimiento natural hacia el
sueño magnético, cuya manifestación en tales circunstancias
sólo puede ser favorable al tratamiento.
Prolongareis entonces la acción sobre el cerebro,
colocando el pulgar sobre la frente, entre ambos ojos,
poniendo los dedos en punta, a la distancia, por delante de los
párpados, o ejerciendo una ligera presión sobre el globo
ocular.
Luego colocareis ambas manos sobre las espaldas,
conservándolas allí durante algunos minutos; bajadlas
lentamente haciéndolas converger hacia el epigastrio; las
colocareis de nuevo sobre las espaldas, con un nuevo tiempo
de parada, bajándolas de nuevo lentamente a lo largo de los
brazos hasta la extremidad de los dedos; asegurareis los
pulgares de ambas manos haciendo en ellos una ligera presión
durante un minuto o dos, y recomenzareis los pases
precedentes, con toda lentitud, hasta que los ojos se cierran por
completo y el sueño sea tranquilo y perfecto.
La primera vez que se produzca este estado, evitareis
fatigar al paciente con preguntas inoportunas; le dejareis
algunos momentos en la calma de este reposo reparador, del
cual le haréis salir por medio de los pases transversales, esto
es: de presión y de soplo frió a distancia sobre la frente.
El estado sonambúlico nunca debe servir para satisfacer
una fútil curiosidad, y sólo debe realizarse en el interés del
paciente.
143

Como los efectos, por los cuales el magnetismo prueba su


acción, son extremadamente variados, se renuevan en cada
sesión, o cambian con la marcha del tratamiento, el operador
debe estar prevenido para modificar muchas veces el empleo
de los procesos.
Cuando se magnetiza de una manera general para curar
una agitación o un dolor de algún órgano, concentrad toda
vuestra atención sobre ese punto, por medio de las
imposiciones, insuflaciones calientes y acciones excitantes a
distancia (los dedos en punta), a fin de despertar todas las
fuerzas del organismo y ponerlas en juego, como si se tocase
el resorte que las gobierna.
Mi acción duró treinta minutos. El enfermo experimentó
una considerable mejoría, lo cual despertó una gran
admiración y confianza en la familia.
Antes de retirarme, preparé agua magnetizándola
pranicamente, para que la bebiese el paciente.

AGUA MAGNETIZADA

El agua es, entre todos los cuerpos inertes, el que más


fácilmente se magnetiza y también el que mejor comunica la
energía de que es portador.
El agua por sí misma, es como el aire, como la luz, como
el calor: uno de los elementos primordiales de nuestra vida
planetaria; magnetizándola, se aumenta considerablemente la
energía de sus propiedades vitales. Desde el punto de vista
curativo, el agua magnetizada representa un papel muy
importante en la medicina magnética; es que produce efectos
sorprendentes y útiles a la salud, pues yo siempre obtuve
resultados maravillosos con su empleo en mis enfermos.
Los orientales dan de beber al paciente una media copa
de agua magnetizada, y con un paño embebido de la misma,
humedecen las sienes del paciente para facilitarle así el sueño.
144

Recétola frecuentemente como bebida en las comidas o


en los intervalos, así como también en baños locales o
generales.
Magnetizo el agua de la siguiente manera:
1.) PURIFICACIÓN.- El magnetizador coloca dentro del
agua una brasa o fierro candente al rojo vivo, diciendo que la
purifica para volverla apta para esta o aquella misión.
2.) El magnetizador fija la mirada en el centro del vaso;
después de haber aspirado lentamente el aire, lo expira con
intervalos iguales sobre el agua y, al mismo tiempo, impone
las manos a unos diez centímetros encima del nivel del agua
con el firme deseo de impregnarla de una corriente pranica
continua de fluido magnético, emanada de los extremos de
sus dedos.
Para magnetizar una copa de agua, la tomo en la mano
izquierda, y con la derecha practico durante tres minutos,
imposiciones y pases descendentes en la superficie del líquido
y alrededor de la copa.
Para magnetizar el agua de una jarra, o la contenida en
una botella, la coloco en la mano izquierda con la boca de la
vasija puesta hacia arriba, y con la mano derecha ejecuto
imposiciones y pases descendentes en la boca de la vasija y
alrededor de la misma. Si el recipiente es grande, o pesado,
siéndome imposible tenerlo en la mano, lo coloco sobre las
rodillas haciendo la misma operación, esto es, las
imposiciones y pases con ambas manos, empleando en este
proceso ocho minutos.
Para magnetizar el agua de un baño, sumerjo
primeramente los dedos de la mano derecha en el agua
durante cinco minutos; después, con las manos abiertas, hago
pases sobre la superficie del agua, de un extremo a otro,
durante diez minutos.
Los efectos del agua magnetizada son diversos. En
algunos casos son tónicos, cuando hubo exceso en las
145

funciones de eliminación. En otros es laxante, cuando las


funciones de condensación fueron exageradas.
El agua magnetizada posee la preciosa ventaja de
substituir cualquier especie de purgante, y de obrar
naturalmente en las constipaciones más rebeldes. Bebida de
una manera regular, en ayunas y en las comidas durante
muchas semanas seguidas, acaba casi siempre restableciendo
el equilibrio de las funciones y triunfando sobre la inercia
intestinal más reacia.
El agua magnetizada es vigorizante.

VIDRIO MAGNETIZADO

Después del agua, el vidrio es el cuerpo que mejor se


magnetiza y que mejor puede desempeñar el papel de
intermediario entre el magnetizador y el enfermo.
El vidrio parece poseer propiedades especiales de
condensación, y de todos los cuerpos inertes, es el que actúa
magnéticamente con mayor intensidad sobre el organismo.
Cuando se quiere concentrar las corrientes y actuar con
mayor intensidad sobre un órgano afectado, se magnetizan
fanales, placones o bocales de vidrio, a fin de cubrir la parte
enferma.
En las enfermedades de los ojos, se magnetizan los
cristales de los anteojos o lentes.
Gran número de magnetizadores, entre los cuales se
encuentran el señor de Puysegur, el doctor Royilier, Ausbin, y
Gauthier, preconizan el empleo de medallones de vidrio que
ellos han magnetizado y que hacen llevar colgados al cuellos a
sus pacientes, por una cinta. La aplicación de estas placas de
vidrio sobre el estómago y sobre el corazón era para ellos un
gran auxilio para calmar los dolores, las palpitaciones, y
destruir obstrucciones. Habían notado que el vidrio
146

magnetizado se prende a la piel, mientras que aquel que no lo


está, deja de adherirse.

ALIMENTOS Y METALES MAGNETIZADOS

Cualquier objeto puede ser magnetizado y puede


almacenar los efluvios magnéticos, y sirve de esta manera de
intermediario para las magnetizaciones indirectas. Se emplean
para ello, alimentos, métales, etc.
Cuando en los enfermos se manifieste repugnancia hacia
ciertos alimentos o bebidas que podrían serles útiles; o que el
estómago no funcione en la debida forma, se magnetizan todos
los alimentos a fin de facilitarles la ingestión y digestión.
Pera intensificar y acelerar la cura del doctor A.C., el cual
fue considerado incurable por la medicina moderna, continué
mi tarea a las diez de la noche, mentalmente, a distancia,
radiando o proyectando al enfermo el prana colorido por el
pensamiento.
147

VI

EL MEJOR SISTEMA DE CURAR


(CONTINUACIÓN) CURA MENTAL A
DISTANCIA O RADIO-PRANICA

El prana colorido por el pensamiento del emisor puede ser


proyectado a personas ausentes que se encuentren con
voluntad de recibirlo y de esta manera pueden obtenerse curas.
El pensamiento del terapeuta emite su prana "colo-
reándolo", este prana recorre el espacio y alcanza el
pensamiento psíquico del paciente, en quien penetra y se
coloca. Las ondas pranicas son invisibles como las de
Marconi; atraviesan los obstáculos que encuentran y buscan a
las personas que están en condiciones de recibirles.
Para tratar a personas a través de la distancia, se debe
formar una imagen mental de la respectiva persona, hasta que
se sienta estar en comunicación con ella.
Este es un proceso psíquico que depende del poder de la
imaginación del terapeuta. Se puede sentir que se está en
comunicación con la referida persona, porque parece que la
presentimos cerca de nosotros.
Con un poco de ejercicio se adquiere esta facultad y a
veces se advierte la proximidad del receptor a la primera
experiencia. Cuando está establecida la comunicación, se dice
mentalmente al paciente que está distante: "Os estoy enviando
una provisión de fuerza vital que os dará vigor y os curará".
Después, se forma la imagen del siguiente proceso: que el
prana, en cada exhalación de la respiración rítmica, sale de la
mente del operador y pasando en un instante por el espacio,
alcanza al paciente y lo cura. No es preciso fijar horas ciertas
para el tratamiento, pudiendo sin embargo fijarlas si se
quisiera. La condición receptiva del paciente (puesto que él
148

espera y está listo a recibir la fuerza psíquica) lo pone en esta-


do propicio para recibir las vibraciones, siempre naturalmente
que ellas se le envíen.
Si se determinase ciertas horas, el paciente deberá
colocarse cómodamente, relajar los músculos y estar
esperando en condición receptiva.
El sabio Charcot curó a distancia a enfermos henicóreos,
hemianestésicos, y hemipléjicos, cuyos males eran causados
por lesiones cerebrales.
ES un hecho que la proyección de los fluidos vitales es un
fenómeno de exteriorización de las energías magnéticas, o
como ya se llamó: exteriorización de la motricidad, y es este
fenómeno extraordinario a que está subordinado el caso de
todas las curas milagrosas. Claro está pues, que todo esfuerzo
de voluntad exteriorizado en el sentido de producir una cura,
se convertirá efectivamente en cura; de la misma manera que
la idea de vigor y tranquilidad neutraliza la debilidad y la
fatiga, y el insomnio es neutralizado por la sugestión del
sueño.
Feuchtersiebin, en su estudio sobre higiene del alma,
escribe: "Diríase que, en ciertos casos, para ser curado basta
querer serlo".
Sin embargo, para que la voluntad se torne eficaz debe ser
conjugada con impresiones psíquicas, al mismo tiempo que
impulsada por ideas que cooperen con esas impresiones, en
perfecta armonía con la ley del equilibrio fluídico.
El principio en que se basa el tratamiento psico-terápico,
está determinado en esta definición de G. Mann:
"La voluntad es una determinación tomada por el
conjunto de las facultades mentales del hombre, la cual está
mantenida por la contemplación incesante del objeto en vista".
Las experiencias de transmisión del pensamiento a
distancia, demuestran la posibilidad de transmitir al enfermo la
idea de salud, y los efluvios vitales.
149

El sabio Baradue, estudió con los medios experimentales


modernos, la fuerza vital, y formuló una teoría al respecto,
cuyo resumen es el siguiente:
1.) Verificó la existencia de una fuerza nueva que reside
en nosotros, experimentando sobre todo su acción interior y
fuera de nosotros.
2.) Hizo la interpretación de los movimientos atractivos o
repulsivos de esta fuerza, observados fuera de nosotros, a
distancia.
Esta fuerza, no definida en su esencia, denominada
dinamismo cósmico; éter; fuerza de vida universal, es
diferente a los modos conocidos de la energía: calor,
electricidad, etc.
Ella depende del principio de vida que anima a todos los
seres y presente tres caracteres:
1.) Tiene movimiento atómico libre y apreciable en sus
fenómenos de atracción y repulsión.
2.) Es una materia primordial.
3.) Posee inteligencia en sus adaptaciones a los hombres
que viven, por decirlo así, sumergidos en esta onda de la vida
universal.
Por sus movimientos inteligentes, producidos, ya sea de
atracción o de repulsión, sobre el biómetro universal del doctor
Baradue, podemos verificar la existencia de esta fuerza en el
hombre; interpretarla y hasta medirla.
Y bien; puesto que todos poseemos esta fuerza, por un
acto da nuestra voluntad, podemos dirigirla sobre el enfermo y
producir su cura.
Sin embargo, cuanto mayor fuera el número de las
personas que tuvieren el pensamiento concentrado para
obtener la cura, o dicho mejor, que emitieren sus fluidos
vitales sobre el paciente, tanto más repentina e inesperada será
la cura.
150

Esto es lo que ocurre en los casos de curas milagrosas en


las cuales, como muy bien lo explicó el sabio autor de las
obras "La forcé curatrice a Lourdes et la psychologie du
Miracle" y "Le me Humaine, ses Lumiérs et I'Iconographie de
I´invisible fluidique", hay canalización de la voluntad colectiva
sobre el enfermo.
El mismo hombre de ciencia refiriéndose al tratamiento,
dice:
"Concluí, pues, por la experiencia, que había otras fuerzas
además de la acción de los remedios, de la electricidad y de la
voluntad humana, principalmente en el empleo de ciertas
prácticas religiosas, cuya fuerza curativa obra sobre nuestra
substancia vital perturbada y alterada. Afronté lo más posible
el estudio de este fenómeno en los casos de obsesión de
nuestras vibraciones fluídicas, las cuales exigen el empleo de
todos estos medios progresivos y sucesivamente adoptados y
reunidos.
"Así, ciertas constituciones enfermizas, parecen
substraerse a medios físicos los cuales tienen culpa muy real
en las perturbaciones de la vitalidad, las modificaciones de la
circulación y la inervación.
"Para estas constituciones enfermizas, que colocaron a la
medicina en error, parece que es necesario recurrir a otros
medios hiperfisícos, y que la prez colectiva, intensa y ardiente
de una peregrinación, sea la llave que abre estos dinamismos y
nos pone en relación con las potencialidades siderales, cuyos
efectos curativos no podemos negar.
"Por consiguiente, la fuerza curativa es atraída por un
esfuerzo de voluntad colectiva. Y sin embargo, para atraer esta
fuerza, basta una sola voluntad individual bien dirigida, y
conocemos y podemos citar innúmeras curas efectuadas por
una sola persona, con el concurso de la voluntad del enfermo.
Aun al respecto, leímos en una importante obra de la
ilustre doctora Meyeray -publicado en la revista "Annes Das
151

Sciencias Psychicas" de 1.895- en la cual, para demostrar que


la sugestión no es solamente un gran auxiliar en las
enfermedades del sistema nervioso sino también un buen
auxiliar terapéutico en las afecciones mórbidas, cita
importantes hechos practicados por ella misma:
"Hace algún tiempo fui llamada al castillo de B... La
castellana enferma deseaba recibir algunos consejos míos.
"Una afección ovario-uterina la mantenía lánguida, en una
silla, desde hacía muchos meses, afección ésta caracterizada
por síntomas que el primer examen ponía en claro: lesiones
orgánicas en que el elemento nervioso parecía no tener
ninguna participación secundaria y consecutiva.
"Fui llamada para atender a la señora de B... y debo
confesar, no sin confusión, que mis trabajos y mis esfuerzos
fueron ineficaces. Tratamientos genera les, tratamientos
locales y quirúrgicos, todos fallaban y torturaban a mi espíritu.
"Una idea fija estaba en posesión del cerebro de la
paciente, y ella se obstinaba en afirmar que solamente la
Virgen Santa podría curarla, dejando en el fondo de la fuente
todos sus males. "Y lo que es peor, ella se persuadía que si
realizase el viaje al lugar de las curas maravillosas, su curación
se verificaría de inmediato.
"En una especie de consejo de familia reunido en torno
de ella, resolvimos que la señora de B... fuese trasladada a
Lourdes. Sin embargo, ¿lo permitirían sus fuerzas?
"Sincopes repetidos impresionaban a la familia y cada
cual, en su solicitud, tenía recelos acerca de un viaje largo y
fatigoso.
"Una idea presentóse a la ingeniosidad de mi espíritu:
enviar a la enferma a Lourdes.... en la imaginación.
"De cualquier manera, éste sería un viaje cómodo, y
comuniqué a la familia, que, un tanto devota, quedó indecisa.
152

"El tiempo, sin embargo, se deslizaba rápidamente y la


señora de B... declinaba visiblemente. Acabaron, no sin
dificultades, por aceptar mi expediente.
"El castillo de B... es soberbio; su parque diseñado con
arte delicado, los bosques inmensos que le cercan, el lugar
pintoresco por sí mismo, todo esto hace de asta residencia una
maravilla. Y en la imaginación tiene bastante influencia estos
lugares encantadores.
"De acuerdo con mis indicaciones, construyeron
artificialmente una gruta encima de un acuario que ya existía
bajo un arco verdegueante; alas descubiertas conducían allí a
una especie de meandro.
"Con el auxilio de unas cincuenta jóvenes de la villa y
sus alrededores, vestidas de Acuerdo con la ocasión, y
cantando himnos piadosos, fue organizada una procesión
hacia un altar de flores y follajes.
"La ilusión de un lugar sagrado estaba preparado, cuando
el 6 de abril hicimos la experiencia proyectada.
"Por mi parte, comencé en relación a la enferma, el
trabajo de la sugestión en el estado de vigilia.
"No fue sin dificultades, y sin verdadero trabajo, que
llegué a determinar el estado siguiente:
"La enferma, bajo el imperio de mi mirada, oía a la
manera de un susurro mi voz, que la repetía que estaba en
Lourdes, y que la gracia divina iba a alcanzarla.
Mecida por una verdadera salmodia en mi persuasión,
ella se levantó bien erguida, y dirigiéndose hacia la piscina en
la actitud de una alucinada, con la mirada fija en ella,
sumergióse tres veces exclamando: "Gracias, mi Santa Madre
¡Vos me curasteis!". Y apenas tuvimos el tiempo de recibirla,
sin sentido, en nuestros brazos.
"Conducida a una silla, volvió en sí y declaróse en
perfecta salud.
153

"Ella sentía circular en su ser enflaquecido un nuevo


vigor; quería satisfacer un apetito que era devorador, y
asistiendo a la merienda que cada cual supo tornar alegre, ella
estuvo manifiestamente obsequiosa.
"Cuando, al día siguiente volví a B.., desperté a la
enferma que, aunque sin hipnosis, había pasado una vida
especial durante casi veinticuatro horas: y alucinada aún, me
contó que venía de Lourdes en donde la "Santa Virgen" la
había curado.
"Entregúeme de nuevo a un examen profundo de los
órganos enfermos y pude verificar que todo había vuelto a su
estado normal. La congestión, el neoplasma (lo que tal
parecía), hasta las lesiones epiteliales aparentes habían
desaparecido.
"El resultado ultrapasaba mis expectativas".
"Desde ese día, la señora de B.. se hallaba muy bien; sus
fuerzas readquirían el desarrollo que de ellas se puede esperar
a los 30 años; y la enferma se volvía, día a día, una mujer
normal".
El fenómeno de las curas llamadas milagrosas están por
completo bajo el dominio de la misma ley que rige la
exteriorización de los fluidos, fenómenos altamente estudiados
e investigados por muchos consagrados maestros, entre los
cuales, es de justicia hacer destacar al Coronel Alberto de
Rochas, conviniendo hacer notar que su principio, esto es, el
principio de cura, está fundamentado en la idea que una vez
exteriorizada se convierte en realización.
Es eso precisamente; una ley propicia en sus efectos a
quien quiera que se dedique con amor, con fe, y con sincero
deseo de llegar al resultado más completo. De ahí, la lógica
concepción de que "la idea de la curación trae la curación
efectiva"; y, fundamentados en este principio, podemos
afirmar que la fuerza del pensamiento es la motriz
invulnerable de la terapéutica mental, que obra además del
154

operador. Los mismos pacientes que la buscan y que entran


con el coeficiente de su fe, inmediatamente prestan importante
concurso en su propio tratamiento.
Así, tenemos la voluntad, la fe, la prez, y otros elementos
aun, que cooperan en la efectividad de la cura, sin olvidar con
todo, que ella tiene su principio en la fuerza del pensamiento.
Mientras tanto, habiendo absoluta necesidad de establecer
la diferencia que hay entre las curas magnéticas, conviene
considerar lo siguiente:
Describe el doctor Levy que toda idea tiende a su
realización efectiva; que las ideas de vigor y de sueño
neutralizan la fatiga y el insomnio, y que los fenómenos
dolorosos son calmados por una fuerte sugestión contraria al
dolor.
Es precisamente en este punto de vista que se basa el plan
general de la sugestión, mientras que la terapéutica
radiomagnética se basa en desviar la atención del enfermo de
su sufrimiento, al tiempo que el operador focaliza su voluntad
en la parte afectada del paciente exteriorizando los efluvios
necesarios a su restablecimiento.
En todo caso, la voluntad es la fuerza en acción y es
preciso no olvidar que " la voluntad humana es una
determinación tomada por el conjunto de las facultades
mentales del hombre, la cual es mantenida por la
contemplación incesante del objeto en vista".
La teoría de la terapéutica radiomagnética está
perfectamente confirmada por el doctor P.E. Levy: Podemos
readquirir nuestra energía al contacto de otro"
Una vez adquirida y almacenada en nosotros esta energía,
nos será fácil canalizarla, dirigirla sobre este o aquel punto en
sufrimiento, ya se trate de fenómenos morales: tristeza, ideas
fijas; o de perturbaciones: dolores, nauseas, palpitaciones,
angustias, etc.
155

