TOPICA

Revista de psicoanálisis - Distribución Gratuita por e-mail y en grupos de Facebook - AÑO 1 - Nª. 1 - Julio 2013
Editor: Ricardo Vergara -Directora: Mónica Peisajovich - Suscripciones: vergararav@gmail.com

De Freud a Lacan y retornos…Silvia Migdalek,

Dossier PSICOSOMATICA: Héctor O Becerra, Liliana Schiavone,
Oscar Lamorgia
¿Qué es un padre?,Por Eduardo Garcìa Dupont
“Le pegué porque me miró mal”, Rosana A. Rancaño
Poemas, Alejandra Pizarnik
Dos o tres cosas que yo sé de Lacan, Carlos Faig
 2 TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013

Más Acá o Más Allá de Un acá” ó “más allá”. la obra.

Padre y otros trabajos de clínica
con niños y adolescentes
Lic. Mónica Peisajovich
Rv Ediciones, diciembre 2011
Introducción
Es importante que la esperanza no
sea otra que lo escrito se borre en lo
escrito, porque lo que perdura es el
blanco. Nunca se encuentra la huella
y se sigue girando alrededor de una
marca imposible de encontrar. Y lo
desconocido como desplazamiento
A fin de cuentas se trata de
censura que se arma y desarma y
de pensamiento que es el sentido
que siempre nos queda como reus,
vale decir real que por siempre nos
hace culpables de haber escrito.
En el blanco, hoja por hoja, se

S
es el más inmaterial de los resortes pasa a la satisfacción de un escrito
iguiendo al poeta Edmond que conduce a la escritura. por fin logrado, cuando el discurso
Jabés en la serie de “El En la conferencia del 25 de abril continúa y no se estanca, desde su
libro de los márgenes”, de 1969 organizado por la “Tenue nacimiento en el dialecto ático.
me permito exponer algunas Blanche Fermée” titulada “La Daniel Paola
breves conclusiones. En principio psychanalyse en ce temps” Lacan,
el autor de un escrito goza de la en ese momento Director de la Mail: mbpeisajovich2@yahoo.com.ar
fragmentación que expone con su Escuela Freudiana de Paris, aborda TE: 4551-2311 y 15-6159-8475
lectura, en un axioma que
cada una de bien podría
sus partes traducirse
con la así: “…Amaría
diversidad que se lea
de sus resbalando de
diferentes uno a otro en
sentidos. dos palabras
Teniendo en pronunciadas
cuenta este a la vez…:
criterio un censura o
libro es una “pensure””.
totalidad Decir censura
insostenible de inicio para
y el autor el inconsciente
d e b e nos lleva
proponerle al surco
al lector descubierto
surcarlo en por Freud.
parcelas. Pero escribir
A partir de “pensure”
la escritura nos lleva a un
de un neologismo,
libro, nadie tan propio
ayudará al de Lacan,
autor y la que contiene
neutralidad la palabra
le servirá pensum que en francés remite a
como prudente aviso de la sanción y sure que se puede traducir
imposibilidad de hacerse dueño de como agrio y si no excluimos el
“las llaves de lo real”. En ese lugar lo acento circunflejo sobre la û, a la
neutro es corte de una elaboración palabra seguro ó cierto.
consumada como tiempo de duelo. Se escribe resbalando en un acto
De esta manera, cuando el autor que contiene censura y al mismo
sabe del nombre que se juega tras tiempo pensamiento, descifrado
la escritura, cada página de un libro como agrio y seguro que responde
es pasada y una puerta se cierra a un surmoi Freudiano, vale decir
tras su paso. Mónica Peisajovich al super-Yo en español.
lleva a la lectura en cada uno de los La escritura, si refleja a la huella
capítulos que componen “Mas acá que se pierde en lo desconocido,
ó más allá de un padre” la marca al mismo tiempo que levanta
de un punto límite: se preserva la censura en el lector produce un
línea del horizonte en la letra “ó”. pensamiento super-yoico. No hay
En cada letra existe por lo tanto más que dos posibilidades que se
una revelación que se preserva pueden leer juntas y articuladas, en
como una ley de sentido: ó “más la satisfacción de haber concluido

DE FREUD A LACAN Y RETORNOS…
(Trabajo presentado en el marco del homenaje a Jacques Lacan organizado en la Facultad de Psicología de la UBA)
Sur paredón y después.. de Viena
a París y después.. mi Buenos
Aires querido
C
elebro la iniciativa de estas
Jornadas de Homenaje a
Jacques Lacan. Es hacer
en acto un reconocimiento a la
importancia que tiene su obra, sus
enseñanzas a lo largo 30 años. De
su obra se pueden decir muchas
cosas, enfatizar este u otro matiz
de sus caminos e insistencias,
pero lo que no podemos dejar de
encontrar nunca son las marcas
del encuentro de Lacan con Freud,
a quien con Faucault podemos
denominar un autor. Es interesante
asimismo recordar que cuando
en 1971 Faucault dictó su célebre
conferencia “Qué es un autor”,
Lacan formaba parte del auditorio y
es notorio como lo escuchó si
se lee el final de la misma, y lo
q Lacan hace en el Seminario
17 siguiendo las indicaciones
de lo que sugiere Faucault.
Refiriéndose a los
“instauradores de
discursividad”, en este caso
a Freud y Marx dice: “no
sólo hicieron posible un
cierto número de analogías,
sino que hicieron posible
(también) un cierto número
de diferencias. Abrieron el espacio
para algo distinto a ellos y que
sin embargo pertenece a lo que
fundaron. Decir que Freud fundó
el psicoanálisis no quiere decir
(no quiere decir simplemente) que
el concepto de libido, o la técnica
de análisis de los sueños vuelven
a encontrarse en Abraham o en
Melanie Klein, quiere decir que
Freud hizo posibles un cierto
número de diferencias respecto a
sus textos, a sus conceptos, a sus
hipótesis que no dependen todas
del propio discurso psicoanalítico.”
Con cierta ironía podríamos
decir que Freud era un autor
frecuentemente citado por Lacan,
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
Silvia Migdalek, 9 de setiembre de 2011
y ya sin ironía, reconocer que el
campo al que llamamos freudiano,
lo nombramos así desde que Lacan
lo fundó como tal. La existencia de
un campo Lacaniano fue un deseo
expresado por Lacan justamente
en el seminario 17 en el que
Lacan se ocupa de precisar lo
que entendemos por discurso
en el campo del psicoanálisis
Lacaniano . Este seminario es muy
importante en varios sentidos, pero
especialmente porque además
se sitúa contemporáneamente
a la revuelta de los estudiantes
universitarios el “conocido mayo
francés”.
Creo que del encuentro de Lacan
con Freud, se produce algo que
de algún modo podemos llamar
un “milagro”, hay que subrayar
que el encuentro de Lacan con
Freud no es inicial, y que además
se produce en un momento en el
que ya habían transcurridos casi
40 años de la creación por parte
de Freud de la primera forma de
agrupamiento de analistas. Con ello
Freud daba cuenta de su interés
por asegurar la continuidad de su
descubrimiento en quienes iban
a ser sus herederos. Conocemos
algunas de esas historias muy
decepcionantes para Freud por los
desvíos que consideraba efectuaba
tal o cual respecto de los principios
establecidos. Desde entonces
los disensos y las escisiones en el
interior del movimiento analítico no
cesaron de producirse. Entonces
3
Lacan llega al psicoanálisis ya
existiendo una historia que lo
precede. La lectura que se ve llevado
a hacer se deriva de un interés
previo que eran sus estudios acerca
de la paranoia, encuentra ayuda en
el psicoanálisis y podríamos decir
que de algún modo se hace adepto.
La relación a las que nos invita
a pensar el título de nuestra
mesa es controvertida, porque
además implica una cuestión
política, es decir de la política de
la cura, de su dirección, de su final
terminable interminable freudiano
al corrimiento que produce Lacan
respecto de de ese mismo punto
decisivo de los fines y las finalidades
del análisis.
La de Lacan es una lectura de
Freud fecunda, hay otras. Digo
esto porque es una lectura libre,
abierta, que enseña, que
no produce dogma, la
usa la hace producir para
tomarse de ella como de
un hilo que se anuda se
desanuda se quiebra se
rompe produce torsiones,
extracciones, y sobre todo
anima nuevos impasses
derivados de su lectura.
Esto implicó que al
cabo de los 10 años de
enseñanza, en el 64 fue
“excomulgado” expulsado de la
Sociedad Psicoanalítica Francesa,
y como él mismo dice negociado,
dejarían de pertenecer a ella quienes
continuaran con las enseñanzas del
hereje y en el 64 funda la primera
escuela llamada EFP . La cuestión
de las instituciones analíticas es
entonces también un retorno de
Freud en Lacan.
Lo que Lacan hace al cabo de
su excomunión es proponer un
modo de lazo social- institución
a la que decide llamar Escuela,
que resulta ser una maniobra que
pone en cuestión la institución, la
sigue en pag 4
 4 TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
quiere una institución en la que
poner en su centro al analizante,
a la posición de aquel que es
transformado por esa experiencia,
y si quiere además, hay un lugar
en el que puede testimoniar de eso,
e inventa entonces un dispositivo
para ello al que llama El pase.(no
nos vamos a ocupar de eso). Pone
en el centro así la cuestión de la
formación de los analistas.
Me parece que en la pregunta de
si existe Lacan sin Freud no es una
pregunta ingenua, ya afirmamos
que Lacan nombró a nuestro campo
del psicoanálisis como freudiano,
lo funda como tal, y desde ahí
decimos que nuestra
lectura es una lectura
Lacaniana de Freud.
Afirmar esto, implica
al mismo tiempo,
reconocer que
efectivamente, hay
otra lecturas de Freud
no Lacanianas, y esto
es importante porque
de lo contrario, Lacan
podría volverse un
dogma establecido,
achicando de este
modo un vasto
campo de trabajo,
por ejemplo, que es el
de algunos caminos
que Lacan no transitó con respecto
a la obra de Freud, ergo no están
legitimadas por el sello de “lacan
dixit”, tratando de este modo al
texto de Lacan como a un texto
sagrado. Cuestión esta última
espinosa, sobre todo para un campo
como el de nuestra práctica para
la que es menester tener libertad
de pensamiento, un pensamiento
abierto a los impasses de la clínica,
bien lejos de cualquier profesión
de fe aferrada a la idea de la UNA
TEORÍA toda a la que se aborda
como texto sagrado, el campo del
psicoanálisis está signado más bien
por una lógica a la que, valiéndose
de los recursos de la lógica, llamó
una lógica del NO TODO.
Como verán se me filtran algunos
significantes cuyo origen es la
religión, milagro, dogma, sagrado,
espacios que se fundan como “los
exteriores” al campo psicoanalítico.
Ambos autores se manifestaron
respecto de la religión de modos
diversos, pero con un sesgo común,
si la religión triunfa, lo cual es
bastante probable, el psicoanálisis
fracasará, pero entiendo esta
advertencia como un estar atentos
a el fenómeno religioso en la
instituciones analíticas mismas,
en el psicoanálisis mismo, y por
lo tanto también en el marco de la
transferencia.
Creo que lo que Lacan extrae de
Freud transforma al psicoanálisis
mismo y se crea al mismo tiempo
él como autor de una obra que
produce exterioridades discursivas
nuevas. Creo que podríamos
preguntarnos hoy a 30 años de
su muerte, si
se ha producido
ese milagro de
alguien que leyera
a Lacan como él
lo leyó a Freud..
Lo que
conocemos como
la reconquista del
campo freudiano,
es decir su
retorno a Freud,
sigue los caminos
de su época,
de sus posibles
o supuestos
interlocutores,
crea un campo
de discursividad nuevo, uno podría
pensar en la lingûistica seassuriana
, Lacan encuentra el significante,
lee eso en Freud, y modifica el
paradigma desplaza el paradigma
freudiano, el significante no está en
Freud, pero Lacan lo lee ahí, y su
tarea primera que fue la de restaurar
el filo cortante de la absoluta
subversión del sujeto que implicó
el descubrimiento freudiano del
inconciente, el retorno a Freud que
emprende Lacan, transforma la
“letra freudiana”, hace “letra viva” lo
que de lo contario hubiera quedado
condenada a una lectura solo
sesgada ideológicamente.( Lo que
los discípulos de Freud rechazaban
por ejemplo es el cambio doctrinario
que implicó la introducción de la
pulsión de muerte de la que Freud
explícitamente empieza a pensar
unos años después de la primera
guerra mundial.)
La particularidad de mi formación
como analista, se produjo alrededor
de algunos maestros, formados
por quien fue el introductor
del psicoanálisis lacaniano en
Argentina más precisamente en
Buenos Aires, Oscar Massotta.
Leíamos a Freud con Lacan, fui
miembro de algunas instituciones
analíticas y muy tempranamente
tuve lo que para mí constituía un
honor, la oportunidad de empezar
a enseñar Freud en esta querida
facultad, hace muchos años ya de
eso prefiero ni pensar cuántos…
Indudablemente fue un
desafío que me produjo mucho
entusiasmo, que afortunadamente
sigo teniendo, aunque por supuesto
me hago preguntas distintas que en
mis inicios, y el otro día cuando
pensaba lo que quería decir hoy,
entre otras cosas pensé, Freud-
Lacan qué onda con eso?..que me
pasó a mí con esa dupla que es casi
un sintagma cristalizado y concluí
pensando lo siguiente: yo a Freud
lo estudié, casi talmúdicamente,
y a Lacan lo leí, y en esa lectura
nunca dejé de sorprenderme
de hasta que punto Lacan leyó a
Freud! Sería demasiado extenso
para esta ocasión ejemplificar
esta afirmación, pero perderse
esas pistas freudianas en Lacan es
desaprovechar demasiado, y a la
vez no permite advertir lo nuevo,
ahí donde efectivamente Lacan
hace torsiones que modifican al
psicoanálisis mismo.
La tensión entre los decires
de Freud y los de Lacan tienen
diversos grados de intensidad en
distintos momentos de su obra, y
este último llega a advertir respecto
del obstáculo que representan
los significantes amos de Freud,
especialmente en el seminario
17 donde por ejemplo, plantea
claramente su posición con
respecto a la función del padre en
Freud con su conocida sentencia
de que Freud matando al padre
lo salva, aunque unos años más
tarde ya en plena última parte de
sus enseñanzas vuelve a sostener
que se puede ir más allá de padre
a condición de servirse de él. Para
concluir creo, que en acto, esto lo
que hizo Lacan con Freud..
Silvia Migdalek
smigdalek@gmail.com
 TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013 5

