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GEOGRAFÍA Y CALIDAD DE VIDA EN ARGENTINA


ANÁLISIS REGIONAL Y DEPARTAMENTAL (2010)



GEOGRAFÍA Y CALIDAD DE VIDA EN ARGENTINA
ANÁLISIS REGIONAL Y DEPARTAMENTAL (2010)

Guillermo A. Velázquez
(director)

Adela Tisnés Juan Pablo Celemín


Carolina Beceyro Marcos Mare
Claudia Baxendale María Alejandra Fantín
Claudia Mikkelsen Matías Gordziejczuk
Fernando Manzano Néstor Gómez
Gerardo de Jong Norma Meichtry
Guillermo Velázquez Pablo Paolasso
Gustavo Buzai Ricardo Villavicencio
Hugo Longhi Rosana Castillo
Jorge Morina Santiago Linares
Jorge Pickenhayn Sofía Ares
Josefina di Nucci Sonia Pou

Universidad Nacional del Centro


Tandil · 2016
Velázquez, Guillermo
Geografía y calidad de vida en la Argentina : análisis regional y
departamental, 2010 / Guillermo Velázquez ; dirigido por Guillermo
Velázquez. - 1a ed . - Tandil : Universidad Nacional del Centro de la
Provincia de Buenos Aires, 2016.
350 p. ; 28 x 19 cm.

ISBN 978-950-658-386-6

1. Geografía. 2. Argentina. 3. Calidad de Vida. I. Velázquez, Guillermo,


dir. II. Título.
CDD 910

© 2016 - UNCPBA
www.unicen.edu.ar

1ª edición: febrero de 2016

Este libro fue sometido a evaluación externa por la Facultad de Ciencias Humanas
de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.

Diseño de tapa
Cecilia Aimaretti

Corrección, diseño interior y maquetación


Ramiro Tomé

Impreso por Grafikart. Fugl 361, Tandil.


Tirada: 200 ejemplares.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723.

ISBN 978-950-658-386-6

ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN
1. Propósito del trabajo ··············································································································· 7
2. Estudios sobre geografía y calidad de vida en Argentina ····························································· 9

II. EL PROCESO DE DIFERENCIACIÓN TERRITORIAL


3. Etapas de desarrollo económico ······························································································ 13
4. Evolución y características de la población ··············································································· 31
5. Relación entre dinámicas demográfica y económica ································································· 57
6. Cambios en el sistema urbano ································································································· 67
7. Dinámica de los espacios rurales ····························································································· 83

III. CALIDAD DE VIDA EN ARGENTINA


8. Introducción: Pobreza, nivel de vida y calidad de vida ····························································· 105
9. La medición del bienestar ········································································································ 107
10. Modificaciones y continuidades en los indicadores del bienestar. Situación general. ··············· 113
11. Dimensión socioeconómica ································································································· 117
12. Dimensión ambiental ·········································································································· 125
13. La integración de dimensiones: El Índice de calidad de vida 2001-2010 ································· 149

IV. FACTORES DE DIFERENCIACIÓN DE CALIDAD DE VIDA EN ARGENTINA


14. Calidad de vida, dinámica migratoria, centralidad /accesibilidad,
categorías urbanas y producto bruto geográfico ········································································· 157
15. Calidad de vida y enfermedades no transmisibles ································································· 169
16. Categorías urbanas según regiones ······················································································ 183

V. ANÁLISIS REGIONAL
17. El Noroeste argentino ·········································································································· 191
18. El Nordeste argentino ········································································································· 201
19. La región de Cuyo ··············································································································· 223
20. La región Pampeana ··········································································································· 241
21. La región Metropolitana de Buenos Aires ············································································· 261
22. La región Patagonia ············································································································ 283

23. REFLEXIONES FINALES ················································································································ 323

24. BIBLIOGRAFÍA ························································································································· 325

25. ANEXO ESTADÍSTICO ················································································································· 335

26. LOS AUTORES ························································································································· 349


1

PROPÓSITO DE LA OBRA

En este libro nos proponemos actualizar nuestras De Jong y Marcos Mare, quienes han estado a car-
contribuciones anteriores (Velázquez 2001, Veláz- go de los capítulos regionales.
quez 2008) respecto del conocimiento de la dife- Para elaborar el índice de calidad de vida para la
renciación social, económica, ambiental y regio- Argentina en el año 2010 nos valdremos, nueva-
nal de la calidad de vida de la población Argenti- mente, de la última información apropiada, que
na, con el mayor nivel de análisis espacial posible, es la correspondiente a la primera década del nue-
para intentar establecer el peso de diferentes fac- vo milenio, particularmente la disponible a partir
tores explicativos. de la difusión de la principal fuente para el estu-
En general, estos proyectos de largo aliento son dio de la población argentina: el Censo Nacional
producto de un equipo integrado por geógrafos, de Población, Hogares y Viviendas realizado en
sociólogos, economistas, demógrafos, especialis- octubre de 2010, complementándola con diversas
tas en SIG, ambientalistas, profesionales de la sa- fuentes de información, especialmente estadísti-
lud, etc., que contribuyen con sus aportes a gene- cas socio-sanitarias, información municipal (am-
rar resultados cada vez más significativos. biental, socioeconómica, recreativa, etc.), infor-
Por eso queremos expresar nuestro especial mantes clave y relevamientos personales.
agradecimiento a Fernando Manzano, Adela Tis- Los resultados obtenidos muestran que el pro-
nés, Santiago Linares, Josefina di Nucci, Claudia ceso no ha sido lineal ni mucho menos: hubo im-
Mikkelsen, Sofía Ares, Matías Gordziejczuk, Juan portantes avances respecto de las situaciones pre-
Pablo Celemín y Sonia Pou por sus aportes espe- cedentes (2001, 1991, 1980).
cíficos en algunos temas relevantes para intentar Los nuevos resultados presentados aquí intenta-
comprender esta problemática. rán constituir una referencia de los mapas de cali-
Dada la escala espacial y la magnitud del trabajo dad de vida de los argentinos para la primera y la
recurrimos, una vez más, a la valiosa colaboración segunda década del tercer milenio, ya que los in-
de reconocidos colegas que residen en cada una dicadores utilizados y la forma de diferenciación
de las regiones argentinas. Ellos son Pablo Paolas- que utilizamos obedecen a factores estructurales
so, Fernando Longhi, Norma Meichtry, Alejandra que poseen la “inercia” característica de los proce-
Fantín, Jorge Pickenhayn, Ricardo Villavicencio, sos de conformación y diferenciación social, eco-
Rosana Castillo, Néstor Javier Gómez, Jorge Mo- nómica y regional y que, por ende, no suelen cam-
rina, Gustavo Buzai, Claudia Baxendale, Gerardo biar rápidamente.

Guillermo A. Velázquez

Nota: Los capítulos bajo cuyos títulos no consta ningún


nombre son de mi autoría.
2

ESTUDIOS SOBRE GEOGRAFÍA Y CALIDAD DE VIDA
EN LA ARGENTINA

Los estudios sobre calidad de vida se remontan, dinámica demográfica, especialmente los proce-
en cierta forma, a los primeros trabajos geográ- sos migratorios, con los mapas de renta nacio-
ficos sobre la Argentina, ya que, en virtud de la nal elaborados por Bunge en 1940. El capítulo 6,
particular perspectiva de nuestra disciplina, to- “Vivienda rural” (Chiozza y de Aparicio), mues-
da descripción de la diferenciación social o re- tra cartografía de nivel provincial con variables
gional tiene que hacer necesariamente algún ti- relevantes tales como: proporción de viviendas
po de referencia a las condiciones de vida de la tipo rancho y según el material predominan-
población. te (madera, cinc, barro y cinc, adobe), efectuan-
Este tema, no obstante, no estuvo presente en do un análisis regional y, en algunos casos, lo-
forma explícita, sino hasta bien entrados los años cal muy detallado. También se vincula la vivien-
ochenta. Así, por ejemplo, en el índice temático de da con la estructura agraria y las condiciones de
la Bibliografía Geográfica Argentina (Rey Balmaceda vida.
1975) no hay ninguna referencia a trabajos sobre En el tomo 8, debemos destacar el capítulo 2, ti-
calidad de vida o condiciones de vida de la pobla- tulado “Geografía médica y de la alimentación”
ción. En la Segunda Contribución (1983) sólo se cita (Alcalá Hernández). El autor muestra la impor-
una carta de lectores publicada en agosto de 1974 tancia de la climatología médica en las condi-
en el diario La Nación. ciones de vida de la población, planteando la in-
Uno de los primeros intentos por publicar una fluencia de diversos factores tales como: atmós-
moderna Geografía Argentina de alto nivel científi- fera, corpúsculos, radiación solar, temperatura,
co corresponde a la Sociedad Argentina de Estu- humedad, viento, presión, estado eléctrico, ines-
dios Geográficos (GÆA). Desde 1946 se editaron tabilidad y clima urbano. Destaca la importancia
ocho volúmenes de esta publicación, que no con- del agua como factor ambiental y analiza diver-
siguió, sin embargo, superar el tradicional con- sas patologías regionales como: arsenicismo, cha-
junto de temas de geografía física y biológica. gas, paludismo, hidatidosis, brucelosis, anquilos-
Este proceso de superación comenzó a lograrse tomiasis y bocio.
poco después, a partir del surgimiento de nuevos La segunda parte de ese capítulo está referida
trabajos geográficos. Considerando los aportes de a la geografía de la alimentación. El autor esta-
mayor envergadura y siguiendo un orden crono- blece regiones alimentarias, destacando las pe-
lógico, podemos mencionar: culiaridades de la dieta en el Noroeste Argentino
(NOA), Chaco, Mesopotamia, Cuyo, Región Pam-
• La Argentina. Suma de Geografía (Aparicio y Di- peana y Patagonia, mostrando las principales ca-
frieri 1958-1963). rencias. Señala que, incluso en las regiones con
Esta obra, diseñada por Francisco de Aparicio y mejor situación relativa, como la Pampeana o en
concluida por sus discípulos, consta de nueve vo- las grandes ciudades, se cometen errores alimen-
lúmenes. En esta colección, hay capítulos que nos tarios: principalmente exceso de consumo de car-
interesan especialmente, fundamentalmente en ne y de alimentos refinados (harinas, pastas, azú-
los tomos 7 y 8. cares), déficit de alimentos protectores como fru-
En el tomo 7, el capítulo 4, “Estructura y movi- tas y verduras crudas y, aunque en menor medida,
mientos de la población”, (Difrieri) relaciona la de leche y huevos.
10 I • Introducción

• El país de los argentinos (Chiozza 1975-1977). El capítulo “Población y calidad de vida” es, en
Este tratado consta de seis volúmenes y proba- gran medida, el cierre del atlas demográfico. Los
blemente sea la primera gran obra de geografía propios autores señalan que: “una rápida visión de
Argentina realizada con enfoque regional. la geografía poblacional de nuestro país no estaría
En su tomo 1, hay diversos capítulos relaciona- completa si no se tratara de analizar, además de
dos con la calidad de vida de la población argenti- cuántos, dónde y quiénes son los argentinos, tam-
na. Así, en el capítulo sobre población (Aranovich bién cómo viven” (Reboratti, Sabalain y Corvi).
y González), hay referencias a diversos indicado- El estudio se basa en una serie de 11 indicado-
res desagregados a escala provincial como el anal- res de salud (tasa de mortalidad infantil, camas
fabetismo, los factores de diferenciación de la fe- de hospital por cada mil habitantes, médicos por
cundidad, la mortalidad y los problemas de la po- cada mil habitantes), alimentación (porcentaje de
breza y la concentración urbana. El capítulo sobre población con alimentación deficiente), educa-
estructura económica (Rofman) considera las dis- ción (desgranamiento escolar, población sin ins-
tancias entre clases sociales, mostrando indicado- trucción, población con estudios secundarios y
res relevantes tales como distribución del ingreso terciarios), vivienda (porcentaje de ranchos y vi-
y del producto bruto geográfico. El artículo sobre viendas precarias, hacinamiento), uso de energía
estructura ocupacional (Baumeister) establece re- (consumo anual de energía familiar per cápita) y
laciones entre esta estructura y las condiciones de comunicaciones (teléfonos por cada mil habitan-
vida, mostrando una aproximación de las situa- tes) con escala de análisis provincial.
ciones regionales. Los restantes tomos, dedicados Los autores construyen un índice al transfor-
específicamente a las diferentes regiones de la Ar- mar las tasas en rangos. Esto les permite afirmar
gentina, también efectúan algunas referencias a que la Capital Federal, por su alta concentración
las condiciones de vida de la población. de servicios para una población numéricamente
estancada, es el área con mayor calidad de vida.
• Atlas total de la República Argentina (Chiozza y En el otro extremo aparecen Formosa, Santiago
Figueira 1981-1983). del Estero y Misiones.
Esta obra se compone de diversos atlas: físico, Más allá de las limitaciones propias de la esca-
político, económico y demográfico. Con posterio- la de análisis provincial u otras que se puedan se-
ridad, se elaboraron apéndices sobre otros temas ñalar (particularmente en lo que respecta al pobre
especiales. tratamiento y ponderación de la información), es-
Los atlas físico y político se ocupan en forma sis- te capítulo constituye un muy valioso precedente
temática de las diferentes provincias y jurisdic- sobre el tema, al ser el primero en establecer una
ciones del país, brindando elementos y, en menor medida resumen para la calidad de vida.
medida, haciendo referencias a las condiciones de
vida de la población. Otros trabajos sobre geografía argentina, Yanes
En el atlas económico, volúmenes 1 y 2, se con- y Liberali (1986-1989), Rofman (1988) y Rocca-
sideran diversos aspectos relacionados con la ca- tagliata (1993), también tienen aportes específi-
lidad de vida de la población: fundamentalmen- cos referidos a las condiciones de vida de la po-
te la estructura productiva y la accesibilidad, que blación.
se combinan para establecer diferentes oportuni- Del trabajo de Yanes y Liberali debemos desta-
dades económicas para los residentes de cada pro- car los capítulos sobre los indicadores de calidad
vincia. En una escala más detallada se establecen de vida en la Argentina (Liberali y Massa) y el refe-
“regiones geoeconómicas”, cuyas características y rido a la estructura y distribución del consumo en
grado de articulación establecen diferencias en las la Argentina (Liberali).
condiciones de vida de la población que en ellas Ambos trabajos son teóricos y resultan relevan-
reside. tes para cuestionar el valor de los indicadores eco-
El atlas demográfico es el primer trabajo en el nomicistas (tanto de consumo como de produc-
cual se dedica un capítulo específico a calidad de ción) para intentar efectuar estudios sobre cali-
vida de la población. En los capítulos previos, hay dad de vida. También se pone en tela de juicio el
referencias al tema, particularmente en los que se valor de indicadores de hacinamiento como “per-
ocupan de la población aborigen (Magrassi), pro- sonas por vivienda” o “personas por cuarto” sin
cesos de redistribución de la población, y evolu- tener en cuenta además su superficie y los espa-
ción y cambio en las formas de asentamiento (Re- cios verdes disponibles. Por el contrario, las auto-
boratti, Sabalain y Corvi). ras consideran que una vivienda que no es anti-
2 • Estudios sobre geografía y calidad de vida en Argentina 11

sísmica y está situada en sitios con este tipo de dice de desarrollo humano fue formulado como
riesgos debería considerarse precaria, aunque su reacción (e intento de superación) de las compa-
apariencia externa y sus características no aparen- raciones internacionales basadas exclusivamente
ten déficit alguno. También señalan el riesgo de en el PBI per cápita, pero no constituye, estricta-
tomar “indicadores promedio” que pueden refle- mente hablando, un índice de calidad de vida, ya
jar situaciones que no son reales. que no incluye las cuestiones ambientales.
Las autoras concluyen sus reflexiones poniendo
en duda los resultados de estudios que muestran • Geografía, calidad de vida y fragmentación territo-
que las mejores condiciones de vida se darían en rial en la Argentina (Velázquez 2001).
la ciudad de Buenos Aires, señalando que, en ese Es el primer libro que aborda esta problemática
contexto, hay mayor delincuencia, porcentaje de en forma integral y con cierto nivel de detalle te-
suicidios, proporción de divorcios y saldo migra- rritorial. En él se propone un índice de calidad de
torio negativo, entre otros problemas. vida a partir de una combinación ponderada de
Rofman (1988) retoma los once indicadores indicadores de educación, salud, vivienda y medio
propuestos por Reboratti, Sabalain y Corvi en su ambiente. Tanto estos indicadores como el índice
índice de calidad de vida y los vincula con las des- mismo se desarrollan a escala departamental para
igualdades regionales en la Argentina. Finalmen- la Argentina en 1980 y 1991, considerando la im-
te, en el libro de Roccatagliata (1993), hay un ca- portancia de factores de diferenciación tales co-
pítulo sobre estructura regional y organización mo crecimiento demográfico, centralidad y acce-
territorial (Lara y Durán) que pone en duda la alta sibilidad, divisiones regionales, dinámica migra-
calidad de vida de la ciudad de Buenos Aires, reto- toria, PBG y categorías urbanas. Posteriormente,
mando los argumentos de Liberali y Massa (1986) aplicamos este índice para el 2001 y 2010 (Veláz-
respecto de los problemas de delincuencia, suici- quez 2008, Velázquez et al. 2014), incluyendo el
dios, tasa de divorcios o tiempo de transporte. análisis de otros factores de diferenciación, enri-
queciendo el análisis de las variables ambientales
El Programa de las Naciones Unidas para el De- e instalando el tema de los “rankings” vinculados
sarrollo (PNUD) creó en 1990 el Índice de Desa- con la calidad de vida (Velázquez 2011).
rrollo Humano (IDH).
Desde entonces, se vienen produciendo en la • Población y bienestar en la Argentina y El costo so-
mayoría de los países informes y “metas” referidos cial del ajuste.
al estado de este índice. Para el caso de la Argen- Ambas obras, compiladas por Torrado (2007 y
tina, se elabora anualmente este informe con ni- 2010), contienen aportes vinculados con el estu-
vel de análisis provincial, basándose en las fuen- dio del bienestar en la Argentina desde una pers-
tes más confiables en torno de los años censales pectiva geográfica.
(1991, 2001, 2010). El índice se compone a par-
tir de una combinación de indicadores de tres di- Además de los trabajos desarrollados a escala
mensiones significativas: salud (esperanza de vida nacional, también se han efectuado estudios de
al nacer), educación (2/3 de la tasa de alfabetismo calidad de vida, referidos a situaciones de regio-
de adultos, 1/3 de los años de escolarización de la nes, provincias, ciudades, áreas rurales o escalas
población que ya no asiste) e ingresos (PBI per cá- más puntuales.
pita ponderado por el poder adquisitivo del lugar Se destacan, al respecto, los avances producidos
en cuestión). Cada indicador se transforma en ín- en el marco de los Seminarios Latinoamericanos de
dice comparando la tasa respectiva con la mejor calidad de vida urbana, celebrados durante las dé-
y peor situación relativa mundial (puntajes ome- cadas de los noventa y la primera del siglo XXI en
ga). Así, si la esperanza de vida del lugar en cues- Chillán (Chile), Mérida (Venezuela), Tandil (Ar-
tión fuera baja, el índice tendería a “1” (máxima gentina) y Belo Horizonte (Brasil); las Jornadas Ar-
privación de longevidad), mientras que, si fuera gentinas de Estudios de Población (AEPA), que inclu-
alta, tendería a “0” (mínima privación de longevi- yen sesiones específicas sobre calidad de vida des-
dad). La combinación de las privaciones de longe- de 1999; los Seminarios Internacionales de Estudios
vidad, logro educativo e ingresos restada de 1 da Urbanos, celebrados a partir de la primera década
como resultado el índice de desarrollo humano. del XXI en Valdivia (Chile), Tandil (Argentina) y
Índices menores a 0,5 reflejarían las peores situa- Belo Horizonte (Brasil), los Seminarios Argentinos
ciones, índices entre 0,5 y 0,8 muestran casos in- de Geografía Cuantitativa, llevados a cabo a partir
termedios y los mayores a 0,8 serían altos. Este ín- de la primera década del siglo XXI en Buenos Aires
12 I • Introducción

(Argentina); los Seminarios Internacionales sobre Po- ferentes escalas de análisis en la República Argen-
blación y Sociedad, realizados en Salta (Argentina) tina (Mikkelsen 2006, Celemín 2007, Lucero et al.
en 2005 y 2010; y los Congresos de Geografía de uni- 2007, Ares 2008).
versidades públicas, que incluyen una sesión sobre En síntesis, consideramos que los estudios sobre
calidad de vida desde 2011. geografía y calidad de vida en la Argentina se es-
Otras instituciones como la Universidad Nacio- tán instalando en forma creciente en nuestra co-
nal de Catamarca y la Universidad Nacional de munidad científica, ya no sólo desde la geografía
Lomas de Zamora organizan congresos sobre ca- misma, sino también desde la sociología, la de-
lidad de vida. Esta última universidad contiene mografía, la estadística, la informática, la antro-
diferentes proyectos y realiza periódicamente jor- pología, la economía y la arquitectura, entre otras
nadas y seminarios de investigación sobre calidad disciplinas, que han comprendido la importancia
de vida que convocan a investigadores del país y de incorporar la dimensión territorial en este tipo
del exterior. En su última convocatoria (2013), in- de análisis. También vemos cómo algunos gobier-
corporó una sesión sobre calidad de vida y espa- nos municipales, provinciales y el mismo Estado
cios geográficos. La Universidad Nacional de Lo- nacional, en los últimos años, han comprendido
mas de Zamora edita la revista Hologramática que la necesidad de implementar este tipo de monito-
ha publicado en los últimos años varios traba- reos para mejorar la gestión y, por ende, la calidad
jos referidos a geografía y calidad de vida en di- de vida de la población.
3

ETAPAS DE DESARROLLO ECONÓMICO


Fernando Manzano
Guillermo Velázquez

Las condiciones de vida de la población argenti- ses ibéricos, conforme a la doctrina mercantilis-
na actual resultan, en gran medida, producto de ta, se apoderaron de la totalidad de las riquezas
la particular forma de acomodamiento de los gru- conocidas imponiendo erradicaciones forzadas,
pos hegemónicos locales y transnacionales que, a trabajo esclavo, cambio de dieta e intercambio
través de las diferentes etapas de la historia eco- de enfermedades, que hicieron disminuir con-
nómica y social, han logrado imponer gran parte siderablemente la población originaria. El NOA
de sus propios intereses al resto de la sociedad en fue, principalmente, proveedor de mulas, carre-
función de diferentes modelos de desarrollo, ge- tas y tejidos. En contraposición, el resto del país,
neralmente liderados desde países centrales. Tam- incluyendo el Litoral, continuaba una economía
bién son producto del rol que ha jugado el Estado pre-mercantil y estaba, en gran medida, fuera de
en cada una de estas etapas, haciendo uso de sus este esquema.
facultades para intervenir de determinada ma- En este momento, las ciudades tenían como fun-
nera en las inequidades que genera el libre movi- ción primordial intentar el control del territorio y
miento de la economía mercantil, en términos de la sociedad indígena. Predominaban las fuerzas
desigualdad del ingreso, concentración económi- urbanas centrípetas, ya que éstas eran la sede de
ca y distribución territorial. irradiación del poder político y militar español.
Para mostrar las principales características de Como muestra de la precariedad del incipiente
este proceso, resulta útil una reelaboración de la sistema urbano, basta señalar que, de las 29 ciu-
periodización en etapas propuestas por diferen- dades fundadas en el siglo XVI, 5 sufrieron sucesi-
tes autores (Giberti 1961; Ferrer 1973; Rofman y vos y numerosos trasladados y 15 desaparecieron.
Romero 1997), distinguiendo básicamente 6 mo- El paulatino languidecimiento de la econo-
mentos: 1) la etapa altoperuana, 2) la “argentina mía potosina y el surgimiento de nuevos intere-
criolla”, 3) la etapa agroexportadora, 4) la sustitu- ses vinculados con el creciente contrabando por
ción de importaciones 5) la economía al servicio el puerto de Buenos Aires, que pasó a contar, ade-
del mercado y 6) la actual: el Estado al servicio de más, con nuevos productos exportables del Lito-
la economía o “década ganada”. ral, irían cambiando el centro de gravedad de la
población argentina hacia el sudeste. Precisamen-
LA ETAPA ALTOPERUANA (SIGLOS XVI-XVII) te este proceso es el que fue abriendo paso a la se-
gunda de las etapas, que se asocia con la creación
Durante esta primera etapa, el actual noroeste del Virreinato del Río de la Plata en 1776, con ca-
argentino (NOA) era la región más dinámica y pital en Buenos Aires.
densamente poblada, ya que reunía más de la mi-
tad de la población. El NOA tenía fuerte articu- LA ARGENTINA CRIOLLA (SIGLO XVIII-1880)
lación con Potosí –desde donde se extraían mine-
rales preciosos para el comercio internacional en El surgimiento de la ruta Potosí - Buenos Aires de-
etapa de mundialización, lo que se prolongaría terminó un cambio importante en las economías
durante los siguientes doscientos años–. Los paí- del interior. Las ciudades transformaron sus acti-
14 II • El proceso de diferenciación territorial

vidades en función de esa nueva ruta; y cobraron tanto del fin de esta etapa como del principio de
importancia las funciones comerciales, de trans- la siguiente: principalmente la concentración de
porte y administrativas en detrimento de las pro- la población, de las inversiones y de la infraestruc-
ductivas. tura en Buenos Aires y la región pampeana y el
La apertura legal del puerto de Buenos Aires al precoz proceso de urbanización de la Argentina.
tráfico de ultramar (antes el contrabando era muy Merced a la independencia formal de las colo-
fuerte) y la incipiente incorporación comercial de nias americanas, esos espacios derivados se torna-
productos pecuarios de la región pampeana cons- ron fuentes fundamentales del proceso de expan-
tituyeron dos elementos claves para la evolución sión comercial y financiera del imperio británico.
del sistema urbano argentino. En otras palabras, una vez fracasada la conquista
En Europa, la era del mercantilismo enfrentaba militar, se la sustituyó por la penetración econó-
su decadencia, propiciando el declive de la hege- mica (Brailovsky y Foguelman 1993, p. 106).
monía ibérica, y la revolución industrial impul- Mientras que, hacia finales del siglo XVIII, las ex-
só la valorización del potencial ganadero (cueros, plotaciones ganaderas del Litoral languidecían en
sebo y tasajo). La región pampeana se transfor- virtud de las dificultades para el reclutamiento de
mó en un incentivo para la apropiación, sobre la fuerza de trabajo aborigen y las escasas oportuni-
cual el imperio británico desplegaría su poderío. dades de expansión productiva, la avasallante de-
Si bien la empresa era primitiva (al principio ca- manda de cueros y carnes saladas del Reino Uni-
cería de ganado, más adelante crianza rudimenta- do transformó drásticamente ese retrato y puso
ria), sentó las bases de lo que posteriormente sería fin a la libertad de captura del ganado. Por pri-
la economía agroexportadora al vaciar de indíge- mera vez en la historia del país en su conjunto,
nas, otorgar en propiedad privada y valorizar vas- los “territorios inútiles” de la pampa eran suscep-
tos espacios en la región pampeana. tibles de una explotación lucrativa en escala apre-
Desde entonces, la ciudad de Buenos Aires sería ciable (Ferrer 1973, p. 58).
el centro de gravedad de la sociedad, la economía Pero el apogeo del litoral ganadero sólo sería po-
y el territorio, e intermediaría entre el país en su sible en detrimento de la prosperidad de las regio-
conjunto y las estructuras del mercado mundial. nes del interior, hundidas en la decadencia y el ol-
Treinta y cuatro años luego de la creación del Vi- vido. Librecambio y proteccionismo, apertura y
rreinato del Río de la Plata, la liberación del yugo monopolio desencadenaron una lucha sin cuar-
español y la consecuente independencia formal tel entre el advenimiento y la consolidación de ra-
pergeñarían, en el seno de la embrionaria confe- cionalidades modernas y la perduración de lógi-
deración de provincias1, una nueva división inter- cas más tradicionales y obsoletas legadas por el
na del trabajo que implicaría cierta prosperidad período colonial.
para el Litoral, sembrando, en contrapartida, de- Las crecientes desigualdades regionales y las fe-
cadencia y devastación para las economías del in- roces guerras civiles desatadas durante la primera
terior del país. mitad del siglo XIX reconocían una misma génesis:
La hegemonía comercial y portuaria de Buenos la puja ideológica, comercial y militar pergeñada
Aires surge en relación con la comunidad de inte- entre el librecambio de inspiración británica rei-
reses de las oligarquías porteñas con los capitales nante en Buenos Aires y los relictos del proteccio-
británicos, las sucesivas campañas de expansión nismo monopolista vigente en el interior (legado
territorial contra los nativos y la consecuente ex- por el período colonial), luchas que se cristaliza-
pansión de la frontera ganadera. ban en recurrentes escaramuzas libradas entre el
Un particular proceso de apropiación de la tie- interior del país y el puerto. Hasta poco antes de
rra en muy pocas manos2 (principalmente gran- la independencia formal, el 90% de las exportacio-
des ganaderos y altos oficiales del ejército) será nes provenían de las producciones artesanales del
fundamental para explicar temas característicos interior del país. Desde 1810, sólo el 15% de las
exportaciones realizadas desde el puerto de Bue-
1 En ese contexto, cada provincia era autónoma comer- nos Aires reconocía un origen ligado a las econo-
cialmente, es decir, poseía una política aduanera propia. mías del interior, correspondiendo el 85% rema-
La unificación del Estado-Nación, tal como lo conocemos nente a la producción bonaerense de cueros, tasa-
hoy, recién se produciría durante la segunda mitad del si-
glo XIX.
jo, sebo y astas.
2 Para más detalles sobre el proceso de concentración de Por otra parte, la primacía del librecambio, en
tierras durante esta etapa recomendamos el trabajo de tanto racionalidad dominante e ideología impor-
Oddone 1975. tada desde Inglaterra, asfixió a las regiones del in-
3 • Etapas de desarrollo económico 15

terior. Buena parte de las manufacturas produ- ro inglés más allá de sus propias fronteras deman-
cidas por las decadentes economías del interior daban el hallazgo de nuevas fuentes de materias
eran importadas por el puerto desde Europa. La primas y alimentos y exigían, al mismo tiempo, la
mitad de las importaciones de Buenos Aires se ha- conquista financiera y comercial de nuevos mer-
llaban constituidas por productos textiles britá- cados, en pos de mitigar las implicancias más ne-
nicos, bebidas, tabaco y azúcar, amenazando la fastas de esas brutales transformaciones internas.
continuidad de esas especializaciones producti- En este nuevo contexto, las inversiones de capi-
vas en aquellas provincias cuya estructura econó- tal extranjero en los países periféricos cumplieron
mica se hallaba ligada a tales manufacturas. en gran medida el papel de adecuarlos para que
Los capitales británicos y su expansión manu- puedan cumplir mejor su nueva función: produc-
facturera fueron vitales, pues, en la consolidación tores de alimentos y materias primas, en función
de esas desigualdades regionales, revelando así la de su renta diferencial a escala internacional.4 Es-
primera fase de decadencia y estancamiento de las to implicaría una inserción de la Argentina mu-
economías del interior3. cho más fuerte que durante la etapa anterior. Se
La modernidad europea se había instalado en consolidaría, pues, la naturaleza tributaria, subsi-
Buenos Aires y sus contenidos de raigambre urba- diaria y subordinada de la sociedad y el territorio
na y portuaria se transformaban en un verdadero argentino con respecto a la industrialización capi-
enclave en el seno de un territorio que se moder- talista europea.
nizaba mucho más lentamente (Bataillon 1992, p. El fin de las guerras civiles propició el adveni-
735). Ya en 1821, esa ciudad –que otrora no había miento del Estado-Nación como figura jurídica y
sido más que una aldea de cuatrocientas casas– normativa clave para el desenvolvimiento del de-
contaba con su propia infraestructura portuaria y nominado “modelo agroexportador”, transfor-
las primeras líneas de telégrafo, objetivando tem- mando la Argentina en un espacio unificado apto
pranamente las innovaciones técnicas de la época. para la libre circulación de capitales y aseguran-
do la valorización y la rentabilidad de las inver-
LA ARGENTINA AGROEXPORTADORA siones radicadas en los centros internos de poder
(1880-1930) y riqueza.
Para dar una idea de este proceso, basta señalar
Los cambios en la economía mundial –consolida- que las exportaciones argentinas (en millones de
ción de Europa Occidental y EEUU como poten- U$S de 1960) pasaron de 42 en 1850 a 550 en 1900.
cias industriales– implicaron un mayor flujo de Como muestra de la importancia de los flujos de
capitales, expansión comercial, incremento de los capital en este período, digamos que la Argentina
procesos migratorios e importantes cambios tec- recibió en 1889 el 50% de las inversiones del Rei-
nológicos. Los objetos técnicos modernos plas- no Unido en el exterior. Pero esta inversión esta-
mados en el abrumador desarrollo de máquinas ba vinculada al proyecto agroexportador. De ese
animadas por la energía térmica y eléctrica surgie- modo, Inglaterra cubría su déficit comercial a tra-
ron y se expandieron. Esas ventajas técnicas per- vés de cuantiosas inversiones en infraestructura,
mitirían una circulación más fluida de las mer- transporte, comunicaciones, finanzas y comer-
cancías, la fuerza de trabajo y el capital. La libe- cio en aquellos países que la abastecían de mate-
ralización comercial, finalmente, se constituía en rias primas y alimentos, asegurándose de tal mo-
una doctrina y una práctica consolidada a escala do la retroalimentación de la división del traba-
mundial, obra de las conquistas militares y la pe- jo en el país.
netración de la ideología del librecambio. El trazado de la red ferroviaria argentina y la
La complejidad creciente de la industria textil y aplicación de tarifas diferenciales para las mate-
las necesidades de expansión del capital financie- rias primas han tenido un papel fundamental en
3 En efecto, durante las dos primeras décadas del siglo la configuración espacial. Por su trazado en abani-
XIX, los agentes comerciales de Manchester, Glasgow y Li- co, con eje en el puerto de Buenos Aires, las vías fé-
verpool recorrieron Argentina y copiaron los modelos de rreas implicaron una virtual barrera al comercio
los ponchos santiagueños y cordobeses y de los artículos entre las regiones.
de cuero de Corrientes. De este modo, la industria textil Los puertos y los centros urbanos más pujantes
británica, pujante y competitiva, arrasó rápidamente con
de la pampa húmeda se constituían en los únicos
las regiones del interior, proceso que profundizaría y exa-
cerbaría durante el siguiente período, cuando el modelo 4 El concepto de renta diferencial a escala internacional (di-
agroexportador desmantelaría la casi totalidad de los sis- námico) nos parece más apropiado que el de ventajas com-
temas productivos de esas economías. parativas (estático).
16 II • El proceso de diferenciación territorial

potenciales mercados para la castigada produc- blica Argentina, precios sostén, y un trato prefe-
ción de las economías del interior. Como esos fe- rencial para el capital inglés (tratado Roca - Run-
rrocarriles transportaban buena parte de las ma- ciman), con el objeto de preservar la posición de
nufacturas importadas por el puerto de Buenos los grupos hegemónicos.
Aires hacia el interior, arrasaron con esas produc- Los efectos espaciales de concentración previos
ciones y abastecieron a diversos centros urbanos al modelo agroexportador seguirían vigentes en
de bienes que otrora eran provistos por talleres el sistema urbano argentino hasta la década de
textiles del norte y del centro del país. 1970, por el principio de inercia característico de
Para llevar a cabo el proyecto agroexportador, estos procesos, pero además la etapa siguiente,
que implicó la absoluta primacía de los intere- basada en el desarrollo industrial mano de obra -
ses de grupos hegemónicos pampeanos, debieron intensivo y dirigido al mercado interno, continua-
efectuarse concesiones y establecerse alianzas con ría reforzando esta tendencia.
sectores representativos de economías del interior.
Una de las principales concesiones fue la fede- EL DESARROLLO SUSTITUTIVO
ralización de las rentas del puerto de Buenos Ai- DE IMPORTACIONES (1930-1976)
res, que permitió la fundación de colonias agrí-
colas en las áreas de la región pampeana que no El cambio en las condiciones internacionales a
habían sido especialmente afectadas por la apro- partir del aislamiento generado por los conflic-
piación ganadera de tierras del período anterior, tos mundiales promovió el desarrollo de un nue-
básicamente en las provincias de Santa Fe, Cór- vo modelo productivo que trató de aprovechar las
doba y Entre Ríos. También surgieron colonias en potencialidades del mercado interno sobre la ba-
áreas extrapampeanas, principalmente en el nor- se de un desarrollo industrial sustitutivo de im-
deste argentino (NEA) y Patagonia. portaciones con alta utilización de mano de obra.
Las economías del interior elegidas para llevar a En el país la principal innovación no fue técni-
cabo cierto modelo de desarrollo, en función de ca, sino organizacional: la reestructuración del
sus vinculaciones con el gobierno central y su ap- Estado nacional, gracias a la intervención del Es-
titud relativa, fueron la vitivinícola mendocina tado en favor de las mayorías como nuevo régi-
(región de Cuyo) y la azucarera tucumana (región men, verdadera ruptura institucional de la diná-
del Noroeste) que, en un contexto de absoluto au- mica de acumulación capitalista a escala mundial
ge pampeano y decadencia extrapampeana, logra- y nacional.
ron asegurarse, mediante una serie de medidas, Se llevaron adelante diversos mecanismos de
una inserción exitosa para sus productos. promoción industrial, como la elevación de las
La crisis del sistema internacional de 1929 fue, a tarifas aduaneras, el establecimiento del Instituto
grandes rasgos, la segunda crisis de hiperacumu- Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI)
lación del modo de producción capitalista a es- y el otorgamiento de créditos “blandos”, entre
cala mundial y precipitó el desmoronamiento de otros. La participación de la agricultura en el PBI
las bases de sustentación del modelo agroexpor- cayó desde el 45% del total en 1930 hasta el 17%
tador. La división internacional del trabajo sufrió en 1970 y las importaciones experimentaron una
una significativa metamorfosis y una intensa re- sensible disminución.
organización, modificando nuevamente el mapa Hubo una marcada concentración de inversio-
de producciones y demandas. nes y establecimientos industriales en la Región
A las medidas proteccionistas tomadas por los Metropolitana de Buenos Aires. A esto debemos
países industrializados (aumento de tarifas, esta- sumar la política del Estado en lo que respecta a
blecimiento de cupos, formación de bloques), se créditos habitacionales que, en su mayoría, se di-
suman: la disminución de la demanda y del precio rigieron a apoyar la construcción de viviendas en
de productos agropecuarios y primarios en gene- esta misma RMBA. Asimismo, la nacionalización
ral, la ocupación total de las mejores tierras culti- de los ferrocarriles y la consiguiente disminución
vables y el incremento de la población. de tarifas posibilitaron el incremento de los movi-
La respuesta del sector hegemónico fue el golpe mientos internos de población.
militar de 1930, que intentó perpetuar el modelo Como se observa en el gráfico 3.1, entre 1933
agroexportador, extendiendo así los costos de es- y 1942, la economía nacional creció a razón del
ta crisis a toda la sociedad. Se promovió una acti- 1,8% anual y las inversiones extranjeras absorbían
va intervención estatal que incluyó la creación de en 1949 poco más del 5% del capital fijo. El mo-
Juntas reguladoras, el Banco Central de la Repú- do de producción capitalista se difundió acele-
3 • Etapas de desarrollo económico 17

radamente en el país. Luego de la Segunda Gue- los sectores considerados estratégicos por la cos-
rra Mundial, la fuerza de trabajo asalariada como movisión dominante.6
proporción de la PEA alcanzó el 70%, su máximo Las firmas estatales concentraban en 1945 el
histórico (Neffa 1998, p. 160). 40% de la inversión total y el gasto público repre-
En contrapartida, las normas desarrolladas por sentaba un tercio del PBI. La creación del IAPI
el Estado se hallaron a menudo en consonancia (Instituto Argentino para la Promoción del Inter-
con aquellas imperantes en los países centrales; cambio) permitía cooptar una significativa parce-
por ejemplo, el surgimiento en el país de ciertos la de la renta agraria y emplearla para subsidiar
embriones y manifestaciones concretas del deno- el crecimiento y la expansión manufacturera. En
minado “Estado de bienestar” europeo y nortea- este contexto, el Estado también se transformaba
mericano.5 Entre 1930 y 1950, el Estado nacional en benefactor de la clase obrera, retomando la ex-
desarrolló rápidamente un considerable acervo periencia institucional europea.
de normas públicas destinado a preservar la con- Las nuevas normas laborales favorables a los tra-
tinuidad del proceso de acumulación del capital bajadores asalariados, como pivote de la indus-
en el país y asegurar la hegemonía de algunos seg- trialización doméstica, procuraron garantizar
mentos de las clases dominantes. Se multiplica- condiciones mínimas de empleo e ingreso para
ron los controles sobre la moneda, las importa- sustentar la expansión del mercado interno. En-
ciones, los movimientos financieros y las inversio- tre 1946 y 1954, el salario medio nominal se mul-
nes. Este período vería también el apogeo de las tiplicó por nueve y la masa salarial llegó a concen-
grandes empresas estatales, el cual se extendería trar en 1950 el 55,4% del ingreso nacional total.
durante casi medio siglo. El Estado procuraba atar la prosperidad de una
El Estado controlaba no sólo la distribución si- incipiente burguesía industrial nacional al bien-
no también la producción directa de bienes y ser- estar de las masas populares, favoreciendo la fuer-
vicios públicos, merced a la fundación de grandes za de trabajo asalariada y a pequeños empresarios
firmas industriales, la creación de un sector finan- y trabajadores independientes. En este contexto,
ciero estatal y ciertas expropiaciones de capitales los impuestos a las importaciones y la transferen-
foráneos, fenómenos que permitieron colocar ba- cia de la renta agraria permitían asegurar el fun-
jo la esfera de los poderes públicos buena parte de cionamiento del Estado y efectuar una redistribu-
5 Ninguna de las normas imperantes durante las prime- ción del ingreso nacional bajo la forma de salarios
ras décadas del proceso de sustitución de importaciones
fue, en modo alguno, el resultado aislado de una inicia- 6 En esta fase, el Estado asumió un control prácticamen-
tiva de raigambre estrictamente endógena, sino que, por te total sobre los hidrocarburos, la siderurgia, la telefonía,
el contrario, éstas eran meras imitaciones de los mecanis- el agua y la energía eléctrica, creando, además, su propia
mos normativos instaurados en los países centrales, reco- flota marítima y aérea, e incursionando en el sector finan-
nociendo, por lo general, antecedentes históricos tempra- ciero y otros servicios, a través de la provisión de créditos
namente objetivados en Francia, Alemania, Suiza y Esta- para viviendas e industrias y el desarrollo del ramo de los
dos Unidos. seguros y las obras sociales.

Gráfico 3.1. Evolución del PBI per cápita (millones de dólares de 1990).
Períodos 1930-1976. Según gobiernos de facto y constitucionales.

10,0 9,1
8,0
5,6 5,8
6,0
4,0 2,8 3,3
1,9 1,8 1,9
2,0
0,0
-2,0
-2,3
-4,0
-4,0
-6,0
-8,0 -7,4
-10,0
1930-1932 1933-1942 1943-1944 1945-1955 1955-1958 1959-1961 1962-1963 1963-1965 1966-1973 1974-1976 1930-1976
Gobiernos de Gobierno Gobiernos de Gobierno Gobiernos de Gobierno Gobiernos de Gobierno Gobiernos de Gobierno Promedio
facto constitucional facto constitucional facto constitucional facto constitucional facto constitucional

Fuente: elaboración personal sobre la base de Proyecto Maddisson.


18 II • El proceso de diferenciación territorial

indirectos, garantizando mediante los controles la responsabilidad de explotación y desarrollo de


de precios en el mercado interno la reproducción los sectores considerados estratégicos. El Estado
a bajo costo de la fuerza de trabajo. También el in- procuró mitigar el consumo interno y racionali-
cremento sustancial de la presión tributaria en re- zar la producción fabril y el transporte, restrin-
lación con la producción global de bienes y servi- giendo los salarios y reduciendo el gasto público.
cios generaba nuevos recursos fiscales que eran re- Comenzaba, así, el fin del desarrollo fabril inter-
distribuidos en beneficio de los asalariados. no, impulsado además por la merma de la impor-
Este modelo de desarrollo, con evidentes bene- tancia relativa de las grandes empresas públicas.
ficios para la gran mayoría de la población, sufrió Los gobiernos de Frondizi e Illia sufrieron una
transformaciones a partir del cambio de actitud debilidad estructural a raíz de la proscripción po-
frente a las inversiones extranjeras, siendo el prin- lítica del peronismo y el nuevo golpe de estado
cipal protagonista el capital de EEUU, ya clara- de 1966 (autodenominado “Revolución Argenti-
mente hegemónico en Iberoamérica a partir de la na”) continuó y profundizó el plan de ajuste. En
década de 1950. un marco de regresividad en la distribución social
En 1955 se produce otro golpe de estado (auto- del ingreso, se promovió la liquidación de econo-
denominado “Revolución Libertadora”). Justa- mías regionales “ineficientes” como el Tucumán
mente en este contexto se sancionan la ley de ra- azucarero o el Chaco algodonero.
dicación de capitales extranjeros y contratos pe- Durante este lapso, se incrementaron significa-
troleros más permisivos. tivamente las migraciones internas, fundamental-
Las grandes corporaciones transnacionales, que mente desde el Noroeste y Nordeste hacia el Gran
son la base del capitalismo monopolista estadou- Buenos Aires y la región pampeana. Este proceso
nidense, exigieron a los países periféricos una reor- de concentración de población por migraciones
ganización de su economía industrial, procuran- llevó al sistema urbano argentino al máximo ni-
do tornarla tributaria de su expansión planetaria. vel de primacía (más de 10 a 1 entre 1960 y 1970) y
Se aplicaron inmediatamente medidas de esta- a un notable incremento de las desigualdades re-
bilización monetaria, restricciones salariales y re- gionales, ya que el desarrollo manufacturero del
ducción del gasto público, promoviendo el ingre- interior, con salarios más bajos, se restringió ca-
so de Argentina al Fondo Monetario Internacio- si exclusivamente a la transformación de produc-
nal y al Banco Internacional de Reconstrucción y tos primarios.
Fomento (actual Banco Mundial). Fracasado, una vez más, el gobierno de facto, un
La radicación de empresas trasnacionales gene- breve interregno democrático (1973-1976) en el
ró al principio un efecto positivo sobre la balanza que se consiguió, al principio, cierta redistribu-
de pagos, pero luego esto se revirtió por la impor- ción del ingreso, fue bruscamente interrumpi-
tación de insumos, el pago de regalías, la remisión do por un último golpe de Estado en 1976 (auto-
de utilidades y el financiamiento de deuda. denominado “Proceso de Reorganización Nacio-
La relación tecnología-capital / mano de obra se nal”) que, mediante el autoritarismo y una brutal
orientó hacia una mayor “eficiencia” en los pro- represión, dejaría su impronta en todos los aspec-
cesos productivos, provocando un importante re- tos de la realidad social y territorial argentina. El
emplazo de mano de obra industrial. Así, el Cen- golpe cívico-militar se produjo bajo la nueva rees-
so Industrial de 1954 muestra que en la Argentina tructuración de la economía mundial, una suerte
había 1,55 millones de obreros manufactureros, de transición hacia un nuevo período de moderni-
en tanto que en el siguiente, en 1964, se registra- zación excluyente, creciente fragmentación de la
ban tan sólo 0,97 millones. Durante este interva- sociedad y del territorio que podemos resumir co-
lo, sin embargo, el producto industrial creció 64%. mo “economía al servicio del mercado”.
Así, el proceso de genuina industrialización do-
méstica sería sepultado. El nuevo subperíodo de “LA ECONOMÍA AL SERVICIO DEL
la fase se vincularía con las industrias del petró- MERCADO” (1976-2002)
leo, química y automotriz.
La intervención del Estado comenzó a ser me- Durante la primera mitad de la década del seten-
nos directa y más indicativa en cuanto promotor ta, las variables motoras a escala mundial sufrie-
del proceso de industrialización, reservando a las ron un agudo proceso de reestructuración ligado
grandes empresas transnacionales una importan- fundamentalmente a la crisis de los países centra-
te y significativa parcela de las decisiones econó- les y la expansión de las finanzas en detrimento de
micas y delegando en los capitales hegemónicos la producción manufacturera.
3 • Etapas de desarrollo económico 19

La caída mundial de la tasa de ganancia, la bús- contaban con mayor número de establecimientos
queda de nuevos centros de acumulación y lugares industriales.
de producción, la competencia entre los países cen- La manipulación monetaria de la actividad fi-
trales y la conquista de los mercados financieros en nanciera, cuya hipertrofia se hizo evidente en
las periferias del sistema implicaron, entre otros 1980, dio lugar a intensos flujos de capitales espe-
rasgos, el advenimiento de una nueva fase del sis- culativos que pasaban alternativamente del mer-
tema capitalista, la cual impuso nuevas aceleracio- cado local al internacional. La apertura financiera
nes y transformaciones, diseñando un nuevo mapa con el exterior posibilitó estos movimientos que,
productivo y engendrando un nuevo orden global en definitiva, configuraron una masiva fuga de
acompañado por la emergencia de una suerte de capital, cuya contrapartida fue la deuda externa
“gobierno mundial” (Silveira 1999, pp. 245-257), que se multiplicó, fortaleciendo su papel de herra-
plasmado en los capitales financieros concentra- mienta de presión y subordinación.
dos, las casas matrices de las grandes corporacio- La deuda se compuso de una parte pública y otra
nes y los organismos multilaterales de crédito. privada. La pública se generó a través de las em-
Esa nueva dinámica de acumulación capitalis- presas del Estado, estimulando su endeudamien-
ta determinó la eclosión de una crisis de endeu- to y subordinación ante la banca extranjera. El
damiento y especulación financiera. La banca in- propio Estado forzaba a las empresas públicas a
ternacional desarrolló –mediante la concesión de contraer créditos en el exterior con el propósito
créditos con bajísimas o nulas tasas de interés– un de proveer las divisas que posibilitarían la fuga
nuevo mecanismo de acumulación, valorización y posterior. La deuda privada contraída por los gru-
reproducción del capital a escala internacional. pos económicos –casi el 50% del total–, fue lue-
La conquista de mercados financieros en la perife- go estatizada, en la última etapa del “Proceso”. Se
ria posibilitó un retorno a la escasez y, con ella, la licuaron entonces los pasivos empresarios –deu-
revalorización de las divisas. El resultado fue que da privada–, asignándole al Estado la responsabi-
los países del Tercer Mundo se endeudaron a gran lidad de esa deuda, con el consecuente incremen-
escala y absorbieron el dinero que sobraba en el to de su déficit.
sistema (Silveira 1999, p. 96). Finalmente, la deuda externa argentina se quin-
Finalizaba, pues, un período sustentado en la re- tuplicó (Rofman y Romero 1997, p. 258), proce-
producción del capital industrial, inaugurando so usufructuado por grandes grupos económicos
una fase asociada con la valorización de las finan- diversificados y firmas subsidiarias de corporacio-
zas en tanto variable motora de la época. nes transnacionales que, de ese modo, se apode-
En este contexto, la política económica instau- raron de una ingente masa de recursos públicos.
rada a partir de la dictadura de 1976, se orientó a La estructura tributaria, cada vez más regresiva, de-
modificar el mercado financiero –liberando la ta- terminó que la mayor parte de la recaudación pro-
sa de interés y estimulando la conexión entre el viniera de los impuestos a la producción y al consu-
mercado financiero local y el internacional–. Tam- mo popular, mientras los gravámenes a las ganan-
bién se sumó la apertura al mercado internacional cias y al capital disminuyeron paulatinamente.
de bienes, por medio de la puesta a punto de un También durante la última dictadura, se acele-
mercado cambiario que incentivó el ingreso ma- ró el descenso relativo de la población asalariada,
sivo de las importaciones. Las consecuencias fue- particularmente en el sector industrial. En con-
ron la liquidación de una amplia franja del capi- traste, aumentaron el sector de servicios y los tra-
tal nacional, afectando a numerosas PyMES, pero bajadores por cuenta propia.
también a empresas de gran tamaño. Mientras tanto, se volvieron a privatizar unas
La reforma financiera de 1977 –verdadero resul- 120 empresas, la mayoría de las cuales habían si-
tado del meticuloso diseño de una compleja in- do adquiridas por el Estado entre 1967 y 1973, a
geniería tendente a subyugar la vida de relaciones través de regímenes de rehabilitación industrial
del país a la dinámica de los mercados interna- (Gerber y Yanes 1990).
cionales de capitales– desplazó finalmente el eje En efecto, el Estado argentino se desprendió ace-
de la dinámica de acumulación hacia las finanzas leradamente de las principales empresas de servi-
y consolidó la hegemonía de incipientes grupos cios públicos, so pretexto de recuperar la discipli-
económicos nacionales y firmas transnacionales. na fiscal, sanear las finanzas públicas y reducir la
Este proceso afectó, en mayor medida, a las ciu- pesada carga de la deuda externa.
dades más grandes (fundamentalmente Buenos Ya en 1980, un conjunto de grupos económicos
Aires, Rosario y Córdoba), ya que eran las que nacionales y extranjeros, concentraba el 63,2% de
20 II • El proceso de diferenciación territorial

la producción industrial, desplazando en varias debió entregar el gobierno con cinco meses de an-
ramas a las empresas nacionales independientes ticipación, en julio de 1989, dando lugar a las pre-
(Azpiazu, Basualdo y Khavisse 1986). sidencias de Menem.
Asimismo, se desmantelaron y desmontaron los A nivel internacional, en estos tiempos, regía el
mecanismos de intervención pública que regula- denominado “Consenso de Washington”, tal co-
ban el proceso de acumulación capitalista en los mo explica Carassai (1995, p. 119), que “sugería”
países latinoamericanos, esa norma se abalanzó reducir drásticamente el déficit fiscal, liberalizar
sobre las empresas estatales, los numerosos con- las tasas de interés, iniciar un proceso de apertu-
troles e intervenciones que pesaban sobre los co- ra importadora, favorecer la privatización de las
rrespondientes mercados internos, las normas de empresas estatales y “desregular” todos los mer-
protección ambiental, la educación y salud pú- cados –especialmente el de trabajo–; en suma, ha-
blicas y las regulaciones del mercado de trabajo cer descansar la reproducción de la sociedad, la
en aquellos países que en el pasado habían alum- economía y el territorio sobre el ajuste estructural
brado un mercado interno relativamente amplio neoliberal. En esta fase, la materialidad del terri-
y consolidado como Argentina, México o Brasil. torio se renovaría y modernizaría aceleradamente,
La acentuada depresión de los salarios reales y la mientras que la estructura social sufriría una bru-
consecuente restricción del consumo interno fue- tal metamorfosis.
ron factores de desestructuración para las econo- Así, el “contrato social” que comprometía la ren-
mías regionales, articuladas mayoritariamente al tabilidad del capital con el pleno empleo, el con-
mercado nacional. sumo interno con la distribución progresiva del
En los primeros años de los ochenta, buena par- ingreso y el bienestar social con la intervención es-
te de las divisas para afrontar el servicio de la deu- tatal –fuertemente cuestionado en los países cen-
da externa, se obtuvieron favoreciendo las ex- trales– se desmoronaría rápidamente en el con-
portaciones agropecuarias pampeanas. Así, deci- texto latinoamericano en general y en el caso ar-
siones atadas al pago de compromisos externos, gentino en particular.
volvían a postergar las deterioradas economías ex- Menem, propuso asumir, sin eufemismos, el
trapampeanas. mundo unipolar de la globalización a partir de
La restauración democrática a partir de 1983 ge- las “relaciones carnales” con EEUU. Se abandonó
neró importantes expectativas, aunque la falta de así la clásica política exterior argentina del “no ali-
un diagnóstico real de la gravedad de la situación neamiento”.
llevó a Alfonsín a malgastar sus primeros años de Los grandes conglomerados empresarios reagru-
gobierno. El incremento exponencial de la infla- paron fuerzas para capitanear un proyecto carac-
ción –superior al 400% en 1983 y tendiendo a re- terizado por una transnacionalización más pro-
basar el 1.000% en 1985–, llevó a que el gobierno funda, basada en la explotación intensiva de los
radical pusiera en marcha un plan de ajuste deno- recursos naturales –encabezados por el agro y los hi-
minado Austral. También se llevó adelante el con- drocarburos–. A la industria oligopólica se le asig-
gelamiento de los precios de bienes y servicios vi- nó el papel de sumarse al proceso privatizador y
gentes, congelamiento de salarios, pagos exter- de acentuar la orientación hacia mercados exter-
nos, aumento de la recaudación fiscal y reducción nos. Dentro de este esquema, la población interna
del gasto público. fue considerada consumidora marginal y enorme
A medida que la década del ochenta se acercaba reserva laboral barata.
a su final, los conglomerados empresarios que du- Desde abril de 1991, se llevó adelante otra expe-
rante la dictadura agigantaron su poder sobre la riencia de los planes de ajuste. El plan de converti-
base de pesados eslabones de una larga cadena de bilidad –que implicaba la renuncia a una política
prebendas –mediante el mantenimiento de subsi- monetaria autónoma–, ha sido identificado como
dios al sector privado y con libertad especulativa una “terapia de shock”. Entre otras característi-
en el sector financiero y cambiario–, se mostraron cas incluyó: anclaje nominal de la tasa de cambio,
dispuestos a defenderlas. liberalización del comercio exterior, libertad de
En este contexto, la presión de los mercados lle- precios, desindexación de los salarios y políticas
vo al Estado a lanzar el plan Austral, al que le se- presupuestaria y monetaria restrictivas.
guirían otros planes con el mismo resultado, que Se requería no tener déficit fiscal, ejerciendo una
anticiparon el final del gobierno radical. Enreda- política tributaria regresiva, ya que la base tribu-
do en un golpe de mercado, con niveles inéditos de taria era el impuesto al valor agregado (IVA), sien-
pobreza, desocupación e hiperinflación, Alfonsín do irrisorios los impuestos sobre capitales o ga-
3 • Etapas de desarrollo económico 21

nancias y requiriendo permanentemente del flujo ros, minería, telecomunicaciones y determinados


de capitales, llevado a cabo mediante un desgua- segmentos industriales fuertemente automatiza-
ce del Estado (denominado “privatización”) y con dos y tecnificados.
ingreso de inmanejables fondos especulativos, En efecto, durante la última década, las produc-
que incrementaron más aún la vulnerabilidad de ciones más valorizadas a escala nacional represen-
nuestra economía. taban un puñado de especializaciones productivas
Procurando objetivar en el país las parcelas más exportables sustentadas en el sector agropecuario
valorizadas de la división internacional del tra- –oleaginosas, aceites y grasas vegetales, otros cul-
bajo, una nueva normativa pública construyó un tivos globalizados–, la minería –plata, oro, cobre–,
marco de “seguridad jurídica” y generosos bene- los hidrocarburos y la industria automotriz.8
ficios para la inversión extranjera directa, conso- El atraso cambiario, la disminución de aranceles
lidando la subordinación del país con respecto a de importación y la creciente impunidad de sec-
las estructuras del mercado mundial. En efecto, tores de privilegio llevaron a un sostenido incre-
durante el decenio 1990-2000 arribaron más de mento del déficit de la balanza comercial.
154.000 millones de dólares en concepto de IED.7 La evolución del desempleo de la década de los
Esas inversiones foráneas implicaron una trans- noventa en la Argentina estuvo indisolublemente
formación de la división interna del trabajo que asociada con el plan de convertibilidad. Desde co-
revelaba un evidente retorno a un modelo prima- mienzos de tal década, simultáneamente se inició
rio de producción y exportación provisto de ras- una etapa de “racionalización” de las plantas de
gos eminentemente agropecuarios y extractivos. empleados provinciales y se vivieron las primeras
Por eso, la penetración del nuevo paradigma he- consecuencias de las privatizaciones.
gemónico de modernización se produjo en el país La triplicación de la tasa de desempleo entre
gracias a la reestructuración de las ramas prima- 1991 y 1995 (ver gráfico 3.2) –aunque posterior-
rias o de escaso valor agregado y las nuevas tecno- mente el desempleo se redujo un par de puntos
logías, incluyendo la agricultura, los hidrocarbu- a costa de la reducción de derechos laborales y la
7 Un puñado de seis países –Estados Unidos, España, “creación” de puestos de trabajo de peor calidad,
Francia, Chile, Italia y Gran Bretaña– era responsable por tanto en sus condiciones como en su remunera-
el 88% de esas inversiones, mientras que sólo dos naciones ción– no puede atribuirse a causas exógenas al
–Estados Unidos y España– acaparaban el 66% de los flu-
jos de IED recibidos por el país durante el citado decenio, 8 Esas ramas explicaban, en su conjunto, casi el 55% de
representando el 37% y el 29%, respectivamente. las exportaciones nacionales en 2001.

Gráfico 3.2. Tasa de desempleo. Argentina. Período 1990-2013 (en porcentaje de la PEA).

25

21,4

20
17,4 17,9
16,1
15 14,0

11,5 11,1
10 9,1
7,4 7,0 7,5 7,2 6,8

0
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2003 2005 2007 2009 2011 2013
Tasa de desocupación

Fuente: FIEL y EPH, INDEC.


22 II • El proceso de diferenciación territorial

modelo, sino que solamente puede comprenderse de la convertibilidad. Se produjo una devaluación
y explicarse como un resultado inseparable de és- del signo monetario argentino, con el consiguien-
te. Basado principalmente en las siguientes cues- te retorno de la inflación. Los depósitos bancarios
tiones: la “reforma del Estado” –con ejes en la pri- fueron parcialmente confiscados, proceso que,
vatización y desregulación– y la apertura externa impulsado por el capital financiero concentrado y
indiscriminada, favorecida por el tipo de cambio rápidamente ejecutado y legitimado por el Estado
que alentó las importaciones y las tasas cada vez nacional, desembocó en la pesificación de aquéllos,
más altas para los créditos, haciendo más difícil luego de una caudalosa fuga de capitales hacia
a las PyMES su financiamiento y provocando, en el exterior, cuyo inequívoco correlato fue la bru-
consecuencia, que se debilitaran y desaparecieran tal retracción de las reservas de divisas del Banco
numerosas unidades–. Central y la consecuente cesación de pagos de los
Los años de crecimiento del PBI durante la dé- intereses de la deuda externa.
cada del noventa no impidieron el aumento de la El ocaso del régimen de convertibilidad mone-
desocupación y la subocupación. Mientras el pro- taria y la posterior devaluación impulsaron la pe-
ducto crecía alrededor del 30% entre 1991 y 1994, sificación –es decir, la licuación– de los pasivos em-
el empleo se incrementaba en menos del 3%. La presarios de buena parte de la cúpula del capital
mayor agudización de los problemas se advirtió industrial, que de ese modo se desprendió de con-
durante el lapso de evolución creciente del PBI. siderables deudas comprometidas con el sistema
El desmantelamiento de la trama industrial y su bancario nacional, los centros financieros inter-
redefinición, con secuelas de concentración eco- nacionales y las propias casas matrices de las cua-
nómica y extensión de la pobreza, conjugaron les esas firmas eran subsidiarias o filiales, usufruc-
una situación que se transformó en una valla in- tuando una significativa expansión de su renta-
franqueable para el sostenimiento de algunos cir- bilidad relativa merced a la revitalización de su
cuitos productivos, característicos de regiones no capacidad exportadora, la reducción de sus cos-
diversificadas. tos laborales, el deterioro del salario real y el in-
También se produjo un incremento de la con- cremento de los precios relativos de la economía
centración económica, con tendencia a la oligopo- real.11
lización de las actividades clave, todo ello con cre-
ciente polarización y conflictividad social. A pesar EL ESTADO AL SERVICIO DE LA ECONOMÍA
de haber enajenado casi la totalidad de las em- O “DÉCADA GANADA” (2003-)
presas estatales, la deuda externa se incrementó a
más de 100.000 millones de U$S, comprometien- Luego de superada la fase inicial de recuperación
do seriamente las futuras gestiones de gobierno. a lo largo del año 2002, a partir del año 2003 el
En diciembre de 1999, asumió la Alianza Estado Nacional propuso retomar las facultades
UCR - Frepaso; sus primeros pasos se orientaron sobre el control y la regulación de la economía,
a la búsqueda del equilibrio fiscal. En ese contex- en un intento de poder reconvertir la herencia de
to, se incrementó la presión tributaria sobre los veinticinco años de políticas económicas neoclá-
sectores que ya pagaban9 y se rebajaron sueldos sicas. Tratando de controlar las tribulaciones de
de sectores calificados de lo poco que quedaba del la economía internacional, se adoptaron medidas
Estado.10 para llevar adelante un crecimiento con inclusión,
Las consecuencias de un cuarto de siglo de polí- basadas en la recuperación del mercado interno,
ticas neoliberales, condujeron a la peor crisis po- en el mismo sentido que se había avanzado has-
lítica, económica y social de la historia argentina
a fines del año 2001, con el estallido del modelo 11 Véase, pues, la enorme transferencia de recursos que,
mediada por el Estado nacional, fue usufructuada por el
9 Sin animarse siquiera a plantear la discusión sobre una capital oligopólico, drenaje que superó, durante el bienio
reforma tributaria que incremente la progresividad del 2002-2003, los 13.132 millones de dólares, correspondién-
sistema como: gravámenes adicionales para las empresas dole exclusivamente a los grupos económicos nacionales,
de servicios públicos que tuvieron ganancias extraordina- los conglomerados extranjeros y las empresas transnacio-
rias, o para las operaciones financieras, o alícuotas dife- nales el 79,4% de esa ingente masa de capitales. En contra-
renciales para el IVA, por ejemplo. partida, casi el 70% de esa sangría financiera fue capita-
10 El desguace de organismos hizo que cuadros calificados lizada por las filiales y subsidiarias de las grandes firmas
(técnicos, profesionales, científicos) de organismos de petroleras de raigambre global, grandes grupos económi-
indudable relevancia como el INDEC, INTA, INTI, cos diversificados, vastas corporaciones agroalimentarias
CONICET, CNEA, etc., se desalentaran a tal punto que no y automotrices, firmas del ramo de las telecomunicacio-
podían seguir cumpliendo muchas de sus funciones. nes y empresas.
3 • Etapas de desarrollo económico 23

ta la irrupción de la dictadura de 1976, y puso el En cierta manera, en el periodo presidencial de


péndulo de la economía en manos del mercado Kirchner, iniciado en el 2003, volvieron a reto-
internacional. marse en gran medida las estrategias “justicialis-
Con miras a delinear el camino hacia una senda tas” del período 1945-1955, y que continuaron en
de desarrollo sostenido, se establecieron diversas parte durante la estrategia “desarrollista” de los
políticas y se definió el curso de variables clave, ta- años 1958-1972, en donde el péndulo de la eco-
les como: política cambiaria que torne competiti- nomía también estuvo del lado del Estado, llevan-
vas las exportaciones –incentivando la sustitución do adelante un modelo de crecimiento económi-
de importaciones–, mantenimiento de superávits co orientado a la inclusión social, buscando dejar
gemelos, desendeudamiento externo, renacionali- atrás el período neoliberal de sobreendeudamien-
zación del sistema de jubilaciones, incremento del to, destrucción de la industria nacional, desem-
gasto social, implementación de un sistema tri- pleo y deterioro económico y social.
butario más progresivo, entre otras medidas. Su La consistencia entre las políticas macroeconó-
efecto se traduciría en más y mejor empleo, reduc- micas, sectoriales y microeconómicas, orientadas
ción de los índices de pobreza e indigencia, incre- a la defensa del mercado interno y de la produc-
mento en la cobertura previsional y garantía de ción nacional, hizo que el modelo implementado
movilidad en los beneficios (MECON 2011). a partir del 2003 sea claramente pro-pymes. “Este
Tomando las riendas de la política económica, el entramado pymes, del cual el 66% tiene más de 10
Estado buscó desincentivar las políticas de acumu- años de antigüedad, destaca a la Argentina en la
lación de capital no productivas que reinaron du- región. En efecto, nuestro país tiene una propor-
rante la época neoliberal, la conexión con el mer- ción de empresas pequeñas y medianas superior
cado financiero internacional y el avance del pro- a la del resto de los países de la región, e incluso
ceso de transnacionalización, e imponer mediante de la Unión Europea, donde predominan las mi-
una amplia gama de políticas de promoción, a pe- croempresas. Esto muestra una estructura pyme
sar de las restricciones al financiamiento externo, más consolidada e integrada a la cadena de valor”
el desarrollo del sector productivo de la economía (Ministerio de Industria 2013, p. 21).
a través de un círculo virtuoso, en el cual las polí- “Las favorables perspectivas que genera la polí-
ticas y los regímenes de promoción constituyeran tica pro-pyme se traducen en las 210.000 empre-
la necesaria mediación entre el Estado y el sector sas, en su mayoría pymes, que fueron creadas en
productivo de la economía. Mediante la coordina- la última década. De estas, un 60% fueron gene-
ción del entramado institucional de fomento por radas por emprendedores y jóvenes empresarios.
parte del Estado Nacional, se logró poner a dispo- Esto demuestra que el emprendedurismo se ha
sición instrumentos de incentivos a las produccio- convertido en un factor clave para la sostenibili-
nes agropecuarias, industriales y de innovación, al dad del sector productivo en nuestro país, lo cual
apoyo de las PyMEs y al desarrollo de conglomera- ha sido posible por el rol central que la industria
dos productivos (MECON 2011). tiene en el modelo productivo”. “Se revierte así el
El resultado fue que “la industria, ha crecido en fuerte proceso de desindustrialización que signi-
forma sostenida y a tasas significativamente ele- ficó la década del noventa, y vuelve a tomar prota-
vadas (7,5%), poniendo así freno a un proceso, que gonismo la pequeña y mediana empresa. Así, en el
entre 1976 y hasta la finalización del régimen de período 2003-2012 se generaron cerca de 20.000
convertibilidad, destruyó la industria nacional y nuevas pymes industriales, revirtiendo la tenden-
provocó un deterioro económico y social sin pre- cia del período previo, en el cual se perdieron al-
cedentes en el país. Hoy (2013) tenemos el doble rededor de 14.000 pymes industriales, sólo entre
de industria que en 2003, y no sólo eso: tenemos 1998 y 2002”. “El cambio del paradigma de la es-
una industria más competitiva, integrada, diversi- peculación financiera por uno nuevo que privile-
ficada y con mayor participación de empresas na- gia al trabajo, logró rebatir el argumento de que
cionales”. “El entramado productivo pyme que re- nuestro país tenía regiones que no eran viables,
presenta el 99% de las empresas, el 60% del empleo (Ministerio de Industria 2013 pp. 22- 94).
y el 45% del PBI, se ha renovado con el aporte de Estos datos muestran las diferencias con el modo
nuevos actores, un rol más destacado de jóvenes de acumulación del período 1976-2002, en el que
emprendedores y empresarios, y de la mujer em- se promovió la consolidación y la concentración
presaria, responsables ambos de más de la mitad del capital –el sector de empresas transnacionales
de las 210 mil pymes creadas desde 2003” (Minis- y los grupos económicos de origen nacional, priva-
terio de Industria 2013, p. 11). tizando unas 120 empresas y las grandes empresas
24 II • El proceso de diferenciación territorial

públicas, y se apostó a las políticas de apertura fi- dos al modelo de acumulación conducido por la
nanciera, privilegiando la extracción de beneficios lógica del mercado– y el último período intercen-
en actividades no productivas. Al mismo tiempo sal que expresa parcialmente los cambios ocurri-
que se acentuaba la depresión de los salarios rea- dos a partir de que la lógica mercantil se subordi-
les y la consecuente restricción del consumo inter- na a los intereses del Estado que conduce un pro-
no, se generaba la desestructuración para las eco- yecto de crecimiento con inclusión.
nomías regionales. De esta manera, se deteriora- En la década 1980-1990, la tasa de crecimien-
ban las economías extrapampeanas, mientras se to anual  de la PEA superó a la población ocupa-
priorizaban los pagos de compromisos externos. da en una diferencia poco significativa –24,9‰ y
Las pymes son un actor central en un proceso 22,6‰, respectivamente–, mientras que duran-
de reindustrialización y, por tanto, requieren para te el período 1990-2000 la tasa de crecimiento
su crecimiento de financiamiento de crédito, pe- anual de la PEA fue de 14,5‰ y la población ocupa-
ro la restricción a la oferta de créditos es una pro- da de -14,9‰.
blemática generalizada que afecta a las pymes de En la variación intercensal 2001-2010, se desta-
cualquier economía, sean de países desarrollados caba la tendencia opuesta. Se produjo un aumen-
o de países emergentes. Esta situación se explica to de la tasa de crecimiento medio anual  de la po-
porque las pymes deben asumir un costo de en- blación ocupada a un valor de 59,5‰, mientras que
deudamiento superior en relación al que acceden la tasa de crecimiento media anual de la PEA y la
las grandes empresas; además éstas últimas cuen- población mayor de 14 años crecieron sólo 29,0‰ y
tan con la ventaja de alcanzar montos de créditos 13,9‰, respectivamente.
muy superiores. Debido a las características men- Durante el período 1980-2001, se produjo un fe-
cionadas sobre el mercado de crédito, es necesa- nómeno nuevo en la historia del mercado de tra-
rio que los gobiernos recurran a diferentes estra- bajo argentino: el déficit en la demanda de em-
tegias para acercar formas de acceso al crédito a pleo, debido a que la tasa de crecimiento anual de
las pymes, eliminando su principal obstrucción la población ocupada fue inferior al de la PEA y,
al crecimiento –y también a las nuevas empresas por ende, se produjo un aumento del desempleo.
potenciales que puedan crearse–. Por estas razo- Sin embargo, durante el último periodo inter-
nes, el Gobierno Nacional, desde el 2003, “ha in- censal 2001-2010, se invirtió esta última tenden-
tervenido decididamente en el mercado de crédi- cia. La tasa media anual  de la población ocupada
to, basándose en la convicción de que el rol del prácticamente duplicó a la tasa media anual de la
Estado es fundamental para que el financiamien- PEA y más que cuadriplicó la tasa media anual de
to se oriente al sector productivo”. “La reforma de la población mayor de 14 años.
la Carta Orgánica del Banco Central (Comunica- Si comparamos la elasticidad empleo-produc-
ción 5319/5380) fue un gran paso para orientar to –que mide la repuesta relativa sobre el nivel de
al sistema financiero a una mayor contribución empleo ante un crecimiento del producto– entre
al proceso de industrialización. La posibilidad al ambas estrategias de acumulación, durante el pe-
BCRA de intervenir en el sistema bancario en esa ríodo en que la economía se rigió por las deman-
dirección tiene enormes potencialidades. Con el das de los intereses del mercado concentrado, la
objetivo de dinamizar al sector productivo local y elasticidad empleo-producto alcanzó un valor
colaborar en el sostenimiento de la tasa de inver- promedio en los períodos censales 1980-1991 y
sión” (Ministerio de Industria 2013, pp. 129-130). 1991-2001 de -2,3% y -0,4%, respectivamente.
Teniendo en cuenta las diferencias en determi- La década de los noventa se destacó, además,
nadas variables económicas claves, vemos que porque a pesar de que se produjo una tasa de cre-
el promedio de crecimiento del PBI del periodo cimiento anual medio del PBI del 2,7%, el nivel de
1976-2002 fue de 1,1% y su variabilidad medida a empleo se redujo en 1,5%.
través del coeficiente de variación presentaba un En cambio, durante la estrategia mercado-inter-
valor de 522,1%, mientras que el crecimiento pro- nista –si bien este dato estaría subestimado, da-
medio del periodo 2003-2012 fue de 7,2% y la va- do que el cambio de régimen comienza en el año
riabilidad fue de tan sólo 41,4%. 2003 y continua después del 2010–, la elasticidad
En lo que respecta al comportamiento del mer- empleo-producto promedio del período 2001-
cado de trabajo entre ambas estrategias –la neo- 2010 alcanzó un valor récord de 1,4; esto signi-
liberal y la mercado-internista–, se observan en fica que ante un incremento de 1% en el produc-
el gráfico 3.3 diferencias muy marcadas entre los to se generó un incremento de 1,4% en el empleo.
tres períodos censales –los dos primeros asocia- Superando el récord histórico del pasado, de un
3 • Etapas de desarrollo económico 25

Gráfico 3.3. Tasa media anual de la población mayor a 14 años, población ocupada y PEA (en %).
Argentina. Períodos seleccionados: 1970-1980; 1980-1991; 1991-2001 y 2001-2010.

70,0

59,5
60,0

50,0

40,0

29,0
30,0
24,9
22,6
20,0 16,1
13,3 14,1 13,6 14,5 13,9
10,6
10,0

0,0
1970-1980 1980-1991 1991-2001 2001-2010
-10,0

-20,0 -14,9
Crec. Población Crec. PEA Crec. Ocupados

Fuente: elaboración personal sobre la base de Censos de Población de 1970, 1980, 1991, 2001 y 2010.

Gráfico 3.4. Distribución social del ingreso (% del ingreso percibido según sectores). Argentina. Período 1975-2014.

100
90
27,6 31,9 30,6 29,8
33,1 33,3 35,2 37,5 36,7 37,5 33,1
80
70
60
38,6
50 37,2 37,3 40,4 40,2 40,0
36,0 36,6 39,6
36,1 38,4
40
30
22,4
20 19,2 19,4 19,1 18,0 18,5 19,6 19,9 20,6 21,0
17,2
10
11,4 10,5 10,0 9,7 8,5 8,2 6,8 7,7 7,8 8,6 9,1
0
1975 1980 1985 1990 1995 1998 2003 2006 2009 2012 2014
30% más pobre 30% siguiente 30% siguiente 10% más rico

Fuente: Marshall, 1995; EPH INDEC.

valor de la elasticidad empleo-producto de 0,7, En el gráfico 3.4, se observa, durante el perío-


ocurrido durante el período censal 1947-1960, do 1976-2002, un continuo avance en la regresivi-
coincidente en gran medida con la estrategia jus- dad; mientras que, a partir del año 2003, median-
ticialista. te las políticas de creación de empleos –dinami-
26 II • El proceso de diferenciación territorial

zando las actividades que tienen alta elasticidad men universal estratificado formado por tres
empleo-producto– y de redistribución secundaria componentes: la provisión universalista de los sis-
del ingreso, se logró una mejora en términos de temas de educación y salud públicas; las presta-
equidad de la distribución de la riqueza –básica- ciones sanitarias y previsionales diferenciadas, es-
mente entre el 10% más rico de la población y el tratificadas según nivel salarial y rama de activi-
30% más pobre–. dad; y la atención localizada de los problemas de
El vínculo con el capital financiero y el creci- pobreza extrema y falta de vivienda (Lo Vuolo y
miento de la deuda externa, ligados al endeuda- Barbeito 1992, 1998).
miento en el exterior de los grupos económicos – Estas políticas sociales se encontraban sobre to-
que extraían beneficios mayoritariamente de ac- do dirigidas a los trabajadores asalariados. Por
tividades no productivas–, para su posterior fuga otra parte, la prestación de servicios públicos a
de capital, revela claramente quiénes eran los be- bajo costo –o en su caso gratuitos, como salud y
neficiarios del régimen económico del período educación– también formaron parte del esquema
1976-2002. de gasto público y social en los años previos a es-
Las secuelas del neoliberalismo y su experimen- te lapso. De esta manera, la característica saliente
to económico de paridad fija peso-dólar –de la de los programas de gasto público social cuando
época menemista–, no pudo sobrevivir a las gran- la economía estaba en manos del Estado –anterio-
des convulsiones especulativas de fines de siglo res a la etapa neoliberal– fue la universalidad, en
–crisis mexicana de 1994-1995, crisis asiática de un marco de bajo desempleo, altos niveles de inte-
1997, crisis rusa de 1998 y gran crisis internacio- gración social, a través del empleo, y reducidos ni-
nal de 2000-2002–. Sin embargo, el golpe final se- veles de pobreza.
ría el retiro del apoyo del Fondo Monetario Inter- Pero el estancamiento económico, el creciente
nacional, que cortó de raíz la enorme afluencia de déficit fiscal y el deterioro progresivo del merca-
recursos externos al país, y llevaría en el año 2000 do de trabajo fueron teniendo un impacto regresi-
el nivel de endeudamiento a un valor de 153% del vo sobre los diferentes componentes de la política
PBI (Dabat 2012). social. De esta manera, comenzaron a experimen-
El modelo de acumulación capitalista regulado tarse problemas de financiamiento y de gestión
por el Estado que comenzó en el año 2003, en lo que impulsaron, a partir de mediados de los años
que respecta a su política exterior, llevó adelante ochenta y durante los años noventa, el lanzamien-
una estrategia completamente diferente a la men- to de importantes iniciativas orientadas a la rede-
cionada anteriormente. Ha buscado mantenerse finición de la política social.
fuera del FMI y acercarse a los nuevos gobiernos Las reformas neoliberales de los años noven-
progresistas de América –en contraposición al es- ta tendieron a reducir el déficit público generado
tablishment internacional y nacional que exigía el por los gastos universales, introducir la participa-
retorno a los mercados financieros–. ción del sector privado en el mercado de los servi-
Se llevó adelante la renegociación de la deuda ex- cios sociales universales y asistir de manera focali-
terna con los acreedores privados y el FMI, con un zada a los grupos vulnerables o grupos de riesgo exclui-
resultado muy favorable en el año 2005, que per- dos de la seguridad social tradicional o afectados
mitiría pagar un dólar por cada tres de deuda ori- por situaciones de desempleo y pobreza genera-
ginal. En términos de deuda externa (% del PBI), das por las propias reformas económicas.
se ha logrado descender a un valor del orden del Estas reformas incrementaron la inequidad en
39% entre 2006-2010. los servicios prestados en forma universal y pro-
Otra diferencia significativa entre ambos mo- fundizaron el carácter estratificado de aquellos
delos de acumulación se observa en el comporta- servicios que ya presentaban esos rasgos (Lo Vuo-
miento del gasto público social. lo et al. 1999, Repetto 2002, Grassi 2003, Danani
Con respecto a la protección social, se encuen- 2003, Repetto y Andrenacci 2005, Falappa y An-
tran notables diferencias entre los modelos de drenacci 2008, Danani y Grassi 2008).
acumulación de capital regulados por el Estado Con el retorno del modelo de acumulación regu-
–como ocurre entre el año 1945 y 1972 y luego lado por el Estado, a partir del año 2003, comen-
posteriormente partir del 2003–, en relación al ré- zaron a aplicarse una serie de contrareformas en po-
gimen neoliberal, en el que la economía se regu- líticas de previsión social, con el objetivo de dar
la mediante el mercado –período 1976 y el 2002–. vuelta las políticas neoliberales (ver gráfico 3.5).
Hasta la década de los setenta, Argentina tenía Si comparamos el promedio del gasto público
un sistema de política social basado en un régi- social per cápita (GPS) de la década del noventa
3 • Etapas de desarrollo económico 27

Gráfico 3.5. Gasto público social consolidado per cápita. Gobiernos nacional,
provincial y municipal. En pesos de 1993. Argentina. Período 1992-2012.

3431
3500
3063
3000 2704 2717

2500 2334
2104
2000 1665 1607
1776 1783
1634
1530 1482 1465 1541 1608 1574 1583 1524
1349 1412 1385 1419
1500 1318
1233 1296 1169
1378
1022 1153
887 936 896 875 901 1003
1000 773 831 810 786 844 926
708 673 740 801
652 727
463 486 548
500 599 585 583 595 602 594 578 442 444 254 295 276 270
576 549 583 208 215
126 139 179 182 196 206
65 90 100 87 96 114 127 117 121
0
1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

2011

2012
Total Desarrollo Social Gasto en politicas Universales Prevision social

Fuente: elaboración personal sobre la base de Dirección de Análisis de


Gasto Público y Programas Sociales (MECON) e INDEC.

con respecto al período 2003-2012, vemos que este desarrollo desvinculado del resto de las regiones
último creció 112,3% en previsión social, 38,8% en –el resto del país quedaba fuera de este esquema
desarrollo social y 48,9% en políticas universales. y continuaba transitando una economía pre-mer-
cantil–, mediante una fuerte articulación con Po-
CONCLUSIONES tosí, donde se extraían minerales para el comercio
internacional en etapa de mundialización. Esta si-
En este capítulo hemos realizado una periodiza- tuación se prolongaría durante los siguientes dos-
ción de la sociedad y el territorio argentino en su cientos años de hegemonía de los países ibéricos.
conjunto, describiendo, analizando e interpretan- En el nivel internacional, la era del mercantilis-
do un proceso de formación socioespacial, que se mo de Europa debió enfrentar la decadencia y el
extiende desde la etapa preexistente a la conquis- declive de la hegemonía ibérica y la revolución in-
ta europea hasta nuestros días. dustrial inglesa determinó cuál sería la forma de
Desde su génesis hasta nuestros días, el país se valorización de los productos argentinos. Así sur-
ha estructurado y transformado al compás de las gen los intereses vinculados con el puerto de Bue-
demandas del mercado mundial, tornándose tri- nos Aires.
butario de las exigencias de potencias hegemóni- Mientras se creaba el Virreinato del Río de la Pla-
cas de turno y de los centros de poder y riqueza. ta en 1776, la región pampeana se transformó en
Sólo en dos excepcionales períodos de la histo- una apropiación del imperio británico para su
ria argentina se ha apartado de esta lógica, llevan- proyecto de lo que sería la economía agroexporta-
do adelante un proceso de división interna de la dora argentina. Mediante los flujos de capital in-
producción definido por el Estado Nacional con vertidos en la argentina, el Reino Unido se asegu-
el objetivo de ser inclusivo. Ellos son los períodos ró el abastecimiento de las materias primas y los
1940-1955 y desde el año 2003 hasta la actuali- alimentos.
dad; en ambas etapas, el Estado intentó definir un En el nivel local, la inserción internacional de
crecimiento sostenido basado en la articulación Argentina como economía agroexportadora, du-
de la producciones regionales locales y apoyado rante el período 1880-1937, resultó asfixiante pa-
en la creación de un mercado interno con alto po- ra las regiones del interior, en tanto sus produc-
der de compra, que pueda estimular la oferta ne- ciones manufactureras fueron reemplazadas por
cesaria para dar comienzo al círculo virtuoso de importaciones desde Europa.
un crecimiento endógeno. La crisis del sistema internacional de 1929 y el
En suma, durante la etapa alto peruana (si- aislamiento posterior entre los países debido a
glos  XVI-XVII), sólo el NOA consiguió un pequeño los conflictos mundiales generó cambios en la di-
28 II • El proceso de diferenciación territorial

visión internacional del trabajo, desmoronándo- tir del cambio de actitud frente a las inversiones
se las bases de sustentación del modelo agroex- extranjeras, siendo principal protagonista el capi-
portador. tal de EEUU, mediante la sanción de ley de radica-
Bajo este nuevo contexto, los países industriali- ción de capitales extranjeros y contratos petrole-
zados comenzaron a tomar medidas proteccionis- ros mucho más permisivos.
tas, incentivaron las potencialidades del mercado Los siguientes golpes de Estado –1966 y 1976–
interno sobre la base de un desarrollo industrial tuvieron los mismos objetivos: llevar adelante un
sustitutivo de importaciones con alta utilización plan de ajuste, generar una regresividad en la dis-
de mano de obra. tribución social del ingreso y promover la liquida-
Entre 1930 y 1950, se generaron las condiciones ción de economías regionales.
y se tomó la decisión por parte del Estado nacio- La última experiencia de un plan de ajuste es el
nal de implementar, por primera vez, un modelo plan de convertibilidad de los años noventa. Al
de acumulación del capital interno, que asegura- igual que en todos los períodos regidos por el rei-
ra la hegemonía de algunos segmentos de las cla- nado del mercado internacional que condiciona-
ses dominantes locales. ron siempre la división interna de la producción
Para estos fines, se llevaron adelante diversos me- local, se generó un política de comercio exterior
canismos de promoción industrial como la eleva- que provocó una avalancha importadora, con el
ción de las tarifas aduaneras, el establecimiento consecuente desmantelamiento de la trama in-
del Instituto Argentino de Promoción del Inter- dustrial y el desempleo creciente.
cambio (IAPI), el otorgamiento de créditos blan- Otras secuelas fueron la concentración econó-
dos, la multiplicación de controles sobre la mo- mica y la extensión de la pobreza. Esta estrategia
neda, importaciones, movimientos financieros e terminó en la crisis económica más grande de la
inversiones, entre otros. Este momento es coinci- historia argentina.
dente, en buena medida, con la etapa justicialista. Sin embargo, a partir del año 2003, el Estado
Este período vería también el apogeo de las Nacional –luego de superada la fase inicial de re-
grandes empresas estatales, el cual se extendería cuperación durante el año 2002–, retomando la
durante casi medio siglo; se incentivaría el creci- experiencia que tuvo lugar entre los años 1940
miento de la industria, el fortalecimiento del mer- y 1954, propuso recobrar las facultades sobre el
cado interno y se promovería la inclusión de to- control y la regulación de la economía local, en un
das las personas. intento por reconvertir la herencia de 25 años de
El Estado procuraba atar la prosperidad de una políticas económicas neoclásicas, buscando man-
incipiente burguesía industrial nacional al bien- tenerse al margen de la imposición de los diferen-
estar de las masas populares, favoreciendo la fuer- tes roles que el capital internacional, mediante la
za de trabajo asalariada y a pequeños empresarios división internacionales del trabajo, ha impuesto
y trabajadores independientes. En este contexto, históricamente al gobierno argentino.
los impuestos a las importaciones y la transferen- Con miras a delinear el camino hacia una sen-
cia de la renta agraria permitieron asegurar el fun- da de desarrollo sostenido, se establecieron di-
cionamiento del Estado y efectuar una redistribu- versas políticas y se definió el curso de variables
ción del ingreso nacional bajo la forma de salarios claves, tales como: política cambiaria que torne
indirectos, garantizando mediante los controles competitivas a las exportaciones –incentivando
de precios en el mercado interno la reproducción la sustitución de importaciones–, mantenimiento
a bajo costo de la fuerza de trabajo. También el in- de superávits gemelos, desendeudamiento exter-
cremento sustancial de la presión tributaria en re- no, renacionalización del sistema de jubilaciones,
lación a la producción global de bienes y servicios incremento del gasto social, implementación de
generaba nuevos recursos fiscales que eran redis- un sistema tributario más progresivo, entre otras
tribuidos en beneficio de los asalariados. medidas.
Luego, el golpe de Estado de 1955 comenzó in- Tomando las riendas de la política económica,
mediatamente la aplicación de medidas de es- el Estado buscó desincentivar las políticas de acu-
tabilización monetaria, restricciones salariales mulación de capital no productivas que reinaron
y reducción del gasto público, promoviendo el durante la época neoliberal “la conexión con el
ingreso de Argentina al Fondo Monetario Inter- mercado financiero internacional y el avance del
nacional y al Banco Internacional de Reconstruc- proceso de transnacionalización” e imponer, me-
ción y Fomento. El modelo de desarrollo indus- diante una amplia gama de políticas de promo-
trial con inclusión sufrió transformaciones a par- ción “a pesar de las restricciones al financiamien-
3 • Etapas de desarrollo económico 29

to externo”, el desarrollo del sector productivo de dio anual  de la población ocupada alcanzó un valor
la economía a través de un círculo virtuoso, en el de 59,5‰, mientras que la tasa de crecimiento me-
cual las políticas y los regímenes de promoción dia anual de la PEA y la población mayor de 14 años
constituyeran la necesaria mediación entre el Es- crecieron sólo 29,0‰ y 13,9‰, respectivamente –
tado y el sector productivo de la economía. se destaca el valor récord de la tasa de empleo–.
La consistencia entre las políticas macroeconó- Estas políticas ejecutadas a partir del año 2003,
micas, sectoriales y microeconómicas, orientadas de creación de empleo y de redistribución secun-
a la defensa del mercado interno y de la produc- daria del ingreso, fueron posibles debido a que
ción nacional, hicieron que el modelo implemen- se ha decidido mantenerse al margen de las reco-
tado a partir del 2003 fuera claramente pro-pymes. mendaciones realizadas por el FMI y acercarse a
Se comenzó a retomar el camino hacia un creci- los nuevos gobiernos progresistas de América.
miento endógeno, basado en la implementación Este cambio de estrategia permitió a la Argenti-
de políticas destinadas a promover la sustitución na alcanzar un resultado muy favorable en la re-
de importación, incentivar las inversiones en ac- negociación de la deuda externa. En el año 2005,
tividades con mano de obra intensiva, apoyar la consiguió que disminuya a un dólar por cada tres
coordinación de procesos productivos que con- de deuda original. En términos de deuda externa,
lleven mayores encadenamientos y que permitan como porcentaje del PBI, se ha logrado descen-
generar más valor agregado en las diferentes re- der a un valor del orden del 39% promedio entre
giones del país, mejorando la distribución del in- 2006-2010 –mientras que en el año 2000 el nivel
greso a partir de la intervención estatal en la dis- de endeudamiento ascendía a un valor de 153%
tribución secundaria con el objetivo de lograr un del PBI–.
incremento de mercado interno a partir de un au- Con respecto a la protección social, se encuen-
mento del poder de compra de los hogares. tran notables diferencias entre los modelos de
En el último apartado hemos analizado los di- acumulación de capital regulados por el Estado
ferentes resultados de la economía argentina y el período de predominio neoliberal. Si compa-
en los tiempos en que la regulaba el mercado y ramos el promedio gasto público social per cápi-
cuando fue controlada nuevamente por el Esta- ta, el período 2003-2012 en relación a la década
do Nacional. del noventa es 112,3% superior en previsión so-
El promedio de crecimiento del PBI del período cial, 38,8% en desarrollo social y 48,9% en políti-
2003-2012 fue de 7,2%, la tasa de crecimiento me- cas universales.
4

EVOLUCIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA POBLACIÓN


Adela Tisnés
Guillermo Velázquez

Para comprender de manera íntegra la dinámica liza fundamentalmente por medio de fuentes indi-
poblacional de Argentina en la actualidad, es pre- rectas. A partir del Concilio de Trento (1545-1563),
ciso retroceder en el tiempo, identificando la evo- la Iglesia comenzó a registrar de manera sistemáti-
lución de sus componentes y detectando de qué ca los acontecimientos relativos a la población: na-
manera han impactado en el territorio. cimientos, bautismos, matrimonios y defunciones.
Los componentes principales de la dinámica de Luego, muchos años después, se instituciona-
la población son los nacimientos, los fallecimien- lizó la recolección de este tipo de información y
tos y las migraciones. La tasa de natalidad y la ta- surgieron diversos organismos orientados a la re-
sa de fecundidad pueden dar cuenta del primero colección, sistematización y publicación de los
de los componentes. La tasa de mortalidad y la es- datos. En Argentina, la historia de la información
peranza de vida al nacimiento de la población re- estadística referida a la población se divide en tres
flejan el comportamiento de los fallecimientos, y grandes etapas (INDEC, 2015). La primera se de-
los valores de emigración e inmigración, el tercero nomina período pre-estadístico y su comienzo se ubi-
de los componentes. ca en el momento de conquista y colonización del
La conjugación del comportamiento de estos Río de la Plata, extendiéndose hasta el año 1868.
componentes a lo largo del tiempo permite inter- La información existente para este período se en-
pretar la evolución de la población en determina- cuentra disponible de manera muy fragmentada.
do territorio. El cambio en el tiempo de esos com- El segundo período comienza en el año 1869, mo-
ponentes no se da de forma natural o espontánea. mento en el cual se realiza el Primer Censo de la
Es, en realidad, resultado de la conjugación com- República Argentina. El tercer período registrado
pleja y continua de procesos políticos, económi- comienza en el año 1968, cuando se crea el Insti-
cos, ambientales, culturales, etc. tuto Nacional de Estadística y Censos, de manera
De ese entramado, resulta la configuración de la conjunta con el Sistema Estadístico Nacional. Es-
población en un momento, pero también en un te período se extiende hasta la actualidad.
territorio determinado. Si hacemos mención a la calidad de los datos, de-
Es imposible comprender la organización del es- be decirse que no todos la poseen en el mismo gra-
pacio, la dinámica de la población, sin la incorpo- do ni fueron obtenidos en iguales condiciones, con
ración, en ese análisis, de la dinámica territorial. similares instrumentos ni provienen de una única
Por tanto, para cualquier análisis de las condicio- fuente, o se han hecho sobre unidades espaciales
nes de vida de la población, se debe recurrir a in- similares a lo largo del tiempo (Velázquez 2008).
dicadores directos o indirectos, globales, regiona- Como se mencionaba, si bien la calidad de los
les o locales que nos permitan en principio descri- datos, puntualmente los más antiguos, es relati-
bir y luego analizar y comprender esa dinámica. va, hay consenso acerca del comportamiento de
La construcción de indicadores, de cualquiera de la población de Argentina a mediados de los si-
los tipos mencionados anteriormente, se realiza a glos XVI y XVII. A partir de este último siglo, se ini-
partir de fuentes de información actuales o histó- cia un lento proceso de aumento de la población
ricas. El estudio de las poblaciones antiguas se rea- (tabla 4.1).
32 II • El proceso de diferenciación territorial

Tabla 4.1. Población total y crecimiento de la población argentina (1550-2010)

Población en Tasa media


Año Longitud del período en años
miles anual por mil
1550 340
1650 298 -1,3 100
1778 420,9 2,7 128 (1ras. estimaciones. Censo Vértiz)
1800 551,8 12,4 22
1809 609,2 11,1 9
1825 766,4 14,5 16
1839 926,3 13,6 14
1857 1.300 19 18
1869 1.897 32 12 (Primer Censo Nacional)
1895 4.124 30,3 25,7
1914 8.162 36,6 19,1
1947 15.894 20,4 33
1960 20.014 17,9 13,4
1970 23.364 15,6 10
1980 27.949 18,1 10
1991 32.616 14,1 10,6
2001 36.224 10,5 10,5
2010 40.117 9,66 9,9

Fuente: Recchini y Lattes (1974), INDEC-CELADE (1995), Mazzeo (1998), INDEC (2001) e INDEC (2010).

Entonces, como puede observarse en el gráfico borales, las epidemias, los cambios de dieta, etc.
4.1, hasta el año 1857, la población creció de ma- Además, como menciona Lattes (Recchini y Lat-
nera moderada, siempre con tasas por debajo de tes 1975, pp. 24) “las guerras y las condiciones de
20 por mil. Como mencionábamos, los datos co- trabajo que los colonizadores tratan de imponer
rrespondientes a 1550 y 1650 corresponden a ci- a los indígenas, llevan a muchos de éstos lejos de
fras aceptadas que representan con cierta fideli- sus lugares de residencia; por otra parte, el proce-
dad la población total para esos años. so de constitución y organización de nuevas po-
Luego de la primera caída poblacional fuerte re- blaciones atraerá a otros grupos, modificándose
gistrada entre 1550 y 1650, se observa un período de tal manera la ubicación territorial de muchos
de recuperación, a tasas muy bajas de crecimiento pobladores nativos”.
(gráfico 4.1). Un incremento anual poblacional de En 1778, se realizó un censo de población, orde-
2,7 personas por cada mil habitantes por año en- nado por Carlos III. Se denominó “Censo de Vér-
tre los años 1650 y 1778. tiz”, haciendo referencia al virrey en ejercicio. Son
A mediados de este período (1650 y 1778), la po- los resultados que luego se adoptan para realizar
blación española era muy escasa, y se concentraba las estimaciones de población total del territorio.
básicamente en las zonas del Noroeste y, en me- Se censaron, en total, casi cerca de 430.000 habi-
nor medida, Cuyo. Respecto de la población local tantes (gráfico 4.2).
indígena, existe muy poca información. Desde alrededor de ese año, las tasas de creci-
Este pausado ascenso durante el período de ex- miento de la población comienzan a superar los
ploración y conquista del territorio argentino es 10 por mil. Si bien se alternan períodos de creci-
producto fundamentalmente de los enfrenta- miento y de disminución, en promedio aumen-
mientos entre los españoles y los indígenas que taron algo más de 10 personas por cada mil ha-
habitaban nuestro país previamente a la llegada bitantes por año entre los años 1778 y 1857 (grá-
de los españoles: las guerras, las condiciones la- fico 4.1).
4 • Evolución y características de la población 33

Gráfico 4.1. Tasa de crecimiento media anual por mil. Argentina 1550-2010.

40
35
30
25
20
15
10
5
0
-5
1550 1650 1778 1800 1809 1825 1839 1857 1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

Fuente: Tabla 4.1.

Gráfico 4.2. Evolución de la población (en miles). Argentina 1550-2010.

45000
40000
35000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
1550 1650 1778 1800 1809 1825 1839 1857 1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

Fuente: Tabla 4.1.

El contexto general favorable al aumento de la factor de inmigración pasa a ser casi más impor-
población estaba directamente relacionado con tante que el propio crecimiento vegetativo de la
una situación económica muy alentadora que población local.
ampliaba sus bases e incluía a trabajadores en Es el período comprendido entre 1857 y 1920 el
nuevas actividades, la agricultura y la ganadería momento en que, como se mencionaba, las tasas
claramente en expansión y, con ello, el comercio de crecimiento fueron las más altas de la historia
y otras labores. argentina. La población alcanzó en esos años casi
A partir de finales de la cuarta década del si- 9 millones de personas (gráfico 4.2, tabla 4.1). Es-
glo  XIX, el ritmo de crecimiento de la población ta fuerte explosión demográfica sucedió acompa-
aumentó notablemente, llegando a alcanzar tasas ñada de lo que se llamó la “Argentina agro-expor-
de casi 30 por mil a fines de la década de 1850 y tadora”. El aumento de las exportaciones agrope-
de casi 40 por mil en los comienzos del siguien- cuarias fue el principal motor de dinamismo en la
te siglo (gráfico 4.1, tabla 4.1). Este proceso se vio economía local.
favorecido por la disposición de la Primera Junta Al llegar a la segunda mitad del siglo XX, la situa-
que regularizó y amplió el estado de los inmigran- ción cambió al sentido opuesto. El crecimiento de
tes al país. La disposición indica que todos los ex- población se desaceleró y las tasas cayeron de ma-
tranjeros provenientes de aquellos países con los nera sostenida hasta nuestros días. Los flujos mi-
que no existieran conflictos bélicos podrían resi- gratorios dejaron de ser un aporte sustancioso a
dir en la Argentina, gozando de iguales derechos la población y los niveles de fecundidad comenza-
que el resto de los ciudadanos. De esta manera, el ron a descender.
34 II • El proceso de diferenciación territorial

COMPONENTES DEL CRECIMIENTO Davis 1963, Notestein 1953) contemplaban la


DE LA POBLACIÓN ARGENTINA existencia de cuatro fases de la transición. La pri-
mera, típica de las sociedades pre-industriales, po-
En general, en el estudio de una población, inte- see altas tasas de natalidad y mortalidad. Allí, el
resa principalmente analizar tres componentes: crecimiento natural o vegetativo de la población
los nacimientos, los fallecimientos y las migracio- es muy lento.
nes (emigraciones e inmigraciones). De esta ma- La segunda fase, propia de los países en vías de
nera, se tendrá una idea más acabada de los facto- desarrollo, reporta una caída brusca de las tasas
res que subyacen y se combinan, para dar lugar a de mortalidad, acompañada de tasas de natalidad
los cambios en la población. elevadas. Por esta razón, el crecimiento de la po-
La población total, en un momento determina- blación es notable.
do, es el resultado de los mencionados compo- La tercera etapa, denominada “final de la tran-
nentes: los nacimientos (entrada de población), sición”, registra una caída considerable de las ta-
los fallecimientos (salida de población) y las mi- sas de natalidad, junto con tasas de mortalidad
graciones, que pueden aportar o restar población. que se mantienen bajas. Debido a esas dos situa-
La teoría de la transición demográfica engloba estos ciones, el crecimiento vegetativo se vuelve lento.
comportamientos y aporta un marco teórico des- En la cuarta etapa, característica de los paí-
criptivo / explicativo para el (de)crecimiento de la ses con sociedades postindustriales, las tasas de
población. Esta teoría permite describir el proce- mortalidad y natalidad son muy bajas, con un
so de transformación de una sociedad preindus- consecuente crecimiento vegetativo mínimo o
trial (con altas tasas de mortalidad y natalidad) casi nulo.
hacia una sociedad industrial o postindustrial, Una quinta etapa se agrega al modelo original
con valores de ambas tasas reducidos. planteado por Thompson. En ésta la tasa de nata-
Esa teoría describe las variaciones a lo largo del lidad sigue siendo baja, pero en ella se observa un
tiempo de la población basándose en la evolución ligero aumento de la mortalidad debido al proce-
de las tasas de natalidad y mortalidad, es decir, en so de envejecimiento que comienza a percibirse en
el marco de una población cerrada (Thompson las poblaciones. En tal caso, el crecimiento vegeta-
1929, Landry 1934, Carr-Saunders 1936, Notes- tivo puede volverse negativo.
tein 1945, citados en Población & Sociedad nº 6/7; Como se deduce, de la relación existente entre
Tabutin 1980). tasa de natalidad y tasa de mortalidad se deriva
La transición demográfica es un complejo proce- el ritmo de crecimiento natural o vegetativo de la
so que sucede en las poblaciones. El momento en población. Observemos qué sucede con ese indi-
que los países comienzan a transitar el primer pe- cador en Argentina (gráfico 4.3).
ríodo de la transición y el ritmo con el que avanzan Un primer período de tasas de natalidad y mor-
en las etapas difiere entre uno y otro. Los niveles de talidad con los valores más elevados de la historia
fecundidad de mortalidad y las migraciones inter- (aunque con un comportamiento bien inestable)
nacionales inciden directamente en el crecimiento se detecta hasta aproximadamente el año 1930.
y la estructura según edad y sexo de la población. Desde allí y hasta avanzada la década de 1980, se
Los autores que iniciaron el desarrollo de la teo- observa en promedio una caída de ambas tasas y,
ría de la transición demográfica (Thompson 1929, por tanto, del crecimiento vegetativo, aunque el

Gráfico 4.3. Tasa de crecimiento vegetativo. Argentina 1875-2013.

25

20

15

10

5
1875
1890
1901
1904
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1962
1965
1968
1971
1974
1977
1980
1983
1986
1989
1992
1995
1998
2001
2004
2007
2010
2013

Fuente: DEIS.
4 • Evolución y características de la población 35

comportamiento no es estable a lo largo del pe- ta, momento en que se interrumpe la entrada de
ríodo. Desde la segunda mitad de la década de los personas, posiblemente debido a la primera gue-
ochenta y hasta lo que puede apreciarse a partir rra mundial.
de los últimos datos registrados en la Dirección Esta primera etapa se caracteriza por un aumen-
de Estadísticas e Información de Salud, existe una to en el comercio internacional que se ve favore-
caída sostenida del crecimiento vegetativo en Ar- cido por transportes, tecnología, disminución de
gentina. tasas arancelarias y el régimen de patrón oro (Ei-
Al descenso de las tasas de natalidad y morta- chengreen 1996). Principalmente, el movimien-
lidad registrados a partir de 1980, hay que agre- to de personas se daba desde los países europeos
gar un descenso de la llegada de población inmi- hacia países de América, básicamente Argentina,
grante (gráfico 4.4). La tendencia al descenso de Estados Unidos, Canadá y Brasil. Estos países re-
las corrientes migratorias se pronuncia a partir de ceptores poseían buenos recursos naturales y po-
ese momento y cambia la composición de los mi- ca mano de obra. Por lo tanto, eran plazas intere-
grantes según su origen. Hasta la década de los santes por la gran oferta laboral.
noventa, ingresaban al país más cantidad de mi- Además de la Primera Guerra Mundial, la crisis
grantes no limítrofes que aquellos provenientes de los años treinta y la Segunda Guerra Mundial
de países lindantes. Circa 1990, se modifica esa también impactaron de manera negativa sobre la
tendencia histórica y se invierte. Ahora son los entrada de población (gráfico 4.6).
países limítrofes quienes aportan mayor propor- Terminada la Segunda Guerra Mundial, vuelve a
ción de migrantes, situación que se mantiene has- llegar al país una nueva oleada de migración, pero
ta la actualidad. con intensidad menor a la primera. Lattes y Rec-
Estas cifras muestran que Argentina pierde cier- chini de Lattes (1995) estiman que alrededor de
ta importancia como destino para inmigrantes 5,3 millones de personas ingresaron al país desde
intercontinentales, básicamente de los países eu- fines del siglo XIX hasta 1970, lo que representa ca-
ropeos. Pero adquiere, a su vez, mayor importan- si el 40% de la migración neta total de América La-
cia como receptor de inmigrantes principalmen- tina y el Caribe del período.
te provenientes de países como Bolivia, Paraguay, El crecimiento rápido de la economía europea
Chile, Uruguay y Perú (gráfico 4.4). Estos países sobre el final de la década de 1940, sumado a una
acumulan un 68,9% del total de los extranjeros. retracción en los indicadores económicos argen-
En los gráficos siguientes, se registran los movi- tinos, provocó una caída de la migración prove-
mientos migratorios desde 1875. Desde ese año y niente del viejo continente, situación que se man-
hasta 1884 aproximadamente, se mantienen ba- tiene hasta la década de 1950.
jos los niveles de entradas y salidas del país. A par- Las crisis económicas sucedidas desde 1970 en
tir de entonces, las entradas al país de migrantes Argentina repercutieron no sólo sobre la pobla-
extranjeros aumenta (gráfico 4.5). Y si bien se re- ción local. También tuvieron su impacto en la di-
gistran algunas discontinuidades, la tendencia námica migratoria. En general, desde una visión
es al alza hasta la primera década de los noven- económica, los procesos migratorios pueden ex-

Gráfico 4.4. Porcentaje de población extranjera proveniente de países limítrofes y no limítrofes, Argentina 1869-2012.

35
30
25
20
Población migrante limítrofe
15
10
5 Población migrante no limítrofe

0
1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

Fuente: INDEC, Censos Nacionales de Población, [en línea].


36 II • El proceso de diferenciación territorial

plicarse a partir del reconocimiento de diferen- El ingreso de población europea descendió y ad-
ciales socioeconómicos entre el lugar en donde se quirió mayor importancia relativa el ingreso de
originan los flujos migratorios respecto del lugar población de países limítrofes al país, lo que no
al que se orientan esos flujos. Argentina, a pesar era tan relevante en años previos por el alto peso
de persistencia de las dificultades económicas, si- del componente europeo.
gue siendo una opción laboral rápida y fácil para En nuestro país, la población paraguaya cre-
los migrantes provenientes de países vecinos. La ció un 69,4%, dado que había 325.046 personas
fundamentación de esa migración está orienta- en 2001 y en 2010 hay 550.713 personas. La po-
da al aprovechamiento de mano de obra familiar blación boliviana aumentó un 47,9%, pasando
(Balán 1990, Dandler y Medeiros 1991). de 233.464 personas en 2001, a 345.272 personas
Así, se mantiene la tendencia, acrecentada más en 2010. La población proveniente de Chile en el
adelante por la inestabilidad macroeconómica, año 2001 era de 212.429 personas, siendo en 2010
la declinación económica, períodos de gobiernos de 191.147 personas, lo que en términos porcen-
militares y situación social sensible. tuales representa una disminución del 10%.

Gráfico 4.5. Entradas, salidas al país y saldo migratorio. Argentina 1875-1971.

1200000
1000000
800000
600000
400000
200000
0
-200000
1875
1878
1881
1884
1887
1890
1893
1896
1899
1902
1905
1908
1911
1914
1917
1920
1923
1926
1929
1932
1935
1938
1941
1944
1947
1950
1953
1956
1959
1962
1965
1968
1971 Entradas Salidas Saldo migratorio

Fuente: Dirección Nacional de Migraciones; INDEC.

Gráfico 4.6. Entradas, salidas al país y saldo migratorio. Argentina 1982-2004.

12000000
10000000
8000000
6000000
4000000
2000000
0
-2000000
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004

Entradas Salidas Saldo migratorio

Fuente: Dirección Nacional de Migraciones; INDEC.


4 • Evolución y características de la población 37

La población peruana aumentó un 78,5% res- temprano que en otros muchos países de Améri-
pecto del 2001: hubo un incremento de 88.260 a ca Latina.
157.514 personas. Ambas tasas presentan una disminución cons-
El resto de la población extranjera según proce- tante y pareja a lo largo de todo el período (grá-
dencia, se distribuye entre un 16,6% de nacidos en fico 4.7), habiendo comenzado a niveles muy ele-
el continente europeo, un 12,6% proveniente de vados. Esta tendencia fue más rápida y constan-
otros países de América y un 1,9% que pertenece a te respecto al resto de los países latinoamericanos,
otros continentes (INDEC, 2012). pero también respecto al tiempo que la separa del
Como resultado de los ingresos y egresos de la úl- momento en que la mortalidad comienza a dismi-
tima década, existe un saldo migratorio ligeramen- nuir. Además de las características socioeconómi-
te negativo, que indica que más personas dejaron cas que suelen caracterizar la situación de un país
el país respecto de las que ingresaron (tabla 4.2). cuando se inician procesos de este tipo, es el pe-
Retomando los comportamientos de las tasas de ríodo donde mayores fluctuaciones se observan en
natalidad y mortalidad, enmarcados en la teoría ambas tasas. En general, esta etapa está asociada
de la transición demográfica, deben mencionarse a un régimen de fecundidad natural. Es decir, no
algunas particularidades para el caso argentino. se implementa un control eficaz de la fecundidad.
Durante los años 1870-1875, comenzó a descen- Rápidamente, hacia principios del siglo XX, ambas
der la mortalidad de manera suave. Más adelante, tasas disminuyen alcanzando valores característi-
entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se cos de la segunda fase de la transición demográfi-
inició la primera etapa. Este inicio se dio en el país ca: la TBN desciende a 35,9‰ y al 15‰ la TBM, re-
con cierto retraso respecto de los países de Euro- gistrándose una disminución en la tasa global de
pa y Estados Unidos; sin embargo, comenzó más fecundidad (TGF) de 5,3 en 1914 a 3,3 (1947) hi-

Tabla 4.2. Saldo migratorio internacional por sexo según lugar de nacimiento. Período 2001-2010.

Sexo
Lugar de nacimiento
Ambos sexos Varones Mujeres
Saldo migratorio total -45.103 -24.864 -20.239
Saldo migratorio de nacidos en el extranjero 274.017 132.141 141.876
Saldo migratorio de nacidos en Argentina -319.120 -157.005 -162.115

Fuente: INDEC (2013). Estimaciones y Proyecciones elaboradas sobre la base


de resultados del Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda, 2010.

Gráfico 4.7. Evolución de la tasa bruta de natalidad (TBN) y de la tasa


bruta de mortalidad (TBM). Argentina 1875-2013.

60
50
40
30
20
10
0
1875
1890
1901
1904
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1962
1965
1968
1971
1974
1977
1980
1983
1986
1989
1992
1995
1998
2001
2004
2007
2010
2013

TBN ‰ TBM ‰

Fuente: DEIS.
38 II • El proceso de diferenciación territorial

jos por mujer. La natalidad cae repentinamente de leve aumento entre el período 1869 y 1895, y con-
manera similar al descenso de la mortalidad a ini- tinúa con una leve caída hasta 1914, cuando ad-
cios de la segunda década del siglo XX y hasta al- quiere un ritmo de descenso mucho más notable.
rededor de los años ochenta. Es allí donde puede Luego, desde 1947 hasta 1970, se mantiene esta-
ubicarse la tercera etapa de la transición demográ- ble, con valores que apenas sobrepasan el 1,5 por
fica en nuestro país (1947-1970), cuando las tasas mil. En el año 1970, se registra un aumento leve
llegan, en promedio, al 28‰ para la TBN y 10‰ que aumenta la tasa a 1,54 por mil, para volver a
para la TBM. Se registra una estabilidad de la fe- retomar la tendencia al descenso constante y sos-
cundidad (TGF se mantiene en 3 hijos por mujer), tenido. Una pequeña variación se observa entre
exceptuando el momento en que aumenta sensi- el año 1990 y 1995, con una recuperación apenas
blemente producto del baby boom de posguerra en- notable de los valores de la tasa. Los datos corres-
tre los años 1945-1955. Los valores que siguen, con pondientes al último período disponible mantie-
tendencia también decreciente, dan comienzo a la nen la tendencia al descenso que ya se venía regis-
cuarta etapa, que se extiende hasta la actualidad. trando.
Para comprender más cabalmente los compo- La tasa global de fecundidad presenta, en gene-
nentes del crecimiento y entender la dinámica de ral, una tendencia al descenso. Sólo se exceptúa
la población argentina a lo largo del tiempo, po- el primer período considerado (1869-1895), don-
demos incluir en el análisis algunos otros indica- de se produce un aumento notable (gráfico 4.9).
dores. Éstos, además, permiten ajustar más pre- Luego también hay un pequeño crecimiento entre
cisamente la información que las tasas brutas de 1970 y 1975 y un incremento entre los años 1990
mortalidad o de natalidad aportan, dado que am- y 1995. La mayor disminución proporcional de la
bas, están afectadas por la estructura de edades de fecundidad tiene lugar entre el año 1914 y 1947
la población. (Pantelides 1983), sin dejar de mencionar el des-
La tasa global de fecundidad (TGF) es el núme- censo como tendencia general.
ro promedio de hijos e hijas que nacerían de una Durante todo el período analizado, la tasa bru-
mujer de una cohorte hipotética de mujeres que ta de nupcialidad presenta un comportamiento
durante su vida fértil tuvieran sus hijos según las inestable en el tiempo. Los valores más elevados
tasas de fecundidad por edad de un determinado se alcanzan hacia 1950, con valores cercanos a los
período de estudio (en general un año) y no es- 7,5 y 8,5 por mil. Luego, a partir de 1975 apro-
tuvieran expuestas a los riesgos de la mortalidad ximadamente, se registra un sostenido y notable
desde el comienzo hasta el final del período fértil. descenso de la nupcialidad, alcanzando sus míni-
La tasa bruta de reproducción (TBR) es el número mos históricos en la actualidad. Esta disminución
medio de hijas que nacerían vivas durante la vi- del valor de la tasa sostenida desde mediados de
da de una mujer (o grupo de mujeres) si sus años 1970 hasta los últimos registros obtenidos pare-
reproductivos transcurrieran conforme a las tasas ciera sugerir que la tendencia no se va a revertir
de fecundidad por edad de un año determinado (gráfico 4.10).
(gráfico 4.8). Previamente al año 1970, Argentina presentaba
La tendencia general de la TBR presenta un com- tasas muy elevadas de nupcialidad, si se la compa-
portamiento paralelo a la TGF. Comienza con un raba con el resto de los países de la región.

Gráfico 4.8. Tasa bruta de reproducción. Argentina, 1869-2015.

3,0
2,5
2,0
1,5
1,0
0,5
0,0
1869 1895 1914 1947 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1991 1995 2001 2005 2010 2015

Fuente: Pantelides 1983 y elaboración personal a partir de INDEC. Censos Nacionales.


4 • Evolución y características de la población 39

Gráfico 4.9. Tasa global de fecundidad. Argentina, 1869-2015.

8,0
7,0
6,0
5,0
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
1869 1895 1914 1947 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1991 1995 2001 2005 2010 2015

Fuente: Pantelides 1983 y elaboración personal a partir de INDEC. Censos Nacionales.

Gráfico 4.10. Tasa bruta de nupcialidad. Argentina 1869-2015

10
9
8
7
6
5
4
3
2
1
0
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1970
1973
1976
1979
1989
1992
1995
1998
2003
2006
2009
2012

Fuente: DEIS.

De manera paralela al descenso de la nupciali- Así, si se hiciera una correlación entre tasas de
dad, se observa una postergación en la edad del nupcialidad y la distribución equitativa del ingre-
matrimonio. Entonces, resulta que menos parejas so, se observaría que aquellos períodos con mejo-
acceden a la unión legal y, además, aquellas pare- res expectativas económicas coinciden con un au-
jas que sí se unen lo hacen a edades más avanza- mento en la nupcialidad. Durante la época de la
das. En Argentina, la edad promedio al casamien- Primera Guerra Mundial en Europa, las tasas de
to se incrementó alrededor de un año y medio en- nupcialidad se incrementaron, hasta llegados los
tre 1980 y 2001. años treinta y la gran crisis mundial. El siguiente
Los cambios en los patrones de nupcialidad pue- período económico en el país, caracterizado por
den explicarse haciendo referencia a los contextos la sustitución de importaciones volvió a hacer
macroeconómicos por el que transita la pobla- descender el valor del índice. Alrededor de 1965,
ción, pero también pueden interpretarse a la luz se registra un alza leve, pero que dura un tiempo
de transformaciones valorativas, que pongan en muy corto.
evidencia los cambios en las uniones de pareja y La inestabilidad de la tasa se mantiene hasta
el cuestionamiento social hacia el matrimonio co- 1976, momento en el cual se alcanza un máximo
mo única institución que legitime y regule la vida de alrededor de 8 por mil, para luego comenzar su
en unión y, claro, la reproducción familiar. período de descenso continuo hasta la actualidad.
40 II • El proceso de diferenciación territorial

El año 1983 se registra una leve alza, tal vez pro- dicador a lo largo del tiempo en que se disponen
ducto de la expectativa que producía la recupera- datos para realizar las comparaciones. Esto repre-
ción de la democracia, pero que no logra mante- senta una duplicación de los años de esperanza de
nerse por mucho tiempo. vida al nacimiento de la población. Luego, el au-
Como se mencionaba, a las explicaciones que in- mento continúa siendo sostenido y constante en
volucran el contexto económico hay que agregar el tiempo, pero con un incremento más lento. En
aquellas que ponen de manifiesto los cambios cul- los períodos posteriores, los avances fueron me-
turales según los cuales muchas parejas conviven nores y en la década del sesenta se produjo inclu-
en uniones de hecho y no en uniones de derecho. so un retroceso debido a la pérdida de años de vi-
En las últimas décadas, las uniones libres se in- da de los varones y al estancamiento de parte de
crementaron de manera notable y adquirieron las mujeres, posiblemente debido a una mejora en
una relevancia nunca antes tenida. Hacia el año el registro de la mortalidad. En 1970 se revirtió la
2010, la mitad de las parejas argentinas de 20 a tendencia que se venía registrando.
44 años viven en pareja con uniones libres (Bins- Para el Censo del año 1991, la esperanza de vida
tock 2010). supera los 70 años para las mujeres y para la po-
blación total. En el año 2010, la esperanza de vida
EVOLUCIÓN DE LA MORTALIDAD al nacimiento para las mujeres es de 79,10 años,
EN LA POBLACIÓN de 71,60 años para los varones y 75,24 para ambos
sexos. Entre las razones que explican este aumen-
La tasa de mortalidad general es la proporción de to en la esperanza de vida deben mencionarse los
personas que fallecen con respecto al total de la importantes avances en materia de salud, el desa-
población. Dado que la tasa bruta de mortalidad rrollo de capacidades y significativos progresos en
se ve afectada por la estructura etaria poblacional el área sanitaria, destacándose la búsqueda de me-
sobre la que se está midiendo, debe analizarse con canismos que articulen mejor el sistema de salud,
ciertos recaudos. A su vez, para conocer realmente junto al fortalecimiento de niveles y sectores. Posi-
los niveles de mortalidad de un país, la tasa bruta blemente, también parte del incremento registra-
de mortalidad debe complementarse con otros in- do en este período esté relacionado con las mejo-
dicadores como la esperanza de vida al nacimien- ras incluidas en el relevamiento y el procesamien-
to (e(0)) y la tasa de mortalidad infantil (TMI). to de los datos.
El primer registro del valor de esperanza de vida En resumen, mientras que en la primera mitad
al nacer en Argentina es, en 1869, de 32,86 años del siglo XX (1905-1960) se obtuvo una ganancia
para ambos sexos y de 32,6 para los varones (grá- de más de 25 años de vida para ambos sexos, en la
fico 4.11). Desde allí hasta el período entre 1959- segunda mitad (1960-2010) dicho incremento se
1961, se produce el mayor crecimiento de este in- redujo a tan sólo 8 años.

Gráfico 4.11. Esperanza de vida al nacimiento. Argentina 1869-2010.

90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

e(0) e(0) v e(0)m

Fuente: Mazzeo 1998; INDEC 2001; INDEC 2010.


4 • Evolución y características de la población 41

Esta reducción de la incidencia de las muer- Luego de ese año, los valores continúan estables,
tes por enfermedades infecciosas y parasitarias por debajo del 3% hasta el año 1997, en el que se
sobre el total de defunciones en el tiempo es el registra un aumento de un punto en el porcenta-
principal indicio del descenso general de la mor- je que representan estas tasas. En el año 2006, as-
talidad en nuestro país (Somoza 1971). Como ciende hasta alcanzar un 5% del total de las cau-
puede verse en el gráfico 4.12, luego de una épo- sas, para comenzar luego un descenso muy leve
ca con subas y bajas en el porcentaje que repre- y una estabilidad aparente en alrededor del 4,3%.
senta el descenso de mortalidad por causas in- Así, en el inicio de la transición demográfica en
fecciosas y parasitarias, a partir de 1930 aproxi- nuestro país, la proporción de mortalidad por
madamente, comenzó un descenso marcado que causas infecciosas es estable, pero rápidamente
se sostiene en el tiempo hasta los últimos años comienzan a descender de manera notable. El fac-
analizados.1 tor determinante para esta baja es el mejoramien-
to sanitario y los avances médicos. Luego, una vez
1 Al empalmar los valores de la serie surgen evidentes di-
alcanzados valores más estables, y por debajo del
ficultades en torno de los años setenta por el subregistro
diferencial y los diferentes criterios utilizados a lo largo 5%, es más difícil (aunque no imposible) hacer
del tiempo para asignar estas causas de muerte. El valor de descender la proporción. La mejora en los méto-
año 1971 es, en este sentido, claramente atípico. dos de recolección de la información muchas ve-

Gráfico 4.12. Evolución temporal de la mortalidad por causas infecciosas y parasitarias. Argentina 1911-2013.

25

20

15

10

0
1910 1915 1920 1925 1930 1935 1940 1945 1950 1955 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1995 2000 2005 2010 2015

Fuente: Somoza 1971, Mazzeo 1993, DEIS.

Gráfico 4.13. Tasa de mortalidad infantil. Argentina 1911-2013.

160
140
120
100
80
60
40
20
0
1911
1913
1915
1917
1919
1921
1923
1925
1927
1929
1934
1936
1947
1955
1965
1975
1981
1983
1985
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
2012

Fuente: Departamento Nacional de Higiene, Sección Demografía y Geografía Médica, Anuario Demográfico del año 1935,
Año IX, Buenos Aires, Gráficos Argentino Rosso, 1938. Síntesis de los índices sobre los nacimientos, defunciones y
matrimonios entre 1911 y 1935. Para el año 1936, Ídem, Anuario Demográfico del Año 1936, Año X, Bs.As., 1940. DEIS.
42 II • El proceso de diferenciación territorial

ces se refleja en un aumento leve en los valores ob- da hasta el año 1980 aproximadamente, cuando
servados, ya que se introducen en las estadísticas la reducción anual se hace menos abrupta, aun-
casos que antes no se incluían. Pero también, las que continúa con la tendencia a la baja. En el año
enfermedades infecciosas y parasitarias son capa- 2013, la tasa de mortalidad infantil en Argentina
ces de reflejar mejor que otras causas los efectos es de 16,61 niños menores de un año por cada mil
de las crisis socioeconómicas. nacidos vivos en el mismo período.
El gráfico 4.13 muestra la tendencia general de- El impacto que finalmente estos procesos ejercen
creciente de la tasa de mortalidad infantil. Duran- sobre la población total puede observarse de ma-
te la primera mitad del siglo XX, la tasa evolucionó nera conjunta si se analizan por ejemplo las pirá-
en forma errática, con aumentos y descensos con- mides de población en cada período. Así, a partir
tinuos. Alrededor del año 1936, se produce un pi- de los datos provenientes de los censos naciona-
co que supera los 103 niños menores de un año les, pueden construirse las respectivas pirámides.
por cada mil nacidos vivos en ese mismo año. A En 1869 (gráfico 4.14) nuestro país tenía una po-
partir de allí, la tasa desciende de manera sosteni- blación mayormente joven: el 41 % de los habitan-

Gráficos 4.14 y 4.15.

1869 1895

80 a 84 80 a 84
70 a 74 70 a 74
60 a 64 60 a 64
50 a 54 50 a 54
40 a 44 40 a 44
30 a 34 30 a 34
20 a 24 20 a 24
10 a 14 10 a 14
0a4 0a4
8 6 4 2 0 2 4 6 8 8 6 4 2 0 2 4 6 8

varones mujeres varones mujeres

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC.

Gráficos 4.16 y 4.17.

1914 1947

80 a 84 80 a 84
70 a 74 70 a 74
60 a 64 60 a 64
50 a 54 50 a 54
40 a 44 40 a 44
30 a 34 30 a 34
20 a 24 20 a 24
10 a 14 10 a 14
0a4 0a4
8 6 4 2 0 2 4 6 8 8 6 4 2 0 2 4 6 8

varones mujeres varones mujeres

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC.


4 • Evolución y características de la población 43

tes tenían entre 0 y 14 años. Esto puede corrobo- La siguiente pirámide (gráfico 4.17) es muy dife-
rarse en la pirámide correspondiente, que mues- rente. En principio ha habido una marcada retrac-
tra una base ancha que disminuye rápidamente de ción de la base de la pirámide, reflejando un des-
tamaño a medida que aumenta la edad de las per- censo de la natalidad. Además, se observan me-
sonas. En 1895 y 1914, se mantiene la tendencia. nores diferencias entre todos los grupos de edad.
La base de ambas pirámides (gráfico 4.15 y gráfico Esta estructura de pirámide se asocia a una pobla-
4.16) se presenta ancha indicando una proporción ción en transición. Puede verse, además, un creci-
de menores de 14 años importante, si bien no se miento leve en la población adulta mayor.
registra un aumento en estos grupos. Sí se observa En 1960 y 1970 (gráfico 4.18 y gráfico 4.19), es-
un predominio de varones por sobre las mujeres ta tendencia se presenta de manera más marcada:
en los grupos de edad de entre 20 y 35 años. Este hay un aumento poblacional proporcional en los
cambio es producto del flujo migratorio que suce- grupos de edades cercanos a la cúspide y una re-
de en ese período en el país que, como se obser- tracción aunque más pequeña de la población de
va, es básicamente de varones en edades laborales. la base. Esto es producto del aumento en la espe-

Gráficos 4.18 y 4.19.

1960 1970

80 a 84 80 a 84
70 a 74 70 a 74
60 a 64 60 a 64
50 a 54 50 a 54
40 a 44 40 a 44
30 a 34 30 a 34
20 a 24 20 a 24
10 a 14 10 a 14
0a4 0a4
8 6 4 2 0 2 4 6 8 8 6 4 2 0 2 4 6 8

varones mujeres varones mujeres

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC.

Gráficos 4.20 y 4.21.

1980 1991

80 a 84 80 a 84
70 a 74 70 a 74
60 a 64 60 a 64
50 a 54 50 a 54
40 a 44 40 a 44
30 a 34 30 a 34
20 a 24 20 a 24
10 a 14 10 a 14
0a4 0a4
8 6 4 2 0 2 4 6 8 8 6 4 2 0 2 4 6 8

varones mujeres varones mujeres

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC.


44 II • El proceso de diferenciación territorial

ranza de vida de la población, como consecuen- Las pirámides de  2001 y 2010  (gráfico 4.22 y
cia, del mejoramiento en las condiciones de vida. gráfico 4.23) confirman la tendencia al aumento
En 1980 (gráfico 4.20), se produce un pequeño del peso relativo de la población adulta mayor y,
cambio en la base de la pirámide. Un aumento li- a la vez, dan cuenta de menores niveles de natali-
gero en la población de la base de la pirámide, que dad. Esto último se refleja en el achicamiento de
todavía se mantiene en el año 1991 (gráfico 4.21), la base de la pirámide. En la cúspide de la pirá-
para volver a retraerse en el 2001 (gráfico 4.22). mide de 2010 se aprecia mayor cantidad de per-
Paralelamente, tanto en 1980 como en 1991 se sonas mayores, en particular de mujeres de 80 y
observa que se profundiza la tendencia de aumen- más años.
to de la proporción de los mayores de 65 años; por Como se deduce de lo antedicho, el grupo de
eso las cúspides de las pirámides son cada vez más 65 años y más (tabla 4.3) ha tenido poca parti-
anchas. cipación porcentual durante el siglo pasado. Sin

Gráficos 4.22 y 4.23.

2001 2010

80 a 84 80 a 84
70 a 74 70 a 74
60 a 64 60 a 64
50 a 54 50 a 54
40 a 44 40 a 44
30 a 34 30 a 34
20 a 24 20 a 24
10 a 14 10 a 14
0a4 0a4
8 6 4 2 0 2 4 6 8 8 6 4 2 0 2 4 6 8

varones mujeres varones mujeres

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC.

Tabla 4.3. Porcentaje de población joven y anciana. Argentina 1869-2010.

% Población
Año Anciana Joven
1869 2,2 42,8
1895 2,5 40,3
1914 2,3 38,4
1947 3,9 30,9
1960 3,9 30,8
1970 7,0 29,3
1980 8,2 30,3
1991 8,9 30,5
2001 9,9 28,2
2010 10,2 25,5

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC.


4 • Evolución y características de la población 45

embargo, vemos que la tendencia general, con- nales de edad hasta los 80 y más, durante los años
tinua y sostenida, es al aumento porcentual, ga- 1970, 1980, 1991, 2001 y 2010.
nando progresivamente más importancia res- Puede notarse que a lo largo del tiempo, y dentro
pecto de los otros dos grupos etarios. Esto in- de cada grupo etario, la tendencia del IF muestra un
dica un futuro de envejecimiento poblacional crecimiento que es más leve en las edades compren-
descrito en el aumento esperado en números ab- didas entre los 65 y los 69 años, pero que comienza
solutos y relativos de la población de 65 años y a mostrarse más notable en los grupos de más edad,
más (CEPAL 2011). y puntualmente en el grupo de 80 años y más.
Si desagregamos el análisis y nos enfocamos Si agregamos ahora el análisis de la proporción
puntualmente en el grupo de edad más avanzada, de mujeres adultas mayores respecto del total de
se corrobora también la tendencia. Por ejemplo, población femenina del país y su evolución en los
la proporción de población mayor de 80 años fe- años mencionados, es posible seguir confirmando
menina de 2010 triplica la población del año 1970 lo que hasta aquí se viene insinuando.
(tabla 4.4). En el gráfico 4.24, se aprecia, por un lado, que
Si prestamos atención a la población envejeci- tanto la población mayor de 50 años como la de
da, podemos observar que existe un porcenta- 60 años va en aumento. Esto quiere decir que es-
je más elevado de población femenina por sobre tas personas representan una mayor proporción
la masculina, resultado de su conocida mayor su- sobre el total de población cada vez más. Se obser-
pervivencia. De ahí que puede decirse que la vejez va también un envejecimiento mayor de la pobla-
en Argentina es mayormente femenina. En este ción femenina respecto de la masculina en todos
sentido, a la inequitativa participación de la mu- los años considerados, relación que se acrecienta
jer en el mercado laboral, el limitado acceso a la cuando nos acercamos al año 2010 y se espera que
seguridad social, las menores condiciones de sa- esa tendencia se mantenga.
lud y el relego social, se añaden las desventajas Según los resultados arrojados, la proporción de
del envejecimiento. mujeres de 80 años y más se triplica entre 1970 y
El envejecimiento de la población femenina hace 2010, mientras que la proporción de varones ape-
referencia a la composición etaria de este grupo. nas se duplica. Y la población femenina adulta
En este caso, analizaremos un indicador denomi- mayor aumenta casi 7 puntos porcentuales en ese
nado índice de feminidad (IF), que muestra el núme- mismo período, mientras que la población mas-
ro de mujeres por cada 100 hombres. Lo presenta- culina adulta mayor aumenta algo más de 2 pun-
mos a partir de los 65 años, por grupos quinque- tos porcentuales.

Tabla 4.4. Porcentaje de población de 80 y más. Argentina 1869-2010.

% población de 80 años y más


Años Total Varones Mujeres
1869 0,3 0,3 0,3
1895 0,1 0,1 0,2
1914 0,1 0,1 0,1
1947 0,1 0,1 0,2
1960 0,2 0,2 0,3
1970 1,0 0,8 1,2
1980 1,3 0,9 1,6
1991 1,6 1,2 2,0
2001 2,1 1,4 2,7
2010 2,5 1,7 3,2

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC.


46 II • El proceso de diferenciación territorial

Gráfico 4.24. Índice de feminidad de la población de 65 años y más por grupos de edad. Argentina, 1970-2010.

250
198,0 206,3
200 176,5
157,5
144,2
150

100

50

0
1970 1980 1991 2001 2010

65 a 69 70 a 74 75 a 79 80 y más

Fuente: INDEC. Censo Nacional de Población, Familias y Viviendas 1970. Censo Nacional de Población
y Viviendas 1980 y 1991. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 y 2010.

RELACIONES DE DEPENDENCIA La información de la tabla 4.5 muestra una ten-


DEMOGRÁFICA dencia un tanto inestable. Puede apreciarse cier-
ta propensión al aumento de la dependencia po-
El aumento proporcional de adultos mayores en tencial en ancianos. En los jóvenes, se observa una
relación a la población total modifica la relación disminución constante hasta el año 1970, mo-
de dependencia demográfica (RDD), que está de- mento a partir del cual la relación comienza a ser
finida como el peso que posee el grupo de niños menos estable.
y adolescentes sumado al grupo de adultos ma- Para completar este análisis, se presentan los valo-
yores sobre la población en edades comprendidas res de la edad mediana de la población en la Argen-
entre 15 y 64 años de edad. El supuesto es que los tina a lo largo del período considerado (tabla 4.6).
jóvenes y los ancianos dependen de los adultos de La edad mediana es un indicador del grado de en-
edades intermedias, considerados capaces y acti- vejecimiento de la estructura por edades de la po-
vos para otorgar apoyo familiar, social y económi- blación. Es una medida estadística de posición que
co. El indicador que mide esta relación es el índi- se expresa como la edad que divide la población en
ce de dependencia potencial (IDP), que se presenta en dos grupos de igual número de personas. Se presen-
la tabla 4.5. ta desagregada para varones y para mujeres y, ade-

Tabla 4.5. Índice de dependencia potencial

IDP
Año Total Anciano Joven
1869 81,8 4,0 77,8
1895 74,8 4,4 74,5
1914 68,6 3,9 64,8
1947 53,4 6,0 47,3
1960 57,2 8,8 48,4
1970 57,0 11,0 46,0
1980 62,6 13,3 49,2
1991 65,1 14,7 50,4
2001 61,7 16,0 45,7
2010 55,6 15,9 39,6

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
4 • Evolución y características de la población 47

más, en relación a la población económicamente ac- De manera similar a la manera en que mostrá-
tiva (PEA) general y también para ambos sexos. Pa- bamos el comportamiento de las mujeres en la es-
ra la población general, este indicador aumenta 12 tructura poblacional, podemos ver cómo se pre-
años desde 1869 hasta 2010, 11 años para los varo- senta el índice de masculinidad. Este indicador
nes y 12 para las mujeres. Para la PEA general se re- relaciona la cantidad de varones por cada cien
gistran 4 años de aumento, 3 para los varones de la mujeres. Como es de esperar, su valor ha ido en
PEA y 6 para las mujeres, lo que viene a reforzar los descenso a lo largo del tiempo de manera sosteni-
planteos acerca del envejecimiento general y feme- da (gráfico 4.25).
nino en particular que se esbozaron previamente. Como se planteaba al inicio del capítulo, la in-
Para terminar de explicar los comportamientos, migración constituyó uno de los principales fac-
puede ser adecuado analizar el impacto de la in- tores de crecimiento de la población argentina.
migración, ya que su influencia en la población Además, a partir de su análisis, es posible explicar
argentina es realmente importante, sobre todo en los procesos de cambio sociodemográfico, de dis-
la primera mitad del siglo pasado. tribución y urbanización en Argentina.