La proyección de los fluidos vitales, es una


exteriorización de las energías psíquicas, que ya fue llamada;
exteriorización de la "austricidad".
El coronel Alberto de Rochas, en sus obras
L'exteriorization de la sensibilité y les Effluves Odignes,
demuestra que la realidad de los efluvios ódicos, fluidos, o
simplemente od, como lo llamó su eminente descubridor
Reichenbach, para cuya percepción estableció las condiciones,
está hoy, probado científicamente.
Con respecto a la vida que agita el universo, dice el autor
de Dogma y Ritual:
"Existe un agente mixto, un agente natural y divino,
corpóreo y espiritual, un mediador plástico universal, un
receptáculo común de las vibraciones del movimiento y de las
imágenes de la forma, un fluido y una fuerza a que, de alguna
manera, podría llamarse, la imaginación de la Naturaleza.
"Mediante esta fuerza, todos los aparatos nerviosos se
comunican secretamente entre sí; de ella nace la simpatía y la
antipatía; de ella proceden los sueños; por ella se producen
fenómenos de doble visión y de visión sobrenatural."
"Este agente universal de las obras de la Naturaleza, es el
OD de los hebreos y de Reichembach; es la Luz Astral de los
martinistas.
"La existencia y el uso posible de esta fuerza, son el gran
arcano de la magia práctica.
"La Luz Astral imanta, calienta, ilumina, magnetiza,
atrae, repele, vivifica, destruye, coagula, deshace y reúne, bajo
el impulso de potentes voluntades".
Y en otra parte, el mismo autor dice:
"El mundo está imantado de la luz del sol, y estamos
imantados de la Luz del mundo.
"Lo que en el cuerpo del planeta se opera, en nosotros se
repite.
156

"Tres mundos hay en nosotros; análogos; jerárquicos


como en la Naturaleza entera.
"El hombre es el microcosmos o pequeño mundo, y
conforme el dogma de las analogías, todo lo que está en el
mundo grande, se reproduce en el pequeño. Hay pues, en
nosotros, tres centros de atracción y de proyección
fluídica: el cerebro, el corazón o el epigastrio y el órgano
genital. Cada uno de estos órganos es único y doble, esto es:
se encuentra en ellos la idea del ternario.
"Cada uno de estos órganos atrae de un lado y repele del
otro.
"Es por medio de estos aparatos que nos ponemos en
comunicación con el fluido universal, transmitido en nosotros
por el sistema nervioso. Son, también, estos tres centros la
sede de la triple operación magnética".
Sabido es que la ciencia, hasta un cierto punto, puso en
duda la posibilidad de la proyección de los fluidos vitales a
distancia, llegando hasta negar la existencia de ellos.
Últimamente, sin embargo, ante las innúmeras pruebas
irrebatibles, los sabios se han visto obligados a reconocer su
existencia.
Así llegó la ciencia, paso a paso, por medio del
experimentalismo demostrativo, a reconocer que, en general,
es decir en todos los cuerpos, existe un agente transmisible,
aun cuando impalpable e invisible.
El descubrimiento de la radiotelegrafía y radiotelefonía,
hizo rayar la luz por medio de la cual se explica tal fenómeno.
Desde el momento en que se reconoce que es el éter el
conductor de las vibraciones en los aparatos antes
mencionados, se debe admitir también, que se trata de uno de
los siete estados del éter de que hablan las ciencias herméticas
y al cual se da el nombre de "éter psíquico", y que sirve de
vehículo conductor a través de la distancia; el prana o energía
vital, fuerza del pensamiento, etc.
157

La pila humana para la transmisión radio-pranica es


superior a la energía automática mineral usada en los aparatos
aludidos, porque la pila cerebral del hombre posee la libertad
de acción y la conciencia.
Para comprobar mejor la existencia y polarización del
prana o fluido vital, basta citar el descubrimiento de la
iconografía o grafía de las imágenes, hecho por el célebre
hombre de ciencia, doctor Baradue.
El terapeuta, por una concentración intensa de su
voluntad, puede radio-pranar, o proyectar, fluidos vitales en
dirección al paciente, los cuales, impulsados por un deseo
superior y enérgico, expulsan los fluidos mórbidos del
enfermo.
La medicina oficial no efectúa curas reales, porque se
desinteresa de los estudios de los elementos superiores del
hombre, siendo su única preocupación o conocimiento, el
hombre material. De ahí su fracaso, que casi siempre se
verifica en el desempeño de su misión profesional.
Un célebre médico ocultista ha demostrado claramente la
gran conveniencia de dedicarse al estudio de la anatomía del
hombre oculto, pues el dominio del hombre invisible sobre el
hombre visible, está profúndamela te comprobado.
Felizmente, la ciencia oficial ha comenzado ya a
compenetrarse de las grandes ventajas que sobrevendrían para
la humanidad sufridora, si ella se dedicase con mayor interés a
las investigaciones de los estudios más arriba mencionados.
A pesar de su esfuerzo inicial, ella ha sido débil para
alcanzar resultados satisfactorios, pues su dedicación al
experimentalismo psicológico es, apenas, un exiguo principio
de conocimientos del hombre psíquico, por las
manifestaciones físicas.

MEDICINA PSÍQUICA
158

Muchas enfermedades, o casi todas, son por lo general


causadas por la desarmonía de las ideas en el hombre psíquico,
al cual el terapeuta ocultista cura por la radio-prania, por la
operación y transmisión de ideas vitalizadas, por su intensa
concentración de pensamiento.
Paracelso, en la definición que hace en su obra, "Liber
Paramirum" sobre el principio espiritual en el hombre, dice
entre otras cosas:
"Hay dos seres en el hombre; uno es un ser material y otro
un ser espiritual (cuerpo mental), impalpable, invisible, sujeto
a sus propias enfermedades (discordancias). Uno pertenece al
mundo material, el otro al mundo espiritual, teniendo cada uno
de ellos sus propios estados de conciencia, de percepción y de
memoria; sus propias asociaciones con seres de la misma
especie. Sin embargo, los dos son uno durante esta vida, y el
espíritu influye en el cuerpo; no el cuerpo en el espíritu. De
consiguiente, si el espíritu está enfermo, es inútil medicar al
cuerpo; pero si éste está enfermo puede ser curado medicando
el espíritu".
Los maniacos del suicido, los obsecados, los locos y otros
enfermos por el estilo, son víctimas de padecimientos
psíquicos o de la idea, cuyo origen es el de un peligroso
desequilibrio mental.
En muchos casos de excitación de los nervios, el hombre
forma y crea en su ambiente astral, seres denominados
"larvas", que se van alimentando en el cuerpo astral, o
succionando la fuerza vital del paciente que originó su
formación.
Las personas que sufren de la manía de las persecuciones,
crean larvas semejantes, las cuales se van apoderando del
cuerpo astral de la víctima, dimanando de allí enfermedades
mentales.
Esta larva está clasificada por Papus como "parásito
psíquico, que vive a costa de aquel que le dio origen",
159

En una de mis excursiones, encontré y curé muchos


enfermos de esta naturaleza. Entre ellos, traté a personas que
se dedicaban a prácticas mediumnímicas sin poseer
conocimientos verdaderos y seguros de la mediumnidad
independiente.
Acerca de estas larvas, Ernest Bosc, dice:
"Ella no es un microbio, y sí un germen, un principio de
vida, que procura manifestarse, fijarse en un cuerpo vivo
cualquiera. Es un instinto genital que erra al acaso en el aire;
que vaga en el espacio y que corresponde al que los
alquimistas llaman "azufre filosófico" ; es la chispa eléctrica
obscura, aunque luminosa cuando se vuelve calor de
combinación.
"No conocemos bien aún, el papel considerable que la
larva representa, en el encantamiento, en la locura y en todas
las enfermedades en general, principalmente en las mentales.
"Las larvas son fermentos que se desarrollan en la sangre,
en el sistema nervioso cerebro espinal y en el esperma; sobre
todo en éste, que la transforma verdaderamente en Seres.
"Cuando un individuo está roído por el remordimiento,
¿qué es lo que lo roe? La larva, o larvas que fueron creadas por
la sangre de la víctima que fue herida o asesinada. ,
"El homicida, el asesino, no encuentra ya más sosiego,
sino después de haber confesado su crimen; de haber
descargado su consciencia, declarándose culpable. Desde
entonces, ya no es perseguido por el remordimiento y no crea
ya larvas nuevas. Tal es la razón de la confesión espontánea de
un gran número de delincuentes, que desde entonces, disfrutan
de descanso porque no son más roídos por la larva que crearan
por embrujamiento propio. El delincuente juega aquí con el
principio vital, que no pocas veces arrastra al suicidio a los cri-
minales.
"Por tanto, las larvas son gérmenes de lo astral, que
buscan la vida en el plano físico, y cuando la hallan, viven en
160

el animal y en el hombre como parásitos, Adquieren formas


muy diversas y, a veces, sumamente repugnantes. Una vez
incrustadas en un ente vivo, viven a expensas de éste.
"La larva debe ser conocida por los hombre; no es un ente
quimérico, no es un mito. La humanidad debe contar con ella.
Los pueblos de la antigüedad la conocían muy bien; contaban
con ella y de ella se desembarazaban recurriendo a todos los
medios.
"La Edad Media la conoció. He aquí lo que Paracelso dice
acerca de ella; "Una persona que es sana y pura no podría ser
poseída por Espíritus Elementarios, porque esta palabra (larva)
solo puede obrar sobre los hombres que le dan un lugar en su
mental".
"Un espíritu sano es como una ciudadela, en la cual no se
podría penetrar sin la expresa voluntad de su dueño.
"Si se deja que estas larvas penetren, ellas excitan las
pasiones humanas y dan origen a malos pensamientos que,
incitando el cerebro, hacen cometer malas acciones; aguzan así
los apetitos animales, y ahogan luego toda especie de
moralidad.
"La ciencia oficial desconoce por completo las en-
fermedades nerviosas, y no considerándolas como
enfermedades, receta para estos casos bromuros, valerianatos
doral, y otros intoxicantes peligrosos, sin resultado alguno;
hasta que al fin, no sabiendo ya que suministrar, abandona al
enfermo dejándolo a merced de su sufrimiento. En cambio, si
conociera algo de psicología y empleara los procesos de cura
psíquica, obtendrían fácilmente curar el desequilibrio".

****************
Eran las cinco de la tarde, cuando regresamos al hotel»
Allí, encontré esperándome a tres caballeros. Uno de ellos, el
señor A.T., después de saludarme, me pidió que le
acompañase para curar a un joven, considerado como uno de
161

los mejores "foot-bailer" y que hacía ya algún tiempo se


encontraba paralítico.
-Los médicos -informábame el señor A.T.- afirman que
nunca más volverá a jugar, porque su mal no tiene cura, y si
usted llegara a curarlo, nosotros le pagaremos cuanto usted nos
dijera.....
-No acepto -le interrumpí- recompensa de ninguna
especie. Estoy dispuesto a seguir a ustedes para atender a ese
joven, y estoy casi seguro (y esto fue como un aviso
telepsíquico que recibí de los poderes ocultos) que mañana
domingo podrá jugar!
Aquellos caballeros me invitaron a subir al automóvil que
los trajera, y que esperaba en la puerta del hotel.
A las 6 de la tarde llegamos a la casita del enfermo. En un
cuarto estrecho, echado sobre una cama de lona en que se
dispuso al enfermo, comencé a tratar al paciente.
Me preguntaron si iba a hipnotizarlo o adormecerlo.
Respondí que era absolutamente contrario al hipnotismo, y que
nunca lo empleo en mis curas; y solo curo a los enfermos en el
estado de vigilia, esto es, despiertos.
Después de sintonizarme con el paciente, empecé por las
imposiciones pranicas, pases pranicos longitudinales lentos,
seguidos de fricciones pranico magnéticas.
En este caso, creí conveniente aplicar el método de cura
mental directa, y también el de las fricciones que es un medio
terapéutico poderoso.
La sesión duró unos veinte minutos.
El hombre estaba curado.
Abandonó la cama y el cuarto, comenzando a practicar
ejercicios de gimnasia sueca.
-Estoy curado !Gracias a Dios! -exclamó el joven D.S.A.
que así se llamaba, y que aparentaba unos veinticinco años de
edad.
162

Al día siguiente domingo, el joven jugaba uno de los


grandes partidos de "foot-ball", en Campo da Graca.

CURA MENTAL DIRECTA

La cura mental ejerciendo su acción sobre el centro de las


mentes celulares, puede obtenerse directamente, o a través de
la Mente Instructiva de la persona enferma. Tanto el método
de cura psíquica, como el de cura mental a distancia, son
operaciones mágicas de las más importantes y elevadas.
No es mi intención detenerme en las apreciaciones sobre
las teorías de las diferentes escuelas de cura mental, o
sugestión mental, ni sobre lo que es la mente o sobre las
teorías psicológicas. Lo cierto es que la cura mental es un
hecho demostrado, habiendo alcanzado ya los mejores
resultados no solamente en tratamientos directos, sino también
en tratamientos a distancia. Siendo idénticos los métodos de la
cura mental directa y los de la cura sugestiva, los apliqué
siempre conjuntamente, dando a ese proceso la denominación
de cura mental directo-sugestiva.
Una sola diferencia existe entre el método de cura mental
y el de la cura sugestiva: la primera depende de la telepsíquia o
transmisión del pensamiento; en cambio la segunda depende,
casi siempre, de las sugestiones verbales, etc.
Aceptan hoy la telepsíquia (o llamada telepatía) los más
eminentes hombres de ciencia.
Edw. T. Bennett, que fue secretario de la Sociedad de
Investigaciones Psíquicas, dice: "Parece ser irresistible la
conclusión de que los cinco sentidos no agotan los medios por
los cuales el conocimiento puede entrar en la mente".
En otras palabras, el investigador parece ser impelido a la
conclusión de que la transmisión del pensamiento o
"telepatía", ha de incluirse ahora entre los hechos
científicamente comprobados.
163

El profesor William Crookes el bien conocido hombre de


ciencia inglés, dice:
"Si aceptamos la teoría de que el cerebro está compuesto
de elementos separados -células nerviosas- habremos de
suponer que cada uno de estos componentes, como cualquier
otro pedazo de materia, tienen sus movimientos de vibración,
y serán, en condiciones convenientes, afectadas por la
vibración del éter, como por ejemplo, las células nerviosas de
la retina.
"Si una neurona, situada no muy lejos, adquiere el mismo
movimiento de vibración de otra, parece que no hay razón para
que no se afecten materialmente, a través del éter".
"Flammarion dice: "No es posible dudar de que nuestras
fuerzas psíquicas crean un movimiento de éter que se
transmite lejos , como todos los movimientos del éter, y se
torna perceptible a cerebros que están en armonía con el
nuestro, la transformación de una acción psíquica en un
movimiento etéreo, y el reverso, es tal vez análogo al que
ocurre con el teléfono, en donde la placa receptiva, que es
idéntica a la placa colocada en la otra extremidad, reconstruye
el movimiento sonoro transmitido, no por medio del sonido,
sino, por la electricidad. Pero esto es apenas una
comparación".
Por intermedio de este factor telepsíquico es que se
efectúan los tratamientos a distancia, y cuando la cura no es
consecuencia directa de la sugestión mental. La base de la cura
mental está en el simple hecho de que la mente central
controla las funciones corporales, y de que ella ejerce su
manifestación a través de los órganos, células y partes del
cuerpo, las cuales responden a los estados mentales de la
mente central, y están afectados por algo que afecta a ésta.

PROCESO DE LA CURA MENTAL DIRECTA


164

En los tratamientos mentales, la mente del terapista debe


conseguir una agilidad de modo que pueda seguir los deseos
del paciente, esto es: ver mentalmente al enfermo sano, y
teniendo las partes, los órganos, y las células en normal
funcionamiento. El mayor o menor éxito en la cura mental,
dependerá sobre todo de la capacidad que tenga el terapeuta de
visualizar mentalmente las condiciones normales. En cuanto a
la transmisión del pensamiento, ésta no requiere esfuerzo
extremo de parte del terapeuta.
La dificultad principal está, como acabo de demostrar, en
la habilidad de construir la imagen mental, la cual, una vez
formada, es fácil de transmitir, pensando sencillamente en ella
como en algo que se está realizando.
Para el mejor éxito de la cura positiva, es de gran ventaja
imaginar que se ve como el pensamiento sale realmente del
cerebro; cómo viaja en el espacio y es recibido por la mente
del enfermo. Claro está que ello auxilia a la mente a mantener
fija la imagen, hasta que ella se realice.
Tratándose de un enfermo en su propia presencia,
conviene recomendarle calma y tranquilidad, además de un
silencio integral. No se comprende ahí que el paciente se
adormezca o dormite, sino que calme su mente, abstrayendo
sus pensamientos lo más posible de la vida exterior. Es
importante además, que haya calma en el ambiente,
requiriéndose el mayor sosiego, previniéndose contra
cualquier ruido, y de que no haya alrededor colores brillantes
que puedan distraer la atención del enfermo. En estas
condiciones, éste debe conservarse quieto en un sosiego
absoluto, pues el terapeuta sólo puede dar comienzo al
tratamiento al sentir que su estado mental se encuentra en
condiciones, esto es, que las vibraciones se elevaron al grado
debido, lo cual ha de ser detectado por sus sentimientos. De la
imagen mental del paciente sano, se crea un nuevo ideal
mental de las condiciones convenientemente deseadas, que
165

debe ser transmitido a la mente del enfermo, con la


reproducción de un verdadero retrato mental. Es preciso crear,
principalmente, la imagen mental de las condiciones ideales
que se desean tornar una realidad.

