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Aprendiz : CARLOS ENRIQUE ACUÑA

Celular : 3217919309
Tutora : LOURDES LISBETH CAICEDO CAMPO
Curso : Elaboración de Alimentos Saludables No. 1630944

La Modernidad y la Salud

La modernidad es tanto un período histórico como un concepto


filosófico y sociológico que impuso la razón y el método formal
sobre todos los actos políticos, sociales y epistemológicos de las
distintas culturas del mundo. La modernidad se construyó en su
momento sobre el imaginario de la superioridad europea1 y
durante el período colonial fue la causante del proceso
avasallador de exterminio y de desconocimiento de las
sociedades y culturas indígenas de América.

Ella, con sus valores patriarcales y formales, desplazó la ética del


cuidado y del abrigo de los pueblos autóctonos imponiendo una
lógica racional, calculadora e impersonal. Al desconocer y casi
negar en su totalidad la cosmovisión ancestral de curar y cuidar,
relegó los ejercicios profesionalizantes de la salud bajo el
amparo de la mercantilización del capitalismo mundial
integrado.

La modernidad, desde el inicio y en la actualidad, ha impregnado


la cultura de todos los pueblos y ha condicionado todos los actos académicos en las instituciones escolares y
universitarias. La perpetuación de un modelo positivista y occidentalizado ha sido una constante en las aulas
universitarias y en las disciplinas, sobre todo en las ciencias de la salud. Históricamente el conocimiento en salud ha
sido construido con base en el enfoque positivista y la concepción biologista del proceso salud-enfermedad, lo cual
lleva a una fragmentación del saber, disyunción del sujeto y el objeto en la producción del conocimiento, y a una
incapacidad de asumir al ser humano en todas sus dimensiones, razón de ser de la acción en salud, como totalidad y
unidad integral.

Este panorama aquí planteado deja un gran reto epistemológico a los profesionales y a los docentes de las ciencias
de la salud en general y de enfermería en particular. Vista la enfermería desde la fundamentación del cuidado de la
salud, no se puede descontextualizar ni escindir de nuestra propia cultura, pretendiendo invalidar la milenaria
tradición de las formas de dar cuidado, pues no se deberían rescatar únicamente como verdaderos los
conocimientos adquiridos desde la “ciencia formal”.

Históricamente se han desconocido los saberes tradicionales de curanderos y curacas ancestrales por parte de la
medicina occidental. Y con esta afirmación no se pretende desconocer los aportes científicos que ha realizado la
ciencia moderna a la humanidad, pues sólo se busca hacer un llamado a la inclusión, valoración y reconocimiento de
la sabiduría ancestral, en los procesos del cuidado de la salud. Y desde el aula, sensibilizar a estudiantes de la salud a
estar abiertos conceptualmente a los saberes tradicionales, a la búsqueda de un diálogo intercultural respetuoso de
la diversidad cultural y étnica.

Como profesionales de la salud y de la educación, tenemos en las manos la responsabilidad de ampliar la visión
positivista y dominante de los saberes en salud. Es nuestra responsabilidad dar a los estudiantes la posibilidad de
aumentar su perspectiva acerca del cuidado de la salud; una mirada que no desconozca el lenguaje del sujeto, sus
costumbres, su cultura, en general, una visión que no ignore al paciente como sujeto desde su propia identidad.

El marco hegemónico que se vive en esta época, está dado fundamentalmente por la Ciencia (avances científicos y
tecnológicos, en todas las áreas).

Aquello que llamamos ciencia, nos mantiene flotando en el espacio. No nos permite descubrir lo que somos, y "nos
niega la posibilidad de trascender y ver desde otras dimensiones lo que hay más acá de nosotros, no sólo lo que
posiblemente se encuentra más allá".

