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José Marcial Ramos Guédez

APUNTES
SOBRE LA ECONOMIA
DE BARLOVENTO
Y LOS VALLES DEL TUY
1 8 7 3 -1 9 1 0
A gricu ltu ra , A rte sa n ía
y Manufactura

DE AUTOR
Y TEMAS
MIRANDINOS
BIBLIOTECA NACIONAL
EJECUTIVO DEL ESTADO MIRANDA

Gobernador
D r . A ínaldo A rocha Vargas

Secretario General de Gobierno


D r . Tomás José M alpica M a te rá n

Directora de Cultura
P rof. P ilarica de R omero
BIBLIOTECA DE AUTORES Y TEMAS MIRANDINOS

Com isió n E ditora

P rof. F élic ita R oja s de Z ambrano


Presidenta

D r. I ldefonso L eal
Coordinador

P rof. M argarita Sosa


Vocal

P rof. M igu e l R o ja s
Vocal
A P U N T E S S O B R E LA E C O N O M IA D E
BA R LO V EN T O Y LO S V A LLE S D EL
T U Y 1873 - 1910:
Agricultura, Artesanía y Manufactura
* * * * * a ? * te te s

JOSE MARCIAL RAMOS GUEDEZ

APUNTES SOBRE LA ECONOMIA


DE BARLOVENTO Y LOS VALLES
DEL TUY 1873-1910:
Agricultura, Artesanía y Manufactura.

COLECCIÓN
TOMAS LANDER

N° 1
BIBLIO TEC A D E AUTORES Y TEMAS M IRAN D INOS ^ 0

LOS TEQUES / 1992


© BIBLIOTECA DE AUTORES
Y TEMAS MIRANDINOS
Los Teques, 1992
Portada: L eó n L e w
Foto de la portada: T h ea S egal
Im preso en Venezuela por Italgráfica, S .A .
ISB N 980-6061-22-5
PRO LO GO
En los años 70 — concretamente en 1972— conocí
a José Marcial Ramos Guédez, en la Universidad Central
de Venezuela. El como alumno y yo como Profesor Titular
de la Cátedra Introducción a la Historia, Cátedra ésta fun­
dada por Luis Beltrán Guerrero y que yo regentaba desde
marzo de 1958: venía de México y de Francia, donde me
había formado en Centros de Altos Estudios, nutrido en
las enseñanzas recibidas a través de sus textos memorables
y en la palabra viva de maestros como Ernest Labrousse,
Pierre Vilar y José Miranda, alumnos los dos primeros del
autor de Apología de la historia o el oficio del historiador.
En consecuencia ya yo tenía suficientemente esclarecido
que “ ...la historia es la ciencia de los hombres en el tiem­
po, pero que sería vano agotarse en el conocimiento del
pasado si nada se sabe del presente” .
José Marcial Ramos Guédez culminó los estudios de
Licenciatura en Historia en 1977, habiendo sustentado
una interesante tesis sobre el tema: El trabajo de los escla­
vos negros en el Valle de Caracas y zonas adyacentes en el
siglo x v iii, aprobada por la máxima calificación de veinte
(20) puntos con recomendación de publicación, por un
jurado integrado por Ermila Troconis de Veracoechea,
Luis Cipriano Rodríguez y Federico Brito Figueroa, jurado
que tomó en consideración a los efectos de esta calificación
la singularidad del tema, la defensa y los ensayos ante­
riormente escritos por el autor, especialmente en la re­
vista Semestre Histórico, lamentablemente desaparecida.

11
Tres años después, en 1980 la Dirección de Cultura de la
Universidad Central de Venezuela edita un nuevo libro de
José Marcial Ramos Guédez, con el nombre: El negro en
la novela venezolana, que fue acogido con vivo interés
por la crítica especializada en Venezuela, Colombia, Brasil,
Cuba, Santo Domingo, Martinica, Guadalupe, Costa Rica,
Nicaragua, Panamá, México, los Estados Unidos de Nor­
teamérica, Francia, España, Italia, etc.
José Marcial Ramos Guédez forma parte de la pri­
mera promoción del Programa de Maestría en Historia
Contemporánea de Venezuela, que se formó bajo mi tuto­
ría en la U C V entre 1979 y 1985. La tesis para optar al
Grado Académico de Magister Scientiarum Mención H is­
toria, presentada por nuestro alumno sobre el tema:
Repercusiones de la crisis mundial del capitalismo en
Barlovento y los Valles del Tuy, 1929-1935, fue aprobada
elogiosamente por unanimidad. Esta tesis sirvió dé base
al Seminario que sobre el mismo problema desarrolló Ra­
mos Guédez en los Cursos dé Postgrado en Historia en
la' Universidad Santa María, Universidad donde se desem­
peña en la condición de Profesor Agregado. En la actua­
lidad José Marcial Ramos Guédez redacta su Tesis para,
optar al Doctorado en Historia intitulada: Contribución a
la historia de las culturas negras en Venezuela colonial,
que es el resultado de una larga investigación iniciada en
sus años de estudiante en la Escuela de Historia de la UCV.
Una muestra del espíritu de trabajo y de la gran cons­
tancia que ha demostrado José Marcial Ramos Guédez
como historiador profesional, son sus publicaciones rela­
cionadas con la Entidad Mirandina: Bibliografía del Estado
Miranda (1 9 8 1 ) e Historia del Estado Miranda (1 9 8 1 )
y este nuevo libro titulado: Apuntes sobre la economía de
Barlovento y los Valles del Tuy 1873-1910: agricultura,
artesanía y manufactura, obra que constituye una síntesis

12
de los elementos fundamentales de la economía de Barlo­
vento y los Valles del Tuy en el período aludido, en donde
podemos observar las vivencias, los conflictos y los múl­
tiples objetos y utensilios elaborados por los artesanos
residenciados en dichas áreas geográficas. Sin omitir la
información documental, cartográfica, estadística y foto­
gráfica que exige toda investigación realizada bajo el enfo­
que de la historia como ciencia de totalidad.

F e d e r ic o B r it o F ig u e r o a

13
DEDICATORIA:

A la memoria del Prof. Manuel Pérez


Vila. A mi padre Víctor Ramos Cala­
zón, quien a lo largo de pu vida se
destacó como carpintero y albañil.
A mis hijos Harold Ottoniel, Homer
José y Maryoli Hanoi.
"Las Artes Mecánicas, en Latacunga [Ecuador]
están casi abandonadas. Parece que las hay, en
ejercicio, porque se ven algunos TA LLERES esta­
blecidos por hombres, que, sin Aprendizaje, hacen,
nó lo que SABEN, sino lo que PUEDEN, para
ganar la vida” .
“ Los Pudientes no tienen a quien ocurrir,
por Obras, sin adelantar el VALOR, i mu­
chas veces lo pierden” .
“ Tráiga el Colegio 3. Maestros,
Albañil, Carpintero i Herrero” .
“ Con Tierras, Maderas, i Metales, se hacen las más
de las obras, i las Manufacturas, que emplean otras
Materias, necesitan de los 3. Oficios principales,
para fundarse i mantenerse en acción [...] E l que
no se arriesga, ni gana ni pierde” .

S imó n R odríguez
Inventamos o erramos.

Caracas: Monte Avila


Editores, 1980. pp.
216-217
IN T R O D U C C IO N
El tema de los artesanos y sus distintas manifestaciones
en el proceso histórico de la sociedad venezolana, aún no
ha sido suficientemente estudiado y analizado. Este fenó­
meno por primera vez lo hemos sometido a diversas dis­
cusiones en el Seminario: Historia Documental 3. Los
Artesanos (1810-1910) auge y decadencia de una clase
social en Venezuela, el cual formó parte del Doctorado
en Historia que se dictó en la Universidad Santa María y
fue coordinado por el Profesor Manuel Pérez Vila. (1922­
1992). Al estudiar y examinar con profundidad dicha te­
mática, hemos podido comprender el papel que han desem­
peñado los artesanos en el cuadro de las clases sociales de
nuestro país y en su contexto político y cultural. Además
el hecho de existir en Venezuela diferencias geo-econó-
micas de una región a otra, lo mismo que nuestro interés
por investigar todo lo vinculado con el Estado Miranda, nos
entusiasmaron a realizar el presente trabajo, el cual ha sido
titulado: Apuntes sobre la economía de Barlovento y los
Valles del Tuy 1873-1910: agricultura, artesanía y ma­
nufactura.

E l objetivo principal de esta investigación es conocer


y analizar el papel que desempeñan los artesanos en las
áreas geográficas antes mencionadas, fenómeno que estu­
diaremos tomando en consideración un enfoque metodoló­
gico basado en el criterio de totalidad, el cual nos permite

21
observar e interpretar los vínculos que existen entre todos
los elementos que conforman la estructura económico-social
de estas subregiones, sin soslayar los factores étnicos y las
contradicciones que afloran a nivel regional entre las clases
sociales. Para ello, hemos utilizado fuentes documentales,
bibliográficas, hemerográficas y testimoniales y en otros
casos recurrimos al auxilio de la estadística, de la carto­
grafía y también hemos elaborado matrices de recolección
de datos y diagramas.

El presente trabajo, consta de tres partes:

I. Barlovento y los Valles del Tuy: factores geográ­


ficos, población y economía, donde analizamos el espacio
y la estructura económico-social de las áreas antes men­
cionadas, todo ello en el transcurso de las últimas décadas
del siglo xix y primera del xx.
II. E l artesanado en Barlovento y los Valles del
Tuy 1873-1910, en la cual estudiamos dos modalidades de
producción artesanal: la basada en el régimen familiar y la
de los talleres independientes, haciendo mención en ambos
casos a las materias primas que utilizan, a las herramientas
o instrumentos de trabajo, al proceso de comercialización
de los artículos elaborados, las sociedades en que actúan,
ejemplos concretos de algunos artesanos y sus oficios, etc.
III. Apéndice documental, testimonial y estadístico,
elaborado con la finalidad de ampliar nuestros conocimien­
tos sobre casos específicos de artesanos residenciados en
las áreas estudiadas, sus distintas faenas, problemas perso­
nales o familiares, participación en la Exposición Nacional
de Venezuela en 1883, el Estado y la educación artesanal,

22
información demográfica, datos sobre riqueza natural,
agrícola, pecuaria, etc.
Finalmente, señalamos que no pudimos obtener in­
formación referente al capital que poseían algunos arte­
sanos, su organización gremial, participación política, reac­
ción ante la competencia de los productos manufacturados
importados, etc. Estas omisiones sin embargo, no dismi­
nuyen el aporte que para la comprensión del fenómeno
estudiado hemos realizado a lo largo de la presente
investigación.

23
PRIM ERA PARTE
BARLOVENTO Y LOS VALLES D EL TUY:
FACTORES G EOGRAFICOS,
POBLACION Y ECONOMIA

El estudio del artesanado en Barlovento y los Valles del


Tuy se hará en base al análisis estructural, es decir, se des­
tacarán los distintos elementos que determinan dicho fenó­
meno. Los factores geográficos, la población, la economía
y las clases sociales, constituyen hechos que debemos estu­
diar para comprender a cabalidad el proceso histórico que
se desarrolla en dichas áreas para el período 1873-1910.

I. - F a c t o r e s g e o g r á f ic o s

En la legión Centro-Norte-Costera, denominada tam­


bién Cordillera de la Costa o del mar Caribe, se encuentra
ubicado el Estado Miranda, el cual posee una superficie
de 7.950 kilómetros cuadrados. En esta Entidad Federal
están localizados Barlovento y los Valles del Tuy, áreas
geográficas que constituyen dos subregiones pertenecientes
a la estructura global de la región antes mencionada. Según
la caracterización sustentada por Marco Aurelio Vila y
Juan J . Pericchi:

27
“ Una gran región puede dividirse en regiones y una región
en subregiones o comarcas [ ...] L os Valles de A ragua; el
Val].e de Caracas; los Valles del Tuy y Barlovento han de
ser considerados como subregiones de la región Cordillera
del Caribe” .1

Barlovento y los Valles del Tuy, aunque forman parte


de la misma región, poseen sin embargo, algunas diferen­
cias en cuanto a sus particularidades geográficas y por lo
tanto en las actividades productivas.2
Barlovento tiene una extensión de 4.647 kilómetros
cuadrados, los cuales representan el 3 8,5% de la super­
ficie del Estado Miranda.3 Está ubicado al nordeste de la
entidad mirandina, entre los paralelos 10° y 11° Latitud
Norte y los meridianos 65? y 67° Longitud Oeste;4 y para
las primeras décadas del siglo xx, estaba integrado por los
Distritos Acevedo, Brión y Páez.
Los Valles del Tuy abarcan un área de 1.696 kilóme­
tros cuadrados,5 equivalentes al 21,3% del territorio mi-
randino y están situados al sudeste del Estado Miranda,
siendo sus coordenadas geográficas: en Ocumare del Tuy,
1097 ’ de Latitud Norte, 0° 11’ 15” de Longitud Oeste
del meridiano de Caracas y hacia Santa Lucía 10? 11’ 20”
de Latitud Norte, 0° 17’ 4 0 ” de Longitud Este del meri­
diano de Caracas.6 Durante la primera década del siglo xx,
su división político-territorial comprende los Distritos
Lander, Paz Castillo y Urdaneta.

El territorio que comprende Barlovento y los Valles


del Tuy es atravesado por un conjunto de ramificaciones
montañosas procedentes unas de la Cordillera de la Costa
y otras de la llamada Serranía del Interior, las cuales al

28
MAPA 1
alinearse o continuar paralelas determinan la configuración
de su relieve.7 Sus tierras de nivel bajo o depresivo están
integradas generalmente por suelos húmedos a causa del
alto índice de las lluvias, las cuales son ocasionadas por los
vientos alisios del N .E.8
Con relación al relieve y la importancia que posee para
la agricultura, el geógrafo Antonio Luis Cárdenas, señala:

“ Barlovento, que hoy constituye una extensa llanura, fue


hasta el Cenozoico un golfo que se ha ido rellenando con
sedimentos fluviales y marítimos. L as albuferas que, como
Tacarigua, Uñare, Píritu, aún existen debieron ser mucho
más graneles y tienden a desaparecer, de ahí el problema
para los pescadores. E sta depresión ha sido siempre de
una gran importancia agrícola, en especial para el cultivo
del cacao” .
“ E l Valle del Tuy se ensancha progresivamente hacia el
oriente, hasta llegar a la amplia llanura de Barlovento. Se
trata igualmente, de un valle fértil y de gran actividad
agrícola...” .9

Según Henry Pittier, el gran valor agrícola de los suelos


de Barlovento y los Valles del Tuy, reside en factores tales
como el clima y la altitud, ya que en dichas áreas geográ­
ficas predomina la tierra caliente o faja basal, la cual va
del nivel del mar hasta 1.000 m. y posee una temperatura
media de 28-21 ?C. (1 0 ).
En esta tierra caliente o faja basal, encontramos las
plantaciones de cacao, coco, caña de azúcar, algodón, ta­
baco “ ...y aún algunas de las de café [...] pero la misma
faja basal es también la que da una buena parte de los fri­
joles, del maíz, de las batatas, de los ñames, también casi
toda la yuca que se consume en el país...” 11

30
La geógrafo Isbelia Sequera de Segnini y el ingeniero
agrónomo Roberto V. Peña12 consideran que otro factor
determinante de la gran fertilidad de los suelos barloven-
teños y tuyeros es su origen aluvial, es decir, que proceden
“ ... de las sucesivas acumulaciones de los sedimentos de
los ríos, superpuestos en estratos de texturas variables...” 13
Los suelos aluviales en la mayoría de los casos, se encuen­
tran cubiertos por diversas especies vegetales: apamate,
mijao, caoba, cedro, jobo, jabillo, bucare y otras plantas
maderables y de igual manera de plantaciones de cacao,
caña de azúcar y el cultivo de plátanos, maíz, etc.14