CURA MENTAL SUGESTIVA

La cura por medio de la sugestión tiene por base el efecto


de la influencia mental sobre la mente instintiva. Prueba este
tratamiento, que del mismo modo que la sugestión perniciosa
recibida de uno mismo o de otra persona puede producir en el
cuerpo estados anormales, igualmente las buenas sugestiones
recibidas de uno mismo, o de otro, pueden restablecer las
condiciones normales del organismo.
Es suficientemente conocido entre los estudiosos, los
efectos que la mente ejerce sobre el cuerpo. Mientras tanto,
queremos citar algunas autoridades en la materia, a fin de que
se torne más irrefutable.
El profesor James, conocido como uno de los más
descollantes psicólogos, dice:
"Es un hecho demostrado que no hay especie de
conciencia, ya sea sensación, sentimiento, o idea, que no
pueda por si misma descargarse en un efecto motor. Este
efecto motor no siempre se manifiesta en fuertes cambios del
exterior, A veces, consiste en una alteración de las
pulsaciones del corazón o de la respiración, o en una
modificación de la distribución de la sangre, como sea
ruborizarse o palidecer. En todos los casos, sin embargo, la
conciencia trae consigo tales manifestaciones; y según la
opinión que en los últimos tiempos fue aceptada en general por
los psicólogos modernos, todo y cualquier proceso consciente
ha de pasar a un movimiento invisible o latente".
Olstou, dice:
166

"Cuando la ley general del cuerpo es alegría, esperanza,


gozo, amor, el deseo de salud y felicidad da crecimiento a los
tejidos y acción enérgica y normal a los órganos, y por lo
tanto, una salud en general; por el contrario, el miedo, la
melancolía, el odio, la tristeza, la pérdida de la confianza, y
todos los otros estados mórbidos de la mente, producen laxitud
de las funciones y la inacción de los órganos".
El lector debe comprender y no olvidar la importancia de
estos hechos.
Flammarión dice:
"Una idea, una impresión, una conmoción mental a pesar
de ser ligeramente interna, puede producir en otra dirección
efectos fisiológicos más o menos extensos, y capaces hasta de
producir la muerte. No faltan ejemplos de personas que
murieron repentinamente a consecuencia de alguna emoción.
Desde hace mucho tiempo, se reconoce el poder que la
imaginación puede ejercer sobre la vida".
El sabio B.W. Richardson, arguye:
"La diabetes, producida por un repentino choque mental,
es un verdadero y genuino tipo de enfermedad física de origen
mental".
Numerosas autoridades médicas refieren que ciertos casos
de cáncer y especialmente de cáncer uterino, o del pecho,
tienen su origen en la ansiedad mental.
Otros atribuyen la anemia a algún choque mental y al
sufrimiento moral.
Es de admirar que la cuestión de enfermedad física
producida por influencias mentales, fuese hasta ahora
estudiada tan insuficientemente.
El profesor Elmer Gater, dice:
"Mis experiencias demuestran que emociones irascibles,
malévolas y deprimentes, originan en el sistema corporal
composiciones nocivas de las cuales algunas son
extremadamente venenosas; y que emociones agradables y fe-
167

lices originan composiciones químicas de valor nutritivo que


estimulan las células para producir energías".
El profesor Tuke cita numerosos casos de enfermedades
producidas por el miedo, el susto, y la aflicción, de las cuales
son: la locura, el idiotismo, la parálisis de varios músculos y
órganos, transpiración profunda, colerina, ictericia, calvicie,
canicie, calda de dientes, choques nerviosos acompañados de
anemia fatal, enfermedades uterinas, enfermedades de la piel,
erisipela, eczema, etc.
El mismo sabio llama la atención sobre el efecto del
miedo en la propagación de las enfermedades, principalmente
las contagiosas. Así, un método que pueda disminuir o alejar el
miedo tendrá seguramente un gran efecto en el tratamiento de
las enfermedades. Y así es, en verdad.
Los medios de cura psíquica, casi todos, crean nueva
atmósfera mental y nuevas condiciones mentales en el
enfermo. El miedo se convierte en confianza, valor, energía y
esperanza, no tardando en aparecer los resultados.
La terapéutica sugestiva tiene este axioma: "El
pensamiento asume la forma de acción; tal como el hombre
piensa en su corazón, así es él".
Además de las ventajas que todo organismo recibe de una
sugestión general, pueden adquirir nuevo vigor los órganos
particulares, siendo llevados a funcionar perfectamente, con
sugestiones bien dirigidas. Las sugestiones que la mente
instintiva recibe, se transforman en acción.
Por medio de la mente instintiva, las células del cuerpo
responden a la sugestión pudiendo dar así, fuerza y estímulo a
todo órgano, nervio, o célula.
Tornándose en los últimos años muy común entre los
médicos la terapéutica sugestiva, es evidente que en lo futuro
ella deberá tener, en una u otra forma, la mayor aceptación en
todas las capas sociales.
168

PROCESO DE LA CURA MENTAL SUGESTIVA

La salud es tan contagiosa como la enfermedad, y, como


el hombre piensa en su corazón, así es él".
Bello axioma que tanto puede ser aplicado al pen-
samiento Bueno, como al pensamiento malo. Por eso es que
constituye la base de la terapéutica sugestiva.
La tarea de la terapéutica es la de restablecer los estados
normales de la mente de los que se viciaron en pensar
anormalmente sobre sus cuerpos, consiguiendo eso por medio
de la influencia de la mente sobre las células y partes
componentes del cuerpo,
Bien poca o ninguna sugestión verbal se requiere para la
cura mental, produciéndose la acción curativa, por medio de la
transferencia del pensamiento, la telepsíquia.
Se debe mientras tanto, hacer en la terapéutica sugestiva,
el tratamiento por medio de sugestiones verbales, con palabras
proferidas imperiosamente por el terapeuta. Naturalmente, en
la cura por sugestión el pensamiento del terapeuta obra
directamente sobre la mente del enfermo, tanto por medio de
las líneas de la cura mental como por medio de las sugestiones
verbales.
Casos hay en que la sugestión verbal es imprescindible
para conseguir la profunda impresión sobre la mente del
paciente, pero acompañada siempre de la fuerza mental
curativa.
Las diferencias que se notan en el éxito de los
sugestionadores, a pesar de seguir los mismos métodos y
pronunciar las mismas palabras, constituyen magnífica prueba
para confirmar lo que decimos.
Para una más nítida comprensión, es conveniente advertir
que la terapéutica sugestiva, o la cura por sugestión, nada
tiene de común con la sugestión hipnótica, o con el
hipnotismo, y tan así es, que además de no usarlo, condeno la
169

práctica del mismo, pues lo considero como un proceso


demasiado violento e irracional, y, porque no decirlo,
antinatural.
Sobre todo, el buen éxito de la cura mental sugestiva
depende de que el terapeuta desarrolle la voluntad y concentre
su mente en su tarea. Otra causa indispensable es que el
paciente permanezca en una posición lo más cómoda posible,
teniendo a su lado al operador.
Necesario es, en la sugestión verbal, repetir las palabras,
tornando así las sugestiones más fuertes y eficaces. La
repetición continua de las palabras básicas las graba en el
cerebro del paciente, pudiendo trocarlas por sinónimos aunque
parezcan monótonas.
El ambiente en que se efectúa la sesión debe permanecer
en penumbra, con las ventanas cerradas si fuese de día, o con
las luces amortiguadas, si fuese de noche pues estas medidas
tienen gran importancia psicológica, al tiempo que dejan al
paciente más atento.
Durante la práctica de las sugestiones, es de la mayor
importancia pintar, por la fuerza del pensamiento en la mente
del paciente, su imagen sana y restablecida. Ahí el
pensamiento se transforma en acción, en la mente del paciente,
que sigue rigurosamente la imagen, hasta que ésta se integre
en el físico.
Todo el éxito del tratamiento sugestivo se halla en el
pensamiento que está detrás de las palabras; en la medida que
el pensamiento sea recibido y absorbido por el paciente, está el
grado del éxito del tratamiento, hallándose éste aun en relación
con el grado de energía que el terapeuta pone en la imagen.
Así, es natural que haya una constante transmisión mental o
telepsíquica, transmisión de pensamiento; pero el efecto es
medido por la fuerza de las palabras sugestivas del terapeuta,
tornándose la combinación de ambos agentes, en único,
poderosísimo.
170

El paciente tendrá siempre la mente concentrada en las


condiciones deseadas, cuya realización se espera, debiendo por
eso observar esta regla de la mayor importancia.
Cuando se está sugestionando, nunca se debe hacer
referencia a las condiciones enfermas, y sí siempre a las
condiciones de salud a que se desea volver. Por eso es
necesario distraer la mente del estado en que se encuentra el
paciente, fijándola en el estado apetecido. Así, colocará en la
mente de la persona un ideal que desarrollará
inconscientemente, realizándolo en la vida real.
Deben abandonarse las sugestiones negativas, o
"negaciones", poniéndose en práctica apenas, las sugestiones
positivas o afirmativas. Hay una gran importancia en las
diferencias de expresiones sugestionadoras. Por ejemplo; no se
dirá "Usted no está débil", sino al contrario: "Usted está
fuerte", pues, repitiendo el nombre de la cosa que se quiere
negar, se afirma realmente su existencia, dirigiendo a ella la
mente del enfermo, lo que de ninguna manera conviene al
tratamiento sugestivo.

FRICCIONES PRANICAS

Son ejecutadas directamente sobre la piel, en seco, con la


palma de la mano, o con los dedos, en el sentido de las fibras
musculares; nunca en sentido contrario. Se puede, sin
embargo, hacerlas rotatorias, pero -sin irritar la piel. Una
fricción, bajando del hombro a la extremidad de la mano,
debe demorar quince segundos, por lo menos.
Esta forma de cura constituye uno de los procesos de
comunicar la fuerza vital o prana, siendo tal vez tan antigua
como la humanidad, pues fue empleada en todos los tiempos y
por todos los pueblos. Alpini relata en su libro "De Medicina
Egyptiorum", que los sacerdotes egipcios practicaban ciertas
171

fricciones místicas y médicas para curar enfermedades


crónicas.
Los mismos egipcios, para combatir flujos disentéricos,
ejecutaban suavemente fricciones rotatorias con la mano sobre
la región del hipocondrio, introduciendo, después, un dedo en
el ombligo haciéndolo girar dentro del mismo, este proceso, en
todos los tiempos, era considerado como infalible contra las
disenterías.
Hipócrates, que afirma que "El alma ve bien, con los ojos
cerrados, las afecciones que sufre el cuerpo" tenía en mucha
consideración el método de las fricciones, y, seguramente, las
aplicaba frecuentemente. El escribió las siguientes palabras:
"Un médico debe conocer muchas cosas; no debe ignorar los
beneficios que dimanan de la fricción". Este remedio es
aplicable tanto en los dolores repentinos y agudos, como en los
crónicos y en las diferentes especies de debilidad, siendo sus
efectos restauradores de la salud y fortificantes. Con este
proceso se consigue desembarazar las articulaciones
inflexibles, restituyéndoles el movimiento; se tonifican y
fortalecen los nervios débiles y flojos. Celsus, que vivió hace
unos dos mil años, recomendaba este método de tratamiento.
En sus libros consagra un extenso espacio a esta forma de
tratamiento vital aduciendo pruebas de que era conocido y
practicado hace mucho tiempo antes de su época.
Alejandro de Tralles, un médico griego del siglo VI, fue
un iniciado en el arte de las fricciones místicas, y las incorporó
a su práctica. Aseguraba que estas fricciones auxiliaban al
sistema nervioso, y facilitaban la transpiración. Decía,
también, que tendían a calmar las convulsiones y que eran
eficaces en un gran número de sufrimientos.
Mucho escribió acerca de esta materia, y era de acuerdo
con Hipócrates, que el conocimiento de estas "fricciones
secretas", sólo deba comunicarse a " personas sagradas " y no
tornarse propiedad de todos.
172

Luis XIII, rey de Francia, cuenta que un tal Degaust,


oficial de la corte de Nimes, curó a mucha gente,
friccionándole los músculos.
Esculapio trataba las enfermedades soplando sobre las
partes afectadas, y golpeando en ellas, levemente, con las
manos.
Los antiguos druidas (sacerdotes de los galos),
practicaban, también, curas de esta manera, y su método
constituía una parte de los ritos y Ceremonias religiosas.
Las crónicas de la Edad Media, están llenas de semejantes
narraciones de curas milagrosas, obtenidas por medio de la
imposición de las manos. En aquellos tiempos las curas se
efectuaban en los templos.
Van Helmont parece haber conocido los principios de la
cura pranica, porque escribe:
"El magnetismo es activo por todas partes, y nada hay en
él de nuevo, a no ser el nombre; es una paradoja tan solo para
los que todo ridiculizan y atribuyen al poder de Satanás todo
aquello que no son capaces de explicarse".
En 1734, el padre Heñí, enseñaba la existencia de un
"fluido universal", y lo aplicaba para curar enfermedades.
Realizó muchas curas admirables, pero fue expulsado de la
iglesia, acusado de poseer un poder diabólico y de practicar
hechicería.
Queriendo estimular las partes, comunicándoles fuerza
vital por medio de fricciones pranicas, el terapeuta debe ser
delicado en sus movimientos, no siendo para tal fin necesario
mayor fuerza física, pues, el efecto sólo se obtiene por el paso
de la vitalidad a las partes, y no por la manifestación
considerada de sí misma. Ejecutándose el tratamiento con la
palma de la mano y la parte inferior de los dedos, las
extremidades de éstos, inclusive el pulgar, deben estar vueltas
hacia atrás. Teniendo el operador la parte carnosa inferior del
173

pulgar, puede aplicarla siempre en este tratamiento, ejecutando


los movimientos de arriba para abajo.

•••••••••••••••

El lunes (20 de… a las ocho de la mañana) accediendo a


una invitación, acudí a la redacción del "Diario de Noticias".
La cantidad de pueblo que aguardaba mi llegada era tan
grande, tanto afuera del edificio como dentro del mismo, que
dificultaba la llegada hasta él. Mediante algún esfuerzo
conseguí entrar y llegar a la sala de redacción, situada en el
segundo piso. El director del popular diario bahiano, profesor
Altamirando Requiao, de un carácter y de una inteligencia que
raramente se encuentran, me recibió a la entrada, disculpándo-
se de aquella asistencia; ignorando y extrañando cómo ella
supiera tan rápidamente mi visita, porque su diario no había
tenido tiempo de anunciarla, y él nada había comunicado al
respecto. Añadió que este hecho le inducía a creer en un
milagro.
Pasamos a su despacho, con cierta dificultad, el cual
también había sido invadido por un gran número de personas.
"El primer enfermo que me presentaron para atender era
el rev. A.D.R., sacerdote vicario de Riachao, que sufría de la
vista. Tratélo por medio de las imposiciones y magnetización
de los anteojos. Al día siguiente, recibí noticias de su sensible
mejoría.
El segundo, que pidió ser curado, era un paralítico, el Sr.
J.A. Palma, de 65 años de edad. Hacía 43 que padecía de
aquella parálisis debida a una congestión, y sólo podía
moverse apoyado en muletas.
Le hice sentar en una silla. Comencé la operación
magnético-pranica, por medio de imposiciones y pases. Yo no
pretendía curar al enfermo en una sola sesión; pero habiendo
leído en los pensamientos de algunos de los presentes la
174

absoluta incredulidad, y en otros la duda sobre el éxito de mi


acción, desarrollé todo mi poder de voluntad, mi fuerza
psíquica, y con una intensa concentración mental, proseguí la
tarea, con un fuerte deseo de curar al enfermo en esa misma
sesión.
Mi esfuerzo, que era mágico, fue coronado por el éxito.
Al cabo de unos quince minutos, sentí el choque
telepsíquico de que el hombre estaba curado. Terminé la
operación con pases transversales. Ordené al señor Palma que
se levantase y se retirase, pues estaba curado. El pidió sus
muletas: -Yo no puedo levantarme y andar sin las muletas-
reclamó el paciente.
Y, colocando mi mano sobre su cabeza, le ordené de
nuevo:
-Usted ya no precisa muletas; puede levantarse y retirarse,
porque está curado.
Al cabo de algunos instantes de vacilación, el enfermo se
incorporó; pisó con recelo aún; pero luego des pues, bajo una
salva de aplausos, el señor Palma bajo las escaleras sin auxilio
de nadie, caminando por la calle como si nunca hubiese
sufrido la menor incomodidad.
El tercero, que traté rápidamente, se retiró también
curado. Hemiplejía, era un joven de 21 años, llamado Renato
Goncanvez Martins.

•••••••••••••••

Al día siguiente, cuando llegué a la residencia del doctor


J.A.C. para continuar su tratamiento en una tercera sesión, lo
encontré bastante animado, sentado en un sillón de hamaca, en
el primer piso; con él ya había practicado las dos primeras
sesiones, en su dormitorio, en el primer piso.
Indagando acerca de su estado, me dijeron que él, esa
mañana, despertó, se levantó de la cama y con la ayuda de un
175

bastón, bajo solo. Después de la segunda sesión, la mejoría se


acentuaba rápidamente.
Al terminar la tercera sesión, el estado del enfermo era tan
satisfactorio, que llorando de alegría y de emoción, se levantó
de la silla y sin bastón, fue hacía la sala en donde, con la
palabra ya sin embarazos, saludó a las numerosas visitas que
fueron a felicitarle por su restablecimiento, que consideraban
un "milagro".
Este mismo día, amén de otras curas, curé a una niña
completamente paralítica, hija del señor A.N.B., y que hacía
un año fuera atacada repentinamente por una parálisis, esta
niñita, después de haber recibido en el Hospital Santa Isabel,
cerca de sesenta aplicaciones eléctricas sin resultado alguno,
fue desahuciada por la ciencia oficial.
Realicé también, una cura en una sola sesión, a distancia,
a las tres de la madrugada, a la señorita Z.A. de 18 años de
edad. Esta joven, que hacía ocho años venía sufriendo de una
parálisis completa de la pierna izquierda, en la víspera, cuando
salía yo de una casa donde fuera a visitar un enfermo, me pidió
"por el amor de Nuestro Señor de Bomfin", que la curase.
Pero, como ya era muy tarde, le prometí que la curaría a dis-
tancia, aquella misma noche, garantizándole que "quedaría
completamente buena". Y así fue.
En las curas a distancia, además de practicarlas
mentalmente, o por la fuerza de mi pensamiento, emitiendo
prana colorido, radiándolo o proyectándolo en dirección al
paciente, realicé también las llamadas curas astrales, visitando
los enfermos en cuerpo astral.
176

CURA ASTRAL A DISTANCIA

Los ocultistas antiguos realizaban curas a distancia,


astralmente, más el pueblo por ignorar lo que ocurría, no
dejaba de considerarlos como semidioses o hechiceros.
Lo astral es un intermediario entre el cuerpo y el espíritu,
y la acción sobre él produce una grande reacción sobre los
otros.
Sobre todo, él es, el productor de la mayor parte de la
fuerza nerviosa que el ente psíquico transmite al espíritu.
Finalmente, el propio ente psíquico no es más que la parte
superior del astral. Por esta razón los médicos hermetistas
procuran obrar de preferencia sobre lo astral.
Conocedores del hecho, los iniciados estaban
acostumbrados al fenómeno; sin embargo, la masa ignorante
del pueblo consideraba, como dije, semidioses o hechiceros a
aquellos que obraban a distancia.
Tales factores vivieron siempre llenos de un sabor de
leyenda, hasta que el Dr. Gurney y los señores Miers y
Pe..nora publicaron su obra "fantasmas Of living" (Fantasmas
vivos) en la cual nos presentan un gran número de casos;
cuidadosamente verificados y testimoniados.
La operación se realiza con mucha simplicidad, bastando
enviar al cuerpo astral a una distancia a la que el duplo etérico
no pueda ir, para que se produzca automáticamente la
separación. En cuanto el cuerpo astral se aparta, el duplo
etérico se separa de él, entrando en el cuerpo físico de lo que
constituye la vida material.
Ninguna acción directa tiene la substancia astral sobre la
materia, sólo pudiendo obrar sobre ésta por medio de la
substancia del Duplo Etérico. Al contrario, el duplo etérico,
más el material que el precede, no sólo tiene acción indirecta
sobre la materia, haciendo menor los músculos del cuerpo,
177

sino que también obra directamente sobre ella cuando se halla


exteriorizado y se condensa en el punto que debe obrar.
De este modo, hallándose próximo del paciente el
fantasma astral puede establecer un contacto eléctrico
haciendo peso en una balanza, moviendo un mueble, tanteando
un individuo, etc. No se conoce nada más seguramente
atestiguado, ni más claramente probado que el fantasma
visible y real del Padre Alfonso de Ligcvri junto al Papa
agonizante, al mismo tiempo que el propio era visto en su
casa, a una gran distancia de Roma, en una actitud de devoción
y éxtasis. También no es menos probado el hecho del
misionero Francisco Xavier, que apareciera al mismo tiempo,
simultáneamente, en varios lugares.
Dirán que son milagros; responderemos que los milagros
cuando son reales, son simplemente fenómenos para la ciencia.
Los casos de apariciones de personas que son queridas, y que
suceden en al mismo momento en que éstas mueren, son
fenómenos del mismo orden que se pueden atribuir a la misma
causa.
Hablamos del cuerpo sideral que es el intermediario entre
el alma y el cuerpo material. Este cuerpo que da alejado
muchas veces en cuanto el otro duerme y se transporta con el
pensamiento en todo el espacio que la imantación universal
obre delante de él.
Obrando sobre las fuerzas del Duplo Eterice del paciente,
el cuerpo astral exteriorizado obra aún sobre cualquier otra
fuerza etérica exteriorizada que se encuentra en su ambiente,
siendo por eso posible manifestar su acción a distancia. De
este modo, puede el cuerpo astral obrar sobre lo astral del
doliente, y, por medio de este, sobre el Duplo Eterico, que a su
vez también obra sobre el cuerpo físico.
Una de las experiencias más difíciles para empezar a
iniciarse, además de ser peligrosa por los accidentes a que está
178

sujeta, es la salida en cuerpo astral: sin embargo, el peligro


disminuye cuando la prueba es hecha a poca distancia.
Sólo saldrá el cuerpo astral, cuando se haya desenvuelto
la fuerza nerviosa, por medio de la concentración mental,
además de que esto exige bastante descanso físico y castidad
absoluta. Así, es preciso adormecerse con la idea fija en
realizar la exteriorización, cerrar los ojos, haciendo viaje con
el pensamiento imaginando que lo astral deja el cuerpo,
camina, abre las puertas, siguiendo las rutas ideadas. Teniendo
el operador las virtudes exigidas, los resultados de este proceso
serán sorprendentes.
Debe el operador autosugestionarse y educar su voluntad
a obrar sobre el cuerpo astral para alcanzar su desdoblamiento
personal, pues es preciso que la voluntad tenga un dominio
absoluto, no solamente sobre el cuerpo físico, sino también
sobre el cuerpo astral, para realizar la exteriorización. No
basta, entre tanto, haber adquirido un dominio enérgico sobre
el organismo: es preciso que éste se halle en perfecta
condición de poder obedecer. Esto se conseguirá llevando el
cuerpo físico a un estado fisiológico, en el cual sea fácil la
exteriorización.
Es el cuerpo astral la base del fantasma exteriorizado;
conteniendo toda la sensibilidad del organismo y siendo
compuesto esencialmente de fuerza nerviosa, cuanto más
intensa fuera la fuerza nerviosa, tanto más fácil será
exteriorizarlo. Compréndase así que el experimentador que
prepara su desdoblamiento, debe al mismo tiempo dinamizar
la voluntad, aumentando la fuerza nerviosa a cierta proporción.
Se puede conseguir el aumento de fuerza nerviosa por una
preparación especial, amén de un régimen de alimentación
cuidadosamente apropiado.
Cuando, además, la persona dispone naturalmente de
mucha fibración nerviosa, es bastante fácil desenvolver la
voluntad para producir la exteriorización.
179

