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Maoism as Anti-Eurocentrism

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Posted on May 1, 2016 by Redzeal

Traducción por AR

En el poco tiempo libre que he tenido últimamente he leído sobre Eurocentrismo.


Concretamente, Euroentrismo y el movimiento comunista de Robert Biel y
Eurocentrismo de Samir Amin. En los últimos meses había estado preocupado por la
cuestión de qué es exactamente el eurocentrismo, cómo opera, cómo oponerse a él.
Mis anteriores incursiones en este tema fueron aproximaciones históricas como
Orientalismo, de Edward Said, que, si bien beneficiosas intelectualmente, me dejaron
con tantas preguntas como otras respondieron. Sentía que los textos posmodernos
sobre el eurocentrismo tenían una crítica profunda a la construcción cultural
eurocéntrica, pero no pude conceptualizar cómo este análisis se podría trasladar a la
práctica comunista, o siquiera si podría ser incorporado a algo más allá de la crítica
académica.
Releyendo los trabajos de Biel y Amin he encontrado una conceptualización marxista mucho
más profunda sobre el eurocentrismo que antes. Esto me lleva al punto central de mis
pensamientos en este tema, que nacen de un punto que Biel alude en sus trabajos, pero que
intentaré desgranar aquí. Esto es, la noción de que el marxismo-leninismo-maoísmo (MLM) es
la única forma de Marxismo capaz de abarcar completamente el fenómeno del eurocentrismo
en todos sus ángulos, y, finalmente, proporcionar una manera de acabar con él.

Primero debemos dar una definición de eurocentrismo. Aquí usaré la separación de Biel sobre
las estructuras políticas y económicas del eurocentrismo, y su manifestación ideológica.
Respecto a las estructuras económicas y políticas:

El capitalismo y el eurocentrismo son verdaderamente Eurocéntricos, en el sentido que el resto


del mundo está explotado por el mundo euro-americano y su clase dominante. Esto permite a
esta clase no sólo adquirir beneficio en el sentido económico, sino también mantenerse
estructuralmente, disfrutar de la ingeniería social doméstica, a fin de calmar las
contradicciones sociales graves que de otra manera, terminarían por estallar en su propio
núcleo – Robert Biel, Eurocentrismo y el movimiento comunista, 13.

Por supuesto, el Sistema eurocentrista del capitalism imperialista produce sus propios
componentes ideológicos, que:

Presenta su dominancia como natural, como justificada históricamente, como si constituyese la


propia corriente del progreso histórico. – Ibid.

En este sentido, el eutocentrismo es la propia y real estructura económica, política e ideológica


a través de la cual el capitalismo y el imperialismo de los centros globales de EEUU y Europa,
mantienen, extienden y legitiman su dominación sobre la periferia. Esta dominación puede
manifestarse como ocupación colonial, narrativa racista, o el neo-colonialismo de los días
modernos. Como discute Biel y también Eric Williams en su libro Capitalismo y esclavitud, el
eurocentrismo no es un fenómeno nuevo. Al igual que el imperialismo, surgió alrededor del
sistema colonial y la trata de esclavos, siendo ambos parte fundamental en el proceso de
transformación capitalista que surgió y dio forma a europa, a partir del siglo XVII. Desde
entonces, el eurocentrismo también ha sido una ideología de la burguesía en la cual el
desarrollo capitalista que ocurrió en Europa es considerado necesario para también el
desarrollo del resto del mundo. Esta ideología legitima el sistema imperialista mundial,
conceptualizando la experiencia europea como universal, y construyendo una “jerarquía” de
civilizaciones en “progresión” lineal en la historia, marchando en estos países desde la
“barbarie” a la supuesta libertad y prosperidad que el capitalismo clama ofrecer.

