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Cáncer de riñón

El cáncer de riñón es un tumor maligno que aparece como


una masa sólida en la corteza renal, habitualmente con áreas de
hemorragia y que no origina síntomas hasta fases muy avanzadas. El
cáncer renal es un tipo de cáncer que se produce en los riñones, dos
órganos que tienen la función de filtrar la sangre y eliminar desechos y el
exceso de líquido del organismo, transformándolos en orina que, desde
los riñones, es enviada a la vejiga a través de los uréteres, para ser
excretada posteriormente.

El cáncer de riñón o de células renales es el tumor maligno más frecuente


del riñón, registrándose aproximadamente unos 12 casos nuevos anuales
por cada 100.000 habitantes. Supone en torno al 4% de los tumores
malignos de adultos, siendo uno de los diez tumores con más incidencia
en España –el 3%, según datos de la Sociedad Española de Oncología
Médica (SEOM)–. Representa la tercera causa de muerte por motivo
genitourinario. Es algo más común en varones y se presenta con más
frecuencia a partir de la quinta década de la vida.

En las últimas décadas hemos asistido a un incremento de su incidencia,


no tanto por los factores que lo producen, sino por los avances en los
métodos diagnósticos que han permitido visualizar más cánceres renales
en pruebas de imagen (ecografía, TAC) realizadas por otros motivos. No
obstante, lo cierto es que su diagnóstico es muchas veces casual, bien en
una revisión de rutina o tras una ecografía realizada por problemas
digestivos. Los síntomas más característicos por los que un especialista lo
puede diagnosticar son dolor en la parte lateral o la zona lumbar,
presencia de orina en la sangre y una masa palpable, aunque la
localización de estos tres signos indican que el cáncer se encuentra ya en
una fase avanzada.
El pronóstico de este tipo de tumores –los menores de cuatro
centímetros– suele ser bueno, con una supervivencia casi total, y en
ocasiones no es necesario extirpar del todo el riñón, con lo que se
conservan mejor las funciones renales.

En personas con antecedentes familiares de tumores renales es


recomendable realizarse una ecografía abdominal cada 4-5 años a partir
de cumplir los 40 años.

Aunque existen varios tipos de cáncer renal, el cáncer de células renales


de células claras, también llamado adenocarcinoma renal o tumor de
Grawitz, es el más frecuente (8 de cada 10 aproximadamente).

Causas y factores de riesgo del cáncer de


riñón
Aunque no existe una causa única ni bien definida, se conocen
varios factores de riesgo para el desarrollo del cáncer renal. De cara a
poder prevenirlo, hay que aclarar que sobre algunos de estos factores de
riesgo del cáncer renal no se pueden tomar medidas preventivas, como la
edad (a partir de los 50 años es más frecuente), el sexo (mayor incidencia
en los varones) o la raza (su prevalencia es un poco más elevada en las
personas de raza negra). Pero en otros casos sí podemos prevenirlos:
 Tabaco: se considera responsable directo de la tercera parte de los
cánceres de riñón. Está ligado al número de cigarrillos y al tiempo de
tabaquismo, disminuyendo este riesgo progresivamente al dejar de
fumar.
 Obesidad: también parece ser responsable de otra tercera parte de los
casos de este tumor. el mecanismo por el cual se produce no es bien
conocido, aunque se barajan alteraciones hormonales y de resistencia
periférica a la insulina como principales causas.
 Dieta: se considera que el consumo de carne (grasas) favorecería el
desarrollo de este tumor, si bien la dieta rica en frutas y vegetales podría
ser protectora.
 Alcohol: el consumo de alcohol puede predisponer a su aparición, tanto
en mujeres como en hombres.
 Enfermedades renales: tanto la enfermedad quística renal como los
pacientes con insuficiencia renal crónica en tratamiento con diálisis
parecen tener una mayor probabilidad de desarrollar un adenocarcinoma
renal.
 Factores genéticos: el cáncer de riñón es más común en personas con
familiares de primer grado afectados por esta enfermedad. El cáncer renal
por causa genética representa un 2% de los casos de este tumor. Su
presentación suele ser bilateral, o varias masas sólidas, aparece a edades
más tempranas y en ocasiones relacionado con otras enfermedades. Se
reconocen cuatro enfermedades genéticas que se relacionan con el cáncer
renal, que son el síndrome de Von-Hippel-Lindau, el carcinoma papilar
hereditario tipo I, el carcinoma papilar hereditario tipo II y el síndrome
de Birt-Hogg-Dubé.
Síntomas y Signos

