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Asociación Española Revista de Psicopatología y Psicología Clínica Vol. 14, N.º 2, pp.

79-93, 2009
de Psicología Clínica ISSN 1136-5420/09
y Psicopatología

TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL GRUPAL DEL TRASTORNO


DE PÁNICO CON O SIN AGORAFOBIA EN UN CENTRO DE SALUD
MENTAL PÚBLICO

ASCENSIÓN GARRIGA1, JULIO C. MARTÍN1 Y CONCHA LÓPEZ SOLER3


1
Servicio Murciano de Salud, Hospital Psiquiátrico, Murcia
2
Facultad de Psicología, Universidad de Murcia y Hospital V. Arrixaca, Murcia

Resumen: La eficacia de la terapia cognitivo-conductual (TCC) en el tratamiento del trastorno de


pánico (TP) con o sin agorafobia está bien documentada; sin embargo, se conoce menos su efecti-
vidad en formato grupal. El propósito de este estudio es investigar la efectividad de una combinación
de las principales técnicas utilizadas en una versión específica de TCC en formato grupal para este
trastorno: el Modelo de Control del Pánico. El tratamiento consistió en 12 sesiones grupales sema-
nales siguiendo la guía propuesta por Martín (2007) para aplicar en grupo el programa de Barlow
(1988). Todos los pacientes tuvieron ganancias significativas en todas las dimensiones evaluadas
con alto grado de remisión de sintomatología fisiológica de las crisis de pánico y mejora significa-
tiva en los síntomas asociados. Los resultados sugieren la recomendación de este modelo de trata-
miento para el abordaje de los trastornos de pánico en una consulta pública de salud mental.
Palabras clave: Trastorno de pánico, agorafobia, terapia cognitivo conductual grupal, efectividad.

Group cognitive-behavioral therapy for panic disorder with or without agoraphobia


in a public mental health center
Abstract. The efficacy of cognitive-behavior therapy (CBT) in the treatment of panic disorder (TP)
with or without agoraphobia is well documented, but less is known about group CBT effectiveness.
The purpose of this study is to investigate the effectiveness of a combination of the main techniques
used in a specific version of CBT for the treatment of this disorder: the Control Panic Program. The
treatment consisted of 12 weekly group sessions, following the guidelines proposed by Martin
(2007) to implement the Barlow program in a group format (Barlow 1988). All patients showed
significant gains in all dimensions assessed, with a high degree of remission in panic attacks’ phy-
siological symptoms and significant improvement in associated symptoms. Results warrant recom-
mending this model for the treatment of panic disorder in public mental health consultancies.
Keywords: Panic disorder, agoraphobia, group cognitive-behavior therapy, effectiveness.

INTRODUCCIÓN llan agorafobia, definida por miedo a sitios o si-


tuaciones de las que resulta difícil escapar o
Los ataques de pánico son periodos concre- recibir ayuda, en caso de sufrir un ataque de
tos de intenso miedo y malestar, acompañados pánico. Situaciones típicas son alejarse de casa,
de, al menos, cuatro síntomas de ansiedad físi- estar en un cine o utilizar un trasporte público.
cos o psicológicos. Alrededor de 2/3 de los Según estudios comunitarios a gran escala al-
pacientes con trastorno de pánico (TP) desarro- rededor de un 10% de la población adulta ex-
perimenta algún ataque de pánico, aunque en la
Recibido: 18-marzo-2008; aceptado: 29-enero-2009. mayoría de casos no llega a desarrollarse un TP
Correspondencia: Julio C. Martín, Subdirección de Salud (Robins et al., 1984).
Mental, Servicio Murciano de Salud, Hospital Psiquiátrico, El TP con o sin agorafobia supone un im-
Crta. Mazarrón s/n. 30120 el Palmar (Murcia).
Correo-e: julioc.martin@carm.es
portante problema de salud pública (Margraf,