”Desarrollo” Eurocéntrico

Dentro de la discusión sobre el desarrollo económico y político, muchas veces demonizada


como inherentemente eurocéntrica en muchas críticas posmodernas, donde hay que hacer
una importante distinción. Según Amin, debemos separar “modernidad” de las concepciones
eurocéntricas de “progreso” en la historia, una noción basada en progreso histórico
procedente de una voluntad divina, o por una potencia imperialista “entrenando” a un país
oprimido en “democracia”. El elemento clave de la modernidad es el rechazo de las leyes
supra-históricas, y en su lugar erigir el principio de que la historia es conducida por la gente, de
forma colectiva e individual, mientras construyen su propio mundo. Esta concepción de
modernidad necesita una universalización de la acción, algo que el eurocentrismo rechaza en
su mantenimiento de la ideología y estructura económica que lo niega. Aquí es donde Amin y
Biel convergen, ambos aceptan que una de las características más importantes en la ideología
del eurocentrismo es su insistencia en replicar el desarrollo que ocurrió en europa (desde que
emergió el feudalismo hasta su transformación en capitalismo) a escala global. Sin embargo,
examinando el capitalismo como un sistema global, podemos llegar a concluir que la visión
eurocéntrica oculta la realidad de la deformación imperialista, en la que vestigios de modos de
producción pre-capitalistas (o modos de producción tributarios, como Amin los llama) se
incorporan en la conformación social capitalista de los países oprimidos.

El maoísmo, como extension del marxismo, representa la primera rupture verdadera Primero,
por su rechazo de la aplicación “por niveles” del materialismo histórico, según la cual, todas las
sociedades proceden de un comunismo primitivo, seguido de feudalismo, capitalismo y
eventualmente, comunismo Y en segundo lugar, porque en su formulación del semi-
feudalismo (aquí, usaremos el término feudalismo ignorando los problemas de usarlo en un
contexto no europeo, porque no conozco un término mejor) existe un reconocimiento de que
la verdadera naturaleza y los efectos del imperialismo-capitalismo contemporáneo hacen que
la progresión “al estilo europeo” sea un imposible. Aquí el núcleo anti-eurocéntrico del
maoísmo aparece en el hecho de que reestablece el materialismo histórico, con la base de un
análisis concreto de condiciones concretas, y no como transposición mecánica de las
categorías eurocéntricas. Más allá todavía, el maoísmo aparece como una afirmación de un
proyecto de modernidad en el que las masas son las que construyen la historia reconociendo
la ausencia de leyes supra-históricas sobre el desarrollo necesario, insistiendo en el poder
transformador de la clase trabajadora en una escala verdaderamente global. En verdad, el
maoísmo insiste en que la única manera de superar las cadenas del sistema eurocéntrico es
mediante un proceso de modernidad, es decir, una lucha de las masas para transformar el
mundo mediante la revolución social.

Las masas

Biel escribe que a pesar de que el marxismo siempre ha tenido el potencial de ser anti-
eurocéntrico, no ha eliminado sus propios prejuicios eurocéntricos, excepto mediante el
proces de reorientarse a sí mismo hacia las luchas de los oprimidos fuera del núcleo europeo.
En los propios países imperialistas prevalece un tipo de “izquierda eurocentrista” que Biel
caracteriza así:

Se construye sobre, y en un sentido, supera, la teoría burguesa unilinear del “progreso social”
con Europa en la posición más elevada, liderando, un punto de referencia en la historia mundial
[…] la izquierda eurocentrista usa esta línea reaccionaria de argumentación para justificar un
sistema que será el reemplazo del capitalismo, p. ej socialismo […] En esta visión corrupta, el
mundo euro-americano continua liderando un mundo socialista, igual que hizo en el anterior
mundo capitalista.

Emplea una vision falsa del materialism histórico para representar el capitalismo temprano
como un orden social progresivo a nivel mundial, cuando en realidad sólo fue progresivo, si
acaso, en relación al sistema feudal dentro de los grandes estados europeos.

Subestima el papel del colonialismo, la trata de esclavos, etc, como base de los orígenes
histórico, y la creciente acumulación, en el modo de producción capitalista.

