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Introduccién. Monarquias Policéntricas 4Cémo consiguieron y mantuvieron una hegemonia global la Moderna Espaiia y Portugal? CARDIM, P. HERZOG, T. RUIZ IBANEZ, J. Y SABATINI, G. {Eds.) Polycentric Monarchies. Sussex, 2012, pp. 1-8. www.ipgbook.com/polycentrie-monarchies. Traduccién de Sofia Dabove para discusién interna de la cétedra, Habiendo logrado establecer su presencia en Europa, Asia, Africa y Las Américas, a principios del siglo XVI Espaifa y Portugal se convirtieron en las primeras poten imperiales a escala mundial. Entre 1580 y 1640, periodo en el que estas dos entidades formaron una unién, lograron una hegemonia casi global. Aunque perdieron su primacia politica en el siglo XVI, las dos monarquias sobrevivieron y siguieron disfrutando de un relative éxito hasta principios del siglo XIX; en efecio, sus legados culturales y politicos persisten en muchos paises alrededor del mundo ain hoy. El objetivo de esta coleccién es responder a dos preguntas esenciales: ,c6mo y por qué fue posible esto? Historiadores que han estudiado la monarquia espafiola y portuguesa en el pasado han hecho una de dos cosas. Ellos han escrito la historia de Espafia, Portugal, Italia, las Américas (y asi sucesivamente) por separado, o imaginaban una "monarquia ‘compuesta" con centros dominadores claramente definidos (Madrid y Lisboa) y una serie de reinos, entidades o ciudades subaltemas sometidos. Los primeros limitaron su anélisis a trazar las histotias de los estados actuales. Aplicando la lectura anacrénica a un pasado que era diferente de nuestro presente, adoptaron una narrativa nacional para deseribir un periodo en el que la mayoria de los historiadores negaria la existencia de las naciones. Mientras que para el primer grupo de historiadores la historia de las monarquias espafiola y portuguesa se convirtié en la suma de muchas historias nacionales separadas, para los integrantes del segundo grupo podria ser reproducido usando como modelo el estado moderno. La monarquia compuesta que imaginaban cra, en la mayoria de los casos, una entidad que dependfa de relaciones dinémicas entre un centro y una periferia y que, confesindolo abiertamente o no, también podria asimilarse hasta cierto punto al colonialismo de los siglos XIX y XX. Bajo este disftaz, Ia historia de ambas monarquias se convirtié en la narrativa de una relacién entre el rey, por ua lado, y las élites locales, por el otro. Esta historia destac6 el papel del clientelismo, la feroz defensa de la autonomia local, y Ja importancia de negociaciones constantes. Segin este retrato, la "verdadera" politica sélo se produjo en Madrid y Lisboa, mientras que la periferia (es decir, en todas partes) era un mero receptor que podia aceptar 0 rechazar Io que el centro tenfa que oftecer, pero de ninguna manera particips activamente en la elaboracién de la politica a escala mundial. Porque el colonialismo estaba implicado, los territorios de las monarqufas en Africa, Asia y las Américas 1 Introduccién fueron estudiados separadamente de los dominios europeos, 0 1os dominios europeos fucton integrados en el todo por un anilisis que defendia Ja existencia de un “colonialismo interno", algo similar al "externo". Puesto que la mayoria de los historiadores han concebido la experiencia histérica de las monarguias espaiiola y portuguesa de esta manera, rara vez cuestionaron cual era su estructura, e6mo se mantenian unidos los territorios europeos, africanos, asidticos y americanos y cudles eran los mecanismos que les permitian expandirse tan rpidamente y tan ampliamente, y para mantener su begemonia en el tiempo. Los editores y colaboradores de este libro proponen un modelo radicalmente diferente, En lugar de presentar a las monarquias ibéricas como la acumulacién de muchas relaciones dispuestas en un patrén radial, sostienen que estas entidades politicas eran policéntricas, es decir, que permitieron la existencia de muchos centros interrelacionados diferentes que interactuaban no sélo con el rey, sino también entre ellos, participando activamente en forjar la politica, En lugar de ser nacionales, proto- nacionales © "coloniales", eran