Tabla 4.6: Edad mediana de la población general, varones, mujeres,


PEA, PEA varones y PEA mujeres. Argentina 1869- 2010.

Edad mediana
Año PEA PEA
General Varones Mujeres PEA
Varones Mujeres
1869 18 18 19 30 31 29
1895 20 21 19 31 32 30
1914 20 22 19 29 30 29
1947 25 25 25 33 34 33
1960 27 27 27 35 35 35
1970 27 27 28 35 35 36
1980 27 26 28 35 35 35
1991 27 26 28 35 35 36
2001 28 27 29 34 34 35
2010 30 29 31 34 34 35

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.

Gráfico 4.25. Índice de masculinidad. Argentina 1869-2010.

120
115
110
105
100
95
90
85
80
1869 1985 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
48 II • El proceso de diferenciación territorial

Gráfico 4.26. Distribución de la población total según grandes grupos de edad. Argentina 1895-2010.

90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

0 -14 años 15-64 años 65 años y más

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.

Gráfico 4.27. Distribución de la población nativa según grandes grupos de edad, Argentina 1895-2010.

90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

0 -14 años 15-64 años 65 años y más

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.

Gráfico 4.28. Distribución de la población no nativa según grandes grupos de edad. Argentina 1895-2010.

90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

0 -14 años 15-64 años 65 años y más

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
4 • Evolución y características de la población 49

Los tres gráficos precedentes muestran el pe- que posee mayor peso relativo que la población de
so relativo de la población inmigrante en la Ar- 15 a 65 años.
gentina a lo largo del tiempo. El gráfico 4.26 re- La población no nativa (gráfico 4.28) está re-
sume el comportamiento de la población total. presentada básicamente por el grupo etario com-
En él puede verse, por un lado, una reducción le- prendido entre los 15 y los 65 años a lo largo de
ve en la proporción del grupo de entre 0 a 14 años todo el período analizado. Los restantes grupos
y un aumento en la población adulta de más de 65 muestran comportamiento más heterogéneo.
años de edad, que llega a representar algo más del Se ha presentado hasta aquí la tendencia general
10% de la población total en el año 2010. de la población total de Argentina. Es claro que si
La población nativa presenta tendencias simila- analizáramos el comportamiento de alguna de es-
res a partir de los datos obtenidos para el censo tas variables a nivel de región o provincia, podría-
de 1947 (gráfico 4.27). Durante el período 1895 y mos encontrar diferencias notables y hasta opues-
1914, la diferencia sustancial con la población to- tas a la tendencia general del país, no sólo dife-
tal se observa en el grupo etario de 0 a 14 años, ya rencias en relación al total de población aportado

Gráfico 4.29. Población según regiones geográficas. Argentina 1947-2010.

45
40
35
30
25
20
15
10
5
0
1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010

AMBA Pampeana Cuyo NOA NEA Patagonia

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.

Gráfico 4.30. Tasa de crecimiento anual medio (‰) según provincia. Argentina 1970-2010.

100
80
60
40
20
0
-20

1970/1980 1980/1991 1991/2001 2001/2010

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
50 II • El proceso de diferenciación territorial

por una y otra, sino además, diferentes estructu- En general, todas las provincias registran, aun-
ras y evolución de los componentes. que en distinta medida, una reducción de sus va-
Además, debe mencionarse que si dividiéramos lores de la tasa global de fecundidad, como se
el país según las regiones propuestas por el IN- muestra en la tabla 4.7.
DEC, es posible observar que el peso poblacional Todas las provincias, como se decía, presentan
de cada una de estas regiones es desigual. La re- diferencias entre sí, aunque en todas la tendencia
gión pampeana y la Capital Federal junto con la es al descenso. En 2001, sólo Capital Federal po-
región Metropolitana de Buenos aires aportan la seía una tasa global de fecundidad por debajo del
mayor parte de la población al total del país (grá- nivel de reemplazo. Para 2005, son cinco las pro-
fico 4.29 y mapas 4.1 y 4.2). vincias que están por debajo de ese valor. En 2015
Como se indicaba, la proporción de población también son 5 las provincias que tienen una ta-
que cada provincia aporta al total es diferente, pe- sa por debajo del nivel de reemplazo. Estas pro-
ro también lo es cuánto crece período a período vincias pertenecen a la región pampeana, más Tie-
cada provincia (gráfico 4.30). La mayor contribu- rra del Fuego en la Patagonia. En la tabla 4.7, se
ción se observa en Tierra del Fuego, entre los pe- muestran sombreadas las provincias que poseen
ríodos 1980-1991 con cerca del 90% de crecimien- tasas globales de fecundidad por encima de 2,1 hi-
to, aunque rápidamente desciende a menos de la jos que en promedio tendría cada mujer de una
mitad en la siguiente etapa (1991-2001). cohorte hipotética de mujeres que durante su vi-

Tabla 4.7. Tasa global de fecundidad por provincias argentinas, 2001-2015.

2001 2005 2010 2015


CABA 1,84 1,68 1,63 1,57
Buenos Aires 2,31 2,11 2,05 1,97
Catamarca 3,18 2,9 2,82 2,71
Córdoba 2,12 1,93 1,88 1,8
Corrientes 2,91 2,65 2,58 2,48
Chaco 2,85 2,59 2,53 2,42
Chubut 2,53 2,3 2,25 2,15
Entre Ríos 2,7 2,46 2,4 2,3
Formosa 3,21 2,93 2,85 2,73
Jujuy 2,95 2,68 2,61 2,51
La Pampa 2,43 2,21 2,16 2,07
La Rioja 2,56 2,33 2,27 2,17
Mendoza 2,58 2,35 2,29 2,2
Misiones 3,42 3,12 3,04 2,91
Neuquén 2,48 2,26 2,2 2,11
Río Negro 2,57 2,34 2,28 2,19
Salta 3,21 2,92 2,85 2,73
San Juan 2,91 2,65 2,58 2,48
San Luis 2,98 2,71 2,64 2,53
Santa Cruz 2,76 2,51 2,45 2,35
Tierra del Fuego 2,23 2,05 1,98 1,9
Santa Fe 2,62 2,39 2,33 2,23
Santiago del Estero 2,75 2,51 2,44 2,34
Tucumán 2,64 2,4 2,34 2,24

Fuente: INDEC, 2005.


4 • Evolución y características de la población 51

da fértil tuvieran sus hijos de acuerdo a las tasas las que registran la mediana mínima. Esto confir-
de fecundidad por edad del período en estudio y ma la tendencia que se viene observando a lo largo
no estuvieran expuestas al riesgo de mortalidad del capítulo: una región pampeana y patagónica
desde el nacimiento hasta el término de su perío- más envejecida y con las menores tasas de fecun-
do fértil. didad y un norte con registros inversos.
A su vez, en el análisis provincial, se observan di- El porcentaje de población anciana y joven que
ferencias importantes en la estructura de la PEA y se observa en la tabla 4.8 coincide con el panora-
de la población a cargo. La edad mediana máxima ma mencionado (ver mapas 4.5 y 4.6).
en 2001 se presenta en la Ciudad de Buenos Aires De manera similar, se comporta el IDP. Capital
con 37 años de edad. La edad mediana mínima se Federal registra el valor más bajo, y en continuo
registra en las provincias de Formosa y Misiones descenso a lo largo del tiempo. El IDP más eleva-
(21 años). A lo largo de los años, sigue siendo la do se registra en Formosa en el 2001 y en Santia-
Capital Federal la que presenta la edad mediana go del Estero en el año 2010. El IDP máximo tie-
más alta, y las provincias del noroeste y noreste, ne tendencia a la baja, pero la diferencia entre el

Tabla 4.8. Edad mediana, porcentaje de población joven y anciana, provincias argentinas 2001-2010.

Edad mediana % Población 2001 % Población 2010


 
2001 2010 Joven Anciana Joven Anciana
CABA 37 37 17 17 16 16
Buenos Aires 29 31 27 11 25 11
Catamarca 24 27 34 7 29 8
Córdoba 29 31 27 11 24 11
Corrientes 23 26 35 7 29 8
Chaco 22 25 36 6 30 7
Chubut 26 29 31 7 27 7
Entre Ríos 27 30 30 10 26 10
Formosa 21 25 38 6 31 7
Jujuy 23 26 35 6 29 7
La Pampa 29 31 28 10 25 11
La Rioja 24 27 33 7 28 7
Mendoza 27 29 29 9 26 10
Misiones 21 24 38 5 33 6
Neuquén 25 28 32 5 27 7
Río Negro 26 29 31 7 26 9
Salta 22 25 36 6 31 7
San Juan 25 28 31 8 29 9
San Luis 26 28 31 8 28 9
Santa Cruz 26 27 32 5 28 5
Tierra del Fuego 25 31 34 3 23 12
Santa Fe 29 25 26 12 32 8
Santiago del Estero 22 28 36 7 27 4
Tucumán 24 27 32 7 28 8
Mínimos 21 24 17 3 16 4
Máximos 37 37 38 17 33 16

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
52 II • El proceso de diferenciación territorial

mínimo y el máximo es amplio en todos los años tiempo, el índice disminuye. Así, en 1960, entre
considerados (tabla 4.9). los 55 y 59 años de edad, por ejemplo, el IM fue de
Por último, varias provincias argentinas regis- 110; en 1970, de 96,9; en 1980, de 94,3; en 1990,
tran un índice de masculinidad mayor a 100 en de 91,2; en el año 2000 ascendió un poco hasta
el año 2001 (tabla 4.10). La Ciudad Autónoma 92,5, pero en 2010 se registró 90,9.
de Buenos Aires presenta el valor más bajo en ese En Argentina –y en la población mundial en ge-
año y en los siguientes. Para el año 2010, son só- neral– siempre nacen más varones que mujeres
lo las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra (los datos indican una relación de 103 a 100), e in-
del Fuego las que todavía poseen valores por en- cluso la tendencia es al aumento.
cima de 100; sin embargo, parecería que la ten- Por tanto, la explicación de este índice de mas-
dencia es hacia el descenso general (ver mapas culinidad debe buscarse en la esperanza de vida y
4.5 y 4.6). en la mortalidad diferencial por sexo a lo largo de
En general, la tendencia de este indicador es al toda la vida de las personas. Las guerras, las enfer-
descenso. En la medida en que avanzamos en el medades, las condiciones biológicas, los estilos de

Tabla 4.9. Índice de dependencia potencial joven y anciana, provincias argentinas 2001-2010.

IDP 2001 IDP 2010


General Joven Anciana General Joven Anciana
CABA 52 26 26 49 24 24
Buenos Aires 59 42 17 55 38 17
Catamarca 70 58 12 59 46 13
Córdoba 59 43 17 55 38 17
Corrientes 71 59 12 59 47 13
Chaco 73 62 11 60 48 11
Chubut 60 49 11 52 40 11
Entre Ríos 65 49 16 58 41 16
Formosa 76 66 10 63 51 11
Jujuy 68 58 10 57 46 11
La Pampa 62 46 16 56 39 18
La Rioja 66 55 11 54 43 11
Mendoza 62 47 15 56 40 16
Misiones 76 67 10 63 53 10
Neuquén 60 51 8 50 40 10
Río Negro 62 50 12 53 40 13
Salta 72 62 10 62 50 11
San Juan 64 51 13 60 46 14
San Luis 64 51 13 58 44 14
Santa Cruz 60 51 8 50 42 8
Tierra del Fuego 58 53 5 54 36 18
Santa Fe 61 43 19 65 52 13
Santiago del Estero 75 62 12 45 40 6
Tucumán 65 52 12 57 44 13
Mínimos 52 26 5 45 24 6
Máximos 76 67 26 65 53 24

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
4 • Evolución y características de la población 53

vida de los varones son más afectados por la mor- terogénea en las provincias. Por un lado, pueden
tandad. A finales de siglo, los cambios en los hábi- apreciarse los valores que estos indicadores po-
tos y la calidad de vida, la medicina y otros aspec- seen y cómo han evolucionado a través del tiem-
tos positivos dieron lugar a un aumento en la ta- po. Pero además, es posible observar de qué mane-
sa de masculinidad de algunas provincias, aunque ra se conjugan ambos, dando como resultado fi-
los datos de 1950 ya mostraban cómo el índice de nal, el crecimiento vegetativo de la población.
masculinidad era bastante superior al de mujeres, En el año 2001, las provincias que registran un
a pesar del índice elevado de mortalidad. mayor crecimiento vegetativo son Misiones, For-
Si agregamos al análisis los comportamientos de mosa, Catamarca y Salta. En el 2010, las que más
la tasa bruta de mortalidad y la tasa bruta de nata- crecen son Tierra del Fuego, San Luis, La Rioja y
lidad, podremos dar cuenta de manera más com- Catamarca.
pleta la caracterización de las fuerzas que subya- Si además se observa el comportamiento de la
cen en la dinámica poblacional de la Argentina en esperanza de vida, puede verse, en primer lugar,
el período considerado. lo que se venía mencionando hasta aquí. Una so-
Al igual que el resto de los indicadores analiza- breesperanza de vida femenina, con valores muy
dos, la TBN y la TBM se comportan de manera he- por encima de los varones, y un aumento notable

Tabla 4.10. Índice de masculinidad, provincias argentinas 2001-2010.

Índice de masculinidad
2001 2010
CABA 82,9 85,8
Buenos Aires 94,7 95,5
Catamarca 99,1 99
Chaco 99,6 97,7
Chubut 100,4 100,8
Córdoba 94,4 94,7
Corrientes 97,4 96,3
Entre Ríos 96,3 96,4
Formosa 100,7 98,5
Jujuy 97,1 96,6
La Pampa 99,4 98,3
La Rioja 99,9 98,6
Mendoza 94,9 95,1
Misiones 100,6 99,5
Neuquén 99,3 99,4
Río Negro 98,7 98,8
Salta 98 97,5
San Juan 95,3 96,7
San Luis 99,4 98,2
Santa Cruz 104,1 107,1
Santa Fe 94,2 94,6
Santiago del Estero 100,4 97,7
Tucumán 96,6 96,3
Tierra del Fuego 104,7 105,8

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
54 II • El proceso de diferenciación territorial

en algunas provincias en el período 2001-2010. existente en el norte argentino, debe mencionar-


No obstante esto, se mantiene la polarización se que el análisis de la tasa de mortalidad por en-
existente entre el norte argentino y el centro y el fermedades infecciosas muestra que en estas pro-
sur del país. La provincia que en 2010 posee más vincias también se continúan registrando los más
alta esperanza de vida en las mujeres es Neuquén elevados valores (ver mapas 4.3 y 4.4).
con 80,75 años de esperanza de vida al nacimien- Hay muchos otros indicadores que pueden ser
to. En cambio, en cuanto a varones, es en la Ciu- utilizados para un análisis más exhaustivo de po-
dad Autónoma de Buenos Aires donde se registra blación. Sin embargo, los considerados son váli-
el valor más elevado, alcanzándose los 74,11 años. dos para dar una idea acerca de la evolución po-
Para completar el panorama más desfavorable blacional y sus determinantes.

Tabla 4.11. Tasa bruta de natalidad, Tasa bruta de mortalidad, Tasa de mortalidad infantil,
Esperanza de vida hombres y mujeres. Argentina, según provincias, 2001-2010

2001 2010
e0 e0 E0 E0
TBN TBM TMI TBN TBM TMI
Varones Mujeres Varones Mujeres
CABA 13,9 11,1 9,6 69,17 76,45 14,9 10,8 7 74,11 80,43
Buenos Aires 16,9 8,2 15 68,53 75,78 18,9 8,4 12 71,87 78,69
Catamarca 24,9 5,6 15,5 67,4 73,96 16,9 5,6 15,4 73,27 78,85
Chaco 22,2 6,4 24 65,64 72,55 21,2 6,7 14,7 69,5 76,41
Chubut 18,4 5,1 13,1 67,26 74,04 21,2 6,3 9,8 72,25 79,96
Córdoba 15,9 7,8 16,2 69,15 76,6 17,2 8,2 11,1 72,48 79,23
Corrientes 21,9 6,6 23,5 67,16 73,16 19,8 6,3 16,8 71,49 77,54
Entre Ríos 20,5 7,8 14,9 68,13 75,26 17,4 7,7 11,6 71,22 78,98
Formosa 22,4 5,4 28,9 66,27 72,62 21,1 6 17,8 71,08 76,98
Jujuy 23,1 5,5 18,4 65,24 71,65 19,2 5,9 13,4 71,76 78,08
La Pampa 17,2 6,9 12,4 68,15 75,15 16,2 7 7 73,1 79,51
La Rioja 20,5 5,6 23,5 67,04 73,89 17,2 5,4 12,6 72,31 78,57
Mendoza 19,1 6,8 12,1 69,8 75,75 19,3 7,2 11,7 73,49 79,36
Misiones 24,2 4,4 19,6 66,45 72,65 22,2 5,8 13,2 70,95 77,69
Neuquén 16,8 3,6 13 68,3 74,67 21,6 4,9 9,2 74,06 80,75
Río Negro 17,8 4,7 14,7 67,54 74,36 20 6,3 9,4 73,53 79,36
Salta 24,2 5,2 19,1 66,13 71,84 21,9 5,6 12,8 71,71 78,22
San Juan 23,7 7,1 18,8 68,1 74,3 19,8 6,5 11 72,68 77,95
San Luis 22,3 6 17,8 67,64 74,07 17,4 5,9 10,7 73,14 79,33
Santa Cruz 19,8 4,6 14,5 67,11 73,9 26 5,6 9,7 71,47 79,43
Tierra del Fuego 17,9 2,3 10,1 68,5 73,64 16,2 9 10,3 71,31 79,13
Santa Fe 16,2 8,4 14,3 68,5 76,28 19,9 6 14 70,88 77,84
Santiago del Estero 21,1 6,1 14,8 67,13 72,73 20,1 6,4 14,1 72,24 79,92
Tucumán 21,1 6,3 24,5 68,08 74,13 18,8 3,3 9,9 72,23 78,2

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del INDEC, Censos Nacionales de Población.
4 • Evolución y características de la población 55

Mapa 4.1. Pirámides de población y tasa de Mapa 4.2. Pirámides de población y tasa de
crecimiento anual medio por mil. Argentina, 2001. crecimiento anual medio por mil. Argentina, 2010.

ANEXO

Mapa 4.3. Tasa de mortalidad infantil y esperanza Mapa 4.4. Tasa de mortalidad infantil y esperanza
de vida al nacimiento. Argentina, 2001. de vida al nacimiento. Argentina, 2010.
56 II • El proceso de diferenciación territorial

Mapa 4.5. Índice de masculinidad y proporción de Mapa 4.6. Índice de masculinidad y proporción de
población joven y anciana. Argentina, 2001. población joven y anciana. Argentina, 2010.
5

RELACIÓN ENTRE DINÁMICAS DEMOGRÁFICA Y ECONÓMICA
(1947- 2010)


Fernando Manzano
Guillermo Velázquez

Hacia fines del siglo XIX, la Argentina, como país tes indicadores, a los efectos de una mayor com-
agroexportador, había conferido a su desarrollo parabilidad, nos basaremos en el producto bru-
económico un marcado carácter de desigualdad to geográfico (PBG) per cápita2. Esto restringe
regional que se manifestaba con la preeminencia la posibilidad de tomar un período más exten-
del puerto y la pampa húmeda sobre el resto del so que el considerado (1947-2010), ya que los es-
país. Lejos de revertir esta situación, el proceso de tudios de contabilidad social regional son rela-
industrialización, al asumir características de sus- tivamente recientes y la primera estimación de
titución de importaciones de bienes de consumo, PBG desagregado en el nivel provincial data de
privilegió como forma de localización la proximi- 1953 (Argentina. CFI - Instituto Torcuato Di Te-
dad de los mercados consumidores por sobre el lla, 1962).
origen de los insumos. De esta manera, para 1937,
el 54% del valor de producción y el 73,6% de los CONSIDERACIONES TEÓRICAS
productos elaborados se concentraban en Capi- Desequilibrio y desigualdad
tal Federal y Provincia de Buenos Aires (Argenti-
na. CFI, 1990).1 Debemos definir con mayor precisión dos con-
Desde hace más de siete décadas, resulta casi tri- ceptos que se utilizan con frecuencia como si fue-
llada la referencia a los “desequilibrios regionales” ran sinónimos: desequilibrio regional y desigualdad
o a las desigualdades regionales de la Argentina. regional.
Son muy frecuentes los juicios de valor y los pre- El concepto de desequilibrio hace referencia a
juicios respecto de lo negativo de esta situación. situaciones de desajuste transitorio y en el corto
Sin embargo, los intentos de explicación han sido plazo que la “mano invisible” del mercado tien-
mucho menos frecuentes y pueden enfocarse des- de a igualar, en forma análoga al concepto físico
de diversas perspectivas teóricas, que más adelan- de equilibrio estable. Así, al equilibrio no habría
te expondremos. que buscarlo, sino que se produciría en forma au-
La formulación o la adopción de un marco teó- tomática, en tanto el sistema productivo pueda
rico que pretenda explicar este proceso de diferen- operar libremente; es decir que, cuando se utiliza
ciación regional excede el propósito de este capí- el término desequilibrio, se lo está haciendo, explí-
tulo; solamente nos proponemos indagar acerca cita o implícitamente, con determinada concep-
del papel que desempeña la movilidad de la po-
blación –factor que consideramos de suma im- 2 El producto bruto geográfico per cápita (PBG) toma en
portancia– en este proceso. cuenta los bienes producidos y los servicios prestados en
el período de un año respecto de la población de base, in-
Si bien es posible aproximarse a la magnitud
dependientemente de que hayan sido consumidos o acu-
de la diferenciación regional utilizando diferen- mulados. La denominación “geográfico” responde con-
ceptualmente al hecho de haberse considerado a todos los
1 Estos datos incluyen materias primas pero excluyen ac- agentes económicos que participan en la producción den-
tividades productoras de servicios. tro de las fronteras de la jurisdicción de su residencia.
58 II • El proceso de diferenciación territorial

ción ideológica al suponer la transitoriedad de la si- a) Evolutiva de Rostow.


tuación y la capacidad de las fuerzas del mercado b) Neoclásica de igualación de factores.
para equilibrarla. El desequilibrio sería, por defini- c) Modelo de aprovechamiento de los recursos
ción, algo transitorio y, por tanto, no aplicable a si- naturales en el espacio y
tuaciones de mediano o largo plazo. d) Del dualismo estructural.
Las desigualdades regionales, en cambio, se re- Para este grupo de teorías (a, b, c y d), los proce-
fieren a aquellas diferencias durables, localmente sos migratorios entre regiones de diferente nivel
interdependientes y acumulativas entre subespa- de desarrollo relativo deberían tender a igualar las
cios de un mismo país en las que condiciones no diferencias regionales. Las hipótesis subyacentes
solamente coyunturales sino más bien estructu- son básicamente:
rales son responsables por las diferencias existen-
1. La menor presión sobre los recursos natura-
tes, ligadas unas a las otras, en la escala del espa-
les de la región “pobre” permitiría una me-
cio considerado (Santos 1979, p. 231).
jor redistribución potencial y el incremento,
La referencia indistinta, especialmente en estu-
por ende, del nivel de productividad.
dios económicos, a las situaciones de igualdad y
2. La región “rica”, al recibir población, debe
equilibrio interregional puede hacer pensar que
asignar recursos a mayor cantidad de ha-
el segundo es un estado alcanzable y normal, que
bitantes (empeorando la distribución), sin
presentará simultáneamente la característica de
que los incrementos en la producción alcan-
igualdad. Pero ya veremos que ello es totalmen-
cen a compensar la disminución en la pro-
te inexacto.
ductividad.
Para hacer referencia a este tipo de situaciones
3. Los procesos migratorios contribuirían a di-
estructurales, debemos, por consiguiente, excluir
fundir los progresos de la sociedad moderna
explícitamente el término desequilibrio y utilizar
en la tradicional.
los que corresponden: desigualdad, desbalance, dife-
rencias, etc. En suma, la “mano invisible del mercado” –a tra-
vés de los procesos migratorios– contribuiría a
Desigualdades regionales disminuir las disparidades regionales.
A nuestro entender, este concepto de región y de
Las desigualdades regionales se han configura- desigualdad resulta absolutamente limitado, ya
do como un rasgo inherente del sistema capitalis- que supone que:
ta. Existen, sin embargo, construcciones teóricas 1. La equidad en la distribución de la riqueza
y metodológicas de diferente sesgo epistemológi- es inversamente proporcional a la cantidad
co que indagan el origen de las desigualdades re- de habitantes.
gionales desde marcos y perspectivas conceptua- 2. La magnitud de la riqueza es autónoma res-
les contrapuestas. A continuación, explicaremos pecto del tamaño de la población y
los supuestos teóricos, metodológicos e ideoló- 3. Los movimientos de población son neutros
gicas básicos de dos perspectivas bien diferencia- respecto de la estructura demográfica del
das: I) las teorías afines o funcionales a la lógica área expulsora y del área receptora.
del mercado, sustentadas en el marco conceptual En primer lugar, un indicador global como el
propuesto por la economía neoclásica, y II) aque- PBG per cápita, que presenta en el numerador la
llas teorías pertenecientes a la vertiente estructu- riqueza generada y en el denominador la pobla-
ral del desarrollo regional, críticas con respecto a ción residente, dice muy poco acerca de la distri-
la lógica del mercado y del equilibrio. bución real del ingreso en una zona determina-
Las teorías funcionales a la racionalidad de las da. Por un lado, parte de la riqueza generada en
fuerzas del mercado (I) sostienen que los movi- un sitio puede ser remitida a otros, es decir que,
mientos de capital y trabajo tienden a lograr cier- aunque un determinado proceso productivo cree
ta convergencia en los niveles de desarrollo relati- bienes o servicios en Tierra del Fuego, si la casa
vo entre las regiones, compensando o anulando matriz de la empresa se encuentra localizada en
las desigualdades originadas en la dotación dife- la Ciudad de Buenos Aires o fuera del país, cier-
rencial de recursos y los “errores” de la evolución ta parte de esa riqueza va a ser apropiada fuera
histórica. de la región productora. Por otro lado, aunque
Dentro de este primer conjunto (I), podemos se- una porción sustantiva de los bienes y los servi-
leccionar cuatro modelos: cios generados fuesen percibidos en la región de
5 • Relación entre dinámicas demográfica y económica 59

origen, la distribución de esta riqueza estará en gionales en términos de relaciones sociales y eco-
función de la estructura social vigente a nivel na- nómicas, los procesos migratorios, lejos de dismi-
cional y sus articulaciones a escala regional y lo- nuir las diferencias regionales, las denuncian. Es-
cal. Serán éstas últimas, entonces, las que defini- to se debe a que la expulsión de población en las
rán qué segmentos de la población se apropiarán regiones atrasadas es selectiva. Se expulsa en mayor
de qué partes del producto, lo que no puede ser proporción población activa, con mayor nivel de
explicado por un simple cociente entre población instrucción, con mejor condición psicofísica rela-
y riqueza. tiva, con mayor nivel de inquietudes, tendiendo
En segundo término, la magnitud de los bienes a deprimir más aún la situación de las regiones
y los servicios generados no es en absoluto autó- expulsoras y, por consiguiente, retroalimentan-
noma respecto de la cantidad de población. Es- do las desigualdades regionales preexistentes. Por
ta visión proviene, en gran medida, de las teorías tanto, la población no puede considerarse simple-
de desarrollo regional sustentadas en el aprove- mente como un factor más ni, mucho menos, co-
chamiento de recursos naturales en el espacio mo un factor homogéneo.
y su limitado concepto de región, en el cual el Habiendo expuesto sucintamente los dos gru-
elemento de diferenciación está dado solamen- pos de posiciones teóricas respecto de las des-
te por la cantidad y el tipo de recursos natura- igualdades regionales (con afinidad a la lógica
les que posee. Este criterio excluye la presencia del mercado, por un lado, y críticas de este enfo-
de relaciones sociales internas y externas a la re- que, poniendo el énfasis en las relaciones sociales
gión y de todos aquellos procesos que identifi- y económicas, por el otro), nos aproximaremos al
can la compleja estructura económico-social de proceso de diferenciación regional de la Argenti-
cada subespacio. na a partir de:
Finalmente, los movimientos de población siem- 1. Un indicador, como ya se expuso discutible,
pre son selectivos respecto de la población de ba- como el PBG, pero que no obstante nos re-
se: predominio de población en edad activa, con sultará útil para este propósito, y de
cierto nivel de escolarización y de condición psi- 2. Las tasas de crecimiento migratorio anual
cofísica, que se convierten en una sangría para la intercensal a nivel provincial (TCM).
región expulsora y una suerte de “economía exter-
Esta última información no incluye la migra-
na” para el área receptora, que recibe recursos hu-
ción internacional, que afecta principalmente a
manos aptos para su incorporación directa en la
las provincias patagónicas y, en menor medida,
actividad económica sin tener que hacerse cargo
a las limítrofes del norte, las cuales, especialmen-
de su costo de formación.
te en algunos períodos, han recibido importan-
Las teorías pertenecientes a la vertiente crítica
tes flujos desde los países vecinos. Tampoco se in-
del desarrollo regional (II), en cambio, compren-
cluyen las migraciones intraprovinciales, especial-
den las desigualdades regionales ya no como un
mente importantes durante los últimos períodos
accidente o una falla casual a ser superada, sino
intercensales, en los cuales se reforzó la primacía
más bien como un resultado estructural de la di-
de muchas capitales provinciales a expensas del
námica de acumulación capitalista. La causa fun-
vaciamiento demográfico de su interior.
damental del proceso de diferenciación regional
no reside en el funcionamiento incorrecto de la
MIGRACIONES INTERNAS Y DIFERENCIACIÓN
economía de mercado, sino justamente en el éxito
REGIONAL DESDE 1947
de sus mecanismos: la desigualdad no se produce
por accidente, sino por necesidad y el mercado es
Como hemos expuesto, la actual configuración
su agente per se. (Velázquez 2008).
espacial de la Argentina está relacionada con una
En este segundo grupo (II), podemos incluir cin-
serie de procesos que han tenido lugar a través de
co teorías:
las diferentes etapas de su proceso de “moderni-
e) Causación circular acumulativa, zación”.
f) Neomarxistas y del colonialismo interno. Ya mencionamos que, desde antes de la etapa
g) De la polarización espacial. agroexportadora, se ha ido produciendo un cre-
h) Enfoque centro-periferia y ciente languidecimiento de la economía del No-
i) De la división espacial del trabajo. roeste Argentino (NOA), antes dinámica merced a
Para este segundo grupo de teorías (e, f, g, h, i), su vinculación con Potosí, y un paulatino ascenso
que buscan la explicación de las desigualdades re- del Litoral respecto del interior del país.
60 II • El proceso de diferenciación territorial

Durante la etapa agroexportadora, el proce- de la década de 1970, esta última etapa se fue di-
so de concentración de inversiones y de pobla- luyendo, engrosándose las áreas periféricas de los
ción en la región pampeana continúa incremen- centros intermedios. (Liberali, Morina y Veláz-
tando la clara diferenciación entre ésta y el resto quez 1989).
del país. Este resto, genéricamente denominado En la emigración surgen indicadores de ocupa-
“economías regionales”, también fue afectado en ción, estratificación y condiciones de existencia
forma diferencial por el proceso agroexportador. determinantes que explican el fenómeno. Entre
Así, hubo economías que lograron una mejor in- 1947 y 1960 se destaca la importancia de los in-
serción relativa (Tucumán y Mendoza) y otras dicadores de empleo, mientras que a partir de la
cuya participación habría de ser más marginal y década de 1970 parecen adquirir mayor significa-
tardía. ción en los procesos migratorios los aspectos vin-
De este modo, una vez agotada la etapa agroex- culados con la calidad de vida.
portadora, el proceso de sustitución de impor- En esta sección nos proponemos indagar si es-
taciones habría de continuar con el esquema de ta movilidad de factores, en este caso movimien-
concentración demográfica en la región pampea- tos de población (y, por consiguiente, de mano de
na, aunque incorporando tardíamente las restan- obra) entre jurisdicciones, reviste algún efecto so-
tes economías regionales sobre la base de un mer- bre el nivel de desigualdades regionales existentes
cado interno en expansión. entre las diferentes jurisdicciones de la Argentina
Durante todo este lapso, los procesos migra- a partir del IV Censo Nacional (1947).
torios internos han sido muy importantes. Lat- Nuestra información de base la constituyen los
tes (1975) muestra que hasta 1914 predominan datos de PBG per cápita –que hemos hecho coin-
las corrientes migratorias entre provincias con- cidir, en la medida de lo posible, con los censos de
tiguas, entre 1914 y 1947 se produce una transi- población respectivos– y los de los saldos migra-
ción y, en el lapso comprendido entre los censos torios intercensales, en ambos casos desagregados
de 1947 y 1970, la mayoría de los flujos migra- provincialmente.
torios tiene como lugar de destino al Area Me- El cuadro 5.1 muestra que el nivel de diferencia-
tropolitana de Buenos Aires (AMBA), cualquie- ción regional se fue incrementando entre 1953
ra sea la distancia a ese lugar. Hacia fines de la y 2010. En 1970 y 1980 se observa cierta conver-
década de 1970 y especialmente durante la si- gencia, pero la tendencia parece estructural, re-
guiente, se produce una disminución de las mi- gistrándose la mayor diferenciación regional en
graciones internas, ocasionándose un significa- 2010.
tivo cambio de tendencia en los movimientos, El gráfico 5.1 nos muestra las provincias orde-
que se reorientan preferentemente hacia las ciu- nadas según su PBG per cápita de 2010. Resul-
dades intermedias. ta ilustrativo ver desde qué posición llega cada
Lattes y Sana (1992) estimaron que la redistri- una de ellas a lo largo de un proceso de casi seis
bución por migraciones interprovinciales fue de décadas.
1.108.000 personas entre 1960-70, 639.000 entre La Ciudad de Buenos Aires (CABA), sede cen-
1970-80 y de 441.000 entre 1980-91. En los últi- tral de nuestra formación socio-espacial encabeza
mos períodos intercensales, esta redistribución claramente esta serie, desplazando de este lugar
fue de 469.000 (1991-2001) y de 657.000 (2001- a Tierra del Fuego o Santa Cruz que, por su par-
2010). Hasta 1991 tuvo peso creciente la pobla- ticular estructura económica y escasa población,
ción femenina. Así, las mujeres presentaron ta- continúan con altos valores per cápita. Lo mismo
sas de redistribución superiores a los varones en ocurre, aunque en menor medida, con las restan-
2 provincias en 1960-70, en 4 en 1970-80 y en 9 tes provincias patagónicas.
entre 1980-91. Entre 1991 y 2001 este proceso de En el otro extremo, las provincias más pauperi-
creciente feminización de los flujos migratorios zadas mantienen bastante estabilidad. La mayo-
parece haberse atenuado, ya que las mujeres supe- ría de las provincias del NOA fueron sistemáti-
raron a los varones en 7 provincias. camente marginadas por los procesos de moder-
En un trabajo anterior hemos afirmado que las nización excluyente, siendo relegadas al rol de
migraciones internas tradicionalmente se han proveedoras de mano de obra, a través de migra-
producido en etapas: de la zona rural a pequeños ciones internas. Algunas de ellas han empeora-
centros urbanos; luego a centros mayores, provin- do su situación relativa (Salta, Tucumán), mien-
ciales o regionales; siendo la última etapa la de las tras que otras la han mejorado (Santiago, Co-
grandes ciudades en el nivel nacional. Desde fines rrientes).
5 • Relación entre dinámicas demográfica y económica 61

Entre ambos extremos hay, sin embargo, juris- mero de esta situación, que tiende a diluirse en la
dicciones que han experimentado cambios, a ve- actualidad.
ces bastante bruscos a lo largo de este proceso. Otros casos como Córdoba, Mendoza o la pro-
Así, San Luis o La Rioja, que partieron de una po- vincia de Buenos Aires, que se ubicaban claramen-
sición marginal, casi llegan a integrar el grupo te entre las jurisdicciones con mayor riqueza rela-
más privilegiado de provincias durante los noven- tiva, tienden a perder posiciones en manos de ju-
ta, aunque con posterioridad se mostraría lo efí- risdicciones más dinámicas.

Cuadro 5.1. Argentina. Producto bruto geográfico per cápita por jurisdicciones,
años seleccionados (promedio nacional = 100)

PBG53 PBG59 PBG70 PBG80 PBG91 PBG2001 PBG2010


Buenos Aires 109 94 90 80 97 87 83
CABA 143 200 222 253 258 335 445
Catamarca 37 40 39 59 55 68 73
Chaco 67 61 42 49 42 45 34
Chubut 143 144 142 185 131 127 85
Córdoba 73 82 76 86 84 90 83
Corrientes 48 48 58 60 50 48 45
Entre Ríos 66 67 74 79 57 72 63
Formosa 60 44 45 41 29 40 33
Jujuy 76 75 60 91 46 50 39
La Pampa 105 138 104 108 107 101 78
La Rioja 42 43 39 48 108 64 66
Mendoza 102 94 101 99 57 91 76
Misiones 49 31 42 59 64 52 41
Neuquén 66 56 107 140 108 148 89
Río Negro 140 89 92 93 105 97 65
Salta 59 60 59 63 61 49 32
San Juan 68 73 52 58 60 57 56
San Luis 54 60 71 80 189 94 80
Santa Cruz 206 230 158 199 179 184 128
Santa Fe 93 99 97 106 95 92 91
Santiago del Estero 41 34 41 43 24 39 48
Tierra del Fuego 254 238 129 160 375 232 188
Tucumán 67 62 67 82 48 53 47
Sigma 52,64 57,67 43,71 53,03 78,69 67,86 81,90
Media 90,33 90,08 83,63 96,71 101,2 96,46 86,23
Coef. variación 58,27 64,02 52,27 54,84 77,75 70,35 94,98

Fuente: elaboración personal sobre la base de: para 1953 y 1959, Argentina. CFI-Instituto Torcuato Di Tella,
1962; para 1970 y 1980, Argentina. CFI, 1983; para 1991, Argentina. Ministerio del Interior. Secretaría
de acuerdos con las Provincias; para 2001 y 2010, Institutos Provinciales de Estadísticas y Censos.
62 II • El proceso de diferenciación territorial

Gráfico 5.1. Evolución del PBG per cápita. Nivel provincial. 1953-2010.

0 50 100 150 200 250 300 350 400 450

CABA

Tierra del Fuego

Santa Cruz

Santa Fe

Neuquén

Chubut

Córdoba

Buenos Aires

San Luis

La Pampa

Mendoza

Catamarca

La Rioja

Río Negro

Entre Ríos

San Juan

Santiago del Estero

Tucumán

Corrientes

Misiones

Jujuy

Chaco

Formosa

Salta

PBG 53 PBG 59 PBG 70 PBG 80 PBG 91 PBG 2001 PBG 2010


5 • Relación entre dinámicas demográfica y económica 63

Cuadro 5.2. Argentina. Tasa de crecimiento migratorio medio anual intercensal


por jurisdicciones, 1947-2010. (Por mil habitantes)

TCM4760 TCM6070 TCM7080 TCM8091 TCM9601 TCM0510 TCM4710


Buenos Aires 6,9 18,3 7,3 2,7 0,8 1,4 6,3
CABA 6,9 -10,7 -7,3 -3,1 -4,5 -6,9 -3,7
Catamarca -11,7 -21,4 -6,0 3,9 3,4 -2,5 -5,9
Chaco -8,7 -23,3 -4,2 -11,6 -2,6 -3,2 -9,1
Chubut -2,5 7,3 7,8 7,2 1,6 1,6 3,6
Córdoba -2,9 2,3 2,8 0,9 1,5 1,8 0,9
Corrientes -10,7 -20,7 -6,3 -6,5 -1,5 -1,4 -8,1
Entre Ríos -16,1 -15,9 -6,8 -4,2 -0,5 -0,1 -7,8
Formosa -2,1 -4,3 -7,3 -7,3 -2,2 -6,3 -4,8
Jujuy -3,9 -3,5 -0,2 -4,3 -2,1 -1,6 -2,7
La Pampa -17,7 -6,6 4,0 5,6 1,1 0,3 -2,9
La Rioja -11,2 -14 -5,9 8,5 8,2 2,0 -2,4
Mendoza 1,1 -0,31 0,5 -2,2 -0,5 -0,1 -0,2
Misiones -6,9 -19,6 -2,0 1,2 -1,8 -3,6 -5,4
Neuquén -8,5 6,8 14,5 17,7 2,5 1,1 5,3
Río Negro -2,6 8,2 13,5 5,0 -2,0 3,0 3,9
Salta -0,4 -3,7 -1,6 -0,7 -0,8 -2,0 -1,5
San Juan -0,5 -12,2 -2,5 -4,4 0,3 -0,6 -3,2
San Luis -12,7 -11 -3,4 10,0 6,8 2,8 -1,7
Santa Cruz 13,4 27,2 10,0 10,1 5,7 16,8 13,7
Santa Fe -4,6 2,4 2,7 1,2 0,1 0,6 0,2
S. del Estero -16,3 -17,9 6,7 -8,8 -1,3 -3,3 -7,4
Tierra del Fuego 13,4 25,5 44,0 61,0 7,4 16,8 28,0
Tucumán -2,5 -22,7 -0,3 -5,6 -0,3 -0,2 -5,2

Fuente: elaboración personal sobre la base de: para 1947-60, 1960-70 y 1970-80, Argentina. INDEC
1981, 1984 y 1989; para 1980-91, Argentina. CFI, 1992; para 1990-96, Argentina. INDEC, 2002 y
para 2005-10, Argentina. INDEC. Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010.

El cuadro 5.2 nos permite ver claramente los todos los períodos intercensales. Sólo hay algún
cambios que han experimentado las diferentes proceso de migración de retorno en Santiago del
provincias en su dinámica migratoria. Estero y Misiones e interrupciones vinculadas con
Por un lado, la mayoría de las provincias patagó- la promoción industrial de los ochenta y noventa
nicas reviste un carácter receptor, muy fuerte en en Catamarca y La Rioja.
algunos casos. Sólo con anterioridad a los años En Cuyo y la región pampeana hay oscilaciones
sesenta, algunas de ellas (Neuquén, Río Negro) se que varían según los períodos y las jurisdiccio-
comportaban como expulsoras de población. nes consideradas. Así, mientras Mendoza tiene un
Dentro de la Región Metropolitana de Buenos comportamiento relativamente estable, San Juan
Aires, hay dinamismo en la Ciudad de Buenos Ai- tiende a perder población. San Luis, la más expul-
res hasta los sesenta. Posteriormente, el desplaza- sora de las cuyanas hasta 1980, logró revertir esta
miento parcial de la función residencial hacia el situación gracias a su régimen especial de promo-
Gran Buenos Aires, torna negativo este saldo. ción industrial.
El conjunto regional del NOA y del NEA se En el contexto pampeano, Buenos Aires tiende a
muestra, en general, expulsor a lo largo de casi ser la más estable y receptora. En un segundo es-
64 II • El proceso de diferenciación territorial

calón se ubican Córdoba y Santa Fe que, si bien ciales, resulta claro que las jurisdicciones que ab-
son bastante estables, han evidenciado expulsión sorbieron población tienden a mejorar su situa-
de población al comienzo del período. Entre Ríos ción relativa, especialmente a partir de 1970. Esto
y La Pampa se constituyen en las provincias más debe vincularse con el carácter necesariamente se-
periféricas de la región. Mientras Entre Ríos su- lectivo de los procesos migratorios, que se con-
fre una sistemática sangría demográfica, La Pam- vierten en una suerte de “economía externa” para
pa ha revertido este proceso en los últimos dece- estos centros de recepción localizados básicamen-
nios, aunque con tasas decrecientes. te en las regiones pampeana y patagónica.3
Considerando la dinámica migratoria desde No resulta tan evidente, sin embargo, el resultado
1947, podríamos establecer la siguiente tipología: de la emisión de población, ya que durante los dife-
a) Totalmente receptoras: rentes intervalos del período considerado, las pro-
Buenos Aires vincias expulsoras, en algunos casos, mejoraron su
Santa Cruz situación relativa y, en otros, la empeoraron.
Tierra del Fuego Por otra parte, resulta importante destacar que,
más allá del comportamiento migratorio global,
b) Totalmente expulsoras: las diferentes provincias reflejan particularidades
Chaco al analizar su dinámica según intervalos de edad
Corrientes y sexo.4
Entre Ríos Si consideramos, a modo de síntesis, el PBG final
Formosa en relación con el crecimiento migratorio medio
Jujuy de todo el período (gráfico 5.2), podemos concluir
Salta que existe estrecha correlación entre la movilidad
Tucumán de la población y el incremento de las desigual-
c) Predominantemente receptoras (sólo diver- dades regionales. Todas las provincias que expul-
gen en un período): saron población durante las seis décadas queda-
Chubut ron mal posicionadas con respecto al promedio
Córdoba nacional de PBG y, por el contrario, todas las ju-
Santa Fe risdicciones que recibieron población terminaron
Neuquén ubicadas claramente por encima. La única excep-
d) Preferentemente expulsoras (sólo divergen ción es la CABA, jurisdicción que tiene dos par-
en un período): ticularidades al respecto: 1) expulsa población
CABA en forma sistemática desde 1960 por el desplaza-
Misiones miento de la función residencial por la comercial,
Santiago del Estero financiera y administrativa y 2) además de generar
San Juan riqueza, concentra el poder político y empresarial,
radicándose aún allí las casas matrices de la mayo-
e) Provincias sin tendencia preponderante: ría de las principales empresas y organismos.
Mendoza El grupo de provincias expulsoras - pobres está
La Pampa comprendido por las del NOA y NEA y, en menor
La Rioja medida, por las de Cuyo. El conjunto de las recep-
Catamarca toras - ricas abarca las de las regiones pampeana
Río Negro y patagónica. En este último caso, debemos ha-
San Luis cer la salvedad de que, por su estructura económi-
Vemos que los resultados obtenidos con respec- ca, muchas de las actividades pueden considerar-
to a la relación entre migraciones y desarrollo re- 3 Para más detalles respecto de la relación entre TCM y
gional no permitirían, en principio, inclinar clara- PBG por subperíodos, consultar nuestro libro Geografía y
mente la balanza en favor de las teorías que están Bienestar (2008, pp. 111-138).
en sintonía con el mercado ni hacerlo tampoco con 4 Así, para el período 1980-1991, fue posible aplicar un
sus detractores acríticos. Por ello, la situación rela- procedimiento de estimación de estos saldos, encontrán-
tiva de una región o jurisdicción provincial no de- dose interesantes diferencias. Jurisdicciones expulsoras
como Chaco o Santiago del Estero mostraban saldos po-
be visualizarse como un producto estático e inmu-
sitivos en las edades de jubilación (migración de retorno),
table, sino más bien como un proceso en marcha. mientras algunas provincias receptoras, como San Luis,
Comparando las tasas de crecimiento migrato- mostraban saldos negativos en las edades activas más
rio con los respectivos productos brutos provin- avanzadas. (Velázquez 2001).
5 • Relación entre dinámicas demográfica y económica 65

se enclaves, es decir que un incremento del PBG de otras posturas alternativas, basadas en las re-
no supone necesariamente un aumento del ingre- laciones económico-sociales vigentes a escala del
so promedio de sus habitantes. sistema nacional y en la selectividad de los movi-
Existe una circularidad entre el comportamiento mi- mientos de la población. Si bien la corriente mi-
gratorio de las jurisdicciones y su situación relativa. Es- gratoria se comporta en el sentido esperado por
ta circularidad se aleja más de los planteos neo- los neoclásicos, su resultado no es igualador de las
clásicos –por medio de los cuales la libre movili- diferencias regionales; la expulsión de población,
dad de factores o, en otros términos, la fuerza del más que corregir la situación de desigualdad, la
mercado, igualaría las diferencias regionales– que incrementa.

Gráfico 5.2. Relación entre TCM 1947-2010 y PBG 2010. Argentina 1947-2010.

500

450
CABA
400

350

300

250
TDF
200

150 SCR

SFE CHU NQN


100 CAT LP SL
ER
CBA BUE
50 SGO TUC LR MZA RN
SJ
COR MIS
CHA FOR JUJ SAL
0
-15 -10 -5 0 5 10 15 20 25 30
6

CAMBIOS EN EL SISTEMA URBANO


Santiago Linares
Josefina Di Nucci
Guillermo Velázquez

LA URBANIZACIÓN ARGENTINA DURANTE nera diferente: es una urbanización terciaria. So-


LOS ÚLTIMOS SESENTA AÑOS (1947-2010) lamente después, evidentemente con excepciones,
es que la gran ciudad provoca la creación de in-
Durante el período 1950-1970, los cambios ocu- dustrias”. A su vez, Castells (1973, p. 74) plantea
rridos en el territorio, en la economía y en la socie- también que “en la base del reciente proceso de
dad implicaron nuevas tendencias en la urbaniza- urbanización no se encuentra el paso de una eco-
ción latinoamericana, en general, y Argentina, en nomía agraria a una economía industrial, sino un
particular. El modelo de industrialización susti- aumento vertiginoso del sector «terciario», junto
tutiva de productos de consumo y, después, la in- a un débil crecimiento del sector secundario que
dustrialización transnacional acompañada de to- se da, sobre todo, en el campo de la construcción”.
do un proceso de terciarización de la economía Germani (1971) denomina a este fenómeno «ur-
urbana, condujo a engrosar la población residen- banización sin industrialización o con industria-
te en las ciudades, ampliar los sectores urbanos de lización retrasada», remarcando que una gran
la economía y modificar y alterar las relaciones ur- parte de la población urbana es marginal en cuan-
bano-rurales. to a su actividad económica. El comercio y los ser-
Quijano (1973) plantea que, en los países lati- vicios no se corresponden con actividades mo-
noamericanos, puede hablarse de un proceso de dernas sino con formas tradicionales antiguas y
«urbanización de la economía», ya que crecen y de baja o nula productividad, por lo cual el creci-
se modifican los sectores urbanos de la estructu- miento de este terciario incluye actividades preca-
ra económica de la sociedad, debido a las nuevas rias, instituciones públicas repletas de ocupados,
tendencias que orientan la expansión y el cambio cuentapropistas, servicios personales, etc.
de las relaciones económicas de dependencia. A La población argentina, en el período actual, se
la generalización del proceso de urbanización de asienta especialmente en centros urbanos, siendo
la economía, correspondió la generalización de la una de las sociedades más urbanizadas del mun-
urbanización ecológico-demográfica, expresada do, por encima de la media de Europa y Estados
por el aumento relativo de la población urbana y Unidos. Para el año 2010, el porcentaje de pobla-
del número y el tamaño de las localidades urba- ción urbana era del 91% (INDEC 2011).
nas. Propone, así, que éstas son dos dimensiones En los últimos 60 años, la población argentina
particulares de un mismo proceso conjunto, las ha crecido un 130%. Es interesante diferenciar su
cuales pueden denominarse «urbanización de la estudio en dos etapas: 1947-1980 y 1980-2010. En
sociedad» y «urbanización del espacio». los primeros treinta años, la población argentina
Santos (1981, p. 11) señala que “no hubo, en los aumentó de casi 17 millones a un poco menos de
países subdesarrollados, como ocurrió en los paí- 28 millones de habitantes, representando un cre-
ses industrializados, un pasaje de población del cimiento de algo más de 65% en treinta años. En
sector primario para el secundario y, en seguida, los últimos treinta años, la población total superó
para el terciario. La urbanización se hizo de ma- los 40 millones, observándose un crecimiento me-
68 II • El proceso de diferenciación territorial

nor al período anterior (43,5%). Se observa, tam- regiones se deben, en general, al incremento po-
bién, una tendencia mayor a la aglomeración de la blacional de algunas de sus provincias y, en par-
población y a la urbanización. ticular, a algunas de sus ciudades, mostrando así
La población urbana argentina1 crece a una tasa fuertes disparidades intrarregionales2, como se
más alta que la población total y que la población evidencia en el cuadro mencionado entre las re-
rural. Si bien esta última fue disminuyendo su im- giones metropolitana y pampeana y el resto.
portancia relativa en el total nacional durante to- En la década de 1980 todas las regiones experi-
do el siglo XX, sólo comienza a decrecer en núme- mentaron una aceleración del crecimiento de las
ros absolutos a partir de 1947 (Lattes 1975). tasas de urbanización, aunque aún dispares, con-
Como se observa en el cuadro 6.1, Argenti- tinuando más elevadas en la región metropolita-
na ya poseía un porcentaje de población urba- na y pampeana.
na de 62,2% en 1947, pasando a 72% en sólo 13 En los últimos treinta años, el crecimiento urba-
años (1960) y a 83% en 1980. En los últimos trein- no siguió aumentando en todo el país, observán-
ta años, ese porcentaje continuó creciendo hasta dose que, para el año 2010, las distancias que se
superar el 90%, según el último dato censal 2010. marcaban entre las regiones ya no son tan acen-
Sin embargo, se presentan importantes diferen- tuadas, puesto que todas presentan niveles de ur-
cias regionales e interprovinciales. banización superiores al 80%. Merece la pena des-
Entre las décadas de 1950 y 1980 (cuadro 6.1), se tacar el alto porcentaje de urbanización de la re-
produjo el crecimiento general del nivel de urba- gión patagónica, como puede observarse en el
nización, la disminución de la heterogeneidad en- cuadro 6.1; era el más bajo en 1947 (31,26%) y es
tre las regiones y la prácticamente completa urba- uno de los más altos en la actualidad (90%).
nización de la región metropolitana. Hasta 1947, En todo el período, se observa una desacelera-
una sola región, la pampeana, presentaba un nivel ción general de la tasa de crecimiento urbano –
de urbanización superior al 50% mientras que ya que se debe en gran medida al muy alto nivel ya
en 1970 la tasa de urbanización era superior a ese alcanzado por la tasa de urbanización superior al
valor en todas las regiones. Sin embargo, en ese 80%–, ya que parece encontrar un nivel de estabili-
año algunas regiones presentaban aún valores ba- zación alrededor del 90%.
jos de urbanización, como la región Noroeste con
58% y el Nordeste con 51%. Si bien el cuadro 6.1 2 Recchini de Lattes (1975) señala que desde mediados
pretende mostrar un panorama general de la ur- del siglo XX aumenta el espectro de provincias que alcan-
zan grados relativamente altos de urbanización, destacán-
banización argentina de los últimos sesenta años,
dose Buenos Aires (ciudad y provincia), Santa Fe y Entre
cabe señalar que los crecimientos urbanos de las Ríos (que más tempranamente habían alcanzado grados
1 Una localidad es urbana cuando supera los 2.000 habi- relativamente altos de urbanización), Córdoba, Mendo-
tantes y es no urbana o rural agrupada cuando su pobla- za, San Juan, Tucumán y todas las provincias patagónicas
ción es inferior a dicha cifra (INDEC 2001). (Chubut, Neuquén, Santa Cruz y Río Negro).

Cuadro 6.1. Argentina. Tasa total y tasas regionales* de urbanización. Años 1947-2010.

1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010


Metropolitana 98,33 98,96 99,51 99,43 99,81 99,81 99,60
Pampeana 55,70 71,42 77,37 82,09 86,82 89,75 91,70
Noroeste 38,14 48,05 58,22 66,32 74,41 78,58 81,20
Nordeste 33,79 43,85 51,23 61,45 70,81 78,15 81,70
Cuyo 46,70 57,41 63,93 69,79 78,90 82,01 83,50
Patagonia 31,26 45,73 62,70 75,32 83,81 87,69 90,10
Total país 62,20 72,00 79,00 83,00 87,00 89,00 91,00

* El INDEC delimita las regiones conformadas por las siguientes provincias. Pampeana: Buenos
Aires, Santa Fe, Córdoba, La Pampa y Entre Ríos. Noroeste: Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca,
Santiago del Estero y La Rioja. Nordeste: Misiones, Corrientes, Formosa y Chaco. Cuyo: Mendoza,
San Luis y San Juan. Patagonia: Rio Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Fuente: Elaboración personal sobre la base de INDEC. Censos Nacionales.
6 • Cambios en el sistema urbano 69

EL CRECIMIENTO URBANO Y LA DISTRIBUCIÓN tuaciones distintivas de la última década (ver cua-


DE LA POBLACIÓN ARGENTINA: 1947-2010 dro 6.2).
Durante las décadas de 1950 a 1980, a pesar de la
Se realizará a continuación un estudio de los úl- preponderancia de Buenos Aires, aumentó la par-
timos sesenta años de la distribución de la pobla- ticipación relativa de población residente en aglo-
ción argentina dividida en tres categorías de ta- meraciones de tamaño intermedio (ATIs), ocu-
maño de aglomeración, siguiendo la propuesta rriendo también el incremento y la dispersión es-
de Vapñarsky y Gorojovsky (1990). Para un mejor pacial de este tipo de ciudades (Velázquez 2008).
análisis que permita pensar un proceso de confor- En el cuadro 6.2 se observa que la categoría III
mación de la red urbana de Argentina, se distin- (población dispersa y en aglomeraciones de has-
guirán dos subperíodos: 1947-1980 y 1980-2010, ta 49.999 habitantes) mantuvo su población prác-
haciendo especial hincapié en los cambios ocurri- ticamente estacionaria en términos absolutos, de
dos entre 2001 y 2010, es decir, remarcando las si- 9 millones de habitantes en 1947 a algo más de

Cuadro 6.2. Argentina. Distribución de la población en tres categorías de tamaño de aglomeración,


1957, 1980, 2001 y 2010. Valores absolutos (miles de habitantes) y porcentajes.

Categoría Subcategoría 1947 1980 2001 2010


5.150 9.950 12.047 13.578
I. a. Aglomerado Gran Buenos Aires
(30,5) (35,6) (33,2) (33,8)
I. Población en Aglomera-
I. b. Aglomerados Gran Córdoba y 2529 2691
ción de 1.000.000 o más _ _
Gran Rosario (7) (6,7)
habitantes
5.150 9.950 14.576 16.269
Subtotal (Categoría I)
(30,5) (35,6) (40,2) (40,6)
II.a. Población en ATIs mayores: de 950 4.000 4.168 4.613
II. Población en aglo- 400.000 hasta 999.999 habitantes (5,7) (14,3) (11,6) (11,5)
meraciones de tamaño
II.b. Población en ATIs menores: de 1.750 3.950 6.386 7.502
intermedio (ATIs): de
50.000 hasta 399.999 habitantes (10,5) (14,1) (17.6) (18,7)
50.000 hasta 999.999
habitantes 2.700 7.950 10.554 12.115
Subtotal (Categoría II)
(16,2) (28,4) (29,1) (30,2)
III.a. Población en ciudades pequeñas
950 1.950 2.757 3.024
(aglomeraciones de 20.000 hasta
(5,6) (6,9) (7,6) (7,5)
49.999 habitantes)
III.b. Población en pueblos grandes
2.300 3.400 4.545 5.093
III. Población dispersa y en (aglomeraciones de 2.000 hasta
(13,6) (12,1) (12,5) (12,7)
aglomeraciones de hasta 19.999 habitantes)
49.999 habitantes III.c. Población dispersa y en pueblos
5.750 4.700 3.828 3.616
pequeños (aglomeraciones de hasta
(34,2) (16,8) (10.5) (9)
1.999 habitantes)
9.000 10.050 11.130 11.732
Subtotal (Categoría III)
(53,3) (36,0) (30,7) (29,2)
16.850 27.950 36.260 40.117
Total: población del país  
(100) (100) (100) (100)

Fuente: datos de 1947 y 1980 extraídos de Vapñarsky y Gorojovsky (1990); datos 2001 y 2010 de elaboración
personal sobre la base de INDEC CENSO 2001 y 2010. Procesado con Redatam+SP, CEPAL / CELADE.
70 II • El proceso de diferenciación territorial

10 millones en 1980. Pero dado el importante au- dades y por las incorporaciones «desde abajo» de
mento total de la población nacional, su partici- ciudades más pequeñas.
pación en términos relativos disminuyó del 53,3% Ahora bien, en este proceso de crecimiento y re-
en 1950 al 36% en 1980. distribución de ciudades y de población urbana,
En esta categoría destacan las ciudades peque- se observa, una vez más, una repartición espacial
ñas (categoría III.a. de 20.000 hasta 49.999 ha- desigual en el territorio argentino: 23 de las 41
bitantes), que duplicaron su población en valo- ciudades consideradas ATIs se localizan en la re-
res absolutos entre 1950 a 1980 (cuadro 6.2). Es- gión pampeana, es decir, el 56% del total de ATIs
te crecimiento puede explicarse por tres procesos existentes en 1980. Pero ese aglutinamiento pa-
interconectados, según indicaron Vapñarsky y reciera ser mayor si consideramos que estas ciu-
Gorojovsky (1990): el carácter despoblador de la dades reúnen más de la mitad (59%) de la pobla-
actividad agropecuaria, los efectos demográficos ción urbana que habitaba en ATIs argentinas pa-
de la demanda de empleo industrial y de activida- ra 1980 (4.686 miles de habitantes).
des de comercio y servicios encadenadas a la in- Para el año 2001 y 2010 el primer cambio entre
dustria y generadoras de empleo y el impacto del las categorías surge del desdoblamiento de la ca-
transporte automotor sobre la distribución de tegoría I ya que, a partir de 1991, dos ciudades ex-
la población en zonas agrarias. Este último fac- ceden el millón de habitantes: Aglomerados Gran
tor fue permitido por el desarrollo de la indus- Córdoba y Gran Rosario.
tria automotriz y por la ampliación, la mejora y Si analizamos los últimos treinta años, 1980-
la pavimentación de la red vial, haciendo posible 2010, encontramos que la Categoría III aumenta
la separación espacial entre residencia y lugar de su valor en términos absolutos, pasando de un po-
trabajo. co más de 10 millones de habitantes a 11,7 millo-
Una definición clásica de urbanización es la de nes en el 2010, pero presenta una progresiva dis-
Tisdale (1942, p. 311) para quien “la urbanización minución relativa respecto al total de la pobla-
es un proceso de concentración de población. Se ción, llegando a ser inferior al 30% de la población
encauza por dos vías: la multiplicación de puntos total argentina para 2010. Este 29,2% se encuentra
de concentración y el aumento de tamaño de con- mayormente representado por la población que
centraciones individuales”. Carter (1983, p. 39) reside en pueblos grandes (subcategoría III.b en el
agrega que debe tenerse en cuenta que “siempre cuadro 6.2), la cual se mantiene, e incluso crece,
tendrán una importancia crucial las correlaciones pasando de 12,1% en 1980 a 12,7% en 2010. Inte-
tecnológicas, económicas y sociológicas del pro- resante es señalar el crecimiento en valores abso-
ceso más que la determinación concreta de tama- lutos en la categoría de ciudades pequeñas (subca-
ños o dimensiones particulares”. En Argentina los tegoría III.a en el cuadro 6.2), la cual se acrecienta
datos muestran que, entre 1950 y 1980, se ha mul- a poco más de 1 millón de habitantes entre 1980 y
tiplicado el número de aglomeraciones de tama- 2010. Por último, para esta categoría cabe remar-
ño intermedio (categoría II: población en aglome- car el proceso de despoblamiento del campo, al
raciones de tamaño intermedio (ATIs): de 50.000 observar la disminución en términos absolutos y
hasta 999.999 habitantes) y ha crecido la pobla- relativos de la población dispersa y en pequeños
ción que reside en ellas (cuadro 6.2). pueblos (subcategoría III. c en el cuadro 6.2).
En 1947 esas aglomeraciones eran solamente 15 Este comportamiento se explica diferencialmen-
y en 1980 llegaban a 41. La población que habita te, según se trate de áreas rurales más desarrolla-
esas ciudades casi se triplicó en esos treinta años, das (región pampeana) o menos (como el interior
pasando de 2,7 millones en 1950 a alrededor de 8 rural; por ejemplo, el norte del país). En el pri-
millones en 1980 (cuadro 6.2). Más notable aún es mer caso, debería mencionarse la incorporación
la creciente participación de las ATIs en la pobla- de tecnología en el sector agropecuario, las nece-
ción del país: más de 28% en 1980, mientras que sidades de mejorar las condiciones de acceso y uso
era poco más de 16% treinta años antes (Vapñars- de servicios para la población que están disponi-
ky y Gorojovsky 1990). bles en pueblos o ciudades pequeñas y el hecho de
Hacia 1950 las ATIs menores alojaban casi el do- disponer de medios de transporte que permiten a
ble de población que las ATIs mayores, mientras los trabajadores rurales viajar cotidianamente al
que en 1980 dichas cantidades eran prácticamen- campo para realizar sus actividades. En el segun-
te iguales (cuadro 6.2). El aumento en el núme- do caso, la pobreza y la falta de perspectivas en
ro de ciudades medias se ha ido produciendo co- el campo conducen a la población a asentarse en
mo resultado del propio crecimiento de estas ciu- pueblos o ciudades pequeñas (Bertoncello 2011).
6 • Cambios en el sistema urbano 71

Con respecto a la categoría I (población en aglo- valor que representaba el 28,4% de la población
merados de más de 1 millón de habitantes), po- en 1980.
demos observar en el cuadro 6.2 un crecimiento El pasaje de Córdoba y Rosario a la categoría I en
muy importante, tanto en valores absolutos co- 2001 y 2010 produce impactos y modificaciones,
mo relativos, explicado principalmente por la in- especialmente en el análisis interno de esta cate-
corporación, desde 1991, de Gran Córdoba y Gran goría. Así, las ATIs mayores (subcategoría II.a en
Rosario a esta categoría. En este sentido, en los úl- el cuadro 6.2) presentan un lento crecimiento po-
timos treinta años se pasó de menos de 10 millo- blacional y retraída representación proporcional.
nes a más de 16 millones de habitantes viviendo Mientras en 1980 esta categoría estaba conforma-
en uno de estos tres aglomerados. El porcentaje da por seis ciudades, incluyendo Córdoba y Rosa-
de población que reside en la Aglomeración Gran rio –que ya se encontraban con un tamaño pobla-
Buenos Aires, cuya tasa de crecimiento venía sien- cional cercano al millón de habitantes (ver cuadro
do menor que la total desde 1970, presenta una 6.3)–, en 2010 son siete los aglomerados que con-
disminución del porcentaje de población que allí forman esta categoría (que excluye a las dos ciu-
reside que llegó a 33,2% en el 20013 y que ascien- dades grandes)4, en las cuales residen actualmen-
de a 33,8% para el 2010. te más de 4,6 millones de argentinos y se localizan
Cabe señalar que, para el año 1991, la reubica- en diferentes regiones del país.
ción de los dos nuevos aglomerados millonarios Por su parte, las ATIs menores (subcategoría II.b
implicó un impacto en la redistribución de la po- en el cuadro 6.2) presentan un importante creci-
blación. En este sentido, estas dos ciudades gran- miento y dinamismo en su población, ya que en-
des reunían en términos absolutos un poco más tre 1980 y 2010 el crecimiento poblacional es de
de 2,3 millones de habitantes que, sumados a los casi el doble de población (90%), llegando en el
más de 11 millones del Aglomerado Gran Buenos año 2010 a 7,5 millones de personas, lo cual re-
Aires, representaban el 41,8% de la población ar- presenta el 18,7% de la población total.
gentina viviendo en los tres mayores aglomerados Por último, resulta importante señalar que pa-
del país (porcentaje que era de 35,6% en 1980). Es- ra el 2010 hay 67 aglomeraciones en la categoría
te valor era del 40% para el 2001, alcanzando el de ATIs, de las cuales 31 se localizan en la región
40,6% en el año 2010. pampeana (46%). Esta disminución del porcenta-
Como ya se ha demostrado en estudios previos, je de ATIs en esta región respecto al año 1980 (cu-
propios (Velázquez 2008) y de otros autores (Lin- yo valor era del 56%) no indica una disminución
denboim y Kennedy 2004 y Bertoncello 2009), de estas aglomeraciones en la región pampeana si-
hasta la información censal disponible del 2001 no un incremento de ellas en el resto de las regio-
y los datos provisorios del 2010, la población en nes del país.
aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIs) es
la que más ha crecido en las últimas décadas. Da- LA CONFORMACIÓN DE LA RED URBANA
da la exclusión de los dos aglomerados millona- ARGENTINA Y SU SITUACIÓN ACTUAL:
rios de esa categoría, los datos presentados en 1947-2010
el cuadro 6.2 de este capítulo no coinciden con
otros que han sido publicados anteriormente; no Numerosos geógrafos se han preocupado por el
obstante, los procesos generales de distribución estudio de la red urbana en los países subdesarro-
de la población argentina, en general, y de esta ca- llados, ante la ausencia de redes con similares ca-
tegoría, en particular, se mantienen. racterísticas a las de los países desarrollados de
Así, entre 1980 y 2010 ha crecido la población Occidente. A grandes rasgos, se podría considerar
que habita en ATIs, pasando de menos de 8 mi- que dos han sido las grandes propuestas explica-
llones (incluyendo a Gran Córdoba y Gran Rosa- tivas: la teoría de los lugares centrales formulada
rio) a más de 12 millones (sin esas dos ciudades), por Christaller5 (1933) y la regla del rango-tama-
3 En trabajos previos hemos asociado la progresiva dis-
minución de la proporción relativa de población de esa 4 Obsérvese en el cuadro 6.3 que los casi dos millones de
aglomeración con algunos factores: 1) los efectos selecti- habitantes, con datos de 1980, que se pierden desde 1991
vos del modelo de exclusión desde mediados de los seten- ante la escalada de Gran Córdoba y Gran Rosario, aún pa-
ta, 2) deseconomías de aglomeración especialmente en la ra 2010 no son compensados con las tres ciudades nuevas
provisión de servicios, y 3) cuestiones vinculadas con la en esa categoría, las que no suman el 1,5 millones de ha-
calidad de vida (costo prohibitivo de vivienda, revaloriza- bitantes.
ción de lo «natural»; sensación de alienación e inseguri- 5 De una manera sintética cabe la explicación de Corrêa
dad, etc.) (Velázquez 2008). (1989, p. 21): “según esta teoría existen principios genera-
72 II • El proceso de diferenciación territorial

ño (rank-size correlation), de carácter más empírico, la concentración del crecimiento urbano en una
concebida por Auerbach (1913) y acreditada por gran región metropolitana, que concentra la di-
Zipf (1941), quien le dio dicha denominación.6 rección económica y política del país”.
Otro antecedente es el estudio de Jefferson Para el caso argentino, Vapñarsky y Gorojovsky
(1939) sobre la primacía urbana, para quien, en (1990) han realizado una importante y sustancial
muchos países estudiados, existen ciudades pri- clasificación de las ciudades según el dato demo-
madas que no sólo coinciden con la capital políti- gráfico, distinguiéndolas en función de su volu-
co-administrativa, sino que poseen destacada im- men de población. En geografía urbana, este ti-
portancia económica, cultural y política. Corrêa po de clasificación y la funcional8, de carácter más
(1989, p. 17) señala que, en la década de 1950, “el descriptivo, han sido comúnmente usadas. Pode-
desarrollo es asociado a la existencia de una distri- mos agregar otra clasificación diferente realizada
bución de tamaño de ciudad según la propuesta por M. Santos para estudiar ciudades brasileñas
de Zipf; el subdesarrollo, por otro lado, es asocia- en la década de 1970 que considera “que la capa-
do a la existencia de la primacía urbana”. Lo co- cidad de organización del espacio por la ciudad
mún entre todos esos modelos era la tesis de que depende de su nivel funcional” (Santos 1979, p.
el proceso de desarrollo de los países centrales se 223). Así, clasificó las ciudades en: locales, regio-
repetiría en breve en los países subdesarrollados.7 nales, metrópolis incompletas y metrópolis com-
Si bien las formulaciones precedentes han deja- pletas.
do un legado imprescindible para el estudio de las La red urbana de Argentina, entre los años 1950
redes y las jerarquías urbanas en los países subde- y 1970, posee algunas características comunes a la
sarrollados, sus estructuras urbanas poseen par- de otros países subdesarrollados, según lo seña-
ticularidades históricas que necesitan de explica- lado por Santos (1981): son redes poco desarro-
ciones propias. Así, por ejemplo, Castells (1973, p. lladas en su trazado, heterogéneas por encontrar-
79) afirmaba que un rasgo del proceso de urbani- se mal conectadas entre sí –ya que entre zonas de
zación de Latinoamérica es la “formación de un elevada densidad aparecen «desiertos urbanos»–,
tejido urbano truncado y desarticulado, cuya ca- y vulnerables por ser sometidas a una sucesión de
racterística más sorprendente es la preponderan- cambios muy rápidos.
cia de las grandes aglomeraciones y en particular Como indica Corrêa (1989, p. 48), “la red urba-
na se constituye simultáneamente en un reflejo de
les que regulan el número, tamaño y distribución de los y una condición para la división territorial del tra-
núcleos de poblamiento: grandes, medias y pequeñas ciu- bajo”. Así, en 1950 la red urbana argentina refleja-
dades, y aún minúsculos núcleos semirurales, todos son
considerados como lugares centrales. Todas son dotadas de
ba aún la división del trabajo correspondiente al
funciones centrales, esto es, actividades de distribución de modelo agroexportador. Buenos Aires era la pri-
bienes y servicios para una población externa, residente mera ciudad y el principal puerto, con una subs-
en la región complementaria (hinterland, área de mercado, re- tancial macrocefalia en relación a su cuantía de-
gión de influencia), en relación a la cual la localidad cen- mográfica pero sobre todo, a la económica. Para
tral tiene una posición central. La centralidad de un núcleo, Santos (1979), la macrocefalia es el resultado del
por otro lado, se refiere a su grado de importancia a par-
progreso tecnológico y de las tendencias a la con-
tir de sus funciones centrales: mayor el número de ellas,
mayor su región de influencia, mayor la población exter- centración que éste provoca y tienen su climax en
na atendida por el lugar central, y mayor su centralidad”. lo que se denomina ciudades primadas.
Para un desarrollo más profundo, se recomienda la lectu- La primacía urbana de Buenos Aires se mantu-
ra de Carter (1983), capítulos 4, 5 y 6. vo relativamente estable entre las décadas de 1950
6 Según Zipf, la distribución del tamaño de las ciudades y 1970, cuando comenzó a disminuir muy lenta-
puede ser vista a través de una ecuación de series armóni- mente. Meichtry (2007) elaboró un índice de pri-
cas, por medio de la cual se podría encontrar una relación
empírica entre el tamaño de cada ciudad y su lugar en la
macía, a partir del porcentaje de población del
ordenación de todas las ciudades de mayor a menor. Es- Aglomerado Gran Buenos Aires sobre el total de
ta regla dio como patrón que en algunos lugares la mayor la población urbana de Argentina, para demostrar
ciudad es dos veces más grande que la segunda en tamaño, la fuerte concentración demográfica en el Aglo-
tres veces mayor que la tercera y así sucesivamente (Carter merado Urbano Buenos Aires (Ciudad Autóno-
1983 y Corrêa 1989). ma de Buenos Aires y Gran Buenos Aires). Los va-
7 Meichtry (2007) explica que en Argentina Vapñarsky ha
lores son: en 1947, de 47,8%; en 1960, de 46,8%;
sido quien ha establecido que ambos modelos, el de pri-
macía y el rango-tamaño, no son fenómenos contradicto- 8 Chabot ha sido uno de los pioneros de estos estudios en
rios ni mutuamente excluyentes si el análisis se refiere a las Francia y se puede encontrar una extensa y completa cla-
ciudades mayores del sistema. sificación funcional en Beajeau-Garnier y Chabot (1975).
6 • Cambios en el sistema urbano 73

en 1970, de 43,2%; y en 1980, de 42,9%. Estable- total de la población y el 65% de la población de


ce, además, otro índice que permite ver la prima- las aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIs).
cía de las grandes ciudades, denominado dos ciu- Este aglutinamiento urbano existió junto a to-
dades, que mide la relación entre Buenos Aires y la do un conjunto de fijos, como rutas, vías de fe-
segunda ciudad. Asimismo, Buenos Aires era, en rrocarril y otras infraestructuras que permitían la
1947, 9,9 veces Rosario; en 1960, 10,6 veces Rosa- creación de flujos de personas, mercancías y capi-
rio; en 1970, 10,4 veces Rosario; y en 1980, 10,1 ve- tales propios de dicha economía, los cuales tam-
ces Córdoba. bién se difundieron de manera concentrada en di-
Si bien es posible «medir» la macrocefalia de cha área.
Buenos Aires y su situación de ciudad primada, Cabe destacar la existencia de importantes va-
cabe remarcar que debe tenerse en cuenta las rea- cíos urbanos (Kayser 1964, 1980) en las diferen-
lidades históricas que han llevado a que se acu- tes regiones argentinas, especialmente en la Pata-
mulen en una sola ciudad todos los sectores de gonia. A partir del censo del año 1970, se regis-
actividad económica, social y política, generan- traron aglomeraciones de tamaños intermedios
do cierta selectividad para las posteriores instala- menores en esa región, como Comodoro Rivada-
ciones y acumulaciones del capital. Este es el ca- via, que poseía 76 mil habitantes para ese año. En
so de Buenos Aires, cuya centralidad generó tam- 1980 se agrega Neuquén - Cipolletti (que eran dos
bién la difusión aglutinada del capital en toda su aglomeraciones separadas en 1970) las cuales su-
área contigua. maban 131 mil habitantes (cuadro 6.3).
En la jerarquía urbana de mediados del siglo  XX La existencia de la ciudad primada llevó a la ne-
(1947) (cuadro 6.3), a Buenos Aires le seguían cesidad de intervención del Estado capitalista en
unas 15 aglomeraciones de tamaño intermedio los mecanismos de mercado para descentralizar
(ATIs), de las cuales sólo dos, Córdoba y Rosa- espacialmente la acumulación del capital (Singer
rio, eran ATIs mayores. La mayor era Rosario (con 1973). La teoría de los «polos de desarrollo» del
536 mil habitantes), valorizada como el segundo economista francés Perroux (1955) fue muy apli-
puerto del país. Luego continuaban las ciudades cada en las décadas de los sesenta y setenta en Ar-
de Córdoba y La Plata con funciones administra- gentina, en busca de un desarrollo más equilibra-
tivas y universitarias. Estas tres ciudades del área do, social y espacialmente, de la red urbana. En
concentrada del país sumaban la mitad de la po- este sentido, se verifica la implantación de las me-
blación del total de las aglomeraciones de tama- didas de «desarrollo regional» y diferentes políti-
ño intermedio (ATIs). Le siguen otras importan- cas en áreas promovidas industrialmente. Dentro
tes ciudades de las economías tradicionales del de las políticas de desarrollo regional la más desta-
Noroeste, Tucumán, Cuyo y Litoral. El resto de cada fue, durante la década del sesenta, la creación
las ciudades corresponde a capitales provinciales: del Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE)
San Juan, Salta, Santiago del Estero, Corrientes, “que se proponía contribuir a un desarrollo regio-
Paraná y Resistencia (cuadro 6.3 y mapa 6.1). nal más «equilibrado» a partir del establecimiento
De la red urbana de los años ’50 ligada a la Ar- de «Regiones de desarrollo», con sus respectivos
gentina agroexportadora formaban parte Bahía «Polos» en el Noroeste (Salta), Nordeste (Corrien-
Blanca, Río Cuarto y Mar del Plata.9 Como seña- tes-Resistencia), Centro (Córdoba), Cuyo (Mendo-
la Corrêa (1989, p. 49), “es a través de las funcio- za), Pampeana (Rosario), Metropolitana (Buenos
nes articuladas de sus ciudades (…) que la red ur- Aires), Comahue (Neuquén) y Patagonia (Como-
bana es una condición para la división territorial doro Rivadavia)” (Velázquez 2008, p. 140). Sin em-
del trabajo”. bargo, como señala este mismo autor, el desarro-
Como se observa en el mapa 6.1, la configura- llo de ciertos polos no condujo al crecimiento de
ción espacial resultado de la permanencia del mo- sus respectivas áreas de influencia, sino que aquél
delo agroexportador agrupaba en las regiones ha medrado a expensas de ellas, incrementando
pampeanas y metropolitana más de la mitad del así la desigualdad intrarregional. Como hemos se-
ñalado en un trabajo previo (Velázquez 2008, p.
9 De manera particular, la ciudad de Bahía Blanca era 251), “bajo esta concepción, el espacio está com-
considerada un puerto triguero, Río Cuarto ocupaba una puesto por centros, polos, o focos de los que ema-
importante función como nodo de transportes en la Pam-
nan fuerzas centrífugas y adonde concurren fuer-
pa Húmeda occidental y Mar del Plata fue desde su origen
lugar de veraneo de la clase alta, para convertirse luego en zas centrípetas. Dichos polos de crecimiento po-
el balneario predilecto de la clase media de Buenos Aires seen dinámica propia otorgada por la interacción
(Vapñarsky y Gorojovsky 1990). funcional con el resto del sistema productivo, en
74 II • El proceso de diferenciación territorial

Cuadro 6.3. Argentina. Población en ciudades grandes (más de 999.999 habitantes) y aglomeraciones
de tamaño intermedio (ATIS: 50.000 hasta 999.999 habitantes), 1947, 1980, 2001 y 2010.*

Clasificación Orden 2010 Aglomerados 1947 1980 2001 2010

Metrópolis 1 Aglomerado Gran Buenos Aires 5.150 9.950 12.047 13.578


Ciudades 2 Gran Córdoba 411 983 1.368 1.454
grandes 3 Gran Rosario 536 957 1.159 1.236
ATIS mayores 4 Gran Mendoza 225 613 847 937
5 Gran San Miguel de Tucumán 228 501 736 792
6 Gran La Plata 298 566 682 787
7 Mar del Plata 135 415 542 593
8 Gran Salta 77 261 469 551
9 Gran Santa Fe 180 292 452 490
  10 Gran San Juan 122 292 421 461
ATIS menores 11 Gran Resistencia 75 220 359 385
12 Santiago del Estero - La Banda 66 196 328 360
13 Corrientes 65 181 316 346
14 Neuquén - Plottier - Cipoletti 131 290 341
15 Gran Posadas 144 280 319
16 Gran San Salvador de Jujuy 125 278 310
17 Bahía Blanca 121 224 272 291
18 Gran Paraná 87 162 248 264
19 Formosa 94 198 222
Gran San Fernando del Valle de
20 89 171 195
Catamarca
21 San Luis 71 162 182
22 La Rioja 67 144 178
23 Comodoro Rivadavia 97 136 175
24 Gran Río Cuarto 54 98 149 163
25 Concordia 94 137 149
26 San Nicolás de los Arroyos 98 125 133
27 San Rafael 73 105 118
28 Tandil 79 101 116
29 Santa Rosa - Toay 52 102 114
30 Villa Mercedes 51 97 111
31 San Carlos de Bariloche 89 109
32 Zárate 67 86 98
33 Villa María - Villa Nueva 68 89 98
34 Trelew 52 88 97
35 Luján 78 97
36 Río Gallegos 79 95
37 Reconquista - Avellaneda 83 93
6 • Cambios en el sistema urbano 75

Clasificación Orden 2010 Aglomerados 1947 1980 2001 2010


38 Rafaela 53 82 91
39 Pergamino 69 85 91
40 Presidencia Roque Sáenz Peña 76 89
41 Olavarría 64 83 89
San Martín - La Colonia (Men-
42 79 88
doza)
43 Junín 62 82 87
44 Campana 54 78 86
Necochea - Quequén - Costa
45 63 79 84
Bonita
46 General Roca - Barrio Pino Azul 70 81
47 Puerto Madryn 58 81
48 Gualeguaychú 51 75 80
49 San Ramón de la Nueva Orán 67 76
50 Venado Tuerto 69 75
San Francisco - Frontera -
51 59 69 74
Acapulco - Vera Cruz
52 Viedma - Carmen de Patagones 65 73
53 Concepción del Uruguay 64 72
54 Goya 66 71
55 Gran Villa Carlos Paz 61 69
56 Río Grande 53 66
57 Oberá 51 64
58 Gran Tartagal 56 64
59 San Pedro (Jujuy) 55 60
60 Punta Alta - Villa del Mar 56 57 58
61 Chivilcoy 53 58
62 Eldorado 57
63 General Pico 52 56
64 Ushuaia 56
65 Mercedes (Buenos Aires) 52 56
66 Azul 53 55
67 Villa Constitución - Empalme 54
68 Clorinda 52
69 Caleta Olivia 51
70 Concepción (Tucumán) 50

* Según códigos de las unidades geográficas utilizadas en el Censo Nacional de


Población, Hogares y Viviendas 2010, con excepción del Aglomerado Gran Buenos
Aires / Ciudad de Buenos Aires y 30 partidos de la provincia de Buenos Aires.
Fuente: elaboración personal sobre la base de Vapñarsky y Gorojovsky (1990), Velázquez (2009)
e INDEC. CENSOS 2001 y 2010. Procesado con Redatam+SP, CEPAL / CELADE.
76 II • El proceso de diferenciación territorial

Mapa 6.1. Argentina. Distribución de las aglomeraciones de tamaño intermedio


(ATIs: 50.000 hasta 999.999 habitantes). 1947 y 1980.

Nota: los números del mapa se corresponden con el orden que figura en el cuadro 6.3.
Fuente: elaboración personal sobre la base de Vapñarsky y Gorojovsky (1990).

el que las relaciones interinstitucionales, financie- ción del sistema urbano argentino (ver mapa 6.1
ras, administrativas, de transporte, etc., juegan un y cuadro 6.3). La red urbana, que era reflejo de la
papel fundamental en el mecanismo de decisión división del trabajo pretérita, comenzó a respon-
de los impulsos propulsores de las actividades lí- der a la implementación de una industrialización
deres. Así, el espacio estaría compuesto por una transnacional, convirtiéndose, así, en una condi-
trama de polos que se crean, expanden o declinan ción para el desarrollo de la nueva división del tra-
y que implicarían el desarrollo o la declinación de bajo. Se fue verificando una nueva jerarquía urba-
sus respectivas áreas de influencia”. na y una especialización funcional de las ciudades
Hacia 1980, Vapñarsky y Gorojovsky (1990) in- en razón de diferentes ventajas locacionales (Co-
dican que se hacen evidentes indicios de modifica- rrêa 2004).
6 • Cambios en el sistema urbano 77

Como se observa en el cuadro 6.3, en 1980 el nú- Córdoba11 y para el 2010 dicho índice vuelve a ele-
mero de aglomeraciones de tamaño intermedio varse manteniendo un valor de 9,3.
asciende a 41, de las cuales seis son ATIs mayo- Si bien Buenos Aires puede revelar la disminu-
res, ya que a Córdoba y Rosario se suman, en es- ción o el estancamiento señalados respecto de en
te rango, tres ciudades capitales y centros regiona- su primacía medida en datos poblacionales, con-
les: Mendoza, Tucumán y La Plata10, y la ciudad de tinúa siendo el lugar de comando político y eco-
Mar del Plata que es el principal destino turístico nómico y la puerta de entrada y salida de Argenti-
de veraneo del país. La nueva división del traba- na hacia el mundo.
jo valoriza ciertos lugares en detrimento de otros Las tradicionales explicaciones industrialistas
que lo poseían anteriormente, como por ejemplo de la urbanización y, por lo tanto, de la disminu-
Santa Fe, capital de provincia, centro ferroviario ción del crecimiento de población de Buenos Ai-
y puerto sobre el río Paraná, con una industriali- res por desindustrialización y su consecuente re-
zación menos intensa y diversificada. Continúan ducción de fuentes de empleo especialmente para
destacándose Córdoba y Rosario que, para 1980, inmigrantes, como la planteada por Portes y Ro-
eran casi ya ciudades millonarias y se fueron con- berts (2005), esconden el papel del sector terciario
virtiendo en centros económicos con diversifica- y del consumo en el crecimiento urbano. Enorme
ción productiva permitida por las políticas indus- cantidad de actividades del circuito inferior de la
triales de esas últimas décadas. economía urbana cumplen la función de acogida
Para 1980 fueron 25 las nuevas localidades que en las grandes ciudades como Buenos Aires, espe-
alcanzaron el umbral de aglomeración de tama- cialmente para migrantes limítrofes y grupos so-
ño intermedio (ATIs) y que no completaban ese ciales de menores recursos que se desplazan desde
rango en 1947 (cuadro 6.3 y mapa 6.1). Algunas otras aglomeraciones del interior del país.
crecieron como resultado de la descentralización Los aspectos de la red urbana, caracterizados
y la promoción industrial, como Catamarca, San por la macrocefalia y por el aumento y el dinamis-
Luis, La Rioja y Mercedes; y otras, por la política mo de ciudades medias, son, en gran parte, conse-
de polos de desarrollo, como las localizadas en la cuencia de factores de concentración y dispersión
región Patagónica, Comodoro Rivadavia, Trelew y y de la división territorial del trabajo. En el pre-
Neuquén - Cipolletti. sente período “los factores de concentración son,
En las últimas décadas, el sistema urbano argen- esencialmente, el tamaño de las empresas, la indi-
tino comenzó a presentar un paulatino abando- visibilidad de las inversiones y las «economías» y
no del patrón del modelo agroexportador radio- externalidades urbanas y de aglomeración necesa-
céntrico, especialmente por el aumento, la diver- rias para implantarlas” (Santos 1992, p. 29).
sificación y la distribución espacial de ciudades La Aglomeración Gran Buenos Aires mantuvo
de tamaño intermedio y por la existencia de dos estos factores de concentración y su papel cen-
ciudades millonarias que denominaremos en este tral como condición para la división territorial
trabajo ciudades grandes. del trabajo nacional. Las nuevas actividades mo-
Los datos censales del 2001 evidencian que la red dernas e intelectuales, aunque se difundan y ex-
urbana argentina posee una ciudad primada con tiendan al resto del territorio argentino, se esta-
tendencia a la disminución, la metrópolis de Bue- blecen allí, sede del medio técnico - científico - in-
nos Aires. El índice de primacía elaborado sobre formacional.
el total de la población urbana Argentina sigue Junto a los factores de concentración, actúan los
mostrando una fuerte concentración demográfi- de dispersión, como las condiciones de difusión
ca en el Aglomerado Urbano Gran Buenos Aires, de informaciones y de modelos de consumo que
pero denota una disminución y un estancamien- se distribuyen en cada vez más cantidad de pun-
to, pasando de 39,7% en 1991 a 37,1% en 2001 y a tos y lugares.
37,2%, en el 2010 (elaboración personal). Además, Resultado de estos factores y de la división te-
el índice denominado dos ciudades, que permite ver rritorial del trabajo actual, la red urbana argenti-
la primacía de Buenos Aires sobre la segunda ciu- na revela desde el año 1991, pero con mayor énfa-
dad, señala que para 1991 Buenos Aires era 9,3 ve- sis en los últimos veinte años, modificaciones en
ces Gran Córdoba, para 2001 era 8,8 veces Gran su estructura. Existen, desde ese año, dos aglome-
rados que exceden el millón de habitantes, Gran
10 El crecimiento de la ciudad de La Plata se debió tam- Córdoba y Gran Rosario, los que actúan como
bién a la incorporación de la actividad industrial en el 11 Cabe recordar que, para el año 1980, Buenos Aires era
Gran La Plata, Berisso y Ensenada. 10,1 veces Córdoba.
78 II • El proceso de diferenciación territorial

verdaderas metrópolis regionales al poseer tam- lar que se han sumado «desde abajo» seis nuevas
bién una fuerte conectividad con Buenos Aires. aglomeraciones que pertenecen a diferentes pro-
A estas dos ciudades grandes siguen, desde 2001, vincias argentinas: Misiones (Eldorado), Tierra
siete ATIs mayores (cuadro 6.3). En esta categoría del Fuego (Ushuaia), Santa Fe (Villa Constitución
se suman a las existentes en 1980 tres aglomera- - Empalme), Formosa (Clorinda), Santa Cruz (Ca-
dos: Gran Salta, Gran Santa Fe y Gran San Juan. leta Olivia) y Tucumán (Concepción).
Continuando con la histórica excepción de Mar Junto a estas aglomeraciones de tamaño inter-
del Plata, las demás coinciden con capitales pro- medio, se verifica un elevado número de ciudades
vinciales que, como ya hemos indicado, suman un pequeñas y pueblos grandes que suman un total
total de 4,6 millones de habitantes para el 2010 de 909, de los cuales 88,5% corresponden a locali-
(cuadros 6.2 y 6.3, mapa 6.2). dades del menor rango urbano, pueblos grandes
El crecimiento en el número de ATIs es notorio (entre 2.000 y 19.999 habitantes) y representan el
en las últimas décadas. En 1980 eran 41 (con Cór- 12,7% de la población total Argentina. El 11,5%
doba y Rosario) y en 2010 eran 67 (sin esas dos restante corresponde a ciudades pequeñas y reú-
ciudades grandes) (cuadro 6.3, mapa 6.2). Entre nen 7,5% de dicha población (cuadro 6.2).
2001 y 2010 se suman 6 nuevas aglomeraciones, Presentamos finalmente, en el mapa 6.3, la estruc-
siendo interesante destacar la ciudad de Ushuaia, tura y la forma espacial del sistema urbano argenti-
capital provincial que se agrega a esta categoría12. no para el año 2010, compuestas por las siguientes
Desde el año 2001, se presenta una distribución jerarquías urbanas: 1. Metrópolis: AGBA; 2. Ciuda-
un poco más homogénea en el territorio nacional des grandes; 3. ATIs mayores; 4. ATIs menores; 5.
y, por primera vez, todas las provincias cuentan Ciudades pequeñas; y 6. Pueblos grandes13.
con ciudades de este tipo, aunque continúan las El sistema urbano argentino conserva una me-
disparidades regionales, con un fuerte aglutina- trópolis que sigue manteniendo la primacía urba-
miento en la región pampeana (mapa 6.2). na, tanto en datos demográficos como en función
En el cuadro 6.3 se observa que, en el año 2010, de su rol político, económico y aun cultural. En
son 60 las ATIs menores (seis más que en el 2001), el segundo rango de la jerarquía urbana, se ubi-
que suman un total de 7,5 millones de habitantes. can dos grandes ciudades, Gran Córdoba y Gran
Teniendo en cuenta el total de población que vi- Rosario, que actúan como verdaderas metrópolis
ve en ATIs, el 38% habita en ATIs mayores y el 62% regionales para un conjunto muy grande de ciu-
restante en ATIs menores. dades de menores dimensiones, en cada una de
Las ATIs menores presentan un importante cre- sus áreas de influencia. A su vez, estas dos gran-
cimiento poblacional del 17,5%, entre los últimos des ciudades presentan una fuerte conexión con
dos censos nacionales 2001-2010. Para el año 2010 la metrópolis nacional que puede verse plasmada
observamos, en el cuadro 6.3, que hay 21 aglome- en el mapa 6.3 por un continuo de ATIs al norte
raciones de este tipo que superan los 100 mil ha- de la provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe y
bitantes, destacándose doce aglomeraciones que Córdoba hasta llegar a la capital provincial, des-
son capitales provinciales, varias ciudades medias tacándose Campana, Zárate, San Nicolás de los
que ya lograban este rango desde hace varias déca- Arroyos, Pergamino, Venado Tuerto, Río Cuarto
das (como Bahía Blanca y Río Cuarto desde 1947) y Villa María - Villa Nueva.
y algunos centros turísticos como San Carlos de Una importante modificación para el siste-
Bariloche, San Rafael, Tandil y Concordia. Re- ma urbano argentino es la conformación de una
sulta interesante señalar la ciudad de Comodoro enorme cantidad de aglomerados que el INDEC
Rivadavia (la más importante de la provincia de denomina «gran», lo cual hace referencia a ciuda-
Chubut), zona central hidrocarburífera del país, des que se expanden enormemente alcanzado los
con un rol medular en esa región y punto de ex- límites de otras localidades cercanas o a varias lo-
portación. Presentó un alto crecimiento poblacio- calidades que no sólo están próximas en distancia
nal cercano al 60% en los últimos 30 años y de 28%
en la última década. 13 Para facilitar la interpretación visual del mapa resul-
Existen, además, 38 aglomeraciones menores tante se ha adoptado, como unidades de análisis refe-
a 100 mil habitantes, siendo significativo seña- renciales de las jerárquicas urbanas, a los centroides de
los partidos / departamentos del territorio argentino. Es-
12 Cabe destacar que Rawson, capital de la provincia de te proceso de generalización implica, por un lado, una re-
Chubut, es la única capital provincial que aún no alcanza ducción de la cantidad de puntos (localidades) en el mapa
el umbral de población de ATIs, con alrededor de 26 mil y, por otro lado, una asignación de la máxima jerarquía a
habitantes para el 2010. cada partido / departamento.
6 • Cambios en el sistema urbano 79

Mapa 6.2. Argentina. Distribución de las ciudades grandes (más de 999.999 habitantes) y
aglomeraciones de tamaño intermedio (ATIs: 50.000 hasta 999.999 habitantes). 1980 y 2010.

Nota: los números del mapa se corresponden con el orden que figura en el cuadro 6.3.
Fuente: elaboración personal sobre la base de Vapñarsky y Gorojovsky (1990) e INDEC.
CENSO 2001 y 2010. Procesado con Redatam+SP, CEPAL/CELADE.

geográfica sino que actúan de manera articulada. dimensiones y, por otro lado, Gran San Miguel
Todo esto se visualiza en esos «grandes» como un del Tucumán - Santiago del Estero / La Banda -
continuo urbano. Gran San Fernando del Valle de Catamarca y –po-
Se observa que algunas ATIs mayores, especial- dríamos agregar– La Rioja, articulados por ATIs
mente en el interior del país, se encuentran aglu- menores, ciudades pequeñas y pueblos grandes.
tinadas con otras ATIs menores, formando sub- En Cuyo hay un subsistema urbano centrado en
sistemas urbanos regionales. Se destacan en el Gran Mendoza - Gran San Juan acompañado de
Noroeste, por un lado, Gran Salta - Gran San Sal- una serie de aglomeraciones interconectadas en
vador del Jujuy y una serie de ATIs de menores esa región.
80 II • El proceso de diferenciación territorial

Mapa 6.3. Sistema urbano argentino (departamentos /partidos


según categorías de tamaño de aglomeración, 2010).

Fuente: elaboración personal basada en INDEC. CENSO 2001 y 2010.


Procesado con Redatam+SP, CEPAL/CELADE.

Otra ATIs mayor que debe destacarse, dada su del Plata. Debe remarcarse la importancia que tie-
importancia histórica y actual, es el Gran Santa ne la primera, por sus funciones políticas, adminis-
Fe, sobre el eje del Río Paraná enfrentada a la aglo- trativas, educativas y económicas, para toda la pro-
meración Gran Paraná, que junto a otras ATIs in- vincia de Buenos Aires, aunque sin perder de vista,
termedias y menores, presentan un continuo de que también actúa, muchas veces, como un conti-
ciudades (como Rafaela y San Francisco / Fron- nuo de la metrópolis nacional. Mar del Plata, por
tera / Acapulco / Vera Cruz) que unen a Córdoba su parte, no es denominada «gran» por el INDEC
con ese eje fluvial y sus puertos. , ya que no conforma un área continua con las lo-
Por último, siguiendo con la jerarquía urbana de calidades menores vecinas que le permitan consti-
ATIs mayores, resta señalar a Gran La Plata y a Mar tuirse en aglomerado como unidad geoestadística.
6 • Cambios en el sistema urbano 81

Se observa en el mapa 6.3 una red urbana a lo ral Pico; en la provincia de San Luis, San Luis - Vi-
largo de los ríos Paraná - Paraguay y Uruguay, re- lla Mercedes; y al sur de la provincia de Buenos Ai-
sultado, en gran parte, del crecimiento de ciuda- res, Bahía Blanca - Punta Alta / Villa del Mar.
des que cumplen un rol central en la conectividad Históricamente, la red urbana de la Patagonia ar-
necesaria para el desarrollo del Mercosur. gentina ha sido trunca, poco articulada y con im-
Es especialmente destacable el eje de los ríos Pa- portantes vacíos urbanos, pero desde las últimas dé-
raná - Paraguay. Además de las ciudades ya men- cadas presenta modificaciones, dado el crecimiento
cionadas (especialmente Gran Rosario, Gran de algunas aglomeraciones, como se ve plasmado
Santa Fe y Gran Paraná), destacamos a Recon- en el mapa 6.3. En ese sentido, debe destacarse co-
quista / Avellaneda, Goya, Gran Resistencia, Co- mo la mayor aglomeración de esa región Neuquén
rrientes, Formosa y Clorinda, acompañadas de di- - Plottier - Cipoletti (con una función central en la
versas ciudades menores y pueblos grandes que extracción de hidrocarburos en toda esa área, en es-
articulan esta red. Si bien el desarrollo de la red pecial, petróleo), muy articulada a la aglomeración
de ciudades sobre el eje del río Uruguay no pre- General Roca / Barrio Pino Azul, centro del cordón
senta aglomeraciones tan grandes como el del Pa- frutihortícola del valle del río Negro.
raná / Paraguay, resulta importante considerar su Tras estas aglomeraciones mencionadas, el sub-
crecimiento, especialmente en la provincia de En- sistema urbano patagónico está conformado por
tre Ríos con Gualeguaychú - Concepción del Uru- nueve ATIs menores –Comodoro Rivadavia, San
guay y Concordia, que se continúa con aglome- Carlos de Bariloche, Trelew, Río Gallegos, Puer-
raciones de menores dimensiones hacia el norte. to Madryn, Viedma, Río Grande, Ushuaia y Caleta
Debe señalarse la red de la provincia de Misio- Olivia– y muy pocas ciudades pequeñas y pueblos
nes que junto a su capital, Misiones, presenta dos grandes. Algunas de estas ATIs deben su jerarquía
ATIs menores, Oberá (incorporada a esta catego- al hecho de ser capitales provinciales, como Vied-
ría en el 2001) y Eldorado, desde 2010, y algunas ma, Río Gallegos y Ushuaia; otras son centros tu-
ciudades pequeñas como Puerto Iguazú y Apósto- rísticos nacionales e internacionales y polos co-
les, con un fuerte dinamismo. merciales y de servicios a escala regional, como
También existen algunas ATIs menores que con- Bariloche y Puerto Madryn, siendo destacables
forman redes urbanas diferenciadas y articuladas también ciudades industriales como Trelew y Río
con otras de esa categoría (pero de menores tama- grande. Debemos mencionar que varias de estas
ños poblacionales) y con ciudades pequeñas, des- aglomeraciones cumplen, además, la función de
tacándose, en el centro de la provincia de Buenos ciudades-puerto, dada la creciente importancia
Aires, Tandil - Olavarría - Azul; en el noreste de la de la explotación petrolera en algunas áreas pata-
provincia de La Pampa, Santa Rosa / Toay - Gene- gónicas y la exportación de lanas.
7

DINÁMICA SOCIOTERRITORIAL
DEL ESPACIO RURAL EN ARGENTINA


Claudia Mikkelsen
Sofía Ares
Matías Gordziejczuk

INTRODUCCIÓN Agropecuarios 1988, 2002 y 2008 y Censos de Po-


blación, Viviendas y Hogares 1980, 1991, 2001 y
Este capítulo se propone analizar la dinámica de- 2010. Con los datos obtenidos, se han construido
mográfica del espacio rural argentino, desde los indicadores que permiten establecer característi-
años ochenta del siglo anterior hasta 2010. Las cas de los hechos demográficos (volumen y creci-
modificaciones demográficas sobresalientes con- miento de la población, composición por edad,
sisten en la pérdida absoluta y relativa de habitan- sexo y origen, distribución territorial de la pobla-
tes rurales, el envejecimiento y la feminización de ción), así como reconocer los vínculos entre la di-
la población, así como la creciente tendencia a la námica demográfica y la dinámica de las explota-
concentración en localidades rurales (menos de ciones agropecuarias (EAPs), identificadas en los
2.000 habitantes) o urbanas. Todas ellas se articu- Censos Agropecuarios de 1988, 2002 y 2008. Se
larían con cambios de orden cultural, social, polí- ha recurrido a técnicas de la geografía de la pobla-
tico y económico-productivo, estos últimos visi- ción, la estadística descriptiva y una herramienta
bles, por ejemplo, en la variación experimentada SIG para el análisis espacial de capas de informa-
por el número de explotaciones agropecuarias en- ción georreferenciadas.
tre 1988 y 2008. El capítulo se estructura en cuatro secciones. En
La identificación de poblaciones rurales y urba- la primera, se identifican, desde el punto de vis-
nas, con sus características demográficas y socia- ta teórico y estadístico, las delimitaciones entre lo
les, implica introducirse en la noción de distribu- rural y lo urbano. Seguidamente, se trabaja con el
ción territorial de la población, la cual constituye uno análisis contextual del espacio rural argentino. El
de los aspectos considerados por la dinámica de- tercer apartado está dedicado a detallar los ma-
mográfica. A propósito de la distribución, se con- teriales y los métodos y a la presentación y dis-
signan “Los cambios que, a lo largo del tiempo, cusión de los resultados. Finalmente, se propone
experimenta la distribución de la población en el una sección de cierre y conclusión.
territorio del país se enmarcan en las tendencias
del crecimiento poblacional y son el resultado de 1. LA DELIMITACIÓN DE LO RURAL
los niveles diferentes que, en cada unidad y pe- Y LO URBANO
ríodo, presentan los componentes de dicho creci-
miento…” (Bertoncello 2009, p. 9), de ahí que ella La visión tradicional de lo rural deviene comple-
dependa de tres variables: el crecimiento vegetati- ja y dinámica y puede ser caracterizada por la im-
vo, el volumen y el sentido de las migraciones in- plementación de un modelo agrícola-industrial,
ternas y el saldo migratorio internacional (Torra- al cual se sobreponen la pluriactividad, activida-
do 2003). des no agropecuarias asociadas a la recreación, el
Metodológicamente, se han empleado diversas ocio y el turismo, la revalorización del “campo”
fuentes secundarias de datos: Censos Nacionales como espacio de residencia, usos ambientales re-
84 II • El proceso de diferenciación territorial

lacionados con la proximidad a la naturaleza, en- queza o pobreza de los ciudadanos, sobre su nivel
tre otras. de instrucción, sobre su nivel cultural; solamen-
En este contexto, hay impactos cualitativos y te remite a lo urbano como una aglomeración de
cuantitativos sobre la población rural, al tiem- personas. A lo que se debe agregar que esos da-
po que se modifica la relación rural-urbano. En tos no permitan comparar situaciones entre paí-
consecuencia, ya no sería válido hacer uso del en- ses, regiones o ciudades.
foque dicotómico tradicional que los opone; en Otra variable clasificatoria corresponde a la den-
cambio, “… es posible observar un proceso hacia sidad poblacional, es decir, al número de habi-
la complementariedad e interdependencia entre tantes en relación con la superficie de un área de-
lo rural y lo urbano” (Tadeo 2002, p. 39). terminada. Para la OCDE (Organización para la
De este modo, en una especie de contrasentido, Cooperación y el Desarrollo Económico), las ven-
nuevas formas de asentamiento y actividades eco- tajas de este método consisten en que es de fácil
nómicas comienzan a desarrollarse en el área ru- operacionalización. Es decir, independientemen-
ral, mecanismos que en ocasiones conllevan un te de los fenómenos que se susciten, las áreas ru-
proceso de repoblamiento rural protagonizado rales generalmente estarán menos pobladas que
por habitantes de origen y actividades urbanas. las urbanas. Esto implica una concepción “neu-
Así, los espacios rurales próximos a las áreas ur- tral” sin necesidad de contemplar las posibilida-
banas tienden a desdibujarse por la expansión ur- des y los problemas que pudiera presentar el me-
bana. En la literatura académica, este fenómeno dio rural (pobreza, falta de desarrollo, despobla-
se ha denominado neorruralidad y refiere a un mo- miento)1. Por cierto, Endlich (2006) remarca que
do de resignificación de la vida rural muy extendi- este método presenta también dificultades, una
do en el contexto europeo, que comienza a perfi- de ellas es que la densidad demográfica no es ho-
larse, con algunas diferencias, en Argentina. mogénea.
No obstante, la contraposición existente entre La tercera perspectiva está conectada con el de-
espacios rurales y urbanos es de larga data y tie- sarrollo o la presencia de determinadas activida-
ne su origen en las condiciones políticas y socia- des económicas. Así, el espacio rural se vincula
les presentes en la división socioterritorial del tra- con el desarrollo de actividades primarias, bási-
bajo que ocurren desde la antigüedad, es decir, camente agropecuarias, y el espacio urbano reú-
desde hace más de 5.500 años. Como indica Hen- ne porcentajes mayores de población dedicada a
ri Lefebvre (1969, pp. 31-32), la separación entre actividades de tipo secundarias o terciarias. End-
ciudad y campo aparece como una de las formas lich (2006) establece que, respecto de este criterio,
fundamentales en la división del trabajo y corres- debería indicarse cuáles son las actividades indus-
ponde a la separación entre el trabajo intelectual triales y de servicios que determinan que un área
y el trabajo material. califique como urbana o rural.
¿Cómo es entendida esta distinción tan antigua Pero si se reconoce que, desde sus inicios, lo ur-
en la actualidad? Se debe partir de indicar que bano tuvo como función el intercambio de pro-
conviven diversos criterios para identificar el ám- ductos –es decir, un rol de tipo económico-finan-
bito rural y diferenciarlo del urbano. Una de las ciero–, es claro que delimitar a partir de activi-
medidas más ampliamente utilizadas para deter- dades económicas resulta de difícil aplicación. A
minar la existencia de lo urbano es el límite demo- esto se debe agregar que los habitantes de ámbi-
gráfico. Se trata de un criterio que presenta gran- tos rurales y urbanos son productores en deter-
des diferencias a nivel mundial; así, por ejemplo, minados momentos y en otros son consumidores.
en Grecia es de 10.000 habitantes; en Noruega, de También se utiliza la combinación de dos o
200; en Japón, de 50.000. En Latinoamérica se re- más variables, como señalan Castro y Reboratti
piten esas distinciones; por ejemplo, Venezuela y (2007), cantidad y densidad de población o gra-
México fijan el umbral en 2.500 habitantes; Ar- dos de intensidad en el flujo pendular de perso-
gentina y Bolivia, en 2.000 habitantes; Nicaragua, nas (commuting).
en 1.000 habitantes, siempre que cuenten con ca- Las dimensiones contempladas procuran consi-
racterísticas urbanas como electricidad y comer- derar lo urbano como un territorio político admi-
cio. A esta primera dificultad se suma la afirma- nistrativo, como un aglomerado de personas, co-
ción de Endlich (2006), quien, citando a Rybc- mo un núcleo con determinada densidad de po-
zynski, señala que la delimitación basada en la blación y como un área con población dedicada
cantidad de población no es un parámetro de im-
portancia, ya que no “muestra nada” sobre la ri- 1 Cfr. The Wye Group Handbook, 2005.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 85

mayoritariamente a actividades pertenecientes al valor mínimo a partir del cual un área es conside-
sector secundario o terciario. rada urbana. Así, según la clasificación censal que
Ahora bien, la realidad es que ninguno de esos establece el INDEC (Instituto Nacional de Esta-
criterios por si solo responde a la actual realidad dísticas y Censos), serán urbanas las aglomeracio-
urbana o rural. Tal como apunta Ratier, son tres nes que posean 2.000 habitantes o más. Por opo-
las características que aparecen recurrentemente sición, las áreas con una cantidad inferior de habi-
en cuanto a lo rural: la estrecha relación con la na- tantes se considerarán rurales. La población rural
turaleza, la dispersión de la población y el pecu- concentrada en asentamientos calificados como
liar vínculo que tal ámbito sostiene con las ciuda- localidad (INDEC 1991, Vapñarsky y Gorojovsky
des (Ratier 2002). 1990) se clasifica como rural agrupada.
Ocurre que urbano y rural son dimensiones so- En este capítulo se trabajará fundamentalmente
ciales producidas con el correr de la historia (End- con la distinción rural-urbano y con las modali-
lich 2006), son una construcción social en la cual dades de hábitat rural agrupado o disperso.
lo histórico persiste y actúa en lo actual. El espa-
cio rural contemporáneo ofrece en su observa- 2. LA POBLACIÓN DEL ESPACIO RURAL
ción y su análisis la coexistencia de formaciones ARGENTINO: ANÁLISIS CONTEXTUAL
de edad y épocas distintas (Lefebvre 1971).
Lo real es que no existiría una definición cerrada De la complejidad de condiciones presentes en
y unívoca de lo que se entiende por rural, pero sí Argentina, existe una variedad importante de te-
se tiene cierta seguridad acerca de que los espacios rritorios rurales identificados, por ejemplo, a par-
rurales, más allá de la concentración poblacional, tir de las diversas formas en que las sociedades ru-
no pueden ser considerados de manera indepen- rales organizan y han organizado el espacio. Las
diente, sino que se ha establecido una relación de formas de construir las viviendas, los modos de
alta interdependencia con los espacios urbanos asentarse (dispersos o agrupados), los sistemas
y viceversa, vínculo que se materializa a través de productivos presentes, la disposición y el uso de
los movimientos migratorios periódicos y pendu- las infraestructuras (acceso a agua potable, sa-
lares, desplazamientos de aprovisionamiento de neamiento, energía eléctrica y comunicaciones),
servicios, alimentos, trabajo, educación o de usos testimonian las diferentes configuraciones terri-
recreativos y residenciales. toriales.
A lo largo de la historia nacional, el vínculo so-
1.1 Identificación de espacio rural y urbano en Argentina ciedad rural - territorio rural se ha ido constru-
yendo de múltiples maneras.
Frente a estas definiciones, se debe hacer referen- Durante la segunda posguerra, el incremento
cia a las de tipo estadístico-normativo, dominan- de los niveles de consumo en Europa dio lugar al
tes en el caso de Argentina, que determinan la proceso de expansión agrícola en Argentina, que
existencia de un número mínimo a partir del cual implicó profundos cambios en los territorios ru-
una aglomeración puede convertirse en urbana o, rales. Como puede observarse en el cuadro 7.1, en-
si no se alcanza ese valor, ubicarse como pobla- tre 1947 y 2010, el volumen de la población rural
ción rural. muestra un decrecimiento sustancial vinculado al
En Argentina, desde los comienzos de la historia constante proceso de urbanización, que será po-
estadística, ha estado vigente un criterio estadís- tenciado durante el período de industrialización
tico-normativo que determina la existencia de un sustitutiva de importaciones.

Cuadro 7.1. Evolución de la población total y rural 1947-2010, Argentina.

  1947 1960 1980 1991 2001 2010


Total de población 15.894.000 20.011.000 27.949.480 32.615.528 36.223.947 40.117.096
Población rural 5.962.000 5.252.000 4.755.000 4.179.000 3.871.038 3.599.764
% de población rural 37,5 26,2 17 12,8 10,6 8,9

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales


1947, 1960, 1980, 1991, 2001 y 2010, INDEC.
86 II • El proceso de diferenciación territorial

En el crecimiento de la población urbana se con- rismo rural, la recreación o el ocio desarrollado en


jugan la migración (rural y urbana, interna e in- entornos rurales.
ternacional –aunque cada vez su aporte es menos Al respecto, Craviotti (2005) indica que en Ar-
significativo–) y el crecimiento natural. gentina estudios recientes dan cuenta de procesos
Benítez plantea que hacia 1991 un total de 430 de migración urbano-rural o constitución de nue-
localidades deberían ser consideradas poblados vos agentes en la producción agropecuaria que,
en vías de desaparición, valor que hacia el 2001, aunque cuantitativamente acotados, tienen im-
según la misma autora, ascendía a 602 pueblos. portancia cualitativa.
“Estamos hablando de unos 600 pueblos donde Se debe agregar que en las últimas décadas sur-
vive medio millón de personas. La mayoría de esos gen evidencias de una desaceleración en el ritmo
pueblos fueron víctimas de los cambios brutales de urbanización a nivel nacional y latinoamerica-
de condiciones económicas del país, otros comen- no. Sobre esto, Velázquez (2008) establece que, a
zaron a perecer con el cierre de ramales de ferroca- partir de la década del setenta, la categoría I 2 de-
rril, el deterioro de infraestructuras viales o la des- nota una progresiva disminución en la propor-
aparición de servicios educativos” (Benítez 2008, ción relativa de población. Específicamente, para
citada por Corradini). el segmento correspondiente a población en cam-
Para la autora, estos poblados representan a la po abierto y pueblos pequeños, la reducción po-
Argentina que desaparece. Efectivamente, tal co- blacional, según indica Velázquez (2008), se vin-
mo señalan Murmis y Feldman (2006), la decaden- cula con tres grupos de factores: en primer térmi-
cia e incluso la desaparición de pueblos es una rea- no, los efectos selectivos del modelo de exclusión
lidad en nuestro país, así como también en otros. imperante desde mediados de los años setenta del
No obstante, lo central es comprender la dinámica siglo XX; en segundo lugar, las deseconomías de
diferencial de las localidades rurales para así poder aglomeración, respecto de las cuales, en función
observar su función en el proceso de complemen- de la cantidad de población residente en los luga-
tariedad urbana / rural, es decir, sobre la base del res, es posible referir a la imposibilidad de sumi-
análisis del crecimiento conjunto. Por tanto, los nistrar servicios tales como agua potable, trans-
autores estudian las proporciones de población porte público, tratamiento de los residuos, entre
rural dispersa y agrupada y, con cifras indiscuti- 2 “La categoría I responde a la población dispersa o en
bles que han sido actualizadas a partir de los últi- campo abierto (fuera de cualquier aglomeración) y de
mos relevamientos censales, revelan que mientras aglomeraciones de menos de 50.000 habitantes. Dentro
la población rural total disminuye, la agrupada en de la categoría hemos diferenciado tres subcategorías o
“niveles”: a) campo abierto y pueblos pequeños (menos de
poblados de menos de 2.000 habitantes crece, en
2000 habitantes), b) pueblos grandes (2000 a 19.999 habi-
volumen y en participación relativa (cuadro 7.2). tantes). La categoría II corresponde a lo que hemos con-
Por su parte, Ratier (2003) concluye que, con- venido en llamar aglomeraciones de tamaño intermedio
juntamente con la desaparición de los pueblos, (ATIs): de 50.000 hasta 999.999 habitantes. Hemos dife-
existen formas de persistencia a través de lo que renciado en su seno dos subcategorías o niveles: a) ATIs
se denomina revitalización de la tradición, mediante menores, cuando no alcanzaran los 400.000 habitantes, y
b) ATIs mayores, cuando alcanzaran o superaran ese um-
la puesta en marcha de estrategias de superviven-
bral de población. Por último, la Categoría III, correspon-
cia y adaptaciones a las crisis, lo que permite lo- de a la única aglomeración que desde comienzos del siglo
grar espacios de reafirmación identitaria, ciertos y hasta la fecha del censo de 1980 superaba el millón de
nichos económicos, asociados por ejemplo al tu- habitantes” (Vapñarsky y Gorojovsky 1990, p. 42).

Cuadro 7.2. Población rural total (dispersa y agrupada) en Argentina (1991, 2001 y 2010).

1991 2001 2010


n % n % n %
Población rural total 4.179.418 100,0 3.828.180 100,0 3.599.764 100,0
Población agrupada 1.118.092 26,7 1.223.533 31,9 1.307.701 36,3
Población dispersa 3.061.326 73,3 2.604.647 68,1 2.292.063 63,7

Fuente: elaboración personal sobre la base de INDEC 1991, 2001 y 2010,


actualizado por los autores sobre la base de INDEC 2010.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 87

otras; y por último, cuestiones vinculadas con la También es notable el destacado proceso de ur-
accesibilidad, ya que en esta categoría existen cos- banización en provincias que iniciaron el perío-
tos vinculados al traslado y transporte que po- do con porcentajes de población rural superiores
drían causar sensación de aislamiento. o cercanos al 40% y que en tres décadas práctica-
Ante este escenario, el primer paso consiste en mente lo redujeron a la mitad (Chaco, Formosa,
identificar a escala provincial la distribución por- La Rioja, Catamarca y Corrientes). Otra situación
centual de la población rural. Así, el gráfico 7.1 corresponde a las provincias de Misiones y San-
muestra que en todas las provincias se ha redu- tiago del Estero: ambas en 1980 tenían cerca del
cido progresivamente la proporción de población 49% de población rural pero presentan en el tiem-
rural. po comportamientos diferenciales. Misiones re-
A lo largo del período seleccionado, 1980-2010, duce pronto su participación demográfica en lo
la disminución relativa de la población rural en rural, con un valor del 26% hacia 2010, mientras
cada provincia se debe al menos a dos procesos: que Santiago del Estero tiene un cambio menos
la reclasificación de localidades, de rural agru- abrupto y finaliza en 2010 con un 31% de habitan-
pada a urbana cuando superan el límite de los tes en la categoría estudiada. Esta provincia sos-
2.000 habitantes; la pérdida (en valores absolu- tiene desde 1991 el privilegio de ser la unidad te-
tos) de pobladores rurales, especialmente los cla- rritorial con mayor proporción de población rural
sificados como población dispersa. En este senti- en el total nacional.
do, y tal como indica Bertoncello “…la población El análisis efectuado por Bankirer a escala na-
rural aglomerada no disminuye sino que aumen- cional brinda elementos argumentales para exa-
ta, al tiempo que también aumenta el número de minar las transformaciones en el ámbito rural. Al
aglomeraciones rurales de menos de 2.000 habi- respecto, la autora señala: “Las principales carac-
tantes (2.172 en 1991 a 2.362 en 2001)” (Berton- terísticas que distinguen la dinámica demográfica
cello 2009, p. 58). El Censo de 2010 registró 2.449 de la Argentina desde mediados del siglo XX has-
en esta misma categoría. ta nuestros días pueden resumirse en el descen-

Gráfico 7.1. Población rural por provincias (en porcentajes). Argentina, 1980-2010.

55

50

45

40

35

30

25

20

15

10

0
Ciudad de Buenos Aires

Formosa

Río Negro
Catamarca

Córdoba

La Pampa

Mendoza

Misiones

Santa Fe
Chaco

Chubut

San Juan
Buenos Aires

Corrientes

Tierra del Fuego


Entre Ríos

La Rioja

Neuquén

Santa Cruz

Santiago del Estero

Tucumán
Salta
Jujuy

San Luis

1980 1991 2001 2010

Fuente: elaboración personal sobre datos del INDEC.


88 II • El proceso de diferenciación territorial

so sostenido del ritmo de crecimiento de la po- mental. Además, en algunas situaciones se recurre
blación; la disminución del aporte migratorio, el a datos precedentes, en tanto los cambios ocurri-
cambio en la composición de las corrientes inmi- dos son parte de procesos de largo plazo.
gratorias y la evolución hacia una etapa postran- Sostenidos en la disponibilidad de datos, se rea-
sicional con el consecuente envejecimiento de la lizaron dos tipos de análisis. Uno de carácter dia-
población” (Bankirer 2010a, p. 107). crónico, entre 1980 y 2010; y otro transversal, pa-
Como se observará en el análisis que sigue, algu- ra 1980, 1991, 2001 y 2010. En ambos casos, se
nas de estas particularidades se agudizan en las aplicaron técnicas cuantitativas mediante el uso
áreas de población rural y son responsables del ca- de un conjunto de tasas y cocientes empleados
da vez menor ritmo de variación intercensal, el en- habitualmente en geografía de la población.
vejecimiento y la progresiva feminización. El primer indicador de la dinámica demográfica
es la tasa de crecimiento anual de la población, esti-
3. DINÁMICA DEMOGRÁFICA mada con la fórmula exponencial (Barclay 1962),
DEPARTAMENTAL la cual se transcribe a continuación:

Se toma como punto de partida el concepto de di- r = (ln(Nf /Ni ))/t) ∙ 1000
námica demográfica, porque permite organizar los
procesamientos y los cálculos, así como la exposi- donde: ln es logaritmo natural; Nf es po-
ción de los resultados. Dentro de la dinámica de- blación final; Ni es población inicial, y t,
mográfica, se reconocen los hechos vinculados al tiempo (años exactos).
crecimiento, composición y distribución de la po-
blación (Torrado 1997), centrales en este trabajo. La tasa de crecimiento resulta de la combinación
Los hechos demográficos dependen de los fenóme- entre el crecimiento vegetativo y el saldo migrato-
nos nupcialidad, fecundidad, mortalidad y movili- rio. La carencia de estadísticas vitales desagrega-
dad territorial de la población, los cuales pueden ser das según residencia urbana o rural impide calcu-
apreciados parcialmente con los datos disponibles. lar el aporte natural, por lo cual se trabajó con al-
De este modo, en primer término, se analiza la gunos indicadores que permiten cierta aproxima-
distribución de la población a partir de la partici- ción al componente vegetativo del crecimiento.
pación relativa según forma de asentamiento (ru- Con tal fin, se evaluó la relación niños - mujeres (Eli-
ral, rural agrupada, rural dispersa) y la razón de zaga 1979):
ruralidad (población rural / población urbana).
Luego se indaga en el crecimiento de la población, niños 0-4
mediante las tasas anuales de crecimiento inter- RNM = ∙ 100
mujeres 15-49
censal. A continuación, se expondrán característi-
cas estructurales de la población rural en general, donde: RNM es relación ñiños - mujeres;
teniendo en cuenta la composición por sexo, edad niños es la población de 0 a 4 años; y mu-
y origen al nacimiento. jeres es la población de mujeres de 15 a
49 años.
3.1 Aspectos metodológicos
Asimismo, se construyeron los siguientes indi-
Tal como fuera indicado, la fuente de datos em- cadores de la estructura demográfica: razón de
pleada corresponde a los Censos Nacionales de masculinidad, razones de dependencia potencial,
Población de 1980, 1991, 2001 y 2010. Para el índice de envejecimiento, proporción de pobla-
Censo Nacional de 1980 se trabajó con las bases ción en los tres grandes grupos de edades, en ma-
de datos provistas por el proyecto IPUMS3. Por yores de 80 años y según origen al nacimiento (ar-
otra parte, se utilizaron las Bases de Usuarios del gentinos o extranjeros).
Censo Nacional de Población, 1991, 2001 y 2010. La razón de masculinidad brinda la cantidad de
Se aclara que, aunque el período seleccionado ini- varones cada 100 mujeres y permite observar la
cia en 1980, para esa fecha censal el examen de da- composición por sexo y evaluar procesos de femi-
tos es de carácter general y no a escala departa- nización o masculinización demográfica.
3 Minnesota Population Center. Integrated Public Use Mi-
crodata Series, International: Version 6.3 [Machine-readable RM = (varones / mujeres) ∙ 100
database]. Minneapolis: University of Minnesota, 2014.
https://international.ipums.org/international/.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 89

Las proporciones de población en cada uno de yor profundidad. Por tanto, en busca de mayor ni-
los tres grandes grupos de edades (0-14, 15-64; 65 vel de detalle, se han elaborado los mapas 7.1, 7.2 y
y más años) permiten evaluar la estructura demo- 7.3, donde queda representada la distribución re-
gráfica y establecer sus características en cuanto a lativa de la población rural en el nivel de los parti-
juventud, población potencialmente activa y en- dos o departamentos, entre 1991 y 2010.
vejecimiento. Mediante la construcción del mapa de diferen-
Finalmente, el índice de envejecimiento brinda cias respecto de la proporción de población ru-
información acerca de la cantidad de mayores de ral entre 1991 y 2010, se torna más clara la po-
64 años por cada 100 menores de 15 años de edad. sibilidad de observar ciertas distinciones en esta
construcción de reducción de la población rural
población mayor de 64 años (mapa 7.4).
IE = ∙ 100
población menos de 15 años En cuanto a la reducción porcentual de pobla-
ción rural, sobresalen las provincias pampeanas y
En cuanto a la producción de cartografía, se las del Norte Grande. Es preciso destacar, no obs-
construyeron intervalos de clase por cuantiles pa- tante, que dentro del noroeste, las provincias de
ra el dato más antiguo de cada serie. Los datos Jujuy, Tucumán, Catamarca y La Rioja también
subsiguientes se organizaron siguiendo los mis- muestran el incremento participativo de algunos
mos intervalos, técnica que permite comparar ca- departamentos y la falta de cambios intercensales
da una de las series cartográficas. en otros, lo que podría ser indicio de cierta reten-
ción de población. Se insinúa el posible regreso de
3.2 Distribución departamental de la población rural emigrados en períodos precedentes o la atracción
de nuevos pobladores, vinculado con la implanta-
Del análisis preliminar de la segunda sección sur- ción de nuevas actividades económicas. En el ca-
ge que se está en presencia de cambios sostenidos so de la provincia de Jujuy, se nota que las áreas
en el tiempo. Pero la escala provincial es insufi- que no registraron cambios son generalmente las
ciente para analizar datos e indicadores con ma- de mayor distancia a los centros urbanos y turís-

Mapas 7.1, 7.2 y 7.3. Población rural en Argentina, expresada en porcentajes, 1991, 2001 y 2010.

Fuente. Elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 1991, 2001 y 2010. INDEC.
90 II • El proceso de diferenciación territorial

Mapa 7.4. Diferencia de la población rural argentina 2010-1991, calculada sobre la base de porcentajes.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 1991 y 2010. INDEC.

ticos, es decir, las más aisladas. Similar situación Noroeste, sectores del Noreste (especialmente en
se repite en el norte de la provincia de Salta y en Misiones) y Mendoza se observa un aceleramien-
el oeste de Catamarca. Dentro de esta región, en to en el crecimiento, responsable en gran medi-
unos pocos departamentos la modificación ha si- da del incremento de la población rural agrupa-
do positiva. da. Entre 2001 y 2010, se acentúa el ritmo de cre-
Por el contrario, en Cuyo y Patagonia, así como cimiento en gran parte del país, con excepciones
en la provincia de La Pampa, se advierte un mo- en el área pampeana y en otras áreas del norte y
saico de situaciones donde coexisten reducciones, centro del territorio nacional.
incrementos y estabilidad. Se cree que los cam- Desagregando las posibilidades de análisis sobre
bios positivos, o al menos el sostenimiento de los los territorios rurales, los registros estadísticos cen-
valores, están asociados con el desempeño econó- sales nos permiten revisar hacia el interior de lo ru-
mico en sectores como el turismo, la vitivinicultu- ral las distinciones entre rural agrupado y disperso.
ra o la explotación de minerales. Los espacios rurales agrupados, definidos por
La intensidad de las transformaciones aludidas el INDEC como localidades rurales, reunían pa-
se advierte en el estudio de las tasas de crecimien- ra 2001, a escala nacional, un total de 2.418 loca-
to anual intercensal (mapas 7.5 y 7.6). lidades con 1.270.000 habitantes (Banco Mundial
En el período 1991-2001, se nota el protagonis- 2007, p. 28); para 2010, se identificaron 2.469 lo-
mo de tasas de variación intercensal negativas, calidades que reunían un total de 1.307.702 (IN-
testimonios de la pérdida neta de población rural, DEC 2010).
especialmente en Patagonia, centro pampeano Los mapas 7.7 y 7.8 denotan, a nivel departamen-
(La Pampa, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos) y en tal, la dinámica porcentual de la población rural
algunos departamentos de las restantes regiones. agrupada entre 2001 y 2010, mientras que el ma-
Inversamente, en la provincia de Buenos Aires, pa 7.9 expresa el cambio entre ambos momentos.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 91

Mapas 7.5 y 7.6. Tasas de crecimiento anual intercensal 1991-2001 y 2001-2010 (‰).

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 1991, 2001 y 2010. INDEC.

Mapas 7.7 y 7.8. Población rural agrupada en Argentina, expresada en porcentajes, 2001 y 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 2001 y 2010. INDEC.
92 II • El proceso de diferenciación territorial

Mapa 7.9. Diferencia de la población rural argentina 2010-1991, calculada sobre la base de porcentajes.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 2001 y 2010. INDEC.

Del análisis de los datos precedentes se puede in- tuaciones, aunque en gran parte de los partidos
dicar que, en las provincias del noroeste, hay un ha crecido la proporción de población rural agru-
conjunto de departamentos con señales de incre- pada. En las restantes provincias, hay pocos de-
mento en la participación del rural agrupado, en partamentos con menor porcentaje de población
Salta y Jujuy tanto en áreas de Puna como en tor- agrupada en 2010 respecto de 2001. En general, se
no a los principales circuitos turísticos y vitiviní- puede indicar la persistencia de procesos de movi-
colas (en tierras salteñas). Por el contrario, la zona lidad desde el rural disperso y urbano hacia las lo-
del chaco salteño y la puna catamarqueña - riojana calidades rurales. En Cuyo es remarcable la situa-
muestran una dinámica negativa, probablemen- ción de la provincia de Mendoza, con significativa
te asociada a la combinación de condiciones so- cantidad de departamentos que experimentaron
cioeconómicas y de accesibilidad. Similares esce- un descenso en el porcentual de población rural
narios se repiten hacia el sur de Catamarca y en agrupada, especialmente en proximidad de la ciu-
algunas zonas de Santiago del Estero y Tucumán. dad capital y en distritos estrechamente conecta-
Las provincias del noreste exhiben, en conjun- dos a los circuitos turísticos - enológicos y de tu-
to, la preeminencia de variaciones positivas, com- rismo - aventura (San Rafael), cuyo auge es nove-
binándose ocasionalmente con estabilidad o des- doso pero su trayectoria amplia en el tiempo. Por
censos. Al respecto, es necesario tener presente las último, la Patagonia tiene una composición varia-
altas proporciones de población rural total que da, aunque resaltan las transformaciones positi-
tenían estas unidades espaciales al inicio del in- vas. El turismo y las actividades económicas ex-
tervalo de estudio seleccionado (año 1980). tractivas fomentan el crecimiento de algunos po-
Las provincias pampeanas enseñan dos reali- blados, mientras que la actividad ganadera ovina
dades disímiles. Por un lado, se ubica la provin- ha sido históricamente un impulso a la emigra-
cia de Buenos Aires, donde se ve variedad de si- ción desde lo rural profundo. En este sentido, la
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 93

Mapas 7.10 y 7.11. Tasa anual de crecimiento intercensal de población rural dispersa y agrupada, 2001- 2010 (‰).

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 1991, 2001 y 2010. INDEC.

Mapas 7.12 y 7.13. Población rural dispersa, 2001- 2010 (%).

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 2001 y 2010. INDEC.
94 II • El proceso de diferenciación territorial

expulsión de pobladores se asocia fundamental- partamentos lindantes con la República de Chile


mente con la inestabilidad del mercado interna- (mapa 7.10).
cional de lanas y los procesos de desertización que Por oposición, el ritmo acelerado de crecimien-
tienen origen natural y antrópico (sobrecarga de to de la población rural agrupada representa, en
los suelos) al mismo tiempo. el territorio, un mosaico variado, donde en mu-
En la cercanía de ciudades con relevancia políti- chos casos se destaca la desaceleración del creci-
ca-administrativa, económica o turística, se nota miento o su reversión, los que suelen estar asocia-
la pérdida de población rural agrupada, probable- dos a los procesos de reclasificación mencionados
mente asociada al cambio de categoría de las lo- con anterioridad.
calidades (de rural agrupada a urbana). Así, no se La cantidad de población residente de modo dis-
trataría de pérdida de población por emigración o perso en el espacio rural alcanzaba los 2.604.647
crecimiento vegetativo negativo, sino por la recla- habitantes en el 2001; hacia 2010 dicho valor era
sificación de los pequeños poblados. También se de 2.292.063 habitantes. En los mapas 7.12, 7.13
aprecia la configuración de nuevas aglomeracio- y 7.14, están representadas las tendencias acaeci-
nes en la categoría rural agrupado. das a lo largo de los dos últimos registros censa-
La tasa anual de crecimiento intercensal de la les en el nivel de los departamentos o partidos de
población agrupada y dispersa, entre 2001 y 2010, la república.
refuerza las apreciaciones precedentes indicando Los datos consultados y sistematizados esbo-
la velocidad a la cual ocurren los cambios en am- zan una clara tendencia de reducción intercensal
bas modalidades residenciales (mapas 7.10 y 7.11). en la proporción de población que reside de mo-
En el conjunto nacional es visible la intensidad do disperso en las áreas rurales de los partidos
del crecimiento poblacional en áreas de residen- o departamentos argentinos, lo cual es parte de
cia dispersa, especialmente en Patagonia y en de- una corriente nacional y mundial que se explica

Mapa 7.14. Diferencia de la población rural dispersa 2010-2001, calculada sobre la base de porcentajes.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 2001 y 2010. INDEC.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 95

por lo ocurrido, como ya se expresara, con la po- Cada una de estas cuestiones se vincula con un
blación rural agrupada y urbana. Por tanto, no marco mayor que opera en estrecha vinculación
es un proceso novedoso en Argentina; de hecho, con el avance de la denominada agricultura cientí-
no llama la atención que los datos se comporten fica, agricultura industrial o rural global, es decir,
de este modo. La mencionada tendencia se expli- la penetración de grandes empresas transnaciona-
ca por la concurrencia de varias cuestiones. En- les, cuyos capitales no son necesariamente de ori-
tre otras, se señalan la incorporación de innova- gen agropecuario. Dichas empresas tienen inci-
ciones tecnológicas a partir de las cuales la mano dencia sobre los sujetos rurales y su accionar en
de obra rural asalariada que es desplazada recu- el territorio (productores, procesadores, acopia-
rre a la movilidad hacia ciudades medias o pe- dores, distribuidores), las instituciones de sopor-
queñas localidades para emplearse en otras labo- te (proveedores de insumos, bancos y centros de
res o la transformación en trabajadores rurales a investigación) y los mecanismos de coordinación
medio tiempo con residencia urbana. Por su par- (gobiernos, asociaciones de industrias, mercados).
te, los productores agropecuarios, de la mano de El sector agropecuario argentino se encuen-
las mejoras en los medios de comunicación y cir- tra atravesando por este proceso, caracteriza-
culación, también mudan sus residencias hacia do por la desaparición de un importante núme-
áreas urbanas desde las cuales se desplazan ha- ro de explotaciones agropecuarias, el deterioro de
cia las explotaciones agropecuarias (EAPs), dia- las condiciones de vida de las familias rurales y
riamente o cuando la actividad agropecuaria así de las condiciones ambientales, efectos del mode-
lo requiere. Esto depende del tamaño de las ex- lo de agricultura industrial que se impone desde
plotaciones, ya que se debe hacer referencia a los la década de los noventa del siglo XX. El gráfico
cambios operados en cuanto a las formas de te- 7.2 es evidencia de las tendencias antes menciona-
nencia de las unidades de producción, respecto das; en líneas generales denota una variación de
de lo cual una de las estrategias ha sido la trans- sentido negativo entre los censos considerados,
formación de muchos pequeños y medianos pro- con la única excepción de Santa Cruz. Tal como
ductores en rentistas. afirman Teubal (2001) y Domínguez y Sabatino

Gráfico 7.2. Variación 1988-2002 / 2002-2008*


de explotaciones agropecuarias (EAPs), por provincias, Argentina.