II. - P o b la c ió n

Para finales del siglo xix y primeras décadas del siglo


xx, los descendientes de africanos constituyen el grupo
predominante en Barlovento, bien sean mestizos mulatos
o zambos, fenómeno que tienen su origen en la llegada,
durante el período colonial, de gran cantidad de esclavos
africanos, quienes eran utilizados en las plantaciones de
cacao, caña de azúcar u otras actividades productivas lle­
vadas a cabo en esa zona.15 Además, existe un porcentaje
de población “ blanca” , conformada principalmente por
los sucesores de los antiguos propietarios criollos, siendo
algunos de ellos: los Palacios, los Bolívar, los Moreno Muro,
los Mijares, los Arroyo y Alvarez, los Aristeguieta, los
Tovar, etc.16 Así como también un reducido porcentaje de
extranjeros: italianos, alemanes, holandeses, franceses, es­
pañoles, cubanos, libaneses, marroquíes, etc., “ ...comer­
ciantes unos, artesanos y buscadores de fortuna otros...” .17
Los extranjeros entraban por Higuerote o Carenero y
se dispersaban a lo largo y ancho de la tierra barloventeña,

31
muchos de ellos se mezclaron con los habitantes locales,
entre los apellidos más relevantes se mencionan: Almeida,
Artiles, Aquique, Azpúrua, Andurganí, Buraglia, Bento-
lila, Camaré, Capodiferro, Crassus, Cerratto, Chonluis,
D ’Ascoli, Flugell, Franchi, Fiorenzano, Gabay, Gil, Jack,
Lessmann, Lissire, Mayolini, Menginon, Moreno, Levell,
Ottengo, Paessano, Régener, Levy, Paraqueimo, Ramos y
Fernández, etc.18
En los Valles del Tuy los mestizos (mulatos, zam­
bos) etc., constituyen la mayoría de la población. Siendo
al igual que en Barlovento los “ blancos” criollos y extran­
jeros, el grupo más reducido.19
A pesar de que los censos de población levantados en
ese período no dan información sobre la conformación
étnica de la población de Barlovento y los Valles del Tuy,20
las características fisonómicas y las manifestaciones cultu­
rales nos indican que los negros y mestizos constituyen el
grupo predominante, que además viene a ser el grueso
del peonaje, aunque algunos son artesanos y otros pequeños
y medianos productores del campo.
Con relación a su forma de vida, encontramos que
residían en pequeños caseríos, las viviendas estaban ubi­
cadas en zonas próximas a las haciendas u otras unidades
de producción Conviviendo en ellas, frecuentemente ade­
más del núcleo familiar otros parientes, produciéndose en
algunos casos una relación de promiscuidad. En la cons­
trucción de las casas utilizaban la palma en el techo, el
bahareque en la pared y la tierra en el piso.21 Los produc­
tos necesarios para su manutención, tales como: sal, pape­
lón o panela, pescado salado, manteca, queso, arroz, etc...,
los adquieren viajando a los centros de aprovisionamientos

12
más cercanos, donde aparte de realizar las compras, también
vendían o intercambiaban los frutos Cultivados en sus
conucos: maíz, yuca, plátanos, cebollas, papas, ñames, ocu-
mo, apios, etc.22

“ ...El día de mayor movimiento en los detales de este


lugar [R ío Chico] es el domingo: como el peonaje ha reci­
bido sus jornales el sábado, en ese día se provee de lo nece­
sario para la vida en la semana” .23

Generalmente las clases dominantes: hacendados lati­


fundistas, grandes comerciantes, propietarios de los inge­
nios azucareros y de los hatos eran a su vez quienes deten­
taban el poder político-jurídico en el Estado, dándose
algunos casos en los cuales existían hacendados latifun­
distas que ocupaban importantes cargos a nivel nacional.
Después de haber señalado los grupos étnicos-sociales
existentes para finales del siglo xix y primeras décadas
del siglo xx, haremos referencia al comportamiento demo­
gráfico. Para conocer el número de habitantes y la distri­
bución de la población en Barlovento y los Valles del Tuy,
tomaremos en consideración los resultados de los censos
realizados en los años 1873, 1881 y 1891. Al respecto
veamos el siguiente cuadro.
En el Cuadro N ° 1, observamos según los datos sumi­
nistrados por los censos de 1873, 1881 y 1891, que la po­
blación de los distritos correspondientes a Barlovento y
los Valles presentan un lento crecimiento durante dichos
períodos sin querer desconocer el relativo aumento que
ocurre según la información del censo de 1891. Este fenó­
meno se debe en primer lugar al alto índice de mortalidad
infantil y juvenil ocasionada por la existencia de numerosas

33
CUADRO N- 1
MOVIMIENTO DEMOGRAFICO D E LO S DISTRITOS CORRESPONDIENTES A LAS SUBREGIONES BARLOVENTO
Y LO S VALLES D EL TU Y , SEGUN LOS CENSOS D E LO S AÑOS 1873, 1881 y 1891.

Censo 1873* Censo 1881** Censo 1891’. . .

Distritos: HABITANTES HABITANTES HABITANTES

Varones Hembras Total Varones Hembras Total Varones Hembras Total

Guzmán Blanco (antes Cúa) 7.7 32 8.712 16.444 8.801 9.368 18.169
Paz Castillo (antes Santa Lucía) 6.464 6.745 13.209 7.926 7.895 15.821
Ibarra (antes Ocumare) 5.3 07 6.032 11.339 4.7 69 5.716 10.485 18.823 20.664 39.487
Miranda (antes Río Chico) 5.075 5.299 10.374 6.517 6.755 13.272 12.918 13.666 26.581
Arismendi (antes Caucagua) 3.750 3.996 7.746 4.546 4.693 9.2 39 8.242 8.534 16.776
Acevedo (antes Tacarigua) 1.448 1.670 3.018 1.745 1.935 3.6 50
Urdaneta (antes Curiepe) 1.622 1.647 3.269 1.602 1.701 3.303

* Para el año 1873, los distritos mencionados formaban parte del Estado Bolívar.
** Para el año 1881, los distritos citados pertenecían a la Sección Bolívar del Gran Estado Guzmán Blanco.
*** Para el año 1891, dichos distritos integraban la Sección Bolívar del Estado Miranda. En el Censo de 1891, no hay
información sobre los otros Distritos.
Fuente: R amos G uedez , J osé M arcial. Historia del Estado Miranda, [s.p .]; Venezuela. (Edo.) Bolívar. Apuntes
estadísticos del Estado Bolívar. Formados de orden del Ilustre Americano General Guzmán Blanco Presidente
de la República. Edición Oficial, pp. 51-55 y Vila, Marco Aurelio. Una geografía humana económica de la
Venezuela de 1873, pp. 4243.
epidemias y enfermedades infecciosas y en segundo lugar
por el éxodo de sus habitantes.
Con relación al elevado índice de mortalidad, vemos
que la población es afectada constantemente por enfer­
medades ocasionadas por las condiciones climáticas de esas
zonas, a lo cual se agrega ausencia de programas de salud
pública que contemplen tanto servicios de maternidad e
higiene infantil, como servicios médico-asistenciales. Entre
las enfermedades más comunes se destacan: parásitos in­
testinales, diarrea y enteritis, disentería, fiebre tifoidea,
paludismo agudo o crónico, pulmonía y bronconeumonía,
tétanos de los recién nacidos, tuberculosis, etc.24
Posteriormente, en 1908, encontramos que en Ocumare
del Tuy, capital del Estado Miranda para ese entonces
hubo, 474 nacimientos y 422 defunciones.25 Tal fenómeno
significa, desde el punto de vista de los coeficientes
“ ...¡Natalidad de 87.8, mortalidad de 78.2 y crecimiento
natural de 7.4! Puede estimarse en 162.955 habitantes,
la población de Miranda en 1910; en ese año se registra­
ron 6.931 nacimientos y 5.026 defunciones, lo que en
coeficientes significa natalidad de 42.5 y mortalidad de
30.8” .26
Otro ejemplo significativo del alto índice de mortalidad
vemos en el Municipio Panaquire, en donde en 1913
“ ...ocurren 276 muertes en una población que podría
estimarse en 2.600 personas; ello equivaldría a una tasa
(de mortalidad) de aproximadamente 1 0 0 % ” .27 Con res­
pecto a las defunciones y los grupos de edades observamos
que 110 corresponden al grupo de 1 a 14 años; 107 al de
14 a 59 años; 33 menores de un año y 26 a los de 60 y
más años.28
35
El éxodo de población tiene entre sus causas más rele­
vantes: el constante deterioro en las condiciones de vida,
los trastornos ocasionados por los bruscos cambios cli­
máticos, la falta de salubridad e infraestructura médico-
asistencial y los problemas originados tanto por los bajos
salarios, como por el desempleo en las épocas de crisis
económicas, etc.29

III. E c o n o m ía

A partir del siglo x v m , encontramos que las zonas refe­


ridas adquieren gran importancia como centros de pro­
ducción: cacao, caña de azúcar, frutos menores y ganado,
siendo el cacao el producto básico para el comercio exterior
de Venezuela con la metrópoli española.30
Entre 1830 y 1840 el café pasa a ocupar el primer
lugar en la economía agroexportadora venezolana, supe­
rando el cacao en cuanto a volumen de exportación.31 Sin
embargo, en la zona de Barlovento, por sus condiciones
geográficas, el cacao continuó siendo el producto de mayor
importancia. Según la opinión del geógrafo Pedro Cunill
Grau, para las últimas décadas del siglo xix, en dicha zona
se producía “ ...anualmente alrededor de cinco millones
de kilogramos [de cacao]...” .32 Para 1891, encontramos
que en Caucagua y áreas adyacentes existían 219 hacien­
das de cacao, las cuales poseían 1.559.917 árboles de
dicho fruto.33 Para ese mismo año, en Río Chico y zonas
vecinas hay 326 haciendas de cacao, con 3.589.000 ár­
boles.34 El cultivo de este producto se encontraba exten­
dido a lo largo de los distritos Acevedo, Páez y Brión del
Estado Miranda. Las haciendas eran explotadas en su ma­

36
yoría por los propietarios, ya sea directamente o a través
de sus administradores, siendo también frecuente la mo­
dalidad del cultivo por parte de colonos y fundadores.
Para el año 1905 de acuerdo a los datos señalados por
el ingeniero Germán Jiménez, en Barlovento existían
15.627.000 árboles de cacao, los cuales producían anual­
mente 120.000 fanegas de 50 kilogramos.35 Con respecto
a la distribución de estas cifras veamos el cuadro siguiente:

CUADRO N? 2
BARLO VEN TO: NUMERO D E ARBO LES D E CACAO Y
PRO D UCCION ANUAL. 1905

LOCALIDADES

Río Chico y sus alrede-


3.500
San José y sus al rededo
2.100 23.000
CCpira y sus alrededores 3.000
Guapo y sus alrededores. 2.000
Curiepe y sus alrededo-

Higuerote y sus al rededo

Carenero y sus alrededo-

Caucagua y sus alrededo-

Capaya y sus alrededores

1.500
Panaquire y sus al rededo
1.500
T O T A L E S .............

Fuente: A lamo , F rancisco de P. E l Estado Miranda, p. 324. (Datos


cuidadosamente tomados por el ingeniero Germán Jiménez).

37
Según información suministrada por el periodista y es­
critor Francisco de Paula Alamo, para el año 1911, exis­
tían en Barlovento 173 propietarios de haciendas de cacao,
quienes poseían un capital declarado de 22.807.000 bolí­
vares,36 lo cual nos indica la importancia que para tal fecha
tiene este cultivo en la zona.
El cacao cultivado en Barlovento se conoce en el mer­
cado internacional “ ..como ¡La Guaira-Caracas!. E s una
variedad híbrido de los tipos ‘chuao’ y ‘trinitario’, cuyas
cotizaciones por lo general son intermedias entre los tipos
‘Puerto Cabello’ y ‘Maracaibo’, cacaos dulces de alta cali­
dad, y las del tipo ‘Campano’, de calidad más baja” .37
Para las últimas décadas del siglo x ix y las primeras del
xx, encontramos en la zona de Barlovento, además del
cacao, el cultivo de productos tales como: café, caña de
azúcar, maíz, arroz, legumbres, entre otros rubros. En
Caucagua, para 1891, existían cuatro haciendas de café,
una añilería; se producían 2.200 fanegas de maíz, 230 fa­
negas de arroz y 200 de legumbres; tanto en Caucagua
como en Río Chico encontramos 40 tablones de caña de
azúcar.38
Ya para finales del siglo xix, tenía mucha importan­
cia el cultivo de la caña de azúcar, el cual estaba destinado
a la elaboración de papelón y aguardiente. Por ejemplo,
para 1891 encontramos 17 trapiches y 5 alambiques en
Caucagua, los cuales producían 470 cargas de papelón y
230 de aguardiente.39 Y en 1906 en el Distrito Páez ha­
llamos “ ...5 haciendas (de caña) con un producto de 300
cargas de papelón y 4.800 cargas de aguardiente” .40
En los distritos Acevedo, Brión y Páez, tamben se lle­
vaba a cabo la cría de diferentes tipos de ganado. En los

38
boletines de la Estadística Mercantil y Marítima del Mi­
nisterio de Hacienda, hay información para las primeras
décadas del siglo xx, sobre cueros de ganado vacuno pro­
cedente de los puertos de Higuerote y Carenero,41 muchos
de los cuales eran obtenidos del ganado criado en Barlo­
vento y otros provenían de los Llanos, principalmente de
la zona de Altagracia de Orituco y San José de Guaribe.
Los Valles del Tuy, para las últimas décadas del siglo
xix y las primeras del xx, poseen una actividad económica
basada tanto en el cultivo de la caña de azúcar, café y
cacao, como en el engorde y cría de ganado, productos
que para ese período tenían mucha importancia desde el
punto de vista de su rendimiento comercial.42

“ Además, estas comarcas producen un conjunto de ali­


mentos que tienen amplia demanda en el mercado cara­
queño: maíz, arroz, plátanos, raíces, frutas y una gran
variedad de granos” .43

Para 1891 en dos localidades de los Valles del Tuy,


observamos que se obtenían los productos siguientes: 60
arrobas de azúcar en Ocumare; 600 cargas de papelón en
Santa Lucía y 980 en Ocumare; 500 cargas de aguardiente
en Santa Lucía y 469 en Ocumare; 18.000 fanegas de
maíz en Santa Lucía y 23.130 en Ocumare; 2.000 fanegas
de arroz en Santa Lucía y 1.150 en Ocumare.44 Ade­
más, en Santa Lucía existían 26 haciendas de cacao y 29
de café y en Ocumare habían 68 de cacao y 104 de café.45
Con respecto a la elaboración de los derivados de la caña
de azúcar, encontramos: 3 trapiches y 2 alambiques en
Santa Lucía y 18 trapiches y 4 alambiques en Ocumare.46
También en los Valles del Tuy se cultivaba el añil y para

39
1891 existían 28 añilerías en Santa Lucía y 54 en
Ocumaref1
Franscisco de P. Alamo señala en 1911, que en el
Distrito Lander, el cultivo de café se hacía preferente­
mente “ ...en las serranías circunvecinas, donde prospera,
ofreciendo buenos rendimientos. En la parte llana o de
los Valles se cultiva la caña de azúcar para el consumo
local y la producción de aguardiente, y en todas partes
se hacen labranzas para cosechar maíz, caraotas, arroz,
plátanos y cambures...” / 8
Con relación al Distrito Urdaneta, Francisco de P. Ala­
mo afirma:

“ L as haciendas d e Ic.¡ Valle'- han ido desapareciendo trans­


form adas en potreros, pero 1-; s buenos terrenos altos que
posee el Distrito producen café, cereales, legumbres, frutas,
farináceas y otros recursos para la vida local y para ven­
derse en Caracas [ .. .] Cuenta con algunas buenas planta­
ciones de caña, productora de dulce y aguardiente, pero
como se dijo, la principal industria es la cría” .49

La actividad ganadera en Cúa radica en la importancia


que tenía dicha población y zonas adyacentes como plaza
comercial para el ganado que era traído de los Llanos por
la vía de San Casimiro, hecho que permite que en dicha lo­
calidad se establecieran hatos para la ceba o engorde de
ganado vacuno y otros, destinados a “ ...la cría caballar y
mular, contando cerca de cuatro mil cabezas de las dife­
rentes razas vacunas, caballar, mular y asnal, etc., man­
tenidas en potreros que ocupan una extensión de 13 1 /4
leguas cuadradas” .50
Para el año 1911 las actividades económicas del
Distrito Paz Castillo, muestran “ ...signos de prosperi-

