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M ic h el O n f r a y PRÓLOGO

A los 17 años la filosofía antigua se volvió para mí el oxígeno


sin el cual hoy estaría muerto... Haber descubierto ese con-
tinente, con Lucrecio en la proa, me salvó de la cultura de
muerte que triunfa en aquel otro continente al que, como la
mayoría de la gente, le debo mi educación: el del judeo-cris-
tianismo. Desde muy pequeño he sido formateado por esta
ideología mortífera y masoquista: el ideal ascético, la culpa-
bilidad, la sospecha frente a la mujer, la desconfianza frente
al placer, el desprecio al deseo, la amenaza del más allá, los
malos tratos infligidos al cuerpo y todo el arsenal neurótico
de San Pablo extendido a las dimensiones de Occidente
-lo que conocemos como religión cristiana...-, he aquí lo que
trataba de dictar la ley de mi alma material.
Poco tiempo antes, Nietzsche, Marx y Freud fueron las
bombas que hicieron desmoronar el edificio conceptual en
el que habían intentado hacerme vivir: la muerte de Dios, el con Platón y Aristóteles -estaba por escribir Platóteles y
fin del cristianismo, la posibilidad de una sociedad post- Aristón- y nunca nada sobre los cínicos Antístenes, Crates,
capitalista y el cuerpo como gran razón sexuada, he aquí Diógenes, Hiparquía o los cirenaicos Arístipo, Teodoro y
lo que me abría las puertas de un castillo como antídoto a otros? ¿Cuál era el menú? Indigestión de Ideas o de For-
la prisión católica. Esta modernidad me fascinaba, veía la mas, y ayuno más allá de este festín conceptual indigesto.
salida al final del túnel y presentía la claridad al fondo de Hasta el mismo Sócrates solo aparecía vestido en las
estos largos años de oscuridad. ropas de Platón, disfrazado por el filósofo en una panoplia
Lucrecio me enseñó entonces que se podía ser precris- proveniente de su guardarropa. Ese Sócrates platonizado
tiano y moral, lo que me invitaba a recorrer la gran obra parece estar muy lejos de lo que debe o puede haber sido más
greco-romana, no con el ojo del historiador preocupado allá de este enrolamiento. El triángulo subversivo que une a
por restaurar un pasado que de todas maneras se termina Sócrates, Diógenes y Arístipo, tres contemporáneos que se
traicionando, sino con el del filósofo que busca nutrir el conocían y se relacionaron, me parece mucho más lleno de
presente y el futuro con esa savia del pasado siempre pre- potencialidades que los banquetes platónicos o los peripatéti-
sente. Pensar y vivir después del cristianismo exigía hacer cos, si me permiten este juego de palabras, del estagirita.
un desvío por los griegos y los romanos. Diógenes fue entonces mi maestro, por lo menos un
La universidad me enseñó a Platón, por supuesto, y su maestro que se niega a ser considerado como tal. Yo envi-
teoría del deseo que tanto gusta a cristianos y lacanianos - diaba esa vida sin cadenas, sin límites, esa existencia libre
cara y ceca de la misma moneda-. Agregó además a Aristó- de un hombre que no manda y que sobre todo no quiere
teles y su metafísica, con interminables lecturas para saber que alguien lo mande, que no es esclavo de nada ni de
si se debía traducir la ousía griega como la substantia latina; nadie, de ningún prejuicio; admiraba esa figura que no se
momentos de antología y, en el rol principal, un profesor ve censurada por ningún tipo de corrección política (una
miembro del Partido Comunista... La antigüedad, para la fórmula moderna para expresar algo bien viejo) y se pro-
institución, es lo que hace posibles el idealismo, el esplri- pone llevar adelante la vida libre de un filósofo libre.
tualismo, el cristianismo, el cartesianismo, el kantismo y Más adelante, me gustaba que en las genealogías más
otras ilusiones propias de esta Iglesia que prefiere la idea viejas del pensamiento anarquista algunos historiadores se
frente a lo real. remontasen hasta Diógenes. Intuyo un linaje que, vía La
Pero fue por afuera de las clases y de los programas, Boétie, mi otro gran hombre en el teiTeno político, alimenta
fuera de la enseñanza oficial y de los trabajos universita- a los siglos, y no solamente al siglo de oro de la anarquía, es
rios, que descubrí la figura radical de Diógenes de Sinope. decir, el siglo XIX. Que la anarquía haya podido concernir a
¿Por qué tanto aturdimiento retórico, sofístico, escolástico tantos hombres desde el ágora de Sínope en que Diógenes
lanzaba sus primeras bombitas de olor filosóficas, es algo Diógenes responde: "Lárgate, me haces sombra" -"A pár-
que prefiero mucho más que adscribir al catecismo de los tate, me tapas el sol", dicen los manuales de la época en
devotos de la anarquía que no saben abrir la boca sin que la la que todavía se aprendía griego...-. Segunda lección: el
cita de su autor termine con un "Alabado sea su nombre". verdadero poder es el poder sobre uno mismo. Cualquier
Diógenes, entonces. Con frecuencia la vulgata1 resume otro es una tiranía injustificable.
un pensamiento, una obra, en un puñado de tarjetas posta- Tercera postal: Diógenes pasa sus días tratando de
les fáciles de enviar a un destinatario apurado y poco exi- reducir sus necesidades a lo estrictamente indispensable.
gente. Primera tarjeta postal: el sabio mugriento que vive Sabe que cuantas menos necesidades se tienen, más libre
en un tonel del que sale a veces para masturbarse en la se es. El inventor del decrecimiento se despoja de todo lo
plaza pública. El tonel, inventado por los galos, le suma innecesario; no guarda más que un abrigo para protegerse
a la leyenda, pero en este caso se trataba más bien de un de las inclemencias del tiempo, una alforja para guardar su
ánfora para aceite o vino. En cuanto a ese trabajo manual, jarro y un palo para alejar a los inoportunos. Un día ve a
sería una provocación; dicho de otra manera, y como lo un niño intentando tomar agua de una fuente con su mano.
prueba la etimología, es una invitación a -a reflexionar, Ofuscado por no haber pensado en ello antes, se saca de
pensar, cogitar, analizar, meditar, razonar...-. Aquí: en las encima el recipiente inútil que tanto lo incomodó durante
raíces del pudor, en las razones de una interdicción singu- años. Tercera lección: el dominio del deseo es todo el domi-
lar sobre una práctica banal y generalizada, en la hipocre- nio, y define al mismo tiempo la libertad absoluta, el otro
sía de la moral social, en la oposición entre una práctica nombre de la autonomía.
corriente en privado y reprobada en público por aquellos Existe una multitud de otras tarjetas postales, menos
mismos que la llevan a cabo, etcétera. Primera lección: el conocidas: Diógenes dando vueltas a la plaza mientras
filósofo desenmascara las quimeras, todas las quimeras. arrastra un arenque con una cuerda para invitar a la
Segunda postal: el encuentro entre el filósofo cínico y gente a deshacerse de la opinión de los otros; Diógenes
el hombre poderoso. Alejandro Magno, al tanto de la céle- recorriendo las calles con una linterna en búsqueda de un
bre reputación del pensador, acude a su ánfora y le dice: hombre, pero no en el sentido de "un verdadero hombre"
"Soy todopoderoso, pídeme lo que quieras y lo tendrás". sino, de acuerdo con un humor difícil de interpretar, uno
En un griego que debemos traducir a la lengua de hoy, que fuera El Hombre de Platón, su enemigo idealista, es
decir, La Idea del Hombre; Diógenes lanzando un gallo
desplumado a las piernas del mismo filósofo que definía
al hombre como un "bípedo sin plumas" -lo que también
era el volátil desplumado-; Diógenes el comedor de carne
cruda, de carne humana, que de esta manera protesta con- Sobre Platón, el filósofo emblemático de los hombres
tra lo arbitrario de las prohibiciones; Diógenes pidiendo de poder, la referencia de la gente importante, la recomen-
limosna, para acostumbrarse así al rechazo; Diógenes dación de los cómplices del Príncipe, el gurú de los que le
escupiéndole en la cara a un hombre, el único lugar sucio venden humo al pueblo, Diógenes decía: "¿De qué sirve
que ha encontrado; Diógenes deseando que permitan a un hombre que ha pasado todo su tiempo filosofando sin
su cadáver pudrirse en un foso para que entiendan que jamás inquietar a nadie?". Adhiero a esta definición de la
después de la muerte no hay nada; Diógenes tirándose filosofía: inquietar' inquietar al fulano lleno de certezas,
una ráfaga de pedos para liberar de culpas a un filósofo inquietar al clon que cree que piensa cuando se contenta
estoico humillado tras haber expelido un viento a pedido con duplicar la panoplia de su tribu (tanto de izquierda
suyo, con el objetivo de probar la futilidad de las con- como de derecha, incluyendo a los anarquistas), inquie-
venciones sociales; y tantas otras anécdotas que, juntas, tar al charlatán que actúa como espejo de su tiempo y de
enseñan a llevar una vida filosófica... su época, inquietar al lorito del momento que vocaliza las
Llevar una vida filosófica bajo el signo del cinismo, órdenes lanzadas por una sarta de cretinos formadores de
¿qué significa? ¿Masturbarse en la vía pública? ¿Arrastrar opinión. En resumen, inquietar.
un arenque con una cuerda? ¿No parar de tirarse pedos
en cualquier lado? ¿Escupirle en la cara a cualquiera que Estas crónicas son ejercicios de inquietud. Nacieron cerca
pudiera llegar a merecerlo? ¿Comer carne humana? No, del tonel de Siné, onanista y pedorrero a la vieja usanza. Le
claro que no, es demasiado fácil... Sería patético copiar, debo (a él y a Catherine, su Hiparquía2...) la única hospita-
imitar, calcar, seguir a un maestro como un discípulo ser- lidad que jamás me han ofrecido en un periódico digno de
vil, igual que la sombra se pega a un objeto bajo el sol. Se ese nombre. La redacción cotidiana se hace en el fuego de
trata de inventar modalidades existenciales cínicas en un la acción. Una crónica sobre una noticia en caliente tiene
mundo en el que la forma ha cambiado, ¡y cómo!, pero en tiempo de volverse una columna fría en lo que tarda en ser
el que el fondo sigue siendo el mismo: siempre existirán los tratada por la redacción. Y ese frío se vuelve a transformar
señores importantes a los que hay que sonarles la nariz, en otra cosa después, con el paso de las horas. Así es el
los profesores ciruela, los poderosos arrogantes y los que juego, aceptemos el augurio.
compran filósofos tal como se compran esclavos, a los que
hay que aclararles que preferimos el sol antes que sus luces
artificiales, los que nos impiden vivir y que merecen una
buena patada en el culo, los vendedores de falsas noveda-
des que deberíamos abofetear con urgencia...
Sea como fuere, sigue habiendo algo universal para vive como él meando sobre los muros de las iglesias, monta
meditar en la anatomía de una noticia en particular) porque en público a la mujer deseada, defeca en las puertas de los
en la superficie encontramos la sustancia de una época, de palacios, sin preocuparse por las convenciones, mientras
un tiempo, de un estilo, de un tono. Leo siempre con mucho le ladra a los ídolos adulados por la mayoría. El perro, por
placer tal o cual crónica de Alain, que puede hablar de un último, porque Diógenes y sus discípulos se reunían cerca
ministro de la Tercera República cuyo nombre hemos olvi- del cementerio de perros,, una manera de burlarse de las otras
dado pero, al hacerlo, pone en la picota un defecto humano escuelas -la Academia de Platón o el Liceo de Aristóteles, dos
similar al que hubiese desencadenado la ironía de Dióge- lugares de funestas acepciones contemporáneas-.
nes, activista del palo. Molosos, cerberos,.mastines, dogos, pastores belgas
La ira, la indignación, el enojo, la exasperación, la irrita- malinois, hoy en día pit-bulls, he aquí la raza de los gran-
ción, dirigen mi pluma. Escribo directamente, sin borrador. des filósofos. Conozco a la corporación de yorkshires kan-
Releo para evitar errores demasiado groseros. Apruebo los tianos, guau-guaus platónicos, bastardos augustinianos,
que quedan. Estas páginas valen como las "palabras conge- falderos hegelianos, pekineses tomistas, lulús cristianos,
ladas" de Rabelais. Me encantaría que mis hojas se ennegre- perros policías evidentemente, caniches en cantidad por
ciesen con entusiasmo, excitación, exaltación, menos furia supuesto, galgos también, todo un canil en el que se ladra,
y más destellos o fuegos artificiales. Convengamos que las se gruñe, se aúlla, se chilla, se lame, se hacen los lindos.
ocasiones de dar patadas en el traste son cada más nume- Pero Diógenes es el único que emerge de esta corte de los
rosas que las de levantar la copa de champagne. Todas las milagros como un gran señor, un gran sangrador...
semanas busco razones para tirar bengalas, muchas veces Terminemos esta presentación de un año de cróni-
de manera desesperada; sin embargo, la mayoría de las cas semanales en Siné Hebdo con el epitafio que -se dice-
veces sólo encuentro ocasiones para activar el lanzallamas figuraba sobre su tumba: Diógenes sucumbió a la mor-
o para... ¡filosofar a martillazos, como decía aquél! Esto me dida de un perro o a la indigestión provocada por una
tiene a maltraer -y no es sólo una frase hecha- cena de pulpo crudo. Dicho de otra manera, murió por
Diógenes había elegido al perro como animal fetiche. Den- culpa de lo que lo había hecho vivir y por haber llevado
tro de un bestiario emblemático (en el que hay una rata, ranas, al máximo las consecuencias de su invitación a volverse
un pescado masturbador, cigüeñas, liebres, grullas, ciervitos, salvaje. En el mármol, entonces, el transeúnte podía leer:
y otros que ya hemos visto como el arenque y el gallo...), el ''Desnudó nuestras quimeras". No puedo imaginar una
filósofo lo eligió porque se preocupa por sus amigos, muerde mejor definición de la filosofía.
el tobillo de los distraídos; y también muerde a sus amigos
pero, como dice él, para salvarlos. El perro, además, porque
(que evangelizó en el estadio de Charléty, parafraseando a
un célebre arengador: "Ámense los unos a los otros" -era la
campaña de la candidata socialista, no lo olvidemos-), para
que dejen de llenarnos la cabeza con "la dimensión ética y
espiritual considerable" de un personaje que encarna una
religión en la que, una vez más, la mujer no cuenta en lo
más mínimo: impura, viciosa, perversa, demoníaca -léase el
Canon Pali que tanto le gusta citar al Dalai Lama-.
A lo que habría que agregar una breve iniciación en
esta religión que supone que el mal, el sufrimiento, la mise-
ria, la explotación, la injusticia, no provienen de condicio-
nes históricas sobre las que se puede actuar sino de vidas
anteriores, en las que el enfermo, el pobre o el miserable
han terminado por desmerecerse a causa de su comporta-
Ségoléne Royal descubre el Tíbet y al Dalai Lama. Sin miento impío.
embargo, no fue hace tanto tiempo cuando, dando peque- Se puede desear un Tíbet libre, es mi caso, pero clara-
ños pasitos detrás de los pasos de Mitterrand y para favo- mente no para hacer de él un Tíbet budista. Igual que en
recer la suerte presidencial, hizo un viaje a China y encon- otra época se podía querer un Irán libre del Sha sin por eso
tró allí una ocasión de llenarse de "bravitud" y celebrar la querer o favorecer la llegada de los mulás al poder.
excelencia de la justicia en ese bello país fascista.
Siempre tan engreída, decidió pedir una visa a las auto-
ridades chinas para ir a ver con sus propios ojos lo que ocu-
rre en el Tíbet. A lo que agrega, vanidosa o ingenua: "Creo
que así las cosas podrán avanzar". De hecho, cuando los
chinos le entreguen la visa y la virtual presidente "socia-
lista" de la República pueda ver las cosas por sí misma, las
cosas habrán avanzado.
Habría que hacerle llegar algunos apuntes a esta mujer
que fue tan feminista al mostrarse para Paris Match en la cama
de la maternidad, y también iluminar a su santidad laica
las profecías del Dalai Lama sobre la reencarnación de
perros y gatos y las extravagancias raelianas sobre la salva-
ción a través de clones asistidos por platos voladores, son
todas ofensas a la razón razonable y razonante...
Si a uno se le ocurriera sonreír y afirmar alegremente
que no cree en dioses que desafían de este modo las leyes de
la naturaleza, enseguida lo cubrirían de epítetos infaman-
tes. ¿Te burlas del Dios de los judíos? Antisemitismo, muy
rápido te empezarán a comparar con Hitler. ¿Te ríes del Dios
de los cristianos? Blasfemia, rápidamente serás conside-
rado el anticristo, el diablo, Satanás. ¿Dudas del Dios de los
musulmanes? Islamofobia, serás inmediatamente colocado
a la extrema derecha de Le Pen. Y la letanía va en aumento:
sacrilegio, injuria, ofensa, y aunque defiendas las libertades
Existe un instrumento formidable para medir la barbarie y de pensamiento y expresión, ¡te terminarán colocando en el
el progreso, y es la intolerancia al ateísmo. Nuestros maes- campo de los intolerantes alérgicos a la democracia!
tros pensadores toleran lo que les resulta familiar y defien- Revindico el derecho a no creer en las fábulas y, sobre
den los derechos, por ejemplo el derecho de prensa, pero todo, el derecho a poder expresarse sin ser tomado por
únicamente cuando lo que se está defendiendo es su pro- alguien que desprecia, insulta, ultraja, ataca, ofende o pro-
pia concepción del mundo. Por el contrario, si se trata de voca. El derecho al ateísmo es un barómetro de la auténtica
tolerar, ni hablemos de lo intolerable sino simplemente de democracia: desconfíen de aquellos que profieren insultos
una visión alternativa a la de ellos, entonces los tolerantes cuando uno se ríe de las chiquilinadas de la razón poco
de papel sacan la artillería pesada. razonable, están hechos de la misma madera que los Savo-
Lo mismo ocurre con el ateísmo, bastante poco genera- narola o Fouquier-Tinville.
lizado si se tiene en cuenta la enorme cantidad de gente que
cree en cualquier tipo de pavada: el Dios judío que abre el
mar en dos para dejar pasar a su pueblo, el Jesús cristiano
que camina sobre las aguas o resucita tres días después de
su muerte, Mahoma que no sabe escribir pero transcribe
escrupulosamente los versículos del Corán, como también
LOS CRETINOS ÚTILES cipio psicológico de su ancestro, defiende ahora al libera-
lismo de la misma manera que un talibán a su dios.
El cretino útil vota a la derecha, aunque puede votar
también a la izquierda, sobre todo a su ala derecha, por el
momento la única con la que cuenta el volátil socialista...
Va de Sarkozy a Ségoléne Royal, pasando por Bayrou.
El primero fue durante mucho tiempo compañero del
último, mientras que -hay que recordarlo- la única dama
de los tres quería como compañero al último que fue com-
pañero del primero. ¿Me siguen?
El cretino útil, tanto de derecha como de izquierda,
cree que el liberalismo, que es el mal, es el remedio. Por lo
tanto, si uno está enfermo es porque todavía no ha inge-
rido una cantidad suficiente de la poción contaminada,
igual que los idiotas útiles que querían que hubiese cada
Hubo una época en la que se hablaba de los idiotas útiles, vez más comunistas para terminar con el totalitarismo en
una expresión falsamente atribuida a Lenin pero que segu- los países del Este.
ramente se originó en las oficinas estadounidenses de pos- El cretino útil prefiere Europa antes que Francia, la
guerra para caracterizar a los intelectuales que, aunque no democracia comunitaria a la República, el Banco Central
estuviesen afiliados al Partido Comunista, defendían al Europeo a las monedas nacionales, el dinero a los servi-
marxismo-leninismo de los países del Este bajo el princi- cios públicos, los patrones a los empleados, la Francia de
pio de que eran compañeros de ruta. ¿Su rasgo distintivo? arriba a la Francia de abajo, París a la provincia, la rata de
La negación de la realidad y la militancia ciega, que hacen ciudad a la rata de campo, Tocqueville a Louise Michel.
que a uno le den gato por liebre. Por ejemplo, Sartre afir- Hay muchos cretinos útiles en todos los espacios de poder,
mando en 1953: "En la URSS la libertad de expresión es total" porque entendieron bien que la fórmula de la democracia
-mientras que Camus, extra lúcido, acababa de publicar es: o el poder de ellos o nada. .
El hombre rebelde-.
El idiota útil marxista-leninista ya no existe, aunque la
razón es... la desaparición del marxismo-leninismo. Pero le
dejó su lugar al cretino útil que, siguiendo el mismo prin-
EDVIGE contra los judíos, los comunistas, los masones, los socialis-
tas radicales, los opositores, los homosexuales; le sirvió al
poder gaullista para fichar a los portadores de valijas de la
OAS; le sirvió también al poder socialista para impedir el
avance de altos funcionarios de derecha, sin embargo tan
cercanos en el fondo al mitterrandismo post-1983.
Dejemos entonces de hacer gala de tanta tontería, estu-
pidez, enorme ignorancia, enterándonos de que en todos
los regímenes existen policías políticas; como de imaginar-
nos que Sarkozy inventa lo que en realidad no hace más
que perfeccionar. El problema no es la reorganización de
los SI, sino su existencia: ¿es necesario, sí o no, que exista
un servicio abocado a esa tarea?
Basta de hacernos los naifs o los inocentes: cuando mi
compañera se enfermó de cáncer, inmediatamente empezó
Estoy bastante sorprendido por la indigencia política de a recibir en su buzón cartas de seguros funerarios. Los SI
esos quejosos que bajaron a las calles y peticionaron en son la parte visible del iceberg. La informática hace rei-
contra del proyecto "Edvige", que busca fichar a los ciu- nar su ley con mayor seguridad que Edvige, que funciona
dadanos clasificando su identidad, sus datos, su estado de como un trapo rojo: mientras nos enardecemos frente a esta
salud, sus preferencias sexuales, sus afiliaciones políticas especie de capa de torero agitada por el poder, dejamos que
o sindicales, sus adhesiones religiosas, sus sensibilidades se ejecute una vigilancia policial generalizada mucho más
intelectuales. En esta cuestión, o uno se hace el distraído o importante, más peligrosa, porque es silenciosa e invisi-
es simplemente un bruto. ble. Edvige esconde a Simone, pero Simone esconde a una
Porque en Francia existe una vieja abuela, incluso tata- sociedad controladora mucho más eficaz que estos enga-
rabuela se podría decir con certeza, de la pulposa Edvige ños lanzados por el Ministerio del Interior.
sarkozyana, de nombre Simone -no estoy totalmente
seguro de su nombre de pila pero designa lo que conoce-
mos simplemente con el nombre de Servicios de Inteligen-
cia-. Simone nació en 1911 y trabajó para todos los poderes
establecidos: le permitió a Vichy llevar adelante las redadas
¿A qué conclusión deberíamos llegar sobre la invita-
ción que le ha extendido Monseñor Vingt-Trois y su admi-
nistración al autor de una obra que lleva el título de Los
menores de dieciséis, publicada en 1974 en la colección "Idea
fija", dirigida por Jacques Chancel en la editorial Julliard y
reeditada recientemente por Leo Scheer? Un libro en el que
el autor celebra la sexualidad con el "tercer sexo", dicho de
otra manera, las "chicas o chicos a partir de los 10 años",
pero no mayores de 16.
En esta obra, Matzneff escribe: "La violencia del billete
que uno desliza en el bolsillo de un jean o de un pantalón
(corto) es dentro de todo una violencia bastante suave. No hay
que exagerar. Hay cosas peores". Quizá si seguimos leyendo
comprendamos cuáles son las razones por las que los católicos
Leo en el diario Le Monde (12 de septiembre de 2008) que el invitan a este cristiano ortodoxo a escuchar la buena nueva
arzobispo de París ha invitado a setecientos representantes del de Benedicto XVI: "Acostarse con un niño o una niña es una

mundo de la cultura a la conferencia del Papa Benedicto XVI experiencia hierofánica, una prueba bautismal, una aventura
en el Collége des Bemardins. Qué curioso, no he sido convo- sagrada". Ahora sí se entiende mejor por qué sodomizar niños
cado... Tampoco la prensa, para que comente un poco la visita puede volverse una práctica aconsejada por el clero.
de este Papa al que no le gustan las mujeres, los homosexua- Podemos leer también el detalle de estas extravagan-
les, los divorciados, los libertinos, los ateos, los materialistas, cias en Mes amours décomposés. Journal 1983-1984, un libro
los agnósticos, la sexualidad, el hedonismo, los musulmanes, publicado en la muy honorable editorial Gallimard, en una
el derecho a morir con dignidad, probablemente Siné, pero al colección dirigida por el no por eso menos honorable Phi-
que sin embargo parecen gustarle los pedófilos. lippe Sollers, que se encontraba en la sala, asistiendo a la
¿Cómo se explica si no que hayan invitado, entre prédica, en plena devoción, con la crema de la intelectua-
Catherine Millet y Jacques Henric, libertinos profesionales, lidad francesa, entre ellos los "directores de diarios, radios
a Philippe Sollers, libertino mediático, a Max Gallo, para y canales de televisión" (szc). Yo me sentí feliz de no tener
nada libertino, a Jean-Luc Marión, filósofo católico, a Régis lugar en ese reducto de mala fama.
Debray, nuestro Renán postmoderno, y al pedófilo asu-
mido Gabriel Matzneff?
(había copiado unas treinta y siete veces, y en algún caso
hasta veintisiete líneas seguidas, el libro de Patrick Ródel,
Spinoza, le masque de la sájese, para fabricar su Spinoza, un
román juif, un libro que fue publicado por Gallimard),
pueda tener alguna autoridad después de haber sido con-
denado por robo. Porque, ¿qué es un plagio si no un robo?
Sigo consternado al constatar que Jacques Attali -d e
quien el periódico Le Canard enchaíné nos hizo saber en
su momento (12 de enero de 1983) que cometió el mismo
crimen, en particular al copiar pasajes de Le Goff, Vernant
y Jünger en su Historia del tiempo-, siga siendo conside-
rado una autoridad y pueda pavonearse sin vergüenza
por los sets televisivos, en los que actúa de oráculo y de
Alain Mine, quien fuera en su momento presidente del con- filósofo, librando sus profecías vanas mientras continúa
sejo de vigilancia del diario Le Monde, quiere terminar con publicando con editores parisinos de gran notoriedad,
el monopolio del sindicato gráfico y de los distribuidores, a igual que Alain Mine.
quienes acusa de ser responsables del "estado lamentable" Si la prensa es lamentable es porque depende de este
de la prensa francesa. Estoy de acuerdo con él, la prensa fran- tipo de individuos que -socialistas con Mitterrand, de
cesa es lamentable, pero no por las razones que esgrime este derecha con Sarkozy- están siempre donde hay que estar
señor que navega en todas las aguas políticas, tanto de dere- y comen en la mesa de los poderosos, donde se fomentan
cha como de izquierda, siempre y cuando sean liberales. los protocolos de la lavativa liberal que siempre se termina
La prensa es lamentable porque, salvo dos o tres infligiendo a los más humildes.
excepciones, difunde una misma información que comenta La Fontaine escribía: "Según seas poderoso o misera-
siguiendo el mismo principio, tal como la prensa soviética ble, los juicios de la corte te pintarán de blanco o de negro".
trataba en otra época la información del lado Este de la El ladrón de palabras tiene su servilleta puesta en el pala-
Cortina de Hierro. Si los degustáramos a ciegas, realmente cio del presidente de la República, a quien tutea, mientras
sería imposible distinguir a Le Fígaro de Le Monde y Libéra- que al ladrón de motocicletas le pegan dos bofetadas antes
tion... Lo mismo ocurre cuando miramos los noticieros. de que expíe su crimen en una sucia celda. La prensa es
Me sorprende que Alain Mine, declarado culpable lamentable cuando los que la hacen son lamentables, esta
de plagio por un fallo judicial del 16 de octubre de 2001 es la verdadera y única razón. ¡Viva el sindicato gráfico!
PAGAR ETERNAMENTE LA DEUDA como funcionan en la actualidad, es decir, como máquinas
de humillar, descerebrar, despreciar, envilecer, debilitar, des-
truir, romper, quebrar, ensuciar. No es raro que en lugares
así estos condenados de la tierra busquen ayuda en el cielo y
encuentren en el Islam radical un bálsamo a su medida.
Es imposible visitar a Cipriani sin atravesar un vía cru-
cis administrativo y burocrático que desalentaría al más
voluntarioso; no se le puede mandar libros; no se le puede
hacer llegar un CD, por ejemplo de mis clases en la Universi-
dad Popular; claramente no se lo puede llamar por teléfono;
su correspondencia es leída y censurada. ¿Qué buscan?
Además de privarlo de la libertad quieren quitarle la digni-
dad y la humanidad. Remito al artículo 5 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos que estipula: "Nadie será
Desde hace más de tres años mantengo una corresponden- sometido a la tortura, ni a penas o tratos crueles, inhumanos
cia con Georges Cipriani, encarcelado por el asesinato del o degradantes". Es exactamente lo que ocurre aquí...
vendedor de armas René Audran en 1985 y el del presidente Por eso me parece igual de perverso que le prohíban
de Renault, Georges Bresse, en 1986. Hubo un juicio, una a su compañero Jean-Marc Rouillan, que se encuentra en
condena, una pena cumplida: el militante de Acción Directa semi-libertad, expresarse sobre su pena y que lo amenacen
pagó, paga, y debería seguir pagando una eternidad si llegase con prorrogarla y convertirla en prisión perpetua en caso de
a vivir una eternidad. No defiendo estos asesinatos que con- que viole esta prohibición. Él quiere hablar y probablemente
sidero odiosos e inútiles, cuando no aceleradores del proceso sea para confirmar sus actos pasados, para decir que no se
autoritario en una democracia a la que sólo le falta eso para arrepiente. Si hiciera eso, estaría equivocado. Pero todos los que
reducirse a su más mínima expresión. La revolución, si lle- se llenan la boca citando a Voltaire -quien habría dicho "No
gara a ocurrir, no empezaría con este tipo de rituales bárbaros. estoy de acuerdo con lo que dices, pero pelearía toda mi vida
La privación de la libertad puede justificarse en el caso para que puedas decirlo"- se miran los pies y mantienen un
de un peligro social. No formo parte de los inocentones a los silencio penetrante. Él ya pagó. Que le otorguen entonces el
que les gustaría abrir las celdas para terminar transformando, uso pleno e íntegro de la libertad, incluso para usarla mal,
en la mayoría de los casos, a toda la sociedad en una cárcel. porque es en la tolerancia del mal uso de la libertad que uno
¡Entonces, marche preso! Pero claramente no las cárceles tal puede medir su grado de existencia y su alcance.
EL PANZERPAPA SIEMPRE DE VERDE MILITAR esa época existía en la Iglesia un procedimiento de exco-
mulgación a quien se afiliase a un Partido Comunista en
Europa, mientras que no había ningún problema con la
adhesión al NSDAP, el Partido Nacional-Socialista. La ter-
cera es el rol activo y dinámico de la llamada red de los
monasterios católicos, que permitió, utilizando los con-
ventos como escondites sucesivos, la fuga de una gran
cantidad de criminales de guerra nazis que, al disponer
de pasaportes debidamente sellados por el Vaticano,
podían escapar de la justicia para ir a pasarla fantástico
en Sudamérica. La cuarta prueba es el rol de Pío XII en
la política de su época, quien fue cómplice al permitir la
deportación de los judíos que, según él, representaban
al pueblo deicida. Sin hablar de la falta de una condena
El susodicho Ratzinger, también conocido como el pan- clara, definitiva, pública y planetaria del nazismo como
zerkardinal en la época en que oficiaba como prefecto de ideología (aparentemente) en contradicción con los prin-
la Congregación para la Doctrina de la Fe, hoy convertido cipios del cristianismo. En toda Europa, al menos en las"
en panzerpapa, fue como todos sabemos nazi por decisión instancias dirigentes, la Iglesia católica colaboró directa-
propia: era joven, el nazismo triunfaba, no tenía opción y mente con los regímenes fascistas de cada lugar: la Iglesia
-dicen- no fue mal alumno, tampoco bueno, en su paso alemana no condenó a Hitler, la Iglesia italiana no pros-
por las Juventudes Hitlerianas. Que conste. Sin embargo, cribió a Mussolini, la Iglesia francesa no renegó de Pétain,
en diciembre de 1944, a los 17 años, lo volvemos a ver en la Iglesia española no prohibió a Franco; peor aún, apoya-
la Wehrmacht. ron abiertamente a estos regímenes.
Al Vaticano le gusta el nazismo: la primera prueba Desde hace medio siglo, parte de la defensa de Pío
es que las obras de Marx están inscriptas en su Index de XII se basa en aquella vieja cantinela del "no sabíamos".
libros prohibidos3, como las de Spinoza y Bergson, pero Supongamos que esto fuera cierto, aunque es falso: el Vati-
no el Mein Kampf de Adolf Hitler. La segunda es que en cano sabía. Pues bien, hoy sí se sabe, y Benedicto XVI más
que nadie. ¿Qué debemos interpretar entonces cuando nos
enteramos de que sigue su curso la beatificación de Pío XII,
deseada con tanto fervor por Benedicto XVI? El antisemi-
tismo sigue reinando a la cabeza de la Iglesia católica. Que
los quejosos que ven antisemitismo en todos lados, sobre
todo ahí donde no está, lo señalen aquí y se escandalicen.
Dejemos de lamer esas botas impecablemente lustradas
desde hace medio siglo, convenciéndonos de que es un
goce del espíritu en una época sin valores. El nihilismo no
está allí donde se cree ni tampoco en lo que se dice.

Es políticamente correcto defender al Parlamento, que sería


el espacio democrático por excelencia porque allí se encuen-
tra la representación nacional y, por ende, la quintaesencia
de la nación. Hemos votado, hemos efectuado entonces
una singular operación mental según la cual 49=0 y 51=100:
dicho de otra manera, la mayoría, es decir la mitad más algu-
nas migajas, vale por todo, y la minoría, es decir la mayoría
menos dos, no vale nada... ¡Curiosa matemática que excluye
la representatividad de la mitad de los votantes apenas son
anunciados los resultados de la elección!
Observemos cómo está compuesto el hemiciclo: la
sobrerrepresentación masculina es un insulto a la mitad
femenina del país; la casi ausencia de musulmanes es una
afrenta contra al menos cinco millones de personas que
profesan esta creencia; la invisibilidad de los colores,
fuera del pretexto colonial de los DOM-TOM4 es un error tal como funciona hoy, a saber,, como una máquina que le
de casting evidente a simple vista y un nuevo cachetazo al chupa las medias a la presidencia de la República, no es
mestizaje en el que -en teoría- se embanderan los adulado- mucho más útil. La política que funciona allí es la de Bru-
res del Parlamento; la abundancia de profesores, de funcio- selas; liberalismo y triunfo, conducido por las alternati-
narios de izquierda, de escribanos, de médicos y abogados vas que nacieron de Mitterrand y de Chirac. La política se
de derecha, la probable inexistencia de un taxista, de un hace en otra parte, sobre todo en la calle, que es la verdad
vendedor de pescado, de un desempleado, de un diputado del pueblo.
en silla de ruedas, he aquí lo que revela el desfasaje entre la
Francia representada y la Francia real.
En el bar de un hotel que uso como sala de espera antes
de tomarme el tren que me devolverá a mi campiña, miro
con un ojo distraído la sesión del miércoles: el primer minis-
tro habla, poco importa lo que dice, la derecha aplaude, la
izquierda se queda de brazos cruzados. Frangois Hollande
lee ostensiblemente el diario. Las ideas liberales de dere-
cha que la izquierda defiende cuando le toca estar en el
poder, desencadenan el aplauso o la crítica según el color
del que arenga a la tribuna. Apuesto a que Ségoléne pre-
sidente, con Bayrou como primer ministro (recuerden los
desmemoriados que ésta era la fórmula "socialista"), pro-
bablemente habría defendido el mismo programa: habría-
mos visto a Fillon, diputado del departamento de la Sarthe,
leyendo el diario, y a Frangois Hollande, diputado de la
Corréze, aplaudiendo al tribuno monárquico... Payasadas,
farsas, mascaradas que asquean a millones de personas.
Está bien visto afirmar que el Senado no sirve para
nada. Hace falta poco más para agregar que el Parlamento
todo dicho. Y aquí, como por arte de magia, todo se muestra
MARÍA ANTONIETA SARKOZY
en un solo golpe, pero con excelencia. Imágenes magníficas:
pintura clásica en movimiento y en pantalla grande, Lancret,
Watteau y Fragonard en veinticuatro imágenes por segundo;
colores pastel que hablan del alma y de la mente de la joven-
císima austríaca mal casada; una edición inteligente, discreta,
sutil, que sugiere en vez de insistir y demostrar; un rechazo
a las escenas de violencia y de sexo que tanto gustan a los
productores; una colección de signos sutiles: guiños, frunci-
mientos de cejas, esbozos de sonrisas, entonaciones, posturas
corporales, mímica de las caras, juegos de máscaras que ilus-
tran las tesis del sociólogo Erving Goffman sobre la puesta en
escena de la vida cotidiana; series de planos en cascada que
resumen diez mil páginas de "La Pléiade" de las Memorias de
Saint-Simon; una psicología de los personajes esbozada, pero
Día agotador. Vuelvo a mi campiña después de un día de
genuina, al contrario de las habituales caricaturas de perso-
trabajo en París. Como un romano del imperio en decaden-
najes poco logrados: un rey sin sexo y una reina voluptuosa,
cia, me preparo algo de comer y veo que en la guía de televi-
un monarca cazador, cerrajero, y una esposa obligada a inter-
sión figura Maríe-Antoinette, de Sofía Coppola. Me acuerdo
pretar un rol que no le calza bien, lo que hoy llamaríamos un
que cuando se estrenó la película, la crítica fue bastante
casamiento forzado y que le valdría a la dama el visto bueno
cruel: presumo entonces que la película es buena. Por lo
de los moralistas; luego la revolución que une a la pareja,
tanto: chablis, sábalo al aceite de oliva y cine.
aterrada, a la altura de los acontecimientos, pero demasiado
No soy muy fanático del séptimo arte convertido en el
tarde. Todo es acertado en esta película.
arte del dinero, donde mandan los productores, los finan-
Hasta es acertado el uso de la música de la tan con-
cistas y los banqueros. Hace tiempo Baudelaire preveía que
temporánea Marianne Faithfull, que recuerda -en caso de
un día los burgueses terminarían pidiendo poeta rostizado
que sea necesario- que esta historia claramente sirve para
para comer, y ese momento ha llegado: los burgueses se
entender el final de la realeza y el advenimiento de la revo-
han vuelto antropófagos, a los contadores les gusta tanto el
lución pero también, y sobre todo, para entender nuestra
cine como a la piraña la carne fresca.
época: los poderosos que nos gobiernan y viven en una
Espero con dudas, entonces, los primeros minutos de la
burbuja, ignorando las miserias y desgracias del pueblo
película durante los cuales, la mayoría de las veces, ya está
sufriente; el deseo, justamente, de este pueblo de que se
ASALTANTE Y LA MONJA
escuchen sus quejas y se les dé un remedio: este pueblo no
quiere la república, sino el pan; la insolencia extrema de la
vida en la Francia de arriba comparada con la miseria de la
Francia de abajo; la apatía de los cortesanos que le lamen
los zapatos al rey, sea quien sea el monarca -reconocemos
aquí a los ancestros de algunos "intelectuales" famosos
de nuestros tiempos estancados-; la política internacional
como una lotería que succiona los magros ahorros de los
pobres. Todo esto conduce, como bien sabemos, a la revo-
lución y al cadalso.
Teniendo en cuenta que las mismas causas producen
los mismos efectos, Sofía Coppola logra un prodigio con
una película sublime en todo: estética, historicidad, verosi-
militud, filosofía política, psicología moral en el sentido de
¿La actualidad francesa? Una película sobre Jacques Mesrine5
La Rochefoucauld, estilo, carácter intempestivo en el sen-
y la muerte de sor Emmanuelle6. El primero se convierte
tido de Nietzsche... La película tiene la elegancia de termi-
en héroe con la película que lo santifica, aunque haya sido
nar con la huida de Versalles seguida de la pantalla negra y
torturador en Argelia y lo haya disfrutado; la segunda
los créditos. Detrás de esa pantalla negra se perfila nuestra
irradia "humildad" mientras se celebra una ceremonia
época y, en particular, su posible futuro.
en su honor en Notre-Dame de París, con la presencia de
Nicolás Sarkozy y su esposa Carla Bruni, grandes cristia-
nos frente a Dios como todos bien saben, más su amigo
Jacques Delors, gran socialista frente al Soviet supremo y,
para terminar, Jacques Chirac, cristiano emblemático como
ya nadie puede ignorar.
que se tratase de un periodista, lo condeno...), y jurando
La insistencia mediática de los encargados de prensa
matar a quien se opusiera a sus caprichos; la otra porque
hace que ahora pronunciemos "Mérine", un truco hábil que
transformó a un muerto crucificado en su cruz en su ideal
llama la atención, un lindo artificio publicitario para ven-
existencial y bajo su nombre actuó contra la pobreza, cierta-
der el producto. ¿Cómo tenemos que pronunciar entonces
mente, pero como contrarrevolucionaria -algo que parece
mezquino, mezcla, mescalina? ¿Mequino, mecía, meca-
que no fue captado por Olivier Besancenot7 quien, junto a
lina? Vamos, paremos con este circo... Y recordemos que
Sarkozy, Chirac y Delors, defiende la vía del opio del pue-
este "héroe" era compañero de ruta del general Aussaresse
blo, una hipótesis que Jean-Marc Rouillan, el otro amigo
cuando masacraba negros en Argelia, un asesino que no
del guevarista, probablemente no apoyaría-.
retrocedía frente a ningún crimen igual que el general men-
cionado, un machista que amenazaba a su mujer metién-
dole un revólver en la boca... Dejemos de convertir a los
aduladores de su "instinto de muerte", título de su libro, en
los héroes positivos de nuestra época, que sólo venera eso.
Por otro lado, las ondas radiofónicas supuran los men-
sajes post mortem de sor Emmanuelle, que grabó un comu-
nicado para que fuera difundido después de su muerte.
¡Gran comunicadora, la casi centenaria! Dicho y hecho.
Este folleto publicitario dice, en pocas palabras, que ahí
donde ella se encuentra (dentro de un ataúd, para más
información) no está muerta, que todavía vive, y para toda
la eternidad. ¡Cuánta arrogancia anunciar por las ondas de
radio que uno no está muerto cuando la descomposición
ya ha comenzado su trabajo...! ¡Qué falsa humildad la de
estos verdaderos orgullosos que son los cristianos, que se
imaginan que no se pudrirán como cualquier otro mamí-
fero cuando les llegue la muerte! ¿Humildad? Un carajo...
Arrogancia al cuadrado, eso sí...
Estos dos están reunidos para la eternidad en el culto
a la pulsión de muerte: uno porque disfrutaba torturando,
matando, montando escenas de humillación y tortura (aun-
LAS DOS AMÉRICAS Alexis de Tocqueville y... de BHL8, que es la América de las
ciudades, los periodistas, la modernidad, el dinero, los ban-
cos, las manufacturas, la industria, el liberalismo, los ras-
cacielos, la bolsa, el dólar, el productivismo, el orden mun-
dial, lo que se conoce como democracia; y la de Thoreau,
la América de las praderas, el campo, la naturaleza, los
campesinos, los indios, los leñadores, la ecología, los cami-
nantes, los herborizadores, la producción indexada en base
al consumo, la rebeldía libertaria, el "cambiar uno mismo
antes que cambiar el orden mundial".
De un lado Nueva York, del otro Concord, el pueblito
de provincia de los filósofos trascendentalistas. De este
lado, La democracia en América y su alegato a favor de la
libertad liberal de los propietarios; del otro Walden y su
La semana pasada estaba en Nueva York y, al ver en una elogio de la autosubsistencia como contrapoder frente a la
calle de Brooklyn la fecha de construcción de un edificio sociedad de consumo y el individualismo, solidario con las
antiguo, se me ocurrió que probablemente Thoreau había víctimas del capitalismo liberal; o incluso La desobediencia
visto esa misma fachada durante su breve estadía en la civil y su celebración de la resistencia contra un gobierno
metrópoli. Más tarde, en el penoso museo de los pueblos injusto y también el Alegato en defensa de John Brown, que
amerindios -cuya fachada en el barrio de Wall Street resulta deshace la supuesta no violencia de Thoreau al justificar
imponente aunque más no sea para disimular mejor la la toma de armas para defender una causa legítima -como
pobreza de las tres o cuatro vitrinas llenas de vestigios del puede ser la lucha contra la esclavitud y la igualdad de
etnocidio que los inmigrantes le infligieron a los pueblos blancos y negros frente a la ley-.
autóctonos™, me hice una vez más la misma observación: Los defensores de esa primera América, la de Alexis y
esta América que, corrección política obliga, recuerda su Bernard, nos conminan a amarla y concluyen que quien no
masacre genealógica pero tampoco demasiado, no es la abraza su causa es antiamericano y por tanto -retórica de la
América de Thoreau, que veía en el indio la figura emble-
mática de la filosofía americana futura.
Luego, a medida que avanzaba en mis vagabundeos,
comencé a distinguir con claridad dos Américas: la de
École Nórmale Supérieure obliga- neomarxista y, en con-
secuencia, contrario a los derechos humanos y, por último,
antisemita. Ahora bien, lo cierto es que uno puede preferir
la segunda América contra su primera versión, y afirmar
que Thoreau -o el John Burroughs de Construirse la casa,
el John Muir de Recuerdos de infancia y juventud, el Aldo
Leopold del Almanaque de un condado de arena o el genio
del inmenso Walt Whitman-, nos muestra que existe otra
América querible. Y entre aquellos que vuelven deseable a
América, hay un tal Barack Obama... Continuará.

