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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE

CHIAPAS
FACULTAD DE CIENCIAS QUIMICAS EXTENSIÓN
OCOZOCOAUTLA

SINTESIS DEL ARTÍCULO:


UNA REVISIÓN DE LA METFORMINA Y SU LUGAR
EN LAS DIRECTRICES PARA LA DIABETES

PRESENTA:

MELINA MADIAN DEAN HERNÁNDEZ

PROFESOR:

MTRO. MARCO ANDRÉS LÓPEZ JIMÉNEZ

TUXTLA GUTIERREZ CHIAPAS AGOSTO


DE 2016
SINTESIS
UNA REVISIÓN DE LA METFORMINA Y SU LUGAR EN LAS DIRECTRICES
PARA LA DIABETES

El autor menciona que actualmente la metformina es el antihiperglucemiante oral


recetado con más frecuencia en todo el mundo. Se ha demostró el potencial de la
metformina en la prevención de la diabetes. Su eficacia, seguridad, múltiples
beneficios cardiovasculares y metabólicos y la capacidad de poder prescribirse en
combinación con todos los demás fármacos antidiabéticos, incluida la insulina, han
convertido a la metformina en el fármaco oral de primera línea para el tratamiento
de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2. La metformina forma parte de las
biguanidas que son un grupo de fármacos orales.
La metformina ha sido la biguanida que más se ha utilizado, ya que otras, como la
fenformina buformina, fueron retiradas del mercado hace años por sus efectos
adversos como la acidosis láctica que está asociado con su uso. En la actualidad la
metformina es un fármaco de amplio uso mundial. La actividad clínica principal de
la metformina es reducir la resistencia hepática a la insulina, y por consiguiente, la
gluconeogénesis y la producción de glucosa. Más inconsistentemente se ha
demostrado que mejora la sensibilidad a la insulina en tejidos periféricos. La
metformina no incrementa la secreción de insulina, ni produce hipoglucemia, se
informa que disminuye levemente la absorción intestinal de glucosa, y que mantiene
el peso neutro.
El autor explica que el mecanismo de acción de la metformina ejerce su efecto sobre
los niveles de glucosa en sangre por: la inhibición de la producción de glucosa
hepática (gluconeogénesis), mejora de la captación de glucosa por los tejidos
periféricos y reduce la absorción intestinal de glucosa, lo que conduce a una
reducción de la hiperglucemia postprandial.
En conjunto, estas acciones resultan en una reducción en el nivel de HbA1c
glicosilada que se puede definir como la media ponderada de los niveles de glucosa
en sangre durante los anteriores 120 días de vida del eritrocito. El artículo también
menciona ciertas recomendaciones para el tratamiento donde se emplea la
combinación de 2 o 3 fármacos como por ejemplo la mezcla de metformina con
sulfonilurea o incluso insulina basal. La elección de que agentes añadir a la
metformina depende de factores tales como el riesgo de hipoglucemia, el grado de
hiperglucemia experimentado etc.
Algo muy importante que debemos tomar en cuenta es la dosificación de la
metformina, la dosis mínima eficaz es 500 mg/día. La dosis máxima no debe superar
los 2550 mg / día en divididas dosis. Puede ser prescrito como 500 mg o 850 mg
comprimidos, y está disponible como una formulación de tabletas regulares, se
administra por vía oral y se absorbe en el intestino delgado de una forma incompleta
y lenta. No se une prácticamente a las proteínas plasmáticas, con lo que su
distribución por los tejidos periféricos es rápida, posteriormente se absorbe y
alcanza las concentraciones plasmáticas máximas entre una y dos horas y es
eliminada por el riñón.
La metformina es considerada un fármaco confiable, aunque presente efectos
adversos como son los efectos gastrointestinales efímeros (diarrea, calambres,
distensión abdominal y flatulencia).
Otra complicación metabólica es la acidosis láctica, puede ocurrir como resultado
de la acumulación de metformina durante el tratamiento. E exceso de ácido láctico
se elimina por vía renal en un paciente con función renal normal, pero al tratarse de
un paciente diabético es mucho más difícil eliminarlo y la filtración glomerular
disminuye.
Otro dato importante mencionado por el autor es que las directrices SEMDSA 2012
sugieren que la metformina no debe prescribirse en pacientes con una tasa de
filtración glomerular estimada <30 ml / min.
El autor concluye aludiendo la importancia de que el paciente diabético tenga una
educación estructurada sobre el conocimiento básico de la diabetes, un buen control
de la glucosa en sangre, el uso y la adherencia a la medicación prescrita. En esta
cuestión el farmacéutico puede desempeñar un papel importante al convertirse en
un profesional que contribuya a la educación estructurada a los pacientes.
Bibliografía
BPharm. (22 de Junio de 2012). BPharm MSc(Med)Pharm. Recuperado el 20 de Agosto de
2016, de http://www.safpj.co.za/index.php/safpj/article/viewFile/3964/4763

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