Esto deja de manifiesto una pugna entre la perspectiva que plantea la existencia del Alma, aquella forma de sentir
tan particular de los seres humanos, que aparece desde nuestro interior más allá de lo puramente corporal, pero
que es relegada a un lugar poco significativo y nuestra racionalidad, la que mantiene ciertamente un lugar
destacado en nuestro diario vivir.
La Modernidad puede ser entendida hasta ahora, como todo aquello que involucra la razón, negando todo lo que
no puede explicarse si no a través de la ciencia, dejando a la creencia popular, fuera del conocimiento
universalmente aceptado. Dentro de esta concepción de creencia, la "Salud", entendida como ente fundamental del
"Bienestar Humano" es atacada por diversas "Enfermedades" con mayor o menos rudeza, las que son pesquisadas
por medio de exámenes Bioquímicos, Radiodiagnósticos e Imagenologías, donde indudablemente interactúan la
Ciencia, la Tecnología y el Discurso Médico. "La persona enferma ya no es dueña ni siquiera de su propio cuerpo.
Más que de los Médicos o la medicina, ha quedado presa del discurso médico, y lo que habla por ella es, sin duda,
su cuadro clínico. Los terapeutas hacen su aporte a la comprensión de la enfermedad, y se acercan al enfermo
absolutamente insertos en el discurso médico, buscando otras etiologías. La Enfermedad: ella es la que reina"
(11.27). Cabe mencionar en este preciso momento a Guercy, en su ensayo de "Modernidad y Mitología", en el cual
señala que: "la Ciencia (el saber), y su hija la Técnica (el Poder)... comienzan a sustituir a Dios"

Este planteamiento que niega el conocimiento popular y ultra sensorial determina una única forma de solución al
problema de la salud y al tratamiento de las enfermedades, como si se tratase de una simple ecuación matemática
donde sumando dos más dos es igual a cuatro, dejando en completo abandono la esencia del hombre (el alma), su
interior, quedando el enfermo absolutamente desolado. Al parecer, ante los ojos de la Ciencia todos los seres
humanos somos iguales, es decir, la Medicina Moderna insiste en encasillarnos en una enfermedad determinada,
sólo y absolutamente en base a resultados químicos y físicos, pasando por alto la subjetividad, que identifica a cada
ser humano como la huella digital.

Cabe señalar al respecto, que los mismos demandantes de esta "tan avanzada Medicina Moderna", la han
entendido así, razón por la cual ven su enfoque científico como única posibilidad de salvación.

Vale la pena detenerse a pensar en este instante, si ante la posibilidad de enfrentar una enfermedad grave
preferiríamos entregarnos a esta ciencia y tecnología médica absolutamente impersonal, para que mediante
exámenes y análisis de todo tipo, se nos den tratamientos "genéricos" los que de algún modo, han sido eficaces
según las estadísticas médicas para combatir una enfermedad particular, la que en cierta forma estamos
entendiendo como nuestra enemiga1. Todo esto sin importar lo que estemos sintiendo o podamos sentir durantes o
después del tratamiento, o que complicación nos podrá traer a futuro dicha intervención. En otras palabras, la
ciencia médica busca responder a las diferentes afecciones, basada en datos estadísticos generales. Ilich, en su
trabajo denominado "Némesis Médica", afirma que en los últimos quince años, la Medicina Moderna ha sido la
creadora de un gran número de enfermedades, producto del tratamiento generalizado indicado al paciente ante la
enfermedad por la cual realmente ha consultado (intervención médica). A esta problemática Moderna que
involucra a la Medicina, la Salud y la Enfermedad, Ilich la ha llamado "Yatrogénesis".

Por su parte los Médicos, cada vez están más lejos unos de otros ensimismados en sus especialidades y sub-
especialidades, tratando de destacar entre sus pares, lo que hace aún más difícil el "trabajo" con el paciente como
un todo. Éste camino conduce inevitablemente a la cercenación de la persona. "Cuanto más compleja y desafiante
para la ciencia médica es una enfermedad, más especialistas intervienen en el enfoque y tratamiento. Cada uno
puede mirar exclusivamente desde su perspectiva y, por consiguiente, ver sólo la parte que conoce o cree conocer"