multitertitoriales. Debido que incluian unidades tan distintas como los diferentes reinos de Espafia, los Paises Bajos, el Sacto Imperio Romano, varias ciudades-estado en Ttalia y Portugal, asi como muchos tervitorios de ultramar en Asia, Affica y las Américas, ambos eran estables e inestables. La constante negociacién, los contactos y la competencia entre sus diferentes sub-unidades y el continuo cambio en el peso politico de cada territorio garantizaron que, a pesar de la permanencia, Ja estructura intema de ambas monarquias era muy movil. Constantemente cambiante, esta compleja geometria creé una estructura politica que era a Ia vez sélida y duradera por un lado, maleable y cambiante por el otro. La unidad intema no se mantuvo s6lo por la coercién. Dependia sobre todo de una adhesién general a un discurso de lealtad al rey y a la religién, Al mantener la lealtad doctrinal a Roma, incorporando muchas de las funciones tradicionales de la Iglesia y la mayor parte de su personal, y absorbiendo el principio de la militancia religiosa activa (con sus corolarios, como la intolerancia a Ja disidencia), los reyes ibéricos dotaron asi a sus coronas de un nuevo significado. El periodo de violencia extrema que se deseneadend en el siglo XVI cre6 un contexto que propicié 1a apropiacién de estas concepciones no sélo por las élites en Europa y las Américas, sino también por poblaciones enteras. Mientras los reyes desarrollaban mecanismos de incorporacién territorial, los eclesidsticos que trabajaban para ellos elaboraban sobre el universalismo de su poder. Si la religion y la lealtad al rey eran importantes, También era sumamente esencial para el éxito la promesa (y a menudo la concesién) de mayores oportunidades sociales, econdmicas, culturales y politicas a las poblaciones locales, ahora insertadas en una estructura més grande, casi global. La movilidad social y espacial era considerable, al igual que las posibles recompensas. La ineorporacién de territorios a 1a Monarquia, en definitiva, oftecia multiples oportunidades a individuos, familias, grupos, corporaciones y entidades. Y aunque existian diferencias entre cada uno y cada dominio, los territorios de la monarquia no podian ser fécilmente clasificados en una dicotomia de centro versus periferia, colonias versus no colonias, dominios europeos versus afticanos, asisticos y americanos, Introduccién Para presentar esta visién pol de las monarqufas ibéricas, esta coleccién de ensayos incluye varios estudios de casos de entidades tervitoriales concretas, interpretados y entendidos dentro del contexio més amplio de la Monarquia. Un argumento principal es que, aunque es imposible comprender el todo sin analizar las especificidades del lugar y del tiempo, no se puede estudiar ninguna regién de la ‘Monarquia sin considerar las otras regiones. Por lo tanto, aunque los autores de ensayos individuales son todos expertos de una regién o un lugar, todos ellos participan en una lectura global de la historia local con el fin de historizar y desnacionalizar (esi como des-especializar) sus historias particulares. Juntos, sostienen que, mds allé de las diferencias -que a menudo eran importantes- todas las unidades de la Monarquia se consideraban a si mismas (y de hecho eran en cierta medida) centros, y todas se adberian a pricticas y directrices comunes mientras observaban y emulndose (0 no) unas a otras. A pesar de nuestro deseo de avanzar en nuestro conocimiento conereto de las primeras monarquias modernas espafiolas y portuguesas, nuestro objetivo tiltimo es demostrar cémo tas historias centradas en los estados-nacién actuales y las concepciones actuales del colonialismo han oscurecido nuestra comprensién del pasado. Evitando la lectura anacrénica, colectivamente, los autores de este volumen también discuten la necesidad de descifrar lo que "éxito" y "fracaso" durante el periodo de la temprana modemidad, En lugar de comparar las Monarquias Théricas con otros modelos europeos (principalmente Gran Bretafla) 0 juzgar su desempefio segiin criterios modemos como el grado en que lograron la formacién de una administracién racional y burocrética, insisten en que los historiadores necesitan reconstruir