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Angel J.

Cappelletti

Pierre Clastres: La sociedad contra el estado

Summary: The studies of french anthro - en efecto, que a una etapa inicial y salvaje de la
pologist Pierre Clastres show once again that humanidad en que los individuos vivían sin lazos
State is not an ontological structure. The society mutuos permanentes siguió, mediante un pacto o
of the southamerican indians has not state neit- contrato, la etapa civilizada o social, que se
her government. Has, however, political power, caracteriza por la existencia del gobierno y del
that is not coactive. The chiefs are mantainers of Estado. Estado y sociedad nacen al mismo tiempo
intratribal peace, conservators of the myths, y gracias al mismo acto. Los filósofos que, como
generous givers. ls this society politically infe- Platón y Aristóteles, no admiten el contrato en el
rior in comparison with our society? origen de la sociedad y ven en ésta una realidad
connatural al hombre (como el lenguaje), admiten
Resumen: Los estudios del antropólogo la existencia de sociedades previas al Estado
francés Pierre Clastres demuestran una vez más (familia, clan, tribu), pero a todas ellas las consi-
que el Estado no es una estructura ontolágica. deran como formas imperfectas, destinadas a
La sociedad de los indigenas sudamericanos por desembocar en una sociedad autosuficiente y per-
él estudiada carece de Estado y de gobierno. fecta que es el Estado.
Tiene, sin embargo, poder poluico, el cual no es Bien se comprende, pues, que para Hegel el
coactivo. Los jefes son mantenedores de la paz Estado sea la forma más elevada del espíritu
intratribal, conservadores de los mitos, genero- objetivo, y la realización de la autoconciencia
sos dadores. ¿Es esta sociedad polfticamente ética, y que, para Gentile, teórico del totalitaris-
inferior a la nuestra? . mo fascista, inclusive el arte, la religión y la filo-
sofía, momentos del espíritu absoluto, sean pro-
La"antropología estructural, desarrollada piedad del Estado, manifestación suprema del
por Claude Lévi-Strauss, en Tristes trópicos y los espíritu humano.
cuatro volúmenes de Mitologicas, en Raza e his- Toda la educación moderna, liberal o anti-
toria y El Pensamiento Salvaje, orienta sin duda liberal, tiende a suponer la idea del Estado como
las investigaciones etnológicas de Pierre Clastres, forma necesaria y perfecta de la sociedad. El
quien, como el propio Lévi-Strauss, trabaja sobre hombre de nuestro tiempo no puede concebir, por
los pueblos "primitivos" de América del Sur. lo común, una sociedad sin gobierno ni se imagi-
Pocas contribuciones tan significativas han na la posibilidad de una permanente convivencia
hecho en nuestros días a la discusión filosófico- humana sin alguna forma de Estado. El Estado se
política las ciencias humanas que puedan compa- le presenta como una categoría ontológica.
rarse con los hallazgos e interpretaciones de Los estudios de Clastres demuestran, en
Clastres acerca de la sociedad salvaje sudameri- primer lugar, que la sociedad primitiva es una
cana como sociedad no-dividida, esto es, como sociedad sin gobierno y sin Estado. Tal conclu-
sociedad sin Estado. sión no es, sin embargo, nueva ni tiene, en sí
Hobbes y los contractualistas en general misma, nada de original. La caracterización de la
identifican la sociedad con el Estado. Suponen, sociedad salvaje o primitiva como sociedad sin

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXX (72), 145-151, 1992


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Estado se abrió paso entre los antropólogos y carente de autoridad, como un poder que no esta-
sociólogos positivistas. H. Spencer hace notar que blece jamás una relación mando-obediencia. Para
en las tribus primitivas que viven aisladas y pací- él, no resulta evidente "que coerción y subordina-
ficamente no hay nada que pueda compararse a lo ción constituyan la esencia del poder político
que denominamos gobierno. Sin embargo, tanto siempre y en todas partes" 2. Las observaciones