Esquematiza la historia mundial en base a la experiencia europea y lo fuerza todo en este


molde.
Mantiene que las fuerzas productivas industriales avanzadas necesariamente producen luchas
avanzadas, mitando por encima del hombre al campesinado (aquí, podemos observar por qué
el trotskismo lleva consigo un inevitable eurocentrismo-K.B) y concibe la revolución
primariamente como la compartición del “pastel nacional” entre el proletariado y la clase
burguesa de los estados capitalistas centrales, y subordina la estrategia política práctica y sus
tácticas a la consecución de esta meta.

[…] eleva las contradicciones inter-imperialistas sobre la contradicción fundamental entre


naciones opresoras y oprimidas y considera la relación entre grandes poderes como los eventos
clave de la política global.

Falla en observar el carácter continuo de superexplotación y la desigual división de labores a


nivel internacional como la base fundamental del imperialismo.

[…] en relación al nacionalismo en los países coloniales, lo toma como un factor perjudicial y
que retrasa los avances, un prejuicio a ser tratado en el mejor de los casos, con
condescendencia.

Generalmente, considera los movimientos de liberación nacionales como subordinados a los


supuestos intereses del movimiento proletario en los países industrializados, y les dice qué -
hacer – Biel, eurocentrismo en el movimiento comunista, 17-18.

El maoísmo, si bien un desarrollo del marxismo-leninismo, sirve como negación del proyecto
eurocéntrico en su totalidad, sea “la izquierda eurocentrista” o el eurocentrismo burgués.
Primeramente, porque el maoísmo es una suma de la experiencia china y el esfuerzo anti-
revisionista de los 70 llevado a un desarrollo nuevo, que fue forjado fuera de los centros del
capitalismo global. Sin embargo, no podemos caer en el error de asumir que sólo por esto ya
es anti-eurocéntrico, puesto que el leninismo fue también desarrollado en la periferia, pero no
se pudo liberar completamente de todos sus rasgos. Lo que hace al maoísmo anti-eurocéntrico
es el asalto a los errores en la aplicación del materialismo histórico por parte de los
revisionistas para justificas el imperialismo, su análisis concreto del capitalismo como un
sistema global que produce desarrollo desparejo, apoya los esfuerzos de liberación nacional y
rechaza las concepciones de un camino universal y lineal para el desarrollo de todas las
sociedades.

Pero el maoísmo no sería auténticamente eurocéntrico si no fuese universal, puesto que esto
es la única forma de contraatacar al anti-modernismo eurocentrista y su universalismo
invertido. Para universalizar algo, debe ser arrancado de su contexto original (que debe ser
entendido como un proceso incesante) y reaplicado a otro lugar, para producir una nueva
visión teórica y práctica. En este sentido, el maoísmo es el único desarrollo universalizado del
marxismo, y por tanto el único desarrollo capaz de entender y oponerse al eurocentrismo. El
maoísmo, como recontextualización y universalización del ML, repite el proceso que vino antes
que él, pero en una escala cualitativamente superior. El marxismo nació a través de la lucha
política e ideológica de la clase trabajadora de europa, pero hasta la llegada de Lenin y los
bolcheviques aplicándolo al contexto ruso, no se puede afirmar su potencial universal y
revolucionario. El marxismo en sí mismo tuvo que ser apartado del dogmático y eurocéntrico
continente y ser lanzado a las aguas de la Rusia Imperial. De aquí, obtenemos el salto
cualitativo del leninismo, un paso adelante en la universalización y un golpe al eurocentrismo.
Sin embargo, como puntúa Biel, este salto aún mantiene elementos eurocéntricos, por
ejemplo en su aplicación por niveles del materialismo histórico. Sin embargo, el ML aún ha
inspirado numerosos movimientos y revoluciones anti imperialistas en la periferia del
capitalismo, lo que ha producido retos para el sistema capitalista mundial. Sin embrgo, fue la
revolución en China, seguida de la suma de la experiencia china por los comunistas peruanos,
la que llevó a la cristalización del maoísmo como un nuevo desarrollo del ML en la forma del
MLM.