Dossier PSICOSOMATICA (Des)encuentro con lo real

Selección de articulos del libro Fenómenos Psicosomáticos, Particularidades,
RV Ediciones, (en prensa)
Holofrase (palabra frase) que no deja
LA FILIACIÓN Y EL NEXO
de ser tributario de la imposibilidad
PSICOSOMÁTICO de intervalo entre el par significante
S1 S2. El sujeto queda fijado a un
por Oscar Lamorgia goce específico que, por otra parte,
le otorga un ser. Aquí el sujeto,
Puesta a punto lejos de estar representado por un
Es en el Seminario 11 donde Lacan,
en un tópico que Jacques Alain Miller
establece bajo el subtítulo “Lo real
como trauma”, se aboca con singular
denuedo a situar las diferencias
entre tyché y automatón, conectando
estos dos operadores con el tema
que nos ocupa.
Subrayemos el carácter traumático

L
a medicina llama
autoinmunes a las
enfermedades que se
desencadenan cuando el
Sistema Inmunitario (en adelante
S.I.), lejos proteger al organismo de
agentes extraños, destruye órganos
y/o tejidos sanos.
Mientras el S.I. no entra
en contacto con antígenos,
se encuentra en estado de
equilibrio.
Cuando un linfocito
gatilla una respuesta
inmunológica, desarrolla
de un modo concomitante
una suerte de “memoria
celular” que determina
que un eventual
desencadenamiento
posterior ante una amenaza
análoga, sea más rápido y
en ocasiones mucho más
violento y agresivo que el
original.
Algunos ejemplos de enfermedades
de este tipo serían los siguientes:
cirrosis biliar primaria, vitiligo, lupus
eritematoso sistémico, esclerosis
múltiple, anemia hemolítica
autoinmunitaria, enfermedad de
Adisson, artritis reumatoidea, etc.
Sobreadaptabilidad a un déficit
filiatorio
En este caso, la filiación que
ha sido torpedeada no habrá de
compensarse produciendo en el
cuerpo marcas que operen allí como
suplencia. Lo que sí suele ocurrir
es que el particular modo en que se
juega para el analizante su parcial
lealtad a una rama del linaje, produce
abolición de la otra (rama del linaje)
a la vez que destruye literalmente
una parte de sí.
En el Seminario 11, el maestro
francés despliega el concepto de
significante para otro significante,
se encuentra representado por su
singularidad lesional.
Un ejemplo interesante es en
este sentido el caso de Freud, cuyo
nombre de pila (Sig-mund) significa
en alemán: boca triunfante y no deja
de ser notable que de todas las zonas
que se disputaron el honor de acabar
con su vida, haya ganado la boca.
El nexo psicosomático
En la somatización hay algo que
salta directamente al organismo
agujereándolo, haciendo que -por
otra parte- la “armonía” del cuerpo
pierda consistencia en el plano
imaginario.
Es decir que a dicho elemento x
no lo tenemos en ninguno de estos
tres lugares (Incc; Pcc; CC. en forma
respectiva).
Si no ingresa en el sistema de
transcripciones, será la transcripción
–en tanto que vehículo privilegiado de
propiciación de un escrito– el modo
en que, construcciones mediante,
habremos de facilitar el pasaje del
goce a la contabilidad.
El Fps Y La Repetición
que presentan la sorpresa y la
extrañeza, para evitar caer en el lugar
común que designa como traumático
a un episodio necesariamente
catastrófico.
De allí que en lugar de separar
al trauma de la fantasía, sea
menester ligar, vía la mentada
extrañeza, cuándo un
hecho vivenciado como
“externo” introduce un
cierto descalabro en lo que
hasta entonces había sido
familiar.
Intoxicación simbólica
Graciela, una joven y
exitosa abogada a quien
atendí hace muchos años,
llega a consulta presa de
una gran amargura, fruto
de la inminente separación
de sus padres. Ella, hija
única de una pareja añosa,
se acercaba a su treintena viviendo
con sus padres y sin contar en su
haber con pareja alguna.
Aparentemente, la situación
desencadenada en su casa, se habría
disparado a partir de una acusación
de infidelidad que la madre había
vertido sobre su marido, padre de
Graciela. Mientras la madre la hacía
partícipe de la situación, agrega un
comentario obsceno: “Tu padre
hace ocho años que no me toca”. La
paciente se pregunta absolutamente
consternada “¿cómo es que si
tenían problemas de alcoba, no me
lo dijeron antes?”. Según refiere,
era de práctica que en el triángulo
familiar no existiesen (al menos
hasta ese momento) grumos,
secretos, ni tampoco diferencias
entre lo público y lo privado. El
modo enunciativo que ella utilizó
fue ambiguo: “mi papá sale con otra
mujer… (que mi madre)”. Cuestión
sigue en pag. 6
 6 TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
Dossier PSICOSOMATICA
Selección de articulos del libro Fenómenos Psicosomáticos, Particularidades,
RV Ediciones, (en prensa)
que, ligándola con el planteo
virulento y despechado que a partir
de ese episodio descerraja sobre su
padre, podría escucharse como: “Mi
padre sale con otra mujer… (que
yo)”.
El estatismo del fantasma se vio
conmovido por cierta irrupción de
un real desestabilizador.
A lo largo del proceso, cuenta tres
escenas enhebradas por el
protofantasma denominado
por Freud seducción.
En el primero que relata
(pero que es cronológicamente
último en la serie), ella tenía 16
años de edad y se hallaba en la
cocina de su casa en medio de
una comida familiar en la que,
entre otros, estaba invitado Juan
Carlos, un hombre de 65 años
amigo de la familia y que se
caracterizaba por ser un bebedor
consuetudinario. Al percibir
Graciela la presencia de Juan
Carlos a sus espaldas, se siente tensa
y el hombre comienza un aparente
diálogo baladí para desembocar en
preguntas y comentarios de neto corte
intimista: “¿y, tenés novio?”; “sería
bueno que cuando decidas perder la
virginidad lo hagas con un hombre
mayor y con mucha experiencia…”;
“¡Qué cachetes! ¿te dijeron que tenés
una cola infernal?”.
El segundo episodio, acontecido
cuando ella tenía aproximadamente 7
años de edad, la tiene por protagonista
de un juego conocido como “ico
caballito”. Juego que le proponía Don
Andrés, un vecino muy mayor que
todos los días iba a tomar mate a su
casa.
En el tercer episodio, Graciela,
entonces de 4 años había ido con sus
padres a una quinta del Gran Buenos
Aires, propiedad de una familia amiga.
Allí, la dueña de casa le dijo que fuera
con el abuelo al galpón para ver los
animales. En esa ocasión, el viejito
que la acompañaba le preguntó si
quería ver a la vaca. Ella accede y el
hombre la alza para que se pare en
una tranquera que le permitiría ver al
animal desde arriba. Es allí cuando
la paciente siente que el viejo le toca
“los cachetes”. No es ocioso destacar
que a la hora de consultar, Graciela
padecía también de una rebelde
rosácea en sus mejillas…
La evidente relación existente entre
las tres escenas relatadas había
abierto camino en su adolescencia a
un asco recurrente cada vez que un
hombre mayor la miraba, ya fuera en
episodios laborales, en transportes
públicos, etc., y aunque ningún
indicador “externo” llenara a esas
miradas de lascivia. Al relatar esto,
profiere una frase que, al modo de
un axioma fantasmático enunciado
con manifiesto fastidio, hipotecaba
desde antiguo su sombría vida
afectiva: “¡No hay nada que hacer…
con los viejos no se puede!”.
Axioma diametralmente opuesto
al agieren que la trajo a consultar,
a saber: La endogámica creencia de
que con “los viejos” se puede…
Oscar Lamorgia
• Psicoanalista
• Docente de la carrera de
psicología UBA. Materias: Variantes
de la consulta ambulatoria y Clínica
de anorexias, bulimias y obesidad.
Relación entre la particularidad
del enfermo y el trastorno
psicosomático
Lic. Liliana Schiavone.
En el presente texto se articulan
fragmentos del caso clínico del
paciente C. con algunos conceptos
