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P. I. Stucka
Prólogo y Traducción de
Presentación...............................................................................5
Prefacio......................................................................................8
Prólogo......................................................................................39
Primera parte. Teoría General del Derecho...............................55
Prefacio a la primera edición
Prefacio a la tercera edición......................................................61
I. ¿Qué es el derecho?...........................................................67
II. Las relaciones sociales y el derecho.................................83
III. Interés de clases y derecho.............................................104
IV. El poder organizado de la clase dominante y el derecho..119
V. El derecho como sistema de relaciones sociales............142
VI. Derecho y revolución.....................................................172
VII. Derecho y ley.................................................................212
VIII. Análisis de la relación jurídica......................................237
IX. Historia de la teoría prerrevolucionaria.........................252
X. Derecho y jurisprudencia...............................................282
Segunda parte. Otros escritos
Tribunal viejo y tribunal nuevo..............................................296
La concepción marxista del derecho (Notas no solamente
juristas) .................................................................................312
Clase y derecho......................................................................315
¿Qué es el derecho?...............................................................321
Economía y derecho...............................................................332
Conciencia jurídica de clase y legalidad revolucionaria........336
Notas sobre la teoría clasista del derecho...............................340
“El llamado derecho soviético”. A propósito de una
desviación jurídica ................................................................366
Estado y derecho en el período de la constitución
socialista.................................................................................380
Cultura y derecho...................................................................411
Llamadas...............................................................................232
5
PRESENTACIÓN
noviembre de 2016
8
PREFACIO
Por otra parte, dentro del debate teórico interno del Par-
tido, se hallaban temas que políticamente eran “más” impor-
tantes y de cuya solución y aprobación como línea oficial del
Partido dependía, la posición “secundaria” de los aspectos
formales, culturales y por supuesto del derecho. Discusiones
acerca de la democratización por elecciones generales del
régimen (tal como la clausurada Asamblea Constituyente del
18); discusiones sobre la suspensión temporal de la demo-
cracia interna en el Partido o del centralismo democrático, en
tanto se superen las agresiones militares contrarrevoluciona-
rias externas e internas, las críticas de incurrir en dictadura
que eso suponía para sectores del Partido que no aceptaban
que el Comité Central asuma la dirección total del proceso; el
problema de las nacionalidades, que fue tan torpe y criminal-
mente aplastado en Georgia por Stalin; la derrota del Ejército
Rojo a las puertas de Varsovia, tal vez ése es el hecho más
importante en lo militar que marcará el límite más alto en
esta materia y por tanto la necesidad de asumir una posición
defensiva militar que perdurará hasta los años inmediatos an-
teriores a la Segunda Guerra Mundial. Otro punto que generó
airadas protestas incluso de los camaradas a nivel internacio-
nal fue el de la Nueva Política Económica (NEP), mediante
la cual Lenin impuso su posición de que en las condiciones
que se vivían no era posible avanzar de lleno al socialismo y
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que había que realizar un retroceso a la economía capitalista
en la zonas rurales, donde los campesinos ricos (kulaks) pue-
dan producir según las modalidades anteriores a la revolu-
ción, pero además de que parte del aparato productivo indus-
trial debía retornar al sistema capitalista de producción. En
descargo se sostenía que al encontrarse el control del aparato
Estado en manos del proletariado representado por su parti-
do, al centralizarse y planificarse la economía, con control
del comercio exterior y de las transferencias internas, con
más el control obrero colectivo en las industrias, sería muy
difícil que el capitalismo pueda poner en peligro económica
o políticamente al nuevo Estado socialista. En un opúsculo
previo a la insurrección de octubre (“La catástrofe que nos
amenaza y como enfrentarla”), Lenin señalaba que la clave
para los trabajadores a momento de la revolución sería el
control, registro y contabilidad. Pero ya ingresada la socie-
dad en el socialismo, estos simples elementos, si bien claves,
no eran suficientes. Había que volver a un sistema mixto en
lo económico, tal como ya se lo señaló, con la idea de que
permitiendo el desarrollo de la iniciativa privada la situación
económica, por la regulación del mercado, mejoraría; pero
además eso permitiría al proletariado mediante el control
obrero colectivo aprender de los empresarios capitalistas a
administrar el aparato industrial y comercial; como lo dijo
Lenin, si es necesaria la recontratación de los antiguos ge-
rentes y dueños de las empresas, había que hacerlo, incluso
si se tratara de técnicos extranjeros pero con la finalidad de
que los trabajadores aprendieran el sistema para aplicarlo en
lo posterior en forma autónoma y sin necesidad de recurrir a
dichos capitanes de industria (cosa que finalmente se hizo).