Desde que el operador haya desenvuelto la voluntad al


punto de que su organismo físico no sea más que un esclavo
sumiso, y que su fuerza nerviosa alcance un desenvolvimiento
capaz de obedecer la orden de la voluntad, él puede
desdoblarse excelentemente. A la orden suya, intensamente
pensada un poco antes de adormecer, el organismo se separa,
quedando el cuerpo físico en el lugar donde fue puesto; el
cuerpo astral con el Duplo Etérico y los elementos superiores
del Ente, dejan el envoltorio carnal, volviendo entre tanto el
duplo etérico a entrar en éste, pues sin él, el cuerpo físico no
podrá vivir. En tanto, podrá ir el cuerpo astral al lugar donde
haya sido enviado.
No se piense, todavía que este resultado puede ser
obtenido luego de los primeros ensayos; el mecanismo de la
operación es mucho más complicado.
Realizándose el desdoblamiento después de quedarse
dormido, no es la voluntad que obra directamente sobre el
cuerpo astral; es apenas la idea fija y presentada al cuerpo
astral en el momento de la exteriorización.
Preciso es, pues, crear la idea fija, enérgica y firme de
exteriorizarse. A más de todo eso, el cuerpo astral se habitúa a
cumplir las órdenes de la voluntad.
Así son los cuerpos; van acostumbrándose
progresivamente a salir por acción de la voluntad, pudiendo
ser enviados cada vez más lejos.
Como es bueno verificar si el desdoblamiento tiene efecto
o no, el operador debe tener una persona receptiva en
condiciones de ver el fantasma desdoblado. En el caso, sin
embargo, de ser el operador habituado, la persona receptiva
será el propio doliente en tratamiento.
En el caso, entretanto, que el operador se hallare
preparado y capaz de dirigirse a un lugar determinado con
anterioridad, obrando a la distancia en el tratamiento de un
enfermo, el proceso a seguir será:
180

Se duerme el operador cerca de 30 minutos antes de la


hora en que habitualmente se adormece, teniendo prevenido al
doliente acerca del momento escogido para el tratamiento y
recomendándole que se conserve quieto en su lecho, con la luz
apagada.
Tanto de parte del doliente, como del operador, es
necesaria esta precaución, pues la luz es disolvente de
substancia fantasma, impidiendo su manifestación. En la hora
convenida, debe dirigir firmemente su pensamiento al
operador, pidiéndole que venga a curarle; a su vez, el
operador, antes de llegar el sueño, debe de concentrar la idea
de ir a ver el doliente, tratándolo y curándolo, además del
pensamiento fijo del trayecto que deberá hacer, de su casa, a la
del enfermo.
Para ser un buen ocultista, se debe tener la conciencia de
todas las acciones en lo astral, dependiendo esto del
desenvolvimiento de la consciencia en general.
Como es sabido, la exteriorización completa del cuerpo
astral produce el fenómeno de "ubicuidad", haciéndose el
operador visible en el lugar que se presenta.
Al contrario, cuando no es completa la exteriorización, la
presencia del operador es manifestada por un fenómeno
telepsíquico.
Mi caro lector notará que estoy aplicando diversos
métodos de cura en mis tratamientos.
Efectivamente, como ya dije en el comienzo, después de
profundizarme en todos los sistemas orientales y occidentales
de curas magnéticas y psíquicas, formé un sistema
propiamente mío. Este sistema está justamente basado en la
aplicación de partes de todos los métodos, como debe hacer
todo concienzudo y buen psicoterapeuta, aplicándolo de
acuerdo a las circunstancias, prefiriendo yo siempre el método
oriental, basado en el tratamiento psíquico, pues obtuve
siempre los mejores y más positivos resultados.
181

Y es sencillamente porque los poderes psíquicos -siempre


que sean bien desenvueltos-, son superiores y más enérgicos
que los poderes llamados magnéticos. Además, el poder
psíquico es al mismo tiempo un poder magnético, pero, en un
estado diferente, más distinto, más clásico.
Igualmente, traté y curé radicalmente, en dos sesiones,
por el proceso magnetico-pránico, esto es, con imposiciones y
pases, auxiliado y reforzado por el método a distancia astral, a
la señorita A.L. de 20 años de edad, cuñada del Sr. A.T. que
estaba sufriendo de un cáncer en el seno izquierdo, siendo la
opinión médica que era indispensable y urgente operarla, esto
es, cortarle el seno para salvarla de una muerte cierta.
La doliente no acepto la operación; no quería andar sin
seno. La consulta médica se dio poco tiempo antes de mi
llegada a Bahía.
La señorita A.L. fue bien avisada por su endoconsciente,
pues con mi tratamiento, sin operación mecánica y sin drogas,
ella obtuvo un feliz resultado.
Mis pacientes, a los cuales traté a distancia en el cuerpo
astral, casi siempre me mandaban a avisar o venían
personalmente a relatarme los pormenores y resultados de mi
visita astral; la forma en que me veían entrar en su cuarto;
como me aproximaba a sus lechos, las sensaciones que
experimentaban , etc. etc.
Muchos amigos, alegando que me iba a agotar, me
censuraban por tratar muchos pacientes, además de los que
aparecían durante el día.
Ellos, pues, ignoraban mis medidas preventivas, pues yo,
para recuperar diariamente las energías gastadas en tan ardua
tarea, y para almacenar nuevas provisiones de energía vital,
usaba y uso siempre, todas las madrugadas, aspirar y
respirar rítmicamente durante 10 minutos, en la terraza o
en la habitación, y estando de pies, con las manos
cerradas.
182

Los pedidos para atender enfermos se aglomeraban cada


vez más; desde el más pobre hasta el más rico, y hasta las más
altas autoridades, magistrados y médicos.
Entre estos últimos, algunos me pedían que los tratara a
ellos mismos, o a algún miembro de su familia; otros, atender
algunos de sus pacientes que ellos mismos se consideraban
impotentes para curar.
En bien de la verdad, de la colectividad, y con el interés
de disipar las nubes de versiones y discusiones erróneas con
respecto a mis curas maravillosas, pues unos afirmaban que
eran milagrosas, y otros, los más intolerantes, las negaban o
aseveraban que eran endemoniada y que "solo Cristo podría,
operar milagros"-, realicé el mismo día martes una conferencia
ante un enorme auditorio, aclarando los puntos filosóficos,
científicos, teóricos y prácticos, de los diversos métodos de
cura, demostrando que no hay, ni nunca hubo, milagros, pues
todo efecto tiene su causa. El milagro nunca existió. Fue la
Señora Ignorancia la que llamó "Milagro" a los efectos cuyas
causas ella desconocía o no sabía explicar.
La taumaturgia no es milagro alguno. El milagro no
existe.
El Hierofante Eliphas Levi, entre sus apreciaciones
profundas, se expresa con respecto al milagro, de la siguiente
manera:
"Hemos definido los milagros como efectos naturales de
causas excepcionales.
"La acción inmediata de la voluntad humana sobre los
cuerpos, o por lo menos, esa acción ejercida sin medio visible,
constituye un milagro en el orden físico.
"La influencia ejercida sobre las voluntades, o sobre las
inteligencias, sea repentinamente, sea en un tiempo
determinado, y capaz de cautivar los pensamientos, de cambiar
las resoluciones mejor adoptadas, de paralizar las más
183

violentas pasiones, esa influencia , en fin, constituye un


milagro en el orden moral.
"El error común relativo a los milagros, es el de mirarlos
como efectos sin causas, como contradicciones de la
Naturaleza, como ficciones repentinas de la imaginación
divina; y no piensa que un solo milagro de esta especie,
rompería la armonía universal, y sumergirla al universo en el
caos.
"Hay milagros imposibles, aún para el mismo Dios, a
saber: los milagros absurdos. Si Dios pudiera ser absurdo un
solo instante, ni él ni el mundo existirían un instante después.
Esperar del arbitrio divino un efecto del que se desconociera la
causa, o cuya causa no existiera, es lo que se llama tentar a
Dios; esto es sencillamente precipitarse en el vacío.
"Lo absoluto en razón y en voluntad, es el mayor poder
que sea dado alcanzar al hombre, y es por medio de ese poder
como él realiza lo que la muchedumbre admira bajo el nombre
de milagros.
"La más perfecta pureza de intención es indispensable al
taumaturgo, pues le hace falta una corriente favorable y una
confianza ilimitada.
"El hombre que ha llegado a no ambicionar nada, y a no
temer nada, es el dueño de todo. Esto es lo que manifiesta esa
hermosa alegoría del Evangelio, en, que se ve al hijo de Dios
tres veces victorioso sobre: el espíritu impuro, ser servido en el
desierto por los ángeles.
"Nada sobre la tierra resiste a una voluntad razonable y
libre: Cuando el sabio dice; yo quiero, todo se realiza a su
voluntad, porque es la misma voluntad -de Dios.
"Es la ciencia y la confianza del médico la que da virtud a
las medicinas, y no existe otra medicina real y eficaz que la
taumaturgia.
"También la terapéutica oculta excluye toda especie de
medicación vulgar. Emplea, especialmente, las palabras, las
184

insuflaciones, y comunica, por la voluntad, una virtud variada


a las substancias más simples; el agua, el aceite, el vino, el
alcanfor, la sal. El agua de los homeópatas es verdaderamente
un agua magnetizada y encantada, que opera por la fe. Las
substancias enérgicas que a ella se agrega en cantidades por
decirlo así, infinitesimales, son la consagración y como los
signos de la voluntad del médico.
"Lo que se llama vulgarmente "charlatanismo", es un gran
medio de éxitos reales en medicina, si ese charlatanismo es
bastante hábil para inspirar una gran confianza y formar un
círculo de fe. En medicina, especial mente, es la fe la que
salva.
"No hay casi ninguna villa que no tenga a alguno o alguna
dedicada al ejercicio de la medicina oculta, y estos individuos
alcanzan casi siempre, y en todas partes, éxitos
incomparablemente mayores que los de los médicos aprobados
por la Facultad. Los remedios que prescriben, son con
frecuencia ridículos o extravagantes, y curan tanto mejor,
cuanto mayor fe producen, tanto en los sujetos enfermos como
en el operador.
"Un amigo nuestro, antiguo comerciante, hombre de un
carácter raro y de un sentimiento religioso, muy exaltado,
después de haberse retirado del comercio, se dedicó a ejercer
gratuitamente y por caridad cristiana, la medicina oculta en
una provincia de Francia. No empleaba, por todo específico,
más que el aceite, las insuflaciones y las plegarias. Se intentó
un proceso contra él, por el ejercicio ilegal de la medicina,
quedando probado por él, que en un espacio de cinco años se
le atribuía diez mil curaciones, y que el número de creyentes
aumentaba sin cesar, en proporciones capaces de alarmar
seriamente a todos los médicos del país.
"Nosotros hemos visto en Mas una pobre religiosa a quien
se le consideraba loca, y que curaba a todos los enfermos de
los campos vecinos, con un elixir y un emplasto de su
185

invención. El elixir era para el uso interno y el emplasto para


uso externo, y de este modo nada escapaba a esta panacea
universal.
"El remedio era el mismo para todas las enfermedades, y
hasta parecía que la excelente hermana no tenía necesidad de
conocer los sufrimientos de sus pacientes. Los escuchaba, sin
embargo, con la mayor atención, y no les confiaba su
específico sino con conocimiento de causa. En esto estribaba
el secreto mágico. La dirección de intención daba al remedio
su virtud especial. Este remedio era insignificante por si
mismo. El elixir era aguardiente aromatizado y mezclado con
jugo de yerbas amargas; el emplasto estaba hecho con una
mezcla análoga a la triaca por el color y el olor; era, quizá,
recina de Borgoña mezclada con opio.
"Nosotros hemos conocido, cerca de París, aun viejo
jardinero taumaturgo que hacía también maravillosas curas, y
que ponía en sus frascos el jugo de todas sus yerbas de la
verbena de San Juan."
Por lo que tengo expuesto, se puede comprender que el
poder del médico está secretamente oculto en la consciencia de
su voluntad, consistiendo todo su arte en incentivar vivamente
la fe del doliente. "Si podéis creer -decía el Maestro- todo es
posible para aquel que sabe creer".
Una de las cosas esenciales para el éxito de la medicina,
es la simpatía. Nada se conseguirá sin ella. Es necesario que el
intercambio de sentimiento de armonía, o por lo menos la
recíproca buena voluntad, exista entre médico y doliente. La
causa principal de las curas entre los primeros cristianos era
exactamente la fe ardiente y la dulce caridad, de manera que la
simpatía, el afecto, la confianza recíproca, se volvían naturales
y espontáneas.
"Los milagros son -si quieren perdonarme esta expresión-
las extravagancias de la Naturaleza, producidas por la
exaltación del hombre; dice un dentista:
186

Prodúcense siempre en virtud de las mismas Leyes.


"Todo hombre de celebridad popular, puede hacer
milagros, y a veces, los hace sin sentir.
"En el tiempo de los Druidas, había, en las galias, mujeres
taumaturgas y que llamaban Elphos y Fadas.
"Para los Druidas, eran santas; para los modernos
cristianos, hechiceras. José Bálsamo, que sus discípulos
llamaban el alvino Cagliostro, fue condenado, en Roma, como
hereje y hechicero, por haber hecho predicciones y milagros
sin la autorización previa".
Se sabe que los ejercicios mágicos son resultados de un
poder natural, es verdad, superior a las fuerzas ordinarias de la
Naturaleza. Dependen ellos fuertemente del estado y del
régimen, que exigen de la voluntad humana una energía fuera
de sus límites comunes. Así, se entiende que lo llamado
sobrenatural, es puramente lo natural exaltado, llamado por la
multitud, milagros, porque su efecto es inesperado e
impresionante. Lo "sobrenatural" sólo puede ser contra la
Naturaleza viva, lo que quiere decir propiamente, contra Dios.
Por eso lo "sobrenatural " no puede existir.
Todos saben que la naturaleza es la propia ley y el propio
pensamiento de Dios. Lo "sobrenatural" sería, por lo tanto, una
negación de la consciencia de Dios.
Todas las curas pueden ser realizadas naturalmente por el
hombre, porque Jesús anduvo en la tierra, curando, como
hombre. Además de él, los Santos y los magnetizadores,
curaban, como hombres. Podemos además, andar sobre las
aguas, o elevarnos de la tierra, porque el mismo Jesús dijo:
"Lo que yo hago lo podéis hacer vosotros, y aún más.
Habiendo Jesús resucitado seres entre los muertos, nunca, sin
embargo, evocó almas porque, en aquellos, curó la letargia que
de ordinario precede a la muerte; en cambio, evocar esas
almas, era dar un nuevo movimiento extraño a la vida, era ir en
contra de la Naturaleza, era violentar la Ley de Dios.
187

Queriendo clasificar los milagros, tenemos: el milagro


divino, que es obediencia de la Naturaleza a la razón; y el
milagro diabólico, que es la obediencia de la Naturaleza a la
locura. De este modo, el milagro humano es el buen sentido, la
consciencia de justicia, el sentido de la sabiduría, con que los
hombres de buena voluntad estudian, trabajan, y esperan.
Ya decía Paracelso, que era un iluminado:
"Aquel que puede curar enfermedades, es médico Ni los
emperadores, ni los papas, ni los colegios, ni las escuelas
superiores, pueden crear médicos. Pueden conferir privilegios
y hacer que un individuo que no es médico, aparezca como si
lo fuese; pueden darle permiso para matar, pero no pueden
darle el poder de curar; no pueden hacerlo médico verdadero,
si no he sido ordenado por Dios.
"El verdadero médico no se jacta de sus habilidades, ni
exalta su medicina, ni procura monopolizar el derecho de
explotar al doliente, pues sabe que la obra debe elogiar a su
autor, y no el autor a su obra. Hay un conocimiento que se
deriva del hombre, y otro que se deriva de Dios, por medio de
la luz de la Naturaleza.
"Aquel que no nació para ser médico, nunca tendrá buen
éxito.
"El médico debe ser leal y caritativo.
"Aquel que se ama a sí mismo, o a su propio bolsillo, no
hará ningún bien a los dolientes. La medicina es mucho más
un arte que una ciencia. Conocer las experiencias emitidas por
los otros, es útil para un médico; mas toda la ciencia de los
libros no puede transformar en medico a un hombre, al menos
que él lo sea por naturaleza. Solo Dios da la sabiduría médica".
En respuesta a aquellos que procuran embarazar mi
acción desinteresada en beneficio de la humanidad sufridora,
colocando obstáculos en mi camino trazado y guiado por mis
protectores invisibles, por donde vine y continuaré sembrando
la buena semilla de temperanza, de moral, de fraternidad
188

universal, llamo en mi auxilio la defensa del abogado Charles


Ledrú, pronunciada en el Tribunal de Paris y citada por Bué:
"No son los magnetizadores los únicos, en este mundo,
cuya doctrina es fuertemente combatida. En cuanto a los
médicos, es muy sabido que ellos no siempre adoptan la
misma opinión, ya que no os dicen sobre una molestia
cualquiera, pero sí sobre el modo general de curar.
"Tomemos únicamente algunas de las más famosas
teorías médicas de este siglo.
"El célebre escocés Broun explica la mayoría de las
molestias por una eliminación de la fuerza vital; es el estado
"asténico", para usar su lenguaje. Consecuentemente, los
dolientes de esta escuela están colocados debajo del régimen
de los estimulantes. Esta consoladora teoría fue derribada por
un doctor no menos célebre, el italiano Rasori. Este sólo veía
por todas partes, inflamaciones. ¡En vez de estimulantes,
aplicaba contra-estimulantes! Es el padre intelectual de los
señores Brousais y Bouilland.
"¡La verdad es una sola! ¡Pues bien, henos, por tanto, en
presencia de dos sistemas!
"¡Uno trata la gastritis con agua de goma, y el otro con
pimienta del reino y mostaza!
"La cura, en la opinión de uno, es una alimentación
excitante, substancial, un vino generoso.
"¡Acautelaos de todo eso! -dice el otro- fuera de las
sanguijuelas y de la dieta, no hay salvación!
"Aun no es nada:
"Llega Hahnemann, y la homeopatía, en vez de esa
máxima, dice; -"Simila, Similibus, Curantur". "escuchadlos:
"La alopatía, es la molestia y la muerte revestida con el manto
de una ciencia mentirosa. ¡El sol de las inteligencias es
Hannemann, y el tesoro de la salud se oculta en dosis
infinitamente pequeñas!
¡No penséis que queden sin respuesta los alópatas!
189

"¿No que son los discípulos de Hahnemann?