psicoanalíticos. El objetivo es
señalar la correspondencia que
se observa entre la enfermedad
del paciente psicosomático y su
posición subjetiva respecto su
enfermedad y los distintos ámbitos
donde despliega su vida anímica.
C. –27 años- es un paciente que
padece neuralgia del trigémino,
una enfermedad muy dolorosa,
que pertenece al cuadro de las
manifestaciones neurológicas más
frecuentes entre las enfermedades
autoinmunes. Estas enfermedades
son casos en los que el sistema
inmunitario, que es el sistema
que aporta al cuerpo las defensas
contra las enfermedades, en
vez de defenderlo, lo ataca. La
definición que da la enciclopedia
médica Medline Plus del
fenómeno psicosomático (FPS)
por el que C. acude a consultarme
es: “Neuralgia del Trigémino: Es
un trastorno nervioso que causa
un dolor punzante en partes de la
cara… Para describir la sensación
de dolor, los pacientes señalan un
área de la cara que actúa como
desencadenante, tan sensible que
el mero contacto con corrientes
de aire puede desencadenar un
episodio de dolor…. Los ataques
son referidos como calambrazos
eléctricos punzantes o como si
les hubieran dado un disparo que
acaba siendo intratable…”.
En las entrevistas preliminares a
su tratamiento analítico, el paciente
C. confunde en su discurso su
persona con la de su padre, de
quien hereda esta enfermedad.
C. solamente habla sobre
temas domésticos y familiares
relacionados con su enfermedad
y la de su padre, no aparecen
cuestiones personales de interés o
conflictivas en su discurso. No existe
para él la posibilidad de pensarse
a sí mismo más allá de su familia.
Es llamativa la discordancia que se
observa entre su padecimiento y la
desafectación con que él enuncia
su: “trágico e ineludible desenlace”.
Es una de las metas en la dirección
del tratamiento psicoanalítico
que C. comience a subjetivar su
enfermedad, que hable de ella
como algo propio, sintiéndola y no
sólo racionalizándola; para ello se
apunta a que diferencie de quién
sigue en pag 7

Dossier PSICOSOMATICA
Selección de articulos del libro Fenómenos Psicosomáticos, Particularidades,
RV Ediciones, (en prensa)
habla cuando habla; es esa es mi
primera intervención analítica.
Como la mayoría de los enfermos
psicosomáticos C. acude a mi
consultorio traído por un tercero
preocupado por su salud mental, es
así que: se presenta a través de otro
–en este caso una amiga-, cuando
dice primero se des-dice iniciando
sus frases con la palabra “Nada” y
cuando habla se confunde con un
tercero –en este caso su padre-.
Mis intervenciones inciden en
el discurso del paciente quien va
subjetivando su padecimiento,
construyendo su propia demanda
en el espacio analítico. La demanda
debe ser leída dentro de la lógica
transferencial. La intervención
del analista es posible por la
instauración de la transferencia, y
la transferencia se instala debido
a la intervención del analista.
En el paciente psicosomático
se intenta enlazar aquello que
parece haberse des-soldado de
la cadena significante. A lo largo
de las entrevistas le formulo a
C. reiteradas veces la pregunta
¿Quién?: apuntando a que empiece
a diferenciarse de su padre y
situarse como sujeto padeciente.
El paciente C. va cambiando
su posición con respecto a la
pregunta: ¿quién?: a) primero no
se inmuta, aquí observamos su
adaptabilidad y la confusión entre
él y su padre, b) luego se molesta,
con esa molestia se comienza a
romper el modelo de adaptabilidad,
aparece una tensión hasta el
momento inexistente. c) En un
tercer momento ante mi insistencia
C. descubre que no se entiende a
quién se refiere cuando habla de
él y de su padre, posibilitando a
C. subjetivarse y diferenciarse, y
finalmente d) sonríe, al comenzar
a escucharse, el paciente reconoce
en su discurso su imposibilidad
de encontrar su lugar más allá de
sus deberes familiares, que lo que
se le presentaba sin salida no era
así, en consecuencia comienzan a
aparecer y desplegarse sus intereses
personales. Puede compatibilizar
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013 7
El sujeto ($) aparece entre los
significantes, entre el sujeto ($) y
el Otro (A) está la afánisis. Lacan
afirma que en el FPS no se produce
la afánisis. En lugar de deslizar de
S1 a S2, se pliega uno sobre el otro
su lugar en la familia con su propio
y desaparece el efecto $.
lugar en el mundo.
En una sesión el paciente C.
Desde el psicoanálisis
recuerda que justo cuando a
denominamos a estos pacientes
él se le comienza a ocurrir la
como enfermos con trastornos
posibilidad de estudiar, su padre
psicosomáticos en vez de
recae. Aparece nuevamente esa
llamarlos pacientes con trastornos
frase holofraseada que podría
orgánicos, porque el organismo es
o no haber sido formulada en
tomado por lo simbólico. Freud
forma explícita –ya que no se
en “Introducción al Narcisismo”
trata de lo fenomenológico sino
demuestra que el yo es una
del plano discursivo- que encierra
construcción, que al autoerotismo
el mandato familiar desde el que
se le suma una nueva acción
C. no encuentra su lugar como $.
psíquica para que el narcisismo
Responder desde el significante
se constituya. Lacan retomará la
holofrásico deja a C. indefenso ante
teoría del Narcisismo, demostrando
la demanda del Otro, la demanda
que el yo se construye sobre la
del Otro impacta en su cuerpo
base del desconocimiento, en un
directamente. Es la irrupción de
clima de tensión. En el esquema
un factor exógeno –recaída- que
“Estadío del espejo” Lacan ubica a
se adhiere a ese funcionamiento
un niño pequeño frente al espejo,
endógeno ya alterado por el
reconociéndose en esa imagen que
efecto holofrásico, y lesiona el
no es él mismo: el niño que aún
cuerpo, apareciendo como un
no domina su cuerpo puede ver
real mordiendo el cuerpo –esto
en la imagen un cuerpo entero, no
pensado siempre desde tiempos
fragmentado como aún es él. Lacan
lógicos y no cronológicos-. El
ubicará un plano de fenómenos
cuerpo de C. en su funcionamiento
que es óptico, pero al mismo
alterado, por la inducción del
tiempo simbólico. Lo que Lacan
significante holofrásico –factor
ubica como espejo es la palabra –el
endógeno-, enferma en el momento
orden simbólico-. Con las palabras
en que su padre recae y él toma
se va armando la imagen, se
la responsabilidad familiar de
acomodan las identificaciones que
llevar adelante el negocio –factor
son imaginarias, o sea que el espejo
exógeno-.
identificatorio es el de las palabras
Desde el análisis se interroga la
(funcionando como una matriz
demanda del Otro, en el caso de
simbólica). En esta operación
C. la demanda holofraseada que lo
simbólica, de constitución del $
dejaba indefenso ante su dolor físico
(sujeto) en la imagen virtual y no en
y “destino ineludible”. Es a partir
la real, se ve la alienación del $ a
de la posibilidad de ir produciendo
los significantes del otro.
formaciones del inconsciente que
Los fenómenos psicosomáticos
C. puede desplegar sus intereses,
provocan lesión en el cuerpo. Tienen
armar su búsqueda, sin tener por
la característica de la holofrase,
ello que abandonar a su familia.
que es un término que Lacan toma
de la lingüística. La holofrase tiene
Lic. Liliana Schiavone
la característica del signo en cuanto
lischiavone@hotmail.com
a que es unívoca y no hace cadena
en el discurso del enfermo, quien lo
vive como ajeno y mórbido al mismo
tiempo. Se diferencia del síntoma
que es equívoco. El síntoma, al
ser una formación del inconciente,
puede armar cadena significante,
produciendo afánisis que es la
alienación del $ a los significantes.
 8 TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013