Spencer como los evolucionistas que lo siguen no realizadas sobre la estructura política de los pue-
pueden menos de ver en la sociedad primitiva sin blos salvajes de Sudamérica lo llevan a cuestionar
Estado una forma rudimentaria de la sociedad así el concepto de Nietzsche y de Max Weber. En
humana, destinada a desarrollarse y a perfeccio- dichos pueblos no hay Estado, pero hay poder y
nar sus instituciones hasta dar en la sociedad esta- poder político. Se trata de un "poder" casi impo-
tal. El Estado, junto con el progreso técnico, la tente. El jefe indígena no es ciertamente un sobe-
economía de acumulación, la escritura, la división rano que manda ni el pueblo una masa que obede-
en clases, etc., son logros que la evolución pro- ce. Ninguna idea más extraña a los indios suda-
porciona a la sociedad humana y a los que necesa- mericanos (con excepción - claro está - de los
riamente ésta se encamina. El mismo Engels, no incas) que la idea de subordinación y de obedien-
poco influido por la concepción evolucionista de cia. Agudamente observaron los primeros misio-
la sociedad, concibe la sociedad de clases y el neros arribados a las costas del Brasil que los pue-
Estado como resultado del desarrollo necesario de blos que las habitaban eran pueblos "sin fe, sin
la humanidad, resultado que sería inútil lamentar ley y sin rey". Muchos relatos posteriores de via-
ya que no sólo tiene el ineludible carácter de los jeros y frailes españoles implican, en cambio, una
cambios naturales sino también el sentido de un autoproyección, cuando se refieren a reyes, prín-
paso hacia adelante, hacia el logro de una socie- cipes, barones y duques entre las tribus sudameri-
dad sin clases y sin Estado. canas. Los jefes indígenas tienen, según Clastres,
Clastres rechaza la idea de una evolución, las siguientes características: 1) son "hacedores de
es decir, de un cambio paulatino de la sociedad paz" y representan la instancia moderadora del
primitiva sin Estado a la sociedad civilizada con grupo; 2) son hombres generosos, obligados por
Estado, no sólo porque no encuentra entre los su rango a satisfacer las demandas continuas de
pueblos sudamericanos que ha estudiado ningún sus "administrados"; 3) son buenos oradores y su
resto de dicha transición sino también porque no oficio es la palabra. El modelo del poder coerciti-
puede admitir que una sociedad coactiva y jerár- vo es aceptado sólo excepcional y temporalmente,
quicamente organizada representa una forma más cuando el grupo se enfrenta a un peligro exterior.
perfecta que la sociedad que desconoce el gobier- Durante la guerra, el jefe ejerce un poder casi
. no e ignora el Estado. Para él, hay un hiato y una absoluto sobre los guerreros, pero al retomar la
ruptura entre ambos tipos de sociedades. El tránsi- paz pierde por completo tal autoridad. La conjun-
to de la una a la otra implica un salto cualitativo, ción del poder y la coerción desaparece desde el
pero no necesariamente un salto hacia arriba o momento en que el grupo se relaciona consigo
hacia adelante. De análoga manera explica Lévi- mismo. Los jíbaros no tienen jefes sino en tiem-
Strauss el tránsito del pensamiento salvaje o la pos de guerra.
reflexión mítica al pensamiento científico. Pero, El poder normal, basado en el consenso y
así como, para éste, no puede decirse que el pen- no en la coerción, es de naturaleza pacífica y su
samiento salvaje sea incapaz de abstraer o de sis- función es pacificadora. La tarea de jefe es mante-
tematizar, para Clastres, tampoco cabe afirmar ner la armonía dentro del grupo. Debe apaciguar
que en los pueblos primitivos, carentes de gobier- las peleas y resolver los conflictos entre sus
no y ajenos al Estado, no exista ninguna clase de miembros, sin utilizar una fuerza que no posee ni
poder político. Así como Levi-Strauss caracteriza sería admitida, basándose sólo en su prestigio per-
la lógica del pensamiento primitivo, un tanto sonal y en su elocuencia. Cumple funciones de
paradójicamente, como "una lógica cuyos térmi- amigable árbitro que reconcilia, no de juez que
nos consisten en sobras y pedazos, vestigios de sanciona.