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Barlow, Clark y Telch, 1993). Su prevalencia a I del DSM-IV (APA, 1994) entre un 65% y un
lo largo de la vida es aproximadamente del 3% 88% padecen otros trastornos, siendo los más
(Barlow, Gorman, Shear y Woods, 2000). Datos frecuentes los de ansiedad y del estado de áni-
epidemiológicos obtenidos en 40.000 sujetos mo, patología que se incrementa a medida que
de diez países encuentran unas tasas de preva- se agrava la evitación agorafóbica (Barlow,
lencia del 1,4% al 2,9% (Weissman, Bland, DiNardo, Vermilyea, Blanchard, 1986; Sander-
Canino, Faravelli y otros, 1997) y, según el son, DiNardo, Rappe y Barlow, 1990, Brown y
DSM-IV (Diagnostic and Statistical Manual of Barlow, 1992; Starcevic, Uhlenhuth, Kellner
Mental Disorders), la prevalencia anual se sitúa y Pathak, 1992). También aumenta el abuso de
entre el 1,5% y el 3,5%. sustancias y el riesgo de suicidio (Brown y
La edad de inicio más frecuente del trastor- Barlow, 1992; Weissman, Klerman, Markowitz
no es alrededor de los 20 años y existe un ries- y Oullette, 1989). Respecto al Eje II del DSM-
go dos veces mayor de padecerlo por parte de IV, entre un 40% y un 50% de pacientes cum-
las mujeres (Weissman et al, 1997). El estrés plen criterios para el diagnóstico de uno o más
psicosocial previo no se asocia de forma con- trastornos de personalidad (Mavissakalian,
sistente a la ocurrencia del TP, sólo la dimen- 1990; Pollack, Otto, Rosenbaum y Sachs,
sión social del estrés predeciría la existencia o 1992).
no de agorafobia (Sandín, Rodero, Santed y La terapia cognitivo-conductual (TCC), es
García-Campayo, 2006). Aunque su evolución altamente eficaz en el tratamiento del trastorno
tiende a fluctuar, frecuentemente es crónico y, de pánico con o sin agorafobia como demues-
en su curso natural, muestra un bajo porcentaje tran varios meta-análisis (Clum y Surls, 1993;
de remisiones (Keller et al., 1994; Yonkers et Michelson y Marchione, 1991: Wolfe y Márser,
al., 1998) provocando una importante reducción 1994) y confirman diferentes ensayos clínicos
en la calidad de vida. Afecta al ajuste matrimo- (Craske, Brown y Barlow, 1991; Margraf et al.
nial y a la independencia económica disminu- 1993: Ost, Westling y Hellstrom, 1993; Telch
yendo la sensación de auto-eficacia, con las et al., 1993), así como el National Institute of
importantes consecuencias negativas que esto Mental Health (NIMH) agencia del Nacional
supone (Weissman, 1991). Todo ello, en opi- Institue of Health de USA (1991). Se han desa-
nión de Margraf et al. (1993), explica el hecho rrollado varias versiones de TCC para TP com-
de que estos pacientes busquen ayuda profesio- binando estrategias con objetivos específicos:
nal con mayor frecuencia que con cualquier otro (a) Reestructuración cognitiva para corregir
trastorno. El pronóstico a largo plazo, sin un errores de interpretación de las sensaciones
tratamiento adecuado, es peor que el de la de- corporales como eventos peligrosos; (b) expo-
presión mayor (Botella, 2001). sición en vivo a las situaciones o estímulos te-
Las personas con TP frecuentan los servicios midos para desconfirmar la experiencia apren-
de urgencias y de medicina general presentado dida y los automatismos mentales relacionados
un porcentaje muy alto de síntomas cardiacos (Jacobson y Revenstorf, 1988) que ayudan a
inexplicables, vértigos y molestias intestinales superar la evitación agorafóbica (Marks, 1987);
(Barlow et al, 2000). También resulta más pro- y (c) animar al trabajo entre sesiones para ge-
bable su hospitalización por problemas físicos neralizar y reforzar los resultados fuera del cen-
y utilizan más psicofármacos (Klerman, tro de salud mental (Galassi, Quercioli, Caris-
Weissman, Oullette, Jonson y Greenwald, mas, Niccolai y Barciulli, 2007). Estos
1991; Markowitz, Weissman, Oullette, Lish y tratamientos tienen elevadas tasas de éxito y se
Klerman, 1989). Los costes económicos y so- dispone de manuales de tratamiento para el
ciales del TP son considerables. Sin embargo, terapeuta y de manuales de autoayuda para los
el TP tratado adecuadamente puede producir pacientes (Beck y Zebb, 1994).
una mejoría clínica de hasta el 94% (Barlow et La American Psychological Association
al., 2000). (APA), en el grupo de promoción y disemina-
El TP presenta alta comorbilidad con otras ción de procedimientos psicológicos (1995) y,
alteraciones psicopatológicas. Respecto al Eje posteriormente, en la guía clínica sobre inter-

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venciones (APA, Task Force on Psychological troles en lista de espera. Al concluir el trata-
Interventions Guidelines), teniendo en cuenta miento, el 85% del grupo experimental estaba
las recomendaciones sobre exigencias metodo- libre de crisis de pánico, frente al 30% del gru-
lógicas (Nathan y Gorman, 1998), clasifica los po control. Los tratados también mejoraban
tratamientos psicológicos en dos ejes: por su significativamente en índices de ansiedad, ago-
eficacia y por su utilidad clínica. En el primer rafobia, depresión y miedo al miedo. Los resul-
eje, los tratamientos bien establecidos para el tados se mantenían a los seis meses. (Telch et
TP son: (a) el tratamiento del control del páni- al., 1993)
co (TCP), desarrollado por el grupo de Barlow En Indiana (Estados Unidos) se llevó a cabo
(Barlow y Cerny, 1988; Barlow y Craske, un estudio de efectividad en un centro de salud
1989,1994) que describimos con detalle en el mental y compararon sus resultados utilizando
apartado sobre procedimiento; y (b) la terapia una estrategia de benchmarking con los resul-
cognitiva para el TP. El grupo de Clark (1986, tados de eficacia de las clínicas de investigación
1989) incluye varios componentes para identi- (Wade, Treat y Stuart, 1998). El 87% de los
ficar y someter a prueba la adecuación de las pacientes permanecían libres de crisis al finali-
interpretaciones catastrofistas y sustituirlas por zar el tratamiento y se producía un descenso
otras más realistas. Incluye un componente edu- significativo de la ansiedad anticipatoria y ge-
cativo, otro cognitivo, «experimentos» para neralizada, de la evitación agorafóbica y de los
inducir sensaciones temidas con recomendacio- síntomas de depresión. Estos resultados se man-
nes para abandonar «conductas de seguridad» tenían al año de seguimiento (Stuart, Treat y
y tareas para casa. La diferencia más notable Wade, 1998).
entre ambos enfoques es que en el programa de En nuestro entorno se han comparado los
Barlow se da un gran énfasis a la exposición a resultados de la misma intervención en un ser-
las sensaciones interoceptivas y en el programa vicio universitario de psicología y en un centro
de Clark al componente cognitivo. de salud mental (García-Palacios et al., 2002);
Respecto al eje sobre utilidad clínica o vali- anteriormente este equipo había adaptado el
dez externa (segundo eje) la efectividad de los modelo de Clark y Salkovskis para intervención
actuales tratamientos para el TP está bien esta- grupal (Ballester y Botella, 1992). García-Pa-
blecida. Los investigadores del NIHM de USA lacios et al. (2002), obtienen resultados simila-
recomiendan desarrollar modos de aplicación res, pero con un índice de abandono muy bajo
que aumenten su disponibilidad (Lidren et al., (0% comparado con el 26,4% de Wade et al.).
1994). Botella (2001, 2004), en su exhaustiva Este resultado es comparable al de las clínicas
revisión, indica la importancia de replicar los universitarias (Barlow y Craske, 1989; Telch,
estudios de efectividad y que estos tratamientos et al., 1993). Más recientemente, Sharp, Power
eficaces estén disponibles de forma que permi- y Swanson (2004) comparan la eficacia y acep-
tan una adecuada aplicación por parte de otros tabilidad de la TCC grupal e individual en aten-
profesionales. ción primaria obteniendo unos índices de aban-
En lo que concierne a las terapias cognitivo- dono muy altos en la intervención grupal (47%).
conductuales grupales en el tratamiento de los En un estudio llevado a cabo en Italia también
trastornos de ansiedad, los estudios son escasos se obtienen mejorías significativas en un trata-
ya que la mayoría se han realizado de forma miento grupal en un centro de salud mental (14
individual (Belfer, Muñoz, Schachter y Leven- sesiones de dos horas): al finalizar el tratamien-
dusky, 1995; Martisen, Olsen, Tonset, Nyland to el 54,2% de los tratados estaban libres de
y Aarre, 1998; Penava, Otto, Maki y Pollack, crisis de pánico (Galassi et al., 2007). Las ca-
1998; Telch et al., 1993). racterísticas de estos estudios, que servirán para
Telch et al. (1993) aplicaron el tratamiento comparar nuestros resultados mediante una es-
del control del pánico (TCP) de Barlow en gru- trategia de benchmarking, se resumen en Ta-
po, demostrando su eficacia. Los pacientes re- bla 1.
cibieron TCP durante 8 semanas en grupos de Estos datos indican que la terapia grupal
cuatro a seis pacientes, comparándolo con con- puede aplicarse de forma efectiva en la clínica