Dossier PSICOSOMATICA esclerosis es una enfermedad

Selección de articulos del libro Fenómenos Psicosomáticos, Particularidades,
RV Ediciones, (en prensa)
LA SOMATIZACIÓN Y EL una materia donde también
PODER SUPREMO DE LA articula sus conocimientos
MENTE ENTREVISTA A interdisciplinarios y recibe
HÉCTOR O. BECERRA pacientes de las obras sociales
del Poder Judicial de la
Entrevista de Yésica De Santo Nación y del Congreso de la
Nación. Luego de su paso por
del sistema nervioso central
que produce múltiples lesiones
en el cerebro y la médula
espinal causados por el sistema
inmunitario contra la mielina
de los nervios. La medicina
tradicional sostiene que el
origen de la enfermedad es
desconocido. Con el tiempo la
mayoría de los casos es mortal

“
¡Estás somatizando!",
es una de las frases que
puede escucharse en
cualquier ámbito y que intenta
señalar la influencia de la mente
sobre el cuerpo y que puede
llegar a plasmarse en forma de
enfermedades psicosomáticas.
La cuestión de la somatización
se popularizó y si bien algunos
médicos la subestiman, o
consideran una moda, muchos
otros alertan sobre sus riesgos,
y los pacientes más informados
intentan controlarlo. El poder
supremo de la mente, una vez
puesto en marcha sobre el
organismo, podría revertirse.
"Pueden advertirse las causas
de la enfermedad y hasta
frenarla", sostiene Héctor
Oscar Becerra, psicoanalista
ganador del premio Sigmund
Freud (2012). El galardón es
otorgado por la Asociación de
Psicólogos de Buenos Aires,
con el auspicio de la Embajada
de Austria –país de origen del
padre del psicoanálisis. Becerra
fue premiado por su ensayo
“Introducción al estudio del
paciente psicosomático”, en
el que analizó el caso de un
paciente que padecía esclerosis
múltiple, que gracias a la
terapia, logró comprender su
patología y detenerla.
Becerra cuenta con más de 30
años de experiencia, es docente
titular de Ética y Deontología
Periodística en TEA & DeporTEA,
la Universidad del Salvador
donde obtuvo una licenciatura,
ha realizado dos posgrados
uno en psicosomática en la
Universidad Favaloro y otro en
iconeuroinmunoendocrinología
clínica en la Asociación Médica
Argentina. Para el especialista,
"entender la psicosomatización
es fundamental para todo
profesional, pero sigue siendo
un campo poco explorado".
De Santo: –“¿De qué trata el
proceso psicosomático?”
Becerra: –“Hace 10 años
comencé a atender a un
hombre de 30 años que llegó
a mi consultorio devastado. Su
médico le había diagnosticado
esclerosis múltiple. Comencé
a tratarlo y poco a poco
fui descubriendo que su
organismo estaba funcionando
en consonancia con sus
vivencias, con su manera de
ser. Un ejemplo era la forma
en la que se relacionaba son
su novia, cediéndole espacio,
tratando de contemporizar con
ella a cualquier precio. Esa
era la manera que el paciente
encontraba para llevar adelante
casi todas sus relaciones
(afectivas, familiares, etc.). De
esta manera, lo que sucedía con
su forma de vincularse tenía
visos de similitud con lo que
sucedía en su organismo”.
De Santo: -“Aclaremos que la
y no existe ningún tratamiento
curativo específico aunque
la frecuencia de las crisis
intermitentes se reduce con
Interferón Beta
Becerra: Esa idea acerca de
lo que sucede con su organismo
la podemos trasladar al terreno
de la vinculación. La novia lo
criticaba y le decía: ´Vos tenes
esa enfermedad porque nunca
te defendes, siempre te tragas
todo´.
El paciente estaba afectado
por una sobreadaptación al
otro. La sobreadaptación es un
concepto de Liberman que me
ayudó mucho a entender este
tipo de patologías. Además de
las dificultades para enfrentar a
su novia, el paciente tenía una
historia familiar que lo mostraba
como alguien que desde siempre
se había sobreadaptado. Su
papá era militante peronista y
había estado preso.
Él, con su madre y hermanos,
tuvieron que mudarse y hacer
como un exilio al interior del
país y debió tomar a su cargo
la depresión de la madre; por
lo que se terminó convirtiendo
en el padre de su propia madre,
que se entienda que estoy
hablando de roles.
El paciente estaba atento
a que el otro no sufriera, que
tuviera todo lo que necesitaba;
mientras tanto se desmoronaba
su propia libido, su propio ser
se desdibujaba en los otros. (...)