procesos psicológicos o históricos y, en cuanto La segunda característica del jefe indígena,
tales, desprovistos de necesidad" (por oposición
I la generosidad, la actitud dadivosa, más que una
a la lógica científica), así Clastres caracteriza el obligación constituye una servidumbre. Aporta la
poder político entre los primitivos como un poder paradójica noción del jefe-servidor. Los indígenas
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de América del Sur la interpretan como un dere- donde no existe una institución política y donde
cho al pillaje sobre los bienes del líder. Cuando no hay jefes, lo político está presente y se plantea
éste se opone a tal pillaje o trata de limitado, pier- la cuestión del poder, pues algo existe en la
de su prestigio, es decir, su poder. ausencia. "El poder político no es una necesidad
La tercera característica denota el alto apre- inherente a la naturaleza humana, es decir al hom-
cio que los indígenas tienen por la palabra, que bre como ser natural (y en ésto Nietzsce se equi-
. exigen del jefe con tanta avidez como los bienes voca), pero sí constituye una necesidad inherente
materiales del mismo. El talento oratorio es, junto a la vida social. Puede pensarse lo político sin la
con la liberalidad, el fundamento del prestigio del violencia, no puede pensarse lo social sin lo polí-
líder. Jefe es sinónimo de orador, transmisor de la tico: en otros términos, no hay sociedad sin
palabra. Jefe es el que habla, el dueño del discur- poder" '. Lo más discutible de estas conclusiones
so. En numerosas tribus debe gratificar cada día a de Clastres se cifra en una cuestión semántica:
su gente, al alba o al crepúsculo, con una plática ¿Puede identificarse el "poder político" con el
edificante. El tema de la misma suele ser la paz, prestigio del pacificador dadivoso y elocuente?
la armonía, la honradez, virtudes que deben prac- ¿No sería más adecuado decir que el poder políti-
ticar todos los miembros de la tribu. Tal plática o co, trascendente en los pueblos civilizados y en
arenga no tiene nada de compulsivo ni se mani- las culturas históricas, es en las sociedades primi-
fiesta jamás bajo la forma de un mandamiento tivas un poder inmanente, que tiene como órganos
real o de una orden gubernamental. Algunas accidentales al jefe-orador en la paz, al jefe-
veces el jefe predica en el desierto: los tobas del valiente en la guerra, al jefe-perito en la recolec-
Chaco o los trumais del Alto-Xingu muchas veces ción o en la caza, etc.?
no prestan ninguna atención al discurso del jefe y Clastres conviene, sin duda, con los antro-
éste habla en medio de una general indiferencia 3. pólogos que le precedieron (desde Spencer y los
Para Clastres, el control social inmediato, evolucionistas en adelante) en que las sociedades
que sustituye a la autoridad y el mando, no puede primitivas son sociedades sin Estado. Pero detecta
pensarse sin la mediación, y la sociedad no puede en ese juicio un prejuicio, es decir, un juicio de
concebirse sin el poder político. Pero considerar valor negativo, ya que al decir que las sociedades
el poder político como idéntico a la coerción es, primitivas son sociedades sin Estado o privadas
para él, un prejuicio etnocentrista. El poder existe de Estado se afirma que son sociedades incomple-
de hecho (tanto en América como en otras cultu- tas, que no son del todo verdaderas sociedades,
ras primitivas) "totalmente separado de la violen- que "subsisten en la experiencia quizá dolorosa de
cia, exterior a toda jerarquía". Por tanto, todas las una carencia - carencia del Estado - que intentarían,
sociedades, arcaicas o no, son políticas, pero lo siempre en vano, llenar" s. Las crónicas de los
político no es un término unívoco, sino que tiene viajeros y los trabajos de los antropólogos lo afir-
diversos sentidos, a veces no inmediatamente des- man más o menos confusamente: la sociedad no
cifrables, como sucede con este poder "impoten- se puede pensar sin el Estado; el Estado es meta
te" que encontramos entre los indios sudamerica- obligada y destino de toda sociedad. Esta afirma-
nos. De ahí, pues, infiere las siguientes tesis: 1) ción, que denota una actitud etnocéntrica, está
Las sociedades no pueden dividirse simplemente interiorizada en el hombre común. Hegel la pres-
en sociedades con poder y sin poder. El poder tigia dialécticamente al darle relevante cabida en
político es universal, inmanente a lo social y se su filosofía del Espíritu, podríamos añadir noso-
realiza, principalmente, de dos modos: poder tros. Este filósofo, a quien Zubiri considera como
coercitivo y poder no coercitivo. 2) El poder polí- "la madurez de Europa", representa también la
tico coercitivo (que implica la relación orden- miopía de esa madurez. Es la miopía del europeo-
obediencia) no puede considerarse como modelo centrismo, que ve en las sociedades primitivas
o arquetipo del poder verdadero. Es sólo un caso especies relegadas de la historia universal. No se
particular, una realización concreta del poder salvan de tal etnocentrismo los discípulos hetero-
político en algunas culturas, como la occidental. doxos de Hegel, como Marx y los marxistas, que
No hay, por consiguiente, ninguna razón para consideran el Estado y las clases sociales una con-
tomar esta modalidad del poder como punto de secuencia necesaria de la innovación y del progre-
referencia y principio de explicación para las so técnico-económico. Clastres se opone clara-
otras modalidades. 3) Aun en las sociedades mente al materialismo histórico cuando sostiene
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que la más profunda división de 'la sociedad, la otra parte, parezca tener ninguna fe en la posibi-
que fundamenta todas las otras, sin excluir la lidad de reinstaurar alguna vez una sociedad sin
división del trabajo, "es la nueva disposición Estado.