En estas horas en las que el Partido Socialista parece estar


dispuesto a vender cuerpo y alma -a l menos lo que le
queda- a la telepredicadora encendida Ségoléne Royal (en
una época tan enamorada del centrista Frangois Bayrou
que llegó a proponerle, pasando por arriba de los militan-
tes y de más de un siglo de historia del socialismo, una
unión legal PACS9 entre la primera y la segunda vuelta de
las elecciones presidenciales), es bueno recordar que, antes,
la izquierda y la derecha no eran lo mismo.
Se escucha a los "intelectuales de izquierda" celebrando
las virtudes de un candidato presidencial y luego las de un
presidente claramente de derecha, el que tenemos; podemos
leer a otros, amigos de larga data de los primeros, compa- Michel militaron en este sentido; Hugo puso en juego su
ñeros de ruta y de vacaciones marroquíes incluyendo al jefe nombre y su prestigio en esta aventura... También estuvie-
de Estado, cantando los méritos de una candidata supues- ron las 40 horas del Frente Popular, luego las más recientes
tamente de izquierda que quiere casarse políticamente con 39 y 35 horas de los socialistas, saboteadas por la patronal
otro que acaba de divorciarse de la derecha (¿me siguen?); -y criticadas por... Ségoléne Royal-.
nos perdemos en conjeturas: ¿dónde está la izquierda? Por eso, cuando escuchamos hablar de jubilación a los
En pocas palabras, podemos decir que la derecha es 70 bajo el pretexto de que vivimos más tiempo (argumento
fuerte con los débiles y débil con los fuertes, mientras que estúpido, por cierto), lo que en realidad deberíamos escu-
la izquierda, vía el reparto de bienes, la redistribución del char es: "Ya que se confirma el envejecimiento de la pobla-
ingreso, el reparto igualitario de las riquezas, la generosidad ción, tenemos que aumentar el castigo que es el trabajo!".
social, busca alcanzar lo contrario de esta jungla: a saber, la Por mi parte, yo vería más bien en estas premisas eviden-
solidaridad con los débiles y el freno con los fuertes, para temente justas sobre el aumento de la duración de la vida
que no ejerzan su fuerza en perjuicio de los más desprotegi- la ocasión de proponer otra conclusión: que aprovechemos
dos. Una definición simple de la fraternidad... entonces mucho más la vida, trabajando menos y durante
Por lo tanto, existe un test que permite separar a la menos tiempo. Un argumento que separa realmente a la
derecha de la izquierda: a la derecha le gusta el trabajo y, de derecha de la (verdadera) izquierda.
acuerdo con sus eslóganes (“el trabajo libera" en Auschwitz,
versión hará alemana; "trabajo, familia, patria"', versión hará
francesa; "trabajar más para ganar más", versión edulco-
rada de la anterior), considera que el trabajo es una virtud.
En cuanto a la izquierda, desde el siglo XIX milita por
una reducción de las horas de trabajo, igual que los sindica-
tos (véase el carlismo en Inglaterra): Fourier busca indexar
el tiempo de producción en base al consumo; Owen trata
de concretarlo en New Lanark, su empresa textil socialista;
Paul Lafargue defiende el Derecho a la pereza y fustiga esa
"locura del amor por el trabajo"; Flora Tristán recorre la
Francia libertaria para convencer a la gente de cuán exce-
lente es la idea de reducir el tiempo de trabajo; la Genera-
ción del 48, y más adelante los comuneros junto a Louise
de la duración del tiempo de trabajo semanal, abolición de
las 35 horas, retraso de la edad de jubilación hasta la de
Matusalén, generalización de las horas extras, trabajo los
domingos. Para las familias: una multitud de proyectos
que rebasan las carpetas y que alegran a la Unión nacional
de las asociaciones familiares; para la patria: un ministe-
rio de Inmigración y de la Identidad Nacional, con perros
policías incluidos, lanzados detrás de los indocumentados
y acompañándolos a la frontera dentro de los plazos más
cortos. Si Le Pen muerde el polvo es porque Sarkozy le ha
arrebatado su festín.
A la izquierda, las cosas no están mucho mejor. A la
derecha de la izquierda, convengamos, hay mucha gente,
se tiran de los pelos con la mira puesta en el Palacio del
Elíseo: ¿será acaso la Inmaculada Concepción del Poitou
Desde que Sarkozy reina de manera absoluta a la cabeza
u otro liberal a la rosew el que garantizará el liderazgo del
del Estado, el campo político está devastado -signo de un
antisarkozysmo y encarnará la alternativa (!) al reinado dél
dominio inquietante sobre las almas y de un verdadero
marido de Carla Bruni? En cuanto a los comunistas, prome-
peligro para la democracia, que cada vez menos gente
ten cambiar -mientras mantienen en el poder a quien fuera
tiene el valor de defender si se juzga por el crédito que se
durante el siglo pasado secretario de Georges Marchais-
da en todas partes a las soluciones violentas y brutales con
¡Parece mentira! ¡Robert Hue lanza su barquito en la carrera
las que se responde a los estragos de la crisis liberal-
de las transformaciones dentro del PC! José Bové, de quien
A la derecha, en el sentido republicano parlamentario,
me di cuenta rápidamente que lejos de encarnar la unión
Sarkozy puso un bozal a diputados y senadores, y luego
de la izquierda antiliberal para las presidenciales defendía
al personal político que espera la promoción del próximo
ante todo sus intereses personales (lo que justificó que me
recambio ministerial. En el mismo campo, pero del lado
negase a seguir colaborando con semejante iniciativa), par-
extremo, el presidente vació la pecera y se tragó los sapos
ticipará para las elecciones europeas en una lista ecologista
del Frente Nacional, retomando una por una las ideas de
Le Pen: Trabajo, Familia, Patria. "Trabajar más para ganar
más": el eslogan de campaña se volvió, en los hechos, "Tra-
bajar más para ganar menos". Lo que significa aumento
con Cohn-Bendit (que a veces habla bien de Alain Madelin,
quien le devuelve gentilezas...) y de Nicolás Hulot (quien
fuera la eminencia gris en temas ambientales de un tal
Jacques Chirac). Mientras tanto, Arlette se jubila y presenta
a su clon en los medios; Olivier Besancenot da los toques
finales a su Nuevo Partido Anticapitalista sin que se sepa
muy bien a qué se va a parecer, como si habláramos del
próximo modelo de automóvil de alta gama; Mélenchon
crea un partido de izquierda que se casa al día siguiente con
el PC; Clémentine Autain, unitaria, agrega una pieza nueva
al rompecabezas de la izquierda antiliberal con una Federa-
ción por una alternativa social y ecológica. Mientras tanto,
una invisible "ultraizquierda", retomando la expresión de
Alliot-Marie, estaría tentada con sabotear los trenes para
acelerar la llegada de la TGN, la Tremenda Gran Noche... El diario Liberation -¿quién lo creería?- fue fundado por
¡Patética danza del vientre de "la izquierda"! Jean-Paul Sartre. Hoy se enrolla con Ségoléne Royal, que
Si algo verdaderamente antisarkozysta y peligroso sólo sueña con una cosa: casarse políticamente con Fran^oiS
tiene que ocurrir en este año 2009, que cuestione el poder Bayrou; ¿qué hubiese pensando de tan bella línea política
de ese señorito sin verdaderos opositores, ocurrirá en la el autor de El hombre tiene razón para rebelarse? La estrategia
calle, lejos de cualquier tipo de institución, en las antí- editorial es simple: desacreditar a la verdadera izquierda,
podas de estos partidos esclerosados, dando la espalda a la izquierda de la izquierda, y asociar lo más que se pueda
estos movimientos abortados y riéndose de las hipótesis a la posible y genuina izquierda con la extrema izquierda, a
idealistas, utópicas e ilusorias. Debemos confiar en lo que la extrema izquierda con la ultraizquierda y a la ultraiz-
Michelet llamaba el "genio colérico" de las masas, del pue- quierda con el terrorismo.
blo, de la calle. La humillación no puede durar sin que una La manga de cretinos que, parece, disfrutaban inmovi-
voluntad de recuperar la dignidad la combata. ¡Feliz año, lizando los trenes TGV al sabotear las catenarias11, le otor-
de todas maneras! gan a los defensores de esa lógica una excelente ocasión
para avanzar sus peones. Lo que explica una primera plana y nunca para los empleados, los usuarios o los consumi-
("La ultraizquierda se descarrila"), seguida de dos páginas dores. Pouget explica que fabricar pan con pedazos de
en el cuerpo del diario, vagamente retomadas de la tesis del vidrio no tiene nada que ver con el sabotaje, como tam-
ministro del Interior: "ultraizquierda, movimiento anarco- poco sustituir un producto que cura por uno peligroso o
autónomo", con un editorial que, discretamente, emplea mortal cuando se es empleado en una farmacia. ¿La ética
sin embargo el condicional. Uno nunca sabe... del sabotaje? "Busca mejorar las condiciones sociales de las
El grupo de graciosos, que cree contribuir al adveni- masas obreras y liberarlas de la explotación que las oprime
miento de la "gran noche" parando ciento sesenta TGV, y las aplasta".
piensa con la misma profundidad que Michéle Alliot-Marie. Llamo sabotaje negativo a todo lo que termina siendo
Porque estos actos de adolescentes retardados generan: por perjudicial para los usuarios y consumidores, y no para la
un lado, una verdadera complicación para los miles de patronal. Sabotaje positivo es el que, a la inversa, "apunta
usuarios que no son todos capitalistas viajando a la Costa a la caja de la patronal", según la expresión de Pouget, y
Azul para gastar los beneficios que ganaron en sus empre- beneficia a los usuarios. Como inventar formas modernas
sas sino también, y sobre todo, gente que trabaja y que para de lucha que permitan, por ejemplo, transformar las huel-
hacerlo debe desplazarse; por otro lado, la justificación gas en fiestas gratuitas durante las cuales se pueda viajar
del despliegue policial, del ejército, de los controles, de la sin boleto. O defender la idea de la gratuidad de los trans-
presencia de hombres y mujeres armados y uniformados, portes públicos, algo a lo que adhiero. ¿Para qué sirven, si
dicho de otro modo, de un dispositivo de seguridad que no, los impuestos?
hace feliz al gobierno.
¡Que estos retardados reivindiquen el anarquismo y el
anarco-sindicalismo si así lo desean! Pero, entonces, que
lean a Émile Pouget y su librito El sabotaje. Ahí podrán
encontrar un manual de ludismo (luchar contra la tiranía
de las máquinas), de sabotaje, de obstruccionismo (respe-
tar al pie de la letra el reglamento y de esta manera dismi-
nuir la velocidad de la producción), de combate a través
del "método de la boca abierta" (revelar lo que uno sabe
sobre las malversaciones del patrón), pero todo basado en
un principio ético muy simple: se trata de invitar al sabo-
taje, siempre y cuando resulte perjudicial para el patrón
Eso fue lo que ocurrió con "Del buen uso del sabotaje",
¿A QUIÉN PERTENECE POUGET?
un texto publicado en esta columna la semana pasada, y que
me valió muchas cartas (algunas incluso amenazaban con
despellejarme, ¡bravo, gente!) que olvidaban mencionar
que yo reaccionaba -el texto todavía se puede leer- al trato
mediático que se le dio, sobre todo en Libération, al caso
de Tarnac, considerado como el "descarrile de la ultraiz-
quierda" y las farsas del movimiento "anarco-autónomo".
¿Qué fue lo que dije en ese artículo? 1. Que "la
ultraizquierda" era una expresión útil en lo político para
estigmatizar a la izquierda de la izquierda en un diario
que ha optado por la izquierda de la derecha. 2. Que el
sabotaje teorizado por Pouget y al que adhiero, tal como
declaré en Política del rebelde en 1997, es defendible en
tanto afecta al bolsillo del patrón. 3. Que, caso contra-
El mecanismo de una colaboración semanal con un diario
rio, produce un efecto inverso y legítimo sobre la plebe,
obliga a reaccionar rápido ante una información, en general
el despliegue del arsenal policial y de seguridad del
el mismo día, para poder tomar en cuenta los plazos de cie-
gobierno de tumo. 4. Que hoy en día habría que inventar
rre y aparecer así en el kiosco a una hora pautada. Una vez
formas modernas de sabotaje positivo, es decir, útiles para
que se ha elegido el tema, puede ocurrir que al día siguiente
el pueblo, y que esto le incumbe a la militancia postmar-
uno encuentre otro que le interese más pero sobre el cual no
xista. Lo sostengo y lo firmo...
escribirá porque el nuevo plazo diferiría aun más su publi-
¿Qué fue lo que no dije? 1. Que estos individuos dete-
cación y, por eso, perdería toda frescura. Primer escollo.
nidos eran "terroristas". 2. Que tenían razón en perseguir-
Segundo escollo: el lector que descubre el artículo en
los sin pruebas -lo escribí al día siguiente de su arresto y
su diario ignora que ya se enfrió y que tiene un par de
todo el mundo ignoraba que no existían pruebas tangibles
días, a veces una decena en caso de que el texto haya sido
contra ellos-. 3. Que eran "anarco-autónomos" o "partida-
entregado temprano y leído tarde. De suerte que es posi-
rios de la ultraizquierda". Lo sostengo y lo firmo...
ble, como la información viaja tan rápido, que lo haya-
¿Cuál fue el error que me valió insultos, puteadas
mos escrito ignorando accesorias obtenidas luego sobre el
y amenazas de palizas? Que no me pareciera política-
hecho tratado y que lo muestran bajo otra luz. En cambio,
mente eficaz, y por ende, defendible, el sabotaje negativo,
el lector sí dispone de noticias frescas.
dicho de otra manera, el gesto sin efecto positivo evi-
dente para el pueblo.
Para su información, leo en Le Monde libertaire (20-26
noviembre), al que estoy abonado, un artículo con el título
"Anarquistas disfrazados de conejos", un texto excelente
al que adhiero completamente. En él se puede leer: "Las
acciones de Pouget y de sus amigos eran claramente revin-
dicadas y pienso que las preocupaciones anarcosindica-
listas estaban infinitamente alejadas de las de esta banda
de vagos a los que a ti (el periodista que llamó a la caza de
anarquistas y a quien Émile Vanhecke se dirige) te gustaría
comerte crudos". Lo suscribo y lo firmo...
En la página opuesta, la Federación Anarquista "mani-
fiesta su rechazo a estos actos de sabotaje, que contribu-
yen por un lado a fomentar la incomprensión y la condena
de la opinión sobre el eventual sentido político de estas Apostemos a que cuando no está leyendo a BHL, el filósofo
acciones, y por otro lado refuerzan las medidas represi- que la apoya -com o Malraux hizo con el general De Gau,-
vas del capital y el Estado, que tratando de hacerles pagar lle o Bigard con Sarkozy- Ségoléne Royal perfecciona su
la cuenta de la crisis a los trabajadores, hacen pesar sobre cultura general leyendo La sociedad del espectáculo, de Guy
ellos la carga de una represión en aumento". Lo suscribo, Debord, y luego Comentarios a la sociedad del espectáculo, una
lo firmo.., y lo sostengo. obra que fue publicada en la época en que la señora apare-
cía en París Match, ya icónica, con pijama en la cama de la
maternidad y mostrándonos a su niño, acto político si los
hay, equivalente -en términos de fundación de la historia-
ai llamamiento del 18 de junio.
He aquí la persona, la que en una época recurrió a
un cómico de Canal + para que le escribiese los eslóganes
políticos de su campaña presidencial, la que después de
haber falsamente descuidado la toma del PS, y luego de
haber cambiado de idea al constatar que no desentonaba
tanto ahí, y ahora ver que la vieja guardia no está lista; he
aquí la persona, entonces, que nos dice que mantiene una que entró a la historia al lado de fórmulas como "la tierra,
"relación directa con el pueblo". Dicho de otra manera, que ella, no miente"...), todo esto, y muchas otras cosas, hacen
para lo que queda de sus aventuras (innegablemente presi- de Ségoléne Royal un icono de la sociedad espectacular.
denciales) no tiene por qué incomodarse con un partido y Dicho de otra manera, un blanco privilegiado para
la servidumbre militante que lo constituye. todos aquellos que quieren seguir haciendo política, con el
Recordemos la tesis de Debord (porque con frecuencia objetivo de terminar con el reino indis cutido... de la socie-
se ve deformada por la gente del espectáculo, esta vez en dad del espectáculo, a saber, de la religión de la mercancía.
el sentido trivial del término, es decir por los dueños del El eterno retorno de esta amiga supuestamente socia-
poder mediático): el espectáculo no es la televisión, sino la lista de Frangois Bayrou, verdadero hombre de derecha,
maquinaria del reino autocrático de la economía de mer- define lo icónico de la repetición. Pero no hace reír a todo
cado -de la que Ségoléne forma parte de manera emblemá- el mundo, y seguramente nada al pueblo de izquierda.
tica-. Lo espectacular concentrado caracterizaría al método
utilizado por el dictador; lo espectacular difuso, el del mundo
mercantil americanizado; lo espectacular integrado, signo de
nuestros tiempos, ofrece una mezcla.
Ségoléne Royal, entonces: su falta de memoria que la
lleva a celebrar únicamente el momento mediático pre-
sente y a olvidar la historia, que ella confunde de manera
obsesiva y personal con su acceso al Elíseo; su poca sustan-
cia ideológica; su falta de carácter político; su inexistencia
intelectual; su electroencefalograma conceptual plano; su
recurso al arsenal de los cómicos de la televisión, de la gente
de teatro, de los consejeros en comunicación para suminis-
trarle su ideario; su requerimiento a la gente de circo para
escenificar sus apariciones; sus performances políticas como
una serie de letanías arrojadas por teleprompter; su voz tra-
bajada por la probable foniatra de Bernadette Soubirous; su
cadencia de ectoplasma; su reciclaje de los grandes textos
políticos del tipo Nuevo Testamento, y en especial de los
Evangelios (¡ah! el famoso "Ámense los unos a los otros",
una publicidad mentirosa: hay tantas probabilidades de
que Jesús haya existido como de que exista Papá Noel.
El señor Leonetti, diputado de la UMP12, posiblemente
el representante de Cristo en la Tierra pero accesoriamente
el vocero de un proyecto sobre la ley de 2005 referido al fin
de la vida, acaba de entregar sus deberes al primer minis-
tro. En este memorando tan esperado se puede leer que es
urgente seguir aguardando y que, sobre todo, no se debe
legislar en el sentido de una despenalización de la eutanasia
-lo que, sin embargo, pondría a Francia en sintonía con las
naciones europeas civilizadas-. Este verdugo de la UMP es
el creador del "derecho a dejar morir" -que podemos tradu-
cir como "el derecho a dejar morir sin asistencia..."-. Dicho
de otra manera, es el arquitecto de un arsenal conceptual
simplista que se propone dejar el terreno libre a los cristia-
Los cristianos, es decir, la derecha o -digámoslo de otro
nos defensores de los cuidados paliativos, bloqueando el
m odo- a la derecha, es decir, con frecuencia a los cristia-
camino a los humanistas que piensan en la posibilidad dé
nos, no les gusta la eutanasia y prefieren los cuidados
reapropiarse de la propia vida hasta la muerte, decidiendo
paliativos. La Carta de los agentes sanitarios, editada por
el lugar, la hora y la forma de desaparición en caso de que la
el Vaticano y destinada al personal de la salud, ¡habla del
vida se haya vuelto demasiado invivible.
poder "salvador" de la imitación de la Pasión de Nues-
Rachida Dati, quien por otro lado muestra la excelen-
tro Señor Jesucristo! En otros términos, Benedicto XVI y
cia de una política de paridad (es una mujer...) y el ideal
su banda consideran que, al sufrir, uno se identifica con
de la discriminación positiva (es de origen árabe...) está en
el personaje de la fábula cristiana llamado Jesús y que,
contra de cambiar la ley. A ella le parece normal criminali-
cuanto más se sufre, más se goza; de manera que -d e
zar a los sin techo que instalan carpas en la calle; a ella le
acuerdo con este principio- cuanto más júbilo se siente
parece bien que se saque de la cama, se palpe y se espose a
más se asemeja uno al crucificado con sus heridas, su san-
un periodista de Liberation que se limita a hacer su trabajo;
gre, su sufrimiento, su pasión, su flema, su quilo diges-
tivo, sus costras, y así uno se asegura de tener una vida
eterna, de sobrevivir después de la muerte, de la salva-
ción para toda la eternidad... Salvo que esta promesa es
ella convoca de noche a magistrados para pedirles que rin-
dan cuentas, mientras en las cárceles los presos se cuelgan;
a ella le parece normal que se anule el casamiento de un
musulmán que ha descubierto que su mujer no era virgen;
ella proclama que a los 12 años de edad uno puede ir a la
cárcel; ¡pero no quiere que se permita a personas condena-
das a muerte en un lapso muy breve tener la posibilidad
legal de acortar una vida de sufrimiento!
En un departamento, y con carácter experimental (¡qué
audaces!), ¡se va a permitir al padre de un moribundo obtener
un permiso especial para acompañar al cuasi cadáver en su
agonía! Lamentable, vergonzoso, deplorable, repugnante...
Mientras tanto, Christine Boutin sigue rezando. Y Lau-
rent Fabius, izquierdista convencido, como siempre, se aso-
cia a una diputada UMP para defender en el Parlamento Cuando la prensa informó sobre el arresto de los supues-
una propuesta de ley que legaliza una "ayuda activa para tos responsables de los actos de sabotaje de los trenes TGV
morir''. Es decir: sigue sin existir una franca legalización todavía funcionaba la presunción de inocencia, es cierto,
de la eutanasia. pero la presentación de los hechos que hicieron los medios,
¡Un baile de hipócritas, tanto de derecha como de relevando a falta de algo mejor la versión policial, no dejaba
izquierda! La excelente Asociación por el Derecho a Morir lugar a dudas: se trataba de personas que colocaron los
con Dignidad ya dijo todo lo que se podía decir sobre el famosas barras de hormigón sobre las catenarias.
tema. Hagamos a un lado a los curas y dejemos pasar por Informado por esta única fuente, y por la primera plana
fin a los representantes de la ADMD. de Libération que puso el título "La ultraizquierda descarrila",
En un siglo la gente se burlará de nuestra Edad Media redacté mi columna semanal en Siné Hebdo, deplorando los
y de sus inquisidores, de Leonetti a Fabius, pasando por actos de sabotaje que no le aportaban nada al pueblo sino
Boutin, Dati, Bachelot y Ratzinger. Sin olvidar a Sarkozy que más bien lo penalizaban, tanto en forma individual, por
que, en su discurso ultrademagógico de candidato presi- los daños causados, como colectiva, por la legitimación de
dencial en las puertas de Versalles, expresó su deseo de una respuesta represiva de los gobiernos en el poder.
solucionar el problema, más preocupado por el dolor de Ahora bien, tal como ocurre cada vez que la prensa
los enfermos que por los principios. Otra mentira más... anuncia con bombos y platillos una noticia falsa (como ha
pasado en otra época, por ejemplo, con el clonaje de un salvo en casos probados, es con frecuencia la palabra que
niño llevado a cabo por los raelianos) o incompleta, frag- usamos para fustigar al enemigo cuando se lo quiere con-
mentaria, parcelaria y, por consiguiente, parcialmente denar sin pruebas o antes de constituir su expediente. Fas-
falsa, no suele haber mucha autocrítica luego. En el caso de cista, estalinista o pedófilo responden a la misma lógica.
Tarnac, por caso, constatamos que en el tiempo que duró la Frente a un expediente vacío y la ausencia total de
detención preventiva y a falta de más información, la prensa pruebas, ¿qué puede hacer el periodismo para no retrac-
mantuvo una posición muy cercana a la del Ministerio del tarse más allá de lo razonable? Invitar al debate y referirse a
Interior, que terminó siendo falsa. Porque el expediente no los expedientes -m ás tarde...-. ¡Hasta yo mismo terminé
contiene nada. contribuyendo, y todo por seguirles los pasos a los perio-
Así, el ADN de los supuestos sospechosos, que habi- distas de enfrente! Duró lo que dura una crónica, es verdad,
tualmente actúa como una prueba de justicia irrefutable, pero igualmente... Una lección sobre el periodismo, que es
no fue encontrado en la escena del crimen. Las acusaciones un poder como los otros y que el libertario que intento ser
están basadas en hipótesis que no se sostienen: un pasado quizá no tiene tan presente como debiera.
como militante y activista internacional, lo que no cons-
tituiría un delito; material que podría haber servido para
actos de sabotaje pero que también podría explicarse sim-
plemente por su uso en bricolaje doméstico; los horarios del
TGV, aunque uno puede necesitarlos para tomar el tren en
hora sin necesariamente querer detenerlo; pero también,
y sobre todo, ¡libros! Pecado mortal. ¡Una biblioteca sub-
versiva! Y la presencia de La insurrección que viene, un libro
sin nombre de autor del que se dice que podría haber sido
escrito por el protagonista, transformado así en "jefe".
Frente a un expediente vacío y la ausencia total de
pruebas, ¿qué puede hacer la policía para no tener que
retractarse? Recurrir a la acusación de terrorismo y a la
posibilidad de un acto terrorista potencial justificado por
el perfil intelectual. Dicho de otra manera: criminalizar el
pensamiento. Otra versión del delito de portación de cara:
podrían haberlo hecho, ¡entonces lo hicieron! El terrorismo,
GRAN ALBERT gustan el sol, el mar Mediterráneo, el sol de Argelia; Sar-
tre es un parisino neto, y precisamente de Saint-Germain
des Prés, la forma más provincial que puede llegar a adop-
tar un parisino. Camus es solar; Sartre, nocturno. Camus
quiere alistarse desde 1939, pero su estado de salud le val-
drá el rechazo por parte de las autoridades; Sartre descubre
la Resistencia y el compromiso una vez que la guerra ha
terminado. Camus se opuso a la depuración; Sartre formó
parte del comité de depuración13. Camus es antisoviético y,
de forma visceral, no soporta el totalitarismo; Sartre acom-
paña a todos los totalitarismos, mientras sean de izquierda,
piensa que ''todo anticomunista es un perro". Camus argu-
menta y se justifica constantemente; Sartre agrede, acusa,
ataca, calumnia. Camus escribió El hombre rebelde y él fue
Albert Camus viene de una familia pobre; Jean-Paul Sar- uno; Sartre coescribió El hombre tiene razón para rebelarse,
tre es hijo de burgueses. Camus nunca creyó haber nacido pero se rebeló únicamente de manera infantil, visceral y
para la gloria; Sartre pensaba que ésta le correspondía de constante contra la burguesía, el mundo de su padrastro
forma natural. Camus se confronta con la miseria en los que le robaba a la madre. Camus no defiende ningún tipo
barrios pobres de Argel; Sartre, en las bibliotecas, leyendo de terrorismo; Sartre lo defiende cuando es palestino, si
a Hegel y a Marx. Camus aprendió en la calle, privado de lo practica la banda de Baader14, la "justicia proletaria", o
estudios superiores por la tuberculosis; Sartre es un pro- si es maoísta, incluso cuando corre el riesgo de mandar al
ducto puro de la École Nórmale Supérieure, formateado patíbulo al escribano de Bruay-en-Artois. Camus explica
por y para el examen de la agrégation. Camus conoce de en Reflexiones sobre la pena capital por qué se opone a la pena
muy joven el tormento de la enfermedad y vive toda la de muerte; en Actuel, Sartre la defiende por razones polí-
vida bajo este signo; Sartre se pasa la vida maltratando a ticas. Camus quería una solución pacífica para Argelia a
su cuerpo con el tabaco, el alcohol, las drogas, las anfeta-
minas, la mugre, la suciedad. Camus juega al fútbol como
arquero y admite haber aprendido sobre la filosofía y la
fraternidad en las canchas; Sartre boxea y se rompe la cara
mientras disfruta romper la de su adversario. A Camus le
través de una fórmula federalista, defendida con fervor
por los socialistas libertarios; Sartre apoyaba el terrorismo
del Frente de Liberación Nacional y justificaba -hay que
releer el prefacio de Aden Arabie- que se ejecutase a los
blancos asimilados a los colonizadores. Camus era liber-
tario, sin haberlo declarado nunca; Sartre fue autoritario,
aunque en sus últimos años de existencia, ¡haya confesado
sin vergüenza alguna que siempre fue libertario! Camus
era un individuo solitario, lo que no le impedía ser solida-
rio, como lo prueba su rol de jefe de redacción en Combat;
Sartre era el líder de una jauría -véase su dirección en Les
Temps Modernes-. Camus era un sensorial epidérmico, una
sensibilidad frágil, a flor de piel, un sismógrafo existencial;
Sartre era un conceptual puro, un cerebral sin estados de
ánimo. Camus era un demócrata, Sartre no. Camus murió Hace tiempo, en el siglo pasado, escribí un libro que tema
en la flor de la vida, como un cometa brillante; Sartre vivió como título Cinismos, con el subtítulo Retrato de los filósofos
muerto al menos la última década de su vida -lean o relean llamados perros. Usé el plural en cinismos para diferenciar el
La ceremonia de los adioses-. Camus fue un filósofo intem- cinismo de los vendedores de armas, de los mercaderes del
pestivo, que tuvo razón demasiado temprano pero que capitalismo liberal, de la sociedad del espectáculo, de los
hoy la historia valida; durante este siglo y medio, Sartre intelectuales de la corte (liberales), de la gente que no le teme
se terminó convirtiendo en un "filósofo para el último año ni a Dios ni al Diablo, de los iconos mediáticos, de los que
del bachillerato". Camus, privado de consagración dema- al estar condecorados con la Legión de Honor se presentan
siado rápido, hoy lo ha conseguido; a Sartre sólo le queda como descendientes de Voltaire, de los institucionales -de
el pasado. Para Navidad, no sean idiotas: pidan que les la Sorbona a la Academia Francesa, pasando por el Café de
regalen -o regalen...- El hombre rebelde. Flore-, y otros engranajes de la máquina social postmoderna,
para diferenciarlo -decía- del de los verdaderos añicos, en
el sentido histórico de la palabra, es decir los descendientes
de Diógenes, el filósofo griego que, en el siglo IV a.C., creó la
escuela filosófica que reagrupa a los que, como La Fontaine,
piensan que "nuestro enemigo es nuestro amo".
Diógenes, que vivía en un ánfora y no en un tonel (el
En una época en que el escatológico Bigard inspira
tonel es un invento de los galos y, por ende, posterior a
al jefe de Estado, es bueno que a este cinismo mierdoso, al
Diógenes), había adquirido tal reputación en la resisten-
cinismo presidencial de Sarkozy, al cinismo de los amigos
cia, la subversión, las ocurrencias libertarias, que Alejandro
liberales del presidente, a este cinismo vulgar, le oponga-
Magno quiso conocer a este anarquista antes de tiempo.
mos un cinismo filosófico.
Entonces Alejandro se reúne con Diógenes y le dice: "Yo
Guy Bedos acaba de abrir un espacio que tiene algo del
puedo lo que quiero, ¿tú qué quieres?". El filósofo le res-
Cinosargo, la escuela filosófica de Diógenes: allí se enseña
ponde: "Lárgate, me haces sombra", traducción libre del
a decirle a Alejandro, y a todos sus clones, que nos hacen
griego, el original se encuentra en Vidas, opiniones y senten-
sombra y que necesitamos el sol que nos ocultan. El filó-
cias de filósofos ilustres de Diógenes Laercio.
sofo que soy ve una ocasión esperanzadora en la risa que
El mismo Diógenes era famoso por masturbarse en la
transmite y que enseña el amigo Bedos. Los filósofos están
plaza pública, tirarse pedos en el agora, arrastrar un aren-
tan tristes que un cómico que filosofa puede, en esta época
que ahumado de una cuerda, darle palazos a los molestos,
siniestra, indicar el buen camino: no corremos el riesgo,
imitar a la rana, al ratón, al pez masturbador, pero además,
como los pensadores condecorados, de ser los primeros en
y sobre todo, al perro que sabe morder según la ocasión.
metemos a toda velocidad en un callejón sin salida.
Sus lecciones filosóficas: como rompimos todo lazo con la
naturaleza, interroguémosla para que nos enseñe a darle
un sentido a nuestra existencia.
La aventura de Siné Hebdo me permitió conocer a Guy
Bedos. Creo que a su manera es un Diógenes postmo-
derno. A partir de una propuesta de Daniel Mesguisch,
derridiano militante, Guy Bedos inaugura un curso en el
Conservatorio Nacional Superior de Arte Dramático en el
que enseña lo que no se enseña: la risa. Lo hace como dis-
cípulo de Sócrates, que celebraba la "inciencia", es decir
la verdadera ciencia, que consiste en saber que uno no sabe
nada. Pero de este modo, al saberlo de verdad, Guy Bedos
se transforma también en rdetzscheano: sabe que un buen
profesor es el que enseña a que se desprendan de él. Y eso
es lo que enseña.
cabo la revolución para tomar el poder, la acción política
sigue siendo urgente y no se debe renunciar a cambiar el
mundo, está claro, pero esta vez debe hacerse multipli-
cando los actos de resistencia cotidianos -una idea que yo
defiendo desde la época de mis lecturas adolescentes de
Foucault, Deleuze y Guattari en la Universidad de Caen-.
Los anarquistas y los libertarios tienen mucho que
aprender aquí, sobre todo de la dialéctica revolucionaria:
pueden alegrarse de que en México exista, mientras escribo,
un Proudhon o un Thoreau que piensa, no en relación a las
bibliotecas ortodoxas de los profetas de la bandera negra,
sino a partir de la realidad social y política del momento.
Asimismo, la izquierda supuestamente revoluciona-
ria tiene mucho que aprender, ella que funciona siempre
Se habló poco cuando salió en francés -hace casi un año- según el viejo esquema bolchevique del golpe de Estado,
la traducción del excelente libro de John Holloway con el de la revolución violenta, negadora, destructora, muchas
título programático de Cambiar el mundo sin tomar el poder, veces acompañada de guillotinas y cárceles, luego de cam-
y subtitulado El significado de la revolución hoy, publicado pos de prisioneros y alambres de púa. La violencia revo-
por las ediciones Syllepse junto a Lux15. Holloway filó- lucionaria, una idea que parece recobrar fuerza en nuestra
sofo irlandés nacido en 1947, enseña en la actualidad en época, se enfrenta aquí a una magistral superación.
la Universidad Autónoma de Puebla, en México. Su tesis Holloway estudia desde hace más de quince años
es simple y fastidia a la gente de izquierda, sea cual sea su los movimientos sociales mundiales y constata la caduci-
corriente: la toma del poder como finalidad de la política dad de los viejos esquemas. Partiendo además de lo que
es una idea muerta. aprendimos de las "revoluciones" del siglo XX, llama a
La solución, sin embargo, no está en el rechazo, la una reapropiación de uno mismo a través del "hacer", con-
renuncia, el pesimismo social, sino en la lección dada por cepto mayor de su análisis.
Zapata y los zapatistas: aunque ya no se trate de llevar a De ahí en adelante, digno discípulo de La Boétie para
quien un poder sólo existe si uno le da su consentimiento
-inclusive el poder capitalista-, Holloway afirma que la
libertad no llegará mañana, con la toma del poder, sino
hoy; basta con darse los medios para lograrlo, ya que el
capitalismo colapsa a partir del momento en que dejamos
de apoyarlo. El poder individual es más fuerte que el de los
partidos. El hacer personal aquí y ahora produce más efectos
que esperar el hacer de un partido mañana, luego de una
hipotética revolución.
Esta propuesta tiene el mérito de confrontar a los
revolucionarios kantianos con ellos mismos, dicho de otra
manera, los que sólo son revolucionarios en el discurso.
Porque los obliga a pensar en la eficacia de lo que hacen
en la realidad, fuera del espectáculo militante tradicional
con su teatro habitual de megáfonos, banderas, panfletos
y manifestaciones. Holloway invita a revolucionar la revo-
lución. La inteligencia de sus dichos transforma en viejos
loros a los que antes que él se adjudicaban la única manera Dominique Fernandez acaba de publicar un voluminoso
de hacer la revolución. ¡Viva16 Holloway! ensayo sobre su padre, cuya tesis es que fue un notorio
colaboracionista a pesar de haber sido un intelectual de
alto vuelo, lo que no deja de sorprender a su hijo más de
medio siglo después. Haber sido crítico literario, amigo
de los grandes nombres del momento, autor de estudios
sobre Moliere, Proust, Mauriac, Balzac y Gide, haber sido
un adepto frenético de las cenas mundanas parisinas, con
la créme de la créme del mundo literario, haber recibido el
premio Femina en 1932, haber formado parte del comité
de lectura de la editorial Gallimard, ¡he aquí toda una
serie de sucesos que deberían haberle impedido adherir
a causas indefendibles! ¡Qué idea más disparatada imagi-
nar que la inteligencia previene la barbarie, que la cultura
impide la maldad, que el refinamiento le prohíbe a uno
ser una bestia!
Cuando BHL, fiel a su método, relata las conmociones un escritor romántico, que escribió poemas, ensayos y una
de su ego bajo el pretexto de comentar, para volverla más novela antes de convertirse en el personaje que conoce-
imprecisa, la golpiza propinada a los palestinos por el ejér- mos? ¿Debemos invitar a releer La larga marcha de Simone
cito israelí, comenta en JDD (Jornal du Dimanche) -mira tú, de Beauvoir, catedrática de filosofía, para medir el alcance
¿por qué ya no en Le Monde?- bajo el título de "Los diarios de este crimen en una mujer que celebra la China comu-
de guerra de Bemard-Henri Lévy", que él vio, con sus pro- nista policial y alambrada al escribir, en 1957, que "ningún
pios ojos, a Ehud Barak "en un amplio salón, que parece ciudadano chino es perseguido por sus 'opiniones'"? ¿Y
haber sido construido alrededor de dos pianos que toca qué decir de Heidegger, titular de un carnet del partido
como un virtuoso"; de manera que él también cae en ese nazi desde 1933 (antes es imposible) hasta 1945 (después
lugar común, que consiste en creer que un hombre que toca es imposible...) aunque fuera filósofo?
el piano (¡y hasta dos pianos!), no puede ser realmente malo. Hoy, que triunfa lo políticamente correcto tanto en la
La historia del siglo XX, sin embargo, está repleta de derecha como en la izquierda, las indignaciones son selectivas:
gente inteligente, cultivada, brillante, egresados de la École no se le perdona a Brasillach el elogio del crimen político
Nórmale Supérieure, doctores, universitarios confirmados que sí se le justifica a Sartre, y se condena la predilección
y de todo tipo, escritores, que pusieron todo su talento, que tenía Drieu la Rochelle por Hitler pero se tolera la de
cuando no su genio, al servicio de justificar lo injustificable. Aragón por Stalin. No es que haya que justificar las por-
¿Cuántos tipos brillantes, a veces salidos de la Rué d'Uhn17f querías de uno para legitimar las del otro, pero habría que
legitiman el campo de concentración -mientras sea comu- terminar con la idea de que se puede distinguir la buena de
nista-, la pena de muerte -cuando se la practica en nom- la mala basura. La basura no es ni buena ni mala, es basura.
bre del proletariado-, el terrorismo ciego y la masacre de Y todas las contorsiones intelectuales no significan nada:
víctimas civiles -si a la mecha se la prende con el fósforo se puede ser culto y bárbaro. Solo que éstos no hacen más
políticamente correcto-, la parodia de la justicia -mientras que llevar la barbarie a grados de refinamiento intelectual
ocurra dentro del marco de una justicia revolucionaria insospechados; eso es todo.
supuestamente popular-? Sartre, actor emblemático de las
alegrías de este escuadrón...
¿Es necesario recordar que Goebbels tenía un docto-
rado en literatura y que había defendido una tesis sobre
0 1 a Alain Badiou, que le encuentra virtudes a Stalin (¡les daba
miedo a los capitalistas!), minimiza a las víctimas del comu-
nismo recurriendo al viejo argumento de responder con
las víctimas que produjo el campo capitalista, hace alarde
de fidelidad a su maoísmo de los años 70, diserta como un
platónico de escuela sobre lo que debería ser la "hipótesis
comunista", concluye afirmando que no vota y siembra
dudas sobre el Nuevo Partido Anticapitalista.
El Nouvel Observateur publica en la misma semana
un informe sobre duelos hipotéticos entre tal o cual figura
del mundo de las letras, la literatura o las ideas. Una de
ellas opone a... BHL y Badiou. En verdad, si dentro de la
izquierda la alternativa consiste en elegir entre el amigo de
Sarko que desayuna con Ségo y el amigo de Mao que desa-
yuna con Platón, la izquierda va por mal camino...
Está el ideal, y luego la realidad. Uno puede proclamarse Yo no soy platónico, ni en política ni en ningún otro
de una izquierda ideal, platónica, que sólo vive de ideas ámbito; soy un pragmático preocupado por la realidad,
y conceptos, de principios etéreos y de grandes discursos. los hechos, lo concreto, la miseria en la que viven millo-
Y luego uno puede también estar preocupado por la rea- nes de personas todos los días, la esclavitud de los tiem-
lidad, no contentarse con las facilidades de una izquierda pos modernos y liberales. Hay una urgencia, y las cosas
kantiana y desear una izquierda concreta, que permita no están como para ponemos quisquillosos, lanzarnos en
realmente hacer frente a la brutalidad liberal, en la versión interminables debates de asambleas generales o crear gru-
de Sarkozy o en la versión socialista. púsculos nuevos cada día, sino para actuar.
Una larga entrevista con Alain Badiou publicada recien- No se pierde tiempo en pavadas quince minutos antes
temente en Liberation, prueba que el diario tiende a simplifi- de la batalla. No soy de los que buscan piojos en la cabeza a
car el debate en la izquierda ubicando, por un lado, al socia- Olivier Besancenot ni de los que trabajan con él para cons-
lismo liberal de un BHL, miembro del consejo de vigilancia truir una sinergia de izquierda. No adhiero a todas sus pro-
del diario y amigo íntimo de Sarkozy, pero que como buen posiciones. Ahora bien, lo importante no es lo que separa
estratega de ocupación del campo mediático francés apoya sino lo que reúne, congrega, crea una fuerza y multiplica
de manera abierta y oficial a Ségoléne Royal, y por el otro, la energía.
Nos encontramos en una situación tal que Olivier
Besancenot parece ser el mejor posicionado para poder
federar, mutualizar la cólera tremenda del pueblo francés.
El platónico disfrutará de la caverna en la que da su semi-
nario. El opositor a esta figura angelical preferirá la luz del
exterior, la claridad de la calle, el vigor y el clamor públi-
cos, la salud robusta de la gente común que ya no puede
más que contar las monedas para comer mientras el Estado
sarkozysta alimenta a los banqueros harto satisfechos que
matan de hambre. La izquierda no necesita a Platón sino
a Louise Michel, y el único que habla de ella es Olivier
Besancenot, desde hace mucho tiempo.

Vimos muchas veces a la izquierda marxista gobernar en el


siglo pasado: su autoritarismo dañó considerablemente la
reputación del socialismo, y con razón. El gulag, los alambra-
dos y los muros nunca son buenas soluciones. Durante un
vasto medio siglo, los países del Este encarcelaron, persiguie-
ron, torturaron, asesinaron, y todo en nombre del socialismo.
¿Cómo trabajar para la promoción de semejante ideal
cuando hay que hacerse cargo de tal balance? Aclarando
que existió otra izquierda, libertaria, es decir antiautoritaria,
y que nunca hubo ocasión para medir sus efectos. Porque
Marx hizo lo necesario desde el principio para actuar en
las Internacionales como luego lo hicieron sus hombres de
confianza en el ámbito europeo: con autoridad, brutalidad,
maniobras, truquillos, mala fe y rumores. Proudhon fue el
primero en sufrir las consecuencias, junto con Bakunin.
Ahora bien, con el socialismo libertario francés, es decir Al presentarse ante el consejo de guerra, declara: "Si no
con el pensamiento anarquista, tenemos a nuestra dispo- son cobardes, mátenme". Será deportada a Nueva Caledo-
sición un formidable caudal de ideas para hoy y para el nia. Lo que le esperaba era ser devorada por los canacos,
mañana -siempre y cuando no leamos a los viejos referen- mostrados por la administración francesa como antropófa-
tes como los dueños intocables de la palabra sagrada...-. gos, pero se hace amiga de ellos, aprende su lengua, educa
Hay que ser anarquista con los grandes y viejos referentes a sus hijos, se interesa como etnógrafa por su civilización,
anarquistas, es la única manera de serles fiel. su fauna, su flora, y lleva adelante la lucha anticolonialista;
En la constelación de estos rebeldes intempestivos, el es la prueba de que dentro de la izquierda, en 1879, los
nombre de Louise Michel tiene un brillo particular. De ella, anarquistas no siguen los pasos de los republicanos, en su
que escribía "Toda idea en movimiento se convierte en una mayoría defensores de la experiencia colonial. Se enamora
aurora", deberíamos recordar cuáles eran sus ideas y, ante de los ciclones... Se niega a una remisión de condena indivi-
todo, quién era. dual y decide aceptar solo una amnistía general, que llega
Nacida de la relación entre su madre y el señor de un en julio de 1880. Vuelve a Francia y hace una entrada triun-
castillo que discretamente le dio una educación correcta, fal a la estación Saint-Lazare. Emprende una increíble serie
ella descubre la empatia frente al sufrimiento de los ani- de viajes para difundir la buena nueva anarquista. Las con-
males durante los largos paseos cotidianos que da en el ferencias se suceden, junto con los desfiles y las manifesta-
campo, en Vroncourt-la-Cóte (Haute-Marne). No soporta ciones. Su activismo desemboca en vigilancia policial, veja-
que se los trate con violencia o se los haga sufrir. Más ade- ciones, difamaciones, calumnias, juicios, encarcelamientos,
lante, manifestará su franca oposición a las corridas de calabozos piojosos. El 3 de enero de 1885, la muerte de su
toros. Se convierte en maestra. Luego se instala en París. madre la afecta sobremanera. Se hunde en una profunda
Junto a 150.000 personas, el 12 de enero de 1870 asiste al depresión. El 22 de enero de 1888, en Le Fiavre, recibe
entierro de Victor Noir. Durante la Comuna, disfrazada dos balazos, uno de ellos en la cabeza, disparados por un
de hombre, dispara sobre los versalleses, que terminarán obrero al que sin embargo termina defendiendo... Es arres-
masacrando a veinte mil "comuneros", como se les decía tada nuevamente. Destruye todo dentro de su celda y se
entonces. Dicen que tenía buena puntería. En lo alto de una niega a ser liberada porque esto no incluye a sus amigos. Se
barricada, se expone para salvar a un gatito perdido que exilia voluntariamente en Londres, donde la policía fran-
maullaba; al pie de otra, simpatiza con un africano, ex sol- cesa no deja de seguirla. Ella misma relata estas aventuras,
dado pontificio. Ella lucha en la primera línea. Cuando su muchas veces de manera cómica, en Recuerdos y aventuras
madre es arrestada, se entrega para obtener su liberación. de mi vida, que publicará en entregas. Instalada en Inglate-
Es el comienzo de una larga serie de encarcelamientos. rra, con frecuencia se disfraza de hombre y cruza una vein-
tena de veces la frontera, en ocasiones frente a la barba y Louise Michel es un ejemplo de optimismo al límite de
la nariz de los agentes de policía tricolores presentes en lo irrazonable: como buena hija de su época, cree en la evo-
suelo inglés, para ir a dar conferencias en Francia. En 1903 lución, en el progreso. La sociedad anarquista verá la luz
se une a la masonería, en la Logia del Derecho Humano. un día, ella cree en esto como otros en el juicio final o en la
Débil, enferma, continúa de todas maneras su lucha. resurrección de los muertos: entonces no habrá más críme-
A fines de 1904, comienza una gira por Argelia y denun- nes ni criminales, ni explotadores ni explotados, ni miseria
cia al cristianismo, el capitalismo, el colonialismo, el mili- ni miserables, ni vicios ni viciosos. No se necesitarán más
tarismo. Muere en Marsella el 9 de enero de 1905. 120.000 policías, ejércitos, militares, ni cárceles.
personas acompañan el féretro el 21 de enero de 1905 en el ¿Cómo llevar a cabo este proyecto? Louise Michel no
cementerio de Levallois. cree en los falansterios; advierte a sus compañeros tentados
¿Cuáles son sus ideas? Las de la Comuna. Es decir: por esta experiencia. La revolución no se hace de manera
la fraternidad, la solidaridad, la humanidad, la justicia. egoísta, cada uno en su rincón. Llega a pensar en su dise-
Lo que significa: trabajo para todos con el fin de asegurar minación: elige a diez compañeros que tienen la misión
la dignidad de cada uno, la reducción del tiempo de tra- de inculcar la idea revolucionaria en la sociedad. Se lanza
bajo, la propiedad colectiva de los medios de producción por esta vía pero la decepciona rápidamente la ineptitud
y el manejo de la actividad por parte de los mismos tra- de sus compañeros de base. Habla de Marx pero no pierde
bajadores, el rechazo a todo tipo de gobierno, incluido el el tiempo con su doctrina. Cree en la función del tribuno.
republicano; en pocas palabras, busca "la felicidad de los La "Virgen Roja", o "la Hermana Laica", como se la cono-
humildes" -o incluso "la felicidad universal"-. Detesta a: cía a veces, efectivamente adopta el método de... Jesús
los propietarios, los burgueses, los periodistas, los policías, y sus apóstoles: la palabra, la expansión del discurso, la
los carceleros, los militares, los explotadores, los patrones, convicción exaltada de las epístolas, la militancia evangé-
los jefes, los parlamentarios, la cárcel; ama a: los gatos, los lica (recordemos la etimología de los Evangelios: la buena
perros, los animales, los canacos, los menores, los traba- nueva...). ¡Lo que no le impide llevar un puñal el día del
jadores, el pueblo pequeño, los camaradas anarquistas, la funeral de Victor Noir o cargar un fusil en las barricadas!
lectura, la escritura, la poesía, los ciclones, a su madre, los Durante los juicios de Ravachol y Vaillant, justifica
oprimidos, la escuela. Escribió esta frase sublime: "Que- el terrorismo. Dice: "Todo hecho que infunda terror al
remos la conquista del pan, la conquista de la vivienda y enemigo está bien". Como también: "Estos actos de vio-
de la ropa para todos. Entonces el sueño majestuoso de lencia deben ser considerados bajo otra luz: infunden un
Nietzsche, que profetizaba la llegada del superhombre, se terror saludable entre los déspotas y los verdugos". Albert
verá realizado". Camus, también libertario, habría podido ver en esto una
genealogía de los futuros terrores bolcheviques... Vaillant
arrojó una bomba contra la Asamblea Nacional. El arte-
facto hirió a diputados, pero también a una portera, a una
joven estudiante, a un cocinero, a un labrador, a un apren-
diz de panadero, a un vendedor de limonada, en total más
de sesenta personas. Ella convierte todas estas acciones en
los efectos de una causa que es la explotación, a la que debe
responderse así. El responsable no es el terrorista, sino el
que actuó de tal modo que generó a un colocador de bom-
bas. ¿El diputado? Mientras no haya hecho nada para ter-
minar con la miseria, es cómplice.
Solidaria frente a los radicales fanáticos y sus máqui-
nas infernales, sabemos sin embargo que actuaba de otra
manera, en este caso poniendo en riesgo la propia vida,
jugándose la vida en las barricadas y ajustando la mira sobre
los culpables explícitos: el ejército de los versalleses. En una época había un juego muy interesante que consistía
en observar cómo los viejos progres de Mayo del 68, según ía
Louise Michel cuenta que vio a los pobres comprar
por casi nada carne de perro, que devoraban cruda de tan famosa expresión del no menos famoso Guy Hocquenghem,
muertos de hambre que estaban. Describe el rojo de la san- pasaban del cuello Mao al Rotary... Podíamos encontrar ahí
empresarios de medios, directores de agencias publicita-
gre de perro sobre la boca de los pobres. En esa época, si un
pobre robaba pan para alimentar a sus hijos, lo pagaba con rias, rectores de academias, senadores socialistas, críticos
seis años de prisión. ¿La anarquía? No, no es cosa de doc- literarios subvencionados por el CNRS (Centre National de
trinarios, de ideólogos, de teóricos, sino una cuestión de la Recherche Scientifique) y mucha otra gente, dictando las
carácter, de temperamento, de visceralidad. La gran Louise leyes cuando antes habían llamado a su destrucción. Esta
nos da la razón genealógica del anarquismo: "Soy anar- calaña le da la razón al detestable Jouhandeau, que profe-
quista -escribe™ porque toda mi vida estuve indignada". tizaba entonces: "Dentro de diez años, todos ustedes serán
Que se multipliquen las indignaciones... notarios". Algunos ni siquiera esperaron diez años.
Ahora existe un nuevo deporte. A veces hasta coincide
con el viejo. Esta vez se trata de seguir el itinerario de los
soldados de la izquierda caviar hasta los salones de Sarkozy.
No es necesario señalar a BHL, ya que lo cuenta él de la Creación Artística impulsado por Sarkozy y condu-
mismo en Ce grand cadavre a la renverse (para su infor- cido por el productor (¡de izquierda!) Martin Karmitz. Este
mación, "ese gran cadáver caído de espaldas", es la último afirma en el sitio de internet de Le Monde que junto
izquierda). ¿Glucksmann o Bruckner? La cosa está bien a otros, entre ellos el artista plástico Christian Boltanski,
clara. ¿Kouchner? No es necesario insistir. ¿Strauss- son tan vivos que se negaron a que sus nombres figura-
Kahn? Palanqueado por el jefe del Estado francés para sen... ¡pero que igual "van a participar en las experimen-
convertirse en director del FMI. ¿Carla Bruni? Alguien me taciones"! Éstos también comen, pero abajo de la mesa.
dijo que ella también formaba parte. ¿Pierre Bergé? Por Un poco de vergüenza, por lo menos.
supuesto. El inefable Attali, acompañado por el ruido de
las cacerolas... Séguéla, convertida en una agencia matri-
monial a través de la cual la cantante francesa conoció
al presidente, acompañada por Luc Ferry -quien se con-
tentó con pasar de la derecha a la derecha, una traición
menor-. Todos comen en la mesa del rey.
Y luego, Alain Souchon, antaño trovador inspirado por
Arlette Laguiller, opina hoy en París Match que Sarkozy
tiene el coraje de afrontar el problema de las jubilaciones,
de los funcionarios, de los profesores (opina además, en
el mismo número, que BHL en la televisión ¡eleva la cali-
dad del debate!); Laurent Voulzy admite, en Le Parisién, no
haber ido nunca a buscar su documento para votar, pero
que le hubiese dado su voto a Sarkozy; en cuanto a Sophie
Marceau, cuenta en el JDD que ella votó a Mitterrand en
1981 (tema 15 años...) y agrega que la última vez, al no
saber a quién votar, cerró los ojos, agarró una boleta al azar
y se puso muy contenta de que fuese la del actual presi-
dente de la República. Al banquete todos ellos también...
Hay otros más vivos. Por ejemplo, Patrick Bouchain, con-
siderado un arquitecto alternativo, libertario, de izquierda,
participará sin participar, aunque participando, en el Consejo
¡Parece mentira! Mientras que Sarkozy tropieza al afir-
mar esta tesis en la entrevista que le hice para Philosophie
magazine, una buena parte de la comunidad científica del
otro lado del Atlántico "explica" los comportamientos
adquiridos a partir de los genes. Ahora bien, una persona
no nace sino que se vuelve homosexual. Fue así que me vi
incluido en la lista negra de Act Up18, por haber analizado
la homosexualidad en términos sartreanos. ¡Por una vez
que homenajeo a Sartre!
Poco importa el análisis que se haga de la homosexua-
lidad (genética o adquirida), lo importante es que no se
la criminalice. Algo que estoy seguro de no haber hecho
nunca. Desde el comienzo escribí que estaba a favor del
casamiento entre homosexuales y de que tuviesen la posi-
bilidad de adoptar. Pienso que hay mejores cosas para
Nuestra época, arrasada por lo políticamente correcto, de hacer en la vida que casarse y procrear, pero el ferviente
lo que nadie escapa realmente, tiende a ver racismo, antise- republicano que soy cree en la igualdad frente a la ley
mitismo, homofobia y discriminación racial en todos lados, De ahí en adelante, lo que está autorizado entre un
salvo allí donde realmente se encuentra... Así ocurre con la hombre y una mujer debe estarlo entre individuos de un
susceptibilidad frente a la cuestión homosexual, que llega mismo sexo, caso contrario se entra en una verdadera
al límite de denunciar a amigos de la causa bajo el pretexto lógica de discriminación sexual.
de que no la defienden como se debe. Que no se les siga negando el casamiento y la adopción
Yo fui maltratado por unos de ellos, para colmo un a los homosexuales, tal como ocurrió con una pareja de
amigo, que se opuso al análisis que propongo en mi Anti- mujeres en el Jura, a quienes el consejo general del departa-
manual de filosofía de la elección homosexual bajo el modo mento les prohibió adoptar, mientras el Tribunal Europeo
sartreano (elegimos lo que ya somos para manifestar la de Derechos Humanos ya les había dado la razón luego de
propia libertad; léase o reléase los análisis de San Genet,
comediante y mártir). Él, un periodista estadounidense, me
convirtió de inmediato en homofóbico con el pretexto de
que la homosexualidad es una cuestión... ¡de genética!
un primer rechazo en la instancia departamental. He aquí
un caso de homofobia comprobado.
¿La izquierda busca ideas? Que tome ésta: igualdad
radical y sin diferencias entre los sexos, sin importar la
sexualidad, y autorización para colocarse el anillo en el dedo
y lavar pañales. Así es como se encarna la igualdad.