40
CROQUIS N? 2

Fuente: República de Venezuela . Ministerio del Am biente y de los Recursos Naturales Renovables. Atlas
de Venezuela, pp. 38-39.
= Ferrocarril Central de Venezuela.
# Ferrocarril de Carenero.
dad...” 51 ya que existía un aumento en la producción de
frutos tales como: arroz de merecida fama en todo el país,
cacao, que por el tamaño de la almendra y aroma alcanza
óptimos precios, plátanos, cambures, entre otros.52 El café,
aunque se siembra sólo en “ ...la zona media de las mon­
tañas, da buenas cosechas, llegando a producirse de 5 a
6.000 sacos anuales” .53 Además se obtenía gran cantidad
de maíz y algodón.
En los terrenos de este Distrito se criaba ganado y exis­
tían varias queseras, las cuales surtían al mercado local
y al de Caracas.54
Francisco de P. Alamo, a su vez afirma que después
de 1910 se registra una mejoría en las haciendas de caña
y una gran animación del comercio,55 debido a que este
último ha comenzado a disfrutar del estímulo ocasionado
por la llegada del Ferrocarril Central de Venezula a la
población de Santa Lucía, en el mes de octubre de 1910.56
Para las primeras décadas del siglo xx los productos
agropecuarios de Barlovento y los Valles del Tuy eran tras­
ladados a los centros de consumo local, a la ciudad de Ca­
racas o a los puertos acondicionados para el mercado exte­
rior, principalmente La Guaira y Puerto-Cabello, por diver­
sas vías: marítima, a través de los puertos de Carenero y de
Higuerote; terrestre por medio de los ferrocarriles de Ca­
renero y el Central de Venezuela y también se utilizaban
los caminos de recuas. Finalmente, tenemos la vía fluvial
constituida por la cuenca del río Tuy y sus afluentes.
En las primeras décadas del siglo xx, los caminos de
recuas constituían las vías de mayor uso para la comuni­
cación entre las distintas poblaciones y con las estaciones

42
DISTANCIAS ITINERARIAS
CENTROS POBLADOS FERROCARRILES

Uptyt I Ctuctgui

Fuente: A lam o, F rancisco de P. “ Las Vías de Comunicación del Estado


Miranda” En: Revista Técnica del Ministerio de Obras Públicas.
Publicación Mensual. Caracas, Año I N 9 10, octubre de 1911.
pp. 505-507.
de los ferrocarriles de Carenero y Central de Venzuela, !o
mismo que con el río Tuy y sus afluentes. La siguiente
matriz y el Croquis N° 3 nos refleja la longitud de los
caminos de recuas y su posible conexión con los ferroca­
rriles, ríos o puertos más cercanos.

4.5
SEG U N D A PARTE
“ E l artesano es a la manufactura lo que el cam­
pesino libre a la agricultura: es al mismo tiempo
productor y dueño de los medios de producción
(y, por lo tanto, del producto). Los artesanos cons­
tituyen un grupo social ligado a un sistema social
que, como en el caso de los campesinos, oscila
entre la economía natural y la economía mercantil
simple. En la etapa en que la artesanía se presenta
ligada a una economía primitiva y de autoconsumo,
ella se encuentra íntimamente unida — al nivel
familiar o comunal— a la agricultura. En esta fase
la división del trabajo entre manufactura y agricul­
tura apenas es significativa. En la medida que se
profundiza la separación entre ambas actividades,
aparecen forzosamente las relaciones mercantilistas;
en esta segunda fase, que con frecuencia surge
paralelamente a la separación de centros urbanos,
el producto artesanal constituye una mercancía
pero no adquiere un carácter capitalista en tanto
se mantenga la unidad entre el trabajador (el arte­
sano) y las condiciones de la producción (los ins­
trumentos de trabajo, etc.). En esta segunda
fase el artesano está ligado al modo de produc­
ción mercantil simple, modo que tiene siempre un
carácter secundario y que se adapta a situaciones
muy diferentes, feudales (gremios medievales) o
capitalistas (pequeños talleres subsidiarios de las
grandes industrias). Sin embargo, bajo el capita­
lismo la artesanía sucumbe ante el embate de la
producción en serie...”
R oger B artra
Breve diccionario de sociología
marxista. México: Editorial
G rifalbo, 1973. pp. 21-22.
EL ARTESANADO EN BARLOVENTO
Y LOS VALLES D EL TUY 1873-1910

La actividad artesanal en Barlovento y los Valles del


Tuy estaba ligada a los recursos agropecuarios y minerales
de dichas subregiones. Los artículos producidos eran ela­
borados en el grupo familiar o en talleres independientes,
en donde se combinaba el trabajo manual con el auxilio
de algunas máquinas rudimentarias.
Con relación al proceso de comercialización de las obras
u objetos artesanales, encontramos que eran destinados
tanto a una clientela local como a la establecida en la ciu­
dad de Caracas* y en algunas ocasiones en el exterior.
Durante las últimas décadas del siglo xix y primera del
xx, observamos que en las áreas antes mencionadas las
actividades artesanales poseían un carácter complemen­
tario, ya que en Barlovento y los Valles del Tuy predomi­
naban las faenas relacionadas con la explotación agrope­
cuaria: cultivo de cacao, café, caña de azúcar, cría y engorde
de ganado vacuno, etc. (véase en la primera parte, el
punto relativo a Economía). Sin embargo, lo antes ex­
puesto, de ninguna manera significa ausencia de labores
artesanales en las subregiones antes aludidas.

51
El valor artístico y el nivel técnico de las obras artesa­
nales dependían de las habilidades que tuviesen o no las
personas dedicadas a dichos oficios, o en otros casos al
grado de desarrollo económico-social y técnico-cultural
de la Venezuela de aquel entonces.
Para lograr una mayor amplitud en el conocimiento
relativo a la presencia de los artesanos en Barlovento y los
Valles del Tuy, durante el período 1873-1910, tomaremos
en consideración los siguientes factores:

I. - R é g im e n f a m il ia r de p r o d u c c ió n a rtesa n a l

En las zonas estudiadas, encontramos que el régimen


familiar de producción artesanal aparece como alternativa
al trabajo en la agricultura ya que los campesinos encuen­
tran que no le basta la faena agrícola para su sustento y
el de su familia. Además, los productores del campo (prin­
cipalmente los colonos y medianeros), ubicados en plan­
taciones y en haciendas de grandes extensiones son favo­
recidos durante el año por “ ...ocios temporales, derivados
de la característica discontinua de los cultivos...” .57 Ejem­
plo de lo antes expuesto, vemos en los agricultores dedi­
cados al cultivo de caco, café y caña de azúcar, quienes
disponen de tiempo libre debido al largo período que
existe entre la siembra del producto y la recolección de las
cosechas o en otros casos el carácter estacionario de las
mismas.

“ ...las plantaciones a diferencia de los cultivos de sem­


bradíos — cereales, leguminosas, etc.— no requieren tra­
bajadores constantes, estables, durante todo el año, sino
en la época de las cosechas...” 58

52
Los artesanos ubicados en el régimen familiar de pro­
ducción, generalmente utilizan como materias primas:
maderas, fibras, cueros, greda, algodón, tabaco u otros
frutos existentes en áreas cercanas a sus viviendas. De ahí
que la mayoría de ellos fabriquen muebles, sillas, mesas,
canastos para recoger cacao o café los cuales eran elabo­
rados de corteza de caña amarga, sebucán para prensar la
yuca, sombreros de palmas, garabatos para ayudar a cortar
el monte o la maleza, hamacas y otros tejidos, palas de
madera de jabillo, para batir el cacao, cabos para hachas
y machetes, bateas de madera, pipas, pilones de madera,
instrumentos musicales, por citar algunos.55

“ ...El arpa que hacía sonar Mieres, la había fabricado con


un pedazo de madera que le regaló Casimira Achique...”60

La fuerza de trabajo en el régimen antes mencionado,


está integrada por el padre, la madre, los hijos mayores
de catorce años y algunos parientes cercanos. Los cono­
cimientos y experiencias se transmiten de padres a hijos.

“ ...Cuando niño, su padre, Concepción León, le enseñó a


hacer canastos y cestas, trabajo que hacia muy bien. Un
canasto, hecho por Francisco León, duraba el doble que
otro de los que se vendían en las bodegas...”61

En este régimen de producción, deducimos la partici­


pación de grupos étnicos integrados principalmente por
descendientes de indígenas y de africanos. Fenómeno que
apreciamos tanto por el origen de los habitantes residencia­
dos en las zonas de Barlovento y los Valles del Tuy ( véase
en la primera parte el punto relativo a Población) como
por los artículos elaborados, los cuales poseen siempre
el “ carácter típico” o peculiar de sus fabricantes. Por

53
ejemplo, el sebucán es un instrumento de origen indígena;
en cambio el garabato, el pilón de madera, los tambores,
son de procedencia africana.62
Los artículos elaborados bajo el régimen familiar de
producción artesanal, generalmente eran destinados al
consumo en el hogar, en las haciendas y plantaciones
vecinas y en algunas ocasiones en el comercio local, (véase
Diagrama N? 1).

DIAGRAMA NO 1 .

CONSUMIDORES

54
“ ...Francisco León — Músico popularísimo, se ganaba la
vida haciendo cestas y canastos— Igualmente hacia pipas
muy bonitas que eran muy solicitadas por los fumadores
distinguidos de la comarca. Las hacia de una greda muy
resistente que sacaba del fondo del río G uapo...”63

La geógrafo Isblia Sequera de Segnini nos señala que


en Barlovento, muchos años después del período que esta­
mos estudiando, la producción a nivel artesanal “ ...de pe­
queños útiles para el hogar, se registra C...3 en Caucagna,
San José de Río Chico y otras localidades” .64
En cuanto a las herramientas de trabajo utilizadas por
los artesanos en el régimen familiar de producción, pode­
mos señalar: martillos, cuchillos, serruchos, tornos, ma­
chetes, hachas, agujas para tejer o coser u otros instru­
mentos rudimentarios.

Estos artesanos no se encuentran ubicados en estable­


cimientos fijos, por lo tanto los censos realizados durante
el período que estamos estudiando, no los toman en con­
sideración en la elaboración estadística relativa a profe­
siones y oficios.

II. - E l ta lle r in d e p e n d ie n te

En Barlovento y los Valles del Tuy, el taller indepen­


diente se encuentra dirigido por productores autónomos
quienes poseen generalmente un pequeño capital y traba­
jan personalmente o con el auxilio de aprendices.

Observamos que los artesanos que poseen talleres inde­


pendientes se encuentran ubicados, en su gran mayoría,

55
en las capitales de los distritos y municipios que para el
período 1873-1910, integran las zonas geo-económicas
antes mencionadas.
Estos artesanos, al igual que los del régimen familiar
de producción, obtienen sus materias primas de los recur­
sos naturales y minerales existentes tanto en las subre-
giones donde conviven como en zonas adyacentes en las
cuales adquieren: maderas, sebo, cera, tabaco, pieles y
cueros, algodón, piedras y greda.

“ M artín Rodríguez era un ciudadano muy trabajador y


organizado [ .. .] era el hombre demás comer en la vida
del G uapo [ .. .] comía en una pequeña batea hecha de
jabiUo..."'P

En la Memoria del Ministerio de Obras Públicas al Con­


greso de los Estados Unidos de Venezuela en 1875, encon­
tramos que los carpinteros, albañiles y alfareros que tra­
bajan en dicha institución, para poder llevar a cabo sus
oficios necesitaban materiales tales como: tablas, piezas
de madera, vigas y entrevigas, cuartones y listones, esta­
cones y estacas, varas, tablillas y pasamanos, viguetas y
viguetones. alfardos y alfardones, lumbres, tirantes, pich-
pen, cercas, tablones y planchas, cañas, forros, cimbras,
cojines y plantillas, harcones, cal, arena, piedra, muletas,
tierras, lajas, lozas, adobitos, adobonsitos, panelas, ladri­
llos, mochos y machetes, redondones, panelones, tejas,
adobes, yeso, cimiento romano, etc.66

Los artesanos que estamos estudiando utilizan en sus


faenas la herramientas propias de cada oficio, las cuales
eran fabricadas tanto en forma rudimentaria como a través

56
de las técnicas industriales más modernas de la época;
este último señalamiento, se refiere específicamente a he­
rramientas u otros instrumentos importados. En la Me­
moria del Ministerio de Obras Públicas, presentada en
1875, observamos que los carpinteros, albañiles y alfa­
reros para cumplir con sus labores en las distintas Enti­
dades Federales del país, en algunos casos como emplea­
dos de la institución antes mencionada o en otros en sus
propios talleres, emplean las siguientes herramientas y
utensilios: barrenas y cucharas, barrenos de acero, bateas,
escobas, brochas, muletas y motones, cedazos, carretillas
y parihuelas, calabozos, calderos y anafes, candados y te­
nazas, codos y tojines, abrazadores, cabos de hachas y
picos, escaleras, fueyes y yunques, gatos, chompas, chom-
pones, martillos y mazetas, mechas, pies, mecates, man­
darrias, martinetes, máquinas de desturonar, muías, ma­
chetes, niveles, pernos, punzones, cadenas y argollas, pei­
nes, mollejones, azadas palas, compaces y escuadra, limas
y escoplos, hachas y hachuelas, serruchos, cinceles y ber-
biquines, etc.67

Los artesanos antes mencionados actúan en sociedades


caracterizadas tanto por el predominio de lo rural como
de relaciones sociales de producción precapitalistas. En
el primer caso, vemos que el mundo que rodea a estos pro­
ductores, está constituido por personas residenciadas en
los campos o en las poblaciones cabeceras de los distritos
y municipios, lugares donde eran preeminentes las faenas
en los predios agrícolas y pecuarios. En el segundo caso,
observamos que “ ...su existencia está indisolublemente
ligada a los vestigios de la sociedad dividida en corpo-

57
radones, en estados, y no ligada sino de manera más o
menos externa a la economía capitalista...” 68 Además, en
la mayoría de los talleres independientes no existen tra­
bajadores asalariados, ya que la baja demanda de los ar­
tículos y el atrazo técnico no permiten división del tra­
bajo y por lo tanto el maestro, los oficiales y aprendices
participan en todo el proceso de transformación y elabo­
ración de los artículos.69

“ Aquí en estos Valles (del Tuy) ha arraigado desde


hace algunos años la industria de fabricación de escobas a
la mano [ ...] y podemos decir que á pesar de los medios
pocos menos que prim itivos que se emplean en su fabri­
cación, este artefacto es bastante bueno...”70

Lo antes expuesto, no descarta la existencia de algunos


talleres independientes en los cuales las obras elaboradas
eran destinadas a un mercado de mayor número de con­
sumidores, situación que implica tanto aumento de la pro­
ducción como presencia de abundante fuerza laboral. Por
tal motivo, para conocer el status social de estos artesanos,
hay que tomar en consideración: “ ...grado de autonomía o
dependencia, utilización o no de empleados, y categorías
de éstos [...] vínculos con el aparato estatal o con la
iglesia...” 71 (Véase el Diagrama N° 2).

Con relación al origen étnico de estos artesanos, po­


demos inferir que en los talleres independientes partici­
paban: descendientes de indígenas, de africanos, mestizos,
los llamados “ blancos criollos” y numerosos extranjeros
procedentes de Europa, Norteamérica, América Latina y
el Caribe. En tal sentido, vemos que según los datos

58
arrojados por el Censo de Población de 1873 en los dis­
tritos correspondientes a Barlovento y los Valles del Tuy,
vivían 25 alemanes, 2 colombianos, 193 españoles, 16
holandeses, 6 ingleses, 5 italianos, 21 franceses y 2 nor-

CON’S’
JKI PORSS

59
teamericanos, siendo muchos de ellos artesanos, comer­
ciantes o agricultores. (Véase en el Apéndice el cuadro
N- 1).