vertical entre la base y la cúspide, es la gran Clastres interpreta la sociedad primitiva
ruptura política entre poseedores de la fuerza, como una estructura original, que no es lícito con-
sea bélica o religiosa, y sometidos a esa fuerza". siderar mero embrión de la sociedad civilizada.
O, en otras palabras, que "la relación política Ella surge del inconsciente colectivo de los pue-
del poder precede y funda la relación económica blos salvajes y se caracteriza básicamente por su
de explotación". Esto quiere decir, contra lo que no fractura, por la no división entre gobernantes y
sostienen Marx, Engels, Lenin y sus seguidores, gobernados, por la ausencia del Estado, por la
que: "Antes de ser económica la alienación es . presencia de un poder político sin poder. Al soste-
política; el poder está antes del trabajo, lo eco- ner esto, Clastres separa tácitamente el poder polí-
nómico es un derivado de lo político, la emer- tico del poder físico o biológico, ya que reconoce
gencia del Estado determina la aparición de las en el mundo zoológico la vigencia de la relación
clases" 6. Una tesis muy semejante defendía dominador-dominado, de acuerdo con la sociolo-
Karl Eugen Dühring, cuyas ideas fueron tan gía animal. El tránsito de lo animal a lo humano,
duramente combatidas por Engels 7. Dühring era de la naturaleza a la cultura, se produce gracias al
partidario de un socialismo cooperativista y no- intercambio y la palabra. El intercambio y la pala-
estatal, análogo al de Fourier, y sus puntos de bra generan la sociedad, que es desde el principio
vista y argumentaciones al respecto I fueron política, pero que ignora la relación mando-obe-
aprobadas por el propio Sartre 9. La tesis que diencia, no exigida sino más bien rechazada por la
Clastres funda en sus trabajos etnológicos sobre naturaleza misma del intercambio y la palabra.
los pueblos primitivos de Sudamérica, confirma La antropología evolucionista considera ras-
en todo caso el punto de vista general de los gos distintivos de la sociedad primitiva la caren-
anarquistas, en su polémica con el marxismo. cia de escritura y la economía de subsistencia.