¿QUE ES UN PADRE?
Por Eduardo Garcìa Dupont
E
n principio podemos
pensar que un padre se
puede estudiar desde los
tres registros. Desde lo Simbòlico
se relaciona con el mito fundante
freudiano de Tòten y Tabù, el Padre
Muerto que una vez asesinado
retorna como Ley, lo que Lacan
conceptualizarà como el ‘Nombre
del Padre’. Desde Lo Real tendrá que
ver con el orangután de ese mito,
dueño de todas las mujeres y del
goce absoluto sin castraciòn,
momento lógico anterior a su
asesinato, se trata del Padre de
la Horda Primitiva. Desde lo
Imaginario, se trata del padre
que imagina el sujeto a partir de
los dichos de la madre sobre ese
padre. Le llevarà muchos años
acercarse el sujeto al padre, màs
allà del discurso de la madre.
Ese padre imaginario puede
estar idealizado o degradado
depende de los dichos de esa
madre. Bien si consideramos
al padre desde lo simbólico
es fundamentalmente un
significante: el significante del
Nombre del Padre que sustituirà
al significante del Deseo de
la Madre, adviniendo como
resultado de la Metáfora Paterna
el sujeto como falo imaginario
del Otro.
Bien al definir la Función Paterna
Lacan la define como la encargada
de ‘transmitir el Deseo en la Ley’,
y la función materna que definirà
como consistente en ‘alojar al
sujeto en un deseo particularizado
aunque mas no sea por la vìa de
sus propias carencias’.
Màs adelante definirà a un padre
como aquel hombre capaz de hacer
de una mujer la causa de su deseo,
poder convertirla en madre, y dar
al hijo cuidados paternales, es
decir cuidados simbólicos, es decir
acompañar al hijo a incorporarse
en la cultura.
Entonces màs allà de los
registros imaginario y real, desde
lo simbólico el padre ante todo
es un significante. Significante
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
ordenador, significante organizador,
significante constitutivo del sujeto,
lo que Lacan en el Seminario Libro
3: ‘Las Psicòsis’, conceptualizarà
como: ‘La carretera principal’.
En el Escrito ‘La significación del
falo’, Lacan dirà respecto del falo
que no es un objeto, parcial, ni una
fantasìa, ni el órgano anatómico,
el falo ante todo es un significante.
Significante por excelencia de
la falta. Al falo en este escrito lo
conceptualiza como significante del
deseo, y en el escrito: ‘La subversión
del sujeto’ lo definirà como
significante del goce. Curiosamente
asì también se desdobla el padre
como significante del Deseo – Ley, y
como significante del goce cuando
aparece bajo las formas obscenas
y feroces del Super Yo. Es decir lo
mismo que dice del Nombre del
Padre, coinciden en ser ante todo
un significante. Por lo tanto hay una
comunidad lógica entre el Nombre
del Padre y el Falo Simbòlico,
ambos son significantes patrones y
ordenadores de la subjetividad.
Bien, Lacan en su enseñanza
propone, en el horizonte de un
9
análisis, poder ir màs allà del
padre a condición de servirse
de èl, y también propone ir màs
allà del falo, pudiendo acceder
al campo femenino, no sin dejar
de tener relación al falo. Esto
es independiente del gènero de
los sujetos que se inscriban en
ambos campos. Es decir que en
el campo masculino fàlico puede
haber hombres y mujeres, y en el
campo femenino también puede
haber hombres y mujeres. Asì
ubica a la tachada mujer en el
campo femenino: LȺ Mujer, que
tendrá relación con la castración
estructural: S(Ⱥ), y con el Falo: ɸ.
Entonces podemos diferenciar
‘El Padre’ que ante todo es un
significante, como desarrollamos,
de ‘Un padre’, que en tanto haya
accedido a una posición màs
allà del padre a condición de
servirse de el, o màs allà del falo,
no sin tener relación al falo, es
decir una posición inherente al
campo femenino, podrá ejercer
lo fundamental de su función: no
solo transmitir el Deseo en la Ley,
no solo poder hacer de una mujer
la causa de su deseo, convertirla
en madre y dar al hijo cuidados
paternales, sino también transmitir
la castración y en el horizonte
dejarse matar simbólicamente por
su hijo, es decir soportar feliz que
su hijo, a su vez pueda ir màs allà
del èl, a condición de servirse del
mismo.
Asì como las mujeres son una
por una, los analistas son uno por
uno, un padre también debería,
accediendo al campo femenino,
ser también uno por uno, y su
función será fundamentalmente
una invención singular.
Despuès de todo este desarrollo
conceptual que comparto para el
debate, les deseo un muy feliz dìa
a cada padre, uno por uno, … màs
allà de la común medida fàlica del
‘DÌA DEL PADRE’, de los beneficios
mercantilistas y comerciales de la
invención de un dìa ‘para todos’, …
Los padres son uno por uno,
diferentes, conforme a su
invención singular, conforme a su
‘savoire faire’ ser padre, sin poder
constituirse en ninguna clase de
patrón ni de saber universal.
 10
BIBLIOTECA
Hechizos del tiempo. Una logica
del acto analitico.
Hugo Cardoso / Lamorgia
Oscar hay algo que salta directamente al
En esta instancia presente y
reflexiva, después de haber ya
transitado por un pasado cercano,
la minuciosa formulación de los
textos que integran este libro, y
cuya culminación en un futuro
ya está en marcha, convoca a
preguntarse: "De qué se trata la
experiencia de un análisis? No
siendo ni una ciencia psicológica ni
un arte, ni una religión, ni magia,
sin embargo?" "El psicoanálisis es
(algo) a tomar en serio, aún cuando
no sea una ciencia" Lacan. de la propia escritura. No de
Herejias del cuerpo 2º ed.
Letra viva
Oscar Lamorgia
Se podría decir que una de
las diferencias que separan al
psicoanalista del historiador radica
en el hecho de que, en tanto que el
segundo ha tomado distancia de
los hechos que investiga (algo así
como ir de cacería al zoológico),
el primero se encuentra incurso
en tales hechos. De allí que la
labor analítica proceda a mitad de
camino entre el azar y el cálculo.
El capitalismo salvaje y la caída de
ciertos antiguos ideales linderos
con una decorosa ingenuidad
setentista, son coadyuvantes de
la pérdida de referencias cuyo
destino final parece ser el de un
obligado desamparo. Debido
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
a ello, la posición en la que se
encabalga el consultante, requiere
de maniobras clínicas que muchas
veces no pueden situarse en el
plano de una ataráxica neutralidad.
Por otra parte, es menester revisar
categorías físicas que arman por
su persistencia una clínica por
momentos obsoleta y que, en aras
de los cuidados a implementar,
plantea un descuido por la
posición existencial del sujeto.
El situar los goces inmanentes a
los intervalos entre los diferentes
registros permite localizar el
asiento del goce específico del
fenómeno psicosomático y su
taxativa exclusión de la comarca
denominada: Formaciones del De la histeria a la feminidad.
inconsciente. En la somatización Caminos posibles,
Letra Viva
organismo agujereándolo, haciendo
Eduardo Garcia Dupont
que -por otra parte- la "armonía"
del cuerpo pierda consistencia.
La seducción, la inteligencia,
la dulzura, la amabilidad, la
ternura, la cordialidad, el humor,
la dedicación, la simpatía, la
Psicoanalisis: escritura de la bondad, la abnegación, la lealtad,
falta-en-ser, Oscar lamorgia la eficiencia, la resolución, la
sensualidad, el erotismo, la
Letra Viva
sagacidad, la maternidad, etc.
Pero también la paranoia, la
Este libro quizás sea la forma
melancolización, el odio, la
in situ de confrontarnos al pasaje
crueldad, la querella, la venganza,
que se opera en el encuentro
el resentimiento, la desvalorización,
los celos, la simulación, el
cualquier escritura, de aquella que
gatoflorismo, la posesividad, la
escribiéndonos realiza una obra.
locura, la envidia, la infidelidad,
¿Dónde se produjo la escritura
la teatralización, el chusmerío,
de Psicoanálisis, escritura de la
la exageración, la tragedia, el
falta-en-ser? ¿Podríamos decir
histrionismo, la inseguridad, la
que en la lectura de los textos
que dejaron su marca en el autor
tontería, el egoísmo, la culpa, lo
sacrificial, la soledad, etc. Hadas y
o en los aconteceres del trabajo
brujas, amas y esclavas, mendigas
clínico donde los analizantes nos
y autosuficientes, sensibles y
confrontan cada vez a la pregunta
calculadoras. Infinitas máscaras de
acerca de qué psicoanálisis, de
la histeria que extraviaron a Freud,
qué cura, de qué sujeto hablamos?
en el imposible discernimiento de
¿Durante el seminario, dispositivo
qué quiere una mujer. Tal vez por no
elegido por Oscar Lamorgia donde
haber diferenciado suficientemente
transmisión y ética se aúnan en
histeria de feminidad; o tal vez
un ir diciendo, no de un saber
porque el deseo femenino evoca lo
constituido sino de aquel que irá
angustiante y enigmático del deseo
precipitando a partir de ese decir
del Otro; o tal vez porque para esa
con otros, en ese diálogo que hará
pregunta no haya una respuesta
de las propias letras, escritura?
universal. Ya que el Psicoanálisis
otra textualidad? (...)
tanto le debe a la histeria, propongo,
a través de su exhaustivo estudio,
un safari desde la teoría, la clínica
y el cine, por ese 'continente negro',
llamado feminidad.