El maoísmo, no como las manifestaciones tempranas del marxismo que eran reduccionistas y
sobreestimaban el papel de la economía, también reconoce las interacciones entre las
estructuras económicas y políticas del mundo eurocéntrico en su propio aparato ideológico. Es
éste, proyectado a escala mundial por el imperialismo, el que permite la reproducción de las
estructuras ideológicas eurocéntricas, sobre todo entre segmentos de la burguesía de los
países dominados. Sólo se necesita mirar a Costa Rica en el siglo XIX, en el que una clase
burguesa en alza, aliada con la aristocracia, abrazaron la ideología de supremacía blanca traída
por los americanos para crear un una clase trabajadora racial a la cual explotar, aliados con el
imperialismo. Es en estas líneas del maoísmo como un marxismo universalizado en las que Biel
estaba pensando, y lo expresa así:

La fuerza del maoísmo es su afirmación de que las estructuras institucionales, el funcionariado,


intelectuales, etc, deben, en primer lugar, respecar a las masas más expltadas e integrarlas con
ellos en su vida y modo de pensar. Esto, llevado a su conclusión lógica, significa buscar a
aquellos en los que descansa el resto de la estructura, los más marginados y explotados. Pro
esta razón, lleva consigo el potencial para la derrota del eurocentrismo. En este sentido,
podemos decir que el maoísmo, como el marxismo en general, es propiedad de la humaniad al
completo, algo mayor que las limitaciones de la gente que lo desarrolló. – Robert Biel,
Eurocentrismo y el movimiento comunista, 151.

Si hablamos seriamente acerca de desafiar al Sistema eurocéntrico, que es uno con el sistema
capitalista imperialista, necesitamos reconocer que el maoísmo se presenta como el desarrollo
completo del anti-eurocentrismo en el marxismo, siendo por tanto la única manera de luchar
con la realidad de nuestra situación desde un punto de vista holístico, y, por su aplicación,
desmantelar el eurocentrismo. Otras formas de marxismo, sea el estancado y dogmático
marxismo de los Hoxhaistas y comunistas de izquierda, o el inhábil trotskismo y su incapacidad
para aclararse sobre su propia universalización fallida y su confinamiento en europa y américa,
no pueden superar las necesidades que impone el eurocentrismo sobre nuestro movimiento.
Las lecciones y análisis recogidas de la experiencia china, peruana, nepalí, y, hoy en día, de los
naxalitas y maoístas filipinos, son universales. Ellos han dado el primer paso hacia el
desmantelamiento del capitalismo imperialista global, sin embargo, en pocos centros de este
sistema se han dado cuenta, debido, sobre todo, a la prominencia de la ideología burguesa
entre vastos sectores de la izquierda, que se manifiestan, como ya hemos dicho, como
“izquierda eurocentrista” Sin embargo, existe un segmento creciente dentro del núcleo del
capitalismo, concentrado entre grupos étnicos o de nacionalidades oprimidas, los sectores más
explotados del proletariado, e incluso entre estudiantes e intelectuales que, si bien no
articulado por completo, ve el maoísmo como la expresión de una lucha universal e
internacional contra todas las formas de capitalismo, eurocentrismo e imperialismo. La
conclusión obtenida aquí es, que el maoísmo, al revés que otros movimientos emancipatorios,
incluyendo pasados desarrollos marxistas, ha sido capaz de liberarse a sí mismo del
eurocentrismo y resituar la discusión sobre la necesidad de una Revolución desde un punto de
vista eurocéntrico que privilegiase a los países “avanzados”, hacia una visión total de una
verdadera lucha de clases mundial que una a las masas de los países “centrales” con aquellas
de los países oprimidos.

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