Bakunin jamás aceptó la idea de que el Estado Clastres no discute el primero, pues lo considera
fuera una mera superestructura ni consideró un hecho (aunque tal vez no sea tan evidente
suficiente una explicación que lo hiciera derivar como él cree y valdría la pena examinar hasta qué
linealmente de la defensa de los intereses de una punto los dibujos esquemáticos de ciertos pueblos
clase social. Es cierto que, para él, el Estado es salvajes no constituyen ya una suerte de escritura
un instrumento coercitivo que asegura los privi- ideográfica). En cuanto al segundo, comprueba
legios de los dueños de la tierra y los medios de que no hace sino denotar una carencia más con
producción. Pero también es verdad que los pro- respecto de nuestro mundo: la falta de una econo-
pietarios no serían tales ni existiría diferencia de mía de mercado que dé salida a los excedentes
clases sin el fenómeno (lógica e históricamente producidos. La idea misma de "economía de sub-
previo) del Estado, como concentración del sistencia" contiene implícitamente la afirmación
poder político. En la concepción bakuniniana lo de que las sociedades primitivas apenas son capa-
político y lo económico se condicionan recípro- ces de producir el mínimo indispensable para
camente, en lo que podría considerarse como un sobrevivir, por causa de su inferioridad tecnológi-
círculo dialéctico. La propiedad privada y las ca. Pero si por "técnica" entendemos el conjunto
diferencias de clase generan el Estado; el Estado de procedimientos de que se valen los hombres
genera la propiedad privada y las diferencias de para asegurarse el dominio del medio natural en
clase, en 'el curso de la historia. Pero es claro relación con sus necesidades, no cabe hablar de
que, al comienzo de la misma, el Estado, que una inferioridad tecnológica de las sociedades pri-
supone la básica y radical fractura entre gober- mitivas, cuya capacidad para satisfacer las propias>
nantes y gobernados, entre mandantes y obe- necesidades es por lo menos igual a la de la socie-
dientes, es anterior a la propiedad privada y a la dad industrial. "Lo que sorprende en los esquima-
jerarquía de las clases 10. Esta es, sin duda, la les o entre los australianos es justamente la rique-
razón fundamental por la cual los antropólogos za, la imaginación y la finura de la actividad téc-
y críticos marxistas clasifican a Clastres como nica, la potencialidad de invención y de eficacia
"anarquista", sin que él, como etnólogo, se que demuestra el instrumental usado por estos
extienda al campo de la ideología y sin que, por pueblos. Basta, por lo demás, con pasearse por los
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museos etnográficos: el rigor de fabricación de ya que la caza y la recolección se llevaban a cabo


los instrumentos de la vida cotidiana casi hace de (y no todos los días) entre 6 y 11 de la mañana 17.
cada modesta herramienta una obra de arte" ". Tal Las sociedades primitivas son, en general, para
sugerencia de Clastres nos remite al ideal estético Clastres, "sociedades de rechazo del trabajo"
de William Morris, que encuentra la clave de una (según la expresión que usa Lizot a propósito de
futura sociedad socialista y libertaria en la trans- los yanomami), del mismo modo en que son
formación de todo trabajo en arte. Clastres con- "sociedades de rechazo del Estado". No se trata
cluye, por su parte, que en el campo de la técnica de pueblos que agotan sus fuerzas en la lucha
no hay una verdadera jerarquía, ya que la única cotidiana y mortal por asegurar su subsistencia,
medida para juzgar un equipamiento tecnológico sino de gente que no ve ninguna necesidad de tra-
es su aptitud para satisfacer las necesidades de bajar (cazar, recolectar, cultivar, etc.) más de lo
una sociedad. Si las sociedades primitivas se indispensable para vivir cada día. El amplio mar-
basan, pues, en una economía de subsistencia, no gen que conceden al ocio nos está diciendo que
es por su deficiencia o subdesarrollo tecnológico. . podrían, si quisieran, acumular bienes en grandes
Pero el verdadero problema consiste, para cantidades. Pero el hecho es que no quieren: les
Clastres, en determinar si estas sociedades tienen interesa más el ocio que el lucro, prefieren el
realmente una economía de subsistencia. Si por juego a la opulencia; les gusta contar chistes más
tal se entiende una sociedad cuyos miembros que contabilizar ganancias. De análoga manera,
pasan la mayor parte de su tiempo en la fatigosa no sacrifican jamás la igualdad política, que no
busca de alimentos, es claro que los indios suda- reconoce división entre gobernantes y goberna-
mericanos no tenían una economía de subsisten- dos, a la pseudo-seguridad que proporciona el
cia. Ellos dedicaban poco tiempo al trabajo, sin aparato jerárquico y coercitivo del Estado. ¿Quién
que por eso murieran de hambre. Se permitían podría afirmar que su opción es errónea?