Pero en aquel momento, gran parte del Partido en uso del
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centralismo democrático partidista presentó su queja formal,
incluso se crearon fracciones partidistas a la izquierda con la
finalidad de denunciar la actitud de Lenin, la traición, el re-
torno velado al capitalismo. Por último las tesis leninistas se
impusieron y pasados unos pocos años, con la doble guerra
terminada, y con la producción agrícola e industrial, el país
se estabilizó. La economía había mejorado grandemente y
los resultados estaban a la vista, además de que la población
entera había participado de ese milagro económico y cono-
cía la manera como se lo había hecho, por primera vez los
trabajadores eran dueños de su destino y sabían, o más bien
tomaron parte en las decisiones de la política pública. Pero
también estaba la comprensión leninista de la revolución que
consideraba que en final de cuentas por tratarse de una revo-
lución realizada en un país capitalista atrasado, se trataba de
una revolución democrática burguesa, que por tanto debía
cumplir y realizar las tareas democrático-burguesas que la
burguesía había sido incapaz de realizar, la diferencia radica-
ba en que dichas tareas serían cumplidas por el proletariado
y no por la burguesía, y por tanto la ejecución y materializa-
ción de esas tareas estaría signada, bajo el sello socialista. A
esa situación de excepción Trotsky la denominaría revolu-
ción permanente, al hecho de que una clase social diferente
a la llamada por la historia para la transformación, realice
dicha transformación. Había que saltar la larga etapa de de-
sarrollo capitalista, por ser inviable en Rusia, porque en los
decenios anteriores la burguesía no fue capaz de destruir el
poder de la aristocracia latifundista ni la monarquía zarista,
como lo hizo la burguesía revolucionaria francesa en 1789,
o como llegó a generar un bloque histórico de poder la bur-
guesía inglesa en alianza con su aristocracia en 1648. Saltar
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la etapa no implicaba pasar directamente al modo de produc-
ción socialista, sino que el proletariado revolucionario desde
su dictadura proletaria, desde el gobierno obrero-campesino
debía ejecutar esas obras, esas tareas pendientes, sentando
las bases económicas y superestructurales para el desarrollo
del socialismo. El proletariado y las masas revolucionarias
en control del aparato estatal, debían desarrollar la econo-
mía y la vida social con un sello socialista, se tenían que
cumplir las tareas democrático-burguesas, pero sin la bur-
guesía como clase dominante o dirigente, había que reem-
plazar esa dirección de clase por la dirección del proletariado
y sus aliados. En algún momento, Lenin decía que el suyo
era un estado capitalista sin burguesía, o que el estado de
socialista sólo tenía el nombre, o finalmente que el gobierno
obrero-campesino estaba reemplazando a la burguesía en el
poder haciendo aquello que tal burguesía no hizo.
55
PRIMERA PARTE
12 de junio de 1924
67
1. ¿Qué es el derecho?
Aquí, las personas sólo existen las unas para las otras
como representantes de sus mercaderías, o lo que es lo mis-
mo, como poseedoras de mercancías. [...]. Lo que distin-
gue al poseedor de una mercancía de ésta es el hecho de
que para ella toda otra mercancía material no es más que
la forma en que se manifiesta su propio valor.» Una nota
aclara luego que el concepto de derecho se obtiene de la
relación social misma, y no del concepto de justicia (de la
ideología) como hace Proudhon. Véase después otro pasaje
de El Capital donde el contrato entre obrero y capitalista (el
contrato de trabajo) se ve como una mediación formal (Ver-
mitllung) de la relación del capital. Si ahora vuelve a leerse
el célebre pasaje del Prefacio a la Contribución a la Críti-
ca de la Economía Política donde se define la relación de
propiedad como mera expresión jurídica de las relaciones
de producción, se tendrá delante casi todo el derecho bur-
157
gués: el derecho de propiedad, el contrato de compraventa
(de cambio) y el contrato de trabajo.
237
VIII. Análisis de la relación jurídica
II
III
Clase y derecho
Nuestra tarea
«Base y sobreestructura»
Conclusión
socialista
La construcción socialista
Pero no a la inversa.
383
Esta concepción fue rechazada categóricamente por Le-
nin. No basta descubrir los paralelismos existentes entre la
revolución burguesa y la revolución proletaria; es preciso
individualizar además su natural oposición. La idea de una
construcción revolucionaria como característica específica
de la revolución socialista, contenida ya en El Estado y Re-
volución, fue desarrollada por Lenin en marzo de 1918: «Una
de las diferencias fundamentales entre la revolución burgue-
sa y la revolución socialista consiste en que para la primera,
que brota del feudalismo, en el seno del viejo régimen se
van creando gradualmente nuevas organizaciones económi-
cas, que van modificando todos los aspectos de la sociedad
feudal. La revolución burguesa tenía una sola misión: barrer,
arrojar, romper todas las ataduras de la sociedad anterior. Al
cumplir esta misión, toda revolución burguesa cumple con lo
que de ella se exige: intensifica el desarrollo del capitalismo.
La revolución socialista se halla en una situación completa-
mente distinta. Cuanto más atrasado es el país en el que, en
virtud de los zig zags de la historia, ha tenido que comenzar
la revolución socialista, más difícil resulta para él pasar de
las viejas relaciones capitalistas a las socialistas. A las tareas
de destrucción se añaden aquí nuevas tareas, de inaudita difi-
cultad: las de organización [...]. La diferencia entre la revolu-
ción socialista y la revolución burguesa consiste precisamen-
te en el hecho de que en el caso de esta última ya se hallan
dispuestas las formas de las relaciones capitalistas, mientras
que el poder soviético -proletario- no hereda relaciones ya
listas, si no se tienen en cuenta las formas más desarrolladas
del capitalismo, las cuales, en substancia, han llegado a al-
gunos puntos culminantes reducidos de la industria, pero que
por ahora no han llegado a la agricultura.»’
384
El Estado del período de transición
La concepción socialdemócrata
El «derecho burgués»
V. I. Lenin