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Tabla 1. Características de los programas de tratamiento comparados


Garriga,
García-
Martín y Wade et al. Galassi et al. Telch et al. Clark et al.
Palacios et al.
López-Soler (1998) (2007) (1993) (1994)
(2002)
(este estudio)
Tipo de estudio Efectividad Efectividad Efectividad* Efectividad Eficacia Eficacia
Tratamiento TCP TCP TC/ TCP TCC TCP TC
Nº sesiones /
12/90’ 15/? 14/90’ 14/120’ 12/ 90’ 12
duración
Pacientes por
10-12/ grupo ¿?/ grupo 5-6/ grupo 10-12 / grupo 4-6 / grupo individual
grupo
Abandonos/n 3/35 29/110 0 /25 15 /76 0/34 1/20
(% abandonos) (8,57%) (26,37%) (0%) (22,3%) (0%) **
Nota. TC = Terapia cognitiva; TCP = Terapia de control del pánico de Barlow; TCC = Terapia cognitivo-conductual.
* Una parte de la muestra en clínica universitaria. **Se reemplazaron los abandonos para mantener los grupos comparables.

habitual, aunque, de partida, nuestros grupos de forma ininterrumpida desde 1989, por lo que
son más numerosos (hasta 15 pacientes citados podemos considerarlo un recurso asistencial
por grupo) lo que disminuiría su coste. Según consolidado. Aquí se inició la formación en este
los estudios sobre salud mental basada en la programa para otros profesionales y psicólogos
evidencia, el tratamiento grupal puede aplicar- internos residentes (PIR; Martin, 2007) y lo
se en un servicio de salud pública, tiene bajo consideramos un centro de referencia. Para un
coste, requiere poco entrenamiento del equipo servicio público con pocos psicólogos y gran
y permite optimizar recursos (Leveni, Mazzo- demanda de asistencia, este tipo de alternativas
leni y Piacentini, 1999). El Nacional Health terapéuticas es de gran interés.
Service Economic Evaluation Database (NHS Antes de la primera cita con psicología clí-
EED), en un análisis de coste efectividad del de nica todos los pacientes pasan por consultas
psicoterapia versus tratamiento combinado (far- médicas de primaria o especializada. Cuando
macoterapia y psicoterapia) para el TP con ago- son derivados al grupo gran parte siguen ya
rafobia, resalta que el tratamiento combinado tratamiento farmacológico, lo que impone ma-
es más caro que la TCC sola, aunque las dos yoritariamente el tratamiento combinado. El
estrategias son igualmente eficaces (Marchand, paso por atención primaria retrasa la oferta de
Germain, Reinharz, Mainguy y Landry, 2004). TCC, ya que normalmente se instaura un trata-
A largo plazo la razón coste-efectividad se in- miento farmacológico. Probablemente, un gru-
crementa a favor de la TCC sola. po de pacientes mejora lo suficiente como para
Nos proponemos replicar los estudios que proponer un alta médica. Por tanto, lo esperable
han utilizado el TCP grupal de Barlow y Cras- es que sólo los que padezcan un trastorno más
ke (1989) para el TP con o sin agorafobia en las grave o alguna sintomatología asociada, sean
condiciones clínicas habituales de un centro de derivados a Salud Mental (Martín, 2007).
salud mental público, con pacientes derivados
por los propios profesionales del centro. Espe-
ramos comprobar la adaptación del programa a MÉTODO
cualquier persona que lo necesite, independien-
temente de los años de evolución del TP, de si Participantes
sigue tratamiento farmacológico de más o me-
nos duración, y/o de su nivel económico y cul- Los 39 participantes del estudio, siguiendo
tural. En el Centro de salud Mental (CSM) de el procedimiento habitual, fueron remitidos por
San Andrés de Murcia se aplica el TCP grupal su médico de familia. Un psiquiatra o psicólogo