largas horas de ocio en sus hamacas, lo cual no Como recuerda Fernando Savater, ya en el
dejaba de sorprender a los primeros europeos lle- siglo XVIII Hume escribía: "El estado de socie-
gados a Brasil: "Grande era su reprobación cuan- dad sin gobierno es uno de los más naturales esta-
do constataban que los mocetones llenos de salud dos de los hombres ... las tribus de América viven
preferían emperifollarse como mujeres con plu- en concordia y amistad entre los miembros de
mas y pinturas en lugar de transpirar en sus huer- cada comunidad sin ningún gobierno estableci-
tos. Gente, pues, que ignoraba deliberadamente do". Algo semejante - podría añadir - decía en la
que hay que ganar el pan con el sudor de su fren- misma época Diderot sobre los pueblos de
te. Era demasiado y ésto no duró: rápidamente se Oceanía, al referir los viajes de Bougainville.
puso a los indios a trabajar y murieron a causa de Pero el conflicto se inicia, según anota el mismo
ello. Efectivamente, parecen ser dos los axiomas Savater, cuando se consideran "dos de los más
que guían la marcha de la civilización occidental caros dogmas de la teoría marxista: primero, que
desde sus comienzos: el primero plantea que la estas sociedades viven igualitarias y sin jefes por-
verdadera sociedad se desarrolla bajo la sombra que padecen de la más extrema indigencia, su
protectora del Estado; el segundo enuncia un economía está reducida al mínimo imprescindible
imperativo categórico: hay que trabajar" 12. para la subsistencia; segundo, que, en cuanto el
Así como los indios no sentían ninguna desarrollo de las fuerzas productivas aumenta sus
necesidad de tener reyes o soberanos que los man- riquezas y permite una acumulación de excedente,
dasen, tampoco la tenían de acumular alimentos u surgen inmediatamente los explotadores que se
otros bienes para lucrar con ellos. Citando los tra- apoderan de éste y establecen el Estado como
bajos de Lizot, sobre los indios yanomami del forma de proteger su privilegio" 14. Clastres, al
Amazonas venezolano, dice que éste "ha estableci- comentar la obra de Marshall Sahlins, encuentra en
do cronométricamente que el tiempo medio dedi- ella abundantes pruebas para sostener puntos de
cado cada día al trabajo por los adultos, conside- vista contrarios. En su conocido Tratado de eco-
rando todas las actividades, supera apenas las tres nomia marxista, Mandel sostiene que, si admiti-
horas". y apelando a sus propias investigaciones mos que la humanidad existe desde hace un millón
entre los guayakí, cazadores n6mades de la selva de años, debemos convenir en que ha vivido por lo
paraguaya, recuerda que éstos pasaban por lo menos 980.()()() en estado de indigencia extrema
menos la mitad del día en un ocio casi completo, Sahlins demuestra que la sociedad primitiva es una
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sociedad de abundancia, puesto que en ella todas pero firme y constantemente el Estado, los mues-
las necesidades están por lo común ampliamente tra Clastres como gente menos loca que todos los
cubiertas, con un mínimo de esfuerzo y de pena; filósofos y "científicos sociales" cuyo criterio de
que si los salvajes no producen excedentes ni acu- perfección para toda sociedad es la existencia y la
mulan bienes destinados al mercado es porque no fortaleza del Estado. La conclusión, que Clastres
tienen ningún interés en ello. Puesto que una corrobora en análisis de gran belleza al hablar de
máquina funciona bien cuando cumple satisfacto- los profetas guaraníes 17, buscadores de la tierra
riamente la función para la cual ha sido concebi- sin mal, prófugos de lo Uno (que es el Estado
da, la economía de los primitivos es una máquina emergente) 18, afecta por igual a los teóricos del
perfecta: cumple a cabalidad la tarea para la que Estado "socialista", a los defensores de la demo-
ha sido diseñada. cracia "representativa" y a los de la democracia
Del análisis de Sahlins resulta, según "popular".