La derecha fue unánime: la constitución del Nuevo Partido


Anticapitalista (NPA) es una suerte inesperada; el creciente
goce del favor del público de Olivier Besancenot es una
buena noticia; las encuestas muy positivas que se le atribu-
yen al NPA alegran a Nicolás Sarkozy; y signo revelador,
los comentaristas políticos, cronistas y otras pitonisas tele-
visivas, todos vendidos al liberalismo y a los poderes que
comparten la alternancia, disimulan mal el placer que les
provoca ver al NPA defender posiciones no unitarias que le
harán el juego a la derecha en el poder.
De manera que los términos de la alternativa son sim-
ples. O bien el NPA logra agrupar a la izquierda antilibe-
ral alrededor de buenas ideas, pero al negarse a asumir los
poderes posibles (de la comuna a la nación, vía la región),
se queda en el ministerio de la palabra reivindicativa donde
las cosas son fáciles: "sólo bastaría con que", "habría que", en la que no desperdicie la propia para sobrevivir. Veo con
"deberíamos", "no queda más que"... En este caso, Sarkozy buenos ojos una federación de las fuerzas dispersas den-
se asegura el poder de daño durante diez años. tro del NPA. Pero es sólo una etapa. Si este nuevo partido
O bien el NPA deja de arrodillarse frente a Platón, no tiene una estrategia de unión de la izquierda antiliberal
baja a la tierra y se preocupa menos por su pureza revo- dentro de la perspectiva de una toma de poder en todos los
lucionaria que por la vida cotidiana de millones de vícti- escalones de la sociedad, se terminará convirtiendo en el
mas del capitalismo liberal. De ahí en más, se arremanga mejor aliado de la derecha. ¿Quién, en la izquierda, puede
y comienza a gestionar pueblos, villas, ciudades pequeñas realmente desear eso?
y grandes, departamentos y regiones con otras fuerzas de
izquierda, porque el NPA nunca estará mayoriíariamente solo.
Si juega con la lógica del "a todo o nada", nunca tendrá
nada, porque jamás tendrá todo.
Si el NPA no se alia con la izquierda no socialista, de
seguro se quedará en una eterna oposición en la que con-
servará su pureza relativa; porque, ¿puede uno llamarse
o creerse puro si le deja el terreno libre a una horda de
bárbaros de derecha a los que no se combate, cuando la
derrota no está escrita? El delito de complicidad existe, y
una izquierda antiliberal unida que no fuese al combate
común sería claramente responsable de la derrota, al no
haber puesto sus tropas a disposición del combate antili-
beral de izquierda.
No se trata de gobernar con el PS, eso está claro. ¿Pero
por qué negarse a gobernar con la izquierda antiliberal a la
que, entonces, se empuja a los brazos del Partido Socialista
a falta de algo mejor?
Yo estoy atento al ideal, a la moral, también a la pureza.
Pero eso no puede hacernos olvidar la preocupación por
la miseria concreta y real del pueblo que sufre, que está
harto de las querellas entre sectas y que quiere otra vida
en día en su correspondencia general. ¡El criticón de la
sociedad del espectáculo no estaba contra toda sociedad ni
contra todo espectáculo!
De vuelta en la metrópoli me entero de que el Estado
francés prohibió la venta de los archivos de Debord, codi-
ciados por la Universidad de Yale en los Estados Unidos. El
Estado francés quiere declararlos "tesoro nacional" -dixit el
presidente de la Biblioteca Nacional-. Su viuda se ha ocu-
pado de preparar cuidadosamente el paquete, descartando,
separando, quemando, destruyendo todo lo que podría no
concordar con la leyenda construida y mantenida por su
esposo con el talento de un publicitario preocupado por
promover un producto duradero.
Pero hay más: nos enteramos de que el situacionista,
que rechazaba a la prensa entendiendo que un rechazo
jugaba más a favor de su persona, su figura y su mito que
Hace poco fui por una semana a la Isla de la Reunión para una aceptación, había tomado recaudos para el destino de
dar unas conferencias. Una noche conocí a un simpático sus archivos, su máquina de escribir, sus anteojos (!) o una
profesor de música, que vino a comer con nosotros tras mesita de madera que estaba acompañada de esta nota:
mi intervención dedicada a "Nietzsche, filósofo maldito". "Guy Debord escribió en esta mesa ha sociéte du spectacle
Cabeza rapada, la panza desbordando su musculosa rosa, en 1966 y 1967 en París, en el 169 de la rué Saint-Jacques".
la cara regordeta de un bebedor y comilón rabelesiano, me Clausewitz puede también estar al servicio de estrategias
contó sus comienzos con el grupo "Marqués de Sade" de bien lamentables...
Rennes, su trabajo con los alumnos en uno de los colegios Por mi parte, yo siempre preferí, en lugar del situacio-
de la isla, pasando por sus conciertos de saxo y el cariño nismo nocturno de Debord, Papa excomulgante, jefe de
que siente por su viejo padre alcohólico y psiquiatra. secta, lanzador de anatemas y sacerdote inquisidor de
Y luego me habló de su pasión por Guy Debord, a quien su propio fondo de comercio, el situacionismo solar
una vez le había escrito una carta que le valió una respuesta de Raoul Vaneigem, libertario radical, pensador sin
por tarjeta postal. Lo más increíble es que esta tarjeta había sobrentendidos espectaculares, rebelde intempestivo,
sido fotocopiada o copiada por su autor, ya que figura hoy hedonista encarnado.
Philippe Sollers habla muy bien del primero, orga-
nizador de su propia invisibilidad mediática por interés
mediático, pero que era publicado en vida por Gallimard;
sin embargo, nunca escribió nada sobre Raoul Vaneigem,
quien se mantuvo fiel a su Tratado del saber vivir para uso
de las jóvenes generaciones, hoy un gran ser vivo y radiante.
Estoy seguro de que Raoul nunca pensó en donar su pierna
de madera (que no tiene, quédense tranquilos) a la Biblio-
teca Nacional. No puedo afirmar con certeza que Sollers
no le haya hecho prometer a su albacea universal que su
boquilla no vaya a terminar sobre la mesa de San Guy.

Desconfiemos de las publicidades que buscan hacernos


bien. Lo que antes se llamaba justamente propaganda
triunfa hoy gracias al consejo dietético e higienista que
esconde un tipo de medicina a la Moliere; pero nos harían
falta la misma cantidad de años que nos separan del autor
de Tartufo como para darnos cuenta de este engaño.
Es así como se relaciona al cáncer con pistas falsas para
evitar denunciar lo que provoca esta peste de los tiempos
industriales. Todos conocemos a fumadores que se salva-
ron del cáncer de pulmón y no fumadores enterrados antes
de la jubilación. O bebedores que llegaron a los 100 años
y adolescentes abstemios fulminados por la enfermedad.
Lejos de mí la idea de disociar cualquier tipo de relación
entre el tabaquismo, el alcoholismo y el cáncer, pero la
causalidad doctamente propuesta por los Diafoirus de
hoy parece ser palabra santa sociológica que nadie piensa brimos que el modo de producción industrial contami-
siquiera cuestionar. nante nos obliga a ingerir sustancias que, de cierta manera,
Imaginemos un experimento que consistiera en distri- vuelven locas a nuestras células hasta generar esta peste
buir dentro de un centro anticancerígeno un cuestionario oncológica de los tiempos postmodernos.
sobre el automóvil del paciente: año del vehículo, color, De este modo., la propaganda nos obliga a consumir al
potencia, estado de mantenimiento del motor, etcétera. Ima- menos cinco frutas y verduras por día con el pretexto de
ginemos que sociólogos con bonete puntiagudo desmenu- nuestra salud: en realidad, nos propone acelerar la proba-
zaran las encuestas, estadísticos con bonete de burro hicie- bilidad cancerosa provocada por la ingestión de millones
ran las cuentas, universitarios con bonete ridículo sacaran de sustancias tóxicas que contienen estos productos proce-
las conclusiones y periodistas con bonete de cretino publica- sados. El enfermo conduce un auto rojo, se lo invita a des-
ran los resultados del estudio. ¿Qué diría éste? hacerse de él aunque no tenga ninguna relación con su cán-
¿Que los enfermos que padecen cáncer de recto poseen cer; mientras tanto, se lo atiborra de remolacha / zanahoria
en su mayoría autos de un amarillo verdoso? ¿Que los de / arroz / lechuga / manzana, haciéndolo almacenar así una
cáncer de pulmón tienen autos sin airbags? ¿Que los de cán- provisión inaudita de químicos mortales. Al mismo tiempo,
cer cerebral tienen 4 x 4 ? ¿Que los de cáncer de piel ruedan y con la complicidad de los publicitarios, los comerciantes
sobre coches destartalados y abollados? No, sería dema- se regocijan inventando nuevos e invisibles campos de la
siado simple. muerte: las fábricas alimenticias.
Observemos lo siguiente: podríamos poner en perspec-
tiva, por ejemplo, un tipo particular de cáncer y un color
mayoritario de vehículos, porque de hecho un estudio de
este tipo llevaría a esta clase de conclusiones irrefutables
aunque descabelladas. Bastaría con que, en virtud del pen-
samiento mágico que triunfa la mayoría de las veces, se
relacione a la enfermedad con el color para deducir una
relación de causalidad. A partir de ahí, profilaxis obliga,
se invitaría, con la ayuda del principio de precaución, a no
comprar más autos rojos con el pretexto de que es un factor
cancerígeno notorio.
Ahora bien, si rechazamos el pensamiento mágico en
beneficio de un pensamiento racional y razonable, descu-
golpe de Estado paramilitar), sanguinario (le provocaba
horror la sangre derramada por una idea revolucionaria),
doctrinario (con el fusil en una mano y el texto sagrado
en la otra), lírico (mañana afeitamos gratis: no más explo-
tación, no más cárceles, no más policías, no más ejércitos,
etcétera) pero que se alimenta del mundo concreto y piensa
a partir de este ejercicio de modestia intelectual: lo real le
da lecciones al pensador, y no al revés.
Ahí donde el intelectual conceptualiza sin preocuparse
por la realidad -salvo que esté mediatizada por la idea- y
quiere cambiar el mundo siguiendo el principio religioso
de una epifanía revolucionaria, Proudhon examina las
cosas tal como son, las piensa y propone una superación
de lo que lo indigna en su sentido visceral de la injusticia:
la explotación y, en particular, lo que él llama la "ganga"
Proudhon es sin duda alguna el anarquista con el que más (la modalidad de expoliación del trabajo de los obreros por
me siento identificado. Probablemente porque siendo hijo el salariado capitalista que no paga la fuerza de trabajo),
de pobres, habiendo él mismo experimentado la miseria el uso burgués de la propiedad (porque Proudhon es un
en carne propia, boyero en su primer juventud, autodi- anarquista que defiende el uso libertario de la propiedad
dacta, becario, obrero tipográfico, desempleado, no pensó privada -véase lo que el llama la "posesión" en su Teoría de
el mundo a través del prisma intelectual y conceptual de la la propiedad, una obra postuma-).
filosofía hegeliana -como Bakunin y Stirner- o desde lo alto Entre sus ideas directrices, las que más nos podrían ser-
de un mundo compasivo -como el príncipe Kropotkin-, vir hoy son: el mutualismo y la cooperación definidos por
sino a partir del universo milenarista protestante -como la reciprocidad de servicios, los bancos del pueblo (crédito
Godwin- Proudhon piensa el mundo sin un filtro intelec- gratuito para los pobres), el federalismo como alternativa
tual, como un pragmático preocupado por la realidad. al sistema de poder estatal vertical vía la constitución de
Este año marca el bicentenario de su nacimiento. Que redes horizontales, de ahí la autogestión de microformas
sea por fin la ocasión de leerlo. Con él descubrirán a un manejadas por... elección, la defensa de la competencia y
pensador de una actualidad sorprendente, que no concibe la competición como garantías de emulación en el contexto
la toma de poder bajo el modo insurreccional (la técnica del socialista, la propiedad privada que protege de la intromi-
sión del Estado, la relegación de la cuestión religiosa a la
esfera estrictamente privada.
Muchas otras tesis igual de pertinentes deberían ser
analizadas en un gran debate nacional que fundase el
proudhonismo como una alternativa a la brutalidad liberal,
al cinismo del socialismo institucional y a la nueva religio-
sidad izquierdista que parece estar tratando de reactivar el
viejo tropismo creyente. "Ni Dios ni amo" era la fórmula
de Proudhon; sigue siendo de una tremenda actualidad.

A Stirner19, que figura en el panteón anarquista, lo leen


muy mal los devotos de la bandera negra y muy bien
un millonario que lo comprendió, lo reivindica y me lo
ha dicho. En pocas palabras, para aquellos que lo igno-
ran todo de este pensador y de su libro: Stirner desarrolla
variaciones alrededor del tema del Unico, que define como
todos y cada uno, y concluye con la necesidad de destruir
todo lo que frena la expansión de su unicidad, para luego
celebrar todo lo que hace posible su realización.
Partiendo de esto, las seiscientas páginas del libro se ocu-
pan de destruir a: Dios, el Estado, la Religión, el Socialismo,
el Comunismo, el Proudhonismo, el Cristianismo, el Hegelia- Es verdad, bastaría con eso, si por casualidad los amigos del
nismo, el Humanismo, la República, la Revolución Francesa, Único de Saint-Germain-des-Prés no fuesen ellos también
la Policía, la Sociedad, el Trabajo, los Partidos, el Libera- Únicos, que en virtud del mismo tipo de sabiduría stirne-
lismo, la Jerarquía, el Rey, el Emperador, el Papa, el Cristo, riano, se esfuerzan por asociarse entre egoístas, para retomar
la Familia, los Impuestos, la Autoridad, el Matrimonio, la la expresión política de Stirner, para impedir que los débi-
Propiedad, la Burguesía, la Moral, el Bien, el Mal, la Virtud, les se vuelvan fuertes. Fuertes con los débiles, débiles con
la Verdad, la Razón, y tantas otras ideas ñjas y sandeces los fuertes, esa es la ley de estos Únicos ortodoxos.
con mayúscula. Es fácil entender por qué los anarquistas Al salir del estudio televisivo, Pierre Bergé me dio a enten-
dogmáticos tiemblan en sus ranchos. der, por supuesto, que yo no conocía a Stirner. Sin embargo,
¿Qué rescata nuestro héroe anarquista? Todo lo que ese día yo había sido invitado para hablar del libro Les
el Unico hace sin dejarse atrapar: el asesinato, el crimen, radicalités existencielles, un tercio del cual está dedicado al
el incesto, el robo, la violación, la mentira, la cobardía, la Maestro del anarquista de Saint-Germain-des-Prés.
promesa no cumplida. La máxima de este sistema de pen-
samiento simple, incluso simplista: "Si es justo para mí, es
justo". El Unico y su propiedad puede ser un gran libro de
cabecera para un capitán de industria o un presidente de la
Quinta República. Algo que causaría menos gracia en los
ranchos anarquistas...
Fue Pierre Bergé, durante un programa de televisión
en el que participé, el que dijo que era un socialista stirne-
riano. Le pregunté, en broma: "¿el socialismo de Olivier
Stirn?" No le divirtió mucho... Pierre Bergé votó por Gis-
card, que perdió, pero se había hecho amigo de Mitterrand
(otro stirneriano), que ganó. Apoyó a Ségoléne Royal (que
perdió) y hoy le da dinero (podría ganar), pero es amigo de
Sarkozy (que ganó), etcétera.
Dicho de otra manera, PB claramente leyó El Único y su
propiedad. Adhiere a esta frase de Stirner: "Los pobres son
culpables de la existencia de los ricos"; porque les bastaría
decidir que los ricos no lo sean más para que dejen de serlo.
Porque, igual que las corridas de toros o las riñas de
gallo, la caza les otorga a miles de impotentes la sensación
de potencia que les hace falta. Es esencialmente una activi-
dad bárbara y primitiva que goza con el sacrificio de un ser
vivo, que conoce el orgasmo sólo por y en la sangre derra-
mada, que se embelesa con el sentimiento miserable de ser
grande sin mucho esfuerzo al detener la carrera del jabalí
de un balazo en la cabeza, al borrar el vuelo de un pájaro
con un haz de plomo, al destruir la elegancia de los ciervos
reventados a perdigones, haciendo papilla sanguinolenta
de la liebre, el faisán, la perdiz, muchas veces tambalean-
tes, atontados, errando en una naturaleza que desconocen
por haber sido liberados el día previo a la apertura por la
federación de caza, que recogió su botín del día en un cria-
dero industrial.
En mi buzón encuentro hoy una invitación para la inaugu- Que Didier Ottinger, que escribió textos tan bonitos
ración de la exposición Gilíes Aillaud y compris les anitnaux, sobre Hélion, Guston, Duchamp, el surrealismo y el futú-
en el Museo de la Caza y de la Naturaleza (mayúsculas rismo, pueda prestar su nombre a un intento de legitima-
en el texto original). Como consejero científico (!), dixit el ción de lo ilegítimo, es indignante... "Consejero cientí-
cartón, figura Didier Ottinger, a quien conocí más inspi- fico", ¿qué significa? ¿Que recibió los honorarios de mano
rado, sobre todo en la época en la que dirigía una exposi- de cazadores sin neuronas para darles la ilusión de que, a
ción sobre Los pecados capitales para el Centro Pompidou o pesar de la sangre sobre sus chaquetones y los animales
cuando escribía sobre Georges Bataille. muertos dentro de sus morrales, ellos también son aman-
La sofística reina entre los cazadores que perturban el tes del arte, gente cultivada, estetas no tan descerebrados,
equilibrio de la naturaleza con la pulsión de muerte de la que gente bien?
hacen alarde, aunque al mismo tiempo se presenten, arrogan- El señor Claude d'Anthenaise (¿marqués o conde?),
tes, en sus ropas verde militar, como defensores enamorados curador principal del célebre museo, está probablemente
de la naturaleza. Un grupo de ecologistas, por supuesto... rodeado de una alegre y bulliciosa comitiva de comuni-
¡Como si Le Pen pretendiese ser el garante de la Declaración cadores que intentan disimular bajo el bello disfraz del
de los Derechos del Hombre en la República francesa! arte contemporáneo las borracheras de los cazadores, los
comandos de guerreros del domingo, las reuniones post
asesinatos cometidos dentro de la ley, lujuriosas, embria-
gadas, las patrullas de ecologistas vestidos como la solda-
desca desde que el mundo es mundo.
¿Acaso le habría gustado a Gilíes Aillaud que su tra-
bajo fuera recuperado por cazadores, aunque éstos se
reunieran para mostrarlo en un museo? Tengo mis dudas...
Que un curador tan de moda en la escena parisina -tra-
baja en Beaubourg- preste su nombre a semejante acto de
mala fe, incomoda un poco... Es lo menos que se puede
decir. En la invitación se ve una foca: una de las mismas
que en este momento los cazadores canadienses masacran
a golpes de bichero sobre el hielo rojo de sangre.

En una época yo creía en la palabra del puñado de habi-


tantes de Ajaccio a quienes frecuentaba, que no paraban
de hablar del sentido del honor, de la fraternidad viril, de
la amistad hasta la muerte (antes de descubrir que cuanto
más alto y fuerte lo decían, más hacían lo contrario: super-
ficialidad, gusto por la vida mundana, fascinación por los
brillos, duplicidad y el arte consumado de la cuchillada
por la espalda). Yo quería que la Universidad Popular de
verano que había instalado allí se dedicara a reflexionar
sobre las condiciones de una Córcega menos oscurecida
por la pulsión de muerte. Pero esta pulsión de muerte ter-
minaría triunfando, ya que la mafia local que nos alber-
gaba hizo lo imposible para traicionar el espíritu de la UP,
destruyéndola y finalmente reemplazándola por una feria
de amistades mundanas.
Yo había empezado proponiendo un psicoanálisis de En ese entonces, Jacques Démela todavía estaba vivo,
la isla. La insularidad lleva a una lógica de relaciones inces- y le dije a Jean-Guy Talamoni que este filósofo de la hos-
tuosas. Cada uno mete las narices en los asuntos del otro pitalidad, de la alteridad, del derecho a la filosofía, de los
y todos saben quién hace qué, dice qué y piensa qué, con márgenes, de la amistad, de la soberanía, del derecho y
quién se acuesta, se acostó o se acostará... La dificultad para de la justicia, del psicoanálisis, del cosmopolitismo, era el
dejar la isla, tanto financiera como materialmente, la con- pensador ad hoc para proponer en el siglo XX algún tipo de
centración de las poblaciones en un número limitado de equivalente a lo que el autor del Contrato social había hecho
zonas habitables y, por estas razones, la falta de cruce entre en el Siglo de las Luces: una propuesta para hacer de este
las personas origina la falta de cruce de ideas. Todo eso pedazo del genio mediterráneo un fragmento de pulsión
genera un mundo lleno de tradiciones cómplices de una de vida capaz de dar el ejemplo a Europa, más aun, con lo
ideología peligrosa: las mujeres reducidas a los roles de que podría ser la invención de un proyecto político alter-
esposa, cocinera, ama de casa, o útiles para el descanso del nativo a la brutalidad de la globalización liberal. Jacques
guerrero; el no nativo pensado como un extranjero del que Derrida está muerto ahora... E Yvan Colonna21 se prepara
hay que deshacerse; el silencio cómplice frente a los esló- para pasar largos años de cárcel. ¿Quién tiene hoy en día
ganes racistas y anti-árabes grafiteados todas las noches en una alternativa solar para Córcega?
las paredes; el gusto sospechoso por las armas blancas y las
armas de fuego bajo el pretexto de una tradición cinegética;
todo esto me parece muy saturado de pulsión de muerte...
Conocí a Jean-Guy Talamoni20, quien llegó a nuestra
UP como oyente atento, y le dije que la causa del pueblo
corso ganaría mucho en popularidad y grandeza si, en
lugar de matar al prefecto o ametrallar edificios públicos,
poner bombas en chalés o concretar arreglos de cuentas en
bares y otras variaciones nocturnas, los corsos, enamora-
dos de su isla (pleonasmo...), se acordasen de que Rousseau
escribió para ellos un proyecto de constitución.
EL PERDÓN ROYAL material de observación formidable para colocar bajo el
binocular Nadie olvidó su lamentable "Ámense los unos a
los otros" durante la campaña presidencial. ¡Como si para
atacar los vicios de una sociedad gravemente corrompida
por la peste liberal bastara con sacar las recetas de sacris-
tana del cura y la botella de agua bendita! Más adelante,
con Régis Debray soplándole el texto al oído, la volvimos
a ver encendida, extática, martillando "Fra-ter-ni-dad"
como una institutriz frente a alumnos retrasados mentales,
guiada por comunicadores que le recordaban que se diri-
gía a una manga de brutos.
Última imbecilidad a la fecha: ¡el pedido de perdón
que hizo en Dakar por una falta que no cometió! ¿Tiene
que dejar de leer a BHL (su otro mentor junto con Régis
La lógica de la Quinta República, ya todo el mundo se debe Debray) y leer Le Pardon y Pardonner? De Vladimir Janké-
haber dado cuenta, favorece al temperamento monárquico. lévitch. En estos textos magníficos, el filósofo explica las
Cuando el rey es sabio, vaya y pase, pero cuando el monarca condiciones del perdón: primero el ofensor debe pedirlo;
es un cretino, la cosa se complica... Cuántas veces hemos luego, el ofendido, y sólo él, puede otorgarlo. De la imposi-
visto cómo la llegada al poder modiñca al hombre común, bilidad para los ofendidos de los campos de exterminio de
que apenas se ve ungido por el sufragio universal se cree poder perdonar, y también de la ausencia, evidentemente,
Luis XIV, como si estuviera extrañamente embadurnado de pedidos de perdón por parte de los ofensores nazis,
por un santo crisma emanado de las urnas. Fue lamenta- Jankévelitch sacaba la conclusión del carácter imperdona-
ble con Giscard, patético con Mitterrand, surrealista con ble de la Shoah y, por ende, su imprescriptibilidad.
Chirac; es inquietante con Sarkozy, alguien a quien todas En el caso que nos concierne, el ofensor es Sarkozy de
sus taras psiquiátricas remontan a la superficie a toda velo- quien, por supuesto, qué se puede esperar; no pidió perdón
cidad. Detrás del dedo que puede apretar el botón nuclear por haber afirmado que los negros eran por naturaleza inca-
francés se encuentra un niño sin terminar, pero increíble- paces de entrar en la Historia. Asimismo, el ofendido es el
mente satisfecho con ese ridículo esbozo que es. pueblo africano, y sólo él, y nadie más en su lugar, puede
El caso de Ségoléne Royal no es mucho más feliz. Con otorgar ese perdón. Ségoléne Royal no es África ni el presi-
ella, el aprendiz de psiquiatra tiene a su disposición un dente de la República. No es ni la ofendida ni la ofensora.
¡No se perdona la ofensa cometida por un tercero!
¿Quién podría perdonar al violador por un crimen que no
sufrió en carne propia? Salvo un cura... ¡Qué brutalidad
contra el ofendido es sustituirlo! Adjudicarse el derecho
indebido de perdonar en su lugar equivale a humillarlo
dos veces. En este caso, a la ofensa sarkozysta se le suma la
injuria royalista. La insania del presidente de la República
es la cara de una medalla, cuyo reverso es la demagogia
de la socialista derrotada. En ambos casos se trata de una
moneda falsa de la que hay que deshacerse.

Fui a ver Welcome, de Philippe Lioret, una excelente pelí-


cula adaptada del excelente trabajo del escritor Olivier
Adam. Es el tipo de obra que cuenta en la vida de un hom-
bre: ver esta película transfigura.
Esta gran obra muestra en detalle las miserias de los
inmigrantes: la condición deplorable del refugiado da
lugar a comunidades en las que rige la ley de la jungla;
vida o muerte, nula solidaridad o fraternidad frente a la
adversidad; los instintos de supervivencia más viscerales
animan a los que tienen hambre, sed y frío, y viven en
medio de una suciedad envilecedora; en este nido de ser-
pientes, los pasafronteras clandestinos encarnan un con-
centrado de liberalismo: todo el poder al dinero, nada de
moral; Europa funciona como los espejitos de colores, se
la ve como una especie de Eldorado en el que uno puede
llegar de una aldea kurda y convertirse en jugador del
Manchester; los pueblos migrantes devienen infalible- De todos modos, la solución no puede ser individual;
mente en el sub-proletariado planetario, contribuyendo se necesita una política global de inmigración. Europa
a pauperizar aun más al proletariado europeo, que ve dispone de los medios necesarios: no perdamos de vista
sus magros logros derretirse como la nieve bajo el sol; las los salarios de los jefazos, los stock-options, las jubilacio-
condiciones en las que se deja pudrir a estos pueblos de nes doradas o anticipadas, los retiros eximidos de aportes
hombres sin tierra los transforman en deshechos socia- sociales, los beneficios colosales, los PBN, el precio de algu-
les, a los que luego los moralistas reprochan su estado; nos relojes en el mercado, la buena salud de los comercios
la caridad alivia el corazón de las bellas almas que dis- de lujo, las buenas cifras de venta de automóviles... Si la
tribuyen la sopa, es cierto, pero ella es -igual que en izquierda anda en busca de ideas, aquí hay una que induce
otros ám bitos- lo contrario de la justicia, ya que retarda al mismo tiempo una política de civilización, porque des-
o difiere los enojos potenciales y legítimos de esta nación cuidar al Lumpenproletariat, tarde o temprano, conduce a
virtual de apátridas probados; la policía actúa como en las políticas de lo peor.
la época de Vichy: ciertamente hace respetar la ley, pero
la ley que criminaliza a estos condenados a muerte en su
país es perversa, injusta e inmoral.
¿Qué hacer? La película muestra bien todas las solu-
ciones posibles, que hacen pensar en lo que fue el compor-
tamiento de los franceses durante el régimen de Pétain,
quien también había elegido chivos expiatorios para no
encarar los verdaderos problemas. Simplificando las solu-
ciones: colaborar y llamar a la policía para denunciar al
vecino que es como el Justo de nuestros tiempos; resistir
suavemente, verbalmente, con los principios, distribuir
comida, pero escandalizarse si se trata de hacer algo más;
resistir realmente y alojar a un clandestino, ayudarlo de
verdad, darle tiempo, dinero, energía, rechazar la lógica
represiva, oponerse a la política policial; no darle importan-
cia, esperar, mirar para otro lado mientras se lleva a cabo
todos los días el genocidio de los sin tierra, dentro de la
indiferencia generalizada...
LOS DESVALIJADORES DE ENFERMOS En el centro de rehabilitación, mi padre comparte la
mesa con dos señoras que le dan charla. Es un momento
de descanso... Se habla mucho entre muletas y sillas de
ruedas, kinesiólogo y enfermera, distribución de medica-
mentos y sesiones de vagabundeo controlado... El tiempo
pasa lentamente, las agujas del reloj parecen correr en
sentido contrario.
Se habla mucho y así uno se entera de muchas cosas.
Una señora que venía de Melun le preguntó a mi padre
cuánto pagó bajo la mesa para que lo operaran. Respuesta
inesperada de mi viejo: "Eh, nada../'. De hecho, en nin-
gún momento se habló de un sobre para acelerar el movi-
miento, adelantar la operación, obtener un cuarto para él
solo, disponer del doble de atención. Servicio público, sen-
A mi viejo padre de 80 años, sólido como una roca, acaban tido del interés general, solidaridad social: todavía existe
de operarlo de la rodilla. No se queja, pero las muletas no entre los cirujanos un puñado de héroes modestos, comu-
son lo suyo: le gusta mucho su jardín, pasear por los camini- nes y corrientes, que no hacen un uso privado de las infra-
tos del pueblo, el cielo sobre su cabeza, y que nadie le diga estructuras públicas.
lo que tiene que hacer. Como buen obrero agrícola que fue, En cuanto a la melodunesa (así se les dice a los oriun-
le encanta ver cómo crecen los árboles, que las malas hierbas dos de Melun), jubilada sin grandes ingresos, cuenta
no invadan su huerta y medir el tiempo que pasa, como Vir- que antes de su operación, el estafador le pidió 1000
gilio, a partir de las lecciones que da la naturaleza. euros en efectivo, caso contrario... ¡El anestesista tam-
La operación fue un éxito: un gran profesor en todos bién pasó diciendo que necesitaba dinero! La tarifa: 400
los sentidos de la palabra, ciertamente como técnico pero euros, también en efectivo, por supuesto. En el marco
también como hombre. La grandeza del servicio público de la puerta entreabierta, agregó: "Si no, podemos hacer
en todo su esplendor: eficacia, gratuidad, consideración como se hacía antes y operar sin anestesia!". Una humo-
del zapatero y el príncipe bajo el mismo pie de igualdad. rada, probablemente...
Aquí, sea uno poderoso o miserable, los gestos quirúrgicos Nadie ignora que estas prácticas gangrenan a los hos-
serán exactamente los mismos. Solidaridad: virtud política pitales con el visto bueno de las izquierdas y derechas
sublime... ¡Bravo! que se turnan en el poder desde hace un cuarto de siglo:
el impuesto de la República se invierte en infraestructu- UN PAPA SATÁNICO
ras de salud utilizadas por personal médico del sector pri-
vado, que restituyen una especie de propina miserable al
hospital para luego meterse en el bolsillo una porción de
dinero considerable, en efectivo por supuesto, por la que
no pagan impuestos. Propongo que se saque de la cárcel a
los ladrones de gallinas y se encierre a estos desvalijadores
de enfermos, carroñeros que provocan ganas de vomitar.

De regreso de Turín y Milán, adonde fui a dar unas con-


ferencias, traigo la inquietud de algunos intelectuales ita-
lianos que me transmitieron, Tratado de ateología obliga, su
desconcierto al ver a una parte de la intelligentsia pasarse
a la vereda de Benedicto XVI. Algunos de ellos, que perte-
necieron a la extrema izquierda en los años 70, hoy entran
en éxtasis con los humos del incensario del Papa.
Les respondí que nosotros también teníamos a nues-
tros nuevos santurrones: Régis Debray, que pasó del Che
Guevara al bautismo de su hijo; Max Gallo, que hizo sus
armas en el Partido Comunista y terminó en la Academia
Francesa tocado por la gracia de la Virgen y de Sarkozy;
Philippe Sollers, que consideraba a Mao el poeta más
grande del siglo XX y hoy besa la pantufla papal, fasci-
nado por el soberano pontífice que fue enrolado en las
Juventudes Hitlerianas y que toca tan bien el piano, sobre
todo Mozart; Alina Reyes, que pasó de la pornografía a la su padre, o la condena de un gesto eutanásico que puso fin
Virgen María; Eric-Emmanuel Schmitt, que abandonó a a diecisiete años de sufrimiento para una familia e igual
Diderot -sobre el que era un experto- por Jesús, con quien cantidad de años de nada para un cadáver mantenido arti-
ahora coletea en agua bendita. Sin contar los seguidores ficialmente con vida, el Papa sabe lo que quiere: él quiere
parásitos de los conversos citados, que adoptan todos los esto y afirma la línea de la Iglesia que es la contrarreforma
zigzags de sus mentores. con respecto al Vaticano II.
Escucho que Benedicto XVI no sabe comunicar... Que Benedicto XVI es diabólicamente inteligente: el com-
no dice lo que los medios le quieren hacer decir... Que su bate no debe ser librado en el campo del insulto o el ana-
discurso sutil es masacrado por el tratamiento periodístico tema, porque el adversario es de talla. Hay que iniciar
de las noticias... Que se han sacado frases de contexto... rápidamente una batalla que esté a la altura de los nuevos
Que es un intelectual incómodo con las técnicas de comu- desafíos. Él ya ha proporcionado armas a su legión: está en
nicación modernas... Que es un pensador torpe frente a las nosotros conseguir las nuestras.
cámaras... ¿Y qué más?
Benedicto XVI es cuadrado como un alemán, claro,
directo y preciso, sin adornos, va derecho a lo esencial,
camina como un oficial prusiano. Formado en la escuela
filosófica occidental, habiéndose frotado con la hermenéu-
tica hasta tener las nalgas rojas, irreprochable tanto en su
patriotismo como en su idealismo alemán, sabe qué quiere
y hacia dónde va. Y usa los medios como le parece: porque
si existen inocentones en esta cuestión son los periodistas y
no el Papa, que los utiliza a gusto para producir los efectos
que desea.
De esta manera, desde Ratisbona, donde proclama cla-
ramente sus intenciones de reconquista espiritual cristiana
y europea frente al ascenso planetario del Islam, desde el
preservativo como causa del Sida, pasando por la reinte-
gración de obispos negacionistas que habían sido excomul-
gados, la legitimación de la excomulgación del médico que
le practicó un aborto a una niña que había sido violada por
NUEVO FILÓSOFO Y VIEJO SARKOZYSTA Las cosas se aclaraban. El Viejo Sarkozysta que supo ser
uno de los Nuevos Filósofos hizo una breve aparición,
refunfuñó durante cuarenta minutos, embolsó su cheque
y se negó a debatir con los presentes. Aunque sí tuvo una
entrevista con un periodista que me iba a reportear a mí
al día siguiente.
Este periodista, después de hacerme una serie de pre-
guntas convencionales, me dijo que lo que tengo en común
con André Glucksmann (yo temblé...) ¡es defender la idea
de que no se debe dudar! Le respondí que, efectivamente,
André Glucksmann no dudó cuando en 1955 tenía su carnet
del Partido Comunista; que no dudó cuando junto con Sar-
tre hacían el elogio de la Revolución Cultural de Mao; que
no dudó cuando firmó en 1977, ya con Kouchner, una peti-
En Murcia, España, adonde fui a dar una conferencia en ción para despenalizar las relaciones sexuales entre adultos
un festival dedicado a la música alternativa y el arte con- y menores de 15 años; que no dudó al apoyar, siempre con
temporáneo (un lindo encuentro con Michelangelo Pisto- Kouchner, la candidatura de Marie-France Garaud a la pre-
letto, el Papa del arte povera), me sorprendió descubrir en sidencia en 1981; que no dudó al firmar junto con BHL en
la programación que el día anterior había sido invitado 1985 una petición en apoyo a la acción de Reagan junto a los
André Glucksmann. No me sorprendió que lo invitasen contras nicaragüenses, culpables de crímenes de guerra; que
-desde que se pasó visiblemente a la derecha, atrae al público no dudó al apoyar en 2007, nuevamente junto a Kouchner,
reaccionario-, sino que él aceptara participar de este tipo la masacre de iraquíes civiles perpetrada por el ejército esta-
de encuentro. Es como si yo fuese a dar una charla en la dounidense con el pretexto de deshacerse de un dictador;
universidad de verano del Movimiento de Empresarios de que no dudó al legitimar en 2009 los bombardeos masivos
Francia (tal como hicieron filósofos como Michel Serres o sobre los palestinos; que no dudó al apoyar a Sarkozy en
Philippe Val), o un discurso en la Academia Francesa (invi- las últimas presidenciales; que, por último, tampoco dudó
tado por Max Gallo o Jean-Luc Marión). al recibir hace unas semanas la Legión de Honor de manos
Me dieron a entender que el evento estaba en parte de aquel presidente y que allí estaban, siempre dando el pre-
patrocinado por la ciudad de derecha y que había que sente, Kouchner y BHL que, según la prensa, lo saludaron
retribuir invitando a alguno de los suyos. Dicho y hecho. efusivamente en esta ocasión.
No dudó, pero debería haberlo hecho, me parece. No
dudar cuando uno se comprometió con una cantidad seme-
jante de causas inmundas durante medio siglo, es algo que
debería dar que pensar, incluso a un filósofo. Mi interlo-
cutor periodista me contó que Glucksmann le había dicho
que, sin embargo, lamentaba haber apoyado a Bush en la
cuestión iraquí. Anonadado, le pregunté si esta informa-
ción iba a ser publicada en su periódico. Evitó responder...
Vigilo con atención el diario español. Pero el descaro ocu-
rrirá de todas maneras: ya sea que lo confirme o lo niegue,
en ambos casos, tanto si persiste en el error como si cambia
una vez más su fusil de hombro, le agregará una mancha
más a ese uniforme ya decididamente sucio.
En psicología existe un extraño efecto de espejo, llamemos
así a esa curiosa ley de la psiquis en virtud de la cual el que
insulta profiere con frecuencia aquello que no puede, o no
quiere, reprocharse a sí mismo.
Así es Frangois Bayrou. Este ex tartamudo, que hoy
se cree Demóstenes, acaba de publicar una filípica contra
Sarkozy en la que le reprocha inaugurar el reino de la ego-
cracia. ¡Fie aquí un experto en la materia que no debería
darle lecciones a nadie!
Este hombre hizo toda su carrera en la derecha. Desde
1979 trabajó para Barre y Poher, Giscard y Balladur, Chirac
y Juppé, en puestos que van de encargado de misión en su
juventud a ministro nacional de Educación. Demócrata cris-
tiano, votó la aprobación de todos los presupuestos de la
derecha durante un cuarto de siglo. Y los defendió hasta que
las últimas presidenciales lo transformaron en el Moisés del
próximo milenio.
Porque, de ahora en adelante, para convertirse en los demás; el coraje que impone la independencia nacio-
visir en lugar del visir, este hombre de derecha ya no es nal contra la Europa liberal (que él ha defendido con
más ni de derecha ni de izquierda; está en otro lugar, lige- fervor) y contra el Imperio americano (contra el que no
ramente hacia arriba... Como de Gaulle, pero menos gran- recordamos haberlo escuchado despotricar); la moral y la
dioso, porque el Venerable se encontró con la historia de virtud (él, que se traicionó y que traicionó a sus amigos
Francia en sus actos, mientras que el otro la rozó noveli- por un plato de lentejas).
zando la vida de Enrique IV, un bearnés igual que él y la La memoria es la cosa menos compartida del mundo.
salsa del mismo nombre. A uno le tocó el llamado del 18 Nadie recuerda, ya sea por tener poca memoria o falta de
de junio y el beneficio moral de la Resistencia a la ocu- memoria, cuando no por memoria oportunista, la trayec-
pación nazi; al otro, el llamado del Elíseo, con las ganas toria conservadora de este hombre de derecha, dominado
enormes de sentarse en el sillón que supo ser de Giscard. por un ego tremendo: le gusta Mitterrand, qué más se
Bayrou es Pompidou en pequeño. puede decir. Este falso recurso virtuoso es un verdadero
Sus ex amigos de la Unión por la Demoracia Francesa retorno al vicio, y nos anuncia el reino egócrata del traidor.
(UDF) fueron fieles a sus ideas al abandonarlo, ya que él Este señor llegará lejos.
nunca se mantuvo fiel a lo que fue: ahora es fiel a lo que
cree que será. Les pidió a sus amigos que lo acompañaran
en su traición, lo que antes llamaba fidelidad. Ahora bien,
la UDF siguió siendo lo que era: un partido de centro que
vota a la derecha, con la derecha, y que se contentó con
cambiar de nombre. He aquí el Nuevo Centro -aunque
esta novedad sea vieja y este centro sea de derecha-. Hoy
el Movimiento Demócrata (MODEM) es un rejunte de
aquellos que creen en Su Suficiencia, es decir, en su des-
tino como presidente de la República. Más egócrata que
eso, imposible...
Tenemos entonces este parangón de antigaullismo dis-
puesto a vestir las ropas demasiado grandes del General:
las presidenciales como el encuentro entre un pueblo y un
hombre; la necesaria travesía por el desierto; el esquema
del resistente solitario que tiene la razón antes que todos
ESTRATEGIA DEL PLACER SUBVERSIVO De un lado, entonces, el neoliberalismo; del otro, el
neomarxismo... Hoy, los primeros se encuentran en el Elí-
seo; los segundos, a falta de sovietismos para defender
como en la época de Sartre, publican pasquines en los que
tratan a Sarkozy de rata, denuncian con aspavientos las
fechorías y efectos devastadores del capitalismo y procla-
man la urgencia de hacer algo para que las cosas cambien.
¿Y en concreto? En El siglo, Badiou extraña a Mao y mini-
miza su tiranía. Con El odio a la democracia, Ranciére sueña
con confiar el gobierno a individuos elegidos por sorteo.
Balibar milita por una Europa altermundialista sin dar más
precisiones. En tanto apoyo activo del NPA, Bensai'd reac-
tiva el mesianismo revolucionario y prevé, sin decir cómo
ni por qué, que algo se aproxima... Retóricas sublimes, pero
El campo intelectual francés es muy fácil de comprender: para un futuro invisible... Fuera de Francia encontramos
están aquellos que defienden al liberalismo y que, tanto de una literatura similar en Agamben, Zizek o Sloterdijk.
derecha como de izquierda, caminaban ayer junto a Mitte- No sorprende que BHL, burgués adinerado de la
rrand y hoy están al lado de Sarkozy; están también los que izquierda liberal, partidario confeso de Ségoléne Royal
esperan con tranquilidad a Dominique Strauss-Kahn mien- para la foto pero amigo de Sarkozy en la intimidad, haya
tras se consuelan con Ségoléne Royal; por último, están los elegido a Alain Badiou como adversario e interlocutor, via
que al haber sido siempre de derecha contemporizan con Liberation, que tiene interés en fomentar este falso debate.
aquellos. Fiñkielkraut, Bruckner, Ferry, Glucksmann, Attali, Porque si hay que elegir entre la izquierda liberal condu-
BHL, Mine, para nombrar sólo las figuras más emblemáticas. cida por DSK y la izquierda radical defendida por un nos-
En la vereda de enfrente se encuentra la izquierda anti- tálgico de Mao, bajemos la persiana ahora mismo. Frangois
liberal. Aquí están los intelectuales que persisten en cierta Bayrou ya se puede ir a comprar el traje de presidente de
forma de marxismo: Badiou, Ranciére, Balibar, Bensaíd, y en la República.
cuyas obras encontramos menciones elogiosas a Althusser, Insisto en pensar que a la izquierda libertaria le hace
Mao, Che Guevara, Lenin y Lacan... En otras palabras, bajo falta una inteligibilidad que no sea la izquierda utópica
un disfraz posmoderno, viejas reliquias que huelen mucho del viejo anarquismo. Pienso en John Holloway y su libro
a los años 70. Cambiar el mundo sin tomar el poder, subtitulado El signifi-
cado de la revolución hoy, del cual ya hablé en estas columnas. CALVIN O TRISTE
O en Hakim Bey, de quien se puede leer UArt du chaos,
un pequeño texto radical cuyo bello subtítulo Estrategia del
placer subversivo indica la naturaleza del programa o, mejor
todavía, TAZ, Zona autónoma temporal, que teoriza la acción
libertaria (subrayo lo de acción) y propone la multiplica-
ción de espacios concretos, aquí y ahora, como una canti-
dad de contrapoderes activos, generadores de positivida-
des inmediatas sin preocuparse por la "gran noche" que
vendrá pasado mañana. Si algo puede ayudar a pensar una
nueva fórmula para un verdadera política de izquierda, no
hay que ir a buscarlo en la cola del cometa marxista francés
sino en este modesto pero fecundo linaje.