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clínico del CSM realizaron una entrevista clí- habiéndolo comunicado o no. Y (3) abandono:
nica y establecieron un diagnóstico según cri- acuden como mínimo a dos sesiones de grupo
terios CIE-10 (OMS, 1992). Si los pacientes y menos del 80% restante (Martín, 2007).
cumplían criterios diagnósticos de TP con o sin Durante un periodo de 9 meses se seleccio-
agorafobia eran derivados al grupo. En la pri- nó el grupo de tratamiento, el cual se constituyó
mera sesión la terapeuta confirmaba si los pa- mediante pacientes remitidos por los psiquiatras
cientes manifestaban o no los síntomas que y psicólogos clínicos del CSM. De estos pacien-
configuran el diagnóstico CIE-10. Para consti- tes, decidieron no asistir un total de cuatro, dos
tuir los grupos no se siguió ningún criterio en por incompatibilidad con su horario laboral,
cuanto a edad, nivel cultural, profesión, etc. No uno por hospitalización de un familiar y el cuar-
se dieron instrucciones específicas a los psiquia- to por preferir tratamiento individual. De los 35
tras o médicos de familia sobre las pautas a que iniciaron tratamiento, abandonaron 3 suje-
seguir con la medicación, que podían cambiar tos, y 3 más, a pesar de realizar más del 80%
según su criterio y evolución del paciente du- del programa, no llegan a completar la evalua-
rante el tratamiento grupal. En el grupo se dio ción postratamiento, quedando constituido el
la única instrucción al paciente de que si desea- grupo final por 39 pacientes. Las características
ba disminuir la medicación, bien por mejoría, socio-demográficas de los 39 sujetos aparecen
bien en la fase de provocar sensaciones, lo con- descritas en la Tabla 2.
sultara siempre con su médico y siguiera las
pautas de descenso que le indicara.
Se establecieron los 3 siguientes criterios de Instrumentos de evaluación
inclusión y exclusión: (1) Los pacientes eran
seleccionados según el orden de derivación A todas las personas que participaron en el
interna al grupo si cumplían los criterios diag- tratamiento se les administró en la primera y
nósticos CIE-10 de trastorno de pánico (F.41.0) última sesión, las siguientes pruebas psicológi-
o agorafobia (F.40). (2) Los pacientes eran ex- cas:
cluidos por: trastornos de la personalidad como Escala de Ansiedad Estado/Rasgo (STAI;
diagnóstico principal. En el caso de la esquizo- Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1994). Evalúa
frenia, trastornos bipolares y otros trastornos el nivel actual de intensidad de la ansiedad, así
mentales graves que a veces presentan crisis de como la predisposición a responder al estrés.
ansiedad, debe tratarse en primer lugar el tras- En la versión española la puntuación oscila de
torno principal. Sólo si está controlado y en fase 0 a 60 para cada escala, que se traslada a bare-
estable, se valorará el tratamiento específico del mos en percentiles o decatipos.
pánico o la agorafobia si persisten. También se Inventario de Depresión de Beck (BDI;
debe excluir el trastorno hipocondríaco y los Beck, Ward, Mendelson, Mock y Erbaugh,
trastornos obsesivos si son el principal diagnós- 1961). Evalúa las manifestaciones conductuales
tico. (3) Se excluye al paciente que expresa sus de la depresión en adolescentes y adultos. Con-
preferencias por el tratamiento farmacológico, tiene un factor cognitivo-afectivo y un factor
o que no puede acudir a sesiones semanales. somático. La puntuación total se obtiene su-
También cuando hay una ganancia secundaria mando las obtenidas en cada item. Permite cla-
muy importante por el trastorno (p.ej., baja por sificar la intensidad de la depresión en: mínima
enfermedad y que la mejoría supone volver a (0-9), leve (10-16), moderada (17-29) y alta
su puesto, en el que sufría acoso laboral según (>30).
el paciente). Body Sensations Questionnaire (BSQ;
Se establecieron los siguientes criterios de Chambless, Caputo, Bright y Gallagher, 1984).
asistencia, no asistencia y abandono: (1) Asis- Valora el miedo a sensaciones físicas asociadas
tencia: pacientes que acuden de forma regular al ataque de pánico en una escala de 5 puntos
al grupo y asisten al menos al 80% de las sesio- (desde «nunca me preocupa» hasta «siempre
nes. (2) No asistencia: acuden a la primera se- me preocupa»). Consta de 16 items variando las
sión de grupo (informativa) y faltan después, puntuaciones de 0 a 64. La media de la pun-

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Tabla 2. Características sociodemográficas de los pacientes con TP con o sin agorafobia (N = 39)
Características Frecuencia %
Sexo
Mujer 31 79,5
Hombre 8 20,5
Estado Civil
Soltero/a 21 53,8
Casado/a 15 38,5
Divorciado/a 2 5,1
Separado/a 1 2,6
Edad
(en años) media +/- DT 35 +/–12,331
Educación
Analfabeto/a 1 2,6
Sin estudios 1 2,6
1º y 2º grado 17 43,6
2ºgrado, 2ºciclo 14 35,9
3º grado(titulados medios) 3 7,7
3ºgrado(t. superior) 3 7,7
Tipo de convivencia
Solo/a 3 7,7
Con familia propia 16 41,0
Con familia origen 18 46,2
Solo/a con hijos 1 2,6
Con otros familiares 1 2,6
Profesión
Profesionales, técnicos/as y similares. 4 10,3
Directivos/as y gerentes de Administración Públicas y empresas. 1 2,6
Personal servicios administrativos, empresas y adm. pública. 9 23,1
Comerciantes, vendedores/as y similares 7 17,9
Personal Servicios. 3 7,7
Construcción, industria, minería y trasporte. 2 5,1
Personas con ocupaciones no bien especificadas. 13 33,3
Situación Laboral
Contrato indefinido 14 35,9
Contrato eventual 5 12,8
En paro (no primer empleo) 2 5,1
Estudiante 11 28,2
Labores domésticas 1 2,6
Incapacidad laboral transitoria 5 12,8
Incapacidad permanente 1 2,6