En el año 1874, en tierras de Guatopo (áreas perte­


necientes a los Estados Bolívar y Guárico), se funda la
Colonia Guzmán Blanco “ ...se traen migrantes extranje­
ros, particularmente españoles, italianos y franceses y unos
pocos polacos, a los que se agregan conuqueros lugareños
y migrantes espontáneos criollos atraídos por estas rotu­
raciones (se extienden) las áreas sembradas de café, ma­
tizadas con caña de azúcar y cultivos de subsistencia [...]
Según el Censo de 1881 en estas comarcas se reconocían
1.496 habitantes [...] Según el citado censo en esta fecha
se reconocían 410 extranjeros: 301 españoles, 89 italianos,
16 franceses y el resto sin especificar...” 72
En 1891 encontramos en las áreas de Barlovento y los
Valles del Tuy (incluidas para ese entonces en la Sección
Bolívar del Estado Miranda): 34 norteamericanos, 41 co­
lombianos, 4.868 españoles, 346 franceses, 435 italianos,
118 alemanes, 268 ingleses, 158 holandeses, 10 surame-
ricanos, etc. Este incremento de población extranjera, de­
bió ir acompañado con un aumento de las personas dedi­
cadas a las artes y oficios manuales. (Véase en el Apén­
dice el Cuadro N- 2 ).
En el contexto de la estructura de clases existentes en
Barlovento y los Valles del Tuy, para el período estudiado,
podemos ubicar a los artesanos propietarios de talleres in­
dependientes como un “ grupo social intermedio” , ya que
no forma parte de las clases dominantes ni de las estricta­
mente dominadas, aunque en algunas circunstancias: por

60
deudas o crisis económicas, éstos se ven impulsados a inte­
grar el gran conglomerado de peones y jornaleros.
Coincidimos con el señalamiento de Ciro F. S. Cardoso
y H. Pérez Brignoli, quienes afirman que durante el siglo
xix, los artesanos ocupaban una “ ...posición intermedia
entre el asalariado y el patrono...” 73 y además son personas
que en el conglomerado de la población activa, se encuen­
tran ubicadas en el sector secundario, en el cual elaboran
un conjunto de obras necesarias para la sociedad tales
como: casas, muebles, adornos, tabiques, instrumentos
musicales, retablos y puertas para las iglesias, vajillas (va­
sos, platos, fuentes, etc., para el servicio de la m esa), ves­
tidos y trajes, sudaderos, velas, sebos, metales labrados
(productos de herrería, cerrajerías, caldería, latonería,
quincallería, hojolatería, etc.), platería, joyería y lapidería
fina, cuchillería y armería, pieles y cueros curtidos, zapa­
tería y objetos varios trabajado con cueros, alpargatas, ar­
tículos elaborados con hueso, carey, etc., impresiones lito-
gráficas de todas clases, encuadernación de libros, carteras,
álbumes, coches y vehículos especiales, canoas y barcas,
relojerías de todas clases, artículos de vidrio y cristal,
tabacos, cigarros, rapé suelto y en paquetes, juguetes en
general, pintura sobre tela y madera, esmalte sobre metal,
porcelana, vidrio, etc., mosaicos, tejas, bloques, ladrillos,
adobes, útiles y herramientas de albañilería, carpintería,
vidriería y demás artes constructivas y decorativas.74

La mayoría de los talleres independientes de produc­


ción artesanal, que existían en Barlovento y los Valles del
Tuy para el período que estamos estudiando, los podemos
cuantificar y ubicar geográficamente, al respecto hemos
elaborado los siguientes cuadros:

61
CUADRO Ñ? 3

ESTABLECIMIEN TOS ARTESANALES EXISTENTES EN D ISTRITO S CORRESPONDIENTES A BARLOVENTO. 1873*

* La subregión barloventeña para 1873, formaba parte del Estado Bolívar.


** Por equivocación el autor señala Río Chiquito.

Fuente: V ila, Marco A urelio . Geoeconotnia de Venezuela. Tomo I, p. 171.


CUADRO N? 4

ESTABLECIM IENTOS ARTESANALES EXISTEN TES EN D ISTRIT O S CORRESPONDIENTES A LOS VALLES D EL TUY. 1873*

GUZMAN BLANCO
(Cua) 2 2 2 4 3 1 1 3 1 1 2 - -

OCUMARE
(Ocumare del Tuy) . . . . i . 2 - 1 3 - -

SANTA LUCIA 2 1 1 1 2 1 - 3 1 6 2 2 1

* La subregidn de los Valles del Tuy para 1873, formaba parte del Estado Bolivar.

FUENTE: V ila , M arco A urelio . Geoeconomta de Venezuela. Tomo I, p. 337


En el Cuadro N ° 3, observamos que las alfarerías, car­
pinterías y queseras ocupan un lugar preeminente en el
Distrito Caucagua, al tiempo que en Curiepe y Río Chico
hay establecimientos dedicados al fomento de las distin­
tas artesanías. En el caso de los distritos correspondientes
a los Valles del Tuy, vemos en el Cuadro N ° 4, que en
las entidades Guzmán Blanco y Santa Lucía, las faenas
artesanales más frecuentes son: carpinterías, herrería, alfa­
rería, fabricación de hornos de cal y panadería. Mientras
que en Ocumare del Tuy, según la fuente consultada75 sólo
existen: 1 herrería, 2 alfarerías, 1 fábrica de hornos de
cal y 3 panaderías.
Para ampliar la información relativa a la presencia
de artesanos en algunas poblaciones de Barlovento y los
Valles del Tuy, podemos observar que en el año 1881,
Caucagua constituía “ ...un centro urbano proveedor de
servicios elementales a los campesinos de sus entornos,
teniendo botica, tiendas mixtas, carpinterías, herrerías,
bodegas, alpargaterías, pulperías y oficinas de destilación
de aguardientes...” 76 De igual manera, vemos que Cúa
para el año antes mencionado es una ciudad donde “ ...pros­
peran varios comercios, casas de comisiones, tiendas, sastre­
rías> posadas, que son utilizadas además por los pobladores
de sus entornos” .77
En el año 1883 se realiza en la ciudad de Caracas la
Exposición Nacional de Venezuela, la cual forma parte de
los actos realizados en homenaje al Centenario del Naci­
miento del Libertador Simón Bolívar (Véase en el Apén­
dice los documentos Nos. 2, 3 y 4). En dicho evento encon­
tramos muestras de obras elaboradas por artesanos residen­
ciados tanto en las zonas de Barlovento y los Valles del

64
Tuy como en el resto del país. Al respecto, véamos la si­
guiente cita:

“ Cuando con la mirada intelectual examinamos ese mundo


de producciones naturales e industriales de objetos que for­
man la primera Exposición Nacional de Venezuela, es im­
posible dejar de reconocer [ .. .] los fecundos y poderosos
elementos de vida que guarda nuestro suelo privilegiado y
[ .. .] los grandes adelantos que en el ramo industrial, artís­
tico y manufacturero se han hecho desde que consolidado el
triunfo regenerador de la Revolución de Abril [ ...] Todos
los Estados y Secciones de la República han puesto de
relieve estas verdades con los preciosos y variados contin­
gentes que han remitido a la Exposición...”78

Ocho años después de la celebración de la Exposición


Nacional de Venezuela, localizamos en el Tercer Censo de
la República realizado en 1891, nuevos datos estadísticos
relativos a establecimientos artesanales existentes en la
Sección Bolívar del Estado Miranda. En tal sentido hemos
elaborado el siguiente cuadro:

65
CUADRO N- 5

ESTABLECIMIENTOS ARTESANALES EXISTENTES EN LA SECCION BOLIVAR* DEL ESTADO MIRANDA. 1891.


05

1 1 1
1 1 1 1

1
1 3

t
•3
cq VJ £ F- N íc O
-

112 12 32 100 7 5 15 48 27 17 59 25 140

* En 1891, la subregiones de Barlovento y los Valles del Tuy, formaban parte de la Sección Bolívar del Estado Miranda.

Fuente: V enezuela . D irección G eneral de E stadística. Resumen General del Tercer Censo de la República. Decretado el 26 de
agosto de 1890 por el doctor R. Andueza Palacio. Presidente Constitucional de los Estados Unidos de Venezuela..., pp. 94-95.
Estamos conscientes que los datos suministrados en
el Cuadro N ° 5, abarcan no sólo las zonas de Barlovento y
los Valles del Tuy, sino también otras áreas geográficas del
Estado Miranda,79 situación que no nos permite realizar
un análisis específico de la distribución de los oficios arte­
sanales en las subregiones que estamos estudiando.
No obstante Telasco A. Macpherson para el año 1891,80
nos suministra algunos datos referentes a artesanos resi­
denciados en los siguientes cantones:

CAUCAGUA SANTA LUCIA

Albañiles 4 Albañiles 5
Carpinteros 4 Carpinteros 7
Zapateros 8 Sastres 3
Herreros 6 Zapateros 16
Tejeros 2 Herreros 3
Tejeros 8
Barberos 8
Alfareros 4

SABANA DE OCUMARE

Albañiles 27 Tejeros 11
Barberos 2 Talabarteros 1
Carpinteros 18 Pintores 1
Sastres 6 Alfareros 6
Zapateros 25 Albarderos 2
Herreros 10 Faroleros 1
Plateros 2

67
En la información suministrada por Telasco A. Macp-
herson, inferimos que hubo diferencia de “ status social”
entre los artesanos, ya que por ejemplo: los sastres, plate­
ros y zapateros siempre mantenían mayor roce con los
miembros de las clases dominantes y además sus oficios
exigían tanto mayor formación como esmero y cuidado en
los trabajos que llevan a cabo. Sin querer negar en ningún
momento los méritos que poseían los otros artesanos.
En la Estadística del Estado Miranda. Formada por
disposición del Señor General ]. M. García Gómez... 1891,
encontramos un cuadro demostrativo correspondiente al
Segundo Semestre del año de 1890, el cual incluye el mo­
vimiento de las “ causas criminales” ventiladas en los Tri­
bunales de dicha Entidad Federal, y a través de el, hemos
podido conocer las ocupaciones de las personas enjuicia­
das: 75 agricultores, 6 arrieros, 1 alfarero, 5 carpinteros,
10 carreteros, 3 empleados públicos, 39 industriales, 44
jornaleros, 1 latonero, 15 albañiles, 3 sirvientes, 5 ma­
rinos, 1 talabartero, etc.81 Esta información nos permite
observar que muchos artesanos estaban implicados en
“ causas criminales” , no aclarando la fuente consultada los
motivos y demás pormenores de los distintos casos.
Posteriormente, en 1904 tenemos la oportunidad de
conocer algunas de las primeras intervenciones del Estado
Venezolano en cuanto al fomento e interés por enseñar
entre los jóvenes las labores artesanales, tal como ocurre
con el decreto que durante el año antes mencionado, pro­
mulga el General Cipriano Castro, en el cual ordena cons­
truir en la ciudad de Caracas y en cada una de las capi­
tales de los Estados de la República, sendos edificios des­
tinados a Escuelas de Artes y Oficios (Véase en el Apéndice

68
el Documento N° 6). Lo señalado en el Decreto antes ci­
tado, se hizo realidad ya que en 1911 encontramos en la
ciudad de Ocumare del Tuy, capital del Estado Miranda
para ese entonces, la existencia de varias casas construi­
das para alojar oficinas u otros entes gubernamentales,
siendo algunas de ellas, las “ ... Casas donde están estable­
cidos los Tribunales, la Imprenta, el Telégrafo, los Telé­
fonos y la que fue destinada á Escuela de Artes y O fi­
cios” .82 Con relación al funcionamiento y programas de
estudios del establecimiento docente antes aludido, véa-
mos en el Apéndice el Documento N? 7.
Para el año, 1906, hemos localizado algunos estableci­
mientos artesanales, los cuales se encontraban en los dis­
tritos Lander y Urdaneta del Estado Miranda. (A l res­
pecto véase la matriz que hemos elaborado en el Cuadro
N? 6). En dicha matriz, observamos la presencia de arte­
sanos nacidos fuera del país o descendientes de extran­
jeros: Forsyth Hermanos, Pablo Huttman, Lorenzo Me­
jicano, Bernardo Veitía, etc.
La producción artesanal llegó a tener tal importancia
en las subregiones estudiadas que la prensa de la época
(1908-1909) destaca la información referida a estas ac­
tividades:

“ E n el muestrario de los productos naturales del Estado


Miranda, se exhiben algunas escobas hechas en Cúa y el
que las vea encontrará que en nada difieren en cuanto a
la ejecución del trabajo de las que se importan de los
E stados Unidos. Siendo por supuesto este trabajo ejecutado
con cuidado y excepcionalmente. [ ...] En el mercado de
Caracas se cotiza este artículo de 8 a 14 reales la docena,
y podemos decir que á pesar de los medios poco menos

69
que prim itivos que se emplean en su fabricación, este arte­
facto es bastante bueno...”85

Entre 1908-1909 se da en algunas poblaciones de los


Valles del Tuy un auge en las actividades artesanales y
manufactureras, siendo un ejemplo de ello el caso de
“ ...Los señores Colón & Monasterios [quienes] han mon­
tado ten Ocumare del Tuy] un taller de fabricación de
sombreros, y lavado y arreglo de los mismos” .84
En el periódico E l Heraldo de Miranda, que circulaba
en Ocumare del Tuy, el 21 de marzo de 1908 se informa
que dicha ciudad era visitada constantemente por personas
interesadas en instalar nuevos negocios e “ industrias” y
entre estas últimas se hace mención a una pequeña empresa
para elaborar hielo y soda.85 (Véase la cita N? 8 3 ).
Se señala, además, que en los Valles del Tuy existen
varios talleres artesanales en donde se fabrican escobas,
(Véase la cita N? 83) las cuales tienen un mercado seguro
tanto en los pueblos tuyeros como en la ciudad de Cara­
cas.86 También trae la prensa noticias de la existencia de
numerosos carpinteros, siendo uno de ellos el señor Enri­
que Pérez, quien poseía un taller de carpintería en la
población de Ocumare del Tuy.87
Con relación a la elaboración de quesos y mantequilla,
se hace mención al fomento que han logrado “ las indus­
trias del ordeño” , las cuales tendrán un mayor desarrollo
en la medida que se realice “ ... el cruzamiento de la raza
vacuna y la selección del ganado actual de nuestras que­
seras” .88
A través de testimonios suministrados por algunos via­
jeros extranjeros, encontramos también la existencia de

70
MAPA 2

Distrito Lander - Capital Ocumare del Tuy : Zona


geoeconómica de mucha importancia para las labo­
res artesanales.

los artesanos, así tenemos que Leonardo V. Dalton, geó­


logo inglés que visitó a Venezuela durante los primeros
años del siglj xx, afirma que en Río Chico había “ ...la
manufactura de jabón y velas, la cual, conjuntamente con
la fábrica de alpargatas, constituye la mayor industria de
la localidad” .89

71
Finalmente, podemos afirmar que durante las prime­
ras décadas del siglo xx, los artesanos se encuentran pre­
sente en casi todas las poblaciones de Barlovento y los Va­
lles del Tuy.

CO NSIDERACIONES FIN ALES

Los distintos problemas analizados a lo largo de esta


investigación, nos permiten inferir algunas consideraciones
finales:
1. - Durante el período 1873-1910 observamos que
los artesanos establecidos en Barlovento y los Valles del
Tuy, no conforman un grupo homogéneo; ya que en dichas
áreas geográficas hemos podido localizar dos sectores ar­
tesanales: el ubicado en el régimen familiar de produc­
ción y el de los talleres independientes.
2. - Los artesanos en el régimen familiar de produc­
ción, se encuentran íntimamente ligados a las faenas
agrícolas y los artículos que elaboran son destinados al
autoconsumo y en algunas ocasiones al comercio local.
3. - Los artesanos que poseen talleres independientes
se encuentran ubicados principalmente en los centros ur­
banos o semi-urbanos; los artículos que fabrican los
hacen por encargo o para venderlos directamente en el co­
mercio local, en la ciudad de Caracas o en otras zonas del
país.
4. - Por último, podemos apreciar que la mayoría de
los artesanos propietarios de talleres constituyen durante
el período estudiado un “ grupo social intermedio” , tal
como lo señalamos en su debida oportunidad.