Calvino festeja sus quinientos años. Publicación de un volu-


men de "La Pléiade". Biografías. Textos de circunstancia.
Reediciones. Reseñas en la prensa. Elogio del gran hombre.
Dos páginas completas en Libération le dan la palabra a un
profesor de filosofía de la facultad de teología protestante
de París, ex alumno de Paul Ricoeur, docente también en la
École de Hautes Etudes en Sciences Sociales.
¿De qué nos enteramos en esta larga entrevista? Que
Calvino anticipa a Descartes al afirmar que los individuos
pueden pensar por ellos mismos; que la predestinación es
una "doctrina grata, exquisita, liberadora" -claramente,
si Dios decidió condenarte cuando viviste una vida vir-
tuosa y luego salva al perverso vicioso que te pudre la
existencia a diario, es algo efectivamente grato, exqui-
sito y liberador-; que la muerte de Michel Servet es una
trampa tendida por la Iglesia católica; que el famoso texto
de Kant ¿Qué es la Ilustración? es una pálida copia de la quemarlo, se refugia en Ginebra, y Calvino no hace nada
prosa del protestante; que en Ginebra actuó como un por impedir su muerte en la hoguera. Los católicos afirman
hombre de Estado, en otras palabras, como un individuo que asistió con genuino placer a la ejecución; los protestan-
responsable; que "sentó las bases de una sociedad de disi- tes, que habría preferido una muerte menos espectacular.
dentes"; por último, que no sería el guía espiritual de los Fuese lo que fuese, este precursor de Descartes, de Kant, de
protestantes americanos sino, agárrense, de los estudios los estudios queer, de los libertarios, este guía espiritual
queer, de los libertarios, de las "lesbianas masoquistas" de todas las disidencias, este Gran Timonel Protestante hoy
(sic) y otras problemáticas impulsadas por Judith Butler... da lecciones a todos los talibanes de todas las religiones.
Increíble. El entrevistador ni se mosquea. Feliz cumpleaños, señor Jean. ¡Y qué viva Liberation!
¡Tantas idioteces en tan poco tiempo es una hazaña! Por-
que Calvino impone en Ginebra una dictadura teocrática
que lo convierte en el precursor de los regímenes totalita-
rios del siglo XX. De salud delicada y achacosa, eternamente
migrañoso, flacucho, se inflige un régimen de ascesis brutal,
además de que le desagradan las mujeres. El reglamenta sus
peinados, la forma de los zapatos. Prohíbe la borrachera, el
cabaret, los juegos de cartas. Proscribe las ornamentacio-
nes, el lujo, las fiestas. Condena la música, el teatro, el baile,
la vida mundana. Organiza una policía moral que circula
por toda la ciudad e infunde el terror.
En este régimen de ética puritana radical, llueven las
condenas a muerte, la delación se convierte en una activi-
dad moral; se humilla a ciudadanos a los que se les pide
expiar en público faltas que no han cometido; se manda al
exilio, se expulsa, se confiscan bienes, se envía a supuestas
brujas a la hoguera, se imponen confesiones públicas, de
rodillas, frente al Concejo reunido.
Y luego el caso Michel Servet: ese médico, filósofo, teó-
logo, que había tomado una posición contraria al dogma
de la Trinidad. Perseguido por la Inquisición que quiere
LOS ANTIFILÓSOFOS VUELVEN A FILOSOFAR coalición antirrepublicana. Un Papa no muy revoluciona-
rio que digamos... Afuera el soberano pontífice, bienve-
nido el jurisconsulto.
Según la doctrina de la Iglesia, calcada de las palabras
de Pablo: "Todo poder proviene de Dios". El artículo 3
de la Declaración aclara que la soberanía no es un asunto
trascendental ni del cielo, sino una lógica de contrato y de
inmanencia: la soberanía se encuentra en la nación, es decir
en el pueblo, y no en la palabra de Dios. Afuera San Pablo,
bienvenido Rousseau.
Asimismo, el artículo 10, arduamente discutido por
aquellos que querían conservar la supremacía católica en
Francia, defiende finalmente la libertad de conciencia y
de culto. El cristianismo deja de ser la religión dominante,
Me enfrento con cada vez más comentarios de cristianos a vuelve al redil junto a las otras religiones, principalmente
los que debo hacer frente, ¡ya que pretenden que les debe- el protestantismo. Se autoriza incluso el indiferentismo,
mos la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciu- cuando no el ateísmo, que depende de la libertad de con-
dadano! Igual que en los partidos políticos en los que, para ciencia. Afuera el Vaticano, bienvenida la Constituyente.
paliar la carencia de afiliados, se distribuye una argumen- Por otro lado, el preámbulo de la Constitución se pre-
tación que fomente el militantismo, así la Iglesia de Bene- senta bajo el signo del Ser Supremo. Hasta donde yo sé,
dicto XVI parte a la conquista de todo aquello que negó esta pavada robespierrista no se refiere al Dios de la Iglesia
explícitamente durante más de dos siglos. apostólica y romana. Este Dios se mueve menos dentro del
El 23 de abril de 1791, en su encíclica Adeo Nota, Pío VI pensamiento mágico que el Dios de la Iglesia pero sigue
condena la Declaración de los Derechos del Hombre y siendo una ficción, incluso cuando marca un paso más en
del Ciudadano según la cual el derecho positivo debe ser dirección a la laicidad y el ateísmo. Afuera Dios barbudo,
la ley que rija en la tierra y no una hipotética ley natu- blanco, ario, vengador, colérico, omnipresente, omnipo-
ral católica que transforma al clero en oráculo. Más allá tente, omnisciente; bienvenido el Gran Relojero.
de esta encíclica, que expresa con claridad de qué lado Pío VI estaba en lo cierto: la Declaración de los Dere-
está, Pío VI concede asilo a los refugiados monárquicos, chos del Hombre y del Ciudadano es una máquina de
rechaza la constitución civil del clero, apoya la primera guerra lanzada contra la dominación cristiana y los plenos
poderes del Vaticano. La laicidad, la tolerancia, los dere- PINTAR EL CAPITALISMO DE VERDE
chos humanos, el contrato social, la libertad de conciencia,
le pertenecen al Iluminismo y a la filosofía, no a la religión
y a la teología, habiendo sido atacada la primera por la
segunda a través de una corriente muy poderosa pero hoy
olvidada por la historiografía dominante, conocida por
entonces como los antifilósofos.
La actual captación cristiana de estos bienes obtenidos
en el pasado a través de una gran lucha contra la Iglesia,
que no conocía la piedad con los filósofos de las Luces, no
es otra cosa más que un robo. Vale aclarar que Rousseau
todavía figura en el Index de autores prohibidos mientras
que Hitler nunca estuvo allí.

No tengo el fetiche del capitalismo y no creo en lo que


habitualmente se dice sobre él al humanizarlo: que tendría
fecha de nacimiento, y continuando con este pensamientó
mágico, un período de crecimiento, una edad adulta, un
momento de decrepitud, de envejecimiento, y por último,
fecha de muerte -anunciada recientemente por todas las
pitonisas de derecha y de izquierda a lo largo y a lo ancho
de todos los medios-. La crisis obliga...
Antes de él, ¿cómo deberíamos llamar a la economía
basada, después de todo, en la propiedad privada de los
medios de producción? El hacha del cazador neolítico,
el torno del alfarero sumerio, el ganado flaco del pastor
griego, la carreta del campesino medieval, el horno de pan
del panadero de los Cévennes en la época de Luis XIV, una
misma cantidad de ámbitos donde reina la propiedad pri-
vada de los medios de producción: ¿cómo considerarlos en
el marco de esta definición industrial y marxista, cuando de la bestia. Cortarle un tentáculo a la hidra capitalista no
no neo-marxista, de la palabra? es lo mismo que fulminar al animal: otra vuelve a surgir
De la misma manera: ¿qué pensar de lo que pudimos igual de rápido.
ver supuestamente fuera del sistema capitalista en el Impe- Por lo tanto, el fin de un cierto tipo de capitalismo que
rio soviético y los países del Este? ¿O de lo que todavía todos parecen aceptar,, podría ceder su lugar a un capita-
podemos ver en Corea, en Cuba o en China? ¿Socialismo? lismo ecológico, políticamente correcto, convocante, unifi-
¿Comunismo? ¿Postcapitalismo? ¡Por favor! En esos luga- cados ¡porque es un deseo muy lindo querer expiar el mal
res, no hay y no ha habido nunca más que una varia- que otras generaciones han infligido al planeta! El desa-
ción alrededor del capitalismo: propiedad privada de los rrollo sustentable, el comercio justo, la producción ética,
medios de producción, el Estado convertido en productor, la agricultura biológica: miren en Internet, allí se ven mara-
por lo tanto la burocracia, por lo tanto los burócratas, es villosas oportunidades comerciales para darle una nueva
decir los apparatchiks definidos por su pertenencia al par- mano de pintura verde al capitalismo, y que dure todavía
tido. Nuevos ricos, nuevos burgueses, nuevos explotado- algunos milenios más.
res, nuevos capitalistas...
Rindámonos frente a la evidencia: el capitalismo es una
sola y misma cosa que designa la propiedad privada de los
medios de producción y la organización de dicha produc-
ción con el objetivo de crear bienes de consumo, es decir,
riquezas: el filete de mamut prehistórico, el plato en el que
se sirven las lentejas sumerias, la leche y el queso del pastor
griego, el trigo que sega el campesino de la Edad Media, el
pan horneado por el panadero de los Cévennes... La penu-
ria crea la escasez y, por ende, la riqueza de los que poseen
y la pobreza de los que nada tienen, por eso es ella quien
dicta el valor. ¿Cómo salir de este círculo capitalista?
Hubo entonces un capitalismo neolítico, sumerio,
helenístico, feudal y muchos otros, pero también -m ás
recientemente- uno industrial, postindustrial, soviético,
paternalista, consumista, digital, financiero, virtual, etcé-
tera. La muerte de una de sus formas no equivale al fin
¡ABSTENCIÓN, TRAMPA PARA IMBÉCILES! no jugar contra el juego liberal manifestando una fuerza
antiliberal es hacerles el juego liberal a los que establecen
las reglas que debemos subvertir.
La lógica del chivo expiatorio funcionará a toda máquina
cuando la idea de retrasar la edad de la jubilación sea lle-
vada adelante por la derecha y combatida en voz alta -pero
apoyada en voz baja- por la izquierda liberal, muy con-
tenta de que esta mala jugada, que cree necesaria, la haga
la derecha. El megáfono va a arder, las calles se van a lle-
nar de manifestantes, de banderas y trapos, se fustigará,
se vociferará "Sarko-facho, el pueblo ya te va a agarrar",
y volveremos a trabajar hasta morir -una idea defendida
desde hace tiempo por un tal Cohn-Bendit, bajo el pretexto
del alargamiento de la expectativa de vida-.
Está claro que las elecciones no son todo, pero tampoco Pero, en el juego democrático, Sarkozy y los suyos sólo
son nada. La prueba: el resultado de ayer para la mayo- le deben su legitimidad a los electores que votaron por él o
ría presidencial en las elecciones europeas le permite hoy a a quienes no votaron en contra. Responsables en este caso:
Sarkozy plantear el problema de la prolongación de la vida los abstencionistas activos o pasivos y la extrema izquierda
laboral al menos hasta los 65 años y, mañana, hacer votar que rechaza la unión de las izquierdas antiliberales.
esta reforma que será aprobada en tiempo récord. O acaso Porque el NPAy el frente de izquierda, unidos, habrían
no puede valerse de la legitimidad que le otorgan los que podido crear no una aritmética, sino una dinámica suscep-
votaron por él e, igual de responsables, cuando no culpa- tible de formar una fuerza capaz de suplantar al PS (ané-
bles, los que no votaron en contra de él y por un candidato mico y falto de clorofila) en el liderazgo de la alternativa
que defendiese una verdadera alternativa, es decir, un pro- a la derecha brutal de Sarkozy. No se puede rechazar la
grama de izquierda antiliberal. unión de las izquierdas antiliberales y deplorar que, prag-
La postura idealista y kantiana (hay muchos kantianos máticas y preocupadas por mejorar realmente la vida de
en política, incluso y sobre todo entre los fanáticos de la los pobres y de la gente modesta, estas izquierdas busquen
"gran noche" para mañana o para pasado mañana) de los en otro lado las uniones que se les niegan.
que tienen la boleta para votar inmaculada porque no tie- Si La Boétie tiene razón, y pienso que sí, y si defiende
nen boleta para votar, pone dichosos a los que saben que más y mejor la razón libertaria que los adoradores con-
temporáneos de momias anarquistas del panteón piado- MAQUIAVELO GINECÓLOGO
samente limpiado por ellos con agua bendita, algo que
también pienso, se pueden extraer las conclusiones de esta
frase que constituye el epicentro libertario del Discurso de
la servidumbre voluntaria: "Tomad la resolución de no servir
y seréis libres".
Traducido a un lenguaje simple y claro para las mentes
estrechas: tomad la resolución de no servir más a Sarkozy,
ya sea dejando de votar por él como votando contra él o
uniéndose contra él, y seréis libres... Porque hay muchas
maneras de servir a esta pérfida calaña que se regocija
desde los últimos resultados electorales y que hasta ve
subir su nivel de popularidad. El rechazo a la unión de
todas las fuerzas de izquierda antiliberales es la más efi-
caz de todas. Todo el mundo sabe qué significa violar a una mujer. Pero,
afortunadamente, Mayo del 68 hizo bajar a Freud a la calle
y terminó con los tiempos en los que se pensaba que una
mujer violada había provocado un poco al violador o que
probablemente había consentido un poco, "porque, ya sabes,
a todas finalmente les gusta más o menos eso, si lo piensas un
poco...". Este tipo de delirio ya no tiene cabida, tanto mejor.
En adelante, habría que hacer un esfuerzo para estable-
cer la igualdad en este terreno y considerar que también se
puede violar a un hombre, y luego condenar con la misma
vehemencia este trauma que al parecer hoy puede infligír-
sele a los machos abusados con el mismo candor con el que
se lo infligía en otra época a las mujeres, antes de que el
feminismo proscribiese esta barbarie.
Primero que nada hay que aclarar qué entendemos
por violación en esta nueva configuración. El anatomista
de blusa blanca dirá que claramente se necesita un poco Redacto esta crónica con un diario bajo mis narices,
de turgencia en este evento y, por ende, ¡un poco de con- que relata las extravagancias de una feminista que acaba de
sentimiento masculino! De acuerdo. Luego afirmará que, publicar un nuevo libro en el que fustiga a las madres
partiendo de esa base, no puede haber violación. Efectiva- de alquiler, después de haber expresado en otra ocasión
mente, si consideramos que la palabra define una relación su oposición al casamiento homosexual y su rechazo a la
sexual no consentida con penetración forzada. familia homopaternal. Ella conoce bien el expediente de
Pero podemos dar otra definición, esta vez desde el la violación de hombres. Me gustaría mucho poder leer
punto de vista de los hombres: habría violación en el caso alguna vez sus ideas al respecto. Ella, que habla tan bien
de una relación sexual libremente consentida, ciertamente, sobre las mujeres transformadas en objeto, tendrá proba-
pero producida con la perspectiva disimulada de una pro- blemente mucho para decir sobre los hombres sometidos a
creación. Una mujer quiere un hijo de un hombre que no lo la misma vejación.
desea y obtiene la paternidad escondiéndole claramente su
intención de quedar embarazada: he aquí, me parece, una
barbarie asimilable a la violación.
El moralista de blusa gris recriminará: es suficiente
con protegerse. Está claro. Pero en el caso de una relación
basada en la confianza, y cuando la señora en cuestión pre-
tende falsamente tomar pastillas anticonceptivas o tener
puesto un DIU, ¿habrá que pedirle la receta o verificar in
situ la presencia del alambre de cobre? Porque, para des-
pistar, la mentira forma parte de la guerra... El hombre cree
de buena fe en la sinceridad de la mujer que, por su parte,
como un Maquiavelo ginecológico, sabe que ella abusa.
Esta violencia es infligida dos veces: la primera con-
tra el genitor, transformado en semental al que se le extrae
el esperma con artimañas; la segunda contra el niño, que
procede de una mitad violada y cargará con esa maldición
toda su vida. No es necesario haber leído a Freud: para un
niño, provenir de una violación sexual no lo predestina a
nada bueno en el campo existencial.
O NO NIQAB? la laicidad a la francesa... La filósofa austera/ republicana
que se acuesta tanto con Condorcet como con su marido
y cita... los derechos humanos, la Revolución Francesa, a
Voltaire y la laicidad para defender exactamente lo contra-
rio. La ministra de origen árabe, musulmana asumida, ni
puta de izquierda ni sometida de derecha, que le tira flores
a Francia, patria de los derechos humanos, etcétera. El pro-
fesor de filosofía que cita a las Luces, dice ser discípulo de
Voltaire y de los derechos que ya sabemos, para legitimar
el derecho de defender cualquier tipo de ideas, cuando
queramos, como queramos, inclusive y sobre todo las ideas
liberticidas. Otro profesor de filosofía defiende un "Islam
moderado" -o sea, la posibilidad de un enano enorme o un
pequeño gigante- y trulalá, derechos humanos, Voltaire y
¿Les gustó el debate sobre el uso del velo en la época compañía, explica que el Islam es una religión de paz, de
dorada de Chirac II? Entonces les va a encantar el debate tolerancia y de amor... Toda esta gente se tira de los pelos
sobre el uso del niqab con Sarkozy I... Falsas problemáticas pero pour la galerie.
sociales, verdaderas máquinas para vender papel de diario Porque nadie duda del credo mediático de nuestros
y debates televisivos. Hace poco vi uno que reunía a una tiempos estancados: el Islam es una religión de paz, de
verdadera corte de los milagros: el musulmán integrista tolerancia y de amor, el islamismo no tiene nada que ver
reivindica la laicidad y los derechos humanos para poder con el Islam (como el marxismo no tiene nada que ver con
terminar con la laicidad y los derechos humanos, acusando Marx o el estalinismo con Stalin, ni el nazismo con el nacio-
a todos de fascistas si no le permiten defender la ablación, nal-socialismo); podemos imaginar un Islam progresista,
la infibulación, los casamientos forzados, el velo mini o la un Islam de las Luces... He aquí la vulgata con la que casi
maxi lona, la inferioridad de las mujeres, ¡y todo en nombre todo el mundo comulga. Y aquí está el problema, no con el
de Francia, patria de la Revolución Francesa! Al musulmán uso del niqab.
amable le gusta Voltaire y va denunciando por todos lados El debate convoca al gran-filósofo-del-rostro-Levinas para
que se está pervirtiendo el mensaje del verdadero Islam, explicar por qué un velo semejante es una negación de la
que en la práctica es una fórmula que precede de lejos y humanidad. La esposa del ministro de Justicia, que hace
anuncia, por supuesto, a los famosos derechos humanos y tiempo abolió la pena de muerte, dice incluso que una mujer
cubierta con el velo "no es más un ser humano" (¡sí, sí!). La DIME A QUIÉN ODIAS Y TE DIRÉ QUIÉN ERES
señora ministra afirma que el Islam goza de buena salud en
nuestro bello país: la prueba, en Francia se construye una
mezquita cada tres días. Mientras tanto, nadie dice que el
Corán, el Gran Libro Santo ante Siné, está repleto de suras
y versículos inicuos, homofóbicos, belicistas, misóginos,
antisemitas, falócratas, armíferos, que justifican el cri-
men, el asesinato, la tortura, la guerra santa, las razias, y
que cualquier otro libro que defendiese semejantes llama-
dos a la discriminación sexual, racial, religiosa, intelec-
tual, estaría prohibido a la venta bajo el pretexto de una
cantidad considerable de leyes que, en Francia, prohíben
todas las "virtudes" de esta religión de paz, de tolerancia
y de amor... ¿El niqab? Un velo que esconde el bosque... Arrancó nuevamente el Tour de France y con él Lance
Armstrong, muy decidido a volver a ganarlo. En sus Mito-
logías, Barthes señala que el patronímico de los corredores
indica las cualidades necesarias para la composición de
la epopeya: el valor, la lealtad, la traición, el estoicismo.
Si hubiese que darle un epíteto a Lance Armstrong, éste
probablemente sería El Americano -con toda la carga que
puede contener esta cualidad que, deporte nacional en
Francia, funciona como una muletilla-.
El asunto está claro, Lance Armstrong no es alguien
querido. ¿Cuáles son las razones? Primero, entonces, que es
estadounidense y -circunstancia agravante- no de la costa
Oeste, ni siquiera de Nueva York o de la Avenida 42, sino,
agárrense, de Texas, la patria del añorado George Bush.
Una falta de gusto enorme.
Encima, se comporta como un profesional y a Fran-
cia solamente le gustan los amateurs, sobre todo cuando se
trata de profesionales: nuestros héroes ganaron una sola bien, incapaz de hablar francés, hasta masacrándolo como
vez una ensaladera de plata y son semidioses del estadio un velocista flamenco, sigue siendo estadounidense en un
para toda su vida. Poco importa que luego brillen con la país en el que a la gente le gustaría muchísimo escucharlo
invención de una nueva "danza de los patos" o en la publi- chapurrear con su acento tejano para decir que Champs-
cidad de un yogurt que facilita el tránsito intestinal. Lance Élysées ¡es la avenida más linda del mundo!
Armstrong prepara solo el Tour de France. Completamente Para terminar, Lance Armstrong es una estrella, ¡y no se
dedicado a este objetivo, evita el diletantismo tan apre- comporta como tal! A los franceses les encanta lo inverso: los
ciado por los galos. cabitos de vela que se creen estrellas y que, sean filósofos o
Además, gana. Y, tropismo nacional obliga, no hay starlets, futboleros o troncos del noticiero, salen de su domi-
nada que el francés odie más que los ganadores, a los que cilio parisino con anteojos de sol para cenar en la intimidad
considera siempre un poco culpables y, sobre todo, revela- con ese amigo americano al que tenemos de presidente de la
dores activos del resentimiento de todos los que pierden, República. ¡Vamos, Lance, hazlos rabiar una vez más!
es decir, de todos los otros -lo que termina siendo un mon-
tón de gente...-. El gran héroe francés será eternamente
Raymond Poulidor, el primero de los segundos.
Para peor, probablemente él haga trampa, aunque no
se deja agarrar -a diferencia de Virenque, filósofo con cono-
cimiento de causa-. Porque un ciclista fotografiado con
una jeringa en la nalga, he aquí algo que excita a la muche-
dumbre como la sangre en la arena. Todos los deportistas
se dopan, los que patean una vejiga sobre el pasto, los que
atraviesan el Atlántico a remo, los que cruzan el desierto
a los pedos, los que se tatúan delfines para avanzar más
rápido en el cloro, pero los ciclistas -vaya a saber por qué-
son los chivos expiatorios de este mundo atiborrado de
esteroides y anabólicos.
Por último, no juega al seductor ni peca de exceso de
familiaridad, y menos aun de amiguismo, con los perio-
distas que tienen la última palabra, tanto acá como allá.
Hombre de pocas palabras, poco preocupado por caer
UNA RELIGIÓN DEL SIGLO XX
el presidente Schreber...-, la posibilidad de curar hasta la
nana más insignificante con una explicación freudiana,
causalidad mágica capaz de dar cuenta de la más mínima
anomalía que sufre un cuerpo. Una práctica muy atractiva.
Como profesor de filosofía durante veinte años en un cole-
gio secundario, enseñé concienzudamente este corpus (adqui-
rido en la institución universitaria), ya que Freud es un pensa-
dor del examen de bachillerato de filosofía, un autor canónico,
el gran "mamamuchi"22, junto con Nietzsche y Marx, de una
modernidad que a nadie se le ocurriría cuestionar.
Preocupado por preparar bien mi clase siguiente en la
Universidad Popular de Caen, comencé a juntar documen-
tación de los antifreudianos y de los adversarios del psi-
coanálisis, con el objetivo de tomar conocimiento del caso.
Cuando estudiaba filosofía en la Universidad de Caen,
Cuál no sería mi sorpresa al descubrir que estos alegatos
cursé durante dos años una clase de psicoanálisis en la que
eran tan convincentes que tuve que someterme a una revi-
me enseñaron los rudimentos de la materia. Freud apa-
sión completa.
recía como el descubridor solitario de una disciplina que
Freud mintió, falsificó, engañó. Escribió su leyenda
había surgido totalmente armada de su cerebro: el incons-
mientras estaba vivo (algo que, en cuanto a la práctica,
ciente, el sueño que allí conduce, pero también los lapsus,
dos o tres avivados de la filosofía contemporánea también
los actos fallidos, los olvidos, las frases ingeniosas, luego
entendieron muy bien), ejerció como jefe de una banda,
la odisea del autoanálisis, la teoría de la seducción, el com-
cuando no líder de secta, con investiduras, y luego con
plejo de Edipo, la primera y la segunda tópica, la teoría de
exclusiones, denigraciones, difamaciones.
los estadios, la metapsicología, el polimorfismo perverso
El inventor del psicoanálisis destruyó correspondencia,
de los niños, etcétera. Una teoría muy atractiva.
compró cartas para romperlas, tachó al copiarlas todo lo que
El curso también enseñaba una práctica revolucionaria:
probara que él había defendido ideas absurdas (transmi-
la cura, el diván, el psicoanalista, la palabra que permite
sión de pensamiento, telepatía, ocultismo, numerología...),
sacar a la luz lo reprimido, y por eso, encontrar la causa de
todo tipo de patología, los casos que prueban esta verdad
clínica -Anna O., el pequeño Hans, el hombre de los lobos,
hizo desaparecer artículos en los que anunciaba falsedades
demasiado groseras, traicionó el secreto médico, usó infor-
maciones obtenidas en el diván con fines personales, llene
su autobiografía de patrañas, inventó pacientes que nunca
tuvo y, peor aún, anunció públicamente a través de publica-
ciones comprobables las curaciones logradas con su método,
mientras que todos sus análisis fueron fracasos terapéuticos.
Un ejemplo entre otros, el hombre de los lobos, analizado
por Freud (y luego, durante casi setenta años, ¡por otros diez
psicoanalistas!), terminaría en el mismo estado, si no peor
según sus confidencias, en el que se encontraba después de
su primera sesión en el diván.
Estoy lejos de haber terminado la investigación y no
dejo de acumular informaciones... Pero el próximo va a ser
un año caliente en la UP: disponemos, claramente, de un Los franceses están en contra del trabajo dominical, pero
material formidable para estudiar cómo se crea una religión les encanta hacer las compras en el supermercado ese día.
o, mejor dicho, ¡una alucinación colectiva! Continuará... Cuando estas basílicas de la religión consumista abren los
días feriados, las familias se abalanzan, todos aglutinados
alrededor del carrito. Pero los franceses no quieren que se
liberalice el trabajo en domingo. Porque el día del Señor
es sagrado... Dios hizo el mundo, él también tuvo un buen
descanso, no existe entonces ninguna razón para tocar el
domingo, día de la familia, día del descanso, día del ocio,
día del deporte, día de las carreras de caballo, día de la tele
a la tarde.
No comulgo con la religión del domingo. Además, lo
que hay que salvar idealmente es el tiempo de descanso; que
sea ese día u otro poco importa. El problema es que el ideal
no va bien con lo real. Por el momento, la realidad es liberal,
y los liberales de derecha y de izquierda quieren terminar
con el domingo. No por razones ateológicas -sería dema- La vida ya no estaría organizada en función de este día
siado bueno- sino por razones mercantiles, con el pretexto siniestro, día festivo obligatorio y que -com o todo lo obli-
de relanzar la máquina económica. gatorio- se vuelve un castigo recurrente, sino en relación
Sarkozy mantiene el mismo rumbo desde el comienzo: a nuevas formas de convivencia a ensayar: con los niños,
desmantelar todas las conquistas sociales, destruir lo que en torno a ellos y de sus vacaciones; con amigos, sin que la
se obtuvo después de años de arduos combates obreros, pareja sea necesariamente el eje de un mundo imposible
quebrantar la solidaridad entre los trabajadores, enfren- de modificar; con uno mismo, sin que la tribu triunfe como
tando las categorías sociales de pobres unas contra otras (el el horizonte infranqueable de la vida con los que amamos;
sub-proletariado de los indocumentados, el de los desem- con todos los demás, en el fluir de una vida que suponga
pleados, los de los planes sociales, los que buscan trabajo, menos la obligación del día de descanso que la libertad de
los trabajadores precarios, los pasantes, los que cobran el inventar las propias franjas de autonomía. En el descanso
salario mínimo...). obligatorio, el problema no es tanto el "descanso" como lo
Por eso, de acuerdo con esta configuración particu- "obligatorio"... Pero según la configuración liberal, termi-
lar, el fin del domingo no significa el fin del día del Señor, nar con el domingo es algo impensable. Bendito sea enton-
la desaparición de un día de descanso sagrado, sino que ces el día del Señor; por una vez puede pasar.
es, para todos, el advenimiento de los trabajos forzados
los siete días de la semana, los doce meses, los trescien-
tos sesenta y cinco días... El domingo se convierte entonces
para el capital en el nuevo día del sangrador.
Si la izquierda potencialmente gubernamental fuese
de izquierda, si los sindicatos hiciesen un verdadero tra-
bajo a favor de los asalariados y no se contentasen con la
posición cómoda de extras de teatro en el rol de contra-
poder institucional del poder oficial, si la izquierda antili-
beral dejase de vociferar un catequismo desconectado de
la realidad, es decir del sufrimiento verdadero de la gente
que poco tiene, entonces podríamos tocar al domingo
sacrosanto y negociar a buen precio, no renunciar a él, pero
sí correr el día de descanso y recuperarlo en al menos el
doble de tiempo o de salario.
EL POST-ANARQUISMO EXPLICADO A MI ABUELA quistas, los breviarios libertarios, los lugares comunes de la
secta y las religiones de la bandera negra. Gente que piensa
que hay que ser anarquista en todo, incluso y sobre todo
con el pensamiento anarquista, para darle una chance de
durar y asegurarle una larga vida.
Ante todo, entonces, examinar lo que, de Proudhon a
Kropotkin, pasando por Stirner, Bakunin y algunos otros,
sigue teniendo sentido y lo que no. Lo que resiste y lo que
envejeció, vivió y hoy ya no significa nada. ¿Qué envejeció?
El rrdlenarismo, el esquema judeo-cristiano: el pecado origi-
nal de la propiedad privada, la redención a través de la revo-
lución, el saludo a través de la obediencia al mesías rebelde,
la concreción de un paraíso terrenal, la parusía de la "gran
noche", la supresión de toda negatividad (no más guerras,
Todo empieza con el e-mail de un joven estudiante de His- no más prisiones, no más explotación, no más miseria, no
toria en Estrasburgo -Gabriel Pornet es su nombre-, quien más maldad, no más nieve en invierno, etcétera).
me pregunta si por casualidad yo no seré un poco post- Luego, quedarse con todo lo que constituye el fondo
anarquista... Y si así fuera, ¡él no podría ponerlo en Wikipe- del pensamiento anarquista: el negarse a mandar y a guiar,
dia! Antes de responder a esa pregunta trato de averiguar el desprecio por el poder y la gente poderosa, el compro-
qué significa post-anarquismo. Lo descubro y no lo puedo miso junto a las víctimas del capitalismo liberal, la cons-
creer: igual que el señor Jourdain, que escribía prosa sin trucción del orden a través del contrato, la defensa de la
saberlo, ¡yo era post-anarquista y lo ignoraba! ilegalidad si y sólo si contribuye a mejorar la vida de la
La palabra y la cosa definitivamente existen en Esta- gente que sufre, la edificación de comunidades jubilosas
dos Unidos, con autores que no han sido traducidos de este indexadas según la pulsión de vida, etcétera.
lado del Atlántico y que caracterizan a una corriente que Por último, tomar en cuenta el pensamiento de los
reivindica el derecho de inventario en la historia del pen- filósofos críticos de los últimos cincuenta años para for-
samiento libertario y se inscribe en esta misma corriente talecer el corpus anarquista: la reflexión sobre el encierro,
para superarla, y al mismo tiempo conservarla gracias a la disciplina, la prisión de Foucault; el advenimiento de
su actualización. Dicho de otra manera: un pensamiento la micropolítica y de las micro-resistencias en Deleuze y
crítico, dialéctico, vivo, que rechaza los catecismos anar- Guattari; la ecosofía en este último; el fin de los grandes
relatos que tenían una respuesta para todo -cristianism o,
marxismo, estructuralismo, psicoanálisis- y, ahora, el
reino de los pequeños relatos en Lyotard, con un interés
particular por las vanguardias estéticas; las considera-
ciones de Derrida sobre la amistad, el derecho a la filo-
sofía, la política necesaria de hospitalidad, los Estados
canallas, una ética por fin para el trato a los animales;
el desmontaje que hace Bourdieu de los mecanismos de
reproducción de la sociedad -grandes écoles, universida-
des, periodismo, televisión-, la dominación masculina, la
fabricación de un intelectual colectivo capaz de trabajar
por una plataforma antiliberal.
La posibilidad de que exista este post-anarquismo es la
mejor noticia que recibí en mucho tiempo. Me pongo ya a
aclarar las cosas. Gracias, Gabriel. Dejando de lado a las mujeres, su verdadero talón de Aqui-
les (probablemente tendremos ocasión de volver a hablar de
esto llegado el momento, es decir, cuando Carla lo decida...)/
el único enemigo de Sarkozy es él mismo. Yo me reuní con
el personaje en cuestión para Philosophie magazine antes de
las elecciones presidenciales. Fue durante esta entrevista
cuando levanté una liebre que desde entonces ha recorrido
un largo camino: ¡la famosa predisposición genética para la
criminalidad, la pedofilia y la homosexualidad! El ex futuro
jefe de Estado había comenzado el encuentro aclarando que
nunca había escuchado "algo más imbécil" que la fórmula
de Sócrates "Conócete a ti mismo" -el servicio de comuni-
cación del Ministerio del Interior corrigió la palabra en la
relectura del artículo a favor de un epíteto más ameno-.
El personaje también había señalado algo que nadie
en ese momento retomó o notó: que se había construido
únicamente en base a la transgresión, de la que hacía el la criminalidad, que asimila la homosexualidad a la pedo-
elogio... El policía de los policías celebrando la transgre- filia, con una individualidad desprovista de superyó, per-
sión, y a nadie le pareció que había algo que criticar. Este sonalidad ultra narcisista y temperamento exhibicionista,
hombre, cuya función es encarnar al superyó societario, un tipo desagradable, nuevo rico, este caso patológico
no tiene un superyó personal. De hecho, una vez que fue que también es, recordémoslo, presidente de la Repú-
elegido, el presidente no dejó de transgredir al considerar blica, debe creer, como todos los psiconeuróticos, que no
que los dos cuerpos del rey no hacían más que uno, con tiene inconsciente.
una verdadera incapacidad para distinguir al presidente, Una prueba de que se equivoca: sólo una información,
la fundón, la figura que carga con una unción del sufra- un lapsus que cometió en la escalera del Elíseo unos días
gio universal, el hombre que controla el fuego nuclear, después de su ataque al corazón (llamemos a las cosas por
del padre, el marido, el amante, el deportista, el amigo, el su nombre). Se acerca al micrófono como un chico que va
canchero. Los dos registros son vividos en el mismo plano, a hacer una tontería y declara: "Quería decirles a los fran-
y luego reunidos y mezclados en el narcisismo exagerado ceses que estaba sano". ¿"Estaba"? ¿Por qué no "estoy"?
de un individuo sin modales, sin educación, sin elegancia, Si el inconsciente sobrepasa un poco a este hombre can-
en resumen, un ordinario. sado, lo uno explica lo otro, aquí nos dice una verdad:
Esto explica: un uso privado de las ventajas de la función hay que hablar en pasado de su buena salud. He aquí una
-tarjeta de crédito del Estado para los gastos personales de novedad que hay que empezar a tener en cuenta.
su mujer de entonces-; amiguismo descarado con la gente
adinerada -yate y aviones privados para prepararse espiri-
tualmente para la función-; exhibicionismo de la vida pri-
vada -pareja que fracasa, divorcio, amantes, nueva mujer-;
instauración de un culto mediático del narcisismo presi-
dencial -los rollitos de Sarko en cueros, el gran trasero de
Sarko cuando sale a correr, Sarko dándose un porrazo en
bici, Sarko en short-; trivialidades verbales (el famoso "Lár-
gate, pobre imbécil") y los malos tratos infligidos a la lengua
(negaciones olvidadas, silabas tragadas, expresiones fami-
liares, actitud sobradora...)... La caricatura del nuevo rico.
Impermeable a todo tipo de introspección, manejado
por las mujeres, creyente de la predisposición genética a
LA BANDERA NEGRA Y EL BALDAQUÍN Entre la abstinencia militante y la astrología libi-
dinal se encuentra La révolution sexuelle et la camaraderie
amoureuse de Emile Armand, que por suerte ha sido ree-
ditado por Ediciones Zones -una lectura para hacer con
su media naranja...- Émile teoriza el individualismo anar-
quista (véase la magnífica Initiation individualiste anarchiste
que no envejeció ni un poco. Tengo una edición de 1923
con una dedicatoria del autor que dice: "¡Ser uno mismo,
no hay nada más importante!") y la liberación sexual. Se
anuncia bajo la influencia de Nietzsche para criticar la
moral sexual dominante: monogamia, casamiento, fideli-
dad, cohabitación, procreación y otras maquinarias desti-
nadas a calmar los ardores sexuales dionisíacos haciéndo-
los entrar de manera forzada en prisiones para las cuales
En la constelación anarquista están los aguafiestas, los claramente no fueron hechas.
señoritos pudorosos, los curas del ideal ascético revolucio- ¿Por qué estamos tan apasionadamente enamorados
nario, los frígidos, los hielitos, los de las libidos trabadas de una persona que, de golpe, se vuelve el objeto único
-como Proudhon, querible por otro lado pero no en esto, de nuestro odio desde el momento en que nos anuncia
ya que nuestro besanzonés se muestra machista, misógino, que pasó una tarde en los brazos de otro, tarde en la que
homofóbico y, lo uno explica lo otro, bastante fascinado los dos sintieron placer sin que se tratara de algo más que
por los cuerpos bellos y viriles de los machos robustos-. de un intercambio de un día? ¿Por qué razones surge el
Y también están los defensores del ideal hedonista, los odio, convertido en violencia verbal, mental, moral, física,
que se ríen de todo, los pensadores excéntricos, los filósofos cuando en realidad debería agradarnos el placer de aquel
que, como Fourier, proyectan la copulación de los planetas, o aquella que amamos? Por culpa de los celos, un senti-
piensan en las manías más extravagantes (los rasca-talones, miento de propietario de los que hay que deshacerse por-
los adoradores de los dedos del pie, los fanáticos de una sola que, como decía aquél, ¡la propiedad es robo!
parte de la anatomía, los sectarios del pezón, etcétera). Éstos ¿La Familia? Hay que aboliría, porque este "Estado en
claramente se ganan la ira de Marx y del Papa, del bolche- pequeño" coagula el exclusivismo y prohíbe la creación de
vique y del cristiano, del fascista y del señor Homais, del relaciones de sociabilidad hedonistas. En su lugar, hay que
rabino y del imán. De gente honorable, entonces. establecer la "camaradería amorosa", una relación contrac-
tual donde sólo el placer dicte la ley. Este contrato hedo-
nista puede ponerse en práctica en red en una serie de coo-
perativas sexuales que luchen concretamente en contra de
una sexualidad sometida a las lógicas del mercado liberal:
contra la propiedad privada de la libido, o contra la pros-
titución burguesa que transforma al casamiento en una
vidriera legal de la cesión del cuerpo propio a un tercero a
cambio de beneficios materiales. Émile propone la libera-
ción de todas las fantasías, entre ellas el fetichismo, el sado-
masoquismo, la homosexualidad y el transformismo (¡en
1830!). Celebra las asociaciones sexuales más fantasiosas,
mientras sean llevadas a cabo con mutuo consentimiento.
Si se mide el alcance revolucionario tomando esto como
referencia, una buena cantidad de Lenines de poca monta
pueden irse a tomar la sopa. Los antiespecistas llevan adelante un combate que los
honra: luchan contra esa idea cristiana según la cual el
hombre fue creado por Dios como prueba del corona-
miento de Su genio que, de hecho, domina la naturaleza
y que, por eso, le da el derecho de hacer lo que quiera con
los animales, para su ocio, su trabajo, su alimentación y su
goce. Que existan militantes de esta causa es algo bueno.
Que el filósofo Peter Singer lleve adelante esta lucha por
La liberación animal con argumentos que sacuden a todas
las conciencias formateadas por el racionalismo occiden-
tal, entre las cuales me encuentro yo, es igual de sano en el
plano intelectual.
En los siete años en los que vengo enseñando una
historia alternativa de la filosofía en la Universidad
Popular de Caen, donde destaco a los pensadores ato-
mistas, los epicúreos, los ateos, los hedonistas, los sen-
sualistas, los materialistas, los anarquistas, descubrí que Siento náuseas frente a las imágenes de toros sacrifica-
la mayoría de estos filósofos olvidados, pasados por dos en la plaza, animales torturados en laboratorios, focas
alto, marginados, defendían esta tesis radical: no existe masacradas en los bancos de hielo, compañeros domésti-
una diferencia de naturaleza entre los hombres y los cos martirizados por infelices que no los merecen. Pero me
animales (algo que sí afirman los judeo-cristianos) sino indigna que haya comandos que desentierren la urna de la
una diferencia de grados (lo que dicen los antiespecistas). madre del director de Novartis (el laboratorio que experi-
Y esto cambia todo. menta con animales), profanen su tumba con inscripciones
El combate antiespecista es legítimo cuando nos invita insultantes, incendien domicilios, amenacen de muerte,
a reflexionar sobre el sufrimiento animal, la legitimidad de prometan secuestrar a los hijos de los jefes de esta empresa,
experimentar científicamente con animales, lo bien fun- hagan correr rumores de pedofilia sobre esta gente, por-
dado del vegetarianismo (al que cualquier consciencia que que... ¡las bestias no muestran este tipo de inhumanidad!
reflexiona un poco no puede dejar de adherir intelectual- Y con razón... Estas personas son la prueba de que sí existe
mente...), las condiciones indignas de la cría industrial, la una diferencia entre los hombres y los animales: sólo los
tragedia que significa filosóficamente la matanza progra- primeros disfrutan del daño que provocan. Invito a estos
mada de animales, la salvajada de toda espectacularización "humanos" a seguir las enseñanzas de los animales.
de la muerte -como son los casos de las corridas o las riñas de
gallo-, la vergüenza asociada a todo establecimiento de tipo
carcelario como los zoológicos, y la necesidad de replantear
nuestra relación con los animales. En este plano, nuestra
humanidad atrasa, se atasca, declina...
No puedo ver un cargamento de terneros, cerdos u ove-
jas en un camión que se dirige al matadero sin una inmensa
empatia, sin experimentar un verdadero sufrimiento fisio-
lógico, la vergüenza de ser miembro de una tribu que se
arroga el derecho de esos acarreos odiosos. Pero lo que no
puedo aceptar es que militantes antiespecistas, entre los
que a veces se encuentra Peter Singer, asimilen estos con-
voyes a los trenes de la muerte que conducían a los depor-
tados hacia las cámaras de gas, o que transformen al mata-
dero en el equivalente exacto de la solución final.
MARTINE FILÓSOFA Porque, ¿cuál es ese materialismo que hay que supe-
rar? ¿El de Demócrito, el de Epicúreo, el de Lucrecio, como
el de otros grandes filósofos atomistas que, con esa doc-
trina física, combatieron en la Antigüedad las tonterías reli-
giosas, las pavadas clericales y los cuentos de los chupaci-
rios? ¿El de Holbach, Helvétius, La Mettrie, Diderot, que al
retomar la llama de los pensadores greco-romanos citados
combatieron contra el dominio del cristianismo sobre los
cuerpos y las almas y formularon una filosofía de las Luces
radicalmente proveedora de claridad?
¡Si se trata de éste, qué tiempos jodidos para la izquierda!
Este postmaterialismo significaría una muy buena coyun-
tura para los curas de toda clase, los espiritualistas
Así como para los varones antes existían "El Club de los mediocres, los kantianos de supermercado, los católi-
Cinco" y "El Club de Los Siete Secretos", las nenas tenían cos de juerga con los médiums, los raelianos clonados
las "Martine", para alegría de las prepúberes, Martine va a embarcados en sus platos voladores, los bebedores de
la granja, Martine va al colegio, etcétera. Nosotros tenemos agua bendita, los lectores de horóscopos, los abonados
desde hace poco "Martine en la calle Solférino"23. Me gus- a las videntes, los tomadores de vino pero solamente en
taría contribuir modestamente a esta colección con el resu- el paraíso, y toda la hueste de tarados que piensan que
men de un breve "Martine filósofa". existe algo, sin saber demasiado qué, pero que se arro-
Martine Aubrey declaró recientemente que el Partido dillan frente a esa cosa que ignoran. Desde hace tiempo,
Socialista debería "inventar el postmaterialismo". Probable- estos son postmaterialistas.
mente haya detrás de este proyecto de alto vuelto intelectual ¿Debemos darle otro sentido al "materialismo", enton-
un informe redactado por un egresado de la École Nórmale ces? ¿Como por ejemplo la religión, muy de moda en esta
Supérieure, agregé de Filosofía, tal como le gusta emplear al época (incluso en el PS), de los fanáticos de las lapice-
PS. Pero Martine tropieza con la alfombra filosófica. ras de lujo, de los coleccionistas de relojes pagados con
dinero ganado con el sudor de la frente por el represen-
tante político (dixit el representante), de los amantes de
hoteles imponentes con más estrellas que un mariscal,
y otras chucherías que descolocan al que gana el sueldo
mínimo y le cuesta concebir cómo alguien puede com-
prarse una especie de Swatch por lo mismo que vale gran
parte de su vida labotal?
Si este es el materialismo que Martine quiere dejar
atrás, no podemos decir que no tenga razón. ¿Pero acaso
ella sabe también, nuestra querida Martine, que la impo-
sibilidad de pagar los estudios de los hijos, de hacerse ver
por un médico, de poder comprar prótesis dentales, audi-
tivas, oculares, de irse de vacaciones, de comer afuera, de
comprar libros o discos, de vivir una jubilación decente, de
pagar el alquiler de un departamento digno de ese nombre,
de viajar aunque sea modestamente, de elegir la comida
en un mercado sin tener que fijarse en lo que queda en el
fondo de la billetera, son problemas materialistas?
De ahí en más, esta búsqueda de un postmaterialismo El psicoanálisis francés es Lacan. Poco importa que hayan
revela claramente, aunque traicionándolo, el inconsciente existido muchos otros antes, durante y después que él:
del PS, que quiere evitar estas cuestiones triviales en bene- la figura emblemática de los amantes del diván es él, con
ficio del idealismo, el otro nombre del postmaterialismo, sus cigarros torcidos atornillados a la boca, su saco largo
cuya noble preocupación consiste en preguntarse cómo de piel de conejo, sus huestes de sectarios iluminados, sus
conquistar el Santo Grial Inmaterial que se encuentra en la honorarios considerables por sesiones de sólo algunos
siguiente dirección: Palacio del Elíseo... minutos, su desprecio por un público que adora esto y pide
más, su logorrea incomprensible que hacía gozar (y toda-
vía lo hace) al masoquista que experimenta la erección que
en él es consustancial a toda servidumbre voluntaria.
Es difícil entender al personaje si uno se olvida que su
formación es menos freudiana o hegeliana que... surrea-
lista. Lacan es un literato que actúa en las antípodas de
toda ciencia experimental y un poeta de lo más delirante.
Una prueba de esto es la obra cuyo título es 789 néologis-
mes de Lacan, una obra saludable (probablemente no de
la manera que le hubiese gustado a sus autores), porque Pese a las numerosas maniobras de acercamiento en
muestra que el inventor de una lengua para sí mismo, es el entorno del Papa y en la Embajada de Francia, Lacan no
decir de una lengua autista, no se propone liberar al lector tuvo la fortuna (a diferencia de Sollers con Juan Pablo II)
sino someterlo con su dialecto, exigiéndole que lo practi- de obtener un encuentro privado para, según la expresión
que para formar parte de la secta y ser reconocido como que usó en la carta a su hermano, "rendir homenaje al padre
un miembro de pleno derecho. Si lo que se quiere es ver común". Tuvo que consolarse con un audiencia pública en
en Lacan a un filósofo para el cual La fenomenología del espí- Castel Gandolfo durante la cual, rodeado por una multitud
ritu no tiene secretos, a un exégeta de Freud, se equivocan. de ilustres desconocidos, Lacan asistió a la gran reverencia,
Había contratado a un joven egresado de la École Nórmale escoltado por dos miembros de su secta. Un Discurso a los
Supérieure para que lo pusiera al día con la filosofía, y sus católicos en 1960 en Bruselas y una entrevista con un perio-
conocimientos provenían de una hábil glosa en torno a dista en Roma en 1974 confirmaron la inclinación cristiana
algunos lugares comunes de la filosofía de grandes nom- de Lacan. ¡Sectario una vez, sectario para siempre!
bres del momento, rápidamente ingeridos y digeridos con
el talento de un titiritero de feria.
No me sorprende descubrir en su biografía un momento
que lo dice todo sobre el personaje: para la Pascua (!) de
1953, Lacan le manda una carta a su hermano monje en la
que le hace entender su proximidad con la religión cristiana
que, al igual que él (!) valoriza a la persona, a diferencia del
materialismo (!) freudiano. Le gustaría poder asociarse con
los cristianos y por eso quisiera obtener una audiencia con
el Papa Pío XII para conversar sobre la posibilidad de acer-
car a los cristianos al psicoanálisis.
(Recordemos que Pío XII fue, unos diez años antes, el
soberano pontífice que durante la barbarie nacional-socia-
lista no hizo nada por los judíos deportados en toda Europa
y tampoco contra el régimen nazi y sus dignatarios. Este
Papa excomulgó a todos los comunistas, puso a Marx en
el Index, pero no le dio el mismo trato a Mein Kampf, ni a
Hitler, ni a los nazis...)
quismo a los 17 años. Jacob no teorizó sobre la expropiación
individual sino que la probó poniéndola en práctica -de la
misma manera en que se prueba el movimiento al cami-
nar-. Y yo no creo más en las ideas (sobre todo libertarias)
que no sean practicables, si no ellas son religión pura. Por
eso, este hombre puede ser oído y escuchado.
Jacob era un señor ladrón, el modelo de Arséne Lupin:
robaba, es verdad, pero no para imitar a los burgueses,
comprándose sus chucherías y accediendo así a la trilogía
consumista de cigarrillos, whisky y minas (no te enojes,
Bob, es una manera de hablar), sino con la perspectiva de
redistribuir el dinero entre los pobres.
¿El imperativo categórico de su acción? Forzar única-
mente las cerraduras de los parásitos sociales (escribanos,
Serios como Papas ateos, algunos de los Savonarolas de banqueros, agentes inmobiliarios, aseguradores, curas,
la moral que ocupan un escaño en la Asamblea Nacional, aristócratas) y entregar el diez por ciento a la causa anar-
flanqueados por el presidente de la República en persona quista, sobre todo a los diarios (¡No sueñes, Bob!) y a las
y el ministro de Presupuesto, quieren moralizar el capita- familias de los detenidos políticos. ¡Su pandilla llegó a con-
lismo liberal y, para lograrlo, dirigen nuestras miradas a tar con más de ciento cincuenta delitos en su haber! Su ética
los traders cuyos salarios son una vergüenza porque, dense lo llevaba a salvar a aquellos que cumplen funciones útiles:
cuenta, ¡algunos de estos mercenarios ganan más que sus médicos, profesores, escritores -pospuso un asalto cuando
jefes! Todos contra los traders -pero, sin exagerar, larga vida se dio cuenta de que iban a entrar a robarle a Pierre Loti-.
a la religión del Capital...- En el llamado juicio a los "Trabajadores nocturnos"
¿Entonces qué se puede hacer? Los molinetes son hizo gala de su ironía, humor y causticidad. Este lector de
el único tipo de respuesta que podemos esperar de un Nietzsche y de Proudhon afirmó el derecho al robo: "Los
gobierno liberal: indignación virtuosa, protestas verbales, que producen todo no tienen nada, y los que no producen
simulación de un prurito ético, y luego nada. Las cosas nada tiene todo". Fue condenado a trabajos forzosos a per-
siguen igual. petuidad en la Guayana francesa. En la colonia penitencia-
Propongo que saquemos del olvido a Alexandre Marius ria no le hizo concesión alguna a los carceleros, a quienes
Jacob (1879-1954), un aventurero que se cruzó con el anar- hizo la vida imposible, e intentó escaparse diecisiete veces.
Veinticinco años después (de los cuales pasó casi nueve ¡DIVINO DIVÁN!
con grilletes) fue liberado, comenzó a trabajar en ferias y
mercados de Francia, ayudó probablemente a pasar armas
a los libertarios españoles, vio cómo su mujer moría de
cáncer. Se unió a ella de manera voluntaria con una inyec-
ción de morfina y una vieja estufa regulada para terminar
el trabajo. Dejó este mensaje: "La ropa está limpia, enjua-
gada, seca, pero sin planchar. Me dio pereza. Les dejé dos
litros de vino rosado al lado de la panera. Salud". En Reui-
lly (¡excelente el vino blanco!), donde está enterrado, un
pasaje lleva su nombre: habría que darle una calle, ¿qué
estoy diciendo? ¡Un bulevar!