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tuación total en población normal es de 1,8 a mantener el trastorno e impide la posible ha-
(Bados, 2000). bituación (Gould, Otto y Pollack, 1995).
Agoraphobic Cognition Questionnaire A continuación resumimos los componentes
(ACQ; Chambless et al., 1984). Evalúa la fre- fundamentales del TCP (según Martin, 2007):
cuencia de pensamientos sobre consecuencias (1) Observación y compresión del trastorno.
negativas de la ansiedad. Escala de 14 items Este componente pretende establecer las bases
que se puntúan de 0 a 4. La puntuación va de para la reestructuración cognitiva. Introduce las
0 a 56. diferencias entre las crisis de ansiedad y la an-
Cuestionario de Miedos [Fear Question- siedad generalizada, el estrés y el papel que
naire](FQ; Marks y Mathews, 1979). Versión desempeña cada uno en el comienzo y mante-
española de Mathews, Helder y Jonhston nimiento del trastorno. A través de los auto-
(1985). Evalúa la gravedad de tres tipos de fo- registros, introduce la observación objetiva de
bias (agorafobia, fobia social y fobia a la san- las sensaciones y situaciones que desencade-
gre/inyección/daño) basándose en las conduc- nan las crisis. Su práctica es fundamental para
tas de evitación. Evalúa la «fobia total» evaluar las recaídas, que por su efecto depresó-
sumando las 3 subescalas de 5 items. Cada item geno, tienden a desvirtuar los avances realiza-
se evalúa en una escala tipo Likert de 9 puntos dos. La comprensión del modelo de las crisis de
(0 = «no lo evito» y 8 = «siempre lo evito»). ansiedad y de lo que no puede pasar como con-
Las puntuaciones oscilan entre 0 y 120 en fobia secuencia de la ansiedad, disminuye el miedo
total y entre 0 y 40 en cada subescala. lo suficiente como para enfrentarse a la expo-
sición.
(2) Técnicas de control físico: respiración
Procedimiento diafragmática y entrenamiento en relajación
muscular. No se pretende que estas técnicas se
El tratamiento se llevó a cabo sobre la base utilicen para reducir o «controlar» las crisis de
del programa cognitivo-conductual de Barlow ansiedad, sino para disminuir el estado general
(Barlow y Cerny, 1988; Barlow y Craske, 1989) de activación. Es decir, tienen más que ver con
por tratarse de un programa de eficacia probada la ansiedad generalizada y, en todo caso, detec-
y por disponer de un manual de autoayuda tra- tar señales mínimas de ansiedad para poder
ducido al castellano (Barlow y Craske, 1993) reducirlas. Digamos que tienen una finalidad
que sirve de apoyo para el tratamiento. más preventiva y que sólo surten efecto si se
El núcleo de la teoría cognitivo-conductual practican de forma regular (y no cuando se
es que el pánico está mediado por el miedo a sufre una crisis).
los síntomas de la ansiedad (Barlow, 1988; (3) Reestructuración cognitiva: identificar
Clark, 1986; McNally, 1996), en concreto mie- las distorsiones cognitivas que acompañan al
do e interpretaciones catastróficas de las sensa- trastorno de pánico y reevaluarlas de manera
ciones de pánico (p.ej., me está dando un ataque que se contraste el peligro real. Una pregunta
al corazón, estoy perdiendo la cabeza) o las típica de esta fase puede ser: ¿Cuál es la proba-
consecuencias de estas sensaciones (ej: voy a bilidad de que te de un infarto? Esta pregunta
hacer el ridículo, voy a peder el control). Estos supone: haber identificado ese pensamiento,
pensamientos mantienen alta la ansiedad anti- comprender lo que es un infarto y haber busca-
cipatoria, facilitando la siguiente crisis de pá- do información fiable.
nico. Con cada crisis, la percepción de peligro (4) Exposición interoceptiva: quizás el com-
se fortalece, lo que fomenta una fuerte respues- ponente más novedoso, supone buscar las sen-
ta fóbica hacia los propios síntomas. Si se si- saciones en lugar de tratar de evitarlas o redu-
guen repitiendo, se puede responder ante pe- cirlas. Se comienza provocando sensaciones de
queños signos de arousal (p. ej: una aceleración ansiedad en un ambiente controlado, mediante
del latido cardiaco) con miedo condicionado, ejercicios diseñados específicamente como hi-
provocando nuevas crisis. La evitación agora- perventilar o girar en una silla. Después se pide
fóbica de situaciones asociadas al pánico ayuda al paciente que lleve a cabo estos ejercicios sólo

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y finalmente que busque situaciones que provo- ron los instrumentos descritos atrás. Por último
can sensaciones similares a las que teme. El se les recomienda la lectura del manual de Bar-
resultado que se persigue es la extinción de la low y Craske (1993) Domine la ansiedad y el
falsa alarma (crisis de ansiedad) pánico.
(5) Exposición: se dirige a disminuir o, si 3. Aplicación de la terapia de grupo. Sesio-
fuera posible, eliminar la agorafobia. Estricta- nes intermedias. Se dividió en las siguientes
mente hablando, no sería necesario utilizarla en etapas: (1) Explicación y compresión del tras-
el trastorno de pánico sin agorafobia. Su obje- torno y del modelo cognitivo del pánico. (2)
tivo es impedir las conductas de escape y de Manejo de la ansiedad fisiológica; técnicas de
evitación que mantienen o agravan el trastorno. control físico. (3) Reestructuración cognitiva.
La exposición debe ser sistemática y regular, (4) Experimentos conductuales; exposición in-
independientemente del estado de ansiedad de teroceptiva. (5) Eliminación de cualquier con-
un día concreto. ducta evitativa de situaciones y actividades y
El tratamiento se llevó a cabo de acuerdo exposición a las mismas. Y (6) prevención de
con el siguiente protocolo: recaídas.
1. Comienzo del grupo y recogida de datos. Cualquier tarea o aprendizaje de técnica se
Dos profesionales de salud mental: una psicó- consideró como un experimento para poner a
loga clínica (coautora de este trabajo), y una prueba la hipótesis catastrofista propia de estos
coterapéuta enfermera especialista en salud pacientes, frente a la hipótesis alternativa pro-
mental, llevaron a cabo el tratamiento. Ambas puesta por el modelo del control del pánico. A
están entrenadas para aplicar este programa. El lo largo de toda la terapia se hizo un esfuerzo
TCP se aplica en 12 sesiones grupales semana- por mantener el estilo socrático, formulando
les de 90 minutos en el Centro de Salud Mental. preguntas dirigidas a que el propio sujeto «des-
La primera y la última son resúmenes pre/ pos- cubra» las conclusiones a que queremos hacer-
tratamiento y administración de escalas. El gru- le llegar. En todo momento planteamos (y ha-
po comienza cuando aceptan participar entre 8 bituamos al paciente a plantear) sus creencias
y 12 pacientes, después de informarles breve- catastrofistas como hipótesis a verificar, ins-
mente de la duración y frecuencia de las sesio- tándole a considerar del mismo modo la expli-
nes y de los objetivos del tratamiento. Se reco- cación que ofrece el modelo cognitivo: como
gen los datos de filiación de la historia clínica: hipótesis alternativa para la cual también se
sexo, fecha nacimiento, nivel educativo, estado buscan pruebas objetivas.
civil, profesión, situación laboral. También el Como tareas para casa los pacientes fueron
diagnóstico principal y diagnóstico secundario leyendo los capítulos del libro de autoayuda
si lo hay (comorbilidad). La enfermera llama a trabajados en cada sesión (Barlow y Craske et
los pacientes en lista de espera para grupo y les al., 1993) y cumplimentan los registros de sen-
informa del día y hora de la primera sesión. La saciones temidas, interpretaciones catastrofis-
mayoría ya han iniciado o continúan el trata- tas, práctica de respiración diafragmática y re-
miento farmacológico. lajación muscular y «exposición». Estas tareas
2. Primera sesión grupal: evaluación y ex- se revisan y actualizan en cada sesión.
plicación del modelo cognitivo del pánico. Se Al finalizar de las doce sesiones se realiza
siguió la Guía para el tratamiento grupal del la evaluación postratamiento. Se concluye de
trastorno de pánico (Martín, 2007). Tras cons- forma personalizada decidiendo el tratamiento
tatar que el TP, con o sin agorafobia, es el prin- recomendable o el alta terapéutica hasta la se-
cipal problema de los componentes del grupo, sión de seguimiento a los 3 meses.
se realiza una evaluación pre- y post de las si-
guientes variables: ansiedad, depresión, temor
a las sensaciones de pánico, cogniciones rela- RESULTADOS
cionadas con el pánico, agorafobia y otras fo-
bias y medicación al inicio del tratamiento. Para Para el análisis descriptivo de las variables
la evaluación pre- y postratamiento, se utiliza- sociodemográficas de los participantes, de la