"¡Ignorante, charlatanes, profanadores de un culto, que
son indignos de comprender!
"y como esos señores tienen al menos la ventaja de la
prioridad y de las posiciones hechas, se sirven para la nueva
escuela, de los mismos procesos que siempre emplearan los
que poseen contra aquellos que quieren poseer. Fue así que la
Facultad de Montpeltier tachó de sus registros el nombre de un
mancebo lleno de ciencia y de talento, dicen, y cuyo crimen
consistía en el exagerado culto al nuevo dios.
"He ahí, señores, lo que es la ciencia humana, la ciencia
llamada positiva.
Ahora, admitiendo el sistema del Señor Procurador, del
rey de Bressuire, qué acontecerá en el mundo judicial?
Aquí, un procurador alópata hará condenar a prisión a
todos los homeópatas; éste, hará condenar a penitenciaría a los
alópatas. Y así procederán los jueces de instancia y de
apelación, la voz del ministerio público; unos sobre la bandera
de Browin, otros sobre la de Brousais, y aun otros sobre la de
Hahnemann.
"Para llamar a la razón a los caballeros de esta nueva
cruzada, será necesario crear en el tribunal de casación, una
sección médica que establezca los buenos principios en
relación a la enxaqueca y la verdadera jurisprudencia en
materia de remedios.
"La lógica requiere que así sea. Cuando esto suceda,
llegará su turno a mi amigo Respail, con sus cigarros salutaris,
y, como juez de todos los sistemas, les dirá con su voz
conocida, estimada y respetada : "Desde hace dos mil años nos
quejamos que el lenguaje de la medicina es una algarabía
ininteligible para el doliente; que sus recursos son
alternativamente preconizados y repudiados por los pontífices
del tiempo, de modo que no existe un solo tratamiento, que
después de haber tenido la mayor boga, no sea tarde o
190

temprano acusado de haber hecho sucumbir a todos los que se


sometieron a su acción. Pero, como el médico es irresponsable,
y tiene derecho a todas las osadías, del mismo modo que la
legalidad de la fórmula pone a cubierto la imprudencia y la
inoportunidad de la prescripción, no asiste a los sobrevivientes
el derecho de vengar los muertos, sino con el arma del
ridículo.
"No se puede citar el médico señalado por el tribunal de
Moliere, y allí muchas veces quien se ríe con más voluntad es
el médico, que no deja de tener su razón.
"El más ridículo en ese punto, no es él, sino los otros.
"Porque, así decía La Bruyere, en cuanto los hombres
pudieren morir y tuvieren amor a la vida, la medicina será
ridiculizada, mas... será paga.
"Ved señores, que podemos hacer, en nombre de la
medicina y contra el magnetismo, recriminaciones elocuentes;
mas no será difícil al magnetismo llevar la guerra al campo de
sus enemigos; o antes, ved cuan ridículo se torna resolver por
violencia, difamaciones, presiones y ultrajes, cualquier
cuestión de ciencia.
"Tal vez, quien sabe, no haya una sola, cuya perfecta
solución sea posible a la franqueza de nuestra inteligencia; y,
que de estas cosas, solo haya de verdad, el grito sublime del
poeta preguntando a su genio dónde está la sabiduría!
Delante, ahora, de tan lúcida y profunda defensa del
jurisconsulto Ledrú, en la cual son evidentes sus dudas y su
escepticismo respecto de la ciencia médica Oficial, tal vez se
tornen menos intolerantes, o más indulgentes, los dentistas
positivistas.
También conviene traer aquí, lo que una vez dijo, en la
propia Academia, el profesor Roger Cellard, que es, en verdad,
un sabio libre de preconceptos:
"Por qué razón no será cada cual libre de procurar la
Verdad, y de entender la misma por los caminos más extraños?
191

"Vuestra ciencia oficial será tan positiva, tan


invariablemente establecida, que se pueda afirmar que en
algunos años ella se os figurará tan falsa, cual verdadera os
parece hoy?
Yo soy de los que piensan que la libertad ilimitada de las
opiniones, una vez que se ataque a las opiniones y que se nos
traduzca en actos nocivos o reprensivos, es siempre un
beneficio mucho mayor que el mal que acarrea el abuso.
"Por lo tanto, si una policía médica cualquiera pretendiese
guerrear a la homeopatía, al magnetismo llamando las cosas
por su debido nombre, mismo que fuese en busca de la piedra
filosofal, yo sería el primero en tomar su defensa; protestaría
alta y públicamente, contra cualquier tentativa de esta
naturaleza."
La opinión del señor Roger Collard, es hoy aceptada por
muchos espíritus elevados. No hace mucho tiempo que, en un
banquete de la Sociedad Francesa de Higiene, en el cual estuve
presente, vi, al gran cirujano Peau; al célebre profesor Peter; al
doctor Chevaudir, diputado por la Dreme y redactor de la
nueva ley sobre la medicina; al doctor de Pietra Santa; al
honrado secretario general de esta sociedad. Pronunciaron
ellos discursos notables de un eclecticismo liberal en su fondo,
un aplauso de todo el auditorio compuesto de la élite de la
ciencia y del periodismo, todos, levantando sus copas para
saludar a todas las libertades científicas.
Recientemente, todos los magnetizadores de Francia
estuvieron vejados con las consecuencias que les podían
advenir del nuevo proyecto de la ley sobre el ejercicio de la
medicina. Así, dirigieron una petición a la Cámara de
Diputados. Entonces, el doctor Chevandier, inmediatamente
los calmó con una carta clara y categórica, dirigida al Conde
de Constantine, que fue presidente del Congreso Internacional
del Magnetismo Curador de 1889.
192

La carta:
SEÑOR PRESIDENTE.

"La comisión encargada del estudio del proyecto de


ley sobre el ejercicio de la medicina tuvo que examinar
las numerosas peticiones juntas a la que fue hecha por el
secretario del Congreso Internacional de Magnetismo
curador, en 1889.
"Fue reconocido por unanimidad de los miembros
presentes, que la ley sobre el ejercicio de la medicina no
comprendía a los masajistas ni a los magnetizadores, en
cuanto tienda solamente a aplicar sus prácticas o sus
procesos a los tratamientos de las molestias.
"Que caerían sobre la acción de la ley en el día que,
debajo de la apariencia de masajes, magnetismos,
hipnotismos, ejerciesen medicina y prescribiesen
medicamentos.
"En estas condiciones, la comisión, acreditando
haber respondido las peticiones que le llegaran a sus
manos prescinde de escuchar a sus autores.
"Lo que acabo de referir está consignado en mi
relación.
"Aceptad, Sr, Presidente, los protestos de la más
elevada cordialidad.
Firmado -Dr.
Chevandier. ―Relator".

De hecho sería lamentable, como dice un gran cientista,


qua a pretexto de un punto de vista legalista muy discutible,
fuese prohibido un sistema de cura, o por lo menos restringida
su práctica, cuando una gran parte de la humanidad viene
recibiendo de ello los mejores beneficios. Más que lamentable,
sería absurdo. Lo justo, es que todos los hombres de buena
voluntad propaguen y empleen tal sistema, en beneficio
193

general de la humanidad. Pueden gritar, trompetear, berrear


que es charlatanismo, que eso no disminuirá el valor científico,
ni el sentimiento humanitario, ni la verdad cristiana de la obra.
Cada vez más, la ciencia está exigiendo libertad para
proseguir. Libertad que constituye responsabilidad científica
para cada uno. Claro es, por lo tanto, que la responsabilidad
científica solo puede existir para el médico, cuando él no
cuenta más con la protección del ministerio público, esto es,
con la exclusividad para curar.
Dice uno de los más distinguidos médicos de Paris en su
libro "De L'Empirisme et du Progres Scientifique en
Medicine", lo siguiente:
"La responsabilidad sólo existirá para los dolientes y para
aquellos que lo rodean, cuando fuesen instruidos; y sólo serán
instruidos cuando fuesen los propios médicos, esto es, cuando
las Facultades enseñasen la ciencia y no el empirismo.
Hay mucha razón en este concepto. Realmente no
sabemos en qué se fundamentan los reglamentos y las leyes el
libre ejercicio de curas, que es más bien un don particular que
un arte aprendido con esfuerzo, a más de ser una fuente
permanente donde siempre se espera obtener el claro líquido
de la salud, de la felicidad, y de la paz interior.
Numerosas veces, desde que nos dedicamos a las curas
psíquicas por el magnetismo, hemos sentido una dulce alegría
restableciendo dolientes considerados, por otros,
irremisiblemente perdidos, después de haber agotado todos los
recursos de la medicina oficial. Qué suave satisfacción íntima
experimentamos.
Desearíamos citar todos los casos minuciosamente, pero
nos es enteramente imposible, por varios motivos. Primero,
que el tiempo no nos bastaría; segundo, que sería preciso
muchos volúmenes para contenerlas. Sin embargo, trataré en el
próximo volumen, algunos de los más importantes, juntando
194

documentos claros y positivos, que harán palidecer a quienes,


inconscientemente, andan por ahí, perjudicando nuestra tarea
y, al mismo tiempo, privando a la humanidad de los divinos y
supremos beneficios.

MAGNETISMO

Bien pocos, o solamente los ignorantes, dan crédito a las


vagas pretensiones de que el magnetismo y el hipnotismo son
ciencias modernas descubiertas por Mesmer, J. Braid, cuando
éstos apenas animaron el nervio de estas ciencias, amortiguado
por las persecuciones fanáticas y absolutistas del clero. Ya
Paracelso, mucho antes que Mesmer, tenía conocimiento sobre
la medicina magnética, relacionándola con la astrología.
Además, él conocía perfectamente los medios de ejercer la
sugestión, y los de realizar la transmisión a distancia.
Consideraba al Magnetismo la Vida Universal. Para él, el
hombre tiene el privilegio de percibir y transmitir todo lo que
hay en el universo. Débese a él la palabra "magnetismo",
desde que notó que la fuerza emitida por el hombre, es idéntica
la atracción que el imán (magneto) ejerce sobre el fierro.
Fueron las teorías prácticas de Paracelso, el gran árbol a cuya
sombra Mesmer se cobijó sobre sus 28 proporciones.
Mesmer desconoció siempre los efectos morales é
intelectuales del magnetismo.
Sólo más tarde, el Marqués de Puysegur y el Conde
Chastenet, ambos discípulos suyos, desenvolverían tales
efectos, descubriendo, en 1783, los principales fenómenos de
sonambulismo, el aislamiento del paciente, la transmisión de
sensaciones y de pensamientos, las presentaciones y los
presentimientos del sonámbulo, la lucidez y otras fases del
sueño magnético. Fué justamente Puysegur, quien más acentuó
los estudios magnéticos, creando un interés nuevo para la
ciencia.
195

Yo creo que Puysegur era un espíritu evolucionado,


adelantado.
Fue, tal vez, en existencias anteriores, habitante de
Egipto, ó de la India, viniendo a reencarnar en el occidente de
Francia. Porque sólo en Egipto y en la India era la ciencia
conocida, haciendo parte de la Magia, y siendo practicada por
los sacerdotes, en los templos.
En la Edad Media, también no era Paracelso el único
conocedor del magnetismo. Otros médicos como Kircher,
Maxwell, Clecenus, Van Helmont, Roberto Fludd, también lo
conocían perfectamente. Entre tanto, sólo ocultamente lo
practicaban, porque el clero y la medicina oficial mantenían el
círculo de hierro y las persecuciones más terribles.
Conviene aún recordar que los discípulos de
Swerdenborg, hacían uso del magnetismo, siendo sin embargo,
el magnetismo espiritualista.
Data del segundo siglo de la era cristiana, y mucho antes
de Paracelso, el libro "De acutis morbis", en el cual Aurelianus
esclarecía lo que es el magnetismo, describiendo además sus
tan benéficos efectos curativos.
Mas, sobre todo en Egipto y en la India, era el
magnetismo practicado hace mucho tiempo, con una
perfección y un resultado extraordinario.
Así, se ve que el magnetismo no es una novedad, sino una
ciencia antigua, siendo practicada siempre con los mejores
resultados.
Corriendo la vista pacientemente por los jeroglíficos del
Egipto, y por las lenguas misteriosas de la India, encontramos
le evidencia denunciada de curas realizadas por los sacerdotes,
tanto por medio del magnetismo, como de la sugestión verbal.
Fue haciendo uso del magnetismo, con las insuflaciones,
pases y masajes, que Elías resucitó al hijo de Sunnamita. Por
ese medio además, Saúl consultó a la Pitonisa o sonámbula de
196

Ender, llevándolo a un profundo estado de sonambulismo para


escrutarles las previsiones.
Reanimador de la ciencia magnética y de su poder
curativo, Mesmer, aún hoy, entretanto, es admirado, sobre
todo porque obró audazmente en una época en que la
ignorancia, el fanatismo, y el absolutismo, andaban parejos
con las más torpes persecuciones.
Dejó otros grandes seguidores de sus doctrinas, además
de Puysegur y Chastenet, Narater y los Drs. Gilber, Durand de
Gres, Fardy de Montrarel, Desdel y Durval d'Espremesnil, que
hicieron renombre que vive aún en nuestros días.
Felizmente hoy, ya hay en todos los grandes centros,
sociedades e institutos de investigaciones psicológicas y de
curas, a los cuales debe la humanidad inmensos beneficios.
Las varias manifestaciones del movimiento universal,
pueden ser científicamente apreciadas por los fenómenos
eléctricos y magnéticos, pues los aparatos eléctricos revelan
positivamente las relaciones favorables o contrarias de ciertas
substancias.
Basta ver, que la unión del cobre con el zinc, y la acción
de todos los metales en la pila galvánica, son revelaciones
constantes, permanentes y perpetuas.
Hay una doble ley de atracción y de irradiación a que está
sometido, tanto el cuerpo humano, como la propia Tierra.
Además, el cuerpo humano, hallándose imantado con un
magnetismo andrógino, rehace la inteligencia y la sensibilidad,
que son las dos potencias del alma.
Puede decirse con seguridad, que todo el arte del
magnetizador esta integralmente en conocer y utilizar esta ley.
Los efectos del magnetismo solo fueron, entretanto,
reconocidos y aceptados como reales y positivos, en todo el
mundo, después de las exposiciones hechas por los Drs.
Dupeny, Grasset, Durand, y de la comisión de los sabios
Lavoisier, Franklin, Bailez, de Jussien, y otros.
197

Queremos recordar una frase que, a propósito del


magnetismo, profirió un gran médico profesor de la Sorbonne
y miembro de la Academia Francesa: "El magnetismo es una
de las fuerzas más admirables de la Naturaleza, capaz no
solamente de curar, sino también de producir facultades
nuevas; es el resumen quintaesencia de todas las potencias
terapéuticas de la Naturaleza."
No encuentro la razón porqué las Facultades de Medicina
y los mismos médicos se desinteresan tan sistemáticamente de
los estudios de la psicoterapia y del poder del magnetismo, de
la sugestión mental y de la fuerza de la voluntad. Al contrario,
si procurasen indagar, y estudiar sin "parti-pris" tales asuntos,
ciertamente darían un gran paso en el arte de curar y, al mismo
tiempo, para muchos, aliviarían a la humanidad de sus
sufrimientos. Mas, porqué será esto? Sin duda, el arte de curar
sin medicamentos perjudica fuertemente los intereses de la
industria y del comercio de las drogas, llevando a la bancarrota
y a la ruina a los farmaceutas.
Mas no es todo. Es además una vanidad de hojear Libros,
los cuales, casi todos quedan en lo mismo; más un título
académico, para facilitar las posiciones victoriosas en la vida
que constituye una vanidad para la mayoría. Así, ellos no
pueden aceptar el arte del magnetizador, cuya sabiduría está en
la misma naturaleza de cada ser. Porque el magnetismo no es
la ciencia del palabrerío, y sí una ciencia de hechos auténticos
y reales; una ciencia fácil y simple que dispensa todo el
ridículo artificio que envuelve a la medicina oficial. No es
tarde aún para acabar con esto. Pruébase que antes, Los
médicos siempre desviaban sus habilidades para complicar las
dolencias, y aumentar los sufrimientos y las torturas de la
humanidad, y, finalmente, eliminar la vida. Esto está probado
por la experiencia. Asi ellos persiguen a los magnetizadores,
porque éstos, muy al contrario de aquellos, comprenden la
verdad del arte de curar, sin artificios, sabiendo suprimir los
198

sufrimientos y las torturas, dando fuerza al organismo y


prolongando la línea de la vida.
Ciertamente, esta es la razón por la cual ellos no se
dedican a los referidos estudios de importancia tan alta, y que
al mismo tiempo, es el estudio de las Leyes de la Naturaleza.
Bien profunda verdad es el aforismo de Hipócrates:
"Natura Medicatrix quoe ducere opertet, que maxime
Vergent es ducenda per loca convenientia".
Efectivamente, la Naturaleza es la que cura necesitando
apenas de alguien que la anime y la dirija hábilmente.
A este respecto, tal vez sea conveniente traer aquí la
palabra de un grande apóstol del mesmerismo.
"Ser el ministro de la Naturaleza que es nuestra primera
soberana; procurar conocer las leyes que rigen el organismo y
emplear sus mejores esfuerzos para colocarlo lo más de prisa
posible sobre el imperio de esa Ley; nunca substituir la acción
práctica de la Naturaleza. Tal es el secreto de la verdadera
ciencia médica, de la ciencia que cura; fuera de esto, sólo hay
un imperio tacaño, ciego, y nefasto.
"Ahora, a pesar de la afirmación muy explícita de
Hypocrates, el padre de la medicina, que entretanto debería
servir de punto de partida, para la patología, para la materia
médica y terapéutica, en vez de estudiar las leyes dinámicas
que rigen el organismo vivo, y de procurar las aplicaciones
prácticas que pueden hacer de esas leyes, se entregan a las
hipótesis más fantásticas y contradictorias, y así viene
fluctuándose, hace veintitrés siglos, entre el prejuicio y el
nihilismo.
"Todos deploran ese estado de cosas; las propias
notabilidades médicas, compenetradas de la insuficiencia de la
ciencia, no dejan de asignarla las razones, mas ninguno osa
romper francamente con los prejuicios rutinarios de la escuela:
temen, asi nos parece, tocar con la mano el arca sacro-santa; y
199

entretanto, más de una mano autorizada, apunta desde mucho


tiempo el camino a seguir. Dice el célebre profesor Troustesau
en la introducción de su "Clínica Médica":
"La primera cosa que el médico debe experimentar, es
saber cuál es la afección natural de la molestia; pero la
mayoría de los médicos, influidos por la educación teórica que
recibieron, impacientes en exceso, quieren siempre adelantarse
a la evolución de la Naturaleza, ganándole la delantera a los
fenómenos naturales.
"Es triste decirlo; por lo mismo que el médico no observa
con el máximo cuidado los fenómenos naturales, no aprende a
conocer en tiempo oportuno la marcha y la afección de la
molestia, y se torna incapaz de conocer la acción de los
medicamentos que receta, y todas las experiencias que de ahí
en adelante realiza, carecen de base. Porque, la primera acción,
la más importante, es saber de qué manera se ha comportado la
molestia independientemente de la acción de los
medicamentos.
"Presumimos mucho de nosotros mismos, y desconfiamos
demasiado de aquellos que metafóricamente llaman a la
Naturaleza; no ignoramos totalmente que dado el empurrao
(discúlpenme esta expresión trivial) las cosas recuperan su
modalidad normal, y que nada debe ser más respetado por los
médicos que lo del retorno a la actividad de las funciones
naturales, que desde entonces, hará en beneficio de la
humanidad, mucho más que todos los agentes de la materia
médica" (Clínica Médica, Introducción).
En la misma introducción, el sabio acrecienta:
"Hace mucho tiempo que estoy inclinado a creer en la
impotencia de la medicina para el tratamiento de la neumonía
aguda. Hace tiempo que estoy tentado a dejar a la Naturaleza
el cuidado de conducir a buen término esta molestia, contra la
cual estamos todos dispuestos a obrar con mucho vigor; mas
hasta hoy no he osado hacerlo. Los antimoniales, los
200

vomitivos, y los digitalis, son mis armas predilectas; faltaría a


todos mis deberes si, convencido como estoy (tal vez sin
razón), de la extrema utilidad de estos medios, los pusiera al
margen para ver de qué modo la Naturaleza ultimaría la mo-
lestia" (Trousseau, pág. 22).
Aún aquí, el célebre profesor se revela sin perífrasis:
"El médico, por preconcepto, no juzga que debe
abstenerse; y en lugar de estudiar la marcha natural de la
molestia, instituye un tratamiento enérgico que necesariamente
perturba la evolución normal de la molestia y, cuando tiene el
mismo, un éxito relativamente favorable, ignora el éxito que
habría tenido abandonando la molestia a sí misma.
"Es aún mil veces peor cuando el tratamiento no da
resultado, porque después de este revés, la perplejidad de los
médicos aumenta con la ignorancia sobre el alcance de la
acción medicamentosa.
"En cualquier eventualidad, pues, queda el médico en lo
vago, y no puede pronunciarse acerca de la oportunidad, ni
sobre el valor real de los medios curativos que emplea."
No hay uno solo, que siendo práctico, honesto y
consciente, no sufra con esta cruel perplejidad. El honrado
profesor Trousseau, confesando sus ansiedades, procura tirar
las culpas para el propio doliente:
"Es bien triste, más se cumple con decir bien alto, que los
dolientes quieren ser engañados; si lo quieren!
"Encaran con malos ojos a quienes curan sin medi-
camentos. Impacientes por restablecerse, quieren nuestra
intervención a todo trance! Al médico corresponde resistir y
engañar a esa legítima impaciencia, recetando medicamentos
sin valor, que no agraven el estado patológico!" (Conferencia
de la Asociación Politécnica, pág. 41).
Tenemos aquí exactamente una confesión nítida y
manifiesta del principio NATURA MEDICATRIZ, a que nos
referimos más adelante.
201

