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SITUACIÓN Y JUSTIFICACIÓN
El Ritual de Bautismo de los Niños (n. 44) y el Código de Derecho
Canónico (c. 867.1)
indican que "los padres tienen la obligación de procurar que los
niños sean bautizados
durante las primeras semanas que siguen al nacimiento" (el
bautismo es a la vez gracia y
Espíritu, es nacer a la vida de hijo de Dios, recibir el don del Padre y
del Hijo y del Espíritu
Santo) con todo, en nuestra diócesis nos encontramos que aumenta
el número de niños que
llegan a la edad escolar (7 años) y que no han sido bautizados ni
suficientemente
evangelizados. Las causas son muy diversas: por razones
sociológicas o ideológicas, por
incuria, también por motivos de mayor respeto a la opción personal
en lo que se refiere a la
fe, etc.
Ahora bien, la integración social en grupos de niños que "van a la
catequesis" o el hecho
de celebrar la primera comunión los compañeros de clase o los
amigos, así como también
una maduración en los planteamientos familiares, despiertan o
pueden despertar en el niño
un deseo de ser bautizado, como sus compañeros, y de hacer al
igual que ellos la primera
comunión.
Creemos que la Iglesia debe acoger con gozo y respeto este primer
despertar de la fe, y
caminar con estos niños revelándoles progresivamente las riquezas
de todo el misterio de
Cristo. Para que también ellos, de todo corazón, se puedan
convertir al Dios vivo y nacer del
agua y del Espíritu Santo.
Por eso quien acoja el deseo del niño y la demanda de los padres,
deberá abstenerse de
culpar a los padres por el retraso en la recepción del bautismo, o de
cargar al niño con una
culpa de la que él no es responsable. Debe actuar positivamente, de
modo que el niño
encuentre una incipiente comunidad de Iglesia que le ayude a
sentirse cristiano y motivar a
los padres para que no se desentiendan del camino de fe que el hijo
desea seguir,
ayudándolos no sólo con exhortaciones sino ofreciéndoles los
medios prácticos que
necesitan, para responder mejor a la vocación que han recibido de
Dios.
LLAMAMIENTO
Un primer paso para que la Iglesia exprese su acogida gozosa para
estos niños y sus
padres es que, a nivel parroquial O arciprestal, según sea oportuno
en cada lugar, se haga
un llamamiento público. Es decir, que todo el mundo sepa que
puede hacer esta petición, no
de modo vergonzante, sino con la seguridad de que serán bien
recibidos. Ahora bien, será
preciso manifestar con claridad, como ya ha sido expresado más
arriba, que la voluntad de
la Iglesia es que los padres cristianos lleven a bautizar a sus hijos
recién nacidos y con la
debida preparación.
Escrutinio penitencial:
- Saludo expresando la presencia salvadora de Cristo.
- Proclamación del perdón por la Palabra de Dios.
- Plegaria sincera de petición de perdón.
- Exorcismo, unción, imposición de manos.
- Primera confesión de los compañeros, como prevé el Ritual (así
estos niños ya
bautizados, compañeros del grupo catequético, participan
activamente en esta celebración y
son ejemplo porque en su día los demás lo puedan hacer. Ritual no.
332 y 342).
1.
Textos:
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Romanos 8,14-17ab
Hermanos: Los que se dejan llevar por el Espíritu de Dios, ésos son
hijos de Dios. Habéis
recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino
un espíritu de hijos
adoptivos, que nos hace gritar: ¡Abba! (Padre).
Ese Espíritu y nuestro espíritu dan un testimonio concorde: que
somos hijos de Dios; y si
somos hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos
con Cristo.
Salmo 22;
Monición inicial
Queridos niños y hermanos todos:
Desde el mes de noviembre os habéis venido preparando para
recibir el sacramento del
bautismo, por el cual Dios nuestro Padre os adoptará como hijos
suyos muy amados;
obtendréis el título de cristianos, unidos así a nuestro Señor
Jesucristo, el Hijo de Dios
hecho hombre para nuestra salvación; y quedaréis incorporados a
su santa Iglesia por la
acción bondadosa del Espíritu Santo.