20

10

-10

-20

-30

-40

-50

-60

-70

VRI 1988-2002 VRI 2002-2008

* Es importante aclarar que, en el caso del CNA 2008, se cuenta con provincias en las cuales la superficie censada
ha sido superior al 95% (Salta, Catamarca, Neuquén, San Juan, Santiago del estero, Jujuy, Tierra del Fuego, La
Rioja, Santa Fe y Chaco) y otras en las cuales la superficie censada ha sido inferior al 95% (San Luis, Córdoba,
Chubut, Tucumán, La Pampa, Santa Cruz, Entre Ríos, Formosa, Misiones, Rio Negro, Buenos Aires, Corrientes).

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de INDEC, Censos Nacionales Agropecuarios, 1988, 2002 y 2008.
96 II • El proceso de diferenciación territorial

(2006), este conjunto de transformaciones se sus- A escala departamental, el mapa 7.15 muestra
tentarían en la soja y el paquete tecnológico que que la variación intercensal en el número de EAPs
la acompaña, a costa de la ganadería y de otros ce- es negativa en importantes áreas agroproducti-
reales tradicionales. vas del país, como la provincia de Buenos Aires y
Lo afirmado explicaría, en parte y de modo ge- los dúos Santiago del Estero - Tucumán, Corrien-
neral, lo que se observa en el mapa de diferencias tes - Misiones; Mendoza - San Juan. En la situa-
proporcionales entre la población rural dispersa de ción contraria, sobresalen unidades del noroeste
2010 respecto de la de 2001 (mapa 7.14). No obs- (provincias de Jujuy, Salta, Catamarca y La Rioja),
tante, interesa presentar aquellas situaciones en las el norte de Córdoba y San Luis y la provincia de
que la proporción denota aumentos, en los cuales Santa Cruz. En estos casos, la subdivisión de tie-
no se observa un patrón causal pero sí que se ubi- rras, la puesta en marcha de nuevos tipos de cul-
can lejos de los departamentos o partidos que se tivos y los avances tecnológicos que impactan en
pueden caracterizar como más urbanos o próxi- la productividad del suelo y en las estrategias apli-
mos a ciudades. Los cambios también deben ser cadas por los productores podrían ser algunos de
analizados en función de las especificidades pro- los factores explicativos de la dinámica observada.
ductivas; por ejemplo, en los casos de Mendoza, Volviendo a la distribución de la población y sus
Tucumán y Misiones, asociados a unidades de pro- cambios a través del tiempo, se muestran los re-
ducción donde la estrategia es de carácter intensi- sultados del último indicador de este apartado: la
vo y esto apuntala la necesidad de presencia de po- razón de ruralidad (mapas 7.16, 7.17 y 7.18). Éste
blación rural dispersa, y en el caso de Santiago del permite establecer la cantidad de habitantes rura-
Estero, donde el vínculo con la tierra por parte del les cada cien pobladores urbanos, por lo que re-
campesinado se expresa en un modo de vida co- sulta de interés para complementar el análisis de
munitario y, a la vez, disperso en el territorio rural. los cambios observados previamente.

Mapa 7.15. Variación relativa en el número de explotaciones agropecuarias (EAPS), 2002-2008.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de los Censos Nacionales Agropecuarios 2002 y 2008.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 97

Mapas 7.16, 7.17 y 7.18. Razón de ruralidad. Argentina, 2001-2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos procedentes de los CNPVyH 1991, 2001 y 2010. INDEC.

Gráfico 7.3. Razón de ruralidad 1980-2010.

25
20,5
20
14,7
15 11,9
9,8
10

0
1980 1991 2001 2010

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de INDEC 1980-2010.

En su desempeño general, la razón de ruralidad dica en su relación directa con otras variables
muestra modificaciones significativas en el tiem- demográficas. Es de interés al respecto la pro-
po (gráfico 7.3), las que acompañan el constante posición de Mónica Bankirer: “La composición
proceso de urbanización a expensas de los espa- por sexo y edad sintetiza y refleja los cambios
cios rurales y sus pobladores. operados en la evolución de las variables demo-
gráficas básicas: nupcialidad, fecundidad, mor-
3.3 Composición de la población talidad y migraciones; y es determinante, a su
vez, en cada momento histórico, de los niveles y
La relevancia del estudio de la composición de tendencias de estas variables” (Bankirer 2010b,
la población, aquí por edad, sexo y origen, ra- p. 187).
98 II • El proceso de diferenciación territorial

En el transcurso de cuatro décadas, se notan La observación de los valores generales de Ar-


cambios en los indicadores de envejecimiento4, gentina tiene como correlato detallado lo ocurri-
ilustrativos de tales procesos (cuadro 7.3). De tal do a escala departamental, donde se advierte que
modo, frente al escaso atractivo para la radicación la participación de población de 65 y más se fue
que han representado históricamente los espacios incrementando en el tiempo (mapas 7.19, 7.20 y
rurales y el progresivo envejecimiento, el conti- 7.21), hasta alcanzar y sobrepasar el 7%, signo in-
nuado decrecimiento o la lentitud en los proce- equívoco de envejecimiento demográfico. Por su
sos de crecimiento son consecuencias inevitables. parte, la consideración de los mayores de 80 años,
4 Población envejecida refiere a la proporción de población la cuarta edad (mapas 7.22, 7.23 y 7.24) plantea in-
total respecto de la población de 65 años de edad y más. terrogantes acerca del futuro de los adultos ma-
En tal sentido, es posible distinguir: 1. poblaciones jóve- yores, en un período de la vida donde resulta in-
nes: menos del 4 % de personas mayores a 65 años; 2. po- evitable el apoyo en los más jóvenes5. Los cambios
blaciones maduras: entre 4% y 6% de personas mayores a
65 años; 3. población envejecida: más del 7% de personas 5 La cuarta edad ha sido definida como el período etario
mayores a 65 años de edad. que se extiende desde los 80 años y “refiere a la etapa de

Cuadro 7.3. Indicadores de envejecimiento de la población rural. 1980-2010.

1980 1991 2001 2010


% de 65 años y más 6,5 7,3 8,3 8,8
% de 80 años y más 0,94 1,3 1,5 1,8
Índice de envejecimiento 17,8 20,3 23,9 57,8

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales 1980, 1991, 2001 y 2010.

Mapas 7.19, 7.20 y 7.21. Porcentaje de población rural mayor de 64 años. Argentina, 1991, 2001 y 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1991, 2001 y 2010.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 99

Mapas 7.22, 7.23 y 7.24. Porcentaje de población rural de 80 años de edad y más. Argentina, 1991, 2001 y 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1991, 2001 y 2010.

Mapas 7.25, 7.26 y 7.27. Índice de envejecimiento. Argentina, 1991, 2001 y 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1991, 2001 y 2010.
100 II • El proceso de diferenciación territorial

más notorios se advierten a través del índice de ción mayor a 80. Como ejemplo de esta realidad,
envejecimiento (mapas 7.25, 7.26 y 7.27). se encuentran los departamentos periféricos de
Porcentajes de población rural de mayores de Salta y Jujuy, espacios que, si bien conservan es-
64 años próximos o superiores a 10% se encuen- casos volúmenes de población adulta-mayor, con-
tran ampliamente diseminados en la región pam- tienen un subgrupo de población en edades extre-
peana, a excepción del norte santafesino y del oes- mas que adquiere presencia.
te de la provincia de La Pampa. Respecto del no- En cuanto al índice de envejecimiento (mapas
reste, sólo Corrientes alcanza valores semejantes 7.25, 7.26 y 7.27), se reitera la distribución en la
a los de la región pampeana; el resto de las pro- cual la región pampeana concentra los porcen-
vincias se componen de departamentos que tie- tajes más elevados y el Norte Grande los más ba-
nen porcentajes menores. Como se ha observado jos. Se aprecia, además, el incremento generaliza-
para otras variables, provincias del área central, do de este índice revelador de un proceso de enve-
como el trío cuyano o el norte patagónico, reve- jecimiento en el cual se encadenan la emigración
lan un mosaico integrado por unidades que tie- de los más jóvenes y la consecuente reducción en
nen porcentajes altos, medios y bajos. Uno de los la frecuencia de nacimientos con el extendido au-
cambios de categorías que más llama la atención mento de la esperanza de vida.
es el límite político entre Chubut y Santa Cruz, En lo concerniente a la distribución por sexo, se
hecho que continúa haciéndose visible en el mapa encuentran sólo algunas fluctuaciones entre la ra-
de población rural mayor a 80 años y que sirve pa- zón de masculinidad nacional de 112,5 (1980) y de
ra reflexionar acerca del comportamiento demo- 112,05 (2010). Estos cambios remiten a la sobre-
gráfico desigual entre el norte y el sur de la región mortalidad masculina, especialmente en las eda-
patagónica. En algunos departamentos donde des más avanzadas, y a la emigración femenina.
se presentan los porcentajes más bajos de pobla- En búsqueda de algunos caminos explicativos,
ción rural mayor de 64 años, no se observa que es- se trabajó con los diferenciales de algunos indi-
ta condición se replique para el grupo de pobla- cadores entre 2001 y 2010. Al analizar la correla-
ción entre las diferencias, se observó que el incre-
mayor dependencia por deterioro de las condiciones físi-
cas o mentales y que se distingue de la “tercera edad” que
mento del índice de envejecimiento tiene como
corresponde a la etapa de retiro de la participación de la correlato el descenso en la razón de masculinidad
actividad económica (65 años)” (Bankirer 2009b, p. 190). (r2 0,8) (gráfico 7.4); es decir, persiste aún a esca-

Gráfico 7.4. Correlación entre diferencial del índice de envejecimiento


y razón de masculinidad (2001-2010).

400
R² = 0,8317
300

200
Diferencial envejecimiento

100

-100

-200

-300

-400
-800 -600 -400 -200 0 200 400 600 800 1000

Diferencial Razón de masculinidad

dif_ie Lineal (dif_ie)

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 2001 y 2010.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 101

la departamental la menor esperanza de vida pa- de forma abrupta en algunos casos, ya que se ob-
ra los hombres. Se nota, empero, que predominan servan situaciones en las que departamentos limí-
razones de masculinidad elevadas, con menor va- trofes poseen las categorías más alta y más baja.
lor del indicador en áreas donde el envejecimien- En cuanto al este del país, sobresale la forma en
to es más notorio. que los espacios rurales de mayor feminización
La cartografía de la razón de masculinidad (ma- persiguen el margen del río Paraná, áreas sobre las
pas 7.28, 7.29 y 7.30) muestra con claridad deter- cuales se encuentran la mayor parte de los centros
minados procesos socio-demográficos. Se observa urbanos y las actividades de servicio. En contra-
el elevado porcentaje de la masculinidad en aque- partida, los departamentos de General Alvear en
llos departamentos cordilleranos donde se con- Corrientes y Almirante Brown en Chaco obtienen
centra la actividad minera, casos de Los Andes en los valores de masculinidad más altos, para este
Salta, Antofagasta de la Sierra en Catamarca, Igle- último caso se considera una vez más el tipo de
sia y Calingasta en San Juan, e incluso distritos actividad económica que predomina en el lugar,
pertenecientes a la Patagonia. Como si se tratase sabiendo que hasta hace poco la explotación fo-
de un patrón de distribución propio del noroes- restal era la producción dominante, previamente
te y de Cuyo, allí donde se presenta el piedemon- al avance sojero. Por último, en la región pampea-
te, junto a los nichos agroproductivos y turísticos, na, y más precisamente en la provincia de Buenos
los valores de masculinidad disminuyen, inclusive Aires, se aprecia una diferenciación entre un sec-

Mapas 7.28, 7.29 y 7.30. Razón de masculinidad. Argentina, 1991, 2001 y 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1991, 2001 y 2010.

Cuadro 7.4. Razón niños - mujeres en población rural. Argentina, 1980-2010.

Año 1980 1991 2001 2010


Razón 66,1 75 55,3 42,3

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1980, 1991, 2001 y 2010.
102 II • El proceso de diferenciación territorial

Mapas 7.31, 7.32 y 7.33. Razón niños - mujeres. Argentina, 1991, 2001 y 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1991, 2001 y 2010.

Gráfico 7.5. Relación niños - mujeres.


Relación de dependencia de jóvenes (2001-2010).

60
R² = 0,5681

40

20

-20

-40

-60

-80

-100
-120 -100 -80 -60 -40 -20 0 20 40 60

rdpJ_dif Lineal (rdpJ_dif)

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 2001 y 2010.
7 • Dinámica socioterritorial del espacio rural en Argentina 103

tor norte que contiene bajos porcentajes de mas- En el análisis de la razón niños-mujeres, se pone
culinidad y un sector sur que conserva mayores de manifiesto que los mayores valores tienden a
cantidades. coincidir con las unidades espaciales menos enve-
Es revelador, acompañando lo dicho hasta aquí, jecidas y con menor razón de masculinidad a nivel
el comportamiento de la razón niños-mujeres, que espacial, sobre todo con las provincias compren-
muestra un fuerte decrecimiento desde 1980 a didas en el Norte Grande y Cuyo. La situación
2010; es decir que lo rural pierde población en edad opuesta, donde la relación niños-mujeres es baja,
potencialmente activa, especialmente mujeres, y no el envejecimiento alto y la razón de masculinidad
las recupera ni siquiera mediante procesos migra- también alta, ocurre en unidades espaciales locali-
torios internos o internacionales (cuadro 7.4). zadas en gran parte de la Patagonia, el sur de San-
Al respecto, es de interés la correlación entre los ta Fe y el suroeste de Entre Ríos y de Buenos Aires.
diferenciales de la razón niños-mujeres y la razón La última variable de composición de la pobla-
de dependencia potencial de jóvenes, donde sue- ción analizada es el origen de la población, es de-
le existir el descenso conjunto de ambos indica- cir, nativos o extranjeros. Acerca de los nacidos en
dores, aunque su correlación (r2 0,56) (gráfico 7.5) el extranjero, los guarismos muestran fluctuacio-
no es tan intensa como en el ejemplo anterior. nes en el período considerado (cuadro 7.5), rela-

Cuadro 7.5. Población rural nacida en el extranjero. Argentina, 1980-2010.

Año 1980 1991 2001 2010


% extranjeros 3,8 1,3 2,3 2,4

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1980, 1991, 2001 y 2010.

Mapas 7.34, 7.35 y 7.36. Población rural nacida en el extranjero (%). Argentina, 1991, 2001 y 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censos Nacionales de Población 1991, 2001 y 2010.
104 II • El proceso de diferenciación territorial

cionadas con los cambios político-económicos car que la observación directa de ciertos recortes
que hacen del país un destino más o menos atrac- territoriales nos permite acompañar la interpre-
tivo, fundamentalmente en relación con los mer- tación de la dinámica que denota la información
cados de trabajo y los valores de cotización de mo- operacionalizada.
neda local y extranjera. De este modo, una serie de reflexiones podrían
Además, se nota que en el transcurso de las déca- ser resumidas en este apartado final. Así, se mani-
das la presencia de extranjeros es más importante fiesta alta dinámica demográfica observada en los
en las fronteras (con algunas excepciones en Cata- territorios rurales de la Argentina, recortes que en
marca, La Rioja, Corrientes y Entre Ríos) y que en ciertas oportunidades se consideran dormidos e
numerosos casos se ha intensificado hacia 2010. inhóspitos y que evidencian empíricamente cierta
A los departamentos fronterizos se suman, como contradicción. Hay áreas que se revitalizan y crecen
áreas de mayor participación de extranjeros, Cu- de la mano de la movilidad territorial llegando a
yo, noroeste y la Patagonia en general. Se remar- situaciones de reclasificación censal. Existen otras
ca la presencia de población foránea en el valle del que decrecen por envejecimiento y falta de renova-
Río Negro y en proximidad de ciudades asocia- ción demográfica, con escasa población infanto-ju-
das al desarrollo portuario y de cinturones fruti- venil, aproximada aquí desde la razón niños / muje-
hortícolas, como el valle del río Chubut (departa- res. La presencia de ciertas actividades económicas
mentos de Rawson y Gaiman), La Plata, General también aparece como variable explicativa funda-
Pueyrredon y Bahía Blanca. mental a la hora de leer la dinámica de la población
rural en territorio, refiriendo entonces a recortes
4. Comentarios finales más feminizados y recortes más masculinizados.
Varias preguntas quedan sin resolver y, por tan-
Regresando al inicio del trabajo, recordemos que to, se perfilan como labores pendientes que per-
el objetivo perseguido para este capítulo consis- mitirán dar continuidad a esta investigación. En-
tía en analizar la dinámica demográfica del espa- tre ellas, reflexionar en torno a la superposición
cio rural argentino, desde los años ochenta del si- puntual de la dinámica de las localidades que IN-
glo anterior hasta 2010. DEC define como población rural agrupada; es-
En el logro de dicha meta, ha sido fundamen- tudiar las situaciones concretas de reclasificación
tal recurrir al análisis y la sistematización de da- listándolas y caracterizándolas; apuntar a la selec-
tos procedentes de fuentes secundarias, especí- ción de un conjunto de variables referidas al bien-
ficamente los censos generales de población vi- estar de la población rural, ajustadas a las posibi-
viendas y hogares, como así también los censos lidades de acceso y disponibilidad propias de lo
nacionales agropecuarios. A su vez, debemos indi- rural en Argentina.
8

INTRODUCCIÓN:
POBREZA, NIVEL DE VIDA Y CALIDAD DE VIDA

El estudio de la calidad de vida puede ser aborda- te con deficiencias en la vivienda –índice de pobla-
do desde muy diferentes disciplinas, lo que lleva a ción con necesidades básicas insatisfechas (NBI)–.2
la producción de una gran variedad de resultados. Recientemente, el Sistema Estadístico Nacional, a
El enfoque geográfico parte de una base espacial través del Instituto Nacional de Estadística y Cen-
y territorial que le permite establecer diferencias sos (INDEC), ha elaborado una forma de medición
con respecto a otras perspectivas involucradas en de la pobreza “convergente” a través del índice de
su estudio. La capacidad que posee para realizar privación material de los hogares (IPMH).3
análisis sobre la configuración espacial de dife- 2 La pobreza por NBI considera como tales a aquellos ho-
rentes variables le permite una aproximación ma- gares (y personas) en las que se presenten cualquiera de las
yoritariamente empírica. siguientes privaciones: 1) hacinamiento (más de 3 personas
Una de las características destacables de la geo- por cuarto), 2) vivienda inconveniente (hogares en piezas
de inquilinato, viviendas precarias o de otro tipo), 3) condi-
grafía es la elaboración de cartografía que permi- ciones sanitarias (ausencia de retrete), 4) asistencia escolar
te llevar el análisis al territorio en diversas escalas: (presencia de niños en edad escolar que no asistan) y 5) ca-
desde estudios a escala nacional hasta otros más pacidad de subsistencia (hogares que tuvieran 4 o más per-
analíticos en los que se puede observar el espacio sonas por miembro ocupado y, además, cuyo jefe tuviera
cotidiano en el que se desenvuelven las personas. nivel de instrucción menor que primario completo).
Por eso, estudiar el grado de bienestar de diferen- 3 El IPMH se obtiene a partir de la combinación de dos
índices relacionados con las privaciones estructurales
tes sectores de sociedades en crisis como las que
y coyunturales de los hogares: condición habitacional
constituían diversos países de Iberoamérica y, muy (CONDHAB) y capacidad económica de los hogares
particularmente, la Argentina en el 2001, conducía (CAPECO) (Bolsi y Paolasso 2009).
rápidamente a asociar a ésta con sus opuestos más CONDHAB se elabora a partir de las características de los
significativos: pobreza, miseria, exclusión, inequi- materiales constructivos y de la infraestructura sanitaria
dad, etc. La situación de Iberoamérica en general que componen la vivienda en relación con el grado de haci-
namiento de los residentes. Así, tenemos las siguientes po-
y de la Argentina en particular, como veremos, ha
sibilidades: a) casa-departamento tipo A o B con hasta 2
cambiado significativamente desde ese entonces. personas / cuarto (valor 2), b) casa-departamento tipo A o
Aunque los conceptos de pobreza y bienestar se re- B con más de 2 personas / cuarto (valor 1,5), c) rancho-ca-
fieren a fenómenos íntimamente ligados, poseen silla-otros con hasta 2 personas / cuarto (valor 1), d) ran-
diferencias conceptuales y metodológicas entre sí. cho-casilla-otros con más de 2 personas / cuarto (valor 0,5).
La pobreza, en primer lugar, es una medida de ca- CAPECO se construye a partir de la relación entre los
años de educación formal aprobados por los percepto-
rencia que incluye a quienes no llegan a alcanzar un
res de ingresos y la cantidad total de miembros en el ho-
umbral mínimo establecido. Habitualmente, este gar: CAPECO = ∑CP ∙ AEi/n; en donde n: número de miem-
umbral refleja situaciones coyunturales, vinculadas bros del hogar; CP: condición de perceptor (1: ocupado;
con la insuficiencia de ingresos –línea de pobreza 0,75: jubilado / pensionado); AE: años de escolaridad for-
(LP)1– o estructurales, vinculada fundamentalmen- mal aprobados.
La combinación de CAPECO y CONDHAB conforma el
1 En el primer semestre de 2003, el 54% de la población IPMH, que identifica cuatro categorías de hogares según
del total de los aglomerados urbanos en los que se efectúa el tipo de privación: a) hogares sin privación, es decir, don-
la EPH continua estaba por debajo de la línea de pobreza, de no se superan los umbrales críticos, b) hogares con pri-
mientras que en el primer semestre del 2013, esta propor- vación de recursos corrientes, en donde CAPECO está por
ción se había reducido al 4,7%. debajo del umbral crítico, c) hogares con privación patri-
106 III • Calidad de vida en Argentina

Tal ha sido la magnitud del deterioro socioeco- cial que el sistema impedía efectivamente lograr.
nómico sufrido por la sociedad argentina duran- Por eso, el incremento de las contradicciones so-
te los años noventa, que impulsó al Sistema Esta- ciales y territoriales preexistentes tuvo como des-
dístico Nacional a distinguir metodológicamente enlace, en la Argentina, la fenomenal crisis de di-
entre línea de pobreza (LP) –de naturaleza coyun- ciembre de 2001. Desde ese entonces, la situación
tural, ligada al comportamiento de la canasta bá- ha cambiado y, como veremos, en torno al 2010
sica total– y línea de indigencia (LI) –también co- presenta diferencias importantes, no sólo en la Ar-
yuntural, pero sustentada sólo en la canasta bási- gentina, sino también en varios países de la región.
ca de alimentos–.4 El estudio del bienestar posee, asimismo, vertien-
La naturaleza conceptual, teórica y metodológi- tes metodológicas de índole objetiva y otras de rai-
ca de la calidad de vida resulta sustancialmente gambre subjetiva. Desde la perspectiva epistemoló-
diferente a la de la pobreza. Así, cuando hablamos gica aquí desarrollada, sostenemos que la dimen-
de calidad de vida, nos referimos específicamente sión subjetiva puede (y debe) ser comparada, pero
a “una medida de logro respecto de un nivel es- no asimilada con la objetiva. Los desfases entre me-
tablecido como ‘óptimo’ teniendo en cuenta di- dición y percepción del universo de análisis acotado,
mensiones socioeconómicas y ambientales de- típicos del abordaje de estudios de esta naturale-
pendientes de la escala de valores prevaleciente en za, pueden revelar tanto situaciones de similitud
la sociedad y que varían en función de las expec- como de contradicción. Las contradicciones, a su
tativas de progreso histórico” (Velázquez 2001, vez, pueden ser producto de falencias en los ins-
p. 15). De este modo, mientras la pobreza se mide trumentos de medición empleados o constituir
con respecto a un piso (ya sea estructural, coyun- manifestaciones de la elaboración subjetiva de
tural o convergente), el bienestar se mide con res- grupos sociales subalternizados que, ante una du-
pecto a un techo. ra realidad, construyen en su imaginario colectivo
Mientras que el piso de la pobreza es relativa- mecanismos de defensa que les permiten evadirse
mente fijo, dado que apunta a la satisfacción de (siquiera parcialmente) de las adversidades experi-
necesidades básicas, el techo del bienestar es más mentadas en la reproducción de su vida cotidiana.
variable (y ascendente), en virtud de que la escala Por último, en los estudios de bienestar es posi-
de valores y, sobre todo, las expectativas de la so- ble distinguir entre las dimensiones pública y priva-
ciedad cambian. da. Por lo general, la primera se encuentra especí-
No debemos confundir, no obstante, los concep- ficamente referida a aspectos macro, ligados con
tos de bienestar y nivel de vida, puesto que esta últi- cuestiones ambientales, de infraestructura colec-
ma expresión se refiere habitualmente al nivel de tiva y de accesibilidad; en cambio, la segunda de-
consumo, es decir, la adquisición de bienes y servi- pende de indicadores micro, asociados con el ni-
cios, en muchos casos suntuarios. En este sentido, vel de ingresos, la composición del grupo familiar
resulta importante destacar que el simple incre- o el nivel de instrucción. Para un análisis con es-
mento del nivel de consumo, sea éste general o es- cala detallada (una ciudad según radios censales,
pecífico de una fracción de la sociedad, no implica por ejemplo) resulta posible considerar metodoló-
necesariamente mayor bienestar. A diferencia de gicamente el peso de ambas dimensiones (pública
la pobreza, el estudio del bienestar exige imponer, y privada) para establecer el grado de bienestar se-
como criterio metodológico clave, las expectati- gún sectores y grupos sociales. De este modo, en
vas sociales, dado que no siempre –o más bien casi esa unidad de análisis, los sectores de bajos ingre-
nunca, en el contexto de la Iberoamérica del 2001, sos se hallarán generalmente perjudicados priva-
el mero transcurso del tiempo implica mejoras ob- damente, dado que sus medios de subsistencia no
jetivas; muy por el contrario, en general revela ma- les permiten poseer una vivienda confortable, al-
yor grado de contradicción entre lo que se anhela- canzar cierto nivel de instrucción o nutrirse apro-
ba y aquellas metas y fenómenos de movilidad so- piadamente. Sin embargo, los segmentos de bajos
ingresos localizados en la periferia urbana resul-
monial, donde CONHAB no alcanza el umbral crítico y d) tan, asimismo, perjudicados públicamente, puesto
hogares con privación convergente, es decir, aquellos con que su accesibilidad (oportunidad de uso) a cier-
ambas privaciones. tos bienes y servicios resulta menor que la de aque-
4 En el primer semestre de 2003, el 27,7% de la población
llos que residen en el centro de la ciudad, no sólo
del total de los aglomerados urbanos en los que se efectúa
la EPH continua estaba por debajo de la línea de indigen- por una distancia física sino también por la alteri-
cia, mientras que en el primer semestre del 2013, esta pro- dad que los sectores hegemónicos les imponen, ya
porción se había reducido al 1,4,%. sea mediante mecanismos abiertos o encubiertos.
9

LA MEDICIÓN DEL BIENESTAR

Las fuentes para la medición de la calidad de vi- suelen reflejar adecuadamente el grado de inequi-
da de la población en Iberoamérica no son nume- dad socioterritorial imperante. A este fenómeno,
rosas. Las más importantes de ellas son los Cen- típico de la Geografía y de los Sistemas de Infor-
sos Nacionales (rondas de principios del XXI, en mación Geográfica, se lo conoce como problema de
los años terminados en 0 o 1) –para el caso de Ar- la unidad espacial modificable (PUEM)1. De este mo-
gentina, años 2001 y 2010–, así como también las do, la división del territorio y los agrupamientos
Estadísticas Vitales de los respectivos Ministerios que se utilizan no son neutros. Es posible, pues, en-
de Salud (series anuales). Ambas instituciones cu- cubrir o enmascarar desigualdades agrupando te-
bren los territorios nacionales en su totalidad, rritorios y sociedades heterogéneos, mas ninguna
aunque con una disponibilidad de información división del territorio permite crear o reproducir in-
inversa a la escala de análisis. En lo que respecta a equidades, si estas no existen en la realidad.
los indicadores ambientales, las fuentes son más En síntesis, pese a los mencionados avances de
dispersas, menos confiables aún y suelen predo- los Sistemas Estadísticos Nacionales y a las cons-
minar abrumadoramente los análisis de casos, de tantes innovaciones en los diseños metodológi-
casi imposible comparación o generalización a es- cos y conceptuales para la medición de las con-
calas mayores. diciones de vida de la población,2 la formulación
Buena parte de las variables socioeconómicas re- de un índice de bienestar con cierta pretensión
feridas al conjunto de los países iberoamericanos de generalización o universalidad no es aún una
no se encuentran disponibles a escalas territoria- cuestión totalmente resuelta, pues depende de
les de segundo nivel (23 provincias y la Ciudad numerosos factores, tales como procesos históri-
Autónoma de Buenos Aires, CABA), reduciéndo- cos, escala de valores de la sociedad, expectativas,
se todavía más el conjunto para las de tercer ni- vivencias individuales y colectivas, dimensiones
vel (510 departamentos / partidos y 15 comunas privadas (ingresos, nivel de instrucción) y públi-
de la CABA) o para niveles más detallados como cas (accesibilidad, cuestiones ambientales), esca-
los de fracciones o radios censales (aproximada- la de análisis, ajuste con la información disponi-
mente 5000 unidades en la Argentina). Esta suer- ble o geo-referenciación y validación de los resul-
te de paradoja de la información geográfica implica tados obtenidos.3
que la información más interesante se encuentre más Sobre la base de información censal, otras fuen-
fácilmente disponible sólo para escalas poco interesan- tes estadísticas (éditas e inéditas), imágenes sateli-
tes; por consiguiente, y a pesar de los indudables
1 Este fenómeno fue señalado por Openshaw (1984).
progresos en los Sistemas Estadísticos Naciona- 2 Recomendamos al respecto el trabajo de Giusti (2007).
les, a medida que el nivel de análisis espacial se 3 En este punto resulta importante la comparación de los
incrementa la disponibilidad de información se resultados obtenidos (mapas de las dimensiones del bien-
restringe. estar a nivel departamental) con la realidad. Cuando habla-
Existe un problema metodológico adicional con mos de realidad, incluimos la contrastación de los elemen-
respecto a la medición de los diferenciales de cali- tos contextuales objetivos (reflejados en los indicadores
utilizados) con la percepción de los propios residentes (a
dad de vida de la población: el empleo de unida-
través de trabajo de campo, incluyendo la propia percep-
des territoriales relativamente artificiales, tales co- ción en perspectiva del territorio, así como la de los agen-
mo provincias y –aunque en menor medida– los tes involucrados a partir de encuestas y entrevistas en pro-
departamentos / partidos / comunas, los cuales no fundidad in situ).
108 III • Calidad de vida en Argentina

tales y relevamientos en el terreno, hemos diseña- tuaciones de adversidad: temprana inserción en


do un Sistema de Información Geográfica (SIG) el mercado laboral, escaso patrimonio cultural
que incorpora todos los departamentos de la Re- familiar, dificultades de acceso (espacial, cultu-
pública Argentina en las cuatro últimas fechas ral) a los establecimientos educativos, carencia
censales (1980, 1991, 2001 y 2010), cuyo propó- de motivación o de condiciones de salud básicas,
sito central es la determinación de los niveles de etc. Estos y otros factores tienden a retroalimen-
bienestar de la población con el mayor grado de tar un círculo vicioso que disminuye las posibi-
desagregación territorial posible.4 lidades de desarrollo y promoción social de vas-
Basándonos en nuestras propias experiencias y tos sectores sociales. En contraposición, quienes
en trabajos previos de investigación ampliamen- culminaron sus estudios universitarios han po-
te discutidos en ámbitos específicos,5 hemos em- dido retrasar su edad de ingreso a la PEA y se en-
pleado una selección de 29 variables socioeconó- contraban más representados entre los sectores
micas (educación, salud, vivienda) y ambientales sociales medios y altos, fundamentalmente urba-
(problemas ambientales, recursos recreativos) pa- nos, ya que la accesibilidad constituye un factor
ra mensurar el bienestar de los argentinos. decisivo a la hora de establecer las oportunida-
Otros trabajos metodológicos (Marinelli et al. des educativas. Una vez culminados, y a pesar del
2005, Torcida et al. 2001, Cepeda et al. 2004), par- proceso de devaluación de las credenciales educa-
tiendo de la totalidad de las variables censales dis- tivas,6 son un elemento muy significativo, entre
ponibles y mediante un procedimiento de selec- otros factores, para la ampliación de horizontes y
ción estrictamente matemático (selección auto- el incremento de oportunidades; muy especial-
mática), han arrojado resultados muy similares mente, para la inserción en el mercado laboral y
a aquellos obtenidos para el caso argentino pa- en ciertas redes sociales, vectores decisivos en la
ra los ochenta, noventa y principios del XXI (Ve- génesis de la estructura social y, por ende, en las
lázquez 2001, Velázquez 2008). A continuación, condiciones de reproducción (y de bienestar) de
desarrollamos una breve descripción y análisis de la población.
los indicadores seleccionados para cada una de
ellas. Salud

DIMENSIÓN SOCIOECONÓMICA • Tasa de mortalidad infantil (TMI) según lugar


de residencia de la madre. (Ministerio de Salud.
Educación
Dirección de Estadísticas e información de sa-
lud, DEIS). Se toma la media de los tres años
• Porcentaje de población de 15 años o más que
pericensales para disminuir las oscilaciones
ya no asiste, con nivel de instrucción alcanzado
aleatorias propias de esta tasa.7
menor a primario completo (cuadros 7.8, Cen-
so 2001, y P 29, Censo 2010). • Proporción de población sin cobertura por
obra social, plan de salud privado o mu-
• Proporción de población de 15 años o más que
tual (cuadros 6.3, Censo 2001, y P 12, Cen-
ya no asiste, con nivel de instrucción alcanza-
so 2010).
do igual a universitario completo (cuadros 7.8,
Censo 2001, y P 29, Censo 2010). La TMI constituye uno de los indicadores clási-
cos para establecer el nivel de salud de una pobla-
La importancia de ambas variables reside en su
ción, ya que está afectada por una serie de facto-
poder de discriminación de los extremos de la pi-
res que poseen fuerte determinación social. Más
rámide educativa. Aunque el ciclo primario fue-
allá de la acción del sistema sanitario, los factores
ra formalmente obligatorio en la Argentina en el
socioeconómicos que más inciden sobre la TMI
2001, su incumplimiento evidenciaba diversas si-
son el nivel de instrucción de la madre y el estra-
4 Aunque el SIG incluye información a partir de 1980, en
to ocupacional del padre.8 Es decir que, en un
este trabajo nos ocupamos especialmente de la situación 6 El Censo 2001 permitió obtener información sobre el
en torno al 2001 y 2010. título obtenido. En el Censo 2010 se distingue, a su vez, a
5 Destacamos la Red de Investigadores Latinoamericanos los postgraduados universitarios.
de Calidad de Vida Urbana, las diversas sesiones sobre po- 7 También hicimos pruebas con los quinquenios pericen-
blación y calidad de vida realizadas en las Jornadas Argen- sales (por ejemplo, 1999-2002), pero el resultado termina-
tinas de Estudios de Población (AEPA) y en los Semina- ba ocultando algunas de las variaciones reales (Vega, Tor-
rios Internacionales sobre Población y Sociedad en Améri- cida y Velázquez 2006).
ca Latina (SEPOSAL). 8 Para un análisis detallado de la influencia de la estruc-
9 • La medición del bienestar 109

contexto socioeconómico adverso, la multiplica- DIMENSIÓN AMBIENTAL11


ción de establecimientos sanitarios o de recursos
humanos puede reducir la TMI, pero sólo hasta La Argentina es un país caracterizado por gran
cierto punto, ya que la estructura social determi- diversidad de ambientes, singular riqueza en re-
nará igualmente sectores más vulnerables. La in- cursos de base natural y de recursos recreativos
formación sobre cobertura social complementa a socialmente construidos. Unos y otros pueden
la de TMI, reflejando indirectamente la propor- beneficiar o perjudicar las condiciones de vida de
ción de población contenida en el sistema de sa- la población. Para efectuar una aproximación a
lud y en la estructura económica, ya que abarca la incidencia de la calidad ambiental respecto del
trabajadores en relación de dependencia (con tra- bienestar de la población, consideraremos las si-
bajos de mayor calidad en un contexto de aún al- guientes variables.
ta precarización laboral) y aquellos que, siendo
cuentapropistas, disponen de ingresos suficien- Problemas ambientales (PA)
tes como para poder costearse un plan de salud
en el mercado. • Uso de plaguicidas en agricultura. (Defensoría
del Pueblo. Atlas Ambiental de la Niñez, 2009).
Vivienda • Participación de industria y minería en el PBG.
(INDEC, 2003).
• Porcentaje de población que reside en hogares
• Contaminación / ruido / congestionamiento. (In-
que tienen inodoro sin descarga de agua o ca-
formación municipal / terreno / escala urbana).
recen de inodoro. (cuadros 4.6, Censo 20019, y
P 40, Censo 2010). • Localizaciones peligrosas. (Información muni-
cipal / terreno / imágenes satelitales).
• Proporción de población en hogares hacina-
dos, considerando como tales a aquellos que • Localizaciones con externalidades negativas.
superan las 2 personas por cuarto. (cuadros (Información municipal / terreno / imágenes sa-
4.8, Censo 2001, y H 9 Censo 2010). telitales).
• Inseguridad. Tasa de hechos delictivos por ca-
La carencia de un elemento tan básico como
da 10.000 habitantes. (Dirección Nacional de
el retrete pone en evidencia el déficit de equipa-
Política Criminal, 2008).
miento de las viviendas. Este elemento depende
de la situación individual del hogar y, a diferen- • Asentamientos precarios. Porcentaje de pobla-
cia de otros (como provisión de agua o alcanta- ción residente en villas miseria. (Argentina. IN-
rillado), es independiente de su localización res- DEC. Censo Nacional 2001. Información in-
pecto de una red establecida. La relación de perso- édita, 2004).
nas por cuarto muestra un aspecto cuantitativo: • Basurales. Porcentaje de población residente
la deficiencia de la vivienda en relación con la can- a menos de 300 metros de un basural a cielo
tidad de moradores. Aunque el criterio censal en abierto. (Argentina. INDEC. Censo Nacional
2001 y 2010 establezca un umbral de 3 personas 2001. Información Inédita, 2004).
por cuarto para determinar el hacinamiento, ya • Sismicidad y vulcanismo. (Chiozza et al. Atlas
que su propósito es la medición de la pobreza, no- total de la República Argentina, 1987).
sotros hemos optado, para la medición de la cali- • Tornados. (Geosistemas. Mapas de Riesgos Na-
dad de vida, por disminuir este umbral a 2 perso- turales en la Argentina, 1997).
nas por cuarto.10
• Inundabilidad. (Argentina. INDEC. Censo Na-
tura ocupacional y el nivel educativo sobre la TMI, reco- cional 2001. Información inédita, 2004).
mendamos el trabajo de M. Müller (1984). Obviamen- • Malestar climático. (IRAM. Clasificación bio-
te, también existen factores biológicos, como el espa-
ambiental de la República Argentina, 1996).
ciamiento entre partos, edad de la madre, peso al nacer,
etcétera. Como puede observarse en el listado de proble-
9 Aquí también hemos incluido los casos de retrete “igno- mas ambientales incluidos, éstos deben ser con-
rado”, suponiendo que la mayoría de estos reflejan la ca- cebidos en un sentido amplio, dado que incluyen
rencia del artefacto en cuestión.
10 Así, para los Censos, un matrimonio con 4 hijos que 11 Los detalles sobre las variables ambientales utilizadas
reside en una vivienda con dos habitaciones no estaría ha- (problemas ambientales, recursos recreativos de base na-
cinado (NBI por hacinamiento), mientras que, según el tural y recursos recreativos socialmente construidos) pue-
criterio que hemos establecido, sí lo estaría. den encontrarse en Velázquez y Celemín (2013).
110 III • Calidad de vida en Argentina

eventos de carácter estrictamente natural (torna- LA INTEGRACIÓN DE DIMENSIONES:


dos, inundaciones o sismos) y hechos vinculados EL ÍNDICE DE CALIDAD DE VIDA
con las acciones de la sociedad (basurales, asen-
tamientos precarios) en recortes territoriales es- Luego de enumerar cada una de las 29 variables
pecíficos. seleccionadas, explicaremos cómo utilizaremos
esta información para elaborar un índice que
Recursos recreativos abarque los aspectos que hemos considerado se-
paradamente.
Los recursos recreativos, ya sea de base natural o El primer paso para la construcción del índice
socialmente construidos, se comportan como fac- de calidad de vida es la transformación de las ta-
tores de atracción que permiten mejorar la cali- sas en números-índice parciales, lo cual se reali-
dad de vida de la población, de allí que en la valo- zó según el tipo de variable con el siguiente pro-
ración hemos considerado: cedimiento:
a) Recursos recreativos de base natural (RRBN) a) Variables de costo (Problemas ambientales, po-
(Fuente: Información municipal / terreno / blación con nivel de instrucción menor a pri-
imágenes satelitales). mario, población residente en hogares hacina-
• Playas. dos, población sin obra social, población sin
retrete de uso exclusivo, viviendas deficientes
• Balnearios a orillas de ríos, lagos, lagunas o di- y TMI).
ques.
máximo - a
• Centros termales. I=
máximo - mínimo
• Nieve / hielo (posibilidad de actividades recrea-
tivas invernales). donde a: variable de costo.
• Relieve. b) Variables de beneficio (Población con nivel de
• Espejos y cursos de agua. instrucción universitario, recursos recreativos
de base natural y recursos recreativos social-
• Parques y espacios verdes.
mente construidos).
b) Recursos recreativos socialmente construidos máximo - b
(RRSC) I = 1-
máximo - mínimo
(Fuente: Información municipal / terreno).
• Estética / patrimonio urbano. donde b: variable de beneficio.

• Centros culturales. Una vez transformadas las variables, resulta po-


sible la elaboración del índice de calidad de vida,
• Centros comerciales y de esparcimiento.
cuya composición se muestra en el cuadro 9.1, en
• Centros deportivos. la página siguiente.
En suma, nuestro índice de calidad de vida está Como puede observarse, las 29 variables se agru-
compuesto a partir de una combinación ponde- pan en 9 macro-variables. Así, RRBN incluye 7 va-
rada de 29 variables de educación, salud, vivien- riables de recursos recreativos o PA reúne 12 va-
da, problemas ambientales y recursos recreativos. riables vinculadas con problemas ambientales. La
Tal como se señaló, las variables fueron seleccio- ponderación final, tal como señalamos, se efectuó
nadas a partir de su significatividad y su disponi- ajustando trabajos previos de investigación am-
bilidad o posibilidad de ser relevadas con los re- pliamente discutidos en ámbitos específicos.12 En
cursos disponibles a escala departamental para este sentido, coincidimos con Tanguay, quien sos-
todo el territorio nacional (3.761.274 km2 divi- tiene al respecto que se trata de un procedimiento
didos en 510 departamentos y 15 comunas de la cuyo ajuste final de variables no puede justificar-
Ciudad de Buenos Aires: 525 unidades en total). se totalmente sin cierto margen de arbitrariedad
De ahí que otras variables que pudieran ser con- (Tanguay et al. 2010).
sideradas en otras propuestas metodológicas (co-
12 Red de Investigadores Latinoamericanos de Calidad de
mo tiempo de traslados, satisfacción residencial,
Vida Urbana, diversas sesiones sobre población y calidad
autorealización, sensación de pertenencia, salud de vida realizadas en las Jornadas Argentinas de Estudios
mental, etcétera) no fueron contempladas aún en de Población (AEPA) y en los Seminarios Internacionales
nuestro índice. sobre Población y Sociedad en América Latina (SEPOSAL).
9 • La medición del bienestar 111

Cuadro 9.1. Dimensiones y variables del índice de calidad de vida.

Macro
Peso parcial (%) Peso total (%)
variable(s)

Ed<1ria 10
Educación 20
Eduniversit 10

Dimensión TMI 10
Salud 20
socioeconómica Sobsocial 10

Sretrete 10
Vivienda 20
Hacinam 10

RRBN (7) 10
Dimensión 20
ICA RRSC (4) 10
ambiental
PA (12) 20 20

Total 100

Referencias: Ed<1ria: Porcentaje de población que ya no asiste, de 15 años y más, sin nivel primario completo.
Eduniversit: Porcentaje de población que ya no asiste, de 15 años y más, con nivel de instrucción universitario
completo. TMI: Tasa de mortalidad infantil por mil nacidos vivos. Sobsocial: Porcentaje de población sin obra
social ni mutual. Sretrete: Porcentaje de población que reside en viviendas que carecen de inodoro de uso
exclusivo o no posee descarga de agua. Hacinam: Porcentaje de población en hogares con más de 2 personas
por cuarto. ICA: índice de calidad ambiental (Velázquez y Celemín 2013). RRBN: Recursos recreativos
de base natural. RRSC: Recursos recreativos socialmente construidos. PA: Problemas ambientales.
10

MODIFICACIONES Y CONTINUIDADES
EN LOS INDICADORES DEL BIENESTAR.
SITUACIÓN GENERAL.

Los indicadores significativos precedentemente socioeconómicas de la población argentina indu-


reseñados, vinculados con el bienestar de la po- dablemente mejoraron durante el último período
blación, fueron incorporados a un Sistema de In- intercensal.
formación Geográfica (SIG). Considerando ca- Con respecto a los indicadores de educación, se
da dimensión separadamente, podemos mostrar ha registrado una disminución sustantiva de la
el siguiente panorama general representado en el población con escolaridad deficiente. Esto se vin-
cuadro 10.1. cula con el objetivo de incrementar la contención
Como puede observarse allí, las estadísticas cen- en el sistema educativo formal, aunque probable-
sales y vitales consideradas en el índice de calidad mente en un contexto de persistencia de la frag-
de vida1 permiten afirmar que el complicado pa- mentación de los circuitos educativos. El otro ex-
norama que mostraba la calidad de vida de los ar- tremo de la pirámide educativa, el de la población
gentinos en el 2001 se ha revertido en gran medi- universitaria, aumentó significativamente su pro-
da, aunque en forma asimétrica. Las condiciones porción. Durante este lapso, de la mano del incre-
mento presupuestario a la educación superior se
1 No efectuamos comparaciones respecto de las varia- crearon varias universidades en diferentes puntos
bles ambientales, ya que las utilizadas a partir del 2010
del país, aumentando así la oportunidad de acce-
son más (23 en total) y más complejas (12 sobre proble-
mas ambientales, 7 sobre RRBN y 4 sobre RRSC) que las so a algunos sectores de la población.
utilizadas precedentemente (inundabilidad, sismicidad, La situación de la salud también ha mejorado os-
tornados, erosión de suelos y viviendas de fin de semana). tensiblemente. Más allá del proceso de transición

Cuadro 10.1. Evolución de indicadores socioeconómicos en la Argentina. Tasas absolutas 1991-2010.

Educación Salud Vivienda


% población
% población % población % población % población sin
TMI sin obra
<1ria universitaria hacinada retrete
social
1991 22,08 3,81 21,7 37,76 27,20* 21,86
2001 17,90 4,39 16,6 48,05 29,15 16,86
2010 12,86 6,84 11,9 36,08 28,06 15,16**

* El dato corresponde a % de hogares.


** El dato corresponde a población sin retrete con descarga de agua.
Fuente: Censos nacionales y elaboración personal.
114 III • Calidad de vida en Argentina

demográfica, la Argentina ha disminuido su mor- Ahora bien, ¿cómo podríamos cuantificar estos
talidad infantil en términos generales y, como ve- avances en términos comparativos? En otras pala-
remos, en forma sustantiva en algunas de las ju- bras, ¿cómo cambió la calidad de vida promedio de
risdicciones más vulnerables. Por otra parte, la los argentinos durante este último lapso?
cobertura de salud también se ha incrementado Para responder a estas preguntas, efectuamos
fuertemente, logrando revertir los retrocesos ve- una reelaboración de los datos presentados en el
rificados en el 2001. Este proceso se explica por el cuadro 10.1. En el cuadro 10.2, se transforman en
incremento del presupuesto de salud, por el des- números-índice (base 2010) los datos de 2001 y
empeño del mercado laboral y por el sensible in- 1991 para hacerlos totalmente comparables2.
cremento de la cobertura previsional durante es- A partir de los números-índice del cuadro 10.2,
te lapso. resulta posible establecer los índices de calidad de
Los indicadores de vivienda son los que menos vida promedio para cada año (cuadro 10.3).
avances evidenciaron. Al deterioro de las vivien- 2 Para transformar en números-índice (base 2010) las tasas
das existentes se suma la aún insuficiente cons- de 1991 y 2001, se tomaron las tasas de cada año y se las re-
trucción de nuevas unidades destinadas a secto- firió al máximo y mínimo del 2010. Por ejemplo, la TMI de
res populares. El segmento más dinámico siguió 1991 (21,7 por mil) referida a los mínimos y máximos depar-
constituyéndolo la demanda solvente, destinada tamentales de TMI del 2010 (4 y 40 por mil respectivamente)
a sectores minoritarios con altos ingresos. Esta si- se corresponde con un índice de 0,51. En todos los casos, un
índice mayor indica mejor situación relativa (tanto para las
tuación muy probablemente haya mejorado con variables de costo como para las de beneficio). Recordemos
posterioridad al censo 2010 por la implementa- que las variables ambientales utilizadas no son las mismas,
ción del programa PROCREAR. por lo que no pueden ser estandarizadas para los tres años.

Cuadro 10.2. Evolución de indicadores socioeconómicos en la Argentina. Números-índice 1991-2010.

Educación Salud Vivienda


% población
% población % población % población % población sin
TMI sin obra
<1ria universitaria hacinada retrete
social
1991 0,56 0,09 0,51 0,56 0,73 0,49
2001 0,65 0,10 0,65 0,42 0,71 0,51
2010 0,76 0,16 0,78 0,59 0,72 0,65

Fuente: elaboración personal a partir del cuadro 10.1.

Cuadro 10.3. Índice de calidad de vida promedio de la población argentina. 1991-2010.

Tasa anual (‰)


Incremento
ICV Longitud del
absoluto
período
1991 4,91
2001 5,23 6,60% 10,5 años 6,03
2010 6,09 16,39% 9 años 17,05

Fuente: elaboración personal a partir del cuadro 10.2.


10 • Modificaciones y continuidades en los indicadores del bienestar 115

Vemos que, entre 1991 y 2001, el aumento del triplicó respecto del período anterior. También se
ICV fue muy escaso, dado que creció a una tasa registran avances sustanciales en educación y sa-
de tan sólo 6,03‰ anual. El modesto incremen- lud atribuibles a políticas públicas activas duran-
to se debió más a las características de inercia pro- te estos años.3 Como señalamos, en lo que respec-
pias de la transición demográfica que a mejoras ta a vivienda los logros hasta octubre del 2010 ha-
reales durante esa difícil década. Salvo tragedias bían resultado aún muy modestos.
muy excepcionales, según la teoría demográfica, Estos elocuentes números generales nos permi-
se espera una paulatina reducción de la mortali- ten afirmar que la expresión “década ganada” uti-
dad infantil por los avances médicos y sanitarios. lizada para la Argentina de principios de siglo XXI
No obstante, se ve claramente cómo la cobertu- tiene mucho más de realidad que de “relato”. Ve-
ra social disminuyó drásticamente. Durante esa remos, más adelante, qué ocurre al analizar estas
triste década, los avances en escolarización fueron situaciones con el detalle que nos permite la esca-
muy modestos y en vivienda casi insignificantes la departamental / comunal (525 unidades).
(empeoró el hacinamiento y mejoró ligeramente
3 En este punto hay cuestionamientos de algunos secto-
la carencia de retrete).
res respecto de la validez de los datos suministrados por el
Durante la última década (2001-2010), la situa- Sistema Estadístico Nacional. Sin embargo, estos logros
ción es completamente diferente. La tasa de creci- han sido reconocidos por diversos organismos internacio-
miento del índice de calidad de vida (17,05‰) se nales, como la UNICEF, OEA, Banco Mundial, FMI, etc.
11

DIMENSIÓN SOCIOECONÓMICA

Como anticipamos, entre 2001 y 2010 los indica- los valles más densamente poblados. En el NEA
dores socioeconómicos han experimentado mejo- las tasas también eran muy altas, fundamental-
ras sustantivas, aunque con asimetrías. A conti- mente en su interior, más alejado de sus capita-
nuación, incluiremos una serie de mapas compa- les. También se registraban altas tasas en la me-
rativos de la última década, utilizando los mismos seta patagónica, el oeste pampeano, la pampa
valores para la definición de los intervalos. deprimida, las travesías cuyanas alejadas de los
En general, los mapas de la mortalidad infan- oasis, así como en el sur y el oeste del conurba-
til se muestran muy fragmentados. En el 2000- no bonaerense.
2002, existían tasas altas en grandes sectores En el 2010 la situación mejoró ostensiblemen-
del NOA, especialmente hacia el oeste, fuera de te: los núcleos más duros de mortalidad infantil

Mapa 11.1. Tasa de mortalidad infantil. Mapa 11.2. Tasa de mortalidad infantil.
Argentina, 2000-2002. Argentina, 2009-2011.

Fuente: elaboración personal sobre la base de DEIS, Ministerio de Salud.


118 III • Calidad de vida en Argentina

del norte se redujeron considerablemente, aun- La explicación de la disminución se relaciona,


que persistieron en las zonas más aisladas: Puna, por un lado, con políticas activas asociadas con
oeste del Chaco, interior de Corrientes. También el propio sistema sociosanitario, particularmen-
se redujo notablemente la tasa en la meseta pa- te respecto de la atención materno-infantil.1 Por
tagónica, el oeste pampeano y la pampa deprimi- otro lado, con mejoras en las condiciones socioe-
da. La RMBA tampoco escapaba a esta importan- conómicas y de hábitat (provisión de agua pota-
te mejora. ble, evacuación de residuos) y el incremento del
Sin duda, los avances experimentados duran- nivel de instrucción, fundamentalmente de las
te la década fueron muy significativos, especial- nuevas madres.2
mente entre los grupos que registraban mayor En el 2001, en la gran mayoría del NOA y del
TMI en 2001. Recordemos al respecto que, a es- NEA, la población sin obra social alcanzaba por-
cala nacional, la TMI se redujo de 16,6 a 11,9 en- centajes altísimos; en la mayoría de sus departa-
tre 2001 y 2010. mentos, superaba el 63%.
Considerando la escala provincial, las jurisdic- En el 2010, gracias al crecimiento económico y
ciones que más mejoraron fueron Corrientes, algunos otros logros de la década, esta propor-
Chaco y Misiones. Todas ellas disminuyeron 8 ción ha disminuido a aproximadamente la mi-
o más puntos su TMI. Si bien el punto de parti- tad de los departamentos. Persiste, sin embargo,
da (2001) había sido muy malo y, por tanto, los en ambas regiones población con trabajos basura
avances podrían parecer más fáciles, la realidad es
1 El impacto de la Asignación Universal por Hijo y su ex-
que la mera transición demográfica no puede dar tensión a las madres embarazadas parece insoslayable al
cuenta en sí misma de este fenómeno. De hecho, respecto.
la Argentina del 2001 continuaba teniendo una 2 La TMI se correlaciona estrechamente con el nivel de
TMI muy alta. instrucción materno.

Mapa 11.3. Población sin obra social. Mapa 11.4. Población sin obra social.
Argentina, 2001. Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal Fuente: elaboración personal


sobre la base del Censo 2001. sobre la base del Censo 2010.
11 • Dimensión socioeconómica 119

en un ámbito con alta proporción de población gunos de los centros más poblados, continúa re-
campesina y persistentes relictos de marginali- sultando insuficiente.
dad urbana. El trabajo por cuenta propia y las La proporción de población en hogares sin re-
changas ocasionales se complementan con diver- trete ha disminuido drásticamente en la Argenti-
sos programas que contribuyen, indudablemen- na en el 2010. Esto es producto de políticas desti-
te, a mejorar las condiciones respecto del 2001, nadas a establecer sensibles mejoras en la infraes-
pero que –especialmente en las zonas más aisla- tructura de las viviendas de la población rural y
das– resultan aún insuficientes. Las políticas de de las periferias urbanas, que constituían los dos
salud reproductiva implementadas en los últi- conjuntos con mayores carencias.
mos años contribuirán, sin duda, a revertir la his- Por eso el interior del NOA y del NEA, con alto
tórica transferencia intergeneracional de la po- componente de población campesina y periferias
breza en ambas regiones, que se han caracteri- urbanas en proceso de consolidación, han mejo-
zado históricamente por sus elevados niveles de rado ostensiblemente su situación, pero siguen
fecundidad. teniendo núcleos que aún evidencian este proble-
En el resto del país, en general, la cobertura de ma. Por el contrario, la meseta patagónica y la pe-
salud u obra social también resultaba muy poco riferia de la RMBA han experimentado mejoras
satisfactoria en el 2001. En ese difícil año, el 75% sustantivas respecto del año 2001.
de los departamentos de la Argentina (382 unida- A escala provincial, unidades como Chaco, Co-
des) tenían casi 44% de sus residentes sin este be- rrientes, Misiones, Formosa o Jujuy, que habían
neficio, mientras que en 2010 esta proporción dis- partido de una pésima situación relativa en 2001,
minuyó a 205 departamentos. se han beneficiado con una ostensible disminu-
En otros términos, en el año 2010, 320 depar- ción de la población sin retrete (más de 10 pun-
tamentos / comunas alcanzaban la mejor situa- tos). Por el otro, la gran mayoría de los territorios
ción (con los parámetros cuartílicos del 2001). Se lo hicieron en una medida más modesta. Resul-
destacan especialmente algunas comunas de la tan particularmente escasos los desempeños de la
CABA, norte del conurbano, Santa Cruz, Tierra CABA y Tierra del Fuego que casi no han experi-
del Fuego y algunos partidos del sur de la pro- mentado mejoras durante este lapso.3 La explica-
vincia de Buenos Aires por su baja proporción ción general se vincula con la concepción de mer-
de población sin obra social (menos del 15% de cancía que sigue teniendo la vivienda en nuestra
su población). formación social. Los sectores más vulnerables no
Analizando a escala provincial, todas las juris- logran aún acceder a servicios básicos ni a mejo-
dicciones mejoraron su situación. Los casos más rar sus paupérrimas viviendas, un escollo casi in-
ostensibles fueron Río Negro, Corrientes, Buenos salvable a la hora de intentar lograr o incrementar
Aires, Santa Cruz y Córdoba, que registraron me- cierto grado de bienestar.4
joras de más de 12 puntos. Contrariamente, los Durante los noventa, en el marco de una lógi-
avances más modestos se registraron en La Rio- ca de ajuste y retiro del Estado, la vivienda y la
ja (menos de 3 puntos). Recordemos que el punto infraestructura se han tornado crecientemen-
de partida (2001) era pésimo y, por tanto, parecie- te mercancías. Esto produjo un agravamiento
ra una situación fácilmente mejorable. de la situación habitacional en la Argentina, cu-
Una vez más, este desempeño no se puede ex- ya máxima expresión fue el mapa de 2001. En el
plicar por el mero transcurso del tiempo. Por el marco de esta lógica, se redujo ostensiblemente
contrario, por un lado, hubo importantes esfuer- la intervención del Estado en el mercado inmobi-
zos por incrementar la cobertura social y previsio- liario, particularmente en detrimento de la clase
nal durante este lapso. Las políticas activas en es- media. La transformación del Banco Hipotecario
te sentido permitieron revertir en parte la heren- Nacional en Banco mayorista dejó a estos secto-
cia de los noventa. Otros factores explicativos son res medios sin su herramienta tradicional de fi-
la disminución del desempleo (llegó a alcanzar pi- nanciamiento.
cos del 50% en 2001, mientras que en el 2010 se
situaba por debajo del 10%) y el incremento del 3 A pesar de ser las jurisdicciones más ricas del país, tanto
poder adquisitivo, que permitió a algunos cuen- en la CABA como en Tierra del Fuego aún más de 3% de la
población carece de retrete.
tapropistas y profesionales optar por planes de
4 Estos resultados podrían cambiar a partir del lanza-
salud prepagos. Todas estas circunstancias con- miento del plan PROCREAR (créditos estatales para vi-
tribuyeron, asimismo, a la menor sobrecarga del viendas) con posterioridad a la fecha del relevamiento cen-
sistema público de salud que, sin embargo, en al- sal del 2010, en octubre de 2010.
120 III • Calidad de vida en Argentina

Al deterioro de las viviendas existentes se sumó central mendocino y en las zonas de travesía en
entonces una dicotomización de la oferta, pues- general.
to que, por un lado, hay unidades minúsculas y La región pampeana exhibe, en general, bue-
deficientes destinadas a sectores de bajos ingre- na situación relativa, salvo en la zona de contac-
sos mientras, por el otro, se dinamiza la construc- to con la RMBA y en algunos sectores de la cos-
ción suntuaria, destinada a la demanda solvente ta Atlántica vinculados con procesos estacionales.
de agentes de altos ingresos. La RMBA muestra claramente la fragmentación
Por ello, la proporción de población en hoga- social del territorio, permitiendo distinguir situa-
res hacinados (más de dos personas por cuarto), ciones de hacinamiento en las comunas del sur de
aunque disminuyó algo entre 2001 y 2010, sigue la CABA y peores condiciones en los partidos del
mostrando la peor situación relativa en las regio- oeste y el sur del conurbano.
nes del NOA y del NEA. La constitución de unida- A escala provincial, provincias como Jujuy, Sal-
des familiares jóvenes, en ámbitos de alta fecundi- ta, Formosa, o Chaco, que habían partido de una
dad relativa y escasez de medios, en el contexto de pésima situación en el 2001, han mejorado osten-
mercantilización ya señalado, contribuyeron a la siblemente su situación respecto del hacinamien-
persistencia de este déficit. to, ya que en todas ellas la población que padecía
La región patagónica sigue mostrando proble- este grave problema disminuyó más de 5 puntos.
mas de hacinamiento. Esto resulta notorio en Este déficit habitacional, sin embargo, se agravó
Neuquén –aunque con menos magnitud que du- en Santa Cruz, Tierra del Fuego y la CABA. El ca-
rante el 2001–, mientras que en el resto de la re- rácter de mercancía de las viviendas se hace pre-
gión la situación ha mejorado ligeramente. sente una vez más, fundamentalmente en las úl-
En Cuyo persisten problemas de hacinamien- timas jurisdicciones mencionadas. Santa Cruz y
to, especialmente entre el oasis sanjuanino y el Tierra del Fuego están sujetas a fuerte recepción

Mapa 11.5. Población en hogares sin retrete. Mapa 11.6. Población en hogares sin retrete.
Argentina, 2001. Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal Fuente: elaboración personal


sobre la base del Censo 2001. sobre la base del Censo 2010.
11 • Dimensión socioeconómica 121

de población (fundamentalmente relacionada sibilidad relativa contribuya a facilitar el cumpli-


con las posibilidades de empleo y mayores ingre- miento de la escolaridad básica.5
sos) y la CABA a la absoluta impunidad del mer- A escala provincial, provincias como Chaco o
cado y la especulación inmobiliaria. Este proble- Río Negro lograron disminuir en más de 6 puntos
ma también se presenta, en gran medida, en la la población sin estudios básicos. Este proceso se
mayoría de las ciudades grandes e intermedias, vincula con el mayor financiamiento relativo para
fundamentalmente en las vinculadas con proce- las provincias más deficitarias, que habían sufri-
sos tales como agro-negocios, minería o turismo do el traspaso de las escuelas durante los noventa,
masivo. pero sin los recursos correspondientes. Este pa-
La proporción de población que no alcanzó a norama se repite en la mayoría de las jurisdiccio-
terminar el nivel primario continúa mostrando nes donde los logros han sido importantes, supe-
diferencias, pero se han reducido sensiblemente. rando los 4 puntos. Los resultados más modes-
Una vez más, el NOA y el NEA aparecen en si- tos se experimentaron en la CABA, en la que las
tuación más desfavorable, especialmente en una mejoras registradas superaron apenas los 2 pun-
amplia zona de contacto entre ambas regiones. tos.6 Otras provincias donde las mejoras fueron
También es muy adversa la situación de la meseta escasas son: Tucumán, Buenos Aires, Santa Cruz
patagónica norte y zonas localizadas fuera de los y Tierra del Fuego. Todas ellas tienen aún mucho
núcleos urbanos principales.
5 Cabe recordar que desde 2006 ya no sólo la escolaridad
En las regiones pampeana y cuyana, también re-
básica sino la secundaria es obligatoria en la Argentina.
sulta nítida la diferencia entre las áreas centrales y
6 En la CABA 3,40% de su población sigue aún sin com-
sus respectivas periferias. La única región con ni- pletar su escolaridad básica. En algunas comunas, como la
veles bajos y medios continúa siendo el Gran Bue- 8 (al sur de la ciudad) la proporción de población sin esco-
nos Aires, probablemente porque su mejor acce- larización básica alcanza casi 9%.

Mapa 11.7. Población en hogares hacinados. Mapa 11.8. Población en hogares hacinados.
Argentina, 2001. Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal Fuente: elaboración personal


sobre la base del Censo 2001. sobre la base del Censo 2010.
122 III • Calidad de vida en Argentina

margen (y necesidad) para continuar mejorando universidades en el norte del país continúa bas-
en este aspecto. tante restringida más allá de las capitales provin-
Entre 2001 y 2010, en relación con el sensible in- ciales y las principales ciudades, cuyos residentes
cremento del presupuesto educativo, se crearon logran escapar un poco de los exiguos guarismos
varias universidades en diferentes puntos del país regionales.
y se incrementó la oferta de carreras virtuales (vía En el 2001 esta vinculación con la localización
internet), aumentando así la oportunidad de ac- de las universidades7 se repetía muy fuertemente
ceso a vastos sectores de la población. Este fenó- en todas las regiones, inclusive en el Gran Buenos
meno, junto con la competitividad del mercado Aires, donde aún contrastaba fuertemente la di-
laboral, trajo consigo un considerable incremen- ferencia entre el nivel educativo alcanzado por la
to de la proporción de la población universitaria población del norte de la Ciudad Autónoma de
entre 2001 y 2010. En el 2001 había dos depar- Buenos Aires y la de los partidos del primer y se-
tamentos (Rinconada en Jujuy y Limay Mahuida gundo anillo del conurbano. En el 2010 la situa-
en La Pampa) que carecían de graduados univer- ción cambia completamente, no sólo por la am-
sitarios (es decir que no contaban siquiera con un pliación del presupuesto y la creación de univer-
médico, un veterinario, etc). En el 2010 esto ya no sidades en diversos puntos del conurbano, sino
ocurre en ningún departamento / comuna de la por las expectativas de movilidad social asociadas
Argentina. con los cambios de la última década. La creciente
Los mapas respectivos alcanzan sus menores ni-
7 Básicamente con las Nacionales, cuyas carreras de gra-
veles en el NOA y el NEA. Por un lado, la estruc-
do continúan siendo gratuitas a pesar de la constante pre-
tura social genera escasas condiciones para acce- sión ejercida durante los noventa. No ha ocurrido lo mis-
der a estudios universitarios a la enorme mayo- mo con los postgrados, cuya proliferación tuvo particular
ría de la población. Por otra parte, la presencia de relevancia a partir del neoliberalismo.

11.9. Población con instrucción menor Mapa 11.10. Población con instrucción
que primaria. Argentina, 2001. menor que primaria. Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal Fuente: elaboración personal


sobre la base del Censo 2001. sobre la base del Censo 2010.
11 • Dimensión socioeconómica 123

proporción de universitarios de primera generación sistencia. En el 2010 la situación mejora nota-


(sin antecedentes familiares) es un síntoma muy blemente, especialmente en las zonas más den-
claro de estos logros. samente pobladas.
En la región pampeana la proporción de gradua- A nivel provincial, los mayores aumentos de gra-
dos universitarios también creció ostensiblemen- duados universitarios se verificaron en la CABA,
te. Aún persiste, pero en mucha menor medida, Tierra del Fuego, Neuquén, Mendoza y Córdoba,
una suerte de gradación del centro hacia la perife- todas superando los 3 puntos. Como ya señala-
ria, mostrándose valores más bajos de población mos, el notable incremento de graduados univer-
universitaria en el oeste pampeano y el norte de sitarios se corresponde, en gran medida, con las
Córdoba y Santa Fe. expectativas de progreso de gran parte de la po-
En Cuyo y Patagonia la fragmentación educa- blación argentina y el sensible incremento del pre-
tiva de la sociedad y el territorio resultaba muy supuesto para el sector durante este lapso. En es-
evidente durante el 2001, ya que en ambas re- te sentido, resultan más beneficiados aquellos que
giones se plasmaba la profunda contradicción residen cerca de los centros universitarios, ya que,
entre zonas urbanas con presencia de agentes a pesar del incremento de cobertura territorial, las
vinculados con procesos dinámicos y departa- oportunidades educativas en este aspecto conti-
mentos con predominio de actividades de sub- núan siendo asimétricas.

Mapa 11.11. Población con instrucción Mapa 11.12. Población con instrucción
universitaria. Argentina, 2001. universitaria. Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal Fuente: elaboración personal


sobre la base del Censo 2001. sobre la base del Censo 2010.
12

DIMENSIÓN AMBIENTAL


Guillermo Velázquez
Juan Pablo Celemín

La Argentina, por su gran extensión territorial, su Los indicadores utilizados no sólo consideran las
modo de producción predominantemente capi- habituales variables asociadas con la calidad am-
talista (con diversas etapas, algunas de las cuales biental sino también otras vinculadas con el bien-
fueron especialmente perjudiciales al respecto), estar desde una perspectiva más amplia, tales como
su estructura económica y social, su peculiar dis- la seguridad y las amenidades urbanas. A su vez, in-
tribución de población, entre otras razones, pade- tentan diferenciarse de los índices elaborados por
ce desde hace mucho tiempo gran diversidad de economistas que recurren a métodos hedónicos o
problemas ambientales que afectan en forma di- de valoración continente. La crítica a ese tipo de
ferencial a su población y territorio. procedimientos es su reduccionismo economicis-
Como la dimensión ambiental resulta insoslaya- ta, dado que todos los indicadores que suelen uti-
ble para intentar medir la calidad de vida de la po- lizar tienen que estar asociados con el valor mone-
blación, hemos intentado mensurarla a partir de tario. Rogerson (1999) y McCann (2004) los recha-
una serie de variables de aproximación respecto zan, ya que, en ese marco, la unidad de análisis es
de dos cuestiones fundamentales: los problemas vista exclusivamente como un bien que debe ser
ambientales y los recursos recreativos. etiquetado como parte de un proceso de competi-
Por lo tanto, el presente capítulo se propone di- ción interterritorial por la atracción del capital y de
mensionar la magnitud de algunos problemas recursos humanos calificados. En este sentido, es-
ambientales que afectan el bienestar de la pobla- te capítulo pretende reconocer la importancia del
ción y, por otro lado, en el caso de elementos sub- ambiente, de manera separada de las restricciones
jetivos como la valoración de los recursos escéni- impuestas por la economía, tanto en su compren-
cos o de los elementos de esparcimiento, cuanti- sión como medición, debido a que debe ser gestio-
ficar su percepción. Para ello es necesario partir nado desde instituciones públicas que no tengan
de una concepción amplia del ambiente, es decir, en cuenta únicamente el mercado como elemento
el conjunto de las diferentes relaciones estableci- de asignación de los bienes ambientales, impidien-
das entre la sociedad y el medio físico, construido do que la mayoría de la población sufra una cali-
o hecho artificial, que tiene lugar en un espacio dad inferior a lo deseable (Araña et al. 2003).
territorial acotado. Implica considerar simultá- La elaboración y el seguimiento de los indicado-
neamente usos de la tierra yuxtapuestos entre sí, res e índices puede realizarse bajo dos enfoques, ob-
multiplicidad de procesos y actores, productores jetivo y subjetivo. El primero se basa en conjuntos
y reproductores de ese medio, variedad de signi- de información de origen secundario, mientras que
ficados y símbolos culturales (Herzer y Gurevich el subjetivo considera fundamentales las percep-
2006) que alcanzan su máxima expresión en la ciones que proporcionan una visión más completa
ciudades y su entorno, ya que producen un medio que las observaciones frías y “objetivas” proporcio-
ambiente que le es propio, cuya principal caracte- nadas por los datos. Siempre que se utilicen adecua-
rística es estar socialmente construido, lo que lo di- damente y se comprendan los alcances y limitacio-
ferencia fundamentalmente del medio ambiente nes de cada uno, pueden ser utilizados complemen-
natural estudiado por la ecología (Metzger 2006). tariamente (Sterimberg et al. 2004, p. 31).
126 III • Calidad de vida en Argentina

El uso de enfoques subjetivos ya está presente en el pa, soja y maíz. El mayor riesgo se encuentra en tres
campo del medio ambiente: es una práctica muy co- zonas puntuales: los departamentos del centro-sur
mún en la evaluación de impacto ambiental (EIA), de la provincia del Chaco1 en los cuales se cultiva
basado, principalmente, en la experiencia profesio- algodón –y, no obstante su menor peligrosidad, se
nal. Las valoraciones de los expertos que participan registran valores altos en áreas asociadas con el cul-
en una evaluación de impacto ambiental juegan tivo de la soja (zona núcleo que comprende el sur
un papel significativo en sus resultados debido a la de la provincia de Santa Fe y el Noroeste de la pro-
considerable subjetividad en la toma de decisiones vincia de Buenos Aires)–, los departamentos del
sobre la cual se basa la EIA (Wilkins 2003, p. 401). centro de Córdoba en los que predomina la soja y
Podemos decir, entonces, que hay algún paralelis- maíz; también se observan casos aislados con va-
mo entre esta afirmación y nuestra propuesta de se- lores altos en Santiago del Estero y Tucumán. Sin
lección y la medición de variables en las que, al igual embargo, existe contigüidad espacial en las distin-
que en el EIA, se reconocen el juicio profesional, la tas categorías de contaminación de plaguicidas, ya
experiencia, la intuición y el valor (Weston 2000). que numerosos departamentos de la llanura cha-
En definitiva, podemos afirmar que el estudio co-pampeana con valores medios rodean a los al-
de la calidad del ambiente requiere un análisis sis- tos, cubriendo casi la totalidad de las provincias ya
temático de las interrelaciones entre las medidas mencionadas, además de parte de Entre Ríos y La
objetivas de los fenómenos ambientales y las va- Pampa. Las mediciones más bajas se detectaron en
riables subjetivas, ya que la calidad de un lugar o zonas de frontera agropecuaria, tal es el caso de al-
situación geográfica, básicamente, es un fenóme- gunos departamentos del sur de San Luis y Salta.
no subjetivo (Connerly y Marans 1985). El cultivo de papa, el segundo en toxicidad por
el uso de plaguicidas hace que se destaquen con
PROBLEMAS AMBIENTALES valores medio-altos algunos partidos del sudeste
bonaerense. El estudio de consulta remarca que
Este conjunto reúne doce variables que afectan, el 20% de los departamentos del país están com-
en mayor o menor medida, el bienestar de la po- prendidos entre los valores medios y altos. Cabe
blación. Ellas son: 1) uso de plaguicidas en la agri- recordar que la mayor parte de la población del
cultura, 2) participación de la actividad industrial país se concentra en las áreas de llanuras mencio-
y minería en el PBG, 3) contaminación, ruido, nadas. Y es de esperar que nuevos departamentos
congestionamiento, 4) localizaciones peligrosas, se vayan incluyendo en esta categoría de proble-
5) localizaciones con externalidades negativas, 6) ma ambiental, a partir de la expansión de la fron-
tasa de hechos delictivos, 7) sismicidad y vulcanis- tera agrícola en función de los valores altos de los
mo, 8) tornados, 9) proporción de población resi- productos primarios y del desarrollo de biotec-
dente en zonas inundables, 10) proporción de po- nologías que propicien cultivos adaptables a zo-
blación residente en villas de emergencia, 11) pro- nas de nuestro país tradicionalmente no asocia-
porción de población residente a menos de 300 das con este tipo de explotación.
metros de basurales y 12) malestar climático.
A continuación, analizaremos brevemente la dis- Participación de la industria y la minería en el PBG
tribución e incidencia de cada una de ellas y lue-
go presentaremos una síntesis del conjunto de los Los datos para esta variable fueron obtenidos por
costos ambientales y su peso relativo en cada de- medio de registros del INDEC que desagregan el
partamento de la Argentina. producto bruto geográfico a escala provincial. La
única excepción fue la Dirección de Estadística de
Uso de plaguicidas en la agricultura la provincia de Buenos Aires que permite conocer
la contribución de la actividad industrial en ca-
La variable mencionada en el título fue obtenida a da uno de sus partidos. En ambos casos se inte-
partir de la reclasificación del Mapa de Riesgo Am- graron las dos actividades económicas con mayor
biental de la Niñez por Plaguicidas presentado por impacto en el ambiente: la industrial y la minera.2
Atlas del Riesgo Ambiental de la Niñez de Argenti-
na (2009), en el que se presentan conclusiones acer-
1 Según señala el trabajo de referencia, el cultivo de algo-
ca del uso de plaguicidas en la zona agrícola por dón tiene una presencia regresiva en favor de la soja.
excelencia de nuestro país: la llanura chaco-pam- 2 Al momento en que fueron relevados estos datos la ac-
peana. El trabajo establece un orden decreciente de tividad minera no presentaba la relevancia que reviste en
toxicidad para los siguientes cultivos: algodón, pa- la actualidad.
12 • Dimensión ambiental 127

Mapa 12.1. Uso de plaguicidas en Mapa 12.2. Participación de industria y


agricultura. Argentina, 2010. minería en el PGB. Argentina, 2010.

Fuente: Defensoría del Pueblo. Atlas Fuente: INDEC 2003.


ambiental de la niñez (2009).

Como es de esperar, el RMBA y los partidos ale- la única excepción desde el punto de vista demo-
daños concentran los mayores valores, destacán- gráfico, que se destaca por su actividad petrolífera.
dose los municipios de Ensenada, Campana, Ge-
neral San Martín y Pilar, parte de un cordón indus- Contaminación, ruido, congestionamiento
trial que se prolonga desde el Gran la Plata hasta
Rosario, con presencia de numerosas industrias. El ruido es uno de los principales males que aque-
En el interior de la provincia de Buenos Aires, jan a las grandes urbanizaciones. Su exposición
también se observan valores medios en algunos provoca trastornos auditivos, cardiovasculares,
departamentos con ciudades importantes, tal es estrés, irritabilidad, alteraciones del sueño, gastos
el caso de General Pueyrredón (Mar del Plata), Ba- económicos (medidas de protección y aislamien-
hía Blanca y Tandil. to acústico), etc. (Marcos 2005). Es considerado
Es conocido el vínculo entre el componente de- un tipo de contaminación, a pesar de su alta va-
mográfico y la actividad industrial: la logística jue- riabilidad espacial y temporal en el interior de las
ga un papel fundamental en la distribución de los ciudades, por el impacto diferencial que tiene en
productos y en su precio final. Por ello, histórica- las personas y por su estrecho vínculo con la den-
mente fue necesario localizarla en espacios cerca- sidad poblacional.
nos a los grandes núcleos urbanos. Consecuente- Para conocer la distribución espacial de la va-
mente, además de la Ciudad Autónoma de Buenos riable en el país recurrimos a una variable de tipo
Aires y la provincia de Buenos Aires, las otras juris- proxy, es decir, un indicador sustituto que se supo-
dicciones más pobladas del país, Córdoba y Santa ne correlacionado a otro que por algún motivo no
Fe poseen registros medio-altos, siguiéndole Men- está disponible (por costo o porque directamente
doza con valores medio-bajos. En esta categoría, no existe). En este caso, es esperable una alta co-
se encuentra asimismo la provincia de Neuquén, rrelación entre la variable en cuestión y el com-
128 III • Calidad de vida en Argentina

ponente demográfico, en otras palabras, a mayor BA con el valor máximo de este problema ambien-
cantidad / concentración de población mayor será tal. A continuación, solamente encontramos tres
la contaminación, ruido y congestionamiento. El departamentos en los que se localizan ciudades
principal aporte a esta variable es, sin duda, el par- grandes (Rosario, Córdoba y Mendoza), mientras
que automotor, de significativo incremento en los que la categoría de Aglomeraciones de Tamaño
últimos años. Este aumento no estuvo acompaña- Intermedio (ATIs) grandes está conformada por 8
do por el desarrollo de infraestructura vial, ni por departamentos, en su mayoría capitales provincia-
mejoras en el transporte público, potenciando así les, con la excepción de Berisso, Ensenada y Gene-
los tradicionales congestionamientos en las calles ral Pueyrredón (Mar del Plata), todos localizados
de las principales ciudades del país. en la provincia de Buenos Aires. Luego aparecen
Realizamos una estandarización de los departa- 118 ATIs intermedias y 128 ATIs menores. El res-
mentos3 de acuerdo a la clasificación de Vapñarsky to de los departamentos (223), casi la mitad del to-
y Gorojovsky (1990), según los datos publicados tal nacional , están conformados por pueblos pe-
por el último censo efectuado en el año 2010. Con- queños y población rural, en los cuales la carencia
secuentemente, la distribución espacial de esta va- de sistema de transporte público ha propiciado un
riable refleja la estructura poblacional del país con significativo aumento del parque de ciclomotores
su característica macrocefalia. Así, detectamos la (especialmente en el norte), hecho que también se
metrópolis constituida por los partidos de la RM- puede ver en ciudades de mayor tamaño.
Consideramos que esta variable comienza a ser un
3 En caso de que una localidad sea parte de una aglome-
problema de magnitud creciente a partir de las ATIs
ración mayor, su categoría aumenta en la estandarización.
Por ejemplo, a Berisso y Ensenada le correspondería el 3 de intermedias, alcanzando su máxima expresión en la
acuerdo a su tamaño poblacional, pero al ser parte del Gran metrópolis de Buenos Aires, donde la alta densidad
La Plata adquieren la categoría de ésta última, es decir, 4. poblacional potencia aún más el fenómeno.

Mapa 12.3. Contaminación, ruido y Mapa 12.4. Localizaciones peligrosas.


congestionamiento. Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal Fuente: Información municipal


/ terreno / escala urbana. / terreno / imágenes satelitales.
12 • Dimensión ambiental 129

Localizaciones peligrosas Localizaciones con externalidades negativas

Hasta ahora las variables observadas presentan En este caso, existen infraestructuras que aca-
cierta contigüidad espacial en su distribución. rrean algún tipo de impacto ambiental negativo
Sin embargo, las localizaciones peligrosas exhi- sobre los residentes. Así, se hacen presentes edi-
ben, en general, casos puntuales a lo largo de la ficaciones como cárceles, puertos, silos, depósi-
Argentina. tos, estaciones transformadoras de electricidad,
Principalmente, están asociadas con instalacio- terraplenes, terminales, que se apropian del espa-
nes generadoras de electricidad y militares pero cio público, fragmentándolo. Aquí comparecen,
también con otras menos amenazantes, tal es el ca- por ejemplo, las ciudades portuarias como Bahía
so de grandes vías de comunicación rápidas cer- Blanca (Ingeniero White), Mar del Plata (parti-
canas a ciudades que también afectan a la pobla- do de General Pueyrredón), el polo petroquímico
ción residente. del Gran La Plata y de Comodoro Rivadavia, los
Las primeras se ubican puntualmente; es el ca- abundantes silos e infraestructura agroindustrial
so de la centrales atómicas de Atucha I y II (Li- y portuaria en la zona del Gran Rosario. En Tucu-
ma, partido de Zárate, provincia de Buenos Ai- mán está la presencia de los ingenios azucareros.
res) y Embalse Río Tercero (Embalse, Córdoba), También se presentan casos más extraños co-
mientras que el segundo conjunto se sitúa cerca mo la existencia del Centro de Experimentación y
de ciudades importantes, por lo cual se observan Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados en
valores altos para los grandes centros urbanos del el partido de Mar Chiquita, que dificulta la circu-
país. No obstante, cabe destacar que no es una va- lación de los habitantes de la zona. Estos son al-
riable con impacto muy significativo, salvo en po- gunos de los casos que, al igual que ocurre con
cos casos, en nuestro territorio. la variable anterior, resultan más bien puntuales,

Mapa 12.5. Localizaciones con externalidades Mapa 12.6. Índice de hechos delictivos
negativas. Argentina, 2010. /10000 hab. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal Fuente: Dirección Nacional


/ terreno / imágenes satelitales. de Política Criminal (2008)
130 III • Calidad de vida en Argentina

no suelen presentan contigüidad espacial ni sue- nos departamentos de Salta y Jujuy y en uno solo
len tener un grado muy alto de afectación sobre la de la provincia de Santa Fe. Es un conjunto hetero-
población residente, salvo casos especiales. géneo de provincias, unas más ricas que otras, con
un componente demográfico desigual.
Inseguridad. Tasa de hechos delictivos. Continuando con lo enunciado anteriormente
respecto del tamaño poblacional, se destacan va-
En esta variable observamos que, contrariamente a lores medios altos en algunos departamentos de
lo que se suele creer, la magnitud de una jurisdic- la costa patagónica y en el interior de algunas pro-
ción no tiene relación directa con la tasa de hechos vincias (principalmente en Salta, Santa Fe, Bue-
delictivos (cada 100.000 habitantes) que posee, nos Aires, San Luis y Neuquén), con escasa pre-
aunque sí con la cantidad. No obstante, es necesario sencia humana. Por el contrario, zonas con mayor
aclarar que esta variable puede estar fuertemente presencia mediática vinculada con la criminali-
subregistrada, dado que, en las ciudades grandes, dad, tal es el caso de la RMBA, registran valores
no todos los delitos son denunciados. La Dirección medios y bajos (con la excepción de Capital Fede-
Nacional de Política Criminal dependiente del Mi- ral), al igual que el resto del país.5
nisterio de Justicia y Derechos Humanos de la Na-
ción aporta valiosos datos a escala departamental4 Sismicidad y vulcanismo
que permiten un acercamiento a la realidad delic-
tiva del país. Encontramos los valores más altos en Los fenómenos de sismicidad se localizan ma-
Mendoza (ver nota al pie), en Santa Cruz, en algu- yoritariamente en zonas próximas a la cordille-
5 Probablemente, la constante repetición que efectúan
4 Todas las provincias aportan datos desagregados por de- muchos medios respecto de los hechos delictivos más re-
partamento, con las excepciones de Mendoza y Misiones, sonantes del conurbano bonaerense contribuya a generar
situación que queda reflejada en el mapa correspondiente. mayor sensación de inseguridad en esta área.

Mapa 12.7. Sismicidad y vulcanismo. Mapa 12.8. Tornados.


Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: Chiozza et al. Atlas total de la Fuente: Geosistemas. Mapas de riesgos


República Argentina (1987). naturales en la Argentina (1997).
12 • Dimensión ambiental 131

ra y la precordillera. Así, podemos encontrar zo- tico y el incremento de tormentas muy fuertes
nas vulnerables en departamentos de las provin- y tornados, que requiere una mejor documen-
cias de San Juan, Mendoza y Neuquén. También tación y un seguimiento de este fenómeno en
están presentes en menor medida en Salta y Ju- América del Sur.
juy y en el sur del país, en las provincias de Chu-
but y Santa Cruz. El sector más alejado de la cor- Hogares en zonas inundables
dillera que también puede sufrir este tipo de fe-
nómeno se localiza en las sierras cordobesas. A La proporción de hogares situados en zonas inun-
pesar de que los movimientos telúricos de cier- dables resulta muy variable en la Argentina. Los
ta intensidad se registran con cierta frecuencia, departamentos con peor situación se concentran
en los últimos años no han ocasionado daños de en el NOA en a) los departamentos del chaco sal-
relevancia. teño, b) valles fluviales de Salta y Jujuy c) sur de
Contrariamente, la actividad volcánica ha teni- Tucumán y d) diagonal fluvial santiagueña. En
do impacto en las economías regionales de la Pa- todos los casos, la situación de extrema pobreza
tagonia en los últimos veinte años. Las cenizas de estas zonas agudiza las dificultades que gene-
de los volcanes Hudson (1991), Puyehue (2011) y ran las inundaciones.
Calbuco (2015), localizados en Chile, han provo- El NEA también presenta problemas de inunda-
cado daños significativos no sólo en su entorno bilidad bien marcados. Se destaca a) el eje del Pa-
más inmediato –Los Antiguos, San Martín de los raná, especialmente la margen izquierda, b) la zo-
Andes, Bariloche, entre otras ciudades–, sino tam- na de los esteros del Iberá en Corrientes, c) el sec-
bién en el resto del país, porque afectaron la acti- tor meridional chaqueño y d) el oeste formoseño.
vidad aerocomercial. Una vez más, aquí se reúnen hogares con alta vul-
nerabilidad a las recurrentes inundaciones.
Tornados La región de Cuyo, en virtud de sus condiciones
de aridez predominantes, es la que muestra me-
Los tornados constituyen uno de los fenómenos nor proporción de viviendas con este problema.
atmosféricos más intensos, debido al peligro que Por el contrario, la región pampeana muestra
significan para la vida humana y la extensión de vastos segmentos inundables en diversos secto-
los daños materiales que pueden ocasionar. Se res: a) la pampa deprimida, b) el sur entrerria-
han observado este tipo de fenómenos en todos no, especialmente en la zona del delta, y c) el área
los continentes con la excepción de la Antártida, de los bajos submeridionales santafecinos. Tam-
aunque la gran mayoría se observan en América bién aparecen con este problema algunos depar-
del Norte, más precisamente en los Estados Uni- tamentos en el chaco santafecino, sur de Córdo-
dos. A continuación, se destacan la Argentina y el ba y Chical Có (La Pampa). Una vez más, en estas
sur de Brasil (Goliger y Milford 1998, Brooks et áreas, los problemas de inundabilidad no hacen
al. 2003). más que sumarse a una situación estructural crí-
Schwarzkoff (1982) delimita la distribución tica en lo que respecta a las condiciones de vida de
geográfica de tornados en la Argentina entre los sus habitantes.
25° S y 40° S, con un área de mayor incidencia En la RMBA hay mayor presencia de hogares
en el noroeste de la provincia de Buenos Aires y con este problema en a) la cuenca del río de la
gran parte de la provincia de Córdoba y el oes- Matanza, hacia el sur, particularmente en Lomas
te de Santa Fe. Con menor intensidad se pue- de Zamora y Presidente Perón (ambos con más
den desarrollar en el resto de Buenos Aires, San- del 30% de sus hogares expuestos a este proble-
ta Fe y Entre Ríos (Goliger y Milford 1998, sobre ma), b) la cuenca del río de la Reconquista, ha-
la base de la cartografía de Schwarzkoff 1982). cia el oeste, específicamente en José C. Paz (con
No obstante, estas delimitaciones son teóricas, un tercio de sus hogares situados en zonas inun-
ya que también los tornados han causado estra- dables) y c) en la cuenca del río Luján, hacia el
gos en el noroeste del país6, siendo posible su noroeste, especialmente en Tigre (con 36% de sus
ocurrencia en otros sectores, con la excepción de hogares inundables).
la Patagonia y la cordillera andina (Lima Nasci- Finalmente, en la Patagonia, por sus caracterís-
mento y Doswell 2006). Los mismos autores su- ticas de aridez predominantes, este problema se
gieren un posible vínculo entre el cambio climá- presenta tan sólo en algunos puntos de su territo-
6 La localidad de San Pedro (Misiones) sufrió en el año rio: Picún Leufú en Neuquén, Tehuelches y Raw-
2009 los efectos devastadores de un tornado. son en Chubut.
132 III • Calidad de vida en Argentina

Hogares en villas de emergencia El NEA también constituye una región con al-
ta presencia de hogares en villas de emergencia, si
Al igual que otros problemas ambientales, el asen- bien este problema reviste mayor gravedad en la
tamiento en villas de emergencia7 presenta diver- periferia de las respectivas capitales provinciales.
sas situaciones espaciales. En la región de Cuyo aparecen dos situaciones
Por sus características de pobreza y marginalidad, claramente definidas: por un lado, el problema de
el NOA muestra alta incidencia de hogares en villas las capitales provinciales, rodeadas de cinturones
de emergencia. Las principales áreas que sufren es- de villas miseria (Gran San Juan y Gran Mendo-
te problema son: a) el chaco salteño, especialmen- za).8 Por el otro, resulta evidente la peor situación
te en el límite con Bolivia, formando un continuo relativa de la provincia de San Juan en términos
hasta alcanzar los valles centrales salto-jujeños y b) genéricos. San Luis merece un comentario aparte,
la totalidad de las capitales provinciales, que en to- ya que exhibiría menor proporción de población
dos los casos se encuentran rodeadas de periferias en villas en virtud de la política provincial de vi-
urbanas (incluyendo también las de La Rioja y Ca- viendas. Sólo en el departamento Pedernera (uno
tamarca). A pesar de sus condiciones de extrema de los más afectados por la promoción a indus-
pobreza e infrasubsistencia, algunos sectores del triales) el problema de las villas miseria se mues-
NOA, como la Puna, no acusan una presencia tan tra como una cuestión de cierta relevancia.
significativa de villas de emergencia en virtud del La región pampeana muestra en general ba-
carácter extensivo de sus asentamientos. ja proporción de hogares radicados en villas de

7 Villa de emergencia es la denominación que se da en la Ar- 8 Aquí no aparece la capital de San Luis porque la divi-
gentina a estos asentamientos espontáneos. Es el equiva- sión política licúa los valores adversos de la periferia. Una
lente a las favelas (Brasil), callampas (Chile) o barrios jó- vez más, estamos ante el típico problema de la unidad es-
venes (Perú). pacial modificable.

Mapa 12.9. Índice de inundabilidad. Mapa 12.10. Índice de asentamientos precarios.


Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: INDEC. Censo Nacional 2001


(Información inédita, 2004).
12 • Dimensión ambiental 133

emergencia. Las excepciones más evidentes a esta e) oeste catamarqueño, f) centro y sur riojano y
pauta son: a) las grandes ciudades de Córdoba y g) vastos sectores de Santiago del Estero. La co-
Rosario, junto con la capital de Santa Fe, las cua- existencia de una minoría de sectores de privile-
les poseen periferias urbanas que se incrementa- gio con una mayoría marginada hace que una alta
ron significativamente desde los noventa, b) algu- proporción de la población del NOA se vea com-
nas áreas particularmente críticas como Concor- pelida a residir y, en algunos casos, intentar com-
dia (Entre Ríos) o Ramallo (Buenos Aires) y c) el pletar su economía con el reciclado de residuos
extremo sur (Villarino y Patagones en Buenos Ai- urbanos. Sumémosle a esto la existencia de am-
res, Caleu Caleu en La Pampa), con alta propor- plias periferias carentes de servicios, todo ello en
ción de inmigrantes limítrofes. el marco de poblaciones con bajo nivel de instruc-
En la RMBA la proporción de hogares en vi- ción y tradición campesina. No es de extrañar, por
llas de emergencia es alta en casi todos los par- ende, la alta proporción de población residente en
tidos. Con la excepción de la Ciudad Autónoma situaciones sociosanitarias adversas en el NOA.
de Buenos Aires9, Vicente López y Tres de Febre- En el NEA la proporción de hogares residente a
ro, todos los municipios que rodean la ciudad menos de 300 metros de basurales también resul-
de Buenos Aires exhiben situaciones adversas, ta alta. Debemos destacar: a) la provincia de For-
especialmente en los ejes oeste y sur. La magni- mosa, en la que la mayoría de sus departamentos
tud de esta zona, con sus problemas de empleo presenta mala situación relativa, b) Corrientes,
e ingresos, fragmentación e inequidad social, es- con alta incidencia de hogares con este grave pro-
peculación inmobiliaria y mercantilización de blema y c) el centro-este chaqueño. La presencia
los servicios públicos, contribuye a explicar la de basurales en las inmediaciones de las ciudades
mayor presencia de este tipo de asentamientos constituye un hecho previsible, dadas las caracte-
marginales. rísticas de las periferias urbanas del NEA. Llama
Finalmente, en la Patagonia la proporción de un poco más la atención la proporción de hoga-
hogares localizados en este tipo de asentamientos res con este tipo de problemas en contextos típi-
resulta relativamente baja. A las condiciones so- camente rurales, tales como los del interior for-
cioeconómicas relativamente más favorables de- moseño y correntino.
be sumarse la circunstancia de un clima más ad- En Cuyo la variable se presenta con especial gra-
verso que, por su carácter ventoso y frío, restrin- vedad en las periferias de sus principales oasis:
ge la localización de viviendas precarias. En este Gran Mendoza y Gran San Juan. La tradición de
contexto, los problemas de vivienda suelen mani- “limpieza” que suele evocarse en la imagen turís-
festarse más por el lado del hacinamiento (vivien- tica cuyana no se corresponde con la realidad de
das pequeñas o compartidas) que por el de la au- su fragmentación social, gravemente profundiza-
toconstrucción de viviendas precarias, buscando da durante los años noventa.
la regularización dominial y su posterior mejora- La región pampeana muestra, en general, ba-
miento paulatino. Sólo un par de departamentos ja proporción relativa de hogares situados a me-
en la cordillera (Loncopué y Futaleufú) y en la me- nos de 300 metros de basurales, principalmente
seta patagónica (Mártires y Sarmiento) aparecen en sus periferias: sur y oeste de La Pampa y nor-
en malas situaciones relativas. Las capitales pro- te de Entre Ríos.
vinciales, si bien no figuran entre los valores extre- En la RMBA este problema se muestra con mag-
mos, también acusan la presencia de asentamien- nitud considerable, tanto por su proporción co-
tos precarios. mo por la cantidad de población involucrada, en
muchos de sus partidos. El eje sudeste, Buenos Ai-
Hogares cercanos a basurales res - La Plata presenta una sucesión de partidos
con graves problemas por la presencia de basu-
Este problema aparece en vastos sectores del rales. Hacia el sur también se presentan dificul-
NOA, destacándose a) la zona de contacto con el tades en La Matanza, Esteban Echeverría y Presi-
NEA (chaco salteño y su prolongación), b) la zo- dente Perón. Hacia el oeste los problemas no apa-
na de valles centrales salto-jujeña, más densamen- recen tan gravemente en los partidos adyacentes
te poblada, c) sectores de la Puna y límite con Bo- a la ciudad de Buenos Aires, pero sí se hacen pre-
livia, d) la mayoría de la provincia de Tucumán, sentes un poco más lejos, tanto en Merlo como en
9 Esto es así en términos genéricos, ya que en varios de los Moreno. En el eje norte, sólo Vicente López acusa
distritos escolares situados al sur la proporción de hoga- baja presencia de basurales. Esta proporción au-
res en villas miserias supera el 10% del total. menta significativamente a medida que nos aleja-
134 III • Calidad de vida en Argentina

mos hasta alcanzar altas magnitudes en Escobar climas. El mapa elaborado por el IRAM (1996)
y hacia el noroeste (Pilar, Malvinas Argentinas, Jo- muestra que las situaciones más desfavorables en
sé C. Paz). En síntesis, en la RMBA los basurales relación con esta variable las encontramos en las
constituyen un grave problema debido a las pau- zonas muy cálidas y muy frías en el país. La pri-
tas de consumo de los sectores solventes, que co- mera se concentra, principalmente, en las provin-
existen con vastos sectores excluidos en una geo- cias del norte (Formosa, Chaco, Santiago del Es-
grafía conflictiva, con fuerte incremento de la tero), a las que se les suman el norte de Santa Fe
fragmentación social. y Córdoba y el noroeste de Salta, donde los ve-
Por último, en la Patagonia la proporción de ho- ranos presentan temperaturas extremas. Las zo-
gares cercanos a basurales resulta relativamente nas muy frías se localizan, como es esperable, en
alta en Neuquén, especialmente en su capital pro- la mayor parte de la Patagonia, donde los duros
vincial (situada en el departamento Confluencia). inviernos restringen ciertas actividades de la po-
También sufren este inconveniente algunos de- blación. La siguiente categoría es la que presenta
partamentos de la meseta (Valcheta y Mártires) y mayor variabilidad espacial y comprende los va-
un área extremadamente valorizada de la geogra- lores medios altos que se hacen presentes en Mi-
fía argentina: Lago Argentino.10 siones y norte de Corrientes, favorecidas por la
altitud, al igual que los departamentos serranos
Malestar climático de Córdoba y algunas zonas cordilleranas. Tam-
bién contiene algunos departamentos del norte
La amplitud latitudinal y la variedad de relieves de la Patagonia, al igual que jurisdicciones situa-
hacen que la Argentina posea gran diversidad de das al oeste de los valles fluviales de Salta y Ju-
10 Aquí la presencia de basurales sería atribuible al im- juy; parte de Córdoba y San Juan y el norte de En-
pacto generado por el turismo. tre Ríos.

Mapa 12.11. Índice de basurales a Mapa 12.12. Índice de malestar climático.


cielo abierto. Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: INDEC. Censo Nacional 2001 Fuente: IRAM. Clasificación bioambiental


(Información inédita, 2004). de la República Argentina (1996).
12 • Dimensión ambiental 135

La zonas más templadas pueden ser divididas en tividades económicas; es el caso de algunos de-
dos sectores: la templada cálida en el centro del partamentos de Salta y Neuquén respecto de la
país y la fría que comprende el centro y sur de la producción de petróleo y municipios de la pro-
provincia de Buenos Aires, La Pampa, Mendoza y vincia de Santa Fe vinculados con la producción
parte de Río Negro. Un enclave templado está pre- agroindustrial.
sente en los valles fluviales de Salta y Jujuy y los La segunda categoría (1,77 a 2,30) comprende el
departamentos del oriente Catamarqueño. resto de los departamentos de Santa Fe, gran par-
te de Córdoba y el norte de la provincia de Bue-
ÍNDICE RESUMEN DE LOS nos Aires, a los que se le suman algunos departa-
PROBLEMAS AMBIENTALES mentos del centro y el sur del mismo distrito. Es-
te conjunto conforma el núcleo agrícola del país.
En general, los problemas ambientales no regis- También en esta categoría encontramos numero-
tran valores extremadamente altos en virtud de sos departamentos esparcidos a lo largo del país,
las 12 variables utilizadas, ya que la máxima ca- asociados con situaciones locales particulares, tal
tegoría se centra entre 2,31 y 3,76 puntos. En es el caso de la minería en San Juan y Catamarca
ella encontramos dos grupos: a) las ciudades de y la explotación petrolífera en sectores de la Pata-
mayor tamaño (RMBA y las capitales provincia- gonia. Lo mismo ocurre en algunas zonas del nor-
les más pobladas), en las que se establece una co- te del país, en especial de Salta y Formosa. Las dos
rrespondencia entre el componente demográfi- categorías restantes contienen el resto del país, en
co y la magnitud de los problemas ambientales general zonas con poca población y sin mayores
y b) localizaciones puntuales vinculadas con ac- producciones contaminantes.

Mapa 12.13. Costos ambientales. Promedio.


Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base


de las 12 variables mencionadas en el texto.
136 III • Calidad de vida en Argentina

RECURSOS RECREATIVOS deportivas, la presencia de medusas, algas y otros


DE BASE NATURAL (RRBN) elementos indeseables, la frecuencia e intensidad
del viento y la duración de la temporada, tanto
Argentina cuenta con gran diversidad de RRBN en lo que respecta al baño como a otros usos re-
que pueden contribuir en mayor o menor medida creativos.
al bienestar cotidiano de sus residentes. Si bien su El vasto litoral Atlántico posee, desde Punta Ra-
apropiación /disfrute es claramente diferencial se- sa (límite exterior del Río de la Plata) hacia el sur,
gún grupos sociales, hemos intentado establecer va- una sucesión de playas de mar de calidades diver-
lores que privilegien los recursos públicos o fácil- sas. La costa atlántica bonaerense, fundamental-
mente accesibles para la gran mayoría de la pobla- mente por razones climáticas y de localización, es
ción. A continuación, mostraremos el peso relativo una de las más valoradas. No obstante, hay cier-
de cada uno de estos recursos en cada departamento to grado de heterogeneidad vinculado con otros
para, posteriormente, presentar el mapa resumen. factores ya mencionados (localización, instala-
ciones, calidad del agua y arena, etc.). En general,
Playas las playas más cercanas a la RMBA sufren estacio-
nalmente mayor grado de hacinamiento, salvo en
Las playas son un destacado RRBN. Para su va- aquellos casos en los que se intenta ahuyentar el
loración hemos tenido en cuenta, fundamental- turismo masivo con la “exclusividad” de los pre-
mente, su accesibilidad, la calidad de la arena y cios (Pinamar, Cariló, Mar de las Pampas).
del agua, su estética, su carácter público o restrin- La playa más masiva y, por excelencia, la capital
gido, las conductas de los usuarios, la temperatu- turística de la Argentina es Mar del Plata. En ella
ra del agua y el aire, las instalaciones disponibles, misma podemos advertir gran heterogeneidad,
la existencia de sombra, la facilidad de acceso, el existiendo, por un lado, sectores destinados a usos
grado de hacinamiento, el oleaje, las posibilidades masivos y, por el otro, nichos más “exclusivos”.

Mapa 12.14. RRBN: Playas. Mapa 12.15. RRBN: Balnearios.


Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal, terreno e imágenes satelitales.


12 • Dimensión ambiental 137

Más hacia el sur, las playas no están tan haci- les, la facilidad de acceso, la calidad del agua, la ca-
nadas durante el receso estival y sufren, en gene- lidad del parque circundante, su estética, la calidad
ral, menor grado de contaminación. Sin embargo, y la cantidad de las instalaciones, las posibilidades
suelen padecer otros elementos negativos (parti- deportivas, la frecuencia e intensidad del viento, la
cularmente viento y presencia ocasional de medu- temperatura del agua y aire, su carácter público o
sas). En algunos casos, los puntajes disminuyen restringido, las conductas de los usuarios, el gra-
por la relativa inaccesibilidad respecto de la po- do de hacinamiento y la duración de la temporada.
blación residente.11 En el extremo meridional de Los ejes de los ríos Paraná y Uruguay (funda-
la provincia (Villarino y Patagones), prácticamen- mentalmente en Entre Ríos y Corrientes) se des-
te se carece de este recurso. tacan por la calidad de sus balnearios, los cuales
La costa patagónica también cuenta con diver- pueden disfrutarse durante más de 4 meses al año
sas playas con importante variedad de escenarios. por sus residentes. Sobresalen los balnearios de
Se contabilizan elementos positivos como un am- Banco Pelay, Ñandubaysal, Santa Ana, Paso de la
biente más “natural”, mayor presencia de fauna Patria, entre otros. Otra zona donde el recurso re-
y menor grado de hacinamiento. En contraposi- creativo es importante son las sierras cordobesas,
ción, también se acentúan otros factores negativos dotadas de arroyos y marcos naturales atractivos,
como el viento, la amplitud de las mareas y el frío. particularmente en los departamentos de San Al-
En general, las playas más septentrionales invitan berto y Tercero Arriba. Por otra parte, diferentes
a un uso más prologando de la temporada, mien- partidos de la Provincia de Buenos Aires cuentan
tras que hacia el sur su uso se hace más restringido. con balnearios públicos y gratuitos. Uno de los
La costa rionegrina cuenta con playas en sus dos factores decisivos de su alta valoración relativa es
partidos costeros. Las más destacada es Las Gru- la oportunidad (e intensidad) de uso por parte de
tas y, en menor medida, Playas Doradas (ambas sus residentes, ya que suelen situarse muy cerca o
en San Antonio). En la primera se destaca la cali- directamente en el interior de las propias cabece-
dad y la temperatura del agua, abrigada de la co- ras municipales. También hay balnearios relativa-
rriente fría de Malvinas por su ubicación en el mente destacables en otras provincias argentinas;
Golfo San Matías. El grado de hacinamiento esti- particularmente, en algunas zonas de San Luis,
val, sin embargo, es muy alto, mientras que en las Santa Fe, Misiones, Santiago del Estero y Chaco.
inmediaciones de Viedma, también hay playas de En otros ámbitos, el peso relativo es menor: en
muy buena calidad, como Balneario El Cóndor. el NOA y en diferentes lugares de la cordillera, la
En Chubut se destaca Puerto Madryn y, en se- relativa escasez de agua (y sus características de
gundo término, las playas cercanas a Rawson (Pla- deshielo) limitan la existencia de estos recursos,
ya Unión) y a Comodoro Rivadavia (Rada Tilly). mientras que en la Patagonia el clima tiende a dis-
La primera es famosa por la calidad de sus playas, minuir la intensidad y la frecuencia de uso de los
abrigadas de las corrientes frías por encontrase lo- balnearios disponibles.
calizadas en el Golfo Nuevo.
En Santa Cruz se hace más evidente el rigor de la Centros termales
latitud y, por ende, de la restricción en las posibi-
lidades de disfrutar sus playas que, en general, re- El termalismo ha estado, hasta hace poco, en la
sultan atractivas como recurso escénico, pero no Argentina, relacionado casi exclusivamente con
tanto en lo que respecta a otros usos recreativos. problemas de salud y la tercera edad. Más recien-
Podemos mencionar la ría de Puerto Deseado, temente, a partir de los noventa, se incrementó su
Puerto San Julián, Puerto Santa Cruz y Coman- reconocimiento como recurso recreativo de ma-
dante Luis Piedrabuena. yor impacto sobre la población en general.
Probablemente, esto se asocie con las relativamen-
Balnearios a orillas de ríos, lagos, lagunas o diques te nuevas ofertas termales en Entre Ríos, similares
a las uruguayas12 de tradicional concepción lúdica.
Los balnearios constituyen otro recurso recreativo Para evaluar el impacto de este RRBN sobre la
muy apreciable para los residentes de cada distrito. calidad de vida de la población residente tenemos
En su valoración aparecen, como criterios centra- en cuenta factores como: accesibilidad, calidad
del agua, calidad del parque circundante, estética,
11 Tal es el caso de los balnearios Oriente o Pehuen-Có,
situados a distancia considerable de la mayoría de la po- 12 Guaviyú, Daymán, Arapey, Almirón. Las tres primeras
blación residente en sus partidos (Coronel Dorrego y Co- descubiertas entre las décadas de 1960 y 1980, antes que
ronel Rosales, respectivamente). las del lado argentino.
138 III • Calidad de vida en Argentina

calidad y cantidad de las instalaciones, posibilida- (Jujuy) que, a diferencia de los anteriores, suelen
des deportivas, frecuencia e intensidad del viento, ser más restringidos por su precio y su localiza-
propiedades y temperatura del agua y aire, carác- ción, especialmente los dos últimos.
ter público o restringido, conductas de los usua- Otros centros termales destacables se localizan
rios, hacinamiento y duración de la temporada. en Rosario de la Frontera (Salta), Comandante
Entre Ríos es la provincia que cuenta con mayor Fernández (Chaco), Médanos, Carhué, Necochea
cantidad de estos centros y se pueden mencionar, y San Clemente del Tuyú (Buenos Aires). En un
en primer lugar, los complejos ubicados en Fede- segundo escalón, también cuentan con estos re-
ración (Chajarí y Federación).13 También son im- cursos varias localidades argentinas: Larroudé y
portantes las termas de Concordia, Concepción Guatraché (La Pampa), Gualeguaychú y Victoria
del Uruguay y La Paz. En varias localidades de la (Entre Ríos), Balde (San Luis) y diversos parajes
provincia el termalismo se ha convertido en un re- cordilleranos, entre otros. Se ubican en una ca-
curso de relevancia económica. tegoría menor por varias razones: deficiencias en
Santiago del Estero, con el complejo de Río Hon- sus instalaciones, excesivo hacinamiento, inacce-
do era históricamente el centro termal más im- sibilidad respecto de la población residente, etc.
portante. Luego de un período de estancamiento Finalmente, existen recursos termales inexplota-
y decadencia durante los noventa, se ha revitali- dos o muy poco accesibles, lo cual dificulta, por el
zado ostensiblemente durante los últimos años, momento, su valorización.
constituyendo un recurso destacable.
En el área cordillerana también hay centros ter- Nieve y hielo
males importantes: Cacheuta (Mendoza), Pis-
manta (San Juan), Copahue (Neuquén), De Reyes La presencia estacional de nieve o hielo puede
13 En nuestra opinión, los dos mejores centros termales constituir un severo problema o un ligero trastor-
de la Argentina. no, pero también permite la posibilidad de prac-

Mapa 12.16. RRBN: Centros termales. Mapa 12.17. RRBN: Nieve / hielo.
Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal, terreno e imágenes satelitales.


12 • Dimensión ambiental 139

ticar los llamados deportes invernales. En determi- versas razones (inaccesibilidad, menor importancia
nados contextos, esa práctica puede resultar rela- del recurso, etc.), también permiten la práctica de
tivamente habitual, mientras que en otros resulta estas actividades, aunque de forma más esporádica.
todavía una actividad elitista. Finalmente, en tercer término, podemos señalar
Para valorarlo desde el punto de vista de los re- los distritos en donde la nieve y el hielo son fenó-
sidentes, hemos adoptado una serie de criterios: menos más bien ocasionales, lo que restringe su
principalmente, accesibilidad, calidad y cantidad valoración como recurso recreativo.
del recurso, calidad y cantidad de las instalacio-
nes, duración y regularidad de la temporada, esté- Relieve
tica del paisaje circundante.
Estos elementos se hallan presentes en diferen- La presencia de sierras, montañas, colinas, loma-
te grado. Se destacan, en primer término, algu- das, cañadones, acantilados u otras geoformas no-
nos departamentos cordilleranos de Mendoza tables constituye, en nuestra opinión, un recurso
(Luján de Cuyo, Tupungato, Tunuyán, San Car- escénico, pero también recreativo. En tal sentido,
los, Malargüe), Río Negro (San Carlos de Barilo- considerando su accesibilidad, el valor paisajístico,
che), Neuquén (Lácar), Chubut (Futaleufú), San- la presencia de cubierta vegetal, fauna, y flora, sus
ta Cruz (Lago Buenos Aires y Lago Argentino) y posibilidades deportivas (senderismo, deportes de
Tierra del Fuego (Ushuaia). Todos ellos cuentan aventura, ciclismo, etc.) y su magnitud, el mapa lle-
con nieve y hielo abundante durante buena par- va a una escala numérica la cuantificación de la per-
te del año, de forma tal que posibilitan populari- cepción de este recurso para la población residente.
zar una práctica relativamente poco frecuente en También vemos un gran sector oriental, en la Ar-
el resto del territorio nacional. gentina, en donde la montaña y los desniveles son
En un segundo escalón, se ubica un conjunto de el factor predominante. Aunque puede constituir
departamentos, también cordilleranos, que, por di- una limitación desde otros puntos de vista (pro-

Mapa 12.18. RRBN: Relieve. Mapa 12.19. RRBN: Espejos y cursos


Argentina, 2010. de agua. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal, terreno e imágenes satelitales.


140 III • Calidad de vida en Argentina

ducción, circulación, etc.), también constituye un por otros tantos de ancho, incrementando su va-
paisaje permanente que permite diversas prácti- loración relativa. Algo similar ocurre, aunque en
cas (desde la simple contemplación hasta los de- menor medida, con la meseta misionera, que tam-
portes de aventura, como ya mencionamos). Las bién quiebra la relativa monotonía de su entorno.
puntuaciones se generan no sólo en virtud de la
magnitud de los recursos, sino también en fun- Espejos y cursos de agua
ción de su distancia (y accesibilidad) respecto de
la población residente. La Argentina cuenta con numerosos lagos, lagu-
Así, muchas localidades del NOA poseen este re- nas, diques, pantanos, ríos, arroyos y esteros. Para
curso in situ, es decir, en sus propias localidades, evaluar su magnitud como RRBN, tendremos en
mientras que en otras áreas cordilleranas (funda- cuenta su accesibilidad, la estética, sus posibilida-
mentalmente en algunos departamentos cuyanos) des deportivas, la calidad del agua, el entorno vege-
la distancia favorece más la contemplación que la tal y animal, su riqueza ictícola, la existencia de sal-
práctica directa de actividades. En las localidades tos de agua (cascadas, cataratas) y el entorno (par-
patagónicas, las situaciones varían, según el caso. ticularmente, la existencia de costaneras o riberas).
Además del área cordillerana, se destacan las Sie- Este recurso está ampliamente difundido por el
rras Subandinas (también en el NOA) y las llama- territorio nacional. Se destacan los valles de los
das Sierras Pampeanas (en Córdoba y San Luis). ríos Paraná y Uruguay (ex Mesopotamia), las la-
El puntaje asignado a las sierras de Tandilia y Ven- gunas bonaerenses, los valles de los ríos Colora-
tania, más que por su magnitud (que es escasa), se do y Negro (que quiebran la aridez de la Patago-
relaciona con su ubicación (Tandil no está cerca nia extra-andina), diversos sectores de Córdoba y
de la sierra, está en la sierra) y por alterar la mono- San Luis y algunos ámbitos cordilleranos patagó-
tonía de una llanura de casi 900 km de extensión nicos, cuyanos y, en menor medida, del NOA.

Mapa 12.20. RRBN: Parques y espacios Mapa 12.21. RRBN: Principal recurso.
verdes. Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal, Fuente: Elaboración personal sobre la base de


terreno e imágenes satelitales. las 7 variables mencionadas en el texto..
12 • Dimensión ambiental 141

En contraposición, tres sectores exhiben alta ca- Córdoba. Estos recursos, además de contribuir a
rencia de estos recursos: la meseta patagónica, el mitigar el calor estival, suelen constituir el princi-
oeste pampeano y el sector occidental del NOA. El pal paseo en muchas de las localidades y pueblos
elemento común es la aridez, no acompañada de pequeños en los que se emplazan.
recursos alóctonos. Otras zonas también poseen Los centros termales también componen, en for-
importantes ausencias de este recurso: el sudeste ma más puntual, el principal recurso de esparci-
chaqueño, el centro-sur de la provincia de Buenos miento de población, como Carhué (Buenos Ai-
Aires y la gran mayoría de la RMBA. En estos casos, res), Cacheuta (Mendoza), Río Hondo (Santiago
más que con la aridez, el déficit se asocia con la es- del Estero) y Comandante Fernández (Chaco). En
casa magnitud de los recursos y, en el caso del RM- otros lugares (especialmente en Entre Ríos), los
BA, con el grado de contaminación e intervención centros termales se disputan el primer lugar con
–entubamiento, rectificación, desviación, y maltra- los cursos de agua y los balnearios de río.14
to generalizado– que impiden su uso recreativo. La nieve y el hielo están presentes y son impor-
tantes, en tanto RRBN, en algunos sectores de la
Parques, espacios verdes, riberas, Argentina. Sin embargo, suelen quedar en segun-
costaneras o biomas destacados do plano respecto de otros.15
El relieve, por su parte, es un recurso muy exten-
La Argentina posee bosques, selvas, reservas de dido y está presente, en gran medida, en el oeste del
flora o fauna, espacios verdes planificados (par- país y en algunos sectores en los que emerge como
ques, plazas, riberas) de diferente peso relativo. “islas” (Tandilia, Ventania, Sierras Pampeanas).
Para evaluar su incidencia relativa como recurso Los espejos y cursos de agua resultan caracterís-
recreativo, nos valdremos de su accesibilidad, su ticamente notorios en los corredores de los ríos
magnitud, el valor paisajístico, la calidad y la can- Paraná y Uruguay. También en el río de la Plata,
tidad de las instalaciones, el “clima” que se genera ríos Colorado y Negro, lagos cordilleranos pata-
a partir de las conductas de los usuarios, el grado gónicos, mientras que en la región de Cuyo y en
de hacinamiento, como principales factores. Córdoba estos recursos se asocian, fundamental-
La aridez se destaca como un factor importante mente, con represas.
para explicar la ausencia relativa de estos recursos Finalmente, los espacios verdes conforman el re-
en la Patagonia, oeste pampeano y oeste cordillera- curso recreativo más generalizado. En algunos ca-
no. Hay excepciones evidentes, como los valles infe- sos, estos recursos resultan realmente destacables
riores de los Ríos Colorado, Negro y Chubut en la (relictos de las selvas misionera y chaqueña, áreas
Patagonia y diversos sectores de Mendoza en Cuyo. de reservas naturales en los Esteros del Iberá), pe-
En el NEA, el recurso, por el contrario, reviste ro en la mayoría de los departamentos resultan
alta importancia relativa, mientras que en la pro- simplemente la única alternativa de esparcimien-
vincia de Buenos Aires su importancia es variable, to en medios bastante monótonos. En numero-
tanto en función de la magnitud del recurso co- sos pueblos, las plazas (que a veces no son siquie-
mo del grado de población demandante. ra verdes) constituyen el mayor –y, en ocasiones, el
único– ámbito de recreación cotidiano.16
Recurso recreativo de base natural predominante
ÍNDICE RESUMEN DE LOS RRBN
Luego del análisis de cada recurso en sí mismo,
nos parece ilustrativo definir cuál es el recurso La sumatoria de la valoración relativa de los siete
predominante (o más relevante) en cada departa- recursos recreativos de base natural (RRBN) nos
mento, definiendo así una forma de tipología. permite generar un mapa resumen.
El mapa muestra que las playas constituyen el
RRBN preponderante en gran parte de la costa at- 14 Esto es algo propio de los recursos recreativos de base na-
lántica, con excepción de unos pocos partidos: Vi- tural: en algunas ocasiones, hay varios de ellos que son no-
llarino y Patagones en Buenos Aires, que práctica- torios y no resulta sencillo definir cuál es el predominante.
mente carecen de playas, y Ushuaia, que las posee 15 Así, por ejemplo, en Ushuaia el RRBN nieve / hielo al-
pero, además de ser muy frías, se ven disminuidas canza uno de los puntajes más altos del país. Sin embargo,
la magnificencia del relieve y de los cursos de agua opacan
por su relieve, espejos de agua y nieve circundante. su incidencia relativa.
Los balnearios constituyen el principal RRBN 16 Para poner esto en su justa dimensión habría que corre-
en distintos partidos del interior de la provincia lacionar los departamentos cuyo principal RRBN son los
de Buenos Aires y en un par de departamentos de espacios verdes con su respectivo puntaje total en este ítem.
142 III • Calidad de vida en Argentina

Mapa 12.22. RRBN: Puntaje total.


Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de las 7 variables mencionadas en el texto.

El primer grupo (7,46 a 9,95 puntos) incluye un ca rionegrina, también con características de tra-
conjunto de departamentos con máxima valo- vesía. El oeste pampeano, norte de la provincia de
ración de sus RRBN entre los que sobresalen: la Buenos Aires y extensos sectores de Santa Fe, to-
Quebrada de Humahuaca y varios pueblos pinto- dos ellos con escasos recursos de amenidad. El ex-
rescos en el NOA; extensos sectores de la cordi- tremo resulta, sin embargo, la RMBA, que alcan-
llera y las Sierras Pampeanas en Cuyo; varios de- za en su gran mayoría, exiguas puntuaciones en
partamentos patagónicos, fundamentalmente en lo que respecta al total de RRBN. La relativamen-
la cordillera y en la costa; Misiones, norte de Co- te poca oferta no se corresponde, en este caso, con
rrientes y algunos sectores ribereños en el NEA; la altísima demanda por parte de sus millones de
los corredores fluviales de Entre Ríos; y, además, residentes. En el resto del territorio argentino, hay
el sud bonaerense en la región pampeana. Dentro dotaciones intermedias de RRBN.
de la RMBA, el único sector destacable es el Del-
ta del Paraná. RECURSOS RECREATIVOS SOCIALMENTE
El conjunto más desprovisto de estos recursos CONSTRUIDOS (RRSC)
(0,60 a 3,65 puntos) abarca una extensa cuña in-
terpuesta entre el NOA y NEA, que carece del re- Para la valoración de los recursos recreativos so-
lieve del NOA y de la vegetación propia del NEA. cialmente construidos (RRSC) partimos del su-
Dos sectores en la travesía17 cuyana: los departa- puesto de que cada lugar suele poseer varios atri-
mentos Lavalle y Santa Rosa en Mendoza y Go- butos que pueden ser valorizados en relación con
bernador Dupuy en el sur de San Luis, que pa- la población residente. En este caso, al tratarse de
recen estar condenados a ser, simplemente, sitios recursos reproducibles, se los clasifica en categorías
de paso. Una extensa área de la meseta patagóni- y se les asigna un puntaje, estableciendo el prome-
17 Lugares de paso, comúnmente alejados de localidades dio respectivo. A diferencia de los RRBN, se pudo
destacables. obtener información cualitativa proveniente de
12 • Dimensión ambiental 143

diferentes jurisdicciones18, que fue estandarizada nitud. También resultan importantes la historia
para que comprenda un rango de 0 a 10. urbana, la estructura social de la ciudad y la de su
área de influencia.
Estética y patrimonio urbano En la RMBA se destacan la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, capital nacional, y los partidos del
Esta variable intenta reflejar la imagen que pre- eje norte, que, por estar más favorecidos en sus ca-
senta la ciudad –o el grupo de ciudades que in- racterísticas socioeconómicas que otras áreas del
tegran cada departamento– en los espacios más conurbano, brindan mejor imagen relativa respec-
visibles; más concretamente, en sus áreas centra- to de su infraestructura, edificaciones y su patri-
les residenciales, los lugares públicos más relevan- monio en general. Por el contrario, otros partidos
tes; en suma, los rasgos más notorios que confor- del conurbano, situados en la periferia sur y oeste
man esta imagen. Se considera también si el perfil exhiben situaciones muy distintas. Suelen carecer
del resto de la ciudad afecta considerablemente el de artefactos urbanos relevantes, su infraestructu-
de la zona más visible. Otro elemento que incide ra decae significativamente hacia la periferia y, a
en la estética urbana es la presencia de patrimo- pesar de los indudables progresos de los últimos
nio relevante (edificios públicos y privados, obras años, la sensación de escasa consolidación urba-
de infraestructura, como puentes o túneles nota- na está muy presente en casi todos los aspectos.
bles). También refiere al estado de conservación Finalmente, una proporción importante de los
de la infraestructura urbana (calles, aceras). distritos del conurbano está en una situación in-
Esta variable se relaciona, por un lado, con la es- termedia con algunos elementos de patrimonio
cala urbana. Generalmente, los grandes íconos de relevantes, áreas residenciales mixtas e infraes-
identidad urbana se hallan asociados con su mag- tructura urbana en proceso de consolidación.
18 Particularmente, las páginas web de cada distrito y los Dentro de la región pampeana se destacan algu-
enlaces que de ellas se derivan. nas ciudades intermedias que cuentan con bue-

Mapa 12.23. RRSC: Estética y patrimonio Mapa 12.24. RRSC: Centros culturales.
urbano. Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal, terreno.


144 III • Calidad de vida en Argentina

na estética urbana e infraestructura acorde con su cuadros de mayores carencias en el oeste de For-
escala. Por el contrario, varios pueblos pequeños mosa y, en menor medida, en los interiores de
brindan sensación de abandono, incluso en sus Chaco y Corrientes.
partes más visibles, careciendo de elementos noto-
rios en lo que respecta a su estética y patrimonio Centros culturales
urbano.
La mayoría de las ciudades pequeñas y los pue- En esta variable se considera la dotación de ci-
blos pampeanos se encuentra en situaciones inter- nes, teatros, museos, bibliotecas, espacios de ex-
medias. Hay partes más destacables, generalmen- presión artística y establecimientos educativos de
te sus respectivos centros, pero el grado de esmero jerarquía (particularmente universidades). En to-
suele desaparecer rápidamente a las pocas cuadras. dos los casos, se atiende no sólo a su calidad y can-
La región patagónica presenta una contraposi- tidad, sino también a su accesibilidad (en tiempo
ción relativamente clara. Por un lado, la mayoría y costo) en relación con la población residente.
de las ciudades costeras y cordilleranas, a pesar de Las diversidades en este aspecto se asocian, fun-
su relativamente escasa historia urbana, ha tenido damentalmente, con la escala urbana y las carac-
cierto proceso de afianzamiento, esencialmente en terísticas socioculturales de sus residentes. Algu-
Santa Cruz, Tierra del Fuego y Neuquén. Por otro nos aspectos se asocian, asimismo, con el poder
lado, sus pueblos pequeños, especialmente en el adquisitivo y el mercado.
área de la meseta, aún brindan sensación de provi- Dentro de la RMBA, la Ciudad Autónoma de
sionalidad, especialmente en Río Negro y Chubut. Buenos Aires es, por excelencia, la capital cultural
Cuyo es una región caracterizada históricamen- del país, concentrando las ofertas más variadas y
te por su gran esmero en el cuidado de la estética y sofisticadas que puedan encontrarse en el Cono
el patrimonio urbano que se nota, principalmen- Sur. Esto no significa, por supuesto, que la opor-
te, en las áreas centrales de las tres capitales pro- tunidad de uso de estos servicios sea igual para
vinciales. Por el contrario, hacia la periferia, y muy todos los residentes en la región. Por el contrario,
especialmente en varios pueblos pequeños (sobre basta una simple mirada al mapa para corrobo-
todo aquellos situados en áreas de travesía), el es- rar que la periferia de la RMBA, a pesar de los es-
mero se transforma en desidia, brindando una fuerzos que se han realizado durante los últimos
imagen mucho más negativa. años, cuenta todavía con muchas menos opciones
En el NOA la situación es muy diversa. Mientras en este sentido. Probablemente por la urgencia de
que las áreas centrales de sus capitales provincia- otras cuestiones, las ofertas culturales siguen pa-
les exhiben esmero y cuidado (con ciertas variacio- reciendo un lujo en varios partidos de la región.
nes), sus periferias, por el contrario, caen abrupta- Dentro de la región pampeana, sólo unas pocas
mente en este aspecto, excepto en los barrios resi- ciudades intermedias-grandes poseen centros cul-
denciales o, en algunos casos, cerrados. Uno de los turales de cierta jerarquía. En la gran mayoría de
rasgos típicos del NOA es que posee diversos pue- sus ciudades intermedias y pueblos grandes, pre-
blos pequeños dotados de una estética considera- dominan ampliamente las ofertas relativamente
ble, producto de su riquísima historia urbana.19 básicas. Los poblados pequeños, en la mayoría de
Son destacables los de la Quebrada de Humahua- los casos, prácticamente carecen de opciones en
ca y, en menor medida, algunos de los de la Puna. este aspecto.
Por el contrario, los pueblos de las zonas lla- En la Patagonia, los centros culturales se concen-
nas (del sector oriental) tienen, en general, menos tran, en gran medida, en las respectivas capitales
atributos y, además, presentan todavía muchas provinciales. En algunos casos (Santa Cruz, Chu-
carencias básicas en su infraestructura urbana. but) no parecen alcanzar todavía la jerarquía que
Finalmente, en el NEA tenemos, una vez más, debieran. Esta oferta de actividades se desvanece
los centros de las cuatro capitales provinciales re- bastante rápidamente hacia los interiores provin-
lativamente más consolidados. Esta situación, sin ciales, especialmente en Chubut y Río Negro.
embargo, se revierte con demasiada rapidez a po- En Cuyo, también hay predominio de la oferta
cas cuadras. Por el carácter relativamente campe- en las capitales provinciales (muy especialmen-
sino de su estructura social, esta región presenta te en Mendoza). En contraposición, resulta aún
una profusión importante de pueblos pequeños. notorio el déficit de este aspecto en los interiores
La situación no es homogénea, presentándose los provinciales de San Juan y de San Luis.
19 Recordemos que el NOA es la región más “histórica” de El NOA cuenta con una oferta relativamente
la Argentina, lo cual se refleja en muchos de sus pueblos. importante de centros culturales. Una vez más, se
12 • Dimensión ambiental 145

destacan sus principales ciudades, especialmen- su regulación sea (o debiera ser) pública, la oferta
te sus capitales provinciales. Muchos de sus pue- es básicamente privada.
blos, sin embargo, también exhiben actividades La región con mayores ofertas en este ítem es, in-
relativamente destacables en función de su escala dudablemente, la RMBA. Dentro de ella, se desta-
urbana. Esto resulta más notorio en la zona andi- ca la Cuidad Autónoma de Buenos Aires y los par-
na que en el oriente regional. tidos del eje norte, es decir, los de mayor poder ad-
Finalmente, en el NEA, la situación es bastan- quisitivo. Esto no significa que el recurso esté al
te diversa. Las capitales provinciales concentran alcance de todos, muy por el contrario, hay exten-
gran parte de la oferta en contraposición con in- sas áreas de la región, sobre todo en el eje sur, que
teriores provinciales con ciertas deficiencias. alcanzan puntuaciones paupérrimas. En el resto
de la RMBA, se presentan situaciones mixtas.
Centros comerciales y de esparcimiento La región pampeana muestra buenas situaciones
sólo en unas pocas ciudades intermedias-grandes.
En esta variable incluimos tanto los centros Todas ellas están situadas a más de 300 km de la
“abiertos”, es decir, el agrupamiento de comer- capital nacional, lo que les permite escapar, en
cios y ámbitos de entretenimiento de cierto nivel parte, a la lógica de desplazamientos pendulares
y, a su vez, especializados en diversos rubros, co- que efectúan los sectores solventes que habitan
mo los shoppings centers o malls. Se considera muy dentro de ese radio y que los sustrae del mercado
especialmente su cantidad y jerarquía en relación de sus respectivos domicilios. Las ciudades inter-
con la población residente. La oferta destinada a medias, especialmente las situadas fuera de ese ra-
los niños (parques de diversiones, juegos infanti- dio, poseen centros comerciales y de esparcimien-
les) y a los jóvenes (discotecas, videojuegos) se in- to razonables, pero no alcanzan la jerarquía del
cluye en este ítem. primer grupo. Finalmente, una porción sustanti-
Esta oferta tiene relación directa con la escala va de las unidades de la región carece, en gran me-
urbana y posee cierta lógica de mercado. Aunque dida, de este tipo de amenidades. Son particular-

Mapa 12.25. RRSC: Centros comerciales y Mapa 12.26. RRSC: Centros deportivos.
de esparcimiento. Argentina, 2010. Argentina, 2010.

Fuente: Información municipal, terreno.


146 III • Calidad de vida en Argentina

mente notorios los casos de la pampa deprimida Centros deportivos


(provincia de Buenos Aires) y el oeste pampeano.
En la Patagonia, muy pocas ciudades alcanzan La posibilidad de practicar actividades físicas con
niveles destacables. En general, se trata de ciuda- cierta regularidad e intensidad es una necesidad
des asociadas con el turismo internacional (Us- de creciente reconocimiento para el bienestar de
huaia) o nacional (Bariloche) o se constituyen la población. Consecuentemente, la disponibili-
como capitales regionales (Neuquén). En un se- dad de polideportivos públicos de acceso gratuito
gundo escalón, están varias capitales provincia- o accesible para los residentes, resulta clave. Ade-
les (Viedma, Río Gallegos, Rawson) y también más de la variedad y jerarquía de las actividades
otras ciudades intermedias como Comodoro Ri- deportivas que puedan practicarse, se evalúa la
vadavia o Río Grande. Muchas de estas ciudades calidad de las instalaciones y su adecuación a las
poseen población y dinero suficiente como pa- condiciones ambientales locales. Los clubes des-
ra que hubiera recreaciones de más envergadura. tinados a un público relativamente masivo tam-
Finalmente, extensísimas áreas de la región ca- bién quedan incluidos dentro de este ítem.
recen, casi por completo, de este tipo de ofertas, La RMBA posee gran diversidad de ofertas prin-
resultando particularmente notorio en los pue- cipalmente en los partidos del norte del conurba-
blos de la meseta y, en menor medida, en algu- no y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A pe-
nos cordilleranos. sar de la oferta de deportes variados e, incluso, so-
En Cuyo, se destacan las tres capitales provincia- fisticados (algunos de los cuales se practican sólo
les, fundamentalmente Mendoza, que actúa co- aquí), en la práctica las distancias, la falta de in-
mo centro regional del comercio y, en menor me- formación y la alienación propia de los grandes
dida, del esparcimiento. En San Luis y San Juan centros urbanos relativizan esta situación. En
resulta notable la contraposición entre unas po- un segundo escalón, se ubican varios municipios
cas ciudades y el resto, mientras que en San Luis, del conurbano, que han hecho esfuerzos por in-
fuera del eje de la ruta 7, estas actividades mer- crementar su oferta. Finalmente, algunos distri-
man ostensiblemente; en San Juan ocurre lo mis- tos (fundamentalmente en la zona sur) carecen
mo fuera del oasis central. aún de ofertas relevantes de manera que el espar-
En el NOA, las seis capitales provinciales se cimiento cotidiano, especialmente el de los niños
destacan en este aspecto. Sobresale, sin embar- y los jóvenes, puede resultar más peligroso y mo-
go, San Miguel de Tucumán como capital regio- nótono.
nal. En segundo término, se ubica el eje central, La región pampeana posee ofertas más impor-
donde la circulación de personas y mercancías se tantes sólo en sus ciudades intermedias-grandes.
facilita por el rol del turismo en la Quebrada de Las ciudades intermedias se ubican, en general, en
Humahuaca y otros atractivos regionales. Final- un segundo escalón (algunas, incluso, más cerca
mente, las áreas de la región ubicadas fuera de de un tercero). Hay, sin embargo, varios casos de
estos ejes de circulación, particularmente aque- ciudades pequeñas o de pueblos grandes que han
llas con menor presencia relativa del modo de sido muy activos en este sentido, permitiéndoles
producción capitalista (fuerte presencia campe- suministrar ofertas más que interesantes. Esta no
sina), cuentan aún con ofertas muy escasas y po- es, lamentablemente, la situación predominante,
co diversificadas. más bien todo lo contrario. Por eso, diversas loca-
En el NEA, las principales ofertas se restringen a lidades (particularmente en la provincia de Bue-
algunas capitales provinciales y a Puerto Iguazú. nos Aires) tienen ofertas muy restringidas, qui-
Esta última alcanza impacto internacional por zás por el argumento de que “no son necesarias” o
sus célebres cataratas y su estratégica posición en “no se justifican”.
la Triple Frontera (Argentina, Paraguay, Brasil). En la Patagonia, estas ofertas se vuelven indis-
Pocas localidades alcanzan un segundo escalón. pensables por la menor posibilidad relativa de
En general, éstas son prestadoras de servicios para practicar actividades al aire libre durante gran
áreas rurales relativamente extensas y sus residen- parte del año, especialmente hacia el sur. En es-
tes se ven favorecidos por esta ampliación de su te caso, resulta evidente el diferente peso e interés
mercado. En la región, sin embargo, predominan de los estados provinciales por facilitar el desarro-
ampliamente las localidades y departamentos con llo de estas actividades. Las capitales provinciales
ofertas muy escasas. Los pocos sectores solventes han sido, en general, más favorecidas por la ma-
suelen practicar casi habitualmente consumos ex- yor asignación de recursos. Fuera de estos ámbi-
tra-locales. tos, los recursos disminuyen drásticamente, refle-
12 • Dimensión ambiental 147

jándose en la escasa (o escasísima) oferta en vas- construidos (RRSC) nos permite generar un ma-
tos sectores de la región. pa resumen.
En Cuyo, las mejores ofertas, además de las capi- El primer grupo (6,76 a 9,50 puntos) incluye un
tales provinciales, incluyen sectores del área cor- conjunto de departamentos con máxima valora-
dillerana. Las áreas de travesía carecen, virtual- ción de sus RRBN. Se destaca la RMBA, princi-
mente, de ofertas. Por otra parte, en el NOA se in- palmente su cabecera y los partidos del eje norte.
crementa la posibilidad de practicar actividades al Dentro de la región pampeana integran este gru-
aire libre todo el año. Esta característica, más que po tan sólo cuatro ciudades bonaerenses, una en-
contribuir a la práctica de deportes, parece que trerriana, dos santafecinas y tres cordobesas. Nin-
eximiera a los estados provinciales y municipales guna ciudad de la provincia de La Pampa alcan-
de destinar recursos a este sector. Por esta razón, za a integrarlo. Dentro de la Patagonia, tan sólo
la escasez de ofertas suele ser la norma, siendo las cinco ciudades (tres de ellas capitales de provin-
únicas excepciones las capitales provinciales y al- cia) alcanzan este nivel, mientras que en Cuyo es-
gunas pocas ciudades. tán únicamente las tres capitales más tres depar-
Por su parte, el NEA comparte, a grandes rasgos, tamentos cordilleranos. En el NOA y en el NEA,
estas características climáticas y la misma lógica, exclusivamente las diez capitales provinciales. In-
por lo cual sus centros deportivos están circuns- dudablemente, esto tiene correspondencia con el
criptos casi exclusivamente a sus principales ciu- carácter reproducible de los RRSC que se localizan
dades. en función de una asignación de recursos más que
selectiva, tanto del sector público como del pri-
ÍNDICE RESUMEN DE LOS RRSC vado.
En contraposición, el conjunto más desprovis-
La media (o promedio) de la valoración relativa to de estos recursos (0,63 a 3,38 puntos) cubre: a)
de estos cuatro recursos recreativos socialmente la periferia de la RMBA, b) gran parte de la pam-

Mapa 12.27. RRSC: Puntaje total.


Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de las 4 variables mencionadas en el texto.


148 III • Calidad de vida en Argentina

pa deprimida y el oeste pampeano, c) grandes ex- debemos buscarlo en la lógica de mercado asocia-
tensiones de la meseta patagónica, d) las travesías da con estos RRSC. Este conjunto está penaliza-
cuyanas, e) sectores alejados del corredor central do por una serie de factores: los escasos recursos
del NOA, tanto hacia el oeste (Puna), como ha- económicos, el reducido tamaño de las urbaniza-
cia el este (cuña boscosa degradada) y f) interiores ciones y el aislamiento. Finalmente, en el resto del
de Formosa, Chaco y Corrientes en el NEA. Una territorio argentino, hay dotaciones intermedias
vez más, el factor explicativo del pobre puntaje de RRSC.
13

LA INTEGRACIÓN DE DIMENSIONES:
EL ÍNDICE DE CALIDAD DE VIDA 2001-2010

A partir de la combinación de los indicadores so- sión la comparación de los índices de calidad de
cioeconómicos y ambientales analizados prece- vida entre 2001 y 2010. Esta comparación mues-
dentemente, podemos poner en su justa dimen- tra avances elocuentes:

Cuadro 13.1. Calidad de vida en 2001 y 2010. Índice, cantidad de departamentos y población involucrada.

2001 2010
ICV
Población (miles) Nº departamentos Población (miles) Nº dptos./comunas

muy bajo
3.329,4 132 536,5 27
(2,35 - 4,72)

bajo
10.870,4 132 2.661,0 76
(4,73 - 5,64)

medio
11.934,3 129 8.514,5 117
(5,65 - 6,27)

alto
10.087,9 117 28.324,3 305
(6,28 - 8,56)

En el año 2001, había 3,3 millones de argenti- El otro extremo, el grupo de población en depar-
nos que residían en el 25% de los departamentos, tamentos con alta calidad de vida aumentó en el
caracterizados por muy bajos índices de calidad 2010 a 28,3 millones de personas que residen en
de vida. En el otro extremo, 10,1 millones residían 305 unidades. Esto implica haber multiplicado
en el 25% de departamentos con las mejores con- casi por 3 la cantidad de argentinos que pueden
diciones. La situación en el 2010 mejora ostensi- gozar de mejores condiciones de vida durante la
blemente: el grupo con peor situación se reduce a primera década del siglo XXI.1
tan sólo 27 unidades en donde residen poco más Ahora bien, ¿cómo se distribuyó este cambio re-
de medio millón de habitantes. Cabe destacar que gionalmente? En otros términos, ¿dónde se loca-
lograr disminuir de más de 3 millones a poco más lizan y cuántos son los argentinos que escaparon
de medio millón la cantidad de argentinos que de las peores condiciones de vida?, ¿y dónde se lo-
padecen muy malas condiciones de vida es un he-
1 La última encuesta de autopercepción de salud de la
cho impactante e inédito, que nunca habíamos re-
población de 60 y más años (INDEC 2012) refleja que la
gistrado desde que estudiamos la calidad de vida mayoría de la población considera favorablemente su si-
de la población en la Argentina a escala departa- tuación. Las categorías son: buena (42,5%), muy buena
mental (década de los ochenta). (11,9%) y excelente (5,0%).
150 III • Calidad de vida en Argentina

calizan y cuántos son los que lograron alcanzar la Para responder a estas preguntas, elaboramos el
mejores situaciones? cuadro que desagrega regionalmente los resultados:

Cuadro 13.2: Calidad de vida en 2001 y 2010. Cantidad de departamentos y


población involucrada según categorías de ICV por regiones.

2001 2010
ICV
Población (miles) Nº departamentos Población (miles) Nº dptos./comunas

REGIÓN DEL NOA

muy bajo
1.188,1 49 184,1 14
(2,35-4,72)

alto
311,1 12 3.022,4 41
(6,28-8,56)

REGIÓN DEL NEA

muy bajo
1.971,6 62 350,9 12
(2,35-4,72)

alto
0 0 1.795,8 14
(6,28-8,56)

REGIÓN DE CUYO

muy bajo
34,7 4 0 0
(2,35-4,72)

alto
852,3 7 2.558,0 30
(6,28-8,56)

REGIÓN PAMPEANA

muy bajo
115,2 10 1,5 1
(2,35-4,72)

alto
6.388.7 73 11.866,5 149
(6,28-8,56)

REGIÓN METROPOLITANA

muy bajo
0 0 0 0
(2,35-4,72)

alto
4.185,9 4 7.077,6 28
(6,28-8,56)

REGIÓN PATAGÓNICA

muy bajo
19,7 7 0 0
(2,35-4,72)

alto
1.586,9 21 2.003,9 37
(6,28-8,56)
13 • La integración de dimensiones: el ICV 2001- 2010 151

En el NOA, la población con muy baja calidad de menos) que diversos grupos sociales no padezcan
vida retrocedió drásticamente entre 2001 y 2010: este severo problema. Esta situación se mantiene
se redujo a menos de la sexta parte. Lo mismo en el 2010, con ningún partido / comuna en esta
ocurrió, aunque en menor medida, con los terri- situación extrema de muy baja calidad de vida (in-
torios involucrados en esa penosa situación. Por sistimos, en términos comparativos con el resto
otra parte, la población con calidad de vida alta del país). Por otra parte, la población con calidad
apenas superaba las 300.000 personas, cifra que se de vida alta, que superaba las 4 millones de per-
multiplica por 10 en el 2010. También se amplió sonas aumenta, pero sin llegar a duplicarse, en el
la cobertura territorial de esta situación, más que 2010. Respecto de la cobertura territorial, si bien
triplicándose respecto del 2001. hubo una ampliación, no fue tan grande como
En el NEA, la población con muy baja calidad de podría llegar a sugerir la simple comparación de
vida retrocedió drásticamente entre 2001 y 2010: unidades (28 contra 4), ya que la Ciudad Autóno-
se redujo a menos de la quinta parte, al igual que ma de Buenos Aires fue dividida en 15 comunas
los numerosos departamentos que estaban in- entre 2001 y 2010.
cluidos en esa penosa situación. Por otra parte, Finalmente, en la región patagónica, la pobla-
en el NEA no resultaba posible incluir ninguno ción residente en departamentos con muy ba-
de sus departamentos en la categoría de alta ca- ja calidad de vida retrocedió al punto de desapa-
lidad de vida en el 2001. Esta situación se supe- recer entre 2001 y 2010. Insistimos, no obstante,
ró en el 2010, registrándose 14 departamentos en en que esto marca un efecto contextual o territorial
los que residen casi 2 millones de argentinos nor- y no significa –de ninguna manera– que no haya
destinos, cuyas condiciones les alcanzan para in- también patagónicos que padezcan aún muy baja
tegrar el grupo de alta calidad de vida. calidad de vida.2 Por otra parte, la población con
En la región de Cuyo, los 4 departamentos con calidad de vida alta se incrementó en 500 mil per-
muy baja calidad de vida en el 2001 lograron su- sonas entre 2001 y 2010. También se amplió la co-
perar esta situación en el 2010, por lo que ya no bertura territorial de esta situación, casi duplicán-
se registran más departamentos en la región con dose respecto del 2001.
calidad de vida muy baja. Esto, claro está, es una Otra forma de comprobar el evidente progreso
situación promedio de los departamentos que en la calidad de vida entre 2001 y 2010 es a partir
no puede trasladarse a todos sus residentes; sim- de los respectivos mapas 13.1 y 13.2.
plemente se trata de un contexto socioterritorial Resulta elocuente la disminución del área y la
mucho más favorable. Por otra parte, la población población afectada por bajas condiciones de vida
con alta calidad de vida, que apenas superaba las entre 2001 y 2010. Esta situación queda circuns-
800 mil personas, se multiplicó por 3 en el 2010. cripta casi exclusivamente al norte, más particu-
La cobertura territorial de esta situación se am- larmente a la cuña más aislada y despoblada que
plió más aún, cuadruplicándose holgadamente la se interpone entre el NOA y el NEA. También per-
cantidad de departamentos con alta calidad de vi- sisten algunos relictos en el corazón de Corrien-
da respecto del 2001. tes. Fuera del norte, el único departamento que
En la región pampeana, la población residente aún persiste en esta situación es Chical Có en La
en departamentos con muy baja calidad de vida Pampa.
disminuyó tan drásticamente entre 2001 y 2010 Por otra parte, el área y población con mejores
que apenas abarca 1.502 personas residentes en condiciones de vida avanzó muchísimo en todo
un sólo departamento (Chical Có en La Pam- el norte entre 2001 y 2010, abarcando a las áreas
pa). Respecto de los departamentos afectados más urbanizadas y accesibles y alcanzado sectores
por esta situación, estos se redujeron a la décima de provincias que desconocían por completo es-
parte. Por otro lado, la población y los departa- ta situación en el 2001 (Formosa, Chaco, Corrien-
mentos / partidos con calidad de vida alta prác- tes). En las restantes regiones, esta situación de
ticamente se duplicaron entre 2001 y 2010, alcan- mayor bienestar relativo se extiende más y abarca
zando casi 12 millones de personas con alta cali- también a mayor cantidad de población. Es casi la
dad de vida en la región. pauta general en Cuyo (fundamentalmente en las
En la RMBA, no se registraban partidos / ciuda- áreas de oasis más poblados). Lo mismo ocurre en
des con muy baja calidad de vida en el 2001. Esto, la región pampeana, salvo en sus periferias nor-
además de ser relativo porque las categorías siem- 2 Para hacer visibles estas situaciones que los departa-
pre se construyen en función de la comparación mentos encubren, habría que recurrir a escalas más ana-
con el resto del país, tampoco implica (ni mucho líticas, como las fracciones, radios o segmentos censales.
152 III • Calidad de vida en Argentina

Mapa 13.1. Índice de calidad de vida. Mapa 13.2. Índice de calidad de vida.
Argentina, c. 2001. Argentina, c. 2010.

Fuente: elaboración personal Fuente: elaboración personal sobre la


sobre la base del Censo 2001. base de ICA, DEIS y Censo 2010.

Cuadro 13.3. Calidad de vida en 2010. Cantidad de departamentos y población involucrada,


según categorías de ICV, por deciles. Estructura según regiones de los casos extremos.

Nº departa- Población
Decil NEA NOA CUYO PAMP RMBA PATAG.
mentos (miles)
Dep. 27 25 1 1 0 0
1 54 1.092,0
Pob. 659,9 413,5 17,1 1,5 0 0
2 50 2.143,3
3 49 5.128,4
4 54 2.996,1
5 49 1.978,0
6 52 3.618,9
7 46 2.782,4
8 46 3.682,9
9 49 7.308,3
Dep. 0 1 7 14 14 14
10 50 8.144,0
Pob. 0 75,1 851,5 3.676,1 2.889,0 652,2
13 • La integración de dimensiones: el ICV 2001- 2010 153

te y oeste y algunos sectores de la pampa deprimi- hacinamiento. Por último, este contexto territorial
da. Respecto de la RMBA, es la situación predo- adverso se caracteriza también por su baja calidad
minante en las áreas más consolidadas de CABA ambiental por la combinación de problemas am-
y del resto de la conurbación. El resto se sitúa en bientales y relativa escasez de recursos recreativos.
segunda y tercera posición. Finalmente, en la Pa- En el extremo opuesto, en el decil 10, se inclu-
tagonia la situación ampliamente mayoritaria es yen 50 departamentos / partidos / comunas en los
de alta calidad de vida. Sólo en algunas áreas de que residen más de 8 millones de habitantes. De
la meseta se desciende al segundo y tercer escalón estos 8 millones 3,7 residen en la región pampea-
de la gradación. na y 2,9 en la Metropolitana. Ambas regiones con-
Para brindar un análisis más exhaustivo de la si- centran, por ende, gran parte de la población con
tuación del 2010, desagregamos los índices de cali- las mejores condiciones de vida. Esto no signifi-
dad de vida por deciles,3 considerando asimismo la ca, ni muchos menos, que en ambas regiones la
población involucrada y la respectiva estructura re- situación sea ideal. Simplemente hay un grupo
gional para las situaciones extremas (cuadro 13.3). numeroso de población con excelentes condicio-
En el decil 1 (el 10% de los departamentos con nes de vida que coexiste cotidianamente con nu-
peor calidad de vida), hay 54 unidades que abar- merosos segmentos que no las tienen, evidencian-
can poco más de 1 millón de personas. Casi todas do así el proceso de fragmentación social del te-
ellas residen en el norte (unas 600 mil en el NEA y rritorio, muy especialmente en la RMBA. En las
otras 400 mil en el NOA). La población incluida en regiones de Cuyo y Patagonia, también reside una
este gran territorio es muy escasa (17 mil en Cuyo cantidad importante de población con excelentes
y 1,5 mil en la región pampeana). El contexto en el condiciones de vida (851 mil y 652 mil respectiva-
que vive este grupo es el más desfavorable. Vemos mente). Por último, alcanzar esta situación cons-
que, en promedio, en este contexto territorial, la si- tituye algo muy excepcional en el norte. Por un la-
tuación educativa de la población es aún deficien- do, en el NOA sólo alcanzan este nivel unas 75 mil
te (más de un tercio de la población no completó personas residentes en Yerba Buena (Tucumán),
el nivel primario y poco más del 1% accedió a es- mientras que en el NEA ninguno de sus departa-
tudios universitarios completos). Lo mismo ocu- mentos logra alcanzar este decil 10 (situación de
rre respecto de las condiciones de salud: 2/3 de sus excelente calidad de vida).4 En este contexto terri-
residentes carecen aún de obra social y la tasa de torial, la situación educativa es la más satisfacto-
mortalidad infantil casi duplica el promedio na- ria del país: menos del 8% no completó su escola-
cional. Las condiciones de vivienda también resul- ridad básica y casi el 14% alcanzó nivel educativo
tan muy deficitarias: casi la mitad de la población universitario completo. Respecto de la salud, ca-
carece de retrete con descarga de agua en sus vi- si el 80% de la población tiene cobertura social y
viendas y casi la sexta parte sufre situaciones de la TMI es relativamente baja (8,9 por mil). La si-
3 Los deciles dividen en 10 grupos –cada uno con el 10% 4 Una vez más, si incrementáramos el nivel de análisis
de los casos– una distribución jerárquicamente ordenada. más allá de los departamentos, en algunas fracciones cen-
En este caso, el decil 1 representa el 10% de los departa- sales de Resistencia, Corrientes o Posadas, quizás pudiéra-
mentos / comunas con peor calidad de vida. mos alcanzar este nivel.

Cuadro 13.4. Calidad de vida en 2010. Indicadores promedio de la población residente en los deciles extremos.

Educación Salud Vivienda


ICA ICV
Ed<1ria Eduniversit TMI Sobsocial Sretrete Hacinam
Decil 1 36,1 1,2 17,4 66,3 47,2 13,5 5,45 4,65
Decil 10 7,8 13,7 8,9 23,1 18,8 1,1 7,36 7,61

Referencias: Ed<1ria: % de población que ya no asiste, de 15 años y más, sin nivel primario completo.
Eduniversit: % de población que ya no asiste, de 15 años y más, con nivel de instrucción universitario
completo. TMI: Tasa de mortalidad infantil por mil nacidos vivos. Sobsocial: % de población sin obra
social ni mutual. Sretrete: % de población que reside en viviendas que carecen de inodoro de uso exclusivo
o no posee descarga de agua. Hacinam: % de población en hogares con más de 2 personas por cuarto.
ICA: índice de calidad ambiental (Velázquez y Celemín 2013). ICV: índice de calidad de vida.
154 III • Calidad de vida en Argentina

Mapa 3. Índice de calidad de vida (por deciles).


Argentina, c. 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de ICA, DEIS y Censo 2010.


13 • La integración de dimensiones: el ICV 2001- 2010 155

tuación residencial muestra muy escaso grado de muestra, sin embargo, que aún resta mucho por
hacinamiento (poco más del 1% de la población), hacer.
aunque éste no deja tampoco de ser un problema Para terminar de completar esta comparación,
(afecta casi al 20% de la población). Finalmente, queremos destacar que las diferentes regiones ar-
el contexto ambiental suele resultar favorable ya gentinas mantuvieron una posición estable a lo
que, a pesar de sufrir algunos problemas ambien- largo de la década. Uno de los cambios más no-
tales, los recursos recreativos con los que cuenta tables que se habían observado entre 1991 y 2001
la población son relativamente importantes. fue el retroceso relativo de la RMBA del 2º al 4º
Los deciles 2 a 9 muestran situaciones interme- lugar, situación que se mantiene en nuestra últi-
dias, aunque también muy diferentes respecto de ma medición.
la calidad de vida de la población. Resulta impor- Más allá de esta estabilidad relativa, resulta in-
tante señalar que, en general, los deciles con me- soslayable la convergencia que se registra entre las
jor situación (6, 7, 8 y 9) incluyen, en general, mu- diferentes regiones. Si bien persisten diferencias
cha más población (más de 17 millones de perso- regionales, indudablemente éstas se han atenua-
nas que, sumadas al decil 10 totalizarían más de do durante el último período intercensal.
25 millones). En cambio, los deciles con peor si- Vemos que la Patagonia es, en términos genera-
tuación (1 y 2) suman poco más de 3 millones de les, la región con mayor calidad de vida en la Ar-
personas que deberían constituir prioridad abso- gentina. Por el contrario, el Nordeste continúa
luta en todas las agendas de intervención pública. siendo la más deficitaria en este aspecto, seguida
En el decil 3 (también departamentos con ma- por el Noroeste. Las regiones pampeana y cuya-
la situación relativa) reside un grupo con más de na se sitúan claramente por arriba del promedio
5 millones de personas. También allí se hace nece- general, mientras que la región metropolitana lo
sario incrementar la intervención. había estado hasta 1991, pero luego no logra sos-
Finalmente, los grupos 4 y 5 muestran diversas tener esta situación relativa, fundamentalmente a
contradicciones respecto de su calidad de vida. En causa del deterioro de su calidad ambiental y el
algunos puntos, se notan avances evidentes; en mayor avance relativo en los aspectos socioeconó-
otros, existen aún deudas pendientes... micos de las regiones pampeana y cuyana, que lo-
Insistimos, no obstante, que el mapa de calidad gran superarla.
de vida de los argentinos mejoró sustancialmente Más allá de esta estabilidad en las posiciones re-
entre 2001 y 2010. El análisis pormenorizado se- gionales, resulta destacable la convergencia que se
gún cuartiles y, fundamentalmente, según deciles observa entre 2001 y 2010. La distancia relativa

Cuadro 13.5. Índice de bienestar y posición por regiones, 2001 y 2010.

Región 2001 2010

Patagonia 6,48 (1ra) 7,03


Pampeana 6,18 (2da) 6,93
Cuyo 6,05 (3ra) 6,91
Metropolitana 5,94 (4ta) 6,77
NOA 5,35 (5ta) 6,33
NEA 4,62 (6ta) 6,01

sigma 0,67 0,40


media 5,77 6,66
mediana 6,00 6,84
coeficiente variación 11,67% 6,06%

Fuente: elaboración personal a partir de los mapas 1 y 2.


156 III • Calidad de vida en Argentina

entre las regiones peor y mejor posicionadas se re- Si bien persisten diferencias regionales, su grado
duce casi a la mitad (casi 2 puntos en 2001 contra se ha reducido considerablemente. Esto constitu-
1 en el año 2010). El achicamiento del coeficiente ye, por cierto, una situación inédita respecto de to-
de variación a casi la mitad también muestra este das las mediciones de calidad de vida que hemos
achicamiento de la brecha entre las diferentes re- efectuado desde la década del ochenta hasta la ac-
giones argentinas. tualidad para la Argentina a escala departamental.
14

CALIDAD DE VIDA, DINÁMICA MIGRATORIA,
CENTRALIDAD/ACCESIBILIDAD, CATEGORÍAS URBANAS
Y PRODUCTO BRUTO GEOGRÁFICO

Todos los mapas que mostramos hasta el momen- pacial en los inicios del siglo XXI” (Bankirer et al.
to, referidos al grado de bienestar o calidad de vi- 1999, p. 2).
da de la población, tienen implícitamente facto- Si pensamos que la dinámica demográfica (ex-
res explicativos. pulsora / receptora) puede tener algún tipo de re-
Por eso, en este capítulo, consideraremos la rela- lación con el bienestar de la población, debemos
ción entre el bienestar de la población y una serie efectuar un reagrupamiento de las unidades espa-
de factores que, en forma de mapas, pueden con- ciales en función de la primera variable para estu-
tribuir a la explicación de las diferencias encon- diar si existen diferencias significativas.
tradas. En este sentido, constituyen pistas para in- En este caso, nuestro insumo para el cálculo
tentar explicar las desigualdades en las condicio- (input layer) es el mapa del grado de bienestar de
nes de vida de la población argentina. Ellos son: la población en 2010 y nuestro producto (target la-
dinámica migratoria, centralidad / accesibilidad, yer) será el de las diferentes provincias agrupadas
categorías urbanas y riqueza generada. en cuatro categorías, según su tasa de crecimiento
migratorio (TCM). Para efectuar el cálculo, los ín-
RELACIÓN ENTRE BIENESTAR dices de calidad de vida deben ser ponderados por
Y DINÁMICA MIGRATORIA la población de base de cada departamento, con
el objeto de establecer adecuadamente el valor del
Para analizar la vinculación entre dinámica mi- índice de bienestar para cada una de las categorías
gratoria y bienestar de la población hemos efec- de dinámica demográfica.
tuado un reagrupamiento de las provincias en La información de la dinámica migratoria entre
función de la primera. La migración es definida 2005 y 2010 nos permite definir cuatro grupos de
como el movimiento geográfico que realizan los provincias (mapa 14.1):
sujetos a través de un límite específico, con la fina- 1. Aquellas claramente expulsoras (TCM -6,90 a
lidad de establecer una nueva residencia perma- -5 por mil anual): Formosa en el NEA y la Ciu-
nente o semipermanente. Como concepto, debe dad Autónoma de Buenos Aires en la RMBA.
ser incluido dentro de una noción mayor: la mo- 2. El segundo grupo comprende a las ligeramen-
vilidad territorial, es decir, diversas formas de des- te expulsoras (TCM -4,9 a 0 por mil anual):
plazamientos, que pueden ser periódicos u alter- casi todo el NOA (Jujuy, Salta, Tucumán,
nantes, de aprovisionamiento, de servicios, edu- Santiago del Estero y Catamarca), gran parte
cativos, laborales, recreativos o residenciales. A lo del NEA (Chaco, Corrientes y Misiones), Cu-
largo del siglo XX, es posible señalar que se ha da- yo (San Juan y Mendoza) y sólo Entre Ríos en
do un giro importante en el abordaje de la movi- la región pampeana.
lidad: de estar centrado en las migraciones de ca- 3. El grupo de provincias ligeramente recepto-
rácter internacional, se asiste a la emergencia de ras (TCM 0,1 a 9,9 por mil anual) es el más
un extenso conjunto de nuevas formas de movi- amplio e incluye provincias bastante hete-
lidad. Como afirma Bankirer, “En general, me- rogéneas. Dentro de la región pampeana in-
nor volumen y mayor frecuencia de traslados po- cluye: Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La
cas veces definitivos caracterizan la movilidad es- Pampa. También comprende la mayoría de
158 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

Cuadro 14.1. Relación entre dinámica migratoria (2005-2010) y calidad de vida (2010).

Pobla-
TCM % pob % pob % pob % pob
ción ICV TMI % pobHacin ICA
(por mil) Sobsoc Sretrete Ed <1ria EdUniv
(miles)

10 a 41 400 7,30 8,81 17,61 1,23 24,69 8,52 7,52 7,10

0,1 a 9,9 24.779 6,61 11,30 33,90 1,78 26,30 11,37 6,57 6,42

-4,9 a 0 11.388 6,42 12,74 43,54 4,85 33,22 18,45 5,29 7,16

-12 a -5 3.438 7,47 9,95 23,70 2,00 19,77 6,38 19,24 6,78

sigma 0,51 1,70 11,42 1,62 5,56 5,26 6,45 0,34

media 6,95 10,70 29,69 2,47 25,99 11,18 9,66 6,87

coeficiente
7,38 15,87 38,46 65,81 21,39 47,04 66,83 4,94
variación (%)

Nivel de discriminación (sigma /media) = 0,51/6,95 = 7,38 %.


Fuente: elaboración personal sobre la base de Censo 2010, DEIS e ICA.

Mapa 14.1. Tasa de crecimiento migratorio.


2005-2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de Censo 2010.


14 • Calidad de vida, dinámica migratoria, centralidad /accesibilidad… 159

las provincias patagónicas: Neuquén, Río Ne- tables (residencial, lechero y hortícola, en ese en-
gro y Chubut. También se incluyen San Luis tonces) se situaban más cerca del centro, en don-
y La Rioja. de el valor del suelo (considerado como mercan-
4. Finalmente, el grupo fuertemente receptor cía) era mayor; mientras que los menos rentables
(TCM 10 a 41 por mil anual) está circunscrip- (ganadería extensiva, cultivos de cereales) tendían
to a la Patagonia austral: Santa Cruz y Tierra a localizarse en la periferia. El segundo modelo te-
del Fuego. nía en cuenta el sistema urbano en su conjunto
La imagen que podíamos tener antes de vincu- y sostenía que existía una relación entre la jerar-
lar esta tipología de crecimiento migratorio con el quía de las ciudades y su área de influencia, por
bienestar de la población resultaba relativamente lo que, en un espacio isotrópico, las ciudades de
clara, asociando a las zonas expulsoras (tipo 1 y 2) jerarquía mayor tendían a estar más distanciadas
con bajos niveles de calidad de vida y a las recep- entre sí formando triángulos equiláteros y –por
toras (3 y 4) con niveles más altos. combinación– hexágonos. En el interior de estos
Esta imagen preliminar no se correspondió hexágonos, las ciudades intermedias, más cerca-
con la realidad, tal como podemos ver en el cua- nas entre sí, tenían áreas de influencia menores,
dro 14.1, que nos muestra como varía el índi- repitiéndose este esquema hasta llegar a los pue-
ce de bienestar en relación con la dinámica mi- blos pequeños en los cuales el área servida era mí-
gratoria. nima, así como la distancia entre ellos. Este sis-
El cuadro 14.1 muestra que el índice de calidad tema jerárquico suponía que las necesidades co-
de vida resulta relativamente asimétrico entre las tidianas se satisfacían en el pueblo más cercano,
diferentes categorías de crecimiento demográfico, los requerimientos más esporádicos (que implica-
ya que el coeficiente de variación asciende a 7,38%. ban desplazamientos semanales o mensuales), en
La relación, aunque tenue, aparece claramente: a ciudades pequeñas o intermedias, y los más espe-
medida que se incrementa el saldo migratorio (ya cíficos (atención médica, gestiones, compras ex-
sea negativo o positivo) mejora el grado de bienes- cepcionales) sólo podían realizarse en las ciuda-
tar de la población. des grandes.
Así, el grupo fuertemente receptor muestra la La formulación de modelos de diferenciación
mejor situación relativa. El grupo fuertemente ex- social en relación con la distancia a los centros ur-
pulsor es muy homogéneo y el peso demográfico banos (visualizados como centros de poder y de
de la CABA explica este resultado. decisión) es más reciente. Existen diversas versio-
Las razones de la expulsión de población en la nes que comienzan a mediados del siglo XX con las
CABA se vinculan con el mercado inmobiliario y teorías del dualismo estructural, originadas en la so-
el reemplazo de la función residencial por la co- ciología norteamericana, que contraponen lo ur-
mercial, financiera y administrativa. En cambio, bano como “moderno” o “desarrollado” y lo rural
Formosa es una provincia estructuralmente ex- como “tradicional” o “subdesarrollado”. El “en-
pulsora de población básicamente por la vulnera- clave” ya no es, solamente, la empresa extranjera
bilidad de su estructura económica. de elevada productividad y compleja tecnología,
Los grupos de débil recepción o emisión mues- sino que también la ciudad comienza a ser vis-
tran menores niveles de calidad de vida. ta como una estructura modernizante, apta pa-
Esta situación no se corresponde con la de pe- ra irradiar la innovación y el desarrollo hacia las
ríodos intercensales anteriores, en los que existía áreas rurales tradicionales. “... Se está proponien-
cierta relación entre recepción y mejores condi- do la adopción de cierta forma de organización
ciones de vida y viceversa, que tendía a incremen- del proceso de producción y consumo que resulta
tar las desigualdades preexistentes. más rentable para los principales grupos econó-
micos ya favorecidos por el mantenimiento de las
VINCULACIÓN ENTRE BIENESTAR formas existentes. A esto queda finalmente redu-
Y CENTRALIDAD cida la teoría del dualismo estructural” (Rofman
1974, p. 94).
Desde el siglo XVIII, se han propuesto modelos de La teoría de la causación circular acumulativa
diferenciación en el uso del suelo a partir de teo- (Myrdal) sostiene que a medida que el proceso so-
rías surgidas de la economía espacial y de la geo- cioeconómico transcurre el mero funcionamien-
grafía. Los más clásicos son los de Von Thünen y to de las fuerzas del mercado genera un progresi-
de Lösch-Christaller. El primero consideraba una vo distanciamiento entre las naciones o regiones
ciudad aislada y postulaba que los usos más ren- privilegiadas y no privilegiadas. El proceso se tor-
160 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

na acumulativo en el tiempo, pues la extracción Nuestro insumo (input layer) es el mapa de ca-
de recursos desde las áreas pobres a las ricas, a tra- lidad de vida de la población en el nivel departa-
vés del comercio internacional e inversiones, es mental en 2010 y nuestro producto (target layer)
creciente y está causado por las mismas bases en serán los diferentes corredores o buffers, cuyas
que se asienta el desarrollo del capitalismo a esca- condiciones de vida nos proponemos dimensio-
la mundial. El mecanismo de sustracción de ex- nar. El criterio de agregación de la información
cedente entre regiones surge por las condiciones es la proporcionalidad de la superficie afectada
que el capitalismo impuso históricamente a las re- de cada departamento, debidamente ponderada
giones menos desarrolladas. Queda claro, enton- por su respectiva población de base. De esta for-
ces, que, dentro de esta perspectiva, la contradic- ma, la agregación resultante (target layer) habrá de
ción básica se daría entre regiones (no entre gru- reconstruir la información inicial (input layer) con
pos sociales) y a ellas se subordinarían las demás. el mayor grado de exactitud posible.
Lejos de adscribir a estas teorías (de las cuales, Trazando corredores imaginarios en torno a
sin embargo, creemos rescatables algunos ele- Buenos Aires, capital nacional e indiscutible cabe-
mentos), intentaremos aproximarnos a una me- cera del primado sistema urbano argentino, po-
dición del nivel de diferenciación que ejerce es- demos mensurar los niveles de bienestar de la po-
te factor en el caso argentino. Realizaremos para blación residente en cada uno de estos corredores
ello un análisis de corredor o buffer, partiendo de (cuadro 14.2).
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que, ade- A medida que nos alejamos de la Ciudad Autó-
más de ser la capital nacional, ejerce un conside- noma de Buenos Aires empeoran las condiciones
rable grado de primacía en el sistema urbano ar-
gentino.1 Buenos Aires y la región pampeana desde bastante antes
de la etapa agroexportadora (1880-1930). Esta situación
1 Esta primacía se explica en gran medida por la con- se incrementa posteriormente durante la etapa de sustitu-
centración de inversiones, población e infraestructura en ción de importaciones (1930-1975).

Cuadro 14.2. Análisis de corredor (buffer) por intervalos de distancias seleccionadas a


partir de la ciudad de Buenos Aires, según criterios de bienestar (2010).

Distancia al centro
Población % pob % pob % pob % pob % pob
de Buenos Aires ICV TMI ICA
(miles) Sobsoc Sretrete Hacin Ed <1ria EdUniv
(Km) - 2010
0-10 3.576 7,44 8,89 21,48 0,96 17,42 4,98 18,05 6,38
10-20 3.905 6,61 11,15 32,74 1,61 24,09 9,03 8,50 5,76
20-30 3.191 6,05 12,47 41,12 2,32 32,90 12,11 4,00 5,43
30-40 2.071 5,90 13,33 44,17 2,44 36,23 13,11 3,44 5,39
40-50 (a) 777 6,31 13,13 38,17 2,15 31,39 11,35 7,36 5,74
50-100 1.433 6,70 12,28 30,91 1,56 25,16 9,94 9,38 5,95
100-500 (b) 7.561 6,92 10,75 29,61 1,28 22,70 12,35 6,23 6,70
500-1000 (c) 11.314 6,63 12,01 40,28 3,66 29,47 16,35 6,64 7,00
> 1000 (d) 6.290 6,53 12,32 39,83 4,76 33,61 15,80 5,60 7,08
sigma 0,46 1,37 7,20 1,21 6,13 3,47 4,33 0,65
media 6,57 11,81 35,37 2,30 28,11 11,67 7,69 6,16
coeficiente
7,00 11,63 20,37 52,71 21,79 29,77 56,36 10,58
variación (%)

Notas: (a) Este anillo deja fuera al partido de La Matanza, correspondiendo aproximadamente al 3er anillo
del conurbano. (b) Comprende aproximadamente la región pampeana. (c) Incluye aproximadamente Cuyo,
parte del NEA y la Diagonal árida. (d) Abarca aproximadamente Patagonia, NOA y resto del NEA.
Nivel de discriminación (sigma/media)= 0,58/6,77= 8,60%.
Fuente: elaboración personal sobre la base de Censo 2010, DEIS e ICA.
14 • Calidad de vida, dinámica migratoria, centralidad /accesibilidad… 161

de vida de la población, particularmente en lo que Entre los 500 y 1.000 km, quedan comprendidos
respecta a los indicadores socioeconómicos y den- principalmente Cuyo y el Nordeste, regiones de
tro de los primeros 40 km. distinto signo en lo que respecta a su calidad de
Más allá de este radio, con el incremento de la dis- vida global, lo que da como resultado un descen-
tancia, comienzan a incluirse situaciones diversas: so del índice en este anillo.
Entre los 40 y 100 km, hay una recuperación en Finalmente, a partir de los 1.000 km, se encuen-
el índice de bienestar, a pesar del alto nivel de dife- tra mayormente el Noroeste y la Patagonia, nue-
renciación social, ya que coexisten asentamientos vamente regiones muy diferentes en sus condicio-
periféricos con sectores de privilegio que inten- nes de vida y que poco tienen en común, salvo su
tan recluirse en countries y barrios cerrados2, cuyos lejanía de Buenos Aires.
residentes, en muchos casos, practican desplaza- Discriminando el índice según componentes, la
mientos pendulares hacia la capital. dimensión educativa, especialmente la población
Entre los 100 y 500 km, está incluida predomi- universitaria, es la que se muestra más afectada
nantemente la región pampeana, de ahí que el ín- por el factor distancia. El gradiente resulta casi
dice de calidad de vida siga elevándose. estremecedor en los primeros 40 km, pero tam-
2 Con pocos metros de diferencia es posible hallar situa- bién evidencia las diferencias entre la población
ciones diametralmente opuestas: una de las materializa- de la región pampeana y la del heterogéneo resto
ciones del proceso de fragmentación social del territorio. del país. La escolaridad básica, a pesar de su obli-

Mapa 14.2. Análisis de corredor (buffer)


por intervalos de distancias a la capital nacional.

Fuente: elaboración personal.


162 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

gatoriedad, también se muestra variable según su como el agua potable, costo y tiempo de transpor-
distancia a Buenos Aires. te) y externalidades negativas (violencia urbana,
La dimensión vivienda, particularmente en lo riesgos ambientales). Por eso, todos los indicios
que respecta a carencia de retrete, también se ve disponibles nos permiten afirmar que existiría, en
afectada por la distancia. El incremento entre los principio, mayor calidad de vida en las ciudades
cuatro primeros intervalos de distancia persiste, intermedias.
pero es mucho menor que en la década anterior.3 En este contexto, el estudio de la dinámica de
El hacinamiento también se incrementa con la dis- las ciudades intermedias ha cobrado especial in-
tancia, aunque en menor medida que en el 2001. terés en los últimos años, no sólo por su mayor
La dimensión salud también se muestra sensi- crecimiento relativo en los últimos períodos in-
ble con respecto a la distancia a Buenos Aires. La tercensales en la Argentina, y en varios países de
carencia de obra social exhibe mayor gradiente la región, sino por su mayor sustentabilidad y
que durante el 2001, dado que en ese entonces se la posibilidad de brindar mayor bienestar a sus
mostraba un fuerte déficit en todos los casos. La residentes.
TMI, por el contrario, tiende a converger en rela- Para explorar la relación entre bienestar y esca-
ción con la distancia. Así lo manifiestan los res- la urbana hemos establecido una tipología de los
pectivos coeficientes de variación (15,09 en 2001 departamentos de acuerdo con la jerarquía urba-
y 11,63 en 2010). na de su ciudad más importante o del aglomera-
Por último, el ICA muestra una variación en do del cual forma parte5. Para efectuar esta tipi-
sentido inverso a la de los demás indicadores, re- ficación, hemos procesado información del Cen-
gistrándose, en general, mejor situación relativa so 2010.6
a medida que se incrementa la distancia a Bue- Las categorías establecidas fueron propuestas en
nos Aires. el clásico trabajo de Vapñarsky y Gorojovsky 1990
(cf. cuadro 14.2):
ASOCIACIÓN ENTRE BIENESTAR Las 49 unidades (departamentos, partidos, co-
Y CATEGORÍAS URBANAS munas) que cuentan con metrópolis y grandes
ciudades (Buenos Aires, Rosario y Córdoba) se lo-
La existencia de cierta relación entre escala urba- calizan exclusivamente en la región pampeana7.
na y bienestar ha sido ampliamente discutida en En el escalón siguiente se sitúan 28 departamen-
el marco de la Red Latinoamericana de Investi- tos en los que se localizan las ciudades interme-
gadores en Calidad de Vida Urbana (Velázquez y dias mayores. Esta jerarquía urbana tiene mayor
García 1999, Camargo Mora 1996). Como es sa- distribución regional. Las históricas cabeceras de
bido, la aglomeración de población tiene inicial- Cuyo y del NOA: Mendoza y Tucumán,8 ya habían
mente efectos positivos al establecer un “umbral” alcanzado este nivel en 1991 y para el 2001 tam-
de mercado que hace posible la aparición de “pa- bién lo logran, en las mismas regiones, San Juan
quetes de funciones urbanas”, posibilitando la y Salta. En 2001 otras ciudades adquieren la cate-
viabilidad y reducción de costos, la provisión de goría de intermedias mayores: Corrientes - Resis-
servicios e infraestructura, etcétera. tencia en el NEA, Neuquén en la Patagonia y San-
Pero más allá de cierto punto, el incremento de ta Fe - Paraná en la región pampeana.
población no agrega nuevas funciones, ya que la
relación entre tamaño y funciones urbanas no es 5 Así, por ejemplo, el partido de Tres Arroyos (57.110 hab.
lineal sino una curva logística4, y comienza a ge- en 2010) fue incluido en la categoría 4 porque su principal
ciudad no alcanzaba los 50.000 hab., mientras que Gene-
nerar problemas típicos de las deseconomías (in-
ral Rodríguez (87.185 hab. en 2010) fue incluido en la ca-
cremento de los valores inmobiliarios, costos pro- tegoría 1 porque formaba parte de la tercera corona de la
hibitivos para el suministro de bienes esenciales Región Metropolitana de Buenos Aires.
3 Si bien la instalación de un retrete con descarga de agua 6 Procesado con Redatam+SP, CEPAL/CELADE.
es una posibilidad relacionada con la calidad de vida pri- 7 Aunque coincidamos con Vapñarsky en que Córdoba y
vada (nivel de ingresos, nivel de instrucción, pautas cultu- Rosario, habiendo superado ambas el millón de habitan-
rales), la localización de la vivienda respecto de las redes de tes en 2001, están muy lejos de Buenos Aires, hemos op-
agua y cloacas es un factor contextual que influye positi- tado por incluir ambas ciudades en la categoría de ciuda-
va o negativamente. des grandes y reservar la categoría de metrópolis para Buenos
4 Servicios altamente calificados de salud, como una Aires (la RMBA).
bomba de cobalto, o de cultura, como un auditorio para 8 Estos fueron precisamente los únicos centros del inte-
conciertos sinfónicos, necesitan un umbral de cientos de rior que lograron una inserción decorosa durante la deci-
miles de habitantes, no de millones. siva etapa de la argentina agroexportadora.
14 • Calidad de vida, dinámica migratoria, centralidad /accesibilidad… 163

Cuadro 14.3. Categorías urbanas en la Argentina (2010).

Jerarquía Tamaño (hab.) Población (miles) Número de departamentos


1. Metrópolis y
> 1.000.000 16.507 49 (15 comunas)
Ciudades grandes
2. ATIs grandes 400.000-999.999 6.828 28
3. ATIs medias 50.000-399.999 7.541 60
4. ATIs pequeñas 20.000-49.999 4.593 94
5. Pueblos grandes 2.000-19.999 4.465 245
6. Pueblos pequeños
1-1.999 183 49
y población rural

Fuente: elaboración personal (REDATAM) sobre la base del Censo 2010.

La categoría subsiguiente incluye los 60 depar- tos en función de su categoría urbana. Los índices
tamentos con ciudades intermedias medianas de calidad de vida han sido ponderados por la po-
(50.000 - 399.999 hab.). Esta escala se constituye blación de base de cada departamento con el ob-
en un elemento dinamizador del sistema urbano jeto de establecer adecuadamente el valor del índi-
argentino en los últimos decenios y su distribu- ce en cada categoría (cuadro 14.3).
ción es mucho más extendida a lo largo de las di- Vemos que la escala urbana ejerce discrimina-
ferentes regiones. ción en los niveles de calidad de vida, aunque es-
Los departamentos con ciudades pequeñas (94) ta diferencia disminuyó respecto de 2001 (coe-
y con pueblos grandes (245) son mucho más nu- ficiente de variación 11,35% en 2001 y 8,92% en
merosos. La ausencia de algunas funciones urba- 2010). El índice alcanza su máximo valor para los
nas, particularmente en relación con la educación departamentos que cuentan con ATIS grandes
y la salud sumadas a la estrechez del mercado la- (400.000 - 999.999 habitantes). En segundo tér-
boral, la falta de perspectivas, la imposición de mino, se ubican los departamentos con ATIS me-
la cultura urbana por parte de los medios de di- dias y, en un tercer escalón, las grandes ciudades.
fusión –entre otros factores– se traducen, en ge- Esto resulta coherente con nuestra hipótesis pre-
neral, en un dinamismo mucho menor, especial- via que establece la existencia de una escala huma-
mente para el caso de los pueblos. na óptima, ya que por encima y por debajo de ella
Finalmente hay 49 departamentos de la Argen- operan diferentes factores negativos.
tina que no cuentan con ninguna localidad que Probablemente, esto obedezca al comporta-
supere el umbral urbano de los 2.000 habitantes. miento y a la ponderación de los componentes de
Son característicos de espacios regionales donde un índice compuesto como el que utilizamos en
se practican actividades tradicionales como gana- este trabajo. En el caso de la escala urbana, vemos
dería extensiva y otras actividades de subsistencia. actuaciones diferenciales.
Nuestra hipótesis previa es que el bienestar va- Considerando la dimensión salud, la tasa de
ría en relación con la jerarquía urbana en forma mortalidad infantil (TMI) presenta pequeñas di-
proporcional al tamaño de la población. Pero es- ferencias en relación con la escala urbana y dis-
to resulta válido hasta cierto punto en el que se minuyó respecto de 2001 (coeficiente de variación
producen problemas de deseconomías de aglomera- 17,94% en 2001 y 7,35 en 2010). Esta reducción
ción; es decir que existiría una escala urbana ópti- se vincula con las mejoras en el sistema socio-sa-
ma, más allá de la cual el incremento de la pobla- nitario –disponibilidad de personal, estableci-
ción no supone un crecimiento proporcional de mientos y equipamiento– y también con la mer-
los servicios y oportunidades disponibles, apare- ma de las inequidades en los respectivos niveles
ciendo asimismo una serie de problemas (conta- de instrucción.9
minación, inseguridad urbana, costo y tiempo de La carencia de cobertura social resulta menor
transporte, etcétera). en las ciudades grandes y medias, aumentando
Para determinar la relación entre la escala urba- en forma considerable en las ciudades pequeñas,
na y sus respectivos grados de bienestar hemos 9 La TMI resulta particularmente afectada por el nivel de
efectuado un reagrupamiento de los departamen- instrucción de la madre.
164 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

Cuadro 14.4. Relación entre categoría urbana y calidad de vida (2010).

Categoría urbana Población % pob % pob % pob % pob % pob


ICV TMI ICA
2010 (miles) Sobsoc Sretrete Hacin Ed <1ria EdUniv
1. Metrópolis
y Ciudades grandes 16.507 6,68 11,26 33,33 1,71 26,42 9,45 9,30 6,06
(>1000000 hab)
2. ATIs grandes
6.828 7,03 11,28 34,31 2,15 26,60 10,71 8,95 7,28
(400000-999999)
3. ATIs medias
7.541 6,79 12,09 34,11 2,59 27,21 13,02 6,36 6,94
(50000-399999)
4. ATIs pequeñas
4.593 6,41 11,56 39,70 3,67 29,54 18,75 3,90 6,56
(20000-49999)
5. Pueblos grandes
4.465 6,03 12,43 44,25 5,73 33,04 22,59 3,00 6,21
(2000-19999)
6. Pueblos pequeños
y población rural 183 5,47 13,57 53,62 12,23 39,86 29,18 1,54 6,19
(< 2000 hab)
sigma 0,57 0,88 7,94 3,97 5,25 7,68 3,21 0,48
media 6,40 12,03 39,89 4,68 30,45 17,28 5,51 6,54
coeficiente
8,92 7,35 19,90 84,78 17,23 44,41 58,31 7,40
variación (%)

Nivel de discriminación (sigma/media) = 8,92%


Referencias: ICV: índice de calidad de vida; TMI: tasa de mortalidad infantil 2009-2011; %pobSobsoc: porcentaje
de población sin obra social; %pobSretrete: porcentaje de población sin retrete; %Pob Hacin: porcentaje de
población en hogares hacinados (más de 2 personas/cuarto); %pobEd<1ria: porcentaje población con nivel
de instrucción alcanzado menor a primario; %pobEdUniv: porcentaje de población con nivel de instrucción
alcanzado universitario completo; ICA: índice de calidad ambiental (Velázquez & Celemín 2013).
Fuente: elaboración personal sobre la base de Censo 2010, DEIS e ICA.

pueblos y, muy especialmente, en la población ru- fort indispensable, pero requiere ciertas caracte-
ral. Esta variable muestra claramente que, a pesar rísticas mínimas (disponibilidad de agua, división
de los avances en varios aspectos, persiste el de- en ambientes, solidez en la construcción, etc.) que
terioro en las condiciones sociales y laborales en no se encuentran disponibles aún en muchos ho-
los contextos tradicionalmente rurales y pueble- gares argentinos.
rinos, en los que resulta mayor aún el grado de La proporción de población hacinada es mayor
informalidad y de diversas formas de explotación en la población rural, de pueblos y de ciudades pe-
presente.10 queñas que en las ciudades grandes y medias. Esto
Atendiendo a la dimensión vivienda, la carencia se relaciona, por un lado, con las desigualdades de
de retrete incide fuertemente en favor de las ATIS fecundidad rural - urbana. Por el otro, a pesar de
y ciudades grandes, aumentando la ausencia de las diferencias en los respectivos mercados inmo-
este elemento a medida que se desciende en la es- biliarios, el mayor poder adquisitivo y los patro-
cala urbana, particularmente al pasar de las cate- nes de consumo propios de la población urbana
gorías 4 a 5 y, muy especialmente, en la catego- llevan a las familias citadinas a intentar incremen-
ría 6 (población rural), donde más del 50% de la tar la cantidad de habitaciones (no necesariamen-
población carece de este dispositivo. Huelga de- te su tamaño) para intentar escapar al hacina-
cir que el retrete constituye un elemento de con- miento. Probablemente, si en la definición de “ha-
10 Esto desmiente rotundamente el supuesto progreso o
cinamiento” tuviéramos la posibilidad de incluir
desarrollo que traería consigo “el campo” como genera- los espacios verdes disponibles en la vivienda y su
dor de empleo. entorno, esta situación cambiaría.
14 • Calidad de vida, dinámica migratoria, centralidad /accesibilidad… 165

La dimensión educativa es la que se muestra más blación y, por el otro, en estos ámbitos se carece
variable en relación con la escala urbana. Por un de ofertas educativas de este nivel.
lado, el déficit educativo (población con nivel de Las ciudades grandes y medias, por el contra-
instrucción alcanzado menor a primario) tiene re- rio, suelen contar con sedes universitarias –aun-
lación directa con la escala urbana, favoreciendo a que con oferta y calidad diversa, según su escala–,
las ciudades grandes y medias. A pesar de la obli- permitiendo aspirar a este nivel a una proporción
gatoriedad de este nivel de instrucción, las dificul- mayor de su población; todo ello, claro está, den-
tosas condiciones de accesibilidad, la necesidad tro de los límites que impone la estructura social.
de una precoz incorporación a la PEA, el escaso La calidad ambiental actúa claramente en favor
patrimonio cultural familiar –entre otros facto- de las ATIS, luego se sitúan los pueblos y, por úl-
res– explican la alta proporción de población con timo, las ciudades grandes y metrópolis. Esto se
tal déficit en los contextos rurales y pueblerinos. vincula con la mayor incidencia de los problemas
La población universitaria tiene una relación ambientales en estas últimas y la mayor disponibi-
más estrecha aún con la escala urbana. Los uni- lidad relativa de recursos recreativos en las ATIS.
versitarios representan una proporción extrema- Como señalamos, las ciudades intermedias pue-
damente baja en los contextos rurales y de pue- den contar con los efectos positivos que se gene-
blos pequeños. Por un lado, su estructura social ran a partir de un piso de mercado sin sufrir los
no brinda mayores oportunidades de incremen- problemas típicos de las deseconomías y externa-
tar el nivel de instrucción a la mayoría de su po- lidades negativas, tanto socioeconómicas como

Mapa 14.3. Categorías urbanas. Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal.


166 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

ambientales, que se generan más allá de cierto te- situación inversa, es decir, riqueza generada
cho de sustentabilidad urbana. en forma extra-regional y que es percibida en
En síntesis, por debajo de cierta escala urbana, la la región analizada, tampoco se ve reflejada
falta de determinadas condiciones, bienes, servi- en el producto; por ello, provincias con deter-
cios y expectativas que sólo pueden alcanzarse y sa- minado valor de PBG podrían recibir ingresos
tisfacerse con determinado quantum de población11 mayores o menores a él y nuestros cálculos no
afectan las condiciones de vida de la población. Por nos permitirían medir este aspecto de la diná-
encima de esta escala, los problemas ambientales mica económica.
parecen disminuir las posibilidades de disfrutar de • Asimismo, considerando la porción de rique-
buenas condiciones de vida. Incluso los segmentos za percibida en el área (ya sea de origen local
solventes de las grandes ciudades, a pesar del con- o extrarregional), hay una marcada diferen-
fort o el nivel de vida que ostentan cotidianamente, cia en el nivel de ingresos efectivamente apro-
no dejan de padecer deficiencias en otros planos. piados por cada uno de los diferentes grupos
sociales en ella residentes (distribución social
CORRESPONDENCIA ENTRE BIENESTAR del ingreso), que está determinado por la es-
Y PRODUCTO BRUTO GEOGRÁFICO tructura social nacional y su ajuste en las es-
calas regional y local.
Recordemos que el producto bruto geográfico
• Señalemos, por último, que la unidad mone-
(PBG) es una estimación de la riqueza generada –
taria base, que suele ser el dólar estadouni-
es decir de la cantidad total de bienes finales pro-
dense, casi siempre se da por sobreentendida,
ducidos y servicios prestados independientemente
sin aclarar debidamente el año base al que se
de que hayan sido consumidos o acumulados– en
refiere, pudiendo dar lugar a mediciones dife-
una jurisdicción (en nuestro caso las provincias)
rentes de una misma realidad.14
y en un período determinado, generalmente un
año, tomando una unidad monetaria base. Con todas estas salvedades y otras que podrían
Este factor explicativo desde el ámbito de la di- formularse, intentaremos vincular esta riqueza
námica económica tiene algunas limitaciones que generada con los niveles de bienestar de los acto-
reseñaremos brevemente: res que la generaron. Para ello clasificaremos las
provincias argentinas según su PBG en el 2010.
• La estimación se efectúa sobre la base de tran-
Los índices de calidad de vida han sido pondera-
sacciones registrables de bienes y servicios, es
dos por la población de base de cada departamen-
decir, aquellos que pueden contabilizarse en
to reagrupándolos en función de las categorías de
la economía formal.12 Esto supone cierto nú-
PBG, con el objeto de establecer adecuadamente
mero de actividades económicas no formales
el valor del índice en cada una de ellas.
y de otras que no son tomadas en cuenta, pe-
Los cuatro grupos de provincias (mapa 9.5) que
ro que en su mayoría obedecen a transaccio-
resultan de considerar como base=100 el promedio
nes de trueque y subsistencia; o también ser-
nacional para el PBG según cuartiles en 2010 son:
vicios que, en lugar de contratarse con terce-
ros, son realizados por los mismos actores y, 1. Alto PBG per cápita (índice 81,3 a 437,1) in-
por tanto, no resultan incluidos en las cuen- cluye cuatro provincias patagónicas produc-
tas nacionales. lo) y la percibida (la que contribuye engrosar las ganan-
cias de un puñado de empresas extrarregionales) es muy
• El PBG no es igual al ingreso percibido por
grande. Esta situación es típica de periferias dependien-
los factores de producción locales, ya que par- tes de capitales extranjeros en donde es continuo el dre-
te de la riqueza generada en un área puede (y naje de ganancias remitidas al exterior por diferentes vías
suele) ser parcialmente percibida en otras.13 La (pago de regalías, remisión de utilidades, financiamiento
de deudas, etcétera).
11 Con la lógica de mercado imperante aún para el llama- 14 Así, por ejemplo, es posible encontrar estimaciones de
do gasto social. PBI per cápita del orden de los 2.140 o de 1.500 U$S para
12 Así, al aumentar las transacciones registradas, ya sea la Argentina y para fines de la década de 1980. Ambas pue-
por incorporar nuevas o por disminuir el subregistro de den resultar válidas, ya que la más alta tomaba como ba-
las existentes, se incrementa el PBI sin que ello implique se dólares de 1980 y la más baja dólares de 1970. También
necesariamente crecimiento de la riqueza teóricamente ocurre que la paridad cambiaria a partir de la Ley de Con-
generada. vertibilidad y la consiguiente apreciación del signo mone-
13 El ejemplo más típico de esta situación lo constituyen tario argentino hizo subir artificialmente el PBI, que se en-
las provincias productoras de hidrocarburos, en las cuales contraba en el orden de los U$S 10.000 per cápita hacia fi-
la diferencia entre riqueza generada (extraída del subsue- nes de la década de 1990.
14 • Calidad de vida, dinámica migratoria, centralidad /accesibilidad… 167

toras de hidrocarburos (Tierra del Fuego, da con la calidad de vida de la población, resulta
Santa Cruz, Chubut y Neuquén), la Ciudad relativamente clara, asociando a las zonas “ricas”
Autónoma de Buenos Aires y la provincia de (grupo 1) con altos niveles de calidad de vida y a
Santa Fe. Como ya señalamos, salvo los ca- las “pobres” (grupo 4) con niveles más bajos.
sos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Esta percepción preliminar se corresponde en
y en menor medida de Santa Fe, se trata de gran medida con la realidad, tal como podemos
áreas con alta generación de riqueza en rela- ver en el cuadro 14.5, que nos muestra cómo cam-
ción con la población de base, sin que ello im- bia el índice de calidad de vida y sus variables aso-
plique la apropiación real de esa riqueza por ciadas en relación con el PBG.
parte de los grupos allí residentes. En primer lugar, el cuadro muestra que el grado
2. El segundo grupo comprende a las provincias de bienestar se diferencia entre las distintas cate-
con PBG medio-alto (índice 65,0 a 81,2): la gorías de PBG, ya que el coeficiente de variación
mayoría de los casos pampeanos (Buenos Ai- asciende a 6,62%. Hay, sin embargo, una sensible
res, La Pampa y Córdoba), dos cuyanos (Men- disminución, ya que ese mismo coeficiente ascen-
doza y San Luis), y Catamarca (única provin- día a 12,81% en el 2001; es decir que hay menor
cia del NOA incluida en este grupo por la ac- correspondencia entre PBG y calidad de vida, lo
tividad minera). que podría estar relacionado con una mayor re-
distribución territorial de la riqueza en el 2010.
3. Entre las provincias con PBG medio-bajo
Observando la cantidad de población incluida
(índice 40,0 a 64,9) encontramos a Río Ne-
en cada grupo vemos que la mayoría de los argen-
gro (única provincia patagónica no incluida
tinos (casi 22 millones) se ubica en el grupo nú-
en el grupo 1), sólo una provincia pampeana
mero 2, con PBG medio-alto. Sólo una minoría
(Entre Ríos), una cuyana (San Juan), dos del
(más de 7 millones) reside en el grupo con alto
NOA (La Rioja y Santiago del Estero) y una
PBG.
del NEA (Corrientes).
La relación resulta muy clara: a medida que se
4. Finalmente, el grupo con PBG bajo (índice incrementa el PBG lo hace el grado de bienestar,
28,2 a 39,9) incluye casi todo el NEA (Formo- pudiendo distinguirse claramente cuatro grupos
sa, Chaco, Misiones) y el NOA (Jujuy, Salta y desde un extremo con alto PBG e ICV de 7,24 has-
Tucumán). ta el otro con bajo PBG e ICV 6,20.
La imagen que podemos formarnos a priori, an- Analizando separadamente el comportamiento
tes de vincular esta tipología de riqueza genera- de los componentes del índice de bienestar (salud,

Cuadro 14.5. Relación entre PBG per cápita (2010) y calidad de vida (2010)

PBG per cápita Población % pob % pob % pob % pob % pob


ICV TMI ICA
(2010) (miles) Sobsoc Sretrete Hacin Ed <1ria EdUniv
Bajo
6.023.0 6,20 13,94 46,16 5,93 36,26 19,75 4,83 7,07
(28,2 a 39,9)
Medio-bajo
4.756.0 6,49 12,18 42,88 4,27 32,51 17,91 5,16 7,18
(40,0 a 64,9)
Medio-alto
21.792.0 6,57 11,55 34,67 1,84 26,53 11,51 6,57 6,41
(65,0 a 81,2)
Alto
7.546.2 7,24 9,32 25,27 1,42 21,14 8,45 12,72 6,78
(81,3 a 437,1)
sigma 0,44 1,91 9,33 2,12 6,66 5,32 3,68 0,34
media 6,63 11,75 37,25 3,37 29,11 14,40 7,32 6,86
coeficiente
6,62 16,24 25,06 63,04 22,86 36,90 50,24 5,03
variación (%)

Nivel de discriminación (sigma/media) = 0,44/6,63 = 6,62 %


Fuente: elaboración personal sobre la base de Direcciones Provinciales de Estadística, Censo 2010, DEIS e ICA.
168 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

vivienda, educación y calidad ambiental), vemos resulta más del doble en las áreas con menor ri-
que el riesgo ambiental es el que resulta menos queza relativa respecto de las de alto PBG (en el
variable, aunque mostrando peor situación en las 2001 la triplicaba).
zonas con mayor PBG. Siguen los indicadores de En síntesis, a pesar de todas las salvedades realiza-
salud (TMI y obra social), los cuales varían en el das con respecto a la diferencia entre riqueza gene-
sentido general del índice, es decir, mejoran en re- rada y riqueza percibida y de las asimetrías propias
lación con el aumento del PBG. Con respecto a los de la distribución del ingreso en el capitalismo pe-
indicadores de vivienda, especialmente disponibi- riférico y globalizado, la relación entre PBG y cali-
lidad de retrete, se observa mayor variabilidad re- dad de vida sigue resultando clara. Es evidente que
lativa, coincidiendo la peor posición con las zonas los contextos con escasa generación de riqueza re-
de menor PBG. Por último, la dimensión educati- sultan claramente adversos para mejorar las con-
va es la que acusa mayor variación en relación con diciones de vida de la población. Es importante se-
el PBG: en los contextos con mayor riqueza relati- ñalar, sin embargo, que las diferencias disminuye-
va, la proporción de universitarios duplica holga- ron sensiblemente respecto de las calculadas para
damente la de las áreas con bajo PBG (en el 2001 2001. Tal como señalamos, este hecho muy proba-
la cuadruplicaba), en tanto que la magnitud de blemente esté reflejando mayor grado de redistri-
quienes no completaron sus estudios primarios bución territorial de la riqueza generada.

Mapa 14.4. Producto bruto geográfico per cápita. Argentina, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de Direcciones Provinciales de Estadística y Censos 2010.
15

CALIDAD DE VIDA Y ENFERMEDADES
NO TRANSMISIBLES EN ARGENTINA


Sonia Alejandra Pou

INTRODUCCIÓN dos a estilos de vida: la alimentación no saluda-


ble, la inactividad física, el consumo de tabaco y
La epidemia global de las enfermedades no trans- el uso nocivo del alcohol. Estos, a su vez, se en-
misibles (ENT) –entre las que se cuentan, princi- cuentran íntimamente ligados a otros factores de
palmente, las cardiovasculares, el cáncer, la dia- tipo metabólico que intervienen en la red causal
betes y las enfermedades pulmonares crónicas– de las ENT, como lo son la obesidad, la hiperten-
constituye actualmente un importante desafío sión, la hiperlipidemia e la intolerancia a la glu-
en materia de salud pública, en tanto representa cosa (Dobe 2012; Aballay, Eynard, Díaz, Navarro
la mayor carga de morbi-mortalidad a nivel mun- & Muñoz 2013). Aunque algunos países se han
dial. Un aspecto alarmante es su creciente ritmo comprometido y avanzado en la lucha contra
de propagación, más acelerado en poblaciones y las ENT, focalizándose en la reducción de la pre-
comunidades de bajos ingresos, en los que impo- valencia de los mencionados factores de riesgo
ne enormes costos evitables en términos huma- comportamentales y metabólicos, la OMS reco-
nos, sociales y económicos (Organización Mun- noce –en su Informe sobre la situación mundial
dial de la Salud [OMS] 2011). Del total de defun- de las Enfermedades No Transmisibles 2014– que
ciones registradas en todo el mundo en el año los progresos siguen siendo desparejos e insufi-
2012, se estima que el 68% (38 millones) se de- cientes (OMS 2014). Se ha destacado que la prin-
bieron a ENT. A su vez, casi tres cuartas partes cipal falencia quizá radique en que las estrategias
de aquéllas (28 millones) se produjeron en paí- propuestas para dar respuesta a la epidemia de
ses de ingresos bajos y medios, en edades relati- las ENT se conciben todavía a partir de un mode-
vamente tempranas en comparación con las ocu- lo tradicional centrado en factores de riesgo in-
rridas en regiones desarrolladas (OMS 2014). En dividuales, sin considerar las fuerzas subyacen-
concordancia con este panorama mundial, tam- tes que los determinan ni brindar suficiente aten-
bién en Argentina las ENT concentran la ma- ción a factores de riesgo no tradicionales (por ej.,
yor proporción de las defunciones, constituyen- de tipo ambiental) y a la necesidad de fortalecer
do las enfermedades cardiovasculares y los tumo- los sistemas de salud (McKee et al. 2014). Actual-
res malignos (o cáncer) las causas de defunción mente, se reconoce que la globalización, el acele-
más frecuentes en nuestra población. Del total de rado proceso de urbanización y el envejecimiento
muertes registradas en el 2013 en nuestro país, poblacional son factores relacionados con el pa-
un 28,8% y 18,5% se atribuyen, respectivamente, a trón de prevalencia de las ENT, aun cuando el in-
dichas causas, lo cual en conjunto representa ca- dividuo, e incluso el sector tradicional de la sa-
si la mitad de las defunciones acontecidas ese año lud, tiene escaso control sobre ellos (OMS 2014).
(Dirección de Estadísticas e Información de Sa- De este modo, si bien los estilos de vida pueden
lud 2014). suponerse ligados a la esfera individual, en tan-
Es ampliamente conocido que a la mayoría de to responden a elecciones o conductas persona-
las ENT subyace un reducido número de facto- les (voluntarias o forzadas) que exponen o pro-
res de riesgo, compartidos y prevenibles, asocia- tegen al individuo frente a ciertos riesgo para su
170 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

salud, es necesario comprender que son el resul- fluencia de la calidad de vida de la población en
tado de una compleja interacción entre el indivi- la determinación del patrón de distribución de
duo y su contexto (cultural, socioeconómico, fí- las ENT más prevalentes en nuestro país, como
sico-ambiental, político). En la epidemiología de se presenta más adelante.
las ENT este aspecto requiere especial atención, La definición que ofrece la OMS de determinan-
más aún en el escenario heterogéneo de los deno- tes sociales de la salud, como “las circunstancias en
minados “países en desarrollo”, entre los cuales que las personas nacen, crecen, viven, trabajan y
se incluye Argentina. envejecen, incluido el sistema de salud, que resul-
Si consideramos las tendencias epidemiológi- tan de la distribución del dinero, el poder y los re-
cas históricas, en las últimas décadas se han ob- cursos a nivel mundial, nacional y local, y que de-
servado cambios generalizados en los patrones pende a su vez de las políticas adoptadas” (OMS
de morbi-mortalidad de las poblaciones. Co- 2015), remite sin dudas a la noción de la calidad
mo rasgo principal, se destaca el descenso en la de vida adoptada por Velázquez et al. (2014) y a las
mortalidad por enfermedades infecciosas y el in- dimensiones socioeconómica y ambiental que su
cremento de la carga relativa de mortalidad por índice involucra. La relación o interacción entre
ENT a medida que las sociedades modifican sus ambas dimensiones puede incluso vislumbrar-
características demográficas, sociales y estructu- se claramente desde el enfoque de los determi-
ra económica, lo cual se ha descripto como parte nantes sociales de la salud, en tanto éste propone
del denominado fenómeno de “transición epide- que existe una producción social de las enferme-
miológica” (McLaren & Hawe 2005). Desde esta dades en la que intervienen mecanismos de estra-
perspectiva, se ha propuesto que las variaciones tificación basados en la posición socioeconómica
en el perfil epidemiológico de las poblaciones es- (además de la etnia y el género) que definen las
tarían íntimamente ligadas al paulatino enveje- oportunidades de acceso a la salud y que, a su vez,
cimiento poblacional (tras el descenso progresi- condicionan los determinantes que actúan direc-
vo en las tasas de fecundidad y el aumento de la tamente sobre la salud de las personas (como la
esperanza de vida) y al rápido proceso de urba- calidad de la vivienda, las circunstancias psicoso-
nización (Nascimento, Brant, Moraes & Ribeiro ciales, los patrones alimentarios y los hábitos, en-
2014), que favorece la adopción de estilos de vi- tre otros) (CEPAL 2010).
da modernos asociados a un mayor riesgo de pa- La relación entre calidad de vida, como tal, y en-
decer ENT. Si bien este modelo transicional sir- fermedades cardiovasculares o tumores malignos
vió para describir las tendencias epidemiológi- ha sido poco explorada en estudios epidemioló-
cas acontecidas en las sociedades desarrolladas, gicos; si bien cuenta con algunos antecedentes,
se ha reconocido que no es suficiente para expli- en general éstos son referidos a la calidad de vi-
car la realidad de algunos países con menor nivel da de las personas postdiagnosticadas, es decir,
de desarrollo, en los cuales, por ejemplo, habien- relacionados al “estado funcional” de las perso-
do alcanzado un alto grado de urbanización, per- nas que ya padecen estas enfermedades. Esta mi-
sisten elevados niveles de pobreza y, con esto, pa- rada se podría enmarcar dentro de lo que se de-
trones de enfermedad que le son propios (desnu- nomina, más específicamente, la “calidad de vida
trición, enfermedades infecciosas y parasitarias, relacionada con la salud”. Como el término lo in-
entre otras). Aun con mucho por dilucidar al res- dica, éste es usado para nombrar únicamente los
pecto, existe actualmente consenso acerca de que aspectos de la vida relacionados con la salud, la
las inequidades en salud, es decir, las diferencias in- enfermedad y los tratamientos y, por ende, para
justas y evitables en el estado de salud observa- designar principalmente los resultados concretos
do entre y dentro de los países (Commission on de la evaluación clínica y la toma de decisiones te-
Social Determinants of Health 2008; Boutayeb, rapéuticas (Fernández-López, Fernández-Fidalgo
Boutayeb & Boutayeb 2013), están socialmente & Cieza 2010). El enfoque de calidad de vida en su
determinadas. Según la Comisión sobre Deter- concepción más amplia, multidimensional, ha si-
minantes Sociales de la Salud de la OMS, las con- do menos considerado en la investigación sobre
diciones de vida en su conjunto constituyen de- determinantes de las ENT. No obstante, pueden
terminantes de este tipo, siendo causa de la ma- encontrarse trabajos que, si bien no analizan la ca-
yor parte de las desigualdades sanitarias entre lidad de vida como tal, consideran alguno de los
los países y dentro de cada país (Comisión Eco- dos componentes involucrados en el índice que
nómica para América Latina y el Caribe [CEPAL] aquí se aborda, esto es, su dimensión socioeconó-
2010). De allí la importancia de analizar la in- mica o ambiental.
15 • Calidad de vida y enfermedades no transmisibles en Argentina 171

En términos generales, puede decirse que en los cioeconómico podría relacionarse con las enfer-
estudios epidemiológicos sobre ENT se ha pres- medades asociadas a estilos de vida modernos
tado especial atención a la interacción entre el (Arroyave, Burdorf, Cardona & Avendano 2014),
medio ambiente y la salud. De hecho, el estudio como lo son el cáncer y las enfermedades cardio-
de los aspectos del ambiente físico y sus impli- vasculares. De hecho, en los países industriali-
cancias en la distribución de las enfermedades zados de inicios del siglo XX, las ENT eran enfer-
humanas concierne, específicamente, a la rama medades de la opulencia y posteriormente pasaron
de la epidemiología ambiental. Aunque tradicio- a ser, en estas mismas sociedades desarrolladas,
nalmente su preocupación principal estuvo cen- más prevalentes en las personas de bajos ingre-
trada en la contaminación del agua, aire y ali- sos (McLaren & Hawe 2005). En los países me-
mentos, actualmente ha ampliado su foco de nos desarrollados, por su parte, si bien se reco-
atención, incluyendo problemáticas medioam- noce que las ENT son un flagelo particular de
bientales emergentes, como por ejemplo el cam- las poblaciones pobres y desfavorecidas (OMS
bio climático y otros fenómenos “de gran es- 2014), se hace más difícil dilucidar el patrón de
cala”, como la globalización y la urbanización relaciones entre perfil epidemiológico y condi-
(McLaren & Hawe 2005). En particular, en re- ciones socioeconómicas, dado que dichas regio-
lación a la morbi-mortalidad por cáncer exis- nes han sido menos estudiadas o extrapolan mo-
ten numerosos estudios que analizan la influen- delos interpretativos de las sociedades desarro-
cia del medio ambiente, enfocados principalmente lladas. A una escala mayor, incluso, también se
en describir el efecto de contaminantes ambien- reconoce la complejidad de las interrelaciones
tales, tanto de origen antrópico como naturales entre desarrollo socioeconómico y ENT. Por un
(Straif et al. 2009; Baan et al. 2009). Aunque en lado, los elevados costos de atención de salud y
menor medida, en años más recientes también la pérdida de productividad económica debido a
el ambiente en razón de su nivel de urbanización mortalidad prematura atribuible a ENT pueden
ha sido foco de interés de diversos autores, bajo generar un impacto económico significativo pa-
el supuesto de asociación entre los contextos ur- ra los gobiernos, que afecte su desarrollo (Hun-
banos (los modos de vida que conllevan, las po- ter & Reddy 2013; Curado & de Souza 2014). Por
sibilidades de acceso a los servicios de atención otro lado, puede suponerse que la enfermedad es
de la salud) y el patrón de ocurrencia o morta- un resultado desfavorable en individuos y pobla-
lidad por cáncer y otras ENT (Friel et al. 2011; ciones socioeconómicamente vulnerables, que
Angkurawaranon, Jiraporncharoen, Chenthana- no son capaces de prevenir o afrontar las con-
kij, Doyle & Nitsch 2014). Una línea de creciente secuencias sobre su salud de los factores de ries-
interés, que puede vincularse a la noción de ca- go a los que se ven expuestos. Se habla así de una
lidad ambiental, es la enfocada en los espacios “relación de causalidad recíproca entre salud y
verdes como promotores de salud, en tanto se desarrollo” (OMS 2003).
propone que el contacto con la naturaleza pue- Sin dudas, en el campo de la epidemiología de
de afectar positivamente la salud por múltiples las ENT, el renovado interés, en años recientes,
vías que involucran factores como la calidad del por adoptar una mirada contextualizada de la si-
aire, la actividad física, la cohesión social y la re- tuación de salud de las poblaciones se funda en
ducción del estrés (Hartig, Mitchell, de Vries & el reconocimiento de la compleja, multifactorial
Frumkin 2014). No obstante, la evidencia al res- e incompletamente comprendida etiología de las
pecto es todavía insuficiente en relación a ENT, ENT, que excede el nivel individual y que el en-
aun cuando resulta plausible su potencial in- foque biomédico tradicionalmente empleado,
fluencia en relación a enfermedades cardiovas- basado en factores de riesgo individuales, no ha
culares y tumores malignos, en tanto la vía del podido explicar. En consecuencia, el análisis de
estrés y los estilos de vida se han propuesto co- los diferenciales geográficos en la carga de mor-
mo importantes factores subyacentes. bi-mortalidad por ENT se constituye en una he-
Respecto del segundo componente de la cali- rramienta valiosa para orientar luego hipótesis
dad de vida, las condiciones socioeconómicas y etiológicas acerca de los factores, de naturaleza
su relación con las ENT, los antecedentes en el diversa, que subyacen al patrón de ocurrencia o
tema no son concluyentes. Mientras un estra- muerte atribuible a dichas enfermedades. En ese
to socioeconómico bajo frecuentemente se pue- sentido, y con el objetivo de describir la relación
de suponer asociado a las “enfermedades de la entre el índice de calidad de vida propuesto por
pobreza”, es menos claro cómo el estrato so- Velázquez et al. (2014) y la mortalidad por las dos
172 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

ENT que mayor número de muertes ocasiona en ción (según quintiles) de las tasas de mortalidad
nuestro país –las enfermedades cardiovasculares y departamentales y el ICV (como tal y desagrega-
los tumores malignos– se condujeron los análisis do en sus componentes o indicadores interme-
que se presentan a continuación. dios); y c) el análisis confirmatorio, inferencial,
Cabe aclarar que para valorar la carga de mor- efectuado mediante la construcción de modelos
talidad atribuible a las ENT de interés en el terri- de regresión Poisson multinivel (Rabe-Hesketh &
torio argentino, se empleó la información sobre Skrondal 2008), los cuales incorporan la variabi-
defunciones por causas provista por la Dirección lidad espacial en el análisis de riesgos y han de-
de Estadísticas e Información de Salud de la Na- mostrado utilidad en el campo de la epidemiolo-
ción Argentina, correspondiente a los años 2009, gía ambiental del cáncer (Díaz et al. 2009; Díaz,
2010 y 2011. Sobre esta base y los datos de po- Corrente, Osella, Muñoz & Aballay 2010; Pou,
blación del Censo Nacional de Población, Hoga- Osella & Díaz 2011; Pou, Niclis, Eynard & Díaz
res y Viviendas 2010 (Instituto Nacional de Esta- 2014).
dística y Censos [INDEC] 2010), fueron calcula- Así, en primer lugar, se presentan los mapas de
das tasas estandarizadas por edad, por método la mortalidad por tumores malignos (mapa 15.1)
directo (población argentina de referencia, 2010), y enfermedades cardiovasculares (mapa 15.2), en
para las causas específicas de muerte “enfermeda- la población masculina (derecha) y femenina (iz-
des del sistema circulatorio” (Código Internacio- quierda) de Argentina, en torno al año 2010. La
nal de Enfermedades [CIE]-10 I00-I98) y “tumo- escala cromática seleccionada representa, del ver-
res malignos” (CIE-10 C00-C97), por sexo y por de al rojo, la creciente magnitud de las tasas en ca-
cada departamento de la República Argentina (se da departamento, del quintil inferior al superior,
excluyen Islas del Atlántico Sur y Antártida Ar- respectivamente (esto es, menor a mayor carga de
gentina). El proceso de estandarización de las ta- mortalidad).
sas tiene por objeto controlar el efecto de las dis- Como puede observarse en el mapa 15.1, el pa-
tintas estructuras de edades que puedan tener las trón de distribución de la mortalidad a causa de
poblaciones departamentales consideradas, a fin tumores malignos es poco claro en mujeres y se
de poder establecer comparaciones válidas. Esto muestra algo más definido en hombres. Especial-
es particularmente importante en el caso de las mente, en este último grupo poblacional se pue-
ENT dado que, por su carácter de patología cró- de distinguir un gradiente creciente de la morta-
nica, se conocen fuertemente dependientes de la lidad por esta causa de la región noroeste (muy
edad (a mayor edad, mayores exposiciones acu- bajo peso relativo en NOA) a la sureste (con cier-
muladas a lo largo de la vida y, por ende, mayor ta sobrerrepresentación en las regiones pampea-
riesgo de padecer ENT). Se destaca, además, que na y patagónica).
las tasas de mortalidad por causas referenciadas En cambio, en lo que respecta a la mortalidad
al 2009-2011 fueron calculadas como el prome- por enfermedades cardiovasculares (mapa 15.2),
dio trianual obtenido para esos años, en cada ju- el gradiente de la mortalidad parece seguir un pa-
risdicción departamental. trón de tipo centro-periferia, con alto peso relati-
vo en los sectores centrales (Córdoba, San Luis)
DE LA RELACIÓN ENTRE CALIDAD y relativamente baja carga en la Patagonia y el
DE VIDA Y ENFERMEDADES NO NOA. Se destaca también el elevado peso relativo
TRANSMISIBLES EN ARGENTINA de la mortalidad por esta causa en la Región Me-
tropolitana de Buenos Aires (RMBA) y el hecho
A los fines de describir la relación entre el índice de que las diferencias entre el patrón de distribu-
de calidad de vida (ICV) propuesto por Velázquez ción de las tasas en hombres y mujeres no resul-
et al. (2014) y la mortalidad por tumores malig- taron notorias.
nos o enfermedades cardiovasculares en Argen- Las tablas que se presentarán a continuación
tina, se condujo un estudio ecológico, cuyos re- muestran, de modo descriptivo, el valor promedio
sultados se presentan a continuación, organiza- obtenido para el ICV y cada uno de los compo-
dos según las tres etapas consecutivas de análisis nentes e indicadores que lo componen, en los de-
realizadas: a) la construcción de mapas de enfer- partamentos argentinos agrupados según su ni-
medad que ilustran la distribución geográfica, a vel de mortalidad (esto es, en intervalos crecientes
escala departamental, de la carga de mortalidad definidos según quintiles de la distribución de las
por las causas mencionadas, según sexo; b) el aná- tasas). También en este caso se distinguió el análi-
lisis descriptivo de la relación entre la distribu- sis por causa y sexo.
15 • Calidad de vida y enfermedades no transmisibles en Argentina 173

Mapa 15.1. Mapas de distribución espacial de la mortalidad por tumores malignos en


Argentina, según sexo: promedio 2009-2011 de las tasas de mortalidad estandarizadas
por edad (por 100.000 habitantes, población nacional de referencia).

Mapa 15.2. Mapas de distribución espacial de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares


en Argentina, según sexo: promedio 2009-2011 de las tasas de mortalidad estandarizadas
por edad (por 100.000 habitantes, población nacional de referencia).

Fuente: elaboración personal sobre la base de ICA, DEIS y Censo 2010.


174 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

Tabla 15.1. Relación entre la distribución (según quintiles) de las tasas de mortalidad departamentales,
estandarizadas por edad, a causa de tumores malignos en mujeres y el índice de calidad de vida. Argentina, 2010.

Recursos
% de población
recreativos

De base natural
En hogares con
TME por

Sin obra social

De base social
hacinamiento

Con primario

universitarios
ICV [2] NSE [3] TMI [4] ICA [5]

Con estudios

ambientales
100000 [1]

incompleto

Problemas
Sin retrete
0,0-99,2 5,92 5,38 12,98 47,33 7,29 36,33 23,67 2,74 6,72 5,78 4,12 8,49
99,3-115,1 6,34 6,06 12,15 41,13 4,12 30,15 18,53 4,34 6,76 5,50 5,16 8,20
115,2-124,7 6,69 6,66 10,87 34,95 3,04 26,65 14,32 7,69 6,74 5,17 5,79 8,00
124,8-140,7 6,31 6,16 11,71 38,46 4,09 28,82 18,34 4,08 6,52 4,87 4,71 8,26
140,8-279,3 6,23 5,94 12,06 40,64 4,48 31,75 20,01 3,56 6,65 5,50 4,33 8,39
Media 6,30 6,04 11,95 40,50 4,60 30,74 18,97 4,48 6,68 5,36 4,82 8,27
Desvío
0,28 0,46 0,76 4,53 1,59 3,64 3,37 1,89 0,10 0,35 0,67 0,19
estándar
CV 4,37 7,61 6,39 11,18 34,64 11,84 17,75 42,27 1,46 6,54 13,91 2,27

[1] TME: promedio de las tasas de mortalidad 2009 a 2010, estandarizadas por edad por método directo según población
nacional de referencia, por 100000 habitantes; [2] ICV: índice de calidad de vida; [3] NSE: índice de nivel socioeconómico;
[4] TMI: tasa de mortalidad infantil (promedio 2009-2011) por 1000 nacidos vivos; [5] ICA: índice de calidad ambiental.

Tabla 15.2. Relación entre la distribución (según quintiles) de las tasas de mortalidad departamentales,
estandarizadas por edad, a causa de tumores malignos en varones y el índice de calidad de vida. Argentina, 2010.

Recursos
% de población
recreativos
De base natural
En hogares con

TME por
Sin obra social

De base social
hacinamiento

Con primario

universitarios

ICV [2] NSE [3] TMI [4] ICA [5]


Con estudios

ambientales

100000 [1]
incompleto

Problemas
Sin retrete

0,00-142,2 5,84 5,24 13,16 49,16 7,93 37,51 24,27 2,27 6,75 5,90 4,11 8,49
142,3-174,7 6,22 5,77 12,68 43,96 5,29 34,60 19,57 3,96 6,88 6,03 5,07 8,21
174,8-193,2 6,51 6,36 11,28 38,63 4,14 28,71 16,82 7,24 6,73 5,15 5,73 8,02
193,3-221,7 6,50 6,40 11,26 35,84 2,97 26,92 16,97 4,64 6,65 5,17 4,83 8,29
221,8-440,8 6,40 6,42 11,36 34,83 2,62 25,66 17,58 4,25 6,38 4,52 4,27 8,36
Media 6,29 6,04 11,95 40,48 4,59 30,68 19,04 4,47 6,68 5,35 4,80 8,27
Desvío
0,28 0,52 0,90 6,01 2,14 5,13 3,12 1,79 0,19 0,62 0,65 0,18
estándar
CV 4,44 8,64 7,57 14,84 46,67 16,72 16,39 40,08 2,78 11,54 13,56 2,12

[1] TME: promedio de las tasas de mortalidad 2009 a 2010, estandarizadas por edad por método directo según población
nacional de referencia, por 100000 habitantes; [2] ICV: índice de calidad de vida; [3] NSE: índice de nivel socioeconómico;
[4] TMI: tasa de mortalidad infantil (promedio 2009-2011) por 1000 nacidos vivos; [5] ICA: índice de calidad ambiental.
15 • Calidad de vida y enfermedades no transmisibles en Argentina 175

Tabla 15.3. Relación entre la distribución (según quintiles) de las tasas de mortalidad departamentales, estandarizadas
por edad, a causa de enfermedades cardiovasculares en mujeres y el índice de calidad de vida. Argentina, 2010.

Recursos
% de población
recreativos

De base natural
En hogares con
TME por

Sin obra social

De base social
hacinamiento

Con primario

universitarios
ICV [2] NSE [3] TMI [4] ICA [5]

Con estudios

ambientales
100000 [1]

incompleto

Problemas
Sin retrete
0,0-129,3 6,16 5,74 12,10 42,91 6,00 33,32 21,67 3,68 6,78 5,86 4,25 8,50
129,4-158,7 6,36 6,11 11,95 39,29 4,31 30,44 17,82 4,09 6,75 5,60 4,81 8,29
158,8-184,1 6,37 6,14 11,73 39,78 4,23 30,21 17,90 4,65 6,71 5,39 4,92 8,28
184,2-211,0 6,46 6,40 11,30 37,57 3,82 27,42 16,67 6,54 6,54 4,73 5,29 8,08
211,1-416,2 6,13 5,81 12,69 42,97 4,64 32,30 20,85 3,47 6,62 5,24 4,85 8,19
Media 6,30 6,04 11,95 40,50 4,60 30,74 18,98 4,49 6,68 5,36 4,82 8,27
Desvío
0,14 0,27 0,51 2,37 0,84 2,26 2,16 1,23 0,10 0,42 0,37 0,15
estándar
CV 2,28 4,44 4,27 5,85 18,16 7,36 11,35 27,49 1,48 7,91 7,73 1,87

[1] TME: promedio de las tasas de mortalidad 2009 a 2010, estandarizadas por edad por método directo según población
nacional de referencia, por 100000 habitantes; [2] ICV: índice de calidad de vida; [3] NSE: índice de nivel socioeconómico;
[4] TMI: tasa de mortalidad infantil (promedio 2009-2011) por 1000 nacidos vivos; [5] ICA: índice de calidad ambiental.

Tabla 15.4. Relación entre la distribución (según quintiles) de las tasas de mortalidad departamentales, estandarizadas
por edad, a causa de enfermedades cardiovasculares en varones y el índice de calidad de vida. Argentina, 2010.

Recursos
% de población
recreativos
De base natural
En hogares con

TME por
Sin obra social

De base social
hacinamiento

Con primario

universitarios

ICV [2] NSE [3] TMI [4] ICA [5]


Con estudios

ambientales

100000 [1]
incompleto

Problemas
Sin retrete

0,0-203,1 6,07 5,63 12,17 44,18 6,56 33,60 22,62 3,29 6,72 5,72 4,18 8,50
203,2-257,9 6,41 6,09 12,22 40,01 4,38 30,66 18,01 4,61 6,88 5,93 4,93 8,34
258,0-293,5 6,30 6,03 11,92 41,11 4,41 30,72 18,83 4,26 6,71 5,47 4,86 8,25
293,5-331,0 6,50 6,38 11,42 37,42 3,70 28,43 16,85 6,54 6,69 5,14 5,44 8,08
331,1-852,7 6,20 6,07 12,06 39,67 3,89 29,99 18,80 3,72 6,39 4,53 4,64 8,19
Media 6,30 6,04 11,96 40,48 4,59 30,68 19,02 4,48 6,68 5,36 4,81 8,27
Desvío
0,17 0,27 0,32 2,47 1,14 1,88 2,17 1,26 0,18 0,55 0,46 0,16
estándar
CV 2,69 4,44 2,69 6,09 24,95 6,11 11,39 27,99 2,66 10,24 9,52 1,92

[1] TME: promedio de las tasas de mortalidad 2009 a 2010, estandarizadas por edad por método directo según población
nacional de referencia, por 100000 habitantes; [2] ICV: índice de calidad de vida; [3] NSE: índice de nivel socioeconómico;
[4] TMI: tasa de mortalidad infantil (promedio 2009-2011) por 1000 nacidos vivos; [5] ICA: índice de calidad ambiental.
176 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

Al observar la distribución de los departamen- coincide con el menor índice de calidad ambien-
tos de Argentina según quintiles de la tasa de tal y menor puntaje promedio para los recursos
mortalidad (estandarizadas por edad) por tumo- recreativos de base natural. Un elevado porcenta-
res malignos en mujeres (tabla 15.1), se destaca que je de población que no alcanzó el nivel educativo
el menor ICV promedio corresponde al intervalo primario completo, así como una baja proporción
inferior de mortalidad (es decir, al que aglutina de personas con estudios universitarios, parecie-
departamentos con las menores tasas de mortali- ra caracterizar a los departamentos que presentan
dad en mujeres), registrándose el mayor ICV en el las más bajas tasas de mortalidad por tumores
intervalo central de la distribución (tasas de valo- malignos en hombres. Por otra parte, los aspec-
res medios). Los resultados presentados en la ta- tos del ICV que se mostraron más heterogéneos
bla 15.1 parecieran indicar que dicho comporta- entre los estratos de mortalidad definidos fueron,
miento está determinado por los indicadores de en el caso de los hombres, el porcentaje de pobla-
la dimensión socioeconómica, los cuales también ción sin retrete (posiblemente proxy de vivienda
registran los valores más desfavorables en el in- rural) y con estudios universitarios (CV de 46,6 y
tervalo inferior (mortalidad más baja) y la mejor 40,08%, respectivamente).
situación en término de salud, vivienda y educa- En lo que respecta a la mortalidad por enfermeda-
ción en el intervalo central de la mortalidad. Aun des cardiovasculares en mujeres (tabla 15.3), se obser-
así, a partir de dicho intervalo, los indicadores vó que, aunque el ICV promedio muestra una leve
socioeconómicos tienden a asumir valores pro- tendencia creciente desde el primer intervalo de
medio más desfavorables a medida que ascien- distribución de las tasas al cuarto (es decir, a ma-
de la tasa de mortalidad por tumores malignos. yor mortalidad por esta causa, mayor ICV), los de-
En cuanto al componente ambiental, los depar- partamentos con las mayores tasas de mortalidad
tamentos con menores tasas de mortalidad por en la población femenina (quinto intervalo) pre-
tumores malignos en mujeres muestran valores sentaron, en promedio, el menor ICV. En general,
promedio más elevados del índice de calidad am- se observa el mismo comportamiento en los indi-
biental (ICA). En general, los recursos recreativos cadores de la dimensión socioeconómica (de sa-
de base natural (promedio del puntaje asignado a lud, vivienda y educación, y el índice de nivel so-
los departamentos) parecen disminuir conforme cioeconómico como tal). Esto es, a mayor nivel
aumenta la tasa de mortalidad por tumores ma- socioeconómico, mayor tasa de mortalidad por
lignos en la población femenina. Si observamos, enfermedades del sistema cardiovascular en mu-
además, los coeficientes de variación estimados, jeres, con excepción del tramo superior (tasas más
el componente de calidad de vida que mostró ma- elevadas) que corresponde a departamentos que
yor heterogeneidad entre los estratos de morta- registran las condiciones socioeconómicas más
lidad en mujeres (según quintiles) fue el porcen- desfavorables. A esto se agrega que los promedios
taje de población con estudios universitarios (ta- departamentales calculados para los indicadores
bla 15.1). de calidad de vida correspondientes a los interva-
En el caso de la población masculina, como pue- los inferior y superior de mortalidad presentan
de observarse a partir de los datos presentados en valores muy próximos. Esto sugiere que probable-
la tabla 15.2, la relación entre el nivel de la morta- mente existan otros determinantes, además de los
lidad por tumores malignos y el ICV es, en términos considerados, que puedan explicar las diferencias
generales, directa: a los departamentos con tasas en términos de la mortalidad por esta causa en
elevadas de mortalidad le corresponden los ICV mujeres, a nivel departamental. Un posible factor
promedio más elevados. Esta relación es más evi- interviniente, que puede suponerse subyacente al
dente que en el caso de las mujeres y se muestra patrón de mortalidad observado, es el perfil de ur-
claramente a partir de indicadores como el índi- banización de los distintos departamentos en el
ce del nivel socioeconómico (NSE), porcentaje de territorio nacional. Si bien no es objeto del pre-
población sin obra social y aquellos referidos a vi- sente análisis, de modo complementario se corro-
vienda. Es decir, se encontraron mayores tasas de boró que existe una correlación directa significa-
mortalidad por tumores malignos en hombres a tiva entre la tasa de mortalidad por esta causa en
mejores condiciones socioeconómicas departa- mujeres y la categoría urbana del departamento (a
mentales (esto es, según el índice general de NSE), mayor tasa, mayor jerarquía urbana).
y en particular a menor proporción de habitan- En cuanto a la dimensión ambiental, el punta-
tes sin obra social, sin retrete y sin hacinamiento. je promedio de los recursos recreativos de base
El intervalo de mortalidad más elevado, a su vez, natural y de los problemas ambientales tienden
15 • Calidad de vida y enfermedades no transmisibles en Argentina 177

a decrecer conforme aumenta la tasa de mortali- mortalidad por enfermedades no transmisibles,


dad (salvo en el intervalo de mortalidad superior), en una segunda etapa confirmatoria se condujo,
contrariamente a lo evidenciado para el caso de por cada grupo poblacional (masculino y femeni-
los recursos recreativos de base social (tabla 15.3). no), un análisis de regresión Poisson de tipo mul-
El comportamiento de los indicadores analiza- tinivel, en tanto se consideró la estructura jerár-
dos en relación a la distribución de las tasas de quica de los datos (es decir, la pertenencia de cada
mortalidad por enfermedad cardiovascular en varones, departamentos a la provincia que los aglomera).
según quintiles (tabla 15.4), muestra un patrón Se propusieron, entonces, distintos modelos es-
general más fluctuante que en mujeres, respecto tadísticos, estableciendo como variable respues-
al ICV y algunos componentes de su dimensión ta la tasa estandarizada de mortalidad por causa
socioeconómica (salud y educación). No obstan- (tumores malignos o enfermedades cardiovascu-
te, se destaca que los departamentos que confor- lares), como covariables el ICV (modelo I), sus di-
man la categoría con menor mortalidad por en- mensiones (modelo II) e indicadores (modelo III),
fermedad cardiovascular (tasas en el interva- y como variable de agrupamiento (o cluster) la pro-
lo inferior) registraron generalmente los valores vincia (tablas 15.5 a 15.8). Se estimaron los deno-
promedio más desfavorables para los indicado- minados odds ratios (ORs) como medida de asocia-
res socioeconómicos analizados. En cuanto a los ción, a partir de los cuales puede valorarse el efec-
componentes ambientales considerados, el análi- to de cada covariable estudiada como “promotor”
sis exploratorio por quintiles sugiere un gradien- o “protector”, según su comportamiento se asocie
te creciente de las tasas conforme disminuyen los a una chance incrementada o disminuida, respec-
recursos de base natural y el índice de problemas tivamente, de presentar el resultado de interés, en
ambientales. El comportamiento de los recursos este caso la mortalidad.
recreativos de base social es más fluctuante, aun- En primer lugar, cabe destacar que, en cada mo-
que los datos presentados en la tabla 15.4 sugie- delo propuesto, se verificó que existe un patrón
ren una tendencia contraria a la de los indicado- de distribución no aleatoria (esto es, dependiente
res recién mencionados. a nivel geográfico) de la mortalidad por tumores
A los fines de completar el estudio de la relación malignos y enfermedades cardiovasculares (2009-
entre el ICV (y sus componentes) con las tasas de 2011), tanto en hombres como en mujeres.

Tabla 15.5. Tasa de mortalidad (estandarizada por edad) por tumores malignos en mujeres:
estimación de medidas de asociación (odds ratio, OR) con indicadores de calidad de vida,
considerando la variabilidad geográfica mediante modelación multinivel. Argentina, 2010.

Modelo I Modelo II Modelo III


Efecto de covariables
OR (valor p) OR (valor p) OR (valor p)
Índice de calidad de vida 1,026 (p<0,001)*
Índice del nivel socioeconómico 1,053 (p<0,001)*
% población con primario incompleto 1,001 (p=0,533)
% población con estudios universitarios 0,995 (p<0,001)*
Tasa de mortalidad infantil 0,997 (p=0,001)*
% de población sin obra social 0,996 (p<0,001)*
% de población sin retrete 0,998 (p=0,175)
% población en hogares hacinados 0,999 (p=0,455)
Índice de calidad ambiental 0,956(p<0,001)*
Recursos recreativos de base natural 0,997 (p=0,224)
Recursos recreativos de base social 0,994 (p=0,137)
Problemas ambientales 0,964 (p<0,001)*

Variables de agrupamiento: departamento (nivel I) y provincia (nivel II).


* Significativo a un nivel α = 0,05.
178 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

Tabla 15.6. Tasa de mortalidad (estandarizada por edad) por tumores malignos en varones: estimación
de medidas de asociación (odds ratio, OR) con indicadores de calidad de vida, considerando
la variabilidad geográfica mediante modelación multinivel. Argentina, 2010.

Modelo I Modelo II Modelo III


Efecto de covariables
OR (valor p) OR (valor p) OR (valor p)
Índice de calidad de vida 1,077 (p<0,001)*
Índice del nivel socioeconómico 1,080 (p<0,001)*
% población con primario incompleto 0,997 (p<0,001)*
% población con estudios universitarios 0,996 (p<0,001)*
Tasa de mortalidad infantil 1,004 (p<0,001)*
% de población sin obra social 0,996 (p<0,001)*
% de población sin retrete 0,993 (p<0,001)*
% población en hogares hacinados 0,998 (p=0,001)*
Índice de calidad ambiental 0,956(p<0,001)*
Recursos recreativos de base natural 0,987 (p<0,001)*
Recursos recreativos de base social 0,991 (p=0,005)*
Problemas ambientales 1,018 (p=0,032)*

Variables de agrupamiento: departamento (nivel I) y provincia (nivel II).


* Significativo a un nivel α = 0,05.

Tabla 15.7. Tasa de mortalidad (estandarizada por edad) por enfermedades cardiovasculares en
mujeres: estimación de medidas de asociación (odds ratio, OR) con indicadores de calidad de vida,
considerando la variabilidad geográfica mediante modelación multinivel. Argentina, 2010.

Modelo I Modelo II Modelo III


Efecto de covariables
OR (valor p) OR (valor p) OR (valor p)
Índice de calidad de vida 0,948 (p<0,001)*
Índice del nivel socioeconómico 0,981 (p<0,001)*
% población con primario incompleto 1,003 (p<0,001)*
% población con estudios universitarios 0,994 (p<0,001)*
Tasa de mortalidad infantil 0,999 (p=0,135)
% de población sin obra social 1,002 (p=0,001)*
% de población sin retrete 0,985 (p<0,001)*
% población en hogares hacinados 1,003 (p<0,001)*
Índice de calidad ambiental 0,958 (p<0,001)*
Recursos recreativos de base natural 0,969 (p<0,001)*
Recursos recreativos de base social 1,026 (p<0,001)*
Problemas ambientales 0,928 (p<0,001)*

Variables de agrupamiento: departamento (nivel I) y provincia (nivel II).


* Significativo a un nivel α = 0,05.

Respecto a la mortalidad por tumores malignos, se en la masculina (tabla 15.6). Esto indicaría que
observó que el ICV presentó un efecto promotor, existe un mayor chance de encontrar tasas eleva-
tanto en la población femenina (tabla 15.5) como das de mortalidad por tumores malignos en los
15 • Calidad de vida y enfermedades no transmisibles en Argentina 179

Tabla 15.8. Tasa de mortalidad (estandarizada por edad) por enfermedades cardiovasculares en
varones: estimación de medidas de asociación (Odds ratio, OR) con indicadores de calidad de vida,
considerando la variabilidad geográfica mediante modelación multinivel. Argentina, 2010.

Modelo I Modelo II Modelo III


Efecto de covariables
OR (valor p) OR (valor p) OR (valor p)
Índice de calidad de vida 0,976 (p<0,001)*
Índice del nivel socioeconómico 1,002 (p=0,429)
% población con primario incompleto 1,000 (p=0,717)
% población con estudios universitarios 0,997 (p=0,003)*
Tasa de mortalidad infantil 1,001 (p=0,174)
% de población sin obra social 1,001 (p=0,001)*
% de población sin retrete 0,985 (p<0,001)*
% población en hogares hacinados 1,007 (p<0,001)*
Índice de calidad ambiental 0,952 (p<0,001)*
Recursos recreativos de base natural 0,973 (p<0,001)*
Recursos recreativos de base social 1,014 (p<0,001)*
Problemas ambientales 0,948 (p<0,001)*

Variables de agrupamiento: departamento (nivel I) y provincia (nivel II).


* Significativo a un nivel α = 0,05.

departamentos cuyo ICV es más elevado. No obs- mo en mujeres. Esto indicaría que a mejor calidad
tante, si consideramos los efectos particulares de de vida en un departamento, la tasa de mortali-
las dos fracciones componentes del ICV, en am- dad por enfermedades cardiovasculares tiende a
bos grupos poblacionales (hombres y mujeres) se ser menor (tabla 15.7 y 15.8, modelo I). Este efec-
evidencia que el índice del nivel socioeconómi- to protector del ICV parece resultar del efecto en
co (NSE) incrementaría la mencionada chance, el mismo sentido (esto es, protector) del nivel so-
mientras que el índice de calidad ambiental (ICA) cioeconómico y del índice de calidad ambiental
la disminuiría significativamente (p<0,001). en mujeres, mientras que en hombres sólo la ca-
En mujeres (tabla 15.7), el porcentaje de pobla- lidad ambiental parece determinar tal situación.
ción con estudios universitarios, los indicadores De hecho, el índice del NSE no evidencia una aso-
de salud (tasa de mortalidad infantil, porcentaje ciación significativa con la tasa de mortalidad en
de población sin obra social) y los problemas am- hombres, contrariamente a lo que sucede con el
bientales resultaron las variables que mostraron ICA en este grupo poblacional. Aun así, al incluir
efectos significativos sobre las tasas de mortali- en el modelo III los distintos indicadores que
dad por tumores malignos, mientras que en hom- conforman esas dos dimensiones, se evidencia en
bres (tabla 15.8) las variables que actuaron como hombres un riesgo incrementado de mortalidad
determinantes fueron, además de las anteriores, por enfermedades cardiovasculares asociado al
las correspondientes a educación, vivienda y re- porcentaje de población sin obra social y hacina-
cursos recreativos (p<0,05). da y a un mayor índice de recursos recreativos so-
Los resultados del análisis multinivel de la mor- cialmente construidos, mientras que existiría un
talidad por enfermedades cardiovasculares en relación efecto protector del porcentaje de población uni-
al ICV en Argentina se presentan en las tablas 15.7 versitaria, sin retrete y del índice de recursos re-
(mujeres) y 15.8 (varones). En primer lugar, resul- creativos de base natural y problemas ambienta-
ta interesante destacar que, a diferencia del efec- les. En mujeres, estas variables mostraron efectos
to promotor antes mencionado del ICV sobre la similares y emerge el porcentaje de población sin
mortalidad por tumores malignos, en este caso estudios primarios como un factor promotor de
dicho índice evidenció un efecto protector signi- la mortalidad por enfermedades cardiovasculares,
ficativo (p<0,001) sobre la mortalidad por enfer- efecto contrario al observado respecto al porcen-
medades cardiovasculares, tanto en hombres co- taje de población universitaria.
180 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES modo importante todo intento por dilucidar la


etiología de las ENT.
A modo de resumen de lo hasta aquí expuesto En términos generales, la evidencia epidemioló-
puede decirse que, en Argentina, se observó un gica mundial ha dado muestras de que las perso-
patrón no aleatorio de distribución espacial de las nas vulnerables y socialmente desfavorecidas en-
tasas de mortalidad estandarizadas (2009-2011) ferman y mueren antes como resultado de ENT
a causa de enfermedades cardiovasculares y tu- en comparación con las personas que disfrutan
mores malignos, en varones y en mujeres. En am- de una posición social más elevada (OMS 2011).
bos grupos poblacionales, el ICV mostró un efec- Mientras existen reconocidas brechas socioeconó-
to promotor de la mortalidad por cáncer a nivel micas entre regiones desarrolladas y en desarrollo
departamental, mientras que respecto a las en- que se traducen en sus indicadores de salud (tam-
fermedades cardiovasculares evidenció un efec- bién en relación a las ENT), en América Latina y
to contrario (disminución del riesgo asociado a el Caribe se ha destacado que la transición epide-
esta causa de muerte). Estas diferencias parecie- miológica ha ocurrido de desigual manera entre
ran estar determinadas por el efecto particular de los países de la región (Curado & de Souza 2014)
los dos componentes principales del ICV, el ni- e incluso en niveles nacionales. Superando la tra-
vel socioeconómico (NSE) y el índice de calidad dicional dicotomía urbano - rural, se reconocen,
ambiental (ICA), en cada caso. Mientras el índice además, realidades socioeconómicas dispares en
NSE mostró una relación directa con la mortali- el interior de las ciudades que impactan en la dis-
dad por tumores malignos en hombres y en mu- tribución social de los resultados en salud - en-
jeres, se observó una asociación inversa de él con fermedad también dentro de contextos urbanos
la mortalidad por enfermedades cardiovasculares (Friel et al. 2011). Esto cobra especial relevancia en
en mujeres y un efecto nulo (no significativo) en el ámbito latinoamericano, destacado por su fuer-
hombres. Se destaca, además, el consistente rol te carácter urbano dentro del mundo en desarro-
protector del ICA sobre la mortalidad atribuible a llo, y en particular en la República Argentina, da-
las dos ENT consideradas y en ambos sexos. do que este país presenta uno de los más altos gra-
Primeramente, es importante considerar que do de urbanización en la región (González 2009).
en todo intento por explicar los patrones de dis- Según la última información censal disponible,
tribución geográfica de salud - enfermedad de un 91% de sus habitantes reside en viviendas loca-
las poblaciones cabe distinguir dos potenciales lizadas en áreas urbanas (INDEC 2010). El efecto
fuentes de inequidad: las disparidades respec- de la urbanización en el patrón de distribución de
to de la exposición a los riesgos (individuales co- las ENT analizadas (tumores malignos y enferme-
mo ambientales) y aquellas ligadas a las posibi- dades cardiovasculares) no ha sido directamente
lidades de acceso a los servicios de salud y aten- analizado en esta ocasión pero requiere ser pro-
ción especializada, recursos y tecnología médica. fundizado en futuros estudios, pues los resulta-
En ambos casos, pueden suponerse determinan- dos aquí presentados dan indicios de una poten-
tes socioeconómicos, aunque sus mecanismos de cial influencia.
base son quizá más fáciles de dilucidar en rela- Como mostraron nuestros resultados, en Ar-
ción a las posibilidades de acceso a la atención y gentina existiría un efecto diferencial del índice
la protección de la salud. De hecho, en referen- nivel socioeconómico o algunos de sus indicado-
cia a la mortalidad por afecciones crónicas co- res clásicos (educación primaria incompleta, ha-
mo las ENT, se ha alertado acerca de la dificul- cinamiento, cobertura de salud) sobre la morta-
tad de los grupos de menores ingresos para asu- lidad por tumores malignos en comparación a la
mir los elevados gastos en asistencia sanitaria que mortalidad atribuible a las enfermedades cardio-
éstas insumen y el acceso limitado a tecnologías vasculares, 2009-2011. Mientras en relación a és-
y medicamentos esenciales requeridos por tiem- tas últimas el efecto observado se ajusta al espera-
po prolongado que la misma situación de pobre- do en el marco del escenario de vulnerabilidad ya
za conlleva (OMS 2011). La interacción de facto- descripto de las poblaciones socioeconómicamen-
res ligados a la atención y el control de la salud te desfavorecidas (más pobreza, mayores tasas de
con otros vinculados a exposiciones de riesgo, así mortalidad por ENT), el nivel socioeconómico
como el peso relativo que adquiere cada uno de departamental mostró un efecto directo sobre la
estos aspectos en términos poblacionales (sea por mortalidad por cáncer en la población argentina
estratos socioeconómicos, por lugar de residen- (es decir, a mayor nivel socioeconómico se asoció
cia, por grupos etarios, sexo, etc.) complejiza de un mayor riesgo de mortalidad por tumores ma-
15 • Calidad de vida y enfermedades no transmisibles en Argentina 181

lignos). Aunque esta particular relación merece cedentes nacionales que pueden apoyar la hipó-
mayor estudio, es posible pensar que, entre los de- tesis de mayor exposición a riesgos en los grupos
terminantes del patrón de distribución de la mor- poblacionales de mejores ingresos, puede mencio-
talidad por enfermedades cardiovasculares, pre- narse la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud
domina el efecto del acceso a la atención y la pro- (Ministerio de Salud de la Nación 2007), toman-
tección de salud (que puede suponerse afectado do como ejemplo el cáncer de mama. La lactan-
a mayores carencias socioeconómicas), mientras cia materna y la ingesta de grasas son reconoci-
que, en el caso de los tumores malignos, la inequi- dos factores asociados a la incidencia de este cán-
dad en la exposición a factores de riesgo parece cer en mujeres (WCRF / AICR 2007; Collaborative
cobrar mayor relevancia. Esto último, bajo el su- Group on Hormonal Factors in Breast Cancer
puesto de que los grupos poblacionales con me- 2002). Es interesante entonces destacar que, se-
jores condiciones socioeconómicas presentan ma- gún los resultados de la mencionada encuesta, en
yor nivel de exposición a riesgos, al menos a esca- Argentina la prevalencia de amamantamiento es
la departamental. Se ha descripto que la epidemia menor en hogares sin NBI (necesidades básicas
de las ENT frecuentemente se origina en los estra- insatisfechas) que en aquellos pobres o indigen-
tos socioeconómicos más elevados y luego, en eta- tes; y se observó que a medida que mejoran los in-
pas más avanzadas de la epidemia, son los secto- dicadores socioeconómicos aumenta la contribu-
res más desfavorecidos los que resultan más afec- ción a la ingesta energética de grasas en la alimen-
tados (Dobe 2012); y que, por ejemplo, algunos tación (Ministerio de Salud de la Nación 2007).
cánceres son más frecuentes en países de bajos in- Como puede verse, un análisis diferencial por si-
gresos, mientras que otros lo son en los de altos tio tumoral aportaría elementos interesantes pa-
ingresos. Tal es el caso de los tumores malignos de ra dilucidar los mecanismos que expliquen el efec-
colon - recto, mama, ovario, endometrio, prósta- to global observado de los componentes de la ca-
ta y pulmón (World Cancer Research Fund, Ame- lidad de vida analizados sobre la mortalidad por
rican Institute for Cancer Research [WCRF / AI- tumores malignos en el país.
CR] 2007). Esto muestra coherencia con el perfil Entre los factores que consistentemente resul-
de mortalidad por cáncer (2007-2011) de Argen- taron protectores frente a la mortalidad por las
tina, descripto por Abriata et al. (2013), en el cual ENT consideradas, tanto en hombres como en
los cánceres que presentan la mayor tasa de mor- mujeres, cabe destacar el porcentaje de población
talidad estandarizada son pulmón, colon-recto y con estudios universitarios, el índice de calidad
próstata en hombres, y de mama, colon-recto y ambiental y, entre sus constituyentes, los recursos
pulmón en mujeres (Abriata, Roques, Macías & recreativos de base natural (excepto en el caso de
Loria 2013). mortalidad por cáncer en mujeres, en quienes el
Por otra parte, considerando que nuestros re- efecto tiende a ser igual pero no resultó estadísti-
sultados provienen de un diseño “ecológico” (es camente significativo).
decir, definido a escala geográfica departamental La asociación observada entre la proporción de
y no individual), es posible suponer que el efec- personas con estudios de nivel superior y la mor-
to observado del índice socioeconómico sobre la talidad por tumores malignos o enfermedades
mortalidad por cáncer refleja, al menos indirecta- cardiovasculares se condice claramente con los re-
mente, el impacto o las consecuencias del proce- sultados de la Encuesta Nacional de Factores de
so de urbanización y modernización en los distin- Riesgo 2009 de Argentina: se observó mayor con-
tos estratos de la sociedad argentina. Si bien los trol de la presión arterial, colesterol y glucemia,
contextos urbanos suelen asociarse con un mejor así como mayor realización de mamografías y
acceso y calidad en la atención de salud (Angku- PAP a mayor nivel educativo (Ferrante et al. 2011).
rawaranon et al. 2014), la creciente urbanización Estas prácticas de cuidado de la salud son claves
puede pensarse ligada a la adopción de estilos de para la detección temprana y el tratamiento opor-
vida no saludable (sedentarismo, alimentación tuno de las ENT estudiadas y, por ende, son fac-
inadecuada) o a ambientes desfavorables (exposi- tores involucrados en el desenlace de las enferme-
ción a altos niveles de polución, ruidos estresan- dades crónico degenerativas. En otras palabras,
tes, etc.). Esto puede resultar en un aumento de la tasas de mortalidad temprana o elevada suelen
incidencia de enfermedades como el cáncer, que a asociarse a la detección tardía de la enfermedad
veces se traslada (de no mediar la detección pre- (en fase avanzada).
coz y atención oportuna) a niveles incrementa- En lo que respecta al índice de calidad ambien-
dos de mortalidad por esta causa. Entre los ante- tal, el hecho de que los recursos recreativos de ba-
182 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

se natural hayan mostrado un efecto de protec- mediato para promover mayor investigación al
ción frente a la carga de mortalidad por ENT es respecto y movilizar los mecanismos que permi-
consistente con el cuerpo de evidencia preexisten- tan evitar tales desigualdades.
te acerca del efecto favorable de los ambientes na- A modo de conclusión, se remarcan dos cues-
turales (también estudiados como “espacios ver- tiones principales: a) los resultados sugieren que
des”) sobre la salud humana. Diversos mecanis- existen determinantes socio-ambientales de la
mos se han descripto como responsables de tal mortalidad por enfermedades cardiovasculares y
efecto, algunos de ellos basados en reconocer es- tumores malignos en Argentina, compartidos pe-
tos ambientes como promotores de un estilo de ro también diferenciados en término de su efecto,
vida activa e interacción social y otros focaliza- lo cual requiere mayor estudio en el contexto his-
dos en su rol protector ante exposiciones de ries- tórico-social nacional y regional; b) pensar en la
go, como la polución ambiental y el estrés. En re- calidad de vida como un factor que subyace al pa-
lación a este último, y en particular a las enferme- trón de distribución de la morbi-mortalidad por
dades cardiovasculares, se reconoce que mediante cáncer y enfermedades cardiovasculares obliga, a
una vía neuroendocrina, tras la activación fre- su vez, a realizar una mirada multidimensional de
cuente y prolongada de la respuesta biológica an- los fenómenos que determinan las disparidades
te el estrés, se puede ver afectado el normal fun- en materia socioeconómica y ambiental y, por en-
cionamiento del sistema cardiovascular (Wilkin- de, a realizar un abordaje multisectorial.
son & Marmot 2003, Albus 2010). La influencia Reconocer que entre los determinantes de las in-
de factores psicosociales relacionados con el es- equidades en salud se incluyen factores de orden
trés, en cambio, no está tan establecida en rela- social conlleva, además, la necesidad de trascen-
ción al proceso carcinogénico, aunque cuenta con der al individuo como responsable del control de
evidencia favorable al respecto (Chida, Hamer, sus estilos de vida y salud, e incluso al sector sa-
Wardle & Steptoe 2008). En cambio, el efecto pre- lud en la búsqueda de soluciones para afrontar
ventivo de la actividad física es convincente en re- los problemas de salud pública emergentes, co-
lación a ciertos tumores malignos, como el de co- mo la creciente carga de morbi-mortalidad de las
lon y mama, entre otros (WCRF / AICR 2007, Kus- ENT. En coherencia con lo que ya está siendo ob-
hi et al. 2012), los cuales constituyen principales jeto de promoción a nivel internacional, se enfa-
sitios tumorales causa de mortalidad en la pobla- tiza la necesidad de que las estrategias de control
ción argentina. de las ENT sean generadas e implementadas con
Antes de concluir, es importante destacar que el compromiso de la multiplicidad de actores (del
los resultados aquí presentados derivan, como ya ámbito público como privado, de la esfera global,
fue mencionado, de un diseño de estudio de tipo nacional, regional como local) que conforman el
ecológico (unidades de observación poblaciona- entramado social en el que se reproducen las in-
les, no individuos), por lo cual deben ser interpre- equidades en salud en estos tiempos. A la luz del
tados con cautela, pues existe el riesgo de cometer ritmo acelerado de envejecimiento demográfico
lo que se denomina “falacia ecológica o por agre- que transitan nuestras poblaciones y, con ello, la
gación” (esto es, realizar inferencias a nivel indivi- cifra creciente de personas susceptibles de pade-
dual a partir de estudios a nivel grupal). En con- cer enfermedades crónicas en los próximos años,
secuencia, debemos reconocer que, si bien los ha- lo anterior constituye un desafío importante y ur-
llazgos aquí descriptos a nivel poblacional (escala gente, en Argentina como en el mundo. La adop-
departamental) pueden disparar hipótesis etioló- ción de medidas colectivas tendientes a promo-
gicas sobre asociaciones de riesgo con la mortali- ver la equidad en salud y mejorar la calidad de vi-
dad por ENT, no pueden inferirse relaciones cau- da de las poblaciones implica redireccionar las
sales entre las características analizadas y el riesgo acciones, ya no circunscriptas a la promoción de
de morir por ENT a nivel individual. Aun siendo cambios individuales, sino orientadas al involu-
ésta una debilidad, los estudios a escala poblacio- cramiento de amplios sectores de la sociedad, de
nal en materia de salud presentan la fortaleza de manera integrada, en la eliminación de las causas
poner en evidencia inequidades socialmente de- evitables y, por ende, injustas de la morbi-morta-
terminadas, lo cual puede servir como insumo in- lidad poblacional.
16

CATEGORÍAS URBANAS SEGÚN REGIONES


Guillermo Velázquez
Santiago Linares

Hasta ahora hemos considerado la incidencia de todas las categorías y las restantes regiones no
de diferentes factores (crecimiento demográfico, poseen grandes ciudades.
centralidad y accesibilidad, PBG, etc.) sobre la ca- Como podemos observar, esta interacción discri-
lidad de vida en forma individual. En este punto mina mejor aún los respectivos índices de calidad
intentaremos ir un paso más adelante planteando de vida (coeficiente de variación 10,15%). El cua-
el resultado que brinda la interacción entre dos dro 16.1 muestra que la mejor combinación co-
componentes: la categoría urbana y la diferencia- rresponde a las ATIS medias patagónicas (índice
ción regional. 7,29), mientras la peor es la sufrida por la pobla-
Si bien las categorías urbanas establecen dife- ción rural de NEA, NOA y Cuyo (índices 5,11, 5,35
renciaciones en la calidad de vida, las ciudades no y 5,55, respectivamente)1. El carácter marginal de
se encuentran en el vacío, sino en territorios con- ciertas regiones, al asociarse, además, con meno-
cretos, cada uno de los cuales tiene sus especifici- res categorías urbanas, lleva a índices de calidad
dades. No todas las regiones poseen ciudades de de vida muy bajos. Es decir que las regiones apor-
todas las categorías. Así, como podemos ver en el 1 En 2001 la peor situación relativa correspondía a la po-
cuadro 16.1, la RMBA constituye en sí misma una blación rural de Cuyo y NEA (índice 4,50) y la mejor, a las
ciudad, la región pampeana posee aglomerados ATIS medias patagónicas (índice 7,89).

Cuadro 16.1. Relación entre categoría urbana y calidad de vida según regiones (2010).

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 7,22 6,56 6,68
2 6,82 6,76 7,11 7,25 6,88 7,03
3 6,51 6,32 6,96 6,89 7,29 6,79
4 6,15 5,74 6,54 6,72 7,06 6,41
5 5,58 5,35 6,19 6,48 6,67 6,03
6 5,35 5,11 5,55 5,87 5,77 5,47
Total 6,32 6,00 6,90 6,93 6,56 7,03 6,65

Nivel de discriminación (sigma/media) = 0,65/6,40 = 10,15%


184 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

tan un efecto contextual que incrementa las dife- a la atención de esta necesidad, sino que también
rencias de calidad de vida entre las diferentes jerar- evidencia segmentos de la población que sufren
quías urbanas. una inserción laboral inestable o precaria.
Como sabemos, este resultado es la combina- La carencia de obra social es un flagelo que se
ción ponderada de una serie de indicadores repre- había incrementado sustancialmente durante los
sentativos de las dimensiones educación, salud, vi- años noventa en Argentina. Este deterioro estu-
vienda y calidad ambiental, que constituyen el índi- vo asociado con el crecimiento del desempleo y la
ce y que tienen un comportamiento claramente proliferación de modalidades de trabajo eufemís-
diferenciado en función del cruce entre escala ur- ticamente denominadas “flexibles”, que implica-
bana y región. ron un mayor grado de impunidad empresarial
Comenzando por los indicadores de salud, de- para la explotación de los trabajadores. Esta situa-
bemos señalar que la acción del sistema sanitario, ción mejoró considerablemente entre 2001 y 2010,
las diferencias de ingresos, de nivel de instrucción pero aún resta mucho por avanzar en este aspecto.
(particularmente materno), la estructura social y El cuadro 16.3 muestra que a medida que se des-
otros factores que afectan la mortalidad infantil, ciende en la escala urbana aumenta la proporción
así como el nivel de fecundidad, el espaciamiento, de población sin cobertura social. A pesar de las
el peso al nacer, la disponibilidad de agua potable, formidables ganancias que experimentó parte del
servicios e infraestructura social básica –tanto en sector agropecuario, los trabajadores de este sec-
la vivienda como en el contexto– difieren signifi- tor (población rural y de pueblos pequeños) son
cativamente en cada región y, dentro de ellas, en los que sufren mayor precariedad laboral, ya que
cada categoría urbana (coeficiente de variación: más de la mitad de la población respectiva carece
22,90%). aún de obra social. Por otra parte, vemos que la re-
El cuadro 16.2 muestra que la mortalidad infan- gión con mayores problemas es el NEA, en la cual
til presenta variabilidad relativa en función de la más del 50% de su población carece de obra social.
jerarquía urbana y la región. Esta interacción re- El cruce de ambas categorías refleja situacio-
fleja que la escala urbana puede implicar diferen- nes extremadamente problemáticas entre la po-
tes resultados según el contexto, pero también blación de los pueblos grandes del NEA, rural del
muestra que las diferentes regiones no son en ab- NOA y de Cuyo, con porcentajes de carencia cer-
soluto homogéneas, ya que en su interior poseen canos al 60% en algunos casos. La situación de la
importantes diferencias internas. población residente en pueblos grandes también
El peor contexto regional para la mortalidad in- es muy mala en las tres regiones mencionadas.
fantil es el del NEA y el mejor, el Patagónico. Por En contraposición, la mejor situación relativa le
otro lado, la mayor TMI se registra en los pueblos corresponde a las regiones patagónica y pampea-
y la población rural (categoría 6) y la menor en las na. En el interior de la región patagónica, apare-
grandes ciudades. Dada la interacción de factores ce más favorable la situación de los residentes en
señalados, el peor cruce entre región y categoría ciudades intermedias medianas y grandes. En el
urbana es el de la población rural del NEA, cuya caso de la región pampeana, se muestran en mejor
TMI es la más elevada (18,57‰). También mues- situación las ATIS grandes e intermedias. Tam-
tran situaciones adversas las ciudades intermedias bién, en ambas regiones, la situación de los resi-
del NEA y la población rural de la región pampea- dentes en pueblos y zona rural es comparativa-
na (TMI 17,29 y 17,12‰, respectivamente). mente peor, aunque sin alcanzar los extremos del
En contraposición, la mejor situación relativa NOA, NEA y Cuyo.
le corresponde a las ATIS pequeñas patagónicas Pasando a considerar los indicadores de vivien-
(TMI 8,09‰). También se encuentran en situacio- da, hay que tener en cuenta que, durante los no-
nes relativamente favorables las restantes catego- venta, en el marco de una lógica de ajuste y reti-
rías patagónicas, así como las ATIS pampeanas y ro del Estado, se produjo una creciente mercan-
cuyanas, todas ellas favorecidas por los factores tilización.
que se señalaron al inicio de este punto (acción Por un lado, la disminución en los niveles de in-
del sistema sanitario, nivel de instrucción, estruc- gresos de la gran mayoría de la población dificul-
tura social, etc.), que contribuyen a explicar su tó considerablemente el acceso a la vivienda pro-
menor mortalidad infantil. pia a la mayoría de los segmentos de clase media.
Otra variable importante de la dimensión salud Este sector también se vio afectado por la rees-
es la ausencia de cobertura social, situación que tructuración del Banco Hipotecario Nacional y el
refleja no sólo vulnerabilidad en lo que respecta incremento de las tasas de interés por parte de la
16 • Categorías urbanas según regiones 185

banca privada. Los sectores de bajos ingresos, por destinada a la demanda solvente de grupos de al-
su parte, siguieron teniendo algún tipo de acceso tos ingresos.
a viviendas populares, especialmente a partir de la Este cuadro no cambió significativamente entre
intervención provincial y particularmente en al- 2001 y 2010;2 sin embargo, se muestra variable en
gunas provincias (San Luis, La Pampa). función de las diferentes categorías urbanas y re-
Al deterioro de las viviendas existentes se sumó giones.
entonces una dicotomización de la oferta: por un
2 El lanzamiento del plan PROCREAR con posterioridad
lado, unidades minúsculas y deficientes destina- al operativo censal de octubre de 2010 pudo haber cam-
das a sectores de bajos ingresos, mientras que, por biado en parte esta situación, especialmente fuera de las
otro lado, se dinamizó la construcción suntuaria, ciudades más grandes.

Cuadro 16.2. Relación entre categoría urbana y TMI según regiones (2010).

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 10,87 11,35 11,26
2 12,92 13,86 10,08 10,99 8,49 11,28
3 13,09 17,79 11,48 11,07 9,09 12,09
4 12,61 13,79 9,96 10,67 8,09 11,56
5 14,50 14,72 11,54 10,93 8,85 12,43
6 13,59 18,57 8,90 17,12 10,01 13,57
Total 13,27 15,01 10,57 10,93 11,35 8,81 11,60

Nivel de discriminación (sigma/media) = 2,75/12,02 = 22,90%.

Cuadro 16.3. Relación entre categoría urbana y carencia de cobertura social según regiones (2010)

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 30,50 33,93 33,33
2 34,98 45,10 36,72 29,07 32,94 34,31
3 43,96 45,04 36,63 29,12 23,26 34,11
4 47,44 53,32 44,14 31,89 33,51 39,70
5 52,57 58,05 47,20 33,73 34,81 44,25
6 57,54 46,77 51,27 43,63 46,11 53,62
Total 43,84 50,53 38,65 30,63 33,93 29,08 35,68

Nivel de discriminación (sigma /media) = 9,36/40,86 = 22,92%.


186 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

El cuadro 16.4 muestra que la carencia de retrete El cuadro 16.5 muestra que este problema tam-
presenta gran variabilidad relativa en función de bién varía a lo largo de las diferentes regiones y es-
la jerarquía urbana y la región (coeficiente de va- calas urbanas de la Argentina (coeficiente de va-
riación 88,60%). Esta interacción refleja, una vez riación 21, 33%). En general, las dificultades de
más, que la escala urbana puede implicar diferen- hacinamiento aumentan a medida que disminu-
tes resultados de acuerdo al contexto, pero tam- ye la jerarquía urbana. Como ya señalamos, a pe-
bién muestra que las diferentes regiones no son sar del avanzado estado de transición de la fecun-
en absoluto homogéneas, ya que dentro de sí po- didad en la Argentina, aún subsisten diferencias
seen importantes diferencias internas. rural - urbanas, las cuales tienden a explicar el ma-
En relación a la jerarquía urbana, la mejor situa- yor tamaño de las familias y, por ende, el mayor
ción relativa le corresponde a las ciudades gran- hacinamiento en los contextos rurales. Asimismo,
des y ATIS. A medida que se desciende en la escala aunque el costo de la vivienda aumenta a medi-
urbana el déficit aumenta, pero se produce un in- da que se incrementa la jerarquía urbana, el ma-
cremento muy significativo entre la población ru- yor poder adquisitivo y los patrones de consumo
ral, de la cual más del 12% carece de este elemen- propios de esta población llevan a las familias ci-
to indispensable. tadinas a esforzarse más por incrementar la can-
El contexto regional de mayor carencia de retre- tidad de habitaciones (no necesariamente su ta-
te es el del NEA, seguido por el NOA. En contra- maño) para intentar escapar al asedio del hacina-
posición, la mejor situación relativa le correspon- miento cotidiano.
de a las regiones pampeana, metropolitana y pa- En función de estas consideraciones, el resulta-
tagónica. do es relativamente previsible: las poblaciones ru-
El cruce entre categoría urbana y región muestra rales del NEA y el NOA son las que presentan ma-
que la peor situación es la de la población rural de yores dificultades de hacinamiento. Más del 40%
Cuyo, donde 21,46% carece de retrete en sus hoga- de la población respectiva reside en hogares con
res. También es muy malo el panorama de la po- más de 2 personas por cuarto. Este problema al-
blación rural del NOA. El otro extremo, con me- canza menor proporción relativa en las ATIS
nores carencias, es el de la población residente en pampeanas, cuyanas y patagónicas. Si bien la re-
ATIS pampeanas y patagónicas. gión metropolitana muestra niveles intermedios,
Dentro de la dimensión vivienda, otra variable no escapa a este problema. Muy por el contrario,
importante es el hacinamiento, es decir, el análi- éste se agrava por el contexto de esta región, parti-
sis de la deficiencia en el espacio disponible con cularmente en lo que respecta a densidad de edifi-
que se cuenta para albergar adecuadamente a sus cación, escasez de disponibilidad de espacios pú-
moradores.3 da consideramos hacinamiento cuando se supera el um-
3 Recordemos que para nuestro análisis de calidad de vi- bral de dos personas por cuarto.

Cuadro 16.4. Relación entre categoría urbana y carencia de retrete según regiones (2010).

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 1,39 1,78 1,71
2 3,16 3,22 2,07 1,19 2,06 2,15
3 4,72 4,43 2,71 1,35 1,74 2,59
4 5,20 7,87 4,68 1,51 3,08 3,67
5 9,68 9,88 5,72 1,89 3,02 5,73
6 13,68 6,22 21,46 8,89 6,19 12,23
Total 5,57 6,47 2,94 1,45 1,78 2,17 2,67

Nivel de discriminación (sigma/media) = 4,55/5,14 = 88,60%.


16 • Categorías urbanas según regiones 187

blicos extra-residenciales e indicadores de hábitat cluyendo postgrados) incrementó la oportunidad


en general. de acceso a diversos sectores de la población. Es
Si pasamos a escudriñar la dimensión educati- creciente la proporción de alumnos sin tradición
va, vemos que, en la base de la pirámide, persiste familiar universitaria, lo cual está en sintonía con
el proceso de incremento de la escolaridad básica la movilidad social propia de la década.
en la Argentina. En el otro extremo de la pirámide El cuadro 16.6 muestra que, a pesar del aumen-
educativa, entre 2001 y 2010, se incrementó sus- to en la escolaridad básica, se presentan variacio-
tancialmente el presupuesto y se crearon varias nes en función de la jerarquía urbana y la región
universidades en diferentes ciudades del país. Asi- (coeficiente de variación 44,50%). Esta interacción
mismo, la creciente oferta de carreras virtuales (in- refleja, como ya señalamos, que la escala urba-

Cuadro 16.5. Relación entre categoría urbana y hacinamiento según regiones (2010).

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 24,28 26,87 26,42
2 31,45 32,58 25,53 21,99 27,08 26,60
3 35,74 33,92 25,95 22,32 25,29 27,21
4 39,68 37,57 31,19 23,29 27,50 29,54
5 42,45 40,90 34,85 24,12 28,91 33,04
6 42,76 44,42 34,66 33,34 31,88 39,86
Total 36,59 36,40 27,27 23,16 26,87 26,65 27,75

Nivel de discriminación (sigma/media) = 6,72/31,50 = 21,33%.

Cuadro 16.6. Relación entre categoría urbana y escolaridad deficiente según regiones (2010).

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 9,21 9,50 9,45
2 10,98 12,19 11,40 9,03 12,51 10,71
3 13,52 18,30 14,90 11,83 9,52 13,02
4 19,61 29,82 19,97 14,27 13,50 18,75
5 25,72 34,01 21,54 16,31 16,81 22,59
6 29,95 33,12 31,16 21,02 31,88 29,18
Total 16,63 24,10 14,25 11,87 9,50 12,14 12,95

Nivel de discriminación (sigma/media) = 8,27/18,58 = 44,50%.


188 IV • Factores de diferenciación de calidad de vida en Argentina

na puede implicar diferentes resultados según el dro se suma también la población rural de Cuyo.
contexto, pero también muestra que las diferen- Un párrafo aparte merece la penosa situación de
tes regiones no son en absoluto homogéneas, ya la población rural de la Patagonia –supuesto espa-
que dentro de sí poseen importantes diferencias cio de la “modernidad” en algunos aspectos– que
internas. está sujeta a extremas condiciones de aislamiento,
La deficiencia en la escolaridad se incrementa a no sólo la producida por el medio natural: el ais-
medida que se desciende en la jerarquía urbana. lamiento es también una forma de inserción en el
Esto muestra claramente las asimetrías en la posi- modo de producción dominante.
bilidad de acceso a este servicio básico para los ar- En el extremo superior de la pirámide educativa,
gentinos que residen en zonas rurales o, incluso, hay mayor variación relativa (58,09%) entre las dife-
en algunos pueblos grandes. Factores como esca- rentes jerarquías urbanas y regiones (cuadro 16.7).
so patrimonio cultural familiar, temprana inser- La proporción de población universitaria au-
ción en la PEA, estructura social tradicional, etc., menta en relación con la jerarquía urbana. Mien-
actúan como factores que interactúan para expli- tras que ella se encuentra casi ausente en la pobla-
car estos diferenciales. En las grandes ciudades y ción rural y de pueblos pequeños, supera el 6% del
ATIS, por el contrario, el sistema educativo básico total en las ciudades y ATIS grandes. El efecto de
suele ser accesible con más facilidad. la escala urbana resulta claro: por un lado, mayor
El contexto regional más deficiente, en lo que oferta y más diversificada, por otro lado, mayor
respecta a la escolaridad básica, es el del NEA y, en información y accesibilidad en el marco de una es-
menor medida, el del NOA. Ambas regiones cons- tructura social más compleja, que impulsa este ti-
tituyen, también en este aspecto, la periferia de po de aspiraciones.
la Argentina. A contrario sensu, la mejor cobertura En sintonía con la imagen de adversidad que
educativa básica se alcanza en la región metropo- presentan otras variables, las áreas con menor
litana de Buenos Aires, claramente favorecida por proporción de universitarios son el NEA y el
su mayor accesibilidad relativa. NOA. Por el contrario, la región metropolitana es
Al cruzar región y jerarquía urbana, vemos que la la que se presenta en mejor situación relativa en
región metropolitana sólo es desplazada del pri- este aspecto.
mer lugar por las ciudades y ATIS grandes pam- Al cruzar región y categoría urbana podemos
peanas. Estas ATIS grandes muestran buena si- notar que las ciudades grandes y ATIS grandes
tuación relativa en todas las regiones. pampeanas son las que cuentan con mayor pro-
La interacción de adversidades provoca que la porción de graduados universitarios, superando
población de pueblos y rural del NEA y la rural a la región metropolitana. Parece que una oferta
de Cuyo y NOA tenga una altísima proporción de educativa diversificada, en el marco de una escala
población con escolaridad deficiente. A este cua- urbana relativamente grande (aunque no la más

Cuadro 16.7. Relación entre categoría urbana y población universitaria según regiones (2010).

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 10,70 9,00 9,30
2 7,88 8,31 8,91 10,25 7,78 8,95
3 5,44 5,91 6,50 6,51 7,66 6,36
4 2,59 2,65 3,37 4,67 7,90 3,90
5 1,67 1,75 2,71 4,00 5,39 3,00
6 1,27 1,51 1,09 2,05 2,65 1,54
Total 4,87 4,47 7,09 7,39 9,00 7,28 7,33

Nivel de discriminación (sigma/media) = 3,01/5,19 = 58,09%.


16 • Categorías urbanas según regiones 189

grande) y en un contexto regional relativamente los problemas ambientales disminuyen, también


desarrollado, produce mayores resultados que en lo hacen en la misma proporción los recursos re-
el de una ciudad gigantesca, aunque cuente con creativos.4
las mayores ofertas. La región con mayor calidad ambiental es la de
La interacción de factores hace que las pobla- Cuyo, luego siguen la del NOA y el NEA. La re-
ciones rurales de Cuyo, NOA y NEA cuenten con gión con peores condiciones ambientales es la
muy baja proporción de graduados universita- metropolitana de Buenos Aires.
rios. Una vez más, la población rural de Cuyo en- Al cruzar calidad ambiental con escala urbana
cabeza este cuadro de penuria. por regiones, vemos que las mejores condiciones
Finalmente, la calidad ambiental (cuadro 16.8) se registran en las ciudades intermedias de Cuyo.
actúa claramente en contra de las grandes ciuda- También tienen índices satisfactorios las interme-
des (mayores problemas ambientales) y a favor de dias de las demás regiones. Las situaciones más ad-
las intermedias (por la favorable relación entre re- versas se sitúan, además de la mencionada RMBA,
cursos recreativos y población residente en estos en las poblaciones rurales del NEA y Patagonia.
contextos). El índice de calidad ambiental dismi- 4 Para mayores detalles respecto del índice de calidad am-
nuye a medida que lo hace la escala urbana: si bien biental, consultar Velázquez y Celemín 2013.

Cuadro 16.8. Relación entre categoría urbana y calidad ambiental según regiones (2010).