Raúl A. Yafar
FANTASMA
EN-EL-BORDE-DE-LA-NEUROSIS
676 pag, Octubre 2012
Ricardo Vergara, Ediciones
Prefacio
I dolor que se acompaña siempre y
S
i bien la difusión y la
enseñanza del psicoanálisis
no excluyen la “pertinen­
cia” clínica, ya que las áreas del
diagnós­tico estructural suelen
ser capítulos importan­tes --- y
eso es parte de la seducción que
pretenden ejercer ----­­, es raro
que se centren en el fantasma y su
conexión con la repetición. Y esto,
pese a su omnipresencia cotidiana
en el habla de los analistas.
Recortado en su oblicuidad, el
tema casi siempre se aborda por el
sesgo.
De este modo, su borde opaco
navega sigilosamente por las aguas
del psicoanálisis. Su posición de
excentricidad, desanclada, nos
empuja a las orillas.
Pero se trata, como veremos, de
un área de la práctica que ocupa un
“lugar de sombras” --- recordando
el sintagma de Freud1 ---­ más que
de un verdadero problema teórico-
clí­nico2.
Ese lugar circunscribe los
velos multiformes del vacío:
1 Ver mi artículo “Un lugar de sombras”, en Sujeto,
Acto, Repetición, Raúl A. Yafar y Carlos A. Basch
(Letra Viva, 1997).
2
La práctica avanza de lo particular a lo particular
---- a lo sumo “supervisándosela” ----, la clínica
intenta teorizar el no-todo de lo que la práctica le
enseña.
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
desmenuzamos los modos ---
en sentido spinociano --- de
las múltiples presentaciones,
dolorosamente desencadenadas,
“patológicamente” experimentadas,
de ese núcleo errático para ir
coligiendo su lógica.
Su topos se represen­ta una y
otra --- y otra --- vez porque es
la escenificación fundamental
del supuesto “destino” de cada
neurótico. Ahora bien, ésa es
exactamente la atmósfera patética
--- en el sentido de un “pathos”
doloroso --- que debe acompañarnos
para llegar a ella.
Parece un compás arrítmico de
flujo y reflujo… ficcionalizado en
su compactación. Pese a ello se
imagina como estallido, colgajos
descalabrando el tejido de la
existencia.
¿Puede ese dolor cauterizar
en el ala­rido mismo? ¿Dejar de
ser ese enigmático placer-en-el-
subrepticiamente de cierta dosis
difusa de angustia? ¿Puede cesar
esa exaltación que se estancia --- al
fin --- en la desazón, que busca tan
ferozmente un anhelado y sufrido
Ser?
Cuando su filo denso3 --- herida
en el coágulo, religión en la herejía
--- devenga relieve nombrado habrá
concluido nuestra función4.
II
Desde el punto de vista de la
práctica, es indudable que “ca­da
tanto” un gran número de vicisitu­
des parece resumirse en este dardo
a-subjetivo, meollo penumbroso
al saber, así como hay momen­­
tos en que todo lo que viene
discurriéndose en un análisis se
puntua­liza en un hecho trans­fe­
ren­cial del analizante, que parece
venir a recibir toda la carga de la
resistencia, como Freud destacó
casi de inmediato en su obra.
Alejarse de esa encrucijada sólo
implica diferir para más adelante
el enfrenta­miento ineludible,
repetitivo, de lo que allí anida.
3
Diríamos que lo marginal se adentra en la
periferia, alejándose hacia su imposible centro,
siempre en fuga.
4
Recordemos cuando Lacan, en el Seminario
de la Etica, dice que la arquitectura es “dolor
petrificado”.
11
Sea como causa de análisis, de
supervisión o de mera preocu­
pación entre horrorizada y gozosa,
el sufrimiento5 --- que desde la mira
del principio del placer pensamos
como “lo displacente­ro” --- evoca
un más allá dramático y visceral
y nos pide el cuerpo de una teori­
zación que permita acompañarlo.
Estamos en el área donde
implotan todos los andamios y,
como veremos, se desparraman.
Nadie se “analiza para” o “deja de
analizarse por” hallar o no el sentido
de sus sueños o de sus lapsus, con
los cuales puede coexistir pacífica­
mente durante toda su existencia,
tan olvidables como “meramente”
intere­santes son. Esta es la
verdad relativizada en cuanto a los
mensajes que vehiculi­zan.
Pero, si hay una manifestación
práctica de ese fondo duro y
opacificado relacionado con lo que
motiva el aná­lisis o su finaliza­ción
precoz, es ese malestar difuso que­
aceptamos como guía en la direc­
ción de una cura. ¿Es que esa
guía insiste, consiste o ex-siste?
No lo sabemos aún, aunque sí que
resiste.
Sobre las razones de ello, intentaré
tratar6 durante todo mi recorrido.
III
Sitúo ahora esa ribera opaca:
trataré de cernir, acotar, congregar
perspectivas que provengan
de distintos ángulos. Más que
considerarlo entonces un núcleo
resistente “a eliminar”, creo mejor
intentar un recorrido entrecruzado
de sub-temas de esta área del psico­
análisis: un enrejado que nombre
ese colapso.
Para la universalidad de la
Universidad, será un anti-listado,
resumido en la neurosis y el
fantasma-en-su-borde.
5
Hablamos del sufrimiento serio, del “malestar”
en la cultura, subrayando el primer término. Lo
que Lacan, en el seminario recién citado, llama la
“arista dura” de Freud.
6
Ver mis reflexiones sobre el tema del “tratar” y de
lo “tratado” en el prólogo de mi libro: Fobia en la
enseñanza de Lacan (Letra Viva, 2004).
 12
“Le pegué porque me miró mal”
Consideraciones acerca de la
violencia escolar a partir de una experiencia
E
l presente trabajo surge a
partir de una experiencia
realizada en una escuela
del Ciclo Superior Polimodal de
la zona sur del Gran Buenos Aires,
desde octubre de 2004 a mayo de
2006.
Partiremos de considerar la
prevención en salud mental no
reduciendo su conceptualización a
la detección precoz de patologías,
sino incluyendo, además, el
abordaje de aquellos emergentes
que desde lo social, grupal, familiar
y cultural puedan actuar como
factores desencadenantes de
conflictos interpersonales,
de sufrimiento psíquico o de
ambos; o por el contrario,
operar como “catalizadores” y
promotores de salud.
Nuestra propuesta de
acercamiento a las escuelas
es para trabajar in situ estos
emergentes, entendiendo el
ámbito escolar como un lugar
clave en el desarrollo de niños
y adolescentes. Y considerando
además, que es de estas
instituciones de donde provenía la
mayor cantidad de derivaciones a
tratamiento psicológico.
Es de destacar que la prosecución
de esta experiencia, si bien surgió
a partir de un malestar, sólo fue
posible de sostener gracias al deseo
de quienes participamos en ella y
a la firme decisión - de parte del
personal directivo, miembros del
gabinete y docentes. - de no ceder
ante él.Desarrollo de la Experiencia
Nos acercamos a la institución
referida interesados en conocer
las inquietudes, saberes y
problemáticas de los miembros
de la comunidad escolar respecto
de los niños y de los adolescentes
que allí concurrían, muchos de los
cuales eran derivados a nuestro
centro asistencial.
Nuestra propuesta era ofrecer
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
Rosana A. Rancaño
un espacio de trabajo y escucha
abierto a todos los integrantes de
la institución, a fin de maximizar
nuestra “atención flotante” para
situar el discurso escolar y las
probables demandas emergentes.
La metodología de trabajo
consistió en entrevistas grupales
e individuales con directivos,
docentes, alumnos, miembros del
gabinete y padres. La frecuencia
y duración de los encuentros se
pautó en cada ocasión y de común
acuerdo.
Durante las entrevistas realizadas
se observó una gran preocupación
por sucesos de violencia que
ocurrían entre los alumnos,
especialmente de los últimos
grados (7º, 8º y 9º año). Estos
hechos de violencia física ocurrían
generalmente a la salida de la
escuela, con amenazas previas vía
celular.
En otras oportunidades, eran los
padres de los alumnos que acudían
a la autoridad escolar a solicitar
“que intervengan por medio de
sanciones” en las peleas ocurridas
entre los jóvenes en sus casas;
sin embargo, cuando el directivo
intervenía de este modo, recibía las
quejas de los chicos sancionados
y de sus padres, inclusive cartas
documento “por negarles el derecho
a la educación”.
Los docentes, muy preocupados
por esta situación, veían frustrada
su tarea de enseñanza y continuaban
su formación en extensas “jornadas
de capacitación”.
El directivo tenía un proyecto
para la creación de un “centro
de estudiantes” y una “asamblea
escolar”, pero exhausto y
angustiado estaba considerando
pedir una licencia laboral.
En el horizonte y en ambas
márgenes, la violencia: de un lado,
la agresión física; del otro, el estrés
laboral y sus estragos.
Consideraciones teóricas
Del malestar a la violencia.
En la actualidad, cuando los
medios de comunicación se
refieren a la “violencia escolar”, aun
en episodios de agresividad entre
alumnos y docentes, se observa
el sentido “especular” del vínculo.
Pareciera no tratarse ya de la
rebeldía contra el orden instituido,
sino más bien del desconocimiento
del mismo, y quizá como causa
y consecuencia de ello, de la
exclusión del tercero.
En nuestra experiencia,
surgen las siguientes voces:
De los alumnos: “Los
profesores no nos escuchan
(...) no podemos hablar”, “las
sanciones son injustas (...) los
chicos traen los problemas de
sus casas”.
Las propuestas de solución
van desde la expulsión: “hay
que echarlos”, hasta el “habría
que hablar más”.
Y siempre el motivo disparador
de la agresión física consiste en “le
pegué porque me miró mal”, “me
bardeó”, sin poder decir más que
ello.
No hay escena, ni juego, ni
conflicto; sólo una mirada o una
palabra “mala” provoca la agresión.
Nunca una palabra de dolor o de
consuelo, ni siquiera discusiones.
¿Qué anudamiento, tal vez fallido,
allí se desata?
Forcluída la dimensión simbólica,
las marcas del Otro retornan en
lo real del cuerpo, en cicatrices,
y a través de actas escolares y
denuncias policiales.
Nada se sabe del que mira ni
del que es mirado: se miran, se
desconocen... ¿Querrán conocerse?
¿Qué pasaría entonces?
sigue en pag 13