72
NOTAS

1. V ila , Marco A urelio y J uan J . P ericchi . Zorificación Geoeconó-


mica de Venezuela. Tomo I, p. 27.
2. C u n i l l G rau , P edro. “ El pluralismo geográfico regional de Vene­
zuela. Primera Parte/Visiones para una interpretación del espacio ve­
nezolano. Proyecciones” En: E l Nacional. Caracas, 3 de agosto de 1980.
PJD.-l. (Edición X X X V II aniversario).
3. S equera de S eg n in i , I sbelia . Estudio geo-económico de la región
de Barlovento, p. 49.
4. Ibídem. p. 21.
5. V ila , Marco A urelio . Aspectos geográficos del Estado Miranda, p. 16.
6. Mudarra, M iguel A n g el . El Estado Miranda, pp. 4146.
7. V ila , M arco Aurelio . Oh. cit. pp. 33-43.
8. V ila , M arco A urelio . " Esbozo geo-económico del Estado Miranda“ .
En: E l Estado Miranda: Su tierra y sus hombres, p. 16.
Su tierra y sus hombres, p. 16.
9. C árdenas, A ntonio L u is . Geografía fisica de Venezuela, p. 67.
10. P ittier , H en r i . Manual de las plantas usuales de Venezuela y su
suplemento, p. 32.
11. Ibídem, p. 34 (Subrayado del autor).
12. S equera S eg n in i , I sbelia . Ob. cit. p. 38 y P eña , R oberto V. Es­
tudio agrológico semidetallado de la zona Valles del Tuy. Estado Mi­
randa. p. 57.
13. S equera S ig n in i , I sbelia . Ob. cit. p. 38.
14. Ibídem, p. 39.
15. “ Con el correr del tiempo y pese al mestizaje, el grupo étnico se fue
haciendo dominante; hay evidencias del negro descendiente directo de
los esclavos africanos, es un tipo humano de estatura regular, fornido,
labios gruesos, nariz achatada, pelo negro rizado, lampiño, ojos bri­
llantes, tórax desarrollado y extremidades musculosas; también del
“ zambo” (negro con indio), considerado como el tipo más gallardo de
Barlovento y del mulato. La mayor pureza de la población de color se
registra en el centro de las tierras altas, a ello ha contribuido segura­

73
mente el relativo aislamiento de esas comunidades, en las que también
se aprecia una mayor vivencia del rico folklore de raíces negroides y
traído a estas tierras de Barlovento por ese grupo humano...” Ver:
C on tram ae stre T o rre s, A lb erto . Tcnel. Provincia Fisiográfica II. Sub­
Provincia I I - A. Monografía del Municipio Higuerote. pp. 47-48.
P aúl, L uis A lb erto . Barlovento, riqueza dormida, pp. 17-18.
C on tram ae stre T o rre s, A lb erto . Tcnel. Ob. cit. p. 48.
R equena Q uintero , I b ra h im . Los extranjeros en Río Chico. An­
teayer, ayer y hoy. pp. 19-20. y Contramestre T orres, A lberto .
Tcnel. Ob. cit. p. 48.
“ La población de la zona [Valles del Tuy] en su mayor parte des­
ciende de españoles, indios o de los negros que trajeron los españoles
para trabajar en las haciendas. En la Colonia Mendoza del Instituto
Técnico de Inmigración y Colonización, hay muchos inmigrantes por­
tugueses y españoles...” Ver: P eña , R oberto V. Ob. cit. p. 7.
“ ...La población negra y mulata es muy numerosa en toda la costa;
también en las regiones bajas de Lara, Falcón y Yaracuy [...] hay
también una importante población mestiza en los estados del centro,
y en los de Occidente (Zulia, Lara, Falcón)...” Ver: Rosenblat , An­
gel . La población indígena y el mestizaje en América. I. La población
indígena. 1492-1950. p. 155.
C havez , L uis F ernando . Geografía agraria de Venezuela, p. 168.
H ernández R on , S antiago . Estudio económico y geográfico del
Distrito Acevedo del Estado Miranda, p. 19. Para ampliar la infor­
mación véase: “ Notaciones de Progreso” . En: E l Heraldo de Miranda.
Ocumare del Tuv, año I, N ? 8, 21 de marzo de 1908. [s. p.]
“ Situación Mercantil [...] Río Chico...” En: Boletín de la Cámara de
Comercio de Caracas. Caracas, Año X V III N° 184, Segunda Epoca.
1? de marzo de 1929. p. 4332.
[G im ó n , D avid, h ijo]. Memoria que presenta el Doctor David Gi-
món hijo, Secretario General del Estado Miranda, a la Asamblea Le­
gislativa del Estado, en su reunión del año de 1934. p. 118.
A lamo, Francisco de P. E l Estado Miranda... p. 23.
F ernández y F ernández , R amón . Proyecto para un programa de
desarrollo integral de la Cuenca del Tuy. p. 41.
L eó n Q., B albino J osé . Panaquire, expresión urbana del latifundio
colonial. (.Contribución al estudio del éxodo rural a la ciudad), p. 136.
Idem.
F ernández y F ernández , Ram ó n . Ob. cit. p. 44.
Existe información sobre las actividades agropecuarias de Barlovento y
los Valles del Tuy, para el siglo xviii en M arco A urelio V ila . Geoe-
conomía de Venezuela. Tomo I, pp. 167-168, 332-3’ '
“ Las exportaciones de café, en 1830-1831, tomando en consideración
el movimiento de La Guaira, Puerto Cabello y Maracaibo, ascendieron
a 11.215.340 libras, las de cacao a 7.215.340 libras; las de añil a

74
262.310 libras; las de algodón a 96.893 libras [...] Años más tarde,
en 1845-1846 las exportaciones de café totalizaron 39.062.573 libras,
las de cacao, 9.240.567 libras, las de añil apenas aumentaron...” Ver:
B rito F igueroa, F ederico . Historia económica y social de Venezuela.
Tomo 1. p. 231.
32. C u n il l -Grau , Pedro. El país geográfico en el guzmanato. p. 352.
33. M acph erson , Telasco. Diccionario histórico, geográfico, estadístico
y biográfico del Estado Miranda (República de Venezuela), p. 211.
34 . Idem.
35. Alam o, F rancisco de P. Ob. cit. p. 324.
36. Ibidem, p. 319..
37. Maza Z avala, D.F. “ Notas sobre la economía del cacao en la zona
de Barlovento” . En: Revista del Estado Miranda. Los Teques, N " 3,
Octubre de 1951. p. 6.
38. M acP herson , Telasco. O b cit. p. 211.
39. Idem. .
40. P raag H ermanos, V a n . (Editores propietarios). Directorio anual de
Caracas. Distrito Federal y Estados de la República para 1906... p. 606.
41. Un ejemplo de lo señalado, podemos apreciar al consultar: “ ...Movi­
miento de Cabotaje. Higuerote [...] café...” En: Estados Unidos de
Venezuela. Ministerio de Hacienda. Estadística Mercantil y Marítima.
Semestre de julio a diciembre de 1933. Edición oficial, pp. II-III.
42. C u n ill -G rau , P edro. Oh. cit. p. 208.
43. Idem. ..
44. Macpherson , T elasco . Ob. cit. p. 211.
45. Idem.
46. Idem.
A l. Idem.
48. A lam o, F rancisco de P. Ob. cit. p. 23.
49. Ibidem, p. 30.
50. Idem.
51. Ibidem, p. 35.
52. Idem.
53. Idem.
54 . Idem.
55. Idem.
56. Idem.
57. FernXndez y F ernández, Ramón. Ob. cit. p. 159.
58. D e la P laza, S alvador. E l problema de la tierra. Voi. I., p. 16.
59. F ernández y F ernández, Ramón. Ob. cit. p. 159.
60. Véase en el Apéndice el Testimonio N? 7.
61. Véase en el Apéndice el Testimonio Nv 5.

75
62. R amos G uédez , J osé M arcial . “ Prefacio a la Segunda Edición. Los
descendientes de africanos en Venezuela...” . E n: E l negro en Vene­
zuela: Aporte bibliográfico, p. 10.
63. Véase en el Apéndice el Testimonio N ? 5.
64. S equera de S e g n in i , I sbelia . Ob. cit. p. 97.
65. C o rn ielles , A mado. San Antonio de E l Guapo. Puntal de Barlo­
vento. p. 115. (Subrayado nuestro).
66. EE.U U. de Venezuela. Ministerio de Obras Públicas. Memoria del Mi­
nisterio dé Obras Públicas al Congreso de los Estados Unidos de Ve­
nezuela en 1875. Edición Oficial, pp. 159 a 169.
67. Ibídem. pp. 143 a 158.
68. J akubowsky , F ranz. Las superestructuras ideológicas en la concep­
ción materialista de la historia, p. 197. (Subrayado nuestro).
69. N ovelo, V ictoria . Artesanías y capitalismo en México, p. 226..
70. “ Una industria del Tuy” . En: E l Heraldo de Miranda. Ocumare del
Tuy, Año II N° 23, 10 de julio de 1909. [s.p.]
71. S. C ardoso, C iro F. y H . P érez B rignoli. Los métodos de la historia...
pp. 312-313.
72. C u n il l G rau , P edro. Ob. cit. p. 217.
73. S. C ardoso, Ciro F. y H . Pére z B rignoli . Ob. cit. pp. 312-313...
74. E rnst , Adolfo . Obras completas (Compilación por Blas Bruni Celli).
Volumen IV. La Exposición Nacional de Venezuela en 1883. 2. Do­
cumentos. pp. 37 a 48.
75. Consideramos que los datos suministrados por Marco Aurelio Vila, no
agotan toda la información existente con relación a los establecimientos
artesanales que para la fecha estudiada debían estar ubicados en las
zonas de Barlovento y los Valles del Tuy.
76. C u n il l G rau , P edro. Ob. cit. p. 218. (Subrayado nuestro).
77. Ibídem. p. 211 (Subrayado nuestro).
78. Véase en el Apéndice el Documento N° 4; Además, es conveniente se­
ñalar que en el año de 1889, Venezuela participó en la “ Exposición
Universal de París” y en dicho evento los productos enviados recibieron
varios premios, siendo algunos de ellos: Medalla de Plata por la mues­
tra de cestería, esteras, escobas y juncos e igualmente la Comisión del
Estado Guzmán Blanco [actual Estado Miranda] obtuvo también Me­
dalla de Plata por la exhibición de maderas de construcción y ebanis­
tería. Para ampliar la información, véase: LANDAETA ROSALES,
MANUEL. Gran recopilación geográfica, estadística e histórica de
Venezuela... Tomo I I , p. 170.
79. Siendo algunas de ellas: la zona de Los Teques y áreas vecinas, los
valles de Guarenas-Guatire, etc.
80. Macpherson , T elasco . Ob. cit. pp. 165, 173, 176.
81. Miranda (Edo.) Venezuela. Sección de Estadística. Estadística del
Estado Miranda. Formada por disposición del Señor General J. M.
García Gómez... p. 204.

76
82. A lamo. F rancisco de P. Ob. cit. p. 22.
83. “ Una industria del Tuy” . En: E l Heraldo de Miranda. Ocumare del
Tuy, año II. N ° 23. 10 de julio de 1909. [s. p.]
84. “ Movimiento industrial” . En: E l Heraldo de Miranda. Ocumare del
Tuy, Año I N “ 27, 8 de agosto de 1908. [s.p.]
85. “ Notaciones de progreso” . En: E l Heraldo de Miranda. Ocumare d jl
Tuy, Año I N? 8, 21 de marzo de 1908. [s.p.]
86. “ Una industria del Tuy” . En: E l Heraldo de Miranda. Ocumare del
Tuy, Año II N° 23, 10 de julio de 1909. [s.p.]
87. “ Movimiento industrial” . En: E l Heraldo de Miranda. Ocumare del
Tuy, Año I N ° 27, 8 de agosto de 1908. [s.p.]
88. “ Mantequilla” . En: E l Heraldo de Miranda. Ocumare del Tuy, Año
I, N“ 31. 5 de sedembre de 1908. [s.p.]
89. D alton , L eonardo V. Venezuela, p. 132.

77
A PEN D ICE DO CUM EN TAL
TESTIM O NIAL
Y
ESTADISTICO
DOCUMENTO N° 1

Félix Méndez, vende una hacienda de caña de azúcar


a Teodoro Díaz. San Francisco de Yare, 1880.

“ ...Félix MéniJez, mayor de edad, vecino de Yare en


el Distrito Ibarra del Estado Bolívar y hábil para tratar,
por el presente documento otorga: Primero: he dado en
venta legal perpetua al ciudadano Teodoro Díaz, de este
mismo vecindario ... la hacienda (de caña de azúcar) de­
nominada “ La Pastora” sita en jurisdicción de este Dis­
trito Ibarra ... Quinto: Para mayor claridad también otor­
go, que la presente venta comprende, no solamente los
terrenos cultivados y los incultos, sino también casa de
habitación, oficinas, maquinarias, herramientas y todo lo
inherente y perteneciente a la finca...”

Fuente: “ Documento N- 18. Folios 13 vto. a 14” . E n: 1880. Indice Du­


plicado del Cuarto Trimestre del presente año. Ocumare del Tuy.
Distrito Ibarra. Registro Principal del Estado Miranda. Los Te-
ques. (Subrayado nuestro).

81
DOCUMENTO N? 2

El Sr. Bernardo A. González, Jefe Civil del Distrito Aris-


mendi de la sección Bolívar informa al Gral. Antonio Guz-
mán Blanco, que el distrito que se encuentra bajo su man­
do coopera con la Exposición Nacional de Venezuela
en 1883

Cancagua: 11 de Setiembre de 1882.

Señor General Antonio Guzmán Blanco, Regenerador, Pa­


cificador y Presidente de la República.
Caracas
Ilustre Americano:
A las dos p.m. de este día he tenido el honor de recibir
su atenta del 27 de julio de este año con que U. me ha dis­
pensado la honra de distinguirme. En ella me parcitipa
estar decretada la Exposición Nacional, que se verificará
en Caracas el año entrante, como uno de los homenajes
de gratitud dignos del Centenario del Libertador. Lleno
de confianza, Ilustre Americano, pedís hoy el concurso
de todos vuestros amigos, con el laudable objeto de elevar
la magnificencia de la gloriosa fiesta hasta donde sea hu­
manamente posible.
Yo que estimo como un favor de la suerte la honra de
creerme amigo vuestro, que soy recalcitrante admirador de
vuestras glorias porque son al mismo tiempo las glorias
de la Patria: siento agradable placer en manifestaros con
toda la efusión de mi alma, que no omitiré medios en la
humilde esfera de mis facultades; á fin de corresponder á

82
tan elevada confianza, tanto por mi propio derecho, como
en nombre del Distrito Arismendi de la Sección Bolívar,
que actualmente tengo la honra de presidir. Cada nuevo
día, Ilustre Americano, os hacéis más digno del amor de
vuestros conciudadanos, porque cada nuevo día ponéis en
práctica un nuevo dogma de enseñanza provechosa para
la Patria. En diez años que habéis dirigido la República,
nos habéis enseñado, primero á ser soldados, después á
ser ciudadanos, más tarde á ser independientes y por últi­
mo hoy vuestro más noble empeño es enseñarnos una de
las virtudes más elevadas en materia moral que es la gra­
titud hacia nuestros grandes bienhechores. Permitidme.
Ilustre Americano, que os felicite muy sinceramente por
esta nueva prueba de amor á las grandezas de la Patria, y
que os dirija mis súplicas al Sér Supremo por vuestra con­
servación y felicidad, para honra de la Nación y orgullo
del partido liberal.
Con toda consideración y respeto tengo á honor suscri­
birme su humilde pero leal amigo, Q.B.S.M.

Bernardo A. González

P.D. - Ya nuestro amigo General Quevedo, digno Go­


bernador de la Sección Bolívar, é infatigable en procurar
hacer eficaz el cumplimiento de las órdenes de U., nos ha­
bía dirigido una fina excitación-relativa al mismo asunto.
Vale.