Clastres, "que no sólo la economía primitiva no es Clastres es un antrop6logo político que se
una economía de la miseria, sino que permite, por ha dedicado particularmente al estudio de los pue-
el contrario, designar la sociedad primitiva como la blos primitivos de América Latina. Hace varias
primera sociedad de abundancia" IS. Se trata, sin décadas que una llamada "filosofía de la libera-
duda, de "una expresión provocadora, que perturba ción" se empeña por encontrar nuevos caminos y
el entorpecimiento dogmático de los seudosabios modelos propios para los pueblos oprimidos y
de la antropología", pero no por eso deja de ser una explotados de América Latina. Su empeño, no
expresión justa, porque .si en poco tiempo y sin siempre claro y distinto, busca elementos en el
emplear toda su capacidad una máquina de produc- marxismo y en la teología católica, en la fenome-
ción satisface las necesidades materiales de la nología germánica y en el semitismo bíblico. ¿No
gente, es claro que en un lapso mayor y usando sería hora de que volviera a sus a ojos a las con-
toda su potencia podría producir excedentes y cepciones del mundo y de la vida de los pueblos
constituir reservas. "Los australianos y los bosqui- indígenas, pobladores de América desde hace
manos, no bien estiman haber recolectado una can- varias decenas de milenios? Y no precisamente a
tidad suficiente de recursos alimenticios, dejan de las de aztecas e incas, de cuyos sistemas de vida
cazar y de recolectar. ¿Por qué los n6mades deberían política y económica no puede aprender mucho
cansarse en recolectar mucho más de lo que pue- quien aspira a la liberación, sino a las de las
den consumir? ¿Por qué los nómades deberían ago- numerosas tribus salvajes que habitaron las selvas
tarse en transportar inútilmente pesadas provisio- y los llanos, a los guayaquíes y guaraníes, a los
nes de un punto a otro, dado que, según lo señala tupís y los yanomamis, a los yaganes y los alaka-
Sahlins, las reservas están en la naturaleza misma? luf.
Los salvajes no son tan locos como los economis- Podría aprender, entre otras cosas, el senti-
tas formalistas, los cuales, por no haber descubierto do de un auténtico socialismo, que es autogestión
en el hombre primitivo la psicología de un empre- integral y supone siempre una minimización del
sario industrial o comercial, preocupado por poder político y una liquidación del Estado; que
aumentar sin cesar su producción con miras a acre- no está ligado al desarrollo de las fuerzas produc-
centar su beneficio, deducen, como necios, la infe- tivas sino al proyecto (consciente o inconsciente)
rioridad intrínseca de la economía primitiva" 16. de una sociedad; que no implica negación de las
Sahlins desenmascara así, según Clastres, apacible- clases por obra de "ilustrados" gobernantes sino
mente la "filosofía" que hace del capitalista con- negación de los ilustrados gobernantes junto con
temporáneo la medida de todas las cosas. Pero las las clases mismas.
conclusiones de ambos afectan por igual a los eco-
nomistas "liberales" y a los marxistas, demostrando
tácitamente el lastre capitalista y burgués que hay Notas
en la teoría marxista. Al fin y al cabo, el marxismo
no ha logrado sino edificar una nueva modalidad 1. Claude Lévi-Strauss. El pensamiento salvaje,
del capitalismo al sustituir al empresario occidental M~xico. 1972. p. 60.
por el burócrata soviético. 2. Pierre Clastres, La sociedad contra el Estado,
Caracas. 1978. p. 12.
Análogamente, al presentar a los pueblos pri- 3./bid., pp. 28-30.
mitivos como pueblos que rechazan inconsciente 4./bid., p. 21.
LA SOCIEDAD CONTRA EL ESTADO 151

5. tu«; p. 165. 15. P. Clastres, La economia de la abundancia en la


6. Ibid., p. 173. sociedad indivisa, p. lO.
7. Cfr. F. Engels. Herr Dühring, Urnwalzung der 16. tu«, p. 11.
Wissenschaft, 1877. 17. P. Clastres, La sociedad contra el Estado, cap. 8.
8. Cfr. K. E. DUhring. Kursus der National - und 18. Ibid., cap. 9. .
Sozialokonomie, 1873; Kritische Geschichte der
Nationa16konomieund des Sozialismus, 1871.
9. Cfr. J. P. Sartre. Critica de la razán dialéctica.
10. Cfr. A. J. Cappelletti. Bakunin y el socialismo
libertario, México, 1987, pp. 125; 348-349.
11. P. Clastres, La sociedad contra el Estado, p. 167.
12. tu«, pp. 168-169. Angel J. Cappelletti
13. bid., p. 170. Edificio Cotoperí
14. F. Savater, Pierre Clastres, prólogo a Pierre Apartamento 152
Clastres, La economia de la abundancia en la sociedad indi- Sans Souci - Chacaíto
visa, México, pp. 2-3. Caracas - Venezuela

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