la forma en que los ‘contemporineos entendieron y juzgar los acontecimientos. El que hoy pensemos que las estructuras del pasado eran inadecuadas es mucho menos importante que comprender cémo los individuos, los grupos y las entidades politicas pertenecientes a las monarquias ibéricas enmarcaron sus objetivos, buscaron lograrlos y si alcanzaron sus objetivos, Ese andlisis revelaria que ciertos aspectos que tradicionalmente se consideraban signos de mal funcionamiento o incluso de fracaso eran, en realidad, elementos de fortaleza que permitian gobemar esos dominios tan Iejanos, Bajo este disfraz, los conffictos jurisdiccionales no eran excepciones, sino la norma, Eran medios que aseguraban la inclusién de los intereses locales y la neutralizacién de las tensiones centripetas, Por Io tanto, esta en juego la necesidad de estudiar pricticas concretas que permitan identificar los elementos sobre los cuales las Monarquias Ibéricas basaron su expansién y éxito 0, dicho de otra manera, entender lo que los diversos territorios podia ganar o perder, cambiar o conservar, incluidas en estas estructuras hegeménicas més grandes. Una historia completa de las monarquias ibéricas, en resumen, no debe esbozar lo que estaba sucediendo en la corte, sino cémo se construyé una realidad imperial a nivel cotidiano y local. Habiendo debatido estas cuestiones en varias reuniones (patrocinadas por Red Columnaria, una red de investigacién con sede en Murcia, Espafia, pero que abarca - al igual que las monarquias que estudia - el mundo), los autores desean ahora compartir sus conclusiones con un publico més amplio. Introduccion El libro est orgenizado en tres partes que observan a las Monarquias Ibéricas como Construeciones territoriales: Parte I - Espacios de Integracién; Parte II - Espacios de Cirenlacion; Y Parte Il - Proyecciones Externas. Los cuatro primeros capitulos que componen la Parte 1 (Schaub, Mazin, Cardim y Bentes Monteiro) examinan la integracién de diferentes territorios en la red mondrquica, Schaub demuestra la profunda superposicién entre las instituciones espatiolas, portuguesas y locales de las Azores. Alli argumenta, que el policentrismo fue reproducido porque supuestamente la ineorporacién de un territorio portugués dentro de la monarquia hispénica permitié que diferentes potencias obedecieran intereses diversos para competir localmente, haciendo una sociedad local verdaderamente hibrida, Experimentando tanto momentos de convergencia como instancias de separacién y conflicto, las Azores pertenecian a la Monarquia y defendian su individualidad al mismo tiempo. Mazin demuestra cémo diferentes centros pertenecientes a la monarquia espafiola compitieron entre si con respecto a su respectiva prominencia. Esperando la aprobacién real, también observaron la situacién de otros centros, asegurindose de que no se les prefiriera sin causa justa, La preferencia dependia de miiltiples factores, pero fue finalmente sancionada por el rey. Podria variar con el tiempo, como lo demuestra el progresivo ascenso de las Américas en las estructuras espafiolas y la desaparicién paralcla de los Paises Bajos. Si Mazin se preocupa por el policentrismo en Madrid, Cardim habla de estos temas en Lisboa. El parlamento portugués (Cortes), argumenta, era una asamblea de ciudades que juntas pudieron haber representado al reino, pero que individuelmente trataron de defender cada uno su propio interés. Compitiendo unas con otras en asientos y asignaciones, estas ciudades dependian del rey para otorgarles lo que ellos consideraban su lugar apropiado en Ia jerarquia que hizo estas unidades dispares en un reino y una monerquia, Y, aunque inicialmente el lugar de los territorios de ultramar en la asamblea no estaba garantizado, eventualmente incluyé representantes, aunque sélo unos pocos, de Asia y Brasil, Bentes Monteiro también describe el cuerpo politico multicéntrico de la monarquia portuguesa, centrindose tanto en los esfuerzos reales para reconstruirlo en las secuelas de la Independencia de Portugal (1640) y reaccién local (en Bahfa, Brasil). Bahia, sostiene, encontré su lugar en esta estructura politica compleja por los lazos de afecto y haciendo