En la actualidad, más del 40% de los tumores renales se diagnostican de forma


accidental en una ecografía o un TAC abdominal que se realiza por cualquier
otro motivo. Si se detecta precozmente, la tasa de supervivencia es de casi el
95%, ya que se pueden observar desde estadios muy tempranos, cuando la
masa de células malignas es aún pequeña.

Los tres síntomas del cáncer de riñón más comunes son el dolor de la zona
lumbar de la espalda –probablemente localizado en la zona del riñón afectado–,
la hematuria o presencia de sangre en la orina (a simple vista o en un examen
de una muestra de orina), y la palpación por el médico de una masa abdominal
en los flancos del abdomen. La aparición de estos tres síntomas
simultáneamente es rara, siendo la hematuria el hallazgo más frecuente.

Se acompaña, además, de un cuadro muy inespecífico de fiebre, anemia,


pérdida de peso y síntomas digestivos.

Como justo encima del riñón se encuentra la glándula suprarrenal, en algunos


casos también se originan alteraciones hormonales, que son las responsables de
síntomas como hipertensión, aumento del calcio en la sangre, aumento de la
viscosidad sanguínea y ginecomastia (agrandamiento de las mamas en el
varón).

El cáncer de riñón puede dar metástasis a ganglios linfáticos regionales, pero


también a otras zonas del organismo como pulmón, hígado, huesos y cerebro.
En algunos casos aislados, la afectación de estos órganos puede ser la primera
manifestación clínica.

Tratamiento del cáncer de riñón

El único tratamiento que actualmente cura el cáncer de riñón es


la cirugía. Cuando el tumor se halla extendido la probabilidad de
curación disminuye notablemente. Existen dos tipos de técnicas
dependiendo del tamaño y el estadio de la enfermedad:
 Nefrectomía parcial: se extirpa sólo una parte del riñón afectado. Esta
técnica suele emplearse cuando el tumor es muy pequeño, o en aquellos
casos en los que el otro riñón no funciona bien o cuando, directamente, no
existe otro riñón.
 Nefrectomía radical: se extirpa todo el riñón y, en la mayoría de los casos,
debe acompañarse también de la extracción de la glándula
suprarrenal. Tanto la nefrectomía parcial como la radical se intentan
realizar en la actualidad mediante laparoscopia o robótica mínimamente
invasiva, de tal modo que disminuyen las complicaciones quirúrgicas y el
internamiento hospitalario.
 La radioterapia no está indicada en ningún caso ya que, en estos tumores,
es totalmente ineficaz.
 La quimioterapia resulta poco efectiva, especialmente en los pacientes
que sufren metástasis en diversos órganos. En los últimos años viene
desarrollándose el uso de fármacos conocidos como biológicos, que
actúan bloqueando algún receptor molecular de los implicados en el
desarrollo del cáncer renal, destacando el Sunitinib, sorafenib, pazopanib
y bevacizumab. No son tratamientos curativos, puesto que se aplicarían
cuando el tumor está extendido y su finalidad sería prolongar la
supervivencia del paciente.

Prevención del cáncer de riñón


La mejor prevención para el cáncer de riñón consiste en evitar sus
factores de riesgo. Lo más importante es adoptar una forma de vida
saludable realizando ejercicio, siguiendo una dieta rica en frutas y
verduras y, sobre todo, prescindir del tabaco.
A las personas con patología renal crónica, y aquellos que tengan
familiares cercanos afectados por este tipo de tumor, es recomendable
hacerles un seguimiento y una ecografíaperiódicamente, para detectar
cuanto antes la presencia de alguna otra enfermedad asociada.

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