Al respecto, la Dra. Adriana Schnake hace una sutil pero clara crítica a sus colegas especialista en el área de la
medicina. Menciona en su libro "los diálogos el cuerpo", que los Médicos, lo único que hacen es dividir al paciente,
interviniéndolos por parte y jamás atendiéndolos como un todo, incluso, señala que los Psicólogos y Psiquiatras -sus
colegas más cercanos- que trabajan con la mente y el sentir de los sujetos propiamente tal, son incapaces o se
sienten incompetentes al atender un caso con claros antecedentes orgánicos, y viceversa; los Médicos "Orgánicos" ,
como llama ella a aquellos médicos que se preocupan exclusivamente de las enfermedades que aquejan al soma,
sólo entienden de afecciones referentes a lo físico, lo tangible, lo acusado por el resultado de un análisis clínico de
Laboratorio o Radiodiagnóstico, desatendiendo por completo el sentir particular del individuo …¿podrá esta sencilla
palabra hacer luces e identificar al sujeto como un ser indivisible? (in - dividuo)

Esta división del individuo, según la visión de los Gestalistas, entre ellos la Dra. Adriana Schnake, es absolutamente
contraproducente al momento de tratar a un paciente que acusa una determinada enfermedad o dolencia, que si
bien puede manifestarse como física, pero que no necesariamente puede serlo, y aun cuando lo fuera, en muchos
casos, no basta con localizar la parte afectada y tratarla en forma aislada. En cierta medida, esto podría
transformase en una solución momentánea, que de algún modo saneará sólo superficialmente el problema. "El
todo es muy diferente de la suma de sus partes" -Gestalt, Friederich Perls.

Surge también otra interrogante, que vale la pena mencionar y que dice relación con el pensar de la Medicina:
…puede ser que la Medicina Moderna, gracias a su omnipotencia adquirida, por tener de su parte a la ciencia y la
técnica, se dé cuenta de lo vulnerable que puede llegar a ser el hombre ante la presencia de la "enfermedad", de lo
insignificante y pequeño que puede sentirse frente a su furiosa presencia y que de algún modo le hace sentir
protegido y atendido, pese a sus enormes falencias en ese aspecto en particular, que al parecer no tiene gran
importancia en nuestra cultura occidental …"nunca está más carenciada una persona que cuando está
enferma…dependiendo del trato y afecto del otro".

Pero todo no termina ahí, puesto que cuando los resultados médicos (ciencia y tecnología) practicados a un
paciente para corroborar un diagnóstico no dice relación con lo que el sujeto manifiesta sentir, o dicho en otras
palabras, cuando el sujeto ante el análisis clínico se encuentra totalmente sano orgánicamente, la ciencia
(Modernidad) a través del llamado Discurso Médico se libera de culpa y responsabilidad llamando a éste caso como
una "Enfermedad Psicosomática", entendiéndose el concepto como aquella enfermedad en que la mente estaría
actuando por alguna razón en forma negativa sobre el cuerpo del propio paciente, pero no se indaga más allá
analizando por ejemplo, el problema desde su esencia, desde el sentir del sujeto.

En este sentido, cuando la Medicina Moderna debe enfrentar la "muerte" de un paciente que ha sido tratando
medicamentosamente sin resultados clínicos positivos aparentes, no titubea en señalar que ella ya no puede hacer
más por dicha persona, que escapa de sus manos y de la Ciencia, reconociendo recién en ese momento tan
trascendental, que no todo puede ser controlado por la Ciencia y la Tecnología, que también éstas son vulnerables.
Más aún, cuando se trata de explicar lo inexplicable a través de la ciencia, por ejemplo, cuando un paciente que ha
sido desahuciado por la medicina Moderna y este se cura en forma espontánea, el discurso médico, nuevamente,
no duda en atribuir el hecho a un "milagro", volviendo con ésta última palabra a donde comenzamos, justamente
ahí donde aquella creencia popular puede más que la ciencia, la tecnología, el saber y todos ellos actuando en
conjunto; quedando la Modernidad y todo su entramado sociocultural en relación a la salud y la enfermedad, en un
plano absolutamente vulnerable.