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Tratamiento cognitivo-conductual grupal del trastorno de pánico con o sin agorafobia 87

duración del trastorno y el seguimiento del tra- perfil coincide con las investigaciones de la li-
tamiento farmacológico se calcularon medias, teratura científica (Furukawa, Watanabe y
desviaciones típicas y porcentajes. Se compa- Churchill, 2006; Mitte, 2005; Gould et al.,
raron los resultados en las escalas citadas entre 1995).
pre- y postratamiento utilizando la prueba t de Respecto a la gravedad del trastorno, los
Student. El intervalo de confianza usado fue del años trascurridos desde la primera crisis de
95%. Todos los análisis estadísticos fueron rea- pánico hasta el inicio del grupo de tratamiento
lizados utilizando SPSS versión 15.0. oscilaron entre 15 días y 27 años y 3 meses
Los datos sociodemográficos, que presenta- (media = 5,76, DT = 7,06). Al inicio del grupo
dos en la Tabla 2, nos muestran un perfil tipo el 89% de los 39 pacientes seguían tratamiento
de paciente que acude al Centro de Salud Men- psicofarmacológico (de los cuales el 79,5% ya
tal con diagnóstico de TP: mujer de 35 años, habían seguido otros tratamientos farmacológi-
soltera, con nivel de estudios alcanzados de 2º cos anteriormente), el 3% no respondía al tra-
grado, que vive con su familia de origen, con tamiento farmacológico y el 8% restante estaba
una ocupación no bien especificada, bien con libre de cualquier tipo de tratamiento farmaco-
contrato indefinido o como estudiante. Dicho lógico.

Tabla 3. Medias y DTs (entre paréntesis) durante el pre- y el postratamiento (N = 29)


Pre-tratamiento Postratamiento t (28)
Depresión (BDI) 18,72 (9,32) 8,86 (7,32) 8,25***
Miedos (FQ):
Total 49,45 (22,59) 30,66 (21,62) 5,49***
Agorafobia 19,14 (11,65) 10,59 (9,84) 4,53***
Sangre 13,62 (9,32) 7,93 (9,07) 4,65***
Fobia social 16,34 (9,65) 12,00 (19,72) 3,32**
Sensaciones corporales (BSQ) 35,45 (14,74) 24,28 (12,88) 4,41***
Cogniciones agorafóbicas (ACQ) 23,03 (10,95) 13,28 (9,56) 4,71***
Ansiedad (STAI):
Estado de ansiedad 69,79 (20,96) 38,69 (28,72) 6,76***
Rasgo de ansiedad 86,52 (13,62) 55,03 (28,93) 6,46***
Nota. Los valores de las dos variables de ansiedad se indican en percentiles. BDI = Inventario de Depresión de Beck; FQ
= Fear Questionnaire; BSQ = Body Sensations Questionnaire; ACQ = Agoraphobic Cognition Questionnaire. STAI =
State-Trait Anxiety Inventory. ** p < 0,01; *** p < 0,001.

Los estadísticos descriptivos de la muestra igual que las subescalas agorafobia y fobia
en las diferentes variables psicológicas, en el social (PM = 3,8 y 3,3 respectivamente). En la
pre y postratamiento, se muestran en la Tabla subescala de sangre/inyecciones/daño la PM
3. Los sujetos al inicio del tratamiento psico- fue de 2,7 («lo evito poco»). La respuesta me-
lógico presentaban TP de gravedad severa y dia en cogniciones agorafóbicas fue de 1,6 (los
de tipo crónico. El 79,5% seguía tratamiento pensamientos se presentan «la mitad de las
farmacológico desde hacía años. La puntua- veces») y en sensaciones fisiológicas propias
ción media en el BDI fue de 18,72 (depresión de la ansiedad fue de 2,21 superando el 1,8
moderada). La ansiedad estado era alta (per- considerado punto de corte de la normalidad
centil 69,79 del STAI-E) y la ansiedad rasgo (Bados, 2000).
muy alta (percentil 86,52 del STAI-R). En el En la Tabla 3 presentamos también los re-
índice de miedos general la puntuación media sultados de los análisis de las diferencias pre-
(PM) fue 3,2, que se sitúa en el intervalo entre post basados en la t de Student. Se encontraron
«lo evito poco» a «decididamente lo evito»; diferencias significativas entre el pre y el pos-

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tratamiento en todas las respuestas evaluadas. DISCUSIÓN


