Professional Documents
Culture Documents
Introducción y polémica
1. Historia de la arqueología
Al igual que las artes y ciencias modernas, la arqueología nació en el contexto del renacimiento
italiano, aunque estas se consideraban aspectos de la nueva filosofía y más tarde del método
experimental.
La idea de una sucesión de edades de piedra, bronce y hierro se encuentran desde los autores
clásicos, en Lucrecio por ejemplo (95-93 a.C). Por ejemplo, el naturalista y anatomista Ulises
Aldrovandi (1552-1607) afirmó basándose en citas de Plinio que los utensilios de piedra fueron
usados por pueblos previos al uso de los metales. Se debe mencionar que en los trabajos de los
autores clásicos los artefactos encontrados en terreno por campesinos poseían un origen divino,
aunque en la época renacentista los naturalistas al estudiar los artefactos junto con los fósiles
comenzaron a atribuirle un origen humano. Posteriormente, Michele (o Miguel) Mercati (1541-93)
consideró las observaciones de los campesinos, las teorías de los autores clásicos y las ideas de la
nueva filosofía para su posterior obra.
Mercati, naturalista y médico del Papa Clemente VIII, se considera un homólogo en la arqueología,
puesto que sin ser arqueólogo, su trabajo contiene aspectos que pasarían a formar parte de la
arqueología en el futuro, según Clarke. Su formación renacentista lo hizo tener conocimientos de
los autores clásicos como Lucrecio, Plinio y Festo, lo cual le permitió estudiar las eras de las
herramientas de piedra, bronce y hierro. Al ser funcionario en el vaticano, libros como el nuevo
testamento le brindó información como la introducción del hierro por los filisteos, por ejemplo.
Otros aspectos de sus conocimientos eran las donaciones al vaticano de artefactos asiáticos y
amerindios por viajeros. Además, creía que los artefactos encontrados en terreno eran de origen
humano, instrumentos hechos por el hombre, relacionando esta idea con la hipótesis de las tres
edades, complementándolas con observaciones y descripciones de artefactos y armas primitivas
recogidos por viajeros y exploradores. En su manuscrito metaloteca vaticana describe minerales y
fósiles que podrían haber sido hechos por el hombre antiguo.
Luego del apogeo del renacimiento italiano, en el siglo XVII Francia comienza a vivir su más exitosa
época, brillando en aspectos culturales como las artes, las ciencias, matemáticas, arquitectura,
música y moda con una fuerte influencia italiana, por lo tanto las ideas renacentistas se
expandieron hasta los eruditos franceses, implicando también las ideas de Mercati y así comenzó
un creciente interés por los hallazgos arqueológicos. Sin embargo, la formulación explícita de la
teoría de las tres edades se dio en Dinamarca, no en Francia.
El interés nacional de reafirmar que ese país no era joven fue un factor para el estudio de las
antigüedades, debido a que históricamente Dinamarca era un país pequeño rodeado de grandes
potencias, además de no verse afectado por la influencia del imperio romano y la cultura
renacentista, lo cual desencadenó que la historia de este país fuera aproximadamente 500 años
más joven.
La influencia más fuerte que adoptó Dinamarca fue la francesa, adoptando principalmente las
ideas de su filosofía y dejando atrás la filosofía protestante. Es decir, las ideas eruditas italianas
llegan a Francia en el siglo XVII para posteriormente llegar a Dinamarca en el siglo XVII-XIX,
haciéndose presentes ideas como las de Mercati, Mahudel o Montfaucon.
En 1788 nació en Copenhague Christian Thomsen. Hijo de una familia acomodada, en su formación
siempre estuvo presente una fuerte influencia de las ideas francesas. En 1816 sucedió a Rasmus
Nyerup (secretario de la comisión real para la conservación de las antigüedades danesas). Luego
entre 1816 y 1819 Thomsen comenzó a ordenar la colección de antigüedades. Evidentemente
éste ya creía en el sistema de las tres edades, así que las antigüedades fueron organizadas según
su clase (piedra, bronce o hierro) y su uso probable, finalizando en 1819 cuando Thomsen abrió su
museo con las tres edades evidenciadas en sus antigüedades y concluyendo con su obra guía de
las antigüedades escandinavas. Más tarde, el trabajo de Thomsen sería sucedido por Worsaae
(1821-85) y Montelius (1843-1921).