Región
Metropoli-
NOA NEA Cuyo Pampeana Patagónica Total
Categoría tana
urbana
1 7,30 5,79 6,06
2 7,18 7,52 7,48 7,27 6,84 7,28
3 7,24 7,25 7,57 6,76 7,34 6,94
4 7,08 6,94 7,41 6,66 7,38 6,56
5 6,69 6,68 7,04 6,36 6,89 6,21
6 6,69 5,83 6,90 6,67 6,33 6,19
Total 7,04 6,90 7,29 6,72 5,79 6,88 6,69

Nivel de discriminación (sigma/media) = 0,45/6,94 = 6,48%..


17

EL NOROESTE ARGENTINO


Fernando Longhi
Pablo Paolasso

1. INTRODUCCIÓN los océanos Pacífico y Atlántico –que expresan el


grado de continentalidad–, la incidencia de las va-
Las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago riaciones altitudinales, de la circulación general
del Estero, Catamarca y La Rioja conforman la re- de la atmósfera, de la orientación de los encade-
gión del Noroeste Argentino (NOA). En conjun- namientos montañosos, de los procesos tectóni-
to cubren más de 500.000 kilómetros cuadrados, cos y geomorfológicos, etc., se hacen sentir en la
es decir, alrededor del 20 % de la superficie con- riquísima y compleja red de paisajes naturales que
tinental del país. Según los datos del Censo Na- caracterizan la región. Numerosas contribuciones
cional de Población, Hogares y Viviendas 2010, al- científicas han dado cuenta de sus rasgos genera-
bergan el 12,2% de la población del país. Este am- les y de sus detalles. No obstante, en un territorio
plísimo ámbito subtropical está conformado por naturalmente rico, la pobreza de su población ha
dos grandes sectores: el occidental, donde la mon- sido una persistencia destacada durante el trans-
taña constituye el hecho dominante, y el oriental curso del siglo XX y los primeros años del siglo XXI,
–más extenso–, ocupado en su mayor parte por la alcanzando dicho problema el 15.6% de su pobla-
llanura (mapa 17.1). Los efectos de la distancia a ción en 2010, de acuerdo al método de las necesi-

Mapa 17.1. Imagen satelital del Noroeste argentino. 2015.

Fuente: Google Earth e Instituto Geográfico Nacional.


192 V • Análisis regional

dades básicas insatisfechas (NBI). El NOA es tam- suelos pobres. La presencia humana ha sido muy
bién una de las regiones de la Argentina que se ca- débil y se ha limitado, en un contexto de preca-
racteriza por la persistencia de bajos niveles de rias condiciones de existencia, a aquellos sectores
calidad de vida. en donde la disponibilidad de agua y el clima así
Considerando los aspectos naturales, las pro- lo han permitido.
vincias que componen el Noroeste Argentino po- El monte de sierras y bolsones está constituido
drían inscribirse en cuatro grandes regiones: Al- por valles longitudinales que se continúan hacia
tos Andes y Puna, Monte de sierras y Bolsones, el sur por cuencas cerradas (bolsones) y por va-
Selva de las Yungas y el Chaco Seco (Difrieri 1958, lles intermontanos. Los bolsones no tienen una
Burkart 1999, Pacheco 2005). red de agua permanente. El clima es seco y cálido,
Estos paisajes, muy diferentes unos de otros, las precipitaciones apenas alcanzan los 200 mm.
han sido ocupados de manera diferencial en el aproximadamente al año. Las lluvias se presentan
tiempo por distintas sociedades. Los caracteres de generalmente torrenciales y con una marcada es-
esas diferentes sociedades y su interacción con el tacionalidad estival. Este relieve de sierras y bol-
ambiente fueron los que definieron, a lo largo del sones –por sus condiciones naturales más favora-
tiempo, distintas formas de ocupación del espa- bles– ha facilitado la instalación humana.
cio y los que le otorgaron su fisonomía. De todos La selva de las Yungas constituye una unidad
ellos, han sido los valles –tanto fluviales como tec- montañosa de laderas escarpadas, quebradas, va-
tónicos– y los piedemontes de las sierras los espa- lles fluviales y llanuras onduladas de piedemon-
cios preferidos para la ocupación humana (Bolsi te. Presenta un clima cálido de poca variación es-
et al. 2008). tacional, precipitaciones abundantes de tipo oro-
Sin embargo, a pesar de su extensión –y de sus gráfico, con lo cual las laderas orientales reciben
cambiantes condiciones naturales–, sólo vivían mayores cantidades de agua (principalmente en
en el NOA poco más de 4.900.000 habitantes en verano). Existe, además, en dichas laderas, una
2010. De ese conjunto, más del 81 % vive en loca- persistente cobertura de nubes y neblinas, razón
lidades urbanas, incluidas en un sistema caracte- por la cual muchos autores la han denominado
rizado por la alta concentración de habitantes en “nuboselva”.
las capitales provinciales, donde reside casi la mi- Si nos dirigimos más hacia el este, los bloques
tad de la población total regional, reiterando de que conforman estas sierras se sumergen en los
manera exacerbada el modelo nacional. sedimentos aluviales del Chaco, que conforman
una extensa llanura con una pendiente general,
2. LAS ECORREGIONES DEL poco pronunciada, que sigue un rumbo noroes-
NOROESTE ARGENTINO te-sudeste. La sequedad es allí la nota caracterís-
tica y lentamente los cursos de agua que bajan de
Según se ha mencionado, se distinguen y caracte- las sierras, languidecen a medida que avanzan. El
rizan a continuación las cuatro ecorregiones pre- clima se presenta semiárido con lluvias concen-
sentes en el territorio del Noroeste Argentino. tradas en época estival y con una marcada dismi-
En el borde noroccidental se encuentra la Pu- nución de este a oeste. La vegetación es boscosa
na, un inmenso altiplano rodeado de montañas con especies caducifolias y xerófilas. Esta llanura
cuyas altitudes superan los 6.000 m y se extien- forma parte de la planicie chaco-pampeana, una
den hacia el sur. Se presentan laderas escarpadas inmensa cubeta rellenada por sedimentos de di-
o suaves, mesetas y acumulaciones de detritos ro- verso origen a lo largo de millones de años. Los
cosos, formando suelos pedregosos y arenosos, principales ríos que la atraviesan son el Salado y
sueltos e inmaduros. El clima se caracteriza por el Dulce; se encuentran, además, numerosos ba-
ser frío con alta heliofanía y grandes amplitudes ñados, esteros y salinas.
térmicas diarias. Se destaca, además, la presencia Con el fin de efectuar un análisis que considere
de salares, salinas y yacimientos de sales en las ro- las diferencias territoriales de la calidad de vida,
cas que fueron arrastrados hacia las zonas mas ba- las ecorregiones fueron asignadas a partir de un
jas. Los más importantes son los salares de Olaroz sistema de información geográfica en el nivel de-
y Caucharí, las Salinas Grandes y la de Jama. Exis- partamental (mapa 17.2)1.
ten importantes lagunas también; entre otras, se
destacan Pozuelos, Guayatayoc y Vilama. Estos 1 El criterio de asignación fue la mayor superficie depar-
caracteres definen un ambiente dominado por los tamental que presentaba cada jurisdicción de acuerdo a la
extremos: escasas precipitaciones, fuertes vientos, ecorregión que la incluía.
17 • El Noroeste 193

Mapa 17.2. Noroeste argentino. Asignación departamental según ecorregiones. 2010.

3. LA POBLACIÓN DEL NOROESTE protagonismo de antaño como a problemas más


ARGENTINO Y SUS PRINCIPALES complejos vinculados, entre otros factores, con
CARACTERÍSTICAS DEMOGRÁFICAS el proceso de reversión del crecimiento metropo-
litano del Gran Buenos Aires, caracterizado por
En 2010 la participación relativa de la población una disminución notoria de los flujos de migran-
del NOA en el total nacional era semejante a la tes provenientes de las provincias más deprimidas
de 1914, pero mucho más reducida que la de los (como las del NOA) y el aumento del dinamismo
tiempos en que la “patria criolla” comenzaba a en ciertas capitales provinciales, en especial aque-
transformarse –en el último tercio del siglo XIX– llas que cuentan con más de medio millón de ha-
por los efectos de una incorporación más plena al bitantes (Vapñarsky 1995, Bolsi 1997, pp. 125-
capitalismo y al modernismo. 142, Lindemboim y Kennedy 2005), a lo cual se
En efecto, desde 1869 y hasta 1970, su población sumaría el considerable retraso regional en el pro-
disminuyó en términos relativos respecto al total ceso de transición demográfica, que dio lugar a un
nacional. El cambio de tendencia a partir del cen- crecimiento natural de la población a tasas supe-
so de 1970 no obedecería tanto a un retorno al riores a los promedios nacionales.

Tabla 17.1. Participación de la población del NOA en el total nacional entre 1869 y 2010.

1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010
28,8 17,8 12,6 11,2 11,0 10,2 10,8 11,3 12,3 12,2

Fuente: Censos Nacionales de Población.


194 V • Análisis regional

Gráfico 17.1. Evolución de la importancia relativa de la población de las


provincias del NOA en el total nacional entre 1869 y 2010.

0
1869 1895 1914 1947 1960 1970 1980 1991 2001 2010
Santiago del Estero Tucumán Salta Catamarca Jujuy La Rioja

Fuente: Censos Nacionales de Población.

Gráfico 17.2. Noroeste argentino. Porcentaje de participación provincial


en el producto bruto geográfico nacional. 1953 - 2004.

0,89
6 0,94
0,91
1,1 0,84
0,87
5 1,74

2,66 1,99 1,86


4
2,5 2,19
1,6
3
1,47 1,46
1,35 0,45
2 1,1 1,28
0,26 0,53 0,51 0,82
0,3 0,23
1 1,03 0,87 0,8
0,8 0,77 1,27
0,37 0,53 0,62
0 0,3 0,29
1953 1970 1980 1993 2000 2004
Catamarca Jujuy La Rioja Salta Tucumán Santiago del Estero

Fuente: Consejo Federal de Inversiones y CEPAL. Tomado de Gatto (2007).


17 • El Noroeste 195

Se observa que la regresión regional tuvo un los procesos de territorialización: inciden en los
componente de mayor peso en las provincias de caracteres demográficos, en la estructura de con-
Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero (gráfico sumo y producción, en la marcha de los procesos
17.1). Fue particularmente acusada en la prime- económicos y en los rasgos de “materialización”
ra de ellas, cuya participación en el total nacional del capitalismo en la región. En buena medida, to-
de 2001 es cinco veces menor que en 1869. Por su das estas circunstancias se expresan en la calidad
parte, Jujuy, Tucumán y Salta comprenden el con- de vida de la población del NOA.
junto de menor pérdida relativa, aunque, de cual-
quier manera, es evidente que la región sólo par- 4. ANÁLISIS DE LAS DESIGUALDADES
ticipó marginalmente de las grandes transforma- INTERREGIONALES EN EL
ciones que en distinto orden –y especialmente en NOROESTE ARGENTINO
lo demográfico– se dieron en el territorio argenti-
no a partir de fines del XIX. 4.1 Dimensión educación
Ese comportamiento está asociado con el pa-
saje de un NOA de fuerte presencia económica y El NOA conforma una de las regiones con los ni-
cultural en aquella patria de mediados del XIX a veles educativos más bajos de todo el país, presen-
otro donde el protagonismo ya se había diluido, tando una distribución muy desigual2. Según pue-
circunstancia que persiste hasta hoy. El gráfico de observarse en el mapa 17.3, la mayor proporción
17.2 exhibe dicha marginalidad. El producto bru- de población con educación primaria incompleta
to geográfico de la región –incluyendo Tucumán, reside en el ámbito del Chaco Seco (26,3%). Por el
la provincia con mayor peso económico– apenas contrario, los valores más bajos se localizan en el
representa el 6.77% de la producción nacional en paisaje de las Sierras y Bolsones. Allí, el 16.9% de la
2004, valor que a su vez no ha mostrado variacio- población presenta esta característica.
nes significativas desde mediados de siglo XX. Ca- Una situación similar puede observarse al ana-
be mencionar que dicho valor regional ni siquiera lizar la población que completó sus estudios uni-
supera al PBG de Córdoba, provincia que ostenta versitarios. El Chaco Seco presenta los valores
el 8.12 % del valor de la riqueza nacional. más críticos (solo el 1.8% de su población alcan-
Tal situación no es trivial, pues se asocia con pro- zó titulación universitaria); en cambio, los valo-
cesos significativos para el Noroeste Argentino. res más favorables se presentan en el paisaje de
La condición de antiguo territorio colonial, pre- las Yungas, donde el 3.7% de la población resi-
viamente indígena, sobre los que se desarrollaron dente alcanzó idéntica condición (situación na-
los acontecimientos de modernización, transfor- da casual, pues allí se concentran algunas de las
maron a éste en un espacio cultural, social y aún principales capitales provinciales que son sedes
económico que se diferencia muchas veces con ni- de universidades). El mapa 17.3 presenta la dis-
tidez del resto de regiones, principalmente de la tribución espacial de estas variables según depar-
Pampa Húmeda (Bolsi y Paolasso 2006). El No- tamentos, identificando además las subregiones
roeste comprendió en el pasado y aún en el pre- que se definieron.
sente áreas de diversidad y de intensos contactos
culturales. En tal sentido, Tasso rescata en el San- 4.2 Dimensión salud
tiago tradicional residuos del “mundo colonial”,
rescate que puede hacerse extensivo a gran parte En esta dimensión, la tasa de mortalidad infantil,
del territorio. Pero observa también una “hetero- un indicador frecuentemente utilizado para dar
geneidad étnica manifiesta”, circunstancia que se cuenta de las condiciones socio-sanitarias genera-
repite en el resto de las provincias. Observa que la les de una población, presenta los registros más
supervivencia de ese mundo tradicional fue “par- elevados en la Puna y Altos Andes, con una tasa
cialmente permeada” en Santiago –y también lo del 18.5 por mil. Investigaciones previas ya pusie-
fue en el resto de las provincias en mayor o menor ron de manifiesto la condición de núcleo duro de po-
medida– por los procesos migratorios de fines del breza de esta subregión.3 En el extremo opuesto,
XIX y comienzos del XX (Tasso 2005).
Esta condición genera el marco de interpreta- 2 Los contrastes constituyen aquí la nota característica:
en el departamento Santa Victoria un 46,4% de su pobla-
ción que implica proponer que las diferencias cul- ción no concluyó el nivel primario, mientras que esa pro-
turales existentes en la región deban ser conside- porción es de tan solo el 7.93% en el departamento Capi-
radas como un factor relevante en la comprensión tal de Catamarca.
de sus problemas principales. No sólo afectan a 3 Cf. Bolsi, Longhi y Paolasso 2009.
196 V • Análisis regional

Mapa 17.3. Noroeste argentino. Indicadores de la dimensión educación. 2010. Cuartiles definidos por valores nacionales.

Mapa 17.4. Noroeste argentino. Indicadores de la dimensión salud. 2010. Cuartiles definidos por valores nacionales.
17 • El Noroeste 197

el paisaje de Sierras y Bolsones presenta los valo- donde el 14.86 y el 78.74% de la población carece
res más bajos de mortalidad infantil, con una ta- de obra social.
sa igual al 10.9 por mil. A nivel departamental, se
destaca Rinconada (Jujuy), inserta en el ambiente 4.3 Dimensión vivienda
puneño, con una mortalidad infantil del 28.9 por
mil, constituyendo a su vez el cuarto registro más La simple observación de los mapas en los que se
alto de Argentina. De modo contrario, dentro del muestran la distribución de las variables relaciona-
ambiente de Sierras y Bolsones, el valor más ba- das con la vivienda en el NOA pone de manifies-
jo se halla en el departamento Castro Barros (La to la extensión y la magnitud del problema asocia-
Rioja) con una tasa del 7 por mil, registro cuatro do a sus deficientes condiciones. En buena parte de
veces menor al de Rinconada. la superficie regional las viviendas carecen de retre-
Por otro lado, la proporción de población sin te (mapa 17.5). Nuevamente, y de manera ya reite-
obra social es elevada en la región con una im- rada, el paisaje que reúne las mayores carencias es el
portante asimetría en su distribución. Los nive- Chaco Seco, con una proporción del 10.1%. De mo-
les más elevados se localizan en el Chaco Seco, ad- do opuesto, los valores más bajos se encuentran en
quiriendo, además de su magnitud, una extensión las Yungas, con el 6.1%. Si se cambia la escala al ni-
considerable, según puede observarse en el mapa vel departamental, el registro más elevado se halla
17.4. En este paisaje, más de la mitad de la pobla- en Rivadavia (Salta), donde el 31.2% de la población
ción (el 54.4 %) carece de obra social. Los regis- carece de retrete en sus hogares. Contrariamente, el
tros más bajos, al igual que sucedía con la educa- registro más bajo se localiza en Yerba Buena (Tu-
ción, se localizan en el paisaje de Sierras y Bolso- cumán) con una proporción de hogares en dicha
nes, con el 40.4% de la población afectada por este condición del 2.33%. La asimetría en esta variable es
problema, una cifra que aun así resulta elevada en mayúscula, superando Rivadavia en casi quince ve-
el contexto nacional. La asimetría es aún mayor ces el registro del departamento tucumano.
si se consideraran aquellos departamentos en los La variable hacinamiento presenta, al igual que la
que se presentan las situaciones extremas: Cafa- anterior, los guarismos más elevados en el Chaco
yate y Rivadavia, ambos en la provincia de Salta, Seco (42.2%); en cambio, los menores registros se

Mapa 17.5. Noroeste argentino. Indicadores de la dimensión vivienda. 2010. Cuartiles definidos por valores nacionales.
198 V • Análisis regional

localizan en el área puneña (33.6%). Entre ambos En relación a los recursos socialmente construi-
extremos, sobresalen nuevamente los departamen- dos, no existen desigualdades notorias tal como
tos de Rivadavia y Rinconada, superando el prime- se observaran en otras variables analizadas. En
ro 2.5 veces el registro del departamento salteño. efecto, las diferencias entre las subregiones son
sutiles. Se destaca el paisaje de las Yungas como el
4.4 Dimensión ambiental de mejor dotación de recursos socialmente cons-
truidos (5 puntos); de modo inverso, sobresalen,
El mapa 17.6 permite destacar una paulatina va- con 4 puntos cada uno, el paisaje chaqueño y el
riación de los recursos recreativos de base natu- puneño. A nivel departamental, se destacan, en
ral de oeste a este, implicando un marcado pro- el primer caso, Yerba Buena (Tucumán), caracte-
ceso de deterioro de esta variable a medida que se rizado por una mayor oferta de centros cultura-
avanza sobre la llanura chaqueña. El paisaje que les, de esparcimiento, comerciales y deportivos, y
presenta una mejor dotación de recursos en es- de modo opuesto, el departamento Rivadavia en
ta variable es el de Sierras y Bolsones, con un va- el oriente salteño.
lor de 8 puntos en una escala que varía de cero a Finalmente, los problemas ambientales presen-
diez. El Chaco Seco, por su parte, alcanza un valor tan una mayor incidencia en el ambiente de Yun-
en dicha escala igual a 5.3. El departamento me- gas y una menor en el paisaje serrano. El depar-
jor posicionado en este paisaje es San Blas de los tamento más crítico es Cruz Alta (Tucumán) con
Sauces (La Rioja), con un índice de 9 puntos. Ge- un puntaje de 7.26 puntos sobre 10, concentran-
nera aquí un efecto altamente positivo la presen- do inconvenientes relacionados con la conta-
cia montañosa, evidenciada en la Sierra de Velaz- minación derivada de la agroindustria azucare-
co. En el Chaco Seco se destaca como el departa- ra, uso de plaguicidas, ruido y congestionamien-
mento con la menor dotación de recursos de base to, zonas inundables y externalidades negativas.
natural Avellaneda (Santiago del Estero) con un En el extremo opuesto, se encuentra San Carlos
puntaje de 1.95 puntos, jurisdicción que se en- (Salta), donde las condiciones mejoran sustan-
cuentra en las riberas del Río Salado. cialmente.

Mapa 17.6. Noroeste argentino. Indicadores de la dimensión ambiental. 2010. Cuartiles definidos por valores nacionales.
17 • El Noroeste 199

EL ÍNDICE DE CALIDAD DE VIDA y mayor pobreza del país. Es esta una condición
DEL NOROESTE ARGENTINO histórica, como lo ponen de manifiesto diversas
investigaciones (Bunge 1984, Rofman y Rome-
El Noroeste Argentino conforma junto al Nor- ro 1997, Velázquez 2001 y 2008, Bolsi, Paolasso
deste argentino el área de menor calidad de vida y Longhi 2006, Bolsi y Paolasso 2009, y Longhi

Mapa 17.7. Noroeste argentino. Índice de calidad de vida 2010. Cuartiles definidos por valores nacionales.
200 V • Análisis regional

et. al. 2013). Sin embargo, existe una marcada he- dad de encontrar empleo, se encuentran las ins-
terogeneidad en los niveles de calidad de vida en talaciones sanitarias de mayor complejidad y son
los niveles subregional y departamental, con fuer- el lugar privilegiado de las inversiones en todo ti-
tes diferencias en los indicadores que componen po de infraestructuras, a su vez encontramos de-
el índice general. Las diferencias son también sig- partamentos en los cuales su desarrollo histórico,
nificativas si se tiene en cuenta el lugar de residen- junto al hecho de desplegarse allí actividades eco-
cia urbano - rural de la población. En tanto que nómicas altamente dinamizadoras, permitieron
un alto porcentaje de la población reside en áreas que se diferenciaran de otras áreas en las que los
urbanas y sobre todo en las capitales provinciales, niveles de desarrollo fueron más débiles.
es posible encontrar en los departamentos que las Por el contrario, revisten los valores más bajos
contienen los más altos niveles del ICV. de calidad de vida los departamentos de Rivada-
A manera de síntesis, el mapa 17.7 muestra que via (Salta), y Figueroa, Avellaneda, Rivadavia y Mi-
los paisajes en los que se concentran los más ba- tre (Santiago del Estero). Allí, la persistencia secu-
jos niveles de calidad de vida se encuentran en el lar de poblaciones aborígenes y campesinas, con
Chaco Seco y en la Puna. Distintos factores inci- un marcado proceso de desarticulación respecto
den en cada departamento o conjunto departa- de las principales economías de la región, ha dado
mental para caracterizar esta situación, factores lugar a un extenso ámbito en el que dominan –de
que, a su vez, pueden ser identificados median- manera extrema– las carencias.
te la desclasificación que permite la herramienta De esta manera, aun cuando el NOA concentra
aquí propuesta, sin que ello sea objetivo de estas buena parte de las peores situaciones en los nive-
páginas. les de calidad de vida, presenta una variedad ex-
Los ambientes de Sierras y Bolsones y Yungas tremadamente heterogénea de situaciones que,
presentan la mejor situación en el bienestar de desde una perspectiva territorial, señalan esta re-
su población. El primero de éstos tiene un pro- gión como una de las más contrastantes en el ám-
medio de 6.6 puntos en una escala que varía de bito nacional. Esta disparidad se manifiesta fun-
cero a diez, y el segundo, 6.3. Se encuentran allí damentalmente en las diferencias existentes entre
los departamentos con los valores más altos del los ámbitos urbanos y rurales y, según diferentes
ICV, destacándose Yerba Buena (Tucumán), el de- investigaciones, se replican en el interior de las
partamento Capital de Catamarca, Cafayate (Sal- áreas urbanas (Velázquez y Linares 2014, Boldri-
ta), la capital salteña y Valle Viejo (Catamarca). La ni et al. 2014, Mikkelsen et al. 2013).
concatenación de factores y circunstancias histó- Debe resaltarse, además, que las brechas regio-
ricas y actuales que explican esta situación varían nales con los promedios nacionales señalan de
de un lugar a otro: por un lado, encontramos que, manera categórica, por su magnitud y su persis-
en la mayoría de los casos, la calidad de vida es tencia en el tiempo, cuáles deberían ser las priori-
mejor en las áreas metropolitanas conformadas dades de las políticas públicas en materia de desa-
en torno a las capitales provinciales. Allí se con- rrollo regional para tender a igualar los niveles re-
centran las oportunidades educativas, la posibili- gionales de bienestar en el país.
18

EL NORDESTE ARGENTINO


Norma Meichtry
María Alejandra Fantín

Los estudios sobre evolución de la calidad de vi- camente un criterio de funcionalidad bastante
da llevados adelante a partir de inicios de la déca- laxo permite su consideración como tal”. (Veláz-
da de 1990 (Velázquez 2001, Velázquez 2008, Ve- quez y Celemín 2013).
lázquez y Celemín 2013, entre otros) –dada la po- A diferencia de las miradas extrarregionales
sibilidad de acceder a las bases de usuarios de los que, actuando en comparación con otras co-
censos nacionales de población como fuente es- marcas del territorio argentino y a las cuales el
tadística principal, más las tareas de campo y de predominio de paisajes llanos y la relativa uni-
recolección de información primaria y secunda- formidad climática del Nordeste les dificulta la
ria en organismos nacionales, provinciales, muni- apreciación de la diversidad en el interior de la
cipales, entes autárquicos, etc.– han contribuido región, insistimos en la existencia de una inte-
sustantivamente a delinear y comprender los pro- resante variedad paisajística, proveniente de un
cesos de cambio vividos en la sociedad y la eco- acusado mosaico de condiciones naturales, en
nomía de Argentina a través de un índice de eva- donde únicamente las características climáticas
luación sintética que busca poner en el centro del imponen un cierto grado de unidad y donde una
análisis la población y la sociedad en su conjunto, historia geológica-geomorfológica, sin la espec-
cuyos niveles de calidad de vida y bienestar se con- tacularidad de las comarcas andinas o de sierras,
vierten, en consecuencia, en un barómetro de eva- ha constituido la base de diferenciación de espa-
luación de resultados de las políticas de todo or- cios, permitiendo la construcción de numerosas
den generadas por las autoridades responsables, unidades morfoclimáticas y fitogeográficas. A
para producir cambios a partir de las potenciali- ello se suman procesos históricos de ocupación
dades y las carencias de los diferentes territorios, de la comarca y de inserción en el sistema capi-
de sus historias y de sus procesos de evolución so- talista moderno que contribuyeron aún más a la
ciales, económicos, políticos y culturales. diversidad manifiesta del territorio. (Cf. Veláz-
El enfoque regional de los trabajos permite, a quez y Celemín 2013).
partir del panorama global del contexto nacional, Desde la primera de nuestras propuestas previas
auscultar con mayor detenimiento las realidades que acompañaron los estudios mencionados so-
y las condiciones en espacios y sociedades meno- bre calidad de vida en Argentina a inicios de la dé-
res y diferenciadas. cada de 1990 (Velázquez 2001), sostenemos que,
Hemos ya señalado con anterioridad que el Nor- … “a pesar de la existencia de diferentes condicio-
deste argentino, considerado como región geo- nes ambientales con paisajes portadores de disími-
gráfica a partir de lo establecido por el CONADE les potenciales socioeconómicos, de la generación,
(Consejo Nacional de Desarrollo) en 1967, escasa- en grandes rasgos, de tres historias notoriamente
mente puede ser considerado como región1. “Úni- distintas de ocupación del espacio y de modos di-
ferenciados de inserción en el mundo del capital y
1 Dicha creación incluía a los tres departamentos del nor-
te de la provincia de Salta, dadas sus condiciones y poten- bosques nativos, compartidas como integrantes del viejo
cialidades naturales y sus historias de organización políti- Territorio Indio del Norte, antes de los procesos de orga-
co administrativa y de explotación económica ligada a los nización nacional de fines del siglo XIX.
202 V • Análisis regional

del mercado2, se han generado en los distintos su- pobreza en 2001, fueran detectados como cua-
bambientes del Nordeste, productos de territoria- tro de los seis espacios reconocidos como “nú-
lización que terminan convergiendo en instalar a
cleos duros de pobreza” en el Norte Grande Ar-
la región en ambos extremos de la dicotomía cali-
dad de vida-pobreza. Esto es, con los niveles más ba- gentino (Bolsi y Paolasso 2009) y que correspon-
jos en la escala nacional en el primer término de la dían al “viejo corazón aborigen del Gran Chaco” 3,
ecuación y en los más elevados, en el segundo caso. al “Chaco algodonero”4, al área de “esteros y cam-
En la obtención de tan magros resultados conside- pesinos de Corrientes”5 y a la “meseta indígena de
ramos que los factores extraregionales ligados a la Misiones”6.
inserción de Argentina en el sistema mundial, junto
Interpretamos que en una obra de esta natura-
con el accionar de los gobiernos y las clases dirigen-
tes y empresarias locales y nacionales, no lograron leza, dado el planteamiento del peso que se otor-
o no supieron aprovechar y desarrollar las diferen- ga a las condiciones naturales en la región en este
tes potencialidades del medio natural y de las pro- capítulo, es importante mantener la presentación
piedades del capital social. También debe aceptarse de éstas tal cual como en ediciones anteriores de
la idea de que las fuerzas del mercado no requirie- los estudios de calidad de vida, por lo que toma-
ran momentáneamente de las mismas dentro de ese
mos el siguiente acápite del capítulo correspon-
largo continuum entre determinismo y posibilismo”
(Meichtry y Fantín 2008, pp. 299). diente en el libro de análisis centrado en 2001
(Meichtry y Fantín 2008, pp. 299 y ss.), que a su
La nueva evaluación de los niveles de calidad de vez se refiriera a la presentación propuesta en Ve-
vida y bienestar, a partir de la última medición lázquez 20017.
censal nacional en 2010 y otras fuentes relevadas,
ha comenzado a mostrar una reversión en la cons- LOS AMBIENTES NATURALES DEL NEA
tante regresión detectada para el Nordeste en las
décadas anteriores. Esto constituye una expectati- La meseta misionera
va alentadora, aún cuando la región continúa, de
acuerdo con los nuevos indicadores, presentando Este ambiente, en la provincia homónima, es la
las peores condiciones en el contexto nacional y prolongación de las chapadas brasileras y es re-
estando tristemente presente, con alguna o varias conocida hasta el nordeste de Corrientes. Su ba-
de sus divisiones administrativas menores, en la samento corresponde a las antiguas formaciones
mención de los cinco peores departamentos del precámbricas del macizo de Brasilia, que presen-
país, con excepción del indicador en la dimensión tan una altura relativa superior respecto a los blo-
de nivel de educación superior completa. En el in- ques hundidos, más allá de la falla del río Agua-
terior de la misma región Nordeste, la situación pey que la limita hacia el oeste y que marca el paso
sigue mostrando la mayor criticidad para la pro- abrupto hacia el substrato hundido de la cuenca
vincia de Formosa, en primer lugar, y Chaco, en del Iberá.
segundo término. Su particularidad se asocia a las areniscas rojas
Queremos destacar, en relación con la aprecia- acumuladas a partir de sus propios procesos de
ción anterior, y aun cuando no es todavía posi- erosión y a las efusiones volcánicas del mesozoi-
ble un tratamiento de datos más actuales, que a co originadas en Sierra Geral, cuyas coladas de
modo de impresión subjetiva parecería que los basaltos y meláfiros metamorfizaron dichas are-
aires de mejora han continuado hasta el presen- niscas. Su posterior alteración química, bajo las
te, cuando ya estamos a mitad de la que será una condiciones de alta temperatura y humedad del
nueva década intercensal en nuestro país. clima local, condujo a la concentración de óxidos
Nos interesa en este trabajo en forma particu-
lar, por un lado, variar las escalas de los umbra-
3 Departamentos Ramón Lista, Matacos y Bermejo de
les utilizados a nivel nacional, para poder locali- Formosa y departamentos General Güemes y Almirante
zar menores detalles en el comportamiento den- Brown de Chaco.
tro del espacio regional que nos ocupa y, por otro 4 Departamentos Maipú, Libertador General San Mar-
lado, mirar qué está ocurriendo en esta última dé- tín, General Belgrano, Independencia, O’Higgins, Quitili-
cada censal en aquellos departamentos del Nor- pi, San Lorenzo y 25 de Mayo de Chaco.
deste que, en un estudio sobre las condiciones de 5 Departamentos Berón de Astrada, General Paz, San Mi-
guel, Mburucuyá, Saladas y Concepción de Corrientes.
2 Se consideran los diferentes procesos del ambiente mi- 6 Departamento San Pedro de Misiones.
sionero, de la provincia de Corrientes, pionera en su ocu- 7 Se aconseja la consulta de la cartografía esquemática
pación territorial, y de las provincias insertas en la planicie incorporada en la obra mencionada de Velázquez 2001,
chaqueña, ingresantes tardías en la organización nacional. pp. 117-118.
18 • El Nordeste 203

de hierro y aluminio que dieron la base de los sue- batero por excelencia y ha incorporado también la
los lateríticos. ganadería.
El territorio pierde altura desde el nordeste, En el nordeste de Corrientes, se prolonga el am-
donde registra algo más de 800 metros s.n.m., biente misionero, con la impronta de sus suelos
hasta unos 150 metros en la provincia de Corrien- rojos, dando lugar a los campos de la llamada pla-
tes. Alcanza el orden de los 80 metros en los valles taforma submisionera (Bruniard 1966), con las prác-
de los dos principales colectores fluviales. Hacia ticas agrícolas del té y el arroz, la forestación y la
ellos desciende una abundante red hidrográfica ganadería.
cuya erosión retrocedente ha generado la existen-
cia de una serranía central que permite la diferen- Corrientes y su variedad ambiental
ciación de otros dos espacios geográficos: los va-
lles de los ríos Paraná y Uruguay. La provincia de Corrientes muestra una diferen-
Los afloramientos de la serie de São Bento con ciación ambiental muy ligada a su historia geo-
sus formaciones de basaltos, diabasas, arenis- lógica-geomorfológica y un mosaico de unidades
cas y cuarcitas (Popolizio 1963), puestos en evi- geográficas que se han comportado diferencial-
dencia por la erosión fluvial, generan rupturas de mente en cuanto a su desarrollo socioeconómi-
pendiente que determinan el potencial hidráuli- co8. Es un claro ejemplo de territorio en donde las
co, con saltos, cascadas y correderas, y gran par- condiciones ambientales han ejercido poderosa
te de la riqueza turística de esta subregión. Es- influencia en la organización del espacio.
tos hechos tienen su correlato en las condiciones Está edificada sobre terrenos de la era precám-
de calidad de vida en determinados sectores, pu- brica, hundidos o elevados a diferentes alturas,
diendo señalarse posiblemente como los de ma- sobre los cuales avanzó la colada basáltica del me-
yor importancia, el departamento Ituzaingó en el sozoico y se generó la serie de São Bento, cubierta
nordeste correntino, con la represa de Yacyretá y por sedimentos modernos. Se trata de un escalón
el cambio social y económico por ella generado, y (Popolizio 1963) entre los bloques más elevados
el departamento Iguazú, en Misiones, con las ca- del zócalo en el ambiente misionero y su hundi-
taratas del mismo nombre y la dinámica econó- miento a distintos niveles en el graben chaqueño,
mica ligada al turismo y al intercambio en la tri- luego de la falla tectónica que aloja al río Paraná.
ple frontera con Paraguay y Brasil. Presenta una mitad septentrional con topogra-
A su vez, la gradación este-oeste de la precipita- fía de cubeta. El borde oriental, que alcanza los
ciones, por la influencia de las masas de aire tropi- 170 metros s.n.m., prolonga el ambiente misio-
cal marítimo del Atlántico Sur en su recorrido ha- nero tanto en lo fisiográfico como en su compor-
cia el interior continental, marca contrastes acu- tamiento económico, como fuera dicho anterior-
sados en el balance hídrico, desde los excesos en la mente. La depresión central, con alturas del or-
porción misionera del territorio, con montos plu- den de los 60 metros, está ocupada por el extenso
viométricos que superan los 1.500 mm hasta las sistema palustre del Iberá, desde donde se ascien-
marcadas condiciones de aridez y arreísmo del oc- de hacia la ribera del Paraná, en un territorio ca-
cidente de la planicie chaqueña, con un orden de racterizado por una sucesión de valles y lomadas
600 mm anuales. de arena.
Así, la subregión misionera, con sus suelos ro- Opuestamente, el sector meridional de la pro-
jos de cierta fertilidad y sus condiciones hídri- vincia, de topografía convexa, desciende desde
cas e higrométricas favorables, sostiene una den- la meseta central del Paiubre o de Mercedes ha-
sa selva higrófila, que fue la base de su desarrollo cia los valles de los grandes ríos. Está fuertemen-
económico. Su riqueza florística, con presencia te disectada por los afluentes del Miriñay y del Pa-
de especies maderables cotizadas, generó desde raná que generan la línea de máximas alturas que
muy temprano la penetración en el territorio pa- se comporta como divisoria de aguas. La forma-
ra la explotación forestal y de los yerbales natura- ción de São Bento, con sus areniscas consolida-
les. Esta formación degrada hacia el Sur, perdien- das, ha permitido una modesta práctica minera
do parte de su riqueza arbórea, en gran medida en el Paiubre y alcanza en algunas elevaciones ro-
por las incorrectas prácticas agrícolas de las colo- cosas los 120 a 130 metros s.n.m.
nias iniciales, que al quitar la cubierta vegetal en En la provincia de Corrientes, Bruniard (1966)
terrenos con elevadas pendientes y altos montos distingue seis unidades paisajísticas, en donde los
pluviométricos, llevaron al lavado de los suelos y
a la pérdida de la riqueza original. Es el núcleo yer- 8 División paisajística tomada de Bruniard (1966).
204 V • Análisis regional

sectores con topografía elevada y con drenaje or- ecológica de los humedales va rescatando la im-
ganizado –la plataforma submisionera corres- portancia de este territorio tanto con fines turísti-
pondiente a la subregión anterior y el Paiubre– cos como conservacionistas.
presentan las mejores condiciones para la insta- El triángulo del noroeste provincial muestra propor-
lación del hombre. Por el contrario, las restantes cionalmente una mayor presencia de lomadas y
unidades –sean los territorios entre el Aguapey y terrenos elevados, sobre los interfluvios de fondo
el Miriñay, los bajos del río Corrientes, el triángu- chato y arcilloso que albergan los esteros que dre-
lo noroeste de la provincia o la cuenca iberana– se nan hacia el suroeste. Estas lomas de arenas puel-
caracterizan por las enormes dificultades del dre- chenses corresponden al gran abanico de oscila-
naje, con extensas superficies anegadas. Son ellas ción del río al llegar a su nivel de base en la falla
las que han impuesto las mayores dificultades al Paraguay - Paraná y se extiende desde los esteros
poblamiento. del Ñeembucú en Paraguay hasta el Iberá, con si-
La comarca de los malezales del Aguapey - Miriñay milar morfología. La loma que acompaña al ac-
es suavemente ondulada, con partes bajas, mal tual curso del Alto Paraná, las situadas al norte
drenadas, con esteros poco profundos de suelos y sur del Riachuelo, la de Vallejos, de Empedra-
arcillosos que sólo permiten una vegetación her- do, del Santa Lucía, entre otras, son las bases del
bácea esteparia, con pajonales en los sectores ane- asentamiento humano y económico y fueron, una
gados. Las lomas arenosas intercaladas y las que tras otra, sucesivas fronteras en los avances para
acompañan el curso del Uruguay son las que per- ocupar el territorio provincial (Maeder 1981). Las
miten la instalación de la población y la prolon- isletas de especies arbóreas chaqueñas, en forma-
gación de la selva misionera en galería. Conforma, ciones de sabana, completan este paisaje fragmen-
junto con Misiones y la misma cuenca iberana, la tado, que reconoce también a los palmerales y a
comarca organizada por el sistema misional jesuí- la selva en galería acompañando al Paraná. Una
tico en el período colonial, que avanzara con sus instalación humana dispersa, en pequeñas pro-
estancias para pastoreo hasta estos territorios, a piedades y con una historia ligada a los antiguos
los cuales no accedían los españoles y los criollos pueblos de indios de la etapa colonial, alternando
de Corrientes. con grandes estancias, se asocia culturalmente a
La cuenca del Iberá es una cubeta de fondo plano, la fragmentación del paisaje.
con predominio de esteros con lomadas arenosas En el suroeste de la provincia, los bajos del río Co-
interpuestas, con los espejos de agua de las lagu- rrientes continúan con condiciones ambientales
nas concentrados en su porción oriental. Todo el similares a la anterior unidad, pero con un dis-
sistema drena en forma muy imperfecta hacia el positivo de orientación en sentido casi longitudi-
suroeste, a través del río Corrientes hasta alcan- nal. Las lomas arenosas son más amplias y hacia
zar el Paraná. Este extenso humedal es un ecotono el oeste desciende al amplio valle inundable del
en donde se superponen a la vegetación propia de Paraná. Este dorso central, con las mejores con-
áreas inundables las especies de la selva subtropi- diciones topográficas para la actividad humana,
cal, del espinal entrerriano y del parque chaqueño encuentra dificultades para conectarse con la me-
oriental. El elevado monto pluviométrico alimen- seta hacia el este y con el río hacia el oeste. Así, el
ta los cuerpos de agua y en época de lluvias excep- exclusivo punto de contacto con el Paraná ha con-
cionales los esteros entran en coalescencia, cons- centrado población y economía en la localidad de
tituyendo un manto que sobrepasa la capacidad Goya y sus alrededores, constituyendo un centro
de drenaje de su colector natural. Ha constituido urbano de importancia regional.
históricamente el obstáculo principal a los dere- La meseta mercedeña o del Paiubre recupera las al-
chos de la ciudad de Corrientes a comandar los turas propias de las comarcas misioneras más
territorios lindantes con el río Uruguay. Sus con- allá del Aguapey. La elevación del bloque se efec-
diciones han generado la existencia de una pobla- tuó a lo largo de fracturas del terciario donde se
ción dispersa, asociada a prácticas ganaderas de encajan el río Corrientes al oeste y el Miriñay al
tardío refinamiento, a presencia de minifundios este. Su cresta central, diseñada por la erosión re-
en las lomas arenosas intercaladas y a géneros de trocedente de los ríos que descienden hacia los
vida de subsistencia. Su mayor potencial econó- colectores principales, constituye una divisoria
mico se localiza en el borde septentrional, en la de aguas con alturas que superan los 80 metros
loma que acompaña al Alto Paraná, en donde se s.n.m. La provincia del espinal (Cabrera 1976) se
han hecho presentes la forestación y el cultivo de manifiesta con palmeras e isletas arbóreas de es-
arroz. En los últimos años, una nueva valoración pecies propias del monte entrerriano, dominan-
18 • El Nordeste 205

do el género prosopis, que alternan con formacio- rizada por una marcada variabilidad interanual
nes de estepa herbácea, la cual permite la tradi- de las precipitaciones, lo que torna imprevisibles
cional práctica ganadera que ha alternado entre las condiciones para las prácticas agrícolas. Final-
el dominio de los vacunos y los ovinos. La ocu- mente, degrada hacia el Chaco occidental árido,
pación prefirió el eje de mayores alturas, coman- con un marcado déficit de agua, arreico o cruza-
dado por el binomio Mercedes - Curuzú Cuatiá, do únicamente por los grandes organismos alóc-
conectándose con Monte Caseros en la ribera del tonos del Pilcomayo, el Teuco y el Bermejito.
Uruguay. El ordenamiento en profundidad de los bloques
Con las condiciones propias del ambiente na- del basamento ha generado una sucesión de cuen-
tural en la provincia, es prácticamente innecesa- cas y de umbrales que se manifiestan superficial-
rio señalar que se encuentra afectada por el ane- mente en diferencias topográficas de escasa cuan-
gamiento de las partes bajas, por erosión hídrica tía, pero que en la aparente homogeneidad de la
moderada y aún fuerte en los espacios con mayor planicie afectan las condiciones del escurrimien-
pendiente y, además, por erosión eólica en las lo- to, a los suelos y sucesivamente a la vegetación, la
madas arenosas. instalación humana y las actividades económicas,
creando un mosaico ambiental y diferentes po-
El Chaco y Formosa tencialidades.
En profundidad, el umbral occidental corres-
Ambas provincias se inscriben el marco de una pondiente a la sierra de Guasayán es seguido por
unidad fisiográfica de escala subcontinental que una profunda depresión conocida como la cuen-
es el Gran Chaco americano, el cual entra en con- ca de Alhuampa. Al este de ella, otro umbral la se-
tacto, sin solución de continuidad, con la cuen- para de la cuenca Chaqueña, que aloja el conjun-
ca amazónica hacia el norte y mediante una tran- to de bajos sudchaqueños y submeridionales que,
sición fitogeográfica y climática, con la llanura a su vez, están distanciados de la fosa del Para-
pampeana, hacia el sur. La falla Paraná - Paraguay ná por otro pilar menos elevado y más estrecho
marca el límite oriental y hacia occidente la plani- (Popolizio 1975), el que corresponde a la llamada
cie continúa hasta los contrafuertes de los siste- “cuña boscosa”.
mas montañosos que, en el caso del marco terri- En superficie, los umbrales resultan en topogra-
torial argentino, quedan señalados por las sierras fías convexas –lomos con mayores pendientes y
subandinas y pampeanas. mejor drenaje– y las cuencas generan sectores cha-
Los bloques del basamento cristalino se encuen- tos, de muy escasa inclinación que no alcanzan a
tran hundidos a diferentes profundidades a lo lar- organizar el escurrimiento de las aguas.
go de un conjunto de fallas de rumbo meridiano, A su vez, el sistema hidrográfico y las fallas en
al que se agrega un sistema secundario de orienta- sentido subparalelo han provocado caracteres
ción subparalela, marcadas por los ríos Pilcomayo morfológicos que se definen en forma perpendi-
y Bermejo. Una espesa pila sedimentaria de todas cular al sistema de umbrales y depresiones sub-
las eras geológicas genera una monótona exten- meridianas. Los grandes organismos fluviales de
sión, sin alteraciones topográficas marcadas, con la planicie son alóctonos; la cruzan con orienta-
muy escasa pendiente noroeste-sureste, que des- ción noroeste-sureste; pierden rápidamente su
ciende desde 350 m en las estribaciones de las sie- pendiente al ingresar en la llanura, empobrecién-
rras a 50 m en el valle de los ríos Paraguay y Para- dose por infiltración y evaporación; poseen un ré-
ná, a lo largo de 600 km. gimen hidrológico de tipo pluvial tropical con al-
La planicie es área de influencia de las masas de tos caudales en verano. Sus cursos inferiores res-
aire tropical marítimo provenientes del anticiclón ponden a las condiciones hidrológicas de la red
del Atlántico Sur, que en su desplazamiento hacia autóctona del Chaco oriental húmedo, con exce-
el oeste determinan variaciones en el monto y en sos hídricos y alimentación por precipitaciones
el régimen estacional de las precipitaciones. Es- abundantes, con máximas en estaciones interme-
to genera, en primer término, una franja oriental dias, como en Corrientes y Misiones.
con excesos hídricos, o Chaco húmedo, con llu- La superposición de influencias de orden tectó-
vias abundantes que alcanzan los 1.200 mm, sin nico y climático y el accionar fluvial ha terminado
verdadera estación seca, lo cual determina la exis- configurando un mosaico de unidades con con-
tencia de una importante red fluvial autóctona. diciones ambientales diferentes. Siguiendo a Bru-
Continúa un área central, de transición o semiári- niard (1979), en el Chaco húmedo oriental se re-
da, entre las isohietas de 750 y 900 mm, caracte- conocen cuatro ambientes.
206 V • Análisis regional

El lecho mayor excepcional del Paraguay - Paraná, ciones, cañadas y cauces abandonados genera a su
que es el área de desbordes de caudales máximos vez, según los suelos, la presencia del bosque cha-
de ambos ríos, es más amplio hacia el sur de Resis- queño xerófilo de quebracho colorado santiague-
tencia, en donde los cursos secundarios se orien- ño y quebracho blanco, del bosque achaparrado y,
tan norte-sur y presentan líneas de bosque sub- en las áreas arcillosas y salitrosas, aparece el pela-
tropical en los albardones, en tanto dominan los dar con ausencia casi total de vegetación.
terrenos bajos, inundables, con pajonales y pal- Al sur del antiguo cauce del Bermejo, está el am-
merales, sólo aptos para una ganadería extensiva. biente del Impenetrable, área de los desplazamien-
Hacia el norte de Resistencia, la llanura mues- tos del río Salado del Norte desde el codo de Mi-
tra una sucesión de albardones y depresiones inter- raflores, con pendientes más acusadas. Presenta
fluviales inundables, generada por la presencia de similar alternancia aunque diferente orientación,
la red hidrográfica autóctona con pendiente no- de terrenos altos, cauces abandonados, bosque
roeste-sureste. Los terrenos altos alojan isletas del fuerte xerófilo enmarañado y bajos inundables y
bosque chaqueño o se instala la selva ribereña; salinos.
ambos degradan hacia los pajonales y palmerales Pareciera casi obvia, frente a las características
y hacia los esteros y bañados. naturales de este espacio, la existencia de condi-
Los bajos sudchaqueños y submeridionales, altamen- ciones moderadas de erosión, tanto hídrica co-
te conflictivos, se comportan como una extensa mo eólica, en suelos desnudos. A ellos se agrega el
cubeta inundable en períodos de excesos hídri- anegamiento de extensas superficies que en perío-
cos. En las etapas de déficit, el ascenso capilar de- dos de sequías pronunciadas se salinizan, consti-
posita las sales en superficie. La vegetación es po- tuyendo un problema serio, que requiere un tra-
bre y sólo los terrenos algo más elevados alojan ve- tamiento integrado y cuidadoso. La explotación
getación arbórea propia del espinal. Entre ellos y desmedida del bosque está, necesariamente, aso-
el valle del Paraná se encuentra el lomo sudchaque- ciada a estos procesos de erosivos.
ño - santafesino, respondiendo a un angosto umbral
tectónico. Está cortado por la red fluvial, alojan- EL NORDESTE Y LAS GRANDES ETAPAS
do en los terrenos altos y bien drenados al bos- DEL CAPITALISMO EN OCCIDENTE.
que chaqueño. Se trata del óptimo ecológico del POTENCIAL Y EXTERNALIDADES
quebracho colorado chaqueño y el guayacán, y es
fuertemente explotado. A continuación, intentamos ubicar los procesos
Al Chaco central semiárido corresponden, a estas de ocupación del territorio y de crecimiento de-
provincias, dos unidades. La primera es la cuenca mográfico y económico del Nordeste, en relación
del Patiño y bajos del Teuco - Bermejito, con pendien- con las influencias extraregionales ligadas a los re-
tes muy débiles, verdaderos niveles de base con de- querimientos de las distintas etapas del desarro-
posición de una gran masa sedimentaria, que fa- llo capitalista, en el entendimiento de que las mis-
cilita el explayamiento de las aguas y los derrames mas fueron pautando la presencia de la región en
laterales y cambios de curso. Ambos sistemas flu- el panorama nacional y contribuyendo a la gene-
viales se encuentran separados por un nivel topo- ración de las condiciones del binomio calidad de
gráfico a mayor altura, que permite la presencia vida - pobreza que hoy deseamos interpretar.9
del bosque de quebracho colorado y palosanto, al-
ternando con abras de vegetación herbácea. La etapa colonial y la influencia del mercantilismo
Hacia el sur, siguiendo la disposición de un an-
cho umbral, se reconoce la planicie centrochaque- En la Baja Edad Media, siglos XII al XV, se inició el
ña, elevada, con buenos suelos, mejor drenada, largo proceso de formación de los mercados de in-
en donde el bosque xerófilo alterna con abras de tercambio, desde los mercados locales a los regio-
vegetación herbácea de sabanas secas. Es el área nales, sentando las bases para la formación y per-
agrícola por excelencia, asentamiento priorita- duración de los centros urbanos y para el poste-
rio del algodón y de la posterior “pampeaniza- rior estadio de nacimiento y consolidación de los
ción” del sistema agrario, pero siempre altamen- estados nacionales en la Europa occidental y me-
te vulnerable debido a la acusada variabilidad plu- diterránea. Ello llevó necesariamente a la apari-
viométrica interanual. 9 El presente texto corresponde a Meichtry y Fantín 2008
En el confín noroccidental del Chaco y de For- y respeta el esquema de interpretación que se encuentra
mosa, domina ya la aridez. Al norte, en las cuencas presente en un trabajo previo dedicado exclusivamente a
del Pilcomayo y el Bermejo, la alternancia de ondula- la planicie chaqueña. Ver Meichtry 2004.
18 • El Nordeste 207

ción de mercados de intercambio nacionales y a ce hacia el sur y hacia el Uruguay y con los con-
la competencia por sumar nuevos espacios de do- flictos con el sistema misional jesuítico y su pos-
minio. Siempre con el comercio como el motor terior disolución.
esencial del crecimiento y, bajo la “filosofía” mer- La práctica de la ganadería fue el motor del len-
cantilista, tuvo lugar la etapa de los grandes des- to avance en la apropiación y el dominio de las
cubrimientos para ganar nuevos mercados, que fronteras interiores. Primero, ejerció el aprovecha-
caracterizara a los siglos XVI al XVIII. miento del ganado cimarrón, y luego la cría en es-
Se discute si el mercantilismo (1450-1750) fue, tancias desde inicios del siglo XVIII. Esta actividad
por sí mismo, un sistema económico, pero se fue el aliciente del desarrollo territorial en los ini-
acepta, sin discusión alguna, que instauró en el cios, pero se convirtió luego en el agente retarda-
mundo una idea central que ha perdurado hasta dor del crecimiento demográfico. Se trata de una
el presente: la de la “riqueza de las naciones” (Zal- actividad económica que, por su condición exten-
duendo 1998). Como postura económica, desta- siva y de escaso refinamiento, no genera puestos
caba que el poder del Estado se asentaba en las de trabajo ni radica población. A ello se suma, la
riquezas poseídas, por lo cual, en el proceso de falta de reinversión del capital producido por el
descubrimiento, conquista y suma de nuevos te- sector. Estas condiciones serían superadas recién
rritorios para aumentar los mercados de inter- muy avanzado el siglo XX.
cambio y, por ende, la riqueza y el poder de los es- Así, a la ciudad de Corrientes le llevó un siglo ex-
tados metrópolis, primó la búsqueda de produc- tender sus dominios hasta el río Santa Lucía. Ese
tos de alto valor intrínseco, exóticos y de escasos espacio fragmentado por la sucesión de esteros
requerimientos de volúmenes y tiempos de trans- y lomas arenosas dificulta las comunicaciones y
porte. Esta práctica conlleva, obviamente, un mo- requiere de costosas obras de infraestructura, en
delo de apropiación y territorialización implícito tanto el sistema del Iberá constituyó una barre-
que dio preferencia al asentamiento en comarcas ra en el avance hacia el este. Acceder al ejercicio
con riquezas en el tipo de bienes demandados por del dominio hasta el río Uruguay llevó otros 200
el sistema y en bienes en capital humano, como se años, hasta fines del siglo XIX, cuando a su vez per-
los llama en la actualidad, consistentes en pobla- dió definitivamente gran parte de la comarca mi-
ciones asentadas, sedentarias, con prácticas agrí- sionera, con la creación del Territorio Nacional de
colas y de domesticación de animales, no guerre- Misiones.
ras, entre las principales condiciones10. Otro factor fundamental fue la asistencia per-
Consecuentemente, en la América colonial, Es- manente de Corrientes, con hombres, bienes y
paña prefirió el mundo azteca y el de los incas, esfuerzos, a las luchas por la independencia, por
con México y Lima como los centros cabecera en la organización nacional y al sostenimiento y el
la relación con la metrópolis. Y, consecuentemen- avance de las fronteras con el indio.
te, en la región que nos ocupa, se buscó el asenta- El extremo oriental de la región se estructuró
miento en aquellos sitios en donde las poblacio- inicialmente según uno de los modelos de la ex-
nes aborígenes lo permitían y lo aseguraban. pansión europea en el mundo colonial iberoame-
La ocupación del Nordeste comenzó en 1588 ricano en la etapa mercantilista11. El sistema mi-
con la fundación de la ciudad de Corrientes, en sional jesuítico se inició a comienzos del siglo XVII
un sitio destacado por su altura y una situación y alcanzó su máxima expansión hacia mediados
geográfica beneficiosa en la confluencia Paraná - del siglo XVIII, momento de la consolidación de los
Paraguay. Sumó a ello la presencia de guaraníes treinta pueblos y de máxima extensión de sus es-
sedentarios con ciertas prácticas agrícolas. Esta- tancias para pastoreo, abarcando el sur de Para-
ba destinada a servir de enlace entre Asunción y guay, noreste y suroeste de las actuales provin-
Buenos Aires y como base para la expansión de cias de Corrientes y Misiones respectivamente,
la frontera, para lo cual tropezó con los impedi- Río Grande do Sul y el norte de la Banda Oriental
mentos presentados por las parcialidades indíge- (Maeder y Gutiérrez 1995, p. 66).
nas nómades y belicosas del Chaco hacia el oeste, Las misiones de guaraníes reunían en ese mo-
con las dificultades generadas por las condicio- mento unos 130.000 habitantes, constituyendo el
nes de los sistemas de escurrimiento en su avan- área de mayor instalación demográfica en el ám-
bito de los grandes ríos mesopotámicos. La acti-
10 Una población numerosa y la ausencia de pobre-
za eran considerados parte de los bienes deseables para 11 Las etapas y características del proceso de ocupación y
un Estado poderoso; de allí también sus claras políticas organización de la comarca misionera han sido tomadas,
pro-natalistas. fundamentalmente, de la obra de Bolsi (1986).
208 V • Análisis regional

vidad pecuaria, primero por medio de las vaque- quezas requeridas, por un ambiente natural in-
rías y posteriormente con la cría de ganado en es- hóspito y por una población aborigen de cazado-
tancias, la explotación forestal y una agricultura res-recolectores y guerreros.
que arrojaba excedentes para el comercio fueron Tal como en Misiones y a diferencia de Corrien-
los modos de vida de los pueblos. Esto compren- tes, la ocupación de la planicie chaqueña se ha da-
de la temprana explotación de los yerbales natu- do a lo largo de los últimos 120 años y en un ope-
rales y su posterior cultivo en las reducciones de rar centrípeto, desde la periferia hacia el corazón
indígenas. boscoso.
Los conflictos con el sistema colonial significa- La escasa penetración colonial de borde siguió
ron, a la larga, la caída del mundo misional jesuí- las vías principales de comunicación. Por el oes-
tico, con la expulsión de la orden en 1767. Este he- te, el eje Alto Perú, Córdoba, Santa Fe, Buenos Ai-
cho marca el final de la primera etapa de la ocu- res y por el este, la comunicación fluvial a través
pación y el desarrollo de la subregión misionera. del río Paraná, enhebrando Asunción, Corrien-
Quedan de ella las ruinas de los pueblos, sólo es- tes y convergiendo con la anterior en Santa Fe y el
casamente rescatadas, que constituyen una de las puerto de Buenos Aires. Esta localización de cen-
riquezas culturales que moviliza el turismo na- tros urbanos extra-regionales –a los que se suman
cional e internacional hacia la región, particular- Santiago del Estero, Salta y Jujuy– que perduró en
mente hacia el departamento donde se localiza la el tiempo constituyó la base a partir de la cual se
más importante, la misión de San Ignacio del Ya- daría, a lo largo de 300 años, el lento proceso de
vevirí o Miní. avance y ocupación de la planicie12. (Maeder y Gu-
De allí en más, y hasta finalizada la guerra con tiérrez 1995).
el Paraguay, el mundo misional jesuítico vivió el La creación del Virreinato del Río de la Plata,
proceso de desarticulación de su espacio. La ad- con capital en la ciudad de Buenos Aires, en 1776,
ministración colonial no logró mantener la con- significó el inicio de una reterritorialización cen-
sistencia del modelo jesuítico, generándose tam- trada en el puerto, que iría luego acentuándose a
bién la decadencia en la ganadería y en la vida partir del modelo de inserción de Argentina en el
agrícola y quedando, con el tiempo, sólo un gran sistema mundial que otorgaría preferencia fuer-
vacío poblacional. Esta disgregación aumentó temente a la región pampeana, en detrimento del
por las guerras con los portugueses y los proble- centro, el noroeste y Cuyo, y marcada asimismo
mas de límites entre ambos mundos coloniales, por la desarticulación del sistema misional jesuí-
a lo que se agregó, luego de 1810, la tensión en tico de guaraníes.
las áreas de frontera, creada tanto por las frecuen- Pasado el período colonial, las luchas por la in-
tes incursiones de portugueses y paraguayos, co- dependencia postergaron el avance sobre las fron-
mo de tropas de las provincias del río de la Plata teras internas del país. Así, la línea de fortines en
(Maeder y Bolsi 1980). la segunda mitad del siglo XIX aún seguía el cur-
En la última fase de desarticulación del territo- so del río Salado del Norte, con algunos avances
rio, jugó un papel destacado la política aplicada desde Salta en busca del Bermejo. (Maeder y Gu-
por Paraguay de “tierra vacía” para asegurar el trá- tiérrez 1995).
fico comercial hacia Porto Alegre a través de Ita-
púa (hoy Encarnación) y São Borja. La guerra de El ingreso de Argentina al sistema capitalista. La división
la Triple Alianza (1865-1870), con sus desplaza- internacional del trabajo y la economía agroexportadora
mientos de ejércitos, fortaleció la actividad econó-
mica del área a través de la demanda. Así, la ac- En la segunda mitad del siglo XVIII, ocurrieron
tual capital de la provincia, entonces Trinchera de cambios importantes en Occidente, que modifi-
San José, creció con marcado dinamismo. Quedó carían en forma sustancial los modos de aumen-
en la región un escaso número de pobladores de- tar la riqueza de las naciones. En la esfera políti-
dicados a la explotación de los yerbales, que pasa- ca, ocurrieron la Revolución Francesa y la Inde-
rían a ser el soporte para la posterior ocupación pendencia Americana, variando sustancialmente
del territorio. los marcos en los que se inscribía el crecimien-
Dentro de los intereses de la etapa del mercan- to. En el campo de las innovaciones tecnológicas
tilismo, el amplio “territorio indio del Norte” no
12 Debe señalarse el temprano intento de ocupación con
despertó mayor interés. Así, la aproximación a la la instalación Concepción del Bermejo y la posterior pre-
comarca del Gran Chaco fue casi excluyentemen- sencia, a mediados del siglo XVIII, de los misioneros, princi-
te periférica, forzada por la inexistencia de las ri- palmente franciscanos hacia el oeste y el sur.
18 • El Nordeste 209

y la producción se produjo la revolución indus- rial del país, ahora con su peso fundamental en
trial imponiendo el reemplazo del trabajo huma- la región pampeana.
no por las máquinas, la sustitución de la fuerza Ante la necesidad de responder a los requeri-
animal por el uso de la energía hidráulica y de va- mientos de las economías de los países cabecera
por, el manejo de nuevas técnicas para la transfor- del sistema y bajo el marco filosófico del positi-
mación de la materia prima y la aparición de la vismo francés con el ideario de Auguste Comte
fábrica como modo de concentrar las tareas, per- (1798-1857), Argentina se abocó al ordenamiento
feccionando la producción y aumentando la pro- político y administrativo. Esto significó la incor-
ductividad. Finalmente, el campo del comercio poración definitiva del “territorio indio del Nor-
internacional produjo cambios mayores al pasar te”, la recuperación de las comarcas desarticula-
el Reino Unido a convertirse en la primera econo- das de las misiones jesuíticas y la puesta en mar-
mía mundial. cha de la región para apuntalar la inserción del
Con antecedentes en la filosofía del utilitarismo país en el sistema mundial.
inglés de fines del siglo XVII, comenzaron a ges- La planicie chaqueña presenció las campañas
tarse en Europa occidental los fundamentos de militares para apropiación del territorio y la pa-
la doctrina del liberalismo económico, de la ma- cificación de las distintas parcialidades indígenas
no del pensamiento de Adam Smith (1723-1790) en pos de la organización político-administrativa,
y David Ricardo (1772-1823), con sus respecti- al finalizar la guerra de la Triple Alianza (1865-
vas teorías sobre la división del trabajo y el inter- 1870). Se creó el Territorio Nacional del Chaco
cambio y el principio de los “costes comparativos” con capital en Villa Occidental en 1872. Posterior-
dentro de la teoría del comercio internacional. mente, se fijaron los límites internacionales, reco-
Adam Smith expresó la idea de que la riqueza y nociéndose primero los derechos de Paraguay so-
el poder de los estados-nación dependían de su bre el territorio entre Bahía Negra y el río Verde
capacidad de producción de bienes y servicios, a (1876) y luego, con arbitraje del presidente Ha-
diferencia de lo propuesto anteriormente por el yes de EEUU, en 1878, entre dicho río y el Pilco-
mercantilismo. En este sentido, la división del tra- mayo. El extenso territorio sería dividido en 1884
bajo en la industria era el factor esencial del cre- en dos gobernaciones: las de Chaco y de Formo-
cimiento de la producción y de la productividad, sa. Comienza así la ocupación definitiva de la pla-
los que pasaban a ser los principales procesos en nicie, en forma centrípeta a partir del modelo pe-
la generación de la riqueza. Profesaba la concep- riférico de acercamiento prevaleciente de la etapa
ción del individualismo optimista que conside- colonial, avanzando hacia el corazón del territo-
ra que el hombre es un ser económico y que en rio. Las causas obedecen fundamentalmente a las
la práctica de la economía todo sucede para bien; demandas extraregionales de maderas duras del
por lo tanto, el Estado debe actuar únicamente bosque chaqueño requeridas primero para la ins-
asegurando la libertad de acción de los mercados. talación de puertos y ferrocarriles y luego para la
La teoría de los costes comparativos de Ricardo, producción de tanino13.
dentro de la concepción del comercio internacio- En apretada síntesis, se dan diferentes modos
nal, fue trasladada a la noción de ventajas compa- de división y apropiación de la tierra y de explo-
rativas de los distintos espacios geográficos y sus tación económica, asimismo relacionados con las
sociedades, para la producción de bienes. aptitudes ambientales de los diferentes espacios.
La fusión de ambas ideas centrales dio lugar a Se generaron tres anillos de ocupación, con dife-
la llamada división internacional del trabajo (DIT). rentes estructuras fundiarias: las colonias perime-
Bajo sus preceptos, se gestó el capitalismo mo- trales, los latifundios intermedios y el corazón fis-
derno y la formación en occidente de lo que diera cal (Bruniard 1979).
en llamarse el sistema Atlántico, con la consecuen- El primer anillo se caracterizó por la división de
te inserción de Argentina en el sistema mundial la tierra en pequeñas propiedades. A partir de él
y el desarrollo de la economía agroexportadora operaría posteriormente el nuevo modo de incor-
y portuaria, evidentemente asentada en las ven- poración del territorio, con la presencia de los la-
tajas comparativas de la región pampeana. To- tifundios.
do ello llevó a los conocidos procesos de inver- Un complejo proceso de concesiones para colo-
sión de capital e incorporación de tecnología y nizar en el marco de la filosofía de “orden y pro-
de mano de obra a través de la migración de ul- greso”, de enajenación de tierra pública sin obli-
tramar, que transformaron totalmente la ante- 13 Cf. mapa esquemático de ocupación del espacio en
rior sociedad colonial y la organización territo- Meichtry y Fantín 2001, p. 118.
210 V • Análisis regional

gación de poblar, de pago de empréstitos y de pro- medida explotación del bosque requería avanzar
hibición de venta de los terrenos próximos a las sobre formaciones vírgenes.
futuras trazas del ferrocarril dio como resultado La actividad comenzó a desacelerarse hasta casi
la venta de tierra en grandes propiedades14. tornarse nula en la actualidad. Las causas pueden
El norte santafesino, el oriente santiagueño y sur sinterizarse: sobreproducción, caída de los pre-
de la provincia del Chaco fueron incorporados a cios, aumento de los costos por la necesidad de
la economía de mercado, mediante la explotación ampliar el área de explotación, mayores distancias
forestal para la demanda interna y externa propia y disminución del uso de cueros curtidos y su re-
de la etapa de la DIT. Marcó el avance del ferroca- emplazo por otros materiales.
rril hacia el norte para la extracción y transporte Pero, por detrás de todos estos determinantes
de postes, durmientes y rollizos e invadió el bos- próximos, estuvo la caída del mercado externo,
que chaqueño con obrajes con una población flo- principal consumidor, a causa de la nueva moda-
tante, de alta movilidad, de correntinos, paragua- lidad de las compañías internacionales de produ-
yos, santafesinos y santiagueños, que formaron la cir bajo el sistema de plantación en África y Asia,
base de la población de la comarca, conjuntamen- con especies tanantes de rápido crecimiento.
te con los criollos salteños y las poblaciones aborí- Similar proceso se desarrolló en Misiones luego
genes. No prosperó el asentamiento permanente de la guerra de la Triple Alianza y bajo la filosofía
de la población por tratarse de una actividad eco- económica y social imperante de la DIT.
nómica destructiva e itinerante. En 1881, en el marco de los nuevos procesos de
En la porción oriental, preferentemente, el do- organización política y administrativa del país,
minio del quebracho colorado chaqueño determi- se creó el Territorio Nacional de Misiones, sepa-
nó la instalación de las factorías tanineras hacia rándolo ya definitivamente de la provincia de Co-
fines del siglo XIX, con su régimen de explotación rrientes la cual, insistiendo en sus derechos his-
cuasi colonial. Surgió un importante número de tóricos sobre las antiguas comarcas de las misio-
pueblos tanineros alineados fundamentalmen- nes, fundó algunos pueblos y colonias, pero ante
te sobre el lomo sudchaqueño-santafesino, cerca- la decisión del estado argentino de crear los terri-
nos a la red fluvial autóctona, debido al alto con- torios nacionales, vendió en 1881 la mayor par-
sumo de agua, o en asociación con los ramales fe- te del espacio misionero15. Este fue un duro gol-
rroviarios de penetración en el bosque maderable. pe para los posteriores intentos de colonización y
Se formó La Forestal (The Forestal Land, Tim- poblamiento.
ber and Railways Co. Ltd.), que llegaría a dominar Comenzó una nueva etapa en el poblamiento
el mercado mundial del tanino y que estableció el que culminó hacia 1920. Estuvo signada por una
sistema de ciudades-fábrica en donde todo le per- economía de tipo extractivo, sustentada en fren-
tenecía. Se desarrollaron pequeños embarcaderos tes pioneros de avance en relación con la explota-
sobre el Paraná, para la salida de la producción ción forestal y de la yerba mate, los dos produc-
y se complementó la actividad forestal y taninera tos primarios con los que Misiones se insertaba
con la ganadería en terrenos bajos, para abasteci- en la economía de mercado. Estas actividades ex-
miento de carne y de animales de tracción. tractivas practicadas por los primeros frentes pio-
En el interior de este espacio de grandes propie- neros de criollos (argentinos, paraguayos y brasi-
dades, forestal y ganadero, restaba aún el corazón leros) no generaron asentamientos permanentes
de tierras fiscales. y el avance hacia el interior del territorio fue muy
El comercio mundial del tanino, durante los lento, aun cuando en la década de 1870 se insta-
años de la Primera Guerra, expandió la actividad laron 38 molinos yerbateros en el sur de la comar-
con la llegada de nuevas firmas que se adentraron ca (Bolsi 1986).
en el extenso marco del latifundio, ya que la des- A partir de 1890, se inició el proceso de desarro-
llo agrícola, tanto espontáneo como con coloni-
14 Propiedades normalmente superiores a las 10.000 ha zación programada sobre tierras fiscales, con la
en los bajos sudchaqueños y albardones e interfluvios del radicación de pobladores brasileros y europeos
oriente, extensas divisiones en la cuña boscosa y el valle provenientes de Brasil. El avance se dio siguien-
del Paraná, fracciones superiores a las 8.000 ha en el lomo do las picadas abiertas para la explotación fores-
santiagueño-santafesino, extensos campos en el suroes-
tal y el aprovechamiento de los yerbales naturales.
te chaqueño, en Santiago del Estero y en la cuenca salte-
ña del Bermejo. Finalmente, lo que restara de la rica cuña La actividad agrícola se aceleraría notoriamente
boscosa y los bajos submeridionales, 1.800.000 ha queda- 15 Dos millones de hectáreas pasaron a manos de tan só-
ron en poder de la londinense Murrieta y Cía. lo 29 propietarios (Bolsi 1986).
18 • El Nordeste 211

después de 1920. Es así que la superficie cultiva- tos. De tal manera, ante el deterioro de los tér-
da en el novel territorio aumentó 12 veces, parti- minos de intercambio, los productos primarios
cularmente con plantaciones de yerba, con lo cual de las áreas periféricas perdieron rápidamente su
la producción creció en el orden de 33 veces (Bol- importancia y su poder de compra en el sistema
si 1986). mundial.
Según lo visto, ambas comarcas –el Chaco y Mi- Este retroceso afectó duramente las áreas que
siones– fueron incorporadas al sistema nacional sustentaban su crecimiento en la producción de
en esta etapa, a partir de aquellas de sus poten- productos primarios. En la planicie chaqueña,
cialidades naturales que servían sustantivamente golpeó la actividad forestal, especialmente en el
al desarrollo de la economía agroexportadora de lomo sudchaqueño-santafesino, en donde el bos-
la región pampeana, que era la que generaba las que quedó fuertemente degradado. Los pueblos
condiciones para el ingreso de Argentina en el sis- tanineros asistieron al cierre de las fábricas, los
tema atlántico. campos bajos fueron vendidos para la actividad
En Corrientes, mientras tanto, la dirección his- ganadera extensiva y se promovió la agricultura
tórica con que operó el poblamiento, priorizó la en los terrenos altos, con cultivos que eran mar-
ocupación del triángulo noroeste; las mejores con- ginales, tanto para el área templada como para el
diciones ambientales condujeron al desarrollo del área subtropical. El resultado fue el éxodo y la re-
Paiubre ganadero, en tanto quedaron retrasados orientación de la actividad forestal hacia la fabri-
los sectores con mayores problemas de drenaje. cación de postes, leña y carbón vegetal.
Con estas condiciones, Corrientes nunca se com- La migración se dirigió fundamentalmente ha-
portó como área de atracción de pobladores. No cia los centros urbanos periféricos y más exitosos
gestó un proceso de colonización temprana co- de la región, o hacia el corazón fiscal donde co-
mo sus vecinas del Sur –Entre Ríos y Santa Fe– si- menzaba la producción algodonera.
no que se constituyó en comunidad de expulsión, Los intentos de producción de algodón de fines
comportamiento que la definiera tradicionalmen- del siglo XIX y comienzos del XX no habían prospe-
te (Meichtry 1986). rado por dos razones: la escasez de mano de obra
Los impulsos de dinamizar la economía provin- en un cultivo de altos requerimientos de fuerza la-
cial fueron efímeros o de presencia local. El desa- boral y la baja demanda de fibra por parte de una
rrollo ferroviario de fines del siglo XIX y comien- incipiente industria textil en el país.
zos del XX favoreció sólo a las ciudades cabeceras Una vez más, serían los factores extra-regiona-
de los departamentos ligados a su recorrido y re- les los que empujarían el ciclo algodonero. Entre
legó a los restantes. ellos deben mencionarse: el aumento de los pre-
Puede concluirse que esta etapa de la inserción cios debido a la Primera Guerra y a la caída de la
de Argentina en el sistema mundial benefició en la producción de Estados Unidos en la década de
región sólo a aquellas provincias cuya producción 1920 por el ataque del picudo, la extensión de las
respondía directa o indirectamente a los requeri- líneas ferroviarias desde el margen fluvial hacia
mientos de las economías centrales del sistema. Salta16 y la liberación de mano de obra local por
Este modelo de producción y reproducción del la crisis forestal.
capital quebraría a partir de la caída financiera de El marcado deterioro del poder de compra de
Wall Street del año 1929 y la consecuente crisis las materias primas y alimentos en relación con
económica mundial de los años 30. los productos de origen industrial y el incipien-
te desarrollo de la actividad manufacturera exis-
La industrialización para la substitución de importaciones tente desembocaron en un precoz ingreso de Ar-
(ISI) o de la producción para el mercado interno gentina en el proceso de sustitución de importa-
ciones, luego de 1930. Las industrias se instalaron
La crisis financiera de 1929 y la resultante crisis preferencialmente en la región pampeana, posee-
económica del año ’30, por agotamiento del mo- dora de las mayores reservas de capital y del mer-
delo anterior de producción y reproducción del cado de consumo, en tanto las restantes regiones,
capital, marcó su transformación en un sistema con mayor o menor éxito, incursionaron en aque-
en el que los países centrales tendieron a mane- llas ramas relacionadas con sus propios produc-
jar los factores del capitalismo –capital, tecnolo- tos de origen primario y contribuyeron al desarro-
gía y mano de obra— preferentemente entre ellos. 16 Extensión de la líneas de Barranqueras a Metán y de
Esto significó, en el comercio internacional, la in- Formosa a Embarcación, cruzando así toda la extensa pla-
dependencia respecto de materia prima y alimen- nicie del Gran Chaco argentino.
212 V • Análisis regional

llo de la nueva economía industrial con sus mate- canzar un valor negativo cercano a -29 por mil en
rias primas y su mano de obra. la década de 1960 (Meichtry 1986).
Una de las industrias de punta fue la textil y la El empuje algodonero no avanzó hacia los ex-
demanda de fibra generó el último impulso para tremos noroeste de Chaco y Formosa, en donde
el acelerado vuelco de la planicie hacia la activi- el déficit hídrico y especialmente la gran variabi-
dad algodonera, en aquellas áreas con las condi- lidad interanual de las precipitaciones dificultan
ciones edáficas y climáticas necesarias. Quedaron las prácticas agrícolo-ganaderas y aun la misma
así incorporadas a la producción agrícola las tie- instalación del hombre. Pero, además, tampoco
rras elevadas y bien drenadas, en tanto los bajos logró consolidar en la región una base de activi-
inundables se dedicaban a la ganadería. dades industriales que diversificaran la economía
La Ley 5559/08, Ley de Fomento de los Territo- del territorio.
rios Nacionales, permitió el acceso a la propiedad Misiones respondió a la nueva etapa fundamen-
de la tierra pública al promover el trazado de los talmente con la industrialización de la yerba ma-
ferrocarriles hacia Salta, financiándose con la ven- te, pero entablando una dura competencia con
ta de las tierras aledañas. De las mensuras realiza- la voluminosa producción de Brasil. Se propició
das, parte se vendió públicamente y la mayor ex- una fuerte colonización agrícola con obligación
tensión se destinó a la creación de colonias agrí- de siembra de yerba mate. Esto provocó el cre-
colas y pastoriles. cimiento de la población, particularmente en el
Todo esto dio pie a un acelerado incremento de- área rural, a partir de la creación de nuevas colo-
mográfico sostenido en primer término por la po- nias y ampliación de las más antiguas. El entonces
blación nativa y paraguaya que liberara la caída Territorio Nacional adquirió la configuración es-
del ciclo forestal, como un verdadero frente pio- pacial que aún lo caracteriza en gran medida.
nero de instalación en el corazón fiscal, sin apro- Las crisis de superproducción resultantes con-
piación de la tierra; en segundo lugar, por el pro- dujeron a la creación de la CRYM (Comisión Re-
pio crecimiento vegetativo y, finalmente, aún guladora de la Producción y Comercio de la Yer-
dentro de la mecánica de la DIT, por la llegada ba Mate), que comenzó a regular la siembra y bus-
de inmigrantes europeos, preferencialmente de có la transformación de una economía extractiva
Europa Oriental, particularmente Ucrania, Polo- hacia otra decididamente agrícola y diversificada
nia y Checoslovaquia, constituyendo un segundo con tabaco, arroz, maíz y caña de azúcar.
frente de ocupación. Éste –más espectacular por La población rural aumentó merced al aporte
las diferencias étnicas que por su volumen– de- del crecimiento natural y a la llegada de paragua-
be ser considerado realmente exiguo en compa- yos y brasileros en primer término, e italianos, po-
ración con la llegada previa de migrantes internos lacos, españoles, rusos, alemanes y suecos, entre
y limítrofes. los principales contingentes europeos.
Este proceso llevaba incorporado el germen de Se fortalecieron también los centros urbanos.
su propio deterioro. La demanda del mercado in- Posadas se destacó como la cabecera indiscutida
terno llevó, al igual que en otras economías regio- y sobresalieron Oberá y Eldorado, quedando rele-
nales, al monocultivo. Esta práctica y un conjun- gados pueblos más antiguos, no beneficiados por
to de condiciones tales como el pequeño tamaño el proceso económico vigente. Se creó, además, un
de las parcelas cultivadas, las crisis de superpro- buen número de núcleos que serían la base del ac-
ducción, las consecuentes caídas de los precios, la tual sistema urbano.
aparición de las fibras sintéticas y la falta de mer- La serranía central se mantuvo esencialmente
cado externo, en tanto se saturaba el mercado in- yerbatera y forestal; el valle del Paraná participó
terno, condujeron a la caída de la economía algo- de la diversidad agrícola con la inclusión del tung,
donera a partir de mediados de la década de 1950, y el sur incorporó el arroz y la ganadería.
arrastrando en especial a Chaco y Formosa, alta- Esta situación condujo a la quinta etapa del pro-
mente dependientes del cultivo. ceso de estructuración de la comarca, posterior a
Esto se reflejó en el acontecer migratorio y así 1940. Estuvo signada por la dualidad de una pro-
Chaco, como paradigma de la conducta demo- ducción yerbatera con profundas oscilaciones, re-
gráfica de la planicie, generó un comportamien- gulada por la CRYM, y de una diversificación de
to compulsivo, inédito en el país, pasando de una las actividades agrícolas, incorporando después
tasa de crecimiento migratorio positiva del orden de la Segunda Guerra Mundial el cultivo del té,
del 27 por mil en la primera mitad del siglo, a al- en tanto el tung alcanzaba su nivel máximo. Am-
18 • El Nordeste 213

bos se mantuvieron constantes ya desde la déca- cuentran muy buenas condiciones en las lomadas
da de 1950. arenosas del noroeste provincial.
El nuevo paisaje agrario organizó el espacio Cuando la tecnología del frigorífico determinó
en grandes plantaciones de tung o de té acom- que las mejores pasturas de la pradera y la estepa
pañando a las de yerba, o según un modelo de pampeana se dedicaran a la cría del ganado vacu-
chacra altamente diversificada, con producción no con mejores rendimientos y precios para la ex-
de los tres cultivos industriales –té, tung, yerba– portación, el ganado ovino se instaló en el Paiu-
típicos de la estructura productiva de Misiones. bre. Sin embargo, esencialmente ganadera, la me-
Ellos son los mismos que generaron la base in- seta fue refinando sus rodeos y majadas con la
dustrial de la provincia que se sustentó, además, práctica de nuevas técnicas de cría y con el cul-
en la materia prima proveniente de la actividad tivo de forrajes. Posteriormente, se incorporaron
forestal, tanto de explotación como de foresta- las cruzas con razas índicas en el nordeste pro-
ción y reforestación. vincial. Los territorios con vegetación más pobre
Nuevamente, el ambiente privilegiado fue el va- sobre comarcas inundables siguen alojando una
lle del Paraná, en tanto el del río Uruguay ha sido ganadería extensiva y de baja calidad, a la cual se
largamente postergado por las grandes propieda- incorpora en los últimos años, aunque muy pun-
des privadas, producto del enajenamiento de tie- tualmente, la cría del búfalo.
rras que en 1881 realizara Corrientes. Estos intentos no alcanzaron a revertir la idio-
Las malas prácticas culturales en agricultura y sincracia migratoria de Corrientes, que pareciera
forestación, haciendo caso omiso de las acusa- no encontrar cabalmente sus modos de inserción
das pendientes, y la desmedida explotación fores- y de aprovechamiento de las oportunidades y co-
tal que degradara la selva original que perdió sus yunturas del modelo económico imperante. Las
dos estratos superiores, han generado cambios alternativas del balance obedecen casi con exclusi-
ambientales cuantiosos. Los suelos desnudos son vidad a los movimientos interprovinciales de na-
lavados fácilmente por las abundantes lluvias, las tivos, particularmente a la pérdida de los propios.
napas de agua no alcanzan su recarga debido a la Los valores de aumento de la emigración infor-
velocidad del escurrimiento superficial, y la selva man sobre el dinamismo demográfico en esta eta-
de segundo crecimiento ha incorporado especies pa que arrojara una tasa negativa de crecimiento
invasoras de menor diversidad y riqueza florística. para la población correntina residente en la pro-
Todo ello ha determinado que, con excepción de vincia, en el período 1947-60 (Meichtry 1986).
la superficie del Parque Nacional Iguazú y el án- Viendo en su conjunto las tres jurisdicciones
gulo entre el Alto Uruguay y el Pepirí Guazú en el que componen el Nordeste, encontramos que Mi-
extremo oriental de la provincia, los procesos de siones y especialmente las provincias de la pla-
erosión hídrica sean notorios, alcanzando mayor nicie chaqueña resultaron inicialmente ganan-
gravedad en algunos sectores de los valles fluvia- ciosas en el marco del devenir económico de es-
les y la sierra central (Casas 1998). ta etapa, lo que fue atestiguado por el importante
La incorporación de Corrientes a esta etapa del crecimiento demográfico y los saldos migratorios
proceso fue limitada. Su estructura económica positivos que registran (Meichtry y Fantín 2001,
fundamentalmente ligada a una actividad gana- p. 129).
dera escasamente refinada no encontraba el mo- Tristemente, esta situación no fue sostenible en
do de adecuarse a los requerimientos de la ISI. Por el tiempo y se percibe que todas ellas, Misiones,
lo tanto, los escasos intentos de dinamizar la eco- Corrientes, Formosa o el Chaco, continúan su
nomía no dieron frutos relevantes. Algunos im- condición periférica aun dentro de la periferia en
pactos positivos, aunque localizados, respondie- la que se encuentra el país. Esta situación no me-
ron a la implantación de cultivos industriales co- joraría en el futuro.
mo el tabaco en las comarca del Paraná junto con
los citrus, que posteriormente se afianzaron en el Reestructuración y acumulación flexible. La etapa de
sur provincial hacia la ribera del Uruguay. En tan- la nueva división internacional del trabajo (NDIT), el
to, el arroz y la forestación con pinos y eucaliptos aumento de la pobreza y la pérdida de calidad de vida
que se iniciaran en el norte, sobre el Alto Paraná,
avanzaron hacia el resto del territorio. El té y la La década de 1970 presenció la puesta en marcha,
yerba mate prosperaron en el ambiente submisio- en Occidente, de un nuevo modelo económico,
nero. Los cultivos bajo cubierta de productos hor- ante el agotamiento del anterior. El mundo del
tícolas, con escasos requerimientos espaciales en- capital pasó a manejar un marco regulatorio dis-
214 V • Análisis regional

tinto en el que el modelo fordista de producción En toda la región, estas modalidades de la em-
industrial, asociado al modelo económico keyne- presa agropecuaria y una producción con destino
siano y del estado de bienestar, derivaron inicial- externo sin recibir procesamiento local produje-
mente hacia un proceso de reestructuración in- ron escasos beneficios para el área, comportándo-
dustrial, que llevaría luego hacia una reestructu- se como un enclave económico. Estas nuevas con-
ración de la economía en general. Ésta se basa en diciones generaron, por una parte, el cierre de los
la priorización de la productividad y de la compe- ya escasos establecimientos manufactureros en
titividad, en el libre juego de los mercados de la toda el área y, por otra parte, una marcada exclu-
lógica neoliberal, con un Estado ausente y con to- sión de los minifundios, y aun de los medianos
do aquello que es definido como la nueva división productores, y una fuerte migración rural hacia
internacional del trabajo desde el punto de vista de los centros urbanos de cabecera, donde se insta-
la sociología y como acumulación flexible desde el laron los migrantes como ocupantes en asenta-
punto de vista de la lógica de la producción y la mientos precarios, o emigración hacia los princi-
reproducción del capital. pales centros extra-regionales de producción in-
Variaron fundamentalmente las ventajas com- dustrial, sin encontrar tampoco las respuestas
petitivas en el mundo, de la mano de los acelera- necesarias.
dos adelantos en la tecnología de los transportes Nuevamente, se priorizó la productividad y la
y las comunicaciones que facilitaron la segmen- competitividad. Hubo un intenso proceso de
tación de los procesos de producción. Así, en el desindustrialización; se dio preeminencia a la in-
marco del colapso tiempo-espacio, volvió a variar versión especulativa o la valorización financie-
en el mundo la movilidad de los factores del ca- ra del capital por sobre una redefinición del rol
pital, prefiriendo determinados sitios de produc- del Estado, que estuvo mayoritariamente ausente.
ción. Nuestro país, con una economía estructu- Los excedentes de fuerza laboral en las actividades
rada fuertemente en el modelo anterior y depen- primarias y secundarias debieron ser absorbidos
diente del capital y la tecnología de los países por el sector terciario de la economía regional, en-
centrales, ante la coyuntura del cambio, no logró contrando refugio fundamentalmente en el em-
responder con rapidez al nuevo modelo de acu- pleo público provincial y municipal, generando la
mulación y se vieron afectadas algunas activida- caída de la productividad en el sector, el deterioro
des y algunas regiones más que otras, entre ellas, de los salarios y, consecuentemente, aumentando
el Nordeste. las condiciones de pobreza y precariedad. No se
Todas las provincias de la región sufrieron pro- trató, indudablemente, de una terciarización del
cesos similares. La economía agrícola de la plani- mercado laboral y de la economía relacionada con
cie chaqueña reclamó una reestructuración que el sector de nuevos y sofisticados servicios perso-
se advirtió ya desde los años sesenta. Es el proce- nales y a las empresas de alta tecnología de la lla-
so que dio en llamarse “pampeanización” y que mada “sociedad informacional”.
significó, en primer término, la diversificación de Aun cuando difieren sustancialmente sus con-
la producción con aumento de la superficie sem- diciones ambientales, sus procesos de pobla-
brada con cultivos de tipo pampeano –cereales y miento y sus modos de inserción en la economía
oleaginosas–. También incluyó la expansión de la de mercado, las provincias del Nordeste llegaron
frontera agropecuaria, modificaciones en el régi- a los inicios del siglo XXI, junto con las restantes
men de propiedad y tamaño de las parcelas con jurisdicciones del Norte Grande, formando la re-
aumento de la presencia de empresas extra-regio- gión más empobrecida y con peor calidad de vi-
nales, mayores inversiones de capital y la aplica- da del país.
ción de paquetes tecnológicos relacionados con la
mecanización, el riego, la utilización de plaguici- Nuevas expectativas a inicios del siglo XXI
das y pesticidas, entre otras prácticas agrícolas, y
la manipulación genética, que al priorizar la pro- El total y duro colapso, en los primeros años de
ductividad redujeron sensiblemente la capacidad la actual centuria, del modelo económico de la
de absorción de mano de obra y, por lo tanto, de NDIT a nivel mundial y la extremada crisis eco-
retención de población. nómica, social y política en nuestro país han con-
La estructura agropecuaria y forestal de Misio- ducido a un lento proceso de modificación del ac-
nes logró resistir mejor, dada la organización fun- cionar económico, del ejercicio de la política, de
diaria y la participación de los pequeños produc- la presencia del Estado, de las consideraciones ha-
tores en la actividad forestal. cia la sociedad y la cultura, de la redistribución,
18 • El Nordeste 215

de la justicia social, del accionar para el desarro- to de las jurisdicciones nacionales y abocarnos a
llo regional, etc., que aún no ha logrado concretar tratar de aumentar la precisión en la evaluación
las expectativas generadas, pero cuyos resultados, hacia el interior del espacio regional. Hemos pro-
aún no suficientes, se dejan ver lentamente en los puesto, al principio, analizar los departamentos
valores medidos en este trabajo, por el nuevo índi- de las cuatro provincias con los mismos índices
ce de calidad de vida / bienestar 2010. elaborados por Velázquez para 2001 y 2010, pe-
En las páginas iniciales, asentábamos que es ro variando los umbrales de los cortes de las esca-
nuestra impresión en relación con la región Nor- las numéricas de manera que utilicen sólo los va-
deste que las mejorías detectadas en el ICV de lores de la escala regional, para permitirnos apre-
2010 y sus indicadores, respecto del ICV 2001, ciar mayores detalles.
han continuado en estos últimos años posterio- Utilizaremos solamente aquellas variables re-
res al último censo nacional, por lo que la expec- lacionadas con la dimensión socioeconómica en
tativa hacia un futuro recuento censal, son, como cuanto a salud, vivienda, educación y calidad /
lo decíamos, alentadoras. No por ello pareciera bienestar.
que la región podría abandonar su grave posición
como territorio de mayor deterioro en el contex- Mortalidad infantil según lugar de residencia
to nacional y con aún extremadas carencias para de la madre (mapas 18.1. y 18.2)
sus sociedades.
Vistas en el contexto nacional, las tasas de morta-
EL ÍNDICE DE CALIDAD DE VIDA EN LA ÚLTIMA lidad infantil han descendido en términos gene-
DÉCADA CENSAL Y LOS NÚCLEOS DUROS DE rales de manera muy interesante, aun cuando hay
LA POBREZA EN EL NORDESTE ARGENTINO innumerables jurisdicciones con valores aún su-
periores al 15 por mil. En las provincias y los de-
La región Nordeste continúa siendo, a pesar de las partamentos del Nordeste, también se acusa di-
extensas e intensas expectativas de sus sociedades, cha mejoría en valores reales de las tasas, pero se
la región más desposeída de nuestro país. Encabe- percibe un deterioro en cuanto al posicionamien-
za tristemente, en varios indicadores individuales, to relativo general tanto de la provincia de For-
el rango de peores condiciones en el territorio na- mosa como de la ribera del río Uruguay en Mi-
cional. Ante este hecho consumado, nos interesa siones. Así, el departamento Bermejo en Formo-
particularmente evitar la comparación con el res- sa se ubica entre las cinco peores situaciones en

Mapa 18.1. Tasa de mortalidad infantil. NEA, 2001. Mapa 18.2. Tasa de mortalidad infantil. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de DEIS.


216 V • Análisis regional

el país, con un valor de 36.9 por mil. Se debe des- sustantivas mejoras en el indicador, aun cuando
tacar, en el caso contrario, el descenso de las tasas ha mejorado el índice en sus valores mínimos, si-
y las mejoras en el posicionamiento relativo del no que en el Nordeste los porcentajes de pobla-
oriente provincial en Chaco y de los departamen- ción sin algún tipo de cobertura en salud mues-
tos orientales en Corrientes. tran una mayoría de jurisdicciones con más de un
Definiendo intervalos ad hoc para la región, a 40%. Si en ocasión del censo de 2001, dos depar-
efectos de tratar de visualizar con mayor preci- tamentos de Formosa se ubicaban en la cima de
sión los cambios ocurridos, sorprende cómo – la escala de la falta de obra social (Bermejo y Ra-
aun cuando no descienden globalmente los va- món Lista), para el 2010, se agrega el departamen-
lores de las tasas (que se mantienen entre 7 y 40 to General Güemes en Chaco; es decir, estamos
por mil)– se manifiesta una “reorganización” es- hablando del corazón del Impenetrable profun-
pacial relativa con mejoras en el centro oeste y su- do, como se lo llama en la actualidad. En cuan-
roeste de Chaco, en tanto se deteriora la situación to al posicionamiento relativo en el contexto ge-
en el extremo occidental de Formosa –la planicie neral, nada se ha solucionado, persistiendo muy
mayoritariamente aborigen del Pilcomayo–, o se claramente el patrón de distribución espacial que
mantienen o empeoran condiciones en el área de señala la mayor afectación en sectores con mayor
minifundios de Corrientes. Al margen de las men- economía informal y poblaciones criollas y aborí-
cionadas situaciones que revisten la mayor grave- genes o del campesinado minifundista.
dad y que deben llamar particularmente la aten- Al cambiar la escala de trabajo hacia las jurisdic-
ción, el resto de las comarcas tienden a registrar ciones administrativas del espacio regional nor-
mejoras o mantienen sus posiciones relativas en deste, preocupa muy seriamente la falta de acer-
el contexto de la región. camiento a algún nivel de mejora en la situación,
aun cuando fuera menor. Observando la carto-
Proporción de población sin cobertura por obra social, grafía fundamentalmente en las provincias de la
plan de salud privado o mutual (mapas 18.3 y 18.4) planicie chaqueña, nada parece haber cambiado.
El predominio de jurisdicciones con indicadores
Respecto de la variable relativa a cobertura en sa- superiores al 60% de la población sin cobertura de
lud, fundamental para la inclusión en la socie- algún tipo en salud es predominante. Y todo ello
dad, la situación del Nordeste es seriamente preo- refiere, necesariamente, a las condiciones de gene-
cupante. No sólo a nivel nacional no se registran ración de empleo y calidad de él.

Mapa 18.3. Población sin obra social. NEA, 2001. Mapa 18.4. Población sin obra social. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de los Censos 2001 y 2010.


18 • El Nordeste 217

Porcentaje de población que reside en do los cortes naturales en los umbrales de la carto-
hogares sin retrete (mapas 18.5 y 18.6) grafía dificulten su apreciación a primera vista. El
indicador muestra una disminución de la pobla-
Primero debe indicarse que a nivel nacional esta va- ción en hogares sin retrete, a la mitad, con lo que
riable muestra una mejoría muy importante, como ello conlleva en cuanto a mejorar las condiciones
asimismo en la región que nos ocupa, aun cuan- de salud de la población. Los valores cambian de

Mapa 18.5. Población en hogares sin retrete. NEA, 2001. Mapa 18.6. Población en hogares sin retrete. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de los Censos 2001 y 2010.

Mapa 18.7. Población en hogares hacinados. NEA, 2001. Mapa 18.8. Población en hogares hacinados. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de los Censos 2001 y 2010.


218 V • Análisis regional

un 97% a menos de la mitad como umbral de máxi- tuales como en su expresión territorial. Los umbra-
ma y se reducen también en el umbral de mínima. les máximos y mínimos para ambas fechas censales
De todas maneras, el posicionamiento general de varían escasamente entre 85/86 en el nivel mayor
nuestra región en el contexto nacional no ha cam- de porcentaje de población en hogares con hacina-
biado y nuevamente los departamentos Ramón miento a 22/27 en el extremo de las mejores con-
Lista y Bermejo en Formosa lideran el rango nacio- diciones. Esto señala claramente la persistencia del
nal del deterioro para ambas situaciones censales. problema habitacional en la región que no logra,
Hacia el interior de la región, los umbrales pro- a esta fecha, soluciones de importancia sustantiva.
pios de cada fecha censal, muestran positivamen-
te el cambio alcanzado, pero aún así muestran la Porcentaje de población de 15 años y más que ya no
persistencia de aquellos espacios que, como siem- asiste a la escuela y con nivel de instrucción alcanzado
pre, continúan siendo los de mayor retraso. menor a primaria completa (mapas 18.9 y 18.10)

Porcentaje de población en hogares hacinados, con Este indicador muestra una mejoría relativa en
más de dos personas por cuarto (mapas 18.7 y 18.8) cuanto a los valores en el nivel nacional, particu-
larmente en el descenso de los niveles en ambas
A diferencia de la variable anterior, las mejorías puntas de la escala, pero no se ha modificado para
señaladas por el indicador prácticamente son nada la participación de la situación del Nordeste
inexistentes, tanto en el nivel nacional, como en en dicho contexto. La región continúa presentan-
el de la región Nordeste. Y, además, Formosa en do los peores índices, encabezando la escala tanto
2001 participaba con tres de los departamentos en 2001 (con Ramón Lista y Bermejo en Formosa
(Ramón Lista, Bermejo y Matacos) peor posicio- entre las cinco jurisdicciones peor posicionadas),
nados en el ranking nacional, acompañados por como en 2010 cuando encontramos en la cima de
el departamento San Miguel en Corrientes. Es- la escala al departamento San Pedro en Misiones
ta situación se mantiene para 2010 con el único y luego se registran en el rango de mayores valores
cambio de que Matacos ya no se encuentra entre el departamento 25 de Mayo de la misma provin-
los de peores condiciones de falta de bienestar. cia y el infaltable Bermejo de Formosa.
Enfocando el sector nordeste de la región, la si- Viendo la variación de la situación en la región,
tuación se mantiene, tanto en los valores porcen- se observa que se repite lo que sucede en el nivel

Mapa 18.9. Población con instrucción Mapa 18.10. Población con instrucción
menor que primaria. NEA, 2001. menor que primaria. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de los Censos 2001 y 2010.


18 • El Nordeste 219

nacional: mejoran los porcentajes de población Índice de calidad de vida y bienestar


con bajo nivel de instrucción formal, tanto en el (mapas 18.13 y 18.14)
umbral mínimo como en el de máxima, pero no
se ha logrado incidir sustancialmente en un com- Ya se trata de un indicador sintético que com-
portamiento espacial más igualitario. Se debe en- prende muchas otras dimensiones más allá de
tender, de todas maneras, que no es una situación la dimensión socioeconómica que venimos deta-
de modificación en el corto plazo y que requiere llando en forma más particularizada. Los avances
políticas continuadas y persistentes, ya que se re- registrados son relativos, el indicador se mantiene
fiere a población que debe haber permanecido al de un período al otro sin grandes variaciones en-
menos siete años en el sistema educativo formal. tre un valor mínimo de 2.74 a un máximo de 8.84.
Efectivamente, el Nordeste se encuentra siempre
Porcentaje de población de 15 años y más que ya no mayoritariamente en los dos umbrales o interva-
asiste a la escuela y con nivel de instrucción alcanzado los indicadores de mayores falencias. Así, si para
universitario completo (mapas 18.11 y 18.12) 2001 Ramón Lista y Bermejo en Formosa se ubi-
caban entre los cinco departamentos peor posi-
Se registran mejorías en esta condición en los va- cionados, encabezando la escala, lo mismo sucede
lores nacionales, aun cuando no se aproximen a para 2010 y se agrega el departamento Matacos,
los indicadores óptimos para una sociedad desa- también de Formosa. El Nordeste sigue ubicán-
rrollada. También podrían reconocerse logros en dose en la posición de mayores carencias en la me-
la región que nos ocupa, que de todas maneras se dición regional (Velázquez et al. 2014, cuadro 6.2).
encuentra lejos de las condiciones mostradas, por Cuando variamos los umbrales, tomando única-
ejemplo, por la región centro y la región pampea- mente los valores regionales en sus cortes estadís-
na del país. ticos naturales, es sugestivo comprobar el com-
No se perciben mayores cambios ni en los valo- portamiento espacial registrado. En el interior del
res ni en representación espacial. La incidencia de espacio regional y tomando los cuatro umbrales
la instrucción superior es todavía no todo lo im- como situación “mejor”, buena”, “regular” y “ma-
portante que debiera ser; y es notoria la afectación la”, se comprueba una interesante disminución
sólo a las áreas cercanas a los centros de educa- de representatividad espacial de la última condi-
ción universitaria. ción, que queda limitada para el 2010 a los tra-

Mapa 18.11. Población con instrucción Mapa 18.12. Población con instrucción
universitaria completa. NEA, 2001. universitaria completa. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de los Censos 2001 y 2010.


220 V • Análisis regional

Mapa 18.13. Índice de calidad de vida. NEA, 2001. Mapa 18.14. Índice de calidad de vida. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de ICA, DEIS y Censos 2001 y 2010.

dicionales departamentos Bermejo y Ramón Lis- torial político y socioeconómico en la región y


ta de Formosa, con un cambio importante en to- permitió comprender que detrás de las cifras para
do el centro y oeste del Chaco y centro y suroeste un momento dado, se encontraba un devenir que
de Corrientes. Consecuentemente, las mejorías se permitía reconocer y denominar los espacios reco-
muestran en el borde oriental fluvial de la planicie nocidos en nuestra región como cuatro de los seis
chaqueña, correspondiente al corredor fluvial Pa- espacios que se manifestaron como los “núcleos
raguay - Paraná, en el valle del Paraná en Misiones duros de pobreza” en el Norte Grande Argentino
y en toda la mitad oriental de Corrientes. Es cons- con nombres que individualizaran su historias: el
tante el liderazgo de los departamentos que alo- “viejo corazón aborigen del Gran Chaco”, el “Cha-
jan a las ciudades capitales provinciales y las ma- co algodonero”, el área de “esteros y campesinos
yores concentraciones de población urbana. de Corrientes” y la “meseta indígena de Misiones”.
La representación cartográfica de dichos espa-
Los cambios en los “núcleos duros cios pone en evidencia no sólo una mejoría, aún
de pobreza” en el Nordeste débil, en el valor del umbral máximo del índice
de calidad de vida en estos núcleos, que supera la
Al inicio de esta presentación expresamos nues- mitad del valor máximo registrado en el nivel na-
tro interés en realizar el seguimiento del índice de cional, sino que se muestra la positiva transfor-
calidad de vida para los departamentos de la re- mación ocurrida en el área de los esteros y el cam-
gión Nordeste, que en ocasión del censo nacional pesinado en Corrientes y en el Impenetrable en la
de población y viviendas del año 2001, y en el es- provincia del Chaco, así como en el departamen-
tudio que realizáramos sobre las condiciones de to Matacos de Formosa.
pobreza en el norte de nuestro país en particular, Por el contrario, el mismo Impenetrable profundo
fueron reconocidos como los “núcleos duros” de en el oeste de Formosa continúa con los peores nive-
la pobreza en el Norte Grande Argentino, no so- les en cuanto a la calidad de vida y bienestar que toda
lamente por la persistencia en el tiempo, sino por sociedad debe alcanzar y hacia lo que deben focali-
los valores alcanzados en los años de reestructura- zar todas las políticas de crecimiento genuino en to-
ción económica, particularmente de la última dé- dos los niveles de planificación y ejecución: nacional,
cada del siglo XX. (Bolsi y Paolasso 2009). provincial, local, público, privado, comunitario, etc.
Dicho estudio, centrado en los valores estadísti- A modo de cierre, reiteramos que el seguimiento
cos del año 2001, representaba el análisis del his- realizado al indicador sintético de calidad de vida
18 • El Nordeste 221

y bienestar y sus variables componentes en el Nor- do. Es posible pensar, entonces, que las socieda-
deste argentino para 2001 y 2010 provoca la im- des que componen la región se encuentran en el
presión de que las condiciones generales y algu- inicio de nuevas expectativas, seguramente alen-
nas de las específicas están en un camino de lenta tadoras, en la búsqueda de cambios positivos res-
mejora en estos últimos años, posteriores al úl- pecto de las extremas carencias de bienestar y cali-
timo recuento censal, con el que hemos trabaja- dad aún presentes.

Mapa 18.15. Núcleos duros de pobreza.

Fuente: Bolsi y Paolasso 2009.

Mapa 18.16. Índice de calidad de vida. Mapa 18.17. Índice de calidad de vida.
Núcleos duros de pobreza. NEA, 2001. Núcleos duros de pobreza. NEA, 2010.

Fuente: elaboración personal.


19

LA REGIÓN DE CUYO


Carolina Beceyro
Rosana Castillo
Jorge Pickenhayn
Ricardo Villavicencio

CUESTIONES DE ABORDAJE en la que se descuida el principio de continuidad


subregional. Finalmente, la región plan del CO-
La definición de un espacio regional y su consi- NADE (Decreto Ley 1.907/1967) remite a los lími-
guiente demarcación subregional en Cuyo pre- tes de dos provincias y descuida totalmente la pre-
senta algunos problemas teóricos. Esto se debe, sencia de espacios puntanos, de profunda historia
en primer término, a la condición histórica que cuyana. Existe una configuración aún más anti-
caracteriza a este espacio. Los criterios geográfi- gua (Rohmeder 1943) que ya incluía el criterio,
cos de delimitación, a menudo, colisionan con las muchas veces aplicado de allí en delante, de consi-
regiones históricas y esto se hace visible cuando derar cuyanas las provincias de San Juan, Mendo-
se pretende hacerlas operacionales. Aquí se ponen za y San Luis en totalidad.
en evidencia cuestiones de jurisdicción (departa- A fin de trabajar con la aplicación de variables de
mental y aún provincial) necesarias para el diag- calidad de vida, entendemos que será adecuado –
nóstico y la aplicación. aún aceptando la existencia del conflicto mencio-
Partimos del criterio generalmente aceptado de nado– considerar un límite general que repita la
que una región es un espacio geográfico dotado caracterización de Rohmeder. De esta forma, se
de cohesión y, consecuentemente, de límites. De- pueden adoptar los principales elementos históri-
be poseer continuidad territorial y permanencia cos que dan fundamento a Cuyo. Esto permite de-
en el tiempo. Llevados estos rasgos generales al ca- sarrollar los aspectos de diagnóstico, toda vez que
so cuyano, se observa que hay un conflicto meto- los datos están casi siempre referenciados a estos
dológico en la relación de cohesión y continuidad límites estatales.
territorial. En efecto, el espacio se estructura fun- Respecto de la subregionalización, se buscó
cionalmente a partir de la organización del terri- mantener la cohesión a partir de un doble crite-
torio en grandes oasis. Sin embargo, estos com- rio: continuidad espacial y jerarquía funcional.
plejos (que además, como en los casos de San Juan Por ello, se reúnen en unidades continuas ámbi-
y Mendoza, coinciden con los centros administra- tos como los grandes oasis de piedemonte, los oa-
tivos) no tienen una continuidad clara porque se sis cordilleranos o los espacios dominantes del
insertan en espacios intersticiales de escasa po- norte de San Luis, separándoselos, a su vez, en es-
tencia funcional. pacios dotados de funcionalidad propia (Jáchal,
Esta ambigüedad fue tratada de distintos mo- San Juan, Mendoza, San Rafael, en un caso; Ba-
dos por autores clásicos (cfr. Rey Balmaceda 1972, rreal, Rodeo, Uspallata, en otro; San Luis, Villa
p. 85 a 110 et passim). Federico Daus (1969), por Mercedes, en último caso).
ejemplo, establece una región que se independi- En muchos casos, los factores de unión territorial
za de los límites provinciales. Mariano Zamo- de subregiones son elementos de conexión (parti-
rano (1971), además, recurre a una clasificación cularmente, las rutas más importantes). En cuan-
224 V • Análisis regional

to a los límites internos, se trasciende a menudo demos adentrarnos, ahora sí, en una caracteriza-
las jurisdicciones departamentales, dando lugar a ción general de la región cuyana.
un último ajuste a realizarse con los datos de ca- Cuyo –País del Arenal, según una dudosa etimo-
lidad de vida, que sí se refieren a esta subdivisión. logía quechua– vincula, desde sus rasgos primige-
Esta forma de delimitación espacial se realiza nios, aspectos climáticos y geomorfológicos defi-
en concordancia con los objetivos de la presente nidos por el desierto y su impronta en relieves de
obra, que pretende relacionar la región y sus su- alto contraste, como montañas, valles y bolsones.
bunidades con los datos actuales de calidad de vi- La presencia de ríos alóctonos de régimen nival
da, entendida ésta como expresión de aquellas va- configura espacios relativamente reducidos (apro-
riables que permiten valorar las condiciones en ximadamente el 3 por ciento en las provincias de
que los hombres se desenvuelven en su hábitat. San Juan y Mendoza) con posibilidades de riego
El procedimiento presenta un moderado proble- artificial. Allí se emplazan los oasis, que permiten
ma de aplicación del método, generado por las ca- el desarrollo de agronegocios como la vitivinicul-
racterísticas intrínsecas de Cuyo, un espacio pre- tura y el emplazamiento de las principales ciuda-
dominantemente árido en el que se inscriben uni- des. En San Luis, en cambio, comienza a notarse
dades de hábitat concentrado rodeadas de tierras una transfiguración hacia la llanura con relieves
yermas, a menudo correspondientes a los domi- que “se levantan en las pampas como islas en el
nios de las montañas, quebradas y bolsones, prác- mar” –así definió Alfred Stelzner (1876) a las Sie-
ticamente deshabitadas. Por este motivo, la ma- rras Pampeanas–. De este modo, hay un progresi-
yoría de las subregiones expresa esta característi- vo cambio desde los contrafuertes andinos del lí-
ca de hábitat agrupado, con lazos definidos por la mite con Chile, hacia el sistema serrano oriental,
geomorfología y la hidrografía, que se consolida- donde predominan planicies semiáridas, valles de
ron a través de la historia. pasturas como Concarán y Conlara y pampas se-
Tal vez la excepción es la que cubre las princi- cas de explotación agrícola.
pales concentraciones: en ellas, la funcionalidad El rasgo común de este escalonamiento de am-
de cada oasis genera una compleja condición po- bientes está dado por la ocupación humana y una
licéntrica, donde coexisten unidades de distintas identidad regional definida, que está presente en
jerarquías (Mendoza y Tulum junto con otros oa- los géneros de vida y en sus manifestaciones cul-
sis de piedemonte, como San Rafael y Jáchal, o los turales, como el folklore. Así lo justificaba el cita-
de cordillera, como Rodeo, Iglesia, Calingasta, Ba- do Rohmeder cuando argumentaba su inclusión
rreal y Uspallata). Si esta gran unidad se dividie- de las tres provincias: “Engarzada en la Alta Cor-
ra, respondiendo a un criterio purista de jerarquía dillera, hacia el este sus condiciones van quedan-
funcional, se perdería la posibilidad de establecer do fuera del alcance regional; se define como con-
correlaciones de un orden más generalizado. junto a través de una sólida historia común y por
Cuando se toman en cuenta las divisiones admi- la estrecha individualidad que la caracteriza en-
nistrativas (y aún censales), se hace presente otro tre los diferentes tipos paisajísticos argentinos“
problema, que afecta nuevamente a los espacios (Ibid. p. 242).
poco poblados, y es que las divisiones creadas con Con más de 10.000 años de presencia humana,
propósito de ocupación territorial y de gestión Cuyo recibió dos procesos de dominación exter-
descartan todo espacio vacío, anecuménico. Pue- na en pocas décadas: primero la colonización del
den citarse, como ejemplo, los departamentos de imperio incaico y luego la hispánica. Este proceso,
Pocito o Rawson, en San Juan o de Tunuyán o La- ocurrido hace cinco siglos, cambió rotundamente
valle en Mendoza. En estos municipios se balancea tanto el género como la calidad de vida de sus ha-
un área poblada con montañas o desiertos. Cuan- bitantes, inicialmente relacionados con la caza y
do los datos se llevan de las planillas al mapa, apa- la recolección, a la que se sumó la posesión de una
recen coloreadas las tierras yermas con los atribu- agricultura bajo riego incipiente. También se im-
tos de las poblaciones contiguas que, a pesar de puso, no sin conflictos y migraciones forzosas, la
ocupar mínimo territorio, prevalecen sobre sus actividad minera. La demanda de ganados mula-
entornos deshabitados. res y vacunos para responder a las exigencias del
colono español, particularmente en Chile y el Al-
CARACTERIZACIÓN GENERAL to Perú, produjo un nuevo viraje en las modali-
dades de producción. También este estilo se fue
Realizadas estas consideraciones previas que re- extinguiendo a favor de actividades diferentes,
flejan los principales problemas de abordaje, po- como la vitivinicultura, la olivicultura y otras for-
19 • La región de Cuyo 225

mas de fruticultura adaptadas al riego. Ya cerca de de Mendoza otorgó poderes de ocupación a su


nuestro presente, la minería produjo cambios es- lugarteniente Pedro del Castillo. Esto ocurría en
tructurales en la economía en rubros como el pe- 1560, cuando el rey Felipe II ya otorgara nuevo
tróleo y el oro. La actividad turística completa hoy nombramiento al propio Villagra. Por eso, la fun-
un panorama de diversificación que tiene varian- dación de la ciudad llamada a ser el centro polí-
tes en cada provincia. tico y logístico de Cuyo, resultó apresurada y ter-
Sin embargo, la matriz cohesionante debe bus- minó desmantelándose, a pesar de que mantuvo
carse en una historia forjada por pueblos con un el nombre de su depuesto mentor: Mendoza, co-
destino común –mendocinos, sanjuaninos y pun- mo la bautizara del Castillo. El nombre circuns-
tanos, a veces enfrentados; otras, socios– modela- tancial fue Ciudad de la Resurrección, Provincia de
dos por la intervención de factores como los mer- los Huarpes. En su reubicación y otorgamiento de
cados, las influencias políticas y hasta las creencias. mercedes reales para los nuevos “concesionarios”,
En este pasado común resulta destacable el hecho intervino el comisionado Juan Jufré. Había trans-
de que los cambios morfológicos seculares fueron currido justo un año (2 de marzo de 1561 al 28 de
muy pocos y que, consecuentemente, la adapta- marzo de 1562). Luego, antes de los tres meses, Ju-
ción humana a la biota no requirió grandes varian- fré creó San Juan de la Frontera el 13 de junio en el
tes de actitud. “Hace aproximadamente 5.000 años valle de Tulum (entonces conocido como de Ca-
y hasta el presente solamente los habituales ciclos ria o Tucma). Su descendiente, Luis Jofre de Loay-
de sequía han alterado ligeramente la vida” (1976) sa y Meneses fundó San Luis 32 años más tarde.
destacaba el investigador Mariano Gambier. En este lapso, el de una generación, la existencia
En este ambiente razonablemente estable, los de las poblaciones fue muy endeble. Podría decir-
procesos de ocupación humana registraron una se que sólo las justificaban las mercedes otorgadas
sucesión cultural que, aún a pesar de algunos pro- a unos pocos colonos y, especialmente, los dere-
cesos locales, se repite para la prehistoria y proto- chos complementarios de reunir indios en enco-
historia del territorio en las tres provincias. mienda para trasladarlos a Chile. Esta condición
En síntesis, se pasó desde una etapa cazadora-re- de trastienda de Chile fue el factor cohesionante
colectora a otra agrícola que aprovechó quebra- que rigió entre la época de las fundaciones y la in-
das y valles. La búsqueda de metales como el oro y corporación de Cuyo al Virreinato del Río de la
la plata generó una nueva valorización de las tie- Plata en 1776. La funcionalidad de este triángulo
rras altas (ya no para ser usadas como atalaya pa- atribuía a Mendoza la condición de centro, a San
ra la caza sino como fuentes de mineral). Juan la de frontera (no con Chile sino con los pue-
En este escenario se produce la irrupción colo- blos hostiles del norte) y a San Luis la de puerta o
nizadora hispánica, sobreimpuesta a la previa do- virtual conexión con Córdoba, Santa Fe y Buenos
minación inca. La mediación espacial se produjo Aires (Pickenhayn 2002).
desde los dos polos de conquista del oeste: Chile, Sigue una extensa historia con rasgos distintivos
que pasó a ser el objetivo de Pedro de Valdivia, y y otros en común que no son motivo de este capí-
el Tucumán, meta fijada desde el Cuzco por Die- tulo. Tal vez merezcan particular mención tres as-
go de Rojas. pectos territoriales, tres pinceladas que responden
Como parte de los conflictos internos de prio- a la presencia histórica, organización y conexión
ridad por el dominio, se produce en 1551 el pri- regionales y que tienen peso singular en los rasgos
mer contacto con las tierras cuyanas, por obra de identidad de un hábitat que progresivamente
de un capitán de Pedro de Valdivia: Francisco de fue consolidando condiciones propias en materia
Villagra. Tras un largo derrotero por la quebra- de calidad de vida.
da de Humahuaca y el Tucumán –que relatan El primero de estos tres ejemplos elegidos se re-
las crónicas de Gerónimo de Bibar (1966), escri- fiere a la condición humana. Un grupo étnico, los
tas en 1558–, el conquistador ingresa a Cuyo des- huanacaches, asociados a un hábitat palustre, las
de el valle de Caramochica (hoy Calamuchita, unos lagunas homónimas, puede considerarse antece-
100 kilómetros al sudoeste de Córdoba) tocando dente en la región. En épocas anteriores a la cons-
el norte puntano en el valle del río Conlara, e in- trucción de las grandes obras hidráulicas de los
gresando desde allí en tierras de Caria (San Juan) ríos Jáchal, San Juan, Mendoza, Tunuyán, Dia-
y Güentota (Mendoza) antes de cruzar al Pacífico mante y Atuel, las aguas de deshielo se concentra-
por el paso de La Cumbre. ban en un gran reservorio para canalizarse luego
La cruzada fundadora comenzó poco después, por el sistema del Bermejo - Desaguadero hacia el
cuando el gobernador de Chile García Hurtado río Colorado. En este ambiente se desarrollaron
226 V • Análisis regional

los huarpes (lenguas allentiac al norte y millcayac aceite, factibles de ser trasladados en toneles hacia
al sur) que definieron modos de vida que marca- los centros de mayor demanda, como Buenos Ai-
ron rasgos de comportamiento comunes a las tres res. Estos condicionantes definieron un género de
provincias. vida en el que las posibilidades de satisfacción de
Antes de la llegada del ferrocarril, otro elemen- las necesidades básicas se cifraron en la relación
to ligó los destinos de Cuyo durante muchos directa de los hombres con su entorno.
años. Nos referimos a las antiguas plazas de reu- En este marco cundió la vitivinicultura, parti-
nión destinadas a movilizar las producciones co- cularmente beneficiada por las vertientes cordi-
merciales. Las ejemplificamos con un asentamien- lleranas y favorecida por la posibilidad de trasla-
to de antigua prosapia: la localidad de Villa Mer- dar el producto a gran distancia sin peligro de de-
cedes. Esta primitiva posta, que luego fue fortín, gradación. Los sitios de explotación, aún cuando
concentraba, gracias a su privilegiada posición estaban aislados, reunían condiciones de una vi-
oriental, la circulación de mercancías y pasajeros da con calidad porque todos los bienes necesarios
con el puerto de Buenos Aires. Este atributo se para subsistir se producían allí mismo. La clave
fortaleció desde fines del siglo XIX porque las vías fue la explotación del recurso hídrico, cualidad
del ferrocarril cuyano se vieron demoradas allí que se fue heredando de grupo en grupo, desde
por un amplio lapso, lo que favoreció la continui- tiempos inmemoriales. Los pueblos originarios
dad de sistemas de transbordo en carros que cons- practicaron sistemas para conducir el agua desde
tituyeron por más de cinco décadas el factor prin- hace más de tres milenios y esta innovación pasó
cipal de conexión entre las tres provincias y el fac- a los huarpes. Los conquistadores no tuvieron más
tótum de una condición cuyana de nuevo cuño. que aprovecharla “e irla ampliando a medida que
El tercero está representado por el fortaleci- incorporaban más tierras de labranza y chacras”
miento del eje Atlántico – Pacífico entre Buenos (Piña 2014, p. 26). Éste fue, integralmente, el fun-
Aires y Valparaíso expresado históricamente por damento de las aspiraciones de los cuyanos por
la ruta nacional nº 7 y el ferrocarril, activados por mejores condiciones de existencia, mayor como-
el sistema internacional de rieles, carretera y túne- didad y mejores expectativas de progreso.
les Libertadores - Cristo Redentor, que en el pre- Las sucesivas crisis que marcaron a la pobla-
sente vuelve a activarse. Este eje confirió a Cuyo ción motivaron cambios en las prácticas indus-
un peso histórico hacia el exterior, vinculando la triales, esfuerzos de especialización y diversifica-
región con los dos océanos. Es la vía abierta que ción y nuevas formas de ordenación del territo-
otorga al sistema local una proyección global de rio que condujeron al paisaje actual, resultante de
alta significación. una larga historia.
Respecto de la calidad de vida, puede decirse que
los rasgos más específicos, que se analizan por se- SUBREGIONES DEL ESPACIO CUYANO
parado, llevan una marca común definida por la
disponibilidad hídrica y las distancias, generado- Las tres provincias cuyanas se encuentran en la
ras de sistemas de riego la primera y de travesías la diagonal árida sudamericana, hecho que ha va-
segunda. También influyen las distintas políticas lorizado la disponibilidad de agua en el asenta-
implementadas por los tres estados componen- miento de la población, que se concentra en los
tes, hecho que además tiene sus raíces históricas oasis, en el caso de Mendoza y San Juan, y al pie de
fundadas en el aislamiento de los primeros pobla- las sierras, en el caso de San Luis. Estos espacios
mientos hispánicos. concentran más del 90% de la población en tan so-
Los primitivos establecimientos económicos lo el 4% del territorio.
debían resolver internamente todos sus proble- La alta concentración de la población en espa-
mas de supervivencia, así como las dificultades de cios tan reducidos es un fenómeno que se repi-
traslado con vistas a la comercialización en mer- te en toda la región de Cuyo. Algo similar ocu-
cados externos. En estas primeras épocas –siglos rre en la provincia de San Luis donde los sectores
XVII a XIX– proliferaban los molinos para abastecer más poblados se localizan al norte de la provin-
de harina a los pobladores, las grandes herrerías cia; allí los habitantes prefieren la proximidad de
y aserraderos, para responder a las exigencias lo- las sierras antes que las depresiones centrales se-
cales, y una incipiente actividad frutihortícola de cas y sin ríos.
tambos y mataderos, necesaria para abastecer el Las principales ciudades cuyanas presentan un
consumo. Las ganancias provenían de la explota- plano en damero con una plaza central y manza-
ción de artículos no perecederos, como el vino y el nas aledañas que agrupan las actividades comer-
19 • La región de Cuyo 227

ciales y de servicios. Entre ellas podemos establecer disponibilidad de agua siguen siendo los que
una jerarquía partiendo de un primer orden que agrupan a la población, los servicios y las activida-
incluye las ciudades de más de 90.000 habitantes des económicas, mientras que el resto de las loca-
–Mendoza, San Juan, San Luis, San Rafael, Villa lidades se articulan en función de las grandes ciu-
Mercedes–; un segundo orden compuesto por las dades, ya que las vías de comunicación están or-
ciudades que tienen entre 10.000 y 90.000 habitan- ganizadas en función de tal jerarquía (mapa 19.1).
tes, entre las que se destacan Maipú, Luján de Cu- La provisión de servicios básicos para la pobla-
yo, Santa Lucía, Villa Aberastain, Merlo y San Jo- ción está en función de la jerarquía mencionada,
sé de Jáchal, entre otras. El tercer orden lo confor- ya que las ciudades más grandes tienen una mejor
man las ciudades de menos de 10.000 habitantes. provisión de servicios básicos, como así también
Las ciudades con menos de 10.000 habitantes servicios educativos y de salud. Estos disminuyen
se encuentran en los oasis menores de la periferia e incluso no existen en los poblados de menos de
asociados a un modo de vida rural, en el que pre- 10.000 habitantes.
dominan las actividades ganaderas, mineras o de En función de lo expuesto, la región de Cuyo
agricultura de subsistencia. Otra característica de presenta un extremada concentración de pobla-
estas ciudades es que por lo general se encuentran ción y servicios y actividades económicas en un
en espacios de transición entre las principales ciu- pequeña parte de su extensión, quedando el res-
dades, por ello se engarzan con las principales vías to de su territorio como espacio de tránsito entre
de comunicación intra e interregional. las grandes ciudades o como pequeños oasis cuya
Estos tres órdenes permiten configurar una je- producción está supeditada a las necesidades de
rarquía regional definida, donde los espacios con los oasis mayores.

Mapa 19.1. Jerarquía urbana de la región de Cuyo.

Fuente: elaboración personal sobre la base de la matriz cartográfica del Instituto Geográfico Nacional.
228 V • Análisis regional

Como se afirmó previamente, el espacio de la re- 1. Oasis


gión de Cuyo se estructura funcionalmente a par- Un límite envolvente encierra los principales
tir de la organización territorial en grandes oasis oasis de cordillera y precordillera. En estos espa-
de regadío, conectados entre sí por importantes cios se concentran las actividades agro-industria-
vías de comunicación. Pero, entre ellos, existen ex- les asistidas por riego de San Juan y Mendoza y
tensos espacios intersticiales, muchas veces salpi- sus correspondientes centros urbanos de primera
cados por puestos ganaderos y por pequeños po- magnitud jerárquica.
blados o aglomeraciones de tamaño intermedio,
2. Eje puntano
cada uno con su propia dinámica, vinculados a
los grandes oasis por relaciones funcionales, pero Fue tradicionalmente el corredor de la “Puerta
aislados geográficamente. de Cuyo”. Contiene el eje de circulación este-oes-
La organización territorial de la región Cuyo en te donde se desarrollan las ciudades de San Luis y
grandes oasis que concentran, por un lado, la po- Villa Mercedes.
blación, los servicios y las actividades económicas 3. Minera norte
y, por otro lado, grandes extensiones territoriales Espacios cordilleranos y precordilleranos de
con escasa o nula población, implican profundas muy baja densidad de población pero con impor-
diferencias entre ambos espacios. Una manera de tantes explotaciones de minerales metalíferos y
interpretarlas es a través del análisis de la calidad no metalíferos. Se extiende desde San Juan hasta
de vida que tiene la población en espacios tan di- el norte de Mendoza.
ferentes.
La calidad de vida de la población puede me- 4. Minera sur
dirse contemplando múltiples variables y, tal co- Continuación de la subregión anterior hacia el
mo afirman Velázquez, Mikkelsen, Linares y Ce- centro y sur de Mendoza. Incluye, además, parte
lemín (2014), la elección de la escala de análisis de los yacimientos de hidrocarburos de esta pro-
y el recorte territorial realizado se vinculan con vincia.
un problema metodológico que es importante te- 5. Travesía
ner en cuenta. Los autores citados mencionan el
Fue históricamente un espacio de tránsito –de
Problema de la Unidad Espacial Modificable (PUEM)
allí su nombre– consagrado a vincular los oasis
en relación a la división del territorio y los agru-
con el eje puntano y, a través suyo, con Córdoba y
pamientos que se realizan: estos no son neutros
Buenos Aires.
y pueden enmascarar desigualdades por el hecho
de agrupar sociedades y espacios heterogéneos. 6. Valle Fértil
Por este motivo, el análisis del índice de calidad Subregión semipampeana de transfiguración
de vida en Cuyo se realizó contemplando este pro- con el centro del país. Sus características forma-
blema metodológico. En consecuencia, se consi- les la asemejan mucho con los llanos riojanos y el
deraron dos escalas de análisis: oeste cordobés.
• Escala subregional: definida sobre la base del 7. Serranías
doble criterio de continuidad espacial y jerar- Situada al norte de la provincia de San Luis, su
quía funcional que permitió construir y deli- morfología ondulada con un balance hídrico fa-
mitar nueve subregiones. En esta escala se con- vorable hacen de esta subregión una atracción tu-
sideraron las variables seleccionadas, disponi- rística con microclimas muy favorables.
bles a partir de las unidades administrativas
departamentales. 8. Pastoril
• Escala intrasubregional: definida a partir de Espacio de ganadería extensiva que tiene escasas
las diferencias internas dentro de cada una de o nulas posibilidades de riego artificial y que se ar-
las subregiones y de las continuidades espacia- ticula con áreas de secano al este (La Pampa) y de
les, en algunos aspectos, entre diversas subre- transhumancia al oeste.
giones. En este caso, la heterogeneidad territo- 9. Payunia
rial presente en cada delimitación regional o Ambiente de génesis volcánica, sus rasgos geo-
subregional construida pone de manifiesto el gráficos lo asemejan a la Patagonia septentrional
PUEM. de Neuquén. Fue un área de explotación petrolí-
Las nueve subregiones establecidas (mapa 19.2) fera cuya producción se redujo sensiblemente en
son: las últimas décadas.
19 • La región de Cuyo 229

Mapa 19.2. Subregiones de la región de Cuyo.

Fuente: elaboración personal sobre la base del Atlas Socioeconómico de la Provincia de San Juan 2010.

SINGULARIDADES SUBREGIONALES población con nivel universitario completo se en-


cuentran en las subregiones Eje Puntano y Oasis
Dimensión educación (mapa 19.4).
El análisis de ambas variables muestra que las
Respecto de esta dimensión, se consideró la po- subregiones con mayores porcentajes de pobla-
blación con nivel de instrucción menor que pri- ción con un nivel educativo menor que primario
mario completo y con universitario completo. tienen los menores porcentajes de población con
La población con instrucción menor que prima- nivel educativo universitario completo. Esto se
rio completo presenta una mayor proporción en corresponde con las subregiones Pastoril, Trave-
las subregiones Pastoril, Travesía, Serranías y Va- sía, Serranías y Valle Fértil, alejadas de los grandes
lle Fértil; en un segundo escalón, se encuentran centros poblados, donde se encuentran la mayor
las subregiones Minera Sur y Payunia. Por último, cantidad de establecimientos educativos de nivel
en una mejor situación se encuentran las subre- primario y universitario.
giones Eje Puntano, Minera Norte y Oasis (ma- En contraparte, las subregiones como Eje Pun-
pa 19.3). tano y Oasis, que presentan bajos porcentajes de
En el caso de la población con nivel universitario población con un nivel educativo menor que pri-
completo, los menores porcentajes corresponden mario completo, tienen los mayores porcentajes
a las subregiones de Travesía, Serranías, Valle Fér- de población con un nivel universitario completo,
til, Pastoril y Minera Norte. En un segundo blo- producto de la mayor oferta educativa en todos los
que, se encuentran las subregiones Payunia y Mi- niveles que se presenta en estas subregiones don-
nera Sur; mientras que los mayores porcentajes de de se encuentran las principales ciudades cuyanas.
230 V • Análisis regional

Mapa 19.3. Porcentaje de población con nivel de Mapa 19.4. Porcentaje de población con nivel de
instrucción menor que primario completo. Cuyo, 2010. instrucción universitario completo. Cuyo, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010.

Mapa 19.5. Tasa de mortalidad infantil Mapa 19.6. Porcentaje de población


del trienio 2009-2011. Cuyo, 2010. sin obra social. Cuyo, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010.
19 • La región de Cuyo 231

La subregión Minera Norte presenta una pecu- Valle Fértil y Serranías tienen un comportamien-
liaridad, ya que muestra bajos porcentajes de po- to idéntico, ya que presentan la peor situación de
blación con instrucción menor primaria comple- la región en cuanto a los porcentajes de población
ta, similares a los presentes en las subregiones sin obra social y, por el contrario, las más bajas ta-
Eje Puntano y Oasis, y también presenta bajos sas de mortalidad infantil.
porcentajes de población con universitario com-
pleto. Esta situación se explica por la presencia Dimensión vivienda
de grandes establecimientos (principalmente de
explotación aurífera) que exigen en sus emplea- En esta dimensión se analiza la población que re-
dos niveles educativos superiores al primario. side en hogares sin retrete y con hacinamiento en
Las oficinas centrales y toda su planta jerárqui- las subregiones de la región de Cuyo.
ca requiere, en cambio, niveles educativos uni- La población que reside en hogares hacinados
versitarios. Este personal por lo general no tra- muestra la situación más crítica en las subregio-
baja, o al menos no se registra, en las minas si- nes de Travesía, Valle Fértil y Minera Norte. En un
no en las oficinas centrales que se encuentran en segundo conjunto con porcentajes medios se en-
las ciudades. cuentran las subregiones del sur cuyano: Pastoril,
Payunia y Minera Sur, a las que se suma la subre-
Dimensión salud gión Serranías.
La mejor situación se presenta en las subregio-
Se analizan dos variables: la tasa de mortalidad nes de Oasis y Eje Puntano, que presentan los más
infantil del trienio 2009-2011 y el porcentaje de bajos porcentajes (mapa 19.7).
población sin obra social. En el caso de la morta- Estas mismas subregiones, Oasis y Eje puntano,
lidad infantil, las subregiones que presentan una muestran la mejor situación en cuanto a la pobla-
mejor situación (con las menores tasas) son: Se- ción que reside en hogares sin retrete. En el extre-
rranías, Valle Fértil y Oasis. El segundo escalón lo mo opuesto se encuentran las subregiones de Va-
ocupan las subregiones del sur cuyano: Pastoril, lle Fértil, Travesía, Serranías, Minera Sur y Payu-
Payunia y Minera Sur. nia con los más altos porcentajes. En el intervalo
La peor situación se manifiesta en las altas tasas se encuentran las subregiones Minera Norte y
de mortalidad infantil de las subregiones Eje Pun- Pastoril (mapa 19.8).
tano, Travesía y Minera Norte (mapa 19.5). En cuanto a la dimensión vivienda, las subre-
Respecto de la población sin obra social, las giones alejadas de las ciudades más pobladas
subregiones Eje Puntano y Oasis presentan los presentan menor acceso a viviendas con infraes-
menores porcentajes, afirmándose en una mejor tructura básica, manifestando elevados porcen-
posición que el resto de las subregiones. El segun- tajes de población con hacinamiento y hogares
do lugar lo ocupan las subregiones del sur y oes- sin retrete; en general, corresponden a espacios
te cuyano, es decir, Pastoril, Payunia, Minera Sur con poca población, de bajo nivel socioeconó-
y Norte. mico. Estos espacios de características de vi-
Las subregiones Travesía, Valle Fértil y Serra- da rural presentan hogares con alta natalidad
nías se encuentran en la peor situación con eleva- y escasos recursos que llevan a altos grados de
dos porcentajes de población sin obra social (ma- hacinamiento.
pa 19.6). Por el contrario, las subregiones donde se en-
En ambos casos se observa que la subregión Oa- cuentran las principales ciudades presentan un
sis se presenta en una mejor situación respecto mayor acceso a viviendas con infraestructura bá-
de las otras. La subregión Eje Puntano tiene un sica. Por otro lado, la natalidad es menor en los
comportamiento diferenciado, ya que, en contra- espacios urbanos, lo que repercute en el tama-
posición con sus altas tasas de mortalidad infan- ño de las familias y, por consiguiente, en el ha-
til, tiene bajos porcentajes de población sin obra cinamiento.
social.
Las subregiones del sur cuyano, Pastoril, Payu- Dimensión ambiental
nia, Minera Sur y Norte, tienen una situación me-
dia entre ambos casos. Por su parte, la subregión En el estudio de la dimensión ambiental se anali-
Travesía presenta la peor situación, ya que a las al- zan tres variables: recursos recreativos de base na-
tas tasas de mortalidad infantil se le suman altos tural, recursos recreativos socialmente construi-
porcentajes de población sin obra social. dos y problemas ambientales.
232 V • Análisis regional

Mapa 19.7. Porcentaje de población que reside Mapa 19.8. Porcentaje de población que
en hogares con hacinamiento. Cuyo, 2010. reside en hogares sin retrete. Cuyo, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2010.