importantes y dolorosos (econémicos) sacrificios. Los cuatro casos demuestran el grado por medio de la cual Ja insercién en la politica mayor permitié por un lado 1a aparicién de la monarquia en su conjunto y, por otra parte, modificé grandemente la sociedad local, La colaboracién, en fin, bien pudo haber sido consustancial a Ia existencia y desarrollo de la Monarquia, pero también fue central a la cultura y pricticas politicas que surgieron localmente. Las tensiones entre un discurso global de lealtad y las necesidades locales eran continuas, pero en lugar de debilitar a las Monarquias, las fortificaban, Las monarquias ibéricas eran también espacios de circulacién de personas, dinero, instituciones ¢ ideas (véanse Jas siguientes cinco aportaciones de Soria, Sabatini, De Luca, Ziifiga, Herzog y Pardo que forman parte Il). Soria examina el matrimonio entre personas de diferentes localidades de toda Espafia, Demuestra que a circulacién de administradores, soldados y eclesidsticos, nombrados por el rey para servir en puestos Introduccién situados fuera de su regién de nacimiento, llevé a una consolidacién gradual de grupos transregionales y transnacionales, vinculados entre si por 1az0s familiares y de amistad pero también estaban vinculados a la corte. Sabatini estudia cémo los banquetos portugueses en Népoles fueron capaces de conectar los diferentes centros de la monarquia a través de sus actividades econémicas. Dependiendo del rey en Madrid, pero también del desarrollo en otras partes de la peninsula ibérica, asi como en Népoles ¥ en otros lugares de Italia y Europa, construyeron una red que depend{a de sus capacidades individuales, sus contactos con altos funcionarios, su posieién local, asi como el enorme espacio politico al que pertenecian ahora. La ausencia de cualquiera de estos factores, sostiene Sabatini, harfa que su posicién fuera frégil. De hecho, un virrey poco acogedor, 0 un Ievantamiento en Portugal - que se buscé para comprometer su lealtad - podian derribarlos ficilmente, como efectivamente sucedi6. Estudiando la economia local en Milin, De Luca demuestra que la deuda creé relaciones no sélo entre acreedores individuales y deudores, sino también entre un gran piblico de aereedores y el Estado, que presté dinero a través de la emisién de deuda pablica. Explicando que el florecimiento ccondmico de la ciudad durante los siglos XVI y XVII fue al menos parcialmente debido a su insercién en la Monarguia Espafiola, él analiza cémo la sociedad local reacciond a la necesidad de ingresos de Ia monarqufa adoptando instrumentos y métodos econémicos innovadores. Convertirse en acreedor del rey aseguré st lealtad. Después de todo, no podia rebelarse contra una monarquia que debia 4 sus instituciones y particulares tanto dinero en términos tan ventajosos. Sin embargo, en el proceso de préstamos, la sociedad local fue (muy) modificada: Surgié una nueva estratificacion social, se aseguré la colaboracién entre las diferentes unidades y localidades holandesas, se aseguraron nuevas actividades econémicas, y una nueva comprensién del dinero y el crédito poco a poco aparecieron, El surgimiento de nuevos grupos que circulaban ampliamente dentro de 1a Monarquia, mientras que su sostenimiento era, pues, central para la supervivencia de Ia localidad y del todo. Sin embargo, la suerte de tales individuos estaba también ligada a la de su territorio particular: Cuando Portugal se separé de Espafia, los Vaz de Napoles. fueron condenados (Sabatini). Para evitar esa mala fortuna, los acreedores de Milin se mantuvieron leales (De Luca).). Moviéndose al dmbito de las ideas, Ziifiga demuestra cémo las nociones de clasificaci6n social y racial viajaban en el espacio, creando un efecto homogeneizador, pero también permitiendo interpretaciones locales. El movimiento de personas entre los diferentes centros de la Monarquia difundié ciertas preocupaciones compartidas, pero no garantiz6 que todas las respuestas fueran idénticas. Herzog demuestra e6mo, en el proceso de proyeccién a escala global, el significado de espafiolidad (y extranjeria) se ha universalizado, En lugar de ser dependiente del lugar de origen o de ascendencia, como ha sido