Fuente: E rn st, A do lfo . Obras completas. (Compilación por Blas Bruni


Celli). Volumen IV. La Exposición Nacional de Venezuela en
1883..., pp. 182-183.

83
DOCUMENTO N ° 3

E l Sr. Iginio Martínez, Jefe Civil del Distrito Miranda


informa al Gral. Antonio Guzmán Blanco, que el Distrito
que se encuentra bajo su mando cooperará con la
Exposición Nacional de Venezuela en 1883.

Río Chico: octubre 14 de 1882.

Señor General Antonio Guzmán Blanco, Ilustre Ameri­


cano, etc., etc., etc.

Mi estimado General y amigo:

En contestación á su estimable de fecha 27 de julio últi­


mo, donde me participa estar decretada la Exposición Na­
cional que se verificará el año entrante en homenaje del
Libertador tengo á honra decir á usted que trataré por
cuantos medios sean posibles que este Distrito de mi
mando coopere á engrandecer la apotéosis del Padre de
la Patria.

Soy de usted afectísimo S.S.

Iginio Martínez.

Fuente: E rnst , A dolfo. Obras completas. (Compilación por Blas Bruni


Celli). Volumen IV . La Exposición Nacional de Venezuela ,n
1883... pp. 210-211.
DOCUMENTO N? 4

Productos y objetos en la Exposición Nacional de 1883.

“ De propósito hemos evitado en nuestro artículo pre­


cedente sobre la Exposición Nacional descender á detalles
acerca de los varios productos y objetos exhibidos, y más
todavía hacer especiales é interesadas recomendaciones en
favor de algunos y determinados expositores” .
“ Y á fe que al proceder de esta manera, nos hemos
ajustado á razones y motivos fundados, entre ellos, los
de alta moralidad de la prensa, pues para lo primero he­
mos creado dos grandes secciones en este diario, digna­
mente servidas por los señores doctor A. Ernst y general
Ramón de la Plaza, quienes con su competencia reconocida
en los respectivos ramos que desempeñan, están dando
con sus bien escritas Revistas la idea más cabal que puede
desearse de la Exposición, al extremos de que la prensa
del país aprovecha — de lo cual nos alegramos mucho—
los importantes trabajos de nuestros colaboradores, y aun
hay por ahí periódicos que transforman estos datos y no­
ticias á su manera, ó los insertan sin decir la fuente de
donde los toman, en lo que no sabemos si andarán muy
comedidos” .
“ Y en cuanto á lo de recomendaciones (reclames en
francés), no estamos dispuestos de ningún modo á con­
vertir en objeto de especulación los elogios que deben
reservarse únicamente para el estímulo de las artes y las
industrias. Deprimir ó ensalzar por el solo móvil del inte­
rés, antes de que los Jurados den sus fallos y como tra­
tando de prevenirlos ó coacionarlos, sería en nosotros una
falta de miramiento á las tan entendidas como respetables
personas que los constituyen, y en cierto modo depresivo
á la dignidad del país y al decoro del Centenario” .
“ He ahí por qué hemos pedido con instancia á los
caballeros Ernst y Plaza, que eviten en los interesantes
artículos que están escribiendo, todo lo que pudiera tener
el más leve asomo de parcialidad en sus juiciosas aprecia­
ciones” .
“ Cuando con la mirada intelectual examinamos ese
mundo de producciones naturales é industriales y de ob­
jetos que forman la primera Exposición Nacional de Ve­
nezuela, es imposible dejar de reconocer por una parte,
los fecundos y poderosos elementos de vida que guarda
nuestro suelo privilegiado, y por otra los grandes ade­
lantos que en el ramo industrial, artístico y manufacturero
se han hecho desde que consolidado el triunfo regenerador
de la Revolución de Abril han cesado los desastres de las
guerras civiles que habían destruido hasta los gérmenes
del progreso en Venezuela” .
“ Todos los Estados y Secciones de la República han
puesto de relieve estas verdades con los preciosos y va­
riados contingentes que han remitido a la Exposición, sin
embargo de que se echa de menos un buen número de
productos” .

“ Un país que posee entre otras clases de cacao, el de


Chuao que disputa la palma al de Soconusco, reputado por
el mejor del mundo; donde el cultivo del café de excelente
calidad se haya tan extendido que por sí solo constituye
una riqueza inagotable, fruto de que en la Exposición,
fuera de otras procedencias, Carabobo solo ha presentado
treinta y dos muestras de varias clases y otras tantas la
Sección Bolívar y lo mismo el Estado de los Andes, aun­
que á nuestro juicio habría sido mejor haberlo hecho en
una forma no tan reducida como la de frascos; y donde
el algodón llegó á ser en años pasados un artículo expor­
table de la mayor importancia por sus cuantiosos rendi­
mientos, y del cual han enviado primorosas muestras Bar­
celona y Maturín con quienes han entrado en competencia
Carabobo, Lara, Portuguesa, Guárico, Falcón, Nueva E s­
parta, Barcelona y otras Secciones, y donde ya se han im­
plantado telares para tejidos; un país que cuenta entre
sus productos, él tabaco, el añil y tesoros por explotar de
plantas tintóreas, textiles y medicinales y zonas para la
cría que ya quisieran tener otras naciones, no necesita para
su prosperidad y engrandecimiento, sino población, ca­
pitales é industrias, todo lo cual no puede obtenerse sino
con la paz fundada en bases inconmovibles...”

Boletín del Archivo Histórico de Miraflores. Caracas, Años X X III-


X X IV , Nos. 116-117, Enero-Diciembre 1983. pp. 64 a 66. (Tomado
de La Opinión Nacional. Caracas, N 9 4.227).
DOCUMENTO N- 5

E l Sr. Dr. Críspuculo Uxcátegui, Arzobispo de Caracas,


organiza junta para fabricar la nave lateral y otras nece­
sidades de la Iglesia de Santa Lucía. 1887.

Libro de Gobierno N- 3

Formado por mí el Pro. Francisco José Alvarado siendo


Cura Interino de esta Parroquia de Santa Lucía diciembre
13 de 1887” .
Fol. 3 Santa Pastoral Visita del Señor Dr. CríspucuJb
Uzcátegui, Arzobispo de Caracas 10 de Diciembre 1887. -
El Señor Arzobispo organizó una Junta para fabricar la
nave lateral... Autorizó al Párroco para vender los mila­
gros y emplearlos para la fábrica de la nave y otras nece­
sidades... Al página 7 se habla de “ pilas de mármol” ad­
quiridas por el Pro. Francisco José Alvarado... 1887. -
Visitó el Señor Arzobispo la Capilla del Calvario y la Casa
de Beneficiencia “ edificios ambos que son obras del Señor
Pro. Eladio Ruiz... y del Pro. Francisco Antonio Wan­
lochten... pág. 7 y 8. - Confirmó el Señor Arzobispo 1662
personas. - Se confesaron “ como dos mil" y la Sagrada
Eucaristía “ cerca de m il” ...
Fol 118 Inventario de la Santa Iglesia Parroquial -
hecho por el Pro. Armando Larrouyez, Cura Interino 19
de Enero de 1895. Altares: Altar del Nazareno - altar del
Santo Sepulcro - altar de Nuestra Señora del Carmen - La
imagen del Sr. San José - la imagen de San Francisco de
Paula - la imagen del Niño Jesús - Nuestra Señora de los
Dolores - San Pedro - Sta. Rosalía - altar de Animas - altar
del Rosario • Santo Domingo Sagrado Corazón de Jesús -
Imagen del Crucificado - San Miguel - Las dos Marías -
Imagen de la ¿Magdalena en la familia Méndez - Una Santa
Lucía (nueva) - San Juan Evangelista - San Isidro - San
Antonio - La Inmaculada - Sr. Valentín Lombano - Ma­
yordomo de Fábrica.

Fuente. M arian ch ich , F ray M ariano. “ Documentos del Archivo Parro­


quial de Santa Lud a (1722-1981)” . En: Santa Lucía de Pariaguán
(1621-1981). Un Pueblo del Estado Miranda, pp. 164-165. (Sub­
rayado nuestro).

89
DOCUMENTO N- 6

Decreto del 27 de octubre de 1904, por el cual se ordena


construir en esta Ciudad y en cada una de las Capitales de
los Estados de la República, sendos edificios destinados a
escuelas de artes y oficios. Caracas, 1904

G e n e r a l C ip r ia n o C a st r o ,
P R E S ID E N T E P R O V IS IO N A L D E L A R E P Ú B L IC A
En uso de las facultades de que estoy invertido,

D ecreto :

Artículo 1" Procédase á construir en esta ciudad, capital


del Distrito Federal, y en cada una de las Capitales de
los Estados de la Unión, un edificio destinado á Escuela
de Artes, y Oficios. En la construcción de dicho edificio
deberán tenerse presente las prescripciones del Código de
Instrucción Pública sobre el particular.

Artículo 2° La Escuela de Artes y Oficio de esta ciudad


se levantará en la misma área y sobre las ruinas de la que
antes existió.

Artículo 39 Para la contrucción de la Escuela de Artes y


Oficios de esta capital se destina la cantidad de sesenta
mil bolívares (Bs. 60.000), y la de treinta mil bolívares
(Bs. 30.000) para cada una de las que han de edificarse
en las capitales de los Estados, de acuerdo con el tamaño
de dichas obras.

90
Artículo 4° El personal directivo de dichos institutos se
nombrará por Resoluciones especiales y en la misma for­
ma se fijará su respectivo presupuesto.
Artículo 5? Los Ministros de Instrucción Pública y de
Obras Públicas quedan encargados de la ejecución del pre­
sente Decreto.
Dado, firmado, sellado con el Sello del Ejecutivo Na­
cional y representado por los Ministros de Instrucción
Pública y de Obras Públicas, en el Palacio Federal, en
Caracas, á 27 de octubre de 1904 - Año 94° de la Inde­
pendencia y 46° de la Federación.

(L .S .) C ip r ia n o C a stro

Refrendado

El Ministro de Instrucción Pública


(L .S.) Eduardo Blanco

Refrendado

El Ministro de Obras Públicas


(L .S.) R. Castillo Chepellín

Fuente: EE.U U. de V e n ezuela. Recopilación de Leyes y Decretos de Ve­


nezuela. Tomo X X V II (Volumen 2 ). Año 1904. Edición O fidal.
p. 368.

91
DOCUMENTO N? 7

Decreto por el cual se renueva la Escuela Nacional de Artes


y Oficios. Caracas, 1909.

P R E S ID E N C IA D E L A R E P Ú B L IC A

G en eral J . V. G óm ez
P R E S ID E N T E D E LA R E P Ú B L IC A

D ecreto :

Artículo 1° La Escuela Nacional de Artes y Oficios


dará la enseñanza teórica y práctica en los oficios siguientes
que se irán aumentando á proporción que el Gobierno lo
juzgue conveniente:
1? Albañilerfa 2° Carpintería 3° Herrería 4° Fundición
5V Armería 6? Mecánica 79 Ebanistería y Tapicería 8? Ti­
pografía, Litografía y Encuadernación y 9? Cerámica: (eje­
cución de obras de greda, yeso, cemento romano, adoqui­
nes, etc., etc.).
Artículo 2°- La enseñanza durará tres años, pasados los
cuales recibirán el título de Maestros los alumnos que
hayan cursado en la Escuela.
Parágrafo único. A los dos años pueden graduarse de
Oficiales.
Artículo 3? Cada una de las nueve profesiones anterio­
res será enseñada por un Maestro del ramo. Este dará la

92
enseñanza práctica á los alumnos y será el Jefe de los Ofi­
ciales y alumnos del taller respectivo.
Artículo 4° Aparte de la enseñanza tanto práctica como
teórica que dará la Escuela, ella se ocupará de hacer tra­
bajos al Gobierno en sus oficinas, obras públicas, repara­
ciones, etc., etc., así como a los particulares.
Artículo 5° Los fondos que produzca la Escuela perte­
necerán á la Renta de Instrucción Pública y al efecto de
aumentarlos, el Gobierno encargará a la Escuela, dentro
de la capacidad de ésta, la ejecución de parte de sus tra­
bajos en los ramos de Mecánica, Herrería, Fundición, Ar­
mería, Carpintería, Ebanistería y Tapicería, Latonería y
Cerámica.
Artículo 69 El personal de la Escuela será el siguiente:

Un Director
Un Subdirector-Secretario y Profesor de Teoría
Dos Ayudantes Profesores de Teoría
Un Almacenista-Vigilante
Un Dibujante
Un Cajero y Tenedor de Libros
Nueve Maestros de Oficios
Un Mecánico práctico, Jefe de Talleres
Tres Peones
Un Maquinista
Un Fogonero
Un Portero
Un Sirviente.
Artículo 7° Cuando las necesidades del servicio exijan
el aumento de operarios, el Director lo participará al ciu­
dadano Ministro de Instrucción Pública. El aumento de
presupuesto no será pagado por Tesorería, sino de los
fondos de la Escuela.
Artículo 8? Mensualmente pasarán los fondos acumula­
dos á la Tesorería Nacional, donde se llevará una cuenta
especial de este ramo.

Artículo 9° Los alumnos que á juicio del Director so­


bresalgan en sus respectivos oficios, ganarán un pequeño
jornal, proporcionado a sus méritos y a las horas hábiles
de que puedan disponer.

Artículo 10^ Como un estímulo á los alumnos de la


Escuela Nacional de Artes y Oficios, el Gobierno les dará
con preferencia trabajos en sus obras, cuando salgan ya
graduados de la Escuela.
Artículo 11° La Escuela conferirá los títulos de Oficial
y de Maestro. La enseñanza para lo primero durará dos
años y para el grado de Maestro tres años.
Artículo 12° La distribución de materias lo mismo que
toda la reglamentación interna del establecimiento será
hecho por la Dirección del Instituto y sometida á la con­
sideración del Ministro de Instrucción Pública para su
aprobación.
Artículo 13? Los nombramientos de Director, Subdi­
rector, Cajero Tenedor de Libros y Profesores corres­
ponde hacerlo al Ministro de Instrucción Pública. Los
nombramientos de empleados subalternos, como Dibu­
jantes, Oficiales, Porteros, Fogoneros, etc., etc., los hará

94
el Director, dando parte al ciudadano Ministro de Instruc­
ción Pública.
Artículo 14° El Director al ser removido de su cargo
entregará bajo formal inventario al que lo reemplace, per­
cibiendo mientras lo ejecute su sueldo íntegro.
Artículo 15? Para los nombramientos de empleados, el
Director presentará una terna al Ministro de Instrucción
Pública.
Artículo 16" Se deroga el Decreto Ejecutivo de veinte
de abril de mil novecientos siete.
Artículo 17° El'Ministro de Instrucción Pública queda
encargado de la ejecución del presente Decreto.
Dado, firmado, sellado con el Sello del Ejecutivo Fe­
deral y refrendado por el Ministro de Instrucción Pública,
en Caracas, á 8 de enero de 1909. Año 98 de la Indepen­
dencia y 5O9 de la Federación.

(L .S .)

J.V . G óm ez

Refrendado.

El Ministro de Instrucción Pública,

(L.S.)

Samuel Darío Maldonado

Fuente: Gaceta Oficial. Estados Unidos de Venezuela, Caracas, Año


X X X V II. Mes III , N? 10.589, 9 de enero de 1909. p. 30.795.

95
DOCUMENTO N? 8

Decreto en el cual se le pide al Ejecutivo Federal liberar


de impuestos los libros importados que traten de Ciencias,
Artes, Oficios y Educación. Caracas, 1910.

LA CAMARA D E L SENADO D E LOS


ESTADOS U N IDO S DE VENEZUELA

C o n s id e r a n d o :

Que es de gran interés para el desarrollo intelectual del


país la facilitación de la lectura de buenos libros, lo cual
no podrá conseguirse mientras el libro impreso no circule
fácilmente y sea comprado en condiciones económicas tales,
que pueda llegar hasta los últimos lectores de la escala
social, á aquellos, es decir, en los cuales el afán de la cul­
tura vive, pero no va ordinariamente unido con la exis­
tencia de medios económicos.