Recursos recreativos de base natural bién un sector de médanos vivos llamado Altos
Limpios, de libre acceso) y el sitio Ramsar Lagu-
En primer lugar, se puede destacar que la región nas de Guanacache (destinado a la conservación
cuenta con una gran diversidad de recursos re- de humedales y especies de aves y peces).
creativos de base natural y que corresponden a: Las subregiones que corresponden a Minera Nor-
• Balnearios a orillas de ríos y diques. te, Minera Sur y Payunia presentan una situación
• Centros termales. favorable en el análisis de los recursos recreativos
• Nieve y hielo. de base natural, con una gran diversidad de ellos,
• Relieve. vinculados principalmente a la riqueza paisajísti-
• Espejos y cursos de agua. ca, ecológica y geomorfológica de la Cordillera de
• Parques, espacios verdes, ribera, costaneras o Los Andes, con la presencia de lagunas, aguas ter-
biomas destacados. males y la imponente cordillera y sus valles.
Es importante resaltar que la distribución de es- Debido a que en estas subregiones se encuentra
tos recursos de base natural es diferente en cada una diversidad de recursos recreativos de base na-
subregión. En este contexto, sobresalen las subre- tural, se analizan en detalle cada una de ellas.
giones Travesía y Pastoril con la presencia de po- En primer lugar, en la subregión Minera Nor-
cos recursos recreativos de base natural, presen- te uno de los recursos más importantes de la re-
tando sólo algunas formaciones del relieve como gión es el Parque Provincial Aconcagua, en el cual
la Sierra Pie de Palo y las Sierras de Valle Fértil se encuentran la base y los refugios para el ascen-
en San Juan. Por otro lado, pueden destacarse los so de los andinistas. En él existe una gran riqueza
siguientes parques o reservas: el Parque Nacional de origen natural: lagunas alimentadas por el des-
Sierra de las Quijadas (con formaciones geológi- hielo, morrenas, glaciares, especies vegetales y de
cas singulares y restos paleontológicos), la Reser- aves. El cóndor constituye una especie protegida
va Florística y Faunística Telteca (destinado a la característica de la zona.
protección del algarrobo y del águila dorada, en- En el extremo norte de la subregión, el Parque
tre otras especies. En su interior se encuentra tam- Nacional Reserva de Biósfera de San Guillermo
19 • La región de Cuyo 233

protege las especies vegetales y animales del mon- taca, en medio de este paisaje “lunar”, con colo-
te y cardonales de la prepuna, estepas altoandi- res que van desde el negro al morado, la presencia
nas y puneña. El cóndor, el guanaco y la vicuña se de animales –por ejemplo: piches (Zaedyus pichiy),
incluyen en la lista de especies protegidas, entre guanacos (Lama guanicoe), choiques (Rhea penna-
otras. Además, se encuentra el Parque Nacional El ta), liebres patagónicas (Dolichotis patagonum)– y
Leoncito, que posee excelentes características pa- especies vegetales propias de la región –como el
ra la astronomía, aprovechadas por los observato- coirón (Festuca gracillima), jarillas (género Larrea) y
rios Carlos Cesco y El Leoncito. minúsculas plantas efímeras con coloridas flores,
Por otro lado, en la subregión Minera Sur, el ce- de variados géneros)–.
rro del Plata y los volcanes Tupungato, Maipo (y En una situación intermedia con respecto al aná-
su imponente laguna al pie) y Sosneado –entre lisis de recursos recreativos de base natural, se en-
otros– constituyen atractivos para los turistas y cuentran las subregiones de Valle Fértil, Serranías,
los residentes locales. También, en el sudoeste de Eje Puntano y Oasis. En primer lugar, se destaca
esta subregión, atraen gran cantidad de población en la subregión Valle Fértil los atractivos turísti-
aquellos recursos relacionados con la presencia cos del Parque Natural Provincial Ischigualasto y
de geoformas de origen kárstico: lagunas (Laguna Reserva Natural, de notable valor paleontológico
de la Niña Encantada), dolinas (Pozo de las Áni- debido a que en el área se encontraron restos fó-
mas) y cavernas (Caverna de las Brujas). Se desta- siles de especies que vivieron hace más de 200 mi-
can, además, algunas geoformas de origen volcá- llones de años. Además, en este espacio la erosión
nico, como la colada El Infiernillo, en el valle de eólica y pluvial dibujó curiosas formas en el pai-
Los Molles, y otras formaciones como los Casti- saje rocoso, bautizadas por el ingenio popular co-
llos de Pincheira. mo El Hongo, La Esfinge o La Cancha de Bochas.
Con respecto a las riquezas ecológicas, la creación La población cercana, donde se concentra la hote-
de áreas de conservación natural se encuentra en lería regional, se emplaza contigua al Dique San
auge. Desde el extremo norte de esta subregión y Agustín, apto para la pesca del pejerrey.
hasta una distancia de 250 km hacia el sur, las áreas En tanto, las subregiones de las Serranías y Eje
naturales protegidas se presentan prácticamente Puntano (pertenecientes a la provincia de San
en forma continua: Parques Provinciales Cordón Luis) presentan un conjunto de recursos recrea-
del Plata y Tupungato, Reserva Manzano - Portillo tivos de base natural emplazados en las Sierras
de Piuquenes, Reserva Laguna del Diamante y Re- Puntanas, en el Valle de Conlara, y ambientes ter-
serva Laguna del Atuel. En ellas no sólo es posible males y de salinas.
realizar actividades como trekking y cabalgatas, sino Los lugares característicos que se destacan en las
también, avistamientos de fauna autóctona (cón- Sierras Puntanas son Potrero de los Funes (embal-
dor y guanacos, entre otras especies). se ubicado al norte de la ciudad de San Luis), El
Por último, la subregión de la Payunia presenta Volcán (zona de ríos y cascadas) y el balneario Sie-
un atractivo único en la región de Cuyo: la presen- te Cajones. En el Valle de Conlara se sitúa la ciu-
cia de los campos volcánicos Llancanelo y Payún dad de Merlo, de un marcado atractivo turístico,
Matrú, de reciente actividad cuaternaria. El pri- con la presencia de un microclima benigno. Tam-
mero se extiende por el norte de la subregión, in- bién en este valle se encuentra la Reserva de Papa-
cluyendo los volcanes El Trapal, Carapacho, El gayos que preserva una importante población de
Coral, Piedras Blancas y Malacara. En la zona de palmeras. En tanto, en el Eje Puntano, más espe-
transición con la llanura de Travesía, se encuentra cíficamente en el departamento de La Capital, se
la Reserva Provincial Faunística Laguna de Llan- encuentran aguas termales.
canelo, también declarada como sitio Ramsar por Por último, la subregión Oasis presenta una
su riqueza faunística. El segundo campo volcáni- gran diversidad ambiental, producto de la diná-
co, se extiende al sur del primero e incluye los vol- mica interacción entre la sociedad y el medio. El
canes Payún Matrú, Payún Liso, La Herradura, principal recurso de origen natural se vincula,
Santa María y Los Morados, entre otros. principalmente, con la valoración que la pobla-
También se encuentra en este campo volcáni- ción realiza sobre los cursos de agua.
co La pasarela (un hito turístico en donde el río En una región en donde la aridez es la caracte-
Grande atraviesa, encajonado, la colada de lava rística climática fundamental, el agua constituye
del Cerro Morado), el Escorial de la Media Luna un recurso de gran valor: las márgenes de los ríos
y las Pampas Negras (lugares en donde pueden se convierten en sitios recreativos durante la esta-
encontrarse bombas volcánicas y coladas. Se des- ción cálida. Esta situación se ve reflejada en la ac-
234 V • Análisis regional

Mapa 19.9. Recursos recreativos de Mapa 19.10. Recursos recreativos


base natural. Cuyo, 2010. socialmente construidos. Cuyo, 2010.

Fuente: Elaboración personal sobre la base de datos de Velázquez y Celemín 2013.

Mapa 19.11. Problemas ambientales. Cuyo, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Velázquez y Celemín 2013.


19 • La región de Cuyo 235

tividad que tienen los balnearios que se encuen- gios de piedra en los cuales los pastores y su gana-
tran en el Dique de Ullum en San Juan. Además do se protegen desde tiempos históricos.
los parques urbanos se convierten en sitios recrea- La última subregión con valores elevados corres-
tivos sumamente valorados por la población; por ponde a Oasis, en la que los recursos recreativos
ejemplo, los parques General San Martín en Men- socialmente construidos son numerosos y diver-
doza y el Parque de Mayo en San Juan. También sos. Se destacan aquellos vinculados al uso del
destacan en esta subregión los centros termales de agua (embalses), los de tipo residencial y religio-
La Laja en la provincia de San Juan (mapa 19.9). so, y aquellos testimonios históricos de la activi-
dad económica de la región: las bodegas. Muchas
Recursos recreativos socialmente construidos de éstas, incluso las pioneras, han quedado inser-
tas en espacios urbanizados; algunas se han con-
La región de Cuyo cuenta una variedad de recur- vertido en museos, otras han cedido parte de las
sos recreativos socialmente construidos. Éstos instalaciones para nuevos usos (por ejemplo, sa-
se presentan en mayor o menor cantidad en las lones de fiestas) y unas pocas han sido demolidas,
subregiones; por ello, pueden destacarse subre- destinándose el predio a instalaciones comercia-
giones con valores altos o bajos. Las que presen- les y conservándose sólo algunos relictos de la bo-
tan valores bajos son Travesía, Valle Fértil, Minera dega como símbolo histórico.
Norte, Pastoril, Serranías y Eje Puntano. Los centros deportivos (clubes, estadios) y co-
Estos atractivos turísticos guardan relación con merciales (shoppings, galerías comerciales) son nu-
el patrimonio histórico y cultural de cada zona. merosos, principalmente en el Gran Mendoza y el
En algunas localidades del desierto, en la provin- Gran San Juan. Se advierte la construcción de cen-
cia de Mendoza y San Juan, las capillas (San Ex- tros comerciales en parcelas que hasta hace po-
pedito) y las fiestas locales atraen a peregrinos. Es cos años constituían relictos de viñedos u oliva-
especialmente concurrida la Difunta Correa, san- res, tendencia creciente del cambio en los usos del
tuario popular cercano a la ciudad de San Juan. suelo en los últimos años (mapa 19.10).
Asimismo, constituye un atractivo el propio estilo
de vida de la población y las construcciones loca- Problemas ambientales
les: las viviendas, los corrales y los jagüeles.
Otros recursos recreativos de la zona se relacio- Para el análisis de los problemas ambientales de
nan a las actividades turísticas que se desarrollan cada subregión de la región de Cuyo, se utilizan
en la zona cordillerana, como el recorrido por las una serie de variables que se detallan a continua-
Rutas Sanmartinianas y el centro de esquí Peni- ción: 1) uso de plaguicidas en la agricultura, 2)
tentes. participación de la actividad industrial y mine-
Las subregiones Minera Sur, Payunia y Oasis ría en el PBG, 3) contaminación, ruido, conges-
manifiestan valores elevados en cuanto a recursos tionamiento, 4) localizaciones peligrosas, 5) lo-
socialmente construidos. En la subregión Minera calizaciones con externalidades negativas, 6) tasa
Sur, algunos recursos se relacionan con el aprove- de hechos delictivos, 7) sismicidad y vulcanismo,
chamiento del recurso hídrico y otros, con el pa- 8) tornados, 9) proporción de población residen-
trimonio histórico. Entre los primeros, se desta- te en zonas inundables, 10) proporción de pobla-
can los centros de esquí (Vallecitos –en el norte de ción residente en villas de emergencia, 11) propor-
la subregión– y Las Leñas –en el sur de la misma–) ción de población residente a menos de 300 me-
y el embalse El Nihuil, sobre el río Atuel. Entre tros de basurales y 12) malestar climático.
los segundos, es de gran importancia patrimonial Las subregiones de Serranías, Payunia, Minera
la Reserva Provincial del Manzano Histórico que Sur y Valle Fértil presentan los mayores proble-
protege el monumento histórico Sanmartiniano; mas ambientales de la región de Cuyo. De ellos
en sus alrededores, el auge turístico ha permitido se pueden destacar los vinculados a las activida-
el desarrollo de la actividad y el crecimiento de la des económicas, a la situación socioeconómica de
localidad mediante la venta de productos regio- la población, a las actividades relacionadas con la
nales, alquiler de cabañas, campings y actividades subsistencia de la población local y a las necesi-
como trekking y cabalgatas. dades de conservación de los recursos naturales.
Por otro lado, en la subregión de la Payunia, sin Como ejemplos de estos problemas ambienta-
duda se destacan los recursos vinculados con la les, se presenta un riesgo elevado a la desertiza-
historia arqueológica del lugar. En la actualidad, ción y desertificación, como consecuencia de la
pueden encontrarse reales o pircas: pequeños refu- erosión hídrica, y a la presión ganadera que favo-
236 V • Análisis regional

rece a la voladura de suelos. Por su parte, la activi- sentan problemas sociales como los asentamien-
dad minera y la actividad petrolera producen con- tos precarios, la inseguridad y la pobreza. Por úl-
taminación del suelo y de los cursos de agua. Por timo, se pueden destacar algunas localizaciones
otro lado, en algunos espacios el proceso de sali- peligrosas, como las industrias actualmente loca-
nización de los suelos se ha producido como con- lizadas en zonas de uso del suelo residencial y que
secuencia del uso ineficiente del agua de riego y el presentan externalidades negativas (por ejemplo,
mal funcionamiento de los drenajes. basurales o depósitos en espacios periurbanos).
Los riesgos naturales y sociales afectan las subre- En el análisis de los problemas ambientales se
giones mencionadas, especialmente el riesgo vol- destacan las subregiones Minera Norte, Travesía,
cánico, sísmico y de aludes en el primer caso; po- Pastoril y Eje Puntano con valores intermedios.
breza y marginalidad en el segundo caso. Debido a que cada una de estas subregiones se
La subregión de los Oasis es la única que presen- ven afectadas por diferentes problemas ambienta-
ta valores bajos en relación a los problemas am- les, se destacarán algunos diferenciando cada uno
bientales, aunque no por ello dejan de ser diver- de los espacios.
sos. En primer lugar, se destaca el riesgo sísmico, En primer lugar, la subregión Minera Norte se ve
ya que esta zona presenta actividad sísmica fre- afectada por la disminución de los caudales de los
cuente y de gran magnitud e intensidad, situación cursos de agua de régimen nival como consecuen-
que se vio reflejada en varias ocasiones con terre- cia de variaciones climáticas, además de la pérdi-
motos que devastaron las ciudades de Mendoza y da de biodiversidad, principalmente de especies
de San Juan. faunísticas, como consecuencia de la caza y el trá-
Otro riesgo natural corresponde al clima, par- fico ilegal de animales (el caso más significativo es
ticularmente la ocurrencia de granizo y heladas el de la vicuña, artiodáctilo en retroceso numéri-
en estas subregiones. Por un lado, la presencia de co protegido en la Reserva San Guillermo, que re-
granizo durante el verano genera cuantiosas pér- cibe el impacto de la minería a cielo abierto). Más
didas económicas a los productores vitícolas. En importante aún es el riesgo humano de contami-
algunos lugares de esta subregión es frecuente la nación por residuos y procesos derivados de la ac-
formación de células de granizo y, por ello, una tividad minera.
de las medidas preventivas gubernamentales es La subregión Pastoril presenta una riqueza am-
la Campaña de Lucha Antigranizo. Entre los pro- biental propia de la provincia fitogeográfica del
ductores, es frecuente el uso de mallas o redes so- monte y su transición hacia el espinal. Sin em-
bre los cultivos como elemento de protección. Por bargo, presenta una degradación ambiental cre-
otro lado, es importante mencionar las heladas ciente, iniciada a fines del siglo XIX con la tala de
como flagelo climático, las cuales significan un bosques nativos, con el fin de obtener durmien-
riesgo elevado para la actividad agrícola durante tes para la floreciente industria del ferrocarril. Ac-
la primavera. tualmente, el problema de desertificación resul-
Es importante destacar el riesgo aluvional para ta de la interrelación entre diversos procesos: ero-
la población que habita en estas subregiones. No sión eólica, presión ganadera, uso de madera y
es de alta ocurrencia pero tiene efectos desastro- leña que derivan en sobreexplotación forestal (pa-
sos. Se produce debido a la expansión de la man- ra consumo directo e industrial) e incendios ori-
cha urbana hacia el piedemonte, lo que favorece ginados por las sequías. Un problema de relevan-
la escorrentía por la impermeabilización de suelos cia corresponde a la pérdida de especies vegetales
que poseen fuertes pendientes. El riesgo aluvional autóctonas: los bosques de algarrobo y caldén se
aumenta durante la estación cálida (con mayor encuentran amenazados por la tala a la cual están
ocurrencia de precipitaciones de tipo torrencial). sometidos (cambios de uso del suelo para la acti-
Como consecuencia del desarrollo de cultivos vidad agrícola) y por sobrepastoreo. Por ello, en
intensivos bajo riego, se produce la salinización la subregión existen dos áreas protegidas de gran
de acuíferos y la contaminación de aguas super- importancia: el Área Natural Protegida Caldena-
ficiales, agravada por el uso inadecuado de agro- les Puntanos (en San Luis) y la Reserva de Biósfera
químicos y la falta de control de efluentes indus- Ñacuñán (área natural protegida creada en 1961,
triales y cloacales. en Mendoza).
La contaminación sonora y el congestionamien- Por último, en la subregión Travesía el predo-
to se presentan en el Gran Mendoza, el Gran San minio de los paisajes naturales se debe a la esca-
Juan y en la ciudad de San Rafael principalmen- sa ocupación, producto de las inhóspitas carac-
te. En tanto, en los espacios periurbanos se pre- terísticas ambientales. Sin embargo, los ambien-
19 • La región de Cuyo 237

tes han sido modificados paulatinamente a través a agruparlas según la situación que presentan en
del tiempo, debido a las actividades humanas (ex- general.
tractivas) no controladas y las variaciones cli- En primer lugar, se destacan las subregiones
máticas. Los principales problemas ambientales Travesía, Serranías y Pastoril con valores bajos
son: riesgo elevado de desertificación, deforesta- de calidad de vida. Para entender la razón de es-
ción y la desecación del complejo de las Lagunas ta situación, hay que analizar algunas variables
de Guanacache. La causa principal de este último que conducen a la población hacia estos guaris-
problema ambiental es la construcción de embal- mos. Tienen peso singular aquellos espacios prin-
ses y la regulación de los caudales usados para rie- cipalmente rurales, de pequeñas ciudades o lo-
go. Todo esto genera un menor aporte de agua a calidades de paso con deficiencias educacionales
las lagunas, lo cual también pone en riesgo la su- que se ven reflejadas en altos porcentajes de po-
pervivencia de muchas especies, principalmente blación con nivel de instrucción menor que pri-
las aves. mario completo e inversamente bajos porcentajes
De gran relevancia es el riesgo sísmico de la con estudios universitarios completos.
subregión con tasas elevadas de ocurrencia de También presentan altos porcentajes de pobla-
movimientos telúricos de gran magnitud, como ción que no posee obra social y que reside en vi-
por ejemplo en la Sierra Pie de Palo en la provin- viendas con déficit de infraestructura (hogares sin
cia de San Juan. retrete y con hacinamiento). A la vez, presentan
Este espacio se ve afectado por la contamina- escasos recursos recreativos de base natural y so-
ción del agua subterránea por arsénico y flúor cialmente construidos.
que tiene mayormente origen en factores geoló- Las subregiones que corresponden a Valle Fér-
gicos (naturales) pero también en el accionar an- til, Eje Puntano y Minera Norte presentan valo-
trópico. La consecuencia directa es el riesgo ele- res intermedios de calidad de vida. En estas subre-
vado de padecer hidroarsenicismo crónico re- giones, se puede diferenciar a Valle Fértil y Minera
gional endémico y fluorosis, enfermedades que Norte del Eje Puntano, ya que poseen caracterís-
afectan a aquella población que consume agua ticas disímiles.
de pozo. Por un lado, las subregiones de Valle Fértil y Mi-
Como en el resto de las subregiones, estos espa- nera Norte presentan valores intermedios o bajos
cios presentan problemas sociales debido a la po- en las dimensiones de educación, salud, vivienda y
breza y la marginalidad de la población local, lo ambiental. Mientras que el Eje Puntano, que con-
que se vincula a un inadecuado manejo de los re- tiene a la ciudad de San Luis, presenta una situa-
cursos y una mayor presión sobre el frágil ecosis- ción favorable en las dimensiones de educación,
tema, debido al sobrepastoreo y el desmonte (ma- salud y vivienda.
pa 19.11). Una situación favorable se presenta en las subre-
giones de Oasis, Minera Sur y Payunia. La subre-
ÍNDICE DE CALIDAD DE VIDA gión de Oasis muestra valores elevados de cali-
EN LA REGIÓN DE CUYO dad de vida como consecuencia de la presencia de
ciudades de mayor jerarquía que corresponden al
Las variables analizadas con anterioridad, que se Gran San Juan, Gran Mendoza y a la ciudad de
encuentran enmarcadas dentro de las dimensio- San Rafael, articulados por importantes vías de
nes socioeconómica (educación, salud y vivien- comunicación como la ruta nacional n° 40. En
da) y ambiental (recursos recreativos de base na- ellas la población puede acceder a los servicios de
tural y socialmente construidos y problemas am- educación y salud, a una vivienda digna, a recur-
bientales), permiten construir el índice de calidad sos recreativos socialmente construidos, además
de vida (2010) para cada uno de los departamen- de presentar una menor cantidad de problemas
tos que conforman las subregiones de la región de ambientales.
Cuyo. Respecto de la dimensión educacional, se obser-
Si se analiza la situación por provincia, se desta- va un bajo porcentaje de población con nivel de
ca San Luis con una situación desfavorable, con instrucción menor que primario completo y altos
bajos valores de calidad de vida, siguiéndole en porcentajes de población con nivel de instrucción
importancia San Juan con valores intermedios y universitario completo. Esta situación se ve refle-
Mendoza con una situación favorable. Los resul- jada también en la existencia de altos porcentajes
tados de este índice muestran diferencias espa- de población que posee obra social y una baja ta-
ciales en cada una de las subregiones que llevan sa de mortalidad infantil. La mayor parte de la po-
238 V • Análisis regional

blación habita en viviendas con retrete y sin haci- bido a que ostentan valores intermedios en las va-
namiento. riables referidas a las principales dimensiones so-
Por pertenecer a espacios más urbanizados pre- cioeconómicas: educación, salud y vivienda. Esta
sentan mayor cantidad de recursos recreativos so- condición, que no llega a ser definitivamente po-
cialmente construidos y escasos problemas am- sitiva, se compensa con algunos atractores, como
bientales, ambos vinculados principalmente con la presencia de gran cantidad de recursos recreati-
el modo de vida urbano. vos de base natural y socialmente construidos que
Es importante destacar que, como se mencio- se relacionan con el paisaje cordillerano. Éste ha
nó anteriormente, las subregiones Minera Sur y traído aparejada una elevada cantidad de recursos
Payunia, que corresponden a espacios ocupados que potencian los rasgos de calidad, al favorecer
preferentemente por la Cordillera de los Andes, actividades que mejoran la condición económica
presentan también una buena calidad de vida, de- de la población (mapa n° 19.12).

Mapa 19.12. Índice de calidad de vida. Cuyo, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de datos de Censo Nacional de Población, Viviendas y
Hogares 2010, Ministerio de Salud de la Nación 2009-1011 y Velázquez y Celemín, 2013.
19 • La región de Cuyo 239

CONCLUSIONES Sur, Payunia, Pastoril–, serranas –Valle Fértil y Se-


rranías– y espacios de tránsito –Travesía–.
Para sintetizar los principales argumentos ex- La calidad de vida en la región sigue estos condi-
puestos en este capítulo, señalamos: cionantes principales, relacionándose asimismo
La región de Cuyo presenta rasgos de identidad con la presencia de población.
bien definidos, marcados por una fuerte historici- Los adelantos de la tecnología llevan actualmen-
dad, anterior incluso a la presencia hispánica. te a una morigeración de los problemas de calidad
La condición desértica predominante genera un en zonas alejadas. En efecto, esto se debe a la posibi-
fuerte desbalance entre territorios ocupados (ge- lidad de realizar rápidos traslados en vehículos po-
neralmente debido al riego artificial) y vacíos ecu- tentes o la de recreación de ambientes de calidad en
ménicos. sitios inhóspitos, como ocurre en los establecimien-
Por lo anterior, cualquier subregionalización tos mineros cordilleranos, altamente equipados.
(la elegida no es excepción) muestra la necesi- Fuera de los oasis, los espacios regionales alter-
dad de compatibilizar los espacios poblados, nan categorías con diferente calidad. La falta de
verdaderos átomos separados, con el desierto patrones definidos se debe a la influencia de una
contiguo. población escasa marcada por aspectos tan disí-
Convergen, de este modo, ámbitos de alta densi- miles como el turismo, la minería, la actividad
dad nuclear –los Oasis– o de fuerte incidencia ur- pastoril o por la influencia de una extensa fronte-
bana –el Eje Puntano– con zonas dedicadas a la ra, que proyecta sus datos sobre espacios práctica-
minería o la ganadería extensiva –Minera Norte, mente despoblados.
20

LA REGIÓN PAMPEANA


Guillermo Angel Velázquez
Néstor Javier Gómez

Del mosaico de regiones que conforman la Argen- en algunos casos justificada– de no recibir lo que
tina, la región pampeana es una de las que posee, “regionalmente” les corresponde.
en términos globales, mayor grado de desarrollo Esta confusión conceptual entre lo “regional” y
relativo. Su hegemonía a lo largo de la formación lo estructural (social, económico y político) es ha-
del sistema nacional, particularmente asociada bitualmente aprovechada por grupos de poder re-
con el modelo agroexportador, ha contribuido a sidentes en las regiones periféricas con el propósi-
forjar una imagen positiva con respecto al resto to de incrementar sus propios beneficios.1
de las regiones argentinas. A diferencia de lo que puede ocurrir en otros ca-
Esta hegemonía llega a un punto tal que, en nu- sos, en donde suelen plantearse dudas acerca de
merosos análisis académicos, resulta frecuente la “identidad regional”, todos los geógrafos, or-
contraponer la economía pampeana, por un lado, ganismos de planificación y la sociedad en gene-
y las economías extrapampeanas (incluyendo to- ral reconocen la existencia de la región pampea-
do el resto del país), por el otro. Esta distinción na. Esto puede resultar paradójico si tomamos
ha sido señalada desde hace ya varios años por re- en consideración que su población evidencia me-
conocidos autores (Giberti 1984, Flichman 1977, nor grado de regionalismo o de localismo que el
Barsky 1991). El fundamento de esta dicotomía es de otras regiones de la Argentina, probablemen-
la mayor solidez relativa de la economía pampea- te por la histórica relación de hegemonía ejerci-
na, caracterizada por una estructura diversificada, da por sectores sociales privilegiados de la región
con capacidad de colocar saldos exportables. Por pampeana respecto del sistema nacional2; esto es
el contrario, las economías extrapampeanas resul- particularmente notorio en la provincia de Bue-
tan, en general, más especializadas (dependientes nos Aires.3
de un sector económico o tipo de producción y 1 A modo de ejemplo, señalemos que en provincias tan
vulnerables) y están preferentemente dirigidas al pobres o postergadas como Formosa o Salta, un legislador
mercado interno. Otros autores reconocidos (Ro- provincial percibía en los primeros años del siglo XXI una
fman 1995, Manzanal y Rofman 1989) también dieta que excedía muy holgadamente la de su equivalente
han señalando esta contraposición histórica. en la provincia de Buenos Aires o en la Ciudad Autónoma;
lo mismo ocurre en otros órdenes, como el de la justicia o
Del mismo modo, resulta un lugar común la ex- el de los poderes ejecutivos provinciales.
presión popular “Buenos Aires”, por un lado, y “El 2 Esto se refleja en dos planos: por un lado, la “hegemo-
Interior”, por el otro. En la primera categoría, no nía regional” no implica la necesidad de “estrechar filas”
sólo se incluye a los “porteños” (tanto los residen- en defensa de los “intereses regionales”, como ocurre de
tes en la ciudad - puerto como los del Área Me- hecho con las restantes regiones y, por otro lado, los sec-
tropolitana de Buenos Aires), sino también a los tores hegemónicos de la región, por su comunión de inte-
reses con capitales extranjeros, se han mostrado histórica-
que habitan en la llanura y las sierras pampeanas
mente más “universalistas” en sus planteos.
bonaerenses. Esta expresión (en gran medida pe-
3 La identidad regional bonaerense es un proceso que se
yorativa) se utiliza para contraponerlos con aque- ha intentado forzar a partir de las gestiones provinciales
llos argentinos que, más lejos todavía de los cen- de los noventa (Duhalde, Ruckauf) mediante elementos
tros de decisión y de poder, tienen la percepción – simbólicos (creación de una bandera que aparentemente
242 V • Análisis regional

Esta región, en términos generales, abarca las suministro de combustible (estaciones de servi-
provincias de Buenos Aires, Entre Ríos (desmem- cio) y, fundamentalmente, a la señal de telefonía
brada de la histórica región mesopotámica), Santa celular, elemento de la modernidad que resulta vi-
Fe (fundamentalmente el centro y sur), Córdoba tal para mitigar al aislamiento.
(principalmente el sudeste) y La Pampa (especial- En el interior de la región pampeana, más allá de
mente el sector oriental). Esta última provincia ha cierta visión positiva preliminar en términos glo-
expresado, especialmente a partir de los noventa, bales, resulta posible distinguir sectores o subre-
su “vocación patagónica”.4 giones. Como veremos, estos sectores no coinci-
La región posee alta proporción de población den con límites político-administrativos pero, pa-
urbana; en general, la ciudad pampeana está ca- ra ordenar nuestra exposición, nos basaremos en
racterizada por el trazado en damero, con su ca- un esquema preliminar según tres grupos de pro-
racterística plaza central, rodeada por la muni- vincias, atendiendo a su grado de “centralidad” en
cipalidad, la iglesia y otras instituciones “impor- la región:
tantes”. En las ciudades pequeñas e intermedias 1. Buenos Aires
existe, generalmente, una contraposición entre el 2. Córdoba, Santa Fe y
“centro” de las ciudades y los barrios, que se re- 3. La Pampa, Entre Ríos.
fleja en su estructura social y en las diferencias de A su vez, podemos definir las siguientes subre-
servicios e infraestructura urbana. Elementos his- giones (mapa 20.1).
tóricos como el ferrocarril han sido causantes de
parte de estas diferencias, estigmatizando con ex- 1. Buenos Aires
presiones tales como “del otro lado de la vía” a
aquellas zonas de las ciudades que tuvieron me- También llamada “primer Estado argentino”, ha
nor nivel de desarrollo. Las rutas que atraviesan ejercido influencia decisiva en el conjunto del sis-
las ciudades también contribuyen a esta represen- tema nacional.
tación y, en algunos casos, constituyen verdade- Si bien la Región Metropolitana de Buenos Ai-
ras barreras urbanas. En ciudades intermedias e res (RMBA), que incluye la Ciudad Autónoma de
intermedias - grandes esta dicotomía entre cen- Buenos Aires y varios partidos de la primera, se-
tro y periferia aparece atravesada por el proceso gunda y tercera corona anexados funcionalmente,
de fragmentación, que lleva al surgimiento de sec- se encuentra situada en la provincia, posee peso
tores residenciales de altos ingresos en zonas ale- y características peculiares que llevan a la mayo-
jadas del histórico “centro”. Así, en la región pam- ría de los geógrafos a considerarla separadamen-
peana, no sólo las ciudades grandes, sino también te. En este trabajo, hemos adoptado este criterio.
ciudades intermedias como Campana, Tandil, Ba- Esta área está rodeada por el eje Rosario - La Pla-
hía Blanca, La Plata, Río Cuarto, Santa Fe o Para- ta o Pampa ondulada y por el Delta del Paraná, que
ná poseen countries y barrios cerrados. trascienden los límites provinciales.
Con respecto a la población rural, en general la La Pampa ondulada se caracteriza, precisamen-
rural agrupada (residente en parajes con menos te, por poseer suave relieve, producto del modela-
de 2.000 hab.) cuenta con mayor proporción de do fluvial. Es el área de más antiguo poblamien-
servicios que la población rural dispersa (residen- to europeo y lideró, junto con Córdoba, el proce-
te en “campo abierto”). Con todo, la situación es so de expansión industrial argentino durante la
muy heterogénea, ya que las condiciones de vi- sustitución de importaciones. A excepción de La
da dependen de elementos como la provisión de Plata y Campana, las ciudades responden al pla-
electricidad, la distancia a caminos permanente- no en damero, rodeado por quintas y chacras, im-
mente transitables, escuela o servicios sanitarios. puesto por los españoles. Sólo las suertes de es-
También tiene su importancia la accesibilidad al tancias eran más alargadas, para poder acceder al
ya estaba creada) o de “gestas deportivas” (torneos olím- agua para abrevar el ganado.
picos bonaerenses). Este eje, históricamente fluvial, ha sufrido en
4 No resulta difícil discernir si esta “vocación” es produc- mayor medida los efectos de la reconversión in-
to de una identidad “espontánea” o es una construcción dustrial entre mediados de los setenta y los no-
deliberada de los sectores hegemónicos provinciales para venta, a pesar de lo cual continúa siendo una de
intentar apropiarse de algunos de los beneficios que obtie-
las zonas de mayor desarrollo relativo. Refuerza
ne la región patagónica por su condición de región despo-
blada y estratégica, tales como mayores salarios, menores su posición por la densidad de autopistas, parti-
costos de energía (combustibles, electricidad) o mayor in- cularmente entre Rosario - Buenos Aires - La Pla-
versión en viviendas. ta, la presencia de los puentes Zárate - Brazo Lar-
20 • La región pampeana 243

Mapa 20.1. Región Pampeana: subdivisión regional.

Fuente: elaboración personal.

go (punto neurálgico del MERCOSUR) y del más drillos han dejado cavas, gran parte de las cuales
reciente Rosario - Victoria. El mantenimiento asi- fueron ocupadas por precarias viviendas, muy es-
métrico de la infraestructura hasta hace pocos pecialmente durante los noventa; lo mismo ocu-
años respondía más a las presiones de la moderni- rría con la industria petroquímica privada y pri-
zación excluyente que a las necesidades de la ma- vatizada, cuya lógica se intenta revertir a partir de
yoría de la población. Recién durante los últimos la recuperación de YPF, la principal empresa pe-
años se ha buscado reactivar el transporte públi- trolera.
co y, muy particularmente, la red ferroviaria. Aquí Las actividades primarias son, en general, inten-
se concentra la mayor presencia técnica, científica sivas, en algunos casos con presencia de mano de
y de información, reuniendo asimismo la mayor obra extra-regional y utilización de invernácu-
densidad demográfica de la región. Resulta claro los, destacándose la horticultura y la agroindus-
también que este espacio de la modernidad se halla tria láctea. También tienen cita la cría de animales
sujeto a fuertes procesos de fragmentación, que de granja, de mascotas (particularmente perros y
se incrementaron especialmente durante los no- equinos), la floricultura, etc. Ocasionalmente, es-
venta. El nivel de contradicción se expresa en la tas actividades incluyen como complemento el tu-
coexistencia de zonas industriales modernas con rismo rural.
procesos productivos obsoletos que produjeron Por otra parte, la privatización de servicios esen-
y continúan produciendo fuertes impactos sobre ciales durante los noventa en un contexto de re-
el medio ambiente, especialmente entre la pobla- gresividad social devino en una geografía más
ción circundante. Así, las antiguas fábricas de la- mercantilizada. Ya resulta casi familiar la coexis-
244 V • Análisis regional

tencia de countries y clubes de campo con asenta- tas, tanto nacionales como provinciales, que, con
mientos precarios, especialmente en la periferia una lógica muy diferente de la del ferrocarril, de-
de las ciudades de La Plata y Rosario y de otras jaron de lado a la inmensa mayoría de las localida-
ciudades intermedias como San Nicolás, Campa- des pequeñas, las cuales quedaron relegadas por
na y Zárate. Como estos efectos tienen fuerte iner- medio de accesos secundarios. Así, aunque resul-
cia espacial, no resultan fáciles de revertir. te increíblemente monótono, no debería dejar de
A lo largo de este eje, pueden establecerse tres sorprendernos el hecho de transitar por rutas as-
sectores. El de menor desarrollo relativo es el me- faltadas del primer estado argentino y recorrer
ridional, comprendido entre La Plata y Pipinas, ya distancias medias de 70 km entre ciudades.
que allí persistió durante mayor tiempo una divi- Aunque el interior de la provincia de Buenos Ai-
sión fundiaria destinada a la ganadería. Tampo- res, en términos genéricos, aparezca en situación
co contribuyeron la presencia del Penal de Mag- relativamente favorable, posee una notable excep-
dalena, de extensas áreas militarizadas, y los vai- ción: la llamada Pampa deprimida, que se encuen-
venes de la actividad turística, cuyos balnearios se tra situada en la cuenca del río Salado y la depre-
vieron severamente afectados por la erosión, al ex- sión de Vallimanca.
traerse parte del banco de arena, y por la contami- Esta subregión se caracteriza por ser una zona
nación, que se genera más al norte. con predominancia de cría de ganado hacia el este
Entre La Plata y el Arroyo del Medio (límite in- y de invernada hacia el oeste, siempre preservando
terprovincial entre Santa Fe y Buenos Aires) está la propiedad privada con alambrados, que fueron
comprendido el sector con mayor desarrollo rela- introducidos muy tempranamente. Su paisaje ca-
tivo del eje, claro está, sin escapar a la citada mo- racterístico es extremadamente plano y monóto-
dernización excluyente que se incrementó duran- no, tan sólo interrumpido por montes implanta-
te los noventa y cuya lógica sigue vigente aún en dos y algunos espejos de agua, destacándose en el
gran medida en cuanto a lo territorial. Aquí se si- conjunto algunas lagunas importantes, cuya sali-
túan los más grandes emprendimientos y par- nidad aumenta hacia el oeste. Estas lagunas cons-
ques industriales del eje fluvial y el mayor grado tituyen un atractivo importante, pero en algunos
de especulación inmobiliaria. Finalmente, el sec- casos se encuentran amenazadas por un proceso
tor santafecino, de origen agroindustrial, se posi- de eutrofización en virtud de la evaporación que
ciona en una situación intermedia, evidenciando produce su vegetación. A los problemas de topo-
también grandes contradicciones. grafía, escasa infiltración, alternancia de inunda-
El interior de la provincia de Buenos Aires se for- ciones y sequías, anegamiento e invasión de male-
mó históricamente como un área predominante- zas se suman la acción obstaculizadora de la socie-
mente pecuaria dentro de la región pampeana. Es- dad y la ausencia de soluciones técnicas efectivas.
to ha influido en su configuración espacial, que Para intentar solucionar el tema de las inunda-
es resultante de un modelo de poblamiento en el ciones, desde fines del siglo XIX se han trazado ca-
que muchas de las ciudades surgieron con fines nales en dirección oeste-este (con escasísima pen-
militares para apoyar la expansión de la frontera diente), pero sin retirar el material excavado que,
“blanca y europea” hacia el sur y hacia el oeste, en la mayoría de los casos, permanece en los bor-
sobre la base del fusil, el ferrocarril y el telégrafo. des de los canales. Así, además de carecer de desni-
Este proceso ha implicado, en general, mayor dis- vel, estos cursos artificiales poseen una suerte de
tancia media entre las ciudades bonaerenses que “diques laterales”, que dificultan más aún el débil
en entre las de otras provincias pampeanas como escurrimiento. La ineptitud de estos canales para
Santa Fe o Entre Ríos, en donde tuvieron mayor resolver los problemas de las inundaciones se vio
peso las colonias agrícolas.5 Lo mismo ocurre con incrementada por el posterior trazado de rutas y
las localidades de los respectivos partidos / depar- terraplenes de ferrocarriles en sentido norte-sur
tamentos que, en el caso bonaerense, acusan ma- que, al no contar con túneles de sección adecua-
yor primacía urbana. da, entorpecieron aún más el débil escurrimien-
Este proceso inicial se vio reforzado posterior- to oeste-este.6 Han surgido incluso conflictos de
mente en virtud del trazado de las principales ru-
6 Otras propuestas, particularmente la formulada por
5 Si bien esta es la pauta general, en otras zonas de la pro- Florentino Ameghino de realizar canales hacia los sitios
vincia, particularmente en el sudoeste, también hubo mo- de menor topografía para acumular el agua en depósitos
delos de colonización más “pobladores”, como los de los (manejando así los ciclos de inundación y sequía), proba-
franceses en Pigüé o los alemanes del Volga en las cerca- blemente hubieran resultado más efectivas para resolver
nías de Olavarría. este problema.
20 • La región pampeana 245

intereses entre particulares, localidades y munici- comercio o cuentapropismo) resultan muy res-
pios que derivan el agua a otros sitios o han cons- tringidas.
truido defensas para intentar preservar los cen- También por estas razones la Pampa deprimida
tros urbanos, empeorando más aún la situación carece de ciudades importantes. Todos los pue-
de sus respectivas periferias. blos muestran un perfil predominantemente cha-
Como estos problemas tienen carácter cíclico to y los núcleos más dinámicos están relaciona-
(inundación-sequía), ocupan la opinión pública dos con actividades turísticas o se encuentran si-
un par de años y luego son postergados por otros tuados en las áreas de contacto con otras zonas.
temas que pasan a ocupar la agenda. Todas las ad- Así, ciudades históricas como Maipú o Dolores
ministraciones provinciales, especialmente desde carecen de dinamismo, ya sea por factores gene-
los ochenta, han prometido solucionar este pro- rales de la subregión o puntuales (en algunos ca-
blema. Mientras tanto, es recurrente la declara- sos el trazado de rutas empeoró la posición de al-
ción de situaciones de emergencia que salvaguar- gunas ciudades, en otros el agua potable es muy
dan los intereses de los quejosos terratenientes escasa), mientras que Chascomús es un ejemplo
bonaerenses, eximiéndolos o postergándoles sus de dinamismo relativo por las actividades depor-
obligaciones fiscales, tornando así más regresiva tivas desarrolladas en sus lagunas o Carhué lo era
aún la estructura tributaria provincial. en relación con sus aguas tratantes y de propieda-
Otro problema importante es el inadecuado ma- des curativas hasta las trágicas inundaciones de
nejo y aplicación de plaguicidas y pesticidas en es- 1985; lo mismo ocurre con Junín, Pehuajó o Tren-
te medio, ya que estas sustancias químicas noci- que Lauquen que, estando situadas en los bordes
vas se acumulan y se infiltran en las capas freáti- de la subregión, no acusan un estancamiento tan
cas, afectando muy especialmente la salud de la pronunciado.
población. Se utilizan organoclorados y organo- Si bien la pampa deprimida posee un litoral so-
fosforados, con el objeto de actuar como antisár- bre el Atlántico, la mayor dinámica del sector cos-
nicos, piojicidas, hormiguicidas, raticidas y viz- tero llevó a la escisión de algunos de estos terri-
cachicidas, tanto para la protección de bovinos torios relacionados con el turismo estival de sol y
como de ovinos. Quienes trabajan con estas sus- playa. Así, los partidos de General Lavalle y Gene-
tancias y rozan el analfabetismo no pueden tomar ral Madariaga perdieron sus litorales costeros du-
en cuenta las indicaciones y precauciones escritas rante la década del ochenta, creándose los munici-
en los envases que, una vez utilizados, en muchos pios urbanos y, posteriormente, los partidos de La
casos, son arrojados directamente al río (Libera- Costa,8 Pinamar y Villa Gesell, constituyendo lo
li et al. 1996). que denominamos “Pampa litoral”. Este sector
Por ello, no es de extrañar que la pampa depri- acusa, indudablemente, mayor dinamismo que
mida acuse la menor esperanza de vida de la pro- el interior pero la marcada estacionalidad de su
vincia de Buenos Aires (Otero y Velázquez 1995). principal actividad, a pesar de los intentos de di-
A pesar de la relevancia de los problemas señala- versificación, genera aún severos problemas de sa-
dos, la peor de las dificultades de esta subregión turación estival y de capacidad ociosa en invierno.
resulta derivada de la escasa diversificación y la Este litoral se halla fuertemente segmentado, con
mala distribución de los medios de producción playas destinadas a las elites (Cariló, Pinamar)
(básicamente la tierra), propia de una estructu- contrapuestas a otras sumamente populares (Las
ra económica y social tradicional que, combina- Toninas, San Clemente).
da con todos los factores anteriores, constituye Hacia el sur de la provincia de Buenos Aires se
una invitación a emigrar o bien resignarse a una encuentra la “Pampa surera”, que comprende un
incorporación temprana (y, por ende, marginal) área de aptitud mixta (agrícola-ganadera), con
a la población económicamente activa (PEA). mejores condiciones socioeconómicas y ambien-
Quienes se contentan con poco aceptan esta úl- tales. La subregión posee en general excelentes
tima opción y logran subsistir como peones ru- suelos y buenas condiciones de escurrimiento e
rales o vivir de changas7, ya que las demás opcio- infiltración, con un amplio litoral marítimo que
nes (empleo público, instalación de un pequeño se extiende desde Mar del Plata hasta Bahía Blan-
ca y que incluye dos sistemas serranos: Tandilia
7 Entrevistas llevadas a cabo en Las Flores muestran que
uno de los anhelos de los peones rurales es tener el freezer 8 En el partido de la Costa, además de situarse las playas
(elemento nuevo, propio de la modernidad) “bien lleno más cercanas a Buenos Aires, fueron descubiertas aguas
de carne” (alimento excluyente, no sólo el mejor, sino ca- termales saladas. En 2005 se inauguró en San Clemente
si el único). un complejo termal.
246 V • Análisis regional

y Ventania. Estos sistemas emergen como islas y to dinamizada por la expansión de los servicios,
le otorgan un original paisaje al quebrar la abru- particularmente por el turismo. Las tres ciudades
madora monotonía de la llanura. El régimen de mencionadas son, asimismo, cabeceras de sendas
precipitaciones disminuye de este a oeste, en len- universidades nacionales.
ta transición hacia la pampa medanosa y seca. Los Olavarría se destaca por la minería y la industria
ríos, en general, son cortos y de escaso caudal. de la construcción. Necochea - Quequén es un im-
En esta zona hubo importante pérdida de biodi- portante puerto que recibe un considerable turis-
versidad. Todas las manifestaciones de flora y fau- mo estival.11 Por último, en Azul se destaca el sec-
na natural resultan casi relictuales, ya que la exten- tor administrativo y de servicios. Estas ciudades
sión de las áreas agrícolas de siembra y la compe- también poseen actividades universitarias.
tencia con el ganado no sólo redujeron la cubierta Si bien esta subregión reviste, en general, un ca-
vegetal original, sino también el ambiente ade- rácter dinámico, en su interior hay procesos dife-
cuado para el desarrollo de la fauna autóctona. renciados. Por un lado, el desempleo tecnológico
La estructura productiva de esta subregión es en el sector agropecuario afecta en mayor medida
más diversificada. En los valles interserranos se a las pequeñas ciudades y pueblos del interior, es-
desarrollaban tradicionalmente actividades agrí- pecialmente los que carecen de atractivos turísti-
colas: trigales, gramíneas forrajeras y pastos na- cos. Por otro lado, la extensa franja costera impli-
turales en cuadros alternados, complementados ca una posibilidad de empleo estacional cuyo epi-
por una excelente ganadería, con cría de ovinos y centro es Mar del Plata, aunque también incluye
bovinos; sin embargo, gran parte de esta diversifi- otros centros tradicionales como Necochea, Mi-
cación fue reemplazada durante los noventa por ramar o Monte Hermoso y un sinnúmero de cen-
paquetes tecnológicos de soja genéticamente mo- tros alternativos, más agrestes, en los partidos de
dificada y glifosatos (biocidas), que resultan más San Cayetano, Tres Arroyos y Coronel Dorrego.
rentables en el corto plazo, pero que incrementan Algunos de estos balnearios, aunque no posean
el desempleo tecnológico y cuyos impactos am- aún la magnitud demográfica necesaria, tienen
bientales aún no han sido evaluados en su justa pretensiones de segregarse de sus respectivos par-
magnitud. tidos (Claromecó, Balneario Oriente).
Además de las actividades agropecuarias tradi- La sociedad exhibe cierto grado de contradic-
cionales, se suman, especialmente en las principa- ción entre lo tradicional, es decir, lo pueblerino, y
les ciudades (Mar del Plata, Bahía Blanca, Tandil, la aceptación de los procesos de modernización
Olavarría, Necochea - Quequén y Azul), activida- excluyente instaurados durante los noventa, que
des manufactureras y de servicios. cuesta revertir. A pesar del declamado dinamismo
Mar del Plata, la ciudad más importante de esta y prosperidad que generaría el campo, el nivel de
subregión, es una suerte de “capital turística de la creación y la calidad de los empleos siguen siendo
Argentina”. Posee, asimismo, una serie de indus- muy bajos.12 Si no fuera por la resistida interven-
trias, algunas conexas con esta actividad estacio- ción estatal, la remuneración y las condiciones de
nal (alimenticia, textil, de la construcción) y otras los trabajadores rurales permanecerían en niveles
desligadas de ella, produciéndose conflictos de in- más bajos aún. También en otras actividades ur-
tereses entre los diferentes sectores. La imagen de banas (tanto públicas como privadas) persiste al-
“ciudad feliz” se ve relativizada por la fuerte di- ta proporción de clientelismo por sobre la idonei-
ferenciación social urbana que se produce por la dad e igualdad de oportunidades.
apropiación asimétrica de la riqueza entre los di- Para completar esta geografía de la provincia de
ferentes grupos sociales.9 Bahía Blanca, ciudad Buenos Aires, resta mencionar el extremo sudoes-
que en su momento aspiró a ser capital de una te bonaerense (Patagones). Este sector, denomi-
“nueva provincia”10, se destaca por su complejo nado “Patagonia bonaerense”, tiene limitaciones
portuario y su polo petroquímico. Tandil posee
una tradicional industria metalúrgica y se ha vis- 11 El descubrimiento de aguas termales en el paraje Mé-
dano Blanco no apuntó a generar una oferta turística
9 Así, en diversas mediciones de la EPH, Mar del Plata se complementaria en invierno, sino un enclave destinado a
encontraba entre las ciudades con mayor desempleo en la sectores de altos ingresos.
Argentina. 12 Durante el conflicto con las patronales agropecuarias
10 Bahía Blanca también disputó con las ciudades del Al- en 2008, era común ver en los “camionetazos” a peones ru-
to Valle del Río Negro y Neuquén la primacía sobre la re- rales, personal doméstico y sectores urbanos con bajo ni-
gión del Comahue, establecida como región de desarrollo vel de instrucción solidarizándose con los reclamos de la
por el CONADE en la década de 1960. autodenominada “mesa de enlace”.
20 • La región pampeana 247

en su aptitud productiva, tanto por el tipo de sue- cia de Santa Fe lo definimos como “Chaco san-
los como por la disminución de las precipitacio- tafecino”.
nes. Existen, sin embargo, procesos productivos Dado el alto peso del sector manufacturero en
agrícolas con contratación de mano de obra ex- ambas provincias, el proceso de reconversión in-
tra-regional y cierto fomento por el turismo. dustrial y el modelo de exclusión de los noventa
En general, las ciudades intermedias de la pro- han traído consigo un inusitado incremento de la
vincia han tenido un importante dinamismo, es- marginalidad urbana, especialmente en la perife-
pecialmente durante los últimos períodos inter- ria de grandes ciudades como Córdoba, Rosario o
censales, mientras que los pueblos y las ciudades Santa Fe. Esta situación mejoró muy poco duran-
pequeñas permanecen estancados o en retroceso. te los últimos años, a pesar de los evidentes pro-
gresos registrados en la gran mayoría del territo-
2. Córdoba y Santa Fe rio entre 2001 y 2010.
La “Pampa gringa” santafesina posee clima tem-
Ambas se encuentran entre las provincias de Ar- plado y húmedo, exento de los problemas que
gentina con mayor nivel de desarrollo relativo. La afectan a otras zonas (irregularidad de precipita-
estructura económica de ambas es diversificada, ciones o heladas). Dado que la temperatura me-
teniendo mucho peso en su base productiva un dia anual aumenta hacia el norte, el período ca-
complejo sector manufacturero y la producción, luroso es mucho más prolongado en la ciudad de
industrialización y comercialización de granos, Santa Fe (caracterizada por veranos cálidos y hú-
carnes y oleaginosas y productos derivados. medos) que en Rosario o Buenos Aires (ya fuera
El sudeste de Córdoba y el centro-sur de Santa de esta subregión).
Fe son áreas de aptitud potencial mixta que sur- Estas diferencias térmicas provocan un escalo-
gieron en relación a las colonias agrícolas típicas namiento de los períodos de maduración de algu-
de la “Pampa gringa” (Gori 1964). Esto ha impli- nos cultivos hortícolas típicos de esta área y per-
cado un modelo de poblamiento rural más den- miten acceder a mercados extra-regionales.
so, que se refleja en mayor distribución espacial de Charcos, lagunas y cañadas caracterizan el cen-
ciudades pequeñas, pueblos y población rural dis- tro de la provincia, cuyo relieve plano presenta es-
persa, con densa red de caminos y vías de ferroca- casos desniveles. Las cañadas son antiguos valles
rril –la mayoría de las cuales fueron desmantela- fluviales que sólo llevan agua en el momento de
das hasta hace pocos años y hoy se encuentran en las lluvias, quedando después salpicadas por pan-
proceso de recuperación–. tanos y bañados.
Esta área está influida por el eje fluvial La Plata - En el contexto del incipiente modelo agroex-
Buenos Aires - Rosario, que se prolonga en dos di- portador, hacia fines del siglo XIX, se promovió la
recciones: hacia Santa Fe y hacia Córdoba. creación de numerosas colonias agrícolas en es-
La geografía política de Córdoba refleja la nece- ta zona: Esperanza (en 1856, la primera del país),
sidad de organización de un espacio muy rico en San Carlos, San Jerónimo, Emilia, Sunchales, Ra-
historia y, por ende, con mayor densidad de locali- faela –todas en la zona central de la provincia–,
dades. Por ello, además de los departamentos (lla- Santa Rosa de Calchines, Helvecia, Cayastá y San
mados partidos en la provincia de Buenos Aires), Justo –en la región centro-norte– y Venado Tuer-
existen otras entidades más pequeñas: los munici- to, Rufino, Alcorta –hacia el sur santafesino–, por
pios y las comunas. Para cuestiones catastrales se nombrar sólo algunas. Las primeras estuvieron
divide en departamentos y pedanías, cuyo origen se en relación con el avance de la frontera pampea-
remonta, en algunos casos, al propio Virreinato.13 na hacia el norte y al oeste, a expensas de las for-
La división departamental de Santa Fe muestra maciones chaqueñas (que fueron el último refu-
una clara diferencia entre los departamentos del gio de los indígenas hasta principios del siglo XX),
centro y el sur, más pequeños por ser típicamen- mientras que las últimas acompañaron el tendido
te pampeanos, (con la excepción del de General del ferrocarril.
López) y los del norte, con características de tran- Cuando la colonización se realizó por grupos
sición hacia el Chaco o Nordeste. Por esta singu- étnicamente diferenciados, a menudo cada co-
laridad, a este sector septentrional de la provin- lectividad originó su propio centro de servicios.
Por ejemplo, San Carlos se conformó en sur (sui-
13 En 2001 se reformó la constitución provincial. Uno de
los puntos salientes fue la propuesta de una nueva divi- zos-alemanes), norte (franceses) y centro (italia-
sión política cordobesa basada en regiones y no en depar- nos). Con el tiempo los grupos se mezclaron y
tamentos. perdieron individualidad.
248 V • Análisis regional

Los contratos de arrendamiento de las tierras Los procesos económicos de concentración de


pastoriles del sur variaban entre 5 y 10 años, al los ochenta y noventa implicaron un fuerte im-
término de los cuales el agricultor se veía obligado pacto en los núcleos urbanos, dado el deterio-
a buscar nuevas tierras marchando cada vez más ro fabril en el marco de la ‘convertibilidad’, y en
hacia el oeste, una vez que había dejado listos los el campo, por la concentración de la propiedad,
potreros de pastos refinados que harían más ren- lo que conllevó un severo perjuicio a la mayoría
table la explotación ganadera. de los pequeños y medianos productores de esta
Ante el reclamo de los arrendatarios, materializa- área. Muy particularmente, la industria láctea ha
do en el grito de Alcorta, se produjeron algunos cam- sufrido un proceso de cartelización ante la hege-
bios en esta situación. Durante la década de 1940, monía de una empresa extra-regional que ha im-
se prolongaron los arrendamientos rurales y, du- puesto condiciones que implicaron la desapa-
rante los cincuenta, se estimuló la subdivisión de rición de muchos tamberos pequeños. Por otra
la tierra al crearse las condiciones para que los es- parte, la concentración de las cadenas de comer-
tancieros decidan vender una fracción de tierras a cialización en manos de hipermercados (algunos
sus antiguos arrendatarios. Estos nuevos propie- de los cuales comercializan con marcas propias),
tarios se inclinaron hacia la explotación tambera, el encarecimiento del crédito, la imposición de
surgiendo procesos de cooperativización que con- peajes en las rutas nacionales, el desaliento a la ac-
tribuyeron a mejorar sus condiciones de vida. tividad cooperativa, entre otros factores, han im-
La industria tambera trajo consigo la capitaliza- plicado un severo perjuicio para la mayoría de los
ción y la motorización del productor, provocan- productores pequeños y medianos de la región,
do un cambio de residencia hacia ciudades y pue- que ha logrado revertirse parcialmente durante
blos cercanos. los últimos años.
Precisamente, una característica distintiva del El Chaco santafecino comprende el área natu-
área de chacras y tambos, con la tierra dividida en ral denominada ‘bajos submeridionales’ (Manzi y
pequeños predios, es que la distancia media entre Gallardo 1973). Esta región vivió un proceso de
pequeños pueblos y ciudades es reducida (8 a 15 poblamiento diferente y más tardío que el resto
km), mientras que la separación entre ciudades de de la provincia. La dinamización se dio a partir de
mayor jerarquía no supera los 50 km. los bosques de quebracho colorado que caracteri-
Surgieron distritos o clusters industriales (Las Pa- zaban la zona oriental de esta región a principios
rejas y Armstrong, en Santa Fe) con un vigoroso del siglo XX. Se dio lugar a un sistema de explota-
sector agroindustrial basado en la producción de ción del tanino administrado por la compañía La
maquinarias agrícolas. Rafaela, “la perla del oes- Forestal, de capitales ingleses. Surgieron centros
te santafesino” se yergue como un centro agroin- de población que, conforme se agotó el recurso,
dustrial ubicado en el corazón de la cuenca láctea fueron quedando relegados y con escasas posibi-
más importante del país, en la que también desta- lidades de reconversión productiva. No obstante,
ca Sunchales. en la actualidad, Reconquista y Avellaneda cons-
Venado Tuerto, en el sur santafesino se ha con- tituyen un aglomerado urbano relevante que, ade-
vertido en un centro de servicios regional destaca- más de ser un centro de servicios regional, alberga
do y es sede de un importante parque industrial. un dinámico sector agroindustrial. En esa región,
La ciudad de Santa Fe, capital de la provincia, la agricultura está experimentando un proceso de
y su entorno metropolitano están muy influidos sojización, quedando más relegados los cultivos
por las crecidas cíclicas de los ríos circundantes industriales de algodón y caña de azúcar.
(Paraná y Salado del Norte), por lo cual han debi- El poblamiento continúa siendo relativamente
do realizarse anillados defensivos. Santa Fe se ca- escaso a lo que se suma el déficit de infraestructu-
racteriza por su perfil político-administrativo; si ras de transporte, por lo cual predomina el aisla-
bien supo albergar un histórico nudo ferro-por- miento, y la distancia promedio entre núcleos im-
tuario y un dinámico centro fabril, en la actuali- portantes supera los 150 km.
dad destaca como un centro de servicios (educa- Respecto del sector cordobés, existen varias si-
tivos de rango universitario, sanitarios y comer- militudes: el desarrollo urbano de esta zona se vio
ciales). Y su estructura urbana presenta notorios impulsado por el trazado del FFCC Central Argen-
contrastes centro - periferia, junto a procesos de tino en 1870. Los cruces de ferrocarril contribuye-
fragmentación urbana.14 ron a la articulación de la red urbana: San Fran-
cisco al norte, Villa María al centro y Río Cuarto
14 Gómez 2011. al sur son las principales ciudades de este sector.
20 • La región pampeana 249

San Francisco (Córdoba) forma un conglomera- un severo perjuicio para la mayoría de los peque-
do urbano con las localidades de Frontera y Jose- ños y medianos productores que, paradójicamen-
fina (Santa Fe). Su pilar fundamental es la activi- te, se solidarizaron con los reclamos de los gran-
dad industrial, predominando la producción de des productores. Sólo en los últimos años esta si-
máquinas agrícolas, autopartes y electrodomésti- tuación parece estar cambiando.
cos, con fábricas líderes en sus rubros a nivel na- La capital provincial, el gran Córdoba, se encuen-
cional e internacional. Cuenta con sede de la Uni- tra en la zona de contacto con las sierras pampea-
versidad Tecnológica Nacional. nas, que ocupan el resto del territorio cordobés y
Villa María también es una ciudad dinámica, en se prolongan hacia el oeste. Esta histórica y pinto-
cuya zona se destaca la producción de leche, ce- resca ciudad, nudo carretero hacia las zonas cuya-
reales, carne, forrajes, hortalizas, oleaginosas, cue- na y del NOA, ha sido apodada “la docta”, ya que
ro, materia orgánica, arena y piedra. Tanto el sec- posee la Universidad más antigua del país. Su es-
tor de la producción primaria como la industria y tructura industrial es sobresaliente en el conjunto
los servicios se ven potenciados gracias a su ubica- nacional, destacándose la industria automovilísti-
ción. Además de la Universidad Tecnológica, cuen- ca, aeronáutica, de maquinarias, vagones ferrovia-
ta con su propia Universidad Nacional desde 1997. rios, productos químicos, papel y cartón, alimen-
Finalmente, Río Cuarto es el segundo núcleo ur- tos y bebidas. El turismo, basado en su patrimo-
bano de la provincia, constituyendo un centro co- nio cultural con templos, conventos y mansiones
mercial de granos y segundo mercado concentra- de la época colonial, amplias avenidas y bellos
dor de hacienda del país; también posee su propia parques fue impulsado por el desarrollo de su in-
Universidad Nacional desde 1971. fraestructura hotelera y de la red vial.
Otro centro destacable es Río Tercero, que provee A pesar de esta imagen, grandes sectores de la
servicios turísticos y donde se asienta una impor- periferia urbana acusan la otra cara de la moder-
tante fábrica vinculada con la industria militar.15 nización excluyente, evidenciando condiciones de
Las necesidades de la producción agropecua- vida inaceptables para una enorme proporción de
ria dieron nuevas orientaciones a la actividad in- cordobeses, especialmente a partir de los noventa.
dustrial, promoviendo la instalación de estableci- Durante los últimos años, tampoco se ha logrado
mientos productores de implementos y maquina- revertir esta situación.
rias agrícolas en la línea Córdoba - Marcos Juárez. Las Sierras pampeanas presentan características
La producción regional es diversificada. Las lla- ricas en contrastes, paisajes e historia que las hi-
nuras cordobesas alternan la cría e invernada de cieron merecedoras de la preferencia de vastos
vacunos con la tradicional explotación de gana- contingentes turísticos desde principios del si-
do lechero. Los cereales, forrajeras y girasol se de- glo  XX. Entre los paisajes serranos, arroyos crista-
sarrollan hacia el sector oriental, condicionados linos y balnearios, hay un sinnúmero de pueblos
por los veranos ardientes e inviernos secos y por la históricos, que enfrentan la contradicción de pre-
presencia de polvos y limos loéssicos. Los suelos servar sus características o someterse a los desig-
también seleccionan cultivos, tal el caso del maní, nios de la modernidad. Así, coexiste un empaque-
que se desarrolla en las áreas arenosas del centro tado turismo de masas con áreas destinadas a sec-
de Córdoba (departamentos Río Segundo y Ter- tores de privilegio.
cero Arriba). La ciudad más grande de esta área es Villa Carlos
La ganadería lechera ha ofrecido históricamen- Paz - San Antonio - Villa Río Icho, unida a la capi-
te rentabilidad y estabilidad a numerosas explo- tal provincial por autopista. Situada a orillas del
taciones familiares. La organización de grandes Lago San Roque, es un concurrido centro, quizás
cooperativas regionales industrializadoras per- arquetípico de lo que representa el turismo masi-
mite la elaboración de productos lácteos y reúne vo, ya que concentra numerosos contingentes es-
gran cantidad de pequeños tamberos. El estable- tudiantiles y de paquetes turísticos.
cimiento y la consolidación de chacras y tambos Hacia el norte, por el valle de Punilla, hay otras
crean, a su vez, condiciones favorables para la ga- localidades, como Cosquín, célebre por su Festi-
nadería porcina que aprovecha los subproductos val Nacional del Folklore, La Falda, con numerosas
lácteos y los excedentes de granos. colonias de vacaciones e importante centro comer-
También en este caso los procesos de concentra- cial, La Cumbre, con grandes villas residenciales, y
ción sufridos a partir de los ochenta implicaron Capilla del Monte, al pie del cerro Uritorco. En las
15 Esta industria fue también la que ocasionó una trage- cercanías, se sitúa la formación rocosa de El Zapato
dia al estallar este arsenal a fines de 1995. y el centro termal de San Alberto (Águila Blanca).
250 V • Análisis regional

Hacia el sur está Alta Gracia, que posee una Es- mal ya en desuso, cuya coherencia geográfica se
tancia Jesuítica en la misma ciudad y albergó a definía básicamente a partir de su aislamiento.
personajes célebres como Manuel de Falla y el Con la construcción del túnel subfluvial (1969) y,
“Che” Guevara, y El Embalse Los Molinos, que en fundamentalmente, del Complejo Zárate - Brazo
sus 2.500 ha permite la práctica de pesca y activi- Largo (1979), esta provincia se incorporó más cla-
dades náuticas. ramente al espacio pampeano, reforzándose con
En el Valle de Calamuchita, se destacan Villa Ge- la ejecución del enlace Rosario - Victoria (2003).
neral Belgrano, altamente comercializada y sede En la configuración del territorio y la socie-
de la Fiesta Nacional de la Cerveza y Santa Rosa dad entrerriana tienen peso las colonias agríco-
de Calamuchita, que ha conservado característi- las de diversos orígenes (franceses, judíos, alema-
cas más agrestes, preservando lo mejor del paisa- nes, etc.), que generaron un proceso de difusión
je serrano. en el poblamiento. Su estructura económica estu-
Más al sur se sitúa Embalse Río Tercero, con un vo históricamente sesgada por el sector primario.
espejo de 5.400 ha, rodeado por una serie de vi- La citricultura y la avicultura, pilares de la estruc-
llas turísticas, entre las que se destaca la Unidad tura económica provincial que se encontraban en
Turística Embalse que alberga contingentes des- franca crisis durante los noventa, se han recupera-
de antes del auge del turismo masivo. También se do notablemente.
sitúa aquí una de las primeras centrales nucleares. La matriz productiva provincial se ha diversifi-
Hacia el oeste de todo este sector se sitúa la zona cado durante los últimos años, configurando un
de traslasierra. El paso se efectúa por la Pampa de perfil agroindustrial con algunos enclaves ligados
Achala hasta llegar a Mina Clavero. a la industria de base tecnológica como la farma-
Mina Clavero es un tradicional centro turístico céutica, la bioingeniería y la biomedicina. Asimis-
que cuenta con arroyos, vertientes y cascadas, des- mo, se incrementó sensiblemente la infraestruc-
de el cual se puede acceder a diversos balnearios tura provincial con la construcción de importan-
con aguas cristalinas y arenas finas y blancas. tes obras públicas.
Hacia el sur de Mina Clavero, se ubica la locali- Hay, además, una sostenida diversificación de la
dad de Nono, sobre el embalse Allende y una suce- actividad turística que, al tradicional patrimonio
sión de pueblos extremadamente pintorescos has- histórico provincial, suma la calidad de sus playas
ta el límite con San Luis. Villa Dolores es una ciu- de río y las ofertas termales con creciente repercu-
dad de servicios e industrial. sión en casi todo su territorio.
Hacia el norte de Mina Clavero se sitúan Cura En Entre Ríos hay básicamente dos subregiones
Brochero y una serie de hermosos pueblitos, co- geográficas. Por un lado, las lomadas, que abarcan
mo Panaholma. la enorme mayoría del ámbito provincial y, por el
Más al norte se localizan Ambul, Salsacate (cuen- otro, el delta del Paraná, cuyo extremo sur se pro-
ta con una iglesia histórica), San Carlos, La Hi- longa en la provincia de Buenos Aires.
guera, Villa de Soto y Cruz del Eje, centro de pro- Las Lomadas entrerrianas16 atraviesan la provin-
ducción y elaboración de aceitunas y hortalizas. cia en sentido norte-sur, las más grandes son la de
Como vemos, toda el área serrana se apoya en Montiel y la Grande, dejando entre sí suaves va-
una combinación de actividades artesanales y lles fluviales.
productivas forjadas a lo largo de muchos años Enmarcada por los ríos Paraná y Uruguay, la
de historia, que han sido revalorizadas por el tu- conquista y poblamiento de Entre Ríos están es-
rismo. Este fenómeno brinda resultados contra- trechamente vinculados con los de Santa Fe. La
dictorios, ya que más allá del dinamismo global, valorización de sus condiciones de posición sobre
gran parte de la población dispersa y de los peque- grandes vías navegables le permitieron, después
ños pueblos ve en el turista sólo alguien a quien de emanciparse de la tutela santafesina, compe-
mendigarle, aunque sea unas migajas, de lo que tir con Buenos Aires y asumir la capitalidad de la
parece brindar la modernidad. Confederación en Paraná.
El clima de Entre Ríos es templado, con invier-
3. Entre Ríos y La Pampa nos suaves y precipitaciones regulares.
Haciendo un viaje imaginario desde el sur, en la
Ambas provincias constituyen áreas periféricas de localidad de Ceibas se dividen la ruta 12 y la 14,
la región pampeana. 16 Estas formaciones no deben ser confundidas con las
Entre Ríos había pertenecido históricamente a cuchillas uruguayas, que tienen un origen geológico total-
la región mesopotámica, división geográfica for- mente distinto.
20 • La región pampeana 251

que se articulan con los ejes del Paraná y del Uru- sido la citricultura, junto con la forestación, ase-
guay respectivamente. rraderos, cultivos de arroz y ganadería. La citricul-
Desde Ceibas hacia el noroeste, nos hallamos en tura había sufrido fuerte concentración durante
el límite sur de las lomadas. Las localidades de Gua- los noventa, por lo que no era extraño que Con-
leguay, Victoria y Diamante se sitúan en este eje. cordia encabezara el índice de desocupación na-
Gualeguay es un centro de servicios para una am- cional. Por su carácter de ciudad fronteriza, se ha-
plia área rural, situado en un cruce de rutas. Victo- lla sujeta a los vaivenes de la paridad cambiaria
ria es un pueblo pesquero tradicional, con práctica con el peso uruguayo. Tiene la contradicción de
de ganadería extensiva sobre las islas del delta. Este poseer una de las peores periferias urbanas de la
pueblo, tradicionalmente aislado, está sufriendo el provincia pero cuenta a la vez con zonas brillan-
impacto del puente que lo unió con Rosario. Dia- tes en la ciudad (particularmente su centro peato-
mante es un pueblo tradicional situado al norte del nal) y un complejo termal.
delta, en una zona de barrancas y posee un puerto Una de las formaciones vegetales típicas de la zo-
de aguas profundas. Su estancamiento relativo de- na son los palmares, cuya preservación se intenta
be vincularse con la cercanía a la capital provincial. garantizar en el Parque Nacional El Palmar.
La ciudad de Paraná es la más antigua de la pro- En las cercanías de Colón, se halla la ciudad de
vincia. Su posición fue reforzada con el túnel su- San José, segunda colonia agrícola del país, en
bfluvial que la une con Santa Fe. Su planta urba- donde se le brinda homenaje en el Museo Histó-
na está coronada por barrancas al norte, que le rico Regional y también se celebra anualmente la
dan una característica típica al paisaje y la preser- Fiesta Nacional de la Colonización. También Villa
van de las inundaciones. Sobre la rivera del Para- Elisa ha cobrado notoriedad por su complejo ter-
ná hay numerosos clubes y playas de río. mal con aguas saladas. Toda la zona está rodeada
Al norte y sudeste de Paraná hay una sucesión de por colonias agrícolas.
pequeños pueblos, muchos de ellos surgidos co- Colón posee un enlace con Paysandú (ROU) y a
mo colonias agrícolas. Sobre el eje del Paraná no la tradicional oferta de playas de río agrega tam-
hay otras ciudades importantes, salvo La Paz, ca- bién un centro termal.
becera departamental en transición hacia el espa- Concepción del Uruguay, antigua capital pro-
cio correntino. vincial, es una ciudad muy pintoresca que cuen-
En el extremo norte, Feliciano es una localidad ta con un rico patrimonio histórico. También po-
de servicios para la cría de ganado. see playas de arena fina, entre las que se destaca la
Sobre el eje del Uruguay, encontramos una serie de Banco Pelay.
de localidades tradicionalmente citrícolas y avíco- Finalmente, Gualeguaychú supo aprovechar su
las que fueron revitalizadas en los últimos años posición relativa para diseñar un paquete atracti-
por el turismo. vo para el mercado porteño y rosarino conjugan-
La construcción del embalse de Salto Grande do las playas del Ñandubaysal, el “Carnaval del
obligó a una traumática relocalización de la ciu- País” (desplazando al tradicional de Corrientes) y
dad de Federación, pero esta desventaja se vio nuevos establecimientos termales. También posee
en parte compensada por el descubrimiento de un puente internacional que la vincula con Fray
aguas termales, no sólo para uso pasivo, sino tam- Bentos (ROU). Durante la etapa de la convertibili-
bién recreativo17. dad muchos entrerrianos veían pasar, resignados,
Los primeros centros, de norte a sur, son Chajarí a los turistas por los puentes, con destino final ha-
y Federación, ambos cuentan con excelentes insta- cia Uruguay o Brasil. Esta situación ha cambiado
laciones municipales (probablemente las mejores sustancialmente durante los últimos años.
de la provincia), pero adolecen de una desventajosa Más allá de las franjas costeras, el interior pro-
posición relativa con respecto a Buenos Aires. Am- vincial se caracteriza por su paisaje suavemente
bos centros están rodeados de colonias agrícolas. ondulado, con imponente cubierta vegetal, am-
Luego se sitúa Concordia, que posee uno de los plia distribución de ríos y arroyos y plagado de in-
tres puentes internacionales de Entre Ríos, que la numerables pueblos. Aquí la estructura social es
une con Salto (ROU). El motor de esta ciudad ha más tradicional y se encuentra sesgada por una
base productiva primaria, complementada con
17 Este recurso fue descubierto en la otra orilla del río
servicios básicos.
Uruguay en las décadas de los sesenta (Termas de Arapey) y
setenta (Termas de Guaviyú), intentando infructuosamen- La subregión del Delta comprende un vasto con-
te obtener petróleo. La explotación de las aguas termales junto de islas, islotes y bañados que se han forma-
del lado Argentino se inició recién en los años noventa. do por el material sedimentario que arrastra el río
252 V • Análisis regional

Paraná desde el Planalto brasileño. Es un área ca- ción de la Universidad Nacional de La Pampa, la
racterizada por su aislamiento, ya que el medio de radicación de equipos técnicos y la creciente ur-
comunicación predominante es el fluvial. Su esca- banización.
sa población subsiste mayoritariamente a través El manejo de los recursos hídricos, sin embargo,
de la caza, pesca y otras actividades artesanales co- constituye un problema y es fuente de conflictos
mo la cestería. También hay un pequeño grupo de con la provincia de Mendoza que, en la zona de
asalariados ligados principalmente con funciones San Rafael / Malargüe, capta gran parte de los flu-
educativas, de salud y seguridad. jos de la cuenca del río Atuel, agudizando así los
Esta subregión había estado históricamente di- problemas preexistentes en el oeste pampeano.
luida en la división política provincial, ya que los Coincidimos con Aráoz (1982) cuando sostie-
departamentos entrerrianos de Diamante, Victo- ne que la provincia se caracteriza por desarrollar
ria y Gualeguay se proyectan, casi artificialmente, una actividad agropecuaria extensiva, con alto ni-
hacia el sur. A partir de 1991 con la creación del vel de vida al precio de la baja densidad de pobla-
departamento Islas del Ibicuy (escisión del sur de ción. Existe alto peso de la clase media de origen
Gualeguaychú) resulta posible captar estadística- rural con estilo de vida urbanizado, exceptuando
mente parte de la realidad isleña. el oeste provincial en donde las condiciones son
Los resultados obtenidos muestran que las con- más adversas y la estructura social resulta, en ge-
diciones de vida de los pobladores del delta son, neral, más tradicional.
todavía, muy precarias, ya que se dificulta osten- El sector oriental de la provincia de La Pampa
siblemente la posibilidad de brindar servicios de pertenece al dominio de la Pampa alta, que se ex-
educación, salud o medios de subsistencia alter- tiende también al NO de Buenos Aires. En este sec-
nativos para ellos. El área tiene condiciones de si- tor, que rodea a la pampa deprimida, desaparecen
tio que dificultan el desarrollo y las pocas obras los problemas de inundabilidad, pero se registra
realizadas (puentes Zárate  -  Brazo Largo, Rosa- una sensible disminución en las precipitaciones.
rio - Victoria) son, simplemente, para atravesarla Su tradicional estructura ganadera de engorde ha
lo más rápidamente posible. sido crecientemente reemplazada por plantacio-
El sector del Delta bonaerense presenta condi- nes de soja, incrementando así los problemas am-
ciones un poco más favorables, ya que resulta más bientales y la concentración económica.
accesible desde la zona norte del Gran Buenos Ai- La inmensa mayoría del territorio pampeano
res, constituyéndose en área productiva artesanal, coincide con la Pampa seca, expresión relativa, ya
pero primordialmente en zona recreativa y, más que existen diversos grados de sequía.
recientemente, residencial (countries náuticos). Precisamente, la división política de La Pampa, a
La Pampa pertenece al grupo de provincias nue- pesar de sus características geodésicas, refleja este
vas, ya que fue Territorio Nacional hasta 1951. Su fenómeno: la superficie media de los departamen-
poblamiento es, en gran medida, resultado de la tos orientales es significativamente menor que la
delimitación política geodésica una vez “vaciado” de los occidentales.
el territorio, desplazando los indígenas hacia el Al rasgo de sequía debe agregarse la característi-
sur. A la enajenación de tierras para financiar el ca de continentalidad, que implica una fuerte va-
exterminio aborigen siguió la entrada de las pun- riación térmica anual. Resultan normales tempe-
tas de rieles y la llegada de inmigrantes del Nor- raturas máximas absolutas de 42 °C en algunos
deste, del Noroeste o del extranjero. días del verano y de -10 °C en los más crudos del
La combinación de problemas ambientales, co- invierno.
mo sequías, voladuras de suelos, incendios y llu- La elevación del terreno tiende a aumentar ha-
vias de cenizas, con depresión de precios en la dé- cia el oeste, pero la existencia de profundos valles,
cada de 1930 produjo la ruina de gran parte de con desniveles de hasta 80 m, hace que el ascenso
los colonos agricultores. Tras ese proceso traumá- no sea regular.
tico, el crecimiento de la población ha sido muy La distancia es una característica que define el
lento, produciéndose cambios en la estructura ámbito pampeano, con la monotonía del hori-
productiva vinculados con la mecanización agra- zonte como escenario permanente.
ria, el crecimiento de la administración provincial Otra característica destacable es la carencia ab-
y el trazado de rutas pavimentadas, que indujeron soluta de ríos, parcialmente compensada por la
a la migración rural - urbana. presencia de aguas subterráneas relativamente
Desde la década de 1960, se iniciaron procesos abundantes pero, en general, salobres o fuerte-
económicos modernos vinculados con la crea- mente salinizadas.
20 • La región pampeana 253

Resulta chocante advertir quienes cuentan con Termal destinado a la tercera edad en Bernardo
recursos para comprar agua potable y aquellos Larroudé.
que deben resignarse a tomar agua de red o po- La capital provincial, Santa Rosa, es sede de una
zo. Mientras los primeros conservan su dentadu- Universidad Nacional y posee un importante apa-
ra, los segundos (gran parte de la población) no rato técnico y administrativo. Ha intentado brin-
tienen una sonrisa acorde con la “modernidad”. dar alternativas de esparcimiento a su población
Todo ello, claro está, sin entrar en consideracio- mediante la revalorización de algunos paseos pú-
nes más profundas acerca de la influencia de este blicos. También ha tenido una activa política de
tipo de aguas en su respectiva salud. promoción de vivienda con recursos provincia-
El mal llamado deporte de la caza atrae a tu- les, aunque, lamentablemente, en la mayoría de
ristas argentinos y extranjeros, quienes llegan en los casos, los monoblocks han resultado verdaderos
búsqueda de ciervos, jabalíes y pumas. ghettos urbanos.
La Pampa alta es la subregión más densamente Al sur de la capital, se encuentra la Reserva Pro-
poblada de la provincia y cuenta con precipitacio- vincial Parque Luro, donde se intenta preservar
nes históricamente superiores a los 600 mm. de los depredadores a especies exóticas (como el
La Pampa seca, en cambio, tiene mucha menor ciervo colorado o el jabalí) y autóctonas (pumas y
densidad de población y podríamos distinguir diversas aves), existiendo además un zoológico y
dos sectores: a) área central, que sufre particular- centro de interpretación.
mente las fuertes oscilaciones anuales de las iso- General Pico es la segunda ciudad de la provin-
hietas, con precipitaciones medias históricas en- cia, está situada en una próspera zona agropecua-
tre 300 y 600 mm y b) el extremo sudoccidental, ria y cuenta con un parque industrial.
con registros inferiores a los 300 mm anuales. La Otras localidades representativas son: General
acentuación de la continentalidad es proporcio- Acha, Eduardo Castex, Victorica, Realicó, Trenel,
nal a la disminución de las lluvias. Intendente Alvear, Macachín y Guatraché. En esta
La vegetación varía en el mismo sentido: desde la última se intenta promocionar un centro termal y
estepa graminosa pampeana, pasando por la cuña existe una reserva de avifauna, particularmente de
boscosa de caldenes, hasta llegar a la estepa arbus- flamencos rosados.
tiva con jarilla y demás vegetación xerófila, y final- Más allá de la ruta 35 resulta evidente la drásti-
mente a la casi ausencia de vegetación. ca disminución de la densidad de población y de
Lo mismo ocurre con las actividades producti- infraestructura vial. Las rutas 154, 152, 20 y 151
vas. En la pampa alta la agricultura se basa en el dan la impresión de haber sido trazadas “con re-
trigo, maíz, sorgo, centeno y soja, afianzada so- gla” para atravesar lo más rápidamente posible es-
bre una paulatina tecnificación y desarrollo de in- tos territorios.
fraestructura. En el área central (Pampa seca) se Sólo aparecen al norte, en la zona de los bañados
explotan los mayores yacimientos de sal, ya que del Atuel, Santa Isabel y Algarrobo del Águila. Ha-
los caldenes han sido virtualmente diezmados cia al centro encontramos diversas salinas en tor-
durante las tres primeras décadas del XX. Por úl- no de Puelén. Más al sur se sitúan Puelches, entre
timo, en el extremo sudoccidental las activida- las lagunas La Dulce, La Amarga (toponimia clara
des productivas están pendientes de los empren- como pocas) y Urre Lauquen. También el Parque
dimientos hidráulicos en el Dique y Usina 25 de Nacional Lihuel Calel, en las serranías del mismo
Mayo y en la gran represa de Casa de Piedra. nombre, que concentra lo más significativo de la
Por su posición, la Pampa seca es una región de flora desértica pampeana. En el oeste pampeano
tránsito desde la región metropolitana hacia Cu- aparecen, asimismo, una serie de localidades (Li-
yo y Patagonia. Quizás por eso su infraestructura may Mahuida, Algarrobo del Águila) que parecen
vial sea muy superior a la del promedio nacional; abstracciones cartográficas, padeciendo sus pobla-
sin embargo, muy poco de estos flujos deja recur- dores condiciones de vida extremadamente duras.
sos en la provincia. Sobre el eje sur, el Río Colorado permite otras
La ruta 188, camino obligado al oasis sanra- posibilidades, particularmente en aquellas locali-
faelino, atraviesa el norte pampeano. Desde Ge- dades como La Adela que tienen vinculación con
neral Villegas hacia el oeste cada pueblo pam- la patagónica provincia de Río Negro.
peano, por pequeño que sea, está señalado con En síntesis, la Pampa seca es una región de tran-
esmero, las banquinas se encuentran más fores- sición entre la pampa húmeda, la región patagó-
tadas que en la propia provincia de Buenos Ai- nica y Cuyo. A pesar de los esfuerzos de las ad-
res y se está intentado promocionar un centro ministraciones provinciales, cuya contracara es el
254 V • Análisis regional

fuerte clientelismo, sus condiciones difieren sig- nalmente, se destacan con mejores situaciones re-
nificativamente de este a oeste. Su característica lativas, Las Pampas ondulada y surera.
de encrucijada debería conferirle oportunidades El otro extremo de la pirámide, es decir, el seg-
alternativas de desarrollo, pero estas no podrán mento de la población con nivel universitario
concretarse si no se destinan fondos para promo- completo muestra algunas características territo-
ver el desarrollo a través de la educación, salud, riales semejantes, especialmente la posición des-
vivienda, infraestructura social y productiva y (lo favorable de Chaco santafecino, Pampa seca y Sie-
más importante) promover el acceso de la pobla- rras pampeanas. Por su parte, las subregiones con
ción a legítimos medios de producción. mayor tradición urbana concentran la mayor pro-
Habiendo mostrado las diferencias más notorias porción de población universitaria, en principio
entre diferentes áreas de la región pampeana, nos por disponer, desde un período más extenso, de
proponemos, a continuación, indagar con mayor centros de educación universitaria y, en segun-
detalle sus diferencias internas en lo que respecta da instancia, porque el mismo proceso históri-
a las condiciones de vida de su población. co configuró mayor diversificación a su estructu-
ra social. En directa vinculación con esta aprecia-
DESIGUALDADES INTERREGIONALES ción, puede verse también cómo las subregiones
PAMPEANAS de las Pampas surera y gringa, donde se localizan
centros urbanos de segundo orden y con sedes de
Dimensión educación universidades nacionales aparecen también en
buena posición relativa.
La población con instrucción deficiente acusa
mayor proporción en Chaco santafecino, Pampa Dimensión salud
seca, Delta y Sierras pampeanas; en segundo lu-
gar, se ubican las subregiones de la Patagonia bo- Respecto de la TMI, es posible definir tres grandes
naerense, Pampa alta y Lomadas entrerrianas; fi- grupos de subregiones. Por un lado, Chaco santa-

Mapa 20.2. Población con instrucción menor Mapa 20.3. Población con instrucción
que primaria. Región Pampeana, 2010. universitaria. Región Pampeana, 2010.

Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal. Cuartiles definidos por valores nacionales.
20 • La región pampeana 255

fecino, Sierras pampeanas, Pampa ondulada y li- subregiones pampeanas, encontrando en los ex-
toral que acusan altas tasas; en un segundo nivel, tremos a la Pampa surera con porcentajes muy ba-
pueden ubicarse las subregiones del Delta, Pam- jos, mientras que el Chaco santafecino sufre los
pa deprimida y seca; finalmente, aparecen aque- más altos. Con situaciones favorables, aparecen el
llas subregiones que se agrupan en los cuartiles resto de las subregiones vinculadas con la provin-
con tasas más bajas tales como las Pampas grin- cia de Buenos Aires, tales como las Pampas litoral,
ga, surera, y alta. deprimida, ondulada y alta.
La cobertura social exhibe, en general, buena si-
tuación relativa. Las peores situaciones se observan Dimensión ambiental
en los bordes de la región: Chaco santafecino, Sierras
pampeanas, Pampa seca y Patagonia bonaerense. Finalmente, aunque las dimensiones de educación,
salud y vivienda constituyan tres pilares básicos de
Dimensión vivienda la calidad de vida de la población, la inclusión de
la dimensión ambiental en el análisis no resulta
En relación con la población que padece hacina- menos importante.
miento, podemos ver cómo la mejor situación re- Considerando los RRBN, se destacan, en primer
lativa se ve representada por las subregiones de lugar, las Sierras pampeanas, en las que el pinto-
las Pampas surera, gringa, alta y deprimida; en un resco relieve se complementa con espejos, cursos
segundo escalón, se sitúa la Pampa ondulada, fi- de agua y balnearios naturales. Otra área nota-
nalmente las subregiones del Chaco santafeci- ble es el litoral de las Lomadas entrerrianas, en el
no, Patagonia bonaerense, Lomadas entrerrianas, cual la presencia de destacados cursos y espejos de
Delta y Pampa litoral sufren en mayor medida es- agua (con excelentes playas de río) se integra con
te problema. centros termales consolidados, especialmente en
Por su parte, el porcentaje de población sin re- el corredor del río Uruguay. También sobresale la
trete muestra diferencias más amplias entre las costa atlántica bonaerense, con sus playas y bal-

Mapa 20.4. Tasa de mortalidad infantil. Mapa 20.5. Población sin obra social.
Región Pampeana, 2009-2011. Región Pampeana, 2010.

Fuente: Censos Nacionales, Ministerio de Salud de la Nación y elaboración personal.


256 V • Análisis regional

Mapa 20.6. Población en hogares Mapa 20.7. Población en hogares sin


hacinados. Región Pampeana, 2010. retrete. Región Pampeana, 2010.

Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal. Cuartiles definidos por valores nacionales.

Mapa 20.8. Recursos recreativos de base Mapa 20.9. Recursos recreativos socialmente
natural. Región Pampeana, 2010. construidos. Región Pampeana, 2010.

Fuente: Velázquez y Celemín 2013.


20 • La región pampeana 257

Mapa 20.10. Problemas ambientales. Región Pampeana, 2010.

Fuente: Velázquez y Celemín 2013.

nearios, complementándose en sus adyacencias recreativos y se encuentra más alejado de los que re-
con las sierras de Tandilia y Ventania (Pampas li- sultan destacables. En general, la puntuación resul-
toral y surera). También deben señalarse algunos tante se basa en elementos menores como parques
recientes centros termales. En el resto del terri- y espacios verdes o pequeños balnearios.
torio pampeano, también está el área de la costa Finalmente, el territorio más carente de recur-
santafecina que cuenta con balnearios sobre el Pa- sos recreativos lo constituye la Pampa seca, algu-
raná. Este primer conjunto es el que cuenta con nos departamentos santafecinos, del oeste bonae-
los mejores recursos recreativos de base natural, rense y la periferia de la RMBA. Aquí los atracti-
generando así un entorno atractivo para el espar- vos naturales resultan particularmente escasos en
cimiento cotidiano de su población. función de la población residente, por lo que nor-
En segundo término tenemos las inmediacio- malmente sólo los grupos de mayores ingresos lo-
nes de las Sierras pampeanas, costa norte santa- gran acceder a otras formas de esparcimiento (so-
fecina, interior de las Lomadas entrerrianas, Pam- cialmente construido) en virtud de su capacidad
pas litoral y surera. Algunas zonas del sudeste de de consumo.
la provincia de La Pampa (Pampa alta) también Respecto de los RRSC, en primer lugar están las
aparecen aquí por la presencia de termas, parques áreas centrales de las principales ciudades (Cór-
o espacios verdes destacados. En este grupo los re- doba, Rosario) que, por su escala urbana, brindan
cursos recreativos de base natural se encuentran servicios de especial jerarquía. También se desta-
más alejados o no resultan tan significativos co- can las capitales provinciales (Santa Rosa en La
mo en el primero. Pampa, Paraná en Entre Ríos, Santa Fe en la pro-
El tercer grupo incluye gran parte de la Pampa vincia homónima, La Plata y Mar del Plata en
gringa, el interior de la provincia de Buenos Aires Buenos Aires) y algunas localidades intermedias
(fundamentalmente la Pampa deprimida), norte de que cuentan con importantes RRSC.
las Lomadas entrerrianas y diversos departamentos En segundo término, se presenta un grupo de
de la Pampa alta. Este conjunto de territorio es el departamentos que rodean a los primeros y cuya
más numeroso, posee menor dotación de recursos cabecera posee menor jerarquía urbana. A gran-
258 V • Análisis regional

des rasgos se trata de localidades menores a los tuación es heterogénea en su interior y puede ser
100.000 habitantes, que poseen razonable dota- analizada a partir dimensiones socioeconómi-
ción de servicios (educativos, sanitarios, comer- cas y ambientales significativas que nos permi-
ciales), pero no grandes atractivos socialmente ten sintetizar la situación de cada departamento
construidos para el esparcimiento cotidiano de y subregión.
su población. La región exhibe cierta degradación hacia sus
Un tercer escalón reúne alta proporción de de- bordes. Tal como mencionamos al principio de
partamentos, bastante carentes aún en lo que res- este trabajo, podemos distinguir tres sectores: a)
pecta a amenidades socialmente construidas. Es- el área central, con mayor desarrollo relativo, que
tos se encuentran más alejados de los atractivos comprende la mayor parte de Buenos Aires, excep-
y sus cabeceras son pueblos grandes, por debajo tuando la Pampa deprimida y la zona de contac-
de los 50.000 habitantes. Cuentan, tan sólo, con to con la RMBA, b) Santa Fe y Córdoba, con ín-
servicios (educativos, sanitarios, comerciales) bá- dices relativamente altos de bienestar y con zo-
sicos, siendo menos significativos aún los destina- nas de transición hacia otras regiones al norte y c)
dos a la recreación. un área relativamente periférica (La Pampa y En-
Finalmente, en el grupo más desprovisto de es- tre Ríos).
tos recursos están los departamentos de las Pam- En términos de subregiones, en un primer esca-
pas deprimida y seca. En todos los casos, se tra- lón, se sitúan las Pampas surera y gringa, cuyas
ta de pueblos bastante pequeños, donde reina la buenas condiciones se vinculan con su estructura
tranquilidad extrema, que se caracterizan por ser económica y social diversificada, lo cual se tradu-
centros emisores de juventud y de aquellos seg- ce en indicadores relativamente buenos en lo que
mentos poblacionales que presenten mayores in- respecta a educación, salud y vivienda. La prime-
quietudes. ra se beneficia, además, por su destacada dotación
Finalmente, los mayores PA se presentan clara- de RRBN (playas de mar y sierras).
mente en torno de la RMBA, en donde se combi- En contraposición, la peor situación relativa se
nan negativamente la fuerte presencia de indus- registra en los bordes regionales: Chaco santafeci-
trias, contaminación, ruido, congestionamiento, no, Oeste pampeano y Sierras pampeanas. En to-
asentamientos precarios, basurales e inundabili- dos los casos, su estructura económica y social re-
dad. El resto de las capitales provinciales también sulta más simple y dicotómica, perjudicando así
se incluyen en este grupo: existe correlación positi- las condiciones de vida de la mayoría de su pobla-
va entre jerarquía urbana y problemas ambientales. ción. En los dos primeros casos, se suman, además,
En un segundo escalón, se distingue una com- problemas ambientales de magnitud considerable.
binación de situaciones: por un lado, el corazón Otras subregiones, como las Pampas ondulada o
de la explotación sojera de la pampa húmeda en litoral exhiben diversos grados de contradicción.
el sur de Santa Fe, gran parte de Córdoba (Pam- La Pampa ondulada tiene condiciones socioeco-
pa gringa) y norte de Buenos Aires (Pampa on- nómicas relativamente buenas pero su dotación
dulada), donde el problema excluyente es el uso de RR es relativamente baja y padece, además, pro-
de agrotóxicos. Por otro lado, una serie de locali- blemas ambientales. La Pampa litoral, por el con-
dades intermedias en las cuales hay diversos pro- trario, posee RRBN pero, a pesar de los intentos
blemas (inundabilidad, industria, localizaciones de diversificación y extensión de las temporadas,
peligrosas). continúa evidenciando la vulnerabilidad del turis-
En los dos grupos con menores problemas, en- mo estacional en su estructura socioeconómica.
contramos numerosos departamentos que ca-
recen de industrias. Asimismo, la aplicación de REFLEXIONES FINALES
agroquímicos resulta menor y, en general, carecen
de otro tipo de riesgos, ya que predomina la ac- La región más “destacada” en el proceso históri-
tividad ganadera extensiva, de relativamente bajo co de conformación de Estado argentino posee
impacto ambiental. fuertes inequidades en su interior. Estas asime-
trías son cambiantes de acuerdo con la dimen-
LA CALIDAD DE VIDA sión de análisis utilizada; tanto es así que algu-
EN LA REGIÓN PAMPEANA nas subregiones aparecen resaltadas en algunos
aspectos y luego muy postergadas en otros. A mo-
La región pampeana es, luego de la patagónica, do de ejemplo, podríamos citar el positivo com-
la de mejor calidad de vida en Argentina. Esta si- portamiento de la Pampa deprimida respecto del
20 • La región pampeana 259

Mapa 20.11. Índice de calidad de vida. Región Pampeana, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de Censos Nacionales, estadísticas vitales


e indicadores ambientales. Cuartiles definidos por valores nacionales.

hacinamiento y la adversa situación en sus condi- plo el hacinamiento o la carencia de retrete. Otros,
ciones ambientales. por el contrario, denuncian diferencias sustancia-
Fue posible corroborar también que algunos indi- les que parecían inadmisibles al comienzo del aná-
cadores, como es de esperar en una regionalización, lisis, como ocurre con la TMI, la población con ni-
exhiban un comportamiento menos asimétrico en vel universitario o los recursos recreativos.
el interior de la región pampeana, como por ejem- Finalmente, gracias al análisis sintético presen-
260 V • Análisis regional

tado mediante el índice de calidad de vida, donde ras experimentadas durante los últimos años, las
las situaciones particulares extremas tienden a in- situaciones extremas tienden a retroalimentarse:
tegrarse, es posible llegar a una mejor interpreta- tanto las negativas, impidiendo salir de las con-
ción de las diferencias intraregionales. diciones adversas, como las positivas, permitien-
Los resultados obtenidos nos permiten afirmar do sostenerse en mejores condiciones relativas de
que, en general, y a pesar de las indudables mejo- bienestar.
21

LA REGIÓN METROPOLITANA
DE BUENOS AIRES


Claudia A. Baxendale
Gustavo D. Buzai
Jorge O. Morina

INTRODUCCIÓN Berazategui, Esteban Echeverría) presentaban las


peores situaciones.
A finales de la década del 2000, en función de la En esta ocasión, el área de estudio ha variado
información proporcionada por el Censo Nacio- su composición dado que se está considerando
nal de Población, Hogares y Viviendas 2001 (IN- la CABA junto con 30 partidos que integran en
DEC 2001), sistematizada en el Centro de Inves- forma total o parcial el denominado Aglomerado
tigaciones Geográficas (CIG) de la Universidad Gran Buenos Aires (AGBA). A los fines de este es-
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Ai- tudio, nos hemos referido a este ámbito territo-
res, resultó posible avanzar en el estudio de la ca- rial como Región Metropolitana de Buenos Aires
lidad de vida (CdV) en la Región Metropolitana (RMBA).
de Buenos Aires (Morina, Buzai y Baxendale 2008; Por su parte, la CABA fue considerada como una
Baxendale, Buzai y Morina 2012) unidad espacial individual, pero también se tra-
En estos trabajos, el área de estudio compren- bajó discriminando la información en las 15 co-
día la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) munas que la componen. Cabe aclarar que dichas
junto a los 24 partidos de la Provincia de Bue- comunas no presentan un gobierno local de la
nos Aires (PBA) que, en sentido administrativo, misma jerarquía que los partidos del área de es-
el Instituto Nacional de Estadística y Censos (IN- tudio y de la CABA; sin embargo, consideramos
DEC) define como “Gran Buenos Aires”. La re- pertinente su análisis a nivel comunal con el ob-
gionalización realizada permitió agrupar las 25 jetivo de determinar la diferenciación intraurba-
unidades espaciales en 7 grupos en función de su na de la CABA como ciudad central de la RMBA y
grado de asociación en las nueve variables consi- la comparación con sectores urbanos que forman
deradas para la elaboración del índice de calidad los partidos de la PBA.
de vida (ICV). La comparación entre la diferen- En la serie de aplicaciones realizadas, se recurrió
ciación espacial obtenida con la regionalización a las mismas metodologías de análisis para el es-
realizada y el mapeo del ICV permitió constatar tudio del área, si bien, en esta oportunidad, se en-
coincidencias en las situaciones extremas al ob- riquece el análisis en forma diacrónica al compa-
servarse que partidos de los grupos I, II y III (San rar los resultados con información del año 2001
Isidro, Vicente López, Capital Federal, Ituzain- con los de 2010.
gó, Morón, Avellaneda, Tres de Febrero, Hurlin- Considerando que la Geografía brinda impor-
gham, General San Martín, Lanús y San Fernan- tantes bases teórico-metodológicas que desde un
do) presentaban los mejores valores en el ICV, punto de vista conceptual permiten conocer y ex-
en tanto que los partidos de los grupos VI y VII plicar la organización del territorio, y desde una
(Ezeiza, Tigre, José C. Paz, Malvinas Argentinas, perspectiva instrumental permite disponer de he-
Florencio Varela, Merlo, Moreno, San Miguel, rramientas para su organización, el presente tra-
262 V • Análisis regional

bajo genera resultados que posibilitan el análisis Mientras que desde un criterio jurídico se pue-
espacial en ambos niveles. den diferenciar los municipios que integran el
área de estudio y que, en este caso, coinciden con
ÁREA DE ESTUDIO: DEFINICIÓN los límites de la CABA y de los partidos conside-
DE CONCEPTOS rados, la definición física no contempla delimi-
taciones administrativas. Por lo tanto, el INDEC
El área de estudio comprende la CABA junto a (2006) designa a ciertos aglomerados de 100.000
30 partidos completos, cuya superficie integra en o más habitantes, que rebasa límites político-ad-
forma total o parcial el denominado Aglomerado ministrativos, mediante el nombre del compo-
Gran Buenos Aires. nente principal precedido por la partícula “Gran”;
El INDEC define Aglomerado Gran Buenos Aires al señalemos también que fue para el Censo de 1970
área geográfica delimitada por la “envolvente de que ese criterio se explicitó por primera vez, intro-
población” que se sustenta en la “mancha urba- duciendo el concepto de “aglomerado” para refe-
na” como línea que marca el límite hasta donde se rirse a una localidad física que atraviesa límites de
extiende la continuidad de construcciones, por lo provincias, departamentos o partidos, o áreas de
cual dicha línea varía a través del tiempo y no res- gobierno local (municipio, comunas, jurisdiccio-
peta los límites político-administrativos que con- nes de comisiones de fomento, etc.) según termi-
forman el área. nología que varía de una provincia a otra.
Definir una localidad censal como “aglomera- En el cuadro 21.1 y el mapa 21.1 se detallan las
ción” significa delimitarla mediante un criterio fí- unidades espaciales del área de estudio.
sico. Así entonces, ante la necesidad de establecer Hemos considerado las 15 comunas como uni-
con fines exclusivamente censales una definición dades espaciales que integran la CABA por tratar-
técnica de “localidad”, el INDEC optó por el crite- se de unidades de gestión política y administra-
rio físico que se refiere a la concentración espacial tiva descentralizada con competencia territorial,
de ciertos elementos artificiales, tales como edifi- patrimonio y personería jurídica propia y cuyo
cios y calles, fácilmente reconocibles en el terreno, gobierno es ejercido por un órgano colegiado in-
fotografías aéreas o imágenes satelitales. Una “lo- tegrado por siete miembros, elegidos por los ciu-
calidad” definida según este criterio técnico se de- dadanos domiciliados en ellas, que forman la de-
nomina “aglomeración”.1 nominada Junta Comunal.
En el cuadro 21.2, se especifican los barrios que
1 Para conocer los criterios de definición ampliada de lo- comprende cada comuna, cuya identidad es, en
calidad, puede consultarse un estudio realizado por Vap- general, más conocida como espacios internos de
ñarsky (INDEC 1998). la CABA.

Cuadro 21.1. Unidades espaciales de la Región Metropolitana de Buenos Aires.

Relación con el Aglomerado Gran Buenos Aires Unidades espaciales


Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
1 ciudad central
compuesta por 15 comunas.
Avellaneda, General San Martín, Hurlingham,
14 partidos cuya superficie y población Ituzaingó, José C. Paz, Lanús, Lomas de Zamora,
integran totalmente el aglomerado Malvinas Argentinas, Morón, Quilmes, San Isidro,
San Miguel, Tres de Febrero y Vicente López.
Almirante Brown, Berazategui, Esteban
10 partidos cuya superficie y población
Echeverría, Ezeiza, Florencio Varela, La Matanza,
integran parcialmente el aglomerado
Merlo, Moreno, San Fernando y Tigre.
6 partidos cuya superficie y población integran
Escobar, General Rodríguez, Marcos Paz,
parcialmente el aglomerado pero no forman
Presidente Perón, Pilar y San Vicente.
parte del GBA en sentido administrativo
21 • La RMBA 263

Mapa 21.1. Región Metropolitana de Buenos Aires. Unidades espaciales.

Situación relativa
CABA / Comunas

Referencias 15. L. de Zamora


16. Malvinas Arg.
1. Alte. Brown 17. Marcos Paz
2. Avellaneda 18. Merlo
3. Berazategui 19. Moreno
4. Escobar 20. Morón
5. E. Echeverría 21. Pilar
6. Ezeiza 22. Pres. Perón
7. Fcio. Varela 23. Quilmes
8. Gral. Rodríguez 24. San Fernando
9. Gral. San Martín 25. San Isidro
10. Hurlingham 26. San Miguel
11. Ituzaingó 27. San Vicente
12. José C. Paz 28. Tigre
13. La Matanza 29. Tres Febrero
14. Lanús 30. V. López

Cuadro 21.2. Unidades espaciales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Comuna Barrios
Comuna 1 Constitución, Montserrat, Puerto Madero, Retiro, San Nicolás y San Telmo.
Comuna 2 Recoleta
Comuna 3 Balvanera y San Cristóbal
Comuna 4 Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios.
Comuna 5 Almagro y Boedo
Comuna 6 Caballito
Comuna 7 Flores y Parque Chacabuco
Comuna 8 Villa Lugano, Villa Riachuelo y Villa Soldati
Comuna 9 Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda
Comuna 10 Floresta, Monte Castro, Veléz Sarsfield, Versalles, Villa Luro y Villa Real
Comuna 11 Villa Devoto, Villa General Mitre, Villa del Parque y Villa Santa Rita.
Comuna 12 Coghlan, Saavedra, Villa Pueyrredón y Villa Urquiza
Comuna 13 Belgrano, Colegiales y Núñez
Comuna 14 Palermo
Comuna 15 Agronomía, Chacarita, La Paternal, Parque Chas, Villa Crespo y Villa Ortúzar.
264 V • Análisis regional

COMPARACIÓN DEL ÍNDICE DE vés de los ordenamientos correspondientes desde


CALIDAD DE VIDA 2001 Y 2010 la mejor a la peor posición.
En primer lugar, se pude observar que el índice
El índice de calidad de vida (ICV) es un índice sin- no fue calculado en 2001 a nivel comunal por lo
tético obtenido mediante la suma de índices par- cual aparece el mismo valor para todas las comu-
ciales para las variables consideradas. Su cons- nas, siendo el correspondiente al de la CABA que,
trucción y cálculo fue realizado por Velázquez et junto con los partidos de Vicente López y San Isi-
al. (2014) y permite mantener para ambas fechas dro, ocupan las mejores posiciones. Para el año
censales similares indicadores en su construcción. 2010 ya se cuenta con un cálculo del índice pa-
Un análisis comparativo de los resultados del ra las comunas, pudiéndose observar que todas
ICV de 2001 y 2010 para las unidades espacia- aparecen ocupando los primeros 17 puestos, con
les del área de estudio permite obtener el cuadro excepción de la Comuna 8 correspondiente a los
21.4, que da lugar a un análisis comparativo a tra- barrios de Villa Soldati - Villa Lugano - Villa Ria-

Cuadro 21.3. Indicadores.

Sigla Definición
Crecimiento relativo intercensal de la población para el período 2001-2010
Crecpob200110
(por ciento).
Participación porcentual de la población de 15 años y más que ya no asiste,
%pob<1ria
con nivel de instrucción alcanzado menor que primario completo.
Participación porcentual de la población de 15 años y más que ya no asiste,
%pobUniversit
con nivel de instrucción alcanzado correspondiente a universitario completo.
Tasa de mortalidad infantil según lugar de residencia de la madre para los años
TMI2009-2011
2009 -2010-2011 (media de los tres años) (por mil).
%pobsinobsoc Porcentaje de población sin obra social o mutual.
%pobsinretrete Porcentaje de población que reside en hogares sin retrete.
Porcentaje de población que reside en hogares con hacinamiento (más de 2
%pobhacinada
personas por cuarto).
IndiceNivelSocio Indice síntesis calculado sobre la suma de los índices de educación, salud y
Economico vivienda con la misma ponderación.
Recursos recreativos de base natural – Puntaje total otorgado de 0 a 10 por la
RRBN presencia de playas, balnearios, centros termales, nieve/hielo, relieve, espejos y
cursos de agua, parques y espacios verdes.
Recursos recreativos socialmente construidos. Puntaje total otorgado de 0 a 10
RRSC por: estética y patrimonio urbano, centros culturales, centros comerciales y de
equipamiento y centros deportivos.
Problemas ambientales. Complemento de los problemas ambientales: plaguicidas
en agricultura, participación de industria y minería en el PBG, contaminación,
ruido, congestionamiento, localizaciones peligrosas, localizaciones con externali-
PA (complemento)
dades negativas, inseguridad, asentamientos precarios, basurales, sismicidad y vul-
canismo, tornados, inundabilidad y malestar climático. Cuanto más altos son los
problemas ambientales, más bajo es su complemento (valor de 0 a 10 puntos).
ICA (50/50) Índice de calidad ambiental. Combinación ponderada de RRBN, RRSC y Pro-
blemas ambientales.
Índice de calidad de vida obtenido de la sumatoria de los índices de los in-
ICV2010 (60/40)
dicadores más el ICA. Combinación ponderada de: 60 % Educación, Salud y
Vivienda, 20 % RRBN y RRSC, y 20 % PA.
Índice de calidad de vida 2001. Combinación ponderada de 80 % Educación,
ICV2001 (80/20)
Salud y Vivienda y 20 % Problemas Ambientales.
21 • La RMBA 265

Cuadro 21.4. Resultados comparativos del ICV 2001-2010.

Posición Posición
Departamento / ICV2001 Departamento / ICV2010
(de mejor (de mejor
Comuna (80/20) Comuna (60/40)
a peor) a peor
1 CABA 8,28 1 Comuna 02 8,56
2 Comuna 01 8,28 2 Comuna 14 8,50
3 Comuna 02 8,28 3 Comuna 13 8,46
4 Comuna 03 8,28 4 Comuna 06 8,22
5 Comuna 04 8,28 5 Vicente López 8,06
6 Comuna 05 8,28 6 Comuna 12 8,02
7 Comuna 06 8,28 7 San Isidro 7,94
8 Comuna 07 8,28 8 Comuna 11 7,90
9 Comuna 08 8,28 9 Comuna 05 7,90
10 Comuna 09 8,28 10 Comuna 15 7,83
11 Comuna 10 8,28 11 CABA 7,74
12 Comuna 11 8,28 12 Comuna 10 7,68
13 Comuna 12 8,28 13 Comuna 03 7,57
14 Comuna 13 8,28 14 Comuna 01 7,52
15 Comuna 14 8,28 15 Comuna 07 7,48
16 Comuna 15 8,28 16 Comuna 09 7,39
17 Vicente López 8,27 17 Comuna 04 7,07
18 San Isidro 8,00 18 Morón 7,00
19 Morón 7,45 19 Tigre 6,99
20 Tres de Febrero 7,22 20 Ituzaingó (Bue) 6,95
21 Avellaneda (Bue) 7,14 21 San Fernando (Bue) 6,91
22 Ituzaingó (Bue) 7,07 22 Comuna 08 6,66
23 Almirante Brown (Bue) 6,96 23 Tres de Febrero 6,64
24 Lanús 6,91 24 Quilmes 6,49
25 Hurlingham 6,89 25 Lanús 6,45
26 General San Martín (Bue) 6,84 26 Avellaneda (Bue) 6,44
27 San Vicente 6,73 27 Hurlingham 6,44
28 San Fernando (Bue) 6,68 28 General San Martín (Bue) 6,40
29 Quilmes 6,54 29 San Miguel (Bue) 6,36
30 General Rodríguez 6,50 30 Escobar 6,21
31 Marcos Paz 6,50 31 Pilar 6,18
32 San Miguel (Bue) 6,40 32 Berazategui 6,13
33 Lomas de Zamora 6,39 33 Lomas de Zamora 6,13
34 Berazategui 6,38 34 Esteban Echeverría 5,99
35 Tigre 6,33 35 Almirante Brown (Bue) 5,99
36 La Matanza 6,30 36 La Matanza 5,86
37 Esteban Echeverría 6,09 37 Merlo 5,81
38 Escobar 6,02 38 Ezeiza 5,79
39 Presidente Perón 5,97 39 Malvinas Argentinas 5,78
40 Pilar 5,93 40 Moreno (Bue) 5,75
41 Malvinas Argentinas 5,87 41 General Rodríguez 5,67
42 Merlo 5,72 42 San Vicente 5,67
43 Ezeiza 5,67 43 Florencio Varela 5,53
44 Florencio Varela 5,54 44 José C. Paz 5,52
45 Moreno (Bue) 5,52 45 Marcos Paz 5,52
46 José C. Paz 5,50 46 Presidente Perón 5,22
266 V • Análisis regional

chuelo, localizados en el sector sur de la ciudad Un análisis de la tabla permite ver desde un pun-
en el ángulo formado entre la Avenida General to de vista dicotómico, que hay partidos que me-
Paz y el Riachuelo, límites jurisdiccionales de la joraron su situación relativa (San Fernando, Quil-
CABA. mes, Berazategui, Tigre, Escobar, Pilar, Malvinas
Por su parte, un análisis de las unidades espacia- Argentinas, Merlo y Ezeiza) mientras que otros la
les restantes por cuartiles nos permite diferenciar empeoraron (Almirante Brown, Avellaneda, Hur-
aquellos partidos cuya posición mejoró, los que lingham, San Vicente, General Rodríguez, Marcos
empeoraron en su ubicación y los que se mantu- Paz y Presidente Perón). El mapa 21.2 presenta la
vieron en el mismo cuartil. distribución espacial de los cambios.

Mapa 21.2. Región Metropolitana de Buenos Aires. Distribución espacial de cambios 2001-2010.

Situación relativa
CABA

Referencias

Los números indican quintiles del


1 al 5 (mejor a peor situación). Se
expresa el cambio de quintil cuan-
do hay dos numéros; el primero co-
rresponde al resultado del 2001 y el
segundo, al del 2010. Cuando una
unidad espacial queda en el mismo
quintil, el número correspondiente
no se repite.

MAPA SOCIAL E ÍNDICE DE CALIDAD DE VIDA con finalidad específica (Marcos 2011), el análisis
de los modelos urbanos (Buzai 2014) y la utiliza-
En Buzai y Marcos (2012), hemos realizado un ción de variables censales del año 2001 con com-
análisis del mapa social de la Aglomeración Gran portamiento de beneficio (situaciones favorables)
Buenos Aires (AGBA) a partir de la aplicación téc- y costo (situaciones desfavorables) en la metodo-
nica de procedimientos de análisis multivariado logía de obtención de puntajes de clasificación es-
–la asociación espacial por superposición temá- pacial (PCE). Corresponde la aproximación a una
tica–, teniendo como marco conceptual aspectos clasificación espacial que lleva a la obtención del
modelísticos de la estructura socioespacial de las mapa social.
grandes ciudades de América Latina. Con posterioridad, fueron incorporadas dos ca-
El resultado final fue logrado mediante la reali- pas temáticas puntuales en el análisis: las urbani-
zación de la base cartográfica del área de estudio zaciones cerradas (country clubs, clubes de chacra y
21 • La RMBA 267

clubes de campo) y los asentamientos precarios (vi- El mapa 21.3 muestra esta relación donde las
llas miseria), ambos representantes de niveles so- nuevas urbanizaciones corresponden a asenta-
cioeconómicos claramente opuestos. mientos poblacionales de nivel socioeconómico
Tomando como base los trabajos previos, en es- medio - alto y alto, mientras los asentamientos
te punto se considera la distribución del ICV co- precarios, por el contrario, corresponden a asen-
mo aproximación al mapa social y se verifica la co- tamientos poblacionales de nivel socioeconómico
rrespondencia espacial con las distribuciones es- bajo y muy bajo. La distribución espacial del índi-
paciales puntuales mencionadas y las tendencias ce muestra áreas homogéneas y los elementos su-
evidenciadas en la segunda mitad de la década de perpuestos, un indicador de la fragmentación del
1990 (Torres 1999). espacio urbano tradicional.

Mapa 21.3. Región Metropolitana de Buenos Aires. ICV, nuevas urbanizaciones y asentamientos precarios.

Referencias

Mapeo por cuantiles: 9 unidades


espaciales en cada categoría.

El resultado inicial obtenido corresponde al ma- za a partir del centro principal de la CABA
peo del ICV como aproximación al mapa social (CBD, Central Business District).
de la RMBA, presentando una clara distribución 2. ICV alto (puntaje de 6,97 a 7,84). Rodea espa-
modelística. Del análisis cartográfico se despren- cialmente la categoría anterior. Área interme-
den claramente los siguientes elementos de su es- dia de la CABA, extensión oeste y norte.
tructura socioespacial:
3. ICV medio (puntaje de 6,38 a 6,97). Se ubica
1. ICV muy alto (puntaje de 7,84 a 8,56). Desa- en el sur de la CABA y partidos contiguos a
rrollo lineal en una franja norte que comien- ella en el sur, oeste y norte.
268 V • Análisis regional

4. ICV bajo (puntaje de 5,81 a 6,38). Rodea to- ble comportamiento: una correlación espacial ne-
das las categorías anteriores en un anillo que gativa en contextos más oscuros en la primera co-
comprende partidos de la segunda y la tercera rona de partidos y una correlación positiva en las
corona de la RMBA. coronas exteriores.
5. ICV muy bajo (puntajes 5,22 a 5,81): Anillo De esta manera, podemos completar el modelo
exterior, partidos extremos de la RMBA prin- de la RMBA y tener elementos visuales que pre-
cipalmente en el oeste y el sur. sentan configuraciones espaciales en anillos, sec-
tores, núcleos múltiples y fragmentaciones; es de-
Con la finalidad de completar el modelo, se su- cir que, en esta situación empírica de las grandes
perponen los elementos puntuales. Resulta inte- ciudades, se aprecian elementos modelísticos ur-
resante ver, en este caso, de qué manera estas enti- banos propios de la realidad latinoamericana.
dades generan una importante fragmentación so- El cuadro 21.5 presenta los valores numéricos
cioespacial. Las urbanizaciones cerradas se ubican proporcionados por los indicadores que integran
en la periferia extrema de la AGBA y toman el co- el ICV; la mayoría de ellos se expresan en porcenta-
lor (verde) de las condiciones favorables (ICV muy jes y éstos han considerado la matriz de datos ín-
alto); por lo tanto, puede verse una fuerte correla- dice (MDI) (Buzai y Baxendale 2012) que lleva a la
ción espacial negativa entre estos puntos en con- realización de la matriz de correlaciones de indica-
textos claros del ICV. Los asentamientos precarios se dores (MCI) de 8x8 presentada en el cuadro 21.6.
ubican principalmente en el sector sur de la CABA
y en todos los anillos de la AGBA, y toman el co- ANÁLISIS DE CORRELACIONES
lor azul. Con respecto a ellos, puede verse un do- DE LOS INDICADORES

Cuadro 21.5. Matriz de indicadores.

TMI
Departamento / Crecpob %pob- %pob- %pobsin- %pobsin- %pob- ICA
pob2010 2009-
Comuna 200110 <1ria Universit obsoc retrete hacinada (50/50)
2011
Alte. Brown (Bue) 552902 7,89 11,13 3,84 13,19 38,48 2,46 30,70 5,44
Avellaneda (Bue) 342677 4,61 7,62 6,48 13,58 28,56 1,27 20,86 5,53
Berazategui 324244 12,90 10,73 4,11 15,09 38,09 2,23 30,73 5,87
CABA 2890151 6,19 4,54 19,44 8,11 22,89 0,80 19,04 6,75
Comuna 01 205886 6,19 4,26 23,56 8,11 24,98 2,22 25,95 6,75
Comuna 02 157932 6,19 1,42 42,27 8,11 6,21 0,34 7,80 6,75
Comuna 03 187537 6,19 3,44 17,79 8,11 18,92 1,11 21,16 6,75
Comuna 04 218245 6,19 6,50 9,36 8,11 29,96 1,62 27,46 6,75
Comuna 05 179005 6,19 2,70 22,37 8,11 12,58 0,56 13,34 6,75
Comuna 06 176076 6,19 1,86 29,20 8,11 7,79 0,25 7,78 6,75
Comuna 07 220591 6,19 4,34 16,43 8,11 24,13 0,95 19,20 6,75
Comuna 08 187237 6,19 8,98 4,05 8,11 43,00 1,60 31,70 6,75
Comuna 09 161797 6,19 4,68 9,81 8,11 23,38 0,81 14,78 6,75
Comuna 10 166022 6,19 2,97 14,95 8,11 17,77 0,44 10,65 6,75
Comuna 11 189832 6,19 2,47 19,02 8,11 12,22 0,46 8,04 6,75
Comuna 12 200116 6,19 2,24 22,75 8,11 10,42 0,29 7,94 6,75
Comuna 13 231331 6,19 1,41 37,08 8,11 6,17 0,25 6,57 6,75
Comuna 14 225970 6,19 1,53 40,19 8,11 6,97 0,27 8,11 6,75
Comuna 15 182574 6,19 2,98 20,39 8,11 14,56 0,70 12,63 6,75
Escobar 213619 20,31 12,06 5,87 13,17 40,05 2,28 33,16 6,03
Esteban Echeverría 300959 23,62 11,80 4,15 12,03 41,18 2,25 33,51 5,55
21 • La RMBA 269

TMI
Departamento / Crecpob %pob- %pob- %pobsin- %pobsin- %pob- ICA
pob2010 2009-
Comuna 200110 <1ria Universit obsoc retrete hacinada (50/50)
2011
Ezeiza 163722 41,16 13,18 2,65 14,83 43,11 2,34 38,91 5,64
Florencio Varela 426005 23,05 15,44 1,52 13,78 50,48 3,15 41,37 5,50
General Rodríguez 87185 29,53 12,48 3,30 12,75 41,76 2,42 35,30 4,97
Gral. San Martín (Bue) 414196 3,51 9,13 5,43 10,59 33,81 1,17 24,16 5,63
Hurlingham 181241 5,75 9,42 4,98 13,36 31,79 1,56 23,16 5,90
Ituzaingó (Bue) 167824 7,39 6,98 8,23 8,56 29,30 0,94 18,92 6,25
José C. Paz 265981 16,03 15,33 1,74 13,54 46,64 2,12 37,45 5,12
La Matanza 1775816 41,98 13,30 3,01 11,32 45,10 2,45 36,90 5,56
Lanús 459263 1,83 8,82 5,65 11,88 29,88 1,23 21,59 5,61
Lomas de Zamora 616279 4,97 11,51 6,41 12,31 41,57 2,69 28,69 5,65
Malvinas Argentinas 322375 11,25 13,19 2,66 12,09 41,51 2,92 33,85 5,25
Marcos Paz 54181 30,10 13,19 2,93 13,91 43,69 1,97 37,81 4,85
Merlo 528494 12,83 13,04 2,45 14,39 46,19 2,15 35,27 5,65
Moreno (Bue) 452505 19,28 13,34 2,72 14,29 48,39 2,20 38,40 5,68
Morón 321109 5,05 6,77 9,84 11,33 27,18 0,80 15,14 6,27
Pilar 299077 29,40 12,73 8,14 12,72 39,92 2,22 35,07 5,90
Presidente Perón 81141 35,17 14,29 1,67 14,78 49,12 3,28 44,92 4,80
Quilmes 582943 12,90 10,69 5,84 11,30 36,50 2,34 28,00 6,25
San Fernando (Bue) 163240 8,86 9,84 6,72 15,43 32,29 1,84 28,94 7,35
San Isidro 292878 1,04 5,18 19,20 8,66 19,62 0,85 14,18 7,49
San Miguel (Bue) 276190 9,91 10,70 5,92 11,45 34,12 1,69 28,18 5,83
San Vicente 59478 35,26 12,43 3,06 11,53 45,18 2,94 37,46 5,11
Tigre 376381 25,32 10,56 7,81 12,36 34,60 2,37 29,29 7,44
Tres de Febrero 340071 1,55 7,57 6,45 11,41 30,56 0,80 19,25 5,86
Vicente López 269420 -0,96 3,43 20,82 7,05 14,64 0,36 9,57 7,13

Cuadro 21.6. Matriz de correlaciones de indicadores.

TMI %pob- %pob-


Crecpob %pob- %pob- %pobsin- ICA
  2009- sinretre- hacina-
200110 <1ria Universit obsoc (50/50)
2011 te da
Crecpob200110 1,000              
%pob<1ria 0,684 1,000            
%pobUniversit -0,468 -0,868 1,000          
TMI2009-2011 0,556 0,861 -0,731 1,000        
%pobsinobsoc 0,643 0,971 -0,905 0,790 1,000      
%pobsinretrete 0,687 0,902 -0,748 0,748 0,903 1,000    
%pobhacinada 0,737 0,948 -0,815 0,780 0,963 0,941 1,000  
ICA(50/50) -0,560 -0,765 0,649 -0,680 -0,733 -0,657 -0,707 1,000
270 V • Análisis regional

Gráfico 21.1. Análisis bivariado.

1a. ICV vs. Crecimiento Poblacional

1b. ICV vs Universitario

1c. Selección de unidades espaciales

1d. ICV vs Primario


21 • La RMBA 271

El análisis de correlación entre variables es un espacial de la selección realizada en el primer dia-


método que permite comparar el grado o fuerza grama. Corresponde a las unidades espaciales del
de asociación entre pares de variables y determi- cuadrante superior izquierdo, el cual presenta las
nar la forma de esa relación (si es directa o indi- unidades espaciales más desfavorables, aquellas
recta y su intensidad). que presentan menor ICV y mayor crecimiento
En la matriz de correlaciones se puede apreciar: poblacional. Las unidades espaciales involucra-
• La intensa correlación positiva que existe entre das también aparecen seleccionadas en los otros
los indicadores que presentan situaciones des- dos diagramas, donde se comprueba su perte-
favorables de la calidad de vida de la población. nencia a los cuadrantes que muestran las peores
situaciones.
• La intensa correlación positiva que existe en-
tre la variable crecimiento de la población y
REGIONALIZACIÓN
los indicadores que presentan dichas situa-
ciones desfavorables.
Sobre la base de la aplicación del linkageanaly-
• La correlación inversa que presenta el ICA y sis (Buzai y Baxendale 2012) se obtuvieron los si-
%pobUniversit con el resto de indicadores. guientes grupos de partidos a partir de la ma-
El gráfico 21.1 presenta tres diagramas de dis- triz de correlaciones entre unidades espaciales
persión que relacionan el ICV con el crecimien- (MCUE), en función de los indicadores conside-
to poblacional (1a), Universitario (1b), Primario rados en la elaboración del ICV, incluyendo tam-
(1d) y un mapa (1c) que presenta la distribución bién el crecimiento relativo intercensal.

Cuadro 21.7. Regionalización de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Región
Comunas que forman el par recíproco Comunas asociadas
(Tipología espacial)
(núcleo del cúmulo) (conformación del grupo)
y caracterización
Comuna 02
Grupo I
(Recoleta)
Condiciones
Comuna 14 Comuna 13 Comuna 06
muy favorables
(Palermo) (Belgrano, Colegiales y Nuñez) (Caballito)
Comuna 01
Comuna 03 (Constitución, Montserrat,
Grupo II
(Balvanera y San Cristobal) Puerto Madero, Retiro, San
Condiciones Nicolás y San Telmo)
medias
Comuna 07
(Flores y Parque Chacabuco)
Comuna 04
(Barracas, La Boca, Nueva Pom-
Grupo III
peya y Parque Patricios)
Condiciones
Comuna 08
desfavorables
(Villa Lugano, Villa Riachuelo y
Villa Soldati)
Comuna 05
(Almagro y Boedo)
Grupo IV
Comuna 15
Condiciones
(Agronomía, Chacarita, La Pater-
favorables
nal, Parque Chas, Villa Crespo y
Villa Ortuzar)
Grupo V Comuna 11 Comuna 10
Comuna 9
Condiciones (Villa Devoto, Villa General Mitre, (Floresta, Monte Castro, Velez
(Liniers, Mataderos y
favorables. Villa del Parque y Villa Santa Sarsfield, Versalles, Villa Luro y
Parque Avellaneda)
Rita) Villa Real)
Mejor situación relativa
respecto a grupo IV, Comuna 12
excepto en indicador (Coghlan, Saavedra, Villa
educativo universitario. Pueyrredón y Villa Urquiza)
272 V • Análisis regional

Se consideraron las comunas con la finalidad de Isidro (0,935) y, en segundo lugar, con la Comu-
profundizar el estudio, aunque sin descartar la na 10 (0,933).
CABA como unidad espacial, para que su presen- En el cuadro 21.7, que presenta los resultados de
cia sirva para sintetizar el análisis en el contexto la CABA, se han incorporado los barrios inclui-
regional metropolitano. dos en cada comuna con la finalidad de brindar
Sobre la base de un listado con las máximas otro elemento para su clara lectura. Y el cuadro
correlaciones entre unidades espaciales se de- 21.8 exhibe la RMBA, donde la CABA aparece co-
terminaron los pares recíprocos y luego las aso- mo unidad espacial individual.
ciaciones del resto de los partidos a los grupos Como se observa en las tablas, las comunas se
pertinentes. Dada la diferencia en la informa- asocian entre ellas mismas, a excepción de la Co-
ción de base suministrada, al no contar las co- muna 09 (Pq. Avellaneda - Mataderos - Liniers)
munas con la información diferenciada en tres que queda ligada con mayor intensidad al partido
de los ocho indicadores utilizados para la regio- de San Isidro (correlación de 0,935) y, en segun-
nalización, es de esperarse que éstas hayan que- do lugar, con la Comuna 10 (Floresta a Villa Real)
dado en su mayoría asociadas entre sí, a excep- (correlación de 0,933).
ción de la Comuna 9 cuya asociación o correla- El mapa 21.4 presenta la distribución espacial de
ción máxima se produce con el partido de San los once grupos obtenidos.

Cuadro 21.8. Regionalización de la Región Metropolitana de Buenos Aires.

Región Unidades que forman el


Unidades asociadas
(Tipología espacial) par recíproco
(conformación del grupo)
y caracterización (núcleo del cúmulo)
Escobar
Grupo VI
Malvinas
Crecimiento poblacional alto. Quilmes
Florencio Varela Argentinas
Condiciones generales desfavorables
y media para la situación ambiental. Lomas de
Alte. Brown
Zamora
Grupo VII
Ezeiza
Crecimiento poblacional muy alto.
Condiciones generales desfavorables
y media para la situación ambiental. Pilar La Matanza
Esteban Echeverría
General Rodríguez
Grupo VIII Marcos Paz
Crecimiento poblacional muy alto. San Vicente
Condiciones generales desfavorables;
condiciones a muy desfavorables en
cuestiones ambientales y de vivienda Presidente Perón

Avellaneda
Grupo IX
Hurlingham Berazategui
Crecimiento poblacional bajo.
San Fernando Tigre
Condiciones generales medias
Lanús Tres de Febrero Morón
Grupo X Merlo
Crecimiento poblacional
Gral. San
medio. Condiciones en Moreno José C. Paz San Miguel
Martín
general desfavorables.
Grupo XI Comuna 9
Crecimiento poblacional San Isidro (Pq.Avellaneda-Mata-
bajo. Condiciones en general deros-Liniers) Ituzaingó
favorables y muy favorables
Vicente López CABA
en cuestiones ambientales.
21 • La RMBA 273

Mapa 21.4. Región Metropolitana de Buenos Aires. Regionalización.

Situación relativa
CABA

Referencias

ESPECIFICIDAD DE LOS GRUPOS El cuadro 21.9 presenta los correspondientes va-


lores de especificidad.
El análisis de la especificidad de los grupos que Un análisis de la matriz de especificidad de los
resultan del proceso de regionalización se realiza grupos permite realizar la siguiente caracteriza-
desde la matriz de indicadores estandarizada se- ción general:
gún el puntaje “Z” en el sentido de las variables. Grupo I: Condiciones muy favorables en los in-
De esta manera, la información pasa a estar repre- dicadores, especialmente en el educativo nivel
sentada por valores positivos y negativos, debién- universitario.
dose tener en cuenta que el promedio de la serie
Grupo IV y V: Condiciones favorables. Es mejor
de datos ha pasado a valer cero.
la situación relativa del grupo V respecto al IV, ex-
Para establecer la especificidad de cada grupo, se
cepto en el indicador educativo universitario.
ha calculado el promedio de los datos estandari-
zados de las dos unidades espaciales que forman Grupo II: Condiciones media en indicadores, en
el par recíproco (núcleo del cúmulo); de esta ma- el contexto general de la ciudad.
nera, se busca establecer la singularidad que dife- Grupo III: Condiciones desfavorables.
rencia a un grupo de otro. Cabe recordar que se han incorporado las comu-
Así, se ha tenido en cuenta la clasificación uti- nas al análisis regional considerando que, de los
lizada en Buzai (2014) para la interpretación de ocho indicadores utilizados para la regionaliza-
los resultados para las diferentes clases: Muy alta ción, en tres de ellos –crecimiento relativo inter-
(>1,5 ||), Alta (0,5 || a 1,5 ||), Media (-0,5 || a 0,5  ||), censal de la población, tasa de mortalidad infan-
Baja (-1,5 || a -0,5 ||) y Muy baja (<-1,5 ||), con la til 2009-2011 e índice de calidad ambiental– la in-
cual el promedio 0 se ubica en el centro del inter- formación no está diferenciada por comuna sino
valo medio y los intervalos tienen longitud de 1 ||. que se ha utilizado el valor correspondiente a la
274 V • Análisis regional

Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo cual limi- Grupo VIII: Crecimiento poblacional muy alto.
ta el análisis empobreciéndolo en estos aspectos. Condiciones generales desfavorables; condiciones
Sin embargo, en el análisis de correlación entre in- muy desfavorables en cuestiones ambientales y de
dicadores, se ha podido constatar el grado de aso- vivienda.
ciación entre dichos indicadores con los restan- Grupo IX: Crecimiento poblacional bajo. Condi-
tes, comprobando la significativa asociación posi- ciones generales medias.
tiva que presenta el crecimiento demográfico y la
Grupo X: Crecimiento poblacional medio. Con-
tasa de mortalidad infantil con condiciones edu-
diciones en general desfavorables.
cativas y de salud desfavorables.
Un análisis de la matriz de especificidad de los Grupo XI: Crecimiento poblacional bajo. Condi-
grupos permite realizar la siguiente caracteriza- ciones en general favorables y muy favorables en
ción general: cuestiones ambientales.
Esto nos permite determinar las similitudes en-
Grupo VI: Crecimiento poblacional alto. Condi-
tre los grupos en función de su situación relacio-
ciones generales desfavorables y media para la si-
nada con la CdV, recordando que la información
tuación ambiental.
entre las unidades espaciales del AGBA y en el in-
Grupo VII: Crecimiento poblacional muy alto. terior de la CABA no resulta comparable en todos
Condiciones generales desfavorables y media pa- los indicadores, dada –como hemos mencionado–
ra la situación ambiental. la asignación a las comunas de la información ge-

Cuadro 21.9. Matriz de especificidad de los grupos o regiones en el interior de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Grupo Grupo I Grupo II Grupo III Grupo IV Grupo V


Par recíproco C02-C04 C03-C07 C04-C08 C05-C15 C11-C12
Indicadores
Crecpob200110 -0,572 -0,572 -0,572 -0,572 -0,572
%pob<1ria -1,552 -1,003 -0,129 -1,242 -1,353
%pobUniversit 2,830 0,545 -0,440 0,950 0,903
TMI2009-2011 -1,079 -1,079 -1,079 -1,079 -1,079
%pobsinobsoc -1,822 -0,686 0,451 -1,291 -1,462
%pobsinretrete -1,399 -0,594 0,050 -1,037 -1,324
%pobhacinada -1,523 -0,406 0,452 -1,063 -1,519
ICA(50/50) 0,826 0,826 0,826 0,826 0,826

Cuadro 21.10. Matriz de especificidad de las regiones de la Región Metropolitana de Buenos Aires.

Grupo Grupo VI Grupo VII Grupo VIII Grupo IX Grupo X Grupo XI


Par recíproco Esc-FVar Ez-Plr GRdz-PPr Hgh-Lns Mrl-Mrn Sisdr-VLpz
Indicadores
Crecpob200110 0,807 2,017 1,756 -0,786 0,306 -1,120
%pob<1ria 1,236 1,054 1,152 0,184 1,109 -0,909
%pobUniversit -0,726 -0,564 -0,840 -0,572 -0,831 0,820
TMI2009-2011 0,979 1,092 1,092 0,651 1,309 -1,175
%pobsinobsoc 1,119 0,834 1,132 0,022 1,273 -1,020
%pobsinretrete 1,277 0,798 1,430 -0,189 0,679 -1,071
%pobhacinada 1,154 1,129 1,414 -0,206 1,115 -1,165
ICA(50/50) -0,543 -0,534 -1,759 -0,554 -0,678 1,600
21 • La RMBA 275

neral de la CABA en tres de los ocho indicadores El cuadro 21.11 presenta los valores de CdV de
utilizados para realizar el agrupamiento de las los grupos y el mapa 21.5 su distribución espacial
unidades espaciales a partir del procedimiento de sintética.
regionalización.

Cuadro 21.11. Calidad de vida 2010.

Situación Grupos en CABA Grupos en la RMBA

Muy desfavorable Grupo VIII

Grupo VI, Grupo VII y


Desfavorable Grupo III
Grupo X

Media Grupo II Grupo IX

Favorable Grupo IV y Grupo V Grupo XI

Muy favorable Grupo I

Mapa 21.5. Región Metropolitana de Buenos Aires. Situación socioespacial.

Situación relativa
CABA

Referencias
276 V • Análisis regional

Una comparación de la regionalización de las 25 Baxendale, Buzai 2008) con la presente regionaliza-
unidades espaciales del Gran Buenos Aires realiza- ción de las 31 unidades político-administrativas de
da con datos información del año 2001 (Morina, la RMBA permite confeccionar el siguiente cuadro.

Cuadro 21.12. Comparación temporal de los agrupamientos obtenidos.