Las cartas de lectores funcionan en general como un prostí-


bulo en el que cada uno se descarga con varios gruñidos...
Mis artículos sobre Freud el Padre y Lacan el Hijo, desnu-
dados a la luz del Espíritu Santo libertario, disgustaron a
algunos creyentes que, perfumados con agua bendita psi-
coanalítica, retomaron todos los argumentos que los tra-
gasantos me arrojaron a la cara cuando publiqué el Tratado
de ateologia -incluyendo la vehemencia y la agresividad...-.
¡Camaradas, un último esfuerzo para convertirnos en
verdaderos republicanos! Porque "ni Dios ni amo" existe
también en la variante "ni dioses ni amos". La devoción
a los dioses, ya sea del politeísmo como del monoteísmo,
pero también a los ídolos de los totalitarismos del siglo
pasado (San Marx, San Lenin, San Mao, como también San
Franco, San Mussolini, San Hitler, San Pol Pot) ya deberían
habernos vacunado para siempre contra la genuflexión.
Ahora están aquellos que se desviven arrodillándose gente dudosa, poco recomendable. Después de estas con-
frente a Freud y Lacan, aunque hoy sepamos cuánto hizo sideraciones, ¿quién querría leer la literatura de un autor
cada uno de ellos para construir su propia leyenda, leyenda revisionista, antisemita y de extrema derecha?
que algunos que se creen libres dan por sentada y así se Una amiga psicoanalista, al enterarse de mis tesis, se
niegan a escuchar, a comprender y a leer las tesis que no pregunta cómo puede ser que me haya pasado al "bando
alimentan su devoción. Así es como se reconoce al devoto: de los horribles": si hay que ser lindo con la mentira -de
es incapaz de familiarizarse con los argumentos de quienes hecho, tiene razón-, prefiero ser horrible con la verdad. En
no comparten su fe sin insultarlos. su consultorio cura, dice ella. No lo dudo: hay que ser retar-
Freud ya había previsto el callejón sin salida que le dado para negar el efecto placebo. El diván es el lugar del
permitía afirmar que aquel que dudaba de sus fábulas lo chamanismo postmoderno. Los chamanes curan, eso está
hacía porque las necesitaba: la resistencia a sus mitos se claro. Pero también el agua de Lourdes, como lo prueban
volvía un signo del conflicto edípico que probaba la neu- las muletas colgadas en la cueva. ¿Pero acaso esto prueba la
rosis y justificaba la necesidad de acostarse en el diván. De existencia de Dios? ¿Y debemos por eso hidratarnos (la inte-
manera que uno tiene derecho a ser ateo, por supuesto, ligencia) solamente con esta agua milagrosa?
pero solamente con la condición de haber estudiado antes
teología durante años en una facultad católica, preferente-
mente jesuita.
Y luego hay un argumento que desde entonces no ha
dejado de crecer: el antisemitismo. ¡Freud mismo recurre a
él con frecuencia para transformar la oposición a sus ideas
en un prurito del lobby ariol -son sus palabras-. Recien-
temente, toda la literatura desmitificadora del freudismo
recibió el mismo trato: se habla de "revisionismo" en
mayúscula y se tiene cuidado, para evitar ser acusado, de
señalar en una nota a pie de página que la palabra no tiene
nada que ver con aquellos que niegan la existencia de las
cámaras de gas, por supuesto.
Los guardianes de la secta también asocian a los desmi-
tificadores freudianos con gente de derecha, como también
de extrema derecha, conservadores, reaccionarios, es decir,
PEILLON, TRAMPA PARA IMBÉCILES cada sesión requiere unas treinta horas de preparación-.
Gratuidad y voluntariado, éste es mi aporte concreto al
edificio antiliberal.
Pero la gratuidad tiene un precio. Si quiero seguir
logrando que ninguno de los veinte mil oyentes tenga que
pagar de su bolsillo para venir a la UP, hay que encontrar
subvenciones y esa tarea recae en mí. Porque los seguros,
los gastos de los participantes (viajes, documentación,
hotelería -tampoco se trata de que el voluntariado lo ten-
gan que pagar mis amigos...-), los teléfonos y otros gastos
que requiere esta aventura tienen que ser financiados.
Tercer acto. Estoy a favor de los impuestos, en concreto
son la ocasión (teórica) para que haya un reparto social e
igualitario de las riquezas. Soltero y sin hijos, pago sufi-
Primer acto. Invitado recientemente a ser el primero en ciente como para permitirme elogiarlos. El personal polí-
pagar el pato en un nuevo programa de televisión cultu- tico existe para garantizar la justa redistribución de estas
ral, vi tras bambalinas cómo Vincent Peillon se me venía sumas y para asegurarse de que sean afectados a los asun-
encima con todo, él, que acababa de dar rienda suelta a tos más pertinentes en relación al bien público y al interés
su hipócrita lengua de socialista en el plato anterior. El ex general. Del municipio a Europa, pasando por el Estado,
futuro gran hombre me dio un apretón de manos furtivo, al un ejército de funcionarios teóricamente bajo las órdenes
tiempo que me decía: "Me llamaste, pero como me pediste de los funcionarios elegidos garantiza esta tarea. Si juzga-
dinero, no te devolví el llamado". Asqueado, le pedí que lo mos a partir de la locura y el deseo desenfrenado que tie-
repitiese. Lo volvió a decir antes de desaparecer como un nen de ser elegidos, los políticos parecen estar muy satisfe-
ladrón. Apenas tuve tiempo de entender a qué se refería chos con sus salarios en monedas reales y simbólicas.
ese señor. Cuarto acto. Es cierto, contacté por teléfono al señor
Segundo acto. Hace ocho años creé una Universidad Peillon, aproximadamente de mi misma edad, catedrático
Popular en Caen. Varios amigos me acompañaron en esta de filosofía, pero en su calidad de diputado europeo de la
aventura, y hoy somos unos quince los que damos más de región en la que vivo, con el fin de constituir un pedido de
trescientos cursos gratuitos cada año. Ninguno de noso- subvenciones a ser presentado en la Unión Europea. Como
tros recibe un sueldo por los cursos -yo doy veintiuno y el apparatchick socialista publica libros que él no escribe
junto a Xavier Darcos (su última obra...) con mi editor, me
dieron su celular. Desde entonces estoy esperando, por lo
menos una respuesta de cortesía.
Quinto acto. Obtuve la respuesta que me debía, un
septenio más tarde y sin cortesía. Y hasta con una marcada
insolencia. ¿Quién se cree este señor? ¿El dueño del erario
público? ¿El señor de los impuestos que redistribuye a la
plebe según su humor? ¿El padrino que mantiene conten-
tos a sus secuaces y solamente a ellos? Él, que fanfarro-
nea con el interés general y tritura el bien público, y que
habiendo comenzado en otra época con Emmanuelli hoy
trata de levantarse a Bayrou, tiene una concepción muy
particular del oficio de representante del pueblo... Es con
esta clase de individuos de baja estofa que se fabrican los
políticos. Como diría Siné con una fórmula grabada hoy en En un "debate" televisivo me encuentro con Alain Finkiel-
el mármol periodístico: este muchachito va a llegar lejos... kraut, que nunca se separa de un gran cuaderno lleno de
notas, ¡Un ritual muy curioso, ya que en cada una de sus
intervenciones suelta el mismo discurso! Entonces, ¿para
qué necesita esos machetes? En menos de una semana,
lo escuché repetir la misma vieja cantinela: todo se va al
demonio, la escuela es un antro, los profesores se visten,
hablan y piensan como niños, el mensaje de texto asesina
a la ortografía, la computadora es el caballo de Troya de
la barbarie, los artículos de los diarios (muchas veces los
suyos) han reemplazado en los manuales a los grandes tex-
tos clásicos, etcétera.
Me parece injusto colmar de injurias a nuestros
docentes y perdonarles la vida a los políticos de quienes,
de hecho, nuestro filósofo no soporta que sean el objeto
de las burlas de algunos Diógenes radiofónicos postmo-
demos. El sistema y los que lo apoyan se salvan siempre ¡7 horas de práctica de la lengua en 4 años de clase!
de la condena de nuestro pensador, mientras que nunca ¿Quién puede pensar que con este ideal pedagógico de la
se ahorra flechas contra los "profes", como los llama para llamada escuela republicana alguien puede algún día lle-
diferenciarlos de los "profesores", quienes sí se ganan los gar a hablar italiano para pedir correctamente la cena en un
laureles del pensador de La défaite de la pensée24. restorán? En lugar de quejarse de los docentes que hacen
Un cálculo simple efectuado con amigos durante un un trabajo psicológicamente agotador, simbólicamente
almuerzo en la terraza de un restorán. Aprovechando los poco gratificante, financieramente ridículo (teniendo en
últimos rayos de sol veraniego, llegamos a estas conclusio- cuenta el tiempo dedicado a formarse para obtener un
nes asombrosas: mi compañera enseña italiano en el pri- diploma antes del primer puesto), sería mejor que nuestro
mario de la ciudad en la que vivimos. En una clase, acaba Alceste pusiese en marcha su máquina de dar cachetadas
de recibir a 30 alumnos que empiezan el aprendizaje. Les contra los pedagogos agregados del rectorado, los ilumina-
da 3 horas de clase por semana durante 36 semanas en el dos de la ciencia de la educación, los inspectores pedagó-
año. Un cálculo breve permite constatar que cada sesión de gicos emperifollados en su propia suficiencia, los asesores
55 minutos, privada de 5 minutos por cuestiones adminis- técnicos del ministerio y todo el rejunte de políticos a la
trativas (pasar la lista, llenar el cuaderno de faltas y otros cabeza de esta mafia odiosa mal llamada Educación nacio-
rituales disciplinarios), se reduce de entrada a 50 minutos. nal... Que les den cachetazos a estos imbéciles claramente
Hay que restar además 3 pruebas escritas por trimestre, es peligrosos pero, por favor, dejen tranquilos a los docentes,"
decir 9 horas por año, e incluir la cantidad de tiempo que esos fogoneros que arreglan lo irreparable como pueden
habla el docente. -cuando no se atiborran de somníferos para pasar unas
Si cada alumno toma la palabra y se divide el tiempo vacaciones eternas-.
pedagógico residual por la cantidad de alumnos, obtene-
mos 1 minuto de práctica de la lengua por sesión, es decir,
3 minutos por semana. Multipliquémoslo por 36 sema-
nas: un alumno habrá hablado menos de 2 horas por año.
Multipliquemos por 4 los años de un aprendizaje normal
en el colegio y obtendremos 7 horas para la totalidad de
su estadía.
¿UN POLICIA BAJO EL DIVÁN?

Rastros de fuegos furiosos

¡Los psicoanalistas están que trinan! Pobrecitos... Sucede


que el gobierno busca controlar el acceso a la profesión
y reservarlo únicamente para los individuos con título
de médico. Pero si no existe el derecho de ejercer con
libertad el oficio de charlatán -u na libertad fundamen-
tal, uno de los derechos del hombre, ¿no?...-, ¿hacia
dónde vamos? El mesmerista, el radiestesista, el astró-
logo y el sofrólogo tensan los músculos. Por el momento
la medida no los incumbe.
Freud es un genio y, como ocurre frecuentemente con los
genios, su invento es utilizado por malandras lamentables,
cómodamente instalados en el ejercicio de su chamanismo
postmoderno, y cuya única legitimación, según la desafor-
tunada frase de Lacan, proviene de ellos mismos. Igual que
el delincuente, el mafioso, el periodista, el asesino a sueldo y
otros profesionales bajo jurisdicción de excepción.
blusa blanca -real o simbólica- placa profesional, aura de
Es verdad que un policía bajo el diván no suena bien.
la disciplina, estatus social, lo legitiman de hecho.
También es cierto que el control de la profesión por parte
Si no tiene nada que temer, ¿por qué el psicoanalista se
del gobierno hace temer la ortodoxia, la bajada de línea,
niega entonces a ser instruido en biología, neurología, ana-
la tiranía psicoterapéutica. Razones suficientemente legíti-
tomía, patología, algo que le permitiría conocer mejor ese
mas como para fruncir el ceño. Pero la falta de control perió-
cuerpo, que ciertamente sufre los embates del inconsciente
dica, si no frecuente, le deja el terreno libre a cualquiera.
pero muchas veces también de condiciones de existencia
Sobre todo tomando en cuenta que si los psicoanalistas se
deplorables y patógenas que dependen de lo político?
valen únicamente de sí mismos y rechazan cualquier tipo
Negarse a recibir una formación científica bajo el pretexto
de mirada de terceros, se corre el riesgo de sacrificar en el
de que el contrato psicoanalítico pertenece a un orden dife-
altar a una víctima francamente inocente: el paciente.
rente del de la razón pura hace pensar en las artimañas y
En una época en la que la moral no asfixia a casi nadie,
creencias de otro defensor de lo irracional: el viejo e incan-
en la que reina el mercado libre de psicoanalistas, que tie-
sable personaje del cura.
nen la libertad de presentarse frente a una persona frágil
-la definición misma del paciente- sin estar formados para
ello, bajo el pretexto de que el cliente es libre, la tarifa es
libre, el método es libre, no creo que sea liberticida apelar
a los poderes públicos para que moralicen una profesión
incapaz de hacer ese trabajo por sí sola. Proteger al débil
contra la peligrosidad del fuerte, ¿no es ese el rol del dere-
cho y de la ley?
Al negarse a firmar un contrato con el Estado por
el bien del paciente, los psicoanalistas muestran que
sus clientes no les importan -estaba a punto de escribir
"sus víctim as"...-. El inconsciente psíquico actúa como
un cómplice ideal para esta toma de rehenes: invisible
pero omnipotente, omnipresente -¿no les hace acordar
a nadie?-, le permite al maestro, autoproclamado experto
en el análisis de sus efectos, justificar el poder que ejerce
sobre un sujeto que sufre, que pide ayuda y que confía en
el discurso, y luego en la práctica, de un personaje cuya
LA COMUNIDAD IMPOSIBLE
abstracción encarnada de las decenas de siglos de memo-
ria del pueblo judío, heredero en línea directa de Moisés y,
por ende, habilitado a hablar a la sombra del Holocausto;
o incluso con un francés de pura cepa, que carga con la
tradición nacional y que está genéticamente programado
para recibir la herencia de Asterix, Luis XVI, Robespierre,
Napoleón, De Gaulle... y Chirac... Sin hablar del musul-
mán, vagamente emparentado con el Profeta y por ende,
destinatario en mano propia del Corán y heredero de todo
lo que sus hermanos de religión han conocido, vivido,
padecido y hecho padecer...
La individualidad desaparece detrás de cualquier tipo
de reducción que se haga de un individuo a una esencia.
Este devenir-idea hace imposible toda conversación, con-
Cuando cada uno se aferra a su pertenencia comunitaria
frontación y oposición. Si me opongo a una mujer, a un
y reivindica ser considerado únicamente a partir de ella,
judío, a un francés, a un musulmán en particular, porque
la comunidad se convierte en algo imposible. ¡La fórmula
como cualquier otra persona él o ella pueden ser odiosos,
bárbara del yo, en mi calidad de... produce efectos nefastos!
insoportables, soberbios, arrogantes, pretenciosos, espe-
Yo, en mi calidad de mujer, de persona de origen árabe,
culadores, cortos de luces, etcétera, insulto a toda la tribu:
judío, homosexual, francés, corso, musulmán, etcétera.
a las mujeres, los judíos, los franceses y los musulmanes.
Bajo estas consideraciones parcelarias el individuo des-
De ahí viene la censura de críticas y reservas. ¿Quién se
aparece totalmente. Sólo queda una etiqueta detrás de la
atreve a insultar a una comunidad en su totalidad?
cual uno se puede ocultar -y ésta es una clara ventaja- para
Yo creo solo en los individuos solares, en las subjetivi-
captar, y luego desvirtuar en beneficio propio, la historia
dades radiantes, en los temperamentos solitarios capaces
íntegra de la comunidad. Los beneficiados son ante todo
de vivir con la menor cantidad posible de construcciones
los temperamentos frágiles...
ilusorias. La negritud, la femineidad, lo judío, lo árabe, lo
Es así que una mujer se vuelve la quintaesencia de
francés, como también las preferencias sexuales o las elec-
todas las mujeres del planeta y de la totalidad de las luchas
ciones religiosas, no permiten jamás definir claramente a
femeninas desde el origen de la humanidad; lo mismo
un individuo. Poco importan estas cualidades si detrás de
ocurre con un judío en particular, si se presenta como la
ellas se esconden figuras detestables. Esta opción esencialista
EL OXÍMORON VIVIENTE
engendra un tipo de individualidad imposible y, por ende,
una comunidad imposible.
Para poder existir, la comunidad no debe fomentar los
comunitarismos, las reivindicaciones categóricas, puntuales,
locales, que de hecho son egoístas e interesadas. La dilu-
ción del lazo social, el nihilismo generalizado en la política,
el desinterés por lo colectivo, el éxito del abstencionismo y el
extremismo no encontrarán un remedio en la celebración
de aquello que divide y fragmenta, sino en la construcción de
un proyecto verdaderamente multicultural, capaz de resis-
tir frente a las aspiraciones que pueda tener tal o cual parte
de hacerse pasar por el todo.

Lionel Jospin se encontró con la Historia una sola vez en


su vida. Y la perdió en la primera vuelta. ¿Cuándo? No fue
durante sus estudios, ni en los pasillos de los ministerios,
menos todavía cuando fue primer secretario del Partido
Socialista o primer ministro; no, ocurrió la noche del 21 de
abril de 2002. Ese día, él se encontró frente a Ella y no vio
más que una sola cosa: a Sí mismo. Él y sus problemas de
ego: "¿Ya no me necesitan? Bueno, entonces yo tampoco. Me
voy. Se acabó. Abandono la política. Me retiro. Arréglenselas
sin mí". Llantos, lágrimas, pathos, gritos reprimidos... Fin
(provisorio) de su pequeña historia, continuación (defini-
tiva) de la grande.
Lo que siguió fue, si lo recuerdan, dos semanas de
histeria nacional durante las cuales no faltó un solo botón
en el traje republicano: sindicatos y la patronal, derecha e
izquierda, laicos y religiosos, comunistas y católicos, jóvenes
y viejos, hombres y mujeres, judíos y palestinos, goys y Nacional (FN) y el Movimiento Nacional Republicano
musulmanes, homo y heterosexuales, anoréxicos y obesos, (MNR). Si se negaba, Chirac votaba por Le Pen o por él
provincianos y parisinos del bulevar Saint-Germain, reco- mismo, mostrando de esta manera lo poco que le intere-
lectores de residuos y psicoanalistas, delincuentes y poli- saba Francia. ¿Acaso podía?
cías, fuimos conminados a elegir entre la democracia con Con Chirac como jefe de Estado, se habría nombrado
Chirac o el fascismo con Le Pen. Sólo el enjuto Mégret25 a un primer ministro de izquierda, elegido por Jospin y
llamó a votar por el gordo Le Pen. por el presidente, y el gobierno habría estado formado por
Para cualquiera que hiciera un poco las cuentas -a falta comunistas y liberales, por neogaullistas y ecologistas, por
de pensar-, no cabía duda alguna en cuanto al resultado: socialistas y por centristas: Le Pen habría tenido muchos
Chirac sería elegido ese domingo fatal. Lo único que se menos votos de los que tuvo, y Jospin habría entrado en la
desconocía era el porcentaje... Menos razonables todavía, Historia, continuando además como alguien políticamente
hubo desaforados que hacían sonar la alarma y afirma- legítimo. En cambio, este ausente demasiado presente,
ban que con un resultado aplastante, el presidente de la este mudo que habla, este jubilado activo, este oxímoron
República ya no podría seguir siendo lo que siempre había viviente, sigue intentando arreglar sus problemas de diván,
sido: un hombre de partido y de clan. De hecho, ¡se sentiría pero tomando como rehenes a Francia y los franceses, con
atado, obligado, responsable, en deuda! No lo creí ni por la complicidad cotidiana de los medios. Con esto se vuelve
un segundo, voté en blanco. doblemente ilegítimo, además de hacerse más patético.
¿Y Jospin, a todo esto? Ya había abandonado a los que lo
habían echado... ¿Qué debería haber hecho para demostrar
que era capaz de ir más allá de sí mismo para reencontrarse
cara a cara con la Historia? Anunciar esa misma noche que
dejaría la política recién después de la cuarta vuelta, una vez
que la izquierda hubiese ganado las elecciones legislativas.
Y que mientras tanto proponía votar a Chirac en la segunda
vuelta si éste se comprometía -el momento hacía posible
este gesto republicano histórico- a formar un gobierno
de unión nacional con todos los partidos, salvo el Frente
inverso. Cualquiera sea el caso, y con todas las combinacio-
nes posibles, sólo se les pide que estén sanos mentalmente
y que ambos consientan, sin ningún tipo de impedimento.
Dentro de dicha ley no se les pregunta a los que se
quieren casar si son... un hombre y una mujer, lo no dicho
se presenta de manera tan evidente que se debe indexar
este compromiso ¡en base a la reproducción de la espe-
cie! Ahora bien, si dos homosexuales quieren casarse, la
imposibilidad no aparece clasificada en ningún lado. Sin
embargo desde que este siglo avaló la separación entre la
sexualidad y la procreación, entre el sentimiento y la fideli-
dad, entre el amor y la cohabitación, la pregunta deber ser
planteada con seriedad: ¿por qué no?
Esta revolución, la tercera en términos de costumbres,
permite a los homosexuales -evitaremos agregar cada vez
La ley republicana no hace ninguna distinción entre hom-
"y a las lesbianas", ya que el término homo no significa el
bres y mujeres, no considera la edad como un factor de
hombre sino lo mismo- revindicar frente a la ley, igual que
discriminación, ni el color de la piel, tampoco una creen-
los otros ciudadanos, aquello a lo que los demás tienen
cia o el ateísmo, mucho menos distingue entre personas
acceso desde hace años. Claramente hay mejores cosas
cultas y otras que lo son menos, y por supuesto tampoco
que hacer que casarse, pero bueno, si quieren comprome-
entre ricos y pobres. No: la ley define lo justo y lo injusto
terse frente a quien sea -Dios, el Estado, la ley, la fami-
-es decir el bien y el m al- para un sujeto, un ciudadano
lia, los amigos, los testigos-, para poder así transmitir su
que, frente a este absoluto, se encuentra de igual a igual
herencia o dar al que esté más vivo de los dos una prueba
con su semejante.
de su afecto, nada permite oponerse a esto. Salvo medi-
Con el matrimonio ocurre lo mismo: un hombre negro,
das discriminatorias.
pobre, feo, inculto, viejo, que se encarga de la basura en una
¡Las ligas de la virtud, los defensores de la familia,
universidad, puede casarse con una profesora -con "a",
van a gritar que es un escándalo! Parten del principio -que
como se dice hoy en día-, blanca, rica, bella, culta -si revi-
queda por demostrar...- de que una pareja hombre-mujer
samos su estatus, aunque...- y joven. Podemos también -lo
es mejor para asegurar el equilibrio y la educación de los
que parece menos imposible sociológicamente- imaginar lo
niños. Sin embargo, lo fundamental en una pareja no tiene
que ver con quienes la componen -algo que no tiene nin- ALÁ ES (DEMASIADO) GRANDE
guna importancia-, sino con la presencia del afecto. No
creo que todas esas parejas que supuestamente son "como
se debe" sean la prueba o la garantía de una educación
digna de ese nombre. ¿Por qué se les pediría más a los
homosexuales? Ni más, ni menos. De manera que, a fin de
cuentas, se necesita una cuarta revolución: proporcionar
a los homosexuales, con el aporte de las biotecnologías,
la posibilidad de acceder a tener una familia, en el sentido
clásico del término. Defensores de la vieja familia, empie-
cen a hacerse a la idea...

Bueno, un imán acaba de ser expulsado... ¿Cuál fue su cri-


men? Enseñar a no golpear a las mujeres en la cabeza sino
en la panza o el trasero, ¡incluso hasta un poco fuerte, si lo
que se busca es un gesto realmente profiláctico! ¿De qué
sería culpable? Es lo que enseña su religión, y ella está muy
establecida: en efecto, en la República francesa, el Islam es
respetado, tanto como sus creyentes y su Libro.
El ministro del Interior habla con los musulmanes, los
recibe en el ministerio, va a sus congresos, entra en medias
a las mezquitas. Sin embargo, nadie lee realmente el Corán
ni los hadices del Profeta, algo que debería hacerse con
suma urgencia. Porque allí, a lo largo de sur as y versículos,
se descubren invitaciones a pensar, comportarse y actuar
contra todos los valores que heredamos de 1789. En la
mira: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
la umma, siempre que el otro piense y practique escrupu-
Libertad: ¿para qué? "Musulmán" significa sometido a
losamente como él, lo que verifica actuando como perma-
Dios. ¿De qué serviría entonces reflexionar, pensar, actuar
nente policía de los demás. De ahí la dictadura tribal de la
de manera autónoma e independiente? Basta con desear
familia, del clan.
la realización de la voluntad y los deseos de Dios tal como
Dejemos de agarrárnosla con un hombre que no hace
se encuentran consignados en el Corán. Y obedecer a los
más que profesar y enseñar una religión que fingimos no
iluminados que pretenden ser los dueños de esas palabras.
conocer. Cuando algunos hablan de un Islam de las Luces
En este caso, el clero. Lo que deja la puerta abierta a la teo-
-¡qué ocurrencia!- fantasean con una religión que no figura
cracia, lo opuesto a la democracia, su rival más peligroso.
en ninguna parte del Corán, porque estaría construida en
¿Libertad de ser ateo o infiel? ¿De renunciar al Islam? Claro
contradicción con sus más profundas enseñanzas. ¿Cuál
que no: abundan las invitaciones a considerar a los no cre-
es la alternativa hoy en día? Las Luces pero sin la Religión;
yentes como sub-hombres y masacrarlos (IV.91, VIII.7,12 y
o la Religión pero sin las Luces. Un día va a haber que ele-
17, IX.5, etcétera).
gir en serio...
Igualdad: ni entre los hombres y las mujeres, ni entre
los creyentes de las tres religiones del Libro -judíos, cris-
tianos y musulmanes-, ni entre estos últimos y los ateos.
La invitación a golpear a las mujeres existe, explícita,
negro sobre blanco (IV.34); no se necesitan pruebas: basta
con sospechar la infidelidad. También existe la afirmación
de la superioridad de los machos sobre las hembras (IV.34,
XVI.58, XLIII.18), y asimismo la de los creyentes del Libro,
entre los cuales los musulmanes, pueblo elegido por Dios,
la mejor de las comunidades, se encontrarían en lo más
alto (III.110)...
Fraternidad: de hecho, parece bastante improbable...
¿Cómo fraternizar? ¿Y con quién, si no únicamente con
los hermanos de la misma fe? Ya que se legitima la guerra
entre los sexos y las religiones, se prohíben las relaciones
y los casamientos mixtos (III.28), se profesa un antisemi-
tismo recurrente (IV. 160 y passim). El musulmán considera
que sólo tiene deberes con los miembros de su comunidad,
invitan a saltearse algunas páginas! Increíble... ¿Para qué
sirve un libro sobre el que sus propios especialistas reco-
nocen su incomprensibilidad? Sólo para darle excusas al
esnobismo, para otorgarse un aura de distinción mundana
y espíritu de clase... ¡La literat-u-u-ra, diría Céline!
Al mismo tiempo, o casi, Alain Robbe-Grillet, otrora
enemigo de la novela clásica, con sus personajes, intriga,
psicología e historia, se da vuelta la camiseta, escribe cua-
tro o cinco libros en los que, sin una sola explicación, se
reconcilia con lo que antes había mandado al demonio y
obtiene luego -aunque probablemente no haya conexión
alguna- un sillón en la Academia Francesa, al lado del de
Giscard d'Estaing. Al igual que un gran señor, el apóstata
de sí mismo aclara ¡que no portará espada! Pero, querido
A Magali Coneau-Denis Robbe, el bicornio y el traje con borlas me parecen igual de
ridículos, ya que cualquier elección en ese geriátrico de la
¡Gran ajetreo agita al mundillo literario parisino -pleo- lengua francesa es intrínsecamente inconveniente...
nasmo- frente a la nueva traducción francesa del Ulises de Ahora bien, entre el esoterismo esnob y la apostasía
Joyce! Libro incomprensible, voluntariamente esotérico, teórica, existe una novela bien francesa, bien blanca, bien
del que, con la mejor voluntad del mundo, no se entiende de Saint-Germain-des-Prés, muy de fenomenología del
nada de nada, y esto durante alrededor de mil páginas. ombligo propio, que fluye en un estilo neutro. ¿Sus carac-
Confesar que uno ha renunciado definitivamente a aden- terísticas? Un estilo indigente: sujeto, verbo, complemento;
trarse en este delirio monomaniaco y onanista equivale a una catarata de verbos pobres: hacer, decir, ser, haber; una
ser condenado por los esnobs, que otorgan certificados de geografía limitada de temáticas que provocan conster-
pertenencia a su círculo a cambio de profesar una devoción nación: el uso que le doy a mi sexo, la narración de mis
bienpensante por este mamotreto intragable. angustias, el despliegue de mis adulterios, el disfrute de
Entre la prensa que celebra el acontecimiento, dos de mi nihilismo superficial, etcétera. Todo eso produce exce-
los traductores admiten la naturaleza deliberadamente lentes novelas para las rentrées literarias.
autista del libro y aconsejan leerlo sin entender, aceptar no Mientras tanto, lejos de estas controversias pueble-
entender todas las claves -¿acaso hay alguna?-, ¡y hasta rinas de intelectualoides franceses, hay escritores fran-
cófonos que llevan el genio de la lengua a un punto
incandescente, la escritura a grados de fusión realmente
apocalípticos. Leerlos provoca las mismas emociones a las
que nos tienen acostumbrados los más grandes prosistas:
Céline, Gracq, Cohén, Delteil. A ellos sí les gusta escribir,
celebran el placer de la literatura dionisíaca, el intercam-
bio poético, la comunicación alegre. Su único defecto, y
no es menor: lejos de la Torre Eiffel, escriben en el Caribe
y sobre todo en Haití. El silencio que París mantiene en
torno a la labor de estos genios me llega como un eco de
viejas costumbres coloniales...

En la terraza de un café de la ciudad normanda en la que


vivo, un día de julio sin lluvia, cosa poco frecuente, me
quedé atónito al leer una noticia breve en la página de socie-
dad: a principios de ese mes, en el departamento de Indre,
en la localidad de Saint-Maur, un detenido que se encon-
traba cumpliendo una pena de treinta años de prisión por
asesinato, seguido de actos de canibalismo, mató a su com-
pañero de celda y luego lo trepanó, para prepararse un car-
paccio de cerebro. Los guardias llegaron cuando estaba por
comenzar el festín...
¿Qué lección podemos aprender de este trágico hecho
policial? Que no hay nada escrito sobre gustos y colores:
a algunos les gustan las achuras y otros no las toleran. Pero,
además, que hace falta una filosofía de la prisión. Ya es
tiempo de reflexionar sobre la culpabilidad, la responsabi-
lidad, la pena, la encarcelación, la penitencia, a la luz de un
los muros de las cárceles. Se le reprocha mucho a nuestra
siglo de prácticas psicológicas y psicoanalíticas, para aca-
época el estar compuesta por individuos que reclaman
bar con un esquema represivo heredado de las horas más
derechos sin asumir nunca sus deberes. Esta constatación
oscuras de la civilización judeo-cristiana: la Edad Media.
vale también para la sociedad: así como está muy claro
¿Los medios apuntaron los reflectores sobre una serie
cuáles son los derechos que se atribuye sobre las personas,
de crímenes de pedofilia? Los gobiernos, engreídos, vani-
es más difícil saber cuáles son sus deberes hacia las vícti-
dosos, tan huecos y vacíos como una palangana antes de
mas que segrega.
ser usada, anuncian "un tren de medidas". En este tren,
un vagón lamentable: ¡que los criminales sexuales reciente-
mente liberados tengan que llevar un brazalete magnético!
Lamentable porque, ¿quién puede ser tan tonto como para
creer que con este tipo de brazalete en la rodilla, el pedó-
filo se vuelve dócil como un cordero? ¿Qué puede impe-
dirle localizar una víctima, embaucarla, violarla, mutilarla,
matarla, abandonarla en un arroyo o enterrarla? O se saca
la cosa para dejarla en la mesa de luz antes de ir a cometer
la fechoría; o marcha a cumplir el trabajo sucio de predador
psicótico con el aparatito encima y se constata luego que
efectivamente estuvo ahí donde se encontró el cuerpo...
La enfermedad mental es una enfermedad, como un
cáncer rectal, una insuficiencia respiratoria o un coágulo
cerebral. Y, que yo sepa, no se cura a los pacientes encarce-
lándolos, esposados, para luego hacerlos comparecer ante
un jurado de fiambreros, instructores de manejo y maes-
tros de escuela a quienes se les confía su destino. Se los
lleva a un hospital, se les brinda el tratamiento adecuado,
se los cuida y, si se puede, se los cura para que retomen una
vida normal.
La sociedad liberal, espectacular y mercantil, fabrica
enfermos mentales con los individuos frágiles. Una vez
generados estos desechos sociales, los esconde detrás de
PERFUMADO CON AGUA BENDITA
chatos, ropa larga, amplia, en colores pastel. Con aspecto
de haber sido raptados de una guardería.
Una burguesa segura de sí misma, que hace cincuenta
años probablemente tuvo su encanto y cree seguir tenién-
dolo, se dirige hacia la verdulería. Frente a las cerezas,
damascos, peras y melones, hay un cartelito indicando que
está prohibido tocar los productos -para evitar que esta
señora manosee los míos antes de decidir que no serán los
suyos-, pero ella agarra un melón, lo pesa, lo huele, le dice
dos palabras (salvo que todavía esté rezando...), y luego
entra al negocio y delante de mis narices se dispone a apo-
yar el cuerpo del delito sobre la balanza.
Le pregunto si le molesta que termine con mi pedido...
Sonriendo con todas sus arrugas, el brazo extendido como
Domingo a la mañana, la gente sale de misa. Yo no formo
una prueba suplementaria en su contra, me responde con
parte del grupo... sin embargo, asisto al acontecimiento
seguridad que por supuesto, que no tiene la intención de ocu-
involuntariamente, porque estoy eligiendo frutas y verdu-
par mi tumo. A lo que respondo que todos estamos seguros
ras para los dos o tres días siguientes en un negocio que se
de ello, salvo, quizás, ella. La católica practicante se planta
encuentra al otro lado de la calle, justo frente a la escalera
delante de la caja con descaro, pero yo termino mi compra y
de la iglesia. Suenan las campanas, los enamorados com-
ella espera. Cada cual a su turno, como en la confesión.
pran flores, los maridos salen a buscar el diario en jogging,
La lección de esta anécdota: hay una importante pér-
los padres de familia buscan pan y galletas, mientras la
dida de ética entre el coro de la iglesia y la caja de un
mamá prepara la comida. La vida es bella...
negocio. Después de haber fortificado su amor al prójimo
Con un promedio de edad elevado, los cristianos
durante el rezo dominical, tenemos aquí a otra persona que
aureolados aún por la gracia evangélica piensan en sus
no cree que la fe cristiana nos obligue a tener un compor-
cuellos de fémur mientras bajan las escaleras. Se aferran
tamiento coherente y consecuente. Que el amor al prójimo
más a la baranda que a las promesas de un paraíso inme-
no se limita a cincuenta minutos de genuflexiones domi-
diato. Dos o tres muchachas los siguen, vestidas como sus
nicales, sino que se manifiesta el resto del tiempo, en la
padres, y estos últimos copiando el estilo de los abuelos:
vida cotidiana y en la primera modalidad de la moral que
anteojos recetados, pelo atado con gomita, zapatos de tacos
existe: la cortesía.
Esta virtud falsamente menor cumple el rol de una
verdadera virtud capital, porque permite que la ética se
encarne en actos y en acción. Su ausencia marca la ausencia
de toda moral. Nadie está obligado a profesar una creencia
religiosa, ética, política, filosófica u otra. Pero, de hacerlo,
debería tener efectos visibles con el prójimo. Si no, ¿para
qué sirven los votos píos? Sin duda, esta lección bien vale
un melón, a falta de un sermón...

Todos conocemos la historia del pastor que grita que viene


el lobo para que vayan en su auxilio los habitantes del
valle. Éstos acuden a cada llamado. Hasta que un día, can-
sados ya de los delirios del montañés, la buena voluntad
no basta para hacerlos ir, y ese día el lobo realmente viene y
se come al pastor. Temo que al ver antisemitismo por todos
lados, estemos preparando el terreno para una catástrofe
similar. Porque Francia no es antisemita. Como tampoco
está exenta de hechos, gestos o dichos realmente antisemi-
tas. De hecho, Francia: ¿toda Francia? ¿Sesenta millones de
personas? ¿El gobierno, la nación, la República? Vamos, un
poco de seriedad....
Entre una histérica en un tren suburbano, supues-
tamente judía, falsamente agredida y realmente desqui-
ciada; un empleado auténticamente judío -pero enseguida
calificado de "retrasado"- que incendia un centro social
Dejemos de gritar que viene el lobo antisemita cuando
israelita; un tipógrafo profesional que dibuja esvásticas al
no es así; estemos atentos; no cedamos a la pasión contra
revés y que escribe mal el nombre de su ídolo (\Hadolf.);
la razón, a la histeria contra la reflexión, al odio contra la
unas muchachas provincianas aburridas que deciden ven-
explicación. Porque el antisemitismo existe, y no vamos a
garse de un alcalde -quien probablemente les negó algún
poder prevenirlo, impedirlo ni luchar eficazmente contra
tipo de beneficio municipal- pintando esvásticas con aero-
él, hasta no haberlo disociado de las fantasías que suelen
sol en el cementerio... tenemos para elegir: verdaderos
acompañarlo. Al verlo por todos lados, temo que ya no lo
enfermos mentales, trastornados genuinos, neuróticos de
veamos por ninguno, y menos aun ahí donde sí está.
primera clase muy decididos a llamar la atención sobre
sus vidas lamentables, con el fin de acceder a esos famosos
quince minutos de fama televisiva -otorgada mayoritaria-
mente por medios culpables- que Andy Warhol prometió
un día al común de los mortales.
Porque hay que tener cuidado con usar como insultos
las palabras "estalinista", "fascista", "nazi", "antisemita".
Estos sustantivos mal empleados terminan significando
nada. Si se quiere luchar contra el antisemitismo, hay que
buscarlo donde realmente se esconde, calificarlo como se
debe, analizarlo con seriedad, y denunciarlo y trabajar con
fuerza en su contra.
En Francia, y es muy bueno que así sea, uno puede
ser judío y primer ministro, jefe de partido político, can-
didato a la presidencia de la República, funcionario electo
de la Nación; puede dirigir una cadena de radio pública,
un diario o una revista, comandar servicios políticos y
culturales en los medios, ser periodista, tener una tribuna
escrita, hablada o televisada; puede enseñar, ser elegido en
el Collége de France o en la Academia Francesa, disponer
de una cátedra en la universidad: ninguno de estos lugares
estratégicos de la República le está vedado a un ciudadano
judío. Y digámoslo nuevamente: cuánto mejor que así sea.
UNA CONTINUACIÓN A LAS HISTORIAS DE LOBOS..
vivado, y la obra termina cobrando el sentido que debía
tener. Yo tuve ganas, en esa misma noche en que envié el
texto el mes pasado, en esos minutos que preceden al
sueño, de darme el lujo del arrepentimiento del artista;
no del moralista. ¿Arrepentirme de qué?
Si mi razonamiento era justo, mi demostración correcta
y mis argumentos apropiados, en resumen, si mi tesis era
sólida, entonces debía proseguir y concluirla: la ausencia en
esos lugares de franceses de origen magrebí o africano -beurs26
y blacks, como decimos ahora en francés, después de haber
dicho durante mucho tiempo atabes y négres...-, esta ausen-
cia significaba algo. La blancura de la piel de los directores
de televisión, de los dueños de las radios, de los redactores
en jefe de los diarios o revistas, la palidez de los miembros
Quisiera volver sobre mi última crónica. En ella intenté
de la Academia con sus trajes verdes, de los periodistas y de
demostrar que Francia no es un país antisemita, ya que
las caras visibles de la tevé, la tez blanquecina de los prime-
ningún judío tiene vedado el acceso a cualquier puesto
ros ministros, ministros, senadores, diputados, candidatos
estratégico en la nación, la República o el Estado. Por
presidenciales, este triunfo del blanco nos enseña algo: si
eso sugerí tomar como ejemplo lugares como el Palais-
Francia no es tan antisemita como se dice, podría suceder
Bourbon, el Senado, Matignon, la Academia Francesa, la
que sea más racista de lo que se cree.
Universidad, el Collége de France, los medios públicos y
¿Racista? Yo, que en mi último artículo llamaba a pre-
privados, las cadenas del Estado y otros mecanismos de la
cisar el sentido de las palabras para usarlas de manera
maquinaria francesa en los cuales, y cuánto mejor que así
correcta, paso a definirlo: el racismo consiste en llevar a
sea, una importante cantidad de judíos ejerce su magisterio
cabo una discriminación ontológica, metafísica y, por ende,
sin que nadie tenga nada para decir.
política y social -siguiendo la degradación de la idea hacia
Los pintores tienen la posibilidad de arrepentirse o
la materialidad de lo concreto- en relación al color de piel.
darse el lujo de hacer retoques: dan un paso atrás desde
sus telas y les viene a la mente una idea que anula, precisa,
subraya o continúa y hasta concluye su obra. Una pince-
lada o un golpe de brocha, un nuevo trazo, un color rea-
¡Faltan caras bronceadas o negras en esta famosa Francia
black-blanc-beurl En los estadios o en las canchas de fútbol sí
se ven, ahí no hay problema, ¿pero allí donde está en juego
lo esencial? Ni una sola...
Entonces, hay que rendirse a la evidencia. El racismo
dejó de existir bajo su forma supuestamente científica
luego de la apertura de los campos de concentración nazis:
razas superiores, razas inferiores, por suerte ya nadie cree
en eso. Pero que existen pieles indeseables, excluidas del
epicentro de la sociedad, del corazón nuclear de la nación
y del centro activo de la civilización, he aquí una evidencia
que puede ser verificada por cualquier persona inteligente;
siempre y cuando sea alguien libre...

Hace unos años, un presidente de los Estados Unidos fue


víctima de increíbles vejaciones, se lo humilló en público
y se pisoteó su dignidad de hombre. Las cámaras de tele-
visión transmitieron a todo el planeta las imágenes de su
cara cubierta de escupitajos mediáticos y jurídicos, y así
durante meses. La prensa escrita del mundo reprodujo esta
información hasta en el más mínimo detalle. Como si se
tratara de un niño al que se le pide que confiese su falta
y luego pida perdón, se hizo poner de rodillas al hombre
más poderoso del Estado más poderoso del planeta. Y éste
lo hizo. Nosotros vacilamos. Finalmente, no se decretó en
su contra el famoso procedimiento de impeachment, que
habría provocado que lo destituyesen inmediatamente de
su función en la Casa Blanca.
¿Qué es lo que había hecho él? No infló las urnas con
la complicidad de la justicia a sus órdenes; no accedió al
poder en minoría de votos con un golpe de Estado mili- tos su fe en Dios, piensa que Jesús es el filósofo más grande
tar; no explotó la miseria de su pueblo, sumido en el dolor de todos los tiempos y frecuenta el templo más de lo razo-
post-atentado terrorista; no mintió a sabiendas para justi- nable; él, que no debe fumar habanos -n i tabaco hondu-
ficar su irrefrenable voluntad belicosa; no persistió en la reño-, helo aquí un buen cristiano como existen en todo
mentira una vez que su maquinación salió a la luz; no le el mundo, practicando el Decálogo a la carta: ciertamente
declaró la guerra a un pueblo inocente ni mandó a matar honra a su padre y a su madre, y parece probable que no
al menos a cien mil de ellos; no encubrió la tortura llevada codicie a la mujer de su vecino. Por el contrario, no matar,
a cabo por la soldadesca que envió por decisión propia; no dar falso testimonio, no mentir, no codiciar el bien
no sumió al Estado en la violencia armada, el caos, corriendo (petrolífero) del prójimo, ¡es mucho más difícil! Estados
así el riesgo de aumentar el mal dentro de su país e incluso Unidos es realmente un gran país, por la gracia de Dios.
en la región. No, él no hizo nada de todo esto.
¿Qué pasó entonces? Lo que pasó fue que coqueteó con
una secretaria peinada como un personaje de clase B ame-
ricana, con un empalagoso peinado colmena, una especie
de torta de boda fijada con rizador. Él le recitó un poema
al oído mientras ella, enamorada, manchaba su vestido
con mantequilla de maní, un chorro de salsa blanca que
se derramó de su Mac Burger o un poco de dulce de leche.
Quizás él también haya perdido la cabeza luego y le dio
un cierto uso a un cigarro hondureño -embargo cubano
obliga...-, que reprobaría cualquier club de aficionados
a los habanos. Y para terminar, fue mucho más grave no
haber continuado ese momento delicioso con una promesa
de divorcio, para luego volver a casarse como lo exige la
moral, y sobre todo la estupidez, en épocas normales. Esto
es lo que le ha valido a un presidente de los Estados Uni-
dos tener que sufrir uno de los embates mediáticos más
escandalosos de todos los tiempos.
Por el contrario, el ex alcohólico que ahora exagera con
el agua bendita, reza a toda hora y clama a los cuatro vien-
ambiciones. Juzguen por ustedes mismos: con un nombre
así, dice el abogado, básicamente no deben haber faltado
las burlas y por eso este ex burlado se convirtió en pedó-
filo. ¿Es lógico, no? Cualquiera diría que la defensa fue ele-
gida por la parte civil...
Algunos se descargan contra Lechien: esto es muy fácil,
sirve para desahogarse, incluso evita, cuando ya no hay
nada que temer, tener que preguntarse cómo este hombre
pudo, durante treinta años, masacrar a unas sesenta víc-
timas con total impunidad. Entre los que ladran, algunos
se dejan llevar, después de años de silencio cómplice o de
falsa indiferencia combinada con genuina cobardía. En otra
época, los rapadores de cabezas reclutaban poco entre los
verdaderos resistentes.
Así como una persona no nace tuberculosa, tampoco nace, Ya que vamos a levantar la voz, también podríamos
sino que se vuelve, pedófila. En virtud de lógicas incons- cambiar de blanco: por qué no apuntar a esos padres que se
cientes, siguiendo los principios de un determinismo que volvieron cómplices a partir de las dolorosas confesiones
destruye el libre albedrío, en relación a un pasado que se de sus hijos; a los médicos informados por padres perdi-
ha vuelto pasivo, y por muchas otras razones. Pero en nin- dos y en busca de ayuda; a la asistencia social, que hoy
gún momento el enfermo libidinal elige de manera explí- seguramente debe acusar a la falta de personal en su pro-
cita esta sexualidad entre otras, la heterosexualidad de fesión; a esa psicóloga, probablemente también devota a
las familias tradicionales entre ellas. La afección afecta, el la baja de efectivos para justificar su culpable impericia;
enfermo padece. Y como en todas las contagiosas, contagia a esa directora escolar que sabe todo, pero que no quiere
a sus víctimas gravemente y de manera definitiva. comprometer las inevitables palmas académicas; a ese ins-
Es el caso de un pedófilo llamado Lechien27, un ape- pector, cómplice de esta última, él también a la espera de
llido revelador -no es un seudónimo-, y de su abogado, un ascenso en su cuartel pedagógico; a ese alcalde de una
modesto lector de Freud, mejor dicho, un lector con pocas comuna rural y dedicada al terruño, y a la que no le gusta
que se hagan olas: el mar está tan lejos... Y a ese fiscal,
sermoneando al único héroe de esta historia, un escritor
-no hay que olvidarse de su nombre: Jean-Yves Cendrey-
que no encontraba la paz en el silencio y sabía todo sobre
el mutismo cómplice alrededor de Lechien.
Estas sesenta agresiones sexuales clasifican como un
caso de violación colectiva. Está claro que todo chivo
expiatorio tranquiliza: no se necesita pensar, reflexionar,
analizar, indignarse, decir que no. Un poco de cobardía,
de ruindad, una bajeza sin nombre, y Lechien va a la cár-
cel y la directora y el inspector vuelan hacia el ascenso,
El enfermo merece ser tratado y los hijos de puta, un cas-
tigo. Hace poco, esta clase de silencio llenaba los trenes que
viajaban a las cámaras de gas.