A c u e r d a .-

1? Excitar al Ejecutivo Federal para que conceda libre


de derechos de importación, los libros que se importen
al país, bajo cualesquiera forma, siempre que traten de
ciencias, artes y oficios y á los libros de Instrucción.

96
2° Nombrar una Comisión especial para que agencie
con el Ejecutivo Federal dicha exoneración, y ponga en
sus manos al presente acuerdo.
Dado en el Palacio Federal Legislativo, en Caracas, i
los veinticinco días del mes de junio de 1910. Año 99
de la Independencia y 51 de la Federación.

El Presidente,
/ Gil Fortoul

El Secretario,
G. Terre'ro-Atienza

Fuente: Gaceta Oficial. Estados Unidos de Venezuela. Caracas, Año


X X X V III, Mes IX , N- 11.043, de julio de 1910. p. 32.927.
TESTIM ON IO N? 1

Las construcciones de bahareque

“ Poco ó nada encontramos escrito sobre contracciones


de ‘pajareque’ ‘pajarete’ ó ‘bahareque’, y apenas en algu­
nos diccionarios se lee: ‘Bahareque. - En América Meri­
dional pared hecha de palos hincados entretejidos con ca­
ñas y barro, y a veces sólo con cañas’ ” .
“ Definidas así estas construcciones, parecen tan des­
preciables que 110 son dignas de un estudio especial; pero
las hemos visto tan elegantes y suntuosas, tan sólidas,
seguras y bien molduradas, que juzgamos oportuno decir
algo sobre ellas, muy particularmente porque son verda­
deras construcciones á prueba de temblores” .*
“ ...el pueblo era de madera y pajareque y los techos de
hojas de palmera. Río Chico se incendió varias veces por la
misma causa [...] Ahora es casi imposible que ocurran
tales conflagraciones, con casi todas las viviendas de la­
drillo cocido o de bloques de concreto, tejados de zinc o
de asbesto y la mayoría de las casas separadas las unas
de las otras...” * *
* Fuente: B eroes, A u relio . “ Las construcciones de bahareque” . En:
Revista técnica del Ministerio de Obras Publicas-Publicación mensual. -
Curacas, Año II, N9 19, julio de 1912. pp. 368-369.
** F ebres C ordero, J ulio . Cuenterío barloventeño. p. 23.
TESTIMONIO N? 2

Uso de máquinas en el beneficio del café en algunas ha­


ciendas del Estado Miranda. Primera década del siglo xx.

“ En el Estado Miranda hay oficinas particulares, es


decir las de cada hacienda, que cuando llegan á cierta pro­
ducción costean instalaciones movidas ya al vapor ya por
agua, empleando las grandes y antiguas ruedas ó las mo­
dernas turbinas Pelton; y oficinas para beneficiar cafés
de distintas procedencias, algunas movidas por la elec­
tricidad. Las operaciones subsiguientes á que se somete el
grano, después de su recolecta en los campos, son bien
conocidas, y por eso las omitimos, siendo por otra parte
objeto de estudios monográficos, no destinados á esta
obra; bastará enumerar las máquinas y su destinación” .
“ En primer lugar, bajan las bayas de café por una tolva
hasta el cilindro descerezador que las deja sin pulpa alguna
y separa al mismo tiempo los granos verdes” .
“ Por cierto tiempo se deja en un estanque con agua el
café descerezado, á fin de que fermente la sustancia mu-
cilaginosa ó baba que contiene; luego se practica el lavado,
que consiste en remover con palas de madera todo el café
depositado en los estanques y cambiarles el agua una ó
más veces. En ciertas oficinas, el lavadero se coloca en
punto más elevado que el nivel de los patios, de modo
que el café cae á éstos arrastrado por el agua, pasando por
lozas agujereadas ó manares donde se escurre, siendo luego
extendido para que seque” .

100
“ Si el tiempo es favorable y hay sol suficiente, se seca
el café en 3 ó 4 días, rastrillándolo y apilándolo con fre­
cuencia; si no fuere así, pasa á una desecadora (las del sis­
tema Guardiola son las más usadas) donde se seca por
calor artificial en 6 ú 8 horas” .

fuente: A lamo, F rancisco de P. E l Estado Miranda... p. 226.

101
TESTIMONIO N? 3

Rafael Martínez. Carpintero

Alto, delgado, como de setenta años, de caminar erguido


y parpadear permanente, masticando hojas de tabaco en
rama que nunca faltaban en el bolsillo. Su oficio era el de
carpintero en su rancho o a domicilio.
Para don Rafael todo el mundo era su hijito, así tuviese
barbas canosas o fuese un muchacho.
Siempre era solicitado para componer mesas, sillas y
todos los enseres caseros cojos o inservibles.
Que esta mesa ya no alcanza para tanta gente; que hace
falta un aparador para los platos; pues a esperar que venga
el maestro Rafael para que resuelva el caso con sus manos
prodigiosas y la mesa quedaba alargada y el artefacto de
la cocina modificado a gusto de la dueña de la casa quien
muy contenta decía a don Rafael: espere un poquito y re­
gresaba con otros utensilios que estaban reclamando
reparación.
— Sí, mijita, sí; ¡como no mijita! Y dando mordiscos a
la hoja de tabaco allí mismo comenzaba la faena reparadora.
Maestro es quien enseña y crea.
Y nuestro Rafael Martínez lo era al enseñarnos a no des­
perdiciar lo que consideramos inútil o inservible.
Tenía nuestro personaje para su exclusivo uso un voca­
bulario de frases y refranes de lo más gracioso. Según él

102
“ el capo es un ser cantante, musical y sonoro” ; “ el perro
un cuadrúpedo mordiente, amigo del hombre” ; “ la culebra
un ser rastrante, inofensiva si no la pisan o torean” y así
un rosario de definiciones al parecer disparatadas. En sus
tiempos mozos fue don Rafael hombre de averías según las
crónicas del pueblo.
Una vez se sintió aludido y ofendido en la plática del
cura, quien en ocasión de hablar sobre la humildad y po­
breza de San José, dijo desde el púlpito: “ San José no fue
hombre rico y acomodado. San José fue un pobre car­
pintero que vivía al día de su oficio; o mejor dicho: fue
un carpintero chambón y chapucero como el maestro Ra­
fael Martínez” .
Don Rafael, que oía el sermón, parpadeó, dio vueltas
a la mascada de tabaco entre la boca, y rechazó en voz
alta la comparación, replicando al cura:
“ Lo que no sabe usted, Padre Parili, es que a más de
cuatro los mandé a San Pedro y que es mucho el barri-
goncito que todavía me pide la bendición” .

Fuente: P arada, N emecio . De Ocumarc a Miraflores. pp. 50-51.

103
TESTIMONIO N° 4

Carlos Palumbo Rodríguez, fotógrafo, platero y herrero.

E l fotógrafo del pueblo era Carlos Palumbo Rodríguez,


hombre también habilidoso en las artesanías, platero y
herrero consagrado y quien con gran audacia también se
comprometió con el Vicario Bacalao a hacer en hierro la
cúpula de la Iglesia de Ocumare, pero el artefacto resultó
tan pesado que el Padre Bacalao no creyó conveniente
montarlo sobre la base existente.

Fuente: P arada, N emecio . D e Ocumare a Miraflores. p. 34.

104
TESTIMONIO N? 5

Francisco León, músico y artesano de San Antonio


de El Guapo. Primeras décadas del siglo xx.

“ ...Francisco León, vecino aficionado a la música, di­


vertía a los jóvenes. Era un hombre de un delicado oído
para ciertos instrumentos musicales pero muy especial­
mente se convertía en un verdadero artista, cuando to­
maba de sus manos la marimba. Se hace la marimba de
una verada — eje de la inflorescencia de la caña brava—
y una cuerda. León, imitando a Paganini, quien tocaba un
violín de una sola cuerda con habilidad prodigiosa, delei­
taba a los que se reunían en fiestas y saraos. Lamentable­
mente, debido a los escasos recursos económicos con que
contaba, no le fue posible dedicarse por entero a esa
actividad. Cuando niño, su padre, Concepción León, le
enseñó a hacer canastos y cestas, trabajo que hacía muy
bien. Un canasto, hecho por Francisco León, duraba el
doble que otro de los que se vendían en las bodegas” .

“ Francisco León en las horas libres se dedicaba a prac­


ticar la música con su marimba. Era tanto el interés que
ponía en ese instrumento de origen indio, que no era raro
ver a los muchachos irrumpiendo el compás de su música.
Los domingos por la tarde se reunían diez o más parejas,
para bailar en el patio de la casa de su suegro, donde daba
sombra un frondoso caimito. Desde muy lejos podían oírse
las carcajadas de los muchachos, confundidas con las notas
musicales de la marimba de Francisco León. Músico popu-
larísimo, se ganaba la vida haciendo cestas y canastos.

105
Igualmente hacía pipas muy bonitas que eran muy soli­
citadas por los fumadores distinguidos de la comarca. Las
hacía de una greda muy resistente que sacaba del fondo
del río Guapo. Decía que se trataba de una mina de greda
amarilla que había frente al Guayabo de las Delicias.
Como Francisco León era muy conversador, siempre, ha­
blando, afirmaba: “ Carachito, si esa mina de greda se
industrializara, numerosos venezolanos podrían trabajar
haciendo artefactos de barro. Sería una manera muy agra­
dable para muchos ganarse el pan cotidiano, moldeando
pipas, múcuras, tinajas, materos, etc.”

Fuente: C ornielles , A mado. San Antonio de E l Guapo. Puntal de Bar-


TESTIMONIO N" 6

Dos barberos de Ocumare del Tuy

Uno de los barberos más famosos de Ocumare era


Juancito Díaz, una ñapa de hombrecito que escasamente
llegaba al metro de altura y quien arreglaba a muchos
clientes en la plaza, frente a la Iglesia, bajo la amorosa
sombra de un mamón y al compás de la sinfonía de mil
pájaros cantores. Había otro barbero de apellido Monas­
terios, algo pasadito de horno y con un gran lunar peludo
sobre el labio superior. De Monasterios se contaba que
años atrás, a comienzos del siglo llegó a su barbería un
abogado caraqueño quen le pidió rápido servicio, pues
debía ir al Tribunal. Y como Monasterios no tomara en
cuenta la petición del cliente y se dedicara a realizar una
verdadera obra de arte en el rostro del abogado, éste
volvió a repetirle la razón de su urgencia. A lo cual le
respondió Monasterios: “ No se apure mucho dotorcito,
que en este pueblo el Juez soy yo” .

Fuente: P arada, N emecio . De Ocumare a Miraflores. p. 34.

107
TESTIMONIO N? 7

Santos Mieres Rodríguez, músico-artesano y su esposa


Amelia, costurera o “ sastra” . San Antonio de El Guapo.

“ Tres días después de la cayapa de 1939, Santos Mieres


Rodríguez, desde su chinchorro, tocaba el arpa y las nu­
merosas personas que transitaban por el Camino Real
podían oír sus piezas musicales que según su yerno, Ale­
jandro Gutiérrez, terminaban en “ cun, cun, cun” ... El
arpa que hacía sonar Mieres, la había fabricado con un
pedazo de madera que le regaló Casimira Achique. Muchas
noches oimos tronar el arpa de don Santos, confundida
con el ruido de la máquina de coser de Amelia. Así se
llamaba su mujer que era una buena sastra. En 1930
me confeccionó un traje blanco que estrené el 24 de julio
de ese año en la velada que, en honor al Libertador, or­
ganizó en San José de Río Chico mi tía Aurora Cornielles
quien en esa época era directora de la escuela de la
localidad” .

Fuente: C o r n ie lle s, Amado. San Antonio de E l Guapo. Puntal de Bar­


lovento. p. 106.

108
TESTIMONIO N- 8

Ramón Camejo, carpintero y albañil, vecino de los Ca-


ñitos, Jurisdicción de San Antonio de El Guapo.
Primeras décadas del siglo xx.

“ Además de los habitantes de San Antonio, había nu­


merosas personas vinculadas a sus haciendas, a sus comer­
cios, a su manera de vivir... Ramón Camejo era una de
esas criaturas. Este hombre que tenía su casa en Los Ca-
ñitos, a un lado del ferrocarril, podía vérsele todos los
días en San Antonio, vendiendo tabaco o bien haciendo
trabajos de carpintería o albañilería en las casas de co­
mercio o de personas medianamente acomodadas. Los
domingos se le veía jugando dominó, bebiendo aguar­
diente, cuando la situación estaba mala o ron viejo, si las
entradas económicas le eran favorables” .
“ Ramón Camejo tenía fama de hombre culto. En su
juventud había leído mucho debido a que prestó el servicio
militar bajo la dirección de un paisano suyo, el General
Lorenzo Guevara. Este constantemente le decía:

— “ Cabo Camejo, pase por mi casa para darle unos


libros” .— El General Guevara quería que los jóvenes de
Barlovento se prepararan, porque él era uno de los pocos
oficiales de vasta cultura con que contaba el país” .

“ Ramón Camejo tenía muy buena letra, era trabajador


y honrado pero, cuando se embriagaba, “ se volvía loco” .
Por esa razón se ahogó en el Caño Las Navas en 1949.

109
Fue arrastrado caño abajo y cuando lo encontraron los
zamuros, se disputaron su cadáver. Como recordatorio de
esta tragedia, permanece allí aún la cruz significativa del
lugar del suceso doloroso...”

Fuente: Co r n ie u .e s , A mado. San Antonio de E l Guapo. Puntal de Bar­


lovento. pp. 135-137.
TESTIMONIO N? 9

Industria y artesanía en el Municipio Higuerote.


Quinta y sexta décadas del siglo xx.

“ La industria y la artesanía no constituyen fuente im­


portante de riqueza para el municipio, los establecimientos
existentes, localizados todos en las tierras bajas, responden
en su casi totalidad a la clasificación de pequeña industria
y están referidos fundamentalmente a elaboración de pro­
ductos alimenticios tales como pan, queso, miel, etc.; de
materiales de construcción, extracción de arena; fábricas
de muebles, sastrerías, confección dt sombreros, etc. La
producción de alimentos escasamente satisface las necesi­
dades de la comunidad; la leche y el queso provienen de
los dos asentamientos agro-pecuarios de las tierras bajas,
el pan es elaborado por dos panaderías, la miel proviene
de 14 unidades de explotación que cuentan con 26 col­
menas y producen cerca de 33 Kgs. anuales” .
“ En lo que a materiales de construcción atañe, se cuen­
tan dos pequeños establecimientos, uno de ellos utiliza
mano de obra totalmente venezolana, obtiene sus mate­
rias primas en la región, excepto el cemento que es adqui­
rido en Petare, y produce entre 600 y 700 bloques diarios
cuyo mercado está distribuido entre el municipio y Ca­
racas; el otro utiliza mano de obra mixta, obtiene parte
de sus materias primas en la región y en Caracas, y ma­
nufactura tubos de distintos diámetros, pocetas, tanques
de agua, bajantes, cerámica, bloques, etc., cuyo mercado
es la capital de la República y el propio Higuerote” .
Fuente: Contramestre T orres, A lberto . Tcnel. Provincia fisiográfica II.
Sub-Provincia II-A Monografía geográfica del Municipio Higuerote.
p. 106.

111
CUADRO N* 1

EXTRA N JERO S RESID ENTES EN D ISTRITO S CORRESPO NDIENTES A BARLOVENTO Y LOS VALLES D EL TUY.
1873.

Ammencii
Urdaneta
Acevedo
Miranda
Paz Castillo

Guzmán Blanco

Fuente: V ila , Marco A urelio . Una geografía humano económica de la Venezuela de 1873. p. 71.
Recolección de cacao en una hacienda de Barlovento. Foto Inferior: Oficina y
depósito de la “ Hacienda La Virginia” , destilería de Alcohol, en el Municipio
Autónomo Paz Castillo. Edo. Miranda.
Tambor Mina y Curbata o Curbeta, fabricados en Capaya por Pedro Cartagena.
A la derecha: Torreón de la Vieja Hacienda, Marín, cercana a la población de Cúa.
Abajo: Niño barloventeño tocando quitiplás instrumento típico de Barlovento. A
la derecha: Pilón de madera fabricado por Pedro Cartagena.
Cesta de cañabrava, batea
de madera y manare,
utensilios de uso
doméstico en Capaya y
otros pueblos de Miranda.
Fabricante de sillas de madera con asiento de cuero.
(Foto de Petre Maxim)

Artesano barloventeño, a
punta de machete, perfora
un cilindro de madera
para hacer un tambor.
(Foto de Petre Maxim)
i

Casa en ruinas de la que fue “ Escuela


Artesanal” de Capaya.
CUADRO N? 2

NUMERO DE EXTRANJEROS RESIDENCIADOS EN LA SECCION


BOLIVAR DEL ESTADO MIRANDA. 1891.