Regionalización GBA 2001 Regionalización AGBA 2010

Grupo I: San Isidro – Vicente


Grupo XI: Incluye los cuatro partidos.
López – CABA –Ituzaingó
Grupo II: Morón – Avellaneda –
Grupo IX: Incluye los cuatro partidos.
Tres de Febrero –Hurlingham
Grupo III: Gral. San Martín – Grupo IX: Gral. San Martín y Lanús
Lanús – San Fernando Grupo X: San Fernando
Grupo IV: Quilmes – Lomas de Zamora Grupo VI: Incluye los dos partidos.
Grupo VI: Almirante Brown
Grupo V: Almirante Brown – La Matanza
Grupo VII: La Matanza
Grupo VII: Ezeiza
Grupo VI: Ezeiza – Tigre
Grupo IX: Tigre
Grupo VII: José C. Paz – Malvinas Grupo VI: Florencio Varela – Malvinas Argentinas
Argentinas – Florencio Varela – Grupo VIII: Esteban Echeverría
Merlo – Moreno – San Miguel – Grupo IX: Berazategui
Berazategui – Esteban Echeverría Grupo X: José C. Paz – Merlo – Moreno – San Miguel

La distribución espacial observada muestra que ra instancia, en los partidos que integran el Grupo
las situaciones desfavorables, en líneas generales, VIII: General Rodríguez, Presidente Perón, Esteban
aumentan hacia la periferia del área de estudio. To- Echeverría, Marcos paz y San Vicente. Le siguen los
mando como apoyo el mapa 21.2, podemos decir partidos del Grupo VI: Escobar, Florencio Varela,
que las unidades espaciales que tuvieron un avance Malvinas Argentinas, Quilmes, Almirante Brown y
significativo fueron Pilar y Tigre y, por el contrario, Lomas de Zamora; los del Grupo VII: Ezeiza, Pilar
los de gran retroceso son Almirante Brown, Gene- y La Matanza; y los del Grupo X: Merlo, Moreno,
ral Rodríguez, Marcos Paz y San Vicente. En am- José C. Paz, San Miguel y Gral. San Martín. En el
bos grupos, los cambios se dieron hacia dos quin- interior de la CABA es histórica la situación de ma-
tiles superiores e inferiores respectivamente. yor desfavorabilidad relativa que presentan los ba-
La aplicación de una metodología de análisis es- rrios que limitan con el Riachuelo en el sector sur
pacial para la clasificación de unidades espaciales de la ciudad: La Boca, Barracas, Parque Patricios,
ha permitido conocer la configuración territorial Nueva Pompeya, Villa Soldati, Villa Lugano y Villa
de los indicadores utilizados en la determinación Riachuelo, situación que, como arrojan los resul-
del ICV y llegar a un resultado donde se observa tados obtenidos, no se ha podido revertir.
la agrupación de las unidades espaciales según su Como se ha sistematizado en Buzai y Baxendale
grado asociación en el conjunto de indicadores. (2011 y 2012), las metodologías cuantitativas de
Claramente, podemos considerar cuáles serían los análisis espacial para el estudio del territorio tie-
partidos que se encuentran en peor situación rela- nen gran amplitud para avanzar en el análisis de
tiva dentro del área de estudio y, por ello, ser consi- una gran diversidad de temas y problemáticas. Su
derados prioritarios al momento de asignar recur- aplicación resulta de gran apoyo al momento de
sos tendientes a mejorar la vida de la población. buscar no sólo comprender la configuración espa-
De esta manera, de acuerdo a los resultados obte- cial de un territorio sino proponer intervenir en él
nidos, la prioridad debería estar puesta, en prime- según políticas consensuadas.
21 • La RMBA 277

INTERPRETACIONES Y CONTEXTOS DE LA salario real que acumuló un 25 % en nueve años.


DESIGUALDAD Y FRAGMENTACIÓN EN LA Privatizaciones, desregulación y una apertura im-
REGIÓN METROPOLITANA DE BUENOS portadora que hizo palidecer a la impulsada por
AIRES. CONTINUIDAD DE TENDENCIAS. Martínez de Hoz durante el régimen cívico-mili-
tar fueron procesos indisolubles del aumento del
Como el resto del país, la RMBA como forma- desempleo y de la precarización laboral. No podía
ción social y económica de carácter regional, ha sorprendernos entonces la implacable exclusión y
sido escenario de las transformaciones, tan pro- segregación social que se padeció en la RMBA en
fundas como regresivas, operadas en el régimen los años noventa y hasta principios del presente
de acumulación de capital desde 1975, meses an- siglo. En suma, se vivió un proceso caracterizado
tes del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, por la pérdida de estabilidad laboral de una vas-
hasta los primeros años del siglo XXI. En estudios ta proporción de los asalariados, por la desvincu-
previos señalamos que la violenta imposición de lación del salario con respecto a los institutos de
nuevas y cada vez más desiguales relaciones entre la seguridad social y la cobertura de salud, junto
capital y trabajo, por parte de la élite dominante al incremento de la productividad y el disciplina-
a las clases subordinadas, fue el principal objeti- miento laboral. Los niveles de desempleo elevado,
vo cumplido desde la última dictadura (Morina, incluyendo años de crecimiento económico, contri-
Baxendale y Buzai 2008; Baxendale, Buzai y Mo- buyeron al aumento de los niveles de explotación
rina 2012). de la fuerza de trabajo, moderando las demandas
El pasaje de un “modelo” mercado-internista a y el conflicto.
otro caracterizado por la apertura importadora, La extendida desocupación y las consecuentes
la reforma financiera que adaptó nuestro país a expansiones de la pobreza e indigencia medidas
las exigencias de los mercados internacionales de por ingresos llegaron a niveles insospechados du-
capitales, la concentración económica y un salva- rante el pico de la crisis social y el marasmo eco-
je disciplinamiento social orientado a minar toda nómico que se vivió durante 2002 (último año del
resistencia, fueron una implantación fundacio- período de recesión que se iniciara en 1998), cuan-
nal. De ese modo, el regreso de las instituciones do la gigantesca devaluación constituyó un ele-
de la democracia formal, en diciembre de 1983, se mento medular de la política oficial destinada a
produjo en una realidad (geografía) muy distinta regenerar la capacidad de acumulación de los ca-
a la de 1975. La aplicación sistemática del terro- pitalistas, como corresponde a un Estado creado
rismo de Estado dejó secuelas que se tornaron im- históricamente a imagen y semejanza de las cla-
borrables hasta nuestros días. ses dominantes, más allá de fetiches como los de
El eje fluvial-industrial y la RMBA en su conjun- “capitalista colectivo ideal” o “poder público im-
to reflejaron las consecuencias, entre otros planos, personal”.
en el de la reproducción de la fuerza de trabajo: Los veinticinco años (1976-2001) de la etapa
las grandes firmas industriales, muchas radicadas “neoliberal” (en realidad, ultraliberal) han con-
en el conurbano bonaerense, fueron responsables cluido. Pero lo hicieron dejando una profunda
del 55 % de la fuerza de trabajo industrial expulsa- marca en la sociedad argentina: (a) un dominio
da entre 1984 y 1993. En ese período, el segmen- determinante del gran capital transnacional; (b)
to formal de la producción industrial aumentó su la consolidación de la posición periférica del ci-
productividad un 27 %, mientras expulsaba el 10 clo del capital local en el ciclo del capital global
% de los ocupados (Giosa Zuazua 2000, citado en basada en la preeminencia de la estrategia del sa-
Gómez Lende 2005). Encontramos allí algunos queo de las riquezas naturales y (c) la precariza-
indicios de la consolidación de un nuevo régimen ción y la superexplotación estructural de la fuerza
de acumulación que se apoyó sobre el incremento de trabajo. Estos elementos dan cuenta de la con-
sistemático de los niveles de diferenciación en los tinuidad y consolidación del ciclo de la dependen-
niveles de calidad de vida de la población. cia. De todas maneras, no se puede ocultar el naci-
Las sucesivas etapas de la modernización exclu- miento a través del neoliberalismo de ciertas fuer-
yente aplicada desde 1989, y que desde abril de zas sociales del pueblo trabajador que aparecen en
1991 hasta diciembre de 2001 tomaría el abarcati- esta nueva etapa como las principales novedades.
vo nombre de “Plan de Convertibilidad”, conduje- En efecto, la formación de una segunda central
ron a tasas de desocupación abiertas superiores a sindical y el florecimiento de nuevas comisiones
las que se conocían en el contexto latinoamerica- internas clasistas, el nacimiento de los “nuevos
no (salvo excepciones), con una continua caída del movimientos sociales” (de derechos humanos, de
278 V • Análisis regional

género, asambleas populares, en el movimiento porta el país y obedece también a la magnitud de


estudiantil, etc.), el ciclo de recuperación de em- la depresión previa, que desvalorizó masivamente
presas y el desarrollo de un conjunto de movi- el capital y la fuerza de trabajo, creando condicio-
mientos de base territorial (nacidos en los movi- nes para un rebote de la producción (Katz 2007).
mientos de trabajadores desocupados) han con- La brusca desaceleración del crecimiento econó-
formado un nuevo sujeto social. Este sujeto social mico que se verificó en 2008 y 2009, en el contex-
–el pueblo trabajador– ha impuesto a los secto- to de la crisis internacional, aunque exigió modifica-
res dominantes, sobre todo luego de la crisis de ciones, no ha torcido la orientación general del es-
la convertibilidad, la necesidad de una nueva for- quema (modelo) que venimos caracterizando.
ma de encauzar la contradicción entre las necesi- El viraje manufacturero de la primera década de
dades de acumulación de capital y las necesidades este siglo ya no cubre las carencias industriales de
de legitimación. En definitiva, es la combinación los años treinta, sino que surge luego de un largo
de la trascendencia histórica del neoliberalismo y proceso de regresión fabril que desarticuló la es-
el surgimiento de su superación dialéctica lo que tructura productiva. Este resurgimiento es resul-
nos permite dar cuenta de las novedades de la eta- tado directo de la devaluación, el abaratamiento
pa actual (Féliz y López 2010). de la fuerza de trabajo y la capacidad ociosa pre-
En el segundo semestre de 2002, comenzaron cedente y no conduce a reconstruir el viejo tejido
a perfilarse claramente nuevas pautas u orienta- industrial centrado en el mercado interno. Cierta-
ciones que, con el correr de los años, se tornarían mente, la contribución del sector a la resolución
características de aquello que se conoce como un de los problemas más acuciantes del país (pobreza
nuevo “modelo” económico. Se trata en realidad e inequidad distributiva) ha resultado escasa en
de transformaciones en el régimen de acumula- relación a las ganancias del capital.
ción que, en nuestra formación social y econó- El límite más importante que enfrenta la diná-
mica nacional, expresa la articulación al sistema mica de acumulación vigente desde el segundo se-
internacional imperialista desde lazos de depen- mestre de 2002 es la consolidación de un patrón
dencia que pueden cambiar su “ropaje” pero se de acumulación de carácter dependiente y peri-
mantienen incólumes. férico basado en el saqueo de las riquezas natu-
Este patrón de acumulación combina el énfa- rales (extractivismo) en el marco de una econo-
sis industrialista que tuvo la sustitución de im- mía transnacionalizada. Esta situación conforma
portaciones con la fuerte asociación con el capi- un obstáculo significativo a las posibilidades de
tal extranjero del breve experimento desarrollista avanzar en un proyecto de cambio social, pues su-
(1958-1962). Pero el esquema que se viene gestan- pone la conformación de una sólida correlación
do presenta, además, puntos de contacto con el de fuerzas sociales a favor del bloque dominan-
régimen agroexportador en la centralidad de la te burgués y –dentro de éste– de su fracción trans-
actividad agraria y cierto parentesco con el curso nacional. Este rasgo de continuidad es el que da
neoliberal financiero (1975/76-2001) en la inercia cuenta del carácter postneoliberal de la etapa ac-
de la regresividad social. tual (Féliz y López, 2010).
El “neodesarrollismo” es un proyecto que com- Sobre la base de este límite estructural, operan
parten todas las clases dominantes. Su coman- las principales contradicciones que dinamizan
do recae sobre las grandes empresas argentinas la acumulación: la contradicción elemental en-
que internacionalizaron sus actividades (sin de- tre el bloque dominante y el pueblo trabajador
jar de lado a corporaciones extranjeras de actua- y la contradicción entre las fracciones rentistas y
ción en el país). Se han entrelazado con capitales no rentistas dentro del gran capital. Aún con es-
foráneos, adoptaron un perfil exportador y tienen ta correlación de fuerzas sociales claramente des-
muchos negocios en el exterior. Pero no priorizan favorable, el pueblo organizado ha podido for-
el mercado interno, la acumulación endógena, ni zar mejoras –relativas y parciales– en sus condi-
la redistribución de ingresos. Propician un rum- ciones de existencia a través de la superación de
bo “industrialista” aceptado por los sectores más algunas de las barreras que enfrenta el actual pa-
poderosos de los agronegocios y alentado por em- trón de acumulación: la restricción fiscal y la se-
presas extranjeras que aseguran su liderazgo en lectividad estratégica del Estado. En tal sentido,
numerosos rubros. El PBI superó el nivel de acti- los sectores populares han logrado disputar (no
vidad que precedió a la crisis y el auge continuó en desplazar) el control de clase del Estado, al me-
2007. Esta dinámica ha sido estimulada por el al- nos en los ámbitos vinculados al empleo y las po-
za de los precios de los productos básicos que ex- líticas sociales. Dentro del bloque dominante, los
21 • La RMBA 279

sectores no rentistas han conseguido establecer cia de la actividad industrial en la economía na-
una suerte de equilibrio inestable con los sectores cional. Es un modelo distinto pero no un modelo
rentistas. A través de la política fiscal, consiguie- popular. Y esto se refleja en los niveles de desigual-
ron apropiar una porción importante de los in- dad que lo caracterizan, que no son sólo una he-
gresos extraordinarios del sector extractivista. De rencia del pasado sino que son, además, propios
cualquier manera, la posición de reducida compe- de este esquema. El modelo aumenta la ganancia
titividad de los sectores no extractivos los enfren- capitalista y provoca algún tipo de “derrame” ha-
ta a una restricción que se torna progresivamente cia el consumo. Pero la ganancia y el salario no au-
en límite: la puja distributiva con el pueblo traba- mentaron juntos. La brecha es muy grande, inclu-
jador hace caer el tipo de cambio real y las posibi- so dentro del mundo del trabajo, donde un sector
lidades de apropiar renta por la vía fiscal son ca- formal recuperó poder adquisitivo a un nivel casi
da vez más exiguas frente a las demandas crecien- de empate con la inflación, frente a un sector pre-
tes de los sectores más desplazados de las clases carizado que está fuera del sistema. Estos niveles
populares. se proyectan a la vida social, con una educación y
En esa dinámica, el desarrollismo postneolibe- una salud diferenciada (Katz 2011).
ral (neodesarrollismo) encuentra sus principales Los cambios de contexto político y económico
dificultades. El intento de conformación de una experimentados luego de la crisis de 2001-2002
clase industrial transnacionalizada y no rentista no significaron un replanteo sustantivo del con-
con capacidad de absorber las demandas popu- junto de los procesos territoriales conformados
lares en un marco capitalista periférico enfrenta, en la década de 1990, especialmente en lo que re-
por una parte, la barrera distributiva (que se ma- fiere a las pautas de segregación y fragmentación
nifiesta como inflación, estancamiento salarial y del territorio metropolitano. Efectivamente, se re-
tendencia a la crisis fiscal) y, por otra parte, el lí- afirmaron nuevos sectores medios-altos de la so-
mite de una economía de baja productividad y ciedad con un patrón de autosegregación territo-
heterogeneidad estructural. El neodesarrollismo rial similar al de los años noventa (torres en la ciu-
enfrenta esas restricciones con un Estado post- dad y urbanizaciones cerradas en la periferia). A
neoliberal, sin los instrumentos del Estado desa- su vez, los conflictos vinculados al acceso a la vi-
rrollista clásico –empresas públicas en sectores es- vienda (crecimiento de asentamientos precarios,
tratégicos e instituciones para la intervención en ocupaciones de inmuebles y desalojos forzados)
diversas esferas de la reproducción del capital– ni aumentaron a un ritmo vertiginoso.
la orientación política que supondría apuntalar Los distintos niveles de gobierno (municipio,
una fuerza social de base popular, con posibilida- provincia, nación) han intentado en los años
des de desplazar la correlación de fuerzas en una 2000 recuperar algunos resortes del planeamien-
perspectiva de cambio social (Féliz y López 2010). to territorial en la RMBA. Se recuperó el control
Otro reconocido analista académico, ya citado, estatal sobre servicios urbanos como agua y sa-
plantea también que existe un modelo distinto al neamiento, asumiéndose intervenciones para in-
de la década de los 90. Lo distinto está en su ori- tentar resolver problemas como el acceso al sue-
gen, con la quiebra de la convertibilidad y la re- lo y la vivienda. Sin embargo, las acciones fueron
belión popular de diciembre de 2001. Señala tres insuficientes para revertir el agravamiento de las
procesos que caracterizaron este camino. El au- condiciones del hábitat popular y el de los secto-
mento de los precios internacionales de los gra- res medios (Ciccolella y Baer 2009). Puede decirse
nos, la implementación de una política económi- que las sustanciales mejoras en indicadores ma-
ca expansiva y la existencia de niveles de rentabi- croeconómicos y socioeconómicos que se regis-
lidad elevada. Hay una tendencia a unilateralizar traron desde 2003 no se tradujeron en cambios
el análisis. Los neoliberales aluden al viento de co- significativos en los patrones de desarrollo urba-
la, los economistas oficialistas atribuyen todo a la no que, contrariamente, mostraron una continui-
política económica. Pero ambos olvidan que en- dad inercial con aquellos patrones de los años no-
tre 2001 y 2003 hubo una megadevaluación, con- venta. Esto es, la ciudad neoliberal excluyente, pri-
fiscación de depósitos, caída de los salarios y au- vatizada, elitista, aunque en los 2000 con ritmos
mento de la pobreza y el desempleo. Todo eso e intensidades diferenciados, tanto en las escalas
recreó las condiciones para la rentabilidad del ca- temporales como en las territoriales (Ciccolella y
pital. Desde esta crisis, el nuevo esquema adquiere Baer 2009).
un perfil neodesarrollista. Intenta reconstruir no Las dificultades para adquirir una vivienda no
tanto la vieja burguesía nacional como la inciden- sólo se relacionan con la disminución de los sa-
280 V • Análisis regional

larios en dólares y la escasez de crédito hipoteca- De acuerdo con Ciccolella y Baer (2009), el pa-
rio; el proceso de fuerte valorización inmobiliaria norama es menos alentador si analizamos el tema
también provoca que los barrios más caros sean desde un punto de vista territorial. La escala y el
más excluyentes. La valorización inmobiliaria y la patrón de localización de los programas de vivien-
predominancia de la construcción de la superficie da parecen reforzar la segregación residencial de
residencial para los sectores de alto poder adquisi- los sectores populares y no contribuir al mejora-
tivo han generado numerosos conflictos de acce- miento de las condiciones de acceso al suelo urba-
so al suelo y la vivienda en la RMBA, especialmen- no de calidad, esto es, con servicios diversificados,
te desalojos forzados y ocupaciones de inmuebles. equipamiento y bien conectado. La principal cau-
Así, como correlato de las desigualdades y ex- sa de este problema es que el encarecimiento des-
presión de la fragmentación, se verificó la proli- medido del suelo no sólo ha afectado a quienes
feración física y poblacional de diferentes tipolo- intentan acceder a una vivienda a través del mer-
gías de hábitat precario, tales como las villas de cado inmobiliario, sino también a los diversos ór-
emergencia o villas miseria y los asentamientos in- denes estatales que intentan adquirirlo para cons-
formales. Un estudio de Cravino (2008) determi- truir vivienda o desarrollar otros usos (ambienta-
nó que la población de villas y asentamientos del les, de transporte, esparcimiento, etc.).
AMBA creció de 702.586 habitantes en 2001 a Las desigualdades y la segregación presentes en
1.044.866 habitantes en 2006. Casi un 50 % en la RMBA muestran pocos cambios en los años
cinco años. 2000. Esto no significa que no se hayan empren-
Con el propósito de enfrentar los conflictos y dido esfuerzos y desarrollado políticas pensadas
las carencias acumuladas durante décadas, des- en función de obtener mejoras en la calidad de vi-
de 2004 se implementó una ambiciosa política de da de la población. Pero atendiendo a los apar-
construcción directa de vivienda de interés social, tados previos de este trabajo, sobre la base de los
centralizada en el Ministerio de Planificación, In- indicadores que confluyen en el ICV 2010, obser-
versión Pública y Servicios de la Nación. Para el vamos magros resultados. Si tomamos el caso de
caso de la RMBA, cabe consignar la aplicación de la jurisdicción central de la región, esto es la CA-
distintos programas: Programa Federal de Reac- BA, es indudable la consolidación de las diferen-
tivación de Obras FONAVI I y II2 ; Programa Fe- cias históricas entre las comunas ubicadas al nor-
deral de Construcción de Viviendas etapas I y II; te y al sur de la Av. Rivadavia. La peor situación
Programa Mejor Vivir y Subprograma de villas; se mantiene en la Comuna 8 (Villa Lugano, Villa
Programa de Emergencia Habitacional; Progra- Soldati, Villa Riachuelo), seguida por la Comu-
ma de Mejoramiento de Barrios, entre otros (So- na 4 (Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque
ria 2014). Patricios). Tampoco podemos desconocer que al-
Para tener una idea aproximada de la dimen- gunas comunas, como es el caso de la Comuna
sión de los programas aplicados, podemos desta- 1 (Constitución, Montserrat, Puerto Madero, Re-
car que la envergadura de la construcción que se tiro, San Nicolás, San Telmo), de condiciones me-
desarrolla desde 2004 en los 24 partidos del GBA, dias, encierran sensibles diferencias internas. En-
componente importante de la RMBA, es similar tendemos que se ponen de manifiesto tanto las
a lo construido en los 27 años anteriores a esa fe- decisiones políticas y económicas de las gestio-
cha, es decir, entre 1976 y 2003. Es cierto que, si nes gubernamentales que se han sucedido como
tomamos la región en su conjunto, el esfuerzo la orientación en la localización de las inversio-
público en materia de construcción de viviendas nes privadas.
aparece bastante opacado por el muy escaso nú- Si prestamos atención al cuadro 21.4 y al mapa
mero de viviendas sociales construidas en la CA- 21.2 que presentamos previamente, detallando los
BA. Esta conducta de las autoridades políticas de cambios de posición relativa de las jurisdicciones
la ciudad de Buenos Aires ya era clara hasta 2007 entre 2001 y 2010, encontramos que aquellas que
y se tornó más nítida aún desde entonces. Pese a la mejoran lo hacen a partir de modificaciones míni-
importancia de esa jurisdicción, es indudable que mas en su ICV 2010, incluyendo entre ellas tres
ha existido un punto de inflexión con respecto al casos con leve caída del índice. Por su parte, sobre
interés y las acciones del Estado en la materia. las 31 unidades político-administrativas, las que
empeoran muestran descensos bastante significa-
2 Este Programa, entre 2004 y 2010, alcanzó la reactiva-
ción de la construcción de más de 24.000 viviendas y ge- tivos del ICV 2010 con respecto al ICV 20013. Asi-
neró unos 70.000 puestos de trabajo, incluyendo en ellos 3 Las jurisdicciones que mejoran en su posición relativa
a titulares del Plan Jefes y Jefas de Hogar. tienen incrementos del ICV de pocos centésimos. Entre
21 • La RMBA 281

mismo, si además del cuadro 21.4 y el mapa 21.2, el principal aglomerado urbano, esto es la RMBA,
agregamos una lectura del cuadro 21.5 y de los muestran cierta continuidad en los análisis que
mapas 21.4 y 21.5, confirmamos que, pese a los toman a 2001 y 2010 como años de corte u ob-
esfuerzos concretados por el Estado en sus distin- servación. Tal vez haya que reiterar que crecimien-
tas escalas, las desigualdades, lejos de superarse, to económico no es desarrollo, pudiendo incluso ser
se mantienen y reafirman. Puesto que hablamos lo contrario.
de una región que integra un país capitalista, es Más allá de que algunos barrios de la CABA, co-
necesario recordar que las desigualdades (asime- mo Palermo, Villa Urquiza, Caballito, Belgrano
trías) son co-constitutivas, además de congénitas, y Puerto Madero, al igual que partidos como Ti-
del modo de producción y sistema geográfico ca- gre, Vicente López y San Isidro, encabecen el lista-
pitalista. Los resultados que alcanzamos guardan do de metros cuadrados construidos por distrito,
notorias coincidencias con una reciente investiga- es relevante destacar que la selectividad territorial
ción de metodología similar, aunque los indica- del capital ha repetido los patrones de localiza-
dores utilizados, en parte, fueron otros4. ción y concentración geográfica de la pobreza y la
Si aceptamos que en los años 90 la Argentina riqueza, las dos caras de la moneda y par inescin-
tuvo varios años de crecimiento económico, que en dible del modo de producción dominante.
1998 se inició un período de recesión que se fue El paisaje de la región metropolitana es resul-
agudizando hasta 2002, unos cuantos meses des- tante, en buena medida, de la continuada ten-
pués de la cruenta salida de la convertibilidad, dencia a producir suelo en condominio dirigido
dando inicio en 2003 una etapa con tasas de cre- a la clase alta y media-alta, con desaliento a la for-
cimiento del PBI de entre 8 y 9 %, también debe- mación de barrios populares al verse dificultada
mos reconocer que las dinámicas territoriales en la producción de suelo y servicios (Abba 2011).
ellas, Malvinas Argentinas, Quilmes y Berazategui regis- Coincidimos con Vidal Koppmann (2014) cuan-
tran una reducción del ICV. Pasando a las que empeoran, do menciona los contrastes entre las urbanizacio-
registramos los casos de Alte. Brown, San Vicente y Mar- nes de alta categoría en los sitios seleccionados
cos Paz como los de caída más abrupta del ICV. por los emprendedores inmobiliarios y los encla-
4 Nos referimos al estudio de Liberali y Redondo (2014) ves de pobreza extrema en los que la habitabilidad
sobre el Área Metropolitana de Buenos Aires, que construye se puede catalogar como subnormal. Además, en
un índice de niveles de pobreza sumando datos de NBI, dis-
las mismas áreas, se levantan los “planes de vi-
tribución de hospitales de gestión estatal y privada, distri-
bución de establecimientos educativos de gestión estatal y viendas” o conjuntos habitacionales de interés so-
privada, distribución de Bancos de capital privado, mortali- cial, muchas veces lejos de la trama urbanizada y
dad infantil y muertes maternas cada 10.000 nacidos vivos. con falta de servicios básicos.
22

LA PATAGONIA


Gerardo Mario de Jong
Marcos Damián Mare

COMENTARIOS GENERALES culturales y espaciales (espacio construido y na-


turaleza).1
La región patagónica, objeto de este capítulo, se Este planteo puede parecer en principio utópi-
muestra mediante una rápida puesta al día de su co pero tal imagen puede ser modificada si tene-
espacio, su sociedad, su medio natural, su eco- mos en cuenta la historia pasada de la planifica-
nomía y su rica historia, plena de contradiccio- ción, sus éxitos limitados y la profundización de
nes, conjunto que a su vez permite exhibir tam- la crisis mundial. Todo el énfasis puesto en la pla-
bién sus potencialidades para un desarrollo bá- nificación desde sus orígenes no ha logrado mejo-
sicamente equitativo. Para ello se utilizará la rar a nivel mundial la calidad de vida cuantitativa o
percepción que de ella tienen las instituciones lo- cualitativamente. Por el contrario, el énfasis pues-
cales, regionales y nacionales, así como los avan- to en el desarrollo económico –descontextualiza-
ces acerca de este tipo de objeto de estudio, cuya do respecto del logro de la felicidad de la sociedad
complejidad es inherente al pensamiento regio- regional–, cuyo objetivo central consiste en maxi-
nal. Se abarcarán, desde esta mirada y con pers- mizar las tasas de ganancia a lograr por un con-
pectiva integradora, los aspectos económicos, so- junto de actividades económicas, ha contribuido
ciales, políticos, psicoculturales, tecnológicos, de- a un deterioro del hábitat, del ambiente y de la ca-
mográficos, ambientales y aquellos en relación al lidad de vida. Estamos, entonces, ante una falta
uso y manejo de los recursos naturales. Estos se- de equidad entre las sociedades y las culturas del
rán tratados, en apretada síntesis, desde el nivel mundo, particularizadas en este caso en su pro-
local al nacional, pasando por el paraje, el muni- yección a nivel regional.
cipio, la provincia y la región, en sus manifesta-
ciones rurales y urbanas. El capítulo concluye con La planificación como objetivo subyacente
el ordenamiento de la información regional me-
diante una subdivisión del espacio en unidades El origen de esta problemática está en los proce-
homogéneas en las que se prestará especial aten- sos socioeconómicos que aseguran la reproduc-
ción a la calidad de vida con que se manifiesta el ción de la desigual distribución de la riqueza y
todo social. de los factores de poder asociados entre los dife-
Se trata de encontrar estas unidades, a través de rentes actores sociales. Parece ser que la acción de
un enfoque adecuado del problema del desarro- planificar debiera despejarse de su contenido me-
llo, que brinde aportes para superar el estanca- siánico, tanto desde el punto de vista de la buro-
miento tanto a nivel de diagnóstico de la comple- crática planificación central como desde la cínica
jidad regional como a nivel de planificación pro- liberalidad de planificar la economía para “bene-
piamente dicho. Es decir aportar a un desarrollo ficiar al hombre”. Es decir, el desarrollo humano
destinado a la construcción de una sociedad me- es entendido, al menos implícitamente, como un
jor en la que el ser humano ocupe un lugar cen- concepto holístico. A veces, para hacer explícita es-
tral. Involucra, entonces, el desarrollo del hombre 1 Mallman, G. A.: Proyecto de desarrollo de metas, procesos e
como tal en sus aspectos económicos, políticos y indicadores, Fundación Bariloche, inédito, octubre de 1982.
284 V • Análisis regional

ta intención, se habla de desarrollo integral o ple- fenestrados ambos por los representantes en el
no. Entonces, podríamos decir que, cuando un or- congreso de la oligarquía ganadera de la Pampa
den social dado es caracterizado como inhumano, Húmeda, quienes sentían afectados sus intereses
existe una antinomia entre dicho orden social, el ante las posibilidades del desarrollo de una región
orden material y un desarrollo humano integral.2 que les competiría–, hasta las más recientes mo-
La región Patagonia constituye, por su baja den- vidas del Departamento de Estado de los EEUU
sidad de población, una de las grandes fronte- para lograr la independencia patagónica (men-
ras del proceso de poblamiento a nivel mundial. cionado en un artículo del servicial New York Ti-
Una imagen que surge con fuerza a medida que mes del 27/8/02), obnubilado el imperio por sus
el observador se adentra en la región refiere a la enormes recursos, la región se ha hecho presente
enorme potencialidad de sus recursos y su capaci- en el imaginario colectivo mundial. Claro que los
dad para albergar cada vez más contingentes que países extranjeros saben de los recursos pero care-
acepten los postulados de la Constitución Nacio- cen de información precisa. Tampoco eso es algo
nal. Una concepción humana de la densificación de lo cual pueden sentirse orgullosos nuestros go-
de la presencia del hombre en la región debe nece- biernos nacionales con sus usuales y tradicionales
sariamente partir del habitante actual y su cultu- propuestas para el desarrollo regional basadas en
ra para integrar progresivamente a sucesivos con- una suerte de colonialismo interno.
tingentes. La dinámica socioeconómica actual se- Sucede que la peculiaridad de la problemáti-
rá el punto de partida de la incorporación, en esta ca patagónica implica la elaboración de una pro-
frontera de poblamiento, para los nuevos contin- puesta de desarrollo ajustado a esas potenciali-
gentes poblacionales. La opción que surge de la dades, así como la selección adecuada de las ac-
historia patagónica no puede ser aceptada des- ciones a llevar a cabo para que la región logre en
de un punto de vista humano, en tanto estuvo breve tiempo una transformación que, sin duda,
siempre basada en una fuerte inequidad social y la llevaría a superar a la tradicional región pam-
en una fuerte inversión del Estado, centrada en el peana. En efecto, con un criterio de equidad, no
empleo público. Sólo se escaparon de ese modelo tienen por ahora viabilidad proyectos que fueron
algunas industrias sostenidas en el principio eco- presentados, tiempo atrás, en el entorno de una
nómico de la maquila y aquellas otras, de capital discusión bizantina y que han sido presentados
intensivo, orientadas a la apropiación de fuentes como propuestas de integración (no se sabe de
energéticas vinculadas a la exportación de ener- qué) “hacia adentro” o “hacia afuera” de la región.
gía a las demás regiones del país. En ese contex- Con un objetivo de poblamiento intensivo, sin ex-
to, tanto la ganadería ovina y vacuna como la mi- plicar cómo, y con un encuadre en algo que se dio
nería (rocas de aplicación) y la estructuralmente en llamar el “frente pionero patagónico”; con pro-
ineficiente fruticultura aparecen como excepcio- yectos, aún ahora, totalmente enmarcados dentro
nes sistémicas. de los términos de una sociedad consumista.3
Durante años se ha hablado de esos “grandes
El desarrollo patagónico objetivos patagónicos”, que naturalmente no se
cumplieron y no se podían cumplir. Las inversio-
En un mundo ávido de recursos y de territorios nes sin destino claro no son viables y hablar de
disponibles, no existe casi la posibilidad de acer- destino claro implica, como mínimo, dejar de la-
carse a la realidad patagónica en una forma que do el mito de los grandes proyectos de infraes-
eluda el análisis de sus potencialidades. La con- tructura, salvo que éstos sean acompañados de
dición mágica de una región que todavía invita al decisiones relativas a la planificación de subsiste-
resto del planeta a pensar sobre ella como el espa- mas de capital (o carteles o tramas, según el gusto
cio propio de las aventuras de la imaginación se teórico del planificador), ya que el país no puede
proyecta en nosotros, sus habitantes, en la iner- dedicar los recursos para actividades que colapsa-
cial voluntad de planificar su desarrollo. Desde rán en un breve plazo, en detrimento de potencia-
la época de la versión “tierra maldita” de Darwin, lidades de otras regiones de nuestra patria.
pasando por el bloqueo que sufrieron el Minis-
tro Ramos Mejía y el Jefe de la Comisión de Es- 3 De Jong, Gerardo M.: La Patagonia y su desarrollo, trabajo
desarrollado para el Centro de Estudios Urbanos y
tudios Hidrológicos, el geólogo Bailey Willis –de-
Regionales (CEUR), la Universidad nacional del Comahue
2 Nudler, O.: El concepto de desarrollo humano y los sistemas (UNCo), y el Centro de Estudios de la Población (CENEP),
ideológicos contemporáneos. Fundación Bariloche, Inédito, coordinados por la Fundación Bariloche (FB), mimeo,
1984. 1984.
22 • La Patagonia 285

Para que quede claro de qué se habla en este tal, lo cual estaba destinado a que no fuese exito-
punto, conviene mencionar algunos ejemplos. so desde el mismo origen.
Las grandes obras de aprovechamientos hidroe- Otro tanto se puede decir de la actividad petro-
nergéticos están pensadas en términos de las ne- lera, la cual siempre estuvo atada al uso del petró-
cesidades del sistema interconectado nacional, leo en las regiones más desarrolladas de Argenti-
por el que el uso de la energía se concentrará en na. Nunca, ni en la Secretaría de Energía ni en el
las viejas áreas superpobladas del país. Kirchner Ministerio de Planificación ni en el Ministerio de
(1140MW), Cepernic (600MW), Chihuidos (637 Economía, todos ellos de la nación, o los organis-
MW), y otras cuyos proyectos todavía esperan ser mos equivalentes provinciales han llevado adelan-
formulados, no están acompañadas por planes de te la definición de los umbrales necesarios para
uso de esa energía en las provincias en las que se- el desarrollo de la industria petroquímica en las
rán implantadas. No deberían concebirse proyec- áreas productoras, umbrales que progresivamente
tos de esa magnitud si no son acompañados con pueden ir creciendo en complejidad, paso a paso.
inversiones de industrias que usen, por lo menos, La potencialidad de la industria maderera es
un 50% de la energía generada en el ámbito de las enorme, pero es poco lo que se hace en cuanto a
respectivas provincias, y se generen proyectos ra- la expansión de las áreas forestadas. En algunos
cionales de sistemas de regadío para el desarrollo casos, como en la provincia de Neuquén, se han
agrícola. forestado superficies de cierta significación con
Otro caso a ser considerado es el de la fruticultu- especies de pinos de variedades de muy baja cali-
ra patagónica, que merecerá un párrafo particular dad, para lograr rápido crecimiento sin haber ex-
en este capítulo. La crisis estructural de la activi- perimentado suficientemente con especies loca-
dad la hará desaparecer, ya que las grandes empre- les de mucha mejor calidad de madera, las que re-
sas que comercializan la producción propia y la quieren (debidamente manejadas) dos años más
de los productores independientes son altamente de crecimiento para alcanzar el tamaño de los ci-
ineficientes en cuanto a las condiciones estructu- tados pinos (ponderosa, murrayana y otros), pe-
rales por la cuales generan su propia producción. ro con la incuestionable capacidad de superar en
Cubren su ineficiencia mediante los bajos precios precio a los primeros. Asimismo, se han planta-
pagados por ellas por la fruta que reciben de los do pinos de esa pésima calidad en áreas de bos-
productores independientes, quienes costean las que nativo, de madera excelente, incluida la arau-
ineficacias de las grandes empresas en una activi- caria o pehuén, al que están destruyendo poco a
dad que no ha desaparecido debido a los subsi- poco, con los consecuentes cambios en la fisono-
dios pagados por el Estado. Ni el Estado nacio- mía del paisaje y el deterioro de la actividad tu-
nal ni el provincial han sido capaces de diseñar rística. Un verdadero proyecto de transformación
una política al respecto. En ese sentido, actuando de la región Patagonia requiere lograr el conoci-
coordinadamente, ambos deberían tener la valen- miento necesario que lo haga posible, tanto en las
tía de diseñarla. Hay profesionales de las ciencias formas de participación como en aspectos defini-
sociales preparados para ayudarlos. torios de las potencialidades de la región: tal es
La histórica producción lanera vive una nueva el caso de los cuatro millones de hectáreas rega-
etapa de profunda crisis. Debe recordarse que la bles que antes eran impensables, sea por el precio
Gran Guerra acompañó, hace más de 100 años, del riego mediante métodos presurizados o debi-
la primera crisis de sobreproducción. Hace unos do a los bajos precios de los excedentes agrícolas
años atrás, una política de promoción de los la- en el pasado, o la potencialidad del desarrollo tex-
vaderos de lana permitió el desarrollo de este ti- til sobre la base de fibras naturales (lana y pelo de
po de industrias en la provincia de Chubut, me- las cabras de angora) y las fibras sintéticas sosteni-
diante el sostenimiento de ellos sobre la base de das por una petroquímica a ser desarrollada, con
subsidios. Pero claro, en el ínterin no se genera- capacidad de generar los monómeros necesarios
ron las respectivas promociones para pasar de la- para la producción de fibra sintética. El esquema
na sucia a top e hilados, lo cual hubiese hecho po- maquilero de Tierra del Fuego tiene cortos alcan-
sible acompañar la promoción de la exportación ces como ejemplo del desarrollo productivo. Es
de lana lavada con el desarrollo de las respectivas necesario diseñar y concretar verdaderos subsiste-
fábricas de prendas, acompañadas por avances en mas de capital4, en tanto como tales no estarían
el diseño industrial. A cambio de esta política in- sujetos a los vaivenes de los fabricantes de partes.
tegral, se eliminaron los subsidios destinados al
cortísimo primer tramo del subsistema de capi- 4 Levin, Pablo: “Diagnóstico de Subsistemas”, Boletín Geo-
286 V • Análisis regional

En fin, el problema del desarrollo patagónico fraestructura y beneficios sociales, en un enorme


tiene cierto grado de complejidad, aunque no ma- esfuerzo de mejora respecto de equidad en la ca-
yor que en otras regiones del globo. No obstan- lidad de vida de la población, así como la provi-
te, la limitante más importante es el conocimien- sión de una buena red vial a los efectos de la in-
to de la región por parte de los profesionales que tercomunicación con el territorio nacional, con
toman decisiones y la capacidad y la valentía polí- obvio alcance regional (mapa 22.1). Asimismo, la
tica del Estado. inversión en cuanto al desarrollo energético ha si-
Lo dicho anteriormente ilustra sobre el hecho de do notable (mapa 22.2), aun cuando apunta a ali-
que propuestas señaladas pudiesen incluir, implí- mentar básicamente las porciones más desarrolla-
citamente, el abandono sistemático de las regio- das del espacio nacional, a la vez que acompañada
nes no pampeanas del norte, densamente pobla- con un esfuerzo similar en los sectores educación,
das. Está claro que el diseño de actividades que salud y vivienda, estos últimos también según cri-
puedan empujar el desarrollo no consiste en diver- terio de equidad social. Pero muy lejos está esto de
sos regímenes de subsidios que implican inversio- una verdadera planificación regional destinada al
nes destinadas a una vía muerta, en tanto, quitado desarrollo de la capacidad y la potencialidad pro-
el subsidio, estas sucumben indefectiblemente. El ductiva de las distintas regiones del país.
verdadero desarrollo viene de la mano de activida- Estas restricciones se evidencian en la lectura con-
des económicas autosustentables diseñadas como junta de los índices y las variables analizadas pa-
conjunto de partes que se retroalimentan mutua- ra este trabajo (ver más adelante), con relación a
mente. Las naturales y lógicas inversiones para el la potencia instalada y las posibilidades que la in-
desarrollo en todas las regiones del país no impli- fraestructura del sistema de distribución ofrece pa-
can la postergación histórica regional y el rol que ra extender, mediante obras secundarias, los bene-
se les reserva en el futuro, pero sí exige la elabora- ficios de la disponibilidad energética al interior de
ción de una estrategia específica sostenida en cri- los territorios por los que se despliega su tendido.
terios ajustados a la teoría del valor. En efecto, la Ejemplo de ello es la línea de alta tensión Futaleu-
Patagonia presenta un panorama no comparable fú - Madryn (Aluar) de 330 kv (mapa 22.1) que atra-
con otras regiones y países que tienen una impor- viesa, como un vector asociado al desarrollo exclu-
tante población y una casi total ausencia de recur- sivo de los nodos que conecta, los departamentos
sos –tal como ciertos países de Europa o Japón–, ni Gastre y Telsen de la provincia de Chubut, cuando
con la situación del norte del país (en particular, el son éstos caracterizados por las peores situaciones
noroeste) donde a la existencia de una población en la mayor parte de las variables que componen el
significativa se une la localización de toda una ga- análisis de calidad ambiental y calidad de vida pa-
ma de recursos naturales, además de una posibili- ra la Patagonia (ver mapas 22.12, 22.11 y restantes).
dad de complementación con países limítrofes y La vieja teoría de los polos de desarrollo de Pe-
del Mercosur. En este caso, la situación imperan- rroux5, que suponía que el desarrollo y la inver-
te se perfila como una masa de población extrema- sión de grandes proyectos de capital intensivo
damente reducida pero con una disponibilidad de traerían aparejado un efecto multiplicador eco-
recursos muy importantes, especialmente energé- nómico que se expandiría en el territorio circun-
ticos –hidrocarburos; carbón; energía hídrica; ma- dante, quedó totalmente reemplazada por los en-
reomotriz y eólica– y de producción de alimentos, foques de trama, carteles y subsistemas de capi-
conjuntamente con otros recursos industrializa- tal, las que basadas u orillando la teoría del valor
bles no siempre bien conocidos –pecuarios, mate- de C. Marx, toman como centro el diseño y la pro-
ria prima para productos plásticos sobre base pe- moción de las relaciones entre empresas vincula-
troquímica o carboquímica, siderúrgicos, pesque- das por relaciones técnicas que impulsan la gene-
ros y mineros–, cuyas formas de aprovechamiento ración de excedentes como conjunto vinculado a
pueden llegar a condicionar totalmente el desa- una actividad. Tal como se desprende de los ante-
rrollo del hombre patagónico en el futuro. riores ejemplos puestos en consideración, no exis-
Desde el comienzo de la última dictadura, en Ar- te magia en la articulación del capital en torno a
gentina no se hace planificación regional. Esto no una actividad, existe planificación, estatal o priva-
significa que no se hayan hecho inversiones en las da, pero siempre con el Estado como promotor de
provincias, donde con buen criterio en los últi- las decisiones planificadas.
mos doce años se han seleccionado los rubros in- 5 Boudeville, J.: Los espacios económicos, Cap. 1, p. 12,
gráfico, Nº 8, Departamento de Geografía, Universidad EUDEBA, Buenos Aires, 1965. Perroux, J.: La firme motrice
Nacional del Comahue, 1981. dans la région motrice, ISEA, 1960.
22 • La Patagonia 287

Mapa 22.1. Conexión espacial por vías de Mapa 22.2. Potencia instalada.
circulación carretera. Patagonia. Patagonia.

Fuente: elaboración personal LIPAT-UNCo. Sobre la base de Fuente: Elaboración personal LIPAT-UNCo.
datos de la Dirección Nacional de Vialidad, mapas carreteros Sobre la base de Visor SIG de la Secretaría de
del A.C.A., bases digitales IGN, y análisis visual de imágenes Energía, Ministerio de Planificación, República
satelitales de alta resolución espacial en Google Earth, 2014. Argentina. Información Geográfica. 2015.

La vieja teoría de Perroux logró enclaves en la Pa- cir que un celular está fabricado en la Patagonia
tagonia que sólo quedaron en eso. Petróleo, alu- debido a que se ensamblen partes fabricadas en
minio, centrales hidroeléctricas, infraestructura y otras regiones (nacionales o extranjeras) en una
tal vez otras inversiones no lograron el apetecido carcasa con etiqueta patagónica. Estará fabrica-
desarrollo. Por el contrario, se produjo un proce- do en esta región cuando el circuito impreso, los
so de terciarización de la economía, sin pasar pre- circuitos integrados y la mayor parte de sus com-
viamente por la complejidad de procesos produc- ponentes sean de esta región. No obstante, el de-
tivos industriales. No porque hubiese aluminio sarrollo económico, objetivo ineludible, será con-
aparecieron las industrias subsidiarias, no porque secuencia de un orden distributivo más justo y
hubiese petróleo apareció alguna de las ramas pe- menos espectacular que la antigua estrategia abo-
troquímicas, no porque hubiese energía disponi- cada a los grandes proyectos de capital intensivo
ble aparecieron actividades electrointensivas. pero con más expectativas de largo plazo. Con to-
La Patagonia, antes y ahora, adolece de la ausen- do, el presente tiene más de esos grandes proyec-
cia de un verdadero proceso de desarrollo. Con un tos que de una verdadera propuesta de desarro-
enfoque similar a la teoría de los polos, ha apare- llo planificado: muestra de esto son las Centrales
cido la industria maquiladora electrónica en Tie- Kirchner y Cepernic en Santa Cruz y Chihuido en
rra del Fuego, la que prospera debido a las des- Neuquén.
gravaciones impositivas que cuando desaparez- Paralelamente, los requerimientos del desarrollo
can, o antes en el contexto de la crisis capitalista de otras regiones de Argentina –basado en el creci-
mundial, caerá estrepitosamente. No se puede de- miento económico de actividades ya consolidadas
288 V • Análisis regional

desde períodos históricos anteriores– implicaron la capacidad de la región de producir alimentos,


la puesta en marcha de sistemas de bombeo sis- en el contexto de precios muy promisorios. Existe
temático de recursos, especialmente energéticos y un ámbito al que deberán dar respuestas los pro-
mineros, hacia las zonas de mayor desarrollo in- yectos de FAO y otros organismos internaciona-
dustrial del país (eje fluvial Santa Fe - La Plata). les, que consiste en transformar los mercados po-
No obstante, la población llegó a la región, y en tenciales de consumo de alimentos en mercados
un siglo de poblamiento los aproximadamente reales. La región tiene una potencialidad agríco-
2.100.188 habitantes de la actualidad constituyen la que está disponible, sin desarrollo significativo.
una realidad a tener muy en cuenta. Arribaron Ésta ya fue señalada en el Segundo Plan Quinque-
desde la pampa húmeda o del exterior y se unie- nal 1953-1957, tal vez como forma de superar la
ron a los habitantes nativos que habían sido diez- enorme contradicción del gobierno de esa época,
mados por las enfermedades transmitidas por los que decidió prohibir el cultivo de trigo en Chubut
primeros habitantes de origen europeo, por las (probablemente para contentar a la oligarquía de
guerras y el genocidio de expansión de las fronte- la región pampeana), cuando el grano allí produ-
ras internas. cido había obtenido premios en Europa a los que
Las posibilidades del desarrollo patagónico de- nunca había accedido el trigo de la región más de-
ben necesariamente partir del habitante actual, en sarrollada del país.
atención a sus necesidades y expectativas, ya que
la realización del hombre como individuo y como SUCINTO MARCO HISTÓRICO
grupo social lleva a potenciar todas sus posibili- DE REFERENCIA
dades creativas, las que nunca podrán ser desvin-
culadas de la base material que sustentará la po- Distintos factores de poblamiento han dejado sus
blación actual y los nuevos contingentes a arribar. impresiones y sus rugosidades en la organización
Para lograr este objetivo será necesario avanzar del espacio patagónico. La débil impronta econó-
hacia un orden social más participativo y, por en- mica de un espacio organizado más para la extrac-
de, más democrático, donde las estructuras inter- ción de sus riquezas que para el desarrollo de sus
medias de la sociedad serán la base de esa partici- potencialidades se manifiesta en caracteres demo-
pación y, por lo tanto, del proceso de desarrollo.6 gráficos y sociales que son acordes.
Las condiciones de la región para recibir pobla-
ción mediante un proceso racional de poblamien- Pueblos originales
to puede ser visualizado a través del hecho de que
el Alto Valle del río Negro, que produce fundamen- Originalmente, habitaban esta región contingen-
talmente frutas de pepita (945.212 tn en 2007) y tes muy numerosos de cazadores y recolectores
que exporta un 30% de la producción (aun cuan- integrados en una base material de subsistencia
do en la temporada 2014/15, la producción se re- que dictaba el tipo de división del trabajo necesa-
dujo un 34%), es solamente uno de los valles rega- ria para sostener a las familias. En Tierra del Fue-
bles de la Patagonia que puede ser fácilmente de- go se encontraban los habitantes originales cuya
cuplicado. A ello deben sumarse unos 4 millones cultura era la menos desarrollada de todo el espa-
de hectáreas7 dispuestas en los valles estructurales cio que constituye el territorio del actual Estado
antecordilleranos. El área actual bajo riego del va- nacional. Ellos eran cazadores y recolectores de
lle del río Negro es de aproximadamente 100.000 animales marinos. No existen cifras que puedan
ha, de las cuales, unas 60.000 ha se encuentran en dar una idea exacta de la cantidad de habitantes
la parte denominada Alto Valle. Si adicionamos la que por esas épocas habitaban la región. No obs-
capacidad de producir carnes rojas en la meseta tante, más al norte y con raíces similares a la par-
y en los contrafuertes cordilleranos, queda clara cialidad ona fueguina, habitaban los tehuelches
6 Fundación Bariloche: The Nature of Micro to Macro Insti- que se extendieron, en su división de tehuelches
tutions as seen from a Human Centered Approach to Develop- del sur y del norte hasta la región pampeana. Ha-
ment, Social Actors, Power Factors, Democratization y Encultur- cia el noroeste de la región habitaban una serie de
ation and Aculturation of Denocratic Character Structures, Bari- grupos con diferencias étnicas marcadas respecto
loche, 1984. de aquellos que se encontraban en el sur, centro
7 Pizzolon, L., Mare, M. d., Otal, R. D. y de Jong, G.: In-
y noreste de la región; se trata de los pueblos pi-
forme 2013 sobre el agua en la Patagonia, Observatorio del
Agua (UNPSJB y Laboratorio de Investigaciones para el cunche, pehuenche, buena parte de los ranqueles
Ordenamiento Ambiental y Territorial (F. H., UNCo), Es- y mapuche. Estos últimos, empujados por la pre-
quel, 2013. sión de los pueblos europeos que ocuparon Chile
22 • La Patagonia 289

desde el siglo XVI fueron incrementando las pobla- ca de vacío demográfico que, de alguna manera,
ciones de esa etnia al este de la cordillera. Actual- mantiene hasta el presente, en tanto los indíge-
mente, la gran mayoría de los pueblos de los que nas eran un grupo poblacional plenamente arrai-
aquí se habla se identifican como mapuche, es de- gado y con amplias posibilidades de aculturación
cir, “gente de la tierra”. en aquellos aspectos que hacen al desarrollo. Ese
proceso llegó a su fin con la actividad de los caza-
Exploraciones de europeos dores de indios financiados por los ganaderos de
Magallanes y del sur de Santa Cruz, en particular
La colonización europea, básicamente de espa- José Menéndez, el fundador de la Sociedad Anó-
ñoles en los primeros siglos, comenzó con via- nima Importadora y Exportadora de la Patagonia
jes diversos de exploradores que recorrieron la re- (Borrero, 1928).
gión desde que en 1521 Magallanes transitara las En 1878 se fundó Puerto Santa Cruz y, en 1886,
costas de la región e invernara en San Julián. En el coronel Fontana con los rifleros galeses funda-
ese sentido, los aportes de García Jofré de Loay- ron Esquel, Trevelin y la Colonia 16 de Octubre.
sa (1526), Simón de Alcazaba y Sotomayor (1535), En 1884 se fundó Puerto Deseado, Río Gallegos
Juan Fernández Ladrillero (1557), Pedro Sarmien- en 1885 y en 1896 Colonia Sarmiento, la que es-
to de Gamboa (1584), los sacerdotes jesuitas Mas- tableció su salida al mar en Comodoro Rivadavia
cardi (1669), Guglielmo (1704) y Falkner (1750), que fue fundada en 1901. Hacia el norte de la re-
Antonio y Francisco de Viedma (1779), Juan de la gión, Chos Malal se fundó en 1887, San Martín de
Piedra (1779), Darwin (1831-1834), y finalmente los Andes en 1898, Bariloche en 1902 y Neuquén
Luis Piedrabuena (1848 a 1882) entre otros, apor- en 1904. Desde el exterminio de la población indí-
taron con sus viajes un cúmulo de informaciones gena hasta aproximadamente 1930, la región no
que serían fundamentales para el proceso de po- lograba organizarse respecto de la constitución de
blamiento blanco promovido a partir del genoci- una población estable con un ordenamiento ju-
dio de los pueblos originarios. rídico adecuado y un conjunto de leyes aceptado
Durante ese período, se concretaron algunos por todos. Esos años dieron lugar a muchas pille-
asentamientos precarios, de blancos europeos rías, robos de ganado, jueces corruptos, tomas de
preferentemente, y de corta duración. Los más tierras sin regulación alguna y otras manifestacio-
notables fueron Puerto de los Leones en las cer- nes similares; la vida valía muy poco y la ley solo
canías de la actual Camarones, Nombre de Jesús se cumplía si a los poderosos de la región les con-
en el Cabo Vírgenes, La Misión jesuita del Nahuel venía. Recién después de 1930, puede decirse que
Huapi, Floridablanca en las inmediaciones de la se concretó un cierto orden jurídico institucio-
actual San Julián y Carmen de Patagones, que si- nal. De cualquier manera, muchos de los rasgos
gue siendo la ciudad estable más antigua de la de una típica “frontera de poblamiento” se man-
Patagonia. tienen hasta el presente.
Lo cierto es que estos rasgos fueron emergentes
Colonos y algo más de un proceso gradual de poblamiento en que nu-
merosos contingentes penetraron por los puertos
La ocupación definitiva del territorio patagóni- costeros y por tierra desde el norte o desde Pun-
co, por parte de europeos y de contingentes pro- ta Arenas en el sur y se dedicaron en forma direc-
venientes de otras regiones del país, se inició con ta o indirecta a la ganadería ovina especialmente,
los 153 colonos galeses que se establecieron en la principal actividad con manifestación territorial
1865 en el valle inferior del río Chubut. Crearon en toda la región, que llegó a ser la base de su eco-
un orden económico casi cerrado que estaba basa- nomía. Correspondientemente, se produjo la in-
do en explotaciones agropecuarias intensivas bajo migración chilena de “rechazo”, la cual fue atraí-
riego. Sólo comerciaban con los tehuelches, quie- da por las condiciones locales de una oferta ma-
nes además los apoyaban con sus conocimientos yor de trabajo y de condiciones económicas en
de la región y sus productos, los cuales dieron lu- general más favorables que las que esa población
gar a un intercambio basado en el trueque. Pero el encontraba en el sur de Chile.
poblamiento definitivo por parte de grupos étni- Durante el período posterior a la ocupación mi-
cos blancos se dio después de la eliminación físi- litar de la región, se realizaron importantes expe-
ca de buena parte de la población indígena de la diciones científicas y reconocimientos del espacio
Patagonia en el período que va desde 1879 a 1885. natural que aportaron un caudal de información
Esa eliminación otorgó a la región la característi- que permitió adquirir suficiente conocimiento
290 V • Análisis regional

acerca de sus posibilidades y sus potencialidades. 1. El primer gran plan patagónico fue formula-
Esta fue también la época en que se trazaron los do por Ministro de Obras Públicas de José Figue-
límites internacionales con la participación de ex- roa Alcorta y Roque Sáenz Peña, Ezequiel Ramos
ploradores como Francisco P. Moreno y el Capi- Mexía, con la invalorable colaboración del geólo-
tán Carlos María Moyano, marino, explorador y go norteamericano Bailey Willis y sus ayudantes
geógrafo, al igual que Moreno. de la Comisión de Estudios Hidrológicos consti-
tuida por el ministro. El plan consistió en el desa-
Frentes mineros rrollo de una gran ciudad industrial, llamada Na-
huel Huapi en la planicie que se encuentra al su-
Otra actividad que dio lugar a efectos territoriales reste de dicho lago. Allí se instalarían industrias
muy puntuales fue el petróleo, el carbón y otras de la carne, lana, cuero, madera (previendo fo-
actividades mineras menores. El descubrimiento restaciones previas) y otras de base minera. Para
del petróleo en 1907 marcó el comienzo de las ex- ello, esta gran ciudad (que en su comienzo tendría
plotaciones mineras, específicamente los combus- 40.000 habitantes) se conectaría por vía férrea
tibles. Mientras tanto, la ganadería ovina exporta- eléctrica (previsto el desarrollo de emprendimien-
ba lana sucia, que generaba un ingreso real en di- tos hidroenergéticos) con El Bolsón, El Hoyo,
visas para el país, a la vez que seguía siendo, y lo Epuyén, Cholila, Esquel y Colonia 16 de Octu-
es todavía, el principal factor de localización de bre. Otra línea ferroviaria iría desde Nahuel Hua-
población en el conjunto del espacio patagónico. pi a Chile, pasando por San Martín de los Andes.
Las islas agrícolas de cultivos bajo riego funcio- Desde esa ciudad, se preveía una línea ferroviaria
naron como abastecedoras de los centros urbanos que, siguiendo el valle del río Limay, se conectaría
en formación y de forrajes para complementar los con el ferrocarril, en construcción en esa época,
requerimientos de las áreas ganaderas. El Alto Va- hasta Neuquén y Zapala. El ferrocarril que desde
lle del río Negro, cuya planificación por parte del San Antonio Oeste, también en construcción, lle-
capital inglés comenzó en 1910, por un proceso garía a la ciudad industrial tendría un ramal que
que en 1930 tenía instalada la producción frutíco- iría hacia el sur y se conectaría con el ferrocarril
la, existiendo previamente una etapa de produc- ya existente que desde Madryn, Trelew y Rawson
ción y exportación de semillas de alfalfa, será mo- se desplegaba hasta la punta de rieles en Las plu-
tivo de un tratamiento especial, en tanto fue un mas, la que se extendería hasta encontrarse con el
modelo distinto al que fue impulsado por el Es- que provenía desde la ciudad industrial; a su vez,
tado nacional. éste se prolongaría hasta tocar el que ya estaba o
estaría construido hasta Colonia Sarmiento y, fi-
Los planes y la planificación nalmente, el proyecto concluía en Puerto Desea-
do, ferrocarril que se construyó hasta Las Heras
Numerosos han sido los planes elaborados du- y que, junto con el de Colonia Sarmiento y el que
rante el período que va de 1910 a 2010 para rever- unía Madryn con Las Plumas, fueron desactiva-
tir la mencionada estructura dependiente. Cien dos durante la presidencia de A. Frondizi.
años con muchas ideas y poca transformación 2. Los planes quinquenales fueron elaborados
hacia un verdadero desarrollo social y económi- por la Secretaría Técnica de la Presidencia, el pri-
co. Los motivos de tal realidad obedecen a fuer- mero, y por el Ministerio de Asuntos Técnicos, el
tes intereses de orden interno y externo. Los exter- segundo, en la época de Juan Perón. El segundo
nos, que siempre han sido impulsados por el cen- de ellos fue la versión más acabada.8 En esa épo-
tro capitalista del Atlántico norte no pueden ser ca, no se veía la organización territorial del país
cambiados en tanto responden, sobre todo ahora en términos de regiones. No obstante, la condi-
cuando están en crisis, a sus necesidades, que son ción de Estado federal imponía una participación
las propias del capitalismo decadente. En cambio, activa de las provincias. Fue así que en palabras de
podrían haber sido sustituidos los atributos pro- Mende, expresadas en una reunión de gobernado-
pios del colonialismo interno y, actividad por ac- res, se planteaba uno de los objetivos centrales del
tividad en sucesivos turnos, podrían haber sido Plan, el cual debía lograr una “ejecución armónica
desarrollados verdaderos subsistemas de capital. del Plan Quinquenal y el conjunto de los planes
La inversión no sería tan grande como la que se provinciales” y agregaba: “ podemos presentar al
realizó en muchas de las grandes obras de infraes- 8 Perón, Juan D., Mende, Raúl y 24 colaboradores: 2° Plan
tructura, pero generarían la disponibilidad local Quinquenal de la Nación Argentina, Ley 14.184, Ediciones
de cuantiosos excedentes regionales. Hechos e Ideas, Buenos Aires, 1954.
22 • La Patagonia 291

presidente y al pueblo que él representa, el pano- deral de Inversiones, organismo de planificación


rama de una organización nacional de planifica- impulsado y financiado por las provincias que
ción que es verdaderamente nacional, porque ca- sostuvo con eficiencia la tarea planificadora en los
da uno de los delegados del Consejo Nacional de niveles regional y provincial, mediante el desarro-
Planificación tiene en los ministerios correspon- llo de planes que eran indicativos para el sector
dientes de las provincias, en los territorios y aun privado y obligatorios para el sector público, a la
en la municipalidad de la Capital federal, un orga- vez que elaboró los únicos trabajos básicos para
nismo pequeño, tal como lo hemos recomendado la planificación regional existente en el país (por
nosotros, que centraliza todos los problemas vin- ejemplo, “Relevamiento de los Recursos Natura-
culados con la planificación.” Es importante se- les de Argentina” o “Relevamiento de la Estruc-
ñalar esto, ya que esa concepción, con regionaliza- tura Económica Regional” o “Bases para el Desa-
ción o no, tiñó de realidad la planificación en Ar- rrollo Regional Argentino”). A partir del segundo
gentina desde 1946 hasta 1976 (cuando se instaló y el tercero de estos trabajos, se estableció la divi-
la genocida dictadura militar), la cual, como con- sión del país en ocho regiones (NOA, NEA, Cen-
cepción, nunca fue repuesta por los gobiernos de- tro, Cuyo, Pampeana, Metropolitana Comahue
mocráticos, incluido el de estos últimos 12 años, y Patagonia) a los efectos de encarar su desarro-
muy exitoso por cierto en diversos campos so- llo. Así, Comahue (Río Negro, La Pampa, 14 Parti-
ciales. Diez sectores básicos, desvinculados unos dos del sur de Buenos Aires y Neuquén) o Norpa-
con respecto a los otros, dejaba librada la coordi- tagonia, conjuntamente con la que se dio en lla-
nación intersectorial a la aptitud de quienes ejer- mar Patagonia (Chubut, Santa Cruz y Tierra del
cían las responsabilidades públicas. Esos sectores Fuego) fueron las dos regiones en que se dividió
eran, en orden de prioridades, acción agraria (en el conjunto patagónico.
correspondencia con la concepción agroexporta- 5. Finalmente, se puede mencionar una serie de
dora de la economía nacional en la época), trans- planes que, entre gobiernos civiles condiciona-
portes, obras sanitarias y vialidad, puertos y vías dos o dictaduras militares, en general inspirados
navegables, industria manufacturera, mecánica, en propósitos planificadores, fueron formula-
pesquera y naval, salud pública y seguridad, pre- dos por organismos de planificación actualmen-
visión social y estudios de planificación, vivienda, te inexistentes, en tanto que quienes trabajamos
educación y cultura y, finalmente, edificios públi- en ellos teníamos plena conciencia de las poten-
cos. Esta organización fragmentada del Plan ase- cialidades de un país en el que la complejidad del
guraba su fracaso, cosa que no se pudo compro- desarrollo se concretase en acciones conducen-
bar, ya que en 1955 Perón fue derrocado y la que tes. Ese tipo de equipos de profesionales pensan-
vino solo atendió a los intereses de las corporacio- tes no existen ahora. El último de eso planes fue
nes. Revisado el Plan, surge claro que para la Pata- abortado por la última dictadura militar (1976-
gonia solo se cumpliría aquello que tiene que ver 1983). Nunca más se concretó un plan de desa-
con grandes obras de infraestructura. Así, figura- rrollo regional. Entre ellos, vale la pena mencio-
ban proyectos hidroenergéticos, como Segunda nar algunos que se muestran en el presente lista-
Angostura en el río Limay y Florentino Ameghino do incompleto:
en el río Chubut, además de otros emprendimien- - CFI: Plan de Emergencia para el NOA 1967.
tos menores. No obstante, la Patagonia figura co- (Dictadura de Onganía) Los proyectos de inver-
mo primera prioridad en el Plan. sión pública provincial y nacional se concretaron
3. A partir de la concepción planificadora que progresivamente. El trabajo es una muestra de los
introdujeron los Planes quinquenales, surgieron que hacía el CFI.
una serie de instituciones civiles, estatales y mix- - Consejo nacional de Desarrollo (CONADE):
tas que se inscribieron en el paradigma de la pla- Plan Nacional de Desarrollo y Seguridad 1971 -
nificación. Entre ellas cabe mencionar la “Cor- 1975. (Dictadura Levingston) Es un plan con al-
poración Norpatagónica” y el “Ente de Desarro- guna intención de transformar la dualidad desa-
llo Patagónico” que surgió de la primera reunión rrollo - subdesarrollo del territorio nacional po-
de gobernadores realizada en 1964, a la vez que niendo énfasis en materia de inversiones en las
se generaron también otros organismos (con le- áreas más pobres. Abortó a principios de 1973
yes ad hoc) limitados a puntos o áreas específicas. con el feliz retorno de la democracia. Es el prime-
4. A partir de 1958, se creó el Consejo nacional ro que intenta entender la complejidad de ciertas
de Desarrollo y, ya en la presidencia de Frondizi, actividades productivas como conjunto de rela-
aunque contra su voluntad, se creó el Consejo Fe- ciones económicas.
292 V • Análisis regional

- Consejo Nacional de Desarrollo (CONADE): de agua y sustento para las familias, no goza de
Plan Trienal para la Reconstrucción y la Libera- la ubicuidad de recursos de este tipo que contie-
ción Nacional 1974 - 1976. Tercer gobierno de ne la región pampeana: en seis de las siete regio-
Juan Perón. Se basaba en objetivos provinciales de nes que componen el territorio nacional argenti-
inversión pública y políticas sectoriales que abor- no, los recursos son inmensos pero no ubicuos.
taron definitivamente en marzo de 1976. La Pa- Los espacios intermedios, de menor densidad de
tagonia concretó proyectos hidroeléctricos en la población, lucen vacíos para la mirada del habi-
cuenca del río Negro. tante urbano de la gran Buenos Aires. A ello ha
- CFI: Análisis y Evaluación de la Actividad Eco- contribuido una importante bibliografía que ha-
nómica y Configuración Espacial de la Provincia bla de los grandes espacios vacíos que la caracteri-
de Río Negro. 1965 - 1967. Define un estudio pro- zaron en el pasado y que, ahora, requiere del visi-
fundo de la complejidad de las actividades produc- tante un cierto esfuerzo para reconocer en los ras-
tivas de la provincia tomadas cada una de ellas co- gos del presente. Por ejemplo, a aquellos que se
mo conjunto en atención a los enlaces técnicos que dejaron influir por esa imagen, les costará recono-
existen entre las empresas que las componen y que cer la región en sus aproximadamente 100.000 ha
definen la modalidad de generación de los exce- de cultivos frutícolas intensivos del valle del río
dentes o sus condiciones estructurales. Después de Negro y de los valles inferiores de los ríos Limay
este último trabajo, el CFI dejó de estudiar las pro- y Neuquén, todo ello en las provincias norpata-
blemáticas regionales. Actualmente, éste está sub- gónicas de Río Negro y Neuquén, región a la que
utilizado y sigue las tradiciones que en el organis- se ha dado en llamar “Comahue”.10 Mucho más
mo implantó la dictadura, aún después de más de le costará verificar que el área urbana, cabecera de
treinta años de democracia, es decir, su eje central tal región, es una conurbación de aproximada-
planificador fue dejado de lado. Sólo se ha vuelto mente 500.000 habitantes (cifra que puede variar
experto en diversas modalidades de parches. un poco, según el criterio de corte territorial que
se adopte) desarrollada en torno a la ciudad de
LOS PRINCIPALES PROBLEMAS Neuquén. También, llamarán la atención las más
Y ALGUNAS POTENCIALIDADES de 30.000 ha sistematizadas para uso agrícola en
el valle inferior del río Chubut, con sus ciudades
Además del desconocimiento, todavía importan- que superan conjuntamente los 137.000 habitan-
te, de las potencialidades de la región, ya que apa- tes (INDEC 2010). Es, asimismo, difícil encontrar
rece en el horizonte histórico de Argentina con el vacío patagónico en la enorme cantidad de es-
posibilidades que superan a la más desarrollada tablecimientos de producción ganadera (ovinos,
de sus regiones, todavía se ignoran datos relevan- vacunos, caprinos), en otros muchos dedicados a
tes como lo son las potencialmente regables cua- frutas finas que, en no pocos casos, constituyen
tro millones de hectáreas mediante sistemas pre- pequeñas empresas familiares integradas, o en las
surizados o la disponibilidad excepcional de agua áreas que ofertan maravillosos atractivos turísti-
dulce. cos, o en los fantásticos recursos energéticos de
Existen muchos mitos en torno a la Patagonia, sus yacimientos petroleros, y muchos más que de-
entre ellos, aquel que considera esta región como berían ser estudiados, diagnosticados y planifica-
un desierto: vacío poblacional que fue, pero aho- dos (esa es la gran carencia del presente político).
ra ya no lo es9. Muchos argentinos, que miran el Por otra parte, la región tiene una densidad de
país desde la región metropolitana, sienten cier- 2,7 h/km2, con un total de 2.100.188 habitantes
ta aprensión ante una región que, aún con exce- en 2010 (ver mapa 22.3). Obviamente, no se trata
dentes generosos en materia de disponibilidad de una alta densidad de población, pero decidida-
mente no puede ser catalogada como un desierto.
9 En enero de 2004, la revista National Geographic, medio
pseudo-científico de divulgación, famoso por sus inexac- Más aún, regiones de Australia, otras de Siberia y
titudes, sospechado también de recibir financiamiento del ciertas regiones del centro de Asia tienen una den-
Departamento de Estado de los EEUU, trató de instalar la sidad menor. Para el mentado observador de ojos
imagen del desierto patagónico en el imaginario mundial. aprehensivos, se sugiere visitar los valles patagó-
Publicó un artículo sobre la Patagonia, con bonitas foto- nicos a los efectos de percibir una realidad que no
grafías, donde desliza que la región patagónica “Nunca ha
varía con el Noroeste, Cuyo, Centro y Noreste de
sido un país ni un Estado, sino más bien una región libre-
mente definida [¡como si no fuese libre cuando pertene- 10 Voz indígena sin traducción exacta, a la que se le ha in-
ce a Estados que, además, son naciones!] y que comparten tentado dar el significado de “divisadero”, “lugar de rique-
dos países, Chile y la Argentina…”. za”, “lugar donde el agua hizo daño”.
22 • La Patagonia 293

la República Argentina. Más aún, la hermana po- atractivos en materia de recursos para ser puestos
bre en cuanto a su población total, la provincia en valor, sino que, por el contrario, responde a va-
de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlánti- rias causas, dos de ellas geográficamente estructu-
co Sur, es la más densamente poblada de esta rica rales: el mal uso del recurso tierras que llevó a la
región. En el otro extremo, la provincia más gran- desertificación de vastas superficies y el genocidio
de, la segunda en tamaño del país, tiene la más ba- de la población tehuelche a manos de los prime-
ja densidad. Este fenómeno no es un problema de ros terratenientes del sur de la provincia.

Tabla 22.1. Población total y densidad demográfica de las provincias patagónicas. 2010.

Provincia Población (2010) Superficie (km2) Densidad hab./km2


Chubut 509.108 224.686 2,27
Neuquén 551.266 94.078 5,86
Río Negro 638.645 203.013 3,15
Santa cruz 273.964 243.943 1,12
Tierra del Fuego 127.205 21.478 5,92
Región Patagonia 2.100.188 787198 2,67

Fuente: INDEC, cifras provisionales.

Mapa 22.3. Crecimiento medio de la población (2001-2010) y densidad


demográfica (2010) a nivel departamental. Patagonia.

Fuente: INDEC. Elaboración personal.


294 V • Análisis regional

Desertización y crisis ganadera biente con una precipitación media anual del or-
den de los 1000 mm anuales, pero cuyos suelos es-
“El desarrollo de tecnologías cada vez más com- tán desarrollados sobre un sustrato de lapilli pu-
plejas en las etapas más avanzadas del desarrollo míceo extremadamente lábil. Una vez destruido el
del sistema capitalista, ha dado como resultado suelo, el proceso de edafogénesis se detiene casi to-
un uso cada vez más intensivo de los ecosistemas talmente y los materiales del sustrato pueden ser
productivos. Existen dos fenómenos vinculados a fácilmente removidos por el viento. El origen es el
esta cuestión. Por un lado, la aplicación de tecno- sobrepastoreo que reconoce una causalidad social.
logías de uso de los recursos naturales en forma Un escenario a considerar en cuanto a posibi-
intensiva o contaminantes en el ámbito planeta- lidades de revertir el fenómeno tiene que consi-
rio, propias del capital tecnológico potenciado11, derar seriamente las características actuales de la
con el objeto de incrementar la extracción de ri- globalización. La factibilidad de este propósito
queza de la naturaleza, hecho que conduce a un no parece viable hasta la implementación a nivel
consecuente aumento de la productividad de la mundial de métodos correctivos, al estilo de los
fuerza de trabajo y falta de reposición de la ener- ya aplicados en los países desarrollados. Los es-
gía consumida. Por el otro, la consecuencia de la fuerzos puntuales tendrán como límite de sus po-
diferenciación social y la pobreza que resultan en sibilidades el marco rígido de las condiciones so-
formas de sobre uso, que también resulta en una cioeconómicas de los productores involucrados.
falta de reposición energética en los ecosistemas Un replanteo del problema a nivel global requiere
productivos afectados, muchos de los cuales ter- que se ubiquen en la mesa de negociación no sólo
minan destruidos.”12 los afectados sino también quienes tienen la posi-
En la Patagonia también la pobreza es enemiga bilidad de actuar sobre los mecanismos de regula-
de la incorporación de las técnicas que pueden ha- ción del sistema a nivel global. Otros problemas
cer posible el control de la degradación del recur- están dando lugar a negociaciones al respecto
so tierras. Productores pobres o con economías (por ejemplo, el clima también potencia el fenó-
de subsistencia llevan adelante un manejo que meno en cuestión). Quizás la limitación ideológi-
es básicamente degradante. En las explotaciones ca más importante a superar es el hecho de pensar
más grandes, podemos hablar de una economía que los conflictos de las áreas sujetas a degrada-
que genera una cierta capacidad de acumulación, ción no son parte de la sociedad a escala global. La
aunque las expectativas de los empresarios con re- globalización vincula a “los malos” y a “los bue-
lación al capital supuestamente invertido quedan nos” como caras de una misma moneda.
insatisfechas, hecho que redunda normalmente “En general, el sobrepastoreo afecta las partes
en un manejo fuertemente degradante. En las ex- más sensibles de las comunidades vegetales. Una
plotaciones menores, encontramos economías de vez que desaparece la cobertura vegetal, el suelo
subsistencia que plantean serios problemas socia- expuesto induce una demanda evaporativa eleva-
les (población aislada y marginada), económicos da en consecuencia de sus condiciones microme-
(la subsistencia es estructural) y ecológicos (so- teorológicas (temperatura elevada, turbulencia,
brepastoreo que actúa como degradante de los un elevado déficit de saturación del aire) y, como
suelos y la vegetación). Alambrados, aguadas, pas- resultado de una deflación generalizada, resulta
toreo rotativo, etc., requieren de una mínima sa- una reducción del perfil del suelo” 13. Alrededor
nidad económica de la explotación. de una aguada, por ejemplo, se inicia un fenóme-
Los paisajes lábiles son más propensos a la de- no de erosión, destrucción de la cubierta vegetal y
gradación, pero no existen prácticamente paisajes destrucción del suelo. La continuación del fenó-
que están exentos de tal posibilidad. Todo depen- meno es biofísico: en lugares de fuertes vientos,
de del esfuerzo que haga la sociedad por lograr- las partículas del suelo (limos, arenas, gravas, gra-
lo. En la región patagónica, por ejemplo, existe villas) vuelan y se depositan sobre las partes no
un área fuertemente degradada (meseta de Lonco degradadas, produciendo un nuevo proceso de
Luan), con el aspecto de un desierto, en un am- destrucción de la cubierta vegetal, mientras que
detrás queda la roca madre sin suelo ni capacidad
11 Levin, Pablo: El capital tecnológico, Parte tercera, p. 140, productiva. El proceso tuvo un origen social y se
Buenos Aires, Editorial Catálogos, 1997.
convirtió en un proceso biofísico.
12 de Jong, Gerardo M.: “El concepto de región, recurso
metodológico para la acción”, en Boletín Geográfico N° 21, 13 de Jong, G. M.: Introducción al método regional, Capítulo
pp. 28 y 29, Departamento de Geografía de la UNCo, Neu- V: “La desertizacion en la Patagonia: un problema de esca-
quén, 1999. la de análisis y de acción”, LIPAT, UNCo, 2001.
22 • La Patagonia 295

El párrafo anterior persigue el objetivo, no nece- 2. Pavimentos: aquellos que no pertenecen a len-
sariamente logrado, de evidenciar el tipo de pro- guas se encuentran ubicados en bordes de mese-
cesos que caracterizan la contradicción de relacio- tas, terrazas pedregosas y, además, pueden estar
nes socioeconómicas asimétricas, las que, a par- relacionados a incendios o potreros sobre pasto-
tir del empobrecimiento de vastos sectores de reados.
productores, generan una contradicción insalva- 3. Médanos: son poco frecuentes fuera de las
ble en la relación entre ellos y el recurso natural. lenguas y se presentan en forma areal, pudiendo
No es un problema reciente, si bien la introduc- ser de dos tipos: aquellos que generalmente es-
ción del modelo neoliberal de capitalismo salva- tán cubiertos por vegetación, con bordes difusos,
je ha acentuado, hasta extremos nunca imagina- y aquellos que constituyen macro-acumulaciones
dos, esta modalidad de relación entre soporte na- a sotavento de las mesetas y terrazas.
tural y sociedad. En 1984, un grupo de expertos 4. Médanos de arcilla: se originan en depresio-
patagónicos y extranjeros reunidos en un semina- nes salitrosas, con drenaje endorreico, muy típi-
rio ad hoc volcaron en un documento fundacional cas de la Patagonia. Debido a la floculación de la
esta apreciación del problema14. arcilla se producen engrosamientos del terreno
Se verá ahora de qué fenómenos biofísicos se es- por deflación a barlovento de las lagunas ubica-
tá hablando y, a los efectos de una mayor clari- das en el centro de las depresiones, como resul-
dad, se consigna una tipología de los principales tado de la acción eólica de los vientos dominan-
de ellos que concurren a la degradación del recur- tes. Los engrosamientos pueden tener alturas in-
so tierras15: feriores al metro, hasta dos o tres metros. Tienen
A. Formas eólicas16: escasa vegetación y son frecuentes plantas muer-
1. Lenguas de erosión: son formas triangulares o tas por las sales.
alargadas, extendidas en dirección de los vientos B. Formas hídricas17:
dominantes (preferentemente oeste - este), las que 1. Cárcavas y barrancos: son formas más o me-
normalmente tienen una cabeza activa o médano nos ramificadas y de bordes muy cortantes en
de avance, detrás de él un manto de arena y, luego, pendientes altas a medias. En pendientes suaves,
pavimentos de diversas proporciones. En cuan- en materiales limo-arcillosos tienden a suavizar
to a la manifestación del proceso, pueden ser de sus bordes.
acumulación dominante, de deflación dominante 2. Erosión laminar: se manifiesta en suelos des-
y excavadas (la erosión laminar actúa combinada nudos, formando parte de pendientes medias a
con la deflación, contribuyendo a la profundiza- suaves.
ción de terrenos arcillo-limosos con baja propor- 3. Surcos: asociada a las otras formas de erosión
ción de rodados). Existen, además, formas mixtas. comentadas.
C. Mallines o vegas
14 Se trata de la publicación de los trabajos del semina- Este es un capítulo aparte debido a la impor-
rio Metodología regional patagónica del proceso de desertización, tancia productiva de los mallines (nombre local
realizado por el Departamento de Geografía de la UNC, de las vegas). Su degradación o destrucción re-
coordinado por el autor del presente trabajo. Entre ellos
duce notablemente la receptividad de las tierras
se encuentra, “Evaluación de los procesos degradativos de
las cuencas hidrográficas de la provincia de Chubut”, Neu- y, como las formas de erosión comentadas, reco-
quén, 1984. noce su origen en una dinámica impresa por los
15 Movia, Clara P.: Metodologías aplicables a la evaluación de la conflictos del sistema social que supera la capa-
desertificación en la Patagonia, en de Jong et al. (coordinador y cidad reproductiva de este particular ecosistema.
editor), Seminario Metodología regional patagónica del proceso Allí, “la degradación se manifiesta por una salini-
de desertización, ya citado en la nota anterior. zación generalizada, la aparición de manchones
16 Chiozza, Elena M. (directora): El país de los argentinos,
de erosión, excavaciones con mini-deslizamientos
Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1976. Cfr.
de Jong, G. M. (coordinador de los capítulos de la región rotacionales y, a medida que se produce el deseca-
patagónica) y otros, en página 130 del capítulo “Explota- miento, un aumento de los procesos de deflación
ción ovina”, en el que se decía: “Las áreas más severamen- combinados con arrastre laminar del material de
te afectadas por la erosión eólica se localizan en el centro superficie”18.
y norte de Santa Cruz y en el sur de Chubut. Una imagen
vívida de la magnitud de la erosión eólica nos la da el si- 17 Ibídem: “Focos de erosión típicamente hídrica se pre-
guiente hecho: en Ricardo Rojas, provincia de Chubut, zo- sentan en toda la región, pero especial intensidad asumen
na activa, las cantidades de arena recogida en recolectores el sudoeste de Trelew (Chubut), sudoeste de Puerto Desea-
ubicados a 0,80 m del suelo oscila entre los 0,350 y 5,400 do (Santa Cruz) y Valcheta (Río Negro).”
kilogramos en verano.” 18 Movia, C., 1984, op. cit.
296 V • Análisis regional

Normalmente, un campesino recibe por su pro- la base del subsistema la posibilidad de desarrollo
ducto el precio que fijan las empresas de transfor- de mecanismos de innovación y de reconversión
mación e intermediación en las etapas avanzadas productiva hacia formas más sostenibles.
hasta la elaboración del producto final. La con- Cuando las empresas del sector concentrado del
dición de permanencia en la actividad de las em- capital no logran la tasa de ganancia deseada, su
presas más grandes vinculadas a la actividad en permanencia pasa a depender del sistema de be-
cuestión consiste en lograr una tasa de ganancia neficios impositivos o de subsidios que establez-
superior a la media, que responda a las expectati- ca el Estado, cuestión que enmascara temporal-
vas que el capital, según su dimensión, ha gene- mente el problema estructural. Un claro ejemplo
rado. Pero la unidad de planificación sigue sien- de ello ha sido la política de “Reembolso adicional
do la empresa, y en un supuesto de falta de me- por utilizar puertos patagónicos” (Ley N° 23.018
canismos de regulación por parte del Estado, es de 1983) y sus respectivas prórrogas, que dio im-
dable suponer la obtención o el mantenimiento pulso momentáneo, por ejemplo, a la radicación
de esa tasa como estrategia empresaria. Cuando de empresas de la industria de la fibra en el Polo
la “fácil” obtención de una determinada tasa de Textil de Trelew, hasta su vencimiento definitivo a
ganancia mediante el manejo de los precios gene- partir del año 2008 y la consecuente desactivación
ra un mecanismo de deterioro (costos, productivi- de buena parte de tal estructura. Las empresas del
dad, calidad de producto, etc.), la innovación tec- sector concentrado del capital tienen capacidad
nológica queda supeditada a la facilidad y economi- de emigrar a otras regiones más dinámicas o in-
cidad del manejo de los precios en las posiciones cluso a otras actividades mediante la realización
que permitan operar tanto sobre la oferta como del capital desembolsado. Las pequeñas empresas
sobre la demanda. no tienen la posibilidad de migrar y desaparecen
La consecuencia es que los pequeños produc- paulatinamente. En el caso de la actividad ovina
tores bajan sus costos aún a expensas de proce- este problema es de tal magnitud que ante la baja
sos de descapitalización (minimización de insu- de los precios ha desaparecido en ciertas partes de
mos y prácticas sanitarias, pago insuficiente de las provincias de Chubut y Río Negro un agente
las amortizaciones del capital, etc.) que tienen sus de extrema importancia: el mercachifle19. Porque
efectos en el deterioro del manejo de los recursos, los recorridos de éste dejaron de ser rentables, el
de las prácticas de manejo del recurso y de la in- agente desapareció, con lo cual los productores ya
novación tecnológica, así como en el deterioro de no pueden llegar con su producción a un determi-
la calidad del producto. A su vez, ello trasmuta in- nado punto para proceder a su venta. Comienza
visiblemente bajo la forma de trabajo no pagado así no solo la degradación de las tierras, sino tam-
y una canasta de alimentos deficitaria, que el pro- bién una profunda degradación social.
pio pequeño productor independiente asume al En uno u otro caso se trata del complejo fenóme-
quedar en los márgenes de la subsistencia, con la no de las explotaciones subfamiliares –minifun-
ilusión de una próxima temporada más favorable. dios de subsistencia– en el ámbito de subsistemas
Se inicia así un círculo vicioso que redunda pro- agropecuarios. Las relaciones directas entre em-
gresivamente en el deterioro del conjunto social. presas que se ubican en una posición favorable en
Por otra parte, la ineficiencia en términos capi- el mecanismo de regulación automática del sub-
talistas de las empresas del sector concentrado del sistema, con otras que no ejercen ningún poder,
capital, se transfieren hacia abajo según diferen- es la base de que exista una acumulación desigual.
tes mecanismos. Así, por ejemplo, para el caso de A los productores patagónicos, que se resisten a
la ganadería caprina del centro de la provincia de un destino miserable, les interesa probablemen-
Neuquén, el eslabón de acopio (barracas) de com- te saber a qué se deben las tendencias actuales en
portamiento oligopsónico ha regulado histórica- su actividad productiva, más que una descripción
mente el mercado, sosteniendo la demanda de un pormenorizada de las partes del fenómeno como
producto elemental tal y como es retirado del ani-
mal luego de la esquila, sin mayores requerimien- 19 Término que designa, en la Argentina, a una especie de
tos de calidad o clasificación. En el contexto es- comerciante que se relaciona con los productores, a quie-
tancado de la actividad, esta práctica generalizada nes visita en su pequeño camión, a través del trueque. Re-
cibe lanas y cueros que trueca por mercaderías (alimen-
carente de estrategias para la expansión del capi-
tos y ropas) para el consumo de los productores. Luego, él
tal (búsqueda de nuevos productos, optimización se encarga de vender a los acopiadores locales el fruto de
del precio de la producción, intención de acceso a sus correrías y comprar nuevos productos manufactura-
mercados más exigentes, etc.) ha condicionado en dos para una nueva ronda.
22 • La Patagonia 297

alternativa a un diagnóstico comprensivo que les Otro ejemplo, también referido al perilago, es el
informe acerca de las expectativas que pueden te- de los usos turísticos y de consumo, industriales y
ner con respecto a su problemática, así como las domiciliarios, actuales y potenciales, del embalse
estrategias que pueden adoptar frente a ella. En- en situaciones de desembalse (ver punto 7).
contrar el instrumento metodológico adecuado El marco normativo y los planes de manejo am-
es el desafío académico. El que sigue es un inten- biental deberían dejar muy claro, entonces, el sis-
to presentado en forma muy sucinta. tema de responsabilidades emergentes para la au-
toridad de aplicación y para el concesionario. El
Gestión ambiental de las presas embalse es jurisdicción de las provincias y la ope-
ración de las centrales es del concesionario. Es ne-
1. Usos del embalse y de los perilagos: En los pá- cesario planificar para armonizar estos intereses
rrafos siguientes, se especifican los principales entre sí y con los particulares involucrados, den-
problemas derivados del sistema de aprovecha- tro de los alcances de un marco normativo como
mientos de la cuenca del río Negro, para los cuales el antes enunciado.
la empresa estatal Hidronor S. A. efectuaba algún 2. Régimen del uso del suelo aguas abajo de las
tipo de manejo, en muchos casos perfectibles. Pa- presas: los conflictos que se han generado aguas
ra muchos de ellos no existe ya autoridad de ma- abajo de las presas son numerosos y están perfec-
nejo, aplicación y control, una vez desaparecida la tamente identificados y diagnosticados en nume-
empresa estatal. En la exposición que aquí se rea- rosos documentos. La operación de las centrales
liza se señalarán los casos en que existe algún tipo no puede realizarse sin considerar las condiciones
de manejo, el que en términos generales se reduce del río y del valle aguas abajo, ya que de otra ma-
a los casos casi ineludibles de las normas de ma- nera los daños a las actividades económicas, a los
nejo del agua y de su calidad, en ese orden. usuarios del agua y a los asentamientos pueden
Los argumentos técnicos sostenidos en la uni- ser notables.
dad de manejo que implica una cuenca como sis- a) Asentamientos, morfología fluvial y zona de
tema, ilustran suficientemente sobre la unidad in- ribera.
disoluble que existe entre la operación de las cen- Normalmente, no existen zonas de ribera defini-
trales y los embalses. Es necesario, por lo tanto, un das de tal manera que incluyan una delimitación
mecanismo de coordinación y una forma también de áreas según riesgos de inundación. Por el con-
acordada de planificación de los usos del embal- trario, la mencionada falta de normas regulado-
se y del perilago. La gestión, los planes y el marco ras ha dado lugar a un uso indiscriminado del río,
normativo deberían poner énfasis en la potencia- con avances notables sobre la planicie de inunda-
ción del desarrollo productivo, turístico y recrea- ción. La solución de estos problemas encuentra
tivo, así como en la libre accesibilidad a las áreas un agravante en el hecho de que, una vez regula-
reservadas para diversos fines. La autoridad de dos, los ríos han perdido progresivamente su con-
aplicación debería exigir una evaluación ambien- ductividad hídrica, debido, en parte, a las razones
tal a cada agente que proponga un nuevo uso del apuntadas y, en parte, a que el río regulado tie-
agua, de los perilagos o de ambos, para así compa- ne menos energía para transportar los clastos que
tibilizarlos con los usos ya existentes. componen su lecho (se trata de rodados de diver-
Un ejemplo de lo expuesto en materia de usos sos tamaños) produciéndose, entonces, procesos
del agua es el caso de la cría de peces en jaula, de agradación (depósitos de los mencionados ro-
que tiene un crecimiento explosivo en el embal- dados) con formación de barras y albardones, con
se Alicura. Es una actividad altamente contami- la consiguiente disminución de la profundidad
nante luego de ciertos umbrales de producción, del lecho. Tanto en la etapa de la concesión a la
a los que presumiblemente se arribará en pocos empresa estatal como en la etapa de las concesio-
años si la demanda mundial de truchas para pla- nes privadas se obvió la sana práctica de las des-
to se mantiene y si Argentina mejora su posicio- cargas ecológicas periódicas, las que consisten en
namiento para la exportación del producto. La al- erogación de caudales similares a aquellos de las
teración de la calidad del agua, por este u otros crecientes medias regulares de la etapa no regula-
motivos, afecta los usos para el consumo huma- da del río. Estos procedimientos requieren de una
no e industrial, pudiendo ser causal de deterioros planificación del ascenso y el descenso de los cau-
por corrosión en el cemento, compuertas y meta- dales, con un adecuado gradiente que evite ero-
les diversos, produciendo además el taponamien- sión de márgenes, así como de una eficiente co-
to de filtros en las centrales. municación a la población ribereña con el obje-
298 V • Análisis regional

to de prevenir daños personales. Es recomendable lidad aparece al menos compartida con el opera-
establecer una especie de fiesta anual del río, que dor del sistema de riego. Al normal escurrimiento
genere respeto por él, a la vez que facilite la comu- superficial en los valles de los ríos corresponde un
nicación con la sociedad en general. escurrimiento subterráneo y cualquier modifica-
La forma de abordar el problema para el caso de ción en el primero altera el equilibrio con este úl-
los ríos Limay, Neuquén y Negro consistió en en- timo. En las áreas de riego esta relación se vuelve
tregar, en el momento de la concesión, a la Au- más compleja.
toridad Interjurisdiccional de la Cuenca del Río Un ejemplo puede ser el caso del sistema de
Negro (AIC) un monto fijo de sesenta millones de aprovechamientos de la cuenca del río Negro. A
dólares para ejecutar obras de contención de már- partir de la incorporación de la presa de Piedra
genes con el objeto de realizar, de una vez y para del Águila en 1992, la presa más grande del sis-
siempre, todas aquellas obras que evitasen daños tema en cuanto a potencia instalada, se comen-
futuros. Además de consideraciones de diversa ín- zaron a registrar caudales que se aproximan du-
dole que pudiesen hacerse, la mencionada es una rante todo el año a una cifra parecida al módulo
solución técnicamente cuestionable y para un pe- (900 m3/s). Durante el período en que el régimen
ríodo muy breve, si se tiene en cuenta que: natural definía los caudales, en los meses de es-
- La morfología de los ríos es cambiante en lap- tiaje, se producían las correspondientes descargas
sos lo suficientemente breves como para que a po- de las terrazas que conforman las superficies cul-
co de la finalización de las obras la dinámica del tivadas del valle. En la nueva situación, que se da
río elimine las ventajas de unas o genere nuevos correspondientemente con la privatización de la
procesos originados, precisamente, en los cam- empresa estatal, el marco regulador que estable-
bios de las descargas de energía motivados en las cen las normas contractuales de manejo del agua,
mismas obras, tal como se describe en cualquier cuya responsabilidad de aplicación corresponde
manual de geomorfología aplicada. a la autoridad de la cuenca, no son lo suficiente-
- Las obras deberían haber sido precedidas por mente categóricas como para evitar el problema
un prolongado período de descargas ecológicas de la erogación de caudales muy altos durante los
que limpiasen los cauces y recuperasen parcial o meses de verano, en los que los cultivos están en
totalmente la conductividad hídrica del río. Exis- su máxima actividad biológica. Debido a conside-
ten alternativas menos onerosas que parten del raciones que hacen al negocio eléctrico (precios y
monitoreo del río en forma permanente, finan- demanda del mercado mayorista de energía), los
ciándose los conflictos según las responsabilida- concesionarios tienden a erogar según sus intere-
des emergentes de las actividades de los distintos ses en maximizar los beneficios. Así, debido a que
usuarios del suelo y del agua. Ello requiere con- en el manual no está debidamente establecido el
cepciones teóricas menos lineales y un menor in- manejo de la banda de atenuación de crecida y el
terés en ejecutar obra pública con fines políticos. gradiente para alcanzarla, la autoridad de la cuen-
La única obra posible que evitaría estos proble- ca no puede hacer cumplir los caudales máximos
mas es la canalización de los ríos mencionados, posible. Como muestra se puede afirmar que en el
obra cuyo costo es muy importante en este tipo último mes de enero de 2001, en que los caudales
de ríos de lecho de cantos rodados, casi sin arena. en el río Negro no pueden superar los 800 m3/s, se
b) Capa freática y régimen del río erogó una cifra que se aproxima a los 1100 m3/s.
La posible influencia de los cambios de régimen Por tal motivo, los acuíferos subterráneos tuvie-
del río en el nivel de la capa freática ha dado lu- ron dificultades para efectuar la normal descarga
gar a numerosas especulaciones desde la puesta del agua proveniente del riego, produciéndose la
en operación de las centrales hidroeléctricas. Los consiguiente asfixia en las raíces de los frutales en
ríos no sólo escurren por sus cauces (escurrimien- una superficie considerable.
to superficial), sino que también lo hacen a través Las estimaciones técnicas realizadas ubican el
de los sedimentos de su planicie de inundación y área afectable por niveles freáticos altos, en el or-
sus paleo-cauces (este último punto es el más difí- den del 15 al 20 % de la superficie cultivada. Cla-
cil de comprender para quienes no tienen forma- ro que no se puede desconocer la influencia de los
ción en geomorfología). Si bien conceptualmente drenajes mal mantenidos y del exceso de riego en
es así, los problemas de diseño y mantenimiento el problema. Para deslindar la responsabilidad del
de la red de drenaje de las áreas de riego ha obra- concesionario y de los consorcios de regantes, la
do como atenuador de las responsabilidades del autoridad de la cuenca no tiene capacidad técnica.
concesionario de las obras, ya que la responsabi- Tampoco asume la tarea como inherente a sus fun-
22 • La Patagonia 299

ciones, en tanto no tiene mandato, responsabili- la magnitud de sus efectos sobre las obras y los
dad legal, ni financiamiento para cumplir con ella. embalses. Por lo tanto, resulta necesario el mo-
Antes de la privatización, el servicio de riego era nitoreo de los sedimentos ingresantes al embal-
prestado por una empresa del Estado Nacional, se, con la finalidad de procurar el mantenimien-
Agua y Energía Eléctrica, que en forma prescin- to de las obras hidráulicas y las implicancias que
dente de la economía frutícola, lo hacía con efi- tiene la evolución de esta variable para el mane-
ciencia. Ahora, el servicio depende de consorcios jo de las tierras, la calidad del agua y los ecosis-
de productores, afectados por una situación eco- temas terrestres. La producción de sólidos no es,
nómica grave, derivada del nuevo posicionamien- tanto para las provincias como para la autoridad
to exportador de la economía argentina. Obvia- de la cuenca, una preocupación digna de ser teni-
mente, tampoco en este caso existen normas da en cuenta. Más aún, las tres estaciones de afo-
reguladoras ni se encuentra definido el rol de con- ros sólidos que tenía Hidronor S. A. en la cuenca
tralor del Estado. del río Aluminé, tributario del Limay, fueron des-
Cabe advertir que el PBI generado por las áreas activadas por esa autoridad. Sólo queda una esta-
bajo riego, aguas abajo del sistema de aprovecha- ción con tal objeto en las inmediaciones de Paso
mientos ubicados en esta cuenca, es del orden de de Indios, a cargo de la empresa privada responsa-
los 400 millones de dólares al año y constituye la ble de operar el sistema de registros hidrometeo-
principal pauta de asentamiento de los 600.000 rológicos de la cuenca, para la autoridad de ésta y
habitantes del Alto Valle del río Negro. para los concesionarios.
c) Caudales ecológicos: 3. Calidad del agua en el sistema de presas de la
Asimismo, y con el fin de evitar la drástica dis- Norpatagonia: la constitución de los embalses in-
minución de la actividad biológica en los cursos troduce cambios substanciales en la calidad del
de agua, el concesionario hubiese debido compro- agua entrante a ellos. El seguimiento de la evolu-
meterse a mantener caudales mínimos, denomi- ción de los parámetros físicos, químicos y bioló-
nados caudales ecológicos, que impidan alteraciones gicos del agua que pasa por las centrales asegu-
significativas del ecosistema del río. Tanto las va- ra para el concesionario y para la autoridad am-
riaciones bruscas como largos períodos de aguas biental el seguimiento de los posibles cambios en
bajas atentan contra el ecosistema del río, produ- la calidad del agua, ya sean debidos a la existencia
ciendo fuertes alteraciones de las cadenas tróficas. del cuerpo de agua (por ejemplo, floraciones de al-
Nuevamente, el problema del gradiente de eroga- gas) o a los usuarios del perilago u otros usuarios
ción, en aumento o en descenso, ocupa un lugar de la cuenca.
fundamental en cuanto a ausencia de regulacio- Desde la privatización de la operación de las cen-
nes; esta vez referido al orden de variación que trales se mantuvo el criterio adoptado por Hidro-
menos altera las riberas de los ríos, ya que los cam- nor S. A.: se consideró a cada embalse como per-
bios bruscos de caudales potencian enormemente teneciente a un sistema que lo relaciona con los
la erosión de ellas. Quien visite la ribera aguas de- eventos aguas arriba y aguas abajo. El mandato
bajo de las presas de Arroyitos y Pichi Picún Leufú del contrato de concesión es claro y, por lo tanto,
(esta última finalizada por capital privado, es de- se mantuvieron los parámetros que se relevan, así
cir, privatizada en su estado de construcción, en como el número de estaciones. Más aún, la auto-
1999), puede verificar el daño que afecta las áreas ridad de la cuenca, haciéndose eco de sus propios
de producción ganadera situadas aguas abajo de estatutos, ha introducido algunos cambios bene-
estas presas, por erosión e inundación rápida de ficiosos:
las terrazas de la planicie de inundación. Ni las - Regularidad y continuidad de los planes de
provincias ni la autoridad de la cuenca (AIC) han monitoreo a lo largo del tiempo, dado que por
tomado nota del problema. ser una obligación del concesionario la tarea de
d) Sedimentos transportados: control se hace eficientemente, facilitándose así
Los caudales líquidos, según su energía y se- la evaluación a largo plazo y el establecimiento
gún las características de las tierras de las cuen- de tendencias evolutivas (cambios en el estado
cas y su uso, tienen una determinada capacidad trófico).
de transporte de sólidos (en suspensión y de fon- - Ajuste de metodologías analíticas y de toma de
do). Los sedimentos transportados son un indica- muestras, de acuerdo a los avances del uso y apli-
dor general del estado de la cuenca y la evolución cación de técnicas habidas en el ámbito mundial.
de su producción permite conocer la degradación No obstante, sólo se cuenta con una informa-
de los ecosistemas terrestres, así como determinar ción eficiente, ya que nada ha sido modificado en
300 V • Análisis regional

cuanto al nivel de contaminación puntual del re- Disponibilidad regional de agua dulce
curso hídrico en la cuenca y, más aún, los focos de
contaminación tienden a aumentar. Los ríos de En total, los ríos patagónicos llevan al mar argen-
la cuenca constituyen uno de los casos de conta- tino 2.114,7 m3/s, los que, transformados en m3/
minación más baja del planeta, pero el aumento día, suman un total de 181,5 millones de m3 que
de los focos de contaminación puntual concurre están disponibles para el uso humano. Para tener
progresivamente al deterioro del recurso, el cual una idea de lo que esto significa se puede estable-
en algunos tramos ha evolucionado hacia situa- cer un parámetro de referencia con un indicador
ciones tróficas muy comprometidas. apropiado al caso: el volumen de agua disponible
4. Fauna íctica: los aprovechamientos hidroeléc- podría cubrir el consumo urbano y rural de 29 mi-
tricos han provocado efectos negativos en las po- llones de personas, a razón de 7.000 litros diarios
blaciones de peces, debido a la interrupción de por persona. Ese volumen de agua es el que con-
sus habituales desplazamientos migratorios y a sumen las familias y las actividades que se pueden
los cambios en el hábitat por la inundación de los desarrollar en las ciudades y es suficiente como
vasos de los embalses, con las consecuentes mo- para implementar extensas áreas de riego y man-
dificaciones en los hábitos de alimentación y des- tener la continuidad hídrica de los ríos.
ove. Por lo tanto, fue necesario continuar con las Es un recurso nada despreciable, por cierto. Tan-
tareas de monitoreo de las poblaciones de peces to es así que las compras de tierras por parte de ex-
para detectar efectos negativos en las poblaciones tranjeros en la Patagonia están sospechosamente
que llevaba a cabo la empresa Hidronor S. A. Esta ubicadas en las nacientes de los ríos patagónicos,
es una de las pocas tareas sobre las cuales los con- el área de captación de agua que estos ríos llevan
cesionarios tienen mandato. Felizmente, el moni- hasta el mar por sus valles alóctonos. En ese sen-
toreo de la evolución de las poblaciones de peces tido, para 2002 se había vendido el 4,83 % de las
se siguió haciendo, mediante el contralor de la au- tierras disponibles en la región, preferentemen-
toridad de la cuenca, con una concepción que no te en esa zona cordillerana. Pero el proceso sigue
sólo analiza las poblaciones de peces en los em- actualmente. Así, el diario inglés Financial Times
balses, sino también en sus ríos y arroyos tributa- ofrece en venta una estancia que incluye las na-
rios. Ello persigue el propósito de incorporar in- cientes del río Foyel (12,9 km2) y un tramo del Río
formación en aspectos tales como relevamientos Chubut superior (8,0 km2).20
de fauna bentónica y migraciones tróficas o re- En cuanto a aguas subterráneas, las perforacio-
productivas. Incluso se han actualizado las artes nes realizadas brindan una información que pue-
de pesca, disminuyendo los métodos extractivos y de dar idea de las dimensiones de los acuíferos,
aumentando el uso de la caña, con captura y devo- aun cuando los estudios realizados en materia de
lución o captura y eviscerado. disponibilidad de aguas subterráneas son pocos
En la cuenca del río Limay, tanto en la etapa de y de confiabilidad limitada. Esto es relativamen-
Hidronor S. A. como durante los primeros cinco te normal en una región con tantos recursos su-
años posteriores a la privatización y por obliga- perficiales. No obstante, se aventuran aquí algu-
ción contractual, se encararon soluciones técni- nas cifras que surgen de la lectura de los datos de
cas consistentes en planes de repoblamiento. Ob- las mencionadas perforaciones. Sobre esa base se
viamente, una vez finalizado el período en que el pueden establecer ciertos rangos de disponibili-
concesionario tenía la responsabilidad, la tarea se dad de agua en las siguientes áreas:
interrumpió. Sólo se realizan algunos esfuerzos I. Meseta: se pueden encontrar cañadones y
puntuales a cargo de las autoridades provinciales. cuencas cerradas en cuyo subálveo las perforacio-
En este sentido, cabe mencionar la puesta en mar- nes pueden brindar caudales de entre 500 y 2.000
cha de una piscicultura para generar truchas de l/h, de calidad aceptable a mala (no apta para el
padres salvajes en las inmediaciones de la presa de consumo humano).
Piedra del Águila. Esa piscicultura formaba parte II. Valles de los grandes ríos (Negro, Chubut, San-
de los planes del Departamento de Estudios y Ma- ta Cruz): los caudales medidos varían entre 2.500
nejo Ambiental de Hidronor S. A. y fue construi- l/h y 10.000 l/h. En este caso, a diferencia de las po-
da, como tarea obligatoria puntual, por el conce- cas y aisladas zonas de la meseta, los caudales se
sionario de la presa de Piedra del Águila. Todavía pueden repetir en nuevas perforaciones, ya que los
no esta claro el procedimiento para que los ejem- niveles freáticos admiten la extracción de enormes
plares allí producidos cumplan con el objetivo del 20 Nota de El Malvinense: http://www.malviense.com.ar/
redoblamiento de embalses. snacional/n0108/532.html, 2010.
22 • La Patagonia 301

caudales. Un parámetro que puede dar una idea de uno de los mejores momentos de su historia, con
la disponibilidad de agua es el caudal que se despla- importantes tasas de crecimiento, la fruticultura
za por las terrazas del río Negro entre Cipolletti y norpatagónica parece estar al borde del colapso.
Valle Azul, tramo que por métodos indirectos arroja ¿Será todo fruto de una confabulación, será fru-
un caudal subterráneo del orden de los 60 a 70m3/s. to de complicadas coyunturas y factores no espe-
En una confrontación con los caudales superficia- rados que la afectan o será un problema inheren-
les patagónicos, ese valor coloca a los caudales sub- te a una estructura cuyos males sólo pueden ser
terráneos de las terrazas de ese río en el cuarto lu- solucionados por quienes son actores en la activi-
gar, luego de los ríos Negro, Santa Cruz y Colorado, dad? Esta última alternativa parece razonable, ya
en ese orden. Es necesario, no obstante, remarcar que desde mediados del siglo XX el llanto supera a
que se trata de terrazas cuyo río está regulado y que la alegría en esta actividad económica. Pareciera
cuentan con riego superficial, por manto: ambos necesario, por lo tanto, prestar atención a los pro-
factores influyen en la recarga de los niveles freáti- blemas desde un punto de vista estructural, habi-
cos. La calidad es, en general, buena u óptima. da cuenta de los ya más de sesenta años de crisis.
III. Cordillera: Allí las perforaciones realizadas en Los problemas, ya históricos, se manifiestan so-
esos valles han ofrecido resultados que arrojan da- bre todo en la ineficiencia de las empresas líderes na-
tos sobre caudales que varían entre 1.500 y 6.000 cionales y transnacionales, los que son verifica-
l/h. La disponibilidad de agua superficial en los va- bles en hechos tales como:
lles cordilleranos es muy importante en cantidad y 1. la producción de fruta en explotaciones de
con una distribución que coincide con los lugares grandes superficies, bajo su propio comando, im-
aptos para los asentamientos humanos. Esto ha- plica mayores costos debido a que no es posible
ce que la búsqueda de agua subterránea no sea un volver extensiva (poco artesanal) una producción
objetivo social relevante, por lo que los datos son de franco carácter intensivo.
escasos. La calidad es, en general, excelente. 2. descuidan su eficiencia en cuanto a la penetra-
IV. Hielo Continental: después de la Antártida, ción y manejo de los mercados actuales y poten-
el hielo continental patagónico es el recurso de ciales. En todos los capitales exitosos que contro-
agua en estado sólido más importante del mun- lan actividades económicas alrededor del mundo,
do. Las dimensiones de los campos de hielo ha- ese tipo de descuido se evita a ultranza.
blan por sí mismos de la relevancia de esta fuente Esas empresas, para regular sus tasas de ganancia,
de agua dulce que, solamente en territorio argen- hacen uso del poder que pueden ejercer, por su po-
tino, tiene una superficie de 1.660 km2 y un volu- sición en la cadena de valor, en la formación de los
men mínimo de 996 km3. precios pagados a los productores independientes,
A criterio de quien esto escribe, pareciera razona- quienes recibieron siempre el valor residual (pre-
ble tomar el guante e iniciar una profunda e im- cio impuesto) luego de descontados los costos y la
portante discusión pública del tema con el objeti- ganancia a que aspiran esas empresas oligopsóni-
vo de denunciar las intenciones del imperio y de cas. El precio no es sólo el valor contractual, sino
los grupos hegemónicos a nivel mundial. Lo peor también el que resulta de los descartes, sospecho-
que podría suceder es que se tomasen con cierto samente grandes, y de los plazos de pagos, los que
descuido incidentes como el relatado más arriba, en momentos de dificultades fueron ampliados y
bajo el influjo de la propaganda que fomenta la ajustados mediante convocatorias de acreedores.
imagen de que nunca podría esperarse tal perver- Las empresas que así operan han construido,
sidad de los grupos hegemónicos de los Estados mediante esos manejos de los precios, su propia
Unidos y de las corporaciones capitalistas inter- alta vulnerabilidad frente a la competencia de
nacionales. Ante cualquier duda, se sugiere pasar otros países del hemisferio sur, en particular Chi-
a preguntar sobre éstos tópicos por Irak, Servia, le. Es también el origen de las dificultades en que
Afganistán, Panamá, Granada, Cuba, Vietnam, han colocado a los productores independientes,
México y tantos otros países que se han visto so- es decir, aquellos que tienen mayor posibilidad de
metidos a diverso tipo de manipulaciones relacio- ser eficientes y proveerles la fruta de mejor calidad
nadas con sus sociedades y sus recursos naturales. a los efectos de la obtención de mejores precios in-
ternacionales. Es decir, tiñen con dificultades to-
Crisis estructural de la fruticultura do el conjunto de la actividad.
Véanse los datos correspondientes a los precios
Sorprendentemente, en un momento en que las pagados al productor, los que comienzan a expli-
actividades económicas de nuestro país pasan car el problema:
302 V • Análisis regional

Tabla 22.2. Precios al productor independiente 1993-2006 (en U$S).

Año Pera Manzana Industria* Año agrícola**


1993 0,12 0,11 0,05 1992/93
1994 0,13 0,12 0,08 1993/94
1995 0,18 0,16 0,12 1994/95
1996 0,17 0,15 0,08 1995/96
1997 0,18 0,16 0,07 1996/97
1998 0,13 0,12 0,06 1997/98
1999 0,16 0,14 0,05 1998/99
2000 0,22 0,19 0,12 1999/00
2001 0,23 0,20 0,04 2000/01
2002 0,25 0,23 0,05 2001/02
2003 0,22 0,20 0,08 2002/03
2004 0,20 0,17 0,07 2003/04
2005 0,18 0,15 0,11 2004/05
2006 0,18 0,15 0,10 2005/06
2009 0.35 0,15
2013 0,30 0,40

* Los precios de la fruta no incluyen el descarte, con lo cual la carpocapsa sembrada por las explotaciones
de productores integrados constituye siempre un precio inferior en aproximadamente un 30%.
** El año agrícola comienza en abril y concluye en marzo del año siguiente. La
cosecha se comienza a vender en enero de ese segundo año.
Fuente: Corpofrut, IERAL y datos de: de Jong, G. La fruticultura del Alto Valle, La Colmena, 2010.

Como se ve en el cuadro, los precios pagados en la industria, tal como sucede con las empresas lí-
estos últimos años no son tan bajos como en el deres nacionales. A la vez, hacen buen uso de la
pasado. Lamentablemente, los descartes, los lar- fruta de primera calidad que reciben de los pro-
gos períodos de pago al productor, los costos fi- ductores independientes.
nancieros adicionales, el efecto negativo del dólar Pero las consecuencias regionales de la ineficien-
paralelo y otros, han influido para que el precio cia de las empresas líderes no se limita a los ba-
que figura en este cuadro no llegue, en general, al jos precios pagados al productor independiente o
productor independiente. En gris (tabla 22.2) se a los bajos salarios pagados a la fuerza de trabajo
marcan tres etapas críticas de la actividad frutí- (cosa que sucede en las empresas líderes y en el ca-
cola, en las que la estructura ineficiente se mar- so de los productores independientes), sino que
có con mayor incidencia. En todas ellas, el papel restringe todo el multiplicador económico que,
desencadenador estuvo en manos de los produc- originalmente y con dinamismo, ubicó la fruti-
tores integrados monopólicos. El Estado (en sus cultura en la condición de actividad clave del de-
versiones nacional y provincial) es el gran ausen- sarrollo de la región norpatagónica.
te, no porque no otorga los subsidios que recla- Sucede, como es sabido para cualquier planifica-
man los productores, sino debido a que no tiene dor, que el ingreso generado por las grandes e in-
un plan concebido dentro de una política para la eficientes empresas del mencionado oligopsonio,
actividad. en particular en el caso de las trasnacionales, no
La transnacionalización de las empresas más im- repercute en el contexto regional de la misma ma-
portantes no implicó la superación de los aludi- nera que si ese mismo valor es incorporado por
dos problemas estructurales en cuanto a produc- una multiplicidad de pequeñas empresas dedica-
ción se refiere. Acuciadas por los costos y en dis- das a la producción primaria de fruta. Tampoco
posición de un importante volumen de fruta de es lo mismo si el ingreso generado lo perciben em-
baja calidad, envían el excedente de fruta fresca a presas de capital nacional o extranjero.
22 • La Patagonia 303

Obviamente, estos problemas se vieron agudiza- nancia que afectan la economía de ciertos estra-
dos por el tipo de cambio bajo durante la década tos de empresas,
de 1990, en el marco de la convertibilidad. No obs- b) las regulaciones que estimulan al conjunto de
tante, sería un tremendo error, preñado de facilis- la estructura frutícola en cuanto a la recuperación
mo, atribuir exclusivamente a ello los problemas de su eficiencia dentro de límites deseables, acor-
suscitados. En todo caso, el tipo de cambio puso des a las dimensiones del capital desembolsado
en evidencia la ineficiencia de las empresas líderes: por los distintos actores del proceso productivo.
tanto es así que los problemas siguen a pesar del Será importante tener en cuenta estas cuestio-
actual tipo de cambio. Chile, con una política ma- nes cuando se vean, análisis estructural median-
croeconómica similar a la de Argentina en los ‘90, te, las acciones posibles en materia de regulación
no tuvo los mismos problemas. Sintéticamente, el del subsistema.
problema de la eficiencia de los productores inte- La crisis de la fruticultura es estructural y, en
grados se puede expresar de la siguiente manera. tanto no se modifique, la actividad languidecerá
Las empresas que manejan chacras superiores hasta desaparecer. Esa estructura tiene problemas
a las 100 ha son ineficientes en tanto no pueden que son vistos por sus agentes productivos o por
realizar un manejo de tipo artesanal que conside- el público que asiste sorprendido a la decadencia
re el manejo de las tierras, las condiciones agro- de una actividad que fue madre del asentamiento
sanitarias de los montes, la remuneración de la humano, tanto en el ámbito rural como de las ciu-
fuerza de trabajo, el manejo de las maquinarias dades del Alto Valle. En un sentido más amplio, la
y las condiciones técnicas de manejo de los culti- región norpatagónica se conformó originalmen-
vos, como una totalidad que requiere una necesa- te en torno a la fruticultura. Fue el primero y úni-
ria articulación. De ello se desprende que una po- co subsistema de capital planificado, en este caso,
lítica económica basada en la actual realidad de por el capital privado.
la actividad debería contener, como mínimo, un Los problemas son muchos y relativamente in-
programa de fragmentación y entrega de la tierra abarcables. No obstante, con la intención de po-
a auténticos productores, a los efectos de desblo- sicionarlos con sentido práctico, a la vez que ha-
quear el acceso a una mayor eficiencia. cer un aporte para su comprensión, y eventual-
Hay productores que piensan que si por su fru- mente su solución, se caracterizan aquí algunos
ta le pagaran un precio real consistente en un 20% de los principales. Su enumeración y breve carac-
menos del valor de los costos de los productores terización es el resultado de estudios oportuna-
integrados, no dudarían en vender su producción. mente realizados sobre, justamente, esa estructu-
Esas opiniones son contundentes y marcan el de- ra productiva meramente mercantilista, diagnós-
terioro de una actividad que fue floreciente has- tico desde el cual se puede pensar la totalmente
ta 1950. factible recuperación de la actividad. Por ahora se
Decididamente, la concentración del capital tratan aquí parte de los problemas cuya solución
productivo mediante la compra o alquiler de las tiene como actores principales a las empresas líde-
explotaciones de los productores independien- res (productores integrados):
tes, así como la pauperización de esos produc- Sanidad vegetal y descarte: la década de 1990 fue
tores, son el producto de las formas viciosas que la de la mayor expansión de la carpocapsa (el gu-
ha adoptado la reproducción ampliada del capi- sanito de la manzana). Se debió a la falta de ma-
tal en la vital fruticultura regional del río Negro. nejo eficiente de las explotaciones (tratamientos
El productor independiente, que corre con todos fitosanitarios), hasta el punto que en las empre-
los riesgos de los ciclos de la naturaleza y el mer- sas clasificadoras y empacadoras se pasó de un
cado, es el más perjudicado. Las empresas clasifi- 10% de descarte, que era el máximo en la década
cadoras y empacadoras agregan valor sin mayores de 1980, a un 30% en la década de 1990 (dato que
riesgos y venden su producción compitiendo en luego se relativizará). En las empresas de produc-
los mercados por el menor precio, sea en el exte- tores integrados fue la consecuencia de la necesi-
rior, en el mercado interno o en la industria. Estas dad de disminuir costos, mientras que en el ca-
inequidades son inherentes al sistema capitalista so de los productores independientes el problema
habida cuenta de su inequidad original, razón por fue más leve debido a que, por al manejo artesa-
la cual las medidas de regulación son ineludibles. nal de las explotaciones, se realiza un seguimien-
Entre ellas: to más atento de las plagas y se sabe cuándo pue-
a) aquellas regulaciones que eviten la manifiesta den evitar un tratamiento fitosanitario sin alterar
diferenciación de los precios y de las tasas de ga- la calidad de la fruta. No obstante, esa realidad se
304 V • Análisis regional

desdibuja en el momento de negociar la coloca- ticas monopólicas de las empresas líderes, consis-
ción de la producción, ya que el descarte funciona tió en la prolongación de los períodos de pago y el
como una forma de ajustar el precio pagado a los manejo de la proporción de descarte como forma
productores independientes (dicho de otra mane- de producir los ajustes de precio no pactados en el
ra, el precio no tiene que ver con la proporción re- momento del contrato (verbal o formal).
al de fruta de mala calidad). El descarte del 30%, durante las décadas de 1990
El nivel de perversidad o incapacidad (depen- y 2000, implica realidades como la siguiente: un
de desde dónde se lo mire) de los empresarios oli- productor independiente cuyo rendimiento es de
gopsónicos se verifica en el hecho de que para di- 45.000 kg/ha, que realizó meritorias inversiones
simular su responsabilidad atribuyeron por años en renovación de sistemas de conducción y de va-
el mal de la carpocapsa a los montes abandona- riedades, tiene un retorno equivalente a quien só-
dos de los productores minifundistas que, en ge- lo alcanzase unos 32.000 kg/ha, aun cuando logra
neral, dejaron su condición de productores frutí- una sanidad vegetal superior a la de los producto-
colas. Según ellos, esos montes eran focos de ex- res integrados. Esto surge de entrevistas en pro-
pansión de la plaga. Sucede que ese argumento es fundidad realizadas a empresarios independientes
poco creíble, en tanto esos productores normal- caracterizados por su seriedad y responsabilidad
mente vendieron sus montes como leña, ya que empresaria. El lote de cada productor es procesa-
necesitaban la tierra para producir granja y hor- do en las empresas de comercialización oligopsó-
ticultura, con el propósito de instalar una eco- nicas en el mercado mediante un código de barras
nomía de subsistencia. Sólo algunas chacras de que lo identifica. La máquina clasificadora lee el
las periferias urbanas, que ya no pueden ser uti- color de la fruta y define las calidades que han si-
lizadas para granja y horticultura, suelen conser- do pre-tamañadas (definición del tamaño, también
var todavía montes abandonados. Aun así, son de en la misma máquina y donde los operarios clasi-
una duración limitada, ya que sin riego y sin agro- ficadores corrigen eventuales errores). Pues bien,
químicos los árboles frutales se secan con rapidez. es muy difícil para un productor identificar sus lo-
La prueba de lo dicho se manifiesta en el he- tes en el galpón de empaque y aquellos que lo han
cho de que durante la década de 2000 el proble- logrado tras muchas dificultades, han descubier-
ma prosiguió y hay fuertes razones para determi- to que el destino de la fruta según tamaño no ne-
nar que los productores integrados, a los efectos cesariamente es el pactado, a la vez que la lectora
de reducir costos, programan la calidad de la fru- de color elimina fruta de color totalmente acepta-
ta según los mercados que abastecen o su destino do en las normas contractuales. Cuando algunos
final hacia las plantas industriales. Por ejemplo, el productores han logrado, con gran dificultad téc-
mercado interno recibe, a partir de 1990, una can- nica y superando la mala disposición de los em-
tidad inusual de manzanas con carpocapsa; otro presarios de los galpones de empaque, revisar y vi-
tanto sucedió con el mercado ruso, hasta el punto gilar el procedimiento, les ha sido posible reducir
que casi se perdió como tal, dadas las quejas que el descarte de un 25% o más, a apenas un 10%. Esos
manifestaron los consumidores de ese país. Más productores opinan que la diferencia entre el des-
aún, recientemente Brasil suspendió la recepción carte real y el que surge de los aludidos vicios de
de manzanas argentinas debido a su contamina- clasificación es apropiado y enviado, usualmente,
ción por carpocapsa. Mientras tanto, en Europa, como fruta de segunda calidad para consumo en
no se encuentra carpocapsa en la fruta argentina, fresco. Es obvio que, al productor independiente,
al menos, en proporciones que puedan poner en le es liquidada al precio de la industria de jugos.
riesgo el mercado, ya que es un mercado que las En el contexto del relato precedente, cabe men-
exportadoras cuidan debidamente. cionar que las tasas de ganancia que se fijan a sí
La especificidad del descarte como forma de ajustar el mismas las empresas líderes de la actividad, es po-
precio: en general, el producto de inferior calidad sible en gran medida, sobre la base de la cantidad
está destinado a la industria de jugos, la que ab- de fruta de primera calidad que surge de las explo-
sorbe el descarte de las empresas empacadoras y taciones de los productores independientes, quie-
de los productores independientes. No obstante, nes, debido al manejo más eficiente de sus explo-
(como ya se dijo) es usado para ajustar el precio. taciones, logran obtener una mayor proporción
Esto es histórico y constituye una manifestación de fruta de primera calidad que las explotacio-
de la concepción mercantil (de hace 500 años) del nes de los productores integrados. Claro que los
capital. Tal es así, que el primer efecto de la retira- primeros no pueden negociar las condiciones de
da de la AFD en 1948, siempre dentro de las prác- equidad necesarias para recibir el precio adecua-
22 • La Patagonia 305

do por su producción. Tampoco reciben el precio el comportamiento de los exportadores ni la po-


pactado por los vicios de la clasificación y por el lítica sectorial al respecto brindan esa seguridad.
arbitrario manejo de los períodos de pago. Esta Reducir costos por mano de obra: durante la déca-
mayor eficiencia, que es dilapidada en los procedi- da de 1990, comenzó una reducción de la canti-
mientos de la comercialización, se da particular- dad de operarios por convenio, habida cuenta de
mente en las explotaciones con superficies ubica- la flexibilidad que progresivamente se introdu-
das entre las 15 y 50 ha. Las tasas de ganancia cal- jo en el sistema de leyes laborales impulsada por
culadas permiten esa deducción. los gobiernos de esa década, lo cual contribuyó
Aquí no finalizan los problemas de la fruticul- a una tremenda precariedad laboral. No obstan-
tura patagónica. Surgen como emergentes de las te, hubo notorios cambios en la oferta de traba-
relaciones sociales de producción, para lo cual es jo. La construcción se detuvo; en particular, no
necesario hacer una necesaria integración de va- se construyeron otras obras de generación de hi-
riables que hacen posible la comprensión de las droenergía (Piedra del Águila finalizó en 1993). La
múltiples causas que, debidamente manejadas, actividad petrolera se limitó a la explotación (ce-
podrían conducir a lograr soluciones; en este ca- saron, en general, las tareas de exploración; para-
so, la atención esta puesta en los productores in- lelamente, todas las actividades relacionadas con
dependientes como parte de un todo fuertemen- servicios sociales que prestaba la estatal YPF y que
te condicionado por las empresas líderes que pro- otra empresas privadas imitaban en parte, tam-
ducen y exportan. bién cesaron). Este contexto generó una tasa alta
Pérdida de mercados: algunas expresiones son re- de desocupación general, superior al 20% en la re-
veladoras del problema, entre ellas se suelen escu- gión. En tal situación, la fruticultura no tuvo pro-
char las siguientes: “falta capacidad comercial pa- blemas de cobertura de sus requerimientos en la
ra colocar fruta en fresco”, “no hay capacidad pa- materia, por lo que chacareros y empresas de em-
ra colocar todo lo que se produce”, “no crecerá la paque definieron sin problemas el monto de los
productividad y el área cultivada”, “muchos pro- salarios que deseaban pagar. Ello llevó a una pau-
ductores independientes no pueden invertir en perización extrema del obrero rural.
tecnología”, “la pera crece pero no con la rentabi- Ahora bien, a partir de 2003, con la reactivación
lidad esperada”, “los envíos a Europa Occidental de la construcción y algunas nuevas requerimien-
disminuyen”, etc. tos de la actividad petrolera y la industria regio-
La ineficiencia que trasladan al conjunto de la nal, la demanda de trabajo se incrementó, por lo
fruticultura los productores integrados ha impli- que los productores y demás empresas frutíco-
cado la pérdida de mercados, el retiro progresivo las mejoraron los salarios pagados. La presión de
del mercado europeo y la falta de expansión de los los trabajadores por mejoras salariales se multi-
cultivos. Mientras tanto, en el hemisferio sur los plicó hasta el punto que una huelga de operarios
países productores han ido ganando espacios co- de plantas de empaque y de cosechadores demo-
merciales. Tanto es así que, mientras los exporta- ró el inicio de las cosechas de los años frutícolas
dores del Alto Valle sufrieron las consecuencias de 2007/08, 2008/09 y 2009/10. Para los empresa-
la retracción del mercado brasileño, Chile aumen- rios oligopsónicos, atados a la consigna de ob-
tó sus exportaciones a destinos alternativos. En tener la tasa de ganancia planificada, ese fue un
atención a lo dicho, se puede verificar el aumen- problema que tardaron en resolver, habida cuenta
to de las exportaciones de manzanas que ha con- de que, entre 2003 y 2008 y, más aún, en los años
cretado Brasil y la mejora de la composición va- que van desde 2009 hasta 2015, los precios se ha-
rietal de las exportaciones de manzanas, aquellas bían reacomodado hasta el punto que la crisis es-
más apetecibles en el mercado y con mejores ren- tructural comenzaba a plantear límites a la activi-
dimientos. Al respecto, cabe aclarar que la incor- dad cuya manifestación ha sido tratada más arri-
poración de nuevas variedades debe contar con la ba. Uno de esos límites fue el valor de la fuerza de
voluntad de los productores en cuanto a la com- trabajo, tanto por la competencia de otras activi-
plejidad de la tarea y a la necesidad de capital (cré- dades como por la resistencia de los trabajadores.
ditos a tasas razonables) que supone la renova- La ineficiencia del conjunto se traduce, entonces,
ción de cultivos permanentes que requieren de un en contradicciones que por momentos se vuelven
período largo, de no menos de 6 años, para entrar insuperables, en tanto los precios de la fruta y el
en plena producción. Para ello, el productor inde- nivel de los salarios no dependen de quienes ne-
pendiente debe tener una economía sana, con dis- gocian sino que están atados a la eficiencia de ese
ponibilidad de capital y un mercado previsible. Ni conjunto.
306 V • Análisis regional

Supuesta ineficiencia de productores independientes: ob- Los productores independientes son aquellos
viamente, los productores independientes (12 a 50 con quienes las empresas líderes extreman los re-
ha) no han logrado la eficiencia que tienen en otros quisitos de calidad, los que a la vez que logran vo-
países competidores; sin embargo, pueden produ- lúmenes importantes de fruta de primera cuan-
cir una mayor proporción de fruta de primera ca- do pueden obtener tasas de ganancia aceptables,
lidad que los productores integrados, a pesar del a pesar de los malos precios pagados por esas em-
contexto desestimulante en el que están insertos. presas. Es decir que no controlan la actividad, pe-

Tabla 22.3. Tasas de ganancia en %.

Años 5 ha 5 ha 8 ha 8 ha 12ha 12ha 15ha 15ha 25ha 25ha 50ha 50ha


Ren-
30000 40000 30000 40000 30000 40000 30000 40000 30000 40000 30000 40000
dim.
1992 1,5 8,7 6,4 14,2 7,5 15,2 8,8 16,9 8,7 17,8 9,6 19,6
1994 -8,22 -4,14 -3,12 1,28 -2,97 1,12 -2,43 1,94 -3,27 1,34 -3,54 1,51
1998 -8,75 -4,69 -3,77 0,56 -3,69 0,31 -3,18 1,10 -4,07 0,42 -3,89 0,43

Fuente: Elaboración propia sobre la base de trabajos de campo, valores comerciales y entrevistas
en profundidad. Confróntense los valores de las tasas de ganancia grisadas de una chacra de 12ha,
de un productor independiente, y otra de 50, perteneciente a una empresa integrada.

Mapa 22.4. Superficie implantada con especies perennes, año 2008 y variación
absoluta con respecto al Censo Nacional Agropecuario 1988.

Fuente: LIPAT (2015) sobre la base de INDEC, CNA 1988 y CNA 2008.
22 • La Patagonia 307

ro generan una producción más equilibrada en puedan realizar rápidamente el capital para mejo-
materia de calidades. res oportunidades de inversión. Argentina, obvia-
En un análisis de tasas de ganancia de 120 explo- mente, quedará con el muerto.
taciones (ver cuadro) ubicadas en las terrazas de A partir de estas apreciaciones, cabe considerar
la margen izquierda del río Neuquén inferior, se cuales fueron aquellas acciones en que se manifes-
ha podido verificar que los productores indepen- tó, por defecto, la ineficiencia en la gestión. En ese
dientes, cuando pueden lograrlo en el marco de sentido, las falencias que históricamente se han
las condiciones de comercialización leoninas a las perfilado son las siguientes:
que están sometidos, acceden indefectiblemente a Desconocimiento del comportamiento agro-ecológico
una tasa de ganancia más que aceptable para cada del valle
dimensión de explotación analizada. Ese estudio Para estas empresas monopólicas los suelos del
se puede ver en un libro de uno de los autores del área de producción son todavía una incógnita. A
presente capítulo.21 duras penas conocen algo de los suelos de las ex-
A los efectos de entender la responsabilidad de tensiones que dedican a cultivos propios, pero no
las empresas líderes de la actividad frutícola, ca- conocen aquellos que utilizan sus proveedores.
be preguntarse cuál es el tipo de comportamien- Esto significa que no pueden contar con aquellos
to hacia el que debieron orientar su gestión y su datos que pueden habilitar parámetros de exigen-
inversión las empresas capitalistas monopólicas a cia a quienes les confían la fruta con que confor-
fin de que se evitase la consecuente decadencia de marán su propia oferta. En cuanto al conocimien-
la actividad frutícola, propia de su regulación au- to de las condiciones climáticas, del comporta-
tomática. Esta pregunta tiene particular impor- miento de los niveles freáticos y de los problemas
tancia en tanto la eficiencia del conjunto depende conexos del sistema de drenaje, ocurre otro tanto.
de la capacidad de gestión empresaria del capital Desconocimiento acerca del comportamiento de los
concentrado del subsistema. Anteriormente, en proveedores
otros trabajos, se han señalado los principales ele- Nunca fue un objetivo deseado el conocimiento
mentos estructurales que motivaron la ineficien- acerca de cuáles eran las condiciones con que ope-
cia de las empresas que tienen el control monopó- raban los proveedores. Tal como en el caso de las
lico de la actividad. Principalmente, variables agroecológicas, el conocimiento de las
a) Responsabilidad en la descapitalización del variables económicas no puede ser eludido por las
productor independiente, principal agente en la empresas monopólicas. Así opera el capital tecno-
mayor parte de la historia de la actividad. Las em- lógico en todo el mundo.
presas se encontraban cómodas en el papel adop- En este sentido, parecen no tener idea de su res-
tado de definir impunemente cuánto le permitían ponsabilidad en la progresiva disminución de las
ganar o perder a los productores independientes. prácticas de manejo que caracterizan el desempe-
b) El error estratégico de las mencionadas em- ño de los productores independientes, aun cuan-
presas líderes, consistente en la producción de do también forman parte de su propia estrategia
fruta en sus propias explotaciones, excesivamen- de preservación en los momentos más críticos.
te grandes para cultivos intensivos, hecho que se Acerca del comportamiento de los clientes
manifiesta en costos muy altos. Ese error de so- Otro tanto sucede con los clientes, por lo que,
berbia mercantilista no se limitó a las empresas para comparar distintas formas de planificar, va-
monopólicas tradicionales de capitales locales, si- le la pena tener en cuenta la forma en que se des-
no que también persistieron en ello las empresas empeñan los competidores del hemisferio sur. Si
trasnacionales, en tanto les simplificaba el mane- el análisis se detiene en lo sucedido en cuanto a
jo de las explotaciones propias, les facilitaba la re- la forma en que se comportaron los mercados,
lación con los productores independientes ya que surge claramente que se requiere de una planifi-
podían ejercer sobre ellos un mayor poder y les cación de la forma en que se los penetra, la que
aseguraba una buena tasa de ganancia mediante exige además de propaganda, inversiones desti-
un mecanismo sencillo de definición de los pre- nadas a ese fin. En este sentido, Chile desarrolló
cios que les aseguran una excelente tasa de ganan- campañas de este tipo, con las inversiones nece-
cia. Cuando la fruticultura muera, serán quienes sarias como para tener presencia estable en Euro-
pa, Medio Oriente y Estados Unidos. Las empre-
21 de Jong, Gerardo Mario. La fruticultura patagónica del Al-
to Valle: conflictos de una actividad económica ineficiente en la sas líderes del Alto Valle desconocen normalmen-
era del capital tecnológico, Editorial La Colmena, Buenos Ai- te las condiciones de los mercados que reciben la
res, 2010. fruta, los gustos del consumidor, la dimensión de
308 V • Análisis regional

la porción dispuesta a consumir sólo fruta orgá- en el espacio jerarquizado a centros relativamen-
nica tratada con controles biológicos, los gustos te menores que pueden tener un tamaño de 1.000
en materia de presentación del producto y las ca- habitantes e incluso menos. Por ejemplo, en la zo-
racterísticas de las operaciones entre mayoristas y na suroeste de Chubut y norte y centro oeste de
minoristas. Santa Cruz, existen centros menores de escasa po-
Evaluación analítica acerca del comportamiento de los blación que son definitorios para entender ese es-
competidores pacio jerarquizado en las funciones que son ne-
Frente a lo expuesto hasta aquí, el conocimien- cesarias para una baja densidad de la población
to que se tiene de la forma de operar de los com- y actividades económicas extensivas que generan
petidores parece reducirse a cuestiones contables una baja ocupación. Tal es el caso de Alto Río Sen-
acerca de los precios de los insumos, de los costos guerr, Río Pico, Río Mayo y Lago Blanco en Chu-
de operación y el mantenimiento de equipos, del but y Los Antiguos, Bajo Caracoles, Lago Posadas,
costo de la mano de obra, etc. Pero el conocimien- Tres Lagos y El Chaltén en Santa Cruz, a los que
to sobre cómo operan los competidores signifi- se mencionan aquí solo como ejemplos.
ca atender a preguntas esenciales tales como, por El mayor desarrollo urbano se encuentra en cier-
ejemplo, por qué Chile basa su producción en el tos centros en torno a los cuales se han consolida-
pequeño productor independiente como agente do las funciones de mayor jerarquía urbano-terri-
principal del subsistema frutícola, o por qué Sud- torial de la región, alrededor de los cuales se orga-
áfrica tenía un sistema de clasificación y empa- niza el espacio en sus prestaciones urbanas más
que cooperativo (el “board”), o por qué el mismo complejas. Así, se puede mencionar un listado de
país mantiene una oferta altamente concentrada, centros en torno a los cuales el espacio aparece je-
o por qué, finalmente, Nueva Zelanda centra una rarquizado, aunque con marcados niveles jerár-
parte substancial de su actividad empresaria en el quicos diferentes entre ellos. Se destacan, de nor-
desarrollo de nuevas variedades. te a sur, por la importancia de su influencia terri-
Es necesario saber cuáles son las condiciones que torial los siguientes centros:
hicieron posible que Chile llegase a introducir a
los mercados del mundo más del 50% de la fru- 1. Chos Malal
ta producida en el hemisferio sur. También es im- 2. Rincón de los Sauces
portante analizar las razones de la concentración 3. Aluminé - Caviahue
de la oferta que caracteriza a Sudáfrica y Nueva 4. Catriel
Zelanda a través de los respectivos “boards” esta- 5. Río Colorado
tales (Boards of trade, Deparments of commerce) 6. Zapala - La Lajas
y la constitución de la empresa sudafricana que lo 7. San Marín - Junín de los Andes
reemplaza, Capespan. Asimismo, es importante 8. Conurbación Neuquina (Neuquén, Cipollet-
manejar las implicancias de la concentración eu- ti, C. Saltos, F. Oro, Plottier, Centenario, Se-
ropea de la demanda, donde una sola cadena de nillosa)
supermercados ingleses vende más manzana gol- 9. Gral. Roca
den delicious que toda la oferta neocelandesa. Fren- 10. Choelo Choel
te a esto, la oferta argentina está atomizada en 11. Bariloche
más de 100 marcas y el 50% de la oferta es mane- 12. Jacobacci - Maquinchao
jada por 20 firmas exportadoras. Esto es básica- 13. Valcheta - San Antonio Oeste
mente, una responsabilidad de las empresas mo- 14. Viedma - Patagones
nopólicas. 15. El Bolsón - Epuyén
16. Sierra Grande
El sistema urbano regional 17. Esquel - Trevelin
18. Puerto Madryn
El sistema urbano patagónico tiene diversas ex- 19. Trelew - Rawson
presiones en el seno de la región. Mientras el Alto 20. Comodoro Rivadavia - Sarmiento
Valle y ciertas áreas de importante desarrollo tu- 21. Perito Moreno - Los Antiguos
rístico han logrado conformar un espacio nota- 22. Caleta Olivia - Pico Truncado
blemente jerarquizado, tal como lo es también la 23. Puerto Deseado
zona de los grandes lagos que va desde Caviahue 24. Gobernador Gregores
en Neuquén hasta Corcovado en Chubut, las zo- 25. Puerto - San Julián
nas más vacías, más desérticas, requieren incluir 26. Tres Lagos - El Chaltén
22 • La Patagonia 309

27. Piedrabuena - Puerto Santa cruz productivas que se señalaron en los comentarios
28. El Calafate generales (como petróleo - petroquímica, foresta-
29. Río Gallegos ciones - industrias de la madera, fibras naturales –
30. Río Grande petroquímica - fibras sintéticas – hilados - tejidos,
31. Tolhuin ganadería bovina – frigoríficos - industrias cárni-
32. Ushuaia cas, pesca – frigoríficos - industria pesquera, etc.).
33. Marambio El principal rol de los centros que integran el siste-
ma patagónico consiste en el comercio casi exclu-
El listado de todos estos centros marca decidida- sivamente de distribución y las prestaciones de ser-
mente el crecimiento urbano y el funcionamien- vicios profesionales y públicos. Es decir, un siste-
to ya totalmente jerarquizado del espacio patagó- ma de débil integración regional, que es heredero
nico. El vacío poblacional es un hecho del pasa- del esquema colonial de factoría que se impuso a
do, aun cuando (como en otras regiones del país) fines del siglo XIX. Existe una tendencia a desdibu-
quedan espacios vacíos, relativamente pequeños a jarse en el Alto Valle del río Negro, debido a que
escala nacional. es el único lugar de la Patagonia donde existe un
subsistema de capital productivo agrario con sus
Sistema urbano integrado casi exclusivamente correspondientes eslabonamientos comercial e in-
por actividades terciarias dustrial. La alta proporción de la industria y la pro-
ducción frutícola depende de insumos extraregio-
La casi inexistencia de una base material comple- nales y extranacionales, lo cual da idea de la falta de
ja, con actividades donde el valor se va generando integración regional de la industria. Es decir, con
en empresas encadenadas, se integra en el proce- una integración imperfecta en tanto importantes
so de generación de valor del tipo de las relaciones encadenamientos se producen fuera de la región.