A veces uno se pregunta cómo algunos pudieron colaborar


con el régimen fascista de Vichy, mandar a sus compañe-
ros de escuela a campos de concentración, a sus amigos al
matadero nazi o a sus amantes a las cámaras de gas. Mien-
tras había gente que hacía volar las torres de transmisión,
colocaba minas en las vías de tren y transportaba correo
para la Resistencia, también había dandis estrafalarios,
oportunistas inefables, perdedores y fracasados de baja
estofa, envidiosos carcomidos por pasiones oscuras, que
encontraban la oportunidad de vengarse del mundo y se
reunían en la rué Lauriston, a pasos de sótanos y bañeras
de siniestro recuerdo.
El traidor, la basura, la escoria, existen desde siempre.
Llamemos a este fenómeno el principio de Judas, quien
tuvo la moral suficiente como para odiarse por lo que era
y colgarse de las ramas de una higuera. El infiel traiciona; tud prodigada los excite y despierte en ellos el vicio que
él fue fiel, y en eso que fue hay que buscar las razones de siempre termina aflorando. La realidad está compuesta de
lo que un día acontece más allá de toda lógica... Sólo apa- tal manera que existen prosperidades evidentes en el vicio
rentemente, porque creo que la deslealtad, en el caso del y desgracias eternas en la virtud. ¿Habría que dejar de ser
miserable que se declara culpable, apura las cuentas de virtuoso por eso? Por supuesto que no, porque en un uni-
una lealtad que un día le pesó. verso sin Dios, la única moral que cuenta es la de no haber
Con el paso del tiempo, he perdido la cuenta de los contribuido a la maldad del mundo.
que un día me traicionaron. Ese día no tiene nada de par-
ticular, para el enfermo es simplemente el día en el que
la gota colmó el vaso de un alma demasiado cargada de
impurezas acumuladas. Todos estos hijos de Judas tienen
algo en común: yo nunca ahorré esfuerzos a la hora de
darles todo, de hacerles un bien, de ayudarlos, de apo-
yarlos, de hacerlos avanzar: una columna que rechacé en
una revista o en la televisión, soplándole al oído del que
me la había propuesto el nombre de alguien que podía
ocuparse de ella; un libro publicado en colaboración; una
dedicatoria como epígrafe en uno de mis libros; regalos
de viajes verdaderos y de gran belleza; homenajes públi-
cos y constantes; asociaciones intelectuales -la mayoría
de las veces una yunta entre un elefante y un ratón-;
exposiciones que se pudieron hacer gracias a mis contac-
tos; prefacios y textos de circunstancia; dinero prestado;
mi departamento puesto a disposición (y a veces hasta la
cama...). ¡Y tutti quantü
¿Por qué entonces pagar esta amabilidad con tanta
maldad? Quizá porque el don provoca sistemáticamente
la obligación del contra-don, y uno se ofusca por tener que
cumplir con esto. Porque sólo las naturalezas nobles, gran-
des y generosas saben recibir con sencillez, sin que la vir-
dan llevarse su audífono durante el apuro del gran día...-
se puede agregar un parlante al equipo. No regateemos:
si queremos que la comunicación pueda establecerse
a pesar de las dificultades de transmisión en el más allá
-porque está lejos, el más allá...- va a ser necesario, a falta
de buenas operadoras a la vieja usanza, invertir en equipos
de calidad. ¡Marche entonces el accesorio extra! Y ense-
guida un débito de mil quinientos euros de su cuenta.
El teléfono cargado puede empezar a funcionar una vez
que ha sido enterrado. Dos timbres despiertan al muerto
-porque algunos están atontados, ausentes o descerebra-
dos, en sentido metafórico claro está-, que no está obligado
a revolcarse en su tumba. Hasta una oreja distraída puede
ser suficiente. Se puede usar todo el crédito entreteniendo
¡Un escándalo! Una amiga -gracias, Josette...- me envió por al difunto con las últimas noticias del mundo. No hay duda
correo una copia de un cable de la Agencia France Presse, de que escuchará con atención y agrado, porque allí donde
con fecha del 5 de febrero de este año. El documento me está no tiene nada para hacer.
informa que un alemán acaba de dar los últimos toques a un Este hijo de Goethe -recordemos su nombre porque se
"teléfono tumbal" -el copyright del objeto y el nombre per- lo merece: Jürgen Bróther- tuvo esta idea genial cuando
tenecen a este bruto inventor...- cuya función, muy simple perdió a su madre. Frente al ataúd, al darse cuenta de
en realidad (¿cómo no haber pensado en esto antes?), per- que no había tenido tiempo de decirle todo, él extrapoló,
mite hablar con el muerto que uno quiera. El objeto se pre- pasando de su pequeño caso personal a una gran causa
senta bajo la forma de una especie de caja de zapatos con universal. Alabado sea: su filantropía abre un abismo sin
un tubo de teléfono, que puede ser recargado una vez que fondo. Desde entonces, ha puesto toda su inteligencia al
se ha agotado el crédito de doscientas horas de conversa- servicio de este invento extraordinario. Sobre todo porque,
ción... Si uno no es demasiado charlatán -a veces los muer- partiendo de una constatación de sociólogo -porque el
tos son poco locuaces...- y ha acumulado mucho crédito, tipo también es sociólogo en sus ratos libres...-, Jürgen se
puede hacerlo durar hasta un año entero. dio cuenta de que en los cementerios uno no puede hablar
Un detalle importante: para los muertos un poco cor- tranquilamente con sus cadáveres preferidos: efectiva-
tos de oído -sobre todo aquellos que negligentemente olvi- mente, siempre puede haber una oreja dando vueltas por
ahí -los sepultureros lo saben-, viva o muerta y enterrada.
Así, uno no puede contarle de entrada al esqueleto las noti-
cias recién cosechadas en Voici o Gala, esas gacetas metafí-
sicas sobre las vanidades de este mundo.
¿Cuál podría ser la moraleja de esta historia? No defe-
nestremos al teutón, él se basta solito. Pero concluyamos
con esta enseñanza extraña: la gente habla, pero la mayo-
ría de las veces le importa poco su interlocutor. Digo más,
si me permiten, cuando ellos eligen una víctima para dar
rienda suelta a su verborragia, ni siquiera necesitan una
oreja de carne y hueso. Con frecuencia, con gran frecuen-
cia, con demasiada frecuencia, el hablador sólo se preocupa
por sí mismo y, como dice el filósofo arriba de su zócalo,
con el mentón en la mano, objetiva y cosifica al otro. Aun-
que en este caso, digámoslo con claridad, más cosificado, Todos los días recibo un centenar de e-mails, una docena
más objetivado que esto, la muerte... de cartas y una decena de llamados telefónicos. Salvo a los
insultos, amenazas y palabras injuriosas, respondo a todos.
Brevemente, por supuesto, porque una respuesta detallada
terminaría devorando todo mi tiempo disponible. Una o
dos frases, una fórmula de cortesía, porque en teoría lo
esencial es proponer una solución a la pregunta formulada
-si se trata de una pregunta-, y yo nunca intento eludirla.
En un gran número de casos, se trata de señales de sim-
patía, conmovedoras, emocionantes. Pero también existen,
de manera recurrente y estadísticamente estables, una
manada de delincuentes relaciónales preparados para
disparar sin una legítima razón... Un mensaje típico: ama-
ble, a veces demasiado agradable, casi almibarado, obse-
cuente, género retórico a punto caramelo. Le respondo.
Y ahí arrancan las hostilidades, respuesta a mí respuesta:
¿en serio, dos frases? ¿Nada más? A continuación siguen la comida pero con platos cubiertos de hiel. Así es como
las injurias habituales. No es necesario dar detalles. se fomenta la maldad a través de terceros. Terminar con
Curiosa dialéctica: la aparición mediática -porque con la negatividad, ese es uno de los imperativos categóricos
frecuencia estos cagatintas que sufren de autocombustión hedonistas; por el contrario, darle medios para existir, o
no leen los libros en cuestión- desencadena en el quejoso incluso para reiterarse, he aquí una prueba indiscutible de
un supuesto derecho sobre el autor y decreta un cierto deber delincuencia relacional...
en este último. ¿Qué derecho? El de disponer del tiempo ¿Qué se puede hacer? ¿Desconectar la computadora?
del otro, de usar y abusar de su disponibilidad, el derecho ¿Sellar el buzón? ¿Arrancar los cables del teléfono? No,
de someter la libertad del escritor al propio capricho, a su claro que no. El mundo corre por esos canales, y tratar de
mezquina exigencia elevada al rango de necesidad metafí- apartarse de ellos no tiene ningún sentido. Por el contra-
sica de primer orden. En cuanto al autor, es su deber res- rio, bendigo secretamente al que cuida el tiempo del que
ponderle de manera extensa, precisa y detallada, es decir, dispongo al no considerarme como un ídolo primitivo que
dedicar un libro entero a su inquisidor miniatura. puede ser picado con agujas de brujo charlatán. La malicia
Otro tipo de rebaño constante son los bienintenciona- es lo que mejor repartido está entre todos, incluso cuando
dos: me "aman", me "veneran", me "adoran". Con ellos, viene recubierta con las mejores intenciones porque, como
todo es siempre hiperbólico... Pero, afectados y falsamente todo el mundo bien sabe, de ellas está plagado el camino
escandalizados, me envían ese texto, esa página, esa crítica, al infierno.
ese portal de Internet -con el link adjunto para facilitarme
la tarea- en el que me tratan de nazi, de fascista, de fanfa-
rrón, de basura, de hijo de puta, de cabrón. ¿Acaso no vi
todavía esta colección de calumnias e insultos? En el caso
de que este odio me haya pasado inadvertido, lo compar-
ten conmigo, con preocupación y un marcado afecto, por
supuesto... Luego viene la fórmula de cortesía en la que me
aseguran, obviamente, sus buenas intenciones.
Si hubiesen leído a un tal Michel Onfray, por ejemplo,
sabrían que una de las prácticas del hedonismo consiste en
evitar al otro el dolor y el sufrimiento. Mientras que divul-
gar el odio de un tercero con la excusa de la ofensa hace
que la violencia alcance su objetivo, como volver a repetir
tividad de nuestras civilizaciones postmodernas, por ende
capitalistas, en su versión liberal.
El elector del No es populista, demagogo, extremista,
reactivo y de marcado descontento. Es el prototipo del
hombre del resentimiento. Su voz, de hecho, se mezcla con
la de todos los fascistas, izquierdistas, altermundialistas y
otros partidarios vagamente vichystas de la Francia enmo-
hecida, esa vieja historia que quedó totalmente atrás de
la alegre globalización. Digámoslo claramente: un sobera-
nista es un perro.
Por el contrario, el elector del Sí es genial, lúcido, inte-
ligente. Tiene una chequera abultada, un cerebro inmenso,
una gigantesca visión del mundo, un sentimiento de la
generosidad hipertrofiado. Egresado de la universidad,
feliz poseedor de una flamante biblioteca de la colección
La gente que va a votar No a la Constitución europea es "La Pléiade", dueño de un saber ilimitado y de una asom-
idiota, bruta, imbécil, inculta. Poder adquisitivo limitado, brosa sagacidad, además de tener un departamento en la
cerebro limitado, pensamiento limitado, sentimientos limi- dudad, ser urbano convencido, parisino en el mejor de los
tados. Sin diplomas, sin libros en sus casas, sin cultura, sin casos. Sabe hacia dónde va la historia, de hecho ya instaló su
inteligencia. Viven en el campo, en las provincias. Campe- sillón en ese sentido, y no se pierde ninguna de las manías
sinos, pueblerinos, pajuéranos, rústicos. No tienen sentido de su siglo. ¿El progreso? Lo conoce de cerca. ¿El miedo? Lo
de la historia, no saben a qué se parece un gran proyecto ignora. El debordiano Philippe Sollers, el sartreano BHL y
político. Ignoran el gran avance del progreso. Están muer- el kantiano Luc Ferry se lo pueden confirmar.
tos de miedo. Por supuesto, el partidario del Sí le dio su voto a Maas-
En otra época, estos mismos débiles votaron No al Tra- tricht y constató, como estaba previsto, que los salarios
tado de Maastricht, ignorando que el S iles iba a aportar el aumentaron, que el desempleo disminuyó y que la amis-
poder adquisitivo, el fin del desempleo, el pleno empleo, tad entre las comunidades se vio fortalecida. El votante del
el crecimiento, el progreso, la tolerancia entre los pueblos, Sí es demócrata, moderado, feliz, se siente bien consigo
la fraternidad, la desaparición del racismo y la xenofobia, mismo, equilibrado, se analiza hace mucho tiempo. Su voz
la abolición de todas las contradicciones y de toda la nega- se mezcla de hecho con la de otras personas que, como él,
detestan los excesos: el demócrata cristiano liberal, el chi-
raquiano convencido, el socialista mitterrandiano, el direc-
tor de empresa humanista, el ecologista mundano. Es muy
difícil no ser partidario del Sí... Ciudadanos, ¡piensen antes
de cometer algo irreparable!

La muerte de Juan Pablo II confirmó lo que pienso de la


camarilla periodística... ¡definitivamente no le temen ni a
Dios ni al Diablo! Ya perdí la cuenta de la cantidad de veces
que me llamaron de diarios, radios, canales de televisión,
tanto de París como de provincia, y también del exterior,
para preguntar mi opinión sobre la muerte anunciada del
Papa, su muerte programada, su muerte en vivo, su muerte
real y el después de su muerte. Algunos hasta me pedían
que les escribiese algo sangrientamente antipapista. Tres o
cuatro hojas...
No respondí a nadie, salvo un texto breve para la
Agence France Press que también me venía persiguiendo;
lo hice para calmar los pedidos y para aclarar que, por
supuesto, tenía mucho para decir sobre un pontificado
de tan largos veinte años pero me parecía que, como Juan
Pablo II todavía no había sido ni enterrado, se imponía un
mínimo de decencia. Porque no es mi estilo andar escu- Los polacos saben que la modernidad se alimenta esencial-
piendo sobre el cadáver de un hombre, aunque haya sido mente de virtualidad mediática, lo que explica la pertinen-
un adversario en el campo de las ideas. El escupitajo no cia misionera de usar tales armas. Que Benedicto XVI haya
forma parte de mi arsenal conceptual, sí más bien del de reservado su primera intervención para la prensa lo con-
un buen número de creyentes que salivan frente a la sola firma: la Iglesia les debe a los periodistas unos caramelos
aparición de mi sombra. a cambio de su fiel y leal servicio. Perdónalos, porque no
Sin embargo, de esta avalancha de pedidos destaco saben lo que hacen.
una pregunta recurrente porque no corresponde a la polé-
mica inoportuna: ¿cómo explicar la histeria -la palabra no
es m ía- de la muchedumbre en esta ocasión? He aquí uno
de los factores que lo explica: Juan Pablo II fue un verda-
dero devoto de la religión catódica. Como primer Papa
elegido en la era mediática, supo utilizar en su provecho
la religión de la imagen frente a la cual nuestra moder-
nidad, bañada en devoción, se pone de rodillas sin ver-
güenza alguna.
De esta manera, la larga y dolorosa enfermedad del
ciudadano Wojtyla exhibida durante más de diez años,
la decadencia de su cuerpo transformada en espectáculo,
el fin anunciado mediáticamente, la agonía emitida en
directo, el cadáver expuesto a las cámaras fotográficas y de
filmación de todo el mundo y luego a una muchedumbre
con sentimientos no del todo claros, el funeral retransmi-
tido al mundo entero, todo esto lo confirma: este Papa fue
realmente el hombre más filmado y fotografiado de todos
los tiempos, en todas sus formas e investiduras, incluida la
del sudario.
¿Por qué? Fue con fines cristianos apologéticos: mos-
trar la Pasión en directo, dar testimonio en la pantalla
chica de los valores cristianos, evangelizar vía imágenes.
LA VIDA DE LOS BICHOS BOLITA sas vías en dirección del bien supremo, incluso que existen
varias definiciones de este famoso bien supremo...
Sin embargo, en más de veinticinco siglos de filosofía
occidental, aunque hayan aparecido muchísimas maneras
diferentes de acceder a él, el objetivo sigue siendo el mismo:
relacionarse con uno, con los otros y con el mundo de una
manera suficientemente controlada como para poder ser
dueño de sí mismo en cualquier circunstancia. De ahí el
trabajo sobre los propios deseos: no desear más de lo que
puede ser satisfecho; no querer lo imposible y contentarse
con lo realizable; no confundir los deseos con la realidad.
De ahí proviene también la preocupación por la intersubje-
tividad pacificada: elegir la mansedumbre y los mansos y
rechazar la maldad y a la gente malvada; preferir al hom-
Querer llevar una vida filosófica en un mundo en el que bre de palabra, capaz de asumir y cumplir con sus compro-
globalmente se ignora hasta el sentido mismo de la palabra misos, frente al delincuente relacional amnésico dedicado
filosofía, ¡he aquí algo que lo expone a uno a las mayo- completamente a su engreimiento autista.
res decepciones! En efecto, la mayoría se contenta con una Ahí donde el bicho bolita, previsible, lleva adelante
existencia de mamífero, banal, indexada en lógicas etoló- aquello para lo que ha sido naturalmente programado, el
gicas y hormonales. Ya que no hay una diferencia de natu- aspirante a filósofo pone en marcha una cultura del asce-
raleza entre los hombres y las bestias, sólo una diferencia tismo: rechaza los honores, las riquezas, los poderes, salvo
de grados. Conozco a algunos cuya vida se parece en todo el poder que ejerce sobre sí mismo. Como no se deja enga-
a la de los bichos bolita, incentivados únicamente por las ñar por la vida mundana, se mantiene alejado y prefiere
feromonas de sus congéneres... una vida de meditación y de acción con respecto a la sabi-
¿A qué se parece una vida filosófica? Presupone un duría adquirida.
motor existencial ideal y no sólo un motor biológico. Antes Mientras que el artrópodo se conforma con obede-
de cualquier acción, se necesitan una serie de proposiciones cer las señales de su tribu, que se mueve para vivir, para
teóricas en función de las cuales uno puede luego organizar dominar su territorio -d e algunos centímetros cuadrados
su vida cotidiana en detalle. Claro que se puede alegar que bajo una piedra-, para subordinar a una hembra, copular,
hay una gran cantidad de escuelas de sabiduría, numero- reproducirse y duplicar a sus semejantes, el Homo sapiens
intenta subir algunos escalones para alcanzar un poco
menos de naturaleza y un poco más de cultura. Llevar ade-
lante una vida filosófica significa en la mayoría de los casos
evolucionar muy solo en un mundo fuera del mundo. Para
protegerse de la vida mezquina de los bichos bolita, hay
que practicar siempre un arte severo del alejamiento, o
incluso de la más pura y simple expulsión. Porque en la
perspectiva de una vida filosófica, el bicho de las sombras
húmedas pertenece a la categoría de las plagas.

Me siento muy solo en estos tiempos al querer vivir la amis-


tad tal como la practicaban los romanos. Nuestra época,
que ha perdido la brújula, confunde la mayoría del tiempo
esta virtud sublime con pálidos ersatz28 de la camaradería o
reemplazos del amiguismo, productos de sustitución des-
tinados a las almas en pena incapaces de vivir en la sola
compañía de ellas mismas. La amistad romana alcanzaba
su pleno desarrollo bien lejos de los afectos insípidos de
una compañía agradable.
Pitágoras y Séneca han dicho, escrito y pensado todo
sobre la amistad. ¿Puede darse entre gente de condiciones
desiguales? ¿Entre el hombre y la mujer? ¿Entre miembros
de una misma familia? ¿Se puede usar la palabra en plural?
¿Acaso existen un tuyo y un mío bien separados y dife-
rentes en esta aventura? ¿O todo es de todos? Y si es así, LA INSOLENTE GENERACIÓN DE LOS TRAIDORES
¿también lo son el dinero, el esposo o la esposa, los bienes
muebles e inmuebles? ¿El interés actúa como motor? En
ese caso, ¿debemos desacreditar esta virtud? ¿Cómo enve-
jece? ¿El amigo es un otro yo? ¿Cómo conservar a los ami-
gos? ¿Qué pasa cuando muere un amigo? Etcétera.
El cristianismo desprestigió la amistad, una virtud
demasiado aristocrática y exageradamente selectiva, en la
que no hay suficiente amor al prójimo bañado en caramelo y
cursilería. Más allá de Montaigne y de La Boétie, dos roma-
nos que se escaparon y sobrevivían en el siglo XVI, ya no se
escribe más la amistad con la lengua de Cicerón. En vano
buscamos en las bibliotecas contemporáneas páginas signi-
ficativas para agregar a este bello y antiguo libro.
Es razonable, ésta no es una buena época para la virtud,
Para Fierre Orsoni
y menos aun para una virtud exigente. Porque la amistad no
brilla con fuegos platónicos, como un ídolo mayúsculo, res-
Domingo lluvioso de julio en Normandía. Nada raro... Leo
plandeciendo en el cielo de las ideas, lejos de las contingen-
el diario. Retrato de un renegado muy contento consigo
cias mundanas. Ella nombra lo que se cristaliza en presen-
mismo. Tenemos la misma edad. Poco importan su nombre
cia de pruebas de amistad: delicadeza, ternura, atención,
o su carrera emblemática, que contribuyó a la sociología
preocupación por el otro, afabilidad y bondad. Vive de lo
que se le da. Si no se la alimenta, desaparece. La prueba de de nuestra época: la generosidad de la juventud, su sentido de
la amistad, esas son las pruebas de la amistad. la rebelión, su sed de justicia, enterradas demasiado rápido
Por eso, si éstas faltaran, o si en cambio recibimos lo bajo la losa de hormigón cínico de un soberbio que quema
contrario -falta de delicadeza, brusquedad, frialdad, negli- a sus ídolos del pasado con el pretexto lamentable de un
gencia, falta de atención, sin mencionar la hostilidad o la error de juventud.
maldad, suficientes pruebas de enemistad-, podemos con- Un papá médico que se envileció en el Partido Comu-
cluir sin dudar: no hay o dejó de haber amistad. Es lo que, de nista, una mamá ama de casa, un hijo con su carnet de la
hecho, indica la muerte de esta virtud viva, poco, nada o mal trotskista Liga Comunista Revolucionaria. Egresado de la
cultivada. Porque sólo los deberes de la amistad, que son École Nórmale Supérieure, catedrático, el revolucionario
agradables, otorgan el derecho a la amistad, que es exigente. se junta con los suyos. Uno de ellos le presenta a su padre,
inspector de finanzas en el estudio de Chaban-Delmas. Este personaje es un rejunte de todo lo que caracteriza a
Y es entonces cuando se produce la conversión: nuevo la generación que tiene las riendas de nuestra época: banal-
golpe de piqueta contra Léon en nombre del alcalde de mente renegada, con frecuencia insolente, la mayor parte de
Bordeaux. Tenemos los héroes que merecemos. las veces cínica y casi siempre desvergonzada, esparciendo
El ex combatiente de la causa revolucionaria descubre sin vacilaciones la injusticia liberal como si se tratara de una
la realidad y renuncia a la ideología. Basta del esquema- peste. ¿Para cuándo nuevas -y necesarias- barricadas mon-
tismo de la enfermedad infantil. Entiende que para cambiar tadas por nuevos -y valiosos- resistentes?
realmente el mundo, hay que poner los pies en el barro -la
metáfora es suya-. En la EN A (Escuela Nacional de Admi-
nistración), la madraza de los liberales, devora los hadices de
los profetas: Tocqueville, Aron, Furet... El barro lo encuentra
en Matignon, cerca de Bérégovoy. Tenemos los héroes...
Sigamos con el barro: en Air France se ocupa de la "polí-
tica social", como la llama él. Dicho en un lenguaje transpa-
rente: limpieza de personal. Luego en la FNAC, donde es
nombrado CEO, a sus 43 años. El agitador de ideas llena los
estantes de sus bibliotecas únicamente con libros sacados
de la lista de best sellers. El lector de Pascal, Rimbaud, Stend-
hal, Chateaubriand -no corre muchos riesgos...-, alimenta
al sistema que asesina, antes de que puedan desarrollarse, a
los Pascal, Rimbaud, Stendhal y Chateaubriand de la actua-
lidad. Sin arrepentimientos: probable fidelidad a la parte
menos recomendable de Trotski...
Hoy, nuestro héroe, laico devoto, se detiene para per-
signarse delante de los monumentos a los resistentes. ¿Qué
sentido tiene honrar a estos héroes si, en una situación en
la que no se arriesga gran cosa y definitivamente no la vida
propia, uno mismo no resiste? Mejor, o peor: ¿qué significa
este tropismo resistente cuando se contribuye de manera
activa al mundo tal como está hoy en día?
papel, adaptado al terreno, una estrategia, es decir un obje-
tivo, una táctica, los medios para concretar esta aspiración
y una serie de preparaciones del cuerpo y la mente para el
día o la época previstos.
En estos niveles de competencia, el puñado de ganado-
res potenciales lleva adelante un combate en un pañuelo.
Todo competidor recurre entonces, tanto como su adversa-
rio, a todos los medios legales e ilegales a su disposición.
Desde que el mundo es mundo, sólo prosperan los vicios
y ¡ay de la virtud! ¿Qué clase de bruto elige la virtud -que,
es cierto, permite mantenerse en el camino recto, pero para
qué serviría esto en un mundo en el que todos reptan- en
lugar del vicio, que lo transforma a uno en bicho bolita,
ciertamente, pero en un bicho bolita engalanado, deco-
¡Así que Lance Armstrong se dopaba! ¡Menudo hallazgo! rado, condecorado, mediatizado, rico, cortejado, celebrado
Solo los tontos fingen haber descubierto la pólvora... por otros bichos bolita?
O lo niegan contra toda evidencia. Los tontos o los imbé- ¡Basta de hipocresía! Lance Armstrong se dopaba y fue
ciles. Porque, ¿cómo es posible imaginar que el desem- un gran campeón. Jean-Paul Sartre masticaba anfetaminas
peño que se les exige a los ciclistas del Tour de France se (Corydrane), tubos enteros diluidos en whisky, mientras
logre solamente con agua fresca, hojas verdes con unas fumaba para hacer pasar todo y escribía El Ser y la Nada:
gotas de limón y músculos de titanio? Lo mismo digo no por eso dejó de ser en su categoría un campeón del
sobre los descerebrados de las canchas de tenis, las carre- Tour de France filosófico, como consta en los manuales
ras alrededor del mundo, los estadios de Francia y otros de quinto año de la secundaria. BHL, como bien sabemos
circuitos automovilísticos... todos, admira a Sartre y lo imita en cuanto a las anfetami-
¿Qué es lo que hace que alguien sea un campeón? Ante nas; lo escribe en Comedie y confiesa tener el mismo provee-
todo, una capacidad física fuera de lo común, y luego un dor que Philippe Sollers...
equipo que piensa por él. No se puede hacer todo, no se ¿A qué conclusión llegamos? Que tenemos el derecho
puede pedalear y accionar el coeficiente intelectual de un de exigirle al cuerpo como nos plazca, incluso recibiendo
premio Nobel de física cuántica. El staff, como se dice en el una gran satisfacción inmediata junto con la gran proba-
francés de ocupación, piensa por su héroe: un plano en el bilidad de una degradación posterior. ¿Escribir la Critica
de la razón dialéctica pero pasar los últimos años de vida ASALTAR A MI PANADERA
meándose el calzoncillo, ensuciándolo con materia fecal,
errando mentalmente, viviendo como un despojo humano
a merced de cualquier ave rapaz? Hay candidatos para
esto. La forma que puede tomar el odio contra uno mismo,
una variación de la pulsión de muerte, tiene más de un as
bajo la manga.

Está decidido, mañana a la mañana asalto a mi panadera:


junto con el primer rayo de sol, entro en el negocio, agarro
tres o cuatro medialunas, una baguette, y me voy contento a
prepararme el desayuno sin pagar, llevándome como pre-
mio la mirada de desprecio de la pobre, que quería que
le largara medio euro, ¡por una miserable flauta o media
baguettel ¿Y luego qué?
Porque, en virtud del derecho natural de superviven-
cia, pero también en base a los derechos humanos que me
autorizan a disponer de medios de subsistencia, tengo
buenas razones para apoderarme de este bien. ¿Su trabajo?
Poco importa. ¿Ella pagó su mercadería? Y qué. ¿Junto con
su marido efectuaron una transformación de las materias
primas? Sí, ¿y? ¿Que detrás de estos productos hay todo
una trayectoria? Pavadas. ¿Y los gastos, los préstamos que
hay que reembolsar, los impuestos, las tasas? ¿Por qué sería republicano, pagada por los más ricos. En este caso, los
mi problema? Es mi derecho, lo tomo y ya. marchands de las compañías informáticas y telefónicas. Que
Así es como piensan los adeptos a la descarga gratuita ellos paguen los impuestos y que podamos tener una ver-
en Internet: tengo derecho, tomo lo que quiero. ¿Y si se les dadera circulación libertaria de los bienes culturales, desti-
respondiera que lo que roban es el producto de un trabajo? nados a la mayor cantidad de personas posible. ¡Y que viva
Estos falsos libertarios y verdaderos liberales no tienen la panadería socialista!
cura. Sin embargo, el pan y la medialuna, el libro y el disco
concentran una fuerza de trabajo. ¿Desde cuándo los liber-
tarios consideran el trabajo como una cantidad insignifi-
cante, tal como lo hace cualquier rapaz liberal?
¿Cómo se puede pelear para que una mucama reciba
una mejor retribución y, al mismo tiempo, considerar que
no se le pague nada a un cantante, un escritor, un fotó-
grafo? Si asaltar a mi panadera es injustificable, ¿por qué
sería legítimo hacerlo con un cantante, un novelista, un
fotógrafo o un cineasta? Ya declaré suficientes veces mi
solidaridad con los trabajadores del espectáculo para no
justificar además mayor precariedad: es decir, la más pura
y simple expoliación del trabajo intelectual y artístico.
Aclaremos que, sin embargo, milito a favor del con-
sentimiento de la descarga gratuita para el que lo hace. El
acceso al consumo cultural tiene que ser lo más libre posi-
ble. Ahora bien, yo, que defiendo los impuestos -pago los
suficientes como para permitirme esta elegancia...-, estoy
a favor de su traslado. Viva la talla y la gabela29, pero no,
como suele ocurrir en un régimen liberal, sostenida por
los más pobres, sino como en un régimen verdaderamente
tica de la razón dialéctica sobre las relaciones entre violencia
y política? Badiou, defensor de los crímenes maoístas -léase
El siglo-, cuenta los infortunios de su hijo adoptivo, negro,
arrestado por la policía mientras acompañaba a un amigo
que negociaba una bici, probablemente sin factura: ¿qué
tiene que ver esta anécdota con la crisis? Héléne Carrére
d'Encausse, con su sombrero bicornio en la televisión rusa,
ve negros polígamos por todos lados y familias numerosas
que desbordan en los monoblocks, que se aburren y por
ende rompen y queman todo. ¡Qué profundo! Baudrillard
vaticina: la nada, decadencia, desintegración, desherencia:
"¡Andá a cogerte a tu vieja!'7, dice el título de su artículo;
lo que sigue es inútil, el título lo dice todo. André Glucks-
mann asocia a los incendiarios con los que votaron por el
Un amigo francés que vive en Japón me pregunta sobre los No en el último referendo. ¡Vamos! ¡Estos nihilistas de los
disturbios en los suburbios. Para poder responderle, pre- monoblocks son del mismo calibre que los defensores de
paro los artículos de prensa, colecciono las intervenciones Saddam Hussein y de Putin! André, estás diciendo cual-
de los intelectuales, clasifico las opiniones de los filósofos, quier cosa... Le podría dedicar toda la crónica solamente a
y volveremos a hablar del tema en Navidad, cuando nos Finkielkraut: no le gustan los blancos, los árabes, los futbo-
encontremos. Mientras tanto, la pila de documentos que listas, los raperos, los jóvenes, los musulmanes; por el con-
acumulé merece que uno se detenga en ella. trario, le gusta el colonialismo, la República, Francia para
Recapitulo: Attali deplora la inacción de los políticos los franceses. Si a él no le gusta Le Pen, Le Pen va termi-
desde hace veinte años. ¡Increíble! ¿Qué hizo entonces nar queriéndolo a él... Régis Debray se queja de la falta de
este consejero del príncipe al lado del enterrador de la religiosidad, ¡que fomenta tan fácilmente el vínculo social!
izquierda durante dos septenios? Su solución: darles los ¡Ah, el agua bendita republicana, qué placebo sublime,
medios suficientes a los jóvenes de los suburbios como qué panacea! Sollers añrma que este grito tiene un único
para que puedan convertirse en empresarios. ¡Bravo! Una destinatario: Chirac... ¿Áh, sí, en serio? Malek Chebel no
idea genial... BHL no entiende nada: "energía negra", entiende, el Islam es una religión de paz y de amor, pero
"torbellino de nihilismo", "falta de racionalidad". ¿En esa no era la cuestión. Daniel Sibony recita a su Freud y
serio? ¿Este sartreano se olvidó de los análisis de la Crí- diserta sobre la regresión arcaica... Todo muy lindo...
Estoy anonadado: ningún análisis político, ningún tipo
de consideración sobre este nuevo lumpen-proletariado
que sobrevive en los monoblocks, nada sobre las palabras
que enojan y que explican: liberalismo, ley de mercado,
desempleo, miseria, pauperización, urbanismo, vivienda,
racismo, discriminación. Recusar lo político -y la política—
equivale a retroceder para saltar y volar mejor, en el sen-
tido pirotécnico del término...

Aunque se trate de una vieja cantinela filosófica (weberiana),


la clásica oposición entre la ética de la convicción y la ética
de la responsabilidad permite esclarecer más de un debate.,,
Los críticos rescatan la segunda y se ríen de la primera; los
ingenuos al revés. A un filósofo digno de ese nombre le con-
viene considerar estas instancias como dos fuerzas igual-
mente necesarias. Giorgio Agamben, un filósofo de peso
en Europa, ilustró recientemente la posición ingenua que
desencadena con tanta frecuencia la risa de la criada tracia30.
Al filósofo le agarra una rabieta contra la biometría. Pri-
mera crítica: fomenta la sospecha generalizada y nos trans-
forma a todos en criminales virtuales. Sí, ¿y entonces? Salvo
el irenista un poco inocentón o alguien cándido y un poco
retardado, o en todo caso, el filósofo adicto a la ética de con-
vicción contestataria, todos somos delincuentes en potencia.
Pregúntenle al señor Perogrullo: ¡antes del delito, todo cri-
minal comienza por ser inocente! Soy un delincuente virtual
y, mientras que no me traten como a un delincuente real, las
sospechas sobre mi persona no me molestan si provienen de
gente cuyo trabajo consiste en sospechar de cualquiera, por el
interés general y el bien público, y no por un simple capricho.
Segundo reproche: la biometría actúa siguiendo las pre-
misas de una sociedad totalitaria. Agamben activa en sü
obra con frecuencia el paradigma nazi para pensar la ciudad.
Asimismo transforma al campo en la matriz de toda política.
Ahora bien, recordemos la utilización que se le da a la foto
carnet en la economía de la Shoah... Por lo tanto, ¡temblemos
por la peligrosidad virtual de la biometría en nuestra época El filósofo australiano Peter Singer dedicó una gran parte
despolitizada! Pensar* con analogías es siempre peligroso. de su obra a defender los derechos de los animales y mili-
Ya que, frente a semejante demostración, e informados como tar por su liberación. Un accionar generoso. Sin embargo,
estamos de las lógicas del sistema concentracionario, por la la lectura de sus obras - Liberación animal, por ejemplo- me
misma razón deberíamos decretar homicida al tren, y negar- provoca un genuino malestar. Después de constatar que se
nos a todo tipo de uso del ferrocarril. ha liberado a los negros, a las mujeres, a los homosexuales,
Envuelto en su toga de convicción pura, Agamben desea que se haga lo mismo con los animales. De entrada,
anuncia públicamente que va a renunciar a cualquier tipo llama la atención...
de documento de identidad. En consecuencia, no más Prosigamos: ¿el racismo es indefendible? Estoy de
pasaporte, no más aviones, no más cursos en la universi- acuerdo. Pero entonces, ¿por qué volverse especista, dicho
dad californiana en la que enseña. Lo que no hará más que de otra manera, por qué pensar en el animal como un sub-
castigarlo a él y a sus estudiantes. Ahora bien, la biometría hombre, y entonces justificar la cría industrial, la experi-
merece menos una condena de principio que ser juzgada mentación científica, los malos tratos contra aquellos que
en cuanto a sus usos. Rechacemos el utensilio en manos son criados para ser matados y luego comidos? Por lo
de cínicos y afinemos el uso postmoderno de este instru- tanto, concluyamos: ¿por qué comer carne y no ser vege-
mento, útil para prevenir las violencias generalizadas. tariano? En efecto...
Estoy dispuesto a admitir la afirmación filosófica según
la cual existe una diferencia de grado y no de naturaleza
entre el hombre y el animal, pero sería incapaz de adherir a
la casuística desubicada de Peter Singer. ¿Realmente pode-
mos poner en el mismo plano a los negros, las mujeres,
los homosexuales y los animales? ¿Al racismo y al espe-
cismo? ¿Deberíamos acaso poner en paralelo la ignorancia
generalizada de las condiciones de la cría industrial con la
del pueblo alemán y los campos nazis? ¿Tendríamos que
preguntar(nos) por qué no aceptamos que se experimente
con un niño de menos de seis meses o con un discapaci-
tado mental, mientras que sí consentimos que se lo haga
con un simio, aunque todos dispongan de la misma capaci-
dad para sufrir más allá de la conceptualización? ¿Corres-
ponde acaso preguntarnos por qué comemos "pedazos de Al borde de la tumba, el cuerpo del rey Mitterrand apestaba
no humanos sacrificados"? En un momento de casuística a muerte; tras diez años de ataúd, huele a rosas -bueno, es
pura, Peter Singer se pregunta: ¿qué habría que hacer si, en una manera de decir. El reavivamiento de la llama mitte-
un tugurio infestado por las ratas, un niño es mordido por rrandiana recuerda demasiado al culto del Mariscal: "Que-
los roedores? ¿Es legítimo desratizar? Peter Singer deja la remos un Padre, devuélvannos el esqueleto del socialista
pregunta en el aire... ¡Increíble! que dio su cuerpo por Francia". Al responder a las pregun-
La visión del mundo antiespecista pone a todos los tas tontas de los periodistas, los franceses ponen primero a
seres vivos que sufren en el mismo plano. Luego practica la francisca, justo antes de la Cruz de Lorena31.
la amalgama: cría industrial y campos de concentración, ¿De Gaulle? La resistencia, la descolonización, las insti-
experimentación en laboratorios y tortura nazi, gusto por tuciones, la independencia nacional, el sentido jacobino del
el bife y perversión necrófaga. Los animales merecen tener
mejores defensores. Claramente hace falta una verdadera
filosofía del animal, porque bella es la bestia. Pero no puede
ser construida por aquellos que ponen enjuego el derecho
de las ratas frente al de un niño.
flores en la tumba de Pétain. ¿El socialista? Que vende, sin
Estado, la pasión por la República. ¿Mitterrand? Vichy, el
vergüenza alguna, la izquierda al liberalismo. ¿El abolicio-
ministro de la picana, el golpe de Estado permanente,
nista de la pena de muerte? Que compromete a Francia en
el abandono de la soberanía francesa, el culto barresiano
la redada anti-árabe de la guerra del Golfo. ¿El hombre de
del yo, la religión del egotismo. No resiste a la compara-
paz? Que hizo posible el millón de muertos del genocidio
ción... De esta manera, uno termina entendiendo por qué la
en Ruanda. Detengámonos aquí: cualquier tipo de elogio
única idea mitterrandiana que nunca varió fue el odio que
sobre este hombre me da la pauta sobre la calidad del alma
le tema el General.
y de la calaña de quien lo pronuncia...
¡Y ni hablemos del hombre! ¿Cómo puede ser que lo que
habitualmente queda como una banal historia de cornudo
en una comedia ligera se haya transformado con él en un
asunto de Estado? Una esposa, una amante, otras mujeres,
dos familias, una hija adúltera. ¿Y entonces? ¿Mitterrand,
personaje de novela? De teatro más bien, héroe de Labiche,
claramente no de Corneille. Monsieur Perrichon o alguna
otra figura del vodevil francés.
¿El hombre valiente frente al cáncer? Cuántos desco-
nocidos anónimos viven esta maldición con discreción, sin
por eso recurrir a astrólogos, despedir al médico de la fami-
lia para dar el espaldarazo a vendedores de polvos mági-
cos, conjurar sus temblores frente a la nada adhiriendo a
la prédica de gurúes de cuidados paliativos, creer en las
"fuerzas del espíritu" que miran televisión post mortem,
pedir que les envíen a domicilio las reliquias de Teresa de
Lisieux o poner helicópteros de la República al servicio de
las visitas de Jean Guitton, viejo filósofo que nunca renegó
de su pétainismo. De Gaulle era Michelet y Bergson, Mitte-
rrand fue Alain Decaux y Jean Guitton.
¿El hombre de la fidelidad y la amistad? Que invita a
los fascistas de su juventud a Latche, el lugar de las afini-
dades electivas. ¿La figura de izquierda? Que hace colocar
que se rebelan frente a su visión del mundo, homosexuales,
libertinos, librepensadores. ¿Podemos creer entonces que, si
resucitase en nuestra época, el susodicho Profeta dudaría un
segundo en reemplazar su cimitarra por una bomba?
Por otro lado, cuando la pólvora musulmana habla en
todo el planeta, no se ve a los defensores de esa famosa reli-
gión de paz, amor y tolerancia, bajar en masa a las calles para
manifestar su reprobación hacia los criminales que revindi-
can un Corán que no impide que se inspiren en él para come-
ter semejantes crímenes, todo lo contrario. ¿Acaso son mode-
rados aquellos que consienten el fanatismo de los otros?
Que un musulmán crea que la carne de cerdo es inco-
mible, el alcohol intomable, la cabellera de una mujer obs-
cena por definición, y blasfema la representación del rostro
Nuestros islamólogos patentados lo machacan constante- de un profeta que fue hombre, allá él. ¿Pero por qué yo
mente en los medios: el Islam es una religión de paz, de también debería creerlo, bajo pena de muerte? El caso de
amor y de tolerancia. Sí, claro... Pregúntenle a Salman las supuestas caricaturas (como la del velo), saca a la luz
Rushdie, al cadáver de Theo Van Gogh, a los homosexuales un síntoma mayor: de ahora en más el Islam se cuela por
torturados en los calabozos musulmanes, a las mujeres sos- los intersticios del viejo mármol de una Europa que ya no
pechadas de adulterio y asesinadas en un estadio afgano. cree más en sí misma, en sus valores, en sus virtudes, y esto
Interroguen también a los dibujantes daneses, ¡tan tontos antes de la destrucción definitiva.
como para creer que la libertad de expresión es universal! Para evitar los mismos clichés de siempre sobre el
En toda la superficie del globo, los musulmanes -de quie- Islam, quien no haya leído al menos una vez el Corán entero
nes se aclara que se trata de fanáticos- incendian, queman y debería abstenerse de dar su opinión. Una vez que lo haya
amenazan de muerte, en razón de que existe una caricatura terminado, ese lector informado de los recurrentes dichos
del Profeta con un turbante en forma de bomba. ¿Una carica- misóginos, antisemitas, intolerantes, violentos y belicosos,
tura? ¿Dónde están la exageración, el exceso, la desmesura que podrá emitir un juicio de manera legítima. Entonces podre-
la definen? Hay una cantidad increíble de suras del Corán que mos abordar el desafío lanzado a la cara de Occidente:
muestran cómo Mahoma invita a pasar por el filo de la espada ¿continuamos con la Ilustración o volvemos a la barbarie
a los judíos, a los infieles, a los ateos, a los cristianos y a otros feudal? Dicho de otra manera: ¿la libertad o la muerte?
cardenales electores en el cónclave, no consideró que ese
pasado fuese suficientemente pestilente como para guiar a
los ancianos hacia otro nombre. Dios es amor...
Claro que se puede decir que el muchacho no pudo
elegir, igual que millones de otras personas en esa época.
Como Eichmann, de hecho, se contentó con obedecer, con
no rebelarse, aceptando, consintiendo, rindiéndole tri-
buto al partido nazi. Igual que Eichmann, no asesinó con
sus propias manos. Como Eichmann, argumentó no haber
tenido opción. Igual que el cristiano Eichmann, el Papa
afirma que para los demás existe el libre albedrío y lo que
le sigue: la culpa, las faltas, por ende el castigo, la conse-
cuente expiación... Pero solamente para los demás...
Pero esto podría no ser lo más grave. Después de todo,
Al momento de escribir su diario, Ana Frank tiene 13 años. no ser un héroe no transforma a nadie en un hijo de puta
Aunque está en una habitación minúscula/separada de un de facto... Pero si cuando éste se ha vuelto jefe del Vaticano
mundo al que la une solamente una radio, habla en 1942 de proclama dentro del recinto de Auschwitz que el nazismo
"cámaras de gas", de persecuciones a los judíos, de acoso, es producto de un "grupo de criminales", que el pueblo ale-
de deportaciones en vagones para ganado, del mismo trato mán ha sido engañado por ellos, a pesar de haber votado
para mujeres, viejos y niños, de familias separadas. El 3 de democráticamente como un solo hombre, que los crímenes
marzo de 1944, habla de "millones de personas [...] asesina- nazis constituyen "un ataque contra el cristianismo" (!),
das o gaseadas sin miramientos". Verifíquenlo... nos vemos obligados a hacer un poco de historia. ¡Los cató-
En 1939, un niño llamado Joseph Ratzinger, seminarista licos son tan descarados con la memoria!
en Baviera, entra a las Juventudes Hitlerianas. Con algunos Recordemos que Pío XII firmó un convenio con el
meses de diferencia, los dos niños tienen la misma edad. El nazismo; que el Vaticano nunca puso Mein Kampf en el
futuro Benedicto XVI permanecerá allí hasta el final de la Index, lo que sí hizo con Montaigne, Descartes, Sartre,
guerra. En 1944, tiene 17 años. A lo largo del medio siglo Bergson y miles más; que ningún nazi fue excomulgado
restante, ni la más mínima explicación, ni una gota de arre- por pertenecer a una ideología criminal -a l contrario de
pentimiento, ningún remordimiento, ese deporte nacional los comunistas, que fueron excomulgados en bloque-; que
de los católicos. Cuando Dios todopoderoso inspiró a los el Vaticano permitió, con sus pasaportes diplomáticos y su
red de evasión vía los monasterios alemanes, suizos e ita-
lianos, la fuga de criminales de guerra que así evitaron a la
justicia; que Hitler no era pagano sino deísta, y ni hablar
de anticristiano; que su libro elogia a Jesús echando a los
mercaderes del templo: judíos...; que celebra la grandeza
de la máquina imperial cristiana, y por consiguiente del
Vaticano; que los cinturones de sus militares ostentaban
el lema "Dios con nosotros", un eslogan muy poco ateo...;
que frente a la estrella amarilla y el triángulo violeta o rosa
que estigmatizaba a los judíos, a los Testigos de Jehová y a
los homosexuales, no hubo ningún signo contra los cristia-
nos, que jamás fueron perseguidos como tales... Etcétera.
El viaje reciente de Benedicto XVI a Auschwitz prueba que
Pío XII no tendría por qué avergonzarse de su sucesor... No confundamos al filósofo que no rechaza el canal mediá-
Ana Frank tendría la misma o casi la misma edad que el tico que eligió para transmitir algunas de sus ideas, con
Papa actual. aquel que formatea su trabajo para mantener su visibili-
dad y luego le saca partido a través de las tareas consus-
tanciales a su profesión: tribunas periodísticas, dirección
de colecciones, artículos de opinión, prefacios y coloquios
sobrefacturados, anticipos de contratos que quedan en la
nada y otras posiciones de poder en el campo intelectual.
¿Cómo separar el grano de la cizaña? Vimos a Foucault,
Bourdieu y Derrida en televisión. Aunque no en cualquier
lado. Hay otros que sí aparecen en todos lados, multipli-
cando las oportunidades para que ocurran accidentes que
los revelan más y mejor. Un ejemplo: se publica un libro
que se llama Aprender a vivir, subtitulado Tratado de filoso-
fía para uso de las jóvenes generaciones. Linda música, bonita
cantinela, no se entiende muy bien por qué pero la canción
suena bien: ya se presiente que será un éxito de ventas...
¿Cuál es el problema? El título imita al de la última obra
de Jacques Derrida, Aprender por fin a vivir, libro de conver-
saciones con un egresado de la École Nórmale Supérieure,
periodista free lance en un periodicucho de la tarde, que con
esto tuvo su hora de gloria de la que parece que le cuesta
reponerse. El subtítulo proviene de un desvío similar, pero
en este caso del Tratado del saber vivir para uso de las jóvenes
generaciones, de Raoul Vanegeim. Si esto fue consciente, es
hábil y pérfido, ya que el autor de la fechoría hizo la mayor
parte de su carrera en el odio a Derrida y a las ideas de
Vaneigem; si fue inconsciente, resulta todavía más revela-
dor del personaje... Porque observemos un poco qué es lo
que desapareció en el robo: ¡"por fin" y "saber vivir"! Exac-
tamente lo que le hace falta al autor del latrocinio: por fin
saber vivir. Una lección en forma de retorno de lo reprimido. Debo decirte que Rastignac33 es mi dios, mi héroe y mi
El mismo estafador admite que este libro proviene de verdad. Hubo una época en la que enseñaba filosofía en
un curso improvisado, sin biblioteca ni referencias, que le un colegio secundario de Normandía. Corregía deberes
dio a su hija en vacaciones, en un país en el que el sol se lamentables, muy lejos de la idea que me había hecho de
acuesta a las 6 de la tarde -vacacionar en Dunkerque esta- mi carrera. Y sobre todo de mí mismo. Es por eso que dejé a
ría fuera de lugar-. El filósofo tiene una memoria de ele- tu madre, renuncié al colegio, abandoné mi provincia pio-
fante, porque se pueden contar con los dedos de la mano josa y me fui a París, donde me dediqué descaradamente a
las páginas que no tienen de dos a tres citas extensas de la seducción, a las lisonjas y a la adulación.
autores oficiales del programa de filosofía... ¿El nombre del Durante años usé la crónica filosófica de un diario ves-
malhechor? Ahora es mi turno de desviar. Lacan, muy útil pertino para ensalzar a mediocres útiles, elogiar los valores
en este caso de atraco, diría: Luc Fairire32... seguros e insultar a las pocas mentes libres. Acúsalos de
demagógicos, de populistas, de mentirosos, de falsificado-
res. Cuanto más exageres, mejor. La perfidia en un diario
de gran circulación es interpretada como signo de un espí-
ritu independiente. Así uno disimula mejor su estrategia..,
A fuerza de acumular bajezas, logré entrar al Centre
National de la Recherche Scientifique: para eso basta con
dorarle la píldora en tu diario a los mediocres que integran
el jurado de admisión y, sobre todo, escribir las peores cosas
sobre sus adversarios o enemigos. Es mágico: enseguida
todos son tus amigos y reina el "hoy por ti mañana por mí".
La suma mensual asignada para investigar sin obligación
de encontrar nada es muy desahogada, te lo aseguro.
Mi posición actual me permite arreglármelas. En la
UNESCO, por ejemplo, puedo hacer desaparecer en una La filosofía feroz
tarde el presupuesto anual de útiles escolares de un cente-
nar de pueblos africanos. Basta con vender mi nombre -en
realidad, el del diario-: le hago tres preguntas tontas a un
panel de crédulos y me voy después de haber embolsado
el tesoro filosófico. Uno pierde el alma, es verdad, ¿pero
de qué sirve un alma cuando entre la gente útil nadie tiene
una? Te lo digo claramente: véndete, hija mía, el vicio es
tanto más satisfactorio que la virtud. Y, además, verás que
al rodar en ese lodo ya no necesitarás un analista.
LA GEOGRAFÍA DE LA ETERNIDAD ENGARZADA

