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INTRODUCCIÓN
La literatura de nuestro país ha estado marcada por muchos escritores que reflejaron la
realidad peruana, César Vallejo, Ciro Alegría, entre otros sin embargo la literatura
indigenista y de la serranía no tomó mucha importancia sino con la llegada de José María
Arguedas. El hombre que con sus escritos hizo más por las comunidades indígenas que lo
realizado por todos los indigenistas anteriores. Arguedas dio una personalidad convincente
en el plano literario a los indígenas, incorporándolos por la puerta grande, con su propio
lenguaje, al ámbito de las letras peruanas. La imagen literaria de Arguedas se perfecciona
con sus Relatos completos, reunidos en 1975, y con importantes investigaciones
antropológicas y folclóricas, además de su producción poética en lengua quechua, logrando
la reivindicación literaria del mundo andino. Arguedas, en cada etapa de su vida, siempre
mostró un cariño muy especial por la lengua indígena, considerada por él mismo como su
lengua materna y a sus pobladores como su familia, pensando en que ellos no eran cosa de
un pasado que había que mirar con nostalgia, sino que formaba parte de la esencia misma
del futuro de su patria.
ARGUMENTACIÓN
En el presente ensayo se propone recorrer ligeramente la narrativa de Arguedas (1911 -
1969) y dar un trasfondo histórico para facilitar la comprensión y el análisis estético de
este escritor reconocido por muchos estudiosos como uno de los mejores narradores
peruanos del siglo XX. José María Arguedas es el autor de, entre otras obras, Agua (1935)
Yawar Fiesta (19421), los ríos profundos (1958), todas las sangres (1964) y el zorro de
arriba y el zorro de abajo (1971). Si bien la mayoría de los críticos califica de
neoindigenistas a las tres primeras obras, otros las juzgan indigenistas, anunciadoras del
neoindigenismo de las dos últimas novelas. En realidad, todas muestran la trágica
trayectoria espiritual del autor y su desgarrada biografía; son narraciones consumidas de
dolor y sufrimiento personal y social, creado por el alejamiento y la división cultural que
marcó la vida del autor.
En mi concepto, los cuentos y las novelas de Arguedas ofrecen una nueva visión del indio
como indigenistas en el cuento “agua” que le da el título a su primer libro, Arguedas inició
el lirismo evocativo mantenido en el curso de su producción narrativa a la vez que
comenzó a mostrar cómo los indígenas oprimidos reaccionan, aferrándose a sus mitos y
tradiciones para comunicarse con la naturaleza por medio de la música, la poesía, las
fiestas y el trabajo comunal. Su preocupación social es muy evidente en ese relato, es decir,
presenta una visión más amplia del universo indígena desde la perspectiva de un escritor
culturalmente mestizo y bilingüe.
Para trazar el desarrollo evolutivo del arte narrativo arguediano debemos comenzar con
“warma kuyay” (amor de niño) su primer trabajo literario publicado en 1933. Con una
temática autobiográfica y está escrito con el punto de vista de Ernesto, adolescente de
catorce años de edad, hijo del patrón, quien es el narrador protagonista. Ernesto, el misti
indigenizado, al contar sus vínculos con una pareja de novios indios, expresa su
indignación cuando la novia, a quien también él ama, es violada por el gamonal. En varios
párrafos, el narrador muestra parte de la otra cara de su tragedia personal: los indios
también los discriminan por pertenecer a la clase gamonal.
En yawar fiesta (1945), su primera novela, la acción se desarrolla en una capital de
provincia, un escenario más amplio que el de la aldea y la hacienda de Agua. El conflicto
gira en torno de la prohibición gubernamental de no permitir en la corrida de la muerte del
toro por amarrar el cóndor a su lomo. Esta prohibición de la fiesta sangrienta contrapone al
misti y la autoridad política impuesta por Lima. Todo ellos muestran dos choques de
cultura paralelos, uno individual y otro geográfico: el indio contra el misti, la sierra contra
la costa.
En los Ríos Profundos, la segunda novela de Arguedas, el protagonista es el narrador. Pese
a estar consciente de la dualidad cultural, este se identifica plenamente con el indio. En la
novela, la música y el baile adquieren dimensiones religiosas cuando facilitan la
aprehensión del misterio de la creación. El narrador Ernesto es un niño desadaptado,
solitario, desgarrado por la condición bicultural, pese a su apego al mundo indígena. Su
desconcierto se alivia con el grato recuerdo de los nativos que lo apararon en su niñez. Se
refugia en la ensoñación y en la comunicación con la naturaleza. A veces agobiado por el
presente, lamenta sus sufrimientos y convoca secretamente la protección de los personajes
indígenas que poco tiempo atrás lo habían protegido. Ernesto recorre el sur peruano hasta
quedar internado en un Colegio Religioso de Abancay, porque su padre, un abogado de
provincias, inestable e itinerante, no puede encontrar nunca donde fijar su residencia. En el
Colegio le toca convivir con todo tipo de adolescentes de diferente estatus social y
económico, pero se llegó a compenetrar con la mayoría de ellos.
Ahora pasamos a su novela “El Sexto” que es la cuarta novela del escritor peruano José
María Arguedas publicada en 1961, Es una breve novela basada en la experiencia
carcelaria del autor en la prisión limeña del mismo nombre, entre los años de 1937 y 1938
está ambientada en un contexto urbano y con personajes mayoritariamente costeños y
criollos, no deja de tener elementos en común con sus anteriores novelas neoindigenistas,,
pues su protagonista-narrador (que usa el sobrenombre de Gabriel) es también un ser
marginal, sensible e idealista, escindido entre dos mundos (el serrano-andino y el costeño-
criollo) y entre dos culturas (la quechua y la castellana). El mundo de los presos políticos
en el Sexto refleja la realidad peruana de la década de 1930: comparativamente, los
apristas son mayoría y los comunistas solo una minoría. Estos partidos, de carácter
revolucionario, habían surgido en los años 1920 con la pretensión de transformar
radicalmente al país; pero fue el APRA, fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre, que al
comenzar la década de 1930 irrumpió como un partido de masas, apoyado por obreros,
campesinos, estudiantes y la clase media. La novela es un eco de la lucha de los apristas y
comunistas contra el régimen dictatorial de Benavides, pero a la vez refleja el
enfrentamiento de ambos grupos en el plano doctrinario. Frente a esta disputa, el joven
Gabriel se muestra como un individualista acérrimo: no comparte ninguno de esos
fanatismos extremos, aunque se siente más cercano a los comunistas. Se podría definirlo
como un independiente.
En Todas las sangres, la penúltima obra fundamental de Arguedas, considerado por él
mismo como su novela más importante, observamos un panorama mucho más profundo
del mundo indígena. En esta novela, Arguedas emplea el diálogo con diferentes puntos de
vista. Sin duda Todas las sangres es una obra de carácter social, puesto que nos muestra
lucha de las comunidades contra el expansionismo de las empresas mineras
transnacionales, aunque no se especifica el tiempo de la acción, por medio de referencias y
algunos datos podemos inferir que la historia se desarrolla después de 1931, año de la
fundación de los partidos comunista y aprista en el Perú. Al final, la obra propone la la
reivindicación del indígena e invita a la transformación del país que debe levarse a cabo
principalmente en la ciudad, porque es allí donde se concentra la mayor cantidad de
población y la economía.