Cultura Mapuche, salud y enfermedad

Cabe destacar en este preciso momento, la forma de pensar y actuar que tiene la Cultura Mapuche al enfrentar la
salud y la enfermedad. Francisco Chureo, Director del Hospital Intercultural MAKEWE PELALES (Temuco - CHILE),
menciona que, ellos aconsejan al enfermo interactuar y conversar con su enfermedad; porque ella vive, existe en
algún lugar y tiene un origen. Señala además "que nadie puede vencerla porque es una cosa viva, que escucha y que
está en todas partes. La enfermedad llega a nosotros cuando transgredimos la naturaleza o cuando estamos muy
tristes…
Si bien ésta palabras, dentro de éste contexto de salud y enfermedad en la Modernidad, son dichas por un hombre
sin estudios formales de Medicina (al menos, dentro de lo que entiende el mundo occidental por estudios formales
de Medicina), el tema está profundamente tratado por la Médico en Psiquiatría, Adriana Schnake. La esencia de su
libro "los Diálogos del Cuerpos", abarca la temática mencionada por Francisco Chureo, que dice relación con
escuchar el mensaje que nos tiene la "Enfermedad", "que en muchos casos si se la trata como una verdadera
mensajera de la Salud. La enfermedad -cuando no ha producido cambios estructurales de importancia- se retira
luego de cumplir con su objetivo, haciéndolo tan misteriosamente como vino. En la medicina moderna, a esto casos
se les ha conocido como curas espontáneas"

Conclusiones
Cabe destacar una vez más lo aventajados que están de los occidentales, aquellos pequeños pueblos que se
encuentran alejados de la Ciencia y la Tecnología, ya sea por accidente o simple elección, que con su educación y
cultura rica en mitos y arraigada en creencias de todo tipo, ha sabido poner un "pare" a esta modernidad, que
mientras más tecnología de punta, más riqueza, más conocimiento y más avances entrega a los individuos, más los
aleja de su esencia, …de disfrutar lo simple, …de vivir y …hasta de morir, considerando aquel temido momento
como parte importante de la vida, …nuestra vida.

En pos de ésta mirada, Marisel Hartfiel en su trabajo que dice relación con la Muerte, menciona que "ésta deja de
ser patrimonio de la religión, de la filosofía y pasa a ser una cuestión de la ciencia médica" (4.2). Al respecto, cabe
señalar que la muerte, estrechamente relacionada con los conceptos de Salud y Enfermedad, tal y como Hartfiel lo
planteara, es lo único que va quedando libre de aquella concepción de la ciencia y la tecnología, de lo racional, de lo
puramente concebido por las leyes naturales, puesto que nadie, ni siquiera éstas dos aristas del poder moderno
pueden afirmar fehacientemente cuando va a morir una persona.

Entendido en este contexto, es imposible que la Medicina actúe como fiscalizador o como quien diagnostique la
muerte de un sujeto. No obstante ello, la Medicina Moderna puede colaborar, teniendo a la ciencia y la tecnología
de su lado, con su capacidad de identificar que tipo de enfermedad puede conducir a la muerte irreversiblemente
en la actualidad. Pero cabe cuestionarnos, si éste pequeño rayo de luz que muestra la certeza de la ciencia, usando
como intermediario a la Medicina ¿podrá hacer de ella una Diosa en la que debamos creer sobre nuestro sentir?,
¿Se debería acaso escuchar a nuestro cuerpo como lo hacen los Mapuches o las culturas Orientales?, ¿Tendría el
mismo sentido la Medicina Occidental si trabajara centrada en nuestro sentir como seres únicos e indivisibles entre
mente, cuerpo y alma?...

Al parecer, el problema radica principalmente en el escaso conocimiento que posee el hombre acerca de su propio
cuerpo y en cómo enfrentar cada situación que tenga que ver con su bienestar, lo que sin duda llevó a la medicina
moderna ha adquirir el enorme poder del cual se habla hoy en día y que para todos es sabido. Quizá la Profesora de
Expresión Corporal Patricia Stokoe, tenga razón al decir que sólo tomamos conciencia de nuestro cuerpo cuando
éste nos molesta ya sea por alguna lesión o simple dolencia. ...En este preciso momento, tiene usted en mente su
dedo chico del píe. Posiblemente luego de haber leído esta última línea ya ha tomado conciencia de él y quizá
tienda a moverlo…

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