Me parece cada vez más que el filósofo, que necesaria-


mente es un hombre del mañana y del pasado-mañana,
se ha encontrado y debía encontrarse siempre en contra-
dicción con el presente: su enemigo ha sido siempre el
ideal de moda. Hasta aquí, todos esos extraordinarios
pioneros de la humanidad a los que llamamos filósofos
y que rara vez han tenido el sentimiento de ser enemigos
de la sabiduría, que se han considerado más bien locos Soy nativo de una Normandía pegada a la región de Auge,
desagradables y enigmas peligrosos, se han asignado una una tierra de tarjeta postal con vacas marrones y blancas
tarea dura, involuntaria, ineluctable, pero grandiosa: ser que rumian en medio de pastizales verdes o de huertos de
la mala conciencia de su época. manzanos vencidos por el peso de las frutas redondas y
rojas. Mi pueblo natal se encuentra en la intersección de
F. Nietzsche, Más allá del bien y del mal, §212. ese paisaje y una llanura modesta en la que se cultivan los
cereales ondulantes, trigo y cebada, avena y maíz. Y siem-
pre el agua, en todas sus formas: la lluvia, el rocío, la llo-
vizna, los charcos, las charcas, los arroyos, los ríos, todo
el conjunto dando a los verdes normandos sus magníficas
tonalidades. Soy de esta tierra, y probablemente me des-
compondré en ella.
Es por ello que amo Córcega. Esas son las razones
por las que ella es mi lujo. Brinda la perfecta antítesis de
mi cotidianeidad: el Mediterráneo, contra el tropismo
inglés de Normandía; África, contra las tierras hiperbó-
reas y frías al borde del canal de la Mancha; el sol, con- magníficos de un contemporáneo de los griegos y de los
tra los siempre ricamente cubiertos y trabajados cielos de romanos, de los africanos y de los fenicios, sabiendo recor-
Boudin; las antiguas virtudes, casi feudales, de una isla en dar que en la época de las primeras huellas, hoy desapareci-
la que se puede practicar, casi sin arriesgarse al ridículo, das, también se incluía a los libios -descendientes del filósofo
la palabra dada, la amistad, la hospitalidad, la fidelidad y Arístipo de Cirene, el inventor del placer-, primeros ocupan-
otras riquezas descuidadas por el continente, preocupado tes curiosos de la isla devuelta a los misterios. Entonces, en
por imitar la inmoralidad marchita de los anglosajones. la tierra que lindaría con esta pequeña gran casa, a falta de
En Córcega me siento africano, encendido, incandescente, arcilla normanda, aceptaría una tumba con vista al mar.
contemporáneo de los presocráticos y de Homero.
Allí, como en los cinco o, seis países de África en los
que he experimentado demasiado brevemente el calor, el
desierto, el silencio y el espacio, gozo de un tiempo lujoso,
de estadías magníficas. Mientras el continente vive bajo
el principio de un tiempo identificado con el dinero, el
Mediterráneo reactiva el registro de las Geórgicas de Virgi-
lio: tiempo prehistórico, en el sentido etimológico de antes
de la historia, tiempo de las estaciones y de la tierra, de los
planetas y del mar, del cosmos y de los viñedos. Los hom-
bres aceptan someterse a él exactamente a la manera del
mineral o del vegetal, consintiendo a la necesidad con la
voluptuosidad de quien conoce la eternidad engarzada
en el uso voluptuoso del presente.
Es por ello que, pese a no tener la fantasía del propie-
tario, cuando me da por soñar en las cuatro paredes que
podría comprar me las imagino en Córcega, modestas en su
construcción pero lujosas por la vista: quisiera poder mirar
el mar desde una terraza y ver cambiar sus colores -azules,
verdes, turquesa, negros, violetas, malvas y grises-. Luego
espiar, surgidas de la ola, la aparición de figuras que ace-
chan La llíada y La Odisea. Experimentaré allí los tiempos
TENDREMOS LA FILOSOFÍA FEROZ de izquierda pese a la vivacidad de la corriente crítica que
lo sostiene, todo ello caracteriza la llegada de la nueva era
a la que ingresamos con la cabeza gacha...
La realización de Europa supone, tras la desaparición
de los Estados-nación -ese primer tiempo de una dialéctica
sombría- la realización de una federación llamada, tarde
o temprano, a reemplazarla íntegramente: con su Constitu-
ción, su Parlamento, su jefe de Estado, sus leyes, su derecho,
Europa prepara y anuncia el ineluctable gobierno planeta-
rio del que ella y el euro son sólo las premisas indoloras.
A futuro, el liberalismo apunta al imperio sobre la totali-
dad de las tierras y de los pueblos del planeta. Nos encon-
tramos al alba de ese nuevo colonialismo.
Ahora bien, la moneda común no justificaba la moneda
El euro actúa como un siniestro acelerador del proceso libe- única. Tanto es así que con la banca electrónica y las tarje-
ral dominante. Anunciado desde hace algún tiempo, pre- tas bancarias ya disponíamos de una real moneda planeta-
cipita la muerte del Estado-nación. Como tal, contradice ria -y no tan sólo local, como lo es el euro en la zona limi-
sintomáticamente los logros de la Revolución Francesa, tada a los intereses del club de los países industrializados
reducidos a una porción mínima. Los plenos poderes del y burgueses-. El dinero liberal dispone desde entonces de
dinero, la abolición del Estado como máquina reguladora sus iconos, de sus fetiches: liberales de izquierda y liberales
de las contradicciones de la vida social, el fin de la indepen- de derecha, que se reparten alternativamente la gestión y la
dencia monetaria, y por lo tanto económica y política, la administración del capitalismo, comulgan con esos símbo-
imposible cristalización activa y eficaz de un voluntarismo los. Su pan y su vino, su eucaristía...
Nuestra época debe vivirse, entonces -seamos hege-
lianos, una vez no hace costumbre...-, a la manera de la
culminación de un ciclo. Fin de siglo, de milenio y de civili-
zación. El nacimiento del euro da cuenta, paradójicamente,
del fin de la preeminencia de Europa en el mundo. Ante
el cadáver de esta entidad difunta, las monedas y billetes
valen como certificado de defunción, no de nacimiento.
Se cree que se hace Europa, pero de hecho se embalsama su
cadáver antes de la superación, negación y cumplimiento
de esa antigua figura en un gobierno planetario convo-
cado enérgicamente por el liberalismo y sus predicadores
-comerciantes, banqueros, financistas, economistas, corre-
dores de bolsa, políticos...-.
Ya los mercados, las transacciones y la circulación de
flujos que ignoran las naciones se burlan de las fronteras
y de las patrias -y por lo tanto de aquellos que sufren
allí como víctimas del capitalismo- y dan cuenta de esta
nueva religión: existieron las pirámides egipcias, los
templos griegos, los foros romanos y las catedrales euro-
peas; de aquí en más habrá que contar con las bolsas de
las megalópolis. El liberalismo es una religión, el euro su
profeta; el planeta, su territorio... He aquí el tiempo de los Siempre me ha parecido ridicula esa idea de que la mujer
asesinos. De Rimbaud, esta otra profecía inducida: "ten- sería el futuro del hombre. Viniendo de un poeta que se ha
dremos la filosofía feroz". afanado en encontrar el camino de los niños varones desde
la desaparición de su mentor hembra, creo incluso que ese
verso convertido en muletilla no carece de gracia...
¡Qué no haríamos para convencernos de que amamos
cuando nos conformamos con obedecer las meras órdenes
de la naturaleza! Incluida allí una letanía de poemas dedi-
cados a los cantores de fiestas populares o de colegiales
que cuentan los pies y transpiran -y no a la inversa- en la
clase de versificación... En las bases del buen gusto, el amor
-o aquello que se hace pasar por é l- merece perpetuidad...
Porque las mujeres no son ni el futuro, ni el pasado, ni
el presente de los hombres. ¡Qué idea extraña y descabe-
llada! Demasiados siglos cristianos han enseñado que ellas
no son nada, menos que nada, la hez de la humanidad, sin
alma, indignas de consideración, pecadoras, incitadoras dozers. Si nos resignáramos a semejante visión del mundo,
y otras sandeces. Nos equivocaríamos si creyéramos que habría que añadir que los negros tienen sentido del ritmo,
oponiéndonos sistemáticamente a esta extendida ideología que los judíos aman el dinero, que los asiáticos son pérfidos
decimos cosas inteligentes: la oposición a una estupidez y los árabes genéticamente delincuentes... y los corsos bioló-
punto por punto corre fuertemente el riesgo de ser también gicamente holgazanes...
una estupidez... Que las mujeres desconfíen: cuando los hombres sos-
De allí una invitación a pensar las citas y su correlato tienen discursos tranquilizadores sobre ellas, esconden a
ideológico (las mujeres serían mejores en política que los menudo el deseo de seducirlas y limitarlas mejor. El azú-
hombres, aportarían aire fresco a este universo nausea- car poético envuelve maravillosamente la punta embebida
bundo, tendrían éxito allí donde los hombres fracasan, de curare con la cual el macho apunta a su presa con la
etc.) como una forma hábil y nueva de seguir despre- certeza de no errarle. Cupido no es un angelito inocente,
ciando a las mujeres. Si ellas son absolutamente nuestras sino un cazador sin fe ni ley. Unas veces entona versos y
iguales, cosa que creo, hacen mal aquello que los hombres adquiere la forma de Jean Ferrat cloqueando con los poe-
hacen mal: el poder las corrompe en igual medida, la retó- mas de Aragón...35 Otras se oculta tras la pluma de un filó-
rica las habita del mismo modo, la demagogia las anima sofo y redacta su misiva para Córcega... Que las mujeres
con la misma constancia, las resignaciones las acompa- dejen de pensar que su plenitud pasa por la maternidad
ñan, las promesas no cumplidas, etcétera. o el casamiento, puesto que supone la exacerbación de su
Allí donde la realidad, por su naturaleza, disminuye a subjetividad, y serán el futuro de ellas mismas, el único
los hombres, afecta del mismo modo a las mujeres. Cuando que realmente importa.
los machos son inútiles, las hembras también lo son -n i más
ni menos-. La igualdad supone el fin de la discriminación
tanto negativa, la antigua, como la positiva, la nueva, la
moderna, la que está de moda. Ni misoginia ni falocracia,
desde luego, pero tampoco ginefilia o vaginocracia. El hom-
bre no es el futuro de la mujer; la mujer no es el futuro del
hombre. Intrínsecamente, las mujeres no aportan nada que
los hombres no hagan ya. Salvo si se piensa que ellas son
suaves por naturaleza, finas, gentiles, pacifistas, que tienen
sentido del matiz allí donde los hombres serían duros, pesa-
dos, gruesos, malvados, belicosos y actuarían como bull-
INVENTAR UNA VIDA EXITOSA Con ese opas, dos o tres textos de entrevistas, una com-
pilación de artículos, Jean Toussaint Desanti poseía un aura
que superaba ampliamente los efectos producidos por su
pensamiento -una filosofía de las ciencias inyectada de un
lenguaje fenomenológico de los años setenta-, ¿Por qué,
entonces, tildarlo de genio? Cierto, tuvo como discípulos a
oyentes famosos, entre ellos a Althusser y a Foucault, ade-
más de a una generación de aspirantes a catedráticos que
luego terminaron al mando de la máquina universitaria
-y los demócratas aman con locura a los profesores de las
escuelas elitistas parisinas-, ¿Pero es eso suficiente?
¿Su trayecto en el siglo, quizás? Nada, tampoco, que
denote la excepción, la excelencia, o que indique una
madera de héroe, un porte de genio, un hábito de santo...
Una formación de estudiante normalista en París; una
La posteridad funciona de manera extraña: a menudo
resistencia honorable, aunque de papel, a partir de julio
transforma a un individuo en destino a partir de parado-
de 1942; una adhesión al Partido Comunista pro-soviético
jas, de malos entendidos, de errores, de aproximaciones
en 1943; un activismo estalinista hasta 1953; un oficio de
y otros leves desfases de la realidad. Así, Jean Toussaint profesor de filosofía mantenido hasta la edad de su jubila-
Desanti36, a quien el rumor se afana en presentar como ción, un entusiasmo en definitiva gregario en Mayo del 68.
a una figura mayor de este siglo XX filosófico -¡"e l más ¿Entonces? Entonces nada por allí tampoco...
importante de los filósofos franceses de la actualidad"!, lle- ¿Cómo, entonces, explicar esa pasión sentida por todos
gaba a afirmar la contratapa de una de sus obras publicada aquellos que la han profesado si no es deduciendo que su
en 1999-, mientras que en más de medio siglo se le conoce carisma, como en una figura socrática, provenía de su con-
apenas un verdadero libro: Les Idéalités mathématiques, su tacto, de su palabra, de su verbo, de aquello que no pasa
tesis de filosofía de las ciencias, austera y probablemente nunca la barrera del libro, de la transcripción escrita y de la
leída por un puñado, ni siquiera quizás por aquellos que entrevista fijada en el papel? Si ése fuera el caso, entonces
propagaban el halago... todos aquellos que no tuvieron la suerte de habérsele acer-
cado ignorarán definitivamente lo que han podido ser esa
voz, ese cuerpo, esa presencia, esa sonrisa picara captada
alguna vez por una fotografía. Misterio...
Ahora bien, en el tren que me llevaba a mi casa en Nor-
mandía, a mediados de enero, descubrí en los diarios los
primeros comentarios de La liberté nous aime encore, otro
libro de entrevistas con un periodista. Decididamente..,
leyendo esos artículos, aquello que leí de ese personaje
me gustó: ese gusto (¿corso?) por las armas, incluso en las
calles de París, esa especie de descuido (¿corso?) que deja
a los otros la desesperación por la escasez de sus libros
publicados, esa determinación (¿corsa?) por construir su
existencia sin preocuparse por las normas, las leyes, los
prejuicios dominantes. Allí entrevi el carisma del hombre.
Mi simpatía aumentó cuando descubrí su excepcio-
nal historia de amor con su mujer durante sesenta años.
El encuentro sobre los techos de la ENS37, el gato que acari-
ciaban juntos, la decisión, en ese momento, que sería de por La violencia es tan vieja como el mundo y nos equivoca-
vida, el rechazo a someter al otro, de apropiárselo, la prác- ríamos si la creyéramos más extendida hoy que ayer o
tica sartriana de los amores necesarios (el pivotal de Fourier38) anteayer. Desde el inventor del garrote paleolítico hasta
y de los amores contingentes (el cambiante del mismo), la el ingeniero que pone a punto una bomba de rarefacción
construcción de dos libertades en contrapunto: la inven- de oxígeno, la brutalidad no cesa, se metamorfosea. Se la
ción de su existencia como filósofo. Entonces decidí leer ese llama legítima cuando pretende hacer respetar el orden
libro en cuanto me fuera posible -luego, al abrir Liberation republicano -de hecho, cuando se contenta con permitir y
esa mañana del 21 de enero, descubro que Jean Toussaint garantizar el buen funcionamiento de la máquina liberal-.
Desanti acababa de morir-. De repente, me encuentro triste... Por el contrario, se la considera ilegítima cada vez que pro-
viene de individuos que actúan por su cuenta -de la ratería
al asesinato político pasando por las agresiones, crímenes y
delitos inscritos en el Código Civil...-.
Opino que la delincuencia de los individuos funciona
como contrapunto de la delincuencia de los gobiernos. En
todas partes del planeta los Estados contaminan, avasallan
a las minorías, declaran guerras, aplacan las sublevaciones,
reprimen las manifestaciones, encarcelan a los opositores; africanos que mueren de hambre; prosperidad económica
practican la tortura, las detenciones arbitrarias, ahorcan, de los pudientes contra suspiro de las víctimas exangües.
arrestan, en todas partes compran silencios y complici- Violencia legítima de los poderosos contra violencia ilegí-
dades, desvían fondos en cantidades faraónicas y otras tima de los mendigos, el viejo motor de la historia...
preciosidades reportadas parcialmente por la prensa coti- Nos equivocaríamos si apuntáramos los proyectores
diana. Esa violencia no encuentra nada por encima de ella, sólo sobre las violencias individuales cuando todos los
y es eso lo que la hace llamarse legítima. días la violencia de los actores del sistema liberal fabrica
Paralelamente, los delincuentes privados hacen gritar situaciones deletéreas en las que se hunden aquellos que,
como descosidos a los practicantes de las violencias públi- perdidos, sacrificados, sin fe ni ley, sin ética, sin valores,
cas. Como si fuera un solo hombre, el personal político se expuestos a las asperezas de una máquina social que
excita ante estas cuestiones cruciales para los demagogos: los tritura, se contentan con reproducir a su nivel, en su
la inseguridad, la delincuencia, la criminalidad, las inci- mundo, las exacciones de aquellos que (los) gobiernan
vilidades; a esto se limita el debate político contemporá- y permanecen en la impunidad. Si las violencias llama-
neo. ¿Represión o prevención? Ahora hasta se rechaza esta das legítimas cesaran, se podría finalmente considerar la
alternativa, antaño operativa, para responder de una sola reducción de las violencias llamadas ilegítimas...
manera: represión. En nuestras sociedades despolitizadas,
las diferencias residen en las formas y ya no en el fondo.
Los depredadores que activan el liberalismo actúan
más allá del bien y del mal, acumulan considerables rique-
zas que se reparten entre ellos dejando a la mayor parte de
la humanidad pudrirse en la miseria. El dinero, el poder,
los honores, el goce, la fuerza, la dominación, la propiedad
lo es todo para ellos, un puñado, una elite; para los otros,
el pueblo, los humildes, los simples, bastan la pobreza, la
obediencia, la renunciación, la impotencia, la sumisión,
el malestar... Villas señoriales en los barrios elegantes de
los países ricos contra chozas derrumbadas en las zonas
devastadas; fortunas concentradas en el hemisferio Norte,
pobreza en el hemisferio Sur; ricos del centro y deshereda-
dos de los suburbios; perros y gatos hartos de Europa, niños
Dejan algunas sobras a aquellos que aún creen en la política
y en las ideas que la acompañan, cierto, pero a la manera
de los señores que toleran a los campesinos al pie de sus
mesas para recoger las migajas. La muerte de la política
orquestada por el liberalismo triunfante viene acompa-
ñada por el devenir insignificante de las elecciones, que
proponían una genealogía de la soberanía.
Hoy se burlan de la opinión de las bases. A contrapelo
de lo que ella pretende, la clase política no la comprende
ni la escucha, pero intenta, a través de sus consultas, darle
la ilusión que necesita. De hecho, se la descuida, se la des-
precia y además se le pide silencio. Las elecciones son
ahora una farsa que pretende el ideal democrático; hacen
creer en la verdad de un mecanismo que sin embargo está
La instauración del sufragio universal directo daba cuenta quebrado desde hace tiempo. Son parodias que se valen
de un incuestionable progreso sobre la arbitrariedad de los de grandes palabras -Democracia, Pueblo, Nación, Repú-
regímenes autoritarios, tiránicos o despóticos de antaño. blica, Soberanía-, pero que ocultan mal el cinismo de los
Contra el poder feudal de uno solo, contra el capricho gobernantes: se trata, para ellos, de instalar y de mantener
monárquico o el cinismo mercantil de la Revolución Indus- una tiranía soft que produce un hombre unidimensional
trial, llamar a consultas electorales para decidir en común la -e l consumidor embrutecido y alienado- como ninguna
mejor forma a adoptar para gobernar bien un país merecía dictadura ha logrado producir jamás...
y justificaba la lucha. Pasado el tiempo, ¿qué han hecho los Trampa para bobos, eso es lo que son las elecciones,
políticos de esta excelente idea? Una caricatura, un juego puesto que mucho antes de los resultados -Chirac o Jos-
ridículo orquestado por los comunicadores y los medios, pin...- se sabe que tendremos un presidente liberal. Poco
una comedia lamentable. importa que provenga de la derecha o de la izquierda: el
Al menos hay un puñado que comulga con la idea libe- liberalismo siempre es de derecha. ¿Quid, entonces, de las
ral y que liquida lo político en la economía, incluso en la lecciones de estas elecciones? El considerable abstencio-
religión: el economicismo. Para ellos, las ideas están muer- nismo, el desprecio por los votos blancos o nulos (es decir,
tas y enterradas: el discurso falsamente humanista de los con esas dos opciones, una mitad de los electores...); la
derechos humanos les sirve de auxilio en todo momento. profusión de pequeños candidatos rebeldes, la pobreza de
la mayoría de sus programas (¡la caza, la pesca y la tradi-
ción como proyecto de sociedad!); la desmovilización de la
segunda vuelta a causa del desprecio simple y llano de los
deseos emitidos en la primera, el desinterés cuando ya no
queda sino elegir entre la peste o el cólera. Ése es el alcance
de los daños.
Una vez electo el presidente, los hombres de par-
tido, tanto de derecha como de izquierda, guardarán en
sus galeras mágicas esta costosa maquinaria electoral,
demagógica, despreciable y despreciativa, este teatro que
absorbe la energía mediática, intelectual, cultural y política
durante meses y meses. Una vez que nos hayamos desen-
gañado, nos quedará por descubrir las consecuencias de
estas parodias electorales: la impotencia de los gobernan-
tes crispados sobre la única gestión liberal de la política El liberalismo triunfa en el planeta sin encontrar ahora el
generará según lo convenido las violencias urbanas, las contrapoder de una ideología que lo resista. Hasta hace
manifestaciones en las calles, las reivindicaciones categó- poco el comunismo proporcionaba una alternativa. Valía
ricas y creará una comedia para los demagogos capaz de lo que valía, poco, pero al menos cumplía su papel impi-
cristalizar su desesperación. Situación ideal para fomentar diendo los desbordes de arrogancia de un capitalismo
guerras civiles o regímenes autoritarios. creído de sí mismo. El socialismo republicano surgido de
la Tercera República se envilecía un poco perfumándose
a veces con algunos conceptos del tipo "lucha de clases",
"proletariado", "capitalismo", pero nada demasiado grave,
puesto que se trataba de captar al electorado de los olvida-
dos por el liberalismo...
Desde la caída del Muro de Berlín, la misa está cantada.
La izquierda ya no cautiva, como Mitterrand39, su embaja-
dor francés, que desde 1983 había juzgado conveniente con- como el cadáver de Lenin) despreciaron durante tanto
vertir el socialismo de Jaurés40 en el caldo liberal. No dejó tiempo. Mitterrand se destacó menos en el arte de dirigir
de hacerse las dos preguntas de Maquiavelo: ¿cómo llegar a la izquierda que en el de dividir a la derecha con esa
al poder? Y luego ¿cómo permanecer en él? A esos dos inte- creación nacional-populista. Luego le ha dejado su herencia
rrogantes respondía de igual modo: todo lo que permita el a Jospin -que por una vez debería haber ejercido su famoso
éxito de mi empresa es bueno. Los socialistas podían elegir derecho de inventario-. Resultado: ¡Chirac y Le Pen en la
entre la honestidad, la integridad y la inteligencia sin Mitte- segunda vuelta de las presidenciales!
rrand o el goce del poder con él, pero echando por la borda Esta democracia nunca lo ha sido tan poco como entre
los principios y la moral. Ya conocemos su elección... las dos vueltas,, en donde dio de sí misma un espectáculo
Desaparición del socialismo, disuelto en la Europa de histérico y lamentable: unión de la patronal y de los comu-
Maastricht, el nuevo embuste destinado a hacer tragar la pil- nistas, de la Iglesia y de los francmasones, de los obreros y
dora liberal; fin, para los obreros, los pobres, los modestos, los de los intelectuales, de la izquierda y de la derecha, de los
simples, los asalariados, de una posibilidad de tener represen- parisinos y de los provincianos, de los futbolistas y de los
tación y de existir políticamente; en definitiva, farsa en pos del filósofos, de los izquierdistas y de los veteranos de guerra.
capitalismo y de sus secuaces, la derecha. Un cuarto de siglo Francia dio el espectáculo de su miedo -y de nada m ás-
-¡queda lejos mayo de 1981! - bastó para que la izquierda se Nada de soluciones, de propuestas, de proyectos, de fuer-
institucionalizara y, de la banda de los R25 mitterrandianos zas alternativas: sólo miedo, el miedo de los que gozan de
a los Safrane jospinianos41, rompiera definitivamente con la buena salud y siempre se muestran despreocupados por
famosa Francia de abajo, teóricamente su base... las víctimas del sistema...
Le Pen42 podía entonces aceptar la apuesta. Económi- El liberalismo ha creado pobres y excluidos en canti-
camente de derecha y socialmente de izquierda, el tuerto dad, ha sumido a la totalidad de los sectores del mundo
clamó venganza y revancha para aquellos a quienes los al principio del dinero, ha transformado la inmigración en
socialistas y los comunistas (desde entonces tan frescos problema cuando el problema es la pobreza, luego ha colo-
cado a su representante más servil, Chirac, al mando del
Estado por cinco años. Al ganar las legislativas, nadie duda
que nos preparará la mascarada, su especialidad. Pronto
la política dejará de hacerse en esos lugares de payasería
generalizada -el Elíseo, Matignon, la Asamblea Nacio-
nal-: la calle se convertirá, desgraciadamente, en el único
recurso. ¿Cuánto falta para la catástrofe?
Estamos en el fin del ciclo, en un período de turbulen-
cias. Nuevos valores esperan en un clima de desconcierto,
cuyos síntomas son el regreso del pensamiento reaccio-
nario y conservador, el progreso de los neo-fascismos, las
celebraciones del particularismo étnico y del repliegue tri-
bal, a lo cual se añade la impotencia de la izquierda para
ofrecer un discurso alternativo.
La visibilidad del fin de Occidente tiene una fecha
de nacimiento: el 6 de junio de 1944, cuando los estado-
unidenses desembarcaron en las playas de Normandía
argumentando un amor desenfrenado por la Libertad
que los llevaría a sacrificar a sus soldados, cuando se tra-
taba de resolver sobre el suelo europeo el problema que
les había impuesto Hitler al declararles la guerra. Parecía
El movimiento de la historia obedece a algunas leyes ele- menos costoso resolver el problema en tierra extranjera
mentales, entre ellas la de los ciclos: una civilización nace, que esperar los bombardeos de la Luftwaffe sobre Nueva
crece, culmina, decrece y luego desaparece dejando lugar a York, incluso la puesta a punto por parte de los nazis de
otra que experimenta la misma lógica. Así, en la sucesión, aviones a reacción y de la bomba atómica.
Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma, Bizancio,- Europa, La política del AMGOT (Allíed Military Government of
cada una ha barrido a la precedente al tiempo que la dige- Occupied Territories) lo confirma: los estadounidenses vinie-
ría para conservar un cierto número de sus experiencias. ron a Francia para transformar el país en colonia. ¿Para
El movimiento de la historia puede leerse entonces en la qué, si no, esos billetes impresos por los "libertadores" para
geografía: todos esos momentos sublimes de la inteligen- reemplazar la moneda francesa, o ese proyecto de reciclar a
cia, de la cultura, del arte, de la política, del comercio, se los altos funcionarios de Vichy43, poco sospechosos de haber
desplegaron en relación con el Mediterráneo. La astronomía sido comunistas, en la administración us del Hexágono? ¡De
caldea, la matemática y la arquitectura egipcias, la razón y paso, los estadounidenses creaban el mito de una nación
la democracia griegas, la política imperial romana, la teolo-
gía de Constantinopla y el monoteísmo judeo-cristiano han
fabricado una psiquis mediterránea sobre la cual aún vivi-
mos, al menos por lo que resta.
capaz de sacrificarse por amor a la Libertad! Premisas de LOS DOS MEDITERRÁNEOS
Vietnam, de Irak, de Kosovo, de Afganistán, sin hablar de la
brutalidad gubernamental generada durante años en Amé-
rica Latina... Mientras se prepara lo que sigue.
Esas operaciones policíaco-militares de gendarmería
planetaria necesitan un enemigo: el nazismo (no los fascis-
mos, que gozan del favor estadounidense), el comunismo
y hoy en día el islamismo. Desde luego, los estadouniden-
ses no se preguntan nunca cómo esas pestes -rubia, rojá/
verde- provienen de la brutalidad de su capitalismo, que
genera la pauperización, ella misma en el origen de esas
ideologías mortíferas: ¡ellos inoculan el mal, luego se pre-
sentan como los médicos salvadores!
En su lógica, Estados Unidos no tiene necesidad de
cultura, de intelectuales, de artistas, de poetas, de filósofos, El Mediterráneo sufre una recuperación intelectual del
sino de físicos, de economistas, de banqueros, de asegu- norte del continente europeo, siendo objeto de una evi-
radores, de financistas, de jefes de empresa, de militares, dente confiscación por parte de los hiperboreales, al punto
de políticos. La cultura mediterránea está muerta y ahora que lo presentan como el crisol de esa Europa en la que
nos reímos de Homero, de Platón y de Dante. ¿Para qué? nuestra civilización se agota y se extingue. Atenas, Roma y
Si existe Disneylandia, las series televisivas, Coca-Cola, los Bizancio como preparación a las catedrales... El dualismo
Mac Donalds, las historietas, los rollers, los Walkman, las y el odio del cuerpo versión Platón pasados por la proce-
i-Mac y los aviones furtivos tan útiles para hacer avanzar sadora judeo-cristiana producen una cultura en la que el
la causa de la democracia. libro reemplaza a la carne y el espíritu al cuerpo, y en la
que se prefiere más la muerte que la vida.
¿Pero quid del otro Mediterráneo? ¿Aquel de la Escuela
de Dionisios, del sol y del mar, del erotismo y de la fertili-
dad de los cortejos báquicos y de las lupercales endiabla-
das? ¿Aquel, también, de los cuerpos bellos, de las carnes
alegres, de las pieles cómplices, del pámpano, de la vid con-
temporánea de los siglos de antes del pecado, la culpa y la
falta? El Mediterráneo solar no necesita de los instrumen- El Mediterráneo judío, cristiano y musulmán combate
tos de tortura del Mediterráneo nocturno transmitidos por desde siempre esa filosofía de la carne gozosa. La Europa
los libros (Antiguo y Nuevo Testamento, Corán): las prohi- liberal es su criatura. Hipnotizada por el dinero, el mer-
biciones, la misoginia, la celebración de la maceración, el cado, el trabajo, la expiación y el sufrimiento, secreta una
desapego a la vida, la pasión por la muerte. El monoteísmo religión higienista que causa estragos: ni tabaco, ni alco-
infecta Europa desde hace ya demasiado tiempo... hol, ni velocidad, ni calorías, sino agua, deportes, alimen-
El culto fetichista del libro provee un modelo cultural tos livianos, todo por la economía burguesa del yo... Como
que impregna incluso a aquellos que quieren deshacerse cómplices de las locuras cínicas y cirenaicas, de esos otros
de su influencia: la identidad de los dominantes se afirma Mediterráneos que vivían primero y filosofaban luego, que
a golpe de referencias cerebrales. Supone un archipiélago disfrutaban primero de la existencia y luego encaraban la
de grandes hombres, de hechos y de gestos memorables. teoría de forma secundaria, apostemos a lo solar contra lo
Poetas, filósofos, novelistas, militares, arquitectos, músicos, nocturno, a la pulsión de vida como antídoto contra el ins-
pintores y escultores constituyen un coro que da el la: en un tinto de muerte. Y que venga ese otro Mediterráneo...
caso así, una civilización se limita al diccionario, a la enci-
clopedia. El Mediterráneo nocturno ama la oscuridad de las
bibliotecas y de los museos, adora el polvo de los conserva-
torios y de los archivos.
El Mediterráneo solar vive de playas y de arena, de
sol y de luz, de amistad y de amor, de vino y d e farniente,
de calor y de mar, de conversación y de verbo. Su iden-
tidad pasa menos por el papel que por la vida: el cuerpo
sin pecado, la carne que ignora la falta, la expresión coti-
diana de sí mismo vivida como una suave voluptuosi-
dad, la pasión por el paisaje, el sentimiento oceánico, la
capacidad de meditar ante la calidad de las luces de una
jornada que se despliega y se desarrolla en un azul side-
ral, la conciencia y la mirada en línea directa con la vas-
tedad de los cielos, la extensión de las aguas, la majestuo-
sidad de las montañas. En definitiva, un arte del cuerpo
sensual y festivo.
LOS ZOOLÓGICOS NACIONALISTAS sexuales reivindican el derecho a amamantar y a cambiar a
los bebés; en fin, somos franceses, amamos a Francia y sus
banderas, sus himnos y sus colores -¡Mundial de fútbol,
elección presidencial y Tour de Francia dan cuenta de ello!-.
¿Habrá dos nacionalismos? ¿Uno malo, aquel del abuelo,
boina vasca y una baguette bajo el brazo, y uno bueno, el post-
modemo, cool, modernizado con los colores fashion? Todo nos
hace pensar eso... Ahora bien, los nacionalismos funcionan
sobre los mismos principios: exclusión, rechazo, aceptación
del otro sumida al principio de renuncia a su identidad, a su
singularidad (¡la famosa integración!). Asimilado, desapare-
cido, dejando de ser aquello que era, consentimos a abrirle la
puerta. El nacionalismo es binario: el bien reside en su casa
-su suelo, su sangre, su tierra, su raza, su pueblo, su historia-;
En estos tiempos de lo políticamente correcto agresivo e el mal anida afuera -el otro, el extranjero, el bárbaro-.
integrista, no es bueno estar del lado del mariscal Pétain44 De la extrema derecha a los soberanistas republicanos
y de sus valores. La moda ya pasó... Y, sin embargo, jamás pasando por los nacionalistas étnicos y regionales, siempre es
la trilogía mariscalista se ha portado tan bien. Amamos el el mismo eslogan: ¡Francia para los franceses, Bretaña para los
trabajo, nos desarrollamos con él, lo queremos, lo buscamos, bretones, Córcega para los corsos! Ese discurso propone un
invertimos en él lo esencial de nuestro tiempo, practicamos modo de utilización simplista y explica aquello que merece-
la cultura de la empresa, el orgullo de la empresa, la escuela ría ser dicho por una policía identitaria: (buen) francés, (buen)
ha renunciado a fabricar individuos inteligentes y, como bretón, (buen) corso. Vivir en su tierra -las vacas, los cerdos y
si fuéramos uno solo, únicamente produce mano de obra; los corderos están allí-; adaptar los barrios de nobleza feudal
celebramos la familia, la pareja, el hogar, el techo común, los de ocupación de la tierra -las ruinas tienen derecho a ello-;
niños, la procreación, la tribu, al punto que hasta los homo- demostrar sus orígenes -los espinos pueden pretenderlo-;
hablar la lengua, incluso si apenas se la chapucea, con los cas-
settes Assimil45 al alcance de la mano... El bárbaro es el otro,
aquel que vive en nuestra casa, ocupa nuestras tierras, viene
de afuera y habla otra lengua, come nuestro pan francés,
nuestro bruccio46 corso y nuestro faiA1 bretón.
El nacionalismo postmoderno es igualmente ridículo:
negro-blanco-beur4*, ajustado a las cuotas de importación,
adaptando Debussy al rap binario, escogiendo a sus héroes
entre los deportistas, los actores de cine o los presentado-
res de televisión, celebrando el mestizaje obligatorio, la
juventud, la incultura, el culto consumista y la religión de
la apariencia, la ausencia de memoria, el narcisismo y el
egocentrismo. He aquí con lo que se podría volver a pintar
a Marianne49 y promover un nacionalismo con los colores
fluo de moda...
Ahora bien, todos los nacionalismos son reduccionis-
tas y locales; encierran y llaman a las fronteras, luego los
muros, a veces los alambrados de púas; incitan a lo bina- Más allá de los golpes de imagen y de los resultados mediá-
rio, al maniqueísmo con el cual fácilmente se lleva a los ticos, el gobierno de Raffarin50 encuentra su legibilidad en
hombres a los conflictos, a los asesinatos, a los combates, un tipo de restauración que toma Mayo del 68 como cabeza
a las guerras, a las trincheras; transforman la tierra sobre de turco y propone reconciliarse con los valores del farma-
la que flota su bandera, se entrena su ejército, resuenan sus céutico y del notario. La confesión nunca es tan clara, pero se
himnos y florecen sus prisiones en campos sitiados -en percibe en la banda de Matignon51 una confirmación sobre
zoológicos-. Releamos a aquellos griegos que celebraban el la decadencia de Francia que delega la responsabilidad en
cosmopolitismo, remedio al nacionalismo, esa enfermedad las barricadas de antaño. El retorno del gaullismo52 parece
infantil de la globalización.
menos actual -e l hábito es demasiado grande para estos en bicicletas todoterreno, moto, barco, y hasta rollers.
pequeños...- que su fórmula cómica: el pompidoulismo53. Mientras tanto, el ministro de la Educación Nacional, ex
Así, se nos propone trabajo, policía y represión para filósofo, se apura por desgrasar el mamut para ofrecerle
consumar la mascarada. Le Pen, menos el velo y la com- a su colega del Ministerio del Interior los ahorros hechos
pasión por las cámaras de gas... De ahí la supresión de las sobre las espaldas del personal educativo. Menos profe-
35 horas54, la única idea realmente de izquierda del episo- sores, más prisiones y flashballs55, un tribunal reactivado
dio Jospin; la única que la derecha, además, ha saboteado -¿para cuándo la restauración de la pena de muerte?- para
para debilitarla haciéndola nociva en el terreno. Vuelta a la entrenar a los estudiantes más en insultos a los cuatro vien-
fábrica, al taller, a la oficina, a la tienda: ¡fin del descanso y tos que en alejandrinos de Víctor Hugo. Éstos son los bene-
de la utilización para sí de la semana algo liberada! Así el ficios. Luc Ferry56, que nunca ha ocultado su desagrado
esclavo no corre el riesgo de abusar de su libertad... por Mayo del 68 y por las ideas que lo acompañan, puede
Mientras, los trabajadores trabajan, la gendarmería ahora regocijarse agregando su piedra al edificio raffari-
custodia y los corderos están bien cuidados. Al menos eso niano de restauración.
dicen... puesto que las violaciones y crímenes en serie de La derecha despliega su plan quinquenal: liquidar
mujeres jóvenes, los asesinatos y atropellos de peatones Mayo del 68 como a un animal enfermo al cual se le pro-
por parte de automovilistas borrachos, los incendios de mete la inyección letal. Entretanto, siempre obsesionada
escuelas por parte de menores y otras incivilidades de las por la próxima elección presidencial, preocupada por hallar
cuales la permanencia de Chirac en el Elíseo debía librar- al hombre al que poner delante para encontrar los oros eli-
nos persisten, pero dejan de ser objeto de explotación seanos, inmersa en la guerra de dirigentes y en el odio de
mediática en las noticias de las 20. Agentes, policía, gen- las ideas, empantanada en los balances y en los derechos
darmes, gorras e insignias por todas partes... de inventario, imbécil al punto de haber olvidado que la
El ministro de estas cosas compensa su tamaño, que no extrema derecha estaba presente en la segunda vuelta de
le habría permitido entrar en la gendarmería motorizada las presidenciales, la izquierda deja un claro lugar a esta
-muy pequeño, amigo mío...- exhibiéndose regularmente derecha revanchista y segura de sí misma.
Una idea para la izquierda -así al menos tendrá una-:
también se puede liquidar Mayo del 68 rematándolo, per-
mitiéndole terminar un trabajo que, por estar incompleto, LA VIDA DESPUÉS DE LA GUILLOTINA
ha producido efectivamente negatividades lamentables
para nuestra época. Ahora bien, aquello que va mal pro-
viene menos de un exceso de Mayo del 68 que de un Mayo
del '68 inconcluso: nunca la equidad, la igualdad, la jus-
ticia han sido a tal punto letra muerta como en la actuali-
dad. Sólo la libertad de explotar a los más débiles logra la
unanimidad entre los liberales, tanto de derecha como de
izquierda. Éste es el tema. Que los políticos a quienes per-
tenece el oficio hagan los cambios...