el caso antes, ahora designé la adhesién a una religién comin y una cultura que, teéricamente, todos los incluidos en la Monarqufa compartian. Pardo demuestra que también se compartié entre los habitantes de la Monarquia una cultura politica y un discurso politico que até las diferentes unidades al conjunto. Introduccién Juntos, estos seis ensayos de la Parte I sostienen que, paralelamente a la persistencia de Jas fronteras entre las diferentes unidades de las Monarquias, existié una red articulada y policéntrica, apoyando la difusién e intercambio de personas, bienes e ideas, Un elemento importante para garantizar el éxito de estos cuerpos politicos, ésta.en.que la circulacién permitié 1a construccién cotidiana de précticas compartidas (asi como ferenciadas) y dio al rey el apoyo politico, ideolégico y econémico que necesitaba. ‘También aseguré Ia existencia de una gran variedad de individuos y grupos que ataron su destino y fortuna a la continuacién y éxito de la Monarquia, y permitio a contemporaneos ver el tertitorio en su conjunto, més que como la simple acumulacién de unidades. Por iltimo, los dos iiltimos capitulos (Herrero y Ruiz Ibdfiez - que constituyen la Parte TM) cuestionan los limites exteriores de las monarquias ibéricas, demostrando tanto su naturaleza porosa como Ia importancia de la proyeccién exterior para su éxito o fracaso. Herrero demuestra que la integracién de las élites locales en la Monarquia podria extenderse més alld de sus fronteras politicas e incluir a los principales sectores de las Hamadas repiblicas mercantiles que, a pesar de las apreciaciones actuales, no eran radicalmente diferentes en su orientacién o estructuras que la monarquia misma. No sélo Milan y Napoles (como De Luea y Sabatini demuestran), sino también Génova y las Provincias Unidas fueron atadas a la Monarquia y, por lo tanto, draméticamente afectadas, como resultado de pertenecer y no pertenecer a ella al mismo tiempo. Segin Ruiz Ibéfiez, debido a su compromiso de defender el catolicismo, el rey espafiol podria enviar soldados a Paris y tomar parte en lo que era esencialmente una lucha local de poder politico y religioso. Que la historiografia francesa ha retratado este episodio como una conquista extranjera es una cosa, Que realmente lo fuera es otra. De hecho, desde la perspeetiva de los contemporéneos, la presencia de las tropas espafiolas en Parfs no era ‘una ocupacién externa, sino la afirmacién de una hegemonfa mundial que podia ayudar a los lugarefios (0 ser recbazada por ellos) segiin el caso. En ver de enmarcar su andlisis en términos de "el (pesado) costo del imperio", como hicieron los historiadores en el pasado, tanto Herrero como Ruiz Ibafiez sugieren que la reputacién del rey y el compromiso monérquico de ciertas politicas, asi como la cooptacién de territorios que no estaban bajo su control, eran vitales para la supervivencia del Monarquia. Esta proyeecién hacia el exterior incluia alianzas de larga data que apoyaran a las poblaciones rebeldes (como en Paris) o a las redes econémicas consolidadas (como en las repiiblicas mercantiles) a través de la dependencia y la simbiosis. Monarquias policéntricas es mas que un titulo elegido. Representa una propuesta para interpretar el pasado de manera diferente, poniendo en duda muchos de fos supuestos que los historiadores hasta ahora han dado por sentados. Insistiendo en las diferencias centre el presente y el pasado, propone una historia post-nacional que rechaza tanto un anilis centro-periferia como una separacidn preliminar entre metrépolis y colonias. En cambio, sugiere que si queremos comprender la expansién y el éxito (asf como el fracaso eventual) de las monarquias ibéricas, debemos investigar las relaciones entre dinamicas locales y globales construyendo una historiografia verdaderamente internacionalizada que, sin esclarificar las particularidades del lugar y del tiempo, Introduccion también se preocupa por lo que es comin y repetitive. La historia de las monarquias ibéricas, que sostenemos, es sobre todo Ia historia de los protagonistas que vivieron en ella y, a menudo, suftieron las consecuencias,

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