Norte-Americanos .............................................................................................. 34

Colombianos ...................................................................................................... 41

Repúblicas Sur-Americanos ............................................................................. 10

Españoles .......................................................................................................... 4.868

Franceses ............................................................................................................. 346

Italianos ............................................................................................................ 435

Alemanes .......................................................................................................... 118

Ingleses ............................................................................................................... 268

Holandeses ........................................................................................................ 158

Otras Naciones ................................................................................................ 307

T O T A L E S:...................................................................... 6.585

Fuente: M iranda (Edo.) V en ezuela . Estadística del Estado Miranda.


Formadas por disposición del Señor General J. M. Garcia-Gómez....
p. 114.
CUADRO N? 3

RIQUEZA NATURAL, AGRICOLA Y PECUARIA DE DOS D ISTRITO S D E BARLOVENTO Y UNO DE LOS VALLES
D EL TUY, CORRESPONDIENTES A LA SECCION BOLIVAR, ESTADO MIRANDA. 1891.

Riqueza natural Riqueza agrícola Riqueza agrícola Riqueza pecuaria

Páez 1 17 1.349 77 32 14 358 8 50 1.585 18 21 13

Acevedo 1 9 1.033 98 39 14 327 6 - 1.071 5 14 14

Lander - 33 17 46 36 24 488 100 - 2.959 28 65 101

Totales: 2 59 2.399 221 107 52 1.173 114 ' 50 5.615 51 100 128

Fuente: Boletín de la Riqueza Pública de los Estados Unidos de Venezuela... Caracas, Año I, Tomo I, agosto 15 de 1891. pp. 81-83.
(Tomado del Tercer Censo de la República).
FUENTES DOCUMENTALES
Sección Protocolos. 1880 a 1890. Varios Tomos.

Registro Principal del Estado Miranda. Los Teques.


Sección Protocolos. 1880 a 1890. Varios Tomos.

Registro Principal del Distrito Federal. Caracas.

FUEN TES HEM EROGRAFICAS

Boletín del Archivo Histórico de Miraflores. Caracas, Diciembre de 1983.


Boletín de la Cámara de Comercio de Caracas. Caracas, Segunda Epoca,
Marzo de 1929.

Boletín de la Riqueza Pública de los Estados Unidos de Venezuela. Caracas,


Agosto de 1891.

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Barlovento. Caracas: Edición Patrocinada por la Gobernación del Estado
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Tercer Censo de la República... Decretado el 26 de agosto de 1890.... y
verificado en 1891. Caracas: Casa Editorial de la Opinión Nacional, 1891.
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lana de Fomento [s.f.] 2 Tomos.

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118
IN D IC E GENERAL
P r ó lo g o , por Federico Brito Figueroa ....................................... 9

In tr o d u c c ió n ........................................................................................... 19

P r im e r a P a r t e

Barlovento y los Valles del Tuy; factores geográficos, pobla­


ción y economía ......................................................................... 27

I . - Factores geográficos ..................................................... 27

II. - Población ........................................................................ 31

III.--E con om ía ......................................................................... 36

Seg u nda P a r te

El artesano en Barlovento y los Valles del Tuy, 1873-1910 51

I . - Régimen familiar de producción artesanal ............ 52

I I .- E l taller independiente ................................................ 55

Consideraciones finales ................................................................... 72


Apéndice Documental, Testimonial y Estadístico ................. 79

Fuentes y bibliografía consultada ................................................ 115


BIBLIOTECA DE AUTORES Y TEMAS MIRANDINOS

O bras P ublicadas:

1. - Enrique Bernardo Núñez


Miranda o el Tema de la Libertad. Juan Francisco de León o el
levantamiento contra la Compañía Guipuzcoana.
Serie Amarilla. Colección Juan Rodríguez Suárez, 1.

2. - Memorias de un Recluta de la Expedición Mirandina (Incidentes


en la vida de John Edsall). Traducción del inglés y prólogo de
José Núcete Sardi.
Serie Azul. Colección Ambrosio Plaza, 1.

3. - Alfredo Boulton •
Miranda, Bolívar y Sucre. Tres estudios iconográficos.
Serie Azul. Colección Ambrosio Plaza, 2.

4. - Lucas Guillermo Castillo Lara


Una Tierra llamada Guaicaipuro
Serie Roja. Colección Cecilio Acosia, 1.

5. - Cecilio Acosta
Pensamiento Político. Presentación de Pedro Grases. Compilación
por Manuel Pérez Vila. (2 volúmenes).
Serie Azul. Colección República, 1 y 2.

6. - Ramón Díaz Sánchez


Cecilio Acosta (1818-1881). Presentación por Pedro Grases.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 2.

7 . -Jo sé Balbino León


Panaquire, expresión urbana del Latifundio Colonial (Contribución
al estudio del éxodo rural a la ciudad). Presentación de Pedro
Cunill Grau y comentarios de Pascual Venegas Filardo.
Serie Amarilla. Colección Francisco de Paula Alamo, 1.

8. - Cecilio Acosta
Observaciones al Diccionario de la Real Academia Española. (Trans­
cripción de los manuscritos, notas y estudio preliminar por Pedro
G rases).
Serie Amarilla. Colección Guaicaipuro, 1.
9. - Trina Larralde
Guataro (Prólogo y Léxico de Carmen Mannarino).
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 3.
10. - Lucas Guillermo Castillo Lara
Curiepe: Orígenes Históricos.
Serie Amarilla. Colección Juan Rodríguez Suárez, 2.
11.- José Marcial Ramos Guédez
Bibliografía del Estado Miranda.
Serie Azul. Colección Cristóbal Rojas, 1.

12. - 16 Estudios sobre Cecilio Acosta en el Centenario de su muerte


(Prólogo de Manuel Alfredo Rodríguez. Trabajos de J . A. De
Armas Chitty, Julio Barroeta Lara, Rafael Ramón Castellanos, Pedro
Díaz Seijas, Luis Beltrán Guerrero, Ildefonso Leal, Manuel Pérez
Vila, Ismael Puerta Flores, Adolfo Rodríguez, Mario Germán Ro­
mero, Jesús Rosas Marcano, Mario Torrealba Lossi, Virgilio Tosta,
Juan Pablo Sojo Cardozo y Oscar Sambrano Urdaneta). Libro fuera
de serie Coedición con el Ateneo de Los Teques.
13.-Proclam as y Discursos del Libertador, 1811-1830. Compilación,
estudio y notas de Vicente Lecuna.
Libro fuera de .srie.

14. - Decretos de1 Libertador, 1813-1825 (Tomo I ). Prólogo de Cristó­


bal L. Meidoza.
Libro fuera de serie.

15. - Decretos del Libertador, 1826-1827 (Tomo I I ) .


Libro fuera de serie.

16. - Decretos del Libertador, 1828-1830 (Tomo I I I ).


Libro fuera de serie.

17. - Ramón Vicente Chacón Vargas


Estudio micro histórico de San Diego de los Altos en el Estado
Miranda (Prólogo de José Elíseo López Ramírez).
Serie Amarilla. Colección Francisco de Miranda, 1.

1 8 .-Fermín Luque
Canto Americano. Prólogo de Mario Torrealba Lossi.
Libro fuera de serie.

19. - Mario Briceño Perozo


Historia Bolivariana.
Libro fuera de serie.
20. - Juan Josc Bernal Ortíz
Cartas Pastorales, 1949-1980 (Recopilación y estudio preliminar
por Mons. César Augusto Olivo M .).
Libro fuera de serie.

21. - Andrés Iduarte


Veinte años con Rórnulo Gallegos (Prólogo de Miguel García
M ackle).
Libro fuera de serie.
22. - Ulrich Leo
Rómulo Gallegos. Estudio sobre el arte de novelar.
Libro fuera de serie.
2 3 .-Carmen Mannarino
Era un mundo de rieles.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 4.
24. - Luis Arturo Domínguez
Diablos Danzantes en San Francisco de Yare.
Serie Amarilla. Colección Guaicaipuro, 2.

2 5 .-Ju lio Febres Cordero


Cuenterío Barloventeño.
Serie Amarilla. Colección Guaicaipuro, 3.

2 6 .-Eulogio Moros Ghersi


Segundo Testamento (Prólogo de Efraín Subero).
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 5.

27. - José Rafael Fortique


Vicente Salias.
Serie Azul. Colección Ambrosio Plaza, 3.
28.-Pedro Díaz Seijas
Cecilio Acosta. E l apóstol y el pensador.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 6.

29. - Prosa y poesía de Elias Calixto Pompa (Selección y compilación


de J . M. Sánchez.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 7.

30. - Pedro Lhaya


Cantar Continuo (Poesía 1983). (Prólogo de Pedro Francisco
Lizardo).
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 8.
3 1 .-Alfonso Rumazo González
Miranda: Protolíder de la Independencia (Biografía).
Serie Azul. Colección Ambrosio Plaza, 4.

3 2 .-R afael Pineda


Francisco de Miranda. Primer crítico de arte.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta. 9.

33. - Rubenángel Hurtado


Obra literaria (Compilación, estudio preliminar y bibliografía
de Efraín Subero).
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 10.

34. • Juan Pablo Sojo


Estudios del Folklore Venezolano (Compilación, introducción,
índice y notas de Juan Pablo Sojo Cardozo).
Serie Amarilla. Colección Guaicaipuro, 4.

3 5 .-Eduardo Lira Espejo


Vicente Emilio Sojo.
Serie Azul. Colección Cristóbal Rojas, 2.

3 6 .-Luis Correa
Terra Patrum (Prólogo de Domingo Miüani. Estudio bio-biblio-
gráfico por Pedro Grases).
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 11.
3 7 .-Hermano Nectario María
Los Indios Teques y el Cacique Guaicaipuro (Prólogo de David R.
Chacón Rodríguez).
Serie Amarilla. Colección Guaicaipuro, 5.

3 8 .-Juan Carlos Santaella


Ejercicios críticos.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 12.
39. - Virgilio Tosta
Francisco Tosta García. Biografía. (Prólogo del Dr. S. Key-Ayala).
Serie Azul. Colección Cristóbal Rojas, 3.
40. - Telasco A. MacPherson
Diccionario del Estado Miranda (Prólogo del Dr. Ildefonso L eal).
Serie Amarilla. Colección Francisco de Miranda, 2.
41. - Eduardo Arroyo Alvarez
Ensayos de Historia y Literatura Mirandina.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 13.
42. - Luis Arturo Domínguez
Fiestas tradicionales en el Estado Miranda.
Serie Amarilla. Colección Guaicaipuro, 6.

4 3 .-Hortensia Caballero A.
Parranda de San Pedro: Expresión Culto-festiva de la Comunidad
de Guatire.
Serie Amarilla. Colección Guaicaipuro, 7.

44. - Rafael Valery S.


Miranda en Pensacola, génesis de la Independencia Hispanoame-

Serie Azul. Colección Ambrosio Plaza, 5.


45. - Robert B. Cunninghame Graham
José Antonio Páez (Prólogo de José Núcete Sardi).
Serie Azul. Colección República, 3.
4 6 .-Alberto Junyent, Alejandro Otero, Alfredo Boulton, Francisco
D a Antonio •
Cristóbal Rojas, un pintor venezolano.
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 14.
4 7 .-Eulogio Meaos Ghersi
Tercer Testamento (Prólogo de Pedro Francisco Lizardo).
Serie Roja. Colección Cecilio Acosta, 15.
48. - Marcos Aurelio Vila
Aspectos Geográficos del Estado Miranda. (Prólogo de Ramón
A. Tovai L.)
Serie Amarilla. Colección Francisco de Paula Alamo, 2.
49. - José Marcial Ramos Guédez
Apuntes sobre la Economía de Barlovento y los Valles del Tuy
1873-1910: Agricultura, Artesanía y Manufactura. (Prólogo de
Federico Brito Figueroa.
Serie Azul. Colección Tomás Lander, 1.
SE TERMINO DE IMPRIMI* ESTE LIBRO,
EN LOS TALLERES DE ITALGRAFICA, S.R.L.
EN LA CIUDAD DE CARACAS, EN EL MES
DE JULIO DE 1992
JO S E M A RC IA L RAMOS G U ED EZ (Caracas, Dtto.
Federal, 1950) historiador, bibliógrafo, ensayista y
Profesor universitario a nivel de Postgrado. Sus estu­
dios de primaria y secundaria los realizó en la ciudad
de Los Teques (Edo. Miranda). Posee el título de
Licenciado en Historia (UCV, 1977), Magister
Scienuarum en Historia (UCV, 1986) y el Certifi­
cado de Candidato a Doctor en Historia (USM,
1990). H a participado en seis Congresos Internacio­
nales relacionados con la temática afroamericana:
Cali, Colombia, 1977; Panamá, República de Pana­
má, 1980; Sao Paulo, Brasil, 1982, 1985 y 1987;
Buenos Aires, Argentina, 1991. Además, es autor de los siguientes libros: E l traba­
jo de los esclavos negros en el Valle de Caracas y zonas adyacentes en el siglo
X V II I (Inédito) (1976), La novela venezolana sobre el negro (1977), Bibliografía
afrovenezolana ( 1980), El negro en la novela venezolana ( 1980), Historia del
Estado Miranda (1981), Bibliografía del Estado Miranda (1981), Orígenes de la
emancipación venezolana: aporte bibliográfico (1982), Vidas venezolanas (Coautor)
(1983), L a guerra de emancipación nacional (1810-1§23) y sus repercusiones en
el cuadro económico-social de Venezuela ( 1985), Repercusiones de la crisis mundial
del capitalismo en Barlovento y los Valles del Tuy 1929-1935 (Inédito) (1985),
Homenaje al Dr. Jesús María Bianco (Coautor) (1987), Contribución a la bilio-
grujía de Federico Brito Figueroa (1987), Homenaje al Dr. Francisco De Venanzi
(Coautor) (1988), Cien títulos básicos en la bibliografía afrovenezolana (1989 - 3
ediciones), José Silverio González y la abolición de la esclavitud en Venezuela,
1850-1854 (Coautor) (1990), Homenaje a Caracciolo Pan a León a los cincuenta
años de su muerte (Coautor) (1990), De la Révolution française aux révolutions
créoles et nègres (Paris, 1989) (Coautor), Bibliografía y hemerografia de Federico
Brito Figueroa (1991), Homenaje al Dr. Jo sé Francisco Torrealba (Coautor)
(1992), Bibliografía y hemerografia del Estado Bolívar, 1596-1987 (en proceso de
edición) e igualmente ha publicado numerosos artículos en periódicos y en revistas
especializadas en Historia y Ciencias Sociales.

La BIB LIO T EC A D E A UTO RES Y TEM A S M IR AN D IN O S ofrece al público


lector el volumen Apuntes sobre la economía de Barlovento y los Valles del Tuy
1873-1910: agricultura, artesanía y manufactura, en el cual José Marcial Ramos
Guédez a través del uso de una prosa amena y el respaldo de un conjunto de
categorías económico-sociales propias de la historia como ciencia de totalidad, nos
reconstruye aspectos fundamentales de la economía de las subregiones aludidas,
destacando las vivencias, los conflictos y las múltiples obras realizadas por los
artesanos residenciados en áreas geográficas en donde aún, podemos observar las
huellas dejadas por los trabajadores manuales en un período de gran auge para
el desarrollo de las artes y oficios, como lo fue el comprendido entre finales del
siglo xix y primeras décadas del siglo xx.

I ldefonso L üsvl

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