Preciso es estudiar el carácter natural de las dolencias,


procurando los medios más eficaces y seguros de producir la
reacción vital.
Von Helmont, quien fuera notable médico, expresaba:
"La medicina no camina, mas gira en torno de su éxito.
Realmente es así; la medicina oficial no da un paso para
transportar su círculo primitivo, permaneciendo en el mismo
lugar, sobre la misma duda, extraviada en el mismo
escepticismo.
Un distinguido médico alemán, que era al mismo tiempo
un delicioso satírico, cierta vez tuvo esta frase tan aguda y
expresiva:
"Cuando quiero divertirme, voy a las farmacias a leer las
prescripciones, lo que me alegra más que las comedias y los
repertorios de anécdotas.
Otro gran científico, H. Girard, expresase de esta manera:
"La ciencia peca por deficiencia de nociones exactas
sobre su objeto; por el uso de métodos defectuosos; por la
mirada engañadora de la hipótesis que hace perder de vista las
manifestaciones de la Naturaleza".
Científicos notables como los Srs. Bonchut y Chaufard,
están de acuerdo que los medicamentos resultan un mal
extrordinario.
Para ejemplo, citaremos los efectos tan desastrosos de la
Antipirina y del Bromuro de potasio, medicamentos que
muchos médicos aplican igualmente a todas las dolencias.
Muy en moda está hoy, también, el Yodo, siendo aplicado
interna y externamente, sobre todo en forma de ioderetos o de
tinturas, produciendo frecuentemente náuseas, vómitos,
temblores de los miembros, postración general, sudores fríos,
además de otras complicaciones que los médicos después
consideran incurables. Otro medicamento que está actualmente
muy en boga, siendo aplicado con pésimos resultados para
combatir la sífilis, es el mercurio, que antes era aplicado como
202

insecticida. No es, como se sabe, ninguno de los similares,


sucediendo lo mismo con platina, chumbo, cobre, arsénico,
estaño, antimonio, fierro, etc.
También acontece con la quinina, que los esculapios
consideran como el mejor remedio contra la fiebre, y que,
entretanto, no cura, pues no es más que un paliativo, volviendo
más tarde la fiebre con más vigor, siendo considerada en
estado intermitente, cuando realmente no es más que un
producto de la propia quinina.
La tisis, la hidropesía, la sordera, la perturbación de las
vías digestivas y de las ideas, son muchas veces producida por
el consumo excesivo de quinina.
Igualmente sucede con el opio, la morfina, la narcina, la
cocaína, la narcotina, la papaverina y otros, que son tóxicos o
anestésicos violentos, siendo unos más peligrosos que otros.
No puedo dejar de demostrar también, los pésimos efectos
de los anestésicos y antitérmicos, que los recetadores dicen
que suprimen el dolor, lo que de hecho, no niego; mas,
también producen después otras dolencias complicadísimas
que los propios médicos consideran incurables. Entre estos
anestésicos y antitérmicos, cito la antipirina, el cloroformo, el
éter, el doral, el sulfenal, la cocaína, la morfina y sus
semejantes, que son terribles enemigos del sistema nervioso,
pues interrumpen las pulsaciones del corazón, producen
náuseas y vértigos, y sudores profusos, dilatan los vasos cutá-
neos y cianosan la sangre, produciendo además otras
perturbaciones en el organismo humano, de más o menos
horribles efectos.
Lo mismo se puede decir de los más recomendados
tónicos "fortificantes", especialmente los que contienen fierro,
lo que ya fue prejuzgado por el Dr. Gracomini, considerando
que, en vez de fortificar el organismo lo debilita.
No menos perniciosos que todas estas drogas, son los
tales purgantes catárticos, laxativos, píldoras, jarabes, aguas, y
203

otros tantos más, que hoy día están tan de moda, y que no
solamente son recetados por los médicos, sino también
aplicado por los particulares.
Peligrosísima es la aplicación de los purgativos en todas
sus formas.
Los médicos y quienes no conocen los efectos de tales
purgantes, juzgan que un purgativo limpia los intestinos por
medio de frecuentes evacuaciones, y que regula las funciones
intestinales. Están en un grave error, puesto que el purgativo,
en sí, no tiene el poder que se le atribuye de diluir por su
acción mecánica, ni por su acción química, las materias
fecales.
Justamente lo que sucede es que los medicamentos
purgativos, conteniendo en si elementos repugnantes, accionan
terriblemente sobre el estómago y los intestinos.
A propósito del desastroso efecto de los purgantes,
citaremos aquí las palabras juiciosas y ponderadas del dentista
anglosajón:
"No hay costumbre tan perniciosa y contraria a la
digestión gástrica como el uso de las drogas purgativas, y a
pesar de ello, no hay nada más común.
"Los purgantes irritan el estómago y los intestinos, y
provocan una precipitación de materias, contraria al regular y
buen funcionamiento de la Naturaleza.
"La costumbre de los purgativos crea hábitos al
organismo. Después de cierto tiempo, ya los intestinos, son
rebeldes a funcionar regularmente y no ceden a no ser al
recurso no natural de las píldoras, jarabes, y aguas compuestas,
de efectos tan desastrosos.
"Amén de eso, la acción purgativa tiende a obligar a la
Naturaleza a secretar y excretar una excesiva cantidad de
fluidos, a fin de liberarse de la droga. Esta dispersión fluídica
agota al sistema, como evidentemente se puede probar por la
flaqueza extrema que siente el paciente después de purgado.
204

Esta flaqueza, no proviene de la liberación de carga


excrementicia, sino que es causada por la dispersión
irreparable de los fluidos vitales del sistema.
"Entre tanto, más adelante, en mis explicaciones sobre las
curas, explicaré cómo sustituí estos medicamentos por mi
sistema de curar sin medicamento alguno.
"Si yo tuviera la certeza de que los ilustres esculapios se
interesan en aminorar los sufrimientos de sus semejantes, y
que no se disgustase conmigo, yo les aconsejaría, como ya
hizo un sincero dentista, devolver la unidad de plano que
caracteriza la sublime organización del Universo, Es preciso
investigar la gran ley productora de todos los fenómenos
naturales, y que regulan las funciones de la vida.
"Es necesario que la ciencia, rompiendo las tradiciones y
lo ponderable que la mantienen presa, reconozca al final la
omnipotencia de las fuerzas y de lo imponderable".
De este modo, es claro que la medicina no puede
conseguir liberarse de su tan trabajoso artificialismo mientras
no adopte una fisiología sintética, afirmada en una ley de física
general, y poniéndose decididamente de lado de la terapéutica
basada en el plano de un dinamismo vital.
Citaré una frase de Mesmer sobre cura, admirable síntesis
que podrá abrir nuevos horizontes a la humana dad: "Sólo hay
una vida, una salud, una molestia, y un remedio".
Las dolencias físicas se deben sobre todo a los excesos de
alimentación, pues generalmente, el hombre, come tres veces
más de lo que precisa comer. Come y bebe, no porque tenga
hambre y sed, sino simplemente porque tiene apetito.
Insistimos en afirmar que, en la mayoría de los casos, la
medicina oficial es impotente, enteramente impotente, como se
verifica en el cáncer, en la sífilis, etc. Varios médicos saben
perfectamente, que aunque se ampute al miembro atacado por
el cáncer, con toda precaución del caso, él continúa su
desenvolvimiento en otros puntos del organismo.
205

Mas, infelizmente, ignora el motivo que impide el


perfecto exterminio de la enfermedad, lo cual sucede
igualmente con la sífilis.
Sobre la duda de la medicina oficial, conviene anotar aquí
la opinión del Dr. Franz Hartman:
"La medicina popular se ocupa únicamente de los efectos
externos y de las causas físicas; la ciencia oculta va más lejos
y procura las causas fundamentales, los efectos finales, que
son muchísimos más importantes que las manifestaciones que
tienen lugar en la forma física.
"Por ejemplo, un trato sexual ilícito, no causa de por
sí enfermedades venéreas; sin embargo, como durante el
acto, hasta cierto punto se realiza esa unión de las
naturalezas internas, el hombre que cohabita con una
mujer depravada toma alguna característica de ella, y se
une hasta cierto grado a su futuro”.
"Liga el destino de esa mujer al suyo. La base de la
existencia de los seres humanos, es aquello que, por falta de
expresión más adecuada, fue llamado Voluntad (Espíritu o
Vida), y así como un cuerpo puede dar colorido a otro, o
envenenarlo, de igual modo se efectúa una coloración y hasta
un envenenamiento, por la mezcla de los espíritus durante el
trato sexual, siendo esta "substancia espiritual", la esencia de
cada ser humano".

III

HELIOTERAPÍA Y MAGNETOLOGIA
PRANICO-TERAPEUTICA

También hago uso de la helioterapia, con excelente


resultado, en diversos casos de enfermedades.
De acuerdo con las investigaciones científicas, los
206

cáusticos de los rayos solares son superiores a todos los otros.


En casos de sífilis, tumores, úlceras, manchas en la piel, receto
el baño de rayos solares, que o den directamente sobre la piel,
una media hora diariamente, antes de las 10 de la mañana.
En muchos casos de locura, dio muy buen resultado el
empleo de los colores, en combinación con los rayos solares, o
por medio de luces y adornos de la habitaron del paciente.
Así, para curar las más violentas y furiosas manías,
utilicé el azul, que es uno de los mejores remedios para ese
caso, forrando totalmente de azul las paredes del cuarto del
enfermo, y utilizando la luz nocturna también de este color.
Para la locura melancólica, o hipocondriaca, apliqué el
color rojo.
Procuré siempre que los cuartos o salas de los enfermos
fuesen dispuestos para el oriente, es decir, para el lado de la
"salida del sol".
Con este sistema los resultados son rápidos y positivos.
También receté el agua con fluidos solares; esto es, el
agua expuesta a los rayos del sol, en recipientes de diversos
colores, durante dos horas antes del mediodía. El agua del
recipiente rojo se destina para tonificar y estimular; el del
recipiente azul, para calmar los nervios; el del recipiente color
púrpura, para el hígado y la sangre; y el del recipiente
amarillo, para combatir desórdenes intestinales.

MAGNOSTOLOGIA PRANICO-TERAPEUITICA

Magnetismo animal o personal, es el nombre con que


científicamente se trata la influencia de una persona sobre otra,
por la acción de la voluntad, y por el empleo de varios
procesos naturales. Ya la experiencia demostró claramente que
la causa productora de esa influencia, lejos de ser una
207

substancia visible y palpable, es un agente imponderable; una


fuerza vital orgánica, recibiendo nombres diversos, entre los
cuales preferimos el de magneto pranico.
Es un fluido que existe en estado latente en todas las
personas, y por eso mismo, todos lo pueden emitir, siendo una
cuestión siempre el de saber cómo hacerlo. Exactamente eso es
lo que estamos haciendo: enseñar el medio de emitir y
transmitir tal fluido.
Es sabido que la facultad magnético-pranica de los
antiguos, era tomada como un privilegio exclusivo de po-
quísimas personas. Esa creencia, hoy totalmente desechada,
resultaba de los procesos magnéticos, haciendo parte de las
Ciencias ocultas y siendo secreto de pocos. En los días
actuales está demostrado, de un modo positivo y claro, que el
magnetismo pranico se puede aprender naturalmente como se
aprende la física o la química; apenas es preciso voluntad,
energía, y cultura, indispensables para hacerlo sin
inconveniente.
Es cierto que hay personas que poseen más abundante
reserva de fluido magnético-pranico, disponiendo de un
extraordinario poder emisivo; esos son justamente los mayores
magnetizadores. Así fueron Lafontaine, el Marqués de
Puysegur, Deleuze, Du Potet, el Abate Paria, y otros. Aparte
de estos, existen los medianos menores magnetizadores, que
no dejan de merecer algunas consideraciones.
Nótese primeramente, que en cuanto a los efectos, éstos
son idénticamente los mismos, cualquiera que sea la fuerza del
magnetizador. Una vez que el magnetizador transmita a los
órganos del paciente una cantidad mayor o menor de fluido
magnético, determina en él una serie de fenómenos
interesantísimos, a los cuales se les da el nombre de
fenómenos magnéticos. Poseyendo propiedades esencialmente
vitalizantes y curativas, el fluido magnético puede ser
aplicado, con ventaja extraordinaria, en el tratamiento de gran
208

número de enfermedades. Lo más curioso y singular, es que el


magnetismo pranico cura rápidamente aquellas enfermedades
en las cuales la medicina se reconoce impotente.
Bien sabemos que hay quien, juzgándose sabio, y sin
darse el trabajo de estudiar los fenómenos magnéticos, tiene
puesta en duda la influencia benéfica del fluido magnético, y
asi mismo, la posibilidad de una transmisión nerviosa de
persona a persona. Pero los hechos son hechos, y sólo pueden
tener dudas y no ver, aquellos que intencionalmente cierran
sus ojos a la luz.
Como todas las ciencias físicas, el magnetismo se apoya
en hechos y en experiencias concluyentes; intentar convencer a
quien no desea ser convencido, es locura.
Otros más prudentes, no se han sentido con fuerza para
negar los fenómenos magnéticos, aceptándolos solamente con
el nombre de hipnotismo.
Aceptaríamos gustosamente la substitución de nombre, si
una y otra cosa fuesen equivalentes; si el magnetismo y el
hipnotismo no divergiesen entre sí. Confundir éstos como
muchos pretenden, alegando que los efectos son los mismos,
es supremo error que conviene corregir, pues, por el hecho de
que los efectos sean análogos, no se puede llegar a la
conclusión de que la causa productora sea la misma.
Si así pensáramos, tendríamos que afirmar, absurdamente,
que el fuego y el ácido sulfúrico son congéneres o son la
misma cosa, porque tanto uno como otro, en contacto con la
epidermis, se alteran o deforman en mayores o menores
proporciones, conforme la cantidad.
A pesar de haber analogía entre el magnetismo y el
hipnotismo, aquél diverge de éste en el modo de practicarse y
producir efectos en el estado psico-fisiológico del paciente; en
la proporción de los fenómenos, y -en las consecuencias
resultantes de los procesos emplea dos en uno y en otro.
209

El propio propagador del hipnotismo, James Braid,


reconoció la gran diferencia entre éste y el magnetismo cuando
declaro que, por todas sus experiencias, llegó a convencerse
que el hipnotismo y el mesmerismo, esto es, el magnetismo,
eran dos agentes bien distintos.
El hipnotismo es suministrado a sus seguidores por
maniobras todas artificiales, tendientes a producir el
desequilibrio, parálisis, y así mismo, la destrucción de los
centros nerviosos.
Este desequilibrio es producido por muchos procesos y,
finalmente, consiste principalmente en hacer fijar al paciente
la vista por algún tiempo en un punto, de preferencia brillante,
a cierta distancia, y en posición superior al nivel de sus ojos.
De ahí se concluye, que el resultado será la consecuente
extenuación del órgano visual, e inevitablemente la
perturbación del cerebro produce en el paciente el sueño
hipnótico y nervioso; es la puerta abierta para la letargía, la
catalepsia y sonambulismo simples, rarísimas veces lúcidos.
Hay fascinadores que hacen dormir al paciente por la
simple fijación de la vista ; tenemos otros que, como el Abate
Paria, haciendo sentar al paciente, le grita de repente al oído
con voz fuerte : "¡Duerme!"
Es verdad que la mirada y la voz son vehículos poderosos
del fluido magnético; pero, tales procedimientos no deben ser
adoptados, por cuanto, actuando sobre el cerebro, producirán
el mismo desequilibrio ocasionado por el proceso de Braid.
Comparemos, en tanto, estás maniobras con los
procedimientos usuales del magnetismo, y veremos cómo,
empleando los pases, los magnetizadores actúan sobre todo el
cuerpo y concentran especialmente sus esfuerzos en el
sistema nervioso ganglionar, procurando equilibrar la
corriente nerviosa, en el instante de adquirir la expresión
exacta de la función anatómica del ser; al paso que los
hipnotizadores, destruyen por el cansancio el yo consciente, y
210

no se elevan éstos como aquéllos, a su más alto estado


sintético.
El magnetizador, con los pases e imposiciones
practicadas, regulariza y gradúa el sueño del paciente, que
atendiendo la inminencia, lo distingue del paciente
hipnotizado.
El paciente magnetizado, no estando aislado ni
concentrado, siente, oye, obedece, a todos, pudiendo ser
despertado por cualquier persona; el hipnotizado, hallándose
entre la letargia y la catalepsia, tiene totalmente cerradas las
vías que conducen al cerebro, de modo que se torna inapto
para recibir sugestiones mentales, quedando sometido
solamente a las órdenes del hipnotizador.
En el hipnotismo no hay la relación que es propiamente
exclusiva del proceso magnético, no pudiendo por esto el
paciente ser regularizado y perfeccionado dentro de sus
límites, como el paciente magnetizado y es por este mismo
motivo que la mayor parte de los terapeutas de buen sentido
condenan la práctica del hipnotismo.
Por medio de las imposiciones y de los pases, acciona el
magnetizador en el cerebro y el epigastrio del paciente,
manteniendo el equilibrio de estos dos centros de la vida
nerviosa, y aun por medio de pases longitudinales e
imposiciones, carga al paciente de fluidos; por los
transversales y por el soplo liberador del frió, y, finalmente,
por los pases de grandes corrientes, se regulariza la
distribución del fluido magnético. Este proceso magnético
produce un bienestar admirable, sintiendo, al despertar, calma
y satisfacción inefables, por más largo que sea el tiempo que
estuviese adormecido.
El proceso hipnótico, además de ser artificial y tiránico,
fatiga e indispone el organismo, y le produce problemas y
complicaciones nerviosas de toda especie.
211