Mapa 22.5. Categorías urbanas. Mapa 22.6. Distribución espacial de la población.


Patagonia. Patagonia, 2010.

Fuente: Velázquez et al. (2014). Fuente: LIPAT (2015) sobre la base de INDEC 2010.
310 V • Análisis regional

La complejidad del turismo no llega a generar ro ya comprometido de la ciudad de Neuquén, la


un subsistema donde el capital mayorista y sus que se caracteriza por su ineficiencia, fealdad y ba-
expresiones en el desarrollo de la actividad de esa ja calidad de vida. Para quienes viven en el centro
rama de la economía se complete en un todo re- esto no es así, probablemente porque fue la úni-
gional vinculado a aquel de medianas y pequeñas ca área planificada de la ciudad. Esa tarea le tocó
empresas prestadoras. No obstante, es la otra acti- al Maestro Alderete, colombiano preclaro que de-
vidad, símil enclave, que permite áreas con un sis- cidió unir su suerte a la de esta porción de la tie-
tema jerarquizado de centros. rra patagónica.
El hecho de que los centros urbanos patagóni- 1.1. La escarpa de la meseta y formas asociadas
cos mantengan importantes relaciones económi- Estos valles se encuentran enmarcados por los
cas con Buenos Aires y su área metropolitana o flancos de la meseta; sus atributos geomórficos es-
con el eje fluvial - industrial del país, tanto en el tán constituidos por escarpas de erosión en las que
abastecimiento al comercio (relación mayorista - pueden verse los estratos de las formaciones geoló-
minorista) como en la provisión de insumos in- gicas. A su pie se encuentran detritos acumulados,
dustriales y de destino de la producción agraria, donde la litología de los clastos se corresponde con
está señalando la debilidad del sistema. las rocas que integran la pendiente a la cual cu-
Ahora bien, las partes del sistema de centros ur- bren. Son el fruto de procesos de remoción en ma-
banos con un relativo alto grado de integración sa (gravitacionales) del frente de escarpa mencio-
tienen problemas atribuibles a la falta de planifi- nado, completados por acción hidráulica erosiva
cación urbana, ambiental y territorial, a los cua- (que se identifica por la densidad del drenaje, con
les se enunciará aquí. El caso mas significativo es evidencias de mayor energía potencial) que provo-
el Alto Valle - Confluencia, pero hay casos simila- ca el retroceso erosivo de la escarpa. Obviamente
res solo con diferencias de escala: el Valle medio y las expansiones urbanas en ese medio son conflic-
el Valle Inferior del río Negro, el conjunto urbano tivas. Complicaciones similares ofrecen el contacto
de Puerto Madryn y el Valle Inferior del río Chu- de una bajada o de un pedimento con los niveles de
but, el área de los grandes lagos cordilleranos que base locales donde se han desarrollado no sólo pro-
van desde el lago Caviahue hasta Corcovado so- cesos de sedimentación, sino también de carcava-
bre el río Carrenleufú en Chubut, el área de origen miento. En muchos casos, la coalescencia lateral de
minero de Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia, los abanicos aluviales de la denominada bajada está
Cañadón Seco y Pico Truncado en Santa Cruz y integrada por un manto areno-arcilloso que proce-
Chubut y, en mucho menor medida pero amena- de del lavado de la pendiente de la escarpa y de los
zada por las presas del río Santa Cruz, el conjun- pedimentos de flanco.
to Piedrabuena - Puerto Santa Cruz. Esto no quie- 1.2. La dinámica de las cuencas sedimentarias
re decir que no haya problemáticas ambientales y Ese tipo de cuencas hidrográficas, que se activan
territoriales en otras ciudades y centros menores, con los eventos de precipitaciones más o menos
pero no en la magnitud de los que aquí se men- intensas de verano y que tienen una alta produc-
cionan. A tales efectos, se realiza aquí una men- ción de sedimentos, se encuentran relacionadas a
ción del tipo de problemas detectados en los asen- los bordes de la meseta en toda la periferia de los
tamientos involucrados en condiciones de fragili- valles patagónicos. Son especialmente significati-
dad del medio natural: vas por su extensión, su producción de sedimen-
tos y por el riesgo que significan para los asenta-
1. Los asentamientos en el borde de la meseta y las la- mientos. Un ejemplo lo constituyen aquellas que
deras de los valles se encuentran en la “barda” norte del río Negro.
Diversos problemas afectan el desarrollo terri-
torial y ambiental de la región del Alto Valle y la 2. La morfología fluvial y las restricciones para el asen-
Confluencia. Muchos de ellos comprometen fuer- tamiento
temente el futuro del asentamiento. Hasta ahora El conflicto entre los asentamientos y los ríos de
la actitud de los gobernantes provinciales y mu- las cuencas de la región se produce porque am-
nicipales ha sido la de dejar hacer. Es más fácil que bos compiten por un mismo espacio. En perío-
asumir una actitud planificadora, la que no nece- dos relativamente largos, los ríos pueden brin-
sariamente tiene réditos políticos inmediatos y dar una imagen inocente debido a que las inun-
obliga a una tediosa labor de concertación entre daciones se dan a intervalos en que la memoria
grupos sociales. Es necesario evitar las consecuen- que sobre tales eventos tienen muchos poblado-
cias de ese enfoque, que se puede ver en el futu- res del valle tiende a esfumarse. La regulación del
22 • La Patagonia 311

río ha consolidado esa imagen. Los períodos ca- superficiales y subterráneas supone, para una re-
da vez más prolongados con caudales cercanos al gión con la densidad de población de las áreas a
módulo han generado, a su vez, problemas rela- las cuales este capítulo se refiere, una muy eficien-
cionados con permanencia de los niveles freáticos te regulación en materia de uso, distribución y, so-
en profundidades relativamente altas. bre todo, de regulación de la cantidad y calidad de
2.1. La zona de ribera los efluentes vertidos en los cuerpos de agua. Aun
Desde que fueron construidas las grandes obras cuando existen autoridades de las cuencas como
destinadas a la regulación y la generación hi- es el caso de COIRCO o de la AIC, estos organis-
droeléctrica, la memoria colectiva ha casi olvidado mos interjurisdiccionales parecieran no preocu-
el dramatismo de los períodos de inundaciones. parse por el mantenimiento de la calidad del agua
Este hecho ha generado el uso urbano y agrícola de los cuerpos superficiales y subterráneos.
de las áreas inundables, que la irresponsabilidad 3.3 Efluentes industriales
de quienes deben asumir las regulaciones para el En esta materia el problema se ajusta a todas las
uso del suelo ha permitido ocupar sin restriccio- consideraciones realizadas en el punto anterior.
nes. Tal es el caso del área del antiguo cauce del río No obstante, cabe realizar una advertencia: es ne-
Negro, es decir, tierras que son fácilmente inunda- cesario estudiar muy bien la rentabilidad de las
bles en el presente, ya que nunca debieron ser ocu- empresas industriales involucradas en problemas
padas. Se da el caso de la instalación de barrios de contaminación a los efectos de determinar el
construidos mediante planes de viviendas públi- nivel del financiamiento propio de las plantas de
cas instaladas en el antiguo cauce de los ríos. tratamiento de efluentes exigibles.
2.2. El comportamiento de los niveles freáticos 3.4 La actividad petrolera
La influencia de los cambios en el régimen de los Un comentario específico merece este tipo de
ríos sobre el nivel de la capa freática ha dado lu- contaminación, enmarcada entre la soberbia de las
gar a numerosos conflictos desde la puesta en ope- empresas petroleras en el actual modelo de capita-
ración de las centrales hidroeléctricas. Los proble- lismo primitivo y la ausencia o complicidad del Es-
mas de diseño y mantenimiento de la red de dre- tado. En varias áreas de las concentraciones urba-
naje contribuyen, a su vez, a atenuar o potenciar nas patagónicas mencionadas más arriba, existen
puntualmente éste comportamiento general. El pozos, oleoductos, gasoductos, lagunas de inyec-
efecto de la modificación de esos niveles en el com- ción, lagunas de purga y gran desparramo de ma-
portamiento de las economías agrícolas de los va- teriales diversos. En todos los casos, es necesario
lles, tal el caso de los ríos Negro y Chubut, es nota- que el estado haga cumplir las normas existentes y,
ble. Por extensión los niveles freáticos elevados es- además, tipifique las figuras delictivas en materia
tán complicando las fundaciones de los edificios de contaminación por petróleo (ya existe un mar-
que se construyen en los barrios donde aquéllos se co normativo que facilita la tarea) y, sobre todo,
encuentran a pocos centímetros de la superficie. establezca las penalidades y la forma de aplicar-
las. En la región existen innumerables gasoductos
3. Contaminación: cuatro socios principales y oleoductos que la cruzan de un lado a otro, los
Las zonas de mayor desarrollo urbano señaladas cuales no fueron construidos para estar sumergi-
más arriba tienen serios problemas de contamina- dos en los ríos o para soportar procesos de erosión
ción ambiental, cuyos puntos más conflictivos se de cárcavas, muchas veces generadas por la misma
consideran seguidamente: destrucción de la cubierta vegetal atribuible a las
3.1 Residuos domiciliarios empresas petroleras. En el caso de producirse de-
El volumen de residuos que suponen las concen- rrame de fluidos por roturas de ductos diversos o
traciones de población significa un desafío no- por desbordes de piletas, los daños ambientales
table para la gestión de los municipios o las aso- más significativos en áreas rurales y urbanas serán:
ciaciones intermunicipales, cuando éstas se han - degradación de los suelos afectados, con dismi-
organizado (las que, además, son bastante inope- nución o eliminación de la capacidad de soportar
rantes, ya que no tiene sentido que uno o dos mu- flora, fauna y cultivos, con extensión a casi todas
nicipios asuman una tarea de manejo y control, las terrazas de los ríos.
cuando la contaminación generada por el muni- - alteración de la calidad del agua con afectación
cipio vecino complica su propia situación). de innumerables usos, tales como agua para consu-
3.2 Efluentes cloacales mo humano y de animales, riego, piscifactorías, etc.
Otro tanto sucede con los efluentes cloacales. - alteración de las cadenas tróficas, desde mi-
Una correcta conservación de los recursos de aguas croorganismos hasta peces y aves.
312 V • Análisis regional

- Afectación de áreas de recreación. dos a la marcha de la historia, siempre y cuando


Cabe afirmar, por lo tanto, que los municipios el proceso de construcción de conocimiento sea
deben adoptar una posición común, altamente básicamente deductivo, en cuyo ámbito los indi-
consensuada para plantear el problema a los nive- cadores ilustran la realidad o sirven como ejerci-
les provincial y nacional, según corresponda, así cio de control de la deducción dialéctica y la de-
como adoptar las medidas legales necesarias pa- tección de restricciones en la lógica del proceso.
ra disminuir notoriamente el riesgo de los pro- Los indicadores nunca son previos a la aprecia-
blemas señalados, a los que deben adicionarse los ción más o menos estudiada de la realidad y se eli-
que eventualmente puedan producirse por el uso gen desde el conocimiento para pintar la realidad
de las tecnologías aplicadas a las explotaciones de o para controlar el proceso mental de apropiación
petróleo y gas de caja. del proceso de conocimiento.

4. La cuestión de las jurisdicciones Las homogeneidades relativas


Como ya se ha mencionado, en las decisiones de
ordenamiento territorial y urbano de la región, Los espacios homogéneos se caracterizan desde la
participan una enorme cantidad de jurisdicciones identidad o similitud de uno o muchos caracte-
de organismos de acción y de contralor. Intervie- res estructurales. La uniformidad nunca es com-
nen cinco provincias, una gran cantidad de mu- pleta. Un espacio homogéneo a una determina-
nicipios y organismos nacionales (como Vialidad da escala sometido a un proceso de zoom, que la
Nacional, Juzgados, Banco de la Nación, AFIP, lleva a un denominador más reducido, comienza
etc.). La contradicción entre el carácter interjuris- automáticamente a mostrar marcadas diferencia-
diccional del territorio regional, donde se conju- ciones. Sucede que siempre existe una dispersión
gan entidades con autonomía propia y ejercicio dentro de un conjunto de indicadores estructura-
real del poder con las necesidades de lograr deci- les. Esa dispersión es mayor cuanto más abstrac-
siones comunes para un mejor manejo del territo- to es el concepto de homogeneidad y la escala ele-
rio y del ambiente, se manifiesta en una enorme gidos y, en consecuencia, más relativo el grado de
cantidad de decisiones contrapuestas altamente homogeneidad elegido.
ineficientes por sus consecuencias. Depende además, de la cantidad de elementos
Desde el punto de vista de la planificación terri- indicadores tomados en cuenta, Por ejemplo, es
torial y ambiental, fuertemente relacionada, a su más fácil delimitar y comprender en términos de
vez, a la planificación socioeconómica, es necesa- homogeneidad una unidad de suelos, ya que una
rio materializar una acción concreta y persisten- división espacial será más efectiva cuando extrai-
te del trabajo municipal a los efectos de reducir ga lineamientos comunes de la heterogeneidad
los costos de las concentraciones urbanas. Es ne- del paisaje físico y cultural, utilizando para ello
cesario dotar a los municipios de una mecánica indicadores sobre el mayor número de elementos
regular de consulta y de formulación de acuerdos, que lo componen.22
así como armar estructuras técnicas que partici- Se puede comprender más acabadamente, desde
pen activamente de foros de consulta técnica y de un punto de vista estadístico, si se aplica el con-
formulación de alternativas de decisión comunes. cepto de campana de Gauss. Si se hiciesen campa-
Asimismo, debe diseñarse un sistema estable de nas de los atributos de un área de homogeneidad
consultas a la comunidad, indispensable para lo- relativa, se podría percibir que formarían diversas
grar su participación y compromiso. campanas que mostrarían, si se las superpusie-
se, el agrupamiento más significativo de los datos
DETERMINACIÓN DE ÁREAS HOMOGÉNEAS: de los indicadores elegidos. Mediante un arbitrio
BREVES DETALLES METODOLÓGICOS constructivo, se los podría mostrar debidamente
superpuestos. En las partes terminales de la cam-
La división del espacio es una parte sustancial de pana, a derecha e izquierda, aparecerían los datos
su análisis. En ese sentido, las áreas de homoge- dispersos, los que se extenderían hasta los datos
neidad relativa prestan atención a los componen- dispersos de la campana del área de homogenei-
tes del espacio. El estudio de los espacios funcio-
22 de Jong, Gerardo Mario y dos ayudantes de investi-
nales, que no forma parte de este trabajo, es mu-
gación: Análisis espacial de la región de desarrollo Patagonia,
cho más complejo y nunca puede ser separado de Oficina Regional de Desarrollo Patagonia, Secretaría del
la base material de la sociedad que lo habita. No Consejo Nacional de Desarrollo, Presidencia de la Nación,
obstante, ambos pueden ser dinámicos y ajusta- Edición rústica, Comodoro Rivadavia, 1971.
22 • La Patagonia 313

dad relativa vecina, cuando esos datos aparece- el territorio en espacios que gozan de un grado de
rían igualados. Estadísticamente, ese sería el lími- homogeneidad relativa mayor.
te entre las dos áreas homogéneas, manifestadas El primer paso fue volcar toda la información es-
en dos agrupamientos de datos significativos. La tadística seleccionada en mapas, los que en suce-
parte de datos dispersos mostraría la transición sivas aproximaciones, a diferentes grados de abs-
de un área a otra. tracción, permitieron ir incorporando nuevos in-
Para este trabajo, el método aquí seguido consis- dicadores y, a la vez, ir subdividiendo el espacio en
te en la determinación de las propiedades estruc- unidades de homogeneidad relativa de mayor am-
turales características de los espacios, mediante plitud conceptual. En un segundo paso, se ajusta-
el uso de indicadores que dieron lugar al agrupa- ron los límites de las unidades a los límites polí-
miento de datos, en términos de: ticos departamentales existentes, hasta donde la
- Recursos naturales flexibilidad de los límites de las áreas homogéneas
- Estructura agropecuaria planteadas lo permitió.
- Infraestructura económica El tercer y último paso consistió en ordenar la
- Población información estadística (índices) en términos de
- Producto bruto interno ajuste político, a los efectos de comparar los re-
Dichos indicadores permitieron caracterizar ca- sultados hasta aquí obtenidos con la subdivisión
da una de las áreas, dando lugar así a la tipifica- planteada. De esta manera, en un proceso interac-
ción de los territorios, por lo que quedaron distin- tivo, se precisó o confirmó la división trazada. En
guidos de los de las áreas homogéneas vecinas. La síntesis, en unos pocos casos, fue necesario cam-
particular combinación de las características eco- biar límites departamentales para lograr un orde-
nómicas, sociales y naturales permitió subdividir namiento coherente de la información estadística

Mapa 22.7. Áreas de homogeneidad relativa. Patagonia, 2010.

Área I Andina Norte Domuyo. Turismo, ganadería, minería.


Área II Cuenca Superior del Agrio. Ganadera bovina, turismo y
termas.
Área III Cuencas Pichi Neuquén / Agrio / Covunco. Invernada trashu-
mante y oasis de riego.
Área IV Añelo - Catriel - Rincón. Hidrocarburífera.
Área V Chocón - Cerros Colorados. Energética, hidrocarburífera y
paleontológica.
Área VI Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Concentración urbana.
Economía diversificada. Frutícola, hortícola, ganadera, industrial.
Área VII Meseta General Roca. Hidrocarburífera.
Área VIII Valle Medio del río Negro. Frutícola.
Área IX Río Negro Noreste. Ganadera y frutícola.
Área X Andes Patagónicos. Turística, agricultura de frutos finos y
Parques Nacionales.
Área XI Limay - Collón Cura. Energética y ganadera.
Área XII Línea Sur y Meseta Central. Ganadería extensiva.
Área XIII Atlántica Golfo de San Matías. Portuaria, turismo, ganadería
bovina, pesca, minería.
Área XIV Valles de la cuenca alta del Chubut. Ganadera ovina/bovina.
Área XV Atlántica Península de Valdés. Portuaria, turística, agrícola,
pesquera, industrial.
Área XVI Senger superior y Lago Buenos Aires. Ganadería ovina/
bovina.
Área XVII Atlántica del Golfo San Jorge. Hidrocarburífera.
Área XVIII Meseta Central de Santa Cruz. Portuaria, hidrocarburífera,
ganadería ovina.
Área XIX Andina de Hielos Continentales. Turismo y ganadería ovina/
bovina.
Área XX Coig-Gallegos. Ganadería ovina, minería (carbón), hidrocar-
buros.
Área XXI Río Grande. Industria tecnológica, hidrocarburos, ganadería
ovina.
Área XXII Andina Ushuaia: glaciares y bosques. Turismo, explotación
forestal, pesca.

Fuente: elaboración personal, LIPAT 2015. Revisión, actualización y correcciones a partir


de: CONADE 1972, CFI 1972-1973, de Jong 1976, COPADE-UNCo 1982.
314 V • Análisis regional

de base territorial. De este procedimiento resulta del resto con valores menos adversos de morta-
la siguiente representación de áreas de homoge- lidad infantil.
neidad relativa para la Patagonia. Estas subdivisiones espaciales guardan cier-
Sobre la base de las áreas de homogeneidad re- ta continuidad física y se corresponden con de-
lativa, se aplica el análisis de indicadores socioe- partamentos para los cuales la organización de
conómicos y ambientales que confluyen en la de- la sociedad regional es definida por actividades
finición de los índices de calidad ambiental y ca- económicas predominantemente rurales. Des-
lidad de vida. taca, en particular, la ganadería extensiva mini-
fundista orientada al ganado menor (con pre-
DIMENSIÓN EDUCACIÓN dominio caprino en el norte y ovino / mixto
hacia el sur), en contraste con estancias especia-
La mayor deficiencia respecto al nivel de ins- lizadas en bovinos al norte (Neuquén) y ovinos
trucción de las personas (mapa 22.8) se registra, en Río Negro y Chubut. De norte a sur, se regis-
de modo generalizado, en el área homogénea tran otros cambios importantes; en las áreas II
XII: Línea Sur de Río Negro y Meseta Central y III, el ganado caprino representa más del 75%
de Chubut; y en las áreas II: Cuenca Superior del stock ganadero, coexistiendo con la agricul-
del Agrio, III: Cuencas Pichi Neuquén / Agrio / tura minifundista en oasis de riego y la mine-
Covunco y XI: Limay - Collón Cura, estas últi- ría, principalmente de tercera categoría; en tan-
mas en la provincia de Neuquén. El sentido po- to, los cuatro departamentos de Chubut inclui-
co favorable de este indicador se repite para la dos en el área XII concentran el 78,3% del stock
dimensión vivienda (mapa 22.10) y salud (ma- ovino, superando el millón de cabezas.
pa 22.9), aunque para esta última, los departa- En estas áreas, los mayores aglomerados de
mentos del norte (áreas II y III) se diferencian población, escasamente superan los 5.000 ha-

Mapa 22.8. Población con instrucción Mapa 22.8. Población con instrucción
menor que primaria. Patagonia, 2010. universitaria. Patagonia, 2010.

Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal.


22 • La Patagonia 315

bitantes (mapa 22.6). La principal excepción es centros de estudios e investigación de jerarquía.


la ciudad Zapala (área III) que contaba al año En estas áreas, las condiciones de hacinamien-
2010 con una población de 32.097 habitantes to de la población en la vivienda resultan igual-
(88% respecto al dato departamental), con fun- mente menos adversas con relación al conjun-
ciones claramente urbanas, diversificada econó- to regional de la Patagonia. Destacan el sistema
micamente para los sectores secundario y ter- urbano del Alto Valle de Río Negro y Neuquén
ciario, estructurante de un amplio hinterland, y (área VI) con más de 530.000 personas resi-
conectada de modo directo por el sistema carre- dentes en ciudades de más de 10 mil habitan-
tero con la región urbana de mayor jerarquía de tes (INDEC 2010), el valle inferior del río Ne-
la Patagonia (ver mapas 22.1 y 22.5). El peso re- gro, jerarquizado por Viedma, 52.789 hab., en
lativo puntual de esta ciudad afecta y distorsio- el área IX), el eje cordillerano turístico Junín de
na el conjunto del dato departamental, aspecto los Andes – Bariloche - El Bolsón (178.000 hab.
que, en el interior del conjunto espacial al que se en centros urbanos de más de 10.000 hab.) en
está haciendo referencia, le diferencia con valo- el área X, el departamento Biedma, representa-
res intermedios favorables (mapa 22.8), sin que do por Puerto Madryn, en el norte del área XV.
ello se condiga con la situación generalizada pa- De acuerdo al criterio señalado para caracterís-
ra el departamento homónimo (mapa 22.6). ticas urbanas, destaca la atenuación del índi-
La mejor situación educacional se evidencia ce en el departamento Futaleufú, provincia del
en las áreas económicamente más dinámicas en Chubut, para el cual Esquel constituye el cen-
la actualidad y con una proporción mayoritaria tro urbano de referencia con 32.758 hab. Una
de población asentada en grandes núcleos aglo- situación semejante se registra para el sistema
merados con funciones claramente urbanas, urbano del Valle Inferior del río Chubut (Raw-
una oferta educativa amplia y con presencia de son - Trelew).

Mapa 22.9. Tasa de mortalidad infantil. Mapa 22.9. Población sin obra social
Patagonia, 2009-2011. o mutual. Patagonia, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de Velázquez et al. (2014), con datos del DEIS,
Ministerio de Salud la Nación. Cuartiles definidos por valores regionales.
316 V • Análisis regional

DIMENSIÓN SALUD tasa de mortalidad infantil (mapa 22.9), pese a ser


buena la cobertura de obras sociales o mutuales.
Las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego Esta situación negativa se acentúa en el departa-
se presentan diferenciadas en términos generales, mento Güer Aike, para el cual Río Gallegos par-
con valores favorables para estos indicadores, es- ticipa con el 85% de la población departamental.
pecialmente al sur, en las áreas homogéneas XIX y
XX, el sur del área XVIII, por la influencia de Río DIMENSIÓN VIVIENDA
Gallegos con casi 100.000 habitantes, y Ushuaia.
Ello está marcado por la dinámica de las migra- En términos generales, queda bien reflejado por
ciones en relación con el engrosamiento de la pi- las variables seleccionadas el problema habitacio-
rámide de población en edades económicamente nal de muchos parajes rurales y del asentamien-
activas, que influye en el peso relativo de la pobla- to humano disperso, en las provincias de Neu-
ción segregada de acuerdo al nivel de instrucción quén, Río Negro y meseta central y región cordi-
alcanzado. Asimismo, la demanda de mano de llerana de Chubut. Las duras condiciones de vida
obra calificada para áreas específicas de las activi- de productores ganaderos minifundistas encuen-
dades económicas clave y la presencia de unidades tran sus aspectos más críticos en las tierras de “ve-
académicas de educación superior, asentamientos ranada” (piso agroecológico de las tierras altas ap-
de distinta jerarquía y programas de educación a tas para el pastoreo) en las cordilleras del norte
distancia distribuidos en muchos municipios, neuquino (área I) y del interior de dicha provin-
son factores que inciden en el indicador. cia. Casas de adobe, quila (nombre local de la ca-
En contraposición al nivel de instrucción, las ña colihue) o chapas, con pisos de tierra y un ca-
áreas homogéneas australes al este de Santa Cruz tre, son calefaccionadas por rudimentarios acce-
presentan valores relativamente adversos para la sorios a combustión o fogones de leña o estiércol.

Mapa 22.10. Porcentaje de población en Mapa 22.10. Población en hogares


hogares hacinados. Patagonia, 2010. sin retrete. Patagonia, 2010.

Fuente: Censos Nacionales y elaboración personal.


22 • La Patagonia 317

Los baños, muchas veces separados de la vivienda, ignorar las aptitudes para travesía de la región
suelen carecer de sanitarios. En las invernadas, así central en Somuncura. En adelante, se distinguen
como en otras regiones en Río Negro y Chubut, especialmente, aquellas que son motor del turis-
tanto ganaderas como agrícolas en oasis de riego mo de mayor escala y de la actividad económica
(como Quili Malal, Covunco Abajo, Cona Niyeu, en general, e involucran grandes movimientos de
etc.) la vivienda mejora levemente, especialmente población de la región, del resto del país e impor-
en parajes y pueblos que han sido destinatarios de tantes contingentes internacionales.
planes del Estado. Muchas veces ocurre que dos o Los recursos escénicos, lacustres, fluviales y an-
más generaciones compartan la vivienda, a la vez dinos de la franja longitudinal cordillerana (en
que, contrariamente, el despoblamiento rural y el torno a los 71º de longitud oeste) se presentan
envejecimiento poblacional son problemas cre- en dos secciones diferenciadas. La primera (área
cientes en los asentamientos rurales del área peri- I) destaca por los imponentes paisajes de la sec-
metral a Somuncura, en Río Negro y Chubut en el ción austral de la cordillera principal, los valles
área XII. La carencia de retrete en toda esta región longitudinales de los ríos Nahueve, Varvarco y
puede obedecer a cuestiones culturales. Neuquén (superior) y la cordillera del Viento. La
inexistencia del bosque, con excepción de las la-
DIMENSIÓN AMBIENTAL gunas de Epulafquen, torna más evidente los ras-
gos del relieve. Esta región se encuentra muy poco
En lo atinente a la dotación de recursos recreati- desarrollada aún en comparación con su altísimo
vos de base natural (RRBN), la Patagonia cuenta potencial turístico; sin embargo, en términos re-
con una diversidad destacable, especialmente ha- lativos respecto del resto de la Patagonia, se con-
cia los márgenes (cordillera occidental, costa at- dice con valores intermedios positivos en el índice
lántica y región austral), sin que por ello se deban RRSC. Los atractivos son innumerables: actividad

Mapa 22.11. Recursos recreativos de Mapa 22.11. Recursos recreativos socialmente


base natural. Patagonia, 2010. construidos. Patagonia, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de Velázquez y Celemín 2013.


318 V • Análisis regional

termal, volcanes, glaciares de rocas, glaciares de portante superficie protegida en la jurisdicción de


valle y circo, las grandes alturas de la Sierra de Co- parques nacionales. Particularmente, se extiende
chico y el “techo” de la Patagonia en el Domuyo desde el centro de la provincia de Neuquén, en la
(con más de 4.700 m.s.n.m.). Estas áreas económi- región de las araucarias del circuito Pehuenia (en
camente retrasadas han sido por décadas lugar de proximidad a los 39º de latitud sur) hasta el norte
las “veranadas” de la actividad ganadera transhu- del lago Vinter, provincia de Chubut (43º 30’ de
mante, principalmente orientada al ganado capri- latitud sur). Destacan de norte a sur, el cerro Ba-
no criollo, con invernadas en los valles profundos tea Mahuida, el volcán Lanín, los cerros Chapelco
más reparados. Los referidos problemas estructu- y Bayo en Neuquén, el Catedral y el Perito More-
rales de la ganadería definen un escenario de de- no en Río Negro, que ponen en movimiento la ac-
sertificación que queda representado de modo tividad turística de doble temporada del monta-
adecuado, en términos absolutos y relativos, pa- ñismo / pedestrismo / paseos y del esquí asocia-
ra el resto de las áreas homogéneas de la Patago- do a otras actividades de invierno. Los deportes
nia, en el índice de problemas ambientales (com- acuáticos en lagos y ríos tienen también atractivo
plemento). Igualmente, la actividad minera de ex- internacional, como el rafting en los ríos Aluminé,
cavación, especialmente del oro, llevada a cabo en Manso y Azul y la pesca. Los glaciares y mirado-
Andacollo y Huinganco, tiene un trayecto históri- res, conjuntamente con los ecosistemas de transi-
co para el cual pirquineros y grandes corporacio- ción entre selva valdiviana y bosque andino pata-
nes contrastan socialmente en una actividad no gónico, caracterizan el cerro Tronador y el maci-
exenta de conflictos ambientales. zo del Hielo Azul, junto con el cerro Piltriquitrón.
El segundo sector, definido por su dotación Estos sitios congregan innumerables contingen-
RRBN, se caracteriza por la presencia de lagos tes turísticos de aficionados al pedestrismo, mon-
transversales, montañas y bosques, con una im- tañismo, parapentismo, etc. Al superar el paralelo

Mapa 22.11. Problemas Ambientales. Mapa 22.11. Índice de calidad


Complemento. Patagonia, 2010. ambiental. Patagonia, 2010.

Fuente: elaboración personal sobre la base de Velázquez y Celemín 2013.


22 • La Patagonia 319

de 42º de latitud sur, en la provincia de Chubut, rinos, pingüinos de Magallanes y ballenas fran-
el neck volcánico de Piedra Parada congrega esca- cas australes en las inmediaciones de la Penínsu-
ladores de todo el mundo, en tanto que el Parque la de Valdez. Costas acantiladas y violentas rom-
Nacional los Alerces con sus circuitos turísticos pientes de oleaje en Puerto Lobos, contrastan con
de bosques milenarios y lagos “en rosario” ofre- el suave decline de las playas y aguas calmas del
ce una base natural que activa al más austral cir- Golfo Nuevo en inmediaciones a Puerto Madryn.
cuito de turismo masivo en ésta área homogénea. Esta zona constituye uno de los más importantes
El límite se extiende hasta proximidades del río atractivos de escala internacional de la Repúbli-
Carrenleufú / Corcovado (Palena en Chile), por el ca Argentina. En el Golfo de San Matías y hacia el
cual remontan desde el océano Pacífico salmones norte, son las playas para el turismo de verano las
de tamaño descomunal, atractivo natural que le que definen la magnitud del indicador considera-
posiciona internacionalmente en la actividad de do. Playas Doradas, al este de Sierra Grande, Las
la pesca. El desplazamiento del límite internacio- Grutas como el centro balneario de mayor jerar-
nal hacia el este del eje cordillerano (totalmente quía de la Patagonia, y El Cóndor, en inmediacio-
posicionado en el lado chileno) es acompañado nes a la desembocadura del río Negro en el océa-
por el incremento del rigor climático y la transi- no Atlántico, se posicionan principalmente en la
ción hacia relieves más planos dominados por la escala regional y en menor medida nacional, pa-
estepa patagónica. ra este sector de actividad económica. Especial-
En la región interna del continente, en estas lati- mente, para Las Grutas el hacinamiento durante
tudes, el sobrepastoreo histórico de las tierras, la la temporada de verano, los problemas de sanea-
grave afectación por cenizas volcánicas con even- miento y el colapso de la red de servicio quedan
tos reiterados para las últimas décadas, períodos marcados en el índice correspondiente de proble-
extremos de sequía, temporales de frío, lluvias, mas ambientales. Más al sur, Playa Unión en Raw-
etc., configuran, en el marco estructural de retrac- son y Rada Tilly en Comodoro Rivadavia permi-
ción de la actividad ganadera y la consecuente de- ten su uso como balneario.
gradación social de la población rural dispersa y Hacia el sur, el parque Nacional Los Glaciares,
aglomerada, uno de los más dramáticos escena- el campo de hielo continental y los grandes lagos
rios de la Patagonia. en la cuenca superior del río Santa Cruz se posi-
La modalidad del poblamiento rural, en estos cionan en el plano internacional con dos íconos
departamentos del área Línea Sur rionegrina y mundiales del turismo orientado a paisajes natu-
Meseta Central de Chubut, está asociada con una rales. El glaciar Perito Moreno con sus rompientes
escasa diversificación económica y condiciona- espectaculares y las agujas montañosas del cerro
da por la insuficiente conexión espacial carretera Torre y el horn del cerro Chaltén (monte Fitz Roy),
(mapa 22.1) con las regiones dinámicas de la Pa- junto con otras maravillas naturales como Lago
tagonia. Ello tiene un impacto adecuadamente re- del Desierto, Glaciar Viedma, etc., hacen de la re-
presentado por el conjunto global de los índices gión una de las más dinámicas a nivel nacional.
que son abordados en esta obra. Actividades como el pedestrismo, montañismo,
En cuanto a problemas ambientales, el corres- navegación o la simple recreación para personas
pondiente índice (PA - complemento) registra cla- de todas las edades, son asistidas por una infraes-
ramente los condicionantes que acaban de ser re- tructura en servicios aún insuficiente, pero mejor
feridos, si bien en términos relativos destaca con organizada que en muchos de los sitios antes refe-
la posición menos adversa. Por su parte, el índice ridos. Obras destinadas a la recreación y al turis-
RRBN en clara coincidencia con los demás indi- mo hacen de El Calafate mucho más que una loca-
cadores, subvalora los recursos escénicos para el lidad de estadía y servicios al turismo de glaciares.
área. La singular belleza de Somuncura ha moti- En contrapartida, en un marco político con seve-
vado en los últimos años actividades de aventu- ras falencias en materia de planificación, el desa-
ra como travesías en vehículos de doble tracción. rrollo del turismo potencia el surgimiento de di-
Una mejoría en la red de circulación carretera e versos problemas ambientales (mapa 22.11). Al
infraestructura podría significar la puesta en va- igual que en muchas otras áreas turísticas de la Pa-
lor de áreas que hasta ahora forman parte de una tagonia, antes mencionadas, la sobrecarga que la
“Patagonia profunda”. actividad genera en los sistemas naturales desen-
Por otro lado, hacia el este y sobre la costa atlán- cadena procesos de degradación como el carcava-
tica, el índice RRBN pone de relieve los recursos miento en caminos afectados por sobrepisoteo, la
faunísticos del hábitat de loberías, elefantes ma- pérdida de cobertura vegetal por la apertura poco
320 V • Análisis regional

controlada de senderos, el incremento del riesgo austral al este de las áreas homogéneas XX y XXI
de incendios, basura, etc.23 Asimismo, el turismo en Santa Cruz y Tierra del Fuego.
se vuelve indirectamente motor de procesos so-
ciales de destrucción del recurso forestal para em- EL INDICE DE BIENESTAR EN LA PATAGONIA
prendimientos de tipo inmobiliario, como sucede
en Villa La Angostura o en los bosques incendia- Las variables hasta aquí consideradas convergen
dos de Lago Puelo y Cholila, etc. Esta última pro- sintéticamente para su análisis en los índices de
blemática confronta en el marco del conflicto so- calidad ambiental (mapa 22.11) y calidad de vida
cial a inversores privados, comunidades indígenas (mapa 22.12). Los procesos sociales a los que se ha
y campesinos o pequeños productores pecuarios. hecho referencia, en distinta medida, dejan su im-
Igualmente, el crecimiento urbano no debida- pronta en la representación cartográfica.
mente planificado y excesivo en los centros de ser- En rasgos generales, la Patagonia queda subdi-
vicio al turismo, además de acercar peligrosamen- vida por estos indicadores en tres grandes áreas:
te el asentamiento humano a áreas geomorfoló- una interior, extendida longitudinalmente hacia
gicamente inestables, desencadena problemas de el norte del paralelo 44° 40’ de lat. S, con carac-
saneamiento y gestión de los residuos que degra- terísticas menos favorables; la segunda, relativa-
da progresivamente el atractivo paisajístico, tal mente bien posicionada en cuanto a los índices
como sucede con el basural de la ciudad de Ba- ICA e ICV, que se encuentra localizada a modo de
riloche. Se añade nuevamente la competencia de dos fajas laterales a la anterior, desarrolladas so-
usos de suelo, como sucede con la expansión ur- bre el eje andino al oeste (áreas homogéneas I y X)
bana sobre vegas y tierras de elevada aptitud agrí- y la otra sobre la costa atlántica (área XIII y sec-
cola (por ejemplo, en San Martín de los Andes) y tor norte del área XV); y la tercera que se prolonga
la consecuente pérdida del recurso natural, con- desde el paralelo mencionado hacia el sur como
juntamente con los lógicos problemas de drenaje la más favorecida, abarcando los departamentos
en el espacio urbano que resultan del asentamien- meridionales de Chubut y las provincias de Santa
to en sitios con niveles freáticos superficiales. Cruz y Tierra del Fuego.
En otras áreas densamente pobladas, como el Al- Estos resultados ponen de relieve el peso rela-
to Valle, el tratamiento de los efluentes domicilia- tivo que, en general, tienen para la Patagonia las
rios excede muchas veces los recursos económicos áreas más urbanizadas con relación a los mejo-
de los municipios y la voluntad política en las di- res valores del índice ICV, con aparente excepción
ferentes jurisdicciones para dar una solución. En del territorio interior de Santa Cruz. Este último
la actualidad, la calidad del agua de los ríos Neu- presenta una estructura agraria dominada por la
quén, Limay y Negro se ve seriamente comprome- gran estancia, cuestión que es acompañada por
tida, a lo cual se añade el vertido de contaminan- cifras bajas de población rural (las menores en la
tes agroquímicos. Patagonia junto con el Alto Valle, Bariloche y la
Aun así, los más severos procesos actuales de de- costa atlántica de Río Negro - noreste de Chubut),
gradación / contaminación de las tierras, aguas registrándose para todos los departamentos de
superficiales y subterráneas (mapa 22.11) resul- Santa Cruz y Tierra del Fuego valores superiores
tan de las modalidades de uso del suelo vincu- al 85% de población urbana. Por el contrario, la
ladas a la explotación hidrocarburífera. Ejemplo estructura agraria de la región septentrional cen-
de ello es en el área XVII, la cuenca del río Chico tral de Chubut y Río Negro da paso progresiva-
(sector sur de los departamentos Sarmiento y Es- mente al minifundio ganadero y un incremento
calante en Chubut, al oeste de Comodoro Riva- de la densidad de población rural, o bien asenta-
davia) y la cuenca media / inferior del río Desea- da en centros urbanos de más de 2.000 habitantes
do (área septentrional del departamento Desea- pero cuya función regional, historia y habitantes
do, Santa Cruz). Igual situación se detecta para el se encuentran fuertemente ligados a actividades
área IV al sur del río Colorado en su tramo medio, agropecuarias. Así, por ejemplo, en el área homo-
mayormente situada en la provincia de Neuquén génea XXII, cinco departamentos con el 40% de la
en el eje Añelo - Rincón de los Sauces, al que se su- superficie están representados por población ex-
ma Catriel en Río Negro. Se añade el área costera clusivamente rural.
Tal distinción espacial de las variables, guarda
23 En los últimos años se vienen adoptando algunas me-
didas de mitigación y prevención; por ejemplo, en Chaltén también cierta lógica correlación con el dinamis-
(Santa Cruz), en Península de Valdés (Chubut) o en el ce- mo y la diversificación de la actividad económi-
rro Tronador (Río Negro). ca, en particular del turismo de gran escala para el
22 • La Patagonia 321

contexto regional, sesgo en parte otorgado por el En este aspecto, el área andina, económicamente
tipo de manejo de la cuestión ambiental en los in- más diversificada con el turismo como actividad
dicadores analizados, que está presente tanto en clave, coincide aproximadamente con el área ho-
el índice ICA como en el ICV. Ello confiere a es- mogénea X, entre San Martín de los Andes (Neu-
tos indicadores una especial utilidad para la pla- quén) y Futaleufú (Chubut). Si bien el área I (an-
nificación en esta rama de la actividad económi- dina norte) también resalta en el conjunto re-
ca regional. gional, lo hace con un índice menor que el caso

Mapa 22.12. Índice de calidad de vida. Patagonia, 2010.

Fuente: Fuente: elaboración personal sobre la base de Velázquez et al. (2014).


322 V • Análisis regional

anterior, en consonancia con el menor desarrollo Esta realidad se manifiesta particularmente en


turístico, tanto en términos de redes de infraes- la dualidad espacial que plasman los índices de
tructura y caminos como en materia de servicios calidad ambiental (mapa 22.11) y calidad de vi-
al turismo y su carácter mucho menos masivo. da (mapa 22.12), con relación a la contraposi-
En cambio, el área andina de hielos continentales ción de regiones dinámicas espacialmente perifé-
(área XIX) queda desdibujada en el conjunto de ricas y regiones retraídas y aisladas en el interior
elevados valores del índice generalizados para la del territorio patagónico. La red física de circu-
provincia de Santa Cruz, aspecto sobre el cual se lación carretera tiende a consolidar este modelo
vierten referencias específicas más adelante. dual, condicionando la recuperación de activida-
Por otra parte, el índice muestra correctamen- des históricas (como la ganadería ovina), así como
te cierta homogeneidad entre las áreas II, III, XI el surgimiento de nuevos potenciales en el mar-
en Neuquén y el sector occidental del área XII en co de actividades encadenadas que eficientemente
Río Negro, región antecordillerana, predominan- agreguen valor a la producción regional.
temente rural y con presencia significativa del mi- Por otra parte, se puede afirmar que, en corres-
nifundio ganadero. De igual modo, es adecuada pondencia con la expansión de la actividad petrole-
la representación de una continuidad relativa en- ra, se consolidó una estructura regional dependien-
tre los departamentos Confluencia y Genera Ro- te de la Pampa Húmeda, aquella parte del país don-
ca, con la salvedad de que, en estos casos, el mapa de la industrialización de la producción primaria
de áreas homogéneas diferencia el Alto Valle (área patagónica produjo el correspondiente valor agre-
VI) del resto de la extensión departamental, sien- gado y su respectivo efecto multiplicador. El otro
do éste el que otorga unidad al conjunto regional. factor de demanda ocupacional territorialmente
Su exclusión imposibilita unificar las áreas V y VII extendido fue el empleo público que sigue siendo
(mapa 22.7). un también llamado “factor de desarrollo”, aun-
que, por supuesto, no lo es. Es un pseudo factor de
REFLEXIONES FINALES: ACERCA DE poblamiento que tranquiliza las conciencias y faci-
LA PATAGONIA EN EL PRESENTE lita esquivar determinados cambios estructurales.
Esta estructura es la que se mantiene hasta nues-
El proceso de construcción del territorio ha esta- tros días y, a pesar de los esfuerzos distributivos
do dirigido, en distintos períodos históricos de del Estado nacional en estos últimos 12 años, ca-
auge y retracción, por actividades clave como la nalizados en diversas formas de inversión en in-
ganadería extensiva, la fruticultura en oasis de rie- fraestructura, principalmente de caminos (ru-
go, la producción energética, la minería y la explo- ta nacional n° 40) y energía (líneas de extra alta
tación de hidrocarburos, el turismo, etc. Las fallas tensión), a la que se suman otras inversiones pro-
estructurales en la organización regional de los di- metidas (Chihuido, Cepernic, Kirchner) y de be-
ferentes subsistemas de capital, las asimetrías de neficios sociales, la estructura económica depen-
poder entre grupos sociales, conjuntamente con diente está totalmente intacta. A poco que el in-
las deficiencias en el rol planificador del Estado vestigador se adentre en los mecanismos de la
(en sus distintas jurisdicciones) han consolidado reproducción ampliada del capital y, por ende, de
una malla regional de enclaves que poco han in- generación de valor, esto queda claro meridiana-
fluido en la difusión de verdaderas condiciones de mente. Esta es la región patagónica del pasado y
desarrollo. Sistemas de centros urbanos notable- del presente. La estructura regional del país, a pe-
mente jerarquizados y dependientes casi exclusi- sar de todos los beneficios sociales que implican
vamente de las actividades terciarias no se consti- un cambio en positivo muy notable, no deja de ser
tuyeron funcionalmente en términos del desarro- el mismo que en 1974, con un aspecto menos pro-
llo de cadenas de valor, sino de la maximización metedor que en esa época: el problema del colo-
sectorial de tasas de ganancias en sistemas oligop- nialismo interno, la discusión en torno a la nece-
sónicos y otros monopólicos de empresas, factor sidad de crear condiciones de fomento de nuevas
que pone en evidencia la persistencia histórica de actividades económicas sin fragmentar las rela-
un modelo extraccionista “colonial” de apropia- ciones interempresarias que hacen a la reproduc-
ción de recursos naturales y sus consecuencias so- ción ampliada del capital, tanto como la voluntad
ciales y ambientales. planificadora, existían. Ahora no.
23

REFLEXIONES FINALES

En este libro reflejamos los nuevos mapas de cali- que desciende la escala urbana también disminu-
dad de vida de los argentinos. Los resultados obte- yen algunos problemas ambientales pero también
nidos muestran que durante la primera década del lo hacen los recursos recreativos y las condiciones
XXI la calidad de vida ha mejorado sustancialmen- socioeconómicas, penalizando así a aquellos ar-
te, principalmente en lo que respecta a las dimen- gentinos que viven en pueblos pequeños y a la po-
siones educación y salud. También se exhiben al- blación rural dispersa. Otro factor que se mostró
gunos progresos en los recursos recreativos social- tradicionalmente muy fuerte es la riqueza gene-
mente construidos. Estas mejoras tuvieron mayor rada (PBG); en general las regiones con mayor ri-
peso relativo en los territorios que habían partido queza coincidían con las áreas de mayor bienestar
de situaciones relativamente más desfavorables, ge- relativo. Pues bien, esta relación se ha desdibuja-
nerando así un proceso de cierta convergencia entre do parcialmente en la argentina del 2010. Por un
la población residente en las diferentes regiones. lado provincias tradicionalmente “pobres” han
Esto no significa que los diferenciales de calidad mejorado su desempeño en este aspecto y, por
de vida no persistan. Lo hacen, pero en menor el otro, por la mayor acción del Estado, los con-
magnitud que la que habían mostrado en análi- textos “pobres” han recibido proporcionalmente
sis previos, referidos a los años 2001, 1991 y 1980. mayores recursos, lo cual ha contribuido a miti-
Respecto de los factores más significativos de di- gar la adversidad y achicar las brechas preexisten-
ferenciación tenemos que la dinámica migrato- tes. El cruce de categorías muestra, asimismo, que
ria, a diferencia de lo observado en el pasado, no los argentinos que residen en ciudades interme-
muestra mayor relación con la calidad de vida. La dias y en las regiones más favorecidas (Patagóni-
centralidad y accesibilidad sigue constituyendo ca, Pampeana) están claramente en mejor situa-
un factor consistente, favoreciendo a los argenti- ción que los que lo hacen en pueblos pequeños y
nos que residen cerca de las capitales provinciales como población rural dispersa en las regiones aún
o regionales y perjudicando a los más aislados. La más postergadas (NEA, NOA).
escala urbana también constituye un factor insos- Los resultados obtenidos generan cierto opti-
layable: las ciudades intermedias son el escenario mismo respecto de cómo podrían llegar a ser los
más propicio para un mayor bienestar; por enci- futuros mapas de calidad de vida. La situación es
ma de esa escala, las ciudades grandes sufren pro- considerablemente distinta de la que habíamos
blemas ambientales y otros propios de las deseco- encontrado en los análisis anteriores, particular-
nomías de aglomeración que tienen a perjudicar mente respecto de los estudios correspondientes
su calidad de vida; por el otro extremo, a medida a la Argentina del 2001.
24

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25

ANEXO ESTADÍSTICO


Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
336
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
0 Comuna 01 205886 6,19 1 4,26 23,56 8,11 24,98 2,22 25,95 3,75 9,00 7,13 7,52 8,28
0 Comuna 02 157932 6,19 1 1,42 42,27 8,11 6,21 0,34 7,80 3,75 9,00 7,13 8,56 8,28
0 Comuna 03 187537 6,19 1 3,44 17,79 8,11 18,92 1,11 21,16 3,75 9,00 7,13 7,57 8,28
0 Comuna 04 218245 6,19 1 6,50 9,36 8,11 29,96 1,62 27,46 3,75 9,00 7,13 7,07 8,28
0 Comuna 05 179005 6,19 1 2,70 22,37 8,11 12,58 0,56 13,34 3,75 9,00 7,13 7,90 8,28
0 Comuna 06 176076 6,19 1 1,86 29,20 8,11 7,79 0,25 7,78 3,75 9,00 7,13 8,22 8,28
0 Comuna 07 220591 6,19 1 4,34 16,43 8,11 24,13 0,95 19,20 3,75 9,00 7,13 7,48 8,28
0 Comuna 08 187237 6,19 1 8,98 4,05 8,11 43,00 1,60 31,70 3,75 9,00 7,13 6,66 8,28
0 Comuna 09 161797 6,19 1 4,68 9,81 8,11 23,38 0,81 14,78 3,75 9,00 7,13 7,39 8,28
0 Comuna 10 166022 6,19 1 2,97 14,95 8,11 17,77 0,44 10,65 3,75 9,00 7,13 7,68 8,28
0 Comuna 11 189832 6,19 1 2,47 19,02 8,11 12,22 0,46 8,04 3,75 9,00 7,13 7,90 8,28
0 Comuna 12 200116 6,19 1 2,24 22,75 8,11 10,42 0,29 7,94 3,75 9,00 7,13 8,02 8,28
0 Comuna 13 231331 6,19 1 1,41 37,08 8,11 6,17 0,25 6,57 3,75 9,00 7,13 8,46 8,28
0 Comuna 14 225970 6,19 1 1,53 40,19 8,11 6,97 0,27 8,11 3,75 9,00 7,13 8,50 8,28
0 Comuna 15 182574 6,19 1 2,98 20,39 8,11 14,56 0,70 12,63 3,75 9,00 7,13 7,83 8,28
1 Capital (Mza) 105818 115041 8,72 2 6,36 22,85 9,16 25,11 0,94 13,94 7,50 9,25 7,87 8,16 8,14
2 Vicente López 272035 269420 -0,96 1 3,43 20,82 7,05 14,64 0,36 9,57 4,00 9,25 7,64 8,06 8,27
3 Ushuaia 44686 56956 27,46 3 4,37 10,45 8,05 19,50 1,03 21,92 9,20 7,75 7,95 7,95 8,20
4 San Isidro 289870 292878 1,04 1 5,18 19,20 8,66 19,62 0,85 14,18 4,85 9,50 7,81 7,94 8,00
5 Lago Argentino 6580 18864 186,69 5 6,07 15,35 5,00 17,33 1,40 27,41 9,45 6,00 7,88 7,91 8,23
VI

6 Capital (SJ) 111286 109123 -1,94 2 5,49 16,56 10,16 27,75 1,20 14,78 7,15 8,25 7,91 7,82 8,00
7 Yerba Buena 63528 75076 18,18 2 9,05 16,57 9,77 25,01 2,33 22,27 8,25 9,00 7,54 7,79 7,35
8 CABA 2721735 2890151 6,19 1 4,54 19,44 8,11 22,89 0,80 19,04 3,75 9,00 7,13 7,74 8,28
9 Los Lagos 7788 11998 54,06 5 9,31 12,10 10,37 28,86 1,62 16,30 9,95 6,88 7,82 7,71 8,04
10 General Pueyrredón 551558 618989 12,23 2 9,28 7,77 10,21 24,99 0,72 20,90 8,75 8,25 7,56 7,60 8,13
11 Bariloche 106576 133500 25,26 3 10,59 9,98 7,76 30,84 3,34 22,74 9,25 8,50 7,46 7,58 7,48
12 Saavedra 19363 20749 7,16 4 9,70 5,01 9,09 18,69 0,31 9,76 6,70 5,38 8,95 7,58 7,71
13 Tornquist 11594 12723 9,74 5 12,26 5,00 2,08 25,93 1,01 16,85 8,25 4,13 9,07 7,57 8,13
14 Tandil 107220 123871 15,53 3 9,15 8,85 9,67 25,30 0,72 19,45 8,40 6,63 8,09 7,56 7,67
15 Rivadavia (SJ) 75523 82641 9,42 2 8,01 10,31 9,46 34,10 2,04 23,08 9,35 6,63 8,29 7,56 7,60
16 Adolfo Alsina (RN) 50081 57678 15,17 3 11,36 9,18 7,96 30,41 1,22 24,39 7,25 7,38 8,63 7,50 8,18
17 Capital (Cba) 1271104 1329604 4,60 1 7,96 13,06 11,04 30,85 1,23 24,18 8,00 9,13 6,96 7,48 7,73
18 Luján de Cuyo 103337 119888 16,02 2 13,79 11,62 12,56 31,34 2,03 23,61 9,85 7,00 7,94 7,44 7,56
19 Punilla 146680 178401 21,63 3 8,70 8,45 9,04 37,61 1,42 24,01 8,50 7,25 8,20 7,43 7,79
20 Puán 16070 15743 -2,03 5 14,22 4,53 10,14 18,12 0,24 9,43 7,35 4,13 9,08 7,42 7,96
21 Lácar 23806 29748 24,96 4 10,29 11,92 9,41 33,48 2,91 23,04 9,90 6,38 7,52 7,42 7,83
22 Junín (SL) 19652 28933 47,23 5 11,22 6,73 8,53 47,09 1,77 24,38 9,05 6,63 9,28 7,42 7,17
23 Godoy Cruz 181320 191903 5,84 2 7,64 12,24 9,68 28,22 0,88 20,40 6,50 6,63 7,90 7,39 7,51
24 Capital (LP) 95538 105312 10,23 3 9,56 9,78 9,02 25,82 0,54 20,61 5,00 6,75 8,78 7,39 7,61
25 Magallanes 6139 9202 49,89 5 10,36 7,33 11,32 13,71 1,80 16,40 6,60 5,00 8,58 7,38 8,07
26 La Capital (SL) 167209 204019 22,01 3 10,41 9,35 12,60 37,34 1,43 26,90 8,25 7,94 8,41 7,37 7,52
27 Lago Buenos Aires 6059 8750 44,41 5 13,52 6,16 5,00 17,63 1,62 21,36 7,50 4,75 8,28 7,36 7,87
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
28 Biedma 57031 82883 45,33 3 10,08 7,65 10,03 25,64 1,18 31,40 7,50 6,50 8,61 7,34 7,76
29 Corpen Aike 7634 11093 45,31 5 8,74 6,22 12,89 14,83 1,76 16,61 7,35 4,88 8,29 7,33 8,45
30 Paraná 316819 339930 7,29 2 11,63 8,74 10,39 27,31 1,24 22,35 8,00 7,38 7,51 7,33 6,59
31 Güer Aike 91410 113267 23,91 3 9,04 7,52 10,33 14,02 1,02 23,20 5,95 6,50 7,85 7,31 8,26
32 Futaleufú 36583 43076 17,75 4 16,11 6,84 7,10 31,02 2,85 26,76 9,50 6,50 8,04 7,31 7,14
33 La Plata 560274 654324 16,79 2 7,83 15,94 11,70 28,63 1,41 20,26 3,55 8,38 7,92 7,28 7,52
34 Necochea 87646 92933 6,03 3 11,37 5,42 12,10 31,74 0,55 20,61 9,10 6,13 8,04 7,28 7,91
35 Río Grande 53815 70042 30,15 3 6,12 6,58 5,58 21,94 1,02 20,98 4,80 6,13 7,94 7,27 8,45
36 Pinamar 19318 25728 33,18 4 8,68 9,07 10,70 41,16 0,72 31,21 8,10 7,13 8,42 7,26 7,45
37 Uruguay 93169 100728 8,11 3 13,89 6,67 10,08 31,08 1,35 22,56 8,75 5,75 8,31 7,26 7,55
38 Tres Arroyos 56477 57110 1,12 4 10,45 5,89 8,44 22,00 0,93 19,35 5,70 6,25 8,19 7,26 8,16
39 Río Chico (Scr) 2846 5158 81,24 5 13,05 6,94 5,00 14,89 0,78 28,03 6,00 5,50 8,09 7,25 8,18
40 Trenque Lauquen 39518 43021 8,86 4 11,27 6,92 10,21 14,61 0,50 21,96 5,25 5,50 8,52 7,24 7,57
41 Calamuchita 43390 54730 26,14 5 13,22 6,87 10,55 37,12 2,02 24,33 9,00 6,25 8,39 7,23 7,69
42 Santa María (Cba) 83476 98188 17,62 4 12,05 6,77 9,07 36,46 2,46 28,11 8,50 7,25 7,97 7,21 7,12
43 Olavarría 101465 111708 10,10 3 9,27 5,45 10,16 12,71 0,51 19,59 5,50 5,25 8,00 7,20 7,48
44 Capital (LR) 145130 180995 24,71 3 8,04 7,72 14,06 35,09 2,31 35,31 8,35 8,25 7,90 7,18 7,42
Coronel de Marina Leonardo
45 59268 62152 4,87 3 5,36 5,10 11,11 18,34 0,38 17,41 5,33 4,63 8,28 7,17 8,84
Rosales
46 Capital (Cat) 139594 159703 14,41 3 7,93 9,20 14,39 35,17 2,33 30,97 8,15 8,38 7,45 7,16 7,27
47 Escalante 141807 186583 31,58 3 8,35 6,98 9,91 22,51 2,12 26,22 5,70 6,13 8,15 7,14 7,90
48 Rosario 1108212 1193605 7,71 1 10,07 9,37 10,96 29,56 1,51 23,52 6,25 8,63 6,86 7,13 6,59
49 Cafayate 11616 14850 27,84 5 12,99 3,42 14,91 14,86 5,28 42,13 8,75 6,50 8,83 7,12 6,80
50 Capital (Sal) 467060 536113 14,78 2 8,26 7,98 12,68 39,08 2,81 33,09 8,25 8,63 7,39 7,11 6,68
25 • Anexo estadístico

51 Bahía Blanca 281718 301572 7,05 3 7,92 8,59 10,59 25,55 0,87 17,82 4,00 7,13 7,71 7,10 8,07
52 La Capital (Sfe) 484056 525093 8,48 2 8,73 8,42 10,70 34,23 1,25 24,13 6,75 8,00 7,01 7,09 7,28
53 Rawson (Chu) 113614 131313 15,58 3 11,82 6,79 9,39 26,07 1,58 23,50 5,45 5,75 8,45 7,07 7,80
54 Azul 61573 65280 6,02 3 11,12 5,85 12,21 26,88 0,59 21,14 6,80 5,88 7,93 7,07 7,49
55 Rauch 14273 15176 6,33 5 14,73 4,62 7,06 22,17 0,42 19,63 4,35 5,25 8,77 7,06 7,58
56 Monte Hermoso 5454 6499 19,16 5 8,60 6,21 16,95 32,81 0,92 27,47 8,20 5,13 8,75 7,05 8,51
57 Río Cuarto 227533 246393 8,29 3 14,46 8,80 10,31 24,81 1,39 19,13 5,00 6,25 8,00 7,03 7,51
58 General San Martín (Cba) 114258 127454 11,55 3 12,93 6,65 13,71 27,34 1,18 20,86 5,75 7,13 7,97 7,02 7,50
59 Valle Viejo 23599 27242 15,44 3 10,30 5,84 10,60 35,03 2,75 33,22 8,00 6,63 7,98 7,02 7,40
60 Coronel Suárez 36520 38320 4,93 4 14,11 4,25 9,74 19,91 0,49 11,96 4,35 4,75 8,52 7,02 7,17
61 San Rafael 171402 188018 9,69 3 17,24 5,49 10,41 35,73 4,08 24,21 8,00 6,75 8,25 7,01 6,96
62 Gualeguaychú 100537 109461 8,88 3 13,91 5,20 10,96 34,43 0,99 24,60 7,10 5,88 8,44 7,01 7,11
63 Villa Gesell 23272 31730 36,34 4 9,44 6,32 10,88 43,10 0,91 31,52 8,00 6,13 8,28 7,01 6,74
64 Morón 305662 321109 5,05 1 6,77 9,84 11,33 27,18 0,80 15,14 2,00 7,63 7,73 7,00 7,45
65 Caleu Caleu 2070 2313 11,74 6 16,34 2,31 7,00 37,66 0,43 23,82 6,50 6,25 8,67 7,00 7,26
66 Las Heras 182101 203666 11,84 2 12,29 5,21 10,48 40,27 2,15 30,35 8,75 7,00 7,67 7,00 7,07
67 Tigre 300340 376381 25,32 1 10,56 7,81 12,36 34,60 2,37 29,29 6,75 8,25 7,38 6,99 6,33
68 Laprida 9546 10210 6,96 5 15,97 3,85 9,73 15,11 1,44 22,84 4,75 5,25 8,66 6,99 7,82
337
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
338
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
69 Sanagasta 2137 2345 9,73 5 10,31 3,22 7,00 31,56 5,88 32,84 8,85 3,13 9,06 6,99 7,99
70 Las Colonias 94498 104946 11,06 4 10,89 4,63 7,63 25,32 0,99 17,22 4,50 5,88 7,82 6,99 7,89
71 San Antonio (RN) 23799 29284 23,05 5 13,33 5,00 10,40 35,53 1,10 27,15 6,50 5,25 9,08 6,98 7,62
72 Junín (Bue) 87051 90305 3,74 3 9,41 6,56 11,33 22,91 1,26 18,69 5,25 5,00 7,96 6,98 7,16
73 Benito Juárez 19157 20239 5,65 5 12,52 4,50 9,16 25,22 0,96 17,25 5,00 4,88 8,43 6,98 7,89
74 Malargüe 22411 27660 23,42 4 18,81 3,71 11,88 38,48 5,96 29,77 8,85 7,25 8,74 6,98 6,63
75 Pichi Mahuida 13915 14107 1,38 5 15,37 4,54 6,00 37,31 1,39 20,10 5,25 4,63 9,30 6,97 7,27
76 Guaymallén 249815 283803 13,61 2 11,73 7,99 9,40 36,97 1,62 24,78 5,75 6,50 8,09 6,97 7,03
77 Punta Indio 9177 9888 7,75 5 12,23 4,76 6,91 24,44 1,18 16,66 4,50 3,50 8,82 6,96 7,78
78 La Costa 59477 69633 17,08 4 9,58 4,98 12,22 43,28 0,76 29,06 8,50 5,25 8,44 6,96 6,88
79 Ituzaingó (Bue) 156268 167824 7,39 1 6,98 8,23 8,56 29,30 0,94 18,92 2,00 7,00 8,00 6,95 7,07
80 Guaminí 11114 11826 6,41 5 15,21 3,62 7,01 20,84 0,38 13,55 5,00 3,25 8,52 6,94 7,41
81 Deseado 72173 107630 49,13 3 11,43 5,60 10,33 18,60 1,57 31,59 6,10 4,50 8,26 6,93 7,94
82 Toay 9106 12409 36,27 3 12,86 7,66 7,07 31,77 0,87 24,99 4,35 4,63 8,89 6,92 7,25
83 Capital (Mis) 281716 324756 15,28 3 13,74 8,23 14,34 37,26 3,14 29,37 6,80 8,00 7,94 6,92 6,58
84 Balcarce 41499 43823 5,60 4 16,54 5,59 8,62 28,07 1,46 24,42 6,00 5,00 8,48 6,92 7,13
85 San Blas de los Sauces 4040 3927 -2,80 5 15,09 2,07 7,00 39,90 2,72 32,80 9,00 4,38 8,83 6,92 7,44
86 Colón (ER) 52271 62160 18,92 5 14,91 4,35 13,22 32,06 1,65 24,60 7,75 5,25 8,42 6,92 7,44
87 Confluencia 311542 362673 16,41 2 10,46 8,60 7,72 33,11 1,76 26,87 4,00 7,50 7,65 6,92 7,42
88 Maracó 54235 59024 8,83 3 11,55 9,15 15,61 31,67 0,44 19,67 4,00 6,13 8,78 6,92 7,43
VI

89 Alberti 10277 10654 3,67 5 12,81 4,76 6,00 23,76 0,38 13,87 3,65 3,38 8,67 6,91 8,16
90 Cushamen 16745 20919 24,93 5 20,80 5,75 7,00 46,32 4,33 28,77 9,80 5,50 8,34 6,91 6,05
91 San Fernando (Bue) 149954 163240 8,86 1 9,84 6,72 15,43 32,29 1,84 28,94 6,75 8,25 7,19 6,91 6,68
92 La Caldera 5623 7763 38,06 5 12,26 11,44 12,79 37,51 6,42 33,85 8,25 5,25 8,45 6,90 6,40
93 General Alvarado 33745 39594 17,33 4 13,92 4,49 12,82 37,03 0,95 27,22 8,00 5,63 8,27 6,90 7,77
94 Adolfo Alsina (Bue) 15813 17072 7,96 5 14,61 4,20 11,46 23,80 0,76 16,53 5,35 3,88 8,73 6,89 7,44
95 San Antonio de Areco 21068 23138 9,83 5 12,29 5,49 6,86 22,10 0,70 21,04 3,15 4,75 8,51 6,89 7,57
96 Diamante 43020 46361 7,77 5 16,34 6,33 11,38 32,83 1,27 19,55 7,25 5,38 7,81 6,89 6,39
97 Dr. Manuel Belgrano 235664 265249 12,55 3 9,39 7,36 13,33 41,36 2,93 28,16 8,00 5,38 8,17 6,88 6,92
98 Santa Lucía 43449 48087 10,67 2 10,90 7,01 8,58 41,82 2,51 28,27 5,85 5,75 8,56 6,88 7,17
99 Castro Barros 4307 4268 -0,91 6 10,08 3,21 7,00 33,48 1,59 30,18 6,35 3,88 8,82 6,88 8,09
100 Chascomús 37989 42277 11,29 4 9,98 5,71 6,55 26,83 0,66 23,18 4,25 3,75 8,50 6,87 7,00
101 General La Madrid 10823 10783 -0,37 5 14,84 4,49 11,06 27,26 0,60 19,57 5,00 4,75 8,66 6,86 7,76
102 Iglesia 6280 9099 44,89 5 12,46 4,24 14,12 37,50 5,87 26,79 9,10 4,63 8,64 6,85 6,44
103 Coronel Dorrego 16426 15825 -3,66 5 12,52 3,73 6,48 31,63 0,59 15,64 4,50 3,88 8,51 6,85 7,52
104 General Roca (RN) 279700 320921 14,74 2 14,82 6,84 9,35 32,75 2,41 27,31 5,00 5,50 8,75 6,84 7,40
105 Sarmiento (Chu) 8435 11396 35,10 5 13,31 3,98 9,02 25,85 2,24 28,97 5,75 4,75 8,50 6,84 7,32
106 Victoria 33522 35767 6,70 4 16,18 4,18 12,52 37,13 1,92 27,41 8,00 5,50 8,36 6,83 6,17
107 Federación 59840 68736 14,87 4 21,12 3,14 11,20 38,44 2,75 31,11 9,50 5,38 8,54 6,83 6,93
108 Fray Mamerto Esquiú 10657 11896 11,63 3 8,04 4,32 10,87 32,17 2,54 32,07 7,00 3,75 8,67 6,83 7,51
109 Carlos Tejedor 11396 11570 1,53 5 16,35 3,43 6,00 24,75 0,67 21,73 4,50 4,63 8,34 6,83 6,73
110 Caseros 78420 82100 4,69 4 11,60 4,93 8,80 23,38 0,86 16,32 3,50 5,25 7,81 6,82 7,57
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
111 Tercero Arriba 105933 109554 3,42 4 14,89 5,65 13,32 28,10 0,78 16,53 5,50 5,75 7,78 6,82 7,52
112 Chamical 13300 14160 6,47 5 13,02 4,63 16,90 39,74 3,33 32,39 8,45 5,75 8,84 6,82 7,32
113 General Pedernera 110291 125899 14,15 3 12,72 5,97 11,50 35,79 1,38 24,96 5,55 6,00 8,21 6,81 7,11
114 San Fernando (Cha) 362163 390874 7,93 2 12,99 7,99 9,68 45,35 3,67 31,37 7,25 7,88 7,27 6,81 6,57
115 Patagones 27711 30207 9,01 3 17,28 5,40 7,27 39,63 2,35 30,19 6,35 5,50 8,66 6,80 7,16
116 Unión 98901 105727 6,90 4 15,81 5,13 7,52 30,22 1,59 19,78 4,75 5,38 8,02 6,80 7,11
117 Tapalqué 8192 9178 12,04 5 14,50 3,15 7,65 26,41 0,47 19,38 4,50 3,63 8,71 6,80 6,90
118 Atreucó 10048 10153 1,04 5 14,87 3,80 7,00 31,91 0,33 13,91 3,25 4,25 8,89 6,80 7,63
119 Bolívar 31936 34190 7,06 4 13,65 4,27 11,09 31,30 0,77 17,99 4,50 5,00 8,56 6,80 7,03
120 Minas (Nqn) 6973 7234 3,74 5 23,83 4,00 7,30 32,18 5,79 30,55 8,60 6,00 7,97 6,79 6,63
121 Presidente Roque Sáenz Peña 34378 36282 5,54 4 17,70 4,69 7,41 31,81 1,03 20,64 5,50 4,50 8,35 6,79 6,57
122 Famatina 6355 5863 -7,74 5 11,97 1,91 9,01 39,64 1,40 30,68 8,40 2,88 8,85 6,78 7,36
123 Mar Chiquita 17626 21279 20,73 4 11,83 4,04 6,00 29,17 0,44 25,81 6,00 3,50 7,88 6,77 7,53
124 San Carlos (Sal) 7149 7016 -1,86 5 22,74 1,54 8,46 25,86 9,89 45,51 9,00 5,38 9,36 6,77 5,15
125 Capital (Sgo) 242051 267125 10,36 3 11,67 6,09 11,30 41,56 3,54 30,54 6,65 7,13 7,73 6,77 6,92
126 Colón (Cba) 168338 225151 33,75 1 10,61 8,66 11,15 35,67 1,80 28,89 6,85 5,13 7,44 6,76 7,18
127 Luján 90773 106273 17,08 3 11,10 6,65 10,44 29,06 1,09 22,39 3,25 5,50 8,27 6,76 7,68
128 Chacabuco (SL) 18296 20744 13,38 5 20,44 3,78 11,05 43,41 3,05 24,93 8,05 5,25 8,76 6,76 6,89
129 Arauco 13695 15418 12,58 5 15,37 2,95 8,64 38,90 3,98 35,12 8,20 5,25 8,35 6,75 6,64
130 Bragado 39800 41336 3,86 4 12,10 4,43 12,63 22,41 1,00 19,79 3,95 4,75 8,31 6,75 7,08
131 Ayacucho (Bue) 19398 20337 4,84 5 13,42 4,92 7,98 28,49 0,64 24,45 4,50 3,88 8,55 6,75 7,70
132 Castellanos 161051 178092 10,58 3 12,06 5,88 9,31 25,71 1,21 22,38 3,50 6,25 7,51 6,74 7,74
133 Chilecito 42017 49432 17,65 4 11,97 4,86 12,95 38,64 3,28 36,84 8,90 4,13 8,57 6,74 6,97
134 Guatraché 9249 8831 -4,52 5 17,64 3,21 7,00 35,16 5,33 10,10 5,00 3,63 8,97 6,74 7,06
25 • Anexo estadístico

135 Capital (Tuc) 523466 548866 4,85 2 10,38 10,44 12,87 30,26 2,63 27,10 6,00 4,75 7,56 6,74 7,10
136 Realicó 15166 16227 7,00 5 14,57 5,72 8,19 33,23 0,73 17,55 2,85 4,38 9,01 6,74 7,22
137 General López 180572 191024 5,79 3 12,60 5,11 11,80 29,25 1,48 20,20 4,25 6,25 7,73 6,74 7,43
138 San Javier (Cba) 48343 53520 10,71 4 15,23 5,17 16,75 50,77 3,88 30,79 9,00 6,50 8,64 6,73 6,56
139 San Cayetano 8052 8399 4,31 5 12,69 4,13 15,43 25,74 0,48 19,34 5,00 4,13 8,61 6,73 7,96
140 Lincoln 40685 41808 2,76 4 13,46 4,59 15,15 29,04 0,70 20,70 4,35 4,88 8,81 6,71 6,90
141 San Jerónimo 75566 80840 6,98 5 14,69 3,37 11,47 32,03 1,86 23,40 7,25 5,13 7,49 6,71 6,83
142 Marcos Juárez 99023 104205 5,23 4 14,94 5,58 8,46 26,50 1,04 15,55 3,25 4,63 8,09 6,71 6,95
143 Tunuyán 41819 49458 18,27 4 18,96 3,75 9,96 43,10 4,70 33,38 7,85 6,75 8,28 6,71 6,77
144 Maipú (Bue) 10037 10188 1,50 5 13,74 4,02 6,33 26,06 0,82 23,75 3,75 4,25 8,23 6,71 7,10
145 Río Segundo 95167 103718 8,99 4 15,83 4,55 7,81 31,75 1,30 18,83 4,75 4,75 7,98 6,71 7,40
146 Paclín 4248 4185 -1,48 6 15,63 1,79 9,05 34,36 3,58 33,74 8,10 3,44 8,85 6,71 7,83
147 Colón (Bue) 22989 24890 8,27 4 13,50 4,06 13,31 27,32 0,69 19,75 4,25 5,13 8,32 6,70 6,98
148 Juárez Celman 54967 61078 11,12 5 15,86 5,33 9,89 28,24 1,40 19,36 4,25 4,88 8,15 6,70 7,59
149 Quemú Quemú 8661 8663 0,02 5 15,10 5,19 8,98 30,81 0,33 12,95 3,00 3,88 8,72 6,70 7,59
150 Capital (Corr) 325989 358223 9,89 2 11,31 8,66 18,42 44,82 2,73 33,91 7,25 8,31 7,51 6,70 5,82
151 Gualeguay 47553 51883 9,11 4 18,58 3,84 10,97 36,21 1,76 28,62 7,35 5,25 8,19 6,70 6,52
152 Gaiman 9383 11141 18,74 5 16,61 3,94 8,25 30,73 2,77 27,52 4,75 4,38 8,99 6,69 7,14
339
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
340
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
153 Iriondo 64506 66675 3,36 4 11,69 4,26 9,68 24,70 1,43 18,11 3,25 5,13 7,84 6,69 7,36
154 Tres Lomas 7364 8700 18,14 5 14,48 4,03 12,23 15,76 1,09 13,16 2,25 2,88 9,15 6,69 8,03
155 Pergamino 98596 104590 6,08 3 11,03 5,61 16,42 30,76 1,25 20,63 5,00 6,13 7,73 6,69 7,03
156 San Carlos (Mza) 28197 32631 15,73 5 21,32 3,06 9,86 43,56 4,78 30,31 8,00 6,25 8,49 6,68 6,85
157 Saladillo 29345 32103 9,40 4 13,67 4,79 4,52 28,55 0,50 21,44 3,50 3,00 8,50 6,68 6,48
158 Mercedes (Bue) 58291 63284 8,57 3 9,98 7,20 14,76 26,38 1,19 21,30 4,25 4,00 8,33 6,68 7,52
159 Utracán 14240 14839 4,21 5 18,07 3,98 16,75 36,92 0,44 18,82 5,00 5,13 9,37 6,68 7,44
160 Adolfo Gonzales Chaves 11941 12047 0,89 5 12,35 4,38 13,23 28,22 0,47 16,67 3,75 3,50 8,92 6,68 7,83
161 San Nicolás 136624 145857 6,76 3 9,30 5,55 12,29 26,32 1,10 21,51 4,35 5,25 7,40 6,68 6,56
162 San Justo (Cba) 188310 206307 9,56 3 14,91 5,68 9,40 28,06 1,32 17,99 3,75 5,25 7,77 6,68 7,44
163 Coronel Felipe Varela 9894 9648 -2,49 5 15,30 3,93 7,00 46,43 6,75 28,46 6,30 5,38 8,91 6,68 6,80
164 Ramallo 28995 33042 13,96 5 12,38 3,36 11,14 26,14 1,63 25,10 5,00 5,13 7,79 6,67 6,17
165 Puelén 7623 9468 24,20 5 17,78 3,97 9,37 35,55 3,38 33,97 4,85 5,25 9,45 6,67 7,10
166 Chapaleufú 10748 11620 8,11 5 15,34 4,44 10,85 32,38 0,74 19,84 3,25 4,88 8,88 6,66 7,30
167 Chos Malal 13997 15256 8,99 5 16,01 5,61 6,94 39,23 3,70 28,04 6,10 5,88 7,66 6,66 7,12
168 Constitución 82425 86910 5,44 4 11,69 3,78 11,54 25,76 1,39 21,27 4,00 5,38 7,74 6,66 7,54
169 Salliqueló 8564 8644 0,93 5 14,92 5,33 6,00 20,62 0,21 11,79 2,00 2,25 8,52 6,65 7,83
170 Trenel 5266 5426 3,04 5 15,27 5,32 13,70 35,31 0,68 13,95 3,00 4,75 9,10 6,64 7,36
171 Salto 28833 32653 13,25 4 14,54 4,34 11,58 29,43 1,11 24,52 5,00 4,38 8,35 6,64 6,76
172 General Alvear (Bue) 9093 11130 22,40 5 17,72 2,96 9,11 21,03 0,78 19,79 3,75 3,75 8,48 6,64 6,62
VI

173 Tres de Febrero 334871 340071 1,55 1 7,57 6,45 11,41 30,56 0,80 19,25 2,00 6,50 7,46 6,64 7,22
174 Las Flores 23292 23871 2,49 4 12,66 4,13 10,76 28,82 1,39 22,35 4,50 3,63 8,48 6,63 7,18
175 Aluminé 6134 8306 35,41 5 19,04 4,99 6,22 45,51 4,98 31,66 8,00 5,00 8,11 6,63 5,96
176 Belgrano (Sfe) 41258 44788 8,56 5 13,14 3,92 7,07 24,12 1,17 18,47 3,00 4,50 7,71 6,63 7,62
177 Metán 38704 40351 4,26 4 17,70 3,53 10,92 46,64 5,67 35,24 8,25 6,44 8,33 6,63 5,80
178 Pehuajó 38096 39776 4,41 4 12,82 4,84 11,52 28,44 0,61 24,61 3,85 5,00 8,14 6,62 6,53
179 Maipú (Mza) 152944 172332 12,68 2 16,88 4,41 10,58 41,00 3,14 28,29 6,10 6,25 8,12 6,62 6,75
180 San Alberto 31482 37004 17,54 5 16,11 3,37 13,39 52,19 5,64 37,90 9,00 6,50 8,62 6,61 6,45
181 San Martín (Sfe) 60208 63842 6,04 5 14,35 4,67 7,66 24,39 1,34 16,14 3,00 4,25 7,77 6,61 7,87
182 Coronel Pringles (Bue) 23305 22933 -1,60 4 14,99 4,13 10,42 31,98 0,75 20,01 4,50 3,63 8,53 6,61 7,07
183 9 de Julio (Bue) 45457 47722 4,98 4 12,88 4,98 10,05 28,76 0,52 19,17 3,35 3,63 8,41 6,60 6,88
184 Rivadavia (Mza) 52366 56373 7,65 4 20,59 3,85 8,76 38,74 3,12 27,05 5,50 6,25 8,24 6,60 7,04
185 Andalgalá 16936 18132 7,06 5 16,27 3,05 12,63 46,64 4,68 36,50 8,10 5,63 8,76 6,59 6,93
186 Palpalá 48145 52631 9,32 3 12,85 2,66 13,87 41,51 2,49 32,08 7,00 6,25 7,93 6,58 6,37
187 Baradero 29167 32761 12,32 4 10,44 3,95 9,90 23,56 1,41 22,71 3,10 3,75 8,18 6,58 6,76
188 Lobería 16876 17523 3,83 5 15,96 4,20 13,39 32,75 0,96 23,84 5,05 4,38 8,52 6,57 7,67
189 Rojas 22572 23432 3,81 5 12,56 4,67 12,05 26,11 0,87 17,40 2,75 4,25 8,25 6,57 6,91
190 Rawson (SJ) 107518 114368 6,37 2 12,09 3,46 9,08 44,79 3,16 31,13 5,25 6,13 8,17 6,57 7,02
191 Junín (Mza) 34878 37859 8,55 3 19,77 3,32 9,77 35,38 2,77 25,36 4,60 5,75 8,51 6,56 7,33
192 Tafí del Valle 13767 14933 8,47 5 23,35 2,15 12,61 47,67 8,20 29,29 8,10 6,25 9,15 6,56 6,27
193 Pellegrini (Bue) 5945 5887 -0,98 5 13,96 4,91 7,49 24,14 0,73 20,15 2,00 3,50 8,45 6,56 7,66
194 Apóstoles 37784 42249 11,82 4 24,06 2,94 8,59 41,12 5,05 32,07 7,00 5,75 8,70 6,56 5,80
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
195 Conhelo 14448 14077 -2,57 5 16,17 4,61 10,45 39,13 0,33 14,01 2,50 4,63 8,91 6,56 7,32
196 Tala 25617 25665 0,19 5 18,09 3,38 8,92 40,03 1,61 26,05 6,00 4,25 8,44 6,55 6,77
197 Ambato 4491 4463 -0,62 6 14,39 3,13 22,99 30,63 4,10 29,17 8,25 4,38 8,74 6,55 7,76
198 General Villegas 28826 30864 7,07 5 15,91 4,71 9,75 31,50 1,79 23,82 4,75 4,38 8,01 6,55 7,14
199 Hucal 7643 7540 -1,35 5 18,11 2,89 12,93 35,90 0,33 9,15 3,10 3,38 9,37 6,54 7,49
200 Lihuel Calel 520 439 -15,58 6 19,41 3,62 7,00 31,89 1,37 7,74 2,65 1,50 9,48 6,54 7,34
201 General Paz (Bue) 10224 11202 9,57 5 13,66 3,02 7,92 28,17 0,64 22,92 3,60 2,75 8,62 6,54 7,12
202 Navarro 15655 17054 8,94 5 17,65 3,09 5,41 29,84 0,99 26,29 4,60 3,00 8,37 6,53 7,38
203 San Pedro (Juj) 70828 75037 5,94 3 15,36 2,71 8,00 36,68 7,16 38,38 7,10 5,38 8,05 6,52 6,33
204 Arrecifes 27038 29044 7,42 4 13,44 3,75 12,30 34,11 1,25 19,52 5,00 3,75 8,10 6,52 6,96
205 Tafí Viejo 107857 121638 12,78 2 12,91 3,22 14,12 37,99 3,95 33,13 6,85 5,63 7,96 6,52 6,78
206 Daireaux 15662 16889 7,83 5 14,23 4,32 6,11 29,24 0,46 22,74 2,45 3,00 8,65 6,52 6,98
207 Pomán 9514 10776 13,26 5 21,16 2,28 11,08 32,47 4,45 40,82 7,45 4,50 8,91 6,51 6,97
208 Pilcaniyeu 5808 7428 27,89 5 18,79 7,13 6,00 31,88 4,42 21,27 3,25 3,13 8,81 6,51 5,67
209 Hipólito Yrigoyen 8678 9585 10,45 5 14,84 4,03 12,35 14,64 0,71 17,61 2,35 2,63 8,51 6,50 6,95
210 Iguazú 65855 82227 24,86 4 24,33 3,97 9,56 44,49 7,44 35,63 8,10 6,75 8,16 6,50 5,74
211 Magdalena 14758 19301 30,78 5 13,71 3,80 16,03 22,95 1,32 23,03 3,50 3,38 8,98 6,50 7,03
212 General Viamonte 17461 18078 3,53 5 16,78 3,70 10,22 29,66 0,82 16,90 4,10 3,38 8,19 6,50 6,56
213 Huiliches 12015 14725 22,56 5 17,35 6,83 11,33 40,25 7,26 34,23 7,75 5,38 7,79 6,50 6,91
214 Campana 82659 94461 14,28 3 9,78 7,16 10,51 27,50 1,34 26,95 2,50 4,25 8,00 6,50 6,65
215 Formosa 208398 234354 12,46 3 12,69 6,80 18,98 46,45 3,98 39,29 7,75 7,38 7,76 6,50 5,98
216 General Lamadrid 1712 1734 1,29 6 11,86 1,98 14,49 41,12 3,11 31,14 8,10 1,63 9,30 6,49 6,39
217 25 de Mayo (Bue) 34408 35842 4,17 4 14,73 3,57 9,99 34,19 1,09 21,47 4,35 3,50 8,36 6,49 6,49
218 Concordia 155552 170033 9,31 3 17,68 4,46 13,45 43,17 3,08 32,78 7,75 5,63 7,86 6,49 6,77
25 • Anexo estadístico

219 Quilmes 516355 582943 12,90 1 10,69 5,84 11,30 36,50 2,34 28,00 3,25 7,50 7,12 6,49 6,54
220 El Carmen 84450 97039 14,91 4 20,90 1,61 12,38 49,86 5,32 45,84 8,80 8,25 8,08 6,49 5,92
221 Jáchal 20905 21730 3,95 5 13,48 3,06 15,53 47,45 4,42 26,30 7,20 4,75 8,60 6,48 6,34
222 Dolores 24525 27042 10,26 4 14,09 6,09 15,36 25,67 0,34 20,76 4,00 3,63 8,11 6,48 6,74
223 General Pinto 11064 11261 1,78 5 16,08 3,35 9,11 29,54 0,90 21,56 3,35 3,25 8,64 6,48 7,46
224 Suipacha 8810 10081 14,43 5 13,51 3,85 15,21 30,73 0,92 20,99 2,75 4,75 8,68 6,46 6,59
225 Monte Caseros 33426 36338 8,71 4 21,89 2,23 10,60 42,49 3,15 28,42 6,00 5,13 8,81 6,46 6,29
226 Zapala 35535 36549 2,85 4 13,05 5,88 8,20 36,45 3,50 32,01 4,50 4,50 8,04 6,46 7,54
227 General Ocampo 7326 7145 -2,47 5 16,60 2,54 7,33 41,67 8,36 29,18 5,80 4,13 8,95 6,46 6,75
228 Lanús 451015 459263 1,83 1 8,82 5,65 11,88 29,88 1,23 21,59 2,00 6,63 6,91 6,45 6,91
229 San Pedro (Bue) 54844 59036 7,64 4 15,00 3,62 13,17 32,55 2,19 27,51 4,75 5,25 7,96 6,45 5,98
230 General Belgrano (LR) 7139 7370 3,24 5 17,37 2,80 14,23 45,28 7,18 34,27 8,55 4,75 8,70 6,45 6,36
231 Ischilín 30014 31312 4,32 4 16,25 3,36 13,02 43,77 3,70 31,77 6,75 4,88 8,49 6,45 6,22
232 General Alvear (Mza) 43697 46429 6,25 4 22,05 4,12 8,85 42,90 4,44 21,05 3,85 6,25 8,50 6,45 6,73
233 Pila 3298 3640 10,37 5 13,85 3,47 7,52 20,11 0,38 26,10 3,35 1,38 8,49 6,44 7,53
234 Avellaneda (Bue) 327576 342677 4,61 1 7,62 6,48 13,58 28,56 1,27 20,86 2,00 6,50 6,82 6,44 7,14
235 Hurlingham 171387 181241 5,75 1 9,42 4,98 13,36 31,79 1,56 23,16 2,00 6,75 7,42 6,44 6,89
236 San Martín (Mza) 108057 118220 9,41 3 19,68 4,77 11,78 38,11 4,11 28,31 4,75 6,00 8,31 6,43 6,81
341
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
342
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
237 Chivilcoy 60118 64185 6,77 3 12,40 4,98 10,29 29,55 0,88 18,42 2,50 3,25 8,21 6,43 7,01
238 Humahuaca 16658 17366 4,25 5 19,41 2,09 16,57 48,38 7,80 34,44 9,10 6,25 8,50 6,43 5,25
239 Ñorquín 4520 4692 3,81 6 28,73 3,03 6,00 34,91 9,65 41,45 9,25 4,50 8,38 6,43 6,53
240 Chimbas 73196 87258 19,21 2 12,91 1,72 10,15 49,29 3,14 37,54 7,35 6,13 7,61 6,43 6,77
241 Oberá 95064 107501 13,08 3 28,16 4,26 14,41 39,91 5,45 29,73 7,25 6,50 8,47 6,43 5,13
242 Brandsen 22321 26367 18,13 5 12,16 5,04 9,49 29,74 1,48 28,14 1,75 3,88 8,81 6,43 6,90
243 General Belgrano (Bue) 15199 17365 14,25 5 13,87 4,83 14,32 28,21 0,36 19,50 3,10 3,00 8,64 6,42 6,88
244 Zárate 100083 114269 14,17 3 10,74 4,52 11,06 25,83 1,52 27,60 3,35 4,00 7,75 6,42 6,25
245 San Justo (Sfe) 40295 40904 1,51 4 16,73 3,47 10,79 37,19 1,53 25,41 5,00 5,00 7,77 6,42 7,12
246 Capitán Sarmiento 12742 14494 13,75 5 12,99 3,82 7,28 23,18 2,42 20,93 2,50 2,63 8,10 6,41 7,52
247 Avellaneda (RN) 31790 35323 11,11 5 19,46 3,71 10,57 38,44 2,37 30,50 4,25 4,63 9,03 6,41 7,02
248 Coronel Pringles (SL) 12450 13157 5,68 5 21,09 3,77 11,71 44,29 4,34 30,07 6,90 4,25 8,78 6,40 6,62
249 Albardón 20265 23888 17,88 4 19,75 1,96 10,25 52,04 5,48 41,55 8,50 5,75 8,50 6,40 5,78
250 Chacabuco (Bue) 45068 48703 8,07 4 14,19 4,64 9,33 30,81 0,66 22,08 2,40 3,75 8,23 6,40 6,64
251 General San Martín (Bue) 400145 414196 3,51 1 9,13 5,43 10,59 33,81 1,17 24,16 1,75 7,25 6,76 6,40 6,84
252 Valle Fértil 6762 7222 6,80 5 20,44 3,07 8,00 50,96 7,37 34,51 7,25 4,50 9,01 6,39 5,94
253 Catriló 6707 7293 8,74 5 17,18 3,73 7,00 33,21 0,75 23,01 2,50 3,63 8,50 6,39 7,40
254 Carlos Casares 20819 22237 6,81 5 11,94 4,46 11,29 30,82 0,51 23,32 2,50 3,88 8,14 6,38 6,80
255 Santo Tomé 53664 61297 14,22 4 22,67 3,35 11,55 36,81 3,56 34,14 5,90 5,25 8,48 6,37 6,13
256 Collón Curá 4348 4532 4,23 5 22,16 4,07 9,09 40,03 3,00 36,25 6,75 4,50 8,23 6,37 6,55
VI

257 Río Senguer 5786 5979 3,34 5 20,55 2,57 13,07 32,76 3,23 22,53 5,75 3,88 8,23 6,37 7,22
258 San Miguel (Bue) 251284 276190 9,91 1 10,70 5,92 11,45 34,12 1,69 28,18 2,00 6,00 7,66 6,36 6,40
259 Rancul 10571 10668 0,92 5 20,20 4,49 7,00 42,15 0,63 23,78 2,50 4,00 9,07 6,36 7,01
260 San Lorenzo (Sfe) 141238 157255 11,34 1 11,20 3,84 8,30 27,35 1,26 24,30 2,60 4,69 7,08 6,36 6,76
261 Tilcara 10267 12349 20,28 5 20,57 3,79 12,27 56,17 7,17 33,82 8,10 6,13 8,42 6,36 5,45
262 La Paz (Mza) 9530 10012 5,06 5 17,95 2,90 5,59 40,12 2,93 29,90 3,75 3,88 8,72 6,35 7,04
263 Rosario Vera Peñaloza 13246 14054 6,10 5 21,75 2,93 7,00 47,94 8,86 36,14 9,00 2,88 8,79 6,35 6,17
264 Cruz Alta 161926 180499 11,47 2 18,61 1,29 14,18 38,11 4,87 39,55 6,25 8,63 7,26 6,35 6,11
265 Loventué 8484 8619 1,59 5 21,73 4,07 7,65 42,34 1,26 18,92 2,50 3,38 9,36 6,34 7,17
266 Monteros 58297 63641 9,17 4 17,10 2,44 14,23 37,12 5,08 36,00 8,00 4,75 7,76 6,34 6,17
267 Rosario de la Frontera 27856 28993 4,08 4 17,85 2,52 12,18 55,34 5,37 32,43 8,00 5,50 8,20 6,34 6,06
268 Calingasta 8011 8588 7,20 5 18,83 2,85 8,00 43,12 4,17 33,28 7,85 2,69 8,22 6,34 6,42
269 Chicoana 18152 20710 14,09 5 17,01 1,46 12,77 38,81 4,04 46,76 8,00 4,88 8,25 6,34 5,85
270 Picunches 6324 7022 11,04 5 21,01 3,01 6,00 37,68 2,68 37,30 5,25 4,38 8,26 6,33 6,35
271 La Paz (ER) 65798 66903 1,68 4 23,10 2,75 10,34 44,01 3,21 38,12 7,60 4,75 8,31 6,33 5,52
272 San Martín (Corr) 12132 13140 8,31 5 30,82 2,16 8,00 49,16 4,03 36,64 8,00 5,38 8,68 6,33 5,15
273 Conesa 6257 7069 12,98 5 19,91 3,25 6,00 47,69 3,23 25,07 3,50 4,00 9,12 6,33 7,26
274 Leandro N. Alem (Mis) 41178 45075 9,46 4 28,20 3,25 13,89 36,41 6,79 26,35 6,50 5,38 8,63 6,32 5,43
275 Monte 16987 21034 23,82 4 12,33 4,68 16,95 29,65 1,01 27,49 4,35 3,25 8,30 6,32 7,09
276 Nogoyá 38656 39026 0,96 4 19,39 3,13 9,98 41,09 1,74 23,83 4,75 4,38 8,10 6,32 6,25
277 Montecarlo 33934 36745 8,28 5 28,56 2,94 8,36 44,84 6,12 32,65 7,25 5,13 8,54 6,32 5,73
278 Castelli 7768 8205 5,63 5 15,00 3,50 15,02 25,69 0,77 25,16 3,85 2,63 8,51 6,31 7,32
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
279 General Arenales 14774 14903 0,87 5 14,19 3,76 16,51 27,85 0,87 13,35 2,95 2,88 8,32 6,31 6,86
280 General Juan Madariaga 18146 19747 8,82 5 16,85 3,51 15,32 36,96 2,18 27,73 5,10 3,63 8,67 6,30 6,33
281 Florentino Ameghino (Chu) 1334 1627 21,96 6 25,37 4,18 13,16 30,85 1,84 18,99 4,35 2,88 8,88 6,30 6,66
282 Tinogasta 22427 22360 -0,30 5 17,14 2,37 18,03 43,70 5,90 29,31 6,85 4,50 8,89 6,30 6,49
283 Florentino Ameghino (Bue) 8119 8869 9,24 5 20,07 3,20 8,77 29,00 0,91 20,07 2,50 2,88 8,56 6,29 7,44
284 San Cosme 13098 14381 9,80 5 21,06 4,09 13,56 47,71 6,43 39,77 8,25 5,50 8,25 6,29 5,41
285 Paso de los Libres 46011 48642 5,72 4 19,12 3,48 11,30 45,31 3,37 31,94 5,75 5,13 8,18 6,29 6,26
286 Tordillo 1649 1764 6,97 6 20,61 1,98 12,66 21,26 1,02 30,84 4,50 2,25 8,72 6,28 6,35
287 La Viña 7091 7435 4,85 5 20,14 1,53 9,59 45,02 8,46 44,90 8,75 4,50 8,44 6,28 5,93
288 Carmen de Areco 13866 14692 5,96 5 15,12 3,46 11,14 32,32 1,24 24,22 2,55 3,38 8,51 6,27 7,06
289 Rivadavia (Bue) 15260 17143 12,34 5 15,95 3,69 16,45 32,36 0,85 25,98 3,60 4,00 8,55 6,27 7,19
290 Zonda 3958 4863 22,87 5 16,02 2,36 16,23 43,22 6,35 42,69 8,25 3,88 8,88 6,27 6,63
291 Lobos 32767 36172 10,39 4 13,11 4,45 13,72 33,50 0,80 22,39 3,35 2,75 8,35 6,27 7,19
292 Santa María (Cat) 22044 22548 2,29 5 15,32 2,92 19,86 43,95 6,41 30,17 7,05 4,63 8,70 6,26 6,66
293 Lib. Gral San Martín (Mis) 42258 46561 10,18 5 29,66 2,99 10,39 45,38 7,29 32,62 7,30 5,13 8,72 6,25 5,72
294 Loncopué 6409 6925 8,05 5 25,68 2,35 10,34 42,15 7,52 46,17 8,55 5,00 8,49 6,24 5,87
295 Roque Pérez 10823 12513 15,61 5 16,75 3,43 15,76 32,73 0,70 20,87 3,10 3,38 8,66 6,24 6,40
296 Tupungato 28364 32524 14,67 5 24,40 2,42 12,80 47,62 4,86 40,80 7,50 6,25 8,30 6,24 6,10
297 Candelaria 21774 27040 24,18 5 27,42 2,06 7,34 47,67 6,00 37,12 7,00 5,25 8,51 6,24 5,30
298 Ituzaingó (Corr) 30301 31150 2,80 4 23,99 2,94 17,17 45,45 2,93 36,24 7,10 5,63 8,62 6,23 5,69
299 Totoral 16411 18556 13,07 5 17,87 4,07 16,19 39,23 2,89 30,89 7,50 4,50 7,28 6,23 7,00
300 San Antonio (Juj) 3681 4466 21,33 6 19,38 2,83 8,00 47,40 9,16 39,61 8,25 2,25 9,01 6,23 6,06
301 Belén 24555 27843 13,39 5 17,42 2,87 20,17 45,10 10,32 29,71 8,60 4,50 8,58 6,22 6,12
302 Vinchina 2751 2731 -0,73 5 16,84 1,76 16,13 37,39 2,93 29,77 6,20 2,25 8,96 6,22 7,34
25 • Anexo estadístico

303 General Alvear (Corr) 8118 7926 -2,37 5 25,19 1,95 8,00 47,15 3,27 29,17 6,25 4,50 8,15 6,21 6,10
304 Rosario de Lerma 33588 38702 15,23 4 16,91 2,38 15,56 46,40 4,90 42,46 8,25 5,25 7,93 6,21 6,16
305 San Ignacio 54705 57728 5,53 4 29,66 2,27 11,01 45,70 6,63 35,21 7,55 5,50 8,52 6,21 5,06
306 Escobar 177553 213619 20,31 1 12,06 5,87 13,17 40,05 2,28 33,16 4,25 5,25 7,31 6,21 6,02
307 General Roca (Cba) 32948 35645 8,19 5 19,83 4,75 14,45 34,42 2,50 22,38 3,00 4,00 8,62 6,21 6,59
308 Sobremonte 4310 4591 6,52 5 21,88 1,88 7,00 47,81 4,40 36,59 5,75 4,50 8,53 6,20 5,06
309 Río Primero 42312 46675 10,31 5 19,49 3,19 7,96 43,49 2,47 28,58 4,75 4,13 7,86 6,19 6,30
310 Exaltación de la Cruz 23968 29805 24,35 5 13,11 6,34 11,36 33,73 1,66 29,31 2,35 2,88 8,41 6,19 6,37
311 Capayán 14122 16085 13,90 5 19,85 1,95 8,00 37,64 4,96 38,70 6,10 2,88 8,51 6,19 6,63
312 Leandro N. Alem (Bue) 16223 16799 3,55 5 18,13 3,48 16,23 33,87 1,60 22,03 3,35 3,75 8,53 6,19 6,46
313 Pilar 231120 299077 29,40 1 12,73 8,14 12,72 39,92 2,22 35,07 2,60 6,25 7,37 6,18 5,93
314 Ullum 4354 4886 12,22 5 18,98 1,07 13,07 46,97 4,30 39,32 8,55 4,25 7,90 6,18 6,36
315 Itatí 8710 9171 5,29 5 21,93 1,57 9,96 55,02 4,27 37,30 6,50 5,63 8,41 6,17 4,82
316 General Las Heras 12799 14889 16,33 5 10,95 4,33 11,58 27,22 1,38 26,71 1,50 2,88 8,12 6,17 7,89
317 Cachi 7225 7315 1,25 5 22,92 2,80 10,50 58,52 11,14 40,30 8,25 4,63 9,29 6,16 4,81
318 Antofagasta de la Sierra 1212 1436 18,48 6 27,27 4,24 11,76 36,63 7,24 22,77 5,35 3,25 8,78 6,16 5,27
319 Libertad 10767 12158 12,92 5 19,18 2,27 14,79 41,82 5,58 34,68 6,50 4,88 8,13 6,16 6,16
320 Leales 51065 54949 7,61 5 22,35 0,95 16,06 38,33 4,58 36,88 6,75 5,00 8,37 6,15 5,87
343
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
344
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
321 General Juan F. Quiroga 4546 4108 -9,63 6 22,25 1,42 13,25 39,97 12,68 39,51 7,80 3,75 9,20 6,15 6,46
322 Famaillá 30924 34542 11,70 4 18,66 1,20 10,59 35,77 3,81 43,34 6,25 5,00 7,53 6,14 5,82
323 Chicligasta 74732 80735 8,03 4 18,01 4,05 13,81 43,62 5,35 38,20 6,75 5,75 7,35 6,14 6,22
324 Pocito 40763 53162 30,42 2 21,45 1,70 12,57 55,86 4,98 41,63 7,30 5,88 8,48 6,14 5,72
325 Berazategui 287198 324244 12,90 1 10,73 4,11 15,09 38,09 2,23 30,73 2,25 6,00 7,62 6,13 6,38
326 Lomas de Zamora 587127 616279 4,97 1 11,51 6,41 12,31 41,57 2,69 28,69 2,00 6,75 6,93 6,13 6,39
327 Islas del Ibicuy 11412 12077 5,83 5 24,97 1,20 9,20 47,58 1,92 38,76 7,75 3,63 8,15 6,13 5,76
328 San Cristóbal 64424 68878 6,91 5 16,97 3,53 14,61 38,87 2,59 23,45 3,25 5,13 7,80 6,13 7,06
329 Independencia (LR) 2390 2427 1,55 6 22,69 0,92 7,00 51,09 10,47 39,31 6,05 5,25 8,93 6,13 6,57
330 General Guido 2756 2816 2,18 6 16,98 2,49 19,80 18,00 0,60 25,57 3,50 2,00 8,56 6,13 7,48
331 Cruz del Eje 51744 58759 13,56 4 18,30 2,97 15,23 49,64 7,00 36,84 7,25 5,13 8,14 6,11 6,06
332 Caucete 33473 38343 14,55 4 18,79 1,88 11,53 54,09 5,82 41,30 6,75 5,50 8,30 6,11 6,04
333 Eldorado 66945 78221 16,84 3 26,03 3,99 20,26 42,97 4,84 29,53 6,35 5,75 8,46 6,11 5,39
334 Ledesma 75493 81790 8,34 4 18,64 2,69 11,76 47,52 4,26 39,73 6,85 5,13 7,59 6,10 6,41
335 Ayacucho (SL) 16855 19087 13,24 5 23,52 3,25 9,87 52,22 7,50 34,23 6,10 4,13 8,97 6,10 5,94
336 Villaguay 48074 48965 1,85 4 22,84 3,25 12,09 42,84 2,71 31,67 4,75 4,56 8,28 6,10 6,36
337 Bella Vista 35200 37181 5,63 4 26,95 2,59 8,22 55,21 5,91 40,83 7,25 5,13 8,50 6,10 4,79
338 Berisso 79483 88470 11,31 2 8,53 5,32 13,44 33,36 1,72 26,04 2,85 3,50 7,09 6,10 6,80
339 Río Chico (Tuc) 52844 56847 7,58 4 17,84 2,91 14,66 46,19 4,87 37,33 7,00 4,63 7,84 6,09 6,07
340 San Javier (Sfe) 29702 30959 4,23 5 19,31 2,06 10,90 52,86 3,21 39,96 6,25 5,13 8,08 6,09 5,20
VI

341 Trancas 15430 17371 12,58 5 24,47 1,26 14,48 49,61 8,38 41,62 8,25 4,50 9,01 6,09 5,79
342 General Obligado 165467 176410 6,61 3 17,63 3,61 10,98 44,44 4,00 36,00 4,85 5,13 7,67 6,08 6,11
343 Ancasti 3076 2917 -5,17 6 20,27 0,91 8,93 46,21 19,13 35,93 8,25 3,44 8,97 6,08 5,65
344 Valcheta 4771 7101 48,84 5 21,72 2,25 6,00 49,09 4,28 25,11 3,00 3,13 9,07 6,07 5,84
345 General Angel V. Peñaloza 3123 3073 -1,60 6 17,98 1,06 7,00 44,32 7,48 37,39 5,80 2,50 8,70 6,07 6,11
346 General Lavalle 3015 3700 22,72 6 16,99 3,14 23,26 33,65 0,81 33,03 5,50 3,63 8,40 6,06 5,29
347 General San Martín (LR) 4921 4944 0,47 5 25,56 1,99 7,00 53,78 11,77 44,11 7,55 4,50 9,00 6,05 5,88
348 Añelo 7221 10786 49,37 5 19,78 1,91 8,52 37,50 4,24 43,50 4,50 3,88 8,41 6,05 6,85
349 Mercedes (Corr) 38921 40667 4,49 4 29,00 3,18 12,89 47,32 4,66 33,68 5,35 5,38 8,74 6,05 4,94
350 San Martín (SJ) 10132 11115 9,70 5 20,23 0,76 8,00 49,41 4,94 39,08 5,80 3,63 8,59 6,05 5,84
351 Pehuenches 13432 24087 79,33 5 12,56 5,34 12,31 29,47 2,32 33,65 2,75 2,75 7,80 6,05 7,21
352 Villarino 26377 31014 17,58 5 23,99 2,35 6,88 47,98 3,59 35,01 5,75 2,38 8,74 6,04 6,11
353 Tehuelches 4899 5390 10,02 5 23,89 2,59 7,00 45,21 2,67 33,75 5,10 2,75 8,34 6,01 5,94
354 Yavi 18008 20806 15,54 5 24,88 2,35 13,58 59,47 5,58 32,26 6,75 5,38 8,47 6,01 5,08
355 San Andrés de Giles 20604 23027 11,76 5 16,61 4,17 15,27 29,34 1,33 24,60 1,05 3,38 8,42 6,01 6,90
356 Rivadavia (Sgo) 4902 5015 2,31 5 24,17 2,43 8,00 41,64 4,21 24,31 3,05 2,75 8,81 6,00 6,31
357 Tumbaya 4464 4658 4,35 6 23,76 2,36 20,66 53,99 6,01 35,70 8,40 4,75 8,68 5,99 4,96
358 Esteban Echeverría 243451 300959 23,62 1 11,80 4,15 12,03 41,18 2,25 33,51 2,50 4,88 7,41 5,99 6,09
359 Empedrado 14657 15109 3,08 5 25,21 1,45 13,07 46,73 8,23 40,08 6,50 5,44 8,48 5,99 4,94
360 Almirante Brown (Bue) 512485 552902 7,89 1 11,13 3,84 13,19 38,48 2,46 30,70 2,00 5,13 7,32 5,99 6,96
361 San Javier (Mis) 19109 20906 9,40 5 34,04 1,35 15,54 45,94 7,03 28,04 7,25 4,75 8,65 5,97 5,11
362 Molinos 5544 5652 1,95 6 21,51 1,68 10,75 59,09 16,79 36,61 8,00 4,25 9,11 5,97 4,39
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
363 Cerrillos 26173 35789 36,74 5 16,02 2,47 15,57 44,46 5,88 49,93 6,25 5,63 7,89 5,97 5,49
364 Picún Leufú 4253 4578 7,64 5 24,13 2,15 7,38 42,73 2,36 36,85 3,75 3,25 8,65 5,97 6,62
365 Cainguás 46926 53403 13,80 5 39,23 1,70 11,68 47,40 7,08 31,51 7,25 5,25 8,64 5,96 5,00
366 Santa Rosa (Mza) 15791 16374 3,69 5 23,08 1,70 10,21 36,25 4,17 30,79 3,50 2,75 8,64 5,94 6,77
367 Ensenada 51041 56729 11,14 2 8,09 5,36 14,09 34,60 2,14 25,45 3,00 3,63 6,24 5,93 6,88
368 Telsen 1709 1644 -3,80 6 29,15 2,18 7,00 47,26 1,22 32,30 4,40 2,25 8,96 5,92 6,12
369 Cañuelas 42192 51892 22,99 4 12,47 4,42 15,50 37,48 1,96 32,65 1,75 3,75 8,19 5,92 7,17
370 Lules 57194 68474 19,72 2 15,70 2,73 13,14 38,01 5,07 39,36 4,75 3,88 7,60 5,91 6,02
371 Garay 19867 20890 5,15 5 19,15 1,80 10,21 53,86 4,37 43,42 6,25 4,75 7,67 5,90 5,09
372 San Salvador 15930 17357 8,96 5 26,04 3,18 14,23 40,61 2,03 28,28 2,50 4,75 8,47 5,89 6,61
373 Curacó 845 1040 23,08 6 21,13 2,26 7,00 47,12 3,46 28,17 2,50 1,50 9,21 5,88 5,41
374 Chalileo 2414 2985 23,65 5 30,19 1,92 7,00 52,26 2,51 21,61 2,85 1,94 9,55 5,87 6,17
375 Río Hondo 50237 54867 9,22 4 32,09 1,66 8,00 60,43 6,67 41,04 7,25 5,75 8,11 5,87 5,10
376 La Matanza 1250715 1775816 41,98 1 13,30 3,01 11,32 45,10 2,45 36,90 2,00 5,88 7,18 5,86 6,30
377 Concepción (Mis) 9036 9577 5,99 5 33,05 1,33 15,63 47,38 7,10 33,38 6,50 4,75 8,81 5,85 5,38
378 General Güemes (Sal) 42115 47226 12,14 4 17,98 1,74 11,01 48,32 4,36 39,68 4,55 5,25 7,39 5,85 6,01
379 Curuzú Cuatiá 41898 44384 5,93 4 28,39 3,55 16,13 44,75 4,47 33,23 4,10 4,88 8,72 5,84 5,38
380 La Candelaria 5278 5704 8,07 5 22,96 1,24 8,00 51,47 6,07 41,69 6,25 1,50 9,01 5,83 5,99
381 Merlo 468411 528494 12,83 1 13,04 2,45 14,39 46,19 2,15 35,27 2,00 6,13 7,25 5,81 5,72
382 Ezeiza 115980 163722 41,16 1 13,18 2,65 14,83 43,11 2,34 38,91 3,00 4,50 7,53 5,79 5,67
383 Chacabuco (Cha) 27650 30590 10,63 4 27,44 3,74 17,09 58,58 7,80 32,08 6,00 6,50 7,97 5,79 5,10
384 Bermejo (Cha) 24110 25052 3,91 5 23,72 1,77 11,18 55,72 5,76 38,03 5,75 3,88 8,35 5,79 4,91
385 Malvinas Argentinas 289787 322375 11,25 1 13,19 2,66 12,09 41,51 2,92 33,85 2,00 4,50 7,26 5,78 5,87
386 Tulumba 12152 12673 4,29 5 24,93 1,68 12,26 52,72 6,27 33,74 5,10 3,63 8,51 5,76 5,89
25 • Anexo estadístico

387 Moreno (Bue) 379349 452505 19,28 1 13,34 2,72 14,29 48,39 2,20 38,40 2,00 5,63 7,54 5,75 5,52
388 Federal 24658 25863 4,89 5 24,03 2,27 11,15 45,68 3,44 35,29 3,25 3,50 8,44 5,75 6,12
389 Esquina 30091 30802 2,36 5 28,39 2,41 11,34 55,74 5,82 41,33 5,50 4,75 8,43 5,74 3,99
390 Mártires 820 778 -5,12 6 34,30 2,29 7,00 45,76 2,96 34,70 5,20 2,25 8,38 5,73 6,22
391 Guaraní 56712 67897 19,72 4 45,39 1,47 14,29 51,27 9,93 31,02 8,25 5,25 8,57 5,73 4,63
392 Feliciano 14418 15079 4,58 5 24,13 1,73 11,66 45,89 4,36 43,97 4,25 3,75 8,53 5,73 5,75
393 El Alto 3387 3570 5,40 6 19,89 1,39 25,86 40,98 10,42 36,81 8,00 3,13 8,48 5,72 6,20
394 1º de Mayo 9130 10322 13,06 5 22,24 2,62 8,03 56,11 5,77 37,15 4,25 3,13 8,42 5,72 5,04
395 Valle Grande 2377 2451 3,11 6 26,65 0,32 20,13 54,92 14,16 39,94 9,25 4,50 8,76 5,72 2,86
396 Guachipas 3208 3187 -0,65 5 24,92 0,90 8,00 47,00 17,29 47,76 7,25 3,50 8,59 5,72 5,89
397 Languiñeo 2786 3085 10,73 6 37,61 1,88 7,00 46,29 6,77 23,92 5,00 2,50 8,43 5,71 5,27
398 Sarmiento (SJ) 18951 22131 16,78 5 25,21 0,80 15,30 48,78 9,41 48,15 7,00 5,00 8,15 5,69 5,71
399 Angaco 7562 8125 7,45 5 19,47 1,01 14,34 50,68 8,17 38,14 4,25 3,75 8,74 5,69 5,47
400 Banda 128004 142279 11,15 3 18,62 2,56 14,05 53,30 8,06 40,43 5,00 5,50 7,46 5,69 5,41
401 La Paz (Cat) 20964 22638 7,99 5 23,18 1,57 15,03 43,44 7,03 42,51 4,45 3,88 8,59 5,68 6,17
402 Laishi 16201 17063 5,32 5 27,44 1,86 9,94 54,77 6,36 50,59 5,50 4,13 8,79 5,67 4,51
403 General Rodríguez 67310 87185 29,53 1 12,48 3,30 12,75 41,76 2,42 35,30 2,00 3,38 7,25 5,67 6,50
404 San Vicente 43973 59478 35,26 1 12,43 3,06 11,53 45,18 2,94 37,46 2,00 2,63 7,90 5,67 6,73
345
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
346
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
405 25 de Mayo (RN) 12826 15743 22,74 5 26,65 2,49 10,84 50,63 3,61 34,78 3,00 3,13 8,85 5,66 5,63
406 Paso de Indios 1787 1867 4,48 6 33,10 2,97 13,16 49,97 1,93 30,91 4,50 2,38 8,91 5,66 5,42
407 25 de Mayo (Mis) 27157 27754 2,20 5 47,45 0,99 14,34 49,63 8,76 22,47 7,25 3,75 8,86 5,64 4,91
408 Susques 3452 3791 9,82 6 22,79 1,88 20,55 49,22 10,97 33,13 5,90 3,75 8,64 5,63 3,43
409 Iruya 6223 5987 -3,79 6 34,30 1,21 11,26 63,17 9,69 46,60 8,75 5,13 8,14 5,63 4,16
410 Juan B. Alberdi 28161 30237 7,37 5 16,39 2,78 16,44 48,49 6,05 40,39 5,00 2,75 8,06 5,63 6,24
411 Pocho 5092 5380 5,66 6 21,43 1,85 11,49 61,26 20,39 43,98 7,50 4,63 8,59 5,63 5,99
412 Orán 123163 138838 12,73 3 23,02 2,28 16,17 55,59 8,10 49,85 6,75 6,13 7,53 5,63 5,41
413 Gobernador Dupuy 10813 11779 8,93 5 29,55 3,16 11,26 48,54 4,01 36,33 3,00 2,50 9,24 5,62 5,98
414 General Manuel Belgrano 33389 42902 28,49 5 44,45 1,40 8,43 58,20 8,42 32,94 6,10 5,50 8,48 5,62 4,57
415 General Donovan 13336 13490 1,15 5 24,86 1,74 13,25 51,83 5,13 37,12 4,25 3,25 8,60 5,62 5,27
416 General Paz (Corr) 14719 14836 0,79 5 32,52 1,36 16,74 55,15 3,69 41,46 6,40 4,63 8,49 5,62 4,80
417 Minas (Cba) 4873 4727 -3,00 6 22,80 1,23 20,73 52,93 17,09 34,31 8,25 4,13 8,35 5,62 5,39
418 Graneros 13035 13551 3,96 5 23,21 0,75 10,48 59,32 9,09 48,87 6,25 4,88 8,00 5,61 4,81
419 Santa Rosa (Cat) 10128 12034 18,82 5 23,23 1,77 12,82 49,46 4,29 41,11 4,65 3,38 8,03 5,61 6,00
420 9 de Julio (Cha) 26873 28555 6,26 4 31,63 2,54 8,00 64,83 12,59 34,46 5,50 5,63 8,16 5,60 5,00
421 Saladas 21434 22244 3,78 5 28,54 1,49 13,38 57,67 8,16 40,24 6,25 4,63 8,16 5,59 4,84
422 Lib. Gral San Martín (SL) 5124 4707 -8,14 6 32,46 0,81 9,66 53,22 27,21 34,54 7,25 4,25 9,32 5,58 4,33
423 Goya 86943 89959 3,47 3 26,11 3,17 18,45 50,19 6,06 36,18 5,75 5,50 7,13 5,57 4,95
424 Choya 33593 34667 3,20 4 18,71 2,66 12,52 49,99 5,58 36,76 2,25 3,13 8,44 5,57 6,09
VI

425 Santa Bárbara 17079 17730 3,81 5 29,65 0,50 8,00 53,35 6,27 54,06 7,60 3,00 7,98 5,56 5,22
426 Río Seco 12579 13242 5,27 5 23,68 1,98 20,30 56,53 6,36 39,89 6,25 4,50 8,15 5,55 5,37
427 9 de Julio (SJ) 7651 9307 21,64 5 24,51 0,71 13,77 50,52 5,39 48,83 5,10 3,63 8,47 5,55 5,70
428 9 de Julio (Sfe) 28182 29832 5,85 5 24,22 2,40 11,09 51,76 6,59 35,58 3,50 4,38 7,65 5,54 5,02
429 Florencio Varela 346194 426005 23,05 1 15,44 1,52 13,78 50,48 3,15 41,37 2,00 5,25 7,37 5,53 5,54
430 José C. Paz 229238 265981 16,03 1 15,33 1,74 13,54 46,64 2,12 37,45 1,50 4,63 7,18 5,52 5,50
431 Rinconada 2298 2488 8,27 6 26,57 4,31 28,90 39,11 11,37 25,68 6,90 1,75 8,77 5,52 2,97
432 Vera 50878 51494 1,21 5 21,51 2,29 14,97 49,74 5,49 36,05 3,00 4,38 7,82 5,52 5,76
433 Pilcomayo 77890 85024 9,16 3 20,15 3,03 16,53 61,60 5,18 42,28 4,50 5,63 7,62 5,52 4,86
434 Marcos Paz 41647 54181 30,10 1 13,19 2,93 13,91 43,69 1,97 37,81 2,00 3,25 7,07 5,52 6,50
435 Belgrano (SL) 3862 3985 3,18 6 29,61 1,43 8,00 48,96 14,65 34,81 4,05 2,25 9,15 5,50 4,72
436 Simoca 29906 30876 3,24 5 28,28 0,69 18,72 56,95 7,69 44,66 6,00 5,75 8,26 5,50 4,40
437 Los Andes 5532 6050 9,36 5 22,05 1,48 24,19 50,69 9,59 43,60 6,50 4,88 8,16 5,49 4,49
438 Sauce 9083 9032 -0,56 5 38,22 1,72 15,87 52,42 4,26 36,43 5,75 3,63 8,58 5,47 4,93
439 Catán Lil 2464 2155 -12,54 6 33,02 2,65 9,09 56,24 8,26 38,98 5,25 3,13 8,34 5,47 4,74
440 Burruyacú 32903 36951 12,30 5 28,50 0,52 17,60 38,03 7,62 41,88 4,75 3,25 8,37 5,47 5,35
441 El Cuy 4137 5280 27,63 5 25,41 2,52 7,63 50,17 6,91 38,13 2,25 0,63 9,42 5,46 4,83
442 San Luis del Palmar 16456 17590 6,89 5 28,59 1,17 14,29 56,18 5,37 42,00 5,25 4,00 8,08 5,44 4,85
443 La Cocha 17665 19002 7,57 5 21,95 1,04 19,93 55,90 7,57 46,66 7,50 4,13 7,52 5,43 5,56
444 Gastre 1394 1427 2,37 6 33,68 4,34 20,83 46,88 5,33 27,47 4,00 2,00 9,03 5,41 4,89
445 Lib. Gral San Martín (Cha) 54281 59147 8,96 4 34,99 1,93 9,35 68,22 9,66 48,98 6,50 5,38 8,16 5,39 4,38
446 General José de San Martín 137949 156910 13,74 3 22,97 2,25 12,49 59,60 9,03 46,72 5,00 5,25 7,27 5,38 5,31
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
447 Anta 49656 57411 15,62 5 28,05 1,53 15,05 54,86 9,61 48,25 6,25 4,75 7,70 5,38 5,13
448 La Poma 1714 1738 1,40 6 35,03 1,73 21,28 56,90 10,01 40,62 8,00 2,63 9,02 5,35 4,70
449 Presidente de la Plaza 12183 12499 2,59 5 31,99 1,77 8,00 65,32 7,65 45,52 4,50 4,00 8,42 5,33 4,61
450 Comandante Fernández 87010 96944 11,42 3 21,12 4,43 23,41 55,76 6,22 34,91 3,50 5,00 7,66 5,33 5,37
451 Cochinoca 12043 12656 5,09 5 26,27 0,86 20,36 59,28 8,19 34,24 4,05 4,63 8,49 5,33 4,53
452 9 de julio (RN) 3425 3475 1,46 6 27,42 2,38 18,18 51,88 7,05 30,79 2,50 1,50 9,52 5,31 5,47
453 Lavalle (Mza) 31991 36738 14,84 5 28,15 1,66 11,34 52,14 10,71 38,63 3,10 3,38 8,39 5,31 5,64
454 San Pedro (Mis) 23546 31051 31,87 5 48,45 1,15 14,32 58,58 10,23 38,78 6,85 4,50 8,76 5,27 4,24
455 Limay Mahuida 475 503 5,89 6 30,19 0,97 7,00 48,91 6,76 33,00 0,60 1,25 9,03 5,25 5,36
456 Presidente Perón 60027 81141 35,17 1 14,29 1,67 14,78 49,12 3,28 44,92 1,00 2,63 7,78 5,22 5,97
457 Ñorquinco 2041 1736 -14,94 6 42,55 0,98 0,00 60,48 7,03 28,57 2,50 0,63 8,92 5,19 4,26
458 Sargento Cabral 14989 15889 6,00 5 30,31 1,49 10,40 62,31 8,44 42,23 3,00 3,25 8,64 5,18 4,81
459 Berón de Astrada 2290 2461 7,47 6 31,36 2,05 28,04 47,01 3,90 45,79 6,85 2,38 8,34 5,18 4,86
460 Pirané 63833 64566 1,15 4 27,90 2,01 17,72 62,60 8,94 42,73 4,00 4,50 8,28 5,16 4,77
461 Loreto 17383 20036 15,26 5 26,92 0,94 10,30 63,55 11,26 42,37 3,20 3,75 8,33 5,16 5,29
462 Lavalle (Corr) 26204 28759 9,75 5 37,79 1,30 16,63 65,14 14,24 51,09 7,65 4,63 8,53 5,13 3,95
463 12 de Octubre 20100 22281 10,85 5 36,80 1,79 15,34 63,35 9,63 38,10 3,50 5,25 8,37 5,12 4,01
464 2 de Abril 7412 7432 0,27 5 35,73 1,98 8,00 68,30 9,92 32,51 3,50 3,88 7,87 5,11 3,94
465 San Miguel (Corr) 10209 10572 3,56 5 39,14 0,99 18,65 57,93 7,82 56,40 7,00 4,50 8,27 5,09 3,99
466 Ojo de Agua 13326 14008 5,12 5 28,79 1,13 17,72 65,26 11,04 35,61 3,70 2,75 9,11 5,09 5,21
467 25 de Mayo (SJ) 15133 17119 13,12 5 29,09 0,52 15,06 57,34 8,28 47,31 3,75 3,88 8,12 5,09 4,61
468 General Taboada 36367 38105 4,78 4 30,47 1,35 15,94 64,11 9,26 45,22 3,95 4,75 8,12 5,07 4,99
469 Mburucuyá 8969 9252 3,16 5 32,72 1,73 27,78 57,90 7,26 43,97 6,50 3,75 8,46 5,07 4,71
470 Tapenagá 4180 4097 -1,99 6 34,17 1,19 12,88 46,62 7,62 43,59 2,50 2,50 8,40 5,07 4,82
25 • Anexo estadístico

471 San Roque 17910 18366 2,55 5 35,54 1,12 22,39 57,23 9,14 43,30 5,50 3,75 8,67 5,06 4,69
472 Guasayán 7356 7602 3,34 6 29,23 0,72 20,65 59,64 11,18 44,49 5,00 3,50 8,66 5,06 5,05
473 Mayor Luis J. Fontana 53341 55080 3,26 4 30,53 2,80 15,95 61,92 9,86 35,29 3,00 4,50 7,63 5,03 4,95
474 Quebrachos 11299 10568 -6,47 5 31,56 0,93 17,65 67,27 8,50 37,50 3,95 2,75 8,90 5,02 4,68
475 Pilagás 17433 18399 5,54 5 30,05 1,34 18,64 64,82 6,86 47,37 4,35 2,50 9,01 5,01 3,99
476 San Lorenzo (Cha) 14192 14702 3,59 5 38,44 1,23 9,93 67,34 9,62 42,29 3,50 3,88 8,40 4,98 4,56
477 Copo 26924 31404 16,64 5 38,00 0,77 11,35 68,38 22,62 42,58 5,45 5,38 8,40 4,96 4,32
478 Santa Catalina 3114 2800 -10,08 6 39,80 0,61 23,12 67,79 11,18 34,39 7,00 3,13 8,57 4,93 3,10
479 Maipú (Cha) 24706 25288 2,36 5 36,30 1,30 14,02 73,71 13,79 46,11 4,50 4,75 8,40 4,87 3,55
480 Santa Victoria 11086 10344 -6,69 6 46,40 1,23 19,33 70,92 12,55 41,19 8,25 3,13 8,43 4,85 3,35
481 Juan F. Ibarra 16926 18051 6,65 5 39,70 0,48 8,12 68,43 12,29 48,65 3,25 3,25 8,72 4,81 4,04
482 Robles 39919 44415 11,26 5 30,94 1,00 16,63 65,93 14,08 51,08 3,75 4,25 8,16 4,76 4,54
483 Moreno (Sgo) 27933 32130 15,03 5 31,89 1,34 10,71 62,46 12,36 52,43 2,95 2,75 8,13 4,75 4,57
484 Fray Justo Santa María de Oro 10418 11826 13,52 5 37,42 1,51 14,62 64,39 12,86 40,93 2,50 4,38 7,97 4,73 3,20
485 Quitilipi 32015 34081 6,45 4 31,87 2,05 21,16 68,82 8,13 45,63 3,50 4,38 7,78 4,72 4,38
486 Silípica 7591 7712 1,59 6 30,23 0,22 8,00 66,68 15,25 53,10 2,70 1,50 8,90 4,71 4,52
487 Aguirre 7017 7610 8,45 5 36,44 1,44 18,48 64,68 7,44 46,20 3,00 2,38 8,77 4,70 4,61
488 O’Higgins 19204 20131 4,83 5 34,77 1,57 15,20 70,98 13,32 46,58 4,00 3,63 8,13 4,70 4,36
347
Posición Crecpob Categ %pob %pob TMI %pob %pob %pob PA
Departamento / Partido / Comuna pob2001 pob2010 RRBN RRSC ICV 2010 ICV 2001
348
ICV 2010 2001-2010 Urbana <1ria Universit 2009-2011 sinobsoc sinretrete hacinada (compl).
489 Belgrano (Sgo) 7911 9243 16,84 5 27,17 1,87 33,44 54,27 6,85 35,36 2,30 3,00 8,37 4,68 5,69
490 San Martín (Sgo) 8992 9831 9,33 6 38,01 0,28 8,00 69,59 23,55 52,10 5,75 2,38 8,56 4,65 3,56
491 25 de Mayo (Cha) 28005 29215 4,32 4 34,66 1,76 17,51 71,62 10,84 50,90 3,50 3,75 8,28 4,62 4,17
492 Concepción (Corr) 18386 21113 14,83 4 41,97 0,98 20,36 62,13 7,86 50,91 4,50 2,75 8,33 4,58 3,75
493 Jiménez 13163 14352 9,03 5 37,82 0,35 14,81 59,10 13,66 43,26 2,20 2,25 8,53 4,58 4,30
494 Pellegrini (Sgo) 19503 20514 5,18 5 42,69 0,57 13,96 66,57 18,07 43,04 3,35 3,38 8,47 4,52 3,74
495 Almirante Brown (Cha) 29037 34075 17,35 5 35,08 1,68 19,04 68,29 16,97 46,01 2,25 4,31 8,43 4,50 4,13
496 General Belgrano (Cha) 10457 11988 14,64 5 40,25 1,87 19,93 71,88 12,25 41,88 2,50 3,63 8,63 4,48 4,12
497 Patiño 64179 68581 6,86 5 33,18 1,94 23,62 66,41 15,72 47,82 4,25 3,13 8,15 4,47 4,14
498 Salavina 10658 11217 5,24 5 39,96 0,29 15,18 72,27 15,74 49,08 3,20 2,38 8,89 4,40 3,55
499 Chical Co 1451 1502 3,51 6 36,40 1,31 40,00 58,52 6,26 36,22 3,50 1,50 9,16 4,36 5,10
500 Sarmiento (Sgo) 4592 4607 0,33 5 38,24 0,28 11,70 70,33 14,52 55,07 2,25 2,25 8,67 4,36 3,66
501 Alberdi 15502 17252 11,29 5 40,74 0,60 10,95 67,42 17,48 50,65 2,50 2,25 8,48 4,35 4,44
502 General Güemes (Cha) 61910 67132 8,43 4 40,02 1,79 21,98 75,48 19,55 52,45 4,50 4,75 8,37 4,33 3,54
503 Atamisqui 9776 10923 11,73 5 42,60 0,42 13,70 71,80 18,24 49,13 2,75 2,25 8,90 4,28 3,70
504 Independencia (Cha) 20569 22411 8,96 5 40,04 0,80 19,96 73,84 10,99 48,31 2,50 3,50 7,98 4,23 3,45
505 Avellaneda (Sgo) 19339 20763 7,36 5 37,96 0,33 16,10 73,99 15,24 55,06 1,95 2,38 8,89 4,20 3,71
506 Mitre 1813 1890 4,25 6 45,47 0,44 13,33 74,97 14,02 40,48 2,70 1,25 8,39 4,19 3,52
507 Matacos 12040 14375 19,39 5 31,04 1,93 26,40 69,71 16,53 54,78 2,75 3,50 8,25 4,19 3,25
508 Figueroa 17479 17820 1,95 6 42,81 0,21 8,00 74,27 25,06 58,95 2,70 1,38 8,88 4,02 3,44
VI

509 Rivadavia (Sal) 27168 30357 11,74 5 42,62 0,81 16,87 78,74 31,24 68,74 2,75 1,25 7,58 3,18 3,32
510 Bermejo (For) 12615 14046 11,34 5 46,33 0,89 36,91 76,98 27,64 66,51 4,00 1,50 8,21 2,95 2,98
511 Ramón Lista 10781 13754 27,58 5 45,42 1,28 20,08 76,52 42,87 84,33 3,85 1,63 8,00 2,84 2,74
26

LOS AUTORES

Adela Tisnés. Geógrafa (UNCPBA), Dra. en Demo- Juan Pablo Celemín. Geógrafo (UNMP), Dr. en Geo-
grafía (UNC), Profesora en la UNCPBA y la grafía (UNS), Profesor en la UNQ, Investigador
UNLa. Adjunto del CONICET.
Carolina Beceyro. Geógrafa y Dra. en Geografía Marcos Damián Mare. Geógrafo (UNComa), Dr. en
(UNCu), Profesora en la UNCu. Ciencias Sociales y Humanas (UNLu), Profesor
en la UNComa.
Claudia A. Baxendale. Geógrafa (USAL), Profesora
en la UBA. María Alejandra Fantín. Geógrafa (UNNE), Dra. en
Demografía (UNC), Profesora en la UNNE, In-
Claudia Andrea Mikkelsen. Geógrafa (UNCPBA),
vestigadora Independiente del CONICET.
Dra. en Geografía (UNS), Profesora en la
UNCPBA y la UNMdP, Investigadora Adjunta Matías Adrián Gordziejczuk. Geógrafo (UNMdP),
del CONICET. Becario en la UNMdP.
Fernando Ariel Manzano. Economista y sociólogo Néstor Javier Gómez. Geógrafo (UNL), Dr. en
(UBA), Dr. en Demografía (UNC), Profesor en Geografía (UNNE), Profesor en la UNL y la
la UPE y la UN de Moreno. UADER, Investigador Asistente del CONICET.
Gerardo Mario de Jong. Geógrafo (UBA), Dr. en Norma Cristina Meichtry. Geógrafa (UNNE), Dra.
Geografía (UNLP), Profesor en la UNComa, en Sociología-Demografía (Texas University),
Integrante del ISHIR - CONICET. Profesora en la UNNE, Investigadora Indepen-
diente del CONICET.
Guillermo Ángel Velázquez. Geógrafo y Dr. en Geo-
grafía (UBA), Profesor en la UNCPBA, Investi- Pablo Cristian Paolasso. Geógrafo y Dr. en Geogra-
gador Superior del CONICET. fía (UNT), Profesor en la UNT, Investigador
Adjunto del CONICET.
Gustavo D. Buzai. Geógrafo (UBA), Dr. en Geogra-
fía (UNCu), Profesor en la UNLu, Investigador Ricardo Villavicencio. Geógrafo (UNSJ), Profesor en
Independiente del CONICET. la UNSJ.
Hugo Fernando Longhi. Geógrafo y Dr. en Geografía Rosana Castillo. Geógrafa (UNSJ), Profesora en la
(UNT), Investigador Asistente del CONICET. UNSJ.
Jorge Osvaldo Morina. Geógrafo (UBA), Profesor en Santiago Linares. Geógrafo (UNCPBA), Dr. en Geo-
la UNLu y la UBA. grafía (UNS), Profesor en la UNCPBA, Investi-
gador Asistente del CONICET.
Jorge A. Pickenhayn. Geógrafo y Dr. en Geografía
(UBA), Director del Doctorado en Geografía de Sofía Estela Ares. Geógrafa (UNMdP), Mag. en
la UNSJ. Miembro de la Academia Nacional de Ciencias Sociales y Humanidades (UNQ), Pro-
Geografía. fesora en la UNMdP.
Josefina Inés di Nucci. Geógrafa (UNCPBA), Dra. en Sonia Alejandra Pou. Lic. en Nutrición y Dra. en
Geografía (UNS), Profesora en la UNCPBA, In- Ciencias de la Salud (UNC), Profesora en la
vestigadora Asistente del CONICET. UNC, Investigadora Asistente del CONICET.

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