El mundo había olvidado a Patrick Henry57, a quien sus


cabellos iban abandonando a medida que pasaba su cuarto
de siglo en prisión -probablemente sin querer terminar el
resto de sus días tras las rejas-. Quizás también dejaban una
cabeza en la que no todo carburaba bien. También es cierto
que en libertad condicional el mencionado Patrick mostraba
su calvicie con orgullo. Contrastaba además con las greñas
del joven infanticida al que todos recordábamos. Y en la
prensa, que apuesta más al impacto de las fotos que al peso
de las palabras, la descubríamos al mismo tiempo que a un
hombre normal reintegrándose a la sociedad, tan normal, Admitámoslo, el debate vuela más bajo en las chozas
por otra parte, que había negociado magníficamente los y la mayor parte de los franceses medios recitan sus coplas
derechos de publicación de su retrato y de su prosa en las sentenciosas: nostalgia de la pena de muerte, lamento por la
columnas mercenarias... ausencia de una verdadera perpetuidad, disertaciones sobre
Y luego el ex detenido se deja atrapar primero en una el crimen en los genes, el laxismo jurídico, la costosa inutili-
ferretería con la mano en una bolsa de tornillos -de vicios, dad de los marcos sociales en las prisiones, conversaciones
habría dicho Lacan...58-. En su cuenta bancaria posee sobre la cimentada efectividad de las liberaciones condicio-
110.000 euros -sin contar su salario mensual de 1.100 euros: nales y otros argumentos que van en el sentido de los actua-
los anticipos de Calmann-Lévy, otrora el editor de Flau- les aíres represivos. Otros detenidos pueden llegar a pagar
bert, ¡los tiempos son duros!- y los ahorros acumulados en cara la incapacidad de este hombre de asumir el papel de
prisión. Suficiente para pagar ampliamente los tornillos, o un traje social demasiado grande para él: el del monstruo
incluso comprar el negocio. Mejor aun: ¡añade a su desem- convertido en hombre gracias a la formación, a los diplomas
peño una detención en la frontera española al volante de obtenidos en prisión, a la confianza de un editor -homenaje
su automóvil mientras llevaba tranquilamente 10 kilos de a ese señor Corlet- a quien se le pedía ilustrar la pertinencia
hachís provenientes de Tánger! Con lo cual tiene el comer- y la excelencia de esta lógica de oportunidades ofrecidas.
cio en la sangre, pero el cerebro mal irrigado. Porque el problema real es la enfermedad de este hom-
Psicólogos, educadores, abogados, magistrados, aso- bre: la obsesión histérica por el dinero y su determinación
ciaciones, periodistas, personal penitenciario, cronistas, a hacer cualquier cosa para obtenerlo, incluso cuando ya
ahora todos debaten y dan vueltas en círculos. Escuchando tiene suficiente. Pasión compartida por una gran mayo-
esa verborrea, nos enteramos de que el motor interno ría cuyos arreglos con el mundo no molestan a nadie en
de este hombre es el amor por el dinero, la pasión por el tanto eviten el crimen de sangre -habrán tirado el resto de
dinero. Estafas antes del asesinato del niño, ese crimen la moral a la basura-. Ahora bien, este hombre no se ha
abominable por sórdidas razones de rescate; el tráfico de curado; por otra parte ¿cómo podría haberlo hecho? Nunca
droga; la negociación de los derechos de su "libro", de sus ha sido atendido. Como los violadores, los pedófilos, los
entrevistas, de sus fotos... Todo va en ese sentido: nada le violentos y otros enfermos sociales encerrados y luego
interesa además de sí mismo y el dinero. soltados sin cuidados. ¿Quién aceptaría que un hospital
devolviera a un enfermo de cáncer luego de haberlo pri-
vado de su libertad para castigarlo, dejándolo en la calle
sin haber hecho nada para curarlo? ¿Quién? Viniendo de la
prisión, todos lo aceptan...
EL OLOR A SANGRE DE LOS MONOTEÍSMOS ellas su versión papista local...-. Porque el judaismo, el cris-
tianismo y el Islam pudren igualmente la vida de millones
de individuos en el planeta; fomentan guerras, conflictos,
odios dirigidos contra sí, los otros y el mundo; predican el
amor al prójimo y apuñalan como nadie.
Las religiones monoteístas comulgan en una misma fe:
la vida sobre la Tierra es una ficción, sólo cuenta un mundo
invisible poblado por criaturas que harían palidecer los
cuentos para niños -u n dios que lo ve todo, un barbudo que
parte el mar en dos, una virgen que procrea, un muerto que
resucita, un profeta abstemio que detesta los embutidos-. El
cuerpo es una punición; la mujer, una catástrofe; la procrea-
ción, una necesidad para perpetuar la negatividad en nom-
bre de la cual se nos castra; la pobreza, la miseria, la muerte
A veces se fustiga mi agresivo anticristianismo por el de los niños, el sufrimiento proceden de un plan del cual
hecho de que Francia ya no sería católica y que yo dispa- ignoramos los detalles, pero que tiene sus razones; etcétera.
raría sobre una ambulancia, actividad inútil e incierta... ¿Cuándo dejarán de enseñar esas tonterías sólo bue-
Ahora bien, temo lo contrario: la mínima adhesión a las nas para las marmotas? ¿Cuándo diremos que esas histo-
prácticas rituales del terreno se convierte en una sumisión rias que nos hacen dormir parados valían hace siglos, en la
visceral a los ideales cristianos que trabajan el cuerpo y el época del pensamiento mágico, pero que hoy en día aver-
alma de la gran mayoría como nunca antes. Esa religión güenzan a la humanidad del hombre? ¿Quién se levantará
aparentemente ausente determina aún los pensamientos, para llamar a rechazar las religiones y a celebrar las activi-
los comportamientos y las reacciones con la complicidad dades intelectuales que convocan a la razón, a la deducción,
de una laicidad que la imita hasta el punto de confundirse a la inteligencia? ¿Cuándo podremos gozar de la Revolu-
con los valores bíblicos. ción Francesa, de la separación de la Iglesia y el Estado, del
Por el contrario, si tengo que admitir un error en Mayo del 68, todas ocasiones ofrecidas a los hombres para
materia de anticristianismo militante es mi europeocen- arrancar su destino de las manos de los sacerdotes a fin de
trismo, incluso mi posición franco-francesa. Debería, en poder reapropiárselo?
efecto, ampliar y fustigar menos el catolicismo apostólico y Los monoteísmos detestan igualmente a los hombres
romano que todas las modalidades del monoteísmo -entre que no tributan al mismo Dios que ellos. Intolerantes, celo-
sos, exclusivos, arrogantes, seguros de sí mismos, domi- POBRES CABRONES
nadores, se erigen en ley para los demás. De ahí sus com-
plicidades de siempre con los guerreros, los soldados, los
militares -del sicario pagado por las tribus primitivas al
terrorista que navega en Internet, pasando por los ejércitos
regulares de tantos Estados...-. Del sacrificio de Abraham
a los fatzvas islámicos pasando por el gusto de las cruci-
fixiones, de los mártires y otras guerras santas católicas, los
monoteísmos profesan un culto a la sangre y a la muerte.
Que se termine con estas religiones de asesinato y odio
escondidas tras un discurso de paz y de amor al prójimo.
Si los hombres piden ficciones para vivir pese al óbito, que
al menos las busquen y luego las encuentren en un registro
en el que no se invite a soportar la muerte en vida ni infli-
girla en todas partes en torno de sí. Aumentando el carác- La célebre expresión de Gabin en La Traversée de Paris cabe
ter negativo no se ha fabricado nunca el carácter positivo. ahora para Nicolás Sarkozy, determinado a hacer pagar a
La vida se vive y se construye resistiendo a las pulsiones de los empobrecidos y a amparar a los enriquecidos del sis-
muerte de uno mismo, los otros y el mundo, no aceptándo- tema, sus amigos y cómplices. Su puesto en el ministerio
las como invitan las tres religiones del Dios único... del Interior le permite efectuar juegos retóricos recurriendo
a palabras grandilocuentes -República, Libertad, Derecho,
Ley-, mientras que sólo le importa una cosa: encarar su
propia campaña para la próxima elección presidencial.
En la derecha piensan que las víctimas del sistema
liberal constituyen excelentes culpables. ¿Mendigos en las
calles? Matémoslos a palos. ¿Prostitutas en las veredas?
Encerrémoslas. ¿Delincuentes en los barrios? Aporreémos-
los. ¿Refugiados en los tugurios? Expulsémoslos. ¿Estu-
diantes reacios en sus escuelas? Detengámoslos. ¿Camio-
neros huelguistas? Reprimámoslos. Todos lo sabemos, el
neofascismo reinante triunfa a causa de esta miseria: los
pobres, las putas, los insociables, los extranjeros, los malos que se pavonean sobre cadáveres de gente muerta de Sida,
estudiantes, los trabajadores o los desocupados... de judíos deportados o de cancerosos nunca curados.
¿Los delitos de principiantes? Ellos. ¿Las facturas de Entretanto, los trabajos continúan: transformación
viáticos diarios casi a la altura del SMIC59? Otra vez ellos. de los liceos en campos de prisioneros con cercas -luego
¿El lavado de dinero sucio? ¿Las facturas falsas? Ellos, les vendrán los alambrados y los miradores-; instalación de
digo. ¿Las confusiones entre bien público y bolsillo pri- sistemas de videovigilancia en todos los lugares sospe-
vado? Siempre ellos. ¿La inmoralidad, la mentira, la hipo- chosos -nada de cámaras en el Elíseo...-; incremento de
cresía, la picardía, la lisonja oportunista? Ellos, ellos. ¿El la policía en la calle supuestamente para luchar contra
cinismo, las negaciones? ¿El chantaje de los hlm60 o de las el terrorismo -apostemos a que los potenciales kamika-
mutuales de estudiantes? ¿Los desocupados, los sin techo, zes recularán ante los agentes en bicicletas todoterreno-;
los morenos, otra vez, sin cesar, sin fin. Aquellos a los que contratación de autobuses y charters para deportar a la
hay que golpear para desviar la atención de los delincuen- escoria: los kurdos allí en donde se los gasea, los ruma-
tes de nivel que cometen fechorías reales y pueden sin nos hacia aquellos que los hambrean, los afganos para
embargo actuar con total impunidad. que los bombardeen. Pronto, valiéndose de su imagen, y
Sarkozy refleja la quintaesencia de la gente resentida: sólo con su imagen, Sarkozy podrá pretender el sillón de
fuerte con los débiles, débil con los fuertes. Y aun más monarca republicano. El único lugar en el que un delin-
despiadado con las víctimas sin defensa. No hay riesgo. cuente puede vivir en total impunidad...
Y cierra los ojos con los otros, los rapaces sin fe ni ley, aque-
llos con los que se llevan adelante las campañas presiden-
ciales, se fomentan las redes útiles para alcanzar el poder
y permanecer en él. Mercaderes de sangre contaminada,
prefectos de Vichy, presidentes ahora cancerosos de una
asociación de lucha contra el cáncer, tantos cómplices rápi-
damente liberados, cuando ya habían partido los periodis-
tas, tantos probables condecorados con la Legión de Honor
tario a prosternarse ante los ídolos y los iconos de la gran
y la pequeña pantalla, unos más descerebrados e incultos
que los otros...
¿En nombre de qué quiere Estados Unidos sem-
brar de bombas, fuego y violencia al pueblo iraquí, que
incluso ignora en qué lugar del planisferio se encuentran
sus nuevos enemigos? Y antaño los japoneses volados por
dos bombas atómicas, los vietnamitas calcinados por el
napalm, los iraquíes destruidos por las bombas a rarefac-
ción de oxígeno, los campesinos serbios pulverizados por
las armas high-tech, los afganos despedazados por el fuego
de los bombardeos furtivos... Siempre pagan las poblacio-
nes, siempre los dictadores sobreviven, quedan a salvo y
luego mueren en sus camas. ¿Por qué exterminar a un pue-
Antiguamente las civilizaciones hacían las guerras en nom- blo y cuidar a los autócratas que los desangran en su exis-
bre de sus ideales, de sus principios. Tenían para ellas la tencia cotidiana?
matemática de sus pirámides,, la filosofía de su ágora, el Como si existiera una complicidad tácita entre los jefes
derecho de su foro, las bibliotecas de sus monasterios. Desde de Estado: pretendidos demócratas y verdaderos tiranos,
que Estados Unidos ocupa el primer puesto de las naciones, todos juegan a la guerra, sacrifican a sus pueblos, arrasan
¿qué propone? ¿Dónde están sus arquitectos, sus sabios, sus sus países, pasan a las naciones por pérdidas y beneficios,
políticos o sus monjes? ¿A qué se dedican sus elites? ¿Qué las culturas, los hombres, las mujeres y los niños, pelean
brindan al resto del mundo? ¿Quid de los genios, de los por diversión, sobreviviendo en medio de los osarios,
héroes y de los santos bajo la bandera estrellada? triunfando sobre un montón de cadáveres, antes de partir
Estados Unidos ofrece hamburguesas y obesidad, en busca de nuevas aventuras.
maníes y televisión en continuado, ketchup y telefilmes. Nunca tanto como hoy las guerras dejan a salvo a los
Se destacan en el supermercado, el cine y los paquetes militares -empero formados, formateados, pagados para
de comida hipercalórica accesibles desde el asiento de su ir al combate- y sacrifican a las poblaciones civiles. Mil,
auto. Han inventado Disneylandia como otros La Divina diez mil, cien mil muertos en las calles, las ciudades, las
Comedia. Han destronado a los dioses y semi-dioses del escuelas, los hospitales, con tal de que quede a salvo el
Olimpo o del cielo cristiano para invitar al imbécil plañe- emperador de Japón, colaborador notorio de los nazis, el
sanguinario Hó Chi Minh, digno émulo del Terror del 93, el
diabólico Milosevic, verdugo de su pueblo, Saddam Hus-
sein, el exterminador de los kurdos, el muid Ornar, renco-
roso del progreso pero hábil motociclista cuando se trata
de escapar del ejército estadounidense... Cuando la guerra
causa estragos, los déspotas esperan en sus refugios antia-
tómicos mientras los pueblos sobre los que hacen reinar
el terror sufren una segunda punición: luego de la de sus
amos, la de los presuntos enemigos de sus amos...
La guerra revela el grado cero de la inteligencia y de
la política. Surge cuando el hombre ha fallado y la bestia
toma nuevamente la posta. En el arsenal cultural, cima
de la civilización, se encuentra la diplomacia fabricada
durante siglos de refinamiento retórico y de mecánica inte-
lectual. Cuando el derecho falta, cuando el verbo perma- Los estadounidenses escriben la historia de manera singu-
nece impotente, antes de la destrucción masiva de los pue- lar. El punto de vista del vencedor vale como una verdad
blos, quedan los auxiliares de toda gran política: servicios revelada... Y los periodistas estadounidenses -¡honor al
secretos afilados, soldados de elite, comandos al servicio pueblo que sale a la calle para militar contra la guerra!-
de políticos dignos de ese nombre. Pero para hacer eso abuchean a Francia por declinar la invitación a asociarse a
hacen falta grandes períodos. En las épocas en las que el las expediciones punitivas petroleras, electorales y edípi-
rey del mundo parece salido de Disneylandia, sucede de cas de Bush Jr. Y he aquí a los franceses culpables de olvi-
otra manera... dar a los soldados estadounidenses muertos por Francia y
la Libertad sobre las playas del desembarco...
Tienen la memoria corta en el país de Mickey. Pues
los estadounidenses entran tarde en las hostilidades. Muy
tarde. Precisamente cuando los nazis les declaran la guerra
y cuando el avance en la puesta a punto de los aviones a
reacción y luego de la bomba atómica por parte del Tercer
Reich tornan la cuestión crucial para ellos. Antes de eso,
la Casa Blanca hace sorprendentes oídos sordos a los eva-
didos de los campos de concentración, que les señalan la La bandera estadounidense ha sido plantada sobre la
existencia de cámaras de gas sobre el suelo alemán. Luna; la misma que envolvía los ataúdes de los soldados en
Así, cuando intervienen sobre el suelo francés, ¡no es los cementerios militares mientras que los científicos nazis
ni por amor a la Libertad o a Francia ni por pasión por eran contratados por la Coca-Cola. Hoy, sin vergüenza,
la vieja Europa! ¿Los derechos humanos? Por favor... La algunos utilizan por segunda vez la carne de cañón antaño
política del AMGOT preveía la administración de Francia enviada a la masacre bajo el fuego nazi.
y de todos los países europeos. Suponía: una moneda de Cinismo en cantidad, colonialismo reactivado, guerra
ocupación -h a sido acuñada, se encuentran unos pocos como horizonte único, poblaciones civiles bombardea-
billetes en los subsuelos del Memorial de Caen-, un poder das, motivaciones triviales -e l dinero, el poder...-, inmo-
judicial garantizado por la administración de Vichy reci- ralidad generalizada, complicidad entre dignatarios de
clada -poco culpable de simpatía comunista...-, una ges- regímenes, desprecio de los anónimos, uso de grandes
tión integral de la política de transportes. Los ingredientes palabras -Libertad, Derechos Humanos, Justicia, Huma-
de un colonialismo en buena y debida forma... nism o- para esconder la vulgaridad de esas recurrentes
¿Muertos por Francia, realmente, los reclutas de 20 años lógicas brutales y bárbaras: los belicistas de Estados Uni-
enviados a la guerra para preparar el terreno que les per- dos se harían un favor si no pei'oraran demasiado en los
mitiera a los estadounidenses instalarse en Europa para ser cementerios de Normandía. Demasiados cadáveres se
los amos de la política y de la economía? ¿Muertos por la acumulan en sus armarios...
Libertad, las poblaciones civiles bombardeadas sin discerni-
miento por el Estado Mayor estadounidense, que ha borrado
del mapa a ciudades y a una parte de sus poblaciones prefi-
riendo sacrificar a civiles inocentes para luego pactar mejor
con los militares de enfrente? Porque, ¿quién recuerda el reci-
clado en la NASA de los ingenieros nazis que trabajaban en la
puesta a punto de armas de destrucción masiva por orden de
Hitler? Mientras que el gobierno estadounidense enterraba
a miles de jóvenes muertos en combate sobre las playas del
desembarco, los dignatarios científicos del Reich, cubiertos
de dólares y gozando de condiciones de trabajo maravillo-
sas, permitían a los estadounidenses aventajar a los soviéti-
cos en la conquista del espacio, ese nuevo colonialismo.
LA SINRAZÓN DEL MÁS FUERTE Obviamente, arguye ideales sublimes: la libertad de los
ciudadanos, la igualdad de los sujetos, la fraternidad de los
hombres, la justicia social y otras ficciones rimbombantes.
De hecho, la civilización que construye la época apunta
a mantener aquello que la hace ser: la brutalidad de los
depredadores, la violencia de los dirigentes, la fuerza de
los gobernantes. ¿El bien de la Nación? ¿El interés del Pue-
blo? ¿La prosperidad del Estado? ¿La seguridad de los
Ciudadanos? ¿La grandeza del País? ¿La soberanía repu-
blicana? ¿El principio democrático? Permítanme que me
ría... El derecho sirve para los poderosos flanqueados por
los comerciantes, protegidos por la soldadesca, apoyados
por la policía, sostenidos por los banqueros, legitimados
por las instituciones.
La sinrazón del más fuerte es siempre la mejor: el dere- El ejemplo de Estados Unidos, que en nombre de Dios
cho no es justo, ni la justicia equitativa. ¡Si no, lo sabría- y del Bien desprecia soberanamente el derecho interna-
mos! Todos conocemos a ciencia cierta la doble ley sadiana cional, el derecho natural y el derecho de gentes -apenas
que rige el mundo: prosperidad del vicio y desgracia de la excusado...- muestra, lamentablemente, la validez de mis
virtud... El derecho procede menos de la revancha de los funestas hipótesis. ¿Las resoluciones de un organismo
débiles sobre los fuertes -versión nietzscheana- que de la internacional? Les importa un bledo... ¿Las inspecciones
dominación perennizada de las potencias sobre los misera- efectuadas en nombre del derecho por parte de jueces
bles -versión La Fontaine y Marx juntos-. Salvo mediante imparciales? Los tiene sin cuidado... ¿Los votos democráti-
contorsiones ideológicas, no se sale de esta evidencia. cos de naciones soberanamente representadas? Barridos de
Cada época supone la dominación de una civilización: un plumazo... Las consultas diplomáticas, las discusiones
dictar el derecho se desprende de sus atributos reales. políticas, los debates contradictorios, las confrontaciones
En función de su único interés para ser, prosperar, vivir democráticas en el marco de la ONU? Peanuts... Mejor lan-
y sobrevivir, fabrica leyes, promulga fórmulas, decide qué cemos la armada en contra de las poblaciones mientras el
es justo y qué injusto, plantea el bien y el mal, establece la dictador se instala en su nido de ratas, un búnker a cien
norma y obliga a quien la resista a encajar en la máquina metros bajo tierra en el que esperará junto a sus confiden-
jurídica, ética y metafísica fabricada para su propio uso. tes a que el fuego arrase su nación.
El derecho sólo sirve para dominar a los humildes/ CONTRA EL NACIONALISMO REGIONAL
reprimir a los débiles, hospedar a los desamparados. ¿El
Código Penal, el Código Civil, los tribunales? Sólo son bue-
nos para enviar a prisión a los ladrones de gallinas, poner
tras las rejas a los aficionados a la marihuana, enjaular a
las prostitutas de ropas ligeras, someter a los estudiantes
que insultan a un profesor en una escuela, enderezar a los
adolescentes reunidos en los huecos de los edificios, casti-
gar a los asaltantes de scooters... Sólo en esos casos la Ley es
grande, el Derecho poderoso, la Justicia reina.
¿Para los poderosos? Nada de derecho ni de todos los
derechos. Ellos se dedican a desviar el dinero público, a
abusar de los bienes sociales, a enriquecerse con el dinero
del contribuyente, a atragantarse o a mantener a su amante
gracias al impuesto público, a comprarse una colección de Todo el mundo ama las regiones, más aun cuando permiten
estatuas antiguas o de zapatos falsamente ortopédicos, a la fronda contra la nación: manteca, leche, crema, vacas y
expoliar a las mutuales de estudiantes o a las dependencias manzanos de Normandía; pastis, bullabesa61, aceite de oliva
locatarias de hlm para pagar en efectivo sus viajes y sus de los provenzales; corons62, cerveza, mejillones y papas fri-
vacaciones, etcétera. Y al primero que insulte la bandera tas del Norte; todos estereotipos para creer que resistimos
francesa la ley le dice y el derecho lo confirma: al tribunal... a la Coca-Cola, a las hamburguesas y a las gorras Nike...
Le Pen las ama porque sus banderas le recuerdan las orifla-
mas de Vichy; los ecologistas las celebran porque permiten
la multiplicación de los micro-poderes gracias a los cuales
toda decisión deviene problemática -la manía de ellos-; los
liberales las ponen por encima de todo por sus potencialida-
des destructivas del Estado, responsable de todos los males
de nuestra sociedad.
¿Qué significan hoy en día las regiones? El poder polí- perspectiva, como siempre cuando se trata de la desapari-
tico de los potentados instalados más cerca de los admi- ción de un ser amado. Incluso la identidad nacional “fran-
nistrados, por ende más fácilmente experimentados en el cesa, precisemos...- plantea un problema: ¿qué significa
modo mafioso de clientelismo; la usurpación de los pues- hoy en día ser francés cuando vivimos la planetarización,
tos esenciales en beneficio de cómplices que se reparten la la globalización y la confiscación de ese futuro por parte
torta: la canasta financiera es considerable; la distribución tan sólo de los estadounidenses?
de las prebendas a los acólitos, aquellos que demuestran Las regiones deben quererse por otras razones que no
una fidelidad constante: nada de competencias, pero una son las nacionalistas. Impidamos a los políticos que las con-
devoción sectaria por el gurú. Digámoslo de otro modo y fisquen y luego las utilicen a su favor. Se ama una región
de manera paradojal, las regiones brindan la posibilidad cuando se vive en ella, cuando se trabaja en ella, cuando se
de un golpe de Estado permanente... permanece en ella, cuando no se la denigra, cuando no se
¿Qué sentido puede tener hoy en día ser lorenés> la defiende sólo por su pasado -¡sus duques de Aquitania!,
picardo o borgoñón63? Los bretones, los corsos y los alsa- ¡sus vencedores de Hastings!, ¡sus príncipes de Borgoña!,
cianos pueden argumentar dialectos antiguos -¡atención, ¡sus druidas celtas!- sino por sus potencialidades: su pre-
lenguas!-, cofias con puntillas, cogullas de Lycra o de maU sente y su futuro. El culto del pasado huele a muerte, ama
gré-nous64 a la espera de una reivindicación nacional. ¿Pero los cementerios, venera a los difuntos, comulga con las pie-
quid de la identidad, tan importante para los autonomistas, dras funerarias.
independentistas y otras variantes del nacionalismo caro al Se ama una región cuando al despertar no se tiene
mariscal Pétain, a Le Pen o a otros, tanto de izquierda como ganas de ver otros paisajes; cuando se quieren las luces y
de derecha? los colores que nos alegran, brumas de aurora, ruidos de
Porque la identidad nacional fue, no es más -se quiera crepúsculo, claridades primaverales; cuando se ama una
o no, se lo lamente o no-. Salvo cuando se practica el geografía, una geología: perfumes de tierra -monte, pinar,
encarnizamiento terapéutico y las curas paliativas y que a bosque-, volúmenes de un territorio -llanura, montaña,
caballo de las culturas regionales -incluso en la morgue...- costa, landa, caleta...-; cuando se escucha con felicidad el
se inocule, se crea en los milagros, se espere un vuelco de tono, la inflexión de la voz, el canto de una lengua, de una
pronunciación; no cuando se controlan las riendas econó-
micas y administrativas de dicha región, cuando se canta
un único e igual himno, cuando se pone en posición de
firme ante una única bandera. Dejemos eso a aquellos que
no aman su región, sino el poder.
ción: kippa o velo sobre la cabeza, crucifijo o medialuna
en el pecho, incluso remera con tilde o zapatos con tres
tiras para los fieles a la religión consumista. La otra, que
rechaza los llamados signos ostentativos de pertenencia a
una comunidad, sean cuales fueren...
Quien consiente al artificio dual de la encuesta se ve
compelido a optar por una concepción que parece hacerle
el juego al Islam, -incluso el menos lúcido- o a enlistarse
del lado de los cruzados de la Francia laica, republicana e,
infine, de tradición católica. Izquierda y derecha se enmara-
ñan en esas redes y no saben cómo evitar pasar por ideólo-
gos irresponsables o reaccionarios empedernidos. A veces,
incluso, esas dos corrientes están atravesadas por estas dos
sensibilidades: una derecha populista y una izquierda libe-
El arte de hacer preguntas supone el temible poder de ral, una derecha liberal y una izquierda populista...
inducir las respuestas deseadas. Nos cuesta imaginar hasta Yo me inclinaría más bien por el uso del velo y contra
qué punto la formulación de un interrogante coacciona sin el Islam... ¡Posición insostenible en el marco de la trampa
aparentarlo a la persona que da su parecer con toda ino- ideológica descrita aquí arriba! ¿Por qué razón? La misma
cencia. Como en el caso del uso del velo por parte de las que me hace creer que no se lucha contra la droga persi-
estudiantes musulmanas en las escuelas de la República guiendo a los consumidores sino a los traficantes, o que
Francesa. ¿A favor o en contra? A menudo no se evitan los no se combate la prostitución encarcelando a las damas de
términos de la alternativa, como si la solución residiera en pequeña virtud sino desmantelando las redes de proxene-
esa doble salida: aceptar, rechazar... tas que las mantienen en las calles. No se ataca el oscuran-
Detrás de esta sofistería útil para llenar las colum- tismo de las religiones monoteístas -las tres, puesto que las
nas de los diarios y animar los estudios de televisión o considero a todas un mismo opio del pueblo- escogiendo
de radio se disimulan presupuestos teóricos. Igualmente a tal o cual víctima expiatoria en lugar de a los verdaderos
simplificadores, por otra parte... ¿Cuáles? La idea de que culpables: las jóvenes cubiertas por el velo, incluso si ellas
en este asunto se oponen dos concepciones de la laicidad. hablan de libertad -¿qué alienado reconoce, por otra parte,
Una tolerante, amplia, abierta, que supone el poder de su alienación?, ¡es su propio principio y su signatura ador-
enarbolar el signo de pertenencia religiosa de su elec- narse con las plumas de su libre elección!-, a fin de cuen-
tas son víctimas, mientras que allí, muy arriba, se encuen- EL SUPERYO DE LOS SUB-YO
tran los verdaderos protagonistas de este asunto. Va por el
velo, la marihuana y la calle, pero no por los cabecillas que
manipulan las marionetas.
¡Dejemos entonces que se cubran con el velo aquellas
que creen -qué extraña idea cuando se la piensa...- acer-
carse al cielo ocultando sus cabellos! Dejemos a sus espo-
sos, que rechazan el cerdo asado y el Beaujolais nouveau por-
que sus dulzores aumentan la distancia entre sus personas
y Alá. Dejemos a sus semejantes evitar los interruptores los
días de shabbat o la langosta, ¡culpable de exhibir indecen-
temente su esqueleto al exterior! Y retomemos la antorcha
de Voltaire y de las Luces para luchar contra las religiones,
ese recurso de las almas demasiado débiles para construir
su paraíso en la Tierra... Magistrado, gendarme, sacerdote: ¡qué extrañas profe-
siones en las que las vestimentas para hombres luchan
contra gorras con borlas y sotanas cubiertas de boto-
nes...! Y los politécnicos65: bicornio con penacho, sable y
doraduras de vestidos encorsetados en los que desfilan tie-
sos, rígidos como la justicia, según se dice... O preceptor
de internado: ¡qué ocupación singular, peón de por vida
una vez pasada la edad de esta actividad para pagar sus
estudios! El gusto por los disfraces, la regresión, una proxi-
midad con las preocupaciones de los niños: las panoplias
regaladas en Navidad -para reírse...-.
¿Qué punto en común tienen todos estos hombres? familia -cuatro hijos-, bien calificado, representando su
Una puesta de sus existencias al servicio del más fuerte oficio en las más altas esferas -sindicales, ministeriales,
que ellos: la Ley, la Justicia, el Orden, el Derecho, la Disci- corporativas...- cae por consultar desenfrenada, activa y
plina, que ellos se proponen encamar y luego hacer respe- regularmente un sitio pedófilo en donde niños de pocos
tar. Sus cuerpos, sus vidas, sus seres se reducen a eso: bajo meses son sometidos a sodomización por parte de adul-
un hábito que los esconde y les permite disimular sus fallas tos? ¿O es coherente, desde un punto de vista freudiano?
personales, desfilan, dicen la verdad, formulan palabras de Sin terminar, inconclusos en cuanto a su aparato psí-
evangelio, ejercen un poder, producen efectos en la vida de quico, incompletos éticamente. ¿Cuántos, a falta de un
los otros, obtienen la sumisión, el temor, el miedo y la obe- psicoanálisis bien llevado, se enfundan en la dignidad
diencia de sus semejantes. Tropismos detestables... de profesiones de orden y de ley para intentar solucionar
¿Quieren otro signo distintivo de todas estas mario- algunos problemas personales que los persiguen durante
netas sociales? Un superyo superpoderoso. Precisemos: la toda la vida? ¿En qué estado mental evolucionan aquellos
hipertrofia de una instancia psíquica que censura el yo y que encarnan el derecho y la disciplina y pueden recurrir
controla los deseos. ¿Y cómo llega ese gusto por la disci- al Código Penal, a los reglamentos, a los textos de ley para
plina a los futuros adultos? En la época edípica, hacia la exigir a los demás una rectitud cuya posibilidad de exis-
edad de 6 años, cuando los niños varones enamorados tencia ellos mismos ignoran? Sueño con un mundo en el
de sus madres y deseosos de esposarlas miran con malos que sepamos que los enfermos no siempre se encuentran
ojos a sus padres, que les impiden acceder a su deseo... Un donde creemos que están...
complejo de Edipo bien resuelto, con padres despiertos
que prohíben la realización, bajo cualquiera de sus formas,
de la fantasía incestuosa de sus hijos, produce individuos
equilibrados capaces de escoger a sus parejas entre adultos
que consienten, fuera del vínculo familiar.
¿Y los otros, traumatizados por una censura inexis-
tente? Ellos invierten en el superyo y se excitan con la
castración de los otros, con la represión de un tercero,
con el control de cualquiera pero no de ellos mismos. ¿Es
extraño, a partir de esto, que lea hoy en un diario que,
junto con representantes de las profesiones citadas aquí
arriba, un alto magistrado católico, casado, padre de
CARPA SOCIALISTA, CONEJO LIBERAL tadora para cada alumno. Revolución, ¡seguro! Aprender
la lengua del Imperio y utilizar sus máquinas preferidas,
suficiente para alegrar a los liberales. Los socialistas tam-
bién, si se trata de Dominique Strauss-Kahn -agradecido
en la última página...-, pero no el ínfimo puñado que, bajo
la rosa, piensa todavía desde la izquierda...
Ese socialismo liberal define claramente una quimera,
un oxímoron. Una carpa clonada con un conejo, ni carne ni
pescado, incómodo en el agua como en la tierra, mudo como
uno, eyaculador precoz como el otro. En el liberalismo se
ve grande como una casa: libertad de empresa, libertad de
poseer, libertad de producir ganancias, libertad de emplear
sin restricciones por parte del derecho social, libertad de
circulación de capitales, libertad formal de ser libre para
Una dama filósofa -poco importa su nombre, vale de modo el desempleado, el enfermo de Sida, la mujer golpeada, el
sintomático...- vende por estos días su refinado producto inmigrante con o sin papeles, el prisionero. La vieja libertad
en las usinas del CNRS66: el socialismo liberal. Un centro del zorro libre en el gallinero libre. Nada cambia...
nacional y una investigación científica, ¡vaya garantías Para el socialismo es más difícil de encontrar... Evi-
radicales! Es serio: el jacobinismo centralizado y el método dentemente, constatamos sin dificultad el anti-comunismo
de las ciencias duras... Si la pensadora encuentra, en lugar (¡ah, el odio a Castro y el amor por Bush, esas dos figuras de
de buscar -como a menudo en este queso-, podemos apos- una misma abyección!), el desprecio por Marx (superado
tar a que la época va a sufrir un cambio radical. por el elogio de un Proudhon, a quien los petainistas tam-
¿Resultados? En las páginas de "ideas" de los dia- bién querían...), la diabolización del Estado (¡ese fósil exe-
rios, que ella inunda, la montaña pare un ratón... Sujé- crado por el M edef67!), el rechazo a someter la economía a
tense: ¿aplicado a la escuela, el socialismo liberal qué da? la política (¡viva la Bolsa en lugar del Hemiciclo!), la crítica
El aprendizaje del inglés lo más temprano posible en las de la utopía (siempre culpable de conducir al gulag...), la
clases primarias y la puesta a disposición de una compu- del determinismo (¡la vieja animosidad recalcitrante con-
tra Bourdieu!). La gran máquina conceptual regurgita algo
muy pequeño: el reformismo...
Con este famoso reformismo (¡celebrada la segunda
izquierda, Michei Rocard68 transformado en el Jaurés de
los tiempos modernos!), la dama propone una sarta de
nociones para escandir como un monje obrero: democracia,
república, creación de riquezas, redistribución y solidari-
dad, deliberación, trabajo. Tantas viejas lunas descolgadas
por los abstencionistas, los aficionados al voto en blanco y
los sufragios expresados para nada por candidatos protes-
tatarios tanto de derecha como de izquierda en todas las
consultas de ahora...
El socialismo, científica y nacionalmente, afirma en su
centro la investigadora, es -retomando a Rosselli™ "cuando
la libertad llega a la vida de los más pobres". ¿Para qué Cuando era un joven estudiante y trabajaba en mi tesis
sirve cuando no se tienen los recursos? En Rusia, con Yelt- de filosofía política y jurídica, mi directora y yo chocába-
sin, los pobres han tenido rápidamente la libertad de los mos sobre casi todos los actores: nunca sobre aquellos que
liberales -y con ella la prostitución, criminalización, mer- ella no llevaba en su corazón -Helvétius, Marx, Nietzs-
cado negro, mafia, pauperización, desempleo, exclusión, che-, puesto que ella quería a aquellos que yo abominaba
precarización, creación de una casta de apparatchiks riquí- -Hobbes, Kant, Montesquieu...-. Tampoco estábamos de
simos y todopoderosos-. El comunismo, peor que eso. En acuerdo cuando leíamos a tal o cual al que ambos quería-
las antípodas de esta izquierda de derecha, la izquierda de mos. Así sucedía con La Boétie, que mientras para ella era
izquierda no se conforma con decretar la libertad: brinda legitimista, yo lo veía como el padre de todas las resisten-
los medios para obtenerla. Lo cual supone justicia... cias, ¡por lo tanto el inventor del temperamento libertario!
Pero yo amaba su rectitud y su gusto por el trabajo bien
hecho, y era sensible a su deseo de conducirme en la histo-
ria de las ideas.
Hoy pienso a menudo en nuestras discusiones. Espe-
cialmente sobre la cuestión del derecho. Puesta en platónica,
ella lo veía bajado del cielo, como un sustituto laico de Dios.
Era una devota de la Ley porque una sociedad sin ley es la cipio de una justicia natural, independientemente de las cris-
anarquía, el peor de los males. Yo me oponía al Derecho y a talizaciones políticas y jurídicas del momento. Obviamente,
la Ley puesto que como marxista las veía como una regla de esta naturaleza no proviene del derecho natural de los cris-
juego impuesta por las potencias para legitimar su domina- tianos, que esconden bajo esta expresión el poder supremo
ción y su ascendiente sobre los desposeídos, los débiles -sus de su Dios; ella nombra, más bien, aquello que desagrada,
víctimas-. Y persisto en este análisis. despierta la cólera, estremece y promueve la camaradería
La prueba de lo que planteo se encuentra en la his- con los desheredados, los desamparados, los olvidados, los
toria del derecho. Como cuando el Código teodosiano simples, los desperdicios del sistema liberal.
(435 d.C.) promulga leyes que legitiman la persecución, El sentimiento de esta justicia a pesar del derecho se
el despojo, la detención, la tortura y la pena de muerte expresa ante los quince mil muertos provocados por la ola
para los herejes y los paganos, cuyo error consiste en no de calor y cuyo error fue ser viejos y no tener poder; se
amar a su prójimo del mismo modo que sus perseguido- manifiesta en la presencia de los obreros despedidos por
res; igualmente con el Código negro (1685), que legaliza la sus empleadores, que parten a hacer estragos a otra parte
explotación, la deportación, la sumisión de millones de con los bolsillos repletos de indemnizaciones suculentas;
africanos y de antillanos transformados en ganado por surge ante el espectáculo de los anónimos que en invierno
la necesidad del colonialismo de los comerciantes de la mueren de frío por decenas en los sótanos y en las veredas;
época; como las leyes antisemitas nacional-socialistas existe ante las guerras llevadas a cabo por el imperialismo
(1933) o de Vichy (1940), que dictan el derecho a la expo- estadounidense, movido por el interés del dinero; actúa, si
liación, a golpear, a deportar a los campos, a transformar se considera a las prisiones, en donde la sociedad anima-
en sub-hombres a aquellos que no tienen la dicha de ser liza a aquellos a quienes luego les reprocha ser bestias. Para
arios, blancos, heterosexuales, cristianos, de derecha... esta Justicia no es necesario convocar al Derecho. Alcanza
De modo que soy menos celoso de una Justicia defi- con actuar contra la Ley, siempre llamada a caducar.
nida por el Derecho y la Ley que de una Justicia expresada
más allá de la positividad jurídica, siempre puesta en movi-
miento para justificar y legitimar el poder de los poderosos
y luego convertir en ilegal e ilegítima la insumisión de los
potenciales rebeldes. Contra la Justicia legal y sus palacios,
sus hombres llamados de ley -tan a menudo por encima de
ella...-, prefiero una Justicia que nos devuelva a la equidad.
¿La equidad? Aquello que vuelve a cada uno según el prin-
cama, hasta su mujer, hacer lo necesario para que a un des-
conocido no le falte nada mientras está en su casa, bajo su
propio techo? ¿Una ley natural de benevolencia? ¿Un sen-
timiento moral presente en el corazón del hombre anterior
a toda ley positiva? No, para nada. Aquello que hace que la
hospitalidad sea necesaria, sagrada, absoluta, es la mirada
de los dioses. Los dioses o Dios. La generosidad vale como
un seguro de vida para después de la vida... Ese gesto es
un anticipo para la salvación.
En teoría, los cristianos actúan así y los musulmanes
también. Pero no es que brillen de todos sus fuegos éticos
de manera excelsa, sino que así compran su paraíso. En el
extremo de la mesa medieval o bajo la tienda del beduino,
el pan compartido y el lecho ofrecido dan cuenta de ello:
La hospitalidad proviene ante todo del panteón de las vir- aquello que se hace al más pequeño de los hombres, es a
tudes griegas. En un mundo agrario, de campesinos/ de Dios a quien se le hace. El bien como el mal... De modo
pastores que pacen sus rebaños en tiempos de Homero, que es difícil imaginar una práctica de la hospitalidad que,
compensa la austeridad de la errancia con la certitud de un para ejercerla, fuera contra el deseo de los dioses -o de
suplemento de alma asegurado en el absoluto. Invención Dios-. Abrir conscientemente la puerta al diablo no puede
helénica, pues. Supone la puerta abierta para todo -digo alegrar al ídolo de los monoteístas.
bien-, todo caminante que solicite cama y comida. No se le ¿Se puede adscribir a esta virtud de manera post-cris-
pregunta ni de dónde viene, ni a dónde va, ni quién es, ni tiana? ¿Está prohibido amar la hospitalidad, practicarla y
qué hace. En efecto, aunque sea el Extranjero absoluto, el adscribir a ella si no se cree en el cielo? No, desde luego.
desconocido, el personaje conceptual del vagabundo. En el Son necesarios algunos ajustes intelectuales, eso es todo.
arsenal primitivo, el anfitrión ofrece hasta a su esposa para ¿Cuáles? Decir, por ejemplo, que una hospitalidad que
el reposo del vagabundo solitario... Para completar su cre- se rechaza al Otro absoluto y se practica con el Mismo
dibilidad, ¡deseemos que los turiferarios contemporáneos absoluto no es tal. ¿Quién se esconde detrás del Mismo
de esta virtud secular puedan llegar tan lejos! absoluto? Mi hermano, mi amigo, mi padre, mi madre,
¿Por qué actuar de ese modo? ¿Qué razones obligan mi primo, mi vecino: ¿para qué sirve un deber de amar a
al pobre a abrir su despensa, compartir su pan, prestar su aquellos a los cuales se ama naturalmente? ¿Quid de una
exhortación a hacer aquello que se practica de hecho por ¡ENSEÑAR EL HECHO ATEO!
afecto, sin obligación ni coacción? No existe ningún deber
de amar aquello que se ama... Por el contrario, ese deber
funciona para el Otro, el Desconocido, el Vagabundo, el
Errante, el Tercero -e l Pinzuti, para decirlo en el lenguaje
de la isla-. A saber: el Árabe, el Continental, el Turista, el
Parisino, ¡incluso aquel que viene de Bastia69, para el hom-
bre de Ajaccio70, o a la inversa! El Diferente radical, ése es
el huésped esencial.
Sin duda, la hospitalidad no es un crimen en tanto se
practique como el gesto generoso del sedentario al encuen-
tro del caminante absoluto. Sin embargo, reivindicada por
aquellos que pintan en las paredes fuera los franceses o fuera
Sí, lo sé, profeso un anticristianismo primario... ¡Pero soy
los árabes, hay un problema: la palabra no corresponde.
consumidor de informaciones sobre el anticristianismo
Pues rechazar la hospitalidad al Diferente marca toda polí- secundario! Cada vez que quise conversar con un vende-
tica que hace una especialidad del Odio a aquello que no dor del mundo invisible judío, cristiano o musulmán -ven-
es ella. En el siglo XX, del III Reich a Ruanda, pasando por den la misma alfombra-, sólo he encontrado a gente dotada
Vichy y Serbia, los ejemplos no han faltado... de buena memoria, pero que la mayor parte del tiempo
mete su inteligencia bajo la canilla... Memoria de lugares
comunes enseñados y escritos en la carne de sus infancias;
y rechazo a pensar para mantener mejor sus ilusiones.
Los tiempos son duros para los ateos radicales.
Así, habría que tomar posición a favor o en contra de
la enseñanza del hecho religioso en la escuela. Aprecien
primero el eufemismo: ¡el hecho religioso! No se dice el
catecismo o la historia santa, que huelen demasiado a
incienso y al humo de los cirios, sino ¡el hecho religioso,
puesto que la fórmula recuerda al hecho sociológico de
Durkheim, es decir a su aroma de tiza y pizarrón negro
de los húsares de la República!
En esta escuela en la que ya no se aprende a leer, a
escribir y a contar -no soñemos que se aprenda allí a pen-
sar...- en donde el analfabetismo ya no sólo concierne a los
alumnos, sino también a una parte de los docentes, en esta
escuela, entonces, faltaría una enseñanza, ¡especialmente
aquella de la religión judeo-cristiana! Estoy soñando...
¿Y para enseñar qué y cómo? ¿Un hijo de Dios que
camina sobre las aguas y resucita al tercer día luego de su
crucifixión? ¿Quién contaría a los niños esas patrañas que
son las interdicciones de utilizar un interruptor eléctrico los
días de shabbat? ¿O que en el paraíso se bebe vino a mares,
pero no sobre la Tierra? ¿Un Dios que abre el mar en dos
para permitir el paso de su pueblo, otro que reserva vír-
genes en cantidad para la cama del fiel que toma su lugar
cerca del Profeta luego de haberse cargado a un máximo
de inocentes -con tal de que no crean en sus pamplinas-?
Que esas historias para niños sean contadas por las La mayor parte de la gente establece con su televisión
familias, pase. Transmiten ya demasiadas sandeces, ¡pue- una relación singular. Y para decirlo de una vez, bas-
den continuar sin que se las moleste! Pero que la escuela tante estúpida. Todos pretenden detestarla, la critican, la
las reemplace so pretexto de fabricar un vínculo social, de
abuchean, pero pasan tanto tiempo denostándola como
hacer posible el acceso a la cultura universal o de poner al
mirándola... Según ellos, saldría de la pequeña pantalla
día las fundaciones de nuestra civilización, ésos son tapa-
un flujo perpetuo de abyecciones y de ignominias, pero
rrabos para disimular el regreso del sacerdote a la escuela.
no se pierden ni una migaja y, apoltronados, abatidos
Al fin de cuentas, detrás de esas fabulaciones aparentemente
ante sus aparatos, se instalan para la transfusión al fin de
inofensivas se trata siempre de promover la moral judeocris-
tiana o la de los musulmanes, que bajo apariencias divergentes la jornada de trabajo. Que yo sepa, la extinción del ins-
enseñan un mismo odio de la mujer, de la vida, del aquí y ahora, trumento diabólico también es una posibilidad. A menos
del infiel, del incrédulo o del ateo. Todas justifican el pasaje por que no se lo tenga.
la Tierra como un castigo, un valle de lágrimas, una ocasión para Recuerdo a un profesor universitario que evocaba la
expiar. Las tres contabilizan cada día los muertos infligidos en postura de los clásicos, siempre enfundado en la túnica,
nombre de sus libros santos. En vista del estado del mundo, ¡la hablando como un oráculo, el verbo de bronce y la figura
urgenda me parece más bien la enseñanza del hecho ateo! majestuosa, escribiéndome antaño acerca de cuán triste
estaba al verme obligado a "ir a lo de Pivot"71 -según la juvenil? ¿Qué vieja rubia platinada no ha explicado a lo
expresión utilizada en ese entonces- para degradarme, lle- largo y a lo ancho su decisión de esposar a un imberbe con
narme de vergüenza, desconsiderarme, cuando me confor- quien juega al amor perfecto? ¿O qué siniestro universi-
maba con formular allí algunas ideas presentadas en tal o tario ha rechazado decir tres frases el día de gloria en el
cual de mis libros. ¡Él, que se tiró de cabeza para hablar allí que se ha celebrado a un escritor -a causa del centenario..
-una vez...- de un libro que ni siquiera había escrito! Temo sobre el que ha transpirado toda su existencia, pero nunca
que él ni siquiera haya conservado el ticket del vestidor a causa de los focos...?
como recuerdo de ese bendito día. Sobre la pequeña pantalla el mundo se escribe de la
Ahora bien, muy a menudo esos fiscales que activan misma forma que sobre un espejo: se ve lo que se pone.
con la fuerza de su brazo la hoja de la guillotina se pelea- Su mediocridad o su curiosidad, su odio, su resentimiento,
rían por asistir al programa -incluso como público-. Son su maldad, o su deseo de diversión, su estupidez o su inte-
los repartidores de lecciones, los guardianes de la virtud, ligencia. La televisión no es nada en sí misma, ni buena ni
los injuriados por el hecho de que decimos delante de una mala. Apenas una proposición que, para existir, necesita del
cámara aquello que profesamos en todas partes -lo contra- que la mira y puede siempre dispensar de él. Duchamp72
rio sólo merece la guillotina...- quienes, ya ante la penum- tenía razón al afirmar que el observador hace el cuadro. La
bra del público, se toman del cuello y efectúan contorsio- idea vale también para aquello que se muestra en la tele-
nes peligrosas para su salud articular intentando que, del visión. Cuando se le reprocha su mediocridad, tengamos
otro lado del televisor, se vea su mostacho o su peinado. cuidado de que no nos esté devolviendo la nuestra.
La televisión vuelve loco. Cierto. Pero seguramente
más a aquellos que no aparecen en ella. Más radicalmente.
¿Puesto que quién no ha ido a hablar de su relación sexual
con un camionero pese a su diploma de lenguas orientales?
¿Qué profesor de provincia no ha aplastado un champig-
non sonoro un día de juego televisivo para ser el primero
en decir el nombre de la capital de Zimbabwe? ¿Qué psi-
cólogo de subprefectura ha rechazado visitar un estudio
de televisión regional para hablar de los estragos del acné
compruebo que practican más seguramente por un ojo los
dos ojos, por un diente toda la boca...
¿Mi pecado? ¿Mi falta? ¿Aquello que me vale sus dia-
tribas, cartas y correos electrónicos? Ser ateo, decirlo cla-
ramente, rotundamente, fustigar los monoteísmos, redu-
cir a fábulas sus creencias de niño. Yo nos los violo ni los
saqueo, no he matado ni a su padre ni a su madre, no he
faltado a ninguno de los diez mandamientos. No. Simple-
mente mostré que no creía en la divinidad de su Jesús, en
la resurrección de la carne, en la vida eterna, no más que en
los nacimientos provenientes de las ancas de Júpiter.
¡Pero qué lluvia de palos! En otros tiempos, estos epis-
tolarios me habrían mandado directamente a la hoguera,
quizás después de haberme sometido al interrogatorio,
Nunca he visto demasiado a los cristianos amar a su pró- ¡embudo en boca, barril de aceite vaciado en el estómago!
jimo. Incluso menos perdonar sus ofensas. Al contrario, Amor al prójimo, cuando tú nos tienes... Es muy necesa-
durante los años en que se suponía debían educarme, he rio que el personal con el cual se hizo la Inquisición exista
tenido más a menudo la ocasión de constatar que se toma- en alguna parte en tiempos de paz, y por ende esté posi-
ban libertades con sus invitaciones a la ética de la suavidad blemente disponible de nuevo, en caso de necesidad...
para preferir un nihilismo de valores y lanzar capirotazos, Los auxiliares de verdugo nunca faltan realmente entre los
castigar con un refinamiento sin nombre, detestar aquí lectores de libros pretendidamente santos. Sus insultos hoy
tanto como mascullaban allá, sin hablar de los manoseos permiten contarlos.
en las duchas o de las palizas infundadas. ¡Versiones sin- Extrañamente, eso que ellos consideran argumentos se
gulares del amor al prójimo! reducen a insultos que los dispensan de ir al único terreno
Hoy, un poco más viejo, y en mejores condiciones para en el que yo merecería la corrección: aquel de los textos que
devolver las bofetadas, mi constatación persiste: los cris- leo, analizo, critico o recuso. Para no tener que enfrentarme
tianos parecen más capacitados para el resentimiento y el en un duelo singular y de honor, desprecian: no he leído,
odio que para el amor al prójimo. Si ellos se conformaran no conozco, no sé leer, no comprendo, me pierdo lo esen-
con responder ojo por ojo y diente por diente, no veríamos cial, sólo leo libros malos, soy deshonesto, no hago filoso-
sino la banalidad de la naturaleza humana. Pero a menudo fía, no soy serio, estoy en la caricatura, etcétera.
Incluso recientemente, ante los quinientos asisten-
tes de la Universidad Popular de Caen en la que presen-
taba la tesis de los negadores de la existencia histórica de
Jesús, que hago propia, uno de mis viejos profesores, al
que no había visto durante los últimos veinticinco años,
se levantó, extático, y con los ojos mirando al cielo expuso
todos sus argumentos hilvanándolos como perlas. Con-
cluyó cuando lo invité a confrontarme en el terreno de
los hechos, de las ideas y de la historia, que, comprobado
o no, incluso si Jesús no existió, de todos modos no cam-
biaba nada a la verdad del cristianismo. Ni, probable-
mente, a la validez de sus tesis sobre el amor al prójimo... Filosofar como un perro
Prólogo: bajo el signo del perro
Ségoléne y el Buda
Del derecho al ateísmo
Los cretinos útiles
Edvige es u n seudónimo
Al arzobispo le gustan los pedófilos
Cuando los ladrones dictan la ley
Pagar eternamente la deuda
El panzerpapa siempre de verde militar
La calle, verdad del pueblo
M aría Antonieta Sarkozy
El asaltante y la monja
Las dos Américas
El trabajo libera
Feliz año sarkozysta
Del buen uso del sabotaje
¿A quién pertenece Pouget?
Ségoléne Debord y Guy Royal
Al carajo con los cuidados paliativos
La crirninalización del pensamiento
El gran Aibert 68
Llegó la cosecha del nuevo Diógenes 71 Rastros de fuegos furiosos
Revolucionar la revolución 74 ¿Un policía bajo el diván? ^97
Los bárbaros refinados • 77 La comunidad imposible 200
Olivier, apúrate... 80 El oxím oron viviente 203
"Toda idea en movimiento se convierte en una aurora" 83 La tercera revolución de las costumbres 206
La izquierda caviar en el com edero 89 Alá es (demasiado) grande 209
Elogio del casam iento y de los pañales 92
Grandes colonos e intelectualoides 212
El anticapitalismo revolucionario de derecha 95
El arte de facilitarles las cosas a los caníbales 215
¿Debord sollersiano? 98
Perfumado con agua bendita 218
Campos de la muerte invisibles 101
¡Viene el lobo antisemita! 221
Doscientas velas para Proudhon 104
Una continuación a las historias de lobos... 224
Stimer se viste en Saint-Laurent 107
L a improbable razón estadounidense 227
C azar a los cazadores 110
El enfermo y los hijos de puta 230
Córcega nocturna, Córcega solar 113
El perdón royal 116 El principio de Judas 233

El genocidio de los sin tierra 119 La estupidez con cabeza de toro 236

Los desvalijadores de enfermos 122 Higiene de la correspondencia 239


Un P apa satánico 125 L a Europa de los idiotas 242
N uevo filósofo y viejo sarkozysta 128 Los devotos de la religión catódica 245
Egócrata serás tú... 131 La vida de los bichos bolita 248
Estrategia del placer subversivo 134 Los deberes de la amistad 251
Calvino triste 137 La insolente generación de los traidores 253
Los antifilósofos vuelven a filosofar 140 La pedaleada de Jean-Paul Sartre 256
Pintar el capitalismo de verde 143 Asaltar a mi panadera 259
¡Abstención, tram pa para imbéciles! 146 Filosofar a fondo 262
Maquiavelo ginecólogo 149 L a ingenuidad filosófica 265
¿Niqab o no niqab? 152 Del derecho de las ratas 267
Dime a quién odias y te diré quién eres 155
La tanatofilia francesa 269
Una religión del siglo XX 158
Esto no es una caricatura 272
El día del sangrador 161
A na (Frank) y Joseph (Ratzinger) 274
El post-anarquismo explicado a mi abuela 164
Recetas de filosofía mediática 277
El inconsciente presidencial 167
El periodismo explicado a mi hija 279
La bandera negra y el baldaquín 170
Bestias que se alimentan de heno 173
Martine filósofa 176 La filosofía feroz
Lacan cómo y dónde 179
La geografía de la eternidad engarzada 285

San Jacob, roba para nosotros... 182 Tendremos la filosofía feroz 288
¡Divino diván! 185 Contra las madres y las esposas, las mujeres 291
Peillon, tram pa para imbéciles 188 Inventar una vida exitosa 294
Una máquina de dar cachetadas 191 Las dos violencias 297
Elecciones, ¿tram pa para bobos?
La izquierda está muerta. ¡Viva la izquierda!
Es Hom ero al que asesinan...
Los dos M editerráneos
Los zoológicos nacionalistas
Hay que liquidar M ayo del 68
La vida después de la guillotina
El olor a sangre de los monoteísmos
Pobres cabrones
En el grado cero de la inteligencia
Del buen uso de los cadáveres
La sinrazón del más fuerte
Contra el nacionalismo regional
El velo del chivo expiatorio
El superyo de los sub-yo
Carpa socialista, conejo liberal
La curvatura del derecho
La regla de las leyes de hospitalidad
¡Enseñar el hecho ateo!
De una servidumbre voluntaria
El lejano am or al prójimo

Este libro se terminó de miprimir en marzo de 2013,


Elias Porter Talleres Gráficos, Plaza 1202, CABA.

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