De los profesores: “El problema
lo traen los chicos de sus casas” –
coinciden con ellos -, “No podemos
dejarlos pasar (...) hay que
sancionarlos, no nos queda otra
que la suspensión o la expulsión”
– vuelven a coincidir -, “los padres
tienen que hacerse cargo de sus
hijos”.
Detrás de todo esto, el fantasma
de la responsabilidad
civil si se lastiman y la
culpa por el abandono
de persona si no
intervienen.
Paradójicamente,
pareciera que la
forma de protegerlos
es expulsarlos.
Las propuestas que
se planteaban eran
la “capacitación”,
la inserción en un
“Programa Nacional
de Mediación”,
“los acuerdos de
convivencia”: siempre
la palabra escrita.
En su lectura de los cuatro
discursos propuestos por Lacan,
Clavreul (1988) nos señala:
El discurso del maestro saca
su fuerza del hecho que se
sostiene independientemente de
la subjetividad, tanto de quien lo
enuncia como de quien lo escucha”
(…) La pretendida objetividad del
investigador es la retracción de
la subjetividad del autor, lo cual
no implica que la subjetividad no
exista, sino que no tiene ninguna
importancia para la comprensión
del texto. (p.198)
Nos preguntamos entonces: ¿Por
qué los docentes no podrían aplicar
en su práctica los conocimientos
adquiridos? ¿Son incapaces?
En este sentido, seguimos a
Dejours (1988):
La falla humana frente a la tarea
es inevitable, ya que lo real nunca
se deja aprehender más que bajo
la forma del fracaso. (…) Frente al
fracaso de una técnica, de un saber
hacer o de un conocimiento, hay un
sujeto que experimenta impotencia.
(…) El fracaso puede ser también
un impulso hacia la superación,
hacia la búsqueda de solución. (pp.
42-43)
Destaca, además:
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
(…) la diferencia teórica de gran
alcance entre la “realidad de
la actividad (a la que apunta la
expresión actividad real o trabajo
real) y, lo “real del trabajo”, es
decir los límites del saber, de los
conocimientos y de la concepción,
con los que chocan los actos
técnicos y las actividades de
trabajo. (p. 44)
Este encuentro con lo real del
trabajo docente es lo que tal vez
genere angustia en los maestros,
angustia que a veces, aun con las
mejores intenciones, también
puede transformarse en violencia.
En ese sentido, podríamos tomar
el concepto de ideología defensiva
propuesto por Dejours (2001), que
“… tiene como objetivo fundamental
enmascarar, contener y ocultar
una ansiedad particularmente
grave…” (p. 39). Es un mecanismo
de defensa elaborado por un
grupo social particular que tiene
los caracteres específicos de la
naturaleza de la organización del
trabajo.
Volviendo a Lacan, nos
preguntarnos en torno de esa
discordancia estructural entre
el ser y el saber, situando allí el
encuentro con lo real del trabajo;
entre el conocimiento teórico,
la representación de la infancia
(Volnovich, 1999) y el orden
cultural –en cuanto saber de la
época y normatividad social- que
se espera los docentes puedan
transmitir; y el niño, sujeto real
que se presenta, que no es un
analfabeto, un ser a-cultural, sino
tal vez alumno excepcional, actúa
con todos los recursos, carencias y
13
excesos adquiridos.
¿Podrían dejar su equipaje en
la puerta de la escuela?
Lacan (1948/2008) nos
recuerda que el conocimiento es
paranoico, siempre viene del Otro.
El saber, en cambio, es otra cosa.
Hay un saber que no se sabe: “El
sujeto no sabe lo que dice, y por las
mejores razones, porque no sabe
lo que es” (1955/1993, p.
367). El saber supone a
un sujeto, el conocimiento
no lo necesita. Tal vez no
se trate entonces de partir
del conocimiento sino
más bien de la ignorancia,
siendo esta precisamente
la posición del analista
(2002).
Para encontrar algún
saber-hacer quizá
debamos rescatar al
sujeto, recuperar la
subjetividad perdida en el
conocimiento.
Entonces, dejar de
hablar de la “violencia muda” y
estar dispuestos a escuchar, a
que docentes y alumnos puedan
pronunciar-se.
Justificar sociológicamente,
explicar la violencia por la
repetición (Corea & Lewkowicz,
2003), no explica nada, más bien
se auto-explica por la misma
operatoria sintáctica en la que un
caso es la causa de otros.
Así, diremos que los sujetos se
pierden en la alineación especular:
“los chicos son así por sus padres”,
los padres dicen: “la culpa es de
los maestros”, los chicos: “le pegué
porque me miro mal”.
Nos preguntamos: ¿cómo operar
allí con algo que irrumpe desde
adentro y que, sin embargo, es visto
como ajeno? ¿Es posible rechazar
la violencia sin rechazar al niño?
Si tomamos el modelo del acting
out (Lacan, 1962-63/2007) como
un momento de la caída del Otro,
un llamado a que el Otro ocupe su
lugar, tal vez desde esta perspectiva
podríamos entender por qué las
intervenciones desde la sanción
en esos momentos no operan.
La autoridad está desautorizada:
¿cómo suspender a alguien que
ya está suspendido, expulsar a
sigue en pag 14
 14
un sujeto que no está? ¿Cómo
intentará retornar?
En estas circunstancias,
como portadora en el ámbito
social de la función paterna, la
institución escolar fracasa. Y
no pudiendo operar, al decir de
Lacan (1948/2008), “… la función
que llamaremos pacificante del
ideal del yo, la conexión de su
normatividad libidinal con una
normatividad cultural ligada desde
los albores de la historia a la imago
del padre” (p. 121), la institución
queda instalada a nivel del Súper
Yo como imperativo de goce; “luego
de las sanciones, los chicos están
peores”.
Si tomamos el estadio del espejo
como la matriz simbólica de la
constitución subjetiva, veremos
que es el Otro quien sostiene y
anticipa lo que el niño verá, aun
en su prematuración (Lacan,
1949/2008). Según como él sea
visto, nombrado, libidinizado por
el Otro, podrá ver en el espejo a
un semejante o será la imagen de
un joven violento del que habrá
que defenderse y al que hay que
destruir, destruyéndose.
Pero quizá los docentes también
se encuentren suspendidos de
un Otro Lugar en la escuela,
expulsados en la institución.
Privilegiar el conocimiento y la
capacitación, tal vez los incapacita,
los condena al sufrimiento del
aplastamiento subjetivo. Quizá no
podrán hacer, en tanto ellos no
estén como sujetos instituyentes.
Docentes y alumnos: cuerpo y
palabra vaciados de subjetividad.
Como los niños, tampoco ellos
pueden hablar; por la organización
del trabajo se les dificulta re-unirse,
no hay posibilidad de transmisión
de saberes. Probablemente a ellos
tampoco se los escucha.
Los docentes hablan para dictar
clase, tomar lista, sancionar, gritar
para que los chicos se callen; los
alumnos, sólo para dar examen o
insultarse. No hay conversación: la
palabra deviene palabra vacía.
Entre ellos, el texto les envía
“mensajes”; los celulares se
transforman en objetos siniestros,
pues al parecer cobran vida propia
para amenazar de muerte a los
sujetos que los portan.
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
A medida que la palabra empezó
a circular, los sujetos advinieron Poemas
enunciantes; se comenzó a
organizar el centro de estudiantes
y la asamblea escolar, no como un
Alejandra Pizarnik
tribunal, sino como un lugar de
encuentro para hablar, y también
para discutir.
ORIGEN
El discurso es vínculo social;
la palabra tiene una función y un
Hay que salvar al viento
campo entre los seres que habitan
los pájaros queman el viento
el lenguaje y, como nos lo recuerda
en los cabellos de la mujer solitaria
Lacan, “… incluso en el extremo de
que regresa de la naturaleza
su desgaste, conserva su valor de
y teje tormentos
tésera” (1966/2008, p. 244).
Hay que salvar al viento
Es por ello que quizá allí, aun
en el ámbito escolar -¿por qué no?-
CANTO
, haya lugar para el deseo de un
analista.
el tiempo tiene miedo
el miedo tiene tiempo
Bibliografía
el miedo
:
Clavreul, J. (1988). El Orden Médico. pasea por mi sangre
Barcelona: Ed. Argot. arranca mis mejores frutos
Corea, C. & Lewkowicz, I (2003). ¿Se devasta mi lastimosa muralla
acabó la infancia? Ensayo sobre la des- destrucción de destrucciones
titución de la niñez. Buenos Aires: Ed. sólo destrucción
Lumen. y miedo
Dejours, C. (1988). El Factor Humano. mucho miedo
Buenos Aires: Ed. Lumen. miedo.
Dejours, C. (2001). Trabajo y Desgaste
Mental. Buenos Aires: Ed. Lumen.
SUEÑO
Lacan, J. (1993). Seminario 2. El yo en la
teoría de Freud y en la técnica psicoana-
lítica. Buenos Aires: Ed. Paidós. (Trabajo Estallará la isla del recuerdo
original publicado en 1955) La vida será un acto de candor
Lacan, J. (2008). Escritos I (2da. ed. Prisión
rev.). Buenos Aires: Ed. Siglo XXI. (Tra- para los días sin retorno
bajo original publicado en 1966) Mañana
Lacan, J. (2002). Escritos II (2da. ed.). los monstruos del bosque
Buenos Aires: Ed. Siglo XXI. destruirán la playa
Volnovich, J. R. (1999). Los cómplices sobre el vidrio del misterio
del silencio. Infancia, subjetividad y Mañana
prácticas institucionales. Buenos Aires:
la carta desconocida encontrará
Ed. Lumen.
las manos del alma
Rosana Rancaño
SOLAMENTE
Licenciada en Psicología UBA. Maes-
tranda en Psicoanálisis UK.. Postgra- ya comprendo la verdad
duada en Medicina Social Comunitaria estalla en mis deseos
Universidad Maimónedis. . Coordi- y en mis desdichas
nadora de Adolescencia y de Docencia en mis desencuentros
en la Subdirección de Salud Mental del en mis desequilibrios
Municipio de Lanús. en mis delirios
Docente en prácticas pre-profesionales
ya comprendo la verdad
en UBA y UK. Ex concurrente Htal. Tobar
ahora
García . Ex integrante Consultoría en
Psicología Institucional y del Trabajo a buscar la vida
(UBA). rosanarancanio@yahoo.com.ar
Tel: 4240-7465 -particular-
celular 1556012472
E-mail: rosanarancanio@yahoo.com.ar