Las medias postratamiento en Ansiedad Esta-
do (centil: 38,69) y Ansiedad Rasgo (centil: Los resultados obtenidos avalan la efectivi-
55,03) disminuyeron hasta niveles considera- dad de la terapia de control del pánico de Bar-
dos dentro de la normalidad. Se produce una low y Cerny (1988) aplicada en formato grupal
reducción significativa de conductas evitativas, a pacientes con TP con o sin agorafobia en un
presentado en la escala de miedos total una servicio público de Salud Mental.
respuesta media de 2,04 (PD = 30,66). En la Se trata simultáneamente entre 8 y 12 pa-
subescala de Agorafobia se reduce hasta 2,11 cientes con trastorno de pánico de larga evolu-
(PD = 10,59) y en la subescala de fobia social ción, con sintomatología asociada agorafóbica
a 2,4 (PD = 12). Todas corresponden a «lo y depresiva, resistentes al tratamiento farmaco-
evito poco». En la subescala de sangre/ inyec- lógico en, prácticamente, 10 sesiones. Respec-
ciones/ daño puntúan 1,5 (entre «no lo evito» to al tratamiento individual, mejora la relación
o «lo evito poco»). El miedo a las sensaciones coste-beneficio y ofrece un tratamiento de cali-
fisiológicas se reduce hasta una respuesta me- dad de una sesión semanal, con mejora signifi-
dia de 1,51 (PD = 24,28) que corresponde a cativa en todas las áreas evaluadas, a pesar de
«algunas veces» y el nivel de creencias erró- la gravedad de los casos.
neas agorafóbicas desciende hasta 0,94 (PD = De los 35 pacientes que iniciaron el trata-
miento sólo abandonaron tres. Supone un índi-
13,28) predominando la respuesta «nunca o
ce de abandono del 8,6%, situándose en la par-
casi nunca». Los resultados postratamiento son
te baja de los estudios de efectividad (Tabla 1)
congruentes con los datos recogidos sobre el
y mejorando los obtenidos en otros estudios:
seguimiento del tratamiento farmacológico 12.7% (DT = 10,92) en TCC, 15,11% (DT =
(véase la Figura 1). Al final del tratamiento de 12,83) en terapia conductual, 20,4% (DT =
los 29 sujetos, 6 no tomaban ningún fármaco 15,27) en farmacoterapia y 20,5% (DT = 11,18)
(tres coinciden con los que no tomaban trata- en tratamiento combinado (Mitte, 2005). Los
miento al inicio) y 15 de los 23 restantes ha- 32 pacientes restantes mantuvieron un nivel de
bían disminuido la dosis. Seis mantenían la adherencia elevado al asistir a más del 80%
dosis inicial y ninguno necesitó aumentarla de las sesiones.
durante el tratamiento grupal. Se producen ganancias significativas en to-
das las dimensiones relacionadas con el TP con
60
o sin agorafobia, con diferencias medias de
50 Frecuencia ansiedad estado (STAI-E) de 31,10 (IC 95%
% 21,67 a 40,52, p < 0,001), síntomas fisiológicos
40 de las crisis de pánico (BSQ) de 11,17 (IC 95%
= 6,01 a 16,32, p < 0,001), conductas agorafó-
30 bicas de 8,55 (IC 95% = 4,68 a 12,41, p <
0,001) y creencias agorafóbicas (ACQ) de 9,75
20
(IC 95% = 5,51 a 14,00, P = p < 0,001).
10 También mejoran escalas que no eran obje-
to específico del tratamiento, como la depresión
0 (BDI) con una diferencia media de 9,862 (IC
Ningún tratamiento
psicofarmacológico

Aumento de dosis
Disminución dosis

psicofármacos

95% = 7,41 a 12,31, p < 0,001) o la ansiedad


psicofármacos
Igual dosis
psicofármacos

rasgo (STAI-R) con una diferencia media de


31,48 (IC 95% = 21,50 a 41,46, p < 0,001)
llegando a puntuar dentro de la normalidad.
Entendemos que la cronicidad de los cuadros
de TP de bastantes pacientes había empeorado
Figura 1. Cambios farmacológicos durante tratamiento su calidad de vida provocando sentimientos de
(N = 29) desesperanza, impotencia y baja autoestima.

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Tratamiento cognitivo-conductual grupal del trastorno de pánico con o sin agorafobia 89

Todo esto configura un cuadro asociado de tipo paración con los dos estudios de eficacia reali-
depresivo y un estado general de ansiedad entre zados de forma individual o grupal que
crisis que tiende a cronificar el TP. La mejoría consideramos como benchmarking (Clark, et
de los síntomas de pánico, la eliminación de las al., 1994; Telch, et al., 1993) (véase la Tabla 4).
conductas evitativas y, en consecuencia, la me- Aunque intentamos recoger la duración
joría en calidad de vida, parece disminuir hasta exacta del tratamiento farmacológico previo no
normalizar los síntomas depresivos y la ansie- fue posible, en la mayoría de los casos por ol-
dad generalizada. vido de los pacientes, por lo que renunciamos
El entrenamiento en respiración y relajación, al análisis de este dato. Varios de los estudios
junto con la psicoeducación acerca de los sín- citados mantienen una pauta constante de me-
tomas fisiológicos de la ansiedad, ayudaría a los dicación a lo largo de TCC grupal. El 89,7% de
pacientes a generalizar estos aprendizajes a los pacientes seguían tratamiento farmacológi-
otras situaciones ansiógenas, lo que justificaría co al inicio del grupo y el 79% ya habían toma-
la mejoría encontrada en la subescala de fobia do anteriormente otros tipos de psicofármacos.
social y miedo a sangre-inyecciones-daño, con La duración media de los trastornos es de 5 años
una diferencia media respectivamente de 4,34 y medio, y un alto porcentaje de pacientes se-
(IC 95% = 1,66 a 7,02, p < 0,01) y 5, 69 (IC guía más de un tratamiento farmacológico. Ob-
95% = 3,18 a 8,19; p < 0,001). servamos la pauta de medicación que había
Comparado con otros estudios de efectivi- seguido el psiquiatra al finalizar el grupo: del
dad realizados en grupo, tanto en España como total, 6 terminan sin medicación (tres más que
en otros países el programa produce reduccio- al inicio: 20,7%), 15 disminuyen la dosis
nes significativas en las escalas coincidentes (51,7%), 8 mantienen la misma dosis (27,6%)
(Wade et al., 1998; Galassi et al., 2007; García- y ninguno habían necesitado aumentarla (0%).
Palacios et al., 2002). También resiste la com- Podemos considerar que la causa de la mejoría

Tabla 4. Medidas de resultado en estudios similares. Medias y DTs (entre paréntesis)