Para concluir, el sistema de las tres edades es la primera base de una ordenación cultural y un
acercamiento a la prehistoria, además de ser una base para la arqueología analítica moderna.
2. La naturaleza de la arqueología
La arqueología al estudiar la cultura material del pasado, los artefactos por ende son la principal
herramienta que brinda datos para estudiar, independiente que se puedan añadir elementos
como flora, fauna, datación, etc.
La generalización y la inducción son vías por las cuales es posible formar conocimiento a partir de
los datos estudiados. En este caso, la mayoría de las proposiciones arqueológicas se hacen por
inferencia e inducción (método hipotético-deductivo). El método deductivo sigue una conclusión
como una secuencia lógica de premisas verdaderas, y por otro lado el método inductivo es una
generalización empírica que se deduce de casos particulares.
Estos elementos mencionados en los objetivos pueden ser artefactos, artefactos tipo, conjuntos,
cultura y grupo cultural. Además, los objetivos primarios se distinguen por su variación, desarrollo
multilineal, selección cultural, etc, y tienen como consecuencia la aculturación, crecimiento,
desintegración cultural, etc.
La primera tarea del arqueólogo es elaborar una terminología precisa, sin embargo existen juicios
de valor, generalizaciones no específicas y ambigüedades como puntos en contra. Los juicios de
valor son opiniones mediatizadas del observador al registro de la observación. Las
generalizaciones no específicas son los términos usados como apoyo de una generalización pero
sin llegar a ser precisos, como por ejemplo raro, común, frecuente, mayoría, muchos, pocos, etc.
La generalización es válida, pero puede llegar a ser invalidada si no hay suficientes casos
comprobados. Por otro lado está la ambigüedad, que puede ser un mismo término para diferentes
fenómenos como el término “típico”. Ejemplo: Bifaz de tal artefacto es típico. O niveles
jerárquicos distintos.
Como consecuencia de un mal uso de estos términos, pueden llegar a inferirse hipótesis distintas a
partir de datos iguales.
6. Modelos
Los modelos son hipótesis que simplifican las observaciones complejas en tanto que ofrecen un
marco predictivo adecuado para la estructuración de esas observaciones, separando lo que el
autor se refiere como “ruido parásito” y “la información”. Todo esto dependiendo según el marco
de referencia del modelo con el que se esté trabajando.
Los modelos se dividen en tres niveles de sofisticación, pasando por niveles bajos como modelos
icónicos, luego a modelos análogos y en última instancia a modelos simbólicos o matemáticos.
Los modelos icónicos son registros isomórficos ponderados en forma de mapas, gráficas, etc. Los
modelos análogos son formulaciones de simulaciones antropológicas, históricas o abstractas
análogas. Por último los modelos simbólicos son modelos análogos matemáticos como
estadísticos, determinísticos, etc.
La mayoría de las entidades arqueológicas son cúmulos de entidades de rango taxonómico más
bajo. Ejemplo: los grupos culturales son cúmulos de culturas, las culturas son cúmulos de
conjuntos, los conjuntos cúmulos de tipos, etc.
El grupo monotético es un grupo de entidades definidas para que la posesión de una serie de
atributos sea suficiente, según Clarke. Así que el modelo para entidades arqueológicas es un
modelo monotético. Por otro lado también están los grupos politéticos, los cuales son un grupo de
entidades tal que cada entidad posee un gran número de atributos del grupo completo y cada uno
de estos atributos es compartido por numerosas entidades. Sólo hay una forma de grupo
monotético a diferencia de los grupos politéticos.