Dos o tres cosas que yo sé de
P
ermítasenos, para
introducirnos en tema,
recordar un antiguo sueño
que todavía nos convoca. Hacia
1900 una señora vienesa lo relata a
Freud y, según deduce, contradice
su teoría de la realización de
deseos: “Quiero dar una comida,
pero no dispongo sino de un poco
de salmón ahumado. Pienso en
salir para comprar lo necesario,
pero recuerdo que es domingo y
que las tiendas están cerradas.
Intento luego telefonear a algunos
proveedores, y resulta que el
teléfono no funciona. De este modo,
tengo que renunciar al deseo de dar
una comida.”
Las primeras asociaciones
no bastan a Freud para
realizar una interpretación.
Pero, luego de vencida la
resistencia −después de una
pausa: muy rápidamente,
retengámoslo, nos vemos
devueltos al terreno del
deseo− las cosas comienzan a
aclararse: “(La paciente) ayer
fue a visitar a una amiga suya
de la que se halla celosa, pues
su marido la celebra siempre
extraordinariamente. Por
fortuna, está muy seca
y delgada y a su marido
le gustan las mujeres de
formas llenas. ¿De qué
habló su amiga durante
la visita? Naturalmente, de su
deseo de engordar. Además, le
preguntó: ‘¿Cuándo vuelve usted a
convidarnos a comer? En su casa se
come siempre maravillosamente’.”
Freud encuentra entonces una de
las interpretaciones del sueño:
“‘¡Cualquier día te convido yo, para
que engordes hartándote de comer
a costa mía y gustes luego más a mi
marido!’ De este modo, cuando a la
noche siguiente sueña usted que no
puede dar una comida, no hace su
sueño sino realizar su deseo de no
colaborar a redondear las formas
de su amiga.” Es así que el deseo
de la paciente consiste en que no
se realice un deseo de su amiga. En
su lugar, sueña que no se realiza un
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
Lacan
Carlos Faig
deseo propio.
Permítasenos, para introducirnos
en tema, recordar un antiguo sueño
que todavía nos convoca. Hacia
1900 una señora vienesa lo relata a
Freud y, según deduce, contradice
su teoría de la realización de
deseos: “Quiero dar una comida,
pero no dispongo sino de un poco
de salmón ahumado. Pienso en
salir para comprar lo necesario,
pero recuerdo que es domingo y
que las tiendas están cerradas.
Intento luego telefonear a algunos
proveedores, y resulta que el
teléfono no funciona. De este modo,
tengo que renunciar al deseo de dar
una comida.”
Las primeras asociaciones no
bastan a Freud para realizar una
interpretación. Pero, luego de
vencida la resistencia −después
de una pausa: muy rápidamente,
retengámoslo, nos vemos devueltos
al terreno del deseo− las cosas
comienzan a aclararse: “(La
paciente) ayer fue a visitar a una
amiga suya de la que se halla
celosa, pues su marido la celebra
siempre extraordinariamente.
Por fortuna, está muy seca y
delgada y a su marido le gustan
las mujeres de formas llenas.
¿De qué habló su amiga durante
la visita? Naturalmente, de su
deseo de engordar. Además, le
preguntó: ‘¿Cuándo vuelve usted a
15
convidarnos a comer? En su casa se
come siempre maravillosamente’.”
Freud encuentra entonces una de
las interpretaciones del sueño:
“‘¡Cualquier día te convido yo, para
que engordes hartándote de comer
a costa mía y gustes luego más a mi
marido!’ De este modo, cuando a la
noche siguiente sueña usted que no
puede dar una comida, no hace su
sueño sino realizar su deseo de no
colaborar a redondear las formas
de su amiga.” Es así que el deseo
de la paciente consiste en que no
se realice un deseo de su amiga. En
su lugar, sueña que no se realiza un
deseo propio. Se identifica, pues,
con ella. Nace así la “infección
psíquica”. La labor de Freud es
lograda, digámoslo, satisfactoria.
¿Cuál es el interés de esta
comunicación, más allá de que
Freud, que se siente provocado,
vuelva a poner las cosas
en su lugar en cuanto
al deseo del sueño
y transcriba uno de
los primeros sueños
de transferencia que
conocemos (el deseo
de contradecirlo)?
Es evidente que la
señora vienesa −“la
bella carnicera” desde
entonces− estaba “bien
atendida” por su marido.
Nadie, mirándole la cara,
se hubiera atrevido a
decirle lo contrario. Y
esto es lo perturbador. El
motivo mismo quizá de la
prisa de Freud. La bella
carnicera, oficiosamente, había
encontrado su “dulce camionero”.
De no ser así, la observación
carecería de interés: se entendería
por qué ese deseo insatisfecho.
Entonces, ¿qué quiere?
Charcot y Bernheim (a quien
Freud cita), un tiempo antes,
habían colaborado un tanto
inadvertidamente en el laborioso
intento de situar a la histeria en
la perspectiva correcta. Con sus
experimentos sobre la hipnosis
proveen una argumentación que
rebate la idea de que la histérica
simula, o directamente miente.
Ponen, pues, a Freud sobre la pista.
Ciertos actos y síntomas propios de
sigue en pag. 16
 16
la histeria recuerdan los encargos
posthipnóticos. Poco después,
estos síntomas son tomados en
otra órbita. Nace el psicoanálisis.
Ahora bien, y entramos de lleno
en lo que nos interesa, unos setenta
años después de La interpretación
de los sueños, Lacan afirma que las
histéricas se curan de todo salvo
de la histeria. Se podría pensar,
transferencia mediante, que el
analista queda insatisfecho: no
cura. Con esto se obtendría un final
de análisis y todo tendría un feliz
término. Sin embargo, esquivando
la generalización, podemos tomar
a la letra la frase de Lacan y,
por tanto, la insatisfacción de la
histeria. Y si esto es literalmente
así, se esboza un sexo más allá del
sexo que conocemos. Se entreabre
pues una dimensión lujuriosa.
Pero, hay que observarlo, Freud
ante esa lujuria se detiene. Toda
su vida y a lo largo de su obra se
preguntó qué quiere la mujer. La
imagen y el símbolo, la figura del
Padre, retorcida por el mito de la
horda primitiva, es, por otro lado
y concomitantemente, el tapón que
encuentra. Hay algo insoportable
en Freud, decía Lacan. Inaudible.
Inaguantable. Muy curiosamente,
cada vez que Lacan se acerca e
intenta cernir lo que se atisba, un
hecho “fortuito” lo frena. Nos deja
librados al principio del placer. El
seminario Los nombres del padre −
del que sólo nos entrega su primera
lección− iba a abordar ese tema.
En su programa, según podemos
imaginarlo y restituirlo, en su base
misma estaba en juego una retoma
por su otra faz del tema edípico. El
interdicto del Edipo, la prohibición
del incesto, deviene, cortada por
su revés, el goce incestuoso como
salvaguarda del sexo excluido. El
complejo de Edipo se aprehende
entonces como un engaña-ojo, en
trompe-l’oeil. Freud prefirió, ya
es parte de la historia, sostener
al Padre en el mito. Y Lacan −
apremiado por la Internacional
y finalmente excomulgado− que
podría haber dicho algo, o mucho,
se cayó la boca.
Las consecuencias de la segunda
vuelta, por supuesto, son
múltiples y vastas. Por un lado,
el Edipo y el incesto devienen las
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013
formas históricas que toma la
imposibilidad del goce. Aportan la
solución de prohibir algo que de
por sí es imposible. En segundo
lugar, la cuestión del padre, tan
importante en Freud, y del Nombre
del Padre, en Lacan, pierde buena
parte de su alcance. Y, sobre todo,
la cuestión de devenir hombre o
mujer, en relación a la exclusión
del sexo, se torna problemática. La
determinación de la diferencia de los
sexos (mediante el Falo, el Padre, la
salida del Edipo, etc.), en el mismo
movimiento de su constitución,
deja fuera la sexualidad. (Lacan
demuestra posteriormente que la
sexuación es del orden del sentido.)
Así, nos vemos en la comedia.
Pero esta omisión se repite. Lacan
sustrae dos veces su enunciación.
El seminario XV también se
interrumpe. El Mayo francés (el
seminario se desarrollaba en el
curso lectivo 1967-1968) lo deja en
suspenso. Y cuando Lacan retoma
su enseñanza afirma que, así como
la aceleración en la caída de los
cuerpos, lo poco que le quedaba
por decir era lo más importante.
Lacan −sabía bien lo que era el
“golpe de ascensor”1− nos seduce.
El punto aquí hacía a la falla propia
y constitutiva del acto analítico.
Lacan calla en esta oportunidad
−podemos deducirlo en parte
por el seminario siguiente− la
razón de que el analista funcione
como “chivo emisario”. El final del
análisis, el acto, lo hace cargo de
que la sexualidad no tiene arreglo:
es su “culpa”.
Freud se detiene aparentemente
porque no quiere o no puede ver
más allá. Lacan, por voluntad
propia. Porque prefiere no dar a
luz: “Ustedes tienen orejas para
no oír y por eso dejamos acá” −
nos recrimina. Pero, y aunque
tal vez tenga razón, nos pone al
tanto con dos o tres guiños. A las
interrupciones que señalamos,
agreguemos la siguiente pregunta:
¿a qué nos llevaría que la Dama,
sitiada en el amor cortés, en
el lugar de la Cosa, se interese
libidinalmente en el asunto hasta el
extravío? O bien, volviendo al sueño
que relatamos al principio:¿qué
ocurre cuando una mujer muy
bien provista por su marido se
encuentra con un cantante de
voz?2 Como el encuentro sería
demasiado bueno −según se nos
dice− no dura mucho. En esta
hipotética ilustración de Lacan se
trata de la bella carnicera, aunque
ella haya buscado primeramente
la voz de Freud. En relación con la
exclusión del sexo, la insatisfacción
(histérica) no tiene pues nada de
engañoso, reductible, y debemos
darle un estatuto más amplio que el
sintomático. Ese estatuto concierne
a una forma de despertar que nos
encuentra solos −como deseaba
Lacan, todo parece indicarlo,
y podría decirse que hemos
demostrado− aunque hayamos
pernoctado en una institución o
dormitado en el diván de nuestro
analista.
NOTAS
1. El uso de la locución “coup
d’ascenseur” es relativamente
frecuente en francés. En cambio,
en castellano no encontramos
una expresión que describa el
equivalente en la mujer de la
erección masculina. Cf. J. Lacan,
La lógica del fantasma, lección del
21 de junio de 1967, inédito.
2. En francés la expresión que
Lacan utiliza es “chanteur à
voix”. Para multiplicar el efecto,
supongamos que la voz del cantante
−podría ser otro objeto, pero este
es muy indicado− suena afectada,
incluso afeminada, haciendo
resonar a la mujer como un abismo,
encontrando su eco ilimitado.
Abriéndola a la dimensión que
representa: la exclusión del sexo
y su silencio. Recordemos que el
canto tropieza con las oclusivas;
los cortes tienden a desaparecer
(tanto como en el partenaire: hay
que saber por dónde despunta el
goce).
Cfaig750@gmail.com
TOPICA digital - N°: 1 -Julio 2013 17