Recordad que hemos celebrado esta preparación bautismal en
cuatro días distintos:
primero, pedisteis recibir el bautismo; segundo, os presentasteis al
Señor pidiendo perdón
por vuestros pecados; tercero, os hice entrega del símbolo de la fe u
oración del Creo en
Dios Padre, para que hoy, día de vuestro bautismo, la rezarais con
nosotros; y el cuarto día,
os entregué la oración del Padre nuestro, también, para que la
rezarais en este día solemne
para vosotros.
La celebración que vamos a empezar, tendrá tres partes: primero
escucharemos la
Palabra de Dios; luego, el rito bautismal, cuando seréis lavados por
el agua en nombre de
Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo; y finalmente, daremos gracias al
Señor.
HOMILÍA
Estas dos lecturas de la Biblia, de la Palabra de Dios, nos ayudan a
comprender mejor lo
que nos da el Señor mediante el sacramento del bautismo.
Por su Espíritu, hemos escuchado en las palabras de san Pablo,
somos hechos hijos
adoptivos de Dios. Y, ¿cómo lo sabemos? Porque nos lo ha dicho
Jesús, el Hijo de Dios. El y
el Padre nos dan su Espíritu. Y el agua, tal como hemos escuchado
en el evangelio, significa
esta nueva Vida. Por eso, Jesús se nos ha presentado como una
fuente que da vida: el que
tenga sed, que venga a mi; el que cree en mí, que beba.
Así, pues, creemos que ahora, cuando yo en nombre de Dios
Padre, Hijo y Espíritu Santo
os derrame el agua sobre vuestra cabeza, Dios nuestro Padre os
adoptará como hijos.
Quedaréis unidos a Jesús para siempre y seréis ya miembros de su
Iglesia, la familia de los
hijos de Dios o de los cristianos.
Que toda vuestra vida queráis vivir como buenos hijos de Dios y
miembros de la Iglesia;
que sepáis ayudar a los demás a conocer y amar a Dios. Y que
pronto, con vuestros
amigos, recibáis a Jesús como pan del cielo, y así os alimentéis
siempre del cuerpo del
Señor.
Monición y homilía preparada por Ll. Bonet Armengol
2.
Textos:
Hechos 2,36-40a.41-42;
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2,36-40a.41-42
El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos: "Todo Israel esté
cierto de que al mismo
Jesús, a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y
Mesías."
Estas palabras les traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y
a los demás
apóstoles: "¿Qué tenemos que hacer, hermanos?"
Pedro les contestó: "Convertíos y bautizaos todos en nombre de
Jesucristo para que se
os perdonen los pecados, y recibiréis el Espíritu Santo. Porque la
promesa vale para
vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame
el Señor Dios nuestro,
aunque estén lejos." Y con estas y otras muchas razones les urgía y
exhortaba
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les
agregaron unos tres
mil.
Y los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los
apóstoles, en la vida
común, en la fracción del pan y en las oraciones.
PRIMER ESCRUTINIO
(en un domingo de Cuaresma)
* Los Ojos, para que vean lo hermoso que es el mundo que Dios ha
creado y den
gracias.
* Los oídos, para que escuchen la palabra de Dios y la sigan.
* La boca, para hablar con Dios como Padre y con los demás como
hermanos.
* Las manos, para hacer bien todas las cosas.
* El pecho, para que tengan buenos sentimientos, amen a todo el
mundo y para que
Cristo habite por la fe en su corazón.
SEGUNDO ESCRUTINIO
(en un domingo de Cuaresma)
7. Oración de los fieles: Del RICA n.g 148, adaptada: "En este
camino de la Cuaresma,
nos preparamos para celebrar la pasión y resurrección del Señor.
Los elegidos...".
Seleccionar las peticiones y añadir alguna por los necesitados.
Se acaba con una de las oraciones del RICA nº 149 (mejor la
segunda).
BAUTISMO
(un domingo de Pascua)
8. Bautismo.
11. Padrenuestro.