Conviene esclarecer aun, que todo el buen resultado


deseable, depende imprescindiblemente de la elección del
paciente y, al mismo tiempo, de la manera de obrar y del
temperamento del magnetizador. En tiempos muy remotos ya
se aceptaba la existencia de las Ciencias Ocultas, y está hoy
probado, por estudios y por innumerables experiencias, que
del cuerpo humano se irradia una aureola o substancia etérea,
levemente luminosa, visible principalmente para los
individuos sensibles y sonámbulos lúcidos. Varias veces esa
aureola ha sido foto grafiada, mereciendo estudio de eminentes
sabios como los doctores Yedko y Baraduc. Tiene una
luminosidad colorida, apareciendo azul por el lado derecho y
anaranjado o rojo por el lado izquierdo, sobre todo siendo más
vivo y brillante el color azulado en la mujer. Esa aureola, que
es tal vez una de las modalidades del Éter, es conocida con
varios nombres. Los alquimistas le daban el nombre de Azoth;
los indos, de Aleaza; los ocultistas de Luz Astral; nosotros la
denominamos con la expresión simple y popular de Vida
Irradiante, toda vez que todo nos lleva a acreditar que ella es
semejante al elemento creador de la vida individual. Es el
"fluido" de Mesmer; el Od de Reichembach; el "peri espíritu"
de los espiritistas; las "fuerzas psíquicas" de William Crookes;
el "Cuerpo psíquico" del Dr. Dupong.
Es conveniente explicar, que en una misma persona, la
intensidad del colorido aumenta o disminuye según sea el
estado de salud, y al mismo tiempo, las conmociones morales
que experimenta.
En mis pacientes estudios y experiencias, verifiqué
satisfactoriamente que esa energía fluye con más fuerza, sobre
todo por las puntas y extremidades, saliendo con más
intensidad de la cabeza, de los ojos, y de las puntas de los
dedos. Del mismo modo, pude notar que es más útil que la
electricidad, siendo más poderosa que ella, pues es un agente
excepcionalmente más sutil que lo físico, pues atraviesa todos
212

los cuerpos, no habiendo ninguno que lo consiga aislar; es más


poderoso también, porque domina todas las fuerzas físicas del
hombre, y subyuga todas las facultades mentales.
Cuando el aura de una persona enérgica y equilibrada se
pone en contacto con la de otra de carácter inferior o pasivo, la
primera tiene una actuación real e imperiosa sobre la segunda,
produciendo una serie de fenómenos que se llaman
magnéticos. Siendo inteligentemente dirigido el fluido
magnético, tiene el poder de curar casi todas, las
enfermedades, pues ellas, sean cuales sean los síntomas, son
siempre resultado de un desequilibrio de las funciones de los
órganos, proveniente de la falta o perturbación del fluido vital.
Consiguiendo el magnetizador inocular al enfermo cualquier
cantidad de su fluido vital, tiene forzosamente que restablecer
el equilibrio normal del individuo.
La actuación del magnetismo como dominador constante
sobre todo el organismo y sobre todas las facultades psíquicas,
es un factor, y es solo por eso que él puede curar cualquier
desarreglo mórbido.
Ya decía el gran Charcot, que el magnetismo bien
estudiado, sería la mayor alabanza del progreso médico. Y el
Dr. Fernet, profesor de la policlínica en Francia, expresa
también que, en el tratamiento de las neurosis, de la histeria,
de las dolencias crónicas, del reumatismo, da la parálisis, y de
todas las afecciones del sistema nervioso, la aplicación del
magnetismo viene dando resultados muy superiores a los de
cualquier otro medicamento. Basta, tal vez, la opinión de estos
dos eminentes hombres de ciencia para saber que la aplicación
del magnetismo en la cura de las dolencias, no es una ilusión,
ni fantasía, ni charlatanismo, como quieren hacer creer,
inútilmente, aquellos que nunca se tomaron el trabajo de
estudiar o reflexionar seriamente sobre el asunto. En Europa,
en América del Norte, y en América del Sur, el magnetismo va
siendo hoy cada vez más aplicado, considerándose el agente
213

terapéutico más importante para la humanidad. Entre les más


conceptuados médicos tanto del Viejo como del Nuevo
Mundo, que aplican la terapéutica magnética, se pueden
contar, los doctores Berillon, Azam, Dumontpallier, Brocca;
Durand de Gros Danet, Encausse, Augusto Voisin, Milne,
Bramwel, Albert. Mall, C. Weed, C. Simen, Herter y Droyton.
Todos ellos consideran el magnetismo como el agente
terapéutico más valioso de que hasta hoy se dispone, siendo
siempre positivo el beneficio, sin riesgo de causar siempre que
sea hecho con habilidad el menor perjuicio.
Cuando se emplea como anestésico en las operaciones
quirúrgicas, eS el más poderoso, el más satisfactorio, el único
inofensivo. Se debe explicar su eficacia por la acción intensa
de lo moral sobre lo físico del enfermo, y al mismo tiempo,
por la acción irresistible del influjo magnético sobre las
facultades mentales y morales del paciente. Se torna en
verdad, tan maravilloso su poder en tales casos, que no
solamente se domina por medio de la sugestión, el físico del
enfermo, sino también todas sus facultades mentales.
Como se puede comprender, es posible la cura no
solamente de las dolencias que tienen su causa en el
desequilibrio funcional de los órganos, sino también de todas
aquellas que resultan de la imaginación del individuo.
Así también, él se torna el agente más precioso y sobre
todo poderoso, cuando se emplea juiciosamente en beneficio
de la niñez, pues podemos por este medio ayudar a
desenvolver su inteligencia, aumentar su memoria y hacer que
logren la intuición de obediencia a los consejos maternos. Se
puede de esta forma excluir de los corazones de los niños las
tendencias viciosas o ingénitas o sugeridas por compañías
ruines, y sobre todo, extirpar en ellos la rebeldía al estudio y al
trabajo, así como también la tendencia al robo o al crimen, la
estupidez del carácter, y la inclinación al juego o a la
embriaguez. Todo esto nótese bien, se hará por medios suaves
214

y tiernos sin el empleo de violencias que pueden asustar a las


criaturas.
La vida no es más que el resultado del conflicto de dos
fuerzas opuestas; fuerza centrífuga y fuerza centrípeta
(dispersión y condensación, eliminación y reabsorción). Entre
tanto, en qué se basa el equilibrio entre la eliminación y la
reabsorción, esos dos órdenes de factores inversos tan
indispensables en la expresión del fenómeno vital? Cuál es, en
último análisis, el regulador de la vida?
A esta altura interviene el tercer factor, completando la
admirable triplicidad que constituye la unidad sintética del
organismo humano; este tercer factor es el sistema nervioso.
"En estas circunstancias, la más racional acción terapéutica, la
única indicada fisiológicamente, sería evidentemente la que se
dirigiese al sistema nervioso; porque, en el estado actual de
nuestro conocimiento esta acción es imposible".
Tal acción terapéutica que se cree irrealizable, nosotros la
conocemos perfectamente, la tenemos en nuestras manos, a
nuestra disposición, y nos servimos de ella cuantas veces
quisiéramos. Estudiando perseverante y tenazmente su
mecanismo, investigando su eficiencia, adquirimos su poder
admirable.
Hasta ahora, nunca se tuvo conocimiento, ni nunca se
presintió su existencia; ese agente maravilloso, es tan viejo
como el mundo. Es él una de esas extraordinarias fuerzas que
están siempre a la disposición, tanto del más sabio, como del
más ignorante; del más poderoso, como del más humilde.
Este agente terapéutico universal, surge de la profundidad
de lo infinito, o emerge de las propias fuentes de la vida, como
el calor, la electricidad y la luz: es el magnetismo.

FUNDAMENTOS
215

Mesmer, reanimador de la doctrina a la cual dio su


nombre, aceptaba como principio una corriente universal que
circula en un movimiento alternativo y eterno, teniendo la
semejanza del flujo y reflujo del mar.
Exactamente a este movimiento universal es al que él
atribuye la formación de los cuerpos, así como también las
influencias astrales y la influencia mutua que todos los
cuerpos de la Naturaleza ejercen unos sobre otros.
Es este su punto de partida: "Todo es simple, todo es
uniforme, todo se mantiene: la Naturaleza produce los
mayores efectos con la menor depresión posible, juntando
unidad a la unidad; sólo hay una vida, una salud, una molestia,
y por consiguiente, un remedio.
"La fuerza néurica en su esencia y acción, presenta cierta
analogía flagrante con el calor, la luz, la electricidad, y el
magnetismo. Esta fuerza existe en el cuerpo del hombre, sólo
en dos estados: 1.) en el estado estático; 2.) en el estado
dinámico, comprendiendo una circulación interior a lo largo de
las fibras nerviosas, y una irradiación o expansión
interiormente.
"Ella emana del cuerpo, especialmente por los ojos, por la
extremidad de los dedos, y por la boca. Las propiedades
intrínsecas de la fuerza néurica radiante, son propiedades de
orden físico, análogas a las del calor, de la luz, y de la
electricidad".
Van Helmont, dice: "Las relaciones magnéticas que entre
los cuerpos inorgánicos, minerales y vegetales, se ejercen de
una manera uniforme, pero incompleta, son sensiblemente
modificadas y perfeccionadas en el reino animal por el poder
de evolución que es el apegamiento de los cuerpos
organizados; la voluntad impera sobre los movimientos
voluntarios.
216

"No hay quien desconozca las facultades magnéticas de


ciertos animales como la cabra, el sapo, el ave de presa, el
perro rastrero de caza, el gato, etc.
"El hombre, por la superioridad de su poder de evolución,
es más apto que el animal para regularizar, condensar, y
proyectar sus radiaciones magnéticas".

MAGNETOLOGIA

Hay varios medios por los cuales puede ser adquirida y


aumentada la fuerza magnética, siendo uno de los principales,
el ejercicio de la respiración, o mejor, las respiraciones
metódicas que tienen como resultado , mantener el
funcionamiento natural o normal del corazón. Siendo el
corazón el órgano regulador de la circulación sanguínea, si
adquiere una reserva de vigor, aumentará la circulación y, por
consiguiente, aumentará la producción de la fuerza nerviosa.
Todos saben perfectamente que el magnetismo humano
no es más que la propia fuerza nerviosa, siendo por esa
razón que los procesos de respiración empleados, empleados
con cuidado, pueden aumentar la energía magnética.
El Dr. Geraud Bonne, dice: "Es necesario que el acceso
de aire, trayendo el oxígeno indispensable, tenga lugar hasta
en las últimas ramificaciones de los bronquios, y que el aire
penetre hasta en los alveolos más apartados.
"Este resultado será tanto más fácilmente alcanzarlo,
cuanto la respiración, que constituye el primer tiempo de la
respiración, fuera más amplia, más poderosa, más profunda;
deberá tener una duración bastante larga, para que el aire
aspirado tenga la posibilidad de penetrar en todas partes, y
en cantidad suficiente.
"Sea cual fuere su intensidad y su duración, las
cavidades de los bronquios nunca se vacían completamente,
217

y retienen un residuo gaseoso absolutamente impropio para


la transformación de la sangre venosa en sangre arterial.
"Este residuo gaseoso será tanto menor cuanto más
larga fuese la expiración; va a formar una mezcla con el aire
atmosférico, introducido por la aspiración siguiente, y es
esta mezcla la que se va a hallar en contacto con la sangre
venosa para los cambios destinados a transformar esta
sangre venosa en sangre arterial.
"Es evidente que esta mezcla será tanto más activa,
cuanto menor cantidad contuviese de gas nuevo, y en
particular más oxígeno, lo que dependerá de la mayor
cantidad de aire aspirado.
"Ahora, el volumen que una aspiración ordinaria,
natural y sin esfuerzos, introduce, es de medio litro de aire.
Una aspiración profunda y prolongada, sustentada durante
un cierto tiempo, favorece la purificación de la sangre, y
contribuye a aumentar la vitalidad del organismo.
"Será bueno también que el aire y la sangre venosa,
puestos en contacto, tengan el tiempo necesario para operar
sus cambios; por consiguiente, el movimiento de expiración
deberá ser retardado el mayor tiempo posible. No se debe
expirar el aire viciado sino cuando las necesidades de
expulsión se tornen imperiosas y casi irresistibles.
"Debiendo ser casi totalmente expelido este aire, es
preciso que haya tiempo para que pueda salir, lo que exige que
la expiración sea hecha completamente, hasta que haya
abajamiento completo de los órganos pulmonares, y
relajamiento total del tórax".
Preciso es, ahora, saber cuáles son las ocasiones propicias
para tales ejercicios; son aquellos recomendables antes del
almuerzo o de la cena, cuando la digestión está terminada,
teniéndose, tanto el estómago, como los intestinos, vacíos.
Constituyen ellos simplemente, una adaptación de los
ejercicios preliminares de la Yoga de los hindúes.
218

En la práctica persistente de los ejercicios respiratorios,


combinados con los ejercicios del pensamiento, esto es, con la
meditación, fue que los Yogas consiguieron desenvolver sus
fuerzas magnéticas.
También son excelentes abastecedores de fuerza
magnética los rayos solares, pudiendo las personas que no se
hallasen en condiciones de practicar la respiración profunda,
obtener los mejores resultados con los baños de sol.
No conviene olvidar que, en todos los tratamientos
psíquicos o magnéticos, los resultados pueden ser los más
satisfactorios, sin necesidad de adormecer al paciente.
Entre tanto, el método del tratamiento por él magnetismo
será siempre el mismo, ofreciendo el mismo, en casos
especiales, pocas variaciones.
Así terminé mi conferencia, procurando, con el esfuerzo
de mis estudios, disipar lo más que rae fuera posible las nubes
obscuras y erróneas que tienden a turbar el horizonte de la
verdadera ciencia de la teosofía o de la ciencia divina.
Como todavía tengo muchas cosas que relatar y como
deseo reunir un gran número de casos prácticos, con
explicaciones detalladas sobre mi manera de obrar, la segunda
edición será publicada en breve; saldrá aumentada con nuevos
capítulos, donde los interesados podrán encontrar más amplias
luces sobre estos asuntos, que serán ilustrados con grabados
adecuados.
La exigüidad del tiempo me obligó a publicar esta edición
así resumida.

COMO A LA HIJA DE JAIRO

Está de más decir que Itaparica es una pequeña población


costanera del Estado de Bahía, constituida casi en su totalidad
por viviendas viejas y pequeñas, destacándose entre ellas
algunas de aspecto solemne, recordando aquellas casas
219

señoriales de las antiguas "fazendas", El pueblo es simple y


rudo, como en general es el pueblo del interior brasileño.
Pero, no está de más, lector, que os narremos cómo y
porqué hemos ido a dar a aquella pequeña población de
Itaparica.
Una tarde como a eso de las tres, nos encontrábamos en
la sede de la Unión Espirita Bahiana, cercado por una multitud
considerable que, como siempre, acudía a mi encuentro,
codeándose en la sala, en los corredores, en la vereda, y en la
calle.
Surgió de pronto, por entre la masa humana, abriéndose
paso con el auxilio de la autoridad local, un hombre afligido,
llevando en el rostro la impresión del cansancio, del dolor y de
la desesperación atroz. Bañado en sudor, irrumpió en la sala
en que nos encontrábamos, y después de indagar acerca de mi
persona -porque no me conocía- se dirigió resueltamente hacia
mí, presentándome una carta del señor José Petitinga, director-
gerente de la Unión Industrial de Tejidos, y presidente de la
Unión Espirita Bahiana.
Era una recomendación en la cual me pedía que prestase
especial atención a aquel infeliz, que mucho necesitaba de
socorro. Aquel hombre era el señor Manuel crescendo dos
Santos, Intendente del Municipio de Itaparica. Con lágrimas
en los ojos, presa de la más grande aflicción, imploró me que
fuese a salvar a su hija de las garras de la muerte, en que se
debatía hacía largos días, en medio de una terrible agonía.
Había sido desahuciada por los médicos que asistían a sus
estertores y sus gemidos impotentes, delante del misterio,
resignados a un caso sin solución. Y la joven, hundida al fin
de todo, en un estado de catalepsia y de inanición, yacía como
muerta, silenciosa, quieta, en su humilde lecho, desafiando el
saber de los hombres.
El precio de aquella vida era inestimable para aquel
padre, que en sus años de vejez, cifraba sus esperanzas y su
220

consuelo, en la bienhechora compañía de su hija. Y más aún,


para su amantísima madre, dispuesta a todos los sacrificios,
hasta el de cambiar su vida por la de su hija. Porque debía
vivir aun, pues era joven y porque le era cara, y porque la
muerte para las madres no debía existir.
Ante un pedido como aquel, insistente, apremiante, no
podía en forma ninguna rehusarme. Habíamos determinado
justamente descansar algunos días, debido a los trabajos
incesantes que habíamos efectuado, día y noche, sin treguas,
en favor de la multitud que no nos abandonaba un solo
momento.
En aquellas circunstancias sin embargo, ¡cosa
extraordinaria! me sentí invadido súbitamente por una onda
de nuevas energías, por redobladas fuerzas físicas y psíquicas,
y en la que, como en un éxtasis, distinguí la sombra de mi
Protector que me instaba a que fuese; que siguiese a aquel
hombre que nos ofrecía la oportunidad de infligir una lección
a los descreídos de aquellas fuerzas puras y naturales de que
nos valemos continuamente en el desempeño de nuestro
apostolado.
En aquel estado distinguí claramente el gesto de mi
Protector, señalándome el camino.
-Emprende la obra y no desmayes, aunque las difi-
cultades se agranden a tu lado. Te seguiré en tu camino y allá
estaré junto a ti, amparándote en el momento oportuno, y
haciendo que todo ocurra para bien tuyo y de los demás. No
demores; sigue a ese hombre que te busca con tanta
insistencia. Es una puerta más que abro delante de ti para que
entres por ella y cumplas tu misión.
Todo esto ocurrió en un momento de inspiración; en uno
de esos instantes profundos de nuestra vida en que, sentimos
la mano de nuestros Guías Invisibles descansar sobre nuestras
cabezas.
221

No vacilé ya, y extendiendo la mano al hombre, le dije


simplemente:
-Vamos, buen hombre,
Advertimos en su rostro como un relámpago de alegría.
Tenía fe en nosotros; tenía la certidumbre de la eficacia de
nuestra acción, y eso ya era mucho. Pretendió conseguir una
embarcación especial que nos condujera, sin mayores
demoras, al lugar en que vivía.
Nos opusimos a ello, asegurándole que no era necesario
tanto sacrificio. Seguiríamos por los caminos y por los medios
comunes de transporte.
Conviene tener presente que, hasta aquel momento,
ignorábamos por completo el lugar de la residencia de aquel
señor, hacia donde nos encaminábamos. Pero, ¿qué importaba
eso?
Cuando el deber nos llama; cuando el bien ajeno está en
peligro, cuando principalmente recibimos una orden positiva y
terminante de Aquel que guía nuestros pasos y nos señala el
camino que hemos de seguir; cuando todas estas circunstancias
nos enseñan lo que tenemos qué hacer, sólo nos resta obrar;
obrar sin inquirir, sin indagar el lugar y el tiempo, que son
cosas secundarias tratándose de intereses más elevados y más
nobles?
El vapor que hace la carrera de Bahía a Itaparica,
acostumbraba a salir a las cuatro de la tarde. Tranquilamente
partimos de casa en dirección al embarcadero. Íbamos
meditando sobre todos aquellos acontecimientos, y nos
sentíamos embargados de un bienestar y de una alegría interior
que nos alentaba como nunca a seguir hacia una obra ardua y
difícil, más difícil y más ardua, de lo que nos imaginábamos.
Nos dispusimos interiormente para la ejecución de la empresa.
Pasábamos revista de nuestras reservas de energías psíquicas;
poníamos en orden nuestra voluntad, los fluidos pranicos; en
fin, disponíamos todo, como hace un general antes de empren-
222

der una batalla, revisando sus tropas, animando a sus soldados,


examinando las posiciones ocupadas, y trazando los planos.
Caminábamos así, despreocupadamente, a través de las
calles de Bahía, cuando al llegar a las proximidades al lugar
del embarque, fuimos sorprendidos por un espectáculo extraño
y misterioso. Una onda humana nos esperaba allí; una onda
compacta, inmensa, en que se veían hombres, mujeres y niños,
asaeteados por las enfermedades; a la espera del alivio, del
consuelo, de la esperanza de cura, de la liberación de su
cautiverio tremendo que les robaba la felicidad, la alegría, la
dicha de vivir, arrojándolos al círculo dantesco A la tortura y
de la agonía......
Nada más conmovedor que contemplar un cuadro como
aquel que presenciábamos. Muchos querían embarcar a la
fuerza, en la esperanza de ser atendidos durante el viaje. Fue
necesario no poco esfuerzo y paciencia para contener aquella
gente.
Cómo sabrían aquellos pobres pacientes que Íbamos a
embarcar en aquel vapor y a aquella hora? No habíamos dicho
a nadie nada y sin embargo era en verdad asombroso lo que
ocurría. Nunca pude explicarme este suceso, como asimismo
muchos otros semejantes que se repitieron frecuentemente en
el transcurso de mis viajes y excursiones.
Embarcamos, al fin, y contábamos con descansar durante
la travesía, que era de dos horas. Pensábamos que ese tiempo
de reposo estaría muy bien empleado, pues la vibración marina
y el silencio de las aguas plácidas nos retemperarían las
fuerzas para los próximos acontecimientos.
También aquí nuestros propósitos se malograron.
Un gran número de personas lograron tomar pasaje, y
embarcaron. Tuvimos pues, que atenderlos en su desesperado
anhelo de alcanzar nuestro auxilio.
Apenas el pequeño navío comenzó a surcar las aguas
tranquilas del Atlántico, en una luminosa tarde y bajo un cielo
223