Garriga,
García-
Martín y López- Wade et al. Galassi et al. Telch et al. Clark et al.
Palacios et al.
Soler (este (1998) (2007) (1993) (1994)
(2002)
estudio)
Pre- Post- Pre- Post- Pre- Post- Pre- Post- Pre- Post- Pre- Post-
19,14 10,59 16,5 8,8 19,25 10,37 12,18 5,06 13,4 8,3
Agorafobia
(11,66) (9,84) (10,8) (6,9) (11,7) (10,7) (11,41) (6,76) (5,7) (4,0)
13,62 7,93 14,9 10,7 12,6 10,0
Sangre
(9,33) (9,07) (8,2) (7,1) (4,5) (3,5)
16,34 12,00 17,3 10,1 11,1 8,2
Fobia social
(9,66) (19,72) (8,9) (6,5) (5,1) (3,6)
35,45 24,28 33,74* 13,94* 38,6,4 22,5
BSQ
(14,74) (12,88) (11,15) (8,52) (9,5) (5,2)
23,03 13,28 27,9 19,4
ACQ
(10,96) (9,56) (6,5) (3,3)
69,79 38,69 49,56 42,24
STAI-Estado
(20,93) (28,72) (10,43) (9,08)
86,52 55,03 54,12 45,97
STAI-Rasgo
(13,62) (28,93) (11,51) (11,47)
18,72 8,86 15,5 6,0 15,54 6,36 16,00 10,24 16,85 7,68 17,0 6,3
BDI
(9,33) (7,33) (8,8) (6,3) (9,54) (4,57) (8,54) (7,19) (8,21) (5,27) (7,8) (6,4)
Nota. BDI = Inventario de Depresión de Beck; BSQ = Body Sensations Questionnaire; ACQ = Agoraphobic Cognition
Questionnaire. STAI = State-Trait Anxiety Inventory.

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es fundamentalmente la Terapia de Control del excelencia clínica, incluir manuales para el te-
Pánico grupal de Barlow (1988). rapeuta que aseguren una práctica correcta y, a
Los resultados permiten recomendar este ser posible, un manual de autoayuda para los
modelo para el tratamiento de los TP, con o sin pacientes.
agorafobia, en una consulta pública de salud Respecto a las posibilidades de mejora de
mental, basándonos en su efectividad o utilidad este trabajo señalar que: (1) Hubiera sido de-
clínica (Eje II de la Template for Developing seable un estudio de seguimiento para evaluar
Guidelines: Interventions for Mental Disorders el mantenimiento o no de la mejoría, y si las
and Psychosocial Aspects of Physical Disor- pautas de medicación siguen en descenso. En
ders; de la Task Force on Psychological Inter- la práctica ambulatoria pública el seguimiento
ventions Guidelines, APA, 1995). La dinámica resulta complicado. La consulta suele estar
de trabajo actual de los CSM públicos de la completa los meses siguientes y los espacios
región de Murcia, reflejada en este estudio, grupales ocupados por nuevos grupos debido a
pone de manifiesto que el tratamiento cogniti- la alta presión asistencial. Muchos pacientes
vo-conductual no es considerado en el Sistema piden permiso en su trabajo para acudir sema-
Regional de Salud como primera elección en el nalmente al centro. Cuando acaban el trata-
tratamiento del TP con o sin agorafobia, en miento suelen tener problemas para volver,
contra de las recomendaciones de las guías de sobre todo si se mantiene la mejoría y viven el
práctica clínica de alta calidad, del National TP como algo ya superado. (2) Consideramos
Institute for Health and Clinical Excellence necesario introducir una entrevista psicodiag-
(NICE, 2004; 2007) y de la NHS Economic nóstica estructurada para mejorar la calidad del
Evaluation Database (NHS EED) sobre mejor diagnóstico, así como evaluadores independien-
alternativa coste-beneficio. Normalmente es la tes. (3) Aunque en las entrevistas clínicas pre-
tercera opción, después de médico de familia y vias al inicio del grupo se pregunta sobre la
psiquiatra. La derivación al tratamiento psico- frecuencia de las crisis de pánico, no hemos
lógico se hace con una media de 5 años de re- podido contar con este dato en muchos casos.
traso. Dado que la evaluación estandarizada en TP
Aunque no hemos valorado cuantitativa- recomienda incluirla, sería un área de mejora
mente el impacto de los grupos para las listas para futuras investigaciones. También es con-
de espera, la experiencia de trabajo y la impre- veniente aplicar escalas como el Indice de Sen-
sión clínica indica que facilita el acceso a un sibilidad a la Ansiedad (ASI) o la Escala de
tratamiento adecuado a mayor número de per- gravedad para el trastorno de pánico (PDSS) de
sonas en menor tiempo. El tiempo de espera va las que existe versión castellana (Sandín, Va-
de 0 días a 10-11 semanas como máximo (tiem- liente, Chorot y Santed, 2007; Bulbena y Mar-
po en el que acaba el grupo iniciado). Si en la tín Santos, 1992) y que se utilizan en estudios
atención individual los pacientes pueden estar nacionales e internacionales. (4) Gran parte de
en lista de espera para psicología de 6 a 12 los pacientes derivados al grupo ya habían ini-
meses, las terapias grupales, pueden reducir ciado tratamiento con psicofármacos ansiolíti-
estos tiempos de forma notable. Además, si hay cos o antidepresivos y no podemos valorar el
un número suficiente de pacientes, podría ini- alcance de este modelo de TCC grupal sin me-
ciar tratamiento un segundo grupo antes de la dicación. Sería conveniente ofrecer la posibili-
finalización del primero, lo que reduciría la dad de este tipo de tratamiento, en colaboración
espera. con los médicos de familia o los servicios de
El índice de satisfacción general es muy alto, urgencias, lo antes posible tras la detección del
según manifestaciones espontáneas de los pa- trastorno: el beneficio puede ser mayor, se evi-
cientes. Todo ello nos permite señalar la nece- ta cronicidad y complicaciones concomitantes
sidad de formar en tratamientos grupales a los y disminuyen las recaídas. El paciente, median-
profesionales de salud mental y a los psicólogos te el consentimiento informado, podría decidir
internos residentes. Los tratamientos grupales qué tratamiento prefiere. Y (5) no hemos podi-
de elección deberán cumplir los criterios de do contar con un grupo control de sólo trata-

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Tratamiento cognitivo-conductual grupal del trastorno de pánico con o sin agorafobia 91

miento farmacológico o en lista de espera que Beck, J.G., y Zebb, B.J. (1994). Behavioral assessment
permitiera eliminar sesgos, por lo que hemos and treatment of panic disorder: Current status, future
utilizado una estrategia de benchmarking. En directions. Behavior Therapy, 25, 581-611.
Belfer, P.L., Muñoz, L.S., Schachter, J., y Levendusky,
futuras investigaciones puede contemplarse un
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