lleno de coloridos vivaces, el padre afligido, más repuesto


ahora, invadido de nuevas esperanzas y reconocido por la
manera como le atendiéramos abrió una caja, sacó de ella una
paloma blanca, y asegurándole en el cuello un pedazo de papel
plegado, la acaricio dulcemente un instante, y luego la soltó,
dejándola hender el espacio entre la tierra y el mar. En el papel
iban escritas estas palabras: "El hombre va".
Era un aviso convenido de antemano con los de su casa,
anunciando nuestra partida en busca de aquel hogar, en donde
hacía tanto tiempo imperaba el dolor; y la muerte
fatídicamente se cernía.
La paloma subió indecisa, vacilante, volando más para
mantenerse en el aire que para seguir un rumbo. Subió más
aun, llegó a una buena altura, y entonces, resueltamente,
empezó a volar en una dirección fija.
Seguíamos con la vista aquella tierna avecita que pronto
se convirtió en un punto negro, destacándose en el fondo azul
oscuro del cielo. La ligereza y el garbo de su vuelo nos inundó
de un sentimiento de nostalgia, y empezamos a pensar en los
muchos obstáculos que impiden nuestra acción mientras
estamos sujetos a nuestro cuerpo actual. Cuan preferible fuera
si pudiésemos volar así, libremente, transportándonos
vertiginosamente al lugar a donde nos dirigíamos en el
desempeño de nuestra sagrada misión!
Como ya hemos dicho, fuimos asediados en el vapor por
muchos enfermos, siendo casi todos ellos, desahuciados por
los médicos. Tuvimos que atenderlos y los resultados fueron,
en verdad, sorprendentes, conforme los comentarlos hechos
por la prensa pocos días después.
Transcurrieron así las dos horas de viaje que median entre
Bahía e Itaparica. El sol tangenciaba ya la línea del horizonte
cuando llegamos al punto de destino.
Para poder desembarcar, debíamos atravesar un viejo
puente de madera casi en ruina. Nos parecía un milagro que
224

aquel viejo muelle pudiese sustentar, aquel día, tan voluminosa


onda humana. La curiosidad de muchos, el deseo ardiente de
un número no menor de pacientes que aspiraban a la curación
o restauración de su salud, congregó una muchedumbre en el
desembarque. Repetíase allí el mismo espectáculo de dos
horas antes en el puerto de Bahía.
Mucho esfuerzo nos costó parar aquella onda compacta, y
durante el trayecto, a través de las calles que conducían a la
casa de nuestro anfitrión, en las puertas y en las ventanas de
las casas, aparecían enfermOS y pacientes de toda especie.
Unos, arrastrándose, gimiendo y llorando; otros, apoyados en
muletas toscas, fabricadas por ellos mismos, o conducidos en
camillas y catres, en sillas y carritos. Todos postulando alivio,
implorando un poco de fuerza vital regeneradora, trans-
formadora, de la que tanto necesitaban para volver a levantar
el organismo depauperado por la acción deletérea de fuerzas
corrosivas y mortales.
Así marchábamos, abriéndonos paso a duras penas por
entre la multitud.
Tuvimos oportunidad de constatar un caso interesantísimo
de fe, en una pobre negra enferma, que se hallaba sentada en la
calle. Tratábase de un caso que nos hiciera revivir un trozo del
Evangelio. Aquella infeliz negra, confiaba de tal manera en su
curación, que había dicho a las personas que le cercaban; Yo
sé que basta que él ponga su mano sobre mi cabeza...... Yo me
curaré inmediatamente, e iré a la iglesia para agradecer a
Nuestra Señora de la Concepción.
Y en efecto: al pasar junto a ella, coloqué
impensadamente la mano sobre su cabeza, y el resultado de la
transmisión de la energía vitalizadora fue inmediato. La mujer,
radiante de alegría, se levantó como movida por un resorte,
encaminándose hacia la iglesia, como lo prometiera.
La frase del Divino Maestro: "Todo es posible al que
cree", encierra una verdad eterna, de la que casi siempre nos
225

olvidamos, aún en los momentos de mayor congoja. La fe es el


mayor de todos los agentes curativos. Ella constituye un fluido
vitalizador admirable, que atrae a nuestro ser numerosas
corrientes de fuerza pranica, haciéndolas penetrar en nuestro
organismo, y auxiliándolo a corregir las funciones de los
órganos alterados. La caridad y la fe, son fuerzas que nunca
debemos despreciar, porque, fuera de toda duda, ellas
producen muchas veces, mayores maravillas y prodigios que la
ciencia.
Proseguimos lentamente nuestro camino en dirección a la
casa del señor Dos Santos, abriéndonos paso entre tantos
infelices, y distribuyendo frases de consuelo a tantas almas
deseosas de un poco de alegría. Y llegamos, al cabo de una
hora de marcha, en un trayecto que generalmente se hace en
diez minutos.
La residencia del señor Dos Santos es un edificio de
aspecto colonial, amplio y viejo, como la mayoría de las
construcciones de la ciudad. Diríase que en otros tiempos,
fuera una hospedería, dado el gran número de habitaciones que
se disponían en dos pisos.
No tan sólo la casa era antigua, sino también el mobiliario
parco y sencillo. Los pocos ornamentos, las puertas y
ventanas, todo allí nos recordaba el pasado, una vida holgada,
abundante acaso, pero terriblemente atrasada y desprovista de
comodidad.
Uno de los compartimientos que más llamara nuestra
atención, fue la sala-comedor, iluminada por tres amplias
ventanas que, de madera, sólo tenían los postigos en el centro;
la basta mesa, de rústica construcción, flanqueada por dos
bancos de la misma extensión de la mesa; y en uno de los
extremos, la única silla que había allí, y que, sin duda,
pertenecía al jefe de la casa.
226

Este, según los ritos de la educación patriarcal, es tenido


en tamaña consideración y respetado por todos mereciendo el
acatamiento que a otros no puede otorgarse.
Hay que tener presente que el pueblo bahiano,
principalmente el del interior, es católico, fanático, y
supersfeicioso. Por eso, aun cuando los sufrientes se aglo-
merasen numerosamente en las calles con la esperanza de
recibir un alivio, en aquel lugar había una corriente adversa a
nuestra misión, corriente esta despertada por la influencia de
nuestros "amigos" del clero, y también, por los representantes
de la ciencia oficial, que constantemente se han manifestado
enemigos encarnizados de todos los procesos rigurosamente
comprobados de que nos servimos en nuestra misión.
Guiados por el padre de la enferma, entramos en un
cuarto del piso tercero, en donde, sobre un lecho fabricado con
tablas armadas sobre cajones de kerosene, se nos ofreció un
cuadro que nos impresionó profundamente. Yacía en él un
cuerpo de mujer, con una inmovilidad de cadáver, en posición
decúbito dorsal, con la boca abierta y los ojos vítreos, tal
como si el espíritu le hubiese abandonado desde horas antes.
Cuatro mujeres le cercaban, sumergidas en una tristeza
inmensa, y en quienes los ojos denunciaban un desvelo
incesante y largo, junto a aquella que no obstante los
esfuerzos de un padre dedicado, y de cuatro médicos que le
asistían, parecía burlarse de todo y querer emigrar hacia las
regiones del más allá, en busca de un reino más esplendoroso
y de una atmósfera más pura.
Además de aquellas cuatro mujeres que lloraban en
silencio como si las fuerzas se les hubiesen agotado, se
destacaba, junto al lecho de la enferma, la figura de una joven
de distinguida apariencia y de elegante vestir.
Era uno de los facultativos que le asistían, y que allí se
encontraba, en su puesto, imposibilitada de hacer nada ante el
estado de la enferma.
227

Inmediatamente que entré, en medio de un silencio


absoluto y en la semioscuridad que envolvía el cuarto, la
joven médica, dirigiéndose a mí en un tono seco y desdeñoso
me interpeló:
-Me han dicho que usted pretende curar a esta joven que,
si aún no es cadáver, no está lejos de serlo. Es mucha
pretensión la suya querer resucitar cadáveres!
-Para el Divino Omnipotente, todo es posible señora -
respondí- Yo sé que esta joven tendrá vida aún y con ella,
salud perfecta.
La médica interrumpióme:
-Hace diez días que está en este estado de insensibilidad,
sin dar señales de vida, a pesar de los esfuerzos que hemos
empleado en la aplicación de inyecciones a fricciones, baños
fríos y calientes, y de todo lo que ha sido de rigor. El corazón
y el pulso están parados. Se que usted posee gran poder
magnético, fuerza de sugestión, y energías que transmite a
quienes de ellas necesitan; pero, sería el caso de saber si los
cadáveres son susceptibles de sugestión.
En aquel momento, al recorrer con la vista el aposento,
pude distinguir, netamente, hacia un extremo, el espíritu
desencarnado ya de la joven, pero, felizmente, ligado todavía
el cuerpo por el hilo magnético.
Es un hecho bastante comprobado, la visibilidad de la
parte imponderable de una persona, principalmente en ciertas
ocasiones especiales. Es así como se ha podido obtener
fotografías "a duplo" de un sujeto, en experiencias realizadas
por famosos estudiantes de estos asuntos.
Por otra parte, seguro estaba del auxilio de mi Protector y
guía, en aquellas circunstancias, y, en presencia de aquel
fenómeno, respondí a la joven que haríamos lo que tan
imposible le parecía.
De acuerdo con las enseñanzas de la magia superior (la
vera-ciencia), me acerqué a la paciente, a fin de indagar de
228

nuestros invisibles protectores, la hora exacta en que debía


empezar a proceder. Pedí entonces, que la enferma fuese
trasladada al piso superior, con todos los enseres que
componían su lecho y que tres amigas acompañasen el cuerpo
a un cuarto aislado, y que la hora en que debíamos iniciar
nuestro trabajo, fuera a media noche, en punto.
Todo fue dispuesto conforme estas prescripciones y
cuando el reloj comenzaba a dar las doce campanadas de la
hora del silencio, entrábamos en el cuarto de la enferma.
Recomendamos a las tres jóvenes que no se asustasen
ante lo que vieran y oyeran, porque no había el menor peligro
para ninguna de ellas.
La habitación no tenía ningún otro mueble que la cama de
la enferma. Una de las amigas tomó una vela y se colocó de
pies, a la cabecera del lecho. Las otras dos, cada una con una
vela, se colocaron a cada lado del cuerpo, que se mantenía
inmóvil, rígido, cadavérico.
Inicié entonces la parte central de mi trabajo. En el
nombre de mis Protectores, y siguiendo los ritos de la magia
superior, empezamos a invocar el espíritu de la paciente, que
se encontraba cera del cuerpo, pidiéndole que volviese a éste,
reanudando así el hilo de su vida.
Notamos, sin embargo, que la atmósfera se hallaba
saturada de elementarlos astrales, rebeldes y reacios, que
procuraban, por todos los medios, dificultar nuestra acción. Se
diseñaba allí, en aquel decisivo momento, la lucha
multisecular y eterna de los principios opuestos; el Bien y el
Mal. Osadamente los enfrentamos, exhortándolos a que nos
dejasen, en nombre de Elohim, Shaddai y Aum. Trataban
hasta de arrancarnos del círculo mágico en que nos
hallábamos, y que nos protegía, con empujones recios y
repetidos.
Además de eso, con el vocerío tremendo que se oía en
aquellos momentos, con el barullo infernal que aquellos entes,
229

hijos de las tinieblas, producían en la habitación, nos sentimos


cansados y todo eso nos aconsejaba huir de aquel lugar y
abandonar aquella empresa.
Resistimos, sin embargo, redoblando nuestras fuerzas, y
con el auxilio siempre préseme de nuestro Protector,
continuamos a exhortar a los elementarlos que estorbaban
nuestra acción.
Y la lucha se trabó. Gritos macabros resonaban en el
cuarto, y un viento frió e intenso soplaba con insistencia, en
cierto momento, vibró un grito que dirigiéndose a nosotros,
nos decía:
-¿Qué buscas aquí, intruso? ¡Retírate!
Una de las jóvenes, al oírlo, quiso huir despavoridamente;
pero como la puerta estuviese cerrada, cayo presa de un
ataque, permaneciendo sin sentido, extendida junto a la puerta.
La otra, al ver que no podía huir por la puerta, pretendió
escapar por la ventana, ansiosa de liberarse de aquella
atmósfera tremenda, en donde se trababa un combate a muerte,
entre dos fuerzas terriblemente poderosas. Conseguimos asirla
y detenerla. La tercera, sin abandonar la vela, temblaba
azogadamente; pero le ordenamos que no se moviera de su
sitio, concretándose tan sólo a gemir:
-¡Virgen Santísima del Perpetuo Socorro!
Era desesperante la situación en que nos encontrábamos.
Fue necesario emplear mucha energía psíquica; realizar un
esfuerzo tremendo para no retroceder ante el combate. El
espíritu se obstinaba en no obedecernos. Diríase que se sentía
bien en la vida infinita, liberado de todas las amarras que lo
sujetaban al campo limitado y estrecho de la vida terrena, y,
por eso, no nos obedecía; nos resistía, mientras aquellos
espíritus inferiores redoblaban su actividad en desprendernos
de nuestro intento.
A cada momento nuestra tarea se tornaba más peligrosa,
particularmente después que las tres jóvenes se asustaran
230

tanto, quedando por ello, fuera del círculo de resistencia.


Estábamos solos en la lucha; hacíamos esfuerzos
desesperados, pero no desmayábamos. No podíamos, tampoco,
desmayar, pues nos hablamos propuesto demostrar a tantos
descreídos que las fuerzas psíquicas y espirituales del hombre,
tienen un ascendente extraordinario sobre el cuerpo físico, y
aun así mismo, sobre los espíritus atrasados que no supieron
alcanzar un grado elevado de desarrollo.
Finalmente, al cabo de un esfuerzo hercúleo, advertimos
que el espíritu había resuelto volver a su envoltura por algún
tiempo más.
Transcurridos algunos instantes, el cuerpo de la joven
empezó a dar las primeras señales de vida: una leve coloración
en el rostro macerado; el corazón y el pulso se agitaban de
nuevo, después de una prolongada paralización.
Habíamos triunfado. Cesaron, de pronto, los rumores
producidos por la multitud de espíritus que dificultaban
nuestros pases.
Una vez más, el concurso de nuestro Protector consagraba
nuestros esfuerzos.
Ante el rumor producido por aquellos espíritus y los
gritos de las jóvenes que asistían a la enferma, muchas
personas de la casa, alarmadas, habían acudido a la puerta,
impacientes por saber lo que sucedía.
Continuamos procediendo sobre el cuerpo de la joven,
ejecutando diversos pases magnéticos para reanimarla y
hacerla volver por completo a la vida. Cuando comenzó a
moverse, y poco a poco a hablar, abrimos la puerta e
introducimos a la habitación a las personas que ansiaban saber
lo que habla ocurrido en aquella hora muerta de la noche.
El padre, la madre, las amigas, y el médico, cercaron
inmediatamente el lecho, sobre el cual reposara durante tantos
días en un estado desesperante y mortal aquella joven infeliz,
por poco arrebatada completamente del seno de los suyos.
231

Cuando pudo sentarse en la cama, fueron estas sus


primeras palabras:
-Ya estoy buena, papá. Vamos ahora a la Iglesia. Quiero
darle las gracias a Nuestra Señora del Rosario.
Hicimos traer un vaso de agua, y después de hacer que la
paciente lo bebiera, cobro ésta inmediatamente ánimo, se
levantó, y conversó con los pacientes.
Todos estaban mudos de admiración y de estupor, sin
atinar a comprender lo que ocurría, como resistiéndose a dar
crédito a lo que veían. Se miraban entre sí, y nos miraban
luego, como a seres de otro mundo.
Les explicamos que todo cuanto habíamos hecho era
debido al cultivo largo y persistente de las fuerzas psíquicas y
espirituales que todos nosotros poseemos, en mayor o menor
grado, siendo necesario, sin embargo, un trabajo metódico e
inteligente para desarrollarla.
La joven, mientras tanto, insistía en salir, en aquellos
momentos (debía ser la una de la mañana) para ir a la iglesia.
Nadie se opuso; y aun cuando los presentes estuviesen
casi en paños menores pues se habían levantado
apresuradamente al oír los rumores producidos en el cuarto de
la enferma, se dirigieron a la iglesia.
Era, en verdad, extraña y patética aquella procesión a
semejante hora. Otros vecino, se unieron al grupo, y con
antorchas encendidas para iluminar el camino, iban todos
llenos de alegría y de entusiasmo, con las almas desbordantes
de gozo, entonando cánticos de alabanza y de gratitud.
A poco, una multitud seguía en dirección a la iglesia.
Todos se maravillaban de lo que había acontecido. La mujer a
quien Dios mirara, marchaba al frente, guiando a los demás.
Al llegar, empero, frente a la iglesia se produjo una ligera
escena que, por breves momentos, turbó aquel santo
entusiasmo de todos.
232

El cura se oponía a abrir el templo a aquellas horas,


principalmente porque bien sabía que el promotor de aquella
cura milagrosa de la pobre joven, desahuciada por los médicos
y asistida por los sacerdotes católicos, éramos nosotros.
Ante aquella negativa, el pueblo se resolvió abrir la puerta
de la iglesia, y olvidándose de aquel -incidente, todos
penetraron al recinto solemne y allá, estuvieron en adoración,
entonando cánticos durante algún tiempo.
-¡Confieso no haber asistido jamás a un espectáculo como
este, que tan honda impresión me causara!
Encontrábase allí un pueblo simple, y aunque muy
católico, pronto a rendirse ante la evidencia.
A la salida del templo, no quisimos perder la oportunidad
de dirigir algunas palabras a la multitud -que allí se
encontraba. Todos nos oyeron con religiosa atención, y
pudimos, en breves palabras, explicarles -los puntos
principales de una fe universal y amplia, ¡<que abraza todas
las religiones, desde la más remota -hasta la más bisoña> de
todos los pueblos, de todos los idiomas, de todas las razas!
Moisés y Cristo, Mahoma y Budha; Confucio y Lutero; todos
se unen y se encuentran en un mundo superior y espiritual, en
un solo si^ tema que es eterno e infinito.
Así, completábamos nuestra misión en aquel lugar, a
donde fuéramos en circunstancias tan interesantes 4 y en
donde a tan duras pruebas pusieron nuestra resistencia y
nuestro esfuerzo. Después regresamos a la casa del señor
Manuel -Crescendo dos mantos, que no cabía en sí de
contento.
Nadie ya, pensó siquiera en dormir aquella noche. Fue
una verdadera romería la casa de aquel señor, y muchas
fueron las veces que tuve que repetir la explicación de aquel
suceso.
Cuando los primeros albores de la mañana empezaron a
teñir el horizonte, la joven continuaba aun rodeada por un gran
233

número de personas, a quienes, llena de alegría, narraba los


episodios de su larga enfermedad y de su milagroso
restablecimiento.
La "joven médica" que se hallaba a la cabecera de la
enferma cuando llegamos, no atinaba a expresar su admiración
y su sorpresa. Tuve la oportunidad de conversar con ella sobre
asuntos de metapsíquica, así como también sobre los sistemas
que empleamos con resultados semejantes a los que acababa
de constatar.
Era preciso que nos retirásemos de allí. Otras puertas se
abrían ante nosotros para nuevas empresas, y, antes que nada,
necesitábamos descansar porque, a-hora, empezábamos a
sentir de nuevo los efectos de la fatiga acumulada.
Así, pues, nos retiramos al siguiente día. Todavía, en el
trayecto de la casa hasta el punto del embarque, tuvimos que
atender a muchos enfermos que, como el día anterior, saltan a
la calle en busca de una tregua a sus padecimientos. Una
considerable multitud nos siguió hasta el vapor que debía
reconducirnos a -Bahía.
Después de despedirnos de todos, embarcamos, y recién
entonces, pudimos reposar un poco durante las dos horas de
navegación. Sentíamos, con todo, una íntima alegría por todo
cuanto nos había acontecido, -pues continuábamos
desempeñando nuestra misión, con -óptimos resultados, bajo
la égida infalible de nuestro Guía y Protector.
Ahí queda la narración pormenorizada de este
acontecimiento que, por su importancia, es típico e ilustrativo.
Muestra él, cuan ardua es a veces nuestra misión, y que sólo es
posible vencer mediante muchos esfuerzos, echando mano de
energías vítales acumuladas y propias para ejercer funciones
restauradoras en un organismo depauperado y débil
Creemos que no es preciso añadir ningún otro comentarlo,
